Fray Toribio de Benavente - Historia de Los Indios de Nueva España
Fray Toribio de Benavente - Historia de Los Indios de Nueva España
Fray Toribio de Benavente - Historia de Los Indios de Nueva España
Historiadelosindios
delaNuevaEspaa
Epstolaproemial
2 La paz del muy Alto Seor Dios nuestro sea siempre con su nima.
Amn.
1
La palabra correcta sera Motecuhzoma. o Motecuhzomatzin. por el reverencial Tzin o sufijo que
acompaa al nombre. Sin embargo. lo habitual es llamarle Moctezuma.
2
Los principales eran cuatro:
a) Tonalpohualli, constituido por un grupo de glifos en los que estaban dibujados 13 numerales con sus
figuras. Su interpretacin iba dirigida a informar sobre el destino de las personas que lo consultaban a un
sacerdote especializado.
b) Xiuhpohualli, o calendario de 20 signos, tambin acompaado de sus respectivos numerales. Estaba
relacionado con la cuenta de los das.
e) Tonalmatl. cdice de carcter calendrico. a la vez que adivinatorio.
d) Xiuhmatl, cdice en el que se anotaban los aos distinguidos por sucesos extraordinarios.
Cada uno de estos cdices mencionados por Motolinia tenan que ver con el calendario y constituan un
conocimiento especializado a cargo de personas vinculadas con las clases altas.
contar los tiempos, das, semanas, meses y aos, y fiestas, como
adelante parecer.
13 A este tercero seor sucedi otro hermano llamado Izcoazi 6, que fue
muy venturoso, y venci en batallas, y sujet muchas provincias, e hizo
muchos templos, y engrandeci a Mxico.
15 Muerto el viejo Moteuczoma sin hijo varn, sucedile una hija legtima 8,
cuyo marido fue un pariente suyo muy cercano, de quien sucedi y fue
hijo Moteuczomatzin9, el cual reinaba en el tiempo que los espaoles
vinieron a esta tierra de Anhuac. Este Moteuczomatzin reinaba en mayor
prosperidad que ninguno de sus pasados, porque fue hombre sabio, y
que se supo hacer aceptar y temer, y as fue el ms temido seor de
cuantos en esta tierra reinaron. Esta diccin tzin, en que fenecen los
nombres de los seores aqu nombrados, no es propia del nombre, sino
que se aade por cortesa y dignidad, que as lo requiere esta lengua.
3
Acamapichtli: 1376-1396.
4
Huitzilihuitl: 1396-1417.
5
Chimalpopoca: 1417-1427.
6
Itzcatl: 1427-1440, Fue el fundador de la Triple Alianza, formada por Tenochtitln, Tezcoco y Tlacopan
o Tacuba. En su tiempo se ampli el imperio azteca. Dicha Triple Alianza distribua el botln de guerra
sobre la base de 2/5 a Tenochtitln, 2/5 a Tezcoco y l/5 a Tlacopan. Durante este tiempo se hicieron
conquistas importantes, entre otras, se sacudieron el yugo de Azcapotzalco, ciudad vecina a Tenochtitln
y a la que estaban sometidos los aztecas. a la vez que obligados a pagar tributo de vasallaje.
7
Huehue Motecuhzoma Ilhuicamina, o Viejo seor enojado flechador del cielo, 1440 - 1469.
8
Axayacatl: cara del agua, 1469-1481. Aunque Motolinia no lo menciona, a ste le sigui Tizoc (1481-
1486). Le sucedi Ahuitzotl (1486-1502), quien extendi el imperio azteca hasta el ro Balsas, en el
Pacfico, y hasta el ro Tuxpan, en el actual estado de Tabasco.
9
Motecuhzoma Xocoyotzin (1502-1520). Cabe sealar que a partir del asedio de Tenochtitln, y tras la
muerte de Motehcuzoma, le sucedieron Cuitlhuac (1520) y Cuauhtmce (1521-1525), condenado a
muerte por Hemn Corts. De hecho, era un aliado-prisionero de Corts en la expedicin a las Hibueras, y
en 1521 haba ya perdido su poder poltico, claramente en poder de los espaoles.
linajes principales, y cosas notables que en su tiempo acontecan,
haba(n) tambin entre ellos personas de buena memoria que retenan y
saban contar y relatar todo lo que se les preguntaba; y de stos yo top
con uno, a mi ver harto hbil y de buena memoria, el cual sin
contradiccin de lo dicho, con brevedad, me dio noticia y relacin del
principio y origen de estos naturales, segn su opinin y libros entre ellos
ms autnticos.
18 Pues ste dice, que estos indios de la Nueva Espaa traen principio de
un pueblo llamado Chicunmuitotlec (Chicomoztoc), que en nuestra lengua
castellana quiere decir siete cuevas; y como un seor de ellos hubo siete
hijos, de los cuales el mayor y primognito pobl Cuauhcachula, y otros
muchos pueblos, y su generacin vino poblando hasta salir a Teocan,
Cuzcatln y Theutinclan.
19 Del segundo hijo, llamado Tenoch, vinieron los tenochcas, que son los
mexicanos, y as se llama la ciudad de Mxico, Tenuchca.
22 Es esta tierra muy sana. Todos los pueblos estn en alto, en lugares
secos. Tiene buena templanza de tierra y es de notar que en todo tiempo
del ao se cra la seda, sin faltar ningn mes. Antes que esta carta
escribiese en este ao de 1541, anduve por esta tierra que digo, ms de
treinta das; y por el mes de enero vi en muchas partes semilla de seda,
una que reviva, y gusanicos negros y otros blancos, de una dormida, y
de dos, y de tres, y de cuatro dormidas; y otros gusanos grandes fuera de
las panelas, en zarzos; y otros gusanos hilando, y otros en capullo, y
palomitas que echaban simiente. Hay en esto que dicho tengo, tres cosas
de notar; la una poderse avivar la semilla sin ponerla en los pechos, ni
entre ropa como se hace en Espaa; la otra, que en ningn tiempo se
mueren los gusanos, ni por fro ni por calor; y haber en los morales hoja
verde todo el ao; y esto es por la gran templanza de la tierra. Todo esto
oso afirmar porque soy de ello testigo de vista; y digo: que se podr criar
seda en cantidad dos veces en el ao, y poca siempre todo el ao, como
est dicho.
26 El mismo viejo, padre de los arriba dichos, cas segunda vez (con una
mujer llamada Chimalmatlh), la cual la gente crey que haba salido y sido
engendrada de la lluvia y del polvo de la tierra; y asimismo crean que el
mismo viejo y su primera mujer haban salido de aquel lugar llamado
siete cuevas, y que no tenan otro padre ni otra madre. De aquella
segunda mujer Chimalmatlh, dicen que hubo un hijo solo que se llam
Quetzalcoatl, el cual sali hombre honesto y templado, y comenz a hacer
penitencia de ayunos y disciplinas, y a predicar, segn se dice, la ley
natural, y ensear por ejemplo y por palabra el ayuno; y desde este
tiempo comenzaron muchos en esta tierra a ayunar; y no fue casado, ni
se le conoci mujer, sino que vivi honesta y castamente. Dicen que fue
ste el primero que comenz el sacrificio, y a sacar sangre de las orejas y
de la lengua; no por servir al demonio, sino en penitencia contra el vicio
de la lengua y del or; despus el demonio lo aplic a su culto y servicio.
32 Estas tierras o islas pudieron ser las que estn antes de San Juan 11, o
La Espaola, o Cuba, o por ventura alguna parte de esta Nueva Espaa;
pero una tan gran tierra, y tan poblada por todas partes, ms parece traer
origen de otras extraas partes; y an en algunos indicios parece ser del
repartimiento y divisin de los nietos de No.
CAPITULO I
44 La tercera plaga fue una gran hambre luego como fue tomada la ciudad
de Mxico, que como no pudieron sembrar con las grandes guerras, unos
defendiendo la tierra ayudando a los mexicanos, otros siendo en favor de
los espaoles, y lo que sembraban los unos los otros lo talaban y
destruan, no tuvieron qu comer; y aunque en esta tierra aconteca haber
aos estriles y de pocas aguas, otros de muchas heladas, los indios en
estos aos comen mil races y yerbecillas, porque es generacin que
mejor que otros y con menos trabajo pasan los aos estriles; pero
aqueste que digo fue de tanta falta de pan, que en esta tierra llaman centli
cuando est en mazorca, y en lengua de las islas le llaman maz. De este
vocablo y de otros muchos usan los espaoles, los cuales trajeron de las
islas a esta Nueva Espaa, el cual maz falt en tanta manera que aun los
espaoles se vieron en mucho trabajo por falta de ello.
47 La quinta plaga fue los grandes tributos y servicios que los indios
hacan, porque como los indios tenan en los templos de los dolos, y en
poder de los seores y principales, en muchas sepulturas, gran cantidad
de oro recogido de muchos aos, comenzaron a sacar de ellos grandes
tributos; y los indios con el gran temor que cobraron a los espaoles del
tiempo de la guerra, daban cuanto tenan; mas como los tributos eran tan
continuos que comnmente son de ochenta en ochenta das, para
poderlos cumplir vendan los hijos y las tierras a los mercaderes, y
faltando de cumplir el tributo, hartos murieron por ello, unos con
tormentos y otros en prisiones crueles, porque los trataban bestialmente,
y los estimaban en menos que a sus bestias.
48 La sexta plaga fue las minas del oro, que adems de los tributos y
servicios de los pueblos a los espaoles encomendados, luego
comenzaron a buscar minas; que los esclavos indios que hasta hoy en
ellas han muerto no se podran contar; y fue el oro de esta tierra como
otro becerro por dios adorado, porque desde Castilla le vienen a adorar
pasando tantos trabajos y peligros; y ya que lo alcanzan, plegue a
Nuestro Seor que no sea para su condenacin.
53 La dcima plaga fue las divisiones y bandos que hubo entre los
espaoles que estaban en Mxico, que fue la que en mayor peligro puso
la tierra para se perder, si Dios no tuviera a los indios como ciegos; y
estas diferencias y bandos fueron causa de que se justiciaron algunos
espaoles, y otros fueron afrontados y desterrados. Otros fueron heridos
cuando allegaron a las manos, no habiendo quien los pusiese en paz, ni
quien se metiese en medio, si no eran los frailes, porque esos pocos
espaoles que haba todos estaban apasionados de un bando o de otro, y
era menester salir los frailes, unas veces a impedir que no rompiesen,
otras a meterse entre ellos despus de trabados, andando entre los tiros y
armas con que se peleaban, y hollados de los caballos; porque dems de
poner paz porque la tierra no se perdiese, sabase que los indios estaban
apercibidos de guerra y tenan hechas casas de armas, aguardando a que
allegase una nueva que esperaban, que al capitn y gobernador Hernando
Corts haban de matar en el camino de las Higueras, por una traicin que
los indios tenan ordenada, as los que iban con l como los del camino,
lo cual l supo muy cerca de el lugar adonde estaba ordenada y
justicilos principales seores que eran en la traicin, y con esto ces el
peligro; y ac en Mxico se esperaba a cuando los unos espaoles
desbaratasen a los otros, para dar en los que quedasen y matarlos todos
a cuchillo, lo cual Dios no permiti, porque no se perdiese lo que con
tanto trabajo para su servicio se haba ganado; y el mismo Dios daba
gracia a los frailes para los apaciguar, ya los espaoles para que los
obedeciesen como a verdaderos padres, lo cual siempre hicieron; y los
mismos espaoles haban rogado a los frailes menores (que entonces no
haba otros) que usasen del poder que tenan del Papa, hasta que hubiese
obispos; y as, unas veces por ruego; otras ponendoles censuras,
remediaron grandes males y excusaron muchas muertes.
CAPITULOII
CAPITULOIII
13
Tezcatlipoca, dios importante entre otros tres (Tlaloc, Quetzalcatl y Huitzilopochtli), significa, dios de
la noche. o espejo humeante. patrono de la brujera y de los jvenes en su manifestacin como Yotl.
como en esta tierra hay muy altas montaas, tambin hicieron altas y
grandes cruces, a las cuales adoraban, y mirando sanaban algunos que
an estaban heridos de la idolatra. Otros muchos con esta santa seal
fueron librados de diversas acechanzas y visiones que se les aparecan,
como adelante se dir en su lugar.
61 Slo Aquel que cuenta las gotas del agua de la lluvia y las arenas del
mar, puede contar todos los muertos y tierras despobladas de Hait o Isla
Espaola, Cuba, San Juan, Jamaica y las otras islas; y no hartando la sed
de su avaricia, fueron a descubrir las innumerables islas de los Lucayos y
las de Baraguana, que decan Herreras de Oro, de muy hermosa y
dispuesta gente y sus domsticos guatiaos, con toda la costa de la Tierra
Firme, matando tantas nimas y echndolas casi todas en el infierno,
tratando a los hombres peor que a bestias, y tuvironla en menos estima,
como (si) en la verdad (no) fuesen criados a la imagen de Dios. Yo he
visto y conocido hartos de estas tierras y confesado algunos de ellos, y
son gente de muy buena razn y de buenas conciencias; pues por qu
no lo fueran los otros, si no les dieran tanta prisa a los matar y acabar?;
oh, cunta razn sera en la Nueva Espaa abrir los ojos y escarmentar
en los que de estas islas han perecido! Llamo Nueva Espaa desde
Mxico a la tierra del Per, y todo lo descubierto de aquella parte de la
Nueva Galicia hacia el norte. Toda esta tierra, lo que no est destruido,
debera escarmentar y temer el juicio que Dios har por la destruccin de
las otras islas; baste que ya en esta Nueva Espaa hay muchos pueblos
asolados, a lo menos en la costa del Mar del Norte, y tambin en la de la
Mar del Sur, y adonde hubo minas al principio que la tierra se reparti, y
an otros muchos pueblos lejos de Mxico estn con media vida.
CAPITULOIV
67 Ya que pensaban los frailes que con estar quitada la idolatra de los
templos del demonio y venir a la doctrina cristiana y al bautismo era todo
hecho, hallaron lo ms dificultoso y que ms tiempo fue menester para
destruir, y fue que de noche se ayuntaban, y llamaban y hacan fiestas al
demonio, con muchos y diversos ritos que tenan antiguos, en especial
cuando sembraban el maz, y cuando lo cogan, y de veinte en veinte das,
que tenan sus meses; y el postrero da de aquellos veinte era fiesta
general en toda la tierra. Cada da de stos era dedicado a uno de los
principales de sus dioses, los cuales celebraban con diversos sacrificios
de muertes de hombres, con otras muchas ceremonias. Tenan diez y
ocho meses, como presto se dir, y cada mes de veinte das; y acabados
stos, quedbanles otros cinco das, que decan que andaban en vano,
sin ao. Estos cinco das eran tambin de grandes ceremonias y fiestas,
hasta que entraban en ao. Dems de stos tenan otros das de sus
difuntos, de llanto que por ellos hacan, en los cuales das despus de
comer y embeodarse llamaban a el demonio, y estos das eran de esta
manera: que enterraban y lloraban a el difunto, y despus a los veinte
das tornaban a llorar a el difunto y a ofrecer por l comida y rosas encima
de su sepultura; y cuando se cumplan ochenta das hacan otro tanto, y
de ochenta en ochenta das, lo mismo; y acabado el ao, cada ao en el
da que murio el difunto le lloraban y hacan ofrenda, hasta el cuarto ao;
y desde all cesaban totalmente para nunca ms se acordar del muerto.
Por va de hacer sufragio, a todos los difuntos nombraban teutl 16 fulano,
que quiere decir, fulano dios, o fulano santo.
69 Desde ha poco tiempo vinieron a decir a los frailes cmo escondan los
indios los dolos y ponan en los pies de las cruces, o en aquellas gradas
debajo de las piedras, para all hacer que adoraban la cruz y adorar a el
demonio, y queran all guarecer la vida de su idolatra, Los dolos que los
indios tenan eran muy muchos y en muchas partes, en especial en los
templos de sus demonios, y en los patios y en los lugares eminentes, as
como bosques, grandes cerrejones, y en los puertos y montes altos, y en
los caminos, a doquiera que se haca algn alto o lugar gracioso, o
dispuesto para descansar; y los que pasaban echaban sangre de las
orejas o de la lengua, o echaban un poco de incienso de lo que hay en
aquella tierra, que llaman copalli; otros, rosas que cogan en el camino, y
cuando otra cosa no tenan, echaban un poco de yerba verde o unas
pajas, y all descansaban, en especial los que iban cargados, porque ellos
se echan buenas y grandes cargas.
CAPITULOV
76 Los indios naturales de esta Nueva Espaa, al tiempo que esta tierra se
gan y entraron en ella los espaoles comenzaban su ao en principio de
marzo; mas por no alcanzar bisiesto irse ya variando su ao por todos los
meses. Tena el ao de trescientos y sesenta y cinco das. Tenan mes de
a veinte das, y tenan diez y ocho meses y cinco das en un ao, y el da
postrero del mes muy solemne entre ellos.
77 Los nombres de los meses y de los das no se ponen aqu, por ser muy
revesados y que se pueden mal escribir; podr ser que se pongan las
figuras por donde se conocan y tenan cuenta con ellos. Estos indios de
la Nueva Espaa tenan semana de trece das, los cuales significaban por
estas seales o figuras: a el primero, dems del nombre que como los
otros tena, conocan por un espadarte, que es un pescado o bestia
marina; el segundo, dos vientos; el tercero, tres casas; el cuarto, cuatro
lagartos de agua, que tambin son bestias marinas; el cinco, cinco
culebras; el seis, seis muertes; el siete, siete siervos; el ocho, ocho
conejos; el nueve, nueve aguas; el diez, diez perros; el once, once monas;
el doce, doce escobas; el trece, trece caas. De trece en trece das iban
sus semanas contadas; pero los nombres de los das eran veinte; todos
nombrados por sus nombres y sealados con sus figuras o caracteres; y
por esta misma cuenta contaban tambin los mercados, que unos hacan
de veinte en veinte das y otro de trece en trece das, otros de cinco en
cinco das, y esto era y es ms general, salvo en los grandes pueblos que
stos cada da tienen su mercado y plaza llena de medioda para abajo; y
son tan ciertos en la cuenta de estos mercados o ferias, como los
mercaderes de Espaa en saber las ferias de Villaln y Medina. De la
cuenta de los meses y aos y fiestas principales haba maestros como
entre nosotros, los que saben bien el cmputo. Este calendario de los
indios tena para cada da su dolo o demonio, con nombres de varones y
mujeres diosas; y estaban todos los das del ao llenos (de estos
nombres y figuras) como calendarios de breviarios romanos, que para
cada da tienen su santo o santa17.
17
Los nombres de los signos, y su orden, eran los siguientes:
cipactli = lagarto
echcatl = viento
cuetzpallin = casa
catl = serpiente
miquizti = muerte
mzatl = venado
tocgtli = conejo
atl = agua
itzcuintli = perro
malinali = hierba
catl = caa
oclotl = tigre
cauauhtli = guila
cozcquiuhtli = zopilote rey
olln = temblor-movimiento
tcpstl = pedernal
quiauitl = lluvia
xxhitl = flor
Estos signos formaban parte del calendario tonalpohualli, que ya sealamos. Junto a cada figura se pona
la fecha. La serie de 20 signos o glifos iba combinada con otra de nmeros, del 1 al 13. As, el da 14, de
los 20 de la serie numeral, reciba el nmero 1. Esta serie comenzaba con el 1 lagarto, segua con 2
viento, 3 casa, 4 lagartija, y as sucesivamente, hasta que al llegar a 13 caa, la siguiente serie comenzaba
con 1 tigre, 2 guila, y as cuando llegaba a 8 flor, segua 8 lagarto. De este modo, ningn da poda
confundirse con otro a causa de esta combinacin. Esta ltima no se repeta hasta 260 das, que era la
multiplicacin de 13 X 20. Asimismo, cada serie tena un significado diferente: bueno, malo, neutro,
78 Todos los nios cuando nacan tomaban nombre del da en que nacan,
ora fuese una flor, ora dos conejos; y este nombre les daban al sptimo
da, y entonces si era varn ponanle una saeta en la mano, y si era
hembra dbanle un huso y un palo de tejer, en seal que haba de ser
hacendosa y casera, buena hilandera y mejor tejedora; a el varn porque
fuese valiente para defender a s y a la patria, porque las guerras eran
muy ordinarias cada ao; y en aquel da le regocijaban los parientes y
vecinos con el padre del nio. En otras partes, luego que la criatura naca,
venan los parientes a saludarla, y decanle estas palabras: venido eres a
padecer, sufre y padece, y esto hecho, cada uno de los que le haban
saludado, le ponan un poco de cal en la rodilla. Y a el sptimo da (de
haber nacido) dbanle el nombre del da en que haba nacido. Despus,
desde a tres meses, presentaban aquella criatura en el templo del
demonio, y dbanle su nombre, no dejando el que tena, y tambin
entonces coman de regocijo; y luego el maestro del cmputo decale el
nombre del demonio que caa en aquel da de su nacimiento. De los
nombres de estos demonios tenan mil ageros y hechiceras, de los
hados que le haban de acontecer en su vida, as en casamientos como en
guerras. A los hijos de los seores principales daban tercero nombre de
dignidad o de oficio; a algunos siendo muchachos, a otros ya jvenes, a
otros cuando hombres; o despus de muerto el padre, heredaba el
mayorazgo y el nombre de la dignidad que el padre haba tenido.
dependiendo del pronstico que se diera al primer da. Los nmeros ms favorables eran el 7, 10, 11, 12 y
13. (Cf. Alonso Cano, El pueblo del sol, Mxico. Fondo de Cultura Econmica, 1953).
18
El calendario solar constaba de 18 meses de 20 das cada uno. El sobrante de 5 das se consideraba
nefasto, o nemontemi. Cada 4 aos aadan 1 da a la cuenta, con lo cual reconocan su carcter de
bisiesto. Los aos solares se iniciaban con smbolos tales, por este orden, 1 tochtli o conejo, 2 catl o
caa, 3 tcpatl o pedernal, 4 calli o casa, 5 tochtli, y as sucesivamente, hasta que al cumplirse 52 aos
volva a aparecer el 1 tochtli o conejo. Cuando esto ocurra comenzaba otro ciclo, y a causa de ello se
encenda el Fuego Nuevo a partir de la media noche anterior. Cada 2 ciclos era equivalente a 104 aos, y
con este motivo coincidan el inicio de un cmputo solar y un ciclo de tonalpohualli. Este era un momento
culminante, pues se basaba en el temor a la catstrofe astral que acabara con la vida, y de ah el
encendido del Fuego Nuevo.
manera que venan a hacer cuatro indicciones, cada una de a trece aos,
que venan a hacer una hebdmada de cincuenta y dos aos,
comenzando siempre el principio de la primera hebdmada en la primera
casa; y es mucho de notar la ceremonia y fiesta que hacan en el fin y
postrero da de aquellos cincuenta y dos aos, y en el primer da que
comenzaban nuevo ao y nueva olimpiada. El postrero da del postrer
ao, a hora de vsperas, en Mxico y en toda su tierra, y en Tetzcoco y sus
provincias, por mandamiento de los ministros de los templos, mataban
todos los fuegos con agua, as de los templos del demonio como de los
lugares que haba fuego perpetuo, que era en los infiernoS ya dichos, este
da tambin mataban los fuegos. Luego salan ciertos ministros de los
templos de Mxico, dos leguas a un lugar que se dice Iztapalapa, y suban
a un cerrejn que all est, sobre el cual estaba un templo del demonio, a
el cual tena mucha devocin y reverencia el gran seor de Mxico,
Motezuma. Pues all a la medianoche, que era principio del ao de la
siguiente hebdmada, los dichos ministros sacaban nueva lumbre de un
palo que llamaban palo de fuego, y luego encendan tea, y antes que
nadie encendiese, con mucho fervor y prisa la llevaban al principal templo
de Mxico, y puesta la lumbre delante de los dolos, traan un cautivo
tomado en guerra, y delante el nuevo fuego sacrificndole, le sacaban el
corazn, y con la sangre, el ministro mayor rociaba el fuego a manera de
bendicin. Esto acabado, ya que el fuego quedaba como bendito, estaban
all esperando de muchos pueblos para llevar lumbre nueva a los templos
de sus lugares lo cual hacan pidiendo licencia al gran prncipe o pontfice
mexicano, que era como papa, y esto hacan con gran fervor y prisa.
Aunque el lugar estuviese hartas leguas, ellos se daban tanta prisa que en
breve tiempo ponan all la lumbre. En las provincias lejos de Mxico
hacan la misma ceremonia, y esto se haca en todas partes con mucho
regocijo y alegra; y en comenzando el da en toda la tierra y
principalmente en Mxico hacan gran fiesta, y sacrificaban cuatrocientos
hombres en slo Mxico.
CAPITULOVI
83 Tenan una piedra larga, de una brazada de largo, y casi palmo y medio
de ancho, y un buen palmo de grueso o de esquina. La mitad de esta
piedra estaba hincada en la tierra, arriba en lo alto encima de las gradas,
delante del altar de los dolos. En esta piedra tendan a los desventurados
de espaldas para los sacrificar, y el pecho muy tenso, porque los tenan
atados los pies y las manos, y el principal sacerdote de los dolos o su
lugarteniente, que eran los que ms ordinariamente sacrificaban, y si
algunas veces haba tantos que sacrificar que stos se cansasen,
entraban otros que estaban ya diestros en el sacrificio, y de presto con
una piedra de pedernal con que sacan lumbre, de esta piedra hecho un
navajn como hierro de lanza, no mucho agudo, porque como es piedra
muy recia y salta, no se puede hacer muy aguda; esto digo porque
muchos piensan que eran de aquellas navajas de piedra negra, que en
esta tierra las hay, y scanlas con el filo tan delgado como de una navaja,
y tan dulcemente corta como navaja, sino que luego saltan mellas; con
aquel cruel navajn, como el pecho estaba tan tenso, con mucha fuerza
abran al desventurado y de presto sacbanle el corazn, y el oficial de
esta maldad daba con el corazn encima del umbral del altar de parte de
fuera, y all dejaba hecha una mancha de sangre; y cado el corazn,
estaba un poco bullendo en la tierra, y luego ponanle en una escudilla
delante del altar. Otras veces tomaban el corazn y levantbanle hacia el
sol, y a las veces untaban los labios de los dolos con la sangre. Los
corazones, a las veces los coman los ministros viejos; otras los
enterraban, y luego tomaban el cuerpo y echbanle por las gradas abajo a
rodar; y allegado abajo, si era de los presos en guerra, el que lo prendi,
con sus amigos y parientes llevbanlo, y aparejaban aquella carne
humana con otras comidas, y otro da hacan fiesta y le coman; y el
mismo que le prendi, si tena con qu lo poder hacer, daba aquel da a
los convidados, mantas; y si el sacrificado era esclavo no le echaban a
rodar, sino abajbanle a brazos, y hacan la misma fiesta y convite que
con el preso en guerra, aunque no tanto con el esclavo; sin otras fiestas y
das de ms de muchas ceremonias con que las solemnizaban, como en
estotras fiestas parecer. Cuanto a los corazones de los que sacrificaban,
digo: que en sacando el corazn a el sacrificado, aquel sacerdote del
demonio tomaba el corazn en la mano, y levantbale como quien le
muestra a el sol, y luego volva a hacer otro tanto a el dolo, y ponasele
delante en un vaso de palo pintado, mayor que una escudilla, y en otro
vaso coga la sangre y daban de ella como a comer a el principal dolo,
untndole los labios, y despus a los otros dolos y figuras del demonio.
En esta fiesta sacrificaban de los tomados en guerra o esclavos, porque
casi siempre eran de stos los que sacrificaban, segn el pueblo, en unas
veinte, en otros treinta, en otros cuarenta, y hasta cincuenta y sesenta; en
Mxico sacrificaban ciento, y de ah arriba.
85 Haba otro da en que hacan fiesta al dios del agua. Antes que este da
allegase, veinte o treinta das, compraban un esclavo y una esclava y
hacanlos morar juntos como casados; y allegado el da de la fiesta,
vestan al esclavo con las ropas e insignias de aquel dios, y a la esclava
con las de la diosa, mujer de aquel dios, y as vestidos bailaban todo
aquel da hasta la medianoche que los sacrificaban; y a stos no los
coman sino echbanlos en una hoya como silo que para esto tenan.
CAPITULOVII
86 De las muy grandes crueldades que se hacan el da del dios del fuego
y del dios del agua; y de una esterilidad que hubo en que no llovi en
cuatro aos.
88 Hacase este mismo da otra mayor y nunca oda crueldad y era que en
aquellos seis palos que la vspera de la fiesta haban levantado, en lo alto
ataban y aspaban seis hombres cautivos en la guerra, y estaban debajo a
la redonda ms de dos mil muchachos y hombres con sus arcos y
flechas, y stos, en bajndose los que haban subido a los atar a los
cautivos, disparaban en ellos las saetas como lluvia; y asaetados y medio
muertos suban de presto a los desatar y dejbanlos caer de aquella
altura, y del gran golpe que daban, se quebrantaban y molan los huesos
todos del cuerpo; y luego les daban la tercera muerte sacrificndolos y
sacndolos los corazones; y arrastrndolos desvibanlos de all, y
degollbanlos, y cortbanlos las cabezas, y dbanlas a los ministros de
los dolos; y los cuerpos llevbanlos como carneros para los comer los
seores y principales. Otro da con aquel nefando convite hacan tambin
fiesta, y con gran regocijo bailaban todos.
CAPITULOVIII
95 Los mercaderes hacan una fiesta, no todos juntos, sino los de cada
provincia por su parte, para la cual procuraban esclavos que sacrificar,
los cuales hallaban bien baratos, por ser la tierra muy poblada. En este
da moran muchos en los templos que a su parte tenan los mercaderes,
en los cuales otras muchas veces hacan grandes sacrificios.
CAPITULOIX
28
Tehuacn. Teutitlan. Aqu sucede lo mismo: en el encabezado, o sea unas lneas ms arriba, los nombres
se escriben de manera diferente.
29
Tlamacazque.
papas mancebos, hacan una cosa de las extraas y crueles del mundo;
que cortaban y hendan el miembro de la generacin entre cuero y carne y
hacan tan grande abertura que pasaban por all una soga tan gruesa
como el brazo por la mueca, y en largor segn la devocin del penitente;
unas eran de diez brazas, otras de quince y otras de veinte; y si alguno
desmayaba de tan cruel desatino, decanle que aquel poco nimo era por
haber pecado y allegado a mujer; porque stos que hacan esta locura y
desatinado sacrificio eran mancebos por casar, y no era maravilla que
desmayasen, pues se sabe que la circuncisin es el mayor dolor que
puede ser en el mundo, si no, dganlo los hijos de Jacob. La otra gente del
pueblo sacrificbanse de las orejas, y de los brazos, y del pico de la
lengua, de que sacaban unas gotas de sangre para ofrecer; y los ms
devotos, as hombres como mujeres, traan ms arpadas las lenguas y las
orejas, y hoy da se parece en muchos. En estas tres provincias que digo,
los ministros del templo y todos los de sus casas ayunaban cada ao
ochenta das. Tambin ayunaban sus cuaresmas y ayunos antes de las
fiestas del demonio, en especial aquellos papas, con slo pan de maz y
sal y agua; unas cuaresmas de a diez das, y otras de veinte y de
cuarenta; y alguna como la de panquezalizthi en Mxico que era de
ochenta das, de que algunos enfermaban y moran, porque el cruel de su
dios no les consenta que usasen consigo de misericordia.
107 A las espaldas de los principales templos haba una sala a su parte de
mujeres, no cerrada, porque no acostumbraban puertas, pero honestas y
muy guardadas; las cuales servan a los templos por votos que haban
hecho; otras por devocin prometan de servir en aquel lugar un ao, o
dos, o tres; otras hacan el mismo voto en tiempo de algunas
enfermedades (y stas todas eran doncellas vrgenes por la mayor parte),
aunque tambin haba algunas viejas, que por su devocin queran all
morir, y acabar sus das en penitencia. Estas viejas eran guardas y
maestras de las mozas; y por estar en servicio de los dolos eran muy
miradas las unas y las otras. En entrando luego las trasquilaban; dorman
siempre vestidas por ms honestidad y para se hallar ms prestas a el
servicio de los dolos; dorman en comunidad todas en una sala; su
ocupacin era hilar y tejer mantas de labores y otras de colores para
servicio de los templos. A la medianoche iban con su maestra y echaban
incienso en los braseros que estaban delante (de) los dolos. En las
fiestas principales iban todas en procesin por una banda, y los ministros
por la otra, hasta allegar delante (de) los dolos, en lo bajo a el pie de las
gradas, y los unos y las otras iban con tanto silencio y recogimiento, que
no alzaban los ojos de tierra ni hablaban palabra. Estas, aunque las ms
eran pobres, los parientes les daban de comer, y todo lo que haban
menester para hacer mantas, y para hacer comida que luego por la
maana ofrecan caliente, as sus tortillas de pan como gallinas guisadas
en una (s) como cazuelas pequeas, y aquel calor o vaho decan que
reciban los dolos, y lo otro los ministros. Tenan una como maestra o
madre que a tiempo las congregaba y hacia captulo, como hace la
abadesa a sus monjas, y a las que hallaba negligentes, penitenciaba; por
esto algunos espaoles las llamaron monjas, y si alguna se rea con algn
varn dbanla gran penitencia; y si se hallaba alguna ser conocida de
varn, averiguada la verdad a entrambos mataban. Ayunaban todo el
tiempo que all estaban, comiendo a medioda, y a la noche su colacin.
