articulo-osorio
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reconocimiento,
violencia
simbólica y
dominación.
Aclaración y profundizaciones
a la teoría de Searle
Social World, Recognition, Sym-
bolic Violence and Domination.
Clarification and Deepening of
Searle’s theory
AXEL RIVERA OSORIO
(CENTRO DE ESTUDIOS SOBRE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE – UNIVERSIDAD NACIONAL
AUTÓNOMA DE MÉXICO - MÉXICO)
Hermann Braus, Anatomie des Menschen: ein Lehrbuch für Studierende und Ärzte (1921) 129
Ideas14, revista de filosofía moderna y contemporánea #14 NOVIEMBRE DE 2021 - ABRIL DE 2022 MUNDO SOCIAL, RECONOCIMIENTO, VIOLENCIA SIMBÓLICA Y DOMINACIÓN AXEL RIVERA OSORIO
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las categorías necesarias para plantear la estructuración del mundo sica del mundo social viene dada por la institución de funciones de
social (funciones de estatus, reconocimiento, violencia simbólica, estatus: la atribución de funciones a cosas y objetos. Así, el mundo
etc.). Intentaremos señalar que las estructuras sociales crean jerar- social sería una compleja red de interacciones sociales. Para exami-
quías entre grupos de personas, basadas en la asignación de funcio- narlo con detalle nos centraremos en la explicación brindada por
nes de estatus, que conforman habitus específicos para cada grupo John Searle, pues permite vislumbrar elementos constitutivos mí-
de personas y esquemas de percepción, los cuales se producen y re- nimos del mundo social, aunque algunas de sus categorías deberán
producen por el reconocimiento social. Igualmente, buscamos mos- profundizarse mediante otras propuestas.
trar, como corolario, que la violencia no equivale a la coacción, sino
que es un fenómeno mucho más complejo e inicia al no advertirse
la arbitrariedad de la jerarquización social asumida, al naturalizar 2. John Searle: una teoría performativa del mundo social
las relaciones de poder y, por tanto, al no cuestionarse los lugares
asignados a las personas o cosas. Es imposible estudiar tales fenó- En The Construction of Social Reality4 y Creando el mundo social5
menos sin herramientas conceptuales; en este artículo explicare- Searle presenta la mejor explicación de su tesis sobre el mundo so-
mos la teoría de John Searle, aunque mostrando cómo profundizarla cial como hecho performativo. En Creando el mundo social Searle
en aspectos específicos. afirma que “el rasgo distintivo de la realidad social humana [...] es
que los humanos tienen la capacidad de imponer funciones a objetos
Ahora bien, toda teoría sobre el mundo social inicia asumiendo y personas”.6 El establecimiento de funciones sería la característica
ciertos presupuestos. Desde la perspectiva aquí defendida, el mun- principal del mundo social. De tal forma, el mundo social trasciende
do social se concibe como un hecho performativo. El mundo social los hechos brutos, aunque sin restarles nada de su absoluta relevan-
no es un objeto independiente de actos y prácticas que realizamos cia. En el mundo social, el sentido otorgado a cosas y personas no
para instituirlo. No subyace a los actos humanos, sino que más bien depende de su materialidad, o de sus cualidades físicas, químicas o
es producto de las complejas interacciones sociales. La consecuencia biológicas. Dos objetos pueden tener cualidades físicas semejantes y
de tal correlación es la creación de una enmarañada lógica imper- significados diferentes.
sonal y la institución de horizontes de significación no controlados
por nadie en particular. Así, aunque el mundo social inicia a par- La diferenciación entre hechos brutos y funciones de estatus es
tir de los deseos, anhelos, esperanzas, etc., de personas concretas, una distinción necesaria y esboza la pregunta sobre aquello que
las relaciones entre individuos crean altos grados de interacción, al depende intrínsecamente de la naturaleza y lo que sería una atri-
punto de que imposibilitan una perspectiva infalible sobre la to- bución o una función de estatus asignada a ella.7 Este último punto
talidad de las acciones sociales. De tal forma, debemos iniciar con cobra la mayor relevancia para el tema por abordar, pues la carac-
tres afirmaciones a defender sobre la estructura del mundo social: terística fundamental del mundo social aparece mediante la asig-
1) la inexistencia de entidades colectivas, por lo menos en sentido nación de funciones, cuando vamos más allá de las características
fuerte, como si preexistieran a las prácticas humanas que las con- “que existen independientemente de todos los estados mentales”8.
forman. El Estado, por ejemplo, no es algo dado de antemano, sino El mundo social se basa en hechos intrínsecos de la realidad; mas,
que se conforma mediante la unificación de una miríada de prácti-
cas de gobierno concretas que lo constituyen; 2) la necesidad de que 4
Searle, John, The Construction of Social Reality, New York, Free Press, 1995.
una ontología del mundo social parta de acciones singulares que, al 5
Searle, John, Creando el mundo social. La estructura de la civilización humana, México,
unirse con otras, conforman una lógica social, la cual difiere de la Paidós, 2014.
mera adición de intenciones subjetivas. El mundo social no equivale 6
Searle, John, Ibíd, p. 24.
a una suma de intencionalidades individuales, sino que su unión 7
Para un análisis detallado de la ontología realista searliana, cf. Searle, The Construction
crea lo que llamaremos la intencionalidad colectiva; 3) la forma bá- of..., capp. 7, 8 y 9.
8
Searle, John, Ibíd., p. 12.
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no obstante, no se reduce a ellos. Entonces, lo relevante para nuestro si es verdadero lo que se percibe. Asimismo, existen otro tipo de
tema comienza con la asignación de funciones que es constitutiva del actos intencionales, como los deseos o las órdenes, que tienen una
mundo social. Gracias a los amplios análisis de Husserl y Heideg- dirección de ajuste distinta; su objetivo no es decir cómo es el mun-
ger sabemos que la experiencia originaria del mundo no aparece do, sino transformar el mundo. Desear significa querer tener algo
a partir de objetivaciones teóricas. No experimentamos el entorno que no se posee; ordenar es hacer que alguien ejecute una acción
como si los objetos que nos rodean fueran elementos puramente fí- que hasta el momento no se ha realizado, etc. En ellos se trata de
sicos, átomos y moléculas; primeramente, hallamos útiles, objetos “que el mundo cambie para que coincida con el contenido del acto
prácticos. De manera inmediata, nos hallamos en horizontes signi- de habla”.12 Un último caso lo constituyen los actos que poseen am-
ficativos que le asignan valor práctico a los objetos. Así, el mundo bas direcciones, que Austin llamó actos performativos;13 se trata de
está revestido con una intencionalidad colectiva, determinante en “casos en los que se hace que algo sea verdad al decir explícitamente
cómo se experimenta en una primera instancia. Entonces, a pesar que algo es verdad”.14 Al prometer algo, por ejemplo, no existe una
de la preeminencia ontológica que puedan tener las cualidades in- emisión y, posteriormente, otro acto que haga cumplir tal emisión,
trínsecas de la naturaleza, el sentido práctico las reviste para incor- la emisión misma es la realización inmediata de la acción. Se tra-
porar nuevas capas de igual o mayor profundidad. A dicho sentido ta, en este caso, de declaraciones, y la realidad social se cimienta y
práctico Searle lo llama funciones, ellas “son asignadas desde fuera mantiene gracias a ellas. Ahora bien, diferentes actos intenciona-
por observadores y usuarios conscientes. Las funciones nunca son les poseen distintas direcciones de ajuste, por ello, crean diferentes
intrínsecas [...] son relativas al observador”.9 Posteriormente, Searle condiciones de satisfacción para su cumplimiento.
se referirá a dichas funciones como relativas a la intencionalidad.
