Mummies Quotes

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Cassandra Clare
“Don't stop there. I suppose there are also, what, vampires and werewolves and zombies?"
"Of course there are. Although you mostly find zombies farther south, where the voudun priests are."
"What about mummies? Do they only hang around Egypt?"
"Don't be ridiculous. No one believes in mummies.”
Cassandra Clare, City of Bones

Emily Cale
“Fine, but if and when the zombies team up with the mummies to take over the world, you can't live in my underground bunker.”
Emily Cale, Under Wraps

Ray Bradbury
“How talented was death. How many expressions and manipulations of hand, face, body, no two alike. They stood like the naked pipes of a vast derelict calliope, their mouths cut into frantic vents. And now the great hand of mania descended upon one hundred-throated, unending scream.”
Ray Bradbury

David  Bowles
“Mimicque—zombies—can only be killed with an iron or obsidian blade, so don't think you can just act like the wrestler El Santo in the 1970s film El Santo Versus the Mummies of Guanajuato. If a walking undead is after you, run. Let the experts take care of the zombies.”
David Bowles, Mexican Bestiary

Mokokoma Mokhonoana
“Death is number one on the list of things that we wish were possible to leave behind when we escaped barbarism.”
Mokokoma Mokhonoana

Christopher Dunn
“Because of the tendency of engineers to focus more on engineering matters rather than on archaeology, history, or anthropology, they are often accused of stripping artifacts of their cultural context and cherrypicking the evidence. Yet as an engineer, I strongly argue that the engineering context is, in fact, a cultural context in and of itself--one that is less susceptible to ambiguity than the cultural context of mummies and potsherds, which can be added decades or even centuries after a building has been completed.”
Christopher Dunn, Lost Technologies of Ancient Egypt: Advanced Engineering in the Temples of the Pharaohs

“If Egyptian pyramids were in India, they would become temples and mummies would be prayed as God's”
Dido Stargaze

Seth Fried
“It’s no surprise that small romances began to bubble up throughout the lab. At the time, it seemed to make sense. It wasn’t long before our working together in such close proximity, together with the general excitement of the task at hand, led to lingering glances over calorimeters, colleagues leaning in to share the dual eyepieces on comparison microscopes, the sudden, accidental brush of hands simultaneously attempting to adjust the needle valves of Bunsen burners. When we examined some of the pollen we found in Loeka’s colon, it turned out the cells within the pollen were still intact, which meant that Loeka’s death could be placed sometime during the spring. Spring!”
Seth Fried, The Great Frustration

Ray Bradbury
“Todo el suelo del cementerio parecía un salón de baile luego de una danza frenética, que los participantes habían interrumpido de pronto.”
Ray Bradbury, The Next in Line

Ray Bradbury
“Las calaveras y los huesos no me impresionan —dijo Marie—. No tienen nada de humano. No me asustan. Son como cosas de insectos. Si un niño creciera sin saber que tiene un esqueleto, los huesos no significarían nada para él, ¿no es así? A mí me pasa lo mismo. Esto ha perdido todo lo humano. No se los reconoce y por eso mismo no son horribles. Para que algo sea horrible tiene que haber sufrido un cambio que uno pueda reconocer. No hay cambios aquí. Son todavía esqueletos, lo que fueron siempre. La parte que cambió ha desaparecido y no queda ninguna señal. ¿No es interesante?”
Ray Bradbury, The Next in Line

Ray Bradbury
“No parecían nada más que las estructuras preliminares de un escultor: el marco de alambre, los primeros tendones de arcilla, los músculos y una delgada laca de piel. Estaban sin terminar, los ciento quince.
Tenían el color del pergamino y parecía que la piel había sido puesta a secar, extendida de hueso a hueso. Los cuerpos estaban intactos y solo habían perdido los humores acuosos.”
Ray Bradbury, The Next in Line

Ray Bradbury
“El terrible rebote de la visión, que aumentaba y aumentaba, tomando ímpetu de un pecho hinchado a una boca torcida, de muro a muro, de muro a muro, otra vez, otra vez, como una pelota arrojada en un juego, recogida por unos dientes increíbles, escupida en una corriente que cruzaba el corredor y alcanzada luego por unas garras, alojada entre unos pechos flacos y todo el coro de pie cantando invisiblemente y animando el juego, el juego disparatado de la vista que retrocedía, rebotaba, con repetido movimiento de lanzadera a lo largo de la procesión inconcebible, a través de una sucesión de horrores erectos que terminaba al fin y de una vez por todas cuando la visión chocaba en el extremo del corredor y todos daban un último grito.”
Ray Bradbury, The Next in Line

Ray Bradbury
“Y todo alrededor del pueblo había desierto y tiempo, y el hogar estaba lejos, lejos en otra vida.”
Ray Bradbury, The Next in Line

Ray Bradbury
“Marie no podía hablarle a Joseph pues no conocía ninguna palabra que él conociera, y Joseph no decía nada que ella pudiera entender, y Marie se fue entonces a la cama y se acostó y Joseph se quedó quieto dándole la espalda y era como uno de esos hombres morenos de este pueblo lejano como la luna, y la tierra real estaba en alguna otra parte a la que no podía llegarse sino por una escalera de estrellas.”
Ray Bradbury, The Next in Line

Ray Bradbury
“Si hablaran esta noche, por lo menos, qué buena sería la noche y qué fácil sería respirar y cómo le fluiría la sangre fácilmente por las venas de los tobillos y las muñecas y los brazos, pero no hablaban y la noche era diez mil tictacs y diez mil retorcimientos de las mantas, y la almohada parecía una estufita blanca bajo las mejillas y la oscuridad del cuarto era un mosquito que tejía una red en el aire y que en alguna vuelta la envolvía a ella. Si se dijeran una palabra, una sola palabra… Pero no había palabras, y las venas no se distendían en las muñecas y el corazón soplaba como un fuelle sobre un brasero de miedo, animando el fuego con una luz de cereza, una vez y otra vez, un latido y otra vez, una luz de adentro que los ojos interiores de Marie miraban con una fascinación involuntaria.”
Ray Bradbury, The Next in Line