Fray Toribio de Benavente - Historia de Los Indios de Nueva España

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FrayToribiodeBenavente

Historiadelosindios
delaNuevaEspaa
Epstolaproemial

1 Epstola proemial de un fraile menor al ilustrsimo seor don Antonio


Pimentel, sexto conde de Benavente, sobre la relacin de los ritos
antiguos, idolatrias y sacrificios de los indios de la Nueva Espaa, y de la
maravillosa conversin que Dios en ellos ba obrado. Declrase en esta
epstola el origen de los que poblaron y se enseorearon de la Nueva
Espaa.

2 La paz del muy Alto Seor Dios nuestro sea siempre con su nima.
Amn.

3 Nuestro Redentor y Maestro Jesucristo en sus sermones formaba las


materias, parbolas y ejemplos segn la capacidad de los oyentes; a cuya
imitacin, digo, que los caballeros cuerdos se deben preciar de lo que su
rey seor se precia; porque lo contrario hacer, sera gran desatino; y de
aqu es, que cuando en la corte el emperador se precia de justador, todos
los caballeros son justadores; y si el rey se inclina a ser cazador, todos
los caballeros se dan a la caza; y el traje que el rey ama y se viste, de
aqul se visten los cortesanos. Y de aqu es, que como nuestro verdadero
Redentor se preci de la cruz, que todos los de su corte se preciaron ms
de la misma cruz, que de otra cosa ninguna, como verdaderos cortesanos
que entendan y conocan que en esto estaba su verdadera salvacin. Y
de aqu es, que el hombre de ninguna cosa se precia ms que de la razn,
que le hace hombre, capaz y merecedor de la gloria, y le distingue y
aparta de los brutos animales. Dios se preci (tanto) de la cruz, que se
hizo hombre y por ella determin de redimir el humanal linaje; y pues el
seor se precia del fruto de la cruz, que son las nimas de los que se han
de salvar, creo yo que vuestra seora, como cuerdo y leal siervo de
Jesucristo, se gozar en saber y or la salvacin y remedio de los
convertidos en este nuevo mundo, que ahora la Nueva Espaa se llama,
adonde por la gracia y voluntad de Dios cada da tantas y tan grandes y
ricas tierras (se descubren), adonde Nuestro Seor Jesucristo es
nuevamente conocido, y su santo nombre y fe ensalzado y glorificado,
cuya es toda la bondad y virtud que en vuestra seora y en todos los
virtuosos prncipes de la tierra resplandece; de lo cual no es menos
dotado vuestra seora que lo fueron todos sus antepasados,
mayormente vuestro nclito y verdadero padre don Alonso Pimentel,
conde quinto de Benavente, de buena y gloriosa memoria, cuyas pisadas
vuestra seora en su mocedad bien imita, mostrando ser no menos
generoso que catlico seor de la muy afamada casa y excelente dictado
de Benavente, por lo cual debemos todos sus siervos y capellanes
estudiar y trabajar de servir y reagradecer las mercedes recibidas; y a
esta causa suplico a vuestra seora reciba este pequeo servicio quitado
de mi trabajo y ocupacin, hurtado al sueo algunos ratos, en los cuales
he recopilado esta relacin y servicio que a vuestra seora presento; en
la cual s que ha quedado tan corto que podra ser notado de los
prcticos en esta tierra y que han visto y entendido todo o lo ms que
aqu se dir.

4 Y porque esta obra no vaya coja de lo que los hombres naturalmente


desean saber, y aun en la verdad es gloria de los seores y prncipes
buscar y saber secretos, declarar en sta brevemente lo que ms me
parezca de (a) la relacin conveniente.

5 Esta tierra de Anhuac, o Nueva Espaa, llamada (as) primero por el


Emperador nuestro seor; segn los libros antiguos que estos naturales
tenan de caracteres y figuras, que sta era su escritura, a causa de no
tener letras, sino caracteres, y la memoria de los hombres ser dbil y
flaca. Los viejos de esta tierra son varios en declarar las antigedades y
cosas notables de esta tierra, aunque algunas cosas se han colegido y
entendido por sus figuras, cuanto a la antigedad y sucesin de los
seores que seorearon y gobernaron esta tan grande tierra; lo cual aqu
no se tratar, por parecerme no ser menester dar cuenta de personas y
nombres que mal se pueden entender ni pronunciar; baste decir cmo en
el tiempo que esta tierra fue conquistada por el buen caballero y
venturoso capitn Hernando Corts, marqus que ahora es del Valle, era
supremo rey y seor uno llamado Motezuma1, y por nombre de mayor
dictado llamado de los indios Motecumazin. Haba entre estos naturales
cinco libros, como dije, de figuras y caracteres 2. El primero habla de los
aos y tiempos. El segundo de los das y fiestas que tenan todo el ao. El
tercero de los sueos, embaimientos y vanidades y ageros en que
crean. El cuarto era el del bautismo y nombres que daban a los nios. El
quinto de los ritos y ceremonias y ageros que tenan en los matrimonios.
De todos stos, del uno, que es el primero, se puede dar crdito, porque
habla la verdad, que aunque brbaros y sin letras, mucha orden tenan en

1
La palabra correcta sera Motecuhzoma. o Motecuhzomatzin. por el reverencial Tzin o sufijo que
acompaa al nombre. Sin embargo. lo habitual es llamarle Moctezuma.
2
Los principales eran cuatro:
a) Tonalpohualli, constituido por un grupo de glifos en los que estaban dibujados 13 numerales con sus
figuras. Su interpretacin iba dirigida a informar sobre el destino de las personas que lo consultaban a un
sacerdote especializado.
b) Xiuhpohualli, o calendario de 20 signos, tambin acompaado de sus respectivos numerales. Estaba
relacionado con la cuenta de los das.
e) Tonalmatl. cdice de carcter calendrico. a la vez que adivinatorio.
d) Xiuhmatl, cdice en el que se anotaban los aos distinguidos por sucesos extraordinarios.
Cada uno de estos cdices mencionados por Motolinia tenan que ver con el calendario y constituan un
conocimiento especializado a cargo de personas vinculadas con las clases altas.
contar los tiempos, das, semanas, meses y aos, y fiestas, como
adelante parecer.

6 Asimismo figuraban las hazaas e historias de vencimientos y guerras,


y el suceso de los seores principales; los temporales y notables seales
del cielo, y pestilencia generales; en qu tiempo y de qu seor
acontecan; y todos los seores que principalmente sujetaron esta Nueva
Espaa, hasta que los espaoles les vinieron a ella. Todo esto tienen por
caracteres y figuras que lo dan a entender. Llaman a este libro, Libro de la
cuenta de los aos, y por lo que de este libro se ha podido colegir de los
que esta tierra poblaron, fueron tres maneras de gente, que an ahora hay
algunos de aquellos nombres. A los unos llamaron chichimecas, los
cuales fueron los primeros seores de esta tierra. Los segundos son los
de Culiua. Los terceros son los mexicanos.

7 De los chichimecas no se halla ms de que ha ochocientos aos que


son moradores de esta tierra, aunque se tiene por cierto ser mucho ms
antiguos, sino que no tenan manera de escribir ni figurar, por ser gente
brbara y que vivan como salvajes. Los de Culiua (Colhua) se halla que
comenzaron a escribir y hacer memoriales por sus caracteres y figuras.
Estos chichimecas no se halla que tuviesen casa, ni lugar, ni vestidos, ni
maz, ni otro gnero de pan, ni otras semillas. Habitaban en cuevas y en
los montes; mantenanse de races del campo, y de venados y liebres, y
conejos y culebras. Comanlo todo crudo, o puesto a secar al sol; y an
hoy da hay gente que vive de esta manera, segn que ms larga cuenta
dar a vuestra seora el portador de sta, porque l con otros tres
compaeros estuvieron cautivos por esclavos ms de siete aos, que
escaparon de la armada de Pnfilo de Narvez, y despus se huyeron, y
otros indios los trajeron y sirvieron camino de ms de setecientas leguas,
y los tenan por hombres cados del cielo; y stos descubrieron mucha
tierra encima de la Nueva Galicia, adonde ahora van a buscar las siete
ciudades. Ya son venidos mensajeros y cartas cmo han descubierto
infinita multitud de gente. Llmase la primera tierra la provincia de Cbola;
crese que ser gran puerta para adelante. Tenan y reconocan estos
chichimecas a uno por mayor, al cual supremamente obedecan. Tomaban
una sola por mujer, y no haba de ser parienta. No tenan sacrificios de
sangre, ni dolos; mas adoraban al sol y tenanle por dios, al cual ofrecan
aves y culebras y mariposas. Esto es lo que de estos chichimecas se ha
alcanzado a saber.

8 Los segundos fueron los de Culiua (Colhua). No se sabe de cierto de a


dnde vinieron, ms de que no fueron naturales, sino que vinieron treinta
aos despus que los chichimecas habitaban en la tierra, de manera que
hay memoria de ellos de setecientos y setenta aos; y que eran gente de
razn y labraron y cultivaron la tierra, y comenzaron a edificar y hacer
casas y pueblos, y a la fin comenzaron a comunicarse con los
chichimecas, y a contraer matrimonios, y casar unos con otros, aunque
se sabe que esto no les dur ms de ciento y ochenta aos.
9 Los terceros, como hice mencin, son los mexicanos, de los cuales se
tratar adelante. Algunos quieren sentir que son de los mismos de Culiua
(Colhua) y crese ser as, por ser la lengua toda una; aunque se sabe
que estos mexicanos fueron los postreros, y que no tuvieron seores
principales, mas de que se gobernaban por capitanes. Los de Culiua
(Colhua) parecieron gente de ms cuenta y seores principales. Los unos
y los otros vinieron a la laguna de Mxico. Los de Culiua (Colhua)
entraron por la parte de oriente, y edificaron un pueblo que se dice
Tullantzinco, diez y siete leguas de Mxico; y de all fueron a Tula, doce
leguas de Mxico, a la parte del norte, y vinieron poblando hacia
Tetzcoco, que es en la orilla del agua de la laguna de Mxico, cinco leguas
de traviesa, y ocho de bojeo. Tetzcoco est a la parte de oriente, y Mxico
al occidente, la laguna en medio. Algunos quieren decir que Tetzcoco se
dice Coliua (Colhua) por respeto de stos que all poblaron. Despus el
seoro de Tetzcoco fue tan grande como el de Mxico. De all de
Tetzcoco vinieron a edificar a Cuaotichan (Coatlichan) que es poco ms
de legua de Tetzcoco, a la orilla del agua, entre oriente y medioda. De all
fueron a Culiuaca (Colhuacan) a la parte del medioda, tiene a Mxico al
norte dos leguas, por una calzada. All en Colhuacan asentaron y
estuvieron muchos aos. Adonde ahora es la ciudad de Mxico era
entonces pantanos y cenegales, salvo un poco que estaba enjuto como
isleta. All comenzaron los de Culiua (Colhua) a hacer unas pocas de
casas de paja, aunque siempre el seoro tuvieron en Culiuaca
(Colhuacan) y all resida el seor principal.

10 En este medio tiempo vinieron los mexicanos, y entraron tambin por


el puerto llamado Tula, que es a la parte del norte a respecto de Mxico, y
vinieron hacia el poniente poblando hasta Ascapulco (Azcapotzalco) poco
ms de una legua de Mxico. De all fueron a Tlacuba (Tlacopan) y a
Chapultepec, adonde nace una excelente fuente que entra en Mxico, y de
all poblaron a Mxico.

11 Residiendo los mexicanos en Mxico, cabeza de seoro, y los de


Culiua (Colhua) en Culiuaca (Colhuacan) en esta sazn se levant un
principal de los de Culiua (Colhua) y con ambicin de seorear mat a
traicin al seor de los de Culiua (Colhua), el cual era ya treceno seor
despus que poblaron, y levantse por seor de toda la tierra; y como era
sagaz quiso, por reinar sin sospecha, matar a un hijo que haba quedado
de aquel seor a quien l haba muerto, el cual por industria de su madre
se escap de la muerte y se fue a Mxico, adonde estando muchos das,
creci y vino a ser hombre, y los mexicanos, visto su buena manera,
trataron con l matrimonios, de suerte que cas con veinte mujeres, una
en vida de otras, y todas hijas y parientas de los ms principales de los
mexicanos, de las cuales hubo muchos hijos, y de stos descienden
todos los ms principales seores de la comarca de Mxico. A ste
favoreci la fortuna cuanto desfavoreci a su padre, porque vino a ser
seor de Mxico, y tambin de Culiuaca (Colhuacan), aunque no de todo
el seoro; y dio en su vida a un hijo el seoro de Culiua (Colhua) y l
qued ennobleciendo a Mxico, y rein y seore en ella cuarenta y seis
aos.
12 Muerto este seor, que se llamaba Acamapuchi 3, sucedile, un hijo4, de
tanto valor, y ms que el padre, porque por su industria sujet muchos
pueblos, al cual despus sucedi un hermano suyo 5, al cual mataron sus
vasallos a traicin aunque no sin muy gran culpa suya, por vivir en
mucho descuido.

13 A este tercero seor sucedi otro hermano llamado Izcoazi 6, que fue
muy venturoso, y venci en batallas, y sujet muchas provincias, e hizo
muchos templos, y engrandeci a Mxico.

14 A ste sucedi otro seor llamado Ueve (Hueue) Moteuczoma 7, que


quiere decir Moteuczoma el viejo, que fue nieto del primer seor. Era entre
esta gente costumbre de heredar los seoros los hermanos si los tena, y
a los hermanos sucedan otra vez el hijo del mayor hermano, aunque en
algunas partes suceda el hijo al padre; pero el suceder los hermanos era
ms general, y en los mayores seoros, como eran Mxico y Tetzcoco.

15 Muerto el viejo Moteuczoma sin hijo varn, sucedile una hija legtima 8,
cuyo marido fue un pariente suyo muy cercano, de quien sucedi y fue
hijo Moteuczomatzin9, el cual reinaba en el tiempo que los espaoles
vinieron a esta tierra de Anhuac. Este Moteuczomatzin reinaba en mayor
prosperidad que ninguno de sus pasados, porque fue hombre sabio, y
que se supo hacer aceptar y temer, y as fue el ms temido seor de
cuantos en esta tierra reinaron. Esta diccin tzin, en que fenecen los
nombres de los seores aqu nombrados, no es propia del nombre, sino
que se aade por cortesa y dignidad, que as lo requiere esta lengua.

16 Este Moteuczoma tena por sus pronsticos y ageros que su gloria,


triunfo y majestad no haba de durar muchos anos; y que en su tiempo
haba de venir gente extraa a esta tierra, y por esta causa viva triste,
conforme a la interpretacin de su nombre; porque Moteuczoma quiere
decir hombre triste, y saudo, y grave, y modesto, que se hace temer y
acatar, como de hecho ste lo tuvo todo.

17 Estos indios adems de poner por memorias, caracteres y figuras las


cosas ya dichas, y en especial el suceso y generacin de los seores y

3
Acamapichtli: 1376-1396.
4
Huitzilihuitl: 1396-1417.
5
Chimalpopoca: 1417-1427.
6
Itzcatl: 1427-1440, Fue el fundador de la Triple Alianza, formada por Tenochtitln, Tezcoco y Tlacopan
o Tacuba. En su tiempo se ampli el imperio azteca. Dicha Triple Alianza distribua el botln de guerra
sobre la base de 2/5 a Tenochtitln, 2/5 a Tezcoco y l/5 a Tlacopan. Durante este tiempo se hicieron
conquistas importantes, entre otras, se sacudieron el yugo de Azcapotzalco, ciudad vecina a Tenochtitln
y a la que estaban sometidos los aztecas. a la vez que obligados a pagar tributo de vasallaje.
7
Huehue Motecuhzoma Ilhuicamina, o Viejo seor enojado flechador del cielo, 1440 - 1469.
8
Axayacatl: cara del agua, 1469-1481. Aunque Motolinia no lo menciona, a ste le sigui Tizoc (1481-
1486). Le sucedi Ahuitzotl (1486-1502), quien extendi el imperio azteca hasta el ro Balsas, en el
Pacfico, y hasta el ro Tuxpan, en el actual estado de Tabasco.
9
Motecuhzoma Xocoyotzin (1502-1520). Cabe sealar que a partir del asedio de Tenochtitln, y tras la
muerte de Motehcuzoma, le sucedieron Cuitlhuac (1520) y Cuauhtmce (1521-1525), condenado a
muerte por Hemn Corts. De hecho, era un aliado-prisionero de Corts en la expedicin a las Hibueras, y
en 1521 haba ya perdido su poder poltico, claramente en poder de los espaoles.
linajes principales, y cosas notables que en su tiempo acontecan,
haba(n) tambin entre ellos personas de buena memoria que retenan y
saban contar y relatar todo lo que se les preguntaba; y de stos yo top
con uno, a mi ver harto hbil y de buena memoria, el cual sin
contradiccin de lo dicho, con brevedad, me dio noticia y relacin del
principio y origen de estos naturales, segn su opinin y libros entre ellos
ms autnticos.

18 Pues ste dice, que estos indios de la Nueva Espaa traen principio de
un pueblo llamado Chicunmuitotlec (Chicomoztoc), que en nuestra lengua
castellana quiere decir siete cuevas; y como un seor de ellos hubo siete
hijos, de los cuales el mayor y primognito pobl Cuauhcachula, y otros
muchos pueblos, y su generacin vino poblando hasta salir a Teocan,
Cuzcatln y Theutinclan.

19 Del segundo hijo, llamado Tenoch, vinieron los tenochcas, que son los
mexicanos, y as se llama la ciudad de Mxico, Tenuchca.

20 El tercero y cuarto hijos tambin poblaron muchas provincias y


pueblos, hasta dnde est ahora la ciudad de los Angeles edificada,
adonde hubieron grandes batallas y reencuentros segn que en aquel
tiempo se usaba, y poblaron tambin adelante, adonde ahora est un
pueblo de gran trato, adonde se solan ayuntar muchos mercaderes de
diversas partes y de lejos tierras, iban all a contratar, que se dice
Xicalanco. Otro pueblo del mismo nombre me acuerdo haber visto en la
provincia de Mexcalzinco, que es cerca del puerto de Veracruz, que
poblaron los xicalancas; y aunque estn ambos en una costa, hay mucha
distancia del uno al otro.

21 Del quinto hijo, llamado Mixtecatl, vinieron los mixtecas. Su tierra


ahora se llama Mixtecapan, la cual es un gran reino: desde el primer
pueblo hacia la parte de Mxico, que se llama Acatln, hasta el postrero,
que se dice Tutatepec, que est en la costa del Mar del Sur, son cerca de
ochenta leguas. En esta Mixteca hay muchas provincias y pueblos, y
aunque es tierra de muchas montaas y sierras, va toda poblada. Hace
algunas vegas y valles; pero no hay vega en toda ella tan ancha que pase
de una legua. Es tierra muy doblada y rica, adonde hay minas de oro y
plata, y muchos y muy buenos morales, por lo cual se comenz a criar
aqu primero la seda; y aunque en esta Nueva Espaa no ha mucho que
esta granjera se comenz, se dice que se cogern en este ao ms de
quince mil libras de seda; y sale (tan) buena, que dicen los maestros que
la tratan, que la tonozti es mejor que la joyante de Granada; y la joyante
de esta Nueva Espaa es muy extremada de buena seda.

22 Es esta tierra muy sana. Todos los pueblos estn en alto, en lugares
secos. Tiene buena templanza de tierra y es de notar que en todo tiempo
del ao se cra la seda, sin faltar ningn mes. Antes que esta carta
escribiese en este ao de 1541, anduve por esta tierra que digo, ms de
treinta das; y por el mes de enero vi en muchas partes semilla de seda,
una que reviva, y gusanicos negros y otros blancos, de una dormida, y
de dos, y de tres, y de cuatro dormidas; y otros gusanos grandes fuera de
las panelas, en zarzos; y otros gusanos hilando, y otros en capullo, y
palomitas que echaban simiente. Hay en esto que dicho tengo, tres cosas
de notar; la una poderse avivar la semilla sin ponerla en los pechos, ni
entre ropa como se hace en Espaa; la otra, que en ningn tiempo se
mueren los gusanos, ni por fro ni por calor; y haber en los morales hoja
verde todo el ao; y esto es por la gran templanza de la tierra. Todo esto
oso afirmar porque soy de ello testigo de vista; y digo: que se podr criar
seda en cantidad dos veces en el ao, y poca siempre todo el ao, como
est dicho.

23 En el fin de esta tierra de la Mixteca est el rico valle y fertilsimo de


Huaxacac10, del cual se intitula el seor marqus benemrito don
Hernando Corts, en el cual tiene muchos vasallos. Est en medio de este
valle, en una ladera edificada la ciudad de Antequera, la cual es
abundantsima de todo gnero de ganados, y muy proveda de
mantenimientos, en especial trigo y maz. En principio de este ao vi
vender en ella la hanega de trigo a real, que en esta tierra no se estima
tanto un real, como en Espaa, medio. Hay en esta ciudad muy buenos
membrillos y granados, y muchos y muy buenos higos, que duran casi
todo el ao, y hcense en la tierra las higueras muy grandes y hermosas.

24 Del postrero hijo descienden los othomis (otomes), llamados de su


nombre, que se llamaba Otomilth. Es una de las mayores generaciones de
la Nueva Espaa. Todo lo alto de las montaas, o la mayor parte, a la
redonda de Mxico, estn llenas de ellos. La cabeza de su seoro creo
que es Xilotepec, que es una gran provincia, y las provincias de Tula y
Otumba casi todas son de ellos, sin que en lo bueno de la Nueva Espaa
hay muchas poblaciones de estos othomes de los cuales proceden los
chichimecas; y en la verdad estas dos generaciones son las de ms bajo
metal, y de gente ms brbara de toda la Nueva Espaa, pero hbiles para
recibir la fe, y han venido y vienen con gran voluntad a recibir el bautismo
y la doctrina cristiana.

25 No he podido bien averiguar cul de estos hermanos fue a poblar la


provincia de Nicaragua, mas de cuanto s que en tiempo de una gran
esterilidad, compelidos muchos indios con necesidad, salieron de esta
Nueva Espaa, y sospecho que fue en aquel tiempo que estuvo cuatro
aos que no llovi en toda la tierra; porque se sabe que en este propio
tiempo por el Mar del Sur fueron gran nmero de canoas o barcas, las
cuales aportaron y desembarcaron en Nicaragua, que est de Mxico ms
de trescientas y cincuenta leguas y dieron guerra a los naturales que all
tenan poblado, y los desbarataron y echaron de su seoro, y ellos se
quedaron, y poblaron all aquellos naturales (nahuales); y aunque no ha
(haca) ms de cien aos, poco ms o menos, cuando los espaoles
descubrieron aquella tierra de Nicaragua, que fue en el ao de 1522, y fue
descubierta por Gil Gonzlez de Avila, apodaron haber en la dicha
provincia quinientas mil nimas. Despus se edific all la ciudad de
Len, que es cabeza de aquella provincia. Y aunque muchos se
10
Actualmente, ciudad de Oaxaca, en la Repblica Mexicana.
maravillaron en ver que Nicaragua sea y est poblada de naturales
(nahuales), que son de la lengua de Mxico, y no sabiendo cundo ni por
quin fue poblada, pongo aqu la manera, porque apenas hay quien lo
sepa en la Nueva Espaa.

26 El mismo viejo, padre de los arriba dichos, cas segunda vez (con una
mujer llamada Chimalmatlh), la cual la gente crey que haba salido y sido
engendrada de la lluvia y del polvo de la tierra; y asimismo crean que el
mismo viejo y su primera mujer haban salido de aquel lugar llamado
siete cuevas, y que no tenan otro padre ni otra madre. De aquella
segunda mujer Chimalmatlh, dicen que hubo un hijo solo que se llam
Quetzalcoatl, el cual sali hombre honesto y templado, y comenz a hacer
penitencia de ayunos y disciplinas, y a predicar, segn se dice, la ley
natural, y ensear por ejemplo y por palabra el ayuno; y desde este
tiempo comenzaron muchos en esta tierra a ayunar; y no fue casado, ni
se le conoci mujer, sino que vivi honesta y castamente. Dicen que fue
ste el primero que comenz el sacrificio, y a sacar sangre de las orejas y
de la lengua; no por servir al demonio, sino en penitencia contra el vicio
de la lengua y del or; despus el demonio lo aplic a su culto y servicio.

27 Un indio llamado Chichimecatl at una cinta o correa de cuero al brazo


de Quetzalcoatl, en lo alto cerca del hombro, y por aquel hecho y
acontecimiento de atarle el brazo llamronle Acaliuath (Acolhuatl) y de
ste dicen que vinieron los de Coliua (Colhua), antecesores de
Moteuczoma, seores de Mxico y de Culiuacan ya dichos. A este
Quetzalcoatl tuvieron los indios por uno de los principales (de sus dioses
y llambanle Dios del aire y por todas partes), le edificaron infinito
nmero de templos, y levantaron su estatua y pintaron su figura.

28 Acerca del origen de estos naturales hay diversas opiniones, en


especial de los de Culiua o Aculiua (Colhua o Acolhua), que fueron los
principales seores de esta Nueva Espaa; y as las unas opiniones como
las otras declarar a vuestra ilustrsima seora.

29 Los de Tetzcoco, que en antigedad y seoro no son menos que los


mexicanos, se llaman hoy da acuhuaque (acolhuas) y toda su provincia
junta se llama Acuhuaca (Acolhuacan) y este nombre les qued de un
valiente capitn que tuvieron, natural de la misma provincia, que se llam
por nombre Aculi, que as se llama aquel hueso que va desde el codo
hasta el hombro y del mismo hueso llaman al hombro aculi. Este capitn
Aculi era como otro Sal, valiente y alto de cuerpo, tanto que de los
hombros arriba sobrepujaba a todo el pueblo, y no haba otro a l
semejante. Este Aculi fue tan animoso y esforzado y nombrado en la
guerra, que de l se llam la provincia de Tezcuco, Acaliuaca (Tetzcoco,
Acolhuacan).

30 Los tlaxcaltecas que recibieron y ayudaron a conquistar la Nueva


Espaa a los espaoles son de los nahuales, esto es, de la misma lengua
que los mexicanos. Dicen que sus antecesores vinieron de la parte del
noroeste, y para entrar en esta tierra navegaban ocho o diez das; y de los
ms antiguos que de all vinieron tenan dos saetas, las cuales guardaban
como preciosas reliquias, y las tenan por principal seal para saber si
haban de vencer la batalla, o si se deban de retirar con tiempo. Fueron
estos tlaxcaltecas gente belicosa, como se dir adelante en la tercera
parte. Cuando salan a la batalla llevaban aquellas saetas dos capitanes,
los ms sealados en esfuerzo, y en el primer reencuentro heran con
ellas a los enemigos, arrojndolas de lejos, y procuraban hasta la muerte
de tornarlas a cobrar; y si con ellas heran y sacaban sangre, tenan por
cierta la victoria, y animbanse todos mucho para vencer, y con aquella
esperanza esforzbanse para herir y vencer a sus enemigos; y si con las
dichas saetas no heran a nadie ni sacaban sangre, lo mejor que podan
se retiraban, porque tenan por cierto agero que les haba de suceder
mal en aquella batalla. Volviendo al propsito: los ms ancianos de los
tlaxcaltecas tienen que (vinieron) de aquella parte del noroeste; y all
sealan y dicen que vinieron los nahuales, que es la principal lengua y
gente de la Nueva Espaa; y esto mismo sienten y dicen otros muchos.
Hacia esta misma parte de noroeste estn ya conquistadas y descubiertas
quinientas leguas, hasta la provincia de Cbola; y yo tengo carta de este
mismo ao hecha cmo de aquella parte de Cbola han descubierto
infinita multitud de gente, en las cuales no se ha hallado lengua de los
nahuales, por donde parece ser gente extraa y nunca oda.

31 Aristteles, en el libro De admirandis in Natura, dice que en los


tiempos antiguos los cartagineses navegaron por el estrecho de Hrcules,
que es nuestro estrecho de Gibraltar, hacia el occidente, navegacin de
sesenta das, y que hallaban tierras amenas, deleitosas y muy frtiles. Y
como se siguiese mucho aquella navegacin, y all se quedasen muchos
hechos moradores, el senado cartaginense mand, so pena de muerte,
que ninguno navegase ni viniese la tal navegacin, por temor que no se
despoblase su ciudad.

32 Estas tierras o islas pudieron ser las que estn antes de San Juan 11, o
La Espaola, o Cuba, o por ventura alguna parte de esta Nueva Espaa;
pero una tan gran tierra, y tan poblada por todas partes, ms parece traer
origen de otras extraas partes; y an en algunos indicios parece ser del
repartimiento y divisin de los nietos de No.

33 Algunos espaoles, considerados ciertos ritos, costumbres y


ceremonias de estos naturales, los juzgan por ser de generacin de
moros. Otros, por algunas causas y condiciones que en ellos ven, dicen
que son de generacin de judos; mas la ms comn opinin es que
todos ellos son gentiles, pues vemos que lo usan y tienen por bueno.

34 Si esta relacin saliere de manos de vuestra ilustrsima seora, dos


cosas le suplico en limosna por amor de Nuestro Seor: la una que el
nombre del autor se diga ser un fraile menor, y no otro ninguno; la otra
que vuestra seora la mande examinar en el primer captulo que en esa
su Villa de Benavente se celebrare, pues en l se ayuntan personas asaz
doctsimas, porque muchas cosas despus de escritas an no tuve
11
Actual isla de Puerto Rico.
tiempo de las volver a leer, y por esta causa s que va algo vicioso y mal
escrito. Ruego a Nuestro Seor Dios que su santa gracia more siempre en
el nima de vuestra ilustrsima seora.

35 Hecha en el convento de Santa Mara de la Concepcin de Teocaan


(Tehuacn), da del glorioso Apstol San Matas, ao de la Redencin
humana 1541.

36 Pobre y menor siervo y capelln de vuestra ilustrsima seora.


Motolina (sic), Fray Toribio de Paredes.
TRATADOPRIMERO

37 Aqu comienza la relacin de las cosas, idolatras, ritos y ceremonias


que en la Nueva Espaa hallaron los espaoles cuando la ganaron; con
otras muchas cosas dignas de notar que en la tierra hallaron.

CAPITULO I

38 De cmo y cundo partieron los primeros frailes que fueron en aquel


viaje, y de las persecuciones y plagas que hubo en la Nueva Espaa.

39 En el ao del Seor de 1523, da de la conversin de San Pablo, que es


a 25 de enero, el padre fray Martn de Valencia, de santa memoria, con
once frailes sus compaeros, partieron de Espaa para venir a esta tierra
de Anhuac, enviados por el reverendsimo seor fray Francisco de los
ngeles, entonces ministro general de la Orden de San Francisco.
Vinieron con grandes gracias y perdones de nuestro muy Santo Padre, y
con especial mandamiento de la sacra Majestad del Emperador nuestro
seor, para la conversin de los indios naturales de esta tierra de
Anhuac, ahora llamada Nueva Espaa.

40 Hiri Dios y castig esta tierra, y a los que en ella se hallaron, as


naturales como extranjeros, con diez plagas trabajosas. La primera fue de
viruelas, y comenz de esta manera: siendo capitn y gobernador
Hernando Corts, al tiempo que el capitn Pnfilo de Narvez desembarc
en esta tierra, en uno de sus navos vino un negro herido de viruelas, la
cual enfermedad nunca en esta tierra se haba visto, y a esta sazn estaba
esta Nueva Espaa en extremo muy llena de gente; y como las viruelas se
comenzasen a pegar a los indios, fue entre ellos tan grande enfermedad y
pestilencia en toda la tierra, que en las ms provincias muri ms de la
mitad de la gente y en otras poca menos; porque como los indios no
saban el remedio para las viruelas antes, como tienen muy de costumbre,
sanos y enfermos, el baarse a menudo, y como no lo dejasen de hacer
moran como chinches a montones. Murieron tambin muchos de
hambre, porque como todos enfermaron de golpe, no se podan curar los
unos a los otros, ni haba quien les diese pan ni otra cosa ninguna. Y en
muchas partes aconteci morir todos los de una casa; y porque no
podan enterrar tantos como moran para remediar el mal olor que sala de
los cuerpos muertos, echbanles las casas encima, de manera que su
casa era su sepultura. A esta enfermedad llamaron los indios la gran
lepra, porque eran tantas las viruelas, que se cubran de tal manera que
parecan leprosos, y hoy da en algunas personas que escaparon parece
bien por las seales, que todos quedaron llenos de hoyos.

41 Despus dende ha once aos vino un espaol herido de sarampin, y


de l salt en los indios, y si no fuera por el mucho cuidado que hubo en
que no se baasen, y en otros remedios, fuera otra tan gran plaga y
pestilencia como la pasada, y aun con todo esto murieron muchos.
Llamaron tambin a este ao de la pequea lepra.

42 La segunda plaga fue, los muchos que murieron en la conquista desta


Nueva Espaa, en especial sobre Mxico; porque es de saber que cuando
Corts desembarc en la costa de esta tierra, con el esfuerzo que siempre
tuvo, y para poner nimo a su gente, dio con los navos todos que traa al
travs, y metise la tierra adentro; y andadas cuarenta leguas entr en la
tierra de Tlaxcala, que es una de las mayores provincias de la tierra, y
ms llena de gente; y entrando en lo poblado de ella, aposentse en unos
templos del demonio en un lugarejo que se llamaba Tecoacazinco, los
espaoles le llamaron la Torrecilla, porque est en un alto, y estando all
tuvo quince das de guerra con los indios que estaban a la redonda, que
se llaman otomes, que son gente baja como labradores. De stos se
ayuntaba gran nmero, porque aquello es muy poblado. Los indios de
ms adentro hablan la misma lengua de Mxico; y como los espaoles
peleasen valientemente con aquellos otomes, sabido en Tlaxcala salieron
seores y principales, y tomaron gran amistad con los espaoles, y
llevronlos a Tlaxcala, dironles grandes presentes y mantenimientos en
abundancia, mostrndoles mucho amor. Y no contentos en Tlaxcala,
despus que reposaron algunos das tomaron el camino para Mxico. El
gran seor de Mxico, que se llamaba Moteuczoma, recibilos de paz,
saliendo con gran majestad, acompaado de muchos seores principales,
y dio muchas joyas y presentes al capitn don Hemando Corts, y a todos
sus compaeros hizo muy buen acogimiento; y as anduvieron con su
guarda y concierto pasendose por Mxico muchos das. En este tiempo
sobrevino Pnfilo de Narvez con ms gente y ms caballos, mucho (ms)
que la que tena Hemando Corts, los cuales puestos de bajo de la
bandera y capitana de Corts, con presuncin y soberbia, confiando en
sus armas y fuerzas humilllos Dios de tal manera que queriendo los
indios echarlos de la ciudad, comenzndoles a dar guerra los echaron
fuera sin mucho trabajo, muriendo en la salida ms de la mitad de los
espaoles, y casi todos los otros fueron heridos, y lo mismo fue de los
indios que eran amigos suyos; y aun estuvieron muy a punto de perderse
todos, y tuvieron harto que hacer en volver a Tlaxcala, por la mucha gente
de guerra que por todo el camino los segua. Allegados a Tlaxcala,
curronse y convalecieron, mostrando siempre nimo; y haciendo de las
tripas corazn, salieron conquistando; llevando consigo muchos de los
tlaxcalteca conquistaron la tierra de Mxico. Y para conquistar a Mxico
haban hecho en Tlaxcala bergantines, los cuales estn hoy da en las
atarazanas de Mxico, los cuales llevaron en piezas desde Tlaxcala a
Tetzcoco, que son quince leguas. Y armados los bergantines en Tetzcoco
y echados al agua cuando ya tenan ganados muchos pueblos, y otros
que les ayudaban de guerra, y de Tlaxcallan que fue gran nmero de
gente de guerra en favor de los espaoles contra los mexicanos, que
siempre haban sido sus enemigos capitales.

43 En Mxico y en su favor haba mucha ms pujanza, porque estaban en


ella y en su favor todos los ms principales seores de la tierra. Allegados
los espaoles pusieron cerco a Mxico, tomando todas las calzadas y con
los bergantines peleando por el agua, guardaban que no entrase a Mxico
socorro ni mantenimientos. Los capitanes por las calzadas hicieron la
guerra cruelmente, y ponan por tierra todo lo que ganaban de la ciudad;
porque antes que diesen en destruir los edificios, lo que por da los
espaoles ganaban, retrados a sus reales y estancias, de noche tomaban
los indios a ganar y a abrir las calzadas. Y despus que fueron derribando
edificios y cegando calzadas, en espacio de das ganaron a Mxico. En
esta guerra, por la gran muchedumbre que de la una parte y de la otra
murieron, comparan el nmero de los muertos, y dicen ser ms que los
que murieron en Jerusaln, cuando la destruy Tito y Vespasiano.

44 La tercera plaga fue una gran hambre luego como fue tomada la ciudad
de Mxico, que como no pudieron sembrar con las grandes guerras, unos
defendiendo la tierra ayudando a los mexicanos, otros siendo en favor de
los espaoles, y lo que sembraban los unos los otros lo talaban y
destruan, no tuvieron qu comer; y aunque en esta tierra aconteca haber
aos estriles y de pocas aguas, otros de muchas heladas, los indios en
estos aos comen mil races y yerbecillas, porque es generacin que
mejor que otros y con menos trabajo pasan los aos estriles; pero
aqueste que digo fue de tanta falta de pan, que en esta tierra llaman centli
cuando est en mazorca, y en lengua de las islas le llaman maz. De este
vocablo y de otros muchos usan los espaoles, los cuales trajeron de las
islas a esta Nueva Espaa, el cual maz falt en tanta manera que aun los
espaoles se vieron en mucho trabajo por falta de ello.

45 La cuarta plaga fue de los calpixques, o estancieros, y negros, que


luego que la tierra se reparti, los conquistadores pusieron en sus
repartimientos y pueblos a ellos encomendados, criados o sus negros
para cobrar los tributos y para entender en sus granjeras.

46 Estos residan y residen en los pueblos, y aunque por la mayor parte


son labradores de Espaa, hanse enseoreado en esta tierra y mandan a
los seores principales naturales de ella como si fuesen sus esclavos; y
porque no querra descubrir sus defectos, callar lo que siento con decir,
que se hacen servir y temer como si fuesen seores absolutos y
naturales, y nunca otra cosa hacen sino demandar, y por mucho que les
den nunca estn contentos; a doquiera que estn todo lo enconan y
rompen (corrompen), hediondos (hediendo) como carne daada, y que no
se aplican a hacer nada sino a mandar; son znganos que comen la miel
que labran las pobres abejas, que son los indios, y no les basta lo que los
tristes les pueden dar, sino que son importunos. En los aos primeros
eran tan absolutos estos calpixques que en maltratar a los indios y en
cargados y enviados lejos (de su) tierra y darles otros muchos trabajos,
que muchos indios murieron por su causa y a sus manos, que es lo peor.

47 La quinta plaga fue los grandes tributos y servicios que los indios
hacan, porque como los indios tenan en los templos de los dolos, y en
poder de los seores y principales, en muchas sepulturas, gran cantidad
de oro recogido de muchos aos, comenzaron a sacar de ellos grandes
tributos; y los indios con el gran temor que cobraron a los espaoles del
tiempo de la guerra, daban cuanto tenan; mas como los tributos eran tan
continuos que comnmente son de ochenta en ochenta das, para
poderlos cumplir vendan los hijos y las tierras a los mercaderes, y
faltando de cumplir el tributo, hartos murieron por ello, unos con
tormentos y otros en prisiones crueles, porque los trataban bestialmente,
y los estimaban en menos que a sus bestias.

48 La sexta plaga fue las minas del oro, que adems de los tributos y
servicios de los pueblos a los espaoles encomendados, luego
comenzaron a buscar minas; que los esclavos indios que hasta hoy en
ellas han muerto no se podran contar; y fue el oro de esta tierra como
otro becerro por dios adorado, porque desde Castilla le vienen a adorar
pasando tantos trabajos y peligros; y ya que lo alcanzan, plegue a
Nuestro Seor que no sea para su condenacin.

49 La sptima plaga fue la edificacin de la gran ciudad de Mxico, en la


cual los primeros aos andaba ms gente que en la edificacin del templo
de Jerusaln, porque era tanta la gente que andaba en las obras que
apenas poda hombre romper por algunas calles y calzadas, aunque son
muy anchas; y en las obras a unos tomaban las vigas, otros caan de alto,
a otros tomaban debajo los edificios que deshacan en una parte para
hacer en otra, en especial cuando deshicieron los templos principales del
demonio. All murieron muchos indios, y tardaron muchos aos hasta los
arrancar de cepa, de los cuales sali infinidad de piedra.

50 Es la costumbre de esta tierra, no la mejor del mundo, porque los


indios hacen las obras, y a su costo buscan los materiales, y pagan los
pedreros y carpinteros, y si ellos mismos no traen qu comer, ayunan,
todos los materiales traen a cuestas; las vigas y piedras grandes traen
arrastrando con sogas y como les faltaba el ingenio y abundaba la gente,
la piedra o viga que haba menester cien hombres, traanla cuatrocientos;
y tienen de costumbre de ir cantando y dando voces, y los cantos y voces
apenas cesaban de noche ni de da, por el gran hervor que traan en la
edificacin del pueblo los primeros aos.
51 La octava plaga fue los esclavos, que hicieron para echar en las minas.
Fue tanta la prisa que en algunos aos dieron a hacer esclavos, que de
todas partes entraban en Mxico tan grandes manadas como de ovejas,
para echarles el hierro; y no bastaban los que entre los indios llamaban
esclavos, que ya que segn su ley cruel y brbara algunos lo sean, pero
segn ley y verdad casi ninguno es esclavo; mas por la prisa que daban a
los indios para que trajesen esclavos en tributo, tanto nmero de ochenta
en ochenta das, acabados los esclavos traan los hijos y los macehuales,
que es gente baja como vasallos labradores, y cuantos ms haber y juntar
podan, y traanlos atemorizados para que dijesen que eran esclavos. Y el
examen que no se haca con mucho escrpulo, y el hierro que andaba
bien barato, dbanles por aquellos rostros tantos letreros, dems del
principal hierro del rey, tanto que toda la cara traan escrita, porque de
cuantos era comprado y vendido llevaba letreros, y por esto esta octava
plaga no se tiene por la menor.

52 La novena plaga fue el servicio de las minas, a las cuales iban de


sesenta leguas y ms a llevar mantenimientos los indios cargados; y la
comida que para s mismos llevaban, a unos se les acababa en llegando a
las minas, a otros en el camino de vuelta antes de su casa, a otros
detenan los mineros algunos das para que les ayudasen a descopetar; o
los ocupaban en hacer casas y servirse de ellos, adonde acababa la
comida, o se moran all en las minas, o por el camino; porque dineros no
los tenan para comprarlo, ni haba quin se la diese. Otros volvan tales,
que luego se moran, y de stos y de los esclavos que murieron en las
minas fue tanto el hedor, que caus pestilencia, en especial en las minas
de Guaxaca, en las cuales media legua a la redonda y mucha parte del
camino, apenas se poda pisar sino sobre hombres muertos o sobre
huesos; y eran tantas las aves y cuervos que venan a comer sobre los
cuerpos muertos, que hacan gran sombra al sol, por lo cual se
despoblaron muchos pueblos, as del camino como de los de la comarca;
otros indios huan a los montes, y dejaban sus casas y haciendas
desamparadas.

53 La dcima plaga fue las divisiones y bandos que hubo entre los
espaoles que estaban en Mxico, que fue la que en mayor peligro puso
la tierra para se perder, si Dios no tuviera a los indios como ciegos; y
estas diferencias y bandos fueron causa de que se justiciaron algunos
espaoles, y otros fueron afrontados y desterrados. Otros fueron heridos
cuando allegaron a las manos, no habiendo quien los pusiese en paz, ni
quien se metiese en medio, si no eran los frailes, porque esos pocos
espaoles que haba todos estaban apasionados de un bando o de otro, y
era menester salir los frailes, unas veces a impedir que no rompiesen,
otras a meterse entre ellos despus de trabados, andando entre los tiros y
armas con que se peleaban, y hollados de los caballos; porque dems de
poner paz porque la tierra no se perdiese, sabase que los indios estaban
apercibidos de guerra y tenan hechas casas de armas, aguardando a que
allegase una nueva que esperaban, que al capitn y gobernador Hernando
Corts haban de matar en el camino de las Higueras, por una traicin que
los indios tenan ordenada, as los que iban con l como los del camino,
lo cual l supo muy cerca de el lugar adonde estaba ordenada y
justicilos principales seores que eran en la traicin, y con esto ces el
peligro; y ac en Mxico se esperaba a cuando los unos espaoles
desbaratasen a los otros, para dar en los que quedasen y matarlos todos
a cuchillo, lo cual Dios no permiti, porque no se perdiese lo que con
tanto trabajo para su servicio se haba ganado; y el mismo Dios daba
gracia a los frailes para los apaciguar, ya los espaoles para que los
obedeciesen como a verdaderos padres, lo cual siempre hicieron; y los
mismos espaoles haban rogado a los frailes menores (que entonces no
haba otros) que usasen del poder que tenan del Papa, hasta que hubiese
obispos; y as, unas veces por ruego; otras ponendoles censuras,
remediaron grandes males y excusaron muchas muertes.

CAPITULOII

54 De lo mucho que los frailes ayudaron en la conversin de los indios, y


de muchos dolos y crueles sacrificios que se hacan. Son cosas dignas
de notar.

55 Qued tan destruida la tierra de las revueltas y plagas ya dichas, que


quedaron muchas casas yermas del todo, y en ninguna hubo adonde no
cupiese parte del dolor y llanto, lo cual dur muchos aos; y para poner
remedio a tan grandes males, los frailes se encomendaron a la
Sacratsima Virgen Mara, norte y gua de los perdidos y consuelo de los
atribulados, y juntamente con esto tomaron por capitn y caudillo al
glorioso San Miguel, al cual, con San Gabriel y a todos los ngeles,
decan cada lunes una misa cantada, la cual hasta hoy da en algunas
casas se dice; y casi todos los sacerdotes en las misas dicen una colecta
de los ngeles. Y luego que el primer ao tomaron alguna noticia de la
tierra, pareciles que sera bien que pasasen algunos de ellos en Espaa,
as por alcanzar favor de su Majestad para los naturales como traer ms
frailes, porque la grandeza de la tierra y la muchedumbre de la gente lo
demandaba. Y los que quedaron en la tierra recogieron en sus casas los
hijos de los seores y principales, y bautizan muchos con voluntad de
sus padres. Estos nios, que los frailes criaban y enseaban, salieron
muy bonitos y muy hbiles, y tomaban tan bien la buena doctrina, que
enseaban a otros muchos; y adems de esto ayudaban mucho, porque
descubran a los frailes los ritos e idolatras, y muchos secretos de las
ceremonias de sus padres; lo cual era muy gran materia para confundir y
predicar sus errores y la ceguedad en que estaban. Declaraban los frailes
a los indios quin era el verdadero universal Seor, creador del cielo y de
la tierra, y de todas las criaturas, y cmo este Dios con su infinita
sabidura lo rega y gobernaba y daba todo el ser que tena, y cmo por su
gran bondad quiere que todos se salven. Asimismo los desengaaban y
decan quin era aqul a quien servan, y el oficio que tena, que era llevar
a perpetua condenacin de penas terribles a todos los que en l crean y
se confiaban. Y con esto les decan cada uno de los frailes lo ms y mejor
que entenda que convena para la salvacin de los indios; pero a ellos les
era gran fastidio or la palabra de Dios, y no queran entender en otra cosa
sino en darse a vicios y pecados, dndose a sacrificios y fiestas,
comiendo y bebiendo y embeodndose en ellas, y dando de comer a los
dolos de su propia sangre, la cual sacaban de sus propias orejas, lengua
y brazos, y de otras partes del cuerpo, como adelante dir. Era esta tierra
un traslado del infierno, ver los moradores de ella de noche dar voces,
unos llamando a el demonio, otros borrachos, otros cantando y bailando;
taan atabales, bocinas, cometas y caracoles grandes, en especial en las
fiestas de sus demonios. Las beoderas que hacan muy ordinarias, es
increble el vino que (en) ellas gastaban, y lo que cada uno en el cuerpo
meta. Antes que a su vino lo cuezan con unas races que le echan, es
claro y dulce como aguamiel. Despus de cocido hcese algo espeso, y
tiene mal olor, y los que con l se embeodan, mucho peor. Comnmente
comenzaban a beber despus de vsperas, y dbanse tanta prisa a beber
de diez en diez, o quince en quince, y los escanciadores que no cesaban,
y la comida que no era mucha, a prima noche ya van perdiendo el sentido,
ya cayendo, ya estando cantando y dando voces llamaban al demonio.
Era cosa de gran lstima ver los hombres criados a la imagen de Dios
vueltos peores que brutos animales; y lo que era peor, que no quedaban
en aquel solo pecado, mas cometan otros muchos y se heran y
descalabraban unos a otros, y aconteca matarse, aunque fuesen muy
amigos y propincuos parientes. Y fuera de estar beodos son tan pacficos,
que cuando rien mucho se empujan unos a otros, y apenas nunca dan
voces, si no es las mujeres que algunas veces riendo dan gritos, como
en cada parte donde las hay acontece. Tenan otra manera de embriaguez
que los haca ms crueles, y era con unos hongos o setas pequeas, que
en esta tierra las hay como en Castilla; mas los de esta tierra son de tal
calidad, que comidos crudos y por ser amargos, beben tras ellos o comen
con ellos un poco de miel de abejas; y de all a poco rato vean mil
visiones, en especial culebras, y como salan fuera de todo sentido,
parecales que las piernas y el cuerpo tenan lleno de gusanos que los
coman vivos, y as medio rabiando se salan fuera de casa, deseando que
alguno los matase; y con esta bestial embriaguez y trabajo que sentan,
aconteca alguna vez ahorcarse, y tambin eran contra los otros, ms
crueles. A estos hongos llaman en su lengua teunanacatlth 12, que quiere
decir carne de dios, o del demonio que ellos adoraban; y de la dicha
manera con aquel amargo manjar su cruel dios los comulgaba. En
muchas de sus fiestas tenan costumbre hacer bollos de masa, y stos de
muchas maneras, que casi usaban de ellos en lugar de comunin de
aquel dios cuya fiesta hacan; pero tenan una que ms propiamente
12
Teonancatl.
pareca comunin, y era que por noviembre cuando ellos haban cogido
su maz y otras semillas, de la simiente de un gnero de xenixos, con
masa de maz hacan unos tamales, que son bollos redondos, y stos
cocan en agua en una olla, y en tanto que se cocan taan algunos nios
con un gnero de atabal, que es todo labrado en un palo, sin cuero ni
pergamino; y tambin cantaban y decan que aquellos bollos se tomaban
carne de Tezcatlipuca13, que era el dios o demonio que tenan por mayor,
ya quien ms dignidad atribuan; y solos los dichos muchachos coman
aquellos bollos en lugar de comunin, o carne de aquel demonio; los
otros indios procuraban de comer carne humana de los que moran en el
sacrificio, y sta coman comnmente los seores principales y
mercaderes, y ministros de los templos, que a la otra gente baja pocas
veces les alcanzaba un bocadillo. Despus que los espaoles anduvieron
de guerra, y ya ganada Mxico hasta pacificar la tierra, los indios amigos
de los espaoles muchas veces coman de los que mataban, porque no
todas veces los espaoles se lo podan defender, sino que algunas veces,
por la necesidad que tenan de los indios, pasaban por ello, aunque lo
aborrecan.

CAPITULOIII

56 En el cual prosigue la materia comenzada, y cuenta la devocin que los


indios tomaron con la seal de la cruz, y cmo se comenz a usar.

57 En todo este tiempo los frailes no estaban descuidados de ayudar a la


fe y a los que por ella peleaban, con oraciones y plegarias, mayormente el
padre fray Martn de Valencia con sus compaeros, hasta que vino otro
padre llamado fray Juan de Zumrraga, que fue primer obispo de Mxico,
el cual puso luego mucho cuidado y diligencia en adornar y ataviar su
iglesia catedral, en lo cual gast cuatro aos toda la renta del obispado.
Entonces no haba provedas dignidades en la Iglesia, sino todo se
gastaba en ornamentos y edificios de la iglesia, por lo cual est tan
ricamente ataviada y adornada como una de las buenas iglesias de
Espaa, aunque a el dicho fray Juan de Azumrraga no le faltaron
trabajos, hasta hacerle volver a venir a Espaa, dejando primero
levantada la seal de la cruz, de la cual comenzaron a pintar muchas; y

13
Tezcatlipoca, dios importante entre otros tres (Tlaloc, Quetzalcatl y Huitzilopochtli), significa, dios de
la noche. o espejo humeante. patrono de la brujera y de los jvenes en su manifestacin como Yotl.
como en esta tierra hay muy altas montaas, tambin hicieron altas y
grandes cruces, a las cuales adoraban, y mirando sanaban algunos que
an estaban heridos de la idolatra. Otros muchos con esta santa seal
fueron librados de diversas acechanzas y visiones que se les aparecan,
como adelante se dir en su lugar.

58 Los ministros principales que en los templos de los dolos sacrificaban


y servan, y los seores viejos, que como todos estaban acostumbrados a
ser servidos y gozar de toda la tierra, porque no slo eran seores de sus
mujeres e hijos y haciendas, mas de todo lo que ellos queran y
pensaban, todo estaba a su voluntad y querer, y los vasallos no tienen
otro querer si no es el del seor, y si alguna cosa les mandan, por grave
que sea, no saben responder otra cosa sino mayny, que quiere decir as
sea, pues estos seores y ministros principales no consentan la ley que
contradice a la carne, lo cual remedi Dios, matando muchos de ellos con
las plagas y enfermedades ya dichas y de otras muchas y otros se
convirtieron; y como de los que murieron han venido los seoros a sus
hijos, que eran de pequeos bautizados y criados en la casa de Dios; de
manera que el mismo Dios les entrega sus tierras en poder de los que en
l creen; y lo mismo ha hecho contra los opositores que contradicen la
conversin de estos indios por muchas vas.

59 Procuraron tambin los frailes que se hiciesen iglesias en todas partes


y as ahora casi en cada provincia donde hay monasterio hay
advocaciones de los doce apstoles, mayormente de San Pedro y San
Pablo, los cuales dems de las iglesias intituladas de sus nombres, no
hay retablo en ninguna parte donde no estn pintadas sus imgenes.

60 En todos los templos de los dolos, si no era en algunos derribados y


quemados de Mxico, en los de la tierra, y aun en el mismo Mxico, eran
servidos y honrados los demonios. Ocupados los espaoles en edificar
Mxico y en hacer casas y moradas para s, contentbanse con que no
hubiese delante de ellos sacrificio de homicidio pblico, que a escondida
y a la redonda de Mxico no faltaban; y de esta manera se estaba la
idolatra en paz, y las casas de los demonios servidas y guardadas con
sus ceremonias. En esta sazn era ido el gobernador don Hernando
Corts a las Higueras14, y vista la ofensa que a Dios se haca, no falt
quien se lo escribi, para que mandase cesar los sacrificios del demonio,
porque mientras esto no se quitase, aprovechara poco la predicacin, y
el trabajo de los frailes sera en balde; en lo cual luego provey bien
cumplidamente. Mas como cada uno tena su cuidado, como dicho es,
aunque lo haba mandado, estbase la idolatra tan entera como de antes,
hasta que el primero da del ao de 1525, que aquel ao fue en domingo,
en Tetzcoco, adonde haba los ms y mayores teocallis o templos del
demonio, y ms llenos de dolos, y muy servidos de papas o ministros, la
dicha noche tres frailes, desde las diez de la noche hasta que amaneca,
espantaron y ahuyentaron todos los que estaban en las casas y salas de
los demonios; y aquel da despus de misa se les hizo una pltica,
encareciendo mucho los homicidios, y mandndoles de parte de Dios, y
14
Hibueras.
del rey no hiciesen ms la tal obra, si no que los castigaran segn que
Dios mandaba que los tales fuesen castigados. Esta fue la primera batalla
dada a el demonio, y luego en Mxico y sus pueblos y derredores, y en
Couathiclan (Cuautitlan). Y luego casi a la par en Tlaxcallan comenzaron a
derribar y destruir dolos, y a poner la imagen del Crucifijo, y hallaron la
imagen de Jesucristo crucificado y de su bendita Madre puestas entre sus
dolos a hora que los cristianos se las haban dado, pensando que a ellas
solas adoraran; o fue que, ellos como tenan cien dioses, queran tener
ciento y uno; pero bien saban los frailes que los indios adoraban lo que
solan. Entonces vieron que tenan algunas imgenes con sus altares,
junto con sus demonios e dolos; y en otras partes la imagen patente y el
dolo escondido, o detrs de un paramento, o tras la pared, o dentro del
altar, y por esto se las quitaron, cuantas pudieron haber, dicindoles que
si queran tener imgenes de Dios o de Santa Mara, que les hiciesen
iglesia. Y al principio por cumplir con los frailes comenzaron a demandar
que les diesen las imgenes, y a hacer algunas ermitas y adoratorios, y
despus iglesias, y ponan en ellas imgenes, y con todo esto siempre
procuraron de guardar sus templos sanos y enteros; aunque despus,
yendo la cosa adelante, para hacer las iglesias comenzaron a echar mano
de sus teocallis para sacar de ellos piedra y madera, y de esta manera
quedaron desollados y derribados; y los dolos de piedra, de los cuales
haba infinitos, no slo escaparon quebrados y hechos pedazos, pero
vinieron a servir de cimientos para las iglesias; y como haba algunos
muy grandes, venan lo mejor del mundo para cimiento de tan grande y
santa obra.

61 Slo Aquel que cuenta las gotas del agua de la lluvia y las arenas del
mar, puede contar todos los muertos y tierras despobladas de Hait o Isla
Espaola, Cuba, San Juan, Jamaica y las otras islas; y no hartando la sed
de su avaricia, fueron a descubrir las innumerables islas de los Lucayos y
las de Baraguana, que decan Herreras de Oro, de muy hermosa y
dispuesta gente y sus domsticos guatiaos, con toda la costa de la Tierra
Firme, matando tantas nimas y echndolas casi todas en el infierno,
tratando a los hombres peor que a bestias, y tuvironla en menos estima,
como (si) en la verdad (no) fuesen criados a la imagen de Dios. Yo he
visto y conocido hartos de estas tierras y confesado algunos de ellos, y
son gente de muy buena razn y de buenas conciencias; pues por qu
no lo fueran los otros, si no les dieran tanta prisa a los matar y acabar?;
oh, cunta razn sera en la Nueva Espaa abrir los ojos y escarmentar
en los que de estas islas han perecido! Llamo Nueva Espaa desde
Mxico a la tierra del Per, y todo lo descubierto de aquella parte de la
Nueva Galicia hacia el norte. Toda esta tierra, lo que no est destruido,
debera escarmentar y temer el juicio que Dios har por la destruccin de
las otras islas; baste que ya en esta Nueva Espaa hay muchos pueblos
asolados, a lo menos en la costa del Mar del Norte, y tambin en la de la
Mar del Sur, y adonde hubo minas al principio que la tierra se reparti, y
an otros muchos pueblos lejos de Mxico estn con media vida.

62 Si alguno preguntase qu ha sido la causa de tantos males, yo dira


que la codicia, que por poner en el cofre unas barras de oro para no s
quin, que tales bienes yo digo que no los gozar el tercero heredero,
como cada da vemos que entre las manos se pierden y se deshacen
como humo o como bienes de trasgo, y a ms tardar duran hasta la
muerte, y entonces por cubrir el desventurado cuerpo con desordenadas
y vanas pompas y trajes de gran locura, queda la desventurada nima,
pobre, fea y desnuda. Oh, cuntos por esta negra codicia desordenada
del oro de esta tierra estn quemndose en el infierno! Y plega a Dios que
paren en esto; aunque yo s y veo cada da que hay algunos espaoles
que quieren ser ms pobres en esta tierra, que con minas y sudor de
indios tener mucho oro; y por esto hay muchos que han dejado las minas.
Otros conozco, que de no estar bien satisfechos de la manera como ac
se hacen los esclavos, los han ahorrado. Otros van modificando y
quitando mucha parte de los tributos, y tratando bien a sus indios. Otros
se pasan sin ellos, porque les parece cargo de conciencia servirse de
ellos. Otros no llevan otra cosa ms de sus tributos modificados, y todo
lo dems de comidas, o de mensajeros, o de indios cargados, lo pagan,
por no tener que dar cuenta de los sudores de los pobres. De manera que
stos tendra yo por verdaderos prjimos; ya que digo, que el que se
tuviere por verdadero prjimo y lo quisiere ser, que haga lo mismo que
estos espaoles hacen.

CAPITULOIV

63 De cmo comenzaron algunos de los indios a venir al bautismo, y


cmo comenzaron a deprender la doctrina cristiana, y de (los) dolos que
tenan.

64 Ya que los predicadores comenzaban a soltar algo en la lengua y


predicaban sin libro, y como ya los indios no llamaban ni servan a los
dolos si no era lejos o escondidamente, venan muchos de ellos los
domingos y fiestas a or la palabra de Dios y lo primero que fue menester
decirles, fue darles a entender quin es Dios, uno todopoderoso, sin
principio ni fin, creador de todas las cosas, cuyo saber no tiene fin, suma
bondad, el cual cre todas las cosas visibles e invisibles, y las conserva y
da ser, y tras esto lo que ms les pareci que convena decirlas por
entonces; y luego junto con esto fue menester darles tambin a entender
quin era Santa Mara, porque hasta entonces solamente nombraban
Mara, o Santa Mara, y diciendo este nombre pensaban que nombraban a
Dios, y (a) todas las imgenes que vean llamaban Santa Mara. Ya esto
declarado, y la inmortalidad del nima, dbaseles a entender quin era el
demonio en quien ellos crean, y cmo los traan engaados; y las
maldades que en s tiene, y el cuidado que pone en trabajar que ninguna
nima se salve; lo cual oyendo hubo muchos que tomaron tanto espanto
y temor, que temblaban de or lo que los frailes les decan, y algunos
pobres desarrapados, de los cuales hay hartos en esta tierra, comenzaron
a venir a el bautismo y a buscar el reino de Dios, demandndole con
lgrimas y suspiros y mucha importunacin.

65 En servir de lea a el templo del demonio tuvieron estos indios


siempre muy gran cuidado, porque siempre tenan en los patios y salas
de los templos del demonio muchos braseros de diversas maneras,
algunos muy grandes. Los ms estaban delante de los altares de los
dolos, porque todas las noches ardan. Tenan asimismo unas casas o
templos del demonio, redondas, unas grandes y otras menores, segn
eran los pueblos; la boca hecha como de infierno y en ella pintada la boca
de una temerosa sierpe con terribles colmillos y dientes, y en algunas de
stas los colmillos eran de bulto, que verlo y entrar dentro pona gran
temor y grima; en especial el infierno que estaba en Mxico, que pareca
traslado del verdadero infierno. En estos lugares haba lumbre perpetua,
de noche y de da. En estas casas o infiernos que digo, eran redondos y
bajos, y tenan el suelo bajo, que no suban a ellos por gradas como los
otros templos, de los cuales tambin haba muchos redondos; mas eran
altos con sus altares, y suban a ellos por muchas gradas; stos eran
dedicados a el dios del viento, que se deca Quezacoatlchy
(Quetzalcoatl)15. Haba unos indios diputados para traer lea, y otros para
velar, poniendo siempre lumbre; y casi lo mismo hacan en las casas de
los seores, adonde en muchas partes hacan lumbres, y an hoy da
hacen algunas y velan las casas de los seores; pero no como solan,
porque ya no hacen de diez partes la una.

66 En este tiempo se comenz a encender otro fuego de devocin en los


corazones de los indios que se bautizaban, cuando deprendan el Ave
Mara y el Pater Noster, y la doctrina cristiana; y para que mejor lo
tomasen y sintiesen algn sabor, dironles cantado el Per signum Crucis,
Pater Noster y Ave Mara, Credo y Salve, con los mandamientos en su
lengua, de un canto llano gracioso. Fue tanta la prisa que se dieron a
deprenderlo, y como la gente era mucha, estbanse a montoncillos, as en
los patios de las iglesias y ermitas como por (sus) barrios, tres y cuatro
horas cantando y aprendiendo oraciones; y era tanta la prisa, que por
doquiera que fuesen, de da o de noche, por todas partes se oa cantar y
decir toda la doctrina cristiana, de lo cual los espaoles se maravillaban
mucho de ver el fervor con que lo decan, y la gana con que se daban a lo
deprender; y no slo deprendieron aquellas oraciones, mas otras
15
Serpiente emplumada. Dios de los sacerdotes, y del que la leyenda deca que haba salido de Tula,
ciudad tolteca, expulsado probablemente por los aztecas que en aquel entonces merodeaban por el valle
de Mxico. El hecho de que en la mitologa creada en torno a Quetzalcatl afirmara su vuelta por el
Oriente, hizo que Corts fuera tomado por el dios indgena cuando desembarc en Veracruz. Los aztecas,
en su profundo fatalismo existencial, entendieron que el dios volva a recobrar su perdido poder. El
primer comportamiento de Motecuhzoma se bas en este razonamiento.
muchas, que saben y ensean a otros con la doctrina cristiana; y en esto
y en otras cosas los nios ayudan mucho.

67 Ya que pensaban los frailes que con estar quitada la idolatra de los
templos del demonio y venir a la doctrina cristiana y al bautismo era todo
hecho, hallaron lo ms dificultoso y que ms tiempo fue menester para
destruir, y fue que de noche se ayuntaban, y llamaban y hacan fiestas al
demonio, con muchos y diversos ritos que tenan antiguos, en especial
cuando sembraban el maz, y cuando lo cogan, y de veinte en veinte das,
que tenan sus meses; y el postrero da de aquellos veinte era fiesta
general en toda la tierra. Cada da de stos era dedicado a uno de los
principales de sus dioses, los cuales celebraban con diversos sacrificios
de muertes de hombres, con otras muchas ceremonias. Tenan diez y
ocho meses, como presto se dir, y cada mes de veinte das; y acabados
stos, quedbanles otros cinco das, que decan que andaban en vano,
sin ao. Estos cinco das eran tambin de grandes ceremonias y fiestas,
hasta que entraban en ao. Dems de stos tenan otros das de sus
difuntos, de llanto que por ellos hacan, en los cuales das despus de
comer y embeodarse llamaban a el demonio, y estos das eran de esta
manera: que enterraban y lloraban a el difunto, y despus a los veinte
das tornaban a llorar a el difunto y a ofrecer por l comida y rosas encima
de su sepultura; y cuando se cumplan ochenta das hacan otro tanto, y
de ochenta en ochenta das, lo mismo; y acabado el ao, cada ao en el
da que murio el difunto le lloraban y hacan ofrenda, hasta el cuarto ao;
y desde all cesaban totalmente para nunca ms se acordar del muerto.
Por va de hacer sufragio, a todos los difuntos nombraban teutl 16 fulano,
que quiere decir, fulano dios, o fulano santo.

68 Cuando los mercaderes venan de lejos, o otras personas, sus


parientes y amigos hacanles gran fiesta y embeodndose con ellos.
Tenan en mucho alongarse de sus tierras y darse por all buena maa y
volver hombres, aunque no trajesen ms de la persona; tambin cuando
alguno acababa de hacer una casa, le hacan fiesta. Otros trabajaban y
adquiran dos o tres aos cuanto podan, para hacer una fiesta al
demonio, y en ella no slo gastaban cuanto tenan, ms an, se
adeudaban, de manera que tenan que servir y trabajar otro ao y aun
otros dos para salir de deuda; y otros que no tenan caudal para hacer
aquella fiesta, vendanse y hacanse esclavos para hacer una fiesta un da
a el demonio. En estas fiestas gastaban gallinas, perrillos y codornices
para los ministros de los templos, su vino y pan, esto abondo, porque
todos salan beodos. Compraban muchas rosas y canutos de perfumes,
cacao, que es otro brebaje bueno y frutas. En muchas de estas fiestas
daban a los convidados mantas, y en la ms de ellas bailaban de noche
de da hasta quedar cansados o beodos. Dems de stas hacan otras
muchas fiestas con diversas ceremonias, y las noches de ellas toda era
dar voces y llamar a el demonio, que no bastaba poder ni saber humano
para las quitar, porque les era muy duro dejar las costumbres en que se
haban envejecido, las cuales costumbres y idolatras, a lo menos las ms
de ellas, los frailes tardaron ms de dos aos en vencer y desarraigar con
16
Totl, dios.
el favor y ayuda de Dios, y sermones y amonestaciones que siempre les
hacan.

69 Desde ha poco tiempo vinieron a decir a los frailes cmo escondan los
indios los dolos y ponan en los pies de las cruces, o en aquellas gradas
debajo de las piedras, para all hacer que adoraban la cruz y adorar a el
demonio, y queran all guarecer la vida de su idolatra, Los dolos que los
indios tenan eran muy muchos y en muchas partes, en especial en los
templos de sus demonios, y en los patios y en los lugares eminentes, as
como bosques, grandes cerrejones, y en los puertos y montes altos, y en
los caminos, a doquiera que se haca algn alto o lugar gracioso, o
dispuesto para descansar; y los que pasaban echaban sangre de las
orejas o de la lengua, o echaban un poco de incienso de lo que hay en
aquella tierra, que llaman copalli; otros, rosas que cogan en el camino, y
cuando otra cosa no tenan, echaban un poco de yerba verde o unas
pajas, y all descansaban, en especial los que iban cargados, porque ellos
se echan buenas y grandes cargas.

70 Tenan asimismo dolos cerca del agua, mayormente en par de las


fuentes, adonde hacan sus altares con sus gradas. cubiertos; y en
muchas principales fuentes de mucha agua tenan cuatro de estos altares
puestos en cruz unos enfrente de otros, la fuente en medio, y all y en el
agua ponan mucho copalli, y papel y rosas; y algunos devotos del agua
se sacrificaban all. Y cerca de los grandes rboles, as como cipreses
grandes o cedros, hacan los mismos altares y sacrificios, y en sus patios
de los demonios y delante de los templos trabajaban por tener y plantar
cipreses, pltanos y cedros. Tambin hacan de aquellos altares
pequeos, con sus gradas y cubiertos con su terrado, en muchas
encrucijadas de los caminos, y en los barrios de sus pueblos, y en los
altozanos, y en otras muchas partes tenan como oratorios, en los cuales
lugares tenan mucha cantidad de dolos de diversas formas y figuras, y
stos pblicos, que en muchos das no los podan acabar de destruir, as
por ser muchos y en diversos lugares como porque cada da hacan
muchos de nuevo; porque habiendo quebrantado en mucha parte,
muchos, cuando por all tornaban los hallaban todos nuevos y tomados a
poner; porque como no haban de buscar canteros que se los hiciesen, ni
escoda para los labrar, ni quin se la amolase, sino que muchos de ellos
son maestros, y una piedra labran con otra, no los podan agotar, ni
acabar de destruir. Tenan dolos de piedra y de palo, y de barro cocido, y
tambin los hacan de masa, y de semillas envueltas con masa, y tenan
unos grandes, y otros mayores, y medianos y pequeos, y muy chiquitos.
Unos tenan figuras de obispos, con sus mitras y bculos, las cuales
haba algunas doradas, y otras de piedras de turquesas de muchas
maneras. Otros tenan figuras de hombres; tenan en la cabeza un mortero
en lugar de mitra, y all le echaban vino, porque era el dios del vino. Otros
tenan diversas insignias, en que conocan a el demonio que
representaba. Otros tenan figuras de mujeres, tambin de muchas
maneras. Otros tenan figuras de bestias fieras, as como leones, tigres,
perros, venados, y de cuantos animales se cran en los montes y en el
campo.
71 Tambin tenan dolos de figuras de culebras, y stos de muchas
maneras, largas y enroscadas; otras con rostro de mujer. Delante (de)
muchos dolos ofrecan culebras y vboras, y (a) otros dolos les ponan
muchos sartales de colas de vboras; que hay unas vboras grandes que
en la cola hacen unas vueltas con las cuales hacen ruido, y a esta causa
los espaoles las llaman vboras de cascabel; algunas de stas hay muy
fieras, de diez y quince nudos; su herida es mortal y apenas allega a
veinte y cuatro horas la vida del herido. Otras culebras hay muy grandes,
tan gruesas como el brazo. Estas son bermejas, y no son ponzoosas,
antes las tienen en mucho para comer los grandes seores. Llmanse
stas culebras de venado, esto es, o porque se parecen en la color a el
venado, o porque se pone en una senda y all espera a el venado, y ella
sese a algunas ramas y con la cola revulvese a el venado y tinele; y
aunque no tiene dientes ni colmillos, por los ojos y por las narices la
chupa la sangre. Para tomar stas no se atreve un hombre, porque ella le
apretara hasta matarle; mas si se hallan dos o tres, sguenla y tanla a un
palo grande, y tinenla en mucho para presentar a los seores. De stas
tambin tenan dolos.

72 Tenan tambin dolos de aves, as como de guilas, y de guila y tigre


eran muy continuos dolos. De bho y de aves nocturnas, y de otras como
milano, y (de) toda ave grande, o hermosa o fiera, o de preciosas plumas
tenan dolo; y el principal era del sol, y tambin de la luna y estrellas, de
los pescados grandes y de los lagartos de agua, hasta sapos y ranas, y de
otros peces grandes, y stos decan que eran los dioses del pescado. De
un pueblo de la laguna de Mxico llevaron unos dolos de estos peces,
que eran unos peces hechos de piedra, grandes; y despus volviendo por
all pidironles para comer algunos peces, y respondieron que haban
llevado el dios del pescado y que no podan tomar peces.

73 Tenan por dioses a el fuego y a el aire, ya el agua, ya la tierra, y de


esto sus figuras pintadas, y de muchos de sus demonios tenan rodelas y
escudos, y en ellas pintadas las figuras y armas de sus demonios con su
blasn. De otras muchas cosas tenan figuras e dolos de bulto y de
pincel, hasta de las mariposas y pulgas y langostas, y grandes y bien
labradas. Acabados de destruir estos dolos pblicos, dieron tras los que
estaban encerrados en los pies de las cruces, como en crcel, por el
demonio que no poda estar cabe la cruz sin padecer grande tormento, y a
todos los destruyeron; porque aunque haba algunos malos indios que
escondan los dolos, haba otros buenos indios ya convertidos, que
parecindoles mal y ofensas a Dios, avisaban de ello a los frailes, y aun
de stos no falt quien quiso argir no ser bien hecho. Esta diligencia fue
bien menester, as para evitar muchas ofensas a Dios, y que la gloria que
a El se le debe no se la diesen a los dolos, como para guarecer a muchos
del cruel sacrificio, en el cual muchos moran, o en los montes, o de
noche, o en lugares secretos; porque en esta costumbre estaban muy
encarnizados, y aunque ya no sacrificaban tanto como solan, todava
instigndoles el demonio buscaban tiempo para sacrificar; porque, segn
presto se dir, los sacrificios y crueldades de esta tierra y gente
sobrepujaron y excedieron a todas las del mundo, segn que leemos y
aqu se dir; y antes que entre a decir las crueldades de los sacrificios,
dir la manera y cuenta que tenan en repartir el tiempo de aos y meses,
semanas y das.

CAPITULOV

74 De las cosas variables del ao, y cmo en unas naciones comienza


diferente de otras; y del nombre que daban al nio cuando naca, y de la
manera que tenan en contar los aos, y de la ceremonia que los indios
hacan.

75 Diversas naciones, diversos modos y maneras tuvieron en la cuenta


del ao, y as fue en esta tierra de Anhuac, y aunque en esta tierra, como
es tan grande, hay diversas gente y lenguas, en lo que yo he visto todos
tienen la cuenta del ao de una manera. Y para mejor entender qu
significa la tardanza del movimiento de las cosas variables, y stas se
reparten en diez, que son: ao, mes, semana, da, cuadrante, hora, punto,
momento, onza, tomo. El ao tiene doce meses y (o) cincuenta y dos
semanas y un da, o trescientos sesenta y cinco das y seis horas. El mes
tiene cuatro semanas, y algunos meses tienen dos das ms, otros uno,
salvo febrero. La semana tiene siete das: el da tiene cuatro cuadrantes:
el cuadrante tiene seis horas: la hora cuatro puntos; el punto tiene diez
momentos; el momento doce onzas; la onza cuarenta y siete tomos; el
tomo es indivisible. Los egipcios y los rabes comienzan el ao desde
septiembre, porque en aquel mes los rboles estn con fruta madura, y
ellos tienen que en el principio del mundo los rboles fueron creados con
fruta, y que septiembre fue el primer mes del ao. Los romanos
comenzaron el ao desde el mes de enero, porque entonces, o poco
antes, el sol se comienza a allegar a nosotros. Los judos comienzan el
ao de marzo, porque tienen que entonces fue creado el mundo con
flores y yerba verde. Los modernos cristianos, por reverencia de nuestro
Salvador Jesucristo, comienzan el ao desde su santa Navidad; otros de
(sde) su sagrada Circuncisin.