2) No todos los actos intencionales se explican a cabalidad desde sí
Las funciones aparecen gracias a la asignación de un sentido subje-
mismos; por ejemplo, creer algo a veces no se agota solo en el hecho
tivo o intersubjetivo no preexistente a la institución.10 Tras especifi-
de creer. Por ejemplo, al haber una elección presidencial solemos
car el ámbito de estudio del mundo social, Searle ofrece un análisis
creer que un candidato es mejor para ocupar el puesto; no obstan-
de la intencionalidad,11 pues el mundo social no preexiste a los actos
te, tal hecho entraña más cosas: posiblemente que votaré por él, la
humanos; este se crea gracias a los imbricados actos anímicos de to-
existencia de una democracia mínimamente funcional, votar pre-
dos nosotros. Examinar tal tema nos llevaría lejos del propósito del
supone tener una credencial o un carné de identificación, etc. La
artículo, pero me gustaría rescatar algunos elementos que serán de
creencia implica actos que la trascienden; presupuestos sobre el
ayuda para explicar una ontología del mundo social.
funcionamiento y cómo debe actuarse en la realidad. Estos son hori-
1) Hay diversas direcciones de ajuste entre actos intencionales. La zontes de significación implícitos en la práctica y en la cotidianidad
percepción, por ejemplo, tiene una dirección de ajuste que va de la del mundo. A tales hechos refieren los conceptos de red y trasfondo
mente al mundo, en tanto que trata de decir cómo es el mundo. Pue- propuestos por Searle. El concepto de red consiste en un conjunto
do equivocarme sobre lo que percibo, pero el criterio último siem- de estados intencionales inconscientes implícitos en otro acto, pero
pre es el mundo. En tales casos existe la posibilidad de preguntarse pueden explicarse conscientemente por qué votaré por el candida-
to, por qué creo que existe una democracia funcional, etc. Mien-
tras que el trasfondo apunta a estructuras más hondas de la vida,
9
Searle, John, The Construction of..., p. 14.
a aquellas que no sabemos explicar. El trasfondo se relaciona con
10
Searle, John, Creando el mundo, pp. 37 y 71.
11
Entendiendo este término como concepto técnico, derivado de la psicología descriptiva
de Brentano y de la fenomenología husserliana. Para Searle “intencionalidad es el
sofisticado término empleado por los filósofos para nombrar la capacidad de la
12
Searle, John, Creando el mundo..., pp. 50-52.
mente por la cual ella se dirige hacia, o sobre objetos y estados de cosas en el mundo, 13
Austin, John L., Cómo hacer cosas con palabras. Palabras y Acciones, Barcelona, Paidós,
típicamente independientes de ella”; Ibíd., p. 47. Para un análisis detallado, cf. Searle, 2018.
John, Intencionalidad. Un ensayo en la filosofía de la mente, Madrid, Tecnos, 1992 y
Searle, John, Creando el mundo social..., cap. 2. 14
Searle, John, Ibíd., p. 31.
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el habitus, con esquemas de percepción, conjuntos de habilidades, del yo.16 Sin embargo, ello no equivale a admitir la existencia de
disposiciones que dotan al mundo de un sentido particular y que objetos supraindividuales como si fuesen entes en sí; los entes abs-
no estan disponibles para que todos las expliquen a cabalidad. Por tractos son fruto de actos intencionales e institucionales, aunque su
ejemplo, solemos asumir que la democracia es el mejor sistema de referente último son las acciones individuales que se realizan en
gobierno, aunque pocos sabrían explicar por qué. Las reglas implí- conjunto con las de los otros individuos.17
citas que hacen del mundo nuestro mundo conforman el trasfondo,
Otra característica más de la intencionalidad colectiva es apoyarse
que apunta a la creación de taxonomías perceptivas, conjuntos de
en la cooperación entre individuos para alcanzar algún fin. Para
valores asumidos socialmente, etc. En el trasfondo es donde se ins-
lograrlo no hace falta que todos estén enterados de las acciones efec-
criben los problemas de la legitimidad de estructuras sociales y los
tuadas por los demás para obtener dicho objetivo, pero sí, por lo me-
fenómenos de unificación social.
nos, que se esté persiguiendo en conjunto la misma meta. Por ejem-
3) La acción previa y la intención en acción son diferentes. La inten- plo, al tocar una sinfonía, cada sección de la orquesta debe ejecutar
ción previa son los planes, lo que anhelamos realizar. La intención pasajes correspondientes a su instrumento, pero la intencionalidad
en acción es la efectuación misma del acto. Todas las acciones, para colectiva no entraña que cada uno de los músicos deba saber qué ha-
ser cumplidas, requieren de las intenciones en acción, mientras cen los demás al realizar el acto. La intencionalidad colectiva es una
que no todas manan de una acción previa, porque no planeamos cooperación compleja, posee reglas propias, aunque la más básica es
todo lo que hacemos; existe libertad y espontaneidad en nuestras tener una meta compartida a realizar. Si dos o más músicos tocan al
acciones: “Ontológicamente hablando, una intención previa [...] es unísono un pasaje sinfónico, no por ese mero hecho están tocando
un estado en la mente; mientras que una intención-en-acción es un una sinfonía; cooperar requiere un acuerdo mutuo para alcanzar
evento real”.15 Asimismo, debe considerarse la compleja estructura cierto fin y que cada individuo presuponga que los todos demás es-
de las intenciones en acción; por ejemplo, votar requiere de muchas tán cooperando con él para lograrlo.18
intenciones en acción (marcar la papeleta, ir a la casilla, obtener
5) También es relevante que el mundo social no concluye con la in-
la credencial, etc.). Eso permite distinguir las acciones básicas, que
tencionalidad colectiva. Debe distinguirse entre intencionalidad
son acciones iniciales y no requieren como medio otra más. Votar
colectiva, cooperación y reconocimiento social. La intencionalidad
demanda muchas acciones, pero en sentido estricto inicia cuando
colectiva es esencial para la conformación del reconocimiento en
se marca la papeleta, no existe una acción más básica para votar.
el mundo social, aunque no poseen una extensión equivalente. El
Una acción básica depende del trasfondo del que partimos y de las
mundo social ostenta estructuras de acción implícitas bajo las cua-
habilidades de quien ejecuta la acción.
les conformamos nuestras vidas (comportamientos, valores, creen-
4) Las formas básicas de intencionalidad colectiva se relacionan con cias, etc.), todas ellas basadas en el reconocimiento y la legitimidad
acciones planeadas. Es necesario ponerse de acuerdo con otros para
efectuar una meta; por lo cual se necesita el concepto de acciones 16
Searle, John, Ibíd., p. 75.
previas, pues, mientras que la intencionalidad individual suele ser
17
Searle, John, The Construction of..., p. 25. Aclarar esto es más sencillo en cuestiones
espontánea, la colectiva se asienta en acciones calculadas y en su histórico-políticas, porque allí se evidencia con mayor nitidez que las acciones sociales
ejecución. Ahora, la intencionalidad colectiva posee características no se reducen a la suma de las acciones individuales. Sobre esto, por ejemplo, comenta
Dipesh Chakrabarty: “Los miembros de una «multitud» en ocasiones participan en una
no reductibles a la sumatoria de actos de la intencionalidad indi- acción multitudinaria porque el hecho mismo de estar con otros en la realización sirve
vidual. La intencionalidad social no se reduce a la intencionalidad para autorizar o permitir la acción. Las colectividades tienen modos de referirse a sí
mismas”; Chakrabarty, Dipesh, “La historia subalterna como pensamiento político”
en Sandro Mezzadra (comp.), Estudios Postcoloniales. Ensayos fundamentales, Madrid,
Traficantes de Sueños, 2008, pp. 160-163; otro autor que aborda este interesante tema
es Paolo Virno, en Gramática de la multitud. Para un análisis de las formas de vida
contemporáneas, Madrid, Traficantes de Sueños, 2003.
15
Searle, John, Creando el mundo..., p. 58. 18
Searle, John, Creando el mundo..., p. 84.
