Poder Judicial de la Nacin

CCCF Sala I
CFP 11352/2014/5/CA4
Sanfelice, Osvaldo s/ incidente de
incompetencia
Juzgado N 3 Secretara N 6

///////////nos Aires, 6 de octubre de 2015.

Y VISTOS Y CONSIDERANDO:
I. Llegan las presentes actuaciones a conocimiento del
Tribunal en virtud de los recursos de apelacin deducidos por los Dres. Pou
Queirolo y Cristian Colombo, en representacin del Sr. Osvaldo Sanfelice,

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por el Dr. Carlos Alberto Beraldi, por la defensa de la Sra. Romina de los
ngeles Mercado, y por el Dr. Alejo Pisani, defensor del Sr. Antonio
Ramfos, contra la decisin por la cual el entonces juez de la causa, Dr.
Claudio Bonado, rechazo el planteo de declinatoria de la competencia que
los nombrados oportunamente introdujeron y acompaaron (fs. 26/32, 37/9,
40/4 y 45/7).
Las distintas defensas, a partir de variados argumentos,
fueron coincidentes en sostener que los hechos que dan motivo a la
presente pesquisa se habran desarrollado en la localidad de El Calafate por
lo cual debera ser la justicia federal de la Provincia de Santa Cruz, y no la
de esta ciudad, la encargada de llevar a cabo la investigacin penal
respectiva.
Particularmente enunciaron las diversas circunstancias
que daban sustento a su posicin. As recordaron que los hoteles y las
dems empresas involucradas en la denuncia se localizan en la mencionada
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provincia, que tambin all viven muchas de las personas indicadas en el

sumario, y que all se habran celebrado los contratos que se cuestionan,
todo lo cual predicara que la mayora de las pruebas a reunirse en autos
debern desarrollarse en ese mbito austral justificando, a las claras, la
procedencia del planteo formulado.
II. El a quo, por su parte, enfatiz otros aspectos que
demostraban su competencia en el asunto.
El que la sociedad Hotesur S.A. investigada en autosse hubiese constituido en Buenos Aires, y que el contrato suscripto con
Valle Mitre S.R.L. tuviese el mismo escenario evidenciara que era desde
esta ciudad [que] se manejaban y dirigan ambas sociedades (fs. 29).
Por otra parte, sostuvo que el delito precedente al de
lavado de activos, que se investigara en autos, tambin le concedera
intervencin territorial pues la denuncia lo enfoca en que las empresas
de Lzaro Bez fueron adjudicatarias de un gran nmero de licitaciones de
obra pblica financiadas por el Estado Nacional (fs. 30).
Finalmente, record otras controversias de similar tenor,
suscitada en el marco de dos procesos iniciados en ciudades del sur del pas
Bariloche y Ro Gallegos- en las que se concluy que era atribucin de la
magistratura sita en esta Capital Federal a la que le corresponda el
conocimiento del caso.
III. En sus recursos de apelacin, as como en los
respectivos informes presentados ante esta Alzada en los trminos del art.
454 del C.P.P.N., las defensas indicadas al inicio de la presente
reprodujeron los argumentos que, en un principio, las movilizaron a
deducir el planteo bajo examen.

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La asistencia letrada de Antonio Ramfos, a la par de
criticar la omisin en el tratamiento de algunos puntos de su presentacin
que hacen a la posicin de su pupilo dentro del proceso, insisti en que el
domicilio de las empresas denunciadas y el lugar donde estas firmaron los
contratos con Valle Mitre, fundara la competencia de la justicia de Ro
Gallegos, y no la de esta judicatura.
El Dr. Carlos Beraldi adujo que el magistrado omiti
atender una cuestin central: cul fue el lugar de comisin del delito que se
investiga. De haber atendido a ese punto, quedara en evidencia que este
habra tenido su canalizacin en Santa Cruz, particularmente, en la
localidad de Calafate, donde se encuentra edificado el hotel que se indica
como centro de la operacin de lavado (fs. 41vta).

