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Comunicación Social

Journal de Comunicación Social 12(12), 135-152, mayo de 2021. ISSN edición impresa 2412-5733; ISSN online 2413-970x

La investigación crítica de la
comunicación en América Latina
y el aporte de José Marques de Melo
La criticidad y el sentido en la práctica de la investigación
comunicacional

The critical research of communication


in Latin America and the contribution
of José Marques de Melo
Criticality and meaning in the practice of communicational research

Mgr. José Luis Aguirre Alvis1


Fecha de recepción: 1 de febrero de 2021
Fecha de aprobación: 29 de abril de 2021

Resumen
El presente trabajo destaca el papel del comunicador brasileño José Marques de Melo como impulsor y
fundador de la Escuela Latinoamericana de Comunicación (ELACOM), así como académico responsable del
estudio y consolidación del pensamiento crítico de la comunicación de América Latina. En este ensayo se
caracteriza a la ELACOM, integrada por un conjunto de comunicadores que coincidieron en su mirada crítica
y de inconformidad sobre el modo en que se estudiaba este campo desde que se introdujo la formación y
la práctica de la investigación de la comunicación en América Latina. Luego se expone la palabra de José
Marques de Melo, a partir de una entrevista en la que él señala la razón de la práctica de investigación de
la comunicación cuando esta se ejercita desde la realidad de América Latina.

Palabras clave
Pensamiento comunicacional latinoamericano, ELACOM, investigar la comunicación.

1 Director del Secrad (Servicio de Capacitación en Radio y Televisión para el Desarrollo), Universidad Católica
Boliviana “San Pablo”. La Paz, Bolivia.
La correspondencia relacionada con este artículo puede enviarse al autor al correo electrónico [email protected]
135
La investigación crítica de la comunicación en América Latina

Abstract
This paper highlights the role of the Brazilian communicator José Marques de Melo as promoter and founder
of the Latin American School of Communication (ELACOM), as well as the academic responsible for the study
and consolidation of critical thinking in Latin American communication. In this essay, ELACOM is characterized
as a group of communicators who agreed in their critical and nonconformity gaze on the way in which this
field was studied since the training and practice of communication research was introduced in Latin America.
Then the word of José Marques de Melo is presented, by an interview in which he points out the reason for
the practice of communication research when it is exercised from the reality of Latin America.

Keywords
Latin American communicational thinking, ELACOM, research communication,

I. Introducción

En 1995, en Sao Paulo, Brasil, el Programa de Posgraduación en Comunicación


Social del Instituto Metodista de Educación Superior de la Universidad
Metodista de Sao Paulo2 inició su curso de doctorado, teniendo como una
de sus principales metas el desarrollo de estudios e investigaciones sobre la
Escuela Latinoamericana de Comunicación (ELACOM). Al asumir la existencia
de un pensamiento latinoamericano sobre comunicación social, propuso a sus
estudiantes tareas como las siguientes: 1) Construir perfiles biobibliográficos,
buscando comprender las respectivas trayectorias académicas para identificar
las singularidades del pensamiento de cada uno de los integrantes de esta
corriente; y 2) Realizar un estudio sobre la difusión de los paradigmas de la
escuela latinoamericana dentro de las universidades brasileñas y que tuvieran
en curso programas de comunicación. La intención de esto fue develar el proceso
de asimilación de las ideas germinadas en diferentes puntos del continente,
además de comprender la articulación de una red intelectual que tuvo una
presencia dinámica, sobre todo, durante toda la segunda mitad del siglo XX.

Señala José Marques de Melo (1996):

La Escuela Latinoamericana de Comunicación Social se destacó en el


panorama internacional por su identidad mestiza. Asimilando críticamente
los paradigmas de las escuelas europea y norteamericana, más allá de haber
desarrollado una sensibilidad capaz de responder a las demandas sociales sin
comprometer su rigor científico. (p. 11).

2 El Instituto Metodista de Ensino Superior, creado en Sao Paulo en 1938, pasó en 1997 a ser la Universidad Metodista
de São Paulo conocida como la UMESP.
136
Mgr. José Luis Aguirre Alvis

Sobre los comunicadores y teóricos del campo que fueron identificados como
parte fundante de esta escuela, se encontraron pensadores ubicados en
distintos momentos. Así, se exploró la labor de pioneros, como Jorge Fernández,
Luiz Beltrão, Luis Ramiro Beltrán, Antonio Pasquali y Paulo Freire; innovadores,
como Eliseo Verón, Armand Mattelart, Juan Díaz Bordenave, Mario Kaplún y
Jesús Martin Barbero; y renovadores, como Jorge Gonzáles, Marcelino Bisbal y
Carlos Eduardo Lins da Silva.

