tura de El nacimiento de la tragedia, la primera gran obra nies:
cheana, Una mirada mas atenta percibe cémo los argumentos
de Sloterdijk parecen situarse en el centro polémico del pro
blema de la modernidad; es mas, su intenciGn, concretamente
parece implicitamente querer entablar una discusin critica cot
las posiciones de Weber y Habermas. No es extrano por ell
que desde el principio el polémico ensayista defina a El nacé
miento de la tragedia como “uno de los textos decisivos de la’
modernidad”. El pensador en escena adquiere desde este tas-
fondo el perfil de una obra interesada en realizar un diagnés-
tico de las luces y sombras del proyecto moderno
Ciertamente, con el agotamiento de las concepciones glo:
bales acerca del mundo y con la aparicion triunfante de la cien:
cia moderna, se impone una racionalidad reducida a la activi
dad instrumental y delimitadora entre cuestiones practicas
(carentes de valor veritativo) y tedricas (carentes de conteni4
do valorativo). Lo relevante es que, ante tal situacion cultural
tanto el empefio filos6fico de Nietzsche como el horizonte de
la “critica de la cosificaci6n” de la primera generacién de |,
teoria critica no se limitan a registrar en un nivel analitico-des.
criptivo tal situacion de hecho. Ambos diagndsticos del pr
sente buscan, pues, una “resurreccién” 0 “transformacién” de
elemento filosdfico que permita diferenciar su posicién fren:
te a la racionalizacion de la del cientificismo emergente. Di
cho de otro modo, contemplan la cuestién de la “honradez in:
telectual” ante el problema de la “crisis” desde una perspective
mas critica, desde el angulo de un enjuiciamiento valorativ
que tampoco adopta la forma de una racionalidad sustantiv:
Ultima.
Desde este prisma, la “desmoralizaci6n” progresiva y pérdi
da de sentido de la sociedad occidental es el resultado del pri
ceso de una racionalizaci6n que, a medida que avanza inex
rable por el camino del “ser”, aparece tragicamente desligada’
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