Meditacion Autentica
Meditacion Autentica
Meditacion Autentica
Meditacin
Autntica
DESCUBRE LA LIBERTAD
DE LA CONCIENCIA EN ESTADO PURO
ndice
Prlogo del editor
PRIMERA PARTE
DEJA QUE TODO SEA TAL Y COMO ES
Me pas los cinco das del retiro con este papel doblado en el bolsillo de mis vaqueros;
alternaba entre la prctica de las tcnicas de meditacin a las que estaba acostumbrada y
la relajacin, escuchando y siendo sin ms, sin manipulacin alguna. Pero tengo que
reconocer que, cuando termin el retiro, mis preguntas superaban a las respuestas. Qu
papel ocupa la tcnica en la meditacin? Funciona este mtodo para meditadores de
cualquier nivel o slo funciona para los practicantes avanzados que lleven aos
entrenando el aquietamiento de la mente? Qu pasa con la postura y con el dolor fsico
y emocional que suele aparecer durante la meditacin?
Llena de preguntas, me acerqu a Adyashanti para plantearle si estara dispuesto a
trabajar con Sounds True para crear un programa educativo sobre la Meditacin
Autntica. Le pareci bien, y el resultado es este libro. Le pas una lista de preguntas y
Adya respondi con dos discursos del dharma acerca de la Meditacin Autntica: uno
versaba sobre dejar que todo sea tal y como es y el segundo sobre la indagacin
meditativa.
Primera parte
Deja que todo
sea tal y como es
Vamos a investigar ntegramente el concepto de meditacin: qu es, por qu
meditamos y adonde nos puede llevar la meditacin. Mi intencin es explorar lo que
denomino Meditacin Autntica; vers, por mi descripcin, que se trata de algo
bastante especfico y distinto del tpico estilo de meditacin. Pero comencemos con una
breve historia personal.
Renunciar a la manipulacin y el
control
La iluminacin, en ltimo trmino, no es ms que el estado natural del ser. Si
dejamos de lado toda la jerga y la terminologa compleja, la iluminacin es,
simplemente, el regreso al estado natural de nuestro ser. Evidentemente, el estado
natural implica que no tiene lmites; es un estado cuyo mantenimiento no requiere
ningn esfuerzo o disciplina, es un estado del ser que no est fomentado por ninguna
manipulacin mental ni corporal; en otras palabras, es un estado completamente natural,
espontneo. sta es una de las razones por las que la meditacin suele llevarnos a un
callejn sin salida. Si las examinas de cerca, muchas tcnicas de meditacin son formas
de control. Mientras la mente siga controlando y guiando nuestra experiencia,
probablemente no podr conducirnos a un estado natural. El estado natural es aquel en
el que la mente no nos controla. Cuando la mente se involucra en la manipulacin y en
el control, quiz nos acerque a diversos estados de conciencia: tal vez aprendas a calmar
la mente o a adquirir poderes psquicos. Los estilos de meditacin basados
fundamentalmente en una tcnica o manipulacin pueden ofrecerte muchas cosas. Pero
no logrars el estado natural y espontneo del ser.
Esto parece lo ms obvio del mundo. Cualquiera podra decirte que el estado natural y
espontneo del ser no puede ser logrado a travs del control y de la manipulacin y, sin
embargo, esta verdad nos esquiva de algn modo. A m me esquiv durante aos. El
fallo no est necesariamente en el estilo de meditacin, o incluso en la tcnica, aunque
sta pueda tener una gran influencia. El problema reside en la actitud con la que nos
ponemos a meditar. Si nuestra actitud contiene elementos de control y de manipulacin
(si nos enfrentamos a la meditacin igual que si furamos a dominar una disciplina), esa
actitud se convierte en un obstculo. En realidad, lo que medita es la mente o el ego. Y,
evidentemente, cuando hablamos de iluminacin o de despertar espiritual nos referimos
a despertar de la mente, a despertar del ego. En lo que denomino Meditacin Autntica,
desde el principio abandonamos esta tendencia de la mente a controlar, a manipular, a
seguir una disciplina. La Meditacin Autntica consiste en deshacerse del control y de la
manipulacin. Por raro que parezca, el inicio (extraordinariamente simple) de la
meditacin consiste en deshacerse de la manipulacin.
Lo primero que piensa la gente que se sienta a meditar suele ser: Est bien, cmo
controlo la mente?. A eso es a lo que me refiero con manipulacin. Manipulacin es
una palabra fuerte, pero yo la utilizo para atraer tu atencin, para que te des cuenta de
que al hacernos la pregunta cmo voy a controlar la mente, cmo voy a alcanzar la
quietud? cuando nos sentamos a meditar, en realidad la mente se est preguntando:
Cmo puedo controlarme para sentirme mejor?. Y una tcnica de meditacin te
ensear a controlar la mente y a calmar el cuerpo. Tal vez te sientas bien durante un
tiempo. Pero controlar la mente para conseguir un determinado estado de paz o
tranquilidad es casi como taparle a alguien la boca para que se calle. Aunque consigas
callar a esa persona, lo habrs hecho mediante una tcnica muy manipuladora. Qu
beneficio obtendrs si le tapas la boca a esa persona para callarla? En cuanto le quites la
cinta de la boca tendr algo que decir, verdad? Tendr muchas cosas que decir! Creo
que todo el mundo que haya meditado conoce la experiencia de entrar en meditacin y
alcanzar cierto control mental, cierto control corporal. Puede ser una sensacin
tremendamente agradable. La experiencia puede parecer incluso profunda. Pero
entonces dejas de meditar (te separas del cojn o de la silla, te levantas) y tu mente
enseguida empieza a parlotear. El control nos hace experimentar cierto silencio
meditativo, pero cuando dejamos de controlar, la mente se relaja y se pone en marcha de
nuevo. Todo regresa a lo que haba sido previamente. La mayora de los meditadores
estn demasiado familiarizados con este dilema. Aunque logremos determinado estado
de paz al meditar, cuando dejamos de meditar la paz se nos escapa otra vez.
La verdadera meditacin no implica dominar ninguna tcnica, sino dejar de controlar.
Eso es la meditacin. Cualquier otra cosa ser algn tipo de concentracin. La
meditacin y la concentracin son dos cosas diferentes. La concentracin es una
disciplina; es una forma de dirigir nuestra experiencia, o de controlarla. La meditacin
es la liberacin del control, es dejar de guiar nuestra experiencia. La base de la
Meditacin Autntica es dejar de controlar.
Dejar de controlar resulta algo inmenso para el ser humano. Decir simplemente deja
de controlar suena fcil, pero la totalidad de nuestra estructura psicolgica, de nuestro
yo psicolgico, de nuestro ego, est construida sobre una base de control en casi todos
los seres humanos. El hecho de pedirle a la mente o al ego que dejen de controlar es, por
tanto, una idea revolucionaria. Cuando dejamos de controlar, aunque sea tan slo por un
momento, surgen ciertos miedos y ciertas dudas ocultas. La mente dice: Qu pasa si
dejo de controlar y no sucede nada?. Por eso nos solemos aferrar a alguna tcnica o
disciplina, pues la mente teme que no pase nada si deja de controlar.
En Meditacin Autntica sugiero que miremos de verdad, que consideremos la
meditacin como una investigacin. La Meditacin Autntica no se basa tanto en una
tcnica, sino en una investigacin personal sobre lo que ocurre cuando empiezas a
renunciar al control y permites que todo sea tal y como es (una investigacin en tu
cuerpo, en tu mente, bajo tu autoridad, bajo la autoridad de tu experiencia). Se trata de
una investigacin sobre lo que ocurre cuando dejas que tu experiencia sea exactamente
la que sea, sin tratar de cambiarla. En vez de una tcnica, la Meditacin Autntica es
realmente una investigacin. Qu pasa cuando dejamos de controlar y de manipular?