Las fiestas que no ayunaban, coman carne. Tenan su parte que barran
de los patios bajos delante de los templos; lo alto siempre lo barran los
ministros, en algunas partes con plumajes de precio y sin volver las
espaldas, como dicho es.
108 Todas estas mujeres estaban aqu sirviendo a el demonio por sus
propios intereses: las unas porque el demonio las hiciese mercedes; las
otras porque les diese larga vida; otras por ser ricas; otras por ser buenas
hilanderas (y tejedoras) de mantas ricas. Si alguna cometa pecado de
carne, estando en el templo, aunque ms secretamente fuese, crea que
sus carnes se haban de podrecer, y hacan penitencia porque el demonio
encubriese su pecado. En algunas fiestas bailaban delante de los dolos
muy honestamente.
CAPITULOX
111 Hacanse en esta ciudad de Tlaxcala, entre otras muchas fiestas, una
a el principal demonio que ellos adoraban, la cual se haca en el principio
del mes de marzo cada ao; porque la que se haca de cuatro en cuatro
aos, era la fiesta solemne para toda la provincia, mas estotra que se
haca, llambanla ao de dios. Allegado el ao levantbase el ms antiguo
ministro o tlamacazque que en estas provincias de Tlaxcala, Huejuzinco
(y) Chochola haba, y predicaba y amonestaba a todos y decales: hijos
mos: ya es llegado el ao de nuestro dios y seor; esforzaos a le servir y
hacer penitencia; y el que se sintiere flaco para ello, slgase dentro de
cinco das, y si se saliere a los diez y dejare la penitencia, ser tenido por
indigno de la casa de dios, y de la compaa de sus servidores, y ser
privado, y tomarle han todo cuanto tuviere en su casa. Allegado el quinto
da tombase a levantar el mismo viejo en medio de todos los otros
ministros, y deca: estn aqu todos?, y respondan s (o faltaba uno o
dos, que pocas veces faltaban). Pues ahora todos de buen corazn
comencemos la fiesta de nuestro seor. Y luego iban todos a una gran
sierra que est de esta ciudad cuatro leguas y las dos de una trabajosa
subida, y en lo alto, un poco antes de allegar a la cumbre, quedbanse all
todos orando, y el viejo suba arriba, adonde estaba un templo de la diosa
Matlalcueye, y ofreca all unas piedras, que eran como gnero de
esmeraldas, y plumas verdes grandes, de que se hacen buenos plumajes,
y ofreca mucho papel e incienso de la tierra, rogando con aquella ofrenda
a el seor su dios y a la diosa su mujer que les diese esfuerzo para
comenzar su ayuno y acabarle con salud y fuerzas para hacer penitencia.
Hecha esta oracin volvanse para sus compaeros y todos juntos se
volvan para la ciudad. Luego venan otros menores servidores de los
templos, que estaban repartidos por la tierra sirviendo en otros templos, y
traan muchas cargas de palos, tan largos como el brazo y tan gruesos
como la mueca, y ponanlos en el principal templo, y dbanles muy bien
de comer, y venan muchos carpinteros, que haban rezado y ayunado
cinco das, y aderezaban y labraban aquellos palos, y acabados de
aderezar fuera de los patios, dbanles de comer, e idos aquellos venan
los maestros que sacaban las navajas, tambin ayunados y rezados, y
sacaban muchas navajas con que haban de abrir las lenguas, y as como
sacaban las navajas ponanlas sobre una manta limpia, y si alguna se
quebraba a el sacar, decanles que no haban ayunado bien. Nadie que no
vea cmo se sacan estas navajas podr bien entender cmo las sacan, y
es de esta manera: primero sacaban una piedra de navajas, que son
negras como azabache, y puesta tan largo como un palmo, o algo menos,
hcenla rolliza y tan gruesa como la pantorrilla de la pierna, y ponen la
piedra entre los pies y con un palo hacen fuerza a los cantos de la piedra
y a cada empujn que dan, salta una navajuela delgada con sus filos
como de navaja; y sacaban de una piedra ms de doscientas navajas, y a
vueltas algunas lancetas para sangrar; y puestas las navajas en una
manta limpia, perfumbanlas con su incienso, y cuando el sol se acababa
de poner, todos los ministros all juntos, cuatro de ellos cantaban (a) las
navajas con cantares del demonio, taendo con sus atabales; y ya que
haban cantado un rato, callaban aqullos y los atabales, y los mismos,
sin atabales, cantaban otro cantar muy triste y procuraban devocin y
lloraban; creo que era lo que luego haban de padecer. Acabado aquel
segundo cantar estaban todos los ministros aparejados, y luego un
maestro bien diestro como cirujano horadaba las lenguas de todos por
medio, hecho un buen agujero con aquellas navajas benditas; y luego
aquel viejo y ms principal ministro sacaba por su lengua de aquella vez
cuatrocientos y cinco palos, de aquellos que los carpinteros ayunados y
con oraciones haban labrado; los otros ministros antiguos y de nimo
fuerte, sacaban otros cada cuatrocientos cinco palos, que algunos eran
tan gruesos como el dedo pulgar de la mano, y otros algo ms gruesos; Y
otros haba de tanto grueso como puede abrazar el dedo pulgar, y el que
est par de l, puestos en redondo; otros ms mozos sacaban
doscientos, como quien no dice nada. Esto se hacia la noche que
comenzaba el ayuno de la gran fiesta, que era ciento sesenta das antes
de su pascua. Acabada aquella colacin de haber pasado los palos, aquel
viejo cantaba, que apenas poda menear la lengua: mas pensando que
haca gran servicio a dios esforzbase cuanto poda. Entonces ayunaban
de un tiro ochenta das, y de veinte en veinte das sacaba cada uno por su
lengua otros tantos palos, hasta que se cumplieran los ochenta das en
fin de los cuales tomaban un ramo pequeo y ponanle en el patio adonde
todos le viesen, el cual era seal que todos haban de comenzar el ayuno;
y luego llevaban todos los palos que haban sacado por las lenguas, as
ensangrentados, y ofrecanlos delante del dolo, e hincaban diez o doce
varas de cada cinco o seis brazas de manera que en el medio pudiesen
poner los palos de su sacrificio; los cuales eran muchos por ser los
ministros muchos. Los otros ochenta das que quedaban hasta la fiesta,
ayunbanlos todos, as seores como todo el pueblo, hombres y mujeres;
y en este ayuno no coman aj, que es uno de su principal mantenimiento,
y de que siempre usan a comer en toda esta tierra y en todas las islas.
Tambin dejaban de baarse que entre ellos es cosa muy usada;
asimismo se abstenan de las propias mujeres; pero los que alcanzaban
carne podanla comer, especialmente los hombres.
CAPITULOXI
30
Teocalli, o casa de dios. Construccin en forma de pirmide truncada, en cuya plataforma superior se
colocaba la imagen del dios, o dos de diferentes dioses. Este era el lugar donde se consumaba el sacrificio
humano.
y homicidios, semejables a los que hacan en las otras provincias de
Mxico; y en esto tambin exceda esta provincia a las otras, en matar y
sacrificar por ao ms nios y nias que en otra parte; en lo que hasta
ahora he alcanzado, estos inocentes nios los mataban y sacrifican al
dios del agua.
116 En otra fiesta levantaban un hombre atado en una cruz muy alta, y all
le asaeteaban. En otra fiesta ataban otro hombre, ms bajo, y con varas
de palo de encima del largo de una braza, con las puntas muy agudas, le
mataban agarrochendole como a toro; y casi estas mismas ceremonias y
sacrificios usaban en las provincias de Huejuzinco, Tepeaca y Zacatln en
las principales fiestas, porque todos tenan por el mayor de sus dioses a
Camaxtle, que era la grande estatua que tengo dicha.
118 Entre otras muchas fiestas que en Cholola por el ao hacan, haba
una de cuatro en cuatro aos que llamaban el ao de su dios o demonio,
comenzando ochenta das antes el aYuno de la fiesta. El principal
tlamagazqui o ministro ayunaba cuatro das, sin comer ni beber cada da
ms de una tortica tan pequea y tan delgada que aun para colacin era
poca cosa, que no pesara ms que una onza, y beba un poco de agua
con ella; y en aquellos cuatro das iba aqul slo a demandar el ayuda y
favor de los dioses, para poder ayunar y celebrar la fiesta de su dios. El
ayuno y lo que hacan en aquellos ochenta das era muy diferente de los
otros ayunos; porque el da que comenzaban el ayuno banse todos los
ministros y oficiales de la casa del demonio, los cuales eran muchos y
entrbanse en las casas y aposentos que estaban en los patios y delante
de los templos, y a cada uno daban un incensario de barro con su
incienso, y puntas de maguey, que punzan como alfileres gordos, y
dbanles tambin tizne, y sentbanse todos por orden arrimados a la
pared, y de all ninguno se levantaba ms de (para) hacer sus
necesidades; y as sentados haban de velar en los sesenta das primeros.
No dorman ms de a prima noche hasta espacio de dos horas, y despus
velaban toda la noche hasta que sala el sol, y entonces tomaban a dormir
otra hora; todo el otro tiempo velaban y ofrecan incienso, echando
brasas en aquellos incensarios todos juntos a una; esto hacan muchas
veces, as de da como de noche. A la medianoche todos se baaban y
lavaban, y luego con aquel tizne se tomaban a entiznar y parar negros;
tambin en aquellos das se sacrificaban muy a menudo de las orejas con
aquellas puntas de maguey, y siempre les daban algunas de ellas para
que tuviesen, as para se sacrificar como para se despertar, y si algunos
cabeceaban de sueo, haba guardas que los andaban despertando, y
decanles: ves aqu con qu te despiertes y saques sangre, y as no te
dormirs. Y no les cumpla hacer otra cosa, porque al que se dorma fuera
del tiempo sentado venan otros y sacrificbanles las orejas cruelmente y
echbanle la sangre sobre la cabeza, y quebrbanle el incensario, como a
indigno de ofrecer incienso a dios, y tombanle las mantas y echbanlas
en la privada, y decanle que porque haba mal ayunado y dormdose en el
ayuno de su dios, que aquel ao se le haba de morir algn hijo o hija, y si
no tena hijos decanle: que se le haba de morir alguna persona de quien
le pesase mucho.
119 En este tiempo ninguno haba de salir fuera, porque estaban como en
treintanario cerrado, ni se echaban para dormir, sino asentados dorman;
y pasados los sesenta das con aquella aspereza y trabajo intolerable, los
otros veinte das no se sacrificaban tan a menudo y dorman algo ms.
Dicen los ayunantes que padecan grandsimo trabajo en resistir el sueo,
y que en no se echar estaban muy penadsimos. El da de la fiesta por la
maana banse todos los ministros a sus casas, tenanles hechas mantas
nuevas muy pintadas, con que todos volvan a el templo, y all se
regocijaban como en Pascua. Otras muchas ceremonias guadaban, que
por evitar prolijidad las dejo de decir; baste saber las crueldades que el
demonio en esta tierra usaba, y el trabajo con que les hacia pasar la vida
a los pobres indios, y al fin para llevados a perpetuas penas.
CAPITULOXII
122 En los mismos patios de los pueblos principales haba otros cada
doce o quince teucallis harto grandes, unos mayores que otros; pero no
allegaban al principal con mucho. Unos (tenan) el rostro y gradas hacia
otros; otros las tenan a oriente, otros a medioda, y en cada uno de stos
no haba ms de un altar con su capilla, y para cada uno haba sus salas y
aposentos adonde estaban aquellos tlamacazques o ministros, y que eran
muchos y los que servan de traer agua y lea; porque delante de todos
estos altares haba braseros que toda la noche ardan, y en las salas
tambin tenan sus fuegos. Tenan todos aquellos teucallis muy blancos,
y bruidos y limpios, y en algunos haba huertecillos con flores y rboles.
Haba en todos los ms de estos grandes patios un otro templo, que
despus de levantada aquella cepa cuadrada, hecho su altar, cubranlo
con una pared redonda, alta y cubierta con su chapitel; ste era del dios
del aire, del cual dijimos tener su principal silla en Chololan, y en toda
esta provincia haba muchos de stos. A este dios del aire llamaban en su
lengua Quezalcoatlch, y decan que era hijo de aquel dios de la grande
estatua y natural de Tula, y que de all haba salido a edificar ciertas
provincias adonde desapareci y siempre le esperaban que haba de
volver; y cuando parecieron los navos del marqus del Valle don
Hernando Corts, que esta Nueva Espaa conquist, vindolos venir a la
vela de lejos decan que ya vena su dios; y por las velas blancas y altas
decan que traa por la mar teucallis; mas cuando despus
desembarcaron decan que no era su dios, sino que eran muchos dioses.
No se contentaba el demonio con los teucallis ya dichos, sino que en
cada pueblo, en cada barrio, y a cuarto de legua, tenan otros patios
pequeos adonde haba tres o cuatro teucallis, en algunos ms, en otras
partes slo uno, y en cada mogote o cerrejn uno o dos; y por los
caminos y entre los maizales haba otros muchos pequeos, y todos
estaban blancos y encalados, que parecan y abultaban mucho, que en la
tierra bien poblada pareca que todo estaba lleno de casas, en especial de
los patios del demonio, que eran muy de ver, y haba harto que mirar
entrando dentro de ellos, y sobre todos hacan ventaja los de Tezcuco y
Mxico.
124 Aunque los espaoles conquistaron esta tierra por armas, en la cual
conquista Dios mostr muchas maravillas en ser ganada de tan pocos
una tan gran tierra, teniendo los naturales muchas armas, as ofensivas
como defensivas de las de Castilla; y aunque los espaoles quemaron
algunos dolos, fue muy poca cosa en comparacin de los que quedaron,
y por esto ha mostrado Dios ms su potencia en haber conservado esta
tierra con tan poca gente, como fueron los espaoles; porque muchas
veces que los naturales han tenido tiempo para tomar a cobrar su tierra
con mucho aparejo y facilidad, Dios les ha cegado el entendimiento, y
otras veces que para esto han estado todos ligados y unidos, y todos los
naturales uniformes, Dios maravillosamente ha desbaratado su consejo; y
si Dios permitiera que lo comenzaran, fcilmente pudieran salir con ello,
por ser todos a una, y estar muy conformes, y por tener muchas armas de
Castilla; que cuando la tierra en el principio se conquist haba en ella
mucha divisin y estaban unos contra otros, porque estaban divisos, los
mexicanos a una parte contra los de Mechuacn, y los tlaxcaltecas contra
los mexicanos, y a otra parte los guastecas de Pango o Pnuco; pero ya
que Dios los trajo al gremio de su Iglesia, y los sujet a la obediencia del
rey de Espaa. l traer los dems que faltan, y no permitir que en esta
tierra se pierdan y condenen ms nimas, ni haya ms idolatras.
125 Los tres aos primeros o cuatro despus que se gan Mxico, en slo
en el monasterio de San Francisco haba Sacramento, y despus el
segundo lugar en que se puso fue en Tezcuco; y as como se iban
haciendo las iglesias de los monasterios iban poniendo el Santsimo
Sacramento y cesando las apariciones e ilusiones del demonio, que antes
muchas veces apareca, engaaba y espantaba a muchos, y los traa en
mil maneras de errores, diciendo a los indios que por qu no le servan y
adoraban como solan, pues era su dios, y que los cristianos presto se
haban de volver a su tierra; y a esta causa los primeros aos siempre
tuvieron credo y esperaban su ida, y de cierto pensaban que los
espaoles no estaban de asiento, por lo que el demonio les deca. Otras
veces les deca el demonio que aquel ao quera matar a los cristianos, y
como no lo poda hacer, decales que se levantasen contra los espaoles
y que l les ayudara; y a esta causa se movieron algunos pueblos y
provincias, y les cost caro, porque luego iban los espaoles sobre ellos
con indios que tenan por amigos, y los destruan y hacan esclavos.
Otras veces les deca el demonio que no les haba de dar agua ni llover,
porque le tenan enojado; y esto se parecio ms claramente ser mentira y
falsedad, porque (nunca) tanto ha llovido ni tan buenos temporales han
tenido como despus que se puso el Santsimo Sacramento en esta tierra,
porque antes tenan muchos aos estriles y trabajosos; por lo cual
conocido de los indios, est esta tierra en tanta serenidad y paz, como si
nunca en ella se hubiera invocado el demonio. Los natural (es) de ver con
cunta quietud gozan de sus haciendas, y con cunta solemnidad y
alegra se trata el Santsimo Sacramento, y las solemnes fiestas que para
esto se hacen, ayuntando los ms sacerdotes que se pueden haber y los
mejores ornamentos; el pueblo adonde de nuevo se pone Sacramento,
convida y hace mucha fiesta a los otros pueblos sus vecinos y amigos, y
unos a otros se animan y despiertan para el servicio del verdadero Dios
nuestro.
126 Pnese el Santsimo Sacramento reverente y devotamente en sus
custodias bien hechas de plata, y dems de esto los sagrarios atavan de
dentro y de fuera muy graciosamente con labores muy lucidas de oro y
plumas, que de esta obra en esta tierra hay muy primos maestros, tanto
que en Espaa y en Italia los tendran por muy primos, y los estaran
mirando la boca abierta, como lo hacen los que nuevamente ac vienen; y
si alguna de estas obras ha ido a Espaa imperfecta y con figuras feas,
halo causado la imperfeccin de los pintores que sacan primero la
muestra o dibujo, y despus el amantecatlh, que as se llama el maestro
de esta obra que asienta la pluma; y de este nombre tomaron los
espaoles de llamar a todos los oficiales amantecas; mas propiamente no
pertenece sino a stos de la pluma, que los otros oficiales cada uno tiene
su nombre, y si a estos amantecas les dan buena muestra de pincel tal
sacan su obra de pluma, y como ya los pintores se han perfeccionado,
hacen muy hermosas y perfectas imgenes y dibujos de pluma y oro. Las
iglesias atavan muy bien, y cada da se van ms esmerando, y los
templos que primero hicieron pequeos y no bien hechos, se van
enmendando y haciendo grandes; y sobre todo el relicario del Santsimo
Sacramento (hacen) tan pulido y rico, que sobrepuja a los de Espaa, y
aunque los indios casi todos son pobres, los seores dan liberalmente de
lo que tienen para ataviar a donde se tiene de poner el Corpus Christi, y
los que no tienen, entre todos lo reparten y lo buscan de su trabajo.
CAPITULOXIII
127 De cmo celebran las pascuas y' las otras fiestas del ao, y diversas
ceremonias que tienen.
130 La fiesta de los Reyes tambin la regocijan mucho, porque les parece
propia fiesta suya: y muchas veces este da representan el auto del
ofrecimiento de los Reyes al Nio Jess, y traen la estrella de muy lejos,
porque para hacer cordeles y tirada no han menester ir a buscar
maestros, que todos estos indios, chicos y grandes, saben tercer cordel.
Y en la iglesia tienen a Nuestra Seora con su precioso Hijo en el pesebre,
delante el cual aquel da ofrecen cera, y de su incienso, y palomas, y
codornices, y otras aves que para aquel da buscan, y siempre hasta
ahora va creciendo en ellos la devocin de este da.
133 El Jueves Santo con los otros dos das siguientes vienen a los oficios
divinos, y a la noche en el hacer de la disciplina, todos, as hombres como
mujeres, son cofrades de la cruz, y no slo esta noche mas todos los
viernes del ao, y en la cuaresma tres das en la semana, hacen la
disciplina en sus iglesias, los hombres a una parte y las mujeres a otra,
antes que toquen el Ave Mara, y muchos das de la cuaresma despus de
anochecido. Y cuando tienen falta de agua, o enfermedad, o por
cualquiera otra necesidad, con sus cruces y lumbres se van de una
iglesia a otra disciplinando; pero la de Jueves Santo es muy de ver as en
Mxico, la de los espaoles a una parte y la de los indios a otra, que son
innumerables: en una parte son cinco o seis mil, y en otra diez y doce mil,
y a el parecer de espaoles en Tezcuco y en Tlaxcala parecen quince o
veinticinco (mil) aunque la gente puesta en procesin parece ms de lo
que es. Verdad es que van en siete u ocho rdenes, y van hombres y
mujeres y muchachos, cojos y mancos; y entre otros cojos este ao vi
uno que era cosa para notar, porque tena secas ambas piernas de las
rodillas abajo, y con las rodillas y la mano derecha en tierra siempre
ayudndose, con la otra se iba disciplinando, que en slo andar
ayudndose con ambas manos tena bien qu hacer. Unos se disciplinan
con disciplinas de sangre, otros de cordel, que no se escuece menos.
Llevan muchas hachas bien atadas de tea de pino, que dan mucha
lumbre. Su procesin y disciplina es de mucho ejemplo y edificacin a los
espaoles que se hallan presentes, tanto que o se disciplinan con ellos, o
toman la cruz o lumbre para alumbrados, y muchos espaoles he visto ir
llorando, y todos ellos van cantando el Pater Noster y Ave Mara, Credo y
Salve Regina, que muy muchos de ellos por todas partes lo saben cantar.
El refrigerio que tienen para despus de la disciplina es lavarse con agua
caliente y con aj.
134 Los das de los Apstoles celebran con alegra y el da de los finados
casi por todos los pueblos de los indios dan muchas ofrendas por sus
difuntos; unos ofrecen maz, otros mantas, otros comida, pan, gallinas, y
en lugar de vino dan cacao; y su cera cada uno como puede y tiene,
porque aunque son pobres, liberalmente buscan de su pobreza y sacan
para una candelilla. Es la gente del mundo que menos se mata por dejar
ni adquirir para sus hijos. Pocos se irn a el infierno por los hijos ni por
los testamentos, porque las tierras o casillas que ellos heredaron, aquello
dejan a sus hijos, y son contentos con muy chica morada, y menos
hacienda; que como caracol pueden llevar a cuestas toda su hacienda. No
s de quin tomaron ac nuestros espaoles, que vienen muy pobres de
Castilla, con una espada en la mano, y dende en un ao ms petacas y
hato tienen que arrancar ha una reata, pues las casas todas han de ser de
caballeros.
CAPITULOXIV
31
Tlaxcalteca. tribu aliada de los espaoles en ocasin de la conquista de Tenochtitln. y muchos de cuyos
guerreros acompaaban tambin a los espaoles en sus expediciones, sobre todo las emprendidas en el
norte de Mxico y hacia Guatemala, con Alvarado.
tanta la gente que viene que parece que en toda la provincia no queda
nadie. La ofrenda es algunas mantas de las con que se cubren; otros
pobres traen unas mantillas de cuatro o cinco palmos en largo y poco
menos de ancho, que valdr cada una dos o tres maravedes, y algunos
ms pobres ofrecen otras ms pequeas. Otras mujeres ofrecen unos
paos como paos de portapaz y de eso sirven despus; son todos
tejidos de labores de algodn y de pelo de conejo; y stos son de muchas
maneras. Las ms tienen una cruz en el medio, y estas cruces muy
diferentes unas de otras. Otros de aquellos paos traen en medio un
escudo con las cinco plagas, tejido de colores. Otros el nombre de Jess
o de Mara con sus caireles o labores a la redonda, otros son de flores y
rosas tejidas y bien asentadas. Y en este ao ofreci una mujer en un
pao de stos un crucifijo tejido a dos haces, aunque la una de cerca
pareca ser ms la haz que la otra, y era tan bien hecho que todos los que
lo vieron, as frailes como seglares espaoles, lo tuvieron en mucho,
diciendo, que quien aqul hizo tambin tejera tapicera. Estas mantas y
paos trenlas cogidas, y llegando cerca de las gradas hincan las
rodillas, y hecho su acatamiento, sacan y descogen su manta, y tmanla
por los cabos con ambas manos extendida, y levantada hacia la frente
levantan las manos dos o tres veces, y luego asientan la manta en las
gradas y retrense un poco, tornando a hincar las rodillas como los
capellanes que han dado paz a algn gran seor, y all rezan un poco, y
muchos de ellos traen consigo nios por quien tambin traen ofrenda, y
dnsela en las manos y amustranles cmo tienen de ofrecer, y a hincar
las rodillas; que ver con el recogimiento y devocin que esto hacen, es
para poner espritu a los muertos. Otros ofrecen de aquel copalli o
incienso, y muchas candelas; unos ofrecen una vela razonable, otros ms
pequea, otros su candela delgada de dos o tres palmos, otros menor,
otros una candelilla como el dedo; que vrselas ofrecer y all rezar
parecen ofrendas como la de la viuda que delante (de) Dios fue muy
acepta, porque todas son quitadas de su propia sustancia, y las dan con
tanta simplicidad y encogimiento, como si all estuviese visible el Seor
de la tierra. Otros traen cruces pequeas de palmo, o palmo y medio, y
mayores, cubiertas de oro y pluma, o de plata y pluma. Tambin ofrecen
ciriales bien labrados, de ellos cubiertos de oro y pluma bien vistosos,
con su argentera colgando, y algunas plumas verdes de precio. Otros
traen alguna comida guisada, puesta en sus platos y escudillas, o
ofrcenla entre las otras ofrendas. En este mismo ao trajeron un cordero
y dos puercos grandes vivos; traa cada uno de los que ofrecan puerco,
atado en sus palos como ellos traen las otras cargas, y as entraban en la
iglesia, y allegados cerca de las gradas, verlos tomar los puercos y
ponerlos entre los brazos y as ofrecerlos, era cosa de rer. Tambin
ofrecan gallinas y palomas, y todo en grandsima cantidad; tanto que los
frailes y los espaoles estaban espantados, y yo mismo fui muchas veces
a mirar, y me espantaba de ver cosa tan nueva en tan viejo mundo; y eran
tantos los que entraban a ofrecer y salan, que a veces no poda caber por
la puerta.
137 Para recoger y guardar esta ofrenda hay personas diputadas, lo cual
se lleva para los pobres del hospital que de nuevo se ha hecho, al modo
de los buenos de Espaa, y le tienen ya razonablemente dotado, y hay
aparejo para curar muchos pobres. De la cera que se ofrece hay tanta que
basta para gastar todo el ao. Luego el da de Pascua antes que
amanezca hacen su procesin muy solemne, y con mucho regocijo de
danzas y bailes. Este da salieron unos nios con una danza, y por ser tan
chiquitos, que otros mayores que ellos an no han dejado la teta, hacan
tantas y tan buenas vueltas, que los espaoles no se podan valer de risa
y de alegra. Luego acabado esto, les predican y dicen su misa con gran
solemnidad.
139 Estos indios que en s no tienen estorbo que les impida para ganar el
cielo, de los muchos que los espaoles tenemos y nos tienen sumidos,
porque su vida se contenta con muy poco, y tan poco, que apenas tienen
con qu se vestir ni alimentar. Su comida es muy pauprrima, y lo mismo
es el vestido: para dormir, la mayor parte de ellos an no alcanza una
estera sana. No se desvelan en adquirir ni guardar riquezas, ni se matan
por alcanzar estados ni dignidades. Con su pobre manta se acuestan, y
en despertando estn aparejados para servir a Dios, y si se quiere
disciplinar, no tienen estorbo ni embarazo de vestirse y desnudarse. Son
pacientes, sufridos sobre manera, mansos como ovejas; nunca me
acuerdo haberlos visto guardar injuria; humildes, a todos obedientes, ya
de necesidad, ya de voluntad, no saben sino servir y trabajar. Todos
saben labrar una pared y hacer una casa, torcer un cordel, y todos los
oficios que no requieren mucha arte. Es mucha la paciencia y sufrimiento
que en las enfermedades tienen: sus colchones es la dura tierra, sin ropa
ninguna; cuando mucho, tienen una estera rota, y por cabecera una
piedra o un pedazo de madero, y muchos ninguna cabecera, sino la tierra
desnuda. Sus casas son muy pequeas, algunas cubiertas de un solo
terrado, muy bajo, algunas de paja, otras como la celda de aquel santo
abad Hilarin, que ms parecen sepultura que no casa; las riquezas que
en tales casas pueden caber, dan testimonio de sus tesoros. Estn estos
indios y moran en sus casillas, padres, hijos y nietos; comen y beben sin
mucho ruido ni voces. Sin rencillas ni enemistades pasan su tiempo y
vida, y salen a buscar el mantenimiento a la vida humana necesario, y no
ms. Si a alguno le duele la cabeza o cae enfermo, si algn mdico entre
ellos fcilmente se puede haber, sin mucho ruido ni costa, valo a ver, y si
no, ms paciencia tiene que Job; no es como en Mxico, que cuando
algn vecino adolece y muere, habiendo estado veinte das en cama, para
pagar la botica y el mdico ha menester cuanta hacienda tiene, que
apenas le queda para el entierro; que de responsos y pausas y vigilias le
llevan tantos derechos, o tuertos, que queda adeudada la mujer, y si la
mujer muere queda el marido perdido. O decir a un casado, hombre
sabio, que cuando enfermase alguno de los dos, teniendo cierta la
muerte, luego el marido haba de matar a la mujer, y la mujer al marido, y
trabajar de enterrar el uno al otro en cualquier cementerio por no quedar
pobres, solos y adeudados; todas estas cosas ahorra esta gente.
140 Si alguna de estas indias est de parto, tienen muy cerca la partera,
porque todas lo son; y si es primeriza va a la primera vecina o parienta
que la ayude, y esperando con paciencia a que la naturaleza obre: paren
con menos trabajo y dolor que las nuestras espaolas, de las cuales
muchas por haberlas puesto en el parto antes de tiempo y poner fuerza,
han peligrado y quedan lijadas y quebrantadas para no poder parir ms; y
si los hijos son dos de un vientre, luego que ha pasado un da natural, y
en partes, dos das, no les dan leche, y los toma la madre despus, el uno
con el un brazo y el otro con el otro, y les da la teta, que no se les mueren,
ni les buscan amas que los amamanten, y adelante conoce despertando
cada uno su teta; ni para el parto tienen aparejadas torrejas, ni miel, ni
otros regalos de parida, sino el primer beneficio que a sus hijos hace es
lavarlos luego con agua fra, sin temor que les haga dao; y con todo esto
vemos y conocemos que muchos de stos as criados desnudos, viven
buenos y sanos, y bien dispuestos, recios, fuertes, alegres, ligeros y,
hbiles para cuanto de ellos quieren hacer; y lo que ms hace a el caso
es, que ya que han venido en conocimiento de Dios, tienen pocos
impedimentos para seguir y guardar la vida y ley de Jesucristo.
142 Tienen los tales mucha confianza en los testamentos, y aunque algo o
mucho deban y lo pueden pagar, con los testamentos piensan que
cumplen; y ellos sern tan bien cumplidos ppr sus hijos como los mismos
cumplieron los de los padres; entonces la cercana pena y tormentos le
abrirn los ojos que en la vida los deleites y penas cerraron y tuvieron
ciegos. Esto se entiende de los descuidados de su propia salvacin, para
que con tiempo miren por s y se pongan en estado seguro de gracia, y de
caridad y matrimonio, como muchos ya por la bondad de Dios viven en
esta Nueva Espaa, amigos de sus nimas, y cuidadosos de su salvacin,
y caritativos con sus prjimos; y con esto es tiempo de volver a nuestra
historia.
CAPITULOXV
143 De las fiestas del Corpus Christi y San Juan que se celebraron en
Tlaxcala en el ao de 1538.
144 Allegado este santo da del Corpus Christi del ao de 1538, hicieron
aqu los tlaxcaltecas una tan solemne fiesta, que merece ser memorada,
porque creo que si en ella se hallara el papa y emperador con sus cortes,
holgaran mucho de verla; y puesto que no haba ricas joyas ni brocados,
haba otros aderezos tan de ver, en especial de flores y rosas que Dios
cra en los rboles y en el campo, que haba bien en qu poner los ojos y
notar cmo una gente que hasta ahora era tenida por bestial supiesen
hacer tal cosa. Iba en la procesin el Santsimo Sacramento y muchas
cruces y andas con sus santos; las mangas de las cruces y los aderezos
de las andas hechas todas de oro y plumas, y en ellas muchas imgenes
de la misma obra de oro y pluma, que las bien labradas se preciaran en
Espaa ms que de brocado. Haba muchas banderas de santos. Haba
doce apstoles vestidos con sus insignias: muchos de los que
acompaaban la procesin llevaban velas encendidas en las manos. Todo
el camino estaba cubierto de juncia, y de espadaas y flores, y de nuevo
haba quien siempre iba echando rosas y clavelinas, y hubo muchas
maneras de danzas que regocijaban la procesin. Haba en el camino sus
capillas con sus altares y retablos bien aderezados para descansar,
adonde salan de nuevo nios cantores cantando y bailando delante del
Santsimo Sacramento. Estaban diez arcos triunfales grandes muy
gentilmente compuestos; y lo que era ms de ver y para notar, era que
tenan toda la calle a la larga hecha en tres partes como naves de iglesias;
en la parte de en medio haba veinte pies de ancho; por sta iba el
Sacramento y ministros y cruces con todo el aparato de la procesin, y
por las otras dos de los lados que eran de cada quince pies iba toda la
gente, que en esta ciudad y provincia no hay poca; y este apartamiento
era todo hecho de unos arcos medianos que tenan de hueco a nueve
pies; y de stos haba por cuenta mil y sesenta y ocho arcos, que como
cosa notable y de admiracin lo contaron tres espaoles y otros muchos.
