Trailer final HD (ESPAÑOL)
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- En 2142, una sonda espacial de la corporación Weyland-Yutani investiga los restos del USCSS Nostromo y recoge un objeto orgánico que contiene un Xenomorfo. Tiempo después, en la colonia minera Jackson's Star, la joven Rain Carradine, una huérfana que trabaja con su hermano adoptivo Andy, un humano sintético reprogramado, acepta unirse a su ex-novio Tyler para viajar a una nave espacial abandonada a intentar recuperar unas cámaras de criostasis. Éstas les permitirán a ellos y a sus amigos (la hermana de Tyler, Kay, su primo Bjorn y la novia de este, Navarro) escapar todos al planeta Yvaga. (FILMAFFINITY)
- Género
- Ciencia ficción Acción Terror Aventura espacial Extraterrestres
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 2024 /
Estados Unidos
- Título original:
- Alien: Romulus
- Duración
- 119 min.
- Guion
- Música
- Fotografía
- Compañías
- Grupos
- Saga Alien
- Links
Categorías 2
Premios
En 2019, Disney adquirió Fox, la compañía que poseía los derechos de la franquicia Alien, por 71,300 millones de dólares. En ese momento, la saga Alien ya estaba en un estado de letargo prolongado tras el fiasco crítico de "Prometheus" y el fracaso tanto crítico como comercial de "Alien: Covenant".
Esta situación dejó en suspenso los planes de Ridley Scott, quien estaba empeñado en finalizar su trilogía, conectando los eventos de "Prometheus" y "Covenant" con el "Alien" de 1979. Scott nunca perdonó a James Cameron por crear una secuela que algunos consideran superior al original y abortó de forma abrupta el prometedor proyecto de "Alien 5" de Neill Blomkamp.
Dado el trato que Disney ha dado a la saga Star Wars, es crucial entender qué es "Alien: Romulus" y por qué, a pesar de Disney, Alien Romulus está muy por encima del trato dado por Disney a Star Wars: Fede Álvarez, si bien es cierto que no podemos comparar Alien Romulus con las cintas del 79’ y 86’. Existen una serie de referencias bastante explicitas a esas dos películas, que a buen seguro generarán polémica. Álvarez se esfuerza por entregar una película adulta, buscando espacio para su propia obra sin deber en exceso a Scott y Cameron, con momentos gore y desagradables, algunos dirán que se adhiere en demasía a la fórmula original e incluso al plagio; sin entrar en detalles, existen paralelismos entre escenas míticas, pero resueltas de una forma bastante original y potente.
Como hemos mencionado, "Alien: Romulus" se posiciona como un slasher a medio camino entre "Alien: El Octavo Pasajero", "Alien: Isolation" (la obra maestra de Creative Assembly de 2014) y una película de acción como "Aliens: El Regreso". Álvarez, un declarado fan de la saga y del videojuego, asegura que "Romulus" respeta todo el canon de la saga, con continuos guiños a los momentos más icónicos de las cuatro películas originales. Haciendo hincapié en esa doble dicotomía: terror psicológico y acción desatada.
La historia nos narra los intentos de unos colonos que buscan escapar desesperadamente de una desoladora existencia en la colonia Jackson, (una de las múltiples colonias que la Weyland Yutani tiene esparcidas por el universo para terraformarlas) así, deciden investigar una estación espacial abandonada en busca de recursos valiosos. Aquí, la comparación con "No Respires" (2016, también de Álvarez) es inevitable, aunque en lugar de una Detroit en decadencia, encontramos una colonia postindustrial y distópica a lo Blade Runner. En lugar de un veterano de guerra ciego e implacable, tenemos una horda de facehuggers liberados accidentalmente, liderados por dos amenazas aun más implacables que en las anteriores películas.
A pesar de la juventud del reparto, las actuaciones y la química entre ellos son sólidas y vibrantes, destacando especialmente el dúo formado por la protagonista Cailee (Rain Carradine) y Andy (David Johnson). Esto contrasta con "Alien: Covenant" y "Prometheus", donde el reparto secundario carecía de impacto, relevancia e interés alguno para el espectador: no nos importaban si morían o sobrevivían, eran meros secundarios sin identidad.
La dirección de producción es notable, con un estilo visual acorde con el de Scott y Giger en la sección del laboratorio Romulus, y con Cameron en la sección de la colonia y el tramo final de la película. El uso de efectos prácticos con animatronics y marionetas, aunque el CGI sigue presente, añade una mayor plasticidad y realismo.
