2 Vittorio El Vampiro
2 Vittorio El Vampiro
2 Vittorio El Vampiro
y a Niccolo. Esta novela est dedicada por Vittorio a las gentes de Florencia, Italia.
1
Quin soy, por qu escribo, qu acontecer
uando era ni!o tuve una espantosa pesadilla. "o! que sosten#a en $is bra%os las cabe%as cortadas de $i &er$ano y &er$ana $enores. Estaban in$'viles, $udos( los o)os abiertos no de)aban de pesta!ear, las $e)illas te!idas de ro)o. *o estaba tan &orrori%ado que $e qued $udo co$o ellos, incapa% de articular palabra. El sue!o se &i%o realidad. +ero nadie llorar por $# ni por ellos. ,is &er$anos &an sido enterrados, en una -osa an'ni$a, ba)o el peso de cinco siglos. "oy un va$piro. ,e lla$o Vittorio y escribo este relato en la torre $s alta del castillo en ruinas donde nac#( se al%a en la ci$a de una colina, en la parte septentrional de la .oscana, esa regi'n tan &er$osa del centro de Italia. /adie puede negar que soy un va$piro e0traordinario, $uy poderoso, pues &e vivido quinientos a!os, desde los gloriosos tie$pos de os$e de ,dicis, e incluso los ngeles con-ir$arn $is poderes si consigue el lector que le &ablen. 1e aconse)o prudencia en ese e0tre$o. Debo precisar que no tengo nada que ver con la Asa$blea de los Eruditos, esa pandilla de estra-alarios y ro$nticos va$piros oriundos de la ciudad sure!a del /uevo ,undo lla$ada /ueva 2rleans, donde &abitan y desde la cual &an o-recido al lector nu$erosos relatos y cr'nicas. /o s nada sobre esos &roes $acabros que -ingen ser persona)es de -icci'n. /o s nada de su sugestivo para#so en las tierras pantanosas de 1uisiana. En estas pginas el lector no &allar ning3n dato, ni en lo sucesivo $enci'n alguna, sobre ellos. /o obstante, $e &an desa-iado a escribir la &istoria de $is co$ien%os 4la -bula de $i creaci'n4, y plas$ar este -rag$ento de $i vida en un libro que se distribuir en el $undo
entero, por as# decirlo, a&# posible$ente entrar en contacto, de -or$a casual o predestinada, con los e0itosos vol3$enes que &an publicado ellos. 5e dedicado los siglos de $i e0istencia va$p#rica a recorrer el $undo, observando y anali%ando con atenci'n cuanto ve#a, sin e0poner$e )a$s a su-rir da!o alguno a $anos de los de $i especie, sin suscitar sus recelos ni de)ar que adivinaran $i presencia. +ero se no es el te$a de $is aventuras. Esta &istoria versa, co$o ya &e dic&o, sobre $is co$ien%os. reo que puedo o-recer unas revelaciones que resultarn interesantes. Es posible que cuando ter$ine $i libro y ste desapare%ca de $is $anos, to$e las $edidas necesarias para convertir$e en uno de esos i$ponentes persona)es propios de una novela r#o creados por otros va$piros en "an Francisco y /ueva 2rleans. +ero de $o$ento, ni lo s ni $e i$porta. ,ientras paso $is apacibles noc&es aqu#, entre las piedras a&ora cubiertas de $ale%as en este lugar donde pas una in-ancia -eli%, entre nuestros derruidos $uros tapi%ados de espinosas $atas de %ar%a$oras y los -ragantes y tupidos bosques de robles y casta!os, $e siento obligado a de)ar constancia de lo que $e ocurri', pues tengo la i$presi'n de &aber su-rido una suerte $uy distinta de la de otros va$piros. /o sie$pre vivo aqu#. +aso $uc&o tie$po en esa ciudad que para $# constituye la reina de todas las ciudades6 Florencia, de la que $e ena$or desde el $o$ento en que la vi con los o)os de un ni!o, durante los a!os en que os$e el Vie)o dirig#a en persona el poderoso banco de los ,dicis, aunque era el &o$bre $s rico de Europa. En casa de os$e de ,dicis se alo)aba el gran escultor Donatello, autor de esculturas en $r$ol y bronce, as# co$o un gran n3$ero de pintores y poetas, escritores prodigiosos y $3sicos. +or aquella poca el gran 7runellesc&i, que &i%o la c3pula de la iglesia $s i$ponente de Florencia, co$en%aba las obras de otra catedral para os$e, y ,ic&elo%%o no s'lo reconstru#a el $onasterio de "an ,arcos sino que iniciaba las obras de un palacio para os$e que ser#a conocido co$o el palacio Vecc&io. A instancias de aqul, unos &o$bres recorr#an Europa buscando en vetustas bibliotecas los clsicos olvidados de
8recia y Ro$a, que los eruditos contratados para ello traduc#an a nuestra lengua nativa, el italiano, la lengua que Dante eligiera $uc&os a!os atrs para su Divina Comedia. "iendo yo un ni!o $ortal con un destino pro$etedor, vi ba)o el tec&o de os$e 4con $is propios o)os, s#4 a los ilustres $ie$bros del concilio de .rento, que llegados de la le)ana 7i%ancio se dispon#an a subsanar la brec&a abierta entre la Iglesia de 2riente y la de 2ccidente6 el papa Eugenio IV, el patriarca de onstantinopla y el e$perador de 2riente, 9uan VIII +ale'logo. Vi a estos grandes &o$bres entrar en la ciudad ba)o un -ero% aguacero, pero con indescriptible dignidad, y los vi sentados a la $esa de os$e. :Es su-iciente;, pensar el lector. Estoy de acuerdo. <sta no es la &istoria de los ,dicis. "in e$bargo, per$#tase$e a!adir que cualquiera que diga que esos grandes &o$bres eran unos canallas, es un per-ecto idiota. Fueron los descendientes de os$e quienes apoyaron a 1eonardo da Vinci, a ,iguel =ngel y a un sin-#n de artistas. * todo porque a un banquero, un presta$ista si se quiere, se le ocurri' la $agn#-ica idea de con-erir belle%a y esplendor a la ciudad de Florencia. Volver a ocupar$e de os$e dentro de unos $o$entos, y s'lo para agregar unas breves palabras, aunque debo con-esar que $e resulta di-#cil ser breve en esta &istoria. +or el $o$ento $e li$itar a a!adir que os$e pertenece al $undo de los vivos. *o llevo dur$iendo con los $uertos desde >?@A. o$ence$os por el principio, pero per$#tase$e un pre$bulo $s. /o espere encontrar el lector un lengua)e rebuscado en este libro. /o &allar un estilo r#gido y -also destinado a evocar $uros de castillos $ediante un vocabulario a$puloso y encorsetado. Relatar $i &istoria de -or$a natural y e-ectiva, deleitndo$e con las palabras, pues con-ieso que siento una -uerte atracci'n por stas. * puesto que soy in$ortal, &e devorado $s de cuatro siglos de ingls, desde las obras teatrales de &ristop&er ,arloBe y 7en 9onson al vocabulario sucinto y spera$ente evocador de una pel#cula de "ylvester "tallone. El lector co$probar que utili%o un lengua)e -le0ible, auda%, en ocasiones c&ocante. +ero es natural que saque el $0i$o provec&o de $is dotes narrativas, sobre todo teniendo en cuenta
que &oy en d#a el ingls ya no es la lengua de un pa#s, ni de tres o cuatro, sino que se &a convertido en la lengua de todo el $undo $oderno, desde el $s re$oto pueblecito de .ennessee &asta las le)anas islas celtas pasando por las populosas ciudades de Australia y /ueva Celanda. *o nac# en el Renaci$iento. +or consiguiente, $e interesa todo tipo de te$as, $e codeo sin pre)uicios con toda clase de gente y estoy convencido de que &ay algo noble en lo que &ago. En cuanto a $i italiano nativo, represe en su suavidad al pronunciar $i no$bre, Vittorio, y asp#rese el per-u$e de los otros no$bres que aparecen en este te0to. "e trata de una lengua tan dulce que convierte el vocablo ingls stone DpiedraE en una palabra de dos s#labas6 pie tra. 9a$s &a e0istido en la tierra una lengua $s dulce. 5ablo otros idio$as con el acento italiano que se oye actual$ente en las calles de Florencia. El &ec&o de que a $is v#cti$as de &abla inglesa les sedu%can $is &alagos, pronunciados con $i peculiar acento italiano, y se rindan ante $i suave dicci'n, $e col$a de placer. +ero no $e siento -eli%. 1o aseguro. /o escribir#a un libro para convencer al lector de que un va$piro se siente -eli%. +oseo un cerebro a la par que un cora%'n, y una apariencia etrea, creada sin lugar a dudas por un poder subli$e( e i$bricada en el te)ido intangible de esa apariencia etrea e0iste lo que los &o$bres deno$inan al$a. +oseo un al$a. /i un torrente de sangre lograr#a a&ogar su e0istencia y reducir$e a la condici'n de un -antas$a de buen ver. :De acuerdo. /o &ay proble$a. "#, s#, FgraciasG 4co$o todo el $undo sabe decir en ingls4. Esta$os listos para co$en%ar.; /o obstante, citar las palabras de un oscuro pero $agn#-ico escritor, "&eridan 1e Fanu, un prra-o pronunciado con tre$enda ira por el ator$entado persona)e de una de sus nu$erosas y e0quisitas &istorias de -antas$as. Este autor dublins $uri' en >HIJ, pero obsrvese la -rescura de su lengua)e, y lo terror#-ico de la e0presi'n del persona)e del capitn 7arton en el relato titulado !o "amiliar# "ea cual -uere $i incertidu$bre con respecto a la
autenticidad de lo que &e$os dado en lla$ar revelaci'n, si de algo estoy pro-unda y angustiosa$ente convencido es de que :$s all; e0iste un $undo espiritual, un siste$a cuyos por$enores por -ortuna se nos ocultan, pero que en ocasiones se nos revela de -or$a parcial y terrible. ,e consta, s que e0iste un Dios 4un Dios pavoroso 4, y que la culpa es castigada, de -or$a $isteriosa e ine0orable, por $edio de lo ine0plicable y terror#-ico( que e0iste un siste$a espiritual 4F)uro por Dios que estoy convencido de elloG4, un siste$a $aligno, i$placable, o$nipotente, que $e persigue y ba)o el cual pade%co, y &e padecido, el tor$ento de los condenados. KQu os pareceL +ersonal$ente, este prra-o $e i$presiona $uc&#si$o. /o creo estar preparado para &ablar de nuestro Dios co$o un ser :pavoroso; ni de nuestro siste$a co$o :$aligno;, pero estas palabras, que aunque pertenecen a un relato estn escritas con intensa e$oci'n, revelan una carga de sinceridad tan sobrecogedora co$o innegable. A $# $e preocupan porque su-ro una espantosa $aldici'n, espec#-ica de los va$piros. Es decir, los otros no co$parten esta preocupaci'n. +ero creo que todos nosotros 4&u$anos, va$piros, cualquier ser que sienta y llore4 su-ri$os una $aldici'n6 la de saber $s de lo que so$os capaces de soportar, y no &ay nada que poda$os &acer para resistirnos a la -uer%a y atracci'n de este &ec&o. Al -inal reto$are$os este te$a. +ero vea$os qu conclusiones saca el lector de $i &istoria. Aqu# &a anoc&ecido. 1os $agn#-icos vestigios de la torre $s alta del castillo de $i padre se elevan lo su-iciente, recortndose contra el cielo tac&onado de dulces estrellas, para que yo conte$ple desde la ventana las colinas y los valles toscanos ilu$inados por la luna, s#, &asta el resplandeciente $ar que se e0tiende $s aba)o de las $inas de arrara. +ercibo el olor de la tupida &ierba del escabroso e ine0plorado territorio donde las a%ucenas de la .oscana estallan en un ro)o o blanco violentos en los soleados $aci%os de -lores,
para que yo los descubra durante la aterciopelada noc&e. * as#, arropado y protegido, escribo, preparado para el $o$ento en que la luna llena pero oscura $e abandone y se re-ugie detrs de las nubes. Entonces encender las velas, seis en total, dispuestas en los candelabros de plata e0quisita$ente labrada que adornaron el escritorio de $i padre en la poca en que ste era el se!or -eudal de la $onta!a y sus aldeas, y -ir$e aliado en la pa% y en la guerra de la gran ciudad de Florencia y de su gobernante no o-icial, cuando ra$os ricos, e$prendedores, curiosos y nos sent#a$os $aravillosa$ente satis-ec&os. +er$#tase$e &ablar a&ora sobre lo que &a desaparecido.
2
,i peque!a vida $ortal, la belle%a de Florencia, el esplendor de nuestra peque!a corte... .odo cuanto &a desaparecido
*o contaba diecisis a!os en el $o$ento de $i $uerte. .engo una buena estatura, el pelo casta!o y espeso, largo &asta los &o$bros, unos o)os de color $arr'n claro de$asiado vulnerables para $irarlos -i)a$ente, que $e con-ieren cierto aspecto andr'gino, una bonita nari% estrec&a con las -osas nor$ales, y una boca de ta$a!o $ediano, ni voluptuosa ni $e%quina. Mn c&ico bell#si$o para la poca. De no &aberlo sido, no estar#a vivo en estos $o$entos. Es el caso de la $ayor#a de los va$piros, aunque digan lo contrario. 1a belle%a nos conduce a la perdici'n. 2, para ser $s precisos, quienes nos convierten en in$ortales son aquellos incapaces de sustraerse a nuestros encantos. /o poseo un rostro ani!ado, pero s# casi angelical. .engo las ce)as bien delineadas, oscuras, lo bastante separadas de los o)os para que stos resulten peligrosa$ente lu$inosos. ,i -rente resultar#a de$asiado anc&a si no -uera tan lisa, y si no poseyera la abundante cabellera casta!a que constituye un $arco ri%ado y ondulado para $i rostro. .engo la barbilla de$asiado pronunciada y cuadrada en co$paraci'n con el resto de $is -acciones, y en el $edio de ella, un &oyuelo. ,i cuerpo es e0cesiva$ente $usculoso, -uerte, de torso a$plio y bra%os poderosos, lo que da una i$presi'n de -uer%a viril. Esto disi$ula el aire obstinado de la $and#bula y $e per$ite pasar por un &o$bre de carne y &ueso, al $enos visto desde una cierta distancia. Debo $i desarrollada $usculatura a $uc&as &oras de -atigoso entrena$iento con una pesada espada durante los 3lti$os a!os de $i vida, y a la -ero% prctica de la cetrer#a en las $onta!as. A $enudo sub#a y ba)aba por las laderas a pie, aunque a esa edad ya pose#a cuatro caballos, entre ellos uno de una ra%a $a)estuosa y especial destinado a soportar $i peso cuando
llevaba puesta la ar$adura, que sigue enterrada ba)o esta torre. 9a$s la utilic en una batalla. En $is tie$pos Italia estaba en guerra, pero todas las batallas de los -lorentinos -ueron libradas por $ercenarios. 1o 3nico que ten#a que &acer $i padre era procla$ar su absoluta lealtad a os$e y no per$itir que ning3n representante del "acro I$perio Ro$ano, el duque de ,iln o el papa de Ro$a despla%ara sus tropas a travs de los pasos de nuestra $onta!a o se detuviera en nuestras aldeas. /osotros viv#a$os ale)ados del -ragor de la batalla. /o e0ist#a ning3n proble$a. ,is intrpidos antepasados &ab#an construido este castillo &ac#a trescientos a!os. /uestro lina)e se re$ontaba a la poca de los lo$bardos, o esos brbaros que llegaron a Italia procedentes del norte, y creo que su sangre corre por nuestras venas. +ero Kquin sabeL Desde la ca#da de la antigua Ro$a, nu$erosas tribus &an invadido Italia. +ose#a$os interesantes reliquias paganas( en ocasiones &allba$os e0tra!as lpidas en los ca$pos, y peque!as diosas de piedra que los ca$pesinos atesoraban si no las con-iscba$os. Deba)o de nuestros torreones se ocultaban unas criptas que seg3n algunos se re$ontaban a los tie$pos anteriores al naci$iento de 9esucristo, lo cual &e podido constatar. Esos lugares pertenec#an a las gentes conocidas &ist'rica$ente co$o etruscos. /uestra -a$ilia, -iel al vie)o orden -eudal, despreciaba el co$ercio, e0ig#a de los varones arro)o y valor, y era due!a de in-inidad de tesoros adquiridos a travs de las guerras que ni siquiera estaban inventariados6 antiguos candelabros de plata y oro, recios arcones de $adera incrustados de dise!os bi%antinos, innu$erables tapices -la$encos, toneladas de enca)e y cortinas ribeteadas a $ano con oro y ge$as , as# co$o $ultitud de prendas de suntuosos te)idos. ,i padre, gran ad$irador de los ,dicis, sol#a traer toda clase de ob)etos e0quisitos de sus via)es a Florencia. 1as salas i$portantes apenas $ostraban unos pal$os de piedra desnuda, pues los tapices y al-o$bras de lana esta$pada con -lores cubr#an los $uros y los suelos, y todas las &abitaciones y alcobas pose#an unos gigantescos ar$arios que conten#an las pesadas y c&irriantes ar$aduras de guerra de unos &roes cuyos no$bres nadie recordaba ya.
<ra$os incre#ble$ente ricos, un dato que averigN de ni!o, y con el paso del tie$po dedu)e que nuestra rique%a se deb#a tanto al valor de$ostrado en la guerra co$o a ciertos tesoros paganos secretos. +or supuesto, durante algunos siglos nuestra -a$ilia pele' contra otras poblaciones y -ortale%as, en una poca en que un castillo asediaba a otro y los $uros eran derribados tan pronto co$o se erig#an. En la ciudad de Florencia se &ab#a iniciado la eterna disputa entre los contu$aces y asesinos gNel-os y gibelinos. 1a antigua o$una de Florencia enviaba e)rcitos para derribar castillos co$o el nuestro y reducir a cualquier se!or -eudal a un estado de total i$potencia. +ero esa poca &ac#a $uc&o que &ab#a pasado. /osotros sobrevivi$os gracias a la inteligencia y a unas decisiones acertadas( ade$s, viv#a$os aislados en nuestro escarpado y desolado territorio, coronando una autntica $onta!a, pues es aqu# donde los Alpes descienden a la .oscana, y los castillos de las in$ediaciones no eran sino unas ruinas abandonadas. /uestro vecino $s pr'0i$o gobernaba su enclave de aldeas $onta!osas con lealtad al duque de ,iln. +ero no nos i$portunaba y nosotros no le i$portunba$os a l. Era un asunto pol#tico que nos tocaba de le)os. /uestros $uros $ed#an die% $etros de altura y eran enor$e$ente gruesos, $s antiguos que el castillo y sus dependencias, $s incluso que las -bulas ro$nticas que contaba la gente. Era preciso re-or%arlos y repararlos continua$ente, y dentro del recinto e0ist#an tres peque!as aldeas con unos vi!edos que daban un e0celente vino tinto, pr'speras col$enas, arndanos, trigo y, de$s, un sin-#n de gallinas y vacas, y unos establos enor$es para nuestros caballos. *o nunca supe cuntas personas traba)aban en nuestro peque!o $undo. 1a casa estaba llena de secretarios que se ocupaban de esas cosas( $i padre rara ve% )u%gaba un caso, ni &ab#a $otivos para acudir a los tribunales de Florencia. /uestra iglesia era la que correspond#a a toda la %ona circundante. As#, quienes viv#an en las nu$erosas aldeas $enos protegidas que se &allaban en las laderas acud#an a nosotros a la
&ora de celebrar bauti%os, $atri$onios y de$s, y durante largos per#odos un sacerdote do$inico dec#a $isa para nosotros todas las $a!anas dentro de los $uros de nuestro castillo. Antigua$ente, &ab#an talado buena parte del bosque que cubr#a nuestra $onta!a para i$pedir que el ene$igo invasor subiera por las laderas, pero en $i poca no se necesitaba esa protecci'n. 1os rboles crec#an de nuevo -rondosos y -ragantes en algunos barrancos y )unto a vetustos senderos, -or$ando una espesura tan salva)e co$o &oy en d#a, que casi alcan%a los $uros del castillo. Desde nuestras torres divisba$os con nitide% una docena de peque!as aldeas que se e0tend#an &asta el valle, con sus peque!os ca$pos arados se$e)antes a colc&as, sus olivares y vi!edos. .odos estaban ba)o nuestro gobierno y nos eran leales. En caso de estallar una guerra, l'gica$ente &abr#an corrido a re-ugiarse tras los $uros del castillo, co$o ya &icieran sus antepasados. 5ab#a d#as de $ercado, -iestas t#picas aldeanas, -estividades de santos patronos, un poco de alqui$ia e incluso alg3n que otro $ilagro local. 1a nuestra era una buena tierra. 1os clrigos que acud#an a visitarnos sie$pre se quedaban una buena te$porada. /o era in-recuente que dos o tres sacerdotes se alo)aran en las di-erentes torres del castillo o en los edi-icios de piedra situados $s aba)o, $s nuevos y $odernos. De ni!o $e enviaron a estudiar a Florencia, donde viv#a con todo lu)o en el palacio del t#o de $i $adre, quien $uri' antes de que yo cu$pliera trece a!os. 1uego, cuando cerraron la casa, regres al &ogar paterno con dos ancianas t#as, y a partir de entonces visit Florencia en contadas ocasiones. ,i padre segu#a siendo un &o$bre anticuado, instintiva e ind'$ita$ente un se!or -eudal, aunque procuraba $antenerse al $argen de las luc&as por el poder que se desarrollaban en la capital, disponer de unas gigantescas cuentas corrientes en los bancos de los ,dicis y llevar la vida de un arist'crata de los vie)os tie$pos en sus do$inios, visitando a os$e de ,dicis cuando via)aba a Florencia para atender sus asuntos. +ero en lo tocante a su &i)o, l deseaba que yo -uera educado co$o un pr#ncipe, un padrone, un caballero, aprendiendo las artes y los valores de un caballero. A los trece a!os yo $ontaba
ataviado con una ar$adura, con la cabe%a cubierta con un yel$o y agac&ada, a galope tendido y apuntando con $i lan%a una diana rellena de pa)a. /o $e resultaba di-#cil. Era tan divertido co$o ca%ar, nadar en los arroyos de la $onta!a o co$petir en carreras de caballos con los )'venes aldeanos. ,e apliqu en ello sin rebelar$e. /o obstante, yo era un )oven de personalidad a$bivalente. ,i parte $ental &ab#a sido ali$entada en Florencia por e0celentes $aestros de lat#n, griego, -iloso-#a y teolog#a. +articipaba en obras religiosas y pro-anas o-recidas por los )'venes en la ciudad, asu$iendo a $enudo el papel protagonista en los dra$as que presentaba $i &er$andad en casa de $i t#o6 era tan capa% de encarnar con aire sole$ne al Isaac b#blico dispuesto a ser sacri-icado por el obediente Abra&a$, co$o al seductor ngel 8abriel que descubr#a un receloso san 9os )unto a su Virgen ,ar#a. De ve% en cuando ec&aba de $enos eso, los libros, las con-erencias en la catedral, que escuc&aba con inters preco%, y las &er$osas noc&es en la casa -lorentina de $i t#o. All# $e dor$#a arrullado por los sonidos de las espectaculares -unciones oper#sticas, con $i $ente rebosante de las prodigiosas -iguras que descend#an sobre el escenario suspendidas de unos ala$bres, la $3sica de los la3des y el -urioso batir de los ta$bores, los bailarines, que giraban y brincaban casi co$o acr'batas, y las voces que cantaban $aravillosa$ente al un#sono. .uve una in-ancia regalada. En la &er$andad )uvenil a la que pertenec#a, conoc# a los )'venes pobres de Florencia, &i)os de co$erciantes, &ur-anos y pupilos de los $onasterios y las escuelas, porque as# viv#a un se!or -eudal en $is tie$pos. Mno ten#a que tratar con la plebe. De ni!o $e escapaba con -recuencia de la casa, al igual que $s tarde sal#a a &urtadillas del castillo. Recuerdo las celebraciones y las -estividades de los santos patronos y las procesiones de Florencia con de$asiado detalle para un ni!o -lorentino disciplinado. ,e gustaba $e%clar$e con la $ultitud, conte$plar las carro%as vistosa$ente engalanadas en &onor de los santos, y $aravillar$e de la sole$nidad que $ostraban los silenciosos participantes en la procesi'n $ientras portaban las velas y avan%aban con lentitud, co$o su$idos en un trance de
devoci'n. "#, deb# de ser un brib'n. ,e consta. ,e escabull#a por la puerta de la cocina. "obornaba a los sirvientes. .en#a $uc&os a$igos que eran unos brutos o unos bestias. ,e $et#a en todo tipo de l#os y regresaba a casa corriendo. 9ugba$os a la pelota y nos peleba$os en las pla%as, y los sacerdotes nos pon#an en -uga con ltigos y a$ena%as. *o era bueno y $alo, pero nunca perverso. Despus de $orir para el $undo terrenal a los diecisis a!os, no volv# a conte$plar una calle a la lu% del sol, ni en Florencia ni en parte alguna. +ero puedo a-ir$ar que vi lo $e)or de aqulla. I$agino sin la $enor di-icultad el espectculo de la -iesta de san 9uan, cuando todos los co$ercios de la ciudad e0&ib#an en la calle sus art#culos $s costosos, y los $on)es y -railes cantaban los &i$nos $s dulces $ientras se dirig#an a la catedral para dar gracias a Dios por la bendita prosperidad de la que go%aba la ciudad. +odr#a seguir enu$erando las virtudes de Florencia en esos tie$pos, pues era una ciudad de &o$bres que traba)aban en el co$ercio y los negocios pero a la ve% creaban unas $aravillosas obras de arte, de &biles pol#ticos y autnticos santos pose#dos por la gracia divina, de poetas pro-unda$ente espirituales y de los canallas $s desvergon%ados. reo que en aquella poca Florencia conoc#a $uc&as de las cosas que $s tarde descubrir#an Francia e Inglaterra, y que algunos pa#ses desconocen todav#a. 5ay dos cosas ciertas6 os$e era el &o$bre $s poderoso del $undo. * el pueblo, y s'lo el pueblo, gobernaba entonces y sie$pre. +ero regrese$os al castillo. Mna ve% en casa continu con $is lecturas y $is estudios, pasando, de la noc&e a la $a!ana, de ser un caballero a un erudito. "i e0ist#a alguna so$bra en $i vida, -ue que al cu$plir diecisis a!os ten#a edad su-iciente para asistir a la universidad, y yo lo sab#a, y en cierto $odo deseaba &acerlo, pero en aquel entonces estaba ocupado criando nuevos &alcones, a los que adiestraba yo $is$o y con los que ca%aba, y la vida en el ca$po era irresistible. A los diecisis a!os yo era considerado un intelectual por el clan de parientes ancianos que se reun#an cada noc&e en torno a la $esa del castillo, en su $ayor#a t#os de $is padres, todos
pertenecientes a una poca en que :los banqueros no gobernaban el $undo;. Ellos relataban unas &istorias -ascinantes sobre las cru%adas, en las que &ab#an participado de )'venes, y sobre lo que presenciaron en la -ero% batalla de Acre, o las luc&as en la isla de &ipre o Rodas, y sobre la vida en el $ar y en los nu$erosos y e0'ticos puertos en los que eran el terror de las tabernas y las $u)eres. ,i $adre era una $u)er &er$osa y viva%, con el pelo casta!o y unos o)os $uy verdes( adoraba la vida ca$pestre, pero no conoc#a Florencia salvo desde el interior de un convento. +ensaba que yo deb#a de estar loco porque $e gustaba leer los versos de Dante y escribir poes#as. ,i $adre viv#a s'lo para recibir a nuestros convidados con e0quisita elegancia, asegurndose de que los suelos estuvieran cubiertos de espliego y &ierbas aro$ticas, que el vino -uera especiado. Ella $is$a abr#a el baile con un t#o abuelo $#o que era un e0celente bailar#n, porque $i padre detestaba bailar. .odo esto, despus de vivir en Florencia, $e parec#a un tanto rid#culo y aburrido. +re-er#a las &istorias de guerra. ,i $adre deb#a de ser $uy )oven cuando se cas' con $i padre, porque estaba encinta la noc&e en que $uri'. 1a criatura $uri' ta$bin. +asar rpida$ente a ese episodio. Es decir, tan rpido co$o pueda. /o se $e dan bien las prisas. ,i &er$ano, ,atteo, ten#a cuatro a!os $enos que yo y era un e0celente estudiante, aunque a3n no le &ab#an enviado a estudiar a ning3n sitio Do)al lo &ubieran &ec&oE, y $i &er$ana, 7artola, naci' al cabo de $enos de un a!o despus de que yo &ubiese llegado al $undo, una circunstancia de la que $i padre se avergon%aba un poco. ,atteo y 7artola $e parec#an las personas $s &er$osas e interesantes del $undo. /os divert#a$os en el ca$po y go%ba$os de libertad para corretear por el bosque, coger arndanos, sentarnos a los pies de gitanos que nos relataban &istorias antes de que las autoridades los detuvieran y e0pulsaran. /os quer#a$os $uc&o. ,atteo sent#a por $# autntica adoraci'n, porque yo era $uy lenguara% y pod#a convencer a $i padre de lo que -uera. ,i &er$ano no se percataba de la -uer%a sosegada y los e0quisitos $odales de nuestro padre. *o era el $aestro de ,atteo en $uc&as $aterias.
En cuanto a 7artola, era $uy rebelde y $i $adre no pod#a controlarla. A ella le &orrori%aba que 7artola llevara sie$pre su larga $elena cubierta de ra$itas, ptalos, &o)as y tierra debido a nuestros )uegos en el bosque. on todo, 7artola se ve#a obligada a dedicar $uc&os ratos a bordar, aprender canciones, poes#as y plegarias. Era de$asiado e0quisita y rica para de)ar que alguien la apre$iara a &acer algo que ella no deseaba. ,i padre la adoraba, y $s de una ve% $e pidi' con pocas palabras que la vigilara durante nuestras correr#as por el bosque. osa que yo &ac#a. F5abr#a sido capa% de $atar a cualquiera que la tocaseG F A&, esto es de$asiado para $#G F/o $e percataba de lo duro que iba a ser estoG 7artola. F,atar a cualquiera que la tocaseG 1as pesadillas se abaten sobre $# co$o si se trataran de unos esp#ritus alados, y a$ena%an con ocultar las $in3sculas, silenciosas y &uidi%as luces del cielo. ,e te$o que &e perdido el &ilo de $is pensa$ientos. /unca co$prend# a $i $adre, y ella probable$ente no $e entend#a a $#, porque para ella todo se reduc#a a un proble$a de estilo y buenos $odales( $i padre $e parec#a c'$ica$ente autosat#rico y $uy divertido. ,i padre, a pesar de sus bro$as y co$entarios sarcsticos, era bastante c#nico, pero al $is$o tie$po bondadoso( no se de)aba i$presionar por los $odales po$posos de los de$s, ni siquiera por sus propias pretensiones. onsideraba que la situaci'n de la &u$anidad era una causa perdida. 1a guerra le parec#a c'$ica, desprovista de &roes y llena de bu-ones, y ro$p#a a re#r en $edio de las arengas de sus t#os, o en $edio de uno de $is proli)os poe$as( )a$s le o# dirigir una palabra a$able a $i $adre. Era un &o$bre corpulento, sin barba ni bigote pero con una cabellera abundante( ten#a los dedos largos y -inos, lo cual era raro en un &o$bre de su corpulencia, pues todos sus t#os ten#an las $anos regordetas. *o &e &eredado sus $anos. .odas las &er$osas sorti)as que luc#a &ab#an pertenecido a su $adre. ,i padre vest#a de -or$a $s suntuosa de co$o lo &abr#a &ec&o en Florencia6 ropas de terciopelo reca$adas con perlas, y unas &olgadas capas -orradas de ar$i!o. "us guantes eran unas $anoplas ribeteadas con piel de %orro, y ten#a los o)os grandes,
de $irada pro-unda, $s &undidos que los $#os, los cuales e0presaban desdn, incredulidad y sarcas$o. on todo, )a$s se co$port' de $anera cruel con nadie. "u 3nica concesi'n a la $odernidad era que le gustaba beber en copas de -ino cristal, en lugar de las antiguas copas de $adera dura, oro o plata. /uestra larga $esa sie$pre estaba repleta de relucientes copas de cristal. ,i $adre nunca de)aba de sonre#r cuando dec#a a $i padre cosas co$o6 :"e!or $#o, &a% el -avor de retirar los pies de la $esa; o :KEs que piensas entrar as# en casaL;. +ero deba)o de su encantadora -ac&ada, creo que ella le odiaba. 1a 3nica ve% que la o# al%ar la vo% a $i padre -ue para a-ir$ar sin rodeos que la $itad de los ni!os de nuestras aldeas &ab#an sido engendrados por l, y que ella $is$a &ab#a enterrado a unas oc&o criaturas que nacieron $uertas, acusndolo de ser tan -ogoso co$o un se$ental e incapa% de contener sus i$pulsos se0uales. ,i padre se qued' tan estupe-acto ante ese arrebato, ocurrido a puerta cerrada, que sali' del dor$itorio plido y de$udado y $e di)o6 4K"abes, VittorioL .u $adre no es tan est3pida co$o yo cre#a. /i $uc&o $enos. /o es $s que una $u)er aburrida. En circunstancias nor$ales nunca &abr#a &ec&o un co$entario tan despiadado sobre ella. /o cesaba de te$blar. En cuanto a $i $adre, cuando trat de tranquili%arla, $e lan%' una )o-aina de plata. 4F+ero si soy yo, $adre, VittorioG Entonces ella se arro)' en $is bra%os y llor' con a$argura por espacio de quince $inutos. Durante ese rato no di)i$os nada. A$bos per$aneci$os sentados en la peque!a alcoba de piedra de $i $adre, que se &allaba en el piso superior de la torre $s antigua de nuestra casa y estaba decorada con nu$erosos $uebles dorados, antiguos y $odernos. Al cabo de unos $inutos se en)ug' los o)os y di)o6 4<l los $antiene a todos, KsabesL "e ocupa de $is t#as y $is t#os. KQu ser#a de ellos si no lo &icieraL 9a$s $e &a negado nada. 4 ontinu' parloteando con su vo% dulce y bien $odulada, t#pica de una $u)er educada por las $on)as46 Esta
casa est llena de ancianos cuya sabidur#a os &a bene-iciado a tus &er$anos y a ti, y todo gracias a tu padre, que siendo lo bastante rico para $arc&arse a cualquier lugar, es de$asiado bueno para &acer algo as#. +ero por Dios te lo ruego, Vittorio, no..., $e re-iero a... con las c&icas de la aldea. asi respond#, en un arrebato de deseo de tranquili%arla, que s'lo &ab#a engendrado un bastardo, al $enos que yo supiera, y que era un c&ico -uerte y sano, pero co$prend# que eso ser#a desastroso. De $odo que call. <sa podr#a &aber sido la 3nica conversaci'n que $antuve con $i $adre. +ero en realidad no -ue una conversaci'n, puesto que yo no di)e nada. /o obstante, ella ten#a ra%'n. .res t#as y dos t#os suyos viv#an con nosotros en nuestro castillo a$urallado. Viv#an $s que bien, vest#an ropas suntuosas con-eccionadas en la ciudad con $ateriales $odernos y go%aban de la vida $s regalada que cabe i$aginar. *o $e bene-iciaba de escuc&arles a todas &oras, cosa que &ac#a encantado, pues sab#an $uc&as cosas. 1os t#os de $i padre ta$bin viv#an con todo lu)o, pero a -in de cuentas la tierra era suya, de la -a$ilia, de $odo que se cre#an con $s derec&o, pues &ab#an peleado &eroica$ente en .ierra "anta, o eso pensaba yo. Discut#an con $i padre sobre todo tipo de cosas, desde el sabor de los pastelitos de carne que co$#a$os para cenar &asta el absurdo estilo $oderno de los pintores que $i padre &ab#a contratado en Florencia para que decoraran nuestra peque!a capilla. <sa era otra de las a-iciones de $i padre6 le encantaban los pintores de la poca, qui% su 3nico aspecto $oderno aparte de su pasi'n por los ob)etos de cristal. /uestra peque!a capilla &ab#a per$anecido desnuda durante siglos. Al igual que las cuatro torres del castillo y los $uros que lo circundaban, se construy' con una piedra de color claro $uy co$3n en el norte de la .oscana. /o se trata de la piedra oscura que abunda en Florencia, de color gris y que parece sie$pre sucia. Esta piedra es casi del color rosa plido de algunas rosas. "iendo yo $uy )oven $i padre $and' venir a unos disc#pulos de Florencia, unos e0celentes pintores que &ab#an estudiado con +iero della Francesca y otros $aestros, para que
decoraran los $uros de la capilla con $otivos basados en las &er$osas &istorias de santos y gigantes b#blicos que aparecen en los libros conocidos co$o !a leyenda dorada. ,i padre, que no era un &o$bre $uy i$aginativo, se inspir' en lo que &ab#a visto en las iglesias de Florencia y orden' a esos pintores que narraran las &istorias de 9uan el 7autista, santo patr'n de la ciudad y pri$o de /uestro "e!or, de -or$a que durante los 3lti$os a!os de $i vida en la .ierra, nuestra capilla aparec#a decorada con las -iguras de santa Isabel, san 9uan, santa Ana, la Virgen ,ar#a, Cacar#as y todos los ngeles, ataviados, co$o era costu$bre de la poca, con ricos ropa)es -lorentinos. ,is ancianos t#os y t#as se opon#an a este estilo pict'rico :$oderno;, tan distinto de las obras austeras de 8iotto o i$abue. En cuanto a los aldeanos, dudo que las co$prendieran, pero se $ostraban tan i$presionados por las pinturas de la capilla cuando acud#an para celebrar una boda o un bautis$o que no i$portaba. *o $e sent# tre$enda$ente -eli% de asistir a la e)ecuci'n de esas obras y conversar con los pintores, los cuales ya &ab#an desaparecido cuando -ui salva)e$ente asesinado y $i vida terrenal lleg' a su -in. *o &ab#a visto grandes obras pict'ricas en Florencia y una de $is debilidades era pasear por la ciudad y conte$plar las esplndidas i$genes de ngeles y santos en las lu)osas capillas de las catedrales. Incluso vi, durante uno de $is via)es a Florencia con $i padre, al te$pera$ental pintor Filippo 1ippi, quien en aquellos d#as se encontraba secuestrado en casa de os$e para que ter$inara una pintura que ste le &ab#a encargado. on-ieso que $e i$presion' aquel &o$bre sencillo y a la ve% i$ponente, la -or$a en que discut#a y protestaba y recurr#a a todo tipo de estratage$as con el -in de conseguir per$iso para abandonar el palacio $ientras os$e, alto, delgado, de aire sole$ne y vo% queda, sonre#a e intentaba aplacar los e0altados ni$os del pintor, ordenndole que regresara de nuevo al traba)o y asegurndole que se sentir#a satis-ec&o cuando &ubiera ter$inado su obra. Filippo 1ippi era un $on)e, pero co$o todo el $undo sab#a, las $u)eres lo volv#an loco. Era el clsico brib'n si$ptico. "u
a-n de abandonar el palacio no obedec#a a otro $otivo que ir a visitar a ciertas -$inas, y $s tarde o# decir a algunos co$ensales en la casa de nuestros an-itriones en Florencia que os$e deb#a de encerrar a Filippo en una &abitaci'n con varias $u)eres para tenerlo contento. +ero no creo que os$e siguiera esos conse)os. De lo contrario, sus ene$igos lo &abr#an convertido en la co$idilla de Florencia. +er$#tase$e una puntuali%aci'n i$portante. 9a$s olvid $i pri$era i$presi'n del genial Filippo, pues as# lo consideraba y sigo considerando. 4KQu te &a atra#do de lL 4$e pregunt' $i padre. 4Es al $is$o tie$po bueno y $alo 4respond#4. Intuyo que en su interior se libra una -ero% luc&a. 5e visto algunas de las obras que reali%' con Fra 8iovanni Del &o$bre que dar#a en lla$arse Fra AnglicoE, y te aseguro que es brillante. KDe otro $odo por qu iba os$e a soportar sus escenitasL K/o o#ste las sandeces que di)oL 4K* ese Fra 8iovanni es un santoL 4inquin' $i padre. 4+ues s#. 1o cual $e parece per-ecto, Kpero te -i)aste en la e0presi'n ator$entada de Fra FilippoL on-ieso que $e gust'. ,i padre arque' las ce)as. Durante nuestro pr'0i$o y 3lti$o via)e a Florencia, $i padre $e llev' a conte$plar todas las pinturas de Filippo. ,e aso$br' el que recordara $i inters por ese pintor. Fui$os de casa en casa para ad$irar sus $agn#-icas obras, y luego visita$os el taller de Filippo. All# conte$pla$os una pintura $!a coronaci%n de la &ir'en(, encargada por Francesco ,aring&i para el altar de una iglesia -lorentina, que estaba ya $uy avan%ada( al ver esa obra, por poco $e des$ayo de la i$presi'n y la e$oci'n. /o lograba apartar la vista de ella. "uspir y llor. 9a$s &ab#a visto nada tan bello co$o esa pintura, con aquel in$enso grupo de rostros in$'viles y atentos, la esplndida colecci'n de ngeles y santos, las esbeltas y airosas $u)eres de aire -elino y unos &o$bres espigados y celestiales. ,e enloqueci'. ,i padre $e llev' a ver otras dos obras de Filippo, a$bas inspiradas en la Anunciaci'n. o$o ya &e apuntado, de ni!o yo &ab#a &ec&o el papel del
ngel 8abriel que se aparec#a a la Virgen para anunciarle que llevaba en su vientre a 9es3s. "eg3n la versi'n que nosotros representba$os, 8abriel era un ngel $uy seductor y viril, y al regresar a casa 9os se encontraba a este ser incre#ble$ente atractivo con su pura e inocente esposa, la Virgen ,ar#a. <ra$os una pandilla de )'venes $uy atrevidos, y decidi$os dar a la obra cierto tono picante. ,e re-iero a que la adere%a$os un poco. /o creo que las "agradas Escrituras $encionen que san 9os sorprendi' a su esposa reto%ando con un ngel. <se era $i papel -avorito, y $e -ascinaban los cuadros de la Anunciaci'n. +ues bien, sta que conte$pl poco antes de abandonar Florencia, pintada por Filippo en la dcada de >??A, era superior a todo cuando yo &ab#a visto nunca. El ngel era subli$e pero -#sica$ente per-ecto. "us alas se co$pon#an de plu$as de pavo real. Esa pintura no s'lo $e enloquec#a, sino que despertaba en $# una en-er$i%a devoci'n. 5abr#a dado cualquier cosa para adquirirlo y colgarlo en nuestro castillo. +ero era i$posible. En aquella poca no &ab#a obras de Filippo en el $ercado. +or -in, tras no pocos es-uer%os $i padre logr' arrancar$e de all# y al cabo de unos d#as regresa$os a casa. ,s tarde record el gran respeto con que $i padre $e &ab#a escuc&ado $ientras le &ablaba entusias$ado de Fra Filippo6 4Es delicado, original y sin e$bargo enca)a en los cnones actuales. Es un pintor genial, distinto de todos, pero no e0cesivo( ini$itable, pero accesible para cualquiera. .e aseguro que es e0traordinario, padre. 4/o &ab#a -or$a de detener $i perorata 4. Eso es lo que opino sobre ese &o$bre. ,e i$presiona la -aceta carnal de su personalidad, su pasi'n por las $u)eres( su -ero% rec&a%o a $antener sus votos est en continua pugna con el sacerdote que lleva dentro, pues luce el &bito de clrigo y se &ace lla$ar Fra Filippo. * de esa pugna brotan los rostros de total rendici'n que l pinta. ,i padre $e escuc&aba con atenci'n. 4Esos persona)es re-le)an su constante co$pro$iso con las -uer%as que no logra reconciliar 4di)e4( unos persona)es tristes, sabios, nunca inocentes, sie$pre dulces, pensativos, silenciosos y ator$entados.
De regreso a casa, $ientras cabalgba$os a travs del bosque por un ca$ino e$pinado, $e pregunt' co$o de pasada si los pintores que &ab#an decorado nuestra capilla eran buenos. 4Debes de estar bro$eando, padre 4repuse4. "on e0celentes. 4/o lo sab#a, te lo aseguro 4a-ir$' l sonriendo, y a!adi' al tie$po que se encog#a de &o$bros46 ontrat a los $e)ores. *o sonre#. Entonces lan%' una carca)ada de go%o. /o le pregunt cundo pod#a $arc&ar$e de nuevo para estudiar. "upongo que $e cre#a capacitado para co$placerle a l y al $is$o tie$po ser yo -eli%. 5ici$os unas veinticinco paradas durante ese 3lti$o via)e. /os invitaron a co$er y a cenar en un castillo tras otro, visita$os nu$erosas villas $odernas, suntuosas y llenas de lu%, y recorri$os $ultitud de -rondosos )ardines. /ada de ello $e i$presion', pues -or$aba parte de $i vida6 los cenadores cubiertos de glicina color p3rpura, los vi!edos que se e0tend#an sobre las verdes laderas, las $uc&ac&as de dulces $e)illas que, ocultas en los p'rticos, $e indicaban que $e acercara. Florencia se &allaba en guerra el a!o en que $i padre y yo e$prendi$os ese via)e. "e &ab#a aliado con el poderoso y clebre Francesco "-or%a, para apoderarse de ,iln. 1as ciudades de /poles y Venecia respaldaban a ,iln. Fue una guerra terrible. +ero a nosotros no nos a-ect'. 1a contienda se libr' en otros lugares y por $ercenarios, y el odio que provoc' resonaba en las calles de la ciudad, no en nuestra $onta!a. 1o que recuerdo de ella son dos ins'litos persona)es que estaban i$plicados en la batalla. El pri$ero era el duque de ,iln, Filippo ,aria Visconti, un &o$bre que era ene$igo nuestro quisira$os o no, pues era ene$igo de Florencia. +ero per$ita el lector que le e0plique c'$o era ese &o$bre6 grotesca$ente obeso, seg3n dec#an, y sucio por naturale%a( a veces se quitaba la ropa y se revolcaba desnudo sobre la tierra de su )ard#n. El $ero &ec&o de ver una espada le in-und#a terror, y si estaba desen-undada se pon#a a gritar co$o un poseso. .a$bin le &orrori%aba que pintaran su retrato, debido a lo -eo que era. +ero esto no es todo. .en#a unas piernas tan enclenques que
apenas le sosten#an, de $odo que sus pa)es lo transportaban de un lado a otro. on todo, pose#a cierto sentido del &u$or. +ara asustar a la gente se sacaba de pronto una serpiente de la $anga. Mna delicia, Kno es ciertoL /o obstante ese &o$bre gobern' el ducado de ,iln durante treinta y cinco a!os, y su propio $ercenario, Francesco "-or%a, se volvi' contra ,iln en esa guerra. Deseo describir breve$ente a este 3lti$o porque se trataba de un persona)e pintoresco, aunque $uy distinto del otro. Era el apuesto y valiente &i)o de un ca$pesino que, tras su-rir un secuestro de ni!o, logr' convertirse en el cabecilla de la banda de canallas que lo &ab#a secuestrado. Francesco pas' a ser el co$andante de la tropa cuando el &roe ca$pesino se a&og' en un arroyo $ientras intentaba salvar a un pa)e. FQu valorG FQu pure%aG FQu dec&ado de virtudesG /o vi a Francesco "-or%a &asta despus de $orir para el $undo terrenal y convertir$e en un va$piro, pero debo decir que se a)ustaba a las descripciones que &ab#a o#do de l. Era un &o$bre de &eroicas proporciones y estilo, y por incre#ble que pare%ca, -ue a este bastardo de un ca$pesino y soldado nato que el duque de ,iln, ese loco de patas enclenques, cedi' su &i)a en $atri$onio. 1a &i)a, por cierto, no la &ab#a tenido con su esposa, una desdic&ada a quien $anten#a encerrada ba)o llave, sino con su a$ante. Ese $atri$onio -ue lo que precipit' la guerra. En pri$er lugar Francesco luc&' valerosa$ente para el duque Filippo ,aria, pero cuando el estra-alario e i$previsible duque la pal$', su yerno, el apuesto Francesco, que ten#a subyugado a todo el $undo en Italia, desde el +apa &asta os$e, quiso convertirse en duque de ,iln. 1e aseguro al lector que es cierto. K/o resulta interesanteL +ueden consultarse esos datos en un libro de 5istoria. 5e o$itido que al duque Filippo ,aria ta$bin le aterrori%aban los truenos y &ab#a $andado construir una estancia insonori%ada en su palacio. +ero &ay $s. "-or%a se vio obligado a salvar ,iln de otros que deseaban apoderarse de la ciudad, y os$e tuvo que respaldarlo para evitar que Francia cayera sobre nosotros, o algo peor.
Era una situaci'n bastante divertida y, co$o &e dic&o, de )oven yo estaba preparado para ir a la guerra o co$parecer ante un tribunal en caso necesario, pero esas guerras y esos dos persona)es e0ist#an para $# s'lo en las c&arlas a la &ora de la cena, y cada ve% que alguien despotricaba contra el estra-alario duque Filippo ,aria y criticaba su est3pida $an#a de sacarse una serpiente de la $anga, $i padre $e gui!aba el o)o y susurraba en $i o#do6 4/o &ay nada co$o la sangre pura de la aristocracia, &i)o $#o. 4.ras lo cual se ec&aba a re#r. En cuanto al ro$ntico y bravo Francesco "-or%a, $i padre se guard' prudente$ente su opini'n $ientras ese &o$bre peleaba en el bando de nuestro ene$igo, el duque, pero cuando todos nos volvi$os contra ,iln se apresur' a ensal%ar al valeroso Francesco, un &o$bre que se &ab#a -or)ado a s# $is$o, y a su arro)ado y r3stico progenitor. Antigua$ente e0isti' otro gran luntico que andaba por Italia, un pirata y ru-in lla$ado sir 9o&n 5aBOBood, dispuesto a conducir a sus $ercenarios contra quien -uera, incluidos los -lorentinos. +ero acab' leal a Florencia, incluso se &i%o ciudadano de la $is$a, y cuando desapareci' de este $undo los -lorentinos le erigieron un esplndido $onu$ento en la catedral. FA&, qu tie$pos aquellosG reo que era una e0celente poca para ser soldado, pues pod#as elegir el ca$po de batalla donde pre-er#as pelear y entusias$arte con esas &istorias de guerra. .a$bin era una buena poca para leer poes#a, ad$irar pinturas y llevar una vida con-ortable y segura detrs de los $uros ancestrales, o pasear por las bulliciosas calles de las pr'speras ciudades. "i &ab#as recibido una buena educaci'n, pod#as &acer lo que desearas. +ero ta$bin era una poca en que conven#a ser cauto. Esas guerras pod#an conducir a los se!ores -eudales co$o $i padre al desastre. 1as regiones $onta!osas que &asta entonces se $antuvieron libres, eran invadidas y destruidas. De ve% en cuando un pobre desgraciado que &ab#a logrado $antenerse al $argen de esas tri-ulcas se encontraba en-rentado a Florencia, y de pronto aparec#an las -eroces &uestes $ercenarias para poner
las cosas en su sitio. A prop'sito, "-or%a gan' la guerra contra ,iln debido en parte a que os$e le prest' el dinero necesario. A continuaci'n se desencaden' un autntico caos. +odr#a seguir describiendo eterna$ente esta $aravillosa .oscana. ,e resulta angustioso y depri$ente tratar de i$aginar qu &abr#a sido de $i -a$ilia de no &aberse abatido sobre nosotros la tragedia. /o i$agino a $i padre anciano, ni a $# $is$o enve)ecido y pugnando por sobrevivir, ni a $i &er$ana casada con un arist'crata -lorentino en lugar de un rico terrateniente, tal co$o deseaba yo. +ara $# constituye un &orror y una alegr#a que e0istan pueblecitos y aldeas en estas $onta!as que )a$s &an desaparecido, que &an sobrevivido a los peores avatares, incluidas las guerras $odernas, y &an logrado $edrar con sus calle)uelas adoquinadas, sus $ercados y sus $acetas de geranios en las ventanas. 5an sobrevivido castillos por doquier gracias a la vida que les &an in-undido nu$erosas generaciones. 5a oscurecido. 5e aqu# a Vittorio escribiendo a lu% de las estrellas. 1a capilla del castillo est invadida por %ar%as y otras $ale%as( las pinturas ya no son visibles para nadie y las reliquias sagradas del altar consagrado se &allan sepultadas ba)o un $ont'n de polvo. +ero esas espinas protegen los restos de $i &ogar. 5e de)ado que crecieran. 5e de)ado que los ca$inos desaparecieran en el bosque, o los &e destruido yo $is$o. FDebo conservar una parte de lo que e0isti'G FEs precisoG ,e acuso de ir$e de nuevo por la tangente. Este cap#tulo ya deber#a &aber concluido. ,e recuerda las obras que sol#a$os representar en casa de $i t#o, o las que conte$pl ante el Duo$o en la Florencia de os$e. /ecesito un tel'n de -ondo, unos decorados pintados con todo detalle, unos ala$bres que sostengan a los persona)es que vuelan y unos tra)es cortados y listos antes de que coloque a $is actores sobre el escenario para que narren esta -bula. /o puedo re$ediarlo. +er$ita el lector que concluya $i ensayo sobre la esplendorosa dcada de >?AA a-ir$ando lo que el
gran alqui$ista Ficino dir#a al cabo de unos a!os6 -ue :una poca dorada;. +ase$os a&ora al $o$ento trgico.
3
Donde el horror se abate sobre nosotros
El principio del -in ocurri' la pri$avera siguiente. 5ac#a pocos d#as &ab#a sido $i deci$ose0to cu$plea!os, que ese a!o cay' en el $artes anterior a uares$a, cuando $i -a$ilia y todas las aldeas celebrba$os arnaval. Ese a!o se &ab#a adelantado, por lo que &ac#a bastante -r#o, pero era una poca -estiva. 1a noc&e previa al ,ircoles de eni%a tuve el terror#-ico sue!o en el que $e vi sosteniendo las cabe%as cortadas de $i &er$ano y $i &er$ana. ,e despert e$papado en sudor, &orrori%ado por esa visi'n. 1o escrib# en $i libro de sue!os. * luego lo olvid. "u-r#a pesadillas con -recuencia, aunque ninguna tan espantosa co$o la que acabo de describir. +ero cuando relataba $is ocasionales pesadillas a $i $adre, $i padre u otra persona, sie$pre dec#an6 4.3 tienes la culpa, Vittorio, por leer los libros que lees. Esos sue!os los provocas t3 $is$o. Repito, olvid el sue!o. En +ascua los ca$pos se &allaban en -lor y el pri$er indicio de la tragedia que se avecinaba, aunque no yo no lo reconoc#, -ue que las aldeas situadas al pie de nuestra $onta!a quedaron s3bita$ente desiertas. ,i padre y yo, aco$pa!ados por dos ca%adores, un guardabosque y un soldado, nos dirigi$os a caballo para co$probar en persona que los ca$pesinos &ab#an abandonado la %ona &ac#a unos d#as, llevndose consigo a los ani$ales. +roduc#a una curiosa sensaci'n ver esas peque!as e insigni-icantes aldeas desiertas. Ascendi$os de nuevo la $onta!a, rodeados por una clida y acogedora oscuridad, pero co$proba$os que las otras aldeas por las que pasa$os aparec#an cerradas a cal y canto, sin que se -iltrara un rayo de lu% por los postigos ni brotara por una c&i$enea una nubecilla de &u$o te!ido de ro)o. +or supuesto, el anciano ad$inistrador de $i padre co$en%'
a despotricar contra los vasallos que &ab#an abandonado las aldeas, insistiendo en que era preciso dar con ellos, propinarles una buena tunda y obligarlos a arar los ca$pos. ,i padre, benevolente y sin perder la cal$a, co$o era &abitual en l, per$aneci' sentado ante su escritorio a la lu% de las velas, apoyado sobre un codo, y replic' que esos &o$bres eran libres( no estaban obligados a vivir en nuestra $onta!a si no lo deseaban. <sas eran las costu$bres del $undo $oderno, aunque $i padre sab#a lo que iba a ocurrir en nuestra regi'n. De pronto se percat' de que yo le observaba desde un rinc'n de la estancia, co$o si no &ubiera reparado antes en $i presencia, y se apresur' a interru$pir la conversaci'n con su ad$inistrador y a despac&ar el asunto co$o un proble$a insigni-icante. *o ta$poco le di i$portancia. +ero durante los d#as sucesivos, algunos aldeanos que &abitaban en la parte in-erior de las laderas vinieron a instalarse dentro del recinto del castillo. "e produ)eron nu$erosas con-erencias en los aposentos de $i padre. 2# discusiones a puerta cerrada, y una noc&e, a la &ora de cenar, todos aparec#an ins'lita$ente taciturnos por tratarse de nuestra -a$ilia, &asta que $i padre se levant' de su enor$e silla, el a$o y se!or sie$pre en el centro de la $esa, y declar' co$o si alguien le &ubiera acusado en silencio6 4/o perseguir a unas ancianas porque &ayan clavado unos al-ileres en unas $u!ecas de cera, que$en incienso o lean unos rid#culos con)uros que no signi-ican nada. Esas vie)as bru)as &an vivido sie$pre en nuestra $onta!a. ,i $adre, que parec#a $uy preocupada, nos orden' a los tres, a 7artola, a ,atteo y a $# 4&aciendo caso o$iso de $is protestas4, que nos levantra$os de la $esa y -ura$os a acostarnos. 4/o te quedes leyendo &asta las tantas, Vittorio 4di)o $i $adre. 4KA qu se re-er#a padreL 4pregunt' 7artola. 4A las vie)as bru)as de la aldea 4contest, e$pleando la palabra italiana stre'a4. De ve% en cuando una de ellas se e0trali$ita y se organi%a un l#o, pero por lo general no &acen sino utili%ar sus sortilegios para curar una -iebre u otra dolencia.
"upuse que $i $adre $e ordenar#a que $e callara, pero per$aneci' al pie de la angosta escalera de piedra de la torre $ientras $e observaba con e0presi'n de alivio, y di)o6 4As# es, Vittorio, tienes ra%'n. En Florencia la gente se burla de esas vie)as. Vosotros $is$os conocis a 8attena, que lo 3nico que &ace es vender unos bebedi%os de a$or a las )'venes aldeanas. 4F/o va$os a llevarla ante los tribunales para que la )u%guenG 4protest, satis-ec&o de &aber captado la atenci'n de $i $adre. 7artola y ,atteo $e conte$plaron -ascinados. 4/o, no, no va$os a &acer eso con 8attena. 8attena se &a es-u$ado. 5a &uido. 4KQue 8attena &a &uidoL 4pregunt. uando $i $adre se volvi', negndose a a!adir otra palabra e indicndo$e con un gesto que aco$pa!ara a $is &er$anos a la ca$a, advert# la gravedad del asunto. 8attena era la $s te$ida y $s c'$ica de las vie)as bru)as que &abitaban en la aldea, y si &ab#a &uido, si estaba asustada por algo, no de)aba de ser una noticia ins'lita, pues sab#a que todos la te$#an a ella. 1os d#as siguientes a$anecieron -rescos, &er$osos y serenos para 7artola, ,atteo y para $#, pero al volver la vista atrs recuerdo que en aquella poca ocurrieron varias cosas ins'litas. Mna tarde sub# &asta la ventana superior de la vie)a torre, donde .ori, un vig#a, se &allaba ador$ilado, y conte$pl nuestras tierras &asta donde abarcaba la vista. 4/o lo vers 4co$ent' .ori. 4KA qu te re-ieresL 4pregunt. 4El &u$o de una c&i$enea. /o queda nadie. 4.ori boste%' y se apoy' en la pared( iba en-undado en un grueso )ub'n de cuero &ervido y portaba una pesada espada4. /o ocurre nada de particular 4di)o boste%ando de nuevo4. "i les atrae la vida en la ciudad, o luc&ar para Francesco "-or%a por el ducado de ,iln, que se vayan. *a se darn cuenta de su error. *o $e volv# y conte$pl de nuevo el bosque y los valles que se e0tend#an &asta el in-inito( luego alc la vista al cielo cubierto por una leve bru$a. Era cierto, la vida en las peque!as aldeas parec#a &aberse detenido en el tie$po. K+ero quin pod#a tener la
certe%a de elloL El d#a estaba un poco nublado. +or otra parte, entre los $uros del castillo reinaba una cal$a absoluta. ,i padre obten#a aceite de oliva, verduras, lec&e, $anteca y nu$erosos art#culos de esas aldeas, pero no las necesitaba. "i &ab#a llegado el $o$ento de que stas desaparecieran, ese &ec&o no ten#a por qu a-ectarnos. Al cabo de dos noc&es, sin e$bargo, cuando nos senta$os a cenar observ con innegable claridad que todos se $ostraban tensos, a la par que silenciosos. ,i $adre estaba $uy nerviosa, encerrada en un persistente $utis$o en lugar de c&arlar por los codos co$entando las 3lti$as novedades de la corte, co$o sol#a &acer. 1a conversaci'n no era i$posible, pero &ab#a to$ado otro cari%. Aparte de los ancianos, que parec#an pro-unda y e0tra!a$ente desconcertados, otras personas se $ostraban a)enas a la situaci'n6 los pa)es, que nos serv#an sin de)ar de sonre#r, y un reducido grupo de $3sicos, que &ab#an llegado la v#spera, y nos o-recieron unas &er$osas canciones aco$pa!ndose con la viola y el la3d. /o obstante, no logra$os convencer a $i $adre para que e)ecutara sus ponderosas dan%as. Era ya $uy tarde cuando un sirviente anunci' una visita inesperada. /adie &ab#a abandonado el sal'n principal, e0cepto 7artola y ,atteo, a quienes yo &ab#a aco$pa!ado a acostarse &ac#a un rato, de)ndolos al cuidado de nuestra vie)a nodri%a, "i$onetta. El capitn de la guardia de $i padre entr' en el sal'n, salud' con un golpe de talones, se inclin' ante $i padre y di)o6 4"e!or, en el portal aguarda un caballero de alto rango que se niega a ser recibido ba)o la lu% del interior de la casa. E0ige que salgis a &ablar con l. .odos los que estba$os sentados a la $esa nos $ira$os e0tra!ados( $i $adre palideci' de ira e indignaci'n. /adie se atrev#a )a$s a pronunciar el tr$ino :e0igir; ante $i padre. Repar ta$bin en que el capitn de la guardia, un vie)o soldado algo prepotente que &ab#a participado en nu$erosas batallas con los $ercenarios, parec#a nervioso y preocupado. ,i padre se levant', pero no pronunci' palabra ni se $ovi'.
