Books by Francisco A . Ortega
Beyond Reception A Historiography of Concepts in Full Right, 2023
Review of Francisco Ortega, Rafael Acevedo, and Pablo Casanova Castañeda, eds., Horizontes de la ... more Review of Francisco Ortega, Rafael Acevedo, and Pablo Casanova Castañeda, eds., Horizontes de la historia conceptual en Iberoamérica: Trayectorias e incursiones [Horizons of conceptual history in Ibero-America: Trajectories and incursions] (Bogotá: Universidad Nacional de Colombia, 2021), 515 pp. Contributions to the History of Concepts (2023) Vol. 18:2.
Ariadna Histórica, 2022
Marcos Reguera, Universidad del País Vasco, Bilbao. Reseña del libro Horizontes de la historia co... more Marcos Reguera, Universidad del País Vasco, Bilbao. Reseña del libro Horizontes de la historia conceptual en Iberoamérica: trayectorias e incursiones. Ariadna histórica. Lenguajes, conceptos, metáforas, 11 (2022), pp. 261-270
ISSN: 2255-0968
http://www.ehu.es/ojs/index.php/Ariadna/index
Catalogo, Sanaduría, mediaciones para tejer sentidos plurales de la paz, 2023

Historias de lo político: 200 años de Colombia. Seminario III. Las Tramas de la Nación 1903-1952, 2021
La separación de Panamá fue un verdadero terremoto político que mutiló el territorio y sacudió mu... more La separación de Panamá fue un verdadero terremoto político que mutiló el territorio y sacudió muchas de las certezas de los colombianos, no sólo de sus líderes. Este hecho dio lugar a un momento de introspección y profundo cuestionamiento sobre la figuración misma de lo nacional. Además, anunció desde muy temprano en el nuevo siglo la importancia que cobraría Estados Unidos para Colombia y para el resto de los países americanos. A medida que pasaron las décadas y sin dejar de sentir por completo la atracción que todavía ejercía Europa, el país fue insertándose, no sin reticencias, en las diferentes esferas de influencia de la nueva potencia mundial.
El mapa oficial tomó los contornos que conocemos hoy en día, no sólo por la separación de Panamá. Gracias a varios ejercicios de demarcación de fronteras llevados a cabo con los países vecinos, Colombia fijó literalmente su lugar en el mundo.
El mapa también se modificó por dentro, con el surgimiento de nuevas subdivisiones político-administrativas. Los kilómetros de carreteras sobrepasaron los de ferrocarriles, los aviones empezaron a competir con los barcos, sobre todo por correo y pasajeros, y las comunicaciones siguieron liberándose de los transportes: si bien el telégrafo de hilos y los cables submarinos habían iniciado el proceso desde el siglo XIX, el desarrollo de las telecomunicaciones lo aceleró en la primera mitad del XX, transformando radicalmente las sensibilidades y avalando posibilidades de sentir (articuladas íntimamente a lo político) inéditas hasta el momento.
Colombia hizo presencia en los mercados externos gracias a productos como el café, el petróleo y el banano. El inicio del siglo XX también fue testigo del boom de la industrialización textil. La contracara de esta eclosión industrializante rural y urbana fue la explosión de nuevas sociabilidades (obreros, rosacruces, sindicalistas, anarquistas, movimientos campesinos, entre muchos otros actores que irrumpieron en el espacio público) y las tensiones que crearon estos actores al tratar de abrirse espacio dentro de la sociedad colombiana. El pueblo emergió entonces como sujeto de acción política, pero también como peligrosa muchedumbre para ser encausada.
Al hablar de las cuestiones políticas, la bibliografía tiende a dividir nuestro marco cronológico entre Hegemonía Conservadora y República Liberal. Pese a que la ruptura de 1930 es innegable, la insistencia en ella oculta procesos políticos menos evidentes y episódicos que deben ser dilucidados. Invitamos a los ponentes a mirar más allá de las divisiones establecidas y considerar un periodo que evidencia suficientes continuidades como para comprenderlas en conjunto.
Nuestro marco cronológico permite además cuestionar la validez de las interpretaciones que muestran la historia republicana de Colombia como una sucesión ininterrumpida de ideologías, guerra y violencias. Nadie puede negar acontecimientos como la masacre de las bananeras o procesos como el primer ciclo de violencia partidista que tuvo lugar entre 1930 y 1932, y el conflicto subsiguiente con Perú por el puerto de Leticia. Sin embargo, la explosión de la Violencia, con mayúscula, desde 1946 hizo que muchos colombianos lamentaran el fin de un periodo de concordia que había empezado con la separación de Panamá.
A través de cada uno de sus ejes, este seminario busca urdir éstas y otras tramas de lo nacional en la primera mitad del siglo XX.
Como resultado de la diversificación de quienes han participado en la red de investigación Iberco... more Como resultado de la diversificación de quienes han participado en la red de investigación Iberconceptos, de los esfuerzos institucionales por construir escenarios que apoyen este esfuerzo y del desarrollo de las áreas temáticas de la red, se ofrece al público lector este libro que recoge las experiencias de los trabajos efectuados y de las líneas de investigación de Iberconceptos, al igual que de la preocupación por explorar un nuevo programa de investigación que nos permite ampliar y «reconsiderar» los horizontes teóricos y metodológicos de la historia conceptual y sus relaciones con otras ramas de la historiografía.
1819, un año significativo, 2019
Catálogo de la exposición temporal 1819, un año significativo que coordinó Francisco A. Ortega y ... more Catálogo de la exposición temporal 1819, un año significativo que coordinó Francisco A. Ortega y se realizó en el Museo Nacional de Colombia entre julio y agosto de 2019.
"Lo que aquí está en juego es aprehender el pasado como posibilidad, es decir, ya no como el empecinado cultivo de una memoria a la que se le rinde honores cada 7 de agosto. Se trata, en últimas, de recuperar aquellos futuros que pudieron haber sido pero que no fueron, recuperarlos como posibilidades constitutivas de nuestro pasado, lo que significa escuchar atentos y descubrir que las voces desconocidas también tienen historias. Con ellas, con sus futuros no realizados, tejemos otras versiones de este año significativo".

""Este libro parte del carácter problemático y azaroso que supuso lo que hoy conocemos como indep... more ""Este libro parte del carácter problemático y azaroso que supuso lo que hoy conocemos como independencia, de reconocer el carácter no necesario ni unívoco del orden político fruto de los procesos vividos entre 1808 y 1830. Al intentar hacer cualquier aproximación a un momento concebido como fundacional de la nación, se corre el riesgo de hacerse una imagen acabada y limpia de todo aquello que precisamente estaba en pugna y en discusión. Ésta es quizá una de las primeras precauciones que esta propuesta observa: intentar escapar al mito de los orígenes de la nación y de la nacionalidad colombiana. No para identificar su ausencia o fragilidad sino para dar cuenta de las forma frágil y específica con que se instituyó el orden político republicano.
En tanto nuestro interés es mostrar las tensiones que se despliegan a partir del momento en que alternativas concretas al orden monárquico (tales como el orden republicano) se hacen posibles y acompañan los procesos de constitución de nuevas posibilidades de comunidad política, hemos privilegiado las tensiones o nodos conceptuales como entrada analítica. Estas tensiones permiten identificar y empezar a descifrar campos problemáticos sobre los que se desarrollan procesos de constitución de ciudadanías en el siglo XIX.
El ciudadano surge como la figura privilegiada de lo político a comienzos del siglo XIX y organiza los lenguajes y prácticas políticas del momento. Es el ciudadano quien constituye y actualiza la abstracción fundamental sobre la que descansa la soberanía del orden republicano: el pueblo. Lo constituye, en tanto es el conjunto de ciudadanos quienes conforman la polis, y lo actualiza, a través de sus formas de participación en lo social. El ciudadano es igualmente la forma privilegiada de inscripción en la comunidad política y genera el lazo social. Finalmente, el ciudadano se reclama y se reconoce como figura fundamental y fundacional del orden, se le añora como algo por construir.
Aún cuando nuestra propuesta privilegia el método histórico, ésta se enmarca en la urgente tarea de re-pensar el presente. Un presente heredero del lenguaje liberal y las prácticas republicanas que hicieron posible la disolución del pacto colonial. Los varios conceptos de ciudadanía, la definición de lo político y la visión de nación que históricamente nos han acompañado encuentran un referente inicial en las prácticas, representaciones e imaginarios que irrumpieron en escena a principios del siglo XIX.""