La fundamentación del enfoque asumido por el posgrado y las iniciativas para


acercarse al trabajo y pensamiento de estos fundadores tenían como preocupación
central que en los centros de formación en comunicación de América Latina se
estudiara el campo teórico de la comunicación social únicamente con bases
y enfoques externos a esta geografía y, lo que era peor, desconociendo casi
sistemáticamente el trabajo pionero, reflexivo y altamente influyente de autores
y teóricos de la comunicación que produjeron los fundamentos del estudio de
la comunicación social en esta misma región. Así, se retornaba a la tesis clásica
del boliviano Luis Ramiro Beltrán, quien sostenía que en América Latina se
estudiaba la comunicación social con enfoques, paradigmas, métodos y objetos
ajenos a esta misma realidad; que se operaba con anteojeras que no dejaban ver
la realidad, aunque se dijera que se estudiaba la comunicación con fenómenos
de América Latina. Beltrán sostenía, a partir de su conferencia Communication
research in Latin America: The blindfolded inquiry?3 (1974) y en los trabajos
titulados Research ideologies in conflict (1975) y Premisas, objetos y métodos
foráneos en investigación sobre comunicación en América Latina (1976/1982),
que la práctica de la investigación de la comunicación y, por tanto, la generación
de bases teóricas descansaba en referentes ajenos a este contexto.

En el clásico documento de Leipzig, Beltrán (1974) expone un detallado estudio


empírico que le posibilitó reunir la mayor cantidad de trabajos calificados
como investigaciones sobre temas de la comunicación de América Latina.
Fueron aproximadamente mil documentos, clasificados con preguntas como
¿qué temas de investigación son cubiertos?, ¿bajo qué orientación teórica son
conducidos?, ¿cuál es la calidad científica de estos estudios?, ¿qué disciplinas y
qué tipo de instituciones de investigación toman parte en estos trabajos?, ¿cuál
es el origen del financiamiento de estos estudios? y, finalmente, ¿dónde se

3 La investigación en Comunicación en Latinoamérica, ¿indagación con anteojeras?, ponencia presentada en


la Conferencia Científica Internacional “La participación de los medios de comunicación en la formación de la
conciencia en un mundo cambiante”, realizada en Leipzig en septiembre de 1974.
137
La investigación crítica de la comunicación en América Latina

encuentran estos trabajos? Sus conclusiones le permitieron afirmar que la gran


mayoría de los estudios abordaban temas como la difusión de innovaciones, que
había una prevalencia en ellos del enfoque extensionista sobre la concepción
de la comunicación, que carecían de un marco conceptual con apreciaciones
propias y estaban influidos por las orientaciones clásicas europeas sobre la
investigación de la comunicación (Beltrán, 1974).

En un ensayo de 1976 Beltrán parte afirmando que

Una de las mayores críticas que se hacen a muchos estudios sobre


comunicación en Latinoamérica es la de que se adscriben indiscriminada
y pronunciadamente a modelos teóricos importados principalmente de
Estados Unidos. En efecto, una de las conclusiones de la primera reunión
general de investigadores en comunicación latinoamericanos [realizada en
México en 1974], fue la siguiente: “A los investigadores les ha faltado un
esquema conceptual propio”.

Dos de los esquemas de la investigación en comunicación más importantes de


Estados Unidos –la orientación hacia efectos y la orientación hacia funciones–
han sido criticados en Latinoamérica por analistas como Mattelart (1970) y
Zires de Janka (1973). (Beltrán, 1976/1982, p. 95).

Así, en el Tercer Encuentro Nacional de Investigadores de la Comunicación,


realizado en Caracas, del 9 al 13 de noviembre de 1976, Beltrán afirmó que la
investigación en comunicación latinoamericana era una práctica de indagación
emprendida con los ojos vendados o con anteojeras que no dejaban ver
enfoques teóricos, uso de métodos de indagación y una efectiva lectura de la
realidad desde el contexto social latinoamericano. Este tipo de perspectiva se
fue alimentando a partir de estudios de la producción investigativa originada en
los países de la región. José Martínez Terrero (1980) afirma:

La investigación en comunicación entró en un periodo de actividad significativa


y sostenida en América Latina al comienzo de los ´60. Se investigaba al servicio
de la sociedad de consumo. El énfasis estaba en la comunicación masiva y los
métodos de investigación foráneos (de EE. UU.). Los factores y los pequeños
sistemas eran estudiados aislados del proceso de comunicación, del contexto
social y del proceso global social. El estudio se centró en el contenido del
mensaje que recibe el individuo y cómo le afecta a éste. Se preocupaba por
los efectos específicos, mientras ignoraba la influencia del sistema social
138
Mgr. José Luis Aguirre Alvis

en los mismos medios de comunicación. De esta forma se cayó en estudios


psicológicos difusos o que tocaban niveles demasiado pequeños, o temas
triviales y sin importancia. (p. 76).