76 Los indios naturales de esta Nueva Espaa, al tiempo que esta tierra se
gan y entraron en ella los espaoles comenzaban su ao en principio de
marzo; mas por no alcanzar bisiesto irse ya variando su ao por todos los
meses. Tena el ao de trescientos y sesenta y cinco das. Tenan mes de
a veinte das, y tenan diez y ocho meses y cinco das en un ao, y el da
postrero del mes muy solemne entre ellos.

77 Los nombres de los meses y de los das no se ponen aqu, por ser muy
revesados y que se pueden mal escribir; podr ser que se pongan las
figuras por donde se conocan y tenan cuenta con ellos. Estos indios de
la Nueva Espaa tenan semana de trece das, los cuales significaban por
estas seales o figuras: a el primero, dems del nombre que como los
otros tena, conocan por un espadarte, que es un pescado o bestia
marina; el segundo, dos vientos; el tercero, tres casas; el cuarto, cuatro
lagartos de agua, que tambin son bestias marinas; el cinco, cinco
culebras; el seis, seis muertes; el siete, siete siervos; el ocho, ocho
conejos; el nueve, nueve aguas; el diez, diez perros; el once, once monas;
el doce, doce escobas; el trece, trece caas. De trece en trece das iban
sus semanas contadas; pero los nombres de los das eran veinte; todos
nombrados por sus nombres y sealados con sus figuras o caracteres; y
por esta misma cuenta contaban tambin los mercados, que unos hacan
de veinte en veinte das y otro de trece en trece das, otros de cinco en
cinco das, y esto era y es ms general, salvo en los grandes pueblos que
stos cada da tienen su mercado y plaza llena de medioda para abajo; y
son tan ciertos en la cuenta de estos mercados o ferias, como los
mercaderes de Espaa en saber las ferias de Villaln y Medina. De la
cuenta de los meses y aos y fiestas principales haba maestros como
entre nosotros, los que saben bien el cmputo. Este calendario de los
indios tena para cada da su dolo o demonio, con nombres de varones y
mujeres diosas; y estaban todos los das del ao llenos (de estos
nombres y figuras) como calendarios de breviarios romanos, que para
cada da tienen su santo o santa17.
17
Los nombres de los signos, y su orden, eran los siguientes:
cipactli = lagarto
echcatl = viento
cuetzpallin = casa
catl = serpiente
miquizti = muerte
mzatl = venado
tocgtli = conejo
atl = agua
itzcuintli = perro
malinali = hierba
catl = caa
oclotl = tigre
cauauhtli = guila
cozcquiuhtli = zopilote rey
olln = temblor-movimiento
tcpstl = pedernal
quiauitl = lluvia
xxhitl = flor
Estos signos formaban parte del calendario tonalpohualli, que ya sealamos. Junto a cada figura se pona
la fecha. La serie de 20 signos o glifos iba combinada con otra de nmeros, del 1 al 13. As, el da 14, de
los 20 de la serie numeral, reciba el nmero 1. Esta serie comenzaba con el 1 lagarto, segua con 2
viento, 3 casa, 4 lagartija, y as sucesivamente, hasta que al llegar a 13 caa, la siguiente serie comenzaba
con 1 tigre, 2 guila, y as cuando llegaba a 8 flor, segua 8 lagarto. De este modo, ningn da poda
confundirse con otro a causa de esta combinacin. Esta ltima no se repeta hasta 260 das, que era la
multiplicacin de 13 X 20. Asimismo, cada serie tena un significado diferente: bueno, malo, neutro,
78 Todos los nios cuando nacan tomaban nombre del da en que nacan,
ora fuese una flor, ora dos conejos; y este nombre les daban al sptimo
da, y entonces si era varn ponanle una saeta en la mano, y si era
hembra dbanle un huso y un palo de tejer, en seal que haba de ser
hacendosa y casera, buena hilandera y mejor tejedora; a el varn porque
fuese valiente para defender a s y a la patria, porque las guerras eran
muy ordinarias cada ao; y en aquel da le regocijaban los parientes y
vecinos con el padre del nio. En otras partes, luego que la criatura naca,
venan los parientes a saludarla, y decanle estas palabras: venido eres a
padecer, sufre y padece, y esto hecho, cada uno de los que le haban
saludado, le ponan un poco de cal en la rodilla. Y a el sptimo da (de
haber nacido) dbanle el nombre del da en que haba nacido. Despus,
desde a tres meses, presentaban aquella criatura en el templo del
demonio, y dbanle su nombre, no dejando el que tena, y tambin
entonces coman de regocijo; y luego el maestro del cmputo decale el
nombre del demonio que caa en aquel da de su nacimiento. De los
nombres de estos demonios tenan mil ageros y hechiceras, de los
hados que le haban de acontecer en su vida, as en casamientos como en
guerras. A los hijos de los seores principales daban tercero nombre de
dignidad o de oficio; a algunos siendo muchachos, a otros ya jvenes, a
otros cuando hombres; o despus de muerto el padre, heredaba el
mayorazgo y el nombre de la dignidad que el padre haba tenido.

79 No es de maravillar de los nombres que estos indios pusieron a sus


das de aquellas bestias y aves, pues los nombres de los das de nuestros
meses y semanas los tienen de los nombres dioses y planetas, lo cual fue
obra de los romanos.

80 En esta tierra de Anhuac contaban los aos de cuatro en cuatro, y


este trmino de aos contaban de esta manera 18. Ponan cuatro casas con
cuatro figuras; la primera ponan al medioda, que era una figura de
conejo; la otra ponan hacia oriente, y eran dos caas; la tercera ponan al
septentrin, y eran tres pedernales o tres cuchillos de sacrificar; la cuarta
casa ponan hacia occidente, y en ella la figura de cuatro casas. Pues
comenzando la cuenta del primero ao y de la primera casa, van contando
por sus nombres y figuras hasta trece aos, que acaba en la misma casa
que comenzaron, que tiene la figura de un conejo. Andando tres vueltas,
que son tres olimpiadas, la postrera tiene cinco aos y las otras cuatro,
que son trece, a el cual trmino podramos llamar indiccin, y de esta
manera hacan otras tres indicciones por la cuenta de las cuatro casas, de

dependiendo del pronstico que se diera al primer da. Los nmeros ms favorables eran el 7, 10, 11, 12 y
13. (Cf. Alonso Cano, El pueblo del sol, Mxico. Fondo de Cultura Econmica, 1953).
18
El calendario solar constaba de 18 meses de 20 das cada uno. El sobrante de 5 das se consideraba
nefasto, o nemontemi. Cada 4 aos aadan 1 da a la cuenta, con lo cual reconocan su carcter de
bisiesto. Los aos solares se iniciaban con smbolos tales, por este orden, 1 tochtli o conejo, 2 catl o
caa, 3 tcpatl o pedernal, 4 calli o casa, 5 tochtli, y as sucesivamente, hasta que al cumplirse 52 aos
volva a aparecer el 1 tochtli o conejo. Cuando esto ocurra comenzaba otro ciclo, y a causa de ello se
encenda el Fuego Nuevo a partir de la media noche anterior. Cada 2 ciclos era equivalente a 104 aos, y
con este motivo coincidan el inicio de un cmputo solar y un ciclo de tonalpohualli. Este era un momento
culminante, pues se basaba en el temor a la catstrofe astral que acabara con la vida, y de ah el
encendido del Fuego Nuevo.
manera que venan a hacer cuatro indicciones, cada una de a trece aos,
que venan a hacer una hebdmada de cincuenta y dos aos,
comenzando siempre el principio de la primera hebdmada en la primera
casa; y es mucho de notar la ceremonia y fiesta que hacan en el fin y
postrero da de aquellos cincuenta y dos aos, y en el primer da que
comenzaban nuevo ao y nueva olimpiada. El postrero da del postrer
ao, a hora de vsperas, en Mxico y en toda su tierra, y en Tetzcoco y sus
provincias, por mandamiento de los ministros de los templos, mataban
todos los fuegos con agua, as de los templos del demonio como de los
lugares que haba fuego perpetuo, que era en los infiernoS ya dichos, este
da tambin mataban los fuegos. Luego salan ciertos ministros de los
templos de Mxico, dos leguas a un lugar que se dice Iztapalapa, y suban
a un cerrejn que all est, sobre el cual estaba un templo del demonio, a
el cual tena mucha devocin y reverencia el gran seor de Mxico,
Motezuma. Pues all a la medianoche, que era principio del ao de la
siguiente hebdmada, los dichos ministros sacaban nueva lumbre de un
palo que llamaban palo de fuego, y luego encendan tea, y antes que
nadie encendiese, con mucho fervor y prisa la llevaban al principal templo
de Mxico, y puesta la lumbre delante de los dolos, traan un cautivo
tomado en guerra, y delante el nuevo fuego sacrificndole, le sacaban el
corazn, y con la sangre, el ministro mayor rociaba el fuego a manera de
bendicin. Esto acabado, ya que el fuego quedaba como bendito, estaban
all esperando de muchos pueblos para llevar lumbre nueva a los templos
de sus lugares lo cual hacan pidiendo licencia al gran prncipe o pontfice
mexicano, que era como papa, y esto hacan con gran fervor y prisa.
Aunque el lugar estuviese hartas leguas, ellos se daban tanta prisa que en
breve tiempo ponan all la lumbre. En las provincias lejos de Mxico
hacan la misma ceremonia, y esto se haca en todas partes con mucho
regocijo y alegra; y en comenzando el da en toda la tierra y
principalmente en Mxico hacan gran fiesta, y sacrificaban cuatrocientos
hombres en slo Mxico.

CAPITULOVI

81 De la fiesta llamada panquezalizthi19, y de los sacrificios y homicidios


que en ella se hacan; y cmo sacaban los corazones y los ofrecan, y
despus coman los que sacrificaban.
19
Panquetzaliztli.
82 En aquellos das de los meses que arriba quedan dichos, en uno de
ellos que se llamaba panquezalizthi, que era el catorceno, el cual era
dedicado a los dioses de Mxico, mayormente a dos de ellos que se
decan ser hermanos y dioses de la guerra, poderosos para matar y
destruir, vencer y sujetar; pues en este da, como pascua o fiesta ms
principal, se hacan muchos sacrificios de sangre, as de las orejas como
de la lengua, que esto era muy comn; otros se sacrificaban de los brazos
y pechos y de otras partes del cuerpo; pero porque en esto de sacarse un
poco de sangre para echar a los dolos, como quien esparce agua bendita
con los dedos, o echar la sangre en unos papeles y ofrecerlos de las
orejas y lengua a todos y en todas partes era general; pero de las otras
partes del cuerpo en cada provincia haba su costumbre; unos de los
brazos, otros de los pechos, que en esto de las seales se conocan de
qu provincia eran. Dems de estos y otros sacrificios y ceremonias,
sacrificaban y mataban a muchos de la manera que aqu dir.

83 Tenan una piedra larga, de una brazada de largo, y casi palmo y medio
de ancho, y un buen palmo de grueso o de esquina. La mitad de esta
piedra estaba hincada en la tierra, arriba en lo alto encima de las gradas,
delante del altar de los dolos. En esta piedra tendan a los desventurados
de espaldas para los sacrificar, y el pecho muy tenso, porque los tenan
atados los pies y las manos, y el principal sacerdote de los dolos o su
lugarteniente, que eran los que ms ordinariamente sacrificaban, y si
algunas veces haba tantos que sacrificar que stos se cansasen,
entraban otros que estaban ya diestros en el sacrificio, y de presto con
una piedra de pedernal con que sacan lumbre, de esta piedra hecho un
navajn como hierro de lanza, no mucho agudo, porque como es piedra
muy recia y salta, no se puede hacer muy aguda; esto digo porque
muchos piensan que eran de aquellas navajas de piedra negra, que en
esta tierra las hay, y scanlas con el filo tan delgado como de una navaja,
y tan dulcemente corta como navaja, sino que luego saltan mellas; con
aquel cruel navajn, como el pecho estaba tan tenso, con mucha fuerza
abran al desventurado y de presto sacbanle el corazn, y el oficial de
esta maldad daba con el corazn encima del umbral del altar de parte de
fuera, y all dejaba hecha una mancha de sangre; y cado el corazn,
estaba un poco bullendo en la tierra, y luego ponanle en una escudilla
delante del altar. Otras veces tomaban el corazn y levantbanle hacia el
sol, y a las veces untaban los labios de los dolos con la sangre. Los
corazones, a las veces los coman los ministros viejos; otras los
enterraban, y luego tomaban el cuerpo y echbanle por las gradas abajo a
rodar; y allegado abajo, si era de los presos en guerra, el que lo prendi,
con sus amigos y parientes llevbanlo, y aparejaban aquella carne
humana con otras comidas, y otro da hacan fiesta y le coman; y el
mismo que le prendi, si tena con qu lo poder hacer, daba aquel da a
los convidados, mantas; y si el sacrificado era esclavo no le echaban a
rodar, sino abajbanle a brazos, y hacan la misma fiesta y convite que
con el preso en guerra, aunque no tanto con el esclavo; sin otras fiestas y
das de ms de muchas ceremonias con que las solemnizaban, como en
estotras fiestas parecer. Cuanto a los corazones de los que sacrificaban,
digo: que en sacando el corazn a el sacrificado, aquel sacerdote del
demonio tomaba el corazn en la mano, y levantbale como quien le
muestra a el sol, y luego volva a hacer otro tanto a el dolo, y ponasele
delante en un vaso de palo pintado, mayor que una escudilla, y en otro
vaso coga la sangre y daban de ella como a comer a el principal dolo,
untndole los labios, y despus a los otros dolos y figuras del demonio.
En esta fiesta sacrificaban de los tomados en guerra o esclavos, porque
casi siempre eran de stos los que sacrificaban, segn el pueblo, en unas
veinte, en otros treinta, en otros cuarenta, y hasta cincuenta y sesenta; en
Mxico sacrificaban ciento, y de ah arriba.

84 En otro da de aquellos ya nombrados se sacrificaban muchos, aunque


no tantos como en la (fiesta) ya dicha; y nadie piense que ninguno de los
que sacrificaban matndoles y sacndoles el corazn, o cualquiera otra
muerte, que no era de su propia voluntad, sino por fuerza, y sintiendo
muy sentida la muerte y su espantoso dolor. Los otros sacrificios de
sacarse sangre de las orejas o lengua, o de otras partes, estos eran
voluntarios casi siempre. De aquellos que as sacrificaban, desollaban
algunos, en unas partes dos o tres, en otras cuatro o cinco, en otras, diez,
y en Mxico, hasta doce o quince, y vestan aquellos cueros, que por las
espaldas y encima de los hombros, dejaban abiertos, y vestido lo ms
justo que podan, como quien viste jubn y calzas, bailaban con aquel
cruel y espantoso vestido; y como todos los sacrificados o eran esclavos
o tomados en la guerra, en Mxico para este da guardaban alguno de los
presos en la guerra, que fuese seor o persona principal, y a aqul
desollaban para vestir el cuero de l el gran seor de Mxico,
Moteuczoma, el cual con aquel cuero vestido bailaba con mucha
gravedad, pensando que haca gran servicio a el demonio que aquel da
honraban; y esto iban muchos a ver como cosa de gran maravilla porque
en los otros pueblos no se vestan los seores los cueros de los
desollados, sino otros principales. Otro da de otra fiesta, en cada parte
sacrificaban una mujer, y desollbanla, y vestase uno el cuero de ella y
bailaba con todos los otros del pueblo; aqul con el cuero de la mujer
vestido, y los otros con sus plumajes.

85 Haba otro da en que hacan fiesta al dios del agua. Antes que este da
allegase, veinte o treinta das, compraban un esclavo y una esclava y
hacanlos morar juntos como casados; y allegado el da de la fiesta,
vestan al esclavo con las ropas e insignias de aquel dios, y a la esclava
con las de la diosa, mujer de aquel dios, y as vestidos bailaban todo
aquel da hasta la medianoche que los sacrificaban; y a stos no los
coman sino echbanlos en una hoya como silo que para esto tenan.

CAPITULOVII
86 De las muy grandes crueldades que se hacan el da del dios del fuego
y del dios del agua; y de una esterilidad que hubo en que no llovi en
cuatro aos.

87 Otro da de fiesta en algunas partes y pueblos, como Tlacuba,


Cuyuacan (y) Azcapuzalco20, levantaban un gran palo rollizo de hasta diez
brazas de largo, y hacan un dolo de semillas, y envuelto y atado con
papeles ponanle encima de aquella viga; y la vspera de la fiesta
levantaban este rbol, que digo con aquel dolo, y bailaban todo el da a la
redonda de l; y aquel da por la maana tomaban algunos esclavos y
otros que tenan cautivos de guerra, y traanlos atados de pies y manos, y
echbanlos en un gran fuego para esta crueldad aparejado, y no los
dejando acabar de quemar, no por piedad, sino porque el gnero de
tormento fuese mayor; porque luego los sacrificaban y sacaban los
corazones, y a la tarde echaban la viga en tierra y trabajaban mucho por
haber parte de aqul dolo para comer; porque crean que con aquello se
haran valientes para pelear. Otro da era dedicado al dios del fuego, o al
mismo fuego a el cual tenan y adoraban por dios, y no de los menores,
que era general por todas partes; este da tomaban uno de los cautivos en
la guerra y vestanle de las vestiduras y ropas del dios del fuego, y
bailaba a reverencia de aquel dios, y sacrificbanle a l y a los dems que
tenan presos de guerra; pero mucho ms es de espantar de lo que
particularmente hacan aqu en Coauhtitlan 21, adonde esto escribo, que
todo lo general, adonde parece que se mostraba el demonio ms cruel
que en otras partes. Una vspera de una fiesta en Coauhtitlan, levantaban
seis grandes rboles como mstiles de naos con sus escaleras; y en esta
vigilia cruel, y el da muy ms cruel tambin, degollaban dos mujeres
esclavas en lo alto encima de las gradas, delante el altar de los dolos, y
all arriba las desollaban todo el cuerpo y el rostro, y sacbanles las
canillas de los muslos; y el da por la maana, dos indios principales
vestanse los cueros, y los rostros tambin como mscaras, y tomaban en
las manos las canillas, en cada mano la suya, y muy paso a paso bajaban
bramando, que parecan bestias encarnizadas; y en los patios abajo gran
muchedumbre de gente, todos como espantados, decan: ya vienen
nuestros dioses; ya vienen nuestros dioses. Allegados abajo comenzaban
a taer sus atabales, y a los as vestidos ponan a cada uno sobre las
espaldas mucho papel, no plegado sino cosido en ala, que habra obra de
cuatrocientos pliegos; y ponan a cada uno una codorniz ya sacrificada y
desollada, y atbansela a el bezo que tena horadado; y de esta manera
bailaban estos dos, delante los cuales mucha gente sacrificaba y ofrecan
muy muchas codornices, que tambin era para ellas da de muerte; y
sacrificadas, echbanselas delante, y eran tantas que cubran el suelo por
do iban, porque pasan de ocho mil codornices las que aquel da ofrecan,
porque todos tenan mucho cuidado de las buscar para esta fiesta, a la
20
Respectivamente, Tlacopan. Coyoacn, Azcapotzalco.
21
Cuauhtitlan.
cual iban desde Mxico y de otros muchos pueblos. Allegado el medioda
cogan todas las codornices, y repartanlas por los ministros de los
templos y por los seores y principales, y los vestidos no hacan sino
bailar todo el da.

88 Hacase este mismo da otra mayor y nunca oda crueldad y era que en
aquellos seis palos que la vspera de la fiesta haban levantado, en lo alto
ataban y aspaban seis hombres cautivos en la guerra, y estaban debajo a
la redonda ms de dos mil muchachos y hombres con sus arcos y
flechas, y stos, en bajndose los que haban subido a los atar a los
cautivos, disparaban en ellos las saetas como lluvia; y asaetados y medio
muertos suban de presto a los desatar y dejbanlos caer de aquella
altura, y del gran golpe que daban, se quebrantaban y molan los huesos
todos del cuerpo; y luego les daban la tercera muerte sacrificndolos y
sacndolos los corazones; y arrastrndolos desvibanlos de all, y
degollbanlos, y cortbanlos las cabezas, y dbanlas a los ministros de
los dolos; y los cuerpos llevbanlos como carneros para los comer los
seores y principales. Otro da con aquel nefando convite hacan tambin
fiesta, y con gran regocijo bailaban todos.

89 Una vez en el ao, cuando el maz estaba salido de obra de un palmo,


en los pueblos que haba seores principales, que a su casa llamaban
palacio, sacrificaban un nio y una nia de edad de hasta tres o cuatro
aos; stos no eran esclavos, sino hijos de principales, y este sacrificio
se haca en un monte en reverencia de un dolo que decan que era el dios
del agua y que les daba la pluvia, y cuando haba falta de agua la pedan a
este dolo. A estos nios inocentes no les sacaban el corazn, sino
degollbanlos, y envueltos en mantas ponanlos en una caja de piedra
como lucillo antiguo, y dejbanlos as por la honra de aquel dolo, a quien
ellos tenan por muy principal dios, y su principal templo y casa era en
Tezcuco, juntamente con los dioses de Mxico, ste estaba a la mano
derecha, y los de Mxico a la mano izquierda; y ambos altares estaban
levantados sobre una cepa, y tena cada tres sobrados, a los cuales yo fui
a ver algunas veces. Estos templos fueron los ms altos y mayores de
toda la tierra, y ms que los de Mxico.

90 El da de atemuytle22 ponan muchos papeles pintados, y llevbanlos a


los templos de los demonios, y ponan tambin Ulli 23 que es una goma de
un rbol que se cra en tierra caliente, del cual punzndole salen unas
gotas blancas, y ayntanlo uno con otro, que es cosa que luego se cuaja
y para negro, casi como pez blanda; y de ste hacen las pelotas con que
juegan los indios, que saltan ms que las pelotas de viento de Castilla, y
son del mismo tamao, y un poco ms prietas; aunque son mucho ms
pesadas. Las de esta tierra, corren y saltan tanto que parece que traen
azogue dentro de s. De este ulli usaban mucho ofrecer a los demonios,
as en papeles que quemndolo corran unas gotas negras, y stas caan
sobre papeles, y aquellos papeles con aquellas gotas, y otros con gotas
de sangre, ofrecanlo a el demonio y tambin ponan de aquel ulli en los
22
Atemoztli, mes del calendario.
23
Es el hule.
carillos a los dolos, y algunos tenan dos y tres dedos de costra sobre el
rostro, y ellos feos, parecan bien figuras del demonio, sucias y feas y
hediondas. Este da se ayuntaban los parientes y amigos a llevar comida,
que coman en las casas y patios del demonio. En Mxico este mismo da
salan y llevaban en una barca muy pequea un nio y una nia, y en
medio del agua de la gran laguna los ofrecan al demonio, y all los
sumergan con la acalli o barca, y los que los llevaban se volvan en otras
barcas mayores.

91 Cuando el maz estaba a la rodilla, para un da repartan y echaban


pecho, de que compraban cuatro nios esclavos de edad de cinco o seis
aos, y sacrificbanlos a Tlaloc, dios del agua, ponindolos en una cueva,
y cerrbanla hasta otro ao que hacan lo mismo. Este cruel sacrificio
tuvo principio de un tiempo que estuvo cuatro aos que no llovi y
apenas qued cosa verde en el campo, y por aplacar el demonio del agua,
su dios Tlaloc24, y porque lloviese, le ofrecan aquellos cuatro nios.
Estos ministros de estos sacrificios eran los mayores sacerdotes y de
ms dignidad entre los indios; criaban sus cabellos a manera de
nazarenos, y como nunca los cortaban ni peinaban y ellos andaban
mucho tiempo negro y los cabellos muy largos y sucios, parecan a el
demonio. A aquellos cabellos grandes llamaban nopapa, y de all les
qued a los espaoles llamar a estos ministros papas, pudiendo con
mayor verdad llamarlos crueles verdugos del demonio.

92 Uey-Tezozthi25. Este da era cuando el maz estaba ya grande hasta la


cinta. Entonces cada uno coga de sus maizales algunas caas, y
envueltas en mantas, delante de aquellas caas, ofrecan comida y atuli,
que es un brebaje que hacen de la masa del maz, y es espesa y tambin
ofrecan copalli, que es gnero de incienso que corre de un rbol, el cual
en cierto tiempo del ao punzan para que salga y corra aquel licor, y
ponen debajo o en el mismo rbol atadas unas pencas de maguey, que
adelante se dir lo que es y hay bien que decir de l; y all cae y se cuajan
unos panes de manera de la jibia de los plateros; hcese de este copalli
envuelto con aceite muy buena trementina; los rboles que lo llevan son
graciosos y hermosos de vista y de buen color: tienen la hoja muy
menuda. Crase en tierra caliente en lugar alto a do goce de aire. Algunos
dicen que este copalli es mirra probatsima. Volviendo a la ofrenda digo:
que toda junta a la tarde la llevaban a los templos de los demonios y
bailbanle toda la noche porque les guardase los maizales.

93 Tititlh. Este da y otro con sus noches bailaban todos a el demonio y le


sacrificaban muchos cautivos presos en las guerras de los pueblos de
muy lejos, que segn decan los mexicanos algunas provincias tenan
cerca de s de enemigos y de guerra, como Tlaxcala y Huejuzinco, que
ms lo tenan para ejercitarse en la guerra y tener cerca de dnde haber
cautivos para sacrificar, que no por pelear y acabados; aunque los otros
tambin decan lo mismo de los mexicanos y que de ellos prendan y
24
Tlloc, dios de la lluvia y patrono de los agricultores. Probablemente. el ms antiguo en la Mesoamca
de los cultivadores urbanos.
25
Hueytozoztli. Refiere a mes, no a da.
sacrificaban tantos, como los otros de ellos. Otras provincias haba lejos,
donde a tiempos, o una vez en el ao, hacan guerra y salan capitanas
ordenadas a esto; y de stas era una la provincia o reino de
Michuachanpanco, que ahora los espaoles llaman Pnuco; de estos
cautivos sacrificaban aquel da, y no de los ms cercanos, ni tampoco
esclavos.

CAPITULOVIII

94 De la fiesta y sacrificios que hacan los mercaderes 26 a la diosa de la


sal, y de la venida que fingan de su dios; y de cmo los seores iban una
vez en el ao a los montes a cazar para ofrecer a sus dolos.

95 Los mercaderes hacan una fiesta, no todos juntos, sino los de cada
provincia por su parte, para la cual procuraban esclavos que sacrificar,
los cuales hallaban bien baratos, por ser la tierra muy poblada. En este
da moran muchos en los templos que a su parte tenan los mercaderes,
en los cuales otras muchas veces hacan grandes sacrificios.

96 Tenan otro da de fiesta en que todos los seores y principales se


ayuntaban de cada provincia en su cabecera a bailar, y vestan una mujer
de las insignias de la diosa de la sal, y as vestida bailaba toda la noche, y
a la maana, a hora de las nueve, sacrificbanla a la misma diosa. En este
da echan mucho de aquel incienso en los braseros.

97 En otra fiesta, algunos das antes aparejaban grandes comidas, segn


cada uno poda y le bastaba la pobre hacienda, que ellos muy bien parten,
aunque lo ayunen, por no parecer vacos delante de su dios. Aparejada la
comida, fingan como da de adviento, y llegado el da llevaban la comida
a la casa del demonio y decan: ya viene nuestro dios, ya viene, ya viene
nuestro dios, ya viene.

98 Un da en el ao salan los seores y principales para sacrificar en los


templos que haba en los montes, y andaban por todas partes cazadores a
cazar de todas animalias y aves para sacrificarlas a el demonio, as leones
y tigres como cayutles (coyotes) que son unos animalejos entre lobo y
26
En nhuatl, pochteca. Formaban una clase social importante, organizada en gremios. Estaba al servicio
de los seores de Tenochtitln, a cuyo servicio espiaban durante sus viajes por otras tierras. Tenan sus
propios sacrificios humanos y su correspondiente antropofagia, pero a diferencia de los guerreros que los
conseguan por captura y riesgo en guerra, eran de esclavos adquiridos en los mercados.
raposa, que ni son bien lobos ni bien raposas, de los cuales hay muchos,
y muerden tan bravamente, que ha de ser muy escogido el perro que le
matare diente por diente. Cazaban venados, liebres, conejos (y)
codornices, hasta culebras y mariposas, y todo lo traan a el seor, y l
daba y pagaba a cada uno segn lo que traa; primero daba la ropa que
traa vestida, y despus otra que tena all aparejada para dar, no pagando
por va de precio ni de conciencia, que maldito el escrpulo que de ello
tenan, ni tampoco por paga de los servicios, sino por una liberalidad con
la cual pensaban que agradaban mucho a el demonio, y luego
sacrificaban todo cuanto haban podido haber.

99 Sin las fiestas ya dichas, haba otras muchas, en cada provincia, y a


cada demonio le servan de su manera, con sacrificios y ayunos y otras
diablicas ofrendas! especialmente en Tlaxcala 27, Huexuzinco (y) Cholola,
que eran seoros por s. En todas estas provincias que son comarcas y
venan de un abolengo, todos adoraban y tenan un dios por ms
principal, a el cual nombraban por tres nombres. Los antiguos que estas
provincias poblaron, fueron de una generacin; pero despus que se
multiplicaron, hicieron seoros distintos y hubo entre ellos grandes
bandos y guerras. En estas tres provincias se hacan siempre crueles y
grandes sacrificios y muy crueles, porque como todos estaban cercados
de provincias sujetas a Mxico, que eran sus enemigos, y entre s mismos
tenan continuas guerras, haba entre ellos hombres prcticos en la
guerra, y de buen nimo y fuerzas, especial (mente) en Tlaxcala, que es la
mayor de estas provincias, y aun de gente algo ms dispuesta y crecida y
guerrera, y es de las enteras y grandes provincias, y ms poblada de la
Nueva Espaa, como se dir adelante. Estos naturales, tenan de
costumbre en sus guerras de tomar cautivos para sacrificar a sus dolos,
y a esta causa, en la batalla arremetan y entraban hasta abrazarse con el
que podan, y sacbanle fuera y atbanle cruelmente. En esto se
mostraban y sealaban los valientes.

100 Estos tenan otras muchas fiestas con grandes ceremonias y


crueldades, de las cuales no me acuerdo bien para escribir verdad,
aunque mor all seis aos entre ellos, y o y supe muchas cosas; pero no
me informaba para lo haber de escribir.

101 En Tlaxcala haba muchos seores y personas principales, y mucho


ejercicio de guerra, y tenan siempre como gente de guarnicin, y todos
cuantos prendan, dems de muchos esclavos, moran en sacrificio; y lo
mismo en Huejuzinco y Cholola. A esta Cholola tenan por gran santuario
como otra Roma, en la cual haba muchos templos del demonio;
dijronme que haba ms de trescientos y tantos. Yo la vi entera y muy
27
Como puede verse, hay lugares en los que escribe Tlaxcallan, mientras que en otros, como en ste, dice
Tlaxcala, que es como habitualmente se reconoce. Igualmente ocurre con Huexotzinco, ciudad tribal
cercana a la ciudad actual de Puebla; y con Cholula, tambin en la misma ruta. Estas tres tribus
constituyeron, asimismo. aunque con menor estabilidad poltica. una Triple Alianza, a semejanza de la de
Tenochtitln. Texcoco y Tlacopan. En cualquier caso, estas diferencias en la ortografa de los nombres
propios da la impresin de que esta obra fue escrita por persona o personas distintas que conocan de
modo diferente estas informaciones. Por eso, a veces, se puede tener la impresin de que Motolinia no
escribi esta Historia, como afirma O'Gorman. Vase.
torreada y llena de templos del demonio, pero no los cont. Por lo cual
hacia muchas fiestas en el ao, y algunos venan de ms de cuarenta
leguas, y cada provincia tena sus salas y casas de aposento para las
fiestas que se hacan.

CAPITULOIX

102 De los sacrificios que hacan en los ministros tlamagazques, en


especial en Teoacan28, Cuzcatlan y Teuticlan; y de los ayunos que tenan.

103 Dems de los sacrificios y fiestas dichas haba otros muchos


particulares que hacan muy continuamente, en especial aquellos
ministros que los espaoles llamaron papas29. Estos se sacrificaban a s
mismos muchas veces de muchas partes del cuerpo, y en algunas fiestas
hacan en lo alto de las orejas con una navajuela de piedra negra (un
agujero) que la sacaban de la manera de una lanceta de sangrar, y tan
aguda y con tan vivos filos; y as muchos espaoles se sangran y
sangran a otros con stas, y cortan muy dulcemente, sino que algunas
veces despuntan, cuando el sangrador no es de los buenos; que ac cada
uno procura de saber sangrar y herrar y otros muchos oficios que en
Espaa no se tendran por honrados de los aprender; aunque por otra
parte tienen presuncin y fantasa, aunque tienen todos los espaoles
que ac estn la mejor y ms humilde conversacin que puede ser en el
mundo. Tomando a el propsito, digo: que por aquel agujero que hacan
en las orejas y por las lenguas sacaban una caa tan gorda como el dedo
de la mano, y tan larga como el brazo; mucha de la gente popular, as
hombres como mujeres, sacaban o pasaban por la oreja y por la lengua
unas pajas tan gordas como caas de trigo, y otros unas puntas de
maguey, o de metl, que a la fin se dice qu cosa es, y todo lo que as
sacaban ensangrentado, y la sangre que podan coger en unos papeles, lo
ofrecan delante de los dolos.

104 En Teoachan, y en Theuticlan y en Cuztaclan, que eran provincias de


frontera y tenan guerra por muchas partes, tambin hacan muy crueles
sacrificios de cautivos y de esclavos; y en s mismos los tlamagazques, o

28
Tehuacn. Teutitlan. Aqu sucede lo mismo: en el encabezado, o sea unas lneas ms arriba, los nombres
se escriben de manera diferente.
29
Tlamacazque.
papas mancebos, hacan una cosa de las extraas y crueles del mundo;
que cortaban y hendan el miembro de la generacin entre cuero y carne y
hacan tan grande abertura que pasaban por all una soga tan gruesa
como el brazo por la mueca, y en largor segn la devocin del penitente;
unas eran de diez brazas, otras de quince y otras de veinte; y si alguno
desmayaba de tan cruel desatino, decanle que aquel poco nimo era por
haber pecado y allegado a mujer; porque stos que hacan esta locura y
desatinado sacrificio eran mancebos por casar, y no era maravilla que
desmayasen, pues se sabe que la circuncisin es el mayor dolor que
puede ser en el mundo, si no, dganlo los hijos de Jacob. La otra gente del
pueblo sacrificbanse de las orejas, y de los brazos, y del pico de la
lengua, de que sacaban unas gotas de sangre para ofrecer; y los ms
devotos, as hombres como mujeres, traan ms arpadas las lenguas y las
orejas, y hoy da se parece en muchos. En estas tres provincias que digo,
los ministros del templo y todos los de sus casas ayunaban cada ao
ochenta das. Tambin ayunaban sus cuaresmas y ayunos antes de las
fiestas del demonio, en especial aquellos papas, con slo pan de maz y
sal y agua; unas cuaresmas de a diez das, y otras de veinte y de
cuarenta; y alguna como la de panquezalizthi en Mxico que era de
ochenta das, de que algunos enfermaban y moran, porque el cruel de su
dios no les consenta que usasen consigo de misericordia.

105 Llambanse tambin estos papas dadores de fuego, porque echaban


incienso en lumbre o en brasas con su incensario tres veces en el da y
tres en la noche. Cuando barran los templos del demonio era con
plumajes en lugar de escobas, y andando para atrs, sin volver las
espaldas a los dolos. Mandaban a el pueblo y hasta (a) los muchachos
que ayunasen, ya dos, ya cuatro, ya cinco das, y hasta diez das ayunaba
el pueblo. Estos ayunos no eran generales, sino que cada provincia
ayunaba a sus dioses segn su devocin y costumbre. Tena el demonio
en ciertos pueblos de la provincia de Thoacan [(ehuacan) capellanes
perpetuos que siempre velaban y se ocupaban en oraciones, ayunos y
sacrificios; y este perpetuo servicio repartanlo de cuatro en cuatro aos,
y los capellanes asimismo eran cuatro. Cuatro mancebos que haban de
ayunar cuatro aos, entraban en la casa del demonio como quien entra en
treintanario cerrado, y daban a cada uno una sola manta de algodn
delgada de un maxtil (maxtlat), que es como toca de camino con que se
cien y tapan sus vergenzas, y no tenan ms ropa de noche ni de da,
aunque en invierno hace razonable fro las noches; la cama era la dura
tierra y la cabecera una piedra. Ayunaban todos aquellos cuatro aos, en
los cuales se abstenan de carne y de pescado, sal y de aj; no coman
cada da ms de una sola vez a medioda, y era su comida una tortilla, que
segn sealan, sera de dos onzas, y beban una escudilla de un brebaje
que se dice atolli. No coman otra cosa, ni fruta, ni miel, ni cosa dulce,
salvo de veinte en veinte das que eran sus das festivales, como nuestro
domingo a nosotros. Entonces podan comer de todo lo que tuviesen, y
de ao en ao les daban una vestidura. Su ocupacin y mora era estar
siempre en la casa y (en) presencia del demonio y para velar toda la
noche repartanse de dos en dos. Velaban una noche los dos, y dorman
los otros dos, sin dormir sueo y otra noche los otros dos. Ocupbanse
cantando a el demonio muchos cantares, y a tiempos sacrificbanse y
sacbanse sangre de diversas partes del cuerpo, que ofrecan a el
demonio, y cuatro veces en la noche ofrecan incienso, y de veinte en
veinte das hacan este sacrificio; que hecho un agujero en lo alto de las
orejas sacaban por all sesenta caas, unas gruesas y otras delgadas
como los dedos; unas largas como el brazo y otras de una brazada; otras
como varas de tirar; y todas ensangrentadas ponanlas en un montn
delante de los dolos, las cuales quemaban acabados los cuatro aos.
Montbanse si no me engao diez y siete mil y doscientos ochenta,
porque cinco das del ao no los contaban, sino diez y ocho meses a
veinte das cada mes. Si alguno de aquellos ayunadores o capellanes del
demonio mora, luego suplan otro en su lugar y decan que haba de
haber gran mortalidad, y que haban de morir muchos seores, por lo cual
todos vivan aquel ao muy atemorizados, porque son gente que miran
mucho en ageros. A stos les apareca muchas veces el demonio, o ellos
lo fingan, y decan al pueblo lo que el demonio les deca, o a ellos se les
antojaba y lo que queran y mandaban los dioses; y lo que ms veces
decan que vean era una cabeza con largos cabellos. Del ejercicio de
estos ayunadores y de sus visiones holgaba mucho de saber al gran
seor Motezuma, porque le pareca servicio muy especial y acepto a los
dioses. Si alguno de estos ayunadores se hallaba que en aquellos cuatro
aos tuviese ayuntamiento de mujer, ayuntbanse muchos ministros del
demonio y mucha gente popular, y sentencibanle a muerte, la cual le
daban de noche y no de da; y delante de todos le achocaban y
quebrantaban la cabeza con garrotes, y luego le quemaban y echaban los
polvos por el aire, derramando la ceniza, de manera que no hubiese
memoria de tal hombre; porque aquel hecho, en tal tiempo, le tenan por
enorme y por cosa descomunal y que nadie haba de hablar en ella.

106 Las cabezas de los que sacrificaban, especial de los tomados en


guerra, desollbanlas, y si eran seores o principales personas los as
presos, desollbanlas con sus cabellos y secbanlas para las guardar. De
stas haba muchas al principio; y si no fuera porque tena algunas
barbas, nadie juzgara sino que eran rostros de nios de cinco o seis
aos, y causbanlo estar, como estaban, secas y curadas. Las calaveras
ponan en unos palos que tenan levantados a un lado de los templos del
demonio; de esta manera: levantaban quince o veinte palos, ms y
menos, de largo de cuatro o cinco brazas fuera de tierra, y en tierra
entraba ms de una braza, que eran unas vigas rollizas apartada(s) unas
de otras cuando (como) seis pies y todas puestas en hilera, y todas
aquellas vigas llenas de agujeros; y tomaban las cabezas horadadas por
las sienes, y hacan unos sartales de ellas en otros palos delgados
pequeos, y ponan los palos en los agujeros que estaban hechos en las
vigas que dije, y as tenan de quinientas en quinientas, y de seiscientas
en seiscientas, y en algunas partes de mil en mil calaveras; y en
cayndose una de ellas ponan otras, porque valan muy barato; y en
tener aquellos tendales muy llenos de aquellas cabezas mostraban ser
grandes hombres de guerra y devotos sacrificadores a sus dolos.
Cuando haban de bailar en las fiestas solemnes, pintbanse y tiznbanse
de mil maneras; y para esto el da que haba baile, por la maana luego
venan pintores y pintoras a el tianguez, que es el mercado, con muchos
colores y sus pinceles, y pintaban a los que haban de bailar los rostros, y
brazos, y piernas de la manera que ellos queran, o la solemnidad y
ceremonia de la fiesta lo requera; y as embijados y pintados banse a
vestir diversas divisas, y algunos se ponan tan feos que parecan
demonios; y as servan y festejaban a el demonio, y de esta manera se
pintaban para salir a pelear cuando tenan guerra o haba batalla.

107 A las espaldas de los principales templos haba una sala a su parte de
mujeres, no cerrada, porque no acostumbraban puertas, pero honestas y
muy guardadas; las cuales servan a los templos por votos que haban
hecho; otras por devocin prometan de servir en aquel lugar un ao, o
dos, o tres; otras hacan el mismo voto en tiempo de algunas
enfermedades (y stas todas eran doncellas vrgenes por la mayor parte),
aunque tambin haba algunas viejas, que por su devocin queran all
morir, y acabar sus das en penitencia. Estas viejas eran guardas y
maestras de las mozas; y por estar en servicio de los dolos eran muy
miradas las unas y las otras. En entrando luego las trasquilaban; dorman
siempre vestidas por ms honestidad y para se hallar ms prestas a el
servicio de los dolos; dorman en comunidad todas en una sala; su
ocupacin era hilar y tejer mantas de labores y otras de colores para
servicio de los templos. A la medianoche iban con su maestra y echaban
incienso en los braseros que estaban delante (de) los dolos. En las
fiestas principales iban todas en procesin por una banda, y los ministros
por la otra, hasta allegar delante (de) los dolos, en lo bajo a el pie de las
gradas, y los unos y las otras iban con tanto silencio y recogimiento, que
no alzaban los ojos de tierra ni hablaban palabra. Estas, aunque las ms
eran pobres, los parientes les daban de comer, y todo lo que haban
menester para hacer mantas, y para hacer comida que luego por la
maana ofrecan caliente, as sus tortillas de pan como gallinas guisadas
en una (s) como cazuelas pequeas, y aquel calor o vaho decan que
reciban los dolos, y lo otro los ministros. Tenan una como maestra o
madre que a tiempo las congregaba y hacia captulo, como hace la
abadesa a sus monjas, y a las que hallaba negligentes, penitenciaba; por
esto algunos espaoles las llamaron monjas, y si alguna se rea con algn
varn dbanla gran penitencia; y si se hallaba alguna ser conocida de
varn, averiguada la verdad a entrambos mataban. Ayunaban todo el
tiempo que all estaban, comiendo a medioda, y a la noche su colacin.
Las fiestas que no ayunaban, coman carne. Tenan su parte que barran
de los patios bajos delante de los templos; lo alto siempre lo barran los
ministros, en algunas partes con plumajes de precio y sin volver las
espaldas, como dicho es.

108 Todas estas mujeres estaban aqu sirviendo a el demonio por sus
propios intereses: las unas porque el demonio las hiciese mercedes; las
otras porque les diese larga vida; otras por ser ricas; otras por ser buenas
hilanderas (y tejedoras) de mantas ricas. Si alguna cometa pecado de
carne, estando en el templo, aunque ms secretamente fuese, crea que
sus carnes se haban de podrecer, y hacan penitencia porque el demonio
encubriese su pecado. En algunas fiestas bailaban delante de los dolos
muy honestamente.

CAPITULOX

109 De una gran fiesta que hacan en Tlaxcala de muchas ceremonias y


sacrificios.

110 Despus de lo arriba escrito vine a morar en esta casa de Tlaxcala, y


preguntando y inquiriendo de sus fiestas, me dijeron de una notable en
crueldad, la cual aqu contar.

111 Hacanse en esta ciudad de Tlaxcala, entre otras muchas fiestas, una
a el principal demonio que ellos adoraban, la cual se haca en el principio
del mes de marzo cada ao; porque la que se haca de cuatro en cuatro
aos, era la fiesta solemne para toda la provincia, mas estotra que se
haca, llambanla ao de dios. Allegado el ao levantbase el ms antiguo
ministro o tlamacazque que en estas provincias de Tlaxcala, Huejuzinco
(y) Chochola haba, y predicaba y amonestaba a todos y decales: hijos
mos: ya es llegado el ao de nuestro dios y seor; esforzaos a le servir y
hacer penitencia; y el que se sintiere flaco para ello, slgase dentro de
cinco das, y si se saliere a los diez y dejare la penitencia, ser tenido por
indigno de la casa de dios, y de la compaa de sus servidores, y ser
privado, y tomarle han todo cuanto tuviere en su casa. Allegado el quinto
da tombase a levantar el mismo viejo en medio de todos los otros
ministros, y deca: estn aqu todos?, y respondan s (o faltaba uno o
dos, que pocas veces faltaban). Pues ahora todos de buen corazn
comencemos la fiesta de nuestro seor. Y luego iban todos a una gran
sierra que est de esta ciudad cuatro leguas y las dos de una trabajosa
subida, y en lo alto, un poco antes de allegar a la cumbre, quedbanse all
todos orando, y el viejo suba arriba, adonde estaba un templo de la diosa
Matlalcueye, y ofreca all unas piedras, que eran como gnero de
esmeraldas, y plumas verdes grandes, de que se hacen buenos plumajes,
y ofreca mucho papel e incienso de la tierra, rogando con aquella ofrenda
a el seor su dios y a la diosa su mujer que les diese esfuerzo para
comenzar su ayuno y acabarle con salud y fuerzas para hacer penitencia.
Hecha esta oracin volvanse para sus compaeros y todos juntos se
volvan para la ciudad. Luego venan otros menores servidores de los
templos, que estaban repartidos por la tierra sirviendo en otros templos, y
traan muchas cargas de palos, tan largos como el brazo y tan gruesos
como la mueca, y ponanlos en el principal templo, y dbanles muy bien
de comer, y venan muchos carpinteros, que haban rezado y ayunado
cinco das, y aderezaban y labraban aquellos palos, y acabados de
aderezar fuera de los patios, dbanles de comer, e idos aquellos venan
los maestros que sacaban las navajas, tambin ayunados y rezados, y
sacaban muchas navajas con que haban de abrir las lenguas, y as como
sacaban las navajas ponanlas sobre una manta limpia, y si alguna se
quebraba a el sacar, decanles que no haban ayunado bien. Nadie que no
vea cmo se sacan estas navajas podr bien entender cmo las sacan, y
es de esta manera: primero sacaban una piedra de navajas, que son
negras como azabache, y puesta tan largo como un palmo, o algo menos,
hcenla rolliza y tan gruesa como la pantorrilla de la pierna, y ponen la
piedra entre los pies y con un palo hacen fuerza a los cantos de la piedra
y a cada empujn que dan, salta una navajuela delgada con sus filos
como de navaja; y sacaban de una piedra ms de doscientas navajas, y a
vueltas algunas lancetas para sangrar; y puestas las navajas en una
manta limpia, perfumbanlas con su incienso, y cuando el sol se acababa
de poner, todos los ministros all juntos, cuatro de ellos cantaban (a) las
navajas con cantares del demonio, taendo con sus atabales; y ya que
haban cantado un rato, callaban aqullos y los atabales, y los mismos,
sin atabales, cantaban otro cantar muy triste y procuraban devocin y
lloraban; creo que era lo que luego haban de padecer. Acabado aquel
segundo cantar estaban todos los ministros aparejados, y luego un
maestro bien diestro como cirujano horadaba las lenguas de todos por
medio, hecho un buen agujero con aquellas navajas benditas; y luego
aquel viejo y ms principal ministro sacaba por su lengua de aquella vez
cuatrocientos y cinco palos, de aquellos que los carpinteros ayunados y
con oraciones haban labrado; los otros ministros antiguos y de nimo
fuerte, sacaban otros cada cuatrocientos cinco palos, que algunos eran
tan gruesos como el dedo pulgar de la mano, y otros algo ms gruesos; Y
otros haba de tanto grueso como puede abrazar el dedo pulgar, y el que
est par de l, puestos en redondo; otros ms mozos sacaban
doscientos, como quien no dice nada. Esto se hacia la noche que
comenzaba el ayuno de la gran fiesta, que era ciento sesenta das antes
de su pascua. Acabada aquella colacin de haber pasado los palos, aquel
viejo cantaba, que apenas poda menear la lengua: mas pensando que
haca gran servicio a dios esforzbase cuanto poda. Entonces ayunaban
de un tiro ochenta das, y de veinte en veinte das sacaba cada uno por su
lengua otros tantos palos, hasta que se cumplieran los ochenta das en
fin de los cuales tomaban un ramo pequeo y ponanle en el patio adonde
todos le viesen, el cual era seal que todos haban de comenzar el ayuno;
y luego llevaban todos los palos que haban sacado por las lenguas, as
ensangrentados, y ofrecanlos delante del dolo, e hincaban diez o doce
varas de cada cinco o seis brazas de manera que en el medio pudiesen
poner los palos de su sacrificio; los cuales eran muchos por ser los
ministros muchos. Los otros ochenta das que quedaban hasta la fiesta,
ayunbanlos todos, as seores como todo el pueblo, hombres y mujeres;
y en este ayuno no coman aj, que es uno de su principal mantenimiento,
y de que siempre usan a comer en toda esta tierra y en todas las islas.
Tambin dejaban de baarse que entre ellos es cosa muy usada;
asimismo se abstenan de las propias mujeres; pero los que alcanzaban
carne podanla comer, especialmente los hombres.

112 El ayuno de todo el pueblo comenzaba ochenta das antes de la fiesta,


y en todo este tiempo, no se haba de matar el fuego, ni haba de faltar en
casa de los seores principales de da ni de noche, y si haba descuido, el
seor de la casa adonde faltaba el fuego mataba un esclavo y echaba la
sangre en el brasero o hogar do el fuego se haba muerto. En los otros
ochenta das, de veinte en veinte das, aquella devota gente, porque la
lengua no pudiese mucho murmurar, sacaban por sus lenguas otros
palillos de a jeme y de gordor de un can de pato; y esto se haca con
gran cantar de los sacerdotes, y cada da destos iba el viejo de noche a la
sierra ya dicha y ofreca al demonio mucho papel, y copalli y codornices,
y no iban con l sino cuatro o cinco, que los otros, que eran ms de
doscientos, quedaban en las salas y servicio del demonio ocupados, y los
que iban a la sierra no paraban ni descansaban hasta volver a casa. En
estos das del ayuno sala aquel ministro viejo a los pueblos de la
comarca, como a su beneficio, a pedir el hornazo, y llevaba un ramo en la
mano, e iba en casa de los seores y ofrecanle mucha comida y mantas,
y l dejaba la comida y llevbase las mantas.

113 Antes del da de la fiesta, cuatro o cinco das, ataviaban y aderezaban


los templos, y encalbanlos, y el tercer da antes de la fiesta, los ministros
pintbanse todos, unos de negro, otros de colorado, otros de blanco,
verde, azul, amarillo, y as pintados a las espaldas de la casa o templo
principal bailaban un da entero. Luego ataviaban la estatua de aquel su
demonio, la cual era de tres estados de altura, cosa muy disforme y
espantosa; tenan tambin un dolo pequeo, que decan haber venido
con los viejos antiguos que poblaron esta tierra y provincia de Tlaxcala;
este dolo ponan junto a la gran estatua, y tenanle tanta reverencia y
temor que no (le) osaban mirar; y aunque le sacrifican codornices, era
tanto el acatamiento que le tenan que no osaban alzar los ojos a mirarle.
Asimismo ponan a la grande estatua una mscara, la cual decan que
haba venido con el dolo pequeo, de un pueblo que se dice Tula, y de
otro que se dice Puyauatla, de donde se afirma que fue natural el mismo
dolo. En la vigilia de la fiesta tornaban a ofrecerlo lo primero, ponan a
aquel grande dolo en el brazo izquierdo una rodela muy galana de oro y
pluma, y en la mano derecha una muy larga y grande saeta; el casquillo
era de piedra de pedernal del tamao de un hierro de lanza, y ofrecanle
tambin muchas mantas y xicoles, que es una manera de ropa como capa
sin capilla, y al mismo dolo vestan una ropa larga abierta a manera de
loba de clrigo espaol, y el ruedo de algodn tejido en hilo, y de pelo de
conejo, hilado y teido como seda. Luego entraba la ofrenda de la
comida, que era muchos conejos y codornices y culebras, langostas y
mariposas, y otras cosas que vuelan en el campo. Toda esta caza se la
ofrecan viva, y puesta delante se la sacrificaban. Despus de esto, a la
medianoche, vena uno de los que all servan vestido con las insignias
del demonio y sacbales lumbre nueva, y esto hecho sacrificaban uno de
los ms principales que tenan para aquella fiesta; a este muerto llamaban
hijo del sol. Despus comenzaba el sacrificio y muertes de los presos en
la guerra a honra de aquel gran dolo; y a la vuelta nombraban otros
dioses por manera de conmemoracin, a los cuales ofrecan algunos de
los que sacrificaban; y porque ya est dicha la manera del sacrificar, no
dir aqu sino el nmero de los que sacrificaban. En aquel templo de
aquel grande dolo que se llamaba Camaxtli, que es en un barrio llamado
Ocotelulco, mataban cuatrocientos y cinco, y en otro (barrio) que est de
all a media legua, una gran cuesta arriba, mataban otros cincuenta o
sesenta; y en otras veinte y ocho partes de esta provincia, en cada pueblo
segn que era; de manera que allegaba el nmero de los que en este da
sacrificaban a ochocientos hombres en sola la ciudad y provincia de
Tlaxcala; despus llevaba cada uno los muertos que haba trado vivos al
sacrificio, dejando alguna parte de aquella carne humana a los ministros,
y entonces todos comenzaban a comer aj con aquella carne humana, que
haba cerca de medio ao que no lo coman.

CAPITULOXI

114 De las otras fiestas que se hacan en la provincia de Tlaxcala, y de la


fiesta que hacan los chololtecas a su dios; y por qu los templos se
llamaron teucales30.

115 En el mismo dicho da (moran) sacrificados otros muchos en las


provincias de Huexuxinco, Tepeyacac y Zacatln, porque en todas ellas
honraban a aquel dolo grande Camaxtle por principal dios; y esto hacan
casi con las mismas ceremonias que los tlaxcaltecas, salvo que en
ninguna sacrificaban tantos ni tan gran multitud como en esta provincia,
por ser mayor y de mucha ms gente de guerra, y ser ms animosos y
esforzados para matar y prender los enemigos; que me dicen que haba
hombre que los muertos y presos por su persona pasaban de un ciento, y
otros de ochenta, y cincuenta, todos tomados y guardados para
sacrificarlos. Pasado aquel nefando da, el da siguiente tornaban a hacer
conmemoracin, y le sacrificaban otros quince o veinte cautivos. Tenan
asimismo otras muchas fiestas, en especial el postrero da de los meses,
que era de veinte das en veinte, y stas hacan con diversas ceremonias

30
Teocalli, o casa de dios. Construccin en forma de pirmide truncada, en cuya plataforma superior se
colocaba la imagen del dios, o dos de diferentes dioses. Este era el lugar donde se consumaba el sacrificio
humano.
y homicidios, semejables a los que hacan en las otras provincias de
Mxico; y en esto tambin exceda esta provincia a las otras, en matar y
sacrificar por ao ms nios y nias que en otra parte; en lo que hasta
ahora he alcanzado, estos inocentes nios los mataban y sacrifican al
dios del agua.

116 En otra fiesta levantaban un hombre atado en una cruz muy alta, y all
le asaeteaban. En otra fiesta ataban otro hombre, ms bajo, y con varas
de palo de encima del largo de una braza, con las puntas muy agudas, le
mataban agarrochendole como a toro; y casi estas mismas ceremonias y
sacrificios usaban en las provincias de Huejuzinco, Tepeaca y Zacatln en
las principales fiestas, porque todos tenan por el mayor de sus dioses a
Camaxtle, que era la grande estatua que tengo dicha.

117 Aqu en Tlaxcala un otro da de una fiesta desollaban dos mujeres,


despus de sacrificarlas, y vestanse los cueros de ellas dos mancebos
de aquellos sacerdotes o ministros, buenos corredores, y as vestidos
andaban por el patio y por el pueblo tras los seores y personas
principales, que en esta fiesta se vestan mantas buenas y limpias, y
corran en pos de ellos, y al que alcanzaban tombanle sus mantas y as
con este juego se acababa esta fiesta.

118 Entre otras muchas fiestas que en Cholola por el ao hacan, haba
una de cuatro en cuatro aos que llamaban el ao de su dios o demonio,
comenzando ochenta das antes el aYuno de la fiesta. El principal
tlamagazqui o ministro ayunaba cuatro das, sin comer ni beber cada da
ms de una tortica tan pequea y tan delgada que aun para colacin era
poca cosa, que no pesara ms que una onza, y beba un poco de agua
con ella; y en aquellos cuatro das iba aqul slo a demandar el ayuda y
favor de los dioses, para poder ayunar y celebrar la fiesta de su dios. El
ayuno y lo que hacan en aquellos ochenta das era muy diferente de los
otros ayunos; porque el da que comenzaban el ayuno banse todos los
ministros y oficiales de la casa del demonio, los cuales eran muchos y
entrbanse en las casas y aposentos que estaban en los patios y delante
de los templos, y a cada uno daban un incensario de barro con su
incienso, y puntas de maguey, que punzan como alfileres gordos, y
dbanles tambin tizne, y sentbanse todos por orden arrimados a la
pared, y de all ninguno se levantaba ms de (para) hacer sus
necesidades; y as sentados haban de velar en los sesenta das primeros.
No dorman ms de a prima noche hasta espacio de dos horas, y despus
velaban toda la noche hasta que sala el sol, y entonces tomaban a dormir
otra hora; todo el otro tiempo velaban y ofrecan incienso, echando
brasas en aquellos incensarios todos juntos a una; esto hacan muchas
veces, as de da como de noche. A la medianoche todos se baaban y
lavaban, y luego con aquel tizne se tomaban a entiznar y parar negros;
tambin en aquellos das se sacrificaban muy a menudo de las orejas con
aquellas puntas de maguey, y siempre les daban algunas de ellas para
que tuviesen, as para se sacrificar como para se despertar, y si algunos
cabeceaban de sueo, haba guardas que los andaban despertando, y
decanles: ves aqu con qu te despiertes y saques sangre, y as no te
dormirs. Y no les cumpla hacer otra cosa, porque al que se dorma fuera
del tiempo sentado venan otros y sacrificbanles las orejas cruelmente y
echbanle la sangre sobre la cabeza, y quebrbanle el incensario, como a
indigno de ofrecer incienso a dios, y tombanle las mantas y echbanlas
en la privada, y decanle que porque haba mal ayunado y dormdose en el
ayuno de su dios, que aquel ao se le haba de morir algn hijo o hija, y si
no tena hijos decanle: que se le haba de morir alguna persona de quien
le pesase mucho.

119 En este tiempo ninguno haba de salir fuera, porque estaban como en
treintanario cerrado, ni se echaban para dormir, sino asentados dorman;
y pasados los sesenta das con aquella aspereza y trabajo intolerable, los
otros veinte das no se sacrificaban tan a menudo y dorman algo ms.
Dicen los ayunantes que padecan grandsimo trabajo en resistir el sueo,
y que en no se echar estaban muy penadsimos. El da de la fiesta por la
maana banse todos los ministros a sus casas, tenanles hechas mantas
nuevas muy pintadas, con que todos volvan a el templo, y all se
regocijaban como en Pascua. Otras muchas ceremonias guadaban, que
por evitar prolijidad las dejo de decir; baste saber las crueldades que el
demonio en esta tierra usaba, y el trabajo con que les hacia pasar la vida
a los pobres indios, y al fin para llevados a perpetuas penas.

CAPITULOXII

120 De la forma y manera de los teucales y de su muchedumbre y de uno


que haba ms principal.

121 La manera de los templos de esta tierra de Anhuac, o Nueva Espaa,


nunca fue vista ni oda, as de su grandeza y labor, como de todo lo
dems; y la cosa que mucho sube en altura tambin requiere tener gran
cimiento; y de esta manera eran los templos y altares de esta tierra, de los
cuales haba infinitos, de los cuales se hace aqu memoria para los que a
esta tierra vinieren de aqu en adelante, que lo sepan, porque ya va casi
pereciendo la memoria de todos ellos. Llmanse estos templos teucallis,
y hallamos en toda esta tierra, que en lo mejor del pueblo hacan un gran
patio cuadrado; en los grandes pueblos tena de esquina a esquina un tiro
de ballesta y en los menores pueblos eran menores los patios. Este patio
cercbanle de pared, y muchos de ellos eran almenados; guardaban sus
puertas a las calles y caminos principales, que todos los hacan que
fuesen a dar al patio, y por honrar ms sus templos sacaban los caminos
muy derechos por cordel, de una y de dos leguas, que era cosa harto de
ver desde lo alto del principal templo, cmo venan de todos los pueblos
menores y barrios salan los caminos muy derechos e iban a dar al patio
de los teucallis. En lo ms eminente de este patio hacan una gran cepa
cuadrada y esquinada, que para escribir esto med una de un pueblo
mediano que se dice Tenayuca y hall que tena cuarenta brazas de
esquina a esquina, lo cual todo henchan de pared maciza, y por la parte
de fuera iba su pared de piedra: lo de dentro henchanlo de piedra, lodo o
de barro y adobe; otros de tierra bien tapiada; y como la obra iba
subiendo, banse metiendo adentro, y de braza y media o de dos brazas
en alto iban haciendo y guardando unos relejes metindose adentro,
porque no labraban a nivel; y por ms firme labraban siempre para
adentro, esto es, el cimiento ancho, y yendo subiendo la pared iban
ensangostando; de manera que cuando iban en lo alto del teucalli haban
ensangostdose y metindose adentro, as por los relejes como por la
pared hasta siete u ocho brazas de cada parte; quedaba la cepa en lo alto
de treinta y cuatro o treinta y cinco brazas. A la parte de 0ccidente
dejaban las gradas, y subida, y arriba en lo alto hacan dos altares
grandes allegndolos hacia oriente, que no quedaba ms espacio detrs
de cuanto se podan andar; el uno de los altares a mano derecha y el otro
a mano izquierda, y cada uno por s tena sus paredes y casa cubierta
como capilla. En los grandes teucallis tenan dos altares, y en los otros
uno, y cada uno de estos altares tenan sus sobrados; los grandes tenan
tres sobrados encima de los altares, todos de terrados y bien altos, y la
cepa tambin era muy alta; parecanse desde muy lejos. Cada capilla de
stas se andaba a la redonda y tena sus paredes por s. Delante de estos
altares dejaban grande espacio, adonde se hacan los sacrificios, y sola
aquella cepa era tan alta, como una gran torre, sin los sobrados que
cubran los altares. Tena el teucalli de Mxico, segn me han dicho
algunos que lo vieron, ms de cien gradas; yo bien las vi y las cont ms
de una vez, mas no me acuerdo. El de Tezcuco tena cinco o seis gradas
ms que el de Mxico. La capilla de San Francisco de Mxico que es de
bveda y razonable de alta, subiendo encima y mirando a Mxico, haca le
mucha ventaja el templo del demonio en altura, y era muy de ver desde
all a todo Mxico y a los pueblos de la redonda.

122 En los mismos patios de los pueblos principales haba otros cada
doce o quince teucallis harto grandes, unos mayores que otros; pero no
allegaban al principal con mucho. Unos (tenan) el rostro y gradas hacia
otros; otros las tenan a oriente, otros a medioda, y en cada uno de stos
no haba ms de un altar con su capilla, y para cada uno haba sus salas y
aposentos adonde estaban aquellos tlamacazques o ministros, y que eran
muchos y los que servan de traer agua y lea; porque delante de todos
estos altares haba braseros que toda la noche ardan, y en las salas
tambin tenan sus fuegos. Tenan todos aquellos teucallis muy blancos,
y bruidos y limpios, y en algunos haba huertecillos con flores y rboles.
Haba en todos los ms de estos grandes patios un otro templo, que
despus de levantada aquella cepa cuadrada, hecho su altar, cubranlo
con una pared redonda, alta y cubierta con su chapitel; ste era del dios
del aire, del cual dijimos tener su principal silla en Chololan, y en toda
esta provincia haba muchos de stos. A este dios del aire llamaban en su
lengua Quezalcoatlch, y decan que era hijo de aquel dios de la grande
estatua y natural de Tula, y que de all haba salido a edificar ciertas
provincias adonde desapareci y siempre le esperaban que haba de
volver; y cuando parecieron los navos del marqus del Valle don
Hernando Corts, que esta Nueva Espaa conquist, vindolos venir a la
vela de lejos decan que ya vena su dios; y por las velas blancas y altas
decan que traa por la mar teucallis; mas cuando despus
desembarcaron decan que no era su dios, sino que eran muchos dioses.
No se contentaba el demonio con los teucallis ya dichos, sino que en
cada pueblo, en cada barrio, y a cuarto de legua, tenan otros patios
pequeos adonde haba tres o cuatro teucallis, en algunos ms, en otras
partes slo uno, y en cada mogote o cerrejn uno o dos; y por los
caminos y entre los maizales haba otros muchos pequeos, y todos
estaban blancos y encalados, que parecan y abultaban mucho, que en la
tierra bien poblada pareca que todo estaba lleno de casas, en especial de
los patios del demonio, que eran muy de ver, y haba harto que mirar
entrando dentro de ellos, y sobre todos hacan ventaja los de Tezcuco y
Mxico.

123 Los chololas comenzaron un teucalli extremadsimo de grande, que


slo la cepa de l que ahora parece tendr esquina a esquina un buen tiro
de ballesta, y desde el pie a lo alto ha de ser buena la ballesta que echare
un pasador, y aun los indios naturales de Cholola sealan que tena de
cepa mucho ms, y que era mucho ms alto que ahora parece; el cual
comenzaron para le hacer ms alto que la ms alta sierra de esta tierra,
aunque estn a vista las ms altas sierras que hay en toda la Nueva
Espaa, que son el volcn y la sierra blanca, que siempre tienen nieve. Y
como stos porfiasen a salir con su locura, confundilos Dios, como a los
que edificaban la torre de Babel, con una gran piedra que en figura de
sapo cay con una terrible tempestad que sobre aquel lugar vino, y desde
all cesaron de ms labrar en l. Y hoy da es tan de ver este edificio, que
si no pareciese la obra de ser piedra y barro, ya partes de cal y canto, y de
adobes, nadie creera sino que era alguna sierra pequea. Andan en l
muchos conejos y vboras, y en algunas partes estn sementeras de
maizales. En lo alto estaba un teucalli viejo y pequeo, y desbaratronle, y
pusieron una cruz alta, la cual quebr un rayo, y tomado a poner otra, y
otra, tambin las quebr, ya la tercera yo fui presente, que fue el ao
pasado de 1535, por lo cual descopetaron y cavaron mucho de lo alto, a
do hallaron muchos dolos e idolatras ofrecidas al demonio; y por ello yo
confunda a los indios, diciendo: que por los pecados en aquel lugar
cometidos no quera Dios que all estuviese su cruz. Despus pusieron
all una gran campana bendita, y no han venido ms tempestades ni rayos
despus que la pusieron.

124 Aunque los espaoles conquistaron esta tierra por armas, en la cual
conquista Dios mostr muchas maravillas en ser ganada de tan pocos
una tan gran tierra, teniendo los naturales muchas armas, as ofensivas
como defensivas de las de Castilla; y aunque los espaoles quemaron
algunos dolos, fue muy poca cosa en comparacin de los que quedaron,
y por esto ha mostrado Dios ms su potencia en haber conservado esta
tierra con tan poca gente, como fueron los espaoles; porque muchas
veces que los naturales han tenido tiempo para tomar a cobrar su tierra
con mucho aparejo y facilidad, Dios les ha cegado el entendimiento, y
otras veces que para esto han estado todos ligados y unidos, y todos los
naturales uniformes, Dios maravillosamente ha desbaratado su consejo; y
si Dios permitiera que lo comenzaran, fcilmente pudieran salir con ello,
por ser todos a una, y estar muy conformes, y por tener muchas armas de
Castilla; que cuando la tierra en el principio se conquist haba en ella
mucha divisin y estaban unos contra otros, porque estaban divisos, los
mexicanos a una parte contra los de Mechuacn, y los tlaxcaltecas contra
los mexicanos, y a otra parte los guastecas de Pango o Pnuco; pero ya
que Dios los trajo al gremio de su Iglesia, y los sujet a la obediencia del
rey de Espaa. l traer los dems que faltan, y no permitir que en esta
tierra se pierdan y condenen ms nimas, ni haya ms idolatras.

125 Los tres aos primeros o cuatro despus que se gan Mxico, en slo
en el monasterio de San Francisco haba Sacramento, y despus el
segundo lugar en que se puso fue en Tezcuco; y as como se iban
haciendo las iglesias de los monasterios iban poniendo el Santsimo
Sacramento y cesando las apariciones e ilusiones del demonio, que antes
muchas veces apareca, engaaba y espantaba a muchos, y los traa en
mil maneras de errores, diciendo a los indios que por qu no le servan y
adoraban como solan, pues era su dios, y que los cristianos presto se
haban de volver a su tierra; y a esta causa los primeros aos siempre
tuvieron credo y esperaban su ida, y de cierto pensaban que los
espaoles no estaban de asiento, por lo que el demonio les deca. Otras
veces les deca el demonio que aquel ao quera matar a los cristianos, y
como no lo poda hacer, decales que se levantasen contra los espaoles
y que l les ayudara; y a esta causa se movieron algunos pueblos y
provincias, y les cost caro, porque luego iban los espaoles sobre ellos
con indios que tenan por amigos, y los destruan y hacan esclavos.
Otras veces les deca el demonio que no les haba de dar agua ni llover,
porque le tenan enojado; y esto se parecio ms claramente ser mentira y
falsedad, porque (nunca) tanto ha llovido ni tan buenos temporales han
tenido como despus que se puso el Santsimo Sacramento en esta tierra,
porque antes tenan muchos aos estriles y trabajosos; por lo cual
conocido de los indios, est esta tierra en tanta serenidad y paz, como si
nunca en ella se hubiera invocado el demonio. Los natural (es) de ver con
cunta quietud gozan de sus haciendas, y con cunta solemnidad y
alegra se trata el Santsimo Sacramento, y las solemnes fiestas que para
esto se hacen, ayuntando los ms sacerdotes que se pueden haber y los
mejores ornamentos; el pueblo adonde de nuevo se pone Sacramento,
convida y hace mucha fiesta a los otros pueblos sus vecinos y amigos, y
unos a otros se animan y despiertan para el servicio del verdadero Dios
nuestro.
126 Pnese el Santsimo Sacramento reverente y devotamente en sus
custodias bien hechas de plata, y dems de esto los sagrarios atavan de
dentro y de fuera muy graciosamente con labores muy lucidas de oro y
plumas, que de esta obra en esta tierra hay muy primos maestros, tanto
que en Espaa y en Italia los tendran por muy primos, y los estaran
mirando la boca abierta, como lo hacen los que nuevamente ac vienen; y
si alguna de estas obras ha ido a Espaa imperfecta y con figuras feas,
halo causado la imperfeccin de los pintores que sacan primero la
muestra o dibujo, y despus el amantecatlh, que as se llama el maestro
de esta obra que asienta la pluma; y de este nombre tomaron los
espaoles de llamar a todos los oficiales amantecas; mas propiamente no
pertenece sino a stos de la pluma, que los otros oficiales cada uno tiene
su nombre, y si a estos amantecas les dan buena muestra de pincel tal
sacan su obra de pluma, y como ya los pintores se han perfeccionado,
hacen muy hermosas y perfectas imgenes y dibujos de pluma y oro. Las
iglesias atavan muy bien, y cada da se van ms esmerando, y los
templos que primero hicieron pequeos y no bien hechos, se van
enmendando y haciendo grandes; y sobre todo el relicario del Santsimo
Sacramento (hacen) tan pulido y rico, que sobrepuja a los de Espaa, y
aunque los indios casi todos son pobres, los seores dan liberalmente de
lo que tienen para ataviar a donde se tiene de poner el Corpus Christi, y
los que no tienen, entre todos lo reparten y lo buscan de su trabajo.

CAPITULOXIII

127 De cmo celebran las pascuas y' las otras fiestas del ao, y diversas
ceremonias que tienen.

128 Celebran las fiestas y pascuas del Seor y de Nuestra Seora, y de


las advocaciones principales de sus pueblos con mucho regocijo y
solemnidad. Adornan sus iglesias muy pulidamente Con los paramentos
que pueden haber, y lo que les falta de tapicera suplen con muchos
ramos, flores, espadaas y juncia que echan por el suelo, yerba buena,
que en esta tierra se ha multiplicado cosa increble, y por donde tiene de
pasar la procesin hacen muchos arcos triunfales, hechos de rosas, con
muchas labores y lazos de las mismas flores; y hacen muchas pias de
flores, cosa muy de ver, y por esto hacen en esta tierra todos mucho por
tener jardines con rosas, y no las teniendo ha acontecido enviar por ellas
diez y doce leguas a los pueblos de tierra caliente, que casi siempre las
hay, y son de muy suave olor.

129 Los indios seores y principales, ataviados y vestidos de sus


camisas blancas y mantas labradas con plumajes, y con pias de rosas
en las manos, bailan y dicen cantares en su lengua, de las fiestas que
celebran, que los frailes se los han traducido, y los maestros de sus
cantares las han puesto a su modo de manera de metro, que son
graciosos y bien entonados; y estos bailes y cantos comienzan a media
noche en muchas partes, y tienen muchas lumbres en sus patios, que en
esta tierra los patios son muy grandes y muy gentiles, porque la gente es
mucha, y no caben en las iglesias, y por esto tienen su capilla fuera en los
patios, porque todos hayan misa todos los domingos y fiestas, y las
iglesias sirven para entre semana, y despus tambin cantan mucha parte
del da sin les hacer mucho trabajo ni pesadumbre. Todo el camino que
tiene de andar la procesin tienen enramado de una parte y de otra,
aunque haya de ir un tiro y dos de ballesta, y el suelo cubierto de
espadaa y juncia y de hojas de rboles y rosas de muchas maneras y a
trechos puestos sus altares muy bien aderezados. La noche de Navidad
ponen muchas lumbres en los patios de las iglesias y en los terrados de
sus casas, y como son muchas las casas de azotea, y van las casas una
legua, y dos, y ms, parecen de noche un cielo estrellado: y generalmente
cantan y taen atabales y campanas, que ya en esta tierra han hecho
muchas. Ponen mucha devocin y dan alegra a todo el pueblo, y a los
espaoles mucho ms. Los indios en esta noche vienen a los oficios
divinos y oyen sus tres misas, y los que no caben en la iglesia por eso no
se van, sino delante de la puerta y en el patio rezan y hacen lo mismo que
si estuviesen dentro; y a este propsito contar una cosa que cuando la
vi, por una parte me haca rer y por otra me puso admiracin, y es que
entrando yo un da en una iglesia algo lejos de nuestra casa, hall que
aquel barrio o pueblo se haba ayuntado, y poco antes haban taido su
campana como ya el tiempo que en otras partes taen a misa, y dichas las
horas de Nuestra Seora, luego dijeron su doctrina cristiana, y despus
cantaron su Pater Noster y Ave Mara y taendo como a la ofrenda rezaron
todos bajo; luego taeron como a los santus, y heran los pechos ante la
imagen del crucifijo, y decan que oan misa con el nima y con el deseo,
porque no tenan quin se la dijese.

130 La fiesta de los Reyes tambin la regocijan mucho, porque les parece
propia fiesta suya: y muchas veces este da representan el auto del
ofrecimiento de los Reyes al Nio Jess, y traen la estrella de muy lejos,
porque para hacer cordeles y tirada no han menester ir a buscar
maestros, que todos estos indios, chicos y grandes, saben tercer cordel.
Y en la iglesia tienen a Nuestra Seora con su precioso Hijo en el pesebre,
delante el cual aquel da ofrecen cera, y de su incienso, y palomas, y
codornices, y otras aves que para aquel da buscan, y siempre hasta
ahora va creciendo en ellos la devocin de este da.

131 En la fiesta de la Purificacin o Candelaria traen sus candelas a


bendecir. Despus que con ellas han cantado y andado la procesin,
tienen en mucho lo que les sobra, y gurdanlo para sus enfermedades, y
para truenos y rayos; porque tienen gran devocin con Nuestra Seora, y
por ser benditas en su santo da las guardan mucho.