Estaban todos cubiertos de rosas y flores de diversas colores y manera,
apodaban que tena cada arco carga y media de rosas (entindese carga
de indios), y con las que haba en las capillas, y las que tenan los arcos
triunfales, con otros sesenta y seis arcos pequeos, y las que la gente
sobre s y en las manos llevaban, se apodaron en dos mil cargas de
rosas; y cerca de la quinta parte pareca ser de clavelinas, que vinieron de
Castilla, y hanse multiplicado en tanta manera que es cosa increble; las
matas son muy mayores que en Espaa, y todo el ao tienen flores. Haba
obra de mil rodelas hechas de labores de rosas, repartidas por los arcos,
y en los otros arcos que no tenan rodelas haba unos florones grandes,
hechos de unos como cascos de cebolla, redondos, muy bien hechos, y
tienen muy buen lustre; de stos haba tantos que no se podan contar.
145 Una cosa muy de ver: tenan en cuatro esquinas o vueltas que se
hacan en el camino, en cada una su montaa, y de cada una sala su
pen bien alto; y desde abajo estaba hecho como prado, con matas de
yerba y flores, y todo lo dems que hay en un campo fresco, y la montaa,
y el pen tan al natural como si all hubiera nacido; era cosa maravillosa
de ver, porque haba muchos rboles, unos silvestres y otros de frutas,
otros de flores, y las setas, y hongos, y vello que nace en los rboles de
montaa y en las peas, hasta los rboles viejos quebrados a una parte
como monte espeso y a otra ms ralo; y en los rboles muchas aves
chicas y grandes; haba halcones, cuervos, lechuzas, y en los mismos
montes mucha caza de venados y liebres, y conejos, y adives, y muy
muchas culebras; stas atadas y sacados los colmillos, o dientes, porque
las ms de ellas eran de gnero de vboras, tan largas como una braza, y
tan gruesas como el brazo de un hombre por la mueca. Tmanlas los
indios en la mano como a los pjaros porque para las bravas y
ponzoosas tienen una yerba que las adormece, o entomece, la cual
tambin es medicinable para muchas cosas; llmase esta yerba picietl. Y
porque no faltase nada para contrahacer a todo lo natural, estaban en las
motaas unos cazadores muy encubiertos, con sus arcos y flechas, que
comnmente los que usan este oficio son de otra lengua, y como habitan
hacia los montes son grandes cazadores. Para ver estos cazadores haba
menester aguzar la vista, tan disimulados estaban y tan llenos de rama y
de vello de rboles, que a los as encubiertos fcilmente se les vendra la
caza hasta los pies; estaban haciendo mil ademanes antes que tirasen,
con que hacan picar a los descuidados. Este da fue el primero que estos
tlaxcaltecas sacaron su escudo de armas, que el Emperador les dio
cuando a este pueblo hizo ciudad; la cual merced an no se ha hecho con
otro ninguno de indios, sino con ste, que lo merece bien porque
ayudaron mucho cuando se gan toda la tierra, a don Hernando Corts,
por su Majestad; tenan dos banderas, de stas y las armas del
Emperador en medio, levantadas en una vara tan alta, que yo me maravill
a donde pudieron haber palo tan largo y tan delgado; estas banderas
tenan puestas encima del terrado de las casas de su ayuntamiento
porque pareciesen ms altas. Iba en la procesin, capilla de canto de
rgano de muchos cantores y su msica de flautas que concertaban con
los cantores, trompetas y atabales, campanas chicas y grandes, y esto
todo son junto a la entrada y salida de la iglesia, que pareca que se
vena el cielo abajo.
147 A este propsito una carta que escribi un fraile morador de Tlaxcala
a su provincial, sobre la penitencia y restituciones que hicieron los
tlaxcaltecas en la cuaresma pasada del ao de 1539, y cmo celebraron la
fiesta de la Resurreccin y Anunciacin.
150 Para la Pascua tenan acabada la capilla del patio, la cual sali una
solemnsima pieza; llmanla Beln. Por parte de fuera la pintaron luego a
el fresco en cuatro das, porque as las aguas nunca la despintaran; en un
ochavo de ella pintaron las obras de la creacin del mundo de los
primeros tres das, y en otro ochavo las obras de los otros tres das; en
otros dos ochavos, en el uno la verga de Jes, con la generacin de la
madre de Dios, la cual est en lo alto puesta muy hermosa; en otro est
nuestro padre San Francisco; en otra parte est la Iglesia; santo papa,
cardenales, obispos, etctera; y a la otra banda el Emperador, reyes y
caballeros. Los espaoles que han visto la capilla, dicen que es de las
graciosas piezas que de su manera hay en Espaa. Lleva sus arcos bien
labrados; dos coros: uno para los cantores, otro para los ministriles;
hzose todo esto en seis meses, y as la capilla como todas las iglesias
tenan muy adornadas y compuestas. Han estos tlaxcaltecas regocijado
mucho los divinos oficios con cantos y msicas de canto de rgano;
(tenan) dos capillas; cada una de ms de veinte cantores, y otras dos de
flautas, con las cuales tambin taan rabel y jabebas, y muy buenos
maestros de atabales concordados con campanas pequeas que
sonaban sabrosamente. Y con esto este fraile acab su carta.
151 Lo ms principal he dejado para la postre, que fue la fiesta que los
cofrades de Nuestra Seora de la Encarnacin celebraron; y porque no la
pudieron celebrar en la cuaresma, guardronla para el mircoles de las
ochavas. Lo primero que hicieron fue aparejar muy buena limosna para
los indios pobres, que no contentos con los que tienen en el hospital,
fueron por las casas de una legua a la redonda a repartirles setenta y
cinco camisas de hombre y cincuenta de mujer, y muchas mantas y
zaragelles; repartieron tambin por los dichos pobres necesitados diez
carneros y un puerco, y veinte perrillos de los de la tierra, para comer con
chile como es costumbre. Repartieron muchas cargas de maz, y muchos
tamales en lugar de roscas, y los diputados y mayordomos que lo fueron
a repartir no quisieron tomar ninguna cosa por su trabajo, diciendo que
antes haban ellos de dar de su hacienda al hospital, que no tomrsela.
Tenan su cera hecha, para cada cofrade un rollo, y sin stos, que eran
muchos, tenan sus velas y doce hachas, y sacaron de nuevo cuatro
ciriales de oro y pluma muy bien hechos, ms vistosos que ricos. Tenan
cerca de la puerta del hospital aparejado para representar un auto, que
fue la cada de nuestros primeros padres, y al parecer de todos los que lo
vieron fue una de las cosas notables que se han hecho en la Nueva
Espaa. Estaba tan adornada la morada de Adn y Eva, que bien pareca
paraso de la tierra, con diversos rboles con frutas y flores, de ellas
naturales y de ellas contrahechas de pluma y oro; en los rboles mucha
diversidad de aves, desde bho y otras aves de rapia hasta pajaritos
pequeos, y sobre todo tena muy muchos papagayos, y era tanto el
parlar y gritar que tenan, que a veces estorbaban la representacin; yo
cont en un solo rbol catorce papagayos entre pequeos y grandes.
Haba tambin aves contrahechas de oro y plumas, que era cosa muy de
mirar. Los conejos y liebres eran tantos, que todo estaba lleno de ellos, y
otros muchos anima lejos que yo nunca hasta all los haba visto. Estaban
dos ocotochles32 atados, que son bravsimos, que ni son bien gato ni bien
onza; y una vez descuidse Eva y fue a dar en el uno de ellos, y l, de
bien criado, desvise; esto era antes del pecado, que si fuera despus,
32
Ocotochtli: marta animal o gato monts, segn el Vocabulario en lengua castellana y mexicana, de fray
Alonso de Molina, Madrid, Ediciones Cultura Hispnica, 1944.
(no) tan en hora buena ella se hubiera allegado. Haba otros animales bien
contrahechos, metidos dentro unos muchachos; stos andaban
domsticos y jugaban y burlaban con ellos Adn y Eva. Haba cuatro ros
o fuentes que salan del paraso, con sus rtulos que decan Fisn, Gen,
Tigris, Eufrates; y el rbol de la vida en medio del paraso, y cerca de l, el
rbol de la ciencia del bien y del mal, con muchas y muy hermosa fruta
contrahechas de oro y pluma.
152 Estaban a la redonda del paraso tres peoles grandes, y una sierra
grande, todo esto lleno de cuanto se puede hallar en una sierra muy
fuertil (frtil) y fresca montaa; y todas las particularidades que en abril y
mayo se pueden hallar, porque en contrahacer una cosa al natural estos
indios tienen gracia singular, pues aves no faltan chicas ni grandes, en
especial de los papagayos grandes, que son tan grandes como gallos de
Espaa; de stos haba muchos, y dos gallos y una gallina de las
monteses, que cierto son las ms hermosas aves que yo he visto en parte
ninguna; tendra un gallo de aquellos tanta carne como dos pavos de
Castilla. A estos gallos les sale del papo una guedeja de cerdas ms
speras que cerdas de caballo, y de algunos gallos viejos son ms largas
que de un palmo; de stas hacen hisopos y duran mucho.
Para qu coma
La primer casada
Para qu coma
La fruta vedada.
La primer casada
Ella y su marido,
A Dios han trado
En pobre posada
Por haber comido
La fruta vedada.
155 Otra carta del mismo fraile a su prelado, escribindole las fiestas que
se hicieron en Tlaxcala por las paces hechas entre el Emperador y el rey
de Francia, el prelado se llamaba fray Antonio de Ciudad Rodrigo.
156 Como vuestra caridad sabe, las nuevas vinieron a esta tierra antes de
cuaresma pocos das, y los tlaxcaltecas quisieron primero ver lo que los
espaoles y los mexicanos hacan, y visto que hicieron y representaron la
conquista de Rodas, ellos determinaron de representar la conquista de
Jerusaln, el cual pronstico cumpla Dios en nuestros das; y por la
hacer ms solemne acordaron de la dejar para el da de Corpus Christi, la
cual fiesta regocijaron con tanto regocijo como aqu dir.
163 Ser Vuestra Majestad sabedor cmo alleg el ejrcito aqu sobre
Jerusaln, y luego asentamos real en lugar fuerte y seguro, y salimos al
campo contra la ciudad, y los que dentro estaban salieron al campo, y
habiendo peleado, el ejrcito de los espaoles, criados de Vuestra
Majestad, y vuestros capitanes y soldados viejos as peleaban que
parecan tigres y leones; bien se mostraron ser valientes hombres, y
sobre todos pareci hacer ventaja la gente del reino de Len. Pasado esto
vino gran socorro de moros y judos con mucha municin y bastimentos,
y los de Jerusaln como se hallaron favorecidos, salieron al campo y
nosotros les salimos al encuentro. Verdad es que cayeron algunos de los
nuestros, de la gente que no estaba muy diestra ni se haban visto en
campo con moros; todos los dems estn con mucho nimo, esperando
lo que Vuestra Majestad ser servido mandar para obedecer en todo. De
Vuestra Majestad siervo y criado. -Don Antonio Pimentel.
172 Esto hecho, por una parte de la plaza entr el emperador, y con l el
rey de Francia y el rey de Hungra, con sus coronas en las cabezas; y
cuando comenzaron a entrar por la plaza, salironle a recibir por la una
banda el capitn general de Espaa con la mitad de su gente, y por la otra
el capitn general de la Nueva Espaa, y de todas partes traan trompetas
y atabales y cohetes que echaban muchos, los cuales servan por
artillera. Fue recibido con mucho regocijo y con gran aparato, hasta
aposentarle en su estancia de Santa Fe. En esto los moros mostraban
haber cobrado gran temor, y estaban todos metidos en la ciudad; y
comenzando la batera, los moros se defendieron muy bien. En esto el
maestro de campo, que era Andrs de Tapia, haba ido con un escuadrn
a reconocer la tierra detrs de Jerusaln, y puso fuego a un lugar, y meti
por medio de la plaza un hato de ovejas que haba tomado. Tomados a
retraer cada ejrcito a su aposento, tornaron a salir al campo solos los
espaoles, y como los moros los vieron venir y que eran pocos, salieron
a ellos y pelearon un rato, y como de Jerusaln siempre saliese gente,
retrajeron a los espaoles y ganronles el campo, y prendieron algunos y
metironlos a la ciudad. Como fue sabido por su majestad, despach
luego un correo al Papa con esta carta:
174 Oh muy amado padre nuestro! Quin como t que tan alta dignidad
posea en la tierra? Sabr tu Santidad cmo yo he pasado a la Tierra
Santa, y tengo cercada a Jerusaln con tres ejrcitos. En el uno estoy yo
en persona; en el otro, espaoles; el tercero es de naturales; y entre mi
gente y los moros ha habido hartos reencuentros y batallas, en las cuales
mi gente ha preso y herido muchos de los moros; y despus de esto ha
entrado en la ciudad gran socorro de moros y judos, con mucho
bastimento y municin. Como vuestra Santidad sabr del mensajero, yo
al presente estoy con mucho cuidado hasta saber el suceso de mi viaje;
suplico a tu Santidad me favorezcas con oraciones y ruegues a Dios por
m y por mis ejrcitos, porque yo estoy determinado de tomar a Jerusaln
y a todos los otros lugares santos, o morir sobre esta demanda, por lo
cual humildemente te ruego que desde all a todos nos eches tu
bendicin. -Don Carlos, Emperador.
175 Vista la carta por el Papa, llam a los cardenales, y consultada con
ellos, la respuesta fue sta:
176 Muy amado hijo mo: Vi tu letra con la cual mi corazn ha recibido
grande alegra, y he dado muchas gracias a Dios porque as te ha
confortado y esforzado para que tomases tan santa empresa; sbete que
Dios es tu gracia, y de todos tus ejrcitos. Luego a la hora se har lo que
quieres, y as mando luego a mis muy amados hermanos los cardenales,
y a los obispos con todos los otros prelados, rdenes de San Francisco y
Santo Domingo, y a todos los hijos de la Iglesia, que hagan sufragio; y
para que esto tenga efecto, luego despacho y concedo un gran jubileo
para toda la cristiandad. El Seor sea con tu nima. Amn.
178 Volviendo a nuestros ejrcitos, como los espaoles se vieron por dos
veces retrados, y los moros los haban encerrado en su real, pusironse
todos de rodillas hacia donde estaba el Santsimo Sacramento
demandndole ayuda, y lo mismo hicieron el Papa y cardenales; y
estando todos puestos de rodillas, apareci un ngel en la esquina de su
real, el cual consolndolos dijo: Dios ha odo vuestra oracin, y le ha
placido mucho vuestra determinacin que tenis de morir Por su honra y
servicio en la demanda de Jerusaln, porque lugar tan santo no quiere
que ms le posean los enemigos de la fe; y ha querido poneros en tantos
trabajos para ver vuestra constancia y fortaleza; no tengis temor que
vuestros enemigos prevalezcan contra vosotros, y para ms seguridad os
enviar Dios a vuestro patrn el apstol Santiago. Con esto quedaron
todos muy consolados y comenzaron a decir: Santiago, Santiago, patrn
de nuestra Espaa; en esto entr Santiago en un caballo blanco como la
nieve y l mismo vestido como lo suelen pintar; y como entr en el real de
los espaoles, todos le siguieron y fueron contra los moros que estaban
delante de Jerusaln, los cuales fingiendo gran miedo dieron a huir, y
cayendo algunos en el camino, se encerraron en la ciudad; y luego los
espaoles la comenzaron a combatir, andando siempre Santiago en su
caballo dando vueltas por todas partes, y los moros no osaban asomar a
las almenas por el gran miedo que tenan; entonces los espaoles, sus
banderas tendidas, se volvieron a su real. Viendo esto el otro ejrcito de
los naturales o gente de la Nueva Espaa y que los espaoles no haban
podido entrar en la ciudad, ordenando sus escuadrones furonse de
presto a Jerusaln, aunque los moros no esperaron a que llegasen, sino
que salironles al encuentro, y peleando un rato iban los moros ganando
el campo hasta que los metieron en su real, sin cautivar ninguno de ellos;
hecho esto, los moros con gran grita se tomaron a su ciudad. Los
cristianos vindose vencidos recurrieron a la oracin, y llamando a Dios
que les diese socorro, y lo mismo hicieron el Papa y cardenales. Luego
les apareci otro ngel en lo alto del real, y les dijo: aunque sois tiernos
en la fe os ha querido Dios probar, y quiso que fusedes vencidos para
que conozcis que sin su ayuda valis poco; pero ya que os habis
humillado, Dios ha odo vuestra oracin, y luego vendr en vuestro favor
el abogado y patrn de la Nueva Espaa, San Hiplito, en cuyo da los
espaoles con vosotros los tlaxcaltecas ganasteis a Mxico. Entonces
todo el ejrcito de naturales comenzaron a decir: San Hiplito, San
Hiplito. A la hora entr San Hiplito encima de un caballo morcillo, y
esforz y anim a los naturales, y fuese con ellos hacia Jerusaln; y
tambin sali de la otra banda Santiago con los espaoles, y el
emperador con su gente tom la frontera, y todos juntos comenzaron la
batera, de manera que los que en ella estaban an en las torres, no se
podan valer de las pelotas y varas que les tiraban. Por las espaldas de
Jerusaln, entre dos torres, estaba hecha una casa de paja harto larga, a
al cual al tiempo de la batera pusieron fuego, y por todas las otras partes
anda(ba) la batera muy recia, y los moros al parecer con determinacin
de antes morir que entregarse con ningn partido. De dentro y de fuera
andaba el combate muy recio, tirndose unas pelotas grandes hechas de
espaldaas, y alcancas de barro secas al sol llenas de almagre mojado,
que al que acertaban parecan que quedaba mal herido y lleno de sangre,
y lo mismo hacan con unas tunas coloradas. Los flecheros tenan en las
cabezas de las viras unas bolsillas llenas de almagre, que doquiera que
daban pareca que sacaban sangre; tirbanse tambin caas gruesas de
maz. Estando en el mayor hervor de la batera apareci en el homenaje el
arcngel San Miguel, de cuya voz y visin as los moros como los
cristianos espantados dejaron el combate e hicieron silencio; entonces el
arcngel dijo a los moros: Si Dios mirase a vuestras maldades y pecados
y no a su gran misericordia, ya os habra puesto en el profundo del
infierno, y la tierra se hubiera abierto y tragdoos vivos; pero porque
habis tenido reverencia a los lugares santos quiere usar con vosotros su
misericordia y esperaros a penitencia, si de todo corazn a El os
converts; por tanto, conoced al Seor de la Majestad, criador de todas
las cosas, y creed en su preciossimo hijo Jesucristo, y aplacadle con
lgrimas y verdadera penitencia. Y esto dicho, desapareci. Luego el
soldn que estaba en la ciudad habl a todos los moros diciendo: Grande
es la bondad y misericordia de Dios, pues as nos ha querido alumbrar
estando en tan gran ceguedad de pecados; ya es llegado el tiempo en que
conozcamos nuestro error: hasta aqu pensbamos que pelebamos con
hombres, y ahora vemos que peleamos con Dios y con sus santos y
ngeles; quin les podr resistir? Entonces respondi su capitn
general, que era el adelantado don Pedro de Alvarado, y todos con l
dijeron: que se queran poner en manos del emperador, y que luego el
soldn tratase de manera que les otorgasen las vidas, pues los reyes de
Espaa eran clementes y piadosos, y que se queran bautizar. Luego el
soldn hizo seal de paz, y envi un moro con una carta al emperador de
esta manera:
184 En la primera, que estaba luego abajo del patio alto, en otro patio bajo
a do se hace una gran plaza, aqu se represent la tentacin del Seor, y
fue cosa en que hubo mucho que notar, en especial verlas representar a
indios. Fue de ver la consulta que los demonios tuvieron para haber de
tentar a Cristo, y quin sera el tentador; ya que se determin que fuese
Lucifer, iba muy contrahecho ermitao; sino que dos cosas no pudo
encubrir, que fueron los cuernos y las uas que de cada dedo, as de las
manos como de los pies, le salan unas uas de hueso tan largas como
medio dedo; y hecha la primera y segunda tentacin, la tercera fue en un
pen muy alto, desde el cual el demonio con mucha soberbia contaba a
Cristo todas las particularidades y riquezas que haba en la provincia de
la Nueva Espaa; y de aqu salt en Castilla, adonde dijo, que dems de
muchas naos y gruesas armadas que traa por la mar con muchas
riquezas, y muy gruesos mercaderes de paos, y sedas, y brocados, dijo
otras muchas particularidades que tena, y entre otras dijo que tena
muchos vinos y muy buenos, a lo cual todos picaron, as indios como
espaoles, porque los indios todos se mueren por nuestro vino. Y
despus que dijo de Jerusaln, Roma, frica y Europa, y Asia, y que todo
se lo dara, respondiendo el Seor: Vade Satana, cay el demonio; y
aunque qued encubierto en el pen, que era hueco, los otros demonios
hicieron tal ruido, que pareca que toda la montaa iba con Lucifer a parar
a el infierno. Vinieron luego los ngeles con comida para el Seor, que
pareca que venan del cielo, y hecho su acatamiento pusieron la mesa y
comenzaron a cantar.
CAPITULOI
190 Ganada y repartida la tierra por los espaoles, los frailes de San
Francisco que al presente en ella se hallaron, comenzaron a tratar y a
conversar entre los indios; primero adonde tenan casa y aposento, como
fue en Mxico y en Texcoco, Tlaxcala (y) Huexuzinco, que en estas se
repartieron los pocos que a el principio eran, y en cada provincia destas,
y en las en que despus se tom casa, que son ya cerca de cuarenta en
este ao de 1540, haba tanto qu decir que no bastara el papel de la
Nueva Espaa. Siguiendo la brevedad que a todos aplace, dir lo que vi
yo y supe, y pas en los pueblos que mor y anduve; y aunque yo diga o
cuente alguna cosa de una provincia, ser del tiempo que en ella mor, y
de la misma podrn otros escribir otras cosas all acontecidas con verdad
y ms de notar, y mejor escritas que aqu irn, y podrse todo sufrir sin
contradiccin. En el primer ao que a esta tierra allegaron los frailes, los
indios de Mxico y Tlatelulco se comenzaron de ayuntar, los de un barrio
y feligresa un da, y los de otro barrio otro da, y all los iban los frailes a
ensear y bautizar los nios; y dende a poco tiempo los domingos y
fiestas se ayuntaban todos, cada barrio en su cabecera, adonde tenan
sus salas antiguas, porque iglesia an no la haba, y los espaoles
tuvieron tambin, obra de tres aos, sus misas y sermones en una sala de
stas que servan por iglesia, y ahora es all en la misma sala la casa de la
moneda; pero no se enterraban all casi nadie, sino en San Francisco el
viejo, hasta que despus se comenzaron a edificar iglesias. Anduvieron
34
Cuauhtinchan.
los mexicanos cinco aos muy fros, o por el embarazo de los espaoles
y obras de Mxico, o porque los viejos de los mexicanos tenan poco
calor. Despus de pasados cinco aos despertaron muchos de ellos e
hicieron iglesias, y ahora frecuentan mucho las misas cada da y reciben
los sacramentos devotamente.
191 El pueblo a que primero salieron los frailes a ensear fue Quautitln,
cuatro leguas de Mxico, y a Tepusticln (Tepotzotlan], porque como en
Mxico haba mucho ruido, y entre los hijos de los seores que en la casa
de Dios se enseaban estaban los seoritos de estos dos pueblos,
sobrinos o nietos de Motezuma, y stos eran los principales que en casa
haba, por respecto de stos comenzaron a ensear all y a bautizar los
nios, y siempre se prosigui la doctrina, y siempre fueron de los
primeros y delanteros en toda buena cristiandad, y lo mismo los pueblos
a ellos sujetos y sus vecinos.
195 Los dos primeros aos, poco salan los frailes del pueblo adonde
residan, as por saber poco de la tierra y lengua como por tener bien en
qu entender adonde residan. El tercero ao comenzaron en Tezcuco de
se ayuntar cada da para deprender la doctrina cristiana; y tambin vino
gran copia de gente a el bautismo; y como la provincia de Tezcuco es
muy poblada de gente, en el monasterio y fuera no se podan valer ni dar
a manos, porque se bautizaron muchos de Tezcuco y Huexuzincla
(Huejotzingo), Coathichan (Coatlichan) y de Coatepec: aqu en Coatepec
comenzaron a hacer iglesia y dironse mucha prisa para la acabar, y por
ser la primera iglesia, fuera de los monasterios, llamse Santa Mara de
Jess. Despus de haber andado algunos das por los pueblos sujetos a
Tezcuco, que son muchos, y de lo ms poblado de la Nueva Espaa,
pasaron adelante a otros pueblos, y como no saban mucho de la tierra,
saliendo a visitar un lugar salan de otros pueblos a rogarles que fuesen
con ellos a decirles la palabra de Dios, y muchas veces otros poblezuelos
pequeos salan de travs, y los hallaban ayuntados con su comida
aparejada esperando y rogando a los frailes que comiesen y los
enseasen. Otras veces iban a partes (en) que ayunaban lo que en otras
partes les sobraba, y entre otras partes adonde fueron, fue Otumba y
Tepepulco y Tulanzinco, que aun desde en buenos aos no tuvieron
frailes; y entre stos, Tepepulco, lo hizo muy bien, y fue siempre
creciendo y aprovechando en el conocimiento de la fe; y la primera vez
que allegaron frailes a este lugar, dejado el recibimiento que les hicieron,
era una tarde, y como estuviese la gente ayuntada comenzaron luego a
ensearles; y en espacio de tres o cuatro horas muchos de aquel pueblo,
antes que de all se partiesen, supieron persignarse y el Pater Noster. Otro
da por la maana vino mucha gente, y enseados y predicados lo que
convena a gente que ninguna cosa saba, ni haba odo de Dios, y
recibido la palabra de Dios; tomados aparte el seor y principales, y
dicindoles cmo Dios del cielo era verdadero Seor, criador del cielo y
de la tierra, y quin era el demonio a quien ellos honraban y adoraban, y
cmo los tena engaados, y otras cosas conforme a ellas; de tal manera
se lo supieron decir, que luego all delante de los frailes destruyeron y
quebrantaron todos los dolos que tenan, y quemaron los teucales. Este
pueblo de Tepepulco est asentado en un recuesto bien alto, adonde
estaba uno de los grandes y vistosos templos del demonio que entonces
derribaron; porque como el pueblo es grande y tiene otros muchos
sujetos, tena grandes teucales o templos del demonio; y sta es regla
general en que se conoca el pueblo ser grande o pequeo, en tener
muchos teucales.
CAPITULOII
198 En este tiempo en los pueblos que haba frailes salan adelante, y de
muchos pueblos los venan a buscar y a rogar que los fuesen a ver, y de
esta manera por muchas partes se iba extendiendo y ensanchando la fe
de Jesucristo, mayormente en los pueblos de Ycapixtla y Uastepec; para
lo cual dieron mucho favor y ayuda los que gobernaban estos pueblos,
porque eran indios quitados de vicios y que no beban vino; que era esto
como cosa de maravilla, as a los espaoles como a los naturales, ver
algn indio que no bebiese vino; porque en todos los hombres y mujeres
adultos era cosa general embeodarse; y como este vicio era fomes y raz
de otros muchos pecados, el que de l se apartaba viva ms
virtuosamente.
199 La primera vez que sali fraile a visitar las provincias de Coyxco y
Tlaxco (Taxco), fue de Cuauhnauac (Cuernavaca), la cual casa se tom el
segundo ao de su venida, y en el nmero fue quinta casa. Desde all
visitando aquellas provincias, en las cuales hay muchos pueblos de
mucha gente, fueron muy bien recibidos, y muchos nios bautizados; y
como no pudiesen andar por todos los pueblos, cuando estaba uno cerca
de otro vena la gente del pueblo menor al mayor a ser enseados, y a or
la palabra de Dios, y a bautizar sus nios; y aconteci, como entonces
fuese el tiempo de las aguas, que en esta tierra comienzan por abril y
acaban en fin de septiembre, poco ms o menos, haba de venir un pueblo
a otro, y en medio estaba un arroyo, y aquella noche llovi tanto, que vino
el arroyo hecho un gran ro, y la gente que vena no pudo pasar; y all
aguardaron a que acabasen de misa y de predicar y bautizar, y pasaron
algunos a nado y fueron a rogar a los frailes, que a la orilla del arroyo les
fuesen a decir la palabra de Dios, y ellos fueron y en la parte donde ms
angosto estaba el ro, los frailes de una parte y los indios de otra, les
predicaron, y ellos no se quisieron ir sin que les bautizasen los hijos; y
para esto hicieron una pobre balsa de caas, que en los grandes ros
arman las balsas (sobre) unas grandes calabazas, y as los espaoles y
su hato pasan grandes ros; pues hecha la balsa, medio por el agua y
medio en los brazos pasronlos de la otra parte, adonde los bautizaron
con harto trabajo por ser tantos.
200 Yo creo que despus que la tierra se gan, que fue el ao de 1521,
hasta el tiempo que esto escribo, que es en el ao de 1536, ms de cuatro
millones de nimas (se bautizaron) y por dnde yo lo s, adelante se dir.
CAPITULOIII
201 De la prisa que los indios tienen en venir al bautismo, y de dos cosas
que acontecieron en Mxico y en Tezcuco.
202 Vienen a el bautismo muchos, no slo los domingos y das que para
esto estn sealados, sino cada da de ordinario, nios y adultos, sanos y
enfermos, de todas las comarcas; y cuando los frailes andan visitando,
les salen los indios al camino con los nios en los brazos, y con los
dolientes a cuestas, y hasta los viejos decrpitos sacan para que los
bauticen. Tambin muchos dejan las mujeres y se casan con solo una,
habiendo recibido el bautismo. CUndo van a el bautismo, los unos van
rogando, otros importunando, otros lo piden de rodillas, otros alzando y
poniendo las manos, gimiendo y encogindose, otros lo demandan y
reciben llorando y con suspiros.
204 En Tezcuco yendo una mujer bautizada con un nio a cuestas, como
en esta tierra se usa traer los nios, el nio era por bautizar; pasando de
noche por el patio de los teucales, que son las casas del demonio, sali a
ella el demonio, y ech mano de la criatura, querindola tomar a la madre,
que muy espantada estaba, porque no estaba bautizado ni sealado con
la cruz, y la india deca: Jess, Jess; y luego el demonio dejaba el nio, y
en dejando la india de nombrar a Jess, tornaba el demonio a quererla
tomar el nio; esto fue tres veces, hasta que sali de aquel temeroso
lugar. Luego otro da por la maana, porque no le aconteciese otro
semejante peligro, trajo al nio a que se le bautizasen, y as se hizo. Ahora
es muy de ver los nios que cada da se vienen a bautizar, en especial
aqu en Tlaxcala, que da hay de bautizar cuatro y cinco veces; y con los
que vienen el domingo, hay semana que se bautizan nios de pila
trescientos, y semana, de cuatrocientos, otras de quinientos con los de
una legua a la redonda; y si alguna vez hay descuido o impedimento
porque se deje de visitar los pueblos que estn a dos y a tres leguas,
despus cargan tantos que es maravilla.
206 En muchas partes de esta tierra baaban los nios recin nacidos a
los ocho o diez das, y en baando al nio ponanle una rodela pequeita
en la mano izquierda, y una saeta en la mano derecha; y a las nias daban
una escoba pequeita. Esta ceremonia pareca ser figura del bautismo,
que los bautizados haban de pelear con los enemigos del nima, y haban
de barrer y alimpiar sus conciencias y nimas para en que viniese Cristo a
entrar por el bautismo.
207 El nmero de los bautizados cuento por dos maneras; la una por los
pueblos y provincias que se han bautizado, y la otra por nmero de los
sacerdotes que han bautizado. Haya el presente en esta Nueva Espaa
obra de sesenta sacerdotes franciscanos, que de otros sacerdotes pocos
se han dado a bautizar; aunque han bautizado algunos, el nmero yo no
s qu tantos sern. Dems de los sesenta sacerdotes que digo, se
habrn vuelto a Espaa ms de otros veinte, algunos de los cuales
bautizaron muchos indios antes que se fuesen; y ms de otros veinte que
son ya difuntos, que tambin bautizaron muy muchos, en especial
nuestro padre fray Martn de Valencia, que fue el primer prelado que en
esta tierra tuvo veces del Papa, y fray Garca de Cisneros, y fray Juan
Caro, un honrado viejo, el cual introdujo y ense primero en esta tierra el
canto llano y el canto de rgano, con mucho trabajo; fray Juan de
Perpin y fray Francisco de Valencia, los que cada uno de estos bautiz
pasaron de cien mil; de los sesenta que al presente son este ao de 1536,
saco otros veinte que no han bautizado, as por ser nuevos en la tierra
como por no saber la lengua, (de) los cuarenta que quedan echo a cada
uno de ellos a cien mil o ms, porque algunos de ellos hay (que) han
bautizado cerca de trescientos mil, otros haya doscientos mil, ya ciento
cincuenta mil, y algunos que muchos menos; de manera que con los que
bautizaron los difuntos, y los que se volvieron a Espaa, sern hasta hoy
da bautizados cerca de cinco millones.
