Fichamento Capítulo I

Fazer download em docx, pdf ou txt
Fazer download em docx, pdf ou txt
Você está na página 1de 6

FICHAMENTO CAPÍTULO I

1. ISMAIL, K. A MAÇONARIA CUBANA VISTA DE PERTO


“Ao que tudo indica, após esse período, no final do Século XVIII, a ilha de Cuba foi
alvo de interesse da Maçonaria Francesa, iniciando assim uma disputa entre maçons
franceses e ingleses pelo território cubano. Em 1798 há o registro de quatro Lojas
compostas por franceses em Cuba, com cartas emitidas pelo Grande Oriente de França
(TORRES-CUERVAS, 2013, p. 67).” (p.34)
“Já em 1820, com o triunfo do movimento liberal na Espanha, as poucas Lojas em
funcionamento em Cuba viram a oportunidade de fundarem suas Grandes Lojas. Duas
Grandes Lojas surgiram: a Grande Loja Espanhola de Maçons Antigos e Aceitos de
York e o Grande Oriente Territorial Espanhol Americano do Rito dos Escocistas. A
Grande Loja de York em Cuba surgiu dos esforços de Joel Robert Poinssett, o mesmo
responsável pelo surgimento da Grande Loja de York no México, e contou com a
simpatia da Grande Loja da Pensilvânia (MARES, 1950). O Grande Oriente dos
Escocistas recebeu carta do Grande Oriente de França. Em 1823 as duas organizações
tentaram realizar uma união, sem sucesso, visto a queda do regime constitucional
espanhol e o retorno do absolutismo. A Maçonaria foi proibida e as duas organizações
sucumbiram (VIVANCO, 1958, p. 25)”. (p.35)
“Em 1859, já com três Lojas constituídas, os maçons cubanos procuraram Albert Pike,
então Soberano Grande Comendador do Supremo Conselho da Jurisdição Sul dos
Estados Unidos, pedindo seu auxílio para a criação de uma Grande Loja regular, o que
foi concretizado em 5 de dezembro de 1859, com a fundação da Grande Loja de Colón,
em Santiago de Cuba. No dia 27 do mesmo mês, André Cassard, com a autorização de
Albert Pike, fundou, também em Santiago de Cuba, o Supremo Conselho do Grau 33 do
Rito Escocês Antigo e Aceito de Cuba. Os maçons da Grande Loja não digeriram muito
bem a fundação do Supremo Conselho em Santiago, sem sua devida consulta, iniciando
daí uma rivalidade entre a Grande Loja e o Supremo Conselho (TORRES-CUERVAS,
2013, p. 79). Tal rivalidade abriu espaço para o surgimento de uma nova organização
maçônica na ilha, o Gran Oriente de Cuba y las Antillas, que sobreviveu até Outubro de
1868, quando se dissolveu (ALMEIDA, 1883). Porém, a rivalidade entre a Grande Loja
e o Supremo Conselho somente teve fim em 1875, a partir das decisões tomadas na
Conferência Mundial dos Supremos Conselhos, em Lausanne, na Suíça. O lema
maçônico francês, “Liberdade, Igualdade e Fraternidade”, eminentemente político, foi
então substituído pelo lema maçônico inglês e americano, de “Amor Fraternal, Socorro
e Verdade”, eminentemente filantrópico-fraterna” (p.35)

2. Renault, Agnès “Los francmasones franceses de la jurisdicción de Cuba al


principio del siglo XIX” REHMLAC. Revista de Estudios Históricos de la
Masonería Latinoamericana y Caribeña, vol. 1, núm. 1, mayo-noviembre,
2009, pp. 59-72 Universidad de Costa Rica San José, Costa Rica.
“Así había por lo menos 60 hermanos radicados en Santiago de Cuba entre 1791 y
1809, lo que corresponde más o menos al 11% de los francmasones de Saint-
Domingue,1 relación similar al porcentaje de franceses blancos refugiados en Santiago
que representaban el 10% de los blancos de la colonia francesa.2 Esta observación
permite deducir que no hubo diferencias mayores entre las actitudes de los masones y de
los demás colonos. Cuba, o más bien dicho, Santiago de Cuba, era un lugar acogedor
para estos hermanos, a pesar de la prohibición de practicar la masonería en el imperio
español.” (p. 61)