4K"aldris a &ablar con l, se!or, o le digo a ese si'nore que se vayaL 4pregunt' el capitn. 4Dile que estar encantado de recibirle en $i casa co$o un &usped 4respondi' $i padre4, que le o-rece$os en no$bre de 9esucristo /uestro "e!or nuestra &ospitalidad sin reservas. 1a vo% de $i padre tranquili%' a todos los que estba$os sentados a la $esa, salvo $i $adre, que parec#a no saber qu &acer. El capitn $ir' a $i padre casi a &urtadillas, para trans$itirle en secreto el $ensa)e de que no lograr#a su prop'sito, pero -ue a co$unicar la invitaci'n al e0tra!o. ,i padre no se sent'. +er$aneci' de pie, con la cabe%a ladeada, co$o tratando de o#r lo que dec#an el capitn y el inesperado visitante. 1uego se volvi' y c&asc' los dedos para atraer la atenci'n de los dos guardias $edio dor$idos que se $anten#an apostados en a$bos e0tre$os del sal'n. 4Registrad la casa para co$probar que todo est en orden 4di)o con suavidad4. ,e parece &aber o#do entrar a unos p)aros atra#dos por el aire tibio. 5ay $uc&as ventanas abiertas. 1os dos guardias obedecieron, y de in$ediato los sustituyeron otros dos soldados. Ese &ec&o no ten#a nada de particular, pues signi-icaba que &ab#a varios guardias de servicio. El capitn regres' solo, y se inclin' de nuevo ante $i padre. 4"e!or, el -orastero se niega a entrar en la casa y que veis su rostro a la lu%, seg3n dice, e insiste en que salgis a &ablar con l. 2s ruega que no le &agis perder el tie$po. Fue la pri$era ve% que vi a $i padre -urioso. Incluso cuando $e a%otaba a $# o a un pa)e, lo &ac#a con cierta indolencia. +ero en esta ocasi'n los rasgos de su rostro, los cuales trans$it#an una sensaci'n tranquili%adora debido a sus proporciones, aparec#an contra#dos en un rictus de ira. 4K '$o se atreveL 4$ur$ur'. /o obstante, rode' la $esa y sali' del sal'n, seguido por el capitn de la guardia. ,e levant a toda prisa para seguir a $i padre, pero $i $adre $e contuvo. 4/o te $uevas, Vittorio. +ero ba) la escalera detrs de $i padre y sal# al patio. En stas $i padre se volvi' y $e detuvo apoyando con -ir$e%a una
$ano en $i pec&o. 4Qudate aqu#, &i)o $#o 4di)o con su &abitual tono a-able 4. *o $e ocupar del asunto. Desde la puerta de la torre conte$pl la escena. Al otro lado del patio, )unto al portal ilu$inado por las antorc&as, vi al e0tra!o si'nore que se negaba a $ostrarse a la lu% de las velas del sal'n, pero a quien no parec#a inco$odarle el resplandor e0terior. El gigantesco portal en arco de la entrada per$anec#a cerrado a cal y canto durante la noc&e. "'lo estaba abierta una peque!a puerta del ta$a!o de un &o$bre, y all# era donde aguardaba el e0tra!o, ilu$inado por las antorc&as que ard#an a a$bos costados de l, sin tratar de ocultar su rostro, sino $ostrndose u-ano envuelto en una capa de terciopelo color burdeos. Iba vestido de pies a cabe%a en ese color ro)o oscuro, que no estaba de $oda, pero cada detalle de su vesti$enta, desde el )ustillo reca$ado con ge$as &asta las a$plias $angas de raso con -ran)as de terciopelo, eran del $is$o color, co$o si todas sus prendas las &ubieran te!ido los $e)ores bataneros de Florencia. 5asta las piedras preciosas cosidas en el cuello de la c&aquetilla y las que adornaban la recia cadena de oro que pend#a de su cuello eran de color vino( supuse que se trataba de rub#es o qui% %a-iros. .en#a el pelo negro y espeso, largo &asta los &o$bros, pero no pude ver su rostro, pues se &allaba oculto por el so$brero de terciopelo que luc#a. "in e$bargo logr vislu$brar su plida piel, la silueta del $a0ilar y un -rag$ento del cuello, que era lo 3nico visible. El e0tra!o portaba una espada de in$ensas di$ensiones, en-undada en una vaina antigua, y una capa drapeada sobre un &o$bro, ta$bin de terciopelo color burdeos, orlada con unos s#$bolos dorados que no vi con claridad debido a la distancia que nos separaba. Entorn los o)os, tratando de ver con $ayor nitide%, y cre# distinguir los adornos de una estrella y una $edia luna, pero estaba de$asiado le)os. El -orastero ten#a una estatura i$ponente. ,i padre se detuvo a pocos pasos de l, y cuando &abl' lo &i%o con vo% tan suave que apenas le o#. El $isterioso individuo, que segu#a sin $ostrar sus -acciones salvo los labios, curvados &acia arriba en una sonrisa, y su blanca dentadura, e$iti' una
respuesta que sonaba a un tie$po spera y encantadora. 4FAle)aos de $i casa en no$bre de Dios /uestro 7endito RedentorG 4e0cla$' $i padre de pronto. Acto seguido, con un gesto rpido, avan%' unos pasos y propin' un e$pu)'n al e0tra!o, arro)ndole del recinto. *o $e qued pas$ado. A travs de la boca sin -ondo de la oscuridad que se e0tend#a $s all del portal brot' una risa grave y aterciopelada, una carca)ada burlona, a la que &icieron eco otras, y en esto percib# el -ragor de unos cascos, co$o si varios )inetes e$prendieran )untos la retirada. ,i padre cerr' la puerta de un golpe. 1uego se volvi', se santigu' y )unt' las $anos co$o en una oraci'n. 4F+or todos los santos, qu atrevi$ientoG 4e0cla$', al%ando la vista. En aquel $o$ento, cuando $i padre ec&' a andar, -urioso, &acia la torre, donde $e encontraba yo, $e percat de que el capitn de la guardia estaba parali%ado de terror. uando $i padre se apro0i$' y vi su rostro a la lu% que e$anaba de la de la escalera de la torre, &ice una se!al al capitn. 4 ierra $i casa a cal y canto 4le orden' $i padre4. Reg#strala de cabo a rabo y cierra todas las puertas y ventanas. Re3ne a los soldados y enciende todas las antorc&as. K,e &as entendidoL Quiero a unos &o$bres apostados en cada torre y sobre las $urallas. 2bedece en el acto. Eso tranquili%ar a $i -a$ilia. /o &ab#a$os alcan%ado el co$edor cuando de pronto apareci' un anciano sacerdote que en aquellos d#as se alo)aba en casa, un instruido do$inico lla$ado Fra Dia$onte. .en#a el pelo alborotado y la sotana $edio desabroc&ada. En la $ano sosten#a un devocionario. 4KQu ocurre, se!orL 4inquiri' el -raile4. K5a sucedido algo $aloL 4+adre, con-iad en Dios y venid a re%ar con$igo en la capilla 4respondi' $i padre. 1uego se!al' a otro guardia que se dirig#a &acia ellos y le orden'46 Enciende todas las velas de la capilla, pues deseo re%ar. 5a%lo enseguida, y di a los c&icos que ba)en y toquen para $# $3sica sagrada. 4A continuaci'n nos to$' de la $ano al sacerdote y a $# y a!adi'46 /o es nada
grave, os lo aseguro. "e trata de unas supersticiones absurdas, pero cualquier e0cusa que &aga que un &o$bre de $undo co$o yo acuda a su Dios para serenarse es vlida. Vittorio, y vos ta$bin, Fra Dia$onte, aco$pa!ad$e a re%ar en la capilla. "onr#e, &i)o $#o, &a%lo por tu $adre. *o $e sent#a $s tranquilo, pero la perspectiva de per$anecer despierto toda la noc&e en la capilla ilu$inada por las velas resultaba a un tie$po atrayente y alar$ante. Fui en busca de $i libro de oraciones, $i $isal y otros devocionarios, unos to$os con-eccionados con el $s -ino perga$ino de Florencia, con las letras doradas y unas ilustraciones e0quisitas. Al salir de $i &abitaci'n vi que $i padre &ablaba con $i $adre6 4/o de)es a los ni!os solos ni un instante 4le di)o4( y no quiero verte en ese estado, no soporto verte disgustada. ,i $adre se toc' el vientre. o$prend# que se &allaba encinta de nuevo. .a$bin co$prend# que $i padre estaba $uy preocupado. :/o de)es a los ni!os solos ni un instante.; KQu signi-icaba esa -raseL 1a capilla era bastante con-ortable. 5ac#a tie$po $i padre &ab#a $andado instalar unos c'$odos reclinatorios de $adera con co)ines de terciopelo, aunque en los d#as -estivos todos per$anec#a$os de pie. En aquella poca no e0ist#an los bancos que se utili%an &oy en las iglesias. Aquella noc&e $i padre $e $ostr' ta$bin la cripta que estaba situada deba)o de la iglesia. "e abr#a $ediante una anilla su)eta a una tra$pa revestida de piedra( una ve% cerrada la tra$pa, la anilla quedaba plana deba)o de lo que parec#a ser uno de los $3ltiples adornos de $r$ol incrustados en las baldosas del suelo. *o conoc#a esa cripta, pero &ab#a recibido unos a%otes de ni!o por ba)ar a escondidas all#. ,i padre $e di)o entonces que se sent#a $uy decepcionado al co$probar que yo era incapa% de guardar un secreto de la -a$ilia. Esa rega!ina $e doli' $s que los a%otes. *o no le &ab#a vuelto a pedir que $e de)ara ir con l a la cripta, aunque sab#a que l ba)aba de ve% en cuando a aquel $isterioso lugar, donde
supuse que guardaba un tesoro y los secretos de los paganos. +ues bien, a&ora co$prob que se trataba de una &abitaci'n in$ensa, e0cavada en la tierra, con el tec&o abovedado y repleta de diversos tesoros. onten#a nu$erosas arcas y pilas de libros antiguos. * dos puertas cerradas con candado. 4Esas puertas conducen a unas c$aras $ortuorias que no es preciso que te $uestre 4di)o4, pero deseo que te -a$iliarices con el interior de la cripta. * que recuerdes todos los detalles. uando nos encontra$os de nuevo en la capilla, $i padre cerr' la tra$pa, coloc' la anilla en su lugar, la cubri' con la baldosa de $r$ol y la entrada secreta a la cripta qued' invisible. Fra Dia$onte -ingi' no &aberse percatado de nada. ,i $adre se &ab#a ido a dor$ir, al igual que $is &er$anos. Antes del alba todos nos queda$os dor$idos en la capilla. Al a$anecer, cuando los gallos se pusieron a cacarear en todas las aldeas situadas dentro de las $urallas, $i padre sali' al patio, se despere%', al%' la vista &acia el cielo y se encogi' de &o$bros. Dos de $is t#os corrieron &acia l, inquiriendo quin era ese $isterioso si'nore, de d'nde proven#a, c'$o se &ab#a atrevido a proponer que organi%aran un asedio contra nosotros y cundo iba a estallar la batalla. 4/o, no, no, estis con-undidos 4replic' $i padre4. /o va$os a pelear. Regresad a la ca$a. +ero no bien &ubo dic&o esto cuando o#$os un grito desgarrador que nos alar$' a todos. A travs de la puerta del patio apareci' una $uc&ac&a, una )oven de una aldea cercana por la sent#a$os gran a-ecto, y pronunci' estas terribles palabras a vo% en cuello6 4F5a desaparecidoG F"e &an llevado a $i peque!oG El resto del d#a lo pasa$os buscando al &i)o de la aldeana. +ero -ue en vano. Al poco averigua$os que otro ni!o &ab#a desaparecido de la aldea sin de)ar rastro. Era un retrasado $ental, un ni!o entra!able e ino-ensivo, pero que apenas sab#a ca$inar. .odos se avergon%aban de con-esar que no sab#an cunto tie$po &ac#a que el ni!o -altaba de la aldea. Al anoc&ecer te$# volver$e loco si no consegu#a &ablar con $i padre a solas, si no lograba entrar en la c$ara donde se &ab#a
encerrado con $is t#os y los sacerdotes para voci-erar y discutir. Al -in co$enc a aporrear la puerta con los pu!os y a propinarle patadas con tal rabia que $i padre no tuvo $s re$edio que de)ar$e entrar. 1a reuni'n estaba a punto de concluir. ,i padre $e llev' aparte y $e pregunt' indignado6 4K5as visto lo que &an &ec&oL "e &an cobrado el tributo que $e e0ig#an. F,e negu a pagarlo y ellos se lo &an cobrado por la -uer%aG 4KQu tributoL K.e re-ieres a los ni!osL ,i padre estaba -urioso. "e pas' la $ano por la &irsuta barbilla, descarg' un pu!eta%o sobre la $esa y de un $anota%o arro)' al suelo todos los papeles que &ab#a sobre ella. 4K '$o se atreven a presentarse aqu# de noc&e y e0igir$e que les entregue a los ni!os que nadie quiereL 4KA qu te re-ieres, padreL FD#$eloG 4Vittorio, $a!ana, al alba, partirs &acia Florencia con unas cartas que escribir esta noc&e. /ecesito $s que a unos sacerdotes ca$pesinos para luc&ar contra esto. +reprate para partir. 1uego al%' la vista brusca$ente y lade' la cabe%a, co$o si &ubiera percibido un ruido sospec&oso. 2bserv que la lu% &ab#a desaparecido de las ventanas. /osotros $is$os no ra$os sino unas siluetas borrosas. ,e agac& para recoger del suelo el candelabro que $i padre &ab#a derribado. 1e observ de reo)o $ientras encend#a una de las velas con la antorc&a que ard#a )unto a la puerta. Acto seguido encend# con ella el resto de las velas. El per$aneci' in$'vil, atento. 1uego se levant' sin nacer ruido y apoy' los pu!os sobre la $esa, sin $olestarle el resplandor de las velas( la -atiga e indignaci'n que de)aba traslucir su rostro se vieron as# real%adas. 4K5abis o#do algo, se!orL 41e lla$ de vos sin ni siquiera percatar$e de ello. 4El $al 4contest' $i padre en vo% ba)a4. Mnos seres $alignos que Dios per$ite que vivan debido a nuestros pecados. Ve en busca de unas ar$as. .rae a tu $adre y a tus &er$anos a la capilla. Apres3rate. 1os soldados ya &an recibido $is instrucciones.
4KQuieres que ordene que nos sirvan aqu# algo de co$er, un poco de pan y cerve%aL 4pregunt. <l asinti' con aire distra#do. En $enos de una &ora estba$os reunidos en la capilla, toda la -a$ilia, que en aquel entonces inclu#a a cinco t#os y cuatro t#as, aparte de las dos nodri%as y Fra Dia$onte. El peque!o altar se &ab#a dispuesto co$o si el sacerdote -uera a decir $isa, con un -ino $antel bordado y unos candelabros de oro $aci%o en los que ard#an unas velas. 1a e-igie de 9esucristo resplandec#a a la lu% de las velas, una antigua y delgada talla de $adera cuyo colorido se &ab#a apagado con el tie$po, que colgaba en la pared desde los tie$pos de san Francisco, cuando seg3n la leyenda el gran santo se &ab#a detenido en nuestro castillo &ac#a dos siglos. Era un 9esucristo desnudo, -recuente en aquellos tie$pos, una -igura ator$entada dispuesta al sacri-icio, no robusta y sensual co$o en los cruci-i)os actuales. Destacaba poderosa$ente entre la colecci'n de santos pintados que adornaban los $uros de la capilla, ataviados con esplndidos ropa)es de color escarlata y adornados con )oyas de oro. "in decir palabra nos senta$os en unos toscos bancos de $adera casta!a que nos tra)eron, sin decir palabra, pues aquella $a!ana Fra Dia$onte &ab#a dic&o $isa, guardando en el tabernculo el cuerpo y la sangre de /uestro "e!or en -or$a de la sagrada &ostia, y la capilla se &ab#a convertido a todos los e-ectos, por as# decirlo, en la casa de Dios. o$i$os un poco de pan y bebi$os unos sorbos de cerve%a )unto a la puerta de entrada, pero en silencio. "'lo $i padre sali' repetidas veces, dirigindose con paso decidido al patio ilu$inado por las antorc&as para ca$biar unas palabras con los soldados que se apostaban en las torres y los $uros, y subiendo incluso l $is$o para co$probar personal$ente que el castillo estuviera bien protegido. ,is t#os estaban bien ar$ados. ,is t#as re%aban con devoci'n el rosario. Fra Dia$onte parec#a con-undido y $i $adre, plida cual un espectro, co$o si se sintiera indispuesta debido a la criatura que portaba en el vientre, se abra%' a $is &er$anos, que estaban $uy asustados. .odo &ac#a suponer que pasar#a$os la noc&e sin novedad.
Dos &oras antes de que despuntara el d#a $e despert de un sue!o ligero al o#r un angustioso grito. ,i padre se levant' en el acto, al igual que $is t#os, quienes desenvainaron sus espadas tan rpida$ente co$o se lo per$itieron sus dedos vie)os y artr#ticos. De pronto sonaron unos gritos, las voces de alar$a de los soldados y el estrepitoso ta!ido de las ca$panas en todas las torres del castillo. 4Va$os, Vittorio 4di)o $i padre al tie$po que $e agarraba del bra%o. A continuaci'n tir' de la anilla de la tra$pa, la abri' y $e entreg' una vela que to$' del altar4. 1lvate a tu $adre, a tus t#as, a tu &er$ana y a tu &er$ano a la cripta, a&ora $is$o, y no os $ovis de all# ocurra lo que ocurra. /o salgis de all#. ierra la tra$pa y quedaos en la cripta. F5a% lo que te ordenoG 2bedec# en el acto. .o$ de la $ano a ,atteo y a 7artola y les obligu a ba)ar la escalera detrs de $#. ,is t#os salieron a toda prisa al patio, lan%ando sus vie)os gritos de guerra. ,is t#as trope%aron, se des$ayaron y se agarraron al altar, negndose a salir de all#, y $i $adre se abra%' a $i padre. ,i padre estaba $uy alterado. Intent llevar$e de all# a $i t#a $s anciana, pero yac#a des$ayada ante el altar. ,i padre se acerc' a $#, $e oblig' a $eter$e en la cripta y cerr' la tra$pa. /o tuve $s re$edio que pasar el cerro)o, tal co$o $e &ab#a ense!ado $i padre( luego, sosteniendo la vela encendida en una $ano, $e volv# &acia 7artola y ,atteo, que estaba aterrori%ados. 4Va$os, ba)ad 4les orden. 1os pobres por poco se caen al tratar de descender de espaldas por la estrec&a y peligrosa escalera sin apartar la vista de $#. 4KQu ocurre, VittorioL K+or qu quieren lasti$arnosL 4 pregunt' 7artola. 4*o luc&ar contra ellos 4terci' ,atteo4. Da$e tu pu!al, Vittorio. .3 tienes una espada. /o es )usto. 4 allad y obedeced a padre. K reis que $e gusta no poder salir y pelear con los &o$bresL F/o &agis ruidoG 5ice un es-uer%o por tragar$e las lgri$as. ,i $adre y $is t#as se &ab#an quedado arriba, en la capilla. En la cripta reinaba un a$biente -r#o y &3$edo, pero no era
desagradable. Estaba e$papado en sudor y el bra%o $e dol#a de sostener el pesado candelabro de oro. +or -in $is &er$anos y yo nos senta$os en el suelo, en un e0tre$o de la c$ara. El tacto -r#o de la piedra $e tranquili%'. En el intervalo de nuestro silencio colectivo percib# a travs del recio suelo unos alaridos, unos gritos atroces de terror pnico, unas pisadas apresuradas e incluso los angustiosos relinc&os de los caballos. Daba la sensaci'n de que los caballos &ubieran irru$pido en la $is$a capilla, lo cual no era i$posible. ,e levant y corr# &acia las otras dos puertas de la cripta, las cuales conduc#an a las c$aras $ortuorias o lo que -uera. FQu $e i$portaba a $# c'$o diantres se lla$aranG Descorr# el cerro)o de una de las puertas, pero s'lo vi un peque!o pasadi%o( no era lo bastante alto para que pasara yo ni lo bastante anc&o para que cupieran $is bra%os. Retroced# sobre $is pasos, sin soltar la 3nica vela de que dispon#a$os. ,is &er$anos per$anec#an con los o)os clavados en el tec&o, aterrori%ados, escuc&ando los lasti$eros gritos, que no cesaban. 45uele a &u$o 4$ur$ur' 7artola, que ten#a el rostro ba!ado en lgri$as4. K/o lo &ueles, VittorioL 2igo un ruido e0tra!o. *o ta$bin lo o# y percib# el olor. 4"antiguaos y re%ad 4di)e4. on-iad en $#. /o tardare$os en salir de aqu#. +ero el -ragor de la batalla era incesante, al igual que los gritos. De i$proviso, de -or$a tan i$presionante y aterradora co$o sonara el estrpito de la pelea, se &i%o el silencio. Mn silencio absoluto, de$asiado total para interpretarlo co$o una se!al de victoria. 7artola y ,atteo se a-erraron a $#, uno a cada lado. En esto se oy' un ruido que proven#a del piso superior, co$o si alguien &ubiera abierto de golpe la puerta de la capilla. De pronto se al%' la tra$pa de la cripta y vi una oscura silueta, alta y esbelta, con una larga $ata de pelo, ilu$inada por el resplandor del -uego que ard#a arriba. Al abrirse la tra$pa se produ)o una r-aga de aire que apag' la vela que yo sosten#a. "alvo por el in-ernal destello de las lla$as, estba$os
su$idos en la $s co$pleta y despiadada oscuridad. De nuevo distingu# la -igura de una $u)er, alta, de porte $a)estuoso, con una esplndida y larga cabellera y una cintura tan di$inuta que &abr#a podido rodearla con $is $anos. 1a -igura descendi' por la escalera co$o si volara, sigilosa$ente, y se precipit' &acia $#. KQuin diantres era esa $u)er y qu &ac#a all#L Antes de dar$e tie$po a desenvainar la espada para de-ender$e de la agresora, o pensar siquiera con claridad, sent# sus suaves senos ro%ar $i pec&o y el tacto -resco de su piel cuando &i%o ade$n de rodear$e el cuello con los bra%os. "e produ)eron unos instantes de ine0plicable y sensual con-usi'n al percibir el per-u$e de su cabello y su vestido y tuve la i$presi'n de ver el blanco reluciente de sus o)os cuando la $u)er $e $ir'. En stas o# gritar a 7artola, y luego a ,atteo. a# al suelo. onte$pl el resplandor del -uego que ard#a arriba. 1a $u)er agarr' con un bra%o en apariencia -rgil a 7artola y ,atteo, quienes se debat#an en un intento de soltarse, y tras detenerse para $irar$e se precipit' escaleras arriba y desapareci' ba)o el resplandor de las lla$as. *o desenvain la espada con a$bas $anos y corr# tras la $u)er. Al penetrar en la capilla vi que ella, &aciendo uso de unos poderes de$on#acos, &ab#a logrado alcan%ar la puerta, una &a%a!a prctica$ente i$posible, $ientras $is &er$anos no paraban de gritar6 4FVittorio, VittorioG De todas las ventanas superiores de la capilla surg#an lla$as, al igual que del roset'n que &ab#a sobre el cruci-i)o. 4FEn el no$bre de Dios, detenteG 4grit4. F obarde, ladronaG orr# tras ella y, ante $i estupor, la $u)er se detuvo y se volvi' para $irar$e de nuevo. Esta ve% conte$pl cada detalle de su re-inada belle%a. El rostro era un 'valo per-ecto( los o)os, de color gris, re-le)aban una $irada benvola y la blanca te% se$e)aba la $s -ina laca c&ina. .en#a los labios ro)os, de$asiado per-ectos para que un pintor los dibu)ara a capric&o, y el cabello, largo y rubio ceni%a, al cual el resplandor del -uego con-er#a un
tono gris se$e)ante al de sus o)os, le ca#a, esplndido, por la espalda. "u ropa, aunque ten#a unas $anc&as que parec#an de sangre, era del $is$o color burdeos que la vesti$enta del $alvado -orastero que se &ab#a presentado la v#spera en nuestra casa. 1a $u)er se li$it' a observar$e con una e0tra!a e0presi'n de triste%a. En la $ano derec&a sosten#a la espada en alto, pero no se $ovi'. De i$proviso rela)' su poderoso bra%o i%quierdo y solt' a $is &er$anos. A$bos cayeron al suelo entre sollo%os. 4FDe$onioG )Stre'a*4grit. Entonces salt por enci$a de 7artola y ,atteo y $e lanc sobre la $u)er blandiendo $i espada. +ero ella se %a-' con tal &abilidad y rapide% que ni siquiera $e di cuenta. ,e parec#a incre#ble que se &ubiera ale)ado tanto en una -racci'n de segundos. 1a $u)er ba)' la espada, $e $ir', y luego conte$pl' a $is &er$anos, que no cesaban de llorar. De pronto volvi' la cabe%a. +ercib# un grito sibilante, seguido de otro y otro $s. A travs de la puerta de la capilla apareci', co$o surgido del $is$o -uego del in-ierno, un individuo que ta$bin vest#a de ro)o y se cubr#a con una capa de terciopelo provista de una capuc&a( cal%aba unas botas ribeteadas de oro. Alc la espada dispuesto a atacarlo, pero el e0tra!o $e apart' de un e$pell'n y al instante decapit' a 7artola y luego a ,atteo, que grit' aterrori%ado. Enloquec#. 7ra$ de dolor. El e0tra!o &i%o ade$n de arro)arse sobre $#, pero la $u)er lo contuvo con -ir$e%a. 4D)alo en pa% 4orden' con una vo% dulce y clara. <l se ale)'. Ese asesino, ese de$onio encapuc&ado y con botas ribeteadas de oro, se volvi' &acia ella y e0cla$'6 4KAcaso &as perdido el )uicioL ,ira el cielo. FV$onos, PrsulaG +ero ella no se $ovi'. "igui' $irndo$e de &ito en &ito. Entre sollo%os e i$precaciones, e$pu! $i espada y $e arro) de nuevo sobre la $u)er. Esta ve% la &o)a se abati' sobre su bra%o derec&o, a$putndoselo por deba)o del codo. El $ie$bro, blanco, $enudo y en apariencia -rgil, co$o el resto del cuerpo, cay' al suelo enlosado )unto a la pesada espada de la $u)er. De la &erida brot' un c&orro de sangre.
Ella observ' breve$ente la &erida, y luego $e $ir' con esa con$ovedora e0presi'n de triste%a, desconsolada, casi desesperada. Alc de nuevo la espada. 4)Stre'a* 4grit entre dientes, intentando ver a travs de $is lgri$as4. )Stre'a* +ero en un nuevo alarde de sus poderes de$on#acos, la $u)er se ale)' de $# co$o i$pulsada por una -uer%a invisible. En su $ano i%quierda sosten#a la derec&a, que todav#a su)etaba la espada, co$o si a3n estuviera ad&erida al bra%o. A continuaci'n ad&iri' el $ie$bro que yo le &ab#a a$putado. 1a observ. Vi c'$o colocaba de nuevo el bra%o en su lugar, a)ustndolo &asta que qued' enca)ado a la per-ecci'n, y co$prob estupe-acto que la &erida producida por $i espada &ab#a cicatri%ado sobre la n#vea piel. Despus la $anga aca$panada del suntuoso vestido de terciopelo cay' de nuevo sobre su bra%o, cubrindolo &asta la $u!eca. 1a $u)er abandon' la capilla en un abrir y cerrar de o)os. Vi su silueta recortada sobre los le)anos -uegos que ard#an en las ventanas de las torres. 1a o# $ur$urar6 4Vittorio. 1uego se desvaneci'. o$prend# que era in3til perseguirla. +ero sal# a la carrera de la capilla, blandiendo $i espada, gritando de rabia y .a$argura y pro-iriendo a$ena%as contra el $undo entero, cegado por las lgri$as y sintiendo una opresi'n en la garganta que casi $e i$ped#a respirar. .odo se &allaba en silencio. .odos estaban $uertos. ,uertos. Estaba convencido de ello. El patio aparec#a se$brado de cadveres. Entr de nuevo en la capilla. Recog# la cabe%a de 7artola y la de ,atteo, $e sent con ellas sobre $is rodillas, y ro$p# a llorar. 1as cabe%as cortadas de $is &er$anos parec#an vivas6 los o)os reluc#an y los labios se $ov#an en un vano intento de &ablar. FDios $#oG Era un tor$ento superior a lo que un ser &u$ano es capa% de soportar. "olloc. ,aldi)e. oloqu las cabe%as de $is &er$anos una )unto a la otra,
sobre $is rodillas, y les acarici el pelo y las $e)illas al tie$po que susurraba unas palabras de consuelo, asegurndoles que Dios se &allaba )unto a nosotros, que no nos abandonaba, que Dios cuidar#a sie$pre de nosotros, que nos encontrba$os en el cielo. :F.e lo i$ploro, "e!orG 4or con toda $i al$a4. /o per$itas que sientan, que per$ane%can conscientes. FEso noG /o lo resisto. /o. F.e lo suplicoG; +or -in, al alba, cuando el sol penetr' a raudales por la puerta de la capilla, cuando los -uegos se apagaron( cuando los p)aros co$en%aron a cantar co$o si nada &ubiera ocurrido, las peque!as e inocentes cabe%as de 7artola y ,atteo quedaron inertes, in$'viles, sin duda $uertas, y sus al$as in$ortales abandonaron los cuerpos, co$o si no lo &ubieran &ec&o en el $o$ento en que la espada separ' las cabe%as de los troncos. 5all a $i $adre asesinada en el patio. ,i padre, cubierto de &eridas en las $anos y los bra%os, co$o si &ubiera a-errado las espadas que lo &ab#an abatido, yac#a $uerto en la escalera de la torre. 1a operaci'n se &ab#a desarrollado con rapide%. 8argantas sa)adas, y algunas pruebas, co$o en el caso de $i padre, de la -ero% resistencia que opusieron las v#cti$as. /o &ab#an robado nada. ,is t#as, dos de las cuales yac#an $uertas en un rinc'n de la capilla, y las otras dos en el patio, luc#an todas sus sorti)as y collares y diade$as en el pelo. /o &ab#an arrancado ni uno solo de los botones &ec&os con piedras preciosas. .odo el recinto o-rec#a el $is$o panora$a. 1os caballos &ab#an desaparecido, el ganado se &ab#a re-ugiado en el bosque, los pollos &ab#an volado. Abr# el peque!o coberti%o donde guardaba $is &alcones de ca%a, les quit la capuc&a y de) que volaran &acia el bosque. /o &ab#a nadie que $e ayudara a enterrar a los $uertos. Antes del $ediod#a, arrastr a todos los $ie$bros de $i -a$ilia, uno por uno, &asta la cripta, los arro) sin $ira$ientos por la escalera y coloqu sus cadveres uno )unto a otro. Fue una tarea agotadora. ,e sent#a tan dbil que por poco pierdo el conoci$iento $ientras dispon#a los cuerpos de cada persona, $i padre el 3lti$o. Era i$posible que yo enterrara a todas las personas que
&ab#an $uerto en el recinto del castillo. +or otra parte, lo que &ab#a sucedido en las 3lti$as &oras pod#a volver a ocurrir, pues yo segu#a vivo y &ab#a un de$onio que lo sab#a, un salva)e asesino encapuc&ado que &ab#a $atado a dos ni!os sin piedad alguna. *o ignoraba la naturale%a de aquel ngel e0ter$inador, esa e0quisita Prsula, con sus $e)illas leve$ente sonrosadas, su largo cuello y los &o$bros bien torneados. ab#a la posibilidad de que regresara para vengarse de la o-ensa que yo le &ab#a in-erido. Deb#a abandonar la $onta!a. Intu# que esos seres no se &allaban presentes. 1o present# en $i cora%'n y debido a la pure%a del sol clido y a$able, pero ta$bin porque &ab#a presenciado su &uida( les &ab#a o#do co$unicarse entre ellos por $edio de silbidos y &ab#a o#do al de$onio var'n e0&ortar a la $u)er, Prsula, a ale)arse con pre$ura. /o, eran criaturas de la noc&e. De $odo que ten#a tie$po de subir a la torre $s alta y escrutar el terreno que rodeaba el castillo. * eso &ice. o$prob que nadie pudo ver el &u$o que surg#a de nuestros suelos de $adera en lla$as y nuestros $uebles abrasados. El castillo $s pr'0i$o estaba en ruinas, co$o ya &e dic&o. 1as aldeas que se &allaban $s aba)o estaban desiertas desde &ac#a $uc&o. 1a poblaci'n i$portante $s cercana distaba una )ornada de ca$ino a pie, y yo deb#a partir de in$ediato si quer#a llegar a un lugar donde ocultar$e al anoc&ecer. ,il pensa$ientos $e ator$entaban. *o sab#a de$asiadas cosas. Era un $uc&ac&o( no pod#a &acer$e pasar por un &o$bre &ec&o y derec&o. .en#a depositada una -ortuna en los bancos -lorentinos pero stos se &allaban a una se$ana de via)e a caballo. Esos seres eran de$onios. +ero &ab#an penetrado en una iglesia. 5ab#an asesinado a Fra Dia$onte. "'lo pensaba en una cosa. En vengar$e. onseguir#a atraparlos. Dar#a con ellos y los atrapar#a. * si ellos no pod#an $ostrarse a la lu% del d#a, sa ser#a la -or$a en que los capturar#a. 9ur &acerlo. +or 7artola, por ,atteo, por $i padre y $i $adre, por el ni!o $s &u$ilde que esos seres &ab#an raptado de $i $onta!a.
"e &ab#an llevado a los ni!os. "#, &ab#an sido ellos. 1o co$prob antes de partir, pues debido a los $uc&os proble$as que $e preocupaban tard unos $inutos en co$prenderlo, pero no cab#a duda de que &ab#an sido ellos. /o vi un solo cadver de ni!o, s'lo &ab#an asesinado a c&icos de $i edad( a los $s )'venes se los &ab#an llevado. K+ara quL K on qu &orrendo prop'sitoL *o estaba -uera de $#. +er$anec# un buen rato ensi$is$ado -rente a la ventana de la torre, con los pu!os crispados y )urando vengar$e de ellos, cuando de pronto vi algo que $e arranc' de $is so$br#as re-le0iones. En el valle cercano al castillo vi a tres de $is caballos vagando sin ru$bo, co$o deseando que alguien los condu)era de regreso a casa. Al $enos pod#a $ontar uno de $is $e)ores corceles, pero no &ab#a tie$po que perder. on un caballo qui%s alcan%ara la poblaci'n al anoc&ecer. *o no conoc#a el terreno al norte. Era una regi'n $onta!osa, pero &ab#a o#do decir que no le)os de aqu# &ab#a una poblaci'n bastante grande. .en#a que alcan%arla, para re-ugiar$e en ella, para pensar y consultar con un sacerdote sensato que conociera todo lo relativo a los de$onios. ,i 3lti$a tarea $e result' tan igno$iniosa co$o repulsiva, pero no de) de llevarla a cabo. Reun# todos los tesoros que pod#a transportar. En pri$er lugar $e dirig# a $i &abitaci'n, co$o si se tratara de un d#a cualquiera, $e vest# con $i $e)or tra)e de ca%ador de seda y terciopelo verde, calc unas botas de ca!a alta y to$ $is guantes. Despus de coger las al-or)as de cuero que pod#a asegurar a la silla de $ontar, ba) a la cripta y despo) a $is padres, $is t#as y $is t#os de las sorti)as, collares y broc&es que &ab#an atesorado, as# co$o de las &ebillas de oro y plata procedentes de .ierra "anta. Rogu a Dios que $e perdonara por el sacrilegio.
A continuaci'n llen $i talego con todos los ducados y -lorines de oro que &all en los co-res de $i padre, co$o si -uera un ladr'n, un saqueador de cadveres. .ras ec&ar$e las pesadas al-or)as al &o$bro, -ui en busca de $i $ontura, le coloqu la silla y las bridas y $e dispuse a partir, debida$ente ar$ado y ataviado co$o un &o$bre de rango, con una capa ribeteada de vis'n y un gorro -lorentino de terciopelo verde, en direcci'n al bosque.
4
Donde tropie%o con otros $isterios, soy v#cti$a de una seducci'n y condeno $i al$a a un a$argo valor
*o estaba de$asiado lleno de rencor para pensar con sensate%, co$o ya &e e0plicado y sin duda co$prender el lector. +ero -ue una i$prudencia por $i parte cabalgar a travs de los bosques de .oscana ataviado co$o un noble acaudalado, y solo, pues los bosques en Italia estaban in-estados de bandidos. +or otra parte, el &acer$e pasar por un &o$bre de letras pobre ta$poco &abr#a sido atinado. 1o cierto es que no to$ una decisi'n $editada. ,i 3nica obsesi'n era vengar$e de los de$onios que nos &ab#an destruido. As# pues, a $edia tarde part# a caballo, procurando ce!ir$e a los ca$inos del valle $ientras $e ale)aba de nuestras torres, intentando no gi$otear co$o un ni!o, pero vindo$e obligado una y otra ve% a adentrar$e en el terreno $onta!oso. ,e sent#a con-uso. * el paisa)e no $e daba opci'n a ordenar $is pensa$ientos. 9a$s &ab#a conte$plado un para)e tan desolado. Al cabo de poco llegu a dos gigantescos castillos en ruinas, cuyas albardillas y bastiones &ab#an sido engullidos por el codicioso bosque, lo cual $e &i%o pensar que esas -ortale%as deb#an de &aber pertenecido a unos se!ores -eudales que &ab#an co$etido la torpe%a de resistirse al poder de ,iln o Florencia. Eso $e llev' a dudar de $i cordura, $e &i%o pensar que no &ab#a$os sido aniquilados por unos de$onios sino que el ataque lo &ab#an perpetrado unos ene$igos vulgares y corrientes. Era depri$ente conte$plar las derruidas al$enas recortndose sobre un cielo l#$pido y despe)ado, y trope%ar$e con restos de aldeas cubiertos de &ierba)os, con sus destartaladas c&o%as y altares situados en los cruces de ca$inos, donde unas v#rgenes o santos de piedra quedaban ocultos por las telara!as y las so$bras.
uando distingu# a lo le)os, sobre una colina, una poblaci'n -orti-icada, co$prend# que era $ilanesa, y yo no ten#a la $enor intenci'n de subir all#. F,e &ab#a e0traviadoG En cuanto a los bandidos, s'lo $e top con una peque!a y rid#cula cuadrilla de salteadores, a quienes abru$ con $i incesante parloteo. ,s que ate$ori%ar$e, aquella banda de idiotas $e procuraron una a$ena distracci'n. 1a sangre corr#a por $is venas a tal velocidad co$o $i lengua6 4,e &e adelantado al grupo de cien &o$bres que encabe%o 4declar4. +ersegui$os a una banda de -ora)idos que a-ir$an luc&ar para "-or%a, pero en realidad son unos violadores y unos ladrones. K1os &abis vistoL 2s dar un -lor#n a cada uno de vosotros, si $e -acilitis alguna in-or$aci'n. Acabare$os con ellos en cuanto les ec&e$os el o)o. Estoy cansado. Estoy &arto de andar tras ellos. .ras estas palabras, les arro) unas $onedas. 1os bandidos pusieron pies en polvorosa. +ero no antes de in-or$ar$e, re-irindose a la co$arca que nos circundaba, de que la poblaci'n -lorentina $s cercana era "anta ,addalana. "e &allaba a dos &oras de ca$ino y cerraba sus puertas por la noc&e( nadie pod#a traspasarlas, por $s que intentara convencer a los centinelas. *o -ing# estar enterado de ello y co$ent que $e dirig#a a un -a$oso $onasterio que estaba situado al norte, pero que $e &abr#a sido i$posible alcan%ar. 1uego les arro) otro pu!ado de $onedas y part# al galope, indicndoles que -ueran al encuentro de los &o$bres que $e segu#an, los cuales ta$bin les pagar#an por el servicio. Durante todo el rato present# que los bandidos sopesaban la posibilidad de $atar$e y apoderarse de lo que llevara enci$a. ,i 3nica de-ensa era $irarlos sin pesta!ear, recurrir a las baladronadas y no ceder un pice de terreno, con lo cual consegu# librar$e de una $uerte segura a $anos de aquellos ru-ianes. ,e ale) a toda velocidad, para desviar$e de la carretera principal y dirigir$e &acia las laderas desde las que distingu# a lo le)os la borrosa silueta de "anta ,addalana. Era una poblaci'n grande. Vi cuatro i$ponentes torres que se ergu#an )unto a las puertas de la poblaci'n, y los ca$panarios de unas iglesias.
*o &ab#a con-iado en alcan%ar una poblaci'n $s peque!a y $enos -orti-icada. +ero no recordaba el no$bre de ninguna y estaba de$asiado cansado y perdido para poner$e a buscar otro lugar donde re-ugiar$e. El sol de la tarde resplandec#a pero co$en%aba a declinar. .en#a que llegar cuanto antes a "anta ,addalana. uando alcanc la $onta!a sobre la que se elevaba la poblaci'n, ascend# por los estrec&os y e$pinados ca$inos que utili%aban los pastores. 1a lu% diurna se e0tingu#a con rapide%. El bosque era de$asiado espeso para o-recer reposo )unto a una poblaci'n -orti-icada. ,aldi)e a los &abitantes por no desbro%ar el $onte, aunque as# pod#a ocultar$e entre los rboles. En ciertos $o$entos, $ientras cabalgaba entre las densas so$bras, te$# no alcan%ar la ci$a( las estrellas ilu$inaban un cielo resplandeciente y %a-irino, lo cual &ac#a que la venerable y $a)estuosa poblaci'n $e pareciera a3n $s inaccesible. Al poco rato la i$placable noc&e cay' sobre los gruesos troncos de los rboles( yo segu# avan%ando, con-iando en el instinto de $i caballo $s que en $i capacidad de ver en la oscuridad. 1a plida luna $enguante parec#a estar ena$orada de las nubes. El -ir$a$ento se reduc#a a unos -rag$entos que yo divisaba a duras penas a travs del espeso -olla)e. De pronto rec a $i padre, co$o si ste se &allara a salvo entre los ngeles guardianes que $e rodeaban. re#a en l y en su presencia con $s convenci$iento de lo que )a$s &ab#a cre#do en los ngeles. 4.e lo suplico, padre 4di)e4. "ca$e de aqu#. Ay3da$e a alcan%ar un lugar seguro, no per$itas que esos de$onios $e i$pidan vengar vuestra $uerte. A-err con -ir$e%a la e$pu!adura de $i espada. Record que llevaba unos pu!ales ocultos en las botas, en la $anga, en la c&aqueta y en el cintur'n. Ac&iqu los o)os, intentando distinguir los ob)etos que $e rodeaban a la lu% del -ir$a$ento, y con-i en que $i $ontura se abriera ca$ino entre los gruesos troncos de los rboles. De ve% en cuando $e deten#a. +ero no percib# ning3n sonido sospec&oso. KQu otra persona ser#a tan i$prudente co$o para cabalgar por el bosque a aquellas &oras de la noc&eL De pronto,
&acia el -in de $i odisea, di con la carretera principal. El bosque se aclar', y dio paso a unos ca$pos y prados( yo espole a $i $ontura y avanc a galope por la serpenteante carretera. +or -in vislu$br la poblaci'n. "e irgui' ante $is o)os al doblar el 3lti$o recodo, y tuve la sensaci'n de caer a los pies de una $gica -ortale%a. E$it# un pro-undo suspiro de alivio y gratitud, pese a que las gigantescas puertas estaban cerradas a cal y canto, co$o para i$pedir la entrada a un e)rcito &ostil que &ubiera aca$pado -rente a las $is$as. <ste deb#a de ser $i para#so. o$o es l'gico el centinela, un ador$ilado soldado que $e increp' desde su puesto de guardia, deseaba conocer $i identidad. De nuevo el es-uer%o de inventar$e una respuesta convincente logr' que olvidara por unos instantes las atropelladas e incontrolables i$genes de la de$on#aca Prsula y su bra%o cortado, y de los cuerpos decapitados de $i &er$ano y $i &er$ana, postrados en el suelo de la capilla, $ostrando un gesto de estupor. En tono &u$ilde pero con vocabulario pretencioso, respond# que era un &o$bre de letras e$pleado por os$e de ,dicis y &ab#a venido en busca de unos libros en "anta ,addalana, concreta$ente unos libros antiguos de oraciones a prop'sito de los santos y las apariciones de la Virgen ,ar#a en esa regi'n. Qu disparate. Estaba a&#, a-ir$, para visitar las iglesias, las escuelas y a los vie)os $aestros que &abitaran en esa poblaci'n, y llevar$e con$igo lo que pudiera adquirir con los -lorines de oro que $i patr'n $e &ab#a entregado en Florencia. 4F"u no$bre, su no$breG 4insisti' el soldado al tie$po que abr#a unos cent#$etros una peque!a puerta in-erior y sosten#a en alto su linterna para e0a$inar$e. *o sab#a que o-rec#a una buena esta$pa $ontado sobre $i caballo. 4DeQ 7ardi 4repuse4. Antonio DeQ 7ardi, pariente de os$e 4declar sin pesta!ear, no$brando la -a$ilia de la esposa de os$e porque era el 3nico apellido que record en esos $o$entos4. .o$a, buen &o$bre, acepta este dinero que te o-re%co para que dis-rutes de una buena cena con tu esposa. Es $uy tarde y estoy agotado.
1a puerta se abri'. *o des$ont para conducir a $i caballo con la cabe%a agac&ada a travs de la $is$a &asta llegar a una pla%a en cuyos adoquines resonaban nuestras pisadas. 4KQu diablos &ac#as en el bosque, solo, a estas &oras de la noc&eL 4pregunt' el centinela4. K/o sabes que es $uy peligrosoL Eres $uy )oven para andar por estos para)es. K '$o se les ocurre a los DeQ 7ardi de)ar que sus secretarios via)en sin escolta por esta regi'nL 4El centinela se e$bols' el dinero que le entregu4. F"i eres una criaturaG Alguien pod#a &aberte asesinado para robarte esos botones tan valiosos. KAcaso &as perdido el )uicioL Era una pla%a enor$e, rodeada por varias calles que dese$bocaban en ella. :F7uena suerteG;, $e dese a $# $is$o. K+ero y si los de$onios se &allaban all#L *o no ten#a ni re$ota idea de d'nde viv#an o se ocultaban esos seres. /o obstante, di)e6 4*o tengo la culpa. ,e e0travi. "i $e denuncias tendr proble$as 4di)e4. Ind#ca$e d'nde est la posada. Estoy $uy cansado. .o$a este dinero, no, no t'$alo. 41e di otro pu!ado de $onedas4. E0travi el ca$ino. /o &ice caso a quienes $e aconse)aron que no partiera solo. Estoy a punto de des$ayar$e. /ecesito unos tragos de vino, co$er y acostar$e. .o$a, buen &o$bre, no, no, no, insisto en que aceptes estas $onedas. onsidralo una reco$pensa de los DeQ 7ardi por tu a$abilidad. El &o$bre ten#a los bolsillos repletos de las $onedas que yo le &ab#a entregado, y se guard' las 3lti$as en el interior de su ca$isa. 1uego $e condu)o a la lu% de su antorc&a &asta la posada. Aporre' la puerta con insistencia y al cabo de unos $o$entos nos abri' una anciana de rostro a$able, quien acept' encantada las $onedas que deposit en su $ano para que $e alquilara una &abitaci'n. 41e agradecer#a que estuviera situada en el piso superior, desde donde se conte$ple el valle 4di)e4. * que $e sirva algo de cena, aunque est -r#a. 4/o encontrars libros en esta poblaci'n 4di)o el centinela $ientras yo sub#a apresurada$ente la escalera tras la anciana4. .odos los )'venes se $arc&an( es un lugar tranquilo, poblado de a-ables co$erciantes. 5oy en d#a los )'venes se van para estudiar en las universidades. +ero es una poblaci'n encantadora para vivir, $uy &er$osa.
4K untas iglesias &ayL 4pregunt a la anciana cuando llega$os a la &abitaci'n. 1e ped# que $e de)ara la vela para alu$brar$e durante la noc&e. 4Dos do$inicas y una car$elita 4contest' el centinela apoyndose en el $arco de la peque!a puerta4, y una iglesia -ranciscana $uy bonita, que es la que yo -recuento. Aqu# nunca ocurre nada $alo. 1a anciana $ene' la cabe%a y le di)o que se callara. 1uego deposit' la vela en un rinc'n y $e indic' que pod#a quedr$ela. ,ientras el centinela segu#a &ablando, $e sent en la ca$a, con la vista -i)a en el in-inito, &asta que la anciana $e tra)o un plato de cordero -r#o, un poco de pan y una )arra de vino. 4/uestras escuelas son $uy estrictas 4continu' el &o$bre. 1a anciana le orden' de nuevo que se callara. 4/adie se atreve a causar proble$as en este lugar 4a-ir$' el centinela, tras lo cual l y la anciana se $arc&aron. ,e lanc sobre la co$ida cono un ani$al. 1o 3nico que pretend#a era recuperar las -uer%as. Estaba tan a-ligido que no pod#a pensar en degustarla. onte$pl durante un rato un -rag$ento de cielo estrellado a travs de la ventana $ientras i$ploraba con desespero a todos los santos y ngeles cuyos no$bres conoc#a que $e ayudaran. 1uego cerr la ventana. * ec& el cerro)o a la puerta. .ras asegurar$e de que la vela estaba al abrigo de corrientes de aire, y que era lo bastante grande para arder &asta que a$aneciera, $e de) caer sobre la estrec&a y dura ca$a, de$asiado agotado para quitar$e las botas, la espada, los pu!ales o lo de$s. +ens que no tardar#a en su$ir$e en un sue!o pro-undo, pero per$anec# despierto, lleno de odio y dolor, con el al$a partida, conte$plando la oscuridad y sintiendo un regusto de $uerte en la boca. 2# unos sonidos aba)o que indicaban que estaban dando de beber a $i caballo, y unos solitarios pasos por la calle desierta. uando $enos estaba a salvo. +or -in ca# plcida$ente dor$ido. El entra$ado de nervios que $e &ab#a aprisionado y e0asperado se disolvi', y $e su$# en una oscuridad desprovista de sue!os. Fui consciente de ese dulce instante en que nada i$porta salvo dor$ir para recobrar las -uer%as, sin te$er su-rir una pesadilla, y luego nada.
Mn ruido $e devolvi' a la realidad. ,e despert de in$ediato. 1a vela se &ab#a apagado. Ec& $ano de $i espada antes de abrir los o)os. +er$anec# in$'vil sobre el estrec&o ca$astro, de espaldas a la pared, $ientras conte$plaba la &abitaci'n, que estaba ilu$inada por un resplandor que de $o$ento no logr identi-icar. ,ir la puerta cerrada con cerro)o, pero $e era i$posible ver la ventana a $enos que volviera la cabe%a y al%ara la vista( sin e$bargo, estaba seguro de que alguien &ab#a penetrado a travs de la ventana pese a estar protegida por unos barrotes. El dbil resplandor que incid#a sobre la pared proven#a del -ir$a$ento. Era un resplandor dbil, -rgil, que se proyectaba sobre el $uro de la poblaci'n y con-er#a a $i peque!a &abitaci'n el aire de un encarcela$iento. "ent# una r-aga de aire -resco en el cuello y en $is $e)illas. Agarr la espada con -uer%a, atento, a la espera. +ercib# unos peque!os cru)idos. 1a ca$a se &ab#a $ovido ligera$ente, co$o si alguien e)erciera una presi'n. ,e es-orc en ver con claridad. De pronto la oscuridad lo engull' todo y entonces surgi' una silueta, una -igura que se inclin' sobre $#, una $u)er cuya cabellera le ca#a sobre el rostro, y $e $ir' a los o)os. Era Prsula. "u rostro se &allaba a un par de cent#$etros del $#o. "u $ano -resca y suave a-err' con una -uer%a incre#ble la $ano con la que yo su)etaba la espada, al tie$po que sus pesta!as $e acariciaban la $e)illa, y $e bes' en la -rente. ,e envolvi' una e0tra!a dul%ura, pese al intenso odio que $e reconco$#a. Mn s'rdido torrente de sensaciones penetr' &asta $is entra!as. 4)Stre'a* 4le espet. 4*o no los $at, Vittorio. 41a vo% era i$plorante pero pose#a una dignidad y una -uer%a $elodiosa, aunque no era potente( era una vo% de ti$bre )uvenil y -e$enino. 4.3 ibas a llevrtelos 4repliqu. 5ice un $ovi$iento brusco con el -in de liberar$e, pero ella $e su)et' con -uer%a, y cuando intent al%ar el bra%o i%quierdo, que estaba atrapado ba)o $i peso, Prsula $e asi' por la $u!eca, i$pidiendo que $e $oviera. 1uego $e bes'. Aspir el $agn#-ico per-u$e que e$anaba de su persona y
que ya &ab#a percibido con anterioridad( el roce de su cabello sobre $i rostro $e provoc' unos lascivos escalo-r#os. .rat de volver la cabe%a, y ella $e ro%' la $e)illa con los labios, leve$ente, casi con respeto. "ent# su cuerpo opri$ido contra el $#o6 la turgencia de sus pec&os deba)o del costoso te)ido, la suavidad del esbelto $uslo )unto a $# sobre el lec&o, la lengua la$iendo $is labios. 1os escalo-r#os que recorr#an $i cuerpo $e ten#an in$ovili%ado, &u$illndo$e y ati%ando la pasi'n que ard#a en $i interior. 4Aprtate de $#, stre'a 4$ur$ur. +ese a la -uria que $e e$bargaba, no logr contener el deseo que lenta$ente &ab#a &ec&o presa en $#( -ui incapa% de detener las e0quisitas sensaciones que se desli%aban sobre $is &o$bros, $i espalda y a travs de $is piernas. "us pupilas resplandec#an( el parpadeo de sus o)os constitu#a $s una sensaci'n que un espectculo que yo pudiera conte$plar con $is propios o)os. 2pri$i' de nuevo sus labios sobre los $#os y succion' $i boca, la$indola( luego se apart' y apoy' la $e)illa en $i rostro. "u piel, se$e)ante a la porcelana, era $s suave que una plu$a. FA&G .oda ella se$e)aba una $u!eca con-eccionada con los $s sensuales y $gicos $ateriales, $s d3ctil que un ser de carne y &ueso y, sin e$bargo, ardiente( de su cuerpo e$anaban unas r#t$icas pulsiones de pasi'n que $e trans$it#a a travs de sus -r#os dedos al acariciar$e la $u!eca y de su lengua ardiente que e0ploraba $i boca, pese a $i resistencia, con una &3$eda, deliciosa y ve&e$ente -uer%a contra la que yo nada pod#a &acer. En $i $ente con-usa cobr' -or$a la noci'n de que Prsula utili%aba $i ardiente deseo para de)ar$e iner$e( la locura carnal $e &ab#a reducido a un cuerpo articulado por unos &ilos $etlicos que conduc#an el -uego que ella vert#a en $i boca. Prsula retir' la lengua de $i boca y $e succion' de nuevo los labios. "ent# un cosquilleo en todo el rostro. ,i cuerpo entero luc&aba contra ella y al $is$o tie$po pugnaba por tocarla, s#, por abra%arla y a la ve% por rec&a%arla. Ella aprovec&' la evidencia de $i deseo, que yo no pod#a ocultar. 1a odiaba. 4K+or quL K+ara quL 4protest, apartando la boca.
uando al%' la cabe%a, la cabellera se le desparra$' sobre las $e)illas. *o e0peri$ent un placer sobre&u$ano que apenas $e de)aba respirar. 4Aprtate 4di)e4, regresa al in-ierno. K+or qu te co$padeces de $#L K+or qu $e &aces estoL 4/o lo s 4respondi' ella con una vo% bien $odulada pero tr$ula4. Qui% no deseo que $ueras 4di)o, respirando )unto a $i pec&o. "us palabras brotaban tan rpidas co$o su acelerado pulso4. Qui% sea $s que eso 4a!adi'4. .al ve% deseo que vayas al sur, a Florencia, que te ale)es de aqu# y olvides todo cuanto &a sucedido, co$o si se tratara de una pesadilla o los con)uros de unas bru)as, co$o si esto )a$s &ubiera ocurrido. Debes $arc&arte de aqu#, a&ora. 4F/o quiero o#r tus asquerosas $entirasG 4espet4. K rees que seguir tus conse)osL FAsesinaste a $i -a$ilia, t3 y tus $alditos secuaces, quienesquiera que seisG Ella inclin' la cabe%a, de)ando que su cabello cayera sobre $# co$o una tra$pa. Intent liberar$e, pero -ue en vano. ,e &allaba en su poder. .odo era oscuridad, y una suavidad indescriptible. "ent# de pronto una peque!a pun%ada en el cuello, co$o un al-ilera%o, y una apacible dic&a invadi' $i $ente. .uve la sensaci'n de &aber ca#do en un prado lleno de -lores barrido por el viento, le)os de aquel lugar y de todas $is desgracias, y ella estaba )unto a $#, ec&ada en silencio sobre unas $altrec&as ra$itas y unas resignadas a%ucenas. Prsula, con su cabello suelto de color rubio ceni%a, sonriendo y $irndo$e con unos o)os seductores, apre$iantes, -ervorosos, qui%s incluso brillantes, co$o si lo nuestro &ubiera sido un ena$ora$iento s3bito y total del esp#ritu y el cuerpo. 1uego se $ont' sobre $#, observndo$e con una e0quisita sonrisa, y separ' las piernas para que la penetrara. ,e sent# e$bargado por una delirante $e%cla de ele$entos6 el pliegue &3$edo y secreto que se contra#a entre sus piernas y la abundante y silenciosa elocuencia que e$it#a su $irada al tie$po que ella $e conte$plaba con e$beleso. De pronto aquello ces'. 1a cabe%a $e daba vueltas. /ot sus labios sobre $i cuello. Intent apartarla con todas $is -uer%as.