El mayor acto de fe
El despertar espiritual no llega con ninguna comprensin intelectual. No podemos
alcanzar nuestra verdadera naturaleza mediante palabras, conceptos, ideas ni teologas.
Ninguno de esos medios revela nuestra verdadera naturaleza. Tenemos que darnos
cuenta de que cuando la mente intenta comprender, cuando intenta entender
intelectualmente la realidad suprema, simplemente intenta conservar el control. Es un
control intelectual, y tambin necesitamos deshacernos de l. Esto no quiere decir que la
mente no juegue un papel importante en el despertar espiritual; se es otro de los tpicos
malentendidos en la espiritualidad. La mente juega un papel vital. El pensamiento juega
un papel importante. Ms adelante hablar sobre la utilizacin de la mente para llevar a
cabo una indagacin espiritual. En realidad, en la bsqueda espiritual implicamos a la
mente para trascenderla.
Por tanto, la mente y el pensamiento no tienen que ser un problema. El problema est
en nuestro apego a la mente. La bsqueda en conceptos y en ideas para encontrar la
verdad, la paz, o aquello que nos libere, es una bsqueda ilusoria. Cuando nos
deshacemos de la mente pensante nos abrimos a la visin (en la espiritualidad nos
podemos referir a ello tambin como revelacin, o aparicin espontnea de una
sabidura profunda, o de un profundo conocimiento). Aunque surja en la mente, no
procede de ella. Es una experiencia de aja, una comprensin instantnea. Cuando
piensas: Aj, ya lo tengo!, no se trata de pensamiento lgico. Es algo que
simplemente se registra en la mente y en el cuerpo, y responde a la naturaleza de una
revelacin. As podemos ver, una vez ms, que para conseguir acceder a este nivel de
visin debemos empezar por deshacernos del control, incluso del control mental.
Entramos en el estado natural del ser. En cierto sentido, la Meditacin Autntica es el
mayor acto de fe, pues sentarse y permitir que todo sea lo que ya es (deshacerse del
control y de la manipulacin) es en s un profundo acto de fe. Tambin es un profundo
acto de investigacin.
Qu ocurre cuando nos deshacemos realmente de este control? Qu sucede cuando
permitimos que todo sea exactamente tal y como es? Esta pregunta es la base de toda la
espiritualidad. Hasta que no permitamos que todo sea lo que es, de la forma ms
profunda posible, seguiremos enganchados al control. En la autntica espiritualidad y en
la Meditacin Autntica nos deshacemos de este control desde el principio. No le damos
energa al ego, a la mente, al controlador, al manipulador. En realidad nos deshacemos
de todos los esfuerzos, y esto implica una idea revolucionaria para la mayora de la
gente: podemos meditar sin hacer ningn esfuerzo. Esto no implica que nos volvamos
vagos o que nos durmamos. Deshacerse del control, dejar que todo sea lo que es, es una
forma de deshacerse del esfuerzo. As que cuando decimos que nos deshacemos del
control, que dejamos que todo sea lo que es, es como si dijramos que dejamos de hacer
esfuerzos. Cuando nos deshacemos del esfuerzo, de la disciplina, descubrimos lo que
ocurre en nuestra conciencia. Y podemos empezar a ver, en nuestra propia experiencia,
que sta recibe una determinada vitalidad. Es casi como si, por el mero hecho de
deshacernos del esfuerzo y del control, se nos encendiera una luz dentro. En la
conciencia comienza a surgir algo inocente, hermoso y no contaminado; comienza a
surgir solo y por s mismo. Y esto dista bastante de lo que nos han enseado a la
mayora. Nos han enseado que para entrar en un estado natural de conciencia debemos
aprender a controlarnos y a disciplinarnos; lo que yo digo es justo lo contrario. Entrars
en el estado natural al deshacerte del control y del esfuerzo y al descansar en un estado
de luminosidad. Es muy sencillo. No podra ser ms simple. Sintate; deja que todo sea
lo que ya es. Incluso podras comenzar por hacerte una pregunta muy sencilla desde el
principio: No es cierto que la paz y el silencio que estoy intentando alcanzar con la
meditacin ya estn aqu, ahora mismo?. Despus, bscate. Cuando nos buscamos
podemos llegar a ver que la paz y el silencio son estados completamente naturales que
ya existen. En ese momento, slo necesitas hacerte consciente y entregarte. Descubre
qu sucede cuando te entregas a la paz que ya es, al silencio que ya es. En esto consiste
la investigacin.
Postura y mirada
Cuando presento la Meditacin Autntica, una de las preguntas ms frecuentes al
respecto tiene que ver con la importancia de la forma de sentarse. Hay que sentarse con
la espalda derecha, con la columna vertebral erguida, o podramos relajarnos en una
hamaca o en un silln? Yo contesto que es preferible no tumbarse (pues la mayora se
adormece cuando se tumba), pero que, aparte de eso, el hecho de sentarse en una
determinada postura no tiene gran importancia. Entiendo que muchas tradiciones hagan
hincapi en la postura adecuada. La tradicin zen de la que procedo pone bastante
nfasis en la postura. En realidad, algunas posturas pueden abrirnos a nivel emocional y
fsico. Si nuestra postura est abierta, nuestra columna vertebral est erguida y no
tenemos las manos cruzadas por delante de nosotros, nos sentimos ms abiertos. Esa
postura conlleva una sensacin natural de apertura. Las tradiciones espirituales utilizan
varias posiciones fsicas para fomentar la apertura de la sensacin interna y de la
actitud. Pero aunque la postura adecuada sea til, yo he descubierto con los aos que la
mente del buscador espiritual se suele concentrar tanto en perfeccionar y en mantener
una determinada postura, que el resultado no le conduce a dicha apertura. Ms bien al
contrario, el resultado suele ser una hipersensibilidad en relacin a la postura.
Volvamos a la actitud. Lo importante es ponerse a meditar desde una actitud
subyacente de apertura y relajacin. Tenemos que trascender la idea de que el despertar
o la iluminacin slo ocurrirn si nuestra postura es correcta, pues eso simplemente no
es verdad. El despertar y la iluminacin se pueden producir tanto en meditadores
erguidos y derechos como en meditadores encorvados y desplomados, sentados en
hamacas o como les plazca. Una vez ms, lo que importa es la actitud con la que
meditemos. Estamos abiertos? Estamos sentados sin tensin? Es sencillo nuestro
enfoque? En otras palabras, nuestra postura nos permite olvidarnos del cuerpo, no
disociarnos de l, sino simplemente dejarlo en paz?
Otra de las preguntas ms frecuentes es si los ojos deberan estar abiertos o cerrados.
Cada tradicin pone nfasis en una cosa distinta. Algunas tradiciones dicen que habra
que meditar con los ojos abiertos. Otras te recomiendan dejarlos cerrados. Como
profesor, a m me interesa ms lo que a ti te apetezca. Qu te apetece hacer cuando
dejas de pensar en lo que deberas hacer o dejar de hacer, cuando te deshaces de la
autoridad que has aprendido en algn otro sitio y vuelves a conectarte con lo que es
ntimamente tuyo, con lo que no te ha dado nadie ni nada? Muchos de nosotros hemos
aprendido tantas cosas sobre enseanzas e instrucciones que, al cabo de un rato, nos
desconectamos de lo que es ntimamente nuestro, de nuestra sabidura espontnea y
natural. As que yo siempre intento que la gente recupere la conexin con lo que es
ntimamente suyo de inmediato, desde el principio. Qu es autntico para ti? Si quieres
meditar con los ojos abiertos, djalos abiertos. Si prefieres cerrarlos, cirralos.