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social, aunque no dependen de actos de cooperación intencional- A su vez, los hechos institucionales se configuran a partir de una
mente explícitos. Nuestro trasfondo cultural se crea y reproduce por distinción clave entre reglas constitutivas y regulativas.
medios que suelen pasar desapercibidos. Por ejemplo, la validez de
En este sentido, lo primero que debe aclararse es el concepto de
instituciones económicas básicas y naturalizadas como el dinero
función de estatus; de este concepto depende la teoría searliana. Para
no derivan de nuestra cooperación explícita consciente, sino de un
comprender qué son las funciones de estatus es necesario saber qué
acuerdo implícito que condiciona modos de ser, obrar y recortar la
es una función en general. Este concepto refiere al hecho de que los
realidad. Así, no existe coincidencia plena entre la intencionalidad
seres humanos, y algunos otros animales, son capaces de imponer
colectiva y el reconocimiento social, ya que este conlleva acuerdos
nuevas características a los objetos, características que no estaban
tácitos, horizontes de sentido, disposiciones, estructuras, ordena-
en ellos.20 Una vara en las manos de un gorila puede convertirse en
mientos y habitus.
una herramienta, el papel en nuestra cartera cuenta como dinero.
6) Un último punto relevante vinculado con la intencionalidad es la Tales características crean un nuevo tipo de hechos: los fenóme-
presuposición de la libertad. Sin libre arbitrio no se forja la vida in- nos sociales. Si alguien impone una función con cierto propósito,
tencional, tampoco es concebible el mundo social, ya que los hechos usando la función agentiva, como la denomina Searle, requiere que
institucionales se asientan en el presupuesto de la existencia de la dicha función sea aceptada, reconocida por los demás. No existe
libertad. El mundo social crea obligaciones, es decir, motivos para la asignación de una función sin acuerdos colectivos. Ahora bien,
la acción independientes del deseo. Estar dentro de un horizonte cul- lo que distingue a las funciones atribuidas por seres humanos de
tural significa asumir implícitamente marcos de acción, deseos, va- aquellas de los animales es que las humanas incluyen, tácitamente,
lores, etc., aunque no todos ellos son algo que deseamos. Dar cuenta elementos normativos derivados de los usos lingüísticos;21 implican
de todo ello supondría explicitar una teoría sobre la agencia y los aspectos deontológicos no atribuibles a acciones animales. Cuando
hechos institucionales sumamente compleja que no podemos expo- existe una deontología implícita tenemos verdaderamente funciones
ner aquí. Nos limitamos, por lo pronto, a destacar el vínculo entre la de estatus, pues el reconocimiento social se norma a partir de la con-
libertad, los hechos institucionales y el reconocimiento de motivos figuración de instituciones. Por eso, Searle define así las funciones
para la acción no dependientes del deseo.19 de estatus:
Voy a definir una función de estatus como una función que se
ejecuta por un(os) objeto(s), persona(s) u otra(s) clase(s) de enti-
Estos puntos vinculados con la intencionalidad son elementos ne-
dad(es), y que sólo puede(n) ser ejecutada(s) en virtud del hecho
cesarios para alcanzar una teoría mínima sobre el mundo social. La de que la comunidad en la cual se realiza le asigna cierto estatus
teoría searliana de la construcción del mundo social comienza con al objeto, la persona o la entidad en cuestión, y la función se eje-
la asignación de funciones de estatus. La asignación de funciones de cuta en virtud de la aceptación o el reconocimiento colectivo del
estatus se acompaña con la creación de poderes deónticos, poderes objeto, la persona o entidad como poseedor del estatus.22
positivos (permiso para hacer algo) o negativos (prohibición para
hacer algo). Un policía puede, por ejemplo, portar un arma, aunque
tiene prohibido usarla en todos los casos, únicamente puede hacer- El concepto de funciones de estatus es relevante para estudiar
lo en condiciones extremas. Una misma asignación de función (ser temas sociales, como la violencia. Si, por ejemplo, hablamos de ra-
policía) conlleva al menos esos dos poderes deónticos. Asignar fun- cismo, significa que existe una estructuración social en la cual a
ciones de estatus descansa en la creación de hechos institucionales.
20
Cf. Searle, John, The construction of..., p. 14.
21
Véase Searle, John, Creando el mundo..., p. 136.
19
Para una exposición detallada del tema cf., Searle, John, Rationality in Action,
Cambridge, The MIT Press, 2001 y Searle, Creando el mundo..., cap. 6. 22
Searle, John, ibíd., p. 135.
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ciertos grupos de personas se les asigna una función de estatus es- donde se le reconozca como tal; un billete antiguo y fuera de circula-
pecífica que los jerarquiza; en virtud de la aceptación y el recono- ción deja de valer, no por su buen o mal estado de conservación, sino
cimiento de tales funciones, existen personas “mejores y peores” a porque el acuerdo común en que se basaba fue sustituido por otro
partir del color de piel, que funciona así como criterio para la atri- pacto social. En la teoría de Searle, la estructura lógica de las reglas
bución a tales grupos incluso de virtudes morales. Entonces, un aná- constitutivas poseería la siguiente forma:
lisis del racismo debe iniciar por establecer cómo se configuró tal
“X cuenta como Y en el Contexto C”.
función de estatus específica, cuáles son las prácticas concretas que
la reproducen, cuáles son los habitus creados por tal jerarquía, sus
bases para seguir siendo reconocida, etc. La investigación consiste
en aclarar el concepto de funciones de estatus, cómo se ha dado esa Alguien cuenta, tiene la característica de ser algo, tiene una fun-
asignación de poderes deónticos (positivos y negativos) sobre perso- ción específica en un contexto particular. En una teoría del mundo
nas, pues en tal asignación arbitraria de funciones se halla implícita social, toda asignación de roles, la creación de jerarquías, de clases,
la violencia social. Volveremos a ello, aunque aquí deben recordar- de grupos sociales, etc., pasaría a tener esta forma. Las “profesio-
se tres aspectos esenciales de las funciones de estatus: 1) se basan nes”, “razas”, las “clases”, etc., serían funciones de estatus específi-
en la imposición arbitraria de poderes sobre personas o cosas; 2) esa cas basadas en esta lógica de la formación social. Ninguna sería una
asignación reposa en la aceptación o en el reconocimiento colectivo característica inherente a los grupos de personas, sino creaciones
y 3) dicha asignación implica elementos normativos.23 sociales basadas en el reconocimiento. Estas consideraciones del fi-
lósofo estadounidense han generado algunas objeciones, pues hay
Tras explicar el concepto de funciones de estatus debe aclararse veces que el objeto X no preexiste al acto constitutivo; sucede con
cómo se crean tales funciones, para ello Searle emplea una nueva entidades abstractas como el dinero electrónico o las corporaciones:
distinción entre reglas regulativas y reglas constitutivas. Las reglas en tales casos la existencia de los objetos se instaura en la ejecución
regulativas disciplinan “actividades que existían previamente”;24 misma de los actos;26 sin embargo, lo importante es que el mundo
por ejemplo, en muchas sociedades los coches circulan por el ca- social y los hechos institucionales se fundan en actos performati-
rril derecho, pero el hecho de conducir fue previo a la existencia de vos, en declaraciones, como las define Searle. Ellas crean institu-
esa regla. El aumento en la posesión de autos por particulares hizo ciones sociales. Los actos performativos producen la denominada
necesaria la regulación, mas conducir no se liga inherentemente a “magia social”. Gracias a las instituciones sociales concedemos fun-
circular por el carril derecho. Por lo cual, las reglas regulativas no ciones de estatus a personas y cosas, pero ello es imposible sin el
condicionan la existencia del hecho, sino cómo se realiza. En cam- reconocimiento social, pues “a menos que los hechos institucionales
bio, las reglas constitutivas “no regulan meramente, sino crean la sean colectivamente reconocidos o aceptados y que los participan-
propia posibilidad de existencia de ciertas actividades”.25 Las reglas tes entiendan la deontología que conllevan las funciones de esta-
de los juegos no regulan los juegos, los crean. En este caso, seguir tus, los hechos institucionales no se encuadran con la racionalidad
la regla es esencial. Lo mismo sucede con los hechos instituciona- humana y no proporcionarán razones para la acción”.27 Existe una
les, pues las instituciones sociales no poseen un sentido previo a su correlación entre funciones de estatus, poderes deónticos y recono-
conformación. No tienen reconocimiento intersubjetivo hasta que cimiento; los mismo van de la mano y son mutuamente necesarios.
se constituyen y legitiman socialmente. Por ejemplo, un billete úni- Asimismo, debe aclararse que el reconocimiento no equivale a la
camente cuenta como dinero dentro de un horizonte significativo
26
Una interesante discusión con Searle sobre la existencia de las entidades abstractas de
23
Cf. Searle, John, Creando el mundo..., pp. 135-136 y The Construction..., p. 27. este tipo puede verse en Smith, Barry, “John Searle: From speech acts to social reality”
en Smith, Barry, (ed.), John Searle, Cambridge, Cambridge University Press, 2003, pp.
