Del francés acné y este del neolatín acne, a su vez una transcripción errónea del griego clásico ἀκμή (akmé, "cima"), por la forma apicada de las lesiones. La etimología que propone la Academia, derivada del griego antiguo ἄχνη (ákhne, "espuma"), carece por completo de mérito, dada la precisa identificación del error de transcripción en la obra del médico bizantino Aecio de Amida.
Todo esto hace suponer una relación, si bien confusa, entre la secreción sebácea (y su secuela, el acné) y la secreción interna testicular.Gregorio Marañón & Alfonso Balcells Gorina. Manual de diagnóstico etiológico. 1991. ISBN: 9788423961498.
Ejemplo:
Una de Las Tres Damas, vaya usted a saber cuál, la de la letra picuda que había eliminado la uve de su alfabeto, recuerda la preocupación colectiva cuando en el rostro del Vate, hasta entonces terso y delicado, aparecieron las avanzadillas del acné juvenil. Todas se disputaban el honor de reventárselas, todas le aplicaron simultánea o sucesivamente los remedios de toda garantía (que quizá se anulasen los unos a los otros al ser aplicados con precipitación).Gonzalo Torrente Ballester. La saga/fuga de J.B. Página 197. Editorial: Alianza Editorial. 21 feb 2019. ISBN: 9788491814023.