Fiestas Litúrgicas
Miércoles de Ceniza
Desde el siglo II, los cristianos se preparaban para la Pascua con dos días de ayuno y penitencia; posteriormente, estas prácticas se extendieron a toda la Semana Santa. En el año 325, el Concilio de Nicea ya conocía la preparación de la Pascua durante 40 días, sobre el modelo de Jesús, que pasó 40 días en el desierto. Recordemos también los 40 años en el desierto del pueblo de Israel y los 40 días de ayuno de Moisés en el Sinaí y de Elías en el Horeb.
Al principio, la Cuaresma comenzaba seis domingos antes de la Pascua; pero como los domingos no se ayunaba, en el siglo V se procedió a separar el Jueves y el Viernes Santo del Triduo Pascual para contarlos como Cuaresma. Más tarde, se decidió anticipar la Cuaresma cuatro días, y así se llegó al actual Miércoles de Ceniza.
El inicio de la Cuaresma marcaba también el comienzo de la penitencia pública de los culpables de delitos graves (apostasía, asesinato, adulterio): después de la imposición de la ceniza, recorrían la ciudad vestidos con ropas penitenciales, para recordar la expulsión del Paraíso. Estos penitentes celebraban la reconciliación el Jueves Santo.
Hacia finales del año mil, la práctica de la penitencia pública disminuyó, pero se mantuvo la imposición de la ceniza a todos los fieles. En el siglo XII, surgió la costumbre de obtener las cenizas quemando los ramos de olivo bendecidos el Domingo de Ramos del año anterior.
San José
La mención más antigua del culto a San José en Occidente se remonta al año 800, en el norte de Francia, donde el 19 de marzo se recuerda a "Ioseph sponsus Mariae". La mención de José como esposo de María será cada vez más frecuente desde el siglo IX hasta el XIV. En el siglo XII, los cruzados erigieron una iglesia en su honor en Nazaret.
Pero fue en el siglo XV cuando el culto a San José se extendió bajo la influencia de San Bernardino de Siena y, sobre todo, de Juan Gerson (+ 1420), canciller de Notre Dame en París: fue él quien avivó el deseo de una fiesta oficial dedicada a San José, aunque ya había algunas celebraciones en Milán y en muchos lugares de Alemania. A partir de 1480, con la aprobación del Papa Sixto IV, la fiesta comenzó a celebrarse el 19 de marzo. Más adelante, en 1621, con el Papa Gregorio XV, se convirtió en obligatoria. En 1870, Pío IX declaró a San José patrón de la Iglesia universal; Juan XXIII, en 1962, incluyó su nombre en el canon romano de la Santa Misa.
Por su parte, el Papa Francisco añadió, en mayo de 2021, siete nuevas invocaciones a las Letanías en honor de San José: Custodio del Redentor, Servidor de Cristo, Ministro de la salvación, Apoyo en las dificultades, Patrono de los exiliados, Patrono de los afligidos, Patrono de los pobres.
Anunciación del Señor
En Oriente se encuentran testimonios de esta fiesta del 25 de marzo ya a mediados del siglo VI. En Roma se celebra a partir del siglo VII. Al ser una fiesta ligada al Señor Jesús y a su entrada en la historia, el nuevo orden litúrgico prefirió nombrarla con el título de "Anunciación del Señor" -en lugar del más popular “Anunciación de María”-. La solemnidad de la Anunciación del Señor es una fiesta navideña, aunque esté fuera del tiempo de Navidad: nueve meses antes de su nacimiento, tiene lugar la encarnación de Jesús en el seno de la Virgen María.
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