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8,1
17.905
10
30 de marzo de 2023
30 de marzo de 2023
11 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Clásico incontestable de la historia del cine y el considerado punto de arranque del Neorrealismo Italiano.
La película narra con absoluta crudeza y emoción el sufrimiento y las amargas experiencias de varios miembros de la Resistencia italiana en una afligida población reprimida por los nazis.
Para ello emplea un estilo próximo al documental, utilizando iluminación y localizaciones naturales (calles, casas....), y mezclando a gente de la calle con actores profesionales, quienes bajo la magistral dirección de Rossellini ofrecen unas enormes interpretaciones henchidas de verdad y sentimiento, sobresaliendo unos inolvidables Aldo Fabrizi y Anna Magnani.
Obra maestra descomunal de Rossellini con la colaboración en el guión de Sergio Amadei y Federico Fellini, un absoluto referente de un cine comprometido con la realidad y con la suficiente fuerza y capacidad para transformarla.
La película narra con absoluta crudeza y emoción el sufrimiento y las amargas experiencias de varios miembros de la Resistencia italiana en una afligida población reprimida por los nazis.
Para ello emplea un estilo próximo al documental, utilizando iluminación y localizaciones naturales (calles, casas....), y mezclando a gente de la calle con actores profesionales, quienes bajo la magistral dirección de Rossellini ofrecen unas enormes interpretaciones henchidas de verdad y sentimiento, sobresaliendo unos inolvidables Aldo Fabrizi y Anna Magnani.
Obra maestra descomunal de Rossellini con la colaboración en el guión de Sergio Amadei y Federico Fellini, un absoluto referente de un cine comprometido con la realidad y con la suficiente fuerza y capacidad para transformarla.

7,5
7.074
8
8 de febrero de 2023
8 de febrero de 2023
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Las tristes notas del Adagio de Albinoni sirven de hermoso fondo musical para el comienzo de esta pesadillesca visión cinematográfica a cargo de Orson Welles de la famosa novela "El Proceso" de Franz Kafka.
Welles hace gala de una barroca imaginería para ubicar al protagonista Joseph K en un acentuado ambiente opresivo, una irrespirable atmósfera a la que se ve abocado arbitrariamente de la noche a la mañana.
En esta súbita y surrealista situación, un confundido Joseph K (magistralmente interpretado por Anthony Perkins) entra en contra de su voluntad en un laberinto judicial poblado de extraños seres de muy diferente condición, significados por actitudes absurdas, corruptas y desordenadas que conducen a la humillación y a la locura.
La película, al igual que la novela, arremete contra los vericuetos del sistema judicial y contra el avasallamiento que padece el indefenso individuo ante la burocrática maquinaria de poder.
Welles saca a relucir su abigarrado y tan particular universo visual mediante enfatizantes contrapicados de rostros inquisidores envueltos en sombras, recorridos por pasillos estrechos que incrementan la sensación claustrofóbica, planos medios y cortos con visionado de techos contrastados con otros más amplios y generales, en los que vemos al personaje central en espacios físicos deshumanizados a pesar de estar repletos de gente.
También vemos a Perkins en escenarios vacíos, solitarios, caminando junto a enormes columnas o golpeando desesperadamente gigantescas puertas, imágenes que realzan de manera impresionante la incomunicación y la pequeñez de la víctima ante los tiránicos mecanismos de un sistema putrefacto.
Acompañando a Perkins en su caótica experiencia figuran nombres como el propio Orson Welles dando vida a un corrupto abogado, Akim Tamiroff como su ultrajado cliente, o importantes presencias femeninas del cine europeo como Jean Moreau, Elsa Martinelli o una fabulosa Romy Schneider ejerciendo de amante de los clientes del abogado Welles.
No es "Ciudadano Kane" ni "Sed De Mal", pero desde luego esta película es un notable título a reivindicar dentro de la obra de este genio apabullante, uno de los creadores más revolucionarios e innovadores que ha dado el cine.
Welles hace gala de una barroca imaginería para ubicar al protagonista Joseph K en un acentuado ambiente opresivo, una irrespirable atmósfera a la que se ve abocado arbitrariamente de la noche a la mañana.
En esta súbita y surrealista situación, un confundido Joseph K (magistralmente interpretado por Anthony Perkins) entra en contra de su voluntad en un laberinto judicial poblado de extraños seres de muy diferente condición, significados por actitudes absurdas, corruptas y desordenadas que conducen a la humillación y a la locura.
