Jessop-Crisis Del Estado de Bienestar
Jessop-Crisis Del Estado de Bienestar
Jessop-Crisis Del Estado de Bienestar
Bob Jessop
Compiladores
Alberto Supelano Sarmiento
Jorge Ivn Bula
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C-04ltl43
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Jessop, Bob
Crisis del Estado de Bienestar: hacia una nueva teora del Estado y sus consecuencias
sociales/Bob Jessop; traductor Alberto Supelano Sarmiento; compiladores Alberto
Supelano Sarmiento y Jorge lvn Bula. - Santa Fe de Bogot: Siglo del Hombre Editores,
Universidad Nacional de Colombia, 1999.
214 pp; 21 cm. - (Biblioteca Universitaria. Ciencias Sociales y Humanidades. Economa Poltica)
ISBN 958-665-022-7
1. Teora del Estado 2. Economa Poltica l. Supelano, Alberto, tr. 11. Bula,
Jorge lvn, comp. 111. Tt. IV. Serie
320.1cd19 ed.
AGJ0017
CEP-Biblioteca Luis ngel Arango
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el permiso previo por escrito de la editorial.
NDICE
Prlogo .................................................................... 9
FORDISMO Y POSTFORDISMO:
UNA REFORMULACIN CRTICA
Los cuatro niveles del fordismo ..............................
Estructura y estrategia en el anlisis del fordismo
Problemas del concepto de fordismo .......................
La transicin al postfordismo .................................
Problemas del postfordismo ....................................
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40
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DESARROLLOS RECIENTES
EN LA TEORA DEL ESTADO
Enfoques, problemas y agendas
El legado marxista . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
La segunda oleada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Dos nuevas direcciones de investigacin . . . . . . . . . . . . . .
Una agenda posible? ..........................................
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JF
Esta crisis del Estado-nacin o, ms precisamente, del Estado como instrumento de regulacin social no ha tocado fondo y quizs es una simple ilusin; en este caso, habra, ms
bien, una redefinicin de la forma del Estado, de lo que Jessop
llama la forma-Estado cuando trata de explicar el proceso
mediante el que "la forma problematiza la funcin". Es decir,
el proceso de reconfiguracin del Estado y de su relacin con
una serie de funciones distintas de las que tradicionalmente
se le atribuyeron durante el perodo de la hegemona keynesiana
propia del rgimen de acumulacin fordista.
La discusin de este tema es an ms relevante por cuanto las agencias multilaterales parecen haber dado un giro de
180 grados: se les haba visto (o percibido) defender al mercado como el mecanismo de regulacin, por excelencia, de
los intercambios econmicos entre los agentes, pero adems
como forma de regulacin social en general; alentaban un
Estado relegado a las simples funciones de lo que Gramsci
llamaba el "Estado gendarme", dedicado en lo fundamental a
las labores de justicia y orden, y a las de garantizar un entorno sano para el funcionamiento de los mecanismos de mercaqo; es decir, lo que durante las dos ltimas dcadas muchos denominaron el "Estado minimalista". Hoy se encuentra que, en su ltimo informe, el de 1997, el Banco Mundial
reclama y casi reivindica la importancia del Estado como mecanismo de regulacin econmica y social, sin duda bajo una
fuerte y coherente articulacin con el mercado.
Giro, por dems, paradjico, pues la nueva aproximacin
de esta agencia deja sin piso las crticas y los supuestos
enfoques alternativos que suscitaron las medidas promovidas por ella y por el Fondo Monetario Internacional en las
polticas econmicas adoptadas, en particular, por los pases en desarrollo.
En efecto, la nueva agenda involucra problemas como la
democratizacin del Estado a travs de mecanismos de participacin democrtica y de transparencia 1 , la participacin
de organizaciones no gubernamentales, la cooperacin internacional y un aspecto de la mayor relevancia, esto es, el
11
Los
En "Fordismo y postfordismo: una reformulacin crtica", Jessop trata de hacer una construccin ideal-tpica, a
la manera weberiana, de los elementos caractersticos de
cada uno de estos modelos de acumulacin; para ello identifica cuatro niveles de anlisis: el proceso de trabajo, el
rgimen de acumulacin, el modo de regulacin y lo que se
podra denominar el "modo de societalizacin".
Para elaborar esa construccin ideal, Jessop analiza los
elementos de la produccin capitalista ligados a la forma
valor (la forma moneda y la forma salario) y los elementos
relacionados con las f armas distintas del valor (los aspectos
institucionales) que acompaan a las modificaciones de los
primeros y que les son consustanciales. El profesor Jessop
no se limita a construir un tipo ideal de cada una de estas
formas de acumulacin del capital; tambin intenta entenderlos como momentos estructurales y estratgicos del proceso de acumulacin y, adems, problematiza cada uno de
los niveles de anlisis desde los que. aborda la construccin
de cada modelo, contrastndolos con la forma que estos tipos ideales revisten en los procesos histricos reales.
Aunque el autor no logra definir precisa y totalmente las
caractersticas del postfordismo (y tampoco las del fordismo),
tiene el gran mrito de organizar la discusin en torno de
los elementos esenciales que permiten identificar los aspectos novedosos que surgen despus de la crisis del Estado de
Bienestar.
En su artculo "Hacia un Estado de trabajo schumpeterjano? Observaciones preliminares sobre la economa poltica postfordista", la reflexin es ms depurada y madura;
su esfuerzo se dirige a establecer las diferencias entre el
Estado de Bienestar que caracteriz al modo social de regulacin del rgimen fordista de acumulacin y lo que podra
llegar a ser la nueva forma de regulacin social del rgimen
postfordista de acumulacin, a la que define como un "Estado de Trabajo Schumpeteriano".
Al categorizar de esa manera el tipo de Estado que puede
emerger como forma de regulacin, Jessop busca responder una pregunta: cul sera el mejor marco de regulacin
para una forma de acumulacin basada en los procesos de
flexibilizacin que hoy se consideran caractersticos de la
acumulacin postfordista? Para responderla, el autor desarrolla una elaboracin terica que parte de cuatro presupuestos bsicos:
14
Vase, Bob JESSOP, "Teoras recientes sobre el Estado capitalista", en: Mauricio
comp., La crtica marxista del Estado capitalista: del Estado-instrumento a laforma-Estado. Bogot, CINEP, 1980, y Bob JESSOP, State Theory. Putting
the Capitalist State in its Place. Cambridge, Polity Press, 1990.
ARCHILA,
15
global, y que las ciudades hacen lecturas de s mismas tratando de encontrar su posicin dentro de esa dinmica. Tambin muestra cmo se articulan las estrategias y los discursos en ese proceso, particularmente en el mbito econmico, y argumenta que las narrativas acerca de la ciudad empresarial estn ligadas a las nuevas formas de regulacin y
a los mecanismos de gobernabilidad y govemance en cuanto formas de imaginar el nuevo ordenamiento econmico.
Aqu es posible observar de nuevo las presiones que se ejercen sobre el Estado desde la internacionalizacin y desde la
localizacin, dos procesos que el autor intenta sintetizar con
un nuevo trmino: la interlocalizacin.
Los trabajos del profesor Bob Jessop que conforman este
libro son un aporte importante para la comprensin de la
perspectiva regulacionista de la que l es un reconocido exponente. Y en nuestro medio son de gran inters, puesto
que, con muy contadas excepciones, esta perspectiva ha sido
poco desarrollada para analizar nuestra propia realidad.
Adems, constituyen una contribucin invaluable para abordar los problemas institucionales y, en consecuencia, para
construir un pensamiento institucionalista alternativo al
institucionalismo neoclsico que viene ganando espacio en
nuestros crculos acadmicos e intelectuales. La perspectiva regulacionista involucra rupturas importantes frente a
la corriente principal, propone elementos significativos para
entender las recientes transformaciones a escala mundial y
ofrece herramientas de anlisis que son ms adecuadas para
captar la complejidad de nuestra realidad contempornea.
IvN BULA
Profesor Asistente
Facultad de Ciencias Econmicas
Universidad Nacional de Colombia
JORGE
17
FORDISMOYPOSTFO
UNA REFORMULACIN C
Los
1 Este artculo se benefici de las discusiones con Sirnon Bromley, Sirnon Clarke,
Benjamn Coriat, Richard Hyman, Klaus Nielsen, Ove Kai Pedersen y Dick Walker.
Las lecturas en las que est basado se realizaron casi en su totalidad cuando el autor
tera una beca de investigacin personal del ESCR; el artculo se tennin en el Center
for Organization and Management (cos) de Copenhague con apoyo del Danish Social
Science Research Council. El autor agradece a las tres entidades por su apoyo.
19
20
El fordismo hoy parece ser muy rgido debido a que su crisis general ha
erosionado estas fuentes micro y macroeconmicas de flexibilidad. Entre las
fuentes micro se encuentran los despidos, el trabajo a destajo (short time
working) y las horas extras, el out-sourcing, las variaciones en el nivel de
inventarios, la conmutacin entre mercados domstico y externo; las fuentes
macro ms importantes son las polticas contracclicas de manejo de la demanda y los efectos estabilizadores de los gastos en bienestar.
La composicin tcnica del capital se refiere a la relacin entre capital fijo y
capital circulante; ms especficamente a la relacin entre medios de produccin, insumos materiales, productos en proceso y fuerza de trabajo.
21
Para que se presente este modo de crecimiento no es necesario que en toda empresa o rama de la produccin deban
predominar las tcnicas fordistas, siempre que los sectores
lderes sean fordistas. En efecto, para que la produccin
encuentre un mercado masivo debe ajustarse el crecimiento de la produccin de otros tipos de bienes (acero, petrleo,
ferrocarriles, vivienda familiar y electricidad) y servicios
(como la venta al detal, el crdito de consumo y el mantenimiento de los bienes durables). As, algunos autores hablan del predominio de un "complejo auto-industrial" para
indicar que otros sectores de la produccin complementan
la produccin en serie del sector de automotores [PREZ,
1983, 369]. Sin embargo, pese a esos refinamientos, el trabajo sobre el rgimen de acumulacin fordista est firmemente enraizado en el anlisis econmico. Para considerar
sus bases institucionales y organizacionales debemos pasar a un tercer nivel analtico.
3. El fordismo tambin se puede entender como un modo de
regulacin, es decir, como un conjunto de normas, instituciones, formas de organizacin, redes sociales y pautas de
conducta que sostienen y "guan" el rgimen de acumulacin fordista y promueven la compatibilidad entre las decisiones descentralizadas de los agentes econmicos a pesar
del carcter conflictivo de las relaciones sociales capitalistas [LIPIETZ, 1985, 121]. El fordismo puede especificarse
mediante las formas que asumen los diferentes momentos
del circuito del capital, mediante los medios con que se producen estas formas y mediante su articulacin con las dems. Se pueden examinar, entonces, los rasgos caractersticos de la relacin salarial fordista (el perfil de calificacin
del trabajador colectivo, la organizacin de los mercados de
trabajo y el carcter de la negociacin salarial, la naturaleza de la forma salario y el equilibrio entre reproduccin privada y colectiva de la fuerza de trabajo); la empresa fordista
(su organizacin interna, la fuente de beneficios de la empresa, las formas de competencia y otros vnculos entre
empresas, as como los vnculos con el capital bancario); y
los vnculos entre el circuito de capital y el Estado (las formas de la intervencin estatal en diferentes momentos del
circuito del capital). Este tercer nivel de anlisis implica un
anlisis meso-econmico institucionalmente orientado del
circuito del capital que establece un vnculo de rango medio
entre el proceso de trabajo y las caractersticas bsicas de
22
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la reproduccin macroeconmica y que debe ser definido cuidadosamente para cada momento del fordismo:
a) La relacin salarial gira alrededor del papel fundamental
del trabajo semicalificado en grandes plantas o establecimientos5; la administracin reconoce la validez de los sindicatos para la negociacin salarial, y los sindicatos, a su vez,
conceden a la administracin el derecho de controlar el proceso de trabajo y la estrategia corporativa; los salarios se
indexan con el crecimiento de la productividad y de los precios y se vuelven rgidos a la baja pese a las fluctuaciones
en la demanda de trabajo; se difunden la negociacin colectiva y la legislacin sobre salario mnimo, lo cual aumenta
los salarios de los empleados en los sectores no fordistas y,
por tanto, mantiene las proporcionalidades y la demanda; y
los beneficios indexados del bienestar, financiados con impuestos progresivos, extienden las normas de consumo
masivo a los econmicamente inactivos. Incluso en un rgimen fordista ampliamente autocntrico, este patrn es compatible con mercados de trabajo duales y/ o empresas o sectores no sindicalizados, siempre que haya una demanda
social global adecuada para los bienes producidos en serie.
b) La empresa fordista tpica ideal es un gran establecimiento
donde la propiedad y el control estn separados. Tiene una
organizacin caracterstica -divisiones mltiples, descentralizadas y orientadas al mercado - , supervisada por una
junta central que tiene a su carg~ la planeacin de alto nivel. Este esquema se inici en la General Motors y se convirti en la norma para otras grandes empresas industriales
de los Estados Unidos en los aos veinte y treinta. Por otra
parte, la produccin en serie a menudo estuvo asociada a
trusts y carteles. La principal fuente de beneficios de la empresa en el fordismo es la plusvala relativa, basada en mejoras continuas de la productividad y economas de escala.
Las firmas que estn a la vanguardia del proceso fordista y
de la innovacin de productos tambin pueden obtener "rentas tecnolgicas". En ambos casos, la principal forma de
competencia capitalista es monopolista ms que liberal. En
vez de participar en un sistema de precios flexibles, donde
23
los precios varan con la demanda, las firmas estn comprometidas en una fijacin de precios basada en un margen sobre costos, en un comportamiento de liderazgo de precios y
en la competencia a travs de la publicidad.
c) La moneda tiene un carcter fiduciario y nacional y no
el de un dinero-mercanca internacional; el crdito privado es proporcionado por un sistema bancario organizado
jerrquicamente y supervisado por un banco central; el
crdito de consumo es un factor importante en la capacidad de las familias para comprar vivienda y artculos de
consumo durables y, por tanto, para sostener la demanda;
y las polticas de crdito del Estado tienen metas de demanda agregada y pleno empleo.
d) El capital comercial juega un papel clave en el establecimiento de los vnculos entre los productores en serie y la
demanda masiva a travs de la publicidad masiva, la venta al
detal masiva (minoristas de mltiples ramas, supermercados, ventas por correo), el crdito masivo (contratos salariales, compra a plazos, financiacin hipotecaria), la investigacin del consumidor, etc. Los medios de comunicacin masiva desempean un papel esencial en la difusin de las normas de consumo masivo [BENIGER, 1986]. El mercadeo tambin necesita realimentarse con el diseo (aun a expensas de
una bsqueda estricta de la lgica de la produccin en serie
mecanizada) para estimular la diferenciacin marginal del
producto, los cambios de estilo anuales, etc. El diseo se convierte, entonces, en un factor esencial para vincular la produccin en serie con el consumo masivo [SPARKE, 1986, XXI].
e) El Estado fordista es un Estado de Bienestar Keynesiano
que cumple dos funciones bsicas en la promocin del crculo virtuoso del fordismo. Maneja la demanda agregada de tal
modo que las inversiones intensivas en capital -relativamente
rgidas- de las empresas fordistas funcionan cerca de la plena
capacidad productiva, y las empresas tienen suficiente confianza para emprender actividades extensas y costosas de
investigacin y desarrollo, as como la capacidad de hacer
enormes inversiones de capital posteriores involucradas en
la produccin en serie compleja6 ; y generaliza las normas de
consumo masivo, de modo que la mayora de los ciudadanos
24
Galbraith analiza este hecho en The New Industrial State [ 1967], obra que
anticip muchos de los estudios posteriores sobre el rgimen fordista.
pueden participar en la prosperidad generada por las economas de escala crecientes. All donde la ltima funcin
slo involucra una provisin limitada del Estado para el
consumo colectivo, el Estado debe asegurar niveles de demanda adecuados a travs de la transferencia de ingresos. Es probable que la intervencin sea ms intensa cuando el fordismo alcanza el predominio y en sus aos de
decadencia.
El anlisis del modo de regulacin se ocupa de la economa en su sentido integral, es decir, del contexto social donde
ocurre la reproduccin econmica ampliada7 . Este anlisis
identifica las condiciones institucionales y organizacionales
que aseguran el fordismo como rgimen de acumulacin nacional y es especialmente til para definir las peculiaridades
de diferentes regmenes fordistas; pero dicho anlisis no debe
divorciarse del trabajo sobre la dinmica ms general del capitalismo, puesto que esta ltima define las tendencias y
contratendencias bsicas, las contradicciones estructurales,
los dilemas estratgicos y las restricciones globales que inevitablemente dan forma a los regmenes de regulacin, dificultades que encuentran una solucin provisional, parcial e
inestable en estos ltimos, y su presencia continua y desigual desarrollo erosionan eventualmente cualquier solucin
institucional y organizacional dada. En suma, aunque este
nivel es caracterstico del fordism-0 en tanto rgimen de acumulacin, no puede entenderse adecuadamente sin considerar la forma en que los modos de regulacin modifican y sin
embargo permanecen sujetos a las leyes generales de la acumulacin de capital.
Otros analistas consideran el fordismo en trminos de su
impacto social global; van ms all de su base micro-econmica, de sus precondiciones institucionales a nivel
mesoeconmico y de sus efeGtos macroeconmicos para examinar sus repercu"siop.es generales sobre otros rdenes
institucionales (como el sistema poltico o la vida cultural) y
otros ejes de la organizacin social (como sus patrones espaciales). Esas preocupaciones incluyen no slo el impacto
7
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Junto cyios diferentes niveles del fordismo tambin podemos distinguir sus momentos estructurales y estratgicos.
Los primeros se refieren a la organizacin real del nivel en
cuestin; los ltimos a las perspectivas y discursos estratgicos que predominan realmente en ese nivel. La estructura
es el legado de un proceso histrico complejo y a menudo
incorpora importantes contradicciones estructurales; la estrategia puede ser de corto plazo o efmera e incluye objetivos y medios irracionales. En realidad, las estructuras rara
vez tienen una relacin simple e inequvoca con una estrategia nica y a menudo prueban ser recalcitrantes, en el
corto plazo, a los intentos de recomponerlas. A la inversa,
aunque las estrategias tengan un carcter orgnico y de largo
plazo, puede ser que an no estn incorporadas institucionalmente en estructuras ni constituyan "nuevos mundos
de trabajo" en la conciencia prctica8 . Las nuevas concepciones del trabajo surgen usualmente antes de su tiempo y
se vuelven hegemnicas y se incorporan en las prcticas de
sentido comn slo a travs de prcticas histricas complejas. Eso mismo ocurre con los regmenes de acumulacin y
los modos de regulacin. Adems, por supuesto, muchas
estrategias son "irracionales", arbitrarias y voluntaristas,
de modo que tarde o temprano fracasan si no se modifican9
Esto sugiere que debemos establecer si la era fordista implic realmente el predominio de estructuras fordistas o si estuvo marcada por la hegemona o el predominio de estrategias fordistas que prestaron coherencia y direccin a lo que
de otro modo habran sido, ms bien, cambios econmicos,
polticos y sociales apenas iniciados y desconectados. Es
esencial pero difcil separar el mito fordista de la realidad
fordista?