132 En el domingo de ramos enraman todas sus iglesias, y ms a donde


se han de bendecir los ramos, y a donde se tiene de decir la misa; y por la
muchedumbre de la gente que viene, que apenas bastarn muchas cargas
de ramos, aunque (a) cada uno no se le diese sino un pequeito, y
tambin por el gran peligro del dar los ramos y tomarlos, en especial en
las grandes provincias, que se ahogaran algunos, aunque se diesen los
ramos por muchas partes, que todo se ha probaqo, y el mejor remedio ha
parecido bendecir los ramos en las manos; y es muy de ver las diferentes
divisas que traen en sus ramos; muchos traen encima de sus ramos unas
cruces hechas de flores, y stas son de mil maneras y de muchos
colores; otros traen en los ramos engeridas rosas y flores de muchas
maneras y colores, y como los ramos son verdes y los traen alzados en
las manos, parece una floresta. Por el camino tienen puestos rboles
grandes, y en algunas partes que ellos mismos estn nacidos all, suben
los nios, y unos cortan ramos y los echan por el camino al tiempo que
pasan las cruces, otros encima de los rboles cantan, otros muchos van
echando sus ropas y mantas en el camino, y stas son tantas que casi
siempre van las cruces y los ministros sobre mantas; y los ramos tienen
mucho cuidado de guardarlos, y un da o dos antes del Mircoles de
Ceniza llvanlos todos a la puerta de la iglesia, y como son muchos hacen
un rimado de ellos, que hay hartos para hacer ceniza para bendecir. Esta
ceniza reciben muchos de ellos con devocin el primer da de cuaresma,
en la cual muchos se abstienen de sus mujeres, y en algunas partes aquel
da se visten los hombres y mujeres de negro.

133 El Jueves Santo con los otros dos das siguientes vienen a los oficios
divinos, y a la noche en el hacer de la disciplina, todos, as hombres como
mujeres, son cofrades de la cruz, y no slo esta noche mas todos los
viernes del ao, y en la cuaresma tres das en la semana, hacen la
disciplina en sus iglesias, los hombres a una parte y las mujeres a otra,
antes que toquen el Ave Mara, y muchos das de la cuaresma despus de
anochecido. Y cuando tienen falta de agua, o enfermedad, o por
cualquiera otra necesidad, con sus cruces y lumbres se van de una
iglesia a otra disciplinando; pero la de Jueves Santo es muy de ver as en
Mxico, la de los espaoles a una parte y la de los indios a otra, que son
innumerables: en una parte son cinco o seis mil, y en otra diez y doce mil,
y a el parecer de espaoles en Tezcuco y en Tlaxcala parecen quince o
veinticinco (mil) aunque la gente puesta en procesin parece ms de lo
que es. Verdad es que van en siete u ocho rdenes, y van hombres y
mujeres y muchachos, cojos y mancos; y entre otros cojos este ao vi
uno que era cosa para notar, porque tena secas ambas piernas de las
rodillas abajo, y con las rodillas y la mano derecha en tierra siempre
ayudndose, con la otra se iba disciplinando, que en slo andar
ayudndose con ambas manos tena bien qu hacer. Unos se disciplinan
con disciplinas de sangre, otros de cordel, que no se escuece menos.
Llevan muchas hachas bien atadas de tea de pino, que dan mucha
lumbre. Su procesin y disciplina es de mucho ejemplo y edificacin a los
espaoles que se hallan presentes, tanto que o se disciplinan con ellos, o
toman la cruz o lumbre para alumbrados, y muchos espaoles he visto ir
llorando, y todos ellos van cantando el Pater Noster y Ave Mara, Credo y
Salve Regina, que muy muchos de ellos por todas partes lo saben cantar.
El refrigerio que tienen para despus de la disciplina es lavarse con agua
caliente y con aj.

134 Los das de los Apstoles celebran con alegra y el da de los finados
casi por todos los pueblos de los indios dan muchas ofrendas por sus
difuntos; unos ofrecen maz, otros mantas, otros comida, pan, gallinas, y
en lugar de vino dan cacao; y su cera cada uno como puede y tiene,
porque aunque son pobres, liberalmente buscan de su pobreza y sacan
para una candelilla. Es la gente del mundo que menos se mata por dejar
ni adquirir para sus hijos. Pocos se irn a el infierno por los hijos ni por
los testamentos, porque las tierras o casillas que ellos heredaron, aquello
dejan a sus hijos, y son contentos con muy chica morada, y menos
hacienda; que como caracol pueden llevar a cuestas toda su hacienda. No
s de quin tomaron ac nuestros espaoles, que vienen muy pobres de
Castilla, con una espada en la mano, y dende en un ao ms petacas y
hato tienen que arrancar ha una reata, pues las casas todas han de ser de
caballeros.

CAPITULOXIV

135 De la ofrenda que hacen los tlxcaltecas 31 el da de Pascua de


Resurreccin, y del aparejo que los indios tienen para se salvar.

136 En esta casa de Tlaxcala en el ao de 1536 vi un ofrecimiento que en


ninguna otra parte de la Nueva Espaa he visto ni creo que le hay; el cual
para escribir y notar era menester otra mejor habilidad que la ma, para
estimar y encarecer lo que creo que Dios tiene y estima en mucho; y fue
que desde el Jueves Santo comienzan los indios a ofrecer en la iglesia de
la Madre de Dios, delante de las gradas adonde est el Santsimo
Sacramento, y este da y el Viernes Santo siempre vienen ofreciendo poco
a poco; pero desde el Sbado Santo a vsperas y la noche en peso, es

31
Tlaxcalteca. tribu aliada de los espaoles en ocasin de la conquista de Tenochtitln. y muchos de cuyos
guerreros acompaaban tambin a los espaoles en sus expediciones, sobre todo las emprendidas en el
norte de Mxico y hacia Guatemala, con Alvarado.
tanta la gente que viene que parece que en toda la provincia no queda
nadie. La ofrenda es algunas mantas de las con que se cubren; otros
pobres traen unas mantillas de cuatro o cinco palmos en largo y poco
menos de ancho, que valdr cada una dos o tres maravedes, y algunos
ms pobres ofrecen otras ms pequeas. Otras mujeres ofrecen unos
paos como paos de portapaz y de eso sirven despus; son todos
tejidos de labores de algodn y de pelo de conejo; y stos son de muchas
maneras. Las ms tienen una cruz en el medio, y estas cruces muy
diferentes unas de otras. Otros de aquellos paos traen en medio un
escudo con las cinco plagas, tejido de colores. Otros el nombre de Jess
o de Mara con sus caireles o labores a la redonda, otros son de flores y
rosas tejidas y bien asentadas. Y en este ao ofreci una mujer en un
pao de stos un crucifijo tejido a dos haces, aunque la una de cerca
pareca ser ms la haz que la otra, y era tan bien hecho que todos los que
lo vieron, as frailes como seglares espaoles, lo tuvieron en mucho,
diciendo, que quien aqul hizo tambin tejera tapicera. Estas mantas y
paos trenlas cogidas, y llegando cerca de las gradas hincan las
rodillas, y hecho su acatamiento, sacan y descogen su manta, y tmanla
por los cabos con ambas manos extendida, y levantada hacia la frente
levantan las manos dos o tres veces, y luego asientan la manta en las
gradas y retrense un poco, tornando a hincar las rodillas como los
capellanes que han dado paz a algn gran seor, y all rezan un poco, y
muchos de ellos traen consigo nios por quien tambin traen ofrenda, y
dnsela en las manos y amustranles cmo tienen de ofrecer, y a hincar
las rodillas; que ver con el recogimiento y devocin que esto hacen, es
para poner espritu a los muertos. Otros ofrecen de aquel copalli o
incienso, y muchas candelas; unos ofrecen una vela razonable, otros ms
pequea, otros su candela delgada de dos o tres palmos, otros menor,
otros una candelilla como el dedo; que vrselas ofrecer y all rezar
parecen ofrendas como la de la viuda que delante (de) Dios fue muy
acepta, porque todas son quitadas de su propia sustancia, y las dan con
tanta simplicidad y encogimiento, como si all estuviese visible el Seor
de la tierra. Otros traen cruces pequeas de palmo, o palmo y medio, y
mayores, cubiertas de oro y pluma, o de plata y pluma. Tambin ofrecen
ciriales bien labrados, de ellos cubiertos de oro y pluma bien vistosos,
con su argentera colgando, y algunas plumas verdes de precio. Otros
traen alguna comida guisada, puesta en sus platos y escudillas, o
ofrcenla entre las otras ofrendas. En este mismo ao trajeron un cordero
y dos puercos grandes vivos; traa cada uno de los que ofrecan puerco,
atado en sus palos como ellos traen las otras cargas, y as entraban en la
iglesia, y allegados cerca de las gradas, verlos tomar los puercos y
ponerlos entre los brazos y as ofrecerlos, era cosa de rer. Tambin
ofrecan gallinas y palomas, y todo en grandsima cantidad; tanto que los
frailes y los espaoles estaban espantados, y yo mismo fui muchas veces
a mirar, y me espantaba de ver cosa tan nueva en tan viejo mundo; y eran
tantos los que entraban a ofrecer y salan, que a veces no poda caber por
la puerta.

137 Para recoger y guardar esta ofrenda hay personas diputadas, lo cual
se lleva para los pobres del hospital que de nuevo se ha hecho, al modo
de los buenos de Espaa, y le tienen ya razonablemente dotado, y hay
aparejo para curar muchos pobres. De la cera que se ofrece hay tanta que
basta para gastar todo el ao. Luego el da de Pascua antes que
amanezca hacen su procesin muy solemne, y con mucho regocijo de
danzas y bailes. Este da salieron unos nios con una danza, y por ser tan
chiquitos, que otros mayores que ellos an no han dejado la teta, hacan
tantas y tan buenas vueltas, que los espaoles no se podan valer de risa
y de alegra. Luego acabado esto, les predican y dicen su misa con gran
solemnidad.

138 Maravllanse algunos espaoles y son muy incrdulos en creer el


aprovechamiento de los indios, en especial los que no salen de los
pueblos en que residen espaoles, o algunos recin venidos de Espaa, y
como no lo han visto, piensan que debe ser fingido lo que de los indios se
dice, y la penitencia que hacen, y tambin se maravillan que de lejos se
vengan a bautizar, casar y confesar, y en las fiestas a or misa, pero vistas
estas cosas es muy de notar la fe de estos tan nuevos cristianos. Y por
qu no dar Dios a stos que a su imagen form su gracia y gloria,
disponindose tan bien como nosotros? Estos nunca vieron alanzar
demonios, ni sanar cojos, ni vieron quin diese el or a los sordos, ni la
vista a los ciegos, ni resucitar muertos, y lo que los predicadores les
predican y dicen es una cifra, como los panes de San Felipe, que no les
cabe a migaja; sino que Dios multiplica su palabra, y la engrandece en
sus nimas y entendimientos, y es mucho ms el fruto que Dios hace y lo
que se multiplica y sobra, que lo que se les administra.

139 Estos indios que en s no tienen estorbo que les impida para ganar el
cielo, de los muchos que los espaoles tenemos y nos tienen sumidos,
porque su vida se contenta con muy poco, y tan poco, que apenas tienen
con qu se vestir ni alimentar. Su comida es muy pauprrima, y lo mismo
es el vestido: para dormir, la mayor parte de ellos an no alcanza una
estera sana. No se desvelan en adquirir ni guardar riquezas, ni se matan
por alcanzar estados ni dignidades. Con su pobre manta se acuestan, y
en despertando estn aparejados para servir a Dios, y si se quiere
disciplinar, no tienen estorbo ni embarazo de vestirse y desnudarse. Son
pacientes, sufridos sobre manera, mansos como ovejas; nunca me
acuerdo haberlos visto guardar injuria; humildes, a todos obedientes, ya
de necesidad, ya de voluntad, no saben sino servir y trabajar. Todos
saben labrar una pared y hacer una casa, torcer un cordel, y todos los
oficios que no requieren mucha arte. Es mucha la paciencia y sufrimiento
que en las enfermedades tienen: sus colchones es la dura tierra, sin ropa
ninguna; cuando mucho, tienen una estera rota, y por cabecera una
piedra o un pedazo de madero, y muchos ninguna cabecera, sino la tierra
desnuda. Sus casas son muy pequeas, algunas cubiertas de un solo
terrado, muy bajo, algunas de paja, otras como la celda de aquel santo
abad Hilarin, que ms parecen sepultura que no casa; las riquezas que
en tales casas pueden caber, dan testimonio de sus tesoros. Estn estos
indios y moran en sus casillas, padres, hijos y nietos; comen y beben sin
mucho ruido ni voces. Sin rencillas ni enemistades pasan su tiempo y
vida, y salen a buscar el mantenimiento a la vida humana necesario, y no
ms. Si a alguno le duele la cabeza o cae enfermo, si algn mdico entre
ellos fcilmente se puede haber, sin mucho ruido ni costa, valo a ver, y si
no, ms paciencia tiene que Job; no es como en Mxico, que cuando
algn vecino adolece y muere, habiendo estado veinte das en cama, para
pagar la botica y el mdico ha menester cuanta hacienda tiene, que
apenas le queda para el entierro; que de responsos y pausas y vigilias le
llevan tantos derechos, o tuertos, que queda adeudada la mujer, y si la
mujer muere queda el marido perdido. O decir a un casado, hombre
sabio, que cuando enfermase alguno de los dos, teniendo cierta la
muerte, luego el marido haba de matar a la mujer, y la mujer al marido, y
trabajar de enterrar el uno al otro en cualquier cementerio por no quedar
pobres, solos y adeudados; todas estas cosas ahorra esta gente.

140 Si alguna de estas indias est de parto, tienen muy cerca la partera,
porque todas lo son; y si es primeriza va a la primera vecina o parienta
que la ayude, y esperando con paciencia a que la naturaleza obre: paren
con menos trabajo y dolor que las nuestras espaolas, de las cuales
muchas por haberlas puesto en el parto antes de tiempo y poner fuerza,
han peligrado y quedan lijadas y quebrantadas para no poder parir ms; y
si los hijos son dos de un vientre, luego que ha pasado un da natural, y
en partes, dos das, no les dan leche, y los toma la madre despus, el uno
con el un brazo y el otro con el otro, y les da la teta, que no se les mueren,
ni les buscan amas que los amamanten, y adelante conoce despertando
cada uno su teta; ni para el parto tienen aparejadas torrejas, ni miel, ni
otros regalos de parida, sino el primer beneficio que a sus hijos hace es
lavarlos luego con agua fra, sin temor que les haga dao; y con todo esto
vemos y conocemos que muchos de stos as criados desnudos, viven
buenos y sanos, y bien dispuestos, recios, fuertes, alegres, ligeros y,
hbiles para cuanto de ellos quieren hacer; y lo que ms hace a el caso
es, que ya que han venido en conocimiento de Dios, tienen pocos
impedimentos para seguir y guardar la vida y ley de Jesucristo.

141 Cuando yo considero los enredos y embarazos de los espaoles,


querra tener gracia para me compadecer de ellos, y mucho ms y primero
de m. Ver con cunta pesadumbre se levanta un espaol de su cama
muelle, y muchas veces le echa de ella la claridad del sol, y luego se pone
un monjilazo porque no le toque el viento, y pide de vestir, corra si no
tuviese manos para lo tomar, y as le estn vistiendo como a manco, y
atacndose est rezando; ya podis ver la atencin que tendr; y porque
le ha dado un poco de fro o de aire, vase al fuego mientras que le limpian
el sayo y la gorra; y porque est muy desmayado desde la cama a el
fuego, no se puede peinar, sino que ha de haber otro que le peine;
despus, hasta que vienen los zapatos o pantuflas y la capa, taen a
misa, y a las veces va almorzado, y el caballo no est acabado de
aderezar; ya veris en qu son ir a la misa; pero como alcance a ver a
Dios, o que no hayan consumido, queda contento, por no topar con algn
sacerdote que diga un poco despacio la misa, porque no le quebrante las
rodillas. Algunos hay que no traen maldito el escrpulo aunque sea
domingo o fiesta; luego de vuelta, la comida ha de estar muy a punto, si
no, no hay paciencia, y despus reposa y duerme; ya veris si ser
menester lo que resta del da para entender en pleitos y en cuentas, en
proveer en las minas y granjeras; y antes que estos negocios se acaben
es hora de cenar, y a las veces se comienza a dormir sobremesa, si no
desecha el sueo con algn juego; y si esto fuese un ao o dos y
despus se enmendase la vida, all pasara; pero as se acaba la vida
creciendo cada ao ms la codicia y los vicios, de manera que el da y la
noche y casi toda la vida se les va sin acordarse de Dios ni de su nima,
sino con algunos buenos deseos que nunca hay tiempo para los poner
por obra. Pues qu diremos de los que en diversos vicios y pecados,
estn encenagados y viven en pecado mortal, guardando la enmienda
para el tiempo de la muerte, cuando son tan terribles los dolores y
trabajos, y las asechanzas y tentaciones del demonio, que son tantas y
tan recias, que entonces apenas se pueden acordar de sus nimas, y esto
les viene de justo juicio de Dios, porque el que viviendo no se acuerda de
Dios, muriendo no se acuerde de s.

142 Tienen los tales mucha confianza en los testamentos, y aunque algo o
mucho deban y lo pueden pagar, con los testamentos piensan que
cumplen; y ellos sern tan bien cumplidos ppr sus hijos como los mismos
cumplieron los de los padres; entonces la cercana pena y tormentos le
abrirn los ojos que en la vida los deleites y penas cerraron y tuvieron
ciegos. Esto se entiende de los descuidados de su propia salvacin, para
que con tiempo miren por s y se pongan en estado seguro de gracia, y de
caridad y matrimonio, como muchos ya por la bondad de Dios viven en
esta Nueva Espaa, amigos de sus nimas, y cuidadosos de su salvacin,
y caritativos con sus prjimos; y con esto es tiempo de volver a nuestra
historia.

CAPITULOXV

143 De las fiestas del Corpus Christi y San Juan que se celebraron en
Tlaxcala en el ao de 1538.

144 Allegado este santo da del Corpus Christi del ao de 1538, hicieron
aqu los tlaxcaltecas una tan solemne fiesta, que merece ser memorada,
porque creo que si en ella se hallara el papa y emperador con sus cortes,
holgaran mucho de verla; y puesto que no haba ricas joyas ni brocados,
haba otros aderezos tan de ver, en especial de flores y rosas que Dios
cra en los rboles y en el campo, que haba bien en qu poner los ojos y
notar cmo una gente que hasta ahora era tenida por bestial supiesen
hacer tal cosa. Iba en la procesin el Santsimo Sacramento y muchas
cruces y andas con sus santos; las mangas de las cruces y los aderezos
de las andas hechas todas de oro y plumas, y en ellas muchas imgenes
de la misma obra de oro y pluma, que las bien labradas se preciaran en
Espaa ms que de brocado. Haba muchas banderas de santos. Haba
doce apstoles vestidos con sus insignias: muchos de los que
acompaaban la procesin llevaban velas encendidas en las manos. Todo
el camino estaba cubierto de juncia, y de espadaas y flores, y de nuevo
haba quien siempre iba echando rosas y clavelinas, y hubo muchas
maneras de danzas que regocijaban la procesin. Haba en el camino sus
capillas con sus altares y retablos bien aderezados para descansar,
adonde salan de nuevo nios cantores cantando y bailando delante del
Santsimo Sacramento. Estaban diez arcos triunfales grandes muy
gentilmente compuestos; y lo que era ms de ver y para notar, era que
tenan toda la calle a la larga hecha en tres partes como naves de iglesias;
en la parte de en medio haba veinte pies de ancho; por sta iba el
Sacramento y ministros y cruces con todo el aparato de la procesin, y
por las otras dos de los lados que eran de cada quince pies iba toda la
gente, que en esta ciudad y provincia no hay poca; y este apartamiento
era todo hecho de unos arcos medianos que tenan de hueco a nueve
pies; y de stos haba por cuenta mil y sesenta y ocho arcos, que como
cosa notable y de admiracin lo contaron tres espaoles y otros muchos.
Estaban todos cubiertos de rosas y flores de diversas colores y manera,
apodaban que tena cada arco carga y media de rosas (entindese carga
de indios), y con las que haba en las capillas, y las que tenan los arcos
triunfales, con otros sesenta y seis arcos pequeos, y las que la gente
sobre s y en las manos llevaban, se apodaron en dos mil cargas de
rosas; y cerca de la quinta parte pareca ser de clavelinas, que vinieron de
Castilla, y hanse multiplicado en tanta manera que es cosa increble; las
matas son muy mayores que en Espaa, y todo el ao tienen flores. Haba
obra de mil rodelas hechas de labores de rosas, repartidas por los arcos,
y en los otros arcos que no tenan rodelas haba unos florones grandes,
hechos de unos como cascos de cebolla, redondos, muy bien hechos, y
tienen muy buen lustre; de stos haba tantos que no se podan contar.

145 Una cosa muy de ver: tenan en cuatro esquinas o vueltas que se
hacan en el camino, en cada una su montaa, y de cada una sala su
pen bien alto; y desde abajo estaba hecho como prado, con matas de
yerba y flores, y todo lo dems que hay en un campo fresco, y la montaa,
y el pen tan al natural como si all hubiera nacido; era cosa maravillosa
de ver, porque haba muchos rboles, unos silvestres y otros de frutas,
otros de flores, y las setas, y hongos, y vello que nace en los rboles de
montaa y en las peas, hasta los rboles viejos quebrados a una parte
como monte espeso y a otra ms ralo; y en los rboles muchas aves
chicas y grandes; haba halcones, cuervos, lechuzas, y en los mismos
montes mucha caza de venados y liebres, y conejos, y adives, y muy
muchas culebras; stas atadas y sacados los colmillos, o dientes, porque
las ms de ellas eran de gnero de vboras, tan largas como una braza, y
tan gruesas como el brazo de un hombre por la mueca. Tmanlas los
indios en la mano como a los pjaros porque para las bravas y
ponzoosas tienen una yerba que las adormece, o entomece, la cual
tambin es medicinable para muchas cosas; llmase esta yerba picietl. Y
porque no faltase nada para contrahacer a todo lo natural, estaban en las
motaas unos cazadores muy encubiertos, con sus arcos y flechas, que
comnmente los que usan este oficio son de otra lengua, y como habitan
hacia los montes son grandes cazadores. Para ver estos cazadores haba
menester aguzar la vista, tan disimulados estaban y tan llenos de rama y
de vello de rboles, que a los as encubiertos fcilmente se les vendra la
caza hasta los pies; estaban haciendo mil ademanes antes que tirasen,
con que hacan picar a los descuidados. Este da fue el primero que estos
tlaxcaltecas sacaron su escudo de armas, que el Emperador les dio
cuando a este pueblo hizo ciudad; la cual merced an no se ha hecho con
otro ninguno de indios, sino con ste, que lo merece bien porque
ayudaron mucho cuando se gan toda la tierra, a don Hernando Corts,
por su Majestad; tenan dos banderas, de stas y las armas del
Emperador en medio, levantadas en una vara tan alta, que yo me maravill
a donde pudieron haber palo tan largo y tan delgado; estas banderas
tenan puestas encima del terrado de las casas de su ayuntamiento
porque pareciesen ms altas. Iba en la procesin, capilla de canto de
rgano de muchos cantores y su msica de flautas que concertaban con
los cantores, trompetas y atabales, campanas chicas y grandes, y esto
todo son junto a la entrada y salida de la iglesia, que pareca que se
vena el cielo abajo.

146 En Mxico, y en todas las partes do hay monasterio, sacan todos


cuantos atavos e invenciones saben y pueden hacer, y lo que han
tomado y deprendido de nuestros espaoles; y cada ao se esmeran y
hacen ms primos, y andan mirando como monas para contrahacer todo
cuanto ven hacer, que hasta los oficios, con slo estarlos mirando sin
poner la mano en ellos, quedan maestros como adelartte dir. Sacan de
unas yerbas gruesas, que ac nacen en el campo, el corazn, el cual es
como cera blanca de hilera, y de esto hacen pias y rodelas de mil
labores y lazos que parecen a los rollos hermosos que se hacen en
Sevilla; sacan letreros grandes de talla, la letra de dos palmos; y despus
enrscanle y ponen el letrero de la fiesta que celebran aquel da. Porque
se vea la habilidad de esta gente dir aqu lo que hicieron y representaron
luego adelante el da de San Juan Bautista, que fue el lunes siguiente, y
fueron cuatro autos, que slo para sacar los dichos en prosa, que no es
menos devota la historia que en metro, fue bien menester todo el viernes,
y en slo dos das que quedaban, que fueron sbado y domingo, lo
deprendieron, y representaron harto devotamente: la anunciacin de la
Natividad de San Juan Bautista hecha a su padre Zacaras, que se tard
en ella obra de una hora, acabando con un gentil motete en canto de
rgano. Y luego adelante en otro tablado representaron la Anunciacin de
Nuestra Seora, que fue mucho de ver, que se tard tanto como en el
primero. Despus en el patio de la iglesia de San Juan a do fue la
procesin, luego en allegando antes de misa, en otro cadalso, que no
eran poco de ver los cadalsos cuan graciosamente estaban ataviados y
enrosados, representaron la Visitacin de Nuestra Seora a Santa
Elisabet. Despus de misa se represent la Natividad de San Juan, y en
lugar de la Circuncisin fue bautismo de un nio de ocho das de nacido
que se llam Juan, y antes que diesen al mudo Zacaras las escribanas
que peda por seas, fue bien de rer lo que le daban, haciendo que no
entendan. Acabse este auto con Benedictus Dominus Deus Israel, y los
parientes y vecinos de Zacaras que se regocijaron con el nacimiento del
hijo llevaron presentes y comidas de muchas maneras, que puestas la
mesa asentronse a comer que era ya hora.

147 A este propsito una carta que escribi un fraile morador de Tlaxcala
a su provincial, sobre la penitencia y restituciones que hicieron los
tlaxcaltecas en la cuaresma pasada del ao de 1539, y cmo celebraron la
fiesta de la Resurreccin y Anunciacin.

148 No s con qu mejores pascuas dar a vuestra caridad, que con


contarle y escribirle las buenas (pascuas) que Dios ha dado a estos sus
hijos los tlaxcaltecas, y a nosotros con ellos, aunque no s por dnde lo
comience; porque es muy de sentir lo que Dios en esta gente ha obrado,
que cierto mucho me han edificado en esta cuaresma, as los de la ciudad
como los de los pueblos, hasta los otomes. Las restituciones que en la
cuaresma hicieron yo creo que pasaron de diez o doce mil, de cosas que
eran a cargo de tiempo de su infidelidad como de despus; unos de
cosas pobres, y otros de ms cantidad y de cosas de valor; y muchas
restituciones de harta calidad as de joyas de oro y piedras de precio,
como de tierras y heredades. Alguno ha habido que ha restituido doce
suertes de tierra, la que menos de cuatrocientas brazas, otras de
setecientas, y suerte de mil y doscientas brazas, con muchos vasallos y
casas dentro en las heredades. Otros han dejado otras suertes que sus
padres y abuelos tenan usurpadas y con mal ttulo; los hijos ya como
cristianos se descargan y dejan el patrimonio, aunque esta gente ama
tanto las heredades como otros, porque no tienen granjeras,

149 Han hecho tambin mucha penitencia, as en limosnas a pobres como


a su hospital, y con muchos ayunos de harta abstinencia, muchas
disciplinas secretas y pblicas; en la cuaresma por toda la provincia se
disciplinan tres das en la semana en sus iglesias, y muchos de estos
das se tomaban a disciplinar con sus procesiones de iglesia en iglesia,
como en otras partes se hace la noche del Jueves Santo; y sta de este
da no la dejaron, antes vinieron tantos que a parecer de los espaoles
que aqu se hallaron, juzgaron haber veinte o treinta y cinco mil nimas.
Toda la Semana Santa estuvieron a los divinos oficios. El sermn de la
Pasin lloraron con gran sentimiento, y comulgaron muchos con mucha
reverencia, y hartos de ellos con lgrimas de lo cual los frailes recin
venidos se han edificado mucho.

150 Para la Pascua tenan acabada la capilla del patio, la cual sali una
solemnsima pieza; llmanla Beln. Por parte de fuera la pintaron luego a
el fresco en cuatro das, porque as las aguas nunca la despintaran; en un
ochavo de ella pintaron las obras de la creacin del mundo de los
primeros tres das, y en otro ochavo las obras de los otros tres das; en
otros dos ochavos, en el uno la verga de Jes, con la generacin de la
madre de Dios, la cual est en lo alto puesta muy hermosa; en otro est
nuestro padre San Francisco; en otra parte est la Iglesia; santo papa,
cardenales, obispos, etctera; y a la otra banda el Emperador, reyes y
caballeros. Los espaoles que han visto la capilla, dicen que es de las
graciosas piezas que de su manera hay en Espaa. Lleva sus arcos bien
labrados; dos coros: uno para los cantores, otro para los ministriles;
hzose todo esto en seis meses, y as la capilla como todas las iglesias
tenan muy adornadas y compuestas. Han estos tlaxcaltecas regocijado
mucho los divinos oficios con cantos y msicas de canto de rgano;
(tenan) dos capillas; cada una de ms de veinte cantores, y otras dos de
flautas, con las cuales tambin taan rabel y jabebas, y muy buenos
maestros de atabales concordados con campanas pequeas que
sonaban sabrosamente. Y con esto este fraile acab su carta.

151 Lo ms principal he dejado para la postre, que fue la fiesta que los
cofrades de Nuestra Seora de la Encarnacin celebraron; y porque no la
pudieron celebrar en la cuaresma, guardronla para el mircoles de las
ochavas. Lo primero que hicieron fue aparejar muy buena limosna para
los indios pobres, que no contentos con los que tienen en el hospital,
fueron por las casas de una legua a la redonda a repartirles setenta y
cinco camisas de hombre y cincuenta de mujer, y muchas mantas y
zaragelles; repartieron tambin por los dichos pobres necesitados diez
carneros y un puerco, y veinte perrillos de los de la tierra, para comer con
chile como es costumbre. Repartieron muchas cargas de maz, y muchos
tamales en lugar de roscas, y los diputados y mayordomos que lo fueron
a repartir no quisieron tomar ninguna cosa por su trabajo, diciendo que
antes haban ellos de dar de su hacienda al hospital, que no tomrsela.
Tenan su cera hecha, para cada cofrade un rollo, y sin stos, que eran
muchos, tenan sus velas y doce hachas, y sacaron de nuevo cuatro
ciriales de oro y pluma muy bien hechos, ms vistosos que ricos. Tenan
cerca de la puerta del hospital aparejado para representar un auto, que
fue la cada de nuestros primeros padres, y al parecer de todos los que lo
vieron fue una de las cosas notables que se han hecho en la Nueva
Espaa. Estaba tan adornada la morada de Adn y Eva, que bien pareca
paraso de la tierra, con diversos rboles con frutas y flores, de ellas
naturales y de ellas contrahechas de pluma y oro; en los rboles mucha
diversidad de aves, desde bho y otras aves de rapia hasta pajaritos
pequeos, y sobre todo tena muy muchos papagayos, y era tanto el
parlar y gritar que tenan, que a veces estorbaban la representacin; yo
cont en un solo rbol catorce papagayos entre pequeos y grandes.
Haba tambin aves contrahechas de oro y plumas, que era cosa muy de
mirar. Los conejos y liebres eran tantos, que todo estaba lleno de ellos, y
otros muchos anima lejos que yo nunca hasta all los haba visto. Estaban
dos ocotochles32 atados, que son bravsimos, que ni son bien gato ni bien
onza; y una vez descuidse Eva y fue a dar en el uno de ellos, y l, de
bien criado, desvise; esto era antes del pecado, que si fuera despus,
32
Ocotochtli: marta animal o gato monts, segn el Vocabulario en lengua castellana y mexicana, de fray
Alonso de Molina, Madrid, Ediciones Cultura Hispnica, 1944.
(no) tan en hora buena ella se hubiera allegado. Haba otros animales bien
contrahechos, metidos dentro unos muchachos; stos andaban
domsticos y jugaban y burlaban con ellos Adn y Eva. Haba cuatro ros
o fuentes que salan del paraso, con sus rtulos que decan Fisn, Gen,
Tigris, Eufrates; y el rbol de la vida en medio del paraso, y cerca de l, el
rbol de la ciencia del bien y del mal, con muchas y muy hermosa fruta
contrahechas de oro y pluma.

152 Estaban a la redonda del paraso tres peoles grandes, y una sierra
grande, todo esto lleno de cuanto se puede hallar en una sierra muy
fuertil (frtil) y fresca montaa; y todas las particularidades que en abril y
mayo se pueden hallar, porque en contrahacer una cosa al natural estos
indios tienen gracia singular, pues aves no faltan chicas ni grandes, en
especial de los papagayos grandes, que son tan grandes como gallos de
Espaa; de stos haba muchos, y dos gallos y una gallina de las
monteses, que cierto son las ms hermosas aves que yo he visto en parte
ninguna; tendra un gallo de aquellos tanta carne como dos pavos de
Castilla. A estos gallos les sale del papo una guedeja de cerdas ms
speras que cerdas de caballo, y de algunos gallos viejos son ms largas
que de un palmo; de stas hacen hisopos y duran mucho.

153 Haba en estos peoles animales naturales y contrahechos. En uno de


los contrahechos estaba un muchacho vestido como len, y estaba
desgarrando y comiendo un venado que tena muerto; el venado era
verdadero y estaba en un risco que se haca entre unas peas, y fue cosa
muy notada.

154 Allegada la procesin, comenzse luego el auto; tardse en l gran


rato, porque antes que Eva comiese ni Adn consintiese, fue y vino Evl,
de la serpiente a su marido y de su marido a la serpiente, tres o cuatro
veces, siempre Adn resistiendo, y como indignado alanzaba de s a Eva;
ella rogndole y molestndole deca, que bien pareca el poco amor que le
tena, y que ms le amaba ella a l que no l a ella, y echndole
(echndose) en su regazo tanto le importun, que fue con ella al rbol
vedado, y Eva en presencia de Adn comi y diole a l tambin que
comiese; y en comiendo luego conocieron el mal que haban hecho y
aunque ellos se escondan cuanto podan, no pudieron hacer tanto que
Dios no lo viese, y vino con gran majestad acompaado de muchos
ngeles; y despus que hubo llamado a Adn, l se excus con su mujer,
y ella ech la culpa a la serpiente, maldicindolos Dios y dando a cada
uno su penitencia. Trajeron los ngeles dos vestiduras bien
contrahechas, como de pieles de animales, y vistieron a Adn y a Eva. Lo
que ms fue de notar fue el verlos salir desterrados llorando: llevaban a
Adn tres ngeles y a Eva otros tres, iban cantando en canto de rgano,
Crcumdederunt me. Esto fue tan bien representado, que nadie lo vio que
no llorase muy recio; qued un querubn guardando la puerta del paraso
con su espada en la mano. Luego all estaba el mundo, otra tierra cierto
bien diferente de la que dejaban, porque estaba llena de cardos y de
espinas, y muchas culebras; tambin haba conejos y liebres. Llegados
all los recin moradores del mundo, los ngeles mostraron a Adn cmo
haba de cultivar y labrar la tierra, y a Eva dironle husos para hilar y
hacer ropa para su marido e hijos; y consolando a los que quedaban muy
desconsolados, se fueron cantando por desecha en canto de rgano un
villancico que deca:

Para qu coma
La primer casada
Para qu coma
La fruta vedada.
La primer casada
Ella y su marido,
A Dios han trado
En pobre posada
Por haber comido
La fruta vedada.

Este auto fue representado por los indios en su propia lengua, y as


muchos de ellos tuvieron lgrimas y mucho sentimiento, en especial
cuando Adn fue desterrado y puesto en el mundo.

155 Otra carta del mismo fraile a su prelado, escribindole las fiestas que
se hicieron en Tlaxcala por las paces hechas entre el Emperador y el rey
de Francia, el prelado se llamaba fray Antonio de Ciudad Rodrigo.

156 Como vuestra caridad sabe, las nuevas vinieron a esta tierra antes de
cuaresma pocos das, y los tlaxcaltecas quisieron primero ver lo que los
espaoles y los mexicanos hacan, y visto que hicieron y representaron la
conquista de Rodas, ellos determinaron de representar la conquista de
Jerusaln, el cual pronstico cumpla Dios en nuestros das; y por la
hacer ms solemne acordaron de la dejar para el da de Corpus Christi, la
cual fiesta regocijaron con tanto regocijo como aqu dir.

157 En Tlaxcala, en la ciudad que de nuevo han comenzado a edificar,


abajo en lo llano, dejaron en el medio una grande y muy gentil plaza, en la
cual tenan hecha a Jerusaln encima de unas casas que hacen para el
Cabildo, sobre el sitio que ya los edificios iban en altura de un estado;
igualronlo todo e hinchironlo de tierra, y hicieron cinco torres; la una
de homenaje en medio, mayor que las otras, y las cuatro a los cuatro
cantos; estaban cercadas de una cerca muy almenada, y las torres
tambin muy almenadas y galanas, de muchas ventanas y galanes arcos,
todo lleno de rosas y flores. De frente de Jerusaln, en la parte oriental
fuera de la plaza, estaba aposentado el emperador; a la parte diestra de
Jerusaln estaba el real adonde el ejrcito de Espaa se haba de
aposentar; al opsito estaba aparejado para las provincias de la Nueva
Espaa; en el medio de la plaza estaba Santa Fe, adonde se haba de
aposentar el emperador con su ejrcito: todos estos lugares estaban
cercados y por de fuera pintados de canteado, con sus troneras, saeteras
y almenas bien al natural.

158 Allegado el Santsimo Sacramento a la dicha plaza, con el cual iban el


papa, cardenales y obispos contrahechos, asentronle en su cadalso, que
para esto estaba aparejado y muy adornado cerca de Jerusaln, para que
adelante del Santsimo Sacramento pasasen todas las fiestas.

159 Luego comenz a entrar el ejrcito de Espaa a poner cerco a


Jerusaln, y pasando delante del Corpus Christi atravesaron la plaza y
asentaron su real a la diestra parte. Tard buen rato en entrar, porque era
mucha gente repartida en diez escuadrones. Iba en la vanguardia, con la
bandera de las armas reales, la gente del reino de Castilla y de Len, y la
gente del capitn general, que era don Antonio Pimentel, conde de
Benavente, con su bandera de sus armas. En la batalla iban Toledo,
Aragn y Galicia, Granada, Vizcaya y Navarra. En la retaguardia iban
Alemania, Roma e italianos. Haba entre todos pocas diferencias de
trajes, porque como los indios no los han visto ni lo saben, no lo usan
hacer y por esto entraron todos como espaoles soldados, con sus
trompetas contrahaciendo a las de Espaa, y con sus atambores y
pfanos muy ordenados; iban de cinco en cinco en hilera, a su paso de
los atambores.

160 Acabados de pasar stos y aposentados en su real, luego entr por la


parte contraria el ejrcito de la Nueva Espaa repartido en diez
capitanas, cada una vestida segn el traje que ellos usan en la guerra;
stos fueron muy de ver, y en Espaa y en Italia los fueran a ver y
holgaran de verlos. Sacaron sobre s lo mejor que todos tenan de
plumajes ricos, divisas y rodelas, porque todos cuantos en este auto
entraron, todos eran seores y principales, que entre ellos se nombran
tecutlis ypiles. Iba en la vanguardia Tlaxcala (y) Mxico: stos iban muy
lucidos y fueron muy mirados; llevaban el estandarte de las armas reales
y el de su capitn general, que era don Antonio de Mendoza, visorrey de
la Nueva Espaa. En la batalla iban los huaxtecas, zempoaltecas,
mixtecas, culiuaques y una capitana que se decan los del Per e islas de
Santo Domingo y Cuba. En la retaguardia iban los tarascos y
cuahtemaltecas. En aposentndose stos, luego salieron a el campo a dar
la batalla el ejrcito de los espaoles, los cuales en buena orden se
fueron derecho a Jerusaln, y como el soldn los vio venir, que era el
marqus del Valle don Hernando Corts, mand salir su gente al campo
para dar la batalla; y salida, era gente bien lucida y diferenciada de toda la
otra, que traan unos bonetes como los usan los moros; y tocada el arma
de ambas partes, se ayuntaron y pelearon con mucha grita y estruendo
de trompetas, atambores y pfanos, y comenz a mostrarse la victoria por
los espaoles, retrayendo a los moros y prendiendo a algunos de ellos, y
quedando otros cados, aunque ninguno herido. Acabado esto, tornse el
ejrcito de Espaa a recoger a su real en buena orden.

161 Luego tornaron a tocar arma, y salieron los de la Nueva Espaa, y


luego salieron los de Jerusaln, y pelearon un rato, y tambin vencieron y
encerraron a los moros en su ciudad, y llevaron algunos cautivos a su
real, quedando otros cados en el campo.

162 Sabida la necesidad en que Jerusaln estaba, vnole gran socorro de


la gente de Galilea, Judea, Samara, Damasco y de todo (la) tierra de Suria
(Siria), con mucha provisin y municin, con lo cual los de Jerusaln se
alegraron y regocijaron mucho, y tomaron tanto nimo que luego salieron
al campo, y furonse derechos hacia el real de los espaoles, los cuales
les salieron al encuentro, y despus de haber combatido un rato
comenzaron los espaoles a retraerse y los moros a cargar sobre ellos,
prendiendo algunos de los que se desmandaron, y quedando tambin
algunos cados. Esto hecho, el capitn general despach un correo a Su
Majestad, con una carta de este tenor:

163 Ser Vuestra Majestad sabedor cmo alleg el ejrcito aqu sobre
Jerusaln, y luego asentamos real en lugar fuerte y seguro, y salimos al
campo contra la ciudad, y los que dentro estaban salieron al campo, y
habiendo peleado, el ejrcito de los espaoles, criados de Vuestra
Majestad, y vuestros capitanes y soldados viejos as peleaban que
parecan tigres y leones; bien se mostraron ser valientes hombres, y
sobre todos pareci hacer ventaja la gente del reino de Len. Pasado esto
vino gran socorro de moros y judos con mucha municin y bastimentos,
y los de Jerusaln como se hallaron favorecidos, salieron al campo y
nosotros les salimos al encuentro. Verdad es que cayeron algunos de los
nuestros, de la gente que no estaba muy diestra ni se haban visto en
campo con moros; todos los dems estn con mucho nimo, esperando
lo que Vuestra Majestad ser servido mandar para obedecer en todo. De
Vuestra Majestad siervo y criado. -Don Antonio Pimentel.

164 Vista la carta del capitn general, responde el emperador en este


tenor: A mi caro y muy amado primo, don Antonio Pimentel, capitn
general del ejrcito de Espaa.

165 Vi vuestra letra, con la cual holgu en saber cun esforzadamente lo


habis hecho. Tendris mucho cuidado que de aqu adelante ningn
socorro pueda entrar en la ciudad, y para esto pondris todas las guardas
necesarias, y hacerme heis sabes si VUestro real est bien provedo; y
saber cmo he sido servido de esos caballeros, los cuales recibirn de m
muy sealadas mercedes; y encomendadme a todos esos capitanes y
soldados viejos, y sea Dios en vuestra guarda. -Don Carlos Emperador.

166 En esto ya sala la gente de Jerusaln contra el ejrcito de la Nueva


Espaa, para tomar venganza del reencuentro pasado, con el favor de la
gente que de refresco haba venido, y como estaban sentidos de lo
pasado, queran vengarse, y comenzada la batalla, pelearon
valientemente, hasta que finalmente la gente de las islas comenz a
aflojar y a perder el campo de tal manera, que entre cados y presos no
qued hombre de ellos. A la hora el capitn general despach un correo a
Su Majestad con una carta de este tenor:

167 Sacra, Cesrea, Catlica Majestad:

168 Emperador, semper augusto, Sabr Vuestra Majestad cmo yo vine


con el ejrcito sobre Jerusaln, y asent real a la siniestra parte de la
ciudad, y salimos contra los enemigos que estaban en el campo, y
vuestros vasallos los de la Nueva Espaa lo hicieron muy bien,
derribando muchos moros, y los retrajeron hasta meter por las puertas de
su ciudad, porque los vuestros peleaban como elefantes y como
gigantes. Pasado esto les vino muy gran socorro de gente y artillera
municin y bastimento; luego salieron contra nosotros, y nosotros les
salimos al encuentro, y despus de haber peleado gran parte del da,
desmay el escuadrn de las islas y de su parte echaron en gran
vergenza a todo el ejrcito, porque como no eran diestros en las armas,
ni traan armas defensivas, ni saban el apellido de llamar a Dios, no
qued hombre que no cayese en manos de los enemigos. Todo el resto
de las otras capitanas estn muy buenas. De Vuestra Majestad siervo y
menor criado. -Don Antonio de Mendoza,

169 Respuesta del Emperador.

170 Amado pariente y mi gran capitn sobre todo el ejrcito de la Nueva


Espaa. Esforzaos como valiente guerrero y esforzad a todos esos
caballeros y soldados; y si ha venido socorro a esa ciudad, tener por
cierto que de arriba del cielo vendr nuestro favor y ayuda. En las
batallas, diversos son los acontecimientos, y el que hoy vence maana es
vencido, y el que (fue) vencido otro da es vencedor. Yo estoy
determinado de luego esta noche sin dormir sueo andarla toda y
amanecer sobre Jerusaln. Estaris apercibido y puesto en orden con
todo el ejrcito, y pues tan presto ser con vosotros, sed consolados y
animados: y escribid luego al capitn general de los espaoles para que
tambin est a punto con su gente, porque luego como yo allegue,
cuando pensaren que allego fatigado, demos sobre ellos y cerquemos la
ciudad, yyo ir por la frontera, y vuestro ejrcito por la siniestra parte, y el
ejrcito de Espaa por la parte derecha, por manera que no se pueda (n)
escapar de nuestras manos. Nuestro Seor sea en vuestra guarda.

171 Don Carlos, Emperador.

172 Esto hecho, por una parte de la plaza entr el emperador, y con l el
rey de Francia y el rey de Hungra, con sus coronas en las cabezas; y
cuando comenzaron a entrar por la plaza, salironle a recibir por la una
banda el capitn general de Espaa con la mitad de su gente, y por la otra
el capitn general de la Nueva Espaa, y de todas partes traan trompetas
y atabales y cohetes que echaban muchos, los cuales servan por
artillera. Fue recibido con mucho regocijo y con gran aparato, hasta
aposentarle en su estancia de Santa Fe. En esto los moros mostraban
haber cobrado gran temor, y estaban todos metidos en la ciudad; y
comenzando la batera, los moros se defendieron muy bien. En esto el
maestro de campo, que era Andrs de Tapia, haba ido con un escuadrn
a reconocer la tierra detrs de Jerusaln, y puso fuego a un lugar, y meti
por medio de la plaza un hato de ovejas que haba tomado. Tomados a
retraer cada ejrcito a su aposento, tornaron a salir al campo solos los
espaoles, y como los moros los vieron venir y que eran pocos, salieron
a ellos y pelearon un rato, y como de Jerusaln siempre saliese gente,
retrajeron a los espaoles y ganronles el campo, y prendieron algunos y
metironlos a la ciudad. Como fue sabido por su majestad, despach
luego un correo al Papa con esta carta:

173 A nuestro muy Santo Padre:

174 Oh muy amado padre nuestro! Quin como t que tan alta dignidad
posea en la tierra? Sabr tu Santidad cmo yo he pasado a la Tierra
Santa, y tengo cercada a Jerusaln con tres ejrcitos. En el uno estoy yo
en persona; en el otro, espaoles; el tercero es de naturales; y entre mi
gente y los moros ha habido hartos reencuentros y batallas, en las cuales
mi gente ha preso y herido muchos de los moros; y despus de esto ha
entrado en la ciudad gran socorro de moros y judos, con mucho
bastimento y municin. Como vuestra Santidad sabr del mensajero, yo
al presente estoy con mucho cuidado hasta saber el suceso de mi viaje;
suplico a tu Santidad me favorezcas con oraciones y ruegues a Dios por
m y por mis ejrcitos, porque yo estoy determinado de tomar a Jerusaln
y a todos los otros lugares santos, o morir sobre esta demanda, por lo
cual humildemente te ruego que desde all a todos nos eches tu
bendicin. -Don Carlos, Emperador.

175 Vista la carta por el Papa, llam a los cardenales, y consultada con
ellos, la respuesta fue sta:

176 Muy amado hijo mo: Vi tu letra con la cual mi corazn ha recibido
grande alegra, y he dado muchas gracias a Dios porque as te ha
confortado y esforzado para que tomases tan santa empresa; sbete que
Dios es tu gracia, y de todos tus ejrcitos. Luego a la hora se har lo que
quieres, y as mando luego a mis muy amados hermanos los cardenales,
y a los obispos con todos los otros prelados, rdenes de San Francisco y
Santo Domingo, y a todos los hijos de la Iglesia, que hagan sufragio; y
para que esto tenga efecto, luego despacho y concedo un gran jubileo
para toda la cristiandad. El Seor sea con tu nima. Amn.

177 Tu amado Padre. -El Papa.

178 Volviendo a nuestros ejrcitos, como los espaoles se vieron por dos
veces retrados, y los moros los haban encerrado en su real, pusironse
todos de rodillas hacia donde estaba el Santsimo Sacramento
demandndole ayuda, y lo mismo hicieron el Papa y cardenales; y
estando todos puestos de rodillas, apareci un ngel en la esquina de su
real, el cual consolndolos dijo: Dios ha odo vuestra oracin, y le ha
placido mucho vuestra determinacin que tenis de morir Por su honra y
servicio en la demanda de Jerusaln, porque lugar tan santo no quiere
que ms le posean los enemigos de la fe; y ha querido poneros en tantos
trabajos para ver vuestra constancia y fortaleza; no tengis temor que
vuestros enemigos prevalezcan contra vosotros, y para ms seguridad os
enviar Dios a vuestro patrn el apstol Santiago. Con esto quedaron
todos muy consolados y comenzaron a decir: Santiago, Santiago, patrn
de nuestra Espaa; en esto entr Santiago en un caballo blanco como la
nieve y l mismo vestido como lo suelen pintar; y como entr en el real de
los espaoles, todos le siguieron y fueron contra los moros que estaban
delante de Jerusaln, los cuales fingiendo gran miedo dieron a huir, y
cayendo algunos en el camino, se encerraron en la ciudad; y luego los
espaoles la comenzaron a combatir, andando siempre Santiago en su
caballo dando vueltas por todas partes, y los moros no osaban asomar a
las almenas por el gran miedo que tenan; entonces los espaoles, sus
banderas tendidas, se volvieron a su real. Viendo esto el otro ejrcito de
los naturales o gente de la Nueva Espaa y que los espaoles no haban
podido entrar en la ciudad, ordenando sus escuadrones furonse de
presto a Jerusaln, aunque los moros no esperaron a que llegasen, sino
que salironles al encuentro, y peleando un rato iban los moros ganando
el campo hasta que los metieron en su real, sin cautivar ninguno de ellos;
hecho esto, los moros con gran grita se tomaron a su ciudad. Los
cristianos vindose vencidos recurrieron a la oracin, y llamando a Dios
que les diese socorro, y lo mismo hicieron el Papa y cardenales. Luego
les apareci otro ngel en lo alto del real, y les dijo: aunque sois tiernos
en la fe os ha querido Dios probar, y quiso que fusedes vencidos para
que conozcis que sin su ayuda valis poco; pero ya que os habis
humillado, Dios ha odo vuestra oracin, y luego vendr en vuestro favor
el abogado y patrn de la Nueva Espaa, San Hiplito, en cuyo da los
espaoles con vosotros los tlaxcaltecas ganasteis a Mxico. Entonces
todo el ejrcito de naturales comenzaron a decir: San Hiplito, San
Hiplito. A la hora entr San Hiplito encima de un caballo morcillo, y
esforz y anim a los naturales, y fuese con ellos hacia Jerusaln; y
tambin sali de la otra banda Santiago con los espaoles, y el
emperador con su gente tom la frontera, y todos juntos comenzaron la
batera, de manera que los que en ella estaban an en las torres, no se
podan valer de las pelotas y varas que les tiraban. Por las espaldas de
Jerusaln, entre dos torres, estaba hecha una casa de paja harto larga, a
al cual al tiempo de la batera pusieron fuego, y por todas las otras partes
anda(ba) la batera muy recia, y los moros al parecer con determinacin
de antes morir que entregarse con ningn partido. De dentro y de fuera
andaba el combate muy recio, tirndose unas pelotas grandes hechas de
espaldaas, y alcancas de barro secas al sol llenas de almagre mojado,
que al que acertaban parecan que quedaba mal herido y lleno de sangre,
y lo mismo hacan con unas tunas coloradas. Los flecheros tenan en las
cabezas de las viras unas bolsillas llenas de almagre, que doquiera que
daban pareca que sacaban sangre; tirbanse tambin caas gruesas de
maz. Estando en el mayor hervor de la batera apareci en el homenaje el
arcngel San Miguel, de cuya voz y visin as los moros como los
cristianos espantados dejaron el combate e hicieron silencio; entonces el
arcngel dijo a los moros: Si Dios mirase a vuestras maldades y pecados
y no a su gran misericordia, ya os habra puesto en el profundo del
infierno, y la tierra se hubiera abierto y tragdoos vivos; pero porque
habis tenido reverencia a los lugares santos quiere usar con vosotros su
misericordia y esperaros a penitencia, si de todo corazn a El os
converts; por tanto, conoced al Seor de la Majestad, criador de todas
las cosas, y creed en su preciossimo hijo Jesucristo, y aplacadle con
lgrimas y verdadera penitencia. Y esto dicho, desapareci. Luego el
soldn que estaba en la ciudad habl a todos los moros diciendo: Grande
es la bondad y misericordia de Dios, pues as nos ha querido alumbrar
estando en tan gran ceguedad de pecados; ya es llegado el tiempo en que
conozcamos nuestro error: hasta aqu pensbamos que pelebamos con
hombres, y ahora vemos que peleamos con Dios y con sus santos y
ngeles; quin les podr resistir? Entonces respondi su capitn
general, que era el adelantado don Pedro de Alvarado, y todos con l
dijeron: que se queran poner en manos del emperador, y que luego el
soldn tratase de manera que les otorgasen las vidas, pues los reyes de
Espaa eran clementes y piadosos, y que se queran bautizar. Luego el
soldn hizo seal de paz, y envi un moro con una carta al emperador de
esta manera:

179 Emperador Romano, amado de Dios: Nosotros hemos visto


claramente cmo Dios te ha enviado favor y ayuda del ciclo; antes que
esto yo viese pensaba de guardar mi ciudad y reino, y de defender mis
vasallos, y estaba determinando de morir sobre ello; pero que (como)
Dios del cielo me haya alumbrado, conozco que t slo eres capitn de
su ejrcito; yo conozco que todo el mundo debe obedecer a Dios, y a ti
que eres su capitn en la tierra. Por tanto en tus manos ponemos
nuestras vidas, y te rogamos que te quieras allegar cerca de esta ciudad,
para que nos des tu real palabra y nos concedas las vidas, recibindonos
con tu continua clemencia por tus naturales vasallos.

180 Tu siervo. -El Gran Soldn de Babilonia.

181 Y tlatoa33 de Jerusaln.

182 Leda la carta, luego se fue el emperador hacia las puertas de la


ciudad, que ya estaban abiertas, y el soldn les sali a recibir muy
acompaado, y ponindose delante del emperador de rodillas, le dio la
obediencia y trabaj mucho por le besar la mano; y el emperador
levantndole le tom por la mano, y llevndole delante del Santsimo
Sacramento, adonde estaba el Papa, y all dando todos gracias a Dios, el
Papa le recibi con mucho amor. Traa tambin muchos turcos o indios
adultos, de industria, que tenan para bautizar, y all pblicamente
demandaron el bautismo a el Papa, y luego Su Santidad mand a un
sacerdote que los bautizase, los cuales actualmente fueron bautizados.
Con esto se parti el Santsimo Sacramento, y torn a andar la procesin
por su orden.

183 Para la procesin de este da de Corpus Christi tenan tan adornado


todo el camino y calles, que decan muchos espaoles que se hallaron
presentes: quien esto quisiera contar en Castilla, decirle han que est
loco, y que se alarga y lo compone; porque iba el Sacramento entre unas
calles hechas todas de tres rdenes de arcos medianos, todos cubiertos
de rosas y flores muy bien compuestas y atadas; y estos arcos pasaban
de mil y cuatrocientos, sin otros diez arcos triunfales grandes, debajo de
los cuales pasaba toda la procesin. Haba seis capillas con sus altares y
retablos; todo el camino iba cubierto de muchas yerbas olorosas y
33
Tlatoani, seor, el que habla, superior en las relaciones de poder.
diversas. Haba tambin tres montaas contrahechas muy a el natural con
sus peones, en las cuales se representaron tres autos muy buenos.

184 En la primera, que estaba luego abajo del patio alto, en otro patio bajo
a do se hace una gran plaza, aqu se represent la tentacin del Seor, y
fue cosa en que hubo mucho que notar, en especial verlas representar a
indios. Fue de ver la consulta que los demonios tuvieron para haber de
tentar a Cristo, y quin sera el tentador; ya que se determin que fuese
Lucifer, iba muy contrahecho ermitao; sino que dos cosas no pudo
encubrir, que fueron los cuernos y las uas que de cada dedo, as de las
manos como de los pies, le salan unas uas de hueso tan largas como
medio dedo; y hecha la primera y segunda tentacin, la tercera fue en un
pen muy alto, desde el cual el demonio con mucha soberbia contaba a
Cristo todas las particularidades y riquezas que haba en la provincia de
la Nueva Espaa; y de aqu salt en Castilla, adonde dijo, que dems de
muchas naos y gruesas armadas que traa por la mar con muchas
riquezas, y muy gruesos mercaderes de paos, y sedas, y brocados, dijo
otras muchas particularidades que tena, y entre otras dijo que tena
muchos vinos y muy buenos, a lo cual todos picaron, as indios como
espaoles, porque los indios todos se mueren por nuestro vino. Y
despus que dijo de Jerusaln, Roma, frica y Europa, y Asia, y que todo
se lo dara, respondiendo el Seor: Vade Satana, cay el demonio; y
aunque qued encubierto en el pen, que era hueco, los otros demonios
hicieron tal ruido, que pareca que toda la montaa iba con Lucifer a parar
a el infierno. Vinieron luego los ngeles con comida para el Seor, que
pareca que venan del cielo, y hecho su acatamiento pusieron la mesa y
comenzaron a cantar.

185 Pasando la procesin a otra plaza, en otra montaa se represent


cmo San Francisco predicaba a las aves, dicindoles por cuntas
razones eran obligadas a alabar y bendecir a Dios, por las proveer de
mantenimientos sin trabajo de coger, ni sembrar, como los hombres, que
con mucho trabajo tienen su mantenimiento; asimismo por el vestir de
que Dios las adorna con hermosas y diversas plumas, sin ellas las hilar ni
tener, y por el lugar que les dio, que es el aire, por donde se pasean y
vuelan. Las aves allegndose a el santo pareca que le pedan su
bendicin, y l se la dando les encarg que a las maanas y a las tardes
loasen y cantasen a Dios. (Ya) se iban, y como el santo se abajase de la
montaa, sali de travs una bestia fiera del monte, tan fea que a los que
la vieron as de sobresalto les puso un poco de temor; y como el santo la
vio hizo sobre ella la seal de la cruz, y luego se vino para ella; y
reconociendo que era una bestia que destrua los ganados de aquella
tierra, la reprendi benignamente y la trajo consigo al pueblo, a do
estaban los seores y principales en su tablado, y all la bestia hizo seal
que obedeca, y dio la mano de nunca ms hacer dao en aquella tierra; y
con esto se fue la fiera alimaa. Quedndose all el santo comenz su
sermn diciendo: que mirasen cmo aquel bravo animal obedeca la
palabra de Dios, y que ellos que tenan razn, y muy grande obligacin de
guardar los mandamientos de Dios, y estando diciendo esto sali uno
fingiendo que vena beodo, cantando muy al propio que los indios
cantaban cuando se embeodaban; y como no quisiese dejar de cantar y
estorbarse el sermn, amonestndole que callase, si no que se ira al
infierno, y l perseverase en su cantar, llam San Francisco a los
demonios de un fiero y espantoso infierno que cerca a ojo estaba, y
vinieron muy feos, y con mucho estruendo asieron al beodo y daban con
l en el infierno. Tomaba luego el santo a proceder con el sermn y salan
unas hechiceras muy bien contrahechas, que con bebedizos en esta
tierra muy fcilmente hacen malparir a las preadas, y como tambin
estorbasen la predicacin y no cesasen, venan tambin los demonios y
ponanlas en el infierno. De esta manera fueron representados y
reprendidos algunos vicios en este auto. El infierno tena una puerta falsa
por do salieron los que estaban dentro; y salidos los que estaban dentro
pusironle fuego, el cual ardi tan espantosamente que pareci que nadie
se haba escapado, sino que demonios y condenados todos ardan y
daban voces y gritos las nimas y los demonios; lo cual pona mucha
grima y espanto aun a los que saban que nadie se quemaba. Pasando
adelante el Santsimo Sacramento haba otro auto, y era del sacrificio de
Abraham, el cual por ser corto y ser ya tarde no se dice ms de que fue
muy bien representado. Y con esto volvi la procesin a la iglesia.
TRATADOSEGUNDO

186 De la conversin y aprovechamiento de estos indios; y cmo se les


comenzaron a administrar los sacramentos en esta tierra de Anhuac, o
Nueva Espaa, y de algunas cosas o misterios acontecidos (prembulo).

187 Estando yo descuidado y sin ningn pensamiento de escribir


semejante cosa que sta, la obediencia me mand que escribiese algunas
cosas notables de estos naturales, de las que en esta tierra la bondad
divina ha encomenzado a obrar, y siempre obra; y tambin para que los
que en adelante vinieren, sepan y entiendan cun notables cosas
acontecieron en esta Nueva Espaa, y los trabajos e infortunios que por
los grandes pecados que en ella se cometan Nuestro Seor permiti que
pasase, y la fe y religin que en ella el da de hoy se conserva, y
aumentar adelante, siendo Nuestro Seor de ello servido.

188 A el principio, cuando esto comenc a escribir, parecame que ms


cosas notaba y se me acordaba ahora diez o doce aos que no a el
presente; entonces, como cosas nuevas y que Dios comenzaba a obrar
sus maravillas y misericordias con esta gente, ahora, como quien ya
conversa y trata con gente cristiana y convertida, hay muchas cosas bien
de notar, que parece claramente ser venidas por la mano de Dios; porque
si bien miramos, en la primitiva Iglesia mucho se notaban algunas
personas que venan a la fe, por ser primeros, as como el eunuco
Cornelio y sus compaeros, y lo mismo los pueblos que recibieron
primero la palabra de Dios, como fueron Jerusaln, Samara y Cesrea. De
Bernab se escribe que vendi un campo, el precio lo puso a los pies de
los apstoles. Un campo no es muy precioso, segn lo que despus los
seguidores de Cristo dejaron; pero escribese por ser a el principio, y por
el ejemplo que daban. Estas cosas ponan admiracin, (y) por ser dignas
de ejemplos los hombres las escriban; pues las primeras maravillas que
Dios en estos gentiles comenz a obrar, aunque no muy grandes, ponan
admiracion, que no las muchas y mayores que despus y ahora hace con
ellos, por ser ya ordinarias; y a este propsito dir aqu en este segundo
tratado algunas cosas de las primeras que acontecieron en esta tierra de
la Nueva Espaa, y de algunos pueblos que primero recibieron la fe,
cuyos nombres en muchas partes sern ignotos, aunque ac todos son
bien conocidos, por ser pueblos grandes y algunos, cabezas de provincia.
Tratarse ha tambin en esta segunda parte la dificultad e impedimentos
que hubo el bautismo, y el buen aprovechamiento de estos naturales.

CAPITULOI

189 En que dir cmo comenzaron los mexicanos y, los de Coutichan 34 a


venir a el bautismo y a la doctrina cristiana.

190 Ganada y repartida la tierra por los espaoles, los frailes de San
Francisco que al presente en ella se hallaron, comenzaron a tratar y a
conversar entre los indios; primero adonde tenan casa y aposento, como
fue en Mxico y en Texcoco, Tlaxcala (y) Huexuzinco, que en estas se
repartieron los pocos que a el principio eran, y en cada provincia destas,
y en las en que despus se tom casa, que son ya cerca de cuarenta en
este ao de 1540, haba tanto qu decir que no bastara el papel de la
Nueva Espaa. Siguiendo la brevedad que a todos aplace, dir lo que vi
yo y supe, y pas en los pueblos que mor y anduve; y aunque yo diga o
cuente alguna cosa de una provincia, ser del tiempo que en ella mor, y
de la misma podrn otros escribir otras cosas all acontecidas con verdad
y ms de notar, y mejor escritas que aqu irn, y podrse todo sufrir sin
contradiccin. En el primer ao que a esta tierra allegaron los frailes, los
indios de Mxico y Tlatelulco se comenzaron de ayuntar, los de un barrio
y feligresa un da, y los de otro barrio otro da, y all los iban los frailes a
ensear y bautizar los nios; y dende a poco tiempo los domingos y
fiestas se ayuntaban todos, cada barrio en su cabecera, adonde tenan
sus salas antiguas, porque iglesia an no la haba, y los espaoles
tuvieron tambin, obra de tres aos, sus misas y sermones en una sala de
stas que servan por iglesia, y ahora es all en la misma sala la casa de la
moneda; pero no se enterraban all casi nadie, sino en San Francisco el
viejo, hasta que despus se comenzaron a edificar iglesias. Anduvieron
34
Cuauhtinchan.
los mexicanos cinco aos muy fros, o por el embarazo de los espaoles
y obras de Mxico, o porque los viejos de los mexicanos tenan poco
calor. Despus de pasados cinco aos despertaron muchos de ellos e
hicieron iglesias, y ahora frecuentan mucho las misas cada da y reciben
los sacramentos devotamente.

191 El pueblo a que primero salieron los frailes a ensear fue Quautitln,
cuatro leguas de Mxico, y a Tepusticln (Tepotzotlan], porque como en
Mxico haba mucho ruido, y entre los hijos de los seores que en la casa
de Dios se enseaban estaban los seoritos de estos dos pueblos,
sobrinos o nietos de Motezuma, y stos eran los principales que en casa
haba, por respecto de stos comenzaron a ensear all y a bautizar los
nios, y siempre se prosigui la doctrina, y siempre fueron de los
primeros y delanteros en toda buena cristiandad, y lo mismo los pueblos
a ellos sujetos y sus vecinos.

192 En el primero ao de la venida de los frailes, el padre fray Martn de


Valencia, de santa memoria, vino a Mxico, y tomando un compaero que
saba un poco de la lengua, fuese a visitar los pueblos de la laguna del
agua dulce, que apenas se saba cuntos eran, ni a dnde estaban, y
comenzando por Xuchimilco y Cuyoacan, venanlos a buscar de los otros
pueblos, y rogbanles con instancia que fuesen a sus pueblos, y antes
que llegasen los salan a recibir, porque esta es su costumbre, y hallaban
que estaba ya toda la gente ayuntada; y luego por escrito y con intrprete
los predicaban y bautizaban algunos nios, rogando siempre a Nuestro
Seor que su santa palabra hiciese fruto en las nimas de aquellos
infieles, y los alumbrase y convirtiese a su santa fe. Y los indios seores y
principales delante de los frailes destruan sus dolos, y levantaban
cruces y sealaban sitios para hacer sus iglesias. As anduvieron todos
aquellos pueblos que son ocho, todos principales y de mucha gente, y
pedan ser enseados, y el bautismo para s y para sus hijos; lo cual visto
por los frailes, daban gracias a Dios con grande alegra, por ver tan buen
principio y en ver que tantos se haban de salvar, como luego sucedi.

193 Entonces dijo el padre fray Martn, de buena memoria, a su


compaero: muchas gracias sean dadas a Dios, que lo que en otro
tiempo en espritu me mostr, ahora en obra y verdad lo veo cumplir, y
dijo: que estando l un da en maitines en un convento que se dice Santa
Mara del Hoyo, cerca de Gata, que es en Extremadura, en la provincia de
San Gabriel, rezaba ciertas profecas de la venida de los gentiles a la fe, le
mostr Dios en espritu muy gran muchedumbre de gentiles que venan a
la fe, y fue tanto el gozo que su nimo sinti, que comenz a dar grandes
voces, como ms largamente parecer en la tercera parte, en la vida del
dicho fray Martn de Valencia. Y aunque este santo varn procur muchas
veces de ir entre los infieles a recibir martirio, nunca pudo alcanzar
licencia de sus superiores; no porque no le tuviesen por idneo, que en
tanto fue estimado y tenido en Espaa, como en estas partes, mas porque
Dios lo orden as por mayor bien, segn se lo dijo una persona muy
espiritual, que cuando fuese tiempo, Dios cumplira su deseo, como Dios
se lo haba mostrado, y as fue, que el general le llam un da y le dijo
cmo l tena determinado de venir a esta Nueva Espaa con muy buenos
compaeros, con grandes bulas que del Papa haba alcanzado, y por le
haber elegido general de la orden, el cual oficio le impeda la pasada, que
como cosa de mucha importancia y que l mucho estimaba, le quera
enviar y que nombrase doce compaeros cuales quisiese, y l aceptando
la venida, vino, por lo cual, parece lo a l prometido no haber sido
engao.

194 Entre los pueblos ya dichos de la laguna dulce, el que ms diligencia


puso para llevar los frailes a que los enseasen, ya en ayuntar ms gente,
y en destruir los templos del demonio, fue Cuitlauac, que es un pueblo
fresco y todo cercado de agua, y de mucha gente; y tena muchos
templos del demonio, y todo l fundado sobre agua; por lo cual los
espaoles la primera vez que en l entraron le llamaron Venezuela. En
este pueblo estaba un buen indio, el cual era uno de tres seores
principales que en l hay, y por ser hombre de ms manera y antiguo,
gobernaba todo el pueblo; ste envi a buscar a los frailes por dos o tres
veces, y allegados, nunca se apartaba de ellos, ms antes estuvo gran
parte de la noche preguntndoles cosas que deseaba saber de nuestra fe.
Otro da de maana ayuntada la gente despus de misa y sermn, y
bautizados muchos nios, de los cuales los ms eran hijos y sobrinos, y
parientes, de este buen hombre que digo; y acabados de bautizar, rog
mucho aquel indio a fray Martn que le bautizase, y vista su santa
importunacin y manera de hombre de muy buena razn, fue bautizado y
llamado Don Francisco, y despus en el tiempo que vivi fue muy
conocido de los espaoles. Aquel indio hizo ventaja a todos los de la
laguna dulce, y trajo muchos nios a el monasterio de San Francisco, los
cuales salieron tan hbiles que precedieron a los que haban venido
muchos das antes. Este don Francisco aprovechando cada da en el
conocimiento de Dios y en la guarda de sus mandamientos, yendo un da
muy de maana en una barca, que los espaoles llaman canoa, por la
laguna oy un canto muy dulce y de palabras muy admirables, las cuales
yo v y tuve escritas, y muchos frailes las vieron y juzgaron haber sido
canto de ngeles, y de all adelante fue aprovechando ms; y al tiempo de
su muerte pidi el sacramento de la confesin, y confesado y llamando
siempre a Dios, falleci. La vida y muerte de este buen indio fue gran
edificacin para todos los otros indios, mayormente los de aquel pueblo
de Cuitlauac, en el cual edificaron iglesias; la principal advocacin es de
San Pedro, en la obra de la cual trabaj mucho aquel buen indio don
Francisco. Es iglesia grande y de tres naves, hecha a la manera de
Espaa.

195 Los dos primeros aos, poco salan los frailes del pueblo adonde
residan, as por saber poco de la tierra y lengua como por tener bien en
qu entender adonde residan. El tercero ao comenzaron en Tezcuco de
se ayuntar cada da para deprender la doctrina cristiana; y tambin vino
gran copia de gente a el bautismo; y como la provincia de Tezcuco es
muy poblada de gente, en el monasterio y fuera no se podan valer ni dar
a manos, porque se bautizaron muchos de Tezcuco y Huexuzincla
(Huejotzingo), Coathichan (Coatlichan) y de Coatepec: aqu en Coatepec
comenzaron a hacer iglesia y dironse mucha prisa para la acabar, y por
ser la primera iglesia, fuera de los monasterios, llamse Santa Mara de
Jess. Despus de haber andado algunos das por los pueblos sujetos a
Tezcuco, que son muchos, y de lo ms poblado de la Nueva Espaa,
pasaron adelante a otros pueblos, y como no saban mucho de la tierra,
saliendo a visitar un lugar salan de otros pueblos a rogarles que fuesen
con ellos a decirles la palabra de Dios, y muchas veces otros poblezuelos
pequeos salan de travs, y los hallaban ayuntados con su comida
aparejada esperando y rogando a los frailes que comiesen y los
enseasen. Otras veces iban a partes (en) que ayunaban lo que en otras
partes les sobraba, y entre otras partes adonde fueron, fue Otumba y
Tepepulco y Tulanzinco, que aun desde en buenos aos no tuvieron
frailes; y entre stos, Tepepulco, lo hizo muy bien, y fue siempre
creciendo y aprovechando en el conocimiento de la fe; y la primera vez
que allegaron frailes a este lugar, dejado el recibimiento que les hicieron,
era una tarde, y como estuviese la gente ayuntada comenzaron luego a
ensearles; y en espacio de tres o cuatro horas muchos de aquel pueblo,
antes que de all se partiesen, supieron persignarse y el Pater Noster. Otro
da por la maana vino mucha gente, y enseados y predicados lo que
convena a gente que ninguna cosa saba, ni haba odo de Dios, y
recibido la palabra de Dios; tomados aparte el seor y principales, y
dicindoles cmo Dios del cielo era verdadero Seor, criador del cielo y
de la tierra, y quin era el demonio a quien ellos honraban y adoraban, y
cmo los tena engaados, y otras cosas conforme a ellas; de tal manera
se lo supieron decir, que luego all delante de los frailes destruyeron y
quebrantaron todos los dolos que tenan, y quemaron los teucales. Este
pueblo de Tepepulco est asentado en un recuesto bien alto, adonde
estaba uno de los grandes y vistosos templos del demonio que entonces
derribaron; porque como el pueblo es grande y tiene otros muchos
sujetos, tena grandes teucales o templos del demonio; y sta es regla
general en que se conoca el pueblo ser grande o pequeo, en tener
muchos teucales.

CAPITULOII

196 Cundo y a dnde comenzaron las procesiones en esta tierra de la


Nueva Espaa; y de la gana con que los indios vienen a bautizarse.
197 En el cuarto ao de la llegada de los frailes a esta tierra fue de
muchas aguas, tanto que se perdan los maizales y se caan muchas
casas. Hasta entonces nunca entre los indios se haban hecho
procesiones, y en Tezcuco salieron con una pobre cruz; y como hubiese
muchos das que nunca cesaba de llover, plugo a Nuestro Seor por su
clemencia, y por los ruegos de su Sacratsima Madre, y de Santo Antonio,
cuya advocacin es la principal de aquel pueblo, que desde aquel da
mismo cesaron las aguas, para confirmacin de la flaca y tierna fe de
aquellos nuevamente convertidos; y luego hicieron muchas cruces y
banderas de santos y otros atavos para sus procesiones; y los indios de
Mxico fueron luego all a sacar muestras para lo mismo; y dende a poco
tiempo comenzaron en Huexezinco (Huejotzingo) e hicieron muy ricas y
galanas mangas de cruces y andas de oro y pluma; y luego por todas
partes comenzaron de ataviar sus iglesias, y hacer retablos, y
ornamentos, y salir en procesiones, y los nios deprendieron danzas para
regocijarlas ms.

198 En este tiempo en los pueblos que haba frailes salan adelante, y de
muchos pueblos los venan a buscar y a rogar que los fuesen a ver, y de
esta manera por muchas partes se iba extendiendo y ensanchando la fe
de Jesucristo, mayormente en los pueblos de Ycapixtla y Uastepec; para
lo cual dieron mucho favor y ayuda los que gobernaban estos pueblos,
porque eran indios quitados de vicios y que no beban vino; que era esto
como cosa de maravilla, as a los espaoles como a los naturales, ver
algn indio que no bebiese vino; porque en todos los hombres y mujeres
adultos era cosa general embeodarse; y como este vicio era fomes y raz
de otros muchos pecados, el que de l se apartaba viva ms
virtuosamente.

199 La primera vez que sali fraile a visitar las provincias de Coyxco y
Tlaxco (Taxco), fue de Cuauhnauac (Cuernavaca), la cual casa se tom el
segundo ao de su venida, y en el nmero fue quinta casa. Desde all
visitando aquellas provincias, en las cuales hay muchos pueblos de
mucha gente, fueron muy bien recibidos, y muchos nios bautizados; y
como no pudiesen andar por todos los pueblos, cuando estaba uno cerca
de otro vena la gente del pueblo menor al mayor a ser enseados, y a or
la palabra de Dios, y a bautizar sus nios; y aconteci, como entonces
fuese el tiempo de las aguas, que en esta tierra comienzan por abril y
acaban en fin de septiembre, poco ms o menos, haba de venir un pueblo
a otro, y en medio estaba un arroyo, y aquella noche llovi tanto, que vino
el arroyo hecho un gran ro, y la gente que vena no pudo pasar; y all
aguardaron a que acabasen de misa y de predicar y bautizar, y pasaron
algunos a nado y fueron a rogar a los frailes, que a la orilla del arroyo les
fuesen a decir la palabra de Dios, y ellos fueron y en la parte donde ms
angosto estaba el ro, los frailes de una parte y los indios de otra, les
predicaron, y ellos no se quisieron ir sin que les bautizasen los hijos; y
para esto hicieron una pobre balsa de caas, que en los grandes ros
arman las balsas (sobre) unas grandes calabazas, y as los espaoles y
su hato pasan grandes ros; pues hecha la balsa, medio por el agua y
medio en los brazos pasronlos de la otra parte, adonde los bautizaron
con harto trabajo por ser tantos.

