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Un lugar seguro
En Un lugar seguro —obra ganadora del premio Emmanuel Carballo 2018— Olivia Teroba se mueve con soltura entre la narración cotidiana, la crónica y el ensayo personal, dando como resultado un libro tan singular como íntimo, que mediante una escritura esmerada y precisa comparte con los lectores su pensamiento y experiencia vital. Situada tanto en su llegada a la Ciudad de México como en su natal Tlaxcala, comparte sus influencias, obsesiones literarias y las dificultades de todo tipo que vienen aparejadas con la vocación de la escritura.
A partir de temas tan diversos como la crónica de su abuelo orgulloso de ser tlaxcalteca, las presiones para seguir un ideal estético experimentadas cuando adolescente, la relación de su madre con un hombre abusivo que la despoja sistemáticamente de su patrimonio y un viaje minucioso por la obra de Elena Garro, entre muchos otros, Teroba da voz a una mirada sensible, que parecería cobrar sentido pleno al ser plasmada como palabra escrita, pues, como nos dice en uno de los ensayos del libro: «Buscar dentro de las neurosis cotidianas, de la serie de actos insignificantes que se traducen como inactividad. ¿Qué puede haber en este vacío, en esta nada? ¿Empieza ahí la literatura? Escribir como una forma de alejarse de la pesadez. Para quebrar de golpe la necia igualdad de los días. Para reconectarse».
A partir de temas tan diversos como la crónica de su abuelo orgulloso de ser tlaxcalteca, las presiones para seguir un ideal estético experimentadas cuando adolescente, la relación de su madre con un hombre abusivo que la despoja sistemáticamente de su patrimonio y un viaje minucioso por la obra de Elena Garro, entre muchos otros, Teroba da voz a una mirada sensible, que parecería cobrar sentido pleno al ser plasmada como palabra escrita, pues, como nos dice en uno de los ensayos del libro: «Buscar dentro de las neurosis cotidianas, de la serie de actos insignificantes que se traducen como inactividad. ¿Qué puede haber en este vacío, en esta nada? ¿Empieza ahí la literatura? Escribir como una forma de alejarse de la pesadez. Para quebrar de golpe la necia igualdad de los días. Para reconectarse».
120 pages, Paperback
Published May 1, 2023
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Community Reviews
Displaying 1 - 30 of 254 reviews
October 6, 2020
Me gustó mucho la fuerza calma de esta mujer para escribir y contar sus cosas. Es la segunda vez que veo a Tlaxcala mencionada por una local (el otro es el de Ser mujer en México, de Karen Villeda), en donde se menciona que Tlaxcala es conocida por ser una ciudad en donde hay mucha trata de blancas. Esto es, mujeres que son desaparecidas y después prostituidas o vendidas, o asesinadas. Esto lo menciono no porque sea lo más importante de el libro, para nada, sino porque es una visión contada por dos mujeres distintas, en sus propios libros.
A lo que quiero llegar es esto: Qué importante me parece leer a mujeres gente. La visión va a ser siempre otra, sea personal, como en este libro, que se trata de un ensayo personal super bonito, o sea en una novela.
Las historias nos cuentan a nosotras también. Y muchas cosas que menciona Teroba en este libro me resuenan, amé lo de la amistad de mujeres, sí! La amistad entre mujeres ante el mundo patriarcal no existe, es solo competencia, o es solo las mujeres metidas en la cocina.
Pero la amistad es un elemento tan importante en la vida de las mujeres, en la manera en como construimos nuestras vidas, nos sostenemos por ella, y en estos tiempos tiene que ver mucho con como vivimos nuestras luchas, igual que los hombres, no digo que no, al contrario, pero la manera en como se reducen los temas que tienen que ver con mujeres es desesperante.
Me gusta mucho que este libro tan pequeño, me ponga a pensar en lo necesario que es contarnos, y leernos, resonar y reconocernos en las historias de otras, (y otros)
Quizás tengo esto atravesado porque justo antes de leer este libro empecé otro que era sobre música, contado por señores, hablando de canciones escritas por señores, cantadas por señores. Y lo dejé, no porque nunca haya leído libros así, sino porque quisiera reconocerme más en lo que leo. Y llegué a este libro, que me pareció un oasis.
Ya se que me fui del tema, pero bueno, el tema son los libros, y este libro es precioso y lo recomiendo mucho.
A lo que quiero llegar es esto: Qué importante me parece leer a mujeres gente. La visión va a ser siempre otra, sea personal, como en este libro, que se trata de un ensayo personal super bonito, o sea en una novela.
Las historias nos cuentan a nosotras también. Y muchas cosas que menciona Teroba en este libro me resuenan, amé lo de la amistad de mujeres, sí! La amistad entre mujeres ante el mundo patriarcal no existe, es solo competencia, o es solo las mujeres metidas en la cocina.
Pero la amistad es un elemento tan importante en la vida de las mujeres, en la manera en como construimos nuestras vidas, nos sostenemos por ella, y en estos tiempos tiene que ver mucho con como vivimos nuestras luchas, igual que los hombres, no digo que no, al contrario, pero la manera en como se reducen los temas que tienen que ver con mujeres es desesperante.
Me gusta mucho que este libro tan pequeño, me ponga a pensar en lo necesario que es contarnos, y leernos, resonar y reconocernos en las historias de otras, (y otros)
Quizás tengo esto atravesado porque justo antes de leer este libro empecé otro que era sobre música, contado por señores, hablando de canciones escritas por señores, cantadas por señores. Y lo dejé, no porque nunca haya leído libros así, sino porque quisiera reconocerme más en lo que leo. Y llegué a este libro, que me pareció un oasis.
Ya se que me fui del tema, pero bueno, el tema son los libros, y este libro es precioso y lo recomiendo mucho.