4.e destruir 4di)e4. 1o )uro. Aunque tenga que perseguirte &asta la boca del in-ierno 4$ur$ur. 1a e$pu) con tal #$petu que sent# $i carne ardiente contra la suya. +ero ella no cedi'. .rat de despe)ar $i $ente. :F/o, ale)aos de $#, dulces sue!os, noG; 4Al)ate de $#, bru)a. 4 &ist, calla 4respondi' ella con triste%a4. Eres )oven, obstinado y $uy valiente. *o ta$bin -ui )oven co$o t3. "#, era un dec&ado de virtudes, decidida, arro)ada. 4/o quiero o#r tus $alditas $entiras 4repliqu. 4 alla 4orden' de nuevo4. Despertars a toda la casa. K* de qu te &abr servidoL 4F uan dolorida, sincera y seductora sonaba su vo% en $is o#dosG ,e &abr#a seducido incluso &ablndo$e a travs de una cortina4. /o puedo protegerte sie$pre, ni siquiera durante $uc&o tie$po. Debes irte, Vittorio. Prsula se apart', per$itindo$e as# conte$plar sus o)os grandes, dulces y sinceros. Era una obra de arte. Esa belle%a, el si$ulacro per-ecto de la bru)a que yo &ab#a visto a la lu% de las velas en la capilla, no necesitaba pociones ni con)uros para apoyar su causa. Era un ser per-ecto e #nti$a$ente $agn#-ico. 4"#4con-es' ella al tie$po que escrutaba $i rostro con sus o)os se$ivisibles4. +osees una belle%a que $e con$ueve 4di)o 4. Es in)usto, $uy in)usto. K+or qu debo padecer este tor$ento aparte de todo lo de$sL *o pugn por des&acer$e de su abra%o. /o contest. /o quer#a ali$entar ese -uego enig$tico e in-ernal. 4Vete de aqu#, Vittorio 4di)o ella ba)ando la vo%, en un tono tan dulce co$o insistente4. Dispones de unas noc&es, qui% ni siquiera eso. "i vuelvo a por ti, te conducir a ellos. Vittorio... /o se lo cuentes a nadie en Florencia. "e reir#an de ti. .ras estas palabras desapareci'. 1a ca$a cru)i' y se $ovi' un poco. *o per$anec# tendido boca arriba( las $u!ecas $e dol#an debido a la presi'n de sus $anos. A travs de la ventana se -iltraba una lu% gris, $ortecina( el $uro )unto a la posada se ergu#a &acia el cielo, que yo no lograba ver desde la posici'n en que $e &allaba. Estaba solo en la &abitaci'n. Ella se &ab#a desvanecido. De pronto obligu a $is $ie$bros a $overse, pero antes de que $e levantara ella apareci' de nuevo sobre la ventana, visible
desde la cintura a la parte superior de la cabe%a, observndo$e. En stas se llev' las $anos al pec&o y desgarr' el borde de su corpi!o bordado, $ostrando sus pec&os desnudos y blancos6 di$inutos, redondeados, $uy )untos, los pe%ones erectos s'lo perceptibles por su oscuridad. on la $ano derec&a se rasc' el pec&o i%quierdo, )usto enci$a del pe%'n, &aciendo que sangrara. 4F7ru)aG ,e levant de un salto para abalan%ar$e sobre ella, con la intenci'n de $atarla, pero ella $e asi' la cabe%a y opri$i' su seno i%quierdo, irresistible, -rgil y a la ve% -ir$e, contra $i boca. Mna ve% $s, todo lo real se es-u$' co$o el &u$o que brota de un -uego, y a$bos nos &alla$os de nuevo en aquel prado que s'lo nos pertenec#a a nosotros, s'lo a nuestros diligentes e indisolubles abra%os. "uccion la lec&e de sus pec&os co$o si ella -uera a la ve% doncella y $adre, virgen y reina, al tie$po que yo ro$p#a con $i vido $ie$bro la -lor que ella guardaba en su interior, dispuesta a ser desgarrada. De pronto ella $e solt' y ca#. Iner$e, incapa% de al%ar siquiera una $ano para i$pedir que se ale)ara volando, ca#, dbil y est3pido, sobre $i ca$a, con el rostro &3$edo y las piernas te$blando. /o pod#a incorporar$e. Era incapa% de &acer nada. Vi en unos -ugaces destellos nuestro prado de delicadas a%ucenas blancas y ro)as, las -lores $s bellas de la .oscana, las a%ucenas silvestres de nuestra tierra, $ecindose entre la &ierba intensa$ente verde, y vi a Prsula ale)arse de $# corriendo. 1a i$agen era transparente, desdibu)ada, y no ocultaba la peque!a celda que constitu#a $i &abitaci'n co$o sucediera antes, sino que per$anec#a suspendida cual velo sobre $i rostro, para ator$entar$e con su cosquilleo y su ligera suavidad. 4F on)urosG 4$usit4. FDios $#o, si $e &as asignado unos ngeles guardianes, ordnales que $e cubran con sus alasG 4 suspir4. 1os necesito. +or -in, te$bloroso y con la vista turbia, $e incorpor. ,e -rot el cuello. "ent# unos escalo-r#os que $e recorr#an la espalda y la parte posterior de los bra%os. ,i cuerpo estaba sacudido por el deseo. err los o)os, negndo$e a pensar en ella pero ansiando alg3n alivio, alguna -uente de esti$ulaci'n que cal$ara $is
ardientes deseos. ,e recost de nuevo y per$anec# quieto &asta que la locura carnal se disip'. Volv# a ser un &o$bre, precisa$ente por no &aber$e co$portado con la -rivolidad de un &o$bre. ,e levant a punto de llorar, to$ la vela y $e dirig# a la sala principal de la posada, procurando ba)ar la escalera de piedra sin &acer ruido. Encend# la vela con el candil que colgaba de un ganc&o en la pared, a la entrada del pasillo, y regres a $i &abitaci'n, a-errndo$e a la seguridad que $e procuraba esa lucecita( proteg# la oscilante lla$a con $i $ano y rec para que no se apagara. 1uego deposit la vela en el suelo. ,e encara$ sobre la repisa de la ventana y $ir a travs de ella. /ada, nada salvo la enor$e distancia que $e separaba del suelo, un escarpado $uro por el que una doncella de carne y &ueso ser#a incapa% de trepar, y en lo alto, el -ir$a$ento $udo y pasivo donde unas pocas estrellas aparec#an cubiertas por unas vaporosas nubes, co$o negndose a escuc&ar $is oraciones y reconocer la penosa situaci'n en la que $e &allaba. *o ten#a la certe%a de que iba a $orir. aer#a v#cti$a de esos de$onios. Ella estaba en lo cierto. K '$o iba a vengar$e de ellosL K '$o lo conseguir#aL "in e$bargo yo con-iaba a ciegas en $i e$pe!o. re#a en $i vengan%a con tanta -ir$e%a co$o cre#a en ella, la bru)a a quien &ab#a tocado con $is propios dedos( esa que se &ab#a atrevido a provocar un tre$endo con-licto en $i al$a, que &ab#a aparecido con sus ca$aradas de la noc&e para asesinar a $i -a$ilia. /o lograba borrar las i$genes de la noc&e anterior6 Prsula de pie en la puerta de la capilla, observndo$e perple)a. /o consegu#a eli$inar su sabor de $is labios. on s'lo pensar en aquellos pec&os sent#a que $i cuerpo se debilitaba, co$o si ella ali$entara $i deseo con la lec&e de sus pe%ones. :5a% que este tor$ento desapare%ca 4rec4. /o puedes escapar, no puedes ir a Florencia, no puedes vivir sie$pre con el recuerdo de la $atan%a que presenciaste con tus propios o)os, eso es i$posible, i$pensable. /o puedes.; Ro$p# a llorar y entonces co$prend# que de no &aber sido
por ella yo no estar#a vivo en esos $o$entos. Fue ella, la bru)a de cabello rubio ceni%a a la que yo $aldec#a sin cesar, quien &ab#a i$pedido que su ca$arada encapuc&ado $e $atase. F5abr#a sido una victoria totalG De pronto $e invadi' una pro-unda sensaci'n de cal$a. "i iba a $orir, no pod#a &acer nada para i$pedirlo. "in e$bargo, antes los atrapar#a. .an pronto co$o a$aneci', $e levant y di un paseo por la aldea, portando las al-or)as al &o$bro co$o si no contuvieran nada valioso. Recorr# buena parte de "anta ,addalana( conte$pl las calle)uelas adoquinadas y desprovistas de rboles, construidas &ac#a siglos, y los pintorescos edi-icios de piedras enlucidas dispuestas de -or$a aleatoria, que qui% se re$ontaran a la poca ro$ana. Era una poblaci'n $aravillosa$ente pac#-ica y pr'spera. 1as -raguas ya &ab#an abierto, al igual que los ebanistas y los -abricantes de sillas de $ontar( &ab#a unos %apateros que con-eccionaban elegantes escarpines y recias botas, nu$erosos )oyeros y or-ebres, espaderos, -abricantes de llaves, curtidores y peleteros. +as -rente a innu$erables co$ercios de artesan#a. "e pod#a adquirir todo tipo de te)idos provenientes de Florencia, supongo, enca)e del norte y el sur, y especias de 2riente. 1os carniceros o-rec#an un gran surtido de carne, debido a la abundancia de ganado que &ab#a en la %ona. +as -rente a nu$erosas vinater#as, las dependencias de un par de atareados notarios, escritores de cartas y de$s, y $dicos o, $e)or dic&o, boticarios. Mnos carros atravesaron las puertas de la poblaci'n, y en las calles se -or$' un peque!o gent#o antes de que el sol cayera a plo$o sobre los te)ados y los adoquines que pis $ientras ascend#a la cuesta. 1as ca$panas de las iglesias tocaban a $isa y vi un gran n3$ero de escolares pasar )unto a $# de -or$a apresurada, pulcros y bien vestidos( dos peque!os grupos entraron escoltados por unos $on)es en las iglesias, que eran $uy antiguas y no presentaban orna$ento alguno en la -ac&ada, salvo las estatuas que alo)aban unos nic&os 4santos con los rasgos borrados por el paso del tie$po4, cuyas piedras reparadas sin duda &ab#an padecido los -recuentes terre$otos que asolan esta regi'n.
+as -rente a dos $odestas librer#as en las que no &all ning3n volu$en que $e interesara, salvo los acostu$brados devocionarios, pero eran $uy caros. Dos $ercaderes vend#an unos art#culos e0quisitos procedentes de 2riente. 5ab#a ta$bin nu$erosos vendedores de al-o$bras, los cuales o-rec#an una enor$e variedad de ob)etos artesanales y suntuosas al-o$bras de 7i%ancio. Mna gran cantidad de dinero ca$biaba rpida$ente de $anos. ,e cruc con nu$erosas personas bien vestidas que e0&ib#an sus elegantes atuendos. Daba la i$presi'n de ser una poblaci'n autosu-iciente, aunque vi algunos via)eros que ascend#an la colina y percib# el eco de los cascos de sus $onturas entre los desvenci)ados $uros. Incluso $e pareci' divisar en la le)an#a un convento abandonado y -orti-icado. +as -rente a otras dos posadas, y $ientras recorr#a algunas calle)uelas apenas transitables co$prob que la poblaci'n ten#a tres calles i$portantes, las cuales discurr#an en sentido paralelo colina arriba y aba)o. En el e0tre$o opuesto se &allaban las puertas de la poblaci'n, a travs de las cuales &ab#a entrado yo, y en la pla%a acababa de abrir el in$enso $ercado de -rutas y &ortali%as. "obre la colina se ergu#a la -ortale%a o castillo en ruinas donde anta!o &abitaba el se!or -eudal, una gigantesca $ole de vetustas piedras de la que s'lo era visible una parte desde la calle, y en las plantas in-eriores de ese edi-icio se &allaban instaladas las o-icinas $unicipales. 5ab#a varias placitas y unas -uentes antiguas y casi en ruinas, pero de las que a3n $anaba agua. Repar en unas ancianas a)etreadas que ca$inaban con sus cestas de la co$pra y sus toquillas pese al calor( y vi a unas &er$osas $uc&ac&as que $e observaron sin recato, todas ellas $uy )'venes. +ero yo no quise saber nada de ellas. .an pronto co$o ter$in' la $isa y co$en%aron las clases en la escuela, $e dirig# a la iglesia do$inica 4la 3lti$a y $s i$ponente de las tres que vi4 y pregunt en el re-ectorio si pod#a &ablar con un sacerdote. Deseaba con-esar$e. Apareci' un sacerdote )oven y apuesto, con un cuerpo bien -or$ado, una piel de aspecto saludable y un aire $uy devoto, cuyas ropas blancas y negras estaban i$pecable$ente li$pias. El
sacerdote observ' $i vesti$enta, y $i espada, $e e0a$in' de -or$a detenida pero respetuosa y, to$ndo$e por un persona)e i$portante, $e invit' a pasar a una peque!a estancia para la con-esi'n. Era $s a$able que servil. En torno a su pelada coronilla $ostraba un estrec&o c#rculo de pelo corto y dorado( ten#a unos o)os grandes, casi t#$idos. "e sent', y yo $e arrodill )unto a l sobre las baldosas del suelo y le relat la espantosa &istoria. on la cabe%a gac&a, se lo cont todo, pasando rpida$ente de un te$a a otro, desde los pri$eros y e0tra!os aconteci$ientos que &ab#an despertado $i curiosidad y preocupaci'n, &asta las 3lti$as palabras -rag$entadas y $isteriosas de $i padre, y por 3lti$o el ataque que &ab#a$os su-rido y el salva)e asesinato de todas las personas que se &allaban en el recinto del castillo. uando le relat la $uerte de $i &er$ano y $i &er$ana, co$enc a gesticular $uy alterado, describiendo con las $anos la -or$a de la cabe%a de $i &er$ano, respirando entrecortada$ente e incapa% de serenar$e. .ras pronunciar la 3lti$a palabra de $i relato, alc la cabe%a y co$prob que el )oven sacerdote $e observaba con a-licci'n y &orror. /o supe c'$o interpretar su e0presi'n. 1o $is$o pod#a describir el espanto de un &o$bre al ver un insecto que un batall'n de desal$ados asesinos. KQu era lo que esperaba yo, por el a$or de DiosL 4,ire, padre, s'lo le pido que env#e a alguien a la $onta!a y lo co$pruebe por usted $is$o 4di)e al tie$po que encog#a los &o$bros y e0tend#a las $anos en un gesto i$plorante4. FEso es todoG Env#e a alguien para que con-ir$e $is palabras. /o &an robado nada, padre, no -alta nada, salvo lo que $e &e llevado yo. FVaya a co$probarloG ,e consta que todo est intacto, a e0cepci'n de lo que puedan &aber robado los cuervos o los buitres que $erodeen por aquellos para)es. El sacerdote no respondi'. 1a sangre palpitaba en su )oven rostro( ten#a la boca abierta y sus o)os trasluc#an una e0presi'n de desconcierto y pesar. FA&, esto era $aravillosoG Mn )oven y $eli-luo sacerdote, a buen seguro recin salido del se$inario, acostu$brado a
escuc&ar los perversos pensa$ientos de las $on)as y a los &o$bres que acud#an a l una ve% al a!o para -ar-ullar arrepentidos sobre los vicios de la carne porque sus esposas les obligaban a cu$plir el dbito conyugal. ,e indign. 4Est usted ba)o el secreto del con-esionario 4di)e, intentando no perder la paciencia y $ostrar$e prepotente, co$o suelo &acer con los sacerdotes est3pidos que logran en-urecer$e 4. +ero le autori%o, ba)o el secreto de con-esi'n, a enviar a un $ensa)ero a esa $onta!a para que co$pruebe con sus propios o)os... 4+ero &i)o $#o 4replic' el sacerdote con vo% grave, e0presndose con inusitada decisi'n y -ir$e%a4, Kno co$prendes que qui% -ueran los $is$os ,dicis quienes enviaron a esa cuadrilla de asesinosL 4/o, no, padre 4insist# $eneando la cabe%a4. Vi c'$o se desprend#a la $ano de esa diab'lica criatura. *o se la cort. * vi c'$o la colocaba de nuevo en su lugar. Eran unos de$onios. Escuc&e, esos seres son unos bru)os salidos del in-ierno, y son de$asiados para que yo pueda vencerlos solo. /o &ay tie$po para la incredulidad. /o &ay tie$po para dudas ra%onables. F/ecesito la ayuda de los do$inicosG El sacerdote $ene' la cabe%a y contest' sin titubear6 45as perdido el )uicio, &i)o $#o. .e &a ocurrido algo terrible, de eso no cabe duda, y ests convencido de lo que dices. +ero no sucedi'. Es -ruto de tu i$aginaci'n. 5ay $uc&as vie)as que a-ir$an &acer con)uros... 4*a lo s 4di)e4. Recono%co a un alqui$ista o a una bru)a vulgar y corriente a la legua. /o se trataba de unos con)uros caseros, padre, de las $aldiciones de unas vie)as ca$pesinas. 1e aseguro que esos de$onios asesinaron a todas las personas que se encontraban en el castillo, en las aldeas. K/o lo entiendeL Repet# al sacerdote $i &istoria, sin o$itir detalle alguno, por atro% que -uese. 1e e0pliqu que Prsula &ab#a entrado en $i &abitaci'n por la ventana, pero de pronto co$prend# que e$peoraba las cosas insistiendo en $i encuentro con Prsula. El &o$bre debi' de pensar que yo &ab#a despertado de un sue!o er'tico y &ab#a i$aginado un $aldito s3cubo. o$prend# que el $#o era un e$pe!o in3til.
"ent#a una opresi'n en el pec&o. "udaba a raudales. Estaba perdiendo el tie$po. 4D$e la absoluci'n 4di)e. 4Deseo pedirle algo 4repuso el sacerdote al tie$po que $e to$aba la $ano. El &o$bre estaba te$blando. "e $ostraba $s aso$brado y perple)o que antes, y preocupado, seg3n dedu)e, por $i estado $ental. 4KQuL 4pregunt con -rialdad. Estaba i$paciente por ir$e. .en#a que encontrar un $onasterio o a un $aldito alqui$ista. En esa poblaci'n &ab#a alqui$istas. .en#a que dar con alguien que &ubiera le#do las obras antiguas, las obras de 5er$es .ri$egisto, 1actancio o san Agust#n, alguien que estuviera in-or$ado sobre las -uer%as de$on#acas46 K5a le#do a santo .o$s de AquinoL 4pregunt, eligiendo al e0perto en de$onolog#a $s conocido que se $e ocurri' en aquellos $o$entos4. 5abla continua$ente sobre de$onios, padre. K ree usted que &ace un a!o yo $is$o &abr#a cre#do estoL re#a que la $agia era cosa de e$baucadores de poca $onta. F1e aseguro que esos seres eran de$oniosG 4insist#. /o estaba dispuesto a ceder. ontinu en tono spero46 En la S+ma teol%'ica, libro pri$ero, santo .o$s se re-iere a los ngeles ca#dos, y a-ir$a que algunos $oran en la .ierra, de lo que se desprende que todos esos ngeles ca#dos no estn e0cluidos del plan natural divino. El "e!or per$ite que estn aqu#, para que sean 3tiles, para que tienten a los &o$bres( portan consigo el -uego del in-ierno. 1o dice santo .o$s. Estn aqu#. .ienen... tienen... unos cuerpos que nosotros no co$prende$os. 1o dice la S+ma. Dice que los ngeles poseen unos cuerpos que no alcan%a$os a co$prender. Eso es lo que posee esa $u)er. 4Intent recordar $i argu$ento inicial. ,e es-orc en e0presar$e en lat#n4. Eso es lo que ella &ace, esa criatura diab'lica. Es una -or$a, una -or$a li$itada, que yo no co$prendo, pero estuvo all#( lo s debido a sus actos. El sacerdote al%' la $ano para pedir$e paciencia. 45i)o, te lo ruego 4di)o4. +er$ite que con-#e lo que $e &as con-esado al prroco. o$prndelo, l ta$bin estar obligado a observar el secreto de la con-esi'n, al igual que yo. +er$ite que le pida que entre y le cuente lo que $e &as relatado, y que &able contigo. +ero no puedo &acerlo sin tu e0presa autori%aci'n.
4*a lo s 4respond#4. +ero Kde qu $e servir &ablar con ese prrocoL Adopt una actitud arrogante, i$pertinente. Estaba agotado. Recurr# al vie)o truco del se!or -eudal de tratar a un sacerdote rural co$o si -uera un sirviente. <ste era un &o$bre de Dios, $e di)e, ten#a que do$inar$e. "i el prroco era un &o$bre $s instruido, qui% lo co$prendiera. K+ero quin pod#a co$prender lo que no &ab#a vistoL .uve una -uga% pero n#tida y dolorosa i$agen del rostro preocupado de $i padre la noc&e anterior al ataque de los de$onios. El dolor era inenarrable. 41o la$ento, padre 4di)e al -in. +esta!e, intentando repri$ir ese recuerdo, el insoportable torrente de dolor y desesperaci'n. FQu sentido ten#a que los seres &u$anos vinira$os a este $undoG Entonces record las palabras de $i e0quisita torturadora, su ator$entada vo% al decir$e la noc&e anterior que ella ta$bin &ab#a sido )oven, y un dec&ado de virtudes. K+or qu se &ab#a e0presado con tanta a$argura al &ablar de s# $is$aL Record ta$bin $is estudios de la obra de Aquino. KAcaso no dice el santo que los de$onios per$anecen in$utables en el odio que e0peri$entan &acia nosotrosL KEn el orgullo que les llev' a pecarL /o era el caso de la sinuosa y sensual criatura que &ab#a aparecido ante $#. +ero esto era una locura. ,e estaba co$padeciendo de ella, que era )usto lo que ella deseaba que &iciera. *o dispon#a de pocas &oras de lu% diurna para plani-icar su destrucci'n, y no &ab#a tie$po que perder. 4Est bien, padre, &ar lo que desea 4di)e4. +ero antes bend#ga$e. ,is palabras sacaron al sacerdote de su ensi$is$a$iento. ,e $ir' co$o si yo le &ubiera sobresaltado. De in$ediato $e i$parti' su bendici'n y su absoluci'n. 4+roceda co$o quiera respecto al prroco 4di)e4. +reg3ntele si puedo &ablar con l. .o$e, para la iglesia 4a!ad# entregndole unos ducados. El )oven sacerdote conte$pl' el dinero. /o lo toc', sino que se qued' $irando las $onedas de oro co$o si -ueran carbones encendidos.
4.'$elo, padre. Es una peque!a -ortuna. Acptelo. 4/o, espera aqu#..., o $e)or, sal al )ard#n. "e trataba de un )ard#n precioso, se$e)ante a una peque!a y antigua gruta, desde el que conte$pl la poblaci'n que se prolongaba por la derec&a &asta el castillo, y $s all de sus $urallas vi las $onta!as. En el )ard#n &ab#a una estatua de santo Do$ingo, una -uente, un banco de $adera y unas palabras esculpidas en la piedra re-erentes a un $ilagro. ,e sent en el banco. onte$pl el l#$pido -ir$a$ento y las virginales nubes blancas, y trat de serenar$e. KEra posible que estuviera locoL Eso era rid#culo. El prroco $e sobresalt'. Apareci' a travs de la peque!a puerta en arco del re-ectorio. Era un &o$bre de edad avan%ada, prctica$ente calvo, con una nari% $enuda y bulbosa y unos o)os grandes y -eroces. El )oven sacerdote le segu#a a paso rpido. 4Vete de aqu# 4$e di)o el prroco en vo% ba)a4. Abandona esta poblaci'n. ,rc&ate y no cuentes tus &istorias a nadie, K$e &as entendidoL 4K '$oL 4pregunt4. KEste es el consuelo que $e o-receL ,e $ir' en-urecido. 4.e lo advierto. 4KQu es lo que $e advierteL 4pregunt sin ni siquiera levantar$e del banco. El prroco sigui' observndo$e con cara de pocos a$igos4. Est obligado a guardar el secreto de con-esi'n. KQu &ar si no $e $arc&oL 4/o tengo que &acer nada 4replic'4. Vete y llvate contigo tus desgracias. 4El anciano se detuvo, desconcertado, qui%s avergon%ado de &aber dic&o algo de lo que se arrepent#a. Rec&in' los dientes y apart' la vista, pero al cabo de unos instantes se volvi' de nuevo &acia $#46 .e ruego que te vayas, por tu propio bien 4$ur$ur'. ,ir' al otro sacerdote y a!adi' 46 Ret#rate y de)a que &able con l a solas. El )oven sacerdote, que parec#a aterrori%ado, se apresur' a obedecer. *o $ir al prroco. 4Vete de aqu# 4$e orden' con vo% grave y cruel, contrayendo la boca en un rictus que de)aba al descubierto sus dientes in-eriores4. Vete de "anta ,addalana. *o le $ir con desdn.
45a le#do sobre esos seres, Kno es ciertoL 4pregunt en vo% ba)a. 4/o seas loco 4espet'4. "i te oyen &ablar sobre de$onios te que$arn en la &oguera por bru)o. K rees que es i$posibleL El prroco $e $ir' con odio, un odio que no se $olest' en ocultar. 4+obre y $iserable sacerdote 4repliqu4, est aliado con el diablo. 4FFuera de aqu#G 4grit' el anciano. ,e levant y le $ir a los o)os, que parec#an a punto de saltrsele de las 'rbitas, $ientras su boca no cesaba de $overse en un gesto de protesta. 4/o se atreva a violar el secreto de con-esi'n, padre 4le advert#4. "i lo &ace, lo $atar. El anciano se qued' in$'vil, $irndo$e de &ito en &ito. *o sonre# con -rialdad, sal# por la puerta de la rector#a y $e ale). <l corri' detrs de $#, &ablando a borbotones6 41o &as entendido todo al revs. Ests loco, son i$aginaciones tuyas. .rato de i$pedir que te persigan y vilipendien. Al llegar a la puerta de la iglesia $e volv# y le observ &asta que guard' silencio. 4"e &a delatado, padre 4di)e4. Es un ser despiadado. Recuerde lo que &e dic&o. "i ro$pe el secreto de con-esi'n, le $atar. El anciano estaba tan aterrori%ado co$o el )oven sacerdote. onte$pl larga$ente el altar, olvidando la presencia del prroco, -ingiendo que en $i $ente no bull#an $il pensa$ientos, que estaba urdiendo un plan, cuando lo 3nico que era capa% de &acer era soportar el dolor que $e e$bargaba. 1uego $e santigN y sal# de la iglesia. Estaba desesperado. a$in durante un rato. De nuevo aqulla $e pareci' la poblaci'n $s deliciosa que )a$s &ab#a visto, con sus a-ables y diligentes co$erciantes, las calles adoquinadas y barridas, las lindas $acetas en las ventanas y las gentes bien vestidas que se apresuraban a atender sus asuntos. Era el lugar $s pulcro que &ab#a visto en $i vida, y el $s
apacible y alegre. 1as gentes trataban de vender$e sus $ercanc#as, pero sin insistir de$asiado. "in e$bargo, en cierto aspecto era una poblaci'n $uy aburrida. /o &ab#a personas de $i edad, al $enos yo no las vi. * $uy pocos ni!os. KQu iba a &acerL KAdonde ir#aL KQu andaba buscandoL /o sab#a c'$o responder a $is preguntas, pero $e $antuve alerta, buscando alrededor alg3n indicio que con-ir$ara que los de$onios se ocultaban all#, que Prsula no $e &ab#a encontrado en ese lugar, pero yo s# a ella. El $ero &ec&o de pensar en ella $e produ)o una -r#a y tentadora sacudida de deseo. I$agin sus pec&os, sent# su sabor, vi en una i$agen borrosa y -uga% el prado se$brado de -lores. F/oG :+iensa. .r%ate un plan.; En cuanto a los &abitantes de esa poblaci'n, al $argen de lo que supiera el sacerdote, eran de$asiado #ntegros para dar cobi)o a unos de$onios.
5
El precio de la paz y el precio de la venganza
uando el calor se intensi-ic', entr en el tranquilo )ard#n de la posada para degustar el copioso al$uer%o que serv#an al $ediod#a y $e sent solo ba)o una glicina, cuyas $agn#-icas -lores aso$aban a travs de la prgola. Este lugar estaba situado en el $is$o sector que la iglesia do$inica, y o-rec#a una esplndida vista de la parte i%quierda de la poblaci'n de las $onta!as. err los o)os y, apoyando los codos en la $esa, )unt las $anos y rec6 4Dios $#o, di$e qu debo &acer. Ind#ca$e el ca$ino a seguir. 41uego $i ni$o se seren' y aguard $ientras re-le0ionaba. KQu opciones ten#aL KRelatar esta &istoria en FlorenciaL KQuin iba a creerlaL KIr a ver a os$e y contrselaL Aunque ad$iraba y con-iaba en los ,dicis, deb#a tener presente un &ec&o. *o era el 3nico $ie$bro de $i -a$ilia que estaba vivo. "'lo yo ten#a derec&o a las -ortunas que &ab#a$os depositado en el banco de los ,dicis. /o cre#a que os$e negara $i -ir$a ni $i identidad. ,e entregar#a lo que $e pertenec#a, al $argen de que yo tuviera parientes o no, pero no creer#a la &istoria de los de$onios. Acabar#a preso en una crcel de Florencia. En cuanto a $orir que$ado en la &oguera acusado de bru)er#a, era posible. /o probable. +ero s# posible. +od#a ocurrir de -or$a repentina y espontnea en una poblaci'n co$o sta6 la gente co$en%aba a $ur$urar, el prroco local presentaba una denuncia y la $ultitud se ec&aba a la calle voci-erando para presenciar el espectculo. ,s de uno &ab#a corrido esa suerte. En aquel $o$ento $e sirvieron la co$ida, un op#paro al$uer%o que consist#a en -ruta -resca y cordero asado con salsa. uando $e dispon#a a $o)ar pan en la salsa y e$pe%ar a co$er, aparecieron dos individuos que preguntaron si pod#an sentarse a
$i $esa e invitar$e a una copa de vino. 2bserv que uno de ellos era un -ranciscano, un sacerdote de aspecto bondadoso, $s pobre que los do$inicos, lo cual supuse que era l'gico, y el otro un anciano que pose#a unos o)illos vivarac&os y unas ce)as largas, blancas y eri%adas co$o si las &ubiera untado con cola, al $odo de un alegre duende que quisiera divertir a los ni!os 4.e vi$os entrar en la iglesia de los do$inicos 4di)o el -ranciscano con tono quedo y una educada sonrisa4. Al salir parec#as disgustado. K+or qu intentas &ablar con nosotrosL 4 a!adi' al tie$po que $e gui!aba el o)o. 1uego lan%' una carca)ada. Era una bro$a ino-ensiva sobre la rivalidad que e0ist#a entre a$bas 'rdenes4. Eres un )oven bien plantado. KVienes de FlorenciaL 4pregunt'. 4As# es, padre 4contest4. Estoy de via)e, aunque no cono%co con e0actitud $i destino. 5e decidido quedar$e aqu# unos d#as. 45ablaba con la boca llena, pero estaba tan &a$briento que no cesaba de engullir4. "intense, &agan el -avor.4 5ice ade$n de levantar$e, pero ellos se sentaron antes de que $e pusiera de pie. +ed# que nos tra)eran otra )arra de vino tinto. 4/o pudiste elegir un lugar $s encantador 4di)o el anciano, que parec#a $uy saga%4. +or eso $e alegro de que Dios &aya enviado a $i &i)o de regreso aqu#, para que o-icie en nuestra iglesia y viva )unto a su -a$ilia. 4A&, Kde $odo que son padre e &i)oL 4pregunt. 4"#4respondi' el padre4, y nunca pens que vivir#a para ver tanta prosperidad en esta poblaci'n. Es prodigioso. 4En e-ecto, es una bendici'n de Dios 4ad$iti' el sacerdote con tono ingenuo y sincero4. Es un autntico $ilagro. 4Qu interesante. K* c'$o se &a producido ese $ilagroL 4 pregunt. 1es acerqu la bande)a de -ruta, pero los dos di)eron que ya &ab#an co$ido. 4En $is tie$pos padeci$os nu$erosas desgracias 4di)o el padre4, al $enos eso $e parec#a a $#. +ero a&ora este lugar se &a convertido en un para#so. 9a$s ocurre nada $alo. 4Es cierto 4apostill' el sacerdote4. Recuerdo que antigua$ente &ab#a unos leprosos que viv#an en las a-ueras de la
poblaci'n. +ues bien, a&ora ya no e0isten. .a$bin &ab#a unos cuantos )'venes $uy con-lictivos, unos delincuentes, que no cesaban de causar proble$a, co$o los &ay en todas las poblaciones. +ero a&ora no encontrars un solo delincuente en toda "anta ,addalana ni en ninguna aldea de los alrededores. "e dir#a que la gente &a regresado a Dios con gran -ervor. 4"# 4ad$iti' el anciano con aspecto de duendecillo4. * Dios se &a $ostrado $isericordioso en $ultitud de aspectos. "ent# que un escalo-r#o $e recorr#a la espalda, al igual que $e sucediera con Prsula, pero esta ve% no de placer. 4KEn qu aspectos en concretoL 4pregunt. 4/o tienes $s que $irar alrededor 4respondi' el anciano 4. K5as visto a alg3n tullido en nuestras callesL KA alg3n retrasado $entalL uando yo era ni!o, incluso siendo t3 una criatura 4puntuali%' dirigindose al sacerdote4, sie$pre &ab#a unos desdic&ados que nac#an de-or$es, o idiotas, y los de$s ten#a$os que ocuparnos de ellos. Recuerdo la poca en que sie$pre &ab#a pedigNe!os a las puertas de la poblaci'n. 5ace a!os que aqu# no &ay un solo pordiosero. 4Es aso$broso 4contest. 4As# es 4ad$iti' el sacerdote con aire pensativo4. .odos los &abitantes de esta poblaci'n go%an de buena salud. +or eso las $on)as se $arc&aron &ace tie$po. K5as visto el vie)o &ospital que a&ora est cerradoL K* el convento en las a-ueras de la poblaci'n, abandonado desde &ace a!osL 5oy en d#a alberga a unas ove)as. 1os ca$pesinos utili%an sus vie)as dependencias. 4K/adie se pone nunca en-er$oL 4inquir#. 4"#, por supuesto 4respondi' el sacerdote $ientras beb#a un peque!o sorbo de vino, lo cual indicaba que era un &o$bre $oderado en ese aspecto4. +ero no su-ren co$o anta!o. uando una persona $uere, la $uerte le sobreviene en el acto. 48racias a Dios 4apostill' el anciano. 4* las $u)eres 4di)o el sacerdote4 tienen pocos partos. /o se cargan de &i)os. ,uc&os suben al cielo a las pocas se$anas de nacer Dya sabes, la $aldici'n de la $adreE, pero por lo general nuestras -a$ilias son reducidas. 4El sacerdote $ir' a su padre 4. ,i pobre $adre 4a!adi'4 tuvo en total veinte &i)os. Eso a&ora ser#a i$pensable. El anciano &inc&' el pec&o y sonri' u-ano.
4"#, veinte &i)os que yo $is$o cri( $uc&os se &an e$ancipado y ni siquiera s qu -ue de..., pero da lo $is$o. "#, las -a$ilias aqu# son reducidas. 4 on-#o en que alg3n d#a Dios $e per$ita averiguar qu -ue de $is &er$anos 4co$ent' el sacerdote con aire entre perple)o y preocupado. 42lv#date de ellos 4replic' el anciano. 4KEran acaso unos )'venes rebeldesL 4inquir# t#$ida$ente al padre y al &i)o, procurando dar un tono natural a $i pregunta. 4,ala gente 4$ascull' el sacerdote $eneando la cabe%a4. +ero no de)a de ser una bendici'n que la $ala gente se vaya de aqu#. 4*a 4co$ent. El anciano se rasc' el sonrosado crneo. .en#a el pelo canoso, largo y escaso, encrespado co$o las ce)as. 4Intentaba recordar qu -ue de esos tullidos 4di)o4( $e re-iero a esos desdic&ados que nacieron con las piernas de-or$es, que eran &er$anos... 4A&, .o$asso y Fli0 4respondi' el sacerdote. 4"#. 41os llevaron a 7olonia para que se curaran. Igual que al c&ico de 7ettina, que naci' sin $anos. K1o recuerdasL +obre ni!o. 4"#, s#, por supuesto. Aqu# tene$os varios $dicos. 4KDe verasL 4di)e4. ,e gustar#a saber qu &acen 4-ar-ull entre dientes4. K* la alcald#a, el 'on"alonierL 4pregunt. El t#tulo de 'on"alonier correspond#a al gobernador de Florencia, el &o$bre que, al $enos o-icial$ente, dirig#a los asuntos de la poblaci'n. 4.ene$os un ,orsellino 4contest' el sacerdote4( peri'dica$ente elegi$os seis u oc&o nuevos no$bres, pero aqu# nunca ocurre nada de particular. /o se producen altercados. 1os co$erciantes se ocupan de los i$puestos. .odo -unciona co$o la seda. 4FAqu# no paga$os i$puestosG 4declar' el anciano duendecillo con una carca)ada. "u &i)o, el cura, $ir' e0tra!ado al anciano, co$o si ste no &ubiera debido decir aquello. 4/o es as#, pap, son unos i$puestos... reducidos. 4El )oven parec#a pro-unda$ente perple)o. 4Eso s# es una bendici'n 4co$ent sonriente, tratando de
disi$ular el estupor que $e causaba aquel cuadro tan id#lico co$o inveros#$il. 4KRecuerdas al -ero% 2visoL 4pregunt' de sopet'n el sacerdote dirigindose a su padre, para volverse luego &acia $# 4. Estaba loco. +or poco $ata a su &i)o. Estaba ido, rug#a co$o una bestia. Mn d#a apareci' un $dico que via)aba por esta regi'n y di)o que en +adua pod#an curarlo. K2 era en As#sL 4,e alegro de que no volviera a aparecer por aqu# 4 respondi' el anciano4. "oliviantaba a todo el $undo. 2bserv a a$bos &o$bres. K5ablaban en serioL K2 se burlaban de $#L /o advert# nada sospec&oso en ellos, salvo cierto aire $elanc'lico en el sacerdote. 41os ca$inos del "e!or son $uy e0tra!os 4di)o4. Aunque el proverbio no diga eso e0acta$ente. 4F/o tientes al "e!orG 4replic' el padre $ientras apuraba la copa de vino. *o $e apresur a llenar de nuevo las copas de a$bos. 4* aquel )oven $udo 4di)o una vo%. 1evant los o)os y vi al posadero )unto a nosotros( ten#a una $ano apoyada en la cadera y sosten#a una bande)a con la otra. 1uc#a un $andil que apenas cubr#a su pro$inente barriga. 4"e lo llevaron las $on)as, Kno es as#L 4"#, creo que regresaron en busca de l 4contest' el sacerdote, cuya perple)idad &ab#a dado paso a una e0presi'n de evidente inquietud. El posadero retir' $i plato vac#o. 41o peor -ue la peste 4$e susurr' al o#do4. /o te$a, ya no e0iste( de lo contrario no &abr#a pronunciado esa palabra. /o e0iste palabra $s capa% de &acer que todo el $undo abandone rpida$ente una poblaci'n. 4.odas esas -a$ilias desaparecieron de la noc&e a la $a!ana 4di)o el anciano4, gracias a nuestros $dicos y a los $on)es que visitaban la regi'n. 1as trasladaron al &ospital de Florencia. 4KV#cti$as de la peste y se las llevaron a FlorenciaL 4 pregunt con evidente incredulidad4. +ero Kquin custodiaba las puertas de la poblaci'n, y quin les -ranque' la entrada en FlorenciaL El -ranciscano $e $ir' unos instantes, co$o si algo le
preocupara intensa$ente. El posadero estru)' con a-abilidad el &o$bro del cura y di)o6 4<stos son unos tie$pos -elices. Ec&o de $enos la procesi'n al $onasterio, el cual ta$bin &a desaparecido, pero nunca &e$os vivido $e)or. *o $ir al posadero y luego al sacerdote, que $e observaba sin disi$ulo. 1as co$isuras de sus labios te$blaban ligera$ente. ,ostraba una barba de dos d#as, la $and#bula -lccida y el rostro surcado de arrugas e0&ib#a una e0presi'n triste. El anciano intervino para asegurar que &ac#a poco &ab#a $uerto una -a$ilia entera a causa de la peste en la regi'n, pero se los &ab#an llevado a 1ucca. 4Fue gracias a la generosidad de... Kquin -ue, &i)o $#o...L A&ora $is$o no... 4KQu $s daL 4terci' el posadero4. 1e traer otra )arra de vino, si'nore 4a!adi' dirigindose a $#. 4+ara $is convidados 4indiqu se!alando al cura y a su padre4. ,e voy. Estoy i$paciente por ver si encuentro unos libros que busco. 45as elegido un buen lugar para quedarte unos d#as 4 a-ir$' el cura con inopinada convicci'n, e0presndose con suavidad al tie$po que segu#a observndo$e con el ce!o -runcido4. Mn lugar $agn#-ico, s# se!or, y nos vendr bien contar con otro erudito. "in e$bargo... 4"oy $uy )oven 4respond# $ientras al%aba una pierna sobre el banco en ade$n de levantar$e4. A prop'sito, Kno &ay )'venes de $i edad en este lugarL 4.odos se $arc&an 4contest' el anciano con aire de duendecillo4. 5ay algunos, claro est, pero traba)an todo el d#a en los co$ercios de sus padres. /o encontrars a )'venes &araganes por las calles, te lo aseguro. El sacerdote $e observ' co$o si no oyera la vo% de su padre. 4"#, y t3 eres un )oven instruido 4a-ir$', aunque segu#a visible$ente preocupado4. Es evidente, se nota en tu vo%( das la i$presi'n de ser estudioso e inteligente... 4"e detuvo4. "upongo que no tardars en partir de nuevo, KverdadL 4K,e aconse)a que lo &aga, padreL 4pregunt4. K2 que $e quedeL 4a!ad# con tono a$able. El sacerdote esbo%' una sonrisa.
4/o lo s 4contest'. 1uego adopt' una e0presi'n a$arga, casi trgica, y $ur$ur'46 Que Dios te aco$pa!e. ,e inclin &acia l. El posadero, al observar ese gesto con-idencial, dio $edia vuelta y -ue a atender sus asuntos. El anciano duendecillo le &ablaba a su copa de vino. 4KQu ocurre, padreL 4pregunt en vo% ba)a4. K1e preocupa la prosperidad de que go%a esta poblaci'nL 4"igue tu ca$ino, &i)o $#o 4respondi' el sacerdote con triste%a4. 2)al yo pudiera $arc&ar$e. +ero estoy obligado a quedar$e por $i voto de obediencia y por el &ec&o de que ste es $i &ogar, $i padre vive aqu# y todos los de$s &an desaparecido en el anc&o $undo. 4A continuaci'n agreg' con tono spero46 Al $enos, eso parece. "i yo estuviera en tu lugar no $e quedar#a aqu#. *o asent# con un $ovi$iento de la cabe%a. 4.ienes un aspecto e0tra!o, &i)o 4di)o el cura sin al%ar la vo%. /uestras cabe%as estaban tan )untas que casi se ro%aban4. Destacas de$asiado. Eres apuesto, vistes ropa)es de terciopelo y eres )oven, aunque no un ni!o. 4 o$prendo. /o quedan $uc&os )'venes en la poblaci'n, y $enos de los que &acen preguntas. "'lo quedan los vie)os, los aco$odaticios, los resignados y los que no ven el con)unto del tapi% porque s'lo se -i)an en el $onito que &ay bordado en una esquina. El cura no respondi' a $i e0agerada perorata, y la$ent &aber dic&o aquello. En esos instantes &ab#a de)ado traslucir $i rabia y $i dolor. FQu torpe%aG Estaba -urioso con$igo $is$o. El sacerdote se $ordi' el labio in-erior co$o si estuviera preocupado por $#, o por l, o por a$bos. 4K+or qu &as venidoL 4pregunt' en tono sincero, casi co$o si quisiera proteger$e4. KQu ca$ino to$asteL Dicen que llegaste por la noc&e. /o e$prendas via)e de noc&e. 4"u vo% apenas era audible. 4/o se preocupe por $#, padre 4contest4. Rece por $#. Eso es todo. 2bserv en l un te$or tan real co$o el que &ab#a observado en el )oven sacerdote, pero era a3n $s inocente, a pesar de la edad, las arrugas y los labios &3$edos de vino. +arec#a -atigado por algo que no alcan%aba a co$prender.
,e levant del banco, pero cuando $e dispon#a a $arc&ar$e el sacerdote $e su)et' de la $ano. *o $e inclin y acerqu el o#do a sus labios. 45i)o $#o 4$usit'4, &ay algo que... 41o s, padre 4lo interru$p#, dndole una pal$ada en la $ano. 4/o, no lo sabes. Escuc&a. uando partas, to$a la carretera principal que se dirige al sur, aunque tengas que dar un rodeo. /o te diri)as al norte, no to$es la carretera estrec&a que conduce al norte. 4K+or quL 4inquir#. Indeciso, asustado, $udo, $e solt' la $ano. 4K+or quL 4le pregunt de nuevo al o#do. <l apart' la cara. 4+or los bandidos 4contest'4. Mnos bandidos que controlan la carretera y te obligarn a pagar un porta%go. Ve al sur. Despus se volvi' y co$en%' a &ablar con su padre, reprendindole con suavidad, co$o si yo ya $e &ubiera ale)ado. ,e $arc&. :KMnos bandidos que cobran porta%goL;, $e pregunt, intrigado, al llegar a la calle desierta. ,uc&os co$ercios estaban cerrados, co$o era costu$bre debido al copioso al$uer%o que to$aban los &abitantes de esta poblaci'n, pero otros no. 1a espada $e pesaba $uc&#si$o y $e sent#a $areado debido al vino y a todo cuanto $e &ab#an revelado esos &o$bres. :De $odo que en esta poblaci'n no &ay )'venes, tullidos, idiotas, en-er$os ni ni!os no deseados. * en la carretera del norte pululan unos bandidos peligrosos;, pens con las $e)illas encendidas. 7a) la cuesta a paso rpido, traspuse las puertas de la poblaci'n y sal# a ca$po abierto. "oplaba una brisa $agn#-ica que $e re-resc' el rostro. Alrededor conte$pl unos ca$pos cultivados, unos vi!edos, unos &uertos y nu$erosas casas de labran%a6 unas vistas -rondosas y -rtiles que no &ab#a visto a $i llegada porque ya era de noc&e. En cuanto a la carretera del norte, no logr vislu$brarla debido al in$enso ta$a!o de la poblaci'n, cuyas
elevadas -orti-icaciones se &allaban situadas al norte. ,s aba)o, en un saliente, estaban las ruinas del convento, y a los pies de la $onta!a, &acia el oeste, divis lo que dedu)e que era el antiguo $onasterio. Al cabo de una &ora $e &ab#a detenido en dos casas de labran%a, en las cuales los gran)eros $e o-recieron un vaso de agua -resca. .odos insist#an en lo $is$o6 esto era un para#so donde no e0ist#an &ere)es ni se llevaban a cabo e)ecuciones( en su$a, el lugar $s id#lico de la tierra, poblado s'lo por ni!os sanos y nor$ales. 5ac#a $uc&os a!os que los bandidos no se aventuraban por esos bosques. +or supuesto, sie$pre era posible cru%arse con alg3n indeseable que estaba de paso, pero la poblaci'n era -uerte y capa% de $antener la pa%. 4K/i siquiera en la carretera del norteL 4pregunt. /inguno de los gran)eros sab#a nada de una carretera que condu)era al norte. uando les pregunt qu &ab#a sido de los en-er$os, co)os y retrasados $entales, ta$poco obtuve una repuesta satis-actoria. Mn $dico o un sacerdote, o alguna orden de -railes o $on)as, se los &ab#an llevado a una universidad o a una poblaci'n. 1os gran)eros en verdad no lo recordaban. Regres a la poblaci'n antes del crep3sculo. +ase todav#a durante un rato, entrando en todos los co$ercios de -or$a siste$tica $ientras observaba a todo el $undo de -or$a tan detenida co$o pude para no lla$ar la atenci'n. +or supuesto, $e -ue i$posible recorrer una calle entera, pero estaba e$pe!ado en averiguar todo cuanto pudiera sobre aquel lugar. En las librer#as e0a$in unos to$os antiguos, -rs .rammatica y -rs Minor, y unas grandes y &er$osas biblias que estaban en venta( las e0a$in despus de pedir que las sacaran de la vitrina. 4K+or d'nde &e de tirar para dirigir$e &acia el norteL 4 pregunt al librero, que estaba apoyado sobre un codo y $e observaba con aire aburrido y so$noliento. 4KAl norteL /adie se dirige al norte 4replic', boste%ando en $is narices. 1uc#a unas prendas elegantes, sin un %urcido, y
unos %apatos de e0celente cuero4. +uedo o-recerle unos libros $s raros 4a!adi'. .ras o)earlos con -ingido inters, di)e educada$ente que se parec#an a unos libros que ya ten#a y no necesitaba adquirirlos, pero le di las gracias por las $olestias. Entr en una taberna donde unos &o$bres )ugaban a los dados( gritaban $uy e0citados cada ve% que ganaban o perd#an, co$o si no tuvieran nada $e)or que &acer. 1uego di una vuelta por el barrio de los panaderos, donde -lotaba un delicioso aro$a a pan recin &orneado. ,ientras paseaba entre esas gentes, escuc&ando su a$able c&c&ara y las inter$inables &istorias sobre la seguridad y las $aravillas de la poblaci'n, $e percat de que )a$s $e &ab#a sentido tan solo. El $ero &ec&o de pensar que estaba a punto de anoc&ecer &i%o que se $e &elara la sangre en las venas. K* qu era ese $isterio sobre la carretera del norteL /adie, salvo el sacerdote, arque' siquiera una ce)a al $encionar yo ese punto cardinal. Mna &ora antes del anoc&ecer entr en un co$ercio cuya propietaria, que trataba en sedas y enca)es de Venecia y Florencia, no se $ostr' tan paciente ante $is insistentes preguntas co$o los de$s, pese a que era obvio que yo era un )oven adinerado. 4K+or qu $e &ace tantas preguntasL 4inquiri'. +arec#a agotada4. K ree que es -cil cuidar de una criatura en-er$aL As'$ese all#. *o la $ir co$o si la $u)er &ubiera perdido el )uicio. +ero de pronto co$prend# con toda claridad a qu se re-er#a. Aso$ la cabe%a a travs de una cortina y vi a una ni!a, en-er$a y -ebril, ador$ilada sobre un estrec&o y sucio ca$astro. 4K ree que es -cilL 1levo a!o tras a!o cuidando de ella, pero no $e)ora 4di)o la $u)er. 41o la$ento 4respond#4. +ero Kqu va a &acerL 1a $u)er arranc' los puntos de la agu)a y de)' la labor. "u paciencia se &ab#a agotado. 4KQu voy a &acerL KEs que no lo sabeL 4$ur$ur'4. KMn &o$bre tan listo co$o ustedL 41a $u)er se $ordi' el labio in-erior4. ,i $arido insiste en que aguante$os un poco $s, de $odo que va$os tirando co$o pode$os.
1a $u)er reanud' su labor, -ar-ullando entre dientes, y yo, &orrori%ado y es-or%ndo$e en do$inar $is senti$ientos, sal# a la calle. Entr en otros dos co$ercios. /o ocurri' nada de particular. 1uego, al entrar en una tercera tienda, $e encontr con un anciano loco de re$ate y sus dos &i)as, las cuales se a-anaban en i$pedir que se arrancara la ropa. 4+er$#tan$e que les ayude 4di)e. +or -in logra$os sentar al anciano en una silla, le coloca$os de nuevo la ca$isa y al cabo de un rato el &o$bre de)' de e$itir unos sonidos inco&erentes. Era un anciano decrpito y no cesaba de babear. 48racias a Dios que esto no puede durar 4co$ent' una de las &i)as al tie$po que se en)ugaba la -rente4. Es un consuelo. 4K+or qu dice que no puede durarL 4pregunt. 1a $u)er $e $ir', gir' la cara y luego volvi' a $irar$e. 4"e nota que es usted -orastero, si'nore. Disculpe, es $uy )oven. Al $irarle s'lo &e visto en usted a un $uc&ac&o. +ero Dios es $isericordioso. ,i padre est $uy vie)o. 45u$$$, entiendo 4respond#. 1a $u)er $e observ' con o)os astutos y -r#os co$o el acero. ,e desped# de ella con una breve reverencia y $e -ui. El anciano &ab#a e$pe%ado a quitarse de nuevo la ca$isa, y la otra &er$ana, que &ab#a per$anecido en silencio durante todo el rato, le arre' un bo-et'n. Ese gesto $e c&oc', y reanud $i ca$ino. Deseaba ver cuanto pudiera antes de que cayera la noc&e. Despus de pasar por el apacible barrio de las sastrer#as llegu al de los co$ercios de porcelana, donde dos &o$bres discut#an sobre una bonita bande)a de parto. 1as bande)as de parto que se utili%aban antigua$ente para recibir al beb en el $o$ento de abandonar el 3tero $aterno, se &ab#an convertido en $i poca en ob)etos que se sol#an regalar despus de nacer el ni!o. onsist#an en unos recipientes grandes pintados con &er$osos dise!os do$sticos, y en esta tienda &ab#a una gran colecci'n de ellos. 2# la discusi'n antes de que los &o$bres $e vieran. Mno de ellos insist#a en que deb#an co$prar la bande)a de $arras, $ientras que el otro replicaba que el ni!o no vivir#a y el regalo era pre$aturo( un tercer individuo di)o que la $u)er
estar#a encantada de aceptar una bande)a de parto tan e0quisita$ente pintada. 1os &o$bres de)aron de discutir cuando yo entr en la tienda para e0a$inar los art#culos de i$portaci'n, pero cuando $e volv# de espaldas uno de ellos $ur$ur' entre dientes6 4"i sabe lo que le conviene, acceder. I$presionado por esas palabras, to$ un bonito plato de un estante y -ing# e0a$inarlo con atenci'n. 4Es precioso 4co$ent co$o si no los &ubiera o#do. El co$erciante se levant' y co$en%' a enu$erar los ob)etos que all# se e0&ib#an. 1os otros salieron y se desvanecieron en la oscuridad. *o observ al co$erciante. 4KEst en-er$o ese ni!oL 4pregunt con la vo% $s tenue e in-antil que logr e$itir. 4/o, bueno, no lo creo, pero ya sabe... 4respondi' el &o$bre4. Es un ni!o enclenque. 4Dbil 4apostill. 4Eso, dbil 4balbuci' el co$erciante. .en#a una sonrisa arti-icial, pero era evidente que se consideraba un &o$bre de 0ito. 1uego segui$os co$entando la lista de art#culos que vend#a en su tienda. *o adquir# una tacita de porcelana, e0quisita$ente pintada, que el co$erciante asegur' &aber co$prado a un veneciano. " $uy bien que deber#a &aber salido de all# sin decir una palabra, pero no pude por $enos de preguntarle6 4K ree que ese pobre ni!o dbil y enclenque vivirL El co$erciante solt' una tosca risotada al tie$po que guardaba el dinero que yo le &ab#a entregado. 4/o 4respondi', y $e $ir' co$o si l ta$bin &ubiera pensado en el ni!o4. /o se preocupe, si'nore 4a!adi' con una breve sonrisa4. K+iensa quedarse a vivir aqu#L 4/o, se!or, s'lo estoy de paso. ,e diri)o al norte 4contest. 4KAl norteL 4pregunt' el co$erciante, un tanto sorprendido pero con tono sarcstico. err' la ca)a de caudales con llave. 1uego, sacudiendo la cabe%a $ientras colocaba la ca)a en una alacena y la cerraba, agreg'46 De $odo que se dirige al norte, Ke&L 1e deseo suerte, $uc&ac&o. 4Entonces e$iti' una spera carca)ada4. Es una carretera $uy antigua. 1e aconse)o
que parta al a$anecer y cabalgue tan velo% co$o pueda. 48racias, se!or 4respond#. Estaba a punto de caer la noc&e. Entr a toda prisa en un calle)'n y $e detuve, apoyado contra el $uro para recuperar el resuello, co$o si $e persiguiera alguien. 1a tacita se $e cay' de las $anos y se estrell' en el suelo( el estrpito reson' entre los elevados edi-icios. Estaba trastornado. +ero al instante, consciente de $i situaci'n y convencido de los &orrores que &ab#a descubierto, to$ una decisi'n in-le0ible. En la posada no estaba seguro, de $odo que decid# resolver el asunto a $i $odo. Esto -ue lo que &ice6 abstenindo$e de regresar a la posada, sin ni siquiera abandonar o-icial$ente $i &abitaci'n en aquel lugar, $e dirig# colina arriba cuando las so$bras eran lo bastante densas para ocultar$e, y en-il la estrec&a calle)a que conduc#a al derruido castillo. Durante todo el d#a &ab#a conte$plado esta i$ponente colecci'n de piedras y cascotes, y constat que en e-ecto el castillo se &allaba en ruinas y desierto, a e0cepci'n de las aves que revoloteaban sobre l y salvo, co$o &e dic&o, las plantas in-eriores, que supuesta$ente albergaban las o-icinas $unicipales. +ero el castillo ten#a dos torres que segu#an en pie( una se al%aba sobre la poblaci'n, y otra, $uy deteriorada, estaba situada sobre el borde de un risco, tal co$o yo &ab#a observado desde los ca$pos. +ues bien, $e dirig# &acia la torre que se ergu#a sobre la poblaci'n. 1as o-icinas $unicipales estaban l'gica$ente cerradas, y los soldados encargados de i$poner el toque de queda no tardar#an en salir. 2# ruido procedente de un par de tabernas que por lo visto per$anec#an abiertas, a)enas a las ordenan%as. 1a pla%a ubicada -rente al castillo estaba desierta, y debido a que las calles de la poblaci'n describ#an nu$erosos recodos en su tra%ado descendente, apenas vi nada $s que unas tenues antorc&as. /o obstante el cielo aparec#a e0traordinaria$ente brillante y despe)ado a e0cepci'n de unas nubes de -or$a discreta y redondeada que destacaban contra el a%ul intenso de la noc&e, y
las nu$erosas estrellas e$it#an un e0quisito resplandor. ,e tropec con una vie)a escalera de caracol, tan estrec&a que apenas pasaba por ella un ser &u$ano, la cual se curvaba alrededor de la parte 3til de la vie)a poblaci'n y llevaba a la pri$era plata-or$a de piedra, -rente a una entrada de acceso a la torre. +or supuesto esta arquitectura no $e resultaba desconocida. 1as piedras ten#an una te0tura $s spera que las de $i vie)o &ogar, y eran $s oscuras, pero la torre era anc&a y cuadrada y pose#a una solide% inte$poral. *o sab#a que la torre era tan antigua que una escalera de piedra $e conducir#a a la parte superior de la $is$a, y no $e equivoqu, pues al poco rato llegu al -in de $i escalada, al penetrar en una &abitaci'n desde la que conte$pl toda la poblaci'n a $is pies. 5ab#a otras &abitaciones $s elevadas, a las que antigua$ente se llegaba $ediante unas escalas de $adera de las que pod#an tirar &acia arriba con el -in de de-enderse de un ene$igo y aislarlo aba)o, pero yo no pod#a acceder a ellas. 2# a unos p)aros revolotear en lo alto de la torre, sobresaltados por $i presencia. * percib# el ru$or de la brisa. En cualquier caso, aqulla era una buena altura. 1a &abitaci'n en la que $e &allaba ten#a cuatro ventanas angostas, a travs de las cuales conte$pl unas vistas de todo el rea circundante. *, lo que era $s i$portante para $#, desde aquella altura divisaba toda la poblaci'n, que se e0tend#a a $is pies en -or$a de un in$enso o)o Dun 'valo que se a-inaba en los e0tre$osE, donde ard#an unas antorc&as aqu# y all( vi lu% en alguna que otra ventana, y divis una linterna sostenida por una persona que avan%aba lenta$ente en una calle. /o bien distingu# la linterna, sta se apag'. 1as calles parec#an estar desiertas. A continuaci'n se apagaron las luces de todas las ventanas, y al cabo de unos $o$entos tan s'lo quedaban unas cuatro antorc&as encendidas. 1a oscuridad e)erci' un e-ecto sedante sobre $i ni$o. 1os ca$pos aparec#an te!idos de un color a%ul intenso ba)o el cielo perlado( el bosque se e0tend#a &asta los l#$ites de las tierras de
cultivo, elevndose en algunos puntos donde las colinas se al%aban unas sobre otras o descend#an abrupta$ente &acia unos valles presididos por la $s pura negrura. +ercib# el silencio de la torre desierta. /o se $ov#a nada, ni siquiera las aves. *o estaba co$pleta$ente solo. 5abr#a percibido la $s leve pisada en la escalera de la torre. /adie sab#a que $e encontraba all#. .odos dor$#an. A&# estaba a salvo. * pod#a vigilar la poblaci'n. ,e sent#a de$asiado a-ligido para $ostrar$e asustado, y estaba $s que dispuesto a en-rentar$e a Prsula en ese lugar, pre-erible al espacio li$itado de la posada. As# pues, rec $is oraciones sin e0peri$entar te$or alguno, con la $ano apoyada co$o de costu$bre en la e$pu!adura de la espada. KQu esperaba ver en esa apacible poblaci'nL .odo lo que ocurriera en ella. +ero Kqu cre#a que ocurr#aL /i yo $is$o lo sab#a. ,ientras paseaba por la &abitaci'n, observando una y otra ve% las pocas luces que ard#an en la poblaci'n y los enor$es baluartes cortados a pico ba)o el resplandeciente -ir$a$ento, aquel lugar $e pareci' detestable, lleno de -alsedad, de bru)er#a, de pleites#a al diablo. 4K rees que no s adonde van a parar los ni!os que no quieren en la poblaci'nL 4$ur$ur en-urecido4. K rees que las autoridades de las poblaciones -ranquean sin $s tr$ite la entrada a unas v#cti$as de la pesteL ,e sobresalt al o#r resonar el eco de $is palabras entre los -r#os $uros de la torre. 4KQu &aces con ellos, PrsulaL KQu &abr#as &ec&o con $i &er$ano y $i &er$anaL Qui% $is cavilaciones a algunos les &ubieran parecido un desprop'sito, pero yo sab#a por e0periencia que la vengan%a &ace que olvides el dolor. 1a vengan%a es una golosina dulce y poderosa, aunque in3til. on un solo golpe de $i espada &abr#a podido cortarle la cabe%a a Prsula, y luego la &abr#a arro)ado por esta ventana, reducindola a un ser de$on#aco desprovisto de todo poder terrenal. De ve% en cuando desenvainaba a $edias $i espada, pero enseguida volv#a a introducirla en su -unda. "aqu $i pu!al $s
largo y golpe con la &o)a la pal$a de $i $ano i%quierda. .odo ello sin de)ar de ca$inar arriba y aba)o por la &abitaci'n. De pronto, $ientras reali%aba uno de $is aburridos circunloquios divis a lo le)os, sobre una re$ota $onta!a que ignoro en qu direcci'n se al%aba Ds'lo s que al venir aqu# no &ab#a pasado -rente a ellaE, una lu% intensa que parpadeaba tras el velo de selvtica oscuridad. Al principio cre# que se trataba de un -uego, pero al entornar los o)os y observarlo $s detenida$ente, co$prend# que estaba equivocado. En las pocas nubes que se desli%aban por el cielo no se re-le)aba un intenso resplandor, y la ilu$inaci'n, pese a sus proporciones, estaba contenida, co$o si e$anara de una nu$erosa congregaci'n de personas que portaban una -antstica cantidad de velas. F uan -ir$e aunque parpadeante era aquella -ero% org#a de lu%G Al conte$plarla sent# un escalo-r#o. FEra un edi-icioG ,e inclin sobre el al-i%ar de la ventana y observ la co$ple)a y gigantesca silueta de un castillo inundado de lu% que destacaba en $edio del terreno, aislado, obvia$ente visible desde un sector de la poblaci'n. 1a i$agen de aquella desco$unal construcci'n rodeada por un bosque, en la que la celebraci'n que se llevaba a cabo entre sus $uros requer#a que todas las velas y antorc&as estuvieran encendidas, que cada ventana, baluarte y albardilla apareciera ilu$inada con linternas, constitu#a un espectculo i$presionante. El edi-icio estaba situado al norte, s# al norte, pues la poblaci'n se e0tend#a )usta$ente a $is espaldas, y ese castillo se &allaba al norte, en la direcci'n que $e &ab#an advertido que no deb#a to$ar. Era inconcebible que los &abitantes de la poblaci'n desconocieran la e0istencia de ese lugar, pero nadie, salvo el aterrori%ado y balbuciente -ranciscano que se &ab#a sentado a $i $esa en la posada, &ab#a &ec&o la $enor alusi'n al $is$o. +ero Kqu era lo que observaba yoL KQu ve#a e0acta$enteL Mn -rondoso bosque, s#( el edi-icio era $uy elevado pero estaba rodeado por un tupido bosque que lo ocultaba, a travs del cual su lu% palpitaba co$o una gigantesca a$ena%a. +ero Kqu era lo que e$anaba de l, ese e0tra!o $ovi$iento apenas visible en la oscuridad, sobre las laderas del $isterioso pro$ontorioL
K"e trataba de algo que se $ov#a en la noc&e, desde ese le)ano castillo &acia la poblaci'nL Eran unas cosas negras, a$or-as, se$e)antes a unas in$ensas, in-or$es y -le0ibles aves que segu#an el tra%ado del terreno pero sin estar so$etidas a su gravedad. KEra posible que avan%aran &acia $#L K5ab#a sido yo v#cti$a de un con)uroL /o, yo las vi. K2 noL For$aban un grupo $uy nu$eroso. ada ve% estaban $s cerca. Eran unas -or$as $enudas, $in3sculas( su gran ta$a!o &ab#a sido un espe)is$o causado por el &ec&o de que se $ov#an en grupos, y a&ora, al apro0i$arse a la poblaci'n, los grupos se disolvieron y los vi trepar co$o unas polillas gigantescas por los $uros que se al%aban -rente a $#, a a$bos lados de la torre. ,e volv# y corr# &acia la ventana. F ayeron sobre la poblaci'n co$o un en)a$bre de abe)asG Vi que desaparec#an engullidos por la oscuridad. ,s aba)o, en la pla%a, aparecieron dos -iguras negras, unos individuos cubiertos con unas ondeantes capas, que penetraron a la carrera o, $e)or dic&o, de un salto en las calles al tie$po que e$it#an unas carca)adas tan audibles co$o desvergon%adas. 2# unos lloriqueos, unos sollo%os. 2# un dbil ge$ido y un grito so-ocado. En la poblaci'n no se encendi' una sola lu%. De pronto, esos seres $alvolos surgieron de nuevo de la oscuridad, sobre las $urallas, corriendo por el borde de las $is$as y saltando a la calle. 4F+or todos los santosG 4$ur$ur4. F2s &e visto, $alditosG En aquel instante o# un ruido, not que un te)ido suave $e ro%aba la cara y de golpe apareci' ante $# la -igura de un &o$bre. 4KDe $odo que nos &as visto, $uc&ac&oL 4Era la vo% de un &o$bre )oven, enrgica, )ovial4. FQu c&ico tan curiosoG "e encontraba de$asiado cerca para que yo pudiera desenvainar $i espada. .an s'lo vi al%arse ante $# unas prendas varoniles. 5aciendo acopio de todas $is -uer%as, le golpe en la entrepierna con el codo y el &o$bro. 1a risotada que solt' el desconocido invadi' la torre.