200 Yo creo que despus que la tierra se gan, que fue el ao de 1521,
hasta el tiempo que esto escribo, que es en el ao de 1536, ms de cuatro
millones de nimas (se bautizaron) y por dnde yo lo s, adelante se dir.

CAPITULOIII

201 De la prisa que los indios tienen en venir al bautismo, y de dos cosas
que acontecieron en Mxico y en Tezcuco.

202 Vienen a el bautismo muchos, no slo los domingos y das que para
esto estn sealados, sino cada da de ordinario, nios y adultos, sanos y
enfermos, de todas las comarcas; y cuando los frailes andan visitando,
les salen los indios al camino con los nios en los brazos, y con los
dolientes a cuestas, y hasta los viejos decrpitos sacan para que los
bauticen. Tambin muchos dejan las mujeres y se casan con solo una,
habiendo recibido el bautismo. CUndo van a el bautismo, los unos van
rogando, otros importunando, otros lo piden de rodillas, otros alzando y
poniendo las manos, gimiendo y encogindose, otros lo demandan y
reciben llorando y con suspiros.

203 En Mxico pidi el bautismo un hijo de Motezuma, que fue el gran


seor de Mxico, y por estar enfermo aquel su hijo fuimos a su casa, que
era junto adonde ahora est edificada la iglesia de San Hiplito, en el cual
da fue ganada Mxico, y por eso en toda la Nueva Espaa se hace gran
fiesta aquel da, y le tienen por singular patrn de esta tierra. Sacaron a el
enfermo para bautizarle en una silla, y haciendo el exorcismo, cuando el
sacerdote dijo: ne te lateat sathana, comenz a temblar en tanta manera,
no slo al enfermo sino tambin la silla en que estaba, tan recio que al
parecer de todos los que all se hallaban pareca salir de l el demonio, a
lo cual fueron presentes Rodrigo de Paz que a la sazn era alguacil mayor
(y por ser su padrino se llam el bautizado Rodrigo de Paz), y otros
oficiales de su majestad.

204 En Tezcuco yendo una mujer bautizada con un nio a cuestas, como
en esta tierra se usa traer los nios, el nio era por bautizar; pasando de
noche por el patio de los teucales, que son las casas del demonio, sali a
ella el demonio, y ech mano de la criatura, querindola tomar a la madre,
que muy espantada estaba, porque no estaba bautizado ni sealado con
la cruz, y la india deca: Jess, Jess; y luego el demonio dejaba el nio, y
en dejando la india de nombrar a Jess, tornaba el demonio a quererla
tomar el nio; esto fue tres veces, hasta que sali de aquel temeroso
lugar. Luego otro da por la maana, porque no le aconteciese otro
semejante peligro, trajo al nio a que se le bautizasen, y as se hizo. Ahora
es muy de ver los nios que cada da se vienen a bautizar, en especial
aqu en Tlaxcala, que da hay de bautizar cuatro y cinco veces; y con los
que vienen el domingo, hay semana que se bautizan nios de pila
trescientos, y semana, de cuatrocientos, otras de quinientos con los de
una legua a la redonda; y si alguna vez hay descuido o impedimento
porque se deje de visitar los pueblos que estn a dos y a tres leguas,
despus cargan tantos que es maravilla.

205 Asimismo han venido y vienen muchos de lejos a se bautizar con


hijos y mujeres, sanos y enfermos, cojos y ciegos y mudos, arrastrando y
padeciendo mucho trabajo y hambre, porque esta gente es muy pobre.

206 En muchas partes de esta tierra baaban los nios recin nacidos a
los ocho o diez das, y en baando al nio ponanle una rodela pequeita
en la mano izquierda, y una saeta en la mano derecha; y a las nias daban
una escoba pequeita. Esta ceremonia pareca ser figura del bautismo,
que los bautizados haban de pelear con los enemigos del nima, y haban
de barrer y alimpiar sus conciencias y nimas para en que viniese Cristo a
entrar por el bautismo.

207 El nmero de los bautizados cuento por dos maneras; la una por los
pueblos y provincias que se han bautizado, y la otra por nmero de los
sacerdotes que han bautizado. Haya el presente en esta Nueva Espaa
obra de sesenta sacerdotes franciscanos, que de otros sacerdotes pocos
se han dado a bautizar; aunque han bautizado algunos, el nmero yo no
s qu tantos sern. Dems de los sesenta sacerdotes que digo, se
habrn vuelto a Espaa ms de otros veinte, algunos de los cuales
bautizaron muchos indios antes que se fuesen; y ms de otros veinte que
son ya difuntos, que tambin bautizaron muy muchos, en especial
nuestro padre fray Martn de Valencia, que fue el primer prelado que en
esta tierra tuvo veces del Papa, y fray Garca de Cisneros, y fray Juan
Caro, un honrado viejo, el cual introdujo y ense primero en esta tierra el
canto llano y el canto de rgano, con mucho trabajo; fray Juan de
Perpin y fray Francisco de Valencia, los que cada uno de estos bautiz
pasaron de cien mil; de los sesenta que al presente son este ao de 1536,
saco otros veinte que no han bautizado, as por ser nuevos en la tierra
como por no saber la lengua, (de) los cuarenta que quedan echo a cada
uno de ellos a cien mil o ms, porque algunos de ellos hay (que) han
bautizado cerca de trescientos mil, otros haya doscientos mil, ya ciento
cincuenta mil, y algunos que muchos menos; de manera que con los que
bautizaron los difuntos, y los que se volvieron a Espaa, sern hasta hoy
da bautizados cerca de cinco millones.
208 Por pueblos y provincias cuento de esta manera: a Mxico y a sus
pueblos, y a Xuchimilco con los pueblos de la laguna dulce, y a
Tlamanalco y Chalco, Cuauchnauac con Yucapixcla, y a Cuauquechula y
Chietla, ms de un milln. A Tezcuco, Otumba y Tepepulco y Tualanzinco,
Coauthiclan35, Tula, Xitotepec, con sus provincias y pueblos, ms de otro
milln; a Tlaxcala, la ciudad de los Angeles, Cholola, Huejuzinco, Calpa,
Tepeaca, Zaclatan36, Ueytalpa, ms de otro milln. En los pueblos de la
Mar del Sur, ms de otro milln. Y despus que esto se ha sacado en
blanco se han bautizado ms de quinientos mil, porque en esta cuaresma
pasada del ao de 1537, en sola la provincia de Tepeaca se han bautizado
por cuenta ms de sesenta mil nimas; por manera que, a mi juicio y
verdaderamente, sern bautizados en este tiempo que digo, que sern
quince aos, ms de nueve millones de nimas de indios.

CAPITULOIV

209 De los diversos pareceres que hubo sobre el administrar del


sacramento del bautismo, y de la manera que se hizo los primeros aos.

210 Cerca del administrar este sacramento del bautismo, aunque los
primeros aos todos los sacerdotes fueron conformes, despus como
vinieron muchos clrigos y frailes de las otras rdenes, agustinos,
dominicos y franciscanos, tuvieron diversos pareceres contrarios los
unos de los otros; parecales a los unos que el bautismo se haba de dar
con las ceremonias que se usan en Espaa, y no se satisfacan de la
manera con que los otros le administraban, y cada uno quera seguir su
parecer, y aqul tena por mejor y ms acertado, ora fuese por buen celo,
ora sea porque los hijos de Adn todos somos amigos de nuestro
parecer; y los nuevamente venidos siempre quieren enmendar las obras
de los primeros, y hacer, si pudiesen, que del todo cesasen y se
olvidasen, y que su opinin sola valiese, y el mayor mal era que los que
esto pretendan no curaban ni trabajaban en deprender la lengua de los
indios, ni en bautizarlos. Estas diversas opiniones y diferentes pareceres
fueron causa que algunas veces se dej de administrar el sacramento del
bautismo, lo cual no pudo ser sin detrimento de los que le buscaban,
principalmente de los nios y enfermos, que moran sin remedio.

35
Cuauhtitln.
36
Zacatln.
Ciertamente esta queja tendrn de los que dieron la causa con sus
opiniones y inconvenientes que pusieron, aunque ellos piensen que su
opinin era muy santa, y que no haba ms que pedir; y la misma queja
creo yo que tendrn otros nios y enfermos, que venidos a recibir este
sacramento mientras se hacan las ceremonias, antes que llegasen a la
sustancia de las palabras se moran. En la verdad esta fue indiscrecin,
porque con estos tales ya que queran guardar ceremonias, haban
primero de bautizar el enfermo, y asegurado lo principal, pueden despus
hacer las ceremonias acostumbradas. Dems de lo dicho, otras causas y
razones que stos decan parecern en los captulos siguientes.

211 Los otros que primero haban venido tambin daban sus razones por
donde administraban de aquella manera el bautismo, diciendo que lo
hacan con pareceres y consejo de santos doctores y de doctas personas,
en especial de un gran religioso y gran telogo, llamado fray Juan de
Tecto, natural de Gante, catedrtico de teologa en la universidad de Pars,
que creo no haber pasado a estas partes letrado ms fundado, y por tal el
emperador se confes con l. Este fray Juan de Tecto, con dos
compaeros, vino en el mismo ao que los doce ya dichos, y falleci el
segundo ao de su llegada a estas partes, con uno de sus compaeros
tambin docto. Estos dos padres, con los doce, consultaron con mucho
acuerdo cmo se deba proceder en los sacramentos y doctrina con los
indios, allegndose a algunas instrucciones que de Espaa haban trado,
de personas doctas y de su ministro general el seor cardenal de Santa
Cruz y de los coroneles (sic) y dando causas y razones, alegaban
doctores muy excelentes y derechos suficientes, y dems de esto decan
que ellos bautizaban a necesidad y por haber falta de clrigos, y que
cuando hubiese otros que bautizasen, y ayudaran en las predicaciones y
confesiones, y que por entonces tenan experiencia que hasta que cesase
la multitud de los que venan a bautizarse, y muchos ms que en los aos
pasados se haban bautizado, y los sacerdotes haban sido tan pocos,
que no podan hacer el oficio con la pompa y ceremonias que hace un
cura cuando bautiza una sola criatura en Espaa, adonde hay tantos
ministros. Ac en esta nueva conversin, cmo poda un solo sacerdote
bautizar a dos y tres mil en un da, y dar a todos saliva, flato y candela y
alba, y hacer sobre cada uno particularmente todas las ceremonias, y
meterlos en la iglesia adonde no las haba? Esto no lo podrn bien sentir
sino los que vieron la falta de los tiempos pasados. Y cmo podran dar
candela encendida bautizando con gran viento en los patios, ni dar saliva
a tantos? Que el vino para decir las misas muchas veces se hallaba con
trabajo, que era imposible guardar las ceremonias con todos, adonde no
haba iglesias, ni pilas, ni abundancia de sacerdotes, sino que un solo
sacerdote haba de bautizar, confesar, desposar y velar, y enterrar, y
predicar, y rezar, y decir misa, deprender la lengua, ensear la doctrina
cristiana a los nios, y a leer y cantar. Y por no poderse hacer hacanlo de
esta manera: a el tiempo del bautismo ponan todos juntos los que se
haban de bautizar, poniendo los nios delante, y hacan sobre todos el
oficio del bautismo, y sobre algunos pocos la ceremonia de la cruz, flato,
sal, saliva, alba; luego bautizaban los nios cada uno por s en agua
bendita, y esta orden siempre se guard en cuanto yo he sabido.
Solamente supe de un letrado que pensaba que saba lo que haca, que
bautiz con hisopo, y ste fue despus uno de los que trabajaron en
estorbar el bautismo de los otros. Tornando al propsito digo: que
bautizados primeros los nios, tornaban a predicar y a decir a los adultos
y examinados lo que haban de creer, y lo que haban de aborrecer, y lo
que haban de hacer en el matrimonio, y luego bautizaban a cada uno por
s.

212 Esto tuvo tantas contradicciones que fue menester juntarse toda la
iglesia que hay en estas partes, as obispos y otros prelados, como los
seores de la Audiencia Real, adonde se alterc la materia, y fue llevada
la relacin a Espaa; la cual vista por el Consejo Real y de Indias, y por el
seor arzobispo de Sevilla, respondieron, que se deba continuar lo
comenzado hasta que se consultase con Su Santidad. Y en la verdad,
aunque no faltaban letras, y los que vinieron primero trajeron, como dicho
es, la autoridad apostlica y de su opinin (eran) santos y excelentes
doctores; pero gran ciencia es saber la lengua de los indios y conocer
esta gente, y los que no se ejercitasen primero a lo menos tres o cuatro
aos no debern hablar absolutamente en esta materia, y por esto permite
Dios que los que luego como vienen de Espaa quieren dar nuevas leyes,
y seguir sus pareceres, y juzgar y condenar a los otros y tenerlos en
poco, caigan en confusin y hagan cegueras, y sus yerros sean como
viga de lagar y una paja lo que reprendan. Oh! y cmo he visto esto por
experiencia ser verdad muchas veces en esta tierra; y esto viene de poco
temor de Dios, y poco amor con el prjimo, y mucho con el inters; y para
semejantes casos provey sabiamente la Iglesia, que en la conversin de
algunos infieles y tierras nuevas, los ministros que a la postre vinieron se
conformen con los primeros hasta tener entera noticia de la tierra y gente
a donde allegaren.

213 La lengua es menester para hablar, predicar, conversar, ensear, y


para administrar todos los sacramentos; y no menos el conocimiento de
la gente, que naturalmente es temerosa y muy encogida, que no parece
que nacieron sino para obedecer, y si los ponen a el rincn all se estn
como enclavados; muchas veces vienen a bautizarse y no lo osan
demandar ni decir; por lo cual no los (deben) examinar muy recio, porque
yo he visto a muchos de ellos que saben el Pater Noster y el Ave Mara y
la doctrina cristiana, y cuando el sacerdote se lo preguntan se turban y no
lo aciertan a decir; pues a estos tales no se les debe negar lo que quieren,
pues es suyo el reino de Dios, porque apenas alcanzan una estera rota en
qu dormir, ni una buena manta que traer cubierta, y la pobre casa en que
habitan rota y abierta al sereno de Dios; y ellos simples y sin ningn mal,
no codiciosos de intereses, tienen gran cuidado de aprender lo que les
ensean, y ms en lo que toca a la fe; y saben y entienden muchos de
ellos cmo se tienen de salvar e irse a bautizar dos y tres jornadas; sino
que es el mal que algunos sacerdotes que los comienzan a ensear, los
querran ver tan santos en dos das que con ellos trabajan, como si
hubiese diez aos que los estuviesen enseando, y como no les parecen
tales, djanlos; parceme los tales a uno que compr un camero muy
flaco y diole a comer un pedazo de pan, y luego atentle la cola para ver
si estaba gordo.

214 Lo que de esta generacin se puede decir es, que son muy extraos
de nuestra condicin, porque los espaoles tenemos un corazn grande y
vivo como fuego, y estos indios y todas las animalias de esta tierra
naturalmente son mansos, y por su encogimiento y condicin
descuidados en agradecer, aunque muy bien sienten los beneficios, y
como no son tan prestos a nuestra condicin son penosos a algunos
espaoles; pero hbiles son para cualquiera virtud, y habilsimos para
todo oficio y arte, y de gran memoria y buen entendimiento.

215 Estando las cosas muy diferentes, y muchos pareceres muy


contrarios, unos de otros, sobre la manera y ceremonias con que se haba
de celebrar el sacramento del bautismo, alleg una bula del Papa, la cual
mandaba y dispensaba en la orden que en ello se haba de tener; y para
mejor la poder poner por la obra, en el principio del ao de 1539 se
ayuntaron, de cinco obispos que en esta tierra hay, los cuatro; y vieron la
bula del papa Paulo III, y vista, la determinaron que se guardase de esta
manera: el catecismo dejronle al albedro del ministro; el exorcismo, que
es el oficio del bautismo, abrevironle cuanto fue posible, rigindose por
un misal romano, y mandaron que a todos los que se hubieren de bautizar
se les ponga leo y crisma, y que esto se guarde por todos
inviolablemente, as con pocos como con muchos, salvo en urgente
necesidad. Sobre esta palabra urgente hubo hartas diferencias y
pareceres contrarios, sobre cul se entendera urgente necesidad, porque
en tal tiempo una mujer, y un indio, y aun un moro, pueden bautizar en fe
de la iglesia; y por esto fue puesto silencio al bautismo de los adultos, y
en muchas partes no se bautizaban sino nios o enfermos. Esto dur tres
o cuatro meses, hasta que en un monasterio que est en un lugar que se
llama Coauhchula (Huaquechula), los frailes se determinaron de bautizar
a cuantos viniesen, no obstante lo mandado por los obispos; lo cual
como fue sabido por toda aquella provincia, fue tanta la gente que vino,
que si yo por mis propios ojos no lo viera no lo osara decir; mas
verdaderamente era gran multitud de gente la que vena, porque dems de
los que venan sanos, venan muchos cojos y mancos, y mujeres con los
nios a cuestas, y muchos viejos canos y de mucha edad, y venan de
dos y tres jornadas a bautizarse, entre los cuales vinieron dos viejas,
asida la una a la otra, que apenas se podan tener, y pusironse con los
que se queran bautizar, y el que las haba de bautizar y las examinaba
qusolas echar, diciendo que no estaban bien enseadas, a lo cual una de
ellas respondi, diciendo: A m que creo en Dios me quieres echar fuera
de la iglesia? Pues si t (me) echas de la casa del misericordioso Dios, a
dnde ir? No ves de cun lejos vengo, y si me vuelvo sin bautizar en el
camino me morir? Mira que creo en Dios; no me eches de su iglesia.
Estas palabras bastaron para que las dos viejas fuesen bautizadas y
consoladas con otros muchos; porque digo verdad, que en cinco das que
estuve en aquel monasterio, otro sacerdote y yo bautizamos por cuenta
catorce mil y doscientos y tantos, poniendo a todos leo y crisma, que no
nos fue pequeo trabajo. Despus de bautizados es cosa de ver el alegra
y el regocijo que llevan con sus hijuelos a cuestas, que parece que no
caben en s de placer.

216 En este mismo tiempo tambin fueron muchos a el monasterio de


Tlaxcala a pedir el bautismo, y como se lo negaron, era la mayor lstima
del mundo ver lo que hacan, y cmo lloraban, y cun desconsolados
estaban, y las cosas y lstimas que decan, tan bien dichas, que ponan
gran compasin a quien los oa, e hicieron llorar a muchos de los
espaoles que se hallaban presentes, viendo cmo muchos de ellos
venan de tres y de cuatro jornadas, y era en tiempo de aguas, y venan
pasando arroyos y tos con mucho trabajo y peligros; la comida
pauprrima y que apenas les basta, sino que a muchos de ellos se les
acaba en el camino; las posadas son a donde los toma la noche, debajo
de un rbol, si le hay; no traen sino cruz y penitencia. Los sacerdotes que
all se hallaron, vista la importunacin de estos indios, bautizaron los
nios y los enfermos, y algunos que no los podan echar de la iglesia;
porque dicindoles que no los podan bautizar, respondan: pues en
ninguna manera nos iremos de aqu sin el bautismo, aunque sepamos
que aqu nos tenemos de morir. Bien creo que si los que lo mandaron y
los que (lo) estorbaron vieran lo que pasaba, que no mandaran una cosa
tan contra razn, ni tomaran tan gran carga sobre sus conciencias; y sera
justo que creyesen a los que lo ven y tratan cada da, y conocen lo que
los indios han menester, y entienden sus condiciones.

217 Odo he yo por mis odos a algunas personas decir que sus veinte
aos o ms de letras no las quieren emplear con gente tan bestial: en lo
cual me parece que no aciertan, porque a mi parecer no se pueden las
letras mejor emplear que en amostrar al que no lo sabe el camino por
donde se tiene de salvar y conocer a Dios. Cunto ms obligados sern a
estos pobres indios, que los deberan regalar como a gusanos de seda,
pues de su sudor y trabajo se visten y enriquecen a los que por ventura
vienen sin capas de Espaa.

218 En es(te) mismo tiempo que digo, entre los muchos que se vinieron a
bautizar, vinieron hasta quince hombres mudos, y no fueron muchos,
segn la gran copia de gente que se bautiz en estos dos monasterios,
porque en Cuauquechula que dur ms tiempo el bautizar, se bautizaron
cerca de ochenta mil nimas; y en Tlaxcala ms de veinte mil; estos
mudos hacan muchos ademanes, poniendo las manos; y encogiendo los
hombros y alzando los ojos al cielo, y todo dando a entender la voluntad y
gana con que venan a recibir el bautismo. Asimismo vinieron muchos
ciegos, entre los cuales vinieron dos, que eran marido y mujer, ambos
ciegos, asidos por las manos, y adestrbanlos tres hijuelos, que tambin
los traan a bautizar, y traan para todos sus nombres de cristianos; y
despus de bautizados iban tan alegres y tan regocijados, que se les
pareca bien la vista que en el nima haban logrado, con la nueva lumbre
de la gracia que con el bautismo recibieron.
CAPITULOV

219 De cmo y cundo se comenz en la Nueva Espaa el sacramento de


la penitencia y confesin, y de la restitucin que hacen los indios.

220 De los que reciben el sacramento de la penitencia ha habido y cada


da pasan cosas notables, y las ms y casi todas son notorias a los
confesores, por las cuales conocen la gran misericordia y bondad de Dios
que as trae a los pecadores a verdadera penitencia; para en testimonio
de lo cual, contar algunas cosas que he visto, y otras que me han
contado personas dignas de todo crdito.

221 Comenzse este sacramento en la Nueva Espaa en el ao de 1526,


en la provincia de Tezcuco, y con mucho trabajo, porque como era gente
nueva en la fe, apenas se les poda dar a entender qu cosa era este
sacramento; hasta que poco a poco han venido a se confesar bien y
verdaderamente, como adelante parecer. Algunos que ya saben escribir
traen sus pecados puestos por escrito, con muchas particularidades de
circunstancias, y esto no lo hacen una vez en el ao, sino en las pascuas
y fiestas principales, y aun muchos hay que si se sienten con algunos
pecados se confiesan ms a menudo, y por esta causa son muchos los
que se vienen a confesar; mas (como) los confesores son pocos, andan
los indios de un monasterio en otro buscando quin los confiese, y no
tienen en nada irse a confesar quince o veinte leguas; y si en alguna parte
hallan confesores, luego hacen senda como hormigas; esto es cosa muy
ordinaria, en especial en la cuaresma, porque el (que) as no lo hace no le
parece que es cristiano.

222 De los primeros pueblos que salieron a buscar este sacramento de la


penitencia fueron los de Teoacan, que iban muchos hasta Huexuzinco,
que son veinte y cinco leguas, a se confesar: stos trabajaron mucho
hasta que llevaron frailes a su pueblo, y hase hecho all un muy buen
monasterio, y que ha hecho mucho provecho en todos los pueblos de la
comarca, porque este pueblo de Teoacan est de Mxico cuarenta leguas,
y est en frontera de muchos pueblos, asentados a el pie de unas sierras
y de all se visitan muchos pueblos y provincias. Esta gente es docible y
muy sincera, y de buena condicin, ms que no la mexicana; bien as
como en Espaa, en Castilla la Vieja y ms hacia Burgos, son ms afables
y de bene indolis y parece otra masa de gente, que desde Ciudad Rodrigo
hacia Extremadura y el Andaluca, que es gente ms recatada y ms
resabida; as se puede ac decir, que los mexicanos y sus comarcas, son
como extremeos, y andaluces, y los mixtecas, zapotecas, pinomes,
mazatecas, teotlitecas, mijes, stos digo que son ms obedientes,
mansos y bien acondicionados, y dispuestos para todo acto virtuoso; por
lo cual aquel monasterio de Teoacan ha causado gran bien. Habra mucho
que decir de los pueblos y provincias que han venido a l cargados con
grandsima cantidad de dolos, que han sido tanto(s) que ha sido una
cosa de admiracin.

223 Entre los muchos que all vinieron vino una seora de un pueblo
llamado Tecziztepec, con muchas cargas de dolos, que traa para que los
quemasen, y para que la enseasen y dijesen lo que tena que hacer para
servir a Dios, la cual despus de ser enseada recibi el bautismo, y dijo:
que no se quera volver a su casa hasta que hubiese dado gracias a Dios
por el beneficio y merced que la haba hecho en dejada y alumbrada para
que le conociese, y determinse de estar all algunos das para aprender
algo e ir mejor informada en la fe. Haba esta seora trado consigo dos
hijos suyos a lo mismo que ella vino, y a el que heredaba el mayorazgo
mand que se ensease, no slo para lo que a l tocaba, sino tambin
para que ensease y diese ejemplo a sus vasallos. Pues estando esta
seora y nueva cristiana en tan buena obra ocupada, y con gran deseo de
servir a Dios, adoleci, de la cual enfermedad muri en breve trmino,
llamando a Dios y a Santa Mara, y demandando perdn de sus pecados.

224 Despus en este pueblo de Teoacan en el ao de 1540, el da de


Pascua de la Resurreccin, vi una cosa muy de notar, y es que vinieron a
or los oficios divinos de la Semana Santa y a celebrar la fiesta de la
Pascua, indios y seores principales de cuarenta provincias y pueblos, y
algunos de ellos de cincuenta y sesenta leguas, que ni fueron compelidos
ni llamados, y entre otros haba de doce naciones y doce lenguas
diferentes. Estos todos, despus de haber odo los divinos oficios, hacan
oracin particular a Nuestra Seora de la Concepcin, que as se llama
aquel monasterio. Estos que as vienen a las fiestas siempre traen
consigo muchos para se bautizar, y casar, y confesar, y por esto hay
siempre en este monasterio gran concurso de gente.

225 Restituyen muchos de los indios lo que son a cargo, antes que
vengan a los pies del confesor, teniendo por mejor pagar aqu, aunque
queden pobres, que no en la muerte; y de esto hay cada cuaresma
notables cosas, de las cuales dir una que aconteci en los primeros
aos que se gan esta tierra.

226 Yndose un indio a confesar, era en cargo cierta cantidad, y como el


confesor le dijese que no poda recibir entera absolucin si no restitua
primero lo que era en cargo, porque as lo mandaba la ley de Dios y
requiere la caridad del prjimo; finalmente luego aquel da trajo diez
tejuelos de oro, que cada uno pesara a cinco o seis pesos, que era la
cantidad que l deba, queriendo l ms quedar pobre, que no se le
negase la absolucin, aunque la hacienda que le quedaba no pienso que
vala la quinta parte de lo que restituy, ms quiso pasar su trabajo con lo
que le quedaba, que no irse sin ser absuelto, y por no esperar en
purgatorio a sus hijos o testamentarios que restituyesen por l, lo que l
en su vida poda hacer.

227 Un hombre principal, de un pueblo llamado Cuauhquechula, natural,


llamado por nombre Juan; ste con su mujer y hijos por espacio de tres
aos vena (por) las pascuas y fiestas principales a el monasterio de
Huexuzinco, que son ocho leguas; y estaba en cada fiesta de stas, ocho
o diez das, en los cuales l y su mujer se confesaban y reciban el Santo
Sacramento, y lo mismo algunos de los que consigo traa, que como era
el ms principal despus del seor, y casado con una seora del linaje del
gran Motezuma, seor de Mxico, seguale mucha gente, as de su casa
como otros que se le allegaban por su buen ejemplo, el cual era tanto,
que algunas veces vena con l el seor principal con otra mucha gente;
de los cuales muchos se bautizaban, otros se desposaban y confesaban,
porque en su pueblo no haba monasterio, ni lo hubo dende en cuatro
aos: y como en aquel tiempo pocos despertasen del sueo de sus
errores, edificbanse mucho, as los naturales como los espaoles y
maravillbanse tanto de aquel Juan, que decan que les daba gran
ejemplo, as en la iglesia como en su posada. Este Juan vino una Pascua
de Navidad, y traa hecha una camisa, que entonces no se las vesta ms
de los que servan en la casa de Dios, y dijo a su confesor: ves aqu traigo
esta camisa para que me la bendigas y me la vistas; y pues que ya tantas
veces me he confesado, como t sabes, querra si te parece que estoy
para ello, recibir el Cuerpo de mi Seor Jesucristo, que cierto mi nima lo
desea en gran manera. El confesor como le haba confesado muchas
veces y conoca la disposicin que en l haba, diole el santo sacramento,
tanto por el indio deseado; y cuando confes y comulg estaba sano, y
luego desde a tres das adoleci y muri brevemente, llamando a Dios y
dndole gracias por las mercedes que le haba hecho. Fue tenida entre los
espaoles la muerte de este indio por una cosa muy notada y venida por
los secretos juicios de Dios para salvacin de su nima, porque
verdaderamente era tenido por buen cristiano, segn se haba mostrado
en muchas buenas obras que en su vida hizo.

228 El seor de este pueblo de Cuauhquechula, que se dice don Martn,


procur mucho de llevar frailes a su pueblo, e hzose un devoto
monasterio, aunque pequeo, que ha aprovechado mucho, porque la
gente es de buena masa y bien inclinada; vienen all de muchas partes a
recibir los sacramentos.

229 En todas partes y ms en esta provincia de Tlaxcala, es cosa muy de


notar ver a las personas viejas y cansadas la penitencia que hacen, y
cun bien se quieren entregar en el tiempo que perdieron estando en
servicio del demonio. Ayunan muchos viejos la cuaresma, y levntanse
cuando oyen la campana de maitines, y hacen oracin, y disciplnanse,
sin nadie los poner en ello; y los que tienen de qu poder hacer limosna
buscan otros pobres para la hacer, en especial en las fiestas; lo cual en el
tiempo pasado no se sola hacer, ni haba quin mendigase, que el pobre
y el enfermo allegbase a algn pariente o a la casa del principal seor, y
all se estaban pasando mucho trabajo, y algunos de ellos se moran all
sin hallar quin los consolase.

230 En esta provincia de Cuauhnauac haba un hombre viejo de los


principales del pueblo, que se llamaba Pablo, y en el tiempo que yo en
aquella casa mor todos le tenan por ejemplo; y en la verdad era persona
que pona freno a los vicios y espuelas a la virtud; ste continuaba mucho
la iglesia, y siempre le vean las rodillas desnudas en tierra, y aunque era
viejo y todo cano, estaba tan derecho y recio, y a el parecer, como un
mancebo; pues perseverando este Pablo en su buen propsito vnose a
confesar generalmente, que entonces pocos se confesaban, y luego como
se confes adoleci de su postrera enfermedad, en la cual se torn a
confesar otras dos veces, e hizo testamento, en el cual mand distribuir
con los pobres algunas cosas; el cual hacer de testamento no se
acostumbraba en esta tierra, sino que dejaban las casas y heredades a
sus hijos, y el mayor, si era hombre, lo posea y tena cuidado de sus
hermanos y hermanas, y yendo los hermanos creciendo, casndose el
hermano mayor parta con ellos segn tena; y si los hijos eran por casar,
entrbanse en la hacienda los mismos hermanos, digo en las heredades,
y de ellas mantenan a sus sobrinos de la otra hacienda. Todas las mantas
y ropas, los seores y principales despus de tradas algunos das, que
como son blancas y delgadas presto parecen viejas o se ensucian,
guardbanlas; y cuando moran enterrbanlos con ellas, algunos con
muchas, otros con pocas, cada uno conforme a quien era. Tambin
enterraban con los seores las joyas y piedras y oro que tenan. En otras
partes dejbanlas a sus hijos, y si era seor, ya saban segn su
costumbre cul hijo haba de heredar; sealaban, empero, algunas veces
en la muerte el padre a algn hijo, cul l quera, para que quedase y
heredase el estado, y era luego obedecido; sta era su manera de hacer
testamento.

231 Cuanto a la restitucin que estos indios hacen, es muy de notar,


porque restituyen los esclavos que tenan antes que fuesen cristianos, y
los casan, y ayudan, y dan con qu vivan; pero tampoco se sirven estos
indios de sus esclavos con la servidumbre y trabajo que los espaoles,
porque los tienen casi como libres en sus estancias y heredades, adonde
labran cierta parte para sus manos; y parte para s, y tienen sus casas, y
mujeres e hijos, de manera que no tienen tanta servidumbre que por ella
se huyan y vayan de sus amos; vendanse y comprbanse estos esclavos
entre ellos, y era costumbre muy usada; ahora como todos son cristianos,
apenas se vende indio, antes muchos de los convertidos tornan a buscar
a los que vendieron y los rescatan para darles libertad, cuando los
pueden haber, y cuando no, hay muchos de ellos que restituyen el precio
porque le vendieron.

232 Estando yo escribiendo esto, vino a m un indio pobre y djome: yo


soy a cargo (de) ciertas cosas; ves aqu traigo un tejuelo de oro que
valdr la cantidad; dime cmo y a quin lo tengo de restituir; y tambin
vend un esclavo das ha, y hle buscado y no le puedo descubrir; aqu
tengo el precio de l: bastar darlo a los pobres, o qu me mandas que
haga? Restituyen asimismo las heredades que posean antes que se
convirtiesen, sabiendo que no las pueden tener con buena conciencia,
aunque las hayan heredado ni adquirido segn sus antiguas costumbres
forcbles, Y las que son propias suyas y tienen con buen ttulo, reservan a
los macehuales o vasallos de muchas imposiciones y tributos que les
solan llevar; y los seores y principales procuran mucho que sus
macehuales sean buenos cristianos y vivan en la ley de Jesucristo;
cumplen muy bien lo que les es mandado en penitencia, por grave cosa
que sea, y muchos de ellos hay que si cuando se confiesan no les
mandan que se azoten, que les pesa, y ellos mismos dicen al confesor:
por qu no me (mandas) disciplinar? Porque lo tienen por gran mrito, y
as se disciplinan muchos de ellos todos los viernes de la cuaresma, de
iglesia en iglesia, y lo mismo hacen en tiempo de falta de agua, y de
salud; y adonde yo creo ms esto se usa es en esta provincia de Tlaxcala.

CAPITULOVI

233 De cmo los indios se confiesan por figuras y caracteres y de lo que


aconteci a dos mancebos indios en el artculo de la muerte.

234 Una cuaresma estando yo en Cholola, que es un gran pueblo cerca de


la ciudad de los ngeles, eran tantos los que venan a confesarse, que yo
no poda darles recado como yo quisiera; y djeles: yo no tengo de
confesar sino a los que trajeren sus pecados escritos y por figuras, que
esto es cosa que ellos (bien) saben (hacer) y entender, porque esta era su
escritura; y no lo dije a sordos, porque luego comenzaron tantos a traer
sus pecados escritos, que tampoco me poda valer, y ellos con una paja
apuntando, y yo con otra ayudndoles, se confesaban muy brevemente; y
de esta manera hubo lugar de confesar a muchos, porque ellos lo traan
tan bien sealado con caracteres y figuras, que poco ms era menester
preguntarles de lo que ellos all traan escrito o figurado; y de esta misma
manera se confesaban muchas mujeres de las indias que son casadas
con espaoles, mayormente en la ciudad de los ngeles, que despus de
Mxico es la mejor de toda la Nueva Espaa, como se dir adelante en la
tercera parte.

235 Este mismo da que esto escribo, que es Viernes de Ramos del
presente ao de 1537, falleci aqu en Tlaxcala un mancebo natural de
Cholola llamado don Benito, el cual estando sano y bueno se vino a
confesar, y desde a dos das adoleci en una casa lejos del monasterio; y
dos das antes que muriese, estando muy malo, vino a esta casa, que
cuando yo le v me espant, de ver cmo haba podido allegar a ella,
segn su gran flaqueza, y me dijo que se vena a reconciliar porque se
quera morir; y despus de confesado, descansando un poco djome, que
haba sido llevado su espritu a el infierno, adonde de slo el espanto
haba padecido mucho tormento; y cuando me lo contaba temblaba del
miedo que le haba quedado, y djome, que cuando se vio en aquel tan
espantoso lugar, llam a Dios demandndole misericordia, y que luego
fue llevado a un lugar muy alegre, adonde le dijo un ngel: Benito, Dios
quiere haber misericordia de ti; ve y confisate, y aparjate muy bien,
porque Dios manda que vengas a este lugar a descansar.

236 Semejante cosa que sta aconteci a otro mancebo natural de


Chautenpa37, que es una legua de Tlaxcala, llamado Juan, el cual tena
cargo de saber los nios que nacan en aquel pueblo, y el domingo
recogerlos y llevados a bautizar; y como adoleciese de la enfermedad que
muri, fue su espritu arrebatado y llevado por unos negros, los cuales le
llevaron por un camino muy triste y de mucho trabajo, hasta un lugar de
muchos tormentos; y queriendo los que (lo) llevaban echarle en ellos,
comenz a grandes voces a decir: Santa Mara, Santa Mara (que es (su)
manera de llamar a Nuestra Seora): Seora, por qu me echan aqu?
Yo no llevaba los nios a hacer cristianos, y los llevaba a la casa de
Dios? Pues en esto yo no serv a Dios y a vos, Seora ma? Pues
Seora, valedme y sacadme de aqu, que de mis pecados yo me
enmendar. Y diciendo esto fue sacado de aquel temeroso lugar, y vuelta
su nima al cuerpo; a esto dice la madre, que le tena por muerto aquel
tiempo que estuvo sin espritu. Todas estas cosas de grande admiracin
dijo aquel mancebo Juan, llamado, el cual muri de la misma enfermedad,
aunque dur algunos das doliente. Muchos de estos convertidos han
visto y cuentan diversas revelaciones y visiones, las cuales visto la
sinceridad y simpleza con que las dicen, parece que es verdad; mas
porque podra sera el contrario, yo no las escribo, ni las afirmo, ni las
repruebo, y tambin porque de muchos no sera credo.

237 El Santsimo Sacramento se daba en esta tierra a muy pocos de los


naturales, sobre lo cual hubo diversas opiniones y pareceres de letrados,
hasta que vino una bula del Papa Paulo III, por la cual, vista la informacin
que se le hizo, mand que no se les negase, sino que fuesen admitidos
como los otros cristianos.

238 En Huexuzinco, en el ao 1528, estando un mancebo llamado Diego,


criado en la casa de Dios, hijo de Miguel, hermano del seor del lugar;
estando aquel hijo suyo enfermo, despus de confesado demand el
Santsimo Sacramento muchas veces con mucha importunacin, y como
disimulasen con l no se le queriendo dar, vinieron a l dos frailes en
hbito de San Francisco y comulgronle, y luego desaparecieron, y el
Diego enfermo qued muy consolado; y entrando luego su padre a darle
de comer, respondi el hijo diciendo que ya haba comido lo que l ms
37
Probablemente, Chiautempan.
deseaba, y que no quera comer ms, que estaba satisfecho. El padre
maravillado preguntle, que quin le haba dado de comer? Respondi
el hijo: no viste aquellos dos frailes que de aqu salieron ahora? Pues
aquellos me dieron lo que yo deseaba y tantas veces haba pedido; y
luego desde a poco falleci.

239 Muchos de nuestros espaoles son tan escrupulosos que piensan


que aciertan en no comulgar, diciendo que no son dignos, en lo cual
gravemente yerran y se engaan, porque si por merecimientos hubiese de
ser, ni los ngeles, ni los santos bastaran; mas quiere Dios que baste que
te tengas por indigno, confesndote y haciendo lo que es en ti; y el cura
que lo tan niega a el que lo pide, pecara mortalmente.

CAPITULOVII

240 De a donde comenz en la Nueva Espaa el sacramento del


matrimonio, y de la gran dificultad que hubo en que los indios dejasen las
muchas mujeres que tenan38.

241 El sacramento del matrimonio en esta tierra de Anhuac, o Nueva


Espaa, se comenz en Tezcuco. En el ao de 1526, domingo 14 de
octubre, se despos pblica y solemnemente don Hernando, hermano del
seor de Tezcuco, con otros siete compaeros suyos, criados todos en la
casa de Dios, y para esta fiesta llamaron de Mxico, que son cinco leguas,
a muchas personas honradas, para que les honrasen y festejasen sus
bodas; entre los cuales vinieron Alfonso de vila y Pedro Snchez
Far(fn) con sus mujeres, y trajeron otras personas honradas que
ofrecieron a los novios a la manera de Espaa, y les trajeron buenas
joyas, y trajeron tambin mucho vino, que fue la joya con que ms todos
se alegraron; y porque estas bodas haban de ser ejemplo de toda la
Nueva Espaa, velronse muy solemnemente, con las bendiciones y arras
y anillos, como lo manda la Santa Madre Iglesia. Acabada la misa, los
padrinos con todos los seores y principales del pueblo, que Tezcuco fue
muy gran cosa en la Nueva Espaa, llevaron sus ahijados a el palacio o
casa del seor principal, yendo delante muchos cantando y bailando; y
38
Los indgenas tenan dos tipos de matrimonio, mongamo y polgino. Este ltimo era el acostumbrado
entre las clases superiores y supona la formacin de linajes patrilineales, constituidos por un gran nmero
de miembros. En casos, como seala Motolinia, esto provocaba el que entre las clases pobres hubiera
muchos solteros.
despus de comer hicieron muy gran netotlilizth o baile. En aquel tiempo
ayuntbanse a un baile de stos mil y dos mil indios. Dichas las vsperas,
y saliendo a el patio adonde bailaban, estaba el tlamo bien aderezado, y
all delante de los novios ofrecieron a el uso de Castilla los seores y
principales parientes del novio, ajuar de casa y atavos para sus
personas; y el marqus del Valle mand a un criado que all tena que
ofreciese en su, nombre, el cual ofreci muy largamente.

242 Pasaron tres o cuatro aos que no se velaban, sino los que se criaban
en la casa de Dios, sino que todos estaban con las mujeres que queran, y
haba algunos que tenan hasta doscientas mujeres, y de all abajo cada
uno tena las que quera; y para esto, los seores y principales robaban
todas las mujeres, de manera que cuando un indio comn se quera casar
apenas hallaba mujer; y queriendo los religiosos espaoles poner
remedio en esto, no hallaban manera para lo poder hacer, porque como
los seores tenan las ms mujeres, no las queran dejar, ni ellos se las
podan quitar, ni bastaba ruegos ni amenazas, ni sermones, ni otra cosa
que con ellos se hiciese, para que dejadas todas se casasen con una sola
en faz de la Iglesia; y respondan que tambin los espaoles tenan
muchas mujeres, y si les decamos que las tenan para su servicio, decan
que ellos tambin las tenan para lo mismo; y as, aunque estos indios
tenan muchas mujeres con quien segn su costumbre eran casados,
tambin las tenan por manera de granjera, porque las hacan a todas
tejer y hacer mantas y otros oficios de esta manera, hasta que ya ha
placido a Nuestro Seor que de su voluntad de cinco a seis aos a esta
parte comenzaron algunos a dejar la muchedumbre de mujeres que tenan
y a contentarse con una sola, casndose con ella como lo manda la
Iglesia; y con los mozos que de nuevo se casan son ya tantos, que
hinchen las iglesias, porque hay das de desposar cien pares; y das de
doscientos y de trescientos y das de quinientos; y como los sacerdotes
son tan pocos reciben mucho trabajo, porque acontece un slo sacerdote
tener muchos que bautizar y confesar, y desposar, y velar, y predicar, y
decir misa, y otras cosas que no puede dejar. En otras partes he yo visto
que a una parte estn unos examinando casamientos, otros enseando
los que se tienen de bautizar, otros que tienen cargo de los enfermos,
otros de los nios que nacen, otros de diversas lenguas e intrpretes que
declaran a los sacerdotes las necesidades con que los indios vienen,
otros que proveen para celebrar las fiestas de las parroquias y pueblos
comarcanos, que por quitarles y desarraigarles las fiestas viejas celebran
con solemnidad, as de oficios divinos, y en la administracin de los
sacramentos, COmo con bailes y regocijos; y todo es menester hasta
desarraigarlos de las malas costumbres con que nacieron. Mas tomando
a el propsito, y para que se entienda el trabajo que los sacerdotes
tienen, dir cmo se ocup un sacerdote, que estando (yo) escribiendo
esto, vinieron a llamar de un pueblo una legua de Tlaxcala, que se dice
Santa Ana de Chautenpa, para que confesase ciertos enfermos y tambin
para bautizar. Allegado el fraile hall ms de treinta enfermos para
confesar, y doscientos pares que desposar, y muchos que bautizar, y un
difunto que enterrar, y tambin tena de predicar a el pueblo que estaba
ayuntado. Bautiz este fraile aquel da entre chicos y grandes mil
quinientos, ponindoles a todos leo y crisma, y confes en este mismo
da quince personas, aunque era una hora de noche y no haba acabado;
esto no le aconteci a este slo sacerdote, sino a todos los que ac estn,
que se quieren dar a servir a Dios y a la conversin y salud de las nimas
de los indios; esto acontece muy ordinariamente.

243 En Xupanzinco, que es un pueblo de harta gente, con una legua a la


redonda que todo es bien poblado, en domingo ayuntronse todos para
or la misa y desposronse as antes de misa como despus por todo el
da, cuatrocientos cincuenta pares, y bautizronse ms de setecientos
nios y quinientos adultos. A la misa del domingo se velaron doscientos
pares, y el lunes adelante se desposaron ciento cincuenta pares, y los
ms de stos se fueron a velar a Tecoac, tras los frailes; y stos todos lo
hacen ya de su propia voluntad, sin parecer que reciben ningn trabajo ni
pesadumbre; en Tecoac se bautizaron otros quinientos, y se desposaron
doscientos cuarenta pares, y luego el martes se bautizaron otros ciento y
se desposaron cien pares. La vuelta fue por otros pueblos a do se
bautizaron muchos, y hubo da que se desposaron ms de setecientos
cincuenta pares; y en esta casa de Tlaxcala y en otra, se desposaron en
un da ms de mil pares, y en los otros pueblos era de la misma manera,
porque en este tiempo fue el fervor de casarse los indios naturales con
una sola mujer; y sta tomaban, aquella con quien estando en su
gentilidad primero haban contrado matrimonio.

244 Para no errar ni quitar a ninguno su legtima mujer, y para no dar a


nadie, en lugar de mujer, manceba, haba en cada parroquia quien conoca
a todos los vecinos, y los que se queran desposar venan con todos sus
parientes, y venan todas sus mujeres, para que todas hablasen y
alegasen en su favor, y el varn tomase la legtima mujer, y satisficiese a
las otras, y les diese con que se alimentasen y mantuviesen los hijos que
les quedaban. Era cosa de ver verlos venir, porque muchos de ellos traan
un hato de mujeres Y hijos como de ovejas, y despedidos los primeros
venan otros indios que estaban muy instructos en el matrimonio y en la
prctica del rbol de la consanguinidad y afinidad; a stos llamaban los
espaoles licenciados, porque lo tenan tan entendido como si hubieran
estudiado sobre ello muchos aos. Estos platicaban con los frailes los
impedimentos: las grandes dificultades, despus de examinadas y
entendidas, envibanlas a los seores obispos y a sus provisores, para
que los determinasen; porque todo ha sido bien menester, segn las
contradicciones que ha habido, que no han sido menores ni menos que
las del bautismo.

245 De estos indios se han visto muchos con propsito y obra


determinados de no conocer otra mujer sino la con quien legtimamente
se han casado despus que se convirtieron, y tambin se han apartado
del vicio de la embriaguez y hanse dado tanto a la virtud y a el servicio de
Dios, que en este ao pasado de 1536 salieron de esta ciudad de Tlaxcala
dos mancebos indios confesados y comulgados, y sin decir nada a nadie
se metieron por la tierra adentro ms de cincuenta leguas, a convertir y
ensear a otros indios; y all anduvieron padeciendo hartos trabajos y
hicieron mucho fruto, porque dejaron (enseado) todo lo que ellos saban
y puesta la gente en raz6n para recibir la palabra de Dios, y despus son
vueltos, y hoy da (estn) en esta ciudad de Tlaxcala. Y de esta manera
han hecho otros algunos en muchas provincias y pueblos remotos,
adonde por sola la palabra de stos han destruido sus dolos, y levantado
cruces, y puesto imgenes, adonde rezan eso poco que les han
enseado.

246 Como yo vi en este mismo ao que sal a visitar cerca de cincuenta


leguas de aqu de Tlaxcala hacia la costa del norte, por tan spera tierra y
tan grandes montaas, que en partes entramos mi compaero y yo
adonde para salir hubimos de subir sierra de tres leguas en alto; y la una
legua iba por una esquina de Una sierra, que a las veces subimos por
unos agujeros en que ponamos las puntas de los pies, y unos bejucos o
sogas en las manos; y stos no eran diez o doce pasos, mas uno
pasamos de esta manera, de tanta altura como una alta torre. Otros pasos
muy speros subimos por escaleras, y de stas haba nueve o diez; y
hubo una que tena diez y nueve escalones, y las escaleras eran de un
palo slo, hechas unas concavidades, cavado un poco en el palo, en que
caba la mitad del pie, sogas en las manos. Subimos temblando de mirar
abajo, porque era tanta la altura que se desvaneca la cabeza; y aunque
quisiramos volver por otro camino, no podamos porque despus que
entramos en aquella tierra haba llovido mucho, y haban crecido los ros,
que eran muchos y muy grandes; aunque por esta tierra tampoco
faltaban, mas los indios nos pasaban algunas veces en balsas, y otras
atravesada una larga soga y a volapi la soga en la mano. Uno de estos
ros es el que los espaoles llamaron el ro de Almera, el cual es un ro
muy poderoso. En este tiempo est la yerba muy grande, y los caminos
tan cerrados que apenas pareca una pequea senda, y stas las ms
veces allega la yerba de la una parte a la otra a cerrar, y por debajo iban
los pies sin poder ver el suelo; y haba muy crueles vboras, que aunque
en toda esta Nueva Espaa hay ms y mayores que en Castilla, las de la
tierra fra, son menos ponzoosas, y los indios tienen muchos remedios
contra ellas; pero por esta tierra que digo son tan ponzoosas que a el
que muerden no allega a veinte y cuatro horas; y como bamos andando
nos decan los indios: aqu muri uno, all otro y acull otro, de
mordedura de vboras; y todos los de la compaa iban descalzos;
aunque Dios por, su misericordia nos pas a todos sin lesin ni embarazo
ninguno. Toda esta tierra que he dicho es habitable por todas partes, as
en lo alto como en lo bajo, aunque en otro tiempo fue mucho ms
poblada, que ahora est muy destruida.

247 En este mismo ao vinieron los seores de Tepeutila a el monasterio


de Santa Mara de la Concepcin de Teoacan, que son veinte y cinco
leguas, movidos de su propia voluntad; y trajeron (gente) de toda su
tierra, los cuales fueron tantos, que causaron admiracin a los espaoles
y naturales, y en ver de adnde venan y por dnde pasaban.
CAPITULOVIII

248 De las muchas supersticiones y hechiceras que tenan los indios, y


de cun aprovechados estn en la fe.

249 No se contentaba el demonio con el servicio que esta gente le haca


adorndole en los dolos, sino que tambin los tena ciegos en mil
maneras de hechiceras y ceremonias supersticiosas. Crean en mil
ageros y seales, y mayormente tenan gran agero en el bho, y si le
oan graznir o aullar sobre la casa que se asentaba, decan que muy
presto haba de morir alguno de aquella casa; y casi lo mismo tenan de
las lechuzas y mochuelos y otras aves nocturnas; tambin si oan graznir
un animalejo que ellos llaman cuzatlh (cuzatli) le tenan por seal de
muerte de alguno. Tenan tambin agero en encuentros de culebras y
alacranes, y de otras muchas sabandijas que se mueven sobre la tierra.
Tenan tambin que la mujer que para dos de un vientre, lo cual en esta
tierra acontece muchas veces, que el padre o la madre de los tales haba
de morir; y el remedio que el cruel demonio les daba era que mataban uno
de los mielgos, y con esto crean que ni morira el padre ni la madre, y
muchas veces , lo hacan. Cuando temblaba la tierra a donde haba alguna
mujer preada, cubran de presto las ollas o quebrbanlas porque no
moviese, y decan que el temblor de la tierra era seal que se haban
presto de gastar y acabar el maz de las trojes. En muchas partes de esta
tierra tiembla muy a menudo la tierra, como es en Tecoatepec
(Tehuantepec), que en medio ao que all estuve tembl muchas veces, y
mucho ms me dicen que tiembla en Cuautimala. Si alguna persona
enfermaba de calenturas recias, tomaban por remedio hacer un perrillo de
masa de maz, y ponanle sobre una penca de maguey y luego de
maanica scanle a un camino; y dicen que el primero que pasa lleva el
mal apegado en los zancajos, y con esto quedaba el paciente muy
consolado.

250 Tenan tambin libros de sueos y de lo que significaban, todo puesto


por figuras y caracteres, y haba maestros que los interpretaban, y lo
mismo tenan de los casamientos.

251 Cuando alguna persona perda alguna cosa hacan ciertas


hechiceras, con unos granos de maz, y miraban en un lebrillo o vasija de
agua, y all decan que vean al que lo tena, y la casa adonde estaba, y all
tambin decan que vean si el que estaba ausente era muerto o vivo. Para
saber s los enfermos eran de vida tomaban un puado de maz de lo ms
grueso que podan haber y echbanlo como quien echa unos dados, y si
algn grano quedaba enhiesto, tenan por cierta la muerte del enfermo.
Tenan otras muchas y endiabladas hechiceras e ilusiones con que el
demonio los traa engaados, las cuales han ya dejado, en tanta manera,
que a quien no lo viere no lo podr creer la gran cristiandad y devocin
que mora en todos estos naturales, que no parece sino que (a) cada uno
le va la vida en procurar de ser mejor que su vecino ni conocido; y
verdaderamente hay tanto que decir y tanto que contar de la buena
cristiandad de estos indios, que de slo ello se podra hacer un buen
libro. Plega a Nuestro Seor los conserve y d gracia para que perseveren
en su servicio, y en tan santas y buenas obras como han comenzado.

252 Han hecho los indios muchos hospitales adonde curan los enfermos
y pobres y de su pobreza los proveen abundantemente, porque como los
indios son muchos, aunque dan poco, de muchos pocos se hace mucho,
y ms siendo continuo, de manera que los hospitales estn bien
provedos; y como ellos saben servir tan bien que parece que para ello
nacieron, no les falta nada, y de cuando en cuando van por toda la
provincia a buscar los enfermos. Tienen sus mdicos, de los naturaies
experimentados, que saben aplicar muchas yerbas y medicinas, que para
ello basta; y hay algunos de ellos de tanta experiencia, que muchas
enfermedades viejas y graves, que han padecido espaoles largos das
sin hallar remedio, estos indios las han sanado.

253 En esta ciudad de Tlaxcala hicieron en el ao de 1537 un solemne


hospital, con su cofrada para servir y enterrar los pobres, y para celebrar
las fiestas, el cual hospital se llama la Encarnacin, y para aquel da
estaba acabado y aderezado, y yendo a l con solemne procesin, por
principio y estreno, metieron en el nuevo hospital ciento y cuarenta
enfermos y pobres, y el da siguiente de pascua de flores fue muy grande
la ofrenda que el pueblo hizo, as de maz y frijoles, aj, ovejas y puercos,
y gallinas de la tierra, que son tan buenas que dan tres y cuatro gallinas
de las de Espaa por una de ellas; de stas ofrecieron ciento y cuarenta y
de las de Castilla, infinitas; y ofrecieron mucha ropa, y cada da ofrecen y
dan mucha limosna, tanto, que aunque no ha ms de siete meses que
est poblado, vale lo que tiene en tierras y ganado cerca de mil pesos de
oro y crecer mucho, porque como los indios son recin venidos a la fe
hacen muchas limosnas, y entre ellas dir lo que he visto, que en el ao
pasado en sola esta provincia de Tlaxcala ahorraron los indios ms de
veinte mil esclavos, y pusieron grandes penas que nadie hiciese esclavo,
ni le comprase ni vendiese; porque la ley de Dios no lo permite.

254 Cada tercero da despus de dicha la misa se dice la doctrina


cristiana, y los domingos y fiestas, de manera que casi chicos y grandes
saben no slo los mandamientos, sino todo lo que son obligados a creer
y guardar; y como lo traen tan por costumbre, viene de aqu el confesarse
a menudo, y aun hay muchos que no se acuestan con pecado mortal, sin
primero le manifestar a su confesor; y algunos hay que hacen votos de
castidad, otros de religin, aunque a esto les van mucho a la mano, por
ser an muy nuevos y no les quieren dar el hbito; y esto es por quererlos
probar antes de tiempo, porque el ao de 1527 dieron el hbito a tres o
cuatro mancebos y no pudieron prevalecer en l, y ahora son vivos y
casados y viven como cristianos, y dicen que entonces no sintieron lo
que hacan, que si ahora fuera que no volvieran atrs aunque supieran
morir; y a este propsito contar de uno que el ao pasado hizo voto de
ser fraile.

255 Un mancebo llamado don Juan, seor principal y natural de un pueblo


de la provincia de Michuacn, que en aquella lengUa se llama Tarecato, y
en la de Mxico, Tepeoacn; este mancebo, leyendo en la vida de San
Francisco que en su lengua estaba traducida, tom tanta devocin que
prometi de ser fraile, y porque su voto no se le imputase a liviandad,
perseverando en su propsito vistise de sayal grosero, y dio libertad a
muchos esclavos que tena y predicles y ense les los mandamientos y
lo que l ms saba, y djoles que si l hubiera tenido conocimiento de
Dios y de si mismo, que antes los hubiera dado libertad, y que de all
adelante supiesen que eran libres y que les rogaba que se amasen unos a
otros y que fuesen buenos cristianos, y que si lo hacan as los tendra
por hermanos. Y hecho esto, reparti las joyas y muebles que tena y
renunci el seoro y demand muchas veces el hbito en Michuacn,
que son cuarenta leguas de aquella parte de Mxico, y como all no se le
quisiesen dar, vnose a Mxico, y all le torn a pedir, y como no se le
quisiesen dar, fuese a el obispo de Mxico, el cual vista su habilidad y
buena intencin, se le diera si pudiera, y le amaba mucho y trataba muy
bien; y l perseverando con su capotillo de sayal, venida la cuaresma se
torn a su tierra, por or los sermones en su lengua y confesarse; y
despus de Pascua torn a el captulo que se hizo en Mxico,
perseverando siempre en su demanda, y lo que se le otorg fue, que con
el mismo hbito que traa anduviese entre los frailes, y que si les
pareciese tal su vida, que le diesen el hbito. Este mancebo como era
seor y muy conocido ha sido gran ejemplo a toda la provincia de
Michuacn, que es muy grande y muy poblada, adonde ha habido grandes
minas de todos metales.

256 Algunos de estos naturales han visto a el tiempo de alzar la hostia


consagrada, unos un nio muy resplandeciente; otros a Nuestro Redentor
crucificado, con gran resplandor, y esto muchas veces; y cuando lo ven
no pueden estar sin caer sobre su faz, y quedan muy consolados;
asimismo han visto sobre un fraile que les predicaba una corona muy
hermosa, que una vez parece de oro y otra vez parece de fuego; otras
personas han visto en la misa, sobre el Santsimo Sacramento, un globo o
llama de fuego. Una persona que vena muy de maana a la iglesia,
hallando la puerta cerrada una maana, levant los ojos al cielo y vio que
el cielo se abra, y por aquella abertura le pareci que estaba dentro muy
hermosa cosa; y esto vio dos das. Todas estas cosas supe de personas
dignas de fe, y los que las vieron son de muy buen ejemplo y que
frecuentan los sacramentos; no se a qu lo atribuya, sino que Dios se
manifiesta a estos simplecitos porque lo buscan de corazn y con
limpieza de sus nimas, como El mismo se lo promete.
CAPITULOIX

257 Del sentimiento que hicieron los indios cuando les quitaron los
frailes, y de la diligencia que tuvieron para que se los diesen; y de la
honra que hacen a la seal de la cruz.

258 En el captulo que los frailes menores celebraron en Mxico en el ao


de 1538, a 19 das del mes de mayo, que fue la domnica cuarta despus
de Pascua, se orden por la falta que haba de frailes, que algunos
monasterios cercanos de otros no fuesen conventos, sino que de otros
fuesen provedos y visitados; esto fue fuego sabido por los indios de otra
manera, y era que les dijeron que del todo los dejaban sin frailes; y como
se ley la tabla del captulo, que la estaban esperando los indios que los
seores tenan puestos como en postas para saber a quin les daban por
guardin o predicador que los ensee, y como para algunas casas no se
nombraron frailes, sino que de otras se proveyesen, una de las cuales fue
Xuchimilco, que es un gran pueblo en la laguna dulce, cuatro leguas de
Mxico, y aunque se ley la tabla un da muy tarde, luego por la maana
otro da lo saban todos los de aquel lugar; y tenan en su monasterio tres
frailes, y jntase todo el pueblo y entran en el monasterio, en la iglesia,
que no es pequea, y quedaron muchos de fuera del patio que no
cupieron, porque dicen que eran ms de diez mil nimas, y pnense todos
de rodillas delante del Santsimo Sacramento, y comienzan a clamar y a
rogar a Dios que no consintiese que quedasen desamparados, pues los
haba hecho tanta merced de traerlos a su conocimiento; con otras
muchas palabras muy lastimeras y de compasin, cada uno las mejores
que su deseo y necesidad les dictaba; y esto era con grandes voces, y lo
mismo hacan los del patio; y como los frailes vieron el grande
ayuntamiento, y que todos lloraban y los tenan en medio, lloraban
tambin sin saber por qu, porque an no saban lo que en el captulo se
haba ordenado, y por mucho que trabajaban en consorlos, era tanto el
ruido, que ni los unos ni los otros no se podan entender. Dur esto todo
el da entero, que era un jueves, y siempre recreciendo ms gente; y
andando la cosa de esta manera acordaron algunos de ir a Mxico, y ni
los que iban ni los que quedaan se acordaban de comer. Los que fueron a
Mxico allegaron a hora de misa, y entraron en la iglesia de San Francisco
con tanto mpetu, que espantaron a los que en ella se hallaron, e
hincndose de rodillas delante del Santsimo decan cada uno lo que
mejor le pareca que convena, y llamaban a Nuestra Seora para que les
ayudase, otros a San Francisco y otros santos, con tan vivas lgrimas,
que dos o tres veces que entr en la capilla y sabida la causa qued fuera
de m espantado, e hicironme ll0rar en verlos tan tristes, y aunque yo y
otros frailes los queramos consolar, no nos queran or, sino decannos:
padres nuestros, por qu nos desamparis ahora, despus de
bautizados y casados? Acordaos que muchas veces nos decades, que
por nosotros habades venido de Castilla, y que Dios os haba enviado.
Pues si ahora nos dejis, a quin iremos?, que los demonios otra vez
nos querrn engaar, como solan y tornaremos a su idolatra. Nosotros
no les podamos responder por el mucho ruido que tenan, hasta que
hecho un poco de silencio les dijimos la verdad de lo que pasaba, cmo
en el captulo se haba ordenado, consolndolos lo mejor que pudimos, y
prometindoles de no les dejar hasta la muerte. Muchos espaoles que se
hallaron presentes estaban maravillados; y otros que oyeron lo que
pasaba vinieron luego, y vieron lo que no crean, y volvan maravillados
de ver la armona que aquella pobre gente tena con Dios y con su Madre,
y con los santos, porque muchos de los espaoles estn incrdulos en
esto de la conversin de los indios, Y otros como si morasen mil leguas
de ellos no saben ni ven nada, por estar demasiadamente intentos y
metidos en adquirir el oro que vinieron a buscar, para en tenindolo
volverse con ello a Espaa; y para mostrar su concepto, es siempre su
ordinario juramento, as Dios me lleve a Espaa; pero los nobles y
caballeros virtuosos y cristianos, muy edificados estn de ver la buena
conversin de estos indios naturales. Estuvieron los indios de la manera
que est dicha, hasta que salimos de comer a dar gracias, y entonces el
provincial consolndolos muchos, les dio dos frailes, para que fuesen
con ellos; con los cuales fueron tan contentos y tan regocijados, como si
les hubiesen dado a todo el mundo.

259 Cholola era una de las casas adonde tambin quitaban los
guardianes; y aunque est de Mxico casi a veinte leguas, supironlo en
breve tiempo y de la manera que los de Xuchimilco, y lo primero que
hicieron fue juntarse todos e irse al monasterio de San Francisco con las
mismas lgrimas y alboroto, que en la otra parte haban hecho, y no
contentos con esto vanse para Mxico, y no tres o cuatro, sino
ochocientos de ellos, y aun algunos decan que eran ms de mil, y allegan
con gran mpetu y no con poca agua, porque llova muy recio, a San
Francisco de Mxico, y comienzan a llorar y a decir: que se
compadeciesen de ellos y de todos los que quedaban en Cholola, y que
no les quitasen los frailes; y que si ellos por ser pecadores no lo
merecan, que lo hiciesen por muchos nios inocentes que se perderan
si no tuviesen quin les doctrinase y ensease la ley de Dios; y con esto
decan otras muchas y muy buenas palabras, que bastaron a alcanzar o
que demandaban.

260 Y porque la misericordia de Dios no dejase de alcanzar a todas partes,


como siempre lo hizo, hace y har, y ms adonde hay ms necesidad,
provey que andando la cosa de la manera que est dicho, vinieron de
Espaa veinte y cinco frailes, que bastaron para suplir la falta que en
aquellas casas haba y no slo esto, pero cuando el general de la orden
de los menores no quera dar frailes, y todos los provinciales de la dicha
orden estorbaban que no pasasen ac ningn fraile, y as casi cerrada la
puerta de toda esperanza humana, inspir Dios en la Emperatriz doa
Isabel, que es en gloria, y mand que viniesen de Espaa ms de cien
frailes, aunque de ellos no vinieron sino cuarenta; los cuales hicieron
mucho fruto en la conversin de estos naturales o indios.

261 En Mxico, en el ao de 1528, la justicia sac a un hombre del


monasterio de San Francisco por fuerza, y por causa tan liviana, que
aunque le prendieran en la plaza, se librara, si le quisieran or por su
juicio con procurador y abogado, porque sus delitos eran ya viejos y
estaba libre de ellos; mas como no le quisieron or fue justiciado. Y antes
de esto haba la justicia sacado del mismo monasterio otros tres o cuatro,
con mucha violencia, quebrantando el monasterio; y los delitos de stos
no merecan muerte, y sin los or fueron justiciados, ni casi darles lugar
para que se confesasen, siendo contra derecho divino y humano; y ni por
estas muertes ni por la ya dicha la justicia nunca hizo penitencia ni
satisfaccin ninguna a la Iglesia, ni a los difuntos, sino que los
absolvieron a reincidencia, o no s cmo; aunque Dios no ha dejado sin
castigo a alguno de ellos, y yo lo he bien notado, y as har a los dems si
no se humillaren, porque un idiota los absolvi, sin que penitencia se
haya visto por tan enorme pecado pblico, y por estas causas y por otras
de esta calidad el prelado de los frailes sac los frailes del monasterio de
San Francisco de Mxico, y consumieron el Santsimo Sacramento y
descompusieron los altares, sin que por ello respondiesen ni lo sintiesen
los espaoles vecinos que eran de Mxico, no teniendo razn de lo hacer,
porque los frailes franciscanos fueron sus capellanes y predicadores en
la conquista, y tres frailes de muy buena vida y de muy grande ejemplo
murieron en Tezcuco antes que se habitase Mxico, y los que quedaron
perseveraron siempre en su compaa. San Francisco fue la primera
iglesia de toda esta tierra, y adonde primero se puso el sacramento, y
siempre han predicado a los espaoles y a sus indios, y stos son los que
descargan sus conciencias, porque con esta condicin les da el rey los
indios; y con todo esto estuvo San Francisco de Mxico sin frailes y sin
sacramento ms de tres meses, que apenas hubo sentimiento en los
cristianos viejos, y si lo tuvieron callaron por el temor de la justicia; y los
recin convertidos, porque no les quitasen el sacramento y sus maestros
que les enseaban y doctrinaban, hicieron lo que est dicho.

262 Est tan ensalzada en esta tierra la seal de la cruz por todos los
pueblos y caminos, que se dice que ninguna parte de la cristiandad est
ms ensalzada, ni adonde tantas ni tales ni tan altas cruces haya; en
especial las de los patios de las iglesias son muy solemnes, las cuales
cada domingo y cada fiesta adornan con muchas rosas y flores, y
espadaas y ramos. En las iglesias y en los altares las tienen de oro y de
plata, y pluma, no macizas, sino de hoja de oro y plata sobre palo. Otras
muchas cruces se han hecho y hacen en piedras de turquesas, que en
esta tierra hay muchas, aunque sacan pocas de tumbo, sino llanas, stas,
despus de hecha la talla de la cruz, o labrada en palo, y puesto un fuerte
betn o engrudo, y labradas aquellas piedras, van con fuego sutilmente
ablandando el engrudo y asentando las turquesas hasta cubrir toda la
cruz, y entre estas turquesas asientan otras piedras de otros colores.
Estas cruces son muy vistosas, y los lapidarios las tienen en mucho, y
dicen que son de mucho valor. De una piedra blanca, transparente y clara
hacen tambin cruces, con sus pies, muy bien labrados; de stas sirven
de porta paces en los altares, porque las hacen del grandor de un palmo o
poco mayores. Casi en todos los retablos pintan en el medio la imagen
del crucifijo. Hasta ahora que no tenan oro batido, y en los retablos, que
no son pocos, ponan a las imgenes diademas de hoja de oro. Otros
crucifijos hacen de bulto, as de palo como de otros materiales, y hacen
de manera que aunque el crucifijo sea tamao como un hombre, le
levantara un nio del suelo con una mano. Delante de esta seal de la
cruz han acontecido algunos milagros, que dejo de decir por causa de
brevedad; mas digo que los indios la tienen con tanta veneracin, que
muchos ayunan los viernes y se abstienen aquel da de tocar a sus
mujeres, por devocin y reverencia de la cruz.

263 Los que con temor y por fuerza daban sus hijos para que los
enseasen y doctrinasen en la casa de Dios, ahora vienen rogando para
que los reciban y los amuestren la doctrina cristiana y cosas de la fe; y
son ya tantos los que se ensean, que hay algunos monasterios adonde
se ensean trescientos y cuatrocientos y seiscientos, y hasta de mil de
ellos, segn son los pueblos y provincias; y son tan docibles y mansos,
que ms ruido dan diez de Espaa que mil indios. Sin los que se ensean
aparte en las salas de las casas, que son hijos de personas principales,
hay otros muchos de los hijos de gente comn y baja, que los ensean en
los patios, porque los tienen puestos en costumbre, de luego de maana
cada da or misa, y luego ensearles un rato; y con esto vanse a servir y
ayudar a sus padres, y de stos salen muchos que sirven las iglesias y
despus se casan y ayudan a la cristiandad por todas partes.

264 En estas partes es costumbre general que en naciendo un hijo o hija


le hacen una cuna pequeita de palos delgados como jaula de pjaros, en
que ponen los nios en naciendo, y en levantndose la madre, le lleva
sobre sus hombros a la iglesia o doquiera que va, y desde que llega a
cinco o seis meses, pnenlos desnuditos inter scapulas, y chanse una
manta encima con que cubre su hijuelo, dejndole la cabeza de fuera, y
ata la manta a sus pechos la madre, y as anda con ellos por los caminos
y tierras a doquiera que van, y all se van durmiendo como en buena
cama; y hay de ellos (que) as a cuestas, de los pueblos que se visitan de
tarde en tarde, los llevan a bautizar; otros en naciendo o pasados pocos
das, y muchas veces los traen en acabado de nacer; y el primer manjar
que gustan es la sal que les ponen en el bautismo, y antes es lavado en el
agua del Espritu Santo que guste de la leche de su madre ni de otra;
porque en esta tierra es costumbre tener los nios un da natural sin
mamar, y despus pnenle la teta en la boca, y como est con apetito y
gana de mamar, mama sin que haya menester quien lo amamante, ni miel
para paladearle: y le envuelven en paales pequeos, bien speros y
pobres, armndole del trabajo a el desterrado hijo de Eva que nace en
este valle de lgrimas y viene a llorar.
CAPITULOX

265 De algunos espaoles que han tratado mal a los indios, y del fin que
han habido; y pnese la conclusin de la segunda parte.

266 Hase visto por experiencia en muchos y muchas veces, los espaoles
que con estos indios han sido crueles, morir malas muertes y
arrebatadas, tanto que se trae ya por refrn: "el que con los indios es
cruel, Dios lo ser con l, y no quiero contar crueldades, aunque s
muchas, de ellas vistas y de ellas odas; mas quiero decir algunos
castigos que Dios ha dado a algunas personas que trataban mal a sus
indios. Un espaol que era cruel con los indios, yendo por un camino con
indios cargados, y allegando en medio del da por un monte, iba
apaleando los indios que iban cargados, llamndolos perros, y no
cesando de apalearlos, y perros ac y perros acull; a esta sazn sale un
tigre y apaa al espaol, y llvale atravesado en la boca y mtese en el
monte, y cmesele: y as el cruel animal libr a los mansos indios de
aqul que cruelmente los trataba.

267 Otro espaol que vena del Per, de aquella tierra adonde se ha bien
ganado el oro, y traa muchos tamemes, que son indios cargados, y haba
de pasar un despoblado, y dijronle: mira que no durmis en tal parte que
hay leones y tigres encarnizados; y l pensando ms en su codicia y en
hacer andar los indios demasiadamente, y que con ellos se escudara,
fueles forzado dormir en el campo, y l comenz a llamar perros a los
indios y que todos lo cercasen, y l echado en medio; a la medianoche
vino el len o el tigre, y entra en medio de todos y saca al espaol y all
cerca le comi. Semejante aconteci a otro calpixque o estanciero que
llevaba ciento cincuenta indios cargados, y l tratndolos mal y
apalendolos, par una noche a dormir en el campo, y lleg el tigre y
sacle de en medio de todos los indios y se lo comi, y yo estuve luego
cerca del lugar a donde fue comido.

268 Tienen estos indios en grandsima reverencia el santo nombre de


Jess contra las tentaciones del demonio; que han sido muy muchas
veces las que los demonios han puesto las manos en ellos querindolos
matar, y nombrando el nombre de Jess son dejados. A muchos se les ha
parecido el demonio muy espantoso y dicindoles con mucha furia: por
qu no me servs?, por qu no me llamis?, por qu no me honris
como solades? por qu me habis dejado?, por qu te has bautizado?;
y stos llamando y diciendo: Jess, Jess, Jess, son librados, y se han
escapado de sus manos, y algunos han salido muy maltratados y heridos
de sus manos, quedndoles bien qu contar; y as el nombre de Jess es
conhorte y defensa contra todas las astucias de nuestro adversario el
demonio; y ha Dios manifestado su benditsimo nombre en los corazones
de esta gente, que lo muestran con seales de fuera, porque cuando en el
Evangelio se nombra a Jess, hincan muchos indios ambas las rodillas
en tierra, y lo van tomando muy en costumbre, cumpliendo con lo que
dice San Pablo.

269 Tambin derrama Dios la virtud de su amantsimo nombre tanto, que


aun por las partes an no conquistadas, y adonde nunca clrigo, ni fraile,
ni espaol ha entrado, est este santmo nombre pintado y reverenciado.
Est en esta tierra tan multiplicado, as escrito como pintado en las
iglesias y templos, de oro y de plata, y de pluma y oro, de todas estas
maneras muy gran nmero; y por las casas de los vecinos, y por otras
muchas partes lo tienen entallado de palo con su festn, y cada domingo
y fiesta lo enrosan y componen con mil maneras de rosas y flores.

270 Pues concluyendo con esta segunda parte digo: que quin no se
espantar viendo las nuevas maravillas y misericordias que Dios hace
con esta gente? Y por qu no se alegrarn los hombres de la tierra
delante cuyos ojos Dios hace (estas) cosas, y ms los que con buena
intencin vinieron y conquistaron tan grandes provincias como son stas,
para que Dios fuese en ellas conocido y adorado? Y aunque algunas
veces tuviesen codicia de adquirir riquezas, de creer es que sera
accesoria y remotamente. Pero a los hombres que Dios dot de razn, y
se vieron en tan grandes necesidades y peligros de muerte, tantas y
tantas veces; quin no creer que formaran y reformaran sus
conciencias e intenciones, y se ofreceran a morir por la fe y por la
ensalzar entre los infieles, y que sta fuese su singular y principal
demanda? Y estos conquistadores y todos los cristianos amigos de Dios
se deben mucho alegrar de ver una cristiandad tan cumplida en tan poco
tiempo, e inclinada a toda virtud y bondad, por tanto ruego a todos los
que esto leyeren, que alaben y glorifiquen a Dios con lo ntimo de sus
entraas; digan estas alabanzas que siguen, que segn San
Buenaventura en ellas se encierran y se hallan todas las maneras de
alabar a Dios que hay en la Sagrada Escritura: alabanzas y bendiciones,
engrandecimientos y confesiones, gracias y glorificaciones,
sobrealzamientos, adoraciones y satisfacciones sean a vos, Altsimo
Seor Dios nuestro, por las misericordias hechas con estos indios
nuevos convertidos a vuestra santa fe. Amn. Amn. Amn.

