Los colores tienen vida y vibran en determinadas frecuencia, así como todas las cosas en el universo. Lo cierto es que los colores, al igual que las notas musicales, influyen en nuestra vida, en nuestros sentimientos y en nuestros pensamientos, tanto así, que ya la medicina utiliza los colores para curar, es la cromoterapia.
Los colores son pues un alimento y una medicina principalmente para el alma y como tales nos exaltan y nos degradan si no están en armonía con nuestro ser.
La luz se divide en siete colores básicos que forman el espectro visible. Existen muchos otros colores, pero resultan de la combinación de los anteriores,. No sucede igual con el color negro y el color blanco que tiene las siguientes características.
El color negro es la ausencia de color, significa oscuridad, muerte y luto. A nivel emocional produce tristeza y estado mental depresivo.
El color blanco es la unidad, porque contiene todos los colores, significa pureza, paz y armonía. A nivel emocional produce claridad de pensamiento, inspira nobles ideales, como paz, amor, unión, solidaridad y trascendencia.
Ahora bien, como todo vibra, los símbolos, al igual que las palabras y los nombres, producen efectos sobre nuestra visa y nuestros estados de ánimo, y aún más cuando son símbolos colectivos. Me refiero en este caso específico a la bandera de Duitama, todos sabemos que tiene tres franjas: verde, negra y roja.
Conociendo la influencia del color negro en nuestra vida tanto individual como colectiva, desde aquí hago un vehemente llamado a todas las fuerzas vivas de la ciudad, al Alcalde, a los concejales, para que nos revistamos de valor histórico y cambiemos nuestra franja negra de la bandera para evitar polémicas infructuosas -podría ser por el color blanco- para que con motivo del nuevo siglo le demos una nueva dinámica a nuestra ciudad y a nuestra gente.
Los invito pues a reflexionar sobre todo el daño que nos hemos hecho como colectividad en general y como ciudadanos en particular al estar identificados con esta vibración nefasta.
Las circunstancias están dadas para iniciar un cambio radical en Duitama, para dejar el oscurantismo y la mismidad, y proyectarnos como una comunidad positiva, cívica, solidaria y próspera.
Qué bueno sería que en la oficina de nuestro Alcalde, el doctor Gustavo Cano, en el salón del Concejo Municipal, en las dependencias, en los colegios, en las industrias y en todos los hogares, ondeara la bandera verde, blancas y roja, como bandera de la renovación, de la paz, del progreso y de la esperanza... Inmortales son los que dejan huella, los que realizan las ideas*.
-Ingeniero de Minas.