La trama principal sigue el esquema clásico de la saga: intrusos en un lugar prohibido enfrentándose a una amenaza desconocida. Sin embargo, Álvarez se atreve a explorar con más profundidad el ciclo reproductivo de los aliens, la ingeniería inversa, el ácido más presente que nunca, la I.A., y por supuesto: facehuggers, los verdaderos protagonistas de toda la cinta, una verdadera marabunta aún más desagradable que en otras entregas.
En definitiva, "Alien: Romulus" es una secuela digna que rinde tributo a las dos películas originales y trata de revitalizar una saga que estaba prácticamente en muerte cerebral tras los desastres de "Prometheus" y "Covenant". La dirección artística y el uso de efectos prácticos destacan, aunque la película está limitada por tajos incomprensibles en el guion, (se viene una precuela en formato cómic a manos de Zac Thompson) y la influencia del productor Ridley Scott, quien parece estar empeñado en mantener un esquema narrativo ya sobreexplotado.
De hecho, cuando Romulus se vuelve verdaderamente interesante es cuando huye de las cintas originales y marca su propio camino narrativo ahondando en esos elementos que los fanáticos llevan décadas pidiendo y, sin embargo, cuando se vuelve reiterativa o hace copy/paste de escenas calcadas a las películas de Cameron y Scott, es cuando Romulus se ve, de alguna manera, menor, como una versión más compacta de las obras originales.
Para aquellos que salieron escarmentados tras las fallidas Promethues y Covenant, decir que, a diferencias de éstas, Álvarez es bastante más explicito en muchas de las incógnitas que Scott se vio incapaz de responder y, a la vez, abre otros interrogantes pero sin dejar al espectador en ascuas como en Prometheus.
"Romulus" es una secuela digna, hecha artesanalmente por un fan declarado de la saga, honesta, polémica e inteligente en ciertos aspectos y muy interesante en su exploración de elementos previamente vistos en la franquicia. En el ranking de la saga, "Alien: Romulus" se ubicaría en una más que digna tercera posición:
1. Alien: El Octavo Pasajero
2. Aliens: El Regreso
3. Alien: Romulus
Y eso, teniendo en cuenta los más de 30 años que le ha costado a la saga remontar, no es baladí.
Esta situación dejó en suspenso los planes de Ridley Scott, quien estaba empeñado en finalizar su trilogía, conectando los eventos de "Prometheus" y "Covenant" con el "Alien" de 1979. Scott nunca perdonó a James Cameron por crear una secuela que algunos consideran superior al original y abortó de forma abrupta el prometedor proyecto de "Alien 5" de Neill Blomkamp.
Dado el trato que Disney ha dado a la saga Star Wars, es crucial entender qué es "Alien: Romulus" y por qué, a pesar de Disney, Alien Romulus está muy por encima del trato dado por Disney a Star Wars: Fede Álvarez, si bien es cierto que no podemos comparar Alien Romulus con las cintas del 79’ y 86’. Existen una serie de referencias bastante explicitas a esas dos películas, que a buen seguro generarán polémica. Álvarez se esfuerza por entregar una película adulta, buscando espacio para su propia obra sin deber en exceso a Scott y Cameron, con momentos gore y desagradables, algunos dirán que se adhiere en demasía a la fórmula original e incluso al plagio; sin entrar en detalles, existen paralelismos entre escenas míticas, pero resueltas de una forma bastante original y potente.
Como hemos mencionado, "Alien: Romulus" se posiciona como un slasher a medio camino entre "Alien: El Octavo Pasajero", "Alien: Isolation" (la obra maestra de Creative Assembly de 2014) y una película de acción como "Aliens: El Regreso". Álvarez, un declarado fan de la saga y del videojuego, asegura que "Romulus" respeta todo el canon de la saga, con continuos guiños a los momentos más icónicos de las cuatro películas originales. Haciendo hincapié en esa doble dicotomía: terror psicológico y acción desatada.
La historia nos narra los intentos de unos colonos que buscan escapar desesperadamente de una desoladora existencia en la colonia Jackson, (una de las múltiples colonias que la Weyland Yutani tiene esparcidas por el universo para terraformarlas) así, deciden investigar una estación espacial abandonada en busca de recursos valiosos. Aquí, la comparación con "No Respires" (2016, también de Álvarez) es inevitable, aunque en lugar de una Detroit en decadencia, encontramos una colonia postindustrial y distópica a lo Blade Runner. En lugar de un veterano de guerra ciego e implacable, tenemos una horda de facehuggers liberados accidentalmente, liderados por dos amenazas aun más implacables que en las anteriores películas.