208 Por pueblos y provincias cuento de esta manera: a Mxico y a sus
pueblos, y a Xuchimilco con los pueblos de la laguna dulce, y a
Tlamanalco y Chalco, Cuauchnauac con Yucapixcla, y a Cuauquechula y
Chietla, ms de un milln. A Tezcuco, Otumba y Tepepulco y Tualanzinco,
Coauthiclan35, Tula, Xitotepec, con sus provincias y pueblos, ms de otro
milln; a Tlaxcala, la ciudad de los Angeles, Cholola, Huejuzinco, Calpa,
Tepeaca, Zaclatan36, Ueytalpa, ms de otro milln. En los pueblos de la
Mar del Sur, ms de otro milln. Y despus que esto se ha sacado en
blanco se han bautizado ms de quinientos mil, porque en esta cuaresma
pasada del ao de 1537, en sola la provincia de Tepeaca se han bautizado
por cuenta ms de sesenta mil nimas; por manera que, a mi juicio y
verdaderamente, sern bautizados en este tiempo que digo, que sern
quince aos, ms de nueve millones de nimas de indios.
CAPITULOIV
210 Cerca del administrar este sacramento del bautismo, aunque los
primeros aos todos los sacerdotes fueron conformes, despus como
vinieron muchos clrigos y frailes de las otras rdenes, agustinos,
dominicos y franciscanos, tuvieron diversos pareceres contrarios los
unos de los otros; parecales a los unos que el bautismo se haba de dar
con las ceremonias que se usan en Espaa, y no se satisfacan de la
manera con que los otros le administraban, y cada uno quera seguir su
parecer, y aqul tena por mejor y ms acertado, ora fuese por buen celo,
ora sea porque los hijos de Adn todos somos amigos de nuestro
parecer; y los nuevamente venidos siempre quieren enmendar las obras
de los primeros, y hacer, si pudiesen, que del todo cesasen y se
olvidasen, y que su opinin sola valiese, y el mayor mal era que los que
esto pretendan no curaban ni trabajaban en deprender la lengua de los
indios, ni en bautizarlos. Estas diversas opiniones y diferentes pareceres
fueron causa que algunas veces se dej de administrar el sacramento del
bautismo, lo cual no pudo ser sin detrimento de los que le buscaban,
principalmente de los nios y enfermos, que moran sin remedio.
35
Cuauhtitln.
36
Zacatln.
Ciertamente esta queja tendrn de los que dieron la causa con sus
opiniones y inconvenientes que pusieron, aunque ellos piensen que su
opinin era muy santa, y que no haba ms que pedir; y la misma queja
creo yo que tendrn otros nios y enfermos, que venidos a recibir este
sacramento mientras se hacan las ceremonias, antes que llegasen a la
sustancia de las palabras se moran. En la verdad esta fue indiscrecin,
porque con estos tales ya que queran guardar ceremonias, haban
primero de bautizar el enfermo, y asegurado lo principal, pueden despus
hacer las ceremonias acostumbradas. Dems de lo dicho, otras causas y
razones que stos decan parecern en los captulos siguientes.
211 Los otros que primero haban venido tambin daban sus razones por
donde administraban de aquella manera el bautismo, diciendo que lo
hacan con pareceres y consejo de santos doctores y de doctas personas,
en especial de un gran religioso y gran telogo, llamado fray Juan de
Tecto, natural de Gante, catedrtico de teologa en la universidad de Pars,
que creo no haber pasado a estas partes letrado ms fundado, y por tal el
emperador se confes con l. Este fray Juan de Tecto, con dos
compaeros, vino en el mismo ao que los doce ya dichos, y falleci el
segundo ao de su llegada a estas partes, con uno de sus compaeros
tambin docto. Estos dos padres, con los doce, consultaron con mucho
acuerdo cmo se deba proceder en los sacramentos y doctrina con los
indios, allegndose a algunas instrucciones que de Espaa haban trado,
de personas doctas y de su ministro general el seor cardenal de Santa
Cruz y de los coroneles (sic) y dando causas y razones, alegaban
doctores muy excelentes y derechos suficientes, y dems de esto decan
que ellos bautizaban a necesidad y por haber falta de clrigos, y que
cuando hubiese otros que bautizasen, y ayudaran en las predicaciones y
confesiones, y que por entonces tenan experiencia que hasta que cesase
la multitud de los que venan a bautizarse, y muchos ms que en los aos
pasados se haban bautizado, y los sacerdotes haban sido tan pocos,
que no podan hacer el oficio con la pompa y ceremonias que hace un
cura cuando bautiza una sola criatura en Espaa, adonde hay tantos
ministros. Ac en esta nueva conversin, cmo poda un solo sacerdote
bautizar a dos y tres mil en un da, y dar a todos saliva, flato y candela y
alba, y hacer sobre cada uno particularmente todas las ceremonias, y
meterlos en la iglesia adonde no las haba? Esto no lo podrn bien sentir
sino los que vieron la falta de los tiempos pasados. Y cmo podran dar
candela encendida bautizando con gran viento en los patios, ni dar saliva
a tantos? Que el vino para decir las misas muchas veces se hallaba con
trabajo, que era imposible guardar las ceremonias con todos, adonde no
haba iglesias, ni pilas, ni abundancia de sacerdotes, sino que un solo
sacerdote haba de bautizar, confesar, desposar y velar, y enterrar, y
predicar, y rezar, y decir misa, deprender la lengua, ensear la doctrina
cristiana a los nios, y a leer y cantar. Y por no poderse hacer hacanlo de
esta manera: a el tiempo del bautismo ponan todos juntos los que se
haban de bautizar, poniendo los nios delante, y hacan sobre todos el
oficio del bautismo, y sobre algunos pocos la ceremonia de la cruz, flato,
sal, saliva, alba; luego bautizaban los nios cada uno por s en agua
bendita, y esta orden siempre se guard en cuanto yo he sabido.
Solamente supe de un letrado que pensaba que saba lo que haca, que
bautiz con hisopo, y ste fue despus uno de los que trabajaron en
estorbar el bautismo de los otros. Tornando al propsito digo: que
bautizados primeros los nios, tornaban a predicar y a decir a los adultos
y examinados lo que haban de creer, y lo que haban de aborrecer, y lo
que haban de hacer en el matrimonio, y luego bautizaban a cada uno por
s.
212 Esto tuvo tantas contradicciones que fue menester juntarse toda la
iglesia que hay en estas partes, as obispos y otros prelados, como los
seores de la Audiencia Real, adonde se alterc la materia, y fue llevada
la relacin a Espaa; la cual vista por el Consejo Real y de Indias, y por el
seor arzobispo de Sevilla, respondieron, que se deba continuar lo
comenzado hasta que se consultase con Su Santidad. Y en la verdad,
aunque no faltaban letras, y los que vinieron primero trajeron, como dicho
es, la autoridad apostlica y de su opinin (eran) santos y excelentes
doctores; pero gran ciencia es saber la lengua de los indios y conocer
esta gente, y los que no se ejercitasen primero a lo menos tres o cuatro
aos no debern hablar absolutamente en esta materia, y por esto permite
Dios que los que luego como vienen de Espaa quieren dar nuevas leyes,
y seguir sus pareceres, y juzgar y condenar a los otros y tenerlos en
poco, caigan en confusin y hagan cegueras, y sus yerros sean como
viga de lagar y una paja lo que reprendan. Oh! y cmo he visto esto por
experiencia ser verdad muchas veces en esta tierra; y esto viene de poco
temor de Dios, y poco amor con el prjimo, y mucho con el inters; y para
semejantes casos provey sabiamente la Iglesia, que en la conversin de
algunos infieles y tierras nuevas, los ministros que a la postre vinieron se
conformen con los primeros hasta tener entera noticia de la tierra y gente
a donde allegaren.
214 Lo que de esta generacin se puede decir es, que son muy extraos
de nuestra condicin, porque los espaoles tenemos un corazn grande y
vivo como fuego, y estos indios y todas las animalias de esta tierra
naturalmente son mansos, y por su encogimiento y condicin
descuidados en agradecer, aunque muy bien sienten los beneficios, y
como no son tan prestos a nuestra condicin son penosos a algunos
espaoles; pero hbiles son para cualquiera virtud, y habilsimos para
todo oficio y arte, y de gran memoria y buen entendimiento.
217 Odo he yo por mis odos a algunas personas decir que sus veinte
aos o ms de letras no las quieren emplear con gente tan bestial: en lo
cual me parece que no aciertan, porque a mi parecer no se pueden las
letras mejor emplear que en amostrar al que no lo sabe el camino por
donde se tiene de salvar y conocer a Dios. Cunto ms obligados sern a
estos pobres indios, que los deberan regalar como a gusanos de seda,
pues de su sudor y trabajo se visten y enriquecen a los que por ventura
vienen sin capas de Espaa.
218 En es(te) mismo tiempo que digo, entre los muchos que se vinieron a
bautizar, vinieron hasta quince hombres mudos, y no fueron muchos,
segn la gran copia de gente que se bautiz en estos dos monasterios,
porque en Cuauquechula que dur ms tiempo el bautizar, se bautizaron
cerca de ochenta mil nimas; y en Tlaxcala ms de veinte mil; estos
mudos hacan muchos ademanes, poniendo las manos; y encogiendo los
hombros y alzando los ojos al cielo, y todo dando a entender la voluntad y
gana con que venan a recibir el bautismo. Asimismo vinieron muchos
ciegos, entre los cuales vinieron dos, que eran marido y mujer, ambos
ciegos, asidos por las manos, y adestrbanlos tres hijuelos, que tambin
los traan a bautizar, y traan para todos sus nombres de cristianos; y
despus de bautizados iban tan alegres y tan regocijados, que se les
pareca bien la vista que en el nima haban logrado, con la nueva lumbre
de la gracia que con el bautismo recibieron.
CAPITULOV
223 Entre los muchos que all vinieron vino una seora de un pueblo
llamado Tecziztepec, con muchas cargas de dolos, que traa para que los
quemasen, y para que la enseasen y dijesen lo que tena que hacer para
servir a Dios, la cual despus de ser enseada recibi el bautismo, y dijo:
que no se quera volver a su casa hasta que hubiese dado gracias a Dios
por el beneficio y merced que la haba hecho en dejada y alumbrada para
que le conociese, y determinse de estar all algunos das para aprender
algo e ir mejor informada en la fe. Haba esta seora trado consigo dos
hijos suyos a lo mismo que ella vino, y a el que heredaba el mayorazgo
mand que se ensease, no slo para lo que a l tocaba, sino tambin
para que ensease y diese ejemplo a sus vasallos. Pues estando esta
seora y nueva cristiana en tan buena obra ocupada, y con gran deseo de
servir a Dios, adoleci, de la cual enfermedad muri en breve trmino,
llamando a Dios y a Santa Mara, y demandando perdn de sus pecados.
225 Restituyen muchos de los indios lo que son a cargo, antes que
vengan a los pies del confesor, teniendo por mejor pagar aqu, aunque
queden pobres, que no en la muerte; y de esto hay cada cuaresma
notables cosas, de las cuales dir una que aconteci en los primeros
aos que se gan esta tierra.
CAPITULOVI
235 Este mismo da que esto escribo, que es Viernes de Ramos del
presente ao de 1537, falleci aqu en Tlaxcala un mancebo natural de
Cholola llamado don Benito, el cual estando sano y bueno se vino a
confesar, y desde a dos das adoleci en una casa lejos del monasterio; y
dos das antes que muriese, estando muy malo, vino a esta casa, que
cuando yo le v me espant, de ver cmo haba podido allegar a ella,
segn su gran flaqueza, y me dijo que se vena a reconciliar porque se
quera morir; y despus de confesado, descansando un poco djome, que
haba sido llevado su espritu a el infierno, adonde de slo el espanto
haba padecido mucho tormento; y cuando me lo contaba temblaba del
miedo que le haba quedado, y djome, que cuando se vio en aquel tan
espantoso lugar, llam a Dios demandndole misericordia, y que luego
fue llevado a un lugar muy alegre, adonde le dijo un ngel: Benito, Dios
quiere haber misericordia de ti; ve y confisate, y aparjate muy bien,
porque Dios manda que vengas a este lugar a descansar.
CAPITULOVII
242 Pasaron tres o cuatro aos que no se velaban, sino los que se criaban
en la casa de Dios, sino que todos estaban con las mujeres que queran, y
haba algunos que tenan hasta doscientas mujeres, y de all abajo cada
uno tena las que quera; y para esto, los seores y principales robaban
todas las mujeres, de manera que cuando un indio comn se quera casar
apenas hallaba mujer; y queriendo los religiosos espaoles poner
remedio en esto, no hallaban manera para lo poder hacer, porque como
los seores tenan las ms mujeres, no las queran dejar, ni ellos se las
podan quitar, ni bastaba ruegos ni amenazas, ni sermones, ni otra cosa
que con ellos se hiciese, para que dejadas todas se casasen con una sola
en faz de la Iglesia; y respondan que tambin los espaoles tenan
muchas mujeres, y si les decamos que las tenan para su servicio, decan
que ellos tambin las tenan para lo mismo; y as, aunque estos indios
tenan muchas mujeres con quien segn su costumbre eran casados,
tambin las tenan por manera de granjera, porque las hacan a todas
tejer y hacer mantas y otros oficios de esta manera, hasta que ya ha
placido a Nuestro Seor que de su voluntad de cinco a seis aos a esta
parte comenzaron algunos a dejar la muchedumbre de mujeres que tenan
y a contentarse con una sola, casndose con ella como lo manda la
Iglesia; y con los mozos que de nuevo se casan son ya tantos, que
hinchen las iglesias, porque hay das de desposar cien pares; y das de
doscientos y de trescientos y das de quinientos; y como los sacerdotes
son tan pocos reciben mucho trabajo, porque acontece un slo sacerdote
tener muchos que bautizar y confesar, y desposar, y velar, y predicar, y
decir misa, y otras cosas que no puede dejar. En otras partes he yo visto
que a una parte estn unos examinando casamientos, otros enseando
los que se tienen de bautizar, otros que tienen cargo de los enfermos,
otros de los nios que nacen, otros de diversas lenguas e intrpretes que
declaran a los sacerdotes las necesidades con que los indios vienen,
otros que proveen para celebrar las fiestas de las parroquias y pueblos
comarcanos, que por quitarles y desarraigarles las fiestas viejas celebran
con solemnidad, as de oficios divinos, y en la administracin de los
sacramentos, COmo con bailes y regocijos; y todo es menester hasta
desarraigarlos de las malas costumbres con que nacieron. Mas tomando
a el propsito, y para que se entienda el trabajo que los sacerdotes
tienen, dir cmo se ocup un sacerdote, que estando (yo) escribiendo
esto, vinieron a llamar de un pueblo una legua de Tlaxcala, que se dice
Santa Ana de Chautenpa, para que confesase ciertos enfermos y tambin
para bautizar. Allegado el fraile hall ms de treinta enfermos para
confesar, y doscientos pares que desposar, y muchos que bautizar, y un
difunto que enterrar, y tambin tena de predicar a el pueblo que estaba
ayuntado. Bautiz este fraile aquel da entre chicos y grandes mil
quinientos, ponindoles a todos leo y crisma, y confes en este mismo
da quince personas, aunque era una hora de noche y no haba acabado;
esto no le aconteci a este slo sacerdote, sino a todos los que ac estn,
que se quieren dar a servir a Dios y a la conversin y salud de las nimas
de los indios; esto acontece muy ordinariamente.
252 Han hecho los indios muchos hospitales adonde curan los enfermos
y pobres y de su pobreza los proveen abundantemente, porque como los
indios son muchos, aunque dan poco, de muchos pocos se hace mucho,
y ms siendo continuo, de manera que los hospitales estn bien
provedos; y como ellos saben servir tan bien que parece que para ello
nacieron, no les falta nada, y de cuando en cuando van por toda la
provincia a buscar los enfermos. Tienen sus mdicos, de los naturaies
experimentados, que saben aplicar muchas yerbas y medicinas, que para
ello basta; y hay algunos de ellos de tanta experiencia, que muchas
enfermedades viejas y graves, que han padecido espaoles largos das
sin hallar remedio, estos indios las han sanado.
257 Del sentimiento que hicieron los indios cuando les quitaron los
frailes, y de la diligencia que tuvieron para que se los diesen; y de la
honra que hacen a la seal de la cruz.
259 Cholola era una de las casas adonde tambin quitaban los
guardianes; y aunque est de Mxico casi a veinte leguas, supironlo en
breve tiempo y de la manera que los de Xuchimilco, y lo primero que
hicieron fue juntarse todos e irse al monasterio de San Francisco con las
mismas lgrimas y alboroto, que en la otra parte haban hecho, y no
contentos con esto vanse para Mxico, y no tres o cuatro, sino
ochocientos de ellos, y aun algunos decan que eran ms de mil, y allegan
con gran mpetu y no con poca agua, porque llova muy recio, a San
Francisco de Mxico, y comienzan a llorar y a decir: que se
compadeciesen de ellos y de todos los que quedaban en Cholola, y que
no les quitasen los frailes; y que si ellos por ser pecadores no lo
merecan, que lo hiciesen por muchos nios inocentes que se perderan
si no tuviesen quin les doctrinase y ensease la ley de Dios; y con esto
decan otras muchas y muy buenas palabras, que bastaron a alcanzar o
que demandaban.
262 Est tan ensalzada en esta tierra la seal de la cruz por todos los
pueblos y caminos, que se dice que ninguna parte de la cristiandad est
ms ensalzada, ni adonde tantas ni tales ni tan altas cruces haya; en
especial las de los patios de las iglesias son muy solemnes, las cuales
cada domingo y cada fiesta adornan con muchas rosas y flores, y
espadaas y ramos. En las iglesias y en los altares las tienen de oro y de
plata, y pluma, no macizas, sino de hoja de oro y plata sobre palo. Otras
muchas cruces se han hecho y hacen en piedras de turquesas, que en
esta tierra hay muchas, aunque sacan pocas de tumbo, sino llanas, stas,
despus de hecha la talla de la cruz, o labrada en palo, y puesto un fuerte
betn o engrudo, y labradas aquellas piedras, van con fuego sutilmente
ablandando el engrudo y asentando las turquesas hasta cubrir toda la
cruz, y entre estas turquesas asientan otras piedras de otros colores.
Estas cruces son muy vistosas, y los lapidarios las tienen en mucho, y
dicen que son de mucho valor. De una piedra blanca, transparente y clara
hacen tambin cruces, con sus pies, muy bien labrados; de stas sirven
de porta paces en los altares, porque las hacen del grandor de un palmo o
poco mayores. Casi en todos los retablos pintan en el medio la imagen
del crucifijo. Hasta ahora que no tenan oro batido, y en los retablos, que
no son pocos, ponan a las imgenes diademas de hoja de oro. Otros
crucifijos hacen de bulto, as de palo como de otros materiales, y hacen
de manera que aunque el crucifijo sea tamao como un hombre, le
levantara un nio del suelo con una mano. Delante de esta seal de la
cruz han acontecido algunos milagros, que dejo de decir por causa de
brevedad; mas digo que los indios la tienen con tanta veneracin, que
muchos ayunan los viernes y se abstienen aquel da de tocar a sus
mujeres, por devocin y reverencia de la cruz.
263 Los que con temor y por fuerza daban sus hijos para que los
enseasen y doctrinasen en la casa de Dios, ahora vienen rogando para
que los reciban y los amuestren la doctrina cristiana y cosas de la fe; y
son ya tantos los que se ensean, que hay algunos monasterios adonde
se ensean trescientos y cuatrocientos y seiscientos, y hasta de mil de
ellos, segn son los pueblos y provincias; y son tan docibles y mansos,
que ms ruido dan diez de Espaa que mil indios. Sin los que se ensean
aparte en las salas de las casas, que son hijos de personas principales,
hay otros muchos de los hijos de gente comn y baja, que los ensean en
los patios, porque los tienen puestos en costumbre, de luego de maana
cada da or misa, y luego ensearles un rato; y con esto vanse a servir y
ayudar a sus padres, y de stos salen muchos que sirven las iglesias y
despus se casan y ayudan a la cristiandad por todas partes.
265 De algunos espaoles que han tratado mal a los indios, y del fin que
han habido; y pnese la conclusin de la segunda parte.
266 Hase visto por experiencia en muchos y muchas veces, los espaoles
que con estos indios han sido crueles, morir malas muertes y
arrebatadas, tanto que se trae ya por refrn: "el que con los indios es
cruel, Dios lo ser con l, y no quiero contar crueldades, aunque s
muchas, de ellas vistas y de ellas odas; mas quiero decir algunos
castigos que Dios ha dado a algunas personas que trataban mal a sus
indios. Un espaol que era cruel con los indios, yendo por un camino con
indios cargados, y allegando en medio del da por un monte, iba
apaleando los indios que iban cargados, llamndolos perros, y no
cesando de apalearlos, y perros ac y perros acull; a esta sazn sale un
tigre y apaa al espaol, y llvale atravesado en la boca y mtese en el
monte, y cmesele: y as el cruel animal libr a los mansos indios de
aqul que cruelmente los trataba.
267 Otro espaol que vena del Per, de aquella tierra adonde se ha bien
ganado el oro, y traa muchos tamemes, que son indios cargados, y haba
de pasar un despoblado, y dijronle: mira que no durmis en tal parte que
hay leones y tigres encarnizados; y l pensando ms en su codicia y en
hacer andar los indios demasiadamente, y que con ellos se escudara,
fueles forzado dormir en el campo, y l comenz a llamar perros a los
indios y que todos lo cercasen, y l echado en medio; a la medianoche
vino el len o el tigre, y entra en medio de todos y saca al espaol y all
cerca le comi. Semejante aconteci a otro calpixque o estanciero que
llevaba ciento cincuenta indios cargados, y l tratndolos mal y
apalendolos, par una noche a dormir en el campo, y lleg el tigre y
sacle de en medio de todos los indios y se lo comi, y yo estuve luego
cerca del lugar a donde fue comido.
270 Pues concluyendo con esta segunda parte digo: que quin no se
espantar viendo las nuevas maravillas y misericordias que Dios hace
con esta gente? Y por qu no se alegrarn los hombres de la tierra
delante cuyos ojos Dios hace (estas) cosas, y ms los que con buena
intencin vinieron y conquistaron tan grandes provincias como son stas,
para que Dios fuese en ellas conocido y adorado? Y aunque algunas
veces tuviesen codicia de adquirir riquezas, de creer es que sera
accesoria y remotamente. Pero a los hombres que Dios dot de razn, y
se vieron en tan grandes necesidades y peligros de muerte, tantas y
tantas veces; quin no creer que formaran y reformaran sus
conciencias e intenciones, y se ofreceran a morir por la fe y por la
ensalzar entre los infieles, y que sta fuese su singular y principal
demanda? Y estos conquistadores y todos los cristianos amigos de Dios
se deben mucho alegrar de ver una cristiandad tan cumplida en tan poco
tiempo, e inclinada a toda virtud y bondad, por tanto ruego a todos los
que esto leyeren, que alaben y glorifiquen a Dios con lo ntimo de sus
entraas; digan estas alabanzas que siguen, que segn San
Buenaventura en ellas se encierran y se hallan todas las maneras de
alabar a Dios que hay en la Sagrada Escritura: alabanzas y bendiciones,
engrandecimientos y confesiones, gracias y glorificaciones,
sobrealzamientos, adoraciones y satisfacciones sean a vos, Altsimo
Seor Dios nuestro, por las misericordias hechas con estos indios
nuevos convertidos a vuestra santa fe. Amn. Amn. Amn.
TRATADOTERCERO
CAPITULOI
274 Mucho notaron estos naturales indios, entre las cuentas de sus aos,
el ao que vinieron y entraron en esta tierra los espaoles, como cosa
muy notable y que al principio les puso muy grande espanto y
admiracin, ver una gente venida por el agua (lo que ellos nunca haban
visto ni odo que se puediese hacer), de traje tan extrao del suyo, tan
denodados y animosos, tan pocos entrar por todas las provincias de esta
tierra con tanta autoridad y osada, como si todos los naturales fueran
vasallos; asimismo se admiraban de ver los caballos, y lo que hacan los
espaoles encima de ellos, y algunos pensaron que el hombre y el caballo
fuese todo una persona, aunque esto fue a el principio en los primeros
pueblos; porque despus todos conocieron ser el hombre por s, el
caballo ser bestia, que esta gente mira y nota mucho las cosas, y en
vindolos apear, llamaron a los caballos castillan mazatl, que quiere decir
ciervo de Castilla; ,porque ac no haba otro animal a quien mejor los
comparar. A los espaoles llamaron tetehuv (teteu), que quiere decir
dioses, y los espaoles corrompiendo el vocablo decan teules, el cual
nombre les dur ms de tres aos, hasta que dimos a entender a los
indios que no haba ms de un solo Dios, y que a los espaoles que los
llamasen cristianos, de lo cual algunos espaoles necios se agraviaron, y
quejaron, e indignados contra nosotros decan que les quitbamos su
nombre, y esto muy en forma, y no miraban los pobres de entendimiento
que ellos usurpaban el nombre que a slo Dios pertenece; despus que
fueron muchos los indios bautizados, llmanlos espaoles.
275 Asimismo los indios notaron y sealaron para tener cuenta con el ao
que vinieron los doce frailes juntos. Y aunque en el principio entre los
espaoles vinieron frailes de San Francisco, o por venir de dos en dos, o
por el embarazo que con las guerras tenan, no hicieron caso de ellos; y
este ao digo, que le notaron y tienen por ms principal que otro, porque
desde all comienzan a contar, como ao de la avenida o advenimiento de
Dios, y as comnmente dicen: el ao que vino nuestro Seor; el ao que
vino la fe; porque luego que los frailes llegaron a Mxico dende a en
quince das, tuvieron captulo y se repartieron los doce frailes y otros
cinco qe estaban en Mxico. Todos estos diez y siete fueron repartidos
por las principales provincias de esta tierra, y luego comenzamos a
deprender la lengua y a apredicar con intrprete. Haba asimismo en
Mxico otros dos o tres clrigos, y no muchos espaoles, porque en obra
de un ao salieron con Pedro de Alvarado para Guatimala un buen
escuadrn de gente de a pie y razonable de caballos. Fue luego a las
Higueras otro con Cristbal de Olid, y fue luego sobre l, con otro,
Francisco de las Casas, y no pasaron muchos das cuando el marqus
Hernando Corts se parti con toda la ms lucida gente y la mayor parte
de los caballos que haba, que me parece que podran quedar en Mxico
hasta cincuenta caballos y doscientos espaoles infantes, pocos ms o
menos. Y a esta sazn estaban todos los seores naturales de la tierra
hechos a una y concertados para se levantar y matar a todos los
cristianos, y entonces an vivan muchos de los seores viejos, porque
cuando los espaoles vinieron estaban todos los seores y las provincias
muy diferentes y andaban todos embarazados en guerras que tenan los
unos con los otros, ya este tiempo que digo que esta gente sali de
Mxico, yo los vi a todos tan unidos y ligados unos con otros, y tan
apercibidos de guerra, que tenan por muy cierto salir con la victoria,
comenzando la cosa; y as fuera de hecho, sino que Dios
maravillosamente los ceg y embaraz, y tambin fue mucha parte lo que
los frailes hicieron, as Por la oracin y predicacin como por el trabajo
que pusieron en pacificar las disensiones y bandos de los espaoles, que
en esta sazn estaban muy encendidos, y tan trabados que vinieron a las
armas sin haber quin los pusiese en paz, ni se metiese ehtre las espadas
y lanzas sino los frailes, y a stos dio Dios gracia para ponerlos en paz.
Estaban las pasiones tan trabadas como ahora dice que estn los
espaoles en el Per. (Dios les enve quien los ponga en paz aunque ellos
dicen que ni quieren paz ni frailes). Bien pudiera alargarme en esto de los
bandos de Mxico, porque me hall presente a todo lo que pas; mas
parceme que sera meterme en escribir historia de hombres.
277 Cuanto a lo dems, esta gente de indios naturales son tan encogidos
y callados, que por esta causa no se saben los muchos y grandes
milagros que Dios entre ellos hace, mas de que yo veo venir a doquiera
(que hay) casa de nuestro padre San Francisco muchos enfermos de
todos gneros de enfermedades, y muchos muy peligrosos, y volos
convalecidos y sanos volverse con grande alegra a sus casas y tierras, y
s que particularmente tienen gran devocin con el hbito y cordn de
San Francisco, con el cual cordn se han librado muchas mujeres
preadas de partos muy peligrosos, y esto ha sido en muchos pueblos y
muchas veces; y aqu en Tlaxcala es muy comn, y no ha muchos das
que se ha bien experimentado; por lo cual tiene el portero un cordn para
darlo luego a los que le vienen a demandar, aunque yo bien creo que obra
tanto la devocion que con el cordn tienen, como la virtud que en l hay,
aunque tambin creo que la virtud no es poca, como se parecer claro por
lo que aqu dir.
279 Es tanta la devocin que en esta tierra, as los espaoles como los
indios naturales, tienen con San Francisco, y ha hecho Dios en su nombre
tantos milagros y tantas maravillas, y tan manifiestas, que
verdaderamente se puede decir que Dios le tena guardada la conversin
de estos indios, como dio a otros de sus apstoles las de otras Indias y
tierras apartadas, y por lo que aqu digo, y por lo que he visto, barrunto y
an creo, que una de las cosas y secretos que en el serfico coloquio
pasaron entre Cristo y San Francisco en el monte Avema, que mientras
San Francisco vivi nunca lo dijo, fue esta riqueza que Dios aqu le tena
guardada, adonde se tiene de extender y ensanchar mucho su sacra
religin; y digo, que San Francisco, padre de mucha gente, vi y supo de
este da.
40
Tetzotzonqui, especialista en el labrado de la piedra.
CAPITULOII
282 Las cosas que aqu dir no querra que nadie las ponderase ms de lo
que las leyes divinas y humanas permiten y la razn demanda, dejando
por juez a Aqul que lo es de los vivos y de los muertos, en cuyo
acatamiento todas las vidas de los mortales son muy claras y manifiestas,
y dando la determinacin a su santa Iglesia, a cuyos pies toda esta obra
va sometida; porque los hombres pueden ser engaados en sus juicios y
opiniones, y Dios siempre es recto en la balanza de su juicio y los
hombres no; por lo cual dice San Agustn, que muchos tiene la Iglesia en
veneracin que estn en el infierno, esto es, de aquellos que no estn
canonizados por la Iglesia Romana regida por el Espritu Santo, y con
esta protestacin comenzar a escribir en breve, lo ms que a m fuera
posible, la vida del siervo de Dios fray Martn de Valencia, aunque segn
s que un fraile devoto suyo la tiene ms largamente escrita.
284 Este buen varn fue natural de la villa de Valencia, que dicen de Don
Juan, que es entre la ciudad de Len y la villa de Benavente, en la ribera
del ro que se dice Ezcla, es en el obispado de Oviedo. De su juventud no
hay relacin en esta Nueva Espaa, ms del argumento de la vida que en
su mediana y ltima edad hizo. Recibi el hbito en la villa de Mayorga,
lugar del conde de Benavente, que es convento de la provincia de
Santiago y de las ms antiguas casas de Espaa. Tuvo por su maestro a
fray Juan de Argumanes que despus fue provincial de la provincia de
Santiago; con la doctrina del cual, y con su grande estudio, fue
alumbrado su entendimiento, para seguir la vida de nuestro Redentor
Jesucristo. Adonde, como ya despus de profeso le enviasen a la villa de
Valencia, que es muy cerca de Mayorga, vindose distrado, por estar
entre sus parientes y conocidos, rog a su compaero que saliesen
presto de aquel pueblo; y desnudndose el hbito psole delante de los
pechos, y echse el cordn a la garganta como malhechor, y qued en
carnes con slo los paos menores, y as sali en medio del da, vindole
sus deudos y amigos, por mitad del pueblo, llevndole el compaero
tirndole por la cuerda. Despus que cant misa fue siempre creciendo de
virtud en virtud; porque dems de lo que yo vi en l, porque le conoc por
ms de veinte aos, o decir a muchos buenos religiosos, que en su
tiempo no haban conocido religioso de tanta penitencia, ni que con tanto
tesn perseverase siempre en allegarse a la cruz de Jesucristo, tanto, que
cuando iba por otros conventos y provincias a los captulos, pareca que
a todos reprenda su aspereza, humildad y pobreza, y como fuese dado a
la oracin procur licencia de su provincial para ir a morar a unos
oratorios de la misma provincia de Santiago, que estn no muy lejos de
Ciudad Rodrigo, que se llaman los Angeles y el Hoyo, casas muy
apartadas de conversacin y dispuestas para contemplar y orar.
Alcanzada licencia para ir a morar a Santa Mara del Hoyo, queriendo,
pues, el siervo de Dios recogerse y darse a Dios en el dicho lugar, el
enemigo le procur muchas maneras de tentaciones, permitindolo Dios
para ms aprovechamiento de su nima. Comenz a tener en su espritu
muy gran sequedad y dureza, y tibieza en el corazn; aborreca el yermo;
los rboles le parecan demonios, no poda ver los frailes con amor y
caridad; no tomaba sabor en ningUna cosa espiritual; cuando se pona a
orar hacalo con gran Pesadumbre; viva muy atormentado. Vnole una
terrible tentacin de blasfemia contra la fe, sin poderla alanzar de s;
parecale que cuando celebraba y deca misa, no consagraba, y como
quien se hace grandsima fuerza y a regaadientes comulgaba; tanto le
fatigaba aquesta imaginacin, que no quera ya celebrar, ni poda comer.
Con estas tentaciones habase parado tan flaco, que no pareca tener sino
los huesos; y el cuerpo parecale a l que estaba muy esforzado y bueno.