En efecto, el hecho de que los conceptos fordistas fueran a
menudo hegemnicos aunque la organizacin y la dinmica
de las economas nacionales fueran frecuentemente menos claramente fordistas es problemtico. La historia de muchas economas nacionales antes y despus de la Segunda Guerra
8
9
Ver ELAM y BoRJESON [ 1990] para un anlisis de la forma en que los discursos
y estrategias "reformulan" el mundo del trabajo en Suecia.
Para buenos estudios ilustrativos de estos puntos, ver ELAM y BoRJESON [ 1989],
JENSON [ 1990], KR!STENSEN [ 1990] y WILLIAMS, HAsLAM, W ARDLOW y WILLIAMS [ 1986 ].
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El proceso de trabajo
La difusin del fordismo a la Henry Ford fue en realidad
bastante limitada y nunca se complet del todo en las plantas norteamericanas de Ford, para no mencionar las de
Europa. De hecho, hay dos crticas muy comunes: 1) Slo
una pequea parte de la produccin manufacturera se produce en condiciones fordistas; 2) Slo una pequea proporcin de la fuerza se emplea en la manufactura fordista.
Ambas son vlidas, incluso para los aos dorados del fordismo,
y reflejan, en parte, lmites operacionales fundamentales de
las tcnicas de lnea de ensamblaje en el caso de los proce10 Richard Hyman me coment esta preocupacin que discuto ms adelante.
11 .Ya existen muchas otras crticas a este concepto pero son muy pocas las que
primero establecen las distinciones necesarias entre los niveles posibles del
fordismo y entre sus aspectos estructurales y estratgicos. Para algunas crticas representativas desde perspectivas diferentes, ver FOSTER [1988], HIRST y
ZEITLIN [1990], SAYER [1989] y WILLIAMS et al. [1987].
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!acin de capital. Tambin se necesita un conjunto ms complejo de distinciones que no residualice todo el conjunto de
relaciones del proceso de trabajo sino apenas un pequeo
subconjunto. Incluso la dicotoma entre "produccin flexible"
y "produccin en serie", con sus dos trminos positivos, no es
mucho mejor. Una tipologa multivalorativa ofrecera mltiples descripciones y explicaciones.
Rgimen de acumulacin
33
serie y consumo masivo dentro de las economas nacionales, sino que se puede lograr all donde el dinamismo de
una economa nacional tenga los rasgos siguientes: debe
basarse en la acumulacin intensiva en uno o ms sectores
lderes, en un aumento de la productividad debido a economas de escala u otras fuentes de plusvala relativa, en un
aumento de los salarios indexado con los aumentos de productividad o rentabilidad, en un crecimiento correspondiente
del consumo masivo, en la rpida expansin domstica de
bienes de consumo masivo y I o de los diversos bienes o servicios necesarios para disfrutarlos y, para cerrar el circuito, en unos ingresos por exportaciones suficientes para
financiar la importacin de bienes de consumo masivo y
otros insumos necesarios para mantener el crculo virtuoso en operacin. Por tanto, una economa nacional
dada no necesita producir por s misma complejos bienes de consumo durable masivos en la medida en que
genere los ingresos por exportaciones suficientes para
financiar su importacin y tenga un modo de regulacin
que generalice las normas de consumo masivo y la demanda efectiva. Aun as, la dinmica econmica global
podra diferir de la de otros tipos de regmenes, por ejemplo, de aquellos regmenes basados en la acumulacin
extensiva y la regulacin de la competencia o en la acumulacin intensiva sin consumo masivo, puesto que el
consumo masivo sigue requiriendo una infraestructura
de apoyo y sectores de servicios complementarios y esto
puede modificar los patrones sectoriales y de ocupacin.
Esta forma de analizar los regmenes de acumulacin
fordistas implica algunas maniobras tericas complejas con
implicaciones algo ambivalentes para la utilidad del fordismo
como concepto. En trminos positivos, descarta el anlisis
de las economas nacionales o regionales en aislamiento y
pone en el centro las complementariedades entre los diferentes regmenes de acumulacin nacionales, lo cual impide suponer que el fordismo surgi a travs de la simple difusin del modelo de los Estados Unidos y exige dar mayor
atencin a sus diferentes modos de regulacin. Tambin
destaca la necesidad de examinar la forma en que los regmenes internacionales (o modos de regulacin internacional) sirvieron para bloquear la explotacin ulterior de las
periferias dependientes y estimular el comercio entre las
economas metropolitanas. En trminos negativos, nos lle34
35
18 Pueden hallarse algunos paralelos entre el New Deal de los Estados Unidos y
el Nuevo Orden Nazi como formas de Estado de Bienestar Internacional: donde el Volksempfaenger (radio), la Volkswagen y el Autobahn desempeaban
funciones equivalentes a las de los bienes de consumo durable de las familias,
del modelo Ty de las autopistas de los Estados Unidos [RooBEEK, 1987, 134].
36
Modo de regulacin
37
Modo de societalizacin
39
20 Este argumento fue planteado por Haug [1986], quien seala que parte de la
teorizacin postfordista tambin se refiere a las continuidades, al reforzamiento
de tendencias y as sucesivamente; haciendo ambiguo lo que se incluye dentro
del concepto de postfordismo.
40
postfordismo sera la de mostrar por qu ste surgi despus de la era fordista. De otro modo deberamos hablar de
una variante de no fordismo 21
Si el prefijo contiene un significado real en vez de servir
slo como un indicador cronolgico afn al uso francs del
"aprsfordisme" (literalmente, "despus del fordismo"), deben aducirse argumentos adicionales. Puede razonarse a lo
largo de una o de las dos lneas siguientes: mostrar que el
postfordismo surgi de tendencias originadas dentro del
fordismo pero que establece una ruptura con ste; y/ o mostrar que el conjunto de elementos viejos y nuevos del
postfordismo resuelve o desplaza una o ms de las contradicciones y crisis que debilitaron decisivamente al
fordismo 22 Si se dice que el postfordismo surgi del
fordismo, tambin deben demostrarse las principales
discontinuidades: de otro modo sera mejor hablar de alto
fordismo, fordismo tardo o neofordismo 23 . Alternativamente, se puede justificar el concepto mostrando que el
postfordismo resuelve o desplaza las contradicciones y
tendencias a la crisis caractersticas del fordismo. Esto
no implica que el postfordismo carezca de sus propias
contradicciones y tendencias a la crisis. stas pueden
darse por sentadas; pero la partcula "post" an tendra
sentido si este nuevo rgimen superara de algn modo (o
se sostuviera que puede hacerlo) los problemas tpicos
de la era fordista 24
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nacionales, pues la produccin flexible parece estar evitando los viejos centros de produccin fordistas y se localiza
usualmente en las extensiones suburbanas de las reas
metropolitanas fordistas, en reas internas relativamente
no industrializadas y, al menos en los servicios, en los distritos comerciales centrales [STORPER y Scorr, 1988]. Estos
nuevos lugares de produccin son rearticulados dentro del
circuito global del capital y slo sus nodos centrales (el medio primario de la innovacin) pueden funcionar como polos integrados, aglomerados y autogeneradores de crecimiento; otros lugares se volvern cada vez ms fragmentados y
se estn localizando en puntos ms bajos de la jerarqua
global [AMIN y RoBINS, 1990].
PROBLEMAS DEL POSTFORDISMO
Existe el riesgo de que la construccin de un modelo o paradigma del postfordismo estimule el nlisis teleolgico y/ o
funcionalista. En el peor de los casos, esto implica suponer
que est en marcha una transicin inevitable y predeterminada del fordismo hacia el postfordismo, impulsada por la
lgica cambiante de las fuerzas productivas y de las presiones competitivas impuestas por las fuerzas capitalistas ms
fuertes. Aqu, las falacias tericas son bien conocidas puesto que existe un amplio margen para que las fuerzas sociales resistan y modelen las innovaciones tcnicas y sociales.
Aunque evitemos la teleologa, nos podemos enedar en el
funcionalismo. Aqu el riesgo es que, habiendo construido
un paradigma del postfordismo, luego consideremos todas
las cosas en trminos de su papel para hacer avanzar (o
bloquear) la transicin al postfordismo. Pero, si an no podemos decir cul ser la forma final de un proceso de traba jo, un rgimen de acumulacin o un modo de regulacin
postfordistas, es temerario y falaz sostener que ciertas estructuras o estrategias especficas resultan ser funcionales
o disfuncionales para la transicin. Esto ayuda a explicar la
asimetra fundamental entre los conceptos de fordismo y
postfordismo.
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50
El rgimen de acumulacin
An es demasiado pronto para definir el rgimen de acumulacin en unos trminos que sean puramente abstractos. Esto
es especialmente cierto dados los cambios complejos y an
inciertos que han ocurrido en Europa del Este y la Unin
Sovitica as como el continuo desarrollo de la Comunidad
Europea y sus asociados. En relacin con los rpidos cambios que se han presentado bajo la gida de las empresas
transnacionales, ellos hacen prever fcilmente que no habr
un retorno al statu qua ante-fordista y hacen difcil de prever
las formas precisas de cualquier rgimen nuevo.
Modo de regulacin
Puesto que los objetos y los modos de regulacin se relacionan mutuamente, sera aventurado prever las principales
lneas de cualquiera de los modos futuros de regulacin
postfordistas. Los objetos de regulacin no se constituyen
completamente antes de las luchas en torno de su regulacin sino que se constituyen parcialmente en y a travs de
esas luchas [JEssoP, 1990a]. Los descubrimientos de oportunidades y la experimentacin por ensayo y error tambin
desempean un papel importante en la consolidacin de los
modos de regulacin. Dada la incertidumbre acerca de los
elementos de los regmenes de acumulacin postfordistas,
su articulacin dentro de momentos duraderos de un modo
de regulacin postfordista estable es doblemente incierta.
Esto explica los conflictos sobre algunos aspectos claves del
postfordismo: la flexibilizacin de la relacin salarial; el significado, alcance e importancia de la especializacin flexible; la naturaleza y el significado de los distritos industriales; y la relevancia de las empresas .fl.exibles pequeas en
muchas reas de produccin que an son cruciales. Tambin se debate mucho acerca de si el sistema monetario internacional se ha vuelto demasiado flexible para su propia
conveniencia, para no mencionar la del capital productivo.
Las estrategias de nichos de mercado a menudo terminan
sepultando a sus protagonistas. Y, aunque parece haber un
"vaciamiento" de los Estados-naciones a medida que las funciones se transfieren hacia arriba -a cuerpos supra o
transnacionales- y hacia abajo -a nuevas formas de Estado local o regional - , las formas del Estado y la intervencin
51
Periodizacin
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1
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COMENTARIOS FINALES
53
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54
BIBLIOGRAFA
1984.
AMIN, A. y K. RoBINS, "Not Marshallian Times" (University of
Newcastle upon Tyne-Centre for Urban and Regional
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58
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62
..
Se acepta ampliamente que los regmenes de Estado de Bienestar keynesianos que surgieron durante el largo auge de la
postguerra se encuentran en estado terminal; pero hay
mucho menos consenso acerca de cul ser el sucesor de
esos regmenes. Aunque este tema es demasiado extenso
para cubrirlo en detalle, quiero presentar tres afirmaciones
generales y algo especulativas sobre los cambios actuales.
1. Se est produciendo un cambio tendencia! desde el Estado de Bienestar Keynesiano (all donde ste se estableci)
hacia un Estado de Trabajo Schumpeteriano; 2. Los Estados nacionales de las economas capitalistas avanzadas estn sometidos a un triple y desigual proceso de "vaciamiento" (uneven three-way "hollowing-out"); 3. Esas dos tendencias estn asociadas a la transicin, en las economas occidentales, del fordismo al postfordismo. Aunque claramente
ligadas a la misma dinmica econmica global propuesta en
*
Tomado de "Towards a Schumpeterian Workfare State?", publicado en la revista Studies in Political Economy (40, primavera de 1993 ). sta es una versin
revisada y abreviada de un artculo presentado en la Octava Conferencia de
Europestas (Chicago, 26-28 de marzo de 1992). El autor agradece los comentarios de Bill Carroll, Des King, Coln Hay, Jane Jenson, Rianne Mahon, Klaus
Nielsen, Leo Panitch, Sum Ngai-Ling y David Wolfe. Con la condensacin del
artculo se eliminaron muchas referencias y ejemplos ilustrativos (nota del
traductor).
63
1 Aqu se hace referencia al anlisis gramsciano de "lo stato integrale" (el Estado en
su sentido incluyente) en trminos de "sociedad poltica+ sociedad civil" [GRAMscr,
1971]. En JESSoP [en prensa] se compara la teora del Estado de Gramsci con el
enfoque de "economa integral" implcito en la teora de la regulacin.
2 Las formas, funciones y actividades del Estado no pueden reducirse al papel
de regular la economa en su sentido inclusivo. Si se considera al Estado
desde un punto de vista de economa integral, su explicacin es necesariamente parcial, igual que un enfoque poltico integral de la economa produce
una explicacin parcial de esta ltima. En el caso de Gramsci, por ejemplo,
sta se limita a asegurar el ncleo econmico decisivo de un bloque histrico
(para comentarios adicionales, ver JESSOP, 1992a).
64
65
\
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-- -
En cada uno de los centros de la trada de regiones conformada por Norteamrica, la Comunidad Europea y Asia del
Este, el Estado nacional est sujeto a diversos cambios que
llevan a su "vaciamiento". Esto no significa que el Estado
nacional haya perdido toda importancia. Lejos de ello, sigue
siendo esencial como lugar institucional y entramado
discursivo para las luchas polticas; incluso an mantiene
buena parte de su soberana, aunque principalmente como
ficcin jurdica que se reproduce mediante el reconocimiento mutuo en la comunidad poltica internacional. Al mismo
tiempo, su capacidad para ejercer el poder aun dentro de
66
sus fronteras nacionales se est volviendo cada vez ms limitada debido a un triple y complejo desplazamiento de los
poderes -hacia arriba, hacia abajo y, en alguna medida,
hacia afuera - : algunas capacidades del Estado son transferidas a cuerpos pan-regionales, plurinacionales o internacionales; otras son devueltas a los niveles regionales o
locales dentro del Estado nacional; y otras son asumidas
por redes horizontales de poder emergentes -regionales o
locales- que pasan por alto a los Estados centrales y unen
regiones o localidades de diversas sociedades. Estos cambios tambin estn asociados al desvanecimiento de las fronteras del Estado y a su creciente compromiso en estrategias
de orientacin social descentralizada antes que en la coordinacin centralizada de carcter imperativo. Adems, aunque estos cambios surgen a veces como productos coyunturales de crisis administrativas de corto plazo o de la variacin de estrategias, tambin responden a cambios estructurales de largo plazo en la economa global. Aqu no slo
est en juego una serie de cambios formales o tcticos sino
tambin la rearticulacin prctica de las capacidades polticas, pues la prdida tendencia! de la autonoma del Estado
nacional crea la necesidad de coordinacin supranacional y
el espacio para el resurgimiento subnacional. Obviamente,
la combinacin precisa de las tres principales farmas de "vaciamiento" vara con el rgimen econmico y poltico existente, las restricciones estructurales que enfrenta y el cambiante equilibrio de fuerzas.
68
resolver las principales tendencias a la crisis del fordismo atlntico y/ o de sus regrmenes de EBK asociados, haciendo posible una nueva oleada de acumulacin; b) Demostrando que
los rasgos distintivos del cambiante ETS corresponden en aspectos cruciales al emergente crecimiento dinmico de la nueva economa global y contribuyen significativamente a la
modelacin global de esta dinmica, considerada desde un
punto de vista integral; y c) Demostrando que los espacios
econmicos ms competitivos en este orden emergente realmente han liderado esta forma de Estado y, por tanto, han
ganado un estatus paradigmtico y ejemplar para reestructurar los esfuerzos en otras partes. Estas tres lneas de anlisis
pueden dar credibilidad a la afirmacin (ahora ya redefinida,
menos metafrica) de que el ETS "vaciado" est peculiarmente
bien adaptado para promover y consolidar (y no slo para
encapsular) el orden econmico "integral" postfordista an en
evolucin, con todo lo que esto implica para los perdedores y
para los que se benefician de este proceso. A continuacin se
intenta hacer esta triple demostracin experimental.
CAMBIOS EN LA ECONOMA GLOBAL
Y FUNCIONES DEL ESTADO COMO CONTEXTO Y CAUSA
Esta seccin sita las cuatro afirmaciones arriba planteadas en su contexto econmico general -global, en efecto-,
sealando las implicaciones de las tendencias mencionadas para las funciones "econmicas integrales" del Estado
capitalista. Est muy lejos de mi intencin afirmar que los
Estados siempre pueden desarrollar (sin tocar las que ya
tienen) las habilidades para reorganizarse a s mismos y
cumplir con xito esas nuevas funciones. No pretendo sugerir que un rgimen de acumulacin postfordista con un
modo de regulacin adecuado siempre est libre de problemas. Por el contrario, quiero subrayar la magnitud de la
tarea que enfrentan los Estados para adaptarse a las nuevas condiciones. Adems, una vez se presta atencin a los
regmenes especficos, se pueden (y se deberan) realizar
estudios detallados de los inevitables dilemas, contradicciones, costos y tendencias a la crisis involucrados en las
respuestas especficas a estas diversas tendencias. Sin embargo, antes de revisar las posibles respuestas, mostrar
algunas importantes implicaciones de la actual reestructuracin econmica.
69
72
74
obras emblemticas: Keynes fue citado a menudo para justificar el creciente inters por el posible papel del Estado en
el mantenimiento del pleno empleo; Schumpeter est siendo redescubierto como terico de la fuerza motivadora de la
innovacin en ciclos largos. Por tanto, el contraste entre ellos
no es tan especfico como el contraste entre el inters en la
demanda y en la oferta, ya que el inters de Schumpeter por
esta ltima difiere notablemente del que le concedan Hayek,
Friedman o Laffer. En su anlisis de la dinmica del crecimiento capitalista, lo esencial era la oferta de innovaciones
antes que las implicaciones de la libertad, el dinero o la
tributacin sobre la oferta, y esta competitividad estructural orientada por la innovacin es lo que se est volviendo
esencial para el desempeo exitoso de las funciones econmicas del Estado capitalista contemporneo. En forma semejante, al adoptar el trmino "wor~are" para identificar
un segundo aspecto clave de la forma de Estado emergente,
no pretendo que una precondicin para mantener el bienestar de las personas fsicamente capaces sea trabajar,
reconvertirse o demostrar la disposicin a hacerlo. Por el
contrario, quiero destacar una importante reorlentacin de
la poltica social: el abandono de las preocupaciones
redistributivas basadas en la ampliacin de los derechos al
bienestar en un Estado-nacin en favor de unos intereses
ms productivistas y ahorradores de costos en una economa abierta. A este respecto, el significado ms usual de
workfare es el caso especial, neoliberal, de la tendencia ms
general de la reorganizacin del papel del Estado para promover la reproduccin social. Por el momento, quiero concentrarme en las tendencias generales y aplazar la revisin
de sus diversas variantes.