II. La Escuela Latinoamericana de Comunicación, ELACOM

El nombre de Escuela Latinoamericana de Comunicación –también conocida


como la “escuela crítica de la comunicación de América Latina”– fue acuñado
por el primer doctor en comunicación del Brasil, el profesor José Marques de
Melo. La escuela no tenía una institucionalidad consolidada, con una agenda de
trabajos a seguir o con una estructura e inmuebles propios para este trabajo,
sino era la conjunción de miradas, enfoques, pensamiento y trabajos en el
campo de la comunicación de latinoamericanos y otros latinoamericanistas que
veían, insatisfechos, que la comprensión y estudio del hecho comunicativo no
representaba por distintos factores la complejidad, riqueza y retos planteados
por la misma comunicación originada y practicada en la región. Así, no se podían
comprender las condiciones socioculturales preexistentes en el Sur.

De acuerdo con Temer y Nery (como se citó en Marques Ferrari de Figueiredo,


2013),

la propuesta de la Escuela Latinoamericana es generar condiciones para


repensar las prácticas de comunicación y el papel que pueden y deben
desempeñar los medios de comunicación en la formación de la conciencia
política de los ciudadanos. En esta perspectiva, corresponde a los profesores,
comunicadores e investigadores de la comunicación conocer en profundidad
los procesos que se han desarrollado en otras escuelas para que, a partir
de este conocimiento, recién puedan lograr plantear alternativas radicales y
factibles. (p. 171).

En esta línea resultó fundamental la realización en 1973 del seminario “La


investigación de la Comunicación en América Latina” que, articulado por el
Ciespal (Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación para
América Latina), tuvo lugar en San José, Costa Rica. En el informe final de este
evento se fundamenta su realización y espíritu señalando:

La teoría de la comunicación y la metodología de la investigación elaboradas


en los centros metropolitanos no siempre corresponden a la realidad y a
las necesidades de investigación de los países atrasados y dependientes, no
139
La investigación crítica de la comunicación en América Latina

obstante, lo cual, se aplican, indiscriminadamente […] a las situaciones de la


región, con resultados obviamente inadecuados y a veces distorsionantes. Su
uso ha sido inducido bajo el supuesto de que la teoría social es universal y de
que su validez desborda el marco de los espacios culturales y de los procesos
históricos. (Centro Internacional de Estudios Superiores de Comunicación
para América Latina [Ciespal], 1977, p . 1).

El mismo documento afirma que

La existencia de sistemas políticos opuestos, como el capitalismo y el socialismo,


plantea la cuestión crucial de la presencia de lo ideológico en la investigación
científica. Para el caso de la comunicación, en varios países, se encuentran
fundamentalmente las siguientes características, en mayor o menor grado:
a) La suposición de que el investigador social actúa dentro de un marco de
“independencia” de pensamiento científico, lo que fundamenta la creencia
de que la ciencia es neutral y nada tiene que ver con asuntos políticos; b) La
concepción de que la realidad está compuesta de “partes a investigar”, es decir
una visión atomizada que conduce en el mejor de los casos a un descriptivismo
característico de los intentos funcionalistas por aproximarse a la realidad social;
c) La falta de percepción del hecho de que los medios de comunicación tienen
un carácter de clase y se insertan en el marco general de una sociedad en la
cual existe la propiedad privada de la mayoría de esos mismos medios. En otras
palabras, se pretende prescindir del análisis de todo lo referente al poder de
esos medios y al uso que se hace de ellos como instrumentos para mantener
el statu quo; y, d) La opción fundamentada en un razonamiento ahistórico, que
pretende dar una interpretación del conjunto social, sin considerar su génesis
y evolución anulando por lo mismo un enfoque más rico y dialéctico. (Ciespal,
1977, pp. 2-3).

El seminario estableció un conjunto de objetivos e identificó estrategias para la


investigación. Entre ellas, de modo categórico sostiene:

El objetivo central de la investigación debe ser el análisis crítico del papel


de la comunicación en todos los niveles de funcionamiento, sin omitir sus
relaciones con la dominación interna y la dependencia externa; y, el estudio
de nuevos canales, medios, mensajes, situaciones de comunicación, etc., que
contribuyan al proceso de y transformación social. (Ciespal, 1977, p. 3).

Thomas Tufte (2000) toma a Luis Ramiro Beltrán como referente de los primeros
investigadores que analizaron críticamente las instituciones mediáticas y la
140
Mgr. José Luis Aguirre Alvis

comunicación de masas. Surgidos a finales de los 50, instalaron la corriente


crítica de la comunicación en América Latina desarrollando su trabajo académico
con mayor visibilidad desde los 70.

Beltrán reivindicaba el que los métodos de estudio de los medios pudieran


ser construidos dentro de una “sociología del desajuste y una psicología del
inconformismo”. Beltrán encontró una serie de problemas teóricos al aplicar
la investigación funcionalista de los medios de comunicación de masas al
contexto latinoamericano. No había una correspondencia con un interés
epistemológico por el cambio social y el desarrollo para una sociedad más
igualitaria económica y socialmente. (Tufte, 2000, p. 267).

Beltrán, afirma Tufte (2000), estaba obviamente inspirado por el paradigma de


la dependencia.