Esta sutil tentacin le traa Satans para derrocarle, de tal manera que
cuando ya le sintiese del todo sin fuerzas naturales le dejase, y as
desfalleciese, y no pudiese tomar en s, y saliese de juicio; y para esto
tambin le desvelaba, que es tambin mucha ocasin para enloquecer;
pero como Nuestro Seor nunca desampara a los suyos, ni quiere que
caigan, ni da a nadie ms de aquella tentacin que puede sufrir, dejle
llegar hasta donde pudo sufrir la tentacin sin detrimento de su nima, y
convirtila en su provecho, permitiendo que una pobrecilla mujer le
despertase y diese medicina para su tentacin; que no es pequea
materia para considerar la grandeza de Dios; que no escoge los sabios,
sino los simples y humildes, para instrumentos de sus misericordias; y
as lo hizo con esta simple mujer que digo.
285 Que como el varn de Dios fuese a pedir pan a un lugar que se dice
Robleda, que son cuatro leguas del Hoyo, la hermana de los frailes del
dicho lugar vindole tan flaco y debilitado djole: Ay, padre! Y vos qu
habis? Cmo andis que parece que queris expirar de flaco; y cmo
no miris por vos, que parece que os queris morir? As entraron en el
corazn del siervo de Dios estas palabras como si se las dijera un ngel,
y como quien despierta de un pesado sueo, as comenz a abrir los ojos
de su entendimiento, y a pensar cmo no coma casi, y dijo entre s:
verdaderamente sta es tentacin de Satans; y encomendndose a Dios
que la alumbrase y sacase de la ceguedad en que el demonio le tena, dio
la vuelta a su vida. Vindose Satans descubierto, apartse de l y ces la
tentacin. Luego el varn de Dios comenz a sentir flaqueza y desmayo,
tanto, que apenas se poda tener en los pies; y de ah adelante comenz a
comer, y qued avisado para sentir los lazos y astucias del demonio.
Despus que fue librado de aquellas tentaciones qued con gran
serenidad y paz en su espritu, gozbase en el yermo, y los rboles, que
antes aborreca, con las aves que en ellos cantaban parecale un paraso;
y de all le qued que doquiera que estaba luego planta(ba) una arboleda,
y cuando era prelado a todos rogaba que plantasen rboles, no slo de
frutales, pero de los monteses, para que los frailes se fuesen all a orar.
286 Asimismo (lo) consol Dios en la celebracin de las misas, las cuales
deca con mucha devocin y aparejo, que despus de maitines o no
dorma nada o muy poco, por mejor se aparejar; y casi siempre deca
misa muy de maana, y con muchas lgrimas muy cordiales que regaban
y adornaban su rostro como perlas: celebraba casi todos los das, y
comnmente se confesaba cada tercero da.
287 Otros de all adelante tuvo grande amor con los otros frailes, y
cuando alguno vena de fuera, recibale con tanta alegra y con tanto
amor, que pareca que le quera meter en las entraas; y gozbase de los
bienes y virtudes ajenas como si fueran suyas propias; y as
perseverando en aquesta caridad, trjole Dios a un amor entraable del
prjimo, tanto, que por el amor general de las nimas vino a desear
padecer martirio, y pasar entre los infieles a los convertir y predicar;
aqueste deseo y santo celo alcanz el siervo de Dios con mucho trabajo y
ejercicios de penitencia, de ayunos, disciplinas, vigilias y muy continuas
oraciones.
289 Esta visin quiso Nuestro Seor mostrar a su siervo cumplida en esta
Nueva Espaa, adonde como el primer ao que a esta tierra vino visitase
siete y ocho pueblos cerca de Mxico, y como se ayuntasen muchos a la
doctrina, y viniesen muchos a la fe y a el bautismo, viendo el siervo de
Dios tanta muestra de cristiandad en aqullos, y creyendo (como de
hecho fue as) que haba de ir creciendo, dijo a su compaero: ahora veo
cumplido lo que el Seor me mostr en espritu; y declarle la visin que
en Espaa haba visto, en el monasterio de Santa Mara del Hoyo, en
Extremadura.
298 Por mucho que hua del mundo y de los hombres por mejor vacar a
slo Dios, a tiempos no le vala esconderse, porque como colgaban de l
tantos negocios, as de su oficio como de cosas de conciencia que se
iban a comunicar con l, no le dejaban; y muchas veces los que le iban a
buscar, hablndole le vean tan fuera de s, que les responda como quien
despierta de algn pesado sueo. Otras veces, aunque hablaba y
comunicaba con los frailes, pareca que no oa ni vea, porque tena el
sentido ocupado con Dios. Eran tan enemigo de su cuerpo, que apenas le
dejaba tomar lo necesario as del sueo como del comer. En las
enfermedades, con ser ya viejo, no quera ms cama de un corcho o una
tabla, ni beber un poco de vino, ni quera tomar otras medicinas. Aunque
estaba muchas veces enfermo, jams le vimos curar con mdico, ni
curaba de otra medicina sino de la que daba salud a su nima.
299 Vivi el siervo de Dios fray Martn de Valencia en esta Nueva Espaa
diez aos, y cuando a ella vino haba cincuenta, que son por todos
sesenta. De los diez que digo los seis fue provincial, y los cuatro fue
guardin de Tlaxcala; y l edific aquel monasterio, y le llam La Madre
de Dios; y mientras en esta casa mor enseaba a los nios desde el ABC
hasta leer por latn, y pona los a tiempos en oracin, y despus de
maitines cantaba con ellos himnos; y tambin enseaba a rezar en cruz,
levantados y abiertos los brazos siete Pater Noster y siete Ave Mara, lo
cual l acostumbr siempre hacer. Enseaba a todos los indios chicos y
grandes, as por ejemplo como por palabras, y por esta causa siempre
tena intrprete; y es de notar que tres intrpretes que tuvo, todos
vinieron a ser frailes, y salieron muy buenos religiosos.
302 Los nombres de los frailes que de Espaa vinieron con este santo
varn, son: fray Francisco de Soto, fray Martn de la Corua, fray Antonio
de Ciudad Rodrigo, fray Garca de Cisneros, fray Juan de Rivas, fray
Francisco Jimnez, fray Juan Jurez, fray Luis de Fuensalida, fray Toribio
Motolinia; estos diez sacerdotes y dos legos; fray Juan de Palos, fray
Andrs de Crdoba; los sacerdotes todos tomaron el hbito en la
provincia de Santiago. Otros vinieron despus que han trabajado y
trabajan mucho en esta santa obra de la conversin de los indios, cuyos
nombres creo yo que tiene Dios escritos en el libro de la vida, mejor que
no de otros que tambin han venido de Espaa, que aunque parecen
buenos religiosos no han perseverado; y los que solamente se dan a
predicar a los espaoles, ya que algn tiempo se hallan consolados,
mientras que sus predicaciones son regadas con el agua del loor
humano, en faltndoles aquel cebillo hllanse ms secos que un palo,
hasta que se vuelven a Castilla; y pienso que esto les viene por juicio de
Dios, porque los que ac pasan no quiere que se contenten con slo
predicar a los espaoles, que para esto ms aparejo tenan en Espaa;
pero quiere tambin que aprovechen a los indios, como a ms
necesitados y para quien fueron enviados y llamados. Y es verdad que
Dios ha castigado por muchas vas a los que aborrecen o desfavorecen a
esta gente, hasta los frailes que de estos indios sienten flacamente o les
tienen manera de aborrecimiento, los trae Dios desconsolados, y estn en
esta tierra como en tormento, hasta que la tierra los alanza y echa de s
como cuerpos muertos, y sin provecho; y a esta causa algunos de ellos
han dicho en Espaa cosas ajenas de la verdad, quiz pensando que era
as, porque ac los tuvo Dios siegos. Y tambin permiti Dios que a los
tales, los indios los tengan en poco, no los recibiendo en sus pueblos y a
veces van a otras partes a buscar los sacramentos; porque sienten que
no les tienen el amor que sera razn. Y ha acontecido viniendo los tales
frailes a los pueblos, huir los indios de ellos, en especial en un pueblo
que se llama Ychclatlan, que yendo por all un fraile de cierta orden que
no les ha sido muy favorable en obra ni en palabra, y queriendo bautizar
los nios de aquel puelo, el espaol a quien estaba encomendados puso
mucha diligencia en ayuntar los nios y toda la otra gente, porque haba
mucho tiempo que no haban ido por all frailes a visitar, y deseaban la
venida de algn sacerdote; y como por la maana fuese el fraile con el
espaol, de los aposentos a la iglesia, a do la gente estaba ayuntada, y
los indios mirasen no s de qu ojo al fraile, en un instante se alborotan
todos y dan a huir cada uno por su parte, diciendo: amo, amo, que quiere
decir: no, no, que no queremos qUe ste nos bautice a nosotros, ni a
nuestros hijos. Y ni bast el espaol ni los frailes a poderlos hacer juntar,
hasta que despus fueron los que ellos queran; de lo cual no quedo poco
maravillado el espaol que los tena a cargo, y as lo contaba como cosa
de admiracin. Y aunque este ejemplo haya sido particular, yo lo digo por
todos en general los frailes de todas rdenes que ac pasan; y digo: que
los que de ellos ac no trabajan fielmente, y los que se vuelven a Castilla,
que los demandar Dios estrechsima cuenta de cmo emplearon el
talento que se les encomend. Pues qu dir a los espaoles seglares
que con stos han sido y son tiranos y crueles, que no miran ms de a
sus intereses y codicias, que los ciega, desendolos tener por esclavos y
de hacerse ricos con sus sudores y trabajo? Muchas veces o decir que
los espaoles crueles contra los indios moran a las manos de los
mismos indios, o que moran muertes muy desastradas, y de stos o
nombrar muchos; y despus que yo estoy en esta tierra lo he visto
muchas veces por experiencia, y notado en personas que yo conoca y
haba reprendido el tratamiento que los hacan.
CAPITULOIII
303 De que no se debe alabar ninguno en esta vida; y de el mucho trabajo
en que se vieron (los frailes) hasta quitar a los indios las muchas mujeres
que tenan; y cmo se ha gobernado esta tierra despus que en ella hay
audiencia.
304 Segn el consejo del Sabio, no deben ser los hombres loados en esta
caduca vida de absoluta alabanza, porque an navegar en este grande y
peligroso mar, y no saben si hallarn va para tomar el puerto seguro; a
aqul se debe con razn loar, que Dios tiene guiado de manera que est
ya puesto en salvamento, y ha llegado a el puerto de la salvacin, porque
a el fin se canta la gloria. Y esto es mi intento, de no loar a ningn vivo en
particular, sino decir loores de la buena vida y ejemplo que los frailes
menores en esta tierra han tenido; los cuales obedeciendo a Dios salieron
de su tierra dejando a sus parientes y a sus padres, dejando las casas y
monasterios en que moraban, que todos estn apartados de los pueblos,
y muchos en las montaas metidos, ocupados en la oracin y
contemplacin, con grande abstinencia y mayor penitencia; y muchos de
ellos vinieron con deseo de martirio y lo procuraron mucho tiempo antes,
y haban demandado licencia para ir entre infieles, aunque hasta ahora
Dios no ha querido que padezcan martirio de sangre. Mas trjolos a esta
tierra de Canan para que le edificasen nuevo altar entre esta gentilidad e
infieles y para que multiplicasen y ensanchasen su santo nombre y fe,
como parece en mucho captulos de este libro. De los pueblos y
provincias que convirtieron y bautizaron en el principio de la conversin
cuando la multitud vena a el bautismo, que eran tantos los que se venan
a bautizar, que los sacerdotes bautizantes muchas veces les aconteca no
poder levantar el jarro con que bautizaban por tener el brazo cansado, y
aunque remudaban, el jarro les cansaba ambos brazos, y de traer el jarro
en las manos se les hacan callos y aun llagas. A un fraile aconteci que
como hubiese poco que se haba rapado la corona y la barba, bautizando
en un gran patio a muchos indios, que an entonces no haba iglesias, y
el sol arda tanto que le quem toda la cabeza y la cara, de tal manera, que
mud los cueros todos de la cabeza y del rostro. En aquel tiempo
aconteca a un solo sacerdote bautizar en un da cuatro, y cinco y seis
mil; y en Xuchimilco bautizaron en un da dos sacerdotes ms de quince
mil; el uno ayud a tiempos y a tiempos descans ste; bautiz poco ms
de cinco mil, y el otro que ms tuvo tela bautiz ms de diez mil por
cuenta. Y porque eran muchos los que buscaban el bautismo, visitaban y
bautizaban en un da tres y cuatro pueblos, y hacan el oficio muchas
veces a el da, y salan los indios a recibirlos y a buscarlos por los
caminos y dbanlo muchas rosas y flores y algunas veces les daban
cacao, que es una bebida que en esta tierra se usa mucho, en especial en
tiempo de calor. Este acatamiento y recibimiento que hacen a los frailes
vino de mandado el seor marqus del Valle don Hernando Corts a los
indios; porque desde el principio les mand que tuviesen mucha
reverencia y acatamiento a los sacerdotes, como ellos solan tener a los
ministros de sus dolos, y tambin hacan entonces recibimientos a los
espaoles, lo cual ya todos no lo han querido consentir y han mandado a
los indios que no lo hagan, y aun con todo esto en algunas partes no
basta.
305 Despus que los frailes vinieron a esta tierra, dentro de medio ao
comenzaron a predicar, a las veces por intrprete y otras por escrito; pero
despus que comenzaron a hablar la lengua predica muy a menudo los
domingos y fiestas, y muchas veces entre semana, y en un da iban y
andaban muchas parroquias y pueblos; das hay que predican dos y tres
veces, y acabado de predicar siempre hay algunos que bautizar. Buscan
mil modos y manera para traer a los indios en conocimiento de un solo
Dios verdadero; y para apartarlos del error de los dolos dironles
muchas maneras de doctrina. A el principio para les dar sabor
enseronles el per signum crucis, el Pater Noster, Ave Mara, Credo,
Salve, todo cantado de un canto muy llano y gracioso. Sacronles en su
propia lengua de Anhuac los mandamientos en metro y los artculos de
la fe, y los sacramentos tambin cantados; y an hoy da los cantan en
muchas partes de la Nueva Espaa. Asimismo les han predicado en
muchas lenguas y sacado doctrinas y sermones. En algunos monasterios
se ayuntan dos y tres lenguas diversas; y frailes hay que predican en tres
lenguas todas diferentes, y as van discurriendo y enseando por muchas
partes, a donde nunca fue oda ni recibida la palabra de Dios. No tuvieron
tampoco poco trabajo en quitar y desarraigar a estos naturales la multitud
de las mujeres, la cual cosa era de mucha dificultad, porque se les haca
muy dura cosa dejar la antigua costumbre carnal, y cosa que tanto abraza
la sensualidad; para lo cual no bastaban fuerzas ni industrias humanas,
sino que el Padre de las misericordias les diese su gracia porque no
mirando la honra y parentesco que mediante las mujeres con muchos
contraan, y gran favor que alcanzaban, tenan con ellas mucha granjera y
quien teja y haca mucha ropa y eran muy servidos, porque las mujeres
principales llevaban consigo otras criadas. Despus de venidos a el
matrimonio tuvieron muy gran trabajo y muchos escrpulos hasta darles
la verdadera y legtima mujer, por lo muy arduos y muy nuevos casos y en
gran manera intrincados contraimientos que en estas partes se halla.
Haban stos contrado con las hijas de los hombres o del demonio de do
procedieron gigantes que son lo enormes y grandes pecados; y no se
contentaban con una mujer, porque un pecado llama y trae otro pecado,
de que se hace la cadena de muchos labones de pecados con que el
demonio los trae encadenados; mas ahora ya todos reciben el matrimonio
y ley de Dios, aunque algunas provincias an no han dejado las
mancebas y concubinas todas.
306 El continuo y mayor trabajo que con estos indios se pas, fue en las
confesiones, porque son tan continuas que todo el ao es una cuaresma,
a cualquiera hora del da y en cualquier lugar, as en las iglesias como en
los caminos; y sobre todo son los continuos enfermos; las cuales
confesiones son de muy gran trabajo; porque como los agravian las
enfermedades, y muchos de ellos unca se confesaron, y la caridad
demanda ayudarlos y disponer como quien est in articulo mortis para
que vayan en va de salvacin. Muchos de stos son sordos, otros
llagados, que cierto los confesores en esta tierra no tienen de ser
delicados ni asquerosos para sufrir esta carga; y muchos das son tantos
los enfermos, que los confesores estn como Josu rogando a Dios que
detenga el sol y alargue el da para que se acaben de confesar los
enfermos. Bien creo yo que los que en este trabajo se ejercitaren y
perseveraren fielmente, que es gnero de martirio y delante de Dios muy
acepto servicio; porque son stos como los ngeles que sealan con el
tau a los gimientes y dolientes; qu otra cosa es bautizar, desposar,
confesar, sino sealar siervos de Dios, para que no sean heridos del
ngel percuciente, y los as sealados trabajen de los defender y guardar
de los enemigos que no los consuman y acaben?
307 Tiempo fue, y algunos aos dur, que los que de oficio debieran
defender y conservar los indios, los trataban de tal manera que entraban
buenas manadas de esclavos en Mxico, hechos como Dios sabe. Y los
tributos de los indios no pequeos, y las obras que sobre todo esto les
cargaron, encima no pocas, y los materiales a su costa. Iba la cosa de tal
manera (que) como quien se come una manzana, se iban a tragar los
indios; pero el pastor de ellos, al cual principalmente perteneca de oficio,
que fue el pritner obispo de Mxico, don fray Juan de Zumrraga, y
aquellos de quien al presente hallo, que son escorias y heces del mundo,
opusironse de tal manera para que no tragasen la manzana sin las
mondaduras, y as les amargaron las cortezas; que no se tragaron ni
acabaron los indios; porque Dios, que tiene a muchos de estos indios y
muchos de sus hijos y nietos predestinados para su gloria, lo remedi, y
el Emperador desde que fue informado provey de tales personas que
desde entonces les va a los indios de bien en mejor.
308 Bien son dignos de perpetua memoria los que tan buen remedio
pusieron a esta tierra; stos fueron el obispo don Sebastin Ramrez,
presidente de la Audiencia Real, el cual tuvo singular amor a estos indios
y los defendi y conserv sabiamente, y rigi la tierra en mucha paz con
los buenos coadjutores que tuvo, los cuales, no menos gracias merecen,
que fueron los oidores que con l fueron provedos; de la cual Audiencia
haba bien qu decir, y de cmo remediaron esta tierra; que la hallaron
con la candela en la mano, que si mucho se tardaran bien la pudieran
hacer la sepultura como a las otras islas; ms de esto es lo que siento
que lo que digo; yo creo que son dignos de gran corona delante del Rey
del cielo y del de la tierra tambin. Y para todo buen aprovechamiento
trajo al seor don Antonio de Mendoza, visorrey y gobernador, que ha
echado el sello, y en su oficio ha procedido prudentemente, y ha tenido y
tiene grande amor a esta patria, conservndola en todo buen regimiento
de cristiandad y polica. Los oidores fueron el licenciado Juan de
Salmern, el licenciado Alonso Maldonado, el licenciado Ceynos, el
licenciado Quiroga.
CAPITULOIV
310 Fue tanta la humildad y mansa conversacin que los frailes menores
tuvieron en el tratamiento e inteligencia que con los indios tenan, que
con algunas veces en los pueblos de los indios quisiesen entrar o poblar
y hacer monasterios, religiosos y frailes de otras rdenes, iban los mismo
indios a rogar a el que estaba en lugar de su Majestad, que rega la tierra,
que entonces era el seor obispo don Sebastin Ramrez, dicindole que
no les diesen otros frailes sino de los de San Francisco, porque los
conocan y amaban, y eran de ellos amados; y como el seor presidente
les preguntase la causa por qu queran ms aquellos que a otros,
respondan los indios: porque stos andan pobres y descalzos como
nosotros, comen de lo que nosotros, asintanse entre nosotros,
conversan entre nosotros mansamente. Otras veces queriendo dejar
algunos pueblos para que entrasen frailes de otras rdenes, venan los
indios llorando a decir: que si se iban y los dejaban, que tambin ellos
dejaran sus casas y se iran tras ellos; y de hecho lo hacan y se iban tras
los frailes; esto yo lo vi por mis ojos. Y por esta buena humildad que los
frailes tenan con los indios, todos los seores de la Audiencia Real les
tuvieron mucho miramiento, aunque al principio venan de Castilla
indignados contra ellos, y con propsito de los reprender y abatir, porque
venan informados que los frailes con soberbia mandaban a los indios y
se enseoreaban de ellos; pero despus que vieron lo contrario
tomronles mucha aficin, y conocieron haber sido pasin lo que en
Espaa de ellos se deca.
311 Algunos trataron y conversaron con personas que pudieran ser parte
para les procurar obispados y no lo admitieron; otros fueron elegidos en
obispos y venidas las lecciones las renunciaron humildemente
excusndose diciendo que no se hallaban suficientes ni dignos para tan
alta dignidad, aunque en esto hay diversos pareceres en s acertaron o no
en renunciar: porque para esta nueva tierra y entre esta humilde
generacin convena mucho que fueran los obispos como en la primitiva
Iglesia, pobres y humildes, que no buscaran rentas, sino nimas, ni fuera
menester llevar tras s ms de su pontificial, y que los indios no vieran
obispos regalados, vestidos de camisas delgadas y dormir en sbanas y
colchones y vestirse de muelles vestiduras, porque los que tienen nimas
a su cargo han de imitar a Jesucristo en humildad y pobreza, y traer su
cruz a cuestas y desear morir en ella; pero como renunciaron
simplemente, y por se allegar a la humildad, creo que delante de Dios no
sern condenados.
312 Una de las buenas cosas que los frailes tienen en esta tierra es la
humildad, porque muchos de los espaoles los humillan con injurias y
murmuraciones, pues de parte de los indios no tienen de qu tomar
vanagloria, porque ellos les exceden en penitencia y en menosprecio. Y
as cuando algn fraile de nuevo viene de Castilla, que all era tenido por
muy penitente, y que haca raya a los otros, venido ac es como ro que
entra en la mar, porque ac toda la comunidad vive estrechamente y
guarda todo lo que se puede guardar; y si miran a los indios, verlos tan
pauprrimamente vestidos y descalzos, las camas y moradas en extremo
pobres; pues en la comida a el ms estrecho penitente exceden, de
manera que no hallarn de qu tener vanagloria ninguna; y si se rigen por
razn muy menos tendrn soberbia; porque todas las cosas son de Dios,
y el que afirma alguna cosa buena ser suya es blasfemia, porque es
querer hacerse Dios; pues luego locura es gloriarse el hombre de las
cosas ajenas, pues para esperar y recibir los bienes de la gloria que por
Cristo no son prometidos, y para sufrir los males y adversidades que a
cada paso se ofrecen a los que piadosa y justamente quieren vivir,
patientia necesaria est. Esta sufre y lleva la carga de todas la
tribulaciones y sufre los golpes de los enemigos sin ser herida el nima;
as como contra los bravos tiros de artillera ponen cosas muelles y
blandas en que ejecuten su furia, bien as contra las tentaciones y
tribulaciones del demonio y del mundo y de la carne se debe poner la
paciencia; que con lo contrario nuestra nima ser presto turbada y
rendida. De esta manera ponan los frailes la paciencia por escudo contra
las injurias de los espaoles; cuando ellos muy indignados decan, que
los frailes destruan la tierra en favorecer a los indios, y que algn da se
levantaran los indios contra ellos; los frailes para mitigar su ira
respondan con paciencia: si nosotros no defendisemos los indios, ya
vosotros no tendrades quin os sirviese. Si nosotros los favorecemos,
es para conservarlos, y para que tengis quin os sirva; y en defenderlos
y ensearlos, a vosotros servimos y vuestras conciencias descargamos;
porque cuando de ello os encargasteis, fue con obligacin de ensearlos;
y no tenis otro cuidado, sino que os sirvan y os den cuanto tienen y
pueden haber. Pues ya que tiene poco o no nada si los acabsedes
quin OS servira? Y as muchos de los espaoles, a lo menos los
nobles y los virtuosos, decan y dicen muchas veces: que si no fuera por
los frailes de San Francisco, la Nueva Espaa fuera como las Islas, que ni
hay indio a quien ensear la ley de Dios, ni quien sirva a los espaoles.
Los espaoles tambin se quejaban y murmuraban diciendo mal de los
frailes, porque mostraban querer ms a los indios que no a ellos, y que
los reprendan speramente; lo cual era causa que les faltasen muchos
con sus limosnas y les tuviesen una cierta manera de aborrecimiento. A
esto respondan los frailes diciendo: que siempre haban tenido a los
espaoles por domsticos de la fe, y que si alguno o algunos de ellos
alguna vez tenan alguna necesidad espiritual o corporal, ms ana
acudan a ellos que no a los indios; mas como los espaoles en
comparacin de los indios son muy pocos y saben bien buscar su
remedio, as espiritual como corporal, mejor que los indios, que no tienen
otros sino aquellos que han aprendido la lengua; porque los principales y
casi todos son de los frailes menores, hay razn que se vuelvan a
remediar a los indios que son tantos, y tan necesitados de remedio; y aun
con estos no pueden cumplir por ser tantos, es mucha razn que se haga
as, pues no costaron menos a Jesucristo las nimas de estos indios
como las de los espaoles y romanos, y la ley de Dios obliga a favorecer
y a animar a stos que estn con la leche de la fe en los labios, que no a
los queja tienen ya tragada con la costumbre.
313 Por la defensin de los indios, y por les procurar algn tiempo en que
pudiesen ser enseados de la doctrina cristiana, y porque no les
ocupasen en domingos ni fiestas, y por les procurar moderacin en sus
tributos, los cuales eran tan grandes que muchos pueblos no los
pudieron cumplir vendan a mercaderes renoveros que sola haber entre
allos, los hijos de los pobres y las tierras, y como los tributos eran
ordinarios, y no bastase para ellos vender lo que tenan, algunos pueblos,
casi del todo se despoblaron, y otros se iban despoblando, si no se
pusiera remedio a moderar los tributos, lo cual fue causa que los
espaoles se indignasen tanto contra los frailes, que estuvieron
determinados de matar algunos de ellos, que les pareca que por su causa
perdan el inters que sacaban de los pobres indios. Y estando por esta
causa para dejar los frailes del todo la tierra y volverse a Castilla, Dios
que socorre en las mayores tribulaciones y necesidades, no lo consinti,
porque siendo la catlica Majestad del Emperador don Carlos informado
de la verdad, procur una bula del papa Paulo III, para que de la vieja
Espaa viniesen a esta tierra ciento y cincuenta frailes.
CAPITULOV
316 En el tiempo que fray Martn de Valencia, que fueron siete meses los
que estuvo en Coatepec, siempre l y sus compaeros trabajaron en
ensear y doctrinar a la gente de la tierra, sacndoles la doctrina cristiana
en su lengua que es de zaputecas, y no slo a stos, pero en todas las
lenguas y pueblos por do iban, predicaban y bautizaban.
317 Entonces pasaron por un pueblo que se dice Mictlan, que en nuestra
lengua quiere decir infierno, adonde hallaron algunos edificios ms de ver
que en parte ninguna de la Nueva Espaa, entre los cuales haba un
templo del demonio y aposentos de sus ministros, muy de ver, en
especial una sala como de artesones. La obra era de piedra, hecha con
muchos lazos y labores; haba muchas portadas, cada una de tres piedras
grandes, dos a los lados y una por encima, las cuales eran muy gruesas y
muy anchas; haba en aquellos aposentos otra sala, que tenan unos
pilares redondos, cada uno de una sola pieza, tan gruesos, que dos
hombres abrazados con un pilar apenas se tocaban las puntas de los
dedos; seran de cinco brazas de alto. Deca fray Martn que se
descubriran en aquella costa gente ms hermosa y de ms habilidad que
sta de la Nueva Espaa, y que si Dios le diese vida que la gastara con
aquella gente como haba hecho con estotra; mas Dios no fue servido que
por l fuese descubierto lo que tanto deseaba, aunque permiti que fuese
descubierto por frailes menores; porque como uno de los compaeros del
dicho fray Martn de Valencia, llamado fray Antonio de Ciudad Rodriga,
siendo provincial en el ao de 1537, envi cinco frailes a la costa del Mar
del Norte, y fueron predicando y enseando por los pueblos de
Guazacualco44 y Puitel; aqu est poblado de espaoles, y el pueblo se
llama Santa Mara de la Victoria; ya esto es en Tabasca. Pasaron a
Xicalanco, adonde en otro tiempo haba muy gran trato de mercaderes e
iban hasta all mercaderes mexicanos y an ahora van algunos. Y
pasando a la costa adelante llegaron los frailes a Champotn y a
43
Tehuantepec.
44
Coatzacoalco.
Campech; a este Campech llaman los espaoles Yucatn. En este camino
y entre esta gente estuvieron dos aos, y hallaban en los indios habilidad
y disposicin para todo bien, porque oan de grado la doctrina y palabra
de Dios. Dos cosas notaron mucho los frailes en aquellos indios, que
fueron, ser gente de mucha verdad, y no tomar cosa ajena, aunque
estuviese cada en la calle muchos das. Salironse los frailes de esta
tierra por ciertas diferencias que hubo entre los espaoles y los indios
naturales. En el ao de 1538 envi otros tres frailes en unos navos del
marqus del Valle que fueron a descubrir por la Mar del Sur; de stos
aunque se son y dijo que haban hallado tierra poblada y muy rica, no
est muy averiguado, ni hasta ahora, que es en principio del ao de 1540,
no ha venido nueva cierta.
318 Este dicho ao envi este mismo provincial fray Antonio de Ciudad
Rodrigo, dos frailes, por la costa del Mar del Sur, la vuelta hacia el norte
por Xalisco, y por la Nueva Galicia, con un capitn que iba a descubrir; y
ya que pasaban la tierra que por aquella costa est descubierta y
conocida y conquistada, hallaron dos caminos bien abiertos; el capitn
escogi y se fue por el de la mano derecha, que declinaba la tierra
adentro, el cual a muy pocas jornadas dio en unas sierras tan speras,
que no las pudiendo pasar le fue forzado volverse por el mismo camino
que haba ido.
319 De los dos frailes adoleci el uno, y el otro, con dos intrpretes, tom
por el camino de la mano izquierda, que iba hacia la costa, hallle siempre
bierto y seguido; y a pocas jornadas dio en tierra poblada de gente pobre,
los cuales salieron a l llamndole mensajero del cielo, y como a talle
tocaban todos y besaban el hbito; acompabanle de jornada en jornada
trescientas y cuatrocientas personas, y a veces muchas ms, de los
cuales algunos en siendo hora de comer, iban a caza, de la cual haba
mucha, mayormente de liebres, conejos y venados, y ellos que se saben
dar buena maa en poco espacio tomaban cuanto queran; y dando
primero a el fraile, repartan entre s lo que haba. De esta manera anduvo
ms de trescientas leguas, y casi en todo este camino, tuvo noticia de una
tierra muy poblada de gente vestida, y que tienen casas de terrado, y de
muchos sobradios. Esta gente dicen estar pobladas a la ribera de un gran
ro, a do hay muchos (pueblos) cercados, y a tiempos tienen guerras los
seores de los pueblos contra los otros; y dicen que pasado aquel ro hay
otros pueblos mayores y ms ricos. Lo que hay en los pueblos que estn
en la primera ribera del ro dicen que son vacas menores que las de
Espaa, Y otros animales muy diferentes de los de Castilla; buena ropa,
no slo de algodn ms tambin de lana, y que hay ovejas de que se saca
aquella lana; estas ovejas no se sabe de qu manera sean. Esta gente
usan de camisas y vestiduras con que se cubren sus cuerpos. Tiene
zapatos enteros que cubren todo el pie, lo cual no se ha hallado en todo
lo hasta ahora descubierto. Tambin traen de aquellos pueblos muchas
turquesas, las cuales y todo lo dems de aqu digo haba entre aquella
gente pobre a donde alleg el fraile; no que en sus tierras se criasen, sino
que las traan de aquellos pueblos grandes adonde iban a tiempos a
trabajar, y a ganar su vida como hacen en Espaa los jornaleros.
320 En demanda de esta tierra haban salido ya muchas armadas, as por
mar como por tierra, y de todos la escondi Dios y quiso que un pobre
fraile descalzo la descubriese; el cual cuando trajo la nueva, al tiempo que
lo dijo, le prometieron que no la conquistaran a fuego y a sangre como se
ha conquistado casi todo lo que en esta tierra firme est descubierto, sino
que se les predicara el Evangelio; pero como esta nueva fue derramada,
vol brevemente por todas partes, y como a cosa hallada muchos la
quisiesen ir a conquistar; por ms bien o menor mal tom la delantera el
visorrey de esta Nueva Espaa don Antonio de Mendoza, llevando santa
intencin y buen deseo de servir a Dios en todo lo que en s fuere, sin
hacer agravio a los prjimos.
CAPITULOVI
322 De unos muy grandes montes que cercan toda esta tierra, y de su
gran riqueza y fertilidad, y de muchas grandezas que tiene la ciudad de
Mxico.
