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- Tras los sucesos de la primera parte acontecidos en el planeta Arrakis, el joven Paul Atreides se une a la tribu de los Fremen y comienza un viaje espiritual y marcial para convertirse en mesías, mientras intenta evitar el horrible pero inevitable futuro que ha presenciado: una Guerra Santa en su nombre, que se extiende por todo el universo conocido... Secuela de 'Dune' (2021). (FILMAFFINITY)
- Género
- Ciencia ficción Aventuras Acción Drama Cine épico Secuela
- Dirección
- Reparto
- Año / País:
- 2024 / Estados Unidos
- Título original:
- Dune: Part Two
- Duración
- 166 min.
- Guion
- Música
Premios
EL CINE HA MUERTO, DIOS SALVE AL NUEVO DUNE II
1 de marzo de 2024
Creo que no voy a hacer amigos con esta crítica, pero creo que no seré el único que se ha sentido insatisfecho con esta película, sobre todo si has leído y disfrutado la genial novela de Frank Herbert. Yo no voy a glorificar la película por su poderosa estética visual. Prefiero ser honrado conmigo mismo, y decir lo poco que me ha gustado, sobre todo su parte final.
Al igual que la primera parte, esta película es muy fría, carente de alma y corazón. Tiene unos acertados 50-60 minutos iniciales, y luego cae en picado, descarrilando hasta rayar en el ridículo. El que no ha leído a Frank Herbert disfrutará de esta segunda parte, sin saber lo mucho que se aleja de la novela, más que su predecesora (la primera parte), con un final desangelado y anticlimático, muy diferente en esencia, al del libro de Frank Herbert, y caracterizando unos personajes con mucha fuerza al principio, pero que se van desdibujando a pasos agigantados a lo largo de la historia, hasta casi caricaturizarlos en un final aciago, "made in" Villeneuve, su director, en el que solo prima el espectáculo visual, con una devastadora ausencia de emociones o pasión. Reconozco mi creciente animadversión hacia un director, al que solo parece importarle el poder de sus imágenes, y no la historia que narra, extremo reconocido por el mismo estos días, cuando afirmó que no le gustan los diálogos y que solo le importa el poder de las imágenes.
Si buscas fidelidad a la novela, como yo, te vas a llevar un buen chasco. Si buscas una historia sólida, al final te verás defraudado. No reconocerás a los personajes principales, salvo unos buenos Zendaya (aunque el director no le hace ningún favor con tanto planito estilo anuncio de perfumes), Austin Butler y Rebecca Ferguson, en sus respectivos roles. Quien vio al sosainas de Austin Butler, en Las crónicas de Shannara, se llevará una sorpresa con su caracterización como Feyd-Rautha Harkonnen, muy lograda, mejorando infinitamente a Sting en el Dune de David Lynch, de 1984.
Por lo demás la película no es del todo anodina, porque algunas escenas de acción están muy bien ejecutadas, pero se malogran ante el estéril e infantil planteamiento religioso-fundamentalista de esta segunda parte, que se apodera de la segunda mitad de la película.
Tymothée Chalamet, sigue el mismo rol torturado de todos sus papeles, y va perdiendo presencia según va avanzando el metraje, hasta convertirse en una histriónica figura, muy alejada del carácter duro y sabio que tiene en el libro su personaje. Zendaya hace lo que puede, sobre todo al principio, pero luego sufre mucho ante la inverosímil y contradictoria forma de actuar que plantea el inefable guion, entre Paul Muad'Dib Atreides y ella.
Los secundarios quieren, pero no pueden, o no les dejan. Bardén empieza bien, pero acaba convertido en el bufón de la corte, sin posibilidad de hacerse respetar. Mi idolatrado Christopher Walken, compone el peor papel que le recuerdo, y aparece fosilizado y casi caquético. Rebecca Ferguson, de lo mejor de la película, salva los muebles con un personaje interesante y lleno de matices. A destacar una Léa Seydoux, con un papel breve y poco relevante, pero intenso, en el que destaca espectacularmente.
En cambio, Josh Brolin, coincide con el arranque de la peor parte de la película, y su personaje se pierde en la mediocridad final de la película. Dave Bautista deambula por la película, en un papel estúpido, que pierde todo el sentido y la coherencia con acciones muy discutibles del guión. El resto del elenco, tiene roles poco importantes, haciendo lo que pueden, ante un director que filma de una manera endiabladamente buena visualmente, pero que es incapaz de emocionar o empatizar con el espectador.