A pesar de la juventud del reparto, las actuaciones y la química entre ellos son sólidas y vibrantes, destacando especialmente el dúo formado por la protagonista Cailee (Rain Carradine) y Andy (David Johnson). Esto contrasta con "Alien: Covenant" y "Prometheus", donde el reparto secundario carecía de impacto, relevancia e interés alguno para el espectador: no nos importaban si morían o sobrevivían, eran meros secundarios sin identidad.
La dirección de producción es notable, con un estilo visual acorde con el de Scott y Giger en la sección del laboratorio Romulus, y con Cameron en la sección de la colonia y el tramo final de la película. El uso de efectos prácticos con animatronics y marionetas, aunque el CGI sigue presente, añade una mayor plasticidad y realismo.
La trama principal sigue el esquema clásico de la saga: intrusos en un lugar prohibido enfrentándose a una amenaza desconocida. Sin embargo, Álvarez se atreve a explorar con más profundidad el ciclo reproductivo de los aliens, la ingeniería inversa, el ácido más presente que nunca, la I.A., y por supuesto: facehuggers, los verdaderos protagonistas de toda la cinta, una verdadera marabunta aún más desagradable que en otras entregas.
En definitiva, "Alien: Romulus" es una secuela digna que rinde tributo a las dos películas originales y trata de revitalizar una saga que estaba prácticamente en muerte cerebral tras los desastres de "Prometheus" y "Covenant". La dirección artística y el uso de efectos prácticos destacan, aunque la película está limitada por tajos incomprensibles en el guion, (se viene una precuela en formato cómic a manos de Zac Thompson) y la influencia del productor Ridley Scott, quien parece estar empeñado en mantener un esquema narrativo ya sobreexplotado.
De hecho, cuando Romulus se vuelve verdaderamente interesante es cuando huye de las cintas originales y marca su propio camino narrativo ahondando en esos elementos que los fanáticos llevan décadas pidiendo y, sin embargo, cuando se vuelve reiterativa o hace copy/paste de escenas calcadas a las películas de Cameron y Scott, es cuando Romulus se ve, de alguna manera, menor, como una versión más compacta de las obras originales.
Para aquellos que salieron escarmentados tras las fallidas Promethues y Covenant, decir que, a diferencias de éstas, Álvarez es bastante más explicito en muchas de las incógnitas que Scott se vio incapaz de responder y, a la vez, abre otros interrogantes pero sin dejar al espectador en ascuas como en Prometheus.
"Romulus" es una secuela digna, hecha artesanalmente por un fan declarado de la saga, honesta, polémica e inteligente en ciertos aspectos y muy interesante en su exploración de elementos previamente vistos en la franquicia. En el ranking de la saga, "Alien: Romulus" se ubicaría en una más que digna tercera posición:
1. Alien: El Octavo Pasajero
2. Aliens: El Regreso
3. Alien: Romulus
Y eso, teniendo en cuenta los más de 30 años que le ha costado a la saga remontar, no es baladí.
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562 de 744 usuarios han encontrado esta crítica útil
Creo que esta es la primera crítica que escribo en FilmAffinity en unos 20 años, pero, joder, es que ayer sentí auténtica indignación en la butaca del cine.
No sabía si dirigir la mirada de la culpabilidad hacia Fede Álvarez, hacia quien ha puesto la pasta para hacer esto (Disney), hacia Ridley Scott o hacia todos a la vez.
Aunque veo cantidades ingentes de cine y series de todos los tipos y géneros, soy muy fan del terror y de la ciencia-ficción, y «Alien» (1979) es mi película favorita.
No vamos a profundizar ahora en por qué es una obra maestra, pero creo que pocas veces en la historia del cine se unieron tantos talentos efervescentes como en dicha película.
«Aliens: el regreso» (1986) fue una espectacular sucesora de la saga, en otro tono, aportando una evolución sobresaliente, incluso sin la colaboración directa del diseñador H.R. Giger, convirtiéndose en una espectacular película de acción espacial como sólo James Cameron podía hacer.
A partir de ahí, las cosas se fueron torciendo, incluso desbarrando. Mucho o muchísimo, según el titulo que mencionemos.
Lo que no esperé fue la patochada salvaje del propio Ridley Scott con «Prometheus» (2012) y, sobre todo, «Covenant» (2014).