Experimenta, prueba de las dos formas. Si tienes sueo, abrir los ojos ser una buena
idea. Te ayudar a despejarte un poco. Otras veces estars con los ojos abiertos y tendrs
profundo. Esto es muy importante, aunque muchas personas no lo entienden. Utilizar las
tcnicas meditativas para suprimir nuestras experiencias humanas, para suprimir lo que
no queremos sentir, resulta fcil. Pero lo que necesitamos es justo lo contrario. La
Meditacin Autntica es el espacio donde todo se manifiesta, donde todo se ve y donde
todo se experimenta. Y como tal, todo se relaja a s mismo. Ni siquiera lo relajamos
nosotros. Se relaja solo.
La conciencia es dinmica
Cuando dejamos de manipular y de controlar la conciencia, nos damos cuenta de que
la conciencia no est quieta. Cuando dejamos de dirigirla, quiz descansa un rato; tal
vez se vuelve globalmente consciente, de tal forma que puedes asimilarlo todo de golpe
con los sentidos. Cuanto ms te relajas, normalmente te haces ms consciente de la
globalidad, sintiendo la totalidad de la experiencia, asimilando todas las cosas y todas
las experiencias como un nico todo. Pero las cosas pueden cambiar. La conciencia es
curiosa por naturaleza. Si te pica un dedo del pie, si sientes algo en un costado o si
tienes una contraccin en alguna parte, la conciencia probablemente se mueva
espontnea y naturalmente hacia esa direccin. La palabra clave es naturalmente; la
conciencia no se mover por obligacin, sino siguiendo su voluntad de fluir de forma
natural. Permitir que todo sea lo que es no genera un estado esttico. La conciencia se
dirigir hacia tus pies, hacia el dolor o hacia la tensin. Se desplazar hacia una
sensacin de alegra. Si escucho un pjaro en el exterior, tal vez me vuelva global
espontneamente y lo asimile todo de golpe. Tal vez sienta una repentina curiosidad
hacia el silencio y penetre en l. Permitir que todo sea lo que es genera un entorno
mucho ms dinmico del sugerido por las palabras. T tendrs que descubrir
internamente el verdadero significado de esto.
Comprobars que la conciencia es muy dinmica; tiende a moverse. A veces se detiene
y descansa en una profunda sensacin de silencio y de quietud. Cuando nos relajamos,
permitimos que la conciencia haga lo que quiera. Que vaya donde tenga que ir. Nos
damos cuenta de que la conciencia tiene una inteligencia propia. Como meditador,
tienes la oportunidad de comprometerte con lo que la conciencia quiera experimentar,
con la direccin que quiera tomar, con lo que quiera ver. Estars comprometido; estars
justo ah, dispuesto a ir donde la conciencia quiera.
Segunda parte
Indagacin meditativa
Cuando sentamos las bases para permitir que todo sea lo que es del modo ms
sencillo y profundo, y saboreamos esa experiencia, entonces entra en juego el siguiente
elemento de la meditacin. Este elemento es la indagacin meditativa. Normalmente
pasamos por alto esta parte de la meditacin y, sin embargo, es muy importante.
Si nos limitamos a permitir que todo sea lo que es de un modo profundo, del modo
ms profundo y libre posible, ese mismo enfoque podra conducirnos, por s mismo, a
un estado de sequa espiritual o de falta de implicacin interna. La indagacin nos
ayuda a utilizar la energa de nuestra curiosidad natural, de nuestro anhelo espiritual,
para fomentar la comprensin radical en la naturaleza de nuestro propio ser.
Cmo
descubr
meditativa
la
indagacin
Me gusta contar cmo descubr la indagacin meditativa. Fue, en gran medida, algo
muy espontneo, casi un error. Nunca me haban enseado nada relacionado
directamente con la indagacin meditativa, y nadie me lo haba sugerido. Me lleg de
forma natural, tras aos de prctica espiritual y meditativa.
En un momento dado me di cuenta de que tena algunas preguntas, preguntas sobre mi
prctica, sobre mi espiritualidad, sobre mi vida, preguntas que se hacen tambin otras
personas. De hecho, mis preguntas eran bastante bsicas. Por ejemplo, qu es la
entrega? Haba odo hablar de la entrega muchas veces, y me preguntaba qu era
realmente esa entrega. Y la meditacin? Qu es realmente? Esta lnea de
cuestionamiento me llev, por ltimo, a preguntarme quin era yo. Me di cuenta de que
estas preguntas merodeaban por mi mente, y yo trataba de involucrarme directamente en
ellas. Y as fue como descubr la indagacin meditativa.
Iba a una cafetera por las tardes, despus del trabajo, y comenzaba con una pregunta.
Coga un pedazo de papel y un bolgrafo y me pona a escribir la pregunta como si
estuviese hablando con otra persona. Cuando enseamos a los dems siempre les
transmitimos lo que sabemos de la mejor forma posible, as que yo haca como si le
estuviese diciendo la respuesta a alguien. Hice un acuerdo conmigo mismo para no
escribir ni una sola palabra a no ser que supiera por experiencia propia que era precisa y
cierta. As que elega un tema, como por ejemplo qu es la entrega?, y empezaba a
escribir sobre l. Como he dicho anteriormente, no terminaba ninguna frase si no senta
que era cierta, si no senta que estaba hablando desde mi experiencia personal. Luego
pasaba a la siguiente frase, y despus a la siguiente. Comprob que tardaba
relativamente poco en llegar al final de mi conocimiento sobre el tema. En general
llegaba al lmite de mi conocimiento en dos pginas escritas a mano, como mucho en
tres. Entonces me chocaba contra una pared interna, y la senta no slo en mi mente,
sino tambin en mi cuerpo. Saba que eso era todo, que mi experiencia no daba para
ms.
Saba que no haba llegado hasta el fondo de mi pregunta, as que entonces me
quedaba ah sentado, literalmente, con el bolgrafo en una mano y la taza de caf en la
otra, y me negaba a escribir una palabra ms hasta que no supiese que era cierta. A
veces segua sentado en ese lugar durante bastantes minutos, otras veces durante media
hora, a veces dos, pero no escriba la siguiente palabra hasta que no estuviera seguro de
que era verdadera y precisa. Entonces descubr que la nica forma de moverme era
quedndome quieto ah mismo, en el lmite de mi conocimiento, sintiendo la mente y el
cuerpo en ese umbral. Sin pensar en la pregunta. Sin ponerme a filosofar con la mente,
quedndome cinestsicamente en esa frontera entre lo que saba y lo que haba ms all.
Y descubr que quedndome en esa frontera (sintindola, percibindola, sabiendo que
quera trascenderla), al cabo del rato surga la siguiente palabra o frase. Cuando surga,
la pona por escrito. A veces escriba media frase nada ms y me daba cuenta, justo a la
mitad, de que llegaba otra vez a la frontera. Entonces volva a detenerme y esperaba. Me
mantena en la frontera.
Con el paso del tiempo descubr que poda atravesar esta misteriosa limitacin, esta
misteriosa pared de conocimiento, y que poda trascenderla. Y saba cundo tena que
hacerlo, pues de repente todo volva a fluir. Empezaba a escribir cosas de las que nunca
haba sido consciente. De pronto surga toda esa sabidura y yo la escriba, llegando a
una conclusin al cabo de un tiempo.