“Queremos mencionar también, dentro del grupo de refugiados franceses, a André


Cassard y Bouquet, casado con Isabelle Grimald, quien era armador y negociante, con
intereses corsarios, presente en Santiago ya en el año 1798.8 El mencionado Cassard es
el abuelo de Andrés Cassard9 quien fundó El Supremo Consejo de Colon para Cuba y
demás islas de las Indias Occidentales.10 Pero nada de nuestra documentación nos
permite decir que el abuelo Cassard y Bouquet era masón.” (p.62)

Ahora bien, entre los masones que radicaban en Santiago de Cuba existían un 37,5% de
hacendados y el 19% de negociantes, el 9,5% de artesanos contra el 4,5% en la colonia
francesa y el 25% de profesionales (los oficiales de gobierno o de justicia, los médicos,
los profesores) contra el 14% en Saint-Domingue. Se destaca también la importancia de
los corsarios (9,5%), al mismo tiempo que son muy pocos los militares, estos últimos
representaban el 11% de los masones en Saint-Domingue.18 Esta comparación entre
Saint-Domingue y Santiago de Cuba sugiere que los masones que se quedaron en Cuba
pertenecían más a una clase media que a la élite tradicional. Respecto al porcentaje de
hacendados y negociantes, debemos precisar que se impedía el oficio de negociante a
los franceses, es por eso que eran menos. Se puede citar al hermano Jean François
Crevon, negociante en Saint-Domingue, quien era profesor de inglés en Santiago. (p.62
– 63)

“Es muy difícil de saber del pensamiento y las ideas de estos masones.66 Integrado a la
colonia española, debían respetar sus principios, la religión católica y la monarquía. No
expresaban sus idearios.” (p.71)

“¿Cual fue finalmente el impacto de esta masonería francesa en Cuba? Por supuesto,
hay que destacar el papel de Antoine Bideaud para la evolución del rito escocés. Como
miembro del Sublime et Souverain Grand Conseil des Grands Inspecteurs Généraux,
hizo la vuelta de las Grandes Antillas para “fortificar la institución fraternal”,
distribuyendo los altos grados. Pero sobre todo, trabajó en Santiago en la trascripción en
francés de los Estatus y Reglamentos Generales de diversas ordenes y grados masónicos
de los ritos Antiguos y Modernos, el más antiguo de los documentos relativos al Rito
Escocés Antiguo y Aceptado realizado en Cuba.” P. 72
“El segundo aporte se relaciona con la presencia de Antoine Mathieu-Dupotet quien
recibió a Joseph Cerneau en Baracoa, que fundó, antes de su expulsión de Cuba, Le
Temple des Vertus Théologales en La Habana,72 el único taller que se mantuvo después
de 1809, según Eduardo Torres-Cuevas, siguiendo sus trabajos bajo el nombre de
Templo de las Virtudes Teologales, y que había tenido un papel esencial para la lucha
independista de la isla.73 Además, la masonería francesa no desapareció
definitivamente de Santiago en 1809. Efectivamente los inmigrantes franceses fundaron
la logia Humanité74 en 1821 en Santiago de Cuba. Esta creación demuestra la fuerza de
la organización fraternal francesa en esta provincia. Pero lo más importante es de
observar que, en esta época, había ya hermanos criollos cubanos y españoles inscritos.
Esta logia participó así en la iniciación de la población local a la masonería.” (p.72)

“Por último, hay que destacar a Andrés Cassard, nieto de dos refugiados franceses,
quien ha tenido un papel esencial para la masonería cubana, “fundador de los altos
cuerpos del Rito Escocés de la masonería regular cubana”.75 Así, los primeros masones
franceses, que guardan todavía sus misterios, han tenido un impacto a largo plazo en el
desarrollo de la masonería cubana y sobre todo en la de la parte oriental de la isla”.
(p.72)