December 10, 2019
Cuando leí el título (‘Un lugar seguro’) mi mente hizo la trampa de leer ‘Un cuarto propio’. Es curioso cómo el cerebro reimagina palabras. Cómo al lugar seguro se le concede las propiedades femeninas, ¿feministas?, que Virginia Woolf reclamó para nosotras hace 90 años. En verdad, el lugar seguro que la mexicana Olivia Teroba (Tlaxcala, 1988) dibuja aquí, no tiene nada de seguro, nunca termina de serlo, su ansiedad es tan grande —por la escritura, sí, por internet, también, por el amor, obvio, pero sobre todo por la violencia— que la sensación de inseguridad es constante. Lo escribe hacia el final del ensayo: «Y la vida es frágil y por lo tanto hay que cuidarla. Pero supongo que cada una lo descubre a su momento, con distintas palabras. Me gusta cómo lo dice Lydia Cacho: “El miedo no colonizará mi espíritu”». A mí me gusta cómo escribe Olivia Teroba, cómo relaciona la cultura pop con la literatura, y con la política, y con algunas sensaciones y sentimientos que atraviesan el pecho a las escritoras y escritores de mi generación. Su primer libro, este ‘Un lugar seguro’ (Paraíso Perdido), lo he subrayado casi entero. No hay página sin una buena idea y tampoco la hay sin una prosa limpia y radiante. Por los temas que aborda me ha hecho pensar en dos de mis ensayos preferidos de este 2019 escritos por dos autoras que, curiosamente, como ella, son narradoras y nacidas en 1988. Hablo de ‘Expuesta’, de Olivia Sujdic y de ‘Cambiar de idea’, de Aixa de la Cruz. Además de las resonancias generacionales, su reflexión sobre la escritura me ha llevado directamente a Marguerite Duras; su preocupación sobre la autoría y el género a Maggie Nelson; y su recuperación de la memoria de Elena Garro (mi capítulo preferido), me ha hecho pensar en el trabajo de Joanna Russ. Lamento que mi trabajo en Caballo de Troya haya terminado, porque me gustaría pedirle a Olivia Teroba ser la editora de toda su obra en España. Que eso es algo así como pedirle matrimonio. Que eso es algo así como la mayor declaración de amor que yo podría hacer como lectora. Y desde aquí la hago igualmente. Gracias por regalarme tu libro aquella noche en Guadalajara, Olivia. Con admiración, L.
December 26, 2023
Ahora que me feminismo hacia el exterior está tan desidioso, (mi feminismo interior, con mis mujeres cercanas no) este libro me cae como pañoleta morada a la muñeca. Quisiera que todas esas mujeres a las que quiero lo lean, lo entiendan y sepan que los lugares seguros se construyen desde adentro. Que sí, otra vez nos toca a las mujeres construir esos espacio para nuestras amigas, abuelas, madres, hijas, amigas, compañeras de trabajo y sobre todo, para nosotras mismas.
Olivia, en la última página cuenta que está en una fiesta y a una chica le dio un ataque de pánico al pensar en los rumores de secuestros de chicas cerca de las estaciones de metro , ella, le explica que está escribiendo un libro sobre cómo crear un lugar seguro, al menos en el interior. Que siempre hay que procurar esos espacios donde nos sintamos a salvo y si no existen...construirlos a partir de relaciones de afectos.
Y de todos sus relatos, ella nos da una idea de cómo levantar esos lugares:
Las conversaciones que teníamos con nuestros hermanos cuando éramos chicos. Un lugar seguro es tu familia, es regresar a esa ciudad donde naciste. Es tomar una decisión, es tener rituales pequeños que te salvan todos los días (hacer tu cama, preparar café, pasear a tus perros, hablar con tus amigas, lo que quieras) Aceptar tu cuerpo es un lugar seguro. Es cuidar de tus amigas y ellas de ti.
Un lugar seguro deberían de ser los demás para ti.
Me gustó saber que me dejó pensando en todo eso que aún no hago por mí y que empezaré a hacer.
Olivia, en la última página cuenta que está en una fiesta y a una chica le dio un ataque de pánico al pensar en los rumores de secuestros de chicas cerca de las estaciones de metro , ella, le explica que está escribiendo un libro sobre cómo crear un lugar seguro, al menos en el interior. Que siempre hay que procurar esos espacios donde nos sintamos a salvo y si no existen...construirlos a partir de relaciones de afectos.
Y de todos sus relatos, ella nos da una idea de cómo levantar esos lugares:
Las conversaciones que teníamos con nuestros hermanos cuando éramos chicos. Un lugar seguro es tu familia, es regresar a esa ciudad donde naciste. Es tomar una decisión, es tener rituales pequeños que te salvan todos los días (hacer tu cama, preparar café, pasear a tus perros, hablar con tus amigas, lo que quieras) Aceptar tu cuerpo es un lugar seguro. Es cuidar de tus amigas y ellas de ti.
Un lugar seguro deberían de ser los demás para ti.
Me gustó saber que me dejó pensando en todo eso que aún no hago por mí y que empezaré a hacer.
January 9, 2020
Lo que más me parece importante mencionar de los ensayos de Olivia Teroba es su intimidad mezclada con el raciocinio. Nos han dicho tantas veces que la sensibilidad nos vuelve vulnerables y que por tanto debemos mostrarnos enteras todo el tiempo. En estos ensayos podemos ver ambas partes y no por eso contradecirse.
January 3, 2024
Uffff, es que mientras la leía me decía que para qué la leía, ¿qué podía decirme una chavita mexicana que no supiera ya? Y si me lo decía bonito, si escribía bien, ¿qué tan bien lo podía hacer? ¿Enamorarme a estas alturas de mi vida, con tantos libros leídos sobre tantas mujeres que escriben sobre sí mismas y su vida y su escritura?