24
Ibídem. 1-33.
25
Ibídem. 27
Searle, John, Creando el mundo..., p. 145.
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aceptación. Vivimos en sociedades donde existe una pluralidad de fuerza bruta para la cohesión social. De hecho, inclusive la
valores, instituciones y horizontes culturales que no comprende- coerción y la fuerza bruta también se basan en el reconoci-
mos, no conocemos y no aceptamos; los cuales, aun careciendo de la miento de algunas funciones de estatus mínimas, pues, por
ejemplo, el empleo de la fuerza bruta implica alguien que la
aceptación individual, son reconocidos socialmente. Esto significa ejerza o la dirija. En manifestaciones, linchamientos, etc.,
que poseen la fuerza performativa necesaria para establecer modos donde hay un uso explícito de la fuerza bruta, siempre hay
de acción o para instalar formas de representación del mundo. Esto alguien que la inicia; allí es donde implícitamente se mani-
puede ejemplificarse con los problemas actuales más acuciantes de fiestan las jerarquías sociales, es decir, poderes deónticos di-
violencia simbólica como el machismo, el racismo, etc., que, aunque ferenciados, etc. Esto permite reconocer que la cohesión so-
cial es resultado de procesos de reconocimiento social y que
son cada vez menos aceptados, siguen teniendo amplio reconoci-
ella permite la creación de una hegemonía.29
miento social. Lo cual significa que, a pesar de los esfuerzos de mo-
vimientos sociales, se siguen perpetuando funciones de estatus de 4) Este último punto debe incluir una adenda importante: la
cada una de estas estructuras sociales. Con ello se hace patente que violencia dentro del mundo social no inicia ni se agota en la
la aceptación individual o de ciertos grupos de personas no equivale coerción. Existe una estratificación de la violencia. Este sería
al reconocimiento social. El reconocimiento juega en un nivel dis- uno de los aspectos notables de una teoría del mundo social:
tinto, que llamamos trasfondo, que es un horizonte articulador de explicar que la violencia no comienza con la coerción o me-
diante el uso explícito de la violencia por parte de ciertos gru-
la comprensión y representación del mundo, mientras que, por su pos humanos, sino en la atribución de funciones de estatus
parte, la aceptación es un fenómeno intencional relacionado con la que inferiorizan a grupos de personas.
actividad y asunciones reflexivas de los sujetos.
5) Las estructuras sociales y funciones de estatus requieren co-
Si bien es difícil resumir la propuesta searliana de la creación
dificación, hacerse explícitas, configurarse en sistemas de
institucional, quisiera presentar sus rasgos principales: reglas y normas sociales; lo cual les brinda independencia y
contribuye a la conformación de una lógica social autónoma,
1) La estructura de las reglas constitutivas puede reiterarse
que va más allá de los actores sociales de un momento histó-
múltiples veces en un mismo objeto o persona. Una persona
rico concreto.30
posee diversas características sociales al mismo tiempo; bien
puede ser politólogo, ciudadano, presidente, padre de fami-
lia, divorciado, etc. Es decir, la estructura lógica de X cuen- 6) Las instituciones sociales conforman razones para la acción
ta como Y en el contexto C, no posee restricción inmediata desvinculadas del deseo. Así ellas proporcionan motivos de
a cuántas funciones puede cumplir una persona o un objeto acción no relacionados con ventajas personales o deseos in-
en una circunstancia concreta. De hecho, así se conforma la mediatos. Por ejemplo, ser profesor universitario encarna la
profundidad de la lógica social.28 obligación de dictar cátedra; quiérase o no, se reconoce como
obligación institucional; a la par, cumplir con conferencias
programadas, escribir artículos académicos, etc. Es decir, las
2) Las estructuras sociales y funciones de estatus iteradas no
instituciones sociales crean una lógica social basada en obli-
existen momentáneamente, su establecimiento permanente
gaciones, desvinculada, autonomizada parcialmente, de los
requiere de iteración constante. Iteración de las comunida-
deseos. Ello posibilita la profundidad social.31
des sociales por largos periodos de tiempo, fenómeno al que
llamaremos reconocimiento.
7) Las funciones de estatus crean poderes deónticos (derechos
y obligaciones); aspectos que regulan las relaciones inter-
3) La institucionalidad humana se asienta en el supuesto de que
un sistema de derechos reconocido intersubjetivamente (con
obligaciones, derechos y responsabilidades) es mejor que la
29
Searle, John, ibíd., p. 91.
30
Searle, John, ibíd., pp. 87-90.
28
Searle, John, The construction of..., pp. 80 y 83. 31
Searle, John, Creando el mundo..., cap. 6.
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personales. Esas funciones son convenciones sociales, im- Como hemos visto, la teoría de Searle ofrece un vasto panorama,
plican que el poder social no proviene de otro lugar sino aunque también deja ciertos aspectos en los que debe profundizar-
de acuerdos entre los participantes de la comunidad políti- se. Especialmente, debemos analizar con mayor exhaustividad tres
ca. Esta cuestión se complica porque no todos los acuerdos
dependen de decisiones actuales. Las funciones de estatus temas fundamentales: 1) el reconocimiento social; 2) cómo se repro-
pueden provenir de acuerdos previos; algunos que no tene- duce el poder social a partir de la conformación de habitus; cómo es-
mos idea de cómo se consintieron y cuya legitimidad se an- tos se incorporan en la vida de las personas y su vínculo con una teo-
cla en la tradición impersonal. Es importante subrayar que ría de la dominación; 3) cómo se consolidan los habitus en prácticas
la legitimidad social reposa en tales convenciones sociales, de gobierno. Es decir, cómo se autonomiza gubernamentalmente la
cuando trasmutan, la legitimidad actual decae y permite
hegemonía social al crear lógicas, políticas públicas, instituciones,
conformar otro espacio de legitimación social. El mundo
social, por tanto, se funda en la creación y transformación sistemas, etc., ya que ellos refuerzan los poderes deónticos creados
de funciones de estatus, en la creación interminable de su desde una lógica del reconocimiento y al mismo tiempo cobran ma-
propia lógica.32 yor profundidad dada su burocratización. Debido a las restricciones
de espacio, nos centraremos en los primeros dos puntos, aunque sa-
8) Por último, habría que enfatizar los principios sobre el poder biendo que debe hacerse un análisis pormenorizado de la institu-
desarrollados por Searle: a) poder significa que alguien inten- cionalidad macro del mundo social.35
cionalmente sea capaz de hacer que otra persona haga lo que
desea. Sin intencionalidad33 no existe el ejercicio del poder;
esto es la restricción de intencionalidad; b) para discutir satis-
factoriamente sobre el poder debemos ser capaces de decir 3. Profundizando en el concepto de reconocimiento social
quién ejecuta el poder: restricción de exactitud; c) la amenaza
puede funcionar, a veces, como el ejercicio del poder.34 Una idea fundamental en la teoría searliana del mundo social es
que las funciones de estatus, las instituciones sociales y los poderes
9) Searle no lo afirma claramente, pero su teoría permite decir deónticos se asientan en el reconocimiento. Sin embargo, no expli-
que, dada la configuración del mundo social, no hay forma ca con detalle cómo se obtiene dicho reconocimiento, ni tampoco
de que exista una igualdad absoluta en el campo social, las
sus implicaciones para una teoría social, en especial para aquellos
funciones de estatus no pueden ser equivalentes entre todos.
