Manuel Maples Arce
Manuel Maples Arce
Manuel Maples Arce
Estudió en la Escuela Libre de Derecho de México y literatura francesa e historia del arte en la
Universidad de París.
Fue diputado local en Veracruz y al terminar su gestión, en 1930, emigró a París para estudiar
derecho diplomático.
Después de ejercer labores políticas en Secretaría de Educación Pública y como diputado federal
Maples Arce inició su carrera diplomática en 1935. Los países en los que representó a México,
desde muy distintos cargos y hasta llegar al puesto de embajador, fueron Bélgica, Polonia, Italia,
Inglaterra, Panamá, Chile, Colombia, Japón, Canadá, Noruega, Líbano y Paquistán.
Fue autor de poesía, narrativa y ensayo sobre literatura y arte. Algunos de sus libros son: Rag.
Tintas de abanico (1920), Andamios interiores (1922), Urbe (1924), Poemas interdictos (1927), A la
orilla de este río (1964), El paisaje en la literatura mexicana (1944), El arte mexicano moderno
(1945), Incitaciones y valoraciones (1957) y Ensayos japoneses (1959).
Manuel Maples Arce (Papantla, Veracruz, México, 1898 – 1981) fue un poeta, abogado,
diplomático y escritor mexicano, fundador del Estridentismo en la década de los años 20.
Máximo representante del movimiento vanguardista conocido como estridentismo. Realizó sus
estudios de derecho en la Ciudad de México y en 1925 fue nombrado secretario general del
gobierno de Veracruz. Ocupó varios cargos diplomáticos en Europa y Latinoamérica. Maples Arce
se dio a conocer como poeta en obras como Rag. Tintas de abanico (1920), Andamios interiores
(1922), con la que inicia el estridentismo, y Urbe (1924), que él calificó como “superpoema
bolchevique en cinco cantos”.Su compromiso radical no se apagó después de la II Guerra Mundial
y su obra entró en un realismo social más comprometido, si cabe, que en la etapa vanguardista. Lo
que cambió fue su visión y esperanza, que se hicieron más sombrías. Así se ve en Memorial de la
sangre (1947) y en La semilla del tiempo (1971), obra en la que recoge poemas de distintas épocas
de su vida. En prosa escribió su autobiografía: A la orilla de este río (1964).Entre sus ensayos sobre
literatura y arte destacan: El paisaje en la literatura mexicana (1944), El arte mexicano moderno
(1945), Incitaciones y valoraciones (1957) y Ensayos japoneses (1959)..
(Papantla, 1898 - ciudad de México, 1981) Poeta mexicano, fundador del estridentismo. Estudió
la primaria en Tuxpan y la preparatoria en Jalapa y Veracruz, donce escribió para los diarios El
Dictamen y La Opinión. En 1920 se mudó a la capital, donde se obtuvo el título de abogado en la
Escuela Libre de Derecho (1925).
Años atrás había publicado Actual núm. 1, primer manifiesto estridentista, al que siguieron
varios poemas de vanguardia, publicados en la revista Cosmópolis, de Madrid, y el libro
Andamios interiores en México, con el que intentó una revolución literaria, al romper con la vieja
tradición poética y experimentar nuevas formas de expresión. Más tarde, publicó Urbe, Poemas
interdictos (considerado por el crítico Luis Mario Schneider como "uno de los poemarios más
relevantes de la vanguardia en castellano"), y Metrópolis.
Desde los veinte años se involucró en la vida política del país y contribuyó enormemente a
promover la publicación de textos literarios y educativos. Fue secretario general en el gobierno
de Veracruz (1925-1928), periodo en que publicó la revista Horizonte. En 1930 viajó a París para
estudiar derecho diplomático, historia y literatura en la Sorbona. A su regreso fue consejero
técnico de Narciso Bassols, secretario de Educación Pública, y diputado al Congreso de la Unión
por el distrito de Tuxpan (1932-1934).
PRISMA
1
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/m/maples.htm
equidistante al grito náufrago de una estrella.
Un parque de manubrio se engarrota en la sombra,
y la luna sin cuerda
me oprime en las vidrieras.
Margaritas de oro
deshojadas al viento.
naufragaba en el agua
del silencio.
Tú y yo
Coincidimos
en la noche terrible,
meditación temática
deshojada en jardines.
Locomotoras, gritos,
arsenales, telégrafos.
El amor y la vida
son hoy sindicalistas,
PUERTO
2
http://www.poemasde.net/paroxismo-manuel-maples-arce/
escucho sus lamentos
y sus ruegos.
Apruo su recuerdo
hasta el fondo
del éxtasis,
y laten en el pecho
los colores lejanos de sus ojos.