271 En esta Nueva Espaa siempre haba muy continuas y grandes


guerras, los de unas provincias con los de otras, adonde moran muchos,
as en las peleas, como en los que prendan para sacrificar a sus
demonios. Ahora por la bondad de Dios se ha convertido y vuelto en tanta
paz y quietud, y estn todos en tanta justicia que un espaol o un mozo
puede ir cargado de barras de oro de trescientas y cuatrocientas leguas,
por montes y sierras, y despoblados y poblados, sin ms temor que ira
por la ra de Benavente, y es verdad que en fin de este mes de febrero del
ao de 1541 en un pueblo llamado Zaputitlan (sucedi) dejar un indio en
medio del mercado, en un sitio, ms de cien cargas de mercadera, y
estarse de noche y de da en el mercado sin faltar cosa ninguna. El da del
mercado que es de cinco en cinco das, pnese cada uno par de su
mercadura a vender; y entre estos cinco das hay otro mercado pequeo,
y por esto est siempre la mercadura en el tianguez o mercado, si no es
en tiempo de las aguas; aunque esta simplicidad no ha llegado a Mxico
ni a su comarca.

TRATADOTERCERO

CAPITULOI

272 Comienza la tercera parte.

273 De cmo los indios notaron el ao que vinieron los espaoles, y


tambin notaron el ao que vinieron los frailes. Cuentan algunas
maravillas que en la tierra acontecieron.

274 Mucho notaron estos naturales indios, entre las cuentas de sus aos,
el ao que vinieron y entraron en esta tierra los espaoles, como cosa
muy notable y que al principio les puso muy grande espanto y
admiracin, ver una gente venida por el agua (lo que ellos nunca haban
visto ni odo que se puediese hacer), de traje tan extrao del suyo, tan
denodados y animosos, tan pocos entrar por todas las provincias de esta
tierra con tanta autoridad y osada, como si todos los naturales fueran
vasallos; asimismo se admiraban de ver los caballos, y lo que hacan los
espaoles encima de ellos, y algunos pensaron que el hombre y el caballo
fuese todo una persona, aunque esto fue a el principio en los primeros
pueblos; porque despus todos conocieron ser el hombre por s, el
caballo ser bestia, que esta gente mira y nota mucho las cosas, y en
vindolos apear, llamaron a los caballos castillan mazatl, que quiere decir
ciervo de Castilla; ,porque ac no haba otro animal a quien mejor los
comparar. A los espaoles llamaron tetehuv (teteu), que quiere decir
dioses, y los espaoles corrompiendo el vocablo decan teules, el cual
nombre les dur ms de tres aos, hasta que dimos a entender a los
indios que no haba ms de un solo Dios, y que a los espaoles que los
llamasen cristianos, de lo cual algunos espaoles necios se agraviaron, y
quejaron, e indignados contra nosotros decan que les quitbamos su
nombre, y esto muy en forma, y no miraban los pobres de entendimiento
que ellos usurpaban el nombre que a slo Dios pertenece; despus que
fueron muchos los indios bautizados, llmanlos espaoles.

275 Asimismo los indios notaron y sealaron para tener cuenta con el ao
que vinieron los doce frailes juntos. Y aunque en el principio entre los
espaoles vinieron frailes de San Francisco, o por venir de dos en dos, o
por el embarazo que con las guerras tenan, no hicieron caso de ellos; y
este ao digo, que le notaron y tienen por ms principal que otro, porque
desde all comienzan a contar, como ao de la avenida o advenimiento de
Dios, y as comnmente dicen: el ao que vino nuestro Seor; el ao que
vino la fe; porque luego que los frailes llegaron a Mxico dende a en
quince das, tuvieron captulo y se repartieron los doce frailes y otros
cinco qe estaban en Mxico. Todos estos diez y siete fueron repartidos
por las principales provincias de esta tierra, y luego comenzamos a
deprender la lengua y a apredicar con intrprete. Haba asimismo en
Mxico otros dos o tres clrigos, y no muchos espaoles, porque en obra
de un ao salieron con Pedro de Alvarado para Guatimala un buen
escuadrn de gente de a pie y razonable de caballos. Fue luego a las
Higueras otro con Cristbal de Olid, y fue luego sobre l, con otro,
Francisco de las Casas, y no pasaron muchos das cuando el marqus
Hernando Corts se parti con toda la ms lucida gente y la mayor parte
de los caballos que haba, que me parece que podran quedar en Mxico
hasta cincuenta caballos y doscientos espaoles infantes, pocos ms o
menos. Y a esta sazn estaban todos los seores naturales de la tierra
hechos a una y concertados para se levantar y matar a todos los
cristianos, y entonces an vivan muchos de los seores viejos, porque
cuando los espaoles vinieron estaban todos los seores y las provincias
muy diferentes y andaban todos embarazados en guerras que tenan los
unos con los otros, ya este tiempo que digo que esta gente sali de
Mxico, yo los vi a todos tan unidos y ligados unos con otros, y tan
apercibidos de guerra, que tenan por muy cierto salir con la victoria,
comenzando la cosa; y as fuera de hecho, sino que Dios
maravillosamente los ceg y embaraz, y tambin fue mucha parte lo que
los frailes hicieron, as Por la oracin y predicacin como por el trabajo
que pusieron en pacificar las disensiones y bandos de los espaoles, que
en esta sazn estaban muy encendidos, y tan trabados que vinieron a las
armas sin haber quin los pusiese en paz, ni se metiese ehtre las espadas
y lanzas sino los frailes, y a stos dio Dios gracia para ponerlos en paz.
Estaban las pasiones tan trabadas como ahora dice que estn los
espaoles en el Per. (Dios les enve quien los ponga en paz aunque ellos
dicen que ni quieren paz ni frailes). Bien pudiera alargarme en esto de los
bandos de Mxico, porque me hall presente a todo lo que pas; mas
parceme que sera meterme en escribir historia de hombres.

276 En este mismo tiempo se descubrieron unas muy ricas minas de


plata, a las cuales se iban muchos de los espaoles, y donde haba pocos
en Mxico quedaban pocos y los que queran ir iban en mayor peligro de
las vidas, pero ciegos con su codicia no lo entendan, y por las
represiones y predicaciones y consejos de los frailes, as en general
como en particular, pusieron guardas y velaron la ciudad, y pusieron
silencio a las minas, y mandaron recoger a los que estaban por las
estancias, y desde a pocos das lo remedi Dios cerrando aquellas minas
con una gran montaa que les ech encima, de manera que nunca jams
parecieron. Por otra parte con los indios, que ya conocan a los frailes y
daban crdito a sus consejos, los detuvieron por muchas vas y maneras
que seran largas de contar. El galardn que de esto recibieron fue decir:
estos frailes nos destruyen y quitan que no estemos ricos, y nos quitan
que se hagan los indios esclavos; stos hacen abajar los tributos y
defienden a los indios y los favorecen contra nosotros; son unos tales y
unos cuales; y no miran los espaoles que si por los frailes no fuera ya
no tuvieran de quin se servir, ni en casa ni en las estancias, que todos
los hubieran ya acabado, como parece por experiencia en Santo Domingo
y en las otras islas, adonde acabaron los indios.

277 Cuanto a lo dems, esta gente de indios naturales son tan encogidos
y callados, que por esta causa no se saben los muchos y grandes
milagros que Dios entre ellos hace, mas de que yo veo venir a doquiera
(que hay) casa de nuestro padre San Francisco muchos enfermos de
todos gneros de enfermedades, y muchos muy peligrosos, y volos
convalecidos y sanos volverse con grande alegra a sus casas y tierras, y
s que particularmente tienen gran devocin con el hbito y cordn de
San Francisco, con el cual cordn se han librado muchas mujeres
preadas de partos muy peligrosos, y esto ha sido en muchos pueblos y
muchas veces; y aqu en Tlaxcala es muy comn, y no ha muchos das
que se ha bien experimentado; por lo cual tiene el portero un cordn para
darlo luego a los que le vienen a demandar, aunque yo bien creo que obra
tanto la devocion que con el cordn tienen, como la virtud que en l hay,
aunque tambin creo que la virtud no es poca, como se parecer claro por
lo que aqu dir.

278 En un pueblo que se dice Atlacubaya39, cerca de Chapultepec, adonde


nace el agua que va a Mxico, que est una legua de Mxico, adoleci un
39
Actualmente, Tacubaya, colonia o barrio de la ciudad de Mxico.
hijo de un hombre llamado Domingo, de oficio tezozonqui 40, que quiere
decir carpintero o pedrero, el cual con su mujer e hijos son devotos de
San Francisco y de sus frailes; cay enfermo uno de sus hijos de edad de
siete u ocho aos, el cual se llamaba Ascencio, que en esta tierra se
acostumbra a dar a cada uno el nombre del da en que nacen, y los que se
bautizan grandes, del da en que se bautizan, y a este nio llamronle
Ascencio por haber nacido el da de la Ascensin, el cual como
enfermase, y de sus padres fuese muy amado, luego acurrieron a nuestro
monasterio, invocando el nombre de San Francisco, y mientras ms la
enfermedad del nio creca, los padres con ms importunacin venan a
demandar el ayuda y favor del santo; y como Dios tena ordenado lo que
haba de ser, permiti que el nio Ascensio muriese; el cual muri un da
por la maana dos horas despus de salido el sol; y muerto, no por eso
dejaban los padres con muchas lgrimas de llamar a San Francisco, en el
cual tenan mucha confianza, y ya que pas de medioda amortajaron el
nio, y antes que lo amortajasen vio mucha gente el nio estar muerto, y
fro, y yerto, y la sepultura abierta. Ya que lo queran llevar a la iglesia,
dicen hoy da sus padres, que siempre tuvieron esperanza que San
Francisco se le haba de resucitar alcanzando de Dios la merced de la
vida del nio. Y como a la hora que le queran llevar a enterrar, los padres
tornasen a llamar y a rogar a San Francisco, comenzse a mover el nio,
y de presto comenzaron a desatar y descoger la mortaja, y tom a revivir
el que era muerto; esto sera a hora de vsperas, de lo cual todos los que
all estaban, que eran muchos, quedaron muy espantados y consolados e
hicironlo saber a los frailes de San Francisco, y vino el que tena cargo
de los ensear, que se llamaba fray Pedro de Gante, y llegando con su
compaero vio el nio vivo y sano, y certificado de sus padres y de todos
los que presentes se hallaron, que eran dignos de fe, ayuntaron todo el
pueblo, y delante de todos dio el padre del nio resucitado testimonio
cmo era verdad que su hijo se haba muerto y resucitado; y este milagro
se public y divulg por todos aquellos pueblos de a la redonda, que fue
causa que muchos se edificasen ms en la fe y comenzaron a creer los
otros milagros y maravillas que de Nuestro Redentor y de sus santos se
les predican. Este milagro que como aqu lo escribo, recib del dicho fray
Pedro de Gante, el cual en Mxico y su tierra fue maestro de los nios, y
tuvo cargo de visitar y doctrinar aquellos pueblos ms de once aos.

279 Es tanta la devocin que en esta tierra, as los espaoles como los
indios naturales, tienen con San Francisco, y ha hecho Dios en su nombre
tantos milagros y tantas maravillas, y tan manifiestas, que
verdaderamente se puede decir que Dios le tena guardada la conversin
de estos indios, como dio a otros de sus apstoles las de otras Indias y
tierras apartadas, y por lo que aqu digo, y por lo que he visto, barrunto y
an creo, que una de las cosas y secretos que en el serfico coloquio
pasaron entre Cristo y San Francisco en el monte Avema, que mientras
San Francisco vivi nunca lo dijo, fue esta riqueza que Dios aqu le tena
guardada, adonde se tiene de extender y ensanchar mucho su sacra
religin; y digo, que San Francisco, padre de mucha gente, vi y supo de
este da.
40
Tetzotzonqui, especialista en el labrado de la piedra.
CAPITULOII

280 De los frailes que han muerto en la conversin de los indios de la


Nueva Espaa, cuntase tambin la vida de fray Martn de Valencia, que
es mucho de notar y tener en la memoria.

281 Perseverando y trabajando fielmente en la conversin de estos


indios, son ya difuntos en esta Nueva Espaa ms de treinta frailes
menores, los cuales acabaron sus das llenos de observancia de su
profesin, ejercitados en la caridad de Dios y del prjimo, y en la
confesin de nuestra santa fe, recibiendo los sacramentos, algunos de
los cuales fueron adornados de muchas virtudes, mas el que entre todos
dio mayor ejemplo de santidad y doctrina, as en la vieja Espaa como en
la Nueva, fue el padre de santa memoria fray Martn de Valencia, primer
prelado y custodio en esta Nueva Espaa: fue el primero que Dios envi a
este nuevo mundo con autoridad apostlica.

282 Las cosas que aqu dir no querra que nadie las ponderase ms de lo
que las leyes divinas y humanas permiten y la razn demanda, dejando
por juez a Aqul que lo es de los vivos y de los muertos, en cuyo
acatamiento todas las vidas de los mortales son muy claras y manifiestas,
y dando la determinacin a su santa Iglesia, a cuyos pies toda esta obra
va sometida; porque los hombres pueden ser engaados en sus juicios y
opiniones, y Dios siempre es recto en la balanza de su juicio y los
hombres no; por lo cual dice San Agustn, que muchos tiene la Iglesia en
veneracin que estn en el infierno, esto es, de aquellos que no estn
canonizados por la Iglesia Romana regida por el Espritu Santo, y con
esta protestacin comenzar a escribir en breve, lo ms que a m fuera
posible, la vida del siervo de Dios fray Martn de Valencia, aunque segn
s que un fraile devoto suyo la tiene ms largamente escrita.

283 Comienza la vida de Fray Martn de Valencia.

284 Este buen varn fue natural de la villa de Valencia, que dicen de Don
Juan, que es entre la ciudad de Len y la villa de Benavente, en la ribera
del ro que se dice Ezcla, es en el obispado de Oviedo. De su juventud no
hay relacin en esta Nueva Espaa, ms del argumento de la vida que en
su mediana y ltima edad hizo. Recibi el hbito en la villa de Mayorga,
lugar del conde de Benavente, que es convento de la provincia de
Santiago y de las ms antiguas casas de Espaa. Tuvo por su maestro a
fray Juan de Argumanes que despus fue provincial de la provincia de
Santiago; con la doctrina del cual, y con su grande estudio, fue
alumbrado su entendimiento, para seguir la vida de nuestro Redentor
Jesucristo. Adonde, como ya despus de profeso le enviasen a la villa de
Valencia, que es muy cerca de Mayorga, vindose distrado, por estar
entre sus parientes y conocidos, rog a su compaero que saliesen
presto de aquel pueblo; y desnudndose el hbito psole delante de los
pechos, y echse el cordn a la garganta como malhechor, y qued en
carnes con slo los paos menores, y as sali en medio del da, vindole
sus deudos y amigos, por mitad del pueblo, llevndole el compaero
tirndole por la cuerda. Despus que cant misa fue siempre creciendo de
virtud en virtud; porque dems de lo que yo vi en l, porque le conoc por
ms de veinte aos, o decir a muchos buenos religiosos, que en su
tiempo no haban conocido religioso de tanta penitencia, ni que con tanto
tesn perseverase siempre en allegarse a la cruz de Jesucristo, tanto, que
cuando iba por otros conventos y provincias a los captulos, pareca que
a todos reprenda su aspereza, humildad y pobreza, y como fuese dado a
la oracin procur licencia de su provincial para ir a morar a unos
oratorios de la misma provincia de Santiago, que estn no muy lejos de
Ciudad Rodrigo, que se llaman los Angeles y el Hoyo, casas muy
apartadas de conversacin y dispuestas para contemplar y orar.
Alcanzada licencia para ir a morar a Santa Mara del Hoyo, queriendo,
pues, el siervo de Dios recogerse y darse a Dios en el dicho lugar, el
enemigo le procur muchas maneras de tentaciones, permitindolo Dios
para ms aprovechamiento de su nima. Comenz a tener en su espritu
muy gran sequedad y dureza, y tibieza en el corazn; aborreca el yermo;
los rboles le parecan demonios, no poda ver los frailes con amor y
caridad; no tomaba sabor en ningUna cosa espiritual; cuando se pona a
orar hacalo con gran Pesadumbre; viva muy atormentado. Vnole una
terrible tentacin de blasfemia contra la fe, sin poderla alanzar de s;
parecale que cuando celebraba y deca misa, no consagraba, y como
quien se hace grandsima fuerza y a regaadientes comulgaba; tanto le
fatigaba aquesta imaginacin, que no quera ya celebrar, ni poda comer.
Con estas tentaciones habase parado tan flaco, que no pareca tener sino
los huesos; y el cuerpo parecale a l que estaba muy esforzado y bueno.
Esta sutil tentacin le traa Satans para derrocarle, de tal manera que
cuando ya le sintiese del todo sin fuerzas naturales le dejase, y as
desfalleciese, y no pudiese tomar en s, y saliese de juicio; y para esto
tambin le desvelaba, que es tambin mucha ocasin para enloquecer;
pero como Nuestro Seor nunca desampara a los suyos, ni quiere que
caigan, ni da a nadie ms de aquella tentacin que puede sufrir, dejle
llegar hasta donde pudo sufrir la tentacin sin detrimento de su nima, y
convirtila en su provecho, permitiendo que una pobrecilla mujer le
despertase y diese medicina para su tentacin; que no es pequea
materia para considerar la grandeza de Dios; que no escoge los sabios,
sino los simples y humildes, para instrumentos de sus misericordias; y
as lo hizo con esta simple mujer que digo.
285 Que como el varn de Dios fuese a pedir pan a un lugar que se dice
Robleda, que son cuatro leguas del Hoyo, la hermana de los frailes del
dicho lugar vindole tan flaco y debilitado djole: Ay, padre! Y vos qu
habis? Cmo andis que parece que queris expirar de flaco; y cmo
no miris por vos, que parece que os queris morir? As entraron en el
corazn del siervo de Dios estas palabras como si se las dijera un ngel,
y como quien despierta de un pesado sueo, as comenz a abrir los ojos
de su entendimiento, y a pensar cmo no coma casi, y dijo entre s:
verdaderamente sta es tentacin de Satans; y encomendndose a Dios
que la alumbrase y sacase de la ceguedad en que el demonio le tena, dio
la vuelta a su vida. Vindose Satans descubierto, apartse de l y ces la
tentacin. Luego el varn de Dios comenz a sentir flaqueza y desmayo,
tanto, que apenas se poda tener en los pies; y de ah adelante comenz a
comer, y qued avisado para sentir los lazos y astucias del demonio.
Despus que fue librado de aquellas tentaciones qued con gran
serenidad y paz en su espritu, gozbase en el yermo, y los rboles, que
antes aborreca, con las aves que en ellos cantaban parecale un paraso;
y de all le qued que doquiera que estaba luego planta(ba) una arboleda,
y cuando era prelado a todos rogaba que plantasen rboles, no slo de
frutales, pero de los monteses, para que los frailes se fuesen all a orar.

286 Asimismo (lo) consol Dios en la celebracin de las misas, las cuales
deca con mucha devocin y aparejo, que despus de maitines o no
dorma nada o muy poco, por mejor se aparejar; y casi siempre deca
misa muy de maana, y con muchas lgrimas muy cordiales que regaban
y adornaban su rostro como perlas: celebraba casi todos los das, y
comnmente se confesaba cada tercero da.

287 Otros de all adelante tuvo grande amor con los otros frailes, y
cuando alguno vena de fuera, recibale con tanta alegra y con tanto
amor, que pareca que le quera meter en las entraas; y gozbase de los
bienes y virtudes ajenas como si fueran suyas propias; y as
perseverando en aquesta caridad, trjole Dios a un amor entraable del
prjimo, tanto, que por el amor general de las nimas vino a desear
padecer martirio, y pasar entre los infieles a los convertir y predicar;
aqueste deseo y santo celo alcanz el siervo de Dios con mucho trabajo y
ejercicios de penitencia, de ayunos, disciplinas, vigilias y muy continuas
oraciones.

288 Pues perseverando el varn de Dios en sus santos deseos qusole el


Seor visitar y consolar en esta manera: que estando l una noche en
maitines en tiempo de adviento, que en el coro se rezaba la cuarta
matinada, luego que se comenzaron los maitines comenz a sentir nueva
manera de devocin y mucha consolacin en su nima; y vnole a la
memoria la conversin de los infieles; y meditando en esto, los salmos
que iba diciendo en muchas partes hallaba entendimientos devotos a este
propsito, en especial en aquel salmo que comienza: Eripe me de inimicis
meis; y deca el siervo de Dios entre s: Oh! Y cundo ser esto?
Cundo se Cumplir esta profeca? No sera yo digno de ver este
convertimiento, pues ya estamos en la tarde y fin de nuestros das, y en la
ltima edad del mundo? Pues ocupado el varn de Dios todos los salmos
en estos piadosos deseos, y lleno de caridad y amor del prjimo, por
divina dispensacin, aunque no era hebdomadario ni cantor del coro, le
encomendaron que dijese las lecciones, y se levant y las comenz a
decir, y las mismas lecciones, que eran del profeta Isaas, hacan a su
propsito, levantbanle ms y ms su espritu, tanto, que estndolas
leyendo en el plpito vio en espritu muy gran muchedumbre de nimas
de infieles que se convertan y venan a la fe y bautismo. Fue tanto el gozo
y alegra que su nima sinti interiormente, que no se pudo sufrir ni
contener sin salir fuera de s, y alabando a Dios y bendicindole, dijo en
alta voz tres veces: loado sea Jesucristo, loado sea Jesucristo, loado sea
Jesucristo; y esto dijo con muy alta voz, porque no fue en su mano
dejado de hacer as. Los frailes, vindole que pareca estar fuera de s, no
sabiendo el misterio, pensaron que se tornaba loco, y tomndole le
llevaron a una celda, y enclavando la ventana y cerrando la puerta por de
fuera tornaron a acabar los maitines. Estuvo el varn de Dios as atnito
en la crcel hasta que fue buen rato del da, que torn en s, y como se
hall encerrado y oscuro quiso abrir la ventana, porque no haba sentido
que la haban enclavado, y como no la pudo abrir dizque se sonri, de que
conoci el temor que los frailes haban tenido, de que como loco se
echase por la ventana: y desde que se vio as encerrado torn a pensar y
contemplar en la visin que haba visto y rogar a Dios que se la dejase ver
con los ojos corporales, y desde entonces creci en l ms el deseo que
tena de ir entre los infieles, y predicados y convertidos a la fe de
Jesucristo.

289 Esta visin quiso Nuestro Seor mostrar a su siervo cumplida en esta
Nueva Espaa, adonde como el primer ao que a esta tierra vino visitase
siete y ocho pueblos cerca de Mxico, y como se ayuntasen muchos a la
doctrina, y viniesen muchos a la fe y a el bautismo, viendo el siervo de
Dios tanta muestra de cristiandad en aqullos, y creyendo (como de
hecho fue as) que haba de ir creciendo, dijo a su compaero: ahora veo
cumplido lo que el Seor me mostr en espritu; y declarle la visin que
en Espaa haba visto, en el monasterio de Santa Mara del Hoyo, en
Extremadura.

290 Antes de esto, no sabiendo l cundo ni cmo se haba de cumplir lo


que Dios le haba mostrado, comenz a desear pasar a tierra de infieles,
ya demandado a Dios con muchas oraciones; y comenz a mortificar la
carne, ya sujetada con muchos ayunos y disciplinas; que adems de las
veces en que la comunidad se disciplinaba, los ms de los das se
disciplina(ba) l dos veces, porque as ejercitado mediante la gracia del
Seor, se aparejase a recibir martirio; y como la regla de los frailes
menores diga: Si algn fraile por divina inspiracin fuere movido a desear
ir entre los moros u otros infieles, pida licencia a su provincial para
efectuar su deseo; este siervo de Dios demand esta licencia por tres
veces; y una de estas veces haba de pasar un ro, el cual llevaba mucha
agua e iba recio tanto, que tuvo quehacer en pasarse a s solo, y fue
menester que soltase unos libros que llevaba, entre los cuales iba una
Biblia, y el ro se los llev un buen trecho; y l encomendando a el Seor
sus libros, y rogndole que se los guardase, y suplicando a Nuestra
Seora que no perdiese sus libros, en los cuales l tena cosas notadas
para su espiritual consolacin, fuelos a tomar buen rato el ro abajo, sin
haber padecido detrimento ninguno del agua. En todas estas tres veces,
no le fue concedida por su provincial la licencia que demandaba; mas l
nunca dej de suplicarlo a Dios con muy continuas oraciones, y asimismo
para alcanzar y merecer esto pona por intercesora a la Madre de Dios,
con la cual tena singular devocin, y as celebraba sus festividades y
octavas con toda la solemnidad que poda, y con tan grande alegra que
bien pareca salide de lo ntimo de sus entraas. En este tiempo estaba en
la custodia de la Piedad el padre de santa memoria fray Juan de
Guadalupe, el cual con otros compaeros vivan en suma pobreza; pues
all trabaj fray Mara tn de Valencia por pasarse en su compaa, para lo
cual alcanzar no le faltaron hartos trabajos. Y habida la licencia con harta
dificultad, mor con l algn tiempo; pero como an aquella provincia,
que entonces era custodia, tuviese muchas contradicciones y
contradictores, as de otras provincias, porque quiz les pareca que su
extremada pobreza y vida muy spera era intolerable, o porque muchos
buenos frailes procuraban pasarse a la Compaa de dicho fray Juan de
Guadalupe, el cual tena facultad del Papa para los recibir, procuraron
contra ellos favores de los Reyes Catlicos y del rey de Portugal para los
echar de sus reinos; y creci tanto esta persecucin, que vino tiempo que
tomadas las casas y monasterios, y algunas de ellas derribadas por tierra,
y ellos perseguidos de todas partes, se fueron a meter en una isla que se
hace entre dos ros, que ni bien es en Castilla ni bien en Portugal. Los ros
se llaman Tajo y Guadiana, adonde pasando harto trabajo estuvieron
algunos das, hasta que pasada esta persecucin y favoreciendo Dios a
los que celaban y queran guardar perfectamente su estado, tomaron a
reedificar sus monasterios, y aadir otros, de los cuales se hizo la
provincia de la Piedad en Portugal, y quedaron otras cuatro casas en
Castilla.

291 En este tiempo los frailes de la provincia de Santiago rogaron a fray


Martn de Valencia que se tomase a su provincia, y que le daran una casa
cual l quisiese, en la cual pusiese toda la perfeccin y estrechura que l
quisiese; y l aceptndolo, edific una casa junto a Belvs, adonde hizo
un monasterio que se llama Santa Mara del Berrocal, adonde mor
algunos aos, dando tan buen ejemplo y doctrina, as en aquella villa de
Belvs como en toda aquella comarca, que le tenan por un apstol, y
todos le amaban y obedecan como a su padre.

292 Morando en la casa, como siempre tuviese en su memoria la visin


que haba visto, y en su nima tuviese confianza de verla cumplida; en
aquel (tiempo creca la fama de la sierva de Dios la beata del Barco de
Avila) a quien Dios comunicaba muchos secretos; determin el siervo de
Dios de ir a visitarla para tomar su parecer y consejo, sobre el
cumplimiento de su deseo que era ir entre infieles. Ella, oda su embajada
y encomendndolo a Dios, respondile: que no era la voluntad de Dios
que por entonces procurase la ida, porque venida la hora Dios le llamara,
y que de ello fuese cierto. Pasado algn tiempo hzose la custodia de San
Gabriel, provincia de aquellas cuatro casas que dije que tenan los
compaeros de fray Juan de Guadalupe, y de otras siete que dio la
provincia de Santiago, una de las cuales era la de Belvs, que el mismo
fray Martn haba edificado; todas ellas caan debajo de los trminos de la
provincia de Santiago, y ayuntados los frailes de todas once casas, ao
del seor de 1516, vigilia de la Concepcin de Nuestra Seora, fue elegido
por primer custodio fray Miguel de Crdoba, varn de alta contemplacin.
En este mismo captulo rog el conde de Feria que echasen a el siervo de
Dios fray Martn de Valencia a San Onofre de la Lapa, que es un
monasterio de los siete, y est a dos leguas de Zafra, en tierra del conde;
fue procurado por la fama de su santidad para consolacin del conde, y
llevle Dios para que pusiese paz y concordia entre las dos casas, que
muy poco antes se haban ayuntado, conviene a saber, la casa de Priego y
la de Feria, y aunque el marqus y la marquesa eran buenos casados, y
muy catlicos cristianos, los caballeros y criados de aquella casa estaban
muy discordes; entonces el marqus envi por el padre fray Martn, y
estuvo con l en Montilla una cuaresma predicando y confesando, y
tambin confes a el marqus; y puso tanta concordia y paz entre las dos
casas, que ms les pareci a todos ngel del Seor que no persona
terrenal, y as todos atribuan a sus oraciones aquella concordia de las
dos casas. Tambin hizo mucho fruto en los vecinos de aquel pueblo, y
fueron muy edificados y consolados por el grande ejemplo que en aquella
cuaresma les dej, y lo mismo era en todas las partes en donde moraba,
as dentro de casa a los frailes, como de fuera a la tierra y comarca,
porque todos le tenan por espejo de doctrina y santidad.

293 Despus, en el ao de 1518, vigilia de la Asuncin de Nuestra Seora,


fue aquella custodia de San Gabriel hecha provincia, y elegido por primer
provincial el padre fray Martn de Valencia, el cual la gobern con mucho
ejemplo de humildad y penitencia predicando y amonestando a sus
frailes, ms por ejemplo que por palabras; y aunque siempre iba
aumentando en su penitencia, en aquel tiempo se esforz ms, aunque
siempre traa cilicio y muchos das ayunaba, dems de los ayunos de la
iglesia y de la regla, y traa ceniza para echarla en la cocina y a las veces
en el caldo; y en lo que coma, si estaba sabroso, le echaba un golpe de
agua encima por salsa, acordndose de la hiel y vinagre que dieron a
Jesucristo.

294 Venanse muchos frailes y buenos religiosos a la provincia por su


buena fama, y el siervo de Dios recibalos con entraas de amor. Muchas
veces cuando quera tener captulo a los frailes y or las culpas de los
otros, primero se acusaba l a s mismo delante de todos, no tanto por lo
que a l tocaba cuanto por dar ejemplo de humildad, porque l se
reputaba por indigno de que otro le dijese sus culpas, y luego all delante
de todos se disciplinaba, y levantndose besaba los pies a sus frailes;
con tal ejemplo no haba sbdito que no se humillase hasta la tierra.
Acabado esto comenzaba su oficio de prelado, y asentado en su lugar
con autoridad pastoral, todos los sbditos decan sus culpas, segn es
costumbre en las religiones, y el siervo de Dios reprendalos
caritativamente, y despus hablaba cordialmente, ya de la virtud de la
pobreza, ya de la obediencia y humildad, ya de la oracin; que de sta,
como l siempre la tena en ejercicio, hablaba ms largo y ms
comnmente.

295 Habiendo regido la provincia de San Gabriel con grande ejemplo y


estando siempre con su continuo deseo de pasar a los infieles, cuando
ms descuidado estaba le llam Dios de esta manera. Como fuese
ministro general el reverentsimo fray Francisco de los Angeles, que
despus fue cardenal de Santa Cruz, y viniendo visitando alleg a la
provincia de San Gabriel. Hizo captulo en el monasterio de Belvs en el
ao de 1523, da de San Francisco, en el tiempo que haba dos aos que
esta tierra se haba ganado por Hernando Corts y sus compaeros; pues
estando en este captulo, el general un da llam a fray Martn de Valencia,
e hzole un muy buen razonamiento, dicindole cmo esta tierra de la
Nueva Espaa era nuevamente descubierta y conquistada, adonde, segn
las nuevas de la muchedumbre de la gente y de su calidad, crea y
esperaba que se hara muy gran fruto espiritual, habiendo tales obreros
como l, y que l estaba determinando de pasar en persona a el tiempo
que lo eligieron por general, el cual cargo le embaraz la pasada que l
tanto deseaba; por tanto, que le rogaba que l pasase con doce
compaeros, porque si lo hiciese, tena l muy gran confianza en la
bondad divina, que sera grande el fruto y convertimiento de gente que de
su venida esperaban. El varn de Dios que tanto tiempo haba que estaba
esperando que Dios haba de cumplir su deseo, bien puede (cada) uno
pensar qu gozo y alegra recibira su nima con tal nueva y por l tan
deseada, y cuntas gracias debi de dar a Nuestro Seor; acept luego la
venida como hijo de obediencia, y acordse bien entonces de lo que la
beata del Barco de Avila le haba dicho; pues luego lo ms brevemente
que a l fue posible escogi los doce compaeros, y tomada la bendicin
de su mayor y ministro general, partieron del puerto de Sanlcar de
Barrameda, da de la conversin de San Pablo, que aquel ao fue en
martes. Vmieron a la Gomera a 4 de febrero, y all dijeron misa en Santa
Mara del Paso, y recibieron el cuerpo de Nuestro Redentor muy
devotamente, y luego se tornaron a embarcar. Allegaron a la isla de San
Juan y desembarcaron en Puerto Rico en veinte y siete das de
navegacin que fue tercero da de marzo, que en aquel da demedi la
cuaresma aquel ao. Estuvieron all en la isla de San Juan, diez das,
partironse dominica in Passione, y mircoles siguiente entraron en
Santo Domingo. En la isla Espaola estuvieron seis semanas, y despus
embarcronse y vinieron a la isla de Cuba, adonde desembarcaron
postrero da de abril. En la Trinidad estuvieron slo tres das. Tomados a
embarcar vinieron a San Juan de (U)la a 12 de mayo, que aquel ao fue
vigilia de pentecosts; y en Medelln estuvieron diez das. Y all dadas a
Nuestro Seor muchas gracias por el buen viaje que les haba dado,
vinieron a Mxico, y luego se repartieron por las provincias ms
principales. En todo este viaje el padre fray Martn padeci mucho trabajo,
porque como era persona de edad, y andaba a pie y descalzo, y el Seor
que muchas veces le visitaba con enfermedades, fatigbase mucho, y por
dar ejemplo, como buen caudillo siempre iba delante, y no quera tomar
para su necesidad ms que sus compaeros, ni an tanto, por no dar
materia de relajacin adonde vena a plantar de nuevo, y as trabaj
mucho; porque dems de su disciplina y abstinencia ordinaria, que era
mucha y mucho el tiempo que se ocupaba en oracin, trabaj mucho por
aprender la lengua; pero (como) era ya de edad de cincuenta aos, y
tambin por no dejar lo que Dios le haba comunicado, no pudo salir con
la lengua, aunque tres o cuatro veces trabaj de entrar en ella. Qued con
algunos vocablos comunes para ensear a leer a los nios, que trabaj
mucho en esto; y ya que no poda predicar en la lengua de los indios,
holgbase mucho cuando otro predicaban, y ponase junto a ellos a orar
mentalmente y a rogar a Dios que enviase su gracia a el predicador y a los
que le oan. Asimismo a la vejez aument la penitencia a ejemplo del
santo Abad Hilarin, que ordinariamente ayunaba cuatro das en la
semana con pan y legumbres; y en su tiempo muchos de sus sbditos,
viendo que l con ser tan viejo les daba tal ejemplo, le imitaron. Aadi
tambin hincarse de rodillas muchas veces en el da, y estar cada vez un
cuarto de hora, en el cual pareca recibir mucho trabajo, porque al cabo
del ejercicio quedaba acezando y muy cansado; en esto pareci imitar a
los gloriosos apstoles Santiago el Menor y San Bartolom, que de
entrambas se lee haber tenido este ejercicio.

296 Desde dominica in Passione hasta la Pascua de Resurreccin dbase


tanto a contemplar en la pasin del Hijo de Dios ms que otro tiempo, que
muy claramente se le pareca en lo exterior. Y una vez en este tiempo que
digo, vindole un fraile, buen religioso, muy flaco y debilitado,
preguntndole dijo: Padre, estis mal dispuesto?, porque cierto os veo
muy flaco y debilitado. Si no es enfermedad, dgame vuestra reverencia la
causa de su flaqueza. Respondi: Creme, hermano, pues me compelis
a que os diga la verdad, que desde la dominica in Passione, que el vulgo
llama domingo de Lzaro, hasta la Pascua, que estas dos semanas siente
tanto mi espritu, que no lo puedo sufrir sin que exteriormente el cuerpo
lo sienta y lo muestre como veis. En la Pascua torn a tomar fuerzas de
nuevo. Estas cosas no las deca el varn de Dios a todos, sino a aquellos
religiosos que eran ms sus familiares, y a quienes l senta que convena
y caba bien decirlas; porque era muy enemigo de manifestar a nadie sus
secretos. Y que esto sea verdad, verse ha por lo que ahora contar.

297 Estando el siervo de Dios en Espaa, en el monasterio de Belvs,


predicando la Pasin, allegando al paso de cuando Nuestro Seor fue
puesto y enclavado en la cruz, fue tanto el sentimiento que tuvo, que
saliendo de s fue arrobado y se qued yerto como un palo, hasta que le
quitaron del plpito. Otras dos veces le aconteci lo mismo, aunque la
una, que fue morando en el monasterio de la Lapa, que torn en s ms
ana y quiso acabar de predicar la Pasin, era ya la gente ida del
monasterio.

298 Por mucho que hua del mundo y de los hombres por mejor vacar a
slo Dios, a tiempos no le vala esconderse, porque como colgaban de l
tantos negocios, as de su oficio como de cosas de conciencia que se
iban a comunicar con l, no le dejaban; y muchas veces los que le iban a
buscar, hablndole le vean tan fuera de s, que les responda como quien
despierta de algn pesado sueo. Otras veces, aunque hablaba y
comunicaba con los frailes, pareca que no oa ni vea, porque tena el
sentido ocupado con Dios. Eran tan enemigo de su cuerpo, que apenas le
dejaba tomar lo necesario as del sueo como del comer. En las
enfermedades, con ser ya viejo, no quera ms cama de un corcho o una
tabla, ni beber un poco de vino, ni quera tomar otras medicinas. Aunque
estaba muchas veces enfermo, jams le vimos curar con mdico, ni
curaba de otra medicina sino de la que daba salud a su nima.

299 Vivi el siervo de Dios fray Martn de Valencia en esta Nueva Espaa
diez aos, y cuando a ella vino haba cincuenta, que son por todos
sesenta. De los diez que digo los seis fue provincial, y los cuatro fue
guardin de Tlaxcala; y l edific aquel monasterio, y le llam La Madre
de Dios; y mientras en esta casa mor enseaba a los nios desde el ABC
hasta leer por latn, y pona los a tiempos en oracin, y despus de
maitines cantaba con ellos himnos; y tambin enseaba a rezar en cruz,
levantados y abiertos los brazos siete Pater Noster y siete Ave Mara, lo
cual l acostumbr siempre hacer. Enseaba a todos los indios chicos y
grandes, as por ejemplo como por palabras, y por esta causa siempre
tena intrprete; y es de notar que tres intrpretes que tuvo, todos
vinieron a ser frailes, y salieron muy buenos religiosos.

300 El ao postrero que dej de tener oficio por su voluntad, escogi de


ser morador en un pueblo que se dice Talmanalco41; que es ocho leguas
de Mxico, y cerca de este monasterio est otro que es visita de ste, en
un pueblo que se dice Amaquemanca42, que es casa muy quieta y
aparejada para orar; porque est en la ladera de una serrecilla, y es un
eremitorio devoto, y junto a esta casa est una cueva devota y muy al
propsito del siervo de Dios, para a tiempos darse all a la oracin, y a
tiempos salirse fuera de la cueva en una arboleda, y entre aquellos
rboles haba uno muy grande, debajo del cual se iba a orar por la
maana; y certifcanme que luego que all se pona a rezar, el rbol se
hencha de aves, las cuales con su canto hacan dulce armona, con lo
cual l senta mucha consolacin, y alababa y bendeca e el Seor; y
como l se parta de all, las aves tambin se iban; y que despus de la
muerte del siervo de Dios nunca ms se ayuntaron las aves de aquella
manera. Lo uno y lo otro fue notado de muchos que all tenan alguna
conversacin con el siervo de Dios, as en verlas ayuntar e irse para l,
como en el no parecer ms despus de su muerte. He sido informado de
un religioso de buena vida, que en aquel eremitorio de Amaquemanca
aparecieron al varn de Dios San Francisco y San Antonio, y dejndole
muy consolado se partieron de su presencia.

301 Pues estando muy consolado en esta manera de vida, acercsele la


muerte, deuda que todos debemos, y estando bueno, el da de San
Gabriel dijo a su compaero: ya se acaba. El compaero respondi: Qu
padre?, y l callado, de ah a un rato dijo: la cabeza me duele, y desde
entonces fue en crecimiento de su enfermedad. Fuese con su compaero
41
Tlalmanalco.
42
Amaquemecan, hoy Amecameca, cerca de la ciudad de Mxico.
a el convento de San Luis de Talmanalco, y como su enfermedad
creciese, habiendo recibido los sacramentos, por mandado y obediencia
de su guardin lo llevaban a curar a Mxico, aunque muy contra su
voluntad, y ponindole en una silla le llevaron hasta el embarcadero, que
son dos leguas de Talmanalco, para desde all embarcarle y llevarle por
agua hasta Mxico. Iban con l tres frailes, y en llegando all sinti serle
cercana la muerte, y encomendando su nima a Dios que la cri, expir
all en aquel campo o ribera. l mismo haba dicho muchos aos antes,
que no tena de morir en casa ni en cama sino en el campo, y as pareci
cumplirse. Estuvo enfermo no ms de cuatro das. Falleci vspera del
domingo de Lzaro, sbado, da de San Benito, que es a 21 de marzo, ao
del Seor 1534. Volvieron su cuerpo a enterrar al monasterio de San Luis
de Talmanalco. Sabida la muerte de este buen varn por el provincial o
custodio, que estaba a ocho leguas de all, vino luego, y habiendo cuatro
das que estaba enterrado mandle desenterrar; y psole en un atad, y
dijo misa de San Gabriel por l, porque saba que le era devoto; a la cual
misa dijo una persona de crdito (segn la manera y al tiempo que lo
dijo), que vio delante (de) su misma sepultura al siervo de Dios fray Martn
de Valencia levantado en pie, con su hbito y cuerda, las manos
compuestas metidas en las mangas y los ojos bajos; y que de esta
manera le vio desde que se comenz la Gloria hasta que hubo
consumido. No es maravilla que este buen varn haya tenido necesidad
de algunos sufragios, porque varones de gran santidad leemos haber
tenido necesidad y ser detenidos en purgatorio, y por eso no dejan de
hacer milagros. Hanme dicho que resucit un muerto a l encomendado,
y que san una mujer enferma que con devocin le llam; y que un fraile
que era afligido de una recia tentacin fue por l librado; y otras muchas
cosas, las cuales, porque de ellas no tengo bastante certidumbre, ni las
creo ni las dejo de creer, mas de que como amigo de Dios, y que
piadosamente creo que Dios le tiene en su gloria, le llamo y invoco su
ayuda e intercesin.

302 Los nombres de los frailes que de Espaa vinieron con este santo
varn, son: fray Francisco de Soto, fray Martn de la Corua, fray Antonio
de Ciudad Rodrigo, fray Garca de Cisneros, fray Juan de Rivas, fray
Francisco Jimnez, fray Juan Jurez, fray Luis de Fuensalida, fray Toribio
Motolinia; estos diez sacerdotes y dos legos; fray Juan de Palos, fray
Andrs de Crdoba; los sacerdotes todos tomaron el hbito en la
provincia de Santiago. Otros vinieron despus que han trabajado y
trabajan mucho en esta santa obra de la conversin de los indios, cuyos
nombres creo yo que tiene Dios escritos en el libro de la vida, mejor que
no de otros que tambin han venido de Espaa, que aunque parecen
buenos religiosos no han perseverado; y los que solamente se dan a
predicar a los espaoles, ya que algn tiempo se hallan consolados,
mientras que sus predicaciones son regadas con el agua del loor
humano, en faltndoles aquel cebillo hllanse ms secos que un palo,
hasta que se vuelven a Castilla; y pienso que esto les viene por juicio de
Dios, porque los que ac pasan no quiere que se contenten con slo
predicar a los espaoles, que para esto ms aparejo tenan en Espaa;
pero quiere tambin que aprovechen a los indios, como a ms
necesitados y para quien fueron enviados y llamados. Y es verdad que
Dios ha castigado por muchas vas a los que aborrecen o desfavorecen a
esta gente, hasta los frailes que de estos indios sienten flacamente o les
tienen manera de aborrecimiento, los trae Dios desconsolados, y estn en
esta tierra como en tormento, hasta que la tierra los alanza y echa de s
como cuerpos muertos, y sin provecho; y a esta causa algunos de ellos
han dicho en Espaa cosas ajenas de la verdad, quiz pensando que era
as, porque ac los tuvo Dios siegos. Y tambin permiti Dios que a los
tales, los indios los tengan en poco, no los recibiendo en sus pueblos y a
veces van a otras partes a buscar los sacramentos; porque sienten que
no les tienen el amor que sera razn. Y ha acontecido viniendo los tales
frailes a los pueblos, huir los indios de ellos, en especial en un pueblo
que se llama Ychclatlan, que yendo por all un fraile de cierta orden que
no les ha sido muy favorable en obra ni en palabra, y queriendo bautizar
los nios de aquel puelo, el espaol a quien estaba encomendados puso
mucha diligencia en ayuntar los nios y toda la otra gente, porque haba
mucho tiempo que no haban ido por all frailes a visitar, y deseaban la
venida de algn sacerdote; y como por la maana fuese el fraile con el
espaol, de los aposentos a la iglesia, a do la gente estaba ayuntada, y
los indios mirasen no s de qu ojo al fraile, en un instante se alborotan
todos y dan a huir cada uno por su parte, diciendo: amo, amo, que quiere
decir: no, no, que no queremos qUe ste nos bautice a nosotros, ni a
nuestros hijos. Y ni bast el espaol ni los frailes a poderlos hacer juntar,
hasta que despus fueron los que ellos queran; de lo cual no quedo poco
maravillado el espaol que los tena a cargo, y as lo contaba como cosa
de admiracin. Y aunque este ejemplo haya sido particular, yo lo digo por
todos en general los frailes de todas rdenes que ac pasan; y digo: que
los que de ellos ac no trabajan fielmente, y los que se vuelven a Castilla,
que los demandar Dios estrechsima cuenta de cmo emplearon el
talento que se les encomend. Pues qu dir a los espaoles seglares
que con stos han sido y son tiranos y crueles, que no miran ms de a
sus intereses y codicias, que los ciega, desendolos tener por esclavos y
de hacerse ricos con sus sudores y trabajo? Muchas veces o decir que
los espaoles crueles contra los indios moran a las manos de los
mismos indios, o que moran muertes muy desastradas, y de stos o
nombrar muchos; y despus que yo estoy en esta tierra lo he visto
muchas veces por experiencia, y notado en personas que yo conoca y
haba reprendido el tratamiento que los hacan.

CAPITULOIII
303 De que no se debe alabar ninguno en esta vida; y de el mucho trabajo
en que se vieron (los frailes) hasta quitar a los indios las muchas mujeres
que tenan; y cmo se ha gobernado esta tierra despus que en ella hay
audiencia.

304 Segn el consejo del Sabio, no deben ser los hombres loados en esta
caduca vida de absoluta alabanza, porque an navegar en este grande y
peligroso mar, y no saben si hallarn va para tomar el puerto seguro; a
aqul se debe con razn loar, que Dios tiene guiado de manera que est
ya puesto en salvamento, y ha llegado a el puerto de la salvacin, porque
a el fin se canta la gloria. Y esto es mi intento, de no loar a ningn vivo en
particular, sino decir loores de la buena vida y ejemplo que los frailes
menores en esta tierra han tenido; los cuales obedeciendo a Dios salieron
de su tierra dejando a sus parientes y a sus padres, dejando las casas y
monasterios en que moraban, que todos estn apartados de los pueblos,
y muchos en las montaas metidos, ocupados en la oracin y
contemplacin, con grande abstinencia y mayor penitencia; y muchos de
ellos vinieron con deseo de martirio y lo procuraron mucho tiempo antes,
y haban demandado licencia para ir entre infieles, aunque hasta ahora
Dios no ha querido que padezcan martirio de sangre. Mas trjolos a esta
tierra de Canan para que le edificasen nuevo altar entre esta gentilidad e
infieles y para que multiplicasen y ensanchasen su santo nombre y fe,
como parece en mucho captulos de este libro. De los pueblos y
provincias que convirtieron y bautizaron en el principio de la conversin
cuando la multitud vena a el bautismo, que eran tantos los que se venan
a bautizar, que los sacerdotes bautizantes muchas veces les aconteca no
poder levantar el jarro con que bautizaban por tener el brazo cansado, y
aunque remudaban, el jarro les cansaba ambos brazos, y de traer el jarro
en las manos se les hacan callos y aun llagas. A un fraile aconteci que
como hubiese poco que se haba rapado la corona y la barba, bautizando
en un gran patio a muchos indios, que an entonces no haba iglesias, y
el sol arda tanto que le quem toda la cabeza y la cara, de tal manera, que
mud los cueros todos de la cabeza y del rostro. En aquel tiempo
aconteca a un solo sacerdote bautizar en un da cuatro, y cinco y seis
mil; y en Xuchimilco bautizaron en un da dos sacerdotes ms de quince
mil; el uno ayud a tiempos y a tiempos descans ste; bautiz poco ms
de cinco mil, y el otro que ms tuvo tela bautiz ms de diez mil por
cuenta. Y porque eran muchos los que buscaban el bautismo, visitaban y
bautizaban en un da tres y cuatro pueblos, y hacan el oficio muchas
veces a el da, y salan los indios a recibirlos y a buscarlos por los
caminos y dbanlo muchas rosas y flores y algunas veces les daban
cacao, que es una bebida que en esta tierra se usa mucho, en especial en
tiempo de calor. Este acatamiento y recibimiento que hacen a los frailes
vino de mandado el seor marqus del Valle don Hernando Corts a los
indios; porque desde el principio les mand que tuviesen mucha
reverencia y acatamiento a los sacerdotes, como ellos solan tener a los
ministros de sus dolos, y tambin hacan entonces recibimientos a los
espaoles, lo cual ya todos no lo han querido consentir y han mandado a
los indios que no lo hagan, y aun con todo esto en algunas partes no
basta.

305 Despus que los frailes vinieron a esta tierra, dentro de medio ao
comenzaron a predicar, a las veces por intrprete y otras por escrito; pero
despus que comenzaron a hablar la lengua predica muy a menudo los
domingos y fiestas, y muchas veces entre semana, y en un da iban y
andaban muchas parroquias y pueblos; das hay que predican dos y tres
veces, y acabado de predicar siempre hay algunos que bautizar. Buscan
mil modos y manera para traer a los indios en conocimiento de un solo
Dios verdadero; y para apartarlos del error de los dolos dironles
muchas maneras de doctrina. A el principio para les dar sabor
enseronles el per signum crucis, el Pater Noster, Ave Mara, Credo,
Salve, todo cantado de un canto muy llano y gracioso. Sacronles en su
propia lengua de Anhuac los mandamientos en metro y los artculos de
la fe, y los sacramentos tambin cantados; y an hoy da los cantan en
muchas partes de la Nueva Espaa. Asimismo les han predicado en
muchas lenguas y sacado doctrinas y sermones. En algunos monasterios
se ayuntan dos y tres lenguas diversas; y frailes hay que predican en tres
lenguas todas diferentes, y as van discurriendo y enseando por muchas
partes, a donde nunca fue oda ni recibida la palabra de Dios. No tuvieron
tampoco poco trabajo en quitar y desarraigar a estos naturales la multitud
de las mujeres, la cual cosa era de mucha dificultad, porque se les haca
muy dura cosa dejar la antigua costumbre carnal, y cosa que tanto abraza
la sensualidad; para lo cual no bastaban fuerzas ni industrias humanas,
sino que el Padre de las misericordias les diese su gracia porque no
mirando la honra y parentesco que mediante las mujeres con muchos
contraan, y gran favor que alcanzaban, tenan con ellas mucha granjera y
quien teja y haca mucha ropa y eran muy servidos, porque las mujeres
principales llevaban consigo otras criadas. Despus de venidos a el
matrimonio tuvieron muy gran trabajo y muchos escrpulos hasta darles
la verdadera y legtima mujer, por lo muy arduos y muy nuevos casos y en
gran manera intrincados contraimientos que en estas partes se halla.
Haban stos contrado con las hijas de los hombres o del demonio de do
procedieron gigantes que son lo enormes y grandes pecados; y no se
contentaban con una mujer, porque un pecado llama y trae otro pecado,
de que se hace la cadena de muchos labones de pecados con que el
demonio los trae encadenados; mas ahora ya todos reciben el matrimonio
y ley de Dios, aunque algunas provincias an no han dejado las
mancebas y concubinas todas.

306 El continuo y mayor trabajo que con estos indios se pas, fue en las
confesiones, porque son tan continuas que todo el ao es una cuaresma,
a cualquiera hora del da y en cualquier lugar, as en las iglesias como en
los caminos; y sobre todo son los continuos enfermos; las cuales
confesiones son de muy gran trabajo; porque como los agravian las
enfermedades, y muchos de ellos unca se confesaron, y la caridad
demanda ayudarlos y disponer como quien est in articulo mortis para
que vayan en va de salvacin. Muchos de stos son sordos, otros
llagados, que cierto los confesores en esta tierra no tienen de ser
delicados ni asquerosos para sufrir esta carga; y muchos das son tantos
los enfermos, que los confesores estn como Josu rogando a Dios que
detenga el sol y alargue el da para que se acaben de confesar los
enfermos. Bien creo yo que los que en este trabajo se ejercitaren y
perseveraren fielmente, que es gnero de martirio y delante de Dios muy
acepto servicio; porque son stos como los ngeles que sealan con el
tau a los gimientes y dolientes; qu otra cosa es bautizar, desposar,
confesar, sino sealar siervos de Dios, para que no sean heridos del
ngel percuciente, y los as sealados trabajen de los defender y guardar
de los enemigos que no los consuman y acaben?

307 Tiempo fue, y algunos aos dur, que los que de oficio debieran
defender y conservar los indios, los trataban de tal manera que entraban
buenas manadas de esclavos en Mxico, hechos como Dios sabe. Y los
tributos de los indios no pequeos, y las obras que sobre todo esto les
cargaron, encima no pocas, y los materiales a su costa. Iba la cosa de tal
manera (que) como quien se come una manzana, se iban a tragar los
indios; pero el pastor de ellos, al cual principalmente perteneca de oficio,
que fue el pritner obispo de Mxico, don fray Juan de Zumrraga, y
aquellos de quien al presente hallo, que son escorias y heces del mundo,
opusironse de tal manera para que no tragasen la manzana sin las
mondaduras, y as les amargaron las cortezas; que no se tragaron ni
acabaron los indios; porque Dios, que tiene a muchos de estos indios y
muchos de sus hijos y nietos predestinados para su gloria, lo remedi, y
el Emperador desde que fue informado provey de tales personas que
desde entonces les va a los indios de bien en mejor.

308 Bien son dignos de perpetua memoria los que tan buen remedio
pusieron a esta tierra; stos fueron el obispo don Sebastin Ramrez,
presidente de la Audiencia Real, el cual tuvo singular amor a estos indios
y los defendi y conserv sabiamente, y rigi la tierra en mucha paz con
los buenos coadjutores que tuvo, los cuales, no menos gracias merecen,
que fueron los oidores que con l fueron provedos; de la cual Audiencia
haba bien qu decir, y de cmo remediaron esta tierra; que la hallaron
con la candela en la mano, que si mucho se tardaran bien la pudieran
hacer la sepultura como a las otras islas; ms de esto es lo que siento
que lo que digo; yo creo que son dignos de gran corona delante del Rey
del cielo y del de la tierra tambin. Y para todo buen aprovechamiento
trajo al seor don Antonio de Mendoza, visorrey y gobernador, que ha
echado el sello, y en su oficio ha procedido prudentemente, y ha tenido y
tiene grande amor a esta patria, conservndola en todo buen regimiento
de cristiandad y polica. Los oidores fueron el licenciado Juan de
Salmern, el licenciado Alonso Maldonado, el licenciado Ceynos, el
licenciado Quiroga.
CAPITULOIV

309 De la humildad que los frailes de San Francisco tuvieron en convertir


a los indios, y de la paciencia que tuvieron en las adversidades.

310 Fue tanta la humildad y mansa conversacin que los frailes menores
tuvieron en el tratamiento e inteligencia que con los indios tenan, que
con algunas veces en los pueblos de los indios quisiesen entrar o poblar
y hacer monasterios, religiosos y frailes de otras rdenes, iban los mismo
indios a rogar a el que estaba en lugar de su Majestad, que rega la tierra,
que entonces era el seor obispo don Sebastin Ramrez, dicindole que
no les diesen otros frailes sino de los de San Francisco, porque los
conocan y amaban, y eran de ellos amados; y como el seor presidente
les preguntase la causa por qu queran ms aquellos que a otros,
respondan los indios: porque stos andan pobres y descalzos como
nosotros, comen de lo que nosotros, asintanse entre nosotros,
conversan entre nosotros mansamente. Otras veces queriendo dejar
algunos pueblos para que entrasen frailes de otras rdenes, venan los
indios llorando a decir: que si se iban y los dejaban, que tambin ellos
dejaran sus casas y se iran tras ellos; y de hecho lo hacan y se iban tras
los frailes; esto yo lo vi por mis ojos. Y por esta buena humildad que los
frailes tenan con los indios, todos los seores de la Audiencia Real les
tuvieron mucho miramiento, aunque al principio venan de Castilla
indignados contra ellos, y con propsito de los reprender y abatir, porque
venan informados que los frailes con soberbia mandaban a los indios y
se enseoreaban de ellos; pero despus que vieron lo contrario
tomronles mucha aficin, y conocieron haber sido pasin lo que en
Espaa de ellos se deca.

311 Algunos trataron y conversaron con personas que pudieran ser parte
para les procurar obispados y no lo admitieron; otros fueron elegidos en
obispos y venidas las lecciones las renunciaron humildemente
excusndose diciendo que no se hallaban suficientes ni dignos para tan
alta dignidad, aunque en esto hay diversos pareceres en s acertaron o no
en renunciar: porque para esta nueva tierra y entre esta humilde
generacin convena mucho que fueran los obispos como en la primitiva
Iglesia, pobres y humildes, que no buscaran rentas, sino nimas, ni fuera
menester llevar tras s ms de su pontificial, y que los indios no vieran
obispos regalados, vestidos de camisas delgadas y dormir en sbanas y
colchones y vestirse de muelles vestiduras, porque los que tienen nimas
a su cargo han de imitar a Jesucristo en humildad y pobreza, y traer su
cruz a cuestas y desear morir en ella; pero como renunciaron
simplemente, y por se allegar a la humildad, creo que delante de Dios no
sern condenados.

312 Una de las buenas cosas que los frailes tienen en esta tierra es la
humildad, porque muchos de los espaoles los humillan con injurias y
murmuraciones, pues de parte de los indios no tienen de qu tomar
vanagloria, porque ellos les exceden en penitencia y en menosprecio. Y
as cuando algn fraile de nuevo viene de Castilla, que all era tenido por
muy penitente, y que haca raya a los otros, venido ac es como ro que
entra en la mar, porque ac toda la comunidad vive estrechamente y
guarda todo lo que se puede guardar; y si miran a los indios, verlos tan
pauprrimamente vestidos y descalzos, las camas y moradas en extremo
pobres; pues en la comida a el ms estrecho penitente exceden, de
manera que no hallarn de qu tener vanagloria ninguna; y si se rigen por
razn muy menos tendrn soberbia; porque todas las cosas son de Dios,
y el que afirma alguna cosa buena ser suya es blasfemia, porque es
querer hacerse Dios; pues luego locura es gloriarse el hombre de las
cosas ajenas, pues para esperar y recibir los bienes de la gloria que por
Cristo no son prometidos, y para sufrir los males y adversidades que a
cada paso se ofrecen a los que piadosa y justamente quieren vivir,
patientia necesaria est. Esta sufre y lleva la carga de todas la
tribulaciones y sufre los golpes de los enemigos sin ser herida el nima;
as como contra los bravos tiros de artillera ponen cosas muelles y
blandas en que ejecuten su furia, bien as contra las tentaciones y
tribulaciones del demonio y del mundo y de la carne se debe poner la
paciencia; que con lo contrario nuestra nima ser presto turbada y
rendida. De esta manera ponan los frailes la paciencia por escudo contra
las injurias de los espaoles; cuando ellos muy indignados decan, que
los frailes destruan la tierra en favorecer a los indios, y que algn da se
levantaran los indios contra ellos; los frailes para mitigar su ira
respondan con paciencia: si nosotros no defendisemos los indios, ya
vosotros no tendrades quin os sirviese. Si nosotros los favorecemos,
es para conservarlos, y para que tengis quin os sirva; y en defenderlos
y ensearlos, a vosotros servimos y vuestras conciencias descargamos;
porque cuando de ello os encargasteis, fue con obligacin de ensearlos;
y no tenis otro cuidado, sino que os sirvan y os den cuanto tienen y
pueden haber. Pues ya que tiene poco o no nada si los acabsedes
quin OS servira? Y as muchos de los espaoles, a lo menos los
nobles y los virtuosos, decan y dicen muchas veces: que si no fuera por
los frailes de San Francisco, la Nueva Espaa fuera como las Islas, que ni
hay indio a quien ensear la ley de Dios, ni quien sirva a los espaoles.
Los espaoles tambin se quejaban y murmuraban diciendo mal de los
frailes, porque mostraban querer ms a los indios que no a ellos, y que
los reprendan speramente; lo cual era causa que les faltasen muchos
con sus limosnas y les tuviesen una cierta manera de aborrecimiento. A
esto respondan los frailes diciendo: que siempre haban tenido a los
espaoles por domsticos de la fe, y que si alguno o algunos de ellos
alguna vez tenan alguna necesidad espiritual o corporal, ms ana
acudan a ellos que no a los indios; mas como los espaoles en
comparacin de los indios son muy pocos y saben bien buscar su
remedio, as espiritual como corporal, mejor que los indios, que no tienen
otros sino aquellos que han aprendido la lengua; porque los principales y
casi todos son de los frailes menores, hay razn que se vuelvan a
remediar a los indios que son tantos, y tan necesitados de remedio; y aun
con estos no pueden cumplir por ser tantos, es mucha razn que se haga
as, pues no costaron menos a Jesucristo las nimas de estos indios
como las de los espaoles y romanos, y la ley de Dios obliga a favorecer
y a animar a stos que estn con la leche de la fe en los labios, que no a
los queja tienen ya tragada con la costumbre.

313 Por la defensin de los indios, y por les procurar algn tiempo en que
pudiesen ser enseados de la doctrina cristiana, y porque no les
ocupasen en domingos ni fiestas, y por les procurar moderacin en sus
tributos, los cuales eran tan grandes que muchos pueblos no los
pudieron cumplir vendan a mercaderes renoveros que sola haber entre
allos, los hijos de los pobres y las tierras, y como los tributos eran
ordinarios, y no bastase para ellos vender lo que tenan, algunos pueblos,
casi del todo se despoblaron, y otros se iban despoblando, si no se
pusiera remedio a moderar los tributos, lo cual fue causa que los
espaoles se indignasen tanto contra los frailes, que estuvieron
determinados de matar algunos de ellos, que les pareca que por su causa
perdan el inters que sacaban de los pobres indios. Y estando por esta
causa para dejar los frailes del todo la tierra y volverse a Castilla, Dios
que socorre en las mayores tribulaciones y necesidades, no lo consinti,
porque siendo la catlica Majestad del Emperador don Carlos informado
de la verdad, procur una bula del papa Paulo III, para que de la vieja
Espaa viniesen a esta tierra ciento y cincuenta frailes.

CAPITULOV

314 De cmo fray Martn de Valencia procur de pasar adelante a


convertir nuevas gentes, y no lo pudo hacer, y otros frailes despus lo
hicieron.

315 Despus que el padre fray Martn de Valencia hubo predicado y


enseado con sus compaeros en Mxico y en las provincias comarcanas
ocho aos, quiso pasar adelante y entrar en la tierra de ms adentro,
haciendo su oficio de predicacin evanglica; y como en aquella sazn l
fuese prelado, dej en su lugar un comisario, y tomando consigo ocho
compaeros, se fue a Coatepec, puerto en la Mar del Sur, que est de
Mxico ms de cien leguas, para embarcarse all para ir adelante; porque
siempre tuvo opinin que en aquel paraje de la Mar del Sur haba mucha
gente que estaba por descubrir; y para efectuar este viaje, don Hernando
Corts, marqus del Valle, le haba prometido de darle naves, para que le
pusiesen a donde tanto deseaba, para que all predicasen el Evangelio y
la palabra de Dios, sin que precedise conquista de armas. Estuvo en el
puerto de Coatepec, esperando los navos siete meses, para el cual
tiempo haban quedado los maestros de darlos acabados, y para mejor
cumplir su palabra, el marqus en persona fue desde Cuauhunahuac, que
es un pueblo de su marquesado a do siempre reside, que est de Mxico
once leguas, fue a Tecoantepec43 a despachar y dar los navos, y con toda
la diligencia que l pudo poner no se acabaron; porque en esta tierra con
mucha dificultad, y costa y tiempo, se echa los navos a el agua. Pues
viendo el siervo de Dios que los navos le faltaban dio la vuelta para
Mxico, dejando all tres compaeroS de los suyos para que acabados los
navos fuesen en ellos a descubrir.

316 En el tiempo que fray Martn de Valencia, que fueron siete meses los
que estuvo en Coatepec, siempre l y sus compaeros trabajaron en
ensear y doctrinar a la gente de la tierra, sacndoles la doctrina cristiana
en su lengua que es de zaputecas, y no slo a stos, pero en todas las
lenguas y pueblos por do iban, predicaban y bautizaban.

317 Entonces pasaron por un pueblo que se dice Mictlan, que en nuestra
lengua quiere decir infierno, adonde hallaron algunos edificios ms de ver
que en parte ninguna de la Nueva Espaa, entre los cuales haba un
templo del demonio y aposentos de sus ministros, muy de ver, en
especial una sala como de artesones. La obra era de piedra, hecha con
muchos lazos y labores; haba muchas portadas, cada una de tres piedras
grandes, dos a los lados y una por encima, las cuales eran muy gruesas y
muy anchas; haba en aquellos aposentos otra sala, que tenan unos
pilares redondos, cada uno de una sola pieza, tan gruesos, que dos
hombres abrazados con un pilar apenas se tocaban las puntas de los
dedos; seran de cinco brazas de alto. Deca fray Martn que se
descubriran en aquella costa gente ms hermosa y de ms habilidad que
sta de la Nueva Espaa, y que si Dios le diese vida que la gastara con
aquella gente como haba hecho con estotra; mas Dios no fue servido que
por l fuese descubierto lo que tanto deseaba, aunque permiti que fuese
descubierto por frailes menores; porque como uno de los compaeros del
dicho fray Martn de Valencia, llamado fray Antonio de Ciudad Rodriga,
siendo provincial en el ao de 1537, envi cinco frailes a la costa del Mar
del Norte, y fueron predicando y enseando por los pueblos de
Guazacualco44 y Puitel; aqu est poblado de espaoles, y el pueblo se
llama Santa Mara de la Victoria; ya esto es en Tabasca. Pasaron a
Xicalanco, adonde en otro tiempo haba muy gran trato de mercaderes e
iban hasta all mercaderes mexicanos y an ahora van algunos. Y
pasando a la costa adelante llegaron los frailes a Champotn y a
43
Tehuantepec.
44
Coatzacoalco.
Campech; a este Campech llaman los espaoles Yucatn. En este camino
y entre esta gente estuvieron dos aos, y hallaban en los indios habilidad
y disposicin para todo bien, porque oan de grado la doctrina y palabra
de Dios. Dos cosas notaron mucho los frailes en aquellos indios, que
fueron, ser gente de mucha verdad, y no tomar cosa ajena, aunque
estuviese cada en la calle muchos das. Salironse los frailes de esta
tierra por ciertas diferencias que hubo entre los espaoles y los indios
naturales. En el ao de 1538 envi otros tres frailes en unos navos del
marqus del Valle que fueron a descubrir por la Mar del Sur; de stos
aunque se son y dijo que haban hallado tierra poblada y muy rica, no
est muy averiguado, ni hasta ahora, que es en principio del ao de 1540,
no ha venido nueva cierta.

318 Este dicho ao envi este mismo provincial fray Antonio de Ciudad
Rodrigo, dos frailes, por la costa del Mar del Sur, la vuelta hacia el norte
por Xalisco, y por la Nueva Galicia, con un capitn que iba a descubrir; y
ya que pasaban la tierra que por aquella costa est descubierta y
conocida y conquistada, hallaron dos caminos bien abiertos; el capitn
escogi y se fue por el de la mano derecha, que declinaba la tierra
adentro, el cual a muy pocas jornadas dio en unas sierras tan speras,
que no las pudiendo pasar le fue forzado volverse por el mismo camino
que haba ido.

319 De los dos frailes adoleci el uno, y el otro, con dos intrpretes, tom
por el camino de la mano izquierda, que iba hacia la costa, hallle siempre
bierto y seguido; y a pocas jornadas dio en tierra poblada de gente pobre,
los cuales salieron a l llamndole mensajero del cielo, y como a talle
tocaban todos y besaban el hbito; acompabanle de jornada en jornada
trescientas y cuatrocientas personas, y a veces muchas ms, de los
cuales algunos en siendo hora de comer, iban a caza, de la cual haba
mucha, mayormente de liebres, conejos y venados, y ellos que se saben
dar buena maa en poco espacio tomaban cuanto queran; y dando
primero a el fraile, repartan entre s lo que haba. De esta manera anduvo
ms de trescientas leguas, y casi en todo este camino, tuvo noticia de una
tierra muy poblada de gente vestida, y que tienen casas de terrado, y de
muchos sobradios. Esta gente dicen estar pobladas a la ribera de un gran
ro, a do hay muchos (pueblos) cercados, y a tiempos tienen guerras los
seores de los pueblos contra los otros; y dicen que pasado aquel ro hay
otros pueblos mayores y ms ricos. Lo que hay en los pueblos que estn
en la primera ribera del ro dicen que son vacas menores que las de
Espaa, Y otros animales muy diferentes de los de Castilla; buena ropa,
no slo de algodn ms tambin de lana, y que hay ovejas de que se saca
aquella lana; estas ovejas no se sabe de qu manera sean. Esta gente
usan de camisas y vestiduras con que se cubren sus cuerpos. Tiene
zapatos enteros que cubren todo el pie, lo cual no se ha hallado en todo
lo hasta ahora descubierto. Tambin traen de aquellos pueblos muchas
turquesas, las cuales y todo lo dems de aqu digo haba entre aquella
gente pobre a donde alleg el fraile; no que en sus tierras se criasen, sino
que las traan de aquellos pueblos grandes adonde iban a tiempos a
trabajar, y a ganar su vida como hacen en Espaa los jornaleros.
320 En demanda de esta tierra haban salido ya muchas armadas, as por
mar como por tierra, y de todos la escondi Dios y quiso que un pobre
fraile descalzo la descubriese; el cual cuando trajo la nueva, al tiempo que
lo dijo, le prometieron que no la conquistaran a fuego y a sangre como se
ha conquistado casi todo lo que en esta tierra firme est descubierto, sino
que se les predicara el Evangelio; pero como esta nueva fue derramada,
vol brevemente por todas partes, y como a cosa hallada muchos la
quisiesen ir a conquistar; por ms bien o menor mal tom la delantera el
visorrey de esta Nueva Espaa don Antonio de Mendoza, llevando santa
intencin y buen deseo de servir a Dios en todo lo que en s fuere, sin
hacer agravio a los prjimos.

321 En el ao de 1539 otros dos frailes entraron por la provincia de


Michuacn a una gente que se llama chichimecas, que ya otras veces
haban consentido entrar en sus tierras frailes menores, y los haban
recibido en paz y con mucho amor, que de los espaoles siempre se han
defendido y veddoles la entrada, as por ser gente belicosa y que poco
ms poseen de un arco con sus flechas, Como porque los espaoles ven
poco inters en ellos. Aqu descubrieron estos dos frailes que digo, cerca
de treinta pueblos pequeos, que el mayor de ellos no tendra seiscientos
vecinos. Estos recibieron de muy buena voluntad la doctrina cristiana, y
trajeron sus hijos a bautismo; y por tener ms paz y mejor disposicin
para recibir la fe, demandaron libertad por algunos aos, y que despus
daran tributo moderado de lo que cogen y cran en sus tierras; y que de
esta manera daran la obediencia a el rey de Castilla; todo se lo concedi
el visorrey don Antonio Mendoza, y les dio diez aos de libertad para que
no pagasen ningn tributo. Despus de estos pueblos se siguen unos
llanos, los mayores que hay en toda la Nueva Espaa; son de tierra
estril, aunque poblada toda de gente muy pobre, y muy desnuda, que no
cubre sino sus vergenzas; y en tiempo de fro se cubren con cueros de
venados, que en todos aquellos llanos hay mucho nmero de ellos, y de
liebres y conejos, y culebras y vboras; y de esto comen asado, que
cocido ninguna cosa comen, ni tiene choza, ni casa, ni hogar, ms de que
se abrigan par de algunos rboles, y an de stos no hay muchos sino
tunales, que son unos rboles que tienen las hojas del grueso de dos
dedos, unas ms y otras menos, tan largas como un pie de un hombre, y
tan anchas como un palmo, y de una hoja de stas se planta y van
procediendo de una hoja en otra, y a los lados tambin van echando
hojas, y hacindose de ellas rbol. Las hojas del pie engordan mucho, y
fortalcense tanto hasta que se hacen como pie o tronco de rbol. Este
vocablo tunal, y tuna por su fruta, es nombre de las Islas, porque en ellas
hay muchos de estos rboles, aunque la fruta no es tanta ni tan buena
como la de esta tierra. En esta Nueva Espaa a el rbol llaman nucpal, y a
la fruta nuchtli. De este gnero de nuchtli hay muchas especies; unas
llaman montesinas, stas no las comen sino los pobres; otras hay
amarillas y son buenas; otras llaman picadillas, que son entre amarillas y
blancas, y tambin son buenas; pero las mejores de todas son las
blancas, y a su tiempo hay muchas y duran mucho, y los espaoles son
muy golosos de ellas, mayormente en verano y de camino con calor,
porque refrescan mucho. Hay algunas tan buenas que saben a peras, y
otras a uvas. Otras hay muy coloradas y no son nada apreciadas, y si
alguno las come es porque vienen primero que otras ningunas. Tien
tanto, que hasta la orina del que las come tien, de manera que parece
poco menos que sangre; tanto, que de los primeros conquistadores que
vinieron con Hernando Corts, allegando un da adonde haba muchos de
estos rboles, comieron mucha de aquella fruta sin saber lo que era, y
como despus todo se viesen que orinaban sangre, tuvieron mucho
temor, pensando que haban comido alguna fruta ponzoosa, y que todos
haban de ser muertos; hasta que despus fueron desengaados por los
indios. En estas tunas, que son coloradas, nace la grana, que en esta
lengua se llama nocheztli. Es cosa tenida en mucho precio porque es muy
subido colorado; entre los espaoles se llama carmes. Estos indios que
digo, por ser la tierra tan estril que a tiempo carece de agua, beben del
zumo de estas hojas de nocpal. Hay tambin en aquellos llanos muchas
turmas de tierra, las cuales no s yo que en parte ninguna de esta Nueva
Espaa se hayan hallado sino all.

CAPITULOVI

322 De unos muy grandes montes que cercan toda esta tierra, y de su
gran riqueza y fertilidad, y de muchas grandezas que tiene la ciudad de
Mxico.

