Sistema Financiero en Chile
Sistema Financiero en Chile
Sistema Financiero en Chile
FACULTAD DE INGENIERÍAS
TECNOLOGÍAS E INNOVACIÓN
Un sistema financiero es un conjunto de instituciones, medios y mercados que hacen posible que el ahorro
(dinero ocioso) de unos agentes económicos vaya a manos de otros que requieren crédito; de esta manera se
facilita el crecimiento económico de un país.
Todas estas funciones contribuyen de manera crítica al funcionamiento de la economía en general, lo que la hace
particularmente sensible a episodios en que éstas se ven comprometidas.
Sistema Financiero de Chile:
De dichos bancos hay 14 que se consideran como "Bancos Establecidos en Chile", que son los siguientes:
Banco de Chile, Banco Internacional, Scotiabank Chile, Banco de Crédito e Inversiones, Banco Bice, HSBC
Bank (Chile), Banco Santander-Chile, Itaú-Corpbanca, Banco Security, Banco Falabella, Banco Ripley, Banco
Consorcio, Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, Chile (BBVA) y Banco BTG Pactual Chile.
Banco do Brasil S.A., JP Morgan Chase Bank, N. A., Banco de la Nación Argentina, MUFG, LTD, China
Construction Bank, Agencia en Chile y Bank Of China, Agencia en Chile.
Finalmente, existe un Banco Estatal, que corresponde al Banco del Estado de Chile.
A todos ellos se agrega el Banco Central de Chile que no es fiscalizado por esta Superintendencia.
El sector financiero cumple un rol fundamental en la economía. Entre sus funciones más importantes están movilizar los
ahorros y canalizarlos hacia sus usos más eficientes, proveer liquidez, gestionar riesgos, facilitar pagos y producir
información.
Estas funciones son especialmente importantes para una economía emergente que requiere financiar la inversión y
reasignar recursos en función de los cambios propios del proceso de desarrollo. Sin embargo, el sector financiero –bajo
ciertas circunstancias– también puede ser una fuente de inestabilidad para la economía, o bien actuar como
amplificador de desequilibrios internos o externos
La Ley General de Bancos define lo que es un banco en su artículo N° 40. Esta definición señala que el giro básico
es, captar dinero del público con el objeto de darlo en préstamo, descontar documentos, realizar inversiones,
proceder a la intermediación financiera, hacer rentar esos dineros y, en general, realizar toda otra operación que
la ley le permita.
Además, la Ley enumera en su artículo N° 69 otra serie de operaciones que pueden realizar los bancos en el país.
Los bancos también pueden desarrollar actividades complementarias y de apoyo a su giro, mediante sociedades
que están tratadas en los artículos N° 70 al N° 73 de la Ley General de Bancos. Algunas de estas sociedades
quedan sujetas a la supervisión de la Comisión para el Mercado Financiero, en atención al tipo de actividad que
desarrollan.
Supervisión en SBIF: Funciones y Atribuciones legales
Entidades Bancarias
El marco regulatorio de la SBIF respecto a estas entidades lo componen principalmente las disposiciones de la
Ley General de Bancos (LGB) y aquéllas dictadas por el Banco Central de Chile, en uso de las facultades
contenidas en su Ley Orgánica Constitucional.
La función que la LGB le otorga a la SBIF es la supervisión de las entidades bancarias a fin de mantener la
estabilidad y solvencia del sistema financiero, en resguardo de los depositantes y del interés público.
El enfoque de la fiscalización realizada por este Organismo, en uso de sus facultades legales, consiste en un
modelo de supervisión basada en riesgos y bajo estándares prudenciales. De esta manera, la supervisión que
se ejerce se traduce en verificar la implementación, monitoreo y exigencia del cumplimiento de la regulación
vigente, así como también en evaluar en las distintas instituciones el establecimiento y monitoreo de
adecuados estándares de gestión de riesgo.
Instituciones No Bancarias
Cooperativas de Ahorro y Crédito
Es función de la SBIF fiscalizar las operaciones económicas que realicen, en cumplimiento de su objeto, las
Cooperativas de Ahorro y Crédito cuyo patrimonio exceda de las 400.000 UF.