El libro editado por Francisco Ortega Martínez y Yobenj Aucardo Chicangana-Bayona es, en buena pa... more El libro editado por Francisco Ortega Martínez y Yobenj Aucardo Chicangana-Bayona es, en buena parte, producto de una investigación colectiva sobre los lenguajes políticos del período de la Independencia neogranadina, iniciada ya hace más de siete años con un grupo de estudiantes de maestría de la Universidad Nacional que, al ampliar sus fronteras, ha involucrado a otros investigadores nacionales y extranjeros, con quienes discute su propuesta metodológica y de principios con respecto a la historia conceptual. Lo interesante es que el libro no es la respuesta a un llamado a enviar artículos que más o menos se acomoden a unos temas y problemas, sino el resultado de lecturas conjuntas, debates y reflexiones que le permitió compartir a los autores lo que en su momento entendían por historia conceptual y por cultura política. Así, decidieron formular preguntas que no solo dieran cuenta de la semántica histórica sino que además, como lo plantean en la introducción, indagan por las experiencias que alimentaron los sentidos dados a un concepto y las expectativas que despertaron entre quienes lo usaron. Los conceptos a trabajar fueron escogidos, entendiendo que tenían esa calidad precisamente por haber estado en el centro de los debates por el sentido y el significado de los acontecimientos; porque fue con esos conceptos que los contemporáneos reflexionaron y elaboraron las experiencias vividas.

Este libro nace al constatar una doble ausencia. En primer lugar, la ausencia de cierta concienci... more Este libro nace al constatar una doble ausencia. En primer lugar, la ausencia de cierta conciencia en la comunidad académica de investigadores sobre las inmensas posibilidades que ofrece la prensa periódica del siglo XIX, más allá del uso selectivo y referencial con que generalmente se ha abordado. En segundo lugar, y más alarmante aun, la ausencia de estudios recientes sobre la prensa periódica de la primera mitad siglo XIX. En términos generales, tanto como país como comunidad académica, desconocemos la riqueza acumulada en este corpus de impresos.
Incluso para muchos conocedores del periodo el dato sorprende: entre 1791 y 1816 se publicaron poco más de cuarenta publicaciones periódicas, entre prensa, volantes e informes seriados, algunos de ellos ―como la Gaceta Ministerial de Cundinamarca o el Correo del Orinoco— de gran volumen e incalculable valor en tanto fuente de información histórica de primer orden. Es decir, la inmensa mayoría de esas publicaciones surgen en el momento de la ruptura política con la Monarquía hispánica y constituyen simultáneamente un arma de agitación y un nuevo factor en la construcción de la vida política local.
Es asombroso, por lo tanto, que de esas más de cuarenta publicaciones apenas tengamos disponibles en reimpresiones —difíciles de conseguir, por lo demás— una ínfima minoría: El Papel Periódico (1791-97), El Correo Curioso (1801), El Semanario de la Nueva Granada (1808-1810), La Constitución feliz (1810), Aviso al Público (1810), Diario político de Santafé (1810), La Bagatela (1811-1812) y El Correo del Orinoco (1818-1822). El resto de los periódicos (incluyendo periódicos tan importantes como el Argos Americano de Cartagena, El Argos de la Nueva Granada y el Boletín, ambos de Tunja, la Gaceta Ministerial de Antioquia y la Contra-Bagatela no han sido reeditados y con frecuencia son difíciles de ubicar o consultar en la misma biblioteca que los alberga. Afortunadamente, tanto la Biblioteca Nacional de Colombia como la Luis Ángel Arango han emprendido recientemente un decidido esfuerzo por digitalizar este material y ponerlo a disposición del público general y de los investigadores académicos.
Consecuencia natural de lo anterior es que nuestra comprensión de cada una de estas publicaciones —así como de la prensa colombiana y de la dinámica conceptual y práctica de la opinión pública del siglo XIX—, es mínima. La prensa periódica ha sido desestimada en tanto fuente importante de información histórica y factor de transformación social. Así, este libro constituye un primer acercamiento a la historia de la publicidad y de la opinión pública en Colombia y más que agotar el tema pretende poner en evidencia múltiples posibilidades de comprensión de la cultura política del periodo. Se trata de una publicación pensada de manera simultánea como un aporte concreto a la historia de la prensa y de la opinión pública en la antigua región grancolombiana y como un análisis crítico del papel desempeñado por las publicaciones periódicas en tanto herramientas privilegiadas de grupos socialmente constituidos y factores de constitución de nuevas identidades sociales —además de su incidencia decisiva sobre nociones como ciudadanía, pueblo, soberanía, censura, libertad, revolución, etcétera—. No debe sorprender, entonces, que la mayor parte de los estudios aquí recogidos se centren en la primera mitad del siglo XIX. Esto se justifica porque es el periodo menos conocido y porque es el momento en que se sientan las bases de la publicidad moderna en Colombia, la especificidad y los legados de la irrupción de la esfera pública en nuestro país.
Los autores escogidos en este libro no definen qué significa la “opinión pública”, mucho menos si sus diferentes manifestaciones en contextos específicos constituyen o no una desviación respecto a supuestos modelos europeos, sino más bien buscan entender cómo se recorta el campo de la publicidad a finales del siglo XVIII y durante el XIX, cuándo, quiénes y qué fuerzas participaron en ese recorte, qué dejó de lado, cómo lo comprendieron sus actores, y cómo usaron e invocaron el concepto de “opinión pública” para sus diferentes fines políticos en el marco de la renovada constelación conceptual que abriría la crisis de la Monarquía en todo el mundo hispánico. Se trata de una obra que en su conjunto se propone contribuir a una mirada renovada de la cultura política del periodo, que analiza un determinado conjunto de problemáticas históricas a partir del examen de nociones fundamentales como publicidad y opinión pública y presta particular atención a las inquietudes, respuestas y desafíos expresados por actores concretos en diferentes escenarios localizados, de allí que entendamos la prensa decimonónica como un factor fundamental en la construcción de la política —más que como un mero vehículo de ideas y reflejo de estructuras determinantes—. Aunque somos conscientes de las ausencias notables de este libro, tales como la exploración más amplia y sostenida de la prensa regional neogranadina, de los periódicos literarios de mitad de siglo o de la vigorosa prensa católica, nos gustaría subrayar el esfuerzo hecho por los autores aquí reunidos por salir del marco del profundo sentido teleológico que impregna todavía la historia de la transición republicana y por el énfasis puesto en el rescate del carácter problemático y azaroso de las formaciones políticas analizadas. Un carácter indeterminado, y más bien iridiscente, que coincide bien con las características de los objetos de estudio que nos convocan, y que Manuel del Socorro Rodríguez intentaba entonces capturar, a través del prisma del patriotismo, en la inquietante y sugerente fórmula que encabezaba sin falta alguna su publicación semanal, El Redactor Americano (1806-1809): disfraz y pluma de todos.

Los investigadores presentes en este libro se acercan a las fechas que marcan los 200 años de vid... more Los investigadores presentes en este libro se acercan a las fechas que marcan los 200 años de vida republicana de los países americanos, con una perspectiva que dista mucho de ser celebratoria. Sin menospreciar la importancia de lo que ocurrió o empezó a ocurrir por aquellas fechas, los editores y autores partimos de la premisa que el segundo centenario requiere de una mirada más pausada de la que los medios y las autoridades le han otorgado. En términos generales, el bicentenario ha sido invocado y apropiado por diversos actores sociales, desde el Estado hasta los partidos políticos de las más diversas orientaciones. Sin embargo, esta apropiación generalizada no ha resultado necesariamente en una comprensión más profunda y compleja de los procesos de independencia o de su pertinencia actual. Al contrario, la ocasión ha sido susceptible de un uso demagógico y mediático del tema que lleva a la manipulación y al empobrecimiento de nuestra comprensión y de la memoria histórica colectiva.
La actualidad de lo que ocurrió hace doscientos años puede resumirse en la fórmula de una modernidad política que aún se mantiene vigente. En efecto, en ese momento emergieron nuevos lenguajes políticos en el espacio público que se apoyaban en nuevos imaginarios y representaciones de convivencia y soberanía; se ensayaban nuevas prácticas políticas y se erigieron nuevas instituciones que marcaron el lento proceso de ruptura o transformación del pacto colonial en América Latina; lenguajes, representaciones, imaginarios, prácticas e instituciones que se mantienen vigentes en los diversos países de la región, a pesar de enfrentarse a crisis y a cuestionamientos constantes.