Pues sí.
Me enamoró.
Me conquistó y me desarmó.
Leerla decir lo que dice me hizo pensar en mi hija, en mí, en mi México, y en todo.
Una tarde reflexiva, a lado de la chimenea, en plenas frías vacaciones, quizá también ayudó un poquitín.
Pero en realidad, casi todo lo hizo ella.
Pues sí.
Me enamoró.
Me conquistó y me desarmó.
Leerla decir lo que dice me hizo pensar en mi hija, en mí, en mi México, y en todo.
Una tarde reflexiva, a lado de la chimenea, en plenas frías vacaciones, quizá también ayudó un poquitín.
Pero en realidad, casi todo lo hizo ella.
December 26, 2019
Escribe bien esta mujer, con furia y calma al mismo tiempo. El libro es un conjunto de ensayos, que va desde el espacio propio (el lugar seguro) de la casa, el hogar; hasta el cuerpo o la libertad como espacio propio. Habla de Elena Garro, de los árboles, de vivir en un pueblo, de México, del amor. Subrayé muchas frases. Me hubiese gustado que el libro terminara con alguna mención al conflicto deslizado al comienzo (la invasión del hermano), que fuera como la misma Elena Garro es citada al interior del libro: que los finales se conecten con los comienzos. Aún así, el libro está bien, los ensayos son contemporáneos y las heridas dibujadas, eternas. Algunas frases que subrayé, pensando siempre en mí y en Chile:
El epígrafe de Victoria Ocampo:
"Nuestras pequeñas vidas individuales contarán poco, pero todas nuestras vidas reunidas pesarán de tal modo en la historia que harán variar su curso".
"Nos veíamos de vez en cuando, para hacernos todo el daño posible".
"El lugar al que vuelvo cuando estoy triste. Y que casi siempre me deprime más".
"Me dijo que murió de capitalismo".
"No se puede hacer nada cuando la violencia permea cada rincón de los días".
"La falta de autoestima que genera el patriarcado en la mujer".
Y otras largas que no caben aquí, pero que generan recordación en mi corazón. La idea de que los árboles están conectados con el universo a tres niveles: por el aire (con sus hojas que respiran aire), por la tierra (su tronco está compuesto de tierra), por el agua (sus raíces beben agua subterránea). O los hermosos ensayos con ideas sobre la fortaleza femenina y el daño que nos hace el machismo entre nosotras mismas, el vacío de la ineptitud de nuestros padres en un mundo tan frágil. Hermosa, poderosa y joven la voz de Olivia Teroba.
Gracias a Antonio Marts que me regaló este libro en la FIL Guadalajara. Estoy leyendo a otras autoras de esta editorial mexicana, porque —oh, sorpresa— el próximo año será mi editorial en México.
El epígrafe de Victoria Ocampo:
"Nuestras pequeñas vidas individuales contarán poco, pero todas nuestras vidas reunidas pesarán de tal modo en la historia que harán variar su curso".
"Nos veíamos de vez en cuando, para hacernos todo el daño posible".
"El lugar al que vuelvo cuando estoy triste. Y que casi siempre me deprime más".
"Me dijo que murió de capitalismo".
"No se puede hacer nada cuando la violencia permea cada rincón de los días".
"La falta de autoestima que genera el patriarcado en la mujer".
Y otras largas que no caben aquí, pero que generan recordación en mi corazón. La idea de que los árboles están conectados con el universo a tres niveles: por el aire (con sus hojas que respiran aire), por la tierra (su tronco está compuesto de tierra), por el agua (sus raíces beben agua subterránea). O los hermosos ensayos con ideas sobre la fortaleza femenina y el daño que nos hace el machismo entre nosotras mismas, el vacío de la ineptitud de nuestros padres en un mundo tan frágil. Hermosa, poderosa y joven la voz de Olivia Teroba.
Gracias a Antonio Marts que me regaló este libro en la FIL Guadalajara. Estoy leyendo a otras autoras de esta editorial mexicana, porque —oh, sorpresa— el próximo año será mi editorial en México.
February 14, 2023
Brillante, inteligente y valiente.
December 21, 2019
Chingonería. Ya no sé qué más decir. Es valiente, inteligente, admirable. Qué bueno que existe este libro.
April 9, 2020
Olivia Teroba muestra en estos ensayos honestidad, confianza y corazón. Enumera diversos hechos cotidianos que invitan a la pregunta, la reflexión: violencia doméstica, sororidad, inseguridad en las calles, vacío existencial, el amor inmenso por la familia. Nos habla de Tlaxcala, el estado más pequeño de México y un foco rojo en temas de trata de personas. Es acercarse a historias personales, pero llenas de fuerza, ágiles, que invitan a buscar ese lugar que nos mantenga a salvo, no necesariamente físico, a buscar ese lugar seguro. Recomendadísimo.
June 30, 2023
Amo los libros donde me siento en una charla íntima con el/ la autor/ autora.
Este fue uno de ellos 🥰
Este fue uno de ellos 🥰
September 27, 2023
quantes emocions en un sol llibre i en un sol dia buf.
el llibre és un recull d’assajos de l’autora, on tracta temes com la relació amb la família (té una situació familiar bastant disfuncional des de petita), amb les amistats, com és ser dona a mèxic, autoestima i autopercepció, entre d’altres. i tot relacionat en buscar i crear llocs segurs.
he subratllat moltíssim, ja que no parava de dir coses amb les que em sentia tan i tan identificada tot i no ser situacions idèntiques i tot i viure coses tan diferents…
m’ha encantat, m’ha deixat el cor ben tovet❤️🩹
el llibre és un recull d’assajos de l’autora, on tracta temes com la relació amb la família (té una situació familiar bastant disfuncional des de petita), amb les amistats, com és ser dona a mèxic, autoestima i autopercepció, entre d’altres. i tot relacionat en buscar i crear llocs segurs.
he subratllat moltíssim, ja que no parava de dir coses amb les que em sentia tan i tan identificada tot i no ser situacions idèntiques i tot i viure coses tan diferents…
m’ha encantat, m’ha deixat el cor ben tovet❤️🩹
January 28, 2024
Este libro lo terminas sintiendo que eres mejor amiga de Olivia Teroba.