4Eso no $e &a dolido, )ovencito, y si eres tan curioso, te llevare$os con nosotros para $ostrarte lo que ans#as ver. El $isterioso ser $e envolvi' en su capa, casi as-i0indo$e. "ent# que $e al%aba en volandas y $e $et#a en un saco, y abandona$os la torre. *o estaba boca aba)o e intentaba contener $is nuseas. +arec#a co$o si el $isterioso persona)e volara, e$itiendo unas carca)adas so-ocadas por el viento. .rat de $over los bra%os, pero $e -ue i$posible. +alp $i espada, sin lograr asir la e$pu!adura. Desesperado, quise coger $i pu!al, no el que debi' de caer cuando el e0tra!o $e rapt', sino el que llevaba dentro de $i bota, y tras conseguirlo $e volv# &acia la espalda sobre la que via)aba dando botes y protestando, y se lo &und# a travs de la ropa una y otra ve%. El e0tra!o lan%' un sonoro grito. *o volv# a clavarle el pu!al. El otro co$en%' a agitar el saco en el aire, provocndo$e unas violentas sacudidas. 4F erdo asquerosoG 4bra$'4. F,e las pagarsG A$bos ca#$os brusca$ente. Aterric en el suelo, sobre la &ierba, y desgarr el saco con $i pu!al. 4F,aldito brib'nG 4grit' el otro. 4KEsts sangrando, repugnante de$onioL 4pregunt sin de)ar de asestar pu!aladas al saco para salir de l, $ientras rodaba por el suelo y palpaba la &ierba &3$eda. onte$pl las estrellas. +or -in, tras no pocos es-uer%os, logr des&acer$e del saco que $e aprisionaba. +er$anec# tendido a los pies de aquel ser, pero s'lo por unos instantes.
6
La Corte del rial de !ub"
/ada ni nadie &abr#a sido capa% de arrebatar$e el pu!al de las $anos. "e lo clav en la pierna &asta el &ueso, provocando otra descarga de gritos. El de$onio $e to$' en bra%os y $e arro)' al aire, tras lo cual ca#, pas$ado, sobre la &3$eda &ierba. Esto $e per$iti' observarlo detenida$ente por pri$era ve%, aunque ten#a la vista algo nublada. El e0tra!o ser, ilu$inado por un intenso resplandor ro)o, luc#a una capa con capuc&a e iba ataviado co$o un caballero a la antigua usan%a, con una larga t3nica y una cota de $alla. El cabello dorado le ca#a sobre el rostro, y no cesaba de retorcerse de dolor debido a las pu!aladas que yo le &ab#a asestado en la espalda, al tie$po que propinaba patadas en el suelo con su pierna &erida. Rod por el suelo un par de veces, sin soltar el pu!al, $ientras desenvainaba $i espada. Antes de que el otro reaccionase, $e levant de un salto, alc la espada torpe$ente pero con todas $is -uer%as, y se la clav en el costado( en el instante en que el acero se &undi' en sus entra!as se produ)o un nauseabundo sonido. 7a)o la intensa vi brotar un c&orro de sangre &orrendo y desco$unal. El $onstruo lan%' un grito $s angustioso que los anteriores y cay' de rodillas. 4FAyudad$e, i$bcilesG F1ibrad$e de este diabloG 4grit'. 1a capuc&a se desli%' &acia atrs y cay' sobre los &o$bros. onte$pl la in$ensa -orti-icaci'n que se al%aba a $i derec&a, las elevadas torres al$enadas con sus banderas ondeando al viento ba)o el oscilante resplandor de un sin-#n de luces, tal co$o &ab#a visto a lo le)os desde la poblaci'n. "e trataba de un castillo -antstico( pose#a unos te)ados de dos aguas, unas ventanas de arco o)ival alargado y unas elevadas al$enas repletas de -iguras oscuras que se $ov#an $ientras presenciaban la pelea que sosten#a$os el $onstruoso ser y yo. De pronto apareci' Prsula y ec&' a correr a travs de la
&ierba &acia $#. /o llevaba capa( iba ataviada con un vestido ro)o y luc#a dos largas tren%as. 4F/o le lasti$is, os lo adviertoG 4grit'4. F/o le pongis la $ano enci$aG 1a segu#an unos individuos ataviados con unas anticuadas cotas de $alla que les llegaban a las rodillas y tocados con sole$nes yel$os puntiagudos. .odos luc#an barba, y ten#a una piel de una blancura cadavrica. ,i adversario cay' de bruces sobre la &ierba, ec&ando sangre por la boca co$o si se tratara de una grotesca -uente. 4F,irad lo que $e &a &ec&oG 4grit'. *o guard el pu!al en $i cintur'n, a-err la espada con a$bas $anos y le asest un golpe en el cuello al tie$po que lan%aba un desgarrador bra$ido. 1a cabe%a de $i adversario rod' por la colina. 4FEsts $uerto, $alditoG 4grit4. F,onstruo, asesino, ests $uertoG FVe en busca de tu cabe%a y col'cala de nuevo en su lugarG Prsula $e rode' el cuello con los bra%os, opri$iendo sus pec&os contra $i espalda. "u $ano aprision' la $#a, obligndo$e a inclinar la punta de $i espada &acia el suelo. 4/o le toquis 4e0cla$' de nuevo en tono a$ena%ador4. 2s pro&#bo que os acerquis a l. Mno de los de$onios se apresur' a recuperar la cabe%a de $i ene$igo, cubierta por una rubia pela$brera, y la sostuvo en alto $ientras los otros observaban c'$o el cuerpo de su co$pinc&e se estre$ec#a y retorc#a. 4Es de$asiado tarde 4dicta$in' uno de los individuos. 4/o, col'casela de nuevo sobre el cuello 4e0cla$' otro. 4"ulta$e, Prsula 4di)e4. F+er$ite que $uera con &onor, te lo ruegoG 4a!ad# $ientras trataba de liberar$e4. F"ulta$e para que pueda $orir co$o yo deseo, te lo suplicoG 4/o 4$e susurr' ella al o#do, arro)ndo$e su clido aliento4. /o lo &ar. *o no pod#a luc&ar con su i$ponente -uer%a, que contrastaba con los pec&os suaves y $ullidos y el tacto -resco de sus delicados dedos. ,e ten#a en su poder. 4Id a &ablar con 8odric 4propuso uno de los &o$bres. 1os otros dos recogieron el cuerpo del decapitado, que no
cesaba de retorcerse, sacudido por violentas convulsiones. 4 onducidlo ante 8odric 4di)o el individuo que portaba la cabe%a4. "'lo l puede pronunciarse sobre este asunto. De repente, Prsula e$iti' un sonoro alarido. 4F8odricG 4Fue un grito tan agudo que parec#a el aullido del viento o de una bestia, y el in$enso eco reverber' entre las elevadas $urallas. En lo alto de la colina, -rente al a$plio portal de la ciudadela y de espaldas a la lu%, apareci' la silueta de un individuo alto y delgado( su espalda estaba doblada a causa de la avan%ada edad. 4.raedlos a los dos 4orden'4. "ilencio, Prsula, vas a alar$ar a todo el $undo con tus gritos. *o trat de soltar$e, pero Prsula $e su)et' con $s -uer%a. De pronto sent# un al-ilera%o cuando sus dientes se clavaron en $i cuello. 4F/o lo &agas, Prsula, de)a que conte$ple lo que va a ocurrirG 4$ur$ur. Entonces sent# que $e rodeaban unas turbias nubes, co$o si el aire se &ubiera espesado y $e envolviera con su intensa -ragancia y sonido y una -uer%a sensual. :.e a$o, te deseo, s#, no puedo negarlo.; "ent# que abra%aba a Prsula sobre la &3$eda &ierba del prado y ella yac#a deba)o de $#. +ero eran $eras enso!aciones y no vi unas -lores silvestres ro)as, sino que not que $e transportaban a un lugar desconocido, y yo estaba iner$e, pues ella $e &ab#a arrebatado las -uer%as y el cora%'n con la -uer%a del suyo. Intent $aldecirla. *ac#a$os sobre la &ierba, rodeados de -lores y &ierba, y ella di)o6 :5uye;, pero eso era i$posible, porque no se basaba en la realidad sino en una -antas#a en la que sus labios succionaban los $#os y sus piernas aprisionaban $i cuerpo co$o una serpiente. Mn castillo -rancs. .uve la i$presi'n de que $e &allaba en el norte. .en#a los o)os abiertos. +resentaba todos los adere%os de una corte -rancesa. Incluso la tenue y suave $3sica que percib# $e record' las antiguas canciones -rancesas que oyera cantar en $i in-ancia a la &ora de la cena. Al despertar$e co$prob que $e &allaba sentado con las piernas cru%adas al estilo oriental sobre una al-o$bra, con el
torso inclinado &acia delante, -rotndo$e el cuello y buscando desesperado las ar$as que $e &ab#an arrebatado. En stas perd# el equilibrio y ca# de espaldas. 1a $3sica, que proced#a del piso in-erior, era repetitiva, $on'tona, $ac&acona, interpretada por unos ta$bores deste$plados y la vo% aguda y nasal de unas tro$pas. arec#a de $elod#a. Alc la vista. Era un a$biente -rancs, no cab#a duda, con el elevado y estrec&o arco que daba acceso a una a$plia balconada e0terior, deba)o de la cual se celebraba un ruidoso -este)o. .odo e0&ib#a un e0quisito aire -rancs, &asta los tapices que representaban a unas da$as luciendo unos so$breros de elevada copa y sus unicornios blancos co$o la nieve. .odo resultaba curiosa$ente anticuado, co$o las ilustraciones en los devocionarios de las cortes que $ostraban a unos poetas sentados que le#an en vo% alta el aburrido y tedioso Romn de la Rose. 1a ventana estaba cubierta por una cortina de raso a%ul esta$pada con -lores de lis. 1a elevada puerta y el -rag$ento del $arco de la ventana que alcan%aba a ver estaban decorados por una -iligrana antigua. 1as c'$odas, con adornos dorados y pintadas al estilo -rancs, $ostraban un aire anticuado y decadente. Al volver$e vi a los dos individuos con las t3nicas $anc&adas de sangre( las $angas de las cotas de $alla eran toscas y gruesas. "e &ab#an quitado los puntiagudos yel$os y $e observaban con unos o)os plidos y -r#os( a$bos luc#an barba. 1a lu% pon#a de realce su piel blanca y curtida. * vi a Prsula, una )oya en$arcada en plata entre las so$bras, que $e conte$plaba ataviada con un vestido de estilo i$perio, vaporoso y anticuado co$o la vesti$enta de los &o$bres( ta$bin ella parec#a provenir de un antiguo reino -rancs, $ostrando sus n#veos pec&os casi &asta los pe%ones deba)o de un corpi!o de terciopelo ro)o y dorado bordado con -lores. El anciano estaba sentado en una silla con las patas en ti)era, ante un escritorio. "u edad concordaba con la postura en que yo le &ab#a visto ilu$inado por el resplandor del castillo, plido co$o los otros, con la piel de una blancura cadavrica, a la ve% &er$oso, $onstruoso y siniestro.
Mnas l$paras turcas colgaban de unas cadenas en la &abitaci'n( las lla$as e$it#an un intenso resplandor que &iri' $is -atigados o)os, y una -ragancia a rosas y ca$pos estivales a)ena al calor y a ob)etos abrasados. El anciano ten#a la cabe%a pelada, grotesca co$o el bulbo de una a%ucena arrancado de la tierra y desprovisto de su ra#%, y $ostraba unos brillantes o)os de color gris y una boca larga, estrec&a y sole$ne que no ten#a por costu$bre que)arse ni )u%gar. 4A&, vaya 4di)o dirigindose a $# con vo% suave al tie$po que enarcaba una ce)a apenas visible salvo por la pronunciada arruga de su carne blanca y per-ecta. .en#a las $e)illas -lccidas 4. "upongo que eres consciente de que &as $atado a uno de los nuestros. 4Eso espero 4repliqu. Al levantar$e $e ta$bale y estuve a punto de caer. Prsula $e sostuvo, tras lo cual retrocedi', co$o si &ubiera co$etido un acto indecoroso. .ras recuperar el equilibrio $ir con rabia a Prsula y al vie)o pel'n, que $e observaba con cal$a. 4KDeseas conte$plar lo que &as &ec&o L 4pregunt'. 4K+ara quL 4inquir# a $i ve%, aunque $e picaba la curiosidad. A $i i%quierda, sobre una $esa de caballete, yac#a el ladr'n de pelo dorado que &ab#a secuestrado $i al$a y $i cuerpo, encerrndolos en un saco. 1a deuda estaba saldada. El e0tra!o ser yac#a in$'vil, &orrible$ente encogido, co$o si sus $ie$bros &ubieran dis$inuido de ta$a!o( la cabe%a blanca y e0angNe, con los prpados abiertos y los o)os inyectados en sangre, yac#a )unto a un cuello separado tosca$ente del tronco por $i espada. Qu delicia. 2bserv una de las esquelticas $anos, que pend#a sobre el borde de la $esa, blanca, se$e)ante a un curioso ani$al $arino que descansara en la arena de la playa ba)o el i$placable sol. 4FE0celenteG 4e0cla$4. ,e alegro de &aber $atado a ese &o$bre que se atrevi' a raptar$e y traer$e aqu# por la -uer%a. 8racias por $ostrr$elo 4di)e $irando al anciano4. Es lo $enos que e0ige el &onor. +or no &ablar del sentido co$3n. KA cuntos $s os &abis llevado de la poblaci'nL KAl vie)o loco
e$pe!ado en arrancarse la ca$isaL KAl ni!o que naci' enclenqueL KA los dbiles, de-or$es y en-er$os que os entreganL KQu les dais vosotros a ca$bioL 4"ilencio, )oven 4orden' de -or$a sole$ne el anciano4. .u valor trasciende el &onor y el $s ele$ental sentido co$3n, eso es evidente. 4/o es cierto. 1as atrocidades que &abis co$etido contra $# e0igen que luc&e contra todos y cada uno de vosotros &asta que e0&ale $i 3lti$o suspiro. 4.ras estas palabras $e volv# &acia la puerta. 1a $ac&acona $3sica $e produc#a nuseas y a$ena%aba con derribar$e al suelo tras los nu$erosos golpes y ca#das que &ab#a su-rido4. /o soporto ese ruido. KQu es esto, una $aldita corteL 1os tres &o$bres prorru$pieron en carca)adas. 4 asi &as acertado 4contest' uno de los soldados barbudos con la vo% grave de un bar#tono4. "o$os la orte del 8rial de Rub#, se es nuestro no$bre, pero pre-eri$os que lo pronuncies co$o es debido, en lat#n o en -rancs, tal co$o &ace$os nosotros. 4F1a orte del 8rial de Rub#G 4e0cla$4. Mnas sabandi)as, unos parsitos, unos va$piros, eso es lo que sois. KQu signi-ica :grial de rub#;L K"angreL ,e es-orc en recordar el al-ilera%o que sent# cuando Prsula $e clav' los dientes en el cuello sin el intenso placer que $e &ab#a procurado( pero el &uidi%o recuerdo del -ragante prado y de los suaves pec&os a$ena%aba con engullir$e. "acud# la cabe%a para a&uyentar tales pensa$ientos. 4"ois unos va$piros. FEl grial de rub#G KEso es lo que &acis con ellos, con los desdic&ados que os llevis de la poblaci'nL K7eber su sangreL El anciano dirigi' a Prsula una $irada cargada de signi-icado. 4KQu pretendes de $#, PrsulaL 4pregunt'4. K '$o pretendes que acceda a tus deseosL 4+ero, 8odric, es un )oven apuesto, valeroso y -uerte 4 replic' Prsula4. "i accedes, nadie se opondr a tu decisi'n. /adie la pondr en tela de )uicio. .e lo suplico, 8odric. K undo te &e i$plorado...L 4KQu le &as i$ploradoL 4pregunt conte$plando el rostro sol#cito y co$pungido de Prsula y el del anciano4. KQue $e
perdone la vidaL KEso es lo que le pidesL +re-iero que $e $ates. El anciano lo sab#a. /o era necesario que yo lo di)era. A esas alturas no estaba dispuesto a aceptar su $isericordia. ,e &abr#a arro)ado sobre ellos con el -in de aniquilar a un par $s de de$onios. De pronto, $ovido por la ira y la i$paciencia, el anciano se levant' con inusitada agilidad, $e agarr' del cuello y $e arrastr' tras l, entre el $ur$ullo de sus elegantes ropa)es de raso ro)o, co$o si yo no pesara nada, a travs de los arcos y &asta el borde de la balaustrada de piedra. 4 onte$pla nuestra corte 4di)o. Era un espacio in$enso. El balc'n sobre el que nos &allba$os se prolongaba a lo largo de todo el $uro( aba)o apenas se divisaba un pal$o de piedra desnuda, pues los $uros estaban cubiertos por unos tapices de color dorado y borgo!a. En torno a la larga $esa se &allaba sentado un nutrido n3$ero de caballeros y da$as de alcurnia, todos vestidos de color borgo!a, el color de la sangre, no del vino co$o yo &ab#a supuesto. Ante ellos resplandec#a la $adera desnuda, sobre la que no aparec#a ni un plato de co$ida ni una copa de vino, pero todos parec#an contentos y satis-ec&os $ientras c&arlaban ani$ada$ente entre s#. Mnos bailarines se desli%aban con gran &abilidad sobre las gruesas al-o$bras, co$o si les gustara sentir su espeso tacto ba)o los pies e$butidos en unos elegantes escarpines. 1os nu$erosos c#rculos entrela%ados de -iguras que dan%aban al co$ps de la $3sica co$pon#an unos vistosos arabescos. 1os tra)es abarcaban una a$plia variedad de estilos, desde el t#pica$ente -rancs &asta el -lorentino. +or doquier abundaban alegres c#rculos de raso te!ido de ro)o o un prado ro)o se$brado de -lores u otros dise!os se$e)ante a unas estrellas o una $edia luna, aunque la distancia $e i$ped#a distinguirlos con nitide%. Aquel grupo de gentes vestidas de un color vivo entre la p3trida intensidad de la sangre y el soberbio esplendor del escarlata, constitu#a una i$agen siniestra y a la ve% seductora. 2bserv la in-inidad de candeleros, candelabros y antorc&as. Qu -cil &abr#a sido prender -uego a sus ricos tapices. ,e pregunt si ellos, esos de$onios, arder#an ta$bin al igual que otros bru)os y &ere)es.
Prsula lan%' una breve e0cla$aci'n de alar$a. 4" prudente, Vittorio 4$ur$ur'. Mn individuo que estaba situado en el centro de la $esa al%' la cabe%a y $e $ir'( ocupaba el lugar de &onor, sentado en una silla de respaldo alto, igual que $i padre en casa. Era rubio, co$o el de la pela$brera dorada y crespa que yo &ab#a $atado, pero e0&ib#a una sedosa cabellera, per-ecta$ente peinada, que ro%aba sus poderosos &o$bros. .en#a un rostro )uvenil, $uc&o $s que el de $i padre pero $s ave)entado que el $#o, de una palide% tan sobrenatural co$o los de$s. .ras observar$e con sus o)os a%ules y penetrantes, volvi' a conte$plar a los bailarines. 1a escena parec#a estre$ecerse ba)o las ardientes y oscilantes lla$as, y pese a que los o)os $e lagri$eaban debido a la densa at$'s-era, observ espantado que las -iguras bordadas en los tapices no eran las apacibles da$as y unicornios que viera en el peque!o estudio donde &ab#a$os estado antes, sino unos diablos que dan%aban en el in-ierno. Deba)o del balc'n en el que nos &allba$os aparec#an esculpidas unas grotescas grgolas representadas en el $s violento y -ero% de los estilos, y en los capiteles de las colu$nas que se ra$i-icaban y sosten#an el tec&o observ otras criaturas de$on#acas y aladas esculpidas en la piedra. +or doquier, delante y detrs de $#, conte$pl unos rostros contra#dos en una $ueca de $aldad. Mn tapi% $ostraba los c#rculos del in-ierno de Dante superpuestos uno sobre otro, los cuales alcan%aban una gran altura. 2bserv la $esa pulida y desnuda. Estaba $areado. .e$# poner$e a arro)ar, desvanecer$e. 41o que Prsula $e pide es que te &aga $ie$bro de nuestra corte 4di)o el anciano al tie$po que $e e$pu)aba contra la balaustrada, i$pidindo$e $over$e y $enos a3n &uir. "e e0presaba con vo% grave y pausada, sin o-recer ninguna opini'n al respecto4. Desea que -or$es parte de nuestra co$unidad co$o reco$pensa por &aber $atado a uno de los nuestros. <sa es su l'gica. El anciano $e observ' con o)os -r#os y pensativos $ientras segu#a su)etndo$e por el cuello, aunque sin crueldad ni violencia, s'lo para in$ovili%ar$e. En $i cabe%a bull#a un sin-#n de palabras y $aldiciones
pronunciadas a $edias, cuando de pronto sent# que ca#a al vac#o. "in que el anciano $e soltara, ca# sobre la balaustrada y al cabo de unos segundos aterric sobre la $ullida al-o$bra. El anciano $e ayud' a levantar$e y los bailarines se apartaron a a$bos lados para cedernos paso. /os detuvi$os ante el se!or del castillo, que ocupaba la silla de respaldo alto, y observ que las -iguras de $adera que ostentaba su i$ponente trono eran, por supuesto, bestiales, -elinas y diab'licas. .odo era de $adera negra, pulida &asta el e0tre$o de percibirse el olor del aceite, el cual co$binaba bien con el per-u$e de las l$paras. 1as antorc&as e$it#an un suave c&isporroteo. 1os $3sicos cesaron de tocar. *o no los ve#a. * cuando alcanc a ver la peque!a orquesta situada en lo alto, en un peque!o balc'n o galer#a, co$prob que estaba -or$ada por unos &o$bres de te% blanca co$o la porcelana, esbeltos y vestidos con ropas $odestas. .odos clavaron en $# sus o)os de gato. onte$pl al se!or del castillo. /o se &ab#a $ovido ni pronunciado una palabra. Era un &o$bre apuesto, de porte i$perial, con una cabellera rubia espesa y peinada con pulcritud, tal co$o observ antes, que le ro%aba los &o$bros. "u vesti$enta ta$bin resultaba anticuada( consist#a en una &olgada t3nica de terciopelo, no co$o las de los soldados, sino $s bien una toga adornada con un ribete de piel te!ido de escarlata co$o el del te)ido, y deba)o luc#a unas vistosas $angas abullonadas &asta el codo y ce!idas en torno a los antebra%os y las $u!ecas. Alrededor del cuello llevaba una enor$e cadena de la cual pend#an unos $edallones, cada uno de los cuales consist#a en un aro de oro e0quisita$ente labrado engar%ado con un cabu)'n, un rub#, ro)o co$o los ropa)es. Mna de sus $anos, delgada, desprovista de al&a)as, reposaba sobre la $esa sin a-ectaci'n. 1a otra no alcanc a verla. <l clav' sus o)os a%ules en $#. 1a $ano desnuda, re-inada y li$pia, indicaba que era un &o$bre puritano y erudito. Prsula avan%' &acia nosotros con paso gil a travs de las gruesas al-o$bras sobrepuestas, al%ando la -alda con a$bas $anos para no trope%ar.
4Florian 4di)o, e &i%o una pro-unda reverencia ante su se!or, que ocupaba el lugar pre-erente en la $esa4. Florian, te ruego que accedas a no$brar a este )oven, de gran carcter y -ortale%a, $ie$bro de nuestra corte. 5a%lo por $#, para satis-acer los deseos de $i cora%'n. Es cuanto te pido. 41a vo% era tr$ula pero convincente. 4KQue $e convierta en $ie$bro de esta corteL 4pregunt encendido de ira. ,ir a diestro y siniestro. 2bserv las plidas $e)illas de aquellos seres, las bocas oscuras, se$e)antes al color de una &erida sangrante. Repar en la e0presi'n vacua e i$pasible con que $e observaban. K.en#an los o)os rebosantes de un -uego de$on#aco, o &ab#an perdido todo rasgo de &u$anidad en sus se$blantesL ,ir $is $anos, $is pu!os crispados, ro)os y &u$anos, y de pronto $e percat de $i propio olor, percib# el olor de $i sudor y del polvo de la carretera que ten#a ad&erido y se $e%claba con los otros olores &u$anos. 4"#, constituyes un bocado $uy apetecible para nosotros 4 di)o el )e-e de la estra-alaria corte4. .odo el sal'n est i$pregnado de tu aro$a. +ero a3n es te$prano para que inicie$os el -est#n. 1o &ace$os cuando la ca$pana suena doce veces, seg3n nuestra costu$bre in-alible. .en#a una vo% $uy &er$osa, clara y encantadora, con un de)e -rancs, que resulta $uy seductor. "e e0presaba con una reserva y un e$paque t#pica$ente -rancs. Florian $e dirigi' una sonrisa tan dulce co$o la de Prsula, pero no era co$pasiva, ni cruel ni sarcstica. *o le $iraba s'lo a l, no $e interesaban los rostros que &ab#a a su i%quierda y derec&a. "'lo sab#a que eran $uy nu$erosos, pertenecientes a &o$bres y $u)eres por igual, que las $u)eres luc#an los $a)estuosos tocados de anta!o, y por el rabillo del o)o $e pareci' ver a un individuo vestido co$o un bu-'n. 4Mna cuesti'n de esta $agnitud, Prsula 4di)o Florian4, requiere una larga deliberaci'n. 4F '$oG 4e0cla$4. K+retendes no$brar$e $ie$bro de vuestra corteL F/i pensarloG 4Va$os, $uc&ac&o 4replic' Florian con vo% suave y tranquili%adora4. Aqu# no esta$os so$etidos a la $uerte, el deterioro o la en-er$edad. .e agitas co$o un pe% prendido en el
an%uelo( ests condenado y ni siquiera te &as percatado de que ya no te encuentras en el agua, en tu ele$ento natural. 4"e!or, no deseo -or$ar parte de tu corte 4repliqu4. A&'rrate tu a$abilidad y tus conse)os. 4Ec& una $irada alrededor4. /o $e &ables de vuestros -estines. Esos seres &ab#an adoptado un silencio abo$inable, una $irada glida que resultaba antinatural y a$ena%adora. "ent# nuseas. 2 qui% -uera pavor, un pavor que no per$itir#a que &iciera presa en $# aunque estuviera rodeado de esas diab'licas criaturas y tuviera que de-ender$e solo. 1as -iguras que se &allaban sentadas a la $esa per$anec#an in$'viles, co$o si -ueran de porcelana. "e dir#a que el $is$o &ec&o de posar con esa e0quisita co$postura -or$ara parte de su capacidad de prestar atenci'n. 42)al tuviera un cruci-i)o 4$usit, sin pensar siquiera en lo que dec#a. 4Eso no signi-ica nada para nosotros 4a-ir$' Florian. 41o s de sobra( tu da$a entr' en nuestra capilla para apoderarse de $i &er$ano y de $i &er$ana. "#, ya s que las cruces no representan nada para vosotros. +ero en estos $o$entos un cruci-i)o signi-icar#a $uc&o para $#. Di$e, Ktengo unos ngeles que $e protegenL K"ois sie$pre visiblesL K2 de ve% en cuando os con-und#s con la noc&e y desaparecisL * en tal caso, Kpuedes ver los ngeles que $e de-iendenL Florian sonri'. El anciano, que por -in $e &ab#a soltado, lo cual agradec#, e$iti' una discreta risita. +ero los otros per$anecieron i$pvidos. 2bserv a Prsula. Qu ena$orada y desesperada parec#a, con qu -ir$e%a y decisi'n $e $iraba a $# y a su se!or, al que &ab#a lla$ado Florian. "in e$bargo era tan in&u$ana co$o los otros( la siniestra i$agen de una $u)er )oven, due!a de una gracia y una belle%a indescriptibles, pero &ac#a $uc&o que &ab#a abandonado el $undo terrenal, co$o todos ellos. FQu grial de rub# ni qu &istoriasG 4Escuc&a sus palabras, se!or, pese a lo que diga 4suplic' Prsula a Florian4. 5ace $uc&o que no se oye una nueva vo% entre estos $uros, una vo% susceptible de per$anecer )unto a nosotros, de convertirse en uno de nosotros.
4En e-ecto, y este $uc&ac&o parece creer en los ngeles, y t3 lo consideras e0traordinaria$ente inteligente 4repuso Florian con tono a-able4. En verdad te aseguro, )oven Vittorio, que no veo ningunos ngeles protegindote. "ie$pre so$os visibles, co$o bien sabes, pues t3 $is$o &as conte$plado nuestra $e)or y nuestra peor -aceta. +ero lo cierto es que no nos &as visto en el $e)or $o$ento. 41o cual ans#o con i$paciencia, $i se!or 4contest4, pues estoy ena$orado de vosotros, de vuestro estilo de asesinar a la gente, por no &ablar de los estragos que vuestra corrupci'n &a causado en la poblaci'n vecina. F2s &abis apoderado incluso del al$a de los sacerdotesG 4"ilencio, no te alteres 4$e reprendi' Florian4. .u olor inunda $is -osas nasales co$o si el puc&ero estuviera &irviendo. Qui% te devore, &i)o $#o, tal ve% te descuartice y reparta los tro%os pulsantes de vida entre $is co$pa!eros para que los saboreen $ientras la sangre a3n est caliente y tus o)os pesta!ean... Al o#r esas palabras cre# enloquecer. +ens en $is &er$anos $uertos. +ens en las grotescas y tiernas e0presiones que $ostraban sus cabe%as cortadas. Era insoportable. err los o)os. .rat de evocar una i$agen que borrara esos &orrores. Record el espectculo del ngel de Fra Filippo 1ippi arrodillado ante la Virgen. "#, ngeles, ngeles, rodead$e con vuestras alas. FDios $#o, env#a$e a tus ngelesG 4F,aldita sea tu corte, de$onio de $elosas palabrasG 4 e0cla$4. K '$o lograste establecerte en esta regi'nL K '$o ocurri'L 4Abr# los o)os, pero s'lo vi a los ngeles de Fra Filippo en una con-usa $iscelnea de obras que recordaba( unos seres radiantes plet'ricos del clido aliento carnal de la tierra $e%clado con el cielo4. on-#o en que el $onstruo a quien cort la cabe%a se abrase en el in-ierno 4grit a vo% en cuello. "i el silencio puede &inc&arse y des&inc&arse, eso -ue lo que &i%o en aquella in$ensa estancia( yo s'lo o# el ru$or de $i agitada respiraci'n. +ero Florian no se in$ut'. 4+ode$os considerar tu propuesta, Prsula 4di)o. 4F/oG 4protest4. KMnir$e a vosotrosL K onvertir$e en uno de los vuestrosL F9a$sG
El anciano $e su)et' con -uer%a del cuello. "i intentaba liberar$e s'lo conseguir#a &acer el rid#culo. 7astaba con que apretara un poco $s para as-i0iar$e. Qui% -uera pre-erible. +ero deseaba a!adir algo $s. 4/unca acceder. K '$o os atrevis a pensar que $i al$a posee tan poco valor que estar#a dispuesto a entregroslaL 4K.u al$aL 4pregunt' Florian4. KQu valor tiene tu al$a cuando se niega a via)ar durante siglos ba)o las inescrutables estrellas, en lugar de unos pocos a!osL KQu valor tiene cuando se niega a perseguir la verdad durante toda la eternidad, a ca$bio de una breve y vulgar e0istenciaL 1enta$ente, entre el so-ocado $ur$ullo de sus ropa)es, Florian se levant' y $ostr' por pri$era ve% su largo $anto ro)o que ca#a &asta el suelo, -or$ando tras l una enor$e so$bra del color de la sangre. Inclin' la cabe%a ligera$ente, &aciendo que las l$paras con-irieran a su pelo un intenso tono dorado, y sus o)os a%ules adoptaron una e0presi'n $s suave. 4/osotros estba$os aqu# antes que los de tu especie 4 respondi' en un tono de vo% sie$pre contenido( segu#a $ostrndose corts y elegante4. Estba$os aqu# siglos antes de que vosotros llegarais a vuestra $onta!a. Estba$os aqu# cuando todas estas $onta!as circundantes eran nuestras. "ois vosotros los invasores. 4.ras detenerse unos instantes, Florian se irgui', adoptando una actitud i$perial, y continu'46 Es tu especie la que &a irru$pido en nuestro territorio con sus gran)as, aldeas, -ortale%as y castillos, li$itando nuestro espacio, invadiendo nuestros bosques, &asta el e0tre$o de que debe$os actuar con astucia $s que con rapide%, y ser visibles en lugar de co$portarnos :co$o un ladr'n en la noc&e;, seg3n a-ir$a la 7iblia. 4K+or qu asesinasteis a $i padre y a $i -a$iliaL 4 pregunt. Era incapa% de seguir callado por $s tie$po, no $e de)ar#a enga!ar por su &bil elocuencia, sus suaves palabras, su rostro seductor. 4.u padre y el padre de ste 4contest' Florian4, as# co$o el se!or -eudal que les precedi' talaron los rboles que rodeaban vuestro castillo. +ues bien, yo debo talar el bosque de seres &u$anos que a$ena%an con invadir $i castillo. De ve% en
cuando debo utili%ar $i &ac&a, y eso es lo que &ago y seguir &aciendo. .u padre podr#a &aber pagado el tributo y seguir viviendo tranquila$ente. +odr#a &aber prestado un )ura$ento secreto que le e0ig#a $uy poco. 4F/o creers que l iba a entregaros a nuestros ni!os para que bebierais su sangre o los sacri-icarais a "atans sobre un altarG 4.3 $is$o lo co$probars 4contest' Florian4, pues creo que debe$os sacri-icarte. 4F/o, FlorianG 4e0cla$' Prsula4. .e lo suplico. 4De)a que te &aga una pregunta, a$able se!or 4intervine yo4, dado que concedes tanta i$portancia a la )usticia y a la &istoria. "i sta es una corte, una autntica corte, Kpor qu no dispongo de una de-ensa &u$anaL K2 de unos representantes &u$anosL KDe unos abogados &u$anos que $e de-iendanL ,i pregunta desconcert' a Florian. Al cabo de unos $o$entos respondi'6 4/osotros constitui$os una corte, &i)o $#o. .3 no eres nada, y lo sabes. 5abr#a$os per$itido que tu padre viviera, al igual que per$iti$os al ciervo que &abite en el bosque para que se aparee con la &e$bra y tengan descendencia. Es as# de sencillo. 4K5ay seres &u$anos en este lugarL 4/inguno que pueda ayudarte 4respondi' Florian seca$ente. 4K/o &ay unos centinelas &u$anos que $ontan guardia de d#aL 4insist#. 4/o 4contest' Florian, y por pri$era ve% esbo%' una sonrisa de orgullo4. KAcaso piensas que los necesita$osL K rees que nuestros pic&ones sienten la tentaci'n de &uir del corral durante el d#aL K rees que necesita$os unos centinelas &u$anos en este lugarL 4Desde luego. FEsts loco si crees que voy a incorporar$e a tu corteG KQue no necesitis unos centinelas &u$anos, cuando deba)o de este castillo &ay una poblaci'n cuyos &abitantes saben lo que sois y que acud#s de noc&e porque no podis aparecer de d#aL Florian sonri' con paciencia. 4"on unas sabandi)as 4replic' sin alterarse4. /o $e &agas perder el tie$po &ablando de unos seres despreciables.
4.e equivocas al )u%garlos de $odo tan severo. En cierta -or$a creo que les a$as $s de lo que ests dispuesto a reconocer. 4En todo caso a$a su sangre 4di)o el anciano por lo ba)o entre risas. En ese $o$ento se oyeron unas t#$idas carca)adas, que se desvanecieron en el acto, co$o los -rag$entos de un ob)eto &ec&o a!icos. Florian to$' de nuevo la palabra6 4 onsiderar tu propuesta, Prsula, pero no... 4F/o, $e niegoG 4protest4. /o $e unir#a a vosotros aunque estuviera condenado a $orir. 4/o seas insolente 4$e advirti' Florian sin perder la cal$a. 4F"ois unos idiotas si creis que los &abitantes de la poblaci'n no se rebelarn y to$arn esta ciudadela a la lu% del d#a y descubrirn vuestros esconditesG 4+ercib# un $ur$ullo a travs del sal'n, pero ninguna palabra, co$o si esos $onstruos de rostro plido se co$unicaran entre s# por $edio del pensa$iento o la si$ple $irada, &aciendo que sus pesados y &er$osos ropa)es se $ovieran4. F"ois unos est3pidosG K2s dais a conocer a todo el $undo de d#a y creis que esta orte del 8rial de Rub# puede perdurar eterna$enteL 4,e o-endes 4replic' Florian, y sus $e)illas se ti!eron de un tono sonrosado que le sentaba divina$ente4. .e pido corts$ente que guardes silencio. 4K.e &e o-endidoL "e!or, per$#te$e un conse)o. De d#a estis inde-ensos, lo s per-ecta$ente. Atacis de noc&e y s'lo entonces. .odos los signos y las palabras as# lo indican. Recuerdo a vuestras &ordas &uyendo de casa de $i padre. Recuerdo la advertencia6 :,ira el cielo.; "e!or, llevis de$asiado tie$po viviendo en vuestro bosque. Deber#ais seguir el e)e$plo de $i padre y enviar a algunos disc#pulos a estudiar con los -il'so-os y los sacerdotes de la ciudad de Florencia. 4/o te burles de $# 4i$plor' Florian con su &abitual cortes#a4. onseguirs que $e eno)e, Vittorio, y no deseo &acerlo. 4.e queda poco tie$po, vie)o de$onio 4repliqu4. De $odo que dis-ruta en tu anticuado y aislado castillo $ientras
puedas. Prsula solt' una e0cla$aci'n de protesta, pero yo no estaba dispuesto a de)ar que $e interru$piera. 4Qui% lograras sobornar a la vie)a generaci'n de idiotas que gobierna &oy en d#a la poblaci'n 4di)e4, pero si crees que los $undos de Florencia, Venecia y ,iln no os atacarn antes de lo que i$aginas, es que estas so!ando. /o son los &o$bres co$o $i padre quienes representan una a$ena%a para vosotros, se!or. Es el erudito con sus libros( son los alqui$istas y los astr'logos de las universidades quienes acabarn con vosotros, la era $oderna de la que no sabes nada... Ellos os perseguirn y darn ca%a co$o a una vie)a bestia legendaria, os sacarn de vuestra guarida al calor del sol y os cortarn la cabe%a... 4F,taloG 4grit' una vo% -e$enina entre los presentes. 4Destr3yelo de in$ediato 4di)o un &o$bre. 4F/o $erece que lo encerre$os en el corralG 4a-ir$' otro. 4/o $erece per$anecer ni un solo instante en el corral, ni siquiera que lo sacri-ique$os. Acto seguido se al%' un coro de voces e0igiendo $i $uerte. 4F/oG 4grit' Prsula e0tendiendo los bra%os &acia Florian4. F.e lo suplico, FlorianG 4.or$ento, tor$ento, tor$ento 4co$en%aron a repetir dos, tres y &asta cuatro voces. 4"e!or 4terci' el anciano, aunque apenas lograba o#r su vo%4, no es $s que un $uc&ac&o. Encerr$oslo en el corral, con el resto de los pic&ones. Dentro de un par de noc&es no recordar siquiera su no$bre. Estar tan $anso y rolli%o co$o los otros. 4F,talo de una ve%G 4grit' alguien por enci$a del resto de la concurrencia. 4FAcabe$os con lG 4e0cla$aron otros. 1as peticiones sonaban cada ve% $s airadas. De pronto se oy' una estent'rea vo% a la que de in$ediato secundaron otras6 4FDesped%aloG F"in tardan%aG 4F"#, s#, s#G Aquello parec#a el batir de unos ta$bores de guerra.
#
El corral
El anciano 8odric grit' para i$poner silencio en el preciso instante en que nu$erosas $anos glidas $e as#an por los bra%os. En Florencia yo &ab#a visto a un &o$bre despeda%ado por la $ultitud. 5ab#a estado peligrosa$ente cerca de aquel atro% espectculo, y por poco $uero pisoteado por quienes, al igual que yo, trataban de &uir. De $odo que sab#a $uy bien que aquello pod#a ocurrir. Estaba resignado a su-rir esa o cualquier otra suerte, y cre#a tan -ir$e$ente en $i ira y $i rectitud co$o en la $uerte. +ero 8odric orden' a los sedientos de sangre que se retiraran, y aquel &ata)o de rostros plidos se apart' con una elegancia cortesana rayana en lo rid#culo y servil, con la cabe%a gac&a o vuelta &acia un lado, co$o si $o$entos antes no &ubieran estado dispuestos a $atar$e. *o no quit o)o a Florian, cuyo se$blante $ostraba tal acalora$iento que casi parec#a &u$ano( la sangre lat#a en sus delgadas $e)illas y en su boca, oscura co$o una cicatri% cubierta de sangre reseca, pese a su atractiva -or$a. El pelo dorado oscuro parec#a casi casta!o, y los o)os a%ules $ostraban una e0presi'n pensativa y preocupada. 4*o propongo que lo encerre$os con los otros 4apunt' 8odric, el anciano pel'n. En esos $o$entos Prsula ro$pi' a llorar, incapa% de contenerse por $s tie$po. ,e volv# &acia ella y observ la cabe%a inclinada, las $anos que le cubr#an el rostro casi por co$pleto, y vi desli%arse a travs de las arrugas de sus largos dedos unas gotas ro)as co$o si derra$ara lgri$as de sangre. 4/o llores 4di)e, sin pensar en si &abr#a sido $s prudente $antener la boca cerrada4. 5as &ec&o cuanto estaba en tu $ano, Prsula. "oy un caso perdido. 8odric se volvi' -runciendo el arrugado entrece)o. Esta ve%
yo estaba lo bastante cerca para percatar$e de que en su cabe%a blanca y pelada crec#an algunos pelos, unas escasas ce)as canosas gruesas y speras co$o astillas. Prsula e0tra)o una gasa de color rosa de un pliegue de su vestido largo de estilo i$perio -rancs, un pa!uelo con unas &o)as verdes y unas -lores rosas bordadas en las esquinas( con l se en)ug' sus &er$osas lgri$as ro)as y $e conte$pl' co$o si se derritiera de a$or. 4,i situaci'n es insalvable 4le di)e4. 5as &ec&o cuanto &as podido por salvar$e. "i pudiera, te abra%ar#a para protegerte de este dolor. +ero esta bestia $e tiene cautivo. "e produ)eron unos $ur$ullos y unas e0cla$aciones de protesta entre la congregaci'n de $onstruos vestidos de escarlata. Durante unos breves instantes $e per$it# observar los rostros de$acrados y blancos co$o la cera que -lanqueaban a Florian, y a algunas de las da$as tan a-rancesadas con sus anticuados tocados y co-ias de color rosa que no $ostraban un solo pelo de la cabe%a. .en#an un aspecto absurdo y e0quisito, y por supuesto todos eran de$onios. 8odric, el anciano pel'n, e$iti' una risita. 4,enuda colecci'n de de$onios 4co$ent con desprecio. 4Encirralo en el corral, se!or4sugiri' el calvo 8odric4. 9unto con los otros. 1uego deseo &ablar contigo en privado. * con Prsula. Est e0cesiva$ente a-ectada. 4F"u-ro por l, s#G 4replic' ella4. .e lo ruego, Florian, )a$s te &e i$plorado nada se$e)ante, t3 lo sabes. 4"#, Prsula 4ad$iti' Florian suavi%ando a3n $s el tono4. 1o s, $i bella -lor. +ero este )oven es rebelde, y su -a$ilia &a destruido sin $ira$ientos, desde los tie$pos en que nos do$inaban, a los desdic&ados $ie$bros de nuestra tribu que abandonaban el castillo para ca%ar. 5a ocurrido $s de una ve%. 4F,aravillosoG 4e0cla$4. FQu valiente, qu prodigioso, qu regalo acabas de &acer$eG Florian $e $ir' perple)o y eno)ado. Prsula avan%' precipitada$ente entre el re$olino de su -alda de terciopelo ro)o oscuro y se inclin' sobre la $esa pulida para &ablar en tono con-idencial con Florian. "'lo alcanc a ver su cabello recogido en dos largas y gruesas tren%as, entrela%adas con unas $agn#-icas cintas de terciopelo ro)o. +ese a todo, no
pude por $enos de sentir$e cautivado por la -or$a per-ecta de sus bra%os, a un tie$po esbeltos y rolli%os. 4.e lo suplico, se!or 4i$plor' Prsula4, encirralo en el corral y de)a que yo dis-rute de l tantas noc&es co$o precise para resignar$e a esta situaci'n. +er$ite que Vittorio asista esta noc&e a la $isa de $edianoc&e, y que re-le0ione. *o no respond#. ,e li$it a al$acenar aquello en $i $e$oria. Dos de los presentes, unos individuos bien rasurados que vest#an un atuendo cere$onial, aparecieron de pronto )unto a $# para ayudar a 8odric a conducir$e a $i prisi'n. Antes de que tuviera tie$po de reaccionar, $e cubrieron los o)os con un delicado lien%o. Estaba ciego. 4F/o veo nadaG 4protest. 4De acuerdo, encerradlo en el corral 4orden' Florian. ,e sacaron de la &abitaci'n apresurada$ente, co$o si los pies de quienes $e escoltaban apenas ro%aran el suelo. 1a $3sica son' de nuevo, tan $ac&acona co$o -antas$al, pero por suerte de) de o#rla al cabo de unos instantes. "'lo $e aco$pa!' la vo% de Prsula $ientras $e conduc#an escaleras arriba, propinndo$e $s de un pisot'n y su)etndo$e con tal -uer%a que $e $agullaron los bra%os. 4 alla, Vittorio, te lo ruego, no te resistas. " valiente y guarda silencio. 4K+or qu, a$or $#oL 4repliqu4. K+or qu este e$pe!o en salvar$eL KEres capa% de besar$e sin clavar$e los dientesL 4"#, s#, s# 4$e susurr' Prsula en el o#do. Advert# que $e arrastraban por un pasillo. +ercib# un sonoro coro de voces, que se e0presaban en un lengua)e corriente, el viento que aullaba -uera y una $3sica $uy distinta a la que oyera antes. 4KQu es estoL KAdonde $e llevisL 4pregunt. 2# que se cerraba una puerta a $is espaldas, y luego $e arrancaron la venda de los o)os. 4Esto es el corral, Vittorio 4di)o Prsula, y opri$i' el bra%o contra el $#o para susurrar$e al o#do46 Aqu# es donde encierran a las v#cti$as &asta que las necesitan. /os detuvi$os en un rellano de piedra que estaba desierto. 1a escalera de caracol conduc#a a un gigantesco patio in-erior, en
el cual &ab#a tal $ovi$iento que al principio $e cost' asi$ilarlo del todo. /os &allba$os en un piso alto del castillo, entre sus $uros, de eso s# $e di cuenta. 2bserv que el patio estaba cerrado por los cuatro costados, que los $uros estaban revestidos de $r$ol blanco y salpicados de $ultitud de ventanas estrec&as y puntiagudas de doble arco, en un estilo t#pica$ente -rancs. En lo alto, el cielo $ostraba un vivido y pulsante resplandor, ali$entado sin duda por las innu$erables antorc&as que &ab#a en los te)ados y los estribos del castillo. .odo esto no $e indic' gran cosa, salvo que la &uida era i$posible, pues las ventanas $s pr'0i$as eran de$asiado elevadas y el $r$ol de$asiado liso para escalar sin $s por l. 5ab#a un gran n3$ero de peque!os balcones, de$asiado elevados ta$bin para acceder a ellos, en los que vi a algunos de esos de$onios de te% plida ataviados de ro)o. ,e observaban co$o si $i entrada en el :corral; constituyera todo un aconteci$iento. .a$bin vi unos a$plios porc&es, ocupados por otros grupos de $onstruos que al parecer no ten#an nada $e)or que &acer que regodearse con el espectculo. :,alditos sean todos ellos;, pens. 1o que $e c&oc' y -ascin' -ue la gran cantidad de seres &u$anos y coberti%os que observ en el patio. En pri$er lugar, el patio estaba $s ilu$inado que la siniestra corte, donde yo acababa de ser so$etido a )uicio, por as# decirlo. onstitu#a un singular universo, en el que crec#an docenas de olivos y de$s rboles -rutales, naran)os y li$oneros, todos ellos decorados con -aroles. Era un peque!o universo repleto de personas que daban la i$presi'n de estar ebrias y aturdidas. Esos desdic&ados seres, algunos se$idesnudos, otros por co$pleto vestidos, incluso con ropas elegantes, dea$bulaban de aqu# para all o estaban sentados o tu$bados en el suelo. .odos presentaban un aspecto sucio, desali!ado, degradado. 5ab#a un gran n3$ero de c&o%as, co$o las antiguas caba!as de pa)a de los ca$pesinos, coberti%os de $adera sin puertas ni ventanas, peque!os enclaves de piedra, )ardines con prgolas y un sin-#n de serpenteantes ca$inos. Era el endiablado laberinto de un )ard#n desatendido que
poco a poco &ab#a asu$ido un aspecto selvtico ba)o la noc&e desnuda. 5ab#a un gran n3$ero de rboles -rutales y unos lugares cubiertos de &ierba, donde yac#an unas personas que conte$plaban las estrellas co$o si dor$itaran, aunque ten#an los o)os abiertos. Mna $ultitud de -loridas parras cubr#a los recintos rodeados por unas ala$bradas cuyo 3nico prop'sito parec#a ser el de crear un espacio privado. Vi unas gigantescas )aulas repletas de orondas aves, s#, aves, varias &ogueras para cocinar los ali$entos y unos enor$es puc&eros que &u$eaban sobre unos lec&os de carbones que desped#an un intenso aro$a a especias. Mnos puc&eros, s#, repletos de sopa. Vi a cuatro de$onios pululando por all#, aunque tal ve% &ubiera $s6 unos seres esquelticos, plidos co$o sus superiores, que vest#an el atuendo ro)o sangre de rigor pero llevaban las ropas toscas y &arapientas, co$o las de los ca$pesinos. Dos personas vigilaban el caldo o la sopa, o lo que -uera aquello, $ientras una tercera barr#a el suelo con una enor$e y vie)a escoba y otra transportaba sobre la cadera con gesto indi-erente un ni!o de corta edad, cuya cabe%a oscilaba de un lado a otro sobre un -rgil cuello. Era un cuadro $s grotesco e inquietante que el de la corte, repleta de unos cadavricos arist'cratas de pacotilla. 4El &u$o de los puc&eros &ace que $e escue%an los o)os 4 di)e. Aspir una deliciosa $e%cla de penetrantes aro$as. Identi-iqu $uc&as de las especias que se e$pleaban de condi$ento, as# co$o el olor de cordero y buey, aunque stos se con-und#an con otros sabores $s e0'ticos. 1os seres &u$anos que &ab#a all# parec#an aturdidos6 ni!os, ancianas, los -a$osos tullidos que )a$s aparec#an en la poblaci'n, )orobados, gente con el cuerpo de-or$e, enanos que no &ab#an alcan%ado una estatura nor$al, y unos individuos gigantescos, -ornidos y barbudos, as# co$o $uc&ac&os de $i edad o $ayores( todos ellos dea$bulaban por el recinto o estaban tu$bados en el suelo o-uscados, enloquecidos, observndonos sin de)ar de pesta!ear, perple)os, co$o si nuestra
presencia signi-icara algo que no alcan%aban a co$prender. ,ientras conte$plaba el espectculo desde el rellano de la escalera, $e sent# des-allecer, pero Prsula $e su)eto del bra%o. El aro$a de la co$ida &ab#a despertado $i apetito. ,e sent#a &a$briento, -a$lico. /o, tan s'lo ansiaba beber aquella sopa, co$o si all# no e0istiera ning3n ali$ento que no -uera l#quido. De pronto los dos caballeros en)utos e indi-erentes que no se &ab#an apartado de nosotros, aquellos que $e &ab#an vendado los o)os para conducir$e &asta all# dieron $edia vuelta y ba)aron la escalera a paso de $arc&a, &aciendo resonar sus tacones sobre las piedras. Del variopinto y disperso grupo de &u$anos que ocupaba el recinto brotaron algunas e0cla$aciones de sorpresa. Algunos se volvieron para $irarnos. 2tros, tu$bados en el suelo, sacudieron la cabe%a para despabilarse del sopor et#lico en el que se &allaban su$idos. 1os dos caballeros, con sus largas $angas que arrastraban por el suelo, se enca$inaron con la espalda tiesa y $uy )untos, co$o si -ueran &er$anos del al$a, &acia el pri$er puc&ero que vieron. 2bserv c'$o dos $ortales borrac&os se levantaban y avan%aban a tro$picones &acia los caballeros ataviados de ro)o. En cuanto a stos, parec#an divertirse desconcertando a todos. 4KQu &acenL KQu se proponenL 4,e sent#a $areado. Iba a desvanecer$e. +ero qu aro$a tan delicioso y tentador e0&alaba esa sopa4. Prsula. 4/o supe qu $s decir tras $usitar su no$bre co$o en una plegaria. 4/o te$as. *o te sostengo, a$or $#o. Esto es el corral. K1o vesL A travs de una bru$a vi a los dos caballeros pasar ba)o las ra$as speras y espinosas de los naran)os en -lor, de los que pend#an )ugosos -rutos, aunque ninguno de aquellos seres &inc&ados y aletargados necesitaba una -ruta -resca y suculenta co$o una naran)a. 1os caballeros se situaron a a$bos lados del pri$er puc&ero y, e0tendiendo la $ano derec&a, se cortaron la $u!eca derec&a con el cuc&illo que sosten#an en la i%quierda y de)aron que la sangre $anara copiosa$ente dentro del caldo. 1os &u$anos que se congregaban en torno a ellos e$itieron
un dbil grito de go%o. 4,aldita sea, es la sangre, deb# i$aginarlo 4$ur$ur. De no &aber$e su)etado Prsula, &abr#a ca#do al suelo4. El caldo est re-or%ado con sangre. Mno de los caballeros se volvi', co$o si el &u$o y los olores le disgustaran, pero de)' que su sangre siguiera cayendo dentro del puc&ero. 1uego se volvi' rpida$ente, casi con -astidio, y agarr' del bra%o a uno de los plidos, dbiles y de$acrados de$onios que vest#an ropas de ca$pesino. El caballero arrastr' al desdic&ado &asta el puc&ero. El enclenque y depauperado de$onio gi$i' y rog' que lo soltara, pero el caballero le practic' unos cortes en a$bas $u!ecas( aunque el ca$pesino volvi' la cara, el otro le su)et' con -uer%a $ientras la sangre ca#a a borbotones en el caldo. 41a obra de Dante palidece -rente a vuestros c#rculos del in-ierno 4co$ent. "in e$bargo, $e dol#a e$plear ese tono con Prsula. Ella sigui' su)etndo$e. 4"on ca$pesinos, s#, y sue!an con convertirse en caballeros, y si obedecen tal ve% lo consigan. Record que los soldados de$onios que $e &ab#an conducido &asta el castillo eran unos rudos ca%adores. .odo estaba pensado &asta el 3lti$o detalle, pero esta criatura, $i a$or de &o$bros estrec&os, de bra%os suaves y -le0ibles, con su rostro ba!ado en lgri$as, era una autntica da$a, Ko noL 4Vittorio, deseo con todo $i cora%'n que no $ueras. 4KDe veras, a$or $#oL 4respond# al tie$po que la rodeaba con $is bra%os. "i no la &ubiese abra%ado no $e &abr#a sostenido en pie. 1a vista se $e nublaba por $o$entos. on la cabe%a apoyada en el &o$bro de Prsula, la $irada dirigida &acia la $ultitud que se &allaba en el corral, vi a los seres &u$anos arre$olinarse en torno a los puc&eros e introducir sus ta%as en el caldo caliente donde &ab#a ca#do la sangre, y soplar sobre ste antes de beberlo. Entre los $uros del recinto se oy' el eco de unas breves y espelu%nantes risotadas, dedu%co que e$itidas por los espectadores situados en los balcones. De pronto se produ)o un re$olino de color ro)o, co$o si
&ubiera ca#do una gigantesca bandera desplegada. Era una da$a que &ab#a ca#do de las re$otas alturas del castillo, para aterri%ar entre las respetuosas &ordas que invad#an el corral. "e inclinaron ante ella y la saludaron. 1uego retrocedieron entre e0cla$aciones de aso$bro cuando ella se acerc' ta$bin al puc&ero y, lan%ando una estent'rea carca)ada de rebeld#a, se cort' la $u!eca y derra$' su sangre en el caldo. 4"#, queridos pollitos $#os 4di)o la da$a( despus al%' la vista y nos $ir'4. Ven, Prsula, apidate de nuestra peque!a y &a$brienta co$unidad( $ustrate generosa esta noc&e. K/o te apetece dar sangreL Deber#as darla en &onor de nuestra nueva adquisici'n. Prsula, que parec#a turbada por esta salida -uera de tono, $e su)et' suave$ente con sus largos dedos. *o la $ir a los o)os. 4Estoy ebrio, ese aro$a $e e$briaga. 4A partir de a&ora s'lo t3 recibirs $i sangre 4$usit' Prsula. 4D$ela, estoy sediento de ella, $e siento tan dbil que voy a $orir 4respond#4. F+or el a$or de Dios, t3 $e tra)iste aqu#G /o, no, vine por $i propia voluntad. 4 alla, a$or $#o 4repuso ella. Prsula $e pas' el bra%o alrededor de la cintura y co$en%' a succionar$e la piel deba)o de $i ore)a, co$o si deseara -or$ar un peque!o $ont#culo en $i cuello, caldearlo con su lengua y luego clavar$e los dientes. "ent# co$o si $e &ubiera violado, y su$indo$e de nuevo en una enso!aci'n e0tend# las $anos &acia ella( entonces a$bos ec&a$os a correr a travs del prado que nos pertenec#a s'lo a nosotros y al que aquellos otros seres )a$s podr#an acceder. 4A&, inocente a$or 4di)o Prsula $ientras beb#a $i sangre 4, inocente, inocente. De pronto sent# un -uego glido y abrasador en la &erida del cuello, co$o si un delicado parsito de largos tentculos &ubiera penetrado en $i cuerpo, alcan%ando las %onas $s re$otas del $is$o. El prado se e0tend#a a nuestro alrededor, vasto y -resco, se$brado de a%ucenas $ecidas por la brisa. KEstaba ella con$igoL K9unto a $#L En un esplendoroso instante tuve la
sensaci'n de estar solo y la o# gritar co$o si se &allara a $is espaldas. In$erso en ese sue!o e0quisito, re-rescante y sutil co$o el aleteo de un p)aro, en el que conte$pl el cielo de un a%ul pur#si$o y unas -rgiles ra$itas que se part#an al $enor contacto, quise volver$e y correr &acia ella. +ero por el rabillo del o)o conte$pl algo tan esplndido y $agn#-ico que el cora%'n $e dio un vuelco. 4F,ira, conte$pla esta belle%aG Ec& la cabe%a &acia atrs. El sue!o se &ab#a desvanecido. 1os elevados $uros de $r$ol blanco del castilloRprisi'n se ergu#an ante $is doloridos o)os. Prsula $e sostuvo al tie$po que $e observaba -i)a$ente, perple)a, con los labios ensangrentados. 1uego $e to$' en bra%os. ,e sent# inde-enso co$o un ni!o. Prsula $e transport' escaleras aba)o sin que yo pudiera $over un solo $3sculo. .uve la i$presi'n de que el universo que $e rodeaba se co$pon#a de unas -igurillas dispuestas en los balcones y en las al$enas, que re#an y $e se!alaban con sus di$inutas $anos, unas -iguras siniestras ilu$inadas por la lu% de las antorc&as. Ro)o sangre, aspira su olor. 4KQu era lo que &ab#a en el pradoL K1o visteL 4pregunt a Prsula. 4F/oG 4contest' ella. +arec#a asustada. *o yac#a sobre un $ont'n de &eno, un lec&o i$provisado. 1os pobres y desnutridos ca$pesinos de$onios $e conte$plaron con e0presi'n bobalicona y los o)os inyectados en sangre, y ella, Prsula, se cubri' el rostro con las $anos y ro$pi' a llorar. 4/o puedo de)arlo aqu#4di)o. ,e pareci' que Prsula estaba le)os, $uy le)os. 2# que unas personas lloraban. KAcaso &ab#a estallado una revuelta entre aquellos seres drogados y condenadosL 2# unos sollo%os. 4+ero lo &ars. +ri$ero te acercars al puc&ero y dars tu sangre. KQuin &ab#a pronunciado esas palabrasL *o no lo sab#a. 4... Es &ora de asistir a $isa. 4Esta noc&e no os lo llevaris.