En una entrevista realizada a Luis Ramiro Beltrán por María Cristina Gobbi (Beltrán
& Gobbi, 2001), se le pregunta: ¿Usted sostiene que la Escuela Latinoamericana
de la Comunicación es una corriente de pensamiento internacionalmente
reconocida? Si es así, ¿cómo se consiguió esto?

Beltrán responde:

Sí, y es algo vivo que sigue funcionando. Y en gran parte gracias al esfuerzo
incansable del Dr. Marques de Melo, quien viene recorriendo e incorporando
todo un sistema de cátedras académicas de nivel superior preocupadas con
esta información. Gracias también a jóvenes inspirados por Marques de Melo
es que se está rescatando lo que fue aquella tradición original de una Escuela
y esto es lo que permite hacerla viva hoy día. Otro elemento es que la Escuela
Latinoamericana de la Comunicación es reconocida en los Estados Unidos
y en Europa y se acepta su influencia inclusive sobre los mismos Estados
Unidos. Esto puede ser verificado en varios artículos, por ejemplo, de Brenda
Dervin. Existen también artículos de Everett Rogers y de varios autores
europeos, españoles, suecos entre otros, que en sus publicaciones destacan
la importancia de esta Escuela. (Beltrán & Gobbi, 2001, p. 147).

La entrevista plantea otra pregunta: “En su libro Investigación de la comunicación


en Latinoamérica usted afirma que esta es una escuela crítica. ¿Qué es lo que
critican?”. Beltrán responde: “Criticamos principalmente la ceguera ante la
realidad social” (Beltrán & Gobbi, 2001, p. 147).
141
La investigación crítica de la comunicación en América Latina

La ELACOM (Escuela Latinoamericana de Comunicación) se plantea como un


referente histórico del pensamiento comunicacional generado en América
Latina. Así, un afán de José Marques de Melo fue instituir la ELACOM como
un paradigma propio. Gustavo León Duarte (2007), en su estudio La Escuela
Latinoamericana de Comunicación: Una nueva hegemonía, se refiere a ella como
un referente necesario para partir de una lectura propia de una comunicación
que tiene lugar en Latinoamérica y más ante el peligro de que las mismas
escuelas de formación profesional en el campo estuvieran hoy fascinadas por
las tecnologías digitales y el quehacer de las redes. Gustavo León Duarte (2007)
recoge las palabras de Marques de Melo, quien en el prefacio a la edición
mexicana de este documento expresa:

La comunidad académica latinoamericana ha vivenciado, en este inicio del


siglo XXI, un clima de perplejidad en el campo comunicacional. La nueva
generación que habita los espacios de las facultades de ciencias de la
comunicación demuestra gran fascinación por las tecnologías digitales y por
las relaciones de sociabilidad cultivadas a través de las redes mundiales de
ordenadores. Por su parte, las vanguardias intelectuales del área se sienten
desafiadas a dar respuestas inmediatas a sus discípulos, optando por nutrirse
preferentemente de acervos teóricos foráneos. Se crea, de esta manera, un
círculo vicioso en que maestros y aprendices se descolocan de su tiempo y de
su lugar, para discernir un futuro aún abstracto, borroso y en cierto sentido
enigmático. Tal fenómeno refleja el enganchamiento compulsorio en el
proceso de globalización científica y tecnológica, para el cual estamos siendo
conducidos, en sintonía con los pregoneros de la mundialización cultural,
pero sin conciencia de sus efectos, sobre todo por el desgaste paulatino de
nuestras identidades regionales/nacionales. La consecuencia ineludible de
esa avalancha cognitiva ha sido la creación de un nuevo tipo de “espiral del
silencio”, menos ostensiva y más duradera. Ella también ha profundizado
la amnesia histórica que padecemos coyunturalmente, como consecuencia
de nuestro ancestral “complejo de colonizado”, acarreando lagunas en la
memoria de la comunidad académica en relación a nuestro presente y a
nuestro pasado. (p. 13).

Según Cicilia Krohling (1997), la Escuela Latinoamericana de la Comunicación,


tiene su base en el pensamiento de Luis Ramiro Beltrán a partir de su crítica
a los modelos tradicionales y funcionalistas de la teoría de la comunicación
social, hecho que se hace patente en su clásico ensayo, Adiós a Aristóteles: la
comunicación horizontal (1979). Señala que allí se deja en claro que bajo esa
142
Mgr. José Luis Aguirre Alvis

perspectiva la investigación de la comunicación estuvo más orientada a conocer


las actitudes y reacciones individuales despreciándose la relación entre fuentes
y receptores y así dejando de lado la misma idea de proceso de la comunicación.
Beltrán mostró que ese modelo basado en una comunicación era estático, por
tanto, contradiciendo la idea misma de proceso, más allá de omitir el contexto
social en el cual se realiza la misma comunicación. En un esquema así el emisor
no es nunca cuestionado y se reserva todo el poder de comunicar a un receptor
que se asume como pasivo y manipulable. Lo que se establece como un rasgo
de la ELACOM, desde el aporte de Beltrán, es que se invita a una práctica de
investigación al servicio de un ajuste de la inequidad social más allá de la clásica
y perenne comprensión del espacio simbólico bajo una tendencia conservadora.
La adhesión acrítica a posturas teóricas retorna como la gran constante de esta
perspectiva de conocimiento de la comunicación desde Latinoamérica (Krohling,
1997, pp. 88-89).