Por principio, las personas no gozan de poderes deónticos grupos sociales excluidos sistemáticamente. En este sentido, solo
iguales. La igualdad, por tanto, debe pensarse desde campos podríamos asumir la tesis searliana sobre la cuantía del reconoci-
como el derecho, la ética, desde campos donde la igualdad es miento para configurar el orden social si ahondamos en las implica-
un aspecto necesario, aunque formal. La igualdad absoluta ciones de tal categoría. Para realizar tal tarea, tomaremos algunos
sería una mera fantasía social. Entonces, el proyecto de Sear- aspectos de la teoría de Axel Honneth, con el objetivo de mostrar
le sería mostrar que la creación del mundo social acontece
cómo podría profundizarse la teoría de Searle. La intención aquí no
gracias a la institución de un sistema diferencial de poderes
deónticos, donde a cada persona se le asignan funciones de es explicar a cabalidad la teoría del filósofo alemán, sino brindar
estatus, sustentadas en el reconocimiento social y, a partir de distinciones necesarias para profundizar en la categoría de recono-
ello, se crea una red intencional que con el paso del tiempo cimiento y del mundo social.
instaura el trasfondo.
Un primer aspecto notable de la teoría de Honneth consiste en
vincular el reconocimiento social con su carácter constitutivo para
la identidad personal, estableciendo una estrecha ligadura entre es-
32
Searle, John, The Construction of..., p. 108.
33
El sentido de intencionalidad empleado aquí se relaciona con el hecho de tener una
intención, el deseo de, y no con la forma general de la intencionalidad anteriormente
explicada. 35
Nos referimos a la cuestión de la gubernamentalidad en sentido foucaultiano. Cf.
34
Cf. Searle, John, Creando el mundo..., pp. 206-208. Foucault, Michel, Seguridad, territorio, población, México, FCE, 2014, p. 136.
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tructuras sociales y subjetividad.36 El reconocimiento no es solo un y, asimismo, ella podría verse afectada si los mecanismos de recono-
elemento para la conformación de poderes deónticos o institucio- cimiento social no se cumplieran como deben. En este sentido, au-
nes, también lo es para la constitución de la subjetividad, porque “la tonomía personal y perfeccionamiento moral son temas implícitos
reproducción de la vida social se cumple bajo el imperativo de un en el reconocimiento, ignorados por la teoría de Searle. Habrá que
reconocimiento recíproco [...] los sujetos sólo pueden acceder a una ahondar en una teoría de la subjetividad y su vínculo con el reco-
autorrelación práctica si aprenden a concebirse a partir de la pers- nocimiento, pues, a diferencia de la postura de Searle, para Honne-
pectiva normativa de sus compañeros de interacción”.37 Es decir, el th la subjetividad no es algo estático, sino un desarrollo constante
mundo social impone funciones de estatus y sobre ellas se basan en vistas a su autonomía, la cual se logra gracias a las experiencias
roles asumidos que posibilitan el desarrollo de nuestra individuali- afirmativas de reconocimiento o, en su defecto, a experiencias ne-
dad en tanto que somos reconocidos por, o excluidos de, tal sistema gativas del desprecio social. De tal modo, desarrollo moral y recono-
social. En tales funciones de estatus están implícitos criterios nor- cimiento juegan un papel fundamental para Honneth, mientras que
mativos que reflejan una gramática moral introyectada en la vida no están explicitados en la teoría searliana.39
de los individuos. Entonces, el reconocimiento no debe verse única-
En segundo lugar, Honneth también ahonda en temas no proyec-
mente como parte de la creación de funciones de estatus formales,
tados por la teoría de Searle. Por ejemplo, ¿cómo se distingue una
sino que también es la base constitutiva de la subjetividad mediante
asignación positiva, junto con sus respectivos poderes deónticos, de
la creación y distribución de roles sociales. Los seres humanos, para
una negativa? Ser un ciudadano o un inmigrante son asignaciones
realizarse, estimarse y ganar respeto, requieren del reconocimien-
de funciones de estatus; sin embargo, la forma en que estas se vin-
to social. Este hecho es el que permite que Honneth plantee que el
culan con los derechos varía enormemente. No alcanza con que se
desarrollo individual y moral se vincula con procesos de reconoci-
afirme la diferenciación de funciones de estatus, sino que se requie-
miento y menosprecio. En La lucha por el reconocimiento el filóso-
re explicar cómo afectan al sujeto, pues despliegan diversas posibi-
fo, siguiendo en esto a Hegel, expone una teoría del conflicto social
lidades morales a partir de ellas.40 La cuestión de fondo concierne
guiada por el reconocimiento, que se despliega en tres dimensiones
al tipo de función cumplida por el reconocimiento social, así como
diferenciadas: amor, derecho y solidaridad.38 Distinguir entre dis-
al vínculo que mantiene con la ideología. La intención de Honneth
tintos ámbitos de reconocimiento le sirve para enfatizar la plura-
es luchar contra las posiciones teóricas que bosquejan al reconoci-
lidad implícita en tal fenómeno y su función en el desarrollo de la
miento social como mera reproducción de la lógica y hegemonía del
autonomía personal; le sirve, además, para asentar los desarrollos
poder vigente. Sobre este punto, Honneth evoca el artículo de Al-
psicológicos y morales que las personas tienen gracias a él. En cada
thusser, Ideología y aparatos ideológicos del Estado y nos recuerda
espacio de reconocimiento se crean diversas funciones de estatus y
cómo funciona la ideología según la perspectiva althusseriana: su
roles sociales, que están basados en criterios diferenciados. No son
objetivo es el de subjetivar a los individuos, es decir, “someterlos a
equivalentes los roles basados en el amor y en las relaciones prima-
un sistema de reglas y atribuciones sociales que les otorga identidad
rias con la familia, al rol relacionado con las personas como contri-
social”.41 Partiendo de una perspectiva como esta, el reconocimiento
buyentes de la sociedad con su trabajo o al rol como ciudadano. La
pierde toda función positiva, pues únicamente enfatiza la confor-
autonomía personal gana profundidad en cada uno de estos ámbitos
mación de una identidad personal basada en la asignación arbitra-
36
Véase, por ejemplo, Honneth, Axel, “Conciencia moral y dominio social de clases”, en La
sociedad del desprecio, Madrid, Trotta, 2011 y Basure, Mauro, “Reificación y crítica de 39
Para profundizar en el tema, véase la entrevista “Reconocimiento y criterios
las patologías sociales en el marco del proyecto de Axel Honneth” en Enrahonar, Nº 46, normativos. Entrevista a Axel Honneth”, hecha por Gustavo Pereira y publicada en
2011, pp. 75-91. Andamios. Revista de Investigación Social, vol. 7, Nº 13, mayo-agosto 2010, pp. 323-334.
37
Honneth, Axel, La lucha por el reconocimiento. Para una gramática moral de los conflictos 40
Véase Honneth, Axel, “El reconocimiento como ideología” en Isegoría, Nº 35, jul-dic.
sociales, Barcelona, Crítica, 1997, p. 114. 2006, p. 130.
38
Honneth, Axel, op. cit., pp. 114-159. 41
Honneth, Axel, ibídem.
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ria de funciones de estatus y en la reproducción incesante de las estima de sí y del respeto. Y, cuando el reconocimiento se institu-
mismas a partir de los mecanismos exteriorizados del poder que las cionaliza, inicia la instauración de una compleja lógica impersonal
perpetúan; en tal perspectiva, el reconocimiento únicamente sirve dentro del mundo social.45
para reproducir la hegemonía social. Frente a esto, Honneth insiste
En tercer lugar, tras haber apuntado los aspectos positivos del re-
en que el reconocimiento siempre posee ciertos aspectos positivos.42
conocimiento, también deben determinarse las formas ideológicas
A partir de esta última afirmación se abre la posibilidad de esbo-
de este, porque la cara oculta del reconocimiento son las formas de
zar una distinción entre formas ideológicas y legítimas de recono-
menosprecio: la negación sistemática de la posibilidad de reconoci-
cimiento y de ello se desprende tanto el desarrollo de la autonomía
miento a grupos de personas, su invisibilización:46 “en muchos testi-
como el de la moralidad.