Los rasgos especficos del ETS son el inters en promover
la innovacin y la competitividad estructural en el campo
de la poltica econmica, y el inters en promover la flexibilidad y la competitividad en el campo de la poltica social.
Naturalmente, el ETS tambin expresa otros intereses y desempea otras funciones tpicas de los Estados capitalistas,
pero la combinacin de estos dos intereses gemelos, junto
con sus implicaciones para el funcionamiento global del
Estado, es lo que lo diferencia de otros regmenes capitalistas. Ambos se vuelven parte integral de su estrategia de acumulacin y tambin se reflejan en los proyectos del Estado
y en los proyectos hegemnicos con los cuales est asocia-
75
do. As, aunque la mayora de los Estados capitalistas avanzados tienen alguna forma de poltica de innovaciones, el
ETS se caracteriza por su inters consciente, explcito y estratgico en la promocin de innovaciones y por su amplia
interpretacin de los factores que llevan a la innovacin
exitosa. Del mismo modo, aunque muchos Estados capitalistas avanzados tienen alguna forma de poltica de competencia, el ETS se distingue por su inters consciente, explcito y estratgico en las diversas y variadas condiciones que
producen la competitividad estructural en economas abiertas. En trminos similares, volviendo a la poltica social del
ETS, aunque el inters en el entrenamiento y el funcionamiento del mercado de trabajo ha sido un rasgo duradero
del compromiso estatal con la reproduccin social de la fuerza de trabajo, ahora se da mayor peso a la flexibilidad y sta
ha adquirido nuevas connotaciones en ambos campos. Complementando estos nuevos intereses estratgicos de la poltica econmica y social, otros objetivos de poltica anteriores se han desatendido e incluso se han rechazado. As,
mientras que el EBK se empeaba en asegurar el pleno
empleo, el ETS desatiende este objetivo en favor de la promocin de la competitividad estructural. Anlogamente,
mientras que el EBK buscaba extender los derechos socia-
les a sus ciudadanos, el ETS se interesa en suministrar servicios de bienestar que benefic.ien los negocios, con el resultado de que las necesidades individuales pasan a ocupar
un lugar subordinado.
En el anlisis anterior est implcito el supuesto operativo
de que el ascenso del ETS se refleja en cambios de discurso
econmico, de modos de clculo y de conceptos estratgicos,
y es reforzado por esos cambios. Tales cambios son un importante correlato de la reestructuracin y reorientacin del
Estado nacional en el perodo actual, y constituyen un importante vnculo mediador entre los cambios estructurales
de la economa global y la transformacin del Estado, proporcionando un esquema interpretativo dentro del cual cobran sentido esos cambios, las crisis que a menudo los acompaan y las repuestas adecuadas para enfrentarlos. Dos
cambios discursivo-estratgicos muy dicientes en la transi. cin del EBK al ETS son el menor inters en la "productividad" y en la "planeacin" y el nfasis en la "flexibilidad" y el
"empresarialismo". La articulacin de estos dos cambios
discursivo-estratgicos dentro de nuevas estrategias de acu76
mulacin -proyectos de Estado y proyectos hegemnicosy su capacidad para movilizar el apoyo y entregar polticas
estatales efectivas contribuyen a modelar la reestructuracin y reorientacin del Estado contemporneo y a producir
diferentes regmenes de regulacin (ver el acpite "Estrategias alternativas del ETS"); y es precisamente la necesidad
de esa mediacin (igual que, por ejemplo, la variabilidad en
las capacidades del Estado) la que asegura que la consolidacin exitosa de un ETS est lejos de ser automtica.
Veamos ahora cmo se reflejan las funciones econmicas
y sociales respectivas del EBK y del ETS en dos importantes
caractersticas estructurales (en tanto opuestas a las discursivo-estratgicas) de los dos regmenes, que conciernen a la
articulacin de las formas dinero, salario y Estado. Las formas dinero y salario incorporan las contradicciones estructurales del capital como relacin social y, por tanto, dan
lugar a dilemas estratgicos. En la forma dinero esto se expresa en el hecho de que el dinero puede circular como
moneda nacional y como moneda internacional. En el caso
de la forma salario, hay una contradiccin entre su funcin
como costo para el capital y su funcin como fuente de demanda. Estas contradicciones se reflejan de modos muy
diferentes en los regmenes de Bienestar Keynesiano y de
Trabajo Schumpeteriano.
En primer lugar, mientras que en el EBK el dinero funciona principalmente como moneda nacional y su circulacin dentro de la economa nacional est controlada por el
Estado nacional, esta posicin es amenazada en el ETS por
los crecientes flujos de capital financiero a travs de las fronteras y sus adversas implicaciones para el control monetario por parte de los Estados nacionales 8 Por cierto, la crisis
de la moneda nacional es un importante factor que contribuye a la crisis del Estado de Bienestar Keynesiano. El reconocimiento de la vulnerabilidad econmica nacional ante
los masivos y voltiles movimientos de dinero es central para
el Estado de Trabajo Schumpeteriano, puesto que si la forta8
77
leza de la moneda nacional depende cada vez ms de la fuerza competitiva de la economa nacional en una economa
mundial cada vez ms abierta, la intervencin econmica debe
tomar entonces cada vez ms la forma de desarrollos orientados por la oferta, en vez de tratar, en vano, de manejar el lado
de la demanda. Este hecho, a su vez, refuerza la necesidad
de gastar para satisfacer las necesidades productivas y competitivas, aun en el antiguo Estado de Bienestar.
En segundo lugar, mientras que en el EBK el salario funcion principalmente como fuente de demanda, en el ETS
ste se considera principalmente como un costo de produccin. En el EBK, el crecimiento de los salarios serva a los
intereses del capital logrando la plena utilizacin de la capacidad productiva en una economa cerrada donde predominaba la produccin masiva. Siempre que los salarios y la
productividad del sector de bienes de consumo variaran en
un rango semejante, se compensara cualquier tendencia a
una crisis de subconsumo debida a una demanda insuficiente o a una reduccin de los beneficios inducida por los
salarios [LIPIETZ, 1982 ]9 El EBK contribuy a este resultado
legitimando la negociacin colectiva, generalizando las normas de consumo masivo y comprometindose en un manejo contracclico de la demanda. Pero la internacionalizacin
creciente que acompaa las etapas finales del fordismo transforma esta situacin: el salario se ve cada vez ms como un
costo de produccin. Donde se ve como un costo fijo (por
ejemplo, en las fuerzas de trabajo nodales -core workforcede Japn y Alemania), puede estimular la innovacin y el
reentrenamiento a fin de mantener una estrategia de acumulacin con altos salarios y alto crecimiento. A la inversa,
donde se considera como un costo variable (como en los
casos britnico y estadounidense distintamente organizados), el "cortoplacismo" y el "despida y contrate" ("hire-andfire") pueden suscitar la esperanza de que la flexibilidad
neoliberal ayude a mantener la competitividad. Estos comentarios subrayan la necesidad de discutir las variantes
del ETS, lo cual se har en la seccin pertinente.
9
78
Permtanme terminar con dos advertencias ms sustanciales10. La primera es que al identificar el ETS con la intervencin de la oferta, no pretendo afirmar que ste pueda
ignorar, sin riesgos, el lado de la demanda. Es muy claro
que la duracin de la crisis del fordismo y la actual transicin al postfordismo estn asociadas a p~blemas del lado
de la demanda. Los excesivos dficits presupuestales, las
polticas monetarias excesivamente restrictivas y los frecuentes y enormes desequilibrios de la cuenta corriente han generado serios impedimentos para el surgimiento de una
nueva y duradera oleada de expansin econmica. Pero estos problemas se acentan por las tendencias antes sealadas y exigen soluciones internacionales tanto como nacionales: eso se refleja en los llamados a un keynesianismo
internacional y en los esfuerzos nacionales para manejar
estos problemas de demanda mediante la reestructuracin
de la poltica social en concordancia con los principios del
workfare. El creciente carcter internacional de estos problemas de demanda refuerza el proceso de "vaciamiento"
antes mencionado, y ste, a su vez, crea espacios para la
creciente intervencin de la oferta por parte del Estado. Y la
segunda advertencia es que, inversamente, el hecho de designar la forma Estado de postguerra como "keynesiano"
parecera ignorar sus contribuciones a la oferta de innovaciones tecnolgicas a travs del creciente apoyo a la ciencia,
los fondos masivos para enseanza superior y, a menudo,
el enorme apoyo a la investigacin y el desarrollo militares.
Pero aqu tambin es importante recalcar que las cuatro
tendencias globales ya sealadas transforman fundamentalmente la relacin entre tales polticas de demanda y de
oferta. Mientras que las polticas de oferta del EBK eran
modeladas por el paradigma fordista con su nfasis en las
economas de escala, la gran ciencia y el aumento de la productividad, las polticas de oferta del ETS se orientan a la
innovacin permanente, a las economas de alcance y a la
competitividad estructural. Esto da un premio mucho ma yor a la gestin autorreflexiva del sistema nacional de innovacin y a la capacidad de aprendizaje institucional con res. pecto al que era tpico en el EBK fordista.
79
i
J
80
1990] 11 Durante la era fordista, los Estados locales operaron como extensiones del Estado de Bienestar Keynesiano
central y la poltica regional se orient principalmente a la
(re)localizacin de la industria con el inters de difundir el
pleno empleo y reducir las presiones inflacionarias debidas
a recalentamientos localizados. Dichos Estados proporcionaron la infraestructura local para apoyar la produccin
masiva fordista, promover el consumo colectivo y las polticas de bienestar locales y, en algunos casos (especialmente
cuando se extendi la crisis del fordismo), ofrecer subsidios
en un esfuerzo para competir con los dems para atraer
nuevos empleos o impedir la prdida de los empleos existentes. Sin embargo, tras la crisis fordista, las actividades
econmicas locales dan mayor nfasis a la regeneracin econmica y a la competitividad. La preocupacin central es
"cmo pueden las instituciones estatales modelar las economas regionales para hacerlas ms competitivas en la
nueva economa mundial" [FosLER, 1988, 5]. Hay un creciente inters en las polticas del mercado de trabajo regional, la educacin y el entrenamiento, la transferencia de
tecnologa, el capital de riesgo local, los centros de innovacin, los parques cientficos y similares. Esto llev a que
Van Hoogstraten sugiriera que el Estado, "aunque maltrecho a nivel nacional debido a su compromiso fordista con el
manejo de la crisis, parece haber resurgido de las cenizas a
los niveles regional y local" [VAN HooGSTRATEN, 1983, 17]1 2
A su vez, esto se liga a la reorganizacin del Estado local
a medida que surgen nuevas formas de asociacin local para
orientar y promover el desarrollo de los recursos locales. La
regeneracin econmica implica mucho ms que una solucin tcnica y exige la accin coordinada en reas tales como
las polticas de educacin, entrenamiento y provisin de infraestructura, la disponibilidad de capital de riesgo, la poltica cultural, etc. A su vez, esto lleva a la incorporacin de
sindicatos locales, cmaras locales de comercio, capital de
riesgo local, entidades educativas locales, centros locales
de investigacin, y tambin de los Estados locales. Esta tendencia se ve reforzada por la incapacidad del Estado central
para ejecutar programas suficientemente diferenciados y
82
WILSON,
1988.
sensibles para afrontar los problemas especficos de las localidades particulares. Por consiguiente, ste devuelve esas
tareas a los Estados 1ocales y les proporciona apoyo y recursos [DYSON, 1989, 118]. Las explicaciones ms optimistas de esta tendencia consideran que lleva a una confederacin -para crear empleos y compartir riesgos locales- de
los Estados locales basados en economas regionales fuertes que se dan apoyo recproco en la actual lucha para mantener un horizonte competitivo [SABEL, 1989]. Pero los escenarios ms pesimistas anticipan una polarizacin creciente
en las localidades as como un incremento de las desigualdades regionales.
La tercera repercusin consiste en que hay una creciente
vinculacin entre los Estados locales, fenmeno estrechamente relacionado con los dos cambios anteriores. Por cierto, Dyson afirma que "uno de los desarrollos polticos ms
interesantes desde los aos setenta ha sido el desplazamiento
errtico pero gradual de un nmero creciente de autoridades locales desde una identificacin de su papel en trminos puramente nacionales hacia un nuevo inters en las
relaciones transnacionales" [DYSON, 1989, l]. En Europa,
esto implica el establecimiento de vnculos verticales con
las instituciones de la Comunidad Europea, especialmente
la Comisin Europea, y de vnculos directos entre autoridades locales y regionales de los Estados miembros. La bsqueda de apoyo a travs de las fronteras se ve reforzada a
medida que el Estado central se empea en una estrategia
ms neoliberal. Pero tambin puede observarse en otros
pases 13 : se perciben tendencias similares en el Este Asitico (con notables vnculos entre Hong Kong, Macao y Guangdong, y en el llamado "tringulo de crecimiento", conformado por Singapur, Johor y Riau); aunque esta tercera tendencia es menos marcada en Norteamrica (pese a que la
city empresarial y el Estado local han experimentado una
notoria expansin). Pero los ejemplos ms notables se observan en la expansin de la cooperacin transfronteriza de
ciudades eslabonadas a lo largo de la frontera entre Esta dos Unidos y Mxico. Incluso en los mismos Estados Unidos, la ampliacin de los vnculos subnacionales entre pases es tal, que, por ejemplo, Duchacek habla de la difusin
83
de la "soberana perforada" a medida que los pases se hacen ms abiertos a los contactos trans-soberanos a nivel
local y regional [DUCHACEK, LATOUCHE y STEVENSON, 1988].
EL POSTFORDISMO Y EL ETS
El concepto de postfordismo slo puede aplicarse con sentido si hay continuidades y discontinuidades en el desarrollo
del rgimen de acumulacin y su modo de regulacin social: sin continuidades, no puede decirse que el nuevo sistema sea postfordista; sin discontinuidades, puede no ser
postfordista. En este contexto, se puede considerar que las
continuidades son mediadas a travs de las crisis del
fordismo y que las discontinuidades son introducidas por
los cambios estructurales y/ o estratgicos que pueden resolver, por un tiempo relativamente largo, las crisis de los
modos fordistas de crecimiento y regulacin y/ o crear las
condiciones para el xito de la acumulacin y la regulacin
no fordistas. Por tanto, se puede considerar que el ETS es
postfordista en la medida en que resuelve (o se empea en
resolver) directa o indirectamente las tendencias a la crisis
de la acumulacin fordista y/ o del EBK como una de sus
principales farmas de n~gulacin; tambin en la medida en
que su surgimiento (por la razn que sea) ayuda a modelar
y consolidar la dinmica de la economa global emergente y,
por tanto, estimula la renovacin y la re-regulacin del capitalismo despus de su perodo fordista; y, por ltimo, en
la medida en que su supuesta contribucin a la competitividad
de algunas economas (as nunca fueran realmente fordistas)
lleva a que adquieran un estatus paradigmtico en otras partes, como clave para la regeneracin y/ o la re-regulacin de
una dinmica de crecimiento capitalista.
El ETS parece satisfacer en alguna medida esos tres criterios potenciales. No pretendo que el ETS pueda resolver
todas las tendencias a la crisis del fordismo, dirigir por s
solo _el surgimiento y consolidacin del postfordismo o excluir del todo a los dems paradigmas estratgicos. De hecho, el concepto de modo social de regulacin implica que
tambin se necesitaran otros cambios en la forma del salario, la organizacin corporativa, las formas de competencia,
los sistemas de innovacin, etc., para resolver las crisis fundamentales de los regmenes de acumulacin. As mismo,
con respecto al momento estratgico de la reestructuracin
84
de acumulacin postfordistas. Parece justificarse una respuesta afirmativa si slo se tienen en cuenta los trminos
de la definicin, puesto que dada la evidente crisis del EBK
que acompaa a la crisis del fordismo, un ETS consolidado,
tal como se define aqu, claramente se desempeara mejor.
Se compromete a intervenir el lado de la oferta para promover la innovacin permanente y mejorar la competitividad
estructural; y va ms all del simple recorte del bienestar
social para reestructurarlo y subordinarlo a las fuerzas del
mercado. Una respuesta menos tautolgica debe esperar a
que se especifiquen las variantes del ETB y se analice empricamente su viabilidad en coyunturas especficas.
Un segundo enfoque de la correspondencia entre el ETS y
el nuevo orden global consiste en relacionar las cuatro tendencias econmicas antes mencionadas. La orientacin estratgica del ETS hacia la innovacin toma en cuenta las enormes ramificaciones de las nuevas tecnologas; su inters en
la competitividad estructural reconoce los trminos y condiciones cambiantes de la competencia internacional as como
su creciente importancia; su reestructuracin y reorientacin
de la reproduccin social hacia la flexibilidad y la reduccin
reflejan la conciencia del giro hacia el paradigma postfordista
as como el impacto de la internacionalizacin sobre las funciones primarias del dinero y los salarios; y su complejo "vaciamiento" refleja la compleja dialctica entre globalizacin y
regionalizacin. En suma, para todas las cuatro tendencias,
un ETS "vaciado" puede ayudar a modelar y consolidar los
rasgos claves del nuevo rgimen de acumulacin a una escala mundial. Este enfoque debe aceptarse por su capacidad
persuasiva hasta tanto no se examine adecuadamente la efectividad de los regmenes de ETS especficos (y de los modos
alternativos de regulacin social del orden global emergente).
Sin embargo, para el propsito actual es ms promisorio
un tercer enfoque, puesto que su fuerza persuasiva depende del desempeo anterior ms que de los posibles futuros
postfordistas. Tal enfoque implicara demostrar que aquellas economas que crecieron ms rpidamente durante la
crisis global del fordismo y se convirtieron en modelos para
las que estn en crisis han avanzado especialmente en el
desarrollo de regmenes de ETS. Entre los ejemplos ms
notables pueden mencionarse Japn, Alemania, Corea del
Sur, Taiwn, Brasil, la Tercera Italia y algunas de las economas regionales ms exitosas que de otro modo seran pro86
pensas a la crisis. Aunque fuera errneo incluir literalmente a todas estas economas regionales y/ o nacionales en la
categora de postfordistas (porque nunca fueron verdaderamente fordistas), su creciente papel como ejemplos de trayectorias alternativas (y aparentemente exitosas) para los
regmenes fordistas en crisis indica que tienen un estatus
postfordista paradigmtico.