Pero estos escritos no eran muy largos. Lo mximo que llegu a escribir fueron, creo,
siete u ocho pginas manuscritas. As que no se trataba de largas disertaciones; yo
intentaba expresar lo que saba de la forma ms corta y concisa. Y cuando terminaba de
escribir, lo primero que descubra, y lo ms importante, era que la pregunta haba
desaparecido. Y, en segundo lugar, comprobaba que la respuesta a todas las preguntas
era, en ltimo trmino, la misma. Era la respuesta a la que todo el mundo debe llegar
por s mismo, la pregunta que todo el mundo debe descubrir a travs de su propio
proceso de indagacin. La respuesta era, simplemente: Soy yo. Qu es la entrega?
Yo soy la entrega. La entrega no es algo que haga, no es un acto que realice. La
entrega es una expresin de mi ser ms autntico. Independientemente de la pregunta, al
final siempre llegaba al mismo lugar: no obtena ninguna respuesta en la mente, sino
una intensa sensacin de que todo se resuma en soy yo.
Qu o quin soy?
Mi mayor inters en la vida es despertar de la identificacin del estado de sueo y
alcanzar la verdad de la unidad. La totalidad de mi enseanza como maestro espiritual
se basa en eso. As que yo propongo la utilizacin de la indagacin meditativa como
herramienta de ayuda para desarrollar la energa del despertar, para desarrollar la
conciencia de nuestra verdadera naturaleza. Sin embargo, veo que muchas personas
estn buscando fuera de ellas mismas y se hacen preguntas que trascienden su
experiencia. Todo el mundo ha escuchado el consejo de mira en tu interior y, sin
embargo, muchos de nosotros seguimos mirando fuera. Aunque nos hagamos preguntas
espirituales, normalmente seguimos enfocndolas hacia fuera. Qu es Dios? Cul es
el significado de la vida? Por qu estoy aqu? Aunque estas preguntas sean relevantes
para la personalidad, todava no son la pregunta ms ntima.
La pregunta ms ntima que podemos hacernos, y la que tiene mayor poder espiritual,
es sta: qu o quin soy? Antes de preguntarme por qu estoy aqu, quiz debiera
averiguar quin es este yo que se hace la pregunta. Antes de preguntar qu es
Dios?, tal vez debiera preguntarme quin soy yo, quin es este yo que est buscando
a Dios. Quin soy, quin est viviendo esta vida? Quin est aqu mismo, ahora
mismo? Quin est en el camino espiritual? Quin es ese que est meditando? Quin
soy yo realmente? sta es la pregunta que inicia el viaje de indagacin espiritual para
que puedas descubrir por ti mismo quin y qu eres realmente.
As que el primer paso es contar con una pregunta espiritual potente como qu o
quin soy yo?. El segundo paso es saber hacer esa pregunta. He podido comprobar, una
vez ms, que muy pocas personas saben hacerse una pregunta espiritual potente. Si no
sabemos preguntar, nos perderemos en nuestra mente. Seguiremos sentndonos y nos
quedaremos pensando sobre quin somos eternamente. Seguiremos leyendo discursos
espirituales, filosficos o religiosos sobre quin somos y por qu estamos aqu, y sobre
todo este asunto. Seguiremos hacindolo eternamente y slo terminaremos con ms
pensamientos, con ms ideas, con ms creencias (y no con lo que realmente
necesitamos, que es un vislumbre de comprensin, un vislumbre de reconocimiento de
la verdad de nuestro ser). La indagacin espiritual nos ayuda a desarrollar ese
vislumbre. As que cmo debemos hacer la pregunta? Cmo podemos descubrir lo
que realmente somos?
El sendero de la eliminacin
Antes de descubrir qu somos realmente, debemos empezar por descubrir lo que no
somos. Si no, nuestras suposiciones seguirn contaminando toda la investigacin. A esto
podramos llamarlo el sendero de la eliminacin. En la tradicin cristiana lo llaman la
Va Negativa, el sendero negativo. La tradicin hind del Vedanta lo llama Neti-neti,
que significa esto no, eso no. Todos ellos son senderos de eliminacin, formas de
descubrir lo que somos a travs de lo que no somos.
Empezamos por observar nuestras ideas acerca de lo que somos. Todos tenemos
muchsimas ideas de las que ni siquiera somos conscientes, as que empezamos por
observar las cosas ms sencillas sobre nosotros. Por ejemplo, observamos nuestra mente
y nos damos cuenta de que en ella hay pensamientos. Claramente, existe algo o alguien
que se da cuenta de los pensamientos. Aunque no sepas qu es, sabes que est ah. Los
pensamientos vienen y van, pero el testigo de los pensamientos permanece.
Si los pensamientos vienen y van, entonces t no eres los pensamientos. El hecho de
darse cuenta de que t no eres los pensamientos tiene mucha importancia, pues la
mayora de la gente presume que ellos son lo que piensan. La gente se identifica con lo
que piensa. Sin embargo, basta un simple vistazo a tu propia experiencia para
demostrarte que t eres el testigo de tus pensamientos. T no eres lo que piensas que
eres. Hay algo ms primordial que observa los pensamientos.
Tambin existen las sensaciones. Todos tenemos sensaciones emocionales: felicidad,
tristeza, ansiedad, alegra, paz. Tenemos sensaciones en el cuerpo, ya sean de energa
(una contraccin por aqu, una apertura por all) o el simple picor en el dedo de un pie.
Existen diversas sensaciones y tambin existe un testigo de esas sensaciones. Existe
algo que es el testigo y que toma nota de todas tus sensaciones. As que tienes
sensaciones y tienes conciencia de esas sensaciones. Las sensaciones vienen y van, pero
la conciencia de las sensaciones permanece. Y aunque no tengamos que negar ninguna
de las sensaciones que experimentamos, debemos saber que nuestra identidad ms
verdadera y profunda no es una sensacin. No puede serlo, pues hay algo ms primario,
anterior a la aparicin de las sensaciones: la conciencia de esas sensaciones.
Esto mismo se lo podemos aplicar a las creencias. Tenemos muchas creencias y
tenemos la conciencia de esas creencias. Las creencias podrn ser espirituales, creencias
sobre tu vecino, sobre tus padres, sobre ti mismo (stas suelen ser las ms dainas), y
sobre una gran variedad de cosas. Las creencias son pensamientos que asumimos como
verdad. Todos podemos ver que nuestras creencias han ido cambiando segn hemos ido
creciendo, segn hemos ido avanzando por la vida. Las creencias vienen y van, pero la
conciencia de las creencias es anterior a las creencias; es ms primaria. Entonces
podemos ver fcilmente que nosotros no podemos ser nuestras creencias. Las creencias
son algo de lo que somos testigos, algo que vemos, algo que percibimos. Pero las
creencias no nos dicen quin es el observador; no nos dicen quin es el que las percibe.
El observador o el que las percibe, el testigo, es anterior a las creencias.
Esto mismo podemos aplicarlo a nuestro ego-personalidad. Todo el mundo tiene un
ego y una personalidad. Normalmente creemos que somos nuestro ego, que somos
nuestra personalidad. Y, sin embargo, al igual que con los pensamientos, con las
sensaciones y con las creencias, vemos que tambin existe un testigo de esa
personalidad. Existe un ego-personalidad llamado t y tambin existe una
observacin del ego-personalidad, una conciencia del ego-personalidad. La conciencia
del ego-personalidad es anterior a la personalidad; la percibe, sin juzgarla ni condenarla.