monios de la historia cultural son conocidos los ejemplos de situa-
En El reconocimiento como ideología, Honneth bosqueja un con- ciones en las que los dominantes expresan su superioridad social
cepto más amplio de reconocimiento, que define del siguiente modo: frente a los subordinados aparentando que no los perciben”.47 El me-
“el reconocimiento debe ser concebido como género de diferentes nosprecio sería la contracara del reconocimiento, ambos establecen
formas de actitud práctica en la que cada vez refleja el objetivo pri- el juego performativo donde se instituye la jerarquización social y se
mario de una determinada afirmación del que está enfrente [...] le- otorgan beneficios a algunos y perjuicios a otros, funciones negati-
jos de representar una mera ideología [...] configura las condiciones vas por el hecho de no “cumplir” con expectativas hegemónicas. La
previas intersubjetivas de la capacidad de realizar autónomamente invisibilización social conlleva varios grados de vulnerabilidad y
los objetivos vitales”.43 De tal forma, el reconocimiento se vincula humillación; aspecto igualmente esencial que escapa a los análisis
con el establecimiento de funciones de estatus asignadas a perso- de Searle. En el mundo social, el reconocimiento siempre crea gru-
nas; mas siempre unido a aspectos valorativos y normativos a partir pos excluidos. Cada conformación de un orden social, de jerarquías,
de los cuales se confiere valor a nuestras acciones y nuestra vida, crea una serie de funciones de estatus que conllevan asignaciones
pues “con cada valor que confirmamos mediante el reconocimiento positivas y negativas. Este tema es algo implícito, pero no desarro-
crece la posibilidad para los seres humanos de identificarse con sus llado, en la obra de Searle y cobra suma relevancia al tratar temas
capacidades y alcanzar [...] una mayor autonomía”.44 Así, el recono- como la violencia y la discriminación; por ello mismo, hace falta
cimiento no se agota en la mera reproducción del poder; es parte profundizar más en ello, para lo cual los análisis de Honneth cobran
fundamental del mundo social y del desarrollo moral y normativo, mayor relevancia. Ahora bien, el punto esencial de Honneth es que,
pero también del cuestionamiento del poder, ya que es la base de la al igual que el reconocimiento, el menosprecio es un proceso, en
institucionalidad social y no un mero aspecto negativo. Por ende, este caso un proceso de deformación, donde se generan jerarquías
lo que Honneth enfatiza es que el reconocimiento no concluye en sociales que nos incapacitan para reconocer el valor de personas
la asunción acrítica de funciones sociales; él permite desplegar po- con ideas diferentes a las nuestras. Ellas son causa de la distorsión
tencialidades humanas debido al desarrollo de la autonomía, de la de la estructura del reconocimiento social, que Honneth divide en
tres partes: el afecto emocional, el reconocimiento jurídico y la apre-
ciación social.48
42
“Su concepto de reconocimiento [de Althusser] es de tal manera unidimensional que
no tolera distinciones entre ‘correcto’ y ‘falso’, entre ‘justificado’ e ‘ideológico’; antes
bien para él toda forma de reconocimiento debe poseer el carácter de ideología, porque
a través de la sola exhortación o ‘interpelación’ de los destinatarios es impuesta 45
Un análisis más completo sobre este tema se encuentra en el libro El derecho a la libertad
constantemente una unidad imaginaria, que por sí mismos en tanto individuos no de Honneth, pero su exposición excede los objetivos de este artículo.
deberían poseer. Frente a esto, el intento de diferenciar entre formas de reconocimiento
ideológicas y adecuadas debe empezar con la determinación del significado positivo 46
Cf. Honneth, Axel, “Invisibilidad. Sobre la epistemología moral del «reconocimiento»”
del reconocimiento”; ibíd., p. 133. en La sociedad del desprecio, op. cit.
43
Honneth, Axel, ibíd., p. 135. 47
Honneth, Axel, ibíd., p. 166.
44
Honneth, Axel, ibíd., p. 138. 48
Cf. Honneth, Axel, “La dinámica social del desprecio”, en La sociedad del desprecio..., p. 141.
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Finalmente, un último aspecto a destacar de la teoría de Honneth La sociología de Bourdieu ofrece recursos analíticos sobre el
sería la paradójica función positiva del desprecio y de las formas ne- mundo social; entre ellos, enfatizo tres. En primer lugar, el mun-
gativas de reconocimiento. Pues a partir de los procesos de menos- do social no posee una representación unidimensional. No hay una
precio, distintos grupos de personas que son excluidos de lo público, infraestructura que “determine en última instancia” a todas las
mediante arduos procesos de autoconsciencia y del saberse parte de demás, sino que el mundo social se conforma por un conjunto de
un grupo excluido, generan luchas para establecer mecanismos que campos, cada uno de los cuales se define como la “esfera de la vida
permitan la autoafirmación de aquellos grupos. Así, el desprecio es, social que progresivamente se autonomiza a través de la historia
a la vez, fuente de conflictos y de transformaciones sociales; porque de las relaciones sociales, de la historia de lo que está en juego, con
“lo que motiva a los individuos o grupos sociales a cuestionar el or- recursos y ritmos temporales propios diferentes de aquellos de los
den social prevaleciente y a plantear una resistencia práctica es la otros campos”.51 En segundo lugar, la teoría de Bourdieu muestra
que la violencia y la dominación no operan de forma pareja en toda
convicción moral de que, con respecto a sus propias situaciones o
situación, sino que el poder se transforma al pasar de un campo a
particularidades, los principios de reconocimiento tenidos por legí-
otro. Así, se exige un análisis detallado sobre la violencia y la domi-
timos se aplican de manera incorrecta o inadecuada”.49 La lucha y
nación cimentado en características específicas del campo analiza-
transformación social brota en tanto que “los sujetos o grupos con-
do, que se halla circunscrito a condiciones histórico-sociales. Ello
sideran que no se les respeta”.50 Generalmente las luchas sociales no implica una mayor dificultad para ofrecer una teoría general sobre
provienen de grupos privilegiados, sino de las colectividades margi- tales problemas, pues siempre se revelan a partir de condiciones
nadas. Las mayores ganancias jurídicas y sociales se deben a quie- concretas. Su estudio debe basarse en prácticas específicas, no en
nes en algún momento de la historia fueron parte de los excluidos. idealizaciones conceptuales. En tercer lugar, Bourdieu delinea cómo
En concreto, la teoría de Honneth ayuda a explicar cómo y por qué se incorpora el poder en la vida de los individuos mediante el uso
el reconocimiento es parte esencial del mundo social, nos muestra del concepto de habitus, el cual ayuda a analizar la reproducción del
que la violencia descansa y opera a través de él en sus deformacio- poder social. Profundizaremos algunos aspectos de tales ideas para
nes. Por tanto, explicar los fenómenos de dominación y violencia sig- exponer caminos en los que podría ahondar la teoría de Searle.
nifica explicar cuáles son los mecanismos de reconocimiento implí- 1) Ante todo, la teoría de Bourdieu muestra la inexistencia de una
citos en las esferas sociales particulares y cómo se han deformado. estructura subyacente que dote de sentido a los demás ámbitos. Va-
rias teorías parten del supuesto contrario, es decir, parten de una
estructura fundamental y reducen los demás estratos del mundo a
Habitus, violencia simbólica y reproducción del poder las categorías de ese campo particular. Bourdieu, por su lado, insiste
en disímiles modalidades de la vida y en la imposibilidad de com-
Otro problema no abordado sistemáticamente por la teoría de Sear- prender el campo político, económico, artístico, educativo, cultural,
le es la explicación acerca de cómo se incorpora el poder a la vida de o cualquier otro a partir de los conceptos y teorías de otro campo.
las personas y cómo se reproduce. Para tratar dicho tema es necesa- Cada ámbito de la vida social (cada campo) funciona mediante re-
rio servirse de ideas, conceptos y teorías complementarios. En este glas especificas, basadas en el reconocimiento, pues es lo que genera
caso hacemos referencia al marco conceptual de Bourdieu, pues en legitimidad, pero no pueden trasladarse fácilmente a otros campos
él se abordan ciertos temas que solo son tocados de paso en Searle. sin afectar el objeto de estudio al que se dirigen.52
49
Sobre el téma véase Honneth, Axel, “Redistribución como reconocimiento. Respuesta 51
Corcuff, Philippe, “Pierre Bourdieu (1930-2002) leído de otra manera. Crítica social
a Nancy Fraser” en N. Fraser y Axel Honneth, ¿Redistribución o reconocimiento? Un post-marxista y el problema de la singularidad individual” en Sociología, Año 4, num.
debate político-filosófico, Madrid, Morata, 2006, pp. 124-25. 7, septiembre 2009, p. 15.
