7. DANIEL 7.

Descargar como pptx, pdf o txt
Descargar como pptx, pdf o txt
Está en la página 1de 36

EL CUERNO PEQUEÑO GUERREA

CONTRA LOS SANTOS.


Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra
los santos, y los vencía, DAN 7:21.
Entonces tuve deseo de saber la verdad
acerca de la cuarta bestia, que era tan
diferente de todas las otras, espantosa en
gran manera, que tenía dientes de hierro y
uñas de bronce, que devoraba y
desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus
pies; asimismo acerca de los diez cuernos que
tenía en su cabeza, y del otro que le había
salido, delante del cual habían caído tres; y
este mismo cuerno tenía ojos, y boca que
hablaba grandes cosas, y parecía más grande
que sus compañeros. DAN 7:19-20.
LA TRES BESTIAS QUE FALTAN.
a. las bestias surgen del mar. En el primer año de Belsasar rey
de Babilonia tuvo Daniel un sueño, y visiones de su cabeza
mientras estaba en su lecho; luego escribió el sueño, y relató lo
principal del asunto. 2 Daniel dijo: Miraba yo en mi visión de
noche, y he aquí que los cuatro vientos del cielo combatían en
el gran mar. 3 Y cuatro bestias grandes, diferentes la una de la
otra, subían del mar.4 La primera era como león, y tenía alas de
águila. Yo estaba mirando hasta que sus alas fueron
arrancadas, y fue levantada del suelo y se puso enhiesta sobre
los pies a manera de hombre, y le fue dado corazón de
hombre. 5 Y he aquí otra segunda bestia, semejante a un oso,
la cual se alzaba de un costado más que del otro, y tenía en su
boca tres costillas entre los dientes; y le fue dicho así:
Levántate, devora mucha carne. 6 Después de esto miré, y he
aquí otra, semejante a un leopardo, con cuatro alas de ave en
sus espaldas; tenía también esta bestia cuatro cabezas; y le fue
dado dominio. 7 Después de esto miraba yo en las visiones de
la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa y terrible y en
gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes grandes de
hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba con sus
pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi antes de
ella, y tenía diez cuernos. DAN 7:1-7.
Me dijo también: Las aguas que has visto donde
la ramera se sienta, son pueblos,
muchedumbres, naciones y lenguas. APOC
17:15.
b. Estas bestias son reinos. Se me turbó el
espíritu a mí, Daniel, en medio de mi cuerpo, y
las visiones de mi cabeza me asombraron. 16
Me acerqué a uno de los que asistían, y le
pregunté la verdad acerca de todo esto. Y me
habló, y me hizo conocer la interpretación de las
cosas. 17 Estas cuatro grandes bestias son
cuatro reyes que se levantarán en la tierra. DAN
7:15-17.
A Daniel se le dio una visión de bestias feroces
que representan los poderes de la tierra.
4CBA:1193.
La profecía ha anunciado el
levantamiento y la caída de los
grandes imperios del mundo:
Babilonia, Medo-Persia, Grecia y
Roma. La historia se repitió con
cada una de ellas, lo mismo que
con naciones menos poderosas.
Cada una tuvo su período de
prueba, fracasó, su gloria se
marchitó, perdió su poder, y su
lugar fue ocupado por otra. ED
177.
Dijo así: La cuarta bestia será un cuarto reino
en la tierra, el cual será diferente de todos
los otros reinos, y a toda la tierra devorará,
trillará y despedazará. Y los diez cuernos
significan que de aquel reino se levantarán
diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el
cual será diferente de los primeros, y a tres
reyes derribará. DAN 7:23-24.
Los romanos dieron el nombre de “barbaros”
a los pueblos indo-europeos que habitaban al
norte del rin y el Danubio. A partir del siglo V
los pueblos germanos ocuparon el imperio
Romano de occidente: los Suevos, Alanos,
Vándalos y visigodos en España: Francos y
burgundios en las Galias, Anglosajones en
Inglaterra; Alemanes, etc., en Germania;
Ostrogodos y Lombardos en Italia. (Dicc.