Reconozco que llegué a disfrutar el inicio de la película, un más que aceptable primer tercio, y pensé que el director iba a ser capaz de enderezar el rumbo, pero a partir de ahí, la película desciende hasta los infiernos, buscando un final en el que Zendaya no se conforme con el rol que le dio Frank Herbert, y muestre una hostilidad hacia Paul, muy alejada del caracter que ejerce su personaje en la novela.
No entiendo al director, Denis Villeneuve, ni su afán por fanatizar a los fremen de una forma tan grotesca y apartarse notablemente de la novela, ni la idea que tenía en la cabeza cuando rodó un final abrupto, atropellado, anticlimático y, sobre todo, muy frío, casi glacial. La última parte, es tan, tan, tan fría, tan carente de sentimientos, que me impide disfrutar de la venganza y me deja absolutamente insatisfecho. Y si algo caracteriza la novela, una de las mejores de ciencia ficción que se han escrito, es que, entre otras cosas, es una historia de venganza.
Al igual que la primera parte, esta película es muy fría, carente de alma y corazón. Tiene unos acertados 50-60 minutos iniciales, y luego cae en picado, descarrilando hasta rayar en el ridículo. El que no ha leído a Frank Herbert disfrutará de esta segunda parte, sin saber lo mucho que se aleja de la novela, más que su predecesora (la primera parte), con un final desangelado y anticlimático, muy diferente en esencia, al del libro de Frank Herbert, y caracterizando unos personajes con mucha fuerza al principio, pero que se van desdibujando a pasos agigantados a lo largo de la historia, hasta casi caricaturizarlos en un final aciago, "made in" Villeneuve, su director, en el que solo prima el espectáculo visual, con una devastadora ausencia de emociones o pasión. Reconozco mi creciente animadversión hacia un director, al que solo parece importarle el poder de sus imágenes, y no la historia que narra, extremo reconocido por el mismo estos días, cuando afirmó que no le gustan los diálogos y que solo le importa el poder de las imágenes.
Si buscas fidelidad a la novela, como yo, te vas a llevar un buen chasco. Si buscas una historia sólida, al final te verás defraudado. No reconocerás a los personajes principales, salvo unos buenos Zendaya (aunque el director no le hace ningún favor con tanto planito estilo anuncio de perfumes), Austin Butler y Rebecca Ferguson, en sus respectivos roles. Quien vio al sosainas de Austin Butler, en Las crónicas de Shannara, se llevará una sorpresa con su caracterización como Feyd-Rautha Harkonnen, muy lograda, mejorando infinitamente a Sting en el Dune de David Lynch, de 1984.
Por lo demás la película no es del todo anodina, porque algunas escenas de acción están muy bien ejecutadas, pero se malogran ante el estéril e infantil planteamiento religioso-fundamentalista de esta segunda parte, que se apodera de la segunda mitad de la película.
Tymothée Chalamet, sigue el mismo rol torturado de todos sus papeles, y va perdiendo presencia según va avanzando el metraje, hasta convertirse en una histriónica figura, muy alejada del carácter duro y sabio que tiene en el libro su personaje. Zendaya hace lo que puede, sobre todo al principio, pero luego sufre mucho ante la inverosímil y contradictoria forma de actuar que plantea el inefable guion, entre Paul Muad'Dib Atreides y ella.
Los secundarios quieren, pero no pueden, o no les dejan. Bardén empieza bien, pero acaba convertido en el bufón de la corte, sin posibilidad de hacerse respetar. Mi idolatrado Christopher Walken, compone el peor papel que le recuerdo, y aparece fosilizado y casi caquético. Rebecca Ferguson, de lo mejor de la película, salva los muebles con un personaje interesante y lleno de matices. A destacar una Léa Seydoux, con un papel breve y poco relevante, pero intenso, en el que destaca espectacularmente.
En cambio, Josh Brolin, coincide con el arranque de la peor parte de la película, y su personaje se pierde en la mediocridad final de la película. Dave Bautista deambula por la película, en un papel estúpido, que pierde todo el sentido y la coherencia con acciones muy discutibles del guión. El resto del elenco, tiene roles poco importantes, haciendo lo que pueden, ante un director que filma de una manera endiabladamente buena visualmente, pero que es incapaz de emocionar o empatizar con el espectador.