November 12, 2019
Me gusta que mi primer encuentro con Olivia Teroba sea en este género tan común en el mercado gringo y en el que Latinoamérica comienza a explorar (nuevo no es, que conste): el ensayo personal. Y es que en Un lugar seguro se unen dos líneas: el ser y el observar; es decir el ser de Olivia y su forma de observar el mundo. Digo observar pero bien puedo decir leer.
Cada ensayo es como contar los pasos del refri a la puerta, de la puerta a la calle, de una ciudad a otra. Cada ensayo se une directa o indirectamente al anterior o al sucesor, cada ensayo nos muestra a una autora que, meticulosa, le pone palabras a las emociones que no sabemos que tenemos o tuvimos.
Siento, eso sí, que se aterriza en silencios precipitados, hay puntos donde podría haber más: catarsis, reflexión, desbocamiento. Pero sé, entiendo por experiencia propia, que hay algo que uno guarda seguro y que, eventualmente, encontrará su lugar de salida. Porque a Olivia Teroba la vamos a volver a ver, es esta una autora que dio el primero de muchos pasos.
Cada ensayo es como contar los pasos del refri a la puerta, de la puerta a la calle, de una ciudad a otra. Cada ensayo se une directa o indirectamente al anterior o al sucesor, cada ensayo nos muestra a una autora que, meticulosa, le pone palabras a las emociones que no sabemos que tenemos o tuvimos.
Siento, eso sí, que se aterriza en silencios precipitados, hay puntos donde podría haber más: catarsis, reflexión, desbocamiento. Pero sé, entiendo por experiencia propia, que hay algo que uno guarda seguro y que, eventualmente, encontrará su lugar de salida. Porque a Olivia Teroba la vamos a volver a ver, es esta una autora que dio el primero de muchos pasos.
April 5, 2023
Me gustó harto. Creo que tengo una obsesión con la escritura y marqué todos los pasajes donde hablaba sobre ella y no eran pocos y me gustaron sus reflexiones al respecto. A veces me doy cuenta que soy simple como lectore, que quizás le pido poco a la literatura: un tema que me atraviese, una forma que me deslumbre, a veces solo una, a veces las dos. La quise a Olivia.
Tengo reparos con ciertas partes pero sinceramente no hicieron peor mi lectura.
Después de las lecturas en el club me quedé pensando en la idea de un “libro memorable”. Acaso solo recordamos los “temas memorables” de los libros o también los recordamos por las sensaciones que nos provocan aunque no recordemos nada de lo que decían dentro?
Si en muchos años más alguien me habla de Olivia y de este libro, diría sí, recuerdo que me abrazó bastante.
Tengo reparos con ciertas partes pero sinceramente no hicieron peor mi lectura.
Después de las lecturas en el club me quedé pensando en la idea de un “libro memorable”. Acaso solo recordamos los “temas memorables” de los libros o también los recordamos por las sensaciones que nos provocan aunque no recordemos nada de lo que decían dentro?
Si en muchos años más alguien me habla de Olivia y de este libro, diría sí, recuerdo que me abrazó bastante.
Read
March 6, 2024Relatos tan íntimos y cercanos, que podrían ser mismos. Resumo y suscribo: ante el aparentemente inevitable e insalvable miedo que nos rodea a diario, toca construir espacios seguros, a, para, hacia nuestro alrededor, a partir del afecto y en, por, con nuestro interior, a través del autocuidado.
October 14, 2023
3.5 👍🏻
March 17, 2021
Un lugar seguro es un ensayo que está conformado por microensayos. Los temas que más me interesaron fueron los de la crítica a la productividad y la exigencia permanente que la sociedad capitalista nos impone. Porque sí, ¿cómo nos arrancamos eso?
Los ensayos están llenos de referencias a otros textos incluyendo la obra de Elena Garro, Virginia Woolf, Nellie Campobello, Clarice Lispector, entre otras.
Hay un diálogo de temas como las heridas, los traumas, las vicisitudes y violencias de ser mujer, la inmigración, etc.
A veces me parecía un poco fragmentado pero vi una reseña que decía que era un texto flexible y me hizo mucho sentido y decido quedarme con eso.
El tema central que me interesa es ¿cómo obtenemos un lugar seguro en medio de esta violencia física, socioeconómica, y sistémica en la que vivimos?
Ojalá Olivia haga una secuela de este ensayo pero hablando desde la cuarentena, estaría muy interesante.
Me quedo también con una de las conclusiones: confianza, cuidado y gratitud.
Los ensayos están llenos de referencias a otros textos incluyendo la obra de Elena Garro, Virginia Woolf, Nellie Campobello, Clarice Lispector, entre otras.
Hay un diálogo de temas como las heridas, los traumas, las vicisitudes y violencias de ser mujer, la inmigración, etc.
A veces me parecía un poco fragmentado pero vi una reseña que decía que era un texto flexible y me hizo mucho sentido y decido quedarme con eso.
El tema central que me interesa es ¿cómo obtenemos un lugar seguro en medio de esta violencia física, socioeconómica, y sistémica en la que vivimos?
Ojalá Olivia haga una secuela de este ensayo pero hablando desde la cuarentena, estaría muy interesante.