50
Honneth, Axel, ibíd., p. 125. 52
Sobre el tema véase por ejemplo Bourdieu, Pierre, “Las formas del capital. Capital
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Entonces, el mundo social se abre a múltiples aproximaciones. monía social se basa en el reconocimiento, pero al mismo tiempo
Aquí podríamos ver cómo las teorías expuestas, aunque no compa- que aquella se vincula a dispositivos de violencia no coercitiva. Si
ginan en todo, sí cobran cierta continuidad en relación a los temas alguien no cumple con las expectativas de algún campo social no
analizados, pues mientras que la teoría searliana ayuda a obtener se le excluye de forma explícita, sino con mecanismos amortizados
claridad sobre la construcción del mundo social y la creación de de menosprecio e invisibilización social. Eso quiere decir que la
funciones de estatus, Honneth proporciona una teoría del recono- violencia y la dominación no poseen mecanismos unitarios. Ahora
cimiento que permite ponderar la interacción entre diversos modos bien, a pesar de que no es correcto homogeneizar la violencia, sí
de reconocimiento, aunque lo particulariza en tres grandes instan- debería hacerse una distinción teórica entre la violencia coercitiva
cias. Por ello, se necesita una teoría que permita pensar con ma- (abierta) y la que emplea mecanismos sutiles; para ello Bourdieu se
yor profundidad la complejidad del mundo social, plantear que tal sirve del concepto de violencia simbólica.
vez no existen únicamente tres modos de reconocimiento, sino una
gran variedad, dependiendo del campo social al que nos refiramos. Una de las características de la violencia simbólica es el reconoci-
A partir de ellos habrá reglas, normas, instituciones, etc., legitima- miento de una jerarquía social, tanto por los dominados como por
das mediante el reconocimiento social, pero diferenciadas, cada los dominadores; es “esa violencia que arranca sumisiones que ni
una con su propia lógica y capaz de particularizar modos de vida. siquiera se perciben como tales apoyándose en unas «expectativas
Por otra parte, la teoría de Bourdieu ayuda a entrever que distintos colectivas», en creencias socialmente inculcadas”.54 De tal forma, la
campos sociales poseen diferente peso específico en cada momento violencia simbólica es violencia “amortiguada” basada en la natu-
histórico; alguna vez cobrará mayor relevancia el campo político, ralización, normalización y “eternización” de estructuras sociales
otras el económico, a veces el cultural, etc., pero lo importante es arbitrarias,55 que “opera disimulando (efecto de desconocimiento)
resaltar la pluralidad y la complejidad del mundo social transmiti- relaciones de fuerzas y legitimándolas (efecto de reconocimiento) en
da desde su teoría. En esencia, Bourdieu proyecta el mundo social relaciones de sentido en y por las prácticas con los otros”.56 Por ello,
como un complicado conjunto de campos, donde no se puede plan- el reconocimiento social, como esbozó Searle, sería fundamento de
tear la uniformidad del mundo social a priori, sino que se lo debe la cohesión; no obstante, el énfasis de Bourdieu se centra en apuntar
pensar en su concreción histórica y como un juego de poderes. Así se que la operatividad del mundo social se funda al legitimar modos
alcanza un concepto de globalidad, de totalidad, pero no se olvida la no coercitivos de violencia, al aceptar modos de vida mediante la le-
pluralidad, pues en el mundo social no existe una rigidez absoluta gitimación de funciones de estatus atribuidas socialmente, las cua-
ya que el mismo es un quehacer constante.53 les se internalizan mediante modos de pensar, hablar, comportarse,
2) La heterogeneidad de la violencia y la dominación se relacio- es decir, habitus.57 Esas relaciones sociales se introyectan como es-
na con el hecho de que cada campo, al crear sus reglas sociales de quemas y matrices de percepción que anteceden a la reflexión de los
operación, conforma jerarquías y expectativas sobre el comporta-
miento de las personas, es decir, crea un determinado reparto de 54
Bourdieu, Pierre, Razones prácticas. Sobre la teoría de la acción, Barcelona, Anagrama,
lo sensible. El reconocimiento social se concreta en la formación de 1997, p. 173.
jerarquías sociales, la estilización de modos de vida y su concreción 55
Cf. Bourdieu, Pierre, La dominación masculina, Barcelona, Anagrama, 2015, p. 12.
institucional. Es crucial explicar que la conformación de la hege- 56
Ralón de Walton, Graciela y Dukuen, Juan, “Los modos de dominación en la socio-
antropología de Bourdieu. Esbozo de una crítica” en Estudios de filosofía, Nº 47, Junio,
2013, pp. 9-33; aquí p. 21.
económico, capital cultural y capital social” en Ídem, Poder, derecho y clases sociales,
57
Es interesante la lectura hecha por Honneth sobre este punto de la teoría de Bourdieu,
Bilbao, Desclée, 2001. pues él cuestiona el modelo de lucha de clases, derivado del marxismo, subyacente a los
análisis de Bourdieu. Cf., Honneth, Axel, “The Fragmented World of Symbolic Forms:
53
Un artículo aclaratorio donde Bourdieu expone algunas ideas sobre el mundo social Reflections on Pierre Bourdieu’s Sociology of Culture” en Ídem, The Fragmented World
es “Espacio social y espacio simbólico” en Capital cultural, escuela y espacio social, of the Social, Albany, State University of New York Press, p. 191. Cf. también, Corcuff, op.
México, Siglo XXI, 2011. cit., p. 20 y ss.
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sujetos en tanto que conforman el espacio de lo posible, de lo pensa- Corcuff los define así: “el sistema de disposiciones duraderas adqui-
ble e imaginable, es decir, son modos de recortar la realidad social rido por un individuo en el curso de las diferentes fases de su socia-
provenientes de arreglos implícitos de reconocimiento.58 lización (familia, escuela, trabajo, etcétera)”.62
Asimismo, es primordial la afirmación de Bourdieu acerca de Bourdieu asevera que los habitus son “estructuras estructuradas,
que las estructuras de violencia simbólica varían entre tipos de so- predispuestas a funcionar como estructuras estructurantes”;63 es-
ciedades. Un ejemplo usado por él en El sentido práctico se centra tructuras subjetivas sometidas a su condicionamiento histórico y
en la diferencia entre sociedades precapitalistas y capitalistas:59 las al poder al que se hallan sometidas, por eso son estructuradas. Sin
últimas desarrollan instituciones “objetivas” capaces de regular la embargo, al mismo tiempo, son ellas las que condicionan los modos
vida de los sujetos de manera impersonal; por ello, las relaciones de ser, pensar y obrar de los individuos, estilizando a los sujetos de
entre las personas ya no se codifican por el trato directo, sino por acuerdo con las expectativas sociales; por ello, son también estruc-
mecanismos impersonales como el derecho, la burocratización, etc., turantes: son la “capacidad infinita de engendrar, con total libertad
lo cual lleva a crear nuevos ámbitos de violencia simbólica.60 De tal (controlada), unos productos – pensamientos, percepciones, expre-
manera, Bourdieu apunta dos aspectos importantes: el aspecto cons- siones, acciones – que siempre tienen como límite las condiciones
titutivo de la violencia simbólica en la sociedad y su variación en histórica y socialmente situadas de su producción, la libertad con-
momentos históricos concretos. Así, un análisis del mundo social dicionada”.64 Los habitus se manifiestan en una relación dialéctica
debe tener en cuenta no únicamente la jerarquización social, sino entre sujeción y libertad o como una libertad condicionada. Mas,
también el lado oculto, lo excluido por tales jerarquías y estudiar la junto con Ralón y Dukuen,65 diría que son estructuras abiertas, enfa-
forma concreta en la que se genera, aspectos que no están explícitos tizando la posibilidad que se encuentra inscrita en ellos, pues, a pe-
en la teoría searliana.61 sar de que los sujetos estén condicionados por su situación histórica,
pueden actuar con libertad dentro de ella y transformar relaciones
3) Un último punto que permite profundizar la teoría del mundo
de poder, jerarquías sociales. Los habitus, por tanto, son parte de la
social de Bourdieu es saber cómo se incorporan las estructuras de
explicación de la incorporación del poder a la vida concreta de las
poder en la vida de las personas. Las estructuras del mundo social,
personas y dan cuenta de cómo, en la incorporación subjetiva de los
como dijimos, producen jerarquías y deben de introyectarse en mo-
mecanismos de dominación, se entrevé la posibilidad de mutación
dos de ser y obrar. Para explicar esto, Bourdieu emplea el concepto
y de lucha social. El cambio social solo aparece mediante la propia
de habitus. El habitus es resultado de condicionamientos asociados
incorporación de las estructuras sociales de dominación, la trans-
a “circunstancias de existencia” particulares. Estas consisten en
formación se hace desde dentro.