Lexus, 1996, art. hunos)
En el año 476 Odoacro, de las tribus de los
hérulos se proclamó rey marcando así el fin de
este Imperio del occidente. (Historia y lengua de
Jorge Díaz Mosto (serie PUN pág. 187).

Lista de las naciones invasoras. Suevos, Alanos,


Vándalos, Visigodos, Francos, Burgundios,
Anglosajones, Hérulos, Ostrogodos y lombardos.
Mientras yo contemplaba los cuernos, he
aquí que otro cuerno pequeño salía entre
ellos, y delante de él fueron arrancados
tres cuernos de los primeros; y he aquí
que este cuerno tenía ojos como de
hombre, y una boca que hablaba grandes
cosas. Y los diez cuernos significan que de
aquel reino se levantarán diez reyes; y
tras ellos se levantará otro, el cual será
diferente de los primeros, y a tres reyes
derribará. DAN 7:8,24.
¿QUIEN ES EL CUERNO PEQUEÑO?
En el año 313, junto con Licinio proclamó el edicto de
Milán, por el cual se daba libertad religiosa a todos los
ciudadanos del imperio, pero que especialmente
beneficiaba a los cristianos. La conversión nominal de
Constantino, a principios del siglo cuarto, causó gran
regocijo; y el mundo, disfrazado con capa de rectitud, se
introdujo en la iglesia. Desde entonces la obra de
corrupción progresó rápidamente. 54 El paganismo que
parecía haber sido vencido, vino a ser el vencedor. Su
espíritu dominó a la iglesia. Sus doctrinas, ceremonias y
supersticiones se incorporaron a la fe y al culto de los que
profesaban ser discípulos de Cristo. Esta avenencia entre
el paganismo y el cristianismo dio por resultado el
desarrollo del "hombre de pecado" predicho en la profecía
como oponiéndose a Dios y ensalzándose a sí mismo sobre
Dios. Ese gigantesco sistema de falsa religión es obra
maestra del poder de Satanás, un monumento de sus
esfuerzos para sentarse él en el trono y reinar sobre la
tierra según su voluntad. CS 53-54.
Mejor, "otro cuerno, uno
pequeño". Aunque pequeño al
comienzo, este cuerno es descrito
posteriormente como "más
grande que sus compañeros". Se
verá que esto simboliza la
continuación del poder romano
mediante la Iglesia Romana. "De
las ruinas de la Roma política se
levantó el gran imperio moral en
la 'forma gigante' de la Iglesia
Romana" (A. C. Flick, The Rise of
the Mediaeval Church, 1900, p.
150).
Este cuerno mataba
y destruía. Y veía yo
que este cuerno
hacía guerra contra
los santos, y los
vencía, DAN 7:21.
Los sufrimientos de valdenses.