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Por otra parte, record que en los dos precedentes

judiciales invocados por el juez al decidir, los magistrados declinantes
omitieron una definicin sobre el punto neurlgico del asunto, y que aqu se
trae a discusin.
Finalmente, destac que fue en aquella provincia donde
se habra llevado a cabo cualquier circulacin dineraria que quepa
investigar; que all se suscribieron los dems contratos que se encuentran
cuestionados en la causa y que, casi en su totalidad, tanto las personas
fsicas como jurdicas investigadas en autos, as como los estudios
contables que operan con estas ltimas, registran su domicilio en el sur del
pas (fs. 42vta./3).
Tambin la defensa de Sanfelice hizo hincapi en que, si
es el delito de lavado de dinero aquel que da sustento a esta causa, resulta
ineludible atender al lugar en donde tuvo su desarrollo el movimiento
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econmico de Hotesur S.A., lo cual reconduce toda la investigacin hacia

la provincia de Santa Cruz.
Por ltimo, los tres recurrentes coincidieron en que, ms
all de la tesitura acerca de la definicin de la competencia en orden al
hecho delictivo a investigar, la mayor parte de las medidas probatorias
remite a aquella provincia, motivo por el cual, razones de celeridad y
economa, tambin aconsejaban el envo de las actuaciones a aquella
magistratura (fs. 61/4, 69/78 y 79/83).
La pretensa querellante, diputada Margarita Stolbizer,
tambin manifest su posicin acerca de la cuestin en examen,
compartiendo la respuesta otorgada por el juez y las razones que lo llevaron
a as decidir (fs. 65/8).
IV. El Dr. Jorge L. Ballestero dijo:
Muchas razones se han exteriorizado en el marco de la
polmica instaurada en torno a cul debe ser la magistratura encargada del
juzgamiento de los hechos denunciados por la hoy pretensa querellante. Se
habla de contratos y de licitaciones, de personas fsicas y jurdicas, de
movimientos dinerarios y registros contables que abonaran una u otra
posicin. Sin embargo, y como atinadamente han aseverado algunas de las
defensas, nada se ha dicho acerca de cul es, en definitiva, el estricto
suceso delictivo que el juez cualquiera sea ste- deber investigar.
Es cierto que en autos se cuenta con un requerimiento
fiscal que, oportunamente, ha dado impulso al proceso. No obstante,
tambin lo es el hecho de que este, pese a su extensin, por obvias
limitaciones propias de la instancia que entonces evidenciaba el sumario no
logr precisar, en definitiva, en qu consista exactamente el evento
histrico que se reputa ilcito ni su adecuada lectura jurdica. El avance de

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la causa soportara la carga de ir cubriendo esos vacos. Sin embargo, no
fue eso lo que ocurri.
En su devenir, las actuaciones terminaron por revelar un
inadecuado proceder del juez que, en su momento, dio motivo a su
apartamiento. El hecho, pues, continu sin recibir su completa definicin.
En este marco es que se inscribe la decisin que aqu se
examina y en la cual se pretende fundar una competencia sin siquiera poder
establecer el objeto que ser de su conocimiento.
Interpretaciones

mediante

parecera

haberse

consensuado, como premisa de debate, que se tratara de un supuesto de

lavado de activos. As lo expuso el fiscal, pese a confundir en su relato el
rol cumplido en los hechos por las empresas a investigar - en tanto se alude

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a Hotesur como la gerenciadora, y no la propietaria del Hotel Alto

