El documento explica las causas del conflicto armado interno en Perú entre 1980 y 2000. La causa inmediata fue la decisión del grupo terrorista Sendero Luminoso de iniciar una "guerra popular" contra el Estado, a pesar de que la mayoría de peruanos se oponían a la violencia. Sendero Luminoso se inspiró en las ideas maoístas de una revolución violenta liderada por una vanguardia iluminada, y aunque ganó apoyo al principio captando jóvenes marginados, nunca pudo obtener el respaldo de los sectores
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Explicando El Conflicto Armado Interno (Informe CVR)
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El documento explica las causas del conflicto armado interno en Perú entre 1980 y 2000. La causa inmediata fue la decisión del grupo terrorista Sendero Luminoso de iniciar una "guerra popular" contra el Estado, a pesar de que la mayoría de peruanos se oponían a la violencia. Sendero Luminoso se inspiró en las ideas maoístas de una revolución violenta liderada por una vanguardia iluminada, y aunque ganó apoyo al principio captando jóvenes marginados, nunca pudo obtener el respaldo de los sectores
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Explicando El Conflicto Armado Interno (Informe CVR)
El documento explica las causas del conflicto armado interno en Perú entre 1980 y 2000. La causa inmediata fue la decisión del grupo terrorista Sendero Luminoso de iniciar una "guerra popular" contra el Estado, a pesar de que la mayoría de peruanos se oponían a la violencia. Sendero Luminoso se inspiró en las ideas maoístas de una revolución violenta liderada por una vanguardia iluminada, y aunque ganó apoyo al principio captando jóvenes marginados, nunca pudo obtener el respaldo de los sectores
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CAPTULO 1
EXPLICANDO EL CONFLICTO ARMADO INTERNO
Es deber de la Comisin de la Verdad y Reconciliacin analizar las condiciones polticas, sociales y culturales, as como los comportamientos que desde la sociedad y las instituciones del Estado contribuyeron a la trgica situacin de violencia por la que atraves el Per 1 . Como producto de ese anlisis, la CVR encuentra que la causa inmediata y decisiva para el desencadenamiento del conflicto armado interno en el Per fue la libre decisin del PCP-SL de iniciar una denominada guerra popular contra el Estado, a contracorriente del sentir abrumadoramente mayoritario de millones de peruanos y peruanas que hacia fines de la dcada de 1970 canalizaban sus anhelos de transformacin profunda de nuestra sociedad por otras vas, principalmente a travs de la proliferacin de organizaciones sociales de todo tipo (federaciones campesinas y sindicales, organizaciones barriales, de mujeres, de pequeos y medianos empresarios); de movilizaciones sociales fundamentalmente pacficas; de la participacin electoral que se mantuvo alta desde que se reinstaur la democracia en 1980. Para concretar sus planes el PCP-SL utiliz principalmente el espacio educativo, captando e ideologizando pequeos ncleos de jvenes a travs de los cuales busc asentarse en los mrgenes rurales y urbanos discriminados o no representados por el sistema poltico. SL busc explotar as antiguas fallas histricas, que atraviesan el Estado y la sociedad peruana; y aprovech los graves errores cometidos al responder a su desafo por parte de los sucesivos gobiernos a partir de 1980 y de las FF.AA. y Polica Nacional. Sin embargo, el PCP-SL result estratgicamente derrotado por la respuesta militar y policial, pero fundamentalmente porque nunca pudo ganar apoyo de sectores importantes de peruanos, menos an de los ms pobres y rurales, que terminaron enfrentndosele organizados como Comits de Autodefensa. Termin, por tanto, como comenz: aislado, condenado a ejercer cada vez ms el terror y con su cpula cayendo finalmente sin disparar un tiro.
1 Decreto Supremo, artculo 2, inciso a. 1.1. LA DECISIN DEL PCP-SL DE INICIAR EL CONFLICTO
Segn muestra la experiencia histrica, no hay violencia con propsitos polticos 2 sin una voluntad que la organice y la ponga en prctica. En el Per, esa voluntad estuvo encarnada en el PC del P (SL), en cuya configuracin confluyeron distintas tradiciones. Por un lado, la tradicin marxista-leninista, que otorga un privilegio ontolgico al proletariado como clase portadora de una nueva sociedad ms justa (el comunismo) y el papel central de la revolucin a una vanguardia iluminada, organizada en un partido de cuadros, selectos y secretos, que desarrolla una violencia revolucionaria que ellos consideran no slo legtima sino indispensable para tomar el poder y realizar los necesarios cambios estructurales. El PCP-SL se inspir en la versin maosta de esta tradicin, la cual otorga al campesinado el papel de fuerza principal de una revolucin que adoptara la forma de guerra popular prolongada del campo a la ciudad, manteniendo el proletariado su papel fundamental de clase dirigente. Como lo reconoce el propio Guzmn, el PCP-SL se inspir directamente del momento ms radical del maosmo: la denominada Gran Revolucin Cultural Proletaria (1966-76) y su reclamo de una dictadura omnmoda sobre la burguesa 3 , impuesta sin importar los costos en vidas humanas, pues su tica instrumental se centra en: ver clases y no personas 4 . De acuerdo a Guzmn, la Revolucin Cultural es el hito mayor de la historia humana, porque descubri cmo cambiar las almas. De all tom tambin el culto a la personalidad, la idea de la jefatura de la revolucin y la posibilidad que sta disuelva en situaciones extremas, el Comit Central del partido. En el PCP-SL, el maosmo se entrelaz con una tradicin radical peruana, confrontacional / insurreccional, iluminada y por lo tanto sectaria 5 , que subestimaba la democracia representativa y la poltica como espacio de dilogo, negociacin y bsqueda de acuerdos. A la democracia representativa le opona la democracia directa (asambleas), en la perspectiva de una democracia real (igualdad econmica). En la construccin del proyecto senderista, esa tradicin radical peruana estuvo siempre subordinada al maosmo. Sin embargo, hubo un momento en el que cobr importancia, cuando en medio de las disputas dentro del PCP-Bandera Roja (maosta), Sendero Luminoso levant la figura
2 Especficamente, la conquista del poder del Estado. 3 Ttulo de un artculo de Zhang Chunqiao (Bandera Roja, n.4, 1975), dirigente del llamado Grupo de Shanghai o Banda de los Cuatro, impulsor del viraje ms ultraizquierdista de la Revolucin Cultural. Zhang es citado por Guzmn en la denominada Entrevista del siglo. 4 Durante la polmica chino-sovitica, Mao Zedong rest en repetidas ocasiones importancia al peligro de una guerra atmica: cuanto ms temprano la desaten (los belicistas), ms pronto sern barridos de la faz de la tierra...ese montoncillo de bombas atmicas que poseen los EEUU no es suficiente para acabar con los chinos. An en el caso de que los EEUU, contando con bombas atmicas de un podero mucho mayor que el actual, las arrojaran sobre China hasta horadar el globo terrestre y volarlo, eso, aunque podra ser un acontecimiento de gran magnitud en el sistema solar, no significara mucho para el universo en su conjunto. (Mao Zedong, La bomba atmica no intimida al pueblo chino, Obras Escogidas, Tomo V, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Pekn 1977, pp.162-3. 5 En ese sectarismo se inscriben desde el lema de las primeras dcadas apristas: slo el APRA salvar al Per, hasta la tesis ms recientes de la izquierda marxista sobre el proletariado como clase de vanguardia o el partido nico como rgimen poltico. 14 de Jos Carlos Maritegui, principal representante socialista de la tradicin radical peruana y proclam: Retomemos a Maritegui y reconstituyamos su partido 6 . Sin embargo, una vez que las fronteras del PCP-SL dentro del universo de la izquierda maosta estuvieron ms o menos definidas, el partido se cohesion cada vez ms alrededor de la figura de su jefe, Abimael Guzmn. As, mientras la imagen de Maritegui palideca hasta prcticamente desaparecer de los documentos senderistas, Guzmn se converta en presidente Gonzalo, cuarta espada del marxismo, el ms grande marxista-leninista-maosta viviente, encarnacin del desarrollo de 15 mil millones de aos de materia en movimiento 7 . Es innegable que alrededor de su propia figura Guzmn logr construir una frrea unidad partidaria, que se mantuvo incluso despus de su captura, quebrndose slo cuando el predicador de la violencia extrema decidi solicitar al gobierno un acuerdo de paz en 1993. Vemos as que, mucho ms que esa tradicin radical, comprensible en el contexto de discriminacin social, exclusin poltica y gobiernos dictatoriales de la mayor parte del S.XX, pes otro aspecto de nuestra tradicin autoritaria, ms antiguo y ms ampliamente compartido: el caudillismo. El debate marxista sobre el papel de la personalidad en la historia 8 , transformado por SL en debate sobre la jefatura en la revolucin, fue aprovechado para llevar a extremos insospechados lo que en la tradicin marxista se denomina culto a la personalidad. Muchos de los gestores de una voluntad poltica como esta provenan de un eslabn social especialmente sensible: un desgajamiento del estrato tradicional misti 9 conformado por sectores minoritarios de intelectuales provincianos mestizos de ciudades medianas y pequeas, con percepcin de incongruencia de status. Notables dentro de la sociedad tradicional, resultaban sin embargo ninguneados por las elites capitalinas y se vean al mismo tiempo rebasados por los estratos populares emergentes, que les perdan el respeto luego de pasar por la escuela, el sindicato, la ciudad y/o el mercado 10 . Es desde ese eslabn que surgen una personalidad como Guzmn y un proyecto autoritario como el del PCP-SL. El abandono de la educacin pblica por parte del Estado permiti que el espacio educativo se convirtiera en lugar de encuentro donde germin esta propuesta: universidades / institutos superiores / institutos pedaggicos. Ncleos minoritarios de intelectuales provincianos mestizos 11
se articularon all con sectores minoritarios de esos jvenes hombres y mujeres provincianos, mestizos, con educacin superior al promedio, sensibles a propuestas de ruptura radical con el orden establecido. En algn momento hacia 1970, estos letrados descubren el potencial de algunos
6 Vase el documento del mismo nombre, fechado en 1975. 7 Vase captulo sobre SL. 8 Vase, por ejemplo, las reflexiones de Plejanov. 9 Misti es el trmino quechua para designar a los mestizos patrones o notables que habitaban en los centros poblados y formaban parte de los poderes locales tradicionales. 10 Sobre los cambios en la relacin entre mistis e indios hablan desde las novelas de Arguedas o el ensayo de Anbal Quijano sobre el proceso de cholificacin, pasando por infinidad de monografas antropolgicas hasta ensayos producidos ya en la dcada de 1980 como Desborde popular y crisis del Estado (Matos Mar), La otra modernidad (Carlos Franco) e incluso El otro sendero (Hernando de Soto). 11 Con algo, o mucho, de los literati de Weber. 15 centros de estudios superiores pblicos como mbito de reclutamiento primero, y luego como correas de transmisin entre el partido y el campesinado. Partan, por un lado, de la tradicin leninista de partidos de vanguardia que se reproducen a travs de escuelas de cuadros. Pero el factor clave para entender el resultado final de este encuentro (es decir, al PCP-SL) es que en esos centros prevaleca una transmisin vertical de conocimientos donde el maestro sabe y el alumno aprende / obedece. Por eso el PCP-SL floreci entre los escombros de proyectos educativos renovadores colapsados, como fueron la Universidad de Huamanga o la Cantuta en la dcada de 1970 12 , y fue al mismo tiempo causa activa de su colapso y de su regresin, encubierta como radicalizacin a travs de lo que hemos denominado revolucin de los manuales 13 . De esta forma, SL pudo desplegar su dimensin de proyecto pedaggico tradicional y autoritario. Cmo estos pequeos ncleos lograron configurar esa voluntad tan fuerte a lo largo de la dcada de 1970? En primer lugar, es importante recordar que los partidos de cuadros altamente ideologizados de la tradicin leninista suelen constituir voluntades muy poderosas. El propio Abimael Guzmn, para reforzar la idea de un partido de cuadros selectos en contraposicin a uno de masas, recordaba el caso de la URSS: Cuntos bolcheviques haba cuando triunf la revolucin de Octubre?: Ochenta mil en un pas de 150 millones de habitantes! 14 . A partir de all, SL avanza en su proyecto de construir una organizacin pequea pero afiatada, que ellos mismos definen como una mquina de guerra. El PCP Sendero Luminoso ofrece para ello, antes que nada, un discurso con pretensiones de ser absolutamente coherente. La reconstitucin del PCP-SL es, en un principio, la articulacin de un gran relato de pretensiones totalizadoras. Este, presentado como una ideologa cientfica, todopoderosa porque es verdadera 15 , proporciona una comprensin simple y aparentemente coherente no slo del pas sino del universo todo; y un universo moral simple, en blanco y negro, que da sentido a las vidas de quienes lo comparten 16 . La culminacin del gran relato totalizador es una utopa, el comunismo: La sociedad de la gran armona: la radical y definitiva nueva sociedad hacia la cual 15 mil millones de aos de materia en movimiento, de esa parte que conocemos de la materia eterna, se enrumba necesaria e inconteniblemente...nica e insustituible nueva sociedad, sin explotados ni explotadores, sin oprimidos ni opresores, sin clases, sin Estado, sin partidos, sin democracia, sin armas, sin guerras. 17
12 Vase en el captulo sobre Universidades y en las monografas sobre la UNSCH y La Cantuta, el auge pedaggico de dichas universidades en la dcada de 1960 y su posterior deterioro. 13 Sobre la revolucin de los manuales y la expansin en las universidades pblicas de un marxismo simplificado y dogmtico, vase el captulo sobre Universidades. 14 Abimael Guzmn. Entrevista del Siglo 1988. 15 PCP-SL 1988:II. 16 Simple significa aqu fcilmente transmisible en el mbito educativo, y alude a la dimensin de pedagoga autoritaria de Sendero Luminoso. 17 PCP-SL 1986:20. 16 Para alcanzar esta sociedad sin movimiento, literalmente el fin de la historia, se requiere sin embargo provocar una ruptura de ribetes apocalpticos. El inicio de la lucha armada (ILA) es el parteaguas que separa los tiempos viejos de los nuevos, es sello y apertura. Como hemos visto en el captulo sobre SL, cuando Guzmn decide lanzar a su partido a la lucha armada, el tono de sus discursos cambia y el partido atraviesa un perodo de luchas internas entendido como purificacin y renacimiento, personal y colectivo 18 . Ellos son la mano que escribe en la pared en medio del banquete; la guerra popular un prolongado Armagedn, del cual slo los comunistas saldran salvos. El PCP-SL ofrece una propuesta organizativa: el partido comunista, que se militariza porque SL produce, adems y sobre todo una propuesta militar: la estrategia de guerra popular prolongada. Iniciarla con lo que el mismo Guzmn reconoce era slo un puado de comunistas, requiere que el partido sea una institucin total, que organiza y controla todos los aspectos de la vida cotidiana y florece sobre todo en espacios cerrados: las clulas partidarias, los comedores y viviendas universitarias, las crceles, algunas comunidades que SL logra ganar temporalmente, o aislar y convertir en base de apoyo. En todos ellos, los militantes construyen una identidad total. Si bien es necesario recalcar estos aspectos para entender la condensacin de voluntad poltica que signific SL, es importante rescatar tambin los lados ms prosaicos del proyecto. La otra cara del caudillismo es el clientelismo, que SL practic con profusin en las universidades donde apunt a copar las direcciones de bienestar, que manejan comedores y viviendas universitarias 19 . Los militantes, especialmente los jvenes, encontraban en SL no slo orden sino organizacin de su tiempo libre, espacio para la aventura y posibilidades de ascenso social por la va del partido, en un contexto en el cual les era difcil lograrlo por la va del mercado 20 . Hasta aqu, podramos decir que el PCP-SL resulta una versin exacerbada de otros grupos vanguardistas de izquierda, con una identidad muy fuerte, que crean aqu y en otras partes del mundo en la guerra popular como modo de conquistar el socialismo y el comunismo. Sin embargo, otros dos rasgos que se perfilan hacia fines de la dcada de 1970, vuelven al PCP-SL un fenmeno muy especial: los extremos a los que lleva el caudillismo y el fanatismo Ya hablamos del primero. Baste aadir que, a diferencia de otros lderes comunistas, en los que el culto a la personalidad se desarrolla por iniciativa de alguno(s) de sus seguidores Stalin en el caso de Lenin, Lin Biao en el caso de Mao 21 en el PCP-SL es el propio Guzmn el que lo promueve e impone en dura lucha contra los dirigentes nacionales de su partido 22 . Esta construccin del partido alrededor de una figura endiosada fue un punto muy importante para lograr la cohesin interna
18 La simbologa de purificacin, renacimiento y salvacin es profusa en los discursos previos al inicio de la lucha armada. Vase: La nueva bandera, Sobre tres captulos de nuestra historia, Somos los iniciadores. 19 Vase: captulo sobre Universidades. 20 Como en un juego de espejos, seran el otro sendero del Otro Sendero analizado por de Soto. 21 Seguramente con la anuencia o complicidad de los implicados. 22 Vase: actas del I Congreso, en el captulo sobre SL. 17 necesaria para lanzar su guerra popular, pero se convirti tambin en su taln de Aquiles cuando la jefatura cay presa en 1992. El fanatismo, que adquiere ribetes de culto a la muerte se va convirtiendo en uno de los aspectos medulares de la identidad senderista y tiene que ver con la transformacin de la violencia en un fin en s misma y ya ni siquiera un medio; y comienza con la exacerbacin de la violencia del discurso senderista antes del inicio de su lucha armada. La ferocidad del discurso de Abimael Guzmn en el perodo de preparacin para la guerra popular anuncia el tipo de violencia que golpear al pas a partir de 1980 y el tipo de militantes que conforman el PCP-SL: dispuestos a llevar la vida en la punta de los dedos y a cruzar el ro de sangre necesario para el triunfo de la revolucin. Esta disposicin a la muerte se acrecienta con las cartas de sujecin al presidente Gonzalo, que los militantes firman al ingresar a SL. La exaltacin del papel del caudillo, no slo de sus ideas sino de su persona pues l encarna el pensamiento ms elevado en la historia de la humanidad, contrasta con la prctica desaparicin de la individualidad de los militantes. Luego vendran la cuota y la estrategia de inducir genocidio, donde los militantes probaron su disposicin a morir, como en las crceles, por ejemplo. Al analizar la configuracin de la voluntad poltica del PCP-SL, hemos trazado tambin la genealoga de la concepcin de poder senderista, que se remonta a la vieja dicotoma misti / indio imperante en el orden gamonal, donde el dominio se basaba en el monopolio del poder econmico y poltico, y en un discurso racista que naturalizaba la inferioridad del indio. En este caso, la justificacin de la superioridad partidaria se bas en un tipo de saber excluyente, el saber cientfico que era supuestamente privilegio del proletariado. A travs de una sustitucin total, SL se autodenomin representante exclusivo de ese proletariado, pero lo importante para nuestro argumento es cmo la vieja dicotoma se reprodujo dentro del propio partido entre jefatura y militantes. En este caso, el fundamento de la dominacin / subordinacin est en el monopolio de la comprensin de las leyes de la historia por parte de la jefatura. Lo que se mantiene constante a lo largo de toda esta historia es una relacin vertical, autoritaria, en la cual el poder se negocia a travs del uso de la violencia fsica y queda inscrito en los cuerpos. El PCP-SL se inscribe entonces en una antigua tradicin que va desde el recurso al castigo fsico tanto en haciendas y puestos (o incursiones) policiales como en comunidades, hasta el premonitorio proverbio la letra con sangre entra de la escuela tradicional 23 . El partido traslada esa violencia a su propio seno a travs de los acuchillamientos, esa forma de violencia simblica que ejercen los propios militantes para redoblar su sujecin al presidente Gonzalo 24 . La voluntad poltica es decisiva para explicar el inicio de cualquier subversin armada, pero no basta para explicar su duracin, en nuestro caso, para explicar cmo ese puado de
23 Es importante contrastar entonces la concepcin de orden de las escuelas tradicionales con la de los sindicatos. All est una de las claves para explicar el trnsito de militantes leninistas subordinados al centralismo democrtico de un comit central, a sujetos que firman cartas de sujecin a una persona, el llamado presidente Gonzalo. 24 V0ase captulo sobre SL. 18 comunistas avanz hasta dar la sensacin de que pona en jaque al Estado y al pas entero. Para comprender esa dcada de la violencia es necesario advertir cmo esa voluntad poltica aprovech determinadas coyunturas, se aliment de antiguas debilidades institucionales, aprovech determinadas fallas estructurales, recogi ciertas reivindicaciones y graves frustraciones, expres cierto imaginario y logr enraizarse en distintos sectores sociales y escenarios geogrficos. Es necesario preguntarnos, entonces, por las causas histricas que le permitieron encontrar espacio a la explosin senderista.
1.2. EL CONTEXTO HISTRICO
Tierra o muerte fue el lema que entre 1958 y 1964 identific al movimiento campesino ms importante por esos aos en Amrica del Sur. Cientos de miles de campesinos y trabajadores agrcolas se organizaron y movilizaron a lo largo del pas, ocuparon cientos de miles de hectreas en manos de grandes propietarios. Sin embargo, en todos esos aos murieron slo 166 personas 25 , menos que en los primeros diez das de agosto de 1991. En la dcada de 1970, una segunda oleada de ocupaciones de tierras conmovi al pas en plena aplicacin de la reforma agraria ms radical de Amrica del Sur. La movilizacin no fue tan amplia como en la dcada previa, pero la organizacin campesina alcanz su pico ms alto luego de la reorganizacin de la Confederacin Campesina del Per (CCP) y la creacin de la Confederacin Nacional Agraria (CNA) en 1974. Sin embargo, otra vez, el costo en vidas humanas fue bajsimo en comparacin a las muertes de la dcada siguiente 26 . Mientras tanto, las ciudades del pas vivan desde 1976 una efervescencia social sin precedentes, que se traduca en movilizaciones y paros obreros, magisteriales, regionales, que desembocaron en los paros nacionales de julio de 1977 y mayo de 1978. El primero de ellos tuvo incidencia directa en la apertura democrtica que se inici pocos das despus, cuando el rgimen militar convoc a una Asamblea Constituyente para el ao 1978. Pero tambin aqu, nuevamente, en los paros nacionales, regionales y sectoriales de la segunda mitad de la dcada de 1970, el nmero de vctimas fatales fue mnimo. Una objecin al argumento desarrollado en las lneas anteriores es que tiene como eje a movimientos sociales, mientras que los proyectos del PCP-SL y del MRTA tenan objetivos
25 Vase: Guzmn y Vargas 1981. Destacan por su importancia las tomas de tierras en Cerro de Pasco y el movimiento de La Convencin (Cusco). En las primeras, entre diciembre de 1959 y julio de 1962 perdieron la vida 25 campesinos. En La Convencin, durante el pico ms alto de movilizacin encabezada por Hugo Blanco, entre el 20 de octubre de 1962 y el 2 de enero de 1963 fallecieron 15 personas: 7 campesinos, uno de ellos mientras participaba en un mitin en la ciudad de Cusco; 5 que aparecen como guerrilleros y 3 policas. 26 Moiss Arce Llacta y Humberto Vargas fueron los dos nicos campesinos muertos en el movimiento de Andahuaylas, el ms importante de la dcada Vase: Garca Sayn 1982:83; Quintanilla 1981:88-89), Snchez 1981:197, 207. Otros cuatro murieron en Huacataz, Cajamarca, el 28 de diciembre de 1977 (Vase: Garca Sayn 1982:83). Un cooperativista result accidentalmente muerto en Lucrepata, Cusco el 21 de noviembre de 1978 (Op.cit.:154). El 6 de febrero de 1979 muri Elmer Jara en Talandracas, Piura (Ibid.:48). 19 polticos. Sin embargo, tambin en ese plano un recorrido por las dcadas previas encuentra poca violencia. Los aos 1955-56 marcaron un punto de viraje. En 1955, masivas movilizaciones polticas en Arequipa provocaron la renuncia del temido Ministro de Gobierno y Polica, Esparza Zaartu, lo que marc el inicio del fin de la dictadura de Manuel A. Odra. Esas movilizaciones produjeron dos muertos. Desde entonces, el pas no volvi a sufrir situaciones de persecucin poltica masiva 27 . En 1956, despus de ms de dos dcadas de catacumbas, el APRA se incorpor definitivamente a la legalidad, al tiempo que se consolidaban nuevos partidos: Accin Popular, Democracia Cristiana, Partido Social Progresista. Incluso los golpes militares de 1962, 1968 y 1975 fueron incruentos. En comparacin con otros pases de Amrica Latina, la oleada guerrillera inspirada en la revolucin cubana, fue menor. Las guerrillas del MIR y del ELN en 1965 provocaron algunas decenas de muertos. Los pleitos entre el APRA y la izquierda en sindicatos y universidades, y entre distintas facciones de izquierda en esos mismos mbitos dejaban por lo general slo un saldo de contusos. A pesar de su naturaleza autoritaria y de lo radical y controvertido de sus reformas, tampoco el rgimen militar (1968-1980) fue especialmente represivo en comparacin con sus coetneos del Cono Sur. Durante la primera fase, encabezada por el Grl. Velasco (1968-75), algunos lderes opositores fueron enviados al exilio; 18 personas murieron en los movimientos por la gratuidad de la enseanza en Ayacucho y Huanta en junio de 1969; asimismo, cinco trabajadores en la mina Cobriza (Huancavelica) en 1971. El episodio ms sangriento del gobierno Velasco fue la huelga policial el 5 de febrero de 1975 y los desrdenes que le siguieron, en los que murieron alrededor de 100 personas. Ya durante el gobierno de Morales Bermdez (1975-80), en los paros nacionales de 1977 y 1978 hubo muy pocas vctimas. De esta forma, la Constitucin aprobada el 12 de julio de 1979 por la Asamblea Constituyente elegida el ao anterior, pareca poner simblica y legalmente fin a las grandes exclusiones polticas que haban obstaculizado nuestra construccin como estado nacional moderno. En efecto, la Constitucin no exclua a ningn partido poltico y consagraba por fin la vigencia plena del sufragio universal, pues otorgaba derecho a voto a varones y mujeres mayores de 18 aos y a los analfabetos. Para ese entonces, esta ltima categora se superpona en lo fundamental con la de peruanos y peruanas monolinges quechuas, aymaras y de lenguas amaznicas. Luego de las profundas transformaciones demogrficas, econmicas y socioculturales de las dcadas previas, y del sismo poltico que signific el reformismo militar del Grl. Velasco (1968-75), el pas pareca encaminado por fin a consolidar un Estado nacional, moderno y democrtico, de manera fundamentalmente pacfica.
27 La excepcin fue el encarcelamiento de dirigentes izquierdistas en la colonia penal del Sepa, en la selva central, en 1962. 20 No es de extraar, entonces, que el inicio del conflicto armado interno tomara por sorpresa al conjunto del pas. No es de extraar tampoco que su extensin y brutalidad nos sigan sorprendiendo. Resulta por tanto indispensable preguntarse por las causas del conflicto. No slo por qu sucedi, sino: por qu dur tanto?, por qu fue tan cruel?. Pero tambin: por qu no dur ms? Responder a estas preguntas contribuir a evitar que otro espasmo de violencia semejante pueda volver a ocurrir.
1.3. FACTORES HISTRICOS O DE LARGO PLAZO
El conflicto armado se inici en Ayacucho, uno de los departamentos ms pobres del pas, y fue all donde produjo el mayor nmero de vctimas. De acuerdo a los testimonios recogidos por la CVR, la violencia golpe principalmente a los habitantes ms pobres en las reas ms pobres del pas. Sin embargo, como esos mismos testimonios indican, la pobreza no explica por s sola el estallido de violencia sin precedentes que vivi el pas. Es ms preciso verla como uno de los vectores importantes que contribuy a encender el conflicto y como el teln de fondo sobre el cual se desarroll este drama 28 . Contra ese teln de fondo, adquieren un papel muy importante en la explicacin del conflicto las mltiples brechas que atraviesan el pas. La ms visible y dramtica es la que separa a ricos y pobres. Tanto o ms que la pobreza misma, importa la inequidad, las abismales diferencias entre los que ms tienen y los que sobreviven. Recordemos que el Per tiene una de las peores distribuciones del ingreso en Amrica Latina y en el mundo. Pero no se trata slo de una distribucin desigual de la riqueza sino tambin del poder poltico y simblico, incluyendo aqu el uso de la palabra: quin tiene derecho a hablar, quin es escuchado y a quin se le prestan odos sordos. Esto es importante de destacar pues SL ofreci a sus seguidores un discurso que produca la ilusin de abarcar toda la realidad, as como la posibilidad de hacerse escuchar 29 y de silenciar. Riqueza y poder se distribuyen desigualmente a lo largo de nuestro territorio, produciendo otras brechas:
A. Entre Lima y provincias. A la desigual distribucin del ingreso se suma el centralismo, que creci en las dcadas previas al conflicto, ahondando paradojalmente la distancia entre la capital y el resto del pas, precisamente cuando ste pareca ms interconectado. A causa del centralismo, la cobertura territorial del Estado resultaba insuficiente. Hasta la dcada de 1970, en partes significativas del Per rural la presencia del Estado era casi inexistente, o su autoridad estaba
28 Comenzamos por este deslinde por cuanto en la dcada de 1980 se sobrevalor el peso de la pobreza como factor explicativo de una violencia estructural generadora de violencia poltica. Uno de sus principales tericos fue el profesor Johan Galtung. Este argumento condujo a que se piense la emergencia de grupos armados como un comportamiento- respuesta a determinadas insuficiencias estructurales". En algunos casos, el argumento se us incluso para justificar en distintos grados las acciones de SL y el MRTA. 29 Desde las llamadas escuelas populares hasta los coches-bombas. 21 delegada en poderes locales, que no eran responsables ante la poblacin. Recurdese que recin en 1963 se realizaron las primeras elecciones municipales de nuestra historia contempornea, las cuales fueron interrumpidas por el golpe militar de 1968.
B. Entre costa, sierra y selva. La gravitacin econmica, demogrfica y simblica de Lima y la costa en desmedro de los Andes, se fue acentuando conforme avanzaba el S.XX, hasta desembocar en la crisis de la sociedad andina tradicional. Paralelamente, la amazona fue convirtindose en una zona de frontera donde los proyectos modernizadores del Estado naufragaron casi apenas formulados 30 .
C. A lo largo del S.XX, tambin las viejas divisiones estamentales se fueron resquebrajando, volvindose sus fronteras ms porosas y borrosas. Sin embargo, las asimetras entre criollos, mestizos, cholos e indios no desaparecieron. Estas, ms bien, se reformularon, y siguieron pesando en el pas las discriminaciones tnico-culturales y raciales. El entrelazamiento de estas inequidades y discriminaciones produjo una creciente percepcin de agravio y desconfianza, precisamente en el polo pobres-provincianos-serranos- rurales-cholos / indios, donde la CVR ha constatado el mayor nmero de vctimas. Esta percepcin se volvi ms dolorosa desde mediados del siglo pasado, conforme se aceleraron muchas veces para quedar luego truncos los procesos de modernizacin en el pas. De ellos, los ms significativos para responder nuestra pregunta fueron:
i. las grandes migraciones, ii. la masificacin del proceso de escolarizacin, iii. la expansin de los medios de comunicacin, iv. la expansin del mercado, v. los procesos de organizacin, y la densificacin y expansin de las redes sociales en el campo y la ciudad.
An cuando fragmentados y discontinuos, estos procesos de modernizacin fueron carcomiendo las bases estructurales y discursivas de la dominacin tradicional, que normalizaban las discriminaciones clasistas, regionales, tnico-culturales, raciales. Los fundamentos estructurales se resquebrajaron a partir de:
30 Vase el captulo: Escenarios regionales de la violencia. 22 i. cambios demogrficos tales como: mayor esperanza de vida, creciente urbanizacin; ii. cambios econmicos: especialmente la expansin del mercado y la crisis de la agricultura y de la sociedad andina tradicional, en otras palabras, la crisis terminal del sistema de haciendas que, especialmente en las zonas ms pobres de los Andes, produca una sociedad de seores y siervos, obstaculizando el surgimiento de ciudadanos.
Los fundamentos discursivos, que hacan que pareciera normal y soportable una sociedad con escasa movilidad social y con un orden jerrquico bastante rgido, se resquebrajaron a travs de los procesos de migracin a las ciudades, la escolarizacin masiva y la expansin de los medios de comunicacin, especialmente las carreteras y la radio. El resquebrajamiento del orden tradicional y el aceleramiento de los procesos de modernizacin ahondaron ciertas brechas y volvieron visibles otras. Entre las primeras, la ms explosiva era la brecha entre Lima y el resto del pas: la acentuacin del centralismo, que provoc el surgimiento de importantes movimientos regionales a partir de la dcada de 1960. Entre aquellas que comenzaron a hacerse visibles en las dcadas previas al conflicto armado interno, destacan: La brecha generacional. La mejora en la salud pblica y el inicio de la explosin demogrfica hizo de por s ms visibles a los jvenes. La masificacin sucesiva del acceso a la escuela, al colegio y a la universidad, ahondaron las diferencias generacionales, especialmente en las zonas rurales. Ntese que, precisamente en Ayacucho, los principales movimientos sociales en las dcadas previas al estallido del conflicto armado interno no fueron conflictos por tierras, como en otras regiones predominantemente agrarias del pas, sino vinculados a demandas educativas. El primer Frente de Defensa del Pueblo, forma de organizacin que se reprodujo en la dcada de 1970 en diferentes partes del pas, surgi en Ayacucho alrededor de la defensa de las rentas de la Universidad de Huamanga y durante sus primeros aos tuvo una fuerte influencia de quienes despus conformaran el PCP-SL. Luego en 1969, cuando la gratuidad de la enseanza secundaria se vio amenazada por un Decreto Supremo del gobierno militar, se produjeron masivas movilizaciones en Huamanga y en Huanta. 31
Tngase en cuenta, adems, que fueron los jvenes los protagonistas de las grandes migraciones y en proporcin importante fueron tambin impulsores y lderes de mltiples procesos de organizacin social en el campo y la ciudad. Fueron ellos los protagonistas del denominado proceso de cholificacin que marc el pas en esas dcadas 32 .
31 Vase captulos: Historia Regional Surcentral; Escenarios de la Violencia; casos de Universidades; UNSCH, SL. 32 Vase al respecto los ensayos de Quijano sobre la cholificacin, escritos en la dcada de 1960. Posteriormente, en la dcada de 1980, los ensayos de Matos Mar sobre el desborde popular y la crisis del Estado o los de Carlos Franco sobre La otra modernidad. Tambin, muy importante no slo por sus ideas sino por el alcance de su difusin, el ensayo de Hernando de Soto sobre El otro sendero. 23 La brecha de gnero. Aunque algo ms tarde, las mujeres comenzaron a acceder tambin a la escolarizacin, participaron y se volvieron tambin protagonistas en nuevas organizaciones sociales, irrumpiendo en espacios pblicos en general 33 . Recurdese que en nuestro pas las jerarquas etarias y de gnero hacan y hacen sentir su peso no slo en la sociedad nacional, sino todava ms en las sociedades regionales andinas y asimismo, al margen de especificidades culturales, en las comunidades campesinas y nativas. Todo lo anterior alude a un proceso de modernizacin desigual, hecho de intentos desperdigados, intermitentes y muchas veces truncos, sea por la ausencia de una visin de conjunto y de largo plazo entre las elites polticas, empresariales e intelectuales que condujeron el pas; sea por el entrampe poltico y/o las insuficiencias de proyectos nacionales que, de haber sido exitosos 34 , hubieran logrado al menos un desarrollo econmico sostenido que ampliara significativamente el mercado interno y propiciara una mayor integracin del pas en sus diferentes planos: econmico, social, simblico. Ese proceso produjo: Capas sociales sensibles a propuestas de ruptura radical con el orden establecido. En especial, pero no nicamente: jvenes hombres y mujeres- provincianos, mestizos / cholos, con educacin superior al promedio. Algunos sectores minoritarios de estas capas, desperdigadas por todo el pas, se sentan en una tierra de nadie ubicada entre dos mundos: el tradicional andino de sus padres, que al menos parcialmente ya no compartan; y el urbano-criollo, que los rechazaba por provincianos, mestizos, motosos. Entre ellas hubo una minora de personas que se sintieron atradas por un proyecto que les ofreca una identidad muy fuerte a partir de una visin del mundo asequible por su simplicidad. Por su coherencia absoluta, esa visin del mundo los libraba de un presente que les ofreca muy pocas satisfacciones y demasiadas incertidumbres. Amplias reas geogrficas donde podan emprender su tarea: especialmente aquellas ubicadas en una suerte de limbo entre la modernidad instalada ms que nada en el discurso poltico y en las expectativas; y el atraso y la pobreza descontextualizados del orden tradicional dentro del cual haban sido soportables y habituales por largo tiempo. Estas fueron las reas del pas ms duramente golpeadas por el conflicto armado interno: amplias zonas andinas (desde la sierra de Piura y el sur de Cajamarca hasta el norte de Puno); la selva central y el valle del Huallaga; los conos de Lima. 35
1.4. LOS FACTORES INSTITUCIONALES
33 Las mujeres adquieren derecho a voto desde 1956 y los jvenes mayores de 18 aos, como dijimos, a partir de 1979. 34 Cada uno a su manera, nos referimos a proyectos como el liberal de Pedro Beltrn, el reformista de Accin Popular, la Democracia Cristiana y el partido Socialprogresista, y el reformista autoritario del Grl. Velasco, expresado en el Plan Inca. 35 La costa, ms integrada al mercado, y la selva baja poco poblada (Loreto, Madre de Dios), fueron las regiones menos golpeadas por la violencia. Vase: Escenarios Regionales de la Violencia. 24 A esta sociedad le correspondi un Estado poco legitimado. Hasta la dcada de 1970, la ley, el orden jurdico y el Estado republicano mismo eran cuestionados desde el paradigma revolucionario, que consideraba a la democracia representativa una forma vaca de contenido y subestimaba derechos y libertades individuales considerados burgueses. A la democracia formal se le opona la democracia real, que slo poda alcanzarse dentro de un Estado democrtico popular o socialista, construido a travs de una revolucin que, para la mayora de partidos de izquierda de la poca, slo poda triunfar por la va violenta. La vigencia del Estado de Derecho era tambin cuestionada por una larga tradicin de pronunciamientos militares. En las cinco dcadas previas al estallido del conflicto armado interno, el pas tuvo slo 14 aos de gobiernos democrticos. Esa fragilidad expresaba modos conservadores de pensar y de hacer poltica, que consideraban natural un orden vertical y/o excluyente, impuesto cuando era necesario recurriendo a la violencia: modos conservadores desinteresados en la ampliacin de la ciudadana, que fue impulsada ms bien desde la sociedad por movimientos de democratizacin social y poltica a lo largo del S.XX. La ausencia desde la dcada de 1920 de partidos conservadores y liberales con propuestas nacionales, y leales al sistema democrtico, favoreci esta endeblez ciudadana y, como contraparte, propici el papel activo de los militares en la vida poltica y reforz su condicin de institucin tutelar. La clase poltica haba fluctuado mayoritariamente entre una suerte de desprecio aristocrtico a los militares y el tocar las puertas de los cuarteles cuando necesitaban quin les saque las castaas del fuego. As, a partir de la dcada de 1930, se suceden gobiernos militares autoritarios. En esos aos, las nuevas organizaciones sociales y las representaciones polticas que se fueron gestando en torno a sus reivindicaciones, enfrentaron graves disyuntivas: buscar su inclusin silenciosa en el Estado para expandirlo lentamente desde dentro; confrontarlo masivamente y forzar su ruptura, que fue la alternativa encarnada por el APRA hasta mediados del S.XX; o emprender la lucha armada en nombre de la revolucin social. Estos no fuero slo dilemas de elites polticas sino de sectores y elites sociales emergentes. La Guerra Fra redobl este cuestionamiento. La lucha entre las superpotencias agudiz los conflictos en toda Amrica Latina, reubicando las viejas tradiciones militaristas del continente en un nuevo contexto y enmarcndolas dentro de una nueva doctrina de seguridad nacional, impulsada enrgicamente por los EE.UU en la regin. En la estela de la revolucin cubana (1959), una oleada de movimientos subversivos armados sacudi Amrica Latina. La respuesta fueron golpes militares y dictaduras represivas. En el medio quedaron legtimas aspiraciones de transformacin y democratizacin. En algn momento durante la dcada de 1970, en toda Amrica Latina slo Costa Rica, Venezuela y Colombia tenan gobiernos que cumplan con mnimos estndares democrticos. En nombre de los valores occidentales y cristianos, los regmenes dictatoriales del Cono Sur 25 Argentina, Brasil, Chile, Paraguay y Uruguay- actuaban concertadamente para reprimir y eliminar violentamente a sus opositores 36 , alentando de este modo las respuestas violentistas en la regin. A la modernidad trabada correspondi, como hemos dicho, un embrionario desarrollo de la ciudadana. En el Per y en Amrica Latina, la conciencia de tener y ejercer derechos se desarroll de manera desigual, abarcando tendencialmente primero los derechos sociales y ms tardamente los civiles y polticos 37 . El sufragio universal slo se instaur con la Constitucin de 1979. En realidad, slo se celebraron elecciones municipales en 1963 y 1966, convocadas por el primer gobierno de Fernando Belande. Su continuacin, interrumpida por el golpe de 1968, hubiera permitido la ampliacin del ejercicio ciudadano, el traspase de responsabilidades y recursos y una mayor presencia del Estado en el plano local. Fue por esta falta de ejercicio ciudadano democrtico, que en ciertas zonas del pas la instauracin vertical de un nuevo poder senderista impuesto desde arriba y que construa sujetos (e incluso siervos) en vez de ciudadanos, no apareci como algo insoportable. Ms an si ese nuevo poder impona en un primer momento un cierto orden y ejerca a su manera justicia. Pues si el desarrollo ciudadano era dbil, la tradicin de administracin de justicia imparcial y universal era casi inexistente. Menos an una justicia eficaz y cercana a la poblacin. Tanto en las Audiencias Pblicas como en los testimonios recogidos por la CVR, son innumerables las historias a manera de va crucis en las que los protagonistas viajan desde lugares rurales apartados hasta la capital departamental y nacional en busca de una justicia que les da las espaldas. Peor an, con frecuencia, cuando actuaba, la justicia tenda a ser parcializada y sus agentes abusivos. En ese contexto, cabe resaltar, por contraste, el papel de los jueces de paz, muchas veces con alta legitimidad, y que se convirtieron tambin con frecuencia en blanco del PCP-SL. As, los grandes cambios estructurales que transformaron el pas fueron seguidos a duras penas por un proceso intermitente de modernizacin, democratizacin y reforma del Estado que, precisamente en las dos dcadas previas al estallido del conflicto armado interno, desemboc en dos fracasos: a) el de la va liberal democrtica, iniciada desde 1956 38 y desarrollada con ms nitidez durante el primer gobierno del Arq. Fernando Belande (1963-68); y b) el de la va del reformismo militar autoritario, durante el gobierno del Grl. Juan Velasco (1968-75).
1.5. LOS FACTORES COYUNTURALES El estallido del conflicto armado interno encontr entonces a un Estado desbordado pues la transicin democrtica abarcaba campos ms all de aquellos relacionados directamente con el cambio de rgimen poltico. Destacan como flancos dbiles en esa coyuntura:
36 Nos referimos al denominado Plan Cndor. 37 Vase Sinesio Lpez, Ciudadanos reales e imaginarios. 38 El gobierno de Jos Luis Bustamante (1945-48) puede considerarse el precursor de esta va en el Per contemporneo. El alejamiento del APRA de su concepcin nacional-popular inicial, permiti un intento ms sostenido durante el gobierno de Manuel Prado (1956-1962), nuevamente interrumpido por el breve interregno militar (1962-63). 26 A. Hacia 1973, el Per cerraba un ciclo de crecimiento econmico de larga duracin que se haba prolongado por ms de dos dcadas. Dos aos ms tarde, en 1975, el primer paquetazo econmico remeca al pas. Ntese que el inicio de la crisis coincidi con la masificacin de la educacin secundaria y superior, as como el inicio de la expansin de Institutos Superiores y Academias Pre-Universitarias. As, para 1980, el tamao del aparato estatal (burocracia, empresas pblicas, porcentaje del PBI estatal) haba crecido y sin embargo el Estado como institucin tena ms dificultades para cumplir sus obligaciones bsicas con sus ciudadanos.
B. Vacos relativos de poder en amplias zonas rurales, sobre todo andinas. Como parte del fracaso del proceso de Reforma Agraria, el gobierno del general Morales Bermdez procedi a la desactivacin del Sistema Nacional de Apoyo a la Movilizacin Social (SINAMOS), el aparato estatal que de alguna forma haba cubierto el vaco dejado por los poderes locales tradicionales. Conforme el estado se replegaba del campo, las empresas asociativas SAIS, CAPs creadas por una Reforma Agraria colectivista, que revirti la tendencia a la parcelacin de la gran propiedad y el avance de la economa campesina y la mediana propiedad, quedaron como desperdigados islotes desmoralizados (con frecuencia debilitados desde dentro por administraciones incapaces o corruptas) y acosados desde dentro o desde los mrgenes por quienes deberan haber sido sus beneficiarios. A partir de 1977, el inicio de los operativos Verde Mar, impulsados por los EE.UU., crisparon la situacin tambin en zonas importantes de la ceja de selva y empujaron a la ilegalidad a sectores amplios de colonos, llegados all en las dcadas previas a raz de la apertura de la carretera Marginal y la promesa de apoyo del Estado. Estos comenzaron a dedicarse crecientemente al cultivo de coca por ausencia de alternativas econmicas.
C. Entumecimiento de los partidos polticos, fuera de forma por la suspensin de elecciones nacionales y municipales, con varios de sus principales lderes exilados, desprestigiados por la propaganda oficial sobre las tesis del no-partido y la democracia social de participacin plena enarboladas por el gobierno de las Fuerzas Armadas en contraposicin a la democracia representativa. Al referirnos a los partidos polticos, es de resaltar la ausencia de organizaciones partidarias o su repliegue de amplias zonas rurales. Esa ausencia hizo que las representaciones surgidas de las elecciones en la dcada de 1980 fueran tenues y resultaran crecientemente centradas alrededor de personas (candidatos nacionales o regionales) ms que de organizaciones y propuestas. Este fenmeno fue favorecido por el voto preferencial. Cuando hablamos de repliegue aludimos sobre todo a los partidos de izquierda, pues durante la dcada de 1970 muchos de ellos haban establecido lazos y colaborado en la construccin de gremios campesinos. 27 Por otro lado, la convocatoria a elecciones para una Asamblea Constituyente luego del paro nacional de julio de 1977 fue un giro en parte inesperado del gobierno de Morales Bermdez. Como dijimos, la tendencia principal en la poca eran los gobiernos dictatoriales y, en efecto, incluso mientras avanzaba la transicin, se barajaba intermitentemente la posibilidad de una tercera fase militar, ms dura y represiva. Sin embargo, alentado posiblemente por el gobierno norteamericano de James Carter (1976-80), el proceso sigui adelante y Per fue con Ecuador, los pases que inauguraron esa oleada de transiciones democrticas en Amrica Latina. Pero la ubicacin de los partidos polticos en el carril de la transicin signific una carrera contra el tiempo, en medio de grandes turbulencias sociales 39 . A pesar de todas las dificultades mencionadas, se eligi sin embargo una Asamblea Constituyente en 1978 y se elabor la Constitucin de 1979, que fue polticamente incluyente y democratizadora: incorpor a la legalidad a partidos de izquierda marxista y otorg sufragio universal a mayores de 18 y a analfabetos. La responsabilidad principal de su redaccin estuvo en manos del APRA y el Partido Popular Cristiano. As, en mayo de 1980 el pas concurri despus de 17 aos a las urnas para elegir un gobierno civil. Esta es una de las razones por las cuales, a partir de su caracterizacin del pas como semifeudal, del rgimen militar como fascista y de la transicin como la tercera reestructuracin del Estado burocrtico-terrateniente, para el PCP-SL era muy importante iniciar su lucha armada antes de las elecciones y de la instauracin del nuevo rgimen, para deslegitimarlo y negar las transformaciones de las cuales ste era expresin.
1.6. POR QU EL CONFLICTO DUR TANTO
El PCP-SL result un enemigo inesperado. Tanto el gobierno de Morales Bermdez como el flamante segundo gobierno de Fernando Belaunde, podan haber esperado, en todo caso, algn alzamiento armado semejante a los que por entonces tenan lugar en Amrica Central o el Cono Sur, variantes de la guerrilla clsica latinoamericana. En otras palabras, podan esperar algo semejante al MRTA, mas no a Sendero Luminoso. Los mencionados gobiernos y las FF.AA. desconfiaban de lderes izquierdistas como Hugo Blanco, que alcanz la segunda votacin ms alta para la Asamblea Constituyente de 1978, despus de Haya de la Torre; de partidos marxistas como el PCP, la UDP o el UNIR, que conformaran poco despus Izquierda Unida y tenan fuerte influencia en organizaciones sociales como la CGTP, la CCP o el SUTEP, que vivan por entonces sus aos de auge. Recurdese que esos partidos seguan proclamando la legitimidad de la va armada para la captura del poder.
39 Recurdese que el 22 y 23 de mayo de 1978 tuvo lugar otro paro nacional de grandes dimensiones, y que tambin en 1978 se produjo la ms importante huelga del SUTEP, entre otros muchos paros y movilizaciones. 28 El PCP-SL haba permanecido al margen o haba tenido una presencia muy reducida en las masivas movilizaciones sociales de finales de la dcada de 1970 40 . La vigilancia, y la represin, se centraban fundamentalmente en ese sector de la izquierda. Eso contribuye a explicar que Guzmn haya sido apresado y liberado poco antes del inicio de su guerra popular contra el Estado peruano. Su insignificancia en el escenario poltico y gremial jug a favor de su aventura militar. Actuaron confundidos entre otros actores que, compartiendo un discurso violentista, estaban desarrollando otro tipo de acciones. Adems, an cuando proclamaba una guerra campesina las acciones de SL no se iniciaron en alguna de las regiones donde la organizacin campesina estaba en auge: Cusco o Cajamarca, por ejemplo. Por el contrario, en dichos lugares tuvo serias dificultades para expandir su accionar. El conflicto se inici en Ayacucho, zona de escasa densidad de organizaciones y movilizaciones campesinas en los aos previos a 1980, donde el Estado, cuya presencia era de por s tremendamente tenue en las zonas rurales, tena la guardia especialmente baja. De esta forma, los pequeos puestos policiales rurales en el norte de Ayacucho, absolutamente faltos de preparacin, fueron rpidamente obligados a replegarse. Ante el avance militar de este enemigo sorpresivo, Fernando Belande se mostr reticente a convocar a las FF.AA. para el combate contrasubversivo. Se ha argumentado con razn que esta reticencia provino en parte de la amarga experiencia del golpe militar de 1968, que termin con su primer gobierno. Habra que enfatizar, tambin, la vocacin democrtica del gobierno, la voluntad de marcar una diferencia con el docenio militar, recalcando el carcter civil del rgimen. Adems de la sorpresa general, contribuy a la supervivencia de SL su carcter radicalmente autrquico. En los primeros aos el gobierno de entonces trat de encontrar vnculos entre la subversin y algn pas del campo socialista. El propio SL se encarg de descartar rpidamente esa hiptesis con acciones violentas contra la nueva direccin del PC Chino 41 y las embajadas de los pases comunistas. Todos los factores hasta ahora mencionados no hubieran sido suficientes, si SL no lograba captar la aceptacin o la neutralidad de sectores sociales significativos, especialmente campesinos. Cmo lleg a ellos y qu tipo de campesinos eran? Durante la dcada de 1970, la mayora de partidos que luego conformaran IU tendi a sacar de las universidades a una parte de los jvenes que all captaba, por lo general los ms comprometidos, para enviarlos al campo e incorporarlos en distinto grado a un circuito de
40 En realidad, salvo la huelga del SUTEP de 1978 y la de estudiantes secundarios en 1979, el PCP-SL se haba opuesto a esas movilizaciones, incluyendo los paros nacionales de 1977 y 1978, pues consideraba que estaban dirigidos por el revisionismo del PCP-Unidad. Sobre los diferentes grupos de izquierda y sus orientaciones, vase el captulo sobre Izquierdas. 41 Los famosos perros colgados de postes que aparecieron en algunas calles de Lima en 1980 con letreros que decan: Deng Xiaoping hijo de perra. 29 reproduccin partidaria cuyo eslabn central era la construccin de gremios campesinos 42 y cuya eficacia se meda por la capacidad de control y movilizacin de esos gremios 43 . Las movilizaciones gremiales y luego el xito electoral de esa izquierda, reforzaron su visibilidad y favorecieron la subestimacin del PCP-SL, que a su vez descalificaba a esos grupos, criticndolos por construir partidos para los gremios y no para la guerra popular. SL estableci un circuito diferente. Como dijimos, capt cuadros en ciertas universidades, pero los mantuvo dentro del circuito educativo, enviando a muchos de ellos como maestros a colegios rurales. Estos, a su vez, captaban estudiantes secundarios 44 a travs de los cuales SL estableci cabeceras de playas en muchas comunidades. En este caso, el epicentro de reproduccin partidaria eran los denominados organismos generados 45 , que lo alimentaban de cuadros a travs de las escuelas populares; y el criterio de eficacia desde fines de la dcada de 1970 fue el grado de cohesin ideolgica alcanzado por el partido que, como hemos visto, se confunda casi con la sujecin a Guzmn. Luego, a partir de 1980, lo fue el crecimiento del propio partido y sobre todo el del llamado Ejrcito Guerrillero Popular, pues todo estaba al servicio de la guerra popular. A partir de este eslabonamiento, SL logr tejer una red partidaria y de apoyo, inicialmente en las provincias del norte de Ayacucho. Esta es una zona paradigmtica entre aquellas donde, aparte de la migracin, el acceso a la educacin constitua casi la nica posibilidad de superar la extrema pobreza y vincularse con la sociedad nacional. Los maestros y los jvenes que estudiaban secundaria en las capitales provinciales, gozaban con frecuencia de una alta legitimidad como personificacin del mito del progreso encarnado en la escuela 46 . Reiteramos que en Ayacucho, los principales movimientos de las dcadas de 1960 y 70 estuvieron vinculados a reivindicaciones educativas.
42 Entre quienes concentraron su trabajo en el campo destacan las diferentes fracciones de VR, MIR, PCR, que asumieron por esos aos en mayor o menor medida el maosmo. El PCP-Unidad, por su parte, concentraba sus fuerzas en los sindicatos obreros y el PCP-Patria Roja entre el magisterio. Sin embargo, el criterio de eficacia era el mismo: el fortalecimiento y capacidad de control y movilizacin de los gremios. Ese fue el capital social-poltico que acumularon, especialmente durante la segunda mitad de la dcada de 1970. A partir de entonces, dicho capital se transform en capital poltico-electoral, con algunas variantes como el peso creciente de lderes individuales, reforzado por la introduccin, precisamente a partir de las elecciones de 1978, del voto preferencial, que permite al elector singularizar al candidato que se presenta como parte de una lista partidaria. 43 En la dcada de 1980, la medicin de la eficacia se fue desplazando rpidamente del fortalecimiento y movilizacin de gremios al xito electoral. 44 Otra de las tareas de los maestros era servir de huspedes para los cuadros que venan a activar en las escuelas populares y posteriormente a las fuerzas principales y locales del EGP senderista. Vase el captulo sobre el PCP-SL y varias Historias representativas de la violencia en el tomo V. 45 Sobre la definicin de organismos generados, vase el captulo sobre el PCP-SL. A SL no le interesaba tanto el control y la movilizacin de gremios sino la construccin, muchas veces dentro de esos mismos gremios, de pequeos movimientos propios como organizaciones generadas por el proletariado en los diferentes frentes de trabajo (PCP-SL 1988. Bases de discusin. El pensamiento Gonzalo y los trabajadores). El proletariado son ellos, por cierto. Entre los organismos generados que se volvieron famosos en los aos de conflicto, estn el Movimiento Obrero de Trabajadores Clasistas (MOTC), el Movimiento Femenino Popular, entre otros. 46 Tanto en las Audiencias Pblicas, como en innumerables testimonios recogidos por la Comisin de la Verdad y Reconciliacin, se constata la enorme importancia otorgada a la escolarizacin en las zonas rurales andinas. La asociacin de la escuela con el acceso a la luz y a la visin y de la falta de escolarizacin con la noche y la ceguera ha sido referida por diferentes autores. Vnase libros y artculos sobre el tema de autores como Rodrigo Montoya, Juan Ansin, Carlos Ivn Degregori. 30 De esta forma, el PCP-SL inicialmente logr conquistar bases en los mrgenes, no slo del Per urbano sino del propio Per rural organizado y dinmico, inscribindose en esa larga tradicin en la cual el poder se negocia y conquista a travs del uso de la violencia fsica. Su propuesta logr aceptacin especialmente en comunidades con profundos conflictos internos, baja legitimidad de sus autoridades y envidia por el acceso diferenciado a recursos escasos, con una propuesta de fin de la marginacin, igualamiento hacia abajo, destruccin de infraestructura productiva y repartos, especialmente de ganado. As, el asesinato de algn hacendado suprstite o de comuneros ricos, que con frecuencia ocupaban cargos de poder, y el reparto de sus bienes y ganados, contribuyeron a ganarle la adhesin campesina. Adems, SL apareci muy temprano como propuesta de un nuevo Estado, portador de orden y administrador de justicia vertical y draconiana, que pona coto a conductas consideradas antisociales, abigeato y abusos. La expansin de SL a otras zonas del pas mostr que los eslabones sensibles de intelectuales y jvenes educados no constituan slo un fenmeno regional sino que se extendan por una cadena de ciudades, incluyendo Lima. Asimismo, que los rasgos de pobreza, escasa organizacin rural y ejercicio del poder asociado al uso de la violencia fsica, mencionados en el prrafo anterior, no eran exclusividad de Ayacucho. Mostr, adems, que existan otras zonas rurales altamente conflictivas, como aquellas donde la Reforma Agraria haba conformado SAIS; o como los valles cocaleros, donde poblaciones enteras haban sido empujadas a la ilegalidad y donde la polica y la justicia llegaron a identificarse ms que en ningn otro lugar del pas con el abuso y la corrupcin. Para explicar la duracin y expansin del fenmeno subversivo es necesario tener en cuenta adems, otros dos factores. Por un lado, el PCP-SL y en mucho menor medida el MRTA se convirtieron en magnetos que atrajeron a minoras descontentas desgajadas de los grupos de izquierda que a fines de los setentas haban dado un viraje, en muchos casos no del todo coherente, del discurso de la lucha armada a la participacin electoral 47 . Por otro lado, en ambos casos se llegaron a crear ciertas identificaciones regionales con los proyectos subversivos-el MRTA en San Martn, el PCP-SL en el norte de Ayacucho- que trascendan el campo e incluan franjas urbanas. El entierro de Edith Lagos en Ayacucho en 1982 es el ejemplo ms notorio. En el caso del MRTA, esta identificacin estaba en cierto grado mediada por los gremios sobre los cuales tena influencia: la Federacin Agraria Selva Maestra (FASMA), o el Frente de Defensa de San Martn 48 . En el caso del PCP-SL, la identificacin no tena otra instancia en la cual depositarse que no fuera el partido, y la violencia. Pero eso no fue obstculo y posiblemente favoreci ms bien la construccin de una identidad muy fuerte entre la periferia de SL, que alimentaba sus organismos generados. All se configuraba una suerte de nosotros con fronteras muy rgidas y excluyentes, basado en una
47 SL exiga la disolucin del grupo y la incorporacin individual de aquellos miembros que decidan absorber. En el otro extremo, el MRTA mismo fue producto de fusiones sucesivas de varios grupos de izquierda, que optaron por la violencia. 48 En su incidencia pblica a travs de gremios, el MRTA mostraba, como en otros aspectos, semejanzas con los grupos que conformaban IU. Vase sobre estos temas los captulos sobre IU y MRTA. 31 cercana tnico-regional donde se entrelazaban el color de piel, la lengua, las costumbres, con una percepcin de agravio provocada por la inequidad y la discriminacin. SL lleg a proporcionar as una identidad, una estructura de sentimientos, a estudiantes pobres dependientes de los servicios universitarios, discriminados y ubicados entre dos mundos; pero tambin en pequeos ncleos barriales de Lima y sectores campesinos hartos de la pobreza, el abuso y la exclusin. Todos los factores hasta ahora mencionados, tampoco hubieran bastado para explicar la duracin e intensidad de la subversin, si las elites polticas hubieran estado a la altura del desafo. SL se aliment de los gravsimos errores cometidos por el Estado y los partidos polticos, ms all del justificable desconcierto inicial. Estos errores configuraron un proceso que hemos denominado abdicacin de la autoridad democrtica. Este se inici con la rutinizacin de los estados de emergencia; los poderes excesivos otorgados a los comandos poltico-militares; la estrategia contraproducente de las FFAA a partir de 1983, inspirada en la doctrina de seguridad nacional, que posterg la ruptura entre el campesinado ayacuchano y SL; la incapacidad del poder judicial, que propici la impunidad; la ineficacia del Poder Legislativo para legislar eficazmente sobre terrorismo y para investigar las violaciones a los derechos humanos; la inexistencia de una poltica penitenciaria en relacin a los subversivos presos, que llev a que los penales flucten entre las fugas y las masacres; el recurso a grupos paramilitares y escuadrones de la muerte; hasta culminar en el golpe de Estado de abril de 1992. Ms all de esta abdicacin, que fue en todo caso un sntoma, Sendero Luminoso logr revelar fallas geolgicas muy profundas sobre las cuales se haba reconstruido el rgimen democrtico a partir de 1980. Si algo le resultaba indispensable al PCP-SL para que su proyecto sobreviva y avance, era construir un enemigo a su imagen y semejanza. Primero, en la mente de sus propios militantes; luego, en el pas. 49
Por eso, a contracorriente de un sentido comn que considera la mano dura (lase autoritarismo y respuesta violenta) como indispensable para acabar con el terrorismo, las investigaciones de la CVR demuestran que cada vez que el Estado se acerc al Leviatn que Guzmn describa en sus pesadillas, le regal un triunfo a la subversin. As, la cuota fue respondida con las masacres de 1983-84, por las que para muchos ayacuchanos las FF.AA. aparecieron como externas., ajenas a la regin. La estrategia provocadora de inducir genocidio fue respondida con la masacre de los penales; y el traslado de la violencia terrorista a las ciudades, con el surgimiento de grupos paramilitares y escuadrones de la muerte. Estos fueron todos triunfos para Abimael Guzmn, pues le permitan validar sus tesis ante sus militantes e incluso aparecer como el mal menor para ciertos sectores sociales afectados por la respuesta estatal. SL poda seguir floreciendo en el nico terreno en el cual poda hacerlo, el de la violencia, regado con sangre
49 Sueos de sangre de hiena tiene la reaccin; agitados sueos estremecen sus noches sombras; su corazn maquina siniestras hecatombes; se artillan hasta los dientes pero no podrn prevalecer..., clamaba Guzmn ante sus huestes en la denominada 1. Escuela Militar del Partido un par de meses antes del inicio de sus acciones. 32 como gustaba afirmar. Al Estado le fue muy difcil encontrar un camino entre la ineficacia, por un lado, y la contraproducente mano dura autoritaria, por otro. Las consecuencias en la vida poltica del pas, las sentimos hasta hoy. No se trata entonces slo de errores, excesos o limitaciones de los diferentes actores directos o indirectos del conflicto. El pas, sus instituciones y su rgimen poltico exhibieron en esos aos nuestros lados ms oscuros, que no haban logrado ser incorporados a la dinmica de la representacin poltica. SL surgi y logr presencia en los lmites no representados de nuestra sociedad. Desde esos espacios -donde incluso los partidos de izquierda activos en la dcada de 1970 no llegaron o tuvieron escasa presencia, o terminaron yndose- SL avanz hacia otros mbitos aprovechando los errores del Estado, la crisis econmica y luego la descomposicin reinante al final de la dcada de 1980. La mera existencia de espacios que no alcanzaban a ser representados polticamente nos habla de fallas profundas de nuestra configuracin como nacin, que incluyen pero trascienden la responsabilidad de gobiernos, partidos polticos y FF.AA. En otras palabras, la duracin relativamente larga del conflicto armado interno, tuvo que ver tambin con la fragilidad de nuestro sentido de comunidad nacional, que deba estar sustentado sobre la base de tener y ejercer derechos ciudadanos. La fragilidad de ese sentido nacional y ciudadano se sinti ms all de las zonas rurales perifricas y abarc en mayor o menor medida al conjunto del pas. As, vistos desde el centro del poder poltico, econmico y simblico, los sectores que llamamos irrepresentados resultan in-significantes: aportan poco al PBI; si son rurales, por su escaso peso demogrfico no deciden elecciones; si son urbanos, por su extrema pobreza son fciles de clientelizar. La opinin pblica pudo fluctuar entonces entre la indiferencia y la exigencia de una solucin rpida al conflicto, sin importar mucho el costo social. Despus de todo, las vctimas eran principalmente otros: pobres, rurales, indios. Lejanos no slo geogrfica sino sobre todo emocionalmente. Por ello la lejana incluy los conos de Lima, donde el conflicto lleg con su secuela de rastrillajes y estigmatizacin de los diferentes, en este caso los migrantes 50 . El centralismo y el racismo jugaron as su papel en la prolongacin del conflicto y revelaron las miserias de nuestra democracia realmente existente. Los resultados electorales de 1985 en el distrito de Chungui, provincia de La Mar, Ayacucho, son un ejemplo extremo de esta situacin. Dicho distrito fue uno de los tres donde la Comisin de la Verdad y Reconciliacin constat la mayor cantidad de muertos y desaparecidos. En medio de una verdadera hecatombe que se produca all en esos aos por el enfrentamiento entre senderistas, militares y ronderos, los resultados oficiales del Jurado Nacional de Elecciones nos dicen que de los 1473 electores hbiles del distrito, votaron 1466 51 , todos lo hicieron por un solo
50 Vase los casos de Raucana y Huaycn. 51 Slo seis no habran acudido a votar. 33 partido para presidente, senadores y diputados, sin un solo voto nulo o en blanco (vase el cuadro a continuacin).
DISTRITO DE CHUNGUI (Creado en la poca de la Independencia)
RESULTADOS ELECTORALES: 1985
8 Mesas de Sufragio
Partidos Polticos,Alianzas Electorales y Listas Independientes Frmula Presidencial Senadores Diputados Izquierda Nacionalista 0 0 0 Mariateguista para la Liberacin Nacional ---- 0 ---- Movimiento Cvico Nacional 7 de Junio 0 0 0 Partido Avanzada Nacional 0 0 ---- Izquierda Unida 0 0 0 Partido Socialista del Per ---- 0 ---- Convergencia Democrtica 0 0 0 El Frente 0 0 0 Accin Popular 0 0 0 Partido Aprista Peruano 1,466 1,466 1,466 Partido Socialista de los Trabajadores 0 0 ---- L.I. Frente Agrcola Humanista Femenino ---- 0 -----
Distrito de Chungui. Capital: Chungui. Categora: Pueblo Poblacin Electoral 1,473. Habitantes: 8,257. Hombres: 4,133. Mujeres: 1,124.
Of. Distrital del Registro Electoral de la Municipalidad
Por ltimo, el contexto de crisis econmica favoreci tambin el avance de los grupos subversivos. La crisis econmica que arrastramos la mayor parte de la dcada y que lleg a extremos inditos en los aos finales del gobierno de Alan Garca, fue parte de la crisis final, en toda Amrica Latina, del modelo de crecimiento por sustitucin de importaciones y proteccin del mercado interno, denominado ahora modelo populista. Si a ello sumamos la relativa tolerancia de la comunidad internacional hacia las violaciones a los DD.HH. por parte del Estado, tenemos un 34 cuadro en el cual, hacia 1990, todos los (f)actores parecan jugar a favor de los grupos subversivos, especialmente SL.
1.7. POR QU EL CONFLICTO FUE TAN CRUEL
Para responder esta pregunta regresemos a la escena primera de este captulo, a las movilizaciones campesinas de las dcadas de 1960 y 70. Durante las ocupaciones de tierras, policas e invasores ocupaban sus lugares, pero no ocurra nada ms, para desesperacin de los propietarios. Qu es lo que ha cambiado? 52 El historiador Flores Galindo responde describiendo las transformaciones econmicas y polticas que haban tenido lugar en el pas: el papel secundario que pas a ocupar la agricultura en la formacin del PBI; el consecuente debilitamiento de los terratenientes serranos, convertidos en socios ms bien incmodos dentro de la estructura de poder 53 . Pero las movilizaciones son bastante incruentas porque tambin los campesinos haban cambiado profundamente. Las largas columnas que invaden las haciendas no llevan armas, no buscan enfrentarse con los mistis. Las casas haciendas son respetadas... 54 . Ya no se trataba de asonadas, estallidos breves y sin norte como los que jalonaron la historia rural andina. El movimiento era esta vez ms organizado, planificado y poltico, y se vio coronado por el xito. Lo que est ausente entonces, en las dcadas previas al estallido de la violencia en 1980, es la voluntad de matar. Menos an de matar masiva y/o sistemticamente. Ni de parte del Estado, ni de parte de los campesinos ni de los principales partidos polticos. La direccin de Sendero Luminoso tuvo que concentrar sus energas en inocular esa voluntad, en primer lugar en sus militantes, y luego en provocar al Estado y a la sociedad en su conjunto para que la muerte se vuelva, por as decirlo, un modo de vida. En las bases filosficas, polticas e incluso psicolgicas de la accin subversiva, especialmente del PCP-SL, se constata un decisivo punto ciego: SL ve clases, no individuos. De all se deduce la falta grosera de respeto por la persona y por el derecho a la vida, incluyendo la de sus militantes pues para mantener la cohesin del partido la direccin exacerb en ellos una vena tantica -llevar la vida en la punta de los dedos, cruzar el ro de sangre- que se convirti en un sello de identidad, un desafo a todo el orden existente y ti el proyecto senderista de potencialidades terroristas y genocidas. El potencial terrorista se despleg desde los ajusticiamientos con sevicia y prohibicin de entierro, hasta los coches-bombas en las ciudades. El potencial genocida se encuentra desde el discurso de Guzmn cuando anuncia que el triunfo de la revolucin costar un milln de muertos, y podemos imaginar qu hubiera pasado en el pas si su proyecto segua avanzando. No es casualidad que ese potencial genocida se haya desplegado
52 Alberto Flores Galindo. Buscando un Inca, p. 314. 53 Op.cit., p. 314. 54 Ibid.:309. 35 especialmente en zonas indgenas, pues SL reprodujo antiguas concepciones racistas y de superioridad sobre los pueblos indgenas en sus propios trminos. All las masas eran todava ms fungibles. De los estudios realizados por la Comisin de la Verdad y Reconciliacin, las acciones de SL en territorio ashninka y en la zona denominada Oreja de Perro son aquellas donde se constata de manera ms descarnada esa potencialidad 55 . Por otro lado, batir el campo y construir el nuevo poder exigan un alto costo en vidas humanas pues a pesar de todas las brechas sobre las cuales estaba construido el Estado, el contexto peruano era desfavorable para una guerra popular del campo a la ciudad. A pesar de los vacos de poder, el campo estaba mucho ms poblado de actores, instituciones, organizaciones; y ms interconectado que la China de los aos 30, que serva de inspiracin a SL. Por eso, luego de una primera etapa de aceptacin, tuvieron que recurrir crecientemente a la imposicin por el terror: primero a travs de los asesinatos (ajusticiamientos), en especial de autoridades locales. Tanto o ms que la muerte, choca la forma en que los senderistas matan. El PCP-SL trataba de convertir esos asesinatos en castigos ejemplificadores, para imponer su voluntad sobre la poblacin. Por eso, en muchos testimonios ofrecidos a la CVR, se expresa esta mezcla de dolor e indignacin que produce ver morir a familiares como animales. A eso se suma, en muchos casos, la prohibicin de enterrarlos. Luego, con la entrada de las FF.AA. a combatir la subversin a partir de 1983, la tctica senderista de los contrarrestablecimientos increment an ms el nmero de vctimas civiles. Desde Lima, Guzmn propuso construir comits populares paralelos precisamente cerca de donde se instalaban bases militares 56 para provocar la reaccin del Estado: esto contribuy a la masividad de las vctimas. Pero el otro factor para explicar la crueldad del conflicto armado interno es la respuesta del Estado. Que la provocacin mortfera de SL haya encontrado eco, muestra que en las dcadas previas de baja intensidad de muertes por conflictos sociales y enfrentamientos polticos, el pas haba transitado en realidad por un largo y difcil desfiladero, que SL logr bloquear, al menos temporalmente. En las dcadas de 1980 y 90 se revelaron todos los abismos ya anotados: no slo la falta de comunidad nacional ciudadana sino el desprecio teido de racismo por los campesinos, que permeaba las instituciones del Estado, incluyendo a las FF.AA. En los primeros aos de su intervencin, ellas se comportaron con frecuencia como un agente externo a la regin 57 . Las torturas y asesinatos, las masacres y las desapariciones, son actos de crueldad que han sido reportados masivamente a la Comisin de la Verdad. Este desprecio por la vida de campesinos, mayoritariamente quechua hablantes, se revela por contraste en toda su crudeza cuando los grupos subversivos, tanto SL como el MRTA, llevan el
55 Vase los apartados sobre ashninkas y Oreja de Perro. 56 Esta tctica es discutida posteriormente en la III Sesin del I Congreso del PCP-SL. 57 Son ms bien los campesinos los que parecen tener de cierta manera una mayor conciencia de comunidad nacional, pues cuando relatan sus historias creen que quienes los estn matando son extranjeros, gringos, pishtacos. No conciben que sean sus connacionales los que los maten como animales. 36 conflicto a las ciudades. De acuerdo a los testimonios recogidos por la CVR, el tamao promedio del grupo en el que murieron quienes fueron ejecutados por agentes del Estado 58 es 5.7 veces mayor en las zonas rurales que en las zonas urbanas (21.2 vs. 3.7). En estas ltimas, la estrategia fue ms selectiva. Por eso masacres como la Cantuta o Barrios Altos, a pesar de ser pocas se convierten en emblemticas. En el campo, como indican las cifras, la represin fue ms indiscriminada 59 . Pero la violencia desatada por SL, confundido entre la poblacin, obligando a los campesinos a actuar como masa en los enfrentamientos, tambin hizo aflorar el miedo. Esos otros despreciados, muchas veces incomprensibles, comenzaron a ser vistos como peligrosos, sin distinguir si eran o no senderistas. A su alrededor comenz a (re)tejerse toda una mitologa que los converta en seres resistentes a las torturas e imperturbables ante la muerte. Los viejos imaginarios racistas sobre el indio terco, cruel, traicionero, reaparecieron con fuerza. El miedo azuz la crueldad de las fuerzas contrasubversivas. A esto se aade, por un lado, la influencia de la doctrina de seguridad nacional, que enmarc las represiones a los grupos subversivos en el Cono Sur y Amrica Central e implicaba un alto costo en vidas humanas. Por otro, el poco enraizamiento de las doctrinas de DD.HH., que recin comenzaban a transformase en instrumentos legales y a ser sancionadas en tratados internacionales incorporados en la legislacin nacional y posteriormente tambin en la formacin de las FF.AA. Si la etapa anterior fue de moderacin por parte de todos los actores, la irrupcin de SL abri una Caja de Pandora que los trastoc a todos. As, en las zonas rurales ms pobres SL se involucr y en muchos casos acab potenciando y militarizando viejos conflictos sociales intra e intercomunales. En zonas donde la Reforma Agraria haba creado grandes propiedades semiestatales como las SAIS, en un contexto de debilitamiento de las organizaciones campesinas SL impuls la destruccin de infraestructura productiva y los repartos o matanzas de ganado, un retroceso significativo con respecto a las dcadas anteriores. La nica excepcin significativa fue Puno, donde las organizaciones campesinas desarrollaron sus antiguas estrategias para luchar contra las SAIS, y donde un tejido social y poltico ms denso, as como la propia accin del gobierno nacional primero y del regional despus, impidieron el despliegue de SL 60 . En zonas afectadas por el narcotrfico, SL termin agudizando la dinmica de por s violenta de una sociedad de frontera, dinmica en la que se involucraron tambin y con crueldad las fuerzas del orden. Por otro lado, SL exacerb el castigo fsico, que era desde antes parte del repertorio de justicia, no slo indgena. SL llev a extremos demenciales una tradicin en la que caben desde los maltratos policiales y patronales, hasta el castigo fsico en las comunidades campesinas.
58 Esta definicin se limita a aquellas vctimas cuyo cadver ha sido ubicado. 59 Vase captulo: Ejecuciones extrajudiciales. 60 Vase: Historia Regional Surandina. Estudio en Profundidad: La batalla por Puno. 37 Las rebeliones contra SL fueron tambin brutales. La violencia latente en cualquier comunidad, especialmente pobre y en buena parte preciudadana, se entremezcl con conflictos familiares, generacionales, de linderos, y se desbord. Los comits de autodefensa, en muchos casos, fueron ms all de su funcin de autodefensa y se convirtieron tambin en pequeos ejrcitos agresivos que barran con gran violencia territorios que consideraban enemigos o prosenderistas. La violencia abri una caja de Pandora no slo en las reas rurales sino en la sociedad nacional en su conjunto. SL atiz y all se reavivaron en la respuesta del Estado y en la indiferencia de sectores importantes de la ciudadana- todas las discriminaciones.
1.8. POR QUE LOS GRUPOS SUBVERSIVOS FUERON DERROTADOS
Cuando un grupo violentista altamente motivado se levanta en armas pero no existen condiciones para su triunfo, una de las posibilidades es que se convierta en una insurgencia crnica. Podra ser el caso, por ejemplo, de Colombia 61 . Felizmente para el pas, a pesar de la subsistencia de ncleos armados en algunas zonas de la amazona 62 , esto no ha sucedido en el Per. Por qu? En primer lugar, la subversin se inici en un contexto democrtico que, al margen de cualquier limitacin, redujo espacios para propuestas violentistas. El funcionamiento del sistema de partidos y la realizacin de elecciones an en los peores momentos de la violencia, funcionaron como parachoque y canal alternativo para procesar reclamos, conflictos y construir representaciones para la mayor parte de peruanos y peruanas. Durante el gobierno aprista (1989) se inici incluso un proceso de regionalizacin y, adems de las elecciones municipales, se llevaron a cabo elecciones regionales en todo el pas. La existencia de una izquierda legal que se constituy en la segunda fuerza electoral durante casi toda la dcada, redujo todava ms los espacios de reclutamiento para los grupos subversivos. Esto lo padeci especialmente el MRTA, que termin derrotado por sus propias contradicciones internas. Si bien en un porcentaje minoritario pero significativos de provincias no hubo elecciones en 1989 y 1990, ms importante y conmovedor an es destacar la persistencia de autoridades electas en los distritos y provincias amenazados por la subversin, que dieron la cara a pesar de que sobre ellas penda la amenaza terrorista y en algunos casos todava tambin la del Estado 63 . En muchos casos estas autoridades lo pagaron con su vida. Con frecuencia, cuando las amenazas terroristas de SL impedan las elecciones, asambleas pblicas decidan elegir un representante que ocupara la alcalda. En varios casos, las personas as elegidas fueron mujeres. Si bien el avance de los grupos subversivos y el recurso creciente al terrorismo fue una de las causas del quiebre de la
61 Vase libro de Eduardo Pizarro. 62 Nos referimos a los llamados remanentes de SL en los valles del Ene y Apurmac. 63 Vase el tomo VII, los casos 46 y 47. 38 institucionalidad democrtica, como hemos visto en el captulo sobre las FF.AA. el golpe de Estado de abril de 1992 se dio cuando ya SL se encontraba estratgicamente derrotado. La existencia de prensa independiente, que documentaba horrores, incluso en las zonas directamente afectadas por la violencia, fue tambin un factor que contribuy a frenar la brutalidad de las acciones contrasubversivas y a crear un clima contrario a los grupos subversivos, especialmente su recurso a los secuestros y al terror. De esta forma, si bien hemos mencionado la fluctuacin de la opinin pblica entre la indiferencia y el reclamo de soluciones expeditivas autoritarias, tambin es cierto que los grupos subversivos nunca llegaron a tener aceptacin entre sectores importantes de la poblacin. Existieron, adems, organismos fiscalizadores desde la sociedad civil, que cuestionaron los crmenes y violaciones a los DDHH, tanto del Estado como de los grupos subversivos: organismos de DD.HH., sectores importantes de la iglesia catlica y de iglesias evanglicas. An cuando en buena parte del perodo de la violencia fueron una minora, le restaron sin embargo legitimidad nacional e internacional tanto a la subversin, que trataba de presentarse en el extranjero como una guerrilla romntica y popular, como tambin a las estrategias contrasubversivas de guerra sucia. Tampoco las organizaciones sociales populares, obreras, campesinas, magisteriales, sindicales en general, fueron ganadas por los proyectos subversivos 64 . El PCP-SL se convirti ms bien en un antimovimiento social 65 , que desmovilizaba, destrua y/o fagocitaba a las organizaciones que caan cerca de su esfera de influencia 66 . De todos los rechazos, el que ms contribuy a la derrota de los grupos subversivos, fue el rechazo del campesinado, especialmente del campesinado pobre. Ellos tenan que haber sido la fuerza principal de la revolucin, estaban destinados a ser los aliados fieles, la segunda voz, el coro que acompaara al partido y a su jefatura concentrada en alcanzar el do de pecho que transformara el mundo 67 . Pero salvo excepciones, SL no logr un asentamiento slido entre el campesinado y termin provocando la rebelin del coro. Es que luego de la destruccin del viejo orden -eliminacin de autoridades, destruccin de infraestructura productiva, ataques a proyectos de desarrollo incluyendo proyectos comunales SL slo pudo ofrecerles:
a) una propuesta econmica de autosubsistencia, arcaica en el mediano plazo incluso para los campesinos ms pobres,
64 En cierta medida, los movimientos del departamento de San Martn pueden ser una excepcin, por la influencia que tuvieron en ellos organismos cercanos al MRTA, pero ste desperdici esa oportunidad para plantear a partir de ella alguna forma de integracin al sistema poltico. (vase el captulo sobre el MRTA). 65 El concepto es de Wieviorka: Terrorisme, Fayard 1991. 66 Ello a partir de su propuesta totalmente sectaria de construir dentro de esos gremios organismos generados por el partido y ponerlos al servicio de la guerra popular, sin tener en cuenta los intereses concretos de los trabajadores. Vase captulos sobre SL. 67 Vase cita en el captulo sobre SL. 39 b) la instauracin efmera de una utopa igualitarista, que pronto mostr sus lmites autoritarios, especialmente en: i) la aplicacin de una justicia mortfera, que recurra a la pena de muerte con gran facilidad; ii) una propuesta poltica totalitaria, que regulaba la vida cotidiana hasta sus detalles ms mnimos, pasando as de la necesidad de orden al exceso de orden vertical, que llegaba a extremos grotescos como cuando el partido prohiba estar triste.
Los asesinatos de SL y la forma en que se producan no slo chocaban contra el apego a la vida de cualquier comunidad humana, sino que resultaban contraproducentes en una economa sumamente pobre, que no poda darse el lujo de disponer de la vida de personas, en su mayora hombres jvenes con familias e hijos menores de edad. Por eso en muchos testimonios recogidos por la CVR en diferentes partes del pas, los afectados pedan al partido: castiga, pero no mates. En otros, las mujeres piden que si van a matar a alguno de los padres, maten mejor a toda la familia, pues: quin se va a hacer cargo de los hijos. Concentrado en la construccin de un orden radicalmente nuevo, que exiga extirpar de raz la mala hierba, SL era ciego ante estos reclamos. La propuesta poltica totalitaria implicaba una actitud intolerante hacia las manifestaciones culturales locales, no slo la celebracin de fiestas o la eleccin de autoridades tradicionales, sino elementos tan bsicos como el enterrar a los muertos, o el uso de los trminos de parentesco que desde el principio de los tiempos regulan las identidades y las relaciones sociales, para reemplazarlos por el trmino compaero. Pero sobre todo, con el campesinado involucrado crecientemente en una economa mercantil y un proceso de individuacin, las propuestas de SL chocaron contra la dinmica de las sociedades rurales. Sorprendentemente para SL, el concepto de guerra prolongada, choc contra la lgica de reproduccin campesina, que se ordena alrededor del ciclo de vida familiar y planifica en funcin del crecimiento y educacin de los hijos. En ese contexto, cuando SL apur el paso para lograr el equilibrio estratgico, lo que hizo fue romper el precario balance que todava mantena en muchas zonas rurales. Para lograr el equilibrio estratgico SL requera un mayor apoyo campesino: mayores vveres para el partido, ms reclutas entre los jvenes. Esto increment el malestar campesino que, al empalmar con un cambio en la estrategia de las FF.AA., produjo la masificacin de los comits de autodefensa (CADs), que propinaron a SL su primera derrota estratgica, en el mbito en el cual menos la esperaban. Asimismo, la creacin de un nuevo Estado senderista mostr toda su precariedad y choc cada vez ms amplia y frontalmente con un campesinado que, incluso en las zonas ms alejadas, se senta parte del Estado o necesitaba de ste. En innumerables testimonios recogidos por la Comisin de la Verdad y Reconciliacin, se recogen las quejas por acciones como incendios de municipios y las dificultades que la destruccin de los registros pblicos implicaba para el campesinado. Asimismo, en un pas donde en muchos casos se produce una suerte de construccin 40 del Estado por demanda (por ejemplo, cuando los campesinos piden escuelas, centros de salud, distritalizacin), conforme se prolonga el conflicto, la estrategia senderista revela lo irreal de su nuevo Estado y su errnea evaluacin, no slo de las autoridades estatales sino de los licenciados de las FF.AA. Para SL, los licenciados eran externos a las comunidades, parte de un viejo Estado ajeno al campesinado. Para stos, por el contrario, desde mucho tiempo antes, las autoridades comunales, jueces de paz, alcaldes y tambin licenciados, fueron vistos ms bien en muchos casos como un vnculo necesario con el Estado realmente existente, al margen de cualquier deficiencia de ste. A partir de sus propias experiencias en los primeros aos de la guerra y a partir de las peculiaridades histricas de las FFAA, stas aprenden y calibran mejor al enemigo. Ya desde los primeros aos, hubo oficiales que comprendieron la situacin y buscaron ganarse la confianza de la poblacin. Muchos de ellos son recordados positivamente por su sobrenombre, algunos convertidos en personajes casi mticos. Ellos son precursores de ese cambio de estrategia que, como ya se ha mencionado, otorga ms peso al trabajo de inteligencia, vuelve la represin ms selectiva, busca ganar a la poblacin rural y hacer alianza con los ronderos o presionar al campesinado para que se organice en CADs all donde encuentra resistencia. En zonas de narcotrfico, hacia fines de la dcada de 1980 privilegia la alianza con los campesinos. En muchas reas rurales, es la Fuerza Armada la que termina movindose como pez en el agua. Posteriormente, a fines de la dcada de 1990, las FF.AA. realizan un balance crtico de su actuacin y sealan: el respeto de los Derechos Humanos es un objetivo poltico de la lucha contra la subversin y no un marco limitativo de las operaciones militares, en tal sentido, es necesario que todos y cada uno de los miembros de las Fuerzas Armadas y Polica Nacional entiendan la importancia de este concepto y lo apliquen 68 . La ausencia de grandes propietarios rurales contribuy, adems, a que no se formaran grupos paramilitares como los que existieron en Guatemala, El Salvador o los que existen en Colombia. Las zonas de narcotrfico resultan en cierta medida una excepcin. Tambin el contexto internacional se fue volviendo cada vez ms adverso para los grupos subversivos, que actuaban a contracorriente de un cambio de poca. El fin de la guerra fra y el derrumbe del campo socialista afect directamente al MRTA, especialmente porque favoreci el desarrollo de negociaciones y acuerdos de paz en varios pases de Amrica Latina, incorporando a la vida poltica a movimientos guerrilleros que eran inspiracin y a veces lugar de entrenamiento del MRTA. En lo que se refiere al PCP-SL, la acentuacin del viraje en la China post Mao convirti a los seguidores de la denominada Gran Revolucin Cultural Proletaria en una excentricidad. El PCP-SL se vincul a un llamado Movimiento Revolucionario Internacionalista (MRI), que agrupa
68 Ministerio de Defensa Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas. Estrategia Integral para la Contrasubversin, Lima Per, Enero del 2000, pp. 78. 41 a docena y media de grupsculos sin incidencia en sus respectivos pases, salvo el Partido Comunista de Nepal. En los organismos defensores de DD.HH. y de solidaridad con los pases del Tercer Mundo, SL result cada vez ms aislado y repudiado. Hacia fines de la dcada de 1980, sus embajadores del terror difcilmente encontraban ante quien presentar sus credenciales. Si bien en su accionar militar el PCP-SL fue siempre radicalmente autrquico, este aislamiento no dej de ser importante para un partido que se consideraba faro de la revolucin mundial. Si queremos singularizar un factor que sea el ms importante para explicar la derrota del PCP-SL, este es su incapacidad de aprender. Totalmente ensimismado en la construccin y fortalecimiento del partido y el denominado ejrcito guerrillero popular, SL termin construyndose un exoesqueleto muy poderoso para evitar las tendencias centrfugas y mantener cohesionado su pequeo organismo, pero que al mismo tiempo lo blind contra la realidad. De esta forma, mientras el Estado a travs de sus gobiernos y de las FF.AA. aprendan y rectificaban los aspectos ms indiscriminados y contraproducentes de su estrategia, en diferentes partes del pas y en diferentes momentos a lo largo de la dcada de 1980 se constataba la repeticin del ciclo: conquistar bases / restablecimiento / contrarrestablecimiento / repudio de la poblacin. La diferencia entre unas FF.AA. que aprenden y un PCP-SL que repite sus errores se advierte en los grficos 3, 4 y 5, que muestran cmo la cantidad de vctimas en general, y en especial las rurales y quechua hablantes provocadas por los agentes del Estado bajan notoriamente, mientras SL contina e incluso incrementa su agresin contra aquellos en cuyo nombre supuestamente actuaba. A la luz de estos datos, la decisin de Abimael Guzmn de alcanzar el equilibrio estratgico revela de manera descarnada su calidad de huida hacia delante. En trminos prcticos, ella signific: a) un desborde del terror en las ciudades, a travs de los paros armados y los coches-bombas; b) la masacre de poblaciones rurales, especialmente los ashninkas y, c) la sobreexposicin del aparato senderista y la cada de su direccin nacional en 1992. La CVR quiere destacar, finalmente, otro factor ms all del rechazo de la opinin pblica a los grupos subversivos: la terca voluntad de persistir de los peruanos y peruanas en general, especialmente de aquellos que vivieron y sobrevivieron en las zonas ms golpeadas por la violencia, donde continuaron existiendo mayoritariamente autoridades locales, escuelas, iglesias, trabajadores y vida cotidiana en general. A esa voluntad de despertar cada maana, respirar hondo y continuar la vida en medio del terror, nuestro homenaje.
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CAPTULO 2 EL IMPACTO DIFERENCIADO DE LA VIOLENCIA
2.1. VIOLENCIA Y DESIGUALDAD DE GNERO
Como resultado de la investigacin realizada, la CVR ha llegado a la conclusin que la violencia desatada en nuestro pas afect de manera diferente a hombres y mujeres. Las distintas posiciones sociales y roles de gnero ocupados por varones y mujeres condicionan su participacin en el conflicto armado y producen efectos especficos en cada uno de ellos. Las mujeres, por el hecho de serlo, fueron vctimas singulares de un conjunto de delitos y atentados contra su dignidad y sus DDHH que difieren de aquellos infligidos a los varones Estas diferencias no son nuevas y retoman situaciones previas de desigualdad de gnero, tnicas y sociales que es preciso conocer para poder actuar en consecuencia La CVR considera importante hacer visible estas diferencias pues permiten dar cuenta de situaciones diversas aportando as al establecimiento de la verdad. Del lado del PCP-SL y el MRTA, las mujeres de las comunidades fueron vctimas de asesinatos indiscriminados y sometidas a un rgimen de terror y obediencia. Las nias y jvenes fueron reclutadas a temprana edad para ser parte de los grupos subversivos obligndolas a realizar trabajos diversos. Adems, fueron forzadas a uniones no deseadas y obligadas a permanecer contra su voluntad en sus filas. Muchas de ellas, usadas como guardias de seguridad de los senderistas, fueron tambin objeto de abusos sexuales. De acuerdo a los testimonios e informacin analizada, la CVR ha encontrado que las mujeres de las comunidades campesinas y zonas afectadas fueron vctimas de violencia sexual por miembros de las Fuerzas Armadas lo que constituye una violacin a sus DDHH. Las violaciones sexuales y otros tipos de abuso sexual fueron parte de una prctica en la cual las mujeres son utilizadas como medio de obtener informacin, autoinculpacin o simplemente como una demostracin del poder masculino frente a las mujeres campesinas, pero tambin frente a los otros varones a quienes se buscaba combatir Las mujeres de las comunidades se encontraron entre dos fuegos siendo vctimas del terror por parte de los grupos subversivos y amenazadas de colaboracionistas por los miembros de las FF
AA. Como parte de la poblacin civil ellas se vieron afectadas a pesar de no ser la mayora de las veces participantes directas del conflicto. Las mujeres fueron afectadas tambin por la desaparicin y muerte de sus familiares: esposos, hijos, padres y hermanos en manos del PCP-SL y/o de las fuerzas contrasubversivas. Ellas, en su condicin de madres y esposas, se hicieron cargo de la bsqueda de familiares as como de las denuncias y reclamos de justicia. En este proceso ellas fueron tambin objeto de delitos y violaciones de sus DDHH: asedio sexual, violaciones, detenciones, torturas, desplazamientos y trabajos forzados. Ellas fueron utilizadas como un medio para hacer hablar a los hombres detenidos, a los sospechosos de actos subversivos. Los efectos del conflicto comprometen la salud fsica y mental de las mujeres de manera diferente a los varones. Son ellas quienes, obligadas a migrar o a desplazarse, tienen que hacerse cargo solas de grupos familiares desestructurados, sin padre, con hijos e hijas que han sufrido la violencia en carne propia. Estas viudas deben enfrentar sin recursos econmicos, en condiciones de desarraigo cultural y estigmatizacin social, la sobrevivencia de la familia. Las diferencias encontradas entre varones y mujeres deben ser motivo de anlisis y recomendaciones especficas que permitan visibilizar y atender a los disntintos grupos afectados por la violencia. La CVR cree conveniente sealar que las relaciones entre hombres y mujeres en el Per antes del conflicto y posiblemente despus de l no son democrticas, ni justas, ni equitativas. Es sobre este terreno, que el conflicto se desarrolla, acentuando, profundizando y/o transformando estas relaciones. Se trata pues de un sistema de gnero caracterizado por la desigualdad, la jerarqua y la discriminacin. De otro lado es tambin importante tomar conciencia que la existencia de estas injusticias entre varones y mujeres nos revela la existencia de un orden social, de mecanismos de autoridad y de poder que le sirven de sustento. La CVR considera oportuno utilizar este enfoque pues permite analizar la interrelacin que existe entre la violencia y la organizacin social que reproduce sistemas de exclusin y dominacin de los cuales hombres y mujeres son partes afectadas. En el caso peruano los actores (hombres y mujeres) que viven y sufren el conflicto interno actan y se relacionan a partir de referentes de masculinidad y feminidad que consideran vlidos. En el contexto del conflicto interno los varones estn marcados por un modelo de masculinidad guerrera, caracterizado por el ejercicio de la violencia, la agresividad y la exhibicin de la fuerza. El despliegue de estos rasgos es parte de los mandatos sociales que debe acatar. La propia nocin de guerra est sustentada en un sistema masculino de manifestacin del poder. Al varn se le define como custodio del orden mientras que la mujer en su casa se encarga del cuidado de la familia. Ella es la guardiana del hogar. Se plantea as una imagen dicotmica: es el hombre quien defiende la patria (o la comunidad) mientras que la mujer lo acompaa a travs del cuidado, la atencion de los soldados. Es una mujer que cuida y sana heridas. 46
No debemos olvidar tambin que la violencia y el conflicto armado se instalan en un contexto de autoritarismo, violencia familiar y ausencia de ejercicio ciudadano. La nuestra es una sociedad marcada por una historia de marginacin y violacin de larga data. Prueba de ello son los testimonios y las denuncias de violencia familiar y sexual contra nias en la escuela, trabajadoras del hogar, y mujeres en general. En este sentido la violacin sexual a mujeres como parte del ejercicio de la violencia y como prctica de guerra es slo la punta del iceberg. Este hecho, violatorio de los DDHH de las mujeres, las afecta mayoritariamente. Es un sntoma de la manera prepotente e impune en que se ejerce el poder en nuestra sociedad. Nos dice tambin de la falta de derechos efectivos de unas frente al abuso de los otros. Pero, y lo ms importante nos da cuenta de una sociedad que permite, cuando no alienta, este tipo de comportamientos. Reiteremos una vez ms que el problema no es de las mujeres sino de las relaciones sociales de poder y del injusto orden social que las sustenta. A lo largo de estos 20 aos las brechas de gnero preexistentes se profundizan, se quiebran, se transforman. Hombres y mujeres se han visto afectados de maneras diferentes pero no han permanecido inermes. La CVR considera importante trascender el estereotipo de hombre agresor - mujer vctima, identificando los procesos y los espacios de agencia, enfrentamiento y resistencia creados por las mujeres y hombres.
2.1.1. Las mujeres y sus contextos. Datos Generales
La mayora de mujeres afectadas por el conflicto armado vivan en las comunidades y pueblos de la sierra sur del pas (Ayacucho, Huancavelica, Apurimac). Se trata de zonas rurales pobres y alejadas cuyos habitantes son parte de grupos campesinos secularmente excluidos social, econmica y polticamente. Adems ellas han sido, en muchos casos, objeto de burla, maltrato y humillacin por su condicin de indgenas. Es esta herencia colonial el marco interpretativo a partir del cual ellos y ellas dan sentido y significado a la violencia que impacta sus vidas. Una joven mujer al dar cuenta de un hecho de violencia sucedido en la dcada pasada utiliza el trmino de realistas. Interpretando su discurso podemos afirmar que, ella establece una cadena asociativa que partiendo de la violencia de hoy, llega hasta el ejrcito espaol y las luchas por la independencia. Emerge una memoria colectiva que le permite leer su situacin actual bajo las claves de la dominacin, la autoridad y el poder de los otros, los ajenos, los blancos. Se trata pues de una metfora altamente significativa y que nos coloca en el centro de uno de los problemas fundantes de nuestra sociedad: el desconocimiento del otro, la exclusin del indgena, el autoritarismo y el abuso del poder desde arriba. Pero este no fue un caso nico. Ms bien la idea se repite una y otra vez para informar sobre las acciones de los grupos subversivos y de las FFAA. Otra palabra reiterada para referirse a estos grupos fue el patrn, concepto denso que alude a la posicin subalterna de las personas 47
afectadas por la violencia. La vigencia del patrn en la memoria colectiva define imaginarios y expectativas complejas que nos remiten al poder, la autoridad y a la manera en que se establecen lazos sociales. Concluyamos sealando as que en la manera en que varones y mujeres narran los hechos y dan sentido a las acciones estn procediendo desde un marco interpretativo definido por este pasado, por este imaginario colectivo, que se hace presente y los hace revivir experiencias de subordinacin, opresin y negacin. En el caso de las mujeres, se debe agregar que ellas sufrieron adems antes como ahora- el abuso sexual tanto de los patrones, los realistas como de sus propios compaeros.
2.1.1.1. Las mujeres y el conflicto. Quines son las vctimas?
De acuerdo a las cifras recogidas por la CVR 1 , las mujeres representan el 20% del total de muertos y desaparecidos, que en su gran mayora fueron hombres: 80%. No obstante, a pesar de no haber sido la mayora de vctimas de muertes y desapariciones, las mujeres han sufrido violaciones a sus derechos humanos y han sido parte de un grupo fuertemente golpeado por la violencia por razn de su gnero. La violacin sexual, la tortura como medio para obtener informacin sobre familiares, el reclutamiento forzado para trabajo, las uniones forzadas y el desplazamiento de familias enteras a cargo de mujeres son parte de estos delitos. Pero, adems de las mujeres que han sido vctimas de muertes, desapariciones y otras violaciones de sus DDHH, se tiene a aquellas familiares de las vctimas y a las que vivan en las comunidades, pueblos y ciudades afectadas por la violencia: Ayacucho, Apurimac, Junin, Hunuco y Lima. Podramos as intentar una tipologa en la que se incluyen tres categoras de mujeres afectadas: 2
a. Mujeres afectadas por crmenes, violaciones a los DDHH y otros hechos. b. Mujeres afectadas por desaparicin, muerte y otros delitos cometidos contra familiares. c. Mujeres pobladoras y campesinas que vivan en zonas afectadas por violencia poltica (escenarios sangrientos).
De estos tres grupos la CVR tiene informacin detallada del primero. Se saben los nombres y alguno datos personales que permiten la identificacin precisa de las mujeres afectadas por crmenes y delitos. El segundo grupo, que es el que ha tenido mayor visiblidad en la escena pblica, est compuesto por las mujeres que fueron a declarar a la CVR, brindaron sus testimonios
1 Ver CVR Anexo Estadstico 48
en sus lugares de origen o hablaron en las audiencias pblicas. Sobre el tercer grupo las referencias son en su mayora indirectas, aunque tambin se cuenta con testimonios de mujeres que se han visto afectadas por los bombardeos, los apagones, las incursiones, las amenazas y las acciones realizadas contra sus pueblos y ciudades. Las mujeres afectadas por muertes, violaciones de derechos humanos y otros hechos tienen un perfil bastante claro y es similar al encontrado en los varones. En su gran mayora (73%) son quechuablantes de la zona andina, principalmente de Ayacucho(51%). Son analfabetas (34%) y una gran mayora est compuesta por jvenes: el 48 % tena entre 10 y 30 aos y el 8% eran nias menores de 10 aos. El porcentaje de mujeres solteras es 32% Su ocupacin principal era la agricultura, el comercio y amas de casa 3 . El 80% viva en la zona rural. Se trata de jvenes mujeres con escasos recursos econmicos y asentadas en las comunidades ms pobres y alejadas del pas. Vale la pena insistir en que su idioma materno es el quechua pues nos permite dar cuenta de las dificultades que tienen en su relacin con las instituciones a las cuales acuden para plantear sus denuncias. No se trata de un grupo letrado y ello las coloca en una situacin de mayor vulnerabilidad y con menores recursos para realizar trmites, reclamar sus derechos, leer documentos que pudieran comprometerlas y negarse a firmarlos. Las mujeres tienen mayores tasas de analfabetismo y en promedio ellas manejan menos el castellano que los varones. Estas dos condiciones, que son consecuencia de su marginacin como mujer, la afectan negativamente hacindola ms vulnerable en el contexto de la guerra. Comparando los perfiles sociodemogrficos por tipo de violacin de derechos humanos 4 , encontramos que si bien en promedio las mujeres afectadas son mayoritariamente jvenes, esto no es as en el caso de los asesinatos y las ejecuciones extrajudiciales donde se constata que las mujeres afectadas son de todas las edades. Ello implica que en este tipo de delito las matanzas a mujeres fueron indiscriminadas. Por el contrario, en el caso del reclutamiento forzado, se observa selectividad : el 71% es menor de 20 aos. Con respecto a las mujeres familiares y pobladoras no se cuenta con un registro especfico pero se puede saber de ellas a travs de datos indirectos. Pasemos a hacer un anlisis de las personas que presentaron su testimonio a la CVR. De un total de 18,123 5 personas que brindaron su testimonio a la CVR, el 54% son mujeres y el 46% son varones. Este porcentaje vara segn sede donde se realiz la entrevista, incrementndose
2 Si bien esta tipologa puede hacerse tambin para los varones existen diferencias significativas en el nmero de varones afectados en cada una de estas categoras as como tambin en la manera en que viven el conflicto desde esa posicin especfica. 3 Esta cifra est sobreestimada y tiene que ver con la manera en que se consigna la informacin de las mujeres campesinas. Cabe sealar que ama de casa es una categora urbana que no da cuenta de la realidad de la poblacin femenina en el campo. 4 Ver Anexo, Cuadros Per 1980-2000: Cantidad de mujeres vctimas de crmenes y violaciones a los derechos humanos segn caractersticas sociodemogrficas por tipo de delito. 5 Fuente: Base de Datos CVR, 14 de julio del 2003. 49
el nmero de mujeres declarantes en las zona sur central y nororiental (64% en Ayacucho, 63% en Hunuco y 61% en Ucayali). En el caso de las mujeres que prestan su testimonio, una cuarta parte de ellas (24%) es familiar directo de alguna vctima desaparecida. La relacin de varones que son familiares de vctimas desaparecidas es proporcionalmente menor (12%). Esta cifra no es casual y tiene que ver con el hecho de que son las madres y hermanas de los desaparecidos quienes inician los procesos de bsqueda y denuncia 6 . Finalmente, encontramos que el porcentaje de mujeres que declara era mayor al inicio de las actividades de la CVR. Dicho de otro modo: fueron las mujeres quienes inicialmente se acercaron a hablar, a dar cuenta de lo que pas. Pero no se trata solamente de diferencias cuantitativas. Jelin(2002) propone hablar de memorias de gnero para hacer referencia a las diferencias que existen en los recuerdos de hombres y mujeres. No recuerdan lo mismo, ni lo narran de la misma manera. De una parte en la guerra son los varones quienes van y se alistan como actores centrales (los combatientes, quienes portan las armas, quienes se enfrentan). En el caso del conflicto interno en el Per observamos que el esquema en trminos generales- se repite. Del lado de los grupos subversivos la mayora son varones (aunque tambin participan las mujeres en los comandos) y del lado de las FF AA y policiales son tambin varones. Algunas mujeres participan como combatientes pero en promedio el nmero es menor. Por tanto, quienes mueren ms en combate son los varones; las mujeres son las testigos, las que se quedan y enfrentan el desarrollo de la violencia, el conflicto, las amenazas, las desapariciones, etc. Ellas son las viudas, las hermanas, las huerfanas. De otro lado, el hecho de que la mujer se quede en la comunidad la hace blanco de las fuerzas en conflicto quienes ven en ella un medio de informacin, de amedrentamiento e intimidacin para sus familiares varones, objeto central de las bsquedas. Las mujeres pueden ser soplonas, pueden prestar apoyo, ayuda y ofrecer servicios diversos. Son objeto de recelos cruzados, de acusaciones y de amenazas de la ms diversa ndole. En estos casos las mujeres son afectadas directamente por la violencia fsica y psicolgica cuyas consecuencias son difciles de ponderar. Pero tambin, y nuevamente apelando a sus roles domsticos, las mujeres se convierten en proveedoras de servicios a los grupos subversivos y a las FF AA: son ellas quienes les tienen que dar comida, alojamiento, atencin de salud y otras necesidades vitales, siendo sometidas adems a violencia sexual.. Son estas demandas cruzadas y los peligros que conllevan las que explican por qu en algunas zonas los hombres protegan a sus mujeres escondindolas en refugios subterraneos para asegurar su sobrevivencia y la de la familia.
6 En otros pases fueron tambin las mujeres quienes iniciaron estos procesos. Es el caso de las Madres de Plaza de Mayo. 50
Finalmente, son las mujeres quienes estn ms dispuestas a hablar sobre lo sucedido. Sienten ms esa necesidad de contar, de decir, de llorar, de expresar su dolor, de quejarse. Es un primer paso hacia la accin, sin embargo al narrar los hechos no cuentan su historia, sino lo que les sucedi a sus esposos e hijos. Los varones, al contrario, tendran mayores dificultades para expresar estas experiencias y vivencias en publico: dar un testimonio implica un proceso personal, subjetivo y doloroso. Los hombres tienen ms cuidado, ms recelo, en mostrar pesar y sufrimiento.
[] la mujer, por ejemplo, cuando dan su testimonio las mujeres se embarcan en un llanto, lloran no? A veces hasta gritan no? Pero el varn no, se reprime el llanto. Y cuando llegan a un punto crucial al recordar, quizs puedan derramar sus lgrimas y al momento de retirarse seorita, perdneme porque he llorado... Y los varones... no muestran sus sentimientos de manera si no? o sea se reprimen mucho al decir, al contar el testimonio y no son detallistas. En cambio las mujeres son detallistas, te dan toda la amplitud del detalle, del caso, de los hechos, de las secuencias, son bien detallistas y expresan de manera muy espontnea, lloran, expresan todos los sentimientos mientras el varn se reprime no? ... son mas puntuales, mas escuetos en sus testimonios: pas esto y pas ac y ac... Y que ms? no recuerdo ms, dicen... 7
2.1.2. La participacin de las mujeres en el escenario de la violencia
La violencia que se inicia con las acciones subversivas del PCP-SL se produce en un contexto nacional y local en el cual la presencia femenina en el espacio pblico haba cambiado cuantitativa y cualitativamente. Desde los aos 60s se incrementa la participacin femenina en la educacin, el trabajo y en menor medida en la poltica. En el espacio pblico las mujeres se hacen presentes a travs del movimiento feminista, los partidos polticos y los movimientos populares de mujeres 8 . Es a partir de estos espacios que las mujeres ingresan al escenario de la violencia, resistiendo y enfrentndose al terror pero tambin siendo parte de l. A continuacin presentamos los diferentes espacios de actuacin femenina.
2.1.2.1. Organizaciones populares de mujeres
Las organizaciones populares de mujeres, especficamente la Central de Comedores Populares y la Federacin del Comit de Vaso de Leche fueron las que tuvieron un mayor protagonismo a lo largo de la dcada de los 80 e inicios de los 90s. Es precisamente este liderazgo, visibilidad y presencia pblica la que las hace objetivo poltico del PCP-SL quien dirige contra ellas acciones violentas atacando a sus lderes y asesinando a varias de ellas. De acuerdo a la informacin recogida por la
7 CVR BDI-II P503 8 Henrquez, N. y Mantilla, J (2003) Contra viento y marea. Cuestiones de gnero y poder en la memoria olectiva. Informe para CVR. Lora, C. (1996) Creciendo en diginidad. Lima: Instituto Bartolom de las Casas. Patrn, P. (2000) Presencia social, ausencia poltica. Lima: Agenda Per. Barrig, M. (1996) Los nudos del liderazgo. En Revista Mrgenes, No 15. 51
CVR 9 se sabe que 39% de las lderes femeninas muertas o desaparecidas eran parte de organizaciones asistenciales. Las mujeres, lderes de organizaciones populares no se mantuvieron al margen; por el contrario fueron actoras importantes en el proceso de lucha contra la violencia poniendo en riesgo sus propias vidas. Las organizaciones de mujeres: comedores y vaso de leche haban surgido como respuesta a la crisis econmica y a la creciente pauperizacin de los sectores populares urbanos. Uno de sus rasgos mas caractersticos fue la lucha por su autonoma y la construccin de un espacio social propio. Esta lucha por la autonoma las mantiene unidas y es una estrategia que les permite enfrentar el asedio de los partidos y de otros movimientos. Es tambin esta conviccin la que las enfrenta a la subversin. Ellas actuaron en los pueblos jvenes y los barrios populares de Lima y Callao consolidando un tejido social que en los hechos- significaba una alternativa a la propuesta violentista y sangrienta de SL. Por ello, este grupo ve en estas organizaciones y en sus principales lderes, una fuerza opositora que impeda el desarrollo de sus planes en la ciudad. Considerandolas sus enemigas, el PCP-SL iniciar un proceso de amenazas, amedrentamientos y asesinatos selectivos que tiene su momento ms agudo en el periodo 1991-1992. Muchas lderes de las organizaciones son amenazadas, algunas logran salir del pas despus de pasar amenazas y atentados, como es el caso de Emma Hilario, mientras que otras son asesinadas por orden del PCP- SL. Entre otras, citemos los casos de Juana Lpez, Doraliza Espejo, Mara Elena Moyano y Pascuala Rosado. Como sealan Henrquez y Mantilla (2003) las mujeres constituyen una fuerza social que se opone y rechaza la violencia subversiva dando as un gran paso en el combate al PCP- SL y a la violencia que desataba. Un evento central de este enfrentamiento es la marcha convocada por las dirigentes en setiembre de 1991 bajo el lema: "Contra el hambre y el terror" y que cont con una gran contingente de participantes. La CVR ha logrado recoger testimonios que dan cuenta de la magnitud de la ofensiva del PCP-SL contra las dirigentes populares. De acuerdo a la informacin se constata que el PCP-SL fue el principal perpetrador de asesinatos contra dirigentes femeninas. La informacin recabada por la CVR saca del anonimato y del olvido a muchas de estas dirigentas. Desde los primeros aos del conflicto hubo asesinatos y amenazas, principalmente en Ayacucho pero tambin en Junn, Hunuco y Puno. Es el caso de Elba Barrientos, presidenta del Club de Madres de Acos-Vinchos (Huamanga) y su hijo, asesinados en 1984 en una incursin del PCP-SL. Es tambin el caso de Rosa del Aguila Garca, presidenta del Comit Central de Madres del distrito de Amarilis (Tingo Mara) asesinada en 1993 presuntamente por senderistas segn, su hijo Jos Soto del Aguila, quien considera que su muerte origin la desactivacin de la Central de Club de Madres, as como de
9 Ver Anexo : Per 1980-2000. Lderes y dirigentes muertos y desaparecidos reportados a la CVR segn tipo de organizacin por sexo de la vctima. 52
otras organizaciones en Hunuco. Cuando el conflicto armado se desencadena numerosos pueblos y comunidades se vuelven escenarios de acciones armadas, el espacio para el desenvolvimiento de estas organizaciones se reduce.
La Federacin de clubes de madres en Ayacucho: FEDECMA En Ayacucho las mujeres tambin se organizaron para combatir al violencia y buscar a sus familiares desaparecidos. Los clubes de madres que a inicios de los 80s no haban tenido acogida, comienzan a desarrollarse a partir de 1986 como una manera de enfrentar los problemas derivados de la violencia. En 1988 se constituye la Federacin Provincial de Clubes de Madres de Huamanga, con la participacin de 270 clubes de madres y otras invitadas provinciales. En 1991 se convoca al Primer Congreso Departamental de clubes de madres que di lugar a la Federacin Departamental de Clubes de Madres (FEDECMA) que en la actualidad cuenta con 11 federaciones provinciales, 1400 clubes de madres y 80,000 mujeres afiliadas 10 . Estamos as frente a un grupo de mujeres que se constituyen en actoras sociales y polticas importantes. El proceso que se inicia casi clandestinamente como reuniones de mujeres unidas por la desaparicin de familiares va tomando cuerpo y visibilidad a lo largo de los aos promoviendo liderazgos femeninos con actuacin pblica reconocida. Una de las acciones mas importantes, que signific un punto de quiebre, fue su participacin en la organizacin de la marcha por la Paz en 1988: convocaron a un conjunto de instituciones y en un foro pblico interpelaron y se enfrenatron abiertamente al PCP-SL. Mas adelante, fueron ellas tambin quienes participaron en los procesos de reconstruccin elaborando propuestas para la promocin de la paz y el desarrollo, logrando gran legitimidad y reconocimiento en la poblacin siendo convocadas a distintos eventos oficiales como interlocutoras.
Organizacin de familiares de desaparecidos: ANFASEP Adems de las organizaciones de mujeres populares en Lima y en provincias, otro espacio de actuacin femenina fueron las organizaciones de familiares de desaparecidos. En Setiembre de 1983 varias mujeres: Angelica Mendoza de Ascarza, Teodosia Layme Cuya, Antonia Zaga Huaa y otras, se unieron y formaron el Comit de Familiares de Desaparecidos, grupo que en 1985 tom el nombre de Asociacin Nacional de Familiares de Secuestrados-Detenidos-Desaparecidos en zonas bajo Estado de emergencia (ANFASEP). El objetivo principal de ANFASEP fue localizar a sus familiares desaparecidos, ya sea vivos o muertos. Para ello se acercaron a las diferentes dependencias exigiendo informacin que les
10 Coral, I. (1999) Las mujeres en la guerra. Impacto y respuestas. En: S. Stern, Los senderos inslitos del Per. Lima: IEP-UNSCH 53
era negada. Una estudiosa 11 del tema seala que ANFASEP sirvi tambin para ofrecer redes de apoyo y soporte a los familiares, compartir informacin y desarrollar estrategias para la accin: marchas, denuncias pblicas, reuniones con ONGs de Derechos Humanos y reuniones con autoridades locales, nacionales o internacionales. En este camino, los aprendizajes han sido muchos pues al lado de la discriminacin, el abandono y la indiferencia que encontraron en su bsqueda, ellas han ido aprendiendo a reconocer sus derechos y a exigir justicia. A lo largo de estos aos ellas han logrado colocar algunos casos en Organizaciones Internacionales y en el debate pblico. As mismo son precursoras de diversas organizaciones dedicadas a la defensa de los derechos humanos.
2.1.2.2. Las mujeres en los Comits de Autodefensa (CADs)
Otro espacio en el cual las mujeres tuvieron presencia fue en los Comits de Autodefensa (CADs). Si bien en un inicio fueron principalmente los varones quienes asumieron las funciones de comandos, la participacin se ampla posteriormente hacia las mujeres. De acuerdo a la informacin procesada por la CVR, existira una divisin del trabajo al interior de los CADs. Los hombres se encargaban de hacer rondas y tener armas; las mujeres se encargaban de la vigilancia que era realizada en sitios estratgicos mientras pasteaban sus animales. Cuando se acercaba algn desconocido ellas eran las que avisaban a la poblacin con seales antes acordadas con un "choqe" (chasquido del ltigo) cantando un "qarawi" o disparando un arma. En algunos lugares las mujeres participaron en enfrentamientos, en otros, en tareas de apoyo. Puesto que el objetivo principal era resistir, se pone en marcha una suerte de divisin del trabajo: en las comunidades, las mujeres escondindose y vigilando, y, en las patrullas los varones. Muchas veces las viudas acompaaban a las patrullas y excepcionalmente las mujeres estuvieron en puestos de direccin de comandos. Algunas recibieron entrenamiento en el manejo de armas, sea por los mismos ronderos o por los militares:
Cuando el ejrcito estuvo ac, nos enseaba constante, y algunas damas tambin que han podido manejar (...) ms que nada a las personas solteras, jvenes de dieciocho, veinte aos, as de esas edades" (Comando Naranjita) 12
En otros casos las mujeres han participado activamente en las rondas y en las patrullas: Dej mi trabajo por servir a ese pueblo, di mi vida a ese pueblo y mi familia tambin y este he perjudicado en este tiempo porque era una Zona Roja donde nadie quera hacer nada. Yo tambin tom valor para seguir adelante por bien de la poblacin, por bien de los nios (...) yo he dado mi vida por ese casero y aunque quizs sent miedo temor a la muerte despus tom valor, debo seguir adelante, no voy a dar marcha atrs (...) yo, como mujer, he seguido adelante, di fuerza al grupo, para salir adelante, para ver la pacificacin ms que todo de esa
11 Youngers, C. op. cit. 12 Ver CVR, Estudio sobre Comites de Autodefensa (CADS). 54
zona entonces, porque nadies quera dar, nadies quera ver, porque yo he visto la muerte cmo ha sido, cmo ha sucedido esa muerte. 13
En otros casos las mujeres se encargaban de llevar la comida y apoyar a las patrullas. A veces las viudas eran las encargadas de cumplir estas funciones y tenan una posicin mas vulnerable, pues estaban siempre de un lado a otro.