Reconozco que llegué a disfrutar el inicio de la película, un más que aceptable primer tercio, y pensé que el director iba a ser capaz de enderezar el rumbo, pero a partir de ahí, la película desciende hasta los infiernos, buscando un final en el que Zendaya no se conforme con el rol que le dio Frank Herbert, y muestre una hostilidad hacia Paul, muy alejada del caracter que ejerce su personaje en la novela.
No entiendo al director, Denis Villeneuve, ni su afán por fanatizar a los fremen de una forma tan grotesca y apartarse notablemente de la novela, ni la idea que tenía en la cabeza cuando rodó un final abrupto, atropellado, anticlimático y, sobre todo, muy frío, casi glacial. La última parte, es tan, tan, tan fría, tan carente de sentimientos, que me impide disfrutar de la venganza y me deja absolutamente insatisfecho. Y si algo caracteriza la novela, una de las mejores de ciencia ficción que se han escrito, es que, entre otras cosas, es una historia de venganza.
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507 de 714 usuarios han encontrado esta crítica útil
Villeneuve es uno de los grandes
26 de febrero de 2024
Denis Villeneuve es un cineasta total. Y lo lleva demostrando muchos años. Si uno mira su filmografía se dará cuenta rápidamente que es uno de esos autores que es capaz de tocar multitud de temáticas y géneros y que se las apaña para hacerlo francamente bien en todos ellos.
“Polytechnique” e “Incendies” nos demostraron lo que el realizador canadiense era capaz de hacer con material dramático y francamente duro. Posteriormente, con “Sicario” y “Prisioneros” nos demostró que yéndose al territorio más del thriller y la acción también era capaz de salirse de la media claramente. Y, por último, el bueno de Villeneuve llegó al territorio de la ciencia ficción y nos dio las tremendas obras que son “La llegada”, “Blade Runner 2049” y la primera entrega de “Dune”. Películas tremendas, de lo mejor que se ha hecho en la ciencia-ficción contemporánea -con el permiso de Nolan, el otro gran cineasta actual del género- y una enorme carta de presentación para aquellos que dudasen de si un autor total como es el caso de Denis Villeneuve iba a tener problemas para embarcarse en proyectos faraónicos, de enorme presupuesto, y gran ambición -soy consciente de que me he dejado películas, pero quería coger las más representativas-.
Pues bien, con todo eso a sus espaldas Villeneuve nos trae su última película, la segunda entrega de “Dune”, que llegará a nuestras salas el próximo 1 de marzo, y con ella nos llega la que, para mí, es su mejor película hasta la fecha. Y creedme que no digo esto a la ligera de uno de mis directores favoritos.
“Dune parte 2” es una experiencia en sí misma. Si ya la primera a mí me pareció una obra maestra, con esta segunda entrega se me acaban los calificativos para poder hablar de una cinta cuyas imágenes me han dejado completamente extasiado. Desde el primer minuto, que arranca exactamente donde acababa la primera entrega, Dune no te suelta. Te agarra por la pechera y te arrastra hacia los desiertos de Arrakis para que sientas el calor en la piel. La falta de agua y lo árido del clima desértico -me encantaría poder ver cómo han recreado todo esto para que no se note absolutamente nada el CGI-. Y te traslada de esa forma porque las imágenes y la BSO de Hans Zimmer están al completo servicio de una narración que no solo es épica, sino que es profunda y conmovedora cuando hace falta.
Aquellos que hayáis leído la brillante novela de Frank Herbert sabréis hacía donde vamos, pero los que no lo hayáis hecho estáis a punto de entrar en lo que es el verdadero universo de Dune. Y es que, al dividir la adaptación en dos partes, esto ha permitido que toda la presentación de universo, personajes y problemáticas se queden en la primera entrega y que en esta segunda nos quede la evolución de los personajes, el verdadero conflicto, y la conclusión de varias de las tramas que se nos plantean en Dune.