Calafate-; as lo recogi el juez al referirse, sin mucho empeo
demostrativo, a un delito precedente supuestamente cometido en esta
ciudad y, finalmente, los recurrentes al recordar el sitio de emplazamiento
del hotel que habra dado marco al invocado delito.
Sin embargo, esas presunciones, de las que debieron
hacerse eco las defensas para el ejercicio de su ministerio, frente al modo
en que son sustentadas por el juez, no trasuntan ms que en conjeturas
incapaces de satisfacer la carga de contar con un objeto preciso y
circunstanciado sobre el cual cimentar una solucin que, justamente, tiene
como finalidad establecer a quin compete su juzgamiento. Acaso, es
posible establecer a quien corresponder el desarrollo de una investigacin
cuando a este tiempo an no se comprende con claridad qu es lo que debe
investigarse? En la medida en que ninguna certeza se tenga sobre este
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ltimo aspecto, ninguna podr tenerse acerca de aquel otro que permita a
este Tribunal dar justa conclusin a la contienda planteada.
En consecuencia, y tal como este Tribunal ha procedido
en otras ocasiones, entiendo que debe encomendarse al actual juez de la
causa la tarea de superar las deficiencias apuntadas a fin de contar con una
plataforma fctica lo suficientemente slida que permita inaugurar, con
expectativa de xito, una discusin como la aqu propuesta (ver, de esta
Sala, causa nro. 37.024, COMFER s/ recurso de queja, reg. N 1376, rta.
el 20/12/04 y causa N 45.073 Milissi, Fernanda Isabel s/ apartamiento del
rol de querellante reg. N 330, rta. el 13/4/11). A fin del cumplimiento de
dicha tarea es que hoy corresponda, por tanto, homologar el decisorio, lo
que as voto.
El Dr. Eduardo G. Farah dijo:
Si bien coincido con la solucin propuesta por mis
colegas en el Acuerdo que precedi a la redaccin de la presente, discrepo
con las razones que los conducen a decidir en tal sentido.
A diferencia de las opiniones expresadas por los
restantes miembros de la Sala, entiendo que el requerimiento de instruccin
glosado a fs. 14/9 del expediente principal satisface las exigencias que el
ordenamiento legal le impone en atencin al sitio que le fue reservado
dentro del diseo procedimental que nos rige, esto es, ni bien es recibida la
denuncia, con los datos que ella proporciona, y con carcter previo a la
actividad probatoria.
Al respecto, el fiscal ha sido decisivo al indicar que debe
investigarse la presunta contratacin falsa de plazas o habitaciones en
HOTESUR SA propietaria del hotel ALTO CALAFATE en Santa Cruz,
por reservas realizadas por empresas de Lzaro Bez, cuya ocupacin sera

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mayormente ficticia, por lo que a decir de la denuncia se tratara de un
alojamiento fantasma que us el matrimonio presidencial para hacer
negocios turbios con el empresario ms beneficiado con la obra pblica
Lzaro Bez. En este sentido se alude que HOTESUR SA que sera a su
vez gerenciador del Hotel ALTO CALAFATE, a travs de otra firma
vinculada al empresario contratista del Estado Lzaro Bez, habra recibido
en concepto de alquiler por plazas habitaciones- que casi nunca eran
ocupadas, $10,1 millones entre 2010 y 2011 -6,3 millones en 2010 y $3,7
millones en 2011, respectivamente-, en tanto una firma de Bez de nombre
VALLE MITRE SA que se habra ocupado de la administracin de los
hoteles de los Kirchner, habra as tambin alquilado ms de 1.100
habitaciones por mes, durante aos en el ALTO CALAFATE, cuando stas