E: Y las mujeres viudas? D: Bueno ellas tena la funcin de llevar la comida donde fuera las patrullas, para cocinar posean todos su parte () los ronderos decan que hagan lo que pudieran las mujeres en ningn momento se les ha obligado tampoco les obligaba para que vigilen, las viudas tenan varones a los cuales servan (...) las mujeres tenan igual participacin que los varones, ellas mas que nada tenan que preparar alimento para la patrulla y en caso que estos salieran de patrulla siguiendo a los senderistas tambin las mujeres deban seguirlos llevando comida, es as que iban patrullando durante das a veces semanas 14
Otro testimonio seala que las mujeres que se quedaban en la comunidad se encargaban tambin de los hijos y familias de los que salan.
Ellas no llevaban armas nada, menos ellas iban en patrullas, pero al pastear sus ganados tambin estaban de vigilancia y si vean gente extraa o un grupo de personas que bajaban del cerro ellas estaban en la obligacin de darnos parte, y otro cuando salamos de patrulla ellas asuman toda la responsabilidad del hogar, salamos por quince das, veinte das, y otro ellos son los que cuidan a nuestros hijos, educan, trabajan en la chacra () en parte se ponan como varones a trabajar 15
La militarizacin de la vida cotidiana signific cambios importantes en las dinmicas cotidianas de las mujeres. Quedarse en las zonas supona enfrentarse a la violencia senderista a travs de estrategias diversas que combinaban el uso de las armas, la cocina, el cuidado de los otros, adems de los hijos y la vigilancia. Esta constante tensin en situaciones lmite rompe la privacidad y la calidez del hogar, la rutina comunal y el ciclo agrcola en medio de riesgos constantes a la vida. Adems, la militarizacin signific el refuerzo de los estereotipos masculinos asociados a la fuerza y la agresividad, las mujeres no solo trabajaron como hombres sino que se hicieron macho en el esfuerzo fsico y en el arreglo de conflictos cotidianos. El hacerse macho se agrega a las tareas usuales , como dice una comando. Hacemos la vigilancia con armas, hacindonos macho 16
2.1.2.3. Las mujeres en Sendero Luminoso
13 Ver CVR, Jefe rondera, Tingo Mara, Estudio sobre Comites de Autodefensa (CADS) 14 Ver CVR, Estudio sobre Comites de Autodefensa (CADS) 15 Ver CVR, Estudio sobre Comites de Autodefensa (CADS) 16 Henriquez, N. y Mantilla, J. (2003) Contra viento y marea. Cuestiones de gnero y poder en la memoria colectiva. Informe para CVR . 55
En el conflicto interno las mujeres militantes del PCP-SL participaron como agentes de la violencia y el terror. Ellas, como sus pares varones, son responsables de muertes, amenazas, torturas y otras violaciones a los derechos humanos. Su presencia no es adjetiva y, segn las escasas informaciones que se tiene, fueron parte importante de la organizacin participando en actividades de inteligencia, comandando columnas y hacindose cargos de diferentes operativos. Accedieron a cargos de direccin llegando a ser una porcin importante del Comit Central; esto no era expresin de la valoracin de su capacidad poltica y programtica, sino ms bien de su capacidad implementadora de la lnea directriz de Gonzalo. 17 Llama la atencin los escasos estudios sobre las mujeres en el PCP-SL a pesar de que se calcula que un 40% de su militancia es femenina, mas del 50% de su comit central est integrado por mujeres y que son ellas quienes disparan el tiro de gracia a los hombres y mujeres que suelen asesinar en sus llamados ajusticiamientos populares. 18
La presencia de estas mujeres da cuenta de otras facetas de la femineidad, usualmente no conocidas. Las mujeres no son solamente mediadoras por la paz o cuidadoras. Ellas tambin pueden -y de hecho lo hacen- ejercer violencia, agredir, matar. Las mujeres son tan capaces como los hombres de cometer actos de extrema violencia 19 . "ella me contaba pues: que lindo, es lindo agarrar el arma e irse as" 20
De acuerdo a Coral (1999) los primeros ncleos de mujeres senderistas procedan de los sectores medios estudiantiles y profesionales y en menor medida de los sectores urbano marginales. Barrig 21 , refiere que en un estudio sobre senderistas, se muestra que el 57% de las mujeres sentenciadas tenan educacin superior frente a un 31% de los varones en esa misma situacin; el 10% de ellas tena estudios de posgrado en contraste con el 4% de los hombres. Lo que estas cifras sugeriran es que las mujeres que ingresaban al PCP-SL eran mujeres cuyas expectativas profesionales contrastaban con su ocupaciones laborales y sus magros ingresos. De acuerdo al estudio sera el contexto de frustracin el teln de fondo que explicara la atraccin por una opcin como aquella. Otros autores 22 sealan que el tema del acceso de las mujeres a la educacin superior y sus dificultades para insertarse en el mercado laboral, es capitalizado por el PCP-SL. Un gran nmero de sus militantes mujeres, de los primeros aos, tiene un mayor nivel educativo que los hombres. adems que el PCP-SL diriga mensajes especficos a estos grupos de mujeres profesionales con expectativas frustradas alentando su incorporacin a la lucha armada y la instalacin de un nuevo orden que se supona les hara justicia-. De alguna manera el PCP-SL
17 Mavila Len, Rosa, Presente y Futuro de las Mujeres de la Guerra en Revista QUEHACER N 79, DESCO, Lima septiembre-Octubre 1992 18 Barrig, M. (1993) Liderazgo femenino y violencia poltica en el Per de los 90. En Debates en Sociologa No 18, 96- 97. 19 Lindsey, Ch. (2000) Las mujeres y la guerra. En Revista Internacional de la Cruz Roja No 839, 561-580. 20 CVR Estudio en Profundidad, Violencia poltica en la provincia de Huancasancos. Los casos de Lucanamarca, Sancos y Sacsamarca 2002 21 Barrig 1993:99 22 Balbi, C. y Callirgos, J. C. (1992) Sendero y la mujer. En Revista Quehacer No 79. 56
canalizaba el odio y frustracin derivados no slo de la discriminacin social y racial, sino tambin de gnero. Una vez incorporadas, se les peda dedicacin exclusiva y ellas al igual que los hombres firman cartas de sujecin al presidente Gonzalo, renunciando a su vida, a su familia y a sus aspiraciones personales, poniendo su vida al servicio de Guzmn y su causa 23 . (no es solo de las mujeres) En ese contexto las mujeres renunciaban a la familia, el clan y la religin (fuentes de la opresin femenina segn el PCP-SL) para incorporarse a la militancia. En este amino ellas accederan a las cpulas dirigenciales, adquiriendo cierto poder y se haciendose conociodas por su radicalidad y fiereza. Ellas imponan temor: chicas as armadas me llevaron a la plaza (...) s chicas que no valan la pena, pero como tenan un arma tenamos que obedecer. 24
A cambio, ellas tendran que someterse incondicionalmente al lder, a sus designios y a su omnipotencia. Ellas le rendiran un culto ilimitado pues era visto como un dios. De esta manera, como seala Tamayo la opcin senderista no hizo otra cosa que potencializar la imagen de sujecin, devocin y lealtad femenina. La importante presencia de mujeres en la cpula de poder de Sendero Luminoso resultaba una eficaz configuracin para garantizar la no competencia interna por el poder y para favorecer el culto a la imagen del lder (...) Nos encontramos en el caso de las mujeres de Sendero, ante un fenmeno donde la adhesin incondicional a un caudillo y la obtencin de su reconocimiento, hace significativa la propia existencia, aliviando el sentimiento de carencia de poder provocado por las condiciones materiales y la exclusin de la comunidad poltica 25 . Con relacin a la vida cotidiana en el PCP-SL los relatos recogidos dan cuenta de una organizacin social jerquica y autoritaria con consideraciones de gnero precisas. Si bien se asignaba a las mujeres nuevos roles (mujeres combatientes), se les segua manteniendo en otras tareas como la cocina y el cuidado de la salud. Los testimonios recogidos sealan adems una forma de vida que se impona a los militantes como el modelo de vida y conducta a seguir. Pero, y esto es muy importante, en este supuesto sistema utpico que se impona, se dictaban un conjunto de normas y arreglos respecto a los roles de gnero, a las relaciones entre varones y mujeres, a la sexualidad, la familia y los hijos que se caracterizaban por el autoritarismo, la jerarqua y la obediencia irrestricta a los lderes. Mujeres y varones eran castigados o asesinados cuando no cumplan los mandatos asignados. As, tenemos testimonios de mujeres que cuentan que el PCP-SL aniquilaba a las
23 Barrig op cit: 100 24 Testimonio, varn 70 aos. VR 2002 Violencia poltica en la provincia de Huancasancos. Los casos de Lucanamarca, sancos y Sacsamarca. Citado por Henrquez y Mantilla "Contra viento y marea" CVR 2003 25 Tamayo, G. (1996) Comentarios a Los nudos del liderazgo. En Revista Mrgenes No 15. 57
sacavuelteras, a las soldaderas 26 , trminos despectivos con los que se refieren a las mujeres que tenan relaciones con personas del ejrcito. Como vemos, la sexualidad de hombres y mujeres era una dimensin controlada a la cual los sujetos tenan que adecuarse. Esta era tambin una dimensin que el PCP-SL busca controlar.
2.1.3. Los crmenes, las violaciones a los Derechos Humanos y otros delitos: sus consecuencias en las mujeres
Antes de hacer el anlisis de algunos de los crimenes y violaciones de derechos humanos que afectan a la mujer, cabe destacar que, las mujeres se vieron afectadas, en primer lugar por los asesinatos (32%), las detenciones (18%), la tortura (16%). De acuerdo a los datos registrados, la proporcion de mujeres violadas es de 7%. No obstante, como veremos mas adelante, este dato est subestimado.
2.1.3.1. Asesinatos y ejecuciones extrajudiciales
De acuerdo a datos de la CVR, el total de personas muertas en ejecuciones extrajudiciales y asesinatos es de 11,319. De ellas, el 23% son mujeres y 77% son varones. El 32% de las mujeres, fueron vctimas de este tipo de crimen En el caso de las mujeres asesinadas y muertas en ejecuciones extrajudiciales, no encontramos diferencias significativas por grupo de edad 27 , lo cual significara que, a diferencia de lo que sucede con los varones, las muertes femeninas no fueron selectivas, afectando as a nias, jvenes, adultas y ancianas. El impacto indiscriminado por grupos de edad nos remite a las matanzas colectivas en las que la mayora de la poblacin se vi incorporada. De hecho, como se ve en el cuadro siguiente, existe diferencias significativas entre la proporcin de hombres y mujeres muertos, segn tamao del grupo. Si analizamos las diferencias encontradas entre varones y mujeres muertos, podemos concluir que, comparativamente, las mujeres mueren ms en asesinatos grupales. Ello puede explicarse por el hecho de que en las masacres y asesinatos colectivos perpretados por el PCP-SL, ste entra en los pueblos y mata indiscrimidamente a toda la poblacin afectando a las mujeres, quienes pasan ms tiempo en el pueblo o comunidad por el vnculo necesario entre la chacra y la unidad domstica. Las mujeres, a diferencia de los varones, no fueron objeto de bsquedas especficas ni por el PCP-SL ni por las FF AA y Policiales. En general, los sospechosos, los enemigos eran los varones. Por el contrario, a las mujeres no se les buscaba especficamente para matarlas. En el caso
26 Testimonio BDI-I. P278 27 Ver Anexo Estadstico 58
del PCP-SL la investigacin de la CVR encuentra que las mujeres no eran parte de las listas, salvo en los casos especficos de lderes de organizaciones populares, autoridades, representantes del poder local y/o familiares de sospechosos. Esta diferencia de roles es resultado del sistema de gnero que ve en el hombre al militante, combatiente.
Las masacres del PCP-SL Los testimonios recogidos por la CVR dan cuenta de la violencia y crueldad con que el PCP-SL asesinaba indiscriminadamente. Los asesinatos selectivos fueron dirigidos contra varones; los casos de asesinatos contra mujeres estuvieron asociados a sus roles de liderazgo, autoridad o poder local. Primero entraron violentamente a la casa de la alcaldesa del distrito de Pilpichaca y la condujeron junto con su esposo a la plaza central del pueblo. All la mataron a pedradas para luego regresar a la casa y robarles ropa, dinero y otros enseres. 28
A fines de junio los Senderistas dirigidos por Leoncio incursionan en Aranguay y asesinan en pblico a Feliciano Barreto, primer presidente de la comunidad. Una semana despus asesinan a Ren Or, lder comprometida con el pueblo. 29
Tambin fueron objeto de asesinato selectivo las mujeres consideradas soplonas, y las que provean de alimentos, agua y vivienda a las Fuerzas Antisubversivas. Adems, las mujeres eran asesinadas cuando trataban de evitar el reclutamiento de sus hijos o defender a sus familiares. Otros testimonios que informan sobre masacres y asesinatos colectivos, sealan que el PCP-SL daba un trato diferenciado a hombres y mujeres, y al llegar a una comunidad, separaba a hombres de mujeres (a veces a las mujeres se las juntaba con los nios) y los ubicaban en espacios diferentes (colegio, iglesia, casa comunal, estadio). En la mayora de los casos las mujeres que han dado sus testimonios informan que el PCP-SL mataba a los hombres con hachas y cuchillos y dejaban encerradas a las mujeres. Ellas escuchaban y/o vean lo que suceda con sus maridos, hijos, hermanos. Luego se acercaban a ellas y las amenazaban con matarlas. Las mujeres imploraban por su vida apelando a la necesidad e importancia que sus hijos no se queden sin madre. Otra forma de asesinato particularmente cruel perpetrado por el PCP-SL es la quema de mujeres.
Un da, no recuerda la fecha, los senderistas llegaron a la comunidad de Orccosa junto con 6 mujeres detenidas procedentes de la comunidad de Chapa, distrito de Aucar. Las condujeron a una casa deshabitada, las encerraron dentro, rocearon kerosene alrededor de la casa y prendieron fuego. Las mujeres murieron quemadas, Despus del hecho los senderistas reunieron a la poblacin de Orccosa donde les comunicaron diciendo: hemos matado a 6 soplonas as morirn todos lo soplones... 30
28 CVR Eventos 1005368. Distrito Pilpichaca, provincia Huaytara, departamento Huancavelica. 29 CVR Testimonio 203741. Distrito Santillana, provincia Huanta, departamento Ayacucho. 59
En estas acciones sangrientas, los testimonios dan cuenta de otros actos vejatorios realizados por el PCP-SL contra las mujeres. Es el caso del corte de cabello. El corte de pelo a las mujeres tiene un impacto simblico importante en trminos de la femineidad y autoestima. Se trata de un castigo que deja una marca visible y que las identificaba como culpables. Asimismo, en el escenario de la matanza, las mujeres fueron obligadas a cocinar y a hacer otras tareas bajo insultos, intimidaciones y amenazas de muerte.
A las mujeres que escogieron las obligaron a que cocinen. All les deca "ustedes son amantes de los perros militares. 31
Ejecuciones arbitrarias: FF AA y Policiales Frente a la violencia indiscriminada y cruel desatada por el PCP-SL, la lucha antisubversiva desarrollada desde el Estado, a travs de elementos de las FFAA y policiales, implic violaciones de derechos humanos. Los testimonios recogidos por la CVR revelan la existencia de asesinatos extrajudiciales y de masacres imputadas a agentes del Estado. Con el objetivo de encontrar y capturar terroristas, las fuerzas armadas y policiales, entraban a las comunidades deteniendo y ejecutando posteriormente a los pobladores(as) sin mediar prueba alguna. En el caso de las masacres imputadas a agentes del Estado- se encuentra que una prctica reiterada fue la violacin de mujeres, bien sea antes o despus de las ejecuciones colectivas:
A las siete de la maana del 14 / 08 / 1985, dos patrullas, una al mando de un subteniente del ejrcito peruano y otra al de un teniente, ambos identificados, llegaron a un lugar conocido como Llocllapampa, ubicado a 3 km del distrito de Accomarca. En la plaza del lugar convocaron a una reunin a los comuneros. Despus los separaron en grupos de hombres, mujeres y nios. Las mujeres, entre quienes haban embarazadas, fueron llevadas a una acequia donde las violaron. Los militares acusaron a los pobladores de pertenecer a SL y los llevaron por separado a las casas cercanas, donde los ametrallaron, les tiraron granadas para luego incendiar las vivendas. Despus saquearon las casas, el colegio, el municipio, las iglesias, la posta mdica y la oficina de correos. Adems, mataron ganado y finalmente prepararon una pachamanca para festejar el hecho. Ese da murieron ms de 69 personas 32
La CVR, a partir de los testimonios recogidos, considera que podran identificarse patrones de comportamiento diferenciado entre los miembros de las FF AA y Policiales y los grupos subversivos. Si bien en ambos grupos separan a hombres de mujeres; en el caso de las FF AA desnudaban a las mujeres, las torturaban, violaban y luego las mataban. En el caso del PCP-SL lo que se daba en las masacres era el mutilamiento o el castigo ejemplar (cortes de diversas partes del cuerpo, mutilaciones de contenido sexual y rapados de las mujeres). Los testimonios sealan que el
30 CVR Testimonio 204213. Distrito de Aucar, provincia Lucanas, departamento Ayacucho. 31 CVR Testimonio 203003. Distrito Huamanquiquia, provincia Vctor Fajardo, departamento Ayacucho. 32 CVR Testimonio 1001754. Distrito Accomarca, provincia Vilcashuaman, departamento Ayacucho. 60
cuerpo del varn era tambin objeto de mutilaciones y agresiones sexuales. Esto tiene que ver con la feminizacin y la humillacin de los varones. Esta feminizacin del adversario tiene como objetivo desarmarlo. En esta estrategia militar se procede de diversas formas:
a. en tanto las mujeres son smbolo de la nacin se trata de humillar a las mujeres y en ellas humillar y desmoralizar a los adversarios en guerra (bien sea pas, grupo tnico). b. Otra forma es feminizar el propio pas. c. Se sodomiza a los soldados, combatientes del bando contrario para feminizarlos y bajarles la moral. A algunas mujeres les cortaron los pezones y el vello pbico. En este caso las mutilaciones crueles y denigrantes afectaron su cuerpo, imagen y sensualidad. Como se puede observar en todos los casos entra en juego la configuracin de gnero como forma de ejercer poder y vencer al enemigo.
2.1.3.2. Desapariciones forzadas y reclutamiento forzado
Desaparicin forzada De acuerdo a los datos recogidos 33 por la CVR, el 85% (4523) de desaparecidos fueron hombres y 15% (794) mujeres. Del porcentaje de mujeres desaparecidas las fuerzas contrasubversivas fueron responsables del 51%, el PCP-SL de un 36% y en un 12% de no se ha identificado al responsable.
Mujeres familiares de desaparecidos El anlisis de gnero no puede ser reducido al nmero de mujeres desaparecidas. Es necesario dar cuenta cmo esta situacin afecta a varones y mujeres de manera diferente. De hecho, las mujeres en mayor medida que los varones- fueron testigos de la desaparicin de sus parejas e hijos(as), tuvieron que acudir a diversas dependencias e instituciones buscando a sus familiares, reclamando sus cuerpos, exigiendo justicia. Los testimonios recogidos por la CVR permiten identificar situaciones especficas vividas por las mujeres, como la discriminacin y humillacin que sufrieron cuando fueron a buscar a sus familiares. Los procesos de bsqueda son interminables y las mujeres tienen dificultad en expresarse y leer en castellano. Eso las hizo muy vulnerables cuando entraron en contacto con las instituciones del Estado donde el idioma oficial es el castellano. Los reclamos de mujeres campesinas fueron ignorados por los custodios del orden.
33 Los resultados son sobre el 50% de testimonios procesados. No obstante la tendencia entre hombres y mujeres parece mantenerse. 61
De esa parte... los militares aprovechando que no entenda el quechua los golpeaba a la fuerza, no les importaba si era casada o no, siempre la violaban 34
A ello se suman las insinuaciones y favores sexuales que se les exiga para darles informacin sobre sus seres queridos.
Las mujeres eran violadas cuando se acercaban a indagar por el paradero de sus familiares o cuando los militares irrumpan en sus casas. El 25 de abril de 1990 cerca de Ranrapata tres mujeres fueron detenidas cuando se acercaron a llevar documentos de familiares detenidos. Tambin detuvieron a un comerciante. Todos fueron golpeados e interrogados. Las mujeres fueron obligadas a cocinar pero luego lograron escaparse" 35
El sufrimiento, la angustia, el miedo y el dolor son sentimientos que las invadieron y que si bien las impulsaron a actuar suponen, un desgaste fsico y psquico, cuyos efectos en la salud de las mujeres son importantes
Yo era el padre, el sostn de mi casa, gracias a Dios mi seora me saco (de la prisin) hasta no sacarme, no estaba tranquila, no dorma, pensaba en m, lloraba, era una verguenza para mi salir en los periodicos, salir en las noticias... 36
Finalmente ellas eran obligadas a ser testigos mudos, se les impida hablar o preguntar bajo amenaza de muerte a ella o sus hijos. En muchos casos este silencio resulto siendo otro elemento traumtico difcil de manejar.
Reclutamiento forzado El reclutamiento forzado y el secuestro son crmenes perpetrados por los grupos subversivos. En general el objetivo era reclutar jvenes varones para enrolarlos en el partido. Se buscaba en las escuelas y las comunidades a aquellos que pudieran servir mejor a sus fines. En este caso se privilegiaron caractersticas fsicas asociadas al varn fuerte, alto y responsable, que cumpliran luego la funcin de lder: nios pionero o pioneros rojos. En el caso de las mujeres el perfil de las vctimas evidencia que se trata de un grupo bastante joven: el 65% de las reclutadas tena entre 10 y 19 aos. Cabe resaltar este dato pues analizando comparativamente las edades de las vctimas segn tipo de delito encontramos que se trata del delito donde las ms afectadas son adolescentes. En breve, el reclutamiento forzado era selectivo: se buscaba a mujeres jvenes. En el caso de los varones el porcentaje de reclutados en el tramo de 10 a 19 aos fue mucho menor: 35% . Por ello, la CVR opina que en este caso pareciera existir una direccionalidad en el reclutamiento de jvenes mujeres. Asimismo, analizando el lugar de ocurrencia del delito llama la atencin el 27% de mujeres reclutadas en el departamento de Junn. Es el nico caso (reclutamiento forzado) donde este departamento tiene tan alta
34 CVR BDI-II - P265 35 CVR Eventos 1001538. Distrito de Santo Toms, provincia Chumbivilcas, departamento Cusco. 36 CVR BDI-I P396 62
incidencia.Ello se puede explicar por la actividad de los subversivos en la Selva Central y los delitos cometidos contra las poblaciones Ashaninkas. Para el PCP-SL el reclutamiento era parte de su estrategia de captacin de cuadros, pero era tambin un mecanismo a travs del cual se acceda a mano de obra gratuita, servicios sexuales y labores diversas: cocina, alimentacin, cuidado de nios y enfermos. En otras ocasiones, las mujeres eran llevadas como una forma de castigo y amedrentamiento a la comunidad: rehenes para evitar que la familia colabore con el ejrcito.
Yo seorita no estoy sana, me duele la cabeza, estoy viviendo pura pastillas. Estoy traumada porque los terroristas me llevaron por tres aos y esos tres aos camin demasiado, sin comer, o a veces la comida era cruda, el arroz mal cocido, sin sal... de hambre comamos aj con limn. 37
Enseaba como matar, saquear, como traumar a la gente, asustar para que huyan y quedarse con la casa. Nos llevaban para saquear, mataban a las gentes (ashaninkas). A las mujeres les enseaban a trabajar. Una mujer era comando, Mataban a la gente que flojeaba, que estaba pensativa, o por traicin a la patria 38
Las personas reclutadas tenan que cumplir y obedecer sin preguntar las ordenes impartidas por los mandos senderistas. En el caso de las mujeres Ashaninkas las obligaban a baarse y a peinarse con trenzas, obligacin que atentaba contra sus costumbres de usar el pelo largo y suelto. Se les privaba de intimidad y se les intimidaba permanentemente. De acuerdo a los testimonios de los Ashaninkas los comits Populares funcionaban como una especie de campos de concentracin, donde el trabajo forzado, los horarios estrictos ... y la prdida de libertad individual llevaron a los Ashaninkas a rechazar a Sendero Luminoso 39 . Finalmente debemos sealar que el reclutamiento forzado de jvenes puede asociarse a la prctica de uniones forzadas a las que se someta a las mujeres, una vez reclutadas por el PCP- SL 40 .
2.1.3.3. Tortura y tratos crueles, inhumanos o degradantes
La tortura se produce junto con otros delitos como detenciones, desapariciones y ejecuciones extrajudiciales. Es una forma de reducir al otro que acompaa el proceso de captura, detencin y castigo. Como ejercicio de violencia y poder, fue practicada por miembros de las FF AA y antisubversivas y por los grupos subversivos.
37 CVR BDI-I P420 38 CVR Testimonio recogido en el estudio en profundidad Los pueblos indgenas de la Selva Central y el conflicto armado interno. 39 CVR Informacion del estudio en profundidad Los pueblos indgenas de la Selva Central y el conflicto armado interno. 40 Este tema lo desarrollamos con mas detalle en el acpite referido a violencia sexual. 63
Segn las cifras de la CVR, la proporcin de mujeres torturadas asciende a 20% frente a un 80% de varones. En el caso de las mujeres vctimas de tortura aparecen algunas caractersticas especficas. Se trata de un sujeto mujer, rural, marginal, pobre, quechua hablante. Segn los datos recogidos por la CVR, la mayora de casos de tortura contra mujeres se produce en los departamentos de Ayacucho (45%) y Apurmac (11%), departamentos principalmente rurales y pobres de nuestro pas. Lo cual define a estas mujeres vctimas por su condicin genrica, social y cultural.
La tortura por parte de miembros de las Fuerzas Armadas y policiales Los establecimientos donde aparece el mayor nmero de casos de tortura son la dependencia militar (26%) y la dependencia policial (18%), los primeros lugares a los cuales son trasladadas las sospechosas 41 . Si consideramos que los datos generales sealan que un 75% de los casos de tortura es atribuida a funcionarios del estado o personas que actuaron bajo su autorizacin, incluyendo los ronderos y los CADS, los datos anteriores adquieren mayor nitidez. La tortura se produca en los primeros momentos de la captura y la detencin. En las mujeres se aadi, adems, los casos de tortura que se producan cuando alguna de ellas recurra a estas dependencias a solicitar informacin y datos sobre familiares detenidos o desaparecidos. Cabe tambin sealar que un 54% de mujeres sealaron que fueron torturadas en otros establecimientos, esto es en lugares especficamente destinados a actos de tortura. La tortura que se infligi a la mujer tiene sus races en una cultura global que le niega el ejercicio de sus derechos y que legitima la apropiacin violenta de su cuerpo para satisfacer deseos individuales o alcanzar fines polticos. La CVR, a partir de la informacin obtenida, identifica una primera situacin en la cual se utiliza a las mujeres - familiares de detenidos- como instrumento de presin. En estos casos la tortura puede infligirse a un varn o a una mujer.
Delante mo golpearon a mi madre, a mis hermanas, simulacin inclusive que las iban a violar incluso delante mo yo me senta tan culpable con toda esta situacin... lo que yo empec a hacer en un comienzo fue autoculparme... s yo soy todo pero dejen ustedes a mi familia. 42
Asimismo, se encuentra una segunda situacin, de mujeres que son vctimas de tortura cuando van a solicitar informacin sobre familiares detenidos o desaparecidos.
Entonces al siguiente da nos enteramos pues que se lo haban llevado a l [hermano] ya desesperados llorando fuimos. Mi abuelita se fue llevando -estara de hambre- tambin preparando canchita se ha ido; entonces a mi abuelita le haban dicho, qu cosa quieres
41 Ver cuadro: PERU 1980-2000: Casos de tortura segn tipo de establecimiento por sexo de la vctima. 42 CVR BDI-I P887 64
vieja, tu tambin eres terrorista, t tambin vas a morir!. Aqu no hay nadie, ningun Crisstomo conocemos noostros aqui. Y mi abuelita al no poder entrar se habia vuelto llorando, llorando se ha vuelto. Y cuando nos avisan nosotros no sabamos que hacer, cuando mi cuada, llego con ella tambin fuimos; entonces cuando hemos ido a mi cuada la queran agarrar, la queran violar. Si quieres ya entra entonces Yo le dije... que vamos a hacer, mejor vamonos (...) entonces llorando nos hemos vuelto, esperando que rogando solo a Dios. 43
Finalmente, una tercera situacin, en la cual las mujeres se autoinculpan pues no soportan los maltratos y torturas. En estos casos no haba ningn familiar ni pariente amenazado y se trata de poblacin civil involucrada fortuitamente en estos hechos, que no puede probar su inocencia 44 . De acuerdo a los datos de la CVR 45 , las modalidades de tortura infligidas a varones y mujeres son similares, siendo la forma mas generalizada golpes y maltratos (80%). No obstante, existen modalidades de tortura en las cuales la proporcin de mujeres afectadas es mayor que la de los varones: la violencia sexual y la tortura psicolgica. Estas diferencias nos remiten a las prcticas diferenciadas que usaron los perpetradores de acuerdo al sexo de la vctima. A las mujeres se las torturaba psicolgicamente utilizando a sus hijos, familiares y amenazndolas con la violacin sexual y otros tipos de violencia sexual como los desnudos forzados, como una forma de degradar y humillar a las mujeres, socializadas en el respeto a su intimidad, en el pudor y la vergenza en relacin con la desnudez de su cuerpo; tales desnudos eran utilizados como presin y chantaje permanente, hacindolas padecer el terror constante de ser violadas.
nos llevaban al bao... tenamos que hacer nuestras necesidades, ni siquiera un mnimo de privacidad en nuestra condicin de mujeres... y creo que eso ha sido tambin con otras... era el mismo trato que le daban a todas. 46
Y Claudia, tambin estaba ahi? Tambin desnuda, totalmente desnuda delante de los cachacos.. .claro ah le metan la mano, la manoseaban, se burlaban, fue una cuestin denigrante. 47
Los poderes excesivos otorgados a las Fuerzas Armadas por el Estado, as como la desconfianza en las instituciones, favorecan el silencio y la falta de denuncias. En no pocos testimonios las mujeres dicen que no tomaron ninguna medida pues nunca les hacan caso. En el mbito penitenciario, la mayora de relatos de mujeres recogen experiencias de vejacin. En muchos casos, las detenidas eran desnudadas, manoseadas, violadas, algunas de ellas mediante la introduccin de objetos como botellas o pistolas; asimismo eran objeto de
43 Testimonio recogido durante la investigacin de Mendoza, C. (abril 2002 noviembre 2002) en el marco del proyecto Batallas por la Memoria auspiciado por la Red para el Desarrollo de las Ciencias Sociales. 44 Es el caso de algunas mujeres detenidas injustamente algunas indultadas posteriormente. Aprodeh, FIDH y Verdad y Justicia. Memorias del Horror. Testimonios de mujeres afectadas por la violencia, Lima 2002. 45 Per 1980-2000: Casos de tortura segn mtodo por sexo de la vctima. 46 CVR BDI- I P251 47 CVR BDI- I P 872 65
humillaciones e insultos de carcter sexista como la burla grosera por cualquier caracterstica fsica. 48
Las Torturas en los grupos subversivos Los grupos subversivos cometieron tambin actos de tortura, usualmente realizados en las plazas pblicas como un medio de aterrorizar y someter a la poblacin. Es el caso del testimonio de una seora que fue secuestrada por miembros del PCP-SL y que a la semana fue conducida a un cerro donde asesinaban a la gente:
Ah vea cmo los senderistas les cortaban los senos y les metan cuchillo por la vagina a las mujeres que supuestamente haban sido infieles a sus maridos. A los homosexuales les cortaban el pene en pedazos antes de matarlos. Ah me pidieron que acuchille a dos chicas y a un seor, yo no pude hacerlo porque me desmayaba 49
Mi esposo sangraba pero no caa se paraba lo hacan arrodillar, as apualado se paraba lo hacan arrodillar, me llevan ah, me desatan la mano y l que lo haba apualado el de apelativo Bagua, era del mando militar estaba all y de repente me dice pcale, me hace ver el pual, pcale me dice yo no quera picarle como le iba a picar si l era el hombre que yo amaba; mi esposo padre de mis hijos, y me dijo pcale me hacia bucear en su sangre de mi esposo, y yo no le quera picar. Y yo le pique, a quien lo pique fue a l a Bagua; lo pique por la barriga me llene de valor y di la vuelta y le di. como hubiera querido que me maten juntamente con l, no lo pique, ah peor me tumbaron al suelo, me amarraron de pies y manos, no poda hacer nada, pero mi esposo luchaba por su vida gritaba cobardes, cobardes lo de ustedes no va durar cobardes, destenme las manos, destenme las manos, y me volvi a llamar y me deca por ms cosas que pase no te unas a ellos promteme bebita, negrita promteme que no te vas a unir a ellos; y yo le promet y yo jams me he unido a ellos 50 .
El terror impartido y el miedo a mayores represalias favorecan el sometimiento de las vctimas y de la comunidad en su conjunto. Adems, en muchos casos, las mujeres interpeladas en su condicin de madres, esposas e hijas, eran conminadas al silencio y a la sumisin.
2.1.3.4. Violencia sexual
La violencia sexual incluye violaciones de derechos humanos como la prostitucin forzada, uniones forzadas, esclavitud sexual, abortos forzados, violacin sexual y los desnudos forzados. De acuerdo a la informacin que ha sido posible recoger sobre este tipo de delitos la CVR puede afirmar que se trata de un crimen cometido casi exclusivamente contra las mujeres. El total de casos reportados es de 538, de los caules 527 son mujeres y 11 son varones. Con respecto a los perpetradores la CVR ha podido constatar que han sido agentes del Estado y las Fuerzas contrasubversivas los principales responsables de la comisin de este delito.
48 Ver Captulo "Violencia Sexual contra la Mujer, III. Anlisis de la situacin peruana, El Estado como Perpretador, en la Seccin "Crimenes y Violaciones a los Derechos Humanos". 49 CVR Testimonio 456739. Distrito Puerto Pisana, provincia Tocache, departamento San Martn. 50 Audiencia pblica de casos en Lima. Caso Nro 26. Cuarta Sesin, 22 de junio de 2002. Cecilia Malpartida. 66
Ellos son responsables del 83,46 % de las violaciones sexuales. Adems miembros de las Fuerzas contrasubversivas los nicos responsables de las violaciones a varones. Con respecto a los grupos subversivos encontramos que, a pesar de su discurso condenatorio a estos actos, ellos tambin han cometido estos delitos. De acuerdo a la informacin recavada, 51 llama la atencin que sea entre los aos 95-96 periodo en que la presencia del PCP- SL en el pas es mnima- cuando la proporcin de violaciones sexuales por parte del PCP-SL y el MRTA se incrementa. Con respecto a la edad y sexo de la vctima los datos recogidos nos permiten hacer las siguientes precisiones: Si bien se constata que la mayor cantidad de vctimas son mujeres jvenes (entre 10 y 29 aos) es posible establecer una diferencia entre las FF antisubversivas y los grupos subversivos. Los datos evidencian que la proporcin de jvenes adolescentes violadas por el PCP-SL es mucho ms alta que en el caso de los agentes de las FFAA. Ello tiene que ver con el reclutamiento forzado de mujeres que como sealamos fue selectivo. Esta configuracin es importante para analizar la comisin del delito de uniones forzadas por parte del PCP-SL, como veremos ms adelante. Con relacin al estado civil de la vctima la similar proporcin de solteras y casadas permiten confirmar que esta no era una variable de selectividad. Finalmente, la CVR ha podido constatar que, como en otros delitos, el mayor porcentaje de violaciones cometidas por agentes de las FFAA se produjeron en Ayacucho (43.79) y en segundo lugar en Hunuco (10%). En el caso del PCP-SL la proporcin de violaciones en Hunuco es mucho mayor que el promedio (31%). Lo que estos datos muestran es que las mujeres fueron vctimas de una violacin de sus DD HH y fueron sometidas a un rgimen de terror bajo la amenazas de violacin. A pesar de que las cifras recogidas no muestran la magnitud del problema, los relatos nos permiten inferir que las violaciones fueron una prctica comn y bastante utilizada durante el conflicto. En innumerables relatos, luego de narrar los horrores de los arrasamientos y ejecuciones extrajudiciales y torturas, se sealan, al pasar, las violaciones a mujeres. En la medida que los testimoniantes no pueden dar los nombres de las mujeres afectadas ellas no son contabilizadas a pesar de que se cuenta con el conocimiento de los hechos. Lo que la CVR quiere destacar en este caso especfico de violacin sexual es que si bien numricamente no puede demostrarse la amplitud de estos hechos, la informacin cualitativa y tangencial permitiran afirmar que la violacin sexual de mujeres fue una prctica generalizada durante el conflicto armado internola guerra. La CVR considera, como elementos adicionales de argumentacin de la comisin del delito, las evidencias que tambin en tiempos de paz- los datos sobre vctimas de violacin e identificacin de culpables es dificil de probar. No obstante, ello no implica que el hecho no se haya cometido.
51 Ver Anexo Cuadros Sistemas de Informacin 67
entonces ella fue violada, en presencia de su marido y fue torturada y golpeada y no habl que su marido estaba all, en su propia casa. no es cierto? entonces ahora el llanto de las mujeres, las que mas han sufrido y las que mas lloran son las mujeres 52
En el conflicto armado la violencia sexual no puede entenderse como un hecho aislado sino como una prctica generalizada. De acuerdo al testimonio de un soldado que su orden era que si encontraba una chica sospechosa ms o menos de senderista o que est protegiendo a los senderistas a los movimientos, entonces hay que agarrarla y violarla, no? P444 BDI-II.
En este caso, el testimonio da cuenta de la violacin como una forma de castigo, de humillacin y de escarmiento. La orden de violar a senderistas pone en evidencia que en este contexto la violacin a una mujer enemiga era un arma de guerra. Se la disminuy y someti a partir del uso de su cuerpo. Era a la vez una forma de escarmiento que poda ser ledo en clave de gnero: Si eres mujer y te metes a cosas de hombres como es la guerra y el combate este es tu merecido, tu tienes un espacio vulnerable como mujer que yo puedo usar en mi favor 53
Pero, para los agresores la violacin no bastaba. Mejor si estos actos eran realizados delante de sus maridos, padres, hermanos. Se trataba de humillar, someter y subordinar a las mujeres pero tambin a los varones Analizando los datos obtenidos a travs de los declarantes, la CVR ha podido concluir que la violacin sexual contra las mujeres se produca asociada a otras violaciones de derchos humanos, como las detenciones, las desapariciones forzadas, las torturas y las ejecuciones extrajudiciales. Este hecho dificulta la visiblizacin de la violacin sexual, que pasa a un segundo plano y que se interpreta como un dao menor, colateral, frente a las otras violaciones de DDHH. La violacin ocurra tambin con mujeres que luego eran asesinadas y/o con mujeres muertas. Hecho que incide en el subregistro de este tipo de crmen:
Yo cuando estaba en la guerrilla, tuve una relacin sexual con una que la matamos, le haban matado a una, supuestamente era soplona, le matamos. Eso ha sido en el sector de por Culebra, Paraiso y la finada estaba pues en el hueco y como era simptica, recin era diez minutos, cinco minutos que habamos matado y yo pues le digo: que tal si??? Est bonita, que tal si podemos tener sexo. No sexo vulgar sino vulgarmente sexo vamos tirarle, culearle pues deca no? Y me dicen por qu no lo haces t? Entonces yo soy el primero en tener sexo con ella no?cuando est muerta, ya estaba ya ella muerta y cuando estoy en el hueco teniendo relacin sexual, llega una compaera que es finada, la Cirila en busca de una tanguita, de un calzn. O sea un muerto que tu le matabas le sacabas todo, le dejabas calato, todo se les llevabas no? Entonces y Cirila pues no te voy a acusar nos deca. No nos acus Cirila, le dimos su calzn. 54
52 P503 BDI-II 53 Sobre la violacin a militantes, los estudios realizados en Chile y Argentina, sealan que estas violaciones tiene como objetivo, adems de la humillacin a su dignidad como ser humano, el escarmiento por haber transgredido la posicin que como mujer le corresponda en el sistema de gnero. Bunch, Ch. (1991) Hacia una re-visin de los derechos humanos. Santiago de Chile: Isis Internacional, Ediciones de las mujeres, No 15. 54 CVR BDI-I P 510 68
La violencia sexual supone un ejercicio de poder que deja marcas. No se trata de un evento pasajero pues sus consecuencias son de largo plazo. Malograr, estropear, daar, estas palabras, utilizadas en los testimonios, remiten a experiencias ms duraderas, severas y terminales. La violencia sexual implica huellas visibles, en el cuerpo, pero tambin invisibles, tanto a nivel psquico (afectivas) como sociales (reconocimiento y respeto comunal). La informacion recogida por la CVR muestra que las mujeres, en muchos casos, no denunciaban las violaciones, por temor o verguenza pero tambin por que tenan la conviccin de que cualquier reclamo sera intil por las condiciones de caos, arbitrariedad e impunidad en las que se cometieron los abusos, para no mencionar la corrupcin e ineficacia imperantes en el sistema de administracin de justicia. Otros testimonios sealan mas bien que las mujeres no denunciaban pues teman ser culpabilizadas y por el estigma pblico que ello conlleva.
Cundo las mujeres las violan, no denuncian? Entiendo, yo entiendo como es esto. No es bonito pues decir o denunciar eso. Muchas veces le echan la culpa a la mujer de que ella provoca. Pero deben haber habido muchas violaciones pero nadie las dice. Cuando conversamos nadie dice, solo dicen s seguro... 55
El cuerpo de la mujer se convierte as en un escenario de violencias y pugnas, es un territorio en disputa. Es un botn de guerra que se busca obtener tanto por placer personal como para vencer al enemigo. El control del cuerpo femenino se convierte as en instrumento de dominacin masculina y en un smbolo de poder que se exhibe.
Uniones forzadas A lo largo de los relatos recogidos durante la investigacin de la CVR se obtuvo informacin sobreel PCP-SL y las relaciones de gnero prevalecientes en su interior. Se trataba de una organizacin cerrada y jerrquica, que impona un orden social y de gnero. En este contexto, la CVR encontr la prctica de las uniones forzadas a las mujeres. Bajo el control del PCP-SL en Ayacucho, se produjeron uniones forzadas entre hombres y mujeres. El partido decida y escoga el varn y se persuada, presionaba o amenazaba a las mujeres para que aceptaran. Los casamientos se producan dentro de la masa, y entre la masa y la Fuerza Local. En otras ocasiones el hombre peda a la mujer que ms le gustara (podan ser adolescentes) y el partido los una, obligando a las mujeres a mantener relaciones sexuales. La descripcin de la vida en las llamada retiradas muestra cmo, a pesar de la guerra -que significa una suspensin de la vida institucional- la recreacin de normas obliga a tener en cuenta las relaciones sexo-gnero.
55 CVR BDI-I P368 69
Las uniones eran vistas por los mandos senderistas como formas de preservar la unidad, de prevenir los posibles escapes y de establecer vnculos de lealtad poltica y afectiva. Adems, estas uniones representaban una forma institucionalizada de mantener bajo control la sexualidad de sus militantes. Otro problemas que hacan, con so pretexto de que, bueno, es la revolucin, obligaban a seoritas, nias que se yo, de darles tierna, ah ya convivir como un compaero a nombre del presidente Gonzalo casarse, entonces se vea eso ac, que se haba perdido un tanto respeto a la misma familia 56
A la entrevistada se le pregunt si es que en la fuerza local un hombre y una mujer podan estar con varias parejas y ella respondi que estaba prohibido y si alguien quedaba viuda, inmediatamente le buscaban otra pareja para que estn unidos y no se escaparan:
No, eso era prohibidsimo, tenan una sola pareja. Por ejemplo, quedaban su marido mora y una viuda, le juntaban con otra pareja que no tena pareja. Al toque lo juntaban para que no haya ese sentimiento de otra persona y no se pueda escapar esa pareja, para que estn unidos 57
Las uniones forzadas, posibilitan formas adicionales de violencin de derechos, como las violaciones y abusos sexuales:
Cuando fuimos sorprendidos por los militares, dos chiquillas y un varn. Este ya era mayor de edad, tena ms o menos como treinta y la chica tendra como trece o catorce aos. Despus de este incidente escuchamos rumores de que l le haba violado a la chica. Esto se supo por parte del varn quien comentaba dicho acto. Este incidente ocurre despus de haber escapado, cuando tuvieron que dormir en el bosque y como era oscuro pues pas este incidente 58
De acuerdo a los relatos estos abusos eran cometidos tambin por los lderes y dirigentes de alto rango: cuando les daba la gana podan cambiar de mujeres (...) a veces intercambiaban mujeres. Ello ocurri entre Alcides y Alipio. La entrevistada seala que las mujeres no podan hacer nada para evitar esa situacin entre ellas se miraban con indiferencia. No se podan mirar con odio o rencor porque si no convocaban a una reunin y efectuaban una lucha de dos lneas. La declarante refiere que las mujeres que se encontraban alrededor de Feliciano eran sus mujeres. Una de ellas le coment a la declarante que Feliciano cuando quera se encamaba con otra mujer, su esposa no poda hacer nada porque as estaba acordado. Otra de las mujeres de Feliciano haba sido retenida cuando tena 8 aos y cuando tena 12 aos Feliciano la hizo su mujer y empez a tener ms beneficios que todas las dems mujeres 59
Los testimonios recogidos dan cuenta tambin de la presin que sobre las mujeres ejercieron los lderes para producir abortos.
56 Fuente: Entrevista en Huancasancos realizada por el rea de Estudios en Profundidad. 57 Fuente: Entrevista en La Mar realizadas por el rea de Estudios en Profundidad. 58 Fuente: Entrevista en la comunidad de Oreja de Perro Recogida por el area de estudios en profundidad. 59 CVR Testimonio 100213. Distrito Ro Tambo, provincia Satipo, departamento Junn. 70
la declarante mantuvo una relacin sentimental con el mandato senderista llamado Jos aunque despus este inici otra relacin con una menor de 13 aos de edad. Tiene conocimeinto que la hizo abrtar hasta en cuatro oprotunidades 60
2.1.3.5. Anlisis de la violencia: sistema de gnero, racismo, machismo.
Al concluir este captulo se quiere llamar la atencin sobre el sistema de gnero, en particular de la masculinidad asociada a la guerra, y del racismo que se muestra en los hechos de violencia pues en opinin de la CVR estos dos ejes permiten una interpretacin de los hechos y de las caractersticas especficas de los delitos y violaciones de DD HH de las mujeres en un marco de mas largo alcance Como se ha visto, las mujeres se encuentraban en un fuego cruzado y vivan la violencia desde la cotidianeidad. Eran demandadas por los grupos subversivos o por las fuerzas contrasubversivas para cocinarles, atender enfermos y dar alojamiento. No tenan opciones y deban obedecer sin protestar pues su vida y la de sus familiares estaban en peligro. La mujer no era escuchada, sus razones no consideradas ni por unos ni por otros. Esta situacin de invisibilizacin y marginacin de las mujeres, si bien existi previamente, se vea agravada por el conflicto interno. Las mujeres cuyas voces no han sido usualmente consideradas relevantes ni autorizadas fueron en este contexto nuevamente silenciadas. Un ejemplo es el de una lidereza buscada por el PCP-SL para incorporarla al partido. Ella no acept y luego el ejrcito la captur y la mat, sin intentar comprender los sucesos. De otro lado, tener algn vnculo afectivo o de parentesco bien sea con los grupos subversivos o las fuerzas del orden resultaba incriminador y pona en riesgo la vida de la mujer.
la declarante afirma que su familia reciba continuas amenazas por parte de los senderistas pues tanto ella como su hermana estaban casadas con polica" 61
Uno de los elementos a considerar en el anlisis de estos procesos de violencia sin lmites, especialmente con actos de violencia sexual, es la relacin que existe entre guerra, masculinidad y violencia. En los estudios realizados sobre guerras y conflictos armados se ha encontrado que funciona un cdigo que consiste en denigrar al enemigo feminizndolo, como sealamos anteriomente. 62 As se pasa de la apropiacin de bienes de las familias y poblados a la apropiacin de la sexualidad de las mujeres, en un contexto de creciente insensibilidad frente a la muerte del otro. Hay un punto ms en el ejercicio brbaro e incontinente de esta mal llamada masculinidad. En algunos casos las mujeres vctimas de violencia fueron vistas como parte del
60 CVR Testimonio100213. Distrito Ro tambo, provincia Satipo, departamento Junin. 61 CVR Testimonio 201111. Distrito Sancos, provinica Huancasancos, departamento Ayacucho. 62 Lindsay (op cit), Castellanos Gabriela Mujeres y conflicto armado:representaciones, prcticas sociales y propuestas para la negociacin. En: Sujetos femeninos y masculinos 2001, Cali 71
enemigo subversivo y como tal deban ser objeto de humillacin y vejacin. En ella se vengaban los odios y rencores que el propio escenario violento configur. Ellas eran vistas no slo como terrucas sino como madres, hermanas o hijas de terrucos y, por tanto, objeto de violencia y barbarie. En el caso del PCP-SL, la CVR ha podido concluir que sus miembros cometieron crmenes y violaciones cuyo sustento no fue una ideologa poltica sino una ideologa de gnero en la cual las mujeres y sus cuerpos son parte de las prcticas de guerra. Es el caso de la violencia que se ejerca contra las mujeres con la excusa de haberse acostado o ser amante de los militares. En estos actos, la mujer es el objeto en el cual los senderistas castigan a las mujeres cuando en realidad quieren agredir a los militares. Se traslada as el odio, la furia y la impotencia que pueden sentir frente a los militares hacia la mujer. Finalmente, mencionemos el racismo como otro elemento que unido al sistema de gnero, permite dar cuenta de los crmenes y violaciones de DDHH sufridos por las mujeres. La constatacin de que la mayora de mujeres afectadas son parte de la cultura andina y quechua hablante pone en evidencia su ubicacin en las ltimas escalas de la jerarqua social y de poder. Lo que les suceda a ellas, las campesinas, no era parte de la preocupacin nacional. Eran esas que estaban all en las punas, pasando la cordillera, lejos del progreso y la civilizacin. La sociedad peruana no se vi interpelada por estos crmenes.
era una madre que vena pues solita... que era muy humilde, no tena... no conoca como desenvolverse tanto en estos ambientes... le hacan esperar, la relegaban... y la seora estuvo as... aos de aos. 63
De parte de las FFAA y policiales se observa una asociacin entre la pertenencia tnica y la participacin en los grupos subversivos. Se juntan dos palabras en una sola y aparece una nueva: indio-terruco que sirve para designar a la poblacin campesina en su conjunto. Bajo esta estrategia se produce una identificacin (falaz) entre los indios y los subversivos de modo tal que todo indio/india es terruco/a. Se trata a nuestro entender de una simbiosis perversa que hace caer sobre el indio y la india toda la culpa, el odio y el resentimiento de la poblacin. Del lado de las FFAA esta es una manera de cargar de significados negativos a muchos campesinos y campesinas que eran objeto de sospechas y vctimas de violencia injustificada. Esta imagen del indio-terruco va a funcionar a la manera de los estereotipos de indio cochino, indio ocioso, indio traidor elaborados por los grupos dominantes 64 . En el contexto de violencia y muerte se produce un desborde de pasiones, una transgresin de los lmites, una ausencia y falta de respeto a normas de convivencia y a los DDHH. As, podemos observar que en los testimonios se plantean denuncias sobre matanzas de mujeres cuyos
63 BDI-I P886 64 En Guatemala las comunidades mayas fueron objetivo militar pues todas eran consideradas culpables. 72
motivos no tienen nada que ver con la violencia. Se trata de problemas previos (entre parejas, vecinos, familiares, lderes, comunidades, linderos etc) que se actualizan y encuentran una solucin en el uso indiscriminado e insensato de la violencia. En algunos casos los asesinatos se tratan de justificar por supuestas razones "ideolgicas" que en realidad son slo pretexto para hacer prevalecer la "ley del mas fuerte". Es el caso de una mujer que es asesinada con el pretexto de que manda al hombre y eso no es permitido por el PCP-SL. En este caso vemos como en un momento de caos, la agresividad y la violencia emergen justificando cualquier acto, la vida no vale nada. En este caso se castiga a una mujer por no cumplir con el papel sumiso que le corresponde de acuerdo al orden de gnero hegemnico. El varn no puede soportar ser mandado por la mujer y la mata. En otros casos se trata de mujeres supuestamente adlteras a quienes se les castiga por su mala accin. En Huancayo, un varn polica, despechado porque su esposa lo abandona por otro hombre encuentra venganza acusando a la nueva pareja de su mujer de terrorista y lo mata. El contexto del conflicto armado interno parece as dar cabida a un tiempo y un espacio en el que la barbarie emerge sin que medie ningn lmite ni sentimiento de culpa. Es un momento suspendido en el que la sociedad, las leyes y las normas parecen no existir. Se abre as un vaci en el que se desatarn y actuaran los sentimientos silenciados, las frustraciones, las pulsiones inconscientes. El varn campesino o poblador, al igual que los militares y subversivos prepotentes, acta su furia y golpea a su mujer, o al vecino conflictivo. El Estado pierde la autoridad legtima y todo el mundo puede actuar y transgredir el orden sin que haya sancin ni ley que se respete .
2.1.4. Impacto diferencial de la violencia
2.1.4.1. Divisin del trabajo
En relacin a la divisin del trabajo, el anlisis de los testimonios y de las investigaciones realizados por la CVR sealan que durante el conflicto se acenta la divisin del trabajo por gnero. El varn sala la lucha bien sea como parte de los grupos subversivos, como paramilitar, como recluta, como parte de las FF AA o como rondero. Mientras tanto las mujeres quedaban en la comunidad encargadas de la chacra, del cuidado de la familia y de los menores. Son ellas quienes realizaban diversas actividades econmicas y hacan frente a las incursiones de subversivos, FF AA y policiales. Al permanecer la mujer sola en la comunidad, su trabajo se recarga pues debe enfrentar sin ayuda un conjunto de tareas que antes comparta con su pareja a fin de asegurar la sobrevivencia econmica de la prole. Este hecho afecta la salud fsica y la estabilidad de la mujer y su familia.
73
2.1.4.2. Rutas de bsqueda: enfrentndose al espacio pblico
Como consecuencia del conflicto las mujeres salieron de sus espacios tradicionales: son ellas quienes tenan el encargo y la responsabilidad de encontrar a los muertos y desaparecidos. Si sabemos que el 80% de las vctimas afectadas por crmenes y violaciones de DDHH son varones, es claro que a las mujeres les toc la otra cara de la moneda: la bsqueda, la denuncia y el reclamo de justicia. En esta tarea ellas tenan que acercarse a instituciones pblicas que no conocan y ante las cuales mostraban cierto temor. No obstante, lo hicieron, como lo prueban los mltiples testimonios recogidos por la CVR. Ello supuso adquirir ciertas habilidades y aprender los procedimientos necesarios para hacerse escuchar. Si bien ellas sufrieron burlas y humillaciones, no se amilanaron. Las situaciones fueron diversas y mucho dependa de sus trayectorias personales pero tambin de los recursos econmicos y simblicos con que contaban. Se trata de un camino largo que se inicia en el espacio local, contina en la capital provincial para de ah llegar a Lima, centro del poder. Ello supuso acercarse a hospitales, crceles, bases miltares, dependencias policiales, morgue, entre otras. En este recorrido buscaron apoyo en instituciones de derechos humanos nacionales e internacionales, en los partidos, las iglesias y otras instituciones. La creciente participacin de las mujeres en el espacio pblico, implica una dimensin colectiva. De hecho, es desde su rol aparentemente tradicional de madres, esposas e hijas, que ellas buscaron justicia y se enfrentaron al espacio pblico institucional. Las organizaciones vinculadas a la bsqueda de familiares y desaparecidos fueron impulsada por mujeres que buscaban a sus esposos, padres, hermanos e hijos de manera desesperada. Son principalmente las mujeres quienes se movilizaron para denunciar y pedir justicia. En este camino, los aprendizajes han sido muchos pues al lado de la discriminacin, el abandono y la indiferencia, ellas han ido aprendiendo a reconocer sus derechos y a exigir justicia. Entonces, surgieron nuevas organizaciones como las vinculadas a los familiares de desaparecidos y otras de sobrevivencia, como consecuencia del conflicto armado interno. Que trataban de hacer frente a los problemas y buscar apoyo y salidas. Luego, concluido el conflicto muchas mujeres sealan su inters de participar como dirigentes comunales o municipales. Este cambio no debe ser visto al margen de su participacin activa en la comunidad como rondera o como viga.
2.1.4.3. Desplazamiento
El desplazamiento es la salida de un grupo familiar o poblacional -principalmente campesina- como resultado del conflicto armado y de la violencia instalada en su comunidad. El desplazamiento, que es un fenmeno social que afect a comunidades, varones, mujeres y 74
nios(as), presenta en relacin a la variable genero algunas caractersticas importantes. Los datos obtenidos por la CVR, muestran que fueron las mujeres quienes, al quedarse viudas y/o por proteger a su familia, lideraron las salidas de las comunidades hacia otros lugares perifricos como centros urbanos cercanos, capitales de provincia o el monte, como fue el caso de algunas comunidades ashaninkas. La experiencia de desplazamiento supone una prdida (duelo) no slo de cosas tangibles sino de vnculos y referencias culturales. Supone una alteracin de la realidad social y de las relaciones con la naturaleza, el trabajo, la familia y las creencias. Para las mujeres forzadas a vivir fuera de sus territorios tuvo significados particulares, dados los vnculos estrechos entre el territorio, su cultura, su identidad y su pasado. En el caso del mundo andino, en donde la identidad se define por lo relacional y comunitario, el desplazamiento significa no slo perder un lugar donde vivir sino perderse a s mismo. Las experiencias de violencia y desarraigo afectaron el sentido de la identidad personal y del grupo, derivando en procesos de marginacin, minusvala, descalificacin y aislamiento. Se produce una triple discriminacin: como desplazadas (muchas veces, acusadas de ser terroristas), mujeres e indgenas. Tambin aparecen efectos psicolgicos, traumas por la huida forzosa y el haber presenciado la violencia. 65 Adems, los nuevos roles y las nuevas actividades econmicas que tuvieron que desarrollar, en muchos casos suponan habilidades que no tenan lo cual las colocaba en una situacin de mayor precariedad. Las mujeres enfrentaron una sobrecarga de trabajo y de responsabilidades: trabajaron, se hicieron cargo del cuidado de los hijos, participaron en organizaciones sociales. Es en las mujeres en quienes cay el peso del traslado y del asentamiento. Son ellas quienes en mayor medida sufrieron las consecuencias de su insercin en otra cultura que es diferente, ajena y que las estigmatiza y violenta.
Entonces, ah llegando a las capitales nos marginan, ya llegaron las sobras de los terrucos, es decir soy de Huancavelica, Ayacucho, Apurimac ramos senderistas, eramos acusados por terrorismo llegando a las ciudades por ejemplo en Huancayo, ramos totalmente desconocidos nosotros para el resto nos miraban como a unas personas raras, como si tuvieramos cachos algo no, con una indiferencia total... todas esas cosas hemos pasado y seguimos pasando los desplazados P32 BDI-II
La insercin en las grandes ciudades tambin supuso un proceso organizativo: relaciones de parentesco, comedores populares, coordinar actividades con las iglesias y otras organizaciones para la sobrevivencia. Pero la situacin era difcil y no siempre las mujeres lograron adecuarse a los nuevos pueblos y ciudades. Es en este contexto que se inicia el proceso de retorno una vez concluido el conflicto. Ello a su vez ser motivo de nuevos retos y demandas.
65 Ver Captulo Secuelas del Conflicto Armado Interno, II Secuelas Psico Sociales del Conflicto Armado Interno 75
2.1.4.4. Sexualidad , salud sexual y reproductiva
Las violaciones, torturas, abusos sexuales y otros maltratos afectan el cuerpo, la salud mental, la sexualidad y la salud reproductiva de las mujeres. Muchos testimonios coinciden en sealar problemas vaginales, enfermedades sexuales, dificultades en embarazos as como problemas mas graves como la esterilidad. Todos ellos como producto de los delitos y maltratos mencionados en el captulo precedente.
2.1.4.5. Maternidad
Con relacin a la maternidad, un impacto que llama la atencin es la experiencia contradictoria que con respecto a la maternidad tienen las mujeres. En muchos casos el sentimiento de culpa es el eje que articula el discurso mientras que en otros el eje es el orgullo por haber salvado a sus hijos/as. Dado que la maternidad y el ser para otros es un espacio privilegiado de reconocimiento social, las mujeres son muy sensibles a los roles maternos pues saben que ellos son fuente de seguridad y afecto. La sobrevaloracin social de la maternidad provoca que la autoestima de las mujeres est muy asociada a esta funcin y a la manera como la lleva adelante. Los hijos dan a la mujer identidad pero adems es ella quien al criarlos y educarlos dar pruebas de su ser mujer. Ser este un aspecto de control tanto de la sociedad como de la familia y la pareja. Durante el conflicto armado la vivencia de la maternidad se vi trastocada por la violencia, la falta de seguridad, el deterioro de las condiciones y calidad de vida pero sobre todo por la manera en que se ejerci la violencia contra los nios y nias. Pasaremos a ver como este hecho tena estrecha relacin con las mujeres y su condicin de madres. Para algunos miembros de las FF AA los hijos podan ser vistos como futuros terroristas, y para los grupos subversivos se convertan en elementos de riesgo y peligro o futuros cuadros. Al respecto, la CVR ha recogido testimonios donde las mujeres son objeto de maltrato psicolgico y otros tipos de tortura por tener hijos nacidos en la zona de conflicto. En los casos de detenciones a mujeres se utilizaba su condicin materna y se las amenazaba con sus hijos. Los hijos eran un medio para infundir miedo y obtener informacin en las mujeres, manipulacin que en muchos casos daba resultado porque las volva ms vulnerables. En las comunidades, las Fuerzas Armadas, EL PCP-SL o el MRTA realizaban incursiones donde se daban levas, detenciones, reclutamiento o desapariciones de nios(as) y jvenes. Las familias se desestructuraban y las madres se sentan culpables e impotentes por la incapacidad de ofrecer cuidado y proteccin a sus hijos: tu hijo tiene que acompaarnos hasta la muerte, me 76
decan los subversivos... si no dejas que vaya con nosotros tu hijo, matamos a toda tu familia 66 . Ellas sienten que han fracasado en defender a sus hijos, no han cumplido su mandato. En el caso del PCP-SL la maternidad era signo de debilidad. Las que se incorporan al partido deban renunciar a su antiguo hogar para abrazar a su nueva familia, los camaradas. Los nios(as) eran vistos tambin como un peligro pues podan poner en riesgo a los militantes cuando huan o salan en retiradas. La CVR recogen testimonios que relatan como los nios pequeos eran considerados un estorbo ya que por el llanto podan ser descubiertos por las fuerzas armadas. En las crceles, la vivencia de la maternidad se convierte tambin en una experiencia de tortura. A pesar de que el porcentaje de las mujeres madres era importante, no se les permiti convivir con sus hijos, salvo los que nacieron durante el cautiverio, los cuales deban entregar a las familias cumplidos los tres meses. La situacin en que quedan los hijos es fuente de preocupacin para las mujeres presas, siendo en algunas de ellas, la que mayores conflictos plantea generando afliccin y sentimientos de impotencia. En el caso de tortura a la mujer embarazada, la tortura psicolgica se prolonga mucho ms all de lo que duran las sesiones de tormento y el hostigamiento carcelario, pues la futura madre vive la angustia de abortar o de dar a luz un hijo con secuelas.
2.1.4.6. Cambios en la organizacin familiar
El conflicto armado gener consecuencias tanto en la estructura y organizacin social como en las relaciones y dinmicas interpersonales, afectando de manera diferente a varones y mujeres.
Violencia contra la mujer en la familia La violencia social, econmica y en el mbito poltico dise un escenario en el cual se insert y reforz la violencia contra la mujer, forma de discriminacin basada en una distribucin desigual de poder tanto en la esfera pblica como en la esfera privada, cotidiana y relacional. La violencia contra la mujer en la familia se asienta sobre patrones histricos de violencia y discriminacin presentes en nuestra sociedad. Los datos sealan que se trata de un problema social de gran magnitud que trasciende el periodo de conflicto armado. El aumento de la violencia intrafamiliar no es resultado directo del conflicto armado interno, sino una forma de violencia que ya exista y que est relacionada con la discriminacin de gnero.
66 CVR. Testimonio 313453. Huaytara. 77
La desintegracin familiar y los hurfanos Como resultado del conflicto armado la organizacin familiar se trastoc. Muchas mujeres quedaron viudas o abandonadas y tuvieron que hacerse cargo del cuidado de los hijos, de su alimentacin, educacin en condiciones de extrema pobreza. Tuvieron, adems que hacerse cargo del impacto subjetivo de la violencia en sus hijos, sus traumas, temores, angustias y tristezas. Los estudios realizados por la CVR revelan que uno de los grupos afectados fueron los nios. Muchos huerfanos (as) viven la discriminacin y el rechazo por parte de su entorno social.
Las viudas Una de las consecuencias ms notorias y visibles del conflicto es el incremento de mujeres solas como resultado de la muerte del esposo o conviviente. Es dificil calcular el nmero de mujeres afectadas, pero si consideramos que de acuerdo a los datos recogidos por la CVR el 75% de las personas muertas y desaparecidas eran casadas o convivientes podemos concluir que el nmero de mujeres viudas y de familias monoparentales es bastante significativo. Son las viudas, junto con otros familiares, quienes sufren los efectos no slo econmicos, sociales y polticos sino tambin emocionales y subjetivos. No slo se trata de las dificultades que tienen que enfrentar en el post- conflicto. Ellas cargan con el peso de los aos de violencia, con los recuerdos, las experiencias vividas y sentidas a lo largo de las ltimas dcadas. El quedarse sola tiene un significado especial en el caso de las mujeres andinas, socializadas en una cultura donde, las relaciones de ayuda mutua, la reciprocidad y el trabajo de la pareja son la base de la vida en comn y los ejes del prestigio y reconocimiento social. En el mundo andino ser dos es parte del ser comunero y campesino. En este contexto, el quedarse sola tiene un significado diferente a lo que puede ser en otros contextos socio-culturales del pas. A las dificultades econmicas se suma el estigma de ser viuda de senderista o sospechosa de haber colaborado con los grupos subversivos. A las viudas y sus hijos los marginan, desconfan de ellos, los culpabilizan por las muertes, los excluyen de la red social y los privan del soporte econmico, organizativo y afectivo necesario para la reinsercin comunal. Los celos y la desconfianza frente a la mujer sola se presentaron tambin entre las mujeres de las comunidades. Como se trata de mujeres solas, jvenes, trabajadoras, las otras comuneras ven en ellas una amenaza potencial, sienten que si sus esposos les ayudan o les dan la mano en la chacra pueden enamorarse y ser ellas posteriormente las abandonadas. A las mujeres que fueron violadas (o se creen que lo fueron) o que mantuvieron tratos sexuales con miembros de las FF AA o con integrantes de los grupos subversivos tambin se las estigmatiza, no se les cree, se las culpa y en ocasiones es el propio marido el que las abandona. No cree en ella, no resiste el hecho. 78
Este desarraigo y ruptura del lazo social atenta contra la posibilidad de rehacer su vida y mirar hacia el futuro. El pasado es un presente que le niega un futuro posible. El rechazo a las viudas por parte de la poblacin debe ser comprendido simblicamente. Su presencia es la imagen palpable de un pasado violento, cruel, doloroso que se expresa en su sola existencia. Por ello el negarla, el ignorarla, el no darle cabida, el burlarse de ella es una manera de generar una distancia, de distinguirse de ella, y de lo que representa.
2.1.4.7. Subjetividad y salud mental
En el caso de las mujeres el impacto en sus subjetividades implica un trauma que es producto de la violencia en general y en particular de aquella sufrida por su condicin genrica: violacin sexual, abuso sexual, prdida de la pareja, de los hijos, viudez, desplazamiento. Como producto de la violencia se genera una experiencia traumtica individual y social, que se sostiene desde el silencio y la impunidad. Los testimonios de las mujeres expresan sentimientos de dolor, impotencia, frustracin, tristeza, angustia, culpa, miedo a la muerte inminente, ira contra los captores, resignacin ante la muerte, temores, fobias, estados de pnico, pesadillas, amenorreas, enfermedades recurrentes, fobia al contacto fsico, frigidez, etc. Sentimientos y malestares que en su mayora no son comprendidos por las vctimas, a pesar de su recurrencia y perdurabilidad en el tiempo. En el caso de las mujeres la violencia contra sus cuerpos es parte de esta configuracin. El que sus cuerpos hayan sido objeto de uso y abuso afecta su subjetividad y la manera en que ellas se ven a s mismas. Si bien las violaciones sexuales representan el punto cumbre en la violencia ejercida contra la mujer, stas no fueron la nica manera de usar, abusar y destruir los cuerpos femeninos. De hecho los manoseos y los desnudos son tambin otra forma de ejercer un poder sobre el cuerpo femenino y una herida en el mundo interno de estas mujeres.
2.1.5. Conclusiones
2.1.5.1. Las mujeres y el terror
El anlisis realizado por la CVR considera que la violencia vivida en nuestro pas no puede ser entendida fuera del marco histrico y social peruano. Ella se instal sobre procesos seculares de exclusin, dominacin y opresin cuyas huellas, presentes en la memoria colectiva de los subalternos, emergen en momentos de crisis social. Se trat de una violencia que reitera prcticas autoritarias, prepotentes, que revivi relaciones coloniales an no superadas. La CVR ha llegado a la conclusin de que la violencia ha tiene un impacto diferencial segn gnero, pertenencia cultural y clase social. Por el hecho de ser mujeres, ellas han pasado 79
experiencias violentas, especficas a su condicin de gnero, diferentes a las vividas por los varones. No obstante, las experiencias femeninas varan segn clase social, pertenencia tnica, edad, estado civil y tipo de delito. La mayora de mujeres afectadas por la violencia pertenece a la zona quechuahablante de la sierra sur del pas. Se trata de mujeres jvenes, campesinas, con escasos niveles educativos. Son parte de los grupos social y polticamente marginados del pas. Ellas conforman ese gran sector cuyos derechos no pasan de ser letra muerta. En los hechos son las ciudadanas de segunda clase y ocupan las ltimas escalas de las jeraquas sociales y de dominacin. En trminos cuantitativos el 80% del total de afectados por crmenes y violaciones a los DDHH, son varones. En el caso de las mujeres la violencia las ha afectado fsica y psicolgicamente de manera diferente. Las mujeres se han visto en el medio de un fuego cruzado. Su cuerpo, su capacidad de trabajo pero tambin sus afectos han sido objeto de conflicto y de poder. La violencia del PCP-SL y de los miembros de las FFAA ha seguido modus operandi diferentes: el ejrcito las violaba y el PCP-SL las quemaba. Unos abusaban de su cuerpo poseyndolo y dominndolo mientras que los otros lo aniquilaban torturndolo. En ambos casos los efectos son devastadores tanto a nivel personal como social. La violacin sexual que es el impacto de gnero mas significativo, ha sido una prctica ampliamente utilizada en la guerra. Constituye un crimen y una violacin a los derechos humanos, cuyas vctimas fueron mayoritariamente mujeres. A diferencia de los varones, las muertes de las mujeres son mas indiscriminadas. La proporcion de mujeres muertas aumenta en asesinatos grupales y masacres. Ellas murieron como parte de una poblacin civil desprotegida y atacada injustamente en una espiral de barbarie. Esto fue posible por el desprecio, la exclusin del grupo afectado: campesinas quechuahablantes analfabetas de los andes. En el caso del reclutamiento forzado perpetrado por los grupos subversivos s se ha encontrado una selectividad de mujeres adolescentes Las mujeres familiares de muertos y desaparecidos, torturados e injustamente detenidos, son parte de los grupos afectados que sobrevivieron a la guerra. Ellas no slo se han visto afectadas por la muerte sino que han sido testigos impotentes de abusos y crmenes que an no pueden procesar. Algunas, adems han pasado gran parte de su vida buscando a los desaparecidos y enfrentndose en ese trmite nuevamente a la humillacin y la injusticia. El no poder enterrar a sus muertos es otra dimensin del dolor que enfrentan estas mujeres. Como impactos diferenciados de la violencia, la CVR ha encontrado adems la acentuacin de la divisin sexual del trabajo y la sobrecarga femenina, la desintegracin familiar producto del desplazamiento y el traslado de los grupos familiares a cargo de mujeres solas. Si entendemos que ejes centrales de la feminidad son la maternidad, el trabajo, el cuerpo, la sexualidad y la tica del cuidado podemos deducir las implicancias que estos procesos tienen en su identidad como mujer. De ah las secuelas en su salud fsica y mental. 80
2.1.5.2. La (in)visibilidad de la experiencia femenina en la guerra
Existe un hiato entre aquellos crmenes y violaciones de DDHH reconocidos internacionalmente y la realidad no simbolizada de las mujeres. Muchos de los eventos ocurridos en estos aos son sntomas de una sociedad en crisis, se trata de nuevos problemas, an no tipificados que no encuentran una categora en la cual puedan ser ubicados. La violacin (salvo en los casos en que es la mujer quien da el testimonio) aparece como un evento ms, colateral al conflicto armado, al que no se le da ninguna significacin especial. Como si se naturalizara el hecho y no fuera un delito frente al cual sorprenderse e indignarse. Naturalizado no solo por los hombres sino por la sociedad en conjunto, las mujeres tambin lo ven como natural porque siempre ha venido un extrao de fuera que puede violarlas: realistas, patrn, caporal, militar, como se registra en el imaginario colectivo. Por otro lado el aporte de este captulo y de la investigacin de la CVR es el de visibilizar los impactos diferenciados segn gnero. Como hemos visto, el enfrentamiento produjo cambios importantes en la vida cotidiana, la organizacin de la produccin, la economa, el espacio pblico, y la subjetividad. Las mujeres, a partir de su experiencia individual y colectiva sufrieron y enfrentaron el conflicto armado, a partir de su particular identidad social, tnica y de gnero. Si bien en ocasiones ellas aparecen como vctimas pasivas, ello no es una regla absoluta. De hecho, las mujeres son tambin luchadoras y actoras sociales.
2.1.5.3. Las agencias femeninas y las luchas contra el terror
Si bien las mujeres han vivido y sufrido la violencia en carne propia vindose afectadas personal y socialmente, ellas no han permanecido inermes y sin respuesta. A lo largo del conflicto han ido desarrollando estrategias de sobrevivencia para ellas y sus seres queridos y de lucha por la defensa de sus derechos. A pesar del terror y el dolor ellas salen a las calles, toman el espacio pblico y tratan de ser escuchadas. De hecho es ANFASEP la que pide la investigacin de desaparecidos a la Defensora del Pueblo. Una de ellas es apelar a su rol de madre, a la importancia de su presencia en el hogar y en el cuidado de los hijos. Cuando ellas vieron su vida o su integridad fsica en riesgo se enfrentaron al agresor interpelndolo desde su experiencia materna. Esta condicin, aparentemente tradicional, fue usada por las mujeres como una tctica de sobrevivencia. Las organizaciones locales fueron otro espacio de agencia femenina. Las mujeres enfrentaron valientemente y exponiendo su vida a los grupos subversivos. Siguieron trabajando al lado de sus pueblos y comunidades mostrando alternativas diferentes para el cambio social. 81
En el caso de las mujeres desplazadas tambin se observa la emergencia de liderazgos y organizaciones en las cuales se generan procesos de aprendizaje social y construccin de sujetos. En medio del dolor y la injusticia las mujeres adquieren conciencia de la ciudadana, definida como el derecho a tener derechos. Frente a una imagen de mujeres carentes, sufridas, pobres e incapaces lo que interesa relevar es su capacidad de actuar y responder. Es cierto que sta no es la realidad de todas, quizs tampoco de las mayoras afectadas. Pero s es uno de los rostros que merece destacarse. Son, ellas tambin ejemplo, de afecto, fortaleza y coraje.
2.1.5.4. Viejos y nuevos smbolos asociados a la feminidad.
El conflicto armado interno ha trastocado muchos modelos tradicionales de feminidad, dando lugar a la renovacin y emergencia de nuevos smbolos. Un primer smbolo renovado es el de la mujer madre y esposa. Lejos de la mirada tradicional ellas aparecen con una fuerza y vitalidad impresionantes. Luchan y se enfrentan al poder institucional y en este camino generan espacios de agencia y construccin ciudadana. Un segundo cono es la mujer guerrera. Son las mujeres del PCP-SL y de los otros grupos subversivos. Representan nuevos modelos de femineidad asociados a la esfera pblica y a la participacin poltica. Se ha generado una imagen de mujeres guerreras, masculinas y despiadadas. Ostentar cargos polticos de primer nivel jerrquico fue un cambio en relacin a la participacin de las mujeres en los partidos tradicionales (de derecha y de izquierda). Analizando los relatos observamos que se trataba de mujeres cuya apuesta supona una negacin de su identidad de madre o esposa. Mi marido es el partido dijo una de ellas y esa frase expresa bien parte de su ideologa. El (pre) ocuparse de la familia era visto como una muestra de debilidad, que deban superar para que no interfiriera con las tareas que el partido les encomienda. Se trataba de no mostrar afectos ni sensibilidades, forjar una templanza especial. Haba que constreir aquello que revela fragilidad pues ellos y ellas tenan que hacer frente a las exigencias del conflicto, el otro era enemigo, no poda ser personalizado. Se buscaba la eficacia, la responsabilidad, el compromiso. Un tercer cono est asociado a la mujer lder organizada que se opone y enfrenta a los grupos subversivos. Se trata de mujeres del pueblo, capacitadas y con liderazgo quienes adquieren en este proceso una mayor valoracin social. Finalmente tenemos a las mujeres vctimas sufrientes. Ellas representan a un tipo de mujer dolida, sin agencia, incapaz de enfrentar su destino. Se ha de sealar finalmente la vigencia y coexistencia de estas mltiples imgenes y representaciones femeninas. Para concluir la CVR considera que, como consecuencia del conflicto armado interno el orden de gnero se alter afectando la vida y las identidades de varones y mujeres. La imagen del 82
varn responsable, proveedor del hogar y protector de la familia se desplaz; es la mujer quien se encarg de cumplir esta funcin mientras los hombres combaten. En este escenario se exacerban las diversas versiones de masculinidad guerrera, agresiva y violenta abandonando as la funcin pblica de representacin de la familia. Los cdigos de guerra invaden el escenario social y el ntimo. La mujer se convierte en la proveedora y en la responsable de la salud y bienestar colectivo sin contar con los medios para ello. Es tambin en ella que recae la funcin pblica de bsqueda de justicia La funcin paterna de respeto y cumplimiento de la ley se traslada a la mujer quien asume los roles de contencin con bastantes limitaciones y con fuertes impactos psicolgicos. En este contexto podemos ver que la ausencia del respeto, las injustas relaciones de gnero, los abusos y los abandonos son parte de una crisis en el orden de gnero, pero tambin en el orden social. Las parejas, las familias, las comunidades se vieron envueltas en una vorgine de violencia que afect las distintas esferas sociales y personales. Sistema de gnero y sistema social estn as estrechamente vinculados.
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APNDICE Violencia sexual en huancavelica: las bases de Manta y Vilca (1984-1995)
La Comisin de la Verdad y Reconciliacin ha logrado determinar que la violencia sexual fue una prctica reiterada por parte de integrantes del Ejrcito contra las mujeres de los distritos de Manta y Vilca (provincia y departamento de Huancavelica), donde se instalaron sendas bases militares. Estos hechos se dieron desde el establecimiento de las bases militares en 1984 hasta el ao 1995. Como consecuencia de las violaciones sexuales producidas, en la actualidad existe un gran nmero de nios y nias que no han sido reconocidos por sus progenitores y que se ven privados del ejercicio de sus derechos fundamentales. La CVR sostiene que estos hechos se enmarcan en un contexto generalizado de violencia sexual sufrida por las mujeres peruanas durante el conflicto armado interno 67 .
Antecedentes: La presencia y dominio de Sendero Luminoso (PCP-SL) Desde los primeros aos de la dcada de los ochenta, el PCP-SL obtuvo una gran influencia en Huancavelica, debido a la labor de proselitismo que desarroll en las escuelas locales. En el caso del distrito de Manta, el colegio secundario Augusto Salazar Bondy fue su centro de accin. Efectivamente, con jvenes de este colegio los subversivos incursionaron en las diferentes comunidades del distrito de San Jos de Acombambilla, tales como Pallpapampa, Pampahuasi, San Miguel y San Antonio. 68
Hacia 1983, los distritos de Moya, Vilca y Manta eran zonas altamente convulsionadas. En ese ao, el PCP-SL realizaba acciones de propaganda y adoctrinamiento de la poblacin. En dicho lugar, actuaba una columna subversiva cuyos mandos eran identificados como Ral y Nelly,
67 Vase al respecto el Captulo sobre Violencia Sexual en la Seccin Crmenes y Violaciones a los Derechos Humanos. 68 CVR. Testimonio 310583. En Manta y Vilca, 1982-1998: Reconstruccin de un escenario del Conflicto. Informe elaborado por el rea de Sistemas de Informacin de la CVR. Los hechos ocurrieron en el distrito de Manta, provincia y departamento de Huancavelica, en 1983. 84
quienes reclutaban a los jvenes, organizaban las bases de apoyo y designaban a sus delegados en reemplazo de las autoridades existentes 69 . En el caso especfico de Manta, en setiembre de 1983 un grupo senderista lleg a la comunidad, declarndola como zona liberada y obligando a las autoridades a renunciar. En los siguientes meses, el PCP-SL asesin a varias personas y boicote las elecciones municipales 70 de ese ao. El PCP-SL exhortaba a la poblacin para que huyera si llegaban los Sinchis, 71
denominacin que se daba a un cuerpo especial de la Guardia Civil.. Poco despus los sediciosos ingresaron a la capital del distrito de Moya, donde tras un juicio popular 72 , asesinaron al juez de paz y a trabajadores administrativos de la escuela del lugar. En 1984, un grupo de aproximadamente quince subversivos armados ingres al Barrio de Huarichaca en Vilca, donde detuvieron a los hermanos Isidoro, Flix y Teodoro Chamorro Arhuis, quienes se haban opuesto al accionar senderista. Posteriormente, fueron asesinados y los subversivos se trasladaron al distrito de Acobambilla. 73
La respuesta del Estado: Se instalan las bases militares Entre 1982 y 1983 se promulg una serie de decretos supremos declarando el Estado de Emergencia en diferentes provincias del departamento, como Angaraes 74 , Tayacaja, Acobamba 75 . En diciembre de 1983 se aadi la provincia de Huancavelica, renovndose sucesivamente hasta 1999. Durante ese perodo estuvieron bajo el control del Comando Poltico Militar , con sede en Ayacucho. A consecuencia del incremento del accionar subversivo, se destacaron bases militares en los distritos de Vilca y Manta, las que se instalaron en dichos lugares el 21 de marzo de 1984. Estos destacamentos deban brindar seguridad a los pobladores de las citadas localidades; pero los miembros de las fuerzas del orden cometieron una serie de violaciones contra los derechos humanos de los comuneros. Ese da se instalaron tres bases militares que formaban una lnea de norte a sur que controlaba toda la cuenca del ro Vilca. En el distrito de Vilca, la Base Militar se instal en la Posta de Salud y algunos das despus se traslad a una casa abandonada; en Manta, los militares escogieron la escuela de lugar, hasta que, aos despus, presionaron a la poblacin para
69 CVR. Testimonios 300557, 300561, 301057, 301059, 301060, 302024, 302065, 302072, 302074, 302075, 302076, 302082, 302393, 302405, 303013, 303345, 305006, 305037, 310541, 310542, 310552. 70 Mercedes Crisstomo Meza, Mujeres y Fuerzas Armadas en un contexto de violencia poltica. Caso: Manta y Vilca en Huancavelica, 2002, Red de Ciencias Sociales: Batallas por la Memoria, p. 14. 71 Idem. p. 15 72 Sobre los juicios populares y en general las acciones del PCP-SL, revisar el captulo correspondiente en el Informe Final. 73 CVR. Testimonio 302065. Los hechos ocurrieron en el barrio de Huarichaca, distrito de Vilca, provincia y departamento de Huancavelica, en 1984. 74 Decreto Supremo 006-82-IN, del 26 de marzo de 1982. 75 Decreto Supremo N 003-83-IN, de febrero de 1983. 85
construyeran una nueva base, que denominaron Pircahuasi (casa de piedra) 76 . En el anexo de Ccoricocha se qued un reducido grupo, tambin en la escuela de la zona. La base de Ccoricocha funcion slo durante 8 meses, la de Vilca fue desactivada en 1989, mientras que la de Manta estuvo operativa hasta 1998.
Los hechos: Violencia sexual en Manta y Vilca Durante el tiempo en que funcionaron las bases militares, la poblacin local fue vctima de diversas violaciones a sus derechos por parte de los militares: detenciones arbitrarias, torturas, robos y saqueos. Sin embargo, se debe destacar la violencia sexual permanente de la que fueron vctimas las mujeres de la zona, quienes, en ocasiones, tambin eran forzadas a realizar labores domsticas para los agentes acantonados en las bases. Adicionalmente a las secuelas tanto fsicas como mentales que sufrieron las vctimas, la CVR desea dejar constancia de los numerosos casos de embarazos no deseados y de nios y nias nacidos a consecuencia de las violaciones sexuales. En efecto, luego de la investigacin desarrollada, la CVR concluye que la violencia sexual fue una prctica persistente y cotidiana en la zona de Manta y Vilca, siendo los principales responsables los integrantes del Ejrcito destacados en las bases militares del lugar. Las denuncias sobre violaciones sexuales cometidas por personal militar contra mujeres de los distritos de Vilca y Manta, as como Moya y Acobambilla rea de influencia de ambas bases indican que estos abusos se realizaron desde el momento en que las instalaciones militares se establecieron hasta que fueron retiradas. Una testigo entrevistada por la CVR, 77 narr a la CVR cmo los miembros de Manta tenan por costumbre llevar por la fuerza a varias pobladoras de la localidad a la base militar, las cuales eran obligadas a mantener relaciones sexuales con ellos. Indic haber recibido el testimonio de al menos tres pobladoras que le confiaron haber sido violadas por los agentes militares. Tal como sucedi en otras zonas del Per, las mujeres de Manta y Vilca fueron vctimas de violencia sexual por diversas razones, entre ellas por su participacin o vnculo real o presunto con el PCP-SL, por la bsqueda de sus familiares desaparecidos, para obtener informacin, como castigo, etc. Sin embargo, subyacente a cualquier razn especfica se ubica un ejercicio del poder y control sobre la poblacin, lo cual se evidencia en las mltiples violaciones a los derechos humanos que se produjeron en la zona. En el caso especfico de las mujeres, stas eran vistas como especialmente vulnerables no slo debido su condicin socioeconmica y de quechuablabantes, sino porque adems muchas de ellas haban perdido a sus esposos debido al conflicto armado. En otros casos, los esposos eran detenidos por los efectivos militares y llevados a la base, con lo cual
76 Mercedes Crisstomo Meza, Mujeres y Fuerzas Armadas en un contexto de violencia poltica. Caso: Manta y Vilca en Huancavelica, 2002, Red de Ciencias Sociales: Batallas por la Memoria, p. 18. 77 CVR. Unidad de Investigaciones Especiales. Huancavelica, 20 de enero de 2003. 86
ellas quedaban a su merced. Asimismo, el hecho de ser jvenes y adolescentes las haca vctimas de violencia sexual. Al respecto, en el distrito de Manta se han registrado por lo menos 32 casos de nios y nias cuyos padres son efectivos militares que no los reconocieron. El encargado del Registro Civil de la Municipalidad de Manta desde 1984, Ciro Araujo, indic a la CVR que en los ltimos veinte aos ha inscrito las partidas de nacimiento de esos nios, que son hijos de militares que estuvieron destacados en el distrito:
[] a partir de 1986 se acercaron varias mujeres para sentar la partida de nacimiento de sus hijos, los que segn ellas son hijos de militares [...] las chicas de Manta tenan que enfrentarlos, precisando que si bien algunas de ellas se comprometan con los soldados, otras fueron violadas por los nuevos efectivos 78 .
En su intento de que sus hijos fueran reconocidos, algunas de las mujeres indicaban que a los nios les pusieran como apellidos Miltar, Moroco o Capitn. La CVR cuenta con una copia del acta de nacimiento de E. Militar Ch. 79 quien, segn cuenta su madre, fue concebido a consecuencia de abuso sexual. Los otros dos casos han sido mencionados en un testimonio recogido por la CVR:
El Ejrcito Peruano instala una base militar en 1984 [...] desde esa fecha, los soldados de tropa empiezan a abusar de las mujeres solteras y en algunas oportunidades de las casadas. Como consecuencia de ello, a la fecha en la localidad de Manta existen muchos nios sin padre o que no llevan el apellido real de su padre, pues las mujeres violadas optaron por asentar las partidas de sus hijos con los apelativos con que eran conocidos los soldados o simplemente ponan como apellido el grado del padre como por ejemplo Moroco, Capitn y otros grados. 80
Como sucedi en otras zonas del pas, la impunidad que rode estos hechos fue general. La CVR ha comprobado que en la mayora de los casos las vctimas no denunciaron estos hechos por temor a represalias y debido a las amenazas de muerte que recibieron de los perpetradores. En los casos en que se atrevieron a contar los hechos, no recibieron apoyo de las autoridades civiles y militares.
Los rostros de la violencia: hablan las mujeres huancavelicanas A continuacin, se presenta una serie de casos que ejemplifican la gravsima situacin de violencia sexual que se present en la zona de Manta y Vilca. En muchos de ellos se han identificado algunas situaciones recurrentes en relacin a las circunstancias especficas en que se dieron los hechos. En otros casos, lo que se evidencia es el control que ejercan los miembros del Ejrcito sobre la
78 CVR. Unidad de Investigaciones Especiales. Huancavelica, 12 de noviembre de 2002. 79 Acta de Nacimiento inscrita en el Registro del Estado Civil del Distrito de Moya el 19 de febrero de 1988. 80 CVR. Testimonio 314025. En Manta y Vilca, 1982-1998: Reconstruccin de un escenario del Conflicto. Area de Sistemas de Informacin. Los hechos sucedieron en el distrito de Manta, provincia y departamento de Huancavelica. 87
poblacin, al punto de cometer los hechos como una prctica cotidiana, seguros de no recibir sancin alguna. No fue sencillo lograr que las mujeres que sufrieron violencia sexual dieran su testimonio. Como suele suceder en estos casos, las vctimas no suelen denunciar el hecho por temor y/o verguenza. Sin embargo, la CVR logr identificar y recopilar los testimonios que a continuacin se presentan a raz de la investigacin realizada por el programa Batallas por la memoria, 81 a travs del cual se inform a la poblacin afectada sobre la importancia de que estos hechos fueran conocidos.
a. Violencia sexual luego de la detencin de su esposo: Estela Benites de Arhuis (1984) 82
El 20 de abril de 1984 un grupo de militares lleg al barrio de San Carlos, ubicado en el distrito de Vilca y detuvieron a M. A. P. La esposa del detenido, E.B., fue informada de que M. haba sido conducido a la base militar de Ccoricocha, adonde acudi a buscarlo tres das despus. Pudo verlo y conversar con l brevemente. El teniente a cargo, quien se identific con el apelativo de Jaguar, le indic que su esposo saldra en libertad si consegua un certificado de buena conducta de alguna autoridad del distrito de Vilca. El 27 de abril de 1984, cuando transitaba por la localidad, E. fue intervenida por dos militares quienes le dijeron que el teniente conocido con el apelativo de Duro la estaba buscando. Fue trasladada a la base instalada en la plaza del distrito, junto con su hija de diez aos y su nio de tres meses de nacido. Al da siguiente fueron llevados sus hijos de doce aos, de ocho aos, y de cinco aos. Esa misma noche, alrededor de las nueve, un soldado la llev a la habitacin del Teniente Duro, indicndole que dicho oficial quera interrogarla. Una vez all, el teniente le pregunt cmo era su esposo y le dijo que l tambin era bueno. Luego, le orden desnudarse y ante la negativa de E., el oficial le empez a quitar la ropa dejndola completamente desnuda y empujndola hacia su cama, donde la viol sexualmente. E., quien entonces tena treinta y tres aos, narr a la CVR que fue sometida a prcticas sexuales contra su voluntad, durante los siguientes ocho das. Explic que en todo momento ella se neg a ir a la habitacin del oficial, pero que fue conducida a la fuerza. Al octavo da, tras concluir la violacin, E. tuvo una hemorragia vaginal, de la que puso en conocimiento al Teniente Duro, quien le orden que se retirara a la cocina, sin brindarle ninguna atencin mdica. E. fue liberada el 9 de mayo de 1984, luego de que un efectivo conocido como Oficial le
81 Mercedes Crisstomo Meza, Mujeres y Fuerzas Armadas en un contexto de violencia poltica. Caso: Manta y Vilca en Huancavelica, 2002, Red de Ciencias Sociales: Batallas por la Memoria. 82 CVR. Unidad de Investigaciones Especiales. Junn, 18 de noviembre de 2002. 88
record al teniente Duro que el Capitn Torres, jefe de la base, estaba a punto de retornar a las instalaciones militares y que no estara de acuerdo con lo que estaba ocurriendo. E. busc a su esposo en la dependencia militar de Ccoricocha, pero fue informada de que dicha base haba sido trasladada a Manta. Al llegar a dicho distrito, vecinos del lugar le manifestaron que su esposo haba sido asesinado y enterrado en una fosa. De acuerdo con la declaracin de Scrates Meja Cceres, quien mantuvo una relacin de amistad con el Teniente Duro, 83 en una oportunidad ste se identific con el apellido de Zapata 84 . Por otro lado, el ex alcalde de Moya, Alberto Fonseca Martel 85 , coincidi en su descripcin del oficial denunciado como un hombre de estatura mediana, fornido, sin bigotes ni lentes, quien una vez le dijo que haba nacido en la ciudad de Trujillo y que era un comando del Ejrcito del Per.
b. Violacin sexual reiterada: M. G. A. (1984) 86
En marzo de 1984, al llegar a Manta, los efectivos militares realizaron un operativo de rastrillaje en el distrito, ingresando a varias viviendas de la localidad, entre ellas a la de Gustavo Yangali Lazo. Asustada por los hechos, M. G. A. se haba escondido all. Esa noche la joven, que entonces tena diecisis aos, fue detenida y trasladada a la base junto a otras personas de la localidad. Al da siguiente, un soldado la llev a una vivienda abandonada para verificar la identidad de un cadver, a quien M. reconoci como su vecino. El militar, que estaba armado, la llev a otra habitacin y la viol sexualmente. Ante el llanto de la declarante, el soldado le dijo: no ves que est tirado ese muerto, no haga bulla. Por vergenza y temor, M. no coment lo sucedido con nadie, huyendo a la comunidad de Nuevo Occoro en Huancavelica, donde viva su abuelo. En marzo de 1985, M. retorn a Manta con el fin de continuar sus estudios escolares, pero en abril, un grupo de seis soldados la detuvo junto a su madre, siendo trasladadas a la base militar. Una vez all, fue sindicada como integrante de SL, siendo interrogada sobre las presuntas acciones en las que habra participado. Al negar los hechos, la joven fue separada de su madre y llevada a otra habitacin, donde la violaron. La vctima cuenta cmo los militares la amenazaban dicindole: ahora te voy a colgar, terruca, ahora vas a declarar, cuntas torres has tumbado M. narr a la CVR cmo los seis soldados se formaron en fila para violarla. Como ella logr golpear a uno, fue sujetada por cuatro soldados de cada una de sus extremidades, mientras un quinto soldado comenzaba a violarla. Los soldados se turnaron para violarla por una hora aproximadamente. Ante el dolor, M. comenz a entrar en estado de inconsciencia. Los gritos de auxilio de su madre hicieron que el teniente jefe de la base se acercara, pero los soldados
83 La cercana con algunos de los jefes de la base de Vilca se deba a que el seor M. C. fue nombrado por el primer jefe de la base como presidente de la junta de vecinos en 1984. 84 CVR. Unidad de Investigaciones Especiales. Huancavelica, 12 de noviembre de 2002. 85 CVR. Unidad de Investigaciones Especiales. Huancavelica, 10 de noviembre de 2002. 86 CVR. Unidad de Investigaciones Especiales. Huancavelica, 12 de noviembre de 2002. 89
escaparon. M. no denunci el hecho porque al da siguiente, cuando sali de la base, vio que haba un grupo de soldados que estaban siendo castigados y supuso que se trataba de los efectivos que abusaron sexualmente de ella. Meses despus, en julio de 1985, cuando se encontraba cuidando a sus animales en su estancia ubicada en una zona alejada del distrito, lleg un militar, a quien conoca de vista, y le solicit alojamiento. Al darse cuenta que estaba sola, procedi a violarla sexualmente, mientras le deca: cllate, estamos varios; se van a enterar y todos van a entrar. Producto de esta violacin, M. qued embarazada. Averigu que el militar que la haba violado fue un soldado de nombre Julin Yance y fue a conversar con l. Este intent negar lo ocurrido, pero finalmente acept su responsabilidad y se comprometi a reconocer al nio, ante lo cual M. acept no denunciarlo. Sin embargo, fue trasladado al cuartel de Pampas cuando M. tena cuatro meses de embarazo. Aunque le prometi regresar, nunca ms volvi. El 8 de marzo de 1986 naci el hijo de M., a quien registr como J. T. Y. G. 87
En abril de 1986, un grupo de soldados lleg a casa de M. y la llevaron a la base junto a sus padres, su hermana y su hermano, a quien acusaron de haber robado una mquina de escribir. Al llegar, el Capitn Papiln jefe de la base, la apart del grupo y la llev a su habitacin, donde se baj los pantalones y le pidi que se acercara. M. se neg y el oficial la amenaz: si t no me aceptas, voy a mandarlo a la crcel a todos. Como M. sigui negndose, el oficial la arroj al piso y le dijo si no, voy a llamar a mis soldados. Posteriormente la viol por aproximadamente media hora. Como en tras oportunidades, la vctima no denunci estos hechos por temor a que el oficial cumpliera con sus amenazas y encarcelara a sus familiares. En base a un testimonio reservado la CVR ha podido establecer que el Capitn Papiln, era un oficial de apellido Quinez, que prest servicios en varias bases de Huancavelica como Cobriza, Campo Herminio, Huancavelica y Manta. Segn las descripciones recogidas, el capitn Quinez tena entre 34 y 40 aos en ese momento, era alto, fornido y de ojos pardos. 88
Si bien M. mencion que el delito se cometi en 1986, la CVR considera que el largo tiempo transcurrido desde la ocurrencia de los hechos puede haber ocasionado un error solamente en cuanto a la fecha en que stos ocurrieron, lo que debe determinarse en la investigacin correspondiente.
c. Violacin sexual por su presunto vnculo con el PCP-SL: L. T. M. H. (1984) 89
87 Partida de Nacimiento de la Municipalidad Distrital de Manta N 000333. 88 CVR. Testimonio Reservado N 051-2003-CVR tomado por la Unidad de Investigaciones Especiales el 24 de enero del 2003. El declarante indic que lo conoci cuando el capitn Papiln estuvo destacado en la base de Vilca, donde permaneci los meses de noviembre y diciembre de 1985, y declaracin testimonial brindada a la Unidad de Investigaciones Especiales el 12 de noviembre del 2002. 89 CVR. Unidad de Investigaciones Especiales. Huancavelica, 11 de noviembre de 2002. 90
A finales de marzo de 1984, un grupo de militares lleg a la casa de la seora D. Q. Ch., ubicada en el pueblo de Illaco, a media hora de la capital del distrito de Moya. Al llegar, preguntaron por L. M. L. M. se identific ante ellos, explicando que en la zona haban varias personas con el mismo nombre, por lo que solicit a los agentes que proporcionaran el segundo apellido de la persona que estaban buscando. Los militares le dijeron que su nombre estaba en una lista de terrucos 90 por lo que tena que acompaarlos a Moya. Tambin se llevaron a su ta. L. identific a sus captores como miembros del Ejrcito porque al salir de la casa pudo apreciar que estaban armados y vestan uniformes militares. L. tena veintitrs aos. Tras haber caminado aproximadamente cien metros, L. fue introducida a la fuerza a la escuela primaria de Illaco. El oficial que estaba a cargo orden a uno de los efectivos militares que permaneciera fuera del local, vigilando. Luego, amenaz a L. con un cuchillo dicindole que la tendran que desaparecer. Asimismo, le dijo: si quieres que tu to se salve y t tambin, tienes que complacernos, porque t eres la terruca y ests en la lista y esto no tienes que avisar a nadie Entonces, el oficial la tir al piso, le quit la falda y los pantalones que llevaba puestos y la viol sexualmente. Luego, el oficial se levant y llam a otro oficial, quien tambin viol a L. En total, fue violada por cinco soldados. Los efectivos militares la amenazaron de muerte para que no denunciara los hechos ocurridos. Ella no lo coment con sus familiares por vergenza y temor. Sin embargo, al da siguiente denunci la violacin sufrida ante el supervisor de educacin 91 , ya que en ese momento trabajaba como personal de servicio en la escuela primaria de Moya. El supervisor le dijo que haba hablado con el jefe de la base militar, quien le pidi que no denunciara el hecho, pues l se encargara de castigar a los responsables. L. no denunci los hechos.
d. M. M. A. (1984) 92
En su testimonio ante la CVR, B. C. S., residente de la comunidad de Ccorisotocc en Manta, relat que su nuera M. M. A. fue violada sexualmente por varios efectivos militares en el contexto del operativo antisubversivo de marzo de 1984. Estos soldados fueron los mismos que se instalaran a partir de esa fecha en la Base Militar del distrito de Manta. El hecho no fue denunciado ante ninguna autoridad por temor.
e. C. R. de S., G. A. C. y E. Ll. S. (1984) 93
90 Denominacin utilizada para referirse a los integrantes de los grupos subversivos. 91 La declarante slo recuerda su nombre, Luis. 92 CVR. Testimonio 310583. Los hechos ocurrieron en la comunidad de Ccorisotocc, distrito de Manta, provincia y departamento de Huancavelica, en 1984. 93 CVR. Unidad de Investigaciones Especiales. Huancavelica, enero de 2003. 91
C. R. de S., pobladora del anexo de Anccapa, distrito Acobambilla jurisdiccin de la base de Manta fue otra vctima de violencia sexual por parte de los militares, lo mismo que su concuada G. A. C. y su vecina E. Ll. S. El hecho ocurri aproximadamente en abril de 1984, en la base militar, adonde fueron trasladadas para ser interrogadas sobre su presunta participacin en acciones subversivas. El suboficial a cargo, conocido como Ruti 94 , las acus de haber participado en reuniones de SL y orden a tres soldados que las llevaran a un cuarto. All, el suboficial Ruti les orden que se desnudaran, preguntndoles si tenan armas. Las mujeres no respondieron y el suboficial orden a otros soldados que las llevaran a cuartos distintos. Cuando llegaron a la habitacin designada, el soldado que la conduca orden a C. que se echara en la cama, donde la viol sexualmente. G. y E. corrieron la misma suerte. Luego, las mujeres fueron llevadas al cuarto de Ruti para que recogieran sus ropas. El suboficial les dijo: no vayan a avisar a sus esposos porque sino otra vez les va a ocurrir y peor. Ante estas amenazas las vctimas nunca denunciaron los hechos.
f. T. B. C., D. C. B. y G. C. B. (1986) 95
En marzo de 1986, aproximadamente veinte militares de la base de Pampas, llegaron al distrito de Vilca, realizando un operativo de patrullaje. Al llegar al anexo de Libertad, detuvieron a V. C. I. y maltrataron a sus familiares. Tanto su esposa, T. B. C., como sus hijas G., de 14 aos y D., de 12 aos, fueron violadas sexualmente. Las vctimas no denunciaron el hecho por temor y huyeron hacia la selva para evitar cualquier agresin posterior.
g. Violacin sexual por vnculos familiares: M. Y. A. e I. A. H. (1985) 96
El jefe del Registro Civil de Manta, Ciro Araujo Ruiz, declar ante la CVR que los agentes de la base de Manta cometieron violaciones sexuales contra varias pobladoras de dicha localidad, entre ellas, M. Y. e I. A. H. Estos hechos ocurrieron durante el velorio del seor B. A., quien haba sido asesinado por los militares. En esa oportunidad, aproximadamente doce soldados se presentaron y, al ver a M. e I., les preguntaron sus nombres. Luego verificaron en una lista y dijeron: T eres terruca, hay que investigar. Las dos jvenes fueron trasladadas a la cocina por seis efectivos militares, quienes las retuvieron all por una hora aproximadamente. Cuando los soldados se
94 El 27 de noviembre del 2002, mediante oficio N 207-2002-CVR-P, la Comisin de la Verdad y Reconciliacin solicit al Ministerio de Defensa la confirmacin sobre la identidad del suboficial denominado Ruti. Con fecha 13 de diciembre, mediante oficio N 2981-CP-JPREBE-2B/29.02.01, el Comando de COPERE comunica que ha remitido la solicitud al Comando de la Segunda Regin Militar, no existiendo respuesta a la fecha. 95 CVR. Testimonio 302389. Los hechos ocurrieron en el anexo de La Libertad, distrito de Vilca, provincia y departamento de Huancavelica, en marzo de 1986. 96 CVR. Unidad de Investigaciones Especiales. Huancavelica, 12 de noviembre de 2002. 92
marcharon, las dos jvenes regresaron a la habitacin llorando, y ante las preguntas de otras seoras, las jvenes dijeron: nos ha hecho abuso. Por su parte, en su declaracin ante la CVR, M. Y. A. 97 confirm haber sido vctima de abuso sexual de parte de miembros militares, aunque sostuvo que los hechos ocurrieron aproximadamente en marzo de 1985. Indic que en esa oportunidad fue detenida con su hermano Eligardo, siendo acusados de subversivos. Fueron llevados a la base, que en ese momento funcionaba en el local de la escuela de la localidad. Una vez all, fue trasladada al cuarto donde dorman los soldados, donde fue desnudada y violada sexualmente por media hora. M. refiere que les pidi a los efectivos que no le hicieran dao, pero stos la amenazaron diciendo: cllate, carajo, te voy a matar. Luego, la llevaron al calabozo donde durmi, siendo liberada al da siguiente. M. desconoce si los responsables fueron soldados u oficiales.
h. D. Y. A. (1987) 98
D. Y. A. fue sometida a violencia sexual por parte del personal militar de Manta que persegua a su hermano, Desiderio R. A., a quien acusaban de robo. El hecho ocurri a mediados de agosto de 1987, cuando D. tena quince aos. Su hermano haba escapado de la base y esa misma noche, aproximadamente tres soldados, armados y con pasamontaas, llegaron a su vivienda, donde viva con su madre. Los soldados patearon la puerta gritando: Dnde est Desiderio? Dnde est ese ratero? Se ha escapado de la base, ustedes lo estn escondiendo. Dos soldados se llevaron a D. a la fuerza y uno se qued deteniendo a la madre de la declarante. D. fue interrogada sobre el paradero de su hermano y dijo que no saba nada, porque Desiderio no haba regresado a su casa. Entonces, uno de los soldados la tir al pasto, le levant la falda, le rompi la ropa interior y la forz a tener relaciones sexuales. Ella empez a sangrar pues era virgen. Al da siguiente, las mujeres acudieron a la base militar de Manta, donde las recibi el Teniente Puma, quien en un principio neg los hechos, pero ante la presin de D. y sus familiares quienes amenazaron con denunciar lo ocurrido en Huancavelica, reuni a los soldados en el patio del destacamento. Entonces, el teniente pregunt quin haba estado en el lugar y los soldados dieron el nombre de dos efectivos. Uno de ellos era conocido como Escriba y el otro como Rojas. D. reconoci al primero de ellos cuyo nombre era Jorge Luis Escriba Yangali 99 , como el responsable de la violacin. Para evitar ser denunciado, el soldado acept su responsabilidad y se comprometi a casarse con ella. Sin embargo, el matrimonio no se concret
97 CVR. Unidad de Investigaciones Especiales. Huancavelica, 12 de noviembre de 2002. 98 CVR. Unidad de Investigaciones Especiales. Huancavelica, 20 de enero de 2003. 99 El 27 de noviembre del 2002, mediante oficio N 207-2002-CVR-P, la Comisin de la Verdad y Reconciliacin solicit al Ministerio de Defensa la confirmacin sobre la identidad del soldado Jorge Luis Escriba Yangali. Con fecha 13 93
porque tres meses despus Jorge Luis falleci. Producto de la violacin, la declarante tuvo una hija. 100
i. N. N. Q. de P. (1990) 101
Con motivo de brindar seguridad al proceso electoral, el 5 de abril de 1990 lleg al distrito de Moya una patrulla de aproximadamente cuarenta efectivos militares, llevando el material electoral que deba ser utilizado durante los comicios generales del 8 de abril de ese ao. Al mando, se encontraba un oficial de aproximadamente cincuenta aos, de cabello cano y ojos celestes. Adems, haba un teniente, que posteriormente fue identificado como Sierra 102 , quien daba las rdenes al personal de tropa y se diriga a los pobladores. Al llegar, convocaron a la poblacin a la Plaza de Armas mediante campanadas, reuniendo alrededor de cincuenta personas, entre las cuales estaban N. N. Q. de P. y su ta. Al dar sus nombres, ambas fueron separadas del grupo y colocadas junto a la tropa. En ese momento, el teniente pregunt quin poda cocinar durante su permanencia en el lugar y, ante la falta de respuesta, mont en clera acusndolos de colaborar con la subversin. Uno de los pobladores, Faustino Belzusarri, le comunic al oficial que la madre de N., poda atenderlos, ya que ella venda comida en la plaza y haba atendido tanto a soldados como a terrucos. Esa misma tarde, los militares detuvieron a los padres de N., a sus hermanas y a su sobrino, quienes posteriormente fueron asesinados. El 7 de abril, alrededor de las 7 y 30 de la maana, N. fue detenida por seis efectivos militares, entre los que estaba al Teniente Sierra. Este ltimo la acus de terrorista, sometindola a un interrogatorio en el que la golpe cruelmente, mientras le lea una lista de nombres y le preguntaba si conoca a esas personas. Al no encontrar respuesta, el Teniente Sierra le arranc el pantaln y sus prendas ntimas, la tir al piso y la viol sexualmente. N. lloraba y le peda que no le hiciera dao. Sierra le respondi: t, chola, puedes aguantar ms cosas. Luego abri la puerta, hizo pasar a los dems soldados, instndolos a que la violaran. N. fue ultrajada sexualmente por los cinco soldados. Dos horas y media despus, la patrulla traslad a N. ante el jefe de todo el grupo, que estaba en el local del Concejo Distrital, donde estableci su puesto de comando. Este la interrog nuevamente, pero en esa oportunidad no hubo ms torturas. La declarante refiere que no revel lo
de diciembre de 2002, mediante oficio N 2981-CP-JPREBE-2B/29.02.01, el Comando de COPERE comunic que ha remitido la solicitud al Comando de la Segunda Regin Militar. 100 Partida de Nacimiento de la Municipalidad Distrital de Manta N 000331. 101 CVR. Unidad de Investigaciones Especiales. Huancavelica, 9 de noviembre de 2002. 102 El 27 de noviembre del 2002, mediante oficio N 206-2002-CVR-P, la Comisin de la Verdad y Reconciliacin solicit al Ministerio de Defensa la identificacin del oficial del Ejrcito Peruano que comand la patrulla destacada al distrito de Moya para dar seguridad a las elecciones generales de 1990. El 31 de enero del 2003, mediante oficio N 12171 MINDEF/K-6/CVR, el Ministerio de Defensa responde que no existe documentacin al respecto. 94
que le haba ocurrido por temor, ya que el teniente Sierra la haba amenazado de muerte con un arma. Producto de la violacin, N. tuvo una nia que naci el 31 de octubre de 1990, quien fue inscrita por su esposo, en la Municipalidad El Tambo, Huancayo. N. sostiene que cuando los militares se fueron de Moya, encontr los cadveres de sus familiares secuestrados das antes por personal militar, en una zona conocida como Toromanya o Accopampa. Indica que las mujeres presentaban signos de haber sufrido violacin sexual. El cuerpo de su madre tena la falda corrida hacia abajo y sin atar, mientras que sus hermanas tenan los pantalones y la ropa interior hacia la mitad del muslo, dejando al descubierto sus partes ntimas.
j. Otros casos de violacin sexual: M. S. C. (1984) 103
Segn la investigacin de la CVR, los oficiales y su personal subalterno de confianza acostumbraban organizar fiestas al interior de la base de Manta, una o dos veces al mes, donde deban asistir algunas jvenes de la ciudad. Algunas de las muchachas eran amigas de los efectivos militares, pero otras eran obligadas a participar en dichas reuniones, donde tenan que bailar con ellos y beber licor. M. S. C. fue llevada en dos oportunidades y pudo ver que los jefes ordenaban a la tropa que cerraran la puerta del cuarto donde se organizaba la fiesta, con mesas y sillas. A finales de 1984, un soldado, a quien posteriormente identific como Hctor Rufino Rivera Quispe 104 , quien la pretenda desde haca algn tiempo, busc a M. en su domicilio. El soldado la enga para que saliera de su vivienda, dicindole que el teniente la estaba llamando. La joven sali y fue llevada a un lugar alejado. Rivera trat de abrazarla y ella lo rechaz. El soldado le dijo que estaba enamorado de ella, pero M. continu rechazndolo. Entonces, Rivera la sujet de los brazos y le coloc la rodilla en el pecho, mientras le levantaba la falda y le quitaba la ropa interior. Luego la viol sexualmente. M. no denunci el hecho por temor de que el soldado le disparara o la llevara a la base militar y la acusara de terrorismo. Asimismo, porque Rivera le prometi que se casara con ella. Ante sus ofrecimientos, M. acept entablar una relacin sentimental con l por cinco meses. La joven qued embarazada y el soldado, firm un acta en la que se comprometa a casarse con ella. Sin embargo, tras su baja en junio de 1985, el soldado abandon a la joven sin asumir ninguna responsabilidad en relacin a la nia, quien naci el 9 de enero de 1986. 105
103 CVR. Unidad de Investigaciones Especiales. Huancavelica, enero de 2003. 104 El 27 de noviembre del 2002, mediante oficio N 207-2002-CVR-P, la Comisin de la Verdad y Reconciliacin solicit al Ministerio de Defensa la confirmacin sobre la identidad del soldado Hctor Rufino Rivera Quispe. Con fecha 13 de diciembre, mediante oficio N 2981-CP-JPREBE-2B/29.02.01, el Comando de COPERE comunica que ha remitido la solicitud al Comando de la Segunda Regin Militar, no existiendo respuesta a la fecha. 105 Partida de Nacimiento de la Municipalidad Distrital de Manta N 000332. 95
k. S. R. C. Q. (1985) 106
A fines de diciembre de 1985, efectivos militares de la base de Manta ingresaron al domicilio de S. R. C. Q. El grupo estaba integrado por el Capitn Piraa, el suboficial Ruti y dos soldados, todos armados con fusiles. El capitn le dijo a la madre de S. que uno de sus soldados estaba enamorado de su hija, por lo cual ella tena que retirarse de ese lugar, ante lo cual la seora intent defenderse cogiendo un palo. Sin embargo, los militares la sacaron por la fuerza, quedndose con la joven, que fue entregada a uno de los soldados. El soldado le pidi que fuera su enamorada y le dijo que quera casarse con ella. S. lo rechaz y el soldado, molesto, le grit: si quieres estar conmigo a buena hora pues, yo te voy a matar si no te confas. Posteriormente, la empuj a la cama, le quit la ropa, mientras la joven se resista. El soldado la viol sexualmente. S. tena diecisis aos y nunca haba tenido relaciones sexuales. Al da siguiente, cuando ella y su madre fueron a quejarse a la base, el Capitn Piraa asegur que el soldado, a quien se identific con el nombre de Amador Gutirrez Lizarbe, asumira su responsabilidad y se casara con la joven. A partir de ese momento, sostuvieron una corta relacin sentimental, producto de la cual naci una nia. 107 El soldado abandon la localidad de Manta aproximadamente el 15 de enero de 1986 y, si bien prometi retornar, nunca regres.
l. M. A. E. y M. A. B. (1985) 108
El jefe del Registro Civil de Manta, declar a la CVR, que su hija M. A. E., entonces de quince aos de edad, y su hermana M. A. B. fueron sometidas a violacin sexual por personal militar destacado en Manta, en octubre de 1985, a quienes logr identificar como los soldados Dionisio Felipe Alvaro y Rolando Inga Romero. El declarante logr identificar a los agresores como los soldados de la base militar Pircahuasi acantonada en Manta 109 , por lo que present su queja ante el jefe de la base de Manta, conocido como el Teniente Carlos. Al principio, el teniente neg los hechos, culpando a los subversivos. Sin embargo, M. identific al responsable y el teniente le dijo que el soldado se casara con ella. M. inici una relacin amorosa con el soldado que la haba violado, quedando embarazada posteriormente. Mas no as M. A., quien result embarazada a consecuencia de la violacin sexual,
106 CVR. Unidad de Investigaciones Especiales. Huancavelica, enero de 2003. 107 Partida de Nacimiento de la Municipalidad Distrital de Manta N 000336. 108 CVR. Unidad de Investigaciones Especiales. Huancavelica, 12 de noviembre de 2002. 109 CVR. Testimonio 314025. Los hechos ocurrieron en el distrito de Manta, provincia y departamento de Huancavelica, entre mayo o junio de 1985. 96
pero el responsable no asumi su responsabilidad. Producto de la violacin M. tuvo una hija quien naci el 18 de julio de 1986. 110
m. L. S. (1985) 111
L. S. fue violada sexualmente en 1985 por el suboficial Ruti y un grupo de soldados, destacados en Manta. En ese momento, L. tena veinticinco aos y los hechos sucedieron cuando ella regresaba a su casa en el anexo de Ccorisoto.
n. O. R. C. (1988) 112
En agosto de 1988, O. R. C. se encontraba en su casa, ubicada en Manta, con su prima cuando llegaron dos soldados de la base militar. La prima era enamorada de uno de ellos y se alej con l. El otro soldado se qued en la casa de O. y la viol. Ella slo tenia quince aos en ese momento y nunca antes haba tenido relaciones sexuales. En su relato a la CVR, O. cont que el soldado 113 la empuj al piso y le empez a bajar el pantaln mientras que ella lloraba gritando djame, djame y llamaba a su prima, quien nunca respondi. El soldado le dijo: cllate, sino te voy a pisar la boca del estmago y no vas a poder ni respirar. Durante media hora aproximadamente, el soldado la viol y slo se detuvo cuando su pirma y su acompaante regresaron. Cuando los efectivos se retiraron, O. le cont a su prima lo sucedido. La prima no se inmut, sino que le sugiri que averige el nombre del agresor, porque a lo mejor se junta contigo. Un mes despus regresaron los mismos militares, pero en esa oportunidad la prima sali con los dos hombres sealando que iran a buscar un caballo que se haba perdido. Minutos despus regres el soldado, quien le dijo llamarse Julin Meza Garca, que haba abusado sexualmente de O. y le propuso mantener una relacin sentimental. O. se neg y empez a correr, pero el soldado la detuvo, la abofete y arroj al suelo, donde nuevamente la viol sexualmente. Ella trat de resistirse pero fue imposible. Dos meses despus, O. se acerc a la base de Manta para contarle al soldado que la ultraj que estaba embarazada, ante lo cual el soldado se comprometi a reconocer al nio. Sin embargo, O. no volvi a tener noticias suyas hasta que cumpli seis meses de embarazo, cuando una mujer
110 Partida de Nacimiento de la Municipalidad Distrital de Manta N 000335. 111 CVR. Unidad de Investigaciones Especiales. Huancavelica, 20 de enero de 2003. 112 CVR. Unidad de Investigaciones Especiales. Huancavelica, 13 de noviembre de 2002. 113 El 27 de noviembre del 2002, mediante oficio N 207-2002-CVR-P, la Comisin de la Verdad y Reconciliacin solicit al Ministerio de Defensa la confirmacin sobre la identidad del soldado Julin Meza Garca. Con fecha 13 de diciembre, mediante oficio N 2981-CP-JPREBE-2B/29.02.01, el Comando de COPERE comunica que ha remitido la solicitud al Comando de la Segunda Regin Militar, no existiendo respuesta a la fecha. 97
de la comunidad de Ccolpa, le cont que la base haba sido trasladada a la ciudad de Huancavelica. O. no volvi a saber de Julin. Su hijo naci el 12 de mayo de 1989. 114
. V. G. A. (1995) 115
En junio de 1995, V. G. volva de acompaar a su ta hasta el paradero de autos ubicado a dos horas de camino de Manta, cuando se cruz con una patrulla militar comandada por un teniente y compuesta por seis soldados. Uno de ellos se retras de la patrulla y empez a molestarla, dicindole si quera que la violara l o el loco, refirindose a otro soldado que iba con ellos. V. le dijo que se callara y lo insult. En ese momento, el soldado se baj del caballo y se acerc a la declarante, sujetndola con fuerza, la apart del camino y le arranc el pantaln. Ella intent defenderse pidindole que no le abusara y dicindole que iba a acusarlo ante el teniente. El soldado que la viol estaba armado y le amenaz dicindole: cuando t avises, te voy a matar. Por temor de que cumpliera con su amenaza y tambin por vergenza, V. no denunci lo ocurrido. Sin embargo, dos meses despus, al darse cuenta de que haba quedado embarazada, decidi acercarse a la base. De esa manera se enter que su agresor se llamaba Martn Sierra 116 y que haba sido trasladado al Cuartel de Pampas, a donde se dirigi a buscarlo. En dicha dependencia militar, la muchacha convers con un capitn quien al recibir la denuncia de V., le dijo: Cmo yo s hijita? y mand a llamar al soldado, quien neg lo ocurrido. Su nombre completo era Martn Sierra y provena de ahuimpuquio. Ante esto, V. intent denunciar el abuso ante el juez de paz de Pampas, pero ste se neg a recibirla. Producto de la violacin sexual, V. tuvo un hijo. 117
o. E. T. N. y las jvenes R. B. y A. G. 118
El profesor del colegio de Vilca declar ante la CVR que varias mujeres de la localidad fueron violadas sexualmente por miembros de la base militar de Vilca. Durante el perodo en que asumi el cargo de alcalde de dicho distrito, recibi quejas verbales de algunos vecinos sobre abusos sexuales que los agentes del orden haban cometido contra sus hijas o sobrinas. Clemente Durn sostuvo que se llevaban a cabo un promedio de dos violaciones sexuales al mes, siendo el caso que la mayor parte de las vctimas eran menores de edad de aproximadamente 14 y 15 aos de edad, quienes eran retiradas de sus casas contra su
114 Partida de Nacimiento de la Municipalidad Distrital de Manta N 000330. 115 CVR. Unidad de Investigaciones Especiales. Huancavelica, 12 de noviembre de 2002.. 116 Mediante el oficio 207-CVR-P del 27 de noviembre de 2002 la Comisin de la Verdad ha solicitado informacin destinada a precisar la identidad del soldado Martn Sierra. Con fecha 13 de diciembre, mediante oficio N 2981-CP- JPREBE-2B/29.02.01, el Comando de COPERE comunica que ha remitido la solicitud al Comando de la Segunda Regin Militar, no existiendo respuesta a la fecha. 117 Partida de Nacimiento de la Municipalidad Distrital de Manta N 000324. 98
voluntad. Los familiares acudan al da siguiente a la Municipalidad para quejarse. Recuerda a los padres de la joven R. B., A. G. y T. N., entre otros. El declarante refiere que una vez que las jvenes eran llevadas a la base eran liberadas durante la misma noche y que los pobladores no podan ver lo sucedido porque haba toque de queda.