4K+or qu lloranL 4pregunt4. K/o los oyes, PrsulaL Estn llorando. Mno de los depauperados )'venes $e $ir' a los o)os. "u)etndo$e por el pescue%o con una $ano, acerc' una ta%a de caldo a $is labios. /o quise que $e resbalara por la barbilla. 7eb# con avide%. .en#a la boca llena. 4Esta noc&e no 4di)o Prsula. "ent# que $e besaba en la -rente, en el cuello. Alguien la oblig' a apartarse. Prsula $e a-err' la $ano con -uer%a, pero al cabo de unos instantes se la llevaron de all#. 4Va$os, Prsula, d)alo. 4Duer$e, a$or $#o 4$e susurr' ella al o#do. /ot el roce de su -alda4. Duer$e, Vittorio. El que $e &ab#a dado de beber arro)' la ta%a al suelo. Atontado, borrac&o co$o una cuba, observ c'$o el contenido se derra$aba y e$papaba el &eno sobre el que $e &allaba tendido. Ella se arrodill' )unto a $#, con la boca entreabierta, ro)a y apetecible. ,e to$' el rostro con sus $anos -rescas y verti' la sangre con su boca en la $#a. 4A&, a$or $#o 4di)e. Deseaba conte$plar el prado. +ero no apareci'4. FD)a$e conte$plar el pradoG FDeseo verloG /o vi ning3n prado, s'lo la e0tra!a i$agen de su rostro( luego not que la lu% se atenuaba y que $e envolv#a un $anto de oscuridad y sonido. /o pod#a oponer $s resistencia. Era incapa% de &ablar, de recordar... +ero alguien &ab#a dic&o esas $is$as palabras. 1os sollo%os no cesaban. Eran angustiosos. Mn llanto de dolor y desesperaci'n. uando abr# los o)os de nuevo, &ab#a a$anecido. El sol &er#a $is o)os y la cabe%a $e estallaba. Mn &o$bre se &ab#a encara$ado sobre $# e intentaba arrancar$e la ropa. FEst3pido borrac&oG ,e volv#, $areado y a punto de vo$itar, y $e lo quit de enci$a( le propin un sonoro pu!eta%o que lo de)' inconsciente. .rat de levantar$e, pero no pude. 1as nuseas eran insoportables. 1os otros estaban acostados a $i alrededor, dor$idos. El sol &er#a $is o)os. 1aceraba $i piel. ,e a$adrigu en el &eno. El calor bat#a sobre $i cabe%a, y cuando $e pas las
$anos por el pelo advert# que estaba ardiendo. 1a )aqueca $e causaba unos intensos latidos en los o#dos. 4Entra en el coberti%o 4di)o una vo%. Era una vie)a decrpita, que $e indic' que $e acercara desde el coberti%o con tec&ado de pa)a4. Aqu# se est -resco. 4,alditos seis todos 4repliqu. Al cabo de unos instantes volv# a dor$ir$e. +erd# el $undo de vista. A 3lti$as &oras de la tarde recobr el conoci$iento. Estaba arrodillado )unto a uno de los puc&eros. 7eb#a un cuenco de caldo con tal avide% que $e lo ec&aba por enci$a. ,e lo &ab#a dado la vie)a. 41os de$onios duer$en 4di)e4. +ode$os... +ode$os... 4 o$prend# que era in3til. Deseaba arro)ar el cuenco al suelo, pero segu# bebiendo el caldo caliente. 4/o contiene s'lo sangre, sino ta$bin vino, un vino e0celente 4di)o la vie)a4. 7belo, $uc&ac&o, y no sentirs el $enor dolor. /o tardarn en $atarte. /o es tan terrible. Al cabo de un rato $e percat de que &ab#a oscurecido. ,e volv#. Abr# los o)os por co$pleto, pues ya no $e dol#an co$o cuando brillaba el sol. o$prend# que &ab#a perdido todo el d#a en esa ebria, est3pida y desastrosa postraci'n. 5ab#a ca#do en la tra$pa que $e &ab#an tendido. Estaba iner$e en lugar de tratar de inducir a esos in3tiles que $e rodeaban a sublevarse. FDios, c'$o pude de)ar que eso ocurrieraG A&, qu triste%a, una triste%a vaga y distante... * la dul%ura del sue!o. 4Despierta, $uc&ac&o 4$e apre$i' la vo% de un de$onio 4. Esta noc&e quieren que asistas. 4KQuinesL K+ara quL 4inquir#, al%ando la vista. 1as antorc&as estaban encendidas. .odo resplandec#a y brillaba. +ercib# el $ur$ullo de las &o)as verdes en los rboles, el intenso olor dul%'n de los naran)os. El $undo se co$pon#a de las lla$as que dan%aban en lo alto y las atractivas -or$as de las &o)as negras. El $undo era &a$bre y sed. El caldo &u$eaba en el puc&ero, y su aro$a borraba todo lo de$s. Abr# la boca para ingerirlo, aunque no &ab#a ning3n cuenco )unto a $is labios.
4*o te lo dar 4di)o la vo% del de$onio4. +ero incorp'rate. .engo que lavarte. Esta noc&e debes o-recer un buen aspecto. 4K+ara quL 4pregunt4. .odos &an $uerto. 4KQuinesL 4,i -a$ilia. 4Aqu# no est tu -a$ilia. <sta es la orte del 8rial de Rub#. .3 perteneces al se!or de esta corte. Va$os, tengo que prepararte. 4K+ara qu tienes que preparar$eL 4+ara la $isa, anda, levntate 4contest' el de$onio, de pie )unto a $#, apoyado sobre su escoba, el rostro en$arcado por unas lustrosas guede)as que le daban aspecto de duende4. 1evntate, $uc&ac&o. Quieren que acudas. Es casi $edianoc&e. 4F/o, es i$posible que sea $edianoc&eG 4grit4. F/oG 4/o te$as 4di)o l con -rialdad, irritado4. Es in3til. 4F/o lo entiendes, es la prdida de tie$po, la prdida de la ra%'n, la prdida de las &oras durante las cuales $i cora%'n lati' y $i cerebro dur$i'G F/o tengo $iedo, est3pido de$onioG El de$onio $e sostuvo con una $ano para i$pedir que $e al%ara de $i lec&o de &eno y $e lav' la cara con la otra. 4Esto ya es otra cosa. Eres un )oven $uy atractivo. "ie$pre sacri-ican los pri$eros a los e)e$plares co$o t3. Eres -uerte y posees un cuerpo y un rostro $uy bellos. F* do!a Prsula so!ando contigo y llorando por tiG "e la &an llevado. 4*o ta$bin so!aba... 4repliqu. KEra posible que estuviera conversando con ese sirviente $onstruoso co$o si -ura$os a$igosL KQu &ab#a sido de los $agn#-icos sue!os que yo te)#a, aquella in$ensa y lu$inosa $a)estadL 4+or supuesto que puedes conversar con$igo 4di)o el de$onio4. ,orirs e0tasiado, $i )oven y bello se!or. * vers las ca$panas de la iglesia ilu$inadas, y la $isa( t3 sers la o-renda de sacri-icio. 4/o, so! con unos prados 4respond#4. Vi algo en los prados. /o, no era Prsula. 45ablaba con$igo $is$o, con $i trastornada y con-undida $ente, invocando a $i sentido co$3n para que $e prestara atenci'n4. Vi a alguien en el prado. Alguien tan... /o puedo...
4/o e$peores las cosas 4di)o el de$onio en tono conciliador4. 7ien, ya s'lo -alta lustrar los botones y las &ebillas. "e nota que eras un caballero de alcurnia. Mn caballero de alcurnia... 4K2yes esoL 4pregunt' el de$onio. 4/o oigo nada. 4Es el relo), que da el tercer cuarto de la &ora. 1a $isa est a punto a e$pe%ar. /o &agas caso del ruido. "on los otros que ta$bin van a $orir sacri-icados. /o de)es que eso te ponga nervioso. "on unos lloricas.
$
!%quie&' o el sagrado sacri(icio de la &isa co&o yo )a&*s lo hab"a conte&plado
K5ab#a e0istido alguna ve% una capilla tan bella, en la que el $r$ol blanco se &ubiera e$pleado con inco$parable $aestr#aL KDe qu -uente de oro eterno proced#an esos esplndidos adornos de volutas y espirales, las altas ventanas de arco o)ival, ilu$inadas desde el e0terior por unos ardientes -uegos que pon#an de relieve, con la per-ecci'n de las )oyas, sus di$inutas y gruesas -acetas de vidrio de colores para -or$ar unas angostas y sole$nes escenas en apariencia sagradasL "in e$bargo, no eran unas escenas sagradas. ,e &allaba arriba, en el coro, sobre el vest#bulo, conte$plando la in$ensa nave y el altar que estaba situado en el e0tre$o opuesto. De nuevo $e -lanqueaban los siniestros y $a)estuosos caballeros, quienes cu$pl#an su tarea con gran -ervor $ientras $e sosten#an por los &o$bros para que per$aneciera de pie. .en#a la $ente despe)ada, aunque no del todo. ,e aplicaron de nuevo un pa!o &3$edo sobre los o)os y la -rente. El agua con que lo &ab#an e$papado proced#a de un $anantial de nieve derretida. +ese al $areo que sent#a, y a la -iebre, no perd# detalle. Vi a los de$onios dibu)ados en las relucientes vidrieras, tan &bil$ente creados con pedacitos de vidrio ro)o, oro y a%ul co$o unos ngeles o santos. Vi los rostros burlones de esos $onstruos con alas dotadas de $e$branas y garras en lugar de $anos, observando a los asistentes. Aba)o, a a$bos lados de la a$plia nave central se &allaban los $ie$bros de la i$ponente corte, con sus $agn#-icos ropa)es de color rub#, -rente al largo y a$plio co$ulgatorio, e0quisita$ente tallado, y al elevado altar que &ab#a detrs de ste. El nic&o situado detrs del altar estaba cubierto con unas
pinturas. Mnos de$onios bailaban en el in-ierno, dan%aban airosa$ente entre las lla$as co$o ba!ados por una clida lu%, y sobre ellos aparec#an inscritas en letras doradas en unos estandartes sueltos y desplegados las palabras de san Agust#n. *o las conoc#a por &aberlas estudiado, e indicaban que esas lla$as no eran las lla$as de un -uego real sino que si$boli%aban la ausencia de Dios, aunque la palabra :ausencia; se &ab#a sustituido por el tr$ino en lat#n que signi-ica :libertad;. :1ibertad; era la palabra que aparec#a esculpida, en lat#n, en los elevados $uros de $r$ol blanco, en un -riso que se e0tend#a ba)o balcones a a$bos lados de la iglesia, situados al $is$o nivel que el lugar en el que $e &allaba yo( desde all# el resto de la corte presenciaba el espectculo 1a lu% inundaba la elevada b'veda de crucer#a. K* en qu consist#a ese espectculoL El elevado altar estaba adornado con un lien%o escarlata orlado con un -leco dorado, deba)o de cuyos pliegues aso$aba un cuadro tallado en $r$ol blanco que $ostraba unas -iguras bailando en el in-ierno, aunque debido a la distancia a la que $e encontraba no pod#a apreciar su agilidad. 1o que vi con per-ecta nitide% -ueron los gruesos candelabros dispuestos no ante un cruci-i)o, sino ante una gigantesca i$agen en piedra de 1uci-er, el ngel ca#do, con sus largas guede)as en lla$as y envuelto en un torrente de -uego, plas$ado en $r$ol( en sus $anos sosten#a los s#$bolos de la $uerte6 en la derec&a la guada!a y en la i%quierda la espada del verdugo. Al conte$plar esa i$agen qued estupe-acto. Era $onstruosa, y ocupaba )usto el lugar donde yo con-iaba ver la e-igie de 9esucristo( sin e$bargo, en un $o$ento de delirio y agitaci'n $is labios esbo%aron una sonrisa y $i tai$ada $ente $e di)o que aqulla no era $enos grotesca que una i$agen de 9es3s cruci-icado. 1os guardianes $e su)etaron con -uer%a. K5ab#a perdido el equilibrioL De pronto, unos de$onios que estaban a $i alrededor, y en los que ni siquiera &ab#a reparado, e)ecutaron un tenue redoble de ta$bores, lento y siniestro, $elanc'lico y &er$oso en su deste$plada sencille%. Acto seguido se oy' un coro de graves tro$pas que
interpretaron una dulce canci'n cuyos diversos registros se co$binaban a la per-ecci'n( no era la reiterativa $3sica de acordes que oyera la v#spera, sino una lnguida e i$plorante poli-on#a de $elod#as tan tristes que inundaron $i cora%'n de pesar, pulsaron las -ibras de $i cora%'n e &icieron que las lgri$as a-loraran a $is o)os. +ero Kqu era esoL KQu era esa $3sica co$puesta por unas ricas y variadas voces que $e rodeaba e invad#a la nave, y cuyo eco resonaba sobre el satinado $r$ol $ientras ascend#a suave y per-ecta &asta el lugar donde yo conte$plaba e$belesado la distante -igura de 1uci-erL .odas las -lores que conten#an los )arrones de plata y oro depositados a sus pies eran ro)as( de color ro)o eran las rosas y los claveles, los lirios y unas -lores salva)es cuyo no$bre yo desconoc#a. El altar rebosaba de vida y estaba cubierto con ob)etos de ese color intenso, ese esplndido $ati%, el 3nico color que le quedaba a 1uci-er y pod#a brotar de su inevitable e irre$isible oscuridad. 2# las polvorientas y sonoras notas de la c&iri$#a, el peque!o oboe y la dul%aina, y otros peque!os instru$entos de lengNetas que se tocan con la boca, y luego el tono $s resonante del sacabuc&e de $etal, y el sutil y $elodioso sonido de los $artillos al percutir en las tensas cuerdas del salterio. Esa $3sica bastaba para subyugar$e, para llenar $i al$a( sus $elodiosos &ilos se entrete)#an, solapaban y ar$oni%aban para luego separarse. "u belle%a $e de)' sin aliento y deslu$brado. "in e$bargo, observ las estatuas de los de$onios dispuestas de derec&a a i%quierda Dtan se$e)antes a los caballeros y da$as sentados a la $esa en la corte que conte$plara la noc&e anteriorE, a partir de la i$ponente e-igie de su diablo. KEran unos va$piros esos en)utos santos del in-ierno, tallados en $adera dura porque sta posee un brillo de nogal ro)i%o, ataviados con las elegantes y austeras vestiduras ce!idas a sus esbeltos cuerpos, los o)os entornados, la boca abierta $ostrando dos col$illos blancos que reposaban sobre el labio in-erior, co$o dos di$inutos -rag$entos de $ar-il destinados a re$arcar el prop'sito de cada $onstruoL FA&, qu &orrenda catedralG Intent volver la cabe%a, cerrar los o)os, pero su $is$a $onstruosidad $e -ascinaba. Mn c3$ulo
de patticos pensa$ientos incone0os no llegaron a alcan%ar $is labios. 1as tro$pas callaron, as# co$o los r3sticos instru$entos de $adera. :/o te desvane%cas, dulce $3sica. /o $e de)es aqu#.; Entonces se oy' un coro de $elodiosas voces de tenor, que entonaron unas palabras en lat#n que yo no co$prend#, un &i$no en &onor de los $uertos, un &i$no en &onor de la $utabilidad de todas las cosas, y acto seguido percib# el sonoro y lustroso coro de sopranos $asculinos y -e$eninas, ba)os y bar#tonos, que cantaban con vigor -or$ando una esplndida poli-on#a en respuesta a los solitarios tenores6 :Voy a reunir$e con el "e!or, pues <l &a per$itido que estas criaturas de las tinieblas respondan a $is s3plicas...; KQu palabras de pesadilla eran sasL De nuevo se oy' el sonoro y nutrido coro de nu$erosas voces en respuesta a las de los tenores6 :1os instru$entos de la $uerte $e aguardan en su clido y devoto beso, y por voluntad divina trans$itirn a sus cuerpos $i sangre, $i 0tasis, el ascenso de $i al$a a travs de la suya, a -in de conocer el cielo y el in-ierno durante su oscuro servicio.; El ar$onio e)ecut' su sole$ne canci'n. En el santuario de la iglesia, aco$pa!ados por la $s sonora, rica y lustrosa poli-on#a que yo )a$s &ab#a escuc&ado, penetraron unas -iguras ataviadas con ropa)es sacerdotales. Vi al se!or, Florian, vestido con una esplndida casuc&a ro)a co$o si -uera el $is$#si$o obispo de Florencia( salvo que sta ostentaba con insolencia la cru% de risto boca aba)o, en &onor del $aldito, y en su rubia cabe%a no tonsurada luc#a una corona engar%ada con )oyas co$o si se tratara a la ve% de un $onarca -ranco y el sirviente del se!or oscuro. 1as notas sonoras y agudas de las tro$pas presid#an la $elod#a. 5ab#a co$en%ado una $arc&a, punteada por el redoble seco y sostenido de los ta$bores. Florian ocup' su lugar ante el altar, de cara a los asistentes que se congregaron en la iglesia. A su lado estaba Prsula, con el cabello suelto y largo &asta los &o$bros, aunque cubierta co$o ,ar#a ,agdalena con un velo escarlata que le ro%aba el dobladillo de su ce!ido vestido. Prsula ten#a el rostro vuelto &acia $#, y pese a la gran
distancia que nos separaba observ que sus $anos, unidas en actitud de oraci'n, con los dedos )untos, te$blaban. Al otro lado del su$o sacerdote Florian se &allaba su ayudante, el anciano pel'n, quien ta$bin luc#a una casulla y unas $angas de enca)e rica$ente bordadas. A a$bos lados del altar aparecieron unos ac'litos, unos de$onios )'venes y altos con los t#picos rostros de $ar-il cincelado, que vest#an las si$ples casullas propias de los que ayudan al sacerdote que dice $isa. Estos procedieron a ocupar su lugar -rente al largo co$ulgatorio. De nuevo se elev' un $agn#-ico coro de voces en -alsete que se $e%claban con autnticas sopranos y los resonantes ba)os de los varones, del que e$anaba un aire tan ca$pestre co$o el de los instru$entos de viento de $adera, todo ello punteado por la resonante declaraci'n del $etal. KQu se propon#anL KQu &i$no era este que cantaban a&ora los tenores, y qu signi-icaba la respuesta que e$it#an unas voces )unto a $#, unas palabras cantadas en lat#n de -or$a desordenada e inco&erenteL6 :"e!or, &e llegado al valle de la $uerte( se!or, &e llegado al -in de $is cuitas( se!or, en tu no$bre doy vida a quienes languidecer#an en el in-ierno de no ser por tu divino plan.; ,i al$a se rebel'. 2diaba ese espectculo, y sin e$bargo no pod#a apartar los o)os de l. Recorr# la iglesia con la $irada. 2bserv por pri$era ve% los en)utos y de$on#acos seres que e0&ib#an sus col$illos sobre unos pedestales instalados entre las estrec&as vidrieras, y el resplandor de las velitas dispuestas en un sin-#n de candeleros. 1a $3sica son' una ve% $s para dar paso a la sole$ne declaraci'n de los tenores6 :.raed la pila, para que aquellos que constituyen nuestra o-renda sean puri-icados.; * la orden se cu$pli'. Mnos )'venes de$onios vestidos de $onaguillos aparecieron portando en sus $anos dotadas de una -uer%a sobrenatural una $agn#-ica pila bautis$al de $r$ol rosa de arrara, que depositaron a los pies del co$ulgatorio. 4Qu aberraci'n convertir este espectculo en algo tan &er$oso 4$ur$ur.
4"ilencio, $uc&ac&o 4replic' el $a)estuoso guardia que estaba )unto a $#4. 2bserva, pues lo que vers aqu# no lo volvers a conte$plar )a$s en la .ierra, y puesto que irs a reunirte con Dios sin &aberte con-esado, arders para sie$pre en el in-ierno. 1o di)o co$o si estuviera convencido de ello. 4/o tienes poder alguno para condenar $i al$a 4 $ur$ur, tratando en vano de ver con $ayor nitide%, de librar$e de esa sensaci'n de debilidad que $e obligaba a depender de las $anos que $e sosten#an. 4Adi's, Prsula 4$usit al tie$po que dibu)aba un beso con los labios. +ero en ese $o$ento #nti$o y $ilagroso, que pas' inadvertido para el resto de los asistentes, la vi $over la cabe%a en un peque!o y secreto gesto de negaci'n. /adie lo advirti' porque todos estaban absortos en aquel espectculo in-inita$ente $s trgico que cualquier otro rito que &ab#a$os presenciado con anterioridad. Escoltado por unos de$onios ac'litos que vest#an t3nicas ro)as y $angas de enca)e ribeteadas de escarlata y oro, avan%aba por la nave un triste $uestrario de los cautivos en el corral6 vie)as que ca$inaban arrastrando los pies, &o$bres borrac&os y unos ni!os a-errndose a los de$onios que los conduc#an a la $uerte, co$o las desdic&adas v#cti$as de un &orrendo y anticuado )uicio donde los &i)os de los condenados eran conducidos al cadalso )unto a sus padres. F5orrorG 4F,alditosG F*o os $aldigoG FDios, &a% que tu )usticia caiga sobre ellosG 4$ur$ur4. FDerra$a tus lgri$as sobre nosotrosG F1lora por nosotros, 9esucristo, por esta atrocidadG Entorn los o)os. ,e pareci' so!ar de nuevo, y volv# a conte$plar el verde e ili$itado prado( una ve% $s, $ientras Prsula corr#a &ac#a $#, cuando su cuerpo gil y )uvenil atraves' apresurada$ente el elevado prado tapi%ado de &ierba y a%ucenas apareci' otra -igura, una que $e result' -a$iliar... 4F"#, ya te veoG 4e0cla$ dirigindo$e a esta visi'n en $i sue!o, que &ab#a logrado rescatar a $edias. +ero tan pronto co$o la &ube reconocido e identi-icado, la -igura desapareci', y con ella todo recuerdo de la $is$a6 el e0quisito rostro, su cuerpo y su signi-icado, su puro y poderoso
signi-icado. 1as palabras &uyeron de $#. Vi a Florian al%ar la vista, eno)ado, silencioso. 1as $anos de los guardias que estaban )unto a $# se clavaron en $i carne. 4"ilencio 4di)eron al un#sono, sus 'rdenes solapndose entre s#. 1a &er$osa $3sica se elev' $s y $s, co$o si las agudas voces de soprano y las resonantes y sinuosas tro$pas quisieran obligar$e a callar y prestar atenci'n tan s'lo al sacr#lego bautis$o. 1a cere$onia co$en%'. A la pri$era v#cti$a, una anciana con la espalda encorvada, le quitaron sus $#seras ropas y la lavaron derra$ando unos pu!ados de agua sobre ella en la pila bautis$al, tras lo cual la condu)eron &asta el co$ulgatorio. F+obre $u)er, tan -rgil, tan desprotegida por sus parientes y sus ngeles guardianesG 1uego $e toc' ver c'$o desnudaban a los ni!os, conte$plar sus piernecitas y sus nalgas desnudas, los &uesudos &o$bros, las paletillas se$e)antes a alitas de ngel, y ver c'$o se situaban te$blando ante el largo co$ulgatorio de $r$ol. 2curri' de -or$a rpida. 4F,alditos ani$ales, pues eso es lo que sois, no unos airosos de$onios, noG 4$ur$ur, debatindo$e para obligar a los dos in-a$es sirvientes que $e ten#an su)eto a que $e soltaran4. F"#, sois cobardes y serviles, c'$plices de esta abo$inaci'nG 41a $3sica so-oc' $is oraciones4. Dios $isericordioso, env#a$e tus ngeles 4di)e a $i cora%'n secreto4, env#a a tus ngeles vengadores ar$ados con su espada de -uego. FDios, no soporto estoG Ante el co$ulgatorio se &allaban dispuestas todas las v#cti$as, desnudas y te$blorosas, $ostrando el vivido color carnal que contrastaba con el lu$inoso $r$ol y los plidos sacerdotes. 1as lla$as de las velas dan%aban sobre el gigantesco 1uci-er, con sus enor$es alas $e$branosas, el cual presid#a el espectculo. El se!or, Florian, to$' al pri$er co$ulgante en sus $anos, y apro0i$' sus labios para beber. 1os ta$bores bat#an con -uer%a y dul%ura al tie$po que las voces se $e%claban y ascend#an &acia el cielo. +ero no &ab#a cielo
alguno deba)o de aquellas in$ensas colu$nas de $r$ol blanco, de los arcos de encuentro. /o &ab#a nada sino $uerte. 1os $ie$bros de la corte -or$aron dos &ileras a a$bos lados de la capilla y avan%aron en silencio &acia el co$ulgatorio, donde cada uno to$' a una v#cti$a, inde-ensa y dispuesta para el sacri-icio. El se!or y su da$a eligieron a sus v#cti$as, algunas de las cuales co$partieron( una v#cti$a pas' de $ano en $ano( y as# prosigui' esta $acabra cere$onia, una -arsa, una bestial co$uni'n. "'lo Prsula per$aneci' in$'vil. 1os co$ulgantes $or#an. Algunos ya estaban $uertos. /inguno cay' al suelo. 1os e0ni$es cuerpos eran atrapados de -or$a &bil y silenciosa por los de$onios ac'litos, quienes se apresuraban a retirarlos. 1os ac'litos ba!aron a otras v#cti$as y las condu)eron al co$ulgatorio. El espectculo no ter$inaba nunca. Florian bebi' una y otra ve% la sangre de los ni!os que colocaban ante l, su)etndolos por la nuca con sus -inos dedos $ientras acercaba los labios a los cuellos. ,e pregunt qu palabras en lat#n se atrev#a a pronunciar en esos instantes. 1enta$ente, los $ie$bros de la corte abandonaron el santuario, avan%ando por las naves laterales para ocupar de nuevo sus puestos. Estaban saciados. El color de la sangre te!#a los rostros otrora plidos que invad#an cada rinc'n de la capilla, y yo, que ten#a la vista nublada y la cabe%a rebosante de la bella $3sica, tuve la i$presi'n de que todos se &ab#an convertido en &u$anos, al $enos durante ese breve espacio de tie$po. 1a vo% de Florian lleg' a $is o#dos suave y -ir$e a travs de la a$plia nave6 4"#, so$os &u$anos durante este instante, debido a la sangre de los vivos. 5e$os vuelto a encarnarnos, )oven pr#ncipe. Veo que lo &as co$prendido. 4+ero no lo perdono, se!or 4repliqu en un $ur$ullo e0asperado. "e produ)o un breve silencio, tras lo cual los tenores declararon6 :5a llegado el $o$ento( la $edianoc&e no &a concluido.;
1as -rreas $anos de los guardias que $e su)etaban $e obligaron a volver$e &acia un lado, $e sacaron del coro y descendi$os por la escalera de caracol de $r$ol blanco. uando sal# de $i estupor, sostenido a3n por $is celadores, y conte$pl la nave central, s'lo quedaba la pila bautis$al. .odas las v#cti$as &ab#an desaparecido. Entonces tra)eron una enor$e cru%, que colocaron, invertida, a un lado del altar, apoyada contra el co$ulgatorio. Florian al%' la $ano para $ostrar$e cinco gigantescos clavos de &ierro que sosten#a, y $e indic' que $e apro0i$ara. Aseguraron la cru% en su lugar correspondiente, co$o si la instalaran con -recuencia en l. Era de e0celente $adera dura, gruesa, pesada y pulida, aunque $ostraba las $arcas de otros clavos, y sin duda las $anc&as de sangre de otras v#cti$as. 1a base enca)aba a los pies del co$ulgatorio, contra la barandilla de $r$ol, de -or$a que quien -uera clavado en ella estar#a a un $etro del suelo y visible para todos los -ieles. 4F1os -ieles, esa pandilla de salva)esG 4e0cla$ con una despectiva risotada. Di gracias a Dios y a sus ngeles de que los o)os de $i padre y $i $adre estuvieran deslu$brados por la lu% celestial y no pudieran conte$plar esta cruel degradaci'n. El anciano 8odric $e $ostr' las dos copas de oro que sosten#a en sus $anos. Enseguida co$prend# el signi-icado. on esas copas recoger#an $i sangre a $edida que $anara de las &eridas causadas por los clavos. El anciano inclin' la cabe%a. 1os guardias $e obligaron a avan%ar por la nave. 1a estatua de 1uci-er aparec#a cada ve% $s in$ensa detrs de la resplandeciente -igura ponti-icia de Florian. ,is pies apenas ro%aron el $r$ol. .odos los $ie$bros de la corte se volvieron para presenciar $i sacri-icio, pero sin apartar la vista de su se!or. 5icieron que $e detuviera ante la pila bautis$al para lavar$e el rostro. "acud# la cabe%a, $o)ando a quienes trataban de lavar$e. 1os ac'litos se $ostraban co&ibidos ante $#. "e acercaron y e0tendieron t#$ida$ente las $anos para desabroc&ar $is &ebillas.
4Desnudadlo 4orden' Florian, $ientras $e ense!aba de nuevo los clavos que sosten#a en la $ano. 4*a entiendo, cobarde se!or 4di)e4. Es $uy -cil cruci-icar a un )oven co$o yo. FQue Dios se apiade de tu al$aG F5a%lo, deleita a tu corte con el espectculoG Del balc'n superior brotaron unas notas $usicales. El coro se elev' de nuevo en respuesta y co$o contrapunto al &i$no que entonaban los tenores. *o no encontraba palabras para describir lo que sent#a( s'lo ve#a la lu% de las velas y ten#a la seguridad de que iban a despo)ar$e de $i ropa para so$eter$e a ese tor$ento, a esa sacr#lega cruci-i0i'n, )a$s santi-icada por san +edro, pues la cru% invertida ya no es sino un s#$bolo del ,aligno. De pronto los ac'litos apartaron sus te$blorosas $anos de $#. En lo alto, las tro$pas e)ecutaron su $s bella y con$ovedora canci'n. 1os tenores -or$ularon una pregunta, con sus voces per-ectas, desde el balc'n superior6 :K/o pode$os salvar a este )ovenL K/o pode$os salvar su vidaL; El coro enton' al un#sono6 :K/o pode$os librarlo del poder de "atansL; Prsula avan%' unos pasos, se quit' de la cabe%a el in$enso y largo velo ro)o que ro%aba el suelo y lo arro)' de -or$a que descendi' co$o una nube en torno a ella. A su lado apareci' un ac'lito que sosten#a en la $ano $i espada y $is pu!ales. De nuevos las voces de los tenores i$ploraron6 :Mn al$a liberada para que recorra el $undo, enloquecida, y relate s'lo a los o#dos $s pacientes el poder de "atn.; El coro cant', e)ecutando una poli-'nica $elod#a, y de pronto se apoder' de su cntico una inequ#voca a-ir$aci'n. 4K '$o, no voy a $orirL 4e0cla$. ,e volv# para observar el rostro de Florian, en cuyas $anos reca#a esta decisi'n. +ero no alcanc a verlo. El anciano 8odric se &ab#a interpuesto entre a$bos. .ras abrir con su rodilla la puerta que daba acceso al co$ulgatorio de $r$ol, avan%' &acia $# y $e acerc' a los labios una de las copas doradas.
47ebe y olvida, Vittorio. +ara que no perda$os el cora%'n y el al$a de Prsula, debes perderla t3. 4F/oG 4grit' Prsula4. F/oG "obre el &o$bro de 8odric vi a Prsula arrebatar de $anos de Florian tres clavos y arro)arlos sobre el $r$ol. El volu$en del coro se intensi-ic', elevndose &acia los arcos de la b'veda. /o percib# el i$pacto de los clavos sobre la piedra. El sonido del coro era )ubiloso, -estivo. El tono lasti$ero del rquie$ se &ab#a es-u$ado. 4F/o, Dios, si deseas salvar el al$a de Prsula, llva$e a la cru%, t'$a$e a $#G 8odric $e acerc' la copa a los labios. Prsula $e oblig' a abrir la $and#bula y el l#quido se desli%' por $i garganta. +oco antes de cerrar los o)os vi $i espada al%ada ante $#, su larga &o)a, la e$pu!adura, co$o si -uera una cru%. "e oyeron unas risas tenues y burlonas que se $e%claban con la $gica e indescriptible belle%a del coro. El velo ro)o de Prsula cay' sobre $#. Vi el te)ido ro)o al%arse ante $is o)os y lo sent# descender sobre $# co$o una lluvia prodigiosa, i$pregnado de su per-u$e y su ternura. 4Aco$p!a$e, Prsula... 4$usit. <sas -ueron $is 3lti$as palabras. :E0pulsado;, e0cla$aron las voces desde el balc'n superior. :E0pulsado...;, e0cla$' el in$enso coro, al que parec#an &aberse unido las voces de los $ie$bros de la corte. :E0pulsado.; err los o)os en el instante en que el velo ro)o $e cubri' el rostro, ad&irindose co$o la tela de una bru)a a $is dedos que intentaban apartarlo y sobre $is labios abiertos. 1as tro$pas procla$aron la verdad. :F5a sido perdonadoG FE0pulsadoG;, cantaron las voces. 4E0pulsado y condenado a la locura 4$e susurr' 8odric al o#do4. ondenado a vagar enloquecido toda la eternidad, cuando te pudiste convertir en uno de nosotros. 4"#, en uno de nosotros 4apostill' Florian con suave e i$perturbable vo%. 4Est3pido 4$e espet' 8odric4. +udiste ser in$ortal. 4.e &abr#as convertido en uno de nosotros, in$ortal, i$perecedero, y &abr#as reinado aqu# en todo tu esplendor 4 declar' Florian.
41a in$ortalidad o la $uerte 4di)o 8odric4( sas eran las opciones que se te o-rec#an, pero ests condenado a vagar por el $undo enloquecido y vilipendiado por todos. 4"#, enloquecido y vilipendiado 4$ur$ur' una vo% in-antil a $i o#do. * luego otra46 Enloquecido y vilipendiado. 4Enloquecido y vilipendiado 4repiti' Florian. El coro sigui' entonando el glorioso &i$no, ya sin ninguna aspere%a en sus palabras, y reson' con -uer%a en $is o#dos pese a que estaba ador$ecido. 4Mn loco obligado a vagar por el $undo, despreciado por todos 4a-ir$' 8odric. egado, re-ugiado en la suavidad del velo, e$briagado por la p'ci$a que &ab#a bebido, -ui incapa% de responderles. reo que sonre#. "us palabras resultaban vanas en co$paraci'n con las voces tranquili%adoras del coro. Eran tan est3pidos que ni siquiera se &ab#an percatado de que lo que dec#an no ten#a ninguna i$portancia. 4+udiste ser nuestro )oven pr#ncipe. 4KEra la vo% de Florian, que estaba )unto a $#L FEl -r#o e i$pvido FlorianG4. .e &abr#a$os a$ado co$o te a$a ella. 4Mn )oven pr#ncipe 4di)o 8odric4, que &abr#a gobernado aqu#, con nosotros, eterna$ente. 4+ero se &a convertido en el bu-'n de alqui$istas y vie)as co$adres 4co$ent' Florian en tono sole$ne. 4"# 4apostill' una vo% )uvenil4, &a sido un est3pido al abandonarnos. uan $ilagrosos eran los &i$nos, que convert#an sus palabras en unas $eras s#labas dulces y poli-'nicas. "ent# el beso de Prsula a travs del velo. reo que lo not. En un tenue y -e$enino $ur$ullo, di)o con sencille%, sin a$argura6 4A$or $#o. Esa -rase resu$#a su triun-o y su adi's. "ent# que $e su$#a en el sue!o $s pro-undo y benvolo que Dios pod#a o-recer$e. 1a $3sica dio -or$a a $i cuerpo, insu-l' aire en $is pul$ones, cuando todos los sentidos $e &ab#an abandonado.
+
,ngeles que o"&os cantar en las alturas
1lov#a a cntaros. /o, &ab#a cesado de llover. +ero no entend#an lo que yo dec#a. ,e rodeaban unos &o$bres. Estba$os cerca del taller de Fra Filippo. *o conoc#a la calle. 5ac#a apenas un a!o que &ab#a estado all# con $i padre. 45abla $s despacio. orrr... plop... /o tiene sentido. 4Quere$os ayudarte 4di)o el otro4. Dinos el no$bre de tu padre. +ronuncialo poco a poco. A$bos &o$bres $enearon la cabe%a, perple)os. *o cre#a e0presar$e con claridad. 2#a per-ecta$ente lo que dec#a6 1oren%o di Raniari, el no$bre de $i padre. K+or qu no lo o#an ellosL *o era su &i)o, Vittorio di Raniari. /ot que ten#a los labios &inc&ados. 1a lluvia $e &ab#a puesto perdido. 41lven$e al taller de Fra Filippo. ono%co a los que traba)an all# 4di)e. ,i gran pintor, $i apasionado y ator$entado pintor. "us aprendices $e reconocer#an. <l no, pero sus aprendices $e &ab#an visto llorar aquel d#a al conte$plar su obra. 1uego quer#a que esos &o$bres $e condu)eran a casa de os$e, en la V#a del 1argo. 4KFi, -iL 4repitieron los &o$bres, i$itando $is torpes intentos de pronunciar el no$bre del gran pintor. 5ab#a -racasado de nuevo. ,e dirig# &acia el taller. .ropec y por poco caigo de bruces. Eran unos &o$bres &onrados. *o transportaba $is pesadas al-or)as sobre el &o$bro derec&o, y $i espada $e golpeaba la pierna &aciendo que perdiera el equilibrio. .uve la sensaci'n de que los elevados $uros de Florencia se $e ven#an enci$a. +or poco aterri%o en el suelo. 4F os$eG 4grit. 4F/o pode$os llevarte a casa de os$e sin $sG "e negar a recibirte.
4+or -in $e &an co$prendido, $e &an o#do. +ero el &o$bre lade' la cabe%a, a-anndose en entender lo que yo dec#a. Era un &onrado co$erciante que vest#a un severo tra)e verde y estaba calado &asta los &uesos, sin duda por $i culpa. ,e negaba a poner$e a resguardo de la lluvia, porque ya no ten#a sentido. ,e &ab#an encontrado tendido en $edio de la +ia%%a della "ignoria, ba)o la lluvia. 4*a lo recuerdo, lo recuerdo con claridad. Vi la entrada del taller de Fra Filippo a unos $etros de distancia. Estaban ba)ando las persianas. 5ab#an vuelto a abrir el taller tras la tor$enta, y el agua se secaba sobre las calles adoquinadas. Mnas personas salieron del taller. 4FEsos &o$bres que estn a&# dentroG 4grit. 4KQu dicesL 1os co$erciantes se encogieron de &o$bros, pero $e ayudaron. El $s anciano $e sostuvo por el codo. 41lev$oslo a "an ,arcos, all# le atendern los $on)es. 4F/o, no, debo &ablar con os$eG 4protest. 1os &o$bres volvieron a encogerse de &o$bros y $enearon la cabe%a, perple)os. De pronto $e detuve. Al notar que $e ta$baleaba un poco, $e agarr con rude%a del &o$bro del co$erciante $s )oven. 2bserv el taller en la distancia. Estaba en una peque!a calle)uela, apenas lo bastante anc&a para que pasaran los caballos y no lasti$aran a los transe3ntes( las -ac&adas de piedra prctica$ente ocultaban el cielo encapotado. Algunas ventanas se encontraban abiertas, y parec#a que bastaba con e0tender el bra%o por la ventana para tocar la casa de en-rente. F+ero qu ve#an $is o)os all#, -rente al tallerG F1os vi a los dos con toda nitide%G 4,iren 4di)e de nuevo4. K/o los venL 1os co$erciantes no pod#an verlos. F+or todos los santosG 1as dos -iguras que se &allaban ante el taller e$it#an un -ulgor co$o si estuvieran ilu$inadas desde el interior de su radiante piel y sus &olgados ropa)es. ,e ec& las al-or)as al &o$bro y apoy la $ano en la e$pu!adura de la espada. +od#a sostener$e en pie, pero i$agino que conte$plaba a aquellas dos -iguras con o)os co$o
platos. 1os dos ngeles, cuyas alas oscilaban ligera$ente al rit$o de sus palabras y sus gestos, estaban discutiendo ante la entrada del taller. Discut#an sin reparar en los &u$anos que pasaban )unto a ellos y no pod#an verlos. 1os dos ngeles eran rubios, yo los conoc#a a los dos por &aberlos visto en las pinturas de Fra Filippo, y o#a sus voces. Reconoc# los bucles de uno de ellos, cuya cabe%a estaba coronada con una guirnalda de -lorecillas idnticas, el largo $anto escarlata y la t3nica de color a%ul celeste ribeteada de oro. Al otro ta$bin lo conoc#a, reconoc# su cabe%a descubierta y su pelo espon)oso y $s corto que el de su co$pa!ero, y el collar dorado y la insignia sobre su $anto, as# co$o las gruesas pulseras que luc#a en las $u!ecas. +ero ante todo reconoc# sus rostros, las inocentes caras sonrosadas, los o)os serenos, grandes pero estrec&os. 1a lu% era tenue, todav#a so$br#a y tor$entosa, aunque el sol luc#a detrs de las plo$i%as nubes. /ot que $is o)os se &u$edec#an. 42bserven sus alas 4$ur$ur. 1os co$erciantes no pod#an verlas. 4Recono%co esas alas. 1os cono%co a los dos( al ngel rubio, con esa cascada de bucles que se derra$a sobre su cabe%a, el que aparece en la -n+nciaci%n y tiene las alas co$o las de un pavo real, de un a%ul brillante, y el otro, que tiene las plu$as cubiertas del $s puro oro en polvo. El ngel que luc#a la coronita de -lores gesticulaba $uy e0citado. 1os gestos y la actitud agresiva &abr#an en-urecido a un &o$bre $ortal, pero en realidad no discut#an de -or$a acalorada. El ngel s'lo intentaba e0plicarse. ,e $ov# despacio, apartndo$e de $is a$ables aco$pa!antes, quienes no pod#an ver lo que ve#a yo. KQu cre#an que $iraba yoL 1a puerta del taller, los aprendices en las so$bras del interior del taller, unos breves -rag$entos de paneles y lien%os a $edio pintar, el a$plio vest#bulo $s all del cual se reali%aba el traba)o. El otro ngel $ene' la cabe%a con e0presi'n so$br#a. 4/o estoy de acuerdo 4di)o con vo% serena y $elodiosa4.
/o pode$os e0trali$itarnos. K rees acaso que no $e duele, que no $e &ace llorarL 4KQu es lo que te &ace llorarL 4pregunt. A$bos ngeles se volvieron y $e $iraron. Entonces plegaron los dos sus oscuras, $ulticolores y vistosas alas, co$o si quisieran encogerse &asta &acerse invisibles, aunque yo les ve#a con claridad6 resplandecientes, rubios, per-ecta$ente reconocibles. A$bos $e $iraron estupe-actos. K+or qu $e $irar#an as#L 4F8abrielG 4e0cla$, se!alando con el dedo4. .e cono%co, te &e visto en la -n+nciaci%n. 1os dos sois 8abriel, cono%co las pinturas, os &e visto6 8abriel y 8abriel, Kc'$o es posibleL 4+uede vernos 4di)o el ngel que gesticulaba con ve&e$encia. .en#a una vo% suave pero la o# con total nitide%4. +uede o#rnos 4a!adi' al tie$po que su e0presi'n de aso$bro se acentuaba( pose#a un aire inocente y paciente, algo preocupado. 4+ero Kqu dices, $uc&ac&oL 4pregunt' el co$erciante que estaba )unto a $#4. "ernate. 1levas una -ortuna en esas al-or)as. .ienes los dedos cargados de anillos. +rocura &ablar con sensate%. .e llevar )unto a tus -a$iliares, pero debes decir$e quines son. *o asent# sonriendo, pero sin quitar o)o a los sobresaltados y at'nitos ngeles. "us ropas parec#an ligeras, casi transl3cidas, co$o si no estuvieran &ec&as de un te)ido natural, del $is$o $odo que su piel incandescente ta$poco parec#a natural. .odo su aspecto era $s e0quisito de lo nor$al, co$o entrete)ido de lu%. Mnos seres co$puestos de aire, de prop'sito, de presencia y de actos. KEran sas las palabras de santo .o$s de Aquino, la S+ma teol%'ica con la cual yo &ab#a aprendido lat#nL Qu prodigiosa$ente bellos eran, tan distantes y a salvo de cuanto les rodeaba( in$'viles en $itad de la calle, envueltos en su serena e ingenua sencille%, observndo$e con aire pensativo, co$pasivo, curioso. Mno de ellos, el que luc#a la guirnalda de -lores, el de las $angas de color a%ul celeste, el que &ab#a logrado con$over$e cuando conte$pl la -n+nciaci%n )unto a $i padre, el ngel del que $e &ab#a ena$orado, avan%' &acia $#. Al apro0i$arse su ta$a!o au$ent', &acindose $s alto y
volu$inoso. ,ientras avan%aba en silencio, ataviado con sus &olgadas y airosas ropas, rebosaba tanto a$or que parec#a $s in$aterial y $onu$ental$ente s'lido, $s re-le)o de la creaci'n divina que cualquier ser de carne y &ueso. El ngel sacudi' la cabe%a y sonri'. 4/o, t3 eres la $e)or e0presi'n de la creaci'n divina 4di)o con una vo% suave que sin e$bargo traspas' el parloteo que $e rodeaba. a$inaba co$o un ser $ortal, pisando con sus pies desnudos los sucios adoquines de la calle -lorentina, sin reparar en los &o$bres que no pod#an verlo pese a que el ngel estaba )unto a $#. Entonces abri' las alas y volvi' a plegarlas, de -or$a que s'lo alcanc a ver los &uesos cubiertos de plu$as que aso$aban sobre sus &o$bros estrec&os co$o los de un $uc&ac&o. .en#a el rostro l#$pido, te!ido por el radiante color que le con-iriera Fra Filippo en la pintura. uando sonri', advert# que $i cuerpo te$blaba violenta$ente de puro go%o. 4KEs sta $i locura, arcngelL 4pregunt4. KAcaso se &a cu$plido la $aldici'n de los de$onios, que a-ir$aron que ver#a visiones y suscitar#a el desprecio de &o$bres instruidosL ,i perorata sobresalt' a los caballeros que trataban de ayudar$e. Estaban desconcertados. 4KQuL +ero Kqu dicesL En un esplendoroso instante record un detalle que $e ilu$in' el cora%'n, el al$a y la $ente, co$o si el sol inundara una celda l'brega y siniestra. 4Fue a ti a quien vi en el prado, cuando ella bebi' $i sangre. El ngel, ese ngel -r#o y sereno que luc#a $ultitud de rubios e in$aculados bucles y unas $e)illas lo%anas y plcidas, $e $ir' a los o)os. 4Eres el arcngel 8abriel 4di)e con tono reverente. .en#a los o)os llenos de lgri$as y sent# deseos de cantar y llorar a un tie$po. 4+obre $uc&ac&o 4co$ent' el co$erciante de $s edad4. /o &ay ning3n ngel -rente a ti. +resta atenci'n, te lo ruego. 4Ellos no nos ven 4a-ir$' el ngel esbo%ando de nuevo una sonrisa a$able y radiante. En sus o)os se re-le)aba la lu% del cielo, que &ab#a co$en%ado
a despe)arse. ,e $ir' co$o si a $edida que $e observaba -uera penetrando en lo $s &ondo de $i al$a. 41o s 4respond#4. FEllos no lo sabenG 4+ero yo no soy 8abriel, no debes lla$ar$e as# 4replic' el ngel en tono corts y sosegado4. /o soy el arcngel 8abriel, $i )oven a$igo, sino "et&eus, un si$ple ngel guardin. Qu paciente se $ostraba con$igo, con $i llanto y la colecci'n de $ortales ciegos y preocupados que nos rodeaban. Estaba tan cerca de $# que &abr#a podido tocarlo, pero no $e atrev#. 4K,i ngel de la guardaL 4pregunt4. KEs eso ciertoL 4/o 4contest' el ngel4. /o soy tu ngel de la guarda. A sos debes buscarlos por tu cuenta. *a &as visto a los ngeles guardianes de otros, aunque no $e e0plico c'$o ni por qu. 4/o te pongas a re%ar a&ora 4protest' el anciano, $al&u$orado4. Dinos quin eres, $uc&ac&o. Antes pronunciaste un no$bre, el de tu padre. Rep#telo. El otro ngel, que per$anec#a in$'vil co$o si estuviera de$asiado estupe-acto para $overse, de pronto de)' a un lado toda reserva y avan%' &acia nosotros descal%o y en silencio, con el $is$o porte airoso que su co$pa!ero, co$o si las speras piedras, los c&arcos y la tierra no pudieran ensuciarlo o lasti$arlo. 4K rees que esto es prudente, "et&eusL 4inquiri', aunque sus o)os plidos e iridiscentes $e observaron con la $is$a a-ectuosa curiosidad, el $is$o intenso y tolerante inters que $ostrara el otro. 4.3 apareces en la otra pintura. .a$bin te cono%co( te a$o con todo $i cora%'n 4di)e. 4K on quin &ablas, &i)oL 4pregunt' el co$erciante $s )oven4. KA quin a$as con todo tu cora%'nL 4KEntonces puede o#r$eL 4repuse volvindo$e &acia el co$erciante4. K,e entiendeL 4"#, s#, pero dinos tu no$bre. 4Vittorio di Raniari 4contest4, a$igo y aliado de los ,dicis, &i)o de 1oren%o di Raniari, del castillo Raniari, en el norte de .oscana. ,i padre &a $uerto, y toda $i -a$ilia. +ero... 1os dos ngeles se &allaban ante $#, )untos, uno con la cabe%a inclinada &acia el otro $ientras a$bos $e conte$plaban. .uve la
certe%a de que los $ortales, a pesar de su ceguera, no pod#an entorpecer la visi'n de los ngeles ni interponerse entre ellos y yo. F unto ansiaba tocarlosG +ero $e -altaba valor. El pri$ero que &ab#a &ablado al%' sus alas y, a $edida que stas se agitaban y estre$ec#an, $e pareci' que derra$aban una suave lluvia de polvo de oro, pero nada era co$parable al rostro pensativo y perple)o del ngel. 4De)a que te lleven a "an ,arcos 4di)o el ngel lla$ado "et&eus4. +er$ite que te aco$pa!en &asta all#. "on buena gente y te de)arn al cuidado de los $on)es, que te instalarn en una celda. /o podr#as estar en un lugar $e)or, pues esa casa se encuentra ba)o el $ecena%go de os$e, y co$o sabes Fra 8iovanni &a decorado la celda que t3 ocupars. 4"et&eus, l ya sabe esas cosas 4co$ent' el otro ngel. 4"#, pero deseo tranquili%arlo 4repuso "et&eus encogindose leve$ente de &o$bros $ientras observaba algo desconcertado a su co$pa!ero. /ada caracteri%aba sus rostros de -or$a tan $arcada co$o aquella e0presi'n de ligero desconcierto 4+ero t3 4di)e4, "et&eus, Kpuedo lla$arte por tu no$breL, no de)ars que $e separen de ti, KverdadL /o lo &agas. .e ruego que no $e abandones. .e lo suplico. /o $e de)es. 4Debe$os de)arte 4contest' el otro ngel4. /o so$os tus guardianes. K '$o es que no puedes ver a tus ngeles guardianesL 4Espera, cono%co tu no$bre. +uedo o#rlo. 4/o 4replic' este ngel, que era $s quisquilloso, al tie$po que agitaba un dedo co$o si rega!ara a un ni!o. +ero yo continu6 4 ono%co tu no$bre. 1o o# cuando estabais discutiendo, y lo oigo a&ora al conte$plar tu rostro. Ra$iel, as# te lla$as. 1os dos sois los ngeles guardianes de Fra Filippo. 4Esto es un desastre 4$ur$ur' Ra$iel con e0presi'n de disgusto4. K '$o &a podido ocurrirL "et&eus $ene' la cabe%a y esbo%' de nuevo una sonrisa. 4Est claro que nuestra obligaci'n es ir con l. 4KA&oraL KQuieres que parta$os a&ora $is$oL 4pregunt' Ra$iel, que a pesar su i$paciencia no estaba eno)ado. Era co$o si sus pensa$ientos estuvieran depurados de todo
senti$iento ruin, co$o por otra parte era nor$al tratndose de ngeles. "et&eus se inclin' &acia el anciano, quien, por supuesto, no pod#a verlo ni o#rlo, y le susurr' al o#do6 41leva al c&ico a "an ,arcos( &a% que lo instalen en una buena celda, pues tiene dinero de sobra para pagarla, y pide a los $on)es que cuiden de l &asta que se restable%ca. 41uego $e $ir' y a!adi'46 /osotros te aco$pa!are$os. 4/o pode$os &acer eso 4protest' Ra$iel4. /o pode$os de)ar a la persona que est a nuestro cargo( Kc'$o va$os a &acer se$e)ante cosa sin per$isoL 4Debe$os &acerlo. .ene$os per$iso. Estoy seguro de ello 4insisti' "et&eus4. K/o co$prendes qu &a ocurridoL <l nos &a visto, nos &a o#do y &a captado tu no$bre, y &abr#a captado el $#o de no &abrselo revelado yo. +obre Vittorio, ire$os contigo. *o asent#, a punto de llorar al o#r que los ngeles se dirig#an a $#. 1a calle &ab#a adquirido un aire gris, silencioso y vago en torno a sus i$ponentes y radiantes -iguras( la sutil lu$inosidad de sus prendas oscilaba en torno a ellos co$o si el te)ido celestial -uera agitado por unas corrientes de aire que los $ortales no percib#an. 4F<stos no son nuestros no$bres autnticosG 4$e reprendi' Ra$iel, aunque con la suavidad que se e$plea al rega!ar a un ni!o. "et&eus sonri'. 4+uedes lla$arnos por esos no$bres, Vittorio 4di)o. 4"#, llev$oslo a "an ,arcos 4di)o el &o$bre que estaba a $i lado4. Va$os. 1os $on)es se ocuparn de l. 1os co$erciantes $e condu)eron &acia la e$bocadura de la calle. 4En "an ,arcos estars $uy bien atendido 4co$ent' Ra$iel, co$o si se despidiera de $#. "in e$bargo los dos ngeles ec&aron a andar con nosotros, un poco re%agados. 4F/o $e abandonisG F/o podis &acerloG 4rogu a los ngeles. Estos parec#an perple)os. "us &er$osas t3nicas plisadas de gasa no estaban $anc&adas por la lluvia, los dobladillos aparec#an relucientes e in$aculados co$o si no &ubieran ro%ado
el suelo, y sus pies desnudos o-rec#an un aspecto e0quisita$ente tierno $ientras segu#an nuestros pasos. 4De acuerdo 4consinti' "et&eus4. /o te inquietes, Vittorio. Ire$os contigo. 4/o pode$os de)ar a la persona que se encuentra a nuestro cargo para irnos con otra, no es correcto 4sigui' protestando Ra$iel. 4Es deseo de Dios. K '$o va$os a contrariarleL 4K* ,aste$aL K/o deber#a$os preguntrselo a ,aste$aL 4sugiri' Ra$iel. 4K+or quL <l ya debe de saberlo. 1os ngeles se pusieron de nuevo a discutir, detrs de nosotros, $ientras yo $e apresuraba por la calle. El cielo plo$i%o resplandec#a( luego palideci' y en el preciso instante en que llega$os a la pla%a dio paso al color a%ul. El sol $e deslu$br', &i%o que $e sintiera $areado( sin e$bargo lo deseaba con -ervor, lo ansiaba, aunque l $e rec&a%ase y $e a%otara. Faltaba poco para llegar a "an ,arcos. 1as piernas apenas $e sosten#an. ,ientras avan%aba no de)aba de volver$e. 1as dos lustrosas y doradas -iguras nos segu#an en silencio( "et&eus $e indic' que no $e detuviera. 4Descuida, esta$os aqu#, contigo 4di)o el ngel. 4F/o s yo si obra$os bienG 4terci' Ra$iel4. Filippo )a$s se &ab#a $etido en un l#o tan gordo, )a$s &ab#a ca#do en se$e)ante tentaci'n, en se$e)ante igno$inia... 4+or eso nos &an apartado de l, para que no nos in$iscuya$os en lo que tiene que ocurrir. "abe$os que estba$os a punto de tener proble$as debido a Filippo y a lo que ste &a &ec&o. FAy, Filippo, veo el panora$a con toda claridadG 4KDe qu estn &ablandoL 4pregunt a los co$erciantes4. /o s qu dicen sobre Fra Filippo. 4KQuin est &ablando, si puede saberseL 4replic' el anciano $eneando la cabe%a $ientras escoltaba por la calle a este )oven desquiciado que cargaba una $olesta y ruidosa espada. 4 alla, $uc&ac&o 4$e indic' el otro &o$bre, que sosten#a prctica$ente todo $i peso4. o$prende$os lo que dices, pero ests desvariando( &ablas con gente a la que no ve$os ni o#$os.