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no siempre habran sido ocupadas, agregando que el rubro hotelero es uno

de los ms usados y eficaces para operaciones de blanqueo o lavado de
activos, lo que en razn de la presunta ilicitud de tales conductasimplicara la necesidad de abrir diferentes lneas de investigacin penal, as
tambin a su respecto (fs. 15/vta. de los autos principales).
A mi entender, mediante la narracin histrica
formulada, el Sr. Agente Fiscal ha delineado los contornos de un posible
acaecer ilcito lo suficientemente slido como para habilitar el desarrollo de
un proceso penal.
Al respecto, he tenido ocasin de recordar que lo nico
que se exige para iniciar una investigacin es que exista una hiptesis de
tipo criminal que no resulte inverosmil (ver de la Sala II, causa n 33.175
N.N. s/ desestimacin, reg. n 36.107 del 31/5/13). Y precis que algo
es verosmil, no por tener certeza sobre lo que enuncia sino porque tiene
apariencia de verdadero, porque es al mismo tiempo posible y congruente,
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porque respeta una serie de reglas lgicas y de la experiencia y porque tiene

un nivel aceptable de coherencia entre los diferentes elementos que lo
constituyen. Esto no implica que se trate de una situacin real o verdadera,
lo verosmil tiene siempre un carcter meramente indiciario, nunca
definitivo, a la hora de explicar una cosa (cfr. por todo mi voto en causa
CPF 777/2015/CA1, rta. el 26/3/15).
En el particular, el acusador, al recoger la informacin
volcada en la denuncia, brind los datos mnimos necesarios para instituirse
en vlido resorte de una investigacin. A esta ltima tocaba, en la lgica de
su avance, permitir el acercamiento a las pruebas indispensables que sirvan
tanto para confirmar aquella sospecha inicial, como para descartarla de
modo definitivo. He aqu, justamente, la finalidad de esta etapa
preparatoria. Su meta principal se centra en construir el objeto del proceso;
cubriendo esos espacios que, por el lugar asignado, aquella primera
requisitoria fiscal no es capaz de llenar.
Precisamente en el desarrollo de esta tarea se encontraba
el Dr. Claudio Bonado en tanto las diversas medidas probatorias que llev
a cabo desde que el Sr. Fiscal dio impulso a la investigacin tuvieron como
evidente norte aportar esa cuota de mayor precisin que el hecho demanda;
un camino que deba indagar sobre la real o ficticia ocupacin o utilizacin
de los servicios hoteleros contratados como as tambin de los pagos que
por ellos se habran realizado y el modo en que fueron contabilizados y
justificados; que deba preguntarse sobre qu obra pblica nacional le fue
adjudicada a Lzaro Bez o a empresas a l vinculadas y sobre la relacin
entre dichas adjudicaciones y aquellos contratos de hotelera; que deba
identificar a los funcionarios pblicos intervinientes en esas operaciones. Y
esa labor investigativa orientada a contestar estos interrogantes no puede

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desarrollarse en otro lugar ms que en esta ciudad, pues sera aqu dnde
en la hiptesis promovida por el Fiscal- los supuestos acuerdos espurios
habran tenido lugar y en dnde, en definitiva, habra comenzado el circuito
dinerario que recin se clausurara en Santa Cruz.
De tal modo, mediante el desarrollo de esa actividad ir
edificndose evolutivamente el objeto del proceso, radicando all la
naturaleza de la instruccin. Pues no debe olvidarse que por su esencia ella
tiende a precisar la imputacin, que durante su desenvolvimiento es
fluida y puede experimentar modificaciones y precisiones; de all que
durante este procedimiento el objeto resulta construido y es modificable,
hasta quedar fijo en la acusacin -o en su caso, cuando se la descarta- (ver
de la Sala II CCCF, causa n 33.070, reg. n 36.246 del 27/6/13 y causa n

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28836, reg. n 31.410 del 13/5/10; de la Sala IV de la CFCP, causa 3771