El marco regulatorio está dado por la siguiente normativa:
La Ley General de Cooperativas, en especial las disposiciones contenidas en el párrafo 4° de su Título III;
El Capítulo III.C.2 del Compendio de Normas Financieras del Banco Central de Chile; y
La Ley General de Bancos en lo que resulta ser compatible con su naturaleza.
Listado de instituciones
Emisores y Operadores no bancarios de Tarjetas de Crédito
La función que corresponde a la SBIF respecto de los Emisores y Operadores no bancarios de Tarjetas de
Crédito, consiste en autorizar su existencia y verificar el cumplimiento de los requisitos exigidos para su
inscripción, según los lineamientos dispuestos por el Banco Central de Chile, mantener un registro
respecto de ellos, y fiscalizar su actividad dentro del marco legal y normativo existente.
El marco regulatorio está dado fundamentalmente por las disposiciones contenidas en el Capítulo III.J.1 del
Compendio de Normas Financieras del Banco Central de Chile, y las normas de la Ley General de Bancos
aplicables conforme dispone el inciso 4° de su artículo 2°.
Como consecuencia de la última norma precitada, la SBIF dispone, para efectos de fiscalización, de todas
las atribuciones que enumera dicho artículo.
Operadores de Tarjetas de Débito
Compete a la SBIF la función de autorizar su existencia y verificar el cumplimiento de los requisitos exigidos para su
inscripción, así como mantener un registro respecto de estas empresas y fiscalizar su actividad dentro del marco legal y
normativo existente.
El marco regulatorio está dado por el Capítulo III.J.2 del Compendio de Normas Financieras del Banco Central de Chile y
las normas de la LGB aplicables conforme lo dispone en el inciso 4° de su artículo 2°.
Como consecuencia de la última norma precitada, la SBIF dispone, para efectos de fiscalización, de todas las
atribuciones que enumera dicho artículo.
Operaciones celebradas por Instituciones que Colocan Fondos por medio de Operaciones de Crédito de Dinero de
Manera Masiva
Es función de la SBIF fiscalizar el cumplimiento respecto de determinadas operaciones de crédito referidas en los
artículos 6º bis, 6º ter y 31 de la Ley N° 18.010 sobre operaciones de crédito y otras obligaciones de dinero, en la
medida en que sean celebradas por entidades colocadoras de fondos por medio de operaciones de crédito de
dinero de manera masiva (ICCMs). La SBIF emite anualmente, de acuerdo a información remitida por el Servicio de
Impuestos Internos, una Nómina que identifica a aquellas ICCMs cuyas operaciones de crédito de dinero serán
fiscalizadas el año calendario siguiente.
Para el ejercicio de sus funciones, conforme la referida ley, la SBIF cuenta con la atribución de requerir a las ICCMs
información de las referidas operaciones. Con todo, debe tenerse en cuenta que la función de la SBIF alcanza
exclusivamente a las operaciones señaladas, por lo que las ICCMs no han de considerarse como entidades
fiscalizadas.
Auditores Externos
Respecto a estas entidades, la función de la SBIF es la de fijar y verificar el cumplimiento de los requisitos que deben
reunir las empresas auditoras externas que presten servicios de auditoría externa a los bancos y cualquier otra entidad
sujeta a su fiscalización, además de mantener el registro de ellas. Asimismo, le compete regular los contenidos de sus
reglamentos internos y sus dictámenes; vigilar sus actuaciones y requerirles cualquier información relacionada con el
cumplimiento de sus funciones.
El marco regulatorio está dado por la LGB (Art.26); el Decreto Ley N° 3.538 (Art.4 letras k y l) y la ley N° 18.045 (Art. 240 y
siguientes).
Para llevar a cabo su labor, la SBIF tiene las mismas atribuciones fiscalizadoras que el Decreto Ley N° 3.538 y la Ley de
Sociedades Anónimas le otorgan a la SVS (art. 26 inc. 2° LGB).