Me quedo también con una de las conclusiones: confianza, cuidado y gratitud.
November 8, 2021
Desde distintas facetas de su vida, Olivia Teroba aborda textos con preocupaciones, vivencias personales y colectivas, la pregunta de dónde viene y a dónde va y, por ende, hace que nos preguntemos lo mismo de nosotras mismas.
Un lugar seguro puede ser la escritura, el lugar donde vivimos, un cuento de Elena Garro o un té para hacernos sentir mejor.
Un lugar seguro puede ser la escritura, el lugar donde vivimos, un cuento de Elena Garro o un té para hacernos sentir mejor.
December 29, 2019
este libro es sincero y entrañable. por las preguntas que, siendo tan íntimas, se vuelven colectivas. 🌱✨
February 6, 2023
Una serie de cotidianeidades, Tlaxcala, Puebla, Ciudad de México, hablar de violencia contra mujeres y hablar de escribir, escribiendo.
January 5, 2024
Lo he amado con todo mi corazón. Amo como escribe Olivia [Que manera tan bella de escribir]. Es un libro que se quedará por siempre conmigo. Si yo escribiera un libro, me gustaría escribirlo de esta forma. Nuestro propio lugar seguro es siempre mirando hacia dentro y creando nuestros propios rituales que nos hagan sentir que estamos seguros. Es ese cafecito en la mañana, es esa lectura que nos invita a reflexionar, son esos amigos que nos llenan el alma, ese pajarito cantando, es esa música de fondo… en fin es todo eso que nos haga sentir de alguna forma en paz y en tranquilidad.
May 17, 2022
el libro que me devolvió las ganas de escribir <3
June 29, 2024
“Agradezco estar viva, aunque el cuerpo me duela. Agradezco que mis seres queridos estén bien, aunque a veces no sepamos cómo acercarnos unos a otros. Agradezco tener amigas y amigos en quienes confiar. Agradezco que en la calle haya también gente buena. Agradezco que un día más me haya librado de todo mal. Agradezco escribir.”
qbonito casi se me sale una lagrimilla
qbonito casi se me sale una lagrimilla
April 15, 2023
Un lugar seguro es un espacio íntimo de reflexión de la autora, que a través de ensayos va desmadejando su experiencia como una mujer millennial en Latinoamérica, con toda la inseguridad y esperanza que eso implica. Un lugar seguro a ratos es también un lugar común.
August 13, 2023
encuentro hermoso que comience diciendo "para todos mis afectos / sus nombres los llevo conmigo" <3 me sentí comprendida a lo largo de todo el libro: en salir de la ciudad natal, la relación con el cuerpo y la familia, la tristeza y las reflexiones sobre la escritura. mis florilegios:
"Bailar en una fiesta. Comer mi platillo favorito. Caminar por la playa. Subir una montaña. Resistir las alturas. Resistir infecciones, bacterias, virus. Noches en vela, escribiendo. Abrazar a alguien. Dormir profunda, tranquilamente. Eso también es mi cuerpo."
"Quizá sea eso lo que importa, más allá de lo que dicen las palabras que tecleamos: refugiarse en un mundo propio, evadir la exigencia permanente de ser productiva. Buscar dentro de las neurosis cotidianas, de la serie de actos insignificantes que se traducen como inactividad. ¿Qué puede
haber en este vacío, en esta nada? ¿Empieza ahí la literatura?"
"Sé bien que este desánimo para escribir, que viene unido a la sensación de que mi voz será desatendida, tiene que ver con el silenciamiento sistemático que otras escritoras vivieron antes que yo. Hace tres siglos, era casi imposible que una mujer firmara un libro con su nombre."
"Cuando trabaja en una novela, Haruki Murakami sale a correr a las cuatro de la mañana. Regresa a escribir. En la tarde, hace ejercicio de nuevo. No obstante, la mayor parte de los escritores estamos lejos de alcanzar ese ideal. Nick Greene, un colaborador de la revista Vice, publicó un artículo con el
nombre «Copié la rutina de escritores famosos y la odié». Ni madrugar, ni tomar café, ni encerrarse en el baño mejoró su productividad al escribir."
"Después, una tía cuenta novedades de su oficina. Se habla de política. Nos quedamos callados, expectantes, incómodos. Intento decir algo pero no me salen las palabras. Muchas veces tengo esa sensación con gente que estimo, pero con quienes no comparto el lugar de residencia, ni la profesión, ni las aficiones ni filiaciones políticas. Es decir, sobre todo con mi familia. Tiene diez años que no vivo en casa de mi madre, que colinda con la de mis abuelos. Y por más que intento frecuentarlos, saber cómo están, hay una distancia generacional y geográfica que nos apartará siempre. Esos silencios lo reafirman. Me pregunto por qué cuando estoy con mis amigas no puedo parar de hablar. O con alguien que me gusta. Sin embargo, con mis familiares hablo poco. ¿Les podría contar de lo que escribo? No, este espacio es distinto. Aquí digo todo pero lo hago para mí, en voz baja. Incluso cuando sé que otros van a leerlo. Visto de esta forma, lo que hago es una contradicción, un sinsentido. Dice Marguerite Duras que escribir es callarse, aullar sin ruido."
"Ese día perdí varias certezas. Y el miedo se quedó dentro.
Ahora intento recuperar la calma."
"Lloro demasiado: con las películas tristes, cuando leo algo que me conmueve, cuando estoy estresada, cuando alguien junto a mí se siente mal y alcanzo a darme cuenta. Las lágrimas pueden ser un alivio para la energía contenida dentro. Pero cuando rebasan el límite de nuestro cuerpo, cuando nuestra emoción se desborda y pierde cauce, pueden dañar, absorber incluso la vitalidad necesaria para realizar labores cotidianas.
