Septiembre 5 (2024)

Con bastante brío y realismo, la película nos ofrece una perspectiva bastante curiosa a partir de un único escenario de los trágicos eventos que ocurrieron en la villa Olímpica de Múnich en 1972 durante la retransmisión en directo por parte de la TV ABC estadounidense, donde once miembros del equipo olímpico israelí fueron tomados como rehenes por el grupo terrorista septiembre negro, una facción de la Organización para la liberación de Palestina exigiendo la liberación de 234 prisioneros.

Esta masacre fue llevada al cine en algunas ocasiones, la más representativa fue "21 horas en Munich" con William Holden y Franco Nero. También Spielberg rodó en 2005 "Munich" que estaba enfocada en la operación "Cólera de Dios" que fue una venganza por parte del Mossad a personas que cometieron el atentado.

Tim Fehlbaum (The colony, Hell) dirige esta producción alemana rodada en inglés, centrando la acción en un grupo de periodistas que estaban cubriendo los juegos Olímpicos y se vieron retransmitiendo en directo esta situación tan grave durante aquellos días. Tomas de decisiones impulsivas bajo presión, con gran impacto psicológico en los periodistas que nunca se imaginaron.

Peter Sarsgaard, interpreta a Roone Arledge, un ejecutivo de la ABC, algo ambicioso que tendrá que tomar decisiones difíciles. John Magaro, en el papel de Geoffrey Mason tambien esta bien como un joven productor. También tenemos a Ben Chaplin como el Jefe de operaciones y Leonie Besnech vista en la magnífica "Sala de profesores" como una intérprete de alemán.

Una buena recreación de los hechos históricos y el papel que tuvieron los medios de comunicación, olvidando algunas veces la ética periodística para informar en directo de los tristes acontecimientos de aquellos fatídicos juegos Olímpicos.

​A pesar de ocurrir todo en una sala de emisión, el film tiene buen ritmo y depara sorpresas a pesar de saber lo que ocurrió, gracias a una narrativa con bastante verosimilitud y realismo.

​En cines el 31 de enero de 2025
Destino Arrakis.com

*Retomando el caos

El 5 de septiembre de 1972, en plena celebración de los Juegos Olímpicos de Múnich, una organización militante palestina conocida como Black September irrumpió en la villa olímpica y secuestró a integrantes de la delegación oficial de Israel, manteniendo a once de ellos como rehenes. Su objetivo era negociar la liberación de más de 300 prisioneros palestinos y otros miembros asociados a su grupo. Ante esta crisis, la cadena de televisión americana ABC, ubicada a escasos metros del lugar de los hechos, realizó una de las coberturas televisivas más importantes en la historia de los medios de comunicación al exteriorizar todo el descontrol auspiciado por la operación terrorista.

Dirigida por el joven director suizo Tim Fehlbaum, Septiembre 5 aborda este mismo tema, previamente tratado en otros filmes tanto de ficción como documentales, pero ahora transformándolo en el juego de la perspectiva periodística. Un hito acerca de cómo la división deportiva de la ABC logró afrontar la situación a través de un trabajo intrépido y férreo. Estamos ante una historia que evoca los fantasmas del suspenso, sustentada por un guión firme en su propuesta, que no busca alardear, sino destacar su capacidad para contar algo inspirado en métodos y relaciones alternas.

*La otra punta del hilo

Desde la visión de Tim Fehlbaum, el enfoque no recae en una postura política que pueda resonar más o menos con el público, especialmente en estos tiempos. En cambio, el centro del relato está en narrar, en forma de testimonio, lo vivido en los pasillos, oficinas, platós y la sala de control de una compañia periodística aún en crecimiento, y cómo el equipo involucrado enfrentó las repercusiones de una tragedia de tal magnitud, completamente ajena a lo que se suponía debía ser una fiesta al deporte.

No obstante, Septiembre 5 no parece pretender ser propaganda barata. Aunque podría utilizarse como tal por quienes tengan dudosas intenciones, la obra protagonizada por un indomable John Magaro (Vidas pasadas, Showing Up) trasciende esas intenciones, alejándose de ser una falsa herramienta contra las correcciones geopolíticas y fungiendo como un ensayo virtuoso del infortunio público.

*Una disyuntiva cargada de cuestionamientos

El espacio y las armas de Septiembre 5 parecen simples a primera vista, pero son suficientes para ejercer una fuerza descomunal en pantalla. La película utiliza locaciones cerradas y limitadas; la cámara no persigue el peligro, sino que asfixia a los protagonistas, mientras el guión responde con agilidad y astucia. Los diálogos destacan por su inteligencia al exponer los hechos: no buscan justificar ni dar respuestas, pero transmiten la desesperación del ambiente, el frenetismo de los involucrados y, por momentos, una aura de incertidumbre que, a pesar de conocer el desenlace, sigue siendo desoladora.

Septiembre 5 ofrece una mirada apasionante que se va desglosando en una serie de dilemas bien construidos dentro del círculo periodístico. Como mencioné antes, no considero que la película esté regida por una ideología que arruine su trama. Por el contrario, su director defiende la obra buscando una verosimilitud constante, sin desviar la atención hacia los personajes principales. El uso de imágenes de archivo y la meticulosa selección del elenco complementan el gran ritmo de la narración, trazando capas sobre el relato y alejándose de las secuencias de acción tradicionales para volcarse hacia un tratamiento narrativo más audaz.

*Conclusión

Septiembre 5 estalla su argumento gracias a la ya mencionada participación de un gran John Magaro y a la igual de destacada presencia de un Peter Sarsgaard que no se achica y se sostiene de manera intacta junto al resto del reparto. Congregando finalmente en una obra compleja de aproximarse, pero que vale la pena darle la oportunidad ya solamente por la artificiosa chispa de su testimonio.

Escrito por Diego Gil