ESTRATEGIAS ALTERNATIVAS DEL ETS
Las diversas tendencias econmicas y polticas antes sealadas pueden ser (y a menudo estn) integradas y expresadas en discursos bastante distintos, y estar asociadas a conclusiones estratgicas opuestas cuando las diversas fuerzas buscan dar sentido a las tendencias y contratendencias
conflictivas que operan en la nueva economa global. En los
cambios actuales hay una gran improvisacin y una extensa sucesin de ensayos y errores, y an no ha surgido claramente una pauta dominante. Sin embargo, para fines
heursticos, se pueden plantear tres formas ideales tpicas:
neoliberal, neocorporativa y neoestatista. Al usar el prefijo
"neo" para identificarlas, quiero enfatizar que todas ellas
implican importantes discontinuidades con los regmenes
de EBK liberales, corporativos y estatistas asociados al
fordismo; y al identificarlas como tipos ideales, quiero subrayar que no es probable que se encuentren en forma pura.
Las combinaciones estratgicas particulares que se observen en los casos particulares dependern de los legados
institucionales, los equilibrios de las fuerzas polticas y las
cambiantes coyunturas econmicas y polticas en que se
han seguido las diferentes estrategias.
El neoliberalismo est interesado en promover una transicin guiada por el mercado hacia el nuevo rgimen econmico. Para el sector" p:!blico, esto significa privatizacin, liberalizacin e imposicin de criterios comerciales en el sector estatal que an queda; para el sector privado, esto significa desregulacin y un nuevo esquema legal y poltico que
proporcione apoyo pasivo a las soluciones de mercado. Esto
se refleja en el favorecimiento por parte del Estado de mercados de trabajo "despida y contrate" ("hire-andfire"), de
tiempo flexible y salarios flexibles; en un aumento de los
gastos tributarios dirigido por iniciativas privadas basadas
en subsidios fiscales para actividades econmicas favoreci-
87
89
tado est tan comprometido con esas estrategias neocorporativistas como con los enfoques neoliberal o neoestatista.
Sin embargo, sus recursos y acciones son utilizados para
respaldar o apoyar las decisiones logradas a travs de la
negociacin corporativista ms que para promover la falta
de responsabilidad neoliberal o las iniciativas neoestatistas
autnomas y proactivas. Y esto significa, a su vez, que la
docilidad ante las polticas estatales es voluntaria o depende de acciones adoptadas por organizaciones corporativistas,
autorreguladas, dotadas de un estatus pblico.
El neoestatismo implica un enfoque -orientado por el mercado pero patrocinado por el Estado- de la reorganizacin
econmica en la que el Estado interviene para orientar el desarrollo de las fuerzas del mercado. Hace esto a travs del
despliegue de sus poderes de coordinacin obligatoria, de sus
propios recursos y actividades econmicas y de sus propias
bases de conocimiento e inteligencia organizacional. Sin embargo, al desplegar estos diversos recursos en apoyo de una
estrategia de acumulacin nacional, tiene plena conciencia
de la naturaleza cambiante de la competencia internacional,
lo que implica una combinacin de desmercantilizacin, flexibilidad patrocinada por el Estado y otras actividades del
Estado encaminadas a garantizar la eficiencia dinmica de
un ncleo productivo. Esto se refleja en una poltica estructural activa en que el Estado fija los objetivos estratgicos
relacionados con nuevas tecnologas, transferencia tecnolgica, sistemas de innovacin e infraestructura y otros factores que afectan la competitividad estructural global de la
economa. Tambin favorece una poltica activa en el mercado de trabajo para reentrenar la fuerza laboral y estimular un mercado de trabajo flexible en habilidades en vez de
flexible en precios; interviene directa y abiertamente con sus
propios recursos econmicos y polticos para reestructurar
las industrias en decadencia y promover los sectores nacientes; y se compromete en una gama de estrategias para
guiar la sociedad, basado en su propia inteligencia estratgica y sus propios recursos econmicos, para promover objetivos especficos mediante la accin concertada con diversas comunidades polticas que abarcan intereses pblicos,
mixtos y privados. Estas actividades buscan elevar la economa domstica en la jerarqua tecnolgica creando y manteniendo una base productiva coherente y competitiva, y
adelantando una estrategia de especializacin flexible en
90
91
Este artculo ha cubierto mucho terreno movindose a elevados niveles de abstraccin terica, generalidad y tipologas
ideales. Se requiere ms trabajo para que los argumentos
sean ms concretos y complejos y, por tanto, para especificar la naturaleza del ETS en casos particulares. A su vez,
92
esto implica transformar conceptos ya introducidos a mayores niveles de abstraccin y simplicidad. En comentarios
anteriores sobre la teora de la regulacin, ya se han dado
algunos lineamientos metodolgicos para hacerlo [JEssoP,
1990]. Sin embargo, en vez de continuar ese ejercicio en
estos comentarios finales, volver a presentar los argumentos claves a la luz de los esfuerzos de concretizacin y especificacin hechos en secciones anteriores.
En primer lugar, he sostenido que el paradigma poltico
del Estado de Bienestar Keynesiano y su forma de Estado
asociada estn en decadencia terminal [JEssoP, 1991]; la he
vinculado no slo con la crisis del rgimen de acumulacin
fordista de mediados de los setenta, con la que frecuentemente se ha asociado el EBK, sino tambin con la reestructuracin ms general de la economa mundial que ha venido ganando terreno desde mediados de los setenta. Tambin he mostrado que el siguiente paradigma poltico y su
forma de Estado pueden describirse tilmente como un Estado de Trabajo Schumpeteriano. Adems, mientras que el
EBK se organiz tpicamente como un Estado nacional con
rels locales, el ETS est asumiendo una forma "vaca", ms
dispersa. Adicionalmente, he sugerido por qu sta puede
ser la forma de Estado general ms adecuada para un modo
postfordista de crecimiento en la economa global que est
emergiendo.
En segundo lugar, independientemente de la fuerza de
las presunciones sobre la actual transicin del EBK al ETS
"vaciado", he tratado de explicar por qu pienso que el surgimiento de este ltimo es cada vez ms evidente a travs de
la economa mundial. He relacionado este surgimiento con
cuatro tende:r;i.cias de la economa global, las cuales deben
incluirse para ofrecer una explicacin plausible: el cambio
de paradigma del fordismo al postfordismo, por ejemplo, ignora los desarrollos tecnolgicos que inducen a un rol
schumpeteriano del Estado; as mismo, el postfordismo y
las nuevas tecnologas, sin la creciente internacionalizacin,
seran insuficientes para explicar el creciente nfasis en la
competitividad estructural y la residualizacin del bienestar; la regionalizacin agrega una dimensin adicional a la
econmica y a la poltica. An debe hacerse mucho esfuerzo
para explorar la interaccin entre estos factores y sus
implicaciones para la transformacin del Estado. Un trabajo ms detallado sobre los modos de crecimiento y los mo-
93
15 Un buen ejemplo de cmo puede hacerse este trabajo se encuentra en: KrrcHELT,
1991.
16 Sobre el caso britnico, ver, por ejemplo: JESSOP, 1992c.
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BIBLIOGRAFA
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DESARROLLOS RECIENTES
EN LA TEORA DEL ESTADO
Erifoques, problemas y agendas
Despus de una primera e importante reanimacin del inters terico por el Estado, a mediados de los sesenta, a finales de los setenta se present una renovacin del mismo,
que an se mantiene 1 La primera fue liderada por mandstas preocupados por la forma y las funciones generales del
Estado capitalista, mientras las feministas marxistas, que
intentaban extender esas ideas al Estado capitalista patriarcal, jugaron un papel esencial2. La segunda incluye ms
corrientes tericas y temas sustanciales, y tiende a ser ms
institucionalista. Entre las corrientes ms importantes estn el neoestatismo, la teora foucaultiana, el feminismo y
el anlisis del discurso; entre los temas ms discutidos se
incluyen las variaciones histricas de la ausencia, fortaleza
y debilidad de los Estados, y los futuros respectivos del Estado-nacin y del Estado de Bienestar. Por razones de brevedad, este artculo omite muchas controversias especficas
de los primeros debates y, en su primera parte, slo revisa
el legado general de la polmica marxista, lo cual permite
1
2
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hacer una crtica ms detallada de los principales argumentos de la segunda reanimacin terica. Concluye con una
posible agenda para la investigacin sobre el Estado.
EL LEGADO MARXISTA
La reanimacin de la teora del Estado liderada por los marxistas decay a finales de los setenta, bajo el peso de una
pltora de premisas tericas opuestas y del excesivo nfasis
en una teorizacin abstracta que ignoraba la variabilidad histrica de los regmenes polticos. Con slo unas pocas y notables excepciones, las contribuciones individuales al debate
marxista del Estado se perdieron en las brumas del tiempo;
pero algunos de los mejores analistas formularon dos enfoques bsicos relevantes para un crculo terico ms amplio.
Aunque stos no se expresaron con las mismas palabras,
haba una clara convergencia en los conceptos centrales implcitos; su significacin general es el tema de esta seccin.
En primer lugar, pasando del anlisis de la funcin al
anlisis de la forma, los tericos marxistas del Estado descubrieron que la forma amenaza la funcin; buena parte de
su trabajo inicial se dedic a derivar la forma necesaria del
Estado a partir de las diversas funciones que supuestamente
deba realizar en nombre del capital. Vista en esos trminos, la forma debe seguir a la funcin; pero los trabajos
posteriores se dedicaron a estudiar cmo la forma bsica
del Estado minaba su funcionalidad para la acumulacin
de capital y la dominacin poltica de clase. As entendida,
la disfuncin tambin poda seguir a la forma, pues la separacin institucional del Estado con respecto a la economa,
un rasgo caracterstico de las sociedades capitalistas, promueve diferentes (y potencialmente contradictorias) lgicas
institucionales y modos de clculo en la economa y el Esta-
do [HIRSCH, 1976; FFE, 1984; PULANTZAS, 1978; REUTEN y
WILLIAMS, 1989]; nada garantiza que los resultados polticos
satisfagan las necesidades del capital. Esta conclusin aviv el trabajo sobre las contradicciones estructurales, los dilemas estratgicos y el desarrollo dependiente (es decir, histricamente condicionado) de la trayectoria de las formas
especficas del Estado; este trabajo produjo explicaciones
ms detalladas de la compleja interaccin entre luchas sociales e institucionales antes que una teorizacin abstracta
y a menudo esencialista.
100
En segundo lugar, los marxistas abandonaron gradualmente la visin del aparato de Estado como cosa o sujeto
simple y comenzaron a analizar el poder del Estado como
una relacin social compleja. Algunos de los primeros trabajos vean al Estado nada ms que como un instrumento neutral de dominacin de clase; otros adoptaron una visin ms
estructuralista, segn la cual el Estado estaba obligado a
satisfacer los intereses capitalistas sin importar quines lo
controlaban, y otros vieron en el Estado a una especie de
sujeto calculador racional, un capitalista colectivo ideal, capaz de identificar y realizar los intereses del capital en general contra los intereses de los capitales individuales. Ninguna de estas visiones result satisfactoria3 , y gradualmente
aparecieron estudios sobre la selectividad estructural de los
diferentes Estados y los factores que determinaban sus capacidades estratgicas. Por selectividad estructural designaban los medios con que el Estado, como conjunto de instituciones, ejerca un impacto especfico y diferencial sobre la
capacidad de las diversas fuerzas polticas para realizar sus
intereses y estrategias particulares mediante el acceso y el
control de ciertas capacidades estatales, las cuales siempre
dependen, para sus efectos, de vnculos con fuerzas y poderes que estn ms all del Estado 4 Tambin se prest ms
atencin a la variabilidad, organizacin y ejercicio de estas
capacidades, y se dio ms nfasis a la naturaleza relacional
del poder del Estado y a su capacidad para proyectar su poder sobre campos sociales que van ms all de sus propias
fronteras institucionales. Este enfoque tambin produjo estudios ms complejos de las luchas, instituciones y capacidades polticas.
Gramsci es casi el nico terico marxista de la primera
etapa que an disfruta de amplia aceptacin crtica en los
aos noventa5 No es casual que Gramsci haya estudiado
las modalidades concretas del poder del Estado en vez de
teorizar el Estado capitalist3c en general; analiz el Estado
3
4
5
CARNOY, [1984], JESSOP [1977, 1990], FFE [1972] y POULANTZAS [1978] presentan diversas crticas a estas posiciones.
Sobre este concepto, ver especialmente: FFE, 1972; y PouLANTZAs, 1978.
Por supuesto, s que Gramsci muri en 1937. Pero sus importantes contribuciones a la teora del Estado slo alcanzaron una amplia audiencia (especialmente fuera de Italia) durante los setenta y luego desempearon un papel
vital en el resurgimiento del inters por el Estado.
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en su sentido integral (es decir, "sociedad poltica+ sociedad civil") y mostr que en la sociedad burguesa su poder
descansa en la "hegemona acorazada por la coercin"
[GRAMSCI, 1971]. Adems, en vez de tratar las instituciones y aparatos especficos como instrumentos tcnicos
de gobierno, se interes en sus fundamentos sociales y
subray que sus funciones y efectos son moldeados por
sus vnculos con el sistema econmico y la sociedad civil.
Junto al carcter incompleto y tentativo de su enfoque,
esto lo hizo compatible con otras corrientes tericas, entre ellas la teora del discurso, el feminismo, el anlisis
foucaultiano y el postmodernismo [GoLDING, 1992; SMART,
1986; y HoLUB, 1992]. Naturalmente, as se mantiene la
vitalidad de su obra.
Una fuente ms reciente de inters en la teora marxista
del Estado es menos directa: la contribucin de la teora de la
regulacin a la economa poltica. Esta escuela de pensamiento
surgi a finales de los setenta y se hizo notoria en los ochenta. En este sentido, es adecuado considerarla como parte de
la segunda oleada de inters en la teora del Estado. Su
(re)descubrimiento bsico fue el de que las economas estn
socialmente incorporadas y son reguladas socialmente
(socially embedded and social regulated). De aqu slo haba
que dar un paso -ms difcil para unos que para otrospara entender que el sistema estatal tiene que jugar un papel
clave en la regulacin-reproduccin de la acumulacin de
capital, lo cual abri el camino para anlisis ms concretos y
complejos de la contribucin del Estado a la modelacin, el
sostenimiento y el deterioro de los regmenes de acumulacin y modos de crecimiento especficos. ste es uno de los
principales temas de la segunda y la tercera generaciones de
la teora de la regulacin [HAUSLER y HIRSCH, 1987; JENSON,
1990; JESSOP, 1992; NEL, 1988; y THERET, 1992].
(J
LA SEGUNDA OLEADA
ques muy distintos. Primero, la obra de Foucault y sus seguidores sobre la organizacin disciplinaria de la sociedad,
la microfsica del poder y las cambiantes formas de gobierno; un enfoque cuyos efectos van contra el neoestatismo,
pues tienden a excluir al Estado de una consideracin terica; segundo, el desarrollo de una crtica feminista a la teora machista del Estado, enfoque que suscit varias preguntas, entre ellas la de si las feministas (y otros grupos)
necesitan realmente una teora del Estado; tercero, el creciente inters en los discursos y las prcticas que constituyen el Estado, un enfoque que oscila entre deconstruir y
reconstruir el Estado como objeto terico. Esta lista no es
exhaustiva pero s es suficiente para ilustrar la gama de
posiciones existentes en la etapa actual.
Erifoques centrados en el Estado
En su versin ms programtica, el enfoque estatista defiende un retorno a tericos clsicos como Maquiavelo,
Clausewitz, Tocqueville, Weber o Hintze 6 Pero, en la prctica,
quienes siguen el paradigma estatista muestran poco inters
en tales pensadores (para no hablar de su desconocimiento),
con la parcial excepcin de Weber7 ; pareciera que muchas veces slo los citan para legitimar el neoestatismo, vinculndolo
a una larga tradicin de pensamiento centrado en el Estado.
En todo caso, el inters real del trabajo centrado en el Estado
es el estudio detallado de casos de construccin del Estado, de
definicin de polticas y de su implementacin.
En este contexto, sobresalen seis temas: 1) La posicin
geopoltica de los Estados modernos en el sistema internacional de Estados-naciones y sus implicaciones para la lgica de la accin del Estado; 2) La dinmica de la organizacin militar y el impacto de lo militar en el desarrollo global
del Estado; 3) Los poderes administrativos especficos del
Estado moderno, sobre todo los que provienen de sus capacidades para producir y reforzar colectivamente decisiones
obligatorias en una sociedad centralmente organizada y
territorialmente limitada; 4) El papel del Estado como factor especial en la modelacin de instituciones, la formacin
de grupos y la articulacin de intereses, capacidades polticas, ideas y demandas que van ms all del Estado; aspecto
que a veces se denomina "tocquevilliano"; 5) Las patologas
propias del gobierno y del sistema poltico, como la corrupcin, el soborno y las fallas del Estado; 6) Los intereses y
capacidades propios de los "administradores del Estado"
(funcionarios de carrera, polticos, etc.), que se oponen a los
de otras fuerzas sociales. Los diversos tericos "centrados
en el Estado" enfatizan distintos factores o combinaciones
de factores, pero comparten las principales conclusiones:
hay presiones y procesos polticos especficos que modelan
la forma y las funciones del Estado; stos procesos le otorgan una autonoma importante y real para enfrentar presiones y fuerzas que surgen de la sociedad ms amplia y,
por tanto, le dan una centralidad nica e irremplazable en
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xx, que los Estados se preparan continuamente para la guerra y han aumentado sus capacidades militares y de vigilancia, y que las guerras civiles (o totales) tienen repercusiones en el Estado y en la sociedad [SHAw, 1991].
En este contexto, el Estado es un aparato para hacer la
guerra y reprimir: debe defender su integridad territorial
contra otras fuerzas y mantener la cohesin social dentro
de su propio territorio, recurriendo a la coercin cuando
sea necesario. Por tanto, el Estado es en primera instancia
el sostn del poder militar en un mundo donde hay otros
Estados-naciones, ms que una comunidad poltica en la
que pueden realizarse los derechos de ciudadana [GrnDENS,
1985]. Para algunos tericos centrados en la guerra, el Estado plenamente conformado no slo es un aparato militar
represivo sino que el mismo proceso de formacin del Estado est estrechamente ligado a la guerra, puesto que, como
Tilly seala enrgicamente, las guerras hacen Estados y los
Estados hacen guerras. Esta afirmacin va ms all de la
afirmacin trivial de que los Estados se forjan al calor de la
guerra (ya sea en la victoria o en la derrota); tambin implica que el hecho de hacer la guerra puede inducir a lacentralizacin poltica, estimular el desarrollo de un sistema de
tributacin moderno y generar otros rasgos de un Estado
moderno. Adems, una vez que surge el Estado (a travs de
la guerra o de la preparacin para la guerra), muchos. aspectos claves de la forma y de las funciones del Estado estn determinados principalmente por el inters en la defensa externa y la pacificacin interna [MANN, 1985 y 1987;
TILLY, 1973; DANDEKER, 1990; y SHAW, 1991].