* * * * *
La CVR ha detallado estos casos con el propsito de contribuir al establecimiento de la justicia de acuerdo con el mandato legal recibido. La CVR seala que los jefes del Cuartel de Pampas N 43 durante los aos 1984 y 1985, del que dependan las Bases Militares de Manta y Vilca, no adoptaron las medidas necesarias para el cese de estos actos ni la sancin a los responsables, contribuyendo a la impunidad de estos hechos. La CVR ha logrado determinar que la violencia sexual contra las mujeres de los distritos de Manta y Vilca, en el departamento de Huancavelica, se produjo de manera persistente y reiterada por parte de los efectivos militares de las bases contrasubversivas de la zona. Estos hechos se enmarcan en un contexto generalizado de violencia sexual contra la mujer que se present a lo largo del pas durante el conflicto armado. En muchas oportunidades, los oficiales a cargo de la dependencia militar cometan directamente los abusos, mientras que en otras circunstancias los fomentaron e incluso ordenaban a sus subalternos que los cometieran. Hubo tolerancia por parte de los jefes de las bases militares ante estos actos, ya que no se sancion a los responsables. Asimismo, las vctimas fueron amenazadas por los perpetradores para que no denunciaran los hechos y en aquellos casos que lo hicieron, no recibieron una respuesta efectiva ante sus reclamos. Es imprescindible que las autoridades acten en proteccin de los derechos de los nios y nias nacidos a consecuencia de la violencia sexual, quienes hasta el momento no han sido reconocidos, vindose afectados en sus derechos humanos. La CVR considera que la situacin vivida en Huancavelica se enmarca en un amplio contexto de discriminacin en contra de la mujer en el Per, cuyos derechos humanos fueron vulnerados reiteradamente, quienes no encontraron respuesta ante sus reclamos y que tuvieron que asumir una maternidad no deseada a consecuencia de la violencia sexual. La CVR recuerda que el Per es parte de numerosos tratados en la materia y que, en este sentido, tiene la obligacin de actuar con la debida diligencia para prevenir, investigar y sancionar la violencia contra la mujer, as como de incluir en su legislacin interna las normas penales, civiles y administrativas necesarias para dar remedio a la situacin de las mujeres violadas.
118 CVR. Unidad de Investigaciones Especiales. Huancavelica, 11 de noviembre de 2002. 99
La CVR reconoce y agradece la valenta de las mujeres huancavelicanas que denunciaron los terribles hechos de que fueron vctimas y exhorta al Ministerio Pblico a que inicie las investigaciones necesarias a fin de identificar a los responsables, de modo que estos hechos no queden impunes.
100 2.2. VIOLENCIA Y DESIGUALDAD RACIAL Y TNICA
El Estado an sigue discriminando y considerando al poblador andino no tan igual como un ciudadano; cuando se produce los bombazos en Tarata y en otros lugares, recin la sociedad se da cuenta que algo pasa en el pas; lo que suceda en el campo bueno pues eran cosas de indios quizs... (Testimonio de Edilberto Or. Audiencia Pblica Temtica sobre Violencia Poltica y Comunidades Desplazadas, 12/12/2002).
Durante las dos ltimas dcadas, especialmente despus de la Guerra Fra, varios lugares del mundo fueron sacudidos por el estallido de conflictos tnicos que en muchos casos derivaron en cruentos y prolongados enfrentamientos armados como los ocurridos entre serbios y croatas (pennsula de los Balcanes), chechenos y rusos (Chechenia), hutus y tutsis (Ruanda) o tamiles y cingaleses (Sri Lanka). Aunque el trmino conflicto tnico abarca diferentes situaciones sociales y polticas, puede definirse como tal al enfrentamiento donde dos ms grupos en pugna se distinguen a s mismos y a sus adversarios con base en las diferencias tnicas, tales como el idioma, raza, color, religin, nacionalidad o linaje. De ese modo, la identidad tnica es utilizada como smbolo eficaz de cohesin poltica y movilizacin, y se convierte en un factor central del enfrentamiento (Stavenhagen, 1998). Tal definicin permite deducir que el conflicto armado interno ocurrido en el Per no puede caracterizarse como un conflicto tnico o racial, debido a que ninguno de los actores de la violencia asumi motivaciones, ideologas o demandas tnicas explcitas. No se trat, pues, de un enfrentamiento desatado por actores autodefinidos en tales trminos, sino ms bien por grupos autonombrados como organizaciones polticas: el Partido Comunista del Per-Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Tpac Amaru-MRTA, quienes decidieron enfrentarse con el Estado. Constatar estas caractersticas no significa dejar de considerar que el conflicto tuvo un fuerte componente tnico, el cual, junto a los mltiples elementos que alimentaron la violencia, jug un papel importante en la historia de muerte y destruccin que asol al Per entre los aos 1980 y 2000. Este captulo establece, justamente, cmo el conjunto del proceso de violencia tuvo un importante componente tnico y racial, que actu permanentemente desde el inicio hasta el final del conflicto, aunque no de manera explcita. En el Per a diferencia de aquellas sociedades que enfrentan conflictos tnicos abiertos como los de Europa del Este, frica o Asia la identidad tnica presenta rasgos bastante complejos. Aunque en el territorio nacional coexisten ms de 55 grupos tnicos, y alrededor de un quinto de la poblacin habla un idioma indgena, todava es dbil la reivindicacin explcita de las identidades tnicas originarias. Quienes hablan un idioma indgena, muchas veces prefieren ocultar sus orgenes tnicos, los cuales resultan invisibilizados en el mbito pblico. Esta situacin refleja 101 la persistencia de la discriminacin tnica y el racismo de origen colonial. Pero tambin expresa la intensa redefinicin de las fronteras tnicas tradicionales, las cuales, desde mediados del siglo XX, vienen siendo erosionadas por el impacto de los procesos de modernizacin. Diversos fenmenos, tales como la expansin educativa, los medios de comunicacin, el servicio militar, la urbanizacin, la industrializacin y las grandes migraciones que cambiaron el rostro del pas, han ido rompiendo las barreras tradicionales, facilitando la formacin de identidades sociales y tnicas ms heterogneas, como la expresada a travs de la palabra cholo. Buena parte de los peruanos prefiere identificarse como cholo antes de ser considerado como indio. Sin embargo, el significado de cholear -decir cholo a alguien- depende de quin se trate y cmo se diga. Puede tratarse de una muestra muy ntima de afecto, o de un insulto sumamente discriminatorio y violento. A veces la palabra cholo resulta equivale a decir indio, palabra cargada de connotaciones sumamente peyorativas. Las relaciones tnicas, ntimamente tramadas con las relaciones de dominacin y explotacin, constituyen una verdadera cadena arborescente (Bonilla, 1994: 35) que atraviesa implcitamente a todos los niveles sociales del pas. De modo que los llamados indios o cholos resultan ser, a fin de cuentas, quienes poseen menos poder y status. Por eso, muchas veces quienes son vistos como indios pueden, a su vez, nombrar de esa forma a aquellos que se ubican en un escaln social inferior. Las diferenciaciones de poder, riqueza, status u origen geogrfico, suelen superponerse y terminar convertidas -gracias al racismo- en categoras de supuesta inferioridad o superioridad. Un rasgo que evidencia la manera profunda pero a la vez oculta -casi invisibilizada- como la discrimacin tnica y racial subsistente en el pas influy sobre el conflicto armado interno, es la dbil memoria histrica que los peruanos tenemos sobre los aos de violencia. La opinin pblica nacional no presenta una memoria activa de la tragedia que sta signific, a pesar de que se trat del ms grave enfrentamiento ocurrido entre peruanos de toda nuestra historia republicana. Pareciera que el recuerdo de la violencia se limita al dolor privado de las familias que perdieron a sus seres queridos, pues las miles de vctimas de la guerra no se han convertido en tema de dominio pblico o en sustento de una amplia e influyente conciencia ciudadana sobre las consecuencias humanas de sta. Aunque el conflicto se desat en Ayacucho desde mayo de 1980, diversos sectores del pas fueron prcticamente indiferentes a la tragedia que vena ocurriendo, hasta que la violencia alcanz tambin a quienes eran considerados como ciudadanos de pleno derecho. Dos hechos resultan paradigmticos al respecto: la masacre de ocho periodistas en la comunidad de Uchuraccay el 26 de enero de 1983, y la explosin de un coche bomba en la calle Tarata, del distrito limeo de Miraflores, el 16 de julio de 1992. Slo cuando ocurrieron estos sucesos, muchos peruanos sintieron que la violencia tambin les afectaba. No ocurri esto en los procesos de violencia vividos en Argentina, Chile y Uruguay, donde s existe una memoria pblica influyente sobre lo ocurrido, aunque el nmero de vctimas fue 102 menor que en el Per. 1 Esta comparacin revela una de las dimensiones complejas de la violencia peruana: la distinta valoracin de las vctimas. Debido al racismo y la subestimacin como ciudadanos de aquellas personas de origen indgena, rural y pobre, la muerte de miles de quechua hablantes fue inadvertida en la opinin pblica nacional. Su ausencia y el clamor de sus familiares no fueron suficientes para constituir una memoria pblica activa e influyente. Durante los aos de violencia, result ms fuerte la distancia que separa a la mayora de vctimas y al resto de la poblacin peruana.
2.2.1. Dos interpretaciones
Aunque la bibliografa sobre la violencia peruana es abundante 2 , son escasos los textos que abordan de manera especfica el tema de la discriminacin tnica y racial. 3 Las alusiones y referencias acerca de esta problemtica y su relacin con el proceso general de violencia, se hallan en aquellos trabajos que abordan preguntas ms generales, como las referidas al desencadenamiento de la violencia, el origen y composicin social de Sendero Luminoso, o el papel jugado por el campesinado indgena en tanto actor o vctima del conflicto. Las interpretaciones existentes pueden sintetizarse en dos tipos de aproximaciones: una primera que podemos denominar como interpretacin culturalista, considera que Sendero Luminoso es la expresin de un fenmeno cultural especficamente andino. Pueden observarse dos variantes de esta interpretacin. En la primera variante, elaborada sobre todo en los primeros aos del conflicto, predomina una visin esencialista que exotiza la violencia poltica, destacando el supuesto carcter mesinico, milenarista e inclusive incasta de la insurreccin senderista. 4 La segunda variante intenta ofrecer una visin ms amplia sobre el carcter andino de la violencia senderista, tanto en trminos histricos o sociolgicos, pero reproduciendo en el fondo la visin culturalista, por lo cual concluye que Sendero Luminoso sera algo as como la versin invertida de la utopa andina 5 o una suerte de movimiento religioso fundamentalista, dogmtico y premoderno, sustentado en la confluencia del marxismo y las tradiciones culturales andinas. 6
El segundo tipo de interpretacin, que podemos denominar como interpretacin socio- histrica, parte de considerar que Sendero Luminoso no expresa un fenmeno de reivindicacin indgena y tampoco muestra una composicin social indgena. Por ello no se tratara de un movimiento cultural, sino ms bien uno de tipo social y poltico, lo cual no impide que se considere los aspectos culturales e histricos de la violencia en general y especficamente de la guerra
1 La violencia en estos pases del Cono Sur, adems, tuvo una naturaleza diferente: se trat de la represin de dictaduras militares y no de un conflicto armado interno, como ocurri en el Per. Slo en Argentina hubo algo de conflicto armado interno. 2 Ver Stern (1995) y Bennett (1998). 3 Destacan sobre todo los trabajos elaborados por Nelson Manrique (1985, 1989a y b, 1995, 1996). 4 Vanse sobre todo los trabajos de Tylor (1988), Ossio (1988), McClintock (1984), Melgar Bao (1986) y Palmer (1992). 5 Flores Galindo (1986). 6 Portocarrero (1998). 103 emprendida por Sendero Luminoso. La caracterizacin de la base social senderista desarrollada en esta perspectiva, refiere que se trata de sectores desindianizados y descampesinizados por el proceso de modernizacin ocurrido en el Per desde el fin de la segunda guerra mundial. Se tratara de una lite intelectual provinciana y mestiza que se aferr al dogma fundamentalista del maosmo senderista, en un contexto de crisis extrema y ausencia de oportunidades de realizacin individual y grupal. De all que la expansin senderista ocurra, sobre todo, entre jvenes que acceden a las escuelas y universidades, en un contexto que entrecruza los abismos de clase con aquellos de origen tnico, regional o de gnero. 7
El punto central que diferencia ambas perspectivas tiene que ver con la consideracin del supuesto carcter indgena de la insurreccin senderista, tesis que a la luz de las evidencias existentes hasta la fecha resulta insostenible. Otros temas e hiptesis en discusin son los referidos a las causas de la violencia (el atraso de la regin de Ayacucho, el resentimiento ante la discriminacin racial y tnica, el abismo entre las expectativas de ascenso y el bloqueamiento de los canales de movilizacin social, el fracaso de la reforma agraria, etc.) y a la actitud de los campesinos ante los acontecimientos, la cual oscil entre la aceptacin pasiva y el rechazo violento a Sendero Luminoso a medida que fue profundizndose el conflicto.
2.2.2. Discriminacin racial y tnica en el proceso de violencia
Aunque la mayora de vctimas fueron quechua hablantes, la dimensin tnica del conflicto no se restringi solamente a este sector poblacional. La discriminacin tnica y racial oper sobre el conjunto del proceso de violencia, afectando de manera transversal a los diferentes sectores sociales del pas, as como a los actores directos del conflicto, en todos los escenarios donde ste se desarroll. Diversos estudios desarrollados por la CVR, describen cmo en escenarios y lugares tan diferentes como las comunidades campesinas de la sierra andina, las comunidades nativas amaznicas, los sindicatos de zonas urbanas industriales, las salas de prensa de los medios de comunicacin, las universidades limeas y provincianas, as como los barrios perifricos de las ciudades, las diferencias tnicas y raciales jugaron un rol influyente, generando conductas e imgenes que estuvieron presentes durante todo el proceso de violencia. El peso del componente tnico y racial se observa tanto en las causas histricas del conflicto -es decir, en la generacin de un contexto propicio para el surgimiento y reproduccin del enfrentamiento- como en el plano ms inmediato de las percepciones y comportamientos cotidianos de los diferentes actores implicados directa e indirectamente. Se trata de un factor que estuvo presente a lo largo del conflicto, pero sobre todo de manera oculta. Slo en aquellos momentos en que se ejerci la violencia fsica, la discriminacin aflor de manera ms abierta, cubriendo de esa
7 Resultan representantivos de esta corriente los siguientes trabajos: Favre (1984, 1989); Manrique (1985, 1986, 1989a y b, 1995, 1996); Stern (1999); Degregori (1985, 1989 y 1991); Degregori, Coronel y Del Pino (1996). 104 forma a los asesinatos, torturas y violaciones con una carga explcita de violencia simblica. Muchas veces, las diferencias tnicas y raciales convertidas en criterios de naturalizacin de las desigualdades sociales fueron invocadas por los perpetradores para justificar las acciones cometidas contra quienes fueron sus vctimas.
2.2.2.2. Crisis de la sociedad andina tradicional
Aunque el conflicto armado se inici debido a las acciones emprendidas por Sendero Luminoso desde mayo de 1980, su rpido incremento y expansin fue posible, en gran medida, porque existi un contexto propicio para la multiplicacin de la violencia. En gran medida, los miembros de Sendero Luminoso encontraron un terreno abonado para el desarrollo de su prdica y sus acciones; sobre todo en aquellos lugares de la sierra donde subsistan conflictos irresueltos que fueron reabiertos por la violencia, y a su vez la avivaron. Es el caso de los conflictos por poder y recursos que enfrentaron a campesinos y propietarios de tierras, a comunidades contra comunidades, a comunidades contra empresas agropecuarias, a campesinos contra comerciantes, a grupos familiares entre s, a pastores contra abigeos, etc. En una sociedad rural ubicada a medio camino entre la desaparicin de un orden histrico tradicional y la modernizacin, estos conflictos significaron una fuente insospechada de violencia; ms an porque representaban la parte visible de otros problemas y conflictos ms profundos irresueltos en el Per de fines de los 70. Sendero Luminoso actu de manera hbil sobre los conflictos locales, atizndolos con la finalidad de generar enfrentamientos y obtener un contexto propicio a su actuacin. De all que en un primer momento, durante los primeros aos del conflicto, logr encontrar una cierta audiencia dispuesta a escuchar su llamado a emprender la denominada guerra popular. En las zonas rurales del departamento de Ayacucho -especialmente en las provincias de Huanta, Huamanga y Vctor Fajardo- la violencia se multiplic rpidamente. En diversas localidades, la frgil presencia estatal, encarnada en los puestos policiales de la Guardia Civil, as como en autoridades como los alcaldes distritales, jueces de paz y tenientes gobernadores, colaps rpidamente. Sendero Luminoso busc desarrollar bases de apoyo eliminando la institucionalidad estatal y remplazndola por los comisarios de su nuevo estado. El trasfondo de estos sucesos iniciales de la guerra fue la crisis y desintegracin de la sociedad andina tradicional. Esta forma de organizacin social y poltica, originada en las primeras dcadas del siglo XIX y asentada durante toda la historia republicana, se bas en el control privado de la tierra, la mano de obra indgena y el poder local por parte de grupos reducidos de familias notables que extendieron su influencia mediante tupidas redes clientelares y de parentesco. La debilidad del estado central, as como el precario dinamismo econmico -bsicamente reducido a la produccin agropecuaria terrateniente y al comercio- permitieron la institucionalizacin de este rgimen, sobre todo en los departamentos del interior. De este modo, los grupos locales dominantes 105 -compuestos sobre todo por propietarios de tierras y haciendas, comerciantes y funcionarios estatales- lograron mantener su presencia y poder de manera prolongada. Fue el caso de los departamentos serranos conocidos como la mancha india. 8
Entre los mecanismos que cohesionaron dicho orden, figuran algunas formas de comportamientos bastante arraigadas, como el paternalismo, el autoritarismo, la servidumbre, el racismo y la discriminacin tnica. La explotacin tradicional de la poblacin indgena por parte de los mistis, fue ejercida gracias a estas conductas, as como a diversas formas de coercin y reciprocidad asimtrica, que aseguraron la posesin de la tierra y la permanencia de las formas de trabajo servil y semi-servil. Ese mundo fue sacudido desde mediados del siglo XX por una serie de fenmenos que en pocas dcadas transformaron el rostro del pas. La industrializacin, urbanizacin, migraciones, movimientos campesinos, reforma agraria, escolarizacin, expansin de los medios de comunicacin, colonizaciones, etc., profundizaron la modernizacin de la economa y sociedad peruana, desmoronando las fuentes de reproduccin de la sociedad andina tradicional. La evolucin de la composicin urbano/rural de la poblacin peruana desde mediados del siglo XX, refleja con claridad este proceso acelerado de cambios: mientras que en 1940 el total de la poblacin urbana corresponda al 35.4% de peruanos, en 1993 haba aumentado al 70,1%. En contraste con ello, el total de poblacin rural disminuy en el mismo perodo del 64,6% al 29,9%. 9
A medida que estas transformaciones fueron erosionando las bases que desde el siglo XIX sustentaron a la sociedad tradicional, tambin se transformaron las fronteras tnicas que separaban y diferenciaban a mistis, mestizos e indios, hacindose cada vez ms permeables. El fenmeno que refleja mejor este proceso es el de la migracin de millares de campesinos indgenas a las ciudades, que de esa manera dejaban su condicin de indios y se convertan en mestizos y cholos. Entre 1968 y 1975, el rgimen velasquista, autonombrado como gobierno revolucionario de las Fuerzas Armadas, intent una avanzada final contra el orden tradicional. Desde el Estado, se impulsaron una serie de transformaciones estructurales, como la reforma agraria de 1969, que cancel definitivamente el rgimen servil, convirtiendo a las antiguas haciendas en empresas agrarias de inspiracin cooperativista. Estas empresas como las SAIS, CAPS y ERPS- dinamizaron el escenario rural de la sierra, aunque no lograron resolver las demandas territoriales de los antiguos siervos de hacienda y de las comunidades campesinas. El fracaso del rgimen velasquista evidenci los lmites del modelo de transformacin estatista dirigido por las Fuerzas Armadas. Desde inicios de la dcada del 70, el pas se precipit en una grave crisis econmica y social que mostr las carencias del proceso de modernizacin
8 Expresin peyorativa usada tradicionalmente para referirse al grupo de departamentos con la mayor cantidad de poblacin indgena de habla quechua y aymara: Cusco, Puno, Apurmac, Ayacucho y Huancavelica, que constituyen al mismo tiempo los departamentos ms pobres y excluidos del pas. 9 Estas cifras se basan en los resultados del ltimo Censo Nacional de 1993. (INEI, 1998). 106 ocurrido durante las dcadas previas. Frente a ese contexto de crisis econmica nacional e internacional - -acentuado entre 1973 y 1978- y ante el ascenso de las protestas sociales que confluyeron en el paro nacional de julio de 1977, las Fuerzas Armadas optaron por permitir el retorno democrtico. Se convoc as a la Asamblea Constituyente de 1978, abriendo un perodo de transicin a la democracia que deba ser afianzado en las elecciones presidenciales del 18 de mayo de 1980. La violencia se gest en este escenario, donde Sendero Luminoso estuvo presente como una agrupacin marginal de la izquierda radical, anunciando su rechazo a la va electoral e iniciando su lucha armadael mismo da del retorno democrtico. Durante los 80, a la par que se agudizaba el proceso de violencia, fue hacindose evidente que el fracaso del proceso de modernizacin de las dcadas previas iba dejando variadas situaciones regionales. 10 Estos escenarios regionales fueron moldeados por la diferente intensidad de la modernizacin ocurrida a lo largo del eje costero, en la sierra andina y en la amazona. La violencia desatada por Sendero Luminoso, encontr en estos espacios de modernizaciones truncas que exhibieron una serie de conflictos irresueltos, un terreno abonado para echar races y multiplicarse. Ello ocurri con mayor facilidad en las zonas que presentaban un contraste marcado entre el dbil desarrollo de la modernizacin y el alto grado de expectativas que sta despert entre la poblacin. Se gener as una situacin social sumamente delicada, que fue graficada por un investigador mediante la imagen de una trombosis. 11
La situacin de aislamiento, postracin y frustracin de expectativas fue mayor entre aquellos sectores de la poblacin que participaron en mayor o menor grado- de los procesos modernizadores. Hubo una clara diferenciacin regional. El caso ms marcado fue el de los departamentos ms pobres del interior, como Ayacucho, Apurmac y Huancavelica. Haber nacido en estos departamentos conllevaba, adems, ser vctima de las percepciones discriminatorias y centralistas de los limeos respecto a lo serrano, considerado como sinnimo de indgena e inferior. El cruce de discriminacin tnica y regional compuso, as, otro de los ingredientes del caldo de cultivo propicio a la violencia Pero la reproduccin del conflicto necesit tambin de una cierta base social dispuesta a asumir el proyecto senderista. Esta fue incubndose al interior de los nuevos grupos sociales surgidos con el proceso de modernizacin, tales como los sectores urbanos pobres de origen migrante, los trabajadores asalariados industriales, o las nuevas franjas de clase media vinculadas a la expansin estatal y comercial profesionales, burocracia estatal, negociantes etc. Una capa socialmente difusa de jvenes provincianos mestizos con altos niveles educativos, cuyas
10 Atendiendo esta situacin, la CVR desarroll investigaciones especficas en las siguientes regiones: a) Regin Sur- Central conformada por el departamento de Ayacucho y partes de los departamentos de Huancavelica y Apurmac; b) Regin Central, conformada por los departamentos de Junn, Pasco y Huancavelica; c) Regin Nororiental, conformada por los departamentos de Hunuco, San Martn, Ucayali y Loreto; d) Regin Sur Andina, compuesta por los departamentos de Puno, Cusco y parte del departamento de Apurmac; y e) Regin Lima, compuesta por el departamento del mismo nombre. 11 Favre (1984). 107 expectativas contrastaron con su pobreza cotidiana y su dbil insercin social en las ciudades, fue el sector para el cual result atrayente la promesa senderista de alcanzar una sociedad de la gran armona. Es paradigmtico el caso de muchos estudiantes universitarios y profesionales provincianos -sobre todo maestros de escuela-, que percibieron el abismo entre su alto nivel educativo -que supuestamente les deba permitir ascender socialmente- y su desarraigo econmico y social. Al vivir una situacin en la cual su nivel de expectativas no calzaba con su realidad cotidiana, hallaron una opcin de sentido, as como una compensacin, en el proyecto senderista, el cual les ofreca reconocimiento y protagonismo: eran -como seala un documento senderista- los elegidos, los llamados a ser artfices de una nueva sociedad. 12
De otro lado, la subsistencia de algunos elementos de la sociedad andina tradicional, tales como el autoritarismo, el paternalismo, la discriminacin tnica y el racismo, brind un contexto sociocultural que facilit cierta aceptacin de la convocatoria senderista entre el sector social de jvenes de origen provinciano ilustrados y desarraigados. Sufrir la experiencia de la discriminacin y el racismo, producto de una sociedad que a pesar de su modernizacin mantuvo rasgos tradicionales, gener entre muchos de estos jvenes una fuerte conciencia de los agravios y la exclusin. Ms an en aquellos que sentan ser blanco de un trato discriminatorio como cholos e indios, a pesar de no considerarse como tales, debido a su experiencia migratoria o a su alto nivel educativo. El racismo y la discriminacin tnica alimentaron el afn de certidumbres y de una explicacin axiomtica sobre el futuro, tal como la ofrecida por la ideologa senderista. Esta situacin, adems, acrecent la necesidad de encontrar convicciones, propia de un tiempo definido por el colapso traumtico de un orden histrico. 13
2.2.2.2. Discriminacin, violencia fsica y violencia simblica.
Diversos testimonios recogidos por la CVR, evidencian el modo en que los diversos actores del conflicto reprodujeron el racismo anti-indgena proveniente de la sociedad andina tradicional. La palabra indio fue utilizada comnmente para denigrar, estigmatizar y deshumanizar a quienes eran considerados oponentes, tiendo de esa manera con discriminacin tnica el proceso de violencia. Son mltiples los casos reportados a la CVR que mencionan la discriminacin ejercida por parte de los miembros de las fuerzas del orden en contra de los campesinos quechua hablantes residentes en las zonas del conflicto. Uno de estos casos fue el de Isaas, quien pastaba su ganado en Churcampa, Huancavelica. Refiere que fue detenido cuando algunos animales se acercaron al cuartel. El grupo de soldados que lo tortur, le sujet fuertemente los brazos hacia atrs, mientras le preguntaban su nombre, de dnde era y qu haca all. Isaas les contest que era de ese barrio y les
12 PCP-SL (1980). 13 Por esos tiempos y en medio de la guerra crece tambin el culto evanglico, que proporciona al campesinado un sentido de comunidad e identidad, y le proporciona un significado bblico a acontecimientos verdaderamente apocalpticos. Un caso similar es el de los Israelitas del Nuevo Pacto Universal. 108 indic la direccin de su casa, pero uno de los militares le apunt con un fusil insultndole del siguiente modo: Habla indio de mierda, qu estabas espiando, quin te ha enviado, dnde est el resto de terrucos. Luego le propin un golpe en el pecho con la culata de su arma e Isaas cay al suelo. Los dems soldados aprovecharon para patearle con la punta de sus zapatos en todas partes del cuerpo. Despus lo levantaban del suelo jalndole de los cabellos y le propinaron puetazos y cachetadas. 14
Otro testimonio relata la detencin de un campesino que fue conducido arbitrariamente a la crcel de Abancay, donde, por el hecho de ser considerado indio, permaneci encerrado durante 28 das y fue vctima de mltiples abusos: ahora te vas a pudrir carajo, as me han dicho, y despus han venido a la crcel y me han dicho: a este indio de una vez hay que mandarlo al Cusco, all ya que muera". 15 En la comunidad de Tamboracay, los policas tambin amenazaban a los comuneros dicindoles: "vamos a matar a todos y finalmente todos los indios de Tamboracay van a morir". 16
Estos hechos, sin embargo, no fueron los nicos. En diversas localidades de la sierra rural de Ayacucho, Apurmac, Junn y Huancavelica, los abusos cometidos por las fuerzas del orden estuvieron cargados de un profundo desprecio racial y tnico. El uso insultante y denigratorio de la palabra indio, estuvo presente en todos los momentos en que se ejerca la violencia fsica, cargndola adems de violencia simblica. Este hecho pareca justificar los abusos y arbitrariedades sufridos por quienes al ser menospreciados como indios- resultaban subestimados en su condicin humana, como lo revelan los testimonios sobre torturas recogidos por la CVR. Uno de ellos relata cmo en la base militar de Abancay un grupo de detenidos fueron desnudados y torturados por militares: "a m me quitaron la ropa, con un palo grueso me ha metido en el estmago, me desmay, de ah, me dijeron: indio de mierda levntate. 17
En Huaquira, Apurmac, un campesino detenido por una patrulla militar fue conducido a la base de su destacamento, donde el capitn de sobrenombre Otorongo le dijo: "So cojudo, indio de mierda, por qu me has engaado, si t habas sido el compinche de los terroristas que han dinamitado el pueblo", propindole puetes y puntapis. Luego fue torturado por el teniente de sobrenombre Grillo, quien le amarr las manos hacia atrs, le colg de los pies e introdujo su cabeza varias veces en un depsito lleno de agua, hasta hacer perder el conocimiento. 18
En las Audiencias Pblicas realizadas por la CVR, fueron mltiples las denuncias por los malos tratos, ofensas y discriminacin sufrida por los testimoniantes, no slo en contextos rurales, sino tambin en las ciudades. Es el caso de los desplazados, quienes fueron objeto de una fuerte estigmatizacin al migrar a ciudades como Ayacucho y Lima:
[]llegando a las capitales nos marginaban: ya llegaron las sobras de los terrucos. Por ser Huancavelicano, Ayacuchano, Apurimeo ramos senderistas; ramos acusados por terrorismo llegando a las ciudades; por ejemplo en Huancayo, ramos totalmente desconocidos, el resto nos miraban como a unas personas raras, como si tuviramos cachos, con una indiferencia total. 19
[] desde que llegamos a nuestras zonas de refugio sufrimos la total marginacin. ramos como si furamos gusanos, nos vean como si furamos gusanos; no podamos salir a la ciudad para buscar algo de comer o buscar en qu trabajar. Como no tenamos cmo desarrollarnos tenamos como encontrar trabajos de autosostenimiento... Yo quisiera mostrar un peridico que es del ao 94 y ac dice: los pueblos serranos invaden Lima. Se dan cuenta: nos trataban de esa manera; de serranos, de cholos, de piojosos; de esa manera nos trataban en Lima. 20
Los testimonios evidencian, asimismo, cmo la intensidad de la discriminacin tnica y racial -ms an en el contexto de violencia- gener un fuerte sentimiento de agravio que acompaa el dolor de quienes fueron vctimas de desprecio: Yo me siento muy dolida, pero tengo fuerzas con que vamos a seguir contando nosotros, estamos luchando nosotros, nos indigna cuando nos dicen: estos desplazados qu hacen en nuestras calles, han invadido nuestros mercados, estos son unos pobres ambulantes; nos indigna, nos duele. 21
La palabra indio, usada de manera denigratoria y deshumanizante, acompa tambin con suma frecuencia la violencia ejercida contra las mujeres, quienes muchas veces eran vctimas de violaciones, tal como ha quedado documentado por la base de datos de la CVR. 22 El testimonio de Laura relata la incursin militar en su comunidad. Todos los pobladores fueron conducidos a la plaza, y cuando ella y su vecina fueron a traer abrigo el jefe de los soldados les increp: "todava tienen gracia para traer cueros y frazadas, india gramputa, ahora van a ser castigados toda la noche". Posteriormente, al querer defender a su esposo que estaba siendo golpeado por los soldados, fue agredida y desalojada violentamente: "gramputa india, o t quieres recibir estos golpes... fuera de aqu india". 23
Pero no slo los miembros de las fuerzas del orden se ensaaron contra los que consideraban indios. Muchas veces, tambin los senderistas que a su vez eran vistos como indios por los militares- trataron de esa forma a los campesinos de las comunidades en las que desarrollaban sus acciones. Un testimonio recogido en Apurmac relata la incursin de una columna senderista en la comunidad de Huashua. Los subversivos saquearon las pertenencias de los pobladores, quienes buscaron defender sus ropas, vveres y animales. La declarante relata que
19 Testimonio de Isabel Soasnabar. Audiencia Pblica Temtica sobre Violencia Poltica y Comunidades Desplazadas. 12/12/2002. 20 Testimonio de Rufina Rivera. Audiencia Pblica Temtica sobre Violencia Poltica y Comunidades Desplazadas. 12/12/2002. 21 Testimonio de Isabel Soasnabar. Audiencia Pblica Temtica sobre Violencia Poltica y Comunidades Desplazadas. 12/12/2002. 22 Ver el captulo correspondiente a gnero y violencia. 23 Testimonio 500149 110 recibi los maltratos de parte de los miembros de la columna, quienes la golpeaban con la culata de sus armas en la espalda y en los costados, diciendo deja india cochina, asquerosa". 24
La denominacin de indio recae siempre sobre los ms pobres y carentes de poder. Un testimonio describe a la duea de una tienda seguramente una pequea tienda rural de productos de pan llevar- como una persona sumamente abusiva que adems de vender los productos con sobreprecio insultaba a sus clientes: si quieres llevas, so indio, so tal, so cual. 25
Otra forma equivalente de estigmatizacin tnica, usada tambin de manera discriminatoria, fue la correspondiente al choleo. Es decir, al uso de la denominacin de cholo; palabra que muchas veces resulta equivalente a la de indio. Esta prctica, bastante frecuente en la sociedad peruana, revela la dificultad de establecer claramente las distinciones tnicas, pues su connotacin depende del status de aquel a quien se menciona como cholo. La diferenciacin tnica, de esa manera, prolonga en el plano de las identidades la condicin socio- econmica de las personas. Es por eso que en el contexto de la violencia, los campesinos quechua hablantes, considerados en el ltimo escaln de la pirmide social, fueron objeto de las formas ms denigratorias del choleo. Un testimoniante cont el choleo del cual fue objeto durante su detencin en Cerro de Pasco, en 1989: En la PIP, a mi slo me llevan a un cuarto y los soldados comenzaron a decirme: 'concha tu madre eres liso, no?, ahora vas a ver quienes somos, cholo de mierda, te crees berraco; luego me venda los ojos, luego los soldados me suben a un carro y me llevan con direccin desconocida. 26 Este testimonio refleja la percepcin de que el ser cholo implica una actitud diferente al servilismo, la sumisin y la obediencia absoluta, vistas como caractersticas de los indios. Por eso, el detenido fue compelido a dejar de ser liso y brraco; es decir, a comportarse como un indio. Muchas veces, tratar a alguien como cholo era sinnimo de decirle indio o serrano, con lo cual estas palabras, cargadas de una connotacin despectiva y humillante, eran usadas como sinnimos para disminuir al otro, justificando la agresin y la violencia: [ ] me taparon con una frazada y me empezaron a golpear tirndome patadas y puetes, luego me destaparon y se iban. Yo no saba quines haban sido. Se rean y me decan: serrano de mierda, adivina quien es l que te ha golpeado. 27
[] me dicen desvstete, me obligaron a sacar toda la ropa, brasiere, truza y, con un trapo, me amarraron las manos para atrs, me empezaron a colgar, me preguntaban con una lista de nombres, no contestaba, no s, le dije. En la segunda igual y, en la tercera, un poco ms alto me levantaron, por eso es que he sufrido el disloque de mi brazo derecho. Grit fuerte, para que todo el mundo escuchara, en eso uno dijo: una mierda son los serranos. Yo a quin voy a inculpar, si no conoca a nadie. 28
24 Testimonio 500960 25 Testimonio 500526 26 Testimonio 732008 27 Testimonio 311035 28 Testimonio 200120 111 Cuando vi amontonado la ropa de mi hija comenc a gritar, entonces un soldado me dijo: Terruca es, todava ests gritando! Yo respond: Mi hija es inocente!. Empec a gritar y llorar, entonces el Comandante me dijo: 'Por qu gritas, por qu bramas? si tu hija est viva, sta, una chola, una india, una serrana, sta tiene vida, mientras mis soldados han muerto. 29
Estos testimonios revelan que en el contexto del conflicto se estableci un continuo entre la condicin de indio, cholo y serrano. La violencia volvi a erigir las fronteras tnicas rgidas que estaban siendo erosionadas por la modernizacin, homogeneizando identidades y superponiendo procedencias sociales y geogrficas, a fin de justificar diversas prcticas violatorias de los ms elementales derechos humanos. Pero el uso del choleo no se restringi a la sierra rural. Tambin oper en la Amazona como criterio de diferenciacin y valoracin. En Puerto Ocopa, un colono originario de Iquitos hace explcita su visin de los senderistas en trminos del fenotipo propio de los habitantes de la sierra, quienes son vistos al mismo tiempo- de manera despectiva y paternalista como cholitos: Eran bajitos, cholitos, todos chapositos, estaban quemados no se sabe si por el fro o el calor de la sierra. 30
En el caso de las mujeres, el continuo indio-cholo-serrano fue ms evidente y pronunciado, debido al cruce con las diferencias de gnero y educacin. Consideradas, adems de indias, cholas y serranas, como feas, sucias e ignorantes, fueron objeto de innumerables abusos. La connotacin sexual de la violencia, oscil muchas veces entre la repulsin y la resignacin: Yo recuerdo que tenamos un contralmirante que antes de ir nos reuna en el casino, nos haca escuchar misa y nos daba su charla...nos deca: el primer da van a ir y van a decir "chola fea, chola apestosa, la chola no sirve", el segundo da van a pensarlo, a la semana van a decir "mamacita, cmo ests?". Y ah van a perder la cabeza. 31
Otra forma denigratoria que subsuma las diferencias tnicas y culturales con aquellas derivadas del origen geogrfico, es la correspondiente al uso del chuteo. Chutos es el nombre con que se conoce en la sierra a los habitantes de las zonas altas, quienes de esa manera son convertidos en un subgrupo especial al interior de la categora de los indios. Entre los rasgos atribuidos comnmente a los chutos destaca su mayor indianidad, la cual resulta equivalente a su supuesta incivilidad. De all que esta categorizacin sea usada frecuente por los pobladores de las zonas de valle, con la finalidad de distinguirse de los habitantes de las alturas, y de esa manera establecer un criterio de diferenciacin cargado de una atribucin diferencial de status. En el contexto de la violencia, esta distincin oper de manera frecuente. Un testimonio de Huanta, por ejemplo, relata cmo la madre de un joven rondero asesinado en una comunidad de valle en la provincia de Huanta, reconoci a un senderista considerndolo chuto:
Cuando sub, en la puerta de una tienda las autoridades estaban mirando a un joven tirado en el suelo, decan que era el terruco y dije seguro que este mala fe es el que mat a mi hijo, tena ganas de tirarle piedras y slo insult y me puse a llorar, all los militares nos dijeron que tenamos que enterrar al mala fe, al que tomaba la sangre de la gente cuando mataba, porque nuevamente podan volver, as nos dijeron y nosotros lo enterramos en el camino, desde ese entonces ya no volvieron a entrar, se era chuto, habitante de las alturas. 32
El testimonio de una comunera de Angaraes, Huancavelica, relata el asesinato de su esposo por los morocos 33 , quienes lo insultaron como chuto, considerando que esa categora era equivalente a la de terruco o subversivo: en el camino lo golpearon a puetazos y con la culata de su armamento, luego le vendaron sus ojos con su propia gorra, diciendo camina chuto rojo y terruco, hablando solo castellano que yo no entiendo" 34
Otras veces eran los militares quienes resultaban identificados como chutos por parte de los pobladores. Como ocurri en una incursin militar realizada en el distrito de Cochas en 1990, donde segn refiere el testimoniante- los militares "estaban disfrazados con mscaras de colores, y vestidos como esos chutos". 35
En algunas ocasiones, el uso de la violencia fue acompaado por manifestaciones de venganza o rencor ante la discriminacin sufrida con anterioridad. Un caso es el reportado por Gregoria, quien cuenta que entre los senderistas que ingresaron a su casa en mayo de 1990, reconoci a una mujer con la cual haba vivido anteriormente, quien le increp sus antiguos malos tratos dicindole: "sal, quieres morir con bala o con cuchillo por qu me decas chuta? Chuta soy, te acuerdas?" Mientras el resto de senderistas buscaron todas sus cosas y se llevaban sus animales, ella fue golpeada, le pisaron sus manos y le amarraron los pies, fracturndole las manos. 36
Como vemos, el conjunto del proceso de violencia estuvo cargado de elementos tnicos, raciales y regionales, que actuaron de manera estrechamente entrelazada. Las acciones de las fuerzas del orden, as como las de los miembros de las fuerzas del orden, destilaron resentimientos, desprecios y distancias que se explicitaron en el preciso momento de ejercer la violencia fsica, a travs de expresiones como indio, indio de mierda, cholo, serrano, chuto, ignorante, bruto, salvaje, etc. La violencia verbal acompa e intensific la crueldad de la violencia fsica en todos los escenarios de la guerra.
2.2.2.3. Imgenes raciales
Durante todo el conflicto armado, en sus distintos perodos y en sus diversos escenarios regionales, los protagonistas de la violencia recurrieron al uso de categoras tnicas para identificar a sus
32 Testimonio 200511 33 Como morocos eran conocidos los militares en los departamentos de la sierra central. 34 Testimonio 202527 35 Testimonio 306017 36 Testimonio 200461 113 oponentes. La vorgine de violencia produjo una brutal exteriorizacin racial de las diferencias tnicas y culturales. El profundo racismo existente en el Per, producto de siglos de exclusin y subvaloracin de las poblaciones indgenas, aflor al primer plano de las percepciones y fue el sustento de los criterios de identificacin y seleccin de vctimas. Como se verifica en los diferentes estudios realizados por la CVR, result menos problemtico torturar, desaparecer, asesinar o ejercer diversas formas de violencia y crueldad extrema contra quienes eran considerados no slo como diferentes sino, sobre todo, como inferiores. De este modo, los campesinos quechua hablantes, especialmente de las comunidades rurales pobres y alejadas, terminaron siendo las principales vctimas de las violaciones a los derechos humanos cometidas en nombre de la lucha armada senderista o de la defensa del estado de derecho. Al ser rebajados en su condicin humana y considerados como simples indios y chutos de las alturas, fueron vistos como desechables. A medida que el conflicto fue agudizndose, fragment los delicados tejidos sociales, econmicos y culturales que sostenan la vida comunitaria rural. Desde la ptica cultural quechua, esta situacin fue considerada como propia de un tiempo de chaqwa. 37 Durante la segunda mitad de la dcada del 80, en el departamento de Ayacucho, la alteracin de los patrones culturales pareci llegar a una situacin lmite. En el imaginario colectivo de campesinos y pobladores urbanos de ciudades como Huanta y Ayacucho, reapareci la figura del pishtaco, adoptando formas semihumanas, casi monstruosas, que parecan responder a la gravedad de la situacin poltica. La identificacin racial de los oponentes y vctimas se bas en categoras que reflejaron las diferenciaciones socioeconmicas y geogrficas. Algunos fueron considerados ajenos por el hecho de ser indios, chutos y serranos. Otros, tambin fueron vistos como ajenos y hasta extranjeros por el hecho de ser gringos blancos y altos. En ese contexto de extrema alteracin social, se rompieron los delicados equilibrios de poder local y regional, y se redefinieron las fronteras socioculturales. Las identidades tnicas propias de la sociedad andina tradicional, que por dcadas permitieron reproducir las relaciones de dominacin entre blancos mistis, mestizos e indios, fueron reapropiadas para justificar acciones o encontrar sentido a los acontecimientos. La violencia desat mltiples conflictos latentes e irresueltos, propiciando un enfrentamiento que lleg a niveles fratricidas. Fue el caso de las luchas intra e intercomunales. Muchos de estos conflictos fueron la causa de disputas violentas entre familias y entre comunidades, enfrentadas por razones econmicas (disputas por la posesin de tierra de labranza, agua o pastos de cultivo), sociales (enfrentamientos entre familias o entre grupos generacionales),
37 Esto fue sealado por diversos analistas en los momentos ms agudos del conflicto, quienes destacaron que en la visin de los campesinos quechuas el tiempo de chaqwa era considerado como un perodo sumamente grave de desorden o alteracin de la normalidad. 114 culturales (diferencias religiosas entre catlicos y evangelistas) y hasta geogrficas (resentimientos mutuos de lejano origen entre comunidades de altura y de valle). En otros casos, el conflicto ms amplio entre Sendero Luminoso y el Estado fue utilizado como un paraguas por las comunidades o grupos familiares para resolver sus propios conflictos de manera violenta. Muchas veces -como ocurri en las alturas de Huanta y en el valle del ro Apurmac en Ayacucho, o en el valle del Tulumayo en Junn- el instrumento para ello fueron los Comits de Autodefensa formados por las propias comunidades. Estos comits reprodujeron formas de organizacin militarizada, y fueron convirtindose en un actor decisivo de la guerra, expandindose a todas las zonas en conflicto. Generalmente, fueron utilizados por las fuerzas militares para realizar patrullajes y operaciones punitivas. Como relata un ex - rondero en una entrevista realizada por la CVR: los militares nos llevaban adelante, ramos como carnada, a veces cuando haba ataques, ramos nosotros quienes tenamos que ir 38
Sendero Luminoso acto de manera similar con la denominada masa, compuesta muchas veces por campesinos reclutados forzosamente para incorporarse a sus columnas. Los militantes senderistas -los nicos que portaban armas- marchaban ocultos entre las decenas y hasta centenares de campesinos movilizados en la masa, convertida en la carne de can del partido.
Fuerzas subversivas Muchos de los testimonios recogidos por la CVR refieren que entre los senderistas haban hombres y mujeres gringos y rubios. El color del cabello, de la piel y de los ojos, fueron relacionados con otras caractersticas fenotpicas como el ser grandes o altos, y tambin con el hecho de ser extranjeros. Un testimoniante describe a un grupo de senderistas relacionando sus rasgos fenotpicos, idioma y nivel educativo con la condicin de extranjeros: eran algunos de tez blanca, bueno ahora puedo entender que eran algunos universitarios, y algunos incluso eran gente extranjera... tenan rasgos extranjeros, algunos tenan pelo largo, una tez muy blanca... hasta el acento era distinto. 39
Otro testimonio que describe a una columna senderista, menciona la presencia de algunos gringos, as como mujeres bonitas. El testimonio asimila implcitamente el color de la piel de las mujeres con belleza fsica, reproduciendo categoras raciales sobre lo bello y lo feo propias de la sociedad tradicional:
[] eran aproximadamente 200, 300, 400 500 entre varones y mujeres, todos vestidos de civil, con ojotas, pero totalmente armados con grandes y bonitas pistolas. Algunos eran gringos, otros mestizos como nosotros. Las mujeres eran bonitas. 40
38 Entrevista BDI-I 421. Base de datos interpretativa de la CVR. 39 Testimonio 10108 40 Testimonio 500127 115 El testimonio menciona la presencia de algunos mestizos como nosotros. Mediante esta precisin, el testimoniante se distingue de los extranjeros (y tambin de los indios) delimitando las fronteras tnicas entre el nosotros y el ellos de acuerdo a los criterios de diferenciacin propios de la sociedad tradicional ayacuchana. Otro testimonio, tambin recogido en Ayacucho, establece las diferencias tnicas de los miembros de una columna senderista de acuerdo al color de la piel: entre los senderistas haban chicas blanconas y chutos de las alturas, con rostros bien quemados, al parecer de las zonas altas del distrito. 41
De manera semejante, diversos testimonios destacan las diferencias tnicas existentes entre los mandos senderistas y los militantes de base, a partir de criterios raciales. Uno de ellos describe una columna de 240 subversivos comandados por una pareja de gringos de estatura alta y armados 42 . Otro testimoniante de Huancavelica describe a un mando senderista que se diferencia del resto de su columna por sus rasgos fsicos altura y color de piel- que imponen una presencia dominante pero silenciosa: entre los hombres haba uno gringo y muy alto que no hablaba, solamente se diriga a los otros con seas. 43
A diferencia de los miembros de base de las columnas senderistas, de rasgos mestizos e indgenas y carentes de armas, los mandos son descritos repetidas veces como gringos, grandes, armados de metralletas. 44 Es el caso del gringo Olivares, famoso mando senderista de la regin de Puno. Las gringas senderistas, asimismo, son descritas repetidamente, estando presentes en todas las regiones en las cuales Sendero Luminoso desarroll sus acciones. Este tipo de identificacin tnica y social basada en los rasgos fsicos, no proviene solamente del asombro, la sorpresa o el temor de los testimoniantes, sino tambin de una realidad en la cual las diferencias tnicas entre blancos, mestizos e indios siempre estuvieron profundamente imbricadas con las diferencias de status, riqueza y poder. Un testimonio de Azngaro, Puno, relata que "una noche vinieron 19 terroristas y se metieron de frente a mi casa, dentro de ellos haba 4 a 5 mujeres, eran de tez rojiza, altos, eran gringos, y lo nico que me dijeron es que les apoye". 45
En la regin central, otro testimonio referido al MRTA- destaca tambin que siempre estaba el componente gringo, siempre quienes dirigan la columna era gringos. 46 De modo semejante, un entrevistado destaca el color de piel de los mandos: los jefes... esos son blanquitos, blanquiosos 47
41 Testimonio 200551 42 Testimonio 303102 43 Testimonio 313230 44 Testimonio 101496 45 Testimonio 520358 46 Entrevista BDI-I 182. Base de datos interpretativa de la CVR. 47 Entrevista BDI-30, Base de datos interpretativa de la CVR 116 Estas categorizaciones no se registran solamente en la sierra, sino tambin en otras regiones. En la regin nor-oriental, un campesino cocalero relata que los senderistas algunas veces nos visitaban como chutos, vestidos de indios o como tpicos serranos, y otras lo hacan vestidos de militares. 48 En Chanchamayo, un testimoniante secuestrado por los senderistas relata su encuentro con una columna compuesta por unas 100 personas que estaba dirigida por un hombre de apariencia extranjera. Este le pregunt si era el teniente gobernador de San Fernando de Kivinaki, y al responderle que s, segn cuenta el testimoniante: "el gringo dijo: somos compaeros". 49
Muchos testimonios destacan que los mandos senderistas eran mujeres, descritas siempre como gringas: los senderistas vestan pantalones de color negro y chompas de cuello tipo Jorge Chvez. Adems tenan el rostro cubierto con pasamontaas. Entre los miembros del grupo haba algunas mujeres, entre ellas una gringa, alta, que daba rdenes al lado de otro hombre grande 50
Otro testimonio relata la incursin de una columna de Sendero Luminoso dirigida por una mujer de rasgos blancos, cuando realizaban una asamblea popular en una localidad de Chanchamayo:
[] de un momento a otro, fuimos interrumpidos por un grupo de veinte personas, quienes se encontraban cubiertos sus rostros con pasamontaas y algunas mujeres; entre ellas haba una blancona, gringa, de buena estatura; que daba rdenes junto a otro. Venan armados con fusiles y metralletas en la cual se acercaron y nos dijeron que la asamblea lo iban a continuar ellos. Nos dijeron 'nosotros somos de Sendero Luminoso' y ellos iban a continuar la asamblea popular. 51
En algunos casos, la imagen racial de los senderistas se superpone tambin con las diferencias religiosas entre catlicos y evangelistas: todos los evangelistas son gringos, son terrucos, estn cortando el cuello de la gente, as me contaron, as pues aparecen. 52
Fuerzas del orden En el caso de las fuerzas del orden, se registran tambin mltiples testimonios que les atribuyen una condicin tnica y social externa o ajena -que muchas veces es descrita como propia de extranjeros- sobre la base de sus rasgos raciales. En Cayara, Ayacucho, un testimoniante describe a un grupo de soldados que ingresaron en su comunidad: vestan uniforme militar y estaban fuertemente armados... con bala venan... eran blancos, gringos. 53 Los miembros del destacamento de los linces, asimismo, son identificados a partir de sus rasgos fsicos, que inclusive expresan
48 Testimonio 200626 49 Testimonio 314115 50 Testimonio 322024 51 Testimonio 322022 52 Entrevista BDI-190, Base de datos interpretativa de la CVR. 53 Testimonio 100127 117 libertad: "eran como nosotros con ropa as, pero los linces eran altos, gringos, con ropa verde, botas, con caras libres". 54
En la sierra central, asimismo, se describe a los morocos como altos y gringos:
Estbamos llorando de miedo, los morocos nos encontraron y uno de ellos nos dijo: 'concha su madre, salgan de ah carajo, terrucos de mierda'. Ese moroco era alto, gringo, estaba vestido de militar, le decan teniente. Despus de este hecho los soldados procedieron a reunir a la comunidad en la escuela, estuvieron encerrados todo el da, los nios lloraban de hambre, la gente lloraba de miedo. Ellos nos decan que nos iban a quemar vivos, porque ellos crean que todos ramos terroristas. 55
Sin embargo, al interior de las Fuerzas Armadas estos morocos vistos por los campesinos como altos y gringos- eran objeto de tratos discriminatorios y maltratos por parte de los oficiales. En la Provincia de Leoncio Prado, Huanuco, un testimoniante que describe el ingreso del ejrcito a su localidad, transmite el sentimiento de inaccin generado entre la poblacin por el hecho de tratarse de gringos y extranjeros ante los cuales no podan hacer nada:
[] todos los militares eran gringos extranjeros. El Fiscal de Tingo Mara me dijo en esa oportunidad que ellos son gringos, no s de qu pas han venido a combatir terrucos, esos no creen en nada. Nosotros tambin sabamos que eran gente mala. Como no son peruanos no sienten nada. Mataban a las personas, los encostalaban y desde los helicpteros los botaban al ro o por los montes. El mismo Juez nos dijo: 'As es, todos los jefes y la tropa son gringos', con todo eso ya no pudimos hacer nada. 56
A su vez, un testimonio de Acosvinchos, Ayacucho, describe un grupo de militares con un capitn alto, gringo, de ojo celestes, bien agarrado. Lo primero que hemos notado de ese hombre, es que no pareca peruano. 57
La identificacin entre los rasgos fsicos y el origen tnico y social, llega hasta el nivel de atribuir a los gringos, altos y blancos condicin de extranjeros. Este continuo resulta exactamente inverso al de la otra orilla tnica, que asimila la condicin de indio, mestizo y serrano con lo peruano. Muchas veces, la descripcin de los otros recubre problemas y conflictos locales, como en el caso de un testimoniante que relata la identificacin de un militar que quiso ahorcarlo. Refiere que era un gringo, crespo, de estatura mediana, mi padre lo reconoci, dice que era el hijo del
54 Testimonio 200737 55 Testimonio 311010 56 Testimonio 417522 57 Testimonio 201394 118 hacendado que fue asesinado en la hacienda de Ayzarca. 58 Este testimonio, a su vez, muestra la imbricacin de la diferencia racial y tnica con otros conflictos econmicos y sociales.
Racismo y seleccin de vctimas La exteriorizacin racial no solamente sustent las imgenes y percepciones que las vctimas tenan de sus atacantes, a quienes consideraban extraos y hasta extranjeros. Tambin oper como criterio usado para la seleccin de vctimas. Al respecto, resulta ejemplificador el caso de Julio. 59 El era estudiante de psicologa en la Universidad de San Marcos y se desempeaba adems como profesor en un colegio de educacin primaria. Durante sus ratos libres participaba en las actividades parroquiales de su barrio. El 19 de junio de 1991, da conmemorado como fecha importante por Sendero Luminoso, ocurri un atentado que gener un operativo policial en el cual Julio y otras personas fueron detenidos como sospechosos. En la comisara de Mirones fueron torturados: "nos pisaban los dedos de la mano, jugaban con las armas, nos golpeaban, caminaban encima de nosotros, peda llamar a mi casa y me metieron un culatazo en el ojo. Posteriormente, junto a otros detenidos, fue trasladado a otras dependencias policiales como el cuartel militar de la Avenida del Ejrcito, la dependencia de criminalstica en la Av. Aramburu y la Direccin Nacional contra el Terrorismo (DINCOTE). En dichos traslados eran maltratados y amenazados de muerte: Amedrentaban con canciones: "vamos a la playa, oh, oh, oh", seal de llevarnos a la playa para eliminarnos y aplicar la ley de fuga". Al ser enviado a la Carceleta del Palacio de Justicia, donde estuvo recluido durante un mes, los policas le mencionaron que a pesar de la ausencia de pruebas en su contra, sera encarcelado definitivamente en el penal de Castro Castro pues sus antecedentes "eran ideales para ser miembro de Sendero Luminoso: hijo de padres ayacuchanos, hablaba ms o menos quechua, estudiaba en la UNMSM, y viva en el Callao". Este testimonio grafica el uso de criterios tnicos y raciales por parte de las fuerzas del orden -sobre todo durante los momentos ms agudos del conflicto- para la identificacin de los presuntos subversivos. El perfil ideal del senderista era el de Julio: vivir en un barrio popular, ser joven, estudiante y provinciano era considerado sospechoso. El origen social y tnico, evidenciado a travs de los rasgos fsicos, constitua la evidencia de la presunta pertenencia a Sendero Luminoso.
2.2.2.4. Agentes estatales, discriminacin y violencia
58 Testimonio 201443 59 Testimonio 100191 119 Desde inicios de 1983 la guerra se intensific en Ayacucho y otros departamentos del pas. La imposicin del "nuevo orden" senderista coincidi con la militarizacin del conflicto y la implementacin de la denominada "guerra sucia". El uso de la violencia indiscriminada, la sucesin de innumerables ejecuciones extrajudiciales, violaciones, desapariciones y detenciones arbitrarias, fueron justificadas por el sentido comn -sumamente extendido entre los efectivos militares- sobre la supuesta inferioridad de los indios. Las Fuerzas Armadas actuaron con mucho desprecio tnico, racismo y ferocidad, aplicando la doctrina de "guerra interna" para combatir a un enemigo que, al estar mimetizado con el resto de la poblacin, apareca como invisible. Esto es relatado por el General Adrin Huamn Centeno, jefe del Comando Poltico Militar de Ayacucho durante casi todo el ao 1984:
Estbamos acostumbrados a hacer guerra convencional, es decir a saber dnde est el enemigo... pero en este caso no, pero dnde est el enemigo?, no se ve, a quin vamos a atacar... El manual de guerra revolucionaria y contrarrevolucionaria estuvo disponible para toda la FFAA desde los aos 60, la dificultad en este caso especfico de quienes no hablan quechua, es otra cultura, entonces es difcil comunicarse con la gente, con el indio que constituye el Ejrcito Revolucionario Popular. 60
Lo mismo ocurri tambin en otras zonas de violencia, como relat un ex - miembro de la PNP en la Audiencia Pblica de Tingo Maria:
El enemigo no se vea, no es fcil. En una guerra convencional t ves al enemigo y sabes quin es. Pero en esta guerra subversiva t no ves al enemigo pero el enemigo si te ve a ti, porque t eres blanco, porque ests con el uniforme. Es as que a veces uno tena que desconfiar de su propia forma. As nos prepararon, as nos prepararon. Ahora comprendo a muchos combatientes, nos prepararon para enfrentarnos al enemigo, pero no nos prepararon para enfrentar esta situacin en la que estamos. 61
En Ayacucho, los militares destacados a combatir la subversin desde inicios de 1983, con efectivos que provenan de departamentos de la costa y selva, fueron vistos como un ejrcito extranjero. En diversos testimonios se describe a los militares como extraos, extranjeros o pertenecientes a otra nacin. Un testimonio que relata los crmenes y abusos cometidos por los infantes de marina en comunidades del distrito de Luricocha en 1983 seala que debido a que algunos comuneros estaban metidos con el terrorismo los marinos, que han venido de otra nacin, los han matado". 62
60 Palabras del General Adrin Huamn Centeno en la entrevista realizada por la CVR el 3 de abril de 2003. Estas palabras revelan, adems, que las Fuerzas Armadas consideraron que la composicin social de Sendero Luminoso era indgena. 61 Testimonio del sargento de la PNP, seor Jos Rafael Vives Angeles, brindado en la Audiencia Pblica de Tingo Mara, el 8 de agosto de 2003. 62 Testimonio 200551 120 La descripcin de los militares como extranjeros es uno de los casos extremos de separacin y distincin de los otros por parte de las vctimas, correspondiente sobre todo a los primeros aos de la intervencin militar en Ayacucho, pero que en gran medida se reprodujo en otras regiones a medida que el conflicto se fue extendiendo. 63 Otro caso extremo de distincin basada en criterios raciales, que respondi a la alteracin grave de los patrones culturales andinos, fue la psicosis colectiva que entre 1987 y 1988 se apoder de los barrios populares de Ayacucho, presentando a los senderistas como pishtacos monstruosos, de formas semihumanas, dedicados a extraer los rganos vitales de sus vctimas. Un tiempo despus, en las zonas populosas de Lima tambin se registraron casos de pishtacos, pero en este caso se trataba de gringos que extraan la grasa humana o algunos rganos como los ojos. 64
El desprecio hacia los ayacuchanos, considerados como serranos, cholos e indios, se acrecent debido al temor por el accionar cruel de Sendero Luminoso. Esto condujo a que los llamados a defender a la poblacin civil, cometieran crmenes de lesa humanidad bajo la presuncin de que muchos civiles que tenan el prototipo ideal del senderista, efectivamente lo eran. El temor hacia los senderistas gener un suerte de miedo al otro que se extendi al conjunto de la poblacin ayacuchana, especialmente rural e indgena. Debido a ese temor, las autoridades militares encargadas de la lucha contrasubversiva suspendieron la tradicional leva 65 en Ayacucho y departamentos vecinos. Con esto buscaban evitar que se incorporen al ejrcito jvenes campesinos quechua hablantes la inmensa mayora proveniente de comunidades- pues eran considerados como subversivos o potenciales subversivos debido a su origen y pertenencia tnica. Un testimonio que describe la falta de comprensin entre militares y campesinos, debido a las diferencias lingsticas y de origen geogrfico, menciona la suspensin de la leva como muestra de la marginacin que sufrieron los ayacuchanos al ser impedidos de servir a la patria:
[]el ejrcito vena con otra reaccin y esa vez los huantinos ni siquiera eran pues la tropa ni los reclutas ac en Huanta, porque todo Ayacucho y parte de
63 El anlisis de las dinmicas regionales de violencia permite constatar que el conflicto tuvo -a pesar de su diferenciacin espacial y temporal- un desarrollo semejante en cada uno de los escenarios regionales que abarc, atravesando por tres fases sucesivas. Durante la primera fase, los grupos subversivos desarrollaron sus acciones iniciales, desatando de esa manera la violencia sin encontrar una respuesta eficaz de las fuerzas policiales. En la segunda fase, caracterizada por el ingreso de las fuerzas armadas, se desarrollaron acciones de represin indiscriminada sin apoyo de la poblacin, las cuales incrementaron la violencia y las violaciones a los derechos humanos individuales y colectivos. La tercera fase consisti en la aplicacin de una estrategia selectiva por parte de las fuerzas del orden, las que en alianza con los Comits de Autodefensa lograron derrotar a los grupos subversivos. Esta dinmica ocurri en todas las regiones que fueron escenario de la violencia, con la nica excepcin del departamento de Puno, donde, desde el inicio de la violencia, existi un tejido de organizaciones sociales que constituy una fuerza poltica local que actu decididamente frente a la subversin. 64 Portocarrero (1991). 65 Reclutamiento forzoso de jvenes campesinos por el ejrcito, que luego eran conducidos a los cuarteles para cumplir el servicio militar obligatorio. Desde el siglo XIX, la leva fue uno de los principales mecanismos de incremento de efectivos utilizado por el ejrcito. El servicio militar se convirti, asimismo, en una experiencia fundamental en la vida campesina, siendo valorado en las comunidades como una verdadera prueba de adultez. Constituy, tambin, una forma sumamente influyente de vinculacin con el Estado y de identificacin nacional. 121 Andahuaylas, todos ellos estaban marginados como subversin, no tenan por qu entrar ni siquiera a servir a la patria, y la gente que vena ac era pues del norte. Estos soldados no comprendan ni el quechua ni la vivencia misma de ellos, y entonces por tal motivo causaban tambin daos por que no comprendan, de repente una persona humilde, que no comprende quechua suplicaba, rogaba y entonces el otro no comprenda, de repente en eso vena el atropello. 66
El testimonio de Juliana, campesina de una comunidad ayacuchana que fue reubicada forzosamente en la Agrupacin de Pampacancha, tambin resulta esclarecedor al respecto: un da muchos navales 67 llegaron de Huanta, donde reunieron a toda la poblacin y empezaron a hablar en castellano. Ellos no entendan, mucho menos saban hablar, dijeron que todos los de esta comunidad son terrucos y nos llevaron a todos a un lugar denominado Pampacancha. 68
Al no ser considerados ciudadanos, los campesinos quechuas resultaban disminuidos por su diferencia cultural y lingstica frente al resto del pas; se les negaba su condicin de personas y se les vea prcticamente como objetos desechables. La prctica sistemtica de la tortura refleja la inhumanidad que acompa a la violencia tnica implcita:
[] en la noche ya comenz la tortura, ...con gente del ejercito, de Alfa, un tal Juan Carlos inclusive me dijo: tu eres moreno y yo soy de otra raza, yo soy de una raza gringa, tengo ojos verdes y ahora te voy a hacer hablar todo lo que sabes... de la tortura que me hacan ahogndome, que me hacan con ace, aj, echaban eso y me calentaban y me vendaban y me ahogaban amarrndome en una tabla, despus me colgaban, me metan corriente a los testes, en Los Laureles todas esas cosas fue lo que paso 69
El da 28 al cuartel vino un gringo alto y velludo, dijeron que era el mayor Llatas; me pate, golpe y me puso corriente por el testculo, luego pensaron meterme al horno caliente que existe en el cuartel; en s, me llevaron a su puerta y me metieron pan caliente a mi boca y me dijeron: Habla terruco, luego quisieron cortar mi oreja; despus me dispararon pero sin bala, hicieron 3 veces; me qued traumado, ya muerto en vida. El da 29 junto con los dems presos, como diez que hemos sido nos colgaron. 70
El racismo y los prejuicios tnicos llevaron a algunos miembros de las fuerzas del orden a realizar acciones que desde su perspectiva estaban justificadas, debido a que sus vctimas eran campesinos humildes que hablaban un idioma desconocido. En una de las entrevistas realizadas por la CVR, un ex infante de marina relata cmo en una base militar la desaparicin de detenidos se convirti en una actividad rutinaria:
66 Entrevista BDI-II 267, Base de datos interpretativa de la CVR. 67 Con este trminos los campesinos suelen referirse a los infantes de marina, para distinguirlos de los miembros del ejrcito y la polica. 68 Testimonio 20543 69 Entrevista BDI-I 396. Base de datos interpretativa de la CVR. 70 Testimonio 202130 122
- Entrevistador: Entonces, haba solamente 20 detenidos por noche? - Infante: Bueno, eso era lo mnimo. -Entrevistador: Y qu hacan con ellos? -Infante: Los mataban y los enterraban lejos. Lo hacan los operativos. Los llevaban en una camioneta blanca y una roja que el Ejrcito prest, eran de esas que creo que la llaman pick up. 71
El mismo entrevistado relata la represin indiscriminada que sufri la poblacin del distrito de San Jos de Secce, Ayacucho, en represalia por la emboscada senderista contra una patrulla de infantes de marina. Se desat, sobre todo, contra los jvenes de las comunidades:
Una vez nos llamaron de emergencia porque haban emboscado una patrulla que sali de San Jos de Secce a un sitio que se llama Juncos. All los emboscan, hubo un enfrentamiento y supuestamente los infantes dominaron la situacin, pero uno de los terroristas heridos dispara y le pega a una instalaza de un infante, l vuela y otros que estaban cerca de l. A raz de ello se produjeron unos excesos en la misma ciudad y en los pueblitos que se encontraban por ah. Hubieron gente que los mataban por las puras. En la calle. Cruzaban la calle y les gritaban: "t sabes algo" y los mataban, porque cuando se busca uno no sabe si es o no. A raz de eso la gente se fue ms; hasta nosotros decamos: "pucha, si yo fuera civil yo me escapo". Ser joven all era que o te agarraba Sendero o te agarraba la Fuerza Armada como senderista. 72
Durante estos aos crudos de la violencia en Ayacucho, inmediatamente posteriores al ingreso de las Fuerzas Armadas al conflicto, los campesinos quechua hablantes se hallaron entre dos fuegos, careciendo completamente de derechos ciudadanos. El racismo gener prcticas de seleccin e identificacin de las vctimas, ante las cuales muchas veces resultaba intil invocar la condicin ciudadana. Una testimoniante de Aymaraes, Apurmac, relat los maltratos sufridos al visitar a su padre detenido: en la PIP haba un capitn de apellido Martnez que me deca "chola de mierda a qu vienes. Ese viejo terrorista no va salir de ac, vamos a matarlo aqu mismo. Te vamos a cortar a ti tambin terruca de mierda, a qu vienes". Posteriormente, ante su insistencia por demostrar que su padre era inocente, dicho capitn le pidi su documento de identidad y le dijo: "esta no es tu foto, no eres t ac en el documento, no es tu huella", y la detuvo. 73 Este acto resulta sumamente revelador: la mujer que reclamaba sus derechos era una campesina quechua analfabeta; por ello, poda ser anulada e invisibilizada como ciudadana justamente en aquello que refleja esta condicin: los documentos de identidad. Son mltiples los testimonios recogidos por la CVR que relatan cmo las fuerzas del orden requisaban o rompan en pedazos los documentos de identidad de humildes campesinos indgenas y
71 Testimonio 100223 72 Testimonio 100223 73 Testimonio 500929 123 jvenes mestizos, quienes al ser vistos como sospechosos de ser senderistas eran, de esa forma, anulados como personas y ciudadanos:
[] un da mi pap decide regresar a Accomarca para la cosecha; es all cuando es capturado por los militares diciendo viejo terruco, le quitaron su libreta electoral y ahora me acompaas a Vilcas; esos militares venan de patrulla, traan artefactos, cosas de valor, ropas. A mi pap le entregan todo: ya carajo!, viejo, lleva esto a Vilcas en tu burro. As mi padre llev las cosas robadas en su burro y tambin cargaba en su poncho, jalando un torete robado. 74
Esto tambin ocurri en las ciudades, tanto en provincias como en Lima, donde la condicin de senderista o subversivo fue vinculada por los policas y militares con los rasgos fsicos propios de los cholos, ms an cuando se trataba de personas -sobre todo jvenes- de origen social modesto, y que a pesar de ello haban logrado acceder a estudiar en las universidades. Un testimoniante cuenta la requisa de su documento de identidad y su posterior detencin en Huancavelica:
[...] el otro, ms insolente, me dijo: Ya! Tienes que acompaarnos! Yo insist: mi libreta. No quiso darme, y sacaron su revolver. Nosotros somos policas, por tanto, tienes que ir delante, por que si no atente a las consecuencias. Yo saba para esto cmo es la accin de los soldados, eran todopoderosos, nadie poda decir a veces en contra, ni siquiera decir una palabra fuerte. Obedec, nos vinimos hacia el centro de la ciudad... 75
Otro testimonio revela cmo en un barrio popular de Lima ser joven y universitario prcticamente equivala a ser terrorista:
Mi hijo que era universitario se haba ido por el mercado y cruz con ocho militares en fila. Le dijeron: acredtate. Y l se acredita. Y viene otro y le dice: acredtate, de nuevo saca, vuelve a que se acredite. La cuarta vez l le dijo qu espesos son ustedes. Y viene uno y le mand un puete a mi hijo, el otro se agarr, porque le quit su libreta electoral, le quit su carnet universitario, le dijo: t eres terrorista. 76
2.2.2.5. Ideologa y nuevo orden senderista
Como hemos visto, las relaciones tnicas y raciales tuvieron un papel preponderante en la formulacin de imgenes y el desarrollo de conductas violentas por parte de los actores implicados en el conflicto. Sin embargo, resulta sorprendente constatar la ausencia de alusiones explcitas al factor tnico y racial en las propuestas ideolgicas de las diversas fuerzas en pugna. 77
74 Entrevista BDI-I P28. Base de datos interpretativa de la CVR 75 Entrevista BDI-II P54. Base de datos interpretativa de la CVR 76 Entrevista BDI-I P241. Base de datos interpretativa de la CVR. 77 Sobre la ideologa de las Fuerzas Armadas y policiales vanse los captulos correspondientes. 124 La ideologa poltica de Sendero Luminoso fue formulada en trminos exclusivamente clasistas. Ninguno de sus documentos incluye referencias al tema tnico. Esto fue corroborado en las entrevistas realizadas por la CVR con los principales lderes senderistas. Osmn Morote Barrionuevo, por ejemplo, distingui en trminos tajantes lo que denomina como idealismo y la ideologa supuestamente cientfica de su agrupacin:
Las imputaciones demenciales fundamentalistas y milenaristas son completamente ridculas y sin fundamentos cientficos, comprensible s, en quienes atacan al marxismo y practican las concepciones idealistas, la supersticin, y desconocen el desarrollo histrico sujeto a leyes, desconocen el principio de que las masas hacen la historia y la relacin entre masas, partidos y jefe, y una jefatura definida por necesidad y casualidad histrica probada en la lucha de clase, concretada en nuestro caso en el presidente Gonzalo, quien representa fielmente los intereses del proletariado, su ideologa y poltica. 78
Esa visin ortodoxa y cerradamente clasista, condujo a los senderistas a considerar a los campesinos como miembros de una clase explotada, diferenciando estratos de campesinos ricos, medios y pobres, al margen de sus tradiciones histricas, valores culturales, idioma, costumbres y formas cotidianas de organizacin. Para los lderes senderistas, la base social de su guerra popular la constitua, justamente, el campesinado pobre en tanto clase:
[]la inmensa cantidad de compaeros muertos que tenemos, son de origen campesino pobre. Primero porque ellos se incorporaron y han dado el grueso de nuestra accin y le dieron el carcter de guerra campesina que ha tenido desde que se inici. Pero la otra cuestin es sta: del parte del Estado, por qu la lnea poltica y genocida se centr contra el campesinado? Porque era la base social principal sobre la cual actubamos y en la medida que a nivel social se ha ido extendiendo a otros sectores, esa lnea poltica y genocida se ha extendido, centrado en contra de ellos. Es la vieja tctica de quitar el agua al pez, que la conocemos desde antes de la guerra de Vietnam. 79
De acuerdo a esa visin clasista, los senderistas vieron muchas veces en los campesinos medios y ricos a sus oponentes de clase, no advirtiendo de ese modo los elementos culturales comunes que a pesar de su diferenciacin socioeconmica- compartan los diferentes estratos del campesinado. De esa manera, muchos campesinos que desde una visin desde adentro del mundo rural podan ser considerados ricos -pero que desde una mirada desde afuera podan considerarse tan pobres como los dems- resultaron convertidos en aquellos gamonales y gamonalillos, base del poder estatal reaccionario en el agro 80 contra los cuales los militantes senderistas descargaron
78 Entrevista BDI-I 252. Base de datos interpretativa de la CVR 79 Entrevista con Osmn Morote Barrionuevo. Entrevista BDI-I 820. Base de datos interpretativa de la CVR. Abimael Guzmn describi en trminos similares, estrictamente clasistas, la composicin social de Sendero Luminoso en la denominada entrevista del siglo: Participa principalmente el campesinado, pobre en especial, como combatientes y mandos en los diferentes niveles, de esa manera participan. Los obreros de igual forma aunque el porcentaje que ahora tenemos es insuficiente. (Guzmn, 1988). 80 PCP-SL (1982). 125 toda su furia y violencia. 81 Al actuar de ese modo, Sendero Luminoso asemej a los campesinos acomodados de las comunidades rurales con los propios mistis venidos a menos despus de la reforma agraria, imponiendo as su fanatismo ideolgico sobre la compleja realidad campesina, e invisibilizando los componentes culturales y tnicos de la estratificacin socioeconmica rural. Sin embargo, en la prctica, resulta evidente que las acciones senderistas fueron alimentadas por los componentes tnicos y raciales que permean a la sociedad peruana, as como por las sensibilidades raciales y de provincia. 82 Muchos testimonios recogidos por la CVR documentan la distancia existente entre la ideologa oficial de Sendero Luminoso y las acciones desarrolladas por sus militantes, bastante teidas de sentimientos y percepciones raciales, tnicas y regionales. Estos rasgos operaron sobre todo en el plano microscpico de la lucha poltica cotidiana, en espacios tan diferentes como las comunidades rurales, universidades, sindicatos y barrios populares, en ntima relacin con el factor clasista, pero a veces con preeminencia sobre l, a travs de diversas conductas como maltratos en general, hielos y agravios debido al color, status y origen- que produjeron en algunos casos una sensacin de agravio muy grande. 83
Sendero Luminoso desarroll una prdica poltica basada en la mistificacin de su ideologa, postulada como pensamiento "cientfico". La posesin de dicho saber -el "pensamiento gua"- fue asumida como garanta de la invencibilidad de su "ejrcito popular" y de la infalibilidad de su proyecto social de "nuevo orden". Dicha estrategia reprodujo la vinculacin entre dominacin tnica y conocimiento proveniente de la sociedad andina tradicional, aunque de manera invertida: el conocimiento ya no era utilizado como fuente de legitimacin de la desigualdad tnica, sino ms bien como la va para superar dicha situacin, la "garanta cientfica del triunfo" encarnada en el partido y el presidente Gonzalo. En diferentes documentos senderistas, se menciona en trminos mistificatorios a la todopoderosa ideologa cientfica del proletariado, todopoderosa porque es verdadera. 84
Ante la poblacin indgena, este discurso de la ciencia senderista, asumido fanticamente por sus jvenes militantes ilustrados, apareca cargado de cierta aura de legitimidad y atraccin. El discurso cientfico de quienes haban pasado por la escuela y las universidades, result simblicamente potente en un mundo andino rural en el cual haba ganado amplio terreno el mito de la escuela, segn el cual acceder a la escritura significaba dejar la oscuridad. Pero al mismo tiempo, resultaba completamente distante y extrao a la cultura campesina, como se constata en mltiples testimonios como el siguiente:
Vinieron al pueblos jvenes con armas, mas de ciento ochenta, hicieron reuniones por espacio de dos das y eligieron algo de cuatro jvenes. Pero eso si para nosotros
81 Al actuar de ese modo, Sendero Luminoso asemej a los campesinos acomodados de las comunidades con aquellos mistis afectados por la reforma agraria. 82 Stern (1999: 455). 83 Ver ms adelante el caso de Miguel, en la seccin de casos ilustrativos. 84 PCP-SL (1988). 126 fue un choque tremendo, porque nunca habamos visto, ni escuchado este tipo de ideas que manifestaban en la reunin. Creo que era muy distinta a nuestra costumbre como indgenas que somos de otra tradicin; hemos practicado otra cultura, la cultura sana, entonces fue algo diferente. 85
El otro lado del culto senderista a su ideologa pretendidamente cientfica, fue el irrespeto absoluto por la cultura, conocimiento y costumbres campesinas. El testimonio de Mara, quien relata el asesinato colectivo sufrido por su comunidad, luego del cual fue reclutada por los senderistas, resulta sumamente esclarecedor: "ya estaba amaneciendo, y como a las 4 de la maana los terroristas casi haban terminado de matar a todos. A los nios ms pequeos y en edad de lactancia tambin los haban matado. Los terroristas hicieron el siguiente comentario: aqu van a quedar slo los inteligentes, y los que no son, morirn. Los senderistas procedieron a interrogar a los nios sobrevivientes, y entre ellos a Mara, preguntndoles: "haber t, qu sabes". Recordando lo que haba aprendido en el corto tiempo en la escuela, ella les mostr que saba las 5 vocales, ante lo cual comentaron: "esta chiquita es inteligente, tenemos que llevarla para que despus sea jefe de nuestro grupo". De ese modo, segn cont a la CVR, de las 300 personas que mataron, slo quedamos aproximadamente 10 nios y nos desataron medianamente para llevarnos". 86
Sendero Luminoso emple la misma forma de violencia vesnica propia del orden gamonal terrateniente que deca combatir. Al desarrollar sus acciones, los senderistas potenciaron su ideologa vanguardista marxista leninista con el autoritarismo, la discriminacin tnica y el racismo de la sociedad andina tradicional. Reemplaz la relacin vertical misti/indio por la de partido/masa. De all el irrespeto por la vida de millares de campesinos indgenas -la "masa", de acuerdo a la ideologa senderista- que fueron reclutados forzosamente para facilitar el desplazamiento y el accionar de las columnas. Estas miles de vctimas annimas sufrieron las consecuencias de las campaas senderistas y la implantacin autoritaria de su "nuevo orden", que prolong el desprecio de origen "misti" por las tradiciones culturales y las formas de organizacin comunitarias. Al alcanzar cierto grado de concrecin en algunas zonas de territorio nacional, el proyecto senderista de constituir un nuevo estado reprodujo, as, el profundo abismo tnico propio del conjunto de la sociedad peruana. La imposicin del nuevo orden senderista alcanz su mayor crueldad en dos escenarios bastante diferentes: entre las comunidades quechuas ayacuchanas, durante los primeros aos de violencia, y posteriormente, entre las comunidades ashninkas de la selva central. Esto ocurri en el marco de diferentes contextos regionales de violencia. Entre las comunidades ayacuchanas, la respuesta campesina ante la imposicin del nuevo orden senderista transit de una situacin de aceptacin y desconfianza pasiva al principio hacia
85 Entrevista BDI-II 86. Base de datos interpretativa de la CVR 86 Testimonio 500127 127 una situacin de rechazo abierto y violento. 87 El enfrentamiento abierto entre los campesinos y Sendero Luminoso fue desatado por la vesana senderista y su desprecio a la realidad cultural y tnica comunitaria, pues el nuevo orden impuesto por el partido eliminaba la idiosincracia local, reprima la autoridad comunitaria, las fiestas, el culto religioso, las ferias, etc. 88
A medida que Sendero Luminoso fue imponiendo su "nuevo orden" con amenazas y asesinatos de autoridades comunitarias como presidentes de comunidad y tenientes gobernadores- as como de comuneros ricos, la pasividad campesina se transform en un enfrentamiento abierto, que en algunas zonas alcanz las caractersticas de una rebelin multicomunal, como ocurri entre las comunidades iquichanas de las alturas de la provincia de Huanta hacia fines de 1982 e inicios de 1983. 89 Posteriormente, el rechazo generalizado se canaliz en la formacin de rondas y Comits de Autodefensa que en alianza con las fuerzas del estado, lograron derrotar a Sendero Luminoso. El otro lado de esta historia fue el fenmeno del desplazamiento. El xodo forzoso de millares de familias campesinas que huyeron de la violencia, dejando sus tierras y hogares para dirigirse a las ciudades en bsqueda de proteccin. Pero fue entre las comunidades ashninkas de la Selva Central donde la imposicin cruel del nuevo orden senderista alcanz mayor intensidad, generando una situacin de terror y violencia que afect a estas poblaciones nativas. Entre la segunda mitad de la dcada del 80 y los primeros aos del 90, alrededor de 6,000 ashninkas fallecieron, mientras que 10,000 fueron desplazados y unos 5,000 fueron cautivos de Sendero Luminoso. Asimismo, alrededor de 30 a 40 comunidades fueron desaparecidas y se hicieron por lo menos 60 fosas comunes. 90 La magnitud de esta tragedia puede apreciarse si consideramos que el total de la poblacin de este pueblo indgena alcanzaba, al inicio de la violencia, un total de 55,000 a 60,0000 personas. Alrededor del 10% de la poblacin ashninka muri por el impacto de la violencia. 91
En la selva central, regin a la cual corresponde estos hechos, la violencia se concentr sobre todo en las provincias de Satipo y Chanchamayo (departamento de Junn), Oxapampa (departamento de Pasco) y en la zona del Gran Pajonal (departamento de Ucayali). Sendero
87 Ver los estudios de caso de las comunidades de Lucanarmas, Huancasancos y Sacsamarca. 88 Esto no ocurri solamente en comunidades rurales de Ayacucho, sino tambin en escenarios urbanos donde Sendero Luminoso logr instalar sus comits populares abiertos, controlando autoritariamente la vida cotidiana de los pobladores. (ver el estudio en profundidad sobre la poblacin de Raucana) . 89 Ver el estudio en profundidad sobre la comunidad de Uchuraccay. 90 Datos tomados del estudio en profundidad: Los pueblos indgenas de la Selva Central y el conflicto armado interno. 91 Otros pueblos indgenas que se vieron envueltos en menor medida en la vorgine de violencia, fueron los Yanesha, Nomatsiguenga, Cashibo-Cacataibo y Shipibo-Conibo. Los dos primeros fueron afectados por residir en territorios anexos a los de las comunidades Ashninkas. En el caso del pueblo Yanesha, esto ocurri sobre todo en los valles del Peren y el Pichis de las provincias de Chanchamayo y Oxapampa, donde tuvo presencia el MRTA. En el caso del pueblo Nomatsiguenga, en la provincia de Satipo, donde tuvo presencia Sendero Luminoso. Los pueblos Cashibo-Cacataibo y Shipibo-Conibo, ubicados en la regin Nororiental, fueron afectados de manera tangencial por la violencia, la cual se desarroll en las provincias de Padre Abad, Coronel Portillo, Atalaya y Purus en el departamento de Ucayali, as como en las provincias de Puerto Inca en el departamento de Huanuco, y de Ucayali en el departamento de Loreto. Ambos pueblos fueron reacios a inmiscuirse en el conflicto, logrando defender sus territorios tnicos ante el asedio de los subversivos y narcotraficantes, para lo cual movilizaron una serie de recursos materiales y simblicos, como el uso de la incomunicacin idiomtica o la imagen de guerreros usada por los Cashibo-Cacataibo para atemorizar a los subversivos (Ver los estudios a profundidad respectivos). 128 Luminoso logr alcanzar cierto arraigo, sobre todo por los maestros de escuela y los jefes de algunos clanes familiares, a quienes convencieron para incorporarse a sus filas, logrando as movilizar a sus comunidades. La presencia senderista encaj con el mito indgena del retorno de Itomi Pav, que pareca encarnarse en la promesa utpica de constituir una nueva sociedad y permitir el acceso a bienes externos como dinero, casas y carros. La dominacin total senderista 92 alcanz su mayor intensidad entre aquellas comunidades capturadas en los valles de los ros Ene y Tambo y reasentadas por la fuerza bosque adentro, donde vivieron bajo un rgimen totalitario absoluto impuesto por los mandos senderistas. El nuevo orden lleg al extremo de prohibir las manifestaciones de tristeza y la falta de apetito, por considerarlas sospechosas, lo mismo que las manifestaciones afectivas como reuniones familiares y visitas, que pretendieron ser suplantas por la rgida disciplina partidaria y el cumplimiento de las rdenes de los comisarios. El nuevo estado de Sendero Luminoso implic la esclavizacin y servidumbre de los ashninkas, as como la supresin de su diferencia cultural y tnica. El siguiente testimonio grafica esta situacin:
[]estbamos largndonos, pero como el perro huele sigui el rastro y nos encontraron en el monte y nos dicen que hagamos chacra, que sembremos yuca, nosotros vamos a luchar, ustedes no van a hacer nada, pero todo era mentira, nos decan que ac nadie va hacer ms o menos, todos vamos a vestir igual, nadie va a vestir con lujo, vamos a comer igual, nadie va a comer carne ms grande pero todo es mentira ellos comen mejor, su ejercito de 18 17 aos ellos comen puro caldo y los jefes pura carne, a que igualdad se referan, eran una falla. Siempre me vigilaban, yo les digo a unos paisanos, vamos a escaparnos y cogimos el cerro y llegamos al ro Ene, ah hemos hecho el campamento pero nos siguieron y nos encontraron otra vez ya no hay libertad no es como ahora que cuando queremos tomar masato lo hacemos, cuando queremos comer carne, comemos pero ellos ponen hora, nadie puede agarrar una yuca y si lo hacen ya le estn tirando en el cuello y uno tiene que aguantar, y si dices algo ya te matan, ya no comes a tu gusto cuando uno est libre. A m no me naci esa poltica, yo creo en la religin evanglica, yo siempre llevaba mi Biblia y un da me vieron y me dijeron y esto para qu, lo agarr y lo quem es un abuso grande de ah me sal y cruce Chumabene, ah estaba slito y otra vez me encontraron, pero felizmente los ronderos vinieron por Chumabene, por la boca, con una patrulla de 200 ronderos, yo me encontraba en la quebrada y me vieron escondido y de ah me llevaron al valle Esmeralda, por un ao estuve ah y despus me acomode en Kimbiri, sali una patrulla recogiendo a todos de Kimbire y otra vez regres, estuve 5 aos y despus ya me canso y vine a Tambo en la comunidad de Anapate. 93
Cabe destacar, asimismo, que esta fue la nica regin del pas en la cual la violencia lleg a convertirse en un conflicto tnico explcito, tras el levantamiento de los denominados Ejrcitos Ashninkas. Esto ocurri en dos momentos y lugares. El primero de ellos correspondi a la zona
92 Portocarrero (1993). 93 Entrevista BDI-I 412. Base de datos interpretativa de la CVR 129 del Gran Pajonal, donde en febrero de 1989 las comunidades decidieron enfrentar a Sendero Luminoso conformando el Ejrcito Ashninka del Gran Pajonal. Este grupo subversivo fue rechazado y desalojado violentamente de sus territorios por las comunidades alzadas en pie de guerra. El segundo momento ocurri en la zona del ro Pichis, donde el 8 de diciembre de 1989 un destacamento del MRTA asesin a Alejandro Caldern, quien eran pinkatzari, o sea, lder mximo de las 52 comunidades nativas del valle. Ante su muerte, las comunidades reaccionaron formando, de acuerdo a sus costumbres tradicionales de autodefensa, el denominado Ejrcito Ashninka del Pichis, compuesto por 2,000 a 2,5000 de nativos armados con arcos, flechas y escopetas de caza. Este ejrcito lleg a establecer puestos para controlar el trnsito en las principales vas que comunican a las ciudades de la zona, como Puerto Bermdez, Villa Rica, La Merced, Pichanaki y Satipo, llegando a controlar de manera total, aunque por breve tiempo, las ciudades de Puerto Bermdez y Ciudad Constitucin. Tambin empadronaron y carnetizaron a los nativos y colonos, como medida preventiva frente al ingreso de grupos forneos (Espinoza, 1995: 120). El Ejrcito Ashninka concluy sus acciones a fines de marzo de 1990, cuando consider que su territorio se hallaba controlado y libre de las acciones subversivas. Al igual que en la sierra, en la amazona la violencia abri diversos conflictos latentes. Uno de ellos fue el que enfrent a nativos contra colonos de origen andino. Se destaparon, asimismo, diversos problemas al interior de las comunidades, as como entre clanes familiares, que la presencia senderista contribuy a desarrollar. Entre las comunidades Ashninkas, al igual que haba ocurrido en Ayacucho, la violencia deriv en una guerra fratricida: bajo el paraguas del conflicto mayor que enfrentaba a los grupos subversivos y el Estado, se resolvieron violentamente diversos problemas y conflictos locales. 94 El testimonio de un nativo Ynesha que relata el ingreso del ejrcito Ashninka a su pueblo brinda evidencias de esta situacin:
[] el ejrcito Ashninka y Ynesha ingresan al pueblo a fines de 1990, cuando se levantan en armas y deciden exterminar a todos los que se identificaban segn ellos con el MRTA, sin importarles si eran colonos, sus propios hermanos, mujeres o nios. 95
2.2.3. El rostro de las vctimas
La mayora de muertos y desaparecidos reportados a la base de datos de la CVR (el 75% del total) tenan al quechua como lengua materna. Este porcentaje es tres veces mayor que el de las vctimas
94 En un taller sobre la violencia y el pueblo Ashninka, realizado por la CVR a fines de 2001, diversos participantes contaron cmo diversas comunidades Ashninkas se mataron entre s en el contexto de la violencia. 95 Testimonio 311733. 130 cuya lengua materna fue el castellano. 96 Sin embargo, de acuerdo al ltimo censo nacional realizado en 1993, slo la quinta parte del total de peruanos habla el quechua y otros idiomas nativos. Esta diferencia revela el grado de concentracin del impacto del conflicto sobre el sector quechua hablante del pas.
GRFICO 1
COMPARACI N ENTRE LOS MUERTOS Y DESAPARECI DOS REPORTADOS A LA CVR Y POBLACI N DEL CENSO NACI ONAL DE 1993, SEGN LENGUA MATERNA 0% 20% 40% 60% 80% 100% Porcentaje de v ctimas reportadas a la CVR CENSO 1993 Castellano Quechua FUENTE: CVR, INEI
Quines fueron estas vctimas annimas de la violencia? La mayora fueron campesinos quechua hablantes residentes en los distritos ms pobres de los departamentos del interior. La violencia afect con mayor intensidad a este sector de peruanos residentes en los mrgenes rurales de las regiones que fueron escenario del conflicto. Por ello, no resulta extrao que los apellidos ms frecuentes de las vctimas reportadas a la base de datos de la CVR sean Quispe y Huamn. El 7% del total de vctimas tena uno de estos dos apellidos. Entre las dems vctimas, siguen resaltando los apellidos de origen indgena, como Mamani, Taipe, Yupanqui y Condori. En las zonas amaznicas, sobre todo en la selva central, los apellidos ms frecuentes de las vctimas son tambin indgenas: Tintimani y Metzoquiani, entre otros. Todos los actores del conflicto, aunque en grados variables, fueron perpetradores de la violencia concentrada en este sector social. La mayora de vctimas de Sendero Luminoso, los agentes del Estado y los Comits de Autodefensa fueron quechua hablantes. La alta proporcin correspondiente a los Comits de Autodefensa refleja un rasgo del conflicto que ha sido destacado en mltiples testimonios brindados a la CVR: muchas veces los vctimarios y sus victimas tenan el mismo origen social, compartan el mismo idioma e incluso el mismo lugar de residencia. En diversos lugares, el conflicto quebr esta proximidad. La violencia fue un enfrentamiento que alcanz niveles fratricidas, como lo destacan diversos testimonios.
96 Consideramos las lenguas quechua y castellano, debido a que en conjunto comprenden a ms del 99% del total de casos registrados por la CVR, cubriendo prcticamente el total de la dimensin geogrfica del conflicto, mientras que las vctimas hablantes de idiomas nativos se concentraron de manera sumamente localizada en los departamentos amaznicos, y comprenden un porcentaje muy bajo de la base de datos. 131 PER 1980-2000: PORCENTAJES DE LOS MUERTOS Y DESAPARECIDOS SEGN AGENTE PERPETRADOR, POR LENGUA MATERNA 0% 20% 40% 60% 80% 100% PCP-SL AGENTES DEL ESTADO CADS MRTA Castellano Quechua Grfico 2.
Durante el transcurso del conflicto, el grado de responsabilidad de los perpetradores de muertes y desapariciones de personas quechua hablantes fue variable. Como se aprecia en el grafico 3, en un primer momento, durante los dos aos iniciales del conflicto, Sendero Luminoso fue el principal perpetrador. Posteriormente, en un segundo momento que se prolong hasta fines de la dcada del 80, las curvas correspondientes a este grupo subversivo y a los agentes del Estado son coincidentes. Pero despus el ndice de muertes causadas por los agentes estatales desciende mucho ms que el correspondiente a Sendero Luminoso. Este ltimo momento refleja el cambio de estrategia antisubversiva de las fuerzas del Estado, y su alianza con los Comits de Autodefensa.
Grfico 3. 132 PER 1980 - 1996: PORCENTAJE DE MUERTOS Y DESAPARECIDOS REPORTADOS A LA CVR CUYA LENGUA MATERNA ERA EL QUECHUA, SEGN AO DE OCURRENCIA DE LOS HECHOS, POR AGENTE RESPONSABLE 0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100 1980 1981 1982 1983 1984 1985 1986 1987 1988 1989 1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 Agentes del Estado Sendero Luminoso
Respecto a los datos sobre ocupacin, recogidos en el grfico 4, destaca el hecho de que la mayora de vctimas corresponden a personas que se desempeaban como campesinos, que en ambos grupos idiomticos representan a ms del 50% del total. El segundo lugar entre los quechua hablantes corresponde a quienes se desempeaban como autoridades (12,34%), pero entre los castellano hablantes -donde este porcentaje se reduce a la mitad- figuran sobre todo los vendedores y comerciantes (9,72%), seguidos de los trabajadores independientes (7,29%). Entre las vctimas de idioma castellano se encuentra, asimismo, un mayor porcentaje de estudiantes universitarios y de institutos superiores y tecnolgicos (5,20%), que solamente representan el 2,3% entre los quechua hablantes. A la superposicin ya sealada de origen tnico, pobreza y procedencia rural de las vctimas, se aaden los rasgos referidos a la ocupacin, pues el sector social campesino fue el ms golpeado por la violencia.
133 Grfico 4. PER 1980-2000: PORCENTAJE DE MUERTOS Y DESAPARECI DOS SEGN OCUPACI N, POR LENGUA MATERNA 0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 70% Estudiantes univ ers. y de IST Profesores Trabajadores independientes Otras ocupaciones Vendedores y comerciantes Amas de casa Autoridades Campesinos Quechua Castellano
Entre el grupo de autoridades, que constituye la segunda ocupacin mayoritaria de las vctimas quechua hablantes, se encuentran aquellos alcaldes distritales y provinciales, regidores, tenientes gobernadores y dirigentes comunales que muchas veces se hallaron entre dos fuegos. Mientras que para Sendero Luminoso estas personas representaban el viejo estado a eliminar, para las fuerzas del orden -sobre todo en los primeros aos del conflicto- eran sospechosos de avalar las acciones subversivas o de participar directamente en ellas, debido a su origen indgena. 97
Pero fue sobre todo Sendero Luminoso quien enfoc sus acciones contra quienes desempeaban cargos como autoridades. Resulta ilustrativo el caso de los dirigentes comunales: sobre un total de casi medio millar registrados como vctimas en la base de datos de la CVR, el 75% fueron muertos por este grupo subversivo, siendo vctimas de sus campaas dirigidas a batir el campo, suplantando a los poderes locales por sus comisarios. El grfico 5 muestra las notables diferencias de nivel educativo asociadas al origen tnico de las vctimas. Mientras que entre los quechua hablantes resulta significativo el porcentaje de analfabetos (24,63%), stos son un grupo minoritario entre las vctimas de idioma castellano (4,58%). En los niveles educativos superiores los porcentajes se invierten. Solamente el 6,55% de quechua hablantes accedi a educacin superior y el 9.98% logr culminar la educacin secundaria. En cambio, entre las vctimas de idioma castellano, el 14,11% realizaron estudios superiores y el 18,77% estudios secundarios. 134 Grfico 5.
97 El porcentaje de quechua hablantes entre las vctimas reportadas como autoridades a la CVR representa el 82% del total. PER 1980-2000: PORCENTAJE DE MUERTOS Y DESAPARECIDOS REPORTADOS A LA CVR SEGN IDIOMA MATERNO, POR NIVEL EDUCATIVO 0% 20% 40% 60% 80% 100% Castellano Quechua Superior Secundaria Primaria Analfabetos
Respecto al sexo de las vctimas, puede notarse en el grfico 6 que en ambos grupos la mayora rfico 6.
fueron varones. Pero entre los quechua hablantes el porcentaje de mujeres es mayor: alcanza el 21% del total, mientras que en el segundo grupo el 14% fueron mujeres. Esta diferencia refleja la mayor vulnerabilidad de las mujeres de lengua quechua, quienes son ms indgenas, ms pobres y ms excludas que los varones de su misma lengua.
G
LENGUA MATERNA, POR SEXO 0% 20% 40% 60% 80% 100% Castellano Quechua Masculino Femenino PER 1980-2000: PORCENTAJE DE MUERTOS Y DESAPARECIDOS SEGUN 135 La mayor parte de vctimas de ambas lenguas tenan entre 20 y 49 aos de edad. La violencia se concentr entre las personas jvenes y adultas, siendo menor el nmero de nios, adolescentes, adultos mayores y ancianos muertos o desaparecidos. Pero mientras Sendero Luminoso concentr sus acciones entre los adultos, los agentes del Estado lo hicieron entre los jvenes. La seleccin de vctimas no slo respondi a diferencias tnicas y sociales, sino tambin a la pertenencia generacional. La violencia de Sendero Luminoso -cuyos militantes fueron sobre todo jvenes- aloj tambin un conflicto generacional.
Grfico 7. a magnitud de la tragedia expresada en las cifras, puede observarse en los mapas que grafican la en geogrfico expresan tambin las disparid PER 1980-2000: PORCENTAJE DE MUERTOS Y DESAPARECIDOS SEGN GRUPO DE EDAD, POR AGENTES PERPRETADORES 0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% 35% 0 a 9 10 a 19 20 a 29 30 a 39 40 a 49 50 a 59 60 a 69 70 a + PCP-SL AGENTES DEL ESTADO
L intensidad espacial de los hechos de violencia de acuerdo a la lengua materna de las vctimas (ver mapas 1, 2 y 3). La comparacin de los mapas, permite apreciar la superposicin del origen tnico de las vctimas y la concentracin geogrfica del conflicto. Las vctimas de habla quechua se concentran en la sierra de los departamentos de Ayacucho, Junn, Huanuco, Huancavelica y Apurmac, que fueron el epicentro de la guerra. En cambio, las vctimas que hablaban alguna lengua nativa se concentran sobre todo en la selva central. En este caso, el mapa refleja la intensidad de la violencia sufrida por el pueblo Ashninka. En el Per, generalmente, las diferencias de orig ades sociales. No resulta extrao, por ello, que el anlisis del lugar de nacimiento de las vctimas revele una marcada concentracin regional. Un solo departamento, Ayacucho, concentra el 53 % del total de vctimas de todo el conflicto. El porcentaje restante se distribuye entre dos grupos de departamentos. Cinco de ellos -Huanuco, Huancavelica, Junn, Pasco y Apurmac- 136 concentran en conjunto el 25% del total de vctimas, mientras que los dems entre los cuales destacan San Martn y Ucayali- concentran a las vctimas restantes. En Ayacucho, el porcentaje de vctimas quechua hablantes es bastante mayor que en el resto del pas: comprende al 97% del total. Esta doble concentracin espacial y tnica- del conflicto, se refleja en el mapa 1, en el cual las provincias ayacuchanas presentan los ndices ms graves de violencia. 137 MAPA 1. PER 1980 2000. CANTIDAD DE MUERTOS Y DESAPARECIDOS DE IDIOMA MATERNO QUECHUA REPORTADOS A LA CVR SEGN PROVINCIA Nmero de vctimas 1 - 50 51 - 100 101 - 500 501 - +
138 MAPA 2. PER 1980 2000. CANTIDAD DE MUERTOS Y DESAPARECIDOS DE IDIOMA MATERNO CASTELLANO REPORTADOS A LA CVR SEGN PROVINCIA Nmero de vctimas 1 - 50 51 - 100 101 - 500 501 - +
139 MAPA 3. PER 1980 2000. CANTIDAD DE MUERTOS Y DESAPARECIDOS DE OTROS IDIOMAS NATIVOS REPORTADOS A LA CVR SEGN PROVINCIA
140 La dinmica espacial y la evolucin temporal del conflicto tuvieron mucha relacin. A medida que el conflicto fue desarrollndose en el tiempo, abarc un escenario ms amplio, expandindose desde su epicentro inicial en Ayacucho hacia otros departamentos de la sierra y la amazona, hasta llegar a cubrir, a fines de la dcada del 80, buena parte del territorio nacional.
El conflicto tuvo algunos perodos claramente definidos. El primero, correspondiente al inicio de la violencia, se desarroll durante los dos primeros aos de la dcada del 80 y estuvo restringido, bsicamente, al departamento de Ayacucho. El segundo, iniciado con la militarizacin del conflicto, abarca los aos 1983 a 1986, durante los cuales la violencia se intensific en Ayacucho y se expandi a otros departamentos colindantes. El tercer perodo comprendi la expansin de la violencia a otras regiones del pas, entre mediados de 1986 e inicios de 1989. Durante el cuarto perodo, que se prolong hasta la captura de Abimael Guzmn en setiembre de 1992, el conflicto alcanz su momento ms crtico, aunque la mayor cantidad de muertos no se registra en la sierra, sino en los departamentos de Huanuco, San Martn, Junn y Lima. El quinto y ltimo perodo comprende el declive el ciclo de la violencia.
El grfico 8 muestra el contraste de los ciclos de violencia correspondientes al origen tnico de las vctimas. Entre 1980 y 1994, desde el inicio de la violencia hasta el inicio del quinto y ltimo perodo, el nmero de vctimas quechua hablantes fue siempre mayor que el de las vctimas de lengua castellana. Slo desde 1994 ambas curvas resultan coincidentes.
Grfico 8. PER 1980-2000: MUERTOS Y DESAPARECI DOS REPORTADOS A LA CVR SEGN AO DE OCURRENCI A DE LOS HECHOS, POR LENGUA MATERNA 0 500 1000 1500 2000 2500 80 81 82 83 84 85 86 87 88 89 90 91 92 93 94 95 96 97 98 99 00 Quechua Castellano
141 2.2.4. Los miembros de SL y el MRTA en las crceles
[] yo creo que el sector que los apoyaba es este sector que tiene un problema de identidad muy agudo, que son los jvenes de extraccin campesina que se educan en la capital del distrito o de la provincia, que ya no se sienten tan campesinos, pero son mestizos, tienen un problema de ubicacin, no quieren retornar a la tierra a ser agricultores pero tampoco tienen opciones para ser otra cosa; son marginales, es una tragedia: tienes problemas sobre tu desarrollo, sobre tu perspectiva, eres y no eres, no sabes lo que eres... yo creo que ese era el sector que sendero poda captar. 98
Desde el inicio de la guerra, el misterio que rode las acciones de Sendero Luminoso gener distintas imgenes e interpretaciones sobre el carcter de su insurreccin y, sobre todo, acerca de su composicin social. Era una banda de abigeos y asaltantes rurales? Se trataba de una organizacin creada por la injerencia ideolgica extranjera? Era una nueva versin de las guerrillas de mediados de los aos 60? Representaba un movimiento de reivindicacin indgena de carcter mesinico y milenarista? El mutismo y la invisibilidad del accionar de los miembros senderistas, alent diversas interpretaciones realizadas al margen de cualquier evidencia tangible. Durante los meses posteriores al inicio del conflicto, la prensa busc descubrir la identidad de los dirigentes subversivos, la cual se convirti en un enigma que pareca ser la clave para comprender el carcter de la violencia que comenzaba a ensangrentar el pas. El semanario Caretas logr identificar a un grupo de ex profesores de la Universidad San Cristbal de Huamanga, dirigidos por Abimael Guzmn, como los lderes de Sendero Luminoso, e inform adems que se trataba de un partido marginal de la extrema izquierda. 99
El desconocimiento que rode a Sendero Luminoso fue aclarndose poco a poco debido a las propias acciones que realizaban por sus miembros en el departamento de Ayacucho. Sin embargo, la ausencia de informacin respecto a su composicin social, persisti durante varios aos por la poca informacin sobre las caractersticas sociales de sus miembros. Esta carencia permiti que se propalara una imagen en la cual se enfatizaba el supuesto origen indgena de los militantes senderistas, imagen difundida sobre todo por periodistas y cientficos sociales interesados en explicar el sentido de la violencia que se desataba en algunos lugares de la sierra. Algunos diarios extranjeros de gran prestigio, como el New York Times, hicieron eco de esta interpretacin, llegando a publicar artculos donde afirmaban que Sendero Luminoso representaba un movimiento de reivindicacin indgena con caractersticas mesinicas, que buscaba: revivir el orgullo y poder
98 Entrevista BDI-I 248. Base de datos interpretativa de la CVR 99 Peralta (2000: 48). 142 inca, como parte de un viejo resentimiento en contra de los descendientes de los conquistadores espaoles que gobiernan an el pas. 100
Entre los analistas y cientficos sociales, fueron dos las principales hiptesis elaboradas sobre los rasgos sociales de los militantes subversivos. La primera de ellas sostuvo que Sendero Luminoso expresaba un movimiento milenarista y/o mesinico de composicin predominantemente indgena. La segunda sostuvo que la base social de Sendero Luminoso la conformaban, ms bien, sectores mestizos.
Sin embargo, recin a fines de la dcada del 80, fue posible conocer con mayor claridad los rasgos sociales y de procedencia geogrfica de los miembros de Sendero Luminoso, gracias a una breve investigacin de Dennis Chvez de Paz (1989) acerca de las caractersticas sociales de los condenados por terrorismo, que se bas en los expedientes judiciales de 183 procesados. Las conclusiones de su investigacin permitieron comprobar que la militancia senderista no tena una composicin predominantemente indgena; eran ms bien jvenes pertenecientes a una lite mestiza provinciana que, a pesar de contar con altos niveles educativos, desempeaban ocupaciones sumamente inestables y con bajos ingresos, que no correspondan con las expectativas propias de quienes tenan educacin secundaria y superior.
Hasta el momento, esa caracterizacin de la composicin social de Sendero Luminoso sigue siendo la nica debidamente sustentada en informacin emprica. Sus limitaciones, sin embargo, derivan de la poca cantidad de casos analizados, la falta de distincin entre la filiacin al PCP-SL o al MRTA, y la inexistencia de datos referidos al idioma o lengua materna, a pesar de que este factor constituye el ms claro indicador de las diferencias tnicas y culturales en el Per.
Como parte de su mandato la CVR elabor una base de datos con la informacin consignada por los testimoniantes recluidos en los diversos penales del pas acusados de terrorismo. Sobre ms de un millar de testimonios recogidos, se ha podido establecer la supuesta filiacin -a SL o al MRTA- de 821 procesados, cuyos datos constituyen el universo de anlisis de la presente seccin. Las dos primeras variables que consideramos corresponden al idioma o lengua materna y al lugar de nacimiento; es decir, a aquellas que permiten establecer de manera ms clara la procedencia tnica. Adicionalmente, presentamos las variables referidas al origen urbano/rural, sexo, edad, grado de instruccin y ocupacin.
100 Idem, p. 59. 143 El grfico 9 muestra que en las crceles la mayora de miembros de Sendero Luminoso y el MRTA tienen al castellano como lengua materna. En ambos grupos, los quechua hablantes representan una minora, mientras que entre las vctimas reportadas a la CVR constituyen las tres cuartas partes del total. Esto confirma que en los grupos subversivos fue minoritaria la participacin de personas de origen indgena, pues la gran mayora de sus militantes no pertenecan a este sector social de la poblacin peruana. De otro lado, mientras que entre los senderistas el 26% son quechua hablantes, entre los emerretistas solamente representan el 13%. Esta diferencia grafica el distinto anclaje regional de ambas organizaciones: Sendero Luminoso es bsicamente serrano, mientras que el MRTA desarroll mayor presencia en la Selva Central y en Lima.
Grfico 9 PERSONAS RECLUI DAS EN ESTABLECI MI ENTOS PENALES POR DELI TO DE TERRORI SMO QUE DI ERON SU TESTI MONI O A LA CVR, SEGUN FI LI ACI ON ATRI BUI DA, POR LENGUA MATERNA 0% 20% 40% 60% 80% 100% PCP-SL MRTA Quechua Castellano
El grfico 10 presenta la informacin correspondiente al lugar de nacimiento de los miembros de los grupos subversivos. En ambos casos, el porcentaje ms alto corresponde a quienes declaran haber nacido en Lima, que sin embargo no constituyen una mayora elevada (28% en SL y 23% en el MRTA). Entre los senderistas el siguiente porcentaje ms alto corresponde a los nacidos en el departamento de Ayacucho (11% del total), seguido por los nacidos en otros departamentos como Hunuco (7.51%), La Libertad (5.35%), Ancash (4.91%), Puno (4.48%), Piura (4.34%), Junn (4.48%) y Cajamarca (4.19%). Entre los emerretistas, en cambio, destaca claramente el grupo de los nacidos en los departamentos de San Martn y Junn (17% en ambos casos).
144 Grfico 10. PERSONAS RECLUI DAS EN ESTABLECI MI ENTOS PENALES POR DELI TO DE TERRORI SMO QUE DI ERON TESTI MONI O A LA CVR, SEGN DEPARTAMENTO DE NACI MI ENTO, POR FI LI ACI ON ATRI BUI DA 0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% Otros SAN MARTN AREQUIPA LAMBAYEQUE APURMAC CALLAO HUANCAVELICA CUSCO CAJAMARCA PIURA PUNO JUNN ANCASH LA LIBERTAD HUNUCO AYACUCHO LIMA PCP-SL MRTA
Respecto al sexo, el grfico 11 demuestra claramente que el grueso del contingente de ambos grupos subversivos estaba constituido por varones (81% en Sendero Luminoso y 85% en el MRTA). Sin embargo, en ambas organizaciones -como demuestran diversos estudios realizados por la CVR- a pesar de representar una minora las mujeres tuvieron una participacin protagnica, que muchas veces las llev a asumir cargos y responsabilidades de importancia.
