Antes de arribar a Chile, el periplo de los Escobar había comenzado en Panamá, donde estuvieron una semana. A los 47 días de permanencia en este país, y después de diez tensas horas de espera en el aeropuerto de Santiago de Chile, partieron a la 5:38 minutos de la tarde, hora de Chile.
En el boeing 767 vuelo 170 se embarcaron Nicolás Escobar Urquijo, hijo de Roberto Escobar Gaviria; su esposa Liliana Cadavid; su hijo Nicolás, de 18 meses; su madre Ligia Urquijo; su hermana Laura de 15 años; su tío Nicolás Urquijo y su cuñado Juan Cadavid.
Poco después de haberlos despedido y en el mismo aeropuerto, el abogado defensor, Humberto Neumann, dijo que no podía confirmar el destino e insistió en que el gobierno no había sido consecuente con su política de derechos humanos. El abogado los despidió en la escalerilla del avión.
Unos 15 automóviles, tanto de la Policía como de la prensa, escoltaron a los Escobar Urquijo hasta el aeropuerto internacional. La caravana se desplazó por la ciudad a grandes velocidades en medio del ulular de las sirenas, y a las 7 de la mañana cuando apenas amanecía.
Nadie dudaba que el sobrino de Pablo Escobar y los demás colombianos viajarían en el vuelo 088 de Avianca, programado para las 10:30 a.m. Pero el avión despegó y los Escobar permanecieron en tierra fuertemente custodiados.
Apenas iniciada la jornada de espera, todavía en horas de la mañana, un pequeño avión ejecutivo se posó cerca al muelle de pasajeros donde presumiblemente estaban los Escobar.
Se especuló con su alquiler, pero la versión se esfumó cuando la nave partió sin ellos. Hacia el mediodía, surgió un nuevo destino: Singapur vía Buenos Aires, a través de Aerolíneas Argentinas.
A esas alturas estaba confirmado que Nicolás Escobar había desistido de los dos recursos presentados ante los tribunales chilenos, gestión que se realizó el domingo, en la casa de un secretario de la Corte.
El desestimiento se produjo, según algunas fuentes, a cambio de una salida voluntaria de Chile, acuerdo al que, al parecer, llegaron el gobierno y la defensa de Escobar.
El viaje a Singapur no se concretó porque Aerolíneas Argentinas no fue autorizada por el gobierno de su país.
Durante las diez horas de espera, el abogado Humbero Neumann estuvo pendiente de todo cuanto ocurría a los Escobar. En declaraciones a la prensa no confirmó el destino de los colombianos por razones de seguridad .
Hacia las 4 de la tarde (hora chilena) Escobar confirmó a EL TIEMPO, vía telefónica, que su destino era una país de Asia . Cuando se le preguntó si viajarían todos, rspondió: Más o menos .
Una veintena de periodistas que tuvo que repartirse en dos turnos, permaneció durante todo el día en la cafetería del segundo piso del aeropuerto con lentes, teleobjetivos y cámaras.
La larga vigilia comenzó a las 6 de la mañana a unos cuatro grados de helada, temperatura invernal, frente al edificio de la calle Nueva de Lyon.
Desde el jueves 15 y hasta ayer lunes a los 7:00 de la mañana, los siete Escobar debieron permanecer bajo arresto. Para la tarde de ayer, estaba previsto que la Corte Suprema fallara sobre los dos recursos interpuestos, y todo hacía presumir que iban a ser adversos para los colombianos. Antes de que ello ocurriera se desistieron y optaron por abandonar el país, tras 47 días de permanencia.
Finalmente, a las 4:45 de la tarde, abordaron el avión de Lanchile. Después de algunos inconvenientes surgidos a última hora con el personal de Investigacones Escobar los acusó de hostigamiento dos pequeñas furgonetas los trasladaron desde la Policía Internacional hasta la escalerilla trasera del avión.
A unos 200 metros, desde el Coffee Shop donde observaban los periodistas, los obturadores no cesaron de accionar, hasta que el avión despegó con rumbo a Sao Paulo-Madrid-Francfort. El aeropuerto ya estaba entre las nubes cuando alguien sentenció: Se acabó el show . Todo hace suponer que el asedio continúa.