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Zacarías Santamaría Aramendía

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Zacarías Santamaría Aramendía
Información personal
Nacimiento 10 de junio de 1897 Ver y modificar los datos en Wikidata
Oteiza (España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Fallecimiento 20 de agosto de 1986 Ver y modificar los datos en Wikidata (89 años)
Abadía del monasterio de la Oliva (España) Ver y modificar los datos en Wikidata
Información profesional
Ocupación Monje y místico Ver y modificar los datos en Wikidata
Orden religiosa Orden del Císter Ver y modificar los datos en Wikidata

Zacarías Santamaría Aramendía (Oteiza de la Solana, Navarra, 10 de junio de 1897 - Monasterio de Santa María la Real de la Oliva, Carcastillo, 20 de agosto de 1986) fue un monje y místico navarro.

Notas biográficas

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Huérfano desde niño, de sus siete hermanos se hicieron cargo varios vecinos del pueblo. Él continuó en casa y con los años reunió de nuevo a sus hermanos formando una familia sostenida con el trabajo en el campo de él y su hermano Dionisio. Aunque esta no fue una situación duradera. Descrito como un joven rudo y melancólico, a sus 17 años, buscando libertad y autonomía ingresó voluntario en el ejército y acabó destinado al Regimiento Constitución de Pamplona. Al poco tiempo, aquel soldado uniformado pasaba las horas libres de la tarde en meditación y oración en la pequeña iglesia de san Fermín de Aldapa. En esta etapa conoce a Onofre Larumbe, sacerdote y una persona clave en la orientación de su futuro. Probablemente en estos años vivió una profunda experiencia religiosa que más tarde sería continuada a través de una vida de trabajo, silencio y oración cuando le fuera posible. Completó su servicio militar destinado en el África colonial española.[1]

Iglesia del monasterio trapense de Santa María de la Oliva

De regreso a Navarra, sin visitar su familia se dirigió al monasterio cisterciense de Santa María de la Oliva pidiendo ser admitido. Era el 16 de agosto de 1928. Sin otra cultura que la adquirida en la escuela de su pueblo, solicitaba ser hermano converso. Hacía escasamente dos años que una pequeña comunidad de monjes de la Orden Cisterciense de la Estricta Observancia había restaurado la vida monástica en el antiguo monasterio de la Oliva, fundado en la Edad Media, con todo el rigor primitivo de la Regla de San Benito, estricto silencio y con la sobriedad trapenses. El 19 de marzo de 1934 hizo la profesión solemne como monje. Él mismo definía la labor de un hermano converso como “un monje de oración intensa, trabajo fuerte y austero”[2]​ Pero de nuevo la vida le devolvió al contacto con la cara más dura de la sociedad: de enero de 1937 a diciembre de 1940 fue movilizado para formar parte del ejército franquista y destinado a los combates del frente de Aragón.[3]

Como hermano converso, ejerció en el monasterio de responsable de la organización del trabajo de los obreros y caballerías y de la explotación de los extensos campos y las huertas del cenobio. También de la subsistencia material de este. A pesar del contacto con los trabajadores y los múltiples trabajos, seguía en oración y encontraba momentos para el recogimiento en medio del trabajo. Siguiendo el planteamiento de los trapenses de hacer vida contemplativa, con énfasis en la vida sencilla y el trabajo manual, sobre todo agrícola. Después de años, y debido a sufrir asma y problemas estomacales, pasó a trabajar en la cocina. Finalmente fue el responsable de la portería y de atender a los huéspedes. La Biblia, el prólogo del evangelio según Juan que releía a menudo, Teresa de Ávila y De la imitación de Cristo de Tomás de Kempis, eran sus principales lecturas.[4]

Todos los ratos de reposo, así como los domingos por la tarde, los pasaba en un rincón de la iglesia. Sentado sobre los talones y el cuerpo plegado en profunda oración y meditación. Afirmaba que "para mí el gran día es el domingo, la tarde del domingo, pasada con Dios, sólo con Dios, en oración".[5]​ Preguntado cómo estaba tanto tiempo así, él respondía, con una sonrisa, que los enamorados sólo desean pasar el máximo tiempo juntos, uno con el otro.

Sepultura del Hermano Zacarías

Murió el 20 de agosto de 1986, festividad de San Bernardo de Claraval, que fuera gran reformador de la orden. Con la habitual discreción del Císter, no se hizo ninguna publicidad de su muerte. Sin embargo, la noticia corrió rápidamente por toda la comarca circundante y al día siguiente, en la misa de réquiem, la iglesia del monasterio se llenó de gente para despedir al hermano Zacarías a quien tenían como una persona nada común, que respiraba bondad y con una sonrisa siempre en los labios.[6]

Referencias

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Bibliografía

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  • Tellechea Idígoras, J. Ignacio (2000). El pájaro extraño. Hermano Zacarías. San Sebastián: Michelena. 

Enlaces externos

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