En El cocodrilo, Felisberto Hernández juega con la posibilidad de un personaje que no para de llorar y las reacciones que genera a su alrededor. Ver a una persona desbordándose es naturalmente incómodo. Nuestra sociedad está hecha para contenerse: no reír a carcajadas, no llorar frente a otros, no hacer constar nuestra existencia demasiado alto. A mí me invade, de pronto, una melancolía incontrolable. Ocupa todo el cuerpo: mi pulso se hace más lento, me cuesta moverme, no quiero pensar en nada, porque todo son pensamientos obsesivos respecto a lo mal que hago las cosas. Como si mi vida pudiera calificarse en lo que está bien y lo que está mal hecho.
Creo que la tristeza tiene que ver con el tiempo. El tiempo desaprovechado, perdido, o el tiempo futuro que se muestra inextricable. Una percepción de la realidad que fuera solo presente, como en Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, no tendría noción de la melancolía."
"Pasaron muchas cosas en esa época, algunas mejores que otras. Al final, me fui lejos. Aunque la tristeza me la llevé dentro. Regresa en momentos de tensión, cuando tengo demasiado por
hacer; o al contrario, cuando tengo un día limpio en la agenda. Viene cuando siento que lo que hago no sirve, o que el mundo sería lo mismo si estuviera o no. Cuando no puedo conectar con la gente. Cuando estoy sola.
Nadie sabe cómo reaccionar; yo tampoco. No sé si haya forma de reaccionar en realidad. Lo único que me calma es que alguien cercano me acompañe, que me escuche o me abrace o ambas cosas. Conozco a pocas personas que saben escuchar, de hecho no sé si yo misma entro en esa categoría: suelo interrumpir a quien me cuenta su historia para dar consejos no pedidos."
"Quizá deba aprender a no llegar tan lejos para encontrarme con aquella sensación. A nombrar, enunciar lo que siento, como punto de inicio para comprenderme. En Una intimidad inofensiva, Tamara Kamenszain dice que en el sistema actual percibimos las emociones dentro de una jerarquía: algunas son «elevadas», señales de refinamiento, mientras que otras son «más bajas», señales de debilidad. Todo esto va ligado a una visión productivista de nuestro cuerpo: si nos vuelve ineficaces, lo que sentimos no sirve.
Quiero poner en el sitio justo esa parte de mí que corresponde a la tristeza."
"Un cuerpo deleznable por sus dimensiones, pero deseable para el acoso de los superiores: sean profesores, médicos u hombres mayores en la calle. Un cuerpo que ocupa demasiado espacio y
con el que me cuesta identificarme.
Mis abuelos paternos tenían una tienda de abarrotes. Siempre nos regalaban dulces y frituras a los pequeños. Todas las mujeres de esa familia hemos tenido sobrepeso. Y hemos luchado en su contra: dietas, ejercicio esporádico, suplementos milagrosos. Algunas, por un tiempo, tuvieron el hábito de vomitar después de comer.
He practicado para intentar adelgazar: karate, zumba, pilates, natación, basketball, spinning, yoga.
He recibido golpes, se me ha desteñido el pelo, me he lastimado las rodillas por hacer mal los ejercicios.
Lo sigo intentando. Aunque no siempre reacciona como yo quisiera, intento mejorar la relación con mi cuerpo."
"Me interesé por este recurso literario porque hace poco me planteé hacer un proyecto sobre el tiempo y cómo la manera en que lo percibimos se refleja en nuestras narraciones. Tuve
que desistir ante un factor que, de tan obvio, al principio fue invisible: la narración es tiempo. Narrar es habitar, a través de la palabra, nuestro tiempo. No me refiero solo a la literatura, también hablo de nuestras anécdotas cotidianas, comenzando con los recuerdos."
"Cuando camino por la calle, observo, a veces demasiado, a la gente. Escucho conversaciones ajenas. La Ciudad de México es una suerte de Aleph, repleto de voces precarizadas, respirando
aire sucio y recibiendo la inclemente radiación solar, que empeora con la ausencia de árboles. Pienso en las historias por contar. Sé que no podré alcanzar todas las subjetividades. Como no puedo alcanzar tantas cosas."
"Ellas vivieron y documentaron, cada una desde una mirada propia, la guerra. ¿Nosotras podremos hacerlo? ¿Es una comparación exagerada? Creo que ahora los conflictos son menos estruendosos, pero constantes. No hay grandes combates entre naciones, aunque nuestra cotidianidad, en apariencia apacible, requiere formas de violencia que desprotegen la vida al darle prioridad al capital."
"Bailar en una fiesta. Comer mi platillo favorito. Caminar por la playa. Subir una montaña. Resistir las alturas. Resistir infecciones, bacterias, virus. Noches en vela, escribiendo. Abrazar a alguien. Dormir profunda, tranquilamente. Eso también es mi cuerpo."
"Quizá sea eso lo que importa, más allá de lo que dicen las palabras que tecleamos: refugiarse en un mundo propio, evadir la exigencia permanente de ser productiva. Buscar dentro de las neurosis cotidianas, de la serie de actos insignificantes que se traducen como inactividad. ¿Qué puede
haber en este vacío, en esta nada? ¿Empieza ahí la literatura?"
"Sé bien que este desánimo para escribir, que viene unido a la sensación de que mi voz será desatendida, tiene que ver con el silenciamiento sistemático que otras escritoras vivieron antes que yo. Hace tres siglos, era casi imposible que una mujer firmara un libro con su nombre."
"Cuando trabaja en una novela, Haruki Murakami sale a correr a las cuatro de la mañana. Regresa a escribir. En la tarde, hace ejercicio de nuevo. No obstante, la mayor parte de los escritores estamos lejos de alcanzar ese ideal. Nick Greene, un colaborador de la revista Vice, publicó un artículo con el
nombre «Copié la rutina de escritores famosos y la odié». Ni madrugar, ni tomar café, ni encerrarse en el baño mejoró su productividad al escribir."