del 4/12/03, reg. 5390; asimismo, Maier, Julio B. J. Derecho Procesal
Penal. Tomo II. Parte General. Sujetos Procesales, Ed. del Puerto S.R.L.,
1 edicin, 1 reimpresin, Bs. As., 2004, pg. 36) (de mi voto en causa
CFP 777/2015/CA1).
Esta construccin no slo alcanza un sentido histrico
del hecho, sino tambin normativo, en la medida en que la revelacin
ntegra del evento permite identificar su lectura dentro del catlogo de
figuras delictivas.
En el caso, y en ocasin de pronunciarse en el marco de
la declinatoria de competencia planteada en la causa iniciada por propia
denuncia de Lzaro Bez, la Cmara Federal de Apelaciones de Comodoro
Rivadavia aludi a que los hechos a investigar podan remitir jurdicamente
a supuestos de negociaciones incompatibles con la funcin pblica,
cohecho u operaciones con recursos de procedencia ilcita. Incluso,
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reflexion acerca de un posible compromiso de Bez de retornar parte

de los pagos que recibi como beneficiario de la obra pblica nacional
patagnica para concluir en que aquello que reclama su investigacin es la
existencia de una organizacin criminal que en definitiva reinvierte el
producto de un delito antecedente, que tendra directa vinculacin con la
corrupcin de funcionarios de la administracin pblica nacional (FCR
7111/2013, rta. el 18/8/15 lo destacado me pertenece-).
En este sentido, en tanto, como con acierto han
destacado aquellos camaristas, en la hiptesis promovida por el fiscal el
dinero utilizado en las contrataciones cuestionadas pudo haber provenido
de las arcas pblicas nacionales, o bien haber sido una contraprestacin por
la obra pblica adjudicada y que las personas involucradas en su
disposicin podran ser funcionarios del Estado Nacional, el fuero llamado
a la investigacin de tal supuesto proceder no sea otro ms que aquel que
representa a la justicia federal con asiento en esta ciudad.
Por todo ello, y tal como seal al comienzo, coincido
con mis colegas en que corresponde homologar la resolucin venida en
examen y tambin concuerdo en que, vueltas las actuaciones, tocar al
actual juez de la causa Dr. Daniel Rafecas- avanzar en la dilucidacin de
cul de las hiptesis posibles, incluidas en el objeto del sumario, pudo
haber acontecido. Sin embargo, no considero que en el desarrollo de tal
labor se debata la correcta delimitacin de la competencia. Por el contrario,
entiendo que en el ejercicio de esa tarea simplemente se traducir el natural
progreso del sumario ya sea para comprobar la ocurrencia de los hechos
denunciados, o bien para descartar que ellos hayan acaecido.
As la magistratura asignada por ley al conocimiento del
asunto realizar los fines de la instruccin, comprobando si existe un

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hecho delictuoso mediante las diligencias conducentes al descubrimiento
de la verdad [tal cual] lo entiende la Corte Suprema de Justicia de la
Nacin, al sostener que En el procedimiento penal tiene excepcional
relevancia y debe ser siempre tutelado el inters pblico que reclama la
determinacin de la verdad en el juicio, ya que aqul no es sino el medio
para alcanzar los valores ms altos: la verdad y la justicia (Fallos
313:1305, entre muchos otros) (mi voto en causa CFP 777/2015/CA1).
Voto, en definitiva, por confirmar la decisin apelada en
cuanto afirma la competencia de la justicia federal de esta ciudad para
intervenir en la presente causa.
El Dr. Eduardo R. Freiler dijo:
Comparto la argumentacin desarrollada por el Dr.

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Jorge Ballestero, que lo llev a proponer al Acuerdo la homologacin del

auto impugnado.
Ya en el mes de febrero de este ao, al momento de
emitir mi voto en el marco del incidente de recusacin del Dr. Bonado
formado a raz de la presentacin formulada por la defensa de Romina
Mercado, expuse mi preocupacin en torno a la incertidumbre reinante en
este sumario en relacin con los lmites del objeto procesal.
En aquel momento destaqu que Si bien la denuncia
formulada por la diputada Stolbizer se dirigi, fundamentalmente, a
cuestionar el accionar de los funcionarios de la Inspeccin General de
Justicia con respecto a los alegados incumplimientos por parte de la firma
Hotesur S.A., las diligencias probatorias llevadas a cabo por el a quo en
esta encuesta evidencian que el curso que ha tomado la pesquisa es otro
(CFP 11352/2014/2/CA2, rta. 19/2/15).
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El avance de la investigacin, lejos de despejar los