Año 1487. El Papa Inocente VIII (1484-1492) levantó
una cruzada contra los valdenses (vaudois) en Francia
prometiendo “la remisión de todos sus pecados a todo
aquel que matara a un hereje” (C,
257). “Representantes del papado siguieron
devastando pueblos y villas hasta mediados del Siglo
XVI. … El rey francés Francis I armó una cruzada contra
los valdenses de Provence, la cual resultó ser,
efectivamente, una genocida que los exterminó en
Francia para el año 1545” En Merindol,
Francia, quinientas mujeres valdenses fueron
quemadas en un establo donde se habían refugiado de
los católicos. Muchas mujeres fueron ultrajadas a la
mira de todos. Los hijos de los valdenses fueron
asesinados en presencia de sus padres. Algunos fueron
tirados desde peñascos. Otros fueron arrastrados
desnudos por las calles. (www.wikipedia.org
Artículo Waldenses)
Mas entre los que resistieron las intrusiones del poder
papal, los valdenses fueron los que más sobresalieron. En el
mismo país en donde el papado asentara sus reales fue
donde encontraron mayor oposición su falsedad y
corrupción. Las iglesias del Piamonte mantuvieron su
independencia por algunos siglos, pero al fin llegó el tiempo
en que Roma insistió en que se sometieran. Tras larga serie
de luchas inútiles, los jefes de estas iglesias reconocieron
aunque de mala gana la supremacía de aquel poder al que
todo el mundo parecía rendir homenaje. Hubo sin embargo
algunos que rehusaron sujetarse a la autoridad de papas o
prelados. Determinaron mantenerse leales a Dios y
conservar la pureza y sencillez de su fe. Se efectuó una
separación. Los que permanecieron firmes en la antigua fe
se retiraron; algunos, abandonando sus tierras de los Alpes,
alzaron el pendón de la verdad en países extraños; otros se
refugiaron en los valles solitarios y en los baluartes
peñascosos de las montañas, y allí conservaron su libertad
para adorar a Dios. CS 69.
La fe que por muchos siglos sostuvieron y enseñaron los
cristianos valdenses contrastaba notablemente con las
doctrinas falsas de Roma. De acuerdo con el sistema
verdaderamente cristiano, fundaban su creencia religiosa
en la Palabra de Dios escrita. Pero esos humildes
campesinos en sus obscuros retiros, alejados del mundo y
sujetos a penosísimo trabajo diario entre sus rebaños y
viñedos, no habían llegado de por sí al conocimiento de la
verdad que se oponía a los dogmas y herejías de la iglesia
apóstata. Su fe no era una fe nueva. Su creencia en
materia de religión la habían heredado de sus padres.
Luchaban en pro de la fe de la iglesia apostólica,- "la fe
que ha sido una vez dada a los santos." (S. Judas 3.) 70
"La iglesia del desierto," y no la soberbia jerarquía que
ocupaba el trono de la gran capital, era la verdadera
iglesia de Cristo, la depositaria de los tesoros de verdad
que Dios confiara a su pueblo para que los diera al
mundo. CS 69-70.
La misma existencia de estos creyentes que guardaban la fe de la
primitiva iglesia era un testimonio constante contra la apostasía de
Roma, y por lo tanto despertaba el odio y la persecución más
implacables. Era además una ofensa que Roma no podía tolerar el que
se negasen a entregar las Sagradas Escrituras.
Determinó raerlos de la superficie de la tierra. Entonces empezaron las
más terribles cruzadas contra el pueblo de Dios en sus hogares de las
montañas. Lanzáronse inquisidores sobre sus huellas, y la escena del
inocente Abel cayendo ante el asesino Caín repitióse con frecuencia.
Una y otra vez fueron asolados sus feraces campos, destruídas sus
habitaciones y sus capillas, de modo que de lo que había sido campos
florecientes y hogares de cristianos sencillos y hacendosos no quedaba
más que un desierto. Como la fiera que se enfurece más y más al
probar la sangre, así se enardecía la saña de los siervos del papa con
los sufrimientos de sus víctimas. A muchos de estos testigos de la fe
pura se les perseguía por las montañas y se les cazaba por los valles
donde estaban escondidos, entre bosques espesos y cumbres roqueñas.
Su gran crimen consistía en que no querían adorar a Dios conforme a la
voluntad del papa. Se los buscaba para darles muerte; y con todo, su
sangre regó la semilla sembrada, que no dejó de dar fruto. CS 82,84.
El Papa Inocencio III ¡Despojad a los
herejes de sus tierras. La fe ha
desaparecido, la paz ha muerto, la peste
herética y la cólera guerrera han cobrado
nuevo aliento. Os prometo la remisión de
vuestros pecados a fin de que pongáis
coto a tan grandes peligros. Poned todo
vuestro empeño en destruir la herejía por
todos los medios que Dios os inspira. Con
más firmeza todavía que a los sarracenos,
puesto que son más peligrosos, combatid
a los herejes con mano dura.”
http://www.otraspoliticas.com/politica/p
opulable/
.