"Después, una tía cuenta novedades de su oficina. Se habla de política. Nos quedamos callados, expectantes, incómodos. Intento decir algo pero no me salen las palabras. Muchas veces tengo esa sensación con gente que estimo, pero con quienes no comparto el lugar de residencia, ni la profesión, ni las aficiones ni filiaciones políticas. Es decir, sobre todo con mi familia. Tiene diez años que no vivo en casa de mi madre, que colinda con la de mis abuelos. Y por más que intento frecuentarlos, saber cómo están, hay una distancia generacional y geográfica que nos apartará siempre. Esos silencios lo reafirman. Me pregunto por qué cuando estoy con mis amigas no puedo parar de hablar. O con alguien que me gusta. Sin embargo, con mis familiares hablo poco. ¿Les podría contar de lo que escribo? No, este espacio es distinto. Aquí digo todo pero lo hago para mí, en voz baja. Incluso cuando sé que otros van a leerlo. Visto de esta forma, lo que hago es una contradicción, un sinsentido. Dice Marguerite Duras que escribir es callarse, aullar sin ruido."
"Ese día perdí varias certezas. Y el miedo se quedó dentro.
Ahora intento recuperar la calma."
"Lloro demasiado: con las películas tristes, cuando leo algo que me conmueve, cuando estoy estresada, cuando alguien junto a mí se siente mal y alcanzo a darme cuenta. Las lágrimas pueden ser un alivio para la energía contenida dentro. Pero cuando rebasan el límite de nuestro cuerpo, cuando nuestra emoción se desborda y pierde cauce, pueden dañar, absorber incluso la vitalidad necesaria para realizar labores cotidianas.
En El cocodrilo, Felisberto Hernández juega con la posibilidad de un personaje que no para de llorar y las reacciones que genera a su alrededor. Ver a una persona desbordándose es naturalmente incómodo. Nuestra sociedad está hecha para contenerse: no reír a carcajadas, no llorar frente a otros, no hacer constar nuestra existencia demasiado alto. A mí me invade, de pronto, una melancolía incontrolable. Ocupa todo el cuerpo: mi pulso se hace más lento, me cuesta moverme, no quiero pensar en nada, porque todo son pensamientos obsesivos respecto a lo mal que hago las cosas. Como si mi vida pudiera calificarse en lo que está bien y lo que está mal hecho.
Creo que la tristeza tiene que ver con el tiempo. El tiempo desaprovechado, perdido, o el tiempo futuro que se muestra inextricable. Una percepción de la realidad que fuera solo presente, como en Eterno resplandor de una mente sin recuerdos, no tendría noción de la melancolía."
"Pasaron muchas cosas en esa época, algunas mejores que otras. Al final, me fui lejos. Aunque la tristeza me la llevé dentro. Regresa en momentos de tensión, cuando tengo demasiado por
hacer; o al contrario, cuando tengo un día limpio en la agenda. Viene cuando siento que lo que hago no sirve, o que el mundo sería lo mismo si estuviera o no. Cuando no puedo conectar con la gente. Cuando estoy sola.
Nadie sabe cómo reaccionar; yo tampoco. No sé si haya forma de reaccionar en realidad. Lo único que me calma es que alguien cercano me acompañe, que me escuche o me abrace o ambas cosas. Conozco a pocas personas que saben escuchar, de hecho no sé si yo misma entro en esa categoría: suelo interrumpir a quien me cuenta su historia para dar consejos no pedidos."
"Quizá deba aprender a no llegar tan lejos para encontrarme con aquella sensación. A nombrar, enunciar lo que siento, como punto de inicio para comprenderme. En Una intimidad inofensiva, Tamara Kamenszain dice que en el sistema actual percibimos las emociones dentro de una jerarquía: algunas son «elevadas», señales de refinamiento, mientras que otras son «más bajas», señales de debilidad. Todo esto va ligado a una visión productivista de nuestro cuerpo: si nos vuelve ineficaces, lo que sentimos no sirve.
Quiero poner en el sitio justo esa parte de mí que corresponde a la tristeza."
"Un cuerpo deleznable por sus dimensiones, pero deseable para el acoso de los superiores: sean profesores, médicos u hombres mayores en la calle. Un cuerpo que ocupa demasiado espacio y
con el que me cuesta identificarme.
Mis abuelos paternos tenían una tienda de abarrotes. Siempre nos regalaban dulces y frituras a los pequeños. Todas las mujeres de esa familia hemos tenido sobrepeso. Y hemos luchado en su contra: dietas, ejercicio esporádico, suplementos milagrosos. Algunas, por un tiempo, tuvieron el hábito de vomitar después de comer.
He practicado para intentar adelgazar: karate, zumba, pilates, natación, basketball, spinning, yoga.
He recibido golpes, se me ha desteñido el pelo, me he lastimado las rodillas por hacer mal los ejercicios.
Lo sigo intentando. Aunque no siempre reacciona como yo quisiera, intento mejorar la relación con mi cuerpo."
"Me interesé por este recurso literario porque hace poco me planteé hacer un proyecto sobre el tiempo y cómo la manera en que lo percibimos se refleja en nuestras narraciones. Tuve
que desistir ante un factor que, de tan obvio, al principio fue invisible: la narración es tiempo. Narrar es habitar, a través de la palabra, nuestro tiempo. No me refiero solo a la literatura, también hablo de nuestras anécdotas cotidianas, comenzando con los recuerdos."