Grfico 11 PERSONAS RECLUI DAS EN ESTABLECI MI ENTOS PENALES POR DELI TO DE TERRORI SMO QUE DI ERON TESTI MONI O A LA CVR, SEGN SEXO, POR FI LI ACI ON ATRI BUI DA 0% 20% 40% 60% 80% 100% PCP-SL MRTA Femenino Masculino 145 Otro rasgo compartido por los militantes de Sendero Luminoso y el MRTA es la pertenencia generacional. En ambos casos, ms del 50% del total eran jvenes de 20 a 29 aos al momento de detencin. El segundo rango de edad ms importante es el de 30 a 39 aos, que sumado al primero representa en ambos casos la gran mayora del total: ms del 75% entre los senderistas y ms del 70% entre los emerretistas. Esto confirma que la violencia tuvo un importante componente generacional que influy sobre la composicin social de ambos grupos subversivos, pues la mayora de sus miembros fueron jvenes.
Grfico 12. PERSONAS RECLUI DAS EN ESTABLECI MI ENTOS PENALES POR DELI TO DE TERRORI SMO QUE DI ERON TESTI MONI O A LA CVR, SEGN GRUPO DE EDAD AL MOMENTO DE SU DETENCI N, POR FI LI ACI ON ATRI BUI DA 0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% 10 a 19 20 a 29 30 a 39 40 a 49 50 a 59 MRTA PCP-SL
En contraste con los bajos niveles educativos de las vctimas reportadas a la CVR, tanto los miembros de Sendero Luminoso como del MRTA presentan altos niveles educativos, que adems resultan superiores al promedio de su generacin, as como al promedio rural y de sus departamentos de origen. Los analfabetos constituyen un porcentaje bastante minoritario entre los miembros de ambos grupos, contrariamente a lo que sucede entre las vctimas quechua hablantes, la cuarta parte de las cuales fueron analfabetos.
El grfico 13 muestra tambin las diferencias educativas que distinguen a los miembros de los grupos subversivos. El grado de acceso a la educacin superior es mayor en el caso de Sendero Luminoso: casi la mitad de sus miembros (el 47 %) alcanzaron ese nivel educativo, mientras que en el MRTA la cifra se reduce al tercio (33 %). Entre los emerretistas, en cambio, resulta mayoritario el acceso a educacin secundaria (46 %), que entre los senderistas se reduce a menos de la quinta parte (17%).
146 Grfico 13
PERSONAS RECLUI DAS EN ESTABLECI MI ENTOS PENALES POR DELI TO DE TERRORI SMO QUE DI ERON TESTI MONI O A LA CVR, SEGN NI VEL EDUCATI VO, POR FI LI ACI ON ATRI BUI DA 0% 10% 20% 30% 40% 50% 60% Analfabetos Primaria Secundaria Superior PCP-SL MRTA Si comparamos los altos niveles educativos de los miembros de las organizaciones subversivas con sus caractersticas ocupacionales, apreciamos la incongruencia existente entre su nivel educacional y su desempeo laboral. Aunque lograron acceder a la educacin superior y secundaria, generalmente desarrollaron actividades econmicas precarias, de bajos ingresos econmicos y carentes de status. Como se aprecia en el grfico 14, entre los miembros de Sendero Luminoso la ocupacin principal corresponde a estudiantes de educacin superior (24%). Quienes declaran ser campesinos (20%) constituyen un segundo grupo, cuya importancia evidencia procedencia rural ms que origen indgena. El resto de ocupaciones significativas corresponde a vendedores y comerciantes, trabajadores independientes y profesores. Resulta minoritario el nmero de obreros, empleados, profesionales e intelectuales.
Las caractersticas laborales de los miembros del MRTA son relativamente diferentes. La principal ocupacin corresponde a los campesinos (26.53%), seguidos por los vendedores y comerciantes (21.43%), mientras que los estudiantes de educacin superior (15.31%) constituyen un tercer grupo. Le siguen los trabajadores independientes (14.29%) y otras ocupaciones con porcentajes minoritarios, como profesores, obreros, empleados, profesionales e intelectuales.
147 Grfico 14 PERSONAS RECLUI DAS EN ESTABLECI MI ENTOS PENALES POR DELI TO DE TERRORI SMO QUE DI ERON TESTI MONI O A LA CVR, SEGN OCUPACI N, POR FI LI ACI ON ATRI BUI DA 0% 5% 10% 15% 20% 25% 30% Obreros Empleados Profesores Otras ocupaciones Trabajadores independientes Vendedores y comerciantes Campesinos Estudiantes univ ers. y de IST PCP-SL MRTA
La informacin presentada confirma claramente que ni Sendero Luminoso ni el MRTA tuvieron una militancia de origen predominantemente indgena. Pero esto no quiere decir que su composicin social carezca de un perfil tnico y social preciso. El grueso de los militantes de ambas organizaciones pertenecieron a un sector social compuesto mayoritariamente por jvenes mestizos, provincianos y con altos niveles educativos, recientemente descampesinizados y desindianizados. 101 Se trata de jvenes que ya no pertenecan ms al mundo campesino e indgena de sus padres, pero que tampoco haban logrado insertarse plenamente en los mbitos modernos de la sociedad urbana.
2.2.5. Dos casos ilustrativos
2.2.5.1. Ayacucho, 1984
Luego de que las Fuerzas Armadas asumieran el control del departamento de Ayacucho el 29 de diciembre de 1982, la dinmica de la guerra se acrecent notablemente hasta alcanzar su pico ms alto en 1984. Las cifras son elocuentes al respecto: se trata del ao con la mayor cantidad de muertos de todo el conflicto armado (murieron ms de 3,000 personas, de las cuales ms del 95% eran quechua hablantes).
148
101 Es decir, hijos de indgenas que no necesariamente han dejado de hablar el quechua, pero que debido a su experiencia urbana no se consideran indios. En enero de 1984, el Gral. Adrin Huamn Centeno reemplaz al Gral. Roberto Clemente Noel Moral como Jefe Poltico Militar de Ayacucho. Desde el inicio de su gestin, el Gral. Huamn demostr un estilo peculiar. Nacido en Ayacucho y quechua hablante, el Gral. Huamn tena la idea de tomar medidas polticas y econmicas con el fin de conquistar a la poblacin. Para l, la subversin deba atacarse desde sus causas, logrando afianzar la presencia del Estado y promocionando polos de desarrollo, para que las reivindicaciones subversivas pierdan sentido:
Qu dice el manual que con tanta dificultad los generales entendieron entonces, dice: en guerra contrarrevolucionaria lo que hay que hacer es mantener el apoyo de la poblacin, pero en Ayacucho nunca hubo apoyo del gobierno; el indgena, mis paisanos, no conocan al gobierno, cundo, no hablan espaol, no tienen acceso. 102
Se intent as un mayor acercamiento a la poblacin, a partir de una nueva concepcin de la guerra antisubversiva y la puesta en marcha de un plan de desarrollo que buscaba atacar las causas del problema. Mediante este plan, se recogieron nuevas concepciones de guerra, que relacionan el papel de los militares con la poltica. Desde esta perspectiva, el Estado tena una doble tarea: lograr el bienestar general y velar por la seguridad integral del pas. Funciones que para el Gral. Huamn no venan cumplindose por parte del gobierno del presidente Fernando Belaunde Terry. Segn l mismo cuenta, en una ocasin le dijo al presidente:
ustedes no gobiernan bien, nunca se han acordado de los indgenas, han permitido que durante 20 aos sean abusados, nunca se han acordado de ellos
De esta forma, el Dr. Huamn, un egresado del CAEM y compaero de promocin del Gral. Huamn en la Escuela Militar de Chorrillos, redact el mencionado plan de poltica econmica, administrativa y social. El Gral. Huamn interpret que su cargo le confera la direccin del presupuesto de inversin pblica, as que lo reorient. Con la ayuda de su asesor, se realizaron microproyectos de desarrollo para las comunidades, priorizando los temas de educacin, salud, agricultura, y transporte, estableciendo los siguientes criterios: a) integrar las actividades que eran manejadas sectorialmente por los organismos de los Ministerios, mediante Proyectos Integrales de Desarrollo, b) fomentar la participacin directa de la comunidad para la elaboracin y gestin de los proyectos, mediante constitucin de Comits de la Administracin de los mismos. Esto ltimo slo se logr en Sacsamarca, donde el Gral. tena relaciones de tipo parental y cierto liderazgo local.
102 Las citas corresponde a la entrevista realizada por la CVR al General A. Huamn Centeno. Lima, 3 de abril del 2003. 149 Sin embargo, los planes militares de desarrollo no estaban debidamente sustentados y buscaban sobre todo un efecto psicosocial, ms que una solucin concreta. De este modo, Huamn buscaba siempre demostrar a los campesinos que entenda y apreciaba su cultura; ms aun, se consideraba a s mismo como indgena quechua-hablante, incluso en la entrevista que diera para la comisin de la Verdad, se refiri a los campesinos como sus hermanos de sangre. Segn cuenta, iba por distintas zonas con su helicptero y reparta pan, debido a que se trata de un regalo muy apreciado por los campesinos:
Entonces yo, en el helicptero qu haca? A la primera viejita que apareca por all, como usa seis o siete polleras: entonces ya, levanta, (en quechua), le entregaba su pan. Abra los ojos, pero le llenaba toda la pollera. !Ah caramba! Entonces les deca: avisa que vengan a recoger su pan. En menos de una hora las mujeres ya estaban recibiendo su pan en su pollera... Entonces los pueblos ya saban que cuando llegaba el helicptero iban con pan, y ya iba facilitndose el contacto.
Sin embargo, el efecto psicosocial no tuvo el resultado esperado, y no fue difcil para el PCP-SL convencer a los campesinos que los regalos de los militares eran una conquista de la guerra popular 103
En su consideracin de los indios, el general Huamn dej traslucir todo su paternalismo. En l se manifiesta un cierto desprecio hacia los indios, al considerarlos incapaces e ignorantes. Desde su perspectiva, los indios no eran culpables ni podan ser considerados como subversivos, debido a que no tenan capacidad de accin propia. Para ilustrar mejor la idea, podramos comparar a Huamn Centeno con Don Bruno Aragn de Peralta, personaje de la novela de J.M. Arguedas Todas las Sangres 104 . Nuevamente sus declaraciones son elocuentes al respecto:
es grave error considerar a la poblacin como enemigo interno, los campesinos, y particularmente los indgenas de las comunidades, no conocen nada referente a la poltica nacional, por lo tanto jams se les ha ocurrido que pudiesen tomar el poder poltico en el Per, por consiguiente no son subversivos, ni revolucionarios... el indgena no es enemigo, no sabe nada de guerra, no quiere el poder poltico, para nada, est siendo usado, utilizado
Para Huamn, como los indgenas eran ignorantes y no tenan capacidad de accin propia, eran fcilmente manipulables. Esta imagen resulta equivalente a la que tenan los senderistas, que vean en los campesinos una simple masa manipulable. Por ello, el creciente rechazo campesino a la
103 Ver Captulo de Fuerzas Armadas. 104 Bruno Aragn de Peralta representa al gamonal que se identifica con los indios, y que como parte de su paternalismo los infantiliza y controla por la fuerza. 150 presencia senderista, evidenciado desde 1982 en diversas zonas como las alturas de Huanta, fue considerado por Sendero Luminoso como la expresin de simples mesnadas de la reaccin 105 .
La imagen de los indgenas como incapaces e inferiores, que parte de una viejo prejuicio racista y discriminatorio propio de la sociedad andina tradicional, gui la implantacin de polticas antisubversivas durante la gestin del Gral. Huamn. Como los indios eran incapaces e inferiores, haba que defenderlos y guiarlos. Era necesario entonces salvaguardarlos de las malas influencias, y mantenerlos aislados.
Esta actitud lleg a su lmite cuando, bajo la estrategia de "aislamiento" y en una suerte de antimaosmo que buscaba alejar al pez del agua, el Gral. Huamn neg a la recin electa alcaldesa de Ayacucho Leonor Zamora la presencia de la poblacin indgena en el cabildo abierto organizado para el mes de febrero. Huamn explica su negativa en la entrevista con la CVR, diciendo:
quisieron hacerme en Ayacucho un cabildo abierto, bien, hagan su cabildo, la seora Leonor, haga su cabildo, y fue el Sr. Diez Canseco que ahora est de congresista, alentado, bueno, hagan, pero eso s: al indio no me lo usan, ellos hicieron su reunin, no s cuntas personas estaran, hicieron, les permitamos, despus Diez Canseco grit, llor, que no le hemos permitido el contacto con la poblacin: nones, con la poblacin, con los indgenas, nones
Segn el General, el control logrado en Ayacucho durante el tiempo de su gestin fue completo, y no se produjo en ningn tipo de violacin a los derechos humanos por parte de las FF. AA.. Niega rotundamente que la tropa haya realizado detenciones, y al mismo tiempo afirma que el control militar era total, al punto que los senderistas no eran capaces siquiera de patrullar:
En el 84 hemos limpiado y las patrullas han impuesto el orden en todos los rincones, en todos los rincones.
Las medidas econmicas impuestas por el General Huamn volvieron tirantes sus relaciones con el ejecutivo. Ms an luego de las declaraciones que diera a la prensa opinando que el jefe del Comando Poltico Militar (es decir, l mismo) deba tener atribuciones polticas. El presidente Belaunde pens confirmadas sus sospechas de pretensiones de poder por parte de las Fuerzas Armadas y removi a Huamn de su cargo el 28 de agosto de 1984.
105 PCP-SL (1982). 151 Sin embargo, a pesar de las muertes ocurridas durante ese ao, el gobierno nunca critic el accionar de las fuerzas del orden. El retiro de Huamn no fue consecuencia de su gestin, sino de sus declaraciones y supuestas pretensiones de poder.
Durante 1984, uno de los principales actores del conflicto fue la Marina de Guerra. Desde el momento de su llegada Ayacucho, sus efectivos se mantuvieron ajenos a la vida de la poblacin, no slo por el poco contacto fsico sino por la distancia cultural y regional que los separaba de los ayacuchanos de la ciudad y el campo. La mayora de sus miembros provenan de zonas costeas y algunos ni siquiera conocan la sierra. El mismo Huamn Centeno reconoce con dificultad:
la dificultad en este caso especfico de quienes no hablan quechua, es otra cultura, entonces es difcil comunicarse con la gente, con el indio que constituye el Ejrcito Revolucionario Popular
La vida cotidiana de los militares se mantuvo ajena a la de la poblacin ayacuchana, debido a que pasaban gran parte del da en sus cuarteles, y a que eran constantemente cambiados de lugar.
La Marina tena diferente poltica. No haba salidas. O sea, el cuartel era cerrado, tena unos guardias, y el que sala, aunque sea para comprar un bizcocho o galletas, sala con permiso del de la puerta y de su jefe de patrulla. Nosotros no salamos para comer, cocinbamos adentro, mientras los policas tenan franco y se iban a comer a la calle. 106
El desconocimiento del enemigo haca pensar que cualquiera poda ser terrorista. As, la poca relacin que tenan con la poblacin contribuy a que se cometan terribles abusos y matanzas, sobre todo contra la poblacin indgena.
Otro de los actores del conflicto fueron los Comits de Autodefensa, organizados con apoyo de la marina. Al margen de la poltica oficial se creo un Comit de Defensa Civil con sede en Pichiwuillca que empez a controlar y agrupar las autodefensas de los pagos de ambas mrgenes del ro Apurmac. El rechazo al autoritarismo de los nuevos dirigentes comunales elegidos por Sendero Luminoso, fue la principal causa de la formacin de estas rondas 107 . Los jvenes dirigentes senderistas haban confundido la guerra con sus intereses personales, y acrecentaron conflictos intra e intercomunales. Sin embargo, el accionar de las rondas no signific el cese de los abusos. Las incursiones de los ronderos Pampacanchinos acompaados de miembros de la marina de guerra en presuntas zonas senderistas, constituyeron una verdadera "cacera de brujas". As, la dinmica de la violencia y el terror se incrementaron notablemente. En este perodo se descubren las primeras fosas comunes: Huamanguilla y Pucayacu.
106 Testimonio 100223 107 Estudio Regin Sur Central. 152
La marina form tambin aldeas estratgicas para poder controlar a la poblacin. Estas aldeas concentraban a varios pueblos en un solo centro poblado, bajo control militar, y se instalaba un Comit de Defensa Civil. Esta operacin no tom en cuenta la economa regional, los patrones de cultivo de la poblacin, ni las profundas rivalidades que muchas veces mantenan entre s los pueblos involucrados. As, los pobladores de las comunidades de Huanccacancha, Sacsahuillca, Mutuypata, Culluchaca y Yanasraccay se vieron obligados a instalarse en Pampacancha. Sendero Luminoso no tuvo muchos problemas en infiltrar, dividir y derrotar en poco tiempo estas autodefensas Tras la retirada de los marinos, una incursin senderista dio como saldo 40 muertos.
Desde la formacin de las aldeas estratgicas, hasta el control y el aislamiento de los indios para separarlos de los dirigentes senderistas de las ciudades, las Fuerzas Armadas mostraron un claro menosprecio por la voluntad y las costumbres indgenas. Bajo la idea de proteger a la poblacin, terminaron por imponerse a la fuerza cometiendo innumerables violaciones a los derechos humanos.
2.2.5.2. La historia de Miguel
Mi familia es de origen andino, casi campesino, son de Apurmac, Andahuaylas. Mi vieja por ser una persona bastante arribista se fue a vivir a un barrio que yo siempre pens que no nos corresponda. Mi vieja deca que no quera vivir con negros, y que no quera vivir con gente as. Tena una verdulera y mi padre era cerrajero, era herrero, y el resto de la gente all eran funcionarios del Estado, eran profesores o eran comerciantes, pero eran blanquitos, esos blanquitos de clase media, todos en colegio particular. Nosotros ramos los nicos que estudibamos en un colegio nacional y, bueno, ramos objeto permanente de burlas. O sea, mi madre era la chola del barrio y mi padre era simplemente Don Jorge, el maestro. Mi padre siempre llegaba sucio, era siempre marginado. El recuerdo ms duro para m era ver a mi abuela que llegaba de la sierra, una seora casi quechua hablante, una mamacha completa, con sus trenzas, sus dos trenzas. La pobre seora llegaba con sus quesitos, con su lata de chicharrones, con su mote y apestando a sierra. Al comienzo me acuerdo que yo la reciba con mucha alegra, pero a medida que fui creciendo comenc a sentir vergenza de ella porque todos los grupos, todos los jvenes del barrio, me marginaban, nos marginaban porque ramos cholos.
En el Apra yo estaba ms cerca de esa gente que en mi barrio. Y entonces, bueno, me causa vergenza y entonces all, cuando voy avanzando polticamente, voy cambiando; polticamente voy cuestionando toda la cuestin de la etnicidad, del racismo. Comienzo a leer a Maritegui, a Haya de La Torre y no veo que est planteado este problema. Comienzo a decir puta ac hay otra cosa y no 153 solamente es la subordinacin de clase, ac tambin hay una subordinacin por tu raza, por tu color. Comienzo la cercana a las ideas marxistas, a todo lo que para m es sper importante que es el problema campesino, el problema del indio, que as se llamaba en ese entonces. All comienzo a ver con inquietud a Sendero Luminoso, comienzo a considerar que uno de los problemas fundamentales del Per, de la revolucin, pasa por el tema del campo. Es all donde me meto a los grupos de zampoa y me aparto del barrio. Comienzo a mirar con esa mirada de odio que a veces tena hacia mucha gente, un odio hacia esos blanquitos que nos haban despreciado toda la vida. Me aparto de ellos, los comienzo a ver como huevones, me pongo a estudiar como un loco mientras me estoy preparando en la academia. Estoy leyendo y estoy pensando, estoy yendo a mtines de izquierda, a pelculas de izquierda, a vdeos sobre la guerra en Nicaragua, El Salvador, con grupos de gente de San Martn, de Tahuantinsuyo, de Villa El Salvador a pesar que todava tena mi corazn aprista. Me acuerdo de un mitin que hay dentro del local del partido, nos ponemos a gritar nuestras consignas y vinieron un grupo de bfalos, nos dijeron: "rbanos de mierda lrguense del partido, ustedes son rbanos y son infiltrados, fuera carajo!", a m me botaron prcticamente a patadas del partido. Me alej del APRA, segu en la academia preparndome e ingres a La Catlica, justo en ese momento me meto a la Escuela Nacional de Folclor y comienzo a querer aprender a tocar la zampoa.
Senta un odio de mierda a toda la gente de mi barrio, todos pitucos que eran unos mediocres, que seguan jugando ftbol, entraban con las droga, chupaban como locos, iban con hembras, decan que yo estaba loco porque me dej unas barbitas y que paraba con los cholos. Yo me rea, los insultaba o ni los miraba, ni los saludaba siquiera.
Me preparo todo un ao porque yo saba que mi formacin en el colegio haba sido mala, pienso que deba prepararme bastante, entro a una de las academias ms misias de todas las que haba. Estuve todo el 82 y me convert en uno de los mejores alumnos, era una cosa increble. Mi ingres a La Catlica coincidi con un episodio bien triste en mi vida. Fue el momento ms jodido de mi familia en trminos econmicos. Vivo un proceso sumamente jodido porque senta de que todos esos huevones que eran mis compaeros, eran inclusive de una condicin mucho ms elevada de las personas de mi barrio. Me entero que muchos eran hijos de intelectuales, de polticos, y yo era un huevoncito, hijo de un cerrajero, de un huevn. Era la primera vez que vea un bao tan limpio como el de La Catlica, nunca haba visto jardines tan bonitos. Vi en La Catlica que toda esta gente que nos daba comida, que nos trataba como cualquier mierda, eran mis compaeros. Y yo me acomplej terriblemente, me senta totalmente inferior a ellos. Fsicamente me senta feo, no tena dinero para comprarme ropa, acadmicamente me senta un huevn, todos senta que eran superiores a m. Un ao, tal vez un semestre, fue suficiente para desengaarme. Me acerco a la gente de izquierda con la expectativa de que no habr desprecio por mi condicin pero siento 154 exactamente el mismo desprecio de la gente de la universidad. Yo reivindicaba mucho mi condicin de cholo, ingres a Derecho pero inmediatamente me doy cuenta de que no iba a ser abogado.
Los jvenes entre los que me mova y todos los amigos de mi barrio haban tenido su primera chica a los doce aos, yo recin a los diecisiete o dieciocho tuve una chica. All comenz mis cercanas con Sendero. El hermano de su cuado haba muerto en alguna masacre, para entonces Sendero haca su trabajo, comenzaba a hacerse presente en San Marcos con actividades pblicas y grandes y coincidamos en esos lugares. Un da un amigo que no era de Sendero me dijo "oye yo te veo entusiasmado con eso, por qu no te pones en contacto?" "Es que no tengo la posibilidad de un contacto". "Entonces yo te voy a hacer un contacto". Me hizo el contacto y un huevn fue a buscarme a la librera, all tuvimos un primer contacto, estoy hablando del ao 83, 84, posiblemente. El patita va, me busca y me explica brevemente algunas cosas y le digo que s, que quiero organizarme. Entonces me cita en el Cine Venecia, me recoge y tuvimos que ir a Covida o Collique. All llama a un huevn y despus aparece otro huevn. Era un pata as de pueblo, sper bien formado, me hablaba de Mao, del Ch Guevara, de manera muy pica, dicindome que ramos nosotros los constructores de la nueva historia el pas, as me impact tremendamente el tipo, un cholo, pareca sanmarquino. Estamos hablando de una poca en que se iniciaba la guerra y comenzamos a hablar de cuestiones muy claras. Recuerdo que asociaba mucho el discurso, la prctica poltica de Sendero con toda esta reivindicacin andina y los tipos me mandan a la mierda dicindome "qu andino?, ac no hay nada de andino, esto es una guerra que prioriza la cuestin campesina, ac no hay nada de milenarismos, as que olvdate, eso es una ilusin que la han formado desde fuera pero la lnea es esta. Me dicen que a la reunin siguiente tena ya que estar incorporado y yo me cago de miedo, me escapo del pata, de mi contacto, luego me hice negar reiteradamente y me desaparec de l.
Despus comienzo a descubrir los orgenes de mi familia que estaba vinculada a esta zona y me entero que hay primos que estn metidos en la huevada, que Acobamba en Andahuaylas, lugar de donde es mi familia, es una zona importante. Comienzo a pensar, a ver las cosas en trminos demasiado milenaristas y cada vez me meto ms. Me acuerdo que cada vez iba a la universidad solamente para leer, lea solamente rebeliones indgenas, le as un libro inmenso de toda la revolucin de Tpac Amaru... un clsico, lo le casi todo. Cada vez estaba ms convencido pero no tena la disposicin suficiente para incorporarme. Mi vida se estaba haciendo una mierda en trminos personales y necesitaba algo, un motor para orientarla, no estudiaba, no haca absolutamente nada, chupaba, me deprima, dorma, asista a algunas movilizaciones; esa era mi vida, totalmente improductiva. Entonces me articulo al MIR poda jugar todava un poco con la legalidad, poda tener una vida relativamente tranquila y por momentitos hacer pequeas acciones, 155 a pesar que mi corazn segua latiendo igual por Sendero. En el MIR era el nico tipo de La Catlica y me dan la responsabilidad de formar una base en la universidad. Capto a algunos amigos que tambin tenan un discurso ms o menos violentista y sacamos un peridico mural como UDP.
Tal vez en el ao 87 se comienza a hablar de las negociaciones que existan entre el MIR y el MRTA para hacer una alianza. Finalmente nosotros decidimos apartarnos de ese pequeo grupo. Una gente se va a su casa y otra dice vamos tambin a Sendero, nos encontramos los disidentes de tres grupitos y decidimos armar el trabajo en La Catlica. Ya haba tenido mi primera necesidad de involucrarme con fuerza luego de la masacre, esto termin por convencerme; voy as con el firme propsito y me encuentro con ellos que tambin estn ms o menos en la misma lnea y conversamos "hagamos algo, no?". Fue all que decidimos incorporarnos.
Sendero tenan algn trabajo en las mrgenes del ro Rmac, pero cuando nosotros nos hacemos cargo de eso, el partido decide mover todo ese trabajo y desplazarlo a Huaycn, donde tenan bases. ramos vistos como los nios bonitos. Posiblemente el partido recibe la informacin que hay unos cinco huevones dispuestos a entrar de manera fuerte con una periferia de trabajo de por lo menos treinta personas. Yo vea con mucha ms cautela y muchas ms dudas esta militancia porque a pesar de todo, era consciente que eran impactos emocionales. A nivel ideolgico senta que existan discrepancias, ejemplo, una de las cosas que no soportaba era leer El Diario senderista que eran ms o menos panfleto. Reclamaba y deca, porqu escriben tantas huevadas?. Una de las cosas que no soport tremendamente fue cuando escribieron un artculo sobre Arguedas, yo llegaba a decir que s Arguedas hubiera vivido en esa poca seguramente sera del partido, entonces no acept eso de sus bigotitos hitlerianos. Tampoco acept otro artculo sobre la pelcula "Apocalipsis Now", a pesar que no tena ninguna cercana con el rock, me pareca tan elemental y tan absurdo que simplemente por una pelcula se asocie al rock con la burguesa y la reaccin. Haban artculos as de disparatados, tan locos, nunca encontraba reflexiones interesantes. Crec siempre con el mito de por qu estos huevones son militarmente tan geniales y tienen documentos tan bsicos, ideas tan elementales de las cosas. La nica explicacin que tena, no podas preguntar mucho, era que en realidad lo hacan para llegar a las masas. En realidad haba grandes intelectuales, superiores a los intelectuales de La Catlica, al resto de la intelectualidad blanca del pas y que estaban escondidos. T decas "Puta madre estos huevones tienen un olfato, una visin poltica tan alucinante pero dnde est? por qu no se refleja en un documento?
A pesar que tena mis crticas haba entrado a la locura de Sendero. Ellos manipulan muy bien el discurso que t quieres escuchar. Ellos saban que a m como intelectual, como un joven de La Catlica, qu cosas ms o menos me podan cautivar y sobre esas cosas me orientaban, me llevaban, Me acerqu a Sendero por toda esta cuestin milenarista y ellos me vendan ese 156 chanchito, el chanchito del milenarismo, No s si me lo vendan tan explcitamente o yo quera ver eso, no podra discernir con claridad cmo era la cosa.
El trato con nosotros era muy delicado porque saban que podamos aportar muchas cosas para el partido, podamos aportar cosas intelectuales y nos cuidaban para eso, es decir, no nos daban grandes responsabilidades que se las podan dar posiblemente a un pata de La Cantuta o de Huamanga, responsabilidades en trminos militares y polticos. A nosotros nos cuidaban para otras cosas, nos hacan un montn de pleitesas que estoy segursimo que a un compaero de San Marcos no le hacan para nada.
Yo en realidad debera estar muerto porque a m me dan una responsabilidad despus de un tiempo muy rpido, muy corto. Viene un compaero, habla conmigo y me dice: "mira, ha pasado la etapa de la escuela popular, ustedes han hecho muy buen trabajo y es necesario que t saltes, hemos evaluado tu capacidad, demuestras capacidad poltica y mucha capacidad militar y te damos una nueva responsabilidad, un poco ms grande pero adems militar". Por esa poca veo algunas huevadas, me entero que hay muertes injustificadas, que el partido haba hecho ejecuciones con las cuales yo no estuve de acuerdo. Yo no acept este tipo de huevadas, hice una crtica y ellos trataron de justificarlo. Los enfrent y ellos me dijeron que era un huevn, que estaba dudando del partido. Justo en ese momento me proponen saltar -como se deca all- a un nuevo nivel, yo les dije que en dos das dara la respuesta, lo evale bien y respond: "no, no voy a saltar", ms bien dije que me bajaran a otro nivel, que yo necesitaba mayor formacin poltica, que no me senta en las condiciones de asumir esa responsabilidad y que ms bien quera hacer cuestiones ms vinculadas a la reflexin, a cuestiones acadmicas. Pido que me bajen al MAP que es bajarte de nivel, estaba aburrido de estos huevones, yo trabajaba en una ONG y en la ONG tena un cuarto donde viva, all realizbamos reuniones despus que se iba toda la gente. Haba un poco de presin de parte de ellos y finalmente les digo que he decidido alejarme del partido, que les podra ayudar con papel higinico, con papeles bond, con platita, con comida; lo que quieran pero que yo haba llegado a la conclusin de que no poda estar ms en este partido porque tena discrepancias.
Justo para esa reunin, no recuerdo por qu, baja un huevn del Comit Metropolitano que escucha eso, toma la palabra y dice ms o menos as: "Estamos en estos momentos compaeros frente a un hecho importante, ac este seor, este miserable, luego de las muertes que hemos tenido en La Catlica, osa decir una cosa como la que est diciendo, que el partido es as, que la ideologa del partido, imagnense compaeros, ha llegado a ese nivel, esto es una muestra clarsima de cmo la lnea negra est venciendo a la lnea roja y esto no lo vamos a pasar y adems este seor, este individuo -me miraba- tiene que saber claramente que estamos en una guerra y en una guerra, si no lo sabe, hay dos sectores que contienden: estn los que participamos como parte del pueblo, como 157 parte del partido, y la reaccin. Adems le recuerdo que nosotros a la reaccin las arrasamos, la liquidamos, la destrozamos, no vamos a permitir esto, as que yo exijo la posicin de cada uno de los compaeros, seramos unos cinco o tal vez ocho de La Catlica". Todos los huevones hablaron y dijeron "rehso la posicin de este compaero, siento asco", "siento repugnancia y que el partido aniquila", una sentencia a muerte de todos los huevones presentes. Entonces me piden hablar y les digo compaeros, ustedes no han entendido lo que he querido decir, lo que estuve diciendo es que necesito ms ideologa, comprender a profundidad el maosmo, no comprendo compaeros, yo necesito mayor formacin, no es que me quiera ir, me han comprendido mal". Cuando me estn hablando yo estoy pensando cmo me voy a fugar y cmo los voy a cagar a estos cojudos, entonces el huevonazo toma otra vez la palabra y dice "compaeros, vieron, venci la lnea roja, esto demuestra que en el partido todava prevale la lnea roja a pesar que ya estaba a punto de irse a la reaccin, pero ojo compaeros, esto no queda as, hay que ser vigilantes, cada uno de nosotros tiene que ser vigilante. Este compaero evidentemente requiere ms formacin, como intelectuales de La Catlica siempre le gusta formarse a esta gente, no compaeros ac no es un problema de formacin solamente, la va a tener pero la formacin se hace en la prctica, entonces usted compaero va a comandar las acciones y cada uno de nosotros vamos a ser vigilantes para que en los hechos demuestre que realmente est cambiando". Fueron unos cuatro cinco meses as de tortura, me vigilaban, me llamaban por telfono, me hacan asumir responsabilidades que no me correspondan, me hostilizaban, me insultaban, se burlaban de m, de cualquier huevada que deca, lo tomaban como una estupidez, fue una cosa horrible. Pero yo lo tena todo planificado. Fui arreglando mis cosas y en el ao 91 me desaparec, tena una responsabilidad y no fui. Me escond en la casa de un amigo y al da siguiente me escap al Cusco, me fui al Cusco, prepar todas mis cosas, tena una bolsa noms, un costal, que fue lo nico que me pude comprar, unas cuantas ropas pero eso s, treinta casetes de huaylas y un par de hojotas. Haba unos patas que se estaban yendo a Brasil, eran artesanos hippies, ellos me dijeron ms o menos cmo poda ir, ellos me iban a esperar en Puerto Maldonado. Tom un avin, me fui hasta Puerto Maldonado y de all sub a una embarcacin y navegu diez das por el ro Madre de Dios y llegu a Ribera Alta, la ciudad ms importante en la amazona boliviana, pas sin ningn documento. De all pas hasta Brasil que est a dos horas ms o menos, entr a Brasil tambin indocumentado y viv un ao y medio ms o menos, clandestino, durmiendo en la calle, viviendo en la calle, aprenda a ser artesano, a vender en la calle y ah me volv hippie, as sobreviv dos aos o un ao y medio en Brasil como artesano.
2.2.6. Conclusiones
158 El anlisis realizado permite establecer las siguientes conclusiones:
1. La discriminacin tnica y racial fue un elemento presente en el conjunto del proceso de violencia. En los diferentes momentos y mbitos de su desarrollo, fue un factor que influy significativamente sobre los comportamientos y percepciones de los diversos actores, aunque casi siempre de manera encubierta.
2. El conflicto armado reprodujo en gran medida las brechas tnicas y sociales que afectan al conjunto de la sociedad peruana. La concentracin de la violencia fue mayor entre la poblacin de los mrgenes sociales indgenas, pobres y rurales- de las diversas regiones que fueron escenario del conflicto. De all que las tres cuartas partes del total de vctimas reportadas a la CVR hayan sido quechua hablantes de los departamentos ms deprimidos del pas. Este sector sufri las mayores consecuencias de la violencia.
3. En la composicin social de los grupos alzados en armas, resulta minoritaria la proporcin de quechua hablantes, de acuerdo a la informacin brindada a la CVR por los subversivos recluidos en las crceles. Los subversivos generalmente fueron jvenes mestizos de origen provinciano, con altos niveles educativos y expectativas sociales incumplidas, que vieron frustradas sus expectativas de realizacin personal debido a la crisis econmica del pas y el freno de la modernizacin de la sociedad tradicional.
4. Aunque el conflicto no tuvo un carcter tnico explcito, estuvo cargado de elementos raciales, tnicos y regionales que actuaron entrelazadamente, acentuando la violencia. El racismo y la discriminacin fueron inmanentes a las prcticas de violencia de todos los actores, aflorando sobre todo en los momentos en que se ejerci la violencia fsica, mediante categoras raciales que estigmatizaron a las vctimas como indios, cholos y serranos. Esta violencia simblica, gener en las vctimas una percepcin de agravio muy fuerte, que muchas veces tambin se expres violentamente.
5. En medio de la vorgine del conflicto, estos comportamientos que fueron masivos y selectivos al mismo tiempo- expresaron la superposicin de acceso a poder, status, origen social y procedencia geogrfica. En diversos momentos del conflicto, los actores desarrollaron e implementaron procedimientos de seleccin de sus vctimas basados en criterios raciales, que reprodujeron las brechas tnicas y aumentaron las distancias sociales, incrementando el clima de violencia. De esa manera, la superposicin de criterios raciales con aquellos de diferenciacin social y de status, influy sobre la violencia en todos los escenarios del conflicto. 159
6. De cierta forma, la violencia propici la reinstauracin de las diferencias tnicas y raciales propias de la sociedad andina tradicional, que durante las dcadas previas estaban siendo erosionadas por los procesos de modernizacin. Estas diferencias fueron reapropiadas por los diversos actores del conflicto, para justificar sus prcticas de violencia y encontrar sentidos compensatorios a su condicin de vctimas.
7. Sendero Luminoso utiliz deliberamente su ideologa totalitaria para destruir la formas de organizacin cultural propias de las poblaciones andinas y amaznicas, asesinando a comuneros y dirigentes, secuestrando y sometiendo a formas de esclavizacin y servidumbre a comunidades enteras y reprimiendo sus manifestaciones culturales y religiosas. Al intentar someter violentamente a estas poblaciones a su proyecto de construccin del nuevo poder, esta organizacin cometi diversos crmenes de lesa humanidad.
8. En nombre de la defensa del estado de derecho ante la insurgencia subversiva, las fuerzas del orden tambin cometieron diversos abusos y crmenes de lesa humanidad, concentrados entre la poblacin indgena de las comunidades rurales, sobre todo durante los primeros aos del conflicto.
9. En aras de la reconciliacin nacional, resulta indispensable impulsar la creacin de una identidad colectiva de todos los peruanos respetuosa de las diferencias culturales y librada efectivamente de cualquier rezago de discriminacin tnica y racial. Esta es una de las lecciones profundas dejadas por la violencia.
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162 ! ! ! ! "#$%&'())"*#! ! ! La CVR ha encontrado que los hechos de violencia descritos en las secciones precedentes del InIorme han dejado secuelas graves y de muy diversa naturaleza en la sociedad peruana, tanto en sus pobladores individualmente considerados como en la colectividad. La CVR entiende por secuelas el conjunto de eIectos perjudiciales sobre la vida y la comunidad producidos por las acciones de violencia, en la medida en que estas han destruido, desarticulado o daado, de modo temporal o permanente, las condiciones estructurales, Iisicas, sociales y psicologicas de la vida colectiva, al igual que la integridad personal de los miembros de la sociedad. El recuento de las secuelas de la violencia se ha hecho sobre la base de las Iuentes de que dispuso la CVR para la preparacion de su InIorme. Se han tenido en cuenta, entre otras Iuentes, las siguientes: los testimonios recogidos; los relatos elaborados por los entrevistadores; los grupos Iocales y talleres que Iorman parte de la base de datos de los Estudios en ProIundidad; los propios hallazgos de la CVR; los inIormes de las sedes regionales. Tambien se han considerado diversas actividades a traves de las cuales la CVR recogio inIormacion adicional, como las Audiencias Publicas, las Exhumaciones de Fosas o los Documentos de Trabajo encargados especialmente para Iines de la investigacion. En la vida de muchos peruanos, principalmente de los mas pobres o de quienes viven en las zonas mas alejadas, las secuelas de la violencia han sido muy grandes y han dejado sentir su impacto de multiples maneras. Solo para eIectos de una mejor sistematizacion, hemos procedido a clasiIicarlas en tres grandes categorias: secuelas psicosociales, secuelas sociopoliticas y secuelas economicas. Se trata de tres grandes areas en las que pueden constatarse daos especiIicos y considerables, aunque, como podra comprobarse, los daos en una de ellas suelen tener repercusiones en las otras dos. En Iin, pese a la gravedad de las secuelas aqui analizadas, con ellas no se agota el lamentable eIecto multiplicador del injusto suIrimiento de muchos compatriotas. Es de esperar que la sociedad, particularmente el Estado, hallen el modo de reparar el dao. En el plano psicologico, que no es solo individual sino tambien social, el conIlicto armado interno tuvo repercusiones proIundas sobre la integridad Iisica y psiquica de las personas aIectadas. Las secuelas en este campo abarcan eIectos perniciosos en las relaciones de convivencia, tanto Iamiliares como comunitarias, y una compleja serie de daos a la identidad personal, sobre los que se da cuenta con testimonios desgarradores. Como podra comprobarse, este tipo de secuelas han 166 dejado huellas permanentes, que requieren no solo de la activa solidaridad de la sociedad, sino tambien de una atencion proIesional competente. No obstante, mas alla de los eIectos negativos evidentes, la Comision tambien ha encontrado que diversos sectores de la sociedad dieron muestras de gran Iuerza creativa y de capacidad de resistencia y recuperacion. En el plano social y politico, las secuelas han podido agruparse en tres campos distintos. En primer lugar, se presentan los eIectos perjudiciales sobre la organizacion social y politica de las comunidades: el modo en que esta Iue destruida o debilitada por la violencia; el eIecto de dispersion y Iragmentacion producido por el Ienomeno del desplazamiento; y el trastocamiento del orden social que trajo consigo una exacerbacion de los conIlictos. En segundo lugar, observamos la quiebra del sistema de representacion social y del orden jerarquico de las comunidades. Ello se debe primeramente al asesinato y la desaparicion, por manos de los grupos subversivos y de agentes de las Iuerzas del orden, de autoridades y dirigentes de municipios, comunidades, organizaciones o gremios, creandose un vacio de poder local, asi como Iormas diversas de abuso del poder por la usurpacion de las Iunciones de las autoridades legitimas. Finalmente, se hace alusion a la crisis institucional generada por la violencia, la cual se pone de maniIiesto en la instauracion de diversos tipos de autoritarismo y en la reproduccion de practicas violentas y violatorias de los derechos de las personas, no menos que en el recelo y la desconIianza que las poblaciones maniIiestan sobre sus instituciones y autoridades politicas. Tambien en este caso, sin embargo, se deja constancia de que muchas organizaciones de la sociedad civil, a pesar de los rigores de la violencia, supieron mantenerse Iirmes y oponer resistencia, generando espacios de participacion ciudadana en deIensa de la justicia y de la paz. Por ultimo, en el plano economico, las secuelas abarcan eIectos perjudiciales sobre el capital humano, sobre las tierras y bienes agricolas y sobre las instituciones productivas de las diIerentes comunidades. El panorama que se exhibe es desolador, pues la poblacion aIectada por la violencia, ademas de perder sus Iuentes de ingreso y produccion, se vio atrapada en el Iuego cruzado que enIrentaba a los grupos alzados en armas con las Iuerzas del orden, potenciandose los eIectos perniciosos sobre su vida e integridad. En las zonas rurales, los sobrevivientes, sobre todo mujeres, nios y ancianos, tuvieron que reemplazar a las victimas directas de la violencia, que eran quienes constituian la principal Iuerza de trabajo: los varones adultos. Esta situacion trastoco todo el sistema Iamiliar y economico, suIriendo Iundamentalmente el campo una merma de su productividad. De otro lado, ante la imposibilidad de sobrevivir en tal contexto, Iamilias enteras decidieron desplazarse hacia otras zonas, pero sin que ello redundase en una mejora sustancial de su situacion. En Iin, se produjo un notorio empobrecimiento de las zonas rurales a consecuencia de la exaccion de bienes, la descapitalizacion del campo y el deterioro del proceso de desarrollo en el que se hallaban las poblaciones aIectadas antes de que las sorprendiera el conIlicto armado. Presentamos a continuacion una exposicion sistematizada de las secuelas, en el orden anunciado: psicosociales, sociopoliticas, economicas, prestando especial atencion a algunos testimonios paradigmaticos y reveladores. ! ! ! ! ! "#$%&'()!*! +,"',(#+!$+-")+)"-#(,+!
La violencia aadio crueldad, terror y destruccion a la vida en condiciones de pobreza, abandono y marginacion de muchos pueblos. Sus eIectos se potencian con aquellas huellas de las condiciones injustas de vida. No podemos entonces hablar de un modo simple de secuelas de la violencia sin atender a la complejidad de la historia que ha producido tal violencia, sin considerar las particulares Iormas de vivirlas y hacerles Irente. Para conocer y comprender las huellas que esta violencia ha dejado es necesario una mirada que integre varias perspectivas. Si asumimos que la persona y la sociedad son realidades que se constituyen mutuamente, necesitamos conocer y comprender los procesos y mecanismos psicologicos individuales y grupales que generan, mantienen, reproducen o transIorman las condiciones sociales en que surge la violencia. Las secuelas psicosociales de la violencia son eIectos psicologicos y sociales que se dan a conocer en el proceso de desarrollo de individuos, Iamilias y comunidades como producto del impacto de hechos que no han podido ser procesados. Para miles de personas, la violencia a la que estuvieron expuestas ha sido una experiencia traumatica, vivida como una ruptura de su proceso vital. El impacto y la intensidad de los hechos de violencia ha tenido un caracter desestabilizador y desestructurante; ha desaIiado y, en muchos casos, rebasado la capacidad psicologica de deIensa, dando lugar a suIrimientos graves, tanto Iisicos como emocionales, tales como sentimientos de inseguridad, desamparo e impotencia y, en algunos casos, un trastorno duradero de la organizacion psiquica. Un Iactor decisivo del caracter traumatico de dichas experiencias Iue la imposicion del silencio: se prohibio con amenazas hablar sobre lo ocurrido, el miedo suscito tambien silencio y, de ese modo, la vivencia traumatica en muchos casos quedo encapsulada, incapaz de ser elaborada personal y colectivamente. Algunos eIectos de la violencia aparecieron ya en el momento del impacto, otros se mantuvieron latentes para expresarse tiempo despues. Las secuelas tienen generalmente una impresion duradera y estan presentes en las representaciones mentales que las 168 personas tienen hoy de si mismas, de la sociedad, de la democracia y de las posibilidades de convivir con otros. No obstante, una descripcion cabal de las secuelas del tiempo de violencia debe incluir igualmente los esIuerzos de las personas por enIrentar semejante situacion. Aun en medio del impacto traumatico de los hechos se han maniIestado y puesto en juego capacidades y recursos, tanto individuales como comunitarios, para responder a la amenaza y al terror. Gracias a ello, muchas personas han sobrevivido, no solo a los actos violentos de entonces sino tambien a sus secuelas. Entre dichos recursos cabe destacar especialmente el importante papel que jugaron las redes sociales de apoyo constituidas por la Iamilia en su sentido extenso. Quienes pudieron contar con vinculos sociales y emocionales de esta naturaleza estuvieron en mejores condiciones para sobrevivir a la violencia del conIlicto armado. Como se dijo al inicio, los hallazgos que a continuacion presentamos se basan en las Iuentes de la Comision, principalmente en los testimonios recogidos, de los cuales se selecciono una muestra que Iue codiIicada y analizada. Para ello se elaboro un libro de codigos que recogia la amplitud de aspectos asociados a la vivencia de la violencia, buscando reconocer sus eIectos en la vida y la salud mental de las personas. De ese modo, se construyeron categorias que Iueron analizadas cuantitativa y cualitativamente.
*.*.!,(!/-,0)!1!(#!0,+")23-#24#! ! La experiencia individual y colectiva mas inmediata y mas impactante que la CVR ha podido recoger de multiples testimonios ha sido la vivencia del miedo y el terror. Ello no deberia sorprender, pues el miedo es la respuesta emocional a la experiencia de amenaza que pone en peligro la vida, la integridad y la seguridad, tanto propia como de los seres queridos. Sin embargo, el miedo puede tambien ponerse al servicio de la deIensa de la vida y la integridad. Presentamos a continuacion un conjunto sistematizado de secuelas de esta naturaleza.
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Durante el tiempo de la violencia, el miedo Iue el sentimiento mas generalizado. De ser una experiencia personal y subjetiva se convirtio en una realidad compartida por todos, trascendio la esIera de lo privado haciendose experiencia colectiva y clima social. No solo Iue vivencia reactiva a un acontecimiento violento sino que adquirio caracteristicas de sensacion permanente. Estas experiencias se encuentran Iuertemente asociadas a situaciones de desamparo, vulnerabilidad y desproteccion. Los testimonios analizados evidencian que los sentimientos de miedo se hicieron especialmente Iuertes y Irecuentes entre los pobladores de las comunidades que Iueron victimas de la violencia de dos o mas bandos en conIlicto, que suIrieron incursiones armadas, que perdieron a 169 sus lideres o autoridades locales, que vieron modiIicada su organizacion colectiva por el accionar de los grupos armados, asi como aquellas que suIrieron un desplazamiento Iorzado de sus comuneros. El inicial trabajo persuasivo y de adoctrinamiento del PCP-SL! al interior de comunidades de la sierra central del pais rapidamente se transIormo en una imposicion por la Iuerza de sus ideas y su organizacion. Asesinatos selectivos primero, ajusticiamientos publicos de autoridades y dirigentes y, posteriormente, asesinatos colectivos, incursiones vengativas contra comunidades enteras, e incluso contra personas con cierta aIiliacion que serian acusadas de traicion o inIidencia, mostraron el rostro de terror del PCP-SL. El caracter publico de los asesinatos, la crueldad y la ostentacion de Iuerza y violencia, evidenciaron claramente el objetivo de amedrentar, aterrorizar. A traves del miedo el PCP-SL busco someter a personas y poblaciones enteras, mantenerlas bajo su dominio, conseguir su consentimiento. Declaran algunas personas: Se iban a trasladar a otro pueblo, entonces me agarran a mi, me querian llevarme y me negue, no quise; me dijeron: vas a las buenas o te vas bajo la tierra. 1 Bueno, ellos llegaban y sacaban a organizar ahi, y decian que nosotros nos mantengamos callados, sordos, mudos y ciegos, como si no supieramos nada. 2
Provocando miedo imponia el PCP-SL silencio para evitar las denuncias, asi como para impedir que la gente se comunicara entre si sobre las atrocidades que cometian o para obstaculizar cualquier organizacion que pudiera enIrentarsele. La conocida advertencia de los mil ojos y mil oidos buscaba ejercer control y vigilancia sobre la poblacion, y debilitaba asi las relaciones de conIianza, pues sugeria la idea de que cualquier persona podria ser quien encarne el control, creando un clima persecutorio y de acecho permanente.
Desde ese momento ya no dormiamos en nuestra casa sino donde mi hermana, y siempre estabamos pendientes de quien venia y cuando venian personas extraas. Por diIerentes sitios nosotros nos escapabamos, saltando por murallas, y la gente decia: ya esta en las Ialdas del cerro y ya va bajando para entrar en las casas; es por eso que nos escapabamos, no estabamos en nuestras casas, no comiamos ni siquiera bien por temor. 3
En otros casos, el PCP-SL apelaba a elementos de la naturaleza tan cercanos a la cotidianeidad de la gente que eran presentados como amenazantes, vueltos contra ellos. Esto es especialmente importante para las comunidades andinas, pues la violencia dao tambien el pacto de la poblacion con la naturaleza. El PCP-SL se encargo de transmitir la impresion de tener a los apus, las divinidades propias de los cerros, de su lado. Algunas seoras recuerdan las palabras de mandos senderistas durante asambleas de asistencia obligatoria: Para nosotros, hablan las piedras,
1 CVR. BDI-SM-P372, BDI-II-P971. Testimonio 100146. Lima, 20 de diciembre 2002, Comunero de Cajatambo, Lima, narra lo ocurrido en su comunidad en enero de 1990. 2 CVR. BDI-SM-P381, BDI-II-P978. Testimonio 440067. Seora de 33 aos, testigo de lo ocurrido en Tocache 1988. 3 CVR. BDI-SM-P267, BDI-II-P643. Testimonio 202133. Ayacucho, 28 de octubre de 2002, Mujer, narra lo ocurrido en su comunidad en los inicios del conIlicto armado interno, Huancabamba, Vinchos. 170 las rocas; todo lo que hacen ustedes nosotros estamos viendo. 4 El aire tambien tiene orejas, todos los arboles tienen ojos, si avisas te vamos a cortar el cuello: asi le han amenazado. 5
El PCP-SL recurrio tambien a la manipulacion de sentimientos y vivencias de Iragilidad para intimidar. Presentaba una imagen todopoderosa y omnipotente Irente a la cual toda persona aparecia disminuida. Cuanta amenaza, si vas a hablar de aca, nosotros somos unos sabios5 nosotros vamos a saber no mas que tu vas a ir a la policia, a cualquier parte, a la vuelta; todos se van a desaparecer de aca!. 6
Pero Iue con los asesinatos que el PCP-SL implanto el mayor terror, cumpliendo asi su intencion de aterrorizar para dominar. Desplego una enorme crueldad al asesinar publicamente a civiles indeIensos, al utilizar instrumentos de labranza y Iaenas y al dejar expuestos sus cadaveres para intimidar a otros. Son escenas impresionantes las que narran quienes Iueron testigo y victimas sobrevivientes:
Su cuello aca lo habian cortado, aca de su campanilla, su adentrito, seora, con cuchillo, con cuchillo lo habian cortado, de igual Iorma su mano atras lo habian amarrado con soguilla, su pie habian amarrado con soguilla y asi lo habian matado, tapandolo con su poncho y lo habian dejado y hasta la sangre emanaba, seora. Acaso, seora, viendo eso seguro hasta te moririas? Asi de miedo temblaba mucho. 7
Entramos a la casa de ella; tenia tres habitaciones: una era la cocina, entramos al otro lado, encontramos ahi al ingeniero y a la doctora boca abajo; encima de ellos decia asi mueren los perros traicioneros, y cuando los levantamos para ver, vimos a la directora que le habian cortado los senos, la lengua, los labios, le habian cortado con cuchillo, yo pienso que es cuchillo, porque como sacar carnes asi le habian hecho, rayas, o sea que una tortura cruel, igualito al ingeniero tambien, entonces nosotros vimos, salimos asustados... 8
Miembros de las Fuerzas Armadas generaron el miedo en la poblacion a traves de amenazas y acciones violentas arrasadoras, con prepotencia en el trato con los civiles, especialmente con los pobladores de los caserios mas apartados, y con la represion indiscriminada y las desapariciones Iorzadas. El miedo de la poblacion Iue en su caso igualmente un instrumento eIicaz de la estrategia represiva.
La persecucion, la represion por parte del Ejercito era terrible en ese tiempo. Basta que una persona haya visto pasar a un subversivo, o en el supuesto caso que hayan llegado a su casa de pasada los arrepentidos, o le hayan alcanzado algun plato de comida, algun vaso de agua, y si el campesino le brindaba eso, era motivo suIiciente para que las Iuerzas del orden le persigan, lo torturen. Muchos han sido desaparecidos, entonces por ese temor mucha
4 CVR BDI-SM-P214, BDI-II-P871. Testimonio 331031. Huancayo, pobladora narra el asesinato de su esposo en Mariscal Castilla, Huancayo, Junin, junio de 1989. 5 CVR BDI-SM-P64, BDI-II-P658. Testimonio 201441. 21 de noviembre 2002. Mujer, 47 aos, esposa de desaparecido, La Mar, agosto, 1984. 6 CVR. BDI-SM-P177, BDI-II-P710. Testimonio 500641. Abancay, Poblador de 54 aos, narra maltratos suIridos en la comunidad de Ocuchanga, Abancay, septiembre de 1987. 7 CVR. BDI-SM-P280, BDI-II-P681. Testimonio 2002799. Ayacucho 18 de noviembre 2002, Mujer, testigo de un asesinato ocurrido en Tiquihua, Victor Fajardo, mayo 1983. 8 CVR BDI-SM-P124, BDI-II-P820. Testimonio 100483. Lima 10 de enero 2003. ProIesora, testigo de lo ocurrido en Lucanas, Ayacucho, 1982. 171 gente, antes que suIran una tortura, una desaparicion, la gente preIeria voluntariamente ir a maniIestarse. 9
Yo habia visto ya muertes, incluso del MRTA, y entraron ahora los militares, igualito juzgaban no?... cuando escuchaban que decian que el es compaero. Ahi mismo lo agarraban y en la noche tambien lo Iusilaban porque no se sabia de que sitio venian esos los compaeros. Pero le capturaban y en la noche lo desaparecian. Lo castigaban, se escuchaban gritos, se escuchaban lamentaciones. Y callaban... Los marinos mataban... Pero no aca en la loma, sino tenian su base abajo... Ahi se escuchaba todito los castigos que daban. Y era terror vivir con ellos, tanto con el MRTA. 10
Una de las Iormas comunes de suscitar miedo Iue empleando ante la poblacion la acusacion indiscriminada de terrorista. Esta estigmatizacion de la gente, eIectuada principalmente por las Fuerzas Armadas, no tuvo contemplaciones siquiera con los nios. El testimonio de un ex militar da cuenta de la logica que estaba detras de ello:
Creo que verdaderamente esta ha sido una guerra no convencional en la cual nosotros no sabiamos cual era nuestro enemigo; como le digo, se dudaba hasta del cura, se dudaba hasta de los nios, se dudaba de todo el mundo. Era solamente usted con su compaia, y lamentablemente usted daba la vuelta y lo han volado. Dentro del mismo ejercito tambien a veces habia gente inIiltrada; era terrible, verdaderamente era angustiante; es una guerra verdaderamente horrible. 11
Cada dia tenian que traer vacas, oveja, llama, en incursion a los poblados; nosotros pacientemente teniamos que mirar; si habriamos reclamado, teniamos temor a que tambien nos incluya, que por esas veces ni abogados habian que entablan la deIensa, abogado que salia en deIensa tambien era incluido como los deIensores de terroristas... mucha gente tiene temor, llegaban casa cualquiera, sacaban lo que encontraban, vaca, oveja, gallinas, se llevaban bostas, entraban a las casas, arteIactos se llevaban, nadie tenia derecho a reclamar... Han desaparecido muchos, pero nadie quiere dar cuenta, preIieren ocultarse. 12
Como mecanismo de intimidacion y amenaza se valieron de argumentos como el vinculo Iamiliar o la posesion de bienes para acusar arbitrariamente. Pero cuando estabamos en la casa en tiempos de subversion, todos eramos subversivos segun ellos, pero nosotros no eramos, solamente eran calumnias que ellos hacian. 13
A ese comandante llorando le rogaba bastante, entonces lloraba demasiado, como la lluvia y el caudal del rio. Entonces el comandante nos inculpo de rateras, te voy a denunciar, a la carcel te voy a poner, que cosa, mujer terruca, vieja terruca, tu tambien eres una terruca porque eres su hermana, ahorita te voy a meter a la carcel como detenida. 14
El miedo Iue incrementandose con cada accion violenta, subversiva y contrasubversiva. A los asesinatos selectivos o en grupo se sumaban las desapariciones y secuestros, la oscuridad de los
9 CVR. BDI-I-P281. Entrevista en ProIundidad, mayo 2001. Hombre, autoridad en los aos 1993 y 1994, Aucayacu, habla sobre la Ley del Arrepentimiento. 10 CVR. BDI.SM.P110, BDI-II-P808. Testimonio 487551. La declarante narra maltratos de los que Iue testigo en Puerto Inca, Huanuco. 11 CVR. BDI-SM-P332, BDI-II-P942. Testimonio 100625. Lima. septiembre del 2002, Miembro del Ejercito Peruano. 12 CVR. BDI-I-P247. Grupo Focal realizado en mayo del 2002 con dirigentes de la Federacion Campesina de Puno. 13 CVR. BDI-I-P143, BDI-I-P776. Entrevista en Cushiviani, Rio Negro, Junin, a proIesora ashaninka de inicial realizada en octubre del 2002. 14 CVR. BDI-SM-P90, BDI-II-P788. Testimonio 203816. Ayacucho, Familiar de desaparecido en San Miguel, La Mar, 172 apagones, las incursiones repentinas, el hallazgo cotidiano de cadaveres, la amenaza permanente de una bomba que podria destruir el paraje o la ediIicacion mas cercana. Se creo un !"#$% '( )(**+*, y el miedo se hizo sentimiento generalizado. Mas de la mitad de los entrevistados 15 mencionan espontaneamente al miedo como uno de los sentimientos presentes al momento de producirse las violaciones, convirtiendose asi en la reaccion mas Irecuente durante los hechos de violencia. Su caracter generalizado se evidencia en el relato de los entrevistados que lo caliIican como una experiencia colectiva que aIecto al conjunto de la comunidad. De esta manera, tambien en el ambito social y colectivo, el miedo se ubica como el sentimiento mas comun durante este periodo. Dejo de ser una experiencia personal y abarco todas las esIeras de la vida social y se hizo parte de la cotidianeidad.
Bueno, la consecuencia, como te digo, el miedo, es que ya no... no comiamos bien, ya no trabajabamos bien, ya no saliamos bien, o sea que todo era miedo, todo era de pensativo, y eso me poseyo. Ya la gente que a veces hacia ruido, ya pensamos que esta por entrar, entrando ya, o sea que nuestra mentalidad era ya pues esto .16
Podriamos decir que al convertirse en un estado permanente, de larga duracion e intensidad, el miedo se hizo especialmente devastador. Un maestro de un pueblo del centro del pais, recordando los dias mas duros de la violencia decia: nos hemos alimentado de miedo, expresion graIica para decirnos cuan cotidiano Iue ese sentimiento, pero, sobre todo, cuanto penetro en todos. En distintos grados, el miedo, la amenaza, los sentimientos de inseguridad y desvalimiento aIectaron a toda la poblacion, la cual, sin darse cuenta, tambien se encargo de mantenerlo y reproducirlo. Los generalizados comentarios sobre escenas macabras de asesinatos incrementaron el clima de terror y en ocasiones la misma poblacion se hizo transmisora de las amenazas. La gente tenia miedo y decian: Ya van a entrar, ya van entrar; si no entra Sendero Luminoso van a entrar los soldados!` 17
Pero el miedo Iue tambien una experiencia que se dejo sentir entre los actores directos de la violencia, sin que el poder que les daba el Iusil hubiese sido suIiciente para darles plena seguridad. Miembros de las Iuerzas armadas y policiales han narrado a su manera el miedo vivido:
La gente del pueblo no sabe todo lo que uno pasa, no sabe todas las necesidades, todas las carencias, todas las noches que he pasado sin poder dormir, el hostigamiento, pasar hambre, pasar sed. Aparte de que llegabas y estabas castigado y tenias que dormir en tu puesto, en tu lugar de trabajo; era terrible, terrible, terrible... hasta ahorita tengo el trauma de que me estan persiguiendo, que me estan observando, que me estan mirando. 18
Ayacucho. 15 Vease el apendice cuantitiativo. 16 CVR. BDI-SM-P131, BDI-II-P665. Testimonio 422510. Sede Huanuco, diciembre del 2002, pobladora de la comunidad de Cotomanieve, da cuenta de lo vivido en Aucayacu, Huanuco. 17 CVR. Testimonio 450066. La declarante narra que ella y su esposo Iueron victimas de hostigamiento por parte del PCP SL, lo que motiva su desplazamiento dejando todos sus bienes. 18 CVR. Testimonio 100317. Lima El declarante es un policia que cuenta acerca del impacto que en el tuvo el conIlicto armado, la muerte de sus compaeros y los temores que quedaron en el. 173 En el caso de los miembros de las Iuerzas armadas y policiales, especialmente de los subalternos, el miedo era reIorzado por el desconocimiento de aquello con lo que peleaban y, en muchos casos, con la sensacion de no estar suIicientemente protegidos por sus instituciones. El miedo provoco una intensa sensacion de ,-".(*%/#"#'%'! en las personas y las comunidades amenazadas. Ningun espacio resultaba seguro, ninguna puerta impediria la intrusion de la violencia, el propio cuerpo podia ser vulnerado. Las incursiones arbitrarias de los grupos subversivos y las instituciones armadas, la suspension de las garantias individuales y el estado de emergencia conIirmaban esa vivencia de inseguridad y vulnerabilidad.
Senti el temor mas grande de mi vida cuando tocaron la puerta y solo era insultos, palabras soeces, ver tantas caras y escuchar tantas voces de hombres, pense que me iban a violar... Recuerdo bastante que dijo el General: le dijo a estos seores que no me tocaran, que yo iba a ser buena con ellos y que no me tocaran, volvi a sentir miedo y escaloIrios, porque no sabia ahora donde me iban a llevar. 19
A medianoche escuchamos los golpes de la puerta de la casa, tocaban Iuertisisimo. Entonces yo me levante... la puerta la estaban practicamente tirando al suelo. Me levante asustado... Como una Iiera asustada, como una persona que desconoce. Asustado yo y con una depresion tremenda. Nos llevaron. 20
Sabemos que el miedo tras haber sido experimentado con intensidad y por largo tiempo no necesita de razones para reaparecer; convertido en angustia se hace vivencia constante de suIrimiento ante un peligro impreciso pero sentido como inminente. El miedo extremo se asocia a sentimientos de proIunda inseguridad, desamparo e indeIension. Estas situaciones de miedo intenso y vigilancia constante transIormaron la vida cotidiana de individuos y comunidades enteras, cosa que es conIirmada por los entrevistados, quienes sealan espontaneamente haber experimentado sentimientos de terror y alerta permanente. Una de las Iunciones mas aIectadas al experimentar terror, es la capacidad de pensar, de reIlexionar, de hacerse un juicio sobre lo que esta aconteciendo y poder planear una accion. Resulta tremendamente signiIicativo, cargado de simbolismo, el hecho de que muchas personas relatan como las cabezas, los craneos y las lenguas de las personas asesinadas Iueron objeto de ensaamiento, de destruccion. Con ello, los agresores muestran su aIan de callar a las personas, de dejarlas sin el recurso expresivo y orientador de la palabra, asi como de destruir su mente, su capacidad de pensar. Muchos se sintieron obligados a actuar en contra de sus valores y su modo de pensar, lo cual provoco intensos sentimientos de culpa y autorreproche. Para algunos, haber accedido a los requerimientos de los grupos subversivos solo obedecia al intenso miedo a las represalias. Lo escuche al que lo ha visto cuando estaban con ellos, venian aca y nos avisaban, te van a matar, asi
19 CVR. BDI-SM-P20, BDI-II-P730. Testimonio 100188. Lima. octubre del 2002, mujer que narra las torturas que suIrio al ser detenida, Huacho, Lima0 20 CVR.BDI-SM-P23, BDI-II-P767. Testimonio 100444. Lima, septiembre del 2002. El declarante Iue encarcelado en Piura. 174 tambien si no lo haces caso para trabajar te va a matar a ti; tuve miedo y empece a trabajar, trabajar. 21
Varias personas dejaron de cumplir su Iuncion de servicio, de proteccion, de impartir justicia, entre otras razones, por miedo, por temor de ser involucrados, de ser amenazados, estigmatizados. Las victimas se sintieron desprotegidas, aisladas ante la apatia y la insensibilidad de muchos Irente a su suIrimiento. Al dia siguiente (luego de haber sido torturado) me llevaron ante el medico, pero despues de haber sido ahogado en el rio, no habia hematomas, no habia nada |...| No me revisaron interiormente, pero el medico de miedo inclusive certiIico que no tenia nada. 22
Los mismos policias que recibian las denuncias, tenian miedo de hacerlo, pensaban que este acto podia ir en contra de su propia seguridad. En ocasiones incluso persuadian a la poblacion a que no denunciara, a callarse. En las ciudades, las barricadas construidas alrededor de las comisarias y cuarteles tambien eran leidas por la poblacion como seal del miedo de las autoridades que tenian la Iuncion de proteger a los ciudadanos. Denuncie a la policia, pero de ahi he tenido que salir de miedo porque en la policia me dijeron "seora, tiene que irse porque de repente le matan con toda su Iamilia". 23
El miedo extremo se expreso tambien en una actitud de alerta constante, de ,#1#"%.!#% 2(*$%.(.)(. Los testimonios recogidos expresan con claridad la presencia de estas actitudes en la vida diaria de la comunidad. Haber sido objeto de ataques previos, recibir amenazas contra la comunidad o escuchar los rumores de una posible incursion, Iueron algunas de las condiciones que mas comunmente despertaron la sensacion colectiva de convertirse en las proximas victimas de la violencia de los grupos en conIlicto... Sonidos y Iormas comunes en el paisaje de la comunidad, en otras circunstancias inoIensivas, como los ladridos de los perros o algunos arboles a la distancia, se convirtieron para las personas en seales de alerta sobre la presencia del peligro.
Era un inIierno para nosotros, ya no estabamos alegres, ya nos Ialtaba, perder a un padre era triste..., parecia que estabamos, venia susto, venia el perro y ladraba, ya sospechoso era. A veces las gallinas se asustaban por ahi, ya nos corriamos. A veces los perros ladraban por aca, ya nos estabamos corriendo porque ya era un temor, ya no podiamos ni dormir ni comer, ni sentarnos tranquilo. Nada ya. 24
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21 CVR. BDI-SM-P106, BDI-II-P804. Testimonio 302453. Junin 2002, tres mujeres que narran abusos de SL en Valle Esmeralda, Satipo, Junin. 22 CVR. BDI-SM-P351, BDI-II-P961, Testimonio 520389. Sicuani, octubre del 2002, el declarante narra los maltratos que suIrio en Yanamayo, Puno. 23 CVR. BDI-SM-P48. BDI-II-P773. Testimonio 403756. Huanuco, octubre del 2002, mujer, viuda narra su experiencia al denunciar el asesinato de su esposoen Uchiza, Tocache, San Martin. 24 CVR. BDI-SM-P326, BDI-II-P651. Testimonio 331007. Huancayo, noviembre del 2002 una pareja narra el asesinato de una autoridad en Rio Negro, Satipo, Junin. 175 En los miles de testimonios recogidos encontramos una diversidad de contenidos del miedo y el temor, en distintos grados. Entre los mas intensos ha podido constatarse el $#('+ % $+*#*, es decir, a ser asesinado y a perder a los seres queridos: De miedo hemos ido ocultandonos nada mas, por miedo a que nos mate Iuimos con mi nuera... En alli nos dijeron que no hablemos nada, no avisen que esos comandantes llevaron`, en caso contrario, dice, les va a malograr. 25
El miedo a ser, ellos mismos o sus seres queridos, objeto '( $%")*%)+ 345#!+6 )+*)-*% + '(5%2%*#!#7.6 (5 (52(!#%"$(.)( #.)(.5+ (. 8-#(.(5 9%. 5-3*#'+ )+*)-*% y temen que se repita. Tambien esta muy presente en quienes Iueron detenidos, encarcelados y conlleva temor a la pasividad, a ser sometido y humillado. Muchas personas detenidas reIirieron haber sido torturadas y haber experimentado diIerentes Iormas del miedo: el miedo a ser vejados, vejadas, a ser objeto de ,#+"(.!#% 5(:-%", a experimentar la intrusion violenta en el cuerpo, en la intimidad; el miedo 6!5(* '(52+;%'+5 '( 5-5 /#(.(5, de todo aquello que lograron con esIuerzo y mucho trabajo, por ejemplo su tierra, sus animales, su casa, sus objetos personales, es decir, todo aquello que garantizaba su bienestar Iuturo y era seal de haber superado situaciones de mayor pobreza. <% .+!9( = "% +5!-*#'%' tambien son reIeridas como objetos de miedo intenso. Esto se relaciona claramente con el clima de proIunda inseguridad que propicio sentimientos de desproteccion. Los apagones en las ciudades que las sumian en total oscuridad repentinamente crearon un clima de zozobra, de miedo compartido. Muchas personas obligadas a abandonar su pueblo y su casa, a reIugiarse entre las piedras, en las cuevas de los cerros, experimentaron grandes temores, especialmente durante la noche, que era ademas cuando generalmente llegaba la amenaza violenta. Muchos reIieren haber decidido abandonar su casa por las noches.
Nosotros, oiga usted, no hemos dormido ni siquiera en las noches en nuestra casa, como venados, como zorros, teniamos que ir a buscar cuevas. Yo todas las noches cargado de mi dos Irazaditas, tenia que salir. Durante tres, cuatro aos asi he andado, mi madre, igual, mis hijos igual. Una vida completamente desorganizada, atemorizada, no? hasta ahora yo no puedo encontrar la calma. 26
Algunos testimonios nos muestran el caracter devastador del miedo cuando suscita en las personas la necesidad de recurrir a los mecanismos de deIensa menos organizados, al ataque impulsivo hacia otros o hacia si mismos, como por ejemplo a actos de venganza ciega que convierten a la victima en victimario. Mucho del clamor de muerte para enIrentar a la muerte, responde al miedo.
25 CVR. BDI-SM-P121, BDI-II-P817. Testimonio 200337. Ayacucho, diciembre del 2002, un grupo de mujeres narra la desaparicion de un Iamiliar en San Jose de Seques, Ayacucho. 26 CVR. BDI-SM-P217, BDI-II-P874. Testimonio 510257. Sicuani, setiembre del 2002, el declarante narra sobre el asesinato de su primo en Santo Tomas, Chumbivilcas, Cuzco. 176 !"!"3"#4+12*25+(&*%#.+,#-*+.'#
El miedo como Ienomeno subjetivo social no se acaba al terminar las causas que lo generaron. La Comision ha podido registrar numerosos testimonios sobre la persistencia del miedo como amenaza latente. Aun ahora, varios aos despues del conIlicto, podemos ver la presencia viva de esos sentimientos cuando al contacto de cualquier estimulo, una imagen, un sonido, retornan con Iuerza lacerante y la persona revive el peligro. Esta presente de manera especialmente dolorosa en Iamilias con seres queridos desaparecidos, injustamente detenidos o torturados y en general permanece hecho incertidumbre y recelo Irente al Iuturo.
Pero siempre el recuerdo saldra... vivimos aterrorizados. Yo hasta ahora siento que por donde camino, siento asi que me persiguen; sera que psicologicamente yo me quede asi no? y volteo, no hay nadies. O sea, no salgo de casa tampoco mucho, no salgo de casa. Habran pasado diez, once aos, pero siempre queda el miedo. Y ese miedo, tal vez con el tiempo pueda olvidarlo y borrar todas las heridas que pase, que vi violencia, sangre. Nunca pense ver tanta violencia y ojala nunca se vuelva a repetir. 27
Cuando por ejemplo usted me pregunta, yo parece que ahoritita viviera en la chacra, ahoritita siento temor, mi cuerpo tiembla todo..., cuando recuerdo, cuando veo, pasan cosas, entonces pienso que como yo he vivido esa escena estara viviendo, asi siento, asi tengo miedo. 28
El mayor temor hoy es a que se repita lo vivido, a que nuevamente surjan los enIrentamientos que empujaron a las comunidades al centro del conIlicto, haciendolas escenarios de actos de crueldad. Y ello es asi especialmente en comunidades y pueblos donde las condiciones que Iavorecieron el clima de violencia no han sido signiIicativamente modiIicadas. La secuela de lo vivido se conjuga con la percepcion actual de peligro ante la evidencia de la presencia de grupos armados y ante la constatacion de la Iragilidad de las instituciones que podrian constituir una deIensa. Pero, como dije, todavia no se pierde, son muchos todavia los senderos. Aca dentro, al Iondo de Potzoteni, son muchos los senderos. Tengo miedo cuando voy a trabajar solo. Yo tengo miedo ahora. Si pienso, quiero que nos apoyen. Cuando nos va ayudar? El ejercito que hagan patrulla para que los hagan escapar a los senderos. 29
Queremos nosotras que no vuelva a pasar lo que paso antes. Los tenemos miedo. He escuchado por ahi. Existen todavia. Estan camuIlados. Escuche tambien que estan atacando en las comunidades. Por eso tenemos miedo nosotros, de repente llegan por cualquier sitio, que es lo que nos van a hacer, con eso ya nos mataran a todos. Eso es lo que pienso que van a volver y nos van a llevar de nuevo, escuche que en Paquichari, ay, les asaltaron todas sus cosas..., de repente le han visto por alla abajo, no se..., estamos alertos si en caso vengan. 30
27 CVR. BDI-SM-P321, BDI-II-P934. Testimonio 100959. Septiembre del 2002, los hechos sucedieron en Pucallpa, Ucayali; la declarante era estudiante en ese momento 28 CVR BDI-SM- P191, BDI-II-P670. Testimonio 407589. Huanuco, setiembre del 2002, mujer narra lo vivido en su comunidad, que motivo su desplazamiento. 29 CVR. BDI-SM-P104, BDI-II-P802. Testimonio 302138. Pobladores y dirigentes de Boca Potzoteni, San Martin de Pangoa, Satipo, Junin. 30 CVR. BDI-SM-P106, BDI-II-P804. Testimonio 302453. Grupo de mujeres que narran abusos del PCP-SL en la comunidad de Villa Esmeralda, Satipo, Junin 177
En los lugares poblados por comunidades ashaninka, como en el Valle del rio Ene, los rumores se han transIormado en una realidad que los lleva a aIirmar que la guerra no ha Iinalizado. Como en los aos en que Iueron victimas de las masacres y los secuestros masivos realizados por el PCP-SL, los pobladores ashaninkas se sienten una vez mas desprotegidos. Yo digo que no esta bien paciIicado, que los enemigos estan cerca. Como te digo de otros distritos cercanos se escucha que amanecen muertos, pero aqui todavia. Por eso digo que no esta bien paciIicado, esta al principio, pero va a regresar. 31
Los temores de un resurgimiento de los grupos subversivos alcanzan tambien a quienes alguna vez, reclutados a la Iuerza, Iormaron parte de sus Iilas y decidieron posteriormente escapar. Lo mismo sucede con quienes, estando amenazados de muerte, por cualquiera de los grupos en conIlicto, decidieron huir de sus comunidades buscando salvar la vida. En todos ellos se mantiene vigente la posibilidad de ser victimas de represalias y venganzas. Si, yo hasta tengo miedo que me pueden agarrar, no se, hasta de vuelta que me acuse lo que me he escapado o lo que me han hecho escapar, tengo miedo hasta ahora. 32
Entre las personas que estuvieron detenidas, recluidas en los penales o que se encuentran todavia con una requisitoria, los temores actuales son todavia intensos. Como resultaria esperable, quienes se encuentran requistoriados viven con la preocupacion constante de poder ser capturados, viendose obligados a esconderse y mantenerse en zonas donde se sienten mas seguros. No podemos acercarnos a Huancayo y sigue siendo requisitoriado, nos dicen, debemos devolver, no podemos acercanos ni a Huancayo nada. Yo sinceramente de miedo ahorita ya estoy viviendo mas alla. 33
Las personas que salieron de prision, indultados o amnistiados, revelan con Irecuencia su temor a una nueva detencion. En ocasiones, el escuchar el sonido de una sirena o el cruzarse con eIectivos policiales les genera un estado de temor y angustia. Algunas veces, estas sensaciones se presentan ademas entre sus Iamiliares cercanos.
Creo que ya me esta pasando un poco, pero aun queda, quedan rezagos todavia en cuanto por ejemplo, escucho una sirena, caramba!, me pone un poquito salton |.| Todavia queda ese rezago, no es que se borre de la noche a la maana y ya esta cortado no? sino, como se dice, poco a poco. Ya son dos aos, ya estoy un poquito mas acostumbrado. 34
En Iin, otra Iorma del temor entre las personas que estuvieron recluidas en prision esta relacionado con la posibilidad de que sus antecedentes sean nuevamente utilizados para
31 CVR BDI-I-P776. Entrevista a una dirigente y proIesora ashaninka, de Cushiviani, Junin. Realizada en octubre del 2002.. 32 CVR. BDI-SM-P129, BDI-II-P663. Testimonio 420084. Huanuco, septiembre del 2002. Mujer que Iue encarcelada en Chaclla, San Isidro, Leoncio Prado, Huanuco. 33 CVR BDI-SM-P222, BDI-II-P879 Testimonio 301067 Huancayo, 2002. Poblador de Huasapa, Huancayo, Junin que narra su detencion. 34 CVR BDI-SM-P372, BDI-II-P971. Testimonio 100146. Lima, diciembre del 2002. Mujer que narra su detencion en 178 incriminarlos. Su experiencia les enseo que ser inocentes no los libro de pasar varios aos en prision. Sienten que un posible resurgimiento de la violencia los convertiria probablemente en las primeras victimas de nuevas detenciones.
Nosotros a veces estamos entre amigos, a veces hablamos, comentamos a ver si alguna opinion sacamos, cuando nos dicen de algun grupo por ahi sospechoso, para poder avisar a la policia o algo, no?, hacer algo para que no vuelva a suceder y es el temor de nosotros de siempre, no?, que resulte nuevamente y nos van a involucrar a nosotros, las Iuerzas policiales van decir que ellos son y estan volviendose a organizar, y eso no va ser asi porque nosotros en ningun momento hemos pertenecido, no nos interesa ninguna cosa de politica, la politica de nosotros es el trabajo, la agricultura, nuestras plantas, nuestros cultivos, esa es nuestra politica de nosotros, no hay otra mas. 35
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Uno de los eIectos sociales del miedo es debilitar los lazos de conIianza que a su vez son Iuente de estabilidad y seguridad. Miedo y desconIianza se potencian incrementandose mutuamente. Si la conIianza Iacilita la convivencia, la disposicion al encuentro con otros, la desconIianza la hace imposible. El clima de violencia genero suspicacia que devino desconIianza generalizada. Se instalo entre las comunidades, al interior de ellas, en la relacion con las instituciones e incluso dentro de la Iamilia. El miedo y la desconIianza generaron 5#"(.!#+. El mandato externo de callar se conjugo con la prohibicion interna de hablar, impuesta por el miedo. A muchas personas les resulto diIicil hablar del miedo que experimentaron y al hacerlo nos hablaron de haberse sentido o sentirse aun avergonzados(das), quiza porque el miedo conIronta con sentimientos de impotencia y desvalimiento, porque se asocia a la idea de Ialta de valentia en la que muchos son socializados, pero sobre todo porque el sentimiento de vergenza expresa con claridad la humillacion de la que han sido objeto. Muchas Iamilias evitaron mencionar a otros, compartir con otros lo que vivian, sobre todo si se trataba de amenazas dirigidas a alguno de sus miembros. Esto produjo aislamiento y soledad en muchas de ellas. El temor al juicio de los demas y a convertirse en objeto de sospecha por haber sido amenazadas las llevaba a callar.
No, peor aca no tenemos que hablar nada. Tiene miedo pues, hasta ahora no digo a nadie asi a cualquiera donde has vivido? No se, le digo, he estado en Lima, asi le digo yo. Asi que en la vida no estamos libres de nada, eso puede volver tambien, no?, y como hemos huido peor todavia sera: por que motivo se han huido?, dira, pues. 36
Barranca, Lima. 35 CVR BDI-SM-P196, BDI-II-P672. Testimonio 100362. Lima, octubre del 2002. Hombre que Iue encarcelado en Huarmey, Lima. 36 CVR. BDI-SM-P191, BDI-II-P670. Testimonio 407589. Huanuco, setiembre del 2002. Desplazada, cuenta acerca del miedo que aun siente. 179 Los vecinos, los paisanos, los Iamiliares, se hicieron objeto de sospecha, Iueron vistos como una amenaza potencial. Las experiencias de haber sido acusados, sealados injustamente por parte de personas conocidas, y en algunos casos apreciadas, conIirmaba ese temor.
Cuando estabamos aca viviendo ya un ao, o sea despues que le paso a mi mama esto, ya no abriamos la puerta para nada. No conversabamos ni con el vecino del costado ni con el del otro costado, ni del Irente; no saliamos para nada. Bueno, hasta ahora yo no me veo con los vecinos por el temor que, yo me quede con eso no?; o sea pensando que cualquier momento van a venir los terroristas vuelta, lo van a amenazar, lo van a torturar, como tratan, como hacen ellos. 37
Por otro lado, la sospecha y suspicacia que siempre se experimento respecto a los Ioraneos se incremento, ahondando uno de los grandes problemas nacionales como es la distancia y la Iragmentacion. Es al interior de las comunidades que vivieron enIrentamientos que la desconIianza tiene eIectos mas amenazantes. El contexto post-guerra nos muestra una comunidad en la que la desconIianza, el temor y el miedo dominan las relaciones interpersonales, y Irenan sustancialmente los procesos de reconstruccion y/o recuperacion dice con claridad una de las conclusiones del Estudio en ProIundidad en una comunidad de Ayacucho. La impunidad y el desconocimiento de la actualidad de los conIlictos incrementan sentimientos de desconIianza.
Pienso que ha quedado como una estela de desconIianza en algunos sectores populares por la actitud que algunos tuvieron Irente a Sendero..., he escuchado (que) actualmente hay gente que estuvo en Sendero y son autoridades, entonces, si, si queda desconIianza, que sera, quien sera este, que nos podra hacer. 38
La desconIianza ha producido, ademas de malestar, escepticismo cargado de resentimiento por la idea de que para algunos no es posible acceder a la justicia. Esta desconIianza esta relacionada a haber iniciado o haber sido involucrados en procesos judiciales sin hallar justicia.
Ya no conIio en nadie, he perdido la conIianza en todos, no puedo conIiar en nadie... Cuando me quejaba no me han hecho caso, hasta los abogados; los abogados tambien han sido unas personas, no se si por temor no actuaban bien pero en este caso hasta el Iiscal no actuaba bien pues, seorita, no ha hecho su trabajo. Todo el mundo estaba escondido..., todos convivian con aquellos que generaban la violencia. 39
Durante los tiempos de violencia, las personas se sintieron especialmente desprotegidas por las instituciones del Estado. La desconIianza hacia ellas se hizo mayor y la actuacion de los representantes del Estado a traves de sus instituciones, sus acciones, sus omisiones, sus discursos y silencios conIirmaron y reIorzaron esa desconIianza. No mama, no he puesto denuncia, para
37 CVR BDI-SM-P321, BDI-II-P934 Testimonio 100959 Lima, setiembre del 2002. Los hechos sucedieron en Pucallpa, Ucayali. La declarante en esa epoca era estudiante. 38 CVR BDI-I-P250. Entrevista en proIundidad a un sacerdote realizada en Juliaca, Puno en junio del 2002. 39 CVR. BDI-SM-P384, BDI-II-P981. Testimonio 310059. Lima, diciembre del 2002. El declarante narra el asesinato de su padre en Huancavelica 180 que? 40 , dice una seora de una comunidad de Abancay, mostrandonos que no le era posible conIiar en que las denuncias serian escuchadas, no era posible conIiar en las instituciones de justicia, pero, ademas, su tono de escepticismo desesperanzado habla de experiencias previas de Irustracion ante sus reclamos de justicia. No pude, doctor, no conte porque corriamos el riesgo, inclusive nos amenazo, si ustedes le cuentan algo, que yo los he torturado, les hecho eso, ustedes regresan por decir al cuartel, voy a desaparecer! Tambien por temor a eso, no. 41
E: Y no avisaron a las autoridades de aca? D: No, papa. Como ya pues con tanta tristeza, con miedo5 con tanto susto vamos a pensar todavia en avisar? 42
E: Y no has denunciado el hecho? D: No, A donde? Porque no habia autoridad... Yo tenia miedo, con seguridad algun dia me mataban, porque eso era contra mi persona 43
En ocasiones acusar a medias resultaba una transaccion entre el miedo a hablar y la urgencia de denunciar.
Sente la denuncia en la policia; pero en el parte policial yo no puse que Iueron los terroristas, sino desconocidos, porque los terroristas estaban ahi vigilando, estaban, como yo siento, como ellos dicen que tienen mil oidos, no se, entonces yo tenia miedo de decir que lo habian matado los terroristas. Simplemente yo dije que eran desconocidos, yo jamas dije que eran los terroristas; pero Sendero Luminoso Iue el que mato a mi esposo .44
La imposibilidad de sentir seguridad y proteccion por parte de las instituciones hizo que muchas personas preIieran callar y no denunciar, como una estrategia para preservar su vida y la de sus Iamiliares.
Ibamos a la policia a denunciar, a quien ibamos a denunciar? si ellos lo habia hecho y no nos recibian la queja nada, a quien nos ibamos a quejar; no habia justicia, nos botaban, que esto que lo otro. No se sabia quien habia hecho esto, si el estaba en la comisaria de ahi como, quien va a llevar, no creo que solo el se haya ido a matarse al Irente, si de la comisaria ha desaparecido el . 45
Muchas personas dejaron de indagar por sus seres queridos por miedo, dejaron de clamar justicia por temor de recibir mas violencia.
40 CVR. BDI-SM-P179, BDI-II-P852. Testimonio 500627. Lima, diciembre del 2002. La declarante narra la desaparicion de su hijo en Patas, Curahuasi, Apurimac. 41 CVR. BDI-SM-P275, BDI-II-P743. Testimonio 202575. Ayacucho, noviembre del 2002. El declarante narra la detencion que suIrio en Jucamarca, Ayacucho. 42 CVR. BDI-SM-P366, BDI-II-P755. Testimonio 200943. Ayacucho, octubre del 2002. La declarante narra el asesinato de su esposo en Salucc, Ayacucho. 43 CVR. BDI-SM-P373, BDI-II-P972. Testimonio 302077. Huancayo, noviembre del 2002. Desplazado de Manqui, Ayacucho. 44 CVR. BDI-SM-P174, BDI-II-P848 Testimonio 407519 Huanuco, setiembre del 2002. La declarante narra el asesinato de su esposo en Nuevo Progreso, Tocache, San Martin. 45 CVR. BDI-SM-P196, BDI-II-P672. Testimonio 100362.! Lima, octubre del 2002. El declarante narra su encarcelamiento en Huarmey, Lima. 181 No seor, no hemos buscado, ya que despues del castigo que nos han dado no hemos vuelto al cuartel para preguntar por nuestro hijo, pensabamos que dirian: "has venido a buscar a tu hijo terruco?, es por eso que ya no volvi a buscar a mi hijo, ni siquiera lo he buscado por temor. 46
Pese al miedo y la desconIianza encontramos que muchos hombres y mujeres iniciaron un tramite legal. Podemos ver las huellas de la desconIianza en la diIicultad de convivencia, en lo generalizada que resulta la suspicacia en la vida social, en la perdida de credibilidad y el poco valor que tiene la palabra empeada. La Comision de la Verdad y la Reconciliacion, tambien Iue objeto de desconIianza y recelo. Algunas personas se preguntaron si no seria una experiencia ya conocida de esperanza de justicia truncada, de ilusion esteril; otras, mas suspicaces, relacionaron el discurso de tiempos nuevos, verdad, justicia, reparacion con el de los actores de la violencia ya vivida.
Al principio sentia yo un poco de desconIianza en ustedes, de repente son, porque ya no se puede conIiar, no?, porque ya nos ha pasado una vez y ya creo que ya basta para uno reIlexionar, no?, y no vuelva a pasar por segunda vez como nos ha pasado a nosotros, a la Iamilia, a toditos, y es una mala experiencia. 47 ! ! En algunos casos la desconIianza, reIorzada por el temor, hace que la distancia se instale, diIicultando cualquier posibilidad de encuentro y convivencia social. La desconIianza y la extrema suspicacia pueden ser experimentadas como una vivencia de persecucion que tiene consecuencias debilitadoras en la persona. El testimonio de un policia lo dice claramente:
Cuando tu (reIiriendose al entrevistador) te acercaste hacia nosotros, mantuvimos nosotros una distancia; ya, eso va a ser de por vida, nosotros no dejamos, yo al menos no dejo que nadie se me acerque, ni por mi costado ni, ni. Te habras percatado que nosotros estamos conversando pero la vista siempre va para un costado. 48
La violencia del conIlicto armado interno tuvo secuelas muy negativas, de debilitamiento y destruccion, sobre los puntos de reIerencia de la identidad social de las personas: las Iamilias Iueron daadas, las comunidades agredidas, en algunos casos dispersadas, los reIerentes culturales desvalorizados, las organizaciones y agrupaciones sociales desarticuladas. Los eIectos de todo ello en la salud mental individual y colectiva son multiples y complejos.
46 CVR. BDI-SM-P41, BDI-II-P610 Testimonio 200895. Sede Ayacucho, octubre del 2002. La declarante narra la desaparicion de su hijo en Tambo. Ayacucho. 47 CVR. BDI-SM-P196, BDI-II-P672. Testimonio 100362.! Lima, octubre del 2002. El declarante narra su encarcelamiento en Huarmey, Lima. 48 CVR. Testimonio 100317. Lima. El declarante miembro de la PNP, cuenta acerca de la desconIianza que en el quedo luego del conIlicto armado. 182 La violencia dao especialmente a la Iamilia. Fue la institucion mas aIectada. Le arrebato uno o mas de sus miembros, trajo tristeza y en muchos casos desolacion, la sumio en mayor pobreza, suscitando en quienes sobrevivieron sentimientos de desproteccion, soledad e indeIension. La huida, el desplazamiento de la Iamilia, motivados por el temor y la inseguridad, asi como por la busqueda de proteccion dieron lugar a experiencias de desarraigo, de perdida de vinculos aIectivos con la Iamilia, con los amigos y con otros miembros de la comunidad. Tambien con la propia tierra, con la casa y sus enseres, con los animales apreciados. En la mayoria de los casos, la Iamilia quedo desmembrada y ademas dispersa. Los principales eIectos de la violencia en la Iamilia son de tres tipos: unos de caracter '(5)*-!)+*, pues produjeron perdidas irreparables al segar la vida de uno o varios miembros de la Iamilia. Otros son de caracter '(5(5)%/#"#>%'+*, pues por la violencia muchas Iamilias Iueron dispersadas, desarticuladas. Y un tercer tipo es de caracter '(/#"#)%'+* de la capacidad de proteccion y cuidado de los hijos, asi como de la capacidad de convivencia e interrelacion.
!"/"!"#461.*.%27#)%&8'#+#*(&+15*.9-:1+# ! ! Las historias mas desgarradoras narradas por quienes llegaron a la Comision de la Verdad y Reconciliacion a dar su testimonio, se relacionan a la perdida de sus seres queridos. El asesinato, la captura y la desaparicion de padres, madres, hermanos, hijos y demas miembros de la Iamilia constituyen las heridas mas dolorosas que ha inIligido la violencia, mostrando en ello su mayor crueldad. De ese modo ha aIectado a las personas y a sus vinculos mas importantes, a todo aquello que constituye su Iuente de soporte y seguridad, no solo emocional, sino tambien material. Esto es especialmente cierto en el caso de la poblacion rural donde la Iamilia constituye la unidad productiva. Contandonos del dolor por sus seres queridos arrebatados por la violencia, las personas nos hablan de su llanto como alimento, de llanto como el mar, de andar de llanto en llanto, de estar cansadas de llorar mostrandonos el impacto doloroso que esas perdidas ha causado en sus vidas. Muchas de las muertes en manos de los grupos subversivos y de las Iuerzas del orden han tenido lugar en presencia de Iamiliares de las victimas, quienes guardan imagenes de como se desarrollaron esos episodios. A la vez, podemos sealar que tres de cada diez personas, ha sido testigo de matanzas, no siempre de personas allegadas. Las estrategias de intimidacion llegaron asi a extremos inimaginables. Escenas terribles se sucedieron ante sus ojos, imborrables para los sobrevivientes, quienes, sumidos en el dolor desgarrador, vivieron la impotencia mas abrumadora, la sensacion de no poder hacer nada Irente a la muerte que, como veremos en los testimonios, les arranchaba de las manos a sus Iamiliares. Tras esas perdidas, los sentimientos son de dolor sin nombre, de vacio, de proIunda desproteccion, de perplejidad, de colapso del sentimiento de estar 183 vivo. Los eIectos en las personas son recuerdos permanentes del Iamiliar perdido, la imposibilidad de dejar de pensar en la persona y en lo que paso; se quejan de mucho pensamiento y, con estas imagenes, el dolor de cabeza se intensiIica. A las diIicultades para dormir, se acompaan pesadillas o malos sueos. Por todo esto, las personas reIieren sentirse mal, haberse vuelto enIermizas y sin poder hacer las mismas cosas de antes.
Casi eran dos metros que a mi papa le estaban llevando. Mi mama le alcanzo y le agarro de su mano: como le van a llevar a mi esposo?, que culpa tiene mi esposo?, que cosa le ha hecho?, algo?, a la gente lo ha matado?, que cosa para que le lleven?. Callate mujer de mierda!, que nos acompae nomas, que cosa le vamos a hacer?, diciendo. Y a mi mama tambien le arrastro dos varones, con armas. Si usted no vas a retirar de aqui, te vamos a matar, a toditos, ahorita te vamos a dinamitarte aqui dentro de tu casa, diciendo. Mas con miedo ya nosotros nos hemos asustado, nos hemos venido, y mirabamos a mi papa como lo llevaban. Le llevo por alla, de mi casa saco... Al Irentecito nomas mi papa esta enterrado. 49
Nios de corta edad Iueron expuestos al horror de ver morir a su padre, llenos de miedo y desesperacion. La violencia desaIio hasta el extremo la capacidad de deIensa incluso de los mas pequeos. Su llanto y su dolor de corazon quedan en muchos casos hasta hoy.
Tenia trece aos, la que me sigue tenia diez aos, la otra menorcita tenia como siete aos por ahi, y el menorcito tenia dos aos a tres aos tenia, porque ya decia papa. Porque el ha visto, lo que le han cortado y decia, papa, papa corta papa. Asi lloraba ya se daba cuenta tambien, porque nosotros estabamos a su lado de el. Aunque uno de los terroristas nos ha arrinconado al rincon y habia un canchon asi alto, que nos atajaba para no ver, pero la puerta era grande y normal estabamos viendo, pero el no nos dejaba porque asi nos apuntaba con la pistola, con la arma que tenia entonces. Cuando lo han disparado a mi papa, tratabamos de entrar por el canchon, hemos tratado de subir el canchon para entrar adentro |...|. Entonces nos ha hecho, sentar ahi aIuera a los demas nos ha metido bala, |llanto| "les voy a matar entonces a ustedes tambien" |...| Los chiquitos con la bala, se han desmayado al suelo, yo tonta la cabeza, no sabia ni donde estaba, pero mis ojos estaban viendo todavia, pero no sabia ni donde estuve; igual la otra, mi hermanita, |...| al soltar la arma sonaba Iuerte, entonces no podia, ya ese rato, cuando ya le han metido el pual, le han cortado el cuello,|...|, recien tratamos de ubicarnos, de nuevo seguiamos trepando pero no nos dejaban |...|. Los cuatro lo hemos visto, los chiquititos tambien han visto todo, se recuerdan todo, tal conIorme, se recuerdan..., todo eso, nos ha aIectado pues..., desde esa vez a veces me duele bastante el corazon, muchisimo, porque despues hemos suIrido, cualquier cosa tambien hemos suIrido. Como yo era la mayor mi mama no podia coordinar con nadie, yo tenia trece aos, solita como hariamos nosotros, llorabamos, llorabamos. diario, dia y noche llorabamos. 50
Al suIrimiento extremo por la perdida, se suma la desesperacion y el proIundo desconcierto de no saber por que, de no encontrar una razon para explicarse la muerte del Iamiliar. El sinsentido de la muerte se hace mayor ante la crueldad.
49 CVR. BDI-SM-P126, BDI-II-P706. Testimonio 201491. Mujer, tenia 13 aos cuando asesinaron a su padre y hermano, Cayara, Victor Fajardo, Ayacucho octubre 1985. 50 CVR. BDI-SM-P216, BDI-II-P873. Testimonio 510250. Sicuani, octubre del 2002. La declarante narra el asesinato de su esposo en Livitaca, Chumbivilcas, Cuzco. 184 Con Fal era, y disparo por aca, toda la cintura le Irego la bala y entonces el se doblo. Cuando se doblo, todito el seso le volaron, toditita la cabeza, todito el craneo... Entonces, en ese momento, no sabia ni que era, parece que estoy soando, me tire al suelo y empece a gritar ahi y los terroristas empezaron a correr, y yo... empece a gritar, y corri por su atras, diciendo |llanto| por que lo matan? Yo no sabia por que lo estaban matando, entonces sin explicacion. Luego que corrieron los terroristas me Iui corriendo a ver a mi hermano, estaba destrozado, sangrando, botaba, solamente temblando sus patas, entonces ahi no pude ni hacer nada. Luego vine a llamar a todas mis hermanas, su seora, empezaron a gritar sus hijos y corrimos. 51
Para muchos, la muerte aparecio abrupta, arbitraria, con crueldad extrema y en lacerante contraste con el ritmo y cuidado cotidianos. El testimonio que a continuacion presentamos da muestras de ello, asi como de la crueldad extrema con que no solo se asesino, sino tambien se destruyo, se ataco la mente de las personas, especialmente de las que sobrevivieron.
Nosotros hemos ido a la puna a arar con nuestros toros para sembrar papa y esa noche dormimos en nuestra choza y al dia siguiente mi padre salio a las cinco de la maana a traer Iorraje para toros |...| En ese momento, |...| entraron dos Senderistas y le preguntaron a mi hermana quien vive aqui?, y mi hermana se opuso a responderlos, lo cual dio motivo de que le dieran un golpe con el arma hasta desmayarla. Luego al reaccionar mi hermana dijo "mi padre no esta aqui" y al saber eso los Senderistas lo esperaron |...| Luego de un instante llego mi padre preguntando a mi hermana donde esta la vaca negra?, los toros han comido ya? y mi hermana respondio "todavia no". En esos instantes salieron los dos Senderistas de la choza y mi padre saludo "buenos dias jeIe". Uno de ellos se dirigio a mi padre y el otro se quedo y no nos dejo salir, amenazandonos con el arma y nosotros por temor tuvimos que obedecer y no sabiamos que hacer, solo escuchabamos los quejidos de mi padre por los golpes que le daban y en eso oimos que mi padre suplicaba "por Iavor ya no me maltraten mejor quitenme la vida". A mi parecer le dio una patada en el estomago y cuando mi padre se estaba desmayando lo apualaron con un cuchillo hasta traspasarlo lo cual el craneo y el cuerpo estaba unido tan solo por una piel delgada |...| Despues de haberlo ejecutado nos dejaron salir de la choza, luego se lo llevaron al batan y pusieron la cabeza de mi padre y cogieron una piedra del corral con el cual procedieron a triturar la cabeza. 52
Luego de experiencias como la relatada, los Iamiliares quedan con el impacto del horror y sumidos en el dolor. Por un tiempo, la propia vida deja de tener sentido, todo es respondido con desgano, lo cotidiano deja de producir placer. Para algunos, la tristeza se instala en su vida, a veces para siempre, copando todos los aspectos de la existencia. Los testimonios analizados dan cuenta de un grado de tristeza muy proIunda; casi la mitad de los testimoniantes ha comentado sobre la tristeza que aun permanece en sus vidas. O sea, quiere decir que no hay deseos de nada ni para trabajar, querer morirse. 53
51 CVR BDI-SM-P108, BDI-II-P806. Testimonio 487516. Recogido por un equipo movil en Aguyatia, Ucayali, setiembre del 2002. El declarante narra el asesinato de su hermano en La punta, Padre Abad, Padre Abad, Ucayali. 52 CVR BDI-SM- P267, BDI-II-P643. Testimonio 202133. Ayacucho, octubre del 2002. Dos hermanos narran el asesinato de su padre en Huancabamba, Ayacucho0 53 CVR BDI-SM-P3. BDI-II-P758. Testimonio 202821. Poblador de Torero, Sivia, Ayacucho, narra incursiones del PCP- SL en su comunidad y la desaparicion. 185 *.@.*.*.!)E=6<F6F!
La perdida de los padres Iue vivida como una amenaza de destruccion o la destruccion misma de la Iamilia. Algunas comunidades quedaron sin varones adultos, pobladas solo de mujeres, nios y ancianos. Las principales victimas de la violencia politica Iueron los varones, hijos jovenes, hombres entrando a la adultez, padres, autoridades, Iuerza productiva, Iiguras de soporte y proteccion emocional. Muchos de ellos dejaron esposa e hijos pequeos, algunos tambien dejaron padres y otros Iamiliares que comenzaban a depender de ellos. Abundan los testimonios en tal sentido:
|...| lo sacaron a las siete |...| de la noche, cuando el esta en intenciones de querer comer su cena y le agarraron de ambos lados, a mis hijitos los botaron a un rincon, tanto como a mi. |llanto| Y en ese momento ya practicamente mi hogar quedo destruido, practicamente sin amparo de nadie. Porque nosotros viviamos entre los cuatro, mis dos hijos, mis esposo y yo. 54
A muchos se lo llevaron. A todo el que encontraban, varones, ni uno habia sobrado; en una ocasion los ancianos nada mas ya habian quedado. 55
El padre era el principal proveedor de lo necesario para la manutencion Iamiliar y su perdida trajo mayor pobreza y disminucion de la calidad de vida de la Iamilia. Perder al padre signiIico para los hijos, especialmente para nios y nias, quedar en la desproteccion y el abandono. Los sumio en el peligro de morir de hambre o enIermedad. Ademas, al perderlo se vieron privados de la imagen que representa la Iuerza, la autoridad, la ley, el orden, aspectos importantes para las vivencias de proteccion y orientacion. "El hijo, ni que decir, es un nio al que le Ialta el padre |.| eso no se puede cubrir con nada del mundo". 56
|...| perdi la cosa mas grande que yo tuve, un padre. Yo vivia con el, viviamos con el, mi hermana, yo y dos hermanos mas, pero desde que Iallecio el, la Iamilia se desorganizo, cada uno ve su vida, cada uno ve sus problemas; somos un poco adultos pero no lo suIiciente, siempre necesitamos apoyo de nuestros padres todavia que nos hacen tanta Ialta. 57
La orIandad quebro el proyecto vital de los hijos pues su Iuturo se volvio incierto, trunco sus sueos al Ialtarles el apoyo sustancial. La mayoria lamenta haber tenido que interrumpir sus estudios, escolares o superiores, en muchos casos hasta hoy. Otros no pudieron siquiera iniciarlos por la necesidad de tener que apoyar a su Iamilia. Algunos recuerdan con mucho dolor verse
54 CVR. BDI-SM-P48, BDI-II-P773. Testimonio 403756. Huanuco, octubre del 2002. Viuda, narra el impacto en su Iamilia ante la perdida de su esposo en Uchiza, Tocache, San Martin. 55 CVR. BDI-SM-P11, BDI-II-P687. Testimonio 203238, Ayacucho, octubre del 2002, esposa de poblador asesinado en Ocros, Huamanga, Ayacucho. . 56 CVR. Testimonio 400002. Huanuco. La declarante narra la ejecucion de su hermano por parte del ejercito Peruano, llevada a cabo en la Universidad Nacional Hermilio Valdizan. 57 CVR. BDI-SM- P386, BDI-II-P983 Testimonio 453416 Huanuco, 2002. La declarante narra el asesinato de su padre en Aucayacu, Tingo Maria, Huanuco. . 186 privados de todo aquello que el padre, de estar vivo, hubiera provisto: alimentacion, ropa, utiles para el estudio, pero tambien consejos, orientacion, cario, estimulo y aliento para superarse, produciendo en muchos hijos una vision sobre valorada del padre y de las Iunciones y logros que podria generarles su presencia. Mi hijo cuando vuelve de su escuela me cuenta como los demas nios que tienen padre tienen cosas que les compra sus padres y les ensea y apoya en sus tareas. 58
Algunas Iamilias perdieron a la madre y, con ella, las experiencias de cuidado y proteccion mas cercanas y cotidianas. La cohesion Iamiliar se vio amenazada. Cuando murio mi mama |...| toda mi Iamilia se ha acabado ya. 59
Al desamparo de quedarse sin padres, huerIanos para toda la vida, se sumo en muchos casos la desproteccion por quedarse despojados de sus bienes materiales, su casa, sus enseres, sus chacras, etc. Quedaron sin condiciones para recomponerse de la perdida y la lucha por su sobrevivencia se hizo mas ardua. La violencia trastoco sus vidas de multiples Iormas y simultaneamente. Una misma Iamilia suIrio perdidas irreparables, daos materiales y desarraigo al verse obligadas a huir y desplazarse.
|.| nos hemos quedado sin medio, hasta la comida, los platos, no ha quedado nada, hasta la cama, los cuadernos de mis hijos con los que iban al Colegio, todo se han llevado, entonces su zapato impar he encontrado en la plaza, entonces me han capturado y me han traido de la parte alta, como perros nos han traido, parece el Ejercito. Eran varios muertos, como mazorcas de maiz, mas que el cementerio |...| a veces no tenemos para comer. |llanto| 60
Estas perdidas al mismo tiempo los dao psicologicamente al privarlos de sus vinculos mas importantes, la continuidad necesaria base para el equilibrio y la orientacion. Su desarrollo socioemocional Iue alterado pues se quedaron sin las Iiguras de identiIicacion necesarias para la construccion y aIirmacion de su identidad, sin los vinculos para sostener su sentido de si mismo. Haber visto quebrado e impotente al propio jeIe de la Iamilia tiene un impacto especial en las vivencias de indeIension, pues tambien se quiebra la Iuerza de la Iigura modelo de identiIicacion de la cual surgen en parte los sentimientos de aIirmacion, Iuerza, potencia, capacidad de autocuidado.
Con un aito, |...| cuando el papa estaba muerto estaba como loco "papa, papa" diciendo estaba cuando lo llevaron, por eso a cualquier hombre "papa" diciendo llamaba, con vela al panteon, lo buscaba, "donde esta", diciendo lo extraaba y asi me hacia llorar ese mi hijo a mi, hasta ahora |llanto|. 61
58 CVR. BDI-SM-P112, BDI-II-P732 Testimonio 203203 Ayacucho, noviembre del 2002. Grupo de mujeres narra los maltratos por lo cual tuvieron que desplazarse de Ocros, Huamanga, Ayacucho. . 59 CVR. BDI-SM-P169, BDI-II-P844 Testimonio 500047 Apurimac, setiembre del 2002. El declarante narra los maltratos que vivio en la comunidad de Anco, Antabamba, Apurimac. . 60 CVR. BDI-SM-P75, BDI-II-P701. Testimonio 201920 Ayacucho, noviembre del 2002. La declarante Iue testigo de asesinatos en Huayau, Tambo, La Mar, Ayacucho. 61 CVR. BDI-SM-P31 , BDI-II-P606. Testimonio 203840 Ayacucho, noviembre del 2002. Los declarantes narran de las acciones de SL en Santa Catalina de Tranca, La Mar, Ayacucho. 187 |...| mi hermano militar |...| hasta ahorita le ha aIectado terriblemente. Hasta una vez cuando paso dos aos mas o menos pues alla Iallado es medio |...| por que sicologicamente comenzo a disparar, psicologicamente hasta ahorita es asi. Me da mucho miedo por su esposa a su esposa le da mucho miedo por que hasta ahorita vive con ese rencor, con ese odio no? de que injustamente mi padre ya este lo hayan matado y que pues estemos asi abandonados mientras estemos a la deriva, sin apoyo de nadie, eso es lo que le mas colera porque el tambien tiene a su Iamilia y tiene que estar viendo por nosotras. 62
Casi me volvi loca yo estuve internada aca en el seguro durante dos semanas por que me aIecto. Dia y noche soaba, me aparecia, apenas cerraba mis ojos ahi estaba mi padre |...| 63
La orIandad obligo a los hijos, generalmente a los mayores, a asumir la responsabilidad de atender, cuidar y mantener a sus hermanos, a veces incluso a su madre. En la mayoria de casos, los hermanos o hermanas mayores tuvieron que abandonar sus propios proyectos personales y asumir el rol de alguno de los padres: trabajar en la chacra, cuidar a los animales, vender lo que tenian, hacerse cargo del cuidado de los hermanos menores o comenzar a trabajar para mantenerlos. Responsabilidad esta que en muchos casos resulto un encargo sobreexigente dada su corta edad, dando lugar en algunos casos a nios o jovenes sobreadaptados, obligados a madurar prematuramente. La sensacion de desproteccion, sin embargo, se mantuvo en ellos.
Despues yo me he ido a Abancay, he recogido a mis hermanitos |...| en una casa alquilada vivia. Hasta ahora sigo viviendo en esa casa y mis hermanos ahora estan grandes ya. Ha quedado mi hermanita chiquita con 9 aos, ella era diIicil de educar no? porque en la ciudad no tenia trabajo, mis hermanos eran chibolos no sabian trabajar y poco a poco asi nos hemos acostumbrado; pero hemos extraado tanto de mi mama asi, porque yo suIro bastante porque soy hermano mayor no? Tengo que educar a mis hermanos |...| He perdido yo totalmente mi estudio por causa de ese maltrato. 64
*.@.*.@.!D>GF8?! !! El sentimiento de orIandad que dejaron esas perdidas no solo alcanza a los hijos, tambien las esposas se sienten huerIanas, especialmente porque quedarse viudas en el campo es casi una sentencia de precariedad y miseria. Muchas quedaron en situacion de mendicidad. Ser viuda signiIico perder derechos y estatus al interior de la comunidad, pudiendo ello resultar una marca de por vida. E: En que situacion quedo su Iamilia luego de la muerte de su esposo? D: Quede completamente en una orIandad porque nosotros viviamos entre los cuatro y yo no tengo ni Iamilia por alla. 65
62 CVR. BDI-SM-P180, BDI-II-P853 Testimonio 500634 Apurimac, setiembre del 2002. La declarante narra el asesinato de su padre en Haquira, Cotabamba, Apurimac. 63 CVR BDI-SM-P180, BDI-II-P853 Testimonio 500634 Apurimac, setiembre del 2002. La declarante narra el asesinato de su padre en Haquira, Cotabamba, Apurimac. 64 CVR. BDI-SM-P169, BDI-II-P844. Testimonio 500047 Apurimac, setiembre del 2002. El declarante narra los maltratos que vivieron en la comunidad de Anco, Antabamba, Apurimac. . 65 CVR. BDI-SM-P72. Testimonio 403756. Huanuco, setiembre del 2002. Viuda, narra lo ocurrido a raiz de la muerte de su esposo, en Uchiza, Tocache, San Martin. 188 Las viudas,! se cuentan en miles, muchas de ellas eran jovenes en los comienzos de su relacion, y de un momento a otro su Iuturo se hizo incierto. Con el dolor a cuestas tuvieron que enIrentar solas la lucha por la sobrevivencia Iamiliar, por conseguir el alimento, por asegurar la vivienda, el abrigo, por labrar un Iuturo para sus hijos. En el camino algunas desIallecieron, sumiendose en el abandono, la mayoria sigue buscando como restaar las heridas que la violencia dejo en sus cuerpos, en los rostros atribulados de sus hijos que no entienden que paso, en el clima emocional Iamiliar que se vio de pronto perturbado para siempre.
Yo suIro y padezco |...| en lea, nadie trabaja, no hay plata y atiendo a mis hijos, llorando y pidiendo limosna de mis vecinos. Asi viviamos, no hay quien de como mi esposo, no encuentro nada. Estamos mal de salud y hasta mis hijos y mi hija menor esta como loca y yo tambien desde esa Iecha. Ya no como bien por llorar, en ese peligro me encuentro como loca, ya no podia hablar, y hablaba otras cosas y toda trastornada era. 66
|.| me quise matar, porque decia, yo que hago aca sin el, no puedo hacer nada. 67
Percibir como aIecta a los hijos la ausencia del padre o de la madre llena de tristeza al progenitor que quedo viudo, no tienen la capacidad de protegerlos de tanto suIrimiento, se sienten testigos impotentes del dolor de los hijos, que es tambien su propio dolor. La rabia hacia los culpables de su perdida se hace enorme. Muchas mujeres han sealado sentir resentimiento u odio por lo que les ha pasado, resentimiento que si bien era destinado directamente hacia los responsables de la muerte de su esposo, en muchos casos se extendio hacia quienes las excluian, hacia los otros en general.
|.| cuando no puedo darle solo se me parte el alma, mi hijo se queja que le duele el corazon por que su padre no esta con el. Cuando mi hijo me pide plata y no tengo como cubrirlo mi hijo se lamenta y maldice a las personas que han llevado a su padre |llanto|. 68
Las viudas se vieron obligadas a asumir nuevas tareas que, ademas de sobrecargarlas, les resultaron diIiciles, pues no contaban con la preparacion para hacerlo. Tuvieron que criar solas a sus hijos y ademas hacerse cargo de las labores que habitualmente desempeaban los hombres para mantener el hogar. Sienten que su rol de madre y mujer Iue alterado obligandolas a ser padre y madre, a ser como varon. De cada diez mujeres, tres sintieron que su vida se habia truncado con la muerte de su esposo. Mantenerlos yo sola, hago de padre y madre seorita, suIro trabajando en
66 CVR. BDI-SM-P67, BDI-II-P698 Testimonio 201583 Ayacucho, octubre del 2002. La declarante narra los asesinatos de varios miembros de su Iamilia en Pacaypampa 67 CVR BDI-SM- P232, BDI-II-P633. Testimonio 304038 Huancayo, diciembre del 2002. El declarante es testigo de una matanza colectiva en Zapallanga, Huancayo, Junin.. 68 CVR BDI-SM- P112, BDI-II-P732. Testimonio 203203 Ayacucho, noviembre del 2002. Grupo de mujeres narra los maltratos por lo cual tuvieron que desplazarse de Ocros, Huamanga, Ayacucho. 189 la chacra, hago el trabajo de varones seorita |llanto| sin casa todavia me ha dejado hasta ahora tampoco no tengo mi casa seorita, solo vivo en una carpita. 69
En muchos casos enIrentaron el rechazo de algunos miembros de su comunidad. Como los huerIanos, las viudas son la huella viva de lo que la comunidad quisiera olvidar y muchas veces suscitan respuestas o reacciones ambivalentes. Al dolor por su viudez se aade el suIrimiento por ser objeto de estigmatizacion, a veces de marginacion. Las viudas se quejan de maltratos que no hubieran conocido si sus esposos, padres o hermanos hubieran estado con ellas. Estas heridas cambian su autoimagen, daan su autoestima y algunas terminan desconIiando de su propia capacidad incluso para levantarse como lo muestra la seora que nos da el siguiente testimonio.