Por Helwar Hernando Figueroa Salamanca. EN Guillermo de Ockham (Revista de la Universidad de San ... more Por Helwar Hernando Figueroa Salamanca. EN Guillermo de Ockham (Revista de la Universidad de San Buenaventura, Cali). Volumen 11 N°2. Julio - Diciembre 2013. Disponible en
http://investigaciones.usbcali.edu.co/ockham/

La antología que el lector tiene en sus manos responde a la creciente necesidad de entender el pe... more La antología que el lector tiene en sus manos responde a la creciente necesidad de entender el peso de la memoria, en este caso vinculada a eventos de intensidad emocional y gran sufrimiento, pues explora un importante, aunque naciente, campo teórico de estudios que gira en torno a la noción de trauma cultural. La bibliografía a propósito de esta materia ha continuado hasta el presente y la producción intelectual ha llegado a tal punto y es de tan alta calidad que no es desacertado decir que hoy en día existe un campo de convergencias que bien podría denominarse estudios sobre o en torno al trauma social. El libro selecciona 18 ensayos que han jugado un papel protagónico en la construcción de tal campo y los presenta al público hispanoparlante. Incluye textos recientes fruto de los esfuerzos de varios autores, que, desde diferentes latitudes, contribuyen al entendimiento de los legados de experiencias históricas devastadoras y de la profunda convicción de que su lectura y crítica nos puede aportar herramientas y claridad en el afán de enfrentar nuestras violencias, muy diferentes, pero igualmente demoledoras.

Aventuras de una heterología fantasmal
La primera pregunta debe ser ¿por qué Michel de Certeau? ... more Aventuras de una heterología fantasmal
La primera pregunta debe ser ¿por qué Michel de Certeau? ¿Se justifica, en esta época de modas efímeras y pensadores fugaces insistir en el conocimiento de un nuevo corpus teórico? ¿Valdrá la pena, el tiempo y la energía invertidos para acercarse al autor, conocer un nuevo lenguaje, familiarizarse con nuevos modos de hacer crítica? ¿Acaso no hay ya suficiente con la pléyade de autores post-modernos y post-coloniales que ocupan el horizonte contemporáneo de la teoría? ¿Qué tiene Michel de Certeau, jesuita y amigo admirado de Jacques Lacan y Michel Foucault y de quien Julia Kristeva dice que es uno de los más atrevidos, secretos y sensitivos espíritus de nuestro tiempo, para que nos veamos obligados a pensar con él y desde él?
Michel de Certeau, escribe Roger Chartier, “no era un historiador corriente”. Me atrevo a recalcar que más que historiador extraordinario era un pensador realmente excepcional y hoy en día, absolutamente necesario. Sus múltiples labores e inserciones disciplinarias hacen difícil cualquier intento por definirlo: Historiador de las religiones y la mística, antropólogo, sicoanalista, semiólogo, sociólogo de la cultura, crítico literario, teólogo, gestor cultural y polemista, para nombrar apenas algunos de sus quehaceres más conocidos y en los que se destacó con mayor notoriedad. La indeterminación disciplinaria que hábilmente convirtió en condición de productividad intelectual le sirvió para lanzar libros que dejaron huellas profundas en lectores, disciplinas y épocas diversas: La toma de la palabra (1970; trad. de La Prise de la parole, 1968), La escritura de la historia (1993; L’Ecriture de l’histoire 1975), La fábula mística (1993; La Fable mystique 1982), y los dos volúmenes de La invención de lo cotidiano (1996; L’Invention du quotidien 1980). Su reflexión logra poner en juego campos aparentemente disímiles que, a través de la mirada transversal de Certeau, se revelan absolutamente pertinentes: las tácticas secretas del místico del siglo XVII y las del consumidor del siglo XX; la expansión imperialista de Europa durante la modernidad temprana y el despliegue de la historia como tecnología para manejar la diferencia cultural; la desaparición del cuerpo y la emergencia del sujeto; etc.

El trabajo de Veena Das cubre una vasta y compleja trayectoria, atravesada por una preocupación c... more El trabajo de Veena Das cubre una vasta y compleja trayectoria, atravesada por una preocupación constante por la dignidad humana, aun en los contextos más adversos, violentos y degradados… su obra trasciende la escena local de la India y se propone como una reflexión fundamental sobre los efectos corrosivos de la violencia y la necesidad de adelantar y permitir la reparación para restablecer espacios de coexistencia social. En el primer caso, Das explora los límites de la solidaridad y el lazo social, el papel de la feminidad y la masculinidad en la generación de mitos y arquetipos sociales que autorizan la violencia colectiva, la centralidad de los imaginarios colectivos en la generación de violencias contra grupos minoritarios y el papel del Estado como un actor más, con frecuencia cómplice de aquellos agresores locales y trasnacionales y a la vez ansioso por aparecer neutro y justo; en el segundo, insiste en la no-pasividad de la víctima, en el valor de la resistencia –entendida esta no siempre como un acto deliberado de oposición a las grandes lógicas opresivas, sino como la dignidad de señalar la pérdida y el coraje de reclamar el lugar de devastación–, el poder de la voz y el testimonio, el papel histórico de las mujeres –poco reconocido– al liderar muchos procesos de duelo a través de la re-construcción de sus propios hogares, y el día a día como el “sitio” donde se repara el lazo social.
Ver: http://books.google.com.co/books?id=lCeqW8L1TJUC&dq=Veena+Das:+Sujetos+del+dolor,+agentes+de+dignidad&printsec=frontcover&source=bl&ots=jHQxr2zMKs&sig=rDMr-d3y_RngrCVilbGOeAwsZFI&hl=es&ei=o4tGS-7lJInGlAfu6JUI&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved=0CAcQ6AEwAA#v=onepage&q=&f=false
Academic articles by Francisco A . Ortega

Revista de historiografía 39, pp. 117-144, 2024
Colombia ha vivido, en la última década, dos ciclos conmemorativos en torno a la independencia (1... more Colombia ha vivido, en la última década, dos ciclos conmemorativos en torno a la independencia (1810-2010; 1819-21-2019-21). La producción historiográfica sobre la Independencia y la revolución en Colombia ha pasado por un importante proceso de renovación, haciendo el salto desde la historia económica y social –que no tenía las herramientas para percibir y explicar la importancia de las vastas transformaciones políticas y culturales del periodo– a un abordaje más amplio en el que aparecen distintas estrategias novedosas que han replanteado nuestra comprensión del periodo.
Historiografía, Colombia, independencia, bicentenario, historia política.
Colombia had in the last decade two commemorative cycles around independence (1810-2010; 1819-21-2019-21). The historiographic production on the Independence and the revolution in the country has been deeply renewed. Economic and social history did not have the tools to perceive and explain the importance of the great political and cultural transformations of the period. Currently, a broader approach is being sought. Several new strategies have emerged that have redefined our understanding of the period.
Historiography, Colombia, Independence, Bicentennial, Political History.
EISSN: 2445-0057

XI Jornadas Internacionales de Arte, Historia y Cultura Colonial: “Uniendo las cuatro partes del mundo: transferencias culturales en el Imperio hispánico”, 29 al 31 de agosto, en Bogotá, D.C
Estudios recientes señalan que –más que un agregado de provincias y reinos– la monarquía hispánic... more Estudios recientes señalan que –más que un agregado de provincias y reinos– la monarquía hispánica constituía un sistema político complejo cuya cohesión se debió a la circulación, recepción y aclimatación de personas, ideas y artefactos. Parte esencial de ese campo cultural compartido, como lo llama Joan-Lluís Palos, es el repertorio conceptual que instituyó y organizó la vida política del periodo, en especial, el régimen de lealtad, fe, virtud y justicia que sirvió de fundamento a la vida en común. Una aproximación histórico-conceptual a la vida política en la América hispana nos
permite describir su eficacia y flexibilidad. Pero también nos revela un campo desigual,
asimétrico y atravesado por tensiones y fracturas. En esta ponencia exploraré una de las tensiones conceptuales fundamentales que surgió en la segunda mitad del siglo XVIII como resultado de los reacomodos entre la península y las provincias americanas. Esa tensión produjo una crisis constitucional de baja intensidad que, sin embargo, preparó la eventual ruptura con la metrópolis en el contexto de la crisis de soberanía que sobrevino con la invasión napoleónica y el secuestro de los reyes. Esta crisis conceptual tiene que ver con las mutaciones del concepto ‘colonia’ entre el siglo XVI y XIX y sus efectos en el concepto de ‘constitución’.
Monarquía indiana, Nueva Granada, Conceptos socio-políticos,
Constitución, Colonia.
Recent studies point out that –more than an aggregate of provinces and kingdoms– the Spanish monarchy was a complex political system which cohesion was due to the circulation, reception and adaptation of people, ideas and artifacts. An essential part of this ‘shared cultural domain’, campo cultural compartido, as Joan-Lluís Palos calls it, is the conceptual repertoire which instituted and organized political life, especially the regime of loyalty, faith, virtue and justice that serve as a basis for the life in common. A conceptual-historical approach to political life in Spanish America allow us to describe its effectiveness and flexibility. But it also reveals an unequal, asymmetric field, crossed by tensions and fractures. In this presentation I will explore one of the fundamental conceptual tensions that emerged in the second half of the eighteenth century as a result of the rearrangement between the peninsula and the Hispanic American provinces. This tension produced a low-intensity constitutional crisis that, however, prepared the eventual break-up with the metropolis in the context of the sovereignty crisis that result from the Napoleonic invasion and the kidnapping of the Kings. This conceptual crisis has to do with the mutations in the concept of ‘colony’, between the sixteenth and nineteenth century, and their effects on the concept of ‘constitution’.
Keywords: Indian Monarchy, New Granada, Social-Political Concepts, Constitution,
Colonial Period.

La situación de la antigua República de Colombia —convencionalmente conocida como la Gran Colombi... more La situación de la antigua República de Colombia —convencionalmente conocida como la Gran Colombia (1819-1831)— en las historiografías y en la memoria histórica de las naciones que una vez formaron parte de ella es tan paradójica como fue dramática y trepidante su existencia. Corresponde al periodo del que más se ha escrito, del que más se habla en las escuelas, en las fiestas públicas y en los discursos políticos, así como del más atendido por la heráldica, la toponimia y la numismática; sin embargo, representa uno de los temas menos conocidos e investigados por las historiografías nacionales de las actuales Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá. ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo es posible que la renovación historiográfica que ha transformado nuestra comprensión del periodo de la independencia haya pasado de largo ante una experiencia histórica que fue de tanta importancia y a la cual se le presta tanta atención simbólica? ¿Cómo se ha podido simplemente obviar aquello? Responder a estas preguntas ofrece algunas claves sobre los retos que implicó la construcción de las nacionalidades hispanoamericanas y el uso que se le dio a la historia en este cometido, a veces mediante francas manipulaciones y omisiones. Del Editorial "La invención de la República: La Gran Colombia". ACHSC 45: 2 (2018).

The idea that Spanish American countries experienced and were burdened by the legacy of Spanish c... more The idea that Spanish American countries experienced and were burdened by the legacy of Spanish colonialism was well accepted for most of the nineteenth and twentieth centuries. The movements for political independence at the beginning of the nineteenth century were viewed as the result of social and economic pressures and the struggle of oppressed nations against the tyranny of the metropolis. However, over the last two decades we have witnessed a “Copernican revolution.”1 Much of the recent historiography views the collapse of the Hispanic order as the result of the political and legal crisis brought about by the Napoleonic invasion and the illegal abdications in Bayonne in March 1808. As a consequence, if colonial and post-colonial theories and categories were previously accepted by historians of all stripes, now they have been brought under scrutiny and many scholars challenge their analytical pertinence. The following pages deploy a conceptual approach in order to sketch the historiographical and theoretical grounds and consequences of this paradigm shift.

Este ensayo parte de una noción amplia de frontera con la cual se designa “el extremo o confín de... more Este ensayo parte de una noción amplia de frontera con la cual se designa “el extremo o confín de un Estado o reyno”, como señalaba el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, RAE, en 1791, pero que también se refiere a un lugar de tránsito y coexistencias precarias, de promesas y riquezas que toman cuerpo cuando “evocan imágenes como las de tierra incógnita, territorios salvajes, [zonas] de miedo, tierras de nadie…”. Es decir, más que mojo o traza fija, la frontera tiene un carácter discursivo que le da sustancia. Es esta noción amplia de frontera la que resulta tan importante para comprender el proceso de formación nacional en el siglo XIX hispanoamericano. La hipótesis de este trabajo es que el istmo panameño resulta un lugar privilegiado para considerar la complejidad del concepto de frontera para el proceso de formación neogranadino, que pretende integrar, aunque fallidamente, la provincia panameña, y para la superviviencia y resurgimiento de una conciencia nacional panameña al final del siglo. Después de todo el istmo fue frontera y no lo fue, dependiendo de quien hablaba. El contraste resulta útil para entender realmente lo que está en juego con la designación de frontera.
Uploads
Books by Francisco A . Ortega
ISSN: 2255-0968
http://www.ehu.es/ojs/index.php/Ariadna/index
El mapa oficial tomó los contornos que conocemos hoy en día, no sólo por la separación de Panamá. Gracias a varios ejercicios de demarcación de fronteras llevados a cabo con los países vecinos, Colombia fijó literalmente su lugar en el mundo.
El mapa también se modificó por dentro, con el surgimiento de nuevas subdivisiones político-administrativas. Los kilómetros de carreteras sobrepasaron los de ferrocarriles, los aviones empezaron a competir con los barcos, sobre todo por correo y pasajeros, y las comunicaciones siguieron liberándose de los transportes: si bien el telégrafo de hilos y los cables submarinos habían iniciado el proceso desde el siglo XIX, el desarrollo de las telecomunicaciones lo aceleró en la primera mitad del XX, transformando radicalmente las sensibilidades y avalando posibilidades de sentir (articuladas íntimamente a lo político) inéditas hasta el momento.
Colombia hizo presencia en los mercados externos gracias a productos como el café, el petróleo y el banano. El inicio del siglo XX también fue testigo del boom de la industrialización textil. La contracara de esta eclosión industrializante rural y urbana fue la explosión de nuevas sociabilidades (obreros, rosacruces, sindicalistas, anarquistas, movimientos campesinos, entre muchos otros actores que irrumpieron en el espacio público) y las tensiones que crearon estos actores al tratar de abrirse espacio dentro de la sociedad colombiana. El pueblo emergió entonces como sujeto de acción política, pero también como peligrosa muchedumbre para ser encausada.
Al hablar de las cuestiones políticas, la bibliografía tiende a dividir nuestro marco cronológico entre Hegemonía Conservadora y República Liberal. Pese a que la ruptura de 1930 es innegable, la insistencia en ella oculta procesos políticos menos evidentes y episódicos que deben ser dilucidados. Invitamos a los ponentes a mirar más allá de las divisiones establecidas y considerar un periodo que evidencia suficientes continuidades como para comprenderlas en conjunto.
Nuestro marco cronológico permite además cuestionar la validez de las interpretaciones que muestran la historia republicana de Colombia como una sucesión ininterrumpida de ideologías, guerra y violencias. Nadie puede negar acontecimientos como la masacre de las bananeras o procesos como el primer ciclo de violencia partidista que tuvo lugar entre 1930 y 1932, y el conflicto subsiguiente con Perú por el puerto de Leticia. Sin embargo, la explosión de la Violencia, con mayúscula, desde 1946 hizo que muchos colombianos lamentaran el fin de un periodo de concordia que había empezado con la separación de Panamá.
A través de cada uno de sus ejes, este seminario busca urdir éstas y otras tramas de lo nacional en la primera mitad del siglo XX.
"Lo que aquí está en juego es aprehender el pasado como posibilidad, es decir, ya no como el empecinado cultivo de una memoria a la que se le rinde honores cada 7 de agosto. Se trata, en últimas, de recuperar aquellos futuros que pudieron haber sido pero que no fueron, recuperarlos como posibilidades constitutivas de nuestro pasado, lo que significa escuchar atentos y descubrir que las voces desconocidas también tienen historias. Con ellas, con sus futuros no realizados, tejemos otras versiones de este año significativo".
En tanto nuestro interés es mostrar las tensiones que se despliegan a partir del momento en que alternativas concretas al orden monárquico (tales como el orden republicano) se hacen posibles y acompañan los procesos de constitución de nuevas posibilidades de comunidad política, hemos privilegiado las tensiones o nodos conceptuales como entrada analítica. Estas tensiones permiten identificar y empezar a descifrar campos problemáticos sobre los que se desarrollan procesos de constitución de ciudadanías en el siglo XIX.
El ciudadano surge como la figura privilegiada de lo político a comienzos del siglo XIX y organiza los lenguajes y prácticas políticas del momento. Es el ciudadano quien constituye y actualiza la abstracción fundamental sobre la que descansa la soberanía del orden republicano: el pueblo. Lo constituye, en tanto es el conjunto de ciudadanos quienes conforman la polis, y lo actualiza, a través de sus formas de participación en lo social. El ciudadano es igualmente la forma privilegiada de inscripción en la comunidad política y genera el lazo social. Finalmente, el ciudadano se reclama y se reconoce como figura fundamental y fundacional del orden, se le añora como algo por construir.
Aún cuando nuestra propuesta privilegia el método histórico, ésta se enmarca en la urgente tarea de re-pensar el presente. Un presente heredero del lenguaje liberal y las prácticas republicanas que hicieron posible la disolución del pacto colonial. Los varios conceptos de ciudadanía, la definición de lo político y la visión de nación que históricamente nos han acompañado encuentran un referente inicial en las prácticas, representaciones e imaginarios que irrumpieron en escena a principios del siglo XIX.""
Incluso para muchos conocedores del periodo el dato sorprende: entre 1791 y 1816 se publicaron poco más de cuarenta publicaciones periódicas, entre prensa, volantes e informes seriados, algunos de ellos ―como la Gaceta Ministerial de Cundinamarca o el Correo del Orinoco— de gran volumen e incalculable valor en tanto fuente de información histórica de primer orden. Es decir, la inmensa mayoría de esas publicaciones surgen en el momento de la ruptura política con la Monarquía hispánica y constituyen simultáneamente un arma de agitación y un nuevo factor en la construcción de la vida política local.
Es asombroso, por lo tanto, que de esas más de cuarenta publicaciones apenas tengamos disponibles en reimpresiones —difíciles de conseguir, por lo demás— una ínfima minoría: El Papel Periódico (1791-97), El Correo Curioso (1801), El Semanario de la Nueva Granada (1808-1810), La Constitución feliz (1810), Aviso al Público (1810), Diario político de Santafé (1810), La Bagatela (1811-1812) y El Correo del Orinoco (1818-1822). El resto de los periódicos (incluyendo periódicos tan importantes como el Argos Americano de Cartagena, El Argos de la Nueva Granada y el Boletín, ambos de Tunja, la Gaceta Ministerial de Antioquia y la Contra-Bagatela no han sido reeditados y con frecuencia son difíciles de ubicar o consultar en la misma biblioteca que los alberga. Afortunadamente, tanto la Biblioteca Nacional de Colombia como la Luis Ángel Arango han emprendido recientemente un decidido esfuerzo por digitalizar este material y ponerlo a disposición del público general y de los investigadores académicos.
Consecuencia natural de lo anterior es que nuestra comprensión de cada una de estas publicaciones —así como de la prensa colombiana y de la dinámica conceptual y práctica de la opinión pública del siglo XIX—, es mínima. La prensa periódica ha sido desestimada en tanto fuente importante de información histórica y factor de transformación social. Así, este libro constituye un primer acercamiento a la historia de la publicidad y de la opinión pública en Colombia y más que agotar el tema pretende poner en evidencia múltiples posibilidades de comprensión de la cultura política del periodo. Se trata de una publicación pensada de manera simultánea como un aporte concreto a la historia de la prensa y de la opinión pública en la antigua región grancolombiana y como un análisis crítico del papel desempeñado por las publicaciones periódicas en tanto herramientas privilegiadas de grupos socialmente constituidos y factores de constitución de nuevas identidades sociales —además de su incidencia decisiva sobre nociones como ciudadanía, pueblo, soberanía, censura, libertad, revolución, etcétera—. No debe sorprender, entonces, que la mayor parte de los estudios aquí recogidos se centren en la primera mitad del siglo XIX. Esto se justifica porque es el periodo menos conocido y porque es el momento en que se sientan las bases de la publicidad moderna en Colombia, la especificidad y los legados de la irrupción de la esfera pública en nuestro país.
Los autores escogidos en este libro no definen qué significa la “opinión pública”, mucho menos si sus diferentes manifestaciones en contextos específicos constituyen o no una desviación respecto a supuestos modelos europeos, sino más bien buscan entender cómo se recorta el campo de la publicidad a finales del siglo XVIII y durante el XIX, cuándo, quiénes y qué fuerzas participaron en ese recorte, qué dejó de lado, cómo lo comprendieron sus actores, y cómo usaron e invocaron el concepto de “opinión pública” para sus diferentes fines políticos en el marco de la renovada constelación conceptual que abriría la crisis de la Monarquía en todo el mundo hispánico. Se trata de una obra que en su conjunto se propone contribuir a una mirada renovada de la cultura política del periodo, que analiza un determinado conjunto de problemáticas históricas a partir del examen de nociones fundamentales como publicidad y opinión pública y presta particular atención a las inquietudes, respuestas y desafíos expresados por actores concretos en diferentes escenarios localizados, de allí que entendamos la prensa decimonónica como un factor fundamental en la construcción de la política —más que como un mero vehículo de ideas y reflejo de estructuras determinantes—. Aunque somos conscientes de las ausencias notables de este libro, tales como la exploración más amplia y sostenida de la prensa regional neogranadina, de los periódicos literarios de mitad de siglo o de la vigorosa prensa católica, nos gustaría subrayar el esfuerzo hecho por los autores aquí reunidos por salir del marco del profundo sentido teleológico que impregna todavía la historia de la transición republicana y por el énfasis puesto en el rescate del carácter problemático y azaroso de las formaciones políticas analizadas. Un carácter indeterminado, y más bien iridiscente, que coincide bien con las características de los objetos de estudio que nos convocan, y que Manuel del Socorro Rodríguez intentaba entonces capturar, a través del prisma del patriotismo, en la inquietante y sugerente fórmula que encabezaba sin falta alguna su publicación semanal, El Redactor Americano (1806-1809): disfraz y pluma de todos.
La actualidad de lo que ocurrió hace doscientos años puede resumirse en la fórmula de una modernidad política que aún se mantiene vigente. En efecto, en ese momento emergieron nuevos lenguajes políticos en el espacio público que se apoyaban en nuevos imaginarios y representaciones de convivencia y soberanía; se ensayaban nuevas prácticas políticas y se erigieron nuevas instituciones que marcaron el lento proceso de ruptura o transformación del pacto colonial en América Latina; lenguajes, representaciones, imaginarios, prácticas e instituciones que se mantienen vigentes en los diversos países de la región, a pesar de enfrentarse a crisis y a cuestionamientos constantes.
http://investigaciones.usbcali.edu.co/ockham/
La primera pregunta debe ser ¿por qué Michel de Certeau? ¿Se justifica, en esta época de modas efímeras y pensadores fugaces insistir en el conocimiento de un nuevo corpus teórico? ¿Valdrá la pena, el tiempo y la energía invertidos para acercarse al autor, conocer un nuevo lenguaje, familiarizarse con nuevos modos de hacer crítica? ¿Acaso no hay ya suficiente con la pléyade de autores post-modernos y post-coloniales que ocupan el horizonte contemporáneo de la teoría? ¿Qué tiene Michel de Certeau, jesuita y amigo admirado de Jacques Lacan y Michel Foucault y de quien Julia Kristeva dice que es uno de los más atrevidos, secretos y sensitivos espíritus de nuestro tiempo, para que nos veamos obligados a pensar con él y desde él?
Michel de Certeau, escribe Roger Chartier, “no era un historiador corriente”. Me atrevo a recalcar que más que historiador extraordinario era un pensador realmente excepcional y hoy en día, absolutamente necesario. Sus múltiples labores e inserciones disciplinarias hacen difícil cualquier intento por definirlo: Historiador de las religiones y la mística, antropólogo, sicoanalista, semiólogo, sociólogo de la cultura, crítico literario, teólogo, gestor cultural y polemista, para nombrar apenas algunos de sus quehaceres más conocidos y en los que se destacó con mayor notoriedad. La indeterminación disciplinaria que hábilmente convirtió en condición de productividad intelectual le sirvió para lanzar libros que dejaron huellas profundas en lectores, disciplinas y épocas diversas: La toma de la palabra (1970; trad. de La Prise de la parole, 1968), La escritura de la historia (1993; L’Ecriture de l’histoire 1975), La fábula mística (1993; La Fable mystique 1982), y los dos volúmenes de La invención de lo cotidiano (1996; L’Invention du quotidien 1980). Su reflexión logra poner en juego campos aparentemente disímiles que, a través de la mirada transversal de Certeau, se revelan absolutamente pertinentes: las tácticas secretas del místico del siglo XVII y las del consumidor del siglo XX; la expansión imperialista de Europa durante la modernidad temprana y el despliegue de la historia como tecnología para manejar la diferencia cultural; la desaparición del cuerpo y la emergencia del sujeto; etc.
Ver: http://books.google.com.co/books?id=lCeqW8L1TJUC&dq=Veena+Das:+Sujetos+del+dolor,+agentes+de+dignidad&printsec=frontcover&source=bl&ots=jHQxr2zMKs&sig=rDMr-d3y_RngrCVilbGOeAwsZFI&hl=es&ei=o4tGS-7lJInGlAfu6JUI&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved=0CAcQ6AEwAA#v=onepage&q=&f=false
Academic articles by Francisco A . Ortega
Historiografía, Colombia, independencia, bicentenario, historia política.
Colombia had in the last decade two commemorative cycles around independence (1810-2010; 1819-21-2019-21). The historiographic production on the Independence and the revolution in the country has been deeply renewed. Economic and social history did not have the tools to perceive and explain the importance of the great political and cultural transformations of the period. Currently, a broader approach is being sought. Several new strategies have emerged that have redefined our understanding of the period.
Historiography, Colombia, Independence, Bicentennial, Political History.
