El Contrato Social Venezolano: Un Tratado Sobre La Federación Venezolana

El Contrato

Social Venezolano

UN TRATADO SOBRE

LA FEDERACIÓN VENEZOLANA

Angel Garcia Ontiveros

Copyright © 2011 por Angel Garcia Ontiveros.

Número de Control de la Biblioteca del Congreso de EE. UU.:     2011917090

ISBN:           Tapa Dura                               978-1-4633-1065-3

                     Tapa Blanda                             978-1-4633-1067-7

                     Libro Electrónico                     978-1-4633-1066-0

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INDICE

INTRODUCCIÓN

CAPÍTULO I EL GOBIERNO COLONIAL

CAPÍTULO II EL INICIO.

CAPÍTULO III 1819.

CAPÍTULO IV INTRODUCCIÓN DEL ESTADO UNITARIO.

CAPÍTULO V EL ESTADO UNITARIO VENEZOLANO.

CAPÍTULO VI LAS LUCES

CAPÍTULO VII EL CAMINO ESCONDIDO.

CAPÍTULO VIII EL CAMINO.

CAPÍTULO IX EL PACTO

CAPITULO X LA BÚSQUEDA DEL ESTADO FEDERAL VENEZOLANO.

CAPÍTULO XI EL ESTADO FEDERAL VENEZOLANO.

CAPÍTULO XII VIGENCIA DE LA IDEA.

CAPÍTULO XIII LA FEDERACIÓN EN LA HISTORIA DEL MUNDO

CAPÍTULO XIV EL SISTEMA FEDERATIVO.

CAPÍTULO XV CONSTITUCIÓN FEDERAL PROGRESIVA.

CAPÍTULO XVI LA IDEA DE LA UNIÓN.

CAPÍTULO XVII LA UNIDAD EN LA VARIEDAD.

CAPÍTULO XVIII LA UNIÓN DE LOS ESTADOS FEDERADOS VENEZOLANOS.

CAPÍTULO XIX El SISTEMA DOCTRINARIO

CAPÍTULO XX LOS GRUPOS SOCIALES.

CAPÍTULO XXI LA POLÍTICA

CAPÍTULO XXII CONSOLIDACIÓN DEL ESTADO FEDERAL VENEZOLANO.

CAPÍTULO XXIII ARGUMENTOS. REFUTACIONES.

CONCLUSIONES

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

INTRODUCCIÓN

EN LA BÚSQUEDA del conocimiento para entender, como venezolano que soy, el porqué de la situación, de la crisis, del trastorno, la verdad no se sabe cómo llamar al estado de cosas por la que atraviesa un país, que teniendo todas las condiciones humanas, materiales y financieras, no ha acertado a consolidarse como una nación de libertad, de iguales, prospera y fecunda; he escudriñado la historia, pasando por los diferentes periodos de la creación de las naciones del mundo, sus sociedades y sus naciones y he encontrado que mucho de lo que he sentido, pensado, escrito y actuado, ya ha sido transitado por muchos seres humanos que sintieron igual que yo, la necesidad de encontrar soluciones a los problemas sociales que aquejan a la nación venezolana.

Comencé, como se acostumbro a pensar a las personas de mi generación, a revisar la historia de Venezuela desde 1935, año en que feneció la última dictadura post independentista en nuestro país, asumiendo y aceptando como verdades todo lo dicho, contado y escrito de nuestros padres fundadores y de los ciudadanos políticos que continuaron ejerciendo el poder desde 1811 hasta nuestros días. Sin embargo ante la inconsistencia y la poca información que obtuve, de los hechos históricos que nos convirtieron en una nación soberana, amplié la investigación de nuestra historia hasta los periodos que comprenden el descubrimiento de nuestro territorio en 1498, revise nuestra historia colonial para evaluar las influencias de otras naciones sobre nuestra identidad, me introduje en el pensamiento y los ideales de los primeros venezolanos en los que se despertó el deseo de libertad, investigue sobre nuestra emancipación en 1810, pasando por nuestra independencia en 1811, analizando los acontecimientos desde 1812 hasta nuestros días. Por supuesto no me circunscribí solo a Venezuela, ya que en el curso de la investigación pude notar la influencia que habían tenido los acontecimientos, que en el siglo XVIII habían ocurrido alrededor del mundo en el ámbito de formación de naciones independientes y libres, sobre todo en Europa y en el Norte de nuestro continente americano. De manera que, leí cuanta información, libro, tratado, ensayo y manifiesto a los que tuve acceso sobre cómo, cuando, donde y porque se formaron los pueblos, las ciudades y posteriormente las naciones. Es así como accedo a la historia de las naciones que han sido consideradas, tanto por los antiguos como los contemporáneos, como ciudades eternas, en donde el común denominador de estas ciudades eternas, es el sistema político y administrativo que adoptaron para organizar sus sociedades, sus grupos sociales y darse sus formas de gobierno, desde que vieron sus primeras luces como sociedades libres e independientes y no es otro que el Sistema Federal.