Padezco pues papa. Sola no puedo como hacer,. Soy madre sola y cualquier cosa hace Ialta. No pues lo que hace un varon no puedo hacer y de dia y de noche lloro, padezco, padezco de cualquier cosa. |llanto| no encuentro peon, |...| yo misma hago volviendome varon, volviendome mujer. De ese modo o de otro paso mi vida. La gente me odia, habla de mi, eso me duele, todo eso suIro no estoy en buena vida (Llanto) |...| Nuestros semejantes papacito me odian, cualquier cosa me dicen |...| Me ponen celos con su esposos, me odian papa |...| totalmente era papa sin caminar, mi mano no alzaba, ni podia caminar con mis pies. Sentada o echada caminaba, asi pues totalmente era, con la vestimenta de otra, con la comida de otro, con el apoyo de otro era totalmente. 70
La ausencia abrupta y violenta de la pareja se convirtio en un enorme vacio que ha generado sentimientos de proIunda tristeza y aoranza, desvalimiento y desamparo. Las mujeres tienden a minusvalorar sus roles y sus capacidades, se sienten especialmente disminuidas. Aun cuando muchas de ellas constatan el Iruto de su trabajo y esIuerzo, el sentimiento de desamparo prima en ellas. Un gran porcentaje, 71 de las viudas esta viviendo con este sentimiento, de modo que la duda sobre si mismas y sus capacidades no las abandona, en cambio les queda la certeza de que todo habria sido diIerente con su esposo.
|llanto| no se como puedo vivir, cuando me recuerdo me duele en el alma. Yo no tengo con quien vivir, con quien estar; no tengo nadie quien me diga hay que comer |...| o esta cosa esta |...| solita nomas estoy con mis hijitos. 72
yo pienso estoy poniendo todo de mi parte para que mis hijos lleguen a ser proIesionales pero tambien yo no se, de lo que le ha pasado a mis hijos como lo tomaran |...| ya van a ser diez aos, vivo sola con ellos, trato de sobresalir con ellos, pero no se si lo estoy haciendo bien, a veces no tengo Iuerzas, no se si hago bien o hago mal lo que estoy haciendo, me siento impotente, me siento mal cuando veo que estan mal porque no tengo la ayuda, quizas si su padre estuviera conmigo todo seria diIerente |llanto| 73
69 CVR. BDI-P74, BDI-II-P700.. Testimonio 201889 Ayacucho, octubre del 2002. La declarante habla sobre asesinatos en Aurora, Ayna, La Mar, Ayacucho. 70 CVR. BDI-SM-P11, BDI-II-P687 Testimonio 203238 Ayacucho, octubre del 2002. La declarante narra la tortura y asesinato de su esposo en Ocros, Huamanga, Ayacucho. 71 Ver apendice de Analisis Cuantitativo 72 CVR BDI-SM-P154, BDI-II-P837. Testimonio 300556 Huancayo, noviembre del 2002. La declarante narra la desaparicion de su esposo en San Carlos, Huancavelica. 73 CVR BDI-SM- P329, BDI-II-P939. Testimonio 100583 Lima, setiembre del 2002. La declarante narra la muerte de su esposo en un atentado en la ciudad de Lima. 190 Algunas se volvieron a comprometer en relaciones de pareja, para sobrevivir en todos los aspectos, para sentirse menos desamparadas, para asegurar su subsistencia y la de sus hijos. A veces, en ese intento se encontraban con las huellas de sus duelos no resueltos que se traducian en sentimientos de culpa, o aoranza del esposo perdido. Otras se volvieron a comprometer y desgraciadamente la violencia volvio a arrebatarles a su segundo esposo. La sensacion de desesperanza y Iatalidad es mayor en estos casos.
|.| me volvi a comprometer por encontrarme sola y desamparada y no poder realizar trabajo Iuertes porque mi esposo no dejaba que realizara esos tipos de trabajos . 74
Tenia miedo, porque realmente despues que el murio, cuatro aos despues me conoci con el papa de mi hija, tenia miedo hasta de encamarme porque decia de repente a lo mejor me va jalar de mi pie, o sea tenia miedo. 75
Las viudas que no consiguieron soporte social y emocional en otros Iamiliares o en su comunidad son ahora las mas aIectadas. Muchas no han tenido la oportunidad de poder expresar abiertamente sus sentimientos dolorosos, no contaron con espacios de contencion ni personas adecuadas para poder expresar sus sentimientos, penas, Irustraciones, desesperanzas, etc. Se vieron imposibilitadas de recoger a sus muertos y darles sepultura. Por esto, han encontrado otras Iormas de expresar su dolor a traves del cuerpo. Muchas cuentan que suIren de dolores de cabeza, expresando asi la presion y preocupacion que ha caido sobre ellas; que tienen ideas y sentimientos persecutorios con respecto a que ellas tambien pueden ser acusadas, pueden estar buscadas o correr el mismo peligro que sus esposos; y que suIren de problemas para dormir, haciendo aun mas diIicil su vida. Al mismo tiempo, es importante rescatar que, a pesar de estos sentimientos y vivencias dolorosas, han hecho Irente a las diIiciles condiciones en que han quedado, han iniciado denuncias y tramites legales en busqueda de justicia y han desplegando su capacidad de lucha cotidiana, aprendiendo nuevas tareas, aumentando el numero de actividades que hacian e impulsando o participando en organizaciones sociales de Iorma Iirme y organizada.
|.| yo no sabia agarrar el machete, no sabia agarrar la lampa, |...| tan solo era ama de casa, inutil me ha criado mi esposo. El era bien bueno, y total ya cuando murio, |...| ahi, puede, no puede, llorar, llorando, hemos empezado a trabajar, hemos empezado a agarrar machete, lampa, para podernos pasar la vida, para poder sustentar nuestro hogar. 76
!! ! !
74 CVR BDI-SM-P27, BDI-II-P603 Testimonio 201161 Ayacucho, octubre del 2002. La declarante narra el asesinato de 2 miembros de su Iamilia en Santa Rosa de Cocha, Huancasancos, Ayacucho.. 75 CVR. BDI-SM-P40, BDI-II-P609. Testimonio 500417 Sicuani, octubre del 2002. La declarante narra la muerte de su esposo en Pacaicasa, Huanta, Ayacucho. 76 CVR. BDI-SM- P318, BDI-II-P931. Testimonio 440111 Huanuco, noviembre del 2002. La declarante narra el asesinato de su esposo en Angashyacu, J. Crespo y Castillo, Leoncio Prado, Huanuco. 191 *.@.*.H!)IE69!JKEF>F69! ! Quiza porque amenaza a la continuidad del ser humano que busca prolongarse en los hijos y los nietos, esta, la perdida de un hijo, una hija o peor aun de varios de ellos Iue aplastante. En las comunidades campesinas Iue, ademas, una sentencia a mas pobreza y mas atraso. Los hijos desde pequeos aportan con su trabajo y los mayores, especialmente los varones, se hacen cargo, junto al padre, de las tareas que aseguran la subsistencia. Nunca he podido resignarme a la perdida de mi hijo; no pronuncio su nombre, porque entonces me viene nuevamente el suIrimiento y no dejo de llorar. 77
Si hago una obra en mi casa me ha de venir un sentimiento y mi hija me dice que tienes papa? Ay hijita!, le digo, hay momentos que oigo la cancion que le gustaba a tu hermano, 'Cervecita', porque el tomaba cerveza; pero hija, que hago si me viene sinvergenzamente mis lagrimas, mi corazon, preIerible que yo descargue |...| 78
La muerte del hijo, de la hija, que contradice la ley de la vida por la cual los padres mueren primero, resulta tan dolorosa como desconcertante. Los padres se sintieron despojados de los cuidados que aseguraban una vejez tranquila, acompaada. Fueron privados tambien de quien pudiera garantizarles una buena muerte, atendida.
|...| de mi ropa, hasta de mi estomago, de mi sal, de mi aji, unico el nada mas, era mi hijo mayor; |...| estudiando y trabajando. por nada, nunca vas a llorar papa, nunca, aca pues estoy yo. Falleces, yo te voy a hacer enterrar, Ialleces, yo aqui voy a hacer tu sepultura` asi me decia, el nada mas nos sostenia, el nada mas nos deIendia; hasta a sus menorcitos cuando lloraban, les decia no lloren` diciendo. |llanto| hasta sus menorcitos ahora lloran. 79
La perdida de un hermano o una hermana tambien Iue experimentada como muy dolorosa. Ademas, muchos hermanos mayores cumplian el rol de una Iigura paterna o materna y su ausencia Iue motivo de gran inseguridad para los menores. Para muchos su recuerdo hoy aparece idealizado.
|.} yo la recuerdo asi, siempre Ieliz. Porque |...| siempre ha sido una chica bien alegre, Ieliz, sonriente. Siempre cuando mi mama tenia problemas ella decia "si (.) solucionan, por que hay que estar triste", ella era la alegria de la casa, era bien Ieliz. Y cuando se murio se apago todo eso, porque hasta ahorita. |llanto| Cuando me acuerdo solita me pongo a llorar, porque no hay como mi hermana ni habra; aunque tengo a mis hermanitos menores, estan chicos. 80
La violencia no excluyo de la muerte a los nios y las nias. Muchos murieron junto a sus Iamiliares durante las incursiones violentas a las comunidades, especialmente durante las masacres, donde la violencia sego vidas indiscriminadamente. Algunos murieron incluso antes de nacer. Los
77 CVR. Testimonio 485049, la declarante narra la desaparicion de su hijo por parte del PCP SL 78 CVR. Testimonio 453336, el declarante narra la desaparicion de su hijo por parte de elementos subversivos.. 79 CVR. BDI-SM- P257, BDI-II-P904. Testimonio 201251 Ayacucho, diciembre del 2002. La declarante narra la desaparicion de su hijo en la ciudad de Lima. 80 CVR BDI-SM-P234, BDI-II-P635 Testimonio 304535 Huancayo, 2002. La declarante narra el asesinato de su hermana 192 mas pequeos, siempre al lado de su madre, corrieron la misma suerte que ella, otros en medio del desorden del acto violento sobrevivieron, como el pequeo del que nos habla una seora:
Hasta ahora me pregunto |...| donde estaran esas criaturas de dos, de tres, de ocho, de nueve meses? porque los alumnos de siete, ocho aos, ellos habian muerto todos con su proIesor en la escuela, solamente habian quedado vivos niitos de tres, cuatro aitos, que seguramente esos compaeros no los han visto, estarian en un lugarcito oculto, no se yo, pero cuando yo encontre a una seora muerta estaba justo con su bebito tambien y su bebito le estaba mamando a la muerta. 81
Mas nios y nias murieron de hambre y enIermedades porque su ambiente vital representado por sus padres y su Iamilia habia sido alterado, porque ellos se habian quedado sin condiciones de proveerles el alimento, la proteccion y el cuidado para poder vivir. Sabemos tambien de nios, de las comunidades que constituyeron por un tiempo base del PCP-SL, a quienes dejaron morir ante la imposibilidad de responder a sus necesidades de alimento, de medicinas, o porque su llanto podia delatar su escondite. En medio del clima violento, especialmente cuando se daban las huidas o las largas marchas de una poblacion detenida hacia la base militar, algunos bebes o nios muy pequeos murieron en circunstancias especialmente dolorosas. Estos casos extremos se encuentran en los testimonios que relatan como las madres se vieron obligadas a matar o a dejar morir a sus propios hijos.
|...| la propia madre mato a su hijo |...|. Era de noche y no se a donde lo habran llevado, tampoco se si lo han enterrado. Era un bebito, habra tenido aproximadamente medio ao... lloraba mucho y para que no lo oyeran los soldados llamaron a la madre y le dijeron miserable, calla a tu hijo y cuando le obligo a callarlo, ella la madre lo apreto entre sus senos al bebe y este murio asIixiado, le quito la respiracion... 82
Las vidas segadas por la violencia politica constituyen perdidas irreparables que han dejado en las Iamiliar un sentimiento de tristeza que, nos dicen, nunca va a poder ser superada. Hoy vemos que el dolor producido por estas perdidas es muy intenso.
|.| nosotros nunca nos vamos a olvidar de esa muerte, hasta el dia de nuestras muertes llevaremos asi nuestro dolor. Pasan los aos, ya son dieciseis aos atras, consigo recordar, no se me borra, no se me borra de mi memoria, es como una grabadora que lo tengo. 83
!! Lo que hace a estas perdidas mas dolorosas y devastadoras es que en su gran mayoria Iueron producto de actos crueles, seguramente nunca imaginados, acompaados de gran humillacion y de absoluta Ialta de respeto por las vidas y las muertes de quienes Iueron asesinados, seguidos por impunidad. Un padre dolido y una viuda lo dicen claramente: mi papa |...| hasta
menor en Palian, Huancayo, Junin. . 81 CVR. BDI-SM- P124, BDI-II-P820. Testimonio 100483. Lima, enero del 2003. ProIesora testigo de la matanza en Chalcos, Sucre, Ayacucho. 82 CVR. BDI-P. Entrevista en proIundidad, eIectuada en octubre del 2002 en Chungui, La Mar Ayacucho. El entrevistado Iue nio pionero que Iue recuperado por los militares 83 CVR BDI-SM-P36, BDI-II-P691 Testimonio 500001 Sede Sur Andina, octubre del 2002. La declarante Iue testigo de asesinatos en Ayaorcco, Abancay, Apurimac. 193 ahorita llora, el dice que no llora porque se ha muerto sino porque como ha muerto, como ha suIrido, como la han hecho suIrir a una nia que era inocente |llanto|. 84
Me encontre seorita en la mas perIecta soledad, en la mas agobiante soledad, no porque era, no por el hecho de la muerte, porque hay muchas personas que pierden un ser querido, su unico ser, lo pierden, pero usted sabe porque lo perdio, pero en este caso de una vida arrebatada, es una muerte doblemente mortal, no? Se puede decir eso. 85
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Como ya sealamos, la violencia obligo a la Iamilia a dispersarse. No todos salieron juntos y eso supuso despedidas dolorosas, por ejemplo cuando los padres mandaron lejos a los hijos jovenes, para protegerlos de la posibilidad de ser reclutados por el PCP-SL, ya sea por la Iuerza o el convencimiento. En los nuevos lugares Iueron obligados a adaptarse a traves de un proceso que las mas de las veces Iue penoso, pleno de aoranza por los vinculos perdidos y en algunos casos en condiciones de abandono, maltrato Iisico y servidumbre. Si no se quedaron juntos en medio de la pobreza y mas diIicultades, ante la muerte de los padres los hijos Iueron repartidos entre otros Iamiliares. Los sentimientos que acompaaron estas experiencias son de tristeza, gran tristeza, soledad, inseguridad, desorientacion. Muchas veces esta dispersion devino deterioro o perdida de vinculos entre los miembros de una misma Iamilia.
A consecuencia de lo ocurrido, nosotros (los hijos) nos quedamos desamparados, nos repartieron, uno de mis hermanos se lo llevaron mis tios a Pucallpa, otro con otra tia, y asi quedamos separados, porque no nos podian mantener a los cuatro juntos. Tenia mucha tristeza, aun no estoy resignada a que mis padres estan muertos. 86
La distancia Iisica se hizo, para los hijos, distancia aIectiva. Justo en un momento en que la cercania Iamiliar era especialmente necesaria para el consuelo y el sosten de los hijos, las madres tuvieron que asegurar primero el sustento material. Disyuntivas dolorosas que las expusieron a posteriores reproches.
Ayudaba para poder comer, le ayudaba a lavar la ropa, nos cocinabamos, lavaba bastante ropa y solo trabajaba para poder comer, entonces ahora mi hijo varon que le deje me dice me hubieras educado trabajando, me hubieras educado, me has dejado como a un perro a su lado de mi abuelita, hasta ahora me reprocha mi hijo. 87
84 CVR BDI-P234, BDI-II-P635. Testimonio 304535 Huancayo, 2002. La declarante narra el asesinato de su hermana menor en Palian, Huancayo, Junin. 85 CVR BDI-SM-P194, BDI-II-P714 Testimonio 100226 Lima, enero del 2003. Mujer narra la detencion y encarcelamiento de su esposo en Cajabamba, Cajamarca. 86 CVR. Testimonio 407609. Huanuco. , La declarante narra la desaparicion de sus padres y su tio por parte de elementos subversivos. 87 CVR. BDI-SM-P90, BDI-II-P788. Testimonio 203816. Ayacucho, octubre del 2002. El declarante narra la desaparicion de su hermano en San Miguel, La Mar, Ayacucho. 194 La posibilidad de reconstruir la unidad Iamiliar es una expectativa que algunos plantearon muy enIaticamente a la CVR al dar su testimonio.
Quiero un apoyo para mis hermanos y mi tio tambien. Tenia sus hijitas y sus hijitas tambien estan abandonadas, no se sabe ahora, estan en diIerentes sitios. Quiero encontrarme, quiero ubicar a mis primas, quiero estar junto con toda mi Iamilia porque extrao tanto porque estan en diIerentes sitios y ahora ya no tengo ya Iamilias, es que estoy yo solo nomas. Ya estoy solo no mas ya. Y mi casa esta abandonada y quiero regresar tambien a mi pueblo. 88
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Ademas de la muerte y desaparicion de los seres queridos, hay otras perdidas que, aunque no tienen el caracter de irreparable, producen eIectos penosos, sobre todo en la vida de los nios. Nos reIerimos a la perdida o disminucion de la capacidad de los adultos de oIrecer proteccion y seguridad a los hijos. El miedo, la obligada huida hacia lugares desprovistos de lo minimo necesario para garantizar la vida o la salud de los hijos por ejemplo, cuando debian reIugiarse en los montes o los cerros despojaron a los adultos de su capacidad de cuidado y sosten de sus pequeos. La imposibilidad de arrebatar de la muerte, la desaparicion o el secuestro a los hijos e hijas, genero en algunas madres sentimientos de impotencia y en algunos casos tambien de culpa. Si derecho me hubiera ido a... no hubiera pasado nada, con mi hijo hubiera estado. Por mis animales he venido. 89
El si hubiera... suena tan esteril como castigador, pues en medio del clima violento, pleno de arbitrariedad e irracionalidad, resultaba muy diIicil prever y planiIicar cualquier accion, incluso las deIensivas, mas alla de escapar o esconderse. La experiencia de ser madre en medio de la violencia del conIlicto supuso para las mujeres sentimientos de impotencia e insuIiciencia. Tras el impacto de las perdidas irreparables, de la ausencia con destino desconocido aun, de alguno de sus miembros, las Iamilias buscan recuperarse y en el intento crean mejores condiciones o a veces sucumben en la desesperanza o la desarticulacion. Las secuelas de la violencia se conjugan con otros aspectos de la vida de sus miembros, como la calidad de sus relaciones previas, sus recursos para enIrentar la sobrevivencia y trascenderla o no, las oportunidades que tuvieron en estos ultimos aos, etc. Los testimonios nos hablan de las vicisitudes Iamiliares y advertimos que nuevos dolores y problemas surgieron luego del impacto de la violencia.
|.| mi suegra tambien se puso en contra de nosotros, no nos daba nada y yo trabajaba en la chacra me iba a cosechar papa, lo que sea, con mi hijita la mayor. E: Cambio la relacion Iamiliar?
88 CVR BDI-SM- P169, BDI-II-P844. Testimonio 500047 Apurimac, setiembre del 2002. El declarante narra maltratos que suIrio en la comunidad de Anco, Antabamba, Apurimac.. 89 CVR. BDI-SM-P179, BDI-II-P852 Testimonio 500627 Testimonio 500627 Lima, diciembre del 2002. La declarante narra la desaparicion de su hijo en Patas, Curahuasi, Apurimac. 195 Cambio todo |...| por culpa de nosotros habian matado a su hijo dijo que nosotros eramos los culpables |llanto|. 90
El trauma que se aloja en el corazon de la gente hace estragos en sus relaciones Iamiliares, en su propia autoestima, en sus deseos de vivir. En algunos casos los hijos volvieron a vivir la perdida Iisica o emocional del padre que quedo, como narra el testimonio a continuacion. Mi papa, despues que murio mi mama en el mes de septiembre, murio |...| Se desbarranco,|...| antes de morir me dijo: "si tu mamita esta muerta para que voy a vivir. Solo no quiero estar" lloraba. Diciendo asi se habia metido al barranco. 91
En muchos hijos queda el temor latente, amenazante de la posible perdida del otro padre y da lugar a conductas de apego, de vigilancia ansiosa de su salud. Las madres que quedaron viudas tambien buscan proteccion en sus hijos e hijas, intensiIicando los lazos de dependencia mutua. Cuando el suIrimiento del adulto acaba o debilita su capacidad de cuidar de los mas pequeos, estos se sienten doblemente abandonados. En algunos casos ademas, los nios terminan siendo quienes cuidan a sus padres, protegiendolos a veces de la violencia que se da entre ellos, estimulada por el alcohol.
Mi mama de ahi empezo a tomar |...| |llanto| Si, mi mama caminaba parece loca, andaba, Y hasta ahorita de esa Iecha, mi mama aprendio a tomar su trago, |...| me ha mandado a la puna, entonces yo estuve con mis animales, he dejado de estudiar ese ao,|...| mi papa tambien tomaba, parece loco hasta ahorita, parece loco |...| De ahi a mi mama tambien le pegaba duro, cuando tomaba. Como traumado quedo mi papa tambien. Lloraban, tomaban, se peleaban y a nosotros tambien, no hay nada, nos han abandonado cuando tomaban |...| Como yo era la mayorcita yo tenia que cocinarme, hacer mis molidos, como se empezaron a tomar, a mis animales tambien han abandonado. Yo estuve en la puna hace dos aos |...| con mis hermanitos, con mi hermanita. 92 .
La convivencia entre personas aIectadas por la violencia se hace mas diIicil. El clima Iamiliar se hace tenso, los animos irascibles o depresivos. Se imponen silencios, sobre todo alrededor de los hechos traumaticos, puesto que la ausencia de explicacion de las muertes, las desapariciones, las separaciones Iorzadas, las torturas, etc. deja a las personas en el desconcierto. Los sentimientos de rabia por la injusticia y la impunidad son intensos y no siempre tienen un espacio donde ser expresados. A veces se desplazan a la convivencia cotidiana. Las preguntas de los hijos resultan incomodas y se recurre a evadirlas o a dar medias respuestas. Sin embargo ellos perciben el animo, el clima Iamiliar y esperan una palabra esclarecedora. La cadena de desinIormacion que conIunde y desorienta se extiende asi hasta los hijos pequeos. Algunos hijos adolescentes, dolidos y resentidos por la ausencia que no alcanzan a comprender, reprochan a su
90 CVR. BDI-SM-P34. BDI-II-P657 Testimonio 435145. Lima, 2002. La declarante narra el asesinato de su esposo en Tingo Maria, Leoncio Prado, Huanuco. Sicuani, diciembre del 2002. El declarante narra el asesinato de su madre en Aimaraes, Apurimac. 91 CVR BDI-SM-P37, BDI-II-P772 Testimonio 500635. Sicuani, diciembre del 2002. El declarante narra el asesinato de su madre en Aimaraes, Apurimac 92 CVR. BDI-SM-P125, BDI-II-P662. Testimonio 201456 Ayacucho, octubre del 2002. La declarante narra la desaparicion de su hermano en Huancapi, Victor Fajardo, Ayacucho. 196 madre quien no encuentra como responder sin sentirse invadida por sentimientos que aIectan su dignidad.
|.| se ha ido molesta, se ha puesto agresiva |...| y lloraba si mi padre viviera tal ves yo no estaria asi. |...| tu nada has hecho, ni si quiera por buscar a mi papa A veces tendra razon, yo no he hecho nada, si, yo no he hecho nada porque tenia miedo que me pase algo, yo era mujer, encima que ya me habia pasado y yo no queria que me vuelva a pasar. 93
El clima de violencia privo a las madres del entorno seguro y protector necesario para cumplir su tarea maternal durante el embarazo. Algunas madres, viviendo con temor, con la angustia por sus seres queridos muertos o desaparecidos, vieron debilitada su capacidad de soporte y contencion de sus bebes, quienes nacieron entonces en condiciones especialmente diIiciles. El testimonio de una de ellas y la explicacion que se da sobre la enIermedad y prematura muerte de su hijo lo dice con claridad:
Mi hijito que ha muerto |...| su corazoncito asi palpitaba |...| nada de dolor tenia, solamente palpitaba su corazon hasta aIuera, asi sacudia, asi no mas le ha paralizado. En el hospital me ha dicho cardiaco al corazon. Tanta pena, tanta colera que ha mamado me ha dicho |...| Asi hemos vivido tal vez por todo eso sera, yo digo. Porque yo no se de que le ha dado, solamente eso no mas me imaginaba. Desde niito, desde bebito, solamente yo me lloraba, me cachaba mi coca dia y noche esperando que va a llegar mi esposo; seguro esta noche, otra noche, otro dia; asi diario esperaba a mi esposo que va a llegar |...| Y todo eso pues le habra mamado el pobre bebe. Tenia razon, toda esa pena, a veces tenia colera, a veces tenia pena, mas pena, dia y noche pena, pena, lo ha mamado; todo pues habra dado al corazon. 94
Hoy, esos nios y nias, sobrevivientes y testigos de la violencia en sus Iormas mas crueles, son jovenes o adultos Iormando nuevos hogares. A pesar de sus esIuerzos, llevan las huellas de esas perdidas irreparables, de los vacios, del dao a su Iamilia. En su aspecto mas problematico estas se traducen en temor, desconIianza, apatia, sentimientos de vacio, de soledad, timidez. Desde alli surgen tambien los sentimientos mas intensos de rabia, odio, resentimiento. Son muchas veces vivencias emocionales que protegen de la desesperanza y la derrota. Pero ciertamente pueden ser tambien motor de conductas revanchistas, igualmente violentas. Haber crecido en estructuras Iamiliares mutiladas, sin padres, o mejor dicho con padres asesinados o desaparecidos, Iiguras de identiIicacion ausentes, da lugar a sentimientos de orIandad e inseguridad, rasgos que hacen a una poblacion vulnerable a propuestas politicas y estilos de relacion autoritarias, paternalistas y verticales. Las repercusiones personales de las experiencias vividas son innumerables. Depende tambien de las vicisitudes de la vida de cada uno, de si pudieron o no contar con apoyo y oportunidades de transIormar su dolor en experiencia, su pobreza en posibilidad. Muchos han desplegado sus mayores esIuerzos para reconstruir su vida y sus
93 CVR BDI-SM-P254, BDI-II-P638. Testimonio 201093. Ayacucho, noviembre del 2002. La declarante narra la desaparicion de su compaero en San Pedro de Cachi, Huamanga, Ayacucho. 94 CVR BDI-SM-P154, BDI-II-P837 Testimonio 300556, Huancayo, noviembre del 2002. La declarante narra la deaparicion de su esposo en San Carlos, Huancavelica. 197 vinculos Iamiliares. Sin embargo, es evidente que a sus esIuerzos personales deben sumarse Iormas de apoyo del Estado y del conjunto de la sociedad, sobre todo para atender al desaIio de no prolongar en la socializacion de los hijos de hoy los suIrimientos y traumas a los que han sido expuestos por la violencia de origen politico.
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La violencia se alojo en los distintos espacios donde se desenvuelven las relaciones humanas, en las instituciones, en la misma vida comunitaria, tiendo las representaciones mentales que tenemos de sociedad, democracia, justicia, etc. Las comunidades, las agrupaciones naturales de la gente tanto en el campo como en los centros urbanos Iueron asediadas por los grupos enIrentados por la violencia. Algunas comunidades, especialmente las campesinas y nativas Iueron escenario de repetidas incursiones violentas, que en mas de una ocasion supusieron su arrasamiento o destruccion.
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Nos trabajabamos y de un momento a otro asi han aparecido y a la gente nos empezaron a matar y a mis hijos |...| Nos reunian a todos y realizaban asamblea, nos reunian, pero nosotros nos escondiamos de esos. Esos que no vienen van a morir pero no venian continuamente. Ya despues cuando aparecieron nos hemos Iabricado hondas y con eso nos deIendiamos. Con hondas los hemos perseguido, y de un momento a otro a todo alrededor nos rodearon a todo el pueblo y nos empezaron a matar, nos mataron reuniendonos en la plaza a mi primo, a mi tio |...| los mataron, yo, me escape, pero cuando me estaba escapando dos me agarraron del brazo y me jalaron...Yo de miedo hasta los huesos me temblaban y me imaginaba que seguramente estara muerto diciendo, y asi lo encontre muerto (a su hijo). Ella me aviso... chacra por chacra debi buscarlo diciendo; pero si me ven tambien me pueden matar por estar buscando, preguntandome incluso. Solamente a las autoridades que eran mis paisanos les dije, pero ellos tambien de miedo no hicieron nada... De pena me enIerme y hasta ahora no me siento bien. 95
El testimonio de esta seora, que representa la vivencia de muchos, nos muestra como la violencia aparecio de manera sorpresiva. Mas alla de la veriIicacion de la exactitud del dato historico, da cuenta de la vivencia subjetiva de la violencia como algo abrupto, intempestivo, que altero la cotidianeidad y la vida misma. El hostigamiento a comunidades enteras, la masacre de algunas de ellas, el clima de amenaza permanente, los actos violentos que ellas mismas protagonizaron, debilitaron los lazos comunitarios, hicieron Iragil la organizacion social, alteraron las condiciones de convivencia, remecieron valores y practicas comunitarias. En algunos casos las comunidades optaron por la vigilancia organizada y permanente a traves de comites de autodeIensa y rondas campesinas. En otros, quizas en la mayoria, la unica opcion posible Iue escapar, desplazarse. En cualquiera de las
95 CVR. BDI-SM-P10, BDI-II-P762. Testimonio 203230, Ayacucho, octubre 2002. La declarante narra el asesinato de su 198 situaciones, la vida cotidiana de la comunidad y de los comuneros se vio trastocada. La comunidad como un espacio de soporte emocional, como un reIerente para la continuidad de la vida de las personas, Iue alterada. En los escenarios urbanos la violencia politica produjo sobre todo miedo e inseguridad. Los lugares publicos resultaban especialmente inseguros y la gente preIirio recluirse, en desmedro de la preservacion de redes de proteccion social. Las instituciones y organizaciones vecinales, barriales, sindicales, etc., tambien Iueron objeto de asedio. Muchas se debilitaron y desarticularon, sintiendo estrecharse su espacio de accion. Se instalo en el sentido comun la idea de que toda persona organizada politicamente, toda asociacion de ese tipo, podia devenir peligrosa, potencialmente subversiva. El espacio para la protesta y la deIensa de los derechos humanos se constrio.! El asedio a las comunidades tuvo un eIecto desestabilizador. Los eIectos de esta situacion en la dimension psicologica se expresan en sentimientos de miedo e inseguridad, asi como en la sensacion de desorientacion por la perdida o el debilitamiento de la organizacion comunal, reIerente importante, asi como la Iamilia, de la identidad social de toda persona. Es ademas para la poblacion campesina y nativa la que conecta a las personas entre si y con la naturaleza. Los espacios para compartir, como reuniones de la comunidad, asambleas, se volvieron durante esa epoca espacios de peligro, pues muchas veces los agresores se acercaban a la poblacion cuando esta se encontraba reunida. La atacaban o reunian a la comunidad para amedrentar a algunos de sus miembros. La vida en comunidad se convirtio para algunos en una Iorma de exposicion a nuevos ataques y por ello muchos optaron por dejar de participar en actividades comunales y huir cada vez que se presentaba una situacion de peligro. Tal como se describe en algunos de los testimonios, ante los ataques las comunidades se vieron sorprendidas y sin capacidad de respuesta. La desproteccion de la comunidad Iavorecio busquedas individuales de sobrevivencia. Cada uno se escapaba, con su propia vida, en grupos o individualmente.!
Ese tiempo por estar de miedo, a los montes teniamos que ir y en los montes teniamos que dormir. En donde no debiamos dormir dormiamos, con todos mis hijitos llorando como la lluvia llorando. |...| De haber habia autoridad, pero con todos esos grandes temores donde se habrian ido? Ellos tambien, de miedo se Iueron. |...| En esa Iecha muchos eramos, |...| De ahi los que estuvieron, no se a donde se habrian ido, a Lima, a Ica, se esparcieron, asi como cuando la madre perdiz vuela y se dispersan, lo mismo nosotros como la perdiz nos hemos dispersado, aca, alla, nosotros estuvimos, tanto, tanto suIrimiento papay estuvimos.(llanto) 96
Las personas cuyas comunidades Iueron objeto de incursion violenta, arrasamiento y masacre, experimentaron sentimientos de desamparo, tristeza entre otros. La posibilidad de seguir adelante con los sueos o metas propuestas: estudios, trabajo, Iamilia Iue especialmente quebrada;
hijo en Acocro, Huamanga, Ayacucho. 96 CVR. BDI- SM-P376, BDI-II-P726. Testimonio 201066 Ayacucho. La declarante narra el asesinato de su hijo en Viscasayoc, Umaro, Ayacucho 199 el sentimiento de ruptura del proyecto de vida Iue intenso. Asimismo, reIieren sentimientos de desconIianza especialmente dirigidos hacia las instituciones del Estado. La violencia del conIlicto armado tambien le cambio el rostro al paisaje. Un aspecto del sentimiento de seguridad, proteccion y continuidad surge de la acogida y Iamiliaridad que provee el ambiente sentido como propio. Nos reIerimos al espacio Iisico, no solo natural, sino tambien construido por la gente, en comunidad, en Iamilia. Lo mas impactante son los cuadros de horror que se hicieron cotidianos: cadaveres, cuerpos mutilados, exhibidos hasta la obscenidad se hicieron parte del paisaje. en la plazuela amanecia tanta gente, amanecian muertos, por eso ya mis vecinos tambien dijeron "no, si lo sigues proceso |...|, de la venganza asi te puede matar" me han dicho. Entonces lo deje en nada jeIe, de miedo. 97
Ademas, muchos relatos aluden a la sensacion de extraeza y desolacion al ver sus sembrios quemados, su casa derruida, sus animales robados o sacriIicados sin su consentimiento. Aquello que habian construido con mucho esIuerzo, que ademas de permitirles vivir en el momento constituia para muchos la prueba de haber vencido a la pobreza extrema y el augurio de un mejor tiempo para la Iamilia, Iue despojado, robado, destruido y con ello, una parte de si mismos.
|...| ha quemado mi casa, todito mi casa, se ha comido los animales, todito y me ha hecho un tremendo dao. 140 planchas tenia |...| Yo traia madera de alla para hacer mi casa, yo era caIetalero, tenia platanal, cacahuales, yo soy socio de la cooperativa |...| aos y yo tengo tendal de cacao, de caIe y he cosechado bastante maiz, |...| yo sacaba prestamos del banco, (.) He trabajado aos, soy agricultor antiguo |...| he trabajado desde el ao 55 con el Banco. |...| Todito me ha quemado el ejercito, ahora no tengo ni calamina, ni hoja, ni (.) soy viejito ya no tengo como hacer mi casa. 98
En el momento del impacto, el arrasado paisaje externo, se conjuga con imagenes del mundo interno, donde las perdidas dibujan un paisaje psiquico de devastacion y desolacion.
|.| en mi comunidad me senti muy triste, no habia nada, no habia plantaciones nada, triste era. Antes que se repoble nuevamente no habia nada, que cosa ibas a hacer, no encontrabas Iruta, nada, coco asi, no para comer, muy triste era, ya no podias ir por la quebrada por miedo. Despues de ahi poco a poco vinieron ashaninkas para repoblar. 99
Otros bienes y riquezas, en este caso simbolicos, que Iueron aIectadas por el clima de violencia o por la prohibicion expresa, Iueron las celebraciones y los ritos comunitarios. Aunque no en todos los casos, durante la epoca de la violencia los dias de Iiesta Iueron utilizados para realizar ataques a la comunidad. En esos dias la poblacion se volvia mas vulnerable, pues se encontraban juntos en una sola actividad, algunas veces bebiendo y distraidos. Luego de los ataques la
97 CVR. BDI-SM-P294. Testimonio 202735 Lima, octubre del 2002. El declarante narra la muerte de su hijo en el cuartel Agallas de oro en Ayacucho.. 98 CVR BDI-SM-P101. Testimonio 430194. Huanuco, noviembre del 2002. La declarante narra el asesinato de Iamiliares en Pomahuasi, Huanta, Ayacucho 99 CVR. BDI-I-P744. Entrevista a mujer ashaninka de 54 aos en Otica, Junin. Realizada en septiembre del 2002. 200 poblacion preIirio dejar de celebrar, tanto por el sentimiento de tristeza asociado a los malos recuerdos, como por el miedo ante una nueva incursion violenta. El temor a suIrir hizo que en algunas zonas del pais los pobladores se prohibieran a si mismos los espacios de recreo y esparcimiento.
E: Ni siquiera la virgen se ha salvado? D: No seor, no se ha salvado. E: Despues de eso ya no habia Iiesta? D: Ya no habia Iiesta, ahora cuando han vuelto y han pedido colaboracion le estan velando. 100
Sobre los eIectos de ello en la vida actual de la comunidad encontramos que estan relacionados sobre todo con la perdida de costumbres. En algunos testimonios encontramos que los jovenes ya no desean participar en las Iiestas o han perdido el interes por aprender o seguir las costumbres de su comunidad. Probablemente las Iechas siguen siendo recordadas individualmente, pero se han dejado de celebrar como grupo. ! ! *.@.@.@.!089:;<:>8EI;!Q!F896MJ6E;!S8<IE8!F;9!T6<F;9U! ! En los testimonios recogidos, algunos nos dicen haberse sentido en medio de dos bandos y sin posibilidad de deIensa. Sin embargo, si miramos con detenimiento los episodios relatados a la CVR vemos que Iueron mas de dos esos Iuegos que se cruzaron y que algunos surgieron de las propias comunidades. El conIlicto violento no solo enIrento a los grupos subversivos y las Iuerzas del orden, tambien convoco e involucro a la poblacion, sus organizaciones, sus comunidades, a las personas y sus subjetividades. Exacerbo antiguos conIlictos intercomunidades e intracomunidades. Con Irecuencia las comunidades y los barrios Iueron golpeados una y otra vez por los distintos actores en conIlicto.
Nos amenazaban de que si nosotros avisabamos a los soldados o a los guardias iban a quemar nuestra casa, nos iban a cortar el cuello, iban a hacer desparecer a todos. Se Iueron los terroristas, despues de dos dias vinieron los soldados, y tambien igualito nos han cogido a una casa, esa Iue la primera vez ahi a mi me han colgado. 101
|.| si es que venian lo militares teniamos que atender, si es que venian los senderistas igual teniamos que atender sino el pueblo era el que pagaba... los militares llegaban despues que se han ido los senderistas ya, le agarraban a los comuneros y les torturaban.... Ante esta situacion, los miembros de la comunidad no sabiamos a quien ligarnos o a quien ampararnos. 102
100 CVR. BDI-SM-P60 Testimonio 200895. Ayacucho, octubre del 2002. La declarante narra la desaparicion de su hijo en Tambo, La Mar, Ayacucho. 101 CVR. Testimonio 500023. Sede Sur Andino, Sicuani, marzo del 2002. El declarante cuenta los maltratos que suIrio en la comunidad de Calhuani, Pichurhua, Abancay 102 CVR. Testimonio 205380. Ayacucho, Iebrero 2003. El declarante narra la experiencia de tortura su hermano y cuado, 201 Resulta dramatica la imposibilidad de ligarse, ampararse, conIiar en la proteccion de alguno de los grupos. De modo que la alusion a estar entre dos Iuegos no solamente parece reIerirse a la ubicacion de estar al medio, sino sobre todo a la imposibilidad de estar con, de contar con apoyo y proteccion, y es que si algo Iue evidente Iue el caracter instrumental que tuvo la comunidad para los protagonistas principales de la violencia. Los senderistas vienen diciendo "soplones", la misma cosa asesinando, asesinaba a la gente sin asco. Se van los senderistas vienen los ronderos, los militares, la misma cosa. 103
Arrasamientos, asesinatos, maltratos y torturas, robos, reclutamientos Iorzados y violaciones sexuales son adjudicados por igual a los distintos grupos en conIlicto. Paradojicamente, los bandos enIrentados, los grupos opuestos, se hacian casi identicos a los ojos de buena parte de la poblacion que suIria indiscriminadamente de sus crimenes y violaciones. Incrementar la conIusion sobre la responsabilidad de los hechos se convirtio en una estrategia de guerra. Quien los conoce porque todos andaban encapuchados y a veces uno no sabia ni quienes eran porque a veces venian disIrazados de militares o militares disIrazados de campesinos pero por su Iorma de hablar se les notaba. 104
Esta situacion ha generado ademas que muchas de las victimas se vean actualmente privadas de la posibilidad de conocer al grupo responsable de los crimenes suIridos. En las condiciones descritas, los sentimientos de temor, desproteccion, abandono y desconcierto adquieren una gran intensidad. Desde esa Iecha ya no estuvimos tranquilos. Los militares venian y buscaban a los terroristas, venian los senderistas los sacaban y los mataban, se quitaban a la gente. Al Iinal toda era conIusion y mucho miedo, nosotros estabamos en el cerro. 105
Como resultado de las amenazas y el miedo, y para salvar la propia vida, los pobladores se veian obligados a colaborar, habitualmente con comida o alojamiento, con ambos bandos. Estas colaboraciones Iorzadas Iueron habitualmente castigadas con la muerte por la otra parte.
Toda la gente de esa zona ya no pudo vivir en paz nunca mas porque asi como ellos mataban a los soldados, empezaron tambien a matar pobladores de la zona porque decian que por que no han avisado que venian los subversivos. Despues, como llegaban asi a diIerentes lugares les decian que los atiendan, practicamente los obligaban y la poblacion no podia hacer otra cosa mas que atenderlos. Despues de un tiempo llegaban los subversivos y tambien hacian lo mismo, mataban a la gente porque habian atendido a las Iuerzas del orden y eso era un circulo vicioso, iban nos mataban entre ellos y asi practicamente la gente iba suIriendo lo indecible, sin tener culpa de nada. 106
el asesinato de su padre y los malos tratos inIlingidos a su madre y a su hermana en 1983 en la localidad de Rancha, Ayacucho, Huamanga. 103 CVR. BDI-SM-P380, BDI-II-P977 Testimonio 100704 Lima, setiembre del 2002. Pobladora de Paccahuanca, Acocro Huamanga, Ayacucho 104 CVR BDI-SM-P61, BDI-II-P781 Testimonio 100490. Lima, setiembre del 2002. La declarante narra el asesinato de su esposo en Ticrapo, Castrovirreyna, Huancavelica. 105 CVR BDI-SM-P91, BDI-II-P789 Testimonio 203903. Ayacucho, noviembre del 2002. La declarante narra la muerte de su hijo en Vinchos, Ayacucho 106 CVR BDI-SM-P61, BDI-II-P781 Testimonio 100490. Lima, setiembre del 2002. La declarante narra el asesinato de su esposo en Ticrapo, Castrovirreyna, Huancavelica. 202
En ocasiones, los poblados, las Iamilias o los individuos veian incrementadas sus posibilidades de ser nuevamente agredidos. Acudir a realizar una denuncia, escapar para salvar la vida o sobrevivir a una incursion podia convertir a la victima en un sospechoso. Donde esta? Por que viven aca puras mujeres? Por que no tienen marido? Por que escapan? Seguramente son terroristas, decian los ejercitos cuando venian. 107
Varias comunidades tienen ahora en su historia, en su memoria colectiva, Iechas especialmente dolorosas cuyo recuerdo ciertamente es lacerante y traumatico. Son las Iechas de las masacres, de las intervenciones que arrasaron con casi toda la comunidad, de los enIrentamientos de los que Iueron protagonistas actuando ellos tambien con crueldad contra otros. El recuerdo se carga de dolor, de rencor. Los miembros de estas comunidades reIieren que ante un estimulo vuelven a vivir y a recordar lo sucedido y se les hace diIicil construir nuevos sentidos comunes. Mientras mas abrupto y devastador es el episodio de violencia, mayor su potencial destructor de la proteccion psiquica. Los dirigentes, los lideres, las autoridades locales, Iueron blanco de amenazas, torturas, asesinatos y desapariciones. De esta manera tambien se aIecto al conjunto de la comunidad pues con ello Iue amedrentada, desarticulada, privada de las Iiguras signiIicativas, representantes de la ley. Una de cada tres personas, relato o recordo la muerte o huida de lideres de la comunidad, ya sea proIesores, presidentes de sus comunidades, miembros de las rondas campesinas, de organizaciones politicas, etc. El miedo a ser asesinados hizo que los pobladores renunciaran a ocupar cargos, e inclusive a participar en actividades dentro de la comunidad. Las palabras de un Teniente Gobernador son claras:
No sabiamos ni que hacer, no habia autoridades, todas habian renunciado. Yo tambien era esa vez teniente gobernador y yo tambien ya me habia renunciado al ver el peligro y al ver que todas las autoridades renunciaban y otros de distintos lugares tambien se renunciaban, se desplazaban |...| ya no habia autoridad, ya no habia quien organice. Sin autoridad un pueblo pues no es nada, no hace nada. 108
Yo era teniente gobernador y por tal mis cosas como sellos, papeles los quemaron y me dijeron que si seguia me mataban, entonces mi puesto de autoridad lo deje totalmente por miedo |...| Miserable seguramente estas avisando de todo nuestros actos! |...| De aqui en adelante no sigas ejerciendo tu labor sino te vamos a matar! |...| y ya no ejercia nadie sus Iunciones. 109
Ademas, en muchos casos las autoridades y lideres Iueron desprestigiados, estigmatizados y perseguidos, especialmente por las Fuerzas Armadas. De este modo, tambien se debilito la
107 CVR BDI-SM-P274, BDI-II-P907 Testimonio 202453. Lima, octubre del 2002. Mujer, declara el asesinato de su padre en Cangallo, Ayacucho. 108 CVR. BDI-SM-P150, BDI-II-P834 Testimonio 200499. Ayacucho, octubre del 2002.El declarante narra la muerte de su suegro en Paccha, Vinchos, Huamanga, Ayacucho. 109 CVR. BDI-SM-P165, BDI-II-P736 Testimonio 201056. Ayacucho, 2002. Ex autoridad y testigo de asesinatos en Pirhuabamba, Vilcashuaman, Ayacucho. 203 relacion de las organizaciones o comunidades con sus bases o pobladores. Con la perdida de sus autoridades, los miembros de la comunidad experimentaron inseguridad, conIusion, temor, desinteres para asumir cargos y en algunos casos aislamiento social. ! |.| eso lo que yo opinaria en el momento, como autoridad local y como representante de este modesto pueblo, que un tiempo Iue tierra de nadie, pasado el Sendero, pasado todos estos acontecimientos tan bochornosos, mi pueblo Iue tierra de nadie; no habia una autoridad que diga que esto sea asi, no habia una autoridad que diga que hagamos esto, vivimos nuestra vida como caiga... 110
La experiencia de percibir el miedo y la Iragilidad en las Iiguras de autoridad Iue para algunos comuneros motivo de desconcierto e incremento su sensacion de desproteccion. "Solamente a las autoridades que eran mis paisanos les dije, pero ellos tambien de miedo no hicieron nada, decia una seora cuyo testimonio citamos lineas arriba. Los asesinatos publicos de autoridades, tras un juicio popular, Iueron experiencias especialmente intimidantes para toda la poblacion que observaba atonita.
Viva Sendero, Viva carajo ustedes tambien no gritan!. Unos cuantos estabamos sentados, nos hicieron parar, teniamos que gritar pues, que ibamos a hacer, gritar nada mas. Entonces |...| de la puerta de la carcel (lo sacaron) con la boca amarrada, este es el miserable conozcanlo |...| despues al otro tambien, entonces primero le hizo arrodillar al seor M. en eso pacc! con un tiro le revienta en la cabeza. Se Iue como un pollo pues al suelo, yo viendo pues... nos dio un panico Iuerte, a todos. 111
La amenaza Iue de tal magnitud que comunidades enteras, individual o colectivamente, tuvieron que huir abandonando su tierra, su casa y todo lo suyo.
|.| como era insoportable mi vida |...| ya no podia mas, porque mas o menos ese tiempo tenia dieciseis aos tambien, no? Decia como puedo vivir?, no, tengo que salir de aqui |...| y deje mi casa, mi puesto, la chacra todo lo abandone y me Iui a buscar otro nuevo horizonte, me Iui hasta. 112
La huida podia durar semanas o ser una experiencia sin retorno. Algunas personas esperaban volver a su pueblo, a sus casas, cuando hubiese una situacion menos amenazante, otras en cambio salieron con la incertidumbre de si regresarian algun dia. Entre otros Iactores, la
110 CVR. BDI-SM-P286, BDI-II-P718 Testimonio 101687. Lima, octubre del 2002. La declarante Iue testigo de asesinatos en su comunidad Huaytuna, Masin, Huari, Ancash 111 CVR. BDI-P350. Entrevista realizada en marzo del 2002 en Sancos, Huancasancos, Ayacucho; a Iuncionario de la posta 112 CVR BDI-SM-P139, BDI-II-P629 Testimonio 400093. Huanuco, octubre del 2002. Dos testigos de enIrentamientos en Uchiza, Tocache, San Martin. 204 intensidad del ataque a la comunidad por parte de uno o ambos actores en conIlicto era el elemento que deIinia el tipo de huida o desplazamiento.
|.| hasta ahora mi casa, mi chacra esta abandonado totalmente no he regresado hace ocho aos ya, desde 92, 93, desde 93 ya no voy ya, mi casa esta abandonado total. A veces pienso esa casa que me ha pasado parece ayer no mas asi cuando me acuerdo asi no?, entonces por eso no me regreso porque no es seguro ese sector. 113
El paisaje del poblado tras la marcha motivada por el miedo de sus habitantes era desolador: el pueblo quedo como un cementerio, todo era silencio y yo tuve mucha tristeza |...|. Todos empezaron a salir del pueblo por miedo. Nosotros hemos dejado nuestras propiedades, hasta ahora no vuelvo a ese pueblo. 114
En ocasiones optaron por reIugiarse y dormir todos juntos en las iglesias o las escuelas. La mayoria de las veces debieron dormir en las chacras, las cuevas, los huaycos y barrancos. En estos lugares los comuneros debian enIrentarse a noches Irias o lluviosas y soportar el ataque de insectos u otros animales. Pasaron estas condiciones extremas para salvar su vida y la de sus Iamiliares.
En esos meses habia demasiado miedo, nos escondiamos en los montes, en las cuevas, debajo de los arboles a veces sin cama dormiamos. No solo era miedo de sendero, sino miedo de los dos porque cuando estabas sembrando o cosechando o siquiera un rato estas en tu casa y cuando decian vienen militares! Entonces tenias que correr sea como sea para esconderte donde sea, a los huaicos, al monte porque cuando llegaban los militares aca a la poblacion hasta kerosene echaban a nuestros cereales que estaban almacenados, orinaban a ese trigo o cebada que estaban depositados, ahi orinaban mezclando con sus heces con los cereales. Entonces no habia para comer y hasta cereales llevabamos al monte alli teniamos escondido para comer tambien. Los nios a veces totalmente en la casa se quedaban. 115
En esa epoca, contra lo que habitualmente se asume, la propia casa y la escuela se convirtieron en los lugares mas peligros. Quedarse en la vivienda era la manera mas Iacil de ser ubicado por senderistas o militares. Asistir a la escuela suponia exponerse a la posibilidad de ser reclutado en las Iilas del PCP-SL sin siquiera despedirse de la Iamilia. Ante los ataques, las comunidades se deIendieron usando diversos recursos. Los testimoniantes nos hablan tambien de las nuevas organizaciones sociales que se crearon a raiz de la violencia, la mayoria de ellas para la deIensa de su comunidad, otras aglutinando a los Iamiliares victimas de esta violencia. Al mismo tiempo, los testimonios analizados dan cuenta de actos de solidaridad espontanea. Dentro de una diversidad, las rondas campesinas y nativas se constituyeron como una de las estrategias mas generalizadas implementadas para la deIensa comunitaria. Ese tiempo con los
113 CVR BDI-SM-P169, BDI-II-P844 Testimonio 500047 Apurimac, setiembre del 2002. El declarante narra los maltratos suIridos en la comunidad de Anco, Antabamba, Apurimac. 114 CVR Testimonio 450210. La declarante narra la desaparicion de su hijo y el asesinato de tres amigos de el ocurrido el 24 de abril de 1992 en Cayena, Juanjui, Mariscal Caceres, San Martin, perpetrado por el PCP SL. 115 CVR.BDI-P48. Grupo Iocal mujeres en Accomarca, Ayacucho realizado en junio del 2002. 205 navales estuvimos, entonces los navales a todos nos organizo, todos van a salir, entonces van a buscar nos dijo, entonces Iueron los de la deIensa con arma blanca nada mas. 116
La urgencia de deIenderse, con miedo e insuIicientemente preparados, hizo de la experiencia algo traumatico. Ademas, dado el clima violento, las rondas, los comites de autodeIensa y otras iniciativas similares tambien hicieron uso de mecanismos de control y amenaza, en algunos casos tambien actuaron con crueldad y arbitrariedad, castigando despiadadamente, asesinando. Esta es otra expresion de como la violencia enIrento a pobladores entre ellos, de como se generalizo el horror. |...| le teniamos mas miedo a los ronderos y a los militares, especialmente a los ronderos porque mataban asi nomas |...| sus ojos de la mujeres sacaban, sus senos los cortaban, sus dedos le sacaban, sus orejas cortaban, entonces de eso tenia miedo. Asi aniquilaban |...|. 117
Otras Iormas de deIenderse, esta vez no armadas, Iueron la persuasion de los agresores o la exculpacion de los comuneros amenazados, por ejemplo durante los juicios populares que organizaba el PCP-SL. En ese espacio, los comuneros, con mas coraje y sobreponiendose al miedo y a la rabia, desplegaron una serie de recursos para realizar deIensas a Iavor de otros comuneros y en muchos casos lograron preservar la vida de la persona. En las experiencias con autoridades que eran acusadas de malversar Iondos o de aprovecharse del pueblo, los pobladores, de Iorma inteligente, proponian cambiar la pena de muerte con otras sanciones, como renunciar a su cargo. En otras ocasiones, estos enIrentamientos han sido mas Iuertes, llegando a amenazar y ahuyentar a los grupos subversivos.
|.| |el| proIesor dijo un momentito, antes que se ejecute, por Iavor quisieramos saber |...| a que obedece este crimen que van a cometer, que cosa ha hecho el seor alcalde? Ustedes creen que el seor alcalde es nombrado por alguna autoridad politica, por el presidente, por quien? El pueblo es el culpable, el pueblo ha nombrado, el |...| no ha querido, contra su voluntad se le ha nombrado a el, en todo caso, habria que matar a todo el pueblo, a todos nosotros, nosotros le hemos obligado! hablo asi, el otro proIesor tambien asi |...| Que crimen ha cometido? cual cuerpo o delito, para que al seor alcalde maten, el ha colaborado con el pueblo, el ha trabajado con el pueblo, ha hecho mucho por el pueblo, con su propio dinero todo |.| Matenlo, matenlo, aqui va a correr sangre dijo, |...| toditos vamos a morir. 118
Las respuestas y acciones deIensivas de las comunidades, especialmente Irente al PCP-SL, constituyen acontecimientos importantes en su historia y por tanto en su identidad colectiva. Hay un sentimiento de orgullo o de aIirmacion de dignidad en comunidades que se han deIendido eIicazmente y por el contrario sentimientos de culpa y vergenza en otras que no han podido hacerlo. Luego del tiempo de violencia mas algido, las comunidades emprendieron la tarea de la reconstruccion de sus locales derruidos, de sus vinculos y de su organizacion. Las comunidades se
116 CVR. BDI-SM-P111, BDI-II-P809 Testimonio 200670. Ayacucho, noviembre del 2002. La declarante narra la muerte de sus hermanos en un enIrentamiento en Callqui, Huanta, Ayacucho. 117 CVR BDI-I-P633. Entrevista a una mujer natural de Huallhua, realizada en Chungui, Ayacucho octubre del 2002. 206 han ido restableciendo poco a poco, tratando de retomar el proyecto comunal quebrado. Dedicaron Iaenas comunales para levantar las construcciones destrozadas, hicieron gestiones y tramites documentarios, eligieron nuevas autoridades, y todo lo necesario para retomar su convivencia organizada. A pesar de lo diIicil, este proceso de reconstruccion es sentido como tarea y objetivo urgente.
Entonces ya en 93, ya incorporamos a nuestra sociedad, tranquilo, a trabajar de vuelta, ahi es donde Iormamos un comite, con eso trabajamos, yo me acuerdo en ao 95. |...| Mi poblacion se encontraba sin padre, sin amo, sin dueo, desesperados como ovejas 'perdidas'. Y yo me acuerdo, en ese dia hicimos Iaena general. 119
Muchos son los esIuerzos por reconstruir sus comunidades, lo mas diIicil es restablecer lazos entre las personas que han sido enIrentadas por la violencia. Sentimientos de tristeza, resentimiento y rencor tien la convivencia de quienes suIrieron la perdida de sus Iamiliares, el robo y el despojo de sus bienes, con aquellos que participaron con complicidad o responsabilidad directa en esos actos violentos y que aun no han sido castigados o, peor aun, que al cabo del tiempo devinieron autoridades, asumiendo una actitud negadora de lo vivido, desconociendo su responsabilidad, andando sin vergenza. Algunas personas recurren al silencio y al intento de ubicar todo el dolor en el pasado, sin admitir la actualidad de los conIlictos; sin embargo, el llanto, la voz quebrada y el silencio mismo delatan las huellas vivas de la violencia en la convivencia cotidiana. Los testimonios reIlejan Iuertes conIlictos de relacion al interior de cada comunidad o entre comunidades. Aunque no es posible determinar su origen, es evidente que el contexto de la violencia exacerbo los recelos y las envidias entre las personas y se sirvio de ellos como un mecanismo de resolucion de conIlictos. Miembros de las comunidades se han acusado entre si Irente al PCP-SL o Irente a los militares buscando de ese modo resolver conIlictos previamente existentes. |...| lo desaparecieron a mi papa |...| tenia un problema de terreno, en ahi era el que hablaba bien a Iavor de |...|, para que se hagan respetar con los |...|. Es por eso, le tenian envidia. 120
La envidia por la tenencia de tierras, bienes, negocios o el progreso propio de un comunero es reportado como una de las principales razones por los cuales se han acusado unos a otros de apoyar a grupos subversivos o militares. En medio del conIlicto armado interno, el que algunos comuneros tuvieran o adquirieran propiedades provoco o exacerbo la envidia de los vecinos, quienes no hallaron mejor manera de resolver el conIlicto generado por sus sentimientos envidiosos
118 CVR. BDI-SM-P46. Testimonio 400207. Lima, diciembre del 2002. Ex autoridad de Llata, Huamalies, Huanuco. 119 CVR. BDI-SM-P292, BDI-II-P910 Testimonio 101822. Lima, mayo del 2002. El declarante narra amenazas que suIrio cuando vivia en Chucos, Huari, Ancash 120 CVR. BDI-SM-P9, BDI-II-P761. Testimonio 200801. Ayacucho, octubre del 2002. El declarante narra el asesinato de sus padres en Chuschi, Cangallo, Ayacucho 207 que delatando a la persona como un miembro o colaborador de la subversion. Una persona cuyo padre Iue asesinado nos dice que Iueron sus propios vecinos quienes lo mataron: porque mi papa tenia muchas cositas, teniamos bastante animales, por envidia. 121 Los conIlictos no solo se reducen a los ocurridos entre vecinos de una misma comunidad sino tambien entre grupos claramente deIinidos al interior de una comunidad o entre comunidades. Muchos de estos conIlictos son producto del contexto de la violencia. Una mencion aparte merece la relacion existente entre ashaninkas y colonos. Los conIlictos por las tierras y el engao que los primeros reportan haber suIrido respecto de los segundos son Irecuentes en los testimonios correspondientes a este grupo.
Hasta ahora los odiamos a los colonos |...| Ellos son los que empezaron. A veces nos engaaron, vinieron. Quiero ahora recibirles. No quiero que me molesten. Tengo mi tierra aqui. No quiero que me invaden mi tierra. Somos aparte nosotros. Que vaya a buscar su tierra en otro sitio, que busque. No quiero que me molesten para vivir en paz, porque no queremos a los colonos en nuestras tierras, por que si vienen nos van a molestar es ahi donde empieza de nuevo la violencia. Pido al gobierno, a los colonos, no quiero que me invaden mi territorio. 122
El estigma de la violencia recae sobre algunas comunidades y aunque aquello con lo que se les asocia no sea real, si tiene eIectos en la percepcion que tienen de si mismos y en su sentimiento de pertenencia. El caso mas claro es el de Ayacucho, al cual se asocia inmediatamente violencia, terrorismo, el PCP-SL. Muchos ayacuchanos y ayacuchanas han suIrido marginacion, discriminacion, en suma, estigmatizacion. Otro ejemplo claro es el de la comunidad de Huaycan, en Lima, que ha sido asociada con la presencia del PCP-SL, desconociendo su experiencia autogestionaria y su espiritu de progreso. Hoy los jovenes de Huaycan no se sienten orgullosos de pertenecer a su pueblo, esto es mas bien algo que preIieren disimular o silenciar. Muchos otros pueblos o comunidades han suIrido y aun suIren el mismo estigma, pueblos de los que una parte del pais no escucho ni supo de su existencia hasta que un acto violento, una masacre, una Iosa, o un acontecimiento penoso los sacara de una especie de anonimato y los pusiera no solo en la primera pagina de los diarios, sino tambien en la mente de todos. Especialmente signiIicativo es el caso de la comunidad de Uchuraccay que ha quedado asociada solo al horror, sin dejar espacio para un reconocimiento mas integral, a partir de lo que son, de lo que hacen y construyen. El Estudio en ProIundidad de esta comunidad, seala: El estigma y la
121 CVR. BDI-SM-P71, BDI-II-P784 Testimonio 201678. Ayacucho, noviembre del 2002. La declarante narra los asesinatos de algunos de sus Iamiliares en Sacharaccay, Anco, La Mar, Ayacucho 122 CVR. BDI-SM-P104, BDI-II-P802 Testimonio 302138 enero del 2003, pobladores y dirigentes de Boca Potzeni, San Martin de Pangoa, Satipo, Junin. 208 persecucion habian quedado no solo en las mentes sino en la cotidianidad. Desde ya, ellos comenzarian a negar su propia identidad comunal y personal, el de sus propios nombres. Cuando llegaron desplazados a Carhuapampa en agosto de 1984, ellos se asentaron con el nombre de Huantaqasa. Uchuraccay habia quedado atras. En ese sentido, para los uchuraccainos la matanza de los periodistas signiIico la barbarie de la represion y su propia negacion: morir asesinados bajo las multiples incursiones, perseguidos y desterrados en el exilio, y vivir en el silencio del anonimato. Eso los llevo tambien, por supuesto, a vivir silenciando a sus propios muertos.
*[email protected].!(6!6OI8E6:>N<!F8O!JE;:89;!F8O!FG8O;! ! El duelo es el proceso a traves del cual las personas enIrentan y elaboran sus perdidas. Se presenta con rituales, simbolos y signiIicados particulares, en todas las culturas y grupos humanos. Su Iinalidad es permitir a las personas que han suIrido una perdida continuar con sus vidas. Se trata de un proceso emocional muy intenso que implica un cierto desequilibrio temporal, en el que los recursos y capacidades internas de las personas estan comprometidos en las exigencias provenientes de la situacion dolorosa. Si estas capacidades se ven sobrepasadas, la persona quedara atrapada e impotente Irente a la perdida, desbordada y sin posibilidad de una resolucion satisIactoria. Los procesos de duelo de muchas personas que han perdido a sus Iamiliares en el contexto del conIlicto armado interno de las ultimas decadas se extienden hasta hoy. En otras condiciones ello haria pensar que se trata de duelos patologicos, sin embargo, constatamos que son las circunstancias especiales en las que ocurrieron esas perdidas las que alteran los procesos de duelo. PreIerimos por ello considerarlos duelos especiales. Las condiciones mencionadas, desarrolladas con mayor detalle en los parraIos siguientes, se encuentran presentes en muchas de las experiencias de perdida de las poblaciones aIectadas por la violencia en nuestro pais. Su caracter generalizado e intenso ha dado lugar a la alteracion de los procesos de duelo, algunos de los cuales se han visto detenidos mientras otros se han prolongado a lo largo de muchos aos.
*[email protected].*.!#G98<:>6!F8O!:G8EJ;! ! Para iniciar un proceso de duelo, es necesario tener la certeza de que la muerte se ha producido. Estar seguros de ella, de la imposibilidad del regreso, es una de las condiciones que Iavorecen el inicio y el desarrollo del duelo. En el proceso de violencia que vivio el pais, la detencion y posterior desaparicion de personas se convirtio en una estrategia Irecuentemente utilizada por los agentes del Estado. En cada uno de los casos en los que el paradero de la persona detenida es todavia desconocido, sus Iamiliares se ven impedidos de acceder a evidencias sobre su condicion 209 actual. Saben, sin embargo, con absoluta certeza que han pasado varios aos desde que Iueron privados de su compaia. En tales circunstancias, el duelo se vive como un proceso cargado de incertidumbre, sobre todo si se recibe todo tipo de tergiversaciones, o hasta burlas, Irente a la busqueda desesperada de los Iamiliares y se hace imposible veriIicar lo sucedido. En este proceso se combinan la necesidad de saber si el Iamiliar se encuentra vivo o muerto, con su busqueda interminable y la espera angustiosa de noticias sobre su paradero.
|llanto| Yo quisiera pedirles que, por Iavor, nos digan la verdad. Si esta muerto o esta vivo. Eso yo quisiera saber tambien porque mis hijos tambien sienten bastante. A veces ellos paran diciendo, ven alguna persona gordita que pasa dicen alli viene creo mi papa` dicen ellos mirando a una persona. 123
En diversos testimonios se recoge la experiencia de personas que no pudieron ver el cuerpo del Iallecido o no asistieron al entierro y mantienen una diIicultad para asumir la perdida. La incertidumbre deja abierta la posibilidad de imaginar, Iantasear y negar la realidad, la persona aun piensa, siente, desea e imagina que quiza sucedio algo y su Iamiliar pudo haber escapado de la muerte. Hemos escuchado innumerables versiones de este proceso: a pesar de haber pasado quince o veinte aos y de que todos los indicios indiquen que la persona Iue ejecutada, escuchamos de los Iamiliares: quiza pudo escapar..., de repente ha perdido la razon y esta vagando por otro pueblo lejano..., alguien ha dicho que vio a una persona parecida a mi papa en tal penal. Frente a algunos indicios que sugieren la posibilidad de que su Iamiliar este vivo pero suIriendo, por ejemplo siendo torturado, la muerte aparece como preIerible, como descanso. Al pensar asi las personas experimentan temores y angustias, asi como sentimientos de culpa. Las versiones Ialsas, la presencia de un discurso oIicial que niega la realidad, que se opone a la verdad, lleva al desaparecido a convertirse en un Iantasma. Con ello tambien una parte importante del mundo aIectivo de sus Iamiliares queda atrapado.
! *[email protected].@.!(6!TEGI6O>F6F!F8!O6!MG8EI8! ! Ademas de lidiar con el intenso dolor derivado de la perdida de sus seres queridos, muchas personas se vieron enIrentadas a la penosa tarea de buscar, algunas veces durante varios dias o semanas, los restos de sus Iamiliares. Con Irecuencia, los cadaveres Iueron hallados en estado de descomposicion, descuartizados o calcinados. En ocasiones debieron ser rescatados de los animales que amenazaban con devorarlos. Abandonados en las calles del poblado, en los huaycos o los cauces de los rios, el estado de los cuerpos era revelador de la crueldad de los asesinatos.Lo han
123 CVR BDI-SM-P100, BDI-II-P798 Testimonio 435036. Esposa de desaparecido, detenido por eIectivos militares en Aucayacu, departamento de Huanuco, el 8 Abril de 1990. 210 matado alla en el huayco y el perro se lo estaba comiendo, la parte de su cara ya se lo habia comido. 124
La intensidad y el caracter traumatico de esta experiencia, ocurrida en ocasiones hace quince o veinte aos atras, se revela en la claridad con la cual los declarantes la recuerdan. Con Irecuencia se describen cada uno de los detalles de una terrible escena que se hace permanente e imborrable en su memoria. Asi amarrado, cuando amarrado lo encontre seor casi me volvi loca, y eso nada mas esta en mis ojos y en las noches tambien eso nada mas esta. 125
Cuando los cuerpos se encontraban irreconocibles a causa de la violencia suIrida, los Iamiliares de las victimas debieron identiIicarlos por sus ropas, sus cabellos o sus pertenencias. Asi, se vieron impedidos de reconocerlos e incluso de despedirse de ellos tal y como los recordaban.
Mi marido al encontrar tuve llevar a enterrar, que ya estaba hasta comido por el perro, sin sangre, ni lengua tenia |...| sin lengua, sin nariz, sin ojos, sus cabellos y sus ropas estaban podridos, bien blanqueado estaba su carne, sin piel, sus cabellos estaban a un lado podrido y los tuve que hacer juntar para enterrarlos. 126
El impacto de encontrar el cuerpo de un Iamiliar asesinado se revela en reacciones de desesperacion y desorganizacion. La sensacion de verse paralizados, inmersos repentinamente en un estado de locura o de encontrarse como en un sueo son una muestra de la diIicultad de asimilar el impacto de la muerte.
Todo sangre, rojo nomas veia mi vista! Entonces que cosa tenia que hacer, estoy temblando, estoy llorando |...| y no pense que estaba muerto, perece que durmiendo los estoy viendo, como no lo he visto como ha ocurrido esto |...| y asi pues totalmente estuve aturdida, totalmente ya temblaba. 127
El estado en que los cadaveres Iueron encontrados y los lugares donde los cuerpos Iueron abandonados son evidencia de la crueldad y el desprecio de los perpetradores contra sus victimas, son una muestra de la absoluta Ialta de respeto por la vida y por la muerte de las personas, ademas de una estrategia para sembrar el terror y golpear a quienes quedaban con vida. Con Irecuencia, quienes debieron buscar y recoger los cadaveres se sintieron humillados al considerar que sus Iamiliares habian sido tratados como animales. Ahi lo mataron a mi papa, como oveja le
124 CVR. BDI-SM-P29, BDI-II-P604 Testimonio 201804 Ayacucho, octubre del 2002. Esposa de desaparecido en Chullay, Huanta, Ayacucho. 125 CVR. BDI-SM-P133, BDI-II-P666 Testimonio 203731. Ayacucho, octubre del 2002. La declarante maniIiesta incursiones de SL en la provincia de Huanta, Ayacucho. 126 CVR. BDI-SM-P178, BDI-II-P851 Testimonio 500620. Sicuani, julio del 2002. La declarante es esposa de autoridad asesinada en Chaca, Aymaraes Apurimac. 127 CVR. BDI-SM-P161, BDI-II-P668 Testimonio 300564. Lima, diciembre del 2002. La declarante narrra el asesinato de su esposo en Huasicancha, Huancayo, Junin. 211 cortaban la cabeza con cuchillo, en pedacitos lo cortaron y lo quemaron, por eso el cuerpo de mi padre se volvio carbon. 128
La condicion en que los cadaveres Iueron abandonados, con huellas de tortura, destrozados o desnudos, da lugar ademas a una serie de dolorosas Iantasias o imagenes sobre los maltratos y vejamenes que pudieron suIrir cuando se encontraban con vida.
Lo primero que a veces a uno se le viene la memoria es sus padres, en el sentido de que Iue de ellos como murieron? quienes Iueron?. Te das cuenta, es un trauma muy grande, demasiado grande para eso, yo me acuerdo despues de aos lei la autopsia que le hicieron, la Iorma tan criminal como lo mataron. A veces yo digo si lo hubiesen matado, lo hubiesen matado de un golpe certero y no hubiese suIrido. Pero lamentablemente ellos lo mataron, a de cuenta que con un pico araban la tierra, porque le dieron en la cabeza, malsanamente le cortaron la yugular y una persona que se desangra yo creo que suIre mucho, mi padre vivio varias horas porque no lo mataban, lamentablemente Iallecio. 129
Lo sacaron de mi casa un domingo a las nueve, amarrado de la mano, le llevaron, yo no sabia donde. Despues me pasaron la voz que lo mataron, lo enterraron asi en un monte y cuando yo andaba preguntando me dijeron que esta ahi, yo me Iui y le desenterre, le saque, le lleve a mis hijas y mis hijas gritaron, mi papa, mi papa, mi papa!. He pedido apoyo a la comunidad, que me ayuden a desenterrar para poder enterrarlo con su ataud |...| y despues estaba amenazada porque he desenterrado un individuo que no se merece un entierro normal, pero yo sin hacer caso le saque, le velamos, de ahi mi papa me apoyo y le llegamos a enterrar ahi mismo donde que lo han botado. 130
Las ceremonias de entierro de los diIuntos constituyen un elemento central para el desarrollo de los procesos de duelo. Permiten a los deudos contar con la compaia y la solidaridad de los miembros de la comunidad, Iavorecen la expresion de sentimientos de dolor y dan continuidad al proceso progresivo de aceptacion de la perdida. En cada cultura, estas ceremonias incluyen la realizacion de un conjunto de rituales cargados de signiIicado. Llevar adelante cada uno estos rituales, respetando sus procedimientos y sus tiempos, tiene un importante valor para los deudos. Es una manera de demostrar el cuidado por la persona Iallecida y garantizar su descanso, para algunos, su transito hacia otra vida, asegurando ademas la tranquilidad de quienes quedan con vida. Durante los aos de violencia estas ceremonias y rituales se vieron proIundamente aIectados. En muchos lugares, como parte de una estrategia que buscaba implantar el terror, se prohibio expresamente la realizacion de entierros. Fue tambien una Iorma de desconocer y desvalorizar aspectos simbolicos importantes de la creacion cultural de los pueblos. A modo de ejemplo y amenaza, los cuerpos sin vida debian quedar expuestos a la vista de todos. De esta
128 CVR. BDI-SM-P134, BDI-II-P667 Testimonio 203858. Lima, octubre del 2002. La declarante Iue testigo de asesinatos en Chaca, Huanta, Ayacucho. 129 CVR. BDI-SM-P308, BDI-II-P686 Testimonio 100557 Lima, setiembre del 2002. La declarante Iue testigo de la matanza de Puquio, Lucanas, Ayacucho 130 CVR. BDI-SM-P83, BDI-II-P622. Testimonio 417520 Huanuco, setiembre del 2002. La declarante narra la muerte de 212 manera muchos de los Iamiliares de las victimas asesinadas, asi como los demas miembros de la comunidad, se vieron impedidos incluso de levantar los cadaveres. Asi mueren los soplones`. Todos los que morian por el camino morian con su letrero. Y decian que nadie tenia que recogerle, ni alzarle. Y se quedaba todos en el camino muerto. 131 Y de ahi tambien a sus Iamiliares de la visita han obligado para que no entierren, a ese miserable que los coma el perro diciendo, detras de la escuela al tercer dia los perros lo han terminado a ese viejito. 132
En ocasiones, los deudos desaIiaron las amenazas de muerte y decidieron recoger y enterrar los cuerpos. Sin embargo, debido al temor de ser victimas de represalias, debieron realizar los entierros con apremio y desesperacion. Se vieron privados asi de la posibilidad de llevar adelante rituales considerados Iundamentales, como el lavado de los cuerpos, el cambio de sus ropas o el velatorio. Ya no lo velamos papacito. De inmediato, que podiamos hacer en tiempos de susto. Nos van a matar`, Asi estan, con bala estan`, No van a recoger, a los que llevan van a matar` dice. Asi diciendo no permitian, asi a mi Iamiliar tambien lo enterraron. 133
Se sabe ademas de situaciones en la cuales los miembros de la comunidad Iueron obligados a enterrar los cadaveres inmediatamente despues de realizados los asesinatos. En estas condiciones, ademas de impedirse el velatorio de los cuerpos y los demas rituales, algunos cadaveres debieron ser depositados en Iosas comunes, escondidos bajo las piedras e incluso enterrados en ausencia de sus Iamiliares. Ademas de las prohibiciones y mandatos para recoger, velar y enterrar los cuerpos, la violencia limito la posibilidad de los deudos de contar con importantes elementos para realizar adecuadamente cada uno de estos rituales. Asi, se mencionan las diIicultades para obtener los Ieretros donde velar los cuerpos y conseguir la comida, el licor o las hojas de coca utilizadas en cada una de sus ceremonias.
No habia nadie que por lo menos cocinara seora, con mucha tristeza permaneciamos, de pena llorando seora regresamos, ni trago, ni coca para chacchar habia, en tremenda tristeza nos encontrabamos |...| ni borrachera habia (ni coca) |...| con mucha pena estabamos, con llanto estabamos. Cuando no tienes a nadie seora, con quien vas a enterrar, con quien vas a estar seora? Con mucha pena nos sentiamos y amanecimos de pena y en eso un seor entrando nos ayudo y eso nada mas es seora, pues nadie habia. 134
Es suma, las ceremonias y rituales Iunerarios Iueron permanentemente violentados. Se realizaron entierros de manera precaria e inadecuada, malos entierros que privaron a los deudos
su esposo en Tocache, San Martin 131 CVR. BDI-SM-P110, BDI-II-P808 Testimonio 487551 Huanuco, octubre del 2002 pobladora de la comunidad de Puerto Inca, Puerto Inca, Huanuco. 132 CVR. BDI-SM-P186, BDI-II-P858 Testimonio 510022 Lima, octubre del 2002. El entrevistado es ex autoridad de Lucanamarca, Huancasancos, Ayacucho. 133 CVR. BDI-SM-P11, BDI-II-P687 Testimonio 203238 Ayacucho, octubre del 2002. La declarante narra el asesinato de su esposo en Ocros, Huamanga, Ayacucho. 134 CVR. BDI-SM-P280, BDI-II-P681 Testimonio 202799 Ayacucho, noviembre del 2002. La declarante narra la muerte de su padre en Tiquihua, Victor Fajardo, Ayacucho. 213 de la expresion de su dolor, de la compaia de la comunidad y de la tranquilidad de haber asegurado el descanso de las victimas. Procesos incompletos que generan sensaciones de tristeza, malestar e intranquilidad que se mantienen en la actualidad.
Hasta ahora decimos no vimos sus cuerpos, ni pudimos enterrarlos, hasta ahora cada vez que los recordamos nos ponemos a llorar. Mi mama recuerda a sus hijos y se pone muy triste. Por lo menos los hubiese enterrado para que este tranquilo mi corazon dice mi mama, diciendo eso mi mama rompe en lagrimas. 135
*[email protected].!(6!9;O8F6F!8<!8O!F;O;E! ! En el contexto de violencia, se inhibio el acompaamiento y el reconocimiento social para con los deudos, elementos importantes en un proceso de duelo. Se los privo de ser acompaados en su dolor, por parte de Iamiliares y miembros de la comunidad, no Iue posible en muchos casos vivir la perdida, el entierro y la pena de manera colectiva. Las maniIestaciones colectivas de dolor y llanto, las ceremonias de entierro, homenaje y recuerdo, el vestir luto, Iueron objeto de prohibicion y amenaza.
A mi papa no lo vimos hasta que los militares llegaron en helicoptero para organizarnos, ellos no querian que nos pongamos luto, ya cuando nos organizamos y sacamos el cuerpo de mi papa nos pusimos luto, si se ponen luto como esos miserables van a morir, por eso mi mama no se puso luto. 136
! ! El temor a maniIestar la solidaridad con los deudos pudo incluso reproducirse al margen de la presencia y el control eIectivo de los bandos en conIlicto. Cuando el miedo se apodera de los pobladores se quiebran las condiciones para hacer del duelo una experiencia colectiva. La comunidad demanda, por su propia seguridad, el entierro rapido, la discrecion. Los deudos viven solos su propia pena.
A las 8:00 de la maana hemos recogido (el cadaver), al colegio lo hemos llevado, ahi lo hemos velado, un dia lo hemos velado, de ahi ya a las 3:00 de la tarde ya estabamos, no hemos durado ni un dia porque tenian miedo la gente, nos decian: de repente vuelven y nos matan, mejor hay que enterrar de una vez, lo hemos llevado con carro hasta el cementerio, de alli ya al hombro le hemos llevado hasta cementerio ya lo hemos enterrado. 137
135 CVR. BDI-SM-P111, BDI-II-P809 Testimonio 200670 Ayacucho, noviembre del 2002. La declarante narra la muerte de sus hermanos en un enIrentamiento en Callqui, Huanta, Ayacucho. 136 CVR. BDI-SM-P136, BDI-II-P823 Testimonio 203892 Ayacucho, octubre del 2002. Mujer testigo de asesinatos en el pueblo de Rayama, San Miguel, La Mar 137 CVR. BDI-SM-P315, BDI-II-P928 Testimonio 437592 Huanuco, noviembre del 2002. Mujer narra desaparicion de su primer y segundo esposo en La Morada, Maraon, Huanuco. 214 En una perspectiva mas amplia, la negacion oIicial de los hechos y la resistencia a asumir responsabilidad Irente a lo ocurrido, son mecanismos a traves de los cuales se Irustra la condolencia de parte de la sociedad y, por tanto, se diIiculta la marcha del proceso de duelo. Han operado en este sentido una diversidad de sucesos: la negacion por parte de los organismos del Estado de la ocurrencia de los asesinatos, el maltrato y la humillacion a los deudos, la impunidad con que actuaron los perpetradores, la imposibilidad de acceder a la justicia. Estas situaciones no hicieron mas que reIorzar el no reconocimiento de los deudos como tales. Al negar los hechos se les niega ademas el reconocimiento a vivir y expresar su dolor. Complementariamente, el reconocimiento social de los deudos, el esclarecimiento de las responsabilidades y el acceso a la justicia, Iavorecerian el proceso de duelo.
El proceso de duelo no supone olvidar lo perdido. Implica mas bien integrarlo a la experiencia y otorgarle un lugar en la memoria. Un lugar en el cual recordarlo no impida seguir adelante con la propia vida ni movilice sentimientos de la misma intensidad que los experimentados al momento de producida la perdida. Las historias que las personas compartieron con la Comision de la Verdad y Reconciliacion estan cargadas de reIerencias sobre sus perdidas. Muchas de estas personas debieron enIrentar sus procesos de duelo en condiciones especialmente adversas. Durante aos vivieron una intensa tristeza, aorando la compaia del Iamiliar perdido. La adaptacion a esa nueva situacion es descrita como una tarea larga y complicada, aun cuando las personas continuan con su vida.
Asi mi esposa se murio, cuando mis hijos se murieron yo tambien estaba triste, sin comer caminaba, asi yendo donde los vecinos acompaaba a comer y asi lloraba todos los dias, noche a noche, no conciliaba ni el sueo, llorando nada mas permanecia, es por eso que hasta avanzado estoy, hasta de mi cabeza he sentido, del total avanzado estoy de tanto llorar de mi seora, de mis hijitos, de tanto estar asi. Me comprometi con otra seora viuda y con ella me case, aca, en este mismo pueblo, ahora ya olvide todo el tiempo de muertes, con mi nueva pareja con quien juntos estamos, ahora soy mas alegre, pero no puedo olvidarme, de mis primeros hijos, recordandolos |llanto|. 138
Para algunas personas, los sueos son una manera de comunicarse con sus muertos, de estar cerca de ellos y de sentir su proteccion. En los sueos recrean y transIorman la realidad que vivieron. Una seora por ejemplo nos cuenta que en sueos se despide poco a poco de su Iamiliar.
138 CVR. BDI-SM-P252, BDI-II-P902 Testimonio 201080 Ayacucho, noviembre del 2002. Testigos de matanza en Bellavista, Colta, Paucar del Sara Sara, Ayacucho 215 Cuando yo de noche dormia, yo soaba que el venia y me decia no llores, no suIras tanto. Me decia tu suIres mucho yo te puedo llevar. Me decia te puedo llevar, yo no te llevo, por mis hijos no te llevo, quien va ver a mis hijos? |...| Y me decia yo voy a venir, todos los dia voy estar aqui no te preocupes, yo voy estar todos los dia aqui, pero poco a poco voy a ir alejandome decia. Yo voy a ir alejando poco a poco, no te preocupes, no llores, no suIras mas que todo por tus hijos. Me decia por tus hijos mas porque ellos necesitan, me decia no? |...| Yo solamente queria dormir, dormir, porque al dormir yo le soaba. 139
En algunos casos, estos procesos se encuentran todavia detenidos. La vida de estas personas, quienes atraviesan por procesos de duelo alterado en la actualidad, esta Iuertemente marcada por la presencia del Iamiliar perdido. Su imagen o las escenas de violencia que provocaron su muerte se hacen mas presentes que nunca en los pensamientos, los recuerdos y los sueos de sus Iamiliares. Los sentimientos de angustia, tristeza y desesperanza se mantienen vigentes y son especialmente intensos.
Yo tambien, igual que mi hermana menor, yo siempre, a veces me sueo que lo estan matando, me dice a mi por Iavor ayudame, ayudame. Yo sueo con mi padre y por eso suIro bastante |llanto|. 140
A mi me han tenido ahi en la base de Vilcas pues seorita. Sino yo hubiera estado dia a dia con mi esposo, a donde vaya yo hubiera seguido porque asi hubiera matado a los dos, eso tambien yo pensaba |llanto| No se como puedo vivir, cuando me recuerdo me duele en el alma seorita. Yo no tengo con quien vivir, con quien estar, solita nomas estoy con mis hijitos. 141
Un elemento que obstaculiza la elaboracion de la perdida en algunas personas es el sentimiento de culpa. Esta se expresa en la sensacion de sentirse parcialmente responsables de los hechos o en la creencia de que no Iueron capaces de evitar la muerte o desaparicion de su Iamiliar.
Seguramente ellos dirian tu esposo ha desaparecido, ella tiene que pagar las consecuencias, me imagino, me imagino. Porque ella no tuvo antecedentes de ninguna participacion subversiva simplemente era trabajadora en el hospital, tecnica de enIermeria. Entonces yo presumo que buscandome a mi o por mi culpa se la llevaron a ella. 142
Si mi hijo no hubiera venido, porque nosotros viviamos en Vinchos, ahi estaba estudiando mi hijo |...| Ahi al Irente estudiaba y mi esposo le dijo: Tienes que ayudarme los sabados y domingos a arar la chacra. 143
139 CVR. BDI-SM-P93. BDI-II-P791 Testimonio 425135 Huanuco, octubre del 2002. La declarante narra la muerte de su esposo en Cachicoto. 140 CVR. BDI-SM-P180, BDI-II-P853 Testimonio 500634 Apurimac, setiembre del 2002. La declarante narra el asesinato de su padre en Haquira, Cotabamba, Apurimac 141 CVR. BDI-SM-P154, BDI-II-P837 Testimonio 300556 Huancayo, noviembre del 2002. La declarante narra la desaparicion de su esposo en San Carlos, Huancavelica. 142 CVR. BDI-SM-P78, BDI-II-P703 Testimonio 202948 Sede sur central, octubre del 2002. El declarante es esposo de desaparecida en Huamanga, Ayacucho. 143 CVR. BDI-SM-P91, BDI-II-P789 Testimonio 203903 Ayacucho, noviembre del 2002. La declarante narra el asesinato de su hijo en Vinchos, Huamanga, Ayacucho. 216 Una parte importante de la energia y de la vida animica y mental de las personas con duelos alterados gira en torno a esta perdida. De alguna manera la presencia permanente del ausente el sentirse comprometido con el, ha limitado las posibilidades de dedicar sus recursos a rehacer y continuar con sus vidas. Yo pienso que no esta muerto, pero me dicen que esta muerto, pero yo no pienso, por eso yo no me he comprometido. 144
Yo tambien me recuerdo mucho porque ella nos queria mucho, cuando me iba para Ayacucho me despedia con mis cositas diciendome que tenia que ir a estudiar por que si te quedas conmigo no vas a estudiar. Es por eso que no he estudiado porque me recordaba. 145
En ocasiones, como resultado de las diIicultades para elaborar la perdida, algunos espacios de la vida de lo deudos parecen haberse mantenido inalterables al paso del tiempo. Quedamos apenados, tristes por la desaparicion de mi hermano, llegando nomas mirabamos su ropa. Aos a aos su ropa que estamos guardando. 146
A la base de muchas de estas diIicultades de elaboracion del duelo se encuentra la imposibilidad de aceptar la perdida porque no Iue posible realizar o participar del rito Iunerario. Algunos de quienes conocen del Iallecimiento y entierro de sus Iamiliares pero no pudieron estar presentes para despedirse y asegurarle los cuidados necesarios, recrean todavia en su imaginacion la esperanza de encontrarlos con vida.
Cuando la empezaron a buscar mis tios la encontraron ya en la morgue, muerta |...| No he visto yo. Por eso es que a veces me hago a la idea de que ella esta viva y de que algun dia va ha volver |...| Despues ya nos enteramos de que se habia muerto. Yo nunca, no pude verla, por eso hasta ahorita me digo "ella esta viva, algun dia vendra" porque siempre en mis sueos ella esta. 147
Esto se hace mucho mas Irecuente e intenso entre los Iamiliares de las personas desaparecidas. La ausencia de inIormacion sobre su paradero hace que la incertidumbre sobre su vida o su muerte sea mayor. Privados de la posibilidad de ver su cuerpo, en caso se encontrara muerto, se mantienen todavia esperanzados con la posibilidad de su regreso. Cuando mi perro ladra pienso que mi hija va tocar la puerta asi pienso, pienso siempre. 148 Siento pena por su
144 CVR. BDI-SM-P254, BDI-II-P638 Testimonio 201093 Ayacucho, noviembre del 2002. La declarante narra la desaparicion de su compaero en San Pedro de Cachi, Huamanga, Ayacucho. 145 CVR. BDI-SM-P12, BDI-II-P763 Testimonio 203243 Ayacucho, noviembre del 2002. La declarante narra asesinato de sus padres en Aylas Cucho, Sillarumi, Ayacucho. 146 CVR. BDI-SM-P17, BDI-II-P764 Testimonio 203825 Ayacucho, octubre del 2002. madre e hija narran secuestro y asesinato de Iamiliares en San Miguel, La Mar, Ayacucho 147 CVR. BDI-SM-P234, BDI-II-P635 Testimonio 304535 Huancayo, 2002. La declarante narra el asesinato de su hermana menor en Palian, Huancayo, Junin. 148 CVR. BDI-SM-P121, BDI-II-P817 Testimonio 200337 Ayacucho, diciembre del 2002. Las declarantes narran la desaparicion de un Iamiliar en San Jose de Seques, Ayacucho. 217 ausencia, llorando voy averiguando, "de repente volvera, de repente volvera". "De repente cualquiera de estas noches vuelve", asi nomas paro pensando. Y no aparece. 149 . A la esperanza de un posible regreso se sumo con Irecuencia, durante varios aos, una incesante busqueda
Ya lo habrian matado pues, ya no pude verlo, ya no pude verlo ni encontrarme. En todo Cangallo, en todo Huamanga he buscado, asi de tanto andar en el asIaltado mama, ahora estoy delicada pues no dormia ni en cama, en todo Huamanga de lo que anduve buscando. 150
En su recorrido, Iueron muy pocos los que encontraron respuesta a sus demandas y pedidos de inIormacion. Muchos recibieron a cambio silencio, mentiras y maltratos. En algunos casos, impedidos de acceder a inIormacion sobre sus Iamiliares, su esperanza se vio alimentada por las historias que hablan, por ejemplo, de la reclusion de los desaparecidos en alguna prision o alguna isla ubicada en medio de un rio. En otros casos, Iue a traves de sus sueos como consiguieron darle sentido a la ausencia del Iamiliar.
Solamente en mi sueo me dijo Aqui estoy hija, he regresado, esos que andan me han rodeado amenazando de muerte, entonces dije que no me matara, dije andaremos juntos donde sea, por ese motivo no me dieron muerte y por eso estoy andando en el monte, de sed, de hambre estoy andando, me dice en mi sueo. Entonces dije, de repente estara vivo, pero ya llegaria hasta ahora, es posible que haya muerto ya. 151
De encontrarse con vida, una de las pocas maneras de entender la ausencia de sus Iamiliares, es pensando que se encuentran detenidos, impedidos de regresar. Algunos abrigan todavia la esperanza de encontrarlos al caminar por las calles de la ciudad. Yo pienso que ellos estan vivos, yo pienso que mi hija esta, yo pienso cuando me voy asi puedo verlo, puedo encontrarlo o tal vez asi mirando lo puedo ver digo, yo pienso dentro de mi, no? 152
Una de las demandas mas Irecuentes entre los Iamiliares de las personas desaparecidas esta ligada a la necesidad de saber. ManiIiestan que para poder continuar con su vida y recuperar su tranquilidad necesitan conocer la verdad sobre el paradero de su Iamiliar y sobre su condicion actual.
149 CVR. BDI-SM-P179, BDI-II-P852 Testimonio 500627 Lima, diciembre del 2002. EL declarante narra la desaparicion de su hijo en Patas, Curahuasi, Apurimac 150 CVR. BDI-SM-P250, BDI-II-P716 Testimonio 201017 Ayacucho, diciembre del 2002. La declarante narra desaparicion de su hijo en Putaqa, San Miguel, La Mar, Ayacucho 151 CVR. BDI-SM-P73, BDI-II-P619 Testimonio 201874 Ayacucho, noviembre del 2002. La declarante narra desaparicion de su esposo en el distrito de Ayna, La Mar, Ayacucho. 152 CVR. BDI-SM-P382, BDI-II-P979 Testimonio 440113 Huanuco, noviembre del 2002. Mujer declara perdida de Iamiliares en Pueblo Nuevo, Jose Crespo y Castillo, Huanuco. 218 |llanto| Yo quiero que me dan una respuesta bueno. Capaz puede estar vivo o de verdad lo mataron o lo han desaparecido, quiero saber la verdad para tranquilizarme, para no, no, no estar esperanzada de el, eso quiero yo. Para estar tranquila, para decirle a mis hijos "si dice verdad", cuando se de que esta vivo, puede decirle a mis hijos "dice esta vivo" o si esta muerto tambien no? Quiero decirlo a mis hijos "tu papa ha muerto, ya no existe", yo ya le puedo decir, le puedo inIormar a mis hijos, ya para que no estan pensando en el "ya llegara, ya llegara, cuando esta vivo" dicen mis hijos tambien. Eso yo quiero, si. 153
Expresan ademas la necesidad, en caso estuviese muerto, de recuperar sus restos con la Iinalidad de velarlo y enterrarlo. A la base de esta demanda se encuentra la intencion de llevar adelante los rituales Iunerarios que aseguren el descanso de la persona Iallecida y la tranquilidad de sus Iamiliares. Es preciso saber donde estan, terminar con la busqueda y la incertidumbre que interIiere en sus vidas. Nos conIormariamos por lo menos de saber que lo enterramos y lo recordariamos. 154
|llanto| Yo le pido, le ruego se aclarezca algo, que yo madre suIro, yo suIro mucho y le suplico a usted joven, por Iavor que hagan algo. Todos los dias tantos casos se ve. Quisiera saber siquiera donde esta botado mi hijo. Si le han botado o le han quemado, o donde se ha podrido mi hijo. Nunca lo he llegado a ver. Ese es mi desesperacion, duermo como pensando "el estara botado o por ahi estara loco". Que le habran hecho a mi hijo, no se nada. No se nada de mi hijo. Quisiera que hagan justicia por Iavor. 155
Solamente nos acercamos a la Comision de la Verdad, quizas puedo recuperar por los menos los huesos de mi hijo, quiero verlo enterrado y me olvidare para siempre de mi hijo |llanto|, si lo veo enterrar me olvidare para siempre. 156
Comuneros de los pueblos del ande sabian desde hace mucho de la existencia de Iosas donde habian sido enterrados, sin consideracion alguna por su muerte, aquellas personas que Iueron asesinadas durante el tiempo de la violencia. Algunos podian sealar con precision donde se encontraban estas, otros habian participado, obligados por la amenaza y el temor, del entierro apurado de los cuerpos de sus Iamiliares o de sus vecinos. Una de las tareas mas diIiciles pero importantes de la CVR Iue exhumar esas Iosas. La expectativa de los Iamiliares era grande. Su incertidumbre podia tener una respuesta: iban a reconocer los restos de sus seres queridos y podian por Iin darles una buena sepultura. La Iacilidad con que pudo realizarse dicha tarea en la primera Iosa exhumada, Chuschi, que concluyo en el reconocimiento y posteriores ritos de entierro de los cuerpos encontrados, aumento
153 CVR. BDI-SM-P162, BDI-II-P631 Testimonio 400039 Huanuco, setiembre del 2002. La declarante es esposa de desaparecido en Aguaytia, Padre Abad, Ucayali. 154 CVR. BDI-SM-P258, BDI-II-P639 Testimonio 201256 Ayacucho, diciembre del 2002. La declarante narra la desparicion de su padre en la provincia de Lucanas, Ayacucho. 155 CVR. BDI-SM-P346, BDI-II-P956 Testimonio 440114 Huanuco, noviembre del 2002. Madre de joven desaparecido en Uchiza, , Tocache, San Martin. 156 CVR. BDI-SM-P368, BDI-II-P756 Testimonio 201205 Ayacucho, octubre del 2002. El declarante vivio incursiones 219 las expectativas de los Iamiliares que esperaban se exhumaran las otras. De una de ellas, los Iamiliares, que habian sido quienes enterraron a prisa, esperaban tener la oportunidad de realizar los ritos necesarios. Sin embargo, con la segunda Iosa el trabajo se hizo especialmente penoso pues las Iosas habian sido removidas, alteradas por la intervencion de animales y Iactores climaticos. El detalle de este proceso y del acompaamiento psicologico de los Iamiliares sera presentado en otro acapite del InIorme Final. En este queremos presentar algunas reacciones de los miembros de estas comunidades. Lo mas saltante ciertamente Iue la expectativa ansiosa, cargada de dolor. Que se encontraria?, como estaria el cuerpo de su Iamiliar?, podrian reconocerlo? Sabemos que conocemos y reconocemos a las personas por la imagen que tenemos de su corporeidad y su apariencia Iisica, por su rostro, sus Iacciones, la Iorma de su cuerpo, algunas seas. Pero ante restos, osamenta, pedazos de cuerpo mezclados con retazos de tela, gastados todos por el tiempo, como reconocer?, a quien reconocer en esos restos? Resulta una exigencia enorme a cualquier psiquismo. Quienes pudieron pese a ello reconocer a su Iamiliar asesinado, asi como quienes tenian la certeza de que alli se encontraba, tuvieron sosiego, mas no asi quienes no supieron, no pudieron o se resistieron a reconocerlos. Para alguno de ellos, desenterrar una Iosa era oportunidad de reencuentro con su Iamiliar muerto. Una seora dolida sintio que Iue Iugaz el reencuentro y comento: Te Iuiste por tanto tiempo para ahora volver y pronto volverte a ir. Los hijos, que eran nios cuando sus padres desaparecieron, miraban atonitos el trabajo de exhumar las Iosas. Mas de uno revivio el dolor de haber crecido sin padre, la larga busqueda de noticias sobre el, y las huellas de todo eso en su mente: Mi cerebro se tapa, se pone como si estaria arena en la vista. Con lo que he pensado y llorado, hace un calorazo y me pongo como loco. Por que estoy pensando asi? No me explico. 157
Hasta los lugares de exhumacion habian llegado personas que sospechaban que sus Iamiliares habian sido enterrados alli. Grande Iue su desilusion por no encontrar sus restos y expresaron no solo su dolor sino tambien su rabia e insatisIaccion con el trabajo. Esperaban que el equipo de la CVR buscara en otros parajes, como ellos lo habian hecho y algunos lo seguian haciendo aun. yo seguire buscando porque no lo puedo dejar a mi esposo, ahora si puedo buscar. 158
Otros con desesperacion e impotencia pedian: Queremos que se nos de permiso, con nuestras propias manos vamos a excavar. Resulta casi imposible exhumar todas las Iosas, desenterrar todos los cuerpos y reconocer los restos de los miles de peruanos que Ialtan. Sin
en Putica, Cangallo, Ayacucho 157 Nota de Campo. Totos, Ayacucho, agosto 2003. Exhumacion de Totos. Hijo de un desaparecido, 21 aos. 158 Totos, Ayacucho, Agosto 2003. Exhumacion de Totos. Esposa de un desaparecido, 58 aos. 220 embargo, queremos pensar que si es posible desenterrarlos del olvido, de la impunidad, de la indiIerencia.
*.!H.!0#Y)+!#!(#!-0,2&-0#0!$,B+)2#(!! ! Es imposible pensar que experiencias limites como las vividas en la epoca del conIlicto armado no hicieran estremecer las propias identidades de las personas y produjeran preguntas sobre su propia existencia, sobre su Iuturo, sobre como concebir el mundo y su relacion con los otros. La identidad personal de cada una de las victimas resulto lastimada.
!"3"!"#=%>'2#%,#('-:1+#?#%,#&9+1@'# ! El nombre propio es una marca de nuestra identidad, nos identiIica y singulariza. Con el nos reconocemos y somos reconocidos por los otros. La violencia del conIlicto y las condiciones que impuso obligaron a mucha gente a alterar o negar su nombre o el de sus Iamiliares para salvarse y salvarlos. Con ello tambien ocultaban sus vinculos Iamiliares, sus lugares de procedencia, sus roles, sus experiencias vividas, aspectos todos ellos importantes en la identidad personal. IdentiIicarse, darse a conocer, resulto para muchos peligroso, sobre todo ante el riesgo de ser asociado o conIundido con un sospechoso. Algunas personas Iueron conIundidas con otras por su nombre, siendo castigadas o injustamente detenidas. Como ya sealamos, el nombre de una comunidad, de una poblacion, o de una Iamilia Iue objeto de estigmatizacion. A la larga el ocultamiento o negacion del nombre, o de otros aspectos de la persona, su estigmatizacion, constituyeron una experiencia que conllevo cuestionamientos a su identidad y a su autoestima, ademas de Ialta de reconocimiento y valoracion por parte de otros.
Yo me acuerdo un domingo, creo que un paro armado, esa vez, incitado por Sendero Luminoso, yo volvia despues de hacer deporte |...| entraron a mi casa de dia, tres personas en... en evidente estado de ebriedad. Con su armamento, preguntando el paradero de mi padre |...| lo unico que atine a decirle Iue, no se, desconozco el paradero, y |...| me preguntan quien era mi padre, yo en ese momento, como ya estaba ya, casi convivia con el miedo, le dije, es mi tio |...| Pero no ocurrio asi con mi hermana, mi hermana se encontraba en el cuarto, entraron las tres personas al cuarto, y le hicieron las mismas preguntas a mi hermana. Mi hermana como era una persona menor, les respondio la verdad, le dijo soy la hija. Que hicieron los miembros del ejercito, le han agarrau del cabello y lo han sacau de mi casa, a plena luz del dia, delante de todos mis Iamiliares, lo han arrastrado ahi. Que le dijeron a mi hermana, le dijeron: en alguna otra oportunidad, si alguien viene a preguntarte por el paradero de tu padre, tu desconocele a tu padre, no le conoces, porque si no vas a tener los mismos problemas... 159
159 CVR BDI-P446. Audiencia publica en Huamanga. Tercera sesion, 11 de abril del 2002, caso 18. Testimonio de Luis Saavedra Quispe. 221 La base de la identidad la provee (" !-(*2+. Se constituye territorio propio a la vez que se suceden intercambios aIectivos con los seres queridos, las personas signiIicativas. Todos tenemos una imagen mental de nuestro propio cuerpo y esta va cambiando paulatinamente a partir de las experiencias vitales, a lo largo del desarrollo en el que se entretejen el crecimiento Iisico y emocional. El cuerpo constituye tambien un marco que delimita nuestra identidad, perIila lo propio, reconoce lo ajeno. Durante los aos de la violencia, mujeres, hombres, nios han suIrido ataques y daos a su identidad personal en su cuerpo. El dolor que un ser humano experimenta cuando su cuerpo es injuriado no es solo Iisico, siempre es tambien psiquico, emocional. Quienes hoy suIren secuelas Iisicas de actos violentos llevan en su cuerpo las huellas visibles del horror. Rostros desIigurados al impacto de una bala, de la onda expansiva de una bomba, o de los metodos soIisticados de tortura; partes del cuerpo mutiladas o paralizadas, generandoles discapacidad, entre otras cosas. Son marcas que modiIican la autoimagen corporal, que cuestionan o disminuyen la autoestima, especialmente porque en la mayoria de casos aIectan la capacidad de desenvolvimiento autonomo, de trabajo. Cuando un cuerpo es asi daado los sentimientos de vulnerabilidad y perdida aIectan a toda la identidad de una persona. Las personas que nos dieron su testimonio narran con indignacion lo humilladas que se sintieron cuando Iueron obligadas a desnudarse o al ser despojadas violentamente de su ropa. Se sintieron muy avergonzadas, indeIensas, expuestas a miradas de burla, de desprecio o de intrusion sexual. La desnudez obligada del cuerpo es vivida como preludio del despojo de las deIensas, de la proteccion. 160 Imaginese que te saquen asi a media noche desnudo |...| Y los policias que se reian de vernosla, de vernos desnudos, asi se reian. O sea algo humillante Iue. 161 No se ni como describir toda esa sensacion que uno pasa, solo les decia que me alcancen mi ropa y que queria ir a un sitio a cambiarme, y ellos me decian que no podia moverme, que tenia que hacerlo ahi, me senti muy humillada. 162
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La violencia sexual, especialmente la violacion, es de por si un trauma pues rebasa la capacidad de respuesta de quien la suIre. Durante los aos del proceso de violencia ella Iue utilizada como medio para someter o dominar a las personas. Las mujeres Iueron las principales victimas de este tipo de abusos, sin embargo, no las unicas. Tambien algunos hombres detenidos Iueron objeto de violencia y de violacion sexual. La violacion sexual deja, en quien la suIre, huellas dolorosas en su
160 Vease el capitulo La tortura y los tratos crueles, inhumanos y degradantes en el tomo VI. 161 CVR. BDI-SM-P23, BDI-II-P767. Testimonio 100444 Lima, setiembre del 2002. el declarante Iue encarcelado en Piura. 162 CVR. BDI-SM-P20 Testimonio 100188. Lima, octubre del 2002. La declarante narra las torturas que suIrio en el momento de su detencion en Huacho, Lima 222 autoimagen y daa su autoestima personal. AIecta la sexualidad de las personas, como tambien su capacidad de relacionarse con otros y con el mundo al que entonces sienten amenazante. Muchos Ienomenos psicologicos concurren en la deIensa de la integridad emocional de quien suIre una violacion sexual. Alguna de ellas comprometen la cohesion del si mismo, dividen la unidad psicologica de la persona. Asi, son Irecuentes vivencias de dejar de sentir el cuerpo o verlo como ajeno, desconectarse o pensar no me esta pasando esto a mi, o esto es solo una pesadilla. Despues de haber suIrido violacion sexual, generalmente la capacidad de intercambio aIectivo se altera y se instala gran temor y desconIianza en los nuevos vinculos. La soldadura, que produce una violacion sexual, entre sexualidad y tortura, dao, es diIicil de superar; la vida sexual y la capacidad de intimidad toda quedan seriamente daadas. La Comision de la Verdad y Reconciliacion ha recogido testimonios de innumerables victimas de violencia sexual; sin embargo, estamos persuadidos de que las victimas de este atropello son muchas mas de las que conocemos. Por la humillacion y la vergenza que acompaan estas heridas, por la enorme necesidad deIensiva de negar y desconocer tales hechos, las victimas callan el abuso o preIieren decir que se trata de violencia sexual, sin precisar que suIrieron violacion sexual 163 . ReIiriendose a lo vivido en varias comunidades de Ayacucho, Theidon aIirma: Si hay un tema capaz de producir la mudez, es la violacion. Las mujeres tienen muchas razones para ocultar que han sido violadas y, con la justicia siendo un horizonte muy distante, pocos motivos para hablar de una experiencia estigmatizante, avergonzante 164
y 165
La mayoria de los abusos sexuales son imputados a miembros de las Fuerzas Armadas, especialmente sobre aquellas personas que detenian, Iormando parte de las torturas inIligidas. De modo que una persona violentada sexualmente habia sido o seria ademas torturada. Los relatos son dramaticos, tanto como las huellas en la identidad personal que dejaron. 166
Porque los soldados veian a ellos y en la noche se mandaban los soldados, todititos. Yo ya vivia verdad una desgracia |...| y toda mi vida me voy a recordar eso, porque me hicieron una cosa que nunca pensaba pasarlo |...| me tenian calatita asi, sin ropa sin nada, asi con, amarrada |...| despues de violarme me pegaban. Despues de pegarme me alzaban para que me traigan ya aca |...| me votaban ahi, jugaban conmigo como hacian de cuenta que Iuera un juguete. 167
Con los aos, el miedo, la rabia intensa y la proIunda humillacion se hicieron indignacion, dolor y reclamo de justicia. Para algunas de las victimas, sin embargo, estos hechos se mantienen en la penumbra de lo vivido que solo quiere ser olvidado. En el momento de narrar estos hechos,
163 Vease, en el tomo VI, el capitulo La violencia sexual contra la mujer, en lo que se reIiere al Estado como perpetrador.. 164 Theidon, Kimberly, Reconciliando el Pasado, Construyendo el presente: Violencia y Salud Mental en Ayacucho, Programa Siembra y Democracia, Lima: Instituto de Estudios Peruanos, Mayo 2003. 165 Vease, en el tomo VI, el capitulo La violencia sexual contra la mujer, en lo que se al Lenguaje de las Victimas.. 166 Vease, en el tomo VI, el capitulo La violencia sexual contra la mujer, en lo que se reIiere a Al Analisis de la situacion peruana. 167 CVR BDI-SM-P103, BDI-II-P801 Testimonio 435131 Huanuco, octubre del 2002. Testimonio que narra detencion y 223 las victimas mostraron su enorme dolor y su vergenza, muchas de ellas no pudieron hablar de ello antes, ni para compartir su humillacion, ni para denunciarla. En mas de un caso, al narrar lo vivido el lenguaje del cuerpo a traves de temblores, sudoracion, llanto proIuso, tension extrema, daba cuenta del trauma. Ante la impotencia y la ausencia de sentido de lo vivido muchas veces recurrieron deIensivamente a pensamientos de autoinculpacion, a preguntarse que habre hecho yo para que esto me pase. A esto se suma el peso de la estigmatizacion social de la victima de violencia sexual. Muchas personas decidieron callar por vergenza, temiendo no ser comprendidas por sus Iamiliares y amigos, especialmente por sus padres y su pareja. Algunas de ellas conIirmaron sus temores tras haberlo comunicado.
Aca le conoci |...| pensando que voy a encontrar una Ielicidad, que voy encontrar, voy a vivir con el hombre bien, y el hombre me maltrataba, me golpeaba, me decia "tu eres una presa, carcelera, tu has estado carcelera, violado de los policias", me gritaba |llanto| |...| hasta hoy dia me maltrata ese hombre. 168
En algunos casos las mujeres violadas quedaron embarazadas, aadiendo desconcierto y desesperacion a su dolor. En esas circunstancias el deseo de morir aparece con Iuerza y acompaado de vergenza.
Me senti suicidar, me senti deshacerme todo, matarme, porque tenia una vergenza grande. Yo pense que la gente me criticaba porque |.| habran pensado que |.| yo me andaba como quiera con el hombre o me embarace de buena voluntad |.|. Y ahora me dicen mi suegra |.| "debes ir a buscar a su padre, vivira pues su padre |.| quien te va creer que tu has sido violada |.|. Una sola vez no mas que te ha violado gente, como vas a tener hijo" me dijo. 169
Si el embarazo prosigue pese a sus deseos de interrumpirlo, la maternidad a la que da lugar estara atravesada de serios conIlictos y sentimientos ambivalentes Irente a su hijo o hija con la primacia de rechazo y desconocimiento que originan actitudes de descuido, abandono y desproteccion de los nios. |.| siempre venian asi abusaban de las personas. Y por las noches nos torturaban, paleaban. |.| a veces me siento mal, a veces a mi hija la mayor, siento como si no la quisiera |...| Dios mio, yo no puedo odiar a mi hija. 170 Y han agarrado a la Iuerza a las mujeres, principalmente a las solteras, ahora hay varias madres solteras, hijos de los militares hay algo de 10 muchachos. 171
violencia sexual suIrida en Monzon, Huamalies, Huanuco. 168 CVR BDI-SM-P153, BDI-II-P630 Testimonio 100336 Lima, diciembre del 2002. La declarante relata sus aos en las carceles de Puno y Lima. 169 CVR. BDI-SM-P45, BDI-II-P612. Testimonio 400108 Huanuco, octubre del 2002. Mujer narra el asesinato de su esposo en Cachicoto, Monzon, Huamlies, Huanuco 170 CVR. BDI-SM-P349, BDI-II-P959. Testimonio 485016 Huanuco, noviembre del 2002. La declarante Iue detenida y torturada en Aguaytia, Padre Abad, Ucayali.. 171 CVR. BDI-I-P28. Notas de campo de entrevista inIormal a ex autoridad testigo de la masacre de Lloqllapampa. 224
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La tortura y el maltrato Iisico y psicologico constituyen otra Iorma de dao al cuerpo y a la identidad, busca disminuir a la persona debilitando su cuerpo al limite. Es la violencia en su rostro mas brutal. No hay tortura o maltrato Iisico que no sea al mismo tiempo emocional, psicologico, pues siempre es una experiencia de humillacion y ataque a la dignidad personal. Es al mismo tiempo una relacion de poder donde quien maltrata lo ejerce destructivamente sobre el otro. La intencionalidad de la tortura esta asociada a la perdida de sentido. La mayoria de las victimas de tortura Iueron los detenidos en las carceles y dependencias militares y policiales, aunque en algunos casos los maltratos empezaban ya en el momento de la detencion, haciendose actos publicos cuyos testigos en algunos casos Iueron los propios hijos del detenido.
No me dijeron "buenas noches seor", desde ese momento empezaron a meterme golpe delante de mis hijos, delante de mi esposa, sin ninguna explicacion. Inclusive yo dije "pero por que?" Yo decia "pero por que? por Iavor". No habia ido Iiscal, solamente habian ido los policias. O sea, un allanamiento de domicilio. 172
En un enIrentamiento violento como el que vivimos la sospecha de ser miembro de un grupo sobversivo se expandio sin limites deviniendo arbitrariedad y abuso con la poblacion civil. Muchos dirigentes de organizaciones y comunidades Iueron tratados como sospechosos y sujetos a detencion y tortura. Quienes Iueron torturados nos hablan a traves de su testimonio del inmenso dolor suIrido, de su angustia y terror sin nombre. De su desesperacion y proIunda soledad. El analisis cuantitativo de este grupo de testimonios revela los intensos sentimientos de desproteccion, vulnerabilidad y humillacion que experimentaron quienes Iueron sometidos a brutales y aterradores maltratos. Los resultados indican que la experiencia misma de tortura suele ir acompaada con mayor Irecuencia de sentimientos de miedo intenso, desesperanza y resignacion, sensacion de humillacion, sentimientos de culpa y deseos de muerte, perdida de la Iuncion motora y alteracion de los sentidos, asi como de reIerencias a estados de trauma y de aIectacion psicologica en general. Asociada a la experiencia de tortura aparece ademas la utilizacion de estrategias y recursos de control y regulacion de pensamientos y sentimientos a traves de los cuales las victimas buscaban darse Iuerzas para resistir a las golpizas.
Realizada en junio del 2002 en Accomarca, Vilcashuaman, Ayacucho. 172 CVR. BDI-SM-P23, BDI-II-P767 Testimonio 100444 Lima, setiembre del 2002. El declarante Iue encarcelado en Piura. 225 Despues trajo asi una tina llena de agua entonces ahi tambien me metio la cabeza asi, me sumergio asi, largo rato me tenia, entonces ya no podia ni hablar, "si voy decir, si voy decir", decia; ya sientate, habla!, me decia, queria anotar lo que iba yo hablar, entonces yo siempre decia que he venido solo. Despues asi largo rato varias veces |...| "has pensado", asi venia a cada rato, otra veces me pegaba |...| me puse nervioso ya, cuando venia, temia ya que me va dar un golpe asi |...| me dejo echado enmarrocado |...| hasta amanecer, pero yo estaba me dolia los brazos, como estaba cansado, habia dormido. Despues de estar pensando que voy hacer ahora, porque me hacen esto, diciendo, pensaba todo, hasta me he recordado de mi madre, todo ya pues, no?. 173
Los metodos de tortura incluyen un ritmo que reIuerza la angustia y el terror. El acto de tortura se repite una y otra vez, a lo largo de horas y dias. En esas circunstancias el quedarse solo es un alivio momentaneo, sin embargo, el caracter inminente de la proxima sesion de tortura va debilitando mas aun la Iuerza psiquica de la victima. En los testimonios nos dicen ademas, que los gritos de dolor de otros torturados, en la habitacion del costado, anunciaban el suIrimiento que vendria, incrementando la angustia.
|...| entonces todo el dia pasaba amenazas, pero yo estoy miedo ya cuando venian, ya cuando me dejaban solo ya me tranquilizaba todavia, cuando venian, ya tenia temor ya que otra vez me golpearan no?, asi paso todo el dia; de ahi ya un dia mas paso. En la noche escuche gritos, yo estoy ahi nomas, estoy enmarrocado para atras nomas, no estoy cruzado, porque cruzado es lo que duele. Escuche gritos, entonces cuando escuche gritos, dije a mi tambien seguro me van a ser asi, que gritos seran, pero la musica esta a volumen pero yo escuchaba grito, entonces asi, asi, asi. En siguiente noche no me ha hecho nada, casi nada, nada, asi me dijo; "vas pensando, tus otros patas han dicho que te conocen", asi me dicen; "te conocen", entonces porque van a decir que me conocen, "ya te han dicho que te conocen, ustedes han venido en grupo y ellos estaban en otro sitio, tu venias ahi", asi me decia no?; "vaya pensando para que digas toda la verdad, ya nosotros sabemos, ya nos ha contado el otro todo, tu de donde venias, todo, todo"; me dijo para que este pensando, pero esa noche casi no me ha hecho nada, y dormitado unas horas asi pasado pero pensando asi. El dia siguiente, o sea un dia mas ya, otra noche mas ya viene, ahi si me pusieron. 174
Con la tortura, los eIectivos de las Iuerzas armadas y policiales buscaban la conIesion del sospechoso, que admitiera su participacion en actos terroristas o su vinculacion con el PCP-SL o el MRTA o diera inIormacion sobre ellos. Muchas personas torturadas, nos dicen, no entendian los motivos de su detencion y su maltrato. Mas aun, no tenian la inIormacion requerida por sus torturadores y ante tal vacio buscaban desesperadamente, dentro de si, algo que decir que complaciera a su verdugo, para apaciguarlo y asi cese la tortura.
A las 12 de la noche nos sacaba uno por uno y calateaba, nos baldeaba diciendo: avisame, tu has actuado, tu has caminado, tu has conocido tal persona, nombres,! de que yo no conocia esa persona. Me preguntaba pues no? Pero doctora, que iba a avisar ya pues matenme (.) soy una mujer inocente, que tengo tantos nios, yo no se nada; y entonces seguia golpeandonos, seguia baandonos, de hambre nos mataba. Y de alli a las 12 de la
173 CVR BDI-SM-P120, BDI-II-P816. Testimonio 200175 Lima, octubre del 2002. El declarante Iue detenido y encarcelado en Tomanga, Sarhua, Victor Fajardo, Ayacucho. 174 CVR. BDI-SM-P120, BDI-II-P816. Testimonio 200175 Lima, octubre del 2002. El declarante Iue detenido y encarcelado en Tomanga, Sarhua, Victor Fajardo, Ayacucho. 226 noche saliamos a |...| uno por uno y nos abusaban los policias, los "sinchis" y sexualmente nos abusaban. 175
En ocasiones, ante tanto dolor y desesperacion terminaron autoinculpandose con la expectativa de que acabe la tortura.