4Fra Filippo, el pintor..., Kqu le &a ocurridoL 4quise saber 4. .iene proble$as. 4Es intolerable 4declar' el ngel Ra$iel a $is espaldas4. Es i$pensable que eso ocurra. "eg3n $i opini'n, que nadie $e la &a preguntado ni $e la preguntar, si Florencia no estuviera en guerra con Venecia, os$e de ,dicis proteger#a a su pintor de esto. 4K+ero de qu lo proteger#aL 4pregunt $irando al anciano a los o)os. 42bedce$e, &i)o 4repuso el anciano4. a$ina derec&o y de)a de golpear$e con esa espada. Eres un gran se!or, eso se ve a la legua( el apellido Raniari $e suena, creo &aber o#do decir que proviene de las distantes $onta!as de la .oscana, y el oro que luces en la $ano derec&a pesa $s que la dote de $is dos &i)as )untas, pero no $e grites en la cara. 41o la$ento, no pretend# &acerlo. Es que los ngeles no se e0presan con claridad. El otro &o$bre que $e sosten#a a$able$ente, que $e ayudaba a portar las al-or)as que conten#an toda $i -ortuna, sin siquiera tratar de robar$e nada, di)o6 4"i te interesas por Fra Filippo, debes saber que vuelve a estar en graves apuros. 1o &an torturado. 1o &an so$etido al potro de tor$ento. 4F/o, es i$posible que le ocurra eso a Fra Filippo 1ippiG 4 ,e detuve en seco y grit46 KQuin ser#a capa% de &acerle algo as# al gran pintorL ,e volv#, y los dos ngeles de pronto se cubrieron el rostro con las $anos, con la $is$a delicade%a con que Prsula se cubriera el suyo, y ro$pieron a llorar. +ero sus lgri$as eran $aravillosa$ente cristalinas y transparentes. "e li$itaron a $irar$e. De pronto sent# un intenso dolor al pensar en Prsula. :FQu &er$osas son estas criaturasG KEn qu pante'n oculto deba)o de la orte del 8rial de Rub# duer$es que no eres capa% de verlas, de conte$plar su silencioso ca$inar a travs de las calles de la ciudadL; 4Es cierto 4di)o Ra$iel4. +or desgracia lo es. KQu clase de ngeles guardianes so$os que &e$os per$itido que Filippo, un pendenciero y un e$baucador, se $etiera en estos proble$asL K '$o es que no &e$os sabido i$pedirloL
4"'lo so$os ngeles 4respondi' "et&eus4. Ra$iel, no debe$os )u%gar a Filippo. /o so$os )ueces, sino guardianes, y por el bien del $uc&ac&o, que tanto le quiere, no digas esas cosas. 4/o pueden torturar a Fra Filippo 1ippi 4protest4. KA quin &a e$baucadoL 4A l $is$o 4contest' el anciano4. Esta ve% se &a enga!ado a s# $is$o. Vendi' un cuadro que le encargaron, y todo el $undo sabe que buena parte de la obra la pint' uno de sus aprendices. 1o &an so$etido al potro de tor$ento, pero no &a salido $uy $altrec&o. 4F,enos $alG FQu &o$bre tan $agn#-icoG 4e0cla$4. +ero dicen que le &an torturado. K+or qu, c'$o puede alguien )usti-icar esa estupide%, esa o-ensaL Es un agravio contra los ,dicis. 4"ilencio, )ovencito( Filippo &a con-esado 4respondi' el $s )oven de los $ortales4. El asunto prctica$ente est %an)ado. F,enudo $on)e el tal Fra Filippo 1ippiG uando no se dedica a perseguir a las $u)eres, se $ete en una bronca. 5ab#a$os llegado a "an ,arcos. /os detuvi$os delante de la puerta del $onasterio, que estaba situada al nivel de la calle, al igual que todos esos edi-icios en Florencia, co$o si las aguas del Arno no se desbordaran nunca, lo cual suced#a de ve% en cuando. F unto $e alegr de conte$plar ese para#soG +ero en $i $ente bull#an $il pensa$ientos. El recuerdo de los de$onios y el &orrendo cri$en qued' borrado por el espantoso &ec&o de que el artista a quien yo $s a$aba en el $undo &ab#a su-rido el potro de tor$ento co$o si se tratara de un vulgar cri$inal. 4A veces, Filippo se co$porta co$o... un vulgar cri$inal 4 di)o Ra$iel. 4+agar una $ulta y proble$a resuelto 4di)o el anciano co$erciante. .ir' de la ca$panita del $onasterio para que los $on)es nos abrieran la puerta. 1uego $e dio una pal$adita con una $ano larga, cansada y seca4. De)a de lloriquear, criatura, basta ya. Filippo es un pel$a%o, lo sabe todo el $undo. F2)al tuviera una $#ni$a parte de la santidad de Fra 8iovanniG Al &ablar de Fra 8iovanni se re-er#an, por supuesto, al gran Fra Anglico, el pintor que unos siglos $s tarde &ar#a que la
gente se arrodillara estupe-acta ante sus pinturas, y -ue en ese $onasterio que Fra 8iovanni traba)aba y viv#a( -ue a&# donde pint' para os$e las celdas de los $on)es. KQu pod#a decir yoL 4"#, s#, Fra 8iovanni, pero yo no... yo... no le a$o. Desde luego le quer#a, le respetaba a l y su $aravillosa obra, pero no sent#a por l el a$or que $e inspiraba Filippo, el pintor al que s'lo &ab#a visto una ve%. K '$o pod#a e0plicar esas cosas tan e0tra!asL De pronto $e aco$etieron unas ganas de vo$itar irrepri$ibles. ,e apart de los a$ables co$erciantes que intentaban ayudar$e y arro) en plena calle todo cuanto ten#a en el buc&e, la sanguinolenta porquer#a que $e &ab#an dado a beber los de$onios. 2bserv c'$o ca#a de $is labios y se escurr#a por la calle. 2l# el p3trido &edor y vi c'$o aquel $e)un)e $edio digerido, co$puesto de vino y sangre, se -iltraba por las grietas entre los adoquines. En aquellos $o$entos se $ani-est' todo el &orror de la orte del 8rial de Rub#. "e apoder' de $# una pro-unda sensaci'n de i$potencia, y o# a los de$onios susurrar$e al o#do :loco y vilipendiado;( entonces dud de todo cuanto &ab#a visto, de lo que yo era, de lo que $e &ab#an revelado &ac#a unos $o$entos. ,i padre y yo cabalgba$os )untos a travs de un bosque de ensue!o, &ablando sobre las pinturas de Filippo. *o era un )oven arist'crata y ten#a el $undo ante $#( el intenso y grato aro$a de los caballos se $e%claba con la -ragancia del bosque. :1oco y vilipendiado. 1oco, cuando pudiste &aber sido in$ortal.; uando $e enderec de nuevo, $e apoy contra el $uro del $onasterio. 1a lu% que e$anaba del -ir$a$ento a%ul era tan intensa que cerr los o)os, pero $e deleit en su calor. +oco a poco las nuseas se disiparon y trat de serenar$e, de repri$ir el dolor que $e produc#a la lu% para a$arla y con-iar en ella. Ante $# vi el rostro del ngel "et&eus, a $edio $etro de distancia, $irndo$e con aire preocupado. 48racias a Dios que ests aqu#4$usit. 4"#, te lo pro$et# 4contest' l. 4/o $e abandonars, KverdadL 4pregunt.
4/o 4respondi' el ngel. Ra$iel $e observaba por enci$a del &o$bro de su co$pa!ero, co$o si por pri$era ve% $e e0a$inara detenida$ente y con inters. "u pelo corto y suelto le daba un aspecto $s )oven que el otro, aunque esas di-erencias no ten#an la $enor i$portancia. 4/i la $s $#ni$a 4$ur$ur' Ra$iel al tie$po que sonre#a ta$bin por pri$era ve%. 45a% lo que te indican esas a$ables personas 4di)o Ra$iel 4. De)a que te condu%can al interior del $onasterio, para que concilies un sue!o pro-undo y natural, y cuando te despiertes $e &allars )unto a ti. 4+ero es un &orror, una &istoria de &orrores 4$ur$ur4. Filippo )a$s pint' esos &orrores. 4/o so$os unos seres pintados 4terci' "et&eus4. 1o que Dios nos tiene reservado lo averiguare$os )untos, t3, Ra$iel y yo. A&ora debes entrar. 1os $on)es ya estn aqu#. .e de)a$os a su cuidado, y cuando despiertes nos vers )unto a ti. 4 o$o la oraci'n 4$ur$ur. 4As# es 4contest' Ra$iel. El ngel al%' la $ano. Vi la so$bra de sus cinco dedos y sent# su tacto sedoso cuando $e cerr' los prpados.
,e su$# en un sue!o pro-undo, s#, pero no &asta $uc&o $s tarde. Vi, en unas i$genes con-usas y protectoras, un $aravilloso pa#s de cuento de &adas. Mn -ornido $on)e y sus asistentes $e transportaron al interior del $onasterio de "an ,arcos. /o e0ist#a $e)or lugar para $# en toda Florencia, salvo qui% la casa de os$e, que el $onasterio de los do$inicos de "an ,arcos. A&ora bien, en toda Florencia e0isten $uc&os edi-icios e0quisitos, de tal $agni-icencia que de ni!o era incapa% de catalogar en $i $ente todas las rique%as que ve#a ante $#. +ero creo que no e0iste un claustro $s sereno que el de "an ,arcos, el cual &ab#a sido renovado reciente$ente por el &u$ilde y &onrado ,ic&elo%%o a petici'n de os$e el Vie)o. .en#a una larga y venerable &istoria en Florencia, y &ab#a sido cedido &ac#a relativa$ente poco a los do$inicos. Estaba dotado de unos aspectos subli$es que no pose#an otros $onasterios. o$o sab#a toda Florencia, os$e &ab#a invertido una -ortuna en "an ,arcos, acaso para co$pensar todo el dinero que &ab#a ganado con la usura, pues co$o banquero cobraba intereses a sus clientes y por tanto era un usurero, aunque ta$bin lo eran quienes depositaban dinero en su banco. "ea co$o -uere, os$e, nuestro cabecilla, nuestro autntico l#der, a$aba ese lugar y lo &ab#a dotado de nu$erosos tesoros, aunque el $e)or sin duda eran los edi-icios nuevos, de unas proporciones soberbias. 1os detractores, esos que protestan contra todo, esos que nunca &acen nada e0traordinario y sospec&an de todo lo que no se encuentra en un estado de perpetua degradaci'n, dec#an sobre l6 :,anda grabar su escudo de ar$as &asta en los e0cusados de los $on)es.;
+or cierto, el escudo de ar$as e0&ibe cinco protuberantes bolas sobre el $is$o, cuyo signi-icado &a $erecido diversas e0plicaciones( pero lo que sus ene$igos ven#an a decir era que os$e colgaba sus pelotas sobre los e0cusados de los $on)es. FQu $s quisieran sus ene$igos que tener esos e0cusados o esas pelotasG 5abr#a sido $s inteligente por parte de esos &o$bres se!alar que os$e pasaba $uc&os d#as en el $onasterio entregado a la $editaci'n y la oraci'n, y que el antiguo prior, Fra Antonino, gran a$igo y conse)ero de os$e, era a&ora ar%obispo de Florencia. +ero el $undo est lleno de ignorantes y todav#a &oy, al cabo de quinientos a!os, &ay quienes se dedican a c&is$orrear sobre os$e. uando traspuse la puerta pens6 :KQu diantres voy a decir a estas gentes en la casa de DiosL; En cuanto ese pensa$iento &ubo surgido en $i ador$ecida $ente y, $e te$o que de $i drogada y ador$ecida boca, o# a Ra$iel soltar una risotada a $i o#do. .rat de co$probar si estaba a $i lado, pero volv# a sentir nuseas y a desvariar, y estaba tan $areado que s'lo repar en que &ab#a$os penetrado en el claustro $s apacible y grato que yo )a$s viera. El sol &er#a $is o)os, por lo que en aquellos $o$entos no pude agradecer a Dios la belle%a de aquel )ard#n cuadrado y -rondoso que ocupaba el centro, pero distingu# con nitide% y agrado los arcos ba)os y redondeados que cre' ,ic&elo%%o, unos arcos que -or$aban el suave y plido tec&o abovedado del claustro. El equilibrio que $ostraban las colu$nas de unos contornos pur#si$os, con sus peque!os capiteles )'nicos, contribu#a a $i sensaci'n de seguridad y pa%. 1as proporciones constitu#an la especialidad de ,ic&elo%%o. uando constru#a un lugar, lo abr#a. * estas espaciosas logias eran su sello personal. /ada pod#a borrar de $i $e$oria el recuerdo de los gigantescos y a-ilados arcos g'ticos del castillo -rancs ubicado en el norte, ni de las torres de piedra adornadas con -iligranas que parec#an se!alar con aversi'n al .odopoderoso. * aunque yo sab#a que )u%gaba de $odo err'neo ese estilo arquitect'nico y su
prop'sito Dantes de que se apoderaran de l Florian y su orte del 8rial de Rub#, ste se &ab#a originado gracias a los devotos es-uer%os de los -ranceses y los ger$anosE, no lograba eli$inar aquella odiosa visi'n de $i $ente. Al tie$po que trataba desesperada$ente de contener los v'$itos, $e rela) y ad$ir este edi-icio -lorentino. Mn $on)e corpulento co$o un oso, que sonre#a con su &abitual e inveterada a-abilidad, $e transport' en sus -ornidos bra%os a travs del claustro, a travs del )ard#n abrasado por el sol, seguido por otros $on)es que vest#an &olgados &bitos negros y blancos( sus rostros en)utos y radiantes -or$aban un c#rculo en torno a nosotros $ientras avan%ba$os apresurada$ente. +or $s que $ir, no vi a $is ngeles. "in e$bargo esos &o$bres eran lo $s parecido a unos ngeles que e0iste en el $undo. /o tard en percatar$e, debido a $is anteriores visitas a este i$ponente lugar, de que no $e conduc#an al &ospicio, donde ad$inistraban -r$acos a los en-er$os de Florencia, ni ta$poco al re-ugio de los peregrinos, sie$pre atestado de gente que acud#a a &acer o-rendas y re%ar, sino que sub#a$os la escalera del edi-icio donde se encontraban las celdas de los $on)es. ,areado ante aquella belle%a y sintiendo un nudo en la garganta, conte$pl en la ci$a de la escalera, e0tendido sobre el $uro, el -resco de la -n+nciaci%n de Fra 8iovanni. F1a -n+nciaci%n* ,i pintura -avorita, la que signi-icaba $s para $# que cualquier otro $otivo religioso. /o es que -uera la obra cu$bre de $i turbulento Filippo 1ippi, no, pero era $i pintura, y esto sin duda representaba un augurio de que ning3n de$onio puede condenar a un al$a a travs del veneno que contenga la sangre que le obliga a beber. :K.e obligaron ta$bin a beber la sangre de PrsulaL DQu pensa$iento tan &orrendo.E .rata de no recordar sus suaves dedos, cuando la separaron de ti por la -uer%a, est3pido borrac&o, trata de no recordar sus labios y el largo y &3$edo beso de sangre que derra$' en tu boca.; 4F,iradlaG 4e0cla$, se!alando con un bra%o -lccido la pintura. 4"#, s#, aqu# &ay $uc&as 4respondi' sonriendo el corpulento $on)e que $e recordaba a un oso.
El autor era, por supuesto, Fra 8iovanni. ualquiera se &abr#a dado cuenta a si$ple vista. Ade$s, yo conoc#a ese cuadro y Fra 8iovanni Dper$ita el lector que le recuerde de nuevo que se trataba de Fra AnglicoE &ab#a pintado un ngel y una Virgen de aspecto severo, apacible, tierno pero sencillo, &u$ilde y desprovisto de adornos. 1a visitaci'n ten#a lugar entre los arcos ba)os y redondos co$o los que -or$aban el claustro que acabba$os de abandonar. uando el $on)e dio $edia vuelta para conducir$e a travs de aquel corredor tan anc&o co$o pulido, austero y &er$oso, intent -or$ar las palabras $ientras portaba la i$agen del ngel en $i $ente. Deseaba decir a Ra$iel y a "et&eus, suponiendo que estuvieran a3n )unto a $#6 :FFi)aos en 8abriel, sus alas s'lo presentan unas sencillas listas de color, y -i)aos c'$o su t3nica cae en pliegues si$tricos y disciplinadosG; .odo esto yo lo co$prend#a, al igual que co$prend#a la i$presionante grandiosidad de Ra$iel y "et&eus, pero desvariaba de nuevo. 41os &alos 4di)e4. FE&, vosotros dosG KD'nde os &abis $etidoL Vuestros &alos aparecen suspendidos sobre vuestras cabe%as. *o los &e visto. 1os &e visto en la calle y en las pinturas. "in e$bargo en la pintura de Fra 8iovanni el &alo es plano y rodea el rostro pintado, un disco duro y dorado en el centro de la obra... 1os $on)es se ec&aron a re#r. 4K on quin &ablas, )oven se!or Vittorio di RaniariL 4 pregunt' uno de ellos. 4"ilencio, $uc&ac&o 4di)o el $on)e corpulento( advert# las vibraciones de la resonante vo% de ba)o a travs de su poderoso pec&o4. .e cuidare$os con $i$o. +ero a&ora debes guardar silencio. ,ira, esto es la biblioteca, Kves a esos $on)es que traba)an a&#L Era evidente que se sent#an orgullosos. Aunque $ientras $e transportaba en bra%os podr#a &aber vo$itado sobre el in$aculado suelo, el $on)e se volvi' para que yo viera a travs de la puerta entreabierta la larga &abitaci'n atestada de libros y $on)es traba)ando, y de paso conte$pl de nuevo el tec&o abovedado de ,ic&elo%%o( all# no se elevaba &asta el in-inito, sino que se curvaba con suavidad sobre las cabe%as de los $on)es
y de)aba que sobre ellos se al%ara un volu$en i$portante de lu% y aire. ,e pareci' ver visiones. Vi unas -iguras $3ltiples y triples en lugar de una sola unidad, y durante unos segundos de bru$osa con-usi'n unas alas angelicales y unos rostros ovalados que $e observaban a travs del $isterioso velo de lo sobrenatural. 4K/o los veisL 4-ue cuanto atin a decir. .en#a que entrar en la biblioteca y encontrar los te0tos que de-in#an a los de$onios. F"#, no &ab#a renunciado a $i e$pe!oG F/o era un idiota babeanteG ontaba con la ayuda de unos ngeles de Dios. 1levar#a a Ra$iel y a "et&eus a la biblioteca y les $ostrar#a los te0tos. !o sa,emos, &ittorio, ,orra esas im'enes de t+ mente, podemos verlas. 4KD'nde estisL 4pregunt. 4"ilencio 4respondieron los $on)es. 4K,e ayudaris a regresar all# para $atarlosL 4Ests desvariando 4di)eron los $on)es. os$e era el custodio de esa biblioteca. A la $uerte del vie)o /iccolo deQ /iccoli, un $aravilloso coleccionista de libros con el que yo &ab#a conversado $uc&as veces en la biblioteca de Vespasiano, os$e don' todos sus libros religiosos, y qui%s otros, a este $onasterio. *o estaba convencido de que en esa biblioteca &allar#a la prueba, en las obras de san Agust#n o santo .o$s de Aquino, sobre los diablos contra los que yo &ab#a luc&ado. /o. /o estaba loco. /o &ab#a capitulado. /o era un idiota. F2)al que el sol no penetrara por las peque!as y elevadas ventanas de ese espacioso lugar para abrasar$e los globos oculares y las $anosG 4"ilencio, silencio 4di)o el corpulento $on)e, sin de)ar de sonre#r4. 7albuceas co$o un beb6 aaa&, g3, g3 g3. K/o te oyesL Atiende, en la biblioteca estn $uy ocupados. 5oy se encuentra abierta al p3blico. .odos anda$os &oy $uy a)etreados. El $on)e ec&' de nuevo a andar, de)ando atrs la biblioteca, y $e condu)o a una celda. 4+or aqu#... 4continu', co$o si tratara de aplacar a un ni!o rebelde4. A pocos pasos de aqu# est la celda del prior, Ky a que
no i$aginas quin est all# en estos $o$entosL El $is$#si$o ar%obispo. 4Antonino 4$ur$ur. 4En e-ecto, &as acertado. 5ace un tie$po, nuestro Antonino. K* a que no adivinas qu &a venido a &acer aqu#L ,e sent#a tan $areado que no respond#. 1os $on)es que $e rodeaban $e en)ugaron el rostro con unos trapos -r#os y $e alisaron el pelo. Era una celda espaciosa y pulcra. F2)al de)ara de lucir el solG KQu $e &ab#an &ec&o aquellos de$oniosL KAcaso $e &ab#an convertido en un ser $edio de$on#acoL /o $e atrev#a a pedir que $e acercaran un espe)o. En cuanto $e depositaron sobre el grueso y $ullido lec&o, en este lugar clido y li$pio, perd# todo control sobre $i cuerpo y volv# a vo$itar. 1os $on)es $e lavaron con el agua de una )o-aina de plata. 1os rayos del sol incid#an sobre un -resco, pero yo no soportaba conte$plar las resplandecientes -iguras ba)o esa lu% que $e cegaba. .en#a la sensaci'n de que en la celda &ab#a otras -iguras. K"er#an ngelesL Vi unos seres transl3cidos $overse, desli%arse por la &abitaci'n, pero no lograba distinguir con claridad su silueta. "'lo el -resco cuyos colores ard#an sobre el $uro parec#a s'lido, vlido, real. 4K,e &an de)ado ciego para sie$preL 4pregunt. re# vislu$brar una -or$a angelical en la puerta de la celda, pero no era la -igura de "et&eus ni la de Ra$iel. K.en#a unas alas dotadas de $e$branasL KMnas alas de de$onioL 1a conte$pl aterrori%ado. 1a -igura desapareci' al instante. Mn $ur$ullo, un ru$or vago6 /!o sa,emos.0 4KD'nde estn $is ngelesL 4pregunt. "olloc. +ronunci los no$bres de $i padre, del padre de ste y de todos los Di Raniari que recordaba. 4 &it'n 4$e reprendi' el )oven $on)e4. os$e &a sido in-or$ado de que ests aqu#. <ste es un d#a aciago. /os acorda$os de tus padres. +ero a&ora de)a que te quite$os esas ropas in$undas. 1a cabe%a $e daba vueltas. 1a &abitaci'n &ab#a desaparecido.
,e qued dor$ido de repente. Vislu$br durante unos segundos a $i salvadora Prsula. orr#a a travs del -rondoso prado. KQuin la persegu#a, quin le obligaba a &uir entre las -lores que se $ec#an ba)o la brisaL Estaba rodeada por unas a%ucenas color p3rpura, las cuales pisoteaba en su -rentica carrera. De pronto se volvi'. :F/o te vuelvas, PrsulaG K/o ves esa espada lla$eanteL; ,e despert en un clido ba!o. KEra la diab'lica pila bautis$alL /o. Distingu# vaga$ente el -resco, las -iguras sagradas, y de -or$a $s precisa a los $on)es reales que $e rodeaban, arrodillados sobre el suelo de piedra, arre$angados, lavndo$e con un agua clida y per-u$ada. 4Ese Francesco "-or%a... 45ablaban entre s# en lat#n4. F5a invadido ,iln y se &a apropiado del ducadoG o$o si os$e no tuviera su-icientes proble$as sin ese canalla de "-or%a. 4KEs ciertoL 4pregunt4. K5a to$ado ,ilnL 4KQu &as dic&oL "#, &i)o, es cierto. 5a roto la tregua de pa%. * tu -a$ilia, todos los $ie$bros de tu -a$ilia perecieron a $anos de los saqueadores. +ero no creas que el cri$en quedar i$pune. F,alditos venecianos, no pueden pasar co$o &ordas salva)es por esa regi'n...G 4/o debis dec#rselo a os$e. 1o que le ocurri' a $i -a$ilia no -ue una acci'n de guerra, no lo &icieron unos seres &u$anos... 4 alla, &i)o. 1as $anos castas de los $on)es $e pasaron la espon)a por los &o$bros. *o estaba sentado en la clida ba!era de $etal, con la espalda apoyada en ella. 4... Di Raniari, sie$pre leal 4di)o uno de ellos4. .u &er$ano iba a venir a estudiar con nosotros, tu dulce &er$ano ,atteo... 1anc un grito desgarrador. Mna $ano delicada $e tap' la boca. 4"-or%a se encargar de darles su )usto castigo. 1i$piar esa regi'n. Ro$p# a llorar de -or$a desconsolada. /adie pod#a co$prender$e. /o $e escuc&aban. 1os $on)es $e levantaron los pies. ,e vistieron con una c'$oda y larga t3nica de lino. "e $e ocurri' que $e preparaban para la e)ecuci'n, pero la &ora de ese peligro &ab#a pasado.
4F/o estoy locoG 4e0cla$ $uy claro. 4+or supuesto, s'lo a-ectado por el dolor. 4FEntonces $e co$prendisG 4Ests cansado. 4El lec&o es $ullido, tra#do especial$ente para ti, pero a&ora guarda silencio, no sigas desvariando. 4Fueron los de$onios 4$usit4. /o eran soldados. 41o s, &i)o, lo s. 1a guerra es terrible. 1a guerra es obra del diablo. :/o, no -ue la guerra. K+or qu os negis a escuc&ar$eL; Calla, es Ramiel 1+ien te ha,la al o2do; 3no te di4e 1+e te d+rmieras5 )De,es esc+charnos* Hemos o2do t+s pensamientos adems de t+s pala,ras. ,e tu$b en la ca$a, boca aba)o. 1os $on)es $e cepillaron y secaron el cabello. .en#a el cabello largo y alborotado, propio de un caballero rural. +ero era un gran alivio que $e ba!aran, y sentir$e li$pio co$o correspond#a a alguien de $i condici'n. 4KEsa lu% proviene de las velasL 4pregunt4. KEl sol se &a idoL 4"# 4contest' el $on)e que estaba )unto a $#4. .e &as dor$ido. 4K+uedes traer$e $s velasL 4"#, enseguida. +er$anec# tendido en la oscuridad, pesta!eando, al tie$po que intentaba -or$ular las palabras del Ave$ar#a. En la puerta aparecieron varias luces, un grupo de seis o siete, cada una de las cuales constitu#a una lla$ita per-ecta$ente -or$ada. uando el $on)e avan%' &acia $# co$en%aron a oscilar. Vi al $on)e clara$ente cuando se arrodill' para depositar los candelabros )unto a $i lec&o. Era alto y delgado, co$o un rbol cubierto con un largo y &olgado &bito. 2bserv que ten#a las $anos $uy li$pias. 4.e &e$os instalado en una celda especial. os$e &a enviado a unos &o$bres para que entierren a tu -a$ilia. 48racias a Dios 4repuse. 4"#. F+or -ortuna yo &ab#a recuperado el &ablaG 4.odav#a estn conversando aba)o, y es tarde 4di)o el $on)e4. os$e est preocupado. +asar la noc&e aqu#. .oda la
ciudad est repleta de agitadores venecianos que arengan al populac&o contra os$e. 4"ilencio 4orden' otro $on)e que apareci' de i$proviso. "e inclin' y $e levant' la cabe%a para colocar deba)o de ella otra gruesa al$o&ada. Aquello era la gloria. +ens en los desdic&ados $ortales que segu#an encerrados en el corral. 4FQu &orrorG Es de noc&e, pronto dar co$ien%o la co$uni'n. 4KQu dices, &i)oL KDe qu co$uni'n &ablasL De nuevo vislu$br unas -iguras en $ovi$iento, que se desli%aban entre las so$bras. /o tardaron en desaparecer. "ent# deseos de vo$itar. +ed# que $e acercaran la )o-aina. 1os $on)es $e apartaron el pelo. KVieron a la lu% de las velas la sangre que arro)L KAquella p'ci$a sanguinolentaL 2l#a que apestaba. 4K '$o es posible que uno sobreviva a ese venenoL 4 $ur$ur' un $on)e a otro en lat#n4. K rees que deber#a$os purgarloL 4"'lo conseguirs ate$ori%arlo. 7a)a la vo%. El c&ico no tiene -iebre. 4Estis $uy equivocados si creis que $e &abis &ec&o perder la ra%'n 4declar a vo% en grito a Florian, 8odric y los de$s de su cala!a. 1os $on)es $e $iraron entre preocupados y at'nitos. ,e ec& a re#r. 45ablaba con unos que tratan de &acer$e da!o 4di)e, articulando con precisi'n cada palabra. El $on)e delgado de $anos ins'lita$ente li$pias se arrodill' )unto a $# y $e acarici' la -rente. 4K* tu &er$osa &er$ana, la que iba a casarse, ta$bin &a...L 4F7artolaG KIba a casarseL /o lo sab#a. "u pro$etido puede quedarse con su cabe%a en lugar de su virginidad. 41lor con a$argura4. 1os gusanos &an iniciado la tarea en la oscuridad. * los de$onios bailan sobre la colina, $ientras los aldeanos per$anecen cru%ados de bra%os. 4KQu aldeanosL 4Ests desvariando de nuevo 4di)o un $on)e, $s all del resplandor de las velas. 1o vi con plena nitide%, aunque estaba
ale)ado de la lu%6 era un individuo de &o$bros encorvados, con la nari% ganc&uda y los prpados gruesos y ca#dos, que le daban una e0presi'n so$br#a4. +obre $uc&ac&o, de)a de desvariar. uando $e dispon#a a protestar vi de pronto un ala gigantesca, cuyas delicadas plu$as estaban te!idas de oro, descender sobre $# y envolver$e. 1as suaves plu$as $e &icieron cosquillas. Ra$iel di)o6 36+7 tenemos 1+e hacer para 1+e te calles5 8ilippo nos necesita ahora. 36+ieres darnos +n poco de sosie'o en ,ien de 8ilippo, a 1+ien nos envi% Dios para 1+e c+stodiemos5 No me respondas. 9,ed7ceme. El ala eli$in' todo cuanto yo ve#a, cualquier triste%a. Mna oscuridad plida y u$br#a. Mni-or$e y co$pleta. A $is espaldas ard#an las velas, que se encontraban sobre la $esilla. Al despertar $e incorpor sobre los codos. .en#a la cabe%a despe)ada. 1a celda estaba inundada por una ilu$inaci'n grata y uni-or$e, que oscilaba leve$ente. A travs de la elevada ventana penetraba la lu% de la luna. "u resplandor incid#a sobre el -resco del $uro, el -resco que sin duda pintara Fra 8iovanni. De nuevo ve#a con aso$brosa claridad. K"e deb#a acaso a $i sangre de$on#acaL "e $e ocurri' un e0tra!o pensa$iento. +enetr' en $i conciencia con la claridad de una ca$pana dorada. F*o no ten#a unos ngeles guardianesG ,is ngeles $e &ab#an abandonado( se &ab#an ido, porque $i al$a estaba condenada. /o ten#a unos ngeles custodios. Ve#a a los de Filippo gracias al poder que $e &ab#an con-erido los de$onios, y a otro $otivo. 1os ngeles de Filippo discut#an constante$ente entre ellos. +or eso los &ab#a visto. Entonces record unas palabras. +roced#an de santo .o$s de Aquino, Ko acaso de san Agust#nL *o aprend# lat#n con la lectura de sus obras, y sus digresiones $e encantaban. 1os de$onios estn llenos de pasi'n. +ero los ngeles, no. En ca$bio esos dos ngeles pose#an un te$pera$ento $uy vivo. +or eso &ab#an logrado atravesar el velo. Retir las $antas y apoy los pies desnudos sobre el suelo de piedra. .en#a a3n el tacto -resco, pero resultaba agradable porque la &abitaci'n &ab#a recibido el sol durante todo el d#a y a3n estaba caldeada. /inguna corriente de aire barr#a el suelo pulido e
in$aculado. ,e acerqu a la pintura del $uro. *a no estaba $areado ni ten#a nuseas. ,e sent#a per-ecta$ente. Qu al$a tan inocente y sencilla debi' de ser Fra 8iovanni. .odas sus -iguras carec#an de $alicia. onte$pl la -igura de risto sentado ante una $onta!a, un &alo redondo en oro que estaba decorado con unos bra%os ro)os y la parte superior de la cru%. 9unto a l &ab#a unos ngeles que le atend#an sol#cita$ente. Mno sosten#a pan, y el otro, cuya -igura aparec#a cortada por la puerta practicada en el $uro, ese otro ngel cuyas puntas de las alas apenas eran visibles, portaba vino y carne. En lo alto, sobre la $onta!a, ta$bin se ve#a a 9esucristo. 1a pintura $ostraba diversos incidentes, representados de -or$a consecutiva, y arriba vi a 9esucristo de pie ataviado con su t3nica rosa &abitual, suave y llena de arrugas( sin e$bargo aqu# presentaba un aspecto te$pestuoso, tan agitado co$o Fra 8iovanni -ue capa% de plas$arlo, con la $ano al%ada co$o si estuviera -uribundo. F1a -igura que &u#a de l era el diabloG "e trataba de una criatura &orrenda con unas alas dotadas de $e$branas, la cual $e pareci' &aber visto antes, y unas grotescas patas pal$eadas provistas de espolones. on el gesto agrio, cubierto con una in$unda t3nica gris, &u#a de 9esucristo, quien per$anec#a -ir$e en el desierto, sin de)arse tentar( despus de esa con-rontaci'n &ab#an aparecido los sol#citos ngeles, y risto &ab#a ocupado su lugar, sentado con las $anos )untas. onte$pl &orrori%ado la i$agen del de$onio. +ero al $is$o tie$po e0peri$ent una pro-unda sensaci'n de alivio que $e provoc' un cosquilleo en la ra#% del pelo y en las plantas de los pies, que ten#a apoyados en el suelo pulido. 5ab#a burlado a los de$onios. 5ab#a rec&a%ado su don de in$ortalidad. 1o &ab#a &ec&o. Incluso $e $ostr dispuesto a ser cruci-icado. "ent# unas violentas arcadas, un dolor co$o si $e &ubieran propinado una patada en el est'$ago. ,e volv#. 1a )o-aina estaba en el suelo, li$pia y reluciente. ,e arrodill )unto a ella y vo$it otra porci'n de aquel asqueroso $e)un)e. KD'nde estaba el aguaL ,ir alrededor. Vi la )arra y la copa. <sta estaba llena, y al llevr$ela a los labios derra$ un poco de l#quido, pero ste ten#a un sabor rancio y espantoso. 1a arro) al suelo.
4F,onstruos, $e &abis envenenado para las cosas naturalesG F+ero no vencerisG ,is $anos te$blaban. og# la copa, la llen de nuevo e intent beber un sorbo. +ero el l#quido ten#a un sabor raro. K on qu podr#a co$pararloL /o sab#a a orina, sino a un agua llena de $inerales y de $etal que te de)a un sabor a yeso y &ace que te atragantes. FEra &orribleG De) la copa a un lado. De acuerdo. 5ab#a llegado el $o$ento de estudiar, de to$ar las velas, y proced# a &acerlo. Abandon la celda. El pasillo estaba desierto y reluc#a ba)o la plida lu% que proven#a de las di$inutas ventanas situadas sobre las celdas de tec&o ba)o. Dobl &acia la derec&a y $e dirig# a la puerta de la biblioteca. /o estaba cerrada con llave. Entr con el candelabro en la $ano. De nuevo, la serenidad que e$anaba del dise!o de ,ic&elo%%o $e in-undi' una sensaci'n recon-ortante, $e devolvi' la -e en las cosas, la con-ian%a. +or el centro de la &abitaci'n se e0tend#an dos &ileras de arcos y colu$nas )'nicas que -or$aban un a$plio pasillo &asta la puerta situada en el e0tre$o opuesto, a a$bos lados del $is$o estaban dispuestas las $esas de estudio, y adosadas a los $uros &ab#a $ultitud de estanter#as que conten#an c'dices y perga$inos. a$in descal%o a travs del suelo de piedras colocadas en -or$a de espina de pescado $ientras al%aba las velas para que la lu% inundara el tec&o abovedado, -eli% de &allar$e a solas en ese lugar. 1as ventanas situadas a a$bos lados per$it#an que se -iltraran unos rayos de plida lu% a travs del sin-#n de libros que ocupaban las estanter#as. FQu divino, qu sensaci'n de placide% in-und#a el elevado tec&oG on qu $aestr#a &ab#a trans-or$ado ,ic&elo%%o una bas#lica en biblioteca. K '$o iba a adivinar yo de ni!o que su estilo ser#a i$itado en toda $i a$ada ItaliaL +or -ortuna, e0ist#an $ultitud de $aravillas que perdurar#an eterna$ente para deleite de los vivos. :K* yoL KQu soy yoL KEstoy vivoL K2 ca$ino de la $ano de la $uerte, ena$orado del tie$poL; ,e detuve con $is velas y de) que $is o)os se regodearan
con el -antstico resplandor de la luna. Ansiaba per$anecer en aquel lugar para sie$pre, so!ando, )unto a las cosas de la $ente y las cosas del al$a, relegando a los con-ines de la $e$oria la i$agen de la desdic&ada poblaci'n encadenada sobre la $onta!a $aldita, y el cercano castillo, que sin duda en esos $o$entos e$it#a su siniestra y &orrenda lu%. KEra capa% de discernir el orden de esta abundancia de librosL El catalogador de la biblioteca, el $on)e que &ab#a traba)ado a&#, un erudito, era a&ora /icols V, el papa de toda la cristiandad. Avanc )unto a las estanter#as situadas a $i derec&a, sosteniendo las velas en alto. KEstar#an dispuestos en orden al-abticoL +ens en santo .o$s de Aquino, pues lo conoc#a $s, pero &all las obras de san Agust#n. "ie$pre $e &ab#a -ascinado san Agust#n( su estilo colorista y sus e0centricidades $e gustaban tanto co$o el dra$atis$o que con-er#a a sus escritos. 4F.e leer a ti, pues dedicaste $uc&as pginas a los de$oniosG 4e0cla$. )!a ci+dad de Dios* Vi nu$erosos e)e$plares de esta obra $aestra. All# se conservaban varios c'dices de ella, por no &ablar de otra de las creaciones de este gran santo, sus Con"esiones, que $e &ab#an i$presionado tanto co$o un dra$a ro$ano, y $uc&as otras $s. Algunos de esos libros eran $uy antiguos, con-eccionados con un tosco perga$ino( otros estaban e0quisita$ente encuadernados y o-rec#an un aspecto sencillo y $uy $oderno. En rigor, deb#a elegir el $s grueso de aquellos vol3$enes, aunque contuviera errores, y Dios sabe que los $on)es se a-anaban en evitarlos. *o sab#a qu volu$en deseaba consultar. Eleg# el libro que versaba sobre de$onios, pues $e &ab#a parecido -ascinante y divertido, aunque estuviera lleno de paparruc&as. F uan est3pido &ab#a sidoG .o$ el pesado y grueso to$o de la estanter#a, el n3$ero nueve de la obra, $e lo puse ba)o el bra%o, $e acerqu a la pri$era $esa, deposit el candelabro ante $# de -or$a que $e ilu$inara sin proyectar so$bras deba)o de $is dedos y abr# el libro.
4F.odo est aqu#G 4$ur$ur4. E0pl#ca$e, san Agust#n, qu son los de$onios para que yo pueda convencer a Ra$iel y a "et&eus de que deben ayudar$e, o al $enos proporcionar$e el $edio de convencer a estos $odernos -lorentinos, a quienes en estos $o$entos s'lo les preocupa pelear con sus $ercenarios contra la "erena Rep3blica de Venecia en el norte. Ay3da$e, santo. .e lo ruego. A&, el cap#tulo die% del noveno volu$en, el cual yo conoc#a... Agust#n citaba a +lotino, o $s bien e0plicaba su -iloso-#a6 ...que el &ec&o de que la $ortalidad corporal del &o$bre se debe a la $isericordia de Dios, quien no desea que pade%ca$os eterna$ente las desgracias de esta vida. 1a $aldad de los de$onios no -ue )u%gada digna de esta $isericordia, y su$idos en la $iseria de su condici'n, con un al$a so$etida a las pasiones, no les &a sido concedido un cuerpo $ortal, que el &o$bre &a recibido, sino un cuerpo eterno. 4FE0actoG 4e0cla$4. Eso -ue lo que Florian $e o-reci', )actndose de que ellos no enve)ec#an ni se deterioraban ni padec#an en-er$edades6 yo pod#a vivir all# con ellos para sie$pre. FDios $e libre del $alignoG 7ien, aqu# est la prueba, ante $is propios o)os, y la ense!ar a los $on)es. "egu# leyendo, saltndo$e unos prra-os en busca de los datos i$portantes que re-or%ar#an $i argu$ento. Al llegar al cap#tulo undci$o le#6 Apuleyo a-ir$a asi$is$o que las al$as de los &o$bres son de$onios. Al abandonar los cuerpos &u$anos se convierten en lares si &an de$ostrado ser buenos( si son $alvados, se convierten en l$ures o larvas. 4"#, l$ures. ono%co esa palabra. 1$ures o larvas. Prsula $e di)o que &ab#a sido )oven, )oven co$o yo( todos &ab#an sido &u$anos y a&ora son l$ures. "eg3n Apuleyo, las larvas son unos de$onios $alignos creados a partir de los &o$bres. ,e sent# eu-'rico. /ecesitaba perga$ino y plu$as. Deb#a to$ar nota de esos prra-os. .en#a que $arcar lo que &ab#a descubierto y seguir adelante. El siguiente paso, obvia$ente,
consist#a en convencer a Ra$iel y a "et&eus de que se &ab#an $etido en el $ayor... De pronto $is pensa$ientos se interru$pieron. Alguien &ab#a entrado en la biblioteca. 2# unas pisadas recias a $is espaldas, aunque un tanto so-ocadas, y detrs de $# se -or$' una gigantesca so$bra, co$o si todos los delgados y sutiles rayos de la luna que penetraban por la ventana &ubieran sido interceptados. ,e volv# lenta$ente y $ir por enci$a del &o$bro. 4K+or qu &as elegido el i%quierdoL Ante $# se ergu#a una -igura in$ensa y alada, que $e $iraba de &ito en &ito. "u rostro aparec#a lu$inoso ba)o el oscilante resplandor de las velas( ten#a las ce)as un poco arqueadas pero rectas, desprovistas de una suave curva que aligerara su aire severo. +ose#a el alborotado cabello dorado con que lo dotara el pincel de Fra Filippo, ri%ado y cubierto por un i$ponente casco ro)o de guerra, y unas alas cubiertas de oro por co$pleto. 1levaba una ar$adura, con el peto decorado y los &o$bros cubiertos con unas grandes &ebillas, y en torno a la cintura luc#a una -a)a de seda a%ul. "u espada estaba envainada, y con un bra%o sosten#a rela)ada$ente el escudo, pintado con una cru% ro)a. 9a$s le &ab#a visto de esa guisa. 4F.e necesitoG 4declar. ,e levant rpida$ente, derribando la banqueta &acia atrs. E0tend# el bra%o para i$pedir que sta cayera al suelo. 1uego $e volv# &acia l. 4De $odo que $e necesitas, Ke&L 4e0cla$' con so-ocada -uria4. FVaya, &o$breG 5as pretendido i$pedir que Ra$iel y "et&eus cu$plieran con su deber de custodiar a Fra Filippo 1ippi. KAs# que $e necesitasL K"abes quin soyL Era una vo% &er$os#si$a, $elodiosa, sedosa, violenta y penetrante aunque grave. 41levas una espada 4se!al. 4K* para qu crees que la llevoL 4F+ara $atarlos a todos ellosG 4repuse4. Aco$p!a$e a su castillo cuando a$ane%ca. K"abes a lo que $e re-ieroL 1a -igura asinti'. 4 ono%co tus sue!os, tus desvar#os, y s lo que Ra$iel y
"et&eus &an conseguido deducir de tu -ebril $ente. +or supuesto que lo s. Dices que $e necesitas, y entretanto Fra Filippo 1ippi yace en ca$a con una puta que le la$e sus doloridas partes, Fen especial unaG 4FQu vocabulario en boca de un ngelG 4/o te burles de $# o te doy un bo-et'n 4espet'. "us alas se $ov#an en sentido ascendente y descendente al rit$o de los suspiros de resignaci'n o los bu-idos de -uria que soltaba ante $i co$porta$iento. 4FAdelanteG 4repliqu. /o $e cansaba de conte$plar su resplandeciente belle%a, el $anto de seda ro)o que llevaba abroc&ado deba)o del pedacito de t3nica que aso$aba sobre la ar$adura, la sole$ne suavidad de sus $e)illas4. Aco$p!a$e a las $onta!as y $talos 4i$plor. 4K+or qu no lo &aces t3 s'litoL 4K rees que lo lograr#aL 4pregunt. "u rostro se seren'. El labio in-erior sobresal#a ligera$ente, con-irindole un aire $editabundo. .en#a la $and#bula y el cuello poderosos, $s desarrollados que Ra$iel o "et&eus, quienes parec#an $eros ni!os al lado de aquel esplndido &er$ano $ayor. 4/o sers el ngel ca#do 4di)e. 4FInsolenteG 4$ur$ur', despertando de su letargo. Frunci' el ce!o en un gesto -ero%. 4Eres ,aste$a, estoy seguro. Ellos pronunciaron tu no$bre. ,aste$a. El ngel asinti'. 4/o $e sorprende que a esos dos se les escapara $i no$bre 4co$ent' en tono despectivo. 4KQu signi-ica eso, poderoso ngelL KQue puedo invocarteL 4,e volv# y to$ el libro de san Agust#n. 4FDe)a ese libroG 4$e orden' en tono perentorio pero s'lido 4. .ienes a un ngel ante ti, $uc&ac&o. F,#ra$e cuanto te &abloG 4.e e0presas co$o Florian, el de$onio que &abita en el le)ano castillo. 5aces gala del $is$o aplo$o, la $is$a co$postura. KQu quieres de $#, ngelL K+or qu &as venidoL El ngel guard' silencio, co$o si -uera incapa% de articular una respuesta. 1uego $e pregunt' con dul%ura6 4K.3 qu creesL
4+orque &e re%ado. 4E0acto 4respondi' con -rialdad4. F5as acertadoG * porque ellos vinieron debido a ti. 1e $ir pas$ado. "ent# que $is o)os se inundaban de lu%, pero sta no los &er#a. +ercib# un tenue y delicado $ur$ullo. De pronto aparecieron Ra$iel y "et&eus, uno a cada lado de ,aste$a, observndo$e con una e0presi'n $s dulce y a-able. ,aste$a enarc' las ce)as de nuevo $ientras $e conte$plaba -i)a$ente. 4Fra Filippo 1ippi est borrac&o 4di)o4. uando despierte, volver a e$borrac&arse &asta que el dolor desapare%ca. 4F"'lo a unos locos se les ocurrir#a so$eter a un gran pintor al potro de tor$entoG 4e0cla$4. +ero ya sabes lo que opino de este asunto. 4* lo que opinan todas las $u)eres de Florencia 4replic' ,aste$a4. * los #nclitos persona)es que co$pran sus cuadros, si no estuvieran tan obsesionados con la guerra. 4"# 4terci' Ra$iel, $irando a ,aste$a con e0presi'n de s3plica. .en#an la $is$a estatura, pero ,aste$a no se volvi', y Ra$iel se adelant' un poco para captar su atenci'n4. "i no estuvieran todos tan preocupados por la guerra. 41a guerra preside el $undo 4respondi' ,aste$a4. .e lo &e preguntado antes, Vittorio di Raniari, Ksabes quin soyL ,e qued estupe-acto, no debido a la pregunta, sino ante el &ec&o de que estuviese conte$plndolos a los tres )untos( yo era el 3nico $ortal capa% de verlos $ientras el resto del $undo $ortal que nos rodeaba parec#a estar dor$ido. KA qu se deb#a el que no apareciese ning3n $on)e por el pasillo para averiguar quin andaba cuc&ic&eando en la bibliotecaL K+or qu no se presentaba ning3n centinela nocturno para averiguar por qu -lotaban unas velas por el pasilloL K+or qu el $uc&ac&o $ur$uraba y desvariabaL. KAcaso estaba yo locoL De golpe co$prend# con $eridiana claridad que si respond#a a ,aste$a correcta$ente, ello con-ir$ar#a que no estaba loco. Esa idea le &i%o soltar una breve carca)ada, ni spera ni dulce. "et&eus $e $ir' con evidente si$pat#a( Ra$iel guard' silencio, y $ir' de nuevo a ,aste$a. 4.3 eres el ngel 4di)e4 a quien el "e!or dio per$iso para
esgri$ir esa espada. 4,aste$a no respondi' y yo continu46 Eres el ngel que $at' a los recin nacidos en Egipto 4a!ad# sin o#r una rplica4. .3 eres el ngel vengador. ,aste$a abri' y cerr' los o)os en se!al de asenti$iento. "et&eus se acerc' a l y le susurr' al o#do6 4Ay3dale, ,aste$a, ayud$osle entre todos. En estos $o$entos Filippo no est en condiciones de atender nuestros conse)os. 4K+or quL 4inquiri' ,aste$a al ngel que estaba a su lado. 1uego $e $ir'46 Dios no $e &a autori%ado a castigar a esos de$onios tuyos. En ning3n $o$ento $e &a dic&o Dios6 :,aste$a, e0ter$ina a los va$piros, los l$ures, las larvas, los bebedores de sangre.; 9a$s $e &a ordenado6 :E$pu!a tu poderosa espada para li$piar el $undo de esos seres.; 4.e lo i$ploro 4di)e4. *o, un )oven $ortal, te lo i$ploro. ,talos, eli$ina ese nido de v#boras con tu espada. 4/o puedo. 4F"# que puedes, ,aste$aG 4declar' "et&eus. 4"i l dice que no puede 4terci' Ra$iel4, Fser que no puedeG K+or qu no le &aces casoL 4+orque s que pode$os convencerle 4contest' "et&eus sin vacilar4. Al igual que ta$bin pode$os convencer a Dios. 4"e coloc' delante de ,aste$a y a!adi'46 oge el libro, Vittorio. 4 Avan%' un paso y en el acto las grandes &o)as de perga$ino, no obstante lo que pesaban, co$en%aron a agitarse. "et&eus lo deposit' en $i $ano y se!al' el lugar con un plido dedo, sin apenas ro%ar la gruesa escritura en tinta negra. 1e# en vo% alta6 As# pues Dios, que cre' las $aravillas visibles del ielo y la .ierra, no desde!a obrar unos $ilagros visibles en el ielo y la .ierra, $ediante los cuales induce al al$a, que &asta entonces s'lo se ocupaba de los ob)etos visibles, a venerarle. "et&eus $ovi' el dedo, y yo segu# su $ovi$iento con los o)os. 1e# acerca de Dios6 +ara <l no e0iste di-erencia entre vernos dispuestos a re%ar y atender oraciones, pues incluso cuando sus ngeles escuc&an nuestras plegarias, es <l quien nos
escuc&a a travs de ellos. ,e detuve, con los o)os arrasados en lgri$as. "et&eus $e quit' el libro de las $anos para protegerlo de aqullas. Mn ruido penetr' en nuestro peque!o c#rculo. 5ab#an acudido unos $on)es. 1es o# $ur$urar en el pasillo, tras lo cual se abri' la puerta de la biblioteca y entraron. "olt una e0cla$aci'n de sorpresa, y cuando alc la vista vi a dos $on)es que no conoc#a ni recordaba &aber visto nunca $irndo$e -i)a$ente. 4KQu te ocurre, $uc&ac&oL KQu &aces aqu# solo, llorandoL 4pregunt' el pri$ero. 4Va$os, te llevare$os de nuevo a la ca$a y te traere$os algo de co$er. 4/o $e apetece co$er nada 4contest. 4/o le apetece co$er nada 4in-or$' el pri$er $on)e al otro4. 1e produce nuseas. +ero debe descansar. 4El $on)e $e $ir'. *o $e volv#. 1os tres radiantes ngeles observaban en silencio a los $on)es, que no pod#an verlos ni ten#an re$ota idea de que all# &ubiera unos ngeles. 4Dios bendito que ests en el cielo 4di)e4, Kacaso $e &e vuelto locoL K5an vencido los de$onios, $e &an conta$inado con su sangre y sus pociones &asta el e0tre$o de &acer$e delirar, o puedo acudir co$o ,ar#a a la tu$ba para ver all# a un ngelL 4Ve a acostarte 4di)eron los $on)es. 4/o 4respondi' ,aste$a, dirigindose con vo% queda al $on)e que ni le ve#a ni le o#a4. De)a que se quede. +er$ite que lea para sosegar su $ente. Es un )oven instruido. 4/o, no 4terci' el otro $on)e $eneando la cabe%a. ,ir' al otro4. De)e$os que se quede aqu#. Es un )oven instruido. +uede quedarse a leer aqu# tranquila$ente. os$e di)o que le co$placira$os en todo. 4De)ad que se quede aqu#4di)o "et&eus en vo% ba)a. 4 alla 4le reprendi' Ra$iel4. Eso debe decidirlo ,aste$a. ,e sent# tan lleno de dolor y dic&a que -ui incapa% de responder. ,e cubr# el rostro con las $anos y pens en $i pobre Prsula, obligada a per$anecer para sie$pre en su corte de de$onios, y en lo $uc&o que &ab#a llorado por $#.
4K '$o es posibleL 4$ur$ur. 4+orque antigua$ente -ue &u$ana y posee un cora%'n &u$ano 4respondi' ,aste$a en el silencio que reinaba en la &abitaci'n. 1os dos $on)es se apresuraron a abandonar la sala. Durante unos instantes el grupo de ngeles adquiri' un aspecto di-ano co$o la lu%. Vi a travs de ellos las -iguras de los dos $on)es retirarse y cerrar la puerta de la biblioteca tras ellos. ,aste$a -i)' en $# su poderosa $irada. 4Mno podr#a adivinar lo que piensas con s'lo $irarte la cara 4co$ent. 4Eso ocurre sie$pre con todos los ngeles 4respondi'. 4.e lo suplico 4di)e4. Ven con$igo. Ay3da$e. 8u#a$e. 5a% lo que &iciste con esos $on)es. Eso s# podrs &acerlo, KnoL ,aste$a asinti' con un gesto de cabe%a. 4+ero entiende que es todo cuanto pode$os &acer 4di)o "et&eus. 4De)a que lo diga ,aste$a 4intervino Ra$iel. 4FRegresa al cieloG 4le increp' "et&eus. 4 allaos, por -avor 4pidi' ,aste$a4. Vittorio, no puedo $atarlos. /o estoy autori%ado a &acerlo. Eso debes &acerlo t3, con tu propia espada. 4+ero Kvendrs con$igoL 4.e llevar &asta all# 4contest'4. Al a$anecer, cuando estn dor$idos ba)o sus piedras. "in e$bargo, debes $atarlos t3, e0ponerlos a la lu% y liberar a los desdic&ados que $antienen presos en el castillo. * debes en-rentarte a las gentes de la poblaci'n, o de)ar que los tullidos &uyan. 4 o$prendo. 4+ode$os re$over las piedras de los lugares donde duer$en, KnoL 4pregunt' "et&eus al tie$po que al%aba una $ano para silenciar a Ra$iel antes de que ste protestara4. .endre$os que &acerlo. 4"# 4convino ,aste$a4. De igual -or$a que nos es posible i$pedir que caiga una viga sobre la cabe%a de Vittorio. Eso pode$os &acerlo. +ero en ca$bio no pode$os $atarlos. En cuanto a ti, Vittorio, no pode$os obligarte a &acerlo, en caso de que te -alte valor o des-alle%cas. 4K/o crees que el $ilagro que supone el que os &aya visto
$e sostendrL 4K1o crees t3L 4replic' ,aste$a. 4.e re-ieres a ella, Kno es as#L 4KEso creesL 4pregunt'. 45ar lo que tenga que &acer, pero quiero que $e digas... 4KQu es lo que quieres saberL 4pregunt' ,aste$a. 4KEl al$a de Prsula ir al in-iernoL 4Eso no puedo dec#rtelo 4contest' ,aste$a. 4Debes &acerlo. 4/o, s'lo debo &acer aquello para lo cual $e cre' el "e!or, y cu$plo con $i deber, pero resolver unos $isterios sobre los que Agust#n cavil' durante toda su vida, no, no tengo por qu &acerlo y no lo &ar. A continuaci'n ,aste$a to$' el libro. De nuevo $ovi' las pginas con su sola voluntad. "ent# la brisa que las agitaba. ,aste$a ley'6 onviene leer las inspiradas disertaciones de las "agradas Escrituras. 4/o te $olestes en leer$e esas palabras, no $e sirven de ayuda 4repliqu4. K+uedes salvarlaL K+uedes salvar su al$aL K+osee Prsula todav#a un al$aL KEs tan poderosa co$o t3L K orres t3 peligro de caer en la tentaci'nL K+uede el diablo regresar )unto a DiosL ,aste$a de)' el libro con un gesto rpido y airoso que apenas logr captar. 4KEsts dispuesto a librar esa batallaL 4pregunt'. 4*acern inde-ensos a la lu% del d#a 4$e di)o "et&eus4. .a$bin ella. Debes retirar las piedras que les cubren y &acer lo que debas &acer. ,aste$a $ovi' la cabe%a en sentido negativo. 1uego dio $edia vuelta e indic' a los otros que se apartaran. 4F/o, por -avor, te lo ruegoG 4e0cla$' Ra$iel4. 5a%lo por l. .e lo suplico. A Filippo ya no pode$os ayudarle. 4Eso no lo sabes 4replic' ,aste$a. 4K/o podr#an ayudarle $is ngelesL 4pregunt4. K/o tengo ning3n ngel guardin que pudierais enviarleL Apenas &ube pronunciado esas palabras, advert# que otras
dos entidades &ab#an cobrado -or$a )unto a $#, una a cada lado de $i persona. uando $ir de i%quierda a derec&a las vi, aunque eran $uy plidas y estaban bastante ale)adas6 no pose#an la lla$a de los ngeles custodios de Filippo, s'lo una presencia y una voluntad sosegada, cuasi invisible e innegable. 2bserv durante largo rato a una de ellas y luego a la otra, pero por $s que $e devanara los sesos no &all ning3n tr$ino que se a)ustara a su descripci'n. .en#an unos rostros ine0presivos, pacientes y serenos. Eran unos seres alados, altos, eso s#, pero apenas es posible a!adir nada $s, pues no logr dotarlos de color, esplendor ni individualidad, y ellos no luc#an unas prendas ni &icieron ning3n gesto que $e cautivara. 4KQu ocurreL K+or qu no dicen nadaL K+or qu $e $iran de esa $aneraL 4pregunt. 4.e conocen 4contest' Ra$iel. 4Ests do$inado por el a-n de vengan%a y deseo 4 intervino "et&eus4. Ellos lo saben( sie$pre &an per$anecido a tu lado. 5an calibrado tu dolor y tu ira. 4F+or todos los cielosG FEsos de$onios asesinaron a $i -a$iliaG 4protest4. K onocis alguno de vosotros el -uturo de $i al$aL 4+or supuesto que no 4respondi' ,aste$a4. De lo contrario no estar#a$os aqu#. KQu pintar#a$os aqu# si el -uturo de tu al$a estuviera decretadoL 4K/o saben esos ngeles que pre-er# en-rentar$e a la $uerte que beber la sangre de esos de$oniosL De &aber buscado vengan%a, la &abr#a bebido para que $e procurara tanto poder co$o el de $is ene$igos y as# destruirlos. ,is ngeles se acercaron a $#. 4KD'nde os encontrabais cuando estuve a punto a $orirL 4 pregunt. 4/o los atosigues. /unca &as cre#do real$ente en ellos. 4 Fue Ra$iel quien &abl'4. /os a$aste cuando viste nuestras i$genes, y cuando ingeriste la sangre de los de$onios conte$plaste lo que pod#as a$ar. <se es el peligro. KEres capa% de $atar aquello a lo que a$asL 41os destruir a todos 4contest4, de una -or$a u otra. 1o )uro por $i al$a.
,ir a $is plidos e i$pvidos guardianes, quienes se absten#an de opinar, y luego observ a los otros, que re-ulg#an en las so$bras de la vasta biblioteca, en contraste con los colores oscuros de las estanter#as y la $ultitud de vol3$enes que stas alo)aban. 4Al a$anecer 4di)o ,aste$a4, los $on)es dispondrn para ti unas ropas li$pias, un tra)e de terciopelo ro)o, tus ar$as recin pulidas, y tus botas, li$pias y lustrosas. .odo estar preparado. /o intentes co$er nada. Es pre$aturo, pues la sangre de los de$onios a3n &ace que se te revuelvan las tripas. uando ests dispuesto, te conducire$os al norte para que &agas lo que debas &acer a la lu% del d#a.