III. De la recuperación de los fundadores a la presencia de José


Marques de Melo como artífice de la ELACOM

José Marques de Melo, según señala Jucara Gorski (1996), nació en Palmeiras
dos Indios, Alagoas el 15 de junio de 1943. Se formó en periodismo en 1964, y en
derecho en 1965, asumiendo la labor de docente, inicialmente, como profesor
asistente de Técnicas de Periodismo en la Universidad Católica de Pernambuco.
Fue invitado a coordinar el Departamento de Investigación Científica, Icinform
(Instituto de Información de la Universidad Católica de Pernambuco), entidad
que no existía y tuvo que levantarla desde su nacimiento. Entre 1964 y 1968 dictó
la cátedra de Teoría de la Información y Metodología de la Investigación en la
Facultad de Periodismo Casper Líbero, donde fundó el Centro de Investigación de
la Comunicación Social. En 1968, cuando tenía 25 años, fue convocado a asumir
la cátedra Técnica de Periodismo y el Periódico en la Escuela de Comunicaciones
Culturales de la Universidad de Sao Paulo, hoy ECA/USP. Creó en 1977 la Intercom
(Sociedad Brasilera de Estudios Interdisciplinares de Comunicación). Estudió en
los Estados Unidos con la beca Fapesp y fue el primer graduado con el grado
de doctorado del Brasil en el campo de la comunicación. Es el más prolífico
y destacado investigador de la comunicación brasileña: produjo cerca de 265
textos, entre ellos 19 libros, ocho opúsculos, 33 documentos compartidos y 96
artículos especializados. Así se constituyó en el mayor acervo de conocimiento
sobre la comunicación del Brasil bajo el enfoque de la Escuela Latinoamericana
de Comunicación. 143
La investigación crítica de la comunicación en América Latina

Siendo coordinador del Programa de Postgrado en Comunicación Social de la


Universidad Metodista de Sao Paulo –hasta hoy, el mayor esfuerzo de rescate y
estudio del pensamiento y aportes de la ELACOM–, José Marques de Melo fue
entrevistado para justamente conocer acerca de su campo de aporte y pasión
por la comunicación social, con sus estudios científicos y sistemáticos y con una
mirada del contexto social. Por el carácter perenne de sus ideas, la orientación
hacia una comunicación y su estudio orgánicos con la realidad social, y en
este proceso de reconstitución del estudio de la comunicación social en el
siglo XXI, resulta estratégico y hasta urgente reponer sus ideas recuperando,
además, la sencillez de sus palabras. Esta presencia se hace posible a través de
la recuperación de una entrevista, realizada por el autor de este ensayo el 18 de
octubre de 2000 en la Universidad Metodista de Sao Paulo, cuyos segmentos
más importantes se exponen a continuación.

Pregunta (P): Profesor José Marques de Melo, desde su experiencia en el


conocimiento de la Escuela Latinoamericana de la Comunicación, ¿qué es
investigar la comunicación social para usted?

José Marques de Melo (JMM): Yo he dicho en varios de mis libros, y lo


repito siempre, que investigar la comunicación es investigar los procesos
comunicacionales. Es investigar un conjunto de actos, de actitudes, de
comportamientos, de impactos que van desde la formulación de un mensaje
hasta su elaboración, difusión, su recepción y su retransmisión por los medios
electrónicos, impresos, y también por los medios informales de comunicación,
y al mismo tiempo también la posibilidad que tienen estos receptores de estas
audiencias, estos públicos, de expresar sus anhelos delante de los mensajes que
han recibido.

Investigar la comunicación es investigar un proceso; no es investigar una


parte, no es investigar el mensaje solo, no es investigar la recepción aislada,
no es investigar la producción. Aunque muchas veces tengamos que hacer
recortes en los proyectos de investigación nunca hay que perder de vista que
hay un proceso. Hay que comprender un proceso, y cuando muchas veces nos
aislamos investigando solamente una parte del proceso estamos haciendo una
investigación parcial y acrítica.

P: Y el punto de vista que pone el investigador de comunicación, ¿puede


144
direccionar este conocimiento del proceso comunicacional?
Mgr. José Luis Aguirre Alvis

JMM: Toda investigación científica tiene que ser objetiva, tiene que ser
demarcada por criterios capaces de validar los resultados. El investigador es
alguien que no está desprovisto de intenciones, de ideas, de anhelos, pero la
función de un investigador critico es hacer una investigación lo más creíble
posible, y siempre que la ideología se impone como determinante del proceso
investigativo muchas veces la investigación pierde la credibilidad.