Me dijo que me callara porque peor iba a hacer las cosas si es que digiera algo; y no estaba la presencia ni del abogado ni del Iiscal, nada de eso. Han hecho su maniIestacion, me han tomado una maniIestacion pero a su criterio, han hecho a su manejo. Incluso tambien de eso me hicieron para Iirmar pero tuve que Iirmar de miedo al golpe, practicamente me habia complicado con ese caso. Y ya estaba aburrido ya en la celda, porque era Irio, era dolor, era todo lo que uno pasaba de una celda de tres por tres alli uno permanecia, individual. 176
Miembros del PCP-SL tambien utilizaron el maltrato Iisico y emocional como castigo y amedrentamiento. Me amenazaron con matarme, pero si me dieron golpes, a puntapies, como cualquier cosas, como animal pues. Despues me decian de que nunca mas hable en contra del partido. 177 A mi amigo le habian dado un balazo, le rociaron gasolina y le prendieron Iuego, otro colega sin ojos, sin lengua, sin uas. 178
El torturador se presenta ante el torturado provisto de poder y capacidades ilimitadas, aIirma saber mas de la victima que el mismo y no acepta ninguna critica. Exige solamente sometimiento. Tiene en sus manos la vida de la victima. Esta aIrenta a la dignidad que signiIica la tortura conIiere al golpe o maltrato Iisico un caracter mas destructivo de la identidad personal. Las personas que nos cuentan al respecto nos hablan de haber recibido un trato peor que a animales, su condicion de ser humano Iue dejada de lado hasta la denigracion.
Ahi me hicieron escuchar un radio transmisor con un casete que no percibia de que se trataba no? y me daban de golpes en la cabeza, en las orejas, es decir, me golpeaban en las partes vitales de la columna vertebral, en la parte cervical, en la parte toraxico lumbar. Me daban de golpes y decian "a este sin verguenza hay que inutilizarlo". Me decian "este es un desgraciado terrorista", "a este debemos de matarlo, desaparecerlo de la Iaz de la tierra". De tal Iorma de que me he desmayado dos veces, de las golpizas que estos me iban imprimiendo, y luego, usted sabe de que en esas circunstancias donde te golpean, te vejan, te dicen mil barbaridades, no? 179
|...| era una celda de 50 por 70 escarchado y dia y noche paraba yo ahi, solamente me sacaban para poderme castigar por horas a veces me dejaban amarrados, atados de las manos desde las tres, a veces desde las doce, cuando me desataban el brazo lo sentia pero, no podia ni levantarme ni caminar, al no poder caminar le digo no puedo caminar oIicial,
175 CVR. BDI-SM-P62, BDI-II-P782. Testimonio 100492 Lima, setiembre del 2002. La declarante Iue acusada de terrorista en Puquio, Lucanas, Ayacucho. 176 CVR. BDI-SM-P323, BDI-II-P936 Testimonio 307508 Lima, diciembre del 2002. EL declarante Iue detenido y torturado en Chupaca, Junin. 177 CVR. BDI-SM-P223, BDI-II-P880. Testimonio 301074 Huancayo, 2002. EL declarante narra incursiones en Macon, Cochas, Concepcion, Junin. . 178 CVR. Testimonio 100317 Lima. El declarante, miembro de la PNP, narra lo oacurrido a un compaero en el conIlicto armado interno. 179 CVR. BDI-SM-P307, BDI-II-P921 Testimonio 411276 Huanuco, 2002. El declarante Iue autoridad, narra su detencion y experiencia de tortura en Tingo Maria, Huanuco. 227 me duele mucho y el oIicial venia por la espalda y me daba con el FAL y me caia al suelo y a los tres meses aproximadamente cuando ocurria esas cosas oIicial me duele, no se que voy hacer me duele demasiado, no, tu ya estas sentenciado para morir, porque te van a llevar de aca del aeropuerto para adentro habia un barranco mas o menos, ahi estan Iusilando a todos los que no declaran y a todos los que declaran tambien |...| Cuando pedia agua no me lo daban |...| comida tampoco, |...| las sobritas me alcanzaba ese coronta de choclo, cascara de platano, alIalIa traian, seguramente para el chancho ha sido alIalIa y eso me aventaban y como tenia cantidad, tenia yo una sed terrible |...| trate de orinar en el zapato y tome el orine porque no lo soportaba ya. 180
Las huellas de esos actos crueles de tortura estan en el cuerpo hecho herida, cicatriz, debilidad, en algunos casos discapacidad, con repercusiones en la salud y en la vida laboral.Por los golpes. Ahora tambien de la espalda, hora tambien de mi brazo esto esta como dislocado, no puede moverse ni para hacer trabajos asi, esIorzados, yo no sirvo. A consecuencia de eso a ninguno de mis hijos he sacado proIesional, mas que uno he sacado. 181
Recluidos en condiciones inhumanas, obligados a conIesar aquello que desconocian y victimas de maltratos brutales y sistematicos, rogaron en ocasiones por la muerte.
Entonces de ahi no podia respirar. De ahi a tambien me agarro del cabello y me levanto, entonces cuando me ha levantado del cabello le dije jeIe, no me hagas asi, mejor de una vez liquidenme |...| Despues me trajo habla la verdad, cojudo, antes que te mate. Yo le dije matenme de una vez mas. Yo no tengo nada y no voy a hablar nada. No voy a poder hablar lo que no tengo en la conciencia. 182
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Los ataques a las personas, su Iamilia, comunidad, sus instituciones, sus valores y sus Iormas de organizarse, ademas de suscitar miedo y dolor, generaron sentimientos de proIunda humillacion. Han sido vividos como atentados contra su dignidad. Lo dramatico es que este maltrato y esta humillacion no les era del todo ajeno a quienes lo suIrieron. Siglos de pobreza y marginacion han impuesto un estilo de relacion marcado por el autoritarismo y la sumision entre los que detentan el poder y la poblacion mas daada. La violencia del conIlicto armado interno reprodujo y potencio la humillacion. ! ! ! !
180 CVR BDI-SM-P193, BDI-II-P713 Testimonio 100205 Lima, diciembre del 2002. El declarante es un militar que suIrio maltratos en el cuartel de Huanta, Ayacucho. 181 CVR. BDI-SM P215, BDI-II-P872 Testimonio 510200 Sede Sur Andina, diciembre del 2002. El declarante es ex autoridad de Macamango, La Convencion, Cuzco 182 CVR BDI-SM P215, BDI-II-P872 Testimonio 510200 Sede Sur Andina, diciembre del 2002. El declarante es ex autoridad de Macamango, La Convencion, Cuzco 228 *.H.@.*.!,9I>LM6I>?6:>N<!
Tambien estigmatizando a las personas por su origen, por el lugar donde nacieron, por su procedencia etnica, se atento y atenta contra su dignidad. Miles de ayacuchanos, de ashaninkas, de pobladores de barrios como Raucana, Huaycan en Lima, suIrieron, suIren desprecio y marginacion. Como reaccion ellos terminan por avergonzarse de esos rasgos de su identidad, por ocultarlos, causando heridas a su autoestima y a su identidad.
D: Acompaeme, "tu eres ayacuchano?", "si", le dije; |.| "ayacuchano, que haces aca, que haces andando?", "estoy yendo a buscar trabajo", le dije; |.| entonces ahi en la PIP ya llegamos, ya nos pusieron un cuartito |.|. Me dicen "tonto, porque dices que eres ayacuchano", me dicen; yo porque voy a mentir no?, |.| "porque has dicho, ahora te van a pegar", me dice. |.| yo tambien hubiera dicho otro sitio yo soy de aca de esta zona, de repente me hubiera soltado comence a pensar, pero ya he dicho ya no? 183
Especialmente duro es el caso de quienes han suIrido tortura o encarcelamiento, mas aun si son inocentes. Ellos sienten que la estigmatizacion de la que son victima, el recelo o la mirada sospechosa es una continuidad de las heridas suIridas.
E: Despues de la tortura, despues de lo que te ha pasado, como cambio tu vida?. D: Ya no Iue lo mismo, ya no Iue lo mismo, la gente penso, por ejemplo de que todo lo que habia pasado, habia algo, era cierto, no? la gente como que me miraban, que yo pues de repente esta metido en esto. 184
Un dirigente se sintio metido en el mismo saco con quienes habian reconocido su pertenencia al PCP-SL y Iue sometido a humillaciones.
Me trajeron hacia LIMA}, llegue a la DINCOTE como a las 12 de la noche; empezaron la humillaciones; hay un oIicial, me taparon, vendaron por supuesto, un oIicial salto al aire, me pateo en la espalda, me trato de humillar, insultos no? es un poquito medio maltrato psicologico. De ahi me subieron al tercer piso y permanecimos tres dias, yo dije pues "aca terminara la investigacion" Pero un dia en la maana, tercer dia, nos bajaron a todos abajo y nos obligaron ponernos traje a rayas y nos llevaron no se a donde, no se a donde, a que lugar no se, pero ahi estaba lleno de periodistas, llenecito de periodistas y camarograIos donde ya habia puesto armamentos, habia puesto anIo, todo, todo, con militares, uniIormes, de todo habia. Entonces ya habian anunciado una conIerencia de prensa internacional y yo escuchado que mencionaban mi nombre, que me adjudicaban como mando politico militar, mi edad, todo eso. Entonces cuando ya me sacan para la IotograIia, yo pense en mis hijos y en mi Iamilia y me agache; no reaccione en eso ni levante porque me querian que levantara la cabeza pero no levante la cabeza inclusive en la Ioto asi sale como esta. De ahi ya para mi empezo pues cambiar no? dije ya malograron a mi Iamilia`. 185
183 CVR BDI-SM-P120, BDI-II-P816 Testimonio 200175 Lima, octubre del 2002. El declarante Iue detenido y encarcelado en Tomanga, Sarhua, Victor Fajardo, Ayacucho 184 CVR. BDI-SM-P351, BDI-II-P961 Testimonio 520389 Sicuani, octubre del 2002. El declarante narra los maltratos que suIrio en Yanamayo, Puno. 185 CVR. BDI-SM-P334, BDI-II-P944 Testimonio 100635 Lima, setiembre del 2002. El declarante Iue detenido y encarcelado en Huaura, Lima. 229 A diIerencia de otros contextos de violencia vividos en decadas pasadas, los testimonios reIieren que la discriminacion y estigmatizacion que tienen en la actualidad provienen de la misma comunidad o sociedad donde viven o trabajan. Independientemente de haber pertenecido a algun grupo subversivo, la comunidad etiqueta, estigmatiza y rechaza a las personas que de alguna Iorma han estado involucradas en el proceso de violencia. Las personas aIectadas experimentan sentimientos de inIerioridad, decepcion, desesperanza y Irustracion por el rechazo que sus pares mantienen con ellos.
E: A consecuencia de esto, como ha quedado usted aIectada? D: Totalmente arruinada seorita, con la moral muerta porque hasta ahora, la gente no me mira bien como si hubiera cometido un error grave, nunca me llevan bien en mi pueblo en |...|, si ustedes han ido a preguntar a decir cualquier cosa, yo se que han hablado mal de mi, de mi hermanito. 186
Muchos testimonios hacen reIerencia a intentos adaptativos que incluian la pasividad y acomodacion a la nueva situacion. Para algunos, eso supuso dejar de lado sus ideas, su juicio critico e incluso su dignidad. Estamos hablando casi de una renuncia a si mismos y sabemos que ello acarrea importantes consecuencias en la identidad personal. Trae consigo vivencias de minusvalia, de gran Irustracion y desconsuelo. La autoimagen se ve aIectada, ya no se conIia en las propias capacidades y menos aun en los demas. En algunos casos la organizacion psiquica se ve Iracturada. ! ! *.H.@.@.!089J;[;!F8!O6!:;<F>:>N<!WGM6<6! ! Los perpetradores intentaron despojar a sus victimas de su cualidad de ser humano. Muchas personas nos cuentan que Iueron tratadas como animales, peor que animales, o en casos aun mas terribles de humillacion alienante, que ellas mismas dudaron de su humanidad. Todo esto evidencia el caracter destructivo de la dignidad de las personas que tuvieron los actos de violencia. Esta puesta en duda de la condicion de ser humano del otro al que se agrede destructivamente es condicion necesaria para que una persona se muestre dispuesta a asesinar, torturar, desaparecer, daar con crueldad. Para poder hacerlo lo cosiIica, lo estigmatiza, lo reduce a la calidad de estorbo, deshecho.
|...| como no sabia nada y era inocente, en ese entonces no podia reIerir a las interrogantes que me, que me realizaban, entonces lo unico que opte por gritar llorar, de una Iorma perdiendo la vida, me recuerdo claramente como si Iuera ahora que yo tambien les pedia
186 BDI-SM P210, BDI-II P868 Testimonio 303018. Se trata de una pobladora de Moya, Huancavelica, Huancavelica que suIrio el asesinato de sus padres y otros Iamiliares por miembros de las FFAA. 230 claramente que me maten, que ya no me torturen, hasta que perdi el conocimiento, a partir de eso, nuevamente me habian vuelto a la misma base, donde casi al dia siguiente yo estaba en vida, porque no queria morir la verdad, porque tenia mis dos hijos, tiernos, pequeos y siempre en mi mente estaba presente que yo tenia que seguir viviendo, hicieron que, me recuerdo que sentia un poco de agua caliente, no se si era terma, o agua caliente que habrian hecho hervir, me recuerdo cuando volvi en si dijeron, \89I8!J8EE;!<;!W6!MG8EI;\5!porque habian estado queriendo enterrarme en |...|, botenlo a |...| con la camioneta, porque ya murio este perro, botenlo a |...|. 187
Creame hermano que desde que pisamos la carcel de |...| nos trataron como basura. 188
O sea que te planteaban asi, a mi tambien me plantearon, me dijeron "Sabe que el Partido ve que usted tiene que avanzar, no puede estar aca en la comunidad nomas", a la comunidad le llamaban masa, "usted no puede permanecer en la masa nomas tiene que avanzar, tiene usted que avanzar mas, tiene usted cualidades, tiene condiciones para poder avanzar", entonces y a veces como le dije el problema era que uno, tu aceptabas eso era por que, porque una tenia temor a las represalias porque ya habiamos visto tantas cosas que mataban asi a sangre Iria asi al que se oponia, al que no queria cumplir lo que ellos decian y te mataban asi como mataban a un insecto no? y entonces eso era el temor no? entonces, yo pienso que por esas cosas mi esposo tambien decidio no?. 189
El huir asustados a los cerros y las cuevas era una Iorma de retroceder a situaciones de pobreza extrema, de desarraigo, porque solo quien no tiene comunidad vive en cuevas, de modo que esa experiencia, aunque momentanea, lastimo su dignidad, les hizo sentir como animales.
en esos aos yo tenia otro hijito, otro menorcito varon, en el 91, y ya escapabamos a los cerros, ya viviamos en los cerros, :;M;! J8EE;9! KE6M;95 de noche y de dia, viviamos escapando como dijeron que los "sinchis" se habian entablado ya en la tierrita, |...| cortes y cortes nos van a matar, nos van a arruinar, escapabamos apurados, agarrar a mi hijita y al menorcito, lo ha soltado |...| entonces a mi hijito le ha roto la cabeza, chancado hasta adentro, era como huevo, llorando, asi agarrando a mi bebe nos hemos ido para atras del cerro a vivir, ahi hemos vivido todos los |...| todo lo que tenia en la casa se han llevado. 190
Nosotros oiga usted no hemos dormido ni siquiera en las noches en nuestra casa, como venados, como zorros, teniamos que ir a buscar cuevas yo todas las noches cargado de mi dos Irazaditas, tenia que salir durante tres, cuatro aos asi he andado, mi madre igual mis hijos igual. Una vida completamente desorganizada, atemorizada, no? hasta ahora yo no puedo encontrar la calma. 191
Otra Iorma en que se vulnero la dignidad de las personas Iue el ejercicio de dominio sobre sus vidas por parte del ejecutor del acto violento. El PCP-SL anunciaba a la gente su poder absoluto sobre cualquiera al que queria someter o daar. Los eIectivos de las Fuerzas Armadas, llenos de prepotencia, trataban con desprecio a quienes tenian que proteger. Abundantes testimonios hablan
187 CVR BDI-SM-P361, BDI-II-P965 Testimonio 100862 Lima, enero del 2003. proIesor que Iue detenido en Aquia, Bolognesi, Ancash 188 CVR BDI-SM-P23, BDI-II-P767 Testimonio 100444 Lima, setiembre del 2002. El declarante Iue encarcelado en Piura. 189 CVR BDI-SM-P327, BDI-II-P652 Testimonio 332004 Huancayo, diciembre del 2002. La declarante es una proIesora secuestrada por sendero en Micaela Bastidas, San Martin de Pangoa, Satipo, Junin. 190 CVR BDI-SM-P206, BDI-II-P864 Testimonio 301060 Sede centro, 2002. poblador de Untumiso, anexo de Huayhuara, Churcampa, Huancavelica 191 CVR. BDI-SM-P217, BDI-II-P874 Testimonio 510257 Sicuani, setiembre del 2002. El declarante narra el asesinato de su primo en Santo Tomas Chumbivilcas, Cuzco. 231 de como quien tenia el arma se sentia y actuaba como teniendo la vida de otros en sus manos. Podia decidir sobre ellos, sobre su presente, su Iuturo, su vida o su muerte. Una persona recordaba con dolor que tras haber sido torturado, violado y ante sus quejas de dolor, el oIicial le decia: es que tu ya estas sentenciado para morir, no te puedes quejar a nadie porque no vas a salir de aca.
Ranger? D: Claro, y sus caras pintadas eran. Y ahi habia uno que dirigia; un tal; era el jeIe ahi de ellos. Y nos tenian hasta esas horas, en el campo y de ahi a los varones yo le dije "les voy a perdonar la vida, nosotros tenemos orden para matarles como a perros" nos ha dicho. Y ahi en el suelo nos |llanto| tiraban patadas y caminaron por nuestro encima; y a los varones, los chanchos, habian bastantes chanchos y a ellos lo arriaban para que caminen por su encima y le rompian la cara, torcian sus manos, le pegaban ahi, le torturaban a ellos; despues nos ha dicho "se van a irse, les vamos a perdonar la vida, nosotros tenemos orden para matar" dice "como a perros, ustedes son basuras, no deben de vivir, selvaticos, deben de morir" de todo nos ha insultado, groserias, y despues nos ha dicho "si quieren vivir, se van a largarse con la mano en la nuca, de Irente mirando la cabeza asi, sin voltear; al primero que voltea le voy a dispararle, le voy a disparar, volar sus sesos" asi nos dijo, y nos hemos ido cada uno agarrandonos nuestra cabeza a nuestra casa " Se van a amarrarse, van a echar candado, aunque sea tres candados, no van a salir, aunque sea tierra van a tragar ahi", asi nos decia. Entonces nosotros de miedo nos hemos cerrado. 192
Como en el caso de una nia que escucha asustada que miembros del PCP-SL deciden su Iuturo sin contar con ella.
D: Ahi estaban como hasta las diez, desde las seis de la tarde han juntado hasta las diez de la noche y no se de que hablaban por que yo era chibolita en aquel tiempo y no pregunte mucho, mi mama lloraba y teniamos miedo a la muerte, era como un sueo, la gente nos decia que toda la Iamilia iba a morir, a mi me iban a llevar para luchar junto con los terroristas, por temor a esos dichos no preguntaba nada. 193
En general el clima de terror, para los mas aIectados tenia cara de muerte. Un poblador de una comunidad lo dice: ...oprimidos eramos. Personas vivas, pero muertas, sin valor a nada. Este mensaje destructivo de que la vida de las personas no vale nada es la aIrenta mayor a la dignidad y al amor propio.
Y de miedo ya a los quince dias despues del entierro, tenia que salir porque eramos amenazados hasta con mis hijos y yo. Entonces inmediatamente pedi una reasignacion de mi trabajo y logre salir de |...| para poder ya estar pues practicamente con menos temor, porque en |...| ya hay seguridad, mientras que por alla nuestra vida no valia nada, y estamos expuesto a todo. 194
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192 CVR BDI-SM-P140, BDI-II-P825 Testimonio 200079 Ayacucho, octubre del 2002. La declarante narra asesinatos de algunos de sus Iamiliares en Sivia, Huanta, Ayacucho. 193 CVR BDI-SM-P136, BDI-II-P823 Testimonio 203892 Ayacucho, octubre del 2002. La declarante Iue testigo de asesinatos en Rayana, San Miguel, La Mar, Ayacucho 194 CVR BDI-SM-P48, BDI-II-P773 Testimonio 403756 Huanuco, octubre del 2002. La declarante es una mujer viuda de 232 *[email protected].!(6!9]JO>:6.!08989J8E6:>N<!Q!9GM>9>N<!
Las poblaciones aIectadas por la violencia vivieron en la desproteccion y con vulnerabilidad. Sus historias revelan como en ocasiones, al encontrarse a merced de sus victimarios, sin capacidad de deIenderse, impedidos de establecer cualquier dialogo o de apelar a la razon, debieron recurrir a la suplica. Se trato de una respuesta desesperada, sentida en ocasiones como la unica manera de escapar de una muerte segura o de librarse de una detencion cuyo desenlace, segun se sabia, seria igualmente Iatal.
Y cuando yo les suplique por mis hijos a uno, yo me arrodille levantandome de lo que me estaban apuntando, yo me levante, me arrodille ahi y les dije por Iavor no hagan esto, ustedes tambien son hijos de Dios les dije, y a ustedes tambien cualquier dia les puede pasar a sus Iamiliares. Y ya uno se compadecio y me dijo agarra a tus hijos y vete. 195
Los testimonios revelan como, en medio de la desesperacion, se oIrecieron animales y dinero a cambio de salvar la vida. Me estan robando esa gentes, diciendo aunque sea yo te pagaria mis vacas, mis carneros, dejalo a mi esposo vivo, estoy rogando, aqui esta lo que tengo plata, eso todito te voy pagar. Mas bien se lleva, sin nada me ha dejado. 196
Con Irecuencia, los ruegos no Iueron escuchados. Por el contrario, alimentaron la sensacion de absoluto poder de los victimarios quienes respondieron con nuevos maltratos y humillaciones.
Cuando me estaba escapando me han rodado y me han capturado y yo les he dicho, les he rogado para que no me maten, Yo no tengo nada, no me maten. Asi he dicho. Habia un alto que queria que me maten, era un varon, Quieres vivir, entonces baila en el suelo, asi me dijo. 197
A ese Comandante llorando le rogaba bastante, entonces lloraba demasiado como la lluvia y el caudal del rio. Entonces el Comandante nos inculpo de rateras, te voy a denunciar, a la carcel te voy a poner, que cosa mujer terruca, vieja terruca, tu tambien eres una terruca porque eres su hermana, ahorita te voy a meter a la carcel como detenida, asi me dijo. Cuando llore ni me consolo, anda vete alla a llorar, anda por ahi al monte, al rio y alli llora asi me dijo |...| entonces le mando al militar diciendo a esta mujer llevale a donde sea, a esta mujer por alli a la basura que vaya o a su casa y alli dentro que llore. 198 !
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la violencia politica en Uchiza, Tocache, San Martin. 195 CVR. BDI-SM-P304, BDI-II-P685 Testimonio 415155 Huanuco, noviembre del 2002. El esposo de la declarante Iue asesinado en Vista Alegre, Tocache, San Martin. 196 CVR. BDI-SM-P117, BDI-II-P813 Testimonio 302397 Sede Regional Centro, noviembre del 2002. La declarante narra el asesinato de su esposo en Huaytara, Huancavelica. 197 CVR. BDI-SM-P75, BDI-II-P701 Testimonio 201920 Ayacucho, noviembre del 2002. El declarante Iue testigo de asesinatos en la comunidad de Huayau, Tambo, La Mar, Ayacucho. 198 CVR. BDI-SM-P90, BDI-II-P788 Testimonio 203816 Ayacucho, octubre 2002. La declarante narra la desaparicion de su hermano en San Miguel, La Mar, Ayacucho. 233 *[email protected].!08!R^:I>M69!Q!R>:I>M6E>;9_!O6!R>F6!8<!O6!:`E:8O!
La poblacion que habita las carceles son en su mayoria militantes del PCP-SL, del MRTA, asi como tambien personas desvinculadas, que se acogieron a la Ley de Arrepentimiento, y presos que hasta el dia de hoy sostienen su inocencia. Tambien han suIrido dao y han sido victimas de maltratos, torturas y un sistema carcelario inhabilitador -y no de rehabilitacion-, que ha dejado secuelas en ellos, en sus Iamilias. Si en los 80 la autoridad penitenciaria represento la debilidad en extremo y la impotencia que permitio que el PCP-SL se organizase politica e ideologicamente en las carceles, a partir de 1992, con la restitucion de la autoridad, los penales de maxima seguridad se convirtieron en espacios que socavaron todo aquello que da seguridad al ser humano. La violencia que se vivio en los penales, ademas de dar cuenta de la dinamica que se establecio entre los representantes del Estado y los subversivos, tambien nos permite comprender la manera como el Estado intimido, arranco inIormacion y aniquilo a quienes suponia subversivos o terroristas. A la vez, los sintomas que hemos podido registrar a partir de estos testimonios recogidos en penales, nos permiten tambien conocer los eIectos Iisicos y psicologicos de miles de personas que, aun cuando obtuvieron su libertad, no pudieron evitar. El impacto del proceso tortuoso llevado en prision tambien se lo llevaron Iuera. Los penales de maxima seguridad, lejos de convertirse en espacios temporales de retiro para que el interno se rehabilite, se transIormaron en lugares cuya dinamica genero condiciones que Iortalecieron sentimientos de odio y rencor, animaron a reIugiarse en sus concepciones ideologicas, a que se cohesionaran como grupo, y convirtieron a los victimarios en victimas, reproduciendo la violencia en su interior. La sancion no necesariamente pierde eIicacia cuando se hace mas benigna, y mas bien puede anular sus eIectos correctivos cuando es demasiado cruel. Esto es que cuanto mas se suIre por un castigo que viene de Iuera hacia adentro, tanto mas la persona se inclina a enajenar su culpa, expulsarla, y considerarla como algo ya pasado, llegando inclusive a anular el sentimiento de responsabilidad por lo actuado. En muchos casos el regimen intimidante y cruel al que Iueron sometidos los detenidos, ademas de daarlos, produjo eIectos contrarios a los que se deseaba: muchos inocentes se vincularon luego a los grupos de subversivos al encontrar en ellos un reIugio protector Irente a los malos tratos y las torturas de las que Iueron objeto por parte del personal del penal. Esta violencia brutal que se desplego al interior de los penales es mas Iacil de reconocer en el cuerpo de los presos, sin embargo la experiencia emocional de ella, la manera como ha impactado en la subjetividad de las personas recluidas en muchos casos ha quedado guardada sin la posibilidad de ser nombrada. Este silenciamiento que se recoge en los testimonios, obedece tanto a complejos procesos psicologicos que han reprimido el suIrimiento y el dolor como deIensa individual en busca de la restitucion de un equilibrio aunque Iuese precario, pero tambien como resultado de una Iormacion politica que se sostiene en la represion de los aIectos, de las necesidades e intereses individuales, colocando por encima lo que llaman el interes general del pueblo. 234 !"3"3"#41'?+&5'2#.+#)*.%#?#29+>'2#1'5'2#
La violencia politica produjo una seria alteracion en el proceso de desarrollo de las personas. De pronto, la juventud de muchos Iue interrumpida y acabada. Los jovenes se vieron obligados a asumir tareas que normalmente eran de los padres. Los abuelos tuvieron que volver a ser padres pero esta vez de sus nietos huerIanos. Las madres viudas terminaron siendo, como ellas dicen, padre y madre y asi, cada persona que ha padecido la violencia destructora de vidas y sueos, vio su proceso vital alterado sus proyectos y sueos rotos. La incertidumbre hacia el Iuturo es un sentimiento muy recurrente en las personas que dieron su testimonio. La destruccion de sus comunidades, la Iragmentacion de sus Iamilias y la anulacion del proyecto personal, hizo sentir a cada poblador que el Iuturo era algo muy lejano, incierto y por lo tanto imposible de imaginar y planiIicar. Este sentimiento se presenta con mayor Irecuencia en el periodo posterior a los hechos de violencia, el cual esta acompaado por sentimientos de miedo, desamparo y desesperanza. Cuando los entrevistadores preguntaban a las personas como aIecto la violencia a sus vidas y a las de sus Iamilias, una de las primeras respuestas se reIeria a la perdida o interrupcion de sus estudios. Es historico el valor que la poblacion le da a la educacion como medio y Iin en si mismo. Como medio, porque es una herramienta que les permite desarrollarse y superarse en la vida, y como Iin, porque mas alla del uso que hagan de ella, se piensa que una persona educada adquiere un estatus diIerente y una mirada mas amplia del mundo que lo rodea. En este sentido, haberles bloqueado las posibilidades de seguir sus estudios signiIico no solamente que la gente no pudiera aprender a leer y a escribir entre otras cosas, sino que destruyo toda expectativa, esperanza hacia el Iuturo, alli donde se guardan las ilusiones, los sueos, la proyeccion de si mismo que todo ser humano quiere alcanzar.
|.| deje de estudiar, entonces yo digo hasta ahorita, por ese motivo no soy proIesional, porque uno de mis compaeros de estudios es el director del instituto nacional de cultura, entonces el esta ahi, es catedratico de la universidad, asi varios no se cuantos, pero a los demas no los veo. Pero yo digo no ese momento que he ido, que he partido de aca esa situacion para no estar, siquiera haber terminado mis estudios yo siempre tengo en la mente eso no?, o sea hasta ahorita yo no tengo un trabajo Iijo, entonces estaria trabajando yo, hay veces digo no?, por culpa de este gobierno, de la gente, por culpa del terrorismo que estoy asi, porque otros estan, por ejemplo |...|, ella es regidora, otros paises estan, o creo que si no me hubiera pasado algo hubiera estado en la vida no? no hubiera estado sin trabajo asi, entonces eso es lo que quiero agregar no?. 199
Es evidente el tono de Irustracion y lamento en este joven. Se imagina que hoy habria estado como sus compaeros de estudio, bien ubicado en la vida, exitoso, satisIecho de sus logros. Mas alla de cuan realista nos parezca su percepcion, el siente que su Iuturo le Iue arrebatado. Otras
199 CVR BDI-SM-P120, BDI-II-P816 Testimonio 200175 Lima, octubre del 2002. El declarante Iue detenido y encarcalado en Tomanga, Sarhua, Victor Fajardo, Ayacucho. 235 personas tambien sienten que lo mas aIectado Iue su Iuturo, al privarseles de la educacion anhelada:
Cuando mis hermanos murieron, teniamos una hermanita de tres aos y otra que es mi menor, ellas estudiaron. Yo estudie solo hasta el segundo grado de primaria, mi mama no pudo educarnos porque no tenia dinero, entonces yo sali cuando estaba en el segundo grado. Mi hermana estudio hasta el cuarto grado de primaria, despues yo tuve que ayudar a mi hermana y despues ya no pude ayudar a mi hermana y a mi mama. E: Quisiste estudiar? D: Si, yo quise estudiar, hubiese podido estudiar si mis hermanos hubiesen vivido, entonces me hubiesen educado. Ahora nos pesamos. 200
Porque nosotros pensabamos tres hijos nomas, vamos a ser proIesionales cuando estemos viejitos ya nos va a ver y eso quedo en mi en mi mente no? 201
Inclusive mi mama de viva a mi me habia sacado una beca para estudiar medicina en la |...| pero Iijense como todo esto se va a pique cuando la asesinan no? Y no solo eran los proyectos conmigo, eran con mi hermano. Y los proyectos de Iamilia no?, la casa uI! y nos quedabamos los tres no?, los tres mi papa, mi hermano y yo eramos pues los llamados los tres mosqueteros no? Y los tres eramos pues solos no?, y que Ieo era entrara a la casa y no encontrar a la mama, ni siquiera un toque Iemenino, era horrible porque a veces una mujer en la casa a veces hace tantas cosas, desde colocar un simple ramo de Ilores o adornar con cuadros, con algo no? Era terrible entrar a la casa y no encontrar a y peor todavia ver sus Iotos no?, al menos mi hermano, yo, todo el mundo estuvo mal psicologicamente. 202
! ! *.H.H.*. ,O!-<FGOI;!
A partir de mayo de 1992, la nueva legislacion antiterrorista, establecio penas severas y procedimientos especiales para la investigacion y juzgamiento de los casos que Iueron tipiIicados como delitos de terrorismo y traicion a la patria. Luego la Ley sobre Arrepentimiento, un procedimiento tan simple como injusto, oIrecia beneIicios a cambio de delatar supuestos implicados en acciones subversivas. La idea era conseguir que un arrepentido proporcione nombres de personas supuestamente implicadas. Muchos de los denunciados Iueron dirigentes.
|...| por esta razon te ha traido, porque tu eres dirigente en Huascar. Si, le digo. Te has opuesto a las obras y hay una persona quien te seala, quien te acusa y quien te ha embarrado. Supuestamente, como terrorista porque, no hay otra Iorma. Porque en ese momento yo estaba investigando las cuentas de la obras de electriIicacion. Y dentro de esa labor habia digamos, deIiciencias. En consecuencia, para no cubrirse esa situacion, es por eso que te han hecho detener. 203
200 CVR BDI-SM- P111, BDI-II-P809 Testimonio 200670 Ayacucho, noviembre del 2002. La declarante narra la muerte de sus hermanos en un enIrentamiento en Callqui, Huanta, Ayacucho 201 CVR BDI-SM-P347, BDI-II-P957 Testimonio 450136 Huanuco, enero del 2002. El esposo de la declarante Iue asesinado en Aucayacu, Leoncio Prado, Huanuco. 202 CVR BDI-SM-P160, BDI-II-P734 Testimonio 300562 Sede region centro, noviembre del 2002. La madre del declarante era autoridad y Iue asesinada en Huancayo, Junin. 203 CVR BDI-I. BDI-I-P526. Audiencia Publica en Lima. Segunda sesion, 21 de Junio 2002, caso N 7; Testimonio de Exaltacion Vargas Rojas. 236
La palabra del arrepentido era suIiciente para inculpar a otra persona, sin mediar prueba alguna; mientras que la palabra del acusado no tenia ningun peso para sostener su deIensa e inocencia. No hubo ningun control legal institucional sobre este proceso. En la mayoria de casos se consiguio una conIesion auto-inculpatoria, recurriendo para ello principalmente a la tortura. Los inocentes detenidos de esta Iorma suIrieron maltratos, tortura, violencia sexual y demas heridas Irecuentemente impartidas en dependencias policiales y carcelarias.
Paso media hora yo empece a sentir y a oler el ambiente a putreIacto y a sentir mojado y a oler el ambiente, y estaba sobre excrementos humanos y orines, desde ese momento a mi esposo nunca se lo he dicho nunca, ni a mi madre ni a mis hermanos ni a nadie, expresar esto despues de tanto tiempo de tenerlo retenido en mi pecho, realmente me siento muy molesta, indignada por la injusticia que me hicieron; no se si Iueron 8 o 10 entraron y me quitaron la blusa y me rompieron el sosten, me arrancaron el cierre del pantalon y me violaron, me violaron por la vagina y por el ano, me desmaye no recuerdo mas. 204
Ya pues le dije, asi le dije, me rebele, ya pues de una vez, que cosa tanto me castigas?, endenantes, ayer me castigo, ahora igualito Todavia no estan conIorme?, que abusivo son ustedes, le dije. Sigues hablando, concha su madre, me pego. Despues me tendio a una silla, empezo a hacerme la violacion. Me violaba, despues de violarme, ya vaya!, vaya a tu cuarto!, diciendo me metio. Yo lloraba, otra noche asi igualito, de vuelta. 205
El saldo Iue cientos de personas inocentes detenidas y encarceladas quienes pasaron largos aos en prision, en algunos casos hasta diez, a pesar de clamar su inocencia. La acusacion injusta y la posterior detencion dieron inicio a un tiempo de dolor y humillacion, tanto para la persona detenida como para la Iamilia, quienes no lograban entender lo que sucedia.
Desde ese momento lo vendaron, Asi que eres terrorista, empezaron a mentar la madre, Asi que tu eres |...|, ahora te vamos a matar, ahora vas a declarar quien eres, si no quieres avisa quienes son tus amigos, el que decia esto converso con su amigo: Este perro no habla. Empezaron a patear a sus hijos: Oye, despierta, despierta, tu padre a cuantos ha matado, quienes son sus amigos, quienes vienen aca, avisen, ustedes saben. Sus hijos estaban asustados, no hablaban nada tampoco por temor. 206
|...| entro y de improviso y empezaron a buscarse mi casa, mi bebe estaba durmiendo encima de mi cama y mis hijos no estaban hay porque ellos estudiaba. |...|Y de ahi, todito mi cama lo boto, todas mis cosas lo ha roto, todito mis negocios lo ha desarmado. Todito, a mi hijito tambien lo ha tirado al suelo, lo ha asustado. Yo lloraba, dijo por que aca tu has alojado a los terrucos, a los compaeros tu has dado de comer?, de quien es esta cama?, de quien es esta cuchara?, de quien es?, pa que has cocinado?, adonde has salido?, tu has visto?, tu conoces a Edith Lagos?, a la jeIe de la compaera avisame, diciendo. Me amarro la mano, me vendo toditito mis ...por que me ponen yo soy una mujer inocente?,|...| como me pueden hacer?, ya vaya aca!, sube carajo calladita!, no me hables carajo!, diciendo me tiro un cocachazo con su bala aca. Y me metieron asi con un
204 CVR BDI-I-P845. Audiencia Publica Violencia Politica y Crimenes contra la Mujer, Lima 10 de Septiembre del 2002, cuarto caso. 205 CVR BDI-I-P518. Audiencia Publica en Lima. Primera sesion, 21 de Junio del 2002, caso N 2; Testimonio de Julia Castillo Ccopa. 206 CVR Testimonio 100060. Declarante narra su detencion y tortura ocurrida en Lima. 237 costal, me pusieron mi pie, me cargaron, me amarraron todo |...| Cuidado que tu mires a!, cuidado que mires!, cierra tus ojos, cierra tus ojos, cuidado que mires. 207
Muchas personas nos conIiaron, sin salir de su desconcierto, lo que signiIico para ellos un juicio con tribunales sin rostro, con pocas posibilidades de deIensa; se permitia condenar en ausencia, se redujo el plazo de la instruccion.
Me suben al tribunal, al tribunal sin rostro en aquel entonces y no ha durado mi sentencia ni siquiera cinco minutos, porque no me preguntaron nada. Solamente, dijeron de que se le ratiIica porque esta sentenciado a doce aos. Me dicen: esta usted de acuerdo?, porque solamente se le ratiIica del que ya esta sentenciado. Entonces, le digo de que no, no acepto yo de ninguna manera. Apelo a lo que esta usted diciendo. Punto, termino la audiencia. Eso, son los hechos en donde, que lamentablemente el Poder Judicial no ha investigado mi caso como deberia de ser, porque si bien es cierto ellos han hecho, han investigado muy superIicialmente no? |...|Lo cual yo pienso de que sinceramente en mi caso hubo una, un abuso de autoridad porque no me prueban en nada, absolutamente. 208
Luego de una intensa campaa 209 , se logro una Iigura legal para lograr sacar de prision a los presos inocentes, acusados por terrorismo y traicion a la patria. La Iigura del Indulto se planteo como una alternativa para poder dar la libertad lo mas rapido posible a los inocentes detenidos, ya que volver a abrir un juicio para ellos implicaba un tiempo excesivo. Son mas de setecientos sesenta las personas que se han beneIiciado con este procedimiento, que resulta ser una solucion de compromiso, pues aunque no se reconoce su inocencia, los libera del encarcelamiento injusto, a la vez que admite que estas personas han sido victimas de un error judicial. 210 El indulto no es igual a la inocencia, los indultados lo saben y lo vienen suIriendo. Ademas no han recibido ningun tipo de indemnizacion y mas bien se quejan de la estigmatizacion de la que aun ahora son victimas. ! ! !"3"C"#$%#)*',+(&*%#.+#,'2#2+(5*-*+(5'27#.','1#?#1%:*%#
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207 CVR BDI SM-P160, BDI-II-P734 Testimonio 300562 Sede region centro, noviembre del 2002. La madre del declarante era autoridad y Iue asesinada en Huancayo, Junin 208 CVR BDI-I-P526. Audiencia Publica en Lima. Segunda Sesion, 21 de Junio 2002, caso N 7; testimonio de Exaltacion Vargas Rojas. 209 La CNDDHH, Irente a la dramatica situacion que se genero para cientos de inocentes detenidos y sus Iamilias, inicio en 1993 la campaa En Nombre de los Inocentes. 210 Tribunal Constitucional, Fundamento 11 de la Sentencia de Iecha 30 de Octubre 2000, recaida sobre el Expediente N 1277-99-AC/TC, donde se seala que se trata de un indulto especial o razonado como Iorma de reconocimiento de que se trata de un error judicial, |...| es un tipo 5-# 1(.(*#5 de beneIicio, procedente exclusivamente respecto de los casos en que se ha condenado a una persona inocente o respecto de quien se presuma como tal 238 El grado extremo del suIrimiento es tambien una herida a la identidad personal. La tolerancia del dolor emocional en los seres humanos es sorprendente. Sin embargo, los embates al alma que la violencia propino, superaron, para muchos, el umbral de soporte. De todos modos, dao a las personas. A traves de sus testimonios, sabemos hoy de su suIrimiento extremo, expuestas a varios hechos violentos de graves consecuencias. Para muchos era la primera vez que hablaban de todo lo vivido y es que durante el tiempo en que la violencia domino la vida de las personas y las comunidades, se estrecharon o desaparecieron los espacios para hablar de lo vivido, particularmente del dolor. Las prohibiciones incluian las maniIestaciones publicas de tristeza y congoja. Por otro lado, ante tal suIrimiento, el lenguaje, la palabra, aparecen limitados en su capacidad de simbolizar lo vivido. Aun ahora es diIicil, muy diIicil poner en palabras, en discurso coherente lo vivido, los testimonios dan Ie de ello. Las palabras no alcanzan, no es posible construir una narracion. El suIrimiento invade esas capacidades, las altera.
Es una historia, seorita, perdura; nos ha dejado marcado no? Este, desesperacion, desanimo o sea absolutamente no toca nada |.|. Al dia siguiente, este, lo ha posible, horrible, o sea, es algo indescriptible que no, no puedo explicar hasta ahora, como si hubiera ocurrido ayer no? 211
Los hechos dolorosos que pueden ser puestos en palabras, son narrados incesantemente, a otros, a si mismos, a modo de pensamiento recurrente, como buscando desesperadamente entenderlos a Iuerza de recordar o de revivir las emociones. Generalmente se trata de preguntas acerca de lo sucedido, de explicaciones construidas y especulaciones de muerte y de vida. Este recuerdo del hecho traumatico es un intento de elaborar, de conectar sensaciones, sentimientos e imagenes para encontrarles un sentido, para que puedan luego ser procesados psicologicamente y no se queden instalados como un cuerpo extrao en la mente. Durante los hechos violentos, nos dicen, todo lo que sus ojos veian y sus sentidos captaban les parecia un sueo, es decir tenian sensaciones de irrealidad. Y es que ese es un recurso de la mente para protegerse del impacto del dolor intenso.
"me mataran" diciendo, dentro del barranco sentada lloraba mucho, las armas reventaban |.| ni pensaba en mi esposo, estaba como en sueos, totalmente, ni cuenta me daba, entonces seguia sentada, sentada, ni hambre |.| asi llegue, no habia nadie, como en sueos camine |.| solo cadaveres |.|. 212
|.| entonces se doblo y como le estaban disparando raIaga empezo a doblarse y le allano todito el seso, desparramo y todo, deshecho el craneo. Entonces, en ese momento, no sabia ni que era, parece que estoy soando me tire al suelo y empece a gritar ahi |.| ahi, no pude ni hacer nada |.|. 213
211 CVR BDI-SM-P277, BDI-II-P745 Testimonio 202641 Ayacucho, noviembre del 2002. El declarante narra el asesinato de su hermano en la provincia de Huamanga, Ayacucho. 212 CVR BDI-SM-P31, BDI-II-P606 Testimonio 203840 Ayacucho, noviembre del 2002. Grupo narra participacion de ronderos en Trancas, Huamanga, Ayacucho. 213 CVR. BDI-SM-P108, BDI-II-P806 Testimonio 487516 Aguaytia, Padre Abad, Ucayali setiembre del 2002. La declarante narra el asesinato de su hermano en La Merced, Padre Abad, Ucayali.. 239
mi tio llorando dijo a le han matado", nos hemos puesto como locas, como loca, era joven sin saber que hacer |llanto|, en un lugar lejos le mataron, como una hora de caminata, era un corral, lo mataron, 6! 6aG8O! OGL6E! OO8LGK! :;M;! 8<! M>! 9G8b;, ahi me cai, esas personas estaban viendo y nos decian "que quieren o quieres morir?" me dijo eso y me jalo, con gramas lo habian tapado su sangre, encima de mi papa tambien habia gramas. 214
El hecho violento Iue tan desorganizador que a las personas les Iue muy diIicil ubicarse en el tiempo o en el espacio. No dicen que no pudieron registrar bien los hechos, lugares o Iechas, tampoco lo que habian dicho. Aun ahora todo parece borroso y conIuso. Varias tuvieron mareos o desvanecimientos y solo varias horas despues se percataron de lo sucedido. La conciencia tiende a disociarse ante momentos de intenso ataque.
Despues de tanto andar lloran, hasta mi cerebro daba vueltas, a veces hasta hablaba al reves. Luego asisti a la cosecha del maiz a sacar las mazorcas de la panca, venia del Irente y cuando me preguntaron no sabia donde habia ido, nada me acordaba, y en uno de esos me desmaye y me golpee la cabeza cai al suelo, y de eso no recuerdo nada, luego hablaba al reves. Despues de tanto llorar, sera eso que me ha chocado, no se, desde esa Iecha siento que en mi cabeza parece que tuviera agua hasta mi espalda, es por esa razon que no estoy bien, y ahora he venido averiguar, que cosa es lo que tengo? 215
En muchos de los testimonios hemos encontrado descripciones que narran como el ser testigo de un acto de violencia o la noticia de una perdida impacto a las personas de tal manera que les hizo perder el control, sentirse como locos por la pena.
E:Ustedes, tu mama como han quedado? cuando les paso esto D: Triste casi me vuelvo loco, llamandole por toda la chacra a mi papa le llamaba viendo lo que trabajabamos casi me vuelvo loco, de ahi ya mis vecinos me tranquilizaban. 216 !
Despues de transcurrido los aos algidos de la violencia, el miedo cede su lugar de sentimiento mas Irecuente a la tristeza, el dolor, la congoja. Las perdidas de su gente querida transIormo la vida de quienes quedaron. Nunca mas Iueron los mismos, hasta el sol dejo de brillar para ellos como dice la seora:
E: Cuando ha pasado eso, cuando ha muerto tu esposo, tu como te has sentido...? D: Yo estaba como loca cuando se ha muerto!<>!8O!9;O!M8!6OGMTE6T6, como habre estado! Es asi en |...| he caminado casi dos meses como en mi sueo estabamos. 217
214 CVR BDI-SM-P136, BDI-II-P823 Testimonio 203892 Ayacucho, octubre del 2002. La declarante narrra asesinatos en el pueblo de Rayama, San Miguel, La Mar, Ayacucho 215 CVR BDI-SM-P178, BDI-II-P851 Testimonio 500620 Sicuani, julio del 2002.La declarante narra la muerte de su esposo que era autoridad en Chaca., Aimaraes, Apurimac. 216 CVR BDI-SM, BDI-II-P758 Testimonio 202821. Poblador de Torero, Sivia, Ayacucho, narra las incursiones del PCP- SL en su comunidad y la desaparicion del padre y del hermano. 217 CVR BDI-SM-P13, BDI-II-P600 Testimonio 203291 Ayacucho, octubre del 2002. La declarante Iue testigo de la matanza de Chuchin, Chilcas, La Mar, Ayacucho.. 240 La tristeza producto del suIrimiento se revela siempre como intensa y extendida: tremenda tristeza, todos lloraban por todos, como un sentimiento compartido que en ocasiones parecia inundarlo todo. La tristeza se deriva de la sensacion de que algo se ha perdido, lo cual involucra mas que vidas humanas. Las personas asocian su dolor a la perdida de su tranquilidad, a la transIormacion de sus condiciones de vida. En ocasiones era el pueblo, mas alla de su gente, lo que se veia triste. La soledad y el dolor del sobreviviente son intensos. A ello se aade a veces la culpa y en mas de una persona el deseo de haber muerto con su Iamilia. Lo dramatico es que en algunos casos, donde el dolor traumatico no ha sido elaborado, la muerte emocional del sobreviviente es un hecho.
|.| no hay deseos de nada |.|, querer morirse |llanto| yo decia "por que no me he quedado con mi esposo y mi hijo asi me hubieran llevado juntos, auque me hubieran matado juntos, por que a el nomas se lo han llevado, por que ese dia me Iui de viaje. 218
me estoy yendo a la chacra" me ha dicho mi esposo y yo le he atajado diciendo ya van a llegar ya, alli estan bajando por el cerro, ya van a llegar y si no te encuentran van a preguntar "Donde esta tu esposo?", a mi nomas de repente me van a pegar, ya no vayas diciendo le he dicho por eso tengo la culpa por lo que le han pegado, si el se hubiera ido a la chacra no hubiera habido nada |.|. 219
Mi esposo me dijo "|.| vamonos sino a |...|, vamonos donde mi hermana que estamos haciendo mejor vamonos" y yo le digo "|.|Como vamos a ir?" Y el me dijo "no vamonos mejor vamonos para alla" yo tambien a veces tengo la culpa digo yo por no hacerle caso a el si me hubiera ido no le hubiera pasado justo ese a los tres dias |.| y yo digo "capaz el ya sabria de su muerte." 220
Para algunos lo vivido ha resultado tan traumatico que hizo de sus vidas algo vacio de sentido, donde solo la desesperanza y el abandono Ilorecen.
|...| hasta ahorita anda tomando licor una vida desordenada lleva. Ahora yo tengo un hijo que lo ha criado mi hermana ya joven que tambien ha visto como lo han matado a mi hermana y se ha decepcionado por completo, con las justas ha acabado su secundaria y despues de eso no quiere ni entrar a la policia, ningun trabajo aIiciona ahora, dice "no para que voy a trabajar, si la vida es asi nos van a matar cualquier rato, hay comentarios de que va a regresar el Sendero y nos va a quemar a nosotros." 221
Ahora estoy casi en nada; estoy sentada en mi casa, asi llorando, completamente ya no puedo encontrar nada; asi por no estar de miedo; asi mi becerritos, mis vaquitas tambien totalmente se ha terminado por lo que les reparti a cada uno, y eso es lo que estan en manos de mis hijos y ellos nada mas ya hasta para que me alimente me estan ayudando; asi cuando quiero algo tambien me compran ellos nada mas ya, ellos tambien no tienen nada todavia; estan criando chanchos, ovejitas tambien ya no tengo muchos, de uno de mis hijos no tiene ninguna ovejita, cuye, chancho, asi con pequeitos nada mas ya estan y es asi que ellos
218 CVR BDI SM-P1, BDI-II-P654 Testimonio 202821 Ayacucho, octubre del 2002. Mujer testigo de la matanza colectiva en Pichari, La convencion, Cuzco. 219 CVR BDI-SM-P142, BDI-II-P827 Testimonio 200146 Ayacucho, Noviembre del 2002. La declarante cuenta lo que sucedio en Santa Rosa de Pihuan, San Pedro de Cachi, Huamanga, Ayacucho.. 220 CVR. BDI-SM-P214, BDI-II-P871 Testimonio 331031 Huancayo, diciembre del 2002. Mujer que narra el asesinato de su esposo en Mariscal Castilla, Huancayo, Junin. 221 CVR BDI-SM- P217, BDI-II-P874 Testimonio 510257 Sicuani, setiembre del 2002. La declarante narra sobre el asesinato de su primo en Santo Tomas, Chunbivilcas, Cuzco. 241 nada mas ya me mantienen; y ellos nada mas ya para que coma tambien me dan alimentos; ultimo ya no trabajo, pues antes trabajaba mami, ahora ya no trabajo, desde el ao pasado ya no trabajo, totalmente me he enIermado mamacita, ya no tengo Iuerzas ni energias, asi de lo que he llorado.. 222
En muchos testimonios encontramos reIerencias sobre como sus vidas, sus actividades diarias se han visto aIectadas por la pena, la congoja, que no los deja pensar, trabajar. La pena es mas que un sentimiento aislado, es generadora de nuevos dolores, pues se enIerman o mueren de pena prolongando y extendiendo asi los eIectos producidos por la perdida. Esta pena se trasmite, especialmente a los hijos y produce mas dolor entre los Iamiliares quienes se ven entonces expuestos a nuevas perdidas. Theidon da cuenta en su investigacion de la transmision generacional de las memorias toxicas, en un sentido literal. |...| Se dice que la teta asustada puede daar al bebe, dejando al nio o nia mas dispuesto a la epilepsia 223
No seor, ahora yo me encuentro bien, lo unico que siento es el corazon porque nosotros andabamos llorando de dia y de noche, en el Irio, en el aire, por mi padre y mi madre de pena es por eso que mi Iamilia se murieron, mi esposa mis hijos, padres y por ese motivo, es lo que vivo, asi. En |...| lo vi a mi padre muerto cortado su cabeza y es por eso que yo caminaba como loco. 224
E: Para que necesitarias o pedirias el dinero? D1: Para mantener mi cuerpo, para mi alimentacion, pues vivo enIermo de tanto suIrimiento. 225 !
Si, se siente triste, porque de mas chiquita cuando iba al panteon me decia "mami, voy a pedir un cuaderno que me mande, que me mande libros", entonces ella pensaba que estaba de viaje, que estaba alli pero que estaba viajando, pero suIre, porque realmente estando embarazada yo seorita he suIrido mucho, y ahora la chiquita tiene cardiopatia, suIre de cardiopatia mi hija, entonces yo he ido a hasta LIMA} a veces hasta haciendo modos posibles y me han dicho que es consecuencia de que durante mi embarazo yo haya podido suIrir, por eso es que de repente a veces suIria, queria llorar y no podia entonces interiormente me estaba haciendo dao y por ahi que ha pasado al Ieto. Por eso que mi hija ahorita tiene cardiopatia, tampoco le he hecho operar de repente por Ialta de economia pero ella entiende, sabe que su papa ha muerto, sabe que los terroristas lo han matado, practicamente yo bonito le he orientado, le he hablado sobre el asunto de su papa. 226
Los ancianos son una poblacion a quien la pobreza ha aIectado sin misericordia. Su suIrimiento es evidente. Al obligar la migracion de la poblacion, uno de los que tuvieron que quedarse o no quisieron dejar la comunidad Iueron los ancianos. Por ello, la situacion de pobreza y
222 CVR BDI-SM-P250, BDI-II-P716 Testimonio 201017 Ayacucho, diciembre del 2002. La declarante narra la desaparicion de su hijo y su esposo en Putaqa, San Miguel, La Mar, Ayacucho. 223 Theidon, Kimberly. o.c. 224 CVR BDI-SM-P134, BDI-II-P667 Testimonio 203858 Lima, octubre del 2002. La declarante Iue testigos de asesinatos en Chaca, Huanta, Ayacucho. 225 CVR BDI-SM-P76, BDI-II-P780 Testimonio 201962 Ayacucho, noviembre del 2002. El declarante narra la desaparicion de su sobrino en Acco, Tambo, La Mar, Ayacucho. 226 CVR BDI-SM-P40. , BDI-II-P609 Testimonio 500417 Sicuani, octubre del 2002. Mujer que narra la muerte de su esposo en un atentado en Pacaycasa, Huanta Ayacucho 242 desamparo en ellos es mucho mas critica y por lo tanto, Irente al Iuturo, las esperanzas y los sueos se quedan reducidas a la sobre vivencia diaria. Para muchas personas el dolor de las perdidas y la destruccion que trajo la violencia tiene un caracter actual. A veces, lo vivido vuelve como emocion tan intensa que diera la impresion que el suceso estuviera ocurriendo en este momento o recientemente. El suIrimiento esta vivo, cualquier estimulo activa el recuerdo doloroso. Las personas nos cuentan que quisieran olvidar pero no pueden. Estos pensamientos pueden llegar a ser tan perturbadores que interIieren con la vida cotidiana y pueden tambien producir malestar Iisico. Son vivencias que consumen gran energia psiquica y que en varios casos motivan el pedido de ayuda.
Han soltado balas, han quemado nuestras casas, totalmente hemos quedado sin nada y asi hemos suIrido hasta ahora cuando me acuerdo eso, me parecia como si Iuera ayer, todo esta en mi mente, yo quisiera borrar de mi mente, eso es, eso es lo que nos ha pasado |llanto| No se, como puedo hacer esto, no se de que manera 227
Pero no Iue Iacil, no es Iacil hasta ahora, |.| cuando uno esta solo se pregunta quien es? que hago? Lo primero que a veces a uno se le viene a la memoria son sus padres, en el sentido de, "que Iue de ellos?" "como murieron?" quienes Iueron?. |...|, yo me senti mal y hasta ahora cada vez que oigo de el, yo me siento mal, me duele se me cae lagrima. |.|cuantos aos? han pasado desde que Iallecieron mis padres, pero todavia uno siente como la Ialta de un padre te aIecta. 228
|...| yo quisiera que a toda mi Iamilia y a todos los que han sido aIectados le den un tratamiento psicologico, a ver si podriamos prosperar, olvidar estas heridas que nos han suIrido y que no pueden cicatrizar, y siempre nos estamos recordando. 229
*.H.7.@.!)F>;!Q!E898<I>M>8<I;! ! ! El odio y el resentimiento estan presentes en su vida como agazapados esperando su expresion. Muchos de los pensamientos recurrentes en la actualidad se reIieren al culpable del hecho de violencia suIrido. Vemos desde reclamos de justicia hasta deseos y Iantasias de venganza.
No tengo paradero, mejor dicho estoy trabajando bien y mi tension esta, esta, como me estuviera diciendo, "lo ha matado a tu papa y esta libre" Tu que haces. Me voy con la idea de matar pero cuando llego al sitio ya cambio de idea. "Dios se encarga" digo, pero hay momentos donde que me revienta, no me deja trabajar tensionalmente tranquilo. 230
227 CVR BDI-SM-P169, BDI-II-P844. Testimonio 500047 Apurimac, setiembre del 2002. El declarante narra los maltratos que suIrio en la comunidad de Anco, Antabamba, Apurimac 228 CVR BDI-SM-P308, BDI-II-P686 Testimonio 100557 Lima, setiembre del 2002. La declarante es testigo de la matanza en Puquio, Lucanas, Ayacucho 229 CVR BDI-SM-P211, BDI-II-P868 Testimonio 303018 Sede Regional Centro, 2002. Mujer, narra las torturas que suIrio su Iamilia en Moya, Huancavelica, Huancavelica. 230 CVR BDI-SM-P118, BDI-II-P814 Testimonio 302728 Lima, enero del 2003. El declarante Iue testigo de una matanza en asahuasi, Tarma, Junin.. 243 En algunos casos, se asocian a un claro deseo de venganza, el cual es sentido como un acto de justicia. Los responsables, reIieren algunos, deben experimentar los mismos suIrimientos que sus victimas.
Me gustaria que suIran tambien asi como hicieron a mi hijo. Si ha muerto mi hijo, ellos tambien deben ser muertos. Eso es lo que pido. Exijo al gobierno. Yo quiero, el que mato a mi hijo que lo pague. Eso es lo que me gustaria. 231
En ocasiones se espera que estas sentencias sean impartidas desde las instancias Iormales. En otras casos se tiene la certeza de que sera tarea de la justicia divina.
La justicia debe sancionarlos drasticamente a estos delincuentes, peor que a un criminal. A estos deben sancionarlos, como decir, con la cadena perpetua, para que realmente estos aprendan y suIran, y aprendan como nosotros estamos suIriendo. 232
Pero yo no he querido denunciar a la policia sino yo he denunciado ante Dios, a Dios le he dicho yo que El va hacer justicia divina. No quiero justicia del hombre quiero justicia divina. El va hacer que caigan esos dos. 233
En ocasiones, hecha indignacion, la rabia se dirige contra el Estado y sus instituciones, recriminandoles su responsabilidad en los crimenes cometidos y en el surgimiento de la violencia, su inoperancia en el ejercicio de la justicia y su incapacidad para cumplir su rol protector, ordenador.
Si, yo tengo una colera, una rabia tambien tengo, tengo esa rabia contra el gobierno, los gobiernos de turno que vienen, porque ellos son responsables de todo esto, para que Sendero o cualquier movimiento de subversion nazca, porque ellos no conducen bien el aspecto economico del pais |...| todos los hombres de la ciudades que viven protegidos, y los hombres del campo que no vivimos protegidos, donde se nace toda esta subversion, se nace todo este descontento. 234
Con Irecuencia, entre quienes maniIiestan sentimientos de rabia y odio en la actualidad, la posibilidad de atravesar por un proceso de perdon y reconciliacion, al menos en las condiciones actuales, se considera inviable. Jamas perdonariamos dicen.
Si yo pudiera matarlo a ese desgraciado yo lo mataria |...| Odio. Yo no voy a perdonar el dao. Y como escuche ese dia en la reunion "yo perdono". Para mi era una estupidez. A
231 CVR. BDI-SM-P105, BDI-II-P803. Testimonio 302140 El declarante relata el asesinato de su hijo en Poyeni, Rio Tambo, Satipo, Junin. 232 CVR. BDI-SM-P215, BDI-II-P872 Testimonio 510200 Abancay, diciembre del 2002. El declarante es una ex autoridad de Macamango, La Convencion, Cuzco. 233 CVR. BDI-SM-P95 BDI-II-P793. Testimonio 427511 Huanuco, setiembre del 2002. La declarante narra el asesinato de su esposo en Tingo Maria, Huanuco. 234 CVR. BDI-SM-P363, BDI-II-P967 Testimonio 435149 Lima, noviembre del 2002. El declarante es un desplazado de Guacamayo, Padre Abad, Ucayali.. 244 quien le ha generado un gravisimo dao moral y psicologicamente a la Iamilia de uno, me ha hecho perder mi trabajo, un desastre economico, le voy a perdonar? 235
Yo no les perdonaria, ellos son nuestros enemigos, solo muriendo voy a olvidar lo que nos hicieron. 236
E: No puedes perdonarle?. D: Y todo lo que llore mama! Y todos mis hijos han llorado y lo que casi he muerto mama! 237
El odio del que nos hablan y nos transmiten en la Iuerza de sus palabras, es un odio reactivo, es mas cercano al resentimiento pero no por ello menos intenso. El odio en situaciones como esas es tambien un modo de protestar, los deIiende de la pasividad, de la derrota. Frente a la indolencia de muchos, el odio, la rabia y sobre todo la indignacion de las victimas puede ser una Iorma de no rendirse. Sin embargo, si este odio no tiene objeto al cual dirigirse en justicia porque la impunidad lo esconde, puede hacerse sentimiento diIuso y orientarse hacia otros, inocentes, o hacia si mismos.
En la voz de quienes nos dieron su testimonio, la violencia suIrida se revela como indiscriminada e injusta. En la mayoria de los casos inexplicable, incomprensible. Las personas no logran entender lo que les esta sucediendo basicamente por reconocerse inocentes. Nos cuentan que cuando Iueron en busca de respuestas y justicia recibieron a cambio maltratos, acusaciones, mentiras e impunidad.
Pero por que mi hermano va a morir sin culpa, el es padre de sus hijos, es hijo de mi madre, mi madre va a suIrir, que vamos a hacer? 238
|.| lo unico que pido es que se esclarezca y |.| doctor nosotros somos unas personas, yo, mis hijos somos personas muy honestas doctor, muy honestas somos personas trabajadoras, personas que nunca hemos tenido que ver nada con los de la subversion |.|. Mi hijo ha sido un seor a carta cabal estudiante, buen estudiante, ha sido muy conocido y respetado en todo mi barrio, eso mismo en todo sitio doctor. Pido a la justicia, pido que se esclarezca esto doctor por Iavor le voy a agradecer. 239
235 CVR. BDI-SM-P371, BDI-II-P725 Testimonio 100082 Lima, enero del 2003. El entrevistado Iue acusado de traicion a la patria y encarcelado en Lima 236 CVR BDI-SM-P30, BDI-II-P605 Testimonio 203208 Ayacucho, octubre del 2002. El declarante narra el asesinato de su hermana en Vinchos, Huamanga, Ayacucho. 237 CVR BDI-SM-P90, BDI-II-P788 Testimonio 203816 Ayacucho, octubre del 2002. Hermana de joven desaparecido en San Miguel, Ayacucho. 238 CVR BDI-SM-P33, BDI-II-P690 Testimonio 435018 Huanuco, 2002. Un hermano de la declarante esta desaparecido y otros dos muertos, los hechos sucedieron en El Arabe, J. Crespo y Castillo, Leoncio Prado, Huanuco.. 239 CVR BDI-SM-P237, BDI-II-P888 Testimonio 520121 Sicuani, octubre del 2002. Madre que narra la desaparicion de su hijo en Pacopacuni, Carabaya, Puno.. 245 La injusticia y la impunidad devienen entonces experiencias que vuelven a golpear, que actualizan nuevamente el trauma, produciendo a veces mas dolor, pues el rechazo, la humillacion, el desconocimiento o la banalizacion de su tristeza y de su reclamo de justicia, los aplasta. El no encontrar proteccion, escucha empatica, condolencia, resulta siendo abandono.
|.| para nosotros signiIica en esta desesperada lucha constante de reclamo, que es bastante largo a veces que el trauma no acaba, si acaba, diez aos es bien poco. La balanza que tengo, no creo que sea pasajera, como ha ido acumulando los pesares. Dicen que las penas no matan pero sino poco a poco, de todas maneras ya me ha de llegar 240
La impunidad, la injusticia genera intensos sentimientos de rabia e indignacion. En este contexto, resultan comunes las reIerencias a la colera, el resentimiento y el odio. Con intensidades y matices diIerentes, estos sentimientos se mantienen vigentes hasta la actualidad, resistentes al paso del tiempo. Mataron a todos los enIermos, los ancianos. Lo que no cumple su mandato lo han aniquilado, por eso nosotros tenemos odio. 241
Yo decia "cuando pasa aos, un ao, dos aos, se olvidara todo". Pero es peor, no hay ni un dia que estoy sin recordarme, en mi mente se ha quedado grabado eso todo lo que ha pasado. A veces no tengo ganas de hacer nada. Cuando yo estaba en las clases tambien mi mente estaba, vivia renegando. Decia "como yo no tengo arma para hacerle igual. 242
La sensacion de injusticia, la Ialta de castigo a los responsables y las Iantasias de que los victimarios disIrutan de una tranquilidad, economica y emocional, de la cual ellos carecen, incrementan la intensidad de la rabia.
Los nios estan golpeados psicologicamente, hay nios sin educacion gracias a estos seores, si hubiera estado con sus padres estarian bien, sin embargo, aquellos de Sendero Luminoso sus hijos estudian e incluso tienen tiendas y hasta el Estado le mantiene, mientras nosotros en la miseria |...| Odio porque ellos estan educando a sus hijos comprando sus casas y nosotros nada. 243
Si joven, hasta ahorita no puedo olvidar, a veces le digo a mi madre, esa gente que lo han venido, sinvergenzas, estaran tranquilos, comeran, dormiran tranquilos, tiene carro, se andan, se rien. 244
La injusticia y la impunidad tambien tienen un eIecto desesperanzador. Al no poder contar con un sistema que garantice a la poblacion la posibilidad de un juicio justo que permita sancionar
240 CVR BDI-SM-P22, BDI-II-P9656 Testimonio 100367 Lima, setiembre del 2002. El esposo de la declarante desaparecio en Huaura, Lima... 241 CVR BDI-SM-P345, BDI-II-P955 Testimonio 330079 Junin, diciembre del 2002. Testimonio de pobladora de la comunidad de Shimabenzo, Rio Tambo, Satipo, Junin.. 242 CVR BDI-SM-P82, BDI-II-P621 Testimonio 417023 Huancayo, agosto del 2002. Madre e hijo narra el asesinato de Iamiliares en Chavinillo, Yaroilca, Huanuco.. 243 CVR BDI-SM-P112, BDI-II-P732 Testimonio 203203 Ayacucho, noviembre del 2002. Mujeres testigos de asesinatos en Ocros, Ayacucho. 244 CVR BDI-SM-P116, BDI-II-P812 Testimonio 302740 Sede Regional Centro, noviembre del 2002. La declarante narra el asesinato de su padre en Ataquero, Acobamba, Tarma, Junin. 246 a los culpables de delitos, las personas pueden llegar a sentirse derrotadas. Si, ha desaparecido, yo estaba preocupado por eso, que mas podia hacer. Quejarse no valia para nada. 245
Como ya sealamos, la sensacion de desamparo no esta relacionada unicamente con la perdida de Iamiliares o bienes economicos, la poblacion se sintio ademas desamparada de las instituciones que tenian que protegerla y garantizarles justicia. Esta desproteccion devino, para muchos, resignacion y desesperanza asociadas a la certeza, producto de su experiencia previa, de que nadie escucharia y reconoceria su queja, que las instituciones no iban a actuar, que iban a volver a ser objeto de maltrato. !
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A traves de los testimonios vemos que las heridas que la violencia dejo en las personas se inscriben Iundamentalmente en sus cuerpos. Son sobre todo quejas de su cuerpo doliente, malestares Iisicos, enIermedades, las que nos contaron para hablar de su pena, su dolor, su suIrimiento, a veces tambien de su rabia. Para muchas personas, el dolor emocional se expresa Iundamentalmente a traves del cuerpo. Son diversos los Iactores que conIluyen en ello. Por un lado, elementos culturales que privilegian el lenguaje del cuerpo, por otro lado, el recurso metaIorico que transmite con claridad la concrecion Iisica de la emocion. Asi, la tristeza es dolor de corazon, la preocupacion constante dolor de cabeza, el llanto proIuso genera ceguera. Pero tambien el hecho de que muchas de las vivencias sean del orden de lo inenarrable, diIiciles de ser representados por el lenguaje verbal, quedandose en imagenes sensoriales, corporales, Iavorece la expresion a traves del cuerpo. En los testimonios es constante la aparicion de maniIestaciones somaticas asociadas al recuerdo: dolores de cabeza, desmayos, dolores de estomago, enIermedad del corazon. Tambien ataques y una sensacion diIusa de estar enIermos. A lo largo de los aos, hasta la actualidad, los pensamientos recurrentes con respecto a sus Iamiliares perdidos o a los sucesos que vivieron, aIectan su salud.
SuIro de desmayos seor, por eso cuando pienso algunas cosas mi cerebro ya me duele seor. 246
Hasta ahora me siento mal del estomago y cuando yo visito la tumba de mis padres siento aquellos dolores. Ahora cuando escuche que hay testimonios sobre las masacres recorde |.| y por tal empece a sentir dolores en el estomago. 247
245 CVR BDI-SM-P7, BDI-II-P760 Testimonio 202969 Ayacucho, noviembre del 2002. La madre del declarante desaparecio en Ayacucho. 246 CVR BDI-SM-P112, BDI-II-P732 Testimonio 203203 Ayacucho, noviembre del 2002. Mujeres testigos de asesinatos en Ocros, Huamanga, Ayacucho 247 CVR BDI-SM-P68, BDI-II-P699 Testimonio 201603 Sede Sur Central, octubre del 2002. Esposos que declaran sobre la muerte de su hijo en una matanza en Llocca, Ocros, Abancay, Apurimac. 247
Tengo dolor de corazon, Iuerte me late casi me tapa tengo como un bulto, cuando pienso, cuando tengo preocupaciones. 248
De salud estuve totalmente mal, me habia aIectado a la cabeza, me sentia mal, me agarraba desmayos, preocupada. 249
D: Asi nada mas estoy mal de mi vista, lo que lloraba mucho hizo que perdiera totalmente; ya no puedo distinguir bien. E: Por que? D: Nada, por haber llorado demasiado, por eso pues, talvez por un momento pienso, mi corazon empieza a doler, mi cabeza duele; por gusto loca me quiero volver. 250
En su mayoria son mujeres quienes dan cuenta de problemas con el apetito y el sueo, el recuerdo les duele y no tienen ganas de comer. Reemplazan la comida por llanto y por la coca. Muchas reportan insomnio y un desapego por la comida a la que ademas no le encuentran sabor, como a la vida misma. La angustia se expresa en insomnio. Nos dicen que nunca mas su sueo Iue un buen dormir. El miedo y la tristeza le quitan espacio al reposo y las pesadillas se cuentan Irecuentes. Repetimos que las memorias no solamente se sedimentan en los ediIicios, el paisaje u otras indoles de conmemoracion. Las memorias tambien se sedimentan en nuestros cuerpos, convirtiendoles en sitios historicos. 251
*.H.7.P.!,R69>N<!Q!6F;EM8:>M>8<I;! ! Cuando el dolor y la impotencia arremeten, algunas personas buscan reIugiarse en el alcohol o en las hojas de coca. Los distrae del suIrimiento, pero sobre todo los adormece. No han sido muchos los testimonios que hablaban de los problemas relacionados al consumo de alcohol. Generalmente va acompaado de negacion o justiIicacion, a veces no es sentido como problema por quien consume, pero si por su Iamilia. Algunos Estudios en ProIundidad encontraron un incremento en el consumo local de alcohol asociado a la violencia vivida. Tambien entre las Fuerzas del Orden, el consumo de alcohol y drogas, especialmente coca, se incremento; llegando a ser un problema asociado al personal destacado en zona de emergencia. En el estudio estadistico realizado en el Servicio de Salud Mental del Hospital de Policia, se revisaron las historias psiquiatricas de los miembros en la PNP que acudieron al servicio. La segunda conclusion del InIorme presentado seala: Incremento de los casos de alcoholismo y Iarmacodependencia cuyas ciIras practicamente se duplican; lo que explicaria por que nuestros miembros de la PNP, en su lucha contra la subversion y el proIundo estres al que se ven sometidos
248 CVR BDI-SM-P169, BDI-II-P844 Testimonio 500047 Apurimac, setiembre del 2002. El declarante narra los maltratos suIridos en su comunidad, Anco, Antabamba, Apurimac 249 CVR BDI-SM-P25, BDI-II-P769 Testimonio 200410 Lima, octubre del 2002. La declarante narra el asesinato de su padre en Huamanga, Ayacucho.. 250 CVR BDI- BDI-SM-P146, BDI-II-P733 Testimonio 200357 Ayacucho, diciembre del 2002. La declarante narra el asesinato de su esposo en Vilcas, Vilcashuaman, Ayacucho 248 en estas circunstancias, buscan en el consumo de estas sustancias un paliativo para sus males; lo que en deIinitiva, los predispone a una dependencia. 252 Asimismo es interesante mencionar como en el contexto de la dependencia, al parecer, las diIerencias entre los actores en conIlicto se diluyen. De ello da cuenta personal de psiquiatria de la PNP, que seala:
Ahi uno de los testimonios Irecuentes que habia es que ellos consumian con la gente de Sendero, con los senderistas, o sea al proveedor no le importa a que bando, no hay un proveedor de policias, no hay un proveedor de senderistas. El espacio de consumos, las chinganas donde se juntan para el consumo es el mismo para los dos lados. Entonces hasta donde yo recuerdo se juntan para beber, estan bebiendo licor, caazos, |...| y esto les hacia deprimirse pues, entonces al estar muy embotados necesitaban levantarse e inmediatamente querian la pasta y con eso puk! los excitaba, los estimulaba y los tenia ya mas compensados y consumian con terroristas. 253
Va a ser necesario un cuidadoso proceso de diagnostico integral de cada comunidad para reconocer detalladamente la magnitud del problema. Sin embargo, algunas voces nos alertan sobre el tema:
Diariamente me siento muy triste. Yo por la pena, por triste, capaz de tomar un trago, por la pena |...| Que voy a hacer? y asi morire. Esa vida que tengo, la suerte, sin reparacion. Matare la pena con el trago, 254
|.| de pena, claro, de pena y de rabia me dedique a tomar ya, a tomar y desde ese momento tambien aprendi a masticar la coca; desde ahi bebo trago y mastico coca en demasia. 255
Aunque sabemos que chacchar coca y beber alcohol Iorman parte de la cultura y la vida cotidiana de poblaciones andinas, algunas personas aluden a un mayor consumo a partir de las experiencias que la violencia produjo. Lo asocian a las condiciones penosas que vivieron durante el tiempo mas violento, como por ejemplo cuando debian esconderse en las cuevas y el Irio arreciaba, cuando los ronderos debian prepararse para el enIrentamiento con el PCP-SL o cuando la espera angustiosa del Iamiliar desaparecido o ausente era acompaada de coca para mantener la vigilia.
|...| solamente yo me lloraba, me chacchaba mi coca dia y noche esperando que va a llegar mi esposo; seguro esta noche, otra noche, otro dia; asi diario esperaba a mi esposo que va a llegar. Chacchaba mi coca, toda la noche yo no tenia sueo, cuando se ha desaparecido yo no tenia sueo, esperando, esperando. 256
251 Theidon, Kimberly. Op.cit. 252 Incidencia de Trastornos Psiquiatricos en el HC.LNS.PNP, en relacion a violenci3a social, InIorme del Servicio de Salud Mental del Hospital de Policia, 1993-1997. 253 CVR Entrevista, Personal de la Sanidad en Retiro, Lima 5 de marzo 2003 254 CVR BDI-SM-P238, BDI-II-P889 Testimonio 520388 Sicuani, octubre del 2002. EL declarante Iue torturado y encarcelado en en San Juan del Oro, Sandia, Puno.. 255 CVR BDI-SM-P257, BDI-II-P904 Testimonio 201251 Ayacucho, diciembre del 2002. La declarante narra la desaparicion de su hijo en la ciudad de Lima. 256 CVR BDI-SM-P154, BDI-II-P837 Testimonio 300556 Sede Centro, noviembre del 2002. La declarante narra la desaparicion de su esposo en San Carlos, Huancavelica. . 249
Algunos testimonios reIieren un incremento en el consumo de coca y alcohol desde esa epoca sealando que aprendieron o se enviciaron. Coca era almuerzo, coca era cena, coca era agua, coca era dormir, todo era coca con su traguito, le ponian valor, para que tengan Iuerza, para que resistan ese dolor. Por eso ahora se han viciado, se han quedado alcoholico. La tristeza y rabia que dejo la violencia son consideradas motivo para tomar.
|...| despues de ese peligro la gente, creo que se han vuelto muy temerosos, miedosos. A consecuencia de eso creo que han aprendido tanto varones como mujeres a consumir ese alcohol, el trago. Con ese miedo, con esa pena porque al ver matar a una persona, a tu Iamilia, entonces con esa pena, con ese sentimiento creo que en los montes asi de Irio aprendieron a tomar. Desde esa epoca hay mucho consumo de alcohol, antes no era asi. 257
|.| hasta yo y mi esposo aprendimos a tomar hasta por demas. Cuando desaparecio mi hijo entonces de todas esas cosas con pena aprendio a tomar y hasta ahora sigue ya tomando, antes no tomaba, ahora con aquellas penas se pone a tomar. Las mujeres tambien a veces toman por la pena que sienten. 258
Las escasas alusiones al consumo de alcohol y de hojas de coca se asocian a peleas entre miembros de la comunidad y a episodios de violencia Iamiliar, dirigida especialmente contra las mujeres. Al mismo tiempo quienes hablan de ello reconocen el caracter de problema del consumo y solicitan o sugieren una atencion especializada para los miembros de la comunidad.
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Los sentimientos de odio, rabia, los deseos de venganza no solo se dirigen hacia aquellos que propinaron el dao. Sentimientos de impotencia asociados a agresividad, que en ocasiones desborda todo control, se dirigen hacia las personas mas cercanas, incluso las mas queridas. Se hacen parte de la cotidianeidad. Quiza para alejar de si la enorme impotencia y rabia que ha dejado la violencia vivida en su ser, algunas personas recurren a sus propias tendencias destructivas, orientandolas hacia aquellos que perciben mas debiles. Asi, la violencia se va reproduciendo, aun a pesar de quienes la suIrieron. Las maniIestaciones agresivas van desde un caracter irritable, intolerante, hasta conductas violentas, pasando por deseos de pegar a otros, castigar severamente a los hijos, etc.
No se, siento miedo, a veces. O sea no me siento bien, a veces me acuerdo por eso y, quizas por todo eso yo a veces a mis hijos los castigo, a veces |llanto| me aIectado bastante a mi, soy un poca ligera para esas, en cuanto eso me aIectado bastante, a mis hijitos. E: Y por que les pegas a tus hijitos?
257 CVR BDI-I-P48, Grupo Focal, con mujeres en Accomarca, Vilcashuaman, Ayacucho; realizado en junio del 2002. 258 CVR BDI-I-P48, Grupo Focal, con mujeres en Accomarca, Vilcashuaman, Ayacucho; realizado en junio del 2002. 250 D2: No se. Sera que me he vuelto asi al ver todo eso agresiva, de repente no, porque desde nia mas o menos de la edad de los seis aos habre visto esa violencia, asi se veia asi como. 259
En algunos casos la agresividad se maniIiesta en Iantasias y deseos de matar, de manera diIusa como vemos en el testimonio de dos jovenes desesperados_! ! E: Las secuelas, quienes tuvieron mayores daos en el caso de su padre que ha Iallecido? Quienes son los que mas han suIrido todo esto? D: Yo, mayor parte no... E: Cuantos hermanos tiene? D: Nosotros somos siete, pero de los siete. Yo me quede solo en HJUASAASI} haciendo ronda, hasta que tuve veintidos aos. Veintidos aos me Iui al cuartel, sali de veinticuatro aos, pero hasta los veintidos aos hacia ronda y creo que, yo le puedo decir, no es que este enIermo sino tengo un trauma porque lo que he visto a mi papa, lo que le han volado la cabeza, he recogido su seso, del piso a su cabeza lo he envuelto con un trapo. En mi idea esta pues, te voy a decir asi, matar no? No hay otra cosa que matar. Si yo me peleo con alguien, mi meta de mio es pegarle y yo ya me voy, no, matar, matar y matar es lo unico. 260 ! ! Si porque, tanta violencia que yo he visto. Yo me siento tan violenta a veces en mi casa, cualquier cosa a veces uno les pega. Y, como dice no?, como digo he visto, he vivido en un barrio de violencia, o sea de violencia! no? Yo me siento violenta! tanto asi que en cualquier momento me desespero. Me desespero; no se como solucionar una, un pequeo problema no?, asi un mundo. Yo si, me considero que necesito apoyo psicologico. 261
Lo que es Ieo ha sido, yo decia "cuando pasa aos, un ao, dos aos, se olvidara todo". Pero es peor, no hay ni un dia que estoy sin recordarme, en mi mente se ha quedado grabado eso todo lo que ha pasado. A veces no tengo ganas de hacer nada; cuando yo estaba en las clases tambien mi mente estaba, vivia renegando. Decia "como yo no tengo arma para hacerle igual" cuando veia a esa gente que le amenazaba a mi papa, veia en la calle, me encontraba. |llanto| Ese rato llegaba a mi casa, |.| pero no le contaba a nadie, solo llegaba, lloraba a veces de noche tambien recordaba, lloraba; pero no se, no era tranquila mi vida. Y yo se que a todos mis hermanos asi les ha chocado; porque de mi mi caracter es horrible; no se, yo el dia que a alguien le veo asi |.| de mi papa soy capaz de hacerle igual. 262
La violencia suIrida, como ya describimos, ha dejado como huella intensos sentimientos de odio, que en ocasiones da lugar a conductas agresivas, violentas, que se desencadenan por conIlictos cotidianos como la interaccion con los hijos, con la pareja, pero especialmente ante situaciones que los conIronta con sentimientos de impotencia. Algunas personas se percatan del incremento de agresividad en si mismos y en sus relaciones con los demas y maniIiestan su preocupacion y temor por no saber como manejarla e incluso solicitan ayuda.
259 CVR BDI-SM-P139, BDI-II-P629 Testimonio 400093 Huanuco, octubre del 2002. Pobladora testigo de enIrentamientos en Uchiza, Tocache, San Martin. 260 CVR BDI-SM-P118, BDI-II-P814. Testimonio 302728 Lima, enero 2003. El declarante Iue testigo de una matanza colectiva en asahuasi, Tarma, Junin. 261 CVR BDI-SM-P321, BDI-II-P934. Testimonio 100959. Lima, setiembre del 2002. Mujer que narra hechos en Pucallpa, Ucayali. En esa epoca ella era estudiante. 262 CVR BDI-SM-P82, BDI-II-P621 Testimonio 417023 Huanuco, agosto del 2002. Madre e hijo narran el asesinato de Iamiliares en Chavinillo, Yaroilca, Huanuco. 251 Ademas de la Iamilia, otros espacios de la convivencia social ven incrementar conductas violentas. El amedrentamiento, el terror, como metodos de protestar, de imponer ideas y suscitar respuestas sumisas, parece haberse instalado en el sentido comun de muchos peruanos. La violencia en distintos grados, se ha convertido en un recurso a la mano para enIrentar conIlictos, para compensar sentimientos de impotencia, tanto al interior de la Iamilia, la escuela, como el barrio, la comunidad. El que todos los actores de la violencia politica recurrieran a iguales acciones y metodos transmitio la idea la poblacion de que eran posibles de ser usados por todos. La insuIiciente condena de los mismos hizo que el estilo terrorista y violento se reprodujera en la vida social. Asi, vemos que las amenazas se hicieron Irecuentes en distintos espacios, el secuestro, el control, la vigilancia, la desconIianza, la suspicacia extrema invadio el tejido social.
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Hasta ahora siento pena, siento que estoy con el corazon vacio, es como si dentro de mi no habria nada, por eso ya ni siquiera tomo trago, porque tomando lloraria y me caeria a los barrancos. 263
La sensacion compartida por quienes suIrieron los eIectos de la violencia es que su vida Iue trastocada, que ya no son los mismos. La vivencia de continuidad y el sentimiento de ser uno mismo a traves de los cambios vitales son reIerentes importantes para la identidad personal. La violencia sacudio esos reIerentes, provoco sensaciones de proIundo desconcierto, despojo de sentido a la vida de algunas personas. Es imposible pensar que experiencias limites como las vividas, no hicieran estremecer las propias identidades de las personas y produjeran preguntas sobre su propia existencia, sobre su Iuturo, sobre como concebir el mundo y su relacion con los otros. Las reacciones de las personas Irente a los hechos de la violencia mostraron aspectos insospechados de si mismos. Respuestas, actitudes, sentimientos que en algunos casos Iueron positivamente valorados por ellos como actos de coraje, capacidad y Iuerza para seguir luchando por la vida, para resarcirse del dolor, para ayudar a otros pese a suIrir tanto, etc. Sin embargo la mayoria se ha sentido sorprendida con aspectos de si mismos que emergieron durante los hechos violentos y tras sus estragos. Capacidades emocionales e intelectuales bloqueadas, secuestradas por el miedo, sentimientos desbordados, paralisis o huida impulsadas por el miedo extremo, desesperacion que condujo a la sumision, etc.; modiIicaron la imagen que cada quien tenia de si mismo, su auto representacion. ConIrontarse con la propia Iragilidad nunca es una experiencia Iacil, pero menos aun si esa vivencia de Iragilidad, de insuIiciencia, de precariedad son producto de actos violentos que destruyen la vida de los seres queridos y de uno mismo. Los sentimientos de impotencia
263 CVR BDI-I-P31. Grupo Iocal mixto realizado en junio del 2002 en Lloqllepampa, Ayacucho 252 experimentados Iueron enormes. Las voluntades Iueron dominadas por el miedo, se perdieron las capacidades de decision, de juicio critico, de autoproteccion. Todo ello devuelve a cada persona una imagen de si mismos devaluada, desvalorizada, sencillamente los aplasta. A veces se convierte en autorreproche, en sentimiento de culpa, de una culpa que no es suya, en mirada autocompasiva. Como si se hubiesen identiIicado con sus agresores, los sentimientos de culpa los vuelven a golpear. Conocer sus traumas, reconocer las huellas de la violencia en su estado emocional, mental, o en sus palabras, sentirse psicoseado, como loca provoca sentimientos de minusvaloracion que aaden suIrimiento a su suIrimiento.
Yo me recuerdo que antes del suceso yo era un hombre muy alegre |...| muy extrovertido, me gustaba compartir, amiguero a no mas. Las Iiestas incansables para las Iiestas, eh, quien sabe no? A partir de esa Iecha no era el mismo creo, tenia pesadillas persecucion de delirio, sobre todo me parece que eso tambien hizo que mi esposa quien sabe se canse, porque no era el mismo hombre, no era el mismo hombre, era un poco amargado, renegado, aunque no tanto con sed de venganza ni nada por el estilo, pero cambie enormemente, cambie enormemente, tenia miedo, me puse sumamente nervioso, tenia tanto temor, miedo, veia la policia, me parece que me queria matar practicamente, porque no se?, porque tanto me habia "sicoseado", me habia amenazado. 264
Cada quien tiene una Iorma de dar cuenta de su dolor y su padecimiento, crean expresiones cargadas de sentido y ponen nombres a sus males. Asi, algunas personas reIieren sentirse nerviosas, aludiendo con ello al estado de vigilancia, de alerta constante relacionado al miedo de suIrir una agresion. Este estado es vivido como una situacion anormal, como una enIermedad. Tambien suelen usar el termino traumado. Este es un termino aprendido 265 , que se ha hecho parte de su lexico en los ultimos aos.
|Estamos| traumadas, desesperadas. Llegan personas como ustedes desconocidas, pensamos que es terrorista, ya todo pensamos cuando viene alguien pensamos, este sera senderista de repente, este sera de Sendero, como dice que de vuelta ha aparecido, hasta la puerta cuando toca yo tengo miedo a salir, nos hemos quedado traumadas, el otro dia nomas le habian hecho creer que a mama, Sendero le esta buscando, enIermo, enIermo nos ha dejado, ya traumado, enIermo total con los nervios, ya ni hambre ni sueo tenemos |mal audio|, por eso educarle ya a mi hijo ultimo no pude ya no hay plata. 266
Los terminos traumatizado o traumado son utilizados por las personas para describir el estado de conIusion, de desorientacion en el que se encontraban, como parte de lo que la violencia genero en su cotidianeidad. Su comportamiento les resultada extrao, poco habitual. ReIiriendose a los hechos vividos las alusiones a estar traumados abundan.
264 CVR BDI-SM BDI-SM-P361, BDI-II-P965 Testimonio 100862 Lima, enero del 2003. El declarante es un proIesor que Iue detenido en Aquia, Bolognesi, Ancash. 265 En el contexto de la relacion con las ONGs y algunas propuestas de atencion psicologica. 266 CVR. BDI-SM-! P383, BDI-II-P980. Testimonio 306018 Sede Regional Centro, diciembre del 2002. La declarante narra el asesinato de su padre en Jauja, Junin. 253 D1: Por que? porque ahi esta el subversivo, ahi esta los soldados y no nosotros no podemos estar, ahi viviamos en esa chacra como traumados, como locos viviamos, por los montes nada mas, por miedo de ellos. Que no teniamos tranquilidad en ese sitio, y en monte no mas cocinabamos, en monte dormiamos, no podiamos ni llegar ni en la casa que habia construido mi papa porque por veces se aparecian por ahi, el otro y el otro y ya nos querian matar practicamente a chiquitos, animales, todo lo que encontraban mataban. De ese miedo nosotros no nos acercabamos a la casa, mas que todo en monte nomas ya parabamos. 267 !
El termino es tambien utilizado para describir situaciones en las que por el impacto de un hecho violento, por el miedo intenso, perdieron la capacidad de reaccion, de respuesta. Otras veces por lo sorpresivo del acontecimiento, que genera un estado de conIusion y las personas no saben que hacer para enIrentarlo.
|...| venian con la decision de aniquilarnos a todos. Entonces no sabian donde y eso, ya mi hermano nos puso calma y nosotros nos quedamos como trabados ya no se sabia ni que lo que se va hacer, entonces nosotros nos quedamos ahi se puede decir como traumados sentados ahi. Eso es todo mi reIerencia que podria dar de, de esa noche tan desastre maldita sea que hemos suIrido. 268
! ! En algunos testimonios el termino describe situaciones que se han prolongado en el tiempo, y que han limitado a las personas en algun aspecto. Se hace reIerencia asi a situaciones de miedo excesivo, problemas de memoria, de comportamiento que persisten hasta la actualidad. El trauma hace reIerencia a una situacion que no permite a las personas seguir con su vida, pues los hace desconIiar, les impide seguir estudios, o recordar en la actualidad hechos del pasado.
Fisicamente como te digo, como ya le dije antes, anteriormente Iue nuestro padre el unico sostenimiento de nuestro hogar, el nos daba alimento, todas esas cosas, pero despues de ahi ya no habia nadie quien trabaje y sicologicamente nos hemos quedado totalmente traumados porque hasta ahora tenemos miedo no? de que vuelvan esas personas porque ya no queremos vivir esa etapa que hemos vivido. 269 !
Hecho muchisimo dao nos ha hecho mucho dao, nos ha marcado las cosas que hemos visto, despues de verlo todas esas cosas que vi, que yo quede practicamente traumada. 270
Tambien usan la expresion estar como loco. Los hechos de violencia causaron en las victimas un gran impacto, llevandolos a momentos de absoluta conIusion y desorientacion. Estos estados son descritos por las personas que los vivieron como estados de locura, pues sienten que en esos momentos no se reconocian a si mismos, estaban extraos, Iuera de si. Otra expresion Irecuente es mucho pensamiento para dar cuenta de lo invadida que queda la mente de una
267 CVR BDI-SM-P128, BDI-II-P627 Testimonio 417044 Lima, noviembre del 2002. La declarante narra la desaparicion de dos miembros de su Iamilia en Venenillo, Tingo Maria, Huanuco. 268 CVR BDI-SM-P303, BDI-II-P918 Testimonio 415154 Huanuco, noviembre del 2002. El declarante narra el asesinato de ocho de sus Iamiliares en Tocache, San Martin. 269 CVR Testimonio 520406 Sicuani, El declarante narra el asesinato del padre en 1989 en la localidad de Azangaro, Puno.. 270 CVR BDI-SM-P319, BDI-II-P933. Testimonio 100906. Mujer, narra el asesinato de su padre perpetrado por el PCP- SL, desplazada de Ocros Huamanga, Ayacucho. 254 persona por la tristeza, la pena, la preocupacion. Con la expresion sin pensamiento aluden a la ausencia de capacidad para pensar en nada. La persona se siente como ida, trastornada. 271
! ! ! *.H.P.*.!"6J6:>F6F89!F>9M><G>F69!F8!6JE8<F>?6[8! ! ! ! Las personas!reIieren una disminucion en sus capacidades intelectuales y de contacto con el mundo a partir de las experiencias traumaticas. Nos cuentan que tienen problemas de atencion y concentracion, que se sienten como atontados, que no pueden retener inIormacion sobre las cosas cotidianas y en algunos casos, que no pueden tener control sobre su propio cuerpo.
Me he vuelto una persona muy desatenta, o sea estoy haciendo algo y despues ya me, me concentro lo que estoy haciendo y me voy hacer otra cosa, me paran llamando la atencion, ultimamente paro volando. Nombre, apellido, nombres, direcciones no me acuerdo. Puedo volverte a ver y si me acuerdo pero me digas o me grites, me digas, no me acuerdo. D2: No nos acordamos donde nos hemos encontrado con esa persona y donde la he conocido, y es Iuerte, a mi me pasa bien Iuerte, me dicen una cosa ahorita y llego a la esquina y no me acuerdo. No me acuerdo, que raro trato de recordar, pasan dos dias y |.| ellos me acuerdo, pero te mando porque en el llavero que nos han regalado alla estan los nombres de todos, con la invitacion que tengo, las invitaciones que tenemos ahi esta. 272
Los sintomas que mas les preocupan son algunas diIicultades con su memoria. En algunas ocasiones tienen lagunas y no pueden recordar donde han estado o lo que han hecho, o pierden el hilo de la conversacion. La mayoria son mujeres que han perdido a sus esposos o a sus hijos, pero tambien hay casos de hombres que han estado en algunos enIrentamientos o que han sido victimas de atentados. Podemos imaginar que estos problemas con la memoria, la diIicultad de recordar hoy eventos y cuestiones cotidianas se relaciona con las escenas de horror vividas que quisieran y no pueden olvidar. En algun caso, como el que nos narra la seora cuyo testimonio presentamos a continuacion, los problemas de memoria son un sintoma mas de un padecimiento mayor.
|.| se me hacia lagunas y caminaba, donde estan mis hijos, casi me he vuelto loca, de todo el acontecimiento que tenia. De todo el acontecimiento que he tenido casi me he vuelto loca. E: Y ha recibido algun tratamiento usted. D: Si en el seguro yo le he contado a un doctor, estos traumas, estoy perdiendo la cabeza, hay momentos que estoy en mi silla, hay momentos en que divaga mi mente, no me doy cuenta donde estoy, ya me pasado una vez he salido con direccion a la clinica, ya habia pasado la clinica, y me despierto cargada mi hijita, |...| cargada ya estaba cerca al rio |...|, como habre caminado, no me daba cuenta. E: No se daba cuenta. D: No se a donde estoy a donde he venido por que estoy aqui y donde esta mi casa, asi he estado, el medico me ha hecho un tratamiento largo, |...| mi mente todo. Me ha dicho hija
271 CVR InIorme de Salud Mental de la Sede Sur Central: Ayacucho: personas en una guerra, Huamanga, Marzo 2003, desarrolla este tema con detalle. 272 CVR BDI-SM-P158, BDI-II-P841 Testimonio 300103 Sede Regional Centro, noviembre del 2002. Dos mujeres que narran la muerte de sus padres en un atentado en Huancayo. 255 como vas a estar asi, tus padres murieron ya murieron, tus hijos te necesitan estas criaturas, me ha hecho recapacitar, que voy hacer, tienes que ordenar tus ideas, no te tienes que hacerte gobernar |...|. 273
Los adultos de hoy que durante los tiempos de la violencia eran nios o jovenes estudiando nos cuentan que luego de vivir los hechos mas dolorosos que cambiaron sus vidas, perdieron el interes por estudiar, por jugar. El miedo y la tristeza no les permitian pensar en nada mas, su mente habia sido invadida por el resentimiento, y por las incesantes preguntas sobre como murieron o desaparecieron sus seres queridos. Se quedaron ademas sin las personas que los animaban o los orientaban. Algunos sentian simplemente ganas de morir.
|.| yo llegue aca a |...| no me interesaba estudiar, no me interesaba salir a jugar partido a la calle, no practicaba deporte nada, iba a la escuela por cumplir. Yo me acuerdo que cuando curse quinto grado aca yo, hasta mitad de ao, hasta antes que Iallecieron mis padres yo era un alumno regular o algo mas que regular no, por el entusiasmo de estudiar el apoyo de mis padres todo, pero paso medio ao y mi libreta era rojos. 274
La violencia ha dejado nios y nias asustados, cohibidos, que no pueden atender, concentrarse, retener lo que escuchan. Su proceso de aprendizaje resulta daado. A veces aparecen sin curiosidad ni interes por lo nuevo. Sus demandas emocionales y tambien materiales las orientan hacia los proIesores, y estos a su vez a las autoridades. Se incrementan sentimientos de impotencia y Irustracion, los proIesores en ocasiones terminan desvalorizando su trabajo y su Iuncion. Durante el proceso de trabajo de la Comision de la Verdad y Reconciliacion, vimos una expresion muy clara de la diIicultad de los adultos para entender la relacion intima entre los problemas de aprendizaje que tienen hoy los nios y jovenes y la experiencia que la violencia dejo en sus vidas y sus Iamilias. En las paredes del colegio de Totos, Ayacucho, hoy poblada por cientos de Iosas, observamos el dibujo de un nio, tomandose la cabeza con ambas manos y el siguiente mensaje abajo: SLa ceIalea en el estudiante es comun pero no es pretexto para no estudiarU. Este mensaje reconoce el dolor de cabeza como un malestar Irecuente en los estudiantes y seguramente tambien en la comunidad, pero tambien expresa la imposibilidad de poder entenderlo.
*.H.P.@!,<=8EM;9!F8!F;O;E!
Hay personas que no desean ver a nadie, ni relacionarse con nadie, tienen una sensacion intensa de desgano Irente a la vida. PreIieren reIugiarse en el aislamiento, sin Iuerzas ni aliento para salir de la
273 CVR BDI-SM-P211, BDI-II-P868 Testimonio 303018 Sede Regional Centro, 2002. La declarante narra las torturas que suIrio su Iamilia en Moya, Huancavelica, Huancavelica. 274 CVR BDI SM-P308, BDI-II-P686 Testimonio 100557 Lima, setiembre del 2002. El declarante Iue testigo de una matanza en Puquio, Lucanas, Ayacucho 256 cama. No anhelan una Iutura vida de pareja, una Iamilia. Sin aliento para el trabajo hasta la actualidad, suIren constantemente como si lo sucedido hubiera sido ayer. Otras siguen con sus actividades laborales sin ninguna motivacion, trabajan en la chacra con desgano, unicamente porque tienen que sobrevivir. Desconsolados, sin animo para continuar, menos aun para disIrutar, reir y gozar de la compaia de los demas. Para algunas personas, los sucesos ocurridos durante el tiempo de enIrentamiento violento constituyeron Iactores desencadenantes de malestar psiquico, de enIermedad mental. Su menor capacidad de tolerancia, de respuesta Irente al horror, la ausencia de soporte y sin duda otros Iactores de su propia biograIia provocaron un quiebre en su salud mental. Algunos se suicidaron, otros viven con proIunda apatia y desgano, deseando morir, hay quienes encontraron reIugio en un mundo construido por su delirio, y tambien aquellos en quienes sus perseguidores externos se aliaron con los de su mundo interno haciendo su vida imposible, sin un minuto de calma. Sus Iamiliares y vecinos hablan por ellos, sobre ellos.
Estaba como loco, andaba como en mis sueos, sin ropa, sentia mi cuerpo como piedra, lloraba dia y noche, hasta ahora no puedo olvidar. 275
Demasiada tristeza he pasado desde ese tiempo, no ha habido mejora,... Mis nios parecian locos, y lo lleve a la Posta lo trataron, y tampoco con eso sanaron. 276
Y, hasta con sus hijos? D1: Ya tiene hijos Tampoco tienen paciencia con sus hijos, tampoco vive bien con su esposo seora. De esa Iecha tiene un caracter muy Ieo, pese, a que tambien me ha aIectado, sin embargo no maltrato como ella, a mi tambien me duele la cabeza. Mi hermana agarra con palo y piedras a su marido e hijos. Ella esta como loca. 277
E: Y, tu papa? D1: Mi papa, despues que murio mi mama en el mes de setiembre, murio ese 23 de diciembre. E: De que murio? D1: Se desbarranco, preguntando a la Iuerza decia: donde esta tu mama carajo? donde se ha ido esa tu madre? con que hombre esta andando carajo? Ustedes no lo controlan, donde anda?, donde anda? Preguntandose |...| no ha querido ir abajo, pero, lo hemos dejado abajo, solo en la casa a mi papa, pero teniamos miedo de entrar al pueblo, "no voy a ir carajo" nos dijo, nos dijo: "donde voy a ir?" regresando se desbarranco, y se cayo. E: Se cayo? D1: Aja! De Irente se cayo al barranco. Aqui murio, y antes de morir me dijo: "si tu mamita esta muerto para que voy a vivir solo, no quiero estar" lloraba. Diciendo asi se habia metido al barranco. Semanas ya me han dicho que tu mamita lo han matado los terroristas", y luego de enterarse me dijo: " me voy a ir al rio o al barranco a morir", asi me ha dicho. Lo sacamos con vida y murio en mi casa a las diez de la maana., el 23 de septiembre ya no estaba. De un mes murio mi papa. 278
275 CVR BDI-I-P23. Notas de campo de entrevista a testigo de la masacre de Accomarca, Ayacucho; tomadas en junio del 2002. 276 CVR BDI-SM-P37, BDI-II-P772 Testimonio 500635 Sicuani, diciembre del 2002. La declarante narra el asesinato de su padre Tranca pata, Aimaraes, Apurimac. 277 CVR BDI-SM-P37, BDI-II-P772 Testimonio 500635 Sicuani, diciembre del 2002. La declarante narra el asesinato de su padre Tranca pata, Aimaraes, Apurimac. 278 CVR BDI-SM-P37, BDI-II-P772 Testimonio 500635 Sicuani, diciembre del 2002. La declarante narra el asesinato de su padre Tranca pata, Aimaraes, Apurimac 257 |...| se percata que su vecina "ya no era normal". Segun reIiere que |...| se paraba en su pozo a mirar, y que no queria hablar absolutamente con nadie. A pesar que |...|, se acercaba a conversar. "Antes ni siquiera conversaba, paraba callada, ahora por lo menos dice algo. 279
Otras personas, sobre todo mujeres, con intensos sentimientos de Irustracion e impotencia, abrumadas por las exigencias de su vida actual, especialmente las condiciones de pobreza ante las que se sienten disminuidas y sin el apoyo de otros, buscan el suicidio como salida, pero encuentran en sus hijos un impedimento o quiza un motivo para seguir luchando.
|.| saliendo de ese trabajo un dia a las doce del dia Iui a la casa y los hijos no habian tomado desayuno, nada, y lo unico que pude y Iui al puente, al rio del |...| y me quise matar, por que decia, "yo que hago aca sin el, no puedo hacer nada", pero cuando ya estaba por aventarme, en lo unico que pense Iue en mis hijos y dije, "como mis hijos se van a quedar sin mi, se van a quedar solos, ya sin padre, sin madre", y lo unico que me retuvo Iueron mis hijos, y de ahi ya dije "Dios mio ayudame, eso es lo unico que te pido ahora, si no pudiste evitar que el muriera ayudame", (.) muchas cosas, muchas penumbras, por que hasta cuando me Iui, iba al colegio a pedir algo nunca me dieron un apoyo, nunca me, dijeron que me iban a exonerar de muchos pagos, no, no lo hacian, y cuando iba a pedirles, me decian, no, vaya a hablar con el uno, vaya a hablar con el otro, nunca me sirvieron, que quizas por eso yo vivo tan resentida con esas personas que nunca me apoyaron, y le digo que, asi pasamos muchos dias, hay veces no teniamos para comer porque me sacaron del trabajo. 280
El problema de a veces suicidarme, a veces pienso suicidarme porque a veces mi hija quiere estudiar, este mes dos meses ha estudiado porque yo tambien quiero que estudie un poco mas algo que aprenda a veces me veo que no tengo lo que ella me pide, a veces en el colegio unas copias, sus pasajes diarios, a veces libros que cuestan 80 soles, 70 soles; a veces no hay. E: Cada cuanto piensas en esta idea de, es una idea nueva, es una idea que tienes hace mucho? D: Lo que esto dia a dia mas o menos desde que no le he podido educar a la mayor. E: Hace cuanto tiempo que piensas en eso? D: Casi seis aos atras. 281
Al enIrentar el terror y la muerte, asi como las huellas con que marco sus vidas, las personas no suIrieron pasivamente; muchas dieron muestras de tener recursos y de su capacidad de desplegarlos para poder dia a dia enIrentar a la muerte en todas sus Iormas. En situaciones limites como las relatadas, los medios y mecanismos de deIensa y respuesta, incluso los menos elaborados, que en otras circunstancias podrian aparecer como poco saludables, resultan teniendo un caracter
279 CVR Testimonio 485039, Sede Nor Oriental, Relato. 280 CVR BDI-SM-P232, BDI-II-P633 Testimonio 304038 Huancayo, diciembre del 2002. La declarante Iue testigo de la matanza colectiva en Zapallanga, Huancayo. 281 CVR BDI-SM-P193, BDI-II-P713 Testimonio 100205 Lima, diciembre del 2002. Militar que recibio maltratos en el cuartel de Huanta, Ayacucho. 258 adaptativo y protector. Son Iinalmente intentos de preservar la vida, de protegerse del impacto destructor. Ademas de los mecanismos psicologicos de deIensa, las personas, Iamilias y comunidades desarrollaron diversas respuestas y estrategias para deIenderse de la violencia durante los hechos y de manera especial de sus estragos. En algunos casos resultaron eIicaces no solo como deIensa y proteccion, sino tambien como estimulos de nuevos recursos, como Iuente de sentido de su vida, de su busqueda. En los momentos en que las comunidades eran atacadas, las Iamilias amenazadas y las personas agredidas, muchos recurrieron a acciones intrepidas, valientes, levantando la voz y protestando. Otros encontraron que el silencio era una Iorma mas pertinente y eIicaz de deIensa. Muchas madres y padres dan testimonio de las distintas estrategias o recursos para salvarse y salvar a sus hijos y Iamiliares. La mayoria de los relatos nos presenta a mujeres que con coraje, jugando su ultima carta se enIrentaron a los armados, con su grito y su dignidad como unicas armas. Para muchas resultaron eIicaces.
|.| antes de ser echada, mostrando a la menor hija que tenia cargada a la espalda llega decirle: "aqui estoy con mi bebe, tu matame, sin ellos yo no voy a poder vivir, capitan matame". 282
|.| me he puesto bien valiente, bien valiente. Teniente por Iavor.... Ya, no importa, mandame, o matame, pero primero matalos a mis hijos cuando estoy mirando, despues a mi. Porque mis hijos no pueden suIrir de nada; asi me lo he agarrado, le he dicho asi, no se como. 283
Frente a las incursiones armadas, las personas trataron de protegerse desarrollando Iormas de deIensa comunitaria o Iamiliar. Por ejemplo escondiendose durante la noche o el periodo que duraba el ataque. Algunos testimonios nos cuentan de originales escondites, con la complicidad de la naturaleza que bien conocen. en San Martin, nosotros mismos hemos hecho pozos grandes dentro de nuestra casa para escondernos, por temor a la muerte mas que nada. 284
Muchos enIrentaron el terror con una actitud vigilante que ayudo a prevenir las ocasiones de dao. El miedo en su Iuncion de alerta, que promueve el cuidado, jugo un papel importante en la sobrevivencia de muchas personas. Algunas hoy se sorprenden al recordar lo que hicieron para protegerse. en la ultima matanza como digo subi el cerro mas alto que habia, llegue a subir yo se que ahora me dices tu y no lo vuelvo a subir, no se como lo he subido en ese tiempo, con el miedo y con el susto. 285 La huida y el desplazamiento Iueron una respuesta ante la amenaza contra la
282 CV R. Testimonio 430022, Sede Nororiental. Los declarantes narran acerca de la detencion y asesinato de su esposo e hijo, la detencion Iue el 11 de agosto y las ejecuciones el 18 de septiembre de 1989 en Palo Acero, Monzon, Huamalies, Huanuco. 283 CVR. CVR BDI-SM-P154, BDI-II-P837. Testimonio 300556 Sede Regional Centro, noviembre del 2002. La testimoniante narra la desaparicion de su esposo en San Carlos, Huancavelica. 284 CVR BDI-SM-P234, BDI-II-P635. Testimonio 304535 Sede regional centro, 2002. La hermana menor de la testimoniante Iue secuestrada, torturada y muerta en Palian, Huancayo, Junin. 285 CVR. BDI-SM-P34, BDI-II-P657. Testimonio 435145 Lima, 2002. La declarante narra el asesinato de su esposo en Tingo Maria, Leoncio Prado, Huanuco. 259 vida, contra la integridad individual, Iamiliar o comunal que los testimoniantes consideraron en ocasiones como inminente. En un contexto de vulnerabilidad y desproteccion, el desplazamiento Iue visto muchas veces como la unica manera de sobrevivir. Ante la dispersion de la Iamilia y la comunidad desolada, los valores de reciprocidad y solidaridad jugaron un papel importante, asi como los sentimientos de empatia e identiIicacion con el suIrimiento de los otros. La mayor parte de las veces el apoyo no venia de muy lejos, se creaba entre los mismos que compartian el suIrimiento, la perdida o la decision de desplazarse, diriamos que motivados por simple necesidad de sobrevivir se ayudaron mutuamente, por ejemplo a enterrar a sus muertos, a esconder a miembros de la comunidad, ir en la busqueda de los que Ialtaban, aliviando de alguna Iorma el dolor, la angustia e incertidumbre de los Iamiliares aIectados. Es un hecho que quienes contaron con otros, que los ayudaron a reestablecerse o simplemente cobijarse para tomar Iuerzas y seguir, son los que han tenido mejores condiciones para enIrentar los estragos de la violencia, en su persona y en su Iamilia.
!"C"!"#$%#2',*.%1*.%.F#,%#G%-*,*%#+H5+(2%F#,'2#@%*2%('2# ! La pobreza y el dolor de la gente directamente aIectada por la violencia movilizo respuestas de solidaridad entre los miembros de la Iamilia extensa y los paisanos en otras ciudades, tejiendo o Iortaleciendo redes de soporte, de consuelo y apoyo material para la sobrevivencia; motivo que pobladores de la comunidad desarrollaran estrategias y mecanismos de apoyo a los miembros de la comunidad que mas lo necesitaban: viudas, huerIanos, ancianos. De esta Iorma se hace evidente la importancia de las relaciones Iamiliares y la solidaridad comunal para enIrentar los hechos traumaticos y el desplazamiento: aca me apoyaron sin condiciones, me apoyaron sus Iamiliares de mi papa aca, no mucho, pero mis vecinos, mis amigos, amigos de mi papa. Era bien conocido y todo el mundo le ha apoyado, en el entierro. 286
!"C"/"#I,#%@'?'#.+#%,J9(%2#*(25*59&*'(+2# ! Las acciones de cuidado y deIensa Iueron en muchos lugares acompaadas o estimuladas por instituciones! como la Iglesia, la Cruz Roja, Organismos No Gubernamentales, especialmente las que trabajan por los Derechos Humanos o unas instituciones del Estado. Algunas brindaron asistencia a las victimas, otras acompaandolas en su busqueda de justicia, asi como en proyectos y nuevas Iormas para enIrentar la pobreza, el desarraigo.
286 CVR. BDI-SM-P94, BDI-II-P792. Testimonio 425142 Lima, noviembre del 2002. La declarante narra la muerte de su padre en Aucayacu, Leoncio Prado, Huanuco. 260 la Cruz Roja |...| me dieron un apoyo de Irazadas, ollas, porque cuando los soldados entraban, no solo mataban si no todo quemaban todas tus cosas, agarraban cada casa lo quemaban, le prendian Iuego, practicamente la gente quedaba y nos dejaban con ropa en cuerpo. 287
|.| yo estuve exigiendo, buscando, buscando, todo con Iamilia los demas me han estado apoyando. Yo encontre, yo Iui a los, como se llama esto, como dice DDHH. Ahi me han dirigido cuando llegue, ellos me han ayudado, despues me Iui para |...|, al Iiscal llevando escrito pero el total me ha negado el Iiscal de |...|, "de aca no ha salido nadies, eso ha llevado los senderistas. De aca de cuartel de |...| nadies, nadies no ha salido" 288
Nos han apoyado los de Derechos Humanos, tambien hemos puesto denuncia en instituciones que se encontraban en la Avenida Abancay como APRODEH y otros. Es en ellos que hemos puesto la denuncia sobre la desaparicion de mi padre. 289
La Institucion de Paz y Esperanza |...| Es una Institucion Evangelica que esta permanente deIendiendo casos a personas inocentes. Ellos ven, sus casos, los estudian y hay personas tambien que estan internas, relacionadas con los papeles de las personas que estan queriendo una deIensa no? Y ellos tambien investigan sobre aquella persona que si es verdaderamente inocente o si es culpable. Entonces esos llegan a saber los hermanos que verdaderamente son abogados y te deIienden tu caso pues, y lo evaluan no? De esa manera llegue yo a que ellos me deIiendan mi caso, no? 290
! *.7.H!(6!;EL6<>?6:>N<!:;M;!E8:GE9;!