11
... Y esta luz resplandece en las tinieblas, pero las tinieblas no la recibieron E/01 EL23 4E 51 401 6701 1'5
1os $onasterios se despiertan te$prano, suponiendo que duer$an alguna ve%. Abr# los o)os de golpe, y vi que la lu% $atutina cubr#a el -resco co$o si un velo de oscuridad se al%ara sobre l( entonces co$prend# que &ab#a dor$ido pro-unda$ente. Mnos $on)es tra)inaban en $i celda. Dispusieron sobre el lec&o una t3nica de terciopelo ro)o, la ropa que &ab#a descrito ,aste$a. ,i atuendo consist#a en unas -inas $edias de lana ro)a, una ca$isa de seda dorada, otra de seda blanca para poner$e enci$a de la pri$era, y un grueso y -la$ante cintur'n con que ce!ir$e la t3nica. 5ab#an pulido $is ar$as, tal co$o $e &ab#an pro$etido6 $i recia espada con la e$pu!adura engar%ada con ge$as resplandec#a co$o si $i padre se &ubiera entretenido en lustrarla durante una tranquila velada )unto a la lu$bre. ,is pu!ales estaban preparados. ,e levant de la ca$a y $e arrodill para re%ar. 4Dios $#o, da$e -uer%as para enviar en tu no$bre a la $uerte a quienes se ali$entan de la vida 4$ur$ur en lat#n. Mno de los $on)es $e toc' en el &o$bro y sonri'. K/o &ab#a concluido a3n el 8ran "ilencioL *o no ten#a ni la $s re$ota idea. El $on)e se!al' una $esa sobre la que &ab#an dispuesto para $# un peque!o re-rigerio6 pan y lec&e. 1a super-icie de la lec&e estaba cubierta por una capa de espu$a. Asent# con la cabe%a y sonre#. El $on)e y sus co$pa!eros se inclinaron breve$ente y salieron. ,e volv# una y otra ve%. 4" que estis aqu#, lo presiento 4di)e, pero no le di $s i$portancia. "i no se presentaban, signi-icar#a que yo &ab#a recobrado el
)uicio, aunque eso era tan i$probable co$o que $i padre estuviera vivo. "obre la $esa, no le)os de la co$ida, su)etos por los candelabros que serv#an de pisapapeles, &ab#a varios docu$entos recin redactados y -ir$ados con una -lorida r3brica. 1os le# apresurada$ente. Eran unos recibos por $i dinero y $is )oyas, los ob)etos que llevara con$igo en las al-or)as. .odos los docu$entos ostentaban el sello de los ,dicis. .a$bin &ab#a un talego con dinero, que deb#a su)etar$e al cinto. * todos $is anillos, li$pios y pulidos, de -or$a que los cabu)ones de rub#es e0&ib#an un brillo e0traordinario y las es$eraldas una pro-undidad sin $cula. El oro re-ulg#a co$o no lo &iciera desde $eses atrs, debido a $i de)ade%. ,e cepill el cabello, lo cual era un engorro debido a su espesor y longitud, pero no ten#a tie$po de pedir a un barbero que $e lo cortara por enci$a de los &o$bros. Al $enos era lo bastante largo, pues $e lo &ab#a de)ado crecer durante los 3lti$os $eses, para peinr$elo &acia atrs y evitar que cayera sobre la -rente. Era un lu)o tenerlo tan li$pio. ,e vest# con rapide%. 1as botas $e apretaban un poco porque se &ab#an secado )unto al -uego despus de que la lluvia las e$papara. +ero $e las calc c'$oda$ente sobre las -inas $edias. ,e abroc& las &ebillas y $e coloqu la espada. 1a t3nica de terciopelo ro)o ten#a el dobladillo bordado con &ilos de oro y plata, y en la parte delantera luc#a unas -lores de lis plateadas, el s#$bolo $s antiguo de Florencia. Despus de ce!ir$e el cintur'n, la t3nica $e llegaba a $edio $uslo, $ostrando $is bien torneadas piernas. El atuendo era de$asiado -astuoso para la batalla, pero $s que una batalla ser#a una $atan%a. ,e puse la capa corta y airosa que los $on)es &ab#an dispuesto y abroc& sus &ebillas doradas, aunque iba a &acer calor en la ciudad. 1a capa estaba -orrada con una -ina piel de ardilla de color $arr'n oscuro. +rescind# del so$brero. ,e abroc& el talego al cinto. ,e coloqu los anillos uno tras otro &asta convertir $is $anos en unas ar$as contundentes debido a su peso. ,e en-und los guantes -orrados de suave piel. Vi un rosario de cuentas a$barinas oscuras en el que no &ab#a reparado antes. .en#a un
cruci-i)o de oro, que bes, tras lo cual guard el rosario en un bolsillo deba)o de $i t3nica. ,e percat de que $anten#a la vista -i)a en el suelo, y que estaba rodeado por unos pies descal%os. +oco a poco alc la vista. onte$pl a $is ngeles guardianes, ataviados con unas largas y vaporosas t3nicas de color a%ul oscuro, que parec#an estar con-eccionadas con un $aterial $s ligero pero $s opaco que la seda. "us rostros eran blancos co$o el $ar-il y reluc#an ligera$ente( sus o)os eran grandes y negros co$o los 'palos. .en#an el cabello oscuro, o $e)or dic&o de una tonalidad ca$biante, co$o si estuviera -or$ado por so$bras. "e &allaban -rente a $#, con las cabe%as tan )untas que se ro%aban. +arec#a que se co$unicaran en silencio entre s#. "u presencia $e abru$'. ,e produ)o una sensaci'n de tre$enda inti$idad el &ec&o de conte$plarlos con tal nitide% y tan cerca de $#, y saber que eran los dos ngeles que &ab#an per$anecido sie$pre a $i lado, al $enos eso $e &ab#an dado a entender. Eran algo $s volu$inosos que los seres &u$anos, al igual que los otros ngeles que yo &ab#a visto, y su i$ponente aspecto no estaba $itigado por una e0presi'n dulce co$o $ostraban los otros, sino que pose#an unos se$blantes $s lisos y orondos aunque las bocas estuvieran e0quisita$ente dibu)adas. 4K rees a&ora en nosotrosL 4pregunt' uno de ellos en vo% ba)a. 4K+odis decir$e vuestros no$bresL 4inquir#. 1os dos ngeles $enearon la cabe%a. 4K,e a$isL 4pregunt. 4KD'nde est escrito que debe$os a$arteL 4replic' el que a3n no &ab#a dic&o palabra( ten#a una vo% neutra y suave co$o un $ur$ullo, pero clara, que pod#a &aber sido la vo% del otro ngel. 4K/os a$as t3 a nosotrosL 4inquiri' el otro. 4K+or qu $e custodiisL 4pregunt. 4+orque nos &an enviado a custodiarte, y per$anecere$os )unto a ti &asta que $ueras. 4K"in a$ar$eL A$bos negaron de nuevo con la cabe%a. +oco a poco la lu% ilu$in' la estancia. ,e volv# y alc la vista &acia la ventana, creyendo que se trataba del sol. :El sol no
puede &erir $is o)os;, pens. "in e$bargo, no se trataba del sol, sino de ,aste$a, que se &ab#a erguido a $is espaldas co$o una nube de oro. Estaba -lanqueado por $is de-ensores, los abogados de $i causa, $is aliados, Ra$iel y "et&eus. 1a &abitaci'n estaba inundada de una lu% tr$ula y vibraba sin e$itir sonido alguno. ,is ngeles resplandec#an, $ostrando su -ulgurante blancura y el a%ul intenso de sus t3nicas. .odos -i)a$os la vista en ,aste$a, que iba tocado con un yel$o. En el aire -lotaba un intenso $ur$ullo $usical, un sonido cantar#n, co$o si una gran bandada de di$inutos p)aros con voces doradas se &ubiera despertado para re$ontar el vuelo desde las ra$as de sus rboles rebosantes de lu%. reo que cerr los o)os. +erd# el equilibrio, y not que el aire se tornaba $s -r#o y que un re$olino de polvo $e nublaba la vista. "acud# la cabe%a para despe)ar$e y $ir a $i alrededor. /os encontrba$os dentro del castillo. Estaba oscuro y &3$edo. 1a lu% se -iltraba a travs de las grietas del in$enso puente levadi%o, que co$o es l'gico estaba al%ado y bien asegurado. A a$bos lados del $is$o se elevaban unas toscas $urallas de piedra, tac&onadas con unos volu$inosos y o0idados ganc&os y cadenas que no se &ab#an utili%ado en $uc&os a!os. ,e volv# y penetr en un patio so$br#o. ,e qued anonadado al percatar$e de la altura de los $uros que $e rodeaban, los cuales se elevaban &asta alcan%ar el vivido cubo -or$ado por el cielo a%ul y despe)ado. El patio, situado en la entrada, no era sino uno de los $uc&os que &ab#a en el castillo, pues ante nosotros se al%aba un gigantesco portal, lo su-iciente$ente a$plio para per$itir el paso del carro de &eno $s gigantesco que cabe i$aginar o de una $quina de guerra de nuevo cu!o. El suelo estaba sucio. 5ab#a ventanas por doquier, &ilera tras &ilera de ventanas de doble arco, todas cubiertas con barrotes. 4.e necesito, ,aste$a 4di)e. ,e santigN de nuevo. 1uego saqu el rosario del bolsillo, bes el cruci-i)o y conte$pl por unos instantes el di$inuto y retorcido cuerpo de 9esucristo
ator$entado. 1a gigantesca puerta que se al%aba ante $# se abri' de golpe. 2# el rec&inar de los cerro)os de &ierro al descorrerse y la puerta gir' estrepitosa$ente sobre sus go%nes, $ostrando un distante patio interior rebosante de sol, $uc&o $ayor que el anterior. 1os $uros que traspusi$os ten#an unos die% $etros de grosor. A a$bos lados de nosotros se al%aban unas puertas de piedra con un pronunciado arco, que $ostraban los pri$eros signos de cuidados que yo &ab#a observado desde que entrra$os en el castillo. 4Esos seres no entran y salen co$o &acen otros 4co$ent. ,e apre$i para alcan%ar los rayos de sol que inundaban el patio. El aire de $onta!a era -resco y &3$edo y el a$biente del pasadi%o resultaba irrespirable. uando llegu al patio y $e enderec, vi unas ventanas co$o las que recordaba &aber visto, decoradas con vistosos estandartes y linternas que se encender#an de noc&e. Repar en unos tapices que colgaban sobre los al-i%ares de las ventanas, co$o si la lluvia no pudiera da!arlos. * al levantar la vista conte$pl las toscas al$enas y las &er$osas albardillas de $r$ol blanco. +ero ste ta$poco era el in$enso patio que yo recordaba &aber visto. Estos $uros eran de$asiado r3sticos. 1as piedras estaban sucias y no se &ab#an pisado desde &ac#a a!os. Aqu# y all &ab#a unos c&arcos de agua. A travs de las grietas brotaban unos $alolientes &ierba)os, pero ta$bin algunas -lores silvestres, que conte$pl con ternura y acarici, $aravillado de que creciesen en un lugar co$o se. 1lega$os a otro portal, ste gigantesco, de $adera, con unas bandas de &ierro ba)o una arcada de $r$ol de pronunciado arco, el cual se abri' y nos per$iti' salvar otro $uro. +enetra$os en un )ard#n de inco$parable belle%a. ,ientras atravesba$os otros die% $etros de oscuridad, vi ante $# los e0tensos cultivos de naran)os y o# el canto de las aves. ,e pregunt si estar#an atrapadas a&# aba)o, prisioneras, o si pod#an al%ar el vuelo y escapar. "# pod#an, pues el espacio era gigantesco. +or -in conte$pl los &er$osos bloques de $r$ol blanco que recordaba, los cuales cubr#an la -ac&ada &asta la ci$a, &asta lo alto del castillo. uando entr en el )ard#n, al ec&ar a andar por el pri$er y
a$plio sendero de $r$ol que discurr#a entre los $aci%os de violetas y rosas observ unos p)aros que iban y ven#an, revoloteando y describiendo unos a$plios c#rculos sobre este in$enso espacio, y re$ontaban el vuelo &asta las torres que se recortaban con nitide% y $a)estuosidad contra el -ir$a$ento. ,e sent# abru$ado por el intenso per-u$e de las -lores. 1as a%ucenas y los linos se $e%claban por doquier, y las naran)as que pend#an de los rboles estaban en sa%'n y presentaban un color ro)i%o. 1os li$ones se &allaban todav#a duros y algo verdes. 1os $uros estaban cubiertos de enredaderas. 1os ngeles se agruparon a $i alrededor. ,e percat de que era yo quien les &ab#a conducido &asta all#, quien &ab#a to$ado en todo $o$ento la iniciativa, y segu#a controlando la situaci'n en aquel )ard#n, $ientras re-le0ionaba con la cabe%a gac&a y ellos aguardaban en silencio. 4.rato de o#r las voces de los prisioneros 4di)e4. +ero no oigo nada. Alc la vista y conte$pl las ventanas y los balcones suntuosa$ente decorados, los dobles arcos, alguna que otra galer#a( todo ello presentaba un estilo de -iligrana que le era propio, di-erente al nuestro. 2bserv que ondeaban las banderas, todas de color ro)o sangre, $anc&adas con la $uerte. 1uego conte$pl por pri$era ve% $is propias ropas de un escarlata brillante. 4K o$o sangre recin derra$adaL 4$ur$ur. 45a% en pri$er lugar lo que debes &acer 4$e aconse)' ,aste$a4. +uedes aguardar a que la lu% crepuscular te cubra al ir a liberar a los presos, pero debes ir en busca de tus presas a&ora. 4KD'nde se encuentranL FD#$eloG 4En deliberado sacrilegio y anticuado rigor, yacen deba)o de las piedras de la iglesia. De pronto se oy' un ruido estridente y agudo. El ngel &ab#a desenvainado la espada. 1a dirigi' &acia $# tras volver la cabe%a. El sol que se re-le)aba en los $uros revestidos de $r$ol arrancaba unos re-le)os dorados a su yel$o ro)o, que parec#a estar en lla$as. 4+or esa puerta, y la escalera a la que da acceso. 1a iglesia est situada en el tercer piso a nuestra i%quierda.
,e dirig# sin $s dilaci'n &acia la puerta. "ub# a toda prisa la escalera, doblando un recodo tras otro $ientras percib#a el sonido de $is botas sobre la piedra, sin parar$e a co$probar si los ngeles $e segu#an( s'lo sab#a que estaban )unto a $#, y sent#a su presencia co$o si $e ec&aran el aliento sobre el cuello, aunque no era as#. Al cabo de unos $o$entos en-ila$os un corredor, a$plio y abierto, que se &allaba a nuestra derec&a y daba al patio in-erior. Ante nosotros se e0tend#a una inter$inable y $ullida al-o$bra cubierta de -lores persas que se &und#an en un -rondoso prado color a%ul noc&e. 1os colores eran vividos, intactos. "egui$os avan%ando por ella &asta que desapareci' tras un recodo. Al llegar al -inal del corredor vi el cielo per-ecta$ente en$arcado y la abrupta ci$a de la verde $onta!a. 4K+or qu te &as detenidoL 4pregunt' ,aste$a. 1os ngeles se $ateriali%aron en torno a $#, luciendo las vaporosas ropas que se a$oldaron de nuevo a sus siluetas, y las alas que no paraban de agitarse. 4<sta es la puerta que conduce a la iglesia, co$o ya sabes. 4,e &e detenido para conte$plar el cielo a%ul, ,aste$a 4 respond#4. "'lo eso. 4KEn qu piensasL 4pregunt' uno de $is ngeles guardianes en vo% ba)a y clara. De pronto $e agarr' con -uer%a y observ sus dedos del color del perga$ino, ingrvidos, apoyados en $i &o$bro4. K+iensas en un prado que )a$s e0isti' y una )oven que &a $uertoL 4K+or qu eres tan cruelL 4le espet. ,e apro0i$ a l &asta que $i -rente ro%' la suya. ,e $aravill' sentir su tacto y ver sus o)os opalescentes con tanta nitide%. 4/o soy cruel. "'lo soy el que te obliga a recordar una y otra ve%. ,e volv# &acia la puerta de doble &o)a de la capilla. .ir de las gigantescas aldabas &asta que la cerradura cedi' y abr# la puerta de par en par, aunque no s si lo &ice para disponer de una v#a de escape o para -ranquear la entrada a $i squito de poderosos ayudantes. onte$pl ante $# la vasta nave desierta, que sin duda la noc&e anterior debi' de estar repleta de $ie$bros de la
estra-alaria y sanguinaria corte. En lo alto vi el coro del que &ab#a brotado aquella $3sica etrea. El sol traspasaba con violencia las de$on#acas vidrieras. 1anc una e0cla$aci'n de estupor al conte$plar los enor$es esp#ritus alados que aparec#an grabados en los estrec&os y relucientes -rag$entos de vidrio. Qu grueso era ese vidrio, de $3ltiples -acetas, y qu siniestras las e0presiones de esos $onstruos con alas provistas de $e$branas que nos observaban burlona$ente co$o si se dispusieran a cobrar vida ba)o la re-ulgente lu% diurna e interceptarnos el paso. /o tuve $s re$edio que apartar la $irada de esos seres, volver el rostro y escrutar el in$enso suelo de $r$ol. Divis el ganc&o, se$e)ante al que &ab#a en el suelo de la capilla de $i padre, el cual -or$aba un c#rculo plano sobre la piedra( un ganc&o de oro, bru!ido y colocado de -or$a que no sobresaliera del suelo para i$pedir que nadie trope%ara con l. /o estaba cubierto. Indicaba de -or$a precisa la posici'n de la 3nica y alargada entrada a la cripta. Mn estrec&o rectngulo de $r$ol cortado en el centro del suelo de la capilla. Avanc, percibiendo el eco de $is pisadas a travs de la capilla desierta, y $e dispuse a tirar del ganc&o. KQu $e detuvoL Vi el altar. En aquel preciso instante el sol incidi' sobre la -igura de 1uci-er, el gigantesco ngel ro)o que se &allaba suspendido sobre un $ont'n de -lores ro)as, tan -rescas co$o las de la noc&e en que $e &ab#an llevado a ese lugar. Vi sus o)os -ebriles y a$arillos, unas ge$as engar%adas en el $r$ol ro)o, y observ los col$illos de $ar-il que aso$aban ba)o su labio superior, contra#do en un rictus de odio. onte$pl a los de$onios provistos de col$illos que se encontraban adosados a los $uros a derec&a e i%quierda de 1uci-er( los o)os de ste, creados con piedras preciosas, trasluc#an una e0presi'n de codicia y arrogancia ba)o la intensa lu%. 41a cripta 4di)o ,aste$a. +or $s que tir del ganc&o, no consegu# $over la losa de $r$ol. /ing3n ser &u$ano lo &abr#a logrado. "e requer#a una yunta de caballos. A-err el ganc&o con a$bas $anos y tir de l con $s -uer%a, pero ta$poco esta ve% consegu# $overlo. Aquello era tan in3til co$o intentar $over los $uros.
4FAy3daleG 4i$plor' Ra$iel4. Ayud$osle entre todos. 4/o tiene $ayor co$plicaci'n, ,aste$a, es co$o abrir una puerta. ,aste$a e0tendi' una $ano y $e &i%o suave$ente a un lado, &aciendo que $e ta$baleara por unos instantes antes de recobrar el equilibrio. 1a larga tra$pa de $r$ol se al%' $uy despacio. "u peso $e aso$br'. ,ed#a $s de $edio $etro de grosor. "'lo el revesti$iento era de $r$ol( el resto consist#a en una piedra $s oscura, pesada y densa. /ing3n ser &u$ano &abr#a sido capa% de levantarla. A travs de la boca de la tra$pa surgi' una lan%a, co$o accionada por un resorte. ,e apart de un salto, aunque no estaba lo bastante cerca para que $e &iriera. ,aste$a de)' caer la tra$pa, ba)o cuyo peso los go%nes se partieron. 1a lu% inundaba el espacio que se abr#a a nuestros pies. Aparecieron $s lan%as, dispuestas para ensartar$e, resplandeciendo ba)o el sol, ligera$ente inclinadas, co$o situadas en sentido paralelo a la parte $s alta de la escalera. ,aste$a se acerc'. 4+rocura apartar las lan%as, Vittorio 4di)o. 4/o puede 4contest' Ra$iel4. "i tropie%a, caer en ese po%o eri%ado de lan%as. Aprtalas t3, ,aste$a. 41o &ar yo 4intervino "et&eus. .ras desen-undar $i espada, asest un golpe sobre la pri$era lan%a y logr desprender la punta de $etal, pero el $ango de $adera segu#a intacto. 7a) a la cripta, y en el acto e0peri$ent una sensaci'n de -r#o y &u$edad en torno a $is piernas. 8olpe con $i espada el $ango de la lan%a, partindolo en dos. ,e detuve y al e0tender la $ano i%quierda palp otras dos lan%as que $e aguardaban en la penu$bra. Alc de nuevo la espada. ,e dol#a el bra%o debido al peso de sta. +art# las dos lan%as con unos golpes rpidos y contundentes, con lo que las puntas de $etal cayeron ta$bin de los $angos de $adera. Descend# por la escalera su)etndo$e con la $ano derec&a para no resbalar, pero de pronto lanc un grito y ca# al vac#o,
pues la escalera se interru$p#a all# de repente. .o$ con la $ano derec&a el $ango de la lan%a que &ab#a partido, la cual sosten#a en la i%quierda. ,i espada cay' con gran estruendo al suelo. 4Es su-iciente, ,aste$a 4protest' "et&eus4. /ing3n ser &u$ano lo conseguir#a. Qued suspendido en el aire, su)etndo$e con a$bas $anos al astillado $ango de la lan%a $ientras observaba a los ngeles que rodeaban la boca de la cripta. "i ca#a, $orir#a sin duda, pues &ab#a una distancia tre$enda &asta el suelo. * suponiendo que no $e $atara, )a$s saldr#a vivo de all#. *o aguard, sin decir palabra, aunque sent#a un dolor insoportable en los bra%os. Entonces los ngeles descendieron en un re$olino de seda y alas con el silencio que les caracteri%aba en todo lo que &ac#an, y penetraron en la cripta, apresurndose a rodear$e y transportar$e en volandas &asta el suelo de la c$ara. De pronto $e soltaron y $e arrastr en la penu$bra &asta &allar $i espada. +or -in la &ab#a recuperado. ,e levant, )adeando, $ientras la sosten#a con -ir$e%a, y conte$pl el rectngulo de lu% que &ab#a en lo alto. err los o)os e inclin la cabe%a, tras lo cual los abr# despacio para de)ar que se &abituaran a la densa y &3$eda penu$bra. El castillo &ab#a de)ado aqu# que la $onta!a lo invadiera, pues la c$ara, aunque espaciosa, parec#a consistir s'lo en tierra. Al $enos eso -ue lo que vi ante $#, en el tosco $uro, y al volver$e vi a $is presas, seg3n las &ab#a no$brado ,aste$a. 1os va$piros, las larvas, yac#an dor$idos, pero no en unas tu$bas, sino al descubierto, dispuestos en unas largas &ileras, cada cuerpo e0quisita$ente vestido y cubierto con una sutil gasa te)ida de oro. *ac#an en torno a tres $uros de la cripta. En el e0tre$o opuesto vi la escalera rota suspendida en el vac#o. +esta!e y entorn los o)os, de)ando que se -iltrara en ellos la su-iciente cantidad de lu%. ,e acerqu a la pri$era -igura que atin a distinguir en la oscuridad( vi los elegantes c&apines color burdeos y las $edias escarlata, todo ello cubierto por el sutil velo, co$o si cada noc&e unos gusanos de seda te)ieran ese $anto para aquel ser, espeso y per-ecto. +ero no era cosa de $agia, sino el $e)or te)ido que eran capaces de con-eccionar las
criaturas de Dios, te)ido en los telares de &o$bres y orlado de un dobladillo cosido por $anos e0quisitas. Retir el velo brusca$ente. ,e apro0i$ a la criatura, que yac#a con los bra%os cru%ados, y de pronto observ &orrori%ado que su rostro dor$ido se ani$aba. El $onstruo abri' los o)os y e0tendi' un bra%o de -or$a violenta &acia $#. Mnas $anos $e libraron de las garras en el $o$ento oportuno. Al volver$e vi que Ra$iel $e sosten#a( luego cerr' los o)os e inclin' la -rente sobre $i &o$bro. 4A&ora ya conoces sus trucos. =ndate con cautela. F#)ate, a&ora &a doblado de nuevo el bra%o. ree que est a salvo. 5a cerrado los o)os. 4KQu debo &acerL F1o $atarG 4e0cla$. "u)etando el velo con la $ano i%quierda, alc la espada con la derec&a. Avanc &acia el $onstruo que dor$#a, y cuando ste al%' la $ano, la atrap con el velo, aprisionndola en el te)ido, y $i espada cay' sobre l co$o la del verdugo en el cadalso. 1a cabe%a rod' por el suelo. El $onstruo e$iti' un sonido atro%, que proven#a $s bien del cuello que de la garganta. "u bra%o se rela)'. /o pod#a luc&ar a la lu% del d#a co$o lo &abr#a &ec&o en la oscuridad( en la pri$era batalla contra esos seres, &ab#a decapitado a $i pri$er agresor. F*o &ab#a vencidoG Recog# la cabe%a y observ c'$o la sangre se derra$aba por la boca. 1os o)os, si es que &ab#a llegado a abrirlos, estaban cerrados. Arro) la cabe%a al centro del suelo, donde incid#a en ella la lu%. De in$ediato la lu% co$en%' a abrasar la carne. 4F,ira, la cabe%a se est que$andoG 4e0cla$. +ero no $e detuve. ,e acerqu a la siguiente criatura dor$ida. Arranqu el lien%o sedoso y transparente de una $u)er que luc#a unas largas tren%as y &ab#a su-rido una $uerte cruel en la plenitud de su vida. .ras atrapar su bra%o cuando co$en%' a al%arlo, le cort la cabe%a con -uria, la agarr por una tren%a y la arro) para que aterri%ara )unto a la de su co$pa!ero. 1a otra cabe%a se &ab#a encogido y ennegrecido ba)o la lu% que penetraba a raudales a travs de la abertura que presid#a la c$ara desde lo alto. 4K1o &as visto, 1uci-erL 4grit. El eco de $i vo% pareci' burlarse de $#4 K5as visto esoL K1o &as vistoL K1o &as vistoL
,e apresur &acia el siguiente $onstruo. 4FFlorianG 4e0cla$ al retirar el velo. "in e$bargo, &ab#a co$etido un trgico error. Al o#r su no$bre, Florian abri' los o)os antes de que yo $e abalan%ara sobre l, y co$o t#tere suspendido de unos &ilos intent' levantarse, lo que &abr#a conseguido si no le &ubiera clavado de in$ediato $i espada en el pec&o. I$pasible, sin ca$biar de e0presi'n, el $onstruo cay' &acia atrs. A continuaci'n le asest un golpe con la espada sobre el suave y aristocrtico cuello. 1a sangre e$pap' su rubio cabello. El $onstruo entorn' los o)os vidriosos y $uri' en el acto. Agarr por la larga cabellera a ese ser desprovisto de cuerpo, el cabecilla de la banda, ese de$onio de lengua plateada, y arro) su cabe%a a la &u$eante y &edionda pila de cabe%as. +rosegu# con $i labor, eli$inando a los $onstruos que ten#a a $i i%quierda( no s por qu a $i i%quierda, salvo que to$ esa direcci'n. Despus de arrancarles el velo $e arro)aba sobre ellos con incre#ble rapide%, atrapando su bra%o con el velo cuando co$en%aban a al%arlo( a veces proced#a con tal #$petu que no de)aba siquiera que lo $ovieran, y les cortaba la cabe%a a tal velocidad que al -inal lo &ac#a de -or$a c&apucera, destro%ndoles la $and#bula e incluso los &uesos del &o$bro. +ero acab con ellos. "#, acab con ellos. 1es arrancaba la cabe%a y la arro)aba a la pila, de la que brotaba una &u$areda tan densa co$o la que despide una &oguera de &o)as oto!ales. .a$bin escup#a algunas ceni%as, -inas y di$inutas, pero $uy escasas en co$paraci'n con el volu$inoso $ont'n de cabe%as grasientas y ennegrecidas que ali$entaban las lla$as. K"u-r#anL KEran conscientes de lo que les &ab#a ocurridoL KAdonde volaban sus al$as transportadas por unos pies invisibles en ese $o$ento atro% en que la diab'lica corte se disolv#a, cuando yo saltaba y bra$aba de go%o, re#a y lloraba &asta que las lgri$as $e nublaron la vistaL ,at a unos veinte $onstruos, y la espada acab' tan $anc&ada de sangre y porquer#a que tuve que li$piarla. 1o &ice restregndola sobre sus cuerpos, $ientras $e dirig#a &acia el otro e0tre$o de la cripta, sobre sus )ubones y corpi!os, $aravillado
de la rapide% con que sus $anos blancas se encog#an y secaban sobre sus pec&os, y de c'$o $anaba a borbotones de sus cuellos sa)ados a la lu% del d#a una sangre negru%ca. 4Estis $uertos, os &e $atado a todos, pero Kadonde &abis ido, adonde &a volado vuestra al$a vivienteL 1a lu% co$en%' a dis$inuir. +er$anec# de pie, respirando con di-icultad debido al es-uer%o. Al al%ar la cabe%a vi a ,aste$a. 4El sol est en lo alto 4di)o con vo% queda. El ngel o-rec#a un aspecto in$aculado, aunque estaba $uy cerca de aquellos p3tridos restos, de las cabe%as calcinadas y &ediondas. El &u$o parec#a brotar $s bien de los o)os de stas que de otro lugar, co$o si la gelatina se &ubiera -undido por co$pleto en el -uego. 4En la iglesia &ay poca lu%, aunque es $ediod#a. Apres3rate. .e quedan otros veinte en ese lado. ,anos a la obra. 1os otros ngeles per$anec#an in$'viles, agrupados. 1os $agn#-icos Ra$iel y "et&eus vest#an sus esplndidas t3nicas y los otros dos luc#an $s si$ples y $odestos, pero todos ellos $e observaban con ansiedad. "et&eus conte$pl' la pila de cabe%as abrasadas y luego $e $ir' a $#. 4Va$os, $i pobre Vittorio 4$ur$ur'4. Apres3rate. 4K+odr#as &acerlo t3L 4pregunt. 4/o. 4/o, ya s que no ests autori%ado 4ad$it#. El pec&o $e dol#a debido al es-uer%o que $e supon#a &ablar4. ,e re-iero a si ser#as capa% de &acerlo, si tendr#as el valor necesario. 4/o soy una criatura de carne y &ueso, Vittorio 4respondi' "et&eus con un gesto de i$potencia4. +ero &ar#a lo que Dios $e ordenara &acer. Avanc unos pasos y $e volv# para conte$plar al grupo de ngeles en su radiante esplendor, y a su )e-e, ,aste$a, con la ar$adura reluciente ba)o la lu% que declinaba y la brillante espada colgada del cinto. ,aste$a no di)o nada. ,e volv# y arranqu el velo que ten#a $s a $ano. Era Prsula. 4/o 4$usit al tie$po que retroced#a.
De) caer el velo al suelo. Estaba lo bastante ale)ado de ella para no despertarla( ni siquiera se $ovi'. 1os &er$osos bra%os estaban cru%ados sobre el pec&o en la airosa postura de $uerte que &ab#an ostentado los otros, pero de ella e$anaba una e0traordinaria dul%ura, co$o si un suave veneno la &ubiera $atado en su inocente )uventud sin alterar un solo pelo de su larga cabellera, la cual -or$aba un nido dorado en el que reposaba su cabe%a, los &o$bros y el cuello de cisne. +ercib# $is )adeos. 7a) la espada, de)ando que la punta ro%ara las piedras del suelo. ,e pas la lengua por los labios resecos. /o $e atrev# a $irarlos, aunque sab#a que se &allaban a pocos pasos, observndo$e. En el denso silencio, o# el crepitar y el c&isporroteo de las cabe%as abrasadas de aquellos seres $alditos. ,et# la $ano en el bolsillo y e0tra)e el rosario de cuentas a$barinas. 1a $ano $e te$bl' vergon%osa$ente $ientras lo sosten#a. 1uego alc el rosario, de)ando que el cruci-i)o oscilara en el aire, y lo arro) sobre Prsula. ay' )usto enci$a de sus delicadas $anos, sobre el blanco $ont#culo de sus pec&os se$idesnudos. El cruci-i)o se &undi' en el nido -or$ado por su plida piel, pero ella no $ovi' un solo $3sculo. 1a lu% se ad&er#a a sus pesta!as co$o si -uera polvo. "in e0cusa ni e0plicaci'n, $e volv# &acia el siguiente $onstruo, le arranqu el velo y acab con l o con ella, no $e detuve a averiguarlo, con un estent'reo grito de triun-o. Agarr la cabe%a cortada por la espesa $elena casta!a y la arro) al $ont'n de desec&os que yac#a a los pies de los ngeles. El siguiente era 8odric. FDios, qu dulce ser#a vengar$e de lG Vi su calva antes de tocar el velo, y tras desgarrarlo de -or$a torpe esper a que abriera los o)os, a que se incorporara a $edias en la losa sobre la que yac#a y $e $irara. 4K,e reconoces, $onstruoL K"abes quin soyL 4bra$. Alc la espada y le cort el cuello. 1a cabe%a canosa rod' por el suelo, y $e apresur a ensartarla con $i espada por el ensangrentado $u!'n4. K,e conoces, $onstruoL ,e dirig# &acia la pila de cabe%as y deposit la de 8odric sobre las otras, co$o si -uera un tro-eo. 4K,e conocesL 4ge$# de nuevo.
1uego reanud $i tarea con renovada -uria. 2tros dos, tres, luego cinco, luego siete y nueve, y otros seis $s, &asta liquidar aquella de$on#aca corte. .odos los bailarines, se!ores y da$as estaban $uertos. Entonces $e precipit al otro lado y acab con los pobres sirvientes ca$pesinos, cuyos $odestos cuerpos no estaban cubiertos con velo y apenas ten#an -uer%as para levantar sus blancos y esquelticos bra%os. 4KD'nde yacen los ca%adoresL 4En el otro e0tre$o de la cripta. All# est $uy oscuro. =ndate con cuidado. 4*a los veo 4anunci. Al endere%ar$e co$prob alar$ado que los seis ca%adores se &allaban dispuestos en una &ilera, con las cabe%as pegadas al $uro co$o los otros, pero peligrosa$ente )untos, cosa que di-icultaba $i labor. De pronto solt una carca)ada al reparar en lo sencillo que $e resultar#a. Arranqu el velo del pri$er ca%ador y le cort los pies. Este se al%' y en aquel instante le asest un golpe certero en el cuello con $i espada $ientras la sangre $anaba a borbotones de sus piernas. Al segundo le cort los pies y luego le sa) el torso, descargando un golpe sobre su cabe%a antes de que l lograse a-errar $i espada con la $ano. Alc el ar$a y le cort la $ano. 4F,uere, cerdoG F.3 $e atacaste con tu co$pinc&e, te recuerdo bienG +or -in le toc' el turno al 3lti$o de los ca%adores, y a los pocos segundos sostuve su cabe%a por las barbas. Regres lenta$ente con la cabe%a del 3lti$o ca%ador, &aciendo rodar las otras a puntapis co$o si -ueran una basura, pues no ten#a -uer%as para arro)arlas con la $ano, &asta colocarlas en un lugar donde la lu% incidiera sobre ellas. 1a cripta estaba ilu$inada. El sol del atardecer penetraba por el lado oeste de la capilla. * de la abertura que &ab#a en lo alto e$anaba un calor terror#-ico y -atal. ,e en)ugu despacio el rostro con el dorso de la $ano i%quierda. De) $i espada y saqu los pa!uelos que los $on)es &ab#an guardado en $is bolsillos para li$piar$e la cara y las $anos.
1uego to$ la espada y $e dirig# de nuevo a los pies del cata-alco sobre el que yac#a ella. /o se &ab#a $ovido. 1a lu% se &ab#a despla%ado y no incid#a sobre su cuerpo, ni sobre los cadveres de sus co$pa!eros. Prsula yac#a a salvo sobre su lec&o de piedra, con las $anos in$'viles, bella$ente cru%adas sobre el pec&o, la derec&a sobre la i%quierda. El cruci-i)o de oro estaba sobre el blanco $ont#culo de sus senos. Mna ligera corriente de aire que penetraba por la abertura agitaba su cabellera, que -or$aba un &alo de -ila$entos dorados en torno al rostro inerte. 1a $elena suelta y ondulada, desprovista de cintas y perlas, se desparra$aba sobre los bordes del estrec&o cata-alco, al igual que los pliegues del vestido largo y reca$ado. /o era el $is$o que luc#a la 3lti$a ve% que la &ab#a visto. +resentaba el $is$o color ro)o intenso, pero ste se &allaba rica$ente bordado y era nuevo y suntuoso, co$o si se tratara de una princesa real, sie$pre presta a recibir el beso de su pr#ncipe. 4K+od#a el in-ierno recibir estoL 4$usit. ,e acerqu tanto co$o )u%gu prudente. /o soportaba la idea de que al%ara su bra%o de -or$a $ecnica, de que $oviera los dedos en el aire en un intento de atrapar$e o que abriera los o)os. /o lo resistir#a. Deba)o del dobladillo del vestido aso$aban las puntas $enudas de sus c&apines. on qu es$ero debi' de acostarse al a$anecer. KQuin &abr#a cerrado la tra$pa, cuyas cadenas &ab#an ca#doL KQuin &ab#a colocado la tra$pa -or$ada por las lan%as, las cuales yo no &ab#a e0a$inado ni siquiera i$aginado en $i pensa$ientoL +or pri$era ve% observ en la penu$bra que Prsula luc#a una peque!a diade$a de oro, su)eta en la coronilla con unas di$inutas &orquillas clavadas en sus bucles, de -or$a que la perla que la adornaba pend#a sobre su -rente. Era un ob)eto $in3sculo. KAcaso ser#a su al$a tan $in3scula co$o ese ob)etoL K1a recibir#a el in-ierno del $is$o $odo que el -uego aceptar#a cualquier parte de su anato$#a, al igual que el sol abrasar#a su in$aculado rostro &asta convertirlo en una $asa &orrendaL .ie$po atrs ella &ab#a dor$ido, y so!ado, en el 3tero de su $adre, y unas $anos la &ab#an depositado en bra%os de su
padre. KQu tragedia debi' de ocurrir para que acabara en esa p3trida y &edionda sepultura, donde las cabe%as de sus co$pa!eros asesinados ard#an lenta$ente ba)o los pacientes e indi-erentes rayos del solL ,e volv# &acia ellos, con la espada apuntando al suelo. 4Mno, de)ad que viva uno. F"'lo unoG 4i$plor. Ra$iel se cubri' la cara con las $anos y se volvi' de espaldas a $#. "et&eus no apart' la vista pero $ene' la cabe%a en sentido negativo. ,is guardianes se li$itaron a observar$e con su &abitual -rialdad, co$o &icieran &asta el $o$ento. ,aste$a $e $ir' de &ito en &ito, en silencio, ocultando cualquier pensa$iento que atravesara su $ente ba)o la serena $scara de su se$blante. 4/o, Vittorio 4respondi'4. KAcaso crees que un nutrido grupo de ngeles del "e!or te &an ayudado a superar estos obstculos para de)ar que uno de esos $onstruos vivaL 4Ella $e a$aba, ,aste$a. * yo la a$o. Ella $e dio la vida. .e lo pido en no$bre del a$or, ,aste$a. .e lo suplico en no$bre del a$or. .odo cuanto &a ocurrido &oy aqu# -ue un acto de )usticia. K+ero qu puedo decir a Dios si $ato a este ser que $e &a a$ado y a quien yo a$oL El ngel, sin ca$biar de e0presi'n, $e observ' con su eterna cal$a. 2# un ruido tre$endo. Eran los sollo%os de Ra$iel y "et&eus. ,is guardianes se volvieron para conte$plarlos, sorprendidos s'lo leve$ente, tras lo cual -i)aron de nuevo en $# sus o)os dulces, so!adores e in$utables. 4"ois unos ngeles crueles 4declar4. F/o, no es )usto, lo sG ,iento. ,iento. +erdonad$e. 4.e perdona$os 4di)o ,aste$a4. +ero debes cu$plir lo que $e pro$etiste. 4K/o podr#a salvarse, ,aste$aL "i ella $is$a renunciara... K+odr#a qui%...L K"u al$a sigue siendo &u$anaL El ngel no contest'. +er$aneci' $udo. 4.e lo ruego, ,aste$a, resp'nde$e. KEs que no lo co$prendesL "i ella se salvara, yo $e quedar#a aqu# con ella y podr#a obligarla a renunciar a su condici'n, lo s porque tiene un cora%'n bondadoso. Es )oven y bondadoso. Di$e, ,aste$a, Kpodr#a salvarse una criatura co$o ellaL
/o &ubo respuesta. Ra$iel apoy' la cabe%a en el &o$bro de "et&eus. 4.e lo suplico, "et&eus 4di)e4. ontesta, Kpodr#a salvarseL KDebe $orir a $is $anosL K/o podr#a quedar$e aqu# con ella y obligarla a con-esar, a renegar de todo el $al que &a co$etidoL K/o e0iste ning3n sacerdote que pueda darle la absoluci'nL FDios benditoG 4Vittorio 4$ur$ur' Ra$iel4, Kes que tienes los o#dos taponados con ceru$enL K/o oyes gritar de &a$bre a los prisionerosL A3n no los &as liberado. K1o &ars esta noc&eL 4+uedo &acerlo, s#. K+ero no puedo per$anecer aqu# con ellaL uando se percate de que est sola, de que los otros &an perecido, de que las pro$esas que &i%o a 8odric y a Florian eran una aberraci'n, Kno es posible que o-re%ca su al$a a DiosL ,aste$a, sin que variara un pice la e0presi'n de sus o)os suaves y -r#os, volvi' despacio la cabe%a. 4F/oG F/o $e des la espaldaG 4grit al tie$po que su)etaba su poderoso bra%o envuelto en seda. "ent# la insuperable -uer%a deba)o del te)ido, ese te)ido e0tra!o y sobrenatural. <l $e $ir'4. K+or qu te niegas a responderL 4F+or el a$or de Dios, VittorioG 4bra$' de repente, y su vo% lleg' a todos los rincones de la cripta4. K/o lo co$prendesL F/osotros no lo sabe$osG 4.ras obligar$e a soltarlo $e $ir' ce!udo, con la $ano apoyada en el po$o de la espada y grit'46 F/o proveni$os de una especie que &aya conocido )a$s el perd'nG /o so$os de carne y &ueso( en nuestros do$inios las cosas se dividen en lu% y tinieblas. FEso es todo lo que sabe$osG Furioso, dio $edia vuelta y se dirigi' &acia Prsula. *o corr# tras l en un intento de detenerlo, incapa% de torcer su voluntad. ,aste$a e0tendi' la $ano, i$pidiendo que ella le su)etara, y la to$' por el delicado cuello. Prsula lo $ir' con aquella espantosa ceguera. 4+osee un al$a &u$ana 4di)o el ngel en vo% ba)a. 1uego retrocedi' co$o si no quisiera tocarla, co$o si no soportara tocarla, y al retirarse $e apart' de un e$pell'n. Ro$p# a llorar. El sol &ab#a variado de posici'n, y las so$bras e$pe%aban a invadir la cripta. +or -in, $e volv#. A travs de la abertura penetraba una lu% plida. Dorada y radiante, pero plida.
,is ngeles segu#an all#, agrupados( observaban y aguardaban. 4,e quedo aqu# 4di)e4. Ella no tardar en despertar. Entonces le pedir que ruegue a Dios que le conceda su gracia. 1o decid# en el instante de decirlo. 1o co$prend# s'lo al pronunciar esas -rases. 4,e quedar )unto a ella. "i renuncia a todos sus pecados en aras del a$or de Dios, podr per$anecer a $i lado, y cuando nos sobrevenga la $uerte, no al%are$os una $ano para acelerarla y Dios nos recibir a los dos. 4K rees que tendrs las -uer%as su-icientes para &acerloL 4 $e pregunt' ,aste$a4. K* ellaL K"er capa%L 4"e lo debo 4respond#4. Estoy en deuda con ella. 9a$s te &e $entido, ni a ti ni a ninguno de vosotros. /unca $e &e $entido a $# $is$o. Ella $at' a $i &er$ano y a $i &er$ana. *o $is$o lo vi. "in duda $at' a otros $ie$bros de $i -a$ilia. "in e$bargo ella $e salv'. 1o &i%o en dos ocasiones. ,atar es sencillo, pero salvar la vida de otro, no. 4FA&G 4e0cla$' ,aste$a co$o si yo le &ubiera golpeado 4. Eso es cierto. 4De $odo que $e quedo. /o espero nada de vosotros. " que no puedo salir de aqu#. Qui%s ella ta$poco pueda abandonar esta cripta. 4+or supuesto que puede 4replic' ,aste$a. 4/o le abandones aqu# 4intervino "et&eus4. 1lvatelo aunque sea en contra de su voluntad. 4/inguno de nosotros puede &acerlo, y t3 lo sabes 4repuso ,aste$a. 4Al $enos scalo de esta cripta 4suplic' Ra$iel4, co$o si le rescataras de un precipicio en el que &ubiera ca#do. 4+ero no es as#, y no puedo &acerlo. 4Entonces qued$onos aqu# )unto a l 4propuso Ra$iel. 4"i, qued$onos aqu# 4convinieron $is dos guardianes, $s o $enos de -or$a si$ultnea y con el $is$o tono suave. 4De)a que ella nos vea. 4K '$o sabe$os que puede vernosL 4di)o ,aste$a4. K '$o sabe$os que nos verL K untas veces ocurre que un ser &u$ano consigue vernosL +or pri$era ve% not que estaba -urioso. De pronto se volvi'
&acia $# y e0cla$'6 4FDios &a estado )ugando contigo, Vittorio, al darte estos ene$igos y estos aliadosG 4"#, lo s, y rogar al "e!or con todas $is -uer%as y el peso de $i su-ri$iento que salve el al$a de Prsula. /o pretend# cerrar los o)os. " que no lo &ice. +ero toda la escena ca$bi' de $odo s3bito y radical. El $ont'n de cabe%as segu#a intacto, y algunas yac#an algo apartadas, encogidas, secas, e0&alando un &u$o acre. 1a lu% procedente de la abertura que &ab#a en lo alto se oscureci', aunque segu#a siendo dorada e ilu$inaba la $altrec&a escalera y las lan%as que yo &ab#a partido, sobre las que se re-le)aba el -ulgor dorado de los 3lti$os rayos crepusculares. * $is ngeles &ab#an desaparecido.
12
1o &e de)es caer en la tentaci8n
/o obstante $i )uventud, $i cuerpo &ab#a llegado al l#$ite de sus -uer%as. +ero Kc'$o pod#a quedar$e en esa cripta, aguardando a que ella despertara, sin tratar de &allar el $edio de salirL /o pens en el rec&a%o de $is ngeles. Aunque sin duda lo $erec#a, estaba convencido de la rectitud de $i deseo de conceder a Prsula la oportunidad de i$plorar a Dios que la perdonara, que a$bos abandonra$os esa cripta y, en caso necesario, acudira$os a un sacerdote que pudiera absolver su al$a &u$ana de todos los pecados. En caso de que ella no pudiera reali%ar una con-esi'n per-ecta en aras del a$or de Dios, la absoluci'n la salvar#a. E0a$in la cripta, sorteando los cadveres que se &ab#an secado ba)o el sol. 1a escasa lu% que penetraba puso de relieve los c&arcos de sangre que se desli%aban entre los cata-alcos de piedra. +or -in &all lo que andaba buscando, una a$plia escalera de cuerda que pudiera al%ar y arro)ar &acia el tec&o. +ero Kser#a capa% de $anipularla sin ayudaL 1a arrastr &asta el centro de la cripta, apartando de una patada las cabe%as que $ostraban un aspecto atro%, deposit la escalera en el suelo y, situndo$e entre dos pelda!os, intent al%arla. I$posible. ,e -altaban -uer%as. 1a escalera pesaba $uc&o debido a su longitud. "e requer#an tres o cuatro &o$bres -or%udos para al%arla lo su-iciente, de $odo que los pelda!os superiores se enganc&aran en las lan%as rotas, pero yo no pod#a &acerlo solo. on todo, e0ist#a otra posibilidad. Mna cadena o una soga para arro)arla &acia las lan%as que &ab#a en lo alto. 7usqu en la penu$bra un ob)eto se$e)ante, pero no &all ninguno. KEra posible que no &ubiera una soga ni una cadenaL
KAcaso las larvas &ab#an sido capaces de salvar de un salto la distancia entre el suelo y la escalera rotaL 7usqu a lo largo de los $uros un saliente, un ganc&o o una protuberancia que indicara la e0istencia de un al$acn o, FDios nos libreG, otra cripta utili%ada por estos de$onios. /o encontr nada. +or -in, -atigado, $e acerqu de nuevo al centro de la &abitaci'n. Recog# todas las cabe%as, incluso el odioso crneo pelado de 8odric, que aparec#a a&ora renegrido co$o el cuero y $ostraba dos cavidades a$arillas en lugar de o)os, y las a$onton en un lugar donde la lu% siguiera incidiendo en ellas. 1uego, trope%ando con la escalera, ca# de rodillas )unto al cata-alco de Prsula. ,e tu$b en el suelo para dor$ir un rato, o al $enos descansar. "in pretenderlo, incluso con ti$ide% y te$or, de)e que $i cuerpo se rela)ara, cerr los o)os y, tendido en el suelo de piedra, $e su$# en un bendito sue!o reparador. Fue $uy curioso. "upuse que el grito de Prsula $e despertar#a, que, al igual que una ni!a, al despertarse en la oscuridad sobre su cata-alco y co$probar que estaba sola y rodeada de cabe%as gritar#a angustiada. "upuse que el &ec&o de ver las cabe%as apiladas en un $ont'n la &orrori%ar#a. +ero no -ue as#. 1a lu% crepuscular invad#a el espacio superior, de color violeta co$o las -lores del prado, y ella estaba de pie )unto a $#. "e &ab#a colgado el rosario en torno al cuello, lo cual no es in-recuente, y lo luc#a a $odo de bello adorno. El cruci-i)o de oro se balanceaba ba)o la lu%, co$o una resplandeciente $ota dorada se$e)ante a las $anc&as de lu% que re-le)aban sus o)os. Prsula sonri'. 4,i valiente &roe, ven, &uya$os de este lugar $ortuorio. 1o &as conseguido, les &as vengado. 4K5as $ovido los labiosL 4KEs preciso que lo &aga cuando &ablo contigoL "ent# un escalo-r#o de deseo cuando Prsula $e oblig' a que $e levantara. ,e $ir' a los o)os, con las $anos apoyadas en $is
&o$bros. 47endito seas, Vittorio 4di)o. Acto seguido, rodendo$e la cintura con un bra%o, ascendi' llevndo$e consigo. /os eleva$os sobre las lan%as rotas sin ni siquiera ro%ar sus a-ilados $angos, y penetra$os en la u$brosa capilla. 1as vidrieras se &ab#an oscurecido y las so$bras )ugueteaban grciles pero respetuosas en torno al distante altar. 4A$or $#o, a$or $#o 4di)e4. K"abes lo que &icieron los ngelesL K1o que di)eronL 41ibere$os a los presos, tal co$o deseas 4contest' Prsula. ,e sent# $s ani$ado, lleno de renovado vigor. /adie &abr#a adivinado que &ab#a tenido que superar una dura prueba, que la titnica luc&a $e &ab#a robado las -uer%as y el ni$o, que durante d#as la batalla y el es-uer%o constituyeron parte integrante de $i ser. 9untos atravesa$os apresurada$ente el castillo, abriendo una tras otra las puertas de par en par para liberar a los desdic&ados que estaban en el corral. Fue Prsula quien corri' con pies ligeros y -elinos por los senderos que discurr#an entre los naran)os y las )aulas de las aves, volcando los puc&eros de caldo, in-or$ando a los co)os y a los desesperados de que eran libres, que nadie les reten#a en el castillo. En un santia$n nos situa$os en un elevado balc'n. En la penu$bra conte$pl a $is pies la triste procesi'n, una larga &ilera de tullidos que descend#a por la ladera de la $onta!a ba)o el cielo violceo y la estrella de la noc&e. 1os dbiles ayudaban a los -uertes( los vie)os transportaban a los )'venes. 4KAdonde irnL KRegresarn a esa $alvada poblaci'nL K9unto a los $onstruos que los entregaron al sacri-icioL 4De pronto se apoder' de $# una violenta -uria4. Esas gentes deben recibir castigo. 4El tie$po todo lo resuelve, Vittorio. .us pobres y tristes v#cti$as ya son libres. Ven, nuestro $o$ento &a llegado. 1a -alda de Prsula se in-l' -or$ando un enor$e c#rculo oscuro $ientras descend#a$os por el aire, -rente a las ventanas, )unto a los $uros, &asta que $is pies aterri%aron en el $ullido suelo. 4F7endito sea Dios, esta$os en el pradoG 4e0cla$4. 1o veo con tal nitide% ba)o el resplandor de la luna co$o lo viera en
$is sue!os. ,e sent# e$bargado por una s3bita ternura. Abrac a Prsula, &undiendo los dedos en su espesa y ondulada cabellera. .odo parec#a ba$bolearse a $i alrededor, y sin e$bargo sent# el tacto de la tierra ba)o $is pies al tie$po que bailaba eu-'rico con ella, y el suave y airoso $ovi$iento de los rboles nos arrullaba $ientras nos abra%ba$os con -uer%a. 4/ada puede separarnos, Vittorio 4di)o. De pronto se solt' y ec&' a correr. 4FEspera, PrsulaG 4grit al tie$po que ec&aba a correr tras ella. +ero la &ierba y las a%ucenas crec#an altas y -rondosas. De pronto tuve la i$presi'n de que aquel para)e no era idntico al del sue!o, pero enseguida co$prend# que era una i$presi'n err'nea, pues todo estaba i$pregnado del aro$a silvestre del ca$po y la per-u$ada brisa agitaba leve$ente las ra$as de los rboles. a# agotado, de)ando que las -lores $e acogieran en un suave abra%o. De) que las a%ucenas ro)as se inclinaran sobre $i rostro, co$o si $e observaran con curiosidad. Ella se arrodill' a $i lado. 4<l $e perdonar, Vittorio 4di)o4. En su in-inita $isericordia, $e perdonar. 4"#, $i a$or, $i bendito y &er$oso a$or, $i salvadora. <l te perdonar. El peque!o cruci-i)o que pend#a de su cuello ro%' el $#o. 4+ero debes &acer esto por $#, t3 que $e perdonaste la vida en la cripta, que dor$iste con-iado a los pies de $i tu$ba, deseo que &agas... 4KQu, a$or $#oL 4pregunt4. /o tienes $s que dec#r$elo y lo &ar. 4+ri$ero re%a para que el "e!or te d -uer%as, y luego deseo que tu cuerpo &u$ano, tu cuerpo inde$ne y bauti%ado absorba toda la sangre de$on#aca que contiene el $#o, que la e0traigas para liberar $i al$a de su con)uro. /o te$as, no te per)udicar, pues la vo$itars al igual que las pociones que te di$os. K5ars eso por $#L KE0traers el veneno que &ay en $i interiorL +ens en las nuseas, el v'$ito que &ab#a brotado de $i garganta en el $onasterio. +ens en los desprop'sitos que &ab#a soltado, en la terrible locura que se &ab#a apoderado de $#.
45a%lo por $#4di)o Prsula. "e tu$b' )unto a $# y sent# su cora%'n atrapado en su pec&o, y sent# los latidos del $#o, y pens que )a$s &ab#a conocido una languide% tan sensual. /ot que $is dedos se contra#an. Durante unos instantes de) que reposaran sobre las piedras del prado, co$o si los dorsos de $is $anos yacieran sobre unos speros gui)arros, pero enseguida sent# de nuevo la te0tura de los tallos rotos, el lec&o de a%ucenas purp3reas, ro)as y blancas. Prsula al%' la cabe%a. 4En no$bre de Dios 4di)e4, por tu salvaci'n, ingerir el veneno que contiene tu cuerpo( te c&upar la sangre co$o si la succionara de una &erida gangrenosa, de la llaga de un leproso. D$ela, da$e tu sangre. "u rostro per$aneci' i$pasible, tan $enudo, tan e0quisito, tan blanco. 4Debes ser valiente, a$or $#o, pues antes debo succionar una porci'n de tu sangre para que t3 absorbas toda la $#a. 4 Prsula apoy' la cabe%a en $i cuello y $e clav' los dientes4. Valor, s'lo un poco $s. 4KMn poco $sL 4$usit4. FA&, un poco $sG 1evanta la vista, Prsula, conte$pla el cielo y el in-ierno en el -ir$a$ento, pues las estrellas son unas bolas de -uego que los ngeles sostienen suspendidas. +ero era un lengua)e e0agerada$ente potico y carente de signi-icado, y al poco de convirti' en un $ero eco. "ent# que $e envolv#a una densa oscuridad, y al al%ar la $ano tuve la i$presi'n de que la cubr#a una red dorada y vi a lo le)os $is dedos atrapados en esa red. De repente el sol inund' el prado. "ent# deseos de &uir, de incorporar$e, de decirle :F#)ate, &a salido el sol, y tu ests inde$ne, a$or $#o;. +ero e0peri$ent unas oleadas de un placer divino y sensual que $e atravesaban todo el cuerpo, tirando de $#, esti$ulando $is partes #nti$as, un placer $agn#-ico y enloquecedor. uando sus dientes se clavaron en $i carne, tuve la sensaci'n de que a-ian%aba su al$a en $is 'rganos, en todas las partes de $i ser que correspond#an al &o$bre y antes al ni!o, y que eran &u$anas. 4FA&, no te detengas, a$or $#oG 4e0cla$.
El sol e)ecut' una e0tra!a dan%a sobre las ra$as de un casta!o. Prsula abri' la boca, de la que brot' un c&orro de sangre, el beso ro)o oscuro de sangre. 4.'$ala, Vittorio. 4.rans$#te$e todos tus pecados, criatura divina 4respond# 4. FDios $#o, ay3da$eG FApidate de $#G ,aste$a... +ero no ter$in la -rase. ,i boca se llen' de la sangre de Prsula. /o era una poci'n rancia $e%clada con otros repugnantes ingredientes, sino el l#quido dulce y cautivador que $e diera a travs de sus besos $s secretos y desconcertantes. Esta ve% lo inger# en un c&orro que no cesaba de $anar. Prsula $e su)et' por las a0ilas y $e al%'. 1a sangre parec#a no conocer vena alguna pero se e0tendi' a travs de $is e0tre$idades, $is &o$bros y $i pec&o, anegando y con-iriendo renovada energ#a a $i cora%'n. 1evant la vista y conte$pl el sol radiante y )uguet'n. "ent# su $elena suave y cegadora sobre $is o)os, pero $ir a travs de los dorados cabellos. ,i respiraci'n era entrecortada. 1a sangre $e inund' las piernas, &asta las puntas de los dedos de los pies. ,i cuerpo se sent#a revitali%ado. ,i cora%'n lat#a contra su pec&o, y de nuevo sent# su peso sutil y -elino, las sinuosas piernas enroscadas en torno a las $#as, su)etndo$e, in$ovili%ndo$e, los bra%os cru%ados ba)o $is a0ilas, los labios pegados a los $#os. ,is o)os no cesaban de pesta!ear y contraerse, para luego abrirse de golpe, en un ciclo inter$inable. ,is suspiros eran in$ensos, y los latidos de $i cora%'n retu$baban con potencia, co$o si no nos &allra$os en un prado( los sonidos que e$it#a $i robustecido cuerpo, el cuerpo trans-or$ado, el cuerpo plet'rico de su sangre, resonaban sobre las piedras. El prado desapareci', o qui% no &ab#a e0istido nunca. 1a lu% crepuscular -or$aba un rectngulo en lo alto. *o yac#a en la cripta. ,e incorpor y apart con violencia a Prsula, que lan%' un grito de dolor. ,e levant de un salto y conte$pl $is $anos, e0tendidas ante $#. "ent# un &a$bre terror#-ica, una -uer%a desco$unal, el deseo de e$itir un rugido -ero%.
