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Ver 2 más- Sinopsis
- Pierre Anthon y sus compañeros de clase de octavo acaban de comenzar el curso cuando él declara que la vida no tiene sentido, se marcha del colegio y se encarama en lo alto de un árbol de donde se niega a bajar. Esto provoca una crisis existencial entre sus compañeros, quienes deciden reunir sus pertenencias más valiosas en un ‘montón lleno de sentido’ con el reto de convencer a Pierre Anthon de que está equivocado. La película está basada en el ‘best-seller’ homónimo de la autora danesa Janne Teller. (FILMAFFINITY)
- Género
- Intriga Drama Adolescencia
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 2022 /
Dinamarca
- Título original:
- Intet
- Duración
- 83 min.
- Guion
- Música
- Fotografía
- Compañías
- Coproducción Dinamarca-Alemania;
Premios
2022: Seminci de Valladolid: Sección oficial
Crítica de Nada por Cinemagavia
12 de julio de 2023
*Dinámicas en grupo fatales
La narradora de Nada es la estudiante de octavo grado Agnes (Vivelill Søgaard Holm), quien describe las consecuencias del comportamiento rebelde de su compañero de clase Pierre Anthon (Harald Kaiser Hermann) sobre ella y quienes la rodean.
Cuando se le pide a Pierre Anthon que complete un cuestionario de orientación profesional en clase, se niega y se refugia en un árbol. Está desilusionado y ya no ve ningún sentido en la vida. Agnes y sus compañeros de clase están tan molestos que están decididos a demostrar que Pierre Anthon está equivocado. Eligen acumular cosas que significan algo para ellos. Pero lo que en un principio comienza de manera lúdica y sólo se refiere a cosas materiales, pronto adquiere rasgos oscuros y extremadamente crueles. Los sacrificios que los jóvenes se exigen unos a otros son cada vez más extremos
Nada recuerda a El señor de las moscas (Peter Brook, 1963. Basada en la novela de William Golding) por la escalada de violencia de los adolescentes que desarrollan dinámicas de grupo fatales. Sin embargo, no estamos ante niños en una situación excepcional que luchan por sobrevivir, sino con alumnos de una clase de secundaria que están creciendo en un círculo familiar, no tienen dificultades y, sin embargo, aparentemente carecen de una brújula moral. Los tributos exigidos, algunos de los cuales son irrecuperables, parecen entonces cada vez más inverosímiles.
Trine Piil Christenseny y Seamus McNally saben cómo crear una atmósfera lúgubre y sorprender con momentos de mucho sobresalto. La curiosidad por saber hasta qué punto se desintegran los rudimentos de la civilización cautiva al espectador, aunque las motivaciones de los protagonistas quizás, podrían haberse elaborado con un poco de mayor claridad.
*El Nihilismo
Se podría acusar a la película de fatalismo en su planteamiento nihilista. Con Nada la escritora Janne Teller quiere demostrar que merece la pena explotar el propio potencial creativo. La película no es una invitación a rendirse, sino a liberarse de las cadenas sociales que el sistema nos impone en el momento de nacer. Se espera de nosotros que seamos buenos ciudadanos, que tengamos un trabajo normal, que funcionemos y no nos hagamos preguntas. Nada nos pide que nos cuestionemos nuestro propio papel. Por ejemplo, vemos al personaje de Agnes. Sueña con ser diseñadora de moda, pero el orientador profesional le aconseja que se dedique a la contabilidad. Es uno de los muchos personajes cuyos sueños conocemos, pero para los que probablemente siempre seguirán siendo sueños.
Todos los personajes está encarnados por un excelente elenco de jóvenes actores. Nada no nos cuenta extensas historias de fondo sobre personajes individuales, sino que llegamos a conocerlos en el transcurso de la trama. Los estudiantes hablan y se burlan unos de otros, y de estas conversaciones surgen los perfiles que hacen humanos a cada uno de ellos. Se abordan un gran número de temas como las enfermedades mentales, la presión para rendir, la religión y la sexualidad. Aunque el tema principal es el nihilismo.