Dune parte 2 es una cinta colosal. Y, lo que es más importante, aunque sea una cinta con un marcado sello autoral, es también la prueba de que su director es lo suficientemente inteligente para conseguir que su reparto -repleto de nombres de increíble talento- sean los que más brillen en esta función. Villeneuve no tiene miedo al éxito, ni a que las actuaciones puedan opacar su trabajo, y deja que los actores y actrices que tiene brillen en cada una de las secuencias dirigiéndoles para sacar hasta el último gramo de talento que cada uno de ellos puede aportarle a la cinta.
Timothée Chalamet está ante uno de los papeles de su carrera y lo aprovecha. Su presencia, la forma en qué es capaz de intimidar cuando es necesario y de mostrar cierta vulnerabilidad cuando la trama lo requiere, es algo maravilloso de ver. Actores como Rebecca Ferguson, Bardem, Brolin o Walken están entregados a la causa y se nota simplemente en las formas en qué interpretan y en lo que son capaces de decir sus personajes con tan solo una mirada. Austin Butler tiene una joyita de papel y el jovencísimo actor es capaz de crear pavor no solo en sus enemigos sino en el propio espectador. Actrices de la talla de Florence Pugh y Anya Taylor Joy quizá destacan menos, por su reducido metraje, pero tengo la total confianza que ambos fichajes son pensando en una tercera entrega que adapte “el mesías de Dune” y que espero que podamos ver en algún punto. Por último, me he dejado para el final al corazón de la película y que no es otra que Zendaya. Se ha dicho mucho del talento de esta actriz y no seré yo el que llegue a descubrirla a estas alturas. Pero es francamente impresionante lo que Zendaya demuestra que es capaz de hacer aquí. Y, lo más increíble de todo, es que es capaz de hacerlo hasta sin palabras. Su personaje es el corazón de la película y uno de los “cambios” que Villeneuve introduce en su adaptación respecto de la novela. Si en la obra literaria la perspectiva es la de Paul Atreides aquí hay muchos momentos en que nosotros, como espectadores, vemos más la visión de Chani de todo lo que está ocurriendo. Y Zendaya, que es una actriz increíble, es capaz de encarnar todo ello con una solvencia admirable. Si queréis, cuando la veáis, fijaros en un momento que ocurre hacía el final donde hay distintas “miradas”, y fijaros en lo que se transmite ahí con lo que no se dice. Y en cómo lo hace la joven actriz norteamericana.
En cualquier caso, y por no extenderme mucho más, obviamente “Dune parte 2” sigue cumpliendo con lo que se le presupone: Ser un tremendo espectáculo que consigue impactar al espectador haciendo que sus casi tres horas de duración se pasen en un suspiro. Pero, también, es capaz de ser una cinta que invita mucho a la reflexión. No es casual que la cinta sea capaz de tocar de forma tan acertada problemáticas que se pueden perfectamente trasladar a nuestro día a día como el fervor religioso descontrolado, los fanatismos, los tejemanejes políticos y las múltiples formas de controlar a un grupo de personas. Sigo en spoilers, que no me cabe, pero no habrá ninguno
Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv
“Polytechnique” e “Incendies” nos demostraron lo que el realizador canadiense era capaz de hacer con material dramático y francamente duro. Posteriormente, con “Sicario” y “Prisioneros” nos demostró que yéndose al territorio más del thriller y la acción también era capaz de salirse de la media claramente. Y, por último, el bueno de Villeneuve llegó al territorio de la ciencia ficción y nos dio las tremendas obras que son “La llegada”, “Blade Runner 2049” y la primera entrega de “Dune”. Películas tremendas, de lo mejor que se ha hecho en la ciencia-ficción contemporánea -con el permiso de Nolan, el otro gran cineasta actual del género- y una enorme carta de presentación para aquellos que dudasen de si un autor total como es el caso de Denis Villeneuve iba a tener problemas para embarcarse en proyectos faraónicos, de enorme presupuesto, y gran ambición -soy consciente de que me he dejado películas, pero quería coger las más representativas-.
Pues bien, con todo eso a sus espaldas Villeneuve nos trae su última película, la segunda entrega de “Dune”, que llegará a nuestras salas el próximo 1 de marzo, y con ella nos llega la que, para mí, es su mejor película hasta la fecha. Y creedme que no digo esto a la ligera de uno de mis directores favoritos.