Los albigenses.
“para el año 1179, los seguidores de la nueva doctrina
eran tan numerosos, especialmente en el sur de Francia,
que Alejandro III propuso el plan de aplastarlos
físicamente. Inocente III organizó una guerra religiosa
sistemática contra ellos, utilizándose universalmente las
inquisiciones episcopales.” Año 1209. Sesenta mil
personas fueron ultimadas en Beziers, Francia por
mandato de la Iglesia Católica Romana. Año 1211. Cien
mil albigenses (protestantes) fueron muertos en un solo
día en Layaur, Francia y los pueblos aledaños. El
gobernador del área fue ahorcado. Muchos ciudadanos
fueron quemados vivos. Tantos fueron los traspasados por
espada que la sangre corría por las calles. Los católicos
que perpetraron esta masacre celebraban misas solemnes
en medio de la carnicería y glorificaban a Dios por la
“victoria de la iglesia”, aun componiendo un himno en
honor al evento. La nueva enciclopedia Schaff-Herzog,
Tomo VI, Página 2)
Siglo tras siglo la sangre de los santos había sido
derramada. Mientras los valdenses sucumbían en las
montañas del Piamonte "a causa de la Palabra de Dios
y del testimonio de Jesús," sus hermanos, los albigenses
de Francia, testificaban de la misma manera por la
verdad. En los días de la Reforma los discípulos de ésta
habían sucumbido en medio de horribles tormentos.
La "iglesia del desierto," es decir, los pocos
descendientes de los antiguos cristianos que aún
quedaban en Francia en el siglo XVIII, escondidos en las
montañas del sur, seguían apegados a la fe de sus
padres. Cuando se arriesgaban a congregarse en las
faldas de los montes o en los páramos solitarios, eran
cazados por los soldados y arrastrados a las galeras
donde llevaban una vida de esclavos hasta su muerte.
A los habitantes más morales, más refinados e inteligentes de
Francia se les encadenaba y torturaba horriblemente entre
ladrones y asesinos. (Wylie, lib. 22, cap. 6.) Otros, tratados con
más misericordia, eran muertos a sangre fría y a balazos,
mientras que indefensos oraban de rodillas. Centenares de
ancianos, de mujeres indefensas y de niños inocentes, eran
dejados muertos en el mismo lugar donde se habían reunido
para celebrar su culto. Al recorrer la falda del monte o el
bosque para acudir al punto en donde solían reunirse, no era
raro hallar "a cada trecho, cadáveres que maculaban la hierba
o que colgaban de los árboles." Su país, asolado por la espada,
el hacha y la hoguera, "se había convertido en vasto y sombrío
yermo." "Estas atrocidades no se cometieron en la Edad
Media, sino en el siglo brillante de Luis XIV, en que se cultivaba
la ciencia y florecían las letras; cuando los teólogos de la corte
y de la capital eran hombres instruídos y elocuentes y que
afectaban poseer las gracias de la mansedumbre y del amor."
CS 314-315.
La rivalidad política entre
católicos y protestantes franceses
(hugonotes) provocó la matanza
de San Bartolomé en 1572. El rey
Carlos IX y su madre, Catalina de
Médici, temían que los hugonotes
alcanzaran el poder. Por este
motivo, ordenaron el asesinato de
miles de ellos. La matanza
comenzó el 24 de agosto en París
y se extendió a las provincias.4
https://es.wikipedia.org/wiki/Matanza_de_San_Bartolo
m%C3%A9
.
Reyes y nobles, mujeres de elevada alcurnia, delicadas
doncellas, la flor y nata de la nación, se habían
recreado viendo las agonías de los mártires de Jesús.
