La capital de Hungría es uno de los destinos más atractivos del este europeo. Cuenta con un hermoso entorno alrededor del Danubio, palacios señoriales, castillos y emocionantes museos. Su población, joven y animada, adora ir de bares.
La edad dorada de Budapest se remonta a la época de los Habsburgo, entre los siglos XVIII y XIX. Te asombrará la belleza que se conserva en sus calles de esa etapa. Presencia un espectáculo de ballet en el palacio Drechsler, sube a la ciudadela en colina Gellért y comprueba cómo vivía la familia real imperial en el castillo de Buda.
Finalizado el recorrido turístico, relájate en los baños termales de Széchenyi, sal de fiesta o regálate una cena gourmet en restaurantes como Borbiróság.
La arquitectura de Budapest es colosal, señorial y seductora. El castillo de Buda es una joya única, tanto como la iglesia de Matías y la Ópera Estatal de Hungría. Anímate a explorar sus interiores para disfrutarlos más.
A los húngaros les encanta comprar, sobre todo en mercadillos. Haz como ellos y pásate oor Nagycsarnok, el Gran Mercado, que reúne multitud de puestos de dulces, comida fresca, carnes y queso. Además, la ciudad tiene una amplia oferta de boutiques, tiendas de antigüedades y comercios vintage.
En los años 50, Budapest se mantuvo tras el telón de acero del bloque soviético. ¿Quieres descubrir cómo era la vida en la ciudad entonces? Museos históricos como la Casa del Terror y Memento Park, que acoge una vibrante colección de estatuas y vehículos de esa época, son visitas recomendables.
Los bares de ruina, que ocupan edificios antiguos, forman también parte del legado del Pacto de Varsovia. Budapest posee una vida nocturna desenfrenada, con pubs ideales para tomar cócteles, charlar y bailar hasta el amanecer.
El cóctel que forman el Danubio y la elegante arquitectura urbana proporciona hermosas vistas. La mejor forma de admirarlas es contratar un tour en barco por el río por Ft 3000, o escalar hasta el castillo.
La manera más habitual de llegar al castillo de Buda es cruzar el puente de la Cadena. Después, toma el funicular centenario hasta la colina. Tras atravesar sus exuberantes jardines encontrarás este edificio imponente, cuyos salones recogen exposiciones de arte e historia. Al salir, no te pierdas el cambio de guardia en el adyacente palacio presidencial Sándor. Por último, atraviesa la colina hasta la iglesia de Matías y el Bastión de Pescadores.
La Casa de la Nación es una obra maestra de la arquitectura neogótica: sube por su fastuosa escalera y admira el arte local. La vista guiada proporciona interesantes datos y referencias históricos. En el exterior se encuentra el monumento "Zapatos en el Danubio", que rinde tributo a los judíos brutalmente asesinados por los nazis en la Segunda Guerra Mundial.
Elegantes baños medicinales centenarios pueblan los edificios de Budapest, reflejando su gran cultural termal. Vive una experiencia inolvidable recorriendo salas de vapor, bañeras de hidromasaje, piscinas de aventura y saunas únicas. Regálate un masaje y no dejes de visitar el spa de Széchenyi.
El Distrito VII es un barrio muy popular entre los jóvenes por sus tiendas de moda y su alucinante comida. En Erzsébetváros está la sinagoga más grande de Europa. Durante la Segunda Guerra Mundial, el barrio judío de Budapest se convirtió en un auténtico gueto. Desde entonces, los edificios en ruinas se han ido convirtiendo en los llamados bares de ruinas, como el famoso Szimpla. ¡Visítalos!
Desde el centro de Budapest, coge la línea 1 del metro hasta la plaza de los Héroes. Recuerda, durante el trayecto, que se trata de uno de los ferrocarriles subterráneos más antiguos del mundo. En esta plaza, considerada el Corazón de la Nación, verás cómo te saludan las grandes estatuas de los Siete Caciques. El punto neurálgico es la avenida Andrassy, considerada los Campos Elíseos húngaros. Da igual en qué dirección te muevas, el recorrido te apasionará.
La manera más habitual de llegar al castillo de Buda es cruzar el puente de la Cadena. Después, toma el funicular centenario hasta la colina. Tras atravesar sus exuberantes jardines encontrarás este edificio imponente, cuyos salones recogen exposiciones de arte e historia. Al salir, no te pierdas el cambio de guardia en el adyacente palacio presidencial Sándor. Por último, atraviesa la colina hasta la iglesia de Matías y el Bastión de Pescadores.
La Casa de la Nación es una obra maestra de la arquitectura neogótica: sube por su fastuosa escalera y admira el arte local. La vista guiada proporciona interesantes datos y referencias históricos. En el exterior se encuentra el monumento "Zapatos en el Danubio", que rinde tributo a los judíos brutalmente asesinados por los nazis en la Segunda Guerra Mundial.
Elegantes baños medicinales centenarios pueblan los edificios de Budapest, reflejando su gran cultural termal. Vive una experiencia inolvidable recorriendo salas de vapor, bañeras de hidromasaje, piscinas de aventura y saunas únicas. Regálate un masaje y no dejes de visitar el spa de Széchenyi.