Al detectar la coincidencia de este sistema (Sistema Federal), utilizado por las naciones más desarrolladas y felices del mundo, y el plasmado en nuestro primer contrato social (Constitución Federal de 1811), se despierta en mi una gran curiosidad, ya que, como resultado de mi investigación, he podido palpar que, desde 1819, Venezuela lejos de acercarse al ideal de nación libre que tenemos los venezolanos, nos acercamos mas y mas al tipo de sociedad que aborrece todo ser humano con raciocinio y sentido común, la del absolutismo y la omnipresencia del Estado, la del mesianismo, la del culto por la personalidad, este sistema que se estableció en Venezuela, cada día se parece más a las monarquías europeas de la edad media, sistema que he dado por denominar, al igual que otros autores, como Estado Unitario.

Por supuesto esto me motivo a seguir investigando para responder preguntas que se me iban formulando a lo largo de la obtención del conocimiento: ¿Cuál es el origen del territorio venezolano? ¿Cuándo se formo la nación venezolana? ¿Cómo se estructuro Venezuela? ¿Quiénes son nuestros antepasados? ¿Quiénes fueron nuestros padres fundadores? ¿Quiénes fueron nuestros héroes y próceres? ¿Cuál es nuestro gentilicio? ¿Cuáles son nuestros símbolos? ¿En que creemos? ¿Por quién y porque juramos? ¿Cuál es nuestra fe? ¿Qué países influenciaron nuestro nacimiento, crecimiento y desarrollo? ¿Cuál es nuestro Contrato Social? ¿Cuál es nuestro sistema de gobierno? ¿Cuál es nuestra forma de gobierno? ¿Cuál es nuestro sistema económico? ¿En qué estrato político nos movemos? ¿Cuál es nuestro sistema económico? ¿Cómo estamos organizados? ¿Cuáles son nuestras riquezas? ¿Cuáles son nuestras fortalezas? ¿Qué producimos? ¿Cuáles son nuestras potencialidades? ¿Cómo y para que educamos a nuestro descendientes? ¿Por qué se instauro el Estado unitario en Venezuela? ¿Cuál es nuestra proyección hacia el futuro?

Las respuestas las he ido consiguiendo en los escritos y experiencias que han tenido otras naciones, que al igual que nosotros pasaron por todas estas vicisitudes y problemas, sin embargo he podido notar que la mayoría de estas naciones consiguieron el camino hacia su engrandecimiento, en el momento que como nación unida entendieron, comprendieron y aceptaron su problemática y que como nación unida se integraron, participaron y se comprometieron para lograr el Estado de bienestar que se merecían. Contrario a lo que muchos venezolanos piensan estos países desarrollados comenzaron su engrandecimiento en el siglo XVIII y lo comenzaron a consolidar a finales del siglo XX. Y contrario a la creencia popular de que alguna de estos países tienen años de diferencia con respecto a Venezuela, en lo que se refiere a su nacimiento como nación, basta con mencionar a la nación del Norte de la América para deshacer esta creencia, ya que la diferencia en años de fundación con respecto a la nuestra, solo alcanza los 35 años de diferencia; y hay que observar las enormes diferencias que existen entre estos dos países, a pesar de haber sido liberados, estos pueblos, bajo el mismo esquema de lucha, bajo los mismos principios, con los mismos fines, con los mismos sacrificios, con enemigos con similitud de origen, estructurados y organizados bajo el mismo sistema federal, con territorios desiguales pero con idéntica cantidad de riquezas, con las mismas facilidades de costas, y sin embargo no se puede decir lo mismo del desarrollo y la potencia que han alcanzado cada una de estas naciones con respecto a la otra. Sin embargo como se intentara más adelante discernir en esta publicación, el creador doto al territorio venezolano con todas las condicionantes materiales y humanas necesarias para lograr el sueño de nuestros padres fundadores, que no es otra que la de tener una nación grande, potente, poderosa y eterna.

Para este fin me voy a apoyar, literalmente, lo más que pueda en los escritos y experiencias de los que me precedieron en estas ideas, ya que por mucho que yo trate de escribir esta intención en palabras diferentes, siempre tuvieron, tienen y tendrán el mismo significado, la misma esencia, la diferencia estriba en que estos eruditos supieron plasmar en papel sus ideas, convertir los pensamientos en palabras, cosa de la que carezco y lo acepto de muy buena manera, ya que mi intención es la de llevar al pueblo venezolano todo el conocimiento, la luz de estas ideas que han perdurado en el tiempo y que, hoy más que nunca tienen vigencia, luces y conocimiento que nos han sido negadas por intereses oscuros de los unitarios venezolanos.