Los valientes hugonotes, en su lucha por los derechos
más sagrados al corazón humano, habían derramado
su sangre en muchos y rudos combates. Los
protestantes eran considerados como fuera de la ley;
sus cabezas eran puestas a precio y se les cazaba como
a fieras.
Pero lo más inicuo que se registra en el lóbrego
catálogo de los crímenes, el más horrible de los actos
diabólicos de aquella sucesión de siglos espantosos, fue
la "matanza de San Bartolomé." Todavía se estremece
horrorizado el mundo al recordar las escenas de
aquella carnicería, la más vil y alevosa que se registra.
El rey de Francia instado por los sacerdotes y prelados de
Roma sancionó tan espantoso crimen. El tañido de una
campana, resonando a medianoche, dio la señal del
degüello. Millares de protestantes que dormían
tranquilamente en sus casas, confiando en la palabra que
les había dado el rey, asegurándoles protección, fueron
arrastrados a la calle sin previo aviso y asesinados a sangre
fría. La matanza continuó en París por siete días, con una
furia indescriptible durante los tres primeros. Y no se limitó a
la ciudad, sino que por decreto especial del rey se hizo
extensiva a todas las provincias y pueblos donde había
protestantes. No se respetaba edad ni sexo. No escapaba el
inocente niño ni el anciano de canas. Nobles y campesinos,
viejos y jóvenes, madres y niños, sucumbían juntos. La
matanza siguió en Francia por espacio de dos meses.
Perecieron en ella setenta mil personas de la flor y nata de
la nación. CS 314-315.
"Cuando la noticia de la matanza llegó a Roma, el regocijo del clero
no tuvo límites. El cardenal de Lorena premió al mensajero con mil
duros; el cañón de San Angelo tronó en alegres salvas; se oyeron
las campanas de todas las torres; innumerables fogatas
convirtieron la noche en día; y Gregorio XIII acompañado de los
cardenales y otros dignatarios eclesiásticos, se encaminó en larga
procesión hacia la iglesia de San Luis, donde el cardenal de Lorena
cantó el Te Deum.... Se acuñó una medalla para conmemorar la
matanza, y aun pueden verse en el Vaticano tres frescos de Vasari,
representando la agresión contra el almirante, al rey en el concilio
maquinando la matanza, y la matanza misma. Gregorio envió a
Carlos la Rosa de Oro; y a los cuatro meses de la matanza, . . .
escuchó complacido el sermón de un sacerdote francés, . . . que
habló de 'ese día tan lleno de dicha y alegría, cuando el santísimo
padre recibió la noticia y se encaminó hacia San Luis en solemne
comitiva para dar gracias a Dios.' " -H. White, The Massacre of St.
Bartholomew, cap. 14. CS 316.
LA INQUISICION.
Os expulsarán de las sinagogas; y aun viene la hora
cuando cualquiera que os mate, pensará que rinde
servicio a Dios. Jn 16:2.
“Bajo la influencia de las costumbres y los
conceptos germánicos, se usó muy poco la tortura
desde el siglo IX hasta el XII, pero con el
resurgimiento de la legislación romana esa
costumbre se restableció en el siglo XII… en 1252
(el papa) Inocencio IV sancionó la aplicación de
tortura por parte de las autoridades civiles a los
herejes, y la tortura llegó a ocupar un lugar
reconocido en el procedimiento de los tribunales
de la Inquisición.” New Catholic Encyclopedia
“Torture”.
“Por profesar una fe contraria a la Iglesia de Roma, la
historia registra el martirio de más de cien millones de
personas.” (Brief Bible Readings, pág. 16)
“Ningún protestante que tenga conocimiento
competente de la historia, pondrá en tela de juicio que la
iglesia de Roma ha derramado más sangre inocente que
ninguna otra institución que jamás haya existido en la
humanidad. . . es imposible formarse una idea completa
de la multitud de sus víctimas.” W. E. H. Lecky, History of
the Rise and Influence of the Spirit of Rationalism in
Europe, (Historia del Desarrollo y la Influencia del
Espíritu de Racionalismo en Europa, tomo 2, pág. 32,
edición del año 1910).