disposiciones duraderas sobre modos de vida aceptados y expecta-
tivas sociales asumidas implícitamente, es decir, la estilización de Habría que explicar con mayor detalle cada una de las tesis de
nuestra personalidad a partir de patrones culturales hegemónicos. Bourdieu, aunque lo único que me proponía dejar claro con su teo-
En este sentido, los habitus son las estructuras condicionantes de ría era que el mundo social se edifica mediante el entrelazamiento
la vida subjetiva, aquellos que fijan la individuación de los sujetos. de campos sociales mínimamente autónomos, cada uno de los cua-
les crea su “propia lógica” y sus jerarquías. Las “clases”, los “grupos”
sociales de cada campo, no se definen por ser algo en sí mismos, sino
58
Cf. Bourdieu, Pierre, “La génesis de la mirada” en Ídem, El sentido social del gusto. Para
una sociología de la cultura, México, Siglo XXI, 2015.
59
Cf. Bourdieu, Pierre, El sentido práctico, México, Siglo XXI, 2009, p. 197.
60
Cf. Bourdieu, Pierre, ibíd., cap. 8.
62
Corcuff, Philippe, op. cit., p. 21.
61
Uno de los pocos lugares donde Searle desarrolla estos temas es el capítulo 7 de su
63
Bourdieu, Pierre, El sentido práctico..., p. 86.
libro Creando el mundo social, sin embargo, sus análisis se mantienen más a un nivel 64
Bourdieu, Pierre, ibíd., p. 90.
formal, lo cual le impide alzanzar concreción; allí es donde la obra de Bourdieu cobra
relevancia y podría complementar la de Searle. 65 Ralón, Graciela y Dukuen, Juan, op. cit., p. 27.
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por relaciones de reconocimiento. Las jerarquías se basan en es- en la opinión de que explicitar una ontología del mundo social es in-
tructuras de reconocimiento social que cobran cohesión mediante dispensable para conseguir herramientas que permitan encarar los
la violencia simbólica, que hace olvidar la arbitrariedad cultural y problemas actuales. Múltiples teorías presuponen conceptos como
hace que esta se incorpore a la vida de las personas mediante la esti- el Estado, la nación, las clases, etc. Frente a ello, ahora podríamos
lización de la vida, la creación y el refuerzo de los habitus propios de decir que un análisis del mundo social y de sus problemas no puede
cada campo, clase y grupo social. Además, Bourdieu explica cómo la partir de tales presupuestos. Cada una de dichas designaciones es
violencia simbólica opera con mayor fuerza, en sentido estricto, en una función de estatus y se basa en el reconocimiento y, al mismo
quienes no se acoplan a tales mandatos sociales. Es lo que habíamos tiempo, está ligada a una jerarquía social, al juego performativo de
visto al referirnos a Honneth en relación con el menosprecio, pero inclusión/exclusión. De tal forma, una ontología del mundo social
de forma concreta, y ello permite ahondar en la estructura ontológi- ayuda a exponer que los grupos y fenómenos sociales no son identi-
ca del mundo social vislumbrada por la teoría de Searle. dades fijas, sino efecto de complejas interacciones sociales: “los gru-
pos están por hacer. No están dados en la ‘realidad social’”.67 Por ello,
debe plantearse que la violencia inicia desde la nominación de los
Conclusiones grupos sociales a estudiar, que implica determinar a los sujetos de
cierto modo; se debe especificar las instituciones a partir de las cua-
En el artículo buscamos explicar una ontología del mundo social a les los analizamos, las teorías y los modos a partir de los cuales los
partir de la teoría de John Searle. Defendimos que su creación se fun- definimos, etc.68 Un análisis del mundo social elimina la ingenuidad
damenta en la asignación de funciones de estatus a personas y obje- de plantear la existencia de conceptos “neutrales”; todos ellos están
tos. Cada función conlleva poderes deónticos basados en el reconoci- atravesados por la formación de jerarquías sociales y debe hacerse
miento social. Además, vimos que el reconocimiento no es un fenó- el esfuerzo por aclarar cómo los usamos y de dónde emanan.
meno uniforme, sino un proceso dialéctico entre el reconocimiento y
mecanismos de exclusión y, a su vez, la base del desarrollo personal Además –y a ello nos referíamos con la asunción nominalista–,69
y vinculado estrechamente con la moralidad. Por eso, debe de enfa- la investigación de fenómenos sociales debe iniciarse con la histori-
tizarse tanto el aspecto positivo como negativo del reconocimiento. zación: cómo un fenómeno llegó a verse de tal manera, por qué se
Comprender esto último requiere tener claro que en cada jerarqui- conceptualizó así, en qué relaciones de poder se halla inscrito; etc.
zación social se halla implícita algún tipo de violencia simbólica.66 Por ejemplo, siempre han existido grupos marginados, pero la for-
Toda identificación social entraña establecer funciones de estatus ma en la que los estudiamos varía profundamente en función de si
inferiores para ciertas personas o ciertos grupos sociales. No todos el examen comienza pensándolos a partir de la “clase”, la “raza”, su
tienen o pueden tener los mismos poderes deónticos en la sociedad. “estatus económico”, etcétera. Si los pensamos a partir de la “raza”,
No obstante, este no es el fin de la historia. Reconocerse como exclui- entonces el objetivo crítico es señalar con precisión cuáles son las
do, es decir, haber incorporado en nuestros habitus las múltiples for- prácticas específicas de racialización en las que se inscriben dichos
mas de dominación social, constituye la posibilidad de transformar sujetos, es decir, aquellas que posibilitan incluso pensarlos de esa
internamente las estructuras del mundo social en el que vivimos, manera: cómo surgieron dichos conceptos, cuándo, con qué fin, me-
pues es la toma de conciencia de que puede modificarse.
Antes de finalizar, regresemos a las preguntas que planteamos 67
Bourdieu, Pierre, “Espacio social y poder simbólico” en Ídem, Cosas dichas, Barcelona,
en la introducción del trabajo. Los análisis realizados aquí se basan Gedisa, 1996, p. 132.
68
Recordemos lo dicho por Laclau: “El carácter esencialmente perfomativo de la
nominación es la precondición para toda hegemonía y toda política”; Laclau, Ernesto,
“Prefacio” a Zizek, Slavoj, El sublime objeto de la ideología, México, Siglo XXI, 2008, p. 17.
66 Si lo esencial de la construcción del mundo social es la atribución diferenciada
de funciones de estatus, tal vez por eso sea igualmente necesaria la institución de 69
El sentido nominalista aquí empleado es de cuño foucaultianano, cf. Foucault, Michel,
instancias formales mediadoras como el derecho. Historia de la sexualidad I. La voluntad de saber, México, Siglo XXI, 1998, p. 113.
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Ideas14, revista de filosofía moderna y contemporánea #14 NOVIEMBRE DE 2021 - ABRIL DE 2022 MUNDO SOCIAL, RECONOCIMIENTO, VIOLENCIA SIMBÓLICA Y DOMINACIÓN AXEL RIVERA OSORIO
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