Son estos intereses oscuros de los totalitarios y unitarios de Venezuela, los que me hacen suponer que el ataque permanente hacia cualquier país que maximice los ideales de libertad, de conciencia, de prosperidad, de calidad de vida, de organización, de transparencia, de gestión, de potencia, de ingenio, de progreso, de desarrollo, de separación de poderes, de rendición de cuentas, de respeto, de tolerancia, de igualdad, de progreso, de ciencia, de fraternidad, de desconcentración, de descentralización, de competencia, de propiedad; en este sentido ya puedo entender el porqué siempre a los venezolanos se nos inoculó desde muy pequeños, el odio sin sentido hacia un país que logro desde su nacimiento, convertirse en un nación siempre en vías de perfección, y que ha sido ejemplo para la estructuración de naciones alrededor del planeta al practicar rigurosamente todos los ideales antes expuesto a través de establecer en su Constitución de la manera más radical el Sistema Federal, me refiero por supuesto a los Estados Unidos del Norte de la América, sin embargo los unitarios venezolanos podrían también llamarle Suiza, o Suecia, o Inglaterra, o Noruega, o Dinamarca, o Bélgica, o Canadá, o Italia, o Holanda o China o Japón; da igual como se llame la nación que ha logrado consolidar un Estado de bienestar y progreso elevado para sus ciudadanos, sus ciudades, sus pueblos y sus Estados, siempre serán blanco de ataques por parte de los totalitarios y los unitarios venezolanos, está en su esencia.

Ha sido histórico en Venezuela el habito de los retrógrados y de los pobres de espíritu, combatir como "extranjeras las cosas y situaciones que no comprenden y las ideas que sobrepasan los horizontes limitados de su propia educación, de sus propios conceptos y puntos de vista, con el fin de proteger a la nación contra influencias extrañas" que ponen en tela de juicio, las instituciones que han fomentado bajo el auspicio de ideas trasnochadas y quieren conducir a los venezolanos por nuevos senderos de libertad, desarrollo y prosperidad.

En lo que he dado por llamar los gobiernos unitarios de la Venezuela post independentista, donde siempre se han tratado de suprimir los partidos políticos despiadadamente y todas las tendencias sociales para elevar a un solo partido a la categoría de vehículo del "principio de la voluntad nacional, se llegó a subordinar todas las manifestaciones de la vida social venezolana a la unidad del Estado totalitario, a sofocar toda vida particular, municipal o Estatal o a adaptarla a las necesidades de la maquina estatal unitaria. El venezolano autómata, que se considero alguna vez parte del Estado unitario y acato sin resistencia los imperativos de la dictadura nacional, como la maquina obedece a las presiones del maquinista, fue y ha sido el prototipo ideal del fascismo. El famoso principio de la jefatura" se convirtió y se convierte actualmente en Venezuela en cómodo sustituto por el cual algunos anormales incurables quieren someter la rica diversidad de la vida social venezolana a la llamada nivelación, que en realidad no es otra cosa que la expresión de su propia limitación espiritual. Y como la pequeñez de espíritu y la violencia brutal van siempre juntas, el despotismo ilimitado contra los propios venezolanos, que lleva lógicamente a la amenaza constante contra otras naciones hermanas, es la consecuencia inevitable de un sistema que no respeta ninguna consideración humana, y cuyos representantes son dominados por la obsesión de suplantar lo orgánico, lo animado por la mecánica muerta de los conceptos políticos de dominio.

Esa manera de pensar, igual que ayer para el mundo, es lo que hace hoy del autoritarismo un peligro para Venezuela, pues el despotismo del pensamiento conduce siempre al despotismo de la acción. El que cree poder encerrar en formas determinadas todas las manifestaciones de la vida libre, intelectual y social venezolana, tiene que considerar, lógicamente, como enemigo, al que no quiere renunciar al propio pensamiento y a la propia acción. Así la libertad e independencia espiritual se convierte en alta traición contra el país, o mejor dicho, en alta traición contra aquellos que detentaron, detentan y detentaran el poder en Venezuela, los cuales interpretan a su manera la "voluntad de la nación" y la imponen al pueblo. El que contradice esa interpretación es expulsado del territorio nacional, perseguido, acosado, encerrado en cárceles o reducido a la impotencia de una manera más eficaz aún. Y para justificar la violencia brutal contra los representantes de las ideas incomodas, se les califica de extranjeros o pitiyanquis, lo que equivale a la misma cosa. Eso no exige grandes esfuerzos intelectuales y se ha puesto de manifiesto hasta aquí siempre como un medio disciplinario eficaz contra los que no se someten.

Extranjeros o pitiyanqui son: el liberalismo, la democracia, el pacifismo, el humanismo, el capitalismo, la razón, el criterio, el juicio, la honestidad, en una palabra todo lo que no aulla la consigna del autoritario de turno, y no quiere reconocer en la voz del ungido del momento la voz de Dios. Esta interpretación hace, de nuevo, la llamada idea unitaria o totalitaria el azote del siglo para Venezuela, no la amenaza militar que, en última instancia, no es más que el resultado natural del peligro totalitario. Esta religión política, que recrea deformadoramente las ideas fascistas que ya el mundo conoció aterradoramente, es tanto más peligrosa cuanto que nunca se haya circunscrita a los Estados unitarios, sino que encontró y encuentra cada vez mas eco, en los países de tradiciones democráticas y prepara así, consciente o inconscientemente, el camino para el Estado Totalitario en Venezuela.

Todo el ruido que actualmente