“Se calcula. . . un promedio de 40.000 homicidios
religiosos por cada año de existencia papal.” (John
Dowling, The History of Romanism, págs. 541-542)
En el siglo XIII se estableció la más terrible de las
maquinaciones del papado: la Inquisición. El
príncipe de las tinieblas obró de acuerdo con los
jefes de la jerarquía papal. En sus concilios
secretos, Satanás y sus ángeles gobernaron los
espíritus de los hombres perversos, mientras que
invisible acampaba entre ellos un ángel de Dios que
llevaba apunte de sus malvados decretos y escribía
la historia de hechos por demás horrorosos para
ser presentados a la vista de los hombres.
"Babilonia la grande" fue "embriagada de la
sangre de los santos." Los cuerpos mutilados de
millones de mártires clamaban a Dios venganza
contra aquel poder apóstata. CS 64.
DIOS TUVO QUE INTERVENIR.
Dios no le dio más tiempo. Y
hablará palabras contra el
Altísimo, y a los santos del
Altísimo quebrantará, y pensará
en cambiar los tiempos y la ley; y
serán entregados en su mano
hasta tiempo, y tiempos, y medio
tiempo. DAN 7:25.
El período profético del cuerno pequeño comenzó en 538 d. C., cuando
los ostrogodos abandonaron el asedio a Roma, y el obispo de Roma,
liberado del dominio arriano, quedó libre para ejercer las
prerrogativas del decreto de Justiniano de 533, y aumentar de allí en
adelante la autoridad de la "Santa Sede" (ver com. vers. 8).
Exactamente 1.260 años más tarde (1798) las espectaculares victorias
de los ejércitos de Napoleón en Italia pusieron al papa a merced del
gobierno revolucionario francés, quien informó a Bonaparte que la
religión romana sería siempre la enemiga irreconciliable de la
república, y que "hay una cosa aún más esencial para alcanzar el fin
deseado, y eso es destruir, si es posible, el centro de unidad de la
iglesia romana, y depende de Ud., que reúne en su persona las más
distinguidas cualidades del general y del hábil político, alcanzar esa
meta si lo considera factible" (Id., p. 158). En respuesta a esas
instrucciones y por orden de Napoleón, el general Berthier entró en
Roma con un ejército francés, proclamó que el régimen político del
papado había concluido y llevó al papa prisionero a Francia, donde
murió en el exilio. El derrocamiento del papado en 1798 marca el
pináculo de una larga serie de acontecimientos vinculados con su
decadencia progresiva, y también la conclusión del período profético
de los 1.260 años. Ver la Nota Adicional al fin de este capítulo, donde
hay un bosquejo más completo del surgimiento y la decadencia del
papado. 4CBA 860.
DIOS LE QUITARA SU DOMINIO AL CUERNO
PEQUEÑO.
Y veía yo que este cuerno hacía guerra
contra los santos, y los vencía, hasta que vino
el Anciano de días, y se dio el juicio a los
santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los
santos recibieron el reino. Pero se sentará el
Juez, y le quitarán su dominio para que sea
destruido y arruinado hasta el fin, y que el
reino, y el dominio y la majestad de los
reinos debajo de todo el cielo, sea dado al
pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino
es reino eterno, y todos los dominios le
servirán y obedecerán. DAN 7:21-22, 26-27.
Existe una necesidad de un estudio
más enfocado en la palabra de Dios,
especialmente de Daniel y Apocalipsis
debe recibir nuestra atención como
nunca antes en la historia de nuestra
obra. Pudiéramos tener menos que
decir en algunas líneas respecto al
poder romano y el papado, pero debe
llamar la atención a lo que los profetas
y apósteles ha escrito bajo espiración
del Espíritu de Dios. 16ML: 333.