Por eso, por todas las mujeres como yo, por todas las mujeres del mundo, por que tienen que callar, acaso son inutiles. 291
Las victimas de la violencia politica empiezan a organizarse para deIender sus Derechos, para coordinar la busqueda de sus Iamiliares desaparecidos, la libertad de inocentes encarcelados, el esclarecimiento de los hechos y la busqueda de indemnizacion. De acuerdo a los analisis gran parte de quienes tuvieron o tienen un Iamiliar desaparecido hicieron algun tramite legal para ubicarlos; y quienes suIrieron carcel lo hicieron para poder salir en libertad, o demostrar su inocencia. Parte de todos estos esIuerzos han sido hechos a partir de la participacion de las organizaciones de Iamiliares, algunas de ellas con el apoyo de los organismos de deIensa de los derechos humanos.
|...| es en esa lucha estamos precisamente por eso hemos conIormado la Asociacion de Amian de ; una asociacion que busca reivindicar nuestros derechos que busca ese
287 CVR. BDI-SM-P34, BDI-II-P657. Testimonio 435145 Lima, 2002. La declarante narra el asesinato de su esposo en Tingo Maria, Leoncio Prado, Huanuco. 288 CVR. BDI-SM-P56, BDI-II-P694. Testimonio 100310 Lima, octubre del 2002. La declarante narra el asesinato de sus Iamiliares en Hatuncungullo, San Pedro de Cachi, Huamanga, Ayacucho. 289 CVR. BDI-SM-P273, BDI-II-P649. Testimonio 202438 Ayacucho, octubre del 2002. Madre e hijo narra la desparicion de su esposo/padre en Tancayllo, Uranmarca, Chincheros, Apurimac 290 CVR. BDI-SM-P313, BDI-II-P926. Testimonio 100736 Lima, setiembre del 2002.El declarante estuvo en prision en Chiclayo. 291 CVR. Angelica Mendoza: No voy a dejar de luchar hasta encontrar la Verdad, en: Foro Publico Rompiendo el Silencio, 8 marzo 1992. 261 desagravio, y tambien que busca la libertad de aquellos hermanos que somos concientes que son inocentes y estan presos todavia. 292
Este, mi padre se, con la seora , no se como asi se conocen y conversan y entonces Iorman la Asociacion de ANFASEP (?). Entonces ya eran ya buenos aos no?, (.) hacen las gestiones. 293
Posteriormente paso el tiempo y Iormamos esa asociacion |...| Se Iormo una asociacion a nivel nacional, en |...| Iue, y ya habiamos estado haciendo trabajos con las seoras y un dia decidio llegar y decidieron Iormalizar la institucion, la asociacion que habiamos Iormado personas de repente por agradecimiento, yo sentia algo de todo lo que se tenia que hacer y se habia hecho y lo mucho por hacer. Me eligieron presidenta y en ese entonces la primera presidenta de las victimas por terrorismo y de las ultimas abusos de todas las zonas. 294
hemos hecho chacra integral de club de madres de la organizacion de IncaIa |...| nos ha organizado, primera organizacion que habido en club de madres... 295
La experiencia de ANFASEP, Asociacion Nacional de Familiares Asesinados, Secuestrados y Desaparecidos y el simbolo que representa la Seora Angelica Mendoza, da cuenta de estas respuestas creativas y de las estrategias, valor y Iuerza que pusieron en la lucha por la deIensa de sus derechos y la busqueda de la verdad. ANFASEP, a lo largo de estos aos albergo a muchos de los nios que quedaron en huerIanos, hijos de desaparecidos. hemos albergado a mas de trescientos ochenta y siete nios y hemos hecho crecer a esas criaturas. Les hemos dado educacion. (Mendoza)
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La tradicion cristiana de la poblacion hizo que muchas personas recurrieran a su experiencia de Ie, a sus practicas religiosas como Iuentes de proteccion, ayuda y tambien de sentido de aquello doloroso que estaban viviendo.
|.| decia "Dios dame Iuerzas, Iuerzas para seguir viviendo" |.| yo me queria morir y habia mucha gente que piIiaba me insultaba. 296
Hemos ido y vimos que lo amarran de su cuello, ... lo comienzan a jalonear , porque lo van a matar! les dije "Que delito ha hecho, pero usted Seor no lo vas a perdonar, lo que estan haciendo a esta persona....ah! "que pasa" me dijo, "estas llorando" me dice, "no" le digo "por que voy a llorar", "no tengo que llorar, y total asi agachando estaba orando, pidiendo al seor que me que me de Iuerzas para poder resistir todos estos problemas que estoy viendo. 297
292 CVR. BDI-SM-P59, BDI-II-P696. Testimonio 100427 Lima, setiembre del 2002.El declarante narra su detencion y encarcelamiento en San Pedro, Chulucanas, Piura. 293 CVR BDI-SM-P149, BDI-II-P833. Testimonio 200470 Lima, noviembre del 2002. El hermano del declarante desaparecio en Huamanga, Ayacucho. 294 CVR BDI-SM-P61, BDI-II-P781 Testimonio 100490 Lima, setiembre del 2002. El esposo de la declarante Iue asesinado en Ticrapo, Castrovirreyna, Huancavelica. 295 CVR BDI-I-P744. Entrevista en ProIundidad a Comunera de Otica. , Junin, realizada en septiembre del 2002. 296 CVR. BDI-SM-P20, BDI-II-P730. Testimonio 100188 Lima, octubre del 2002. La declarante narra las torturas que suIrio al ser detenida en Huacho, Lima. 297 CVR. BDI-SM-P88, BDI-II-P660. Testimonio 425076 Huanuco, octubre del 2002. La declarante narra el asesinato de 262
En la religion las personas, nos cuentan, encontraron Iortaleza para enIrentar el estado de temor y desesperanza. Tambien constituyo estimulo para deIender su vida y la de su Iamilia, especialmente en estos aos despues de la violencia. .entonces yo mas bien doy gracias a dios hoy en dia estoy junto con mis hijos, viendo a mis hijos, diosito me da Iuerza para estar junto con mis hijos, para poder dar comer a mis hijos, para poder hacer estudiar a mis hijos. 298
En cambio, otras personas se reIugiaron en la religion para evitar el dolor del recuerdo, esperar solo la justicia divina, reIorzando tendencias a la resignacion a traves de restarle importancia al dolor vivido en perspectiva de un sentido trascendental. Mecanismos psicologicos de negacion se asocian a ello: yo soy evangelica, religiosa y yo pongo a las manos del seor. Seorita, nada mas me queda, Dios es el unico que va hacer justicia. El y sabra cuando, que dia, que hora, pero no, no pudo hacer nada. 299
|...| castigo, yo creo que lo puede merecer de Dios, porque solo Dios puede juzgarnos todo lo que hacemos en este mundo. Porque la palabra del Seor nos ensea nos dice "no juzgais a nadies para no ser juzgados" y a eso nosotros nos basamos como cristianos a que Dios va juzgar no? Dios va a hacer toda esta justicia por medio de las personas que estan trabajando; que el juzgue que el vea todo estos problemas. 300
Por ser creyente en Dios no tengo resentimiento, sino solo le entrego a el o sea nuestra alma esta en manos de Dios, es solamente el cuerpo o la carne en este mundo terrenal lo que ha peleado pero esta con Dios, por ello no me envidio Dios sabra lo que hace |...| todos (su Iamilia) pensamos asi, somos creyentes en Dios. 301
# # !"C"D#K+&912'2#@+12'(%,+2#
Cada persona ha apelado dentro de si a recursos que le permiten hacer Irente a las consecuencias devastadoras de la violencia en sus vidas. La conviccion de ser inocentes, la indignacion Irente a la injusticia, la deIensa de sus derechos, de su dignidad y especialmente la proteccion de la vida de sus hijos y de su Iuturo han sido y son Iuente de Iortaleza, y de estimulo para pelear contra la adversidad. Proyectarse al maana resulta una Iorma de aIerrarse y luchar por la vida. En los momentos de crisis cada uno se decia a si mismo como comportarse. Los recuerdos positivos, las razones para no desIallecer, vinieron a su memoria en rescate de su dignidad, su
su hijo en Leoncio Prado, Huanuco 298 CVR. BDI-SM-P162, BDI-II-P631. Testimonio 400039 Huanuco, setiembre del 2002. la declarante narra la desparicion de su esposo en Tingo Maria, Huanuco 299 CVR. BDI-SM-P97, BDI-II-P795. Testimonio 430194 Huanuco, noviembre del 2002. La declarante narra el asesinato de sus Iamiliares en Pomahuasi, Huanta Ayacucho. 300 CVR. BDI-SM-P97, BDI-II-P795. Testimonio 430194 Huanuco, noviembre del 2002. La declarante narra el asesinato de sus Iamiliares en Pomahuasi, Huanta Ayacucho. 301 CVR BDI-SM-P9, BDI-II-P761. Testimonio 200801 Ayacucho, octubre del 2002. El declarante narra el asesinato de sus padres en Chuschi, Cangallo, Ayacucho. 263 salud. Muchos se sintieron acompaados por el recuerdo de sus seres queridos, convirtiendo el dolor en Iortaleza y Iuente de sentido para recuperar su vida y apoyar a su Iamilia.
|.| trato de seguir viviendo; de repente si tuve esa Iuerza, esa Iortaleza de vivir y de soportar todas las desgracias que hicieron conmigo Iue porque simplemente pensaba en mis hijos, queria vivir para ellos, estar con ellos, darle lo que yo podia darles. 302
|.| pero poco a poco me Iui reponiendo y dije "yo no saco nada con deprimirme. Voy a tratar de luchar por mis hijos, se que la conviccion que tengo es ser inocente. Tengo que salir. 303
Los hijos e hijas constituyen hoy para los padres o Iamiliares la principal razon para su vida y su esIuerzo. Algunas personas, especialmente viudas desistieron del suicidio pensando en sus pequeos hijos.
Cuando yo recuerdo me da ganas de pensar ideas hasta de suicidarme, porque no hay plata, porque pobre mis hijos, ahorita estan quedando sin educacion, me duele. Hoy en dia ya no es, una persona sin educacion es como si Iuera como un invalido. Entonces realmente yo tengo un presentimiento, pero muy cruelmente quiero hacer cualquiera cosa. Pero tambien pienso como voy a abandonar, siquiera al verme a mi mis hijas estaran todavia de alguna manera conIormes, pero si voy a hacer estas cosas a ellos tambien les pondre en problemas. Por eso yo ahorita pienso salir para adelante, inclusive ahora, a traves de la Iederacion sigo luchando, sigo participando a traves de las asambleas en todos los trabajos que hace a nivel organizativo, tambien sigo, porque a Iin de buscar nuestra reivindicacion, a Iin de buscar una justicia real y una justicia social para poder salir de esta situacion. 304 ! ! he pensado dos veces (en el suicidio), pero mi Iortaleza no me permite; mis hijos, mi Iamilia, mi esposa, tengo que vivir para ellos y tengo que luchar. Yo se que hay salidas, ahi estamos saliendo como sea, estamos batallando; Ielizmente no nos hace Ialtar para comer, gracias a mi Iamilia, a mis suegros |...| Si no estuvieramos con ellos en que terminariamos; de repente mi Iamilia estuviera desintegrado; yo de repente no se como habria terminado, pero ha sido la suerte que tengo un suegro, una suegra no? (.) 305
Quienes sobrevivieron, y especialmente las viudas, han tenido que aprender nuevas tareas y en ese camino han desarrollado habilidades y desplegado recursos para seguir adelante y para sacar adelantea su Iamilia. |...| todos mis hijos son proIesionales, estoy sacandoles. Yo tambien trabajo, me sacriIico por tenerlos a mis hijos, casi todos estan saliendo ya proIesionales. 306
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Uno de los elementos que hace traumatica a una experiencia como la vivida es la ausencia de sentido. Quiza una de las razones de mayor desconcierto especialmente para los nios y nias es el
302 CVR. BDI-SM- P372, BDI-II-P971. Testimonio 100146 Lima, diciembre del 2002. ex detenido en Barranca, Lima. 303 CVR. BDI-SM-P23, BDI-II-P767. Testimonio 100444 Lima, setiembre del 2002. El declarante Iue encarcelado en Piura. 304 CVR. BDI-SM P215, BDI-II-P872 Testimonio 510200 Sede Sur Andina, diciembre del 2002. El declarante es ex autoridad de Macamango, La Convencion, Cuzco. 305 CVR. BDI-SM-P334, BDI-II-P944. Testimonio 100635 Lima, setiembre del 2002. EL declarante Iue detenido y encarcalado en Huaura, Lima 306 CVR. BDI-SM-P237, BDI-II-P888. Testimonio 520121 Sicuani, octubre del 2002. La declarante narra la desparicion de su hijo en Pacopacuni, Carabaya, Puno 264 hecho que la muerte llega en manos de otros seres humanos. Hombres asesinando hombres. En el momento del impacto de un hecho violento, la pregunta desesperada que indaga por que?, es expresion de la imposibilidad de aceptar tal suceso. Pero transcurrido un tiempo el lamento se hace pregunta que espera, que busca respuesta. Su ausencia genera, ademas de incertidumbre, vacio. Muchas de las personas que nos dieron sus testimonios no encuentran aun explicaciones para lo vivido lo cual inIluye en su capacidad para enIrentar los eIectos de los hechos en la actualidad.
Pero no hay solucion que voy a hacer?, hasta donde vamos a luchar? |.| la gente tambien no quiere saber nada conmigo. Yo no puedo hacer nada en mi persona, estoy jodido |.| A donde voy a |.|?, que voy a hacer. 307
|.| yo era la espectadora de todo lo que estaba pasando por ratos veia mi realidad y por ratos no y en ese momento solo pensaba, |llanto| por que a mi? que habia hecho yo para merecer esto? y que mis hijos no iban a conocer a su padre |.| 308
La gran mayoria de las personas que ha suIrido por la violencia ha estado expuesta todo este tiempo a mensajes contradictorios, imposibles de ser procesados sin cuestionar el equilibrio psicologico. La negacion de muchos hechos por parte de las autoridades, el desconocimiento de su responsabilidad, el ocultamiento de los culpables, la impunidad que pretendio callar y olvidar todo como si no hubiera ocurrido, el desinteres y desconocimiento de lo que vivieron y viven hasta hoy, por parte del resto de la poblacion, entra en contradiccion desconcertante con la certeza y contundencia de sus heridas, con la intensidad de su llanto, de su indignacion. A miles de personas, la sociedad, las instituciones, el Estado les ha negado la primera palabra de consuelo que es el reconocimiento de su dolor, de sus perdidas. Al no encontrar explicaciones a su suIrimiento crean algunas buscando consuelo, pero sobre todo proteccion contra el vacio del silencio. Haber podido dar su testimonio, haberse sentido escuchados, escuchadas, les permitio hilar algunos hechos que habian permanecido ocultos en la memoria o encerrados en el silencio. Tambien les permitio integrar sus emociones con lo narrado. Resulto desconcertante y hasta ahora, no saber quien Iue quien. Los rostros encapuchados, los disIraces para conIundir a la poblacion, el recurso a los mismos metodos, entre otras cosas, resultaron Iuente de incertidumbre y conIusion. Ante el ataque externo, como ocurre ante la emergencia de contenidos amenazantes que vienen del mundo interno, las personas buscamos deshacernos de la amenaza y para ello recurrimos a proyectarla y depositarlo en otro. Asi, reconocer el rostro de quien nos agrede resulta imprescindible para orientar hacia el los sentimientos de rabia, odio entre otros. Cuanto mas ajenos, distantes, diIerentes los que nos atacan menos desestabilizadora la experiencia, en cambio cuanto mas cercano, Iamiliar, parecido a nosotros mas amenazante, desconcertante y desestabilizador. Para explicarse la violencia, la
307 CVR BDI-SM-P238, BDI-II-P889 Testimonio 520388 Sicuani, octubre del 2002. EL declarante suIrio torturas y Iue encarcelado en San Juandel Oro , Sandia, Puno. 308 CVR BDI-SM-P329, BDI-II-P939 Testimonio 100583 Lima, setiembre del 2002. La declarante narra el asesinato de 265 poblacion llamo demonios a los agresores, los vio como seres viniendo de lejos. Incluso algunas autoridades locales y nacionales recurrieron a la idea de que era importada del extranjero. Formas de sacar Iuera de nosotros la amenaza. Grande Iue el desconcierto de ver los rostros agresores parecidos, iguales a uno mismo, a cualquiera de nosotros, miembros de la comunidad. De modo que el desconcierto no solo es tal, es tambien deIensa y al mismo tiempo expresion de la posibilidad de reconocerse a si mismo en el agresor, de identiIicar rasgos, sentires compartidos, estilos de relacion comunes. Asi como es necesario el reconocimiento de la responsabilidad que nos toca en el surgimiento de la violencia, es tambien urgente reconocer sus huellas en la convivencia social, en el sentido comun, en nuestras relaciones interpersonales, en los metodos de hacer politica, incluso en las expectativas de reparacion y sanacion. La tarea de comprender para prevenir, de reparar para sanar, no puede ser posible sin el concurso de la sociedad y sus instituciones. Se hace necesario, imprescindible, un proceso de elaboracion que permita integrar lo vivido, pensarlo, contextualizarlo, interpretarlo. El sentido comun, la inIormacion oIicial, la opinion de la gente, etc., son herramientas que pueden colaborar en la recuperacion de las personas tras la catastroIe que signiIico la violencia. Para poder articular una deIensa, para no sumirse en la pasividad del ser solo victima, los seres humanos necesitamos de nuestra capacidad de percibir, pensar, saber. La violencia desde distintos sectores amenazo, ataco, esas posibilidades. El miedo cerro las bocas, clausuro la palabra, diIiculto el pensar. Aun ahora es diIicil pensar sobre lo sucedido. La capacidad de saber y conocer Iue especialmente blanco de ataques durante el tiempo de la violencia. Saber se hizo peligroso en varios sentidos. Quienes indagaban, averiguaban eran objeto de sospecha, de amenaza:nada mas iba por un ratito no mas, ya no queria estar ahi ya, tenia miedo yo misma, por que me decian te puede pasar cualquier cosa porque mucho estas averiguando tu, me decian. 309
Los primeros pobladores de comunidades que convoco y adoctrino El PCP-SL Iueron los maestros y los jovenes ilustrados de la poblacion. Las escuelas Iueron base del partido, centros de entrenamiento en las comunidades tomadas. En las ciudades, universidades y otros centros de estudio, Iueron objetivo importante. A traves de la escuela, del mundo del conocimiento y el aprendizaje se escabulleron hasta la mente de muchos. Los jovenes, estudiantes Iueron capturados, con conciencia o sin ella, con voluntad o sin ella. Mas tarde se hicieron objeto de persecucion de las Fuerzas del Orden. En ocasiones basto ser joven estudiante, universitario para ser sospechoso de subversivo.
su esposo en un atentado en la ciudad de Lima. 309 CVR. Testimonio 400050. La declarante narra sobre la detencion y desaparicion de su hermano, su primo y su conviviente, ocurrida el 26 de abril de 1991 en Aguaytia, Padre Abad, Ucayali, perpetrada por eIectivos de la Marina. 266 Resulta signiIicativo que en los momentos iniciales de la violencia que vivimos Iueran muertos periodistas, encargados de recoger y transmitir inIormacion, mediadores entre los hechos y el conocimiento. No nos hemos preguntado aun suIicientemente que signiIicado tuvo eso en la Iorma posterior de acercarse a la realidad de la violencia, a la noticia. Por otro lado, las prohibiciones a hablar, la distorsion de la inIormacion propiciada por ambos grupos enIrentados, entre otras cosas hizo que resultara casi imposible saber que ocurria, donde. Todo esto con el concurso de una parte de la subjetividad de las personas, del deseo de no saber, del temor a saber, producto de medidas psicologicas deIensivas para mantener lejos sentimientos de pena, vergenza, culpa. Aunque muchos quieren y necesitan saber, hay quienes preIeririan por varios motivos que todo quedara en el olvido, sin indagar. No solo perpetradores, sino sobre todo quienes no pueden aceptar y reconocer su responsabilidad. Pero ademas del desconocimiento intencional, hay en todos una parte no necesariamente conciente que se resiste a saber, a conocer y a entender lo que paso. Las propias victimas, a lo largo de estos aos construyeron sus explicaciones a lo sucedido; modiIicarlas resultaria amenazante del equilibrio relativo o a veces Iragil que han conseguido. Abrir paso a la verdad siempre es diIicil, hacerle un espacio en nuestra mente y dejarnos modiIicar por ella lo es mas. En cada persona se despliega una batalla permanente entre la necesidad de saber y el temor a lo que ese saber traera y modiIicara. El no saber, la ignorancia, Iue tambien un recurso deIensivo, no solo Irente a la muerte, sino tambien Irente a la sospecha y a la posible acusacion y castigo. Todavia lo es, y en su expresion mas preocupante la encontramos en instituciones y lideres del pais que con distintos argumentos del orden de la desinIormacion o del no sabia eluden la responsabilidad. Asi tambien se puede entender por que muchos comuneros dicen a los Ioraneos no saber, ocultan su ligazon con el PCP-SL. El recurso de la gente mas pobre y marginada, a la ignorancia como coartada, tiene sin duda raices en la relaciones de opresion. Aparecer ante los poderosos como desconocedores e ignorantes es al mismo tiempo una estrategia deIensiva como la sumision misma. En ese acto ellos mismos desvalorizan su conocimiento y niegan una parte de si. Pero tambien eluden su responsabilidad. Para integrar a la historia de cada quien y del pais en su conjunto la violencia vivida, se hace necesario asumir la responsabilidad de saber. Es tarea colectiva, pero especialmente de los dirigentes de la sociedad crear las bases para que la verdad y el reconocimiento de la propia responsabilidad, individual, comunitaria, institucional sean posibles.
Para el anlisis de la informacin sobre los efectos de la violencia en la salud mental5 se realiz una e7ploracin para formular hiptesis seleccionando una muestra de testimonios que fue codificada y analizada. Se analizaron cuatrocientos uno testimonios recogidos por los equipos de entrevistadores de las cinco oficinas regionales de la Comisin del Verdad y Reconciliacin.
La entrevista no estuvo diseCada para indagar principalmente sobre el tema de salud mental5 estuvieron dirigidas ms bien a recavar informacin sobre los hechos que los declarantes reportaban. La informacin sobre salud mental se ha recabado principalmente de dos momentos del testimonioD uno cuando la persona narra los hechos violentos5 menciona cmo se sinti en el momento5 describiendo cules fueron sus reacciones y las de sus familiares y dos cuando hace referencia a cmo han quedado luego del hecho Eel declarante y sus familiaresF. En algunos casos5 esta informacin surge a partir de preguntas directas de los entrevistadores sobre cmo se encuentra el declarante y su familia luego del hecho5 sobre cmo el hecho los ha afectado5 sin embargo estas preguntas no se hicieron en todas las entrevistas. Estos datos nos permitieron plantear algunas hiptesis para organizar la sistematizacin del impacto del conflicto armado internoH para poder comprender cmo las personas estn percibiendo los efectos de la violencia en su salud mental y cmo estas interfieren en su vida diaria. La mayora de las personas afectadas no han tenido la oportunidad de acceder a espacios que les permitan de alguna manera Jprocesar lo vividoK5 si bien es cierto identifican el malestar y lo relacionan con los hechos vividos5 muchos aLn no han recibido apoyo. Pese a la falta de servicios de salud mental en el pas5 que conlleva a una desinformacin por parte de la poblacin sobre el tipo de atencin y ayuda que pueden recibir en este tipo de servicios5 el 11 N de los testimonios analizados registran solicitudes e7presas para recibir soporte psicolgico para responder a los efectos dejados por la violencia poltica.
Principales hechos reportados Cada testimonio aporta la vivencia durante el conflicto armado interno de una o mas personas. Los y las declarantes reportan hechos ocurridos en su comunidad5 a miembros de su familia o a ellos mismos. Si bien es cierto se identificaron en cada testimonio el o los hechos ms relevantes 268 descritos por el declarante5 se ha considerado ms de un tipo de hecho en la mayora de los casos. 1
Cada hecho puede implicar una relacin diferente entre el declarante con la vctima Epuede ser que se trate del declarante mismo5 o que sea su esposoPa5 padre5 hermanoPaF. Conocer este dato nos da una idea de la cercana de los declarantes con el hecho. Para la descripcin de estos datos5 trataremos los hechos por separado e incluiremos comentarios sobre la relacin del declarante con la vctima. Los hechos mencionados con mayor frecuencia en los testimonios analizados son los que hacen referencia a la prdida de familiares5 ya sea por asesinato desaparicin. Estos casos han sido reportados en su mayora por los cnyuges5 siendo la mayora viudas las que fueron a brindar su testimonio. En estos testimonios un 1R.70 N de los declarantes reportan desapariciones5 el 50 N de ellas eran de cnyuges de los declarantes. Cabe destacar que la mayora de las desapariciones fueron reportadas por las esposas de las vctimas. Con respecto a asesinatos5 se presenta una figura similar. Los declarantes reportaron este tipo de hecho alcanzando un 34.16 N de los casos5 siendo los cnyuges quienes lo hicieron con mayor frecuencia5 la mayora de ellas las viudas. La matanza colectiva5 es en la mayora de los casos reportada por los cnyuges o por los hijos e hijas de la vctima. Estas cifras nos muestran cmo la violencia afect la estructura familiar5 atacando principalmente a los adultos5 principalmente a los varones5 dejando a las viudas y hurfanos desprotegidos5 desamparados. En el caso de tortura5 hay un 21.1Z N de casos reportados5 siendo un 77 N de ellos reportados por la persona que los sufri directamente. [e la muestra de testimonios analizados por la \nidad de Salud Mental de la Comisin de la Verdad y Reconciliacin5 un 15.5N E62 casosF corresponde a declarantes que fueron vctimas directas de torturas o maltratos fsicos. Este grupo est conformado en un R0N por testimoniantes varones y en un 20N por declarantes mujeres. En el caso de violencia sexual5 65.21 N de los casos reportados han sido narrados por la persona directamente afectada5 siendo la mayora de ellas mujeres. El 77.33 N de casos es de mujeres5 mientras que el 26.6N corresponde a varones. Con respecto de los secuestros5 se identific este hecho en un 53N de los casos narrados por la persona que sufri el secuestro.
1 Esto las personas quiere decir que tenemos que tener en cuenta al momento del anlisis de los resultados que los efectos reportados por se deben al conjunto de hechos sufridos5 que no podemos separar efectos por hechos5 pues es la misma persona la que tenido todas las vivencias5 las ha enfrentado y reporta sus efectos.
269 Las violaciones de derechos ocurridas en el conte7to de encarcelamientos y detenciones E16NF5 son en su mayora narrados por las personas directamente afectadas. 17.Z N de las personas que reportan haber sido detenidas encarceladas manifiestan haber sido vctimas de violencia se7ual5 entendida esta como violacin se7ual. Sabemos de muchas ms y de la dificultada para hablar de ello. La detencin se convirti pues en una forma de atemorizar a la poblacin5 pues no slo significaba la restriccin de la libertad personal5 durante la detencin se poda ser vctima de maltratos5 tortura los cuales eran difciles de reportar o denunciar pues no e7istan autoridades a las que acudir. Por otro lado5 algunas personas reportaron que tuvieron que dejar sus hogares como consecuencia de la violencia. El desplazamiento fue identificado en un 1R N de los testimonios analizados5 casi todos reportados por la persona desplazada. En los casos analizados5 encontramos 1.74 N de personas que reportan efectos ligados a discapacidad fsica como producto del conflicto armado interno5 siendo la mayora de ellos narrado por la persona que sufre actualmente las lesiones.
Presuntos responsables ^dems del tipo de vulneraciones5 en los testimonios se seCalan a los presuntos responsables de estos. El 42.ZN de los testimonios seCala como agresor a las FF^^5 51.4N a Sendero Luminoso5 el 2N al MR`^5 y otro 2N a las rondas parte de las Rondas Campesinas. En algunos casos E6.2NF los testimoniantes no pueden hasta la actualidad identificar a los agresores5 lo que nos muestra por un lado la situacin de confusin que se viva durante la poca de la violencia5 y por otro la incertidumbre por la que han tenido que pasar muchas personas al no saber ni siquiera de quin es que recibieron las agresiones. Otro dato que nos pareci interesante de rescatar es el hecho que hay un sector de la poblacin que reporta agresiones tanto de las Fuerzas ^rmadas o la Polica Nacional5 como de Sendero Luminoso o el MR`^5 lo cual se relaciona con la sensacin de estar entre bandos que se peleaban.
El impacto y los efectos Ms de la mitad de los entrevistados E53.3NF mencionan espontneamente al miedo como uno de los sentimientos presentes al momento de ocurridas las violaciones5 convirtindose as en la reaccin ms frecuente durante los hechos de violencia. Su carcter generalizado durante los aCos del conflicto se evidencia adems en el 44N de entrevistados que lo califican como una e7periencia 270 colectiva que afect al conjunto de la comunidad. [e esta manera5 tambin en el mbito social y colectivo5 el miedo se ubica como el sentimiento ms comLn durante este periodo. Cuando se trata de describir la vivencia de las comunidades durante los aCos del conflicto armado5 las referencias a estados sostenidos de vigilancia y temor ante la posibilidad de nuevos ataques alcanzan un 16.2N. El 21.3N de la muestra analizada seCala haber pasado por condiciones e7tremas para salvar su vida y la de sus familiares. \n 21.6N de los declarantes refiere haberse sentido en medio de dos bandos y sin posibilidad de defensa. El 33.3N5 es decir5 una de cada tres personas5 relat o record la muerte o huida de lderes de la comunidad5 ya sea profesores5 presidentes de sus comunidades5 miembros de las rondas campesinas5 de organizaciones polticas5 etc. Por otro lado5 los testimonios seCalan fuertes conflictos de relacin al interior de cada comunidad o entre comunidades. En los testimonios analizados el 10N de las personas se han referido a estos conflictos. Las personas cuyas comunidades fueron objeto de incursin violenta5 arrasamiento y masacre5 e7perimentaron sentimientos de desamparo E3R.2NF5 tristeza E32.4NF entre otros. El sentimiento de ruptura del proyecto de vida fue intenso5 alcanzando un 3R.2N. Por otro lado5 las conductas de evasin alcanzan en este grupo un 20.6N5 son intentos de seguir adelante a pesar del horror vivido que sin embargo no resultan del todo eficaces pues un 14.7N de este grupo de personas refiere que ante un estmulo vuelve a vivir y a recordar lo sucedido. ^s mismo5 un R.RN refiere sentimientos de desconfianza especialmente dirigidos hacia las instituciones del Estado. Pese al miedo y la desconfianza encontramos que un 31.3 N de los hombres y 26.4 N de las mujeres de los testimonios que hemos analizado inici un trmite legal. ^nte los ataques5 las comunidades se defendieron usando diversos recursos. El 20.6N de la muestra analizada5 da cuenta de las nuevas organizaciones sociales que se crearon a raz de la violencia. ^l mismo tiempo5 los testimonios analizados dan cuenta de actos de solidaridad espontnea. El 24.7N5 es decir5 uno de cada cuatro personas refiere que particip en la defensa o soporte de miembros de su comunidad. Los testimonios analizados dan cuenta de un grado de tristeza muy profunda5 casi la mitad de los testimoniantes E46.2NF ha comentado sobre la tristeza que aLn permanece en sus vidas. \n 20.RN de viudas han seCalado sentir resentimiento u odio5 abiertamente por lo que les ha pasado. Sin embargo dada la dificultad para e7presar ese sentimiento hemos de suponer que son ms las mujeres que lo comparten. El 34.7N de las viudas e7presa que su proyecto personal ha sido bloqueado o roto5 es decir tres de cada diez mujeres5 sintieron que su vida se haba truncado con la 271 muerte de su esposo. \n 43.6N es decir5 casi la mitad de las mujeres se siente desamparada. Muchas viudas no han tenido la oportunidad de poder e7presar abiertamente sus sentimientos dolorosos. El 2R.7N de ellas lo seCala. Muchas han encontrado otras formas de e7presar su dolor a travs del cuerpoD El 22.RN de las viudas seCala que sufren de dolores de cabeza5 e7presando as la presin y preocupacin que ha cado sobre ellas5 acompaCado por ideas y sentimientos persecutorios en 13.ZN de ellas. R.Z N reportan problemas para dormir. El anlisis del contenido de los testimonios de quienes manifestaron haber sido vctimas directas de violacin sexual convertido en frecuencias5 revela que durante la e7periencia misma de abuso o durante el perodo en que este fue cometido5 los sentimientos ms comunes fueronD Miedo intenso EZ3.3NF5 sensacin de humillacin E66.7NF5 desesperanza y resignacin E46.7NF5 sensacin de desamparo E46.7NF5 desconcierto e incapacidad para responder a la agresin E40NF y desesperacin E40N.F. Entre las secuelas o efectos posteriores a la violacin se7ual reportados5 los ms frecuentes son los sentimientos de abandono o desamparo E40.7NF y la sensacin de haber visto truncado su proyecto de vida y su proyeccin hacia el futuro E40NF El anlisis de los testimonios de quienes sufrieron tortura revela que las secuelas o efectos posteriores ms comLnmente asociados a la e7periencia de tortura son las pesadillas5 los sntomas de ansiedad como la sudoracin de las manos y la aparicin de malestares fsicos o enfermedades vinculadas por los declarantes a los maltratos sufridos. Las referencias e7plcitas a sentimientos de humillacin5 desprecio o privacin de la condicin de seres humanos durante los hechos de violencia -como el ser Jtratados como animalesK- se encuentran presentes en el 16N de los testimonios analizados por la \nidad de Salud Mental. Son especialmente los varones y las vctimas del accionar de las Fuerzas ^rmadas quienes las mencionan espontneamente. Los anlisis realizados la revelan adems como una vivencia especialmente intensa entre las vctimas de crmenes y violaciones a los derechos humanos en los cuales los afectados y sus familiares se encuentran a merced de los sus victimarios como en las torturas5 la violencia se7ual5 los secuestros y las detenciones. [e acuerdo al estudio cuantitativo5 26.1N de las vctimas de crcel afirman haber recibido ayuda de redes de soporte socialH 24.2N en el caso de vctimas de torturaH 16.7N en el caso de familiares desaparecidosH 16.1N en el caso de hurfanosH y 15.RN en el caso de viudas.
"#$ "#$ !"#$%&'()*) (+)",-'(.-)%()(/012!'&3$)%()4-.!.) ) ) %l proceso de %./umacin de Fosas iniciado por la Comisin de la Verdad 9 la Reconciliacin, <ue complejo, se realizaron tres e./umaciones en las localidades de C/usc/i, Totos 9 Aucanamarca en A9acuc/oC Desde la Enidad de Falud Mental se elabor una propuesta de intervencin para cada una de ellasC Aa propuesta estaba centrada principalmente en el acompaamiento a los <amiliares 9 a las comunidades concernidas, ello implic la consideracin de un proceso de acompaamiento antes de la e./umacin, durante 9 posteriormente una intervencin post e./umacin, de tipo comunitariaC Aa primera e./umacin tuvo caracterKsticas mu9 particulares, Lue permitieron identi<icar a los restos <cilmente, lo mismo no ocurrirKa en la segunda e.periencia donde esta tarea <ue mu9 <rustrante en ese sentido 9 en la tercera, si se pudo /acer 9a Lue los mismos pobladores /abKan enterrado a sus <amiliares con muc/a prisa 9 sin poder cumplir con los ritos <unerarios acostumbrados, por el temor 9 el miedoC Eno de los temas ms delicados del proceso <ue el trabajo de las e.pectativas de la poblacin <rente al mismo, a propsito de la demanda de verdad 9 la gran necesidad de reconocer, recuperar los restos de sus <amiliaresC
%l caso de Totos result complejo por el /ec/o de Lue las <osas e.cavadas en Fancca9pata se /allaban removidasOperturbadas por la accin de animales 9 <actores climticos, por lo cual se /allaron menos esLueletos de los esperadosP solamente $ completos 9 <ragmentos de otros dos, de los QR cuerpos buscados, con el consiguiente desconsuelo de varios <amiliaresC %sto /izo Lue, a pesar de la coincidencia del /ec/o investigado con la in<ormacin del testigo presencial, los <amiliares pensaran Lue se /abKa e.cavado en el lugar eLuivocado, lo Lue motiv varias reuniones con ellos para tratar de e.plicar por Lu se pensaba Lue era el lugar correctoC Finalmente, en el laboratorio, se identi<ic positivamente uno de los cuerpos 9 otros dos sern sometidos a anlisis genticosC %n relacin con el cuerpo identi<icado, no <ue recibido por sus <amiliares, por lo Lue se decidi dejarlo para anlisis gentico junto a los otros dos cuerpos completosC A ello se suma el /allazgo de restos de vestimenta 9 casLuillos de pro9ectil de arma de <uego, lo Lue a criterio de la investigacin coincide con las versiones testimonialesC Q
Aa ma9orKa de <osas /an sido manipuladas por los <amiliares buscando desesperadamente a sus <amiliaresC %llos /ablaron de sus vidas 9 su<rimiento en la bsLueda de sus seres LueridosU /ablndonos con una esperanza Lue con el pasar de los aos no /a muertoC Al lugar de la e./umacin se acercaron no solo los <amiliares de las personas Lue presuntamente se encontraban en la <osa sino tambin muc/os <amiliares Lue sabKan Lue sus <amiliares /abKan sido llevados a otros lugares 9 Lue al escuc/ar Lue se realizarKa la e./umacin
Q CVR Vn<orme de la misin conjunta realizada en Per por el eLuipo argentino de antropologKa <orense, la <undacin de antropologKa <orense de Xuatemala e Vsabel Reveco YC/ileZ
"#[ "#% se acercaron con la esperanza de Lue sus peticiones de e./umacin <uesen aceptadasC Aas e.plicaciones acerca del procedimiento para llevar a cabo una e./umacin de <osas eran di<Kcilmente entendidas Permanecieron en muc/os casos /asta el <inal, insistiendo en la necesidad de esclarecer su prdidaC \ablaron del impacto Lue /a tenido en ellos la muerte o desaparicin del <amiliarC De las repercusiones en sus vidas, de las secuelasC Del dolor asociado a tanto tiempo de silencio, de lo di<Kcil Lue ser con<iar en las institucionesC Eno de los comuneros e.pres su temor <rente a la venganzaC ]^_ `Lu pasar de ac a unos aos, si /a9 un cambio de gobierno, tienen miedo a Lue las autoridades decidan vengarse de aLuellos Lue /ablarona "
%l Ritual Funerario, <ue mu9 importante en el proceso, para l las viudas se vistieron de negro, organizaron todo de acuerdo a las costumbres de las comunidades andinas 9 se pudo rescatar el carcter 9 el e<ecto simblico Lue de ello se derivaC %.presaron su tranLuilidad por /aber podido velar 9 enterrar a sus <amiliaresC Fon muc/os ms los Lue an esperan, el dolor sigue presente en ellosC %.presaron su necesidad de encontrar a sus <amiliares de obtener justicia 9 reconocimiento para asK poder desenterrarse de la impunidad 9 el olvidoC bo sienten Lue el perdn sea posible si no se dan estas condicionesC
(5)6789:98;<;7:=9)>7)5?@)9@?<7:=?@)
%l proceso natural de conocer a las personas es a partir de su rostro 9 de su presencia <Ksica, %cT%RbA, claro, adems de su e.presin general, 9 de sus rasgos 9 e.presiones particulares como su mirada, su sonrisa, adems de las caracterKsticas Lue percibimos de su psiLuismoC An cuando nos despedimos de un di<unto lo vemos sin vida, cambiado pero, desde su e.teriorC Cuando participamos de una e./umacin conocemos a las personas PdR FEF R%FTdF VbT%RbdF epor sus /uesos en este casoe Lue en otras condiciones nunca vemos, Lue pueden estar, o no, entremezclados con ropasC $
Al /allarse <rente a los restos los llantos 9 la congoja eran inevitablesC %l reconocimiento de los restos <ue distinto en los tres procesosC %n C/usc/i slo se presentaron las ropasC Por cada persona e./umada entraba un <amiliar, m.imo dos como, por ejemplo, si se trataba de una viuda Lue pedKa ser acompaadaC Junto con ellos estaba un Representante de la De<ensorKa 9 la Psicloga de la CVRC Aos <amiliares pudieron cumplir con la diligencia 9 al encontrar las ropas de su <amiliar tenKan muc/a seguridad en sealar Lue sK eranC Ena seora dijo al salirP gTe <uiste por tanto tiempo para a/ora volver 9 pronto volverte a irhC %l dolor <ue e.presado por las viudas 9 los /ijosC Ena de las viudas le /ablaba 9 decKa gTu <uiste bueno, con el esposo Lue tengo
" CVRC botas de CampoC %./umacin de Fosas, Totos Agosto "ii" $ CVRC g`Cmo serKa vivoahC Enidad de Falud Mental, Taller bacional CAPFjCVR, Aima, "kj"l de Junio del "ii"
"#R "#& a/ora 9a no es lo mismohC dtra de ellas en un llanto inconsolable le cantaba el Fan Xregorio mientras su /ija de Q# aos se reencontraba con los restos de un padre a Luien solo /abKa visto de mu9 peLuea 9 de Luien lo Lue ms recordaba era la ausenciaC muizs este momento de reencuentro entre un <amiliar Lue /a esperado por tantos aos encontrar a su ser Luerido 9 la ropa <ue el ms conmovedor para todos los presentesP <amiliares, eLuipo <orense, psiclogosC
$9)7@)A5B):9)7@=C:) Aos <amiliares de las personas cu9os restos no <ueron encontrados se mostraron mu9 morti<icados 9 resultaba evidente la necesidad de contar con tiempo para poder trabajar con ms pro<undidad este temaC Antes de pasar a reconocer los restos ellos pidieron tener una reunin a solas 9 en ella decidieron no aceptarlosC Aa esposa de uno de los restos identi<icados no reconoci los restos como los de su esposo, argument Lue no le correspondKan, pues l no chacchaba coca 9 la dentadura del crneo Lue le presentaron mostraba signos de Lue /aberlo /ec/oC %n otros espacios e.pres Lue era decisin de la comunidad 9 Lue ella no podKa reconocer a su esposoC %llos no comprendKan lo Lue sucedKa 9 siguieron insistiendo para Lue la bsLueda contineP g`por Lu si /a9 presupuesto para QR /an dejado de buscarahC Aos peritos e.plicaban las posibles causas, pero ms all de eso la duda se /acKa e.plicita 9 la sospec/a de Lue se /abKa cavado en el lugar eLuivocadoP gno es allK es ms allh, g/emos visto la ropah, gatrs de esa loma estnhC %llos decKan saber cul era el lugar correcto 9 e.presaban su impotencia 9 sus ganas de encontrar 9a los restos de sus <amiliaresP gmueremos Lue se nos de permiso, con nuestras propias manos vamos a e.cavarhC Faben dnde estn, igual es ilegal desenterrarC
]^_ vamos a esperar a Diciembre Lue salgan los resultados de las pruebas de ADb 9 si sale cierto recin aceptaremos Lue son nuestros <amiliares sino no vamos aceptar, porLue nosotros no ms podemos eLuivocarnos, acaso ellos no se pueden eLuivocara si 9a el testigo esta diciendo donde es, a/ora si tranLuilo esta /ablando, 9 nosotros estamos viendo como allK encima Yparece Lue el dKa "R de septiembre el testigo regres a la <osa a las [Cii AM con otros <amiliares 9 cav unos centKmetrosZ, estn apareciendo los /uesos 9 tambin esta la c/ompa Lue le /a tejido la seora a su esposo 9 Lue igualito tiene su /ijo, ella les puede ensear para Lue no se descon<Ken, allK se esta viendo la ropa Lue solo usaba la gente de muispillacta, porLue al <iscal mismo le /emos enseado 9 /a dic/o a ver donde est la otra <osa 9 nada /a /ec/o, en el librito Ymanual de la CVRZ dice Lue una vez Lue le avisamos al <iscal l tiene Lue poner custodia de la <osa 9 ese dKa Y"k de agostoZ le /emos enseado la <osa Lue se esta viendo 9 no /a puesto custodia, igualito no ms /a dejado, l mismo no est cumpliendo la le9C [
AsK se e.pres un poblador en una visita Lue se /iciera semanas despus de la e./umacinC %videntemente estn en espera 9 necesitan tener una respuestaC becesitan saber si son o no aLuellos sus <amiliares 9 darles por <in sepulturaC
[ !CVR bota de Campo Proceso Post j %./umacin TotosC
"#n "#' %ntre los <amiliares estn presentes los /ijos, jvenes Lue eran peLueos cuando sus padres desaparecieron 9 tienen poco recuerdo de ellosC
]^_ los nios estaban tristes 9o les decKa 9a va a regresar, a otras personas las veKan 9 decKan a/K viene mi papC Mi /ijo decKa primero Lue venga mi pap para comer ]CCC_ mis /ijos /an crecido tristes sin su papC R
Muc/os de ellos tambin <ueron testigos directos e indirectos de la violencia 9 sienten tambin el impacto en ellos 9 en sus <amiliasC \an crecido muc/as veces sin conocer a uno de sus padres, /an sentido la ausencia, /an idealizado su presenciaC Tambin estn las viudas Lue durante muc/os aos /an vivido sin tener Luien las escuc/e, sin poder encontrar a sus <amiliares o sabiendo Lue estn enterrados en una <osa 9 sin poder darles sepultura, mujeres Lue /an tenido Lue seguir trabajando a pesar de su dolor porLue se convirtieron de pronto en las nicas responsables de su /ogar 9 de sus /ijosC Tuvieron Lue postergar las bsLuedas porLue necesitaban seguir viviendo o porLue las autoridades no se los permitKan pero a/ora despus de casi tal vez veinte aos 9 con las <uerzas Lue an les Luedan estn dispuestas a seguir buscando, a encontrar a sus <amiliares 9 a tener la certeza de si estn muertos o si pueden seguir con la esperanza de encontrarlos vivosC Ena seora nos cuentaP g9o lo seguK ac a Totos con mis dos /ijitosCCC me dijeron terruca ests siguiendo a tu esposo terrucohC n Tuvo Lue dejar su bsLueda por el miedo a Lue le /agan algo a ella 9 Lue sus /ijos Lueden solosC A/ora casi "i aos despus ella 9 su /ijo /an viajado desde Tucojmuispillacta para seguir la bsLuedaP g9o seguir buscando porLue no lo puedo dejar a mi esposo, a/ora si puedo buscarhC
R bota de CampoC Totos, A9acuc/o, Agosto "ii$C %./umacin de TotosC MujerC Ri aosC %sposaC Cuc/uLueseraC n !Totos, A9acuc/o, Agosto "ii$C %./umacin de TotosC MujerC Rk aosC %sposaC Tuco
CAPITULO 2 SECUELAS SOCIOPOLITICAS
En las paginas siguientes presentamos un analisis de las secuelas de la violencia en el campo sociopolitico, es decir, de los eIectos perniciosos que el conIlicto armado interno ha generado en las Iormas de relacion e interaccion social entre los miembros de las comunidades aIectadas, asi como en el deterioro de sus instituciones de representacion politica. Ante la presencia de los grupos en conIlicto y su pretension de controlar los espacios comunitarios -a traves del miedo y la imposicion de nuevas Iormas de organizacion-, muchos pobladores se vieron obligados a abandonar sus pueblos, dando lugar al Ienomeno de desplazamiento. De este Ienomeno daremos cuenta en primer termino. El es Iundamental en la medida en que sintetiza la destruccion de la organizacion comunitaria producida por el conIlicto armado en el Peru. Resume e incorpora todos los planos desde los que analizamos el tema de las secuelas de la violencia: el psicosocial, el sociopolitico y el economico. Enseguida desarrollamos el signiIicado del quiebre del sistema social y ciudadano por la imposicion de autoridades ilegitimas despues del asesinato o la desaparicion de los lideres naturales. El descabezamiento de las autoridades alcanzo niveles de catastroIe politica y organizativa, y posibilito el Iortalecimiento de Iormas eIimeras de autoritarismo. Finalmente, sealamos las acciones mas importantes que la sociedad civil ha realizado para enIrentar el accionar de la violencia subversiva y estatal.
2.1. DESTRUCCIN Y DEBILITAMIENTO DE LA ORGANIZACIN COMUNITARIA
Son multiples los eIectos de la violencia derivados del conIlicto armado. Entre ellos estan la descapitalizacion de la economia campesina y comunera, la destruccion de las bases productivas y la desarticulacion de los circuitos mercantiles, asi como la destruccion de la inIraestructura publica y la severa restriccion del acceso a los servicios estatales y comunales. A esto se deben aadir distintas Iormas de perdida de derechos civiles, politicos y culturales por parte de un importante porcentaje de la ciudadania, debido a la declaracion de zonas de emergencia y a la promulgacion de 278 leyes y normas de excepcion atentatorias contra tales derechos. En esta parte desarrollamos como el impacto del conIlicto armado interno se tradujo en destruccion y debilitamiento de toda Iorma de organizacion social y de las Iormas de representacion local. Las expresiones mas visibles de estos hechos son: el desplazamiento de personas y grupos hacia zonas distantes de sus lugares de origen; las Iormas anarquicas y desorganizadas de vida, donde la anomia domina el contexto; y, Iinalmente, la exacerbacion de conIlictos locales ancestrales sin posibilidad de ser controlados internamente y de ser usados para Iines diIerentes, aadiendo mas diIicultad al equilibrio local.
Familias, e incluso comunidades enteras, salieron de los lugares en que habitaban para buscar espacios menos hostiles. Este Ienomeno tuvo un caracter masivo y extendido, sobre todo en el campo. Los pequeos poblados aIectados por el conIlicto armado quedaron vacios. En los miles de testimonios recogidos por la CVR, el Ienomeno aparece con claridad como una respuesta muchas veces desesperada y no planiIicada ante amenazas, reclutamientos Iorzados, asesinato de los Iamiliares, matanzas o devastacion de comunidades. Su nivel de impacto en la vida comunal se reIleja en las palabras recogidas en los testimonios y utilizadas para describir a los poblados tras los desplazamientos: desolado, vacio, deshabitado, silencioso, tierra de nadie, solitario. La violencia intensa e indiscriminada de los distintos bandos en conIlicto ataco directamente a todos y cada uno de los pobladores convirtiendolos en victimas o testigos de violaciones de los derechos de las personas y comunidades. Un testimoniante, por ejemplo, seala: Cuando no les haciamos caso es que nos amenazaban con matar y si nosotros hubieramos seguido ahi nomas Iijo nos hubiera matado, si no hubieramos escapado al cerro a vivir. En el cerro es lo que viviamos, dejando nuestras cosas. No hemos llevado nada, ni nuestros animales, mas que nada por nuestra vida es lo que principalmente nos haciamos alejar. 1
La huida del lugar de origen como una busqueda de proteccion y seguridad desestructuro las diversas instituciones sociales construidas a lo largo del tiempo. En algunos casos las Iamilias volverian al desaparecer la amenaza. Sin embargo, en otros casos, tal huida era un camino incierto y sin retorno. El impacto del desplazamiento tuvo un caracter desintegrador. El espacio social se convertia en un lugar silencioso y las tierras o las casas eran Iinalmente de nadie. Con lo de Sendero ya la gente, el que menos, se iba. Huanta practicamente estaba casi desolado. 2 El orden social se trastoco a tal punto que lugares habitualmente seguros, como la casa, el local comunal, la escuela y la capilla, se hicieron peligrosos.
1 CVR. Testimonio 301060. 2 CVR. Testimonio 200711. 279 La desestructuracion de la comunidad se inicio con la partida de adolescentes y jovenes, objetivos predilectos de los reclutamientos Iorzados y las detenciones desde los primeros aos. El desplazamiento de este sector de la poblacion esta vinculado, ademas, a las diIicultades de continuar los estudios con normalidad en comunidades donde las escuelas eran percibidas como espacios peligrosos, que incluso dejaban de Iuncionar debido a que muchos de los maestros eran objeto de amenazas y persecucion: Si nos encontraba, nos golpeaban tanto los militares y los subversivos, y a los jovenes se los llevaban, es por eso que los jovenes ya no querian estudiar en la chacra, se iban a la ciudad. 3 De este modo, los mas jovenes, Iundamentalmente varones, salieron de la comunidad dejando a mujeres y nios a su suerte. Asimismo, los testimonios revelan que otros grupos que se desplazaron en los primeros aos Iueron las autoridades y los pobladores con mayores recursos. De ese modo, la comunidad no solo iba quedando despoblada paulatinamente, sino ademas se la desorganizaba, desestructuraba: perdia a sus jovenes, sus autoridades, sus maestros. La sensacion de desorganizacion e inseguridad Irente a tales ausencias producia nuevos desplazamientos: Bueno, la comunidad despues de la Iecha quedo totalmente destruida, no habia autoridad, no habia varones, los que han quedado tambien se Iueron, se han desplazado a Lima, a Huamanga, unos cuantitos ya nos hemos quedado. 4
Existen tambien algunas reIerencias a quienes, aunque lo desearan, se veian impedidos de desplazarse: las mujeres y hombres mayores, las Iamilias con varios hijos pequeos, quienes debian esperar la cosecha para sobrevivir y quienes carecian de Iamiliares o paisanos en los lugares de recepcion. El resto se Iueron, pero yo no pude irme, porque mis hijos aun estaban pequeos esa Iecha y tampoco no tenia Iamiliares en Lima, pues del resto tenian sus Iamilias en Lima y entonces cuando estos les hacia llamar algunos se Iueron, pero nosotros no sabiamos a donde entrar y permaneciamos aqui por que no teniamos Iamiliares. 5
A las reIerencias a desplazamientos hacia las grandes ciudades, distantes de las comunidades y eventualmente mas seguras, se suman con Irecuencia las experiencias de desplazamiento hacia zonas mas cercanas, habitualmente parajes aislados, como la puna, el monte y la selva. Se trata, en ocasiones, de un desplazamiento sistematico y por cortos periodos de tiempo. Algunas veces se trata incluso de una actividad diaria repetida al caer la noche. Estas experiencias de desplazamiento, especialmente en las zonas de inIluencia ashaninka y en las comunidades andinas mas distantes de las grandes ciudades, se encuentran habitualmente relacionadas con largas y penosas caminatas, escasez de alimentos y un grave deterioro de la salud debido a la desnutricion y las enIermedades. La decision de desplazarse, en busqueda de proteccion y seguridad, supone habitualmente
3 CVR. Testimonio 201347. 4 CVR. Testimonio 200499. 5 CVR. Testimonio 202320. 280 un sinnumero de perdidas, dentro de las cuales los bienes materiales adquieren una singular importancia. Estas perdidas, quizas menos signiIicativas en otros contextos, deben ser entendidas en un marco en el que la tierra es la principal Iuente de supervivencia y, junto a la vivienda, es la mas importante, cuando no la unica, propiedad de los campesinos. Si bien en algunos casos existia la posibilidad de vender las propiedades antes de desplazarse lo cual no deja de constituir una perdida, en la mayoria de ocasiones esto no era posible por el caracter desesperado y necesariamente clandestino de la salida de la comunidad. Por estas razones, son Irecuentes las reIerencias a viviendas, tierras y animales que en muchos casos Iueron perdidos deIinitivamente, tomados por otros comuneros o expropiados por alguno de los bandos en conIlicto. A Ica, a Lima se iban de miedo dejando sus chacras botados, sus animales botados. 6 ! Esas salidas abruptas suponian que los pobladores llegasen a sus puntos de destino sin recursos y que debieran empezar alli, en la mayoria de ocasiones, desde cero. No es diIicil entender entonces que el grueso de la poblacion desplazada hacia las ciudades constituyera el grupo mas pobre entre los pobres. Asimismo, haber perdido vivienda, tierras y animales, desalienta a los potenciales retornantes: no tengo nada para volver. En ocasiones, los desplazamientos se dirigian hacia centros de recepcion en los que los desplazados disponian de redes Iamiliares y comunales. Estas experiencias recogidas en los testimonios suelen ser descritas por pobladores de comunidades, algunos de los cuales hacen reIerencia a la buena acogida que tuvieron por parte de sus paisanos. En otros casos, sin embargo, el temor era tal que pobladores y Iamilias enteras salian de la comunidad sin conocer su destino Iinal. Frecuentemente, la violencia alcanzaba a los desplazados al poco tiempo de llegar a las zonas de insercion, lo que motivaba un nuevo desplazamiento. La idea y el deseo de retorno se mantuvieron presentes, especialmente en los adultos. Sin embargo, ello no siempre Iue Iacil. El temor acompaaba cualquier decision y, en algunos casos, se temia el posible rebrote de la violencia o la ocurrencia de venganzas por conIlictos o deudas pendientes. En lo que respecta a los procesos de retorno y repoblamiento de las comunidades, luego de los periodos mas intensos de violencia, las reIerencias no son del todo precisas. La unica certeza es que una de las claves para iniciar el retorno ha sido conocer el regreso de la calma en la comunidad. Se mencionan ademas algunas experiencias de retornos organizados, y en uno de los testimonios se seala la modiIicacion de la composicion sociodemograIica de la comunidad y el cambio en las relaciones de poder: ahora buena parte de los lideres y los comuneros son jovenes. Apenas llegados a los lugares de recepcion y reIugio, los desplazados se vieron enIrentados a la necesidad de un nuevo comienzo en condiciones especialmente diIiciles. Conseguir un lugar donde dormir o algo para calmar el hambre Iueron las primeras tareas a resolver. EnIrentados en ocasiones al caos de las grandes ciudades, desprovistos de sus comidas tradicionales, alejados de
6 CVR. Testimonio 201642. 281 sus tierras y privados de la compaia de los que alli se quedaron, los desplazados experimentaron intensos sentimientos de nostalgia y deseos de volver. Me vine aca para Huancayo, abajo en Chilca, por ahi estoy viviendo. Y de ahi mis hijitos no se pueden acostumbrar, estan suIriendo ahi. Se escapaban, se escapaban para Huamali, pero yo no tengo Iamilia, nada. Ahi una vecina nomas que era buena, aunque es pobre, ahi llegaban (...) no querian estar aca (...) no se acostumbraban 7 . En sentido inverso, tambien se vivieron experiencias similares, aunque de menor intensidad, en los procesos de retorno de algunas Iamilias a sus comunidades de origen. En estos casos habrian sido los nios y los jovenes, acostumbrados al ritmo de vida de las ciudades, quienes mas diIicultades tuvieron para adaptarse al campo. Ante la escasez de recursos, los desplazados, acostumbrados a trabajar la tierra para ganarse la vida, se vieron en la necesidad de obtener dinero para sobrevivir, y el comercio ambulatorio Iue una Iuente de ingresos asequible.
Yo me dedicaba a vender algunos articulos de primera necesidad, que en esos tiempos era todo. La vida era caro y solamente me daba para comer; porque las cosas que uno se encontraba en la chacra en una parte nos ayudaba, o sea que se echaba de menos las cosas que producia, los productos. O sea, todo era plata en la ciudad. Pero en tu chacra que tu cosechabas no recompensaba que estar mejor en tu chacra, porque en la ciudad las cosas son todo caro y compras. Todo ahi es comprado. Y vino, me metio en un trabajo pero no era un trabajo estable, de vez en cuando, pasajero nomas. Me arrepenti en la ciudad, volvi a los ocho meses 8 .
Muchos de quienes se insertaron en la periIeria de las ciudades no eran hispanohablantes, lo que les impedia la capacidad esencial de la comunicacion. Del campo llegas a una ciudad, era Iatal. Para colmo no sabiamos hablar, alla en la sierra todo quechua, no sabiamos hablar castellano. Estamos perdidos, ni conociamos con quien conversar, era bien triste la vida que habiamos pasado 9 . Asimismo, los desplazados Iueron victimas de actitudes discriminatorias y racistas, incluso por parte de gentes del mismo origen.
Era la primera vez que iba a la ciudad, era grande, me sentia raro, habia amigos o vecinos que me decian serrano`, pero no tanto me acomplejaba por mas que me trataban asi. Mi hermano me apoyo bastante, no le hagas caso a nadie, todos somos iguales` |.| En el colegio igual, de serrano me trataban pero yo no les hacia caso y estudiaba, les ganaba a todos, era el mejor alumno de mi colegio 10 .
El riesgo de ser maltratado, incluso en el caso de los nios, se incrementaba cuando los
7 CVR. Testimonio 304023. 8 CVR. Testimonio 453378. 9 CVR. Testimonio 100704. 10 CVR. Testimonio 205380. 282 desplazados provenian de las zonas habitualmente consideradas como las mas golpeadas por la violencia:
Nos decia terruco, hasta en el colegio mismo. Los proIesores oye terruquito me decian. Habia una proIesora joven, tenia miedo de hablar del Sendero. Ah tu eres, tu has sido terrorista, me pregunta un dia. Ah, si le digo. Desde ahi me tenia como miedo, se asusto. Cuando yo le contaba, como le estoy contado hoy dia, como mataban, hasta se ponia a llorar. Despues se hizo mi amiga... Yo era el unico ayacuchano y Ayacucho estaba sonado como senderista, todo el mundo era senderista para ellos y mis compaeros me tenian cierto recelo, no tenia mucha amistad. Decian si le hacemos algo que tal nos mata... pero yo les hablaba, les trataba de hacer entender que eso no era asi como lo piensan ellos, que yo no he sido senderista 11 .
!"#"!"$%)'8*6),$-$0),)*/5&7/3&+,$6)$5/$9&85),3&/$$ ! Las incursiones armadas desarticularon la vida cotidiana de las poblaciones y destruyeron las normas que orientaban la dinamica interna de las organizaciones existentes. Asimismo, la presencia de elementos extraos a la comunidad trastorno las normas de convivencia: se tomaron por asalto los espacios, expropiandolos sin el consentimiento colectivo, y se originaron diversas acciones al margen de la ley y las costumbres. Todas las acciones invasivas ahondaron el desorden de la vida comunal, lo que en muchos casos se tradujo en anomia. Las comunidades se vieron envueltas, cuando menos lo esperaban, en acciones violentas provocadas por personas desconocidas y mas tarde por sus mismos paisanos, en muchas ocasiones sin ninguna razon aparente. Estos acontecimientos generaron suspicacias entre los pobladores y sembraron un clima de desconIianza mas o menos generalizado. De este modo, la desconIianza se sumaba a la impotencia de los pobladores, convirtiendo el espacio social relativamente ordenado en un ambito caotico y sin rumbo. La destruccion del espacio social empezaba con la toma de pueblos y la expropiacion temporal de los locales considerados comunales. Se declaraban zonas liberadas, expropiando temporalmente los espacios, y se establecian bases militares en medio de las poblaciones. En este clima, los abusos se incrementaron tanto por parte de los grupos alzados en armas como por parte de los soldados o policias. Ambas partes buscaban la sumision inmediata de la poblacion y demandaban servicios diversos, ya sea a cambio de una libertad basada en la instauracion de un nuevo orden social o por el oIrecimiento de seguridad nacional. En ambos casos, lo que ocurria en la practica era una apropiacion Iorzada de los espacios culturalmente pautados y, a la postre, una invasion del espacio social y la eliminacion de la relativa tranquilidad de la poblacion. Para los grupos alzados en armas la posibilidad de expandirse territorialmente era una meta
11 CVR. Testimonio 205380. 283 y, desde esta perspectiva, las zonas liberadas cumplian Iunciones multiples: eran ensayos de una nueva democracia, un espacio donde habitaban las bases de apoyo, pero tambien uno de suministro alimentario y de medicinas. De ese modo, tales zonas, producto de las decisiones de los miembros de Sendero Luminoso, tenian un doble signiIicado: de un lado, eliminar cualquier Iorma de autoridad legitimamente establecida, y, de otro lado, tener un espacio para desplegar una organizacion con pretensiones ideologicas totalitarias. La existencia de estos espacios genero tal conIusion en la poblacion que las mismas autoridades legitimamente constituidas no sabian con quienes estaban relacionandose, y sus roles terminaron por ser Iuncionales a los requerimientos de quienes mandaban apoyados en las armas. Asi, las zonas liberadas se convirtieron en zonas peligrosas para cualquier civil. Los militares las designaban como zonas rojas, zonas en las que, por generalizacion, todos eran sospechosos de terrorismo. Los militares tambien indago ronda en ronda, Huamanmarca era zona roja, en Umaro tambien igualito era zona roja, Accomarca tambien igualito, zona roja 12 . Las zonas liberadas eran lugares donde nadie podia entrar, ni salir, era controlado pe, era controlado por ellos, cuando bajaban del bote, ellos pedian documentos, tenian vigilancia... En todos los puestos, todas las entradas vigilante hay 13 . Las zonas habian sido geograIicamente parceladas por el grupo que en ese momento controlaba el lugar y solo se permitia el ingreso a personas conocidas, bajo el riesgo de perder la vida o de ser tildado de yana uma o soplon, segun el grupo de reIerencia.
... esta zona toda era roja, aca antes de entrar izaban la bandera de los terroristas nadie entraba alla, alla era un control, alla en rio era un control de los terroristas. Gente que no estaba garantizado, que nadie le garantizaba no entraba... Haber venga usted le decia, usted garantiza? No lo conozco al seor, entonces pum! Abajo, el terrorista lo bajaba al toque, todo entraba con garantia... Despues de eso, el ejercito habia, al ver esto que estaba Iuerte aca, no dejaba entrar, este era su base de los terroristas, donde esta el ejercito, era su base de los terroristas, base grande aca Iuncionaba. 14
Quienes vivian en las zonas liberadas o alrededor de las bases militares perdian relativamente la libertad. Estaban a merced de quienes portaban un arma y, con el paso del tiempo, se habian acostumbrado a vivir sometidos o protegidos. Sin embargo, esta situacion, aunque transitoria, dejo hondas huellas de desconcierto y de insatisIaccion entre las personas y los grupos locales. En algunas ocasiones, el abuso tanto por parte de los grupos alzados en armas como de los militares provoco en la poblacion el intento de rebelarse, aunque no siempre con exito, y el intento se pagaba con la perdida de vidas humanas. No se puede dejar de mencionar que en otros casos la poblacion logro organizarse para deshacerse de los grupos subversivos y asi recuperar sus
12 CVR. BDI-I-P89 Entrevista a ex-rondero de 50 aos, es comerciante. Huambalpa, Vilcas Huaman (Ayacucho), agosto de 2002. 13 CVR. BDI-I-P303 Entrevista a ex autoridad, Venenillo (provincia de Leoncio prado, Huanuco) mayo del 2002. 14 CVR. BDI-I-P271 Entrevista a Poblador sanitario de la Posta Medica, Venenillo (provincia de Leoncio Prado, Huanuco), mayo del 2002. 284 costumbres y volver a su vida habitual. Las estrategias de los grupos armados terminaron por conIundir a las personas y hacer perder la nocion de autoridad. Bueno, pues, asi ellos se presentaban y decian que yo soy autoridad... hacia una conIusion. A ciencia cierta uno ya no sabia quien era en realidad los militares, si de repente eran los militares o del Sendero que venian camuIlados 15 . Esto contribuyo a crear estereotipos de grupos y personas que al Iinal terminaron estigmatizando a ciertos grupos sociales, los que Iueron excluidos, discriminados o eliminados, en la medida en que eran considerados enemigos. Para los pobladores los visitantes, sobre todo armados, no proyectaban una imagen deIinida: las Iuerzas del orden podian presentarse como terrucos y los grupos subversivos como milicos. El mimetismo de los visitantes proIundizo los sentimientos de miedo y desconIianza entre los pobladores, pero tambien las relaciones de sometimiento o sumision, pese a los esIuerzos que se hacia por practicar los procesos de democratizacion progresiva, por ejemplo, a traves de las elecciones de autoridades locales. El comportamiento de quienes portaban armas, dada la impunidad con la que actuaban, se convirtio en muchos casos en un modelo para el sector mas joven de la poblacion. Es asi que las distintas Iormas de delincuencia que aparecieron en las zonas de mayor conIlicto no solo Iueron consecuencia de la ausencia de autoridades sino tambien de la presencia de modelos sociales que mostraban que muchos problemas se podian resolver de manera rapida y sin mucho costo. Tambien lo que se ha visto es el cambio de caracter, los hijos se han tornado violentos y rebeldes; y otro problema tambien que, en cierto grado, esta incidiendo en Ayacucho es el pandillaje... el pandillaje pernicioso juvenil de hombres y mujeres. Hay chicas pandilleras involucradas... Por que yo planteo este aspecto? Porque, Alicia, la historia nos olvidamos muy rapido y la juventud sabe que. por que soy huerIano?, preguntan. Por que murio mi papa?. Le dices, le avisas, pero tu no los ves cual es su resultado. La mayoria de pandilleros en Ayacucho son producto... Hay rebrotes en el campo. Por que Sendero hizo caldo de cultivo? Por el hambre y la miseria del campo y de la ciudad. Y ahora hay mas pobres y mas desocupacion... Mas, mucho mas. Porque si tenian unas dos vacas, ahora no la tienen ni una vaca, recien estan sembrando. Algunos estan todavia en zonas de reIugio, que no han retornado a sus comunidades de origen. En que condiciones estan en los pueblos jovenes en Lima? el subempleo? la explotacion? quienes son? Y si hacemos un diagnostico es muy claro. 16
Las zonas en emergencia se vieron rapidamente inundadas de asaltos, robos sistematicos y pandillaje, lo que aIecto en cierta medida y durante mucho tiempo a comerciantes y pobladores. La violencia habia ganado las calles y carreteras y se habia convertido incluso en un "#$%&!#'()*+$, a traves del cual los jovenes reproducian los habitos de conducta impuestos en su entorno social. El incremento que se produjo de la violencia juvenil no tiene parangon. Los mecanismos culturales Iormados durante mucho tiempo habian sucumbido en muchos casos o simplemente no pudieron
15 CVR. BDI-I-P56 Entrevista a Poblador de 50 aos, docente, Accomarca (Ayacucho), junio de 2002. 16 CVR. BDI-II-P506 Grupo Iocal con las entrevistadoras de la CVR realizado en Ayacucho el 30 de noviembre del 2002 por el equipo de Salud mental. 285 resistir una Iorma inusitada de violencia. Los testimonios reIlejan a menudo como la juventud perdio horizontes y transgredio constantemente las normas de convivencia social: ...hay mucha violencia en la juventud, en los jovenes de 14 a 10 aos, estan como pandilleros y tambien beben licor y un poco Iuman. De todas manera tuvo que haber aIectado la violencia... 17 . Asimismo, hay otros que recuerdan:
Ahora las mujeres tambien estan aprendiendo a portarse mal, se consiguen otras parejas, los esposos de estas seoras con mucha Iacilidad ahora amenazan de muerte delante de los nios y hubo muchos intentos de asesinatos en los hogares. |Ademas existe| la perdida de autoridad de los padres con sus hijos. Ahora, los jovenes son mas rebeldes y dentro de ellos hay mucho rencor y odio... Mayor maltrato a las mujeres y nios de parte de los varones, autoridades... Mayor incremento de personas adictos al alcohol. 18
Ahora la delincuencia comun, ahora hasta para quitarte un chancho, se van a tu casa. Antes..., cuando yo llegue a Tocache, se sabia que asaltaban que se dejaban todavia con vida, pero ahora ya no. Ahora las cosas es al reves, ahora lo que hacen es... te matan por un animal y te llevan y ya no te dicen que te vamos a quitar y te vamos a dejar con vida, sino te matan y te dejan y encima todavia llevan tus cosas... eso es ahora la gran preocupacion de la gente... Ahorita, de poquito es la delincuencia comun es tan diIicil: Estamos conversando con la policia para poder capturar a estos delincuentes, pero hasta hoy en dia no se puede con los delincuentes comunes como dice... se meten a hacer cualquier... Comen y pam! se meten al monte... Ahora en la delincuencia comun viene de la consecuencia de la violencia politica, por que? Porque tambien ha causado, por eso han abandonado muchos sus bienes y otro todavia tiene en mente agarrar dinero Iacil y esa juventud se dediquen en ello, tanto el narcotraIico, el terrorismo ha causado tanto problema... 19
Muchos jovenes no reconocen la autoridad ni la respetan, ...cuando ellos se encuentran borrachos, se pelean, se insultan, pues el respeto se ha perdido... A los ancianos tampoco les respetan, cuando nosotros les contamos a modo de ejemplo que anteriormente eramos mas respetuosos y no sucedian cosas como ahora ellos no nos creen. 20
.... algunos llegan a cometer robos y ya no le temen a nadie; pues si antes cuando los terrucos andaban, ellos la pasaban bien con las cosas ajenas, entonces nosotros tambien vamos a ser asi, eso es lo que dicen ellos, asi pues que sea. Asi involucrandose en esas cosas ya no quieren trabajar. Eso es lo que yo digo, seguramente esta en su mente todo lo que han visto cometer tanto los terrucos y militares, porque estos sacriIicaban a sus animales y la carne se lo llevaban. El otro venia de igual modo, nuestros animales se lo llevaban, asi era antes, entonces esa costumbre negativa siguen cultivando. 21
Las Iormas de violencia en la vida cotidiana trascendieron el ambito privado o Iamiliar y se
17 CVR. BDI-I -P410 Taller de genero, Satipo (Junin), 4 de noviembre de 2002. Participacion de varones. 18 CVR. BDI-I-P414 Taller de genero con mujeres, Huamanga (Ayacucho), 23 de octubre de 2002. Participacion de una mujer. 19 CVR. BDI-I-P417 Taller tematico de desplazados y ronderos, Tingo Maria (San Martin), 02 noviembre de 2002. 20 CVR. BDI-I-P648 Entrevista en proIundidad, Oronqoy, La Mar (Ayacucho), noviembre - diciembre de 2002. Mujer de 70 aos, lidero la revuelta de mujeres contra uno de los Carrillo. 21 CVR. BDI-II-P505 Entrevista a joven mujer ex autoridad, realizada en Huamanga (Ayacucho) en enero del 2003. 286 instalaron en la colectividad de manera constante. Junto a esto las comunidades han visto destruirse paulatinamente las maneras de organizar su vida comunal.
Existe el machismo, hay hogares donde he podido ver que hay agresion hacia la Iamilia, eso es de las secuelas que esta quedando de lo que hemos vivido, porque antes ellos imponian, han copiado ahora todo eso. Aca en Venenillo hay jovenes violentos con las damas, hay hogares donde el hombre toma un poco de trago y va a su casa a hacer problemas delante de sus hijos y todo eso genera que el nio venga a expresar violencia. 22
La violencia aIlora en cualquier momento entre ellos, recurren a la violencia cuando estan mareados. Eso lo escuche decir en Cayara... Hubo un joven que me dijo asi, textualmente, yo no se lo que tengo, porque a veces me entra asi, una cosa que me desconozco y empiezo a golpear`... La violencia salta en cualquier momento, hay violencia Iamiliar, con el esposo, que no se cuantos, que los nios. Mucha gente se ha volcado al alcoholismo. Por ejemplo, el pandillaje o el que muchos jovenes no obedecen en sus casas, porque no hay el control, no hay control paterno, no lo puedo controlar yo, pues el chico vive solo y yo soy el hermano mayor, yo trabajo y ellos estan abandonados en la calle. 23
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El conIlicto armado exacerbo muchos conIlictos locales ancestrales, potenciandolos de modo destructivo y con eIectos desintegradores. Los conIlictos Iueron utilizados por los grupos alzados en armas para Iines inmediatos y estrategicos, incentivando aun mas los odios y los rencores internos, sembrando ocasiones de venganza y aadiendo otros elementos que diIicultaban aun mas el retorno del orden local. Asi, los grupos subversivos trataron de aprovechar las contradicciones surgidas en la colectividad y los descontentos de la poblacion para ejercer su dominio. Los conIlictos por tierras o acceso a recursos naturales, las revanchas Iamiliares y los enconos personales por diversas razones sirvieron como motivacion para enIrentar a los pobladores entre si cuando lo consideraron necesario. Al llegar a las comunidades y pueblos los grupos subversivos establecian contactos y nombraban lideres, instauraban un nuevo orden basado en una disciplina rigida acompaada de gestos concretos de moralizacion. De este modo, en un primer momento, dichos grupos encontraron un cierto grado de aceptacion por parte de algunas comunidades, pues su presencia coincidian con el anhelo de orden y justicia en las poblaciones. Ese nuevo orden Iue propicio para denunciar a las autoridades por malversacion de Iondos publicos o para acusar a personas importantes de la localidad. El discurso del nuevo orden calo en muchos pobladores, sobre todo cuando eran testigos de gestos concretos de imposicion de disciplina y moral. Carajo! Esas gentes de plata: a barrer las calles, bien ordenaditos, nada de sacavueltera! A esos que eran waqras, no habia eso, a esos al
22 CVR BDI-I-P288 Entrevista grupal a proIesores de Venenillo ( provincia de Leoncio Prado, Huanuco) realizada en mayo del 2002. 23 CVR. BDI-II-P503 Grupo Iocal masculino realizado en Ayacucho en noviembre del 2002. 287 toque castigo (...), todo bien limpiecito era pues esas veces 24 , decia un poblador de Sancos. El castigo a los poderosos constituia una seal de justicia y la instauracion de una nueva experiencia igualitaria, la ausencia aparente de brechas entre pobres y ricos. Sin embargo, no todos los miembros de una comunidad estaban de acuerdo con las nuevas maneras de proceder, lo que provoco mayores tensiones entre los pobladores. Las envidias y los rencores entre los pobladores generaron mayor desconIianza e incertidumbre, sobre todo cuando sin ninguna razon algun miembro de una Iamilia, por ejemplo, no era castigado por los senderistas, cuando otros esperaban tal castigo. Tambien la prosperidad de algunos era motivo de enemistades, dudas y sospechas por parte de la comunidad. Los conIlictos no siempre se hicieron explicitos y, ante el temor y la incertidumbre, un grupo de personas decidio abandonar sus comunidades, pero otros, los mas pobres, al quedarse no tenian otro destino que acatar las indicaciones de quienes estaban al mando. La partida abrupta de las comunidades habia producido el abandono de bienes y terrenos, los que empezaron a ser utilizados por quienes permanecieron en la comunidad con la expectativa de convertirse en propietarios, para lo que, en algunos casos, contaban con la anuencia de las autoridades locales. Pasado un tiempo, muchos comuneros o propietarios retornaban a sus lugares de origen, pero encontraban que sus bienes habian sido tomados en posesion por otros, incluso de manera Iormal. Ante esto, los nuevos dueos utilizaron una serie de amenazas y artimaas para mantener la propiedad ilicitamente adquirida, incluso denunciando a los antiguos dueos como terroristas:
... Ellos han vuelto a la comunidad de Accomarca y siempre estan causando problemas de terrenos que habian abandonado cuando sus vidas corrian peligro... y ahora pretenden recuperar los terrenos que han sido posesionados por comuneros de Accomarca..., estos seores aun no han perdido la conducta de lideres senderistas, y estan atemorizando especialmente con los que tienen algun tipo de roce. 25
De este modo, se exacerbaron las viejas enemistades y se proIundizaron los conIlictos entre Iamilias en relacion con asuntos de terrenos o de control del agua, por ejemplo.
Existe una conciencia del abuso de autoridad que han cometido las elites y las autoridades, IalsiIicacion de documentos y como ello Iinalmente produce un abuso de autoridad Irente a los comuneros, donde reconocen que terminan adueandose de las tierras de los mas pobres y los acusan injustamente, porque tienen dinero y conocen. Este testimonio seala la existencia de un abuso de autoridad que cometian, y las injusticias especialmente con los mas pobres, quienes segun ciertos discursos no podian deIenderse. 26
24 CVR BDI-I-P335 Entrevista a ex autoridad realizada entre marzo y mayo del 2002 en Sancos, Huancasancos, Ayacucho. 25 CVR. BDI-I-P68 Notas de campo de entrevista inIormal a una agricultora de 48 aos, Accomarca (Ayacucho), junio de 2002. 26 InIorme de Huancasancos. 288
Los resentimientos y las ansias de venganza Iueron proIundos y duraderos. A pesar de los aos, ha quedado en la poblacion un resentimiento que a veces les provoca tomar acciones contra esas personas, pero para no causar problemas se aguantan 27 . Dichos resentimientos se originaron ante la escasa posibilidad que las personas o grupos tenian de encontrar en la sociedad el reconocimiento adecuado. Con el establecimiento del mencionado nuevo orden la sujecion a las normas dictadas por los grupos subversivos era incuestionable, de lo contrario los pobladores eran sometidos a alguna clase de amonestacion, ya sea un castigo Iisico o bien hasta la ejecucion despues de un juicio sumario en presencia de la poblacion. En este contexto, los juicios populares que desembocaron en ejecuciones no Iueron los unicos asesinatos que cometieron los Comites Populares, sin embargo Iueron los mas importantes porque se desarrollaron de Iorma publica. Son los que mas impactaron y los que mas recuerdan los comuneros. 28
Al verse atacadas y violentadas, las comunidades buscaron deIenderse usando diversos medios, como la Iormacion de rondas campesinas y nativas por ejemplo, o adoptando actitudes religiosas que en algunos lugares se constituyeron en estrategias para la supervivencia. Las rondas campesinas y nativas eran medios de proteccion y resguardo de las comunidades y, a la vez, signos de alianza con las Fuerzas Armadas. A pesar de existir iniciativas propias de las comunidades para Iormar rondas o comites de autodeIensa en sus zonas, la mayor parte de las experiencias recogidas dan cuenta de cierta presion por parte de las Fuerzas Armadas y Policiales para que se constituyan grupos armados desde la sociedad civil capaces de apoyar y hasta, en algunos casos, reemplazar a estas instituciones en las diversas zonas de conIlicto. Algunas organizaciones de deIensa Iueron implementadas con mayores recursos, como armas modernas, apoyo de la comisaria de la zona o apoyo de otras rondas. En tales casos se Iortalecio el papel que cumplian las rondas en la zona. Sin embargo, en el clima violento en el que se vivia no escaparon a los mecanismos de control y amenaza utilizados por miembros del Ejercito. Tales mecanismos llegaron en ocasiones hasta al asesinato de personas consideradas terroristas. Esto aadio mayores elementos que proIundizaron la enemistad que existia con otros pueblos. Asi, una mirada inicial sobre los testimonios recogidos nos muestra que la mayoria de las comunidades y muchas organizaciones urbano-marginales estuvieron en medio de dos bandos y sin posibilidad de deIensa. Sin embargo, si miramos con detenimiento los episodios relatados a la CVR, veremos que en realidad Iueron mas de dos los grupos desde los cuales surgia la violencia. De hecho, algunos grupos surgieron de las propias comunidades u organizaciones, colocando a muchos inocentes como blanco de sus ataques. De esta manera, en ocasiones habia zonas en las que
27 CVR. BDI-I-P99 Notas de campo entrevista inIormal a dos pobladores, mujer y varon en Huambalpa, Vilcas Huaman (Ayacucho), agosto de 2002. 28 InIorme Huancasnacos. 289 actuaban varias Iuerzas golpeando a la misma poblacion al mismo tiempo. Teniamos miedos de ambos, tanto de los "Puriq" y de la patrulla. Llegaba la patrulla te mataba, el otro llegaba tambien te mataba. 29
En ocasiones, los agentes del Estado cambiaron sus vestimentas al momento de realizar sus ataques o incursiones, haciendose pasar por miembros de Sendero Luminoso o del MRTA. Lo mismo hicieron los grupos subversivos: Y entonces ellos iban encapuchados. No se sabia quienes eran, no se sabia. Sera Sendero?, sera policia?, no se sabia 30 . El enemigo no tenia un rostro deIinido. Tambien ocurrio que los pobladores lograran identiIicar a sus propios paisanos entre los que perpetraban acciones violentas. En tales situaciones era diIicil denunciarlos, por temor a alguna represalia o a la concrecion de amenazas explicitas.
2.2. RESQUEBRA1AMIENTO DEL SISTEMA DE REPRESENTACIN Y DEL ORDEN 1ERRQUICO
Al desaparecer los lideres tradicionales de las comunidades, basicamente por haber sido asesinados o porque tuvieron que huir, se interrumpio la transmision de ese saber particular que es la conduccion de un grupo humano de acuerdo a sus costumbres, tradiciones e historia. Se desplazo el ejercicio del poder de sus legitimos poseedores y se usurparon Iunciones Iundamentales, como la administracion de justicia. Ello tuvo como consecuencia, ademas, que las comunidades perdiesen a quienes habian sido sus reIerentes eticos. Ante este vacio, el aprendizaje de nuevas Iormas de representacion politica y social Iue lento. Esto se agravo porque, como se recuerda, los jovenes varones tambien tuvieron que dejar sus comunidades, por razones ya comentadas. Habia, pues, que esperar algun tiempo hasta que los entonces nios o adolescentes crecieran y estuvieran en la capacidad de tomar la conduccion de sus comunidades. Ello trajo, asimismo, otra consecuencia, y es que, al no existir reIerencias claras sobre las pautas de organizacion los pobladores tuvieron que inventar Iormas de liderazgo y adecuarse a la nueva realidad que dejaba el conIlicto armado interno. Los nuevos lideres actuaron, entonces, entre la destruccion del orden bajo el que, por aos, se habian desenvuelto sus comunidades y las nuevas circunstancias. Finalmente. la intromision de agentes extraos a su comunidad ocasiono, ademas de destruccion, una proIunda distorsion de sus normas y pautas organizativas.
29 CVR. BDI-I-P666 Entrevista en proIundidad a mujer que vivio en las retiradas de SL que Iue luego recuperada por los militares. Realizada en Oronqoy (provincia de La Mar, Ayacucho) entre noviembre y diciembre del 2002. 30 CVR. Testimonio 100382. 290 Segun lo que se puede colegir a partir de los datos recogidos por la CVR, las acciones subversivas estuvieron especialmente dirigidas en contra de aquellos lideres que se encontraban mas estrechamente ligados con sus comunidades, organizaciones y municipios lejanos. En eIecto, la eliminacion de las autoridades locales y comunales Iueron un objetivo central del PCP-Sendero Luminoso para poder controlar a las poblaciones, primero, y sustituir a las dirigencias, despues. Ante esta situacion, las autoridades y los lideres podian huir o serian asesinados. Las ciIras de la CVR, si bien son aproximativas, son suIicientemente elocuentes para Iormarnos una idea de lo que paso en el campo: aproximadamente 2267 autoridades y dirigentes Iueron asesinados o desaparecidos. Hubo, pues, un evidente descabezamiento de las comunidades y organizaciones. Estas, desorganizadas, se volvieron un terreno de Iacil invasion por parte de Sendero Luminoso. La imposicion de nuevas Iormas de organizacion, que desacreditaban a las autoridades elegidas democraticamente para imponer otras nuevas, Iue otra manera de violentar a la comunidad. Los testimonios reIieren que los pobladores en unos casos se sintieron obligados, por miedo, a aceptar cargos, a desempearlos bajo el mandato de alguno de los grupos enIrentados, a participar en acciones en contra de su voluntad. En otros casos, sin embargo, simplemente dejaron la comunidad y buscaron reIugio en otros lugares.
La gente del pueblo ha votado. Como era tiempo peligroso nadie queria, yo tampoco no queria que entre mi esposo, los militares han obligado para que entre, porque no teniamos autoridades, golpeado, pegandoles les han nombrado... Y de miedo golpeandoles le han obligado y han nombrado y sin querer ha entrado, ni ha llegado al mes, apenas a la semana. 31
La implantacion del poder por medio de las armas tuvo distintas Iormas. Una de ellas se dirigio al conjunto del centro poblado. Esto sucedia, por ejemplo, cuando las columnas de Sendero Luminoso llegaban a una comunidad convocando autoritariamente a asambleas o a trabajos Iorzados o imponiendo un nuevo modelo de organizacion que desconocia y desvalorizaba aquel que la comunidad ya tenia. O sucedia tambien cuando las Fuerzas Armadas llegaban en patrullas a las comunidades para buscar sospechosos acusando indiscriminadamente a los pobladores en muchos casos y para recomponer o imponer un orden. La imposicion de alguna autoridad en una localidad producia desconcierto y desequilibrio en la organizacion existente, pero tambien conIusion y anarquia. Desconcierto y desequilibrio en la medida en que los verdaderos representantes eran eliminados Iisica y simbolicamente para ser sustituidos por otros. Cambio este que no reIlejaba la voluntad de la poblacion. Asimismo, se generaba conIusion y anarquia en la medida en que la desaparicion de las autoridades daba paso al
31 CVR. Testimonio 203701. 291 descontrol en la comunidad; menguando con ello, ademas, los sentimientos de seguridad e identidad de la poblacion. Bueno en ese tiempo aca no habia autoridades, las autoridades eran los dirigentes del Partido... Ellos eran los que imponian aca, pero autoridad de parte que represente al Gobierno, no habia aca 32 . En muchas poblaciones la anarquia tornaba mas rigidas las relaciones entre las personas. Ante el vacio de una representacion y un liderazgo genuinos, las poblaciones estaban a merced de quienes oIrecian o prometian algo. Al mismo tiempo, la vida social se habia convertido en un lugar lleno de sospechas y desconIianzas. Los grupos subversivos habian sembrado algunas reglas en la poblacion que obligaban a los pobladores a mantenerse en silencio e inactivos ante la violencia, a riesgo de ser sometidos a mayores actos de sometimiento o crueldad. Porque ellos tenian su ley maxima, era 3 cosas: ser ciego, ser mudo y ser cojo. Entonces, todo lo que veiamos quedar uno no se ha visto; ser cojo era para no ir corriendo a avisar a la Base; y ser mudo no hablar. Ese era su argumento de ellos 33 . De esta manera, las comunidades no solo dejaron de tener autoridades representativas, sino, ademas, las nuevas autoridades impuestas mediante coaccion y amenazas tampoco querian asumir la responsabilidad de ejercer control. "Yo Iui la ultima autoridad, cuando yo me Iui ya no habia autoridades, ya ellos mandaban, por eso abajo tenian campamento, por eso el ejercito los ha matado." 34
El asesinato, la huida o la imposicion de autoridades generaba un vacio de poder local. Tal vacio se extendia tambien hacia el terreno social y se expresaba en sentimientos de desproteccion. No habia quien representara y mantuviera la estabilidad social, en ocasiones incluso por largos periodos de tiempo: ...esas cosas ha sucedido y durante dos aos la comunidad no ha tenido ningun, ninguna autoridad. Todos se han ido a otro sitios y en el pueblo nadie habia... 35 . Del mismo modo, otro poblador recuerda que ...la historia es asi, las autoridades renunciaban, era un vacio de poder. Nadie queria ser autoridad. Venia el militar y le agarraba, venia el otro le agarraba a la autoridad y era un vacio... 36
En tales circunstancias, los pobladores trataron de amoldarse a las exigencias y acatar las ordenes del grupo que imponia el mandato. Las autoridades reemplazadas no tenian legitimidad ni eIicacia alguna ante la poblacion y eran sometidas a permanentes controles por parte de quienes portaban las armas. La ausencia de autoridad era vivida por muchos pobladores como una situacion de zozobra, tal como seala el siguiente testimonio:
32 CVR. BDI-I-P284 Entrevista a autoridad del caserio Primavera (provincia de Leoncio Prado, Huanuco) en mayo del 2002. 33 CVR. BDI-I-P298 Entrevista a autoridad de Venenillo (provincia de Leoncio Prado, Huanuco), mayo de 2002. 34 CVR. BDI-I-P50 Notas de campo de entrevista inIormal a lider de la comunidad que Iue autoridad en la epoca de la violencia. Accomarca (Ayacucho), junio de 2002. 35 CVR. BDI-I-P707 Audiencia Publica en Abancay (Apurimac), 27 de agosto del 2002, caso N. 10. Victima de detencion arbitraria y tortura. 36 CVR. BDI-I-P487 Entrevista a psicologo de la OIicina Prelatural de Accion Social realizada en octubre del 2002 en Tarapoto (San Martin). 292
Voy a complementar lo que dijo el presidente de mi comunidad... la verdad que el valle del rio Ene ha sido declarada como zona liberada por Sendero Luminoso y el narcotraIico; ahorita es como una lucha sin cuartel, como se dice, y nosotros los de la zona nos debatimos entre la vida y a la muerte, en una lucha sin cuartel, como se dice. Por eso es que muchos lideres han oIrendado su vida por la paciIicacion, realmente desde la decada del ao 1980 hasta la actualidad vivimos nosotros en zozobra. Nosotros hemos inIormado a los estamentos del Estado y parece que no les interesa nada, realmente eso es lo que nos conmueve como lideres que estamos viviendo nosotros, la verdad que esto a mi me extraa, en vez de que nos apoyan se le brindan derecho de vida a los senderos luminosos, y eso lo voy a repetir cuantas veces sea porque yo lo estoy viviendo en carne propia, y la verdad que esto como el dijo que en diIerentes comunidades de rio Ene, la margen derecha, en estos momentos desplazados, algunos recuperados, realmente cuando el ejercito inicia su accionar recuperan a unos hermanos. 37
Los sentimientos de miedo e inseguridad entre los pobladores repercutieron en el aspecto social-organizativo de las comunidades, lo que se tradujo en el debilitamiento de la organizacion comunal. Es necesario recordar, ademas, que, para la poblacion campesina y nativa, la comunidad no solo es el reIerente Iundamental de su identidad social, sino es tambien la que conecta simbolicamente a las personas entre si y con la naturaleza. En otras palabras, la violencia ejercida por los grupos subversivos y las Fuerzas Armadas altero su cosmovision misma, incluyendo en ella, por supuesto, los patrones de conducta y de organizacion. Los espacios de dialogo y decision, como las reuniones de la comunidad y las asambleas, se habian convertido en espacios peligrosos. De hecho, en no pocas ocasiones los agresores aprovechaban que la poblacion se encontraba reunida para capturar, acusar y ejecutar a las autoridades locales. Muchos testimonios dan cuenta de los ataques a los que se vieron expuestos los pobladores, sin tener capacidad de respuesta. Ante tal desproteccion, los aIanes de sobrevivencia individual o Iamiliar estaban por encima de todo. Cada uno se escapaba, con su propia vida, en grupos o individualmente. La desconIianza habia calado hondo en la poblacion, considerando al vecino como sospechoso o enemigo.
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Una vez que los grupos alzados en armas habian tomado posesion de los espacios, eliminaban a los representantes legitimos en clara seal de *-%&#!$(!'#$()!.!%&%)'*/,0+!$(!1%+/,#+(&. Conminaban a acatar sin ninguna duda sus requerimientos. DiIundian el criterio de que la palabra del Partido no debia ser cuestionada y que sus mandatos debian cumplirse sin dilaciones. De este modo los grupos subversivos establecian roles ejecutivos, legislativos y judiciales al mismo tiempo. Si alguien discrepaba o se oponia, podria ser eliminado sin contemplaciones. En muchas comunidades o poblaciones las autoridades habian sido sustituidas
37 CVR. BDI-I-P412 Taller tematico de desplazados, Satipo (Junin), 04 de noviembre de 2002. 293 nominalmente por otras que estaban al mando de los grupos alzados en armas o de los miembros del ejercito: No habia autoridades y los que gobernaban eran los terroristas, hasta que llegaron los militares y ellos nombraron a la gente asi por asi, al gobernador, al subpreIecto, etc. 38 . Autoridades y dirigentes, por miedo a ser asesinados, renunciaban a ocupar cargos o a participar en determinadas actividades dentro de la comunidad. De este modo, se iba destruyendo sistematicamente el orden interno y las normas de comportamiento social y politico. En muchas ocasiones las autoridades debian pasar vergenzas y humillaciones al ser enjuiciadas o castigadas por la accion de un grupo de jovenes ajenos a la comunidad, armados y con mando:
... de un momento a otro a media noche, por la madrugada entraban y hacian abusos. Desde la entrada a la gente los hacia levantar hasta calatos, en bibiri, los traia a la plaza, si no encontraba al vigia, las victimas, las autoridades, los golpeaba... a culatazos de su arma, asi les pegaba. Destrozaban las puertas pensando encontrar algo, rompian las puertas, ingresaban. Algunas cosas se los llevaban, todo de importancia, especialmente dinero, asi han hecho aca... 39 .
Los dirigentes eran sometidos y obligados a realizar un conjunto de servicios en beneIicio del grupo que asi lo ordenaba. Dependiendo de las zonas, los dirigentes o autoridades debian cubrir cupos pagos obligatorios a los subversivos y en ocasiones a los militares. En su deIecto, debian realizar acciones para obligar a la poblacion a cumplir jornadas de trabajo u otras actividades.
Mi esposo era autoridad, era presidente; "los caminantes" un dia que habia ido a la chacra lo han reclutado, lo tuvieron preso un dia, "me tienen que apoyar" a la Iuerza le ha obligado para que apoye, despues estuvo apoyando. Asi cuando estaba aparecio denunciado, cuando ya estaba denunciado ya no saliamos, nos quedabamos en el monte con mis hijos, ahi hemos dormido asustandonos. 40
Las nuevas autoridades tomaban la justicia en sus propias manos y ejecutaban venganzas, como un modo de resolver viejas contiendas con sus oponentes o sus enemigos locales. Los grupos subversivos ejecutaban a las personas sin mas tramite que el consenso poblacional o en algunos casos solo por su decision autoritaria e ideologica. A los enemigos se les prejuzgaba y sentenciaba de antemano y a los amigos se los aceptaba bajo algun grado de sospecha. Los miembros del MRTA, al parecer, no llegaron a practicar la justicia popular y aunque en algunos casos se llevaban, por ejemplo, a policias a una plaza para amedrentarlos y ganar cierta conIianza de la poblacion, los resultados nunca les Iueron beneIiciosos. El hecho mismo de amedrentar y
38 CVR. BDI-I-P321 Entrevista a pastora de 70 aos, Sancos (Ayacucho), marzo de 2002. 39 CVR. BDI-I-P316 Entrevista a proIesor de 50 aos, Carapo (Ayacucho), marzo de 2002. 40 CVR. Testimonio 202479 Ayacucho. 294 humillar a los representantes de la localidad provocaba rechazo y miedo, y las acciones justicieras no garantizaban necesariamente que la poblacion dieran su apoyo al grupo subversivo. Con el juicio popular, muchas instancias y procedimientos, naturalmente de largo aliento, desaparecieron para dar paso a una guillotina politica que servia para descabezar no solo a los representantes de la poblacion, sino para inIundir miedo y terror entre la poblacion. A tal punto que en ese tiempo ya no existian autoridades, el Sendero se apoderaba de hacer la justicia en toda Iorma, ellos hacian la justicia a su manera, como les parecia mejor a ellos, por eso mataban sin piedad. 41
De este modo, el poder de las armas sometia sin compasion a todos y se eliminaba a los que desobedecian o traicionaban al grupo, tal como se seala en el siguiente testimonio: ... nosotros podemos constatar que el Presidente del Gobierno Regional, el Gerente de la Sub Region, el Alcalde, las autoridades, todos eran subordinados por este seor y todos obedecian y nosotros que eramos simples dirigentes que mas podiamos. Nosotros no teniamos poder... 42 . El abandono de los cargos por los dirigentes locales, ya sea por amenazas o por miedo a ser victimas de algun atentado, trajo como consecuencia el debilitamiento e incluso la destruccion de las organizaciones, que no estaban preparadas para hacer Irente los acciones de los grupos alzados en armas.
Claro ha aIectado, creando el terror, creando el miedo, sino tambien digamos muchos dirigentes se neutralizan, no? o sea por el miedo y porque tenian que esconderse cuando estaban amenazados, se neutralizan, ahi se ve incluso el debilitamiento de los partidos politicos de izquierda, no? se van cada vez hasta que Iinalmente ya en la etapa de Fujimori, ya no existe ni siquiera tiene una presencia muy Iuerte, no? a nivel de la representacion de la sociedad entonces creo que aIecta, si mucho solo que por diIerentes razones de, no solamente Sendero sino tambien la entrada de la linea conservadora de la iglesia tambien aIecta todo lo que es la organizacion 43 . !
Tambien el ingreso violento de los militares tuvo repercusiones sobre la estructura legitima de poder de las comunidades. El abuso de los miembros de las Iuerzas del orden se expresaba en detenciones arbitrarias, tortura de pobladores. La agresion atentaba contra la concepcion cultural de las poblaciones reduciendolas a la calidad de inIeriores. La recuperacion del orden no era diIerente a la practica de la conquista de zonas liberadas. En ambos casos, el poder, en lugar de construir una institucion que garantizara la continuidad, deshacia las relaciones que generaba la organizacion social. Probablemente, los acuerdos tacitos de castigar a los Iamiliares de los grupos subversivos, habrian llevado a los militares a realizar ejecuciones extrajudiciales.
41 CVR. BDI-I-P415 Taller de genero con varones realizado en Huamanga (Ayacucho), 23de octubre de 2002. 42 CVR. BDI-I-P489 Entrevista a proIesor miembro de la Iederacion campesina en Tarapoto (San Martin) octubre del 2002 43 CVR. BDI-I-P249 Entrevista a proIundidad a Ex presidente del CODDEH y docente universitario, Puno (Puno), mayo de 2002. 295 El ao de 89 me capturaron en la Plaza San Martin y nuevamente me llevaron a la DINCOTE, acusandome de terrorista, durante 14 dias. Los dos primeros dias estuve colgado de pie para que conIesara de actos que no cometi nunca. Pero despues de 14 dias obtuve mi libertad y suIri de una represion de violencia extrema del Estado y es posiblemente en esas condiciones muchos de los que estan hoy carcelados posiblemente estan sin culpa, pero tambien un buen contingente posiblemente lo este con razon. 44
Asi pues, la violencia debilito las organizaciones de base y las organizaciones comunales; estas no estaban preparadas para resistir ni para dar una respuesta a nivel colectivo. La poblacion tuvo miedo de ejercer su derecho a la deIensa porque se habia instalado en su interior un clima de desconIianza y sospecha a raiz de las incursiones violentas y sorpresiva. Mas adelante, los comites de autodeIensa y las rondas lograrian articular un cierto nivel de organizacion con el apoyo del Estado.
2.2.3. Resquebrajamiento del sistema de participacin ciudadana
Una de las consecuencias del abuso de poder y de la usurpacion de Iunciones Iue el debilitamiento del sistema normativo de la organizacion. Sendero Luminoso, al reclutar sobre todo a jovenes y mujeres, pretendia adoctrinarlos, pues tenia como meta Iormar la idea de que en ellos el poder descansaba en el Iusil. De este modo, los jovenes se iniciaron en una escuela que en lugar de deIender la construccion de un orden y respetarlo aprendian a transgredir los criterios de autoridad ancestralmente construida. Dicho de otra manera, los grupos subversivos actuaban por encima de cualquier ley, la reemplazaba por la accion violenta, haciendo estallar los procedimientos apoyados en normas consuetudinarias. Imponer un nuevo orden o recuperar el orden, lejos de ser una Iinalidad real y beneIiciosa para la poblacion, se habia convertido en una manera de sujetar o eliminar a las personas que se creia que causaban o causarian algun problema. Las autoridades apenas podian ejercer sus roles. Las normas que regian la organizacion habian sido secuestradas por la organizacion subversiva que llegaba a controlar la zona y ejercia el poder. La Irase de los mil ojos y mil oidos degenero la vida social publica y convirtio la sociedad en una especie de panoptico global, es decir, un lugar donde todos se sentian vigilados, trastocando el sentido de la libertad entre los pobladores. De la noche a la maana la vida cotidiana se convirtio en un ambito cerrado bajo vigilancia permanente, y donde la desconIianza era el clima social natural para la supervivencia. Ante la ausencia de la autoridad por eliminacion, huida o sustitucion, el espacio se convertia, como se ha dicho, en tierra de nadie, un lugar donde no se podia ni siquiera mantener las instituciones publicas y registrar la historia cotidiana, los nacimientos, los muertos y los
44 CVR. BDI-I-P512 Audiencia Publica Tematica Violencia Politica y Comunidad Educativa, Lima, 28 de octubre del 2002. Testimonio numero 2. 296 matrimonios. El descabezamiento de las organizaciones termino no solo por lograr que el cuerpo social quede aceIalo sino tambien disperso por mucho tiempo. Fue una tierra de nadie, no tuvimos autoridad ni Alcalde del 87 al 90, se cerro la Municipalidad, no habia nada, o sea se desmando la poblacion, no hubo ningun tipo de organizacion y ningun tipo de autoridades del 87 al 90. 45
El inicio mismo del conIlicto armado constituyo una accion que quebraba la continuidad de una institucionalidad politica que trataba de Iortalecerse a traves de las elecciones locales, regionales o nacionales. El boicot electoral Iue un atentado contra los derechos ciudadanos y politicos postergados por mucho tiempo. Asimismo, se atentaba destruyendo los documentos de identidad o los materiales electorales, asesinando a los candidatos y amenazando a las personas que pretendian ejercer su derecho y deber primordial como ciudadanos.
Ya no podia haber autoridades, ya no podia haber candidatos para alcaldes, ya no. Todo el mundo estaba con miedo para ser, para prestar un servicio como alcalde, como gobernador, como juez, como para declararse de tal cual partido. Las elecciones que hubo en ese tiempo habia 20 o 30 votos de los que estaban alli, mas arriesgandose, mas. Pero la gente ya no queria saber ya ni de votos ni de partidos, ni de, ni de grupos de ninguna clase, porque el panico, el miedo era mucho y ya no se, los que dirigian el IER en ese momento y los que querian seguir con sus partidos si por otros medios estaban haciendo, yo no se. 46
El sistema tradicional de rotacion de cargos dentro de las comunidades Iue sistematicamente destruido por los que usurpaban sus Iunciones. La nueva organizacion subversiva pretendia un estilo socialista que la poblacion se veia obligada a acatar aun sin comprender por temor a ser sindicado como yana uma o traidor. Por su parte, la presencia del Ejercito en algunos lugares, promoviendo la ley de arrepentimiento, provoco no solo conIusion sino desconIianza entre la gente misma. Muchas de sus acciones eran vistas con recelo, en razon de las malas experiencias vividas a lo largo del conIlicto.
Cuando aparecio la Ley de Arrepentimiento, el Ejercito no te investigaba de donde o como es. Ellos de Irente venian y te arrancaban. Por eso que todo el pueblo se ha ido a arrepentirse a Madre Mia y a causa de eso la gente ha muerto. Los han matado los Senderistas. Desde ese ao aqui no habia Autoridades, recien hace 2, 3 aos que hay autoridades. 47
De otro lado, la marcha de la vida ciudadana se vio alterada por la lucha por el control hegemonico del territorio. Los pobladores tenian que pedir permiso a las autoridades de Iacto para poder movilizarse. De este modo, la libertad de libre transito y otros aspectos de la vida ciudadana no solo se vieron suspendidos, sino que tambien se imposibilitaba seguir con el sistema de intercambio y el mercado, creando un espacio reducido, controlado y sin salida. El que salga de
45 CVR. BDI-I-P403 Entrevista en proIundidad a Iuncionario municipal y escritor. Uchiza, Tocache (San Martin), 25 agosto de 2002. 46 CVR. BDI-I-P256 Entrevista a religiosa dominica colombiana, Ayacucho (Ayacucho), mayo de 2002. 297 viaje debera dar cuenta a la base militar. Dijo que la mision de nosotros es de combatir con los terroristas y que por tal motivo necesitaba la colaboracion y cumplimiento de todos los comuneros. La base militar se encuentra apto para servirles a todos. 48
En ocasiones, gran cantidad de jovenes eran llevados por los grupos subversivos y devueltos a sus poblados, en algunos casos, despues de un tiempo de servicios. La ausencia de los jovenes sin el debido consentimiento de los mayores habia sido una suerte de desobediencia a la autoridad establecida, que poco a poco Iue incrementandose hasta destruir la reIerencia basica de seguridad y proteccion, como es la de la Iamilia.
... a veces nos obligaban, llevaban a los campos en reuniones en donde duraba todo el dia, toda la noche, resguardado por ellos mismos de distinta Iorma. Y poniendo tambien como vigilantes a las carreteras en distintos sitios, para ver si se acercara el Ejercito... No nos dejaba, no nos dejaba salir a nuestras casa, pedias permiso, te castigaban, por decir, en Iorma Iisica. Hacian ranear y otras cosas mas. Nos tenian al servicio de ellos, usaban nuestras Iuerzas, nuestras cosas. Y por otra parte sacaban a nuestros hijos obligaban, llevaban un mes o dos aos y asi hacer caminar. Ahi algunos Iallecian y otros regresaban. Ellos decian tal Iecha cumple tu hijo y va estar con ustedes. 49
Luego del adoctrinamiento realizado por los grupos senderistas y con un arma en la mano, los jovenes se convertian en personas importantes Irente a la poblacion y consideraban como enemigo a todo aquel que osaba oponerse o discrepar.
Entonces yo llegue y quise hacer mi chacra y ahi es donde ellos vienen. Mis mismos amigos que habian crecido ahi, habiamos estudiado, vienen los amigos de mi papa otros amigos viene con su arma, aparecen un dia como a la una de la tarde, despues de almuerzo, estaba reposando y llegan con su arma y vienen y lo primero que dicen es: Compaero, buenas tardes`. Y a mi esa palabra de compaero` me causo un poco de gracia y yo me sonrei y nunca habia escuchado. Entonces, ellos se ponen serios y me llaman la atencion y me preguntan si voy a vivir ahi o es que estoy en Iorma transitoria. Eso querian saber por lo tanto yo tenia la decision de quedarme ahi deIinitivamente a hacer mi chacra. Entonces ellos me ponen condiciones, si yo me voy a quedar ahi tengo que sujetarme a las normas a las reglas de ahi que existen en ese comite. Lo primero que me dicen es: "tienes que tener en cuenta que ya esta es una zona organizada, ahora todos somos compaeros entonces aqui si te vas a quedar tienes que estar presente en las Iaenas, en las reuniones, hacer vigilancia, irte de comision, etc., etc. 50
El PCP Sendero Luminoso obligaba a asistir a sus reuniones a grandes, chiquitos, jovenes, y no podian huir porque eran castigados. Los nios, tempranamente, Iueron sometidos a vivir e interiorizar el caos y el desorden social. No habia un lugar de reIerencia que de estabilidad, mas bien el miedo y la inseguridad eran los mecanismos psicologicos que empujaban a buscar
47 CVR. BDI-I-P302 Entrevista grupal con mujeres, Caserio de 7 de Octubre (provincia de Leoncio Prado, Huanuco) mayo del 2002. 48 CVR. BDI-I-P43 Transcripcion de las actas de Asambleas Comunales de Accomarca (Ayacucho). Acta del ao 1988. 49 CVR. BDI-I-P279 Entrevista al presidente de la Asociacion Nio Jesus de Aucayacu y ademas autoridad de su comunidad. Primavera (provincia de Leoncio Prado, Huanuco), mayo de 2002. 298 reIugios relativamente seguros entre sus parientes o conocidos sin lograrlo, empeorando en muchos casos, su condicion de abandono. A los nios les enseaban para que se escondan de dos en dos o de tres en tres pero debiamos de correr uno a uno por que si nos agarraban nos mataban con cuchillos o balas... los de las patrullas mataban a las mamas y a sus hijos, los mataban con picos en la cabeza y morian como perros. 51
El esquema de control instalado por los grupos subversivos, el Ejercito y las rondas de autodeIensa reproducia patrones analogos de violentamiento. Las autoridades eran impuestas y colocadas de emergencia en un clima de heroicidad, mesianismo y misticismo. Los militantes de Sendero Luminoso pretendian sobre todo coronar su meta a traves del camino de la accion, contagiando una mistica del heroe que busca la conquista de un nuevo Estado. Los soldados tenian la mision de salvar al pais de los enemigos de la patria, y justiIicaban con ello su pretension de someter o eliminar todo lo que se consideraba enemigo. La mistica era, en la practica, un ingrediente Iundamental de un combate en el que los medios parecian imponerse sobre los Iines.
No teniamos alcalde, tenientes gobernadores, no habia nadie. Entonces nosotros eramos el unico respeto porque estabamos organizados y nosotros eramos los que sancionabamos los problemas que aparecian. Sancionabamos los adulterios, las violaciones, los maltratos, asumimos esta tarea porque como ya les dije no habian autoridades en estas zonas. 52
La ley y el orden secuestrados por la violencia del conIlicto armado tienen diIicultades para rehacerse. El proyecto anhelado de renovacion dirigencial enIrenta un diIicil punto de partida, pues la perdida de dirigentes, a causa de los asesinatos, las desapariciones y los desplazamientos Iorzados, ha interrumpido la transmision del aprendizaje social que signiIica asumir el liderazgo y ha retraido, por el temor y la desconIianza, a quienes corresponderia asumir el papel de las tareas directivas. Asi se observa en el siguiente testimonio, luego de un analisis detallado del contexto:
De los 4 puntos que se consideran entre la Comision de la Verdad, nosotros estuvimos hasta analizando, en nuestro seno de nuestra organizacion campesina. La verdad es diIicil. Es lo que se puede maniIestar, porque con los compaeros, compaeras huerIanos, viudas, viudos, desplazados, entonces hemos conversado. Es diIicil, no pueden contar, porque despues de esa verdad, quien esta? De repente los entregamos a un civil disIrazado o a un religioso disIrazado, mejor es callarnos. Justicia tampoco vamos a encontrar, porque la justicia esta hecho por pocas personas, que viven otra realidad. Reparacion tampoco no lo vamos a encontrar, porque costos de vida y cuanto conciencia, nos ha llevado mucho. Hemos perdido a nuestros presidentes de comunidades, hemos perdido a nuestros tenientes gobernadores. Era un pecado, un delito ser presidente. Tenientes de la noche a la maana han desaparecido, a veces con nombre, en manos de Sendero Luminoso, MRTA, como tambien, a veces, del Ejercito. A veces eran nuestros lideres, en quienes, en el periodo 70, se estaba batallando duramente sobre la tierra. Entonces el nivel de conciencia habia avanzado mucho. Por tanto, la tierra ya habia llegado a las manos de nuestras comunidades. Entonces, con el periodo de Belaunde, mas o menos, a mediados ceso. Ya la violencia con
50 CVR. BDI-I-P313 Entrevista en proIundidad a senderista actualmente encarcelada, octubre del 2002. 51 CVR. BDI-I-P650 Entrevista en proIundidad a agricultor de 35 aos, Oronqoy, La Mar (Ayacucho), entrevista realizada entre noviembre y diciembre del 2002. 52 CVR. BDI-I-P423 Taller con ronderos, Valle Del Rio Apurimac (Ayacucho), 25 de octubre del 2002. 299 Alan nos han traido peor, han empezado a traer leyes, que organizaban organizaciones paralelas, tanto mujeres, comunidades, nos han traido, asi trabajos, asistencialismo a la vagancia, al chisme entre compaeros campesinos. Entonces, por tanto, nos hemos olvidado la parte productiva y peor con el periodo del chino, peor. Un aniquilamiento absoluto, una persecucion. Y la juventud estudiosa, colegiales, han tenido que reIugiarse a otras ciudades y la juventud, algunos, tenemos que despertar pacientemente con los brazos cruzados escondidos, por lo que los militares hacian de las suyas a nuestros hermanos campesinos. Entonces, cuando nos visitaron a Asillo, la Comision de la Verdad, cuando aqui en Puno tambien se llevo un taller con PROMUDEH, no mejor dicho con Derechos Humanos, hemos dado cuenta, entonces, nuestros compaeros a pesar que nos consta donde estan?. Hay restos, pero mejor no nos metemos dicen. Bien compaero, entonces, creo que habria que ver, no se como. Reconciliacion, creo, no podria Iuncionarse en su absoluta palabra. Eso es compaero. 53
Cerramos asi la presentacion de las secuelas sociopoliticas de la violencia en las comunidades aIectadas por el conIlicto armado. Como es evidente, el conIlicto ha tenido igualmente repercusiones sociales y politicas a nivel nacional, pero sobre ellas la Comision de la Verdad y Reconciliacion expresa su parecer en otras secciones de este InIorme. Aqui nos hemos querido limitar a analizar, sobre la base de testimonios recogidos por la CVR, los eIectos perjudiciales que la violencia tuvo sobre la organizacion social y politica de las comunidades rurales: el modo en que esta Iue destruida o debilitada; el eIecto de dispersion y Iragmentacion producido por el Ienomeno del desplazamiento; y el trastocamiento del orden social que trajo consigo una exacerbacion de los conIlictos. Asimismo, hemos consignado la ruptura del sistema de representacion social y del orden jerarquico de las comunidades, asi como la creacion de un vacio de poder local que hizo posible la aparicion de Iormas diversas de abuso de poder. Finalmente, hemos hecho alusion a la crisis institucional generada por la violencia, la cual se pone de maniIiesto en la instauracion de diversos tipos de autoritarismo y en la reproduccion de practicas violentas y violatorias de los derechos de las personas, no menos que en el recelo y la desconIianza que las poblaciones maniIiestan sobre sus instituciones y autoridades politicas.
53 CVR. BDI-I-P247 Grupo Iocal con dirigentes y ex dirigentes de la Federacion Departamental de Campesinos de Puno, Puno (Puno), 14de mayo de 2002.
CAPTULO 3 SECUELAS ECONMICAS
El conflicto armado interno se desenvolvi sobre la base de una situacin econmica crtica en el pas, marcada por una fuerte recesin, y se desarroll particularmente en las zonas de mayor pobreza. A consecuencia de ello se produjo un mayor empobrecimiento de esas zonas y de la poblacin directamente afectada. Esta parte del Informe intenta mostrar cules han sido las principales secuelas de la violencia en el campo econmico, desde la perspectiva de las vctimas y testigos, as como conocer qu ha significado para ellos la prdida y destruccin de sus bienes. En primer lugar, se revisar de qu manera el conflicto armado afect el capital humano. En segundo lugar, veremos cmo la destruccin y saqueo de los bienes de la poblacin por parte de los actores de la violencia ha repercutido sobre la economa de estas comunidades. En tercer lugar, nos referiremos al deterioro o desaparicin de las redes sociales, lo que ha constituido un freno en el desarrollo familiar, local y regional.
3111 CONSECUENCIAS DEL CON4LICTO ARMADO EN EL CAPITAL 6UMANO
El impacto de la violencia sobre el capital humano ha tenido efectos sumamente dramticos, con repercusiones en distintos niveles, incluyendo el econmico, al que nos referiremos en esta parte. Un primer aspecto a destacar es la destruccin del capital humano por hechos como el asesinato y la desaparicin forzada, as como el deterioro del mismo a causa de las malas condiciones fsicas y psicolgicas en que ste qued por efecto de la violencia. Ctro aspecto importante a destacar, que contribuy a la disminucin notable del capital humano en las comunidades afectadas, fue el desplazamiento masivo de su poblacin. Finalmente, habremos de observar que el conflicto armado tambin gener cambios en las condiciones laborales, produciendo mayor desempleo y subempleo. Todas estas situaciones han tenido graves efectos en la calidad de vida de la poblacin afectada. 302 Cabe destacar que Ayacucho y Huancavelica han sido las regiones ms afectadas por la violencia, lo que trajo consigo un serio deterioro de su economa. La principal razn se encuentra en la disminucin de la poblacin econmicamente activa que, entre los periodos censales baja de 154 mil a 131 mil en el caso de Ayacucho, y de 107 a 104 mil en el de Huancavelica. No ocurri lo mismo en otras zonas igualmente afectadas por el conflicto armado tales como Apurmac, Qunn, San Martn, Hunuco o Pasco, donde la poblacin econmicamente activa tendi a crecer. 1 La muerte o desaparicin de una parte de la poblacin econmicamente activa de las comunidades afectadas por el conflicto armado ha generado un sinnUmero de efectos en la vida de las familias que la componen. Sobre algunos de ellos se da cuenta a continuacin en forma sucinta.