EISSN: 2445-0057
permite describir su eficacia y flexibilidad. Pero también nos revela un campo desigual,
asimétrico y atravesado por tensiones y fracturas. En esta ponencia exploraré una de las tensiones conceptuales fundamentales que surgió en la segunda mitad del siglo XVIII como resultado de los reacomodos entre la península y las provincias americanas. Esa tensión produjo una crisis constitucional de baja intensidad que, sin embargo, preparó la eventual ruptura con la metrópolis en el contexto de la crisis de soberanía que sobrevino con la invasión napoleónica y el secuestro de los reyes. Esta crisis conceptual tiene que ver con las mutaciones del concepto ‘colonia’ entre el siglo XVI y XIX y sus efectos en el concepto de ‘constitución’.
Monarquía indiana, Nueva Granada, Conceptos socio-políticos,
Constitución, Colonia.
Recent studies point out that –more than an aggregate of provinces and kingdoms– the Spanish monarchy was a complex political system which cohesion was due to the circulation, reception and adaptation of people, ideas and artifacts. An essential part of this ‘shared cultural domain’, campo cultural compartido, as Joan-Lluís Palos calls it, is the conceptual repertoire which instituted and organized political life, especially the regime of loyalty, faith, virtue and justice that serve as a basis for the life in common. A conceptual-historical approach to political life in Spanish America allow us to describe its effectiveness and flexibility. But it also reveals an unequal, asymmetric field, crossed by tensions and fractures. In this presentation I will explore one of the fundamental conceptual tensions that emerged in the second half of the eighteenth century as a result of the rearrangement between the peninsula and the Hispanic American provinces. This tension produced a low-intensity constitutional crisis that, however, prepared the eventual break-up with the metropolis in the context of the sovereignty crisis that result from the Napoleonic invasion and the kidnapping of the Kings. This conceptual crisis has to do with the mutations in the concept of ‘colony’, between the sixteenth and nineteenth century, and their effects on the concept of ‘constitution’.
Keywords: Indian Monarchy, New Granada, Social-Political Concepts, Constitution,
Colonial Period.
ISSN: 2255-0968
http://www.ehu.es/ojs/index.php/Ariadna/index
El mapa oficial tomó los contornos que conocemos hoy en día, no sólo por la separación de Panamá. Gracias a varios ejercicios de demarcación de fronteras llevados a cabo con los países vecinos, Colombia fijó literalmente su lugar en el mundo.
El mapa también se modificó por dentro, con el surgimiento de nuevas subdivisiones político-administrativas. Los kilómetros de carreteras sobrepasaron los de ferrocarriles, los aviones empezaron a competir con los barcos, sobre todo por correo y pasajeros, y las comunicaciones siguieron liberándose de los transportes: si bien el telégrafo de hilos y los cables submarinos habían iniciado el proceso desde el siglo XIX, el desarrollo de las telecomunicaciones lo aceleró en la primera mitad del XX, transformando radicalmente las sensibilidades y avalando posibilidades de sentir (articuladas íntimamente a lo político) inéditas hasta el momento.
Colombia hizo presencia en los mercados externos gracias a productos como el café, el petróleo y el banano. El inicio del siglo XX también fue testigo del boom de la industrialización textil. La contracara de esta eclosión industrializante rural y urbana fue la explosión de nuevas sociabilidades (obreros, rosacruces, sindicalistas, anarquistas, movimientos campesinos, entre muchos otros actores que irrumpieron en el espacio público) y las tensiones que crearon estos actores al tratar de abrirse espacio dentro de la sociedad colombiana. El pueblo emergió entonces como sujeto de acción política, pero también como peligrosa muchedumbre para ser encausada.
Al hablar de las cuestiones políticas, la bibliografía tiende a dividir nuestro marco cronológico entre Hegemonía Conservadora y República Liberal. Pese a que la ruptura de 1930 es innegable, la insistencia en ella oculta procesos políticos menos evidentes y episódicos que deben ser dilucidados. Invitamos a los ponentes a mirar más allá de las divisiones establecidas y considerar un periodo que evidencia suficientes continuidades como para comprenderlas en conjunto.
Nuestro marco cronológico permite además cuestionar la validez de las interpretaciones que muestran la historia republicana de Colombia como una sucesión ininterrumpida de ideologías, guerra y violencias. Nadie puede negar acontecimientos como la masacre de las bananeras o procesos como el primer ciclo de violencia partidista que tuvo lugar entre 1930 y 1932, y el conflicto subsiguiente con Perú por el puerto de Leticia. Sin embargo, la explosión de la Violencia, con mayúscula, desde 1946 hizo que muchos colombianos lamentaran el fin de un periodo de concordia que había empezado con la separación de Panamá.
A través de cada uno de sus ejes, este seminario busca urdir éstas y otras tramas de lo nacional en la primera mitad del siglo XX.
"Lo que aquí está en juego es aprehender el pasado como posibilidad, es decir, ya no como el empecinado cultivo de una memoria a la que se le rinde honores cada 7 de agosto. Se trata, en últimas, de recuperar aquellos futuros que pudieron haber sido pero que no fueron, recuperarlos como posibilidades constitutivas de nuestro pasado, lo que significa escuchar atentos y descubrir que las voces desconocidas también tienen historias. Con ellas, con sus futuros no realizados, tejemos otras versiones de este año significativo".
En tanto nuestro interés es mostrar las tensiones que se despliegan a partir del momento en que alternativas concretas al orden monárquico (tales como el orden republicano) se hacen posibles y acompañan los procesos de constitución de nuevas posibilidades de comunidad política, hemos privilegiado las tensiones o nodos conceptuales como entrada analítica. Estas tensiones permiten identificar y empezar a descifrar campos problemáticos sobre los que se desarrollan procesos de constitución de ciudadanías en el siglo XIX.
El ciudadano surge como la figura privilegiada de lo político a comienzos del siglo XIX y organiza los lenguajes y prácticas políticas del momento. Es el ciudadano quien constituye y actualiza la abstracción fundamental sobre la que descansa la soberanía del orden republicano: el pueblo. Lo constituye, en tanto es el conjunto de ciudadanos quienes conforman la polis, y lo actualiza, a través de sus formas de participación en lo social. El ciudadano es igualmente la forma privilegiada de inscripción en la comunidad política y genera el lazo social. Finalmente, el ciudadano se reclama y se reconoce como figura fundamental y fundacional del orden, se le añora como algo por construir.
Aún cuando nuestra propuesta privilegia el método histórico, ésta se enmarca en la urgente tarea de re-pensar el presente. Un presente heredero del lenguaje liberal y las prácticas republicanas que hicieron posible la disolución del pacto colonial. Los varios conceptos de ciudadanía, la definición de lo político y la visión de nación que históricamente nos han acompañado encuentran un referente inicial en las prácticas, representaciones e imaginarios que irrumpieron en escena a principios del siglo XIX.""
Incluso para muchos conocedores del periodo el dato sorprende: entre 1791 y 1816 se publicaron poco más de cuarenta publicaciones periódicas, entre prensa, volantes e informes seriados, algunos de ellos ―como la Gaceta Ministerial de Cundinamarca o el Correo del Orinoco— de gran volumen e incalculable valor en tanto fuente de información histórica de primer orden. Es decir, la inmensa mayoría de esas publicaciones surgen en el momento de la ruptura política con la Monarquía hispánica y constituyen simultáneamente un arma de agitación y un nuevo factor en la construcción de la vida política local.
Es asombroso, por lo tanto, que de esas más de cuarenta publicaciones apenas tengamos disponibles en reimpresiones —difíciles de conseguir, por lo demás— una ínfima minoría: El Papel Periódico (1791-97), El Correo Curioso (1801), El Semanario de la Nueva Granada (1808-1810), La Constitución feliz (1810), Aviso al Público (1810), Diario político de Santafé (1810), La Bagatela (1811-1812) y El Correo del Orinoco (1818-1822). El resto de los periódicos (incluyendo periódicos tan importantes como el Argos Americano de Cartagena, El Argos de la Nueva Granada y el Boletín, ambos de Tunja, la Gaceta Ministerial de Antioquia y la Contra-Bagatela no han sido reeditados y con frecuencia son difíciles de ubicar o consultar en la misma biblioteca que los alberga. Afortunadamente, tanto la Biblioteca Nacional de Colombia como la Luis Ángel Arango han emprendido recientemente un decidido esfuerzo por digitalizar este material y ponerlo a disposición del público general y de los investigadores académicos.