En este punto empezamos a entrar en contacto con algo ms ntimo. La mayora de la
gente se identifica con su ego y con su personalidad. Pero el simple hecho de querer
observar tu experiencia te hace ver que existe una personalidad y un testigo de la
personalidad. Por consiguiente, tu personalidad no puede ser tu naturaleza esencial ms
profunda. Hay algo ms primario que observa tu ego-personalidad: la conciencia.
As llegamos a nuestra conciencia. Nos damos cuenta de que existe una conciencia.
Todo el mundo tiene conciencia. Si ests leyendo estas palabras ahora mismo, la
conciencia es lo que las est asimilando. Eres consciente de lo que piensas. Eres
consciente de lo que sientes. As que la conciencia est claramente presente. No es algo
que tengas que desarrollar. La conciencia no es algo que tengas que fabricar. La
conciencia simplemente es. Es lo que nos permite saber y experimentar lo que sucede.
Quin es consciente?
Normalmente pensamos inconscientemente que yo soy consciente!, que yo soy
quien es consciente, que la conciencia es algo que me pertenece. Presumimos que existe
una entidad llamada yo que es consciente. Sin embargo, cuando empezamos a
investigar esto meditativamente, silenciosamente, sencillamente, empezamos a ver que,
aunque haya conciencia, en realidad somos incapaces de descubrir el yo que es
consciente. Empezamos a ver que ese yo consciente es un supuesto que la mente ha
aprendido a hacer. Cuando vas hacia dentro y buscas quin es consciente, qu es
consciente, no encuentras ningn ello. Slo encuentras ms conciencia. No existe
ningn yo que sea consciente.
De esta forma, seguimos extrayendo nuestra identidad mediante esta profunda
investigacin. Al ver lo que no somos, en realidad alejamos nuestra identidad del
pensamiento, de la sensacin, de la persona, del ego, del cuerpo, de la mente. Alejamos
nuestra identidad de los elementos externos de nuestra experiencia y la devolvemos a su
naturaleza esencial. Mientras no volvamos a la conciencia, no nos encontraremos con el
supuesto primario de yo soy el que es consciente. En ese momento, empezaremos a
investigar ese supuesto. La investigacin mediante la experiencia nos hace ver, una y
otra vez, que somos incapaces de descubrir quin es consciente. Dnde est este yo
que es consciente? En ese preciso instante (cuando nos damos cuenta de que no
podemos descubrir ninguna entidad llamada yo que posea la conciencia, que sea su
duea) empezamos a vislumbrar que nosotros tal vez seamos la conciencia. La
conciencia no es algo que nos pertenezca; la conciencia no es algo que poseamos. La
conciencia realmente es lo que somos.
Pero a algunas personas (a la mayora) esto les parecer radical, pues estamos muy
acostumbrados a identificarnos con nuestra mente, con nuestros pensamientos, con
nuestras sensaciones, con nuestras creencias, con nuestro ego y con nuestro cuerpo. En
realidad nos ensean a identificarnos con estas cosas. No obstante, la investigacin nos
permite empezar a vislumbrar que existe algo anterior al pensamiento, anterior a la
personalidad, a las creencias, algo que denominamos conciencia. Esta investigacin nos
permite vislumbrar que somos esa conciencia.
Esto no implica que los pensamientos dejen de existir. No significa que el cuerpo deje
de existir. No se trata de negar el ego, ni la personalidad, ni las creencias ni nada de
nada. No se trata de negar todos estos elementos externos de nuestro yo humano. Slo
descubrimos nuestra naturaleza esencial. Los cuerpos, las mentes, las creencias y las
sensaciones son como la ropa que se pone la conciencia y nosotros empezamos a
descubrir qu tiene por debajo. Si te das cuenta de que no eres lo que pensabas, de que
no eres tus creencias ni tu ego ni tu personalidad, la transformacin puede ser profunda.
Eres otra cosa, algo que reside en el interior, en el ncleo ms interno de tu ser. Por
ahora lo estamos llamando conciencia. La naturaleza radical de esta visin reside en
que la conciencia no es algo que poseas, que tengas que aprender a poseer, o algo para
Armona natural
Como he dicho anteriormente, aunque estemos apartando o extrayendo nuestra
identidad del pensamiento, de la sensacin y de la personalidad, debemos darnos cuenta
de que no se trata de negar estos elementos externos de la experiencia ni de disociarnos
de ellos. La indagacin no es una prctica basada en la expulsin de nada; es,
simplemente, una forma de conseguir que la identidad se despierte del sueo de la
separacin. Pero aunque se despierte, el cuerpo seguir ah. La personalidad seguir ah.
El ego seguir contando con una estructura rudimentaria. La diferencia est en que
cuando nos hayamos reconocido como conciencia, nuestra identidad podr empezar a
descansar en su esencia. Ya no buscaremos lo que somos en nuestro cuerpo, en nuestra
personalidad, en nuestros pensamientos o creencias. Lo que somos descansar en su
fuente.
Cuando descansemos en nuestra fuente, el cuerpo, la mente, la personalidad y las
sensaciones se armonizarn. Al hablar de armona me refiero a que dejarn de estar
divididos. Creo que casi todos los seres humanos reconocen que el ego suele definirse
por una cierta divisin interna; determinadas partes de nuestro ego estn en guerra o en
conflicto con otras. Queremos ser alguien que realmente no podemos ser. Queremos
pensar pensamientos que realmente no podemos pensar. Queremos tener formas que
realmente no tenemos. Queremos ser mejores de lo que en realidad somos. Cuando
nuestra identidad est atrapada en el ego-personalidad, todos experimentamos estas
ideas y sensaciones conflictivas. Misteriosamente, cuando alejamos nuestra identidad
del ego-personalidad, este ego-personalidad se armoniza. Estas fuerzas fsicas y
emocionales dejan de estar en conflicto. Esta armona posiblemente no surja enseguida
de la forma ms profunda posible, pero el viaje comienza ah. Como dejamos de
identificarnos con el cuerpo, con la mente y con la personalidad, conseguimos que se
armonicen.
La gran inclusin
La indagacin la iniciamos descubriendo lo que no somos, pero no termina ah.
Despus del sendero de la eliminacin viene lo que yo llamo la Gran Inclusin.
Al alejar nuestra identidad del pensamiento, de las creencias, de la personalidad y del
ego, y al comprobar que existe algo ms primario, nuestra identidad empieza a
descansar en la conciencia. Tendramos que impedir que la mente se aferrase a una idea
que dijese: Yo soy conciencia. Aunque esa idea pudiese ser valiosa, sera otra
limitacin. Identificarse con la conciencia es, evidentemente, mucho ms liberador que
identificarse con una forma de pensamiento o con un ego o una personalidad. Que todos
los dems sean conciencia tambin resulta muy liberador. Pero deberamos evitar
atascarnos en un nuevo concepto, en una nueva identificacin. La conciencia no es
ms que una palabra. Tambin podramos utilizar la palabra espritu. La conciencia (o
espritu) es algo que no tiene forma, ni color, ni gnero, edad o creencias. Trasciende
todas esas cosas. La conciencia o el espritu no es ms que un modo de ser, una
sensacin vital que trasciende todas nuestras formas.
Yo estoy utilizando los conceptos de conciencia y espritu con el mismo sentido.
Si miras en tu interior te dars cuenta por ti mismo de que la conciencia (o espritu) no
ofrece resistencia alguna al pensamiento. El pensamiento existe, pero la conciencia no
se resiste a l. La sensacin existe, pero la conciencia no le ofrece resistencia. El egopersonalidad existe, pero la conciencia tampoco le ofrece resistencia. La conciencia no
intenta cambiar las cosas; no intenta imponer nada. Empezars a percibir en tu interior
esta presencia de conciencia que no intenta alterar tu humanidad. No pretende alterarte
y, lo que es igual de importante, tampoco pretende alterar a los dems. Esta conciencia
es totalmente inclusiva. Es un estado del ser en el que todo est bien tal y como est.