Al neoestatismo se han opuesto cinco lneas principales
de crtica8 En primer lugar, se ha dicho que ese enfoque no
es novedoso y que todos sus temas bsicos se encuentran
en los enfoques "centrados en la sociedad" [DOMHOFF, 1987;
y ALMOND, 1988]. En segundo lugar, se ha dicho que el
neoestatismo es unilateral porque se centra en la poltica
del Estado y de los partidos a expensas de las fuerzas polticas que estn fuera y ms all del Estado. En particular, qu~
sustituye "las formaciones sociales (como las de clase, gne-
106
Enfoques joucaultianos
Si los tericos centrados en el Estado esperan lograr que el
Estado regrese del fro, podra decirse que el objetivo ltimo de Foucault es echarlo al tarro de la basura, puesto
que entrelaz sus investigaciones histricas sobre el conocimiento, el poder y la disciplina con un ataque terico
permanente a las visiones liberal y marxista de la soberana, el derecho y el Estado. Ms en general, su obra tiene
importantes implicaciones para todos los tericos del Estado porque lleva a dudar seriamente de su preocupacin
por el Estado, ya sea como una variable independiente,
interviniente o dependiente. Por cierto, Foucault compara
su rechazo de los intentos de construir una teora del Estado con el rechazo a comer un alimento que no se puede
digerir [GORDON, 1991, 4].
Este intento de autoconservacin terica se basa en tres
argumentos. Primero, Foucault sostena que la teora del
Estado es esencialista porque intenta explicar la naturaleza
y el poder del Estado en trminos de sus propiedades inherentes, dadas de antemano, cuando debera, en cambio,
explicar el funcionamiento y el desarrollo del Estado como
el resultado contingente de prcticas especficas no necesariamente localizadas dentro del Estado mismo ni orientadas abiertamente hacia el Estado. Segundo, afirmaba que
la teora del Estado mantiene las nociones medievales de
una soberana centralizada y monrquica y de un poder jurdico-poltico unificado. En vez de esas nociones, Foucault
subrayaba las tremendas dispersin y multiplicidad de las
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plejidad estratgica real del Estado, sus discursos y tecnologas de poder, Brown sugiere desarrollar enfoques basados en diversas teoras del Estado, que capten los distintos rostros que el Estado presenta a las mujeres 1 .
Las feministas empezaron a abordar el Estado con un
intento de matrimonio entre feminismo y marxismo [MAHON,
1991; y PRINGLE y WATSON, 1992]. Este intento fue una corriente importante dentro del resurgimiento de la teora del
Estado en los setenta y se caracteriz por el intento de injertar una teora de la reproduccin o patriarqua en los anlisis marxistas de la produccin, a fin de mostrar que la
patriarqua era funcional para el capitalismo y que la supervivencia de este sistema dependa de formas sociales especficas de reproduccin de la fuerza de trabajo y de las
relaciones de gnero, as como de relaciones sociales de produccin particulares [MclNTOSH, 1978; y EISENSTEIN, 1981].
Durante algn tiempo, el enfoque dominante en la teorizacin
feminista del Estado fue, de hecho, el feminismo marxista
[PRINGLE y WATSON, 1992]. Quiz por esta razn los esfuerzos para desarrollar una teora feminista del Estado adoptaron a menudo mtodos de construccin terica similares
a los de la teorizacin marxista ms general. As, se pueden
distinguir tres formas principales de vincular los intereses
feministas con el Estado: los mtodos de subsuncin, derivacin y articulacin.
Algunas teoras feministas radicales simplemente subsumen todos los Estados dentro de la categora envolvente de
dominacin patriarcal: cualesquiera que sean sus diferencias, todos los Estados son expresiones de la patriarqua o
falocracia y, por tanto, deben ser impugnados. Esta argumentacin asimila el Estado a la patriarqua en general o
identifica mecanismos de gnero especficos en el Estado.
Para algunas feministas, la patriarqua est difundida por
toda la sociedad, y el Estado slo es otra institucin que
trata a hombres y mujeres en forma desigual, adopta el punto
de vista masculino y sirve y refuerza los intereses de los
hombres en tanto sexo. Por tanto, el Estado slo es un lugar
10 Brown identifica cuatro rostros: a) Jurdico-legislativo o liberal (un tema adecuado para la jurisprudencia feminista); b) Capitalista: derechos de propiedad
y capitalismo; c) Prerrogativa: poder arbitrario legtimo que define al Estado
como tal (polica, ejrcito, seguridad); y d) Burocrtico [BROWN, 1992, 13-14].
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ms de dominacin masculina sobre las mujeres; en el mejor de los casos, sirve a la "patriarqua general" [MIES, 1986,
26]. En sus versiones ms complejas, ese enfoque ve al Estado como una forma peculiar de dominacin patriarcal o
falocrtica con efectos determinados (y especficos) sobre las
relaciones de gnero; de modo que genera relaciones de poder particulares a travs de la selectividad, las capacidades
y las necesidades estratgicas patriarcales 11 Sin embargo,
en tanto consideran que la patriarqua define el ncleo del
Estado y que todo lo dems carece de importancia, estas
visiones son subsuncionistas 12
Otras feministas intentan derivar la forma y las funciones del Estado patriarcal de los imperativos de la reproduccin (y no de la produccin), de las cambios en las formas
de dominacin patriarcal o de la naturaleza del modo de
produccin "domstico". Estos trabajos tienen el mismo tipo
de problemas tericos que el debate de la derivac}n marxista, es decir, el supuesto de que la forma sigue necesariamente a la funcin, y la consiguiente negacin de cualquier
autonoma o contingencia real del Estado. En algunos casos, esto se traduce simplemente en una versin feminista
del economicismo. En otros, en una versin ms elaborada
del subsuncionismo que define totalmente los mecanismos
que garantizan el carcter patriarcal del Estado 13 .
Otros trabajos analizan la articulacin contingente de las
formas patriarcales y capitalistas de dominacin que se cristalizan en el Estado. Las mejores obras en este campo confirman la importancia del mtodo de articulacin: muestran que
las relaciones patriarcales y de gnero producen diferencias
en el Estado, sin prejuzgar la forma y los efectos de estas diferencias. En otras palabras, "el reconocimiento de la existencia
de desigualdades de gnero no implica automticamente que
todos los Estados capitalistas se comprometen en la reproduccin de esa desigualdad en la misma forma o en el mismo
grado" [JENSON, 1986, 10; y BRENNER y LASLETI, 1991]. Este
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La lectura de algunos recientes trabajos analticos del discurso lleva fcilmente a creer que el mayor secreto de todos
los secretos oficiales es el hecho de que el Estado no existe 16 ,
sino que es una ilusin: un producto del imaginario poltico.
Su aparicin depende de la aceptacin de los discursos estatales; el Estado aparece en la escena poltica porque las
fuerzas que orientan sus acciones hacia el "Estado" actan
como si ste existiera. Pero, puesto que no hay un discurso
comn del Estado (a lo sumo hay un discurso dominante o
hegemnico) y diferentes fuerzas polticas orientan su accin en tiempos diferentes con diversas ideas del Estado, es
evidente que el Estado es, en el mejor de los casos, un fenmeno polivalente y policontextual que cambia de forma y
apariencia con las fuerzas polticas que actan hacia l y las
circunstancias en que lo hacen. Esta idea aparentemente
16 Esto se sugiere, por ejemplo, en ABRAMs [ 1988, 77].
117
por los tericos de los sistemas autopoiticos 17 . La caracterstica esencial de los sistemas autopoiticos es su radical
autonoma operacional, que surge de su capacidad para determinar sus propios cdigos y programas operacionales y
para reproducirse (o transformarse) a s mismos a pesar de
los intentos de control desde afuera y de otras influencias
perturbadoras de su medio ambiente. Uno de esos sistemas
es la economa moderna como sistema de pagos auto-organizado (as como los marxistas plantean la autovalorizacin
del capital). Otros dos sistemas de este tipo son el sistema
legal (el sistema autocontenido y automodificante asociado
con las decisiones legales obligatorias) y el sistema poltico
(un circuito de poder que une a gobernantes y gobernados y
produce decisiones obligatorias para todos los participantes). Puesto que el poder circula continuamente a travs del
sistema poltico, es errneo reificar el Estado tratndolo como
si fuera una entidad distinta con sus propios poderes y recursos. Ciertamente, la dinmica centrfuga de las sociedades modernas funcionalmente diferenciadas significa que el
Estado ya no puede desempear el papel de orden superior
(superordinate role) que le atribua la antigua teora poltica
moderna. Es mejor entenderlo como el medio por el cual los
participantes simplifican los problemas de la accin poltica,
polarizndolos alrededor de la cuestin del gobierno y la oposicin. Y la poltica, a su vez, debera verse como un sistema
ms de una sociedad policntrica, esencialmente anrquica. Ni la poltica ni el "Estado" son de orden superior o soberanos; por el contrario, son medios para ofrecer a la sociedad decisiones legtimas y obligatorias sobre los bienes colectivos. stos incluyen la seguridad interna y externa (en
que el poder infraestructura! para asegurar este bien colectivo se basa en la violencia organizada); la seguridad econmica y social (en que el goberno juega un papel clave para
controlar los recurs'bs fiscales y financieros); y, ms recientemente, la seguridad tecnolgica y ecolgica (en que las
capacidades infraestructurales se basan en el conocimiento
organizado colectivamente). Cada una de estas tres formas
de seguridad corresponde a proyectos polticos y formas de
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19 Se ha afirmado que los Estados son fuertes porque hay un amplio sector
pblico, un gobierno autoritario, un fuerte apoyo de la sociedad, una sociedad
civil dbil y gelatinosa, burocracias cohesivas, una poltica intervencionista o
poder para limitar las interferencias externas [LAURIDSEN, 1991, 117].
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identificar una notoria convergencia sobre un pequeo y significativo conjunto de temas basados en la creciente atencin a la contingencia de los aparatos y el poder del Estado 21
Al identificar y analizar estos temas, tambin se puede identificar una agenda de investigacin provechosa para una tercera generacin de teorizaciones sobre el Estado. Este ejercicio no pretende excluir agendas alternativas ni prejuzgar los
resultados de la siguiente ronda de debates. Sin embargo, el
hecho de sealar reas de convergencia y divergencia puede
servir para aclarar las cuestiones tericas crticas y los temas de investigacin que pueden ayudar a resolver las disputas entre los diferentes enfoques.
En primer lugar, todos estos enfoques parecen concordar
en que es necesario destronar al Estado de su posicin superior dentro de la sociedad y considerarlo simplemente como
un ordenamiento institucional entre otros ms. Los marxistas ya no lo consideran como un capitalista colectivo ideal;
los neoestatistas ya no lo ven como un sujeto legal soberano;
ha sido deconstruido por los foucaultianos; las feministas ya
no lo conciben simplemente como el patriarca general; y los
analistas del discurso as como los tericos de la autopoiesis
consideran que se constituye, sea irnicamente o no, a travs de prcticas discursivas contingentes o comunicativas.
En suma, el Estado se percibe como un sistema emergente,
parcial, inestable e interdependiente de otros sistemas en un
orden social complejo. Esto ampla el campo de contingencia
del Estado y de sus operaciones e implica la necesidad de
una investigacin ms concreta, histricamente especfica,
institucionalmente sensible y orientada a la accin. Todas
las escuelas tericas mencionadas se preocupan, en formas
diversas, por elaborar tales anlisis. Estas preocupaciones
tambin animan el creciente nmero de investigaciones bsicas sobre la ausencia de Estado y la relativa fortaleza (o
debilidad) de los regmenes polticos particulares. Todo esto
indica un importante avance general en la flexibilizacin de
los discursos que equiparan el Estado a una simple cosa o
21 Ya haba identificado estos temas en mi libro State Theory [ 1990 ]. Es claro que
existe el peligro de leer las dems trayectorias tericas en trminos de esta
convergencia pero, con las precauciones debidas, parece que los temas siguientes se difunden e informan cada vez ms la investigacin actual sobre el
Estado.
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BIBLIOGRAFA
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..',
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El presente artculo compara y evala dos enfoques generales recientes que son cada vez ms populares en economa
poltica comparativa e histrica: el enfoque de la regulacin
y las teoras de la governance 1 Esta revisin se justifica al
menos por cuatro razones. La primera y ms inmediata es
la estrecha conexin entre la supuesta transicin del
fordismo a un rgimen de acumulacin postfordista y el
desarrollo de nuevas formas econmicas y polticas de
govemance 2 La segunda, aun sin esta conexin directa y
explcitamente derivada, es que el enfoque de la regulacin
y las teoras de la govemance parecen tener en comn suficientes (meta)suposiciones tericas que ameritan una com-
135
paracin sistemtica. La tercera, que adems de varios paralelos implcitos y convergencias (a veces conscientes) entre sus aparatos tericos, ambas perspectivas comparten
intereses prcticos o sustanciales en una amplia gama de
tpicos 3 Y la cuarta es que, como sabe cualquiera que haya
tratado de entender las complejidades del enfoque de la regulacin o de las teoras de la govemance, ambos paradigmas
tienen serias dificultades. De modo que es vlido preguntar
si esas dificultades se atenan, subsisten sin cambios o se
magnifican cuando se intenta combinar los dos paradigmas
en una explicacin ms general de los .cambios econmicos
y polticos actuales.
Estas cuatro motivaciones se reflejan en la argumentacin
del presente artculo. Primero se revisan brevemente losantecedentes conceptuales del actual inters en la regulacin y
la govemance. Luego se consideran los (meta)supuestos tericos bsicos y los conceptos nucleares de los dos paradigmas.
Esto permite identificar los principales paralelos y convergencias e identificar las reas donde hay diferencias importantes de enfoque terico o sustantivo. Sugiero que algunas
de esas diferencias estn ligadas a la naturaleza relativamente "pre-terica" y eclctica del trabajo sobre la govemance;
o, por lo menos, al alcance ms ancho de los estudios sobre
la govemance y, por tanto, a la mayor heterogeneidad de
sus diversos objetos tericos en comparacin con los que se
examinan en el enfoque de la regulacin. Esto permite, a su
vez, exponer algunos de los problemas de los primeros intentos de combinar los conceptos y los argumentos referentes a la govemance y la regulacin en la investigacin sobre
la govemance local. Por razones de espacio y dada la temtica especfica de las contribuciones en este campo, me abstengo de tratar la govemance y la regulacin en regmenes
nacionales e internacionales (para lo que remito a JESSOP
[ 1995 ]). No obstante, este artculo concluye en una vena
optimista con algunas sugerencias para avanzar en los terrenos emprico y terico en una forma que sea pertinente
136
137
te una abundante literatura econmica, legal y poltica sobre la coordinacin y el control obligatorio de las actividades econmicas, la teora de la regulacin definitivamente
no debera ser vista como una adicin a este campo especializado sino a la problemtica ms general de la economa
evolutiva o institucionalista6 Del mismo modo, aunque los
primeros usos registrados de "govemance" se remontan al
siglo XIV y se refieren principalmente a la accin o manera
de gobernar, guiar o determinar la conducta, slo hasta hace
dos dcadas ha habido un renacimiento en el inters terico y prctico sostenido y explcito en la govemance en contraste con el gobierno. En suma, en lo que atae al mundo
de habla inglesa, el renovado y reciente inters en la regulacin y la govemance se remonta a mediados de los. setenta.
Este desarrollo tiene motivaciones tericas y prcticas.
Por un lado, proviene aparentemente del descontento creciente con los diversos enfoques dominantes en las ciencias
sociales convencionalmente considerados como corriente
principal de cada disciplina. Esto es vlido tanto para el
enfoque de la regulacin como para la investigacin sobre
la govemance. Y, por otro lado, estos nuevos intereses coinciden aparentemente, tambin en ambos casos, con nuevos
problemas (o, al menos, nuevas maneras de constituir
discursivamente los problemas) en una gama creciente de
fenmenos a muchas escalas sociales diferentes 7
Con frecuencia se olvida que el trabajo francs sobr la
regulacin8 surgi en parte como oposicin a la obsesin de
los economistas neoclsicos por la tendencia orientada por el
mercado hacia el equilibrio general, un proceso que supues-
138
AAAAv ............
139
140
tre lo pblico y lo privado sino que tambin involucran "jerarquas enmaraadas", redes paralelas de poder u otras
formas de interdependencia compleja entre niveles del gobierno o esferas funcionales diferentes. Esta reorientacin a
menudo se expresa en trminos de un cambio de un inters
estrecho por el gobierno a un inters amplio por una amplia
gama de mecanismos polticos govemance sin presuponer
que stos se anclan principalmente en el Estado soberano.
Adems, al subrayar el papel creciente de las asociaciones,
la auto-regulacin regulada, el gobierno de inters privado,
etc., tales intereses desafan la idea de que la sociedad civil
es el lugar residual de la comunidad y/o el campo del individualismo burgus por excelencia. Un cuarto ejemplo, ms
heterodoxo que los otros ejemplos citados anteriormente,
puede encontrarse en la obra de los tericos foucaultianos.
Inspirado en el rechazo de Foucault al anlisis de arriba
hacia abajo del poder del Estado y/ o en la presuncin, dada
por supuesto, del burgus individual, hay un creciente inters en cmo la interseccin de tecnologas de poder especficas y las llamadas "tecnologas del s mismo" sirven para
producir, codificar o coordinar formas especficas de
normatizacin disciplinaria a travs de mecanismos de gobierno o de govemance [BURCHELL et al., 1992; DEAN, 1994;
y, especialmente, HuNT y WICKHAM, 1994 ]1 2
El paralelo entre regulacin y govemance aparece especialmente claro en la siguiente observacin de Scharpf. Aunque escribe sobre los mecanismos de govemance, el acertijo
que identifica es parecido al que plantearon los tericos de la
regulacin de la primera generacin. As, mientras que estos
ltimos se preocuparon por la improbabilidad de la acumulacin continua en el capitalismo a pesar de sus diversas
contradicciones, conflictos y dilemas, Scharpf escribe:
Considerando el estado actual de la teora, parece que no es tanto
el creciente desorden en todas partes lo que debe ser explicado
como el grado realmente existente, a pesar de todo, de acuerdos y
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141
1
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expectativas, intra e inter-organizacionales, intra e inter-sectoriales, e intra e internacionales, con respecto a la seguridad mutua.
Es claro que ms all de los lmites del mercado puro, del Estado
jerrquico y de los discursos libertad-dominacin, hay ms -y ms
efectivos- mecanismos de coordinacin que la ciencia hasta ahora
ha considerado empricamente y conceptualizado tericamente
[SCHARPF, 1993, 57].
142
14 Para una explicacin reciente y significativa de la narratividad de orden social, ver: SOMERS, 1994.
143
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1
compensacin del fracaso de la toma de decisiones jerrquica y la planeacin "de arriba hacia abajo" en un ambiente
turbulento marcado por una compleja interdependencia; y
en resolver la crisis disciplinaria de una supuesta dependencia que induce al "Estado de Bienestar" instituyendo
nuevas formas de "auto-disciplina regulada" en una "sociedad empresarial". Ms generalmente, el descubrimiento acadmico de las redes y la govemance coincide con los cambios econmicos que han hecho que los grandes negocios y
el gobierno grande parezcan ineficaces como medios de organizacin econmica y poltica. En suma, sean suscitados
por una percepcin creciente de los problemas de la corriente
principal de las disciplinas de las ciencias sociales o por los
problemas para mantener los regmenes disciplinarios (y
otros) de postguerra, hay notorios paralelos entre las crticas respectivas y las soluciones ofrecidas por el enfoque de
la regulacin y las teoras de la govemance. Ambos cambios
proporcionan un buen ejemplo de los vnculos estrechos y
mutuamente constitutivos entre el discurso acadmico, la
prctica poltica y las realidades cambiantes 16
ANTECEDENTES META-TERICOS
DEL TRABAJO SOBRE LA REGULACIN Y LA GOVERNANCE
Los comentarios precedentes sugieren cierto paralelismo entre el inters en la regulacin y el inters en la govemance. El
nexo entre dichos intereses no se limita, sin embargo, a desarrollos paralelos dentro de paradigmas separados, pues
diversos tericos de la regulacin han mostrado inters en la
teora de la govemance, sea de pasada o con un compromiso
ms sostenido e intenso. Del mismo modo, algunos tericos
de la govemance econmica o poltica y/ o de los regmenes
internacionales emergentes han mostrado inters en la teora de regulacin y su anlisis del (y la crisis del) fordismo.
Comentar brevemente cada una de estas tres conexiones.
16 Atkinson y Coleman sealan que "las redes y las comunidades son las respuestas conceptuales naturales a los lmites de los mercados y a los
ordenamientos jerrquicos, a la enorme expansin de los tipos de actores
sociales involucrados en el diseo de polticas y a la dispersin de recursos
polticos especializados" [1992, 162]. Este comentario vincula claramente los
problemas tericos a los prcticos e ilustra ntidamente la argumentacin
ms general que se desarrolla en este texto.
144
145
146
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147
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a conceptos pertinentes para la auto-organizacin de sistemas complejos y ha sealado los problemas introducidos
por esa complejidad en el anlisis de la auto-organizacin
[1995].
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Sera bastante errneo, por supuesto, inferir de estas semejanzas y paralelos epistemolgicos y metodolgicos, que
el enfoque de la regulacin y la teora de la governance
tienen exactamente el mismo objeto terico general. Por
tanto, el enfoque de la regulacin y la teora de la governance no deben verse como simples sustitutos o equivalentes funcionales en los anlisis tericos, la investigacin emprica o los juicios prcticos. Esto puede demostrarse haciendo referencia a la clase de objetos que examinan los tericos de la regulacin y los estudiosos de la
governance. Consideremos primero el enfoque de la regulacin.
El terico pionero de la regulacin, Mi chel Aglietta, seal que la economa marxista y la economa neoclsica han
tenido un inters semejante en la relacin entre la reproduccin simple (o repeticin) y la ruptura (cambio o transformacin cualitativa) [AGLIEITA, 1979, 11-12]. En el caso
marxista, esto se reflej en el excesivo inters por el papel
de la forma valor para garantizar el circuito de capital; y, en
el caso neoclsico, en el inters excesivo por el papel del
mecanismo de precios en la consecucin del equilibrio. En
ambos casos, esto ocurri mediante la omisin de otros
mecanismos que contribuyen a garantizar la estabilizacin
relativa del capitalismo o de las economas de mercado. Lo
cual podra ser replanteado para sugerir que los anlisis
tericos marxistas del valor y los anlisis neoclsicos de los
precios se han interesado principalmente en el modo eco150
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[1991],
26 Este ingenioso trmino fue acuado por Robert Delorme al criticar los enfoques alternativos de la economa poltica de la complejidad [DELORME, 1995 ].
154
(regmenes de acumulacin), en los diversos tipos de crisis econmica y en la naturaleza y el papel de los modos
sociales de regulacin econmica en la estabilizacin econmica, la gestin de la crisis y la transicin entre regmenes de acumulacin. Adems, mientras que todos los
tericos de la regulacin evitan las explicaciones teleolgicas de los modos sociales de regulacin econmica y muchos rechazan las explicaciones funcionalistas ex post,
hay un fuerte nfasis en las complementariedades institucionales emergentes en los niveles ms bajos que mantienen un rgimen de acumulacin, cuyo carcter a menudo
se da por sentado (especialmente en los estudios histricos ms que en los prospectivos) 27 En este sentido, los
regulacionistas tienden a adoptar un enfoque de arriba
hacia abajo para el anlisis econmico integral. En contraste, las teoras de la governance se centran ms en los
niveles micro o meso y, cuando se ocupan de los enlaces
micro-macro, tienden a adoptar una explicacin de abajo
hacia arriba (anascopic). As, la nocin de governance en
el anlisis econmico tuvo su origen en la economa industrial, con el trabajo sobre modos de coordinacin econmica dentro y entre firmas; y desde entonces se ha aplicado a los sistemas productivos regionales en espacios
econmicos particulares y, en una escala mayor, a la totalidad de ordenamientos institucionales, reglas y agentes involucrados en la coordinacin y regulacin de las
transacciones dentro y entre las fronteras de un sector
econmico [GILLY y PECQUEUR, 1994]28 . Hasta ahora no ha
habido un inters verdadero en la coordinacin social o
poltica (o govemance) de los diversos modos de govemance
econmica que permita entender sus interrelaciones a una
escala mayor (por ejemplo, nacional o supranacional). En
cambio, al centrarse en conjuntos especficos de interrelaciones organizacionales, las teoras de la governance implican que el nivel macro est marcado por una serie de
sistemas de governance hbridos, ingobernados (ungoverned; y quiz intrnsecamente ingobernables) que evolu-
155
cionan ciegamente 29 Ese mismo tipo de patrones se encuentra en ciencia poltica, relaciones internacionales, economa poltica internacional y anlisis foucaultianos, aunque en otras y diferentes escalas sociales y espaciales. Todos se ocupan normalmente de regmenes especficos de
govemance interesados en objetos especficos de govemance,
y tienden a descuidar la govemance de los regmenes de
govemance. La principal excepcin atae al surgimiento de
las cuestiones generales de diseo constitucional (por oposicin a las institucionales); por ejemplo, las reglas del juego que deben regir la formacin de los regnnenes de govemance
y/ o dirigir contextualmente las que de otro modo seran acciones autnomas de jugadores claves en situaciones especficas
de govemance.
La tercera diferencia es que, a pesar de su nfasis en la
incorporacin social, la teora de la regulacin, casi por definicin, tiene una orientacin (macro }econmica, y tiende a
centrarse en las complementariedades institucionales que
aseguran la regularizacin de los regmenes de acumulacin. En este contexto, se puede mencionar la bien conocida lista regulacionista de los cinco complejos institucionales
o conjuntos estructurales que en reunidos constituyen un
modo (social) de regulacin (econmica): la relacin salarial, la forma dinero, la competencia, el Estado y los regmenes internacionales [BoYER, 1990]. Adems, al examinar el
espacio, el enfoque de la regulacin lo considera principalmente como un espacio econmico de acumulacin que debe
ser regularizado y coordinado. En contraste, las teoras de
la govemance tienden a tener un alcance ms meso-poltico
o, ms en general, inter-organizacional. En consecuencia,
tienden a estudiar sectores, localidades o reas funcionales
especficos en lugar de sistemas ms globales (economas,
territorios nacionales, sociedades); y, adems, tienden a centrarse en la forma en que las organizaciones se relacionan
156
157
Estas diferencias bsicas son contingentes ms que inherentes a los conceptos nucleares del enfoque de la
govemance y de las teoras de la regulacin; reflejan la trayectoria del desarrollo terico y de los intereses empricos
particulares de sus protagonistas respectivos. Esta conclusin se ve reforzada por la convergencia antes sealada entre los analistas de la govemance y la regulacin cuando se
encuentran en un terreno emprico comn; lo cual sugiere
que no hay buenas razones tericas para que las diferencias sustantivas continen signando el trabajo futuro sobre
la regulacin y la govemance.
De hecho, puede haber slidas razones tericas para combinar las dos nociones o paradigmas cuando se tratan temas
especficos. Existen diversas posibilidades: pueden considerarse como enfoques semnticamente diferentes pero
conceptualmente idnticos con una cobertura exactamente
igual [LIPIETZ, 1993, 8]; como enfoques conceptuales equivalentes que son, sin embargo, relevantes en dominios analticos diferentes (por ejemplo, economa integral versus poltica
integral); como conceptos super y subordinados dentro de
una jerarqua abstracto-concreto (por ejemplo, govemance
como concepto abstracto y regulacin como su concretizacin
en la esfera econmica); como conceptos ms o menos
abarcadores, respectivamente, a lo largo de un continuum
general-particular (por ejemplo, la visin de Benko y Lipietz
acerca de la govemance local como una categora heterognea
residual dentro del enfoque de la regulacin); o como enfoques conceptuales no equivalentes pero posiblemente complementarios relevantes en esferas diferentes (por ejemplo,
pensar que la regulacin pertenece a formas estructurales y
la govemance a relaciones inter-organizacionales). Sera errneo (aunque fuera factible) decidir que una de estas posibilidades sea adoptada por todos los comentaristas con la exclusin de las dems. Sin embargo, la conciencia de la amplia gama de posibilidades debera prevenir contra movimientos demasiado fciles entre los argumentos acerca de la regulacin y los referentes a la govemance.
FORDISMO Y POST-FORDISMO
nos de la transicin del Estado fordista a un Estado supuestamente postfordista (central y I o local}. Estos cambios
polticos se interpretan en trminos relativamente unitarios
(a expensas, como sealan Painter y Goodwin [1995], de
ignorar su desarrollo desigual); y se explican principalmente en trminos de un cambio en el modo dominante de crecimiento econmico (a expensas, como seala Hay [ 1995],
de ignorar la mediacin discursiva de los fracasos, la crisis
y los cambios econmicos). El peligro del economicismo (as
sea un "economicismo integral") en este contexto debera
ser obvio. De modo que no es sorprendente que hasta ahora
no haya ninguna explicacin regulacionista adecuada de la
transformacin estructural y/ o de la reortentacin estratgica
del Estado local. A lo sumo, se dispone de contextualizaciones
regulacionistas ms o menos plausibles de estos cambios.
Sin embargo, por detallado que sea el anlisis de ese contexto estratgico, por s mismo no puede ofrecer una explicacin adecuada para la accin estratgica. Para ello se requerira, adems, por lo menos una explicacin de las capacidades estratgicas de los actores (individuales y/ o colectivos) para responder a los problemas econmicos, de las estrategias que ellos tratan de perseguir y de la relacin entre estas
capacidades y estrategias y las de otros actores relevantes en
ese contexto. Esto sugiere, a su vez, que una forma de vincular
los intereses regulacionistas y "gubernamentalistas" consiste en realizar anlisis ms centrados en la mediacin
institucional, organizacional y discursiva de la regularizacin econmica. Pues, aunque el enfoque de la regulacin
ha identificado importantes formas estructurales o regmenes amplios (como el Estado Nacional de Bienestar Keynesiano) que juegan un papel esencial para asegurar las condiciones extra-econmicas de la acumulacin de capital, ha
tendido a ignorar la manera general como la forma
problematiza la funcin y las formas particulares de selectividad estratgica (incluyendo las capacidades estratgicas
diferenciales) de las formas especficas de coordinacin. En
este sentido, el enfoque de la regulacin puede beneficiarse
de una atencin ms directa a las contribuciones de las teoras de la govemance. De hecho, sin considerar los problemas del diseo institucional y de la coordinacin interorganizacional, as como la constitucin discursiva de los
objetos de regulacin y de las estrategias de regularizacin,
el enfoque de la regulacin puede fracasar para profundizar
159
sus conocimientos bsicos sobre el carcter socialmente incorporado y socialmente regularizado de las actividades econmicas31.
Por contraste, las teoras de la transformacin de la
govemance local tienden a distinguir una gama ms amplia
de regmenes polticos (de ninguna manera reducibles a la
oposicin fordista versus postfordista) y a subrayar la dinmica ms directamente poltica que impulsa los cambios de
rgimen, lo cual parece ser mucho ms adecuado para explicar los cambios en la articulacin del gobierno y la governance. Se podra examinar, entonces, la forma como los actores polticos (ampliamente concebidos) perciben el fracaso de las formas establecidas de govemance y/ o una emergente "crisis" de govemance y cmo ello se traduce en demandas de regmenes de govemance nuevos y/ o reestructurados. Esto a su vez puede conducir a un proceso de innovacin orientado a resolver los problemas percibidos de
govemance en un ambiente ms o menos turbulento; y pueden surgir nuevas formas de govemance a condicin de que
los problemas de accin colectiva se resuelvan mediante una
(o ms) de las soluciones encontradas y lleguen a ser parte
de los nuevos patrones de conducta (ver el modelo sugerido
por CAMPBELL y LINDBERG [ 1991 ]). Los nuevos mecanismos
de govemance, como las nuevas formas estructurales de
regulacin, surgen de un proceso de bsqueda, basado en
el ensayo y el error, que opera mediante variacin, seleccin
y retencin evolutiva. Es en este contexto que las cuestiones de selectividad estratgica y las capacidades estratgicas
son tan cruciales y que debe prestarse atencin a la adecuacin material y discursiva de las respuestas propuestas.
Al presentar el argumento en estos trminos, he separado
deliberadamente las ideas de re-regularizacin y de "regubemamentalizacin". Al diferenciar las lgicas de la regulacin y de la govemance, puede plantearse un problema terico fundamental que es a la vez prctico: en qu medida y en
qu formas las soluciones a los problemas de "govemance"
31 No debera pensarse que esto implica una explicacin voluntarista de la regulacin: la regulacin es un proceso sin un sujeto, en el sentido de que los
modos de regulacin especficos son siempre emergentes, efectos evolutivos
de una multiplicidad de acciones en contextos especficos y estratgicamente
selectivos.
160
especficos pueden relacionarse con las soluciones a los problemas de "regulacin" especficos? Si se acepta que la regulacin y la govemance no son conceptualmente idnticas y
que en realidad se refieren a objetos, procesos y prcticas
diferentes, no hay razn para prever cules intentos de reregularizar un objeto econmico (integral) resuelven los problemas de gobernabilidad poltica (integral), o viceversa. Esto
tambin indica posibles dilemas, conflictos y contradicciones esenciales entre una respuesta a la crisis poltica y econmica que se orienta ms a resolver los problemas de la
acumulacin y una que se orienta ms a las cuestiones de
gobernabilidad (para)poltica. El hecho de que una solucin
a los problemas de govemance pueda ligarse a nuevos modos de regulacin depende de qu tanta expresin tengan
los intereses econmicos (integrales) en la construccin
discursiva del problema de la govemance y aseguren una
base social entre los actores polticos empeados en resolver este problema. De la misma manera, el hecho de que un
modo de govemance emergente se vincule posteriormente a
un nuevo modo de regulacin depende de la naturaleza del
acoplamiento estructural entre procesos polticos y econmicos, es decir, de la adecuacin del modo de govemance a
los problemas econmicos integrales y a los problemas de
gobernabilidad. En este sentido, aunque los problemas de
la regulacin sirven de contexto para identificar y resolver
los problemas de govemance, no pueden ser reflejados directamente en el comportamiento de solucin de problemas
que conduce al nuevo modo de govemance (para una discusin de este problema, con referencia especial a las lgicas
de acumulacin en competencia y a la ventaja partidista del
thatcherismo, ver: JEssoP [ l 994b ]; una perspectiva alternativa sobre el fracaso del neoliberalismo como proyecto poltico para resolver las crisis de la regulacin se encuentra en
el artculo de PECK y TrCKELL [ 1995 ]).
En suma, el hecho de examinar una crisis econmica y
poltica especfica en trminos de un enfoque regulaci0nista
o de govemance puede implicar algo ms que una custin
de preferencia; tambin depende de la construccin del problema mismo por las fuerzas sociales, de la primaca relativa concedida a los diferentes ejes de la societalizacin y del
resultado de la competencia entre las estrategias orientadas a esos ejes alternativos. El hecho de que los problemas
de govemance poltica adquieran prioridad con respecto a
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la solucin de los problemas econmicos y, por tanto, modelen la transformacin de la govemance local, por ejemplo,
podra tener grandes repercusiones sobre la capacidad de
la economa local para competir en las economas nacional,
europea y global. Un problema interesante que an no se ha
investigado suficientemente es el de si las soluciones a los
problemas de regulacin y govemance pueden implementarse
en tndem y luego ser acopladas estructuralmente, as como
las condiciones que lo hagan posible.
Ese acoplamiento es posible, tal como lo ilustra (hasta
ahora) la articulacin de los mecanismos de govemance y
de gobierno que contribuyeron a la regulacin del fordismo
atlntico de la postguerra y aseguraron un funcionamiento
del Estado nacional de postguerra relativamente libre de
crisis.
En los discursos contemporneos sobre la crisis de la
poltica urbana y las economas locales tambin se encuentran intentos de abordar la cuestin de las formas apropiadas de articulacin de regulacin y la govemance. Esto puede ilustrarse con un artculo reciente de Fosler, un asesor
de desarrollo econmico local estadounidense, quien se refiere, como muchos otros, al paradigma del desarrollo econmico local emergente que enfatiza el papel de un sector
privado revitalizado y orientado por el mercado para garantizar el crecimiento econmico con una dinmica de crecimiento schumpeteriana. Aunque tambin seala que esto
requiere el desarrollo de instituciones que modelen y ejecuten las responsabilidades del Estado a este respecto. Afirma, entonces, que:
Las nuevas capacidades institucionales incluyen una reorientacin
conceptual del papel econmico de la govemance, la capacidad para
generar y aplicar conocimientos a travs de una amplia gama de
reas de poltica, el diseo de nuevos mecanismos y enfoques de
liderazgo y toma de decisiones, el rediseo de sistemas y estrategias
para conseguir resultados y la creacin de medios ms efectivos para
evaluar la responsabilidad y el desempeo. [FOSLER, 1992, 4]
Fosler tambin seala que esta gama de nuevas responsabilidades estatales no puede ser cumplida a satisfaccin por una
agencia estatal nica, que se necesitan diversas agencias, y que
tampoco puede ser cumplida nicamente por el Estado. Por el
contrario, la reorientacin estratgica del Estado requiere dos
162
condiciones: a) Que la govemance, como instrnmento de desempeo econmico, combine una visin estratgica de arriba
hacia abajo y a largo plazo con una accin de abajo hacia arriba
dirigida por el mercado y orientada al desempeo; y b) Que se
desarrollen una nueva generacin de inteligencia organizacional
y nuevos mecanismos de coordinacin organizacional y agen.cias que reflejen las caractersticas del mercado y proporcionen
medios efectivos de evaluacin de la calidad del desempeo y de
la responsabilidad. Lo que se requiere, en suma, es una estrategia de cambio institucional [FosLER, 1992, 9-13].
Esta argumentacin es un ejemplo del creciente inters
en vincular la regulacin con la govemance. En ella se destaca el cambio de la centralidad del gobierno a formas de
govemance ms descentralizadas a los niveles local, nacional e internacional, en el intento de re-regularizar la relacin capital. Esto implica una reorganizacin funcional de
las actividades del Estado en el sistema poltico ms amplio, caracterizada por un alejamiento de la primaca, dada
por supuesta, de los aparatos estatales oficiales (tpicamente nacionales) hacia la necesidad, tambin dada por supuesta, de formas (y niveles) bastante diversas de asociacin entre
organizaciones oficiales, paraestatales y no gubernamenta...,
les para el manejo de las relaciones econmicas y sociales 32 ,
pues este razonamiento tambin implica un carnbio de la
organizacin poltica jerrquica de arriba hacia abajo, que
es una caracterstica formal de los Estados soberanos, al
nfasis en la promocin y orientacin de la auto-organizacin de las relaciones inter-organizacionales. Dentro de esta
gama en expansin de redes, asociaciones y otros modelos
de govemance poltica y econmica, los aparatos oficiales se
mantendrn a lo sumo como el primus nter pares. Pero,
aunque la moneda y la ley pblicas an sigan siendo importantes para mantener su funcionamiento, para su xito
tambin sern esenciales otros recursos (como el dinero, el
163
conocimiento o la pericia privados). En este sentido, la participacin del Estado tender a ser menos jerrquica, menos centralizada y menos dirigista.
PROBLEMAS EN TORNO
DE LA CUESTIN REGULACIN-GOVERNANCE
Es en este contexto que se puede entender la difundida fascinacin por la auto-organizacin de las relaciones interorganizacionales y la continua experimentacin con formas
alternativas de govemance, sean re-descubiertas o recin
inventadas. La defensa ms general de este cambio en la
jerarqua del gobierno y en el intercambio puro de mercado
puede hacerse en trminos de la ventaja evolutiva de la lgica auto-organizadora de las relaciones inter-organizacionales33 ,
donde una pluralidad de organizaciones autnomas pero
interdependientes que controlan recursos importantes necesitan coordinar sus acciones para producir un resultado conjunto que se considera mutuamente benfico.
Una solucin a este problema consiste en organizar la
govemance alrededor de la representacin de actores (organizaciones) que puedan representar la auto-reproduccin y la autoregulacin de los intereses de diferentes sistemas, as como el
inters propio de los actores especficos de esos sistemas. Esto
se vuelve especialmente agudo cuando se tiene en cuenta la
dispersin de las soluciones de govemance y la necesidad de
construir capacidades macro-organizacionales adecuadas
para tratar una amplia gama de cambios estructurales a
nivel interorganizacional sin socavar la coherencia y la integridad del Estado (nacional). Por otra parte, adems de las
dificultades para hallar soluciones colectivas a los problemas de regulacin individuales (es decir, a los problemas de
reproduccin y regulacin econmica), surge la cuestin de
la coherencia global del rgimen de acumulacin y de su
modo social de regulacin econmica. Existe una gran tensin entre estas dos formas de coherencia, pese a que las
soluciones individuales de govemance tambin sean adecuadas para un problema de regulacin especfico (y viceversa), especialmente cuando la escala territorial y la lgica
33 Esta ventaja evolutiva debera entenderse en trminos schumpeterianos: capacidad para innovar y aprender en un ambiente cambiante.
164
34 Ideas similares fueron propuestas por Marx [1843] y Polanyi [1944], entre
otros. Ms recientemente, Schmitter se ha referido a la continuidad dinstica
del corporativismo, la cual se extingue y resucita peridicamente [SCHMITTER,
1989, 72]. Por su parte, Cox ha sealado una reversin de la desregulacin a
la re-regulacin en la actual era neoliberal [Cox, 1993].
165
cin del gobierno y la govemance". Podra esgrimirse un argumento similar para el caso de los ciclos polticos dentro
de formas de organizacin de mercado o estructura de
govemance industrial35
Esto sugiere que la actual expansin de las redes a expensas de los mercados y las jerarquas, y de la govemance a
expensas del gobierno, pueden ser algo ms que una etapa
especfica de una sucesin regular de modos dominantes de
diseo de polticas. En este sentido, lo que hoy se experimenta realmente es la discontinuidad en la continuidad: la oscilacin dentro de un ciclo poltico repetido. Una explicacin
alternativa sera que, por diversas razones, ha habido un cambio en el centro institucional de gravedad (o "atractor
institucional") en tomo del cual funcionan los ciclos polticos
debido a cambios cualitativos en los problemas bsicos que
deben abordar las actuales polticas de regularizacin o
gobemalizacin. Aqu habra continuidad en la discontinuidad: el renacimiento de mecanismos familiares de govemance
para propsitos cualitativamente nuevos. Si hay una importante transicin del fordismo al postfordismo (vinculada, adems, a las nuevas tecnologas, la internacionalizacin y la
regionalizacin), entonces puede estar operndose ese cambio a largo plazo. Las mismas posibilidades son indicadas
por la crisis del Estado nacional, con una proliferacin de
problemas fronterizos y multifacticos que ya no pueden ser
coordinados dentro de la jerarqua del Estado nacional o
mediante la anarqua neorrealista del mercado [JEssoP, 1995].
Aqu tambin puede preverse que la expansin de las redes
y/ o de la govemance es sntoma de un cambio cualitativo
ms que un simple cambio pendular dentro de un ciclo poltico. Sin embargo, en vez de prejuzgar esta cuestin, es ms
importante reconocer que puede haber diversas posibilidades dependientes de la trayectoria.
COMENTARIOS FINALES
35 Markusen sugiere un ciclo de govemance tecnolgicamente orientado queparece ser paralelo al ciclo de producto [MARKUSEN, 1985].
166
JESSOP,
167
BIBLIOGRAFA
168
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et al., Societal Change between Market and Organization.
175
176
Las formas, las funciones y los mecanismos polticos de estrategia econmica local y regional ms importantes de las
sociedades occidentales capitalistas avanzadas han sufrido
cambios sustanciales en las dos ltimas dcadas 1 Ha habido modificaciones importantes en el papel de las ciudades
como sujetos, sitios y pilares de reestructuracin econmica y del logro de la competitividad estructural. Estos cambios se reflejan en el inters y el nfasis crecientes en el
"Estado de Competencia"2 a nivel nacional (y, al menos en
Europa, supranacional) y en la "ciudad empresarial" a los
niveles local y regional. El rasgo caracterstico de los "Estados de Competencia" y de las "ciudades empresariales" es
su autoimagen de compromiso activo en el fomento de la
competitividad de sus economas respectivas ante la inten1 El presente artculo se produjo en el curso de un proyecto de investigacin del
Economic and Social Research Council, ESRC, sobre la govemance local, beca
nmero L311253032. En su redaccin, me benefici de las discusiones con
colegas de la Universidad de Lancaster, entre ellos Ufuk Cakmakci, Coln
Hay, Dawn Jones, John Roberts, Andrew Sayer, Ngai-Ling Sum y John Urry,
y con otros participantes en el programa de la ESRC sobre la govemance local.
Las dems influencias pueden discernirse en las referencias. Me adhiero a los
descargos habituales.
2 Trmino introducido por CERNY [1990] y difundido desde entonces en alemn
(Wettbewerbsstaat).
177
sa competencia internacional (y, para las regiones y las ciudades, inter e intrarregional) 3 . Hay muchas visiones sobre
la dinmica de esa competencia, de las fuentes de ventaja
competitiva de pases, regiones y ciudades, y de las estrategias apropiadas para lograr esa ventaja. Tambin hay variantes -dentro y entre pases, regiones y ciudades- sobre
el ritmo y las causas de los cambios de interpretacin y de
poltica.
Este artculo no analiza casos especficos 4 , no ofrece una
tipologa de las estrategias "empresariales" y no revisa las
concepciones sobre competitividad correspondientes. En
cambio, examina cuatro aspectos generales de los cambios recientes que afectan a las ciudades: a) La reinvencin
de la economa local y de su Estado por, y a travs de, los
discursos dirigidos a la "ciudad empresarial"; b) El nexo
entre esta reinvencin y el rediseo de los mecanismos
de governance urbana; c) Los vnculos entre estas dos
prcticas-cum-procesos, estrechamente ligadas, y las supuestas tendencias a la globalizacin y la triadizacin de
la economa capitalista y al predominio de la geoeconoma
sobre la geopoltica; y d) El contexto estructural general
donde se presentan estas modificaciones interrelacionadas
del papel econmico global de las ciudad~s.
Por supuesto, hay una vasta literatura sobre estos cambios, escrita por acadmicos e investigadores, por comentaristas polticos, administradores estatales, legisladores y
consultores gerenciales. Esto muestra que entre discursos
sociales cientficos y populares hay un vnculo de alimentacin recproca: la retrica y los intereses polticos modelan
la agenda y la presentacin de la investigacin en ciencia
178
Mi visin de las diversas cuestiones mencionadas en la introduccin se basa en tres corrientes tericas: la visin francesa de la regulacin, la teora neogramsciana del Estado y
el anlisis crtico del discurso. De modo que considero la
economa en un sentido incluyente, es decir, como un conjunto de instituciones, organizaciones, fuerzas sociales y
actividades socialmente incorporadas, socialmente regula-
5 Algunos crticos podran afirmar, sin embargo, que mi trabajo anterior sobre
el Estado de Trabajo Schumpeteriano seguramente reflejaba, si no contribua
directamente, a este proceso.
179
180
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Por ejemplo, hay diferencias notorias entre un sitio de mercado positivo y uno
negativo, dependiendo de que el objetivo sea atraer inversin privada hacia el
interior o movilizar fondos pblicos para la regeneracin urbana.
Uso aqu la distincin entre competencia "fuerte" y competencia "dbil" propuesta por Cox: la primera se refiere a los intentos de suma potencialmente
positiva de mejorar la competitividad estructural de una regin mediante la
innovacin; la segunda se refiere a los intentos de suma cero de asegurar la
reasignacin de los recursos existentes a expensas de otras regiones. Mientras que la competencia dbil es socialmente desincorporada, la competencia
fuerte implica la territorializacin de la actividad econmica [Cox, 1995, 218].
181
la productividad y otras condiciones de competitividad estructural 10 ; las segundas incluyen modificaciones de las
medidas reguladoras formales y sustantivas, medidas
facilitadoras o de apoyo encaminadas a captar inversiones
mviles (una carrera desreguladora a fondo) 11 , as como simples medidas para crear imagen con el mismo propsito
(boosterism) 12 Esas actividades tambin ilustran la actividad "empresarial" en un sentido ms estrecho: pues las
empresas de consultora y los profesionales dedicados a ella
se han entregado a la planimetra discursiva (discursive
mapping) de regiones y a la produccin de estrategias econmicas urbanas y regionales para clientes de los sectores
pblico y privado. Tales intentos son especialmente importantes, como se muestra ms adelante, cuando el descontento poltico y econmico abre oportunidades para nuevos
proyectos econmicos.
182
ves que afectan a Norteamrica y la Europa de la postguerra; narrativas que han sido combinadas en forma convincente (pero no necesariamente en forma intencional) para
consolidar un conjunto limitado aunque ampliamente aceptado de diagnsticos y prescripciones para las dificultades
polticas y econmicas que hoy enfrentan naciones, regiones y ciudades. Como todas las narrativas, stas tienen tres
elementos bsicos: a) Una apropiacin selectiva de fuerzas
y eventos pasados; b) Una sucesin temporal con un comienzo, un medio y un final; y c) Una graficacin relacional
de los eventos y las fuerzas y una estructura elevada que
permite extraer algunas lecciones causales y morales [EwrcK
y SrLBEY, 1995, 200]. Aparecen, entonces, narraciones selectivas de fuerzas y eventos pasados que ofrecen una explicacin especfica de los problemas polticos, sociales y econmicos actuales, cuya solucin requiere hoy cambios decisivos en los propsitos, la organizacin y el lanzamiento
de estrategias econmicas centradas en los niveles urbano
y regional e inspiradas por algn tipo de espritu empresarial. La ciudad o regin empresarial ha sido construida mediante la interseccin de una gama amplia de narrativas
econmicas, polticas y socioculturales que buscan dar significado a las dificultades actuales interpretndolas en trminos de los fracasos pasados y las posibilidades futuras. A
menudo, estas narrativas estn conectadas a otros discursos complementarios (de forma narrativa o no narrativa) que
tambin se movilizan para contextualizar estos cambios y
reforzar los llamados a la accin. En este sentido, aunque la
aparicin de la ciudad o regin empresarial como tema, sitio y pilar de la competitividad econmica no est prescrita
en la dinmica global de capitalismo, no ha sido un mero
accidente o un descubrimiento casual: ha sido construida
por, y a travs de, narrativas pblicas.
El atractivo de esas narrativas depende de su resonancia
con (y, por tanto, de su capacidad para reinterpretar y movilizar) las narrativas personales (y aun las narrativas compartidas) de categoras (o grupos) significativas de aquellos
que han sido afectados por el desarrollo eventual del orden
econmico y poltico de postguerra. Para unos, estas narrativas personales se refieren a la exclusin econmica y social y a experiencias de fallas indeseables del mercado o del
Estado; otros pueden haber experimentado un xito econmico y social inslito que atribuyen a su talento empresa183
----~---
El surgimiento de la "ciudad empresarial" ha sido trazado diversamente, aunque predominan dos paradigmas: el
185
geoeconmico y el geopoltico, donde el primero es el principal [.ALTVATER, 1994; LUTTWAK, 1990; y SUM, 1996].
Entre los temas claves de la metanarrativa geoeconmica
se cuentan la globalizacin y la internacionalizacin, la
aparicin de nuevas tecnologas, la crisis del modo de crecimiento de la postguerra (fordismo atlntico, etc.) y sus
polticas regionales y estrategias de polos de crecimiento
asociadas, la amenaza competitiva proveniente de las economas de Asia Oriental y la creciente importancia de problemas ecolgicos cuyo alcance no coincide exactamente
con las fronteras nacionales. Se dice que esos factores
ecolgicos, tecnolgicos y econmicos socavan las fronteras del Estado nacional y las vuelven anacrnicas. Las
metas principales de la poltica econmica de postguerra
(pleno empleo, precios estables, crecimiento econmico y
una balanza de pagos sostenible) ya no son proporcionadas por y a travs del Estado nacional. A su vez, esto
erosiona la capacidad del Estado nacional para proveer
un bienestar social redistributivo y limitar el grado de
exclusin social. En este sentido, el rgimen econmico y
poltico de la postguerra ha fracasado y, para que las
ciudades y las regiones escapen a las consecuencias de
este fracaso, es esencial modificar las estrategias econmicas, las instituciones econmicas, los modos de
govemance y la forma del Estado 13 . Tales narrativas llevan, nter ala, al descubrimiento de la ciudad empresarial
como un nuevo fenmeno o desidertum.
..
Los temas claves acerca de la "competencia del Estado" y
la "ciudad empresarial" en lasrmetanarrativas geopolticas
recientes incluyen el fin de la Guerra Fra, el consiguiente
desplome del comunismo, la llegada del Siglo del Pacfico,
las supuestas amenazas a la cohesin social y poltica planteadas por los "refugiados econmicos" y quienes buscan
asilo, y la aparicin de las llamadas identidades "tribales"
13 Los mecanismos a travs de los cuales esto ha sucedido no son claros. Podra
haber ocurrido mediante el efecto multiplicador de eventos micro sobre las
tendencias evolutivas en una coyuntura marcada por una indeterminacin
decisiva (subdeterminacin) y/ o mediante intervenciones decisivas en un perodo de crisis. Por crisis entiendo un momento en el desarrollo de un sistema
en que una intervencin intencional y decisiva de los agentes (est localizada
dentro o afuera del sistema) puede establecer una diferencia importante para
la estructura o desempeo de ese sistema.
186
no coextensivas con las fronteras de los Estados nacionales. Se dice que el fin del rgimen de seguridad bipolar
atena la necesidad de que los Estados nacionales se
alineen con una u otra superpotencia nuclear y de que
subordinen sus dems intereses a la seguridad militar.
Sin embargo, como esta ltima necesidad ha llegado a
ser menos urgente, se considera que las cuestiones econmicas, tecnolgicas y ecolgicas son ms importantes
para el inters nacional. La lucha entre el capitalismo y
el comunismo como sistemas mundiales en competencia
es remplazada por la lucha entre versiones alternativas
del capitalismo. En este contexto, la competencia entre
Estados nacionales se redefine en favor de cuestiones
econmicas y tecnolgicas civiles ms que en favor de
intereses militares, y los discursos sobre la seguridad se
reorientan hacia los riesgos ambientales, el desarrollo
sostenible y el control de los flujos de migracin transnacionales. Todo esto se refleja en la reorientacin de la poltica exterior hacia temas ecolgicos, econmicos y tecnolgicos, as como a la importancia creciente de los temas externos en muchos campos de la poltica domstica. Adems,
una vez se degrada el papel tradicional de la soberana del
Estado nacional en la defensa externa, muchas de sus dems funciones tambin se desplazan a otros niveles polticos. Dados estos cambios en la geopoltica y la importancia
creciente de la geoeconoma, se dice que, para muchos propsitos, el "Estado regin" [HMAE, 1991] y/ o el "territorio
transnacional" [SASSEN, 1994] llegan a ser ms importantes
que el Estado nacional [HORSMAN y MARSHALL, 1994; y
KENNEDY, 1993].
Tanto a nivel individual como en conjunto, estas metanarrativas geoeconmicas y geopolticas parecen llevar a
que el Estado nacional de la postguerra sea relativamente redundante e ineficaz en trminos econmicos, y a legitimar el inters cada vez mayor en la lgica de los mercados internacionales a expensas de otras cuestiones.
De este modo, los sntomas de la crisis del modo de crecimiento fordista atlntico socavan el estatus indiscutible de la economa nacional como objeto clave del manejo econmico en los Estados Unidos, el Canad y la Europa Noroccidental de la postguerra. Este modo de crecimiento se ha fragmentado y reestructurado bajo el impacto de la internacionalizacin, el cambio tcnico y los cam187
bias de paradigma, llevando a que algunas partes se integren cada vez ms dentro de espacios econmicos
transnacionales y a que otras sufran una exclusin, incluso de la economa nacional, que las lleva a su involucin y decadencia. Polticamente, el final del sistema de
seguridad bipolar libera a los movimientos regionales para
que disputen la primaca del Estado nacional y afirmen
otras prioridades. Esto lleva a que los gobiernos centrales
desarrollen polticas econmicas que buscan reducir el
atractivo de los movimientos devolucionistas o secesionistas; polticas que incluyen iniciativas de desarrollo econmico regional o local tendientes a la regeneracin econmica y a la creacin de redes econmicas de seguridad
dentro de los lmites de la crisis fiscal del Estado. En
ambos respectos, segn la afirmacin hoy clsica de Daniel Bell, el Estado-nacin es demasiado pequeo para
resolver los grandes problemas y demasiado grande para
resolver los problemas pequeos, frente al mundo moderno [BELL, 1987]. Ya no es tan obvio que ste sea el actor
principal e indiscutible en la poltica internacional o domstica. Este hecho induce, a su vez, no slo la expansin de formas de gobierno supranacionales y subnacionales sino tambin la bsqueda de nuevas formas de
governance capaces de resolver los problemas asociados
a las soluciones de mercado puro o a las soluciones jerrquicas y burocrticas. Estos paradigmas polticos y econmicos se relacionan estrechamente y comparten el inters de incluir el surgimiento de la "ciudad empresarial"
en un contexto de cambio econmico y poltico (inter)nacional ms amplio.