Consecuencia natural de lo anterior es que nuestra comprensión de cada una de estas publicaciones —así como de la prensa colombiana y de la dinámica conceptual y práctica de la opinión pública del siglo XIX—, es mínima. La prensa periódica ha sido desestimada en tanto fuente importante de información histórica y factor de transformación social. Así, este libro constituye un primer acercamiento a la historia de la publicidad y de la opinión pública en Colombia y más que agotar el tema pretende poner en evidencia múltiples posibilidades de comprensión de la cultura política del periodo. Se trata de una publicación pensada de manera simultánea como un aporte concreto a la historia de la prensa y de la opinión pública en la antigua región grancolombiana y como un análisis crítico del papel desempeñado por las publicaciones periódicas en tanto herramientas privilegiadas de grupos socialmente constituidos y factores de constitución de nuevas identidades sociales —además de su incidencia decisiva sobre nociones como ciudadanía, pueblo, soberanía, censura, libertad, revolución, etcétera—. No debe sorprender, entonces, que la mayor parte de los estudios aquí recogidos se centren en la primera mitad del siglo XIX. Esto se justifica porque es el periodo menos conocido y porque es el momento en que se sientan las bases de la publicidad moderna en Colombia, la especificidad y los legados de la irrupción de la esfera pública en nuestro país.
Los autores escogidos en este libro no definen qué significa la “opinión pública”, mucho menos si sus diferentes manifestaciones en contextos específicos constituyen o no una desviación respecto a supuestos modelos europeos, sino más bien buscan entender cómo se recorta el campo de la publicidad a finales del siglo XVIII y durante el XIX, cuándo, quiénes y qué fuerzas participaron en ese recorte, qué dejó de lado, cómo lo comprendieron sus actores, y cómo usaron e invocaron el concepto de “opinión pública” para sus diferentes fines políticos en el marco de la renovada constelación conceptual que abriría la crisis de la Monarquía en todo el mundo hispánico. Se trata de una obra que en su conjunto se propone contribuir a una mirada renovada de la cultura política del periodo, que analiza un determinado conjunto de problemáticas históricas a partir del examen de nociones fundamentales como publicidad y opinión pública y presta particular atención a las inquietudes, respuestas y desafíos expresados por actores concretos en diferentes escenarios localizados, de allí que entendamos la prensa decimonónica como un factor fundamental en la construcción de la política —más que como un mero vehículo de ideas y reflejo de estructuras determinantes—. Aunque somos conscientes de las ausencias notables de este libro, tales como la exploración más amplia y sostenida de la prensa regional neogranadina, de los periódicos literarios de mitad de siglo o de la vigorosa prensa católica, nos gustaría subrayar el esfuerzo hecho por los autores aquí reunidos por salir del marco del profundo sentido teleológico que impregna todavía la historia de la transición republicana y por el énfasis puesto en el rescate del carácter problemático y azaroso de las formaciones políticas analizadas. Un carácter indeterminado, y más bien iridiscente, que coincide bien con las características de los objetos de estudio que nos convocan, y que Manuel del Socorro Rodríguez intentaba entonces capturar, a través del prisma del patriotismo, en la inquietante y sugerente fórmula que encabezaba sin falta alguna su publicación semanal, El Redactor Americano (1806-1809): disfraz y pluma de todos.
La actualidad de lo que ocurrió hace doscientos años puede resumirse en la fórmula de una modernidad política que aún se mantiene vigente. En efecto, en ese momento emergieron nuevos lenguajes políticos en el espacio público que se apoyaban en nuevos imaginarios y representaciones de convivencia y soberanía; se ensayaban nuevas prácticas políticas y se erigieron nuevas instituciones que marcaron el lento proceso de ruptura o transformación del pacto colonial en América Latina; lenguajes, representaciones, imaginarios, prácticas e instituciones que se mantienen vigentes en los diversos países de la región, a pesar de enfrentarse a crisis y a cuestionamientos constantes.
http://investigaciones.usbcali.edu.co/ockham/
La primera pregunta debe ser ¿por qué Michel de Certeau? ¿Se justifica, en esta época de modas efímeras y pensadores fugaces insistir en el conocimiento de un nuevo corpus teórico? ¿Valdrá la pena, el tiempo y la energía invertidos para acercarse al autor, conocer un nuevo lenguaje, familiarizarse con nuevos modos de hacer crítica? ¿Acaso no hay ya suficiente con la pléyade de autores post-modernos y post-coloniales que ocupan el horizonte contemporáneo de la teoría? ¿Qué tiene Michel de Certeau, jesuita y amigo admirado de Jacques Lacan y Michel Foucault y de quien Julia Kristeva dice que es uno de los más atrevidos, secretos y sensitivos espíritus de nuestro tiempo, para que nos veamos obligados a pensar con él y desde él?
Michel de Certeau, escribe Roger Chartier, “no era un historiador corriente”. Me atrevo a recalcar que más que historiador extraordinario era un pensador realmente excepcional y hoy en día, absolutamente necesario. Sus múltiples labores e inserciones disciplinarias hacen difícil cualquier intento por definirlo: Historiador de las religiones y la mística, antropólogo, sicoanalista, semiólogo, sociólogo de la cultura, crítico literario, teólogo, gestor cultural y polemista, para nombrar apenas algunos de sus quehaceres más conocidos y en los que se destacó con mayor notoriedad. La indeterminación disciplinaria que hábilmente convirtió en condición de productividad intelectual le sirvió para lanzar libros que dejaron huellas profundas en lectores, disciplinas y épocas diversas: La toma de la palabra (1970; trad. de La Prise de la parole, 1968), La escritura de la historia (1993; L’Ecriture de l’histoire 1975), La fábula mística (1993; La Fable mystique 1982), y los dos volúmenes de La invención de lo cotidiano (1996; L’Invention du quotidien 1980). Su reflexión logra poner en juego campos aparentemente disímiles que, a través de la mirada transversal de Certeau, se revelan absolutamente pertinentes: las tácticas secretas del místico del siglo XVII y las del consumidor del siglo XX; la expansión imperialista de Europa durante la modernidad temprana y el despliegue de la historia como tecnología para manejar la diferencia cultural; la desaparición del cuerpo y la emergencia del sujeto; etc.
Ver: http://books.google.com.co/books?id=lCeqW8L1TJUC&dq=Veena+Das:+Sujetos+del+dolor,+agentes+de+dignidad&printsec=frontcover&source=bl&ots=jHQxr2zMKs&sig=rDMr-d3y_RngrCVilbGOeAwsZFI&hl=es&ei=o4tGS-7lJInGlAfu6JUI&sa=X&oi=book_result&ct=result&resnum=1&ved=0CAcQ6AEwAA#v=onepage&q=&f=false
Historiografía, Colombia, independencia, bicentenario, historia política.
Colombia had in the last decade two commemorative cycles around independence (1810-2010; 1819-21-2019-21). The historiographic production on the Independence and the revolution in the country has been deeply renewed. Economic and social history did not have the tools to perceive and explain the importance of the great political and cultural transformations of the period. Currently, a broader approach is being sought. Several new strategies have emerged that have redefined our understanding of the period.
Historiography, Colombia, Independence, Bicentennial, Political History.
EISSN: 2445-0057
permite describir su eficacia y flexibilidad. Pero también nos revela un campo desigual,
asimétrico y atravesado por tensiones y fracturas. En esta ponencia exploraré una de las tensiones conceptuales fundamentales que surgió en la segunda mitad del siglo XVIII como resultado de los reacomodos entre la península y las provincias americanas. Esa tensión produjo una crisis constitucional de baja intensidad que, sin embargo, preparó la eventual ruptura con la metrópolis en el contexto de la crisis de soberanía que sobrevino con la invasión napoleónica y el secuestro de los reyes. Esta crisis conceptual tiene que ver con las mutaciones del concepto ‘colonia’ entre el siglo XVI y XIX y sus efectos en el concepto de ‘constitución’.
Monarquía indiana, Nueva Granada, Conceptos socio-políticos,
Constitución, Colonia.
Recent studies point out that –more than an aggregate of provinces and kingdoms– the Spanish monarchy was a complex political system which cohesion was due to the circulation, reception and adaptation of people, ideas and artifacts. An essential part of this ‘shared cultural domain’, campo cultural compartido, as Joan-Lluís Palos calls it, is the conceptual repertoire which instituted and organized political life, especially the regime of loyalty, faith, virtue and justice that serve as a basis for the life in common. A conceptual-historical approach to political life in Spanish America allow us to describe its effectiveness and flexibility. But it also reveals an unequal, asymmetric field, crossed by tensions and fractures. In this presentation I will explore one of the fundamental conceptual tensions that emerged in the second half of the eighteenth century as a result of the rearrangement between the peninsula and the Hispanic American provinces. This tension produced a low-intensity constitutional crisis that, however, prepared the eventual break-up with the metropolis in the context of the sovereignty crisis that result from the Napoleonic invasion and the kidnapping of the Kings. This conceptual crisis has to do with the mutations in the concept of ‘colony’, between the sixteenth and nineteenth century, and their effects on the concept of ‘constitution’.
Keywords: Indian Monarchy, New Granada, Social-Political Concepts, Constitution,
Colonial Period.
La obra de Michel de Certeau se puede comprender
a partir de tres ejes de reflexión fundamentales
que aparecen en toda su obra. Estos
la recorren de principio a fin, se manifiestan en
su reflexión teológica, su interpretación histórica,
su trabajo sociológico, su antropología
política o en sus reflexiones de carácter psicoanalítico.