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Las acciones de violencia llevadas a cabo por los grupos subversivos y las fuerzas del orden encargadas de la lucha "#$%&'()*+,&(-+' ocasionaron la prdida de numerosas vidas humanas y otros efectos perjudiciales para la poblacin, menguando la capacidad productiva de las familias de estas zonas y de enteras regiones. En opinin de un testimoniante, durante los aos de conflicto armado interno Wlo que realmente nos derrumbaron (son los) recursos humanos, inclusive las faenas comunales de aquella vez. ZNo tenamos pues mucha gente[ Entonces no haba... mano de obra, no haba, haba poco\ 2 . La dimensin del problema es aUn mayor si tomamos en cuenta el valor o significado que las familias atribuyen a estas prdidas. En la mayora de los casos, la prdida de las condiciones fsicas y las capacidades de desempeo laboral de algunos de los miembros de la familia tuvieron como consecuencia la disminucin del ingreso indispensable para el sostenimiento de la vida familiar, as como la disminucin de la calidad de vida del grupo. Como se sabe, en la economa rural de las zonas afectadas por el conflicto armado, el padre o la madre cumplen el rol de brindar seguridad, proteccin y estabilidad al grupo familiar, y cada uno de los dems miembros cumplen funciones especficas y complementarias. Sin embargo, en esta estructura familiar, el varn (adulto o joven) tiene a su cargo las principales actividades relacionadas con la produccin agrcola, mientras que la mujer desarrolla actividades ligadas al sostenimiento del hogar. En dicha situacin, la no presencia del varn (adulto o joven) significa la prdida de la principal fuente de ingresos, y muchas veces Unico sostn, de la familia, implicando a su vez una completa recomposicin y reorganizacin del nUcleo familiar. De acuerdo a los testimonios recogidos por la CVR, de un total de 22,507 personas vctimas (muertas y desaparecidas), 73 ` desarrollaban alguna actividad econmica rentable para el sostenimiento de sus familias, siendo en
1 Fuente: 1980d1990, datos en .,&/ ,$ 0/1,&#(, 234056. 1991d1993, datos en .,&/ ,$ $/1,&#(7 2340568 1994. Datos del Censo de 1993. 303 su mayora considerados como jefes de familia. Estas cifras dan cuenta del fuerte impacto que el conflicto armado produjo en la economa familiar. La ausencia de estas personas, econmicamente activas, trajo consigo la dispersin y fragmentacin de la familia, lo que signific para el resto de sus miembros tener que afrontar, en el corto plazo, la subsistencia en condiciones sumamente desventajosas. La ausencia Wdefinitiva\ dpor muerte o desaparicind de los padres de familia o de los jvenes en la edad de producir cre un vaco en la cadena productiva, as como en la de distribucin y consumo. En efecto, de acuerdo a la informacin recogida por la CVR, la mayora de las vctimas (muertos y desaparecidos) son varones entre 18 y 34 aos de edad, con educacin deficiente (analfabeto, slo con primaria o secundaria incompleta), casado o conviviente, quechua hablante, campesino, y mayoritariamente perteneciente al departamento de Ayacucho. La consecuencia ms inmediata de esta ausencia forzada fue la viudez y la orfandad. Al respecto, un testimoniante opinaba lo siguiente: W...la violencia que vivimos trajo un conjunto de consecuencias. Quedaron muchos hurfanos, muchas viudas y mucha gente pobre que se ha quedado sin estudiar. Particularmente en nuestra comunidad hay muchas mujeres que quedaron viudas. En ese tiempo los terroristas mataron a sus esposos, hay muchos jvenes hurfanos. Esta es la historia de la comunidad de Huaychao\ 3 . No ha sido posible, hasta el momento, determinar el nUmero exacto de viudas y viudos, ni de nios hurfanos. SegUn Revollar (2000), se calcula que el nUmero de viudas por el conflicto armado llegara a unos 20,000, y el de los hurfanos (nios y nias) a 40,000, sin contar a los menores que habran sufrido el estrs postdtraumtico, que superaran en la prctica los 500,000. Pero las secuelas de la ausencia del varn en las mujeres viudas no se han restringido a mermar sus posibilidades de produccin, sino han repercutido igualmente en su seguridad y en su estabilidad social y emocional. En el captulo sobre WSecuelas psicosociales\ se da cuenta en forma detallada de este tipo de consecuencias sobre la vida y la integridad de las mujeres que fueron vctimas de la violencia. Por la ausencia definitiva de los responsables del hogar, los hijos menores de edad quedaban abandonados y a su merced. En algunos casos los parientes ms cercanos se hacan cargo temporalmente de su subsistencia, pero en otros quedaban a la deriva, dependiendo exclusivamente de su capacidad de desempeo personal. Tambin en el caso de ausencia temporal de uno de los padres por razones de encarcelamiento o desplazamiento forzado, se produjeron consecuencias negativas sobre la capacidad productiva, la calidad de vida y la estabilidad social y emocional de las familias. Los presos acusados injustamente de terrorismo eran generalmente campesinos procedentes
2 CVR. gDIdIdP343 Entrevista en profundidad, Lucanamarca, Huancasancos (Ayacucho), marzo de 2002. Varn y regidor de 50 aosh en la poca de la violencia era estudiante. 304 de las zonas de emergencia, quienes fueron detenidos y apresados bajo acusacin arbitraria e injusta de terrorismo y trasladados a penales distantes de sus lugares de origen. El encierro en uno de los establecimientos penitenciarios signific para sus familias una ausencia forzada con inmediatas y serias consecuencias sobre el nivel de vida de sus miembros. La prisin injusta afect principalmente a los varones jefes de familia, pero no estuvieron exentos de ella los jvenes y las mujeres. En la mayora de las comunidades campesinas, el varn no puede ser reemplazado por otro miembro de su comunidad porque las tierras comunales no son las mayoritariash cada familia se autosostiene con el producto de su chacra y ganado. En tales circunstancias, al desaparecer el varn, la chacra es abandonada y el ganado no es bien atendido o es saqueado. Adems, habiendo quedado sola, la mujer debe destinar gran parte de su tiempo a indagar por la situacin del esposo preso o desaparecido. No slo se interrumpe, pues, de este modo, la cadena productiva, sino se desintegra la unidad econmica familiar. Como vemos, la ausencia forzada de uno de los padres a consecuencia del conflicto armado trajo consigo una larga serie de consecuencias econmicas negativas sobre la vida de los miembros de la familia, repercutiendo igualmente sobre el deterioro de la calidad de vida y de las condiciones fsicas y psicolgicas de las personas.
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La ausencia temporal o definitiva por desplazamiento forzado de uno de los principales elementos de la cadena productiva no slo caus serios problemas en las familias sino tambin en las comunidades. En efecto, el desplazamiento del capital social del mundo rural hacia otras zonas, sobre todo urbanas o urbano marginales, gener otra debacle en las comunidades y en las regiones. Se calcula que el nUmero de desplazados de las zonas afectadas a causa del conflicto armado interno superara los 600,000 (Diez 2003) 4 . SegUn la WEncuesta de Caracterizacin de la Poblacin Retornante\, realizada en 1997 por el Instituto Nacional de Estadstica e Informtica (INEI), en 437 distritos de los Departamentos de Ayacucho, Apurmac, Huancavelica, Qunn, Hunuco y Ancash, se encontr que el 57,6` de los entrevistados haban cambiado de residencia por razones de la violencia y haban retornado al lugar de empadronamiento como consecuencia del proceso de pacificacin, y que el 42,4` no haba cambiado su lugar de residencia. La misma encuesta del INEI (1997) seala que el mayor ndice de desplazamiento (84.9`) se habra efectuado entre 1981 y 1990, mientras que entre 1991 y 1992
3 CVR. gDIdIdP416 Taller con ronderos, Huamanga (Ayacucho), 23 de octubre del 2002 participacin de campesino rondero. 4 De acuerdo al documento sobre desplazados en el PerU laborado por Francis Deng, representante del Secretario de las Naciones Unidas para el Desplazamiento (1996) el nUmero de desplazados en el pas oscilara entre 600,000 y un milln de personas. 305 slo fue del 15.1`. Esto significa que el proceso de despoblamiento de las comunidades afectadas por la violencia del conflicto armado interno se dio en la dcada de los 80. Como se puede apreciar en las cifras antes mencionadas, el desplazamiento de capital social fue masivo, quedando muchas comunidades en condiciones de Wpueblos fantasmas\. El despoblamiento dej a las comunidades sin mano de obra, reducindose enormemente sus posibilidades de desarrollo de la economa de quienes permanecieron en ellas. La ausencia de la mano de obra gener, pues, un dramtico desequilibro local, aunque en el plano nacional haya sido otro el ritmo de la vida econmica. La migracin forzada, por las circunstancias violentas en que se produjo, arrastr consigo a la principal fuerza laboral local. Su ausencia es interpretada por los pobladores de aquellas regiones como un indicador de Watraso\ en la vida del pueblo, tal como podemos apreciar en el siguiente testimonio. El mismo testimonio seala que los ms pobres tuvieron que quedarse porque era su Unica alternativa.
Las personas mas preparadas del lugar se tuvieron que ir, es decir, hubo fuga de profesionales y comerciantes exitosos, lo que adems se refuerza por la situacin econmica que entonces tenan. Los menos afortunados se tuvieron que quedar en el lugar y se desperdiciaron oportunidades profesionales y laborales, con el consecuente atraso. 5
El desplazamiento no solo empobreci a la comunidad sino tambin a los mismos desplazados. Luego del apaciguamiento del conflicto armado y de la estabilizacin econmica del pas, algunas familias desplazadas comenzaron a retornar a sus comunidades de origen. Sin embargo, estos retornos slo habran alcanzado cerca de la mitad de la poblacin desplazada. 6 Las condiciones socioeconmicas que muchas de estas personas retornantes encontraron en sus pueblos y la poca ayuda estatal que recibieron hizo insostenible su permanencia, por lo que tuvieron nuevamente que desplazarse a sus zonas de refugio. Entre los retornantes que permanecieron en sus pueblos se encuentra un nUmero significativo de la PEA desocupada, tal como lo indica la siguiente cifra del INEI (1997): la poblacin retornante econmicamente activa (PEA) de las comunidades encuestadas y que se encuentra ocupada llega al 62,1`, mientras que la PEA No Activa alcanza el 37,9`. La misma Encuesta del INEI muestra que ms de la mitad de los retornantes tienden a volver principalmente a actividades del mundo rural ligadas a la produccin agropecuaria. Esto se aprecia en las siguientes cifras: el 52,2` de los retornantes encuestados se dedicaba (al momento de la encuesta) a actividades agrcolas y ganaderas, mientras que el resto se dedicaba: a actividades de comercio (14,6`), sector construccin (13,4`), actividades artesanales (6,4`) y otras
5 CVR. gDIdIdP176 Testimonio recogido en Huertas, Huancayo, (Qunn) en mayo del 2002. Autoridades narran acerca del enfrentamiento de Molinos. 6 Se calcula que los retornantes oscila entre 320,000 (segUn el Programa Estatal de Apoyo al RepoblamientodPAR), el mismo informe del PAR menciona que segUn MENADESd CCNDECCREP alcanzara a 200,000 retornantes (Ver PAR 2001). 306 actividades (9.3`). En esa misma lnea, otra encuesta tomada en las zonas ms afectadas por el conflicto armado muestra que el 90` de las familias tienen como actividad principal la agricultura, mientras que el 32` declara que desarrolla actividades pecuarias complementarias a esta. Igualmente se seala que el peonaje es practicado por el 15` de estas familias (Matos 2002). 7
Ahora bien, teniendo en cuenta que el impacto del conflicto armado en la vida agrcola y ganadera de las comunidades afectadas fue muy grande, debido al abandono prolongado de muchas tierras agrcolas (como veremos ms adelante), podemos deducir que quienes se dedican actualmente al trabajo de la tierra lo hacen en condiciones bastante desventajosas y sin mayores logros econmicos. Al respecto, la encuesta del INEI (1997) muestra que ms del 60` de los desplazados regresan a sus lugares de origen despus de muchos aos (entre 6 y 15 aos), lo que expresa el prolongado abandono del campo al que hemos hecho referencia anteriormente.
Los continuos ataques de Sendero Luminoso y las acciones de las fuerzas del orden ocasionaron en la vida de las familias y las comunidades la disminucin de oportunidades de trabajo, no slo por la destruccin de los medios de produccin sino tambin por la ausencia de los principales miembros de la cadena productiva que desencadenaron cambios en las relaciones de produccin y la produccin misma. La disminucin de la PEA rural afect al sistema productivo familiar, local y hasta regional en diversa magnitud. Desde la percepcin de los testimoniantes, existe una doble problemtica en torno al empleo rural, pues no slo se ven afectados los patrones de ocupacin laboral, sino tambin el derecho laboral mismo, que se expresa en formas de desempleo y subempleo. En primer lugar, al romperse las redes de soporte social y productiva por ausencia, desplazamiento o desocupacin de la PEA masculina, la PEA femenina, e incluso los nios, tuvieron que redoblar sus esfuerzos para asegurar el sustento diario de la familia. As lo confirman los testimonios de muchos pobladores desplazados 8 . Por otro lado, para las personas afectadas por la violencia, el problema del desempleo o la dificultad de conseguir empleo se expresa tambin de forma indirecta: no poder cultivar sus terrenos por falta de semillas, poca posibilidad de cuidar los terrenos cultivados y el temor a perder su cosecha por no poder completar el ciclo agrcola. En las comunidades afectadas, el empleo disminuy por las razones antes expuestas, situacin que se mantiene hasta la actualidad. En efecto, la violencia afect la dinmica productiva de la comunidad e imposibilit el desarrollo normal de las actividades econmicas de la poblacin:
7 Informacin proveniente del WInforme de la Encuesta Familiar\, PAR, Sylvia Matos, 2002. 8 ConsUltese, a modo de ejemplo, el siguiente testimonio: Wnuestra vida ha cambiado bastante porque yo no poda trabajar, pues... Y mi seora se sacaba el ancho para mantener a uno y que yo por el momento no poda ayudar a trabajar\. CVR. gDIdIdP482 Entrevista en profundidad a campesino vctima de SL, lisiado por una bomba. Ledoy, gellavista (San Martn), 20 de agosto del 2002. 307 WAs hemos dejado de trabajar, ya no se poda trabajar, haba un poco de temor, ya no se poda ni andar.\ 9 Afect asimismo las actividades comerciales, tal como seala el siguiente testimonio: W...y as estbamos andando, pues... y regresamos a nuestra casa de miedoh de cierto ya no salamos ya a la calle o no haba negocio. Ya no haba ni qu hacer comer a nuestros hijos, ya no entraba ni a la tienda nadie, se ha cerrado noms ya, adentro estbamos con miedo.\ 10
El temor que los pobladores sentan los aisl y empuj a adoptar formas de vida precarias y provisionales. El desarrollo social mediante el trabajo colectivo se cancel de alguna forma. La desconfianza haba permeado las relaciones haciendo muy difcil mantener la amistad y la cooperacin entre comunidades, vecinos o incluso familiares. La falta de trabajo empuj a los desplazados a ubicarse en actividades del sector informal o de poca rentabilidad, que no les permiti acceder a ingresos necesarios para su subsistencia. A su vez, la informalidad laboral gener en estas familias condiciones de inseguridad e incertidumbre, que no tenan cuando estaban ligadas a sus tierras y su animales. A los problemas antes mencionados se suma el hecho de la discriminacin laboral que afecta a las mujeres en un contexto de pobreza, y que hace que una mujer pueda decir, como revela un testimonio: Wcomo no soy varn no puedo trabajar... Yo que no soy varn, kdnde podra ir como jornal, incluso yol, no poda.\ 11
En el caso de los desplazados, el drama de la ocupacin se acrecent adems por el paulatino deterioro de las relaciones con la familia receptora, debido a los costos econmicos que implicaba para esta la manutencin de sus familiares desplazados, aunque fuera temporalmente: WEste drama ha continuado, porque a pesar de mis aos, no poda encontrar trabajo en Lima, ni mi esposa tampoco, hasta la familia en esos casos no lo ven bien, nos tenan relativamente confianza, pero se cansaban a veces, notbamos.\ 12
El desempleo y la pobreza agravaron la incertidumbre y la desesperanza de mucha gente, incluso de aquellos que, a pesar de haber salido relativamente de una situacin de entrampamiento con mucho esfuerzo e inversin familiar, no dejaron de sentir sus efectos: W888si no hubiese pasado este caso, normalmente mis hijos hubiesen terminado sus estudios... Ahora, como sea han terminado, que he sacado profesionales, kde qu sirve que son profesionales, que no hay trabajo, ni contratal\ 13 . Esta misma situacin genera sentimientos de frustracin al no poderse concluir el proceso educativodlaboral: WY aunque terminen de estudiar, se ven en la calle, sin trabajo.\ 14
9 CVR. gDIdIdP762 Entrevista a varn, colono de 49 aos con 5m de primaria, Cushiviani (Qunn), 22 de octubre de 2002. 10 CVR. gDIdIdP518 Audiencia PUblica en Lima. Primera sesin, 21 de junio del 2002, caso Nn 2. 11 CVR. gDIdIdP704 Audiencia PUblica en Abancay (Apurimac). Segunda sesin, 27 de agosto del 2002, caso Nn 8. Violacin alegada. tortura, violencia sexual y asesinato. 12 CVR. gDIdIdP438 Audiencia PUblica en Huamanga (Ayacucho). Tercera sesin, 11 de abril del 2002, caso Nn 12. Familiar de la vctima, el declarante es profesor. 13 CVR. gDIdIdP450 Audiencia PUblica en Huamanga (Ayacucho). 9 de abril del 2002, caso Nn 17. Testimonio de familiar de una de las vctimas. 308 3121 DESTRUCCIN DE BIENES, DESCAPITALI:ACIN AGRCOLA Y EMPOBRECIMIENTO
El conflicto armado interno trajo consigo la destruccin de bienes pUblicos y privados, pero tambin el saqueo, el robo y la destruccin de bienes de la poblacin afectada, con consecuencias graves en la vida de las familias y de las comunidades, acarreando un mayor empobrecimiento de stas. En esta parte se presenta brevemente el dao material causado por el proceso de violencia y sus efectos en la economa de estas comunidades.
Hasta el momento no ha podido determinarse con precisin el monto econmico de los daos a los bienes del Estado producidos durante el conflicto armado interno, ni tampoco el de los infligidos a la poblacin civil en general. Sin embargo, existen algunas cifras que muestran los costos de la violencia durante el periodo 1980d2000. En 1988 la Comisin Especial del Senado encargada del Estudio sobre WViolencia y Pacificacin\ concluy que los costos econmicos ocasionados por los grupos subversivos a nivel nacional ascendan aproximadamente a USo 9p184,584.648, y que la magnitud del dao era equivalente al 66` del total de la deuda externa (a ese ao) y al 45` del PgI. El cuadro siguiente muestra el costo econmico de la violencia, por sectores econmicos, sealado en dicho Estudio. Costo econmico de la violencia, 1980 d 1988 Sector Costo directo Costo de oportunidad Total Agricultura Defensa Energa y minas Industria y comercio Transportes y comunicaciones CCRDES Municipios Proyectos especiales Ctros 300q000,000
900q000,000 2,500q000,000 500q000,000 N.D. N.D. N.D. 1,800q000,000 980q000,000 1,976q535,217 3,800q000,000 542q649,431 N.D. N.D N.D. 85q400,000 TCTALES USo 2,804q584,648 5,400q000,000 9,184q584,648 Fuente: tomado del estudio WViolencia y Pacificacin\.Comisin Especial del Senado. DESCC y Comisin Andina de Quristas.Lima.1989.
De acuerdo a otros estudios (DESCC), entre 1980 y 1991 la subversin habra ocasionado la prdida de dos mil millones de dlares al destruir la estructura de las torres de electricidad de alta
14 CVR. gDIdIdP704 Audiencia PUblica en Abancay (Apurmac). Segunda sesin, 27 de agosto del 2002, caso Nn 8. Familiares de vctima de tortura, violencia sexual y asesinato. 309 tensin. 15 Ctro estudio sobre WEconoma y Violencia\, elaborado por la institucin Constitucin y Sociedad en el ao 1993, lleg a estimar en USo 21,000 millones de dlares las prdidas econmicas para el pas durante el periodo 1980d1992 (Cf. Puican 2003:12). Por otro lado, la violencia de Sendero Luminoso tambin se ensa contra las organizaciones productivas. En la sierra central, entre marzo de 1988 y enero de 1989, Sendero Luminoso efectu acciones de violencia contra las SAIS WHeronas Toledo\ y WCahuide\ (Snchez 1989). La primera fue desactivada despus de la total destruccin de sus instalaciones y bienes, en marzo de 1988. La SAIS Cahuide, ubicada en la zona alta del Valle del Mantaro, era considerada como la empresa agropecuaria ms importante de todas las creadas por la Reforma Agraria en la regin. SegUn Puican, una de las razones que Sendero Luminoso tena para lanzar continuos ataques a esta empresa era que sta podra articular a las comunidades campesinas dentro de una lgica del mercadoh de ah la decisin de emprender su destruccin (Puican 2003:19). Su desactivacin lleg a su fin en enero de 1989, despus de los continuos ataques perpetrados contra ella por Sendero Luminoso. Por dificultades econmicas la empresa no pudo afrontar los gastos en sistemas de seguridad que le hubieran permitido ms adelante evitar que fuera totalmente destruida. A ello contribuy tambin la falta de apoyo y demora en las acciones tomadas por parte de las fuerzas policiales, situacin que no ocurri en otras SAIS, como WTUpac Amaru\, WPachacutec\ y WRamn Castilla\, las cuales contaban adems con recursos para su seguridad y defensa. Con relacin a la Sierra Sur, las incursiones de Sendero Luminoso tambin estuvieron presentes, especialmente en el departamento de Puno. SegUn el estudio de Rnique (1991), los principales ataques de los senderistas estuvieron dirigidos a las empresas asociativas. Las incursiones de SL se incrementaron de 15, en 1983, a 22 en 1984 y a 33 en 1985. En 1986 los senderistas efectuaron 83 ataques y el nUmero de vctimas ascendi a 32. En 1987, las acciones de violencia se redujeron despus que la columna senderista fuera diezmada en Cututuni, registrndose 35 ataquesh stos, sin embargo, se incrementaron a 77 en 1988 y a 97 en 1989. Respecto a los daos que se habran ocasionado a las comunidades, un estudio efectuado en Ayacucho 16 seala que los gastos que requerira el Estado para la reconstruccin de las comunidades afectadas sera ms de un milln trescientos mil soles. Ctro estudio muestra que el 28` de viviendas de 99 comunidades de 6 provincias ayacuchanas fueron destruidas, al igual que el 35` de locales comunales. 17
Aunque no es posible determinar el nUmero de casas o bienes destruidos a consecuencia de la violencia, muchos testimonios expresan la sensacin de vaciedad y de impotencia ante estos
15 SegUn ELECTRCdPERU el nUmero de torres derribadas en 1989 se eleva a 335. La diferencia se explica porque se incluyen las torres derrumbadas que corresponden a la filial de ELECTRCdNCRTE. Con estas cifras las prdidas se elevaran en USo 600 millones, segUn estimados de ELECTRCdPERU. 16 Son evaluaciones realizadas por CEPRCDEP en 10 comunidades de los distritos de Vischongo y Tambo, en las provincias de Vilcashuamn y La Mar, respectivamente, en el Departamento de Ayacucho. 310 hechos: WEn Incarajay nuestras viviendas fueron quemadas, a los varones les golpeaban los senderistas y los militares... Esos miserables me han dejado en la pobreza, mi casa lo quemaron. Todos en mi comunidad sufrimos mucho...\ 18 . Ctro testimonio perteneciente a un rondero seala lo siguiente: W... nos han destruido nuestra comunidad, nos han quemado nuestras casas, nuestra escuela... y tambin Sendero haba ingresado para que lleve a las autoridades y a los nios que tenamos all...\ 19
El cuadro siguiente ofrece un estimado acerca del monto de dinero que habran perdido las familias cuyas viviendas y reas sembradas fueron arrasadas tanto por los grupos senderistas como por miembros de las fuerzas del orden. Estas familias tuvieron que enfrentar la prdida total o parcial de su patrimonio, lo cual afect seriamente su capacidad de reproduccin material.
P=RDIDAS MATERIALES PARA UNA 4AMILIA CAMPESINA PROMEDIO 1>
(Nuevos Soles corrientes) Vivienda (mdulo de calaminas) 981 Dotacin de herramientas (mdulo) 1,300 Dotacin de vajilla de cocina (mdulo) 400 Mdulo de arado 1,220 Dotacin de trilladoras (mdulo) 4,470 Dotacin de frazadas (mdulo) 92 Animales: ddd Cvejas (2) 840 d Animales menores (mdulo) 44 Semilla de papa (Sr. 8,575 r ha) s 3 has. 8,575 Total:
17,922 t US o 5,120 (s) (s) 1 US o t 3.5 Nuevos Soles. 1r Estimados a partir de costos de la base de datos del PAR.
Algunos estudios sealan que Wulvos daos en trminos de infraestructura productiva, servicios y caminos fueron inmensos. La destruccin material ha estado acompaada de una intensa descapitalizacin, baja de la productividad, prdida del patrimonio tecnolgico y desarticulacin de los circuitos comerciales\ (Coronel, 1987). Ctro estudio tambin menciona la destruccin de la infraestructura vial efectuada por los grupos senderistas, la cual restringa los flujos comerciales que se efectuaban a travs de ferias locales y regionales (Del Pino et.al. op.cit.). Por ejemplo, Huancasancos (Ayacucho) ha estado ligada comercialmente con provincias costeas como Nazca, Ica y Lima. Sendero Luminoso restringi el trfico comercial en estas zonas, no slo prohibiendo la
17 WDiagnstico de desplazamiento en Ayacucho 1993d1997. Hroes sin nombre\, realizado por CEPRCDEP en 1997, en base a 167 encuestas familiares aplicadas a personas procedentes de 99 comunidades, 33 distritos y 6 provincias del norte del Departamento de Ayacucho. 18 CVR. gDIdIdP414 Taller de gnero, Ayacucho (Huamanga), 23 de octubre de 2002. Mujer pobladora. 19 CVR. gDIdIdP411 Taller con ronderos, Satipo (Qunn), 04 de noviembre de 2002. 311 salida de la poblacin hacia la zona costera, sino tambin impidiendo que la poblacin intercambiara sus productos hacia las zonas de valle como Cangallo, Huancapi, Hualla, Canaria, Sarhua, entre otras.
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El conflicto armado interno empuj a las familias y comunidades afectadas a dejar sus pueblos y abandonar sus casas, tierras productivas, ganado y bienes de todo tipo. SegUn la Encuesta INEI ya citada (1997), el 71,4` de los encuestados tena en su lugar de origen alguna forma de propiedad, tales como vivienda, tierras yro ganado, y slo el 28,6` no tena bienes. La misma encuesta menciona que el 94,1` de los encuestados (retornantes) declararon tener tierras de uso agrcola, el 13,4` tierras con pastos, el 3,9` tierras forestales y el 20,2` ganado, tal como muestra el siguiente cuadro:
TENENCIA DE gIENES DE LCS HCGARES CCN PCgLACIxN RETCRNANTE Propiedades del hogar ` TOTAL 100,0 Con propiedades 98,6 d Tierras de uso agrcola 94,1 d Tierras con pastos 13,4 d Tierras forestales 3,9 d Ganado 20,2 d Tienda de abarrotes 1,8 d Taller de artesana 0,1 Sin DroDieHaHes 1,4 1r Cada categora de propiedades del hogar es independiente FUENTE: INEI d Encuesta de Caracterizacin de la Poblacin Retornante.
En cuanto a la actividad agropecuaria, mayoritariamente desarrollada por la poblacin de las comunidades afectadas, la extensin sembrada se redujo drsticamente, afectando seriamente los ingresos de las familias campesinas. 20 Si antes del periodo de violencia sembraban alrededor de 4 yugadas de terreno, ahora estas mismas familias siembran menos de 2 yugadas (Del Pino et.al. 2001). Algunas de ellas continuaron sembrando en sus chacras pero permaneciendo el menor tiempo posible por la presencia de Sendero Luminoso en esas zonas. Igualmente, segUn el III Censo Nacional Agropecuario de 1994, la superficie agrcola que no habra sido cultivada debido a la accin terrorista llega a 30,655 hectreas. Las zonas ms afectadas son las de Qunn y Ayacucho. En efecto, en Qunn se habran dejado de cultivar a fines de 1996 aproximadamente trece mil hectreas y en Ayacucho cerca de nueve mil hectreas. Sin embargo, las unidades agrcolas afectadas ascienden a 10,575. El censo seala tambin que,
20 Se trata de familias pertenecientes a seis comunidades de retornantes del Departamento de Ayacucho: gellavista, Umaro y Pomatambo (provincia de Vilcashuamn) y Laupay, Cunya y Uchuraccay en el norte (provincia de Huanta). 312 adems del terrorismo, la falta de mano de obra para el trabajo en el campo y el cambio de ocupacin laboral, inciden en esta situacin:
SUPERFICIE AGRyCCLA QUE NC SERz CULTIVADA PCR CAUSA PRINCIPAL, 1994
TOTAL a>
Terrorismo 4alta He mano He oOra ConsiPQi otro TraOaSo RoOo Nacional NUAs 1745773 10575 84312 4853 3015 SHss 35381808 30655 104498 5368 1615 Ayacucho NUA 87263 4608 6655 265 74 SH 1715207 8665 4381 156 32 Qunn NUA 118360 2115 4301 320 190 SH 2264730 13093 6124 492 82 Huancavelica NUA 85337 758 5460 561 138 SH 1305491 621 2360 201 42 Puno NUA 184610 776 31764 1246 1249 SH 4384904 366 2277 164 117 Hunuco NUA 93156 571 4386 390 200 SH 1343787 2695 34088 401 355 Apurmac NUA 68430 255 5816 178 158 SH 1437144 222 1375 54 54 Pasco NUA 28079 119 2115 549 156 SH 997807. 795 5720 1482 70 San Martn NUA 63062 117 2184 91 72 SH 1107356 1148 12001 561 171 sNUA: NUmero de Unidades Agropecuarias r ssSH: Superficie en hectreas. ar Incluye otras variables que aparecen en la encuesta. FUENTE: INEI d III Censo Nacional Agropecuario 1994.
Respecto al dato consignado en el cuadro anterior como Wfalta de mano de obra\, es importante tomar en cuenta que dcomo ya se ha sealado anteriormented la situacin de violencia produjo una reduccin drstica de la mano de obra en las comunidades afectadas, por muerte, desaparicin, prisin, deterioro fsico y psicolgico de la poblacin, principalmente de la PEA, as como por efecto del desplazamiento forzado. Lgicamente, el despoblamiento del campo a causa de dichos factores trajo consigo la descapitalizacin del agro y un mayor empobrecimiento de las familias. Las estrategias productivas de las familias campesinas se vieron desdibujadas en la medida que SL no slo impidi producir en las zonas altas (Coronel 1994), sino tambin efectuar trabajos eventuales fuera de la comunidad para complementar ingresos y cubrir el nivel de subsistencia familiar. La violencia que enfrentaron los pobladores tuvo que ser considerada como otro factor a tomar en cuenta en sus decisiones econmicodproductivas. Adems, las familias buscaron minimizar las prdidas de sus cultivos, sembrando menores cantidades de hectreas para reducir el riesgo de perder la inversin frente a nuevos ataques de Sendero Luminoso. Su objetivo no era pues slo el de garantizar la produccin sino, tambin, el de asegurar su supervivencia.
Tanto los grupos alzados en armas como los miembros de las fuerzas del orden atentaron directamente contra los derechos personales y los bienes de los pobladores. Aunque las 313 modalidades hayan sido diferentes, en ambos casos hubo resultados negativos con respecto a la sustraccin y destruccin de las propiedades de la comunidad. Cuando la violencia llegaba,
... los hombres y mujeres haciendo caso se han ido a dormir a otros lugares para escapar y salvar sus vidas como, a los montes hasta a huaycos y hasta ese momento, ya estaban quemando sus viviendas, llevndose sus ganados, frazadas, sus ollas, sus herramientas y otras cosas mas que encuentran todo se llevan y despus como vengativos si cuando, uno no quiere participar en esa accin te matan o te queman hasta dentro de tu casa junto a tus nios y todos que no pueden escapar y de ah sales como chicharrn, las criaturas las madres entonces ahora, hasta a las Iglesias tambin lo destruyen y a los colegios tambin destruyen. 21
Este testimonio ilustra las modalidades de los robos, saqueos, destruccin y expoliacin practicados en diversos lugares donde haban enfrentamientos. El ganado vacuno y ovino, que constituye una forma de ahorro para estas familias, disminuy notablemente debido a que fue robado y eliminado por SL y las fuerzas del orden en algunos casos y, en otros, porque la propia poblacin los vendi a un precio menor de su valor para poder contar con recursos econmicos y emigrar (PAR, 1984). Esto significa que el 34` de estas familias vieron disminuir fuertemente la cantidad de ganado de su propiedad, ocasionando con ello su descapitalizacin. (Del Pino et.al. op.cit.). En general, la poblacin sufri la apropiacin ilcita y destruccin de su ganado y de todo tipo de animales que disponan para su subsistencia:
... todo lo que estaba lo quemaron la casah todo se lo han llevado, lo que han querido. Mi mam tena chancho. Lo mat al chancho, con lo que haba ido a la siembra lo haban mandado para que pueda criar al chancho... Pavo tambin haba, se lo comieron el pavo, se lo agarraron las gallinas... Mi hermano se haba escapado del camino, mas al burrito lo haban hecho cargar carne, lo que haban matado en la casah con eso se haban escapado. De noche se haban escapado, donde habrn descansado pero amanecieron en Parcco, y al da siguiente todo vieron de todo lo que haban hecho, haban chanchos haban cortado todo... 22
Los grupos subversivos incursionaban en las comunidades y se apropiaban de los bienes de los comerciantes pudientes de las zonas, pero tambin de las pequeas tiendas o negocios particulares de las poblaciones, tal como narra largamente una de la vctimas:
Ac as, saquiando las tiendas... un patadn a la puerta de las tienditas, abra, sacaba sacos de arroz, azUcar, todo esto vaciado. kA dnde se poda quejarl... Yo trabajaba en la tienda, la tienda lo vacea, me ha desmoralizado, ni ms trabaj... Entonces, ricin las tienditas estn apareciendo, porque ms anterior, como vuelvo a dicir, todas las casas, todas las casas tambin abriendo, sacaban, maz, trigo, haba, lo que sea, eso coman ellos o ya coman gato, y ah preparaban, la carne traan ac cerca, se mataba (...) ZPal partido, seora, pal partido[ Diario tena que proveirse (...) en fin estaba a sus cercanas ganaditos, gratis todo
21 CVR. gDIdIdP415 Taller de gnero con la participacin de varones, Huamanga (Ayacucho), 23 de octubre de 2002. 22 CVR. gDIdIdP59 Entrevista en San Quan de Lurigancho (Lima), junio de 2002. La entrevistada es una costurera de 43 aos, natural de Parqo. 314 era comida, pues, carne gratis, comida gratis, pues. Vistido tambin de los Huamanguitos que vinieron los arrieros en Ayacucho, lo asaltaron, toda la ropa, lo quitaron ZPal partido, Seora, kquiere vivir o nol ZAc nosotros estamos luchando pal pobre[, diciendo. Los arrieros que traan las ropas mudas, doce mudas, ocho mudas, asaltaron, ahora ya no vienen, pe... 23
Tanto el saqueo como el incendio de casas y locales era una prctica comUn por parte de Sendero Luminoso. As fue tambin declarado: W...vengo de la comunidad nativa de Aguayta. Tambin hemos sufrido la violencia, empezando han entrado los senderos en el 89 y fue destruido nuestro pueblo, fueron incendiadas nuestras casas, y la escuela han saqueado todo, herramientas, ollas...\ 24 . El valor que esos bienes tenan para sus propietarios supera la cuantificacin meramente monetaria. Por ello, ver sus cosas consumirse por las llamas o no encontrar nada en su casa a su regreso signific un choque psicolgico y emocional para cada habitante. De hecho, muchos testimonian que para salvar la vida tuvieron que abandonar sus pertenencias: WDe la comunidad de {imbiri mis paisanos se quedaron, y ahora vivo en Anapate tres aos, entonces as ha sido: todo lo que tena en mi casa lo quemaron, quemaron mi mquina de coser, de escribir, radio, me dejaron sin ropa, solo salimos con la ropa que llevamos encima. En el monte hemos corrido...\ 25 . Las empresas y las cooperativas sufrieron tambin los embates de la violencia. Uno de los testimonios presenta con detalle lo que ocurri con su empresa comunal:
Al da siguiente, temprano llegamos a la cabaa y ya los seores haban sacrificado doscientas cabezas. Cmo el ro esta corra sangre, de nuestros corrales. Y nosotros nos hemos asombrado, las seoras decan kqu es estol Este es el fin del mundo, kcmo nos va a castigar de esta maneral, kqu culpa tenemos nosotrosl Esto no es regalo de gobierno, esto es sacrificio de nosotros, esfuerzo de nosotros, porque nosotros vivimos en una pobreza y queremos tener ingreso propio. Ya que las autoridades no nos acuerdan de nosotros. Simple y llanamente porque vivimos debajo de los andes, debajo de los cerros... Han sacado a las seoras, a los hombres. Lo que se han opuesto, la matanza. Seores, dijo, ustedes van reemplazar a las alpacas, ahora. Y lo dems compaeros decan kpor qu van matar a nuestros hermanosl, mejor mtanos a todos, a todos mtanos. Ya que nos quiere matar a nuestra empresa, mtanos a todos. Entonces, entre dos, tres hombres vinieron, prepararon su metralleta. Ya, el que tiene, el que salva de ac, tendr vida. Hoy y maana, unas horas contadas tendrn su vida. Por ese lado nosotros hemos puesto resistencia pero lamentablemente frente un pueblo desarmado, kqu podemos hacer frente a los armadosl. Ah, han liquidado los cuatrocientos ochenta alpacas, entre cras, preadas. Despus de matar, sacrificar esos animales nos han hecho formar en fila. A cada hombre nos tocaba dos alpacas, tres alpacas, las menudencias botaban, coman los cndores. Las cras ya no recogemos, hemos dejado ah pa los cndores, pa los acchis. 26
El testimonio anterior y el siguiente muestran tambin cmo la subversin destruy la economa de empresas, como la SAIS Illay, mediante la implementacin de acciones de reparto
23 CVR. gDIdIdP333 Entrevista en Sacsamarca, Huancasancos (Ayacucho), marzo de 2002 a poblador de 58 aos, testigo de la masacre de Lucanamarca. 24 CVR. gDIdIdP410 Taller de gnero con la participacin de varones, Satipo (Qunn), 04 de noviembre de 2002. 25 CVR. gDIdIdP412 Taller de desplazados realizado en Satipo (Qunn), 04 de noviembre de 2002. 315 forzado de los bienes de produccin (ganado) entre la poblacin campesina, la que muchas veces tena conflictos con los trabajadores de estas empresas:
... ha habido quema de Huacauta, ha habido muertos ah, yo creo que tengo el apunte, 7 muertos, campesinos, trabajadores. Claro, en ese momento con comuneros con campesinos estbamos confrontados, pero finalmente eran campesinos pobres... el Fundo Charquismo fue de la SAIS Illary, fue quemado por Sendero Luminoso, completamente, se han distribuido ganados pero sin planificacin, no ha habido una distribucin de ganado planificada. Se distribuy as de llvense, se llev uno, se llev dos, se llevaron 50 otros se llevaron ms, otros no se llevaron nada. Despus al da siguiente ha cado la represin o sea el ejrcito las fuerzas policiales esas han cado, a quien lo encontr con ganado le dijo terrorista, tu eres senderista, terrorista. Al que no lo encontr nada tampoco no le dijo nada claro se salv habr ganado en ese momento algo. 27
Por otro lado, las fuerzas del orden tambin actuaron con violencia, abuso y discriminacin. Aunque el Ejrcito los Wprimeros das se port bien, pero despus ya se acostumbra, hacen abusos el Ejrcito... entran a la chacra calladito, agarran as sus productos, agarran gallinas, as, pero despus ya lo llamas atencin, ya tienen miedo ya\ 28 . Los militares de algunas bases cometan muchos abusos: Wse coman los animales, violaban a las mujeres y obligaban a la poblacin a someterse... (se fueron) llevndose todo nuestras cosas, se llevaron 50 ovejas, herramientas, ropas, grabadora, mquina de escribir\ 29 WEn Accomarca empezaron a saquear las cosas y cereales, ahora es cumpleaos del chancho, diciendo eso los soldados buscaron plata, cereales\ 30 . Los pobladores tendan a someterse ante la presencia de los soldados con el temor de que pudiera sucederles algo si no cumplan con lo que se les peda: Wcolaboramos, as cuando peda buenamente damos papa, mazh como somos 4 barrios, para cada mes tenamos que dar un carnero, cada barrio damos cada mes\ 31 . Mientras las bases militares permanecieron en algunas comunidades no perdan la oportunidad para saquear los pocos bienes de los campesinos: WCuando llegaban los militares se llevaban todos los ganados, a veces se llevaban con su helicptero, entonces nos han dejado en fracaso hasta ahora, nos han afectado mucho.\ 32
Frente a los abusos de uno y otro lado, la poblacin no tena cmo protegerse: Wkqu puedes hacer si viene como cuatro con armal, hasta cuando proteges, con la culata del arma lo golpea, no lo respetaba ni a las seoras, a nadie lo respetaba.\ 33
26 CVR. gDIdIdP708 Audiencia PUblica en Abancay (Apurimac). Segunda sesin, 27 de agosto del 2002, caso Nn 11. Mujer y varn pobladores de la comunidad de Cotahuarcay 27 CVR. gDIdIdP247 Grupo focal, Puno (Puno), 14 de mayo de 2002. Participacin de nuevos y antiguos dirigentes Federacin Departamental de Campesinos de Puno. 28 CVR. gDIdIdP299 Entrevista a pobladora del caserio 7 de Cctubre en la provincia de Leoncio Prado, Huanuco. Efectuada en mayo del 2002. 29 CVR. gDIdIdP26 Testimonio, Accomarca (Ayacucho), agosto de 2002, comerciante de 38 aos, presunto exdsenderista, uno de sus hermanos fue asesinado por el ejrcito. 30 CVR. gDIdIdP30 Grupo focal mixto, Lloqllapampa ( Ayacucho) junio 2002. 31 CVR. gDIdIdP33 Entrevista en Accomarca (Ayacucho) en junio del 2002. El entrevistado es un agricultor de 54 aos, fue autoridad de dicha comunidad. 32 CVR. gDIdIdP48 Grupo Focal de mujeres en Accomarca (Ayacucho), junio del 2002. Participaron de cinco mujeres. 33 CVR. gDIdIdP33 Entrevista en Accomarca (Ayacucho) en junio del 2002. Agricultor de 54 aos, fue autoridad de dicha comunidad. 316 Las fuerzas del orden tambin se apropiaron de los bienes que la poblacin abandon al huir de la violencia en sus pueblos:
... en algunos casos abusadas, maltratadas y as como las personas no se salvaron tambin, los animales no se salvaron de esto. Porque los militares como las fuerzas del orden se aprovecharon de esto porque muchas personas hemos salido dejando de nuestras cosas. Abandonando nuestra casa, abandonando nuestros animales. Abandonando nuestras chacras. Y entonces, de esto se aprovecharon la polica, con el ejrcito y todas esas cosas pasaron como acciones. Nunca en algunos casos las personas no hemos podido denunciar porque no tenamos una identificacin, quines sern los autores. 34
La destruccin de los bienes estaba encaminada tambin dentre otras cosasd a someter y dejar inermes a los pobladores. Los pobladores que no lograban huir del lugar eran obligados por SL o los militares a desarrollar actividades a su servicio, tal como lo describen los siguientes testimonios: WAl campamento tenamos que llevar lea, obligados porque si no hacamos caso recibamos castigosh despus con los militares era igual\ 35 . WColaboracin pedan. Aparte robaban y aparte pedan colaboracin. Por barrio colaborbamos con carneros, ovejas para que coman y para esa cantidad de personas que exista en la base, para eso peda colaboracin\ 36 . WEl capitn Garca se comi mi burrita para festejar con las seoras del pueblo del da de la madre... se lo rob la noche anterior y con ello hicieron parrillada.\ 37
El robo de animales y de comestibles en general eran formas de destruccin de las principales fuentes de riqueza y subsistencia de campesinos y pobladores. Ms aUn, como se aprecia en los testimonios, la prdida y destruccin de sus bienes y propiedades alcanz niveles muy altos, al punto que muchos lo perdieron todo al ser sus viviendas y medios de subsistencia quemados:
Entonces a eso de las 2 de la tarde, ms o menos, levanto uno no ms, le haba encendido todo, todo, ah eran 15 vendedoras. El Ejrcito quem toditoh aUn siendo as a mi edad tambin fui a reclamar porque le queman su casa, su negocio si nosotros no somos senderistas, Zque senderistas, Uds. son terrucosZ lo han matado tambin y lo han votado[h y eso es mucho, mucho, hemos pasado una situacin triste, muchoh llego a mi casa no encontr casa... las botellas derretidas como velas, hasta las calaminas apachurradas, las gallinas que criamos quemados, tena cuyes todos quemados, llorando por all, una lastima... 38
Es importante sealar que todas las situaciones antes mencionadas afectaron dramticamente las condiciones de vida en el campo, producindose un mayor empobrecimiento de
34 CVR. gDIdIdP701 Audiencia PUblica en Abancay (Apurimac). Primetra sesin, 27 de agosto del 2002, caso Nn 6. Varn poblador narra el asesinato de pobladores de Toraya, provincia de Haymaraes, Apurimac. 35 CVR. gDIdIdP39 Notas de campo de entrevista informal a una agricultora de 48 aos, Accomarca (Ayacucho), junio de 2002. 36 CVR. gDIdIdP48 Grupo Focal de mujeres en Accomarca (Ayacucho), junio del 2002. Realizado con la participacin de 5 mujeres. 37 CVR. gDIdIdP53 Notas de campo de entrevista informal a un agricultor de 60 aos y presunto exdsenderista en Accomarca (Ayacucho), junio de 2002. 317 las zonas y poblaciones afectadas del que ya tenan antes de iniciarse el conflicto:
La violencia poltica ha trado ms pobreza porque ya no se dedicaban a la chacra mas se dedicaban a cuidado la seguridad de la comunidad. Y ya se abandono ya algunos das que tenan libres se iban a compartir para sobrevivir knol de esa manera y yo , yo digo que si trajo mucha pobreza la subversin porque sino hubiera sido as la comunidad hubiera desarrollado en forma como tal knol y ahora es , tu mismo has visto la juventud ya cambia mucho, estn resentidos, viven renegados, aburridos de la vida porque han pasado las cosas knol y saben los problemas que hubo con tal fulano, ya ahora de decirnos to, primo pero en ese momento no haba todo era enemigo, entonces el nio lo ha estado cuajando en su mente knol entonces es una complicacin terrible, desconfianza total, ahora que en la comunidad casi no tenemos confianza, lo mas hermano que sea no hay confianza, eso es lo que nos trajo, tanto en la agronoma, econmicamente y tambin en el estado de ser lo que ramos unidos, confiados, ahora todo es por tu cuenta el que vive a su antojo gana vive, el que no, noh todo se rompi, todo eso knol y para mi es preocupante porque yo crec en otra vida, lo que yo crec ahora veo mis sobrinos, mi hermano menor cmo esta creciendo knol con un resentimiento, con esa desconfianza y quiero decir una cosa pero no lo puedo decir porque teme ese temor y a nosotros nos preocupa, antes no era as tenamos un problema, bamos, contbamos , no nos mandaban al diablo sacaban la forma como resolver pero ahora ya a mi que me importa es tu problema, esas cosas tan complicadas knol 39
De hecho, la magnitud de las secuelas econmicas es mayor en las comunidades que han sido arrasadas y en las familias que han perdido todos sus bienes. Pero, de una manera u otra, todas las comunidades y familias que vivieron y aUn viven en medio de la violencia han sido afectadas a este nivel. Por ello, no ha sido difcil encontrar la constatacin de este empobrecimiento en los miles de testimonios tomados por la CVR:
Hemos quedado mas pobres, con esta violencia poltica, en esos tiempos ya no tenamos ni semillas para sembrar, nuestros cultivos disminuyeron, ya nada era como antes, recin ahora nos estamos recuperando. En ese tiempo de la violencia las semillas para sembrar subieron de precio y el dinero ya no nos alcanzaba para comprar, no podamos producir como antes, nuestros productos incluso bajaron de precio, ya no llevbamos a las ferias los productos que sembrbamos. 40
Ha bajado la produccin, las chacras han estado abandonadas, ya no trabajamos como aquella vez, ya no hay esa misma fuerza, adems ahora todo es faena, cada uno trabajamos en nuestra chacra... 41
Como hemos mencionado, la prdida total o parcial de sus medios bsicos de subsistencia y el consecuente empobrecimiento empuj a muchos a abandonar su lugar de origen y trasladarse a otro en busca de refugio y mejores condiciones para su supervivencia. Sin embargo, la nueva situacin fue bastante adversa, no pudiendo lograr en sus zonas de refugio niveles adecuados de
38 CVR. gDIdIdP298 Entrevista, Venenillo (provincia de Leoncio Prado, Huanuco), mayo de 2002. El entrevistado fue autoridad de la comunidad. 39 CVR. gDIdIdP768 Entrevista a lder de la comunidad de Cushiviani (Qunn) realizada en octubre del 2002. 40 CVR. gDIdIdP416 Taller de rondas campesinas realizado en Huamanga (Ayacucho) el 23 de octubre de 2002. 41 CVR. gDIdIdP421 Taller de gnero, Pichari, La Convencin (Cuzco), 25 de octubre de 2002. Participacin de varones. 318 insercin sociodeconmica. De otro lado, los que retornaron a sus comunidades enfrentan hoy serias dificultades econmicas, debido a las condiciones lamentables en que qued su pueblo por efecto de la violencia, condiciones que no han sido revertidas. Los testimonios recogidos por la CVR muestran que la actual situacin econmica de la mayora de las familias afectadas sigue siendo preocupante: no ha sido posible para ellas superar significativamente esta situacin, en tanto no se han resuelto los diversos problemas que le dieron origen. Es por esta razn que muchos testimoniantes han expresado a la CVR su deseo de que el gobierno repare el dao que se les ha ocasionado, atendiendo principalmente a las viudas y hurfanos:
Ella esta en Corilla pero ella es de Sanaveni, ella dice yo he sufrido la violencia poltica nos ha llevado los senderos y mataron a mi esposo ahora ha dejado nios, soy una viuda tengo varios hijitos y nadie se responsabiliza y no tienen ropa que vestir por eso es que la Comisin de la Verdad que insista al gobierno para que pueda reparar todos estos hurfanos que han quedado, no solo ellos sino hay muchos de los paisanos que han sufrido, nuestros hermanos ashanincas que han sufrido y que sea pues reparado porque horita veo tambin que mis hijos se han quedado hurfanos, esta mal nutrido, no tiene que comer, yo tambin me siento sola al ver que lo mataron a mi esposo, no es como antes que he vivido con mi esposo, haba de todo, comamos pero ahora que hemos ido con los senderos no comamos y empezaron a tener anemia, y cuntos de los nios fueron muertos por la anemia, tambin eso es todo lo que he podido decir. 42
3131 DETERIORO DE LA INSTITUCIONES ECONMICAS
Las secuelas del conflicto armado interno han afectado tambin a las instituciones locales de desarrollo de la comunidad. Si entendemos por Winstituciones\ en este contexto a los acuerdos implcitos que los miembros de una comunidad tienen para preservar la vida de una manera estable, entonces los modos de reciprocidad constituyen uno de los instrumentos que sustentan y fortalecen un grupo, as como lo son tambin las expectativas que tienen y los modos de capacitarse para conseguir lo que buscan. Desde esta perspectiva, las formas organizativas de los grupos y las comunidades han sufrido importantes transformaciones por efecto de las secuelas de la violencia. Las acciones de los grupos alzados en armas afectaron las formas sociales de organizacin de la produccin y distribucin, pero tambin el sentido del desarrollo de la familia y la comunidad. La produccin muchas veces ritualizada en el cultivo y la cosecha, en espacios festivos o patronales de las comunidades, fue directa o indirectamente afectada. La produccin agrcola o ganadera se vala de estos espacios para el encuentro y el intercambio, pero esta institucin fue alterada por la lgica de los grupos armados que tena la pretensin del control total, por lo que en muchos casos prohibieron dichas manifestaciones o las utilizaron para fines diferentes a los estipulados ancestralmente, generando en la poblacin confusin, desconfianza y, en breve plazo, la
42 CVR. gDIdIdP409 Taller de gnero realizado con mujeres en Satipo (Qunn.) el 04 noviembre 2002. 319 desaparicin de dichas formas. Por ello, en esta parte veremos a grandes rasgos de qu manera la violencia armada produjo alteraciones en la organizacin productiva de las familias y comunidades, gener grandes problemas en la adecuada circulacin de los productos y afect las expectativas de desarrollo personal y local. La desorganizacin del sistema productivo tambin trajo consigo la despreocupacin en el mejoramiento de las tcnicas productivas, as como en el manejo apropiado de la administracin y las maneras de resolver los conflictos intercomunales.
Las organizaciones locales de produccin recurran permanentemente al sistema de prestaciones recprocas de trabajo y de recursos para sostener a sus miembros, persiguiendo de ese modo tambin el desarrollo econmico. El sistema de prestaciones permita el intercambio de la fuerza laboral para la produccin en el campo y procuraba el sustento familiar y comunal. El arribo intempestivo de los grupos alzados en armas alter la marcha de la vida productiva y cre caos y desequilibrio en la vida de la poblacin, pero tambin modificaron sus percepciones que tena sobre las personas, generando mayor desconfianza en las relaciones y extendindola a diversos mbitos de la organizacin. Las familias y las comunidades, ajenas al conflicto armado, vieron un da morir, desaparecer o huir abruptamente a personas que constituan el Unico sustento del grupo. La ausencia definitiva o temporal de dichas personas comprometieron seriamente la marcha del sistema econmico. En la vida de familias, aldeas y regiones ocurri un trastorno de dimensiones nunca antes registradas en los sistemas productivos locales. El desequilibrio generado por el conflicto armado en la vida familiar o comunal se expres en los cambios que afectaron directamente a las maneras de relacionarse entre s de los grupos y las personas. Las antiguas formas de cooperacin y colaboracin personal y colectiva perdieron vigor y sufrieron alteraciones que han afectado, de maneras y en grados diversos, a sus miembros y sus espacios institucionales, a tal punto que, como seala un campesino, lo que vio ocurrir en su pueblo fue que Wya no trabajamos como aquella vez, ya no hay esa misma fuerza\ 43 . Para el campesino la vida es fundamentalmente comunal y se fortalece por los lazos de parentesco o paisanazgo existentes entre sus miembros. La ausencia definitiva de uno ellos repercute sobre la marcha de la organizacin, porque sus actividades representa una fuente importante de energa laboral para el sostenimiento familiar y comunitario. La organizacin econmica basada en el '9$- y la 1-$:' se vio severamente daada porque estas instituciones fueron utilizadas por los actores de la violencia de manera distorsionada para diferentes fines no
43 CVR. gDIdIdP421 Taller de gnero realizado con varones en Pichari, La Convencin (Cuzco) el 25 de octubre de 2002. 320 contemplados en la idiosincrasia comunal. Tanto el ayni como la min|a son formas de intercambio que implican largos aos de relaciones basadas en el conocimiento del otro, apoyadas sobre la seguridad de que los servicios prestados sern devueltos en una oportunidad futura. La confianza constitua pues la base fundamental de la continuidad de las relaciones sociales y econmicas. Sin embargo, las relaciones de confianza, en muchos casos, fueron destruidas para dar paso a otras formas de relacin basadas en principios individualistas. WAc, haba min|as... esos trabajos en bien de la comunidad. Ya no se realizan, cuando uno no ofrece trago\ 44 , declaraba alguien con cierta nostalgia y preocupacin. El trabajo comunal haba dejado de ser una institucin que cohesionaba a los individuos para lograr beneficios de manera colectiva y de este modo fortalecer al grupo.
No, no ya estn regresando, de uno en uno estn regresando, si, segUn como ven que se tranquiliza el pueblo ya el otro dice mejor voy a regresar. Trabajan su chacra, pero no hemos quedado bien ya de esos aos que hemos sido unidos, hemos trabajado por el pueblo, ya no es unido ahora... ha cambiado bastante, el pueblo esta triste, todo el parque tambin monteado. Ya la gente parece que ha perdido ese entusiasmo de trabajar por la comunidad, si, as hemos quedado, por que a las primeras cabezas que haba, los dirigentes de la comunidad lo han terminado matndolo. Si, as hemos quedado nosotros muy, muy abandonados. 45
En algunos casos, comunidades enteras haban cado en el desnimo y no tenan las fuerzas suficientes para empezar de nuevo sus actividades econmicash los pobladores Wcasi ya no quieren participar as en las faenas\, testimoniaba un dirigente de una comunidad campesina de Accomarca. 46
Esa situacin prcticamente viene desapareciendo, esa voluntad de trabajar por accin cvica... de hecho que va desaparecer y ahora ya quieren trabajar casi a la fuerza solo un da, ms no quieren, de donde vamos a comer... Ser la situacin que actualmente no se puede explicar, y ahora con lo que viene ayudas del gobierno es peor, con esa situacin ya nadie quiere ir a trabajar, inclusive las mams tambin se han convertido mas ociosas, ya quieren recibir donaciones alimentarias ya si esperan eso nada mas ya, hasta los varones se someten a eso ya. 47
Sin embargo, a pesar de los intensos y permanentes ataques a los que las comunidades fueron sometidos, las prestaciones de reciprocidad no desaparecieron totalmente y ms bien resurgieron en los momentos difciles de la vida de las personas. As pues, aun en las pocas ms duras, los principales afectados por el conflicto armado pudieron ocasionalmente recurrir a la colaboracin y a la ayuda mutua para poder sostenerse, para reconstruir sus bienes destrozados o recuperar la infraestructura productiva.
44 CVR. gDIdIdP3 Grupo focal, Vilcashuamn (Ayacucho), junio de 2002. Participacin de 4 varones. 45 CVR. gDIdIdP412 Taller de desplazados realizado en Satipo (Qunn), 04 de noviembre de 2002. Participaron pobladores desplazados. 46 CVR. gDIdIdP33 Entrevista a Agricultor de 54 aos que fue autoridad de la comunidad de Accomarca (Ayacucho) efectuada en junio del 2002. 47 CVR. gDIdIdP350 Entrevista realizada en Sancos, Huancasancos (Ayacucho) en marzo de 2002. El entrevistado es un poblador de 65 aos, sanitario de la posta. 321 De otro lado, la comunidad y la familia padecieron la dispersin de sus miembros, lo que termin por fragmentar la organizacin misma e impedir su recuperacin en un breve plazo. Como consecuencia de esta situacin cada uno de sus miembros ha buscado el modo de superar sus propios problemas de subsistencia. La alteracin de las antiguas costumbres por obra del miedo y la desconfianza aadi una cuota mayor de desnimo, negligencia e incumplimiento de los roles designados previamente.
El problema ms lgido sera, como mucho repito, con los ciudadanos, un poco negligentes, no vienen a las faenas, son incumplidos, no vienen a las reuniones... Yo creo que no quieren a su pueblo, viven en su chacra cada uno y vuelta ya lo dejan... Mucha indiferencia, efectivamente con el Capitn de la gase hemos hablado para ir de chacra en chacra y reunirlos para bien de la faena... De la faena limpieza general del pueblo, despus ver nuestra Posta, pero el trabajo que tenemos principalmente es de limpieza. 48
Para muchas autoridades y dirigentes de comunidades, la organizacin comunal dej de ser una instancia de sostenimiento y soporte de la vida colectiva. }sta, al sentir los efectos de la fragmentacin, vio diluirse sus antiguas formas de interrelacin. As, por ejemplo, en la opinin de un dirigente, una comunidad como Huancasancos, Wes una comunidad campesina que est organizada en 4 ayllus, realizan min|as y ayni. Antes se sembraba en colectivo pero ahora se ha perdido esa costumbre, segUn los entrevistados, la gente se ha vuelto muy haragana. En la actualidad esas tierras las usa la comunidad como Cofrada.\ 49
Las experiencias de solidaridad y cooperacin tambin fueron daadas. Muchas personas afectadas, como viudas y hurfanos, que haban perdido a sus familiares por la accin de la violencia, dejaron de tener un sustento material y apoyo social, para convertirse en personas desvalidas, en muchos casos discriminadas, y en no pocos casos estigmatizadas, tal como se describe en el siguiente testimonio.
Los nios pobres y hurfanos, las viudas son mal vistos en la comunidad por parte de las autoridades, porque ellos no tienen dinero para poder pagar a los peones para que les ayuden a trabajar la tierra. Ahora la gente no es buena, te cobran de todo cuando te ayudan, se han acostumbrado a cobrar por cada trabajo que hacen. Ya no hay el ayni. En otras comunidades se sigue manteniendo y en otras no. Por ejemplo cuando las viudas quieren trabajar la tierra nadie las ayudan porque no tienen dinero para pagar a los peones, al respecto las autoridades no manifiestan nada, al contrario los miran mal por ser pobres. Los nios hurfanos no pueden levantar sus casas, no los pueden arreglar tambin nadie dice nada. Y eso que las viudas perdieron a sus esposos en las acciones senderistas cuidndonos a los dems, para que no nos pase nada. 50
48 CVR. gDIdIdP298 Entrevista realizada en Venenillo (provincia de Leoncio Prado, Huanuco) en mayo de 2002. El entrevistado fue autoridad de su comunidad. 49 CVR. gDIdIdP320 Notas de campo de entrevista informal con autoridad de la comunidad, realizada en Sancos, Huancasancos (Ayacucho) en marzo de 2002 . 322 !"!"3" A:,)15,*<5 21 0121, 9 1,)('*-, 21 '-/10'*(&*4('*<5
La alteracin de los sistemas econmicos trajo consigo tambin la disminucin de los productos y, por tanto, la posibilidad de comercializar los excedentes. La presencia de los grupos armados y de las fuerzas del orden en las comunidades afect directamente el sistema de distribucin e intercambio de la produccin. En algunos casos, muchas familias y comunidades se quedaron sin dinero y sin productos porque sufrieron robos y saqueos por parte de los alzados en armas y las fuerzas del orden y, en otros casos, porque tuvieron que dejar los campos cultivados a su suerte sin recoger los productos ni lograr comercializarlos. La accin armada tambin destruy las redes y los espacios a travs de los cuales las comunidades y los pueblos tenan la posibilidad intercambiar sus productos. En algunos casos, stos fueron restringidos o controlados y, en otros casos, prohibidos, alterndose as el sistema comercial de la localidad. De un lado, las ferias y las plazas quedaron vacas porque los campesinos no tenan productos para el mercado. Y, de otro lado, dichos lugares se convirtieron en espacios peligrosos, porque muchos pobladores podran ser identificados por las fuerzas contrarias y luego ser desaparecidos, aumentado la zozobra y la desconfianza. Los robos o asaltos constantes tambin mermaron el movimiento comercial en muchas localidades, haciendo fracasar en muchos casos, a los pequeos comerciantes. WYo iba a Pomabamba arriba a transferir a un negociante de Huancavelica, luego compraba res y llevaba al camal , tengo un familiar D.Q., l est muy bien con ese trabajo, en cambio a m, mi platita me quitaron los de Sendero y entr en fracaso\ 51 . Las personas que perdieron sus bienes y no tuvieron la posibilidad continuar con sus actividades econmicas locales se vieron profundamente afectadas en su mundo subjetivo, y fueron empujados a un momento de confusin o las pocas posibilidades de volver a empezar.
Mientras que estuve en Lima, allanaron mi casa en San Qos, a mi perro dej encargado a mi vecino, ah lo mataron. Encontrado todo destrozado mi casa, y servicio de inteligencia atrs de nosotros, nos haca imposible, nos dejaba nota en la casa, obligando para dejar ese trmite, si en caso contrario, mi casa, quedaba en polvo, as... nos... as hemos dejado de miedo. A consecuencia eso, mis hijos, todos han quedau afectados o sea enfermos, traumados, paralticos. Uno de ellos casi perdi su habla, hasta yo soy nerviosa, mal di corazn, di cabezah as todos mis hijos sienten su cabeza y coraznh y se han atrasado di sus estudios, sino hubiese pasado este caso, normalmente mis hijos hubiesen terminado sus estudios, hubieran logrado sus nombramientos, ahora como s han terminado, que he sacado profesionales, de qu sirve que son profesionales, que no hay trabajo, ni contrata, as que slo pido a los seores autoridades de la Comisin de la Verdad, que nos apoye, pido este apoyo. 52
50 CVR. gDIdIdP416 Taller sobre rondas campesinas, realizado en Huamanga (Ayacucho), 23 de octubre de 2002. Los participantes son ronderos. 51 CVR. gDIdIdP371 Entrevista a Ganadero de 50 aos, Lucanamarca (Ayacucho), marzo de 2002. 323 El cierre de los pequeos negocios fue por lo general desventajoso para sus propietarios y desfavorable para las poblaciones, por no tener acceso a los pocos bienes que la modernidad ofreca. En muchos casos, los dueos de locales comerciales no pudieron soportar que se esfumara de un momento a otro aquello que haba significado para ellos largos aos de esfuerzo y sacrificio.
En 1987, un nuevo atentado contra mi padre... El negocio cada da estaba peor, mi padre ya no era el mismo. Ya no tena las aptitudes comerciales que lo llevaron a constituirse en un lder, pese a que las empresas con las que trabajaba, a las cuales representaba, las empresas National, Panasonic, Philips, Singer, Honda, entre otras. Le dijeron, sabes qu, Qorge, sigue trabajando nosotros te vamos a ayudar. Pero su... su habilidad ya no era la misma, su empuje, su desempeo ya no era el mismo... El negocio iba cada da peor, nosotros tenamos miedo, pero, pero Qorge no, Qorge no tena miedo... El no tena miedo, y a m me extraaba eso, l quera seguir viviendo ac. El negocio cada da fue peor... A los dos das del matrimonio llega ac a Ayacucho y encuentra a su tienda... robada, un nuevo atentado contra mi padre, esta vez un robo... mi padre sent la denuncia policial, se hizo las pesquisas necesarias, jams se hall al culpable...h en esa poca nosotros tenamos mucho miedo... no queramos ni siquiera saber quin era porque tenamos miedo que nos mate, pero ahora queremos saber... sigui trabajando, tratando de reflotar la tiendah pero no poda, las letras lo agobiaban, el tiempo lo venca y poco a poco fue resquebrajndose... mi padre quebr.\ 53
Las personas que perdieron su bienes y sus tiendas comerciales tuvieron que enfrentar nuevas formas de vida, generando inestabilidad e inseguridad en sus familias. Pero tambin en muchos casos se vieron en la imposibilidad de planificar y reorganizar su vida individual y familiar. Una consecuencia de estas disfunciones es que las familias ven muy limitadas sus posibilidades de educar a sus hijos. Dado el valor que representa la educacin para las familias de las zonas afectadas por el conflicto armado, la imposibilidad de ofrecrsela a sus hijos podra traer consigo tambin la eventualidad de una muerte cultural.
Ahora hay mas nios hurfanos que no comen bien. Los nios que se visten bien son lo que tienen pap y mam a su lado. Nosotras, como madre, al ver eso sufrimos mucho pensando como se educarn esos nios. Nosotros tampoco podemos ayudarles por que somos viudas por que no tenemos dinero, pensando con qu dinero educaremos a nuestros hijos. As nos acabamos ms, por que lloramos de la tristeza de que nuestros hijos no puedan educarse.\ 54
La destruccin de los medios de produccin produjo perplejidad y desnimo entre propietarios y comerciantes. Muchas organizaciones productivas, al no encontrar condiciones favorables, optaron por el abandono de sus empresas declarndolas un fracaso. Este fracaso tiende a prolongarse por mucho tiempo sin mayores expectativas de recuperacin.
52 CVR. gDIdIdP450 Audiencia PUblica en Huamanga (Ayacucho). 9 de abril del 2002, caso Nn 17. Familiares de vctimas de desaparecidos de la Provincia de Vctor Fajardo. 53 CVR. gDIdIdP443 Audiencia PUblica en Huamanga (Ayacucho). de abril del 2002, caso Nn 15. Testimonio de familiares de la vctima. 54 CVR. gDIdIdP414 Taller de gnero realizado con la participacin de mujeres. Huamanga (Ayacucho), 23 de octubre de 2002. 324
Ellos ya no quieren saber nada (comuneros), prcticamente nos han llevado a un fracaso... Pero hoy en da en ninguna comunidad hay ms apoyo en cuanto al manejo de ganado. En cuanto al manejo agrcola, al manejo de administracin, ya, no hoy eso no se ve el fruto. La recuperacin de nosotros no se ve bien, pero antes, si se llevaba bien esto.\ 55
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Por los efectos ya descritos que tuvo en el campo la violencia del conflicto armado, la Comisin ha llegado a la conviccin de que se produjo una paralizacin del desarrollo de las comunidades, fenmeno persistente en diversas formas hasta hoy. La paralizacin se pone de manifiesto no slo en el plano comunal sino tambin en el plano individual, pues el empobrecimiento y el abandono de las zonas afectadas han tenido claras repercusiones en las posibilidades de desarrollo de los individuos.
... porque hubo muerte y yo dira de que se origin el retroceso del desarrollo comunal kpor qul Porque Sendero, especialmente, vena destrozando puentes, canales, Iglesias, municipios y otras cosas mas, ya salvajemente en donde sus motivos eran destrozar. Por ejemplo, ellos no queran que llegue una carretera a una cierta comunidad, entonces, eso para m es un retroceso comunal del desarrollo donde ahora hay que reparar esas cosas que se han destrozado malogrado. 56
Muchas personas que, mediante la agricultura o la ganadera, haban contribuido al desarrollo local y regional tuvieron que abandonar intempestivamente los terrenos y granjas que haban formado durante muchos aos con gran esfuerzo y sacrificio. No slo dejaron de cosechar sus productos cultivados, sino abandonaron los campos sin lograr sembrar nuevamente por varios aos. En una palabra, la ausencia de inversiones en las localidades no solo empobreci a sus propietarios sino que indujo a la poblacin a no ver salidas a sus problemas de produccin y comercializacin.
Al da siguiente, en la noche, nos caen y todo se fue al diablo hasta hoy, o sea entr la subversin, se fueron los que estaban invirtiendo. C sea el seor que estaban invirtiendo, como l tena ya recuperado su capital que haba puesto en la carretera, dijo que ya no se puede y todo se quedo as, a la final todos tenamos que trabajar, este... encargarnos de nuestras mismas cosas... 57
El corte abrupto del proceso de produccin en el campo o en la ciudad por la accin armada ha significado para muchos testimoniantes Wun retroceso\ en el desarrollo de la localidad, adems de la cancelacin, en muchos casos, de sus sueos y aspiraciones. A ello se sumna el
55 CVR. gDIdIdP246 Grupo Focal de dirigentes mujeres campesinas agrupadas en la Asociacin Departamental de Mujeres Campesinas de Puno. Puno (Puno), 04 de junio de 2002. 56 CVR. gDIdIdP415 Taller de gnero realizado con la participacin de varones. Huamanga (Ayacucho), 23 de octubre de 2002. 325 fenmeno, ya mencionado, de la desaparicin o ausencia de alguno de los miembros de la familia, que repercute igualmente sobre la disminucin posibilidades de un desarrollo adecuado. WPor eso que en pueblo de Pomatambo no se puede hacer ningUn desarrollo, porque hay mayor cantidad de viudas que varones,\ 58 ,sostiene en tal sentido uno de los testimonios recogido por la CVR. Entre las personas afectadas por la violencia tambin se dejaron sentir actitudes de impotencia y desesperacin por la prdida de sus bienes, incrementado la inseguridad y la desproteccin.h pues W...toda la gente no pensaba progresar, nada pues, ni en sus chacras ya haban trabajado, ni sus punas, casi estaban en abandono... Vivan con lo poco que tenan en sus casas, en su almacn, de ah nada ms, sus ganaditos, aqu no hay mayor cantidad de cereales, por ejemplo ahora despeja en la noche el hielo lo va quemar\ 59 . Por estas y otras razones las familias afectadas por el accionar de los grupos armados consideraban que el desarrollo familiar y comunal en el campo haba sido Wasesinado\. La violencia haba dejado a las personas inermes y muchas veces sin capacidad de recuperacin.
En Tarma seala una de las personas entrevistadas la subversin mata el desarrollo rural. Eso es uno de los primeros efectos que yo he podido detectar porque en esos movimientos nadie construye ya... Y eran zonas rurales promisorias... Tarma est lleno ahora totalmente, porque ya nadie quiere vivir en Palca o el Tambo ni en Huasahuasi, y ah la guerrilla ha sido fuerte. 60 .
Por otro lado, el sentido del desarrollo de la comunidad se vio alterado por la presencia de factores externos que trastocaron la escuela, espacio considerado muy importante para la promocin de la movilidad social y el crecimiento. Las acciones de Sendero Luminoso no slo haban corrompido la funcin de la escuela sino la haban convertido adems en un espacio peligroso para la comunidad. En las aulas los pobladores eran aleccionados en la doctrina de la subversin, o eran incluso asesinadas. Esa circunstancia produjo la huida de alumnos y profesores.
.... no culmin mis estudios por culpa de la subversin, por culpa de las amenazas de los ronderos mismos de la comunidad y de los militares... A los jvenes, el retraso les dio por miedo, ya no queramos estudiar, nos encontrar, nos llevar, nos matar, no van a saber nuestros padres. Daba miedo ir al colegio, daba miedo ir a la chacra, eran como unos tigres que si nos encontraban nos coman. Eso ha dado mucho retraso a la economa, en la educacin. 61
En los lugares donde haban enfrentamiento violentos, la juventud fue conminada a realizar
57 CVR. gDIdIdP184 Entrevista a dos hermanos, uno de ellos es rondero, Monobamba (Qunn), 06 de junio de 2002. Son pobladores que lograron expulsar a Sendero Luminoso. 58 CVR. gDIdIdP431 Audiencia PUblica en Huamanga (Ayacucho). Segunda sesin, 8 de abril del 2002, caso Nn 6. Victima de tortura a manos de las fuerzas armadas. 59 CVR. gDIdIdP350 Entrevista a poblador de 65 aos, Sancos, Huancasancos (Ayacucho), marzo de 2002. 60 CVR. gDIdI dP182 Entrevista a poblador ex alcalde en La Merced (Qunn), junio del 2002. 61 CVR. gDIdIdP776 Entrevista a mujer de 24 aos profesora de educacin inicial, Cushiviani (Qunn), 17 octubre de 2002. 326 trabajos y desempear roles para los que no estaban preparados ni obligados.
De esa manera hemos pasado ese momento ms difcil y ms crtico por los~ por manos de esos asesinos, de esos malditos terroristas que sin compasin nos ha tenido a todos esos hijos que hemos quedado ms de ciento veinte hurfanos, todos menores de edad. Yo soy el hijo primognito de mi padre y me han seguido todos mis hermanos menores. Nosotros somos diez hermanos que hemos quedado en orfandad y as muchos tambin han quedado con ocho, con nueve, todos. Y nosotros hemos quedado desde ese momento sin educacin, no hemos podido estudiar. Desde ese momento nosotros realmente no tenamos que agarrar, porque realmente mis hermanos menores han sido pues nios, no saban trabajar... Yo, desde ese momento, he tenido esa carga de esos mis hermanos y as muchos hermanos mayores han estado cargados. Y as muchos hermanos realmente han representado como padres para poder apoyar a sus hermanos menores y hacer crecer. Para m, realmente, el 90`, el 95` de hurfanos no han acabado sus estudios, han quedado en primaria. Algunos, bueno, en secundaria, ni algunos no habrn terminado tambin. De esa manera estamos hasta ahora... 62
Tambin la transmisin de los conocimientos ancestrales sufri transformaciones o mutilaciones, no slo porque los mayores dejaron de tener la libertad y la oportunidad de transmitirlos, sino tambin porque se desestructuraron los espacios de socializacin colectivos. Ello condujo a que muchos jvenes dejaran de acudir a las instituciones de formacin o capacitacin, para no verse involucrados en el proceso de la violencia.
Hubo mucha desercin, bastante desercin. Hubieron muchos que dejaron la universidad y hay otros que permanecieron pero, cuando me encuentro con ellos me dicen: Seorita no hemos aprendido nada en esos aosp, porque mas era el tiempo de escapar que de concentrarse en los estudios. Esos aos fueron muy, muy flojos y fueron de terror constante, porque en cuanto haban movimientos, ya decamos quin ser: Sendero, MRTA o el Ejrcito. Entonces, todo el mundo asustado por ver quien apareca. Entonces, si aparecan con sus capuchas as como, como un costal as ya: Senderoh pero si aparecan con su pasamontaas negro: MRTA, y lo del Ejercito ya lo sabamos desde la..., desde antes que llegaran ya saban los chicos: ZEl ejrcito, el Ejrcito, el Ejrcito[ y ya todo mundo que poda se iba. 63
En otros lugares, la escuela desapareci por accin de la violencia, dejando a los jvenes a su suerte e incrementndose el analfabetismo. La imposibilidad de ofrecer una educacin a los hijos se convirti en un serio obstculo para hallar formas de salir de la pobreza.
... aquella fecha yo estaba nio 14 o 15 aos pero mi meta era llegar a ser un profesional, pero despus con la violencia ha cambiado mi vida. Yo cunto hubiera querido terminar mis estudios, pero no he podido. Pero, como acabo de contarles, en nuestros colegios apareci unas pintas y por eso no he podido terminar. Ahora, la vespertina en Huanta, en donde yo estudiaba a cada rato salan las patrullas militares a las calles a hacer batidas en ese tiempo se llamaban. Entonces, sin motivos que te llevaban, te sacaban la mierda y eso
62 CVR. gDIdIIdP48. Audiencia PUblica en Huancavelica (Huancavelica). Segunda sesin, 25 de mayo de 2002, caso Nn 8. Testimonio de Rubn Chupayo Ramos. 63 CVR. gDIdIdP444 Audiencia PUblica en Huamanga (Ayacucho). Tercera sesin, 11 de abril del 2002, caso Nn 16. Testimonio de familiares de la vctimas. 327 da miedo. A causa de eso yo he perdido mis estudios, yo he dejado en cuarto ao de secundaria. Tena poco tiempo para terminar, pero hasta el momento hay muchas familias que han dejado as, todos mis hermanos, mis hermanas, nos hemos quedado a causa de eso, hemos dejado de estudiar. Ese es un gran dolor que yo siento ahora. Si no hubiera sido la violencia uno de mis hermanos o de repente yo hubieramos sido profesional, no est ahora que estamos sacrificados, estamos diariamente en la chacra como cualquiera, no valemos nada. 64
De este modo, pues, el conflicto armado interno paraliz el proceso de desarrollo del mundo rural, y dej graves secuelas en la estructura productiva, la organizacin social, las instituciones educativas y los proyectos de vida de las poblaciones afectadas. Sumadas estas repercusiones a las analizadas en los puntos anteriores respecto del capital humano y el saqueo y destruccin de los bienes de las comunidades, resulta posible concluir que el proceso de la violencia dej un panorama econmico desolador, con una inmensa cantidad de personas afectadas, con respecto a las cuales la sociedad y el Estado tienen una deuda de reparacin.
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! ! "#$%&'( $"#)* +%#+*,-"%#(- .(#(&)*(- ! Las invesligaciones reaIizadas sobre eI roceso de vioIencia de origen oIilico que se vivi en eI Ieru enlre Ios aos 1980 y 2000, han ermilido a Ia Comisin de Ia Verdad y ReconciIiacin IIegar a Ias concIusiones que se exonen a conlinuacin. "/ *)- 0"'(#-"%#(- 0(* +%#$*"+1% 1. La CVR ha conslalado que eI confIiclo armado inlerno que vivi eI Ieru enlre 1980 y 2000 consliluy eI eisodio de vioIencia mas inlenso, mas exlenso y mas roIongado de loda Ia hisloria de Ia ReubIica. Asimismo, que fue un confIiclo que reveI brechas y desencuenlros rofundos y doIorosos en Ia sociedad eruana. 2. La CVR eslima que Ia cifra mas robabIe de viclimas falaIes de Ia vioIencia es de 69,280 ersonas. 1 Islas cifras sueran eI numero de erdidas humanas sufridas or eI Ieru en lodas Ias guerras exlernas y guerras civiIes ocurridas en sus 182 aos de vida indeen- dienle. 3. La CVR afirma que eI confIiclo abarc una roorcin mayor deI lerrilorio nacionaI que cuaIquier olro confIiclo, 2 rovoc enormes erdidas econmicas exresadas en des- lruccin de infraeslruclura y delerioro de Ia caacidad roducliva de Ia obIacin y IIeg a invoIucrar aI con|unlo de Ia sociedad. 4. La CVR ha conslalado que exisli una noloria reIacin enlre siluacin de obreza y ex- cIusin sociaI, y robabiIidad de ser viclima de Ia vioIencia. In eI dearlamenlo andino de Ayacucho se concenlra mas deI 40 or cienlo de muerlos y desaarecidos reorla- !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 1 In un inlervaIo de confianza aI 95 or cienlo cuyos Iimiles inferior y suerior son 61,007 y 77,552 viclimas, reseclivamenle. 2 La CVR ha recibido reorles de muerles y desaariciones como roduclo deI confIiclo armado inlerno en lodos Ios dearlamenlos, saIvo Moquegua y Madre de Dios. SIo en Tacna (1) y Tumbes (4), Ia cifra de vicli- mas reorladas a Ia CVR es de un digilo. !"#$%&'(#!")*( dos a Ia CVR. AI sumar a eIIo Ias viclimas consignadas or Ia CVR en Ios dearlamen- los de }unin, Huanuco, HuancaveIica, Aurimac y San Marlin se IIega aI 85 or cienlo de Ias viclimas regislradas or Ia CVR. 3
5. La CVR ha conslalado que Ia obIacin camesina fue Ia rinciaI viclima de Ia vioIen- cia. De Ia lolaIidad de viclimas reorladas, eI 79 or cienlo vivia en zonas ruraIes y eI 56 or cienlo se ocuaba en aclividades agroecuarias. Islas cifras conlraslan con Ias deI censo de 1993 segun eI cuaI eI 29 or cienlo de ersonas vivian en zonas ruraIes y eI 28 or cienlo de Ia IIA nacionaI eslaba ocuada en eI seclor agroecuario. 6. La CVR ha odido areciar que, con|unlamenle con Ias brechas socioeconmicas, eI roceso de vioIencia uso de manifieslo Ia gravedad de Ias desiguaIdades de indoIe el- nico-cuIluraI que aun revaIecen en eI ais. DeI anaIisis de Ios leslimonios recibidos re- suIla que eI 75 or cienlo de Ias viclimas falaIes deI confIiclo armado inlerno lenian eI quechua u olras Ienguas nalivas como idioma malerno. Isle dalo conlrasla de manera eIocuenle con eI hecho de que Ia obIacin que comarle esa caraclerislica consliluye soIamenle eI 16 or cienlo de Ia obIacin eruana de acuerdo con eI censo nacionaI de 1993. 7. La CVR ha comrobado que, en lerminos reIalivos, Ios muerlos y desaarecidos lenian grados de inslruccin muy inferiores aI romedio nacionaI. Mienlras eI censo nacionaI de 1993 indica que soIamenle eI 40 or cienlo de Ia obIacin nacionaI liene un niveI educalivo inferior a Ia educacin secundaria, Ia CVR ha enconlrado que eI 68 or cienlo de Ias viclimas se enconlraba or deba|o de ese niveI. 8. La CVR concIuye que Ia vioIencia imacl desiguaImenle en dislinlos ambilos geografi- cos y en diferenles eslralos sociaIes deI ais. Si Ia lasa de viclimas reorladas a Ia CVR reseclo de Ia obIacin de Ayacucho hubiera sido simiIar en lodo eI ais, Ia vioIencia hubiera ocasionado 1 miIIn 200 miI muerlos y desaarecidos. De esa canlidad, 340 miI hubieran ocurrido en Ia ciudad de Lima. 9. La CVR ha conslalado que Ia lragedia que sufrieron Ias obIaciones deI Ieru ruraI, an- dino y seIvalico, quechua y ashaninka, camesino, obre y oco educado, no fue senli- da ni asumida como roia or eI reslo deI ais, eIIo deIala, a |uicio de Ia CVR, eI veIa- do racismo y Ias acliludes de desrecio subsislenles en Ia sociedad eruana a casi dos sigIos de nacida Ia ReubIica. 10. La CVR ha haIIado que eI confIiclo uso de manifieslo graves Iimilaciones deI Islado en su caacidad de garanlizar eI orden ubIico y Ia seguridad, asi como Ios derechos fundamenlaIes de sus ciudadanos denlro de un marco de acluacin democralico. 11. La CVR, asimismo, ha enconlrado una recaria vigencia deI orden conslilucionaI y eI Islado de Derecho, Ios que en esos liemos de crisis fueron vuInerados. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 3 Debe seaIarse que quienes hoy viven en esos dearlamenlos son lan obres que en con|unlo concenlran lan sIo eI 9 or cienlo deI ingreso de lodas Ias famiIias eruanas. Ademas HuancaveIica, Ayacucho, Aurimac y Huanuco son cualro de Ios cinco dearlamenlos mas obres deI ais. 316 +$"+*,-!$"'-(.'"'%)*'-( ""/ *)- &(-2%#-)3"*"0)0(- 0(* +%#$*"+1% )/ -4567 78 296:;<4 +4=>?;@:9 <78 276AB-7?<764 *>=;?4@4 C2+2B-*D 12. La CVR considera que Ia causa inmediala y fundamenlaI deI desencadenamienlo deI confIiclo armado inlerno fue Ia decisin deI ICI-SL de iniciar Ia !"#$% %'(%)% conlra eI Islado Ieruano, a conlracorrienle de Ia abrumadora mayoria de eruanos y eruanas, y en momenlos en que se reslauraba Ia democracia a lraves de eIecciones Iibres. 13. Iara Ia CVR, eI ICI-SL fue eI rinciaI erelrador de crimenes y vioIaciones de Ios derechos humanos lomando como medida de eIIo Ia canlidad de ersonas muerlas y desaarecidas. Iue resonsabIe deI 54 or cienlo de Ias viclimas falaIes reorladas a Ia CVR. Isla cuola lan aIla de resonsabiIidad deI ICI-SL es un caso excecionaI enlre Ios gruos subversivos de America Lalina y una de Ias singuIaridades mas nolorias deI roceso que Ie ha locado anaIizar a Ia CVR. 14. La CVR ha comrobado que eI ICI-SL desIeg exlremada vioIencia e inusilada crueIdad que comrendieron Ia lorlura y Ia sevicia como formas de casligar o senlar e|emIos inlimidalorios en Ia obIacin que buscaba conlroIar. 15. La CVR ha enconlrado que eI ICI-SL fue en conlra de Ias grandes lendencias hislri- cas deI ais. Ioniendo en raclica una ferrea voIunlad oIilica, se exres como un royeclo miIilarisla y lolaIilario de caraclerislicas lerrorislas que no conquisl eI aoyo duradero de seclores imorlanles de eruanos. 16. La CVR considera que eI ICI-SL suslenl su royeclo en una ideoIogia de caracler fundamenlaIisla, cenlrada en una rigida reconcecin deI devenir hislrico, encerrada en una visin unicamenle eslralegica de Ia accin oIilica y, or lanlo, reida con lodo vaIor humanilario. II ICI-SL desdeaba eI vaIor de Ia vida y negaba Ios derechos humanos. 17. La CVR ha conslalado que eI ICI-SL Iogr su cohesin inlerna a lraves deI IIamado P+,-%(.+,/0 10,2%!0 que refIe| eI cuIlo a Ia ersonaIidad de AbimaeI Guzman Reinoso, fundador y dirigenle de Ia organizacin, a quien se Ie consider !% +,#%',%#.3, )+! 4+,5 -%(.+,/0 (6- +!+7%)0 +, !% $.-/0'.% )+ !% $"(%,.)%). 18. La CVR ha delerminado que, de acuerdo con su ideoIogia, eI ICI-SL adol una eslra- legia orienlada a rovocar de manera conscienle y conslanle resueslas desroorcio- nadas or arle deI Islado sin lener en cuenla eI rofundo sufrimienlo que eIIo ocasio- naba a Ia obIacin or Ia que decia Iuchar. 19. La CVR considera que eI ICI-SL IIev Ia ideoIogia fundamenlaIisla y Ia organizacin lolaIilaria a sus exlremos. In su accin subversiva se conslala una lragica ceguera: ve cIases, no individuos, de aIIi, su faIla absoIula de reselo a Ia ersona humana y aI de- recho a Ia vida, incIuyendo Ia de sus miIilanles. II ICI-SL aIimenl en eIIos una vena fanalica que se convirli en su seIIo de idenlidad.
317 !"#$%&'(#!")*( 20. La CVR ha conslalado caraclerislicas lerrorislas deI ICI-SL que se desIegaron desde un comienzo a lraves de %8"-/.#.%(.+,/0- reaIizados con sevicia, rohibicin de enlierros y olras manifeslaciones deIiclivas, incIuido eI uso de #0#$+-590(9% en Ias ciudades. 21. La CVR encuenlra asimismo un olenciaI genocida en rocIamas deI ICI-SL que IIa- man a agar Ia cuola de sangre (1982), inducir genocidio (1985) y que anuncian que eI lriunfo de Ia revoIucin coslara un miIIn de muerlos (1988). Islo se con|uga con conceciones racislas y de suerioridad sobre uebIos indigenas. 22. La CVR ha enconlrado que eI ICI-SL se arovech de cierlas insliluciones deI sislema educalivo como rinciaI cabecera de Iaya y que, a lraves de eIIas, Iogr exandir su redica y calar nucIeos minorilarios de |venes de uno y olro sexo en diferenles ar- les deI ais. Si bien ofrecia a Ios |venes una uloia que Ies brindaba idenlidad lolaIi- zanle, en eI fondo Ios encerraba en una organizacin fundamenlaIisla y oresora a lra- ves de carlas de su|ecin a AbimaeI Guzman Reinoso. 23. La CVR ha conslalado que Ia redica deI ICI-SL udo lener acelacin fugaz, en ra- zn de Ia incaacidad deI Islado y de Ias eIiles deI ais ara resonder a Ias demandas educalivas de una |uvenlud fruslrada en sus esfuerzos de moviIidad sociaI y de asira- cin de rogreso. 24. La CVR ha enconlrado que eI ICI-SL secund Ias lesis maoislas y convirli a Ias zonas ruraIes en eI escenario rinciaI deI confIiclo. Sin embargo, no lom en cuenla Ias nece- sidades y asiraciones econmicas deI camesinado, ni sus organizaciones roias ni sus esecificidades cuIluraIes, y convirli, mas bien, a Ios camesinos en (%-% que de- bia somelerse a Ia voIunlad deI arlido. La disidencia individuaI en Ia (%-% IIev a ase- sinalos y aniquiIamienlos seIeclivos, y Ia disidencia coIecliva condu|o a masacres y arrasamienlos de comunidades enleras. 25. La CVR ha eslabIecido que Ia resencia deI ICI-SL en Ios andes y Ia resuesla conlra- subversiva deI Islado revivi y (.!./%'.23 vie|os confIiclos inlracomunaIes e inlercomu- naIes. CalaIog como +,+(.:0- )+ #!%-+ a Ios seclores de Ia sociedad ruraI mas conecla- dos aI mercado o a Ias redes e insliluciones regionaIes o nacionaIes, y decrel su deslruccin. Su :"+''% #%(4+-.,% conlra eI Islado se convirli en muchos casos en en- frenlamienlos enlre camesinos. 26. La CVR ha conslalado que Ia vioIencia exlrema raclicada or eI ICI-SL en Ias IocaIi- dades ruraIes de Ios andes se exlendi lambien a Ios cenlros urbanos. Lima y olras ciu- dades fueron lambien escenarios comIemenlarios y sufrieron sabola|es, asesinalos se- Ieclivos, aros armados y aclos lerrorislas, eseciaImenle ba|o Ia modaIidad de #0#$+-5 90(9%. 27. La CVR seaIa que Ia concecin ideoIgica deI ICI-SL imIicaba Ia deslruccin deI 7.+80 E-/%)0 desde sus cimienlos. IIIo Ios IIev aI asesinalo de auloridades IocaIes aIcaIdes, gobernadores, lenienles gobernadores, |ueces de az y de auloridades na- cionaIes minislros, arIamenlarios y olros reresenlanles de Ios oderes deI Isla- 318 +$"+*,-!$"'-(.'"'%)*'-( do. 4 DeI lolaI de reorles recibidos or Ia CVR sobre viclimas falaIes causadas or eI ICI-SL, eI 12 or cienlo eran auloridades. Ademas, eI ICI-SL incurri en eI asesinalo masivo de dirigenles sociaIes, hombres y mu|eres, dirigenles comunaIes, aIcaIdes varas, dirigenles camesinos, sindicaIes, barriaIes, magisleriaIes y de organizaciones de mu|e- res. 28. La CVR seaIa que, or Ia generaIidad y sislemalicidad de eslas raclicas, miembros deI ICI-SL, y en eseciaI su direccin nacionaI y su denominada 8+<%/"'%, lienen direcla resonsabiIidad en Ia comisin de crimenes de Iesa humanidad en eI marco de alaques armados conlra Ia obIacin civiI, comelidos a gran escaIa o bien como arle de una es- lralegia generaI o Ianes esecificos. DeI mismo modo, eslas conduclas consliluyen, a |uicio de Ia CVR, graves infracciones a Ios Convenios de Ginebra, cuyo reselo era obIigalorio ara lodos Ios arlicianles en Ias hosliIidades. 5 La erfidia con Ia que ac- lu eI ICI-SL en eI lerreno, escudandose en Ia obIacin civiI, evilando eI uso de dis- linlivos y alacando a lraicin, enlre olros melodos simiIares como eI recurso a acciones lerrorislas, consliluy un caIcuIado mecanismo que buscaba rovocar reacciones brula- Ies de Ias fuerzas deI orden conlra Ia obIacin civiI, con Io que se incremenlaron en una forma exlraordinaria Ios sufrimienlos de Ias comunidades en cuyos lerrilorios se IIevaban a cabo Ias hosliIidades. 29/30. La CVR encuenlra Ia mas grave resonsabiIidad en Ios miembros deI sislema de direccin deI ICI-SL or eI confIiclo que desangr a Ia sociedad eruana, or Ios si- guienles eIemenlos: !" Ior haber dado inicio a Ia vioIencia en conlra deI senlimienlo abrumadoramenle ma- yorilario de Ia obIacin, !" or haber Ianleado su Iucha conlra Ia democracia eruana con una eslralegia sangui- naria, !" or Ias raclicas vioIenlas de ocuacin y conlroI de lerrilorios ruraIes y obIaciones camesinas con un aIlo coslo en vidas y en sufrimienlo humano, !" or su oIilica de genocidio medianle aclos de rovocacin aI Islado, !" or su decisin de rocIamar eI IIamado +=".!.9'.0 +-/'%/>:.#0 que acenlu eI caracler le- rrorisla de sus acciones. 31. La CVR hace nolar Ia rofunda irresonsabiIidad y menosrecio deI ICI-SL hacia sus roios miIilanles, a quienes se inducia a malar y a morir de Ia manera mas crueI y sanguinaria, mienlras que sus dirigenles maximos, eseciaImenle AbimaeI Guzman Reinoso, ermanecian en Lima, exenlos de riesgos fisicos y rivaciones, raclicamenle duranle lodo eI confIiclo. Isla incongruencia se exres de Ia manera mas alenle cuando, lras ser calurado, AbimaeI Guzman Reinoso abandon casi inmedialamenle Ia lesis deI +=".!.9'.0 +-/'%/>:.#0 y soIicil aI gobierno un %#"+')0 )+ 4%2 |unlo con un re- conocimienlo exIicilo y sumamenle eIogioso aI gobierno diclaloriaI de AIberlo Iu|i- mori y VIadimiro Monlesinos. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 4 La CVR ha recibido reorles de 930 auloridades IocaIes asesinadas or eI ICI-SL, sin embargo, Ia CVR esli- ma que Ia cifra reaI es mucho mayor. 5 Se refiere a normas deI Derecho InlernacionaI Humanilario recogidas en eI arlicuIo 3 comun a Ios Convenios de Ginebra.
319 !"#$%&'(#!")*( 32. La CVR exresa su esar or Ios miIes de |venes que resuIlaron seducidos or una rouesla que conslalaba Ios rofundos robIemas deI ais y rocIamaba que Ia rebe- Iin se |uslifica. Muchos de eIIos, con voIunlad de lransformar esa reaIidad in|usla, no advirlieron que eI lio de rebeIin que Ianleaba eI ICI-SL imIicaba eI e|ercicio deI lerror y Ia imIanlacin de un regimen lolaIilario. Quedaron asi encuadrados en una organizacin absoIulamenle verlicaI y lolaIilaria que Ies incuIcaba eI desrecio a Ia vi- da, casligaba Ias discreancias y exigia Iena sumisin. Muchos de eIIos murieron in- uliI y crueImenle. La CVR IIama aI ais a imuIsar Ias reformas inslilucionaIes necesa- rias ara que royeclos lerrorislas y lolaIilarios no encuenlren nunca mas eco aIguno enlre Ios |venes. 33. La CVR conslala que, a diferencia de olros aises de America Lalina or esa misma eoca, enlre 1980 y 1992 eI confIiclo armado inlerno se desarroII mienlras imeraba en eI Ieru un regimen democralico, con eIecciones Iibres, Iiberlad de rensa y eI sislema oIilico mas incIusivo de nueslra hisloria conlemoranea. II ICI-SL y eI MRTA se au- loexcIuyeron de manera uniIaleraI deI sislema democralico y, mas bien, socavaron con sus acciones armadas eI regimen oIilico democralico inslaurado en 1980. 3/ -4567 78 '4E;=;7?:4 &7E48>F;4?96;4 1AG9F )=96> C'&1)D 34. In 1984, eI Movimienlo RevoIucionario Tuac Amaru (MRTA) inici a su vez una Iu- cha armada conlra eI Islado y es resonsabIe deI 1.5 or cienlo de Ias viclimas falaIes que fueron reorladas a Ia CVR. A diferencia deI ICI-SL, y en forma simiIar a olras organizaciones armadas Ialinoamericanas con Ias que manluvo vincuIos, eI MRTA rei- vindicaba sus acciones y sus miembros usaban dislinlivos ara diferenciarse de Ia o- bIacin civiI, se absluvo de alacar a Ia obIacin inerme y en aIgunas coyunluras dio mueslras de eslar abierlo a negociaciones de az. Sin embargo, eI MRTA incurri lam- bien en acciones criminaIes, 6 recurri a asesinalos, como en eI caso deI generaI Inrique Lez AIbu|ar, a Ia loma de rehenes y a Ia raclica sislemalica deI secueslro, crimenes que vioIan no sIo Ia Iiberlad de Ias ersonas sino eI derecho inlernacionaI humanilario que eI MRTA afirmaba reselar. Cabe resaIlar lambien que eI MRTA asesin a disiden- les de sus roias fiIas. 35. In baIance, duranle Ia decada de 1980 eI discurso y Ias acciones deI MRTA conlribuye- ron a crear un cIima en eI cuaI eI uso de Ia vioIencia relendia aarecer como un recur- so oIilico Iegilimo, favoreciendo en uIlima inslancia Ia aclividad y Ia exansin deI ICI-SL. In Ia decada de 1990, eseciaImenle a arlir de su fruslrada loma deI Congre- so y de Ia loma de Ia residencia deI emba|ador |aones en diciembre de 1996, eI MRTA favoreci Ia Iegilimacin de Ia oIilica conlrasubversiva aulorilaria y miIilarizada deI gobierno de AIberlo Iu|imori. """/ *) &(-2%#-)3"*"0)0 0( *%- )2)&)1%- 0(* (-1)0% 36. La CVR conslala que Iernando eIaunde Terry y AIan Garcia Ierez ganaron Ia resi- dencia en eIecciones Iibres y direclas or Ios ciudadanos. Tambien Io hizo AIberlo Iu- |imori en 1990. Sin embargo, a arlir deI goIe de Islado deI 5 de abriI de 1992, Iu|imo- !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 6 II aclo mismo de Ievanlarse en armas conlra un regimen Iegilimamenle eIegido es un aclo criminaI. 320 +$"+*,-!$"'-(.'"'%)*'-( ri se convirli en un gobernanle aulorilario que busc ermanecer en eI oder consoIi- dando una aulocracia corrula. 37. La CVR hace nolar que, a esar de Ia subversin armada deI ICI-SL y deI MRTA, y de ser noloriamenle deficilaria en muchos aseclos, Ia democracia resel Ia searacin de oderes y Ia Iiberlad de exresin, ceIebr lres eIecciones residenciaIes y arIa- menlarias, cualro eIecciones municiaIes nacionaIes y eIecciones regionaIes en 1989. Ninguna de eIIas fue cueslionada. 38. La CVR conslala, no obslanle, que quienes gobernaron eI Islado en ese eriodo care- cieron de Ia comrensin necesaria y deI mane|o adecuado deI confIiclo armado Ian- leado or eI ICI-SL y eI MRTA. Ixisli un inleres or oner en marcha Ia Conslilucin de 1979, or desarroIIar eI ais y or hacer que Ia reIacin enlre gobernanles y gober- nados fuese exresin deI Islado de Derecho. Sin embargo, lanlo eI gobierno deI re- sidenle Iernando eIaunde como eI deI residenle AIan Garcia erraron aI no aIicar una eslralegia inlegraI sociaI, oIilica, econmica, miIilar, sicosociaI, de inleIigencia y de moviIizacin deI con|unlo de Ia obIacin ara hacer frenle de un modo eficaz y denlro de sus roios marcos democralicos a Ia subversin armada y aI lerrorismo. )/ *9 9F:>9F;H? <7 89@ I>76J9@ G48;F;987@ 39. La CVR seaIa que Ias fuerzas oIiciaIes lenian eI deber de enfrenlar a Ios gruos sub- versivos que vuIneraban Ios derechos fundamenlaIes de Ios ciudadanos y reconoce Ia esforzada y sacrificada Iabor que sus miembros reaIizaron duranle Ios aos de vioIen- cia. Asimismo, rinde su mas senlido homena|e aI mas de un miIIar de vaIerosos miem- bros de Ias fuerzas deI orden que erdieron Ia vida o quedaron discaacilados en cum- Iimienlo de su deber. 40. La CVR considera que Ia formacin conlrasubversiva recibida hasla enlonces or Ias fuerzas deI orden habia lenido como referenle a movimienlos guerriIIeros organizados segun eI modeIo #%-/'.-/% o, en eI me|or de Ios casos, a gruos armados seme|anles a Ios que or esos aos acluaban en olros aises de America Lalina. Isla fue Ia razn rinci- aI de su dificuIlad ara enfrenlar a un enemigo vesanico, que se confundia enlre Ia obIacin civiI y era diferenle de aqueIIos gruos subversivos. 41. La CVR seaIa que Ias fuerzas de Ia oIicia luvieron que resonder a Ia agresin deI ICI-SL y, desues, deI MRTA en condiciones Iogislicas recarias, sin enlrenamienlo adecuado ni rolacin suficienle de sus agenles. Cuando recibieron Ia resonsabiIidad de conducir Ias acciones de Iucha conlrasubversiva en Ayacucho, no conlaron con un aoyo adecuado deI gobierno. 42. La CVR considera que Ias Iimilaciones de Ios servicios de inleIigencia oIiciaIes no ermilieron lener una visin adecuada de Io que aconlecia. Islo, sumado aI descono- cimienlo de Ia naluraIeza deI ICI-SL, rovoc que se menosreciara Ia magnilud deI fenmeno en curso. Asi, en Iugar de enviar a Ios agenles mas rearados y eficienles de cada inslilucin, se manluvo Ia raclica comun en Ias organizaciones oIiciaIes de enviar a agenles no idneos a zonas aIe|adas como forma de casligo.
321 !"#$%&'(#!")*( 43. La CVR ha conslalado que una vez decIarado eI eslado de emergencia en Ayacucho, en oclubre de 1981, Ia inlervencin deI deslacamenlo oIiciaI conlrainsurgenle deno- minado Ios -.,#$.- 7 hizo crecer Ias vioIaciones de Ios derechos humanos, gener resen- limienlos y dislanci a Ia oIicia de Ia obIacin. 44. La CVR seaIa que lanlo Ias dificuIlades de coordinacin ara sumar esfuerzos enlre Ios lres inslilulos oIiciaIes, cuanlo Ia corrucin enlre aIlos oficiaIes y en unidades es- lralegicas, fueron faclores exlernos aI confIiclo mismo que imidieron un me|or des- emeo oIiciaI en Ios aos en que Ia subversin aun era debiI. Ior eIIo, a esar de Ios reIalivos Iogros oblenidos duranle eI ao 1982 con Ia calura de subversivos, eseciaI- menle en Ias ciudades, hubo dos aconlecimienlos que moslraron que Ia subversin habia excedido Ias caacidades de Ias fuerzas oIiciaIes: eI asaIlo aI cenlro enilencia- rio de Huamanga or eI ICI-SL y eI reIiegue de Ios ueslos oIiciaIes en eI camo a Io Iargo de 1982. 8
45. La CVR ha conslalado que, con eI ingreso de Ias fuerzas armadas a Ayacucho y Ia os- lerior imIanlacin de Ios comandos oIilico-miIilares (CIM) en Ias zonas decIaradas en eslado de emergencia, se imuso Ia subordinacin de Ia oIicia a Ias fuerzas arma- das. AqueIIa qued su|ela a Ias funciones eslabIecidas or Ios |efes miIilares, or enci- ma de sus roios comandos y de Ias auloridades civiIes. In esle conlexlo, y a medida que Ia ofensiva miIilar avanz, agenles de Ios lres inslilulos oIiciaIes que acluaron en Ias zonas de emergencia incurrieron en graves vioIaciones de Ios derechos humanos. 46. La CVR concIuye que Ia Iucha conlra Ia subversin reforz en miembros de Ia oIicia raclicas aulorilarias y reresivas reexislenles. La lorlura en inlerrogalorios y Ias de- lenciones indebidas, que habian sido frecuenles en eI lralo con Ia deIincuencia comun, adquirieron un caracler masivo duranle Ia accin conlrasubversiva. Ademas, Ia CVR ha conslalado que Ias vioIaciones mas graves de Ios derechos humanos or arle de agenles de Ia oIicia fueron: e|ecuciones exlra|udiciaIes, desaaricin forzada de er- sonas, lorluras, lralos crueIes, inhumanos o degradanles. La CVR condena arlicuIar- menle Ia raclica exlendida de Ia vioIencia sexuaI conlra Ia mu|er. 47. La CVR conslala que, a arlir de Ia segunda milad de Ia decada de 1980, Ia unificacin de Ias fuerzas oIiciaIes, eI seguimienlo de sus Iabores desde eI Minislerio deI Inlerior y Ia fusin de dislinlas unidades oeralivas en Ia Direccin de Oeraciones IseciaIes (DOIS), conlribuyeron a una me|or coordinacin de acciones ara Ia Iucha conlrasub- versiva. Iese a eIIo, eI seclor no alendi ni reforz Io suficienle a Ia DIRCOTI, unidad que habia adquirido exeriencia a arlir de su lraba|o concenlrado en Lima. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 7 Unidad conlrainsurgenle de Ia anligua Guardia CiviI. 8 Las fuerzas oIiciaIes no conlaban con un desIiegue suficienle de agenles en Ias zonas ruraIes. AIIi se en- conlraban deslacados equeos conlingenles de guardias civiIes con formacin basica que, en muchos casos, no sumaban mas de ocho. asicamenle, se lralaba de ersonaI de refuerzo, como Ios -.,#$.-? que esluvo acan- lonado en Ia ciudad de Huamanga, desde donde reaIizaba via|es en heIiclero. Iero, incIuso con esle erso- naI, no se dieron abaslo ara dar una resuesla en Ia lolaIidad de Ias exlensas zonas afecladas y, debido aI riesgo que sus miembros corrian or Ios alaques, lomaron Ia decisin de emezar a reIegarse en Ios ueslos ruraIes, con Io que se unieron varios ueslos, sobre lodo, en Ias cailaIes de rovincia. 322 +$"+*,-!$"'-(.'"'%)*'-( 48. La CVR ha enconlrado indicios que vincuIan individuaImenle a agenles de Ias fuerzas oIiciaIes con eI maI IIamado Comando Rodrigo Iranco, deI que no se ha odido de- lerminar si era una organizacin cenlraIizada o una denominacin emIeada or aclo- res diversos, no necesariamenle arlicuIados enlre eIIos. 49. La CVR uede afirmar que eI dislanciamienlo enlre Ia oIicia y Ias obIaciones lendi a agudizarse conforme se desenvoIvia eI confIiclo armado inlerno. Isle hecho faciIil eI arraigo de una maIa imagen deI oIicia como erelrador o, en eI caso de Ias zonas co- caIeras, como corrulo vincuIado aI narcolrafico. 50. La CVR conslala que a arlir de 1985 Ias fuerzas oIiciaIes IIegaron a lener un conoci- mienlo mas acerlado de Ia organizacin y formas de accin de Ios gruos subversivos, hasla que eI lraba|o de inleIigencia oeraliva de Ia DINCOTI (anles DIRCOTI) Iogr Ias imecabIes caluras de Ios rinciaIes dirigenles subversivos. Deslacan enlre eIIos Ias de Viclor IoIay Camos, deI MRTA, eI 9 de |unio de 1992, y Ia de AbimaeI Guzman Reinoso, deI ICI-SL, eI 12 de seliembre deI mismo ao. Islas caluras consliluyeron un faclor fundamenlaI ara conseguir Ia derrola eslralegica de Ia subversin y eI lerro- rismo. 51. La CVR conslala que, a arlir deI goIe de Islado deI 5 de abriI de 1992, Ia INI fue somelida a Ios Ianes deI Servicio de InleIigencia NacionaI y subordinada aI oder mi- Iilar, con un recorle significalivo de sus facuIlades, una dislorsin de sus funciones ins- lilucionaIes y una cuuIa invoIucrada en Ia red de corrucin deI regimen mane|ada or VIadimiro Monlesinos 3/ *9 9F:>9F;H? <7 89@ I>76J9@ 96=9<9@ 52. La CVR seaIa que, or decisin deI gobierno conslilucionaI medianle decrelo sure- mo exedido eI 29 de diciembre de 1982, Ias fuerzas armadas lenian eI deber de enfren- lar a Ios gruos subversivos que desafiaban eI orden conslilucionaI de Ia ReubIica y vuIneraban Ios derechos fundamenlaIes de Ios ciudadanos. 53. La CVR reconoce Ia esforzada y sacrificada Iabor que Ios miembros de Ias fuerzas ar- madas reaIizaron duranle Ios aos de vioIencia y rinde su mas senlido homena|e a Ios mas de un miIIar de vaIerosos agenles miIilares que erdieron Ia vida o quedaron dis- caacilados en cumIimienlo de su deber. 54. La CVR ha enconlrado que Ias fuerzas armadas aIicaron una eslralegia que en un rimer eriodo fue de reresin indiscriminada conlra Ia obIacin considerada sose- chosa de erlenecer aI ICI-SL. In un segundo eriodo, esa eslralegia se hizo mas se- Iecliva, aunque conlinu osibiIilando numerosas vioIaciones de Ios derechos huma- nos. 55. La CVR afirma que en cierlos Iugares y momenlos deI confIiclo Ia acluacin de miem- bros de Ias fuerzas armadas no sIo invoIucr aIgunos excesos individuaIes de oficiaIes o ersonaI de lroa, sino lambien raclicas generaIizadas y/o sislemalicas de vioIacio- nes de Ios derechos humanos, que consliluyen crimenes de Iesa humanidad asi como lransgresiones de normas deI Derecho InlernacionaI Humanilario.
323 !"#$%&'(#!")*( 56. La CVR concIuye que, en esle marco, Ios comandos oIilico-miIilares (CIM), erigidos en auloridad eslalaI maxima de Ias zonas de emergencia, ueden lener Ia resonsabiIi- dad rimaria or eslos crimenes. II Ioder }udiciaI debe eslabIecer eI grado exaclo de resonsabiIidad enaI de quienes e|ercieron Ios CIM, ya sea or haber ordenado, inci- lado, faciIilado o encubierlo eslos hechos, o bien or haber omilido eI deber fundamen- laI de onerIes colo. 57. La CVR ha conslalado que Ias vioIaciones mas graves de Ios derechos humanos or arle de agenles miIilares fueron: e|ecuciones exlra|udiciaIes, desaaricin forzada de ersonas, lorluras, lralos crueIes, inhumanos o degradanles. La CVR condena arlicu- Iarmenle Ia raclica exlendida de vioIencia sexuaI conlra Ia mu|er. Todos eslos aclos consliluyen una deshonra ara quienes fueron sus erelradores direclos y ara quie- nes, en su condicin de sueriores |erarquicos, Ios insligaron, ermilieron o encubrie- ron con mecanismos de imunidad. 58. La CVR seaIa que en eI momenlo de su inlervencin en Ia Iucha conlra Ia subversin, Ias fuerzas armadas lenian rearacin y equiamienlo ara enfrenlar un evenluaI confIiclo convencionaI (confIiclo exlerno). Duranle Ios rimeros aos de su inlerven- cin (1983-1985), carecieron de un adecuado lraba|o de inleIigencia sobre Ia organiza- cin, eI erfiI de Ios miIilanles y Ia eslralegia deI ICI-SL. Ior decisin de Ia auloridad civiI, su ob|elivo fue lerminar raidamenle eI confIiclo, sin lomar en cuenla eI coslo en vidas humanas. Se Ianlearon recuerar eI )0(.,.0 /+''./0'.%!, suoniendo que Ia obIa- cin se dividia enlre obIados IeaIes aI Islado eruano y obIados subversivos o 20,%- '08%-, sin adverlir que eslas uIlimas no eran homogeneas y conlenian or Io generaI sec- lores sobre Ios cuaIes eI ICI-SL se imonia or Ia coaccin e incIuso eI lerror. 59. Iara Ia CVR, aunque Ia inlervencin miIilar iniciaI goIe duramenle Ia organizacin y Ia caacidad oeraliva de ICI-SL, 9 rodu|o lambien una secueIa de vioIaciones masi- vas de Ios derechos humanos y convirli aI bienio 1983-1984 en eI mas IelaI deI confIic- lo, fundamenlaImenle, en Ayacucho. Ieor aun, Ia eslralegia resuIl conlraroducenle, ues Ia reresin indiscriminada en Ias zonas ruraIes oslerg Ia rulura enlre ICI-SL y Ios seclores mas obres deI camesinado, y no evil Ia exansin de Ias acciones ar- madas a olras zonas deI ais. 60. La CVR seaIa que, en agoslo de 1989, Ias fuerzas armadas arobaron Ia sislemaliza- cin de una eslralegia conlrasubversiva. La nueva eslralegia dislinguia en Ios lealros de oeraciones obIaciones amigas, neulraIes y enemigas, y no lenia como ob|elivo rinciaI eI conlroI lerriloriaI sino Ia eIiminacin de Ias Organizaciones IoIilico- Adminislralivas (OIA) o #0(./>- 404"!%'+- senderislas, ganar a Ia obIacin y aisIar a Ia fuerza miIilar deI ICI-SL. La eslralegia rodu|o resuIlados decisivos, como aIenlar Ia reaccin deI camesinado conlra eI oder senderisla y Ia masificacin de Ios comiles de aulodefensa, que cambiaron Ias reIaciones enlre Ias fuerzas armadas y eI camesinado. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 9 Los documenlos deI ICI-SL reconocen aIrededor de 1,700 ba|as enlre miIilanles deI arlido, eI e|ercilo gue- rriIIero ouIar y Ias denominadas (%-%- que Ios aoyaron, ara eI eriodo comrendido enlre mediados de 1983 y mediados de 1985. Aunque no hay conviccin absoIula aI reseclo, Ia CVR considera que arle de Ios miIilanles muerlos deI ICI-SL ueden corresonder aI lolaI de 2000 desaarecidos a manos deI ICI-SL, so- bre Ios que se uede razonabIemenle considerar que fueron |venes recIulados forzosamenle que nunca mas voIvieron, osibIemenle orque cayeron en enfrenlamienlos. 324 +$"+*,-!$"'-(.'"'%)*'-( 61. In esla elaa Ias vioIaciones de derechos humanos fueron menos numerosas, ero mas deIiberadas o Ianificadas que en Ia elaa anlerior. Aarecieron, ademas, escuadrones de Ia muerle cuya aclividad IIev a que eI Ieru ocuara en esos aos eI rimer Iugar en eI mundo en desaariciones forzadas de ersonas. 62. La CVR seaIa que Ia nueva eslralegia fue arovechada or un gruo de oficiaIes que, a su vez, dise Ianes ara una osibIe inlerrucin caslrense deI roceso oIilico. Iarle de esos Ianes aulorilarios serian relomados osleriormenle ara eI goIe de Is- lado de 1992. Dichos royeclos anlidemocralicos exusieron a Ias fuerzas armadas dos grandes lraslornos inslilucionaIes: a) eI uso de un modeIo de oIilica conlrasubversiva y Ia imagen de una fuerza armada vicloriosa ara |uslificar eI goIe de Islado de 1992, y b) una lregua con eI narcolrafico aI definir aI ICI-SL como enemigo rinciaI, que debia ser aisIado deI camesinado cocaIero. In aIgunos casos, y sobre lodo a arlir deI ascenso de VIadimiro Monlesinos, esa lregua se convirli en aIianza. 63. La CVR concIuye que Ia calura de AbimaeI Guzman y Ia desarlicuIacin deI ICI-SL y eI MRTA no Iograron evilar que Ia elica, eI resligio e incIuso eI bieneslar y Ia eficien- cia de Ias fuerzas armadas 10 quedaran seriamenle meIIados or una cuuIa que uni su suerle aI gobierno diclaloriaI. Isle roceso de descomosicin esluvo caraclerizado or Ia aclividad deI Gruo CoIina, Ia ersecucin de oficiaIes disidenles, asi como or Ia organizacin de un sislema de corrucin, chanla|e y esiona|e oIilico denlro de Ias roias fuerzas armadas ba|o Ia direccin de VIadimiro Monlesinos. 64. La CVR ha enconlrado que Ias fuerzas armadas fueron caaces de exlraer Iecciones duranle eI roceso de vioIencia, Ias que Ie ermilieron afinar su eslralegia de manera que esla fuera mas eficaz y menos roensa a Ia vioIacin masiva de Ios derechos humanos. Isle arendiza|e se reveIa oslensibIemenle en eI descenso de viclimas or accin de agenles deI Islado recisamenle en Ios aos mas inlensos deI confIiclo ar- mado inlerno (1989-1993), mienlras que duranle esos mismos aos eI ICI-SL desIe- gaba una desbordanle vioIencia lerrorisla conlra Ios uebIos quechua y ashaninka, y lambien conlra Ia obIacin urbana. Ise arendiza|e, |unlo con Ia roIiferacin de Ios Comiles de Aulodefensa, Ia inleIigencia oeraliva oIiciaI y eI resaIdo de Ia ciudada- nia, ermile exIicar Ia derrola deI ICI-SL. +/ -4567 89 9F:>9F;H? <7 84@ F4=;:K@ <7 9>:4<7I7?@9 65. La CVR eslima que, desde muy lemrano, seclores deI camesinado mas obre, aque- IIos que segun Ios caIcuIos deI ICI-SL debian haber sido sus aIiados rinciaIes, se Ie- vanlaron conlra un royeclo que no comarlian y que se Ies imonia or Ia fuerza. Comunidades como Uchuraccay y olras de Ias aIluras de Huanla se encuenlran enlre Ios e|emIos mas conocidos. In aIgunos casos de modo esonlaneo, en olros or inicia- liva de Ias fuerzas armadas, Ios roduclores agrarios deI vaIIe deI rio Aurimac forma- ron Ios rimeros comiles de aulodefensa (CADs), que osleriormenle se muIliIicaron e infIigieron en Ias areas ruraIes su rimera derrola eslralegica aI ICI-SL. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 10 II menoscabo de Ia eficiencia de Ias fuerzas armadas en su larea fundamenlaI de Ia defensa nacionaI se reveI en eI confIiclo deI Cenea en 1995.
325 !"#$%&'(#!")*( 66. La CVR reconoce eI derecho de Ios camesinos a Ia aulodefensa en eI conlexlo exce- cionaI Ianleado or Ia agresin senderisla. Conslala, aI mismo liemo, que en un nu- mero significalivo de casos Ia formacin de comiles de aulodefensa se rodu|o or Ia resin y eI amedrenlamienlo de Ias fuerzas armadas y/o de olros CADs. In ocasiones, Ios CADs fueron mas aIIa de lareas de aulodefensa y resuIlaron, de acuerdo con Ios haIIazgos de Ia CVR, resonsabIes de crimenes que deben ser sancionados. 67. La CVR reconoce, sin embargo, que Ios CADs fueron un faclor muy imorlanle en eI desenIace deