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- Serie de TV (2024-2025). 2 partes. 16 episodios. En la intemporal población de Macondo, siete generaciones de la familia Buendía navegan entre el amor, el olvido y lo ineludible de su pasado... y de su destino.
Primera parte ya disponible en Netflix. - Género
- Serie de TV Drama Vida rural Realismo mágico Familia
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 2024 /
Colombia
- Título original:
- Cien años de soledad
- Duración
- 60 min.
- Guion
- Fotografía
- Compañías
- Coproducción Colombia-Estados Unidos;
- Grupos
- Adaptaciones de Gabriel García Márquez
- Links
Categorías 1
Producto Latinoamericano de calidad
8 de diciembre de 2024
“100 Años de Soledad” es un clásico libro del autor Gabriel Garcia Márquez y del cual NO VOY A HABLAR. Mi entera reseña será exclusivamente hacia la obra realizada por Netflix.
Para quien no sepa (o no recuerde) la historia narra como Jose Arcadio Buendía y Úrsula Iguaran, dos primos que se enamoran, se casan a pesar de que sus padres se rehusaban. En búsqueda de una felicidad y una nueva vida, emprenden un viaje que los llevará a un remoto lugar en donde nacerá el pueblo llamado Macondo, y todo lo que veremos es desde el inicio hasta el final de la estirpe de los Buendía.
La serie se abraza a la mitología y la forma de narrar, que tiene el libro y de hecho, hasta tuvo la osadía de invitar a la interpretación por parte del espectador, algo que, en cines es muy difícil de lograr, ya que al ser un medio visual tienen más dificultades a la hora de dejar al espectador con su propia interpretación ya que en cines lo que vemos es la interpretación del director (por esa razón es que van a ver distintos Batman, por ejemplo). Esto es gracias a los productores ejecutivos que son nada más y nada menos que Gonzalo Garcia y Rodrigo Garcia, hijos del autor de la novela y que han tratado de mantener intacta la historia y sus componentes.
Para esto también el dúo de hermanos hacen de directores, que tampoco es que se hagan falta de experiencias, ya que en el caso de Rodrigo Garcia, ha dirigido capítulos de la grandiosa serie “Los Sopranos” o “Six Feet Under” (que algún día escribiré de esta joya televisiva). Mientras su hermano Alex Garcia ha dirigido capítulos de series británicas como “MisFits”, “Utopía” (de la cual también quisiera escribir) y de parte de Netflix con “Witcher” (que asumo que a partir de aquí ha surgido su relación). También se les une la directora Laura Mora Ortega, está más experimentada en dirigir contenido colombiano como “Pablo Escobar”. Dicho esto, la dirección de la serie es sublime, llena de magia y con el más mínimo cuidado posible tanto a la mitología y la historia, como a la dirección de personajes y su desarrollo. Comprendemos a cada uno de los personajes de una manera extraordinaria y no solo los comprendemos, sino que también empatizamos con ellos, algo que también es muy difícil en el cine.
Para los guiones de “100 Años de Soledad”, también hubo un equipo estrella que no dejó nada al azar. Desde el puertorriqueño Jose Rivera, pasando por Camila Bruges o María Camila Arias, todos expertos en series y películas, y que fueron supervisados por los directores/productores, para que no se escape nada.
A nivel actoral la mayoría son nuevos actores, en donde solo se puede reconocer a Claudio Cataño, Viña Machado o Ruggero Pasquarelli. Una grata sorpresa, por ejemplo con Marco Gonzalez como Jose Arcadio Buendía quien lo hace excelente o Susana Morales como Úrsula.
Ya para concluir en lo técnico a nivel musical Camilo Sanabria, compositor de filmes como “Amazona”, vuelve con sus melodías llenas de violines y cellos pero dándole toques más mágicos con percusión y tornamesa para la creación de nuevos sonidos. Una producción espectacular. Y la fotografía a nivel de filmes de gran presupuesto, con hermosos paisajes y un sin número de momentos bien desarrollados como la pesadilla apocalíptica del pueblo, y esto es gracias a Paulo Perez y María Sarasvati Herrera.
Lo más impresionante de todo esto, es que es mano latinoamericana completa, haciendo que este producto cinematográfico sea “made in LATAM” en donde hay mexicanos, puertorriqueños, colombianos, peruanos e incluso españoles, y todo un equipo de la región.
“100 Años de Soledad” es sin duda una de las mejores series del 2024 y que si no fuese porque “Shogun” se estrenó este año, que le pasa por un poquito, se hubiese convertido en la mejor.
www.critican.do
Para quien no sepa (o no recuerde) la historia narra como Jose Arcadio Buendía y Úrsula Iguaran, dos primos que se enamoran, se casan a pesar de que sus padres se rehusaban. En búsqueda de una felicidad y una nueva vida, emprenden un viaje que los llevará a un remoto lugar en donde nacerá el pueblo llamado Macondo, y todo lo que veremos es desde el inicio hasta el final de la estirpe de los Buendía.
La serie se abraza a la mitología y la forma de narrar, que tiene el libro y de hecho, hasta tuvo la osadía de invitar a la interpretación por parte del espectador, algo que, en cines es muy difícil de lograr, ya que al ser un medio visual tienen más dificultades a la hora de dejar al espectador con su propia interpretación ya que en cines lo que vemos es la interpretación del director (por esa razón es que van a ver distintos Batman, por ejemplo). Esto es gracias a los productores ejecutivos que son nada más y nada menos que Gonzalo Garcia y Rodrigo Garcia, hijos del autor de la novela y que han tratado de mantener intacta la historia y sus componentes.
Para esto también el dúo de hermanos hacen de directores, que tampoco es que se hagan falta de experiencias, ya que en el caso de Rodrigo Garcia, ha dirigido capítulos de la grandiosa serie “Los Sopranos” o “Six Feet Under” (que algún día escribiré de esta joya televisiva). Mientras su hermano Alex Garcia ha dirigido capítulos de series británicas como “MisFits”, “Utopía” (de la cual también quisiera escribir) y de parte de Netflix con “Witcher” (que asumo que a partir de aquí ha surgido su relación). También se les une la directora Laura Mora Ortega, está más experimentada en dirigir contenido colombiano como “Pablo Escobar”. Dicho esto, la dirección de la serie es sublime, llena de magia y con el más mínimo cuidado posible tanto a la mitología y la historia, como a la dirección de personajes y su desarrollo. Comprendemos a cada uno de los personajes de una manera extraordinaria y no solo los comprendemos, sino que también empatizamos con ellos, algo que también es muy difícil en el cine.
Para los guiones de “100 Años de Soledad”, también hubo un equipo estrella que no dejó nada al azar. Desde el puertorriqueño Jose Rivera, pasando por Camila Bruges o María Camila Arias, todos expertos en series y películas, y que fueron supervisados por los directores/productores, para que no se escape nada.
A nivel actoral la mayoría son nuevos actores, en donde solo se puede reconocer a Claudio Cataño, Viña Machado o Ruggero Pasquarelli. Una grata sorpresa, por ejemplo con Marco Gonzalez como Jose Arcadio Buendía quien lo hace excelente o Susana Morales como Úrsula.
Ya para concluir en lo técnico a nivel musical Camilo Sanabria, compositor de filmes como “Amazona”, vuelve con sus melodías llenas de violines y cellos pero dándole toques más mágicos con percusión y tornamesa para la creación de nuevos sonidos. Una producción espectacular. Y la fotografía a nivel de filmes de gran presupuesto, con hermosos paisajes y un sin número de momentos bien desarrollados como la pesadilla apocalíptica del pueblo, y esto es gracias a Paulo Perez y María Sarasvati Herrera.
Lo más impresionante de todo esto, es que es mano latinoamericana completa, haciendo que este producto cinematográfico sea “made in LATAM” en donde hay mexicanos, puertorriqueños, colombianos, peruanos e incluso españoles, y todo un equipo de la región.
“100 Años de Soledad” es sin duda una de las mejores series del 2024 y que si no fuese porque “Shogun” se estrenó este año, que le pasa por un poquito, se hubiese convertido en la mejor.
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Crítica de Cien años de soledad (Temporada 1) por Cinemagavia
2 de diciembre de 2024
*Producción de la casa
Una década se cumple desde que el amado Premio Nobel de Literatura dejara este mundo para descansar en otro seguramente menos cargado de tribulaciones. Siendo fieles a su realismo mágico, está bien pensar que su afable espíritu sigue, como el de Melquíades, presente en nuestro plano terrenal, inspirando a futuras generaciones. ¡Qué diría el laureado escritor colombiano de la adaptación de su novela magna! Como siempre, se trata de un debate estéril que solo lleva al enfrentamiento. Los amantes del cine sí podemos consolarnos en que García Márquez profesaba esta misma devoción por el séptimo arte, especialmente el de su continente. No por nada estuvo a menudo ligado a su enseñanza y escritura.
A esto sumamos una cuestión no menor, hablamos de una obra cumbre de largo recorrido, tanto en páginas como años, que abraza hasta siete generaciones, por lo que una o varias películas no le harían justicia. El formato seriado no es, tal y como señaló su hijo Gonzalo, una idea tan descabellada para Cien años de soledad. Es más, cuando el escritor rechazó sendas propuestas en su momento, no existían todavía los actuales niveles de producción de la actualidad. Los capítulos parecen hechos para la gran pantalla, es un aspecto que en cierto sentido favorece el traslado de esa estética plasmada en el libro.
Además, algo que ha jugado a favor de esta aventura ha sido el equipo. El autor rehusó ceder los derechos a una firma estadounidense. Efectivamente, es una coproducción de Colombia-EEUU, pero está a cargo de Dynamo, con sede en Bogotá. Hemos de añadir que el "showrunner" es el hijo mayor de Gabriel García Márquez, Rodrigo García, colombiano reconocible por 4 días o Últimos días en el desierto, y la primera tanda de ocho episodios está dirigida por Àlex García López, argentino galardonado con el BAFTA por Misfits, y Laura Mora Ortega, de Medellín y ganadora de la Concha de Oro en 2023 por Los Reyes del Mundo.
*Nos sumamos a la aventura
Por tanto, el que ya es uno de los proyectos más ambiciosos de Latinoamérica reúne los ingredientes necesarios, al menos de base, para equilibrar convenientemente el respeto a la novela y su autor con el dominio de los lenguajes "cinematográficos" que hacen falta para cautivar a los públicos contemporáneos. No es nada fácil, y en cierto modo se cumplen todo tipo de resultados. Esta empresa, rodada enteramente en Colombia, abraza a mi parecer la esencia del libro a la par que queda corta. Es una dualidad que se da prácticamente siempre, y por ello la polarización de opiniones está asegurada.
Lo que yo he visto ha sido lo suficientemente fiel como para mantener el ímpetu sosegado y bastante notable en las cuestiones más formales. Por una parte, cuando uno termina los capítulos, tiene la sensación de haber visto en imagen lo que en parte Gabriel García Márquez quiso transmitir en sus páginas, de algún modo rinde honores a una novela que en sí misma fue un homenaje a la literatura en español. Igualmente, queda reflejada a la perfección la inseparable unión entre familia y tierra, desde la huida de Úrsula y José Arcadio hasta la mítica imagen del coronel Aureliano a pie de cañón, pasando por la fundación y el desarrollo de Macondo. Todo materializado en las raíces, con olor a esa noble atención que Márquez, sin ser religioso, tenía por lo sagrado y ancestral.
*Esencias plasmadas
Viajamos sin pudor alguno a través de una absolutamente seductora voz en off que narra la historia de los Buendía, sin tomar parte del continuo conflicto tal y como leyéramos en Cien años de soledad. Este hilo conductor en el testigo narrador contrasta fabulosamente con la serie de acontecimientos que van evolucionando las tramas, en todo momento arraigando el árbol familiar al destino de la legendaria población instalada en suelo virgen, acorralado por montañas y ríos. Esto queda claro como la perpetua naturaleza aislada de aquel lugar, evadida del mundo y en tantas dimensiones ensimismada, como cenital vigía que se entretiene observando a su gente.
Es ciertamente complicado comprimir tantos nombres en ocho episodios de una hora cada uno, por lo que aplaudo la valentía y la sobresaliente ejecución. Esto se nota al contemplar con satisfacción lo perfectamente definidos que están los personajes, principales y secundarios, así como lo sabrosas que resultan sus interrelaciones. Estos mismos protagonistas que salen y vuelven al polvo que les parió, teñidos de un realismo mágico sensacionalmente injertado tanto en el relato como en la narración.
Familia, pueblo, sangre, profecía y unos Buendía, salvo aquella única excepción, autodeterminados a la soledad. ¡Que se lo digan a los que lo sufrieron! Este subtexto sí se inserta como fuego interior de una coraza imperialista, también fiel al transcurrir de Cien años de soledad. Tanto la parábola como los hechos que la encarnan están bien consumados a lo largo de las prácticamente ocho horas de duración, adornados con un apartado técnico visual fascinante y llevados por unos intérpretes naturales y creíbles.
*Conclusión
No tengo la menor duda en que Cien años de soledad de Netflix recibirá, justa e injustamente, gran cantidad de rechazo, no faltarán fanáticos del material original que la condenen sin siquiera darle una segunda oportunidad. En parte lo entiendo, pero a mi parecer se han dispuesto los elementos para producir una adaptación digna, especial, nativa y notablemente ejecutada de la obra maestra de Gabriel García Márquez. Se pasa volando, tiene la enorme virtud de introducirte en la familia Buendía para que vivas de primera mano sus alegrías e infortunios. ¡No os la perdáis!
Escrito por Gabriel Sales
Una década se cumple desde que el amado Premio Nobel de Literatura dejara este mundo para descansar en otro seguramente menos cargado de tribulaciones. Siendo fieles a su realismo mágico, está bien pensar que su afable espíritu sigue, como el de Melquíades, presente en nuestro plano terrenal, inspirando a futuras generaciones. ¡Qué diría el laureado escritor colombiano de la adaptación de su novela magna! Como siempre, se trata de un debate estéril que solo lleva al enfrentamiento. Los amantes del cine sí podemos consolarnos en que García Márquez profesaba esta misma devoción por el séptimo arte, especialmente el de su continente. No por nada estuvo a menudo ligado a su enseñanza y escritura.
A esto sumamos una cuestión no menor, hablamos de una obra cumbre de largo recorrido, tanto en páginas como años, que abraza hasta siete generaciones, por lo que una o varias películas no le harían justicia. El formato seriado no es, tal y como señaló su hijo Gonzalo, una idea tan descabellada para Cien años de soledad. Es más, cuando el escritor rechazó sendas propuestas en su momento, no existían todavía los actuales niveles de producción de la actualidad. Los capítulos parecen hechos para la gran pantalla, es un aspecto que en cierto sentido favorece el traslado de esa estética plasmada en el libro.
Además, algo que ha jugado a favor de esta aventura ha sido el equipo. El autor rehusó ceder los derechos a una firma estadounidense. Efectivamente, es una coproducción de Colombia-EEUU, pero está a cargo de Dynamo, con sede en Bogotá. Hemos de añadir que el "showrunner" es el hijo mayor de Gabriel García Márquez, Rodrigo García, colombiano reconocible por 4 días o Últimos días en el desierto, y la primera tanda de ocho episodios está dirigida por Àlex García López, argentino galardonado con el BAFTA por Misfits, y Laura Mora Ortega, de Medellín y ganadora de la Concha de Oro en 2023 por Los Reyes del Mundo.