Paradjicamente, el ego-personalidad necesita aferrarse a este estado de no necesidad
para lograr la armona y la paz. El ego-personalidad necesita estar en permanente
contacto directo con una presencia que no pretenda cambiarlo. A un ser humano le
resulta sorprendente que su verdadera naturaleza no intente alterar su naturaleza
humana. As la naturaleza humana puede descansar y puede dejar de sentirse separada
de su fuente. Comenzamos a sentir la unidad en nuestro interior. Dejamos de sentirnos
divididos internamente porque podemos ver, en ltimo trmino, que no existe ninguna
lnea de separacin entre la conciencia, o espritu, y nuestro ego-personalidad. En
realidad no existe ninguna separacin entre los dos.
Cuando nos relajamos en la conciencia o espritu, empezamos a reconocer que eso es
lo que somos, que eso es quien somos. Empezamos a ver que todo lo que existe es
simplemente una manifestacin del espritu. Todo es una expresin del espritu, ya sea
la silla en la que ests sentado, el suelo sobre el que ests tumbado o los zapatos que
lleves puestos. Todo es una expresin del espritu: los rboles del exterior, el cielo, todo.
Permite que llegue lo que tenga que llegar; permite que se vaya lo que tenga que irse.
Descubre lo que permanece. La indagacin meditativa es una forma de descubrir lo
que permanece, lo que ha estado desde siempre.
En el misterio
La indagacin meditativa no requiere que te sientes de ningn modo formal. Puedes
hacerte la pregunta qu soy yo? en cualquier lugar, en cualquier momento. Puedes
preguntarte: Qu es lo que est conduciendo el coche, qu es lo que est bebiendo el
t, qu es lo que est leyendo estas palabras?. Es una pregunta muy sencilla: Qu
soy yo, qu soy yo sin pensamiento ni memoria, qu soy yo despus de todo eso?.
Cuando la mente hace la pregunta, se mira hacia dentro. Y qu encuentra? No
encuentra nada. No encuentra a nadie nuevo, pues ese alguien nuevo no sera ms que
otro pensamiento o imagen. As que la mente mira hacia dentro y dice honestamente:
No lo s. Y este instante es muy misterioso para la mente. En ese momento ests
realmente en un estado de no saber. Ests conectado a tu misterio, en vez de a tu
concepto. La indagacin meditativa puede introducirte en tu misterio de un modo
extraordinariamente rpido, casi instantneo. Te devuelve a lo desconocido de un modo
rpido y eficaz. Una vez ah, te podrs quedar todo el tiempo: podrs sentir lo
desconocido, podrs percibirlo cinestsicamente, podrs quedarte en la presencia de lo
desconocido. De esta forma, la indagacin meditativa te lleva muy rpidamente a la
apertura, a un gran espacio despierto. Y la realizacin espiritual consiste, por supuesto,
en que t comprendas que eres ese espacio.
Entrevista a
Adyashanti
La entrevista que sigue fue realizada despus de mi primer retiro de cinco das con
Adyashanti, durante el cual descubr este radical mtodo de meditar.
Tami Simn: Adya, t practicaste zen durante quince aos y equiparas las prcticas
meditativas que hacas, meditando en zazen durante largas horas, a haberte dado
cabezazos contra la pared. Pero qu pasara si la meditacin zen que hiciste te hubiese
preparado energticamente para el despertar y te hubiese proporcionado las visiones que
ahora enseas? No lo crees posible?
Adya: Es posible. Todo es posible. En mi experiencia, sin embargo, la prctica zen
realmente me acerc a la avenida por la que, al cabo del tiempo, termin fracasando.
Fue mi avenida hacia el fracaso. El cojn era el sitio en el que entraba en guerra
espiritual conmigo mismo. Yo intentaba iluminarme y el cojn era el lugar en el que
demostraba mi voluntad personal. En ese sentido, cuando miro atrs puedo decir que yo
necesit involucrarme en esa batalla con tanta intensidad para poder fracasar. Descubr,
de una vez y para siempre, que no iba a ganar la batalla espiritual y finalmente me
relaj. As que, en ese sentido, todos esos aos de prctica zen fueron aos realmente
tiles. Pero creo que eso no significa que todo el mundo deba seguir ese camino; eso
sera un gran error. Pienso que todos llegaremos por la ruta que elijamos.
TS: Tu maestra zen fue Arvis Justi. No s nada de ella.
Adya: La verdad es que casi nadie ha odo hablar de ella. Se form con un buen
puado de los maestros japoneses que vinieron por primera vez a Estados Unidos el
siglo pasado, principalmente Yasutani Roshi y Maezumi Roshi. Y muchos de los
componentes de esta primera oleada eran excelentes maestros que vinieron a Amrica
porque el zen de Japn se haba vuelto muy tradicional, muy institucionalizado. La
gente acuda al templo zen (no todo el mundo) como algunas personas van a la iglesia.
Ya sabes: Es domingo, vamos a meditar al templo zen. As que estos primeros
maestros que llegaron a Amrica buscaban sangre fresca; buscaban gente muy sincera.
Y, evidentemente, si nos despertamos realmente y somos llamados a ensear, eso es lo
que queremos: ensear a personas realmente sinceras.
En esa poca en Estados Unidos no haba templos zen. As que la casa de mi maestra,
en el norte de California, se llenaba con unas cuarenta personas que acudan a practicar.
La gente dorma en el csped, o por cualquier parte. Al cabo del tiempo, el maestro de
mi maestra le dijo: Ya no me necesitas aqu; ha llegado tu hora de ensear. Y as fue.
No hubo ninguna ceremonia tradicional del dharma. Y mi maestra fue muy clara. Ella
no se senta preparada para la vida religiosa. En esa poca ella era una mujer mayor,
haba educado a cinco hijos y se haba dado cuenta de que, aunque el zen pudiese seguir
una va tradicional, para ella no era necesario seguir esa va y no se senta atrada hacia
ella.
Mi maestra enseaba en su casa y nunca se anunciaba. Al principio, pona cojines en
su cuarto de estar todos los domingos por la maana y se sentaba a esperar, pero durante
el primer ao y medio no apareci nadie. Ella tena una charla preparada y segua
poniendo cojines todas las semanas. Se sentaba a esperar, sin ms, y no apareca nadie.
Evidentemente, quin va a aparecer si no te anuncias? Pero ella se mantuvo firme con
total dedicacin. Y al cabo de un ao y medio apareci una persona, as que se sent con
esa personas todos los fines de semana durante un ao. Y despus apareci otra persona,
y as fue creciendo la cosa. Ella nunca intent hacerse conocida y ni siquiera se
consider jams una maestra. No tena grandes pretensiones.
En esa poca se empezaba a conocer el zen en Estados Unidos y la gente como yo se
senta atrada por los trajes, los templos, las ceremonias y todas esas cosas. Y de repente
te encontrabas con esta mujercita que vesta ropa normal, te reciba en su casa por la
puerta de atrs y despus te haca entrar en su cuarto de estar para que te sentaras. Desde
fuera no resultaba nada impresionante. De hecho, creo que yo no comprend lo que ella
realmente ofreca hasta que me propuso hacer un retiro largo en un templo, mi primer
retiro. Cuando volv de ese retiro, que fue bastante exigente, estaba literalmente
asombrado. Pens: Dios mo, aqu hay lo mismo que all, incluso en mayor medida. La
cocina y el cuarto de estar de esta mujercita tenan el mismo dharma, y tal vez ms, que
en el retiro. No puedo explicarlo bien, pero me llev una gran sorpresa. Creo que como
ella tena tan pocas pretensiones, la mayora de la gente no se daba cuenta. Se la
perdan, se perdan lo que era y lo que poda ofrecer.