EL REDISEO DE LA GOVERNANCE URBANA
Fosler tambin seala que esta gama de nuevas responsabilidades estatales no puede ser cumplida a satisfaccin por una agencia estatal nica; que se necesitan diversas agencias; y que tampoco puede ser cumplida nicamente por el Estado. Por el contrario, la reorientacin estratgica del Estado requiere dos condiciones: a) Que la
189
La prdida de presupuestos sobre la naturaleza de la economa nacional y del Estado nacional se refleja en tres cambios que a menudo se identifican con la organizacin de las
actividades econmicas del Estado nacional: a) El paso de
medidas de redistribucin econmica y social nacionalmente
determinadas, localmente sustituidas y orientadas al bienestar y a una intervencin amplia -(supra)nacionalmente
facilitada y localmente determinada - del lado de la oferta
en la economa local y regional en su sentido ms incluyente, socialmente incorporado y socialmente regulado; b) Un
cambio en los mecanismos de govemance econmica, desde
la bifurcacin del mercado y el Estado tpica de la postguerra hasta nuevas formas de coordinacin poltica basadas
en redes que cruzan y cortan las anteriores fronteras "privado-pblico" e involucran jugadores econmicos claves de
las economas locales y regionales, as como tambin de las
economas nacionales y, cada vez ms, internacionales; y c)
El paso consiguiente de un paradigma poltico supuestamente fordista, keynesiano y de bienestar a otro que enfatiza
la flexibilidad, la innovacin y la capacidad empresarial.
Estos cambios, en su combinacin en los niveles regional o
190
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do nacional, con lo cual refuerzan la tendencia al "vaciamiento". Al tratar de reforzar su influencia poltica en estos
aspectos, tambin buscan desarrollar una masa crtica de
agencias diversas involucradas en la descentralizacin econmica a diferentes niveles administrativos: la ciudad, la
red de ciudades, el rea administrativa, la regin, el Estado
y el nivel de la Unin Europea [DOMMERGUES, 1992, 11-12].
La misma Comisin Europea ha cultivado desde hace algn
tiempo los vnculos con las autoridades locales o regionales
y con las agencias de govemance para aumentar su propio
poder frente a los gobiernos nacionales. Tambin promueve
la formacin y consolidacin de regiones especficas (incluyendo regiones fronterizas internas, "regiones virtuales"
basadas en intereses similares ms que en la contigidad, y
regiones que se extienden ms all de la Unin Europea,
hasta Europa Oriental y Central) mediante sus propias intervenciones directas y su promocin de asociaciones territoriales y funcionales [MURPHY, 1993; sobre las regiones
virtuales, ver: BOISIER, 1994]. Esto puede verse en la estrategia de una "Europa de regiones" en la medida en que la
Comunidad Europea se ala realmente con regiones
subnacionales para identificar posibles espacios econmicos y polticos para un nuevo ordenamiento poltico basado
en la subsidiariedad (subsidiarity) ms que en la soberana.
Aunque los fondos disponibles para esas actividades patrocinadas por la Comunidad Europea son pequeos en comparacin con los recursos nacionales (para no compararlos
con la magnitud de los problemas involucrados), tienen una
gran importancia simblica y ejercen un importante
apalancamiento poltico (si no econmico) [TbMMEL, 1992].
Segundo, hay una tendencia general hacia la desestatizacin de los regmenes polticos. Esta tendencia estructural se refleja empricamente en el paso del gobierno a
la govemance en diversas escalas territoriales y a travs
de diversos dominios funcionales. No debe pensarse que
esta afirmacin significa que los gobiernos no confiaron
anteriormente en otras agencias para ayudar a conseguir
los objetivos estatales o proyectar el poder estatal ms all
del aparato formal del Estado; lo que est en juego, ms
bien, es el reordenamiento de la relacin entre gobierno y
govemance dentro del sistema poltico global y, en conjunto
con la primera tendencia, mejores mecanismos de governance transterritoriales e internacionales en los nive192
14 Esta presuncin fue destacada particularmente por Jane Jacobs en su trabajo sobre las ciudades y la riqueza de las naciones [1984].
15 Esta presuncin se asocia particularmente con la escuela de la regulacin de
Grenoble, especialmente con el trabajo de De Bernis [1988].
195
nmico y una balanza de pagos manejable. Entre las respuestas a esas dificultades hubo un resurgimiento del proteccionismo para defender la economa nacional (o, al menos, los llamados sectores "decadentes" ["sunset" sectors] y
sus empleos correspondientes) y/o intentos de delimitar un
espacio econmico ms amplio dentro del cual poda renovarse la "reproduccin-desregulacin" (con frecuencia e inicialmente, en un contexto poltico neoliberal amplio). Aunque el proteccionismo mantuvo la economa nacional como
objeto principal de la gestin econmica, la cooperacin
supranacional socav su estatus indiscutible a este respecto. Esta ltima tendencia se reforz en la medida en que se
consider cada vez ms que las economas locales y regionales tenan problemas especficos propios que no podan
resolverse con polticas macroeconmicas nacionales ni con
polticas meso o microeconmicas impuestas de modo uniforme. Esto alent las demandas de polticas urbanas y regionales diseadas y formuladas especficamente para ser
implementadas desde abajo, con o sin el patrocinio o la
facilitacin nacional o supranacional.
La forma del Estado nacional asociada al fordismo atlntico tambin ha entrado en crisis. El Estado soberano
ha sido cuestionado por el desarrollo de un "gobierno
grande", supuestamente sobrecargado, por una crisis de
legitimidad a medida que el Estado ya no parece capaz
de garantizar el pleno empleo y el crecimiento econmico, y por la aparicin de una crisis fiscal que amenaza
erosionar el Estado de Bienestar. Estas tendencias a la
crisis fueron agravadas por los conflictos crecientes entre Estados locales y gobierno central y por la crisis de
los regmenes internacionales organizados bajo la hegemona estadounidense, que se tradujo en una menor capacidad para asegurar las condiciones de un eficaz desempeo econmico y poltico de los Estados nacionales. Tambin hubo una crisis de las formas de representacin poltica basadas en "partidos de gobierno", "sindicalismo negociador" y asociaciones de capitalistas, y aparecieron "nuevos movimientos sociales" que desafiaban la lgica industrial del fordismo atlntico y la lgica estatista del bienestar
keynesiano y favorecan formas alternativas de organizacin
poltica y econmica y una sociedad civil antiburocrtica,
autnoma y politizada. Estos y otros cambios (sobre los cuales puede verse, por ejemplo: JESSOP, 1995) han contribuido
196
16 Esta ventaja evolutiva debera entenderse en trminos schumpeterianos: capacidad para innovar y aprender en un ambiente cambiante.
197
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203
205
NDICE ANALTICO
Accin:
colectiva, 160
Actores:
polticos, 160, 161
Acumulacin:
estrategias de, 76-77
extensiva, 33
fordista, 22, 28, 33,
36, 39, 78
intensiva, 33-34
Agentes sociales, 109
Alemania, 31, 36, 121
Aparato:
Estado, de, 101, 107-108
militar represivo, 106
rea Norteamericana de Libre
Comercio, 73
Arte de gobernar, 142-143
Asia del Este, 66
Austria, 28
Auto-orgfmizacin, 147-r50,
198-199
Autocentrismo, 39
Autoridad, 84, 121, 191-193
Automotores:
sector de, 22
Autopoiesis, 125, 148
Auto-regulacin, 141, 147
Autoritarismo, 143
e
Canad, 28, 187
Capacidad empresarial, 180,
182, 190
Capital:
acumulacin de, 33-36, 139
autovalorizacin del, 119,
180
circuito del, 21-22
circuitos globales de, 71
riesgo, de, 70, 82, 193
valorizacin del, 65,
auto-Valorizacin del, 119, 180
Capitalismo:
reproduccin econmica y
207
208
Coordinacin:
inter-organizacional, 159
organizacional, 163, 190
social, 152, 155
Corea del Sur, 86
Corporativismo:
empresarial, 92
Corrupcin, 104, 143
Crecimiento:
modelo fordista de, 72, 85
potencial, 85
Crdito:
consumo, de, 22, 24
masivo, 24
privado, 24
Crisis fiscal, 48, 85, 188, 196
Cuenta corriente:
desequilibrios de la, 79
Cultura:
burocrtica, 112
empresarial, 88, 90,
179, 184, 194
D
Demanda:
agregada, 24
global, 45
Desarrollo:
sostenible, 187
Desestatizacin, 191
Desnacionalizacin, 190
Desregulacin, 87, 92,
165, 196
Dinamarca, 28
Dinero, 24, 47, 75, 77
Discurso:
anlisis del, 15, 99,
125, 178
econmico, 76
teora del, 102
Diseo:
constitucional, 156, 165
'_,
Economa(s):
abierta, 73, 75
constitucin imaginaria
de la, 181
evolutiva, 138, 142
global, 67-69, 71, 74,
76, 84, 88, 95
institucionalista, 140
integral, 25, 64, 65,
139, 158
local, 10, 81, 162,
178, 190, 193
moderna, 120
nacional, 33, 34, 65,
71, 72, 78, 181, 185,
195, 196
poltica, 7, 14, 102, 135,
154, 156, 199
Econmica:
austeridad, 66
expansin, 35, 66, 70, 79
Economicismo, 114, 159
Empleo:
temporal, 85
tiempo- completo, de, 85
Enpresa(s):
fordista, 22, 23
industriales, 23
transnacionales, 51
vacas, 80
Empresarialismo, 76
Empresarios:
polticos, 184
Esfera:
domstica, 115
privada, 115, 116
pblica, 115
Especializacin flexible, 31,
33, 44, 51, 90, 179
Estado:
administradores del, 103108, 127
ausencia de, 121
autonoma del, 67, 105, 118
control del, 11 O
debilidad del, 121
forma del, 11, 94, 196
fortaleza del, 121
funciones del, 52, 68, 69,
104, 106, 115, 117
gendarme, 11, 11 O
integral, 25
local, 27, 28, 51,
82, 83
papel del, 12, 15, 26,
28, 47, 75, 76, 81, 104, 152
poltica del, 106
-teora gramsciana del, 64
teora machista del, 103
vaco, 80
Estado capitalista, 13, 15,
16, 69, 74, 99, 101, 124
Estado de Bienestar
Keynesiano, 15, 24, 63-78,
93, 196
Estado de Competencia, 1 77
Estado de Trabajo
Schumpeteriano, 15, 63-78,
95, 179
Estado liberal burgus, 115
Estado moderno, 104, 106,
111, 112, 115, 116, 120
Estado-nacin, 9-11, 81,
99, 110
Estado sin Estado, 118-119, 125
Estados depredadores, 122
209
F
\
Falocracia, 113
Fascismo, 36, 39
Feminismo:
marxista, 99, 112-115
Flexibilidad, 21, 43-46, 51, 72
Ford, Henry, 19, 23, 30
Fordismo:
atlntico, 69, 143, 162,
186, 195, 196
crisis del, 40-48, 54, 79,
82, 84, 86
defectuoso, 31
Fordista:
modo de regulacin, 40
Formaciones sociales, 106, 125
Foucault, Michel, 108-111,
141, 149
Fraternalismo, 112
Fuerza de trabajo:
reproduccin colectiva de la, 22
reproduccin privada de la, 22
reproduccin social de la, 26, 76
Fuerzas:
sociales, 125-126
Fujitsuismo, 54
Funcionalismo, 49, 94,
103, 147, 147
G
Gnero:
desigualdades de, 114
mecanismos de, 113
210
H
Homestasis, 147
I
Identidad, 147
Imaginario poltico, 11 7
Imperialismo, 116
Importaciones:
sustitucin de, 194
Industrias:
decadentes, 80
Industrialismo, 105, 110
Innovacin( es):
promocin de, 66, 76
sociales, 181
Inteligencia organizacional, 90,
163, 190
Internacionalizacin:
flujos monetarios, de los, 71
Inversin:
externa, 71
extranjera, 80
Inversiones:
mviles, 182
\
Japn,
31, 36, 37, 41, 73, 78, 86, 95
Jerarquas:
corporativas unitarias, 140
enmaraadas, 141
Mercancas:
ideolgicas, 26
Meta-govemance, 165, 198,
199, 200
Metanarrativas, 184-186
geoeconmicas, 184
institucionales, 185
Microelectrnica, 38, 42
Micropoder, 11 O
Militarismo, 110, 116
Misoginia, 112
Modernizacin, 26, 45,
48, 107
Moneda, 14, 24, 77, 163
internacional, 77
nacional, 77
Movimientos sociales, 10, 26,
48, 143, 196
Multinacionales, 71
K
N
Libre mercado, 88
Lnea de ensamblaje, 20, 30, 38
Lucha de clases,
40, 54, 103, 105, 139, 157
M
Manufactura:
flexibilizacin de la, 42-43
Maquiavelo, Nicols, 104
Masculinidad:
culto a la, 116
Mercadeo, 20, 24, 26
Mercado:
interno, 28
NAFfA, 191
Narracin, 182
Narrativas, 182, 187
geopolticas, 184
institucionales, 184
personales, 184
pblicas, 183, 184
sociales, 182
N arratividad:
ontolgica, 182
Nazismo, 36
Negociacin:
colectiva, 23, 37, 46, 78
salarial, 22, 23
Neocorporativismo, 89, 92
Neoestatismo, 90, 99, 103,
104, 106, 107, 125
Neofordismo, 41, 43
Neoliberalismo, 12, 87, 88,
92, 161, 194
Neomercantilismo, 91
211
Normalizacin:
disciplinaria, 11 O
Norteamrica, 66, 77, 83,
95, 183
o
Oferta:
intervencin de la, 79
Organizacin militar, 104
\
p
Pases recientemente
industrializados, 70
Partidos:
gobierno, de, 28, 196
Paternalismo, 112
Patriarqua, 113, 114
Planeacin:
macroeconmica, 85
Pluralismo, 103
Plusvala relativa, 23, 34
Poder( es):
desplazamiento de, 80
desptico, 122
estatal, 107, 109, 140,
180, 192
infraestructura!, 119, 122
jurdico-poltico, 108
legal, 108
local, 109
microfsica del, 103, 125
militar, 106
social, 107, 125
Polica, 110, 113
Poltica(s):
bienestar, de, 82
econmica, 12, 75, 76,
88, 186, 191, 194, 195
local, 145, 193
macroeconmica, 71
social, 10, 66, 76, 80, 194
212
Post-liberalismo, 40
Postmodernismo, 102
Prctica:
poltica, 118, 144
Precios:
estabilidad de, 71
Privatizacin, 27, 87
Produccin:
costo de, 78
en serie, 20-24, 31-34,
39-45, 89, 179
flexible, 33, 42, 44,
48, 72
masiva, 52, 72, 78, 82, 85
Productividad, 20-23, 27, 34,
35, 37, 39, 44
Propiedad privada, 2 7, 115
Proteccionismo, 195-196
Proyectos:
sociales, 120
Publicidad masiva, 24
R
CJ
i
Regulacin: 135-176
econmica, 11, 68, 142,
143, 145, 146, 151,
153, 155, 164
modo econmico de, 150,
153
modo local de, 145
modo social de, 14, 84,
142, 143, 151, 153, 164
objetos de, 51, 159
social, 64, 65, 68, 84, 88
teora de la, 16, 64, 93, 102,
138, 149, 151, 153, 156
Relacin( es):
econmicas, 44, 151, 157,
163, 195
salarial, 22, 23, 39, 45, 51,
151, 156
sociales, 22, 26, 41, 52,
112, 113, 146, 151, 157, 180
Representacin:
colectiva, 118
poltica, 196
Reproduccin:
econmica ampliada, 25
social, 26, 75, 86
s
Salario(s), 21, 23, 34, 37,
39, 44, 78, 86, 88, 146
aumento de, 21
forma del, 84
individual, 26
mnimo, 23
social, 46
Schumpeter, Joseph-Alexis, 7 4,
182
Sector( es):
estatal, 87
manufactureros, 32
privado, 48, 87, 162, 189
pblico, 44, 87, 122, 200
Seguridad:
crisis de la, 85
econmica, 119
interna, 119
social, 85, 88
tecnolgica, 119
Selectividad:
discursiva, 185
estratgica, 116, 160, 180, 185
estructural, 101, 123, 125
Sexualidad, 112
Sindicatos, 23, 28, 37, 43,
82, 89, 193
masivos, 37, 89
Sistema(s):
complejos, 147, 148
de gobierno, 105
econmico, 43, 102
estatal, 85, 102, 110, 123
estatales supranacionales, 80
legal, 119
poltico, 25, 103, 104,
107, 118, 119, 120, 123,
125, 163, 192
sociales, 147, 148
teora de, 120, 146, 147
Soberana:
centralizada, 108
estatal, 108, 109
nacional, 80, 200
perforada, 84
poltica, 108
Sociedad:
burguesa, 102
civil, 64, 196
empresarial, 144, 184
organizacin disciplinaria
de la, 103
poltica, 25, 64, 102,
145, 180
Societalizacin, 20-27, 38, 48,
52, 148, 151, 153, 161
Spiithkapitalsmus, 54
213
Subconsumo, 21, 78
crisis de, 21, 78
Subjetividad, 112
Subsuncionismo, 114
Suecia, 28, 29, 57
T
Taiwn, 85
Thatcherismo, 91, 161
Taylorismo, 36, 43, 44
Tcnicas:
fordistas, 21, 27, 31
Tecno-econmico:
paradigma, 68, 72
Tecnologa(s):
centrales, 70
marina, 81.
nodales, 70
transferencia de, 70, 71, 82,
91, 92, 191
Tercer Mundo, 44, 143
Territorio:
transnacional, 187
Tocqueville, Alexis de, 104
Trabajador( es):
colectivo, 22, 45
masivo, 20, 44, 45
nodales, 46
periferia, de la, 46
Trabajo:
divisin tcnica del, 20, 32
fuerza de, 21, 22, 27, 42,
65, 76, 85
mercado de, 31, 37, 48, 66,
76, 82, 90, 194
proceso de, 14, 20, 23,
26, 38-44, 50-52, 153, 180
semicalificado, 20, 23
Triadizacin, 178, 184, 198
Turismo, 26, 189, 191
214
u
Unin Sovitica, 35, 51
V
Valor:
forma, 14, 150
Ventajas competitivas:
dinmicas, 181
estticas, 181
Vigilancia:
tcnicas de, 110
Violencia:
constitucionalizada, 111
masculina, 115
Voluntad colectiva, 180
w
Weber, Max, 104
Worlefare, 63, 75, 79, 88, 95,
178, 194, 203