Las ciudades intermedias son una alternativa de desarrollo que complemente los avances de la descentralización. El concepto de ciudades intermedias de Boix (2003) y Carrión (2013), consideran la figura de las ciudades intermedias como alternativas al flujo migratorio, no solo campo – ciudad, sino al desplazamiento ciudad – megaciudad que caracteriza a Latinoamérica (Bolivia) los últimos años.

Boix (2003, pág. 267) establece  la “relación causal entre la organización de las formaciones urbanas integrando redes de ciudades y la generación de economías externas que afectan el desarrollo económico”, derivando en el planteamiento de Carrión (2013) que visualiza como alternativa de desarrollo de la región latinoamericana,  una lógica colaborativa de complementación, en la que, el valor de las ciudades estaría dado por la constitución misma de la urbe, porque ella consistiría en el nodo necesario para la gestión, distribución o producción de los elementos necesarios para el funcionamiento de la red en su integridad (incluyendo la noción de glocalidad).​

La existencia de ciudades nodo, debido a la cohesión social, económica  y territorial logradas, intercambian personas, bienes, servicios, información, conocimiento, etc.,  sustentados sobre infraestructuras de comunicaciones y telecomunicaciones, que a su vez articulan las ciudades con las grandes urbes y el exterior del país.​

Las ciudades intermedias son una alternativa eficiente ante el despoblamiento rural, el alto riesgo de pérdida de seguridad alimentaria y a la mejora de la calidad de vida de la población.