interrogantes que formul en aquella ocasin, no hizo ms que concretar mi
temor, pues an se desconoce cul es el objeto de esta encuesta.
Esta Sala ha sostenido reiteradamente que el hecho no
es fijado estticamente por la acusacin en su identidad, sino que es
susceptible de modificaciones, en virtud de que el estadio embrionario en
que se confecciona el requerimiento de instruccin puede implicar un cierto
grado de indeterminacin respecto de algunos elementos de la imputacin,
los que slo se irn evidenciando con el transcurso de la correspondiente
investigacin (Roxin, Claus, Derecho Procesal Penal, ed. Del Puerto,
Buenos Aires, 2000, pg. 161) (en este sentido, ver causa n 43.956, rta.
15/4/10, reg. N 313, entre muchas otras).
Sin embargo, esa tarea de indagacin debe partir de la
base de una hiptesis determinada -en las palabras de Maier, de un
hecho hipottico de la vida humana, de un suceso histrico, de una
accin que se imputa a alguien como existente o inexistente (omisin), esto
es, como sucedida o no sucedida en el mundo real-, aunque todava
resulten desconocidas algunas de las circunstancias de modo, tiempo y
lugar (ver Maier, Julio, Derecho Procesal Penal, tomo II, Parte General,
sujetos procesales, ed. Del Puerto, Buenos Aires, 2004, pg. 23). La etapa
de instruccin tiende, precisamente, a comprobar -o descartar- la existencia
de un hecho delictuoso, y a establecer las circunstancias en que tuvo
lugar el mismo (art. 193 del C.P.P.N.).
Es decir que la investigacin que se lleva adelante
durante esta primera etapa del proceso no tiene como finalidad la
construccin del objeto procesal sino su comprobacin; ser a travs de
ella que se irn llenando los espacios vacos que existan en un principio. El

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proceso es, entonces, el camino a travs del cual, partiendo del estado de
duda reinante al inicio, se intenta arribar al estado de certeza que otorgue
fundamento a la correspondiente sentencia -ya sea condenatoria o bien
absolutoria-.
Una de las particularidades que se advierten en este
proceso, en lo concerniente a la imprecisin del objeto procesal a la que me
vengo refiriendo, es la ausencia de una hiptesis delictiva concreta. Ni en la
denuncia formulada por la diputada Stolbizer ni en el consecuente
requerimiento de instruccin elaborado por el titular de la accin pblica se
advierte cul es la circunstancia generadora de sospecha que ameritara el
inicio de una pesquisa como la que aqu se est llevando a cabo.
En la primera de dichas presentaciones, la denunciante

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afirm que existen sospechas en torno a ese hotel (el Hotel Alto
Calafate) si se trata, en realidad, de un alojamiento fantasma que us
el matrimonio presidencial para negocios turbios con el empresario ms
beneficiado con la obra pblica, Lzaro Bez, segn fuera informado por
diferentes medios. No obstante, sin explicar en qu se basa
concretamente tal sospecha, se menciona que surge de todos los
manuales y trabajos tcnicos y jurdicos que se conocen, tanto de
produccin nacional como internacional, que el rubro hotelero es uno de
los ms usados y eficaces para operaciones de blanqueo o lavado de
activos.
Dicha generalizacin no parece suficiente, por s sola,
para originar una sospecha seria, que justifique una investigacin penal.
Ms adelante, tras resear una serie de montos de dinero
que habran sido abonados en concepto de alquiler de habitaciones, se
expresa que curiosamente, esos cuartos no siempre fueron ocupados, pese
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al costo millonario que represent para la empresa de Bez. Tampoco se