324 Lo ms alto de esta Nueva Espaa, y los ms altos montes, por estar
en la ms alta tierra, parecen ser los que estn a redor de Mxico. Est
Mxico toda cercada de montes, y tienen una muy hermosa corona de
sierras a la redonda de s, y ella est puesta en medio, lo cual le causa
gran hermosura y ornato, y mucha seguridad y fortaleza; y tambin le
vienen de aquellas sierras mucho provecho, como se dir adelante. Tiene
muy hermosos montes, los cuales la cercan toda como un muro. En ella
asiste la presencia divina en el Santsimo Sacramento, as en la iglesia
catedral como en tres monasterios que en ella hay, de agustinos,
dominicos y franciscanos, y sin stas hay otras muchas iglesias. En la
iglesia mayor reside el obispo con sus dignidades, cannicos, curas y
capellanes. Est muy servida y muy adornada de vasijas y ornamentos
para el culto divino, como de instrumentos musicales. En los monasterios
hay muchos y muy devotos religiosos, de los cuales salen muchos
predicadores, que no slo en lengua espaola ms en otras muchas
lenguas de las que hay en las provincias de los indios, los predican y
convierten a la creencia verdadera de Jesucristo.
326 Est esta ciudad de Mxico o Temistitan 45 muy bien trazada y mejor
edificada de muy buenas, grandes y muy fuertes casas; es muy proveda
y bastecida de todo lo necesario, as de lo que hay en la tierra como de
cosas de Espaa; andan ordinariamente cien arrias o recuas desde el
puerto, que se llama la Veracruz, proveyendo esta ciudad, y muchas
carretas que hacen lo mismo; y cada da entran gran multitud de indios,
cargados de bastimientos o tributos, as por tierra como por agua, en
acales o barcas, que en lengua de las islas llaman canoas. Todo esto se
gasta y consume en Mxico, lo cual pone alguna admiracin, porque se
ve claramente que se gasta ms en sola la ciudad de Mxico que en dos
ni en tres ciudades de Espaa de su tamao. La causa de esto es que
toda las casas estn muy nenas de gente, y tambin que como estn
todos holgados y sin necesidad, gastan largo.
327 Hay en ena muchos y muy hermosos cabanos; porque los hace el
maz y el continuo verde que tienen, que lo comen todo el ao, as de la
caa de maz, que es muy mejor que alcacer, y dura mucho tiempo este
pienso, y despus entra un junquillo muy bueno, que siempre le hay
verde en el agua, de que la ciudad est cercada. Tiene muchos ganados
de vacas y yeguas, y ovejas, y cabras, y puercos. Entra en ella por una
calzada un grueso cao de muy gentil agua, que se reparte por muchas
calles; por esta misma calzada tiene una muy hermosa salida, de una
parte y de otra llena de huertas que duran una legua.
328 Oh Mxico, que tales montes te cercan y coronan! Ahora con razn
volar tu fama, porque en ti resplandece la fe y evangelio de Jesucristo.
T que antes eras maestra de pecados, ahora eres enseadora de verdad;
y t que antes estabas en tinieblas y oscuridad, ahora das resplandor de
doctrina y cristiandad. Ms te ensalza y engrandece la sujeccin que tiene
a el invistsimo csar don Carlos que el tirano seoro con que otro
tiempo a todas queras sujetar. Era entonces una Babilonia, llena de
confusiones y maldades; ahora eres otra Jerusaln, madre de provincias
y reinos. Andabas e ibas a do queras, segn te guiaba la voluntad de un
idiota gentil, que en ti ejecutaba leyes brbaras; ahora muchas velan
sobre ti, para que vivas segn leyes divinas y humanas. Otro tiempo con
autoridad del prncipe de las tinieblas, anhelando amenazabas, prendas y
sacrificabas, as hombres como mujeres, y su sangre ofrecas al demonio
45
Tenochtitln, ciudad y capital de los aztecas, que dio lugar a la actual ciudad de Mxico, desde luego,
ms extensa que lo fuera la primera.
en cartas y papeles; ahora con oraciones y sacrificios buenos y justos
adoras y confiesas a el Seor de los seores. Oh Mxico! Si levantase los
ojos a tus montes, de que est cercada, veras que son en tu ayuda y
defensa ms ngeles buenos que demonios fueron contra ti en otro
tiempo, para te hacer caer en pecados y yerros.
330 En los pueblos hay muchas iglesias, porque hay pueblo, fuera de los
que tienen monasterios, de ms de diez iglesias; y stas muy bien
aderezadas, y en cada una su campana o campanas muy buenas. Son
todas las iglesias por de fuera muy devotas y lucidas y almenadas, y la
tierra en s que es alegre y muy vistosa, por causa de la frescura de las
montaas que estn en lo alto, y el agua en lo bajo, de todas partes
parece muy bien, y adornan mucho a la ciudad.
331 Parte de las laderas y lo alto de los montes son de las buenas
montaas del mundo, porque hay cedros y muchos cipreses, y muy
grandes; tanto, que muchas iglesias y casas son de madera de ciprs.
Hay muy gran nmero de pinos, y en extremos grandes y derechos; y
otros que tambin los espaoles llaman pinos y hayas. Hay muchas y
muy grandes encinas y madroos, y algunos robles. De estas montaas
bajan arroyos y ros, y en las laderas y bajos salen muchas y muy
grandes fuentes. Toda esta agua y ms la llovediza hace una gran laguna,
y la ciudad de Mxico est asentada parte dentro de ella, y parte a la orilla.
A la parte de occidente por medio del agua va una calzada que la divide;
la una parte es de muy pestfera agua, y la otra parte es de agua dulce, y
la dulce entra en la salada porque est ms alta; y aquella calzada tiene
cuatro o cinco ojos con sus puentes, por donde sale de la agua dulce a la
salada mucha agua. Estuvo Mxico a el principio fundada ms baja que
ahora est, y toda la mayor parte de la ciudad la cercaba agua dulce, y
tena dentro de s muy frescas arboledas de cedros, y cipreses y sauces,
y de otros rboles de flores; porque los indios seores no procuran
rboles de fruta, porque se la traen sus vasallos, sino rboles de floresta,
de donde cojan rosas y adonde se cren aves, as para gozar del canto
como para las tirar con cervatana, de la cual son grandes tiradores.
333 Entre estas dos sierras nevadas est el puerto que al principio solan
pasar yendo de la ciudad de los Angeles para Mxico, el cual ya no se
sigue porque los espaoles han descubierto otros caminos mejores. A la
una de estas sierras llaman los indios sierra blanca, porque siempre tiene
nieve; a la otra llaman sierra que echa humo; y aunque ambas son bien
altas, la del humo me parece ser ms alta, y es redonda desde lo bajo,
aunque el pie baja y se extiende mucho ms. La tierra que esta sierra
tiene de todas partes es muy hermosa y muy templada, en especial la que
tiene a el medioda. Este volcn tiene arriba en lo alto de la sierra una
gran boca, por la cual sola salir un grandsimo golpe de humo, el cual
algunos das sala tres y cuatro veces. Habr de Mxico a lo alto de esta
sierra o boca doce leguas, y cuando aquel humo sala parecase tan claro,
como si estuviera muy cerca, porque sala con gran mpetu y muy espeso;
y despus que suba en tanta altura y gordor como la torre de la iglesia
mayor de Sevilla, aflojaba la furia, y declinaba a la parte que el viento le
quera llevar. Este salir de humo ces desde el ao 1528, no sin grande
nota de los espaoles y de los indios. Algunos queran decir que era boca
del infierno.
CAPITULOVII
334 De los nombres que Mxico tuvo, y de quien dicen que fueron sus
fundadores: y del estado y grandeza del seor de ella, llamado Motezuma.
335 Mxico, segn la etimologa de esta lengua, algunos la interpretan
fuente o manadero; y en la verdad, en ella ya la redonda hay muchos
manantiales, por lo cual la interpretacin no parece ir muy fuera de
propsito; pero los naturales dicen, que aquel nombre de Mxico trajeron
sus primeros fundadores, los cuales dicen que se llamaban mexitli, y an
despus del algn tiempo los moradores de ella se llamaron mexitis; el
cual nombre ellos tomaron de su principal dios o dolo, porque a el sitio
en que poblaron y a la poblacin que hicieron llamaron Timixtitan, por
causa de un rbol que all hallaron, que se llamaba michtli, el cual sala de
una piedra, a la cual llamaba tetl, de manera que se dira fruta que sale de
piedra. Despus andando el tiempo y multiplicndose el pueblo y
creciendo la vecindad, hzose esta ciudad dos barrios o dos ciudades: a
el ms principal barrio llamaron Mxico, y a los moradores de l llamaron
mexicanos; estos mexicanos fueron en esta tierra como en otro tiempo
los romanos. En este barrio llamado Mxico resida el gran seor de esta
tierra, que se llamaba Moteczuma, y nombrado con mejor crianza y ms
cortesa y acatamiento le decan Moteczumatzi, que quiere decir hombre
que est enojado o grave; aqu en esta parte, como ms principal,
fundaron los espaoles su ciudad, y este solo barrio es muy grande, y
tambin hay en l muchas casas de indios, aunque fuera de la traza de los
espaoles.
336 A el otro barrio llaman Tlatetulco, que en su lengua quiere decir isleta,
porque all estaba un pedazo de tierra ms alto y ms seco que lo otro
todo, que era manantiales y carrizales. Todo este barrio est poblado de
indios; son muchas las casas y muchos ms los moradores. En cada
ciudad o barrio de stos hay una muy gran plaza, adonde cada da
ordinariamente se hace un mercado grande en el cual se ayunta infinita
gente a comprar y vender; y en estos mercados que los indios llaman
tianguez se venden de todas cuantas cosas hay en la tierra, desde oro y
plata hasta caas y homija. Llaman los indios a este barrio San Francisco
de Mxico, porque fue la primera iglesia de esta ciudad y de toda la Nueva
Espaa. A el otro barrio llaman Santiago de Tlatelulco; y aunque en este
barrio hay muchas iglesias, la ms principal es Santiago, porque es una
iglesia de tres naves; y a la misa que se dice a los indios de maana
siempre se hinche de ellos, y por la maana que abren la puerta, ya los
indios estn esperando, porque como no tienen mucho que ataviarse ni
que se componer, en esclareciendo tiran para la iglesia. Aqu en esta
iglesia est el colegio de los indios, con frailes que los ensean y
doctrinan en lo que tienen de hacer. En toda la tierra nombran los indios
primero el santo que tienen en su principal iglesia y despus el pueblo, y
as nombran: Santa Mara de Tlaxcala, San Miguel de Huexuzinco, San
Antonio de Tezcuco, etc.
346 Tena guilas reales que las de esta Nueva Espaa se pueden con
verdad decir reales, porque son en extremo grandes; las jaulas en que
estaban eran grandes y hechas de unos maderos rollizos tan gruesos
como el muslo de un hombre. Cuando el guila se allegaba a la red
adonde estaba metida, as se apartaban y huan de ella como si fuera un
len u otra bestia fiera; tienen muy fuertes presas, la mano y los dedos
tienen tan gruesa como un hombre, y lo mismo el brazo; tienen muy gran
cuerpo y el pico muy fiero. De sola una comida come un gallo de papada,
que es tan grande y mayor que un buen pavo espaol; y este gallo que
digo tiene ms de pavo que de otra ave, porque hace la rueda como el
pavo, aunque no tiene tantas ni tan hermosas plumas, y en la voz es tan
feo como es el pavo.
347 En esta tierra he tenido noticias de grifos, los cuales dicen que hay en
unas sierras grandes, que estn cuatro o cinco leguas de un pueblo que
se dice Teocn, que es hacia el norte, y de all bajaban a un valle llamado
Auacatlan, que es un valle que se hace entre dos sierras de muchos
rboles; los cuales bajaban y se llevaban en las uas a los hombres hasta
las sierras adonde se los coman y fue de tal manera, que el valle se vino
a despoblar por el temor que de los grifos tenan. Dicen los indios que
tenan las uas como de hierro fortsimas. Tambin dicen que hay en
estas sierras un animal que es como len, el cual es lanudo, sino que la
lana o vello tira algo a pluma; son muy fieros, y tienen tan fuertes dientes,
que los venados que toman comen hasta los huesos, llmase este animal
ocotochotli. De estos animales he yo visto uno de ellos; de los grifos ha
ms de ochenta aos que no aparecen ni hay memoria de ellos.
CAPITULOVIII
350 Entraron a poblar esta tierra los mexicanos, segn que por sus libros
se halla, y por memorias que tienen en libros muy de ver, de figuras y
caracteres muy bien pintadas, las cuales tenan por memoria de sus
antigedades, as como linajes, guerras, vencimientos, y otras muchas
cosas de esta calidad dignas de memoria; por los cuales libros se halla,
que los mexicanos vinieron a esta Nueva Espaa, contando hasta este
presente ao de 154046, cuatrocientos cuarenta y ocho aos; y ha que se
edific Temistitlan doscientos y cuarenta aos; y hasta hoy no se ha
podido saber ni averiguar qu gente hayan sido estos mexicanos, ni de a
46
Realmente. en el siglo XI los mexicanos aparecieron por el valle de Mxico, ms que por la Nueva
Espaa propiamente, pues sta constitua un territorio mucho ms extenso.
dnde hayan trado origen; lo que por ms cierto se tuvo algn tiempo fue
que haban venido de un pueblo que se dice Teoculhuacan, que los
espaoles nombran Culiacn; est este pueblo de Mxico doscientas
leguas; mas despus que este pueblo de Culiacn se descubri y
conquist, hllase ser de muy diferente lengua de la que hablan los
naturales de Mxico; y dems de la lengua ser otra, tampoco en ella hubo
memoria por do se creyese ni an sospechase haber salido los
mexicanos de Culiacn. La lengua de los mexicanos es la de los
nauales47.
355 De gnero de palmas hay diez o doce especies, las cuales yo he visto,
algunas de ellas llevar dtiles; yo creo que si curasen y adobasen seran
buenos; los indios como son pobres, lo comen as verdes, sin curarse
mucho de los curar. Hllanlas buenas porque las comen con salsa de
hambre. Hay caafstolos bravos, que si los ingeriesen se haran buenos,
porque ac se hacen bien los otros rboles de la caafstola. Este rbol
plantaron en la isla Espaola los frailes menores, primero que otra
persona los plantase, y ac en la Nueva Espaa los mismos frailes han
plantado casi todos los rboles de fruta, y persuadieron a los espaoles
para que plantasen ellos tambin; y ensearon a mucho a ingerir, lo cual
ha sido causa que hay (hoy) muchas y muy buenas huertas, y ha de haber
muchas ms; porque los espaoles visto que la tierra produce ciento por
uno de los que en ella plantan, danse mucho a plantar y a ingerir buenas
frutas y rboles de estima. Tambin se han hecho palmas de los dtiles
que han trado de Espaa, y en muy breve tiempo han venido a dar fruto.
Hllase en estas montaas ruiponce, y algunos dicen que hay ruibarbo,
mas no est averiguado. Hay otras muchas races y yerbas medicinales,
con que los indios se curan de diferentes y diversas enfermedades, y
tienen experiencia de su virtud. Hay unos rboles medianos que echan
unos erizos como los de las castaas, sino que no son tan grandes ni tan
speros, y de dentro estn llenos de grana colorada; son los granos tan
grandes como los de la simiente de culantro. Esta grana mezclan los
pintores con la otra que dije que es muy buena, que se llama nocheztli, de
la cual tambin hay algunas en los montes. Hay muchos morales y
moreras; las moras que dan son muy menudas. Poco tiempo ha que se
dan a criar seda; dase muy bien, y en menos tiempo que en Espaa hay
mucho aparejo para criar mucha cantidad andando el tiempo; y aunque se
comienza ahora, hay personas que sacan trescientas y cuatrocientas
libras, y aun me dicen que hay persona que en este ao de 1540 sacar
mil libras de seda. De la que ac se ha sacado, se ha teido alguna, y
sube en fineza; y metida en colada no desdice por la fineza de las colores.
Las mejores colores de esta tierra son, colorado, y azul y amarillo; el
amarillo que es de pea es lo mejor. Muchas colores hacen los indios de
flores, y cundo los pintores quieren mudar de pincel de una color en
otra, limpian el pincel con la lengua, por ser las colores hechas de zumos
de flores.
CAPITULOIX
359 Pues tomando a nuestro propsito, digo, que hay en esta tierras
sierras de yeso muy bueno, en especial en un pueblo que se dice
Cuzclatlan; en toda la tierra lo hay, pero es piedra blanca, de la cual se ha
hecho y sale bueno; ms esto que digo es de lo de los espejos, y es
mucho muy bueno. Hay tambin fuentes de sal viva, que es cosa muy de
ver los manantiales blancos que estn siempre haciendo unas venas muy
blancas, que sacada la agua y echada en unas eras pequeas y encaladas
y dndoles el sol, en breve se vuelven en sal.
360 Entre muchas frutas que hay en estos montes, y en toda la Nueva
Espaa, es una que llaman auacatl; en el rbol parece y as est colgando
como grandes brevas, aunque en el sabor tiran a piones. De estos
auacates49 hay cuatro o cinco diferencias: los comunes y generales por
toda esta tierra, y que todo el ao los hay, son los ya dichos, que son
como brevas, y de stos se ha hecho ya aceite, y sale muy bueno, as
para comer como para arder; otros hay tan grandes como muy grandes
peras, y son tan buenos, que creo que es la mejor fruta que hay en la
Nueva Espaa en sabor y en virtud; otros hay mayores que son como
calabazas pequeas y stos son de dos maneras, los unos tienen muy
grande hueso y poca carne, los otros tienen ms carne y son buenos.
Todos estos tres gneros de grandes se dan en tierra bien caliente. Otros
hay muy pequeitos, poco ms que aceitunas cordobesas; y de este
nombre pusieron los indios a las aceitunas cuando ac las vieron que las
llamaron auacates pequeos. Esta es tan buena fruta que se da a los
enfermos; de stos se abstienen los indios en sus ayunos por ser fruta de
sustancia. Digo de todos estos gneros de auacates, cmenlos los perros
y los gatos mejor que gallinas, porque yo he visto que despus de un
perro harto de gallina darle auacates, y comerlos de muy buena gana,
como un hombre arto de carne que come una aceituna. El rbol es tan
grande como grandes perales; la hoja ancha y muy verde, huele muy bien,
es buena para agua de piernas y mejor para agua de barbas.
361 Otras muchas cosas se hallan (en las) aguas vertientes de estas
montaas a la costa del norte, y he notado y visto por experiencia que las
49
Es el actual aguacate.
montaas y tierra que estn hacia el norte y gozan de este viento
aquil(n) estn ms frescas y ms fructferas. La tierra adentro hacia la
parte del sur y poniente en estos mismos montes es tierra seca, y no
llueve sino cuando es el tiempo de las aguas, y an menos que en las
otras partes de esta Nueva Espaa, y as es muy grande la diferencia que
hay de la una parte a la otra, porque puesto uno en la cumbre de los
montes de la parte del norte, como est dicho que lo ms del ao llueve, o
mollina, o niebla, tiene cubiertas las puntas de las sierras; y de la otra
parte a un tiro de ballesta, poco ms est lo ms del tiempo seco, lo cual
es muy de notar que en tan poco espacio haya tan grandes extremos.
362 En esta parte seca se hallan rboles diferentes de los de la otra parte,
como es el guayacn, que es un rbol con que se curan los que tienen el
mal de las bubas, que ac se llaman las infinitas; yo creo que este nombre
han trado los soldados y gente pltica que de poco han venido de
Castilla. Ahora de poco tiempo ac han hallado una hierba que llaman
zarzaparrilla, con la agua de sta se han curado muchos y sanado de la
misma enfermedad; de esta zarzaparrilla hay mucha.
365 La mayor necesidad que la tierra tiene y lo que la hace ser buena, es
tener abundancia de agua, de la cual hay mucha en estos montes, as de
la que llueve del cielo, de la cual muy a menudo es regada, como de
fuentes y manantiales, que de todo es abundantsima, digo a la parte del
norte y medioda; que son tantos los arroyos y ros que por todas partes
corren de estos montes, que en la verdad me acontenci6 en espacio de
dos leguas contar veinte y cinco ros y arroyos, y esto no es en la tierra
adonde ms agua haba, sino as acaso yendo de camino se me antoj de
contar los ros y arroyos que podra haber en dos leguas, para dar
testimonio de la verdad, y hall estos veinte y cinco ros y arroyos que
digo, y por otras muchas partes de estos montes se hallar esto que digo
y mucho ms, porque es la tierra muy doblada.
366 Hay en toda esta Nueva Espaa muy grandes y muy hermosas
fuentes, y algunas de ellas tan grandes, que luego como nacen de una
fuente se hacen un ro, y esto he yo visto en muchas Partes, entre las
cuales dos me parecen ser dignas de memoria, y para dar gloria y alabar a
el Seor que las cri, porque todos los espaoles que las han visto les ha
sido mucha materia de alabar y bendecir a Dios que tal cri, y todos dicen
y confiesan no haber visto semejante cosa en todas las partidas que han
andado. Ambas nacen al pie de estos montes y son de muy gentil y clara
agua. La una llaman los espaoles la fuente de Aulizapa 50, porque nace en
un pueblo que se llama de aquel nombre, que en nuestra lengua quiere
decir agua blanca, y as lo es muy clara, y sale con mucho mpetu. La otra
fuente est en un pueblo que se llama Aticpac. Esta es una fuente
redonda, tan grande, que una persona tendr que hacer con un arco echar
un bodoque de la una parte a la otra; es en el medio muy honda, por las
orillas tiene siete u ocho estados de agua, y est en toda ella la agua tan
clara, que en todas partes se ve el suelo o por mejor decir las piedras,
porque nace de entre unas grandes piedras y peas, y vse todo tan claro
como si fuese a medio estado; luego desde la fuente sale tanta agua, que
se hace un grande ro ancho y lleno de pescado, y en el mismo
nacimiento hay muchos peces y buenos. Esta fuente que digo nace a el
pie de dos sierras, y tiene encima de s un muy notable y hermossimo
50
Ahuilizapan, actualmente ciudad de Orizaba, en el estado de Veracruz. (Cf. fray Diego Durn, Historia
de las Indias de la Nueva Espaa e islas de la Tierra firme, tomo II, Mxico, Ed. Porra, 1967, pg. 177.
pen de muy graciosa arboleda, que ni pintado ni como dicen hecho de
cera no podra ser ms lindo, ni ms entallado ni mejor proporcionado; es
por debajo muy redondo, y va subiendo y ensangostndose igualmente
por todas partes; tendr de altura ms de cien estados, y as en el pen
como en la fuente haba antiguamente grandes sacrificios, como en
lugares notables. Es cierto cosa muy de mirar y de grande admiracin ver
algo desviado unos montes tan altos y tan grandes que parece cosa
imposible que por all pueda pasar ro, y all en lo profundo da Dios a los
ros sus canales y cursos, ya anchas, ya llanas, angostas, y apretadas; en
partes corren con gran mansedumbre, y por otras partes corren con tanta
furia, que ponen temor y espanto a los que los miran de verlos ir por entre
altas y grandes rocas de pea tajada, y ver entrar un gran ro por muy
eStrecha canal; otras veces hace caer los ros de tan grande altura, que
apenas se ve lo profundo, ni hay quien se ose acercar a lo mirar, y si
algn monte se le pone delante, con su furia lo mina y barrena, Y hace
paso por donde pueda colar y pasar su furia a la otra parte, dejando
encima hecha puente firme y segura del mismo monte, por donde sin
peligro se pueda pasar. En lo alto de estos montes y en lo bajo todo es
tierra poblada, y tambin en (las) riberas de los ros, y por las laderas hay
poblaciones vistosas de lejos, que adornan y hermosean en gran manera
toda aquella comarca.
368 Los pueblos que estn ms abajo de la costa, en sabiendo que los
frailes andan visitando, luego van a los recibir y a llevar en acales o
barcas, en que vengan a sus pueblos, que la tierra hacia la costa en
muchas partes se manda por los ros, por estar perdidos los caminos, por
la falta de la gente, porque est muy despoblada segn lo que sola ser
bien poblada y abundante de gente, qUe por una parte los grandes
tributos y servicios, y casas que hacan a los espaoles lejos de sus
pueblos, y esclavos que sacaron y los hicieron sin lo ser, y en otras
partes guerras y entradas que los espaoles hicieron han quedado pocos
indios; y por otra parte los tigres y leones han comido mucha gente, lo
cual no solan hacer antes que los espaoles viniesen; la causa de esto
se cree que es, que cuando la gente era mucha, los tigres y leones no
osaban salir ni bajar de las montaas altas a lo bajo, y despus
encarnizronse en los indios que moran por los caminos, o fue por
permisin de Dios, porque cuando todos los otros pueblos de la tierra
reciban la fe y el bautismo, entonces tambin fuera razn que ellos
despertaran y buscaran a el verdadero Dios, y no hicieron. Aconteciles a
stos como a los gentiles advenedizos que poblaron a Samara, que
porque no temieron a Dios ni lo adoraron, mand Dios a los leones que
descendiesen de las montaas y los matasen y comiesen, de esta manera
ac en este tiempo que digo los leones y tigres salan a los pueblos de las
costas y mataron y comieron muchos indios, y algunos espaoles a
vueltas, tanto, que casi se despoblaron muchos pueblos, y a los indios
les fue forzado a des emparar la tierra, y los que quedaron en ella morar
juntos, y hacer cercados y palenques, y an con todo esto si de noche no
se velaban no estaban seguros.
369 Otros pueblos vi yo mismo que los moradores de ellos cada noche se
acogan a dormir en alto, que ellos tienen sus casillas de paja armadas
sobre cuatro pilares de palo, y en aquella concavidad que cubre la paja,
se hace un desvn o barbacoa cerrado por todas partes, y cada noche se
suben all a dormir, y all meten consigo sus gallinas y perrillos y gatos, y
si algo se les olvida de encerrar, son tan ciertos los tigres y leones que
comen todo cuanto abajo se olvida; pero estn ya tan diestros los perros
y gatos y aves, que venida la tarde todos se ponen en cobro, sin que sea
menester taer la queda, porque todos tienen cuidado de ponerse en
cobro con tiempo, so pena de la vida y de ser comido de los leones y
tigres. Despus que se han bautizado y se confiesan y han hecho iglesias,
ha cesado mucho la crueldad de aquellas animalias.
CAPITULOXI
371 En el cual prosigue la materia, y nombra algunos grandes ros que
bajan de los montes, y de su riqueza; trata algo del Per.
372 Habiendo dicho algo de los montes, aunque sumariamente, justo ser
decir algo de los ros que en ellos salen, que son muchos y grandes,
segn que parece por la carta del navegar, adonde claramente se ve su
grandeza ser tanta, que de muchos de ellos se coge agua dulce dentro en
la mar alta, y se navegan Y suben por ellos muchas leguas, y todas sus
riberas solan ser muy pobladas de indios, aunque ahora en muchas
partes y provincias las conquistas y entradas que han hecho las armadas
han despoblado mucho la tierra, y los indios que han quedado,
temerosos, se han metido la tierra adentro. De estos ros que digo he
visto algunos, pero de slo uno quiero decir, que ni es de los mayores ni
de los menores, y por ste se podr entender la grandeza que los otros
deben tener, y qu tales deben ser.
374 Este estero o laguna que digo parte trminos entre dos pueblos; a el
uno llaman Queuhquepaltepec, y al otro Otlaitlan; ambos fueron bien
ricos y gruesos; as de gente como de todo lo dems; va tan ancho este
estero como un buen ro, y es bien hondo; y aunque lleva harta agua,
como va por tierra muy llana, parece que no corre para ninguna parte; al
mucho pescado que en l hay suben por l tiburones, lagartos, bufeos;
hay en este estero sbalos tan grandes como toninas, y as andan en
manadas y saltando sobre aguadas como toninas; hay tambin de los
sbalos de Espaa y de aquel tamao, y los unos y los otros son de
escama y manera y nombre los unos como los otros; por este estero
suben y se cran en l manates o malates; asimismo se ceban en este
estero muchas aves de muchas maneras; andan muchas garzas reales y
otras tan grandes como ellas, sino que son ms pardas y ms oscuras, y
no de tan grande cuello; andan otras aves como cigeas, y el pico es
mayor, y es una cruel bisarma; hay garzotas, de muchas de las cuales se
hacen hermosos penachos, por ser las plumas mucho mayores que las
garzotas de Espaa; hay de estas cosas sinnmero: alcatraces, cuervos
marinos; algunas de stas y otras aves somorgujando debajo del agua
sacaban muchos peces. Las otras menores aves que no saben pescar
estn esperando la pelea que los pescados grandes tienen con los
menores, y los medianos a los pequeos, y en este tiempo como se
desbarata el cardumen del pescado, y van saltando los unos y los otros
guarecindose a la orilla, entonces se ceban las aves en los peces que
saltan y en los que se van a la orilla del agua; y a el mejor tiempo vienen
de encima gavilanes y halcones a cebarse en aquellas aves que andan
cebndose en los peces, y como son tantas tienen bien en qu se cebar;
lo uno y lo otro es tan de ver, que pone admiracin ver cmo los unos se
ceban en los otros, y los otros en los otros, y cada uno tiene su matador.
Pues mirando a la ribera y prados, hay muchos venados y conejos y
liebres en grande abundancia, mayormente venados, adonde vienen los
tigres y leones a cebarse en ellos; dems de esto, de una parte y de otra
va muy gentil arboleda, que dems de las aves ya dichas, hay unas como
sierpes que los indios llaman queuhquezpal, que quiere decir sierpe de
monte; a los lagartos grandes llaman sierpe de agua. En las islas llaman a
las primeras, iguanas. Estas andan en tierra y entre tierra y agua, y
parecen espantosas a quien no las conoce; son pintadas de muchas
colores, y el largo de seis palmos, ms o menos. Otras hay en las
montaas y arboledas que son ms pardas y menores; las unas y las
otras comen en da de pescado, y su carne y sabor es como de conejo;
stas salen al sol y se ponen encima de los rboles, en especial cuando
hace da claro.
377 De dos veces que yo navegu por este estero que digo, la una fue una
tarde de un da claro y sereno, y es verdad que yo iba la boca abierta
mirando aquel Estanque de Dios, y vea cun poca cosa son las cosas de
los hombres y las obras y estanques de los grandes prncipes y seores
de Espaa, y cmo todo es cosa contrahecha adonde estn los prncipes
del mundo, que tanto trabajan por cazar las aves para volar las altaneras
desvanecindose tras ellas; y otros en atesorar plata y oro y hacer casas
y jardines y estanques; en lo cual ponen su felicidad; pues miren y
vengan aqu, que todo lo hallarn junto, hecho por la mano de Dios, sin
afn ni trabajo, lo cual todo convida a dar gracias a quien hizo y cri las
fuentes y arroyos, y todo lo dems en el mundo, criado con tanta
hermosura; y todo para servicio del hombre, y con todo ello
malcontentos; pues que desde una tierra tan rica y tan lejos como es
Espaa muchos han venido no contentos con lo que sus padres se
contentaron (que por ventura fueron mejores y para ms que no ellos), a
buscar el negro oro de esta tierra, que tan caro cuesta, y a enriquecerse y
usurpar en tierra ajena lo de los pobres indios, y tratarlos y servirse de
ellos como de esclavos. Pues mirndolo y notndolo bien, todos cuantos
ros hay en esta Nueva Espaa, qu han sido sino ros de Babilonia,
adonde tantos llantos y tantas muertes ha habido, y adonde tantos
cuerpos y nimas han perecido? Oh, y cmo lloran esto las viudas y an
las casadas en Espaa, por los ahogados en estos ros y muertos en esta
tierra y a los ac olvidados y abarraganados sin cuidado de volver a sus
casas, ni a donde dejaron sus mujeres, dadas por la ley y mandamiento
de Dios; otro dilatando su partida, no queriendo ir hasta que estn muy
ricos; y los ms de stos permite Dios que vienen a morir en un hospital!
Haba de haber para stos un fiscal que los apremiase con penas; porque
ms le valiera ser buenos por mal, que no dejarlos perseverar en su
pecado; no s si les cabr parte de la culpa a los prelados y confesores;
porque si stos hiciesen lo que es en s y los castigasen y reprendiesen;
ellos volvieran a sus casas y a remediar a sus hijos.
378 A los moradores de las islas no les bastan los indios que de ellas han
acabado y despoblado, sino buscar mil modos y maneras para con sus
armadas venir a hacer saltos a la tierra firme; denle cuanto buena color
quisiere delante de los hombres, que delante de Dios yo no s qu tal
ser.
379 Oh, qu ro de Babilonia se abri en la tierra del Per! Y cmo el
negro oro se vuelve en amargo lloro, por cuya codicia muchos vendieron
sus patrimonios, con que se pudieran sustentar tan bien como sus
antepasados! Y engaados de sus vanas fantasas, de adonde pesaban
llevar con qu se gozar, vinieron a llorar, porque antes que allegaran a el
Per, de diez apenas escapaba uno, y de ciento, diez; y de aquellos que
escapaban, allegados al Per han muerto mil veces de hambre y otras
tantas de sed, sin otros muchos e innumerables trabajos, sin los que han
muerto a espada, que no han sido la menor parte. Y porque de mil ha
vuelto uno a Espaa, y ste lleno de bienes, por ventura mal adquiridos, y
segn San Agustn, no llegarn al tercero heredero, y ellos y el oro todos
van de una color, porque con el oro cobraron mil enfermedades, unos
tullidos de bubas, otros con mal de ijada, bazo y piedra, y rones, y otras
mil maneras y gneros de enfermedades, que los que por esta Nueva
Espaa aportan en la color los conocen, y luego dicen: este perulero es; y
por uno que con todos estos males (sin el mayor mal que es el de su
alma) aporta a Espaa rico, se mueven otros mil locos a venir a buscar la
muerte del cuerpo y del nima; y pues no os contentaste con lo que en
Espaa tenales, para pasar y vivir como vuestro pasados, en pena de
vuestro yerro es razn que padezcis fatigas y trabajos sin cuento.