*Magnífica realización y sensación de inquietud
Nada consigue convencer no sólo por su contenido, sino también por su magnífica realización. En la primera escena vemos a Agnes y Pierre Anthon tumbados en un prado mientras filosofan sobre la vida y su sentido. El cielo es azul, la hierba verde, es verano, todo parece perfecto. Sin embargo, se nos presentan colores desaturados y sonidos de sintetizador disonantes, creando una discrepancia entre sonido e imagen. Desde el primer momento, sentimos que algo siniestro está a punto de suceder. A medida que la película avanza, hace todo lo posible por mantener este estado de ánimo. La cámara está en constante movimiento y crea una sensación de inquietud. Además, hay muchos juegos de luces y contraluces.
*Conclusión
Al igual que el libro, la película también es una adaptación con la que no todo el mundo puede identificarse. Se abordan cuestiones incómodas, y lo que está bien o mal queda abierto. En cambio, Nada quiere hacernos reflexionar. ¿Qué estamos haciendo con nuestras vidas? ¿Merece la pena ser simplemente un engranaje del sistema, o deberíamos seguir nuestro propio camino? Estas cuestiones se nos plantean de una manera muy intensa, lo que también puede resultar algo desalentador.
Escrito por Eduardo Gil
La narradora de Nada es la estudiante de octavo grado Agnes (Vivelill Søgaard Holm), quien describe las consecuencias del comportamiento rebelde de su compañero de clase Pierre Anthon (Harald Kaiser Hermann) sobre ella y quienes la rodean.
Cuando se le pide a Pierre Anthon que complete un cuestionario de orientación profesional en clase, se niega y se refugia en un árbol. Está desilusionado y ya no ve ningún sentido en la vida. Agnes y sus compañeros de clase están tan molestos que están decididos a demostrar que Pierre Anthon está equivocado. Eligen acumular cosas que significan algo para ellos. Pero lo que en un principio comienza de manera lúdica y sólo se refiere a cosas materiales, pronto adquiere rasgos oscuros y extremadamente crueles. Los sacrificios que los jóvenes se exigen unos a otros son cada vez más extremos
Nada recuerda a El señor de las moscas (Peter Brook, 1963. Basada en la novela de William Golding) por la escalada de violencia de los adolescentes que desarrollan dinámicas de grupo fatales. Sin embargo, no estamos ante niños en una situación excepcional que luchan por sobrevivir, sino con alumnos de una clase de secundaria que están creciendo en un círculo familiar, no tienen dificultades y, sin embargo, aparentemente carecen de una brújula moral. Los tributos exigidos, algunos de los cuales son irrecuperables, parecen entonces cada vez más inverosímiles.
Trine Piil Christenseny y Seamus McNally saben cómo crear una atmósfera lúgubre y sorprender con momentos de mucho sobresalto. La curiosidad por saber hasta qué punto se desintegran los rudimentos de la civilización cautiva al espectador, aunque las motivaciones de los protagonistas quizás, podrían haberse elaborado con un poco de mayor claridad.
*El Nihilismo
Se podría acusar a la película de fatalismo en su planteamiento nihilista. Con Nada la escritora Janne Teller quiere demostrar que merece la pena explotar el propio potencial creativo. La película no es una invitación a rendirse, sino a liberarse de las cadenas sociales que el sistema nos impone en el momento de nacer. Se espera de nosotros que seamos buenos ciudadanos, que tengamos un trabajo normal, que funcionemos y no nos hagamos preguntas. Nada nos pide que nos cuestionemos nuestro propio papel. Por ejemplo, vemos al personaje de Agnes. Sueña con ser diseñadora de moda, pero el orientador profesional le aconseja que se dedique a la contabilidad. Es uno de los muchos personajes cuyos sueños conocemos, pero para los que probablemente siempre seguirán siendo sueños.
Todos los personajes está encarnados por un excelente elenco de jóvenes actores. Nada no nos cuenta extensas historias de fondo sobre personajes individuales, sino que llegamos a conocerlos en el transcurso de la trama. Los estudiantes hablan y se burlan unos de otros, y de estas conversaciones surgen los perfiles que hacen humanos a cada uno de ellos. Se abordan un gran número de temas como las enfermedades mentales, la presión para rendir, la religión y la sexualidad. Aunque el tema principal es el nihilismo.