2bserv la lu% violcea que penetraba por la abertura en lo alto y grit. 4F1o &as conseguidoG F,e &as convertido en uno de los tuyosG Prsula ro$pi' a llorar. ,e precipit &acia ella. Prsula retrocedi' con el torso doblado &acia delante, tapndose la boca con la $ano $ientras sollo%aba e intentaba &uir de $#. *o la persegu#. Prsula corr#a co$o una rata, dando vueltas en torno a la cripta, gritando co$o una posesa. 4F/o, VittorioG F/o $e &agas da!o, lo &ice por nosotrosG F"o$os libres, VittorioG FDios $#o, ay3da$eG Entonces co$en%' a elevarse, %a-ndose de $is $anos. 5uy' &acia la capilla que se encontraba en el piso superior. 4F7ru)a, $onstruo, larva, $e enga!aste con tus espe)is$os, tus visiones, $e convertiste en uno de los tuyosG El eco de $is rugidos no cesaba de resonar $ientras yo avan%aba a tientas &asta dar con $i espada. 1uego co$enc a corretear alrededor de la cripta para adquirir i$pulso y por -in salt, elevndo$e por enci$a de las lan%as para aterri%ar en el piso donde se encontraba la capilla( a&# estaba Prsula, te$blando ante el altar con los o)os llenos de lgri$as. Ella retrocedi' &asta c&ocar con unos )arrones de -lores ro)as apenas visibles ba)o el resplandor de las estrellas que penetraba por las oscuras vidrieras. 4F/o $e $ates, Vittorio, te lo suplicoG 4i$plor' entre sollo%os y ge$idos4. F"oy $uy )oven, co$o t3, no $e $atesG ,e lanc sobre ella, y entonces ec&' a correr &acia el otro e0tre$o del santuario. Furioso, golpe con $i espada la estatua de 1uci-er. .e$bl' unos segundos y luego cay', &acindose a!icos en el suelo de $r$ol del $aldito santuario. Prsula, que se &ab#a re-ugiado en un rinc'n de la capilla, se puso de rodillas y e0tendi' los bra%os en un gesto i$plorante. "acudi' la cabe%a, y su cabellera oscil' de un lado a otro. 4F/o $e $ates, no $e $ates, no $e $atesG F"i lo &aces $e enviars al in-iernoG F/o lo &agasG 4FDesgraciadaG 4ge$#4. F7ru)aG 4+or $is $e)illas rodaban unas lgri$as tan abundantes co$o las suyas4. .engo sed, bru)a. .engo sed y percibo su olor, el de los esclavos que a3n estn encerrados en el corral. F5uelo su sangre, $aldita seasG
*o ta$bin $e &inqu de rodillas. ,e tu$b sobre el $r$ol y propin una patada a los -rag$entos de la grotesca estatua. lav la punta de $i espada en el enca)e del lien%o que cubr#a el altar y lo derrib al suelo, )unto con la $asa de -lores que lo adornaba. ,e revolqu en ellas, sepultando $i rostro en los -ragantes ptalos. "e produ)o un terrible silencio, un silencio i$pregnado de $is ge$idos. "ent# $i -uer%a incluso en el ti$bre de $i vo%, y en el bra%o que sosten#a la espada sin -atiga ni conte$placiones, y en la cal$a indolora en la que yac#a sobre un $r$ol que deb#a de ser -r#o pero no lo era, o tal ve% es que su -rialdad $e recon-ortaba. Ella $e &ab#a &ec&o poderoso. +ercib# su per-u$e y alc la vista. Prsula, un ser tierno, a$oroso, con los o)os inundados del resplandor de las estrellas, lu$inosos, serenos, a$ables, se &allaba de pie )unto a $#. "osten#a en los bra%os a un )oven &u$ano, un retrasado $ental que ignoraba el peligro que corr#a. .en#a un aspecto sonrosado y suculento, parecido a un lec&'n dispuesto para que yo lo saboreara, repleto de burbu)eante sangre $ortal y listo para ser devorado. Prsula lo deposit' ante $#. Estaba desnudo. El c&ico se acuclill', con las nalgas apoyadas en los talones. "u sonrosado pec&o te$blaba, ten#a el pelo largo y negro y una carita redonda e inocente. +arec#a estar so!ando o acaso buscando unos ngeles en la oscuridad. 47ebe, a$or $#o, bebe su sangre 4di)o Prsula4. .e dar -uer%as para conducir$e ante un padre bondadoso que acepte con-esar$e. *o sonre#. "ent# un deseo casi incontenible de arro)ar$e sobre aquel )oven retrasado. +ero el &ec&o de que a partir de a&ora lograra o no contener $is deseos constitu#a una inc'gnita, de $odo que $e to$ $i tie$po. ,e incorpor sobre un codo y la $ir. 4KMn padre bondadosoL K rees que ire$os all#L KA&ora $is$o, los dos, sin $s pre$bulosL Prsula se ec&' a llorar de nuevo. 4/o, no, a&ora $is$o no 4$ene' la cabe%a a $odo de negaci'n. Estaba derrotada.
.o$ al $uc&ac&o. ,ientras beb#a su sangre le part# el cuello. El )oven no e$iti' el $enor sonido. /o &ubo tie$po para el te$or, el dolor ni las lgri$as. K2lvida$os alguna ve% a nuestra pri$era v#cti$aL KEs eso posibleL Aquella noc&e invad# el corral( devor a los que quedaban en l, go%ando con el pantagrulico -est#n, les clav los col$illos en el cuello, to$ando de cada uno lo que deseaba, envindolos a Dios o al in-ierno, Kc'$o voy a saberlo, vinculado co$o estoy a esta tierra con ellaL Ella particip' en el -est#n pero a su estilo, con delicade%a y pulcritud, pendiente de $is alaridos y ge$idos, abra%ndo$e para besar$e y aplacar$e con sus sollo%os cuando yo te$blaba de rabia. 4"al de adi)e. Estaba a punto de a$anecer. 1e di)e que no estaba dispuesto a pasar el d#a ba)o las a-iladas torres, en esa casa terror#-ica, en esa cuna de $aldad y perversi'n. 4 ono%co una cueva 4di)o Prsula4. "e encuentra al pie de las $onta!as, $s all de las tierras de cultivo. 4"#, K)unto a un autntico pradoL 4En esta &er$osa regi'n &ay prados sin n3$ero, a$or $#o 4respondi' Prsula4. 7a)o las estrellas, las bonitas -lores relucen ante nuestros o)os $gicos co$o lo &acen para los &u$anos a la lu% del sol de Dios. .en presente que su luna es nuestra. * $a!ana por la noc&e... antes de que pienses en el sacerdote..., debes pensar en el sacerdote... 4/o $e &agas re#r. Ens!a$e a volar. Rodea $i cintura con el bra%o y ens!a$e a arro)ar$e desde estas elevadas $urallas y aterri%ar sin partir$e las piernas. /o vuelvas a &ablar$e de sacerdotes. F/o te burles de $#G 4... Antes de que pienses en el sacerdote, para que $e con-iese 4prosigui' Prsula sin de)arse a$edrentar, con su dulce y suave vocecilla y los o)os anegados en lgri$as de a$or4, regresare$os a la poblaci'n de "anta ,addalana, cuando sus &abitantes duer$an todav#a, y le prendere$os -uego.
13
La ni9a esposa
/o prendi$os -uego a "anta ,addalana. Resultaba $s divertido perseguir y ca%ar a sus &abitantes. A la tercera noc&e, de) de llorar poco antes del alba, cuando Prsula y yo nos retira$os, abra%ados, a nuestra cueva secreta e inaccesible. * a la tercera noc&e, los &abitantes de la poblaci'n co$probaron lo que &ab#a ocurrido6 su astuto pacto con el diablo se &ab#a vuelto contra ellos. Estaban aterrori%ados, y Prsula y yo go%a$os pillndolos desprevenidos, ocultndonos en la $ultitud de so$bras que co$pon#an las serpenteantes calle)uelas para reventar las recias y so-isticadas cerraduras. A pri$eras &oras, cuando nadie se atrev#a a $overse de su casa y el buen padre -ranciscano se &allaba despierto y arrodillado en su celda, re%ando el rosario y rogando a Dios que le per$itiera co$prender lo que estaba ocurriendo Del sacerdote, seg3n recordar el lector, con el que yo &ab#a conversado en la posada, el que se &ab#a sentado a $i $esa y $e &ab#a prevenido, pero no de -or$a agresiva co$o su &er$ano do$inico, sino con a$abilidadE, yo entr sigilosa$ente en la iglesia -ranciscana y rec ta$bin. +ero cada noc&e $e di)e lo que un &o$bre se dice para sus adentros cuando se acuesta con su ad3ltera ra$era6 :2tra noc&e $s, "e!or, y luego $e con-esar. Mna noc&e $s de delirio, "e!or, y regresar a casa )unto a $i esposa.; 1os &abitantes de la poblaci'n estaban i$potentes -rente a nosotros. 1as &abilidades que no $e eran propias ni las &ab#a adquirido a travs de la e0periencia, $e las ense!' $i a$ada Prsula con paciencia y gracia. *o era capa% de bucear en una $ente, &allar un pecado y devorarlo con un breve $ovi$iento de la lengua $ientras le c&upaba la sangre a un co$erciante &olga%n y $oribundo que &ab#a entregado sus peque!os &i)os al
$isterioso se!or Florian, a ca$bio de que ste le de)ara en pa%. Mna noc&e co$proba$os que las gentes de la poblaci'n &ab#an acudido de d#a al castillo abandonado. 5alla$os pruebas de su sigilosa entrada, aunque no tocaran ni se llevaran apenas nada. F,enudo susto debieron de llevarse al ver los espelu%nantes santos -lanqueando el pedestal de 1uci-er, el ngel ca#do, en la capillaG /o robaron los candelabros de oro ni el vie)o tabernculo en el que yo &ab#a &allado, al $eter la $ano, un cora%'n &u$ano encogido y reseco. Durante nuestra 3lti$a visita a la orte del 8rial de Rub#, cog# las cabe%as abrasadas y coriceas de los va$piros en el s'tano donde se &allaban y las arro) co$o si -ueran piedras a travs de las vidrieras de la capilla. 1a 3lti$a $uestra del esplndido arte del castillo &ab#a desaparecido. 9untos, Prsula y yo recorri$os todas las alcobas, que yo no conoc#a ni &ab#a i$aginado siquiera que e0istieran. Ella $e $ostr' las &abitaciones en las que los $ie$bros de la corte se reun#an para )ugar a los dados o al a)edre%, o escuc&ar a peque!as orquestas de $3sica de c$ara. Aqu# y all observa$os ciertos indicios de que los &abitantes de la poblaci'n &ab#an robado algunos ob)etos6 un cobertor arrancado de la ca$a, una al$o&ada tirada en el suelo. +ero era evidente que las gentes de "anta ,addalana sent#an $s te$or que codicia. * $ientras los persegu#a$os sin tregua, derrotndolos gracias a nuestras artes, los &abitantes co$en%aron a abandonar "anta ,addalana. uando recorr#a$os las calles desiertas, a $edianoc&e, ve#a$os los co$ercios abandonados, las ventanas abiertas, las cunas vac#as. 1a iglesia do$inica -ue pro-anada y abandonada, su altar de piedra saqueado. 1os cobardes sacerdotes, a los que no conced# la $erced de una $uerte rpida, abandonaron a su reba!o. El )uego se &i%o cada ve% $s esti$ulante para $#. 1os pocos &abitantes que quedaban se $ostraban contu$aces y avariciosos, y se negaban a capitular sin plantar batalla. Era -cil reconocer a los inocentes, que cre#an en la -e de la lu% guiadora o los santos que les proteg#an, y a quienes &ab#an )ugado con el diablo y a&ora se $anten#an alertas y preocupados sin soltar la espada. ,e gustaba conversar, $antener un dilogo con ellos en el
$o$ento de $atarlos. 4K re#ais que vuestro )uego durar#a eterna$enteL K re#ais que ese ser al que ali$entabais )a$s os devorar#aL En cuanto a $i Prsula, ese deporte le disgustaba. /o soportaba conte$plar el su-ri$iento de nuestras v#cti$as. 5ab#a tolerado el antiguo rito de la co$uni'n de la sangre que celebraban en el castillo debido a la $3sica, el incienso y la autoridad supre$a de Florian y de 8odric, quienes la conduc#an paso a paso. /oc&e tras noc&e, $ientras la poblaci'n se vaciaba lenta$ente, las gran)as quedaban desiertas y "anta ,addalana, el lugar donde yo &ab#a asistido a la escuela, se deterioraba de -or$a lenta e ine0orable, Prsula se dedicaba a )ugar con los ni!os &ur-anos. A veces se sentaba en los escalones de la iglesia y acunaba a un ni!o en sus bra%os, &aciendo gorgoritos para distraerlo $ientras le contaba &istorias en -rancs. antaba vie)as canciones en lat#n procedentes de las cortes de su poca, esto es de &ac#a doscientos a!os, seg3n $e di)o, y &ablaba sobre batallas en Francia y en 8er$ania cuyos no$bres no signi-icaban nada para $#. 4/o )uegues con los ni!os 4le advert#a yo4. ,s tarde lo recordarn. "e acordarn de nosotros. Al cabo de quince d#as la co$unidad se &allaba irreparable$ente destruida. .an s'lo quedaban los &ur-anos y algunos ancianos, as# co$o el padre -ranciscano y el padre de ste, el &o$brecillo se$e)ante a un duende que per$anec#a sentado por las noc&es en su &abitaci'n, )ugando a los naipes en solitario, sin adivinar siquiera lo que ocurr#a a su alrededor. 5acia la deci$oquinta noc&e, cuando llega$os a la poblaci'n co$prendi$os de in$ediato que s'lo quedaban dos personas. 2#$os al di$inuto anciano cantando para s# en la desierta posada, cuyas puertas se encontraban abiertas. Estaba $uy borrac&o, y su calva &3$eda y sonrosada reluc#a a la lu% de la vela. Dispuso los naipes sobre la $esa en un c#rculo para )ugar a una especie de solitario lla$ado :el relo);. El padre -ranciscano se &allaba sentado )unto a l. uando entra$os en la posada al%' la vista y nos $ir' de -rente, con cal$a. *o estaba -a$lico, ansiaba devorar con avide% la sangre de
esos dos &o$bres. 4/unca te di)e $i no$bre, KverdadL 4pregunt' el sacerdote. 4/o, padre 4contest. 49os&ua 4di)o el cura4. <se es $i no$bre, -ray 9os&ua. El resto de la co$unidad &a regresado a As#s, y se &an llevado a los 3lti$os ni!os. Es un largo via)e al sur. 41o s, padre 4contest4. 5e estado en As#s, &e re%ado en la iglesia de "an Francisco. D#ga$e, padre, cuando $e $ira, Kve ngeles a $i alrededorL 4K+or qu iba a ver unos ngelesL 4pregunt' en tono quedo. 1uego $ir' a Prsula4. Veo belle%a, veo )uventud enca)ada en $ar-il bru!ido. +ero no veo ngeles. 9a$s &e visto unos ngeles. 4*o s# los &e visto 4di)e4. K,e per$ite que $e sienteL 4 o$o gustes 4respondi' el sacerdote, observndonos a los dos. El -ranciscano ca$bi' de postura en su dura y tosca silla de $adera al tie$po que yo $e sentaba -rente a l, al igual que aquel d#a en la aldea, aunque en estos $o$entos no nos &allba$os sentados ba)o la -ragante arboleda ba)o el sol, sino en el interior de la posada, donde la lu% de las velas agrandaba los vol3$enes y proporcionaba el calor. Prsula $e $ir' con-undida, tratando de adivinar $is intenciones. *o nunca la &ab#a visto conversar con un ser &u$ano que no -uera yo o los ni!os con los que &ab#a )ugado en la aldea, es decir, unos seres que le inspiraban ternura y a quienes no deseaba destruir. *o no pod#a adivinar qu pensaba sobre aquel anciano y su &i)o, el sacerdote -ranciscano. El anciano gan' la partida de naipes. 4K1o vesL F*a te lo di)eG FEs nuestro d#a de suerteG 4e0cla$'. 1uego recogi' las grasientas cartas para bara)arlas y )ugar de nuevo. El sacerdote lo $ir' con e0presi'n ausente, co$o si estuviera de$asiado distra#do para responder a su padre y tranquili%arlo. 1uego $e $ir'. 4Vi a esos ngeles en Florencia 4di)e4. 1es &e -allado, &e roto la pro$esa que les &ice, &e perdido $i al$a.
El sacerdote se volvi' &acia $# brusca$ente. 4K+or qu prolongas estoL 4pregunt'. 4/o les lasti$ar. /i ta$poco lo &ar $i co$pa!era 4 respond# con un suspiro. En aquel $o$ento de la conversaci'n $e &abr#a venido bien una copa de vino o una )arra de cerve%a. ,i ansia de sangre $e produc#a una intensa angustia. ,e pregunt si a Prsula le ocurr#a lo $is$o. 2bserv la copa de vino del sacerdote, el cual no representaba nada en absoluto para $#, y observ su rostro sudoroso a la lu% de la vela. 1uego prosegu#46 Quiero que sepa que los vi, que &abl con ellos. Intentaron ayudar$e a destruir a esos $onstruos que ten#an do$inada a la poblaci'n, y a las al$as de los que estn aqu#. Deseo que lo sepa, padre. 4K+or qu $e e0plicas esto, &i)oL 4+orque eran &er$osos, y tan reales co$o nosotros. Msted nos &a visto, &a visto a unos seres de$on#acos( &a conte$plado la igno$inia y la traici'n, la cobard#a y la $entira. Estos seres que conte$pla ante usted son unos diablos, unos va$piros. +ues bien, deseo que sepa que yo vi a esos ngeles con $is propios o)os, unos autnticos y $agn#-icos ngeles, $s gloriosos de lo que soy capa% de describir con palabras. El sacerdote $e $ir' larga$ente con e0presi'n pensativa. 1uego $ir' a Prsula, que parec#a preocupada y no apartaba la vista de $#, te$erosa de que estuviera su-riendo, 4K+or qu les -allasteL K+or qu se te aparecieron esos ngelesL * si contabas con su ayuda, Kpor qu -racasaste en tu e$presaL *o $e encog# de &o$bros y sonre#. 4+or a$or. El sacerdote no respondi'. Prsula apoy' la cabe%a en $i bra%o. Al reclinarse sobre $# not que su cabellera $e ro%aba la espalda. 4K+or a$orL 4repiti' el sacerdote. 4"#, y por &onor. 4F5onorG 4/adie puede co$prenderlo. Dios no lo aceptar, pero es cierto. KQu es lo que nos separa, padre, a usted y a $#, y a la $u)er que est sentada )unto a $#L KQu es lo que se interpone entre nosotros, entre el &onesto sacerdote y los dos de$oniosL
El anciano e$iti' una risita. 5ab#a reali%ado una )ugada $agistral. 4FQu te pareceG 4e0cla$' al tie$po que $e $iraba con sus astutos o)illos4. Disculpa, &ab#a olvidado tu pregunta. *o cono%co la respuesta. 4K '$oL 4pregunt' el sacerdote volvindose &acia el anciano4. K onoces la respuestaL 4+or supuesto 4respondi' el padre dndose otra carta4. 1o que separa a esos dos de una buena con-esi'n es -laque%a y el te$or de arder en el in-ierno si se ven obligados a renunciar a sus vidas. El sacerdote $ir' estupe-acto a su padre. *o ta$bin lo &ice. Prsula no di)o palabra. De pronto $e bes' en la $e)illa y $ur$ur'6 4Anda, v$onos. "anta ,addalana ya no e0iste. ,arc&$onos de aqu#. Ec& un vista%o alrededor de la &abitaci'n de la posada, que estaba en penu$bra. Vi los vie)os barriles. onte$pl con pro-unda perple)idad e ins'lita congo)a todas las cosas que los &u$anos utili%aban y tocaban. 2bserv las toscas $anos del sacerdote, apoyada una sobre otra en la $esa. Repar en el vello que cubr#a el dorso de sus $anos, en sus gruesos labios y sus o)os grandes, &3$edos y llenos de triste%a. 41e ruego que acepte este regalo que le &ago 4$ur$ur4. El secreto de los ngeles. F1e aseguro que los viG Msted &a podido co$probar lo que soy, por tanto sabe que no le enga!o. Vi sus alas, sus &alos, vi sus plidos rostros, y la espada de ,aste$a el poderoso. Ellos -ueron quienes $e ayudaron a saquear el castillo y a destruir a todos los de$onios salvo uno, esta ni!a esposa, la $#a. 4Mna ni!a esposa 4$usit' Prsula, entusias$ada. ,e $ir' pensativa y se puso a canturrear con vo% suave una antigua tonada, una de esas vie)as cancioncillas. 1uego $e apret' el bra%o y $ur$ur' en tono tan convincente co$o apre$iante46 V$onos, Vittorio, de)a a estos &o$bres en pa%. Ven con$igo y te contar $i &istoria, c'$o $e convert# real$ente en una ni!a esposa. 4,ir' al sacerdote con renovada ani$aci'n4. "#, yo -ui una ni!a esposa. "e presentaron unos &o$bres en el castillo de
$i padre y $e co$praron, di)eron que yo deb#a ser virgen, y las co$adronas aparecieron con una palangana de agua caliente y tras e0a$inar$e declararon que lo era. Florian $e to$' entonces co$o esposa. *o -ui su esposa. El sacerdote clav' la vista en ella, incapa% de $overse aunque lo deseara. El anciano al%' los o)os, con e0presi'n risue!a, asintiendo con la cabe%a $ientras escuc&aba el relato de Prsula, y sigui' )ugando a los naipes. 4K"e i$aginan $i &orrorL 4pregunt' a los dos &o$bres. 1uego se volvi' &acia $# y apart' con un $ovi$iento de cabe%a el pelo que le ca#a sobre la cara( lo ten#a ri%ado debido a las tren%as que se lo apresaran antes4. K"e i$aginan lo que sent# al sentar$e en el divn y ver a $i esposo, un individuo de una palide% cadavrica, co$o si estuviera $uerto, tal co$o debe$os parecerles nosotros a ustedesL El sacerdote no respondi'. +oco a poco los o)os se le inundaron de lgri$as. F1gri$asG Qu $aravilloso espectculo, incruento, cristalino, un esplndido adorno para su vie)o y a-able rostro de pronunciada papada y labios gruesos. 4,e condu)eron a una capilla en ruinas 4prosigui' Prsula 4, un lugar lleno de ara!as y bic&os donde $e desnudaron y tendieron sobre un altar sacr#lego para que Florian $e &iciera su esposa. 4Prsula apart' la $ano de $i bra%o y abri' los bra%os en un gesto a$biguo e in-antil4. *o luc#a un velo $uy largo, precioso, y un elegante vestido de seda bordado, y l $e los arranc' y $e posey' con su $ie$bro duro co$o una piedra, carente de vida, de se$illa, y luego con sus col$illos, co$o estos que yo poseo a&ora. FFue una boda atro%G F* pensar que $i padre $e &ab#a vendido a ese serG +or las $e)illas del sacerdote rodaron unas lgri$as. ,ir a Prsula estupe-acto, presa de dolor y de rabia( rabia contra un de$onio que yo &ab#a $atado, una rabia que con-i en que traspasara las brasas del in-ierno y lo agarrara del cuello co$o unas tena%as ardientes. /o di)e nada. Prsula enarc' las ce)as y lade' la cabe%a. 4Al cabo de un tie$po l se cans' de $# 4di)o4. +ero nunca de)' de a$ar$e. 5ac#a poco que -or$aba parte de la orte
del 8rial de Rub#( era un )oven se!or que buscaba constante$ente incre$entar su poder y real%ar su vida se0ual. ,s tarde, cuando le ped# que perdonara la vida a Vittorio, no pudo negarse debido a los votos que &ab#a$os ca$biado &ac#a a!os sobre aquel altar de piedra. Despus de de)ar que Vittorio se $arc&ara, cuando dio con l en Florencia y se convenci' de que estaba loco y &undido, Florian $e cantaba canciones, unas canciones para su esposa. ,e cantaba vie)os poe$as co$o si deseara reavivar nuestro a$or. ,e cubr# la -rente con la $ano derec&a. /o soportaba derra$ar esas lgri$as de sangre que verti$os cuando llora$os. /o soportaba conte$plar ante $#, co$o en una pintura de Fra Filippo, esa se0ualidad que ella &ab#a descrito. Fue el sacerdote quien ro$pi' el silencio. 4A$bos sois $uy )'venes 4di)o con labios te$blorosos4. Mnos ni!os. 4As# es 4respondi' Prsula con su e0quisita vo%, con convicci'n y una peque!a sonrisa de aquiescencia. ,e to$' la $ano i%quierda y la acarici' de -or$a tierna y sincera4. +or sie$pre ni!os. Florian ta$bin era $uy )oven. 41o vi en una ocasi'n 4di)o el sacerdote con vo% entrecortada pero suave4. "'lo una ve%. 4K* sab#a quin eraL 4pregunt. 4"ab#a que yo era i$potente ante l, pese a $i desesperada -e, y que ten#a las $anos atadas con unas ligaduras que $e era i$posible ro$per. 4V$onos, Vittorio, no le &agas llorar otra ve% 4di)o Prsula 4. ,arc&$onos de aqu#. Esta noc&e no necesita$os sangre y $e &orrori%a pensar en &acer da!o a estos &o$bres, no podr#a siquiera... 4/o, a$or $#o, )a$s 4la tranquilic4. +ero acepte $i regalo, padre, la 3nica cosa li$pia que puedo o-recerle, $i testi$onio de que vi unos ngeles, y que ellos $e sostuvieron cuando $e -laquearon las -uer%as. 4K/o quieres que te d la absoluci'n, VittorioL 4pregunt' el sacerdote. A&ora su vo% parec#a &aber adquirido un tono $s potente y su pec&o $ayor volu$en4. Aceptad $i absoluci'n, Vittorio y Prsula. 4/o, padre 4contest4, no pode$os aceptarla. /o la
quere$os. 4K+or quL 4+orque 4repuso Prsula en tono a-able4, nos propone$os volver a pecar en cuanto se presente otra ocasi'n.
14
0 trav%s de un espe)o oscuro
Ella no &ab#a $entido. Esa noc&e parti$os &acia casa de $i padre. Aunque nuestro via)e -ue breve, eran $uc&os Oil'$etros para un $ortal y en aquella re$ota regi'n agr#cola no conoc#an la noticia de que la a$ena%a de los de$onios nocturnos, los va$piros de Florian, &ab#a desaparecido. 1o $s probable era que $is gran)as estuviesen abandonadas debido a las espelu%nantes &istorias que &icieran correr de boca en boca quienes &ab#an &uido de "anta ,addalana, via)ando a travs de colinas y valles. "in e$bargo no tard $uc&o en dar$e cuenta de que el castillo de $i -a$ilia estaba ocupado. Mna legi'n de soldados y ordenan%as se &ab#a puesto a-anosa$ente $anos a la obra. uando trepa$os sobre la gigantesca $uralla, pasada la $edianoc&e, co$proba$os que todos los $uertos de $i -a$ilia &ab#an sido enterrados, o cuando $enos colocados en sus -retros de piedra deba)o de la capilla, y que todos los bienes del castillo, los abundantes tesoros, &ab#an sido robados. "'lo quedaban unos pocos carros, que pertenec#an a los que ya &ab#an e$prendido via)e al sur. 1os pocos que dor$#an en las dependencias del ad$inistrador de $i padre eran contables del banco de los ,dicis, y a la tenue lu% de un -ir$a$ento tac&onado de estrellas e0a$in en silencio los escasos papeles que &ab#an de)ado para que se secaran. .oda la &erencia de Vittorio di Raniari se &ab#a reunido, catalogado y transportado a Florencia para depositarla a buen recaudo en las arcas de os$e, &asta el $o$ento en que Vittorio di Raniari cu$pliera veinticuatro a!os y estuviera en condiciones de asu$ir la responsabilidad de sus asuntos personales y -inancieros. "'lo unos pocos soldados dor$#an en los cuarteles. "'lo unos pocos caballos se &allaban en los establos. "'lo unos pocos $o%os
y ayudantes dor$#an en unas dependencias pr'0i$as a las de sus patronos. +uesto que el in$enso castillo no ten#a ninguna utilidad estratgica para las autoridades $ilanesas, ger$anas, -rancesas o papales, ni ta$poco para la ciudad de Florencia, no se &ab#an $olestado en restaurarlo ni repararlo, li$itndose a cerrarlo. "in esperar a que a$aneciera, abandona$os $i &ogar, pero antes de partir -ui a despedir$e de la tu$ba de $i padre. *o sab#a que regresar#a. "ab#a que $uy pronto los rboles trepar#an por las laderas &asta alcan%ar los $uros del castillo. "ab#a que la alta &ierba aso$ar#a a travs de los resquicios y grietas de los adoquines. "ab#a que los &u$anos de)ar#an de a$ar ese lugar, co$o &ab#an de)ado de a$ar tantas ruinas dise$inadas por aquella regi'n. Entonces yo regresar#a. Estaba convencido de ello. Aquella noc&e, Prsula y yo recorri$os la vecindad en busca de algunos bandidos que &alla$os en el bosque, riendo alegre$ente cuando los atrapa$os y obliga$os a apearse de sus $onturas. FFue un -est#n incre#bleG 4KAdonde ire$os, se!orL 4$e pregunt' $i esposa por la $a!ana. 5ab#a$os &allado una cueva donde re-ugiarnos, pro-unda y bien oculta, repleta de espinosas %ar%as que apenas ara!aron nuestra curtida piel, y descansa$os tras un velo de arndanos silvestres que nos proteg#a de los o)os de cualquier curioso, incluso del sol que co$en%aba a al%arse. 4A Florencia, a$or $#o. Debo ir all#. En sus calles no pasare$os nunca &a$bre, ni corre$os el riesgo de ser descubiertos. 5ay ciertas cosas que debo ver con $is propios o)os. 4KQu cosas son sas, VittorioL 4pregunt' Prsula. 4+inturas, $i a$or, pinturas. Deseo conte$plar los ngeles que aparecen en esas pinturas. Debo... debo en-rentar$e a ellos, por as# decirlo. ,i respuesta satis-i%o a Prsula, que )a$s &ab#a visitado la i$ponente ciudad de Florencia. Durante su desdic&ada y eterna e0istencia co$puesta de ritos y disciplina cortesana, &ab#a per$anecido encerrada en las $onta!as, y se tu$b' )unto a $# para so!ar con la libertad, con esplndidos colores co$o el a%ul,
el verde y el oro, tan opuestos al ro)o oscuro que todav#a luc#a. "e acost' a $i lado, con-iando plena$ente en $#. +or $i parte, yo no con-iaba en nadie. 1a$# la sangre &u$ana que ten#a en los labios $ientras $e preguntaba cunto tie$po per$anecer#a a3n en la .ierra antes de que alguien $e cortara la cabe%a con un contundente y certero golpe de espada.
15
La 2n&aculada Concepci8n
En la ciudad de Florencia se &ab#a organi%ado un gran revuelo. 4KA qu se debeL 4inquir#. 5ac#a $uc&o que &ab#a sonado el toque de queda, del que nadie &ac#a de$asiado caso, y en "anta ,ar#a ,aggiori 4el Duo$o4 se &ab#a congregado una enor$e $ultitud de estudiantes para asistir a la con-erencia de un &u$anista que sosten#a que Fra Filippo 1ippi no era un cerdo co$o se a-ir$aba. /adie repar' en nosotros. /os &ab#a$os ali$entado de unas v#cti$as que &ab#a$os ca%ado en el ca$po, y luc#a$os unas pesadas capas que s'lo de)aban entrever una peque!a porci'n de nuestra plida piel. Entr en la iglesia. 1a $ultitud llegaba &asta las $is$as puertas. 4KQu sucedeL KQu le &a ocurrido al gran pintorL 4Esta ve% se &a $etido en un l#o gordo 4contest' un &o$bre sin $olestarse en $irarnos ni a $# ni la esbelta -igura de Prsula, que estaba apoyada en $#. El &o$bre estaba pendiente por co$pleto del orador, el cual se &allaba de pie ante la $ultitud. Al &ablar, su vo% retu$baba a travs de la gigantesca nave. 4KQu es lo que &a &ec&oL Al no obtener respuesta, $e abr# ca$ino co$o pude entre la nutrida y apestosa $uc&edu$bre &u$ana, arrastrando a Prsula tras de $#. <sta se sent#a un tanto co&ibida por aquella ciudad tan i$ponente, y durante los $s de doscientos a!os de su vida no &ab#a conte$plado una catedral de se$e)antes proporciones. For$ul $i pregunta a dos )'venes estudiantes, quienes se volvieron de in$ediato para responder$e. A$bos vest#an a la $oda y tendr#an unos diecioc&o a!os, eran lo que en aquella poca lla$aban en Florencia 'iovanetti, esa edad tan co$plicada en que eres de$asiado $ayor para considerarte un cr#o, co$o
era yo, y de$asiado )oven para ser un &o$bre. 4Filippo pidi' a una )oven y &er$osa $on)a que posara para el cuadro del altar que estaba pintando, en el que aparece la Virgen ,ar#a 4$e e0plic' el pri$er estudiante, un )oven de pelo negro y o)os de $irada pro-unda, que $e observaba con sonrisa burlona4. +idi' al convento que eligieran a la $on)a que deb#a posar para l, con ob)eto de pintar a una Virgen per-ecta, y entonces... El otro estudiante concluy' el relato. 4F"e -ug' con ellaG 4e0cla$'4. Rapt' a la $on)a del convento, se -ug' con ella y con la &er$ana de sta, su &er$ana de sangre. "e &an instalado en una vivienda sobre el taller, l, la $on)a y la &er$ana de sta, los tres, el $on)e y las dos $on)as. Vive en pecado con ella, 1ucre%ia 7uti, a la que &a utili%ado de $odelo para pintar la Virgen del cuadro del altar, sin i$portarle un co$ino lo que piense la gente. 1a $ultitud nos e$pu)aba y %arandeaba. Mnos &o$bres nos $andaron callar. 1os estudiantes apenas lograban contener la risa. 4"i no contara con el apoyo de os$e 4di)o el pri$er estudiante en un $ur$ullo obediente pero socarr'n4, ya lo &abr#an a&orcado, $e re-iero a la -a$ilia de la $on)a, los 7uti, cuando no los sacerdotes de la orden de los car$elitas o la poblaci'n entera. El otro estudiante $ene' la cabe%a y se tap' la boca para contener una carca)ada. El orador, desde el -ondo, aconse)' a todos que conservaran la cal$a y de)aran que las autoridades se ocuparan de ese escndalo y ultra)e, pues todo el $undo sab#a que no e0ist#a en Florencia un pintor $s genial que Fra Filippo( os$e resolver#a esa cuesti'n en el $o$ento oportuno. 4"ie$pre &a sido un &o$bre ator$entado 4co$ent' el estudiante que estaba )unto a $#. 4Ator$entado 4$ur$ur4. Ator$entado. 4Record su rostro, el rostro del $on)e que viera &ac#a a!os en casa de os$e en V#a 1arga, discutiendo con ve&e$encia para ser libre, para pasar un rato con una $u)er. "ent# agitarse en $i interior un e0tra!o con-licto, un e0tra!o y oscuro te$or4. on-#o en que no vuelvan a lasti$arle.
:Mno se pregunta...; $ur$ur' una suave vo% en $i o#do. ,e volv#, pero no vi a nadie que pudiera &aber pronunciado esa -rase. Prsula $ir' en torno a ella. 4KQu ocurre, VittorioL 4pregunt'. +ero yo reconoc# ese $ur$ullo, que volvi' a producirse, #nti$o e incorp'reo6 :Mno se pregunta d'nde estaban sus ngeles custodios el d#a en que a Fra Filippo se le ocurri' co$eter se$e)ante locura.; ,e volv# una y otra ve%, -rentico, i$paciente, intentando locali%ar esa vo%. Mnos &o$bres se apartaron de $# e &icieron unos peque!os gestos de irritaci'n. .o$ a Prsula de la $ano y la condu)e con prisas &acia la puerta. Mna ve% -uera de la iglesia, en la pla%a situada -rente al Duo$o, $i cora%'n de)' de latir con violencia. *o no sab#a que esa nueva sangre &ar#a que e0peri$entara se$e)ante angustia, triste%a y te$or. 4F"e &a -ugado con una $on)a para pintar a la VirgenG 4 e0cla$ en vo% ba)a. 4/o llores, Vittorio 4di)o Prsula. 4F/o $e &ables co$o si -uera tu &er$ano peque!oG 4 espet, pero enseguida $e avergonc de &aberla tratado de esa -or$a. Prsula $e $ir' entre sorprendida y dolida, co$o si le &ubiera propinado un bo-et'n. 1e to$ la $ano y se la bes4. 1o la$ento, Prsula, perd'na$e. Ec&a$os a andar to$ados de la $ano. 4KAdonde va$osL 4pregunt' ella. 4A casa de Fra Filippo, a su taller. /o $e &agas $s preguntas. Al cabo de unos $o$entos atravesa$os la estrec&a calle)uela, entre cuyos $uros resonaba el eco de nuestros pasos, y nos detuvi$os ante la puerta del taller, que estaba cerrada. /o vi lu% alguna, salvo en las ventanas del tercer piso, co$o si el pintor se &ubiera visto obligado a re-ugiarse con su a$ada en el piso $s alto del edi-icio. /o &ab#a ninguna $ultitud congregada ante la casa. +ero de pronto una $ano arro)' desde las so$bras un pu!ado de tierra contra la puerta cerrada a cal y canto, seguido de otro pu!ado de tierra y de una andanada de piedras. *o retroced#, protegiendo a Prsula con el bra%o, y observ c'$o un
transe3nte tras otro se acercaban a la puerta y pro-er#an unos insultos contra el taller. Al cabo de un rato $e apoy en el $uro -rente al taller y conte$pl distra#da$ente la oscuridad. 2# la vo% grave de la ca$pana de la iglesia dar las once, indicando que todo el $undo deb#a desalo)ar las calles. Prsula aguard' a que yo to$ara la iniciativa, en silencio, y $e observ' preocupada cuando yo alc la cabe%a y vi apagarse las 3lti$as luces en casa de Fra Filippo. 4*o tengo la culpa 4di)e4. 5ice que sus ngeles se apartaran de su lado y l co$eti' esa locura. K* total para quL K+ara yo poseerte co$o en estos $o$entos l posee a su $on)aL 4/o s a qu te re-ieres, Vittorio 4respondi' Prsula4. KQu $e i$portan a $# unas $on)as y unos sacerdotesL 9a$s &e dic&o una palabra con la intenci'n de &erirte, pero a&ora te &ablar sin rodeos. /o te quedes a&# parado lloriqueando por esos $ortales que tanto a$abas. Esta$os casados, y ni los votos de un convento ni ninguna orden sacerdotal pueden separarnos. Ale)$onos de aqu#, y cuando desees $ostrar$e a la lu% de las l$paras las $aravillas de este pintor, tre$e aqu# para que conte$ple esos ngeles de los que $e &as &ablado plas$ados en pig$ento y 'leo. 1a -ir$e%a de su tono &i%o que $e arrepintiera de $i brusquedad. 1e bes de nuevo la $ano. 1e di)e que lo la$entaba. 1a estrec& contra $i cora%'n. /o s cunto rato per$aneci$os abra%ados en la calle, -rente al taller del pintor. .ranscurrieron unos $o$entos. +ercib# el c&orro de agua de un gri-o y unos pasos distantes, pero nada de particular, nada que i$portara en la densa noc&e de la concurrida Florencia, con sus palacios de cuatro y cinco pisos, las derruidas torres, las iglesias y las decenas de $illares de al$as que dor$#an. De pronto $e sobresalt al ver una lu% que ca#a sobre $# -or$ando un pu!ado de &aces a$arillos. El pri$ero era poco $s que una delgada l#nea de lu%, que se proyect' en sentido &ori%ontal sobre Prsula, seguido de otro que ilu$in' el calle)'n donde nos encontrba$os. Dedu)e que &ab#an encendido unas l$paras en el taller de Fra Filippo. ,e volv# en el preciso instante en que alguien descorr#a el
cerro)o de la puerta en el interior, produciendo un ruido grave y c&irriante. El sonido reverber' entre los oscuros $uros. Arriba, detrs de las ventanas cubiertas con barrotes, no se ve#a ninguna lu% encendida. De pronto se abri' la puerta de par en par, sus dos &o)as giraron &acia atrs y golpearon el $uro leve$ente. Vi el a$plio rectngulo del interior, una &abitaci'n espaciosa y pro-unda repleta de brillantes lien%os que resplandec#an a la lu% de tal cantidad de velas que parec#a una capilla dispuesta para celebrar la $isa del obispo. ,e qued estupe-acto. A-err a Prsula por el dorso de la cabe%a y se!al. 4FA&# estn, las dos pinturas, las -n+nciacionesG 4$ur$ur 4. FF#)ate en los ngeles, esos ngeles arrodillados, all#, y all#, unos ngeles planos, postrados de rodillas ante las V#rgenesG 4*a los veo 4respondi' ella con tono reverente4. "on $s &er$osos de lo que supuse. /o llores, Vittorio 4a!adi' apretndo$e el bra%o4, a $enos que te sientas con$ovido por su belle%a, es el 3nico $otivo vlido. 4KEs una orden, PrsulaL 4pregunt. .en#a los o)os tan nublados de lgri$as que apenas atinaba a ver las -iguras postradas de rodillas de Ra$iel y "et&eus. +ero cuando $e en)ugu las lgri$as, cuando trat de recobrar la co$postura y tragar$e el dolor que $e atena%aba la garganta, co$en%' el $ilagro que yo te$#a $s que a nada en el $undo, aunque a la ve% lo deseaba con todas $is -uer%as. ,is ngeles rubios vestidos de seda, rodeados por unos &alos, abandonaron si$ultnea$ente la tela de los cuadros, co$o si se desprendieran del tupido te)ido. "e volvieron unos instantes para $irar$e y luego se $ovieron de -or$a que ya no eran unos per-iles planos, sino unas robustas -iguras que se posaron sobre las piedras del suelo del taller. +or la e0cla$aci'n de aso$bro de Prsula co$prend# que &ab#a presenciado ta$bin esa secuencia de gestos prodigiosos. At'nita, se cubri' la boca con la $ano. 4 astigad$e 4$usit4. astigad$e arrebatndo$e los o)os de -or$a que )a$s vuelva a conte$plar vuestra belle%a. 1enta$ente, Ra$iel $ene' la cabe%a en sentido negativo. "et&eus &i%o otro tanto. ,e conte$plaron en silencio, uno )unto
al otro, descal%os co$o de costu$bre, ataviados con unas &olgadas ropas de$asiado ligeras para $overse en la pesada at$'s-era. 4Entonces, Kqu vais a &acer con$igoL 4pregunt4. KQu $ere%co de vosotrosL K '$o es que puedo conte$plaros a vosotros e incluso vuestro esplendorL 4De $is o)os brot' un nuevo torrente de in-antiles lgri$as, por $s que Prsula $e $irara con ce!o, por $s que intentase con su silencioso gesto de desaprobaci'n que yo $e co$portara co$o un &o$bre. +ero no pude contener$e. 4KQu vais a &acer con$igoL K '$o es posible que todav#a pueda verosL 4"ie$pre nos vers 4contest' Ra$iel con vo% suave y neutra. 4 ada ve% que conte$ples una de sus pinturas, nos vers 4 apostill' "et&eus4, o vers a un ngel se$e)ante a nosotros. "u vo% no conten#a el $enor tono de censura, sino la $aravillosa serenidad y bondad que sie$pre $e &ab#an prodigado. +ero la cosa no acab' a&#. Detrs de ellos vi c'$o cobraban -or$a unas siluetas oscuras, $is guardianes, aquel par de ngeles de aire sole$ne y piel $ar-ile!a, vestidos con unas t3nicas de un color a%ul intenso. Qu e0presi'n tan dura re-le)aban sus sagaces o)os, despectivos aunque sin la crueldad que los &o$bres con-ieren a esas pasiones. Qu glacial y distante. Abr# la boca, a punto de e$itir un grito. +ero no $e atrev# a despertar a la noc&e que $e rodeaba, desli%ndose sobre los $iles de e$pinados tec&ados de te)as ro)as, sobre las colinas y los ca$pos, ba)o la $ultitud de estrellas. De pronto todo el edi-icio co$en%' a te$blar y los lien%os, brillantes y resplandecientes en su ba!o de lu% violenta, re-ulg#an co$o sacudidos por un terre$oto. ,aste$a apareci' de repente ante $#, y la &abitaci'n retrocedi', se &i%o $s a$plia, $s pro-unda( los otros ngeles, sus subordinados, retrocedieron ta$bin co$o i$pulsados por un viento silencioso que no ad$ite desa-#o. El torrente de lu% parec#a prender -uego a sus in$ensas alas doradas, las cuales abarcaban todos los rincones de la in$ensa
&abitaci'n, y su casco ro)o reluc#a co$o si -uera lava. ,aste$a desenvain' su espada. Retroced#, arrastrando a Prsula con$igo. 1a e$pu) &acia el -r#o y &3$edo $uro y la obligu per$anecer all#, aprisionada, detrs de $#, de-endindola en la $edida de lo posible de los peligros que la acec&aban en la .ierra, e0tendiendo los bra%os &acia ella para i$pedir que se $oviera y que $e la arrebataran. 4A& 4di)o ,aste$a, e$pu!ando la espada al tie$po que sonre#a y asent#a con la cabe%a4. FDe $odo que pre-ieres ir al in-ierno que de)ar que ella $ueraG 4F"#G 4repliqu4. /o tengo elecci'n. 4F+or supuesto que la tienesG 4/o la $ates. ,ta$e a $# y env#a$e al in-ierno, pero concdele a ella otra oportunidad... Prsula e$iti' un grito y $e agarr' del pelo co$o quien se a-erra a una tabla salvavidas. 4Acaba de una ve% 4di)e4. F 'rta$e la cabe%a y env#a$e ante el "e!or para que $e )u%gue y yo pueda interceder por ellaG 5a%lo, ,aste$a, te lo suplico, pero no la $ates. A3n no &a aprendido a pedir perd'n. "osteniendo la espada en alto, ,aste$a $e agarr' por el cuello y $e atra)o &acia l. Prsula vol' detrs de $#. El ngel $e sostuvo a pocos cent#$etros de su rostro, conte$plndo$e con sus lu$inosos o)os. 4K* cundo aprender a &acerloL K* cundo aprenders t3L KQu pod#a yo responderL KQu pod#a &acerL 4*o te ense!ar, Vittorio 4$ur$ur' ,aste$a en tono de irritaci'n4. *o te ense!ar a pedir perd'n cada noc&e de tu vida. De pronto sent# que $e elevaba, sent# que el viento agitaba $i ropa, sent# las di$inutas $anos de Prsula a-errarse a $# y el peso de su cabe%a sobre $i espalda. El ngel nos arrastr' a travs de las calles &asta que de repente apareci' ante nosotros una nutrida $ultitud de $ortales &olga%anes que sal#an de una taberna, borrac&os y riendo a carca)adas( una $asa de rostros naturales, &inc&ados, y prendas oscuras agitadas por la brisa. 4K1os ves, VittorioL KVes a esos seres de los que te ali$entasL 4pregunt' ,aste$a. 4F"#, ,aste$aG 4contest tratando de asir la $ano de
Prsula, de su)etarla, de protegerla4. F1os veo, s#G 4.odos ellos, Vittorio, poseen lo que yo veo en ti, y en ella6 un al$a &u$ana. K"abes lo que es eso, VittorioL K1o intuyesL /o $e atrev# a responder. 1a $ultitud se dispers' a travs de la ilu$inada pla%a, apro0i$ndose a nosotros. 4En cada uno de ellos anida una c&ispa del poder que nos cre' a todos 4continu' ,aste$a4, una c&ispa de lo invisible, lo sutil, lo sagrado, lo $isterioso, la c&ispa que cre' todo cuanto e0iste. 4FDiosG 4e0cla$4. FF#)ate, PrsulaG ada uno de aquellos $ortales, &o$bres, $u)eres, vie)os o )'venes, &ab#a adquirido un resplandor dorado. De ellos e$anaba una lu% que rodeaba y envolv#a a cada -igura, un sutil cuerpo de lu% idntico a la -or$a del ser &u$ano que ca$inaba rodeado por ste, sin percatarse de ello. .oda la pla%a estaba inundada de esta lu% dorada. 2bserv $is $anos y co$prob que ta$bin estaban rodeadas por ese cuerpo sutil y etreo, esa &er$osa, resplandeciente y sobrenatural presencia, ese $aravilloso -uego inco$bustible. ,e volv# con tal brusquedad que $is ropas se enredaron entre $is piernas, y vi a Prsula envuelta en esa lla$a. 1a vi viva y respirando dentro de ella, vuelta &acia la $ultitud, y co$prob de nuevo que cada uno de aquellos seres viv#a y respiraba dentro de esa lla$a, y en ese instante co$prend# con $eridiana claridad que la ver#a sie$pre, que )a$s ver#a a unos seres &u$anos, ya -ueran $onstruos o gentes de bien, desprovistos de ese in-inito y cegador -uego del al$a. 4"# 4$e susurr' ,aste$a al o#do4. "#. Eterna$ente, y cada ve% que $ates a uno de esos seres, cada ve% que claves tus $alditos col$illos en sus tiernos cuellos, cada ve% que bebas la siniestra sangre que precisas para subsistir, co$o la $s -ero% de las bestias creadas por Dios, vers esa lu% estre$ecerse y pugnar por seguir viva, y cuando &ayas saciado tu apetito y el cora%'n de tu v#cti$a se detenga, vers apagarse esa lu%. ,e apart de ,aste$a, y l no $e lo i$pidi'. .o$ a Prsula de la $ano y ec& a correr en direcci'n al Arno, &acia el puente, &acia las tabernas que a3n per$anec#an
abiertas, pero antes de ver las re-ulgentes lla$as de las al$as que &ab#a all#, vislu$br el resplandor de las al$as a travs de centenares de ventanas, el resplandor de las al$as -iltrndose por deba)o de las puertas cerradas. Al ver aquello co$prend# que ,aste$a &ab#a dic&o la verdad. "ie$pre lo ver#a. Ver#a la c&ispa del reador en cada ser &u$ano con quien $e encontrara, en cada ser &u$ano que $atara. Al llegar al r#o, $e inclin sobre la balaustrada de piedra. 8rit una y otra ve%, de)ando que el eco de $is gritos resonara sobre el agua y los $uros de los edi-icios. Estaba enloquecido de dolor. De golpe apareci' a travs de la oscuridad un ni!o que avan%aba &acia $#, un $endigo, bien versado en las palabras que deb#a decir para obtener un $endrugo de pan, unas $onedas o la caridad que alguien quisiera darle, y vi que resplandec#a envuelto en aquella deslu$brante y prodigiosa lu%.
16
: las tinieblas no la recibieron
A lo largo de los a!os, cada ve% que conte$plaba una de las $agn#-icas creaciones de Fra Filippo, los ngeles cobraban vida ante $#. .an s'lo por unos instantes, el tie$po su-iciente para que sintiera un agui)ona%o en lo $s pro-undo de $i cora%'n. ,aste$a no apareci' en las obras de Fra Filippo &asta al cabo de unos a!os, cuando ste, peleando y discutiendo co$o de costu$bre, co$en%' a traba)ar para +iero, &i)o de os$e, que &ab#a $uerto. Fra Filippo no renunci' a su a$ada $on)a, 1ucre%ia 7uti, y dec#an que cada Virgen que pintaba Dy -ueron $uc&asE ostentaba el bello rostro de 1ucre%ia. 1ucre%ia dio a Filippo un &i)o, y ste asu$i' co$o pintor el no$bre de Filippino. "u obra era ta$bin esplndida, pr'diga en ngeles, los cuales ta$bin cobran -or$a ante $is o)os cuando, triste, desgraciado, lleno de a$or y te$eroso, acudo a ad$irar esas telas. En >?ST, Filippo $uri' en la ciudad de "poleto, y con l $uri' uno de los $s grandes pintores que )a$s &an e0istido. Fue el &o$bre a quien castigaron con el potro del tor$ento por -raude, que rapt' a una $on)a del convento( el &o$bre que pint' a ,ar#a co$o una Virgen asustada, co$o la ,adonna de la /oc&e /avide!a, co$o la Reina del ielo, co$o la Reina de todos los "antos. En cuanto a $#, quinientos a!os $s tarde apenas $e ale)o de la ciudad que vio nacer a Filippo y la poca que se dio en lla$ar la Edad de 2ro. 2ro. Eso es lo que veo cuando te $iro a ti, lector. Eso es lo que veo cuando $iro a cualquier &o$bre, $u)er, ni!o. Veo el -la$#gero oro celestial que ,aste$a $e $ostr'. 1o veo rodendole, abra%ndole, envolvindole y bailando contigo, lector, aunque t3 no puedas verlo, ni te interese. Esta noc&e, desde la torre en la .oscana, conte$plo el paisa)e,
y a lo le)os, en los valles, veo el oro de los seres &u$anos, la resplandeciente vitalidad de las al$as que palpitan. <sta es $i &istoria. KQu te &a parecidoL K/o adviertes un e0tra!o con-licto en ellaL KMn dile$aL Vaya$os por partes. Retroceda$os al co$ien%o de la &istoria, cuando e0plico que $i padre y yo cabalgba$os )untos por el bosque, &ablando sobre Fra Filippo, y $i padre $e pregunta qu $e atrae de ese $on)e. *o respondo que es la luc&a que se libra en su interior y su personalidad a$bivalente, y que de esa personalidad a$bivalente, de ese con-licto, nace el tor$ento que Filippo plas$a en los rostros que pinta. Filippo era un &o$bre ator$entado. Al igual que yo. ,i padre, un &o$bre de te$pera$ento tranquilo y personalidad $enos co$ple)a, sonri'. +ero Kqu signi-ica en relaci'n con esta &istoriaL "#, soy un va$piro, co$o ya &e dic&o( soy un ser que se ali$enta de vida $ortal. Vivo en silencio, satis-ec&o, en $i tierra, en las oscuras so$bras de $i castillo, y Prsula est sie$pre )unto a $#( y quinientos a!os no es tanto tie$po para que un a$or co$o el nuestro se &aya -ortalecido. "o$os de$onios. Esta$os condenados. +ero Kacaso no &e$os presenciado y co$prendido $ultitud de cosas, no &e relatado en este libro algunas cosas que puedan resultarle 3tiles al lectorL K/o &e descrito un con-licto tan tor$entoso que &ace que aqu# brille algo lleno de lu% y color, co$o las obras de FilippoL KAcaso no &e bordado, te)ido, dorado, sangradoL Anal#cese $i &istoria y d#gase$e que no le &a aportado nada. /o lo creer. uando pienso en Filippo, en su rapto de 1ucre%ia y en sus te$pestuosos pecados, Kc'$o &acer para separarlos de la $agni-icencia de sus obrasL K '$o separar la violaci'n de sus votos, sus enga!os y peleas, del esplendor que Filippo concedi' al $undoL /o digo que yo sea un gran pintor. /o soy tan est3pido. +ero s# a-ir$o que de $i dolor, de $i locura, de $i pasi'n &a nacido una visi'n, una visi'n que llevo eterna$ente con$igo y que te o-re%co.
Es una visi'n de cada ser &u$ano, rebosante de -uego y $isterio, una visi'n que no puedo negar ni eli$inar, ni darle la espalda, ni despreciar, ni escapar de ella. 2tros escriben sobre dudas y tinieblas. 2tros escriben sobre lo absurdo y el silencio. *o escribo sobre un oro inde-inible y celestial que arder eterna$ente. Escribo sobre una sed de sangre que )a$s lograr saciar. Escribo sobre el conoci$iento y su precio. ont$plese la lu% que arde en su interior. *o la veo. 1a veo en cada uno de nosotros, y sie$pre la ver. 1a veo cuando tengo &a$bre, cuando luc&o, cuando $ato. 1a veo estre$ecerse y $orir en $is bra%os al beber la sangre de $is v#cti$as. K.e i$aginas lo que representar#a para $# $atarte, lectorL on-ie$os en que no necesites presenciar un asesinato o una violaci'n para ver esta lu% en los seres que te rodean. Ruega a Dios que no te e0i)a pagar ese precio. De)a que yo lo pague por ti.
;in
Fui a Florencia para recibir este $anuscrito directa$ente de $anos de Vittorio di Raniari. Era $i cuarta visita a la ciudad, y decid#, )unto con Vittorio, enu$erar aqu# algunos libros para los lectores que deseen conocer $s detalles sobre la Edad de 2ro en Florencia y sobre la ciudad $is$a. +er$ita el lector que le reco$iende, en pri$er lugar, el brillante te0to titulado P+,lic !i"e in Renaissance 8lorence de Ric&ard . .re0ler, publicado en la actualidad por ornell Mniversity +ress. El pro-esor .re0ler &a escrito ta$bin otros libros $aravillosos sobre Italia, pero ste es una obra e0traordinaria$ente interesante y enriquecedora, en especial para $#, pues los anlisis y co$entarios del pro-esor .re0ler sobre Florencia $e &an ayudado a co$prender $e)or $i ciudad de /ueva 2rleans, en 1uisiana, $s que cualquier otra obra que se &a escrito sobre ella. /ueva 2rleans, al igual que Florencia, es una ciudad de espectculos p3blicos, ritos y d#as -estivos, de $ani-estaciones de celebraciones y creencias colectivas. Resulta casi i$posible describir /ueva 2rleans de -or$a realista a quienes no la &ayan visitado, su arnaval, su d#a de "an +atricio y su -estival de )a%% anual. 1a brillante erudici'n del pro-esor .re0ler $e procur' las &erra$ientas con que reunir los pensa$ientos y observaciones a prop'sito de las cosas que $s a$o. Entre las obras del pro-esor .re0ler cabe destacar su :o+rney o" the Ma'i# Meanin's in History o" a Christian Story, un libro que descubr# &ace poco. 1os lectores que &ayan le#do $is anteriores novelas recordarn la intensa, -erviente y sacr#lega relaci'n entre el va$piro Ar$and y el cuadro -lorentino titulado El corte4o de los reyes ma'os, pintado para +iero de ,dicis por 7eno%%o 8o%%oli, que en la actualidad se e0&ibe en Florencia en todo su esplendor. "obre el gran pintor Fra Filippo 1ippi, per$ita el lector que le reco$iende en pri$er lugar su biogra-#a escrita por el pintor Vasari, por los interesantes aunque inveri-icables datos que aporta.
Asi$is$o, e0iste un brillante libro titulado 8ilippo !ippi, publicado por "cala, cuyo te0to es obra de 8loria Fossi, que se vende en nu$erosas traducciones en Florencia y otras ciudades de Italia. Aparte de ste, el 3nico libro que cono%co dedicado de -or$a e0clusiva a la -igura de Filippo es la in$ensa obra de 9e--rey Ruda 8ra 8ilippo !ippi, publicada por +&aidon +ress. 1os libros $s a$enos para el lector en general que &e le#do sobre Florencia y los ,dicis son los de &ristop&er 5ibbert, entre ellos 8lorence# ;he <io'raphy o" a City, publicado por /orton, y ;he Ho+se o" Medici# =ts Rise and 8all, publicado por ,orroB. .a$bin reco$iendo ;he Medici o" 8lorence# - 8amily Portrait, de E$$a ,ic&eletti y publicado por 7ecocci Editore. ;he Medici, de 9a$es leug&, que apareci' por pri$era ve% en >TI@, en la actualidad est publicado por 7arnes U /oble. Abundan los libros de divulgaci'n sobre Florencia y la .oscana6 observaciones de via)eros, tributos y $e$orias entra!ables. 1as principales -uentes, es decir, cartas, cr'nicas y diarios escritos durante el Renaci$ientos en Florencia, se &allan en gran n3$ero de bibliotecas y librer#as. Reco$iendo a los lectores que eviten las versiones co$pendiadas de las obras de san Agust#n, quien vivi' en un $undo pagano donde los cristianos $s escrupulosos desde el punto de vista teol'gico segu#an creyendo en la e0istencia de$on#aca de los dioses paganos ca#dos. +ara co$prender Florencia y su ro$ance del siglo VV con las alegr#as y libertades de una &erencia clsica, es preciso leer a san Agust#n y a santo .o$s de Aquino en todo su conte0to. +ara quienes deseen una $ayor in-or$aci'n sobre el $aravilloso $useo de "an ,arcos, e0isten nu$erosas obras sobre Fra Anglico, el pintor $s -a$oso del $onasterio, que incluyen descripciones y detalles sobre el edi-icio, y un gran n3$ero de libros sobre la arquitectura de la ciudad de Florencia. .engo una deuda de gratitud con el $useo de "an ,arcos no s'lo por &aber conservado la esplndida obra arquitect'nica de ,ic&elo%%o, tan ensal%ada en esta novela, sino por las publicaciones que venden en la tienda del $onasterio acerca de su arquitectura y obras de arte. +or 3lti$o, deseo a!adir lo siguiente6 si pidieran a Vittorio que citara una grabaci'n de $3sica del Renaci$iento que
trans$itiera del $odo $s -iel posible el a$biente de la $isa y la eucarist#a que l presenci' en la orte del 8rial de Rub#, sin duda ser#a las &2speras de ;odos los Santos, una $3sica de rquie$ procedente de la catedral de 'rdoba, interpretada por la 2rc&estra o- t&e Renaissance ba)o la direcci'n de Ric&ard &eet&a$. "in e$bargo, debo se!alar que se cree que esta $3sica se co$puso &acia >@IA, algunos a!os despus de que Vittorio viviera su terror#-ica e0periencia. El disco &a sido editado por el sello Veritas, a travs de Virgin lassics. o$o colo-'n a estas notas, per$#ta$e el lector una 3lti$a cita de !a ci+dad de Dios, de san Agust#n6 Dios )a$s &abr#a creado al &o$bre, y $enos a un ngel, sabiendo de ante$ano que iba a caer en el pecado, de no &aber sabido al $is$o tie$po c'$o utili%ar a estas criaturas de -or$a provec&osa, enriqueciendo el curso de la &istoria universal $ediante la ant#tesis que otorga belle%a a un poe$a. +ersonal$ente, ignoro si san Agust#n est en lo cierto o no. +ero en cualquier caso, creo que $erece la pena tratar de pintar un cuadro, escribir una novela... o un poe$a. A//E RI E