Listado de instituciones
Es función de la SBIF verificar el cumplimiento de los requisitos necesarios para que los Almacenes Generales de
Depósito puedan ejercer y conservar su giro, además de mantener un registro de ellos y clasificarlos de acuerdo con los
informes emitidos por las entidades evaluadoras de almacenes generales de depósito.
Su marco regulatorio está dado por la Ley N° 18.690 sobre Almacenes Generales de Depósito y la Circular SBIF N°1 de
1988 sobre estas Entidades y sus Evaluadoras.
Sin embargo, aparte de las potestades mencionadas, la SBIF no tiene otras atribuciones respecto a este tipo de
entidades, por lo que no son entidades fiscalizadas.
Instituciones de Garantía Recíproca (IGR)
La función de la SBIF respecto a estas instituciones apunta a verificar que cumplan los requisitos necesarios para
poder ejercer y conservar su giro, además de registrarlas conforme a las normas que dicta al efecto y clasificarlas en
categoría A o B.
El marco regulatorio está dado por la Ley N° 20.179 sobre Sociedades de Garantía Recíproca, la Circular N°1 de 2007
sobre Sociedades de Garantía Recíproca.
Sin embargo, aparte de las potestades mencionadas, la SBIF no tiene otras atribuciones respecto a este tipo de
entidades, por lo que no son entidades fiscalizadas.
Entidades evaluadoras de instituciones financieras (agencias clasificadoras de riesgo)
Las atribuciones que la SBIF asume respecto de estas entidades se traducen en verificar que cumplan los
requisitos necesarios para su inscripción, además de mantener un registro respecto de ellas.
El marco regulatorio está dado por la LGB (Art. 14 y 154), como también por la Ley N° 18.045 (Artículo 72 y
siguientes) en caso que, además, clasifiquen valores de oferta pública emitidos por bancos (art. 94 LMV).
Evaluación del riesgo de crédito y suficiencia de provisiones
Es responsabilidad del Directorio de cada banco que la institución cuente con políticas y procedimientos para
evaluar integralmente el riesgo de crédito de sus operaciones de préstamos y de su cartera de colocaciones,
acordes con el tamaño, la naturaleza y la complejidad de sus negocios crediticios.
Esas políticas y procedimientos deben ser documentados y conocidos por todo el personal involucrado con el
otorgamiento de créditos y con la evaluación de la cartera.
El Directorio tiene la responsabilidad de velar por que el banco cuente con procesos apropiados de
evaluación integral del riesgo de crédito y controles internos efectivos acordes con el tamaño, la naturaleza y la
complejidad de sus operaciones de crédito, que aseguren mantener en todo momento un nivel de provisiones
suficiente para sustentar pérdidas atribuibles a incumplimientos esperados e incurridos de la cartera de
colocaciones, en concordancia con las políticas y procedimientos que el banco tenga para esos efectos.
Para desempeñar esas responsabilidades, el Directorio y la alta administración de cada banco deben asegurarse
que se desarrollen y apliquen sistemáticamente los procesos apropiados para la determinación de las
provisiones, que se incorpore toda la información disponible para la evaluación de los deudores y sus créditos y
que esos procesos estén funcionando correctamente.
Los bancos deben mantener permanentemente evaluada la totalidad de su cartera de colocaciones y sus créditos
contingentes, a fin de constituir oportunamente las provisiones necesarias y suficientes para cubrir las pérdidas
esperadas asociadas a las características de los deudores y de sus créditos, que determinan el comportamiento de
pago y la posterior recuperación.
Para ese efecto, se deberán utilizar los modelos o métodos de evaluación que sean más apropiados para el tipo de
cartera u operaciones que realicen, ciñéndose a las pautas generales establecidas en los N°s. 2 y 3 siguientes.
En concordancia con lo indicado en el numeral anterior, dichos modelos, como asimismo las modificaciones en su
diseño y su aplicación, deberán ser aprobados por el Directorio del banco, debiendo quedar constancia de ello en el
acta de la respectiva sesión.