La iglesia católica le pone actualmente al mundo una cara apacible, y
presenta disculpas por sus horribles crueldades. Se ha puesto vestiduras
como las de Cristo; pero en realidad no ha cambiado. Todos los principios
formulados por el papismo en edades pasadas subsisten en nuestros días.
Las doctrinas inventadas en los siglos más tenebrosos siguen profesándose
aún. Nadie se engañe. El papado que los protestantes están ahora tan
dispuestos a honrar, es el mismo que gobernaba al mundo en tiempos de
la Reforma, cuando se levantaron hombres de Dios con peligro de sus vidas
para denunciar la iniquidad de él. El romanismo sostiene las mismas
orgullosas pretensiones con que supo dominar sobre reyes y príncipes y
arrogarse las prerrogativas de Dios. Su espíritu no es hoy menos cruel ni
despótico que cuando destruía la libertad humana y mataba a los santos
del Altísimo.
El papado es precisamente lo que la profecía declaró que sería: la
apostasía de los postreros días. (2 Tesalonicenses 2:3, 4.) Forma parte de
su política asumir el carácter que le permita realizar mejor sus fines; pero
bajo la apariencia variable del camaleón oculta el mismo veneno de la
serpiente. Declara: "No hay que guardar la palabra empeñada con herejes,
ni con personas sospechosas de herejía." -Lenfant, Histoire du Concile de
Constance, tomo 1, pág. 493. ¿Será posible que este poder cuya historia se
escribió durante mil años con la sangre de los santos, sea ahora
reconocido como parte de la iglesia de Cristo? CS 627-628.
"La Constitución de los Estados Unidos garantiza la libertad de
conciencia. Nada hay más precioso ni de importancia tan
fundamental. El papa Pío IX, en su encíclica del 15 de agosto de
1854, dice: 'Las doctrinas o extravagancias absurdas y erróneas
en favor de la libertad de conciencia, son unos de los errores más
pestilentes: una de las pestes que más se debe temer en un
estado.' El mismo papa, en su encíclica del 8 de diciembre de
1864, anatematizó 'a los que sostienen la libertad de conciencia y
de cultos' como también 'a cuantos aseveran que la iglesia no
puede emplear la fuerza.'"El tono pacífico que Roma emplea en
los Estados Unidos no implica un cambio de sentimientos. Es
tolerante cuando es impotente. El obispo O'Connor dice: 'La
libertad religiosa se soporta tan sólo hasta que se pueda practicar
lo opuesto sin peligro para el mundo católico.' . . . El arzobispo de
Saint Louis dijo un día: 'La herejía y la incredulidad son crímenes;
y en los países cristianos como Italia y España, por ejemplo,
donde todo el pueblo es católico y donde la religión católica es
parte esencial de la ley del país, se las castiga como a los demás
crímenes.'. . CS 620-621.
La iglesia papal no abandonará nunca su pretensión a la
infalibilidad. Todo lo que ha hecho al perseguir a los que
rechazaban sus dogmas lo da por santo y bueno; ¿y quién
asegura que no volvería a las andadas siempre que se le
presentase la oportunidad? Deróguense las medidas
restrictivas impuestas en la actualidad por los gobiernos
civiles y déjesele a Roma que recupere su antiguo poder y
se verán resucitar en el acto su tiranía y sus persecuciones.
CS 620.
Si por la legislación el papismo y sus principios vuelven a
tener poder, se volverán a encender los fuegos de la
persecución contra aquellos que no sacrifiquen su
conciencia y la verdad en deferencia a los errores
populares. Este mal está a punto de producirse. 2JT 319.
CONCLUSION.
No temas en nada lo que vas a
padecer. He aquí, el diablo echará
a algunos de vosotros en la cárcel,
para que seáis probados, y
tendréis tribulación por diez días.
Sé fiel hasta la muerte, y yo te
daré la corona de la vida. APOC
2:10

También podría gustarte