3. BENIMELI, Vías de penetración de la masonería en el Caribe, 2009.

“Esta presencia de la masonería británica en los Estados Unidos de Norte-América


(tanto la masonería inglesa, como la escocesa y la irlandesa) fue importante como
puente de penetración en las colonias españolas, especialmente de las Antillas y Centro-
América. Otro foco de especial importancia, tanto para las Antillas españolas como para
la América hispana del centro y sur, fue la isla de Jamaica en la que la masonería
inglesa empezó a alcanzar un gran desarrollo a partir de 1770,4 si bien fue en 1739
cuando con patente de la Gran Logia de Inglaterra se introdujo en Kingston la primera
logia que recibió el nº 182; logia que en 1766 recibiría el nombre de Mother Lodge. En
1770 existían solo cinco logias inglesas y una escocesa. La primera manifestación de la
influencia masónica de Jamaica fuera de la isla fue la fundación de la logia L'Union nº
12, en Curaçao, Antillas holandesas, con patente emitida por la Gran Logia Provincial
de Jamaica en 1774. Tras año y medio de dependencia de Jamaica pasaría a la
jurisdicción del Gran Oriente de los Paises Bajos” (p. 4-5)

“Al igual que ocurriría en España con la ocupación inglesa de Gibraltar y las sucesivas
invasiones de la isla de Menorca en el siglo XVIII por parte del ejército inglés que
rápidamente implantó logias militares tanto en el Peñón de Gibraltar como en la isla de
Menorca,5 la masonería se introdujo por primera vez en Cuba cuando Gran Bretaña se
apoderó de esta isla en 1762. Durante el tiempo de ocupación por los británicos
funcionó la logia militar nº 218, que según el registro irlandés, estaba constituida en el
regimiento número 48 de tropas irlandesas que había participado en el sitio de La
Habana y permaneció en Cuba hasta la evacuación inglesa el 6 de julio de 1763” (p.6)

“Un tercer foco de difusión de la masonería en las Antillas procede de la masonería


francesa, pues la Gran Logia de Francia fundó a finales del siglo XVIII cerca de
cuarenta logias en las islas de Santo Domingo, Martinica, Guadalupe, Santa Lucía y
María Galante, así como en la Guayana francesa.6 Casi la mitad de estas logias se
instalaron en la parte francesa de la isla de Santo Domingo, bajo la obediencia del Gran
Oriente de Francia y de la Gran Logia de Francia. La presencia de colonos franceses en
Pennsylvania favoreció también la creación de logias en Santo Domingo, e incluso la
fundación, en 1802, por parte de la Gran Logia de Pennsylvania de una Gran Logia
Provincial de Santo Domingo, bajo sus auspicios. Gran Logia que al poco extendió
también su jurisdicción a Cuba” (p.6)

“Precisamente a raíz de la revolución de Haití de 1793 muchos de los integrantes de las


logias allí establecidas, compuestas exclusivamente por masones de raza blanca8
tuvieron que huir y buscaron refugio en la isla española de Cuba donde fundaron, al
menos, cuatro logias: dos en Santiago: Persévérance y Concorde, y dos en La Habana:
Amitié y Benéfique Concorde. A raíz de la invasión de España por las tropas de
Napoleón Bonaparte, el espíritu de rechazo y agresividad contra los franceses se
trasladó también a Cuba, y algunos masones franceses allí refugiados tuvieron que
recurrir nuevamente a la emigración. En esta ocasión fueron Nueva Orleans y
Philadelphia las ciudades que acogieron a estos masones, especialmente a los que
trabajaban en Santiago. Sin embargo las dos logias de La Habana continuaron
funcionando y dependiendo de la Gran Logia de Francia, si bien tradujeron sus títulos
distintivos al español: Amistad y Benéfica Corcordia. 9 La Gran Logia de Pennsylvania,
a iniciativa de los franceses procedentes de Cuba, acabó fundando en La Habana en
diciembre de 1804 la logia Le Temple des Vertus Théologales, la primera de las siete
logias que en años sucesivos fundarían en Cuba. Por su parte la Gran Logia de Carolina
del Sur fundó tres logias y otras tres la Gran Logia de Louisiana. Y en 1805 se
constituyó en Santiago la Réunion des Coeurs, procedente de Haití.” (p.7)
“En consecuencia, bajo el mando del Gobernador, general Francisco Dionisio Vives,
tuvieron que disolverse muchas logias a raíz de los decretos de Fernando VII
reimplantando el absolutismo -después de la breve experiencia del Trienio Liberal
(1820-23)- y prohibiendo la masonería y demás sociedades secretas.13 De esta forma la
masonería desparecerá prácticamente de Cuba hasta 1859 en cuanto institución
organizada, si bien hay noticias de la existencia de alguna logia, como La Parfaite
Union, en 1830-31, dependiente del Grande Oriente de Francia, y unos años después, en
1857-58, la logia Renaissance. “ (p.8)
“Sin embargo en Cuba, el 17 de noviembre de 1859 fue constituida en Santiago, bajo
los auspicios de la Gran Logia de Carolina del Sur, la logia San Andrés, formada con
miembros de las logias Fraternidad y Prudencia que habían sobrevivido a la crisis
política más en el papel que en la realidad. Poco después, el 5 de diciembre, estas tres
logias constituyeron la Gran Logia Soberana de Colón que anunció la soberanía de
todas las logias que en adelante fueran constituyéndose en Cuba y las Antillas.” (p.8)