La película, al igual que la novela, arremete contra los vericuetos del sistema judicial y contra el avasallamiento que padece el indefenso individuo ante la burocrática maquinaria de poder.
Welles saca a relucir su abigarrado y tan particular universo visual mediante enfatizantes contrapicados de rostros inquisidores envueltos en sombras, recorridos por pasillos estrechos que incrementan la sensación claustrofóbica, planos medios y cortos con visionado de techos contrastados con otros más amplios y generales, en los que vemos al personaje central en espacios físicos deshumanizados a pesar de estar repletos de gente.
También vemos a Perkins en escenarios vacíos, solitarios, caminando junto a enormes columnas o golpeando desesperadamente gigantescas puertas, imágenes que realzan de manera impresionante la incomunicación y la pequeñez de la víctima ante los tiránicos mecanismos de un sistema putrefacto.
Acompañando a Perkins en su caótica experiencia figuran nombres como el propio Orson Welles dando vida a un corrupto abogado, Akim Tamiroff como su ultrajado cliente, o importantes presencias femeninas del cine europeo como Jean Moreau, Elsa Martinelli o una fabulosa Romy Schneider ejerciendo de amante de los clientes del abogado Welles.
No es "Ciudadano Kane" ni "Sed De Mal", pero desde luego esta película es un notable título a reivindicar dentro de la obra de este genio apabullante, uno de los creadores más revolucionarios e innovadores que ha dado el cine.

6,8
2.948
7
23 de marzo de 2023
23 de marzo de 2023
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mezclando con acierto géneros como la ciencia-ficción, la intriga policiaca y el terror, esta 'monster movie' es una de las varias películas de los años 50 que advertían sobre el peligro del uso de armas atómicas.
El magnífico guión es obra de Ted Sherdeman basándose en un argumento de George Worthing Yates, guionista de "La Tierra Contra Los Platillos Voladores" (1956) o "La Conquista Del Espacio" (1955), entre otras cintas de serie B de la época encuadradas en el género de ciencia-ficción.
El inicio de esta película es espléndido, nada apresurado y sabiendo transmitir toda la tensión y el suspense, creando con mucho talento una atmósfera enrarecida en un ambiente desértico que involucra con éxito al espectador dentro de la trama.
Las presencias de James Whitmore y Edmund Gwenn dan gran empaque al reparto, mientras que los efectos especiales (aunque anticuados lógicamente en comparación con los utilizados hoy en día) no están nada mal, no desentonando en absoluto con el tono atemorizador de este clásico de la serie B cuya influencia es clara y manifiesta en futuros y exitosos cineastas con muchos más medios a su alcance como Steven Spielberg ("E.T., El Extraterrestre", "Parque Jurásico"), Ridley Scott ("Alien: El Octavo Pasajero"), James Cameron ("Aliens"), John Carpenter ("La Cosa") o David Cronenberg ("La Mosca").
El magnífico guión es obra de Ted Sherdeman basándose en un argumento de George Worthing Yates, guionista de "La Tierra Contra Los Platillos Voladores" (1956) o "La Conquista Del Espacio" (1955), entre otras cintas de serie B de la época encuadradas en el género de ciencia-ficción.
El inicio de esta película es espléndido, nada apresurado y sabiendo transmitir toda la tensión y el suspense, creando con mucho talento una atmósfera enrarecida en un ambiente desértico que involucra con éxito al espectador dentro de la trama.
Las presencias de James Whitmore y Edmund Gwenn dan gran empaque al reparto, mientras que los efectos especiales (aunque anticuados lógicamente en comparación con los utilizados hoy en día) no están nada mal, no desentonando en absoluto con el tono atemorizador de este clásico de la serie B cuya influencia es clara y manifiesta en futuros y exitosos cineastas con muchos más medios a su alcance como Steven Spielberg ("E.T., El Extraterrestre", "Parque Jurásico"), Ridley Scott ("Alien: El Octavo Pasajero"), James Cameron ("Aliens"), John Carpenter ("La Cosa") o David Cronenberg ("La Mosca").

8,0
70.264
9
16 de marzo de 2023
16 de marzo de 2023
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Kirk Douglas produce e interpreta este clásico ambientado en la antigua Roma en el que confluyen con guión de Dalton Trumbo temas como la tiranía, la libertad, el idealismo o la lucha contra la injusticia.