381 Cuando los espaoles se embarcan para venir a estas tierra, a unos
les dicen, a otros se les antoja, que van a la isla de Ofir, de donde el rey
Salomn llev el oro muy fino, y que all se hacen ricos cuantos a ella
van; otros piensan que van a las islas de Tarsis o al gran Zupango 51, a do
por todas partes es tanto el oro, que lo cogen a haldadas, otros dicen que
van en demanda de las Siete Ciudades 52, que son tan grandes y tan ricas,
que todos han de ser seores de salva. Oh, locos y ms que locos! Y si
quisiese Dios y tuviese por bien que de cuantos han muerto por estas
partes resucitase uno para que fuese a desengaar y testificar y dar
voces por el mundo, para que no viniesen los hombres a tales lugares a
buscar la muerte con sus manos! Y son como las suertes, que salen en
lleno y con preseas, veinte y salen diez o doce mil en blanco.
51
Cipango, se refiere al Japn.
52
Se refiere a las siete ciudades de Cbola, mencionadas por parte de fray Marcos de Niza y que provoc
grandes fantasas en los espaoles creyendo se trataba de ciudades bruidas en oro. Situadas en las
regiones que luego formaran Nuevo Mxico. al norte de la frontera actual de los Estados Unidos con
Mxico.
CAPITULOXII
382 Que cuenta del buen ingenio y grande habilidad que tienen los indios
en aprender todo cuanto les ensean; y todo lo que ven con los ojos lo
hacen en breve tiempo.
390 Una muy buena cosa aconteci a un clrigo recin venido de Castilla,
que no poda creer que los indios saban la doctrina cristiana, ni pater
nostre, ni Credo bien dicho; y como otros espaoles le dijesen que s, l
todava incrdulo; y a esta sazn haban salido dos estudiantes del
colegio, y el clrigo pensando que eran de los otros indios, pregunt a
uno si saba el pater noster y dijo que s, e hzosele decir, y despus
hzole decir el Credo, y djole bien; y el clrigo acusle una palabra que el
indio bien deca, y como el indio se afirmase en que deca bien, y el
clrigo que no, tuvo el estudiante necesidad de probar cmo deca bien, y
preguntle hablando en latn; reverende pater, (nato) cujus casus est?
Entonces como el clrigo no supiese gramtica, qued confuso y atajado.
CAPITULOXIII
391 De los oficios mecnicos que los indios han aprendido de los
espaoles, y de los que ellos de antes saban.
392 En los oficios mecnicos, as los que de antes los indios tenan como
los que de nuevo han aprendido de los espaoles, se han perfeccionado
mucho; porque han salido grandes pintores despus que vinieron las
muestras y imgenes de Flandes y de Italia que los espaoles han trado,
de las cuales han venido a esta tierra muy ricas piezas, porque a donde
hay oro y plata viene todo; en especial los pintores de Mxico, porque all
va a parar todo lo bueno que a esta tierra viene; y de antes no saba pintar
sino una flor o un pjaro, o una labor; y si pintaban un hombre o un
caballo, era muy mal entallado; ahora hacen buenas imgenes.
Aprendieron tambin a batir oro, porque un batidor de oro que pas a
esta Nueva Espaa, aunque quiso esconder su oficio de los indios, no
pudo, porque ellos miraron todas las particularidades del oficio y
contaron los golpes que daba con el martillo, y cmo volva y revolva el
molde, y antes que pasase un ao sacaron oro batido. Han salido tambin
algunos que hacen guadamaciles buenos, hurtado el oficio al maestro, sin
l se lo querer amostrar, aunque tuvieron harto trabajo en dar la color
dorado y plateado. Han sacado tambin algunas buenas campanas y de
buen sonido; ste fue uno de los oficios con que mejor han salido. Para
ser buenos plateros no les falta otra cosa sino la herramienta, que no la
tienen; pero una piedra sobre otra hacen una taza llana y un plato; mas
para fundir una pieza y hacerla de vaciado, hacen ventaja a los plateros
de Espaa, porque funden un pjaro que se le anda la lengua y la cabeza
y las alas; y vacan un mono u otro monstruo que se le anda la cabeza,
lengua, pies y manos; y en las manos pnenle unos trebejuelos que
parece que bailan con ellos; y lo que ms es, que sacan una pieza la
mitad de oro y la mitad de plata, y vacan un pece con todas sus escamas,
la una de oro y la otra de plata.
394 Hacen todo lo que es menester para una silla jineta, bastos y fustes,
coraza y sobrecoraza; verdad es que el fuste no le acertaban a hacer, y
como un sillero tuviese un fuste a la puerta, un indio esper a que el
sillero se entrase a comer, y hurtle el fuste para sacar otro por l, y luego
otro da a la misma hora estando el sillero comiendo, tornle a poner al
fuste en su lugar; y desde a seis o siete das vino el indio vendiendo
fustes por las calles, y fue a casa del sillero y djole si le quera comprar
de aquellos fustes, de lo cual creo yo que pes a el sillero, porque en
sabiendo un oficio los indios, luego abajan los espaoles los precios,
porque como no hay ms que un oficial de cada uno, venden como
quieren, y para esto ha sido gran matador la habilidad y buen ingenio de
los indios.
396 De la muerte de tres nios, que fueron muertos por los indios, porque
les predicaban y destruan sus dolos, y de cmo los nios mataron a el
que se deca ser dios del vino.
403 Sentenciado a muerte por estos dos delitos y por otros muchos que
se le acumularon, el dicho Martn de Calahorra ayunt los espaoles que
pudo para con seguridad hacer justicia; porque tena temor que aquel
Ayutecatlh era valiente hombre y muy emparentado, y aunque estaba
sentenciado no pareca que tena temor; y cuando le sacaron que le
llevaban a horcar iba diciendo: sta es Tlaxcala? Y cmo vosotros,
tlaxcaltecas, consents que yo muera, y no sois para quitarme de estos
pocos espaoles? Dios sabe si los espaoles llevaban temor; pero como
la justicia vena de lo alto, no bast su nimo, ni los muchos parientes, ni
la gran multitud del pueblo, sino que aquellos pocos espaoles le llevaron
hasta dejarle en la horca. Luego que se supo a dnde el padre le haba
enterrado fue de esta casa un fraile que se llamaba fray Andrs de
Crdoba, con muchos indios principales por el cuerpo de aquel nio, que
ya habr ms de un ao que estaba sepultado, y afrmanme algunos de
los que fueron con fray Andrs de Crdoba que el cuerpo estaba seco,
mas no corrompido.
404 Dos aos despus de la muerte del nio Cristbal vino aqu a Tlaxcala
un fraile domingo llamado fray Bernardino Minaya, con otro compaero,
los cuales iban encaminados a la provincia de Guaxacac; a la sazn era
aqu en Tlaxcala guardin nuestro padre de gloriosa memoria fray Martn
de Valencia, al cual los padres dominicos rogaron que les diese algn
muchacho de los enseados, para que les ayudase en lo tocante a la
doctrina cristiana. Preguntados a los muchachos si haba alguno que por
Dios quisiese ir a aquella obra, ofrecironse dos muy bonitos e hijos de
personas muy principales; a el uno llamaban Antonio; ste llevaba
consigo un criado de su edad que decan Juan, a el otro llamaban Diego;
y a el tiempo que se queran partir djoles el padre fray Martn de Valencia:
hijos mos, mirad que habis de ir fuera de vuestra tierra, y vais entre
gente que no conoce an a Dios, y que creo que os veris en muchos
trabajos; yo siento vuestros trabajos como de mis propios hijos, y an
tengo temor que os maten por esos caminos; por eso antes que os
determinis miradlo bien. A esto ambos los nios conformes, guiados por
el Espritu Santo respondieron: padre, para eso nos ha enseado lo que
toca a la verdadera fe; pues cmo no haba de haber entre tantos quien
se ofreciese a tomar trabajo por servir a Dios? Nosotros estamoS
aparejados para ir con los padre y para recibir de buena voluntad todo
trabajo por Dios; y si l fuere servido de nuestras vidas, por qu no las
pondremos por l? No mataron a San Pedro crucifcndole y degollaron
a San Pablo y San Bartolom no fue desollado por Dios? Pues por qu
no moriremos nosotros por l, si l fuere de ello servido? Entonces,
dndoles su bendicin, se fueron con aquellos dos frailes y llegaron a
Tepeaca, que es casi diez leguas de Tlaxcala. Aquel tiempo en Tepeaca no
haba monasterio como le hay ahora, ms de que se visitaba aquella
provincia desde Huexuzinco, que est otras diez leguas del mismo
Tepeaca e iba muy de tarde en tarde, por lo cual aquel pueblo y toda
aquella provincia estaba muy llena de dolos, aunque no pblicos. Luego
aquel padre fray Bernardino Minaya envi a aquellos nios a que
buscasen por todas las casas de los indios los dolos y se los trajesen, y
en esto se ocuparon tres o cuatro das, en los cuales trajeron todos los
que pudieron hallar. Y despus apartronse ms de una legua del pueblo
a buscar si haba ms dolos en otros pueblos que estaban all cerca; a el
uno llamaban Coahuvtinchan, y al otro, porque en la lengua espaola no
tiene buen nombre, le llamaban el pueblo de Ordua, porque est
encomendado a un Francisco de Ordua. De unas casas de este pueblo
sac aquel nio llamado Antonio unos dolos, e iba con l el otro su paje
llamado Juan; ya en esto algunos seores y principales se haban
concertado en matar a estos nios, segn despus pareci; la causa era
porque les quebraban los dolos y les quitaban sus dioses. Vino aquel
Antonio con los dolos que traa recogidos del pueblo de Ordua a buscar
en el otro que se dice Coauticlan si haba algunos; y entrando en una
casa, no estaba en ella ms de un nio guardando la puerta, y qued con
l el otro su criadillo; y estando all vinieron dos indios principales con
unos leos de encina, y en llegando, sin decir palabra, descargan sobre el
muchacho llamado Juan, que haba quedado a la puerta, y al ruido sali
luego el otro Antonio, y como vio la crueldad que aquellos sayones
ejecutaban en su criado, no huy, antes con grande nimo les dijo: por
qu me matis a mi compaero que no tiene l la culpa, sino yo, que soy
el que os quito los dolos, porque s que son diablos y no dioses? Y si
por ellos los habis, tomadlos all, y dejad a se que no os tiene culpa. Y
diciendo esto, ech en el suelo unos dolos que en la falda traa. Y
acabadas de decir estas palabras ya los dos indios tenan muerto a el
nio Juan, y luego descargan en el otro Antonio, de manera que tambin
all le mataron. Y en anocheciendo tomaron los cuerpos, que dicen los
que los conocieron que eran de la edad de Cristbal, y llevronlos a el
pueblo de Ordua, y echronlos en una honda barranca, pensando que
echados all nunca de nadie se pudiera saber su maldad; pero como falt
el nio Antonio, luego pusieron mucha diligencia en buscarie, y el fray
Bemardino Minaya encarglo mucho a un alguacil que resida all en
Tepeaca, que se deca lvaro de Sandoval, el cual con los padres
dominicos pusieron gran diligencia; porque cuando en Tlaxcala se los
dieron, habanles encargado mucho a aquel Antonio, porque era nieto del
mayor seor de Tlaxcala, que se llam Xicotengalth, que fue el principal
seor que recibi a los espaoles cuando entraron en esta tierra, los
favoreci y sustent con su propia hacienda, porque este Xicotengalth y
Maxixcazin mandaban toda la provincia de Tlaxcala, y este nio Antonio
haba de heredar a el abuelo, y as ahora en su lugar lo posee otro su
hermano menor que se llama don Luis Moscoso.
CAPITULOXV
406 De la ayuda que los nios hicieron para la conversin de los indios, y
de cmo se recogieron las nias indias y del tiempo que dur, y de dos
cosas notables que acontecieron a dos indias con dos mancebos.
409 En otra parte aconteci que como una casada enviudase siendo
moza, requerila y aquejbala un hombre casado, del cual no se poda
defender, y un da viose l solo con la viuda, encendido en su torpe
deseo, al cual ella dijo: Cmo intentas y procuras de m tal cosa?
Piensas que porque no tengo marido que me guarde has de ofender
conmigo a Dios? Ya que otra cosa no mirases, sino que ambos somos
cofrades de la hermandad de Nuestra Seora, y que en esto la
ofenderamos mucho, y con razn se enojara de nosotros, y no seramos
dignos de nos llamar sus cofrades, ni tomar sus benditas candelas en las
manos; por esto sera mucha razn que t me dejases, y ya que t por
esto no me quieres dejar, sbete que yo estoy determinada de antes morir
que cometer tal maldad. Fueron estas palabras de tanta fuerza y
imprimironse de tal manera en el corazn del casado, y as lo
compugieron, que luego en aquel mismo instante respondi a la mujer
dicindola: T has ganado mi nima que estaba ciega y perdida. T has
hecho como buena cristiana, y sierva de Santa Mara. Yo te prometo de
me apartar de este pecado, y de me confesar y hacer penitencia de l,
quedndote en grande obligacin para todos los das que yo viviere.
CAPITULOXVI
410 De qu cosa es provincia, y del grandor y trmino de Tlaxcala, y de
las cosas notables que hay en ella.
412 Nace en Tlaxcala una fuente grande a la parte del norte, cinco leguas
de la principal ciudad; nace en un pueblo que se llama Azumba 56, que en
su lengua quiere decir del cabeza, y as es, porque esta fuente es cabeza
y principio del mayor ro de los que entran en el Mar del Sur, el cual entra
en la mar por Zacatulo. Este ro nace encima de la venta de Atlacatepec, y
viene rodando por cima de Tlaxcala, y despus toma a dar vuelta y viene
por un valle abajo, y pasa por medio de la ciudad de Tlaxcala y cuando a
ella llega viene muy poderoso, y pasa regando mucha parte de la
provincia. Sin ste, tiene otras muchas fuentes y arroyos, y grandes
lagunas, que todo el ao tienen agua y peces pequeos.
CAPITULOXVII
422 Luego aquel da comenzaron los indios a levantar casas para todos
los moradores con quien se haban sealado los suelos, y dironse tanta
prisa que las acabaron en aquella misma semana; y no eran tan pobres
casas que no tenan bastante aposentos. Era esto en principio de las
aguas, y llovi mucho aquel ao; y (como) el pueblo an no estaba
sentado ni pisado, ni dada las corrientes que convena, andaba el agua
por todas las casas, de manera que haba muchos que burlaban del sitio y
de la poblacin, la cual est asentada encima de un arenal seco, y a poco
ms de un palmo tiene un barro fuerte y luego est la tosca. Ahora ya
despus que por sus calles dieron corrientes y pasada a el agua, corre de
manera que aunque llueva grandes turbiones y golpes de agua, todo
pasa, y desde a dos horas queda toda la ciudad tan limpia como una
Gnova. Despus estuvo esta ciudad tan desfavorecida, que estuvo para
despoblarse, y ahora ha vuelto en s y es la mejor ciudad que hay en toda
la Nueva Espaa despus de Mxico; porque informado su majestad de
sus calidades, le ha dado privilegios reales.
424 Tiene esta ciudad una de las buenas montaas que tiene ciudad en el
mundo, porque comienza a una legua del pueblo, y va por partes cinco y
seis leguas de muy grandes pinares y encinares, y entra esta montaa por
una parte a tres leguas aquella sierra de San Bartolom que es de
Tlaxcala. Todas estas montaas son de muy gentiles pastos, porque en
esta tierra aunque los pinares sean arenosos, estn siempre llenos de
muy buena yerba, lo cual no se sabe que haya en otra parte en toda
Europa. Dems de esta montaa tiene otras muchas dehesas y pastos,
adonde los vecinos traen mucho ganado ovejuno y vacuno, y yeguas. Hay
mucha abundancia de aguas, as de ros como de fuentes. Junto a las
casas va un arroyo en el cual estn ya hechas tres paradas de molinos, de
a cada dos ruedas; llevan agua de pie que anda por toda la ciudad. A
media legua pasa un gran ro, que siempre se pasa por puentes; este ro
se hace de dos brazos, el uno viene de Tlaxcala, y el otro desciende de las
sierras de Huejuzinco. Dejo de decir de otras aguas de fuentes y arroyos
que hay en los trminos de esta ciudad, por decir de muchas fuentes que
estn junto o cuasi dentro de la ciudad, y stas son de dos calidades. Las
ms cercanas a las casas son de agua algo gruesa y salobre, y por esto
no se tienen en tanto como las otras fuentes, que estn de la otra parte
del arroyo de los molinos, adonde ahora est el monasterio de San
Francisco. Estas son muy excelentes fuentes, y de muy delgada y sana
agua, son ocho o nueve fuentes: algunas de ellas tienen dos o tres
brazadas de agua. Una de estas fuentes nace en la huerta del monasterio
de San Francisco; de stas bebe toda la ciudad por ser el agua tan buena
y tan delgada. La causa de ser mala el agua que nace junto a la ciudad es
porque va por mineros de piedra de sal, y estotras todas van y pasan por
vena y mineros de muy hermosa piedra, y de muy hermosos sillares como
luego se dir.
425 Tiene esta ciudad muy ricas pedreras o canteras, y tan cerca, que a
menos de un tiro de ballesta se saca cuanta piedra quisieren, as para
labrar como para hacer cal; y es tan buena de quebrar por ser blanda, que
aunque los ms de los vecinos la sacan con barras de hierro y almadana,
los pobres la sacan con palancas de palo, y dando una piedra con otra
quiebran toda la que han menester. Estn estas pedreras debajo de tierra
a la rodilla y a medio estado, y por estar debajo de tierra es blanda;
porque puesta a el sol y aire se endurece y hace muy fuerte; y en algunas
parte que (hay) alguna de esta piedra fuera de las tierras, es tan dura, que
no curan de ella por ser tan trabajosa de quebrar, y lo que est debajo de
la tierra, aunque sea de la misma pieza es tan blanda como he dicho. Esta
piedra que los espaoles sacan es extremada de buena para hacer
paredes, porque la sacan del tamao que quieren, y es algo delgada y
ancha para trabar la obra, y es llena de ojos para recibir la mezcla; y como
esta tierra es seca y clida hcese una argamasa muy recia, y scase ms
de esta piedra en un ao que se saca en Espaa en cinco. La que sale
piedra menuda y todo el ripio de lo que se labra guardan para hacer cal, la
cual sale muy buena, y se hace mucha de ella, porque tienen los hornos
juntos adonde sacan la piedra, y los montes muy cerca, y el agua que no
falta; y lo que es ms notar es que tiene esta ciudad una pedrera de
piedra blanca de buen grano, y mientras ms van descopetando a estado
y medio y a dos estados, es muy mejor. De sta labran pilares y portadas
y ventanas, muy buenas y galanas. Esta cantera est de la otra parte del
arroyo, en un cerro, a un tiro de ballesta del monasterio de San Francisco,
y a dos tiros de ballesta de la ciudad. En el mismo cerro hay otro venero
de piedra ms recia, de la cual los indios sacan piedras para moler su
centli o maz; yo creo que tambin se sacarn buenas piedras para ruedas
de molino.
426 Despus de esto escrito se descubri un venero de piedra colorada
de muy lindo grano y muy hermosa; est (a) una legua de la ciudad.
Scanse ya tambin junto a la ciudad muy buenas ruedas de molino; las
paradas de molinos que tienen son cuatro de cada dos ruedas cada una.
427 Hay en esta ciudad muy buena tierra para hacer adobes, ladrillo y
teja; aunque teja se ha hecho poca, porque todas las casas que se hacen
las hacen con terrados. Tienen muy buena tierra para tapias y as hay
muchas heredades tapiadas y cercadas de tapia; y aunque en esta ciudad
no ha habido muchos repartimientos de indios por el gran aparejo que en
ella hay, estn repartidos ms de doscientos suelos bien cumplidos y
grandes, y ya estn muchas casas hechas, y calles muy largas y
derechas, y muy hermosas delanteras de casas; y hay disposicin y suelo
para hacer una muy buena y gran ciudad, y segn sus calidades y trato y
contratacin, yo creo que tiene de ser antes de mucho tiempo muy
populosa y estimada.
CAPITULOXVIII
428 De la diferencia que hay de las heladas de esta tierra a las de Espaa,
y de la fertilidad de un valle que llaman el Val de Cristo; y de los morales y
seda que en l se cran, y de otras cosas notables.
429 El invierno que hace en esta Nueva Espaa y las heladas y fros ni
duran tanto ni es tan bravo como en Espaa, sino tan templado, que ni
dejar la capa da mucha pena, ni traerla en verano tampoco da
pesadumbre. Pero por ser las heladas destempladas y fuera de tiempo,
qumanse algunas plantas y algunas hortalizas de las de Castilla, como
son rboles de agro, parras, higueras, granados, melones, pepinos,
berenjenas, etc.; y esto no se quema por grandes fros y heladas, que no
son muy recias, sino porque vienen fuera de tiempo; porque por Navidad
o por los Reyes vienen diez o doce das tan templados como de verano; y
como la tierra es frtil, aunque no han mucho dormido los rboles, ni ha
pasado mucho tiempo despus que dejaron la hoja, con aquellos das que
hace caliente vuelven luego a brotar; y como luego vienen otros dos o
tres das de heladas, aunque no son muy recias, por hallar los rboles
tiernos llvales todo aquello que han brotado; y por la bondad y fertilidad
de la tierra acontece muchos aos tornar los rboles a brotar y a echar
dos y tres veces hasta el mes de abril, y quemarse otras tantas veces. Los
que esto ignoran y no lo entienden, espntanse de que en Castilla,
adonde son las heladas tan recias, no se hielan las plantas de la manera
que ac se hielan. Esto que aqu digo no va fuera de propsito de contar
historias y propiedades de esta tierra, ni me aparto de loar y encarecer la
tierra y comarca de esta ciudad de los Angeles, por lo cual digo que en
esta Nueva Espaa cualquier pueblo para ser perfecto ha de tener alguna
tierra caliente, adonde tenga sus vias y huertas, y heredades, como lo
tiene sta de que hablamos.
430 A cuatro leguas de esta ciudad est un valle que se llama el Val de
Cristo, adonde los vecinos tienen sus heredades, y huertas y vias con
muchos rboles, los cuales se hacen en extremo bien de toda manera de
fruta, mayormente de granados; y en las tierras cogen mucho pan todo lo
ms del ao, que en tierra fra no se da ms de una vez como en Espaa;
ms aqu adonde digo, como es tierra caliente y no le hace malla helada, y
como este valle tiene mucha agua de pie, siembran y cogen cuando
quieren, y muchas veces acontece estar un trigo acabado de sembrar, y
otro que brota, y otro estar en berza, y otro espigando, y otro para segar;
y lo que ms ricas hace estas heredades son los morales que tienen
puestos y ponen cada da, porque hay muy grande aparejo para criar
seda. Es tan buena esta vega adonde est este valle que dicen el Val de
Cristo, que en toda la Nueva Espaa no hay otra mejor, porque personas
que se les entiende y saben conocer las tierras, dicen que es mejor esta
vega que la Vega de Granada en Espaa, ni que la de Orihuela, por lo cual
ser bien decir algo en suma de tan buena cosa como esta vega es.
431 Esta es una vega que llaman los espaoles el Valle de Atlixco, mas
entre los indios tiene muchos nombres, por ser muy gran pedazo de
tierra. Atlixco quiere decir en su lengua ojo o nacimiento de agua. Es este
lugar propiamente dos leguas encima del sitio de los espaoles o del Val
de Cristo, adonde nace una muy grande y hermosa fuente, de tanta
abundancia de agua, que luego se hace de ella un gran ro, que va
regando muy gran parte esta vega que es muy ancha, y muy larga, y de
muy frtil tierra; tiene otros ros y muchas fuentes y arroyos. Junto a esta
gran fuente est un pueblo que tiene el mismo nombre de la fuente, que
(es) Atlixco. Otros llaman a esta vega Cuauhquechula la vieja, porque en
la verdad los de Cuauhquechula la plantaron y habitaron primero; esto es
adonde ahora se llama Acapetlaca62, que para quien no sabe el nombre es
adonde se hace el mercado o tianguez de los indios; esto aqu es de lo
mejor de toda esta vega. Como los de Cuauhquechula se hubiesen aqu
algo multiplicado, cerca del ao de 140, ensorberbecidos se determinaron
y fueron a dar guerra a los de Calpa, que est arriba cuatro leguas a el pie
del volcn, y tomndolos desapercibidos mataron a muchos de ellos; y
los que quedaron retrajronse y furonse a Huexuzinco, y alironse y
confederronse con ellos, y todos juntos fueron sobre los de Acapetlaca,
y mataron muchos ms, y echronlos del sitio que tenan tomado; y los
que quedaron se retrajeron dos o tres leguas, el ro grande abajo, adonde
ahora se llama Coatepec.
62
Acapetlahuacan.
432 Pasados algunos aos, los de Cuauhquechula o Capetlaca,
arrepentidos de lo que haban hecho, y conociendo la ventaja que haba
del lugar que haban dejado a el que entonces tenan, ayuntronse, y con
muchos presentes, conocindose por culpados en lo pasado, rogaron a
los de Huexuzinco y Calpa que los perdonasen y los dejasen tornar a
poblar la tierra que haban dejado; lo cual les fue concedido, porque
todos los unos y los otros eran parientes, y descendan de una
generacin. Vueltos stos a su primer asiento tornaron a hacer sus casas
y estuvieron algunos aos en paz y sosegados, hasta que ya olvidados de
lo que haba sucedido a sus padres, volvieron a la locura primera y
tornaron a mover guerra a los de Calpa; los cuales vista la maldad de sus
vecinos, tornronse a ayuntar con los de Huexuzinco y fueron a pelear
con ellos, y matando muchos los compelieron a huir y a dejar la tierra que
ellos les haban dado, y echronlos a donde ahora estn, y edificaron a
Cuauhquechula; y porque stos fueron los primeros pobladores de esta
vega llamronla Cuauhquechula la vieja. Y desde aquella vez los de
Huexuzinco y los de Calpa repartieron entre s lo mejor de esta vega, y
desde entonces la poseen. A esto llaman los espaoles Tochmilco 63,
entindese toda aquella provincia, la cabeza de la cual se llama
Acapetlayuca; sta es la cosa ms antigua de todo este valle. Est a siete
leguas de la ciudad de los ngeles, entre Cuauhquechula y Calpa, y es
muy buena tierra y poblada de mucha gente. Dejadas las cosas que los
indios en esta vega cogen, que son muchas, y entre ellos son de mucho
provecho, como son frutas y maz, que se coge dos veces en el ao,
danse frjoles, aj y ajos, algodn, etc. Es valle adonde se plantan muchos
morales, y ahora se hace una heredad para el rey, que tiene ciento y diez
mil morales, de los cuales estn ya traspuestos ms de la mitad, y crecen
tanto, que en un ao se hacen ac mayores que en Espaa en cinco. En la
ciudad de los ngeles hay algunos vecinos de los espaoles, que tienen
cinco y seis mil pies de morales, por lo cual se criar aqu tanta cantidad
de seda que ser una de las ricas cosas del mundo, y ste ser el
principal lugar del trato de la seda; porque ya hay muchas heredades de
ella, y con la que por otras muchas partes de la Nueva Espaa se cra y se
planta desde aqu a pocos aos se criar ms seda en esta Nueva Espaa
que en toda la cristiandad, porque se cra al gusano tan recio, que ni se
muere porque le echen por ah, ni porque le dejen de dar de comer dos ni
tres das, ni porque haga los mayores truenos del mundo (que es lo que
ms dao les hace), ni ningn perjuicio sienten como en otras partes, que
si truena a el tiempo que el gusano hila, se queda muerto colgado del hilo.
En esta tierra antes que la simiente viniese de Espaa yo vi gusanos de
seda naturales y su capullo, mas eran pequeos y ellos mismos se
criaban por los rboles sin que nadie hiciese caso de ellos, por no ser
entre los indios conocida su virtud y propiedad, y lo que ms es de notar
de la seda es que se criar dos veces en el ao, porque yo he visto los
gusanos de la segunda cra en este ao de 1540, en principio de junio ya
grandecillos, y que haban dormido dos o tres veces. La razn porque se
criar la seda dos veces es porque los morales comienzan a echar hojas
desde principio de febrero, y estn en crecida y con hoja tierna hasta
agost; de manera que cogida la primera semilla, la toman a avivar, y les
63
Tochimilco.
queda muy buen tiempo y mucho, porque como las aguas comienzan ac
por abril, estn los rboles en crecida mucho ms tiempo que en Europa
ni en Africa.
434 Antiguamente estaba muy gran parte de esta vega hecha eriales, a
causa de las guerras, porque por todas partes tiene este valle grandes
pueblos, y todos andaban siempre envueltos en guerra unos contra otros,
antes que los espaoles viniesen, y aqu eran los campos a donde se
venan a dar las batallas, y adonde peleaban; y era costumbre general en
todos los pueblos y provincias, que en fin de los trminos de cada parte
dejaban un gran pedazo yermo y hecho campo, sin labrarlo, para las
guerras, y si por caso alguna vez se sembraba, que eran muy raras veces,
los que lo sembraban nunca lo gozaban, porque los contrarios sus
enemigos se lo talaban y destruan. Ahora ya todo se va ocupando de los
espaoles con ganado, y de los naturales con labranza, y de nuevo se
amojonan los trminos; y algunos que no estn bien claros determnanlos
por pleito, lo cual es causa que entre los indios haya siempre muchos
pleitos, por estar los trminos confusos.
437 Tiene esta ciudad mucho aparejo para poderse cercar, y para ser la
mayor fuerza de toda la Nueva Espaa, y para hacerse en ella una muy
buena fortaleza, aunque por ahora la iglesia basta segn es fuerte. Y
hecho esto, que se puede hacer con poca costa y en breve tiempo,
dormirn seguros los espaoles de la Nueva Espaa, quitados de los
temores y sobresaltos que ya por muchas veces han tenido; y sera gran
seguridad para toda la Nueva Espaa, porque la fortaleza de los
espaoles est en los caballos y tierra firme, lo cual todo tiene esta
ciudad: los caballos, que se cran en aquel valle y vega que est dicho, y
la tierra firme el asiento que la ciudad tiene. Asimismo est en comarca y
en el medio para ser seora y sujetar a todas partes, porque hasta el
puerto no hay ms de cuatro o cinco das de camino; y para guardar la
ciudad basta la mitad de los vecinos que tienen, y los dems para correr
el campo y hacer entradas a todas partes en tiempo de necesidad. Y hasta
que en esta Nueva Espaa haya una cosa fuerte, y que ponga algn temor
no se tiene la tierra por muy segura, por la gran multitud que hay de gente
de los naturales; pues se sabe que para cada espaol hay quince mil
indios y ms. Y pues que esta ciudad tiene tantas y tan buenas partes y
tantas buenas cualidades, y con haber tenido hartas contradicciones en el
tiempo de su fundacin y haber sido desfavorecida, ha venido a subir ya
ser tan estimada, que casi quiere dar en barba a la ciudad de Mxico, ser
justo que (de) su majestad del Emperador y Rey don Carlos su seor y
monarca del mundo, sea favorecida y mirada no ms de como ella misma
lo merece, sin aadir ninguna cosa falsamente; y con esto se podr decir
de ella que sera ciudad perfecta y acabada, alegra y defensin de toda la
tierra.
438 Es muy sana, porque las aguas son muy buenas y los aires muy
templados; tiene muy gentiles y graciosas salidas; tiene mucha caza y
muy hermosas vistas; porque de una parte tiene las sierras de
Huexuzinco, que la una es el volcn y la otra la sierra nevada; a otra parte
y no muy lejos, la sierra de Tlaxcala y otras montaas en derredor; a otras
partes tiene campos llanos y rasos. En conclusin, que en asiento y en
vista, y en todo lo que pertenece a una ciudad para ser perfecta, no le
falta nada.
CAPITULOXIX
441 Las pas en que se rematan las hojas sirven de punzones, porque
son agudas y muy recias, tanto, que sirven algunas veces de clavos,
porque entran por una pared y por un madero razonablemente; aunque su
propio oficio es servir de tachuelas cortndolas pequeas. En cosa que
se haya de volver o roblar no valen nada, porque luego saltan; y
pudenlas hacer que una pa pequea al sacarla saquen con su hebra, y
servir de hilo y aguja.
442 Las pencas tambin por s aprovechan para muchas cosas. Cortan
estas pencas, porque son largas, y en un pedazo ponen las indias el maz
que muelen, y cae all; que como lo muelen con agua y el mismo maz ha
estado en mojo, ha menester cosa limpia en que caiga; y en otro pedazo
de la penca lo echan despus de hecho masa. De estas pencas hechas
pedazos se sirven mucho los maestros que llaman amantecas, que labran
de pluma y oro, y encima de estas pencas hacen un papel de algodn
engrudado, tan delgado como una muy delgada toca, y sobre aquel papel
y encima de la penca labran todos sus dibujos; y es de los principales
instrumentos de su oficio. Los pintores y otros oficiales se aprovechan
mucho de estas hojas, hasta los que hacen casas toman un pedazo y en
l llevan el barro. Sirven tambin de canales y son buenas para ello.