“El 25 de marzo de 1859 el Supremo Consejo de la Jurisdicción Sur de los Estados


Unidos (Charleston) dio facultades a Andrés Cassard para establecer en Santiago de
Cuba un Supremo Consejo del Grado 33. Previamente Cassard había fundado en Nueva
York la logia Fraternidad nº 387, una logia de habla española, dependiente de la Gran
Logia del Estado de Nueva York. Dicho Supremo Consejo acabó adoptando el nombre
de Colón, el mismo nombre que la Gran Logia constituida unas semanas antes.
Finalmente la Gran Logia entró a formar parte del Supremo Consejo y ambos
organismos formaron lo que se conoció como Gran Oriente de Colón, y así
configuraron unidos -la Gran Logia y el Supremo Consejo hasta el 17 de septiembre de
1867. En 1860 algunos miembros de la logia Fraternidad nº 387, de Nueva York y de la
Amor Fraternal nº 4, de Louisiana, decidieron constituir una nueva logia aplicada a la
Gran Logia de Louisiana. Fue entonces cuando se enteraron de la existencia del Gran
Oriente de Colón, formado el año anterior, y optaron por aplicar a dicho Gran Oriente la
nueva logia cubana. A partir de este momento otras logias fueron incrementando el
cuadro del Gran Oriente, llegando a 33 en 1868” (p.8)

4. LEÓN, Aportes de la masonería cubana a la formación patriótica de los


próceres en las luchas por la independencia, 2019.

“La primera referencia sobre la masonería en Cuba la encuentra el ensayista Eduardo


TorresCuevas entre (1751 y 1754)1 en el libro Historia de la Francmasonería del
historiador alemán Joseph Gabriel Findel, donde cuenta que la Gran Logia de Inglaterra
designó ocho grandes maestros provinciales, y dentro de ellos uno para Cuba. Aunque
no existen evidencias de haberse fundado alguna logia en la isla caribeña.” (p.1)

“Luego, en el 1862 Vicente Antonio de Castro crea una nueva institución masónica,
diferente de la ya existente (Gran Logia de Colón que aglutinaba logias de corte
conservador, apegadas a los postulados colonialistas). En ella militaron la mayoría de
los iniciadores de la gesta independentista. “La escuela inicial, política y ética; patriótica
y ciudadana, de muchos de los hombres de la Revolución del 68, lo fueron las logias del
cuerpo del Gran Oriente de Cuba y las Antillas (GOCA)”. (Torres Cueva, 2012, p.28)”.
p.2

“Grabiel J. Pagés quien ha sido reconocido como el más inescrupuloso enemigo de la


institución masónica. Según Pagés en las tenidas masónicas se adoraban mediante los
ritos cómo escupir el crucifijo, clavar cuchillos en las ostias y al propio lucifer, etc, cuyo
objetivo era destruir el catolicismo. Muestra de sus calumnias y difamaciones son estas
líneas: “La Francmasonería …es una tenebrosa institución donde se empujan uno a los
otros para alcanzar el poder …, es la escoria de la raza humana, es una cloaca de
inmundicias …¡Madres, esconded vuestro hijos!¡La masonería pasa!”. (Eduardo Torres-
Cuevas: Historia de la masonería cubana, p.152).” (p. 2)

Você também pode gostar