En primer lugar, Certeau muestra una
recurrente preocupación por los lugares y modos
de producción del saber. En segundo lugar,
Certeau se ocupa constantemente de lo
que llama las «artes del hacer», los modos de
consumo ordinario y, en particular, de la manera
como el ciudadano común y corriente recibe,
vive, transforma y resiste las interpelaciones
hegemónicas del Estado, del aparato productivo
y de los medios masivos de comunicación.
En tercer lugar, Certeau desarrolla una reflexión
sostenida sobre la alteridad, su lugar en
la sociedad, su producción social en el acto de
interpretación y las demandas éticas y políticas
que le asisten. Es en torno a este último eje que
enfoco el presente texto.
Abstract
Three axes of thinking can be found in Michel
de Certeau’s oeuvre. These three axes remain
a constant in his work on theology, historical
interpretation, sociology, political anthropology
and psychoanalytical thinking. In the first
place, Certeau shows a recurring concern for
the places and modes of knowledge production.
Secondly, Certeau constantly looks for
and examines what he calls the «arts of doing»,
that is, the modes of everyday consumption,
particularly, the ways ordinary citizens receive,
live, transform and resist hegemonic interpellations
from the State, the productive apparatus
and the mass media. Thirdly, Certeau
develops a sustained reflection on the question
of otherness, its place in society, its social
production in and through the act of interpretation,
and the ethical and political demands
placed by it. The essay explores in depth the
reach and nature of this last axis and its implication
for the practice and future of the humanities
and the social sciences.
sociedad —como la colombiana—históricamente polarizada por grandes inequidades y fuertes violencias sociales, con acelerados
procesos de burocratización y altos niveles de corrupción e ineficiencia, y que está íntimamente conectada a una economía global.
-------------------------
In this essay, I address the multiple experiences of the public (such as public policy, public health, public opinion or the publics), many of which we experience in a fragmented manner,
as if these experiences of the public had no relation to each other. However, my premise is that what initially appears as a non-cohering adjective —the public in, for instance, public
policy— might be understood in a comprehensive and innovative way when we unearth its shared semantics articulated by the substantive —the public. Furthermore, such nucleation of meanings around the noun allows us to conceive critical and innovative forms of response to a society historically polarized by
social inequalities and violence, with elevated processes of bureaucratization and high levels of corruption and inefficiency, which is intimately connected to the global economy.
y político neogranadino, uno de los fundadores históricos del partido conservador (1848), observador astuto –y escéptico– de las “revoluciones políticas y morales” de las repúblicas hispanoamericana y recurso ideológico de primer orden para el periodo llamado la Regeneración colombiana (1886-1930).
--------
In the first half of this article I will argue that the collapse of the
monarchy (1810-1819) and the establishment of the republican system in the early nineteenth century gave way in New Granada (present day Colombia) to a new experience of time which contemporary actors characterized as precarious. In the second part I will examine the intellectual response to such precarious temporality by approaching the work of Colombian Jose Eusebio Caro (1817-1853), philosopher, poet, publicist and one of the historic founders of the Conservative Party (1848). Caro was an astute and skeptic observer of the “political and moral revolutions” of the Spanish American republics and became a prime ideological resource for Colombian conservatives in the subsequent period known as the Regeneration (1886-1930).
-----------
ABSTRACT: This essay explores what it meant to be called or to call oneself a citizen in New Granada in 1791, long before the political crisis of 1808 and, therefore, the gradual arrival of liberal ideas to the Hispanic world. In particular an attempt is made to delineate the figure of the citizen and separate it from that of
litterateur through the new expectations that accompanied each of these figures. In this sense the article ponders how to understand the apparent identification of literatos with bad taste, and citizens with good taste, as the cardinal motif of the
new citizenships.
---------------
In this article I reconstruct the process by which the term "colony" became a socio-political concept towards the end of the eighteenth century, a process which took place in connection with the Bourbon reforms, the rise of absolutism, the Atlantic revolutions (including the North American and the Haitian), the emergence of a Republican imaginary and the strengthening of local elites. Contrary to widespread belief, the descriptive evaluative notion of "colony" was not alien to late 18th century American intellectual elites. Furthermore, such defi nitions of the colonial experience became central to the political culture of the period by designating an experience of political negativity from which it became necessary and urgent to think and refl ect upon the foundation of a new sovereignty.
En estos meses, las sociedades contemporáneas –confinadas como nunca en sus espacios privados- han debatido intensamente sobre el valor y la naturaleza de lo público. Bien para jerarquizar la importancia de las actividades económicas y su relación con el bien común; bien para evaluar los rescates que deben cubrirse con el erario; bien para reconocer los esfuerzos solidarios o bien para censurar los comportamientos irresponsables; la constitución de lo público, en el filo entre los intereses privados y colectivos, está más que nunca en discusión. Así y todo, lo público, más que una verdad unívoca sobre su naturaleza y funcionamiento necesita hoy una reflexión sobre su constitución histórica, que reconozca sus profundas herencias sociales y conceptuales. Aunque está en el centro de nuestra vida política, rara vez se lo reconoce como un escenario controversial que define los límites de nuestra imaginación política. Este ciclo de conferencias, cada una a su manera, se ofrece como una oportunidad de avanzar al respecto
Entramos pues en una nueva fase, y es por eso el momento de discutir y poner al día las bases metodológicas de cara al futuro inmediato. El objetivo de este congreso es someter a discusión propuestas razonadas de profundización en las seis áreas temáticas que fijamos como prioritarias en Iberconceptos III. Propuestas que aborden nuevas hipótesis, interpretaciones innovadoras y cuestiones de método que permitan a los investigadores sustentar una actitud más reflexiva hacia sus propias prácticas historiográficas.
Además de la discusión de los marcos teóricos y espacio-temporales, y la reflexión acerca de cómo llevar a efecto y refinar enfoques comparativos y perspectivas transnacionales, interesa renovar las herramientas analíticas básicas que fundan la investigación en historia de los conceptos, así como afinar la metodología “aplicada”: análisis de corpora digitalizados de textos, traducciones comparadas, análisis iconográfico y/o cartográfico, etc.
Antropología Social del ICANH y el Centro de Estudios Sociales de In Universidad Nacional de Colombia, es ampliar Ia esfera del debate abierto a propósito de las dinámicas de privatización del
patrimonio cultural, para incluir nuevos escenarios expuestos a procesos de privatización o debilitamiento de lo público. Las presentaciones girarán en torno a perspectivas sobre públicos,
espacio públicos y politicas públicas.
https://histcrit.uniandes.edu.co/index.php/es/revista-no-62
Un primer ejercicio nos permitió entender que la paz tiene múltiples registros semánticos sociopolíticos. Hemos identificado cuatro que aparecen con regularidad y que han desempeñado un papel clave en nuestra historia: 1) fundamentos morales de la paz; 2) paz en el orden internacional; 3) paz y legitimidad; y 4) paz y orden público. Por razones de espacio, en esta ocasión abordaremos el concepto en el registro de la legitimidad y, en la medida en que lo sustentan, sus fundamentos morales.
conocida como la Gran Colombia (1819-1831)— en las historiografías y en la memoria histórica de las naciones que una vez formaron parte de ella es tan paradójica como fue dramática y trepidante su existencia. Corresponde al periodo del que más se ha escrito, del que más se habla en las escuelas, en las fiestas públicas y en los discursos políticos, así como del más atendido por la heráldica, la toponimia y la numismática; sin embargo, representa uno de los temas menos conocidos e investigados por las historiografías nacionales de las actuales Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá. ¿Cómo es esto posible? ¿Cómo es posible que la renovación historiográfica que ha transformado nuestra comprensión del periodo de la independencia haya pasado de largo ante una experiencia histórica que fue de tanta importancia y a la cual se le presta tanta atención simbólica? ¿Cómo se ha podido simplemente obviar aquello? Responder a estas preguntas ofrece algunas claves sobre los retos que implicó la construcción de las nacionalidades hispanoamericanas y el uso que se le dio a la historia en este cometido, a veces mediante francas manipulaciones y omisiones. Del Editorial "La invención de la República: La Gran Colombia". ACHSC 45: 2 (2018). Ver en línea.
Organizadores: Francisco A. Ortega (Universidad Nacional de Colombia) y Elisa Cárdenas Ayala (Universidad de Guadalajara, México)
El objetivo de este congreso es someter a discusión propuestas razonadas de profundización en las seis áreas temáticas que fijamos como prioritarias en Iberconceptos III. Propuestas que aborden nuevas hipótesis, interpretaciones innovadoras y cuestiones de método que permitan a los investigadores sustentar una actitud más reflexiva hacia sus propias prácticas historiográficas.