'No solo es violencia contra la mujer, hay hombres agredidos como yo'

Sergio David Mogollón, publicista profesional, máster en inglés y quien desde una agencia de comunicaciones generaba noticias, fue atacado con ácido en el occidente de Bogotá. “Tengo 24 años y fui agredido el 9 de diciembre de 2011. Esta es la hora que no sé quién fue, ni por qué razón, ni con qué agente químico”.

Hacemos la entrevista en la sala de espera del oftalmólogo, que apenas logró devolverle la visión que perdió la noche en que por primera vez cogió el Transmilenio para ir a Castilla en compañía de su novia. ”De repente se nos acercó un tipo y me pidió monedas, cuando le respondí que no tenía sacó un vaso y me vació su contenido. La quemadura es instantánea. ¡Se siente horrible, además quedé ciego!”.

Sin saber qué le habían arrojado, ella consiguió agua para lavarle la cara, pero cada vez que “me echaba esto salía humo.”.

El traslado al hospital especializado en estos casos fue una travesía pues ningún taxista quería llevarlos. El gran logro fue que los acercaran a la Clínica de Occidente y dos días después lo condujeron al Simón Bolívar.

“Apenas ocurrieron los hechos llamamos a la línea 123 y me preguntaron qué me habían echado, pero como no sabía exactamente qué era, no me ayudaron”.

Fueron 28 días hospitalizado, dos cirugías y un sinnúmero de vendajes cambiados constantemente, “porque la cara empieza a supurar y huele horrible. Cada costra que va saliendo la quitan con una gasa y ¡es terrible!... Y así hasta que salga la piel nueva”.

Como si fuera poco, le tocó interponer una tutela a la EPS para que lo atendieran sin cobrarle, quedó ciego y le practicaron una operación de injertos, que, según él, quedó mal hecha. “El anestesiólogo casi me mata. Me entubó y perdí el conocimiento diciéndole que me estaba ahogando.

Desperté 10 días después en cuidados intensivos con una cicatriz de lado a lado en el estómago. Llevo 12 operaciones, 4 de los ojos y las demás del rostro, pero solo funcionaron tres. Me hicieron un mal procedimiento de injertos. Duré tres meses con la carne podrida, haciéndome limpiezas porque la piel no pegó.

“Soy muy fuerte, pero es triste ver cómo la gente te mira y dice que eres un monstruo. Tuve que volverme independiente y mi novia se convirtió en mis ojos y plasmaba mis ideas. El tema de los medicamentos también es complicado; hay gotas que cuestan 300.000 pesos y duran 20 días o un mes. Dicen que esto es violencia contra la mujer, pero también hay hombres como yo, agredidos. No sé por qué no hay leyes que castiguen esto. Me da tristeza lo que pasa pero todos tenemos los mismos derechos. Esta es la hora que no me dan una respuesta de Medicina Legal, no nos atendieron en la línea 123, y en el caso de Natalia en cambio ofrecieron recompensa y habló el Presidente”.

“He luchado solo. Me molestó que el grupo Mira y su representante, Gloria Stella Díaz, me hayan dicho que tenía que agradecerle por la ley que ni siquiera se ha aprobado. Decían que me iban a ayudar y lo que querían era que fuera a hacerles campaña. Y una cosa sí tengo clara: ¡mi dignidad no la vendo!”.

CRISTINA ESTUPIÑÁN