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Francisco Farnesio

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Francisco Farnesio
Duque de Parma, Piacenza y de Castro

Reinado
11 de diciembre de 1694-26 de febrero de 1727
Predecesor Ranuccio II
Sucesor Antonio
Información personal
Nacimiento 19 de mayo de 1678
Parma,  Ducado de Parma
Fallecimiento 26 de febrero de 1727 (48 años)
Piacenza, Ducado de Piacenza
Sepultura Santuario de Santa María de la Steccata
Familia
Dinastía Farnesio
Padre Ranuccio II Farnesio
Madre María de Este
Consorte Dorotea Sofía del Palatinado-Neoburgo

Francisco Farnesio (en italiano, Francesco Farnese; Parma, 19 de mayo de 1678-Piacenza, 26 de febrero de 1727) fue el séptimo duque de Parma y Piacenza. Gracias a su labor, los Farnesio entraron de nuevo en el centro de la gran política.

Primeras experiencias de gobierno

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Francisco era hijo del duque Ranuccio II de Parma y de su tercera esposa, María de Este. Sucedió a su padre en el gobierno del Ducado de Parma con tan solo 16 años de edad, en diciembre de 1694. Era tímido y balbuceante, pero dotado de una inteligencia vivaz y del instinto político de todos los grandes de su familia.

En mayo de 1695 recibió el juramento de las ciudades de Parma y Piacenza y, a su vez, envió una delegación a Roma para renovar el juramento del papa que lo confirmase en el cargo de Gonfaloniere di Santa Romana Chiesa.

La situación financiera era, no obstante, desastrosa. Para tratar de sanearla, Francisco anuló todos los gastos innecesarios de la corte, licenciando gran parte de la servidumbre, de los músicos, de los bufones y enanos. Abolió además espectáculos, fiestas de corte y banquetes.

El 8 de diciembre de 1695, para no pagar la dote y continuar ligado a la Casa de Austria, se casó con la viuda de su hermano, Eduardo II Farnesio, la condesa palatina Dorotea Sofía de Neoburgo.

Agravaban aún más la situación las cláusulas del Tratado de Turín y del Tratado de Vigevano de 1696, que obligaban al ducado al mantenimiento de las tropas alemanas acuarteladas en sus plazas fuertes.

El primer banco de prueba diplomática para el duque se cimentó en la Conferencia de Ryswick de 1697, a la cual envió al marqués Pier Maria Dalla Rosa con el encargo de tratar una vez más la causa del Ducado de Castro. Desgraciadamente para él, las grandes potencias no quisieron ocuparse del problema, que consideraban demasiado local, y el emisario del duque pudo participar solo marginalmente en la conferencia.

En enero de 1698, Francisco, para aumentar el lustre de su familia, solicitó ser nombrado gran maestre de la Sagrada Orden Militar Constantiniana de San Jorge, que estaba en poder de Giovanni Andrea Angelo Flavio Commeno, príncipe de Macedonia y conde de Drivasto y de Durazzo. El traspaso fue ratificado con el breve apostólico "Sincerae fidei" del 24 de octubre por el papa Inocencio XII. La investidura del nuevo gran maestre tuvo lugar, no obstante, en 1700 en la Iglesia de Santa Maria della Steccata de Parma que, desde entonces, de convirtió en la sede de la Orden.