Douglas acabó solicitando los servicios de su amigo Stanley Kubrick para que se ocupase de la dirección del film tras despedir a Anthony Mann.
La película está basada en una novela de Howard Fast y cuenta con un elenco actoral verdaderamente fabuloso formado por nombres tan ilustres como Peter Ustinov, Charles Laughton, Jean Simmons, Laurence Olivier, Tony Curtis o el propio Kirk Douglas en el papel principal.
Kubrick armoniza con espléndidos resultados el espectáculo epopéyico de la historia con la poesía de sus imágenes, el enardecimiento con la reflexión, en una narración complementada con sugerencias de tipo sexual y efectivos rasgos melodramáticos, conformando un relato que funciona tanto en su aspecto épico como en sus momentos más íntimos y sentimentales.
El variado catálogo de personajes ayuda a configurar un heterogéneo y seductor muestrario intelectual con reflexiones de carácter filosófico y político.
Douglas acabó solicitando los servicios de su amigo Stanley Kubrick para que se ocupase de la dirección del film tras despedir a Anthony Mann.
La película está basada en una novela de Howard Fast y cuenta con un elenco actoral verdaderamente fabuloso formado por nombres tan ilustres como Peter Ustinov, Charles Laughton, Jean Simmons, Laurence Olivier, Tony Curtis o el propio Kirk Douglas en el papel principal.
Kubrick armoniza con espléndidos resultados el espectáculo epopéyico de la historia con la poesía de sus imágenes, el enardecimiento con la reflexión, en una narración complementada con sugerencias de tipo sexual y efectivos rasgos melodramáticos, conformando un relato que funciona tanto en su aspecto épico como en sus momentos más íntimos y sentimentales.
El variado catálogo de personajes ayuda a configurar un heterogéneo y seductor muestrario intelectual con reflexiones de carácter filosófico y político.

7,6
6.690
10
12 de marzo de 2023
12 de marzo de 2023
7 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Humphrey Bogart comenzó a definir con esta magistral película de Raoul Walsh su imagen cinematográfica de antihéroe perdedor, solitario, romántico, atribulado y cínico.
Siempre inmerso en historias de ambiente criminal y desdichado destino con un tono melancólico y poético, Bogart eleva a su personaje más allá del arquetipo habitual en el cine de gángsters, otorgándole una dimensión humana y una profundidad emocional que conceden a su personalidad un enorme atractivo.
"El Último Refugio" se podría considerar como una película puente entre el cine de gángsters de los años 30 y el incipiente cine negro que viviría su apogeo en los años 40 y se prolongaría con menor profusión hasta bien entrada la década de los 50.
Walsh imprime al film su acostumbrada energía en las escenas de acción y en el rodaje en exteriores, manteniendo un admirable equilibrio con el tacto y la sensibilidad que manifiestan las secuencias más románticas.
El retrato de unos personajes brillantemente escritos por John Huston y W. R. Burnett (autor este último de la novela en la que se basa el film) es sensacional, unos personajes rodeados de un entorno natural y montañoso que confiere una inusual y grata envoltura a esta historia rehecha posteriormente por el propio Walsh en "Juntos Hasta La Muerte" (1949), un western con Joel McCrea, Virginia Mayo y Dorothy Malone que también se encuentra entre los mejores trabajos de su autor.
Siempre inmerso en historias de ambiente criminal y desdichado destino con un tono melancólico y poético, Bogart eleva a su personaje más allá del arquetipo habitual en el cine de gángsters, otorgándole una dimensión humana y una profundidad emocional que conceden a su personalidad un enorme atractivo.
"El Último Refugio" se podría considerar como una película puente entre el cine de gángsters de los años 30 y el incipiente cine negro que viviría su apogeo en los años 40 y se prolongaría con menor profusión hasta bien entrada la década de los 50.
Walsh imprime al film su acostumbrada energía en las escenas de acción y en el rodaje en exteriores, manteniendo un admirable equilibrio con el tacto y la sensibilidad que manifiestan las secuencias más románticas.
El retrato de unos personajes brillantemente escritos por John Huston y W. R. Burnett (autor este último de la novela en la que se basa el film) es sensacional, unos personajes rodeados de un entorno natural y montañoso que confiere una inusual y grata envoltura a esta historia rehecha posteriormente por el propio Walsh en "Juntos Hasta La Muerte" (1949), un western con Joel McCrea, Virginia Mayo y Dorothy Malone que también se encuentra entre los mejores trabajos de su autor.
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