Al tratarse de agencias de bancos extranjeros, dicha aprobación deberá obtenerse de su Casa Matriz. En las demás
disposiciones de la presente norma en que se mencione al Directorio, también se entenderá referido, respecto de
tales agencias, a la autoridad correspondiente de su Casa Matriz.
Modelos basados en el análisis individual de los deudores
La evaluación individual de los deudores es necesaria cuando se trate de empresas que, por su tamaño,
complejidad o nivel de exposición con la entidad, se requiera conocerlas y analizarlas en detalle.
Como es natural, el análisis de los deudores debe centrarse en su calidad crediticia, dada por la capacidad y
disposición para cumplir con sus obligaciones, mediante información suficiente y confiable, debiendo analizarse
también sus créditos en lo que se refiere a garantías, plazos, tasas de interés, moneda, reajustabilidad, etc.
Para efectos de constituir las provisiones, los bancos deben primeramente evaluar la calidad crediticia y
encasillar a los deudores y sus operaciones referidas a colocaciones y créditos contingentes, en las categorías que
le correspondan, previa asignación a uno de los siguientes tres estados de cartera: Normal, Subestándar y en
Incumplimiento, los cuales se definen en los numerales 2.1 y 2.2 siguientes. Los factores mínimos a considerar
para evaluar y proceder a clasificar a los deudores se detallan más adelante.
Carteras en cumplimiento Normal y Subestándar
La Cartera en Cumplimiento Normal comprende a aquellos deudores cuya capacidad de pago les permite cumplir con
sus obligaciones y compromisos, y no se visualiza, de acuerdo a la evaluación de su situación económico-financiera,
que esta condición cambie. Las clasificaciones asignadas a esta cartera son las categorías A1 hasta A6, de la siguiente
escala y cuyas definiciones se establecen en el numeral 2.1.1.
La Cartera Subestándar incluirá a los deudores con dificultades financieras o empeoramiento significativo de su
capacidad de pago y sobre los que hay dudas razonables acerca del reembolso total de capital e intereses en los
términos contractualmente pactados, mostrando una baja holgura para cumplir con sus obligaciones financieras en el
corto plazo.
Formarán parte de la Cartera Subestándar, además, aquellos deudores que en el último tiempo han presentado
morosidades superiores a 30 días. Las clasificaciones asignadas a esta cartera son las categorías B1 hasta B4 de la escala de
clasificación que se especifica a continuación y cuyas definiciones se establecen en el numeral 2.1.1.
Como resultado de un análisis individual de esos deudores, los bancos deben clasificar a los mismos en las siguientes
categorías; asignándoles, subsecuentemente, los porcentajes de probabilidades de incumplimiento y de pérdida dado el
incumplimiento que dan como resultado el consiguiente porcentaje de pérdida esperada:
Factores mínimos a considerar para el encasillamiento de deudores.
Los bancos deben contar con procedimientos formalizados para evaluar y clasificar a sus deudores conforme
a su calidad crediticia y a las condiciones que deben darse para encasillarlos en las categorías de riesgo
mencionadas en el numeral 2.1.1 anterior, considerando al menos los factores descritos a continuación, los que
deberán ser complementados con criterios internos específicos delineados en la política y documentación de
gestión de riesgo de crédito referidas en el numeral 1.1 anterior.
Cartera en Incumplimiento:
La Cartera en incumplimiento incluye a los deudores y sus créditos para los cuales se considera remota su
recuperación, pues muestran una deteriorada o nula capacidad de pago. Forman parte de esta cartera los deudores que
han dejado de pagar a sus acreedores (en default) o con indicios evidentes de que dejarán de hacerlo, así como también
aquellos para los cuales es necesaria una reestructuración forzosa de sus deudas, disminuyendo la obligación o
postergando el pago del principal o los intereses y, además, cualquier deudor que presente un atraso igual o superior a
90 días en el pago de intereses o capital de algún crédito.
Esta cartera se encuentra conformada por los deudores pertenecientes a las categorías C1 hasta C6 de la escala de
clasificación que se establece más adelante y todos los créditos, inclusive el 100% del monto de créditos contingentes,
que mantengan esos mismos deudores.