*Magnífica realización y sensación de inquietud
Nada consigue convencer no sólo por su contenido, sino también por su magnífica realización. En la primera escena vemos a Agnes y Pierre Anthon tumbados en un prado mientras filosofan sobre la vida y su sentido. El cielo es azul, la hierba verde, es verano, todo parece perfecto. Sin embargo, se nos presentan colores desaturados y sonidos de sintetizador disonantes, creando una discrepancia entre sonido e imagen. Desde el primer momento, sentimos que algo siniestro está a punto de suceder. A medida que la película avanza, hace todo lo posible por mantener este estado de ánimo. La cámara está en constante movimiento y crea una sensación de inquietud. Además, hay muchos juegos de luces y contraluces.
*Conclusión
Al igual que el libro, la película también es una adaptación con la que no todo el mundo puede identificarse. Se abordan cuestiones incómodas, y lo que está bien o mal queda abierto. En cambio, Nada quiere hacernos reflexionar. ¿Qué estamos haciendo con nuestras vidas? ¿Merece la pena ser simplemente un engranaje del sistema, o deberíamos seguir nuestro propio camino? Estas cuestiones se nos plantean de una manera muy intensa, lo que también puede resultar algo desalentador.
Escrito por Eduardo Gil
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11 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
O DOGMA O GÉNERO DE TERROR, ESA ES LA PREGUNTA.
14 de noviembre de 2022
Pierre Anthon, enfadado por los escasos estímulos para encontrar sentido a la vida que le proporcionan en el instituto (y en su casa) se encarama a un árbol cual barón rampante de Italo Calvino. Sus compañeros se conjuran para intentar que Pierre Anthon descienda del árbol sacrificando cada uno sus pertenencias más valiosas: algo que decidirá no el interesado sino otra persona. Cada una de esas pertenencias irá construyendo una especie de instalación, utilizando un término del mundo del arte.
La dinámica en la que entran estos chicos sacrificando lo más valioso de sus pertenencias o partes de sus cuerpos, me trae recuerdos de “El señor de las moscas”, de William Golding que retrata un proceso de “salvajización” de unos niños cuando las normas de la civilización desaparecen. Los chicos de “Nada” roban un Cristo o una bandera, pero también sacrifican un virgo o un dedo. Las dinámicas destructivas solo pueden ir a más hasta la hecatombe final.
Reconociendo de partida lo interesante del planteamiento sobre el sentido de la vida en la adolescencia, que la puesta en escena es correcta y que las interpretaciones de las jóvenes actrices y de los actores es brillante, debo reconocer también que choqué frontalmente con la película desde la misma línea de salida. El título del film es muy acertado (“Nada, Nothing, Intet”), pues de nihilismo hablamos, pero la deriva que adquiere ese nihilismo en la película no está tratado, en mi opinión, con rigor (y menos con humor, como en Golding), sino como en una película de género con toques gore. Para que la película fuera verosímil, los pasos hacia ese mayor delirio en el que caen los adolescentes, deberían haber sido otros. Y si la opción era haber hecho una película de género, sobraba la apuesta tipo “Dogma” en su puesta en escena.
En todo caso, el debate el debate está abierto y las opiniones enfrentadas por lo que escuche en su proyección y leo ahora.
La dinámica en la que entran estos chicos sacrificando lo más valioso de sus pertenencias o partes de sus cuerpos, me trae recuerdos de “El señor de las moscas”, de William Golding que retrata un proceso de “salvajización” de unos niños cuando las normas de la civilización desaparecen. Los chicos de “Nada” roban un Cristo o una bandera, pero también sacrifican un virgo o un dedo. Las dinámicas destructivas solo pueden ir a más hasta la hecatombe final.
Reconociendo de partida lo interesante del planteamiento sobre el sentido de la vida en la adolescencia, que la puesta en escena es correcta y que las interpretaciones de las jóvenes actrices y de los actores es brillante, debo reconocer también que choqué frontalmente con la película desde la misma línea de salida. El título del film es muy acertado (“Nada, Nothing, Intet”), pues de nihilismo hablamos, pero la deriva que adquiere ese nihilismo en la película no está tratado, en mi opinión, con rigor (y menos con humor, como en Golding), sino como en una película de género con toques gore. Para que la película fuera verosímil, los pasos hacia ese mayor delirio en el que caen los adolescentes, deberían haber sido otros. Y si la opción era haber hecho una película de género, sobraba la apuesta tipo “Dogma” en su puesta en escena.
En todo caso, el debate el debate está abierto y las opiniones enfrentadas por lo que escuche en su proyección y leo ahora.
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10 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
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