Allá lejos,
el panorama maldito.
En el jardín interdicto
-azoro unánime-
el auditorio congelado de la luna.
Y los aviones,
pájaros de estos climas estéticos,
no escribirán su nombre
en el agua del cielo.
Puerto3
PRISMA
naufragaba en el agua
del silencio.
Tú y yo
Coincidimos
en la noche terrible,
meditación temática
deshojada en jardines.
Locomotoras, gritos,
arsenales, telégrafos.
El amor y la vida
son hoy sindicalistas,
VRBE
(fragmento)
IV
Entre los matorrales del silencio
la oscuridad lame la sangre del crepúsculo.
Las estrellas caídas
son pájaros muertos
en el agua sin sueño
del espejo.
Y las artillerías
sonoras del atlántico
se apagaron,
al fin,
en la distancia.
Sobre la arboladura del otoño,
sopla un viento nocturno:
es el viento de Rusia,
de las grandes tragedias,
y el jardín;
amarillo,
se va a pique en la sombra.
súbito, su recuerdo
chisporrotea en los interiores apagados.
Sus palabras de oro
criban en mi memoria.
Los ríos de las blusas azules
desbordan las esclusas de las fábricas
y los árboles agitadores
manotean sus discursos en la acera.
Los huelguistas se arrojan
pedradas y denuestos,
y la vida es una tumultuosa
conversión hacia la izquierda.
Al margen de la almohada,
la noche es un despeñadero;
y el insomnio
se ha quedado escarbando en mi cerebro
Vrbe, 1924
PUERTO
« Carlos Álvarez
La poesía de Manuel Maples Arce (1900-1981 6), fundador del estridentismo, movimiento de
vanguardia mexicano que pretendió conjugar la modernidad del futurismo con la irreverencia
Dadá, se caracteriza por su gran variedad de registros y su constante inquietud de renovación.
Estoy a la intemperie
de todas las estéticas;
operador siniestro
de los grandes sistemas,
tengo las manos
llenas
de azules continentes.
6
http://poeticas.es/?p=145
Aquí, desde esta borda,
esperaré la caída de las hojas.
La aviación
anticipa sus despojos,
y un puñado de pájaros
defiende su memoria.
Canción
florecida
de las rosas aéreas,
propulsión
entusiasta
de las hélices nuevas,
metáfora inefable despejada de alas.
Cantar
Cantar.
Todo es desde arriba
equilibrado y superior,
y la vida
es el aplauso que resuena
en el hondo latido del avión.
Súbitamente
el corazón
voltea los panoramas inminentes;
todas las calles salen hacia la soledad de los horarios;
subversión
de las perspectivas evidentes;
looping the loop
en el trampolín romántico del cielo,
ejercicio moderno
en el ambiente ingenuo del poema;
la Naturaleza subiendo
el color del firmamento.
ARS POÉTICA
Hay algo todavía que no debo callar.
Es siempre preferible solamente gustar
a unos cuantos selectos que a mil de lo vulgar.
No busques a la Plebe, no sigas las charangas.
No creas que la poesía es un juego de mangas.
Tampoco el espejo del tiempo en que te ves.
Es lo real absoluto como dijo un romántico.
¿El rosal, la mujer, la estrella de mi cántico
o la viva nostalgia de lo que pudo ser?
Poesía es lo que es.
Son Las flores del mal, de Carlos Baudelaire,
Rimbaud, Nerval, Stéphan Mallarmé,
maestro de la ausencia y el imposible ¿qué?
Cendrars, Apollinaire.
Incluyo a las Españas:
A Jorge Manrique, el de la muerte sentida,
Góngora, Quevedo, quien dijo del Osuna:
“Su tumba son de Flandes las campañas
y su epitafio la sangrienta luna”,
Juan Ramón, andaluz de universal medida,
García Lorca, el gitano, eterno asesinado,
Aleixandre, el Nobel de vendimias extrañas,
el segundo Machado, el del tiempo y la vida.
A México también con Ramón López Velarde,
el primero en Zozobra, sin desdén para tantos
de un afán infinito, cuyo corazón arde
bajo el cielo sediento de pájaros y hechizos
en las altas planicies, y los que nuevos cantos
trajimos de los ríos de viejos paraísos.
La poesía es lo que vive más que una sepultura.
Es la pura excepción. Un soplo de altura.
La flor invulnerable a la espada temida.
El último reducto que nos deja la vida.
Es angustia, horizonte, anhelo del confín.
EL POETA Y EL CIEGO
En «El oro de los días», de «Poemas no coleccionados, 1919-1980», La semilla del tiempo, 1981.
Etiquetas:estridentismo, vanguardia, XX