323 No son de menos fruto y provecho las salidas y visitaciones que


continuamente se hacen de los monasterios a do residen los frailes que
las ya dichas, porque dems de los pueblos cercanos que visitan a
menudo, salen a otros pueblos y tierras que estn apartados cincuenta y
cien leguas, de los cuales antes que acaben la visita, y vuelvan a sus
casa, han andado ciento cincuenta leguas y a veces doscientas; porque
es cierto que a donde no allegan frailes no hay verdadera cristiandad;
porque como todos los espaoles pretenden su inters, no curan en
ensearlos y doctrinarlos, ni hay quin les diga lo que toca a la fe y
creencia de Jesucristo, verdadero Dios y universal seor, ni quin
procure destruir sus supersticiones y ceremonias y hechiceras, muy
anejas a la idolatra, y es muy necesario andar por todas partes. y esta
Nueva Espaa es toda llena de sierras, tanto que puesto uno en la mayor
vega o llano, mirando a todas partes hallar sierra o sierras a seis y a
siete leguas, salvo en aquellos llanos que dije en el captulo pasado y en
algunas partes de la costa de la mar. Especialmente va una cordillera de
sierras sobre el Mar del Norte, esto es, encima del mar ocano, que es la
mar que traen los que vienen de Espaa. Estas sierras van muchas leguas
de largo, que es todo lo descubierto, que son ya ms de cinco mil leguas,
y todava pasan adelante y van descubriendo ms tierras. Esta tierra se
ensangosta tanto, que queda de mar a mar en solas quince leguas,
porque desde el Nombre de Dios, que es un pueblo en la costa del Mar del
Sur, no hay ms de solas quince leguas; y estas sierras que digo, pasada
esta angostura de tierra, hacen dos piernas; la una prosigue la misma
costa del Mar del Norte, y la otra va la vuelta de la tierra del Per, en muy
altas y fragosas sierras, mucho ms sin comparacin que los Alpes ni que
los montes Pirineos; y pienso que en toda la redondez de la tierra no hay
otras montaas tan altas ni tan speras, y pudense sin falta llamar estos
montes los mayores y ms ricos del mundo, porque ya de esta cordillera
de sierras, sin la que vuelve al Per, estn como dije, descubiertas ms
de cinco mil leguas, y no las han llegado al cabo. Y lo que ms es de
considerar, y que causa grandsima admiracin es, que tantos y tan
grandes montes hayan estado encubiertos tanta multitud de aos como
ha que pas el gran diluvio general, estando en la mar ocana, adonde
tantas naos navegan, y los recios temporales y grandes tormentas y
tempestades han echado y derramado tantas naos muy fuera de la derrota
que llevan y muy lejos de su navegacin, y siendo tantas y en tantos aos
y tiempos, nunca con estas sierras toparon, ni estos montes parecieron.
La causa de esto debemos dejar para el que es causa de todas las
causas; creyendo que pues l ha sido servido de que no se manifestasen
ni descubriesen hasta nuestros tiempos, que esto ha sido lo mejor y que
ms conviene a la fe y religin cristiana.

324 Lo ms alto de esta Nueva Espaa, y los ms altos montes, por estar
en la ms alta tierra, parecen ser los que estn a redor de Mxico. Est
Mxico toda cercada de montes, y tienen una muy hermosa corona de
sierras a la redonda de s, y ella est puesta en medio, lo cual le causa
gran hermosura y ornato, y mucha seguridad y fortaleza; y tambin le
vienen de aquellas sierras mucho provecho, como se dir adelante. Tiene
muy hermosos montes, los cuales la cercan toda como un muro. En ella
asiste la presencia divina en el Santsimo Sacramento, as en la iglesia
catedral como en tres monasterios que en ella hay, de agustinos,
dominicos y franciscanos, y sin stas hay otras muchas iglesias. En la
iglesia mayor reside el obispo con sus dignidades, cannicos, curas y
capellanes. Est muy servida y muy adornada de vasijas y ornamentos
para el culto divino, como de instrumentos musicales. En los monasterios
hay muchos y muy devotos religiosos, de los cuales salen muchos
predicadores, que no slo en lengua espaola ms en otras muchas
lenguas de las que hay en las provincias de los indios, los predican y
convierten a la creencia verdadera de Jesucristo.

325 Asimismo est en Mxico representando la persona del Emperador y


gran Monarca Carlos V, el visorrey y Audiencia Real que en Mxico reside,
rigiendo y gobernando la tierra y administrando justicia. Tiene esta ciudad
su cabildo o regimiento muy honrado, el cual la gobierna y ordena en toda
buena polica. Hay en ella muy nobles caballeros y muy virtuosos
casados, liberalsimos en hacer limosnas. Tiene muchas y muy buenas
cofradas, que honran y solemnizan las fiestas principales, y consuelan y
recrean muchos pobres y enfermos, y entierran honradamente los
difuntos. Tiene esta ciudad un muy solemne hospital, que se llama de la
Concepcin de Nuestra Seora, dotado de grandes indulgencias y
perdones, las cuales gan don Hernando Corts, marqus del Valle, que
es su patrn. Tiene tambin este hospital mucha renta y hacienda. Est
esta ciudad tan llena de mercaderes y oficiales como lo est una de las
mayores de Espaa.

326 Est esta ciudad de Mxico o Temistitan 45 muy bien trazada y mejor
edificada de muy buenas, grandes y muy fuertes casas; es muy proveda
y bastecida de todo lo necesario, as de lo que hay en la tierra como de
cosas de Espaa; andan ordinariamente cien arrias o recuas desde el
puerto, que se llama la Veracruz, proveyendo esta ciudad, y muchas
carretas que hacen lo mismo; y cada da entran gran multitud de indios,
cargados de bastimientos o tributos, as por tierra como por agua, en
acales o barcas, que en lengua de las islas llaman canoas. Todo esto se
gasta y consume en Mxico, lo cual pone alguna admiracin, porque se
ve claramente que se gasta ms en sola la ciudad de Mxico que en dos
ni en tres ciudades de Espaa de su tamao. La causa de esto es que
toda las casas estn muy nenas de gente, y tambin que como estn
todos holgados y sin necesidad, gastan largo.

327 Hay en ena muchos y muy hermosos cabanos; porque los hace el
maz y el continuo verde que tienen, que lo comen todo el ao, as de la
caa de maz, que es muy mejor que alcacer, y dura mucho tiempo este
pienso, y despus entra un junquillo muy bueno, que siempre le hay
verde en el agua, de que la ciudad est cercada. Tiene muchos ganados
de vacas y yeguas, y ovejas, y cabras, y puercos. Entra en ella por una
calzada un grueso cao de muy gentil agua, que se reparte por muchas
calles; por esta misma calzada tiene una muy hermosa salida, de una
parte y de otra llena de huertas que duran una legua.

328 Oh Mxico, que tales montes te cercan y coronan! Ahora con razn
volar tu fama, porque en ti resplandece la fe y evangelio de Jesucristo.
T que antes eras maestra de pecados, ahora eres enseadora de verdad;
y t que antes estabas en tinieblas y oscuridad, ahora das resplandor de
doctrina y cristiandad. Ms te ensalza y engrandece la sujeccin que tiene
a el invistsimo csar don Carlos que el tirano seoro con que otro
tiempo a todas queras sujetar. Era entonces una Babilonia, llena de
confusiones y maldades; ahora eres otra Jerusaln, madre de provincias
y reinos. Andabas e ibas a do queras, segn te guiaba la voluntad de un
idiota gentil, que en ti ejecutaba leyes brbaras; ahora muchas velan
sobre ti, para que vivas segn leyes divinas y humanas. Otro tiempo con
autoridad del prncipe de las tinieblas, anhelando amenazabas, prendas y
sacrificabas, as hombres como mujeres, y su sangre ofrecas al demonio
45
Tenochtitln, ciudad y capital de los aztecas, que dio lugar a la actual ciudad de Mxico, desde luego,
ms extensa que lo fuera la primera.
en cartas y papeles; ahora con oraciones y sacrificios buenos y justos
adoras y confiesas a el Seor de los seores. Oh Mxico! Si levantase los
ojos a tus montes, de que est cercada, veras que son en tu ayuda y
defensa ms ngeles buenos que demonios fueron contra ti en otro
tiempo, para te hacer caer en pecados y yerros.

329 Ciertamente de la tierra y comarca de Mxico, digo de las aguas


vertientes de aquella corona de sierras que tiene a vista en derredor, no
hay poco que decir sino muy mucho. Todos los derredores y laderas de
las sierras estn muy pobladas, en el cual trmino hay ms de cuarenta
pueblos grandes y medianos, sin otros muchos pequeos a stos
sujetos. Estn en slo este circuito que digo nueve o diez monasterios
bien edificados y poblados de religiosos, y todos tienen bien en qu
entender en la conversin y aprovechamiento de los indios.

330 En los pueblos hay muchas iglesias, porque hay pueblo, fuera de los
que tienen monasterios, de ms de diez iglesias; y stas muy bien
aderezadas, y en cada una su campana o campanas muy buenas. Son
todas las iglesias por de fuera muy devotas y lucidas y almenadas, y la
tierra en s que es alegre y muy vistosa, por causa de la frescura de las
montaas que estn en lo alto, y el agua en lo bajo, de todas partes
parece muy bien, y adornan mucho a la ciudad.

331 Parte de las laderas y lo alto de los montes son de las buenas
montaas del mundo, porque hay cedros y muchos cipreses, y muy
grandes; tanto, que muchas iglesias y casas son de madera de ciprs.
Hay muy gran nmero de pinos, y en extremos grandes y derechos; y
otros que tambin los espaoles llaman pinos y hayas. Hay muchas y
muy grandes encinas y madroos, y algunos robles. De estas montaas
bajan arroyos y ros, y en las laderas y bajos salen muchas y muy
grandes fuentes. Toda esta agua y ms la llovediza hace una gran laguna,
y la ciudad de Mxico est asentada parte dentro de ella, y parte a la orilla.
A la parte de occidente por medio del agua va una calzada que la divide;
la una parte es de muy pestfera agua, y la otra parte es de agua dulce, y
la dulce entra en la salada porque est ms alta; y aquella calzada tiene
cuatro o cinco ojos con sus puentes, por donde sale de la agua dulce a la
salada mucha agua. Estuvo Mxico a el principio fundada ms baja que
ahora est, y toda la mayor parte de la ciudad la cercaba agua dulce, y
tena dentro de s muy frescas arboledas de cedros, y cipreses y sauces,
y de otros rboles de flores; porque los indios seores no procuran
rboles de fruta, porque se la traen sus vasallos, sino rboles de floresta,
de donde cojan rosas y adonde se cren aves, as para gozar del canto
como para las tirar con cervatana, de la cual son grandes tiradores.

332 Como Mxico estuviese as fundada dentro de la laguna, obra de dos


leguas adelante, hacia la parte de oriente, se abri una gran boca, por la
cual sali tanta agua, que en poco das que dur hizo crecer a toda la
laguna, y subi sobre los edificios bajos o sobre el primer suelo ms de
medio estado; entonces los ms de los vecinos se retrajeron hacia la
parte de poniente, que era tierra firme. Dicen los indios que salan por
aquella boca muchos peces, tan grandes y tan gruesos como el muslo de
un hombre; lo cual les causaba grande admiracin, porque en el agua
salada de la laguna no se cran peces, y en la dulce son tan pequeos,
que los mayores son como un palmo de un hombre. Esta agua que as
revent debe ser de algn ro que anda por aquellos montes, porque ya
ha salido otras veces por entre dos sierras nevadas que Mxico tiene a
vista delante de s hacia la parte de oriente y medioda; la una vez fue
despus que los cristianos estn en la tierra, y la otra pocos aos antes.
La primera vez fue tanta el agua que sealan los indios ser dos tanta que
el ro grande de la ciudad de los Angeles, el cual ro por las ms partes
siempre se pasa por puente; y tambin salan aquellos grandes pescados
como cuando se abri por la laguna. Entonces el agua verti de la otra
parte de la sierra hacia Huexuzinco, y yo he estado cerca de donde sali
este agua que digo, y me he certificado de todos los indios de aquella
tierra.

333 Entre estas dos sierras nevadas est el puerto que al principio solan
pasar yendo de la ciudad de los Angeles para Mxico, el cual ya no se
sigue porque los espaoles han descubierto otros caminos mejores. A la
una de estas sierras llaman los indios sierra blanca, porque siempre tiene
nieve; a la otra llaman sierra que echa humo; y aunque ambas son bien
altas, la del humo me parece ser ms alta, y es redonda desde lo bajo,
aunque el pie baja y se extiende mucho ms. La tierra que esta sierra
tiene de todas partes es muy hermosa y muy templada, en especial la que
tiene a el medioda. Este volcn tiene arriba en lo alto de la sierra una
gran boca, por la cual sola salir un grandsimo golpe de humo, el cual
algunos das sala tres y cuatro veces. Habr de Mxico a lo alto de esta
sierra o boca doce leguas, y cuando aquel humo sala parecase tan claro,
como si estuviera muy cerca, porque sala con gran mpetu y muy espeso;
y despus que suba en tanta altura y gordor como la torre de la iglesia
mayor de Sevilla, aflojaba la furia, y declinaba a la parte que el viento le
quera llevar. Este salir de humo ces desde el ao 1528, no sin grande
nota de los espaoles y de los indios. Algunos queran decir que era boca
del infierno.

CAPITULOVII

334 De los nombres que Mxico tuvo, y de quien dicen que fueron sus
fundadores: y del estado y grandeza del seor de ella, llamado Motezuma.
335 Mxico, segn la etimologa de esta lengua, algunos la interpretan
fuente o manadero; y en la verdad, en ella ya la redonda hay muchos
manantiales, por lo cual la interpretacin no parece ir muy fuera de
propsito; pero los naturales dicen, que aquel nombre de Mxico trajeron
sus primeros fundadores, los cuales dicen que se llamaban mexitli, y an
despus del algn tiempo los moradores de ella se llamaron mexitis; el
cual nombre ellos tomaron de su principal dios o dolo, porque a el sitio
en que poblaron y a la poblacin que hicieron llamaron Timixtitan, por
causa de un rbol que all hallaron, que se llamaba michtli, el cual sala de
una piedra, a la cual llamaba tetl, de manera que se dira fruta que sale de
piedra. Despus andando el tiempo y multiplicndose el pueblo y
creciendo la vecindad, hzose esta ciudad dos barrios o dos ciudades: a
el ms principal barrio llamaron Mxico, y a los moradores de l llamaron
mexicanos; estos mexicanos fueron en esta tierra como en otro tiempo
los romanos. En este barrio llamado Mxico resida el gran seor de esta
tierra, que se llamaba Moteczuma, y nombrado con mejor crianza y ms
cortesa y acatamiento le decan Moteczumatzi, que quiere decir hombre
que est enojado o grave; aqu en esta parte, como ms principal,
fundaron los espaoles su ciudad, y este solo barrio es muy grande, y
tambin hay en l muchas casas de indios, aunque fuera de la traza de los
espaoles.

336 A el otro barrio llaman Tlatetulco, que en su lengua quiere decir isleta,
porque all estaba un pedazo de tierra ms alto y ms seco que lo otro
todo, que era manantiales y carrizales. Todo este barrio est poblado de
indios; son muchas las casas y muchos ms los moradores. En cada
ciudad o barrio de stos hay una muy gran plaza, adonde cada da
ordinariamente se hace un mercado grande en el cual se ayunta infinita
gente a comprar y vender; y en estos mercados que los indios llaman
tianguez se venden de todas cuantas cosas hay en la tierra, desde oro y
plata hasta caas y homija. Llaman los indios a este barrio San Francisco
de Mxico, porque fue la primera iglesia de esta ciudad y de toda la Nueva
Espaa. A el otro barrio llaman Santiago de Tlatelulco; y aunque en este
barrio hay muchas iglesias, la ms principal es Santiago, porque es una
iglesia de tres naves; y a la misa que se dice a los indios de maana
siempre se hinche de ellos, y por la maana que abren la puerta, ya los
indios estn esperando, porque como no tienen mucho que ataviarse ni
que se componer, en esclareciendo tiran para la iglesia. Aqu en esta
iglesia est el colegio de los indios, con frailes que los ensean y
doctrinan en lo que tienen de hacer. En toda la tierra nombran los indios
primero el santo que tienen en su principal iglesia y despus el pueblo, y
as nombran: Santa Mara de Tlaxcala, San Miguel de Huexuzinco, San
Antonio de Tezcuco, etc.

337 No piense nadie que me he alargado en contar el blasn de Mxico,


porque en la verdad muy brevemente he tocado una pequea parte de lo
mucho que de ella se podra decir, porque creo que en toda nuestra
Europa hay pocas ciudades que tengan tal asiento y tal comarca, con
tantos pueblos de la redonda de s, y tan bien asentados; y an ms digo
y me afirmo, que dudo si haya alguna tan buena y tan opulenta cosa como
Timistitlan; y tan llena de gente, porque tiene esta gran ciudad
Temultichan de frente de s, a la parte de oriente, la laguna en medio, el
pueblo de Tezcuco, que habr cuatro o cinco leguas de traviesa, que la
laguna tiene de ancho, y de largo tiene ocho, esto es la salada, y casi otro
tanto tendr la laguna dulce. Esta ciudad de Texcuco era la segunda cosa
principal de la tierra, y asimismo el seor de ella era el segundo seor de
la tierra; sujetaba debajo de s quince provincias hasta la provincia de
Tuzapan, que est a la costa del Mar del Norte, y as haba en Tezcuco
muy grandes edificios de templos del demonio, y muy gentiles casas y
aposentos de seores; entre los cuales fue cosa muy de ver la casa del
seor principal, as la vieja con su huerta cerrada de ms de mil cedros
muy grandes y muy hermosos, de los cuales hoy da estn los ms en pie,
aunque la casa est asolada; otra casa tena que se podr aposentar en
ella un ejrcito, con muchos jardines, y un muy grande estanque, que por
debajo de la tierra sola entrar a l con barcas. Es tan grande la poblacin
de Tezcuco, que toma ms de una legua en ancho, y ms de seis en largo,
en la cual hay muchas parroquias e innumerables moradores. A la parte
de oriente tiene Mxico Temistitlan una legua la ciudad o pueblo de
Tlacuba, adonde resida el tercero seor de la tierra, a el cual estaban
sujetas diez provincias; estos dos seores ya dichos se podan bien
llamar reyes, porque no les faltaba nada para lo ser.

338 A la parte del norte o septentrin, a cuatro leguas de Temistitlan, est


el pueblo de Cuauhtitlan, adonde resida el cuarto seor de la tierra, el
cual era seor de otros muchos pueblos. Entre este pueblo y Mxico hay
otros grandes pueblos, que por causa de brevedad y por ser nombres
extraos no los nombro.

339 Tiene Mxico a la parte de medioda a dos leguas, el pueblo de


Coyoacn; el seor de l era el quinto seor, y tena muchos vasallos; es
pueblo muy fresco. Aqu estuvieron los espaoles despus que ganaron a
Temistitlan, hasta que tuvieron edificado en Mxico, adonde pudiesen
estar, porque de la conquista haba quedado todo lo ms y mejor de la
ciudad destruido. Dos leguas ms adelante, tambin hacia el medioda,
que son cuatro de Mxico, est la gran poblacin de Xuchimilco, y desde
all hacia a do sale el sol, estn los pueblos que llaman de la laguna dulce,
y Tlalamanalco con su provincia de Chalco, do hay infinidad de gente. De
la otra parte de Tezcuco, hacia el norte, est lo muy poblado de Otumba y
Tepepulco.

340 Estos pueblos ya dichos y otros muchos tiene Temistitlan a la


redonda de s dentro aquella corona de sierra, y otros muy muchos que
estn pasados los montes, porque por la parte ms ancha de los poblado
hacia Mxico, a los de las aguas vertientes afuera, hay seis leguas, y a
todas las parte a la redonda va muy poblada y muy hermosa tierra. Los de
las provincias y principales pueblos era como seores de salva o de
dictado, y sobre todos eran los ms principales los dos, el de Tezcuco y el
de Tlacuba; y stos con todos los otros todo lo ms del tiempo residan
en Mxico, y tenan corte a Moteczuma, el cual serva como rey, y era muy
temido y en extremo obedecido. Celebraba sus fiestas con tanta
solemnidad y triunfo, que los espaoles que a ella se hallaron presentes
estaban espantados, as de esto como de ver la ciudad y los templos y los
pueblos que a la redonda. El servicio que tena, y el aparato con que se
serva y las suntuosas casas que tena Moteczuma, y las de los otros
seores; la solicitud y multitud de los servidores, y la muchedumbre de la
gente, que era como yerba en el campo, visto esto estaban tan admirados,
que uno a otros se decan: qu es aquesto que vemos? Esta es ilusin
o encantamiento? Tan grandes cosas y tan admirables han estado tanto
tiempo encubiertas a los hombres que pensaban tener entera noticia del
mundo!

341 Tena Moteczuma en esta ciudad de todos los gneros de animales,


as brutos y reptiles, como de aves de todas maneras, hasta aves de agua
que se mantienen de pescado, y hasta pajaritos de los que se ceban de
moscas, y para todas tena personas que les daban sus raciones, y les
buscaban sus mantenimientos, porque tena en ellos tanta curiosidad,
que si Motezcuma vea ir por el aire volando una ave que le agradase,
mandbala tomar, y aquella misma le traan. Un espaol digno de crdito,
estando delante de Moteczuma, vio que le haba parecido bien un gaviln,
que iba por el aire volando, o fue para mostrar su grandeza delante de los
espaoles, mand que se le trajesen, y fue tanta la diligencia y los que
tras l salieron, que el mismo gaviln bravo le trajeron a las manos.

342 Asimismo tena muchos jardines y vergeles y en ellos sus aposentos;


tena peones cercados de agua, y en ellos mucha caza, tena bosques y
montaas cercadas, y en ellas muy buenas casas y frescos aposentos,
muy barridos y limpios, porque de gente de servicio tena tanta como el
mayor seor del mundo. Estaban tan limpias y tan barridas todas las
calles y calzadas de esta gran ciudad, que no haba cosa en que tropezar,
y por doquiera que sala Moteczuma, as en sta como por do haba de
pasar, eran tan barrido y el suelo tan asentado y liso, que aunque la planta
del pie fuera tan delicado como la de la mano, no recibiera el pie
detrimento ninguno en andar descalzo. Pues qu dir de la limpieza de
los templos del demonio, y de sus gradas y patios, y las casas de
Moteczuma y de los otros seores, que no slo estaban muy encaladas,
sino muy bruidos, y cada fiesta los renovaban y bruan?

343 Para entrar en su palacio, a que ellos llaman tecpan, todos se


descalzaban, y los que entraban a negociar con l haban de llevar mantas
groseras encima de s; y si eran grandes seores o en tiempo de fro,
sobre las mantas buenas que llevaban vestidas ponan una manta grosera
y pobre; y para hablarle estaban muy humillados y sin levantar los ojos; y
cuando l responda era con tan baja voz y con tanta autoridad, que no
pareca menear los labios, y esto era pocas veces, porque las ms
responda por sus privados y familiares, que siempre estaban a su lado
para aquel efecto, que eran como secretarios; y esta costumbre no la
haba solamente en Moteczuma, sino en otros de los seores principales
lo vi yo mismo usar al principio, y esta gravedad tenan ms los mayores
seores. Lo que los seores hablaban y la palabra que ms
ordinariamente decan a el fin de las plticas y negocios que se les
comunicaban, era decir con muy baja voz Tlaa, que quiere decir s, o bien,
bien.

344 Cuando Moteczuma sala fuera de su palacio, sala con l muchos


seores y personas principales, y toda la gente que estaba en las calles
por donde haba de pasar se le humillaban y hacan profunda reverencia y
grande acatamiento sin levantar los ojos a le mirar, sino que todos
estaban hasta que era pasado, tan inclinados como frailes en gloria patri.
Tenanle todos sus vasallos, as grandes como pequeos, gran temor y
respeto, porque era cruel y severo en castigar. Cuando el marqus del
Valle entr en la tierra, hablando con un seor de una provincia le
pregunt: si reconoca seoro o vasallaje? y el indio le respondi:
quin hay que no sea vasallo y esclavo de Moteczuma? Quin tan
grande seor como Moteczumazi? Queriendo sentir que en toda la tierra
no haba superior suyo ni aun igual.

345 Tena Moteczumazi en su palacio enanos y corcovadillos, que de


industria siendo nios los hacan jibosos, y los quebraban y
descoyuntaban, porque de estos se servan los seores en esta tierra
como ahora hace el Gran Turco, de eunucos.

346 Tena guilas reales que las de esta Nueva Espaa se pueden con
verdad decir reales, porque son en extremo grandes; las jaulas en que
estaban eran grandes y hechas de unos maderos rollizos tan gruesos
como el muslo de un hombre. Cuando el guila se allegaba a la red
adonde estaba metida, as se apartaban y huan de ella como si fuera un
len u otra bestia fiera; tienen muy fuertes presas, la mano y los dedos
tienen tan gruesa como un hombre, y lo mismo el brazo; tienen muy gran
cuerpo y el pico muy fiero. De sola una comida come un gallo de papada,
que es tan grande y mayor que un buen pavo espaol; y este gallo que
digo tiene ms de pavo que de otra ave, porque hace la rueda como el
pavo, aunque no tiene tantas ni tan hermosas plumas, y en la voz es tan
feo como es el pavo.

347 En esta tierra he tenido noticias de grifos, los cuales dicen que hay en
unas sierras grandes, que estn cuatro o cinco leguas de un pueblo que
se dice Teocn, que es hacia el norte, y de all bajaban a un valle llamado
Auacatlan, que es un valle que se hace entre dos sierras de muchos
rboles; los cuales bajaban y se llevaban en las uas a los hombres hasta
las sierras adonde se los coman y fue de tal manera, que el valle se vino
a despoblar por el temor que de los grifos tenan. Dicen los indios que
tenan las uas como de hierro fortsimas. Tambin dicen que hay en
estas sierras un animal que es como len, el cual es lanudo, sino que la
lana o vello tira algo a pluma; son muy fieros, y tienen tan fuertes dientes,
que los venados que toman comen hasta los huesos, llmase este animal
ocotochotli. De estos animales he yo visto uno de ellos; de los grifos ha
ms de ochenta aos que no aparecen ni hay memoria de ellos.

348 Tomemos a el propsito de Temistitlan y de sus fundadores y


fundamento. Los fundadores fueron extranjeros, porque los que primero
estaban en la tierra llmanse chichimecas y otoms. Estos no tenan
dolos, ni casas de piedra, ni de adobes, sino chozas pajizas;
mantenanse de caza, no todas veces asada, sino cruda y seca al sol;
coman alguna poca de fruta que la tierra de suyo produca, y races y
yerbas; en fin, vivan como brutos animales. Fueron los seores en esta
tierra como ahora son y han sido los espaoles, porque se enseorearon
de la tierra, no de la manera que los espaoles, sino muy poco a poco y
en algunos aos; y como los espaoles, han trado tras s muchas cosas
de las de Espaa, como son caballos, vacas, ganados, vestidos, trajes,
aves, trigo, plantas y muchos gneros de semillas, as de flores como de
hortalizas, bien as en su manera los mexicanos trajeron muchas cosas
que antes no las haba, y enriquecieron esta tierra con su industria y
diligencia; desinontronla y cultivronla, que antes estaba hecha toda
bravas montaas, y los que antes la habitaban vivan como salvajes.
Trajeron estos mexicanos los primeros dolos, y los trajes de vestir y
calzar; el maz, y algunas aves; comenzaron los edificios, as de adobes
como de piedra, y as hoy da casi todos los canteros de la tierra son de
Temistitlan o de Tezcuco, y stos salen a edificar y a labrar por sus
jornales por toda la tierra, como en Espaa viene los vizcanos y
montaeses. Hay entre todos los indios muchos oficios, y de todos dicen
que fueron inventores los mexicanos.

CAPITULOVIII

349 De el tiempo en que Mxico se fund, y de la gran riqueza que bay en


sus montes y comarca, y de sus calidades, y de otras cosas que hay en
esta tierra.

350 Entraron a poblar esta tierra los mexicanos, segn que por sus libros
se halla, y por memorias que tienen en libros muy de ver, de figuras y
caracteres muy bien pintadas, las cuales tenan por memoria de sus
antigedades, as como linajes, guerras, vencimientos, y otras muchas
cosas de esta calidad dignas de memoria; por los cuales libros se halla,
que los mexicanos vinieron a esta Nueva Espaa, contando hasta este
presente ao de 154046, cuatrocientos cuarenta y ocho aos; y ha que se
edific Temistitlan doscientos y cuarenta aos; y hasta hoy no se ha
podido saber ni averiguar qu gente hayan sido estos mexicanos, ni de a

46
Realmente. en el siglo XI los mexicanos aparecieron por el valle de Mxico, ms que por la Nueva
Espaa propiamente, pues sta constitua un territorio mucho ms extenso.
dnde hayan trado origen; lo que por ms cierto se tuvo algn tiempo fue
que haban venido de un pueblo que se dice Teoculhuacan, que los
espaoles nombran Culiacn; est este pueblo de Mxico doscientas
leguas; mas despus que este pueblo de Culiacn se descubri y
conquist, hllase ser de muy diferente lengua de la que hablan los
naturales de Mxico; y dems de la lengua ser otra, tampoco en ella hubo
memoria por do se creyese ni an sospechase haber salido los
mexicanos de Culiacn. La lengua de los mexicanos es la de los
nauales47.

351 Mxico en el tiempo de Moteczuma y cuando los espaoles vinieron a


ella, estaba toda muy cercada de agua, y desde el ao de 1524 siempre ha
ido menguando. Entonces por solas tres calzadas podan entrar a Mxico;
por la una que es al poniente salan a tierra firme a media legua, porque
de esta parte est Mxico cercana a la tierra; por las otras dos calzadas
que son al medioda y al norte, por la que est al medioda, haban de ir
cerca de dos leguas, y por la otra del norte haban de ir una legua hasta
salir a tierra firme; de la parte de oriente est cercada toda de agua y no
hay calzada ninguna. Estaba Mxico muy fuerte y bien ordenada, porque
tena unas calles de agua anchas y otras calles de casas, una calle de
casas, y otra de agua; en la acera de las casas pasaba o iba por medio un
callejn o calle angosta, a la cual salan las puertas de las casas. Por las
calles de agua iban muchas puentes que atravesaban de una parte a otra.
Dems de esto tena sus plazas y patios delante de los templos del
demonio y de las casas del seor. Haba en Mxico muchas acales o
barcas para servicio de las casas, y otras muchas de tratantes que venan
con bastimientos a la ciudad, y todos los pueblos de la redonda, que
estn llenos de barcas que nunca cesan de entrar y salir a la ciudad, las
cuales eran innumerables. En las calzadas haban puentes que fcilmente
se podan alzar; y para guardarse de la parte del agua eran las barcas que
digo, que eran sin cuento, porque hervan por el agua y por las calles. Los
moradores y gente eran innumerables. Tena por fortaleza los templos del
demonio y las casas de Moteczuma, seor principal, y las de los otros
seores, porque todos los seores sujetos a Mxico tenan casas en la
ciudad, porque residan mucho en ella, que por gran seor que fuese
holgaba de tener palacio a Moteczuma, y si de esto algn seor tena
escensin era slo el de Tezcuco. Para indios no era poca ni mala su
municin, porque tenan muchas casas de varas con sus puntas de
pedernal, y muchos arcos y flechas, y sus espadas de palo largas hechas
de un palo muy fuerte; engeridas de pedernales acutsimos, que de una
cuchillada cortaban cercn el pescuezo de un caballo, y de estos mismos
pedernales tenan unos como lanzones. Tenan tambin muchas hondas,
que cuando comenzaban a disparar juntamente las hondas y las flechas y
las varas, pareca lluvia muy espesa, y as estaba tan fuerte esta ciudad,
que pareca no bastar poder humano para ganarla; porque dems de su
fuerza y municin que tena, era cabeza y seora de toda la tierra, y el
seor de ella Moteczuma gloribase en su silla y en la fortaleza de su
ciudad, y en la muchedumbre de sus vasallos; y desde all enviaba
47
Quiere decir el nhuatl, o lengua hablada por los diferentes grupos nahuas que se acomodaron,
principalmente, en los valles centrales de Mxico.
mensajeros por toda la tierra, los cuales eran muy obedecidos y servidos;
otros de lejos, oda su potencia y fama, venan con presentes a darle la
obediencia; mas contra los que se revelaban o no obedecan sus
mandamientos y a sus capitanes, que por muchas partes enviaba,
mostrbase muy severo vengador. Nunca se haba conocido ni odo en
esta tierra seor tan temido y obedecido como Moteczuma, ni nadie as
haba ennoblecido y fortalecido a Mxico; tanto, que de muy confiado se
enga, porque nunca l ni ningn otro seor de los naturales podan ni
pudieran creer que haba en el mundo tan bastante poder que pudiese
tomar a Mxico; y con esta confianza recibieron en Mxico a los
espaoles, y los dejaron entrar de paz, y estar en la ciudad diciendo:
cuando los quisiremos echar de nuestra ciudad y de toda la tierra ser
en nuestra mano, y cuando los quisiremos matar los mataremos, que en
nuestra voluntad y querer ser. Pero Dios entreg la gran ciudad en las
manos de lo suyos, por los muy grandes pecados y abominables cosas
que en ella se cometan; y tambin en esto es mucho de notar la industria
y ardid inaudito que don Hernando Corts, marqus del Valle, tuvo en
hacer los bergantines para tomar a Mxico, porque sin ellos fuera cosa
imposible ganada segn estaba fortalecida. Ciertamente esto que digo, y
la determinacin que tuvo, y el nimo que mostr cuando ech los navos
en que haba venido, a el travs, y despus cuando le echaron de Mxico
y sali desbaratado, y esos pocos compaeros que le quedaron, todos
heridos, no tornar ni arrostrar a la costa por mucho que se lo requeran, y
cmo se hubo sagaz y esforzadamente en toda la conquista de esta
Nueva Espaa, cosas son para le poder poner en el pao de la fama, y
para igualar y poner su persona a el parangn con cualquiera de los
capitanes y reyes y emperadores antiguos; porque hay tanto que decir de
sus proezas y nimo invencible, que de slo ello se poda hacer un gran
libro. Algunas veces tuve pensamiento de escribir y decir algo de las
cosas que hay en esta Nueva Espaa, naturales y criadas en ella, como de
las que han venido de Castilla, cmo se han hecho en esta tierra, y veo
que an por falta de tiempo esto va remendado y no pudo salir bien con
mi intencin en lo comenzado; porque muchas veces me corta el hilo la
necesidad y caridad con que soy obligado a socorrer a mis prjimos, a
quien soy compelido a consolar cada hora; mas ya que he comenzado,
razn ser para decir algo de estos montes, que dije ser grandes y ricos.
De la grandeza ya est dicho, diremos su riqueza, y de la que hay en ellos,
y en los ros que de ellos salen, que hay mucho oro y plata, y todos los
metales y piedras de muchas maneras, en especial turquesas, y otras que
ac se dicen chalchihuit; las finas de stas son esmeraldas. En la costa
de estos montes est la Isla de las Perlas, aunque lejos de esta Nueva
Espaa, y es una de las grandes riquezas del mundo. Hay tambin
alumbres y pastel, la simiente de lo cual se trajo de Europa, y entre estos
montes se hace en extremo muy buena, y se cogen ms veces y de ms
paos, que en ninguna parte de Europa. Hay tambin mucho brasil y muy
bueno.

352 La tierra que alcanzan estas montaas, en especial, lo que llaman


Nueva Espaa, o hasta el Golfo Dulce, cierto es preciossima, y (ms) si lo
hubieran plantado de plantas que en ella se haran muy bien, como son
vias y olivares; porque estos montes hacen muchos valles y laderas y
quebradas en que se haran extremadas vias y olivares. En esta tierra
hay muchas zarzamoras; su fruta es ms gruesa que la de Castilla. Hay en
muchas partes de estos montes parras bravas muy gruesas, sin se saber
quin las haya plantado, las cuales echan muy largas vstigas y cargan
de muchos racimos y vienen a se hacer uvas que se comen verdes; y
algunos espaoles hacen de ellas vinagre, y algunos han hecho vino,
aunque ha sido muy poco. Dase en esta tierra mucho algodn y muy
bueno. Hay mucho cacao, que la tierra adonde se da el cacao tiene de ser
muy buena, y porque este cacao es comida y bebida, y moneda de esta
tierra, quiero decir qu cosa es, y cmo se cra.

353 El cacao es una fruta de un rbol mediano, el cual luego como le


plantan de su fruto (que son unas almendras casi como las de Castilla),
sino que (lo) bien granado es ms grueso, en sembrndolo ponen par de
l otro rbol que crece en alto, y le va haciendo sombra, y es como madre
del cacao; da la fruta en unas mazorcas, con unas tajadas sealadas en
ella como melones pequeos; tiene cada mazorca de stas comnmente
treinta granos o almendras de cacao, poco ms o menos; cmese verde
desque se comienzan a cuajar las almendras, y es sabroso, y tambin lo
comen seco, y esto, pocos granos y pocas veces; mas lo que ms
generalmente de l se usa es para moneda y corre por toda la tierra; una
carga tiene tres nmeros, vale y suma este nmero ocho mil, que los
indios llaman xicpile48, una carga son veinte y cuatro mil almendros o
cacaos; a donde se recoge vale la carga cinco o seis pesos de oro,
llevndolo la tierra adentro va creciendo el precio, y tambin sube y baja
conforme a el ao, porque en buen ao multiplica mucho; grandes fros
es causa de haber poco, que es muy delicado. Es este cacao una bebida
muy general, que molido y mezclado con maz y otros semillas tambin
molidas se bebe en toda la tierra y en esto se gasta; en algunas partes lo
hacen bien hecho, es bueno, es bueno (sic) y tinese por muy sustancial
bebida.

354 Hllanse en estos montes rboles de pimientas la cual difiere de la de


Malacar porque no requema tanto ni es fina; pero es pimienta natural ms
doncel que la otra. Tambin hay rboles de canela; es ms blanca y ms
gorda. Hay tambin muchas montaas de rboles de liquidmbar, son
hermosos rboles, y mucho de ellos muy altos; tienen la hoja como hoja
de yedra; el licor que de ellos sacan llaman los espaoles liquidmbar, es
suave en olor, y medicinable en virtud, y de precio entre los indios; los
indios de la Nueva Espaa mzclanlo con su misma corteza para lo
cuajar, que no lo quieren lquido, y hacen unos panes envueltos en unas
hojas grandes, usan de ello para olores, y tambin curan con ellos
algunas enfermedades. Hay dos gneros de rboles de que sale y se hace
el blsamo, y de ambos gneros se hace mucha cantidad; del uno gnero
de estos rboles que se llama chiloxuchil hacen el blsamo los indios y lo
hacan antes que los espaoles viniesen; ste de los indios es algo ms
odorfero, y no torna tan prieto como el que hacen los espaoles; estos
rboles se dan en las riberas de los ros que salen de estos montes hacia
48
Xiquipilli, equivalente a una talega o bolsa. Segn el Vocabulario de Molina.
la Mar del Norte, y no a la otra banda, y lo mismo es de los rboles de
donde sacan elli. quidmbar, y del que los espaoles sacan el blsamo:
todos se dan a la parte del norte, aunque los rboles del liquidmbar y del
blsamo de los espaoles tambin los hay en lo alto de los montes. Este
blsamo es precioso, y curan y sanan con l muchas enfermedades;
hcese en pocas partes; yo creo que es la causa que an no han
conocido los rboles, en especial aquel chilozuchil que creo que es el
mejor, porque est ya experimentado.

355 De gnero de palmas hay diez o doce especies, las cuales yo he visto,
algunas de ellas llevar dtiles; yo creo que si curasen y adobasen seran
buenos; los indios como son pobres, lo comen as verdes, sin curarse
mucho de los curar. Hllanlas buenas porque las comen con salsa de
hambre. Hay caafstolos bravos, que si los ingeriesen se haran buenos,
porque ac se hacen bien los otros rboles de la caafstola. Este rbol
plantaron en la isla Espaola los frailes menores, primero que otra
persona los plantase, y ac en la Nueva Espaa los mismos frailes han
plantado casi todos los rboles de fruta, y persuadieron a los espaoles
para que plantasen ellos tambin; y ensearon a mucho a ingerir, lo cual
ha sido causa que hay (hoy) muchas y muy buenas huertas, y ha de haber
muchas ms; porque los espaoles visto que la tierra produce ciento por
uno de los que en ella plantan, danse mucho a plantar y a ingerir buenas
frutas y rboles de estima. Tambin se han hecho palmas de los dtiles
que han trado de Espaa, y en muy breve tiempo han venido a dar fruto.
Hllase en estas montaas ruiponce, y algunos dicen que hay ruibarbo,
mas no est averiguado. Hay otras muchas races y yerbas medicinales,
con que los indios se curan de diferentes y diversas enfermedades, y
tienen experiencia de su virtud. Hay unos rboles medianos que echan
unos erizos como los de las castaas, sino que no son tan grandes ni tan
speros, y de dentro estn llenos de grana colorada; son los granos tan
grandes como los de la simiente de culantro. Esta grana mezclan los
pintores con la otra que dije que es muy buena, que se llama nocheztli, de
la cual tambin hay algunas en los montes. Hay muchos morales y
moreras; las moras que dan son muy menudas. Poco tiempo ha que se
dan a criar seda; dase muy bien, y en menos tiempo que en Espaa hay
mucho aparejo para criar mucha cantidad andando el tiempo; y aunque se
comienza ahora, hay personas que sacan trescientas y cuatrocientas
libras, y aun me dicen que hay persona que en este ao de 1540 sacar
mil libras de seda. De la que ac se ha sacado, se ha teido alguna, y
sube en fineza; y metida en colada no desdice por la fineza de las colores.
Las mejores colores de esta tierra son, colorado, y azul y amarillo; el
amarillo que es de pea es lo mejor. Muchas colores hacen los indios de
flores, y cundo los pintores quieren mudar de pincel de una color en
otra, limpian el pincel con la lengua, por ser las colores hechas de zumos
de flores.

356 Hay en estas montaas mucha cera y miel, en especial en Campech;


dicen que hay all tanta miel y cera y tan buena como en Safi, que es en
frica. A este Campech llamaron los espaoles a el principio cuando
vinieron a esta tierra Yucatn, y de este nombre se llam esta Nueva
Espaa, Yucatn, mas tal nombre no se hallar en todas estas tierras sino
que los espaoles se engaaron cuando all allegaron; porque hablando
con los indios de aquella costa, a lo que los espaoles preguntaban, los
indios respondan: tectetn, tectetn, que quiere decir: no te entiendo, no
te entiendo, los cristianos corrompiendo el vocablo, y no entendiendo lo
que los indios decan, dijeron: Yucatn se llama esta tierra, y lo mismo fue
en un cabo que all hace la tierra, a el cual tambin llamaron cabo de
Catoch; y catoch en aquella lengua quiere decir casa.

CAPITULOIX

357 En el cual prosigue la materia de las cosas que hay en la Nueva


Espaa, y en los montes que estn a la redonda de Mxico.

358 Es tanta la abundancia y tan grande la riqueza y fertilidad de esta


tierra llamada la Nueva Espaa, que no se puede creer; mas lo ms y
mejor de ella, y la que ms ventaja hace a todas las otras tierras y
provincias, son aquellos montes y corona de sierra, que como est dicho,
estn a la redonda de la ciudad de Mxico, en los cuales se halla en
abundancia todo lo que est dicho y mucho ms; y dems de las muchas
maneras de rboles y plantas y yerbas virtuosas que en ellos se hallan,
tienen en s tres calidades o diferencia de tierra; porque en el medio en
las cumbres es fra, pero no tanto que se cubra de nieve, sino es en unas
sierras altas que se hacen cerca del camino que va de la Vera Cruz para
Mxico, o en algunas puntas de sierras, que se cuaja algn poco de nieve
en aos fuertes y tempestuosos y de mucho fro. En estos altos hay
pinares muy grandes, y la madera es en extremo buena, y tan hermosa
que cuando la labran parece de naranjo o de boj. De lo alto, bajando hacia
la costa del norte, va todo tierra templada, y mientras ms va y ms se
acerca a la costa, es ms caliente. Esta parte del norte es muy fresca y
muy frtil, y lo ms del ao o llueve, o mollina, o en lo alto de las sierras
hay nieblas. Hay muchos gneros de rboles no conocidos hasta ahora
por los espaoles, y como son diversos gneros, y de hoja muy diferente
los unos de los otros, hacen las ms hermosas y frescas montaas del
mundo. Es muy propia tierra para ermitaos y contemplativos, y aun creo
que los que vivieren antes de mucho tiempo, han de ver que, como esta
tierra fue otra Egipto en idolatras y pecados, y despus floreci en gran
santidad, bien as estas montaas y tierra han de florecer y en ella tiene
de haber ermitaos y penitentes contemplativos, aun de esto que digo
comienza ya a haber harta muestra, como se dir adelante en la cuarta
parte de esta narracin o historia, si Dios fuere servido de sacada a luz;
por tanto noten los que vivieren, y veremos como la cristiandad ha venido
desde Asia, que es en oriente, a parar en los fines de Europa, que es
nuestra Espaa, y de all se viene a ms andar a esta tierra, que es en lo
ms ltimo de occidente. Pues por aventura estorbado ha la mar? No
por cierto, porque la mar no hace divisin ni apartamiento a la voluntad y
querer del que la hizo. Pues no allegar el querer y gracia de Dios hasta
a donde llegan las naos? S, y muy ms adelante, pues en toda la
redondez de la tierra ha de ser el nombre de Dios loado, y glorificado, y
ensalzado; y como floreci en el principio la Iglesia en oriente, que es el
principio del mundo, bien as ahora en el fin de los siglos tiene de florecer
en occidente, que es el fin del mundo.

359 Pues tomando a nuestro propsito, digo, que hay en esta tierras
sierras de yeso muy bueno, en especial en un pueblo que se dice
Cuzclatlan; en toda la tierra lo hay, pero es piedra blanca, de la cual se ha
hecho y sale bueno; ms esto que digo es de lo de los espejos, y es
mucho muy bueno. Hay tambin fuentes de sal viva, que es cosa muy de
ver los manantiales blancos que estn siempre haciendo unas venas muy
blancas, que sacada la agua y echada en unas eras pequeas y encaladas
y dndoles el sol, en breve se vuelven en sal.

360 Entre muchas frutas que hay en estos montes, y en toda la Nueva
Espaa, es una que llaman auacatl; en el rbol parece y as est colgando
como grandes brevas, aunque en el sabor tiran a piones. De estos
auacates49 hay cuatro o cinco diferencias: los comunes y generales por
toda esta tierra, y que todo el ao los hay, son los ya dichos, que son
como brevas, y de stos se ha hecho ya aceite, y sale muy bueno, as
para comer como para arder; otros hay tan grandes como muy grandes
peras, y son tan buenos, que creo que es la mejor fruta que hay en la
Nueva Espaa en sabor y en virtud; otros hay mayores que son como
calabazas pequeas y stos son de dos maneras, los unos tienen muy
grande hueso y poca carne, los otros tienen ms carne y son buenos.
Todos estos tres gneros de grandes se dan en tierra bien caliente. Otros
hay muy pequeitos, poco ms que aceitunas cordobesas; y de este
nombre pusieron los indios a las aceitunas cuando ac las vieron que las
llamaron auacates pequeos. Esta es tan buena fruta que se da a los
enfermos; de stos se abstienen los indios en sus ayunos por ser fruta de
sustancia. Digo de todos estos gneros de auacates, cmenlos los perros
y los gatos mejor que gallinas, porque yo he visto que despus de un
perro harto de gallina darle auacates, y comerlos de muy buena gana,
como un hombre arto de carne que come una aceituna. El rbol es tan
grande como grandes perales; la hoja ancha y muy verde, huele muy bien,
es buena para agua de piernas y mejor para agua de barbas.

361 Otras muchas cosas se hallan (en las) aguas vertientes de estas
montaas a la costa del norte, y he notado y visto por experiencia que las
49
Es el actual aguacate.
montaas y tierra que estn hacia el norte y gozan de este viento
aquil(n) estn ms frescas y ms fructferas. La tierra adentro hacia la
parte del sur y poniente en estos mismos montes es tierra seca, y no
llueve sino cuando es el tiempo de las aguas, y an menos que en las
otras partes de esta Nueva Espaa, y as es muy grande la diferencia que
hay de la una parte a la otra, porque puesto uno en la cumbre de los
montes de la parte del norte, como est dicho que lo ms del ao llueve, o
mollina, o niebla, tiene cubiertas las puntas de las sierras; y de la otra
parte a un tiro de ballesta, poco ms est lo ms del tiempo seco, lo cual
es muy de notar que en tan poco espacio haya tan grandes extremos.

362 En esta parte seca se hallan rboles diferentes de los de la otra parte,
como es el guayacn, que es un rbol con que se curan los que tienen el
mal de las bubas, que ac se llaman las infinitas; yo creo que este nombre
han trado los soldados y gente pltica que de poco han venido de
Castilla. Ahora de poco tiempo ac han hallado una hierba que llaman
zarzaparrilla, con la agua de sta se han curado muchos y sanado de la
misma enfermedad; de esta zarzaparrilla hay mucha.

363 Y porque sera nunca acabar si hubiese de explicar y particularizar las


cosas que hay en estos montes, digo: que en esta costa que es tierra
caliente conforme a la Islas, aqu se hallan todas las cosas que hay en La
Espaola y en las otras islas, y otras muchas que all no hay, as de las
naturales como de las tradas de Castilla: aunque es verdad que no se
han ac criado tantos rboles de caafstola ni tantas' caas de azcar;
pero podrase criar y muchos ms que all; porque dems de algunos
ingenios que hay hechos, son los indios tan amigos de caas de azcar
para las comer en caa, que han plantado muchas que se dan muy bien, y
los indios mejor a ella, y las venden en sus mercados todo el ao, como
otra cualquiera fruta. En la tierra adentro, lo que ella en s tena y con lo
que se ha trado de Espaa, y ella en s es capaz de producir y criar, tiene
aparejo para fructificar todo lo que hay en Asia y en Africa, y en Europa;
por lo cual se puede llamar otro Nuevo Mundo. Lo que esta tierra ruega a
Dios es que d mucha vida a su rey y muchos hijos, para que le d un
infante que la seoree y ennoblezca, y prospere as en lo espiritual como
en lo temporal, porque en esto le va la vida; porque una tierra tan grande
y tan remota y apartada no se puede de tan lejos bien gobernar; ni una
cosa tan divisa de Castilla y tan apartada no puede perseverar sin
padecer grande desolacin y muchos trabajos, e ir cada da de cada, por
no tener consigo a su principal cabeza y rey que la gobierne y mantenga
en justicia y perpetua paz, y haga merced a los buenos y leales vasallos,
castigando a los rebeldes y tiranos que quieren usurpar los bienes del
patrimonio real.
CAPITULOX

364 De la abundancia de ros y aguas que hay en estos montes, (en)


especial de dos muy notables fuentes; y de otras particularidades y
calidades de estos montes; y de cmo los tigres y leones han muerto
mucha gente.

365 La mayor necesidad que la tierra tiene y lo que la hace ser buena, es
tener abundancia de agua, de la cual hay mucha en estos montes, as de
la que llueve del cielo, de la cual muy a menudo es regada, como de
fuentes y manantiales, que de todo es abundantsima, digo a la parte del
norte y medioda; que son tantos los arroyos y ros que por todas partes
corren de estos montes, que en la verdad me acontenci6 en espacio de
dos leguas contar veinte y cinco ros y arroyos, y esto no es en la tierra
adonde ms agua haba, sino as acaso yendo de camino se me antoj de
contar los ros y arroyos que podra haber en dos leguas, para dar
testimonio de la verdad, y hall estos veinte y cinco ros y arroyos que
digo, y por otras muchas partes de estos montes se hallar esto que digo
y mucho ms, porque es la tierra muy doblada.

366 Hay en toda esta Nueva Espaa muy grandes y muy hermosas
fuentes, y algunas de ellas tan grandes, que luego como nacen de una
fuente se hacen un ro, y esto he yo visto en muchas Partes, entre las
cuales dos me parecen ser dignas de memoria, y para dar gloria y alabar a
el Seor que las cri, porque todos los espaoles que las han visto les ha
sido mucha materia de alabar y bendecir a Dios que tal cri, y todos dicen
y confiesan no haber visto semejante cosa en todas las partidas que han
andado. Ambas nacen al pie de estos montes y son de muy gentil y clara
agua. La una llaman los espaoles la fuente de Aulizapa 50, porque nace en
un pueblo que se llama de aquel nombre, que en nuestra lengua quiere
decir agua blanca, y as lo es muy clara, y sale con mucho mpetu. La otra
fuente est en un pueblo que se llama Aticpac. Esta es una fuente
redonda, tan grande, que una persona tendr que hacer con un arco echar
un bodoque de la una parte a la otra; es en el medio muy honda, por las
orillas tiene siete u ocho estados de agua, y est en toda ella la agua tan
clara, que en todas partes se ve el suelo o por mejor decir las piedras,
porque nace de entre unas grandes piedras y peas, y vse todo tan claro
como si fuese a medio estado; luego desde la fuente sale tanta agua, que
se hace un grande ro ancho y lleno de pescado, y en el mismo
nacimiento hay muchos peces y buenos. Esta fuente que digo nace a el
pie de dos sierras, y tiene encima de s un muy notable y hermossimo

50
Ahuilizapan, actualmente ciudad de Orizaba, en el estado de Veracruz. (Cf. fray Diego Durn, Historia
de las Indias de la Nueva Espaa e islas de la Tierra firme, tomo II, Mxico, Ed. Porra, 1967, pg. 177.
pen de muy graciosa arboleda, que ni pintado ni como dicen hecho de
cera no podra ser ms lindo, ni ms entallado ni mejor proporcionado; es
por debajo muy redondo, y va subiendo y ensangostndose igualmente
por todas partes; tendr de altura ms de cien estados, y as en el pen
como en la fuente haba antiguamente grandes sacrificios, como en
lugares notables. Es cierto cosa muy de mirar y de grande admiracin ver
algo desviado unos montes tan altos y tan grandes que parece cosa
imposible que por all pueda pasar ro, y all en lo profundo da Dios a los
ros sus canales y cursos, ya anchas, ya llanas, angostas, y apretadas; en
partes corren con gran mansedumbre, y por otras partes corren con tanta
furia, que ponen temor y espanto a los que los miran de verlos ir por entre
altas y grandes rocas de pea tajada, y ver entrar un gran ro por muy
eStrecha canal; otras veces hace caer los ros de tan grande altura, que
apenas se ve lo profundo, ni hay quien se ose acercar a lo mirar, y si
algn monte se le pone delante, con su furia lo mina y barrena, Y hace
paso por donde pueda colar y pasar su furia a la otra parte, dejando
encima hecha puente firme y segura del mismo monte, por donde sin
peligro se pueda pasar. En lo alto de estos montes y en lo bajo todo es
tierra poblada, y tambin en (las) riberas de los ros, y por las laderas hay
poblaciones vistosas de lejos, que adornan y hermosean en gran manera
toda aquella comarca.

367 Cuando los frailes salen de sus monasterios y van a predicar y a


bautizar por los pueblos que estn en estos montes, que estn desviados
de los monasterios, luego como por la tierra se sabe, salen a el camino
los seores de los pueblos, o envan a ellos sus mensajeros de treinta y
cuarenta leguas, a rogarles que vayan a sus pueblos a bautizar a mucha
gente que los estn esperando, para que les enseen la palabra de Dios;
los unos pueblos estn en lo alto de los montes, otros estn en lo
profundo de los valles, y por esto los frailes es menester que suban a las
nubes, que por ser tan altos los montes, estn siempre llenos de nubes, y
otras veces tienen de abajar a los abismos, y como la tierra es muy
doblada, y con la humedad por muchas partes llena de lodo y
resbaladeros aparejados para caer, no pueden los pobres frailes hacer
estos caminos sin padecer en ellos grandsimos trabajos y fatigas. Yo soy
cierto que los que esta tierra anduvieron, que se les acuerde bien de lo
que digo, y confiesen y digan ser todo esto verdad. Con todo esto los
frailes los van a buscar, y a administrar los sacramentos y predicarles la
palabra y Evangelio de Jesucristo, porque viendo la fe y necesidad con
que lo demandan, a qu trabajo no se pondrn por Dios y por las nimas
que l cri a su imagen y semejanza, (y) redimi con su preciosa sangre,
por los cuales l mismo dice haber pasado das de dolor y de mucho
trabajo?

368 Los pueblos que estn ms abajo de la costa, en sabiendo que los
frailes andan visitando, luego van a los recibir y a llevar en acales o
barcas, en que vengan a sus pueblos, que la tierra hacia la costa en
muchas partes se manda por los ros, por estar perdidos los caminos, por
la falta de la gente, porque est muy despoblada segn lo que sola ser
bien poblada y abundante de gente, qUe por una parte los grandes
tributos y servicios, y casas que hacan a los espaoles lejos de sus
pueblos, y esclavos que sacaron y los hicieron sin lo ser, y en otras
partes guerras y entradas que los espaoles hicieron han quedado pocos
indios; y por otra parte los tigres y leones han comido mucha gente, lo
cual no solan hacer antes que los espaoles viniesen; la causa de esto
se cree que es, que cuando la gente era mucha, los tigres y leones no
osaban salir ni bajar de las montaas altas a lo bajo, y despus
encarnizronse en los indios que moran por los caminos, o fue por
permisin de Dios, porque cuando todos los otros pueblos de la tierra
reciban la fe y el bautismo, entonces tambin fuera razn que ellos
despertaran y buscaran a el verdadero Dios, y no hicieron. Aconteciles a
stos como a los gentiles advenedizos que poblaron a Samara, que
porque no temieron a Dios ni lo adoraron, mand Dios a los leones que
descendiesen de las montaas y los matasen y comiesen, de esta manera
ac en este tiempo que digo los leones y tigres salan a los pueblos de las
costas y mataron y comieron muchos indios, y algunos espaoles a
vueltas, tanto, que casi se despoblaron muchos pueblos, y a los indios
les fue forzado a des emparar la tierra, y los que quedaron en ella morar
juntos, y hacer cercados y palenques, y an con todo esto si de noche no
se velaban no estaban seguros.

369 Otros pueblos vi yo mismo que los moradores de ellos cada noche se
acogan a dormir en alto, que ellos tienen sus casillas de paja armadas
sobre cuatro pilares de palo, y en aquella concavidad que cubre la paja,
se hace un desvn o barbacoa cerrado por todas partes, y cada noche se
suben all a dormir, y all meten consigo sus gallinas y perrillos y gatos, y
si algo se les olvida de encerrar, son tan ciertos los tigres y leones que
comen todo cuanto abajo se olvida; pero estn ya tan diestros los perros
y gatos y aves, que venida la tarde todos se ponen en cobro, sin que sea
menester taer la queda, porque todos tienen cuidado de ponerse en
cobro con tiempo, so pena de la vida y de ser comido de los leones y
tigres. Despus que se han bautizado y se confiesan y han hecho iglesias,
ha cesado mucho la crueldad de aquellas animalias.

370 Los espaoles para defender y conservar a sus indios, buscaron


buenos perros que trajeron de Castilla, con los cuales han muerto
muchos tigres y leones. En un pueblo que se dice Chocamn, se han
muerto por cuenta ciento y diez tigres y leones, Y en otro pueblo que se
dice Amatln, el indio seor de este pueblo hubo dos perros de los de
Espaa, el uno de ellos era muy bueno, con los cuales ha muerto ciento y
veinte leones y tigres; yo vi muchos de los pellejos. Cuando los matan es
menester ayudar a los perros, porque en estas partes los tigres y los
leones en vindose acosados, luego se encaraman por los rboles; y para
echarlos abajo es menester flecharlos; porque muchas veces no alcanzan
con una larga lanza adonde ellos se encaraman, porque suben por un
rbol como un gato. Cuando algunos caminan en compaa por estas
tierras y duermen en el campo, hacen a la redonda de s muchos fuegos,
porque los leones y tigres tienen mucho temor a el fuego y huyen de l;
por estas causas dichas lo ms del trato y camino de los indios en aquella
tierra es por acales o barcas por el agua. Acale en esta lengua quiere
decir casa hecha sobre el agua; con stas navegan por los grandes ros,
como son los de la costa, y para sus pesqueras y contrataciones; y con
stas salen a la mar; y con las grandes de estas acales navegan de una
isla (a otra) y se atreven a atravesar algn golfo pequeo. Estas acales o
barcas cada una es de una sola pieza, de un rbol tan grande y tan grueso
como lo demanda la longitud, y conforme a el ancho que le pueden dar,
que es de lo grueso del rbol de que se hacen, y para esto hay sus
maestros como en Vizcaya los hay (de) los navos; y como los ros se van
haciendo mayores cuanto ms se allegan a la costa, son mayores estos
acales o barcas. En todos los ros grandes de la costa, y muchas leguas
la tierra adentro, hay tiburones y lagartos que son bestias marinas;
algunos quieren decir que estos largatos sean de los cocodrilos. Son
algunos de tres brazas en largo, y aun me dicen que en algunas partes los
hay mayores y son casi el grueso y cuerpo de un caballo; otros hay harto
menores. Adonde stos o los tiburones andan encarnizados nadie osa
sacar la mano fuera de la barca, porque estas bestias son muy prestas en
el agua, y cuando alcanzan tanto cortan, y llvanse Un hombre atravesado
en la boca. Tambin stos han muerto muchos indios y algunos pocos
espaoles. Los lagartos salen fuera del agua, y estn muy armados de su
mismo cuero, el cual es tan duro, que no es ms dar en l con una lanza o
con una saeta que dar en una pea. Las noches que los indios duermen
en el agua en aquellos acales, no se tienen que descuidar por temor de
las bestias marinas; y por temor de los tigres y leones no osan salir a
tierra. Tambin hacen los ros antes que entren en la mar muy grandes
esteras y lagunas muy anchas, tanto, que de la una parte a la otra y a la
redonda casi se pierde la tierra de vista; con temporal recio hace en estas
lagunas grandes olas como en la mar con tanta furia, que si se toma
dentro algunos indios que van a pescar en aquellos acales, los pone
temor y hace peligrar algunos; de manera que, como dice San Pablo, todo
este mundo est lleno de barrancos y peligros, y lazos y asechanzas, de
lo cual todo libra Dios a los que entienden y se ocupan en su servicio
como hace a los que entienden en la conversin de estos indios, porque
hasta hoy se sabe que a ningn fraile haya muerto bestias bravas, aunque
algunos se han visto entre ellas, ni ha muerto ningn fraile en ninguna
nao de las que han venido de Espaa, ni se ha perdido nao en que
viniesen frailes, porque Dios los guarda maravillosamente.

CAPITULOXI
371 En el cual prosigue la materia, y nombra algunos grandes ros que
bajan de los montes, y de su riqueza; trata algo del Per.

372 Habiendo dicho algo de los montes, aunque sumariamente, justo ser
decir algo de los ros que en ellos salen, que son muchos y grandes,
segn que parece por la carta del navegar, adonde claramente se ve su
grandeza ser tanta, que de muchos de ellos se coge agua dulce dentro en
la mar alta, y se navegan Y suben por ellos muchas leguas, y todas sus
riberas solan ser muy pobladas de indios, aunque ahora en muchas
partes y provincias las conquistas y entradas que han hecho las armadas
han despoblado mucho la tierra, y los indios que han quedado,
temerosos, se han metido la tierra adentro. De estos ros que digo he
visto algunos, pero de slo uno quiero decir, que ni es de los mayores ni
de los menores, y por ste se podr entender la grandeza que los otros
deben tener, y qu tales deben ser.

373 Este ro de quien trato se llama en lengua de los indios Papaloapa, y


es buen nombre, porque l papa y recoge en s mUchos ros. La tierra que
este ro riega es de la buena y rica que hay en toda la Nueva Espaa, y
adonde los espaoles echaron el ojo como a tierra rica; y los que en ella
tuvieron repartimiento llevaron y sacaron de ella grandes tributos, y tanto
la chuparon, que la dejaron ms pobre que otra, y como estaba lejos de
Mxico no tuvo valedores. A este ro pusieron los espaoles nombre el ro
de Alvarado, porque cuando vinieron a conquistar esta tierra, el
adelantado Pedro de Alvarado se adelant con el navo que traa, y entr
por este ro arriba la tierra adentro. El principio de este ro y su
nacimiento es de las montaas de Zonguilica, aunque la principal y mayor
fuente que tiene es la que dije de Aticpac. En este ro de Papaloapa entran
otros grandes ros, como son el ro de Quiuhtepec y el Uitzila, el de
Chinantla, y el de Queuhquepaltepec y el de Tuztlan, y el de Teuziyuca. En
todos estos ros hay oro y no poco, pero el ms rico es el de Uitzila. Cada
uno de estos ros, por ser grandes, se navegan con acales, y hay en ellos
mucho pescado y bueno. Despus que todos entran en la madre hcese
un muy hermoso ro y de muy hermosa ribera llena de grandes arboledas.
Cuando va de avenida arranca aquellos rboles, que cierto es cosa de ver
su braveza, y lo que hinche; antes que entre en la mar, revienta y hinche
grandes esteros y hace grandes lagunas, y con todo esto cuando va ms
bajo lleva dos estados y medio de altura, y hace tres canales, la una de
pea, la otra de lama, y la otra de arena. Es tanto el pescado que este ro
lleva, que todos aquellos esteros y lagunas estn cuajados que parece
hervir los peces por todas partes. Mucho haba que decir de este ro y de
su riqueza, y para que algo se vea quiero contar de un solo estero, que
dura siete u ocho leguas, que se llama el Estanque de Dios.

374 Este estero o laguna que digo parte trminos entre dos pueblos; a el
uno llaman Queuhquepaltepec, y al otro Otlaitlan; ambos fueron bien
ricos y gruesos; as de gente como de todo lo dems; va tan ancho este
estero como un buen ro, y es bien hondo; y aunque lleva harta agua,
como va por tierra muy llana, parece que no corre para ninguna parte; al
mucho pescado que en l hay suben por l tiburones, lagartos, bufeos;
hay en este estero sbalos tan grandes como toninas, y as andan en
manadas y saltando sobre aguadas como toninas; hay tambin de los
sbalos de Espaa y de aquel tamao, y los unos y los otros son de
escama y manera y nombre los unos como los otros; por este estero
suben y se cran en l manates o malates; asimismo se ceban en este
estero muchas aves de muchas maneras; andan muchas garzas reales y
otras tan grandes como ellas, sino que son ms pardas y ms oscuras, y
no de tan grande cuello; andan otras aves como cigeas, y el pico es
mayor, y es una cruel bisarma; hay garzotas, de muchas de las cuales se
hacen hermosos penachos, por ser las plumas mucho mayores que las
garzotas de Espaa; hay de estas cosas sinnmero: alcatraces, cuervos
marinos; algunas de stas y otras aves somorgujando debajo del agua
sacaban muchos peces. Las otras menores aves que no saben pescar
estn esperando la pelea que los pescados grandes tienen con los
menores, y los medianos a los pequeos, y en este tiempo como se
desbarata el cardumen del pescado, y van saltando los unos y los otros
guarecindose a la orilla, entonces se ceban las aves en los peces que
saltan y en los que se van a la orilla del agua; y a el mejor tiempo vienen
de encima gavilanes y halcones a cebarse en aquellas aves que andan
cebndose en los peces, y como son tantas tienen bien en qu se cebar;
lo uno y lo otro es tan de ver, que pone admiracin ver cmo los unos se
ceban en los otros, y los otros en los otros, y cada uno tiene su matador.
Pues mirando a la ribera y prados, hay muchos venados y conejos y
liebres en grande abundancia, mayormente venados, adonde vienen los
tigres y leones a cebarse en ellos; dems de esto, de una parte y de otra
va muy gentil arboleda, que dems de las aves ya dichas, hay unas como
sierpes que los indios llaman queuhquezpal, que quiere decir sierpe de
monte; a los lagartos grandes llaman sierpe de agua. En las islas llaman a
las primeras, iguanas. Estas andan en tierra y entre tierra y agua, y
parecen espantosas a quien no las conoce; son pintadas de muchas
colores, y el largo de seis palmos, ms o menos. Otras hay en las
montaas y arboledas que son ms pardas y menores; las unas y las
otras comen en da de pescado, y su carne y sabor es como de conejo;
stas salen al sol y se ponen encima de los rboles, en especial cuando
hace da claro.

375 En este estero y en el ro hay otros muchos gneros de aves, en


especial unas aves muy hermosas, a que los indios llaman teUcachule,
que quiere decir dios cachule. Estas as por su hermosura como por su
preciosidad, los indios las tenan por dioses, toda la pluma que estas
aves tienen es muy buena y fina para las obras que los indios labran de
pluma y oro; son mayores que gallos de Castilla. Entre otras muchas
especies de patos y nades, hay tambin unos negros, y las alas un poco
blancas, que ni son bien ansares ni bien lavancos; stos tambin son de
precio. De stos sacan la pluma de que tejen las mantas ricas de pluma;
sola valer uno de stos en la tierra adentro un esclavo; ahora de los
patos que han venido de Castilla y de los lavancos, los tienen los indios
para pelar y sacar pluma para tejer; la pluma de los de Castilla no es tan
buena como la de los de esta tierra.
376 En este ro y sus lagunas y esteros se toman manates, que creo que
es el ms precioso pescado que hay en el mundo; algunos de stos
tienen tanta carne como un buey, y en la boca se parecen mucho a el
buey; tienen algo ms escondida la boca, y la barba ms gruesa y ms
carnuda que el buey; sale a pacer a la ribera, y sabe escoger buen pasto,
porque de yerba se mantiene; no sale afuera del agua ms de medio
cuerpo, y levntase sobre dos manos o cotones que tiene algo anchos, en
los cuales seala cuatro uas como de elefante, sino que son mucho
menores, y as tiene los ojos y el cuero como de elefante; lo dems de su
manera y propiedades pone bien el libro de la Historia general de las
Indias, haylos en este estero y aqu los arponan los indios y los toman
con redes.

377 De dos veces que yo navegu por este estero que digo, la una fue una
tarde de un da claro y sereno, y es verdad que yo iba la boca abierta
mirando aquel Estanque de Dios, y vea cun poca cosa son las cosas de
los hombres y las obras y estanques de los grandes prncipes y seores
de Espaa, y cmo todo es cosa contrahecha adonde estn los prncipes
del mundo, que tanto trabajan por cazar las aves para volar las altaneras
desvanecindose tras ellas; y otros en atesorar plata y oro y hacer casas
y jardines y estanques; en lo cual ponen su felicidad; pues miren y
vengan aqu, que todo lo hallarn junto, hecho por la mano de Dios, sin
afn ni trabajo, lo cual todo convida a dar gracias a quien hizo y cri las
fuentes y arroyos, y todo lo dems en el mundo, criado con tanta
hermosura; y todo para servicio del hombre, y con todo ello
malcontentos; pues que desde una tierra tan rica y tan lejos como es
Espaa muchos han venido no contentos con lo que sus padres se
contentaron (que por ventura fueron mejores y para ms que no ellos), a
buscar el negro oro de esta tierra, que tan caro cuesta, y a enriquecerse y
usurpar en tierra ajena lo de los pobres indios, y tratarlos y servirse de
ellos como de esclavos. Pues mirndolo y notndolo bien, todos cuantos
ros hay en esta Nueva Espaa, qu han sido sino ros de Babilonia,
adonde tantos llantos y tantas muertes ha habido, y adonde tantos
cuerpos y nimas han perecido? Oh, y cmo lloran esto las viudas y an
las casadas en Espaa, por los ahogados en estos ros y muertos en esta
tierra y a los ac olvidados y abarraganados sin cuidado de volver a sus
casas, ni a donde dejaron sus mujeres, dadas por la ley y mandamiento
de Dios; otro dilatando su partida, no queriendo ir hasta que estn muy
ricos; y los ms de stos permite Dios que vienen a morir en un hospital!
Haba de haber para stos un fiscal que los apremiase con penas; porque
ms le valiera ser buenos por mal, que no dejarlos perseverar en su
pecado; no s si les cabr parte de la culpa a los prelados y confesores;
porque si stos hiciesen lo que es en s y los castigasen y reprendiesen;
ellos volvieran a sus casas y a remediar a sus hijos.

378 A los moradores de las islas no les bastan los indios que de ellas han
acabado y despoblado, sino buscar mil modos y maneras para con sus
armadas venir a hacer saltos a la tierra firme; denle cuanto buena color
quisiere delante de los hombres, que delante de Dios yo no s qu tal
ser.
379 Oh, qu ro de Babilonia se abri en la tierra del Per! Y cmo el
negro oro se vuelve en amargo lloro, por cuya codicia muchos vendieron
sus patrimonios, con que se pudieran sustentar tan bien como sus
antepasados! Y engaados de sus vanas fantasas, de adonde pesaban
llevar con qu se gozar, vinieron a llorar, porque antes que allegaran a el
Per, de diez apenas escapaba uno, y de ciento, diez; y de aquellos que
escapaban, allegados al Per han muerto mil veces de hambre y otras
tantas de sed, sin otros muchos e innumerables trabajos, sin los que han
muerto a espada, que no han sido la menor parte. Y porque de mil ha
vuelto uno a Espaa, y ste lleno de bienes, por ventura mal adquiridos, y
segn San Agustn, no llegarn al tercero heredero, y ellos y el oro todos
van de una color, porque con el oro cobraron mil enfermedades, unos
tullidos de bubas, otros con mal de ijada, bazo y piedra, y rones, y otras
mil maneras y gneros de enfermedades, que los que por esta Nueva
Espaa aportan en la color los conocen, y luego dicen: este perulero es; y
por uno que con todos estos males (sin el mayor mal que es el de su
alma) aporta a Espaa rico, se mueven otros mil locos a venir a buscar la
muerte del cuerpo y del nima; y pues no os contentaste con lo que en
Espaa tenales, para pasar y vivir como vuestro pasados, en pena de
vuestro yerro es razn que padezcis fatigas y trabajos sin cuento.

380 Oh, tierra del Per, ro de Babilonia, montes de Gelboe, adonde


tantos espaoles y tan noble gente ha perecido y muerto, la maldicin de
David te comprendi, pues sobre muchas partes de tu tierra ni cae lluvia,
ni llueve, ni roca! Nobles de Espaa, llorad sobre estos malditos
montes!, pues los que en las guerras de Italia y frica peleaban como
leones contra sus enemigos, volaban como guilas siguiendo a sus
adversarios, en la tierra del Per murieron no como valerosos, ni como
quien ellos eran, sino de hambre y sed, y fro, padeciendo otros
innumerables trabajos, unos en la mar, otros en los puertos, otros en los
caminos, otros en los montes y despoblados. Odo he certificar que
aunque la tierra del Per ha sido de las postreras que se descubrieron, ha
costado ms vidas de espaoles que costaron las Islas y Tierra Firme y
Nueva Espaa. A dnde ha habido en tierra de infieles de tan pocos aos
ac tantas batallas como ha habido de cristianos contra cristianos, tan
crueles con en el Per, y a donde tantos muriesen? Bien sealado qued
el campo de la sangre que all se derram, y de lo que despus sucedi
muestra el grande espanto de las crueles muertes. Porque como esta
batalla se dio en unos campos rasos, adonde no hay rboles ni montes,
fueron vistas lumbres algunas noches, y muy temerosas y espantosas
voces como de gente trabada en batalla, que decan: mueran, mueran,
mtalos, mtalos, a ellos, a ellos, prndelo, llvale, no le dejes vida!, etc.;
y (que) esto sea verdad muchos espaoles que del Per han venido a esta
Nueva Espaa lo han certificado, y tambin ha venido por testimonio, que
qued aquel lugar donde fue la batalla tan temeroso, que aun de da no
osaban pasar por all, y los que de necesidad han de pasar parece que
van como espantados y que los cabellos se les respeluzan, sin poder ser
otra cosa en su mano. Mas bastante fue la avaricia de nuestros espaoles
para destruir y despoblar esta tierra que todos los sacrificios y guerras y
homicidios que en ella hubo en tiempo de su infidelidad, con todos los
que por todas partes se sacrificaban, que eran muchos; y porque algunos
tuvieron fantasa y opinin diablica que conquistando a fuego y a sangre
serviran mejor los indios, y que siempre estaran en aquella sujecin y
temor, asolaban todos los pueblos a donde llegaban; cmo en verdad
fuera mejor haberlos ganado con amor, para que tuvieran de quin se
servir! Y estando la tierra poblada, estuviera rica, y todos ellos fueran
ricos, y no tuvieran tanto de qu dar estrecha cuenta al tiempo de la final
residencia, pues el mismo Dios dice que por cada nima de un prjimo
dars la tuya y no otra prenda; porque Cristo como Seor soberano echa
mano de lo bien parado y entrgase en lo mejor, as por el indio que por el
demasiado trabajo que le das muere en tu servicio o por tu causa, y ms
si por tu culpa el tal muere sin bautismo; pues mira que sois sus guardas,
y que se dan en guarda y encomienda, y que tenis de dar cuenta de ellos
y muy estrecha, porque la sangre y muerte de stos que tan poco
estimis clamar delante de Dios, as de la tierra del Per como de las
Islas y Tierra Firme; por eso ande buena olla y mal testamento, que el que
no hace lo que debe, su muerte come en la olla; por eso no curis de
saber de dnde viene la gallina sin pagarla, y por qu se traen los conejos
y codornices y los otros muchos presentes y servicios, que queris de
vuestra boca sea medida, descuidados de saber el dao que hacen
vuestros ganados en las heredades y sementeras ajenas, las joyas a el
tiempo del tributo demasiadas, y mandar que den mantas y alpargates a
los criados y criadas, y de vestir y calzar a los esclavos, y que traigan
miel y cera, sal y loza, y esteras y todo cuanto se les antoja a las seoras;
y a el negro y a la negra demandar esto, es de remediar y sentir que se
recibe con mala conciencia, porque todas estas cosas sern tradas y
presentadas en el da de la muerte, si ac primero no se restituyen, y no
aguardar a el tiempo del dar de la cuenta, cuando no se puede volver el
pie atrs, ni hay lugar de enmienda. Ciertamente gran merced hace Dios a
los que de esta parte de la muerte los retrae de los pecados y les da
tiempo de penitencia y lumbre de conocimiento; a este fin se escriben
semejantes cosas, para que despierte el que duerme.