Muchas veces tenemos que investigar la ideología que está implícita en los
procesos comunicacionales, pero puede el investigador asumir previamente un
postulado ideológico y tomarlo como la verdad, y si es así, no está haciendo
investigación, está haciendo la confirmación de la verdad que ya la tiene
previamente.

Investigar es intentar críticamente conocer la verdad. La verdad no se puede ver


ni mirar directamente, sino a través de mediaciones que son los instrumentos
que utilizamos para conocer los hechos.

P: Justamente el trabajo de este conocimiento científico ha sido reflexionado por


Luis Ramiro Beltrán, un boliviano que también es parte del pensamiento crítico
en el continente. Usted ha llamado a esta Escuela como la del “pensamiento
latinoamericano en investigación de la comunicación”. ¿Qué caracteriza a la
Escuela Latinoamericana en Investigación de la Comunicación?

JMM: La Escuela Latinoamericana de Comunicación es una escuela que


empezó construyéndose en los 50, se extendió en los 70 y ha tenido su
mayor impacto y difusión en los 70 y los 80, y a mi juicio sigue vigente
porque buena parte de estos miembros de la Escuela Latinoamericana de
Comunicación son personas, son personas entidades, son instituciones que
siguen produciendo. Luis Ramiro Beltrán es tal vez el símbolo más evidente de
la primera generación de esta escuela, como también lo es Antonio Pasquali;
como fueron algunos que ya no están viviendo más con nosotros, como el
brasileño Luiz Beltrão, como fue Paulo Freire. Él ha sido más un investigador
de los procesos educacionales que propiamente comunicacionales, aunque
su visión educacional es una visión comunicacional; o sea, el diálogo hace
parte de su punto de vista. Entonces, esta corriente de investigación es una
corriente que tiene una característica muy nítida. En primer lugar, es una
corriente crítica, pero es una corriente crítica que tiene el pie en la tierra,
en la realidad. Es una corriente que une la criticidad con el pragmatismo. O 145
La investigación crítica de la comunicación en América Latina

sea, investiga críticamente los procesos con rigor científico, pero buscando
aplicaciones para transformar nuestra realidad.

Entonces cuando hablo de transformar la realidad eso significa aportar


elementos nuevos para mejorar la calidad de la comunicación en nuestro
continente. En ese sentido, la investigación hecha por la Escuela Latinoamericana
de Comunicación ha intentado mezclar las dos tradiciones científicas vigentes
en la primera mitad del siglo XX: la corriente más pragmática cuantitativa
norteamericana y la corriente más cualitativa y llamaríamos más crítica, más
cercana a los procesos no netamente estadísticos de la tradición europea. Los
latinoamericanos rompieron esta frontera de tratar, de mezclar las dos cosas,
porque en la tradición científica hay que buscar métodos distintos para conocer
la realidad.

Pero la característica principal de la escuela latinoamericana fue que no se ha


entregado a la tarea de solamente hacer investigaciones para el mercado, en el
sentido de solucionar problemas de las empresas, ni tampoco quedarse alejada
del mundo concreto, como muchas veces algunos europeos han intentado hacer,
intentando no mezclarse con la realidad. Los latinoamericanos buscaron temas
de investigación, objetos de investigación que tenían interés para nuestras
sociedades y nuestras comunidades. Y, por lo tanto, han hecho investigación
para transformar la realidad, para intervenir en la realidad más bien. Sería este
el comportamiento, esta la actitud de la escuela latinoamericana.

P: ¿En nuestro continente podemos decir todavía que hay un futuro que trabajar
con esta perspectiva latinoamericana, con esta criticidad que se compromete
con la realidad y con el cambio social? ¿Hay futuro para esto en un concierto
que cada vez nos habla de condiciones más mecánicas, más formales, más
orientadas al mercado?

JMM: Hay que decir una cosa desde luego: el mercado es parte de la realidad,
no hay que hablar de la realidad sin mercado. Nosotros vivimos en una sociedad
capitalista, y el capitalismo se está adelantando en muchos de nuestros países
que todavía se quedaron en etapas que no llamaría “precapitalistas”, sino etapas
del capitalismo salvaje. Entonces, hay que considerar al capitalismo y al mercado
como parte de nuestra realidad. No hay que olvidar este hecho. Muchas veces
algunos colegas míos hablan de criticidad y eliminan una parte importante
146
de la realidad, que es la circulación de las mercaderías. Y la comunicación es
Mgr. José Luis Aguirre Alvis

parte de este sistema más amplio de circulación, de conocimiento, mercadería,


conocimiento y entretenimiento, información para venta. Entonces, yo creo
que es fundamental seguir adelante intentando transformar esta realidad, pero
considerando que la realidad incluye al mercado […]. O sea, hay que buscar en
nuestros planteamientos de investigación esta conexión entre el Estado como
un espacio de representación colectiva, organizado democráticamente, entre
el mercado que empuja la sociedad hacia los hechos cotidianos y, sobre todo,
teniendo el protagonismo de la sociedad civil.