"Cuando camino por la calle, observo, a veces demasiado, a la gente. Escucho conversaciones ajenas. La Ciudad de México es una suerte de Aleph, repleto de voces precarizadas, respirando
aire sucio y recibiendo la inclemente radiación solar, que empeora con la ausencia de árboles. Pienso en las historias por contar. Sé que no podré alcanzar todas las subjetividades. Como no puedo alcanzar tantas cosas."
"Ellas vivieron y documentaron, cada una desde una mirada propia, la guerra. ¿Nosotras podremos hacerlo? ¿Es una comparación exagerada? Creo que ahora los conflictos son menos estruendosos, pero constantes. No hay grandes combates entre naciones, aunque nuestra cotidianidad, en apariencia apacible, requiere formas de violencia que desprotegen la vida al darle prioridad al capital."
June 18, 2020
Un libro que me habló directamente. Te identificas con todo lo que plantea la autora y la forma que tiene para explicarte las situaciones, sentimientos, dudas y demás.
No tenía muy claro de que iba el libro y creo que eso ayudó también a disfrutarlo como lo hice. Me quedo con ese colectivo que se forma, esa unión que llegué a tener con ella por lo común que es vivir y experimentar esas sensaciones.
No tenía muy claro de que iba el libro y creo que eso ayudó también a disfrutarlo como lo hice. Me quedo con ese colectivo que se forma, esa unión que llegué a tener con ella por lo común que es vivir y experimentar esas sensaciones.
March 10, 2022
¡INCREÍBLE! Me encanto, súper necesario de leer, descubrir a Olivia Teroba fue una gran decisión, se ha convertido en una de mis escritoras favoritas, tiene una gran facilidad para adentrarte en la historia, si es tu primera vez que inicias en los ensayos creo está sería una gran opción
December 5, 2021
Me ha costado soltar Un lugar seguro y devolverlo a la estantería aunque se que no será por mucho tiempo. Y es que este conjunto de pequeños ensayos escritos por la mexicana Olivia Teroba invitan a la relectura.
Las 123 páginas de Un lugar seguro se leen en un suspiro. Cada pequeño ensayo parte de lo anecdótico y nos hace partícipes de reflexiones sobre la responsabilidad del autocuidado y la necesidad del cuidado mutuo, la violencia arraigada en la cotidianidad que tanto nos cuesta reconocer, el reconocimiento a nuestro cuerpo, y la necesidad de procurar espacios seguros conformarlos a partir de relaciones de afecto, entre otras muchas.
Lo he leído con un lápiz en una mano y marcadores de mil colores en otra. Y lo he disfrutado mucho porque Olivia Teroba escribe para todas con una sencillez que resulta acogedora y también esperanzadora. Y es que aunque sería muy fácil sucumbir a la desesperanza ella no lo hace, ella decide celebrar y refugiarse en aquello que trae alegría y luz a su vida, que es la de todas, haciendo mas agradable su lectura.
No he dejado de pensar lo mucho que compartimos todas por el hecho de ser mujeres. Y lo mucho que nos ha costado hablar de ello, hablar de todo aquello que hemos vivido, normalizado y asumido. Y de lo fácil que lo pondríamos si dejamos de hablar de ello, de denunciarlo y de cuidarnos.
Termino esta lectura queriendo leer otras muchas. Y es que Olivia Teroba otorga un lugar importante en estos ensayos a autoras como Virginia Woolf, Sylvia Plath, Simone de Beauvoir, Victoria Ocampo y Elena Garro, especialmente a Elena Garro, por la que ahora mismo siento muchísima curiosidad.
También me han entrado ganas de volver a ver Sailor Moon, por la que nadie entendía mi obsesión de niña, pero ese es otro tema.
Leed Un lugar seguro. Os llevará un ratito y os hará sentir acompañadas.
Las 123 páginas de Un lugar seguro se leen en un suspiro. Cada pequeño ensayo parte de lo anecdótico y nos hace partícipes de reflexiones sobre la responsabilidad del autocuidado y la necesidad del cuidado mutuo, la violencia arraigada en la cotidianidad que tanto nos cuesta reconocer, el reconocimiento a nuestro cuerpo, y la necesidad de procurar espacios seguros conformarlos a partir de relaciones de afecto, entre otras muchas.
Lo he leído con un lápiz en una mano y marcadores de mil colores en otra. Y lo he disfrutado mucho porque Olivia Teroba escribe para todas con una sencillez que resulta acogedora y también esperanzadora. Y es que aunque sería muy fácil sucumbir a la desesperanza ella no lo hace, ella decide celebrar y refugiarse en aquello que trae alegría y luz a su vida, que es la de todas, haciendo mas agradable su lectura.
No he dejado de pensar lo mucho que compartimos todas por el hecho de ser mujeres. Y lo mucho que nos ha costado hablar de ello, hablar de todo aquello que hemos vivido, normalizado y asumido. Y de lo fácil que lo pondríamos si dejamos de hablar de ello, de denunciarlo y de cuidarnos.
Termino esta lectura queriendo leer otras muchas. Y es que Olivia Teroba otorga un lugar importante en estos ensayos a autoras como Virginia Woolf, Sylvia Plath, Simone de Beauvoir, Victoria Ocampo y Elena Garro, especialmente a Elena Garro, por la que ahora mismo siento muchísima curiosidad.
También me han entrado ganas de volver a ver Sailor Moon, por la que nadie entendía mi obsesión de niña, pero ese es otro tema.
Leed Un lugar seguro. Os llevará un ratito y os hará sentir acompañadas.
April 7, 2023
Que hermoso libro, en un tiempo donde la búsqueda de un lugar seguro es una realidad, podemos ver cómo existen diferentes lugares seguros en nuestra vida y si no, como los creamos desde la confianza y el cuidado mutuo, que bonito ha sido leer esto.
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