381 Cuando los espaoles se embarcan para venir a estas tierra, a unos
les dicen, a otros se les antoja, que van a la isla de Ofir, de donde el rey
Salomn llev el oro muy fino, y que all se hacen ricos cuantos a ella
van; otros piensan que van a las islas de Tarsis o al gran Zupango 51, a do
por todas partes es tanto el oro, que lo cogen a haldadas, otros dicen que
van en demanda de las Siete Ciudades 52, que son tan grandes y tan ricas,
que todos han de ser seores de salva. Oh, locos y ms que locos! Y si
quisiese Dios y tuviese por bien que de cuantos han muerto por estas
partes resucitase uno para que fuese a desengaar y testificar y dar
voces por el mundo, para que no viniesen los hombres a tales lugares a
buscar la muerte con sus manos! Y son como las suertes, que salen en
lleno y con preseas, veinte y salen diez o doce mil en blanco.

51
Cipango, se refiere al Japn.
52
Se refiere a las siete ciudades de Cbola, mencionadas por parte de fray Marcos de Niza y que provoc
grandes fantasas en los espaoles creyendo se trataba de ciudades bruidas en oro. Situadas en las
regiones que luego formaran Nuevo Mxico. al norte de la frontera actual de los Estados Unidos con
Mxico.
CAPITULOXII

382 Que cuenta del buen ingenio y grande habilidad que tienen los indios
en aprender todo cuanto les ensean; y todo lo que ven con los ojos lo
hacen en breve tiempo.

383 El que ensea a el hombre la ciencia, ese mismo provey y dio a


estos indios naturales grande ingenio y habilidad para aprender todas las
ciencias, artes y oficios que les han enseado, porque con todos han
salido en tan breve tiempo, que en viendo los oficios que en Castilla estn
muchos aos en deprender, ac en slo mirarlos y verlos hacer, tan
muchos quedado maestros. Tienen el entendimiento vivo, recogido y
sosegado, no orgulloso ni derramado como otras naciones.

384 Deprendieron a leer brevemente, as en romance como en latn, y de


tirado y letra de mano. Apenas hay carta en su lengua, de muchas que
unos a otros se escriben, que como los mensajeros son baratos, andan
bien espesas; todos las saben leer, hasta los que ha poco se comenzaron
a ensear.

385 Escribir se ensearon en breve tiempo, porque en pocos das que


escriben luego contrahacen la materia que les dan sus maestros, y si el
maestro les muda otra forma de escribir, como es cosa muy comn que
diversos hombres hacen diversas formas de letras, luego ellos tambin
mudan la letra y la hacen de la forma que les da su maestro.

386 En el segundo ao que los comenzamos a ensear dieron a un


muchacho de Tezcuco por muestra una bula, y sacla tan a el natural, que
la letra que hizo pareca el mismo modelo, porque el primer rengln era de
letra grande, y abajo sac la firma ni ms ni menos, y un I.H.S. con una
imagen de Nuestra Seora, todo tan al propio, que pareca no haber
diferencia del molde a la otra letra; y por cosa notable y primera la llev
un espaol a Castilla. Letras grandes y griegas, pautar y apuntar, as
canto llano como canto de rgano, hacen muy liberalmente, y han hecho
muchos libros de ello, y tambin han deprendido a encuadernar e
iluminar, alguno de ellos muy bien, y han sacado imgenes de planchas
de bien perfectas figuras, tanto que se maravillan cuantos las ven, porque
de la primera vez la hacen perfecta, de las cuales tengo yo bien primas
muestras.

387 El tercero ao les impusimos en el canto, y algunos se rean y


burlaban de ellos, as porque parecan desentonados como porque
parecan tener flacas voces; y en la verdad no las tienen tan recias ni tan
suaves como los espaoles, y creo que lo causa andar descalzos y mal
arropados los pechos, y ser las comidas tan pobres, pero como hay
muchos en qu escoger, siempre hay razonables capillas. Fue muy de ver
el primero que los comenz a ensear el canto; era un fraile viejo y
apenas saba ninguna cosa de la lengua de los indios, sino la nuestra
castellana, y hablaba tan en forma y en seso con los muchachos como si
fuera con cuerdos espaoles; los que lo oamos no nos podamos valer
de risa, y los muchachos la boca abierta oyndole muy atentos ver qu
quera decir. Fue cosa de maravilla, que aunque a el principio ninguna
cosa entendan, ni el viejo tena intrprete, en poco tiempo le entendieron
y aprendieron el canto de tal manera, que ahora hay muchos de ellos tan
diestros que rigen capillas; y como son de vivo ingenio y gran memoria,
lo ms de lo que cantan saben de coro, tanto, que si estando cantando se
revuelven las hojas o se cae el libro, no por eso dejan de cantar, sin errar
en un punto; y si ponen el libro en una mesa tan bien cantan los que
estn a el revs y a los lados como los que estn delante. Un indio de
estos cantores, vecino de esta ciudad de Tlaxcala, ha compuesto una
misa entera, apuntada por puro ingenio, aprobada por buenos cantores
de Castilla que la han visto.

388 En lugar de rganos tienen msica de flautas concertadas, que


parecen propiamente rganos de palo, porque son muchas flautas. Esta
msica ensearon a los indios unos menstriles que vinieron de Espaa; y
como ac no hubiese quin a todos juntos los recibiese y diese de comer,
rogmosles que se repartiesen por los pueblos de los indios, y que les
enseasen pagndoselo, y as los ensearon. Hacen tambin chirimas,
aunque no las saben dar el tono que han de tener. Un mancebo indio que
taa flauta ense a taer a otros indios en Teuacan, y en un mes todos
supieron oficiar una misa y vsperas, himnos, y magnificat, y motetes; y
en medio ao estaban muy gentiles taadores. Aqu en Tlaxcala estaba un
espaol que lo ensease, el cual le dio solas tres lecciones, en las cuales
de prendi todo lo que el espaol saba; y antes que pasasen diez das
taa con el rabel entre las flautas, y discantaba sobre todas ellas. Ahora
he sabido que en Mxico hay maestro que tae vihuela de arco, y tiene ya
hechas todas cuatro voces; yo creo que antes del ao sabrn tanto los
indios como su maestro, o ellos podrn poco.

389 Hasta comenzados a ensear el latn o gramtica hubo muchos


pareceres, as entre los frailes como de otras personas, y cierto se les ha
enseado con harta dificultad, ms con haber salido muy bien con ello se
da el trabajo por bien empleado, porque hay muchos de ellos buenos
gramticas, y que componen oraciones largas y bien autorizadas, y
versos hexmetros y pentmetros, y lo que en ms se debe tener es el
recogimiento de los estudiantes, que es como de novicios frailes, y esto
con poco trabajo de su maestro; porque estos estudiantes y colegiales
tienen su colegio bien ordenado, adonde solos ellos se ensean; porque
despus que vieron que aprovechaban en el estudio, pasaron los del
barrio de San Francisco de Mxico a el otro barrio que se llama Santiago
de Tepepulco Tatelulco (sic) adonde ahora estn con dos frailes que los
ensean, y con un bachiller indio que les lee gramtica.

390 Una muy buena cosa aconteci a un clrigo recin venido de Castilla,
que no poda creer que los indios saban la doctrina cristiana, ni pater
nostre, ni Credo bien dicho; y como otros espaoles le dijesen que s, l
todava incrdulo; y a esta sazn haban salido dos estudiantes del
colegio, y el clrigo pensando que eran de los otros indios, pregunt a
uno si saba el pater noster y dijo que s, e hzosele decir, y despus
hzole decir el Credo, y djole bien; y el clrigo acusle una palabra que el
indio bien deca, y como el indio se afirmase en que deca bien, y el
clrigo que no, tuvo el estudiante necesidad de probar cmo deca bien, y
preguntle hablando en latn; reverende pater, (nato) cujus casus est?
Entonces como el clrigo no supiese gramtica, qued confuso y atajado.

CAPITULOXIII

391 De los oficios mecnicos que los indios han aprendido de los
espaoles, y de los que ellos de antes saban.

392 En los oficios mecnicos, as los que de antes los indios tenan como
los que de nuevo han aprendido de los espaoles, se han perfeccionado
mucho; porque han salido grandes pintores despus que vinieron las
muestras y imgenes de Flandes y de Italia que los espaoles han trado,
de las cuales han venido a esta tierra muy ricas piezas, porque a donde
hay oro y plata viene todo; en especial los pintores de Mxico, porque all
va a parar todo lo bueno que a esta tierra viene; y de antes no saba pintar
sino una flor o un pjaro, o una labor; y si pintaban un hombre o un
caballo, era muy mal entallado; ahora hacen buenas imgenes.
Aprendieron tambin a batir oro, porque un batidor de oro que pas a
esta Nueva Espaa, aunque quiso esconder su oficio de los indios, no
pudo, porque ellos miraron todas las particularidades del oficio y
contaron los golpes que daba con el martillo, y cmo volva y revolva el
molde, y antes que pasase un ao sacaron oro batido. Han salido tambin
algunos que hacen guadamaciles buenos, hurtado el oficio al maestro, sin
l se lo querer amostrar, aunque tuvieron harto trabajo en dar la color
dorado y plateado. Han sacado tambin algunas buenas campanas y de
buen sonido; ste fue uno de los oficios con que mejor han salido. Para
ser buenos plateros no les falta otra cosa sino la herramienta, que no la
tienen; pero una piedra sobre otra hacen una taza llana y un plato; mas
para fundir una pieza y hacerla de vaciado, hacen ventaja a los plateros
de Espaa, porque funden un pjaro que se le anda la lengua y la cabeza
y las alas; y vacan un mono u otro monstruo que se le anda la cabeza,
lengua, pies y manos; y en las manos pnenle unos trebejuelos que
parece que bailan con ellos; y lo que ms es, que sacan una pieza la
mitad de oro y la mitad de plata, y vacan un pece con todas sus escamas,
la una de oro y la otra de plata.

393 Han deprendido a curtir corambres, a hacer fuelles de herreros, y son


buenos zapateros, que hacen zapatos y servillas, borcegues, y pantuflos,
chapines de mujeres, todo lo dems que se hace en Espaa; este oficio
comenz en Michuacn, porque all se curten los buenos cueros de
venado.

394 Hacen todo lo que es menester para una silla jineta, bastos y fustes,
coraza y sobrecoraza; verdad es que el fuste no le acertaban a hacer, y
como un sillero tuviese un fuste a la puerta, un indio esper a que el
sillero se entrase a comer, y hurtle el fuste para sacar otro por l, y luego
otro da a la misma hora estando el sillero comiendo, tornle a poner al
fuste en su lugar; y desde a seis o siete das vino el indio vendiendo
fustes por las calles, y fue a casa del sillero y djole si le quera comprar
de aquellos fustes, de lo cual creo yo que pes a el sillero, porque en
sabiendo un oficio los indios, luego abajan los espaoles los precios,
porque como no hay ms que un oficial de cada uno, venden como
quieren, y para esto ha sido gran matador la habilidad y buen ingenio de
los indios.

395 Hay indios herreros y tejedores, y canteros, y carpinteros y


entalladores; y el oficio que el mejor han tomado y con que mejor han
salido ha sido sastres, porque hacen unas calzas, y un jubn y sayo, y
capa, de la manera que se lo mandan, tan bien como en Castilla, y todas
las otras ropas que no tienen nmero sus hechuras; porque nunca hacen
sino mudar trajes y buscar invenciones nuevas. Tambin hacen guantes y
calzas de aguja de seda, y bonetillos de seda, y tambin son bordadores
razonables. Labran bandurrias, vihuelas y arpas, y en ellas mil labores y
lazos. Sillas de caderas han hecho tantas que las casas de los espaoles
estn llenas. Hacen tambin flautas muy buenas. En Mxico estaba un
reconciliado, y como traa sambenito, viendo los indios que era nuevo
traje de ropa, pens uno que los espaoles usaban aquella ropa por
devocin en la cuaresma, y luego fuese a su casa e hizo sus sambenitos
muy bien hechos y muy pintados; y sale por Mxico a vender su ropa
entre los espaoles y deca en lengua de indios: tiouazne quibenito, que
quiere decir: quieres comprar sambenito? Fue la cosa tan reda por toda
la tierra, que creo que alleg a Espaa, y en Mxico qued como refrn: Ti
que quis benito.
CAPITULOXIV

396 De la muerte de tres nios, que fueron muertos por los indios, porque
les predicaban y destruan sus dolos, y de cmo los nios mataron a el
que se deca ser dios del vino.

397 A el principio, cuando los frailes menores vinieron a buscar la salud


de las nimas de estos indios, pareciles que convena que los hijos de
los seores y personas principales se recogensen en los monasterios; y
para esto dio mucho favor y ayuda el marqus del Valle, que a la sazn
gobernaba, y para todo lo dems tocante a la doctrina cristiana; y como
los indios naturales le amaban y teman mucho, obedecan de buena gana
su mandamiento en todo, hasta dar sus hijos, que a el principio se les
hizo tan cuesta arriba, que algunos seores escondan a sus hijos, y en
su lugar ataviaban y componan algn hijo de su criado o vasallo, o
esclavillo, y envibanle acompaado con otros que le sirviesen por mejor
disimular, y por no dar a el hijo propio. Otros daban algunos de sus hijos,
y guardaban los mayores y los ms regalados. Esto fue al principio, hasta
que vieron que eran bien tratados y doctrinados los que se criaban en la
casa de Dios, que como conocieron el provecho, ellos mismos los venan
despus a traer y a rogar con ellos, y luego se descubri tambin el
engao de los nios escondidos; y porque viene a propsito contar de la
muerte que los nios dieron a un indio que se haca dios, y despus la
muerte que un padre dio a su hijo, y las muertes de otros dos nios
indios, ya cristianos.

398 Como en el primer ao que los frailes menores poblaron en la ciudad


de Tlaxcala recogesen los hijos de los seores y personas principales
para los ensear en la doctrina de nuestra santa fe, los que servan en los
templos del demonio no cesaban en el servicio de los dolos, e inducir al
pueblo para que no dejasen sus dioses, que eran ms verdaderos que no
los que los frailes predicaban, y que as lo sustentaran; y por esta causa
sali uno de los ministros del demonio (que por venir vestido de ciertas
insignas de un dolo o demonio Umotochtli, y (ser) su ministro, se llamaba
umetoch cocoya, segn que aqu se pintar), sali al tianguez o mercado.
Este demonio Umotochtli53 era uno de los principales dioses de los
indios, y era adorado por el dios del vino, y muy temido y acatado, porque
todos se embeodaban y de la beodez resultaban todos sus vicios y
53
Ometochtli, dios del vino. Tambin sacerdote de elevada jerarqua.
pecados; y estos ministros que as estaban vestidos de las vestiduras de
este demonio, salan pocas veces fuera de los templos o patios del
demonio, y cuando salan tenanles tanto acatamiento y reverencia, que
apenas osaba la gente a alzar los ojos para mirarles; pues este ministro
as vestido sali y andaba por el mercado comiendo o mascando unas
piedras agudas de que ac usan en lugar de cuchillos, que son unas
piedras tan negras como azabaches, y con cierta arte las sacan delgadas
y del largor de un jeme, con tan vivos filos como una navaja, sino que
luego saltan y se mellan; este ministro para mostrarse feroz y que haca lo
que otros no podan hacer, andaba mascando aquellas navajas por el
mercado y mucha gente tras l. A esta sazn venan los nios, que se
enseaban en el monasterio, del ro de lavarse, y haban de atravesar por
el tianguez o mercado; y como viesen tanta gente tras el demonio,
preguntaron qu era aquello, y respondieron unos indios diciendo:
nuestro dios Umotoch; los nios dijeron: no es dios sino diablo, que os
miente y engaa. Estaba en medio del mercado una cruz, adonde los
nios de camino iba a hacer oracin, y all se detenan hasta que todos se
ayuntaban, que como eran muchos iban derramados. Estando all, vnose
para ellos aquel mal demonio, o que traa sus vestiduras, y comenz de
reir a los nios y mostrarse muy bravo, dicindoles: que presto se
moriran todos, porque le tenan enojado, y haban dejado su casa e dose
a la de Santa Mara. A lo cual algunos de los grandecillos que tuvieron
ms nimo le respondieron: que l era el mentiroso, y que no le tenan
ningn temor porque l no era dios sino diablo y malo y engaador. A
todo esto el ministro del demonio no dejaba de afirmar que l era dios y
que los haba de matar a todos, mostrando el semblante muy enojado,
para les poner ms temor. Entonces dijo uno de los muchachos: veamos
ahora quin morir, nosotros o ste; y abajse por una piedra y dijo a los
otros: echemos de aqu este diablo, que Dios nos ayudar; y diciendo
esto tirle con la piedra, y luego acudieron todos los otros; y aunque a el
principio el demonio haca rostro, como cargaron tantos muchachos
comenz a huir, y los nios con gran grita iban tras l tirndole piedras, e
ibaseles por pies; mas permitindolo Dios y merecindolo sus pecados,
estropez y cay, y no hubo cado cuando le tenian muerto y cubierto de
piedras, y ellos muy regocijados decan: matamos al diablo que nos
quera matar. Ahora vern los macehuales (que es la gente comn) cmo
ste no era dios sino mentiroso, y Dios y Santa Mara son buenos.
Acabada la lid y contienda, no pareca que haban muerto hombre sino al
mismo demonio. Y como cuando la batalla rompida los que quedan en el
campo quedan alegres con la victoria y los vencidos desmayados y
tristes, as quedaron todos los que crean y servan a los dolos, y la gente
del mercado quedaron todos espantados, y los nios muy ufanos
diciendo: Jesucristo, Santa Mara nos han favorecido y ayudado a matar a
este diablo. En esto ya haban venido muchos de aquellos ministros muy
bravos, y queran poner las manos en los muchachos, sino que no se
atrevieron porque Dios no lo consinti ni les dio nimo para ello; antes
estaban como espantados en ver tan grande atrevimiento de muchachos.
Vanse los nios muy regocijados para el monasterio y entran diciendo
cmo haban muerto al diablo. Los frailes no les entendan bien, hasta
que el intrprete les dijo cmo haban muerto a uno que traa vestidas las
insignias del demonio. Espantados los frailes y querindolo castigar y
amedrentar, preguntaron quin lo haba hecho? A lo cual respondieron
todos juntos: nosotros lo hicimos. Preguntles otra vez su maestro:
Quin tir la primera piedra? Respondi uno y dijo: yo la ech. Y luego el
maestro mandbale azotar dicindole: que cmo haba hecho tal cosa, y
haba muerto (un) hombre? El muchacho respondi: que no haba muerto
hombre sino demonio; y que si no lo crean que lo fuesen a ver. Entonces
salieron los frailes y fueron a el mercado, y no vieron sino un gran
montn de piedras, y descubriendo y quitando de ellas vieron cmo el
muerto estaba vestido del pontifical del diablo, y tan feo como el mismo
demonio. No fue la cosa de tan poca estima, que por slo este caso
comenzaron muchos indios a conocer los engaos y mentiras del
demonio, y a dejar su falsa opinin, y venirse a reconciliar y confederar
con Dios y a oir su palabra.

399 En esta ciudad de Tlaxcala fue un nio encubierto por su padre,


porque en esta ciudad hay cuatro cabezas o seores principales, entre los
cuales se reduce toda la provincia, que es harto grande, de la cual se dice
que salan cien mil hombres d pelea. Dems de aquellos cuatro seores
principales, haba otros muchos que tenan y tienen muchos vasallos.
Uno de los ms principales de stos, llamado por nombre Axutecath 54,
tena sesenta mujeres, y de las ms principales de ellas tena cuatro hijos,
los tres de stos envi al monasterio a los ensear, y el mayor y ms
amado de el y ms bonito, e hijo de la ms principal de sus mujeres,
dejle en su casa como escondido. Pasados algunos das y que ya los
nios que estaban en los monasterios descubran algunos secretos, as
de idolatras como de los hijos que los seores tenan escondidos,
aquellos tres hermanos dijeron a los frailes cmo su padre tena
escondido en su casa a su hermano mayor, y sabido, de mandronle a su
padre, y luego le trajo y segn me dicen era muy bonito, y de edad, de
doce a trece aos. Pasados algunos das y ya algo enseado, pidi el
bautismo y fuele dado, y puesto por nombre Cristbal. Este nio, adems
de ser de los ms principales y de su persona muy bonito y bien
acondicionado y hbil, mostr principios de ser buen cristiano, porque de
lo que l oa y aprenda enseaba a los vasallos de su padre; ya el mismo
padre deca que dejase los dolos y los pecados en que estaba, en
especial el de la embriaguez, porque todo era muy gran pecado, y que se
tornase y conociese a Dios del cielo y a Jesucristo su Hijo, que l le
perdonara, y que esto era verdad, porque as lo enseaban los padres
que sirven a Dios. El padre era un indio de los encarnizados en guerras y
envejecido en maldades y pecados, segn despus pareci, y sus manos
llenas de homicidios y muertes. Los dichos del hijo no le pudieron
ablandar el corazn ya endurecido, y como el nio Cristbal viese en casa
de su padre las tinajas llenas de vino con que se embeodaban l y sus
vasallos, y viese los dolos, todos los quebraba y destrua, de lo cual los
criados y vasallos se quejaron a el padre, diciendo: tu hijo Cristbal
quebranta los dolos tuyos y nuestros, y el vino que puede hallar todo lo
vierte. A ti Y a nosotros echa en vergenza y en pobreza. Esta es manera
de hablar de los indios, y otras que aqu van, que no corren tanto como
54
Acxotcatl, seor de Atlihuetza, cerca de la ciudad de Tlaxcala y una de sus cuatro cabeceras.
nuestro romance. Dems de estos criados y vasallos que esto decan, una
de sus mujeres muy principal, que tena un hijo del mismo Axutechatlh, le
indignaba mucho e induca para que matase a aquel hijo Cristbal, porque
aquel muerto heredase otro suyo que se dice Bernardino, y as fue que
ahora este Bernardino posee el seoro del padre. Esta mujer se llamaba
Xuchipapalozin, que quiere decir flor de mariposa. Esta tambin deca a
su marido: tu hijo Cristbal te echa en pobreza y en vergenza. El
muchacho no dejaba de amonestar a la madre y los criados de casa que
dejasen los dolos y los pecados juntamente, quitndoselos y
quebrantndoselos. En fin, aquella mujer tanto indign y atrajo a su
marido, y l que de natural era muy cruel, que determin de matar a su
hijo mayor Cristbal, y para esto envi llamar a todos sus hijos, diciendo
que quera hacer una fiesta y holgarse con ellos; los cuales llegaron a
casa del padre, llevolos a unos aposentos dentro de casa, y tom a aquel
su hijo Cristbal que tena determinado de matar, y mand a los otros
hermanos que se saliesen fuera; pero el mayor de los tres, que se dice
Luis (del cual yo fui informado, porque ste vio cmo pas todo el caso),
ste como vio que le echaban de all y que su hermano mayor lloraba
mucho, subise a una zotea, y desde all por una ventana vio cmo el
cruel padre tom por los cabellos a aquel hijo Cristbal, y le ech en el
suelo dndole muy crueles coces, de los cuales fue maravilla no morir
(porque el padre era un valentazo hombre, y es as porque yo que esto
escribo le conoc), y como as no lo pudiese matar, tom un palo grueso
de encina y diole con l muchos golpes por todo el cuerpo hasta
quebrantarle y molerle los brazos y piernas, y las manos con que se
defenda la cabeza, tanto, que casi todo el cuerpo corra sangre; a todo
esto el nio llamaba continuamente a Dios, diciendo en su lengua: Seor
Dios mo, habed merced de m, y si t quieres que yo muera, muera yo; y
si T quieres que viva, lbrame de este cruel de mi padre. Ya el padre
cansado, y segn afirman, con todas las heridas el muchacho se
levantaba y se iba a salir por la puerta afuera, sino que aquella cruel mujer
que dije que se llamaba Flor de mariposa le detuvo en la puerta, que ya el
padre de cansado le dejaba ir. En esta sazn spolo la madre de
Cristbal, que estaba en otro aposento algo apartado, y vino desolada, las
entraas abiertas de madre, y no par hasta entrar a donde su hijo estaba
cado llamando a Dios; y querindole de tomar para como madre
apiadarle, el cruel de su marido, o por mejor decir, el enemigo
estorbndola, llorando y querellndose deca: Por qu me matas a mi
hijo? Cmo has tenido manos para matar a tu propio hijo? Matrasme a
m primero, y no viera yo tan cruelmente atormentado un solo hijo que
par. Djame llevar a mi hijo, y si quieres mtame a m, y deja a l que es
nio e hijo tuyo y mo. En esto aquel mal hombre tom a su propia mujer
por los cabellos y acocela hasta se cansar, y llam a quien se la quitase
de all, y vinieron ciertos indios y llevaron a la triste madre, que ms
senta los tormentos del amado hijo que los propios suyos. Viendo, pues,
el cruel padre que el nio estaba con buen sentido, aunque muy mal
llagado y atormentado, mandle echar en un gran fuego de muy
encendidas brasas de lea de cortezas de encina secas, que es la lumbre
que los seores tienen en esta tierra, que es lea que dura mucho y hace
muy recia la brasa; en aquel fuego le ech y le revolvi de espaldas y de
pechos cruelsimamente, y el muchacho siempre llamando a Dios y a
Santa Mara; y quitado de all casi por muerto, algunos dicen que
entonces el padre entr por una espada, otros que por un pual, y que a
pualadas le acab de matar; pero lo que yo con ms verdad he
averiguado es que el padre anduvo a buscar una espada que tena de
Castilla, y que no la hall. Quitado el nio del fuego envolvironle en unas
mantas, y l con mucha paciencia encomendndose a Dios estuvo
padeciendo toda una noche aquel dolor que el fuego y las heridas le
causaban con mucho sufrimiento, llamando siempre a Dios y a Santa
Mara. Por la maana dijo el muchacho que le llamasen a su padre, el cual
vino, y venido, el nio le dijo: Oh, padre! No piensen que estoy enojado,
porque yo estoy muy alegre, y sbete que me has hecho ms honra que
no vale tu seoro. Y dicho esto demand de beber y dironle un vaso de
cacao, que es en esta tierra casi como en Espaa el vino, no (que)
embeoda, sino sustancia, y en bebindola luego muri.

400 Muerto el mozo mand el padre que le enterrasen en un rincn de una


cmara, y puso mucho temor a todos los de su casa que a nadie dijesen
la muerte del nio: en especial habl a los otros tres hijos que se criaban
en el monasterio, dicindoles: no digis nada, porque si el capitn lo
sabe, ahorcarme ha. Al marqus del Valle a el principio todos los indios le
llamaban el Capitn, y tenanle muy gran temor.

401 No contento con esto aquel homicida malvado, mas aadiendo


maldad a maldad, tuvo temor de aquella su mujer y madre del muerto
nio, que se llamaba Tlapaxilozin, de la cual nunca he podido averiguar si
fue bautizada o no, porque ha ya cerca de doce aos que aconteci hasta
ahora que esto escribo, en el mes de marzo del ao 39. Por ese temor que
descubrira la muerte de su hijo, la mand llevar a una su estancia o
granjera, que se dice Quimichucan, no muy lejos de la venta de Tecoac,
que est en el camino real que va de Mxico a el puerto de la Veracruz, y
el hijo quedaba enterrado en un pueblo que se dice Atleueza 55, cuatro
leguas de all y cerca de dos leguas de Tlaxcala; aqu a este pueblo me
vine a informar y vi a dnde muri el nio y a dnde le enterraron, y en
este mismo pueblo escribo ahora esto; llmase Atleuesa, que quiere decir
adonde cae el agua, porque aqu se despea un ro de unas peas y cae
de muy alto. A los que llevaron a la mujer mand que la matasen muy
secretamente; no he podido averiguar la muerte que le dieron.

402 La manera como que se descubrieron los homicidios de aquel


Ayutecatlh fue que pasando un espaol por su tierra, hizo un
maltratamiento a unos vasallos de aquel Ayutecatlh y ellos vinironsele a
quejar, y l fue con ellos a donde quedaba el espaol, y llegado tratle
malamente; y cuando de sus manos se escap dejndole cierto oro y
ropas que traa, pens que le haba hecho Dios mucha merced, y no se
deteniendo mucho en el camino lleg a Mxico, y dio queja a la justicia
del maltratamiento que aquel seor indio le haba hecho, y de lo que le
haba tomado; y venido mandamiento, prendile un alguacil espaol que
aqu en Tlaxcala resida; y como el indio era de los ms principales
55
Atlihuetzan.
seores de esta provincia de Tlaxcala, despus de los cuatro seores, fue
menester que viniese un pesquisidor con poder del que gobernaba en
Mxico, a lo cual vino Martn de Calahorra, vecino de Mxico y
conquistador, persona de quien se pudiera bien fiar cualquiera cargo de
justicia. Y ste, hechas sus pesquisas y vuelto a el espaol su oro y su
ropa, cuando el Ayutecatlh pens que estaba libre, comenzronse a
descubrir ciertos indicios de la muerte del hijo y de la mujer, como
parecer por el proceso que el dicho Martn de Calahorra hizo en forma de
derecho, aunque algunas cosas ms claramente las manifiestan ahora
que entonces, y otras se podran entonces mejor averiguar, por ser los
delitos ms frescos, aunque yo he puesto harta diligencia por no ofender
a la verdad en lo que dijere.

403 Sentenciado a muerte por estos dos delitos y por otros muchos que
se le acumularon, el dicho Martn de Calahorra ayunt los espaoles que
pudo para con seguridad hacer justicia; porque tena temor que aquel
Ayutecatlh era valiente hombre y muy emparentado, y aunque estaba
sentenciado no pareca que tena temor; y cuando le sacaron que le
llevaban a horcar iba diciendo: sta es Tlaxcala? Y cmo vosotros,
tlaxcaltecas, consents que yo muera, y no sois para quitarme de estos
pocos espaoles? Dios sabe si los espaoles llevaban temor; pero como
la justicia vena de lo alto, no bast su nimo, ni los muchos parientes, ni
la gran multitud del pueblo, sino que aquellos pocos espaoles le llevaron
hasta dejarle en la horca. Luego que se supo a dnde el padre le haba
enterrado fue de esta casa un fraile que se llamaba fray Andrs de
Crdoba, con muchos indios principales por el cuerpo de aquel nio, que
ya habr ms de un ao que estaba sepultado, y afrmanme algunos de
los que fueron con fray Andrs de Crdoba que el cuerpo estaba seco,
mas no corrompido.

404 Dos aos despus de la muerte del nio Cristbal vino aqu a Tlaxcala
un fraile domingo llamado fray Bernardino Minaya, con otro compaero,
los cuales iban encaminados a la provincia de Guaxacac; a la sazn era
aqu en Tlaxcala guardin nuestro padre de gloriosa memoria fray Martn
de Valencia, al cual los padres dominicos rogaron que les diese algn
muchacho de los enseados, para que les ayudase en lo tocante a la
doctrina cristiana. Preguntados a los muchachos si haba alguno que por
Dios quisiese ir a aquella obra, ofrecironse dos muy bonitos e hijos de
personas muy principales; a el uno llamaban Antonio; ste llevaba
consigo un criado de su edad que decan Juan, a el otro llamaban Diego;
y a el tiempo que se queran partir djoles el padre fray Martn de Valencia:
hijos mos, mirad que habis de ir fuera de vuestra tierra, y vais entre
gente que no conoce an a Dios, y que creo que os veris en muchos
trabajos; yo siento vuestros trabajos como de mis propios hijos, y an
tengo temor que os maten por esos caminos; por eso antes que os
determinis miradlo bien. A esto ambos los nios conformes, guiados por
el Espritu Santo respondieron: padre, para eso nos ha enseado lo que
toca a la verdadera fe; pues cmo no haba de haber entre tantos quien
se ofreciese a tomar trabajo por servir a Dios? Nosotros estamoS
aparejados para ir con los padre y para recibir de buena voluntad todo
trabajo por Dios; y si l fuere servido de nuestras vidas, por qu no las
pondremos por l? No mataron a San Pedro crucifcndole y degollaron
a San Pablo y San Bartolom no fue desollado por Dios? Pues por qu
no moriremos nosotros por l, si l fuere de ello servido? Entonces,
dndoles su bendicin, se fueron con aquellos dos frailes y llegaron a
Tepeaca, que es casi diez leguas de Tlaxcala. Aquel tiempo en Tepeaca no
haba monasterio como le hay ahora, ms de que se visitaba aquella
provincia desde Huexuzinco, que est otras diez leguas del mismo
Tepeaca e iba muy de tarde en tarde, por lo cual aquel pueblo y toda
aquella provincia estaba muy llena de dolos, aunque no pblicos. Luego
aquel padre fray Bernardino Minaya envi a aquellos nios a que
buscasen por todas las casas de los indios los dolos y se los trajesen, y
en esto se ocuparon tres o cuatro das, en los cuales trajeron todos los
que pudieron hallar. Y despus apartronse ms de una legua del pueblo
a buscar si haba ms dolos en otros pueblos que estaban all cerca; a el
uno llamaban Coahuvtinchan, y al otro, porque en la lengua espaola no
tiene buen nombre, le llamaban el pueblo de Ordua, porque est
encomendado a un Francisco de Ordua. De unas casas de este pueblo
sac aquel nio llamado Antonio unos dolos, e iba con l el otro su paje
llamado Juan; ya en esto algunos seores y principales se haban
concertado en matar a estos nios, segn despus pareci; la causa era
porque les quebraban los dolos y les quitaban sus dioses. Vino aquel
Antonio con los dolos que traa recogidos del pueblo de Ordua a buscar
en el otro que se dice Coauticlan si haba algunos; y entrando en una
casa, no estaba en ella ms de un nio guardando la puerta, y qued con
l el otro su criadillo; y estando all vinieron dos indios principales con
unos leos de encina, y en llegando, sin decir palabra, descargan sobre el
muchacho llamado Juan, que haba quedado a la puerta, y al ruido sali
luego el otro Antonio, y como vio la crueldad que aquellos sayones
ejecutaban en su criado, no huy, antes con grande nimo les dijo: por
qu me matis a mi compaero que no tiene l la culpa, sino yo, que soy
el que os quito los dolos, porque s que son diablos y no dioses? Y si
por ellos los habis, tomadlos all, y dejad a se que no os tiene culpa. Y
diciendo esto, ech en el suelo unos dolos que en la falda traa. Y
acabadas de decir estas palabras ya los dos indios tenan muerto a el
nio Juan, y luego descargan en el otro Antonio, de manera que tambin
all le mataron. Y en anocheciendo tomaron los cuerpos, que dicen los
que los conocieron que eran de la edad de Cristbal, y llevronlos a el
pueblo de Ordua, y echronlos en una honda barranca, pensando que
echados all nunca de nadie se pudiera saber su maldad; pero como falt
el nio Antonio, luego pusieron mucha diligencia en buscarie, y el fray
Bemardino Minaya encarglo mucho a un alguacil que resida all en
Tepeaca, que se deca lvaro de Sandoval, el cual con los padres
dominicos pusieron gran diligencia; porque cuando en Tlaxcala se los
dieron, habanles encargado mucho a aquel Antonio, porque era nieto del
mayor seor de Tlaxcala, que se llam Xicotengalth, que fue el principal
seor que recibi a los espaoles cuando entraron en esta tierra, los
favoreci y sustent con su propia hacienda, porque este Xicotengalth y
Maxixcazin mandaban toda la provincia de Tlaxcala, y este nio Antonio
haba de heredar a el abuelo, y as ahora en su lugar lo posee otro su
hermano menor que se llama don Luis Moscoso.

405 Parecieron los muchachos muertos, porque luego hallaron el rastro


por do haban ido y a donde haban desaparecido, y luego supieron quin
los haba muerto, y presos los matadores, nunca confesaron por cuyo
mandado los haban muerto; pero dijeron que ellos los haban muerto, y
que bien conocan el mal que haban hecho y que merecan la muerte; y
rogaron que los bautizasen antes que los matasen. Luego fueron por los
cuerpos de los nios, y trados, los enterraron en una capilla adonde se
deca la misa, porque entonces no haba iglesia. Sintieron mucho la
muerte de estos nios aquellos padres dominicos, y ms por lo que haba
de sentir el padre fray Martn de Valencia, que tanto se los haba
encargado cuando se los dio, y pareciles que sera bien enviarIe a los
homicidas y matadores, y dironlos a unos indios para que los llevasen a
Tlaxcala. Como el seor de Coantinchan lo supo y tambin los
principales, temiendo que tambin a ellos les alcanzara parte de la pena,
dieron joyas y ddivas de oro a un espaol que estaba en Coantinchan
porque estorbase que los presos no fuesen a Tlaxcala, y aquel espaol
comunic con otro que tena cargo de Tlaxcala, y parti con l el inters,
el cual sali a el camino e impidieron la ida. Todas estas diligencias
fueron en dao de los solicitadores, porque a los espaoles aquel alguacil
fue por ellos, y entregados a fray Bemardino Minaya, pusieron a el uno de
cabeza en el cepo, y a el otro atado, los azotaron cruelmente y no gozaron
del oro. A los matadores, como se supo luego la cosa en Mxico, envi la
justicia por ellos y ahorcronlos. Al seor de Coatinchan como no se
enmendase, mas aadiendo pecados a pecados, tambin muri ahorcado
y con otros principales. Cuando fray Martn de Valencia supo la muerte de
los nios, que como a hijos haba criado, y que haban ido con su
licencia, sinti mucho dolor y llorbalos como a hijos, aunque por otra
parte se consolaba en ver que haba ya en esta tierra quien muriese
confesando a Dios; pero cuando se acordaba de lo que le haba dicho al
tiempo de su partida, que fue: pues no mataron a San Pedro, y a San
Pablo y desollaron a San Bartolom, pues que nos maten a nosotros no
nos hace Dios muy grande merced?, no poda dejar de derramar muchas
lgrimas.

CAPITULOXV
406 De la ayuda que los nios hicieron para la conversin de los indios, y
de cmo se recogieron las nias indias y del tiempo que dur, y de dos
cosas notables que acontecieron a dos indias con dos mancebos.

407 Si estos nios no hubieran ayudado a la obra de la conversin, sino


que solos los intrpretes lo hubieran de hacer todo, parceme que fueran
lo que escribi el obispo de Tlaxcala al Emperador diciendo: Nos los
obispos sin los frailes intrpretes, somos como halcones en muda. As lo
fueran los frailes sin los nios, y casi de esta manera fue lo que las nias
indias hicieron, las cuales, a lo menos las hijas de los seores, se
recogieron en muchas provincias de esta Nueva Espaa, y se pusieron so
la disciplina y correccin de mujeres devotas espaolas, que para el
efecto de tan santa obra envi la Emperatriz, con mandamiento y
provisiones para que se les hiciesen casas a donde las recogiesen y
enseasen. Esta buena obra y doctrina dur obra de diez aos y no ms,
porque como estas nias no se enseaban ms de para ser casadas, y
que supiesen coser y labrar, que tejer todas lo saben, y hacer telas de mil
labores, y en las telas, ora sea para mantas de hombre, ora sea para
camisas de mujeres, que llaman uipiles, mucha de esta ropa va tejida de
colores, porque aunque las llaman los espaoles camisas, son ropas que
se traen encima de toda la otra ropa, y por esto las hacen muy galanas y
de muchos colores, de algodn teido, o de pelo de conejo, que es como
sirgo o seda de Castilla, de lo cual tambin hacen camas, ms vistosas
que costosas, la cual aunque se lave no recibe detrimento, antes cada vez
queda ms blanca, por ser teida en lana. La seda que en estas partes se
hace, aunque hasta ahora es muy poca, es tan fina que aunque la echen
en colada fuerte no desdice. La labor que es de algodn no se sufre lavar,
porque todo lo que tocan, manchan, porque el algodn es teido en hilo.
De lana merina de las ovejas hacen muy buenas obras, y los indios hacen
mucho por ella. De toda esta obra labraban aquellas nias; despus,
como sus padres vinieron a el bautismo, no hubo necesidad de ser ms
enseadas de cuanto supieron ser cristianas y vivir en la ley del
matrimonio. En estos diez aos que se ensearon, muchas que entraron
ya algo mujercillas se casaban y enseaban a las otras. En el tiempo que
estuvieron recogidas deprendieron la doctrina cristiana y el oficio de
Nuestra Seora, el cual decan siempre a sus tiempos y horas, y an
algunas les dur esta buena costumbre despus de casadas, hasta que
con el cuidado de los hijos y con la carga de la gobernacin de la casa y
familia lo perdieron. Y fue cosa muy de ver en Huexuzinco un tiempo que
haba copia de casadas nuevas y haba una devota ermita de Nuestra
Seora, a la cual todas o las ms iban luego de maana a decir sus horas
de Nuestra Seora muy entonadas y muy en orden, aunque ninguna de
ellas no saba el punto del canto. Muchas de estas nias a las veces con
sus maestras, otras veces acompaadas de algunas indias viejas, que
tambin hubo algunas devotas que servan de porteras y guardas de las
otras, con stas salan a ensear, as en los patios de las iglesias como en
las casas de las seoras, y convertan a muchas a se bautizar y a ser
devotas cristianas y limosneras, y siempre han ayudado mucho a la
doctrina cristiana.
408 En Mxico aconteci una cosa muy de notar a una india doncella, la
cual era molestada y requerida de un mancebo soltero; y como se
defendiese de l, el demonio despert a otro y psole en la voluntad que
intentase la misma cosa; y como ella tambin se defendiese del segundo
como del primero, ayuntronse ambos los mancebos y concertronse de
tomar a la doncella por fuerza lo que de grado no haban podido alcanzar;
para lo cual la anduvieron aguardando algunos das; y saliendo ella de la
puerta de su casa a prima noche, tmanla y llvanla a una casa yerma
adonde procuraron forzarla, y ella defendindose varonilmente, y
llamando a Dios y a Santa Mara, ninguno de ellos pudo haber acceso a
ella; y como cada uno por s no pudiese, ayuntronse ambos juntos, y
como por ruegos no pudiesen acabar nada con ella, comenzronla a
maltratar y a dar de bofetadas y puadas y a mesalla cruelmente; a todo
esto ella siempre perseverando en la defensin de su honra. En esto
estuvieron toda la noche, en la cual no pudieron acabar nada, porque
Dios a quien la moza siempre llamaba con lgrimas y buen corazn la
libr de aquel peligro; y como ellos la tuviesen toda la noche, y nunca
contra ella apudiesen prevalecer, qued la doncella libre y entera; y luego
a la maana, ella por guardarse con ms seguridad, fuese a la casa de las
nias y cont a la madre lo que le haba acontecido, y fue recibida en la
compaa de las hijas de los seores, aunque era pobre, por el buen
ejemplo que haba dado y porque Dios la tena de su mano.

409 En otra parte aconteci que como una casada enviudase siendo
moza, requerila y aquejbala un hombre casado, del cual no se poda
defender, y un da viose l solo con la viuda, encendido en su torpe
deseo, al cual ella dijo: Cmo intentas y procuras de m tal cosa?
Piensas que porque no tengo marido que me guarde has de ofender
conmigo a Dios? Ya que otra cosa no mirases, sino que ambos somos
cofrades de la hermandad de Nuestra Seora, y que en esto la
ofenderamos mucho, y con razn se enojara de nosotros, y no seramos
dignos de nos llamar sus cofrades, ni tomar sus benditas candelas en las
manos; por esto sera mucha razn que t me dejases, y ya que t por
esto no me quieres dejar, sbete que yo estoy determinada de antes morir
que cometer tal maldad. Fueron estas palabras de tanta fuerza y
imprimironse de tal manera en el corazn del casado, y as lo
compugieron, que luego en aquel mismo instante respondi a la mujer
dicindola: T has ganado mi nima que estaba ciega y perdida. T has
hecho como buena cristiana, y sierva de Santa Mara. Yo te prometo de
me apartar de este pecado, y de me confesar y hacer penitencia de l,
quedndote en grande obligacin para todos los das que yo viviere.

CAPITULOXVI
410 De qu cosa es provincia, y del grandor y trmino de Tlaxcala, y de
las cosas notables que hay en ella.

411 Tlaxcala es una ciudad en la Nueva Espaa, y el mismo nombre tiene


toda la tierra, aunque en ella hay muchos pueblos. Esta provincia de
Tlaxcala es una de las principales de toda la Nueva Espaa, de la cual,
como ya tengo dicho, solan salir cien mil hombres de pelea. El seor y la
gente de esta provincia anduvieron siempre con el marqus del Valle, y
con los espaoles que con l vinieron en la primera conquista hasta que
toda la tierra tuvieron de paz y asosegada. En esta tierra a el pueblo
grande que tiene debajo de s otros pueblos menores, est en costumbre
de llamarle provincia; y muchas de estas provincias tienen poco trmino y
no muchos vecinos. Tlaxcala que es la ms entera provincia y de ms
gente, y de las que ms trminos tiene en esta tierra, en lo ms largo, que
es viniendo de la Veracruz a Mxico, tiene quince leguas de trmino, y de
ancho tiene diez leguas.

412 Nace en Tlaxcala una fuente grande a la parte del norte, cinco leguas
de la principal ciudad; nace en un pueblo que se llama Azumba 56, que en
su lengua quiere decir del cabeza, y as es, porque esta fuente es cabeza
y principio del mayor ro de los que entran en el Mar del Sur, el cual entra
en la mar por Zacatulo. Este ro nace encima de la venta de Atlacatepec, y
viene rodando por cima de Tlaxcala, y despus toma a dar vuelta y viene
por un valle abajo, y pasa por medio de la ciudad de Tlaxcala y cuando a
ella llega viene muy poderoso, y pasa regando mucha parte de la
provincia. Sin ste, tiene otras muchas fuentes y arroyos, y grandes
lagunas, que todo el ao tienen agua y peces pequeos.

413 Tienen muy buenos pastos y muchos, adonde ya los espaoles y


naturales apacientan mucho ganado. Asimismo tienen grandes montes,
en especial a la parte del norte tiene una muy grande sierra, la cual
comienza a dos leguas de la ciudad y tienen otras dos de subida hasta lo
alto. Toda esta montaa es de pinos y encinas; en lo alto lo ms de los
aos tiene nieve, la cual nieve en pocas partes de esta Nueva Espaa se
cuaja, por ser la tierra muy templada; esta sierra es redonda; tiene de
cepa ms de quince leguas, y casi todo es trmino de Tlaxcala. En esta
sierra se arman los nublados, y de aqu salen las nubes cargadas que
riegan a Tlaxcala y a los pueblos comarcanos; y as tienen por cierta
seal que tiene de llover cuando sobre esta sierra ven nubes, las cuales
nubes se comienzan comnmente a ayuntar desde las diez de la maana
hasta el medioda, y desde all hasta hora de vsperas se comienzan a
esparcir ya derramarse, las unas hacia Tlaxcala, otras hacia la ciudad de
los Angeles, otras hacia Huexuzinco, la cual es cosa muy cierta y muy de
notar; y por esta causa antes de la venida de los espaoles tenan los
indios en esta sierra grande adoracin e idolatra, y vena toda la tierra de
56
Otumba.
la comarca aqu a demandar agua, y haca muchos y muy endiablados
sacrificios en reverencia de una diosa que llamaban Matlalcuey, y a la
misma sierra llamaban del mismo nombre de la diosa Matlalcuey, que en
su lengua quiere decir camisa azul, porque sta era su principal vestidura
de aquella diosa, porque la tenan por diosa del agua; y porque el agua es
azul vestanla de vestidura azul. A esta diosa y al dios Tlaloc tenan por
dioses y seores del agua. A Tlaloc tenan por abogado y por seor en
Tezcuco y en Mxico y sus comarcas y a la diosa en Tlaxcala y su
provincia (esto se entiende que el uno era honrado en la una parte y el
otro en la otra); mas toda la tierra a ambos juntos demandaban el agua
cuando la haban menester.

414 Para destruir y quitar esta idolatra y abominaciones de sacrificios


que en esta tierra se hacan, el buen siervo de Dios fray Martn de Valencia
subi all arriba a lo alto y quem todos los dolos y levant y puso la
seal de la cruz, e hizo una ermita a la cual llam San Bartolom, y puso
en ella a quien la guardase y para que nadie all ms invocase al demonio
trabaj mucho dando a entender a los indios cmo solo Dios verdadero
es el que da el agua y que a l se tiene de pedir. La tierra de Tlaxcala es
frtil, cgese en ella mucho maz, frijoles, y aj; la gente en ella es bien
dispuesta, y la que en toda la tierra ms ejercitada era en las cosas de la
guerra; es la gente mucha y muy pobre, porque de slo el maz que cogen
se han de mantener y vestir, y pagar los tributos. Est situada Tlaxcala en
buena comarca, porque a la parte de occidente tiene a Mxico a veinte
leguas, a el medioda tiene la ciudad de los ngeles, a cinco leguas, y el
puerto de la Veracruz a cuarenta leguas.

415 Est Tlaxcala partida en cuatro cabezas o seoros. El seor ms


antiguo y que primero la fund edific en un cerrejn alto que se llama
Tepetipac, que quiere decir encima de sierra, porque desde lo bajo por a
donde pasa el ro, y ahora est la ciudad edificada, a lo alto del cerrejn
que digo, hay una legua de subida. La causa de edificar en lugares altos
era las muchas guerras que tenan unos con otros; por lo cual para estar
ms fuertes y seguros, buscaban lugares altos y descubiertos, adonde
pudiesen dormir con menos cuidado, pues no tenan muros ni puertas en
sus casas, aunque en algunos pueblos haba albarradas y reparos,
porque las guerras eran muy ciertas cada ao. Este primer seor que digo
tiene su gente y seoro a la parte del norte. Despus que se fue
multiplicando la gente, el segundo seor edific ms bajo en un recuesto
o ladera ms cerca del ro, la cual poblacin se llama Ocutubula 57, que
quiere decir pinar en tierra seca. Aqu estaba el principal capitn de toda
Tlaxcala, hombre valeroso y esforzado que se llam Maxiscazi 58, el cual
recibi a los espaoles y les mostr mucho amor, y les favoreci en toda
la conquista que hicieron en esta Nueva Espaa. Aqu en este barrio era la
mayor frecuencia de Tlaxcala, y adonde concurra mucha gente por causa
de un gran mercado que all se hacia. Tena este seor grandes casas y de
muchos aposentos; y en una sala de esta casa tuvieron los frailes de San
Francisco su iglesia tres aos y despus de pasado a su monasterio tom
57
Ocotelolco.
58
Maxixcatzin.
all la posesin el primer obispo de Tlaxcala, que se llamaba don Julin
Garcs, para iglesia catedral, y llam la Santa Mara de la Concepcin.
Este seor tiene su gente y seoro hacia la ciudad de los ngeles, que es
a el medioda.

416 El tercero seor edific ms bajo el ro arriba; llmase el lugar


Tizatln, que quiere decir lugar adonde hay yeso o minero de yeso; y as
lo hay mucho y muy bueno. Aqu estaba aquel gran seor anciano, que de
muy viejo era ya ciego; llambase Xicotncath59. Este dio muchos
presentes y bastimentos al gran capitn Hernando Corts; y aunque era
tan viejo y ciego, se hizo llevar harto lejos a recibirle al dicho capitn; y
despus le provey de mucha gente para la guerra y conquista de Mxico,
porque es el seor de ms gente y vasallos que otro ninguno. Tiene su
seoro a el oriente.

417 El cuarto seor de Tlaxcala edific el ro abajo, en una ladera que se


llama Queauztlan60. Este tambin tiene gran seoro hacia la parte de
poniente, y ayud tambin con mucha gente para la conquista de Mxico;
y siempre estos tlaxcaltecas han sido fieles amigos y compaeros de los
espaoles en todo lo (que) han podido; y as los conquistadores dicen
que Tlaxcala es digna de que su Majestad le haga muchas mercedes, que
si no fuera por Tlaxcala, que todos murieran cuando los mexicanos
echaron de Mxico a los cristianos, si no los recibieran los tlaxcaltecas.

418 Hay en Tlaxcala un monasterio de frailes menores razonable; la


iglesia es grande y buena. Los monasterios que hay en la Nueva Espaa
para los frailes que en ellos moran bastan, aunque los espaoles se les
hacen pequeos, y cada da se van haciendo las casas menores y ms
pobres; la causa es porque a el principio edificaban segn la provincia o
pueblo era, grande o pequeo, esperando que vendran frailes de Castilla,
y tambin los que ac se criaran, as espaoles como naturales, pero
como han visto que vienen pocos frailes, y que las provincias y pueblos
que los buscan son muchos, y que les es forzado repartirse por todos,
una casa de siete u ocho celdas se les hace grande; porque fuera de los
pueblos de espaoles, en las otras casas no hay ms de cuatro o cinco
frailes. Tornando a Tlaxcala, hay en ella un buen hospital y ms de
cincuenta iglesias pequeas y medianas, todas bien aderezadas.

419 Desde el ao 1537 hasta ste de 40 se ha ennoblecido mucho la


ciudad, porque para edificar son ricos de gente y tienen muy grandes
canteras de muy buena piedra. Ha de ser esta ciudad muy populosa y de
buenos edificios; porque se han comenzado a edificar en lo llano par del
ro, y lleva muy buena traza; y como en Tlaxcala hay otros muchos
seores despus de los cuatro principales, y que todos tienen vasallos,
edifican por muchas calles, lo cual ha de ser causa que en breve tiempo
ha de ser una gran ciudad. En la ciudad y dos o tres leguas a la redonda
casi todos son nauales, y hablan la lengua principal de la Nueva Espaa
que es de nahuatl. Los otros indios desde cuatro leguas hasta siete, que
59
Xicotencatl.
60
Quiahuiztlan.
esto tienen de poblada, y aun no por todas partes, son otomes, que es la
segunda lengua principal de esta tierra. Slo un barrio o parroquia hay de
pinomes61.

CAPITULOXVII

420 De cmo y por quin se fund la ciudad de los Angeles y de sus


calidades.

421 La ciudad de los Angeles que es en esta Nueva Espaa en la


provincia de (Tlaxcala?), fue edificada por parecer y mandamiento de los
seores presidente y oidores de la Audiencia Real que en ella reside,
siendo presidente el seor obispo don Sebastin Ramrez de Fuenleal, y
oidores el licenciado Juan de Salmern, y el licenciado Alonso
Maldonado, el licenciado Ceinos, y el licenciado Quiroga. Edificse este
pueblo a instancia de los frailes menores, los cuales suplicaron a estos
seores que hiciesen un pueblo de espaoles, y que fuese gente que se
diese a labrar los campos y a cultivar la tierra a el modo y manera de
Espaa porque la tierra haba muy grande disposicin y aparejo; y no que
todos estuviesen esperando repartimiento de indios; y que se
comenzaran pueblos en los cuales se recogeran muchos cristianos que
al presente andaban ociosos y vagabundos; y que tambin los indios
tomaran ejemplo y aprenderan a labrar y cultivar a el modo de Espaa; y
que teniendo los espaoles heredades y en qu se ocupar, perderan la
voluntad y gana que tenan de se volver a sus tierras, y cobraran amor
con la tierra en que se viesen con haciendas y granjeras; y que
juntamente con esto haciendo este principio, sucederan otros muchos
bienes, y en fin, tanto lo trabajaron y procuraron, que la ciudad se
comenz a edificar en el ao de 1530, en las ochavas de pascua de flores,
a diez y seis das del mes de abril, da de Santo Toribio, obispo de
Astorga, que edific la iglesia de San Salvador de Oviedo, en la cual puso
muchas reliquias que l mismo trajo de Jerusaln. Ese da vinieron los
que haban de ser nuevos habitadores, y por mandado de la Audiencia
Real fueron aquel da ayuntados muchos indios de las provincias y
pueblos comarcanos, que todos vinieron de buena gana para dar ayuda a
los cristianos, lo cual fue cosa muy de ver, porque los de un pueblo tenan
todos juntos por su camino con toda su gente, cargada de los materiales
que eran menester, para luego hacer sus casas de paja. Vinieron de
61
Grupo dominado, casi extinguido en la poca en que escriba Motolinia, por los tlaxcaltecas.
Tlaxcala sobre siete u ocho mil indios, y poco menos de Huexuzinco y
Calpa y Tepeaca y Cholola. Traan algunas latas y ataduras y cordeles, y
mucha paja de casas; y el monte que no est muy lejos para cortar
madera. Entraban los indios cantando con sus banderas y taendo
campanillas y atabales, y otros con danzas de muchachos y con muchos
bailes. Luego este da, dicha la misa que fue la primera que all se dijo, ya
traan hecha y sacada la traza del pueblo, por un cantero que all se hall;
y luego sin mucho tardar los indios alimpiaron el sitio, y echados los
cordeles repartieron luego al presente hasta cuarenta suelos a cuarenta
pobladores, y porque me hall presente digo que no fueron ms a mi
parecer los que comenzaron a poblar la ciudad.

422 Luego aquel da comenzaron los indios a levantar casas para todos
los moradores con quien se haban sealado los suelos, y dironse tanta
prisa que las acabaron en aquella misma semana; y no eran tan pobres
casas que no tenan bastante aposentos. Era esto en principio de las
aguas, y llovi mucho aquel ao; y (como) el pueblo an no estaba
sentado ni pisado, ni dada las corrientes que convena, andaba el agua
por todas las casas, de manera que haba muchos que burlaban del sitio y
de la poblacin, la cual est asentada encima de un arenal seco, y a poco
ms de un palmo tiene un barro fuerte y luego est la tosca. Ahora ya
despus que por sus calles dieron corrientes y pasada a el agua, corre de
manera que aunque llueva grandes turbiones y golpes de agua, todo
pasa, y desde a dos horas queda toda la ciudad tan limpia como una
Gnova. Despus estuvo esta ciudad tan desfavorecida, que estuvo para
despoblarse, y ahora ha vuelto en s y es la mejor ciudad que hay en toda
la Nueva Espaa despus de Mxico; porque informado su majestad de
sus calidades, le ha dado privilegios reales.

423 El asiento de la ciudad es muy bueno y la comarca la mejor de toda la


Nueva Espaa, porque tienen a la parte del norte a cinco leguas la ciudad
de Tlaxcala; tiene al poniente a Huexzinco a otras cinco leguas; a el
oriente tiene a Tepeaca a cinco leguas; a medioda, (que) es tierra
caliente, estn Yzuca y Cuauquechula a siete leguas; tiene a dos leguas a
Cholola, Totomiaucan, Calpa est a cinco leguas; todo estos son pueblos
grandes. Tiene el puerto de la Veracruz al oriente a cuarenta leguas;
Mxico a veinte leguas. Va el camino del puerto a Mxico por medio de
esta ciudad; y cuando las recuas van cargadas a Mxico, como es el paso
por aqu, los vecinos se proveen y compran todo lo que han de menester
en mejor precio que los de Mxico; y cuando las recuas son de vuelta
cargan de harina, y tocino, y bizcocho, para matalotaje de las naos; por lo
cual esta ciudad se espera que ir aumentndose y ennoblecindose.

424 Tiene esta ciudad una de las buenas montaas que tiene ciudad en el
mundo, porque comienza a una legua del pueblo, y va por partes cinco y
seis leguas de muy grandes pinares y encinares, y entra esta montaa por
una parte a tres leguas aquella sierra de San Bartolom que es de
Tlaxcala. Todas estas montaas son de muy gentiles pastos, porque en
esta tierra aunque los pinares sean arenosos, estn siempre llenos de
muy buena yerba, lo cual no se sabe que haya en otra parte en toda
Europa. Dems de esta montaa tiene otras muchas dehesas y pastos,
adonde los vecinos traen mucho ganado ovejuno y vacuno, y yeguas. Hay
mucha abundancia de aguas, as de ros como de fuentes. Junto a las
casas va un arroyo en el cual estn ya hechas tres paradas de molinos, de
a cada dos ruedas; llevan agua de pie que anda por toda la ciudad. A
media legua pasa un gran ro, que siempre se pasa por puentes; este ro
se hace de dos brazos, el uno viene de Tlaxcala, y el otro desciende de las
sierras de Huejuzinco. Dejo de decir de otras aguas de fuentes y arroyos
que hay en los trminos de esta ciudad, por decir de muchas fuentes que
estn junto o cuasi dentro de la ciudad, y stas son de dos calidades. Las
ms cercanas a las casas son de agua algo gruesa y salobre, y por esto
no se tienen en tanto como las otras fuentes, que estn de la otra parte
del arroyo de los molinos, adonde ahora est el monasterio de San
Francisco. Estas son muy excelentes fuentes, y de muy delgada y sana
agua, son ocho o nueve fuentes: algunas de ellas tienen dos o tres
brazadas de agua. Una de estas fuentes nace en la huerta del monasterio
de San Francisco; de stas bebe toda la ciudad por ser el agua tan buena
y tan delgada. La causa de ser mala el agua que nace junto a la ciudad es
porque va por mineros de piedra de sal, y estotras todas van y pasan por
vena y mineros de muy hermosa piedra, y de muy hermosos sillares como
luego se dir.

425 Tiene esta ciudad muy ricas pedreras o canteras, y tan cerca, que a
menos de un tiro de ballesta se saca cuanta piedra quisieren, as para
labrar como para hacer cal; y es tan buena de quebrar por ser blanda, que
aunque los ms de los vecinos la sacan con barras de hierro y almadana,
los pobres la sacan con palancas de palo, y dando una piedra con otra
quiebran toda la que han menester. Estn estas pedreras debajo de tierra
a la rodilla y a medio estado, y por estar debajo de tierra es blanda;
porque puesta a el sol y aire se endurece y hace muy fuerte; y en algunas
parte que (hay) alguna de esta piedra fuera de las tierras, es tan dura, que
no curan de ella por ser tan trabajosa de quebrar, y lo que est debajo de
la tierra, aunque sea de la misma pieza es tan blanda como he dicho. Esta
piedra que los espaoles sacan es extremada de buena para hacer
paredes, porque la sacan del tamao que quieren, y es algo delgada y
ancha para trabar la obra, y es llena de ojos para recibir la mezcla; y como
esta tierra es seca y clida hcese una argamasa muy recia, y scase ms
de esta piedra en un ao que se saca en Espaa en cinco. La que sale
piedra menuda y todo el ripio de lo que se labra guardan para hacer cal, la
cual sale muy buena, y se hace mucha de ella, porque tienen los hornos
juntos adonde sacan la piedra, y los montes muy cerca, y el agua que no
falta; y lo que es ms notar es que tiene esta ciudad una pedrera de
piedra blanca de buen grano, y mientras ms van descopetando a estado
y medio y a dos estados, es muy mejor. De sta labran pilares y portadas
y ventanas, muy buenas y galanas. Esta cantera est de la otra parte del
arroyo, en un cerro, a un tiro de ballesta del monasterio de San Francisco,
y a dos tiros de ballesta de la ciudad. En el mismo cerro hay otro venero
de piedra ms recia, de la cual los indios sacan piedras para moler su
centli o maz; yo creo que tambin se sacarn buenas piedras para ruedas
de molino.
426 Despus de esto escrito se descubri un venero de piedra colorada
de muy lindo grano y muy hermosa; est (a) una legua de la ciudad.
Scanse ya tambin junto a la ciudad muy buenas ruedas de molino; las
paradas de molinos que tienen son cuatro de cada dos ruedas cada una.

427 Hay en esta ciudad muy buena tierra para hacer adobes, ladrillo y
teja; aunque teja se ha hecho poca, porque todas las casas que se hacen
las hacen con terrados. Tienen muy buena tierra para tapias y as hay
muchas heredades tapiadas y cercadas de tapia; y aunque en esta ciudad
no ha habido muchos repartimientos de indios por el gran aparejo que en
ella hay, estn repartidos ms de doscientos suelos bien cumplidos y
grandes, y ya estn muchas casas hechas, y calles muy largas y
derechas, y muy hermosas delanteras de casas; y hay disposicin y suelo
para hacer una muy buena y gran ciudad, y segn sus calidades y trato y
contratacin, yo creo que tiene de ser antes de mucho tiempo muy
populosa y estimada.

CAPITULOXVIII

428 De la diferencia que hay de las heladas de esta tierra a las de Espaa,
y de la fertilidad de un valle que llaman el Val de Cristo; y de los morales y
seda que en l se cran, y de otras cosas notables.

429 El invierno que hace en esta Nueva Espaa y las heladas y fros ni
duran tanto ni es tan bravo como en Espaa, sino tan templado, que ni
dejar la capa da mucha pena, ni traerla en verano tampoco da
pesadumbre. Pero por ser las heladas destempladas y fuera de tiempo,
qumanse algunas plantas y algunas hortalizas de las de Castilla, como
son rboles de agro, parras, higueras, granados, melones, pepinos,
berenjenas, etc.; y esto no se quema por grandes fros y heladas, que no
son muy recias, sino porque vienen fuera de tiempo; porque por Navidad
o por los Reyes vienen diez o doce das tan templados como de verano; y
como la tierra es frtil, aunque no han mucho dormido los rboles, ni ha
pasado mucho tiempo despus que dejaron la hoja, con aquellos das que
hace caliente vuelven luego a brotar; y como luego vienen otros dos o
tres das de heladas, aunque no son muy recias, por hallar los rboles
tiernos llvales todo aquello que han brotado; y por la bondad y fertilidad
de la tierra acontece muchos aos tornar los rboles a brotar y a echar
dos y tres veces hasta el mes de abril, y quemarse otras tantas veces. Los
que esto ignoran y no lo entienden, espntanse de que en Castilla,
adonde son las heladas tan recias, no se hielan las plantas de la manera
que ac se hielan. Esto que aqu digo no va fuera de propsito de contar
historias y propiedades de esta tierra, ni me aparto de loar y encarecer la
tierra y comarca de esta ciudad de los Angeles, por lo cual digo que en
esta Nueva Espaa cualquier pueblo para ser perfecto ha de tener alguna
tierra caliente, adonde tenga sus vias y huertas, y heredades, como lo
tiene sta de que hablamos.

430 A cuatro leguas de esta ciudad est un valle que se llama el Val de
Cristo, adonde los vecinos tienen sus heredades, y huertas y vias con
muchos rboles, los cuales se hacen en extremo bien de toda manera de
fruta, mayormente de granados; y en las tierras cogen mucho pan todo lo
ms del ao, que en tierra fra no se da ms de una vez como en Espaa;
ms aqu adonde digo, como es tierra caliente y no le hace malla helada, y
como este valle tiene mucha agua de pie, siembran y cogen cuando
quieren, y muchas veces acontece estar un trigo acabado de sembrar, y
otro que brota, y otro estar en berza, y otro espigando, y otro para segar;
y lo que ms ricas hace estas heredades son los morales que tienen
puestos y ponen cada da, porque hay muy grande aparejo para criar
seda. Es tan buena esta vega adonde est este valle que dicen el Val de
Cristo, que en toda la Nueva Espaa no hay otra mejor, porque personas
que se les entiende y saben conocer las tierras, dicen que es mejor esta
vega que la Vega de Granada en Espaa, ni que la de Orihuela, por lo cual
ser bien decir algo en suma de tan buena cosa como esta vega es.

431 Esta es una vega que llaman los espaoles el Valle de Atlixco, mas
entre los indios tiene muchos nombres, por ser muy gran pedazo de
tierra. Atlixco quiere decir en su lengua ojo o nacimiento de agua. Es este
lugar propiamente dos leguas encima del sitio de los espaoles o del Val
de Cristo, adonde nace una muy grande y hermosa fuente, de tanta
abundancia de agua, que luego se hace de ella un gran ro, que va
regando muy gran parte esta vega que es muy ancha, y muy larga, y de
muy frtil tierra; tiene otros ros y muchas fuentes y arroyos. Junto a esta
gran fuente est un pueblo que tiene el mismo nombre de la fuente, que
(es) Atlixco. Otros llaman a esta vega Cuauhquechula la vieja, porque en
la verdad los de Cuauhquechula la plantaron y habitaron primero; esto es
adonde ahora se llama Acapetlaca62, que para quien no sabe el nombre es
adonde se hace el mercado o tianguez de los indios; esto aqu es de lo
mejor de toda esta vega. Como los de Cuauhquechula se hubiesen aqu
algo multiplicado, cerca del ao de 140, ensorberbecidos se determinaron
y fueron a dar guerra a los de Calpa, que est arriba cuatro leguas a el pie
del volcn, y tomndolos desapercibidos mataron a muchos de ellos; y
los que quedaron retrajronse y furonse a Huexuzinco, y alironse y
confederronse con ellos, y todos juntos fueron sobre los de Acapetlaca,
y mataron muchos ms, y echronlos del sitio que tenan tomado; y los
que quedaron se retrajeron dos o tres leguas, el ro grande abajo, adonde
ahora se llama Coatepec.

62
Acapetlahuacan.
432 Pasados algunos aos, los de Cuauhquechula o Capetlaca,
arrepentidos de lo que haban hecho, y conociendo la ventaja que haba
del lugar que haban dejado a el que entonces tenan, ayuntronse, y con
muchos presentes, conocindose por culpados en lo pasado, rogaron a
los de Huexuzinco y Calpa que los perdonasen y los dejasen tornar a
poblar la tierra que haban dejado; lo cual les fue concedido, porque
todos los unos y los otros eran parientes, y descendan de una
generacin. Vueltos stos a su primer asiento tornaron a hacer sus casas
y estuvieron algunos aos en paz y sosegados, hasta que ya olvidados de
lo que haba sucedido a sus padres, volvieron a la locura primera y
tornaron a mover guerra a los de Calpa; los cuales vista la maldad de sus
vecinos, tornronse a ayuntar con los de Huexuzinco y fueron a pelear
con ellos, y matando muchos los compelieron a huir y a dejar la tierra que
ellos les haban dado, y echronlos a donde ahora estn, y edificaron a
Cuauhquechula; y porque stos fueron los primeros pobladores de esta
vega llamronla Cuauhquechula la vieja. Y desde aquella vez los de
Huexuzinco y los de Calpa repartieron entre s lo mejor de esta vega, y
desde entonces la poseen. A esto llaman los espaoles Tochmilco 63,
entindese toda aquella provincia, la cabeza de la cual se llama
Acapetlayuca; sta es la cosa ms antigua de todo este valle. Est a siete
leguas de la ciudad de los ngeles, entre Cuauhquechula y Calpa, y es
muy buena tierra y poblada de mucha gente. Dejadas las cosas que los
indios en esta vega cogen, que son muchas, y entre ellos son de mucho
provecho, como son frutas y maz, que se coge dos veces en el ao,
danse frjoles, aj y ajos, algodn, etc. Es valle adonde se plantan muchos
morales, y ahora se hace una heredad para el rey, que tiene ciento y diez
mil morales, de los cuales estn ya traspuestos ms de la mitad, y crecen
tanto, que en un ao se hacen ac mayores que en Espaa en cinco. En la
ciudad de los ngeles hay algunos vecinos de los espaoles, que tienen
cinco y seis mil pies de morales, por lo cual se criar aqu tanta cantidad
de seda que ser una de las ricas cosas del mundo, y ste ser el
principal lugar del trato de la seda; porque ya hay muchas heredades de
ella, y con la que por otras muchas partes de la Nueva Espaa se cra y se
planta desde aqu a pocos aos se criar ms seda en esta Nueva Espaa
que en toda la cristiandad, porque se cra al gusano tan recio, que ni se
muere porque le echen por ah, ni porque le dejen de dar de comer dos ni
tres das, ni porque haga los mayores truenos del mundo (que es lo que
ms dao les hace), ni ningn perjuicio sienten como en otras partes, que
si truena a el tiempo que el gusano hila, se queda muerto colgado del hilo.
En esta tierra antes que la simiente viniese de Espaa yo vi gusanos de
seda naturales y su capullo, mas eran pequeos y ellos mismos se
criaban por los rboles sin que nadie hiciese caso de ellos, por no ser
entre los indios conocida su virtud y propiedad, y lo que ms es de notar
de la seda es que se criar dos veces en el ao, porque yo he visto los
gusanos de la segunda cra en este ao de 1540, en principio de junio ya
grandecillos, y que haban dormido dos o tres veces. La razn porque se
criar la seda dos veces es porque los morales comienzan a echar hojas
desde principio de febrero, y estn en crecida y con hoja tierna hasta
agost; de manera que cogida la primera semilla, la toman a avivar, y les
63
Tochimilco.
queda muy buen tiempo y mucho, porque como las aguas comienzan ac
por abril, estn los rboles en crecida mucho ms tiempo que en Europa
ni en Africa.

433 Hcense en este valle melones, cohombros y pepinos, y todas las


hortalizas que se hacen en tierra fra, porque este valle no tiene otra cosa
de tierra caliente, si no es el no le hacer mal la helada; en lo dems es
tierra muy templada, especialmente el lugar a donde los espaoles han
hecho su asiento; y as hace las maanas tan frescas como dentro en
Mxico, y aun tiene este valle una propiedad bien notada de muchos y
aun de todos, y es que siempre a la hora de medioda viene un aire fresco
como embate de mar, y as le llaman los espaoles que aqu residen, el
cual es tan suave y gracioso que da a todos muy gran descanso.
Finalmente se puede decir de este valle que le pusieron el nombre como
le convena en llamarle Val de Cristo, segn su gran fertilidad y
abundancia, y sanidad y templanza de aires.

434 Antiguamente estaba muy gran parte de esta vega hecha eriales, a
causa de las guerras, porque por todas partes tiene este valle grandes
pueblos, y todos andaban siempre envueltos en guerra unos contra otros,
antes que los espaoles viniesen, y aqu eran los campos a donde se
venan a dar las batallas, y adonde peleaban; y era costumbre general en
todos los pueblos y provincias, que en fin de los trminos de cada parte
dejaban un gran pedazo yermo y hecho campo, sin labrarlo, para las
guerras, y si por caso alguna vez se sembraba, que eran muy raras veces,
los que lo sembraban nunca lo gozaban, porque los contrarios sus
enemigos se lo talaban y destruan. Ahora ya todo se va ocupando de los
espaoles con ganado, y de los naturales con labranza, y de nuevo se
amojonan los trminos; y algunos que no estn bien claros determnanlos
por pleito, lo cual es causa que entre los indios haya siempre muchos
pleitos, por estar los trminos confusos.

435 Volviendo pues a el intento y propsito digo: que en aquella ribera


que va junto a las casas de la ciudad hay buenas huertas, as de hortaliza
como de rboles de pepita, como son perales, manzanos y membrillos; y
de rboles de cuesco, como son duraznos, melocotones y ciruelos, etc.; a
stos no les perjudica ni quema la helada (y) parceme que deba ser
como sta la tierra que sembr Isaac en Palestina, de la cual dice el
Gnesis que cogi ciento por uno, porque yo me acuerdo que cuando San
Francisco de los Angeles se edific, haba un vecino sembrando aquella
tierra que estaba sealada para el monasterio, de trigo, y estaba bueno; y
preguntado qu tanto haba sembrado y cogido, dijo que haba sembrado
una fanega y cogido ciento; y esto no fue por ser aquel el primer ao que
aquella tierra se sembraba, porque antes que la ciudad all se edificase
sembraban la ribera de aquel arroyo para el espaol que tena el pueblo
de Cholola en encomienda, y haba ya ms de cinco aos que cada ao se
sembraba; y as es costumbre en esta Nueva Espaa que las tierras que
siembren cada ao, y no las estercolando produzcan el fruto muy bien. En
otra parte de esta Nueva Espaa he sido certificado que de una fanega se
cogieron ms de ciento y cincuenta fanegas de trigo castellano; verdad es
que esto que as acude se siembra a mano como el maz, porque hacen la
tierra a camellones, y con la mano escarban y ponen dos o tres granos, y
de palmo en palmo hacen otro tanto, y despus sale una mata llena de
caas y espigas. Maz se ha sembrado en trmino de esta ciudad que ha
dado una fanega, trescientas. Ahora hay tantos ganados que en toda
parte vale de balde. Labran la tierra con yuntas de bueyes a el modo de
Espaa. Tambin usan carretas como en Espaa, de las cuales hay
muchas en esta ciudad, y es cosa muy de ver las que cada da entran
cargadas; unas de trigo, otras de maz, otras de lea para quemar cal,
otras con vigas y otras (con) madera. Las que vienen del puerto traen las
mercaderas, y a la vuelta llevan bastimentos y provisiones para los
navos.

436 Lo principal de esta ciudad y que hace ventaja a otras ms antiguas


que ella es la iglesia principal, porque cierto es muy solemne, y ms
fuerte y mayor que todas cuantas hasta hoy hay edificadas en toda la
Nueva Espaa; es de tres naves, y los pilares de muy buena piedra negra
y de buen grano, con sus tres puertas, en las cuales hay tres portadas
muy bien labradas, y de mucha obra; residen en ella el obispo, con sus
dignidades, cannigos, curas y racioneros, con todo lo conveniente a el
culto divino, porque aunque en Tlaxcala se tom primero la posesin,
est ya mandado por su Majestad que sea aqu la catedral, y como en tal,
residen aqu los ministros. Tiene tambin esta ciudad dos monasterios,
uno de San Francisco y otro de Santo Domingo. Hcese tambin un muy
buen hospital. Hay muy buenas casas y de buen parecer por de' fuera
y'de buenos aposentos. Est poblada de gente muy honrada, y personas
virtuosas y que hacen grandes ayudas a los que nuevamente vienen de
Castilla, porque luego que desembarcan, que es desde mayo hasta
septiembre, adolecen muchas y mueren algunos, y en esto se ocupan
muchos de los vecinos de esta ciudad, en hacerles regalos y caricias, y
caridad.