expresa aqu qu es lo curioso de la operacin comercial relatada; ni
siquiera se ha alegado que los montos percibidos por la firma Hotesur
hubieran sido desmesurados con respecto a la contraprestacin pactada.
Tales

falencias

permanecen

inclumes

en

el

requerimiento de instruccin elaborado por el titular de la accin pblica,

quien inst a la investigacin de la presunta contratacin falsa de plazas o
habitaciones en Hotesur SA propietaria del hotel Alto Calafate en Santa
Cruz, por reservas realizadas cuya ocupacin sera mayormente
ficticia, sin describir cul es la razn que lleva a ese representante del
Ministerio Pblico a sospechar que la contratacin sera ficticia.
Lo expuesto hasta aqu genera el riesgo de que la
pesquisa se transforme en lo que se ha denominado una excursin de
pesca, inaceptable en un Estado de Derecho. Al respecto, he sostenido en
anteriores ocasiones que De otro modo, nos encontraramos frente a la
paradoja de que, en lugar de profundizar una investigacin a fin de
corroborar o descartar una circunstancia sospechosa que pueda presentar
relevancia jurdico penal, lo haramos por las dudas, a fin de localizar
algn elemento sospechoso (CFP 12.438/2008, rta. 17/7/14).
De modo que en esta causa, sin perjuicio del tiempo que
la investigacin ha insumido y de la extensa actividad probatoria llevada a
cabo -que incluy la produccin de varias medidas de gran injerencia en la
intimidad de las personas-, an no se vislumbra con claridad en qu
consiste el objeto procesal, es decir, cul es el hecho que, en grado de
hiptesis se ha afirmado y a cuya comprobacin debera tender la encuesta.
Las distintas figuras penales que esgrime mi colega
Eduardo Farah, referenciando el fallo emitido por la Cmara Federal de

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Comodoro Rivadavia, -negociaciones incompatibles, cohecho, lavado de
dinero- describen conductas diametralmente distintas entre s, y se apoyan
sobre la base de conductas humanas claramente diferenciables. Los verbos
tpicos que conforman el ncleo de aquellas figuras as lo demuestran: se
interesare en cualquier contrato u operacin (art. 265 del cdigo
sustantivo), recibiere dinero o cualquier otra ddiva (art. 256),
convirtiere, transfiriere, administrare o de cualquier otro modo
pusiere en circulacin en el mercado, bienes (art. 303).
En el escenario descripto, el interrogante que an
subsiste con respecto al objeto del sumario desaconseja la declinatoria de la
competencia postulada por los defensores de Sanfelice, Ramfos y Mercado,
pues al encontrarse indeterminadas an las circunstancias fcticas que lo

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constituyen, resulta imposible dilucidar su posible significacin jurdica y,

en consecuencia, establecer el juez competente para su juzgamiento.
Siguiendo esa lnea de pensamiento, expido mi voto en
el sentido de confirmar el pronunciamiento apelado, instando al juez de
grado a extremar las medidas necesarias para subsanar la situacin de
incertidumbre a la que me he referido ms arriba, delimitando debidamente
la plataforma fctica de esta encuesta.
En virtud del Acuerdo que antecede, este TRIBUNAL
RESUELVE:
- CONFIRMAR la decisin obrante a fs. 26/32, en
tanto rechaza el planteo de declinatoria de la competencia en razn del
territorio, debiendo el a quo proceder conforme se indica en los
considerandos.
Regstrese, notifquese conforme lo dispuesto por las
Acordadas 31/11 y 38/13 de la C.S.J.N., hgase saber a la Direccin de
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Comunicacin Pblica (Acordada 15/13 de la C.S.J.N. y 54/13 de esta

Cmara), y devulvase a la anterior instancia.
Sirva la presente de atenta nota de envo.
Fdo. JORGE L. BALLESTERO EDUARDO G. FARAH (por su voto)
EDUARDO R. FREILER (por su voto)
Ante m: IVANA S. QUINTEROS (secretaria de Cmara)