El Distrito VII es un barrio muy popular entre los jóvenes por sus tiendas de moda y su alucinante comida. En Erzsébetváros está la sinagoga más grande de Europa. Durante la Segunda Guerra Mundial, el barrio judío de Budapest se convirtió en un auténtico gueto. Desde entonces, los edificios en ruinas se han ido convirtiendo en los llamados bares de ruinas, como el famoso Szimpla. ¡Visítalos!
Desde el centro de Budapest, coge la línea 1 del metro hasta la plaza de los Héroes. Recuerda, durante el trayecto, que se trata de uno de los ferrocarriles subterráneos más antiguos del mundo. En esta plaza, considerada el Corazón de la Nación, verás cómo te saludan las grandes estatuas de los Siete Caciques. El punto neurálgico es la avenida Andrassy, considerada los Campos Elíseos húngaros. Da igual en qué dirección te muevas, el recorrido te apasionará.
Esta ciudad es uno de los principales destinos gourmet de Europa oriental. Borkonyha es un restaurante Michelin con platos principales por 2800 Ft. Borbiróság, cerca del Gran Mercado, es casi tan bueno y bastante más económico. Menza también está muy bien y, en general, no pagarás más de 5000 Ft por tres platos en los mejores restaurantes locales.
El mejor momento para visitar Budapest es finales de primavera y principios de verano. Entre marzo y fin de mayo encontrarás un clima cálido y pocas aglomeraciones. El verano permite disfrutar aún más de los baños termales, pero suele haber mucha gente. Otoño e invierno son épocas más frías y con posibilidad de nieve. En tal caso, obtendrás fotos espectaculares.
El aeropuerto internacional Ferenc Liszt de Budapest (BUD) está a 16 km al sudeste del centro de la ciudad. Ofrece vuelos directos desde abundantes destinos mundiales. Tras aterrizar, toma el autobús 200E hasta la estación de metro Köbánya-Kispest, desde donde podrás moverte por toda la ciudad. Sin embargo, suele ser mejor coger un taxi: pagarás entre 5000 y 10.000 Ft, según la hora y tu destino.
Budapest Keleti es una estación impresionante a la que da gusto llegar. La ciudad se encuentra bien conectada por ferrocarril con Alemania, República Checa e Italia. Además, está estación enlaza con el metro.
Si vas conduciendo hasta Budapest, lo habitual es llegar desde Viena. Para ello, recorrerás el A4 austriaco hasta la frontera y, seguidamente, el M15 y el M1. Desde Praga, toma la E50, después la E65 a Bratislava y, finalmente, la E60 a Budapest. Otra ruta popular es la E75, que enlaza Belgrado y Budapest.
Entre las compañías de autobuses que operan en esta ciudad figuran Orangeways, Eurolines y Eurobusways. Casi todos los autobuses llegan hasta la estación de Népliget. Una vez allí, toma la línea 3 de metro hasta el centro.
1. Buda es, en realidad, media ciudad. Se encuentra en la orilla oeste del Danubio. Está dominada por el castillo Hill y acoge algunos de los barrios más ricos de la capital húngara. El Bastión de los Pescadores y el Museo Hospital en la Roca, un auténtico búnker de la Segunda Guerra Mundial bien conservado, también están en ella.
2. Pest es la otra mitad de Budapest, en la orilla oriental del Danubio. Es el centro político de la Hungría moderna, así como la sede del Parlamento nacional. Sigue siendo el centro artístico de la ciudad. A ello contribuyen cafeterías como Gerbeaud y atractivos como la Ópera.
3. Városliget es, literalmente, el parque de la ciudad. Este lugar incluye los baños termales de Széchenyi, el zoológico, el Museo de Bellas Artes y espacios verdes espectaculares.
La red de transporte público en Budapest incluye autobuses, barcos, tranvía y un magnífico sistema de metro. Los billetes cuestan, en las máquinas expendedoras, 350 Ft (y 750 Ft los barcos). Un bono de día cuesta 1650 Ft y un abono semanal 4950 Ft.
En el centro de Budapest todos los taxis tienen una tarifa fija: no pagues más de esa cantidad. La bajada de bandera es 450 Ft. Además, por cada 1,6 km abonarás 400 Ft o, por cada minuto, 70 Ft. Ten en cuenta que los viajes nocturnos y los trayectos al aeropuerto son más caros.
No es imprescindible tener coche para visitar con comodidad los enclaves principales de Budapest. Sus vías suelen estar muy concurridas, por lo que conducir no es agradable. Sí es más aconsejable si quieres hacer trayectos a su entorno, como Pécs. Las compañías Sixt y Europcar son las más frecuentes. ¿El precio? Unos 3700 Ft por día.
Budapest es fantástica para comprar. La principal calle comercial es Váci utca in Pest, que cuenta con cadenas internacionales como H & M, Calzedonia y Desigual. Si buscas diseñadores tipo Prada, Andrássy Ut es tu destino. Y, desde luego, no debes perderte el Gran Mercado.
Aprovisiónate de comida y bebida en el Gran Mercado. ¡Es muy barato! Además, supermercados como Aldi y Spar se reparten por toda la ciudad. Una lata de cerveza de importación te costará 400 Ft.