437 Tiene esta ciudad mucho aparejo para poderse cercar, y para ser la
mayor fuerza de toda la Nueva Espaa, y para hacerse en ella una muy
buena fortaleza, aunque por ahora la iglesia basta segn es fuerte. Y
hecho esto, que se puede hacer con poca costa y en breve tiempo,
dormirn seguros los espaoles de la Nueva Espaa, quitados de los
temores y sobresaltos que ya por muchas veces han tenido; y sera gran
seguridad para toda la Nueva Espaa, porque la fortaleza de los
espaoles est en los caballos y tierra firme, lo cual todo tiene esta
ciudad: los caballos, que se cran en aquel valle y vega que est dicho, y
la tierra firme el asiento que la ciudad tiene. Asimismo est en comarca y
en el medio para ser seora y sujetar a todas partes, porque hasta el
puerto no hay ms de cuatro o cinco das de camino; y para guardar la
ciudad basta la mitad de los vecinos que tienen, y los dems para correr
el campo y hacer entradas a todas partes en tiempo de necesidad. Y hasta
que en esta Nueva Espaa haya una cosa fuerte, y que ponga algn temor
no se tiene la tierra por muy segura, por la gran multitud que hay de gente
de los naturales; pues se sabe que para cada espaol hay quince mil
indios y ms. Y pues que esta ciudad tiene tantas y tan buenas partes y
tantas buenas cualidades, y con haber tenido hartas contradicciones en el
tiempo de su fundacin y haber sido desfavorecida, ha venido a subir ya
ser tan estimada, que casi quiere dar en barba a la ciudad de Mxico, ser
justo que (de) su majestad del Emperador y Rey don Carlos su seor y
monarca del mundo, sea favorecida y mirada no ms de como ella misma
lo merece, sin aadir ninguna cosa falsamente; y con esto se podr decir
de ella que sera ciudad perfecta y acabada, alegra y defensin de toda la
tierra.

438 Es muy sana, porque las aguas son muy buenas y los aires muy
templados; tiene muy gentiles y graciosas salidas; tiene mucha caza y
muy hermosas vistas; porque de una parte tiene las sierras de
Huexuzinco, que la una es el volcn y la otra la sierra nevada; a otra parte
y no muy lejos, la sierra de Tlaxcala y otras montaas en derredor; a otras
partes tiene campos llanos y rasos. En conclusin, que en asiento y en
vista, y en todo lo que pertenece a una ciudad para ser perfecta, no le
falta nada.

CAPITULOXIX

439 Del rbol o cardo llamado maguey, y de muchas cosas que de l se


hacen, as de comer como de beber, calzar y vestir, y de sus propiedades.

440 Me es un rbol o cardo que en lengua de las islas se llama maguey,


del cual se hacen y salen tantas cosas, que es como lo que dicen que
hacen del hierro; es verdad que la primera vez que yo le vi sin saber
ninguna de sus propiedades dije: gran virtud sale de este cardo. l es un
rbol o cardn a manera de una yerba que se llama zbila, sino que es
mucho mayor. Tiene sus ramas o pencas verdes, tan largas como vara y
media de medir; van seguidas como una teja, del medio gruesa, y
adelgazando los lados del nacimiento: es gorda y tendr casi un palmo de
grueso; va acanalada, y adelgzase tanto la punta, que la tiene tan
delgada como una pa o como un punzn; de estas pencas tienen cada
maguey treinta o cuarenta, pocas ms o menos, segn su tamao, porque
en unas tierras se hacen mejores y mayores que en otras. Despus que el
methl o maguey est hecho y tiene su cepa crecida, crtanle el cogollo
con cinco o seis pas, que all las tiene tiernas. La cepa que hace encima
de la tierra, de adonde proceden aquellas pencas, ser del tamao de un
buen cntaro, y all dentro de aquella cepa le van cavando y haciendo una
concavidad tan grande como una buena olla; y hasta gastarle del todo y
hacerle aquella concavidad tardarn dos meses, ms o menos segn el
grueso del maguey; y cada da de stos van cogiendo un licor en aquella
olla, en la cual se recoge lo que destila. Este licor luego como de all se
coge, es como aguamiel; cocido y hervido al fuego, hcese un vino
dulcete limpio, lo cual beben los espaoles, y dicen que es muy bueno y
de mucha sustancia y saludable. Cocido este licor en tinajas como se
cuece el vino, y echndole unas races que los indios llaman ocpatl, que
quiere decir medicina o adobo de vino, hcese un vino tan fuerte, que a
los que beben en cantidad embeoda reciamente. De este vino usaban los
indios en su gentilidad para embeodarse reciamente, y para se hacer ms
crueles y bestiales. Tiene este vino mal olor, y peor el aliento de los que
beben mucho de l; y en la verdad, bebido templadamente es saludable y
de mucha fuerza. Todas las medicinas que se han de beber se dan a los
enfermos con este vino; puesto en su taza o copa echan sobre l la
medicina que aplican para la cura y salud del enfermo. De este mismo
licor hacen buen arrope y miel, aunque la miel no es de tan buen sabor
como la de las abejas; pero para guisar de comer dicen que es sta mejor
y es muy sana. Tambin sacan de este licor unos panes pequeos de
azcar, pero ni es tan blanco ni tan dulce como el nuestro. Asimismo
hacen de este licor vinagre bueno; unos lo aciertan o saben hacer mejor
que otros. Scase de aquellas pencas hilo para coser. Tambin se hacen
cordeles y sogas, maromas, cinchas y jquimas, y todo lo dems que se
hace del camo. Sacan tambin de l vestido y calzado; porque el
calzado de los indios es muy al propio del que traan los apstoles,
porque son propiamente sandalias. Hacen tambin alpargates como los
del Andaluca, y hacen mantas y capas; todo de este methl o maguey.

441 Las pas en que se rematan las hojas sirven de punzones, porque
son agudas y muy recias, tanto, que sirven algunas veces de clavos,
porque entran por una pared y por un madero razonablemente; aunque su
propio oficio es servir de tachuelas cortndolas pequeas. En cosa que
se haya de volver o roblar no valen nada, porque luego saltan; y
pudenlas hacer que una pa pequea al sacarla saquen con su hebra, y
servir de hilo y aguja.

442 Las pencas tambin por s aprovechan para muchas cosas. Cortan
estas pencas, porque son largas, y en un pedazo ponen las indias el maz
que muelen, y cae all; que como lo muelen con agua y el mismo maz ha
estado en mojo, ha menester cosa limpia en que caiga; y en otro pedazo
de la penca lo echan despus de hecho masa. De estas pencas hechas
pedazos se sirven mucho los maestros que llaman amantecas, que labran
de pluma y oro, y encima de estas pencas hacen un papel de algodn
engrudado, tan delgado como una muy delgada toca, y sobre aquel papel
y encima de la penca labran todos sus dibujos; y es de los principales
instrumentos de su oficio. Los pintores y otros oficiales se aprovechan
mucho de estas hojas, hasta los que hacen casas toman un pedazo y en
l llevan el barro. Sirven tambin de canales y son buenas para ello.
443 Si a este methl o maguey no le cortan para coger vino, sino que le
dejan espigar, como de hecho muchos espigan, echa un pimpollo tan
grueso como la pierna de un hombre, y crece dos y tres brazas, y echada
su flor y simiente scase. Y adonde hay falta de madera sirve para hacer
casas, porque de l salen buenas latas, y las pencas de los verdes suplen
por teja. Cuando ha echado su rbol luego se seca todo hasta la raz, y
(lo) mismo hace despus que le han cogido el vino. Las pencas secas
aprovechan para hacer lumbre, y en las ms partes es esta la lea de los
pobres; hace muy buen fuego y la ceniza es muy buena para hacer leja.

444 Es muy saludable para una cuchillada o para una llaga fresca, tomada
una penca y echada en las brasas, y sacar el zumo as caliente es mucho
bueno para la mordedura de la vbora; han de tomar de estos magueyes
chiquitos, del tamao de un palmo y la raz que es tierna y blanca, y sacar
el zumo, y mezclado con zumo de ajenjos de los de esta tierra, y lavar la
mordedura, luego sana; esto yo lo he visto experimentar y ser verdadera
medicina: esto se entiende siendo fresca la mordedura.

445 Hay otro gnero de estos cardos o rboles de la misma manera, sino
que el color es algo ms blanquecino, aunque es tan poca la diferencia,
que pocos miran en ellos, y las hojas o pencas son un poco ms
delgadas; de ste que digo sale mejor el vino que dije que beban algunos
espaoles, y yo lo he bebido. El vinagre de ste tambin es mejor. Este
cuecen en tierra, las pencas por s y la cabeza por s, y sale de tan buen
sabor como un diacitrn no bien adobado o no muy bien hecho. Lo de las
pencas est tan lleno de hilos que no se sufre tragados, sino mascar y
chupar aquel zumo que es dulce; mas si las cabezas estn cocidas de
buen maestro, tiene tan buenas tajadas que muchos espaoles lo quieren
tanto como buen diacitrn; y lo que es de tener en ms es que toda la
tierra est llena de estos metheles, salvo la tierra caliente; la que es
templada tiene ms de estos postreros. Estas eran las vias de los indios;
y as tienen ahora todas las linderas y valladares llenas de ellos.

446 Hcese del methl buen papel; el pliego es tan grande como dos
pliegos del nuestro; y de esto se hace mucho en Tlaxcala, que corre por
gran parte de la Nueva Espaa. Otros rboles hay de que se hace en tierra
caliente, y de stos se sola gastar gran cantidad; el rbol y el papel se
llaman amatlh y de este nombre llaman a las cartas, y a los libros y al
papel amatlh, aunque el libro su nombre tiene.

447 En este methl o maguey hacia la raz se cran unos gusanos


blanquecinos, tan gruesos como un can de una avutarda y tan largos
como medio dedo, los cuales tostados y con sal son muy buenos de
comer; yo los he comido muchas veces en das de ayuno a falta de peces.
Con el vino de este methl se hacen muy buenas cernadas para los
cabellos, y es ms fuerte y ms clido y ms apropiado para esto que no
el vino que los espaoles hacen de uvas.

448 En las pencas u hojas de este maguey hallan los caminantes agua,
porque como tiene muchas pencas y cada una como he dicho tiene vara y
media de largo, cuando llueve, algunas de ellas retienen en s el agua, lo
cual como ya los caminantes lo sepan y tengan experiencia de ello, vanlo
a buscar y muchas veces les es mucha consolacin.

CAPITULOXX

449 De cmo se han acabado los dolos, y las fiestas que los indios solan
hacer, y la vanidad y trabajo que los espaoles han puesto en buscar
dolos.

450 Este captulo, que es el postrero, se ha de poner en la segunda parte


de ste libro, adonde se trata esta materia.

451 Las fiestas que los indios hacan, segn que en la primera parte est
dicho, con sus ceremonias y solemnidades, desde el principio que los
espaoles anduvieron de guerra, todo ces, porque los indios tuvieron
tanto que entender en sus duelos, que no se acordaban de sus dioses, ni
aun de s mismos, porque tuvieron tantos trabajos, que por acudir a
remediados ces todo lo principal.

452 En cada pueblo tenan un dolo o demonio, a el cual principalmente


como su abogado tenan y llamaban, y a ste honraban y ataviaban de
muchas joyas y ropas, y todo lo bueno que podan haber le ofrecan, cada
pueblo como era y ms en las cabezas de provincias. Estos principales
dolos que digo, luego como la gran ciudad de Mxico fue tomada de los
espaoles con sus joyas y riquezas, escondieron los dolos en el ms
secreto lugar que pudieron mucha parte del oro que estaba con los dolos
en los templos, y dieron en tributo a los espaoles a quien fueron
encomendados; porque no pudieron menos hacer, porque a el principio
los tributos fueron tan excesivos, que no bastaba cuanto los indios
podan araar ni buscar, ni lo que los seores y principales tenan, sino
que compelidos con necesidad, tambin dieron el oro que tenan en los
templos de los demonios; y aun esto acabado, dieron tributo de esclavos,
y muchas veces no los teniendo, para cumplir daban libres por esclavos.

453 Estos principales dolos con las insignas y ornamentos o vestidos de


los demonios, escondieron los indios, unos so tierra, otros en cuevas (y)
otros en los montes. Despus cuando se fueron los indios convirtiendo y
bautizando, descubrieron muchos, y traanlos a los patios de las iglesias
para all los quemar pblicamente. Otros se podrecieron debajo de tierra,
porque despus que los indios recibieron la fe, haba vergenza de sacar
los que haban escondido, y queran antes dejarlos podrecer, que no que
nadie supiese que ellos los haban escondido; y cuando los importunaban
para que dijesen de los principales dolos y de sus vestiduras sacbanlo
todo podrido, de lo cual yo soy buen testigo porque lo vi muchas veces.
La disculpa que daban era buena, porque decan: cuando lo escondimos
no conocamos a Dios, y pensbamos que los espaoles se haban de
volver luego a sus tierras y ya que venamos en conocimiento,
dejbamoslo podrir, porque tenamos temor y vergenza de sacarlo. En
otros pueblos estos principales dolos con sus atavos estuvieron en
poder de los seores o de los principales ministros de los demonios, y
stos los tuvieron tan secreto que apenas saban de ellos sino dos o tres
personas que los guardaban, y de stos tambin trajeron a los
monasterios para quemarlos grandsima cantidad.

454 Otros muchos pueblos remotos y apartados de Mxico, cuando los


frailes iban predicando, en la predicacin y antes que bautizasen les
decan, que lo primero que haban de hacer era que haban de traer todos
los dolos que tenan, y todas las insignas de el demonio para quemar; y
de esta manera tambin dieron y trajeron mucha cantidad que se
quemaron pblicamente en muchas partes; porque adonde ha llegado la
doctrina y palabra de Cristo no ha quedado cosa que se sepa ni de que se
deba hacer cuenta; porque si desde aqu a cien aos cavasen en los
patios de los templos de los dolos antiguos, siempre hallaran dolos,
porque eran tantos los que hacan; porque aconteca que cuando un nio
nacan hacan un dolo y a el ao otro mayor, y a los cuatro aos, otro, y
como iba creciendo as iban haciendo dolos, y de stos estn los
cimientos y las paredes llenos, y en los patios hay muchos de ellos.

455 En el ao de treinta y nueve y en el ao de cuarenta algunos


espaoles, de ellos con autoridad y otros sin ella, por mostrar que tenan
celo de la fe, y pensando que hacan algo, comenzaron a revolver la tierra,
y a desenterrar los muertos, y apremiar a los indios porque les diesen
dolos; y en algunas partes lleg a tanto la cosa, que los indios buscaban
los dolos que estaban podridos y olvidados debajo de tierra, y aun
algunos indios fueron tan atormentados, que en realidad de verdad
hicieron dolos de nuevo, y los dieron porque los dejasen de maltratar.
Mezclbase con el buen celo que mostraban en buscar dolos una codicia
no pequea, y (era) que decan los espaoles, en tal pueblo o en tal
parroquia haba dolos de oro y de chalchihuitl, que es una piedra de
mucho precio, y fantasebaseles que haba dolo de oro que pesara un
quintal o diez o quince arrobas; y en la verdad ellos acudieron tarde,
porque todo el oro y piedras preciosas se gastaron y pusieron en cobro, y
lo hubieron en su poder los espaoles que primero tuvieron los indios y
pueblos en su encomienda. Tambin pensaban hallar dolo de piedra
preciosa que valiese tanto como una ciudad; y cierto aunque yo he visto
muchos dolos que fueron adorados y muy temidos entre los indios, y
muy acatados como dioses principales, y algunos de chalchihuitl, y el que
ms me parece que podra valer, puesto a el almoneda no pienso que
daran en Espaa por l diez pesos de oro; para esto alteraban y revolvan
y escandalizaban los pueblos con sus celos en la verdad indiscretos;
porque ya que en algn pueblo haya algn dolo, o est podrido o tan
olvidado o tan secreto que en pueblo de diez mil nimas no lo saben
cinco, y tinenlos en lo que ellos son, que es tenerlos o por piedras o por
maderos, y los que andan escandalizando a estos indios que van por su
camino derecho, parecen a Labn, el cual sali a el camino a Jacob a
buscarle el hato y a revolverle la casa por sus dolos, porque de esto que
aqu digo yo tengo harta experiencia, y veo el engao en que andan y las
maneras que traen para desasosegar y desfavorecer a estos pobres
indios, que tienen los dolos tan olvidados como si hubiera cien aos que
hubieran pasado.

CARTADEFRAY
TORIBIODE
MOTOLINIAAL
EMPERADORCARLOS
V
ENERO2DE1555
S.C.C.M.GraciaymisericordiaepazaDeopatre
nostroetDno.JesuXpo.
1 Tres cosas principalmente me mueven a escribir sta a V.M., y creo
sern parte para quitar parte de los escrpulos que el de las Casas 64,
Obispo que fue de Chiapa, pone a V.M. y a los de vuestros Consejos, y
ms con las cosas que agora escribe y hace imprimir.

2 La primera ser hacer saber a V.M. cmo el principal seoro de esta


Nueva Espaa, cuando los espaoles en ella entraron, no haba muchos
aos que estaba en Mxico o en los mexicanos; y cmo los mismos
mexicanos lo haban ganado o usurpado por guerra; porque los primeros
y propios moradores de esta Nueva Espaa era una gente que se llamaba
chichimecas y otomes, y stos vivan como salvajes, que no tenan casas
sino chozas y cuevas en que moraban. Estos ni sembraban ni cultivaban
la tierra, mas su comida y mantenimiento eran yerbas y races y la fruta
que hallaban por los campos, y la caza que con sus arcos y flechas
cazaban, seca al sol, la coman; y tampoco tenan dolos ni sacrificios,
mas de tener por dios al sol e invocar otras criaturas. Despus de stos
vinieron otros indios de lejos tierra, que se llamaron a Culhua. Estos
trujeron maz y otras semillas y aves domsticas, stos comenzaron a
edificar casas y cultivar la tierra y a la desmontar, y como stos se fuesen
multiplicando y fuese gente de ms habilidad y de ms capacidad que los
primeros habitadores, poco a poco se fueron enseoreando de esta tierra,
que su propio nombre es Anhuac. Despus de pasados muchos aos
vinieron los indios llamados mexicanos, y este nombre lo tomaron, o les
pusieron, por un dolo o principal dios que consigo trujeron, que se
llamaba Mexitle, y por otro nombre se llamaba Texcatlipuca; y ste fue el
dolo o demonio que ms generalmente se ador por toda esta tierra,
delante del cual fueron sacrificados muy muchos hombres. Estos
mexicanos se enseorearon en esta Nueva Espaa por guerra; pero el
seoro principal de esta tierra primero estuvo por los de Culhua, en un
pueblo llamado Culhuacn, que est dos leguas de Mxico, y despus,
tambin por guerras, estuvo el seoro en un seor y pueblo que se llama
Ascapulco (Azcapotzalco), una lengua de Mxico, segn que ms
largamente yo le escrib al Conde de Benavente en una relacin de los
ritus y antiguallas de esta tierra.

3 Sepa V.M. que cuando el Marqus del Valle entr en esta tierra, Dios
nuestro Seor era muy ofendido, y los hombres padescan muy
cruelsimas muertes, y el demonio nuestro adversario era muy servido
con las mayores idolatras y homecidios ms crueles que jams fueron:
porque el antecesor de Moctezuma seor de Mxico llamado Ahuitzoci
(Ahuitzotzin o Ahuzotl), ofresci a los indios (sic) en un solo templo y en
un sacrificio, que dur tres o cuatro das, ochenta mil y cuatrocientos
hombres, los cuales traan a sacrificar por cuatro calles en cuatro hileras
hasta llegar delante de los dolos al sacrificadero. Y cuando los cristianos
entraron en esta Nueva Espaa, por todos los pueblos y provincias de ella
haba muchos sacrificios de hombres muertos, ms que nunca, que

64
Esta carta es, en gran parte, un desmentido contra fray Bartolom de las Casas, cuyas exageraciones
relativas a la actuacin de los espaoles en indias ha supuesto una gran desconfianza hacia sus
descripciones, sobre todo por lo que hace a sus clculos de poblacin indgena y a sus generalizaciones
sobre los comportamientos espaoles.
mataban y sacrificaban delante de los dolos; y cada da y cada hora
ofrescin a los demonios sangre humana por todas partes y pueblos de
toda esta tierra, sin otros muchos sacrificios y servicios que a los
demonios siempre y pblicamente hacan, no solamente en los templos
de los demonios, que casi toda la tierra estaba llena de ellos, mas por
todos los caminos y en todas las casas y toda la gente vacaba al servicio
de los demonios y de los dolos: pues impedir y quitar estas y otras
abominaciones y pecados y ofensas que a Dios y al prjimo pblicamente
eran hechas, y plantar nuestra santa Fe catlica, levantar por todas las
partes la cruz de Jesucristo y la confesin de su santo nombre, y haber
Dios plantado una tan grande conversin de gente, donde tantas almas se
han salvado y cada da se salvan, y edificar tantas iglesias y monasterios,
que de solos frailes menores hay ms de cincuenta monasterios
habitados de frailes, sin los monasterios de Guatemala y Yucatn, y toda
esta tierra puesta en paz y justicia, que si V.M. viese cmo por toda esta
Nueva Espaa se celebran las pascuas y festividades, y cun
devotamente se celebran los oficios de la Semana Santa y todos los
domingos y fiestas, dara mil veces alabanzas y gracias a Dios.

4 No tiene razn el de las Casas de decir lo que dice y escribe y emprime,


y adelante, porque ser menester, yo dir sus celos y sus obras hasta
dnde allegan y en qu paran, si ac ayud a los indios o los fatig. Y a
V.M. humildemente suplico por amor de Dios, que agora que el Seor ha
descubierto tan cerca de aqu la tierra de la Florida, que desde el ro de
Pnuco, que es de esta gobernacin de Mxico, hasta el ro grande de la
Florida, donde se pase el capitn Soto ms de cinco aos, no hay ms
de ochenta leguas, que en estos nuestros tiempos y especialmente en
esta tierra es como ocho leguas; y antes del ro de la Florida hay tambin
muchos pueblos, de manera que aun la distancia es mucho menos. Por
amor de Dios V.M. se compadezca de aquellas nimas, y se compadezca y
duela de las ofensas que all se hacen a Dios, e impida los sacrificios e
idolatras que all se hacen a los demonios, y mande con la ms brevedad
y por el mejor medio que segn hombre y ungido de Dios y capitn de
Santa Iglesia, dar orden de manera que aquellos indios infieles se les
predique el santo Evangelio. Y no por la manera que el de las Casas
orden, que no se gan ms que de echar en costa a V.M. de dos o tres
mil pesos de aparejar y proveer un navo, en el cual fueron unos padres
dominicos a predicar a los indios de la Florida con la instruccin que les
dio, y en saltando en tierra sin llegar a pueblo, en el puerto luego mataron
la mitad de ellos, y los otros volvieron huyendo a se meter en el navo, y
ac tenan que contar cmo se haban escapado. Y no tiene V.M. mucho
que gastar ni mucho que enviar de all de Espaa, mas de mandado, y
confo en Nuestro Seor que en muy en breve se siga una grande
ganancia espiritual y temporal. Ac en esta Nueva Espaa hay mucho
caudal para lo que se requiere, porque hay religiosos ya experimentados,
que mandndoselo la obidiencia irn y se pornn a todo riesgo para
ayudar a la salvacin de aquella nimas. Asimismo hay mucha gente de
espaoles y ganados y caballos; y todos los que ac aportaron que
escaparon de la compaa de Soto, que no son pocos, desean volver all
por la bondad de la tierra. Y esta salida de gente conviene mucho para
esta tierra, porque se le d una puerta para la mucha gente que hay
ociosa, cuyo oficio es pensar y hacer mal. Y sta es la segunda cosa que
yo, pobre, de parte de Dios a V.M. suplico.

5 La tercera cosa es rogar por amor de Dios a V.M. que mande ver y mirar
a los letrados, as de vuestros Consejos como a los de las Universidades,
si los conquistadores, encomenderos y mercaderes de esta Nueva
Espaa estn en estado de recibir el sacramento de la penitencia y los
otros sacramentos, sin hacer instrumento pblico por escritura y dar
caucin jurada; porque afirma el de las Casas que, sin stas y otras
diligencias, no pueden ser absueltos; y a los confesores pone tantos
escrpulos, que no falta sino ponellos en el infierno. Y as, es menester
esto se consulte con el Sumo Pontfice, porque qu nos aprovechara a
algunos que hemos bautizado ms de cada (uno) trescientas mil nimas y
desposado y velado otras tantas y confesado otra grandsima multitud, si
por haber confesado diez o doce conquistadores, ellos y nos nos hemos
de ir al infierno.

6 Dice el de las Casas que todo lo que ac tienen los espaoles, todo es
mal ganado, aunque lo haya habido por granjeras; y ac hay muchos
labradores y oficiales y otros muchos, que por su industria y sudor tienen
de comer. Y para que mejor se entienda cmo lo dice o imprime, sepa V.M.
que puede haber cinco o seis aos, que por mandado de V.M. y de vuestro
Consejo de Indias me fue mandado que recogiese ciertos confisionarios
que el de las Casas dejaba ac en esta Nueva Espaa, escriptos de mano,
entre los frailes, e yo busqu todos los que haba entre los frailes
menores y los di a don Antonio de Mendoza, vuestro visorrey, y l los
quem, porque en ellos se contenan dichos y sentencias escandalosas.
Agora, en los postreros navos que aportaron a esta Nueva Espaa han
venido los ya dichos confisionarios impresos, que no pequeo alboroto y
escndalo han puesto en toda esta tierra, porque a los conquistadores y
encomenderos y a los mercaderes los llama muchas veces, tiranos,
robadores, violentadores, raptores, predones. Dice que siempre y cada
da estn tiranizando los indios, asimismo dice que todos los tributos de
indios son y han sido llevados injusta y tirnicamente. Si as fuese, buena
estaba la conciencia de V.M., pues tiene y lleva la mitad o ms de todas
las provincias y pueblos ms principales de toda esta Nueva Espaa, y
los encomenderos y conquistadores no tienen ms de lo que V.M. les
manda dar y que los indios que tuvieren sean tasados moderadamente, y
que sean muy bien tratados y mirados, como por la bondad de Dios el da
de hoy lo son casi todos, que les sea administrada doctrina y justicia. As
se hace, y con todo esto el de las Casas dice lo dicho y ms de manera
que la principal injuria o injurias hace a V.M., y condena a los letrados de
vuestros Consejos llamndolos muchas veces injustos y tiranos. Y
tambin injuria y condena a todos los letrados que hay y ha habido en
toda esta Nueva Espaa, as eclesisticos como siculares, y a los
prelados y Audiencias de V.M.: porque ciertamente el Marqus del Valle y
don Sebastin Ramrez, obispo, y don Antonio de Mendoza y don Luis de
Velasco, que agora gobierna, con los oidores, han regido y gobernado y
gobiernan muy bien ambas repblicas de espaoles e indios. Por cierto,
para con unos poquillos cnones que el de las Casas oy, l se atreve a
mucho, y muy grande parece su desorden y poca su humildad. Y piensa
que todos yerran y que l slo acierta, porque tambin dice estas
palabras, que se siguen a la letra: todos los conquistadores han sido
robadores, raptores y los ms calificados en mal y crueldad que nunca
jams fueron, como es a todo el mundo manifiesto. Todos los
conquistadores, dice, sin sacar ninguno. Ya V.M. sabe las instrucciones y
mandamientos que llevan y han llevado los que van a nuevas conquistas,
y cmo las trabajan de guardar y son de tan buena vida como el de las
Casas, y de ms reto y santo celo.

7 Yo me maravillo cmo V.M. y los de vuestros Consejos han podido sufrir


tanto tiempo a un hombre tan pesado, inquieto e importuno y bullicioso y
pleitista, en hbito de religioso, tan desasosegado, tan mal criado y tan
injuriador y perjudicial y tan sin reposo. Yo, ha que conozco al de las
Casas quince aos, primero que a esta tierra viniese, y l iba a la tierra del
Per, y no pudiendo all pasar, estuvo en Nicaragua, y no soseg all
mucho tiempo, y de all vino a Guatemala y menos par all, y despus
estuvo en la nacin de Guaxaca, y tan poco reposo tuvo all como en las
otras partes; y despus que aport a Mxico estuvo en el monasterio de
Santo Domingo, y en l luego se hart, y tom a vaguear y andar en su
bullicios y desasosiegos, y siempre escribiendo procesos y vidas ajenas,
buscando los males y delitos que por toda esta tierra haban cometido los
espaoles, para agraviar y encarecer todos los males y pecados que han
acontecido. Y en esto parece que tomaba el oficio de nuestro adversario,
aunque l pensaba ser ms celoso y ms justo que los otros cristianos, y
ms que los religiosos. y l ac, apenas tuvo cosa de religin.

8 Una vez estaba l hablando con unos frailes y dedales que era poco lo
que haca, que no haba resistido ni derramado su sangre. Como quiera,
el menor de ellos era ms siervo de Dios y le servan ms y velaban ms
las nimas y la religin que no l, con muchos quilates; porque todos sus
negocios han sido con algunos desasosegados, para que le digan cosas
que escriba conforme a su apasionado espritu contra los espaoles,
mostrndose que ama mucho a los indios y que l solo los quiere
defender y favorecer ms que nadie. En lo cual, ac, muy poco tiempo se
ocup, si no fue cargndolos y fatigndolos. Vino el de las Casas siendo
fraile simple y aport a la ciudad de Tlaxcala, e traa tras de s, cargados,
27 37 indios, que ac se llaman tamemes; y en aquel tiempo estaban
ciertos obispos y perlados examinando una bula del papa Paulo, que
habla de los matrimonios y baptismo, y en este tiempo pusironnos
silencio que no baptizsemos a los indios adultos, y haba venido un
indio, de tres o cuatro jornadas, a se baptizar, y haba demandado el
baptismo muchas veces, y estaba bien aparejado, catequizado y
enseado. Entonces yo, con otros frailes, rogamos mucho al de las Casas
que baptizase aquel indio, porque venia de lejos, y despus de muchos
ruegos demand muchas condiciones de aparejos para el baptismo,
como si l solo supiera ms que todos, y ciertamente aquel indio estaba
bien aparejado. Y ya que dijo que lo baptizara, vistise una sobrepelliz
con su estola, y fuimos con l tres o cuatro religiosos a la puerta de la
iglesia do el indio estaba de rodillas, y no s qu achaque se tom, que
no quiso bautizar al indio, y dejnos y fuese. Yo entonces dije al de las
Casas: como?, Padre, todos vuestro celos y amor que decs que tenis
a los indios, se acaba en traerlos cargados y andar escribiendo vidas de
espaoles y fatigando a los indios, que slo vuestra caridad trais
cargados ms indio que treinta frailes? Y pues un indio no bautizis ni
doctrinis, bien sera que pagsedes a cuantos trais cargados y
fatigados.

9 Entonces, como est dicho, traa 27 37 cargados, que no me recuerdo


bien el nmero, y todo lo ms que traa en aquellos indios eran procesos
y escripturas contra espaoles, y brujeras de nada. Y cuando fue all a
Espaa, que volvi obispo, llevaba ciento y veinte indios cargados, sin
pagarles nada; y agora procura all con V.M. y con los del Consejo de
Indias, que ac ningn espaol pueda traer indios cargados pagndolos
muy bien, como agora por todas partes se pagan, y los que agora
demandan no son sino tres o cuatro para llevar la cama y comida, porque
por los caminos no se halla65. Despus de esto, ac siempre anduvo
desasosegado, procurando negocios de personas principales, y lo que
all negoci fue venir obispo de Chiapa; y como no cumpli lo que ac
prometi negociar, el padre Fray Domingo de Betanzos, que lo tena bien
conoscido, le escribi una carta bien larga, y fue muy pblica, en la cual
le declaraba su vida y sus desasosiegos y bullicios, y los perjuicios y
daos que con sus informaciones y celos indiscretos haba causado por
doquiera que andaba; especialmente, cmo en la tierra del Per haba
sido causa de muchos escndalos y muertes. Y agora no cesa all do est
de hacer lo mismo, mostrndose que lo hace con celo que tiene a los
indios, y por una carta que de ac alguno le escribe -y no todas veces
verdadera- mustrala a V.M. o a los de su Consejo; y por una cosa
particular que le escriben procura una cdula general; y as, turba y
destruye ac la gobernacin y la Repblica; y en esto paran sus celos.

10 Cuando vino obispo, y lleg a Chiapa, cabeza de su obispado, los de


aquella ciudad le recibieron, por envialle V.M. con mucho amor y con toda
la humildad, y con palio le metieron en su iglesia, y le prestaron dineros
para pagar las deudas que de Espaa traa, y dende a muy poco das
descomlgalos y pneles 15 16 leyes y las condiciones del
confisionario, y djalo y vase adelante. A esto le escriba el de Betanzos,
que las ovejas haba vuelto cabrones, y de buen carretero ech el carro
delante y los bueyes detrs. Entonces fue al reino que llaman de Verapaz,
del cual all ha dicho que es grandsima cosa y de gente infinita. Esta
tierra es cerca de Guatemala, y yo be andado visitando y enseando por
all, y llegu muy cerca, porque estaba dos jornadas de ella; y no es de
diez partes la una de los que all han dicho y significado. Monesterio hay
ac en lo de Mxico, que dotrina e visita (es?) diez (veces?) tanta gente,
que la que hay en el reino de la Vera paz. y de esto es buen testigo el
obispo de Guatemala: yo vi la gente, que es de pocos quilates y menos
que otra.
65
Esto significa que en este tiempo habanse corregido ya los excesos contra el indio cometidos por
muchos cristianos, y en este caso por el mismo Las Casas.
11 Despus, el de las Casas tom a sus desasosiegos y vino a Mxico, y
pidi licencia al visorrey para volver all a Espaa, y aunque no se la dio,
no dej de ir all sin ella, dejando ac muy desamparadas y muy sin
remedio las ovejas y nimas a l encomendadas, as espaoles como
indios. Fuera razn, si con l bastase razn, de hacerle luego dar la vuelta
para que siquiera perseverara con sus ovejas dos o tres aos, pues como
ms santo y ms sabio es ste que todos cuantos obispos hay y han
habido, y as, los espaoles dice que son incorregibles, trabajara con los
indios y no lo dejara todo perdido y desamparado.

12 Habr cuatro aos que pasaron por Chiapa y su tierra dos religiosos, y
vieron cmo por mandado del de las Casas, an en el artculo de la
muerte no absolvan a los espaoles que pedan confisin, ni haba quin
bautizase los nios hijos de los indios que por los pueblos buscaban el
bautismo -y estos frailes que digo, bautizaron muy muchos. Dicen en
aquel su confisionario, que los encomenderos son obligados a ensear a
los indios que le son encargados, y as es la verdad; mas decir adelante,
que nunca, ni por entresueo, lo han hecho, en esto no tiene razn,
porque muchos espaoles por s y por sus criados los han enseado
segn su posibilidad; y otros muchos, a do no alcanzan frailes, han
puesto clrigos en sus pueblos; y casi todos los encomenderos han
procurado frailes, ans para los llevar a sus pueblos como para que los
vayan a ensear y a les administrar los santos sacramentos. Tiempo
hubo, que algunos espaoles ni quisieran ver clrigo ni fraile por sus
pueblos; mas das ha que muchos espaoles procuran frailes, y sus
indios han hecho monesterios y los tienen en sus pueblos; y los
encomenderos proveen a los frailes de mantenimiento y vestuario y
ornamentos, y no es maravilla que el de las Casas no lo sepa, porque l
no procur de saber sino lo malo y no lo bueno, ni tuvo sosiego en esta
Nueva Espaa ni deprendi lengua de indios ni se humill ni aplic a les
ensear. Su oficio fue escribir procesos y pecado que por todas partes
han hecho los espaoles: y esto es lo que mucho encarece, y ciertamente
slo este oficio no le llevar al cielo. Y lo que as escribe no es todo cierto
ni muy averiguado. Y (si) se mira y notan bien los pecados y delitos
atroces que en sola la ciudad de Sevilla han acontecido, y los que la
justicia ha castigado de treinta aos a esta parte, se hallaran ms delitos
y maldades, y ms feas, que cuantas han acontecido en toda esta Nueva
Espaa despus que se conquist, que son treinta y tres aos. Una de las
cosas que es de haber compasin en toda esta tierra, es de la ciudad de
Chiapa y su subjeto, que despus que el de las Casas all entr por
obispo qued destruida en lo temporal y espiritual, que todo lo encon. Y
plega a Dios no se diga de l que dej las nimas en las manos de los
lobos y huy: quia mercenarius est et non pastor, et non pertinen ad eum
de ovibus.

13 Cuando algn obispo renuncia el obispado para dejar una iglesia que
por esposa recibi, tan grande obligacin, y mayor, es el vnculo que a
ella tiene que a otra profesin de ms bajo estado; y as se da con gran
solemnidad. Y para dejar y desempararla, grandsima causa ha de haber, y
donde no la hay, la tal renunciacin ms se llama apostasa y apostatar
del alto y muy perfecto estado obispal, que no otra cosa. Y si fuera por
causa de muy grandes enfermedades o para meterse en un monesterio
muy estrecho para nunca ver hombre ni negocios mundanos, aun
entonces no sabemos si delante de Dios est muy seguro el tal obispo;
mas, para hacerse procurador en corte y para procurar, como agora
procura, que los indios le demanden por proptetor, cuando la carta en que
aquesto demandaba se vio en una congregacin de frailes menores, todo
se rieron de ella y no tuvieron que responder ni que hablar de tal desvaro
-y no mostrar el all carta de captulo o congregacin de frailes menores-
y tambin procura quede ac le enven dineros y negocios.

14 Estas cosas a quin parecern bien? Yo creo que V.M. las aborrecer,
porque es clara tentacin de nuestro adversario para desasosiego suyo y
de los otros. V.M. le deba mandar encerrar en un monesterio porque no
sea causa de mayores males: que si no, yo tengo temor que ha de ir a
Roma, y ser causa de turbacin en la corte romana.

15 A los estancieros, calpixques y mineros, llmalos verdugos,


desalmados, inhumanos y crueles: y dado caso que algunos haya habido
codiciosos y mal mirado, ciertamente hay otros muchos buenos
cristianos y piadosos y limosneros, y muchos de ellos, casados, viven
bien. No se dir del de las Casas lo de San Lorenzo, que como diese la
mitad de su sepultura al cuerpo de San Esteban llamronle el espaol
corts.

16 Dice en aquel confisionario, que ningn espaol en esta tierra ha


tenido buena fe cerca de las guerras, ni mercaderes, en llevarles a vender
mercaderas, y en esto juzga los corazones. Asimismo dice que ninguno
tuvo buena fe en el comprar y vender esclavos. Y no tuvo razn, pues
muchos se vendieron por las plazas con el hierro de V.M. y algunos aos
estuvieron muchos cristianos bona fide, y en inorancia invencible. Ms
dice, que siempre e hoy da estn tiranizando los indios. Tambin esto va
contra V.M. y si bien me acuerdo, los aos pasados, despus que V.M.
envi a don Antonio de Mendoza, se ayutaron los seores y principales de
esta tierra, y, de su voluntad, solemnemente, dieron de nuevo la
obediencia a V.M. por verse, en nuestra santa fe, libres de guerras y de
sacrificios, y en paz y en justicia.

17 Tambin dice que todo cuanto los espaoles tienen, cosa ninguna hay
que no fuese robada. Y en esto injuria a V.M. y a todos los que ac
pasaron, as a los que trujeron haciendas como a otros muchos que las
han comprado y adquirido justamente. Y el de las Casas los deshonra por
escripto y por carta impresa. Pues cmo? as se ha de infamar por un
atrevido una nacin espaola con su prncipe, que maana lo leern los
indios y las otras naciones?

18 Dice ms: que por estos muchos tiempos y aos nunca habr justa
conquista ni guerra contra indios. De las cosas que estn por venir,
contegibles, de Dios es la providencia, y l es el sabidor de ellas y aqul a
quien su Divina Majestad las quisiera revelar, y el de las Casas en lo que
dice quiere ser adevino o profeta, y ser no verdadero profeta, porque
dice el Seor, ser predicado este Evangelio en todo el universo antes de
la consumacin del mundo. Pues a V.M. convienen de oficio darse presa
que se predique el santo Evangelio por todas estas tierras, los que no
quisieren or de grado el santo Evangelio de Jesucristo, sea por fuerza;
que aqu tiene lugar aquel proverbio: ms vale bueno por fuerza que malo
por grado; y segn la palabra del Seor por el tesoro hallado en el campo
se deben dar y vender todas las cosas y comprar luego aquel campo, y
pues sin dar mucho prescio puede V.M. haber y comprar este tesoro de
preciosas margaritas, que costaron el muy rico prescio de la sangre de
Jesucristo; porque si esto V.M. no procura, quin hay en la tierra que
pueda y deba ganar el precioso tesoro de nimas que hay derramadas por
estos campos y tierras?

19 Cmo se determina el de las Casas a decir que todos los tributos son
y han sido mal llevados, y vemos que preguntando al Seor si se dara
tributo a Csar o no, respondi que s, y l dice que son mal llevados? Si
miramos cmo vino el seoro e impero Romano, hallamos que primero
los babilnicos, en tiempo de Nabucodonosor Magno tomaron por guerra
el seoro de los asiros, que, segn San Jernimo, dur aquel reino ms
de mil e trescientos aos. Y este reino de Nabucodonosor fue la cabecera
de oro de la estatua que l mismo vio, segn la interpretacin de Daniel,
cap. 2.; y Nabucodonosor fue el primer monarca y cabeza del imperio.
Despus, los persas y medos destruyeron a los babilnicos en tiempo de
Ciro y Daro, y este seoro fueron los pechos y brazos de la misma
estatua. Fueron dos brazos, conviene saber, Ciro y Daro, y persas y
medos. Despus los griegos destruyeron a los persas en tiempo de
Alejandro Magno, y este seoro fue el vientre y muslos de metal, y fue de
tanto sonido este metal, que se oy por todo el mundo, salvo en esta
tierra y sali la fama y temor del grande Alejandro, que est escrito siluit
terra in conspectu ejus. Y como conquistase a Asia, los de Europa y
frica le enviaron embajadores y le fueron a esperar con dones a
Babilonia, y all le dieron la obediencia. Despus, los romanos subjetaron
a los griegos y stos fueron las piernas y pies de yerro, que todos los
metales consume y gasta. Despus, la piedra cortada del monte sin
manos, cort y disminuy la estatua e idolatra, y ste fue el reino de Xpo.
Durante el seoro de los emperadores romanos dijo el Seor que se
diese el tributo a Csar. Yo no me meto a determinar si fueron estas
guerras ms o menos lcitas que aqullas, o cul es ms lcito tributo,
ste o aqul: esto determnenlo los Consejos de V.M. Mas es de notario
que el profeta Daniel dice en el mismo captulo: que Dios muda los
tiempos y edades, y pasa los reinos de un seoro en otro; y esto, por los
pecados, segn paresce en el reino de los cananeos, que lo pas Dios en
los hijos de Israel con grandsimos castigos; y el reino de Judea, por el
pecado y muerte del Hijo de Dios, lo pas a los romanos; y los imperios
aqu dichos. Lo que yo a V.M. suplico es que el quinto reino de Jesucristo,
significado en la piedra cortada del monte sin manos, que ha de henchir y
ocupar toda la tierra, del cual reino V.M. es el caudillo y capitn que
mande V.M. poner toda la diligencia que sea posible para que este reino
se cumpla y ensanche y se predique a estos infieles o a los ms
cercanos, especialmente a los de la Florida, que estn aqu a la puerta.

20 Quisiera yo ver al de las Casas quince o veinte aos, perseverar en


confesar cada da diez o doce indios enfermos llagados y otros tantos
sanos, viejos, que nunca se confesaron, y entender en otras cosas
muchas, espirituales, tocantes a los indios. Y lo bueno es que all, a V.M.
y a los dems sus Consejos, para mostrarse muy celoso: Fulano no es
amigo de indios, es amigo de espaoles, no le dis crdito. Plega a Dios
que acierte l a ser amigo de Dios y de su propia nima: lo que all cela
es de daos que hacen a los indios, o de tierras que los espaoles
demandan ac en esta Nueva Espaa, o de estancias que estn en
perjuicio, y de daos a los indios. Ya no es el tiempo que sola, porque el
que hace dao de dos pesos, paga cuatro; y el que hace dao de cinco,
paga ocho. Cuando al dar en las tierras podra V.M. dar de las sobradas,
baldos y tierras eriales para los espaoles avecindados, que se quieren
aplicar a labrar la tierra, y otros ac nascidos, que algo han de tener: y
esto, de lo que est sin prejuicio. Y como de diez aos a esta parte entre
los indios ha habido mucha mortandad y pestilencias grandes, falta muy
mucha gente, que donde menos gente falta, de tres partes faltan las dos;
y en otros lugares, de cinco partes faltan cuatro, y en otros de ocho
partes faltan las siete; y a esta causa sobran por todas partes muchas
tierras, dems de los baldos y tierras de guerra, que no sembraban. Y
habiendo de dar, si V.M. mandare, (sea) de los baldos y tierras de guerra,
que stos eran unos campos que dejaban entre provincia y provincia y
entre seor y seor, adonde salan a darse guerra, que antes que entrase
la Fe eran muy continuas, porque casi todos los que sacrificaban a los
dolos eran los que prendan en las guerras, y por eso en ms tenan
prender uno que matar cinco. Estas tierras que digo, no las labraban; en
stas hay lugar, si lo indios no tuviesen ya algunas ocupadas y
cultivadas, paresciendo ser lcito y podralas V.M. dar con menos perjuicio
y sin prejucio alguno. Cuanto a las estancias de los ganados, ya casi por
todas partes se han sacado los ganados que hacan dao, especialmente
los ganados mayores, no por falta de grandes campos, ms por que los
traan sin guarda, y como no los recogen de noche a que duerman en
corrales, corran mucha tierra y hacan dao; y para el agostadero les han
puesto y sealado tiempo en que han de entrar y salir, con sus penas: que
ac, por la bondad de Dios, hay quien lo remedie, que es la justicia, y
quien lo cele tan bien como el de las Casas. Para ganados menores hay
muchas tierras y campos por todas partes, y aun muy cerca de la gran
ciudad de Tenuxtitln Mxico hay muchas estancias sin perjuicio; y en el
valle de Toluca, que comienza a seis o siete leguas de Mxico, hay
muchas estancias de ganado mayor y menor; asimismo cerca de la
ciudad de los ngeles y en la ciudad de Tlaxcala y en los pueblos de
Tepeyaca y Tecamachalco. Y en todos estos pueblos y en sus trminos
hay muy grandes campos y dehesas donde se pueden apacentar muy
muchos ganados sin perjuicio, especialmente ganados menores, que en
nuestra Espaa los traen muchas veces cerca de los panes, y el que hace
dao pgalo. Ac hay muchos baldos y muy grandes campos donde
podran por todas partes andar muchos ms ganados de los que hay: y
quien otra cosa dice, es o porque no lo sabe o porque no lo ha visto. Sola
la provincia de Tlaxcala tiene de ancho diez leguas, y a partes once, y de
largo quince, y a partes diecisis leguas, y boja ms de cuarenta. Y poco
menos tienen la de Tecamachalco. Y otros muchos pueblos tienen
muchos baldos, porque de cinco parte de trmino no ocupan los indios la
una. Y pues los ganados son tan provechosos y necesarios, y usan de
ellos ambas Repblicas de espaoles e indios, as de bueyes y vacas y de
caballos, como de todos los otros ganados, por qu no les darn lo que
sobra y que se apacienten sin perjuicio, pues es bien para todos?

21 Y pues ya muchos indios usan de caballos, no sera malo que V.M.


mandase que se diese licencia para tener caballos sino a los principales
seores, porque si se hacen los indios a los caballos, muchos se van
haciendo jinetes y querrnse igualar por tiempo a los espaoles; y esta
ventaja de los caballos y tiros de artillera es muy necesaria en esta tierra,
porque da fuerza y ventaja a poco contra muchos. Y sepa V.M. que toda
esta Nueva Espaa est desierta y desamparada, sin fuerza ni fortaleza
alguna, y nuestro adversario, enemigo de todo bien, que siempre desea, y
procura discordias y guerras y de entre los pies levanta peligros; y
aunque no fuese ms de porque estamos en tierra ajena y (porque) los
negros son tantos que algunas veces han estado concertados de se
levantar y matar a los espaoles. Y para esto, la ciudad de los Angeles
est en mejor medio y comedio que ningn otro pueblo de la Nueva
Espaa para se hacer en ella una fortaleza, y podrase hacer a menos
costa por los muchos y buenos materiales que tiene, y sera seguridad
para toda la tierra.

22 A los pueblos que V.M. ms obligacin tiene en toda esta Nueva


Espaa, son Tezcuco y Tlacuba y Mxico. La razn es que cada seoro
de stos era un reino, y cada seor de stos tena diez provincias y
muchos pueblos a s subjetos. Y dems de esto, entre estos seoros se
repartan tributos de ciento y sesenta provincias y pueblos, y cada seor
de stos era un no pequeo rey. Y estos seores, luego que los cristianos
llegaron y les fue requerido rescibiesen la fe, dieron la obediencia a V.M.,
y Tezcuco y Tlacuba ayudaron a los espaoles en la conquista de Mxico.
Los otros seores de la tierra tienen y poseen sus seoros y tributan a
V.M. porque es su rey y seor y porque les administra V.M. doctrina y
sacramentos y justicia y les tiene en paz, que ms les da V.M. que de ellos
recibe, aunque el de las Casas no lo quiere considerar. Los seores de
Tezcuco y Tlacuba y Mxico, aun de las estancias subjetas a sus
cabeceras les quitaron y repartieron algunas, y stos se contentarn con
que V.M. mande dar un pueblo pequeo o mediano que sirva al seor de
Tezcuco, y otro a su pueblo o Repblica; y otro tanto al seor y pueblo de
Tlacuba. Y esto, cuanto a las cosas temporales.

23 Y cuanto a los espirituales, estas nimas reclaman por ministros. Y


porque de Espaa han salido y salen cada da muchos religiosos para
estas tierras, si V.M. mandase, en Flandes y en Italia hay muchos frailes
siervos de Dios, muy dotos y muy deseosos de pasar a estas partes y de
emplear en la conversin de infieles; y de estas naciones que digo han
estado en esta tierra, e hoy da hay, algunos siervos de Dios que han dado
muy buen ejemplo y han mucho trabajado con estos naturales.

24 Dems de esto, la iglesia mayor de Mxico, que es la metropolitana,


est muy pobre, vieja, arremendada, que solamente se hizo de prestado
veinte e nueve aos ha. Razn es que V.M. mande que se comience a
edificar y la favorezca, pues de todas las iglesias de la Nueva Espaa es
cabecera, madre y seora. Y as (a) esta iglesia como (a) las otras
catedrales las mande V.M. dar sendos pueblos, como antes tenan; que no
haba repartimientos tan bien empleados en toda la Nueva Espaa. Y de
estos pueblos tiene mucha necesidad para reparar, trastejar, barrer y
adornar las iglesias y las casas de los obispos, que todos estn pobres y
adeudados. Pues ac han tenido y tienen repartimientos, zapateros y
herreros, mucha ms necesidad tienen las iglesias, pues no tienen rentas,
y lo que tienen es muy poco.

25 Todo esto digo con el deseo de servir e informar a V.M. de lo que esta
tierra siento y he visto por espacio de treinta aos que ha que pasamos
por ac por mando de V.M., cuando trujimos los breves y bulas de Len y
Adriano que V.M. procur. Y haban de pasar ac y traer las dichas bulas
el cardenal de Santa Cruz Fray Francisco de Quiones y el padre Fray
Juan Clapin, que Dios tiene. Y de doce, que al principio de la conversin
de esta gente venimos, ya no hay ms de dos vivos. Y reciba V.M. esta
carta con la intencin que la escribo, y no valga ms de cuanto fuere
conforme a razn, justicia y verdad. Y quedo como mnimo capelln
rogando a Dios su santa gracia siempre more en la bendita nima de V.M.
para que siempre haga a su santa voluntad. Amn.

26 Despus de lo arriba dicho vi y le un tratado que el de las Casas


compuso sobre la materia de los esclavos hechos en esta Nueva Espaa
y en las Islas, y otro sobre el parecer que dio sobre que si habra
repartimiento de indios.

27 El primero dice haber compuesto por comisin del Consejo de las


Indias, y el segundo por mandao de V.M. que no hay hombre humano, de
cualquier nacin, ley o condicin que sea, que los lea, que no cobre
aborrecimiento y odio mortal y tenga a todos los moradores de esta
Nueva Espaa por la ms cruel y ms abominable y ms infiel y
detestable gente de cuantas nasciones hay debajo del cielo. Y en esto
paran las escripturas que se escriben sin caridad y que proceden de
nimo ajeno de toda piedad y humanidad.

28 Yo ya no s los tiempos que all corren en la vieja Espaa, porque ha


ms de treinta aos que de ella sal; mas muchas veces he odo a
religiosos siervos de Dios y a espaoles buenos cristianos, temerosos de
Dios, que vienen de Espaa, que hallan ac ms cristiandad, ms fe, ms
frecuentacin en los santos sacramentos y ms caridad y limosna a todo
gnero de pobres, que no en la vieja Espaa. Y Dios perdone al de las
Casas, que tan gravsimamente deshonra y disfama, y tan terriblemente
injuria y afrenta una y muchas comunidades, y una nacin espaola, y a
su prncipe y Consejo con todos los que en nombre de V.M. administran
justicia en estos reinos. Y si el de las Casas quiere confesar verdad, a l
quiero por testigo cuntas y cun largas limosnas hall ac y con cunta
humildad soportaron su recia condicin, y cmo muchas personas de
calidad confiaron de l muchos e importantes negocios; y ofrecindose
guardar fidelidad, dironle mucho interese, y apenas, en cosa alguna,
guard lo que prometi, de lo cual, entre otros muchos, se quejaba el
siervo de Dios Fray Domingo de Betanzos en la carta ya dicha.

29 Bastar debiera al de las Casas haber dado su voto y decir lo que senta
cerca del encomendar los indios a los espaoles, y que le quedara por
escripto, y que no lo imprimiera con tantas injurias, deshonras y
vituperios. Sabido est qu pecado comete el que deshonra y disfama a
uno; y ms el que disfama a muchos; y mucho ms el que disfama a una
Repblica y nascin. Si el de las Casas llamase (una vez) a los espaoles
y moradores de esta Nueva Espaa, de tiranos y ladrones y robadores y
homecidas y crueles salteadores, cien veces pasara; pero llamrselo cien
veces ciento, ms de la poca caridad y menos piedad que en sus palabras
y escripturas tiene -y dems de las injurias y agravios y afrentas que a
todos hace-, por hablar en aquella escriptura con V.M. fuera mucha razn
que se templara y hablara con alguna color de humildad. Y qu pueden
aprovechar y edificar las palabras dichas sin piedad ni humanidad? Por
cierto, poco. Yo no s por qu razn, por lo que uno hizo, quiera el de las
Casas condenar a ciento; y lo que cometieron diez, por qu lo ha de
atribuir a mil y disfama a cuantos ac han estado y estn. Dnde se hall
condenar a muchos buenos por pocos malos? Si el Seor hallara diez
buenos en tiempo de Abraham y de Lot, perdonara a muy muchos.
Cmo? Porque en Sevilla y en Crdoba se hallan algunos ladrones y
homecidas y herejes, los de aquellas ciudades son todos ladrones y
tiranos y malos? Pues no ha tenido Mxico Tenochtitln menos
obediencia y lealtad a su Rey con las otras ciudades y villas de la Nueva
Espaa. Y es mucho ms de agradecer cuanto ms lejos est de su Rey.

30 Si las cosas que el de las Casas o Casaus escriben fueran verdaderas,


por cierto V.M. haba de tener mucha queja de cuantos ac ha enviado. Y
ellos seran dignos de gran pena, as los obispos como perlados mayores,
y ms obligados a se oponer e morir por sus ovejas y clamar a Dios y a
V.M. por remedio para conservar su grey. Y as, vemos que los obispos de
esta Nueva Espaa los buenos, perseveran en los trabajos de sus cargos
y oficios, que apenas reposan de da ni de noche. Y tambin tema V.M.
queja de los oidores y de los presidentes que ha provedo en las
Audiencias por todas partes con largos salarios: y en sola esta Nueva
Espaa est Audiencia en Mxico y en la Nueva Galicia y en Guatemala.
Pues todos estos duermen y echan sobre sus conciencias tantos
pecados ajenos como el de las Casas dice? No est V.M. tan descuidado
ni tan dormido como lo significa el de las Casas, ni deja V.M. de punir ni
castigar a los que no le guarden fidelidad. Cosa es de notar la punicin
que V.M. mand hacer y castigo que dio a una Audiencia que apenas
haba comenzado a hacer su oficio, cuando los oidores fueron all
presos, y el presidente y gobernador de la Nueva Espaa estuvo ac ms
de un ao preso en la crcel pblica y all fue a se acabar de pagar de sus
culpas. Y tambin ha V.M. de estar indiado contra los cabildos de esta
Nueva Espaa, as de las iglesias como de las ciudades, pues todos son
provedos por V.M. para descargo y regimiento de vuestro vasallos y
Repblicas, sino hiciesen lo que deben. Y la misma queja debra V.M.
tener de los religiosos de todas las rdenes que ac V.M. inva, no con
poca costa ni trabajo de los sacar de las provincias de Espaa, y ac les
manda hacer los monesterios y que les den clices y campana, y algunos
han recibido preciosos ornamentos. Con razn podra V.M. decir: pues
cmo todos son canes mudos, que, sin ladrar ni dar voces, consienten
que la tierra se destruya? No por cierto, mas antes casi todos, cada uno
en su oficio, hacen lo que deben.

31 Cuando yo supe lo que escriba el de las Casas, tena queja de los del
Consejo, porque consentan que tal cosa se imprimiese. Despus, bien
mirado, vi que la impresin era hecha en Sevilla al tiempo que los navos
se queran partir, como cosa de hurto y mal hecho. Y creo que ha sido
cosa permitida por Dios y para que se sepan y respondan a las cosas del
de las Casas, aunque ser con otra templanza y caridad, y ms de los que
sus escripturas merecen, porque l se convierte a Dios, y satisfaga a
tantos como ha daado y falsamente imfamado y para que en esta vida
pueda hacer penitencia, y tambin para que V.M. sea informado de la
verdad y conozca el servicio que el capitn D. Hernando Corts y sus
compaeros le han hecho, y la muy leal fidelidad que siempre esta Nueva
Espaa ha tenido a V.M., por cierta dina de remuneracin.

32 Y sepa V.M. por cierto que los indios de esta Nueva Espaa estn bien
tratados y tienen menos pecho y tributo que los labradores de la vieja
Espaa, cada uno en su manera. Digo casi todos los indios, porque
algunos pocos pueblos hay que su tasacin se hizo antes de la gran
pestilencia, que no estn modeficados sus tributos: estas tasaciones ha
de mandar V.M. que se tornen a hacer de nuevo. Y el da de hoy los indios
saben y entienden muy bien su tasacin, y no darn un tomn de ms en
ninguna manera, ni el encomendero les osar pedir un cacao ms de lo
que tienen en su tasacin, ni tampoco el confesor los absolver si no lo
restituyesen, y la justicia los castigara cuando lo supiese. Y no hay aquel
descuido ni tiranas, que el de las Casas tantas veces dice, porque, gloria
sea a Dios, ac ha habido en lo espiritual mucho cuidado y celo en los
predicadores y vigilancia en los confesores, y en los que administran
justicia, obidiencia para ejecutar lo que V.M. manda cerca del buen
tratamiento y defensin de estos naturales. Y esto no lo han causado
malos tratamientos, porque ha muchos aos que los indios son bien
tratados, miradas y defendidos. Ms halo causado muy grandes
enfermedades y pestilencias que en esta Nueva Espaa ha habido, y cada
da se van apocando estos naturales.

33 Cal sea la causa, Dios es el sabidor, porque sus juicios son muchos y
a nosotros escondidos. Si la causan los grandes pecados e idolatras que
en esta tierra haba, no lo s. Empero veo que la tierra de promisin que
posean aquellas siete generaciones idlatras, por mandado de Dios
fueron destruidas por Josu, y despus se pobl de hijos de Israel, en
tanta manera, que cuando David cont el pueblo lo hall en diez tribus, de
solos varones fuertes de guerra, ochocientos mil; y despus, en el tiempo
del rey As, de los dos tribus, en la batalla que dio Zara al rey de los
etopes, se hallaron quinientos y ochenta mil hombres de guerra. Y fue tan
pobladsima aquella tierra, que en sola la ciudad de Jerusaln se lee que
haba ms de ciento y cincuenta mil vecinos; y agora, en todos aquellos
reinos, no hay tantos vecinos como sola haber en Jerusaln, ni como la
mitad. La causa de aquella destruccin y la de esta tierra e islas, Dios la
sabe: que cuando ms medios y remedios V.M. y los Reyes Catlicos, de
santa memoria, humanamente han sido posible proveer, lo han provedo.
Y no basta ni ha bastado consejo ni podero humano para lo remediar.
Gran cosa es que se hayan salvado muchas nimas, y cada da se salvan,
y se han impedido y estorbado muchos males e idolatras y homecidios y
grandes ofensas de Dios.

34 Lo que al presente mucho conviene, es que V.M. mande dar asiento a


esta tierra, que as como agora est padece mucho detrimento. Y para
esto, asaz informaciones tiene V.M. y muy bien entendido lo que ms
conviene; yen los Consejos de V.M. hay muchas informaciones para con
brevedad oponer el asiento que Dios y V.M. sean servidos. Y esto
conviene mucho a ambas Repblicas, de espaoles y de los indios,
porque, as como en Espaa para la conservacin de paz y justicia hay
guarniciones, y en Italia un ejrcito, y en las fronteras siempre hay gente
de armas, no menos convienen en esta tierra. Deca D. Antonio de
Mendoza, visorrey de esta tierra: si a esta tierra no se le da asiento, no
puede mucho durar; durar diez o doce aos y con mucho detrimiento, y
si mucha priesa se le die re, no durar tanto.

35 Toda esta tierra est carsima y falta de bastimentos, lo cual sola muy
mucho abundar y muy barato todo, y ya que la gente estaba pobre, tenan
que comer. Agora, los espaoles pobres y deudados, mucha gente ociosa
y deseosa que hobiese en los naturales la menor ocasin del mundo para
los robar, porque dicen que los indios estn ricos y los espaoles pobres
y muriendo de hambre. Los espaoles que algo tienen, procuran de hacer
su pella y volverse a Castilla. Los navos que de ac parten, van cargados
de oro e plata; as de V.M. como de mercaderes y hombres ricos, y quedan
los pobres en necesidad66.

36 Ya V.M. podr ver en qu puede parar una tierra que tiene su rey e
gobernacin dos mil leguas de s. E ya el asiento de esta tierra ms
conviene a los indios que a los espaoles. Dejo de decir las razones por
no ser ms prolijo. Y para dar asiento a esta tierra s que V.M. tiene buena
voluntad y ciencia y experiencia para el cmo, y no faltan oraciones para
que Dios d su gracia. Tengo confianza que se ha de acertar y que ha de
ser Dios servido con lo que V.M. determinare, y esta tierra remediada.

66
Desde luego, la idea que se tiene de que todos los espaoles se enriquecieron resulta ser incorrecta,
porque en realidad, aparte de los muchos que dejaron sus vidas en la aventura americana, la mayoa
permanecieron pobres.
37 En el tratado que imprimi el de las Casas o Casaus, entre otras cosas
principalmente yerra en tres, esto es, en el hacer de los esclavos, en el
nmero y en el tratamiento.

38 Cuanto al hacer de los esclavos en esta Nueva Espaa, pone all trece
maneras de hacellos, que una ninguna es as como l escribe. Bien
parece que supo poco de los ritos y costumbres de los indios de esta
Nueva Espaa. En aquel libro que dio, en la 4a. parte, en el captulo 22 y
23, se hallarn once maneras de hacer esclavos, y aquellas son las que
dimos al obispo de Mxico. Tres o cuatro frailes hemos escrito de las
antiguallas y costumbre que estos naturales tuvieron, e yo tengo lo que
los otros escribieron, y porque a m me cost ms trabajo y ms tiempo,
no es maravilla que lo tenga mejor recopilado y entendido que otro.

39 Asimismo dice de indios esclavos que se hacan en las guerras y gasta


no poco papel en ello. Y en esto, tambin paresce que sabe poco de lo
que pasaba en las guerras de estos naturales, porque ningn esclavo se
haca en ellas ni rescataban ninguno de los que en las guerras prendan,
mas todos los guardaban para sacrificar, porque era la gente que
generalmente se sacrificaba por todas estas tierras. Muy poquitos eran
los otros que sacrificaban, sino los tomados en guerra, por lo cual las
guerras eran muy continuas, porque, para cumplir con sus crueles dioses
y para solemnizar sus fiestas y honrar sus templos, andaban por muchas
partes haciendo guerras y salteando hombres para sacrificar a los
demonios y ofrecerles corazones y sangre humana. Por la cual causa
padecan muchos inocentes, y no parece ser pequea causa de hacer
guerra a los que ansi oprimen y matan los inocentes, y stos con gemidos
y clamores demandaban a Dios y a los hombres ser socorridos, pues
padesdan muerte tan injustamente. Y esto es una de las causas, como
V.M. sabe, por la cual se puede hacer guerra. Y tenan esta costumbre,
que si algn seor o principal de los presos se soltaba, los mismos de su
pueblo lo sacrificaba; y si era hombre bajo, que se llamaba macehual, su
seor le daba mantas. Y esto y lo dems que pasaba en las guerras
paresce en el mismo libro, en la cuarta parte, captulos 14, 15, 16.

40 Cuanto al nmero de los esclavos, en una parte pone que se habrn


fecho tres cuentos de esclavos, y en otra dice que cuatro cuentos. Las
provincias y partes que el de las Casas dice haberse hecho los dichos
esclavos son stas: Mxico, Cuazacualco, Pnuco, Xalisco, Chiapa,
Cuautimala, Honduras, Yucatn, Nicaragua, la costa de San Miguel,
Venezuela. No fuera malo que tambin dijera siquiera por humildad, de la
costa de Parique y Cubana, ya que fue all, y cmo le fue all. Casi todas
las partes que pone, son en esta Nueva Espaa. Yo tena sumada las
provincias y partes que dice haberse hecho esclavos, y antes ms que
menos, que por no ser prolijo dejo de particularizar, y por todos no
allegan a doscientos mil. Y comunicado este nmero con otros que tienen
experiencia y son ms antiguos en esta tierra, me certifican que no son
ciento y cincuenta mil ni pasan de cien mil. Yo digo que fuesen
doscientos mil. Cuanto al nmero de tres cuentos, excede y pone de ms
dos cuentos y ochocientos mil; y cuanto al nmero de cuatro cuentos,
pone de ms tres cuentos y ochocientos mil. Y as son muchos de sus
encarecimientos, en los cuales a V.M. pone en grande escrpulo y agravia
malamente y deshonra a sus prjimos por carta impresa. Y este nmero
de los esclavos cosa es que se pueden saber por los libros de V.M., por
los quintos que ha recibido.

41 Y cuando al tratamiento, yo de la Nueva Espaa hablo, en la cual ya


casi todos estn hechos libres. Segn lo que tengo entendido, en todo el
mundo podr haber mil esclavos por libertad, y stos cada da se van
libertando, y antes de un ao apenas queda(r) esclavo indio en la tierra;
porque para los libertar V.M. hizo lo que deba y an ms, pues mand
que los que posean esclavos probasen cmo aqullos eran verdaderos
esclavos, lo cual era casi imposible y de derecho incumba lo contrario. Y
convino lo que V.M. mand, porque los menos eran bien hecho.

42 Dicen que en todas las indias nunca hubo causa justa para hacer uno
ni ningn esclavo. Tal sabe. l dice que l no ha salido de Mxico ni de
sus alrededores: que no es maravilla que sepa poco de esto. El de las
Casas estuvo en esta tierra obra de siete aos, y fue, como dicen, que
llev cinco de calle. Fraile ha habido en esta Nueva Espaa, que fue de
Mxico hasta Nicaragua, que son cuatrocientas leguas, que no se le
quedaron en todo el camino dos pueblos que no predicase y dijese misa y
ensease y bautizase nios o adultos, pocos o muchos. Y los frailes ac
han visto y sabido un poco ms que el de las Casas cerca del buen
tratamiento de los esclavos. As la justicia, de su oficio, como los frailes
predicadores y confesores, que desde el principio hubo frailes menores y
despus vinieron los de las otras rdenes, stos siempre tuvieron
especial cuidado que los indios, especialmente los esclavos, fuesen bien
tratados y enseados en toda doctrina y cristiandad y Dios, que es el
principal obrador de todo bien. Luego los espaoles comenzaron a
ensear y llevar a las iglesias a sus esclavos a bautizar y a que se
enseasen, y a los casar; y los que esto no hacan, no los absolvan. Y
muchos aos ha que los esclavos y criados de espaoles estn casados
in facie ecclesiae. E yo he visto muy muchos, as en lo de Mxico,
Guaxaca y Guatemala, como en otras partes, casados con sus hijos e sus
casas e su peculio, buenos cristianos y bien casados. Y no es razn que
el de las Casas diga que el servicio de los cristianos pesa ms que cien
torres y que los espaoles estiman en menos los indios que las bestias y
aun que el estircol de las plazas. Parsceme que es gran cargo de
conciencia atreverse a decir tal cosa a V.M.

43 Y hablando con grandsima temeridad dice que el servicio que los


espaoles por fuerza toman a los indios, que, en ser incomportable y
dursimo excede a todos los tiranos del mundo, sobrepuja e iguala al de
los demonios. Aun de los vivientes sin Dios y sin ley no se debera decir
tal cosa. Dios me libre de quien tal osa decir.

44 El hierro que se llama de rescate de V.M., vino aquesta Nueva Espaa


el ao 1524, mediado mayo. Luego que fue llegado a Mxico, el capitn D.
Hernando Corts, que a la sazn gobernaba, ayunt en San Francisco,
con frailes, los letrados que haba en la ciudad. E yo me hall presente e
vi que le pes al gobernador por el yerro que vena, y lo contradijo, y ms
no pudo, limit mucho la licencia que traa para herrar esclavos, y los que
se hicieron fuera de las limitaciones, fue en su ausencia, porque se parti
para las Higueras.

45 Y algunos que murmuraron del Marqus del Valle, que Dios tiene, y
quieren ennegrecer y escurecer sus obras, yo creo que delante de Dios
no son sus obras tan acetas como lo fueron las del Marqus. Aunque
como hombre, fuese pecador, tena fe y obras de buen cristiano y muy
gran deseo de emplear la vida y hacienda por ampliar y aumentar la fe de
Jesucristo, y morir por la conversin de estos gentiles. Y en esto hablaba
con mucho espritu, como aquel a quien Dios haba dado este don y
deseo y le haba puesto por singular capitn de esta tierra de Occidente.
Confesbase con muchas lgrimas y comulgaba devotamente, y pona a
su nima y hacienda en mano del confesor para que mandase y
dispusiese de ella todo lo que convena a su conciencia. Y as, busc en
Espaa muy grandes confesores y letrados con los cuales orden su
nima e hizo grandes restituciones y largas limosnas. Y Dios le visit con
grandes aflicciones, trabajos y enfermedades para purgar sus culpas y
alimpiar su nima. Y creo que es hijo de salvacin y que tiene mayor
corona que otros que lo menosprecian. Desde que entr en esta Nueva
Espaa trabaj mucho de dar a entender a los indios el conocimiento de
un Dios verdadero y de les hacer predicar el Santo Evangelio. Y les deca
cmo era mensajero de V.M. en la conquista de Mxico. Y mientras en
esta tierra anduvo, cada da trabajaba de or misa, ayunaba los ayunos de
la Iglesia y otros das por devocin. Deparle Dios en esta tierra dos
intrpretes, un espaol que se llamaba Aguilar y una india que se llam
Doa Marina. Con stos predicaba a los indios y les daba a entender
quin era Dios y quin eran sus dolos. Y as, destrua los dolos y cuanta
idolatra poda. Trabaj de decir verdad y de ser hombre de su palabra, lo
cual aprovech mucho con los indios. Traa por bandera una cruz
colorada en campo negro, en medio de unos fuegos azules y blancos, y la
letra deca: amigos, sigamos la cruz de Cristo, que si en nos hubiere fe,
en esta seal venceremos.

46 Doquiera que llegaba, luego levantaba la cruz. Cosa fue maravillosa, el


esfuerzo y nimo y prudencia que Dios le dio en todas las cosas que en
esta tierra aprendi, y muy de notar es la osada y fuerzas que Dios le dio
para destruir y derribar los dolos prencipales de Mxico, que eran unas
estatuas de quince pies en alto. Y armado de mucho peso de armas, tom
una barra de hierro y se levantaba tan alto hasta llegar a dar en los ojos y
en la cabeza de los dolos. Y estando para derriballos, envile a decir el
gran seor de Mxico Moteczuma que no se atreviese a tocar a sus
dioses, porque a l y a todos los cristianos matara luego. Entonces el
capitn se volvi a sus compaeros con mucho espritu y, medio llorando,
les dijo: hermanos, de cuanto hacemos por nuestras vidas e intereses,
agora muramos aqu por la honra de Dios y porque los demonios no sean
adorados. Y respondi a los mensajeros, que deseaba poner la vida, y que
no cesara de lo comenzado, y que viniesen luego. Y no siendo con el
gobernador sino 130 cristianos y los indios eran sinnmero, as los
atemoriz Dios y el nimo que vieron en su capitn, que no se osaron
menear. Destruidos los dolos, puso all la imagen de Nuestra Seora.

47 En aquel tiempo faltaba el agua y secbanse los maizales, y trayendo


los indios muchas caas de maz que se secaban, dijeron al capitn, que,
si no llova, que todos pereceran de hambre. Entonces el Marqus les dio
confianza diciendo que ellos rogaran a Dios y a Santa Mara para que les
diese agua, y a sus compaeros rog que todos se aparejasen y aquella
noche se confesasen a Dios y le demandasen su misericordia y gracia.
Otro da salieron en procesin, y en la misa se comulg el capitn, y
como estuviese el cielo sereno, sbito vino tanta agua, que antes que
allegasen a los aposentos, que no estaban muy lejos, ya iban todos
hechos agua. Esto fue gran edificacin y predicacin a los indios, porque
desde adelante llovi bien y fue muy buen ao.

48 Siempre que el capitn tena lugar, despus de haber dado a los indios
noticia de Dios, les deca que lo tuviesen por amigo, como a mensajero de
un gran Rey y en cuyo nombre vena; y que de su parte les prometa
seran amados y bien tratados, porque era grande amigo del Dios que les
predicaba. Quin as am y defendi los indios en este mundo nuevo
como Corts? Amonestaba y rogaba muchos a sus compaeros que no
tocasen a los indios ni a sus cosas, y estando toda la tierra llena de
maizales, apenas haba espaol que osase coger una mazorca. Y porque
un espaol llamado Juan Polanco, cerca del puerto, entr en casa de un
indio y tom cierta ropa, le mand dar cien azotes. Y a otro llamado Mora,
porque tom una gallina a indios de paz, le mand ahorcar, y si Pedro de
Alvarado no le cortase la soga, all quedara y acabara su vida. Dos negros
suyos, que no tenan cosa de ms valor, porque tomaron a unos indios
dos mantas y una gallina, los mand ahorcar. Otro espaol, porque
desgaj un rbol de fruta y los indios se le quejaron, le mand afrentar.

49 No quera que nadie tocase a los indios ni los cargase, so pena de


cada (vez) cuarenta pesos. Y el da que yo desembarqu, viniendo del
Puerto para Medelln, cerca de donde agora est la Veracruz, como
vinisemos por un arenal y en tierra caliente y el sol que arda -haba
hasta el pueblo tres leguas-, rogu a un espaol que consigo llevaba dos
indios, que el uno me llevase el manto, y no lo os hacer afirmando que le
llevaran cuarenta pesos de pena. Y as, me traje el manto a cuestas todo
el camino.

50 Donde no poda excusar guerra, rogaba Corts a sus compaeros que


se defendiesen cuanto buenamente pudiesen sin ofender; y que cuando
ms no pudiesen, deca que era mejor herir que matar, y que ms temor
pona ir un indio herido, que quedar dos muertos en el campo.

51 Siempre tuvo el Marqus en esta tierra mulos e contrarios, que


trabajaron (por) escurecer los servicios que a Dios y a V.M. hizo. Y all no
faltaron. Que si por stos no fuera, bien s que V.M. siempre le tuvo
especial aficin y amor, y a sus compaeros. Por este capitn nos abri
Dios la puerta para predicar su Santo Evangelio, y ste puso a los indios
que tuviesen reverencia a los santos sacramentos, y a los ministros de la
Iglesia en acatamiento. Por esto, me he alargado, ya que es difunto, para
defender en algo su vida. La gracia del Espritu Santo more siempre en el
nimas de V.M. Amn.

De Tlaxcala, 2 de enero de 1555 aos.


Humilde siervo y mnimo capelln de V.M.

MOTOLINIA, FR. TORIBIO.

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