El Lazarillo de Tormes
El Lazarillo de Tormes
El Lazarillo de Tormes
Es una novela picaresca española anónima, cuyo título completo es “La vida
de Lazarillo de Tormes, y de sus fortunas y adversidades”. Fue publicada en el año
1554. Es la biografía de un pícaro que sirve a diversos amos aprovechándose
invariablemente de ellos. Es una novela breve dividida en siete tratados y que
comienza con un prologo.
Personajes:
Tiempo: Cualquiera que sea el marco temporal del Lazarillo (sus referencias
históricas tanto pueden aludir a hechos ocurridos en 1510 - 1525 como en 1520 -
1538), la historia de sus fortunas y adversidades se desarrolla en la primera mitad
del siglo XVI y prolonga su vida literaria en la novela picaresca de los siglos XIV y
XVII.
Resumen:
Prólogo
TRATADO PRIMERO
TRATADO SEGUNDO
Tras dejar al ciego Lázaro comienza a mendigar y dio con un clérigo que
necesitaba un ayudante para dar la misa, así que se quedó con él. Pero éste era
muy avaro y lo trataba muy mal, sólo comía bien cuando iban a algún entierro.
Llegó el momento en el que Lázaro se cansó, y decidió robarle al clérigo el pan de la
misa para poder comer. Para poder conseguir el pan, el sacó una copia de la llave
del baúl dónde estaba el pan, y lo saco una noche, y se lo comió. Lázaro se lo comía
y ponía la excusa de que los ratones entraban por los agujeros. Al poco tiempo el
clérigo puso trampas, pero como el pan seguía desapareciendo empezó a
sospechar de una culebra que anteriormente había estado rondando por allí.
Lázaro, temiendo que le descubriese, se metía la llave en la boca, pero una
noche se le atravesó y empezó a silbar como una culebra. Su amo, asustado pegó
un garrotazo donde estaba el silbido, fue a buscar una luz y descubrió que le había
dado a Lázaro en la cabeza y que este tenía la llave en la boca. Así que cuando se
recuperó el clérigo lo despidió de su trabajo y lo hecho de allí.
TRATADO TERCERO
Lázaro llegó a Toledo, donde, por quince días, vivió de limosnas. Un día, se
encontró con un escudero y al ver su vestidura, Lázaro accede sin objeción, pero,
tras llegar a una casa oscura, lóbrega y triste, que es donde se aloja, se da cuenta
de que en realidad se halla en la total miseria y que pretende disimular su
situación.
Para poder comer, Lázaro tuvo que mendigar, y darle parte de lo que recibía
al escudero. Un día el gobierno de esa área prohibió el mendigar por las calles, y
Lázaro, por suerte, consiguió comida a través de unas vecinas. El escudero estuvo
sin comer por ocho días, hasta que consiguió un real para mandar a Lázaro a
comprar
comida al mercado.
Más tarde los dueños de la casa del escudero vinieron a cobrar el alquiler de la
casa, pero el escudero se excusó y desapareció. Lázaro se quedó una vez más sin
amo.
TRATADO CUARTO
TRATADO QUINTO
El quinto amo de Lázaro fue un buldero, que resulto ser un estafador pues
estaba aliado con un alguacil para conseguir que la gente comprara bulas. Viendo
que nadie las compraba decidieron inventarse una pelea una pelea ficticia en la
cual el buldero hace creer a la gente que el alguacil no se muere gracias a Dios ya
que el alguacil había comprado una bula. Después de cuatro meses y de ver de lo
que su amo era capaz de hacer, decidió alejarse de él.
TRATADO SEXTO
Estuvo con otro amo que pintaba panderos pero lo dejó porque sufría mucho.
Una vez, Lázaro entró a una Iglesia, dónde se encontró con un aguador,
siendo éste su próximo amo. El aguador le dio a Lázaro un asno y cuatro cántaros
de agua para ir a vender agua por la ciudad. Este fue el primer trabajo que tuvo
Lázaro dónde ganaba comisiones todos los sábados. Estuvo en esas condiciones por
cuatro años, y, ahorrando poco a poco, pudo comprarse su primera espada y ropa
usada. Después de haber mejorado su apariencia, Lázaro le dijo a su amo que no
quería seguir con el trabajo y se fue.
TRATADO SÉPTIMO
Después Lázaro se asentó con un alguacil. Duró muy poco con él, porque le
pareció que el oficio de su amo era peligroso. Luego, consigue el oficio de
pregonero de Toledo, cargo con que espera tener descanso y ganar algo para la
vejez. El arcipreste de San Salvador le propone que se case con una criada suya, lo
que Lázaro hace gustoso. Vivía muy bien con su nueva esposa, en una casa al lado
del arcipreste. Luego comenzaron a formarse cuentos sobre su esposa y el
arcipreste. La mujer de Lázaro lloró mucho por estos cuentos, pero Lázaro la
tranquilizó. El decide no hacerle caso a los cuentos para que no hubiera una
intervención en su felicidad. Finalmente llegó a un período de estabilidad en su
vida, y para él no había nada mejor.