La guerra de sucesión española

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Con la muerte en 1700 del rey Carlos II de España sin descendencia, y su testamento en favor de Felipe de Anjou, se abrió el problema sucesorio que llevó a la llamada guerra de sucesión española. Naturalmente, la guerra se extendió también a Italia y más precisamente a los territorios del ducado. El duque tuvo que preparar algunos contingentes militares pidiendo ayuda a la Iglesia. El papa, no obstante, no quería decantarse por ninguno de los pretendientes al trono español, considerando al ducado como un territorio bajo su influencia, aconsejó la neutralidad y pidió que fuesen izados sus estandartes en las ciudades ducales. Ante esta situación, Francisco decidió seguir los consejos del papa y consiguió mantenerse alejado de ambas partes, buscando obtener indemnizaciones, jamás conseguidas, por las ocupaciones alemanas y al mismo tiempo obsequiando al comandante de las tropas franco-españolas, Luis José de Vendôme, que había llegado a Italia. Cuando este volvió a Francia en 1706, se llevó consigo a Giulio Alberoni, el presbítero del ducado, que hasta 1702 había sido el emisario del duque Farnesio ante el ejército francés. En aquellos años, Alberoni defendió siempre su tierra y continuó haciéndolo aun cuando pasó al servicio de Francia y España. No obstante, la retirada francesa, las tropas imperiales continuaron acuarteladas en los territorios ducales a expensas del duque que, el 14 de diciembre de 1706, se vio obligado a pagar 140.000 florines a las tropas del príncipe Eugenio de Saboya. La Santa Sede le prohibió pagar, pero éste, ante aquella situación, no pudo hacer nada. En 1709, el emperador le impuso la investidura de sus ciudades como feudos imperiales. Francisco no aceptó nunca esta situación, que cambió en 1711 con la muerte del emperador José I, al cual sucedió su hermano, el archiduque Carlos, que dejó el trono español a Felipe V.

El Ducado y España

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Muerto el duque de Vendôme, el cardenal Alberoni fue nombrado representante del duque de Parma en Madrid y creado conde. En el cuadro de la política europea las potencias europeas buscaban ya un redimensionamiento del Imperio en favor de España, y en esta óptica se incluyeron los Farnesio que, presentes en el Tratado de Utrecht de 1713, volvieron a reivindicar inútilmente Castro y Ronciglione. Sin embargo, Italia fue sacrificada sobre el altar austríaco. Muerta la esposa de Felipe V, Alberoni, empujado por la princesa de los Ursinos, convenció al rey español a casarse con Isabel Farnesio, hijastra y sobrina del duque Francisco. Isabel era hija de Dorotea Sofía de Neoburgo y de Eduardo II Farnesio. Fuerte por el apoyo español, el duque inició una política fuertemente antiaustríaca, de la cual nacieron la infortunadas empresas españolas de Cerdeña y Sicilia, que llevaron a la caída de Alberoni.

En 1717, el duque participó en la guerra veneciana contra los turcos, mandando un regimiento constantiniano a Dalmacia. El regimiento combatió valerosamente hasta el final de la guerra.

Las mayores preocupaciones de Francisco, sin embargo, eran la falta de un heredero y la reticencia de su hermano Antonio al matrimonio, por lo cual, después de la Paz de La Haya y con el Tratado de Londres de 1718, nombró como heredero a Carlos, hijo de Felipe V e Isabel de Farnesio, sucesión obstaculizada tanto por el papa como por el emperador. Para consolidar el frente antiaustríaco, la diplomacia farnesiana, trató de resolver el desacuerdo entre Francia y España, pero antes de conseguirlo le sorprendió la muerte. Era el 26 de febrero de 1727. El duque tenía tan solo 48 años.

El balance de su reinado

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Su reinado fue iluminado. Buscó la paz a toda costa, limitó los gastos de la corte para gravar de tasas a sus súbditos y distribuyó más equitativamente la carga fiscal. Construyó una obra hidráulica para defender la ciudad de Piacenza de la erosión del Po. Favoreció la ampliación de la Universidad de Parma y del Collegio dei Nobili, impulsando el estudio del derecho público, de la historia, la lengua y la geografía. Protegió además a artistas, músicos y dramaturgos. En 1712 inició los trabajos de reestructuración de la rocca de Colorno, terminados en 1730.

Ancestros

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Biografía

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  • Emilio Nasalli Rocca, I Farnese, dell’Oglio editore, 1969
  • Giovanni Drei, I Farnese grandezza e decadenza di una dinastía italiana, La Libreria dello Stato, Roma 1954


Predecesor:
Ranuccio II
Duque de Parma
11 de diciembre de 1694-26 de febrero de 1727
Sucesor:
Antonio