La primera de ellas tenía valores de producción muy buenos, pero el guion era terrorífico, y no en el buen sentido. No puedo comprender cómo Scott dio el visto bueno a rodar ese texto.
Y «Covenant» fue el cierre en falso, mal ejecutado, de lo que se suponía que iba a ser una trilogía de precuelas que ya nunca será. Aburrida, indigna, profundamente absurda y desesperanzadora para cualquier fan que se precie de serlo.
Pese a todo, en ambas precuelas creo que había cosas salvables, disfrutables, pero fueron migajas en comparación con lo que se esperaba del director de la obra original.
Y entonces llegó «Alien: Romulus».
Llevaba esperando mucho tiempo este estreno, especialmente desde que supe que Fede Álvarez iba a dirigirla. Me dejó muy sorprendido con su reboot de «Evil Dead» y sabía que podía hacerlo muy bien.
Sin embargo, lo que vi ayer, en el estreno en la sala de cine, fue muy doloroso.
Un grupo de chavales totalmente genéricos y olvidables, con el carisma de una piedra pómez, se meten en una nave random y acaban como todos sabemos que van a acabar, como en el slasher más barato y olvidable que puedas imaginar.
Como espectador, los personajes te importan una mierda (con excepción parcial para el personaje del androide negro), y lo que les pase te resulta irrelevante. Casi prefieres que los masacren, y con saña, por favor. Los diálogos los podría haber escrito un chaval de secundaria, y la mayor parte de la acción resulta atropellada y muy poco emocionante.
La sutileza, el profundo miedo a fuego lento, la tensión extrema, la indefensión ante un horror como nunca antes se había visto, el choque de caracteres personales, el desbordante despliegue visual creativo, oscuro y retorcido de la original... brillan aquí por su ausencia.
Lo peor de todo es que, a nivel visual, todo es un remix nada disimulado de imágenes, planos y escenas casi calcados al milímetro de «Alien« y «Aliens». Y no haré spoilers, pero hay elementos en este aspecto que me parece que sobrepasaron el límite del ridículo. CGI del malo, aliens tontos y torpes, escenas incomprensibles, evoluciones atropelladas e inconexas...
Y la parte final, joder... qué putísima mierda. Si creías que el final de «Alien Resurrection» era malo, espera y verás lo que te espera. Qué falta de emoción, de tensión, de imaginación y de ganas de darle un nuevo rumbo a una saga que merecía muchísimo más.
Vamos, que vas a terminar pensando que «Prometheus» no estaba tan mal después de todo.
Han querido traer la franquicia a los chavales de hoy en día, y esta basura es lo mejor que se les ha ocurrido hacer. Un batiburrillo con lo que -pensaron- resume mejor las dos primeras entregas de la saga (quedando, por otro lado, muy lejos de lograrlo). Un poco como fue el Episodio VII de Star Wars, pero bastante peor. Una peli tonta y vacía, que sólo te puede emocionar, quizás, si jamás has visto nada sobre Alien. Vamos, si tienes 16 años y tu hogar es Instagram.
Sí, a nivel de dirección el trabajo es digno, el sonido también luce con calidad, y alguna parte que otra tiene cierto interés (a ver, es alien; es imposible que no haya algo que mole), pero, de nuevo, retales que no compensan el desastre del resto.
Ay, si el pobre Giger levantara la cabeza, sentiría vergüenza ajena.
En definitiva, esto no creo que sea para personas adultas, no tiene sustancia ni aporta nada valioso, y menos para fans de los brillantes inicios de la saga. Quizás debamos comprender que nunca más volveremos a ver algo de semejante nivel con el xenomorfo.
Siempre nos quedará la esperanza de volver a recuperar la ilusión, pero en esta ocasión tampoco fue.
Quizás nunca será y somos nosotros los que nos hemos hecho mayores, lo cual no tiene remedio.
Como diría Ash: no tenéis ninguna posibilidad, pero tenéis mi simpatía.
No sabía si dirigir la mirada de la culpabilidad hacia Fede Álvarez, hacia quien ha puesto la pasta para hacer esto (Disney), hacia Ridley Scott o hacia todos a la vez.
Aunque veo cantidades ingentes de cine y series de todos los tipos y géneros, soy muy fan del terror y de la ciencia-ficción, y «Alien» (1979) es mi película favorita.
No vamos a profundizar ahora en por qué es una obra maestra, pero creo que pocas veces en la historia del cine se unieron tantos talentos efervescentes como en dicha película.