“Dune parte 2” es una experiencia en sí misma. Si ya la primera a mí me pareció una obra maestra, con esta segunda entrega se me acaban los calificativos para poder hablar de una cinta cuyas imágenes me han dejado completamente extasiado. Desde el primer minuto, que arranca exactamente donde acababa la primera entrega, Dune no te suelta. Te agarra por la pechera y te arrastra hacia los desiertos de Arrakis para que sientas el calor en la piel. La falta de agua y lo árido del clima desértico -me encantaría poder ver cómo han recreado todo esto para que no se note absolutamente nada el CGI-. Y te traslada de esa forma porque las imágenes y la BSO de Hans Zimmer están al completo servicio de una narración que no solo es épica, sino que es profunda y conmovedora cuando hace falta.
Aquellos que hayáis leído la brillante novela de Frank Herbert sabréis hacía donde vamos, pero los que no lo hayáis hecho estáis a punto de entrar en lo que es el verdadero universo de Dune. Y es que, al dividir la adaptación en dos partes, esto ha permitido que toda la presentación de universo, personajes y problemáticas se queden en la primera entrega y que en esta segunda nos quede la evolución de los personajes, el verdadero conflicto, y la conclusión de varias de las tramas que se nos plantean en Dune.
Dune parte 2 es una cinta colosal. Y, lo que es más importante, aunque sea una cinta con un marcado sello autoral, es también la prueba de que su director es lo suficientemente inteligente para conseguir que su reparto -repleto de nombres de increíble talento- sean los que más brillen en esta función. Villeneuve no tiene miedo al éxito, ni a que las actuaciones puedan opacar su trabajo, y deja que los actores y actrices que tiene brillen en cada una de las secuencias dirigiéndoles para sacar hasta el último gramo de talento que cada uno de ellos puede aportarle a la cinta.
Timothée Chalamet está ante uno de los papeles de su carrera y lo aprovecha. Su presencia, la forma en qué es capaz de intimidar cuando es necesario y de mostrar cierta vulnerabilidad cuando la trama lo requiere, es algo maravilloso de ver. Actores como Rebecca Ferguson, Bardem, Brolin o Walken están entregados a la causa y se nota simplemente en las formas en qué interpretan y en lo que son capaces de decir sus personajes con tan solo una mirada. Austin Butler tiene una joyita de papel y el jovencísimo actor es capaz de crear pavor no solo en sus enemigos sino en el propio espectador. Actrices de la talla de Florence Pugh y Anya Taylor Joy quizá destacan menos, por su reducido metraje, pero tengo la total confianza que ambos fichajes son pensando en una tercera entrega que adapte “el mesías de Dune” y que espero que podamos ver en algún punto. Por último, me he dejado para el final al corazón de la película y que no es otra que Zendaya. Se ha dicho mucho del talento de esta actriz y no seré yo el que llegue a descubrirla a estas alturas. Pero es francamente impresionante lo que Zendaya demuestra que es capaz de hacer aquí. Y, lo más increíble de todo, es que es capaz de hacerlo hasta sin palabras. Su personaje es el corazón de la película y uno de los “cambios” que Villeneuve introduce en su adaptación respecto de la novela. Si en la obra literaria la perspectiva es la de Paul Atreides aquí hay muchos momentos en que nosotros, como espectadores, vemos más la visión de Chani de todo lo que está ocurriendo. Y Zendaya, que es una actriz increíble, es capaz de encarnar todo ello con una solvencia admirable. Si queréis, cuando la veáis, fijaros en un momento que ocurre hacía el final donde hay distintas “miradas”, y fijaros en lo que se transmite ahí con lo que no se dice. Y en cómo lo hace la joven actriz norteamericana.
En cualquier caso, y por no extenderme mucho más, obviamente “Dune parte 2” sigue cumpliendo con lo que se le presupone: Ser un tremendo espectáculo que consigue impactar al espectador haciendo que sus casi tres horas de duración se pasen en un suspiro. Pero, también, es capaz de ser una cinta que invita mucho a la reflexión. No es casual que la cinta sea capaz de tocar de forma tan acertada problemáticas que se pueden perfectamente trasladar a nuestro día a día como el fervor religioso descontrolado, los fanatismos, los tejemanejes políticos y las múltiples formas de controlar a un grupo de personas. Sigo en spoilers, que no me cabe, pero no habrá ninguno
Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv
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