TS: Aunque t ensees segn tu propio mtodo, basado en tus descubrimientos sobre
la Meditacin Autntica y en tus experimentos de escritura, te sientes parte de algn
linaje? Tienes la sensacin de haber heredado su linaje?
Adya: En realidad, s, mucho. Ella ocupa un lugar muy profundo en mi corazn y, en
gran medida, me siento parte de su linaje.
Mi maestra sola contar una historia sobre la primera vez que se haba sentado a
ensear. No haba aparecido nadie, por supuesto, pero ella se sent en su cuarto de estar
y sigui sentndose ah todos los domingos por la maana. Y alguien lleg a decirle en
una ocasin: Vaya, debe de haber resultado muy solitario, habr sido duro. A lo que
ella contest: No lo fue. Cada vez que me sentaba ah poda sentir y, prcticamente, ver
a todos los miembros que haban formado parte del linaje. Poda sentirlo. Y recuerdo
haber experimentado lo mismo cuando me sent a dar mi primer retiro. Me senta como
si fuese la punta del iceberg de este linaje tan largusimo de seres que, respondiendo a su
compasin, hacen lo posible por seguir transmitiendo esto. Yo siento muy de cerca la
transmisin que obtuve de ella, no slo la transmisin del despertar, sino la trasmisin
de su increble integridad como ser humano. Es casi como si se me hubiese metido
dentro de una forma energtica. Ella posea una gran integridad y tena, tambin, una
enorme gracia. No finga nunca; no haba nada falso en ella, de ninguna forma. Tard
muchos aos en ver que, lentamente, haba ido heredando la comprensin de esa
integridad. Yo no tengo tanta gracia como ella, pero una parte de mi cuerpo se siente
prcticamente igual que su integridad, se siente energticamente como ella. Eso fue,
probablemente, su transmisin ms importante.
TS: Te preocupa que el camino que te condujo donde te encuentras no sea el camino
que enseas?
Adya: No, no me preocupa en absoluto. El camino que estoy enseando es en gran
medida el camino que me trajo donde me encuentro. Cuando dirijo un retiro, siempre
pasamos cinco o seis das en meditacin silenciosa. Pero yo descubr que mi
espiritualidad realmente empezaba a despegar cuando no confiaba exclusivamente en la
prctica meditativa. Aunque segu meditando, en un determinado momento di un giro
fundamental y dej de confiar unilateralmente en la prctica. Vea que, en mi caso, la
meditacin en s y por s misma no funcionaba. No la rechac totalmente, pero empec a
percibir otro elemento: la indagacin. Empec a cuestionarme fundamentalmente casi
todo. Empec a observar las cosas con mucha profundidad, con mucha intensidad.
Despus, por supuesto, la parte del despertar es siempre espontnea. No existe ningn
abec sobre cmo despertar. Pero al mirar atrs vi estas dos cosas: quietud y silencio, y
la habilidad de ser implacablemente honesto conmigo mismo, la habilidad de no
engaarme, de no decirme que saba algo que no saba, de seguir con mi lnea de
indagacin. Al cabo de un tiempo estos dos enfoques juntos conformaron mi camino
espiritual. Y lo que yo enseo es la combinacin de estas dos cosas.
TS: En ese sentido, ests enseando un camino?
Adya: Por supuesto. Un camino sin camino [risas]. Pero s, podra decirse que es un
camino. No es un camino del tipo de uno ms dos son tres, ni limtate a seguir
andando y llegars a la cima de la montaa. No es un camino en ese sentido. No es un
camino que te d la sensacin de estar progresando. Es una forma de estar con la
experiencia. Es una forma de estar con uno mismo que, en realidad, deconstruye al yo
personal. Aunque no lo sepas, aunque no seas consciente, el camino te va
deconstruyendo. El silencio te deconstruye, pero esto no es suficiente para casi nadie.
Meditar no es suficiente. Contamos con esta otra parte activa de deconstruccin, que es
la pregunta y la indagacin directa.
TS: En tus retiros a menudo propones a la gente la indagacin a partir de la pregunta
qu soy yo?. Nunca haba odo esa sugerencia antes. La mayora de la gente que
ensea indagacin propone a los estudiantes la pregunta quin soy yo?.
Adya: Quin soy yo? nunca me funcion a m. Aunque funcione para algunas
personas, quin soy yo? implicaba, para m, una entidad. Qu soy yo? me parece
una pregunta ms abierta.
TS: Y no te preocupa que la gente vaya a tus retiros y no se siente derecha durante
los periodos de meditacin silenciosa? Tengo curiosidad al respecto, pues va en contra
de casi toda la formacin que he recibido.
Adya: Tambin va en contra de casi toda la formacin que yo he recibido.
de
de
de
se
Creo que la gente, y quiz ciertos maestros (aunque no lo s a ciencia cierta), a veces
temen que la mente no sepa detenerse si dejamos que se vuelva loca durante un tiempo,
si dejamos de manipular la experiencia. O temen que la gente se quede perdida, de
algn modo. Pero yo he podido comprobar, una y otra vez, que el estado natural
realmente comienza a surgir. El maestro zen Suzuki Roshi deca que la mejor forma de
controlar una vaca era dndole un campo enorme. Colocando las vallas no muy juntas.
Y, en cierto modo, creo que eso es lo que estoy haciendo. Se trata de crear un campo
realmente grande y, con el tiempo, la mente dejar de intentar salirse de l. La gente est
acostumbrada a seguir otro proceso, pero yo veo constantemente que los que llegan a
los retiros tardan un da, dos, tres, o a veces cuatro, en empezar a experimentar un
proceso natural de relajacin y de silencio.
TS: No te preocupa que, en vez de meditar, la gente se ponga a divagar mentalmente
o a alucinar?
Adya: No. Imagino que en este sentido difiero de muchos maestros. No me veo, en
absoluto, en el papel de profesor o de progenitor de nadie. Yo estoy aqu para hablar del
despertar a las personas que sean verdaderamente sinceras. Si todava no tienen esa
sinceridad, entonces estn con la persona equivocada. Porque no van a obtener esa
sinceridad de m, y yo no voy a invertir mucha energa en su falsa sinceridad. S que
hay muchas tradiciones en las que los maestros intentan que sus estudiantes sean
sinceros. Y yo no digo que eso est mal, de ninguna forma, sino que eso no es lo que
ocurre conmigo. Mi actitud es: si eres sincero, tu sinceridad se convertir en una fuerza
realmente poderosa en tu vida. Y si no lo eres, la postura y todo lo dems realmente no
tendrn mucho efecto. As que si quieres sentarte en una hamaca y pasarte el da
mirando las nubes, es asunto tuyo. Entiendes lo que quiero decir? Si eso es lo que
quieres hacer, eso es lo que hars. Si me preguntas, yo no voy a hacer como si eso fuera
sincero y, por tanto, no har nada que pueda llevarte al despertar. Pero yo no estoy aqu
para intentar cambiar lo que la gente quiere. Yo estoy aqu, y si t realmente quieres la
verdad, entonces tenemos algo de que hablar. La sinceridad depende totalmente de ti.
No es de mi incumbencia. El material de tu sinceridad dejar que te hundas o te
permitir nadar. Si lo tienes, bien. Y si no lo tienes, yo no te voy a rescatar. En ese
sentido, los canguros infantiles y yo no tenemos nada en comn.