«Aliens: el regreso» (1986) fue una espectacular sucesora de la saga, en otro tono, aportando una evolución sobresaliente, incluso sin la colaboración directa del diseñador H.R. Giger, convirtiéndose en una espectacular película de acción espacial como sólo James Cameron podía hacer.
A partir de ahí, las cosas se fueron torciendo, incluso desbarrando. Mucho o muchísimo, según el titulo que mencionemos.
Lo que no esperé fue la patochada salvaje del propio Ridley Scott con «Prometheus» (2012) y, sobre todo, «Covenant» (2014).
La primera de ellas tenía valores de producción muy buenos, pero el guion era terrorífico, y no en el buen sentido. No puedo comprender cómo Scott dio el visto bueno a rodar ese texto.
Y «Covenant» fue el cierre en falso, mal ejecutado, de lo que se suponía que iba a ser una trilogía de precuelas que ya nunca será. Aburrida, indigna, profundamente absurda y desesperanzadora para cualquier fan que se precie de serlo.
Pese a todo, en ambas precuelas creo que había cosas salvables, disfrutables, pero fueron migajas en comparación con lo que se esperaba del director de la obra original.
Y entonces llegó «Alien: Romulus».
Llevaba esperando mucho tiempo este estreno, especialmente desde que supe que Fede Álvarez iba a dirigirla. Me dejó muy sorprendido con su reboot de «Evil Dead» y sabía que podía hacerlo muy bien.
Sin embargo, lo que vi ayer, en el estreno en la sala de cine, fue muy doloroso.
Un grupo de chavales totalmente genéricos y olvidables, con el carisma de una piedra pómez, se meten en una nave random y acaban como todos sabemos que van a acabar, como en el slasher más barato y olvidable que puedas imaginar.
Como espectador, los personajes te importan una mierda (con excepción parcial para el personaje del androide negro), y lo que les pase te resulta irrelevante. Casi prefieres que los masacren, y con saña, por favor. Los diálogos los podría haber escrito un chaval de secundaria, y la mayor parte de la acción resulta atropellada y muy poco emocionante.
La sutileza, el profundo miedo a fuego lento, la tensión extrema, la indefensión ante un horror como nunca antes se había visto, el choque de caracteres personales, el desbordante despliegue visual creativo, oscuro y retorcido de la original... brillan aquí por su ausencia.
Lo peor de todo es que, a nivel visual, todo es un remix nada disimulado de imágenes, planos y escenas casi calcados al milímetro de «Alien« y «Aliens». Y no haré spoilers, pero hay elementos en este aspecto que me parece que sobrepasaron el límite del ridículo. CGI del malo, aliens tontos y torpes, escenas incomprensibles, evoluciones atropelladas e inconexas...
Y la parte final, joder... qué putísima mierda. Si creías que el final de «Alien Resurrection» era malo, espera y verás lo que te espera. Qué falta de emoción, de tensión, de imaginación y de ganas de darle un nuevo rumbo a una saga que merecía muchísimo más.
Vamos, que vas a terminar pensando que «Prometheus» no estaba tan mal después de todo.
Han querido traer la franquicia a los chavales de hoy en día, y esta basura es lo mejor que se les ha ocurrido hacer. Un batiburrillo con lo que -pensaron- resume mejor las dos primeras entregas de la saga (quedando, por otro lado, muy lejos de lograrlo). Un poco como fue el Episodio VII de Star Wars, pero bastante peor. Una peli tonta y vacía, que sólo te puede emocionar, quizás, si jamás has visto nada sobre Alien. Vamos, si tienes 16 años y tu hogar es Instagram.
Sí, a nivel de dirección el trabajo es digno, el sonido también luce con calidad, y alguna parte que otra tiene cierto interés (a ver, es alien; es imposible que no haya algo que mole), pero, de nuevo, retales que no compensan el desastre del resto.
Ay, si el pobre Giger levantara la cabeza, sentiría vergüenza ajena.
En definitiva, esto no creo que sea para personas adultas, no tiene sustancia ni aporta nada valioso, y menos para fans de los brillantes inicios de la saga. Quizás debamos comprender que nunca más volveremos a ver algo de semejante nivel con el xenomorfo.
Siempre nos quedará la esperanza de volver a recuperar la ilusión, pero en esta ocasión tampoco fue.
Quizás nunca será y somos nosotros los que nos hemos hecho mayores, lo cual no tiene remedio.
Como diría Ash: no tenéis ninguna posibilidad, pero tenéis mi simpatía.
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