O sea, yo veo a la comunicación masiva, la comunicación grupal, la comunicación


alternativa como procesos que se articulan, y si las nuevas generaciones no
tienen en consideración esta complejidad del proceso muchas veces no
pueden actuar no solo como investigadores críticos, sino principalmente como
productores de conocimiento […]. Muchas veces hablar de criticidad sin tener
en cuenta la situación o estado en el que muchas veces se encuentra el pueblo,
una comunidad, un país o una región es eludir la realidad.

P: ¿Cuáles son los retos que usted considera asume el que forma a los
comunicadores y a los investigadores de la comunicación? ¿Cómo hacer este
trabajo de sensibilización si es posible con los estudiantes para que nuevamente
se pongan de cara a su realidad, de cara a cada una de las limitaciones que vive
su pueblo? ¿Cómo pueden hacer este trabajo los formadores?

JMM: Ese trabajo tiene que ver en gran parte, en un nivel teórico, con el rescate
del pensamiento comunicacional latinoamericano. Muchas veces vivimos en un
continente que olvida que hay ideas comunicacionales producidas aquí desde
hace cincuenta años, y que muchas veces algunos programas de pregrado,
de postgrado y de estudios más avanzados son alejados de los programas y
de las discusiones temáticas en las clases. Yo creo que tenemos que seguir
siendo internacionales, universales en el sentido de conocer y discutir las ideas
producidas en las regiones metropolitanas en París, en Nueva York, en Tokio,
en Berlín, en Roma, o en cualquier otro sitio donde se produce conocimiento
comunicacional, pero básicamente hay que tomar en consideración qué ha
producido Luis Ramiro Beltrán, Antonio Pasquali, Paulo Freire, Mario Kaplún, y
tantos otros colegas que han legado a las nuevas generaciones un pensamiento
que es valorado con mucha intensidad en las universidades extranjeras, en las
universidades de Estados Unidos, de Europa, de Australia y de varias partes del
mundo. 147
La investigación crítica de la comunicación en América Latina

Lo que muchas veces me temo es que, si estas nuevas generaciones no parten


del conocimiento producido, de las ideas generadas aquí en el continente
por investigadores que han vivido situaciones que muchas veces se repiten
históricamente, no tendrán condiciones de enfrentar la realidad y de
transformarla.

El legado principal de la escuela latinoamericana es la utopía de mezclar


la criticidad con el pragmatismo; o sea, pensar la transformación, pero la
transformación posible, la transformación capaz de ser aplicada por los medios
de comunicación, sean masivos, sean comunitarios.

P: ¿Estamos en condiciones todavía de pensar que la Escuela Latinoamericana


de la Investigación de Comunicación puede aportar al concierto mundial, que
entiende la comunicación como proceso? ¿Estamos todavía en la posibilidad
de recuperar las banderas abiertas desde los años 60, 70 hablando de una
comunicación realmente crítica?

JMM: Quiero dar dos ejemplos. Hace unos cinco años yo he sido invitado para
dictar la conferencia inaugural del encuentro anual de los científicos de la
comunicación de Australia, en la ciudad de Melbourne, y cuando me hicieron
la invitación yo sabía que tenían interés en lo que sería más bien lo exótico
de la investigación latinoamericana, o de América Latina como un continente
marcado por diferencias culturales que les interesaba conocer. Y pregunté
concretamente a mis colegas australianos qué significaba mi intervención en
este encuentro, y ellos me decían que estaban observando desde lejos cómo
América Latina ha intentado hacer el puente entre Europa y América, y América
del Norte, y que, por lo tanto, es una experiencia que puede ser también
trasladada a Australia. Que Australia también tenía su propia guía, es el primer
cuento que les cuento y que me gustaría dejar. O sea, el mundo nos mira, el
mundo nos observa, el mundo de alguna manera nos reproduce críticamente.

Segundo cuento, hace unos pocos años yo he sido galardonado con el premio
W. Danielson de la comunicación, que es un lauro que la Universidad de Texas
anualmente brinda a los científicos de la comunicación. Yo he tenido el honor
de ser el primer latinoamericano en recibir este premio. Y cuando terminé mi
presentación agradeciendo el lauro y explicando un poco qué es la Escuela
Latinoamericana de la Investigación de la Comunicación y cuáles son las
148
tendencias del pensamiento latinoamericano en comunicación, me emocioné
Mgr. José Luis Aguirre Alvis

cuando Danielson, que todavía vive, el viejito, personalmente vino a saludarme


y decirme: “Yo veo ahora que lo que estamos también haciendo en Estados
Unidos es reproduciendo el camino latinoamericano; o sea, combinando
la cantidad con la calidad, combinando la criticidad con el pragmatismo,
combinando las diferencias culturales con las tendencias hegemónicas. O
sea, son dos indicaciones que me parecen muy claras para estimular a las
nuevas generaciones; o sea, tenemos un pensamiento muy rico que hay que
no solamente rescatar, sino hacerlo avanzar, porque las condiciones en que
trabajaron muchos de nuestros colegas en los 60, 70 y 80, están cambiando,
han cambiado radicalmente.