*Nos sumamos a la aventura
Por tanto, el que ya es uno de los proyectos más ambiciosos de Latinoamérica reúne los ingredientes necesarios, al menos de base, para equilibrar convenientemente el respeto a la novela y su autor con el dominio de los lenguajes "cinematográficos" que hacen falta para cautivar a los públicos contemporáneos. No es nada fácil, y en cierto modo se cumplen todo tipo de resultados. Esta empresa, rodada enteramente en Colombia, abraza a mi parecer la esencia del libro a la par que queda corta. Es una dualidad que se da prácticamente siempre, y por ello la polarización de opiniones está asegurada.
Lo que yo he visto ha sido lo suficientemente fiel como para mantener el ímpetu sosegado y bastante notable en las cuestiones más formales. Por una parte, cuando uno termina los capítulos, tiene la sensación de haber visto en imagen lo que en parte Gabriel García Márquez quiso transmitir en sus páginas, de algún modo rinde honores a una novela que en sí misma fue un homenaje a la literatura en español. Igualmente, queda reflejada a la perfección la inseparable unión entre familia y tierra, desde la huida de Úrsula y José Arcadio hasta la mítica imagen del coronel Aureliano a pie de cañón, pasando por la fundación y el desarrollo de Macondo. Todo materializado en las raíces, con olor a esa noble atención que Márquez, sin ser religioso, tenía por lo sagrado y ancestral.
*Esencias plasmadas
Viajamos sin pudor alguno a través de una absolutamente seductora voz en off que narra la historia de los Buendía, sin tomar parte del continuo conflicto tal y como leyéramos en Cien años de soledad. Este hilo conductor en el testigo narrador contrasta fabulosamente con la serie de acontecimientos que van evolucionando las tramas, en todo momento arraigando el árbol familiar al destino de la legendaria población instalada en suelo virgen, acorralado por montañas y ríos. Esto queda claro como la perpetua naturaleza aislada de aquel lugar, evadida del mundo y en tantas dimensiones ensimismada, como cenital vigía que se entretiene observando a su gente.
Es ciertamente complicado comprimir tantos nombres en ocho episodios de una hora cada uno, por lo que aplaudo la valentía y la sobresaliente ejecución. Esto se nota al contemplar con satisfacción lo perfectamente definidos que están los personajes, principales y secundarios, así como lo sabrosas que resultan sus interrelaciones. Estos mismos protagonistas que salen y vuelven al polvo que les parió, teñidos de un realismo mágico sensacionalmente injertado tanto en el relato como en la narración.
Familia, pueblo, sangre, profecía y unos Buendía, salvo aquella única excepción, autodeterminados a la soledad. ¡Que se lo digan a los que lo sufrieron! Este subtexto sí se inserta como fuego interior de una coraza imperialista, también fiel al transcurrir de Cien años de soledad. Tanto la parábola como los hechos que la encarnan están bien consumados a lo largo de las prácticamente ocho horas de duración, adornados con un apartado técnico visual fascinante y llevados por unos intérpretes naturales y creíbles.
*Conclusión
No tengo la menor duda en que Cien años de soledad de Netflix recibirá, justa e injustamente, gran cantidad de rechazo, no faltarán fanáticos del material original que la condenen sin siquiera darle una segunda oportunidad. En parte lo entiendo, pero a mi parecer se han dispuesto los elementos para producir una adaptación digna, especial, nativa y notablemente ejecutada de la obra maestra de Gabriel García Márquez. Se pasa volando, tiene la enorme virtud de introducirte en la familia Buendía para que vivas de primera mano sus alegrías e infortunios. ¡No os la perdáis!
Escrito por Gabriel Sales
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