TS: Qu le diras a alguien que se siente parcialmente sincero en su bsqueda de la
verdad, pero que a la vez se siente parcialmente insincero?
Adya: Creo que la mayora se siente as cuando se mete a fondo en la cuestin.
Tienen esa sensacin de divisin. Normalmente les propongo que miren en su interior y
que lleven a cabo una indagacin profunda, una indagacin abierta en lo que quieren de
verdad. Les pido que no supongan nada de lo que quieren. Y suelo decirles que no
construyan lo que creen que deberan querer ni lo que les haya dicho ningn maestro
sobre lo que deberan querer. Observa realmente lo que t quieres de verdad, realmente.
Esta indagacin slo la podrs llevar a cabo si no tienes ningn debera, si no tienes
ideas preconcebidas sobre lo que deberas querer. Cuando hablo de integridad me
refiero a esto: a la voluntad de averiguarlo realmente por ti mismo. Y lo que he
descubierto es que si alguien observa de verdad y se involucra en esta investigacin, en
observar lo que realmente quiere, esta indagacin podr llevarle a un lugar mucho ms
unificado. Le llevar all de un modo natural. Y para m esto es mucho mejor que
intentar llegar a un lugar mediante la disciplina, pues la gente ha odo esa clase de
enseanzas (debes desear el despertar ms que ninguna otra cosa), y es cierto, pero hasta
que llegues ah no puedes fingir tu camino, no puedes hacer como si hubieras llegado. Y,
en realidad, creo que muchas personas lo estn haciendo: escuchan las enseanzas y
despus fingen estar en un lugar en el que no estn.
Mi forma de ensear es totalmente diferente. Porque s que si las personas observan su
interior profundamente, encontrarn que realmente desean la verdad autntica. S que si
observan su interior durante suficiente tiempo, eso es lo que descubrirn. Porque es la
base de su ser. Tambin es el ncleo de su ego. Incluso el ego, en lo ms profundo,
desea la verdad.
TS: Qu quieres decir con eso de que el ncleo del ego desea la verdad? Yo crea que
mi ego deseaba cosas como la fama, el poder, el dinero, la dominacin.
Adya: Y las desea. Tambin desea todo eso, aunque en realidad sea bastante
superficial. Se trata de deseos superficiales, de voluntades superficiales. Evidentemente,
los egos desean todas esas cosas, pero si penetras con suficiente profundidad en el yo
del ego, en lo profundo de su ncleo, te encontrars con la verdad, te encontrars con el
divino. Su chispa se encuentra precisamente en el ncleo del ego.
Por eso le dedico tanto tiempo a darle espacio al ego. La gente me dir: Creo que no
deseo la verdad, quiero hacer esto o quiero tener eso. Y yo digo: Ve a por ello, hazlo.
Y no deja de sorprenderme lo que ocurre cada vez que le dices a alguien lo siguiente:
Puedes hacer lo que quieras, puedes querer lo que quieras, sigue as, a m no me
importa, a Dios no le importa, no existe nada que piense que ests equivocado; dejando
aparte el pensamiento, no hay nada en el universo que crea que ests equivocado por
querer lo que quieres, as que sigue as. A veces resulta increble ver que, cuando le das
permiso total a ciertas personas, se hace visible algo ms profundo. De repente ven esto:
Ahora que siento que realmente puedo desear cualquier cosa, creo que en realidad no
quiero lo que crea. Ahora que tengo permiso, ahora que todo est bien con el universo y
con Dios y con el gur y con el divino y con todo, ni siquiera estoy seguro de que eso
sea lo que realmente quiero. Porque muchos de estos deseos superficiales del ego
siguen ah principalmente porque creemos que no est bien. Es algo muy de
adolescente. Los adolescentes desean teirse el pelo de naranja siempre y cuando eso
espante a sus padres. Pero si sus padres no se oponen en absoluto al pelo naranja, no se
lo teirn ms de ese color, no es as? Porque no les aporta ningn misticismo, ningn
encanto especial. Sin embargo, cuando no saban que no haba problema alguno en el
hecho de teirse el pelo de naranja, eso era casi lo ms importante del mundo.
S que mi enfoque se aleja por completo del camino tpico que sigue quien quiere
aprender a ser espiritual. Mi enfoque consiste en ayudar a la gente a conectar con su
propia integridad, porque los descubrimientos espirituales slo pueden llevarse a cabo
cuando la gente est en contacto con su propia integridad. La gente no podr llegar ah
si est atascada en lo que debera hacer o dejar de hacer.
TS: Cuando la gente dice que su verdadera naturaleza es su conciencia, a veces me
suena un poco a retrica vaca, a rodeo espiritual. Aunque sepan dnde deberan llegar
iluminados tambin son muy carismticos. Pero estas imgenes realmente se ponen en
medio. El despertar no lleva implcito el hecho de volverse extraordinario. En todo caso,
lleva implcito el hecho de volverse ordinario. Tiene que ver con lo que somos
realmente.
TS: Entre otras cosas, creo que la gente piensa que el despertar es poco frecuente
porque lleva veinte o treinta aos practicando y no ha llegado a los grandes
descubrimientos que t describes, as que tienen cierto malhumor o cinismo al respecto,
y eso se une a la idea de que la iluminacin debe de ser slo para unos pocos. Si no, la
gente creera que tienen algo que no les funciona bien, o que se han equivocado, de un
modo o de otro.
Adya: S, su mente podra ir hacia ah.
TS: O tal vez crean que el camino que estn siguiendo no funciona.
Adya: Vaya!, sa es una idea mucho ms peligrosa. Evidentemente, creo que eso es
lo que contribuy a mi propio despertar. Yo no le ech la culpa al camino, sino a mi
relacin con el camino. Por eso pretendo que la gente se libere de su camino, que se
relaje, que lo cuestione, que se abra un poco. No tengas miedo a preguntar. Obsrvate y
mira lo que no haya funcionado. Y ten el coraje de cambiar, de seguir adelante cuando
algo no funcione. Observa con ojos inocentes, con ojos muy abiertos. Esa inocencia
siempre est ah. Es una especie de milagro.
Sobre el autor
Adyashanti (cuyo nombre significa paz primordial) desafa a todos los buscadores
de paz y de libertad a que consideren seriamente la posibilidad de liberarse en esta vida.
Adya empez a ensear en 1996, respondiendo a la peticin de la maestra zen con la
que llevaba estudiando catorce aos. Desde entonces, muchos buscadores espirituales
han despertado a su verdadera naturaleza en compaa de Adyashanti.
Autor de La danza del vaco, The impact of awakening y My secret is silence,
Adyashanti ofrece enseanzas espontneas y no duales, comparadas a las de los
primeros maestros zen y a las de los sabios del Vedanta Advaita. Sin embargo, Adya
dice lo siguiente: Si filtras mis palabras a travs de cualquier tradicin o "-ismo", te
perders todo lo que diga. La verdad liberadora no es esttica; est viva. No podemos
encasillarla en conceptos y no la podemos comprender con la mente. La verdad
trasciende cualquier forma de fundamentalismo conceptual. T eres lo que est ms
all: ests despierto y presente, ests aqu y ahora, ya. Yo simplemente te estoy
ayudando a hacerte consciente de ello.
Originario del norte de California, Adyashanti vive con su esposa, Annie, y ofrece sus
enseanzas en varios lugares de la baha de San Francisco, en forma de satsangs, de
intensivos de fin de semana y de retiros de silencio. Tambin se dedica a viajar para
compartir sus enseanzas por otras zonas de Estados Unidos y de Canad. Para obtener
ms informacin visita la pgina www.adyashanti.org.