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Parece que el Dios del cielo
Se amostrase retobao,
Al mirar tanto pecao
Como se vé en este suelo.
Y es cosa de bendecir
Cuando el Señor la serena,
Sobre ancha cama de arena
Obligándola á dormir.
Y es muy lindo ver nadando
A flor de agua algun pescao:
Van, como plata, cuñao,
Las escamas relumbrando.
—¡Ah Pollo! Ya comenzó
A meniar taba: ¿y el caso?
Dice muy bien, amigaso:
Seguiré contandoló:
El lienzo otra vez alzaron
Y apareció un bodegon,
Ande se armó una runion
En que algunos se mamaron.
Un Don Valentin, velay,
Se hallaba allí en la ocasion,
Capitan, muy guapeton,
Que iba á dir al Paraguay.