443 Si a este methl o maguey no le cortan para coger vino, sino que le
dejan espigar, como de hecho muchos espigan, echa un pimpollo tan
grueso como la pierna de un hombre, y crece dos y tres brazas, y echada
su flor y simiente scase. Y adonde hay falta de madera sirve para hacer
casas, porque de l salen buenas latas, y las pencas de los verdes suplen
por teja. Cuando ha echado su rbol luego se seca todo hasta la raz, y
(lo) mismo hace despus que le han cogido el vino. Las pencas secas
aprovechan para hacer lumbre, y en las ms partes es esta la lea de los
pobres; hace muy buen fuego y la ceniza es muy buena para hacer leja.
444 Es muy saludable para una cuchillada o para una llaga fresca, tomada
una penca y echada en las brasas, y sacar el zumo as caliente es mucho
bueno para la mordedura de la vbora; han de tomar de estos magueyes
chiquitos, del tamao de un palmo y la raz que es tierna y blanca, y sacar
el zumo, y mezclado con zumo de ajenjos de los de esta tierra, y lavar la
mordedura, luego sana; esto yo lo he visto experimentar y ser verdadera
medicina: esto se entiende siendo fresca la mordedura.
445 Hay otro gnero de estos cardos o rboles de la misma manera, sino
que el color es algo ms blanquecino, aunque es tan poca la diferencia,
que pocos miran en ellos, y las hojas o pencas son un poco ms
delgadas; de ste que digo sale mejor el vino que dije que beban algunos
espaoles, y yo lo he bebido. El vinagre de ste tambin es mejor. Este
cuecen en tierra, las pencas por s y la cabeza por s, y sale de tan buen
sabor como un diacitrn no bien adobado o no muy bien hecho. Lo de las
pencas est tan lleno de hilos que no se sufre tragados, sino mascar y
chupar aquel zumo que es dulce; mas si las cabezas estn cocidas de
buen maestro, tiene tan buenas tajadas que muchos espaoles lo quieren
tanto como buen diacitrn; y lo que es de tener en ms es que toda la
tierra est llena de estos metheles, salvo la tierra caliente; la que es
templada tiene ms de estos postreros. Estas eran las vias de los indios;
y as tienen ahora todas las linderas y valladares llenas de ellos.
446 Hcese del methl buen papel; el pliego es tan grande como dos
pliegos del nuestro; y de esto se hace mucho en Tlaxcala, que corre por
gran parte de la Nueva Espaa. Otros rboles hay de que se hace en tierra
caliente, y de stos se sola gastar gran cantidad; el rbol y el papel se
llaman amatlh y de este nombre llaman a las cartas, y a los libros y al
papel amatlh, aunque el libro su nombre tiene.
448 En las pencas u hojas de este maguey hallan los caminantes agua,
porque como tiene muchas pencas y cada una como he dicho tiene vara y
media de largo, cuando llueve, algunas de ellas retienen en s el agua, lo
cual como ya los caminantes lo sepan y tengan experiencia de ello, vanlo
a buscar y muchas veces les es mucha consolacin.
CAPITULOXX
449 De cmo se han acabado los dolos, y las fiestas que los indios solan
hacer, y la vanidad y trabajo que los espaoles han puesto en buscar
dolos.
451 Las fiestas que los indios hacan, segn que en la primera parte est
dicho, con sus ceremonias y solemnidades, desde el principio que los
espaoles anduvieron de guerra, todo ces, porque los indios tuvieron
tanto que entender en sus duelos, que no se acordaban de sus dioses, ni
aun de s mismos, porque tuvieron tantos trabajos, que por acudir a
remediados ces todo lo principal.
CARTADEFRAY
TORIBIODE
MOTOLINIAAL
EMPERADORCARLOS
V
ENERO2DE1555
S.C.C.M.GraciaymisericordiaepazaDeopatre
nostroetDno.JesuXpo.
1 Tres cosas principalmente me mueven a escribir sta a V.M., y creo
sern parte para quitar parte de los escrpulos que el de las Casas 64,
Obispo que fue de Chiapa, pone a V.M. y a los de vuestros Consejos, y
ms con las cosas que agora escribe y hace imprimir.
3 Sepa V.M. que cuando el Marqus del Valle entr en esta tierra, Dios
nuestro Seor era muy ofendido, y los hombres padescan muy
cruelsimas muertes, y el demonio nuestro adversario era muy servido
con las mayores idolatras y homecidios ms crueles que jams fueron:
porque el antecesor de Moctezuma seor de Mxico llamado Ahuitzoci
(Ahuitzotzin o Ahuzotl), ofresci a los indios (sic) en un solo templo y en
un sacrificio, que dur tres o cuatro das, ochenta mil y cuatrocientos
hombres, los cuales traan a sacrificar por cuatro calles en cuatro hileras
hasta llegar delante de los dolos al sacrificadero. Y cuando los cristianos
entraron en esta Nueva Espaa, por todos los pueblos y provincias de ella
haba muchos sacrificios de hombres muertos, ms que nunca, que
64
Esta carta es, en gran parte, un desmentido contra fray Bartolom de las Casas, cuyas exageraciones
relativas a la actuacin de los espaoles en indias ha supuesto una gran desconfianza hacia sus
descripciones, sobre todo por lo que hace a sus clculos de poblacin indgena y a sus generalizaciones
sobre los comportamientos espaoles.
mataban y sacrificaban delante de los dolos; y cada da y cada hora
ofrescin a los demonios sangre humana por todas partes y pueblos de
toda esta tierra, sin otros muchos sacrificios y servicios que a los
demonios siempre y pblicamente hacan, no solamente en los templos
de los demonios, que casi toda la tierra estaba llena de ellos, mas por
todos los caminos y en todas las casas y toda la gente vacaba al servicio
de los demonios y de los dolos: pues impedir y quitar estas y otras
abominaciones y pecados y ofensas que a Dios y al prjimo pblicamente
eran hechas, y plantar nuestra santa Fe catlica, levantar por todas las
partes la cruz de Jesucristo y la confesin de su santo nombre, y haber
Dios plantado una tan grande conversin de gente, donde tantas almas se
han salvado y cada da se salvan, y edificar tantas iglesias y monasterios,
que de solos frailes menores hay ms de cincuenta monasterios
habitados de frailes, sin los monasterios de Guatemala y Yucatn, y toda
esta tierra puesta en paz y justicia, que si V.M. viese cmo por toda esta
Nueva Espaa se celebran las pascuas y festividades, y cun
devotamente se celebran los oficios de la Semana Santa y todos los
domingos y fiestas, dara mil veces alabanzas y gracias a Dios.
5 La tercera cosa es rogar por amor de Dios a V.M. que mande ver y mirar
a los letrados, as de vuestros Consejos como a los de las Universidades,
si los conquistadores, encomenderos y mercaderes de esta Nueva
Espaa estn en estado de recibir el sacramento de la penitencia y los
otros sacramentos, sin hacer instrumento pblico por escritura y dar
caucin jurada; porque afirma el de las Casas que, sin stas y otras
diligencias, no pueden ser absueltos; y a los confesores pone tantos
escrpulos, que no falta sino ponellos en el infierno. Y as, es menester
esto se consulte con el Sumo Pontfice, porque qu nos aprovechara a
algunos que hemos bautizado ms de cada (uno) trescientas mil nimas y
desposado y velado otras tantas y confesado otra grandsima multitud, si
por haber confesado diez o doce conquistadores, ellos y nos nos hemos
de ir al infierno.
6 Dice el de las Casas que todo lo que ac tienen los espaoles, todo es
mal ganado, aunque lo haya habido por granjeras; y ac hay muchos
labradores y oficiales y otros muchos, que por su industria y sudor tienen
de comer. Y para que mejor se entienda cmo lo dice o imprime, sepa V.M.
que puede haber cinco o seis aos, que por mandado de V.M. y de vuestro
Consejo de Indias me fue mandado que recogiese ciertos confisionarios
que el de las Casas dejaba ac en esta Nueva Espaa, escriptos de mano,
entre los frailes, e yo busqu todos los que haba entre los frailes
menores y los di a don Antonio de Mendoza, vuestro visorrey, y l los
quem, porque en ellos se contenan dichos y sentencias escandalosas.
Agora, en los postreros navos que aportaron a esta Nueva Espaa han
venido los ya dichos confisionarios impresos, que no pequeo alboroto y
escndalo han puesto en toda esta tierra, porque a los conquistadores y
encomenderos y a los mercaderes los llama muchas veces, tiranos,
robadores, violentadores, raptores, predones. Dice que siempre y cada
da estn tiranizando los indios, asimismo dice que todos los tributos de
indios son y han sido llevados injusta y tirnicamente. Si as fuese, buena
estaba la conciencia de V.M., pues tiene y lleva la mitad o ms de todas
las provincias y pueblos ms principales de toda esta Nueva Espaa, y
los encomenderos y conquistadores no tienen ms de lo que V.M. les
manda dar y que los indios que tuvieren sean tasados moderadamente, y
que sean muy bien tratados y mirados, como por la bondad de Dios el da
de hoy lo son casi todos, que les sea administrada doctrina y justicia. As
se hace, y con todo esto el de las Casas dice lo dicho y ms de manera
que la principal injuria o injurias hace a V.M., y condena a los letrados de
vuestros Consejos llamndolos muchas veces injustos y tiranos. Y
tambin injuria y condena a todos los letrados que hay y ha habido en
toda esta Nueva Espaa, as eclesisticos como siculares, y a los
prelados y Audiencias de V.M.: porque ciertamente el Marqus del Valle y
don Sebastin Ramrez, obispo, y don Antonio de Mendoza y don Luis de
Velasco, que agora gobierna, con los oidores, han regido y gobernado y
gobiernan muy bien ambas repblicas de espaoles e indios. Por cierto,
para con unos poquillos cnones que el de las Casas oy, l se atreve a
mucho, y muy grande parece su desorden y poca su humildad. Y piensa
que todos yerran y que l slo acierta, porque tambin dice estas
palabras, que se siguen a la letra: todos los conquistadores han sido
robadores, raptores y los ms calificados en mal y crueldad que nunca
jams fueron, como es a todo el mundo manifiesto. Todos los
conquistadores, dice, sin sacar ninguno. Ya V.M. sabe las instrucciones y
mandamientos que llevan y han llevado los que van a nuevas conquistas,
y cmo las trabajan de guardar y son de tan buena vida como el de las
Casas, y de ms reto y santo celo.
8 Una vez estaba l hablando con unos frailes y dedales que era poco lo
que haca, que no haba resistido ni derramado su sangre. Como quiera,
el menor de ellos era ms siervo de Dios y le servan ms y velaban ms
las nimas y la religin que no l, con muchos quilates; porque todos sus
negocios han sido con algunos desasosegados, para que le digan cosas
que escriba conforme a su apasionado espritu contra los espaoles,
mostrndose que ama mucho a los indios y que l solo los quiere
defender y favorecer ms que nadie. En lo cual, ac, muy poco tiempo se
ocup, si no fue cargndolos y fatigndolos. Vino el de las Casas siendo
fraile simple y aport a la ciudad de Tlaxcala, e traa tras de s, cargados,
27 37 indios, que ac se llaman tamemes; y en aquel tiempo estaban
ciertos obispos y perlados examinando una bula del papa Paulo, que
habla de los matrimonios y baptismo, y en este tiempo pusironnos
silencio que no baptizsemos a los indios adultos, y haba venido un
indio, de tres o cuatro jornadas, a se baptizar, y haba demandado el
baptismo muchas veces, y estaba bien aparejado, catequizado y
enseado. Entonces yo, con otros frailes, rogamos mucho al de las Casas
que baptizase aquel indio, porque venia de lejos, y despus de muchos
ruegos demand muchas condiciones de aparejos para el baptismo,
como si l solo supiera ms que todos, y ciertamente aquel indio estaba
bien aparejado. Y ya que dijo que lo baptizara, vistise una sobrepelliz
con su estola, y fuimos con l tres o cuatro religiosos a la puerta de la
iglesia do el indio estaba de rodillas, y no s qu achaque se tom, que
no quiso bautizar al indio, y dejnos y fuese. Yo entonces dije al de las
Casas: como?, Padre, todos vuestro celos y amor que decs que tenis
a los indios, se acaba en traerlos cargados y andar escribiendo vidas de
espaoles y fatigando a los indios, que slo vuestra caridad trais
cargados ms indio que treinta frailes? Y pues un indio no bautizis ni
doctrinis, bien sera que pagsedes a cuantos trais cargados y
fatigados.
12 Habr cuatro aos que pasaron por Chiapa y su tierra dos religiosos, y
vieron cmo por mandado del de las Casas, an en el artculo de la
muerte no absolvan a los espaoles que pedan confisin, ni haba quin
bautizase los nios hijos de los indios que por los pueblos buscaban el
bautismo -y estos frailes que digo, bautizaron muy muchos. Dicen en
aquel su confisionario, que los encomenderos son obligados a ensear a
los indios que le son encargados, y as es la verdad; mas decir adelante,
que nunca, ni por entresueo, lo han hecho, en esto no tiene razn,
porque muchos espaoles por s y por sus criados los han enseado
segn su posibilidad; y otros muchos, a do no alcanzan frailes, han
puesto clrigos en sus pueblos; y casi todos los encomenderos han
procurado frailes, ans para los llevar a sus pueblos como para que los
vayan a ensear y a les administrar los santos sacramentos. Tiempo
hubo, que algunos espaoles ni quisieran ver clrigo ni fraile por sus
pueblos; mas das ha que muchos espaoles procuran frailes, y sus
indios han hecho monesterios y los tienen en sus pueblos; y los
encomenderos proveen a los frailes de mantenimiento y vestuario y
ornamentos, y no es maravilla que el de las Casas no lo sepa, porque l
no procur de saber sino lo malo y no lo bueno, ni tuvo sosiego en esta
Nueva Espaa ni deprendi lengua de indios ni se humill ni aplic a les
ensear. Su oficio fue escribir procesos y pecado que por todas partes
han hecho los espaoles: y esto es lo que mucho encarece, y ciertamente
slo este oficio no le llevar al cielo. Y lo que as escribe no es todo cierto
ni muy averiguado. Y (si) se mira y notan bien los pecados y delitos
atroces que en sola la ciudad de Sevilla han acontecido, y los que la
justicia ha castigado de treinta aos a esta parte, se hallaran ms delitos
y maldades, y ms feas, que cuantas han acontecido en toda esta Nueva
Espaa despus que se conquist, que son treinta y tres aos. Una de las
cosas que es de haber compasin en toda esta tierra, es de la ciudad de
Chiapa y su subjeto, que despus que el de las Casas all entr por
obispo qued destruida en lo temporal y espiritual, que todo lo encon. Y
plega a Dios no se diga de l que dej las nimas en las manos de los
lobos y huy: quia mercenarius est et non pastor, et non pertinen ad eum
de ovibus.
13 Cuando algn obispo renuncia el obispado para dejar una iglesia que
por esposa recibi, tan grande obligacin, y mayor, es el vnculo que a
ella tiene que a otra profesin de ms bajo estado; y as se da con gran
solemnidad. Y para dejar y desempararla, grandsima causa ha de haber, y
donde no la hay, la tal renunciacin ms se llama apostasa y apostatar
del alto y muy perfecto estado obispal, que no otra cosa. Y si fuera por
causa de muy grandes enfermedades o para meterse en un monesterio
muy estrecho para nunca ver hombre ni negocios mundanos, aun
entonces no sabemos si delante de Dios est muy seguro el tal obispo;
mas, para hacerse procurador en corte y para procurar, como agora
procura, que los indios le demanden por proptetor, cuando la carta en que
aquesto demandaba se vio en una congregacin de frailes menores, todo
se rieron de ella y no tuvieron que responder ni que hablar de tal desvaro
-y no mostrar el all carta de captulo o congregacin de frailes menores-
y tambin procura quede ac le enven dineros y negocios.
14 Estas cosas a quin parecern bien? Yo creo que V.M. las aborrecer,
porque es clara tentacin de nuestro adversario para desasosiego suyo y
de los otros. V.M. le deba mandar encerrar en un monesterio porque no
sea causa de mayores males: que si no, yo tengo temor que ha de ir a
Roma, y ser causa de turbacin en la corte romana.
17 Tambin dice que todo cuanto los espaoles tienen, cosa ninguna hay
que no fuese robada. Y en esto injuria a V.M. y a todos los que ac
pasaron, as a los que trujeron haciendas como a otros muchos que las
han comprado y adquirido justamente. Y el de las Casas los deshonra por
escripto y por carta impresa. Pues cmo? as se ha de infamar por un
atrevido una nacin espaola con su prncipe, que maana lo leern los
indios y las otras naciones?
18 Dice ms: que por estos muchos tiempos y aos nunca habr justa
conquista ni guerra contra indios. De las cosas que estn por venir,
contegibles, de Dios es la providencia, y l es el sabidor de ellas y aqul a
quien su Divina Majestad las quisiera revelar, y el de las Casas en lo que
dice quiere ser adevino o profeta, y ser no verdadero profeta, porque
dice el Seor, ser predicado este Evangelio en todo el universo antes de
la consumacin del mundo. Pues a V.M. convienen de oficio darse presa
que se predique el santo Evangelio por todas estas tierras, los que no
quisieren or de grado el santo Evangelio de Jesucristo, sea por fuerza;
que aqu tiene lugar aquel proverbio: ms vale bueno por fuerza que malo
por grado; y segn la palabra del Seor por el tesoro hallado en el campo
se deben dar y vender todas las cosas y comprar luego aquel campo, y
pues sin dar mucho prescio puede V.M. haber y comprar este tesoro de
preciosas margaritas, que costaron el muy rico prescio de la sangre de
Jesucristo; porque si esto V.M. no procura, quin hay en la tierra que
pueda y deba ganar el precioso tesoro de nimas que hay derramadas por
estos campos y tierras?
19 Cmo se determina el de las Casas a decir que todos los tributos son
y han sido mal llevados, y vemos que preguntando al Seor si se dara
tributo a Csar o no, respondi que s, y l dice que son mal llevados? Si
miramos cmo vino el seoro e impero Romano, hallamos que primero
los babilnicos, en tiempo de Nabucodonosor Magno tomaron por guerra
el seoro de los asiros, que, segn San Jernimo, dur aquel reino ms
de mil e trescientos aos. Y este reino de Nabucodonosor fue la cabecera
de oro de la estatua que l mismo vio, segn la interpretacin de Daniel,
cap. 2.; y Nabucodonosor fue el primer monarca y cabeza del imperio.
Despus, los persas y medos destruyeron a los babilnicos en tiempo de
Ciro y Daro, y este seoro fueron los pechos y brazos de la misma
estatua. Fueron dos brazos, conviene saber, Ciro y Daro, y persas y
medos. Despus los griegos destruyeron a los persas en tiempo de
Alejandro Magno, y este seoro fue el vientre y muslos de metal, y fue de
tanto sonido este metal, que se oy por todo el mundo, salvo en esta
tierra y sali la fama y temor del grande Alejandro, que est escrito siluit
terra in conspectu ejus. Y como conquistase a Asia, los de Europa y
frica le enviaron embajadores y le fueron a esperar con dones a
Babilonia, y all le dieron la obediencia. Despus, los romanos subjetaron
a los griegos y stos fueron las piernas y pies de yerro, que todos los
metales consume y gasta. Despus, la piedra cortada del monte sin
manos, cort y disminuy la estatua e idolatra, y ste fue el reino de Xpo.
Durante el seoro de los emperadores romanos dijo el Seor que se
diese el tributo a Csar. Yo no me meto a determinar si fueron estas
guerras ms o menos lcitas que aqullas, o cul es ms lcito tributo,
ste o aqul: esto determnenlo los Consejos de V.M. Mas es de notario
que el profeta Daniel dice en el mismo captulo: que Dios muda los
tiempos y edades, y pasa los reinos de un seoro en otro; y esto, por los
pecados, segn paresce en el reino de los cananeos, que lo pas Dios en
los hijos de Israel con grandsimos castigos; y el reino de Judea, por el
pecado y muerte del Hijo de Dios, lo pas a los romanos; y los imperios
aqu dichos. Lo que yo a V.M. suplico es que el quinto reino de Jesucristo,
significado en la piedra cortada del monte sin manos, que ha de henchir y
ocupar toda la tierra, del cual reino V.M. es el caudillo y capitn que
mande V.M. poner toda la diligencia que sea posible para que este reino
se cumpla y ensanche y se predique a estos infieles o a los ms
cercanos, especialmente a los de la Florida, que estn aqu a la puerta.
25 Todo esto digo con el deseo de servir e informar a V.M. de lo que esta
tierra siento y he visto por espacio de treinta aos que ha que pasamos
por ac por mando de V.M., cuando trujimos los breves y bulas de Len y
Adriano que V.M. procur. Y haban de pasar ac y traer las dichas bulas
el cardenal de Santa Cruz Fray Francisco de Quiones y el padre Fray
Juan Clapin, que Dios tiene. Y de doce, que al principio de la conversin
de esta gente venimos, ya no hay ms de dos vivos. Y reciba V.M. esta
carta con la intencin que la escribo, y no valga ms de cuanto fuere
conforme a razn, justicia y verdad. Y quedo como mnimo capelln
rogando a Dios su santa gracia siempre more en la bendita nima de V.M.
para que siempre haga a su santa voluntad. Amn.
29 Bastar debiera al de las Casas haber dado su voto y decir lo que senta
cerca del encomendar los indios a los espaoles, y que le quedara por
escripto, y que no lo imprimiera con tantas injurias, deshonras y
vituperios. Sabido est qu pecado comete el que deshonra y disfama a
uno; y ms el que disfama a muchos; y mucho ms el que disfama a una
Repblica y nascin. Si el de las Casas llamase (una vez) a los espaoles
y moradores de esta Nueva Espaa, de tiranos y ladrones y robadores y
homecidas y crueles salteadores, cien veces pasara; pero llamrselo cien
veces ciento, ms de la poca caridad y menos piedad que en sus palabras
y escripturas tiene -y dems de las injurias y agravios y afrentas que a
todos hace-, por hablar en aquella escriptura con V.M. fuera mucha razn
que se templara y hablara con alguna color de humildad. Y qu pueden
aprovechar y edificar las palabras dichas sin piedad ni humanidad? Por
cierto, poco. Yo no s por qu razn, por lo que uno hizo, quiera el de las
Casas condenar a ciento; y lo que cometieron diez, por qu lo ha de
atribuir a mil y disfama a cuantos ac han estado y estn. Dnde se hall
condenar a muchos buenos por pocos malos? Si el Seor hallara diez
buenos en tiempo de Abraham y de Lot, perdonara a muy muchos.
Cmo? Porque en Sevilla y en Crdoba se hallan algunos ladrones y
homecidas y herejes, los de aquellas ciudades son todos ladrones y
tiranos y malos? Pues no ha tenido Mxico Tenochtitln menos
obediencia y lealtad a su Rey con las otras ciudades y villas de la Nueva
Espaa. Y es mucho ms de agradecer cuanto ms lejos est de su Rey.
31 Cuando yo supe lo que escriba el de las Casas, tena queja de los del
Consejo, porque consentan que tal cosa se imprimiese. Despus, bien
mirado, vi que la impresin era hecha en Sevilla al tiempo que los navos
se queran partir, como cosa de hurto y mal hecho. Y creo que ha sido
cosa permitida por Dios y para que se sepan y respondan a las cosas del
de las Casas, aunque ser con otra templanza y caridad, y ms de los que
sus escripturas merecen, porque l se convierte a Dios, y satisfaga a
tantos como ha daado y falsamente imfamado y para que en esta vida
pueda hacer penitencia, y tambin para que V.M. sea informado de la
verdad y conozca el servicio que el capitn D. Hernando Corts y sus
compaeros le han hecho, y la muy leal fidelidad que siempre esta Nueva
Espaa ha tenido a V.M., por cierta dina de remuneracin.
32 Y sepa V.M. por cierto que los indios de esta Nueva Espaa estn bien
tratados y tienen menos pecho y tributo que los labradores de la vieja
Espaa, cada uno en su manera. Digo casi todos los indios, porque
algunos pocos pueblos hay que su tasacin se hizo antes de la gran
pestilencia, que no estn modeficados sus tributos: estas tasaciones ha
de mandar V.M. que se tornen a hacer de nuevo. Y el da de hoy los indios
saben y entienden muy bien su tasacin, y no darn un tomn de ms en
ninguna manera, ni el encomendero les osar pedir un cacao ms de lo
que tienen en su tasacin, ni tampoco el confesor los absolver si no lo
restituyesen, y la justicia los castigara cuando lo supiese. Y no hay aquel
descuido ni tiranas, que el de las Casas tantas veces dice, porque, gloria
sea a Dios, ac ha habido en lo espiritual mucho cuidado y celo en los
predicadores y vigilancia en los confesores, y en los que administran
justicia, obidiencia para ejecutar lo que V.M. manda cerca del buen
tratamiento y defensin de estos naturales. Y esto no lo han causado
malos tratamientos, porque ha muchos aos que los indios son bien
tratados, miradas y defendidos. Ms halo causado muy grandes
enfermedades y pestilencias que en esta Nueva Espaa ha habido, y cada
da se van apocando estos naturales.
33 Cal sea la causa, Dios es el sabidor, porque sus juicios son muchos y
a nosotros escondidos. Si la causan los grandes pecados e idolatras que
en esta tierra haba, no lo s. Empero veo que la tierra de promisin que
posean aquellas siete generaciones idlatras, por mandado de Dios
fueron destruidas por Josu, y despus se pobl de hijos de Israel, en
tanta manera, que cuando David cont el pueblo lo hall en diez tribus, de
solos varones fuertes de guerra, ochocientos mil; y despus, en el tiempo
del rey As, de los dos tribus, en la batalla que dio Zara al rey de los
etopes, se hallaron quinientos y ochenta mil hombres de guerra. Y fue tan
pobladsima aquella tierra, que en sola la ciudad de Jerusaln se lee que
haba ms de ciento y cincuenta mil vecinos; y agora, en todos aquellos
reinos, no hay tantos vecinos como sola haber en Jerusaln, ni como la
mitad. La causa de aquella destruccin y la de esta tierra e islas, Dios la
sabe: que cuando ms medios y remedios V.M. y los Reyes Catlicos, de
santa memoria, humanamente han sido posible proveer, lo han provedo.
Y no basta ni ha bastado consejo ni podero humano para lo remediar.
Gran cosa es que se hayan salvado muchas nimas, y cada da se salvan,
y se han impedido y estorbado muchos males e idolatras y homecidios y
grandes ofensas de Dios.
35 Toda esta tierra est carsima y falta de bastimentos, lo cual sola muy
mucho abundar y muy barato todo, y ya que la gente estaba pobre, tenan
que comer. Agora, los espaoles pobres y deudados, mucha gente ociosa
y deseosa que hobiese en los naturales la menor ocasin del mundo para
los robar, porque dicen que los indios estn ricos y los espaoles pobres
y muriendo de hambre. Los espaoles que algo tienen, procuran de hacer
su pella y volverse a Castilla. Los navos que de ac parten, van cargados
de oro e plata; as de V.M. como de mercaderes y hombres ricos, y quedan
los pobres en necesidad66.
36 Ya V.M. podr ver en qu puede parar una tierra que tiene su rey e
gobernacin dos mil leguas de s. E ya el asiento de esta tierra ms
conviene a los indios que a los espaoles. Dejo de decir las razones por
no ser ms prolijo. Y para dar asiento a esta tierra s que V.M. tiene buena
voluntad y ciencia y experiencia para el cmo, y no faltan oraciones para
que Dios d su gracia. Tengo confianza que se ha de acertar y que ha de
ser Dios servido con lo que V.M. determinare, y esta tierra remediada.
66
Desde luego, la idea que se tiene de que todos los espaoles se enriquecieron resulta ser incorrecta,
porque en realidad, aparte de los muchos que dejaron sus vidas en la aventura americana, la mayoa
permanecieron pobres.
37 En el tratado que imprimi el de las Casas o Casaus, entre otras cosas
principalmente yerra en tres, esto es, en el hacer de los esclavos, en el
nmero y en el tratamiento.
38 Cuanto al hacer de los esclavos en esta Nueva Espaa, pone all trece
maneras de hacellos, que una ninguna es as como l escribe. Bien
parece que supo poco de los ritos y costumbres de los indios de esta
Nueva Espaa. En aquel libro que dio, en la 4a. parte, en el captulo 22 y
23, se hallarn once maneras de hacer esclavos, y aquellas son las que
dimos al obispo de Mxico. Tres o cuatro frailes hemos escrito de las
antiguallas y costumbre que estos naturales tuvieron, e yo tengo lo que
los otros escribieron, y porque a m me cost ms trabajo y ms tiempo,
no es maravilla que lo tenga mejor recopilado y entendido que otro.
42 Dicen que en todas las indias nunca hubo causa justa para hacer uno
ni ningn esclavo. Tal sabe. l dice que l no ha salido de Mxico ni de
sus alrededores: que no es maravilla que sepa poco de esto. El de las
Casas estuvo en esta tierra obra de siete aos, y fue, como dicen, que
llev cinco de calle. Fraile ha habido en esta Nueva Espaa, que fue de
Mxico hasta Nicaragua, que son cuatrocientas leguas, que no se le
quedaron en todo el camino dos pueblos que no predicase y dijese misa y
ensease y bautizase nios o adultos, pocos o muchos. Y los frailes ac
han visto y sabido un poco ms que el de las Casas cerca del buen
tratamiento de los esclavos. As la justicia, de su oficio, como los frailes
predicadores y confesores, que desde el principio hubo frailes menores y
despus vinieron los de las otras rdenes, stos siempre tuvieron
especial cuidado que los indios, especialmente los esclavos, fuesen bien
tratados y enseados en toda doctrina y cristiandad y Dios, que es el
principal obrador de todo bien. Luego los espaoles comenzaron a
ensear y llevar a las iglesias a sus esclavos a bautizar y a que se
enseasen, y a los casar; y los que esto no hacan, no los absolvan. Y
muchos aos ha que los esclavos y criados de espaoles estn casados
in facie ecclesiae. E yo he visto muy muchos, as en lo de Mxico,
Guaxaca y Guatemala, como en otras partes, casados con sus hijos e sus
casas e su peculio, buenos cristianos y bien casados. Y no es razn que
el de las Casas diga que el servicio de los cristianos pesa ms que cien
torres y que los espaoles estiman en menos los indios que las bestias y
aun que el estircol de las plazas. Parsceme que es gran cargo de
conciencia atreverse a decir tal cosa a V.M.
45 Y algunos que murmuraron del Marqus del Valle, que Dios tiene, y
quieren ennegrecer y escurecer sus obras, yo creo que delante de Dios
no son sus obras tan acetas como lo fueron las del Marqus. Aunque
como hombre, fuese pecador, tena fe y obras de buen cristiano y muy
gran deseo de emplear la vida y hacienda por ampliar y aumentar la fe de
Jesucristo, y morir por la conversin de estos gentiles. Y en esto hablaba
con mucho espritu, como aquel a quien Dios haba dado este don y
deseo y le haba puesto por singular capitn de esta tierra de Occidente.
Confesbase con muchas lgrimas y comulgaba devotamente, y pona a
su nima y hacienda en mano del confesor para que mandase y
dispusiese de ella todo lo que convena a su conciencia. Y as, busc en
Espaa muy grandes confesores y letrados con los cuales orden su
nima e hizo grandes restituciones y largas limosnas. Y Dios le visit con
grandes aflicciones, trabajos y enfermedades para purgar sus culpas y
alimpiar su nima. Y creo que es hijo de salvacin y que tiene mayor
corona que otros que lo menosprecian. Desde que entr en esta Nueva
Espaa trabaj mucho de dar a entender a los indios el conocimiento de
un Dios verdadero y de les hacer predicar el Santo Evangelio. Y les deca
cmo era mensajero de V.M. en la conquista de Mxico. Y mientras en
esta tierra anduvo, cada da trabajaba de or misa, ayunaba los ayunos de
la Iglesia y otros das por devocin. Deparle Dios en esta tierra dos
intrpretes, un espaol que se llamaba Aguilar y una india que se llam
Doa Marina. Con stos predicaba a los indios y les daba a entender
quin era Dios y quin eran sus dolos. Y as, destrua los dolos y cuanta
idolatra poda. Trabaj de decir verdad y de ser hombre de su palabra, lo
cual aprovech mucho con los indios. Traa por bandera una cruz
colorada en campo negro, en medio de unos fuegos azules y blancos, y la
letra deca: amigos, sigamos la cruz de Cristo, que si en nos hubiere fe,
en esta seal venceremos.
48 Siempre que el capitn tena lugar, despus de haber dado a los indios
noticia de Dios, les deca que lo tuviesen por amigo, como a mensajero de
un gran Rey y en cuyo nombre vena; y que de su parte les prometa
seran amados y bien tratados, porque era grande amigo del Dios que les
predicaba. Quin as am y defendi los indios en este mundo nuevo
como Corts? Amonestaba y rogaba muchos a sus compaeros que no
tocasen a los indios ni a sus cosas, y estando toda la tierra llena de
maizales, apenas haba espaol que osase coger una mazorca. Y porque
un espaol llamado Juan Polanco, cerca del puerto, entr en casa de un
indio y tom cierta ropa, le mand dar cien azotes. Y a otro llamado Mora,
porque tom una gallina a indios de paz, le mand ahorcar, y si Pedro de
Alvarado no le cortase la soga, all quedara y acabara su vida. Dos negros
suyos, que no tenan cosa de ms valor, porque tomaron a unos indios
dos mantas y una gallina, los mand ahorcar. Otro espaol, porque
desgaj un rbol de fruta y los indios se le quejaron, le mand afrentar.