A mi juicio, es misión de esta nueva generación que trabaja investigando,


produciendo comunicación en el siglo XXI reactualizar estos paradigmas,
manteniendo esta criticidad siempre junto con el pragmatismo, porque todavía
tenemos una deuda con América Latina. América Latina avanzó mucho en el
pensamiento comunicacional, produce comunicación de buena calidad que es
exportada a varias partes del mundo. Pero todavía seguimos en un continente
con mucha exclusión cultural y en donde todavía hay una distancia entre los
que saben, los que conocen, los que se divierten y mayorías que todavía no
tienen derecho a la información, a la comunicación. Yo sé que el problema no se
resuelve aisladamente en el mundo de la comunicación, que es un problema de
la sociedad, pero es una cuestión sobre la cual los jóvenes investigadores tienen
que prestar atención y tienen que asumir el compromiso de servir al conjunto
de la sociedad, incluso a los excluidos comunicacionales.

IV. Corolario

El origen y práctica de la investigación de la comunicación en América Latina, así


como la incorporación de una visión de la comunicación social y de los medios de
difusión de masas, entendida como una dinámica de transmisión de contenidos
bajo el esquema calificado como unilineal, fue el primer referente introducido
y ampliamente difundido en la formación y producción de conocimiento en
América Latina. Esta postura fue criticada y puesta en evidencia por los teóricos
del continente, por su carácter persuasivo y no de interrelación entre sujetos
y por su sensible distanciamiento de la realidad social. Estos teóricos fueron
influenciados por corrientes como la teoría de la dependencia, las ideas del
pedagogo Paulo Freire, en cuanto a una pedagogía de la liberación, más
elementos del contexto de la época que colocaron sobre la mesa de análisis 149
La investigación crítica de la comunicación en América Latina

la problemática de la desigualdad social, la ampliación de la pobreza. Así, los


fenómenos de exclusión que experimentaban grandes conjuntos poblacionales
constituyeron una línea de pensamiento que recibió el nombre de Escuela
Latinoamericana de la Comunicación o Escuela Crítica de la Comunicación
Latinoamericana, nombre acuñado por el primer doctor en comunicación social
del Brasil, el profesor José Marques de Melo.

Las constantes del pensamiento crítico se pueden sintetizar en su demanda


por una visión distinta del hecho mismo de la comunicación humana, asumida
esta vez desde relaciones de horizontalidad, las que invocan la presencia de
cualidades fundamentales como el acceso, diálogo y participación de los
actores en condiciones de libertad y equidad. El sentido último de este nuevo
conjunto de relaciones, y de comprensión de la misma comunicación, apunta
al alcance de espacios de convivencia democrática donde las condiciones de
dignidad y valoración de los actores sean equitativas. Bajo esta mirada, la
formación, la investigación y el planeamiento de la comunicación social deberían
orientarse hacia formas de transformación humanistas, así como culturalmente
pertinentes.

El ejercicio de la postura crítica puede considerarse renovado a partir de los


enfoques de los estudios culturales, así como por la presencia de las teorías
de la decolonialidad y epistemologías del sur global que vuelven a colocar la
base social, cultural y de pensamiento autónomo como el sentido mismo de la
construcción del conocimiento. Este retorno o alcance de miradas calificadas
incluso como utópicas son de uno u otro modo producto de teóricos críticos
de la comunicación, en las que destacan José Marques de Melo y Luis Ramiro
Beltrán, entre otros pioneros de la ELACOM. Del primero se recupera su mirada
apasionada por una práctica de investigación de la comunicación con sentido,
que únicamente puede darse a partir de la fe y confianza de que el diálogo
como experiencia compartida está marcado por el signo de la transformación
del hombre, así como de su entorno.

José Marques de Melo falleció en Sao Paulo el 20 de junio de 2018. A lo largo


de su vida recibió variadas distinciones, además de asumir cargos destacados
en el movimiento de la comunicación latinoamericano y mundial, como el
Wayne Danielson Award for Distinguished Contribution to Communication
Scholarship (University of Texas, Austin, Estados Unidos); presidente de
150
honorario de la Intercom; Medalla Rui Barbosa; profesor Emérito de la Escuela
Mgr. José Luis Aguirre Alvis

de Comunicaciones y Artes-USP; homenaje como pionero de la investigación


de la telenovela en Brasil (NPTN-Núcleo de Pesquisas de Telenovela da USP);
varios títulos de doctor honoris causa por las universidades Católica de Santos
(1997), Federal de Alagoas (2003), Federal da Paraíba (2005) y Estadual do Rio
Grande do Norte (2008). El Centro Internacional de Estudios Superiores de la
Comunicación en América Latina, Ciespal, le dedicó como número monográfico
a su personalidad la edición número 104, de diciembre de 2008 de la Revista
Latinoamericana de Comunicación Chasqui.

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