Messiaen PDF
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SECCIN A
La primera observacin que hacemos es que el violn y el chelo llevan las
mismas melodas pero a distancia de octava menos en los c.14-16 y en los ltimos 5
compases. De esta manera podemos separar en tres lneas diferentes los instrumentos;
por una parte, como antes he nombrado, el violn y el chelo, por otra parte, de
individual el clarinete y luego el piano. Cada instrumento llevar motivos
caractersticos de cada uno.
Lo primero que encontramos es la entrada del piano en fff y con la indicacin
de carcter Robuste tocando un acorde de seis notas.
c.2
c.4-7
Lo que nos llama la atencin de esta seccin son los numerosos cambios de
tempo hay; en tan slo 18 compases encontramos siete cambios en la aggica, aunque
siempre son los mismos, Modr- Presque Vif.
SECCIN B
La seccin B, muy contrastante a la anterior, est formada por dos planos
sonoros; por una parte, el violn y el chelo desarrollan una meloda a modo de canto
llano, muy lineal, sin cambios bruscos en los ritmos y en la dinmica; paralelamente, el
piano desarrolla una textura imitando el sonido de un carrilln.
Las indicaciones impalpable, lejano y gotas de agua en el arcoris nos deja
ver muy claramente el carcter que Messiaen buscaba. El piano desarrolla un flujo de
semicorcheas incesante durante toda esta seccin, empezando desde el agudo y
descendiendo como si de una gota se tratara.
Motivos organizados de
cuatro en cuatro.
C.22
L
M
x
C.44-48
SECCIN A
Observamos que los ultimos siete compases de este movimiento (c.49-55) son
casi iguales a los compases del comienzo 12-18; mientras que en la seccin A el violn y
el chelo realizan una escala ascendente, en A la hacen descendente, al igual que las
entradas en los trinos, van desde el grave al agudo. El piano, de una manera similar
hace lo mismo. En el c.53, realiza un arpegio descendente, a diferencia de la primera
seccin, que el arpegio es ascendente. Finalmente en el comps c.54 sucede lo mismo,
hace el movimiento contrario a la parte A.
Viendo este movimiento desde una perspectiva no tan detallista, podemos ver
una clara simbologa en la forma. Por una parte tenemos la vida terrenal, representada
aqu por A y por A, secciones speras y efmeras. La parte A asciende hasta la parte B,
como si del cielo se tratara; mientras en la parte B, vemos el ttulo de la obra, Vocalise,
que se refiere a un canto llano. Vemos el ngel, representado por el chelo y el violn,
en una tesitura muy aguda, representando lo inalcanzable y lo etreo, a la vez que el
piano construye armonas descendientes como si del cielo se tratara. Para finalizar, lo
que antes haba ascendido en la seccin A, esta vez desciende para dar regreso a la
vida terrenal.