La Narrativa Didáctica Medieval
La Narrativa Didáctica Medieval
La Narrativa Didáctica Medieval
Si lo dijera yo, se podría tachar, Prefiere el fuego estar guardado entre ceniza,
mas lo dice un filósofo, no se me ha de culpar. pues antes se consume cuanto más se le atiza;
De lo que dice el sabio no debemos dudar, el hombre, cuando peca, bien ve que se desliza,
pues con hechos se prueba su sabio razonar. mas por naturaleza, en el mal profundiza.
Que dice verdad el sabio claramente se prueba; Yo, como soy humano y, por tal, pecador,
hombres, aves y bestias, todo animal de cueva sentí por las mujeres, a veces, gran amor.
desea, por natura, siempre compaña nueva Que probemos las cosas no siempre es lo peor;
y mucho más el hombre que otro ser que se mueva. el bien y el mal sabed y escoged lo mejor.
En el siglo XIII aparecieron las primeras traducciones al castellano de colecciones de
apólogos (relatos breves con intención didáctica) de origen oriental. Las dos más
importantes son Calila e Dimna y Sendebar.
En ellas se utiliza la técnica narrativa del relato enmarcado: una historia principal o
marco narrativo en la que se insertan relatos contados por los personajes que
participan en ella.
El rey Alfonso X el Sabio impulsó el desarro-
llo de la prosa castellana al reunir en su cor-
te a sabios de todas las disciplinas y así pro-
mover la redacción de obras sobre asuntos
diversos: historia (Estoria de España), cien-
cia (Libro del saber de astronomía), leyes
(Las siete partidas).
Se rodeo de un grupo de sabios pertenecientes a las tres culturas –judia, cristiana y
musulmana- encargados de traducir las obras de su lengua original (latín, hebreo,
árabe) al castellano, convirtiéndose, así, esta en lengua de cultura.
Don Juan Manuel
Quien te alaba más de cuanto en ti hubiere, cábete de él guardar, que
engañar te quiere.
Quanto es mayor el subimiento, tanto es peor la caída.
Quien no ha amigos sinon por lo que les da, poco le durarán.
Non es de buen seso el que se tiene por pagado de dar o dezir buenos sesos,
mas eslo el que los dize et los faze.
Don Juan Manuel (1282-1348) , sobrino del rey
Alfonso X el Sabio, es el máximo representante de
la prosa didáctica medieval del siglo XIV con su o-
bra El conde Lucanor está formado por cinco
partes, la primera
es un colección de cincuenta cuentos
ensamblados por medio de la estructura del relato enmarcado:
Marco narrativo. El conde Lucanor pide consejo a su
ayo Patronio para gobernar su feudo.
Relatos enmarcados. Patronio aconseja al conde Lucanor por medio de
cuentos de los que se desprende una enseñanza práctica o moraleja.
Las otras cuatro partes se componen de una serie de refranes o proverbios,
en la larga tradición refranera española, síntexis extrema de la moral y el
comportamiento que Don Juan Manuel promueve.
Don Juan Manuel no inventa las historias, sino que recrea libremente
fuentes diversas: fábulas de Ésopo o Fedro; apólogos incluidos en el Calila e
Dimna, conjunto de cuentos donde se prsenta a un médico que viaja a la
India para encontrar unas hierbas que daban la vida eterna, pero los sabios
le enseñan que tales hierbas no existen y que la mejor medicina es la
sabiduría, la cual se encuentra en las fábulas contadas; Libro de los gatos,
un conjunto de fábulas, cuentos cuyos personajes son animales; Libro de los
engaños e los asayamientos de las mujeres, basado en el libro árabe
Sendebar. Escrito para enseñar a los que aman, muestra diversas argucias
que usan las mujeres, y la necesidad de discernir siempre la verdad,
cuentos del folclore europeo…
La obras es una especie de manual de comportamiento para miembros de
la nobleza que tratan de preservar o acrecentar la honra (el buen nombre),
la hacienda (los bienes) y el estado (la posición social) y están escritas en
castellano, ya que se iba perdiendo el dominio del latín.
Lo interesante es la ficción y el estilo que unifican el conjunto, por lo que los
Cuentos del Conde Lucanor se convierten en la clave en el pado de lo
tradicional (cuentos tradicionales de diferentes culturas en los que se basa)
a lo original, de la tradición oral y anónima a la escrita y de autor conocido,
con conciencia de autor, de creador, de lo cual se sentía muy orgulloso don
Juan Manuel.
En definitiva, la escritura fija el texto, por lo que los rasgos de estilo se
convierten en definitivos.
El estilo
Don Juan Manuel busca la claridad y la brevedad. Las oraciones tienden a
ser sencillas, predominan las coordinadas copulativas con el nexo y.
Muestra un vocabulario preciso y muy rico, pero evita las palabras
excesivamente cultas, los latinismos y prefiere palabras populares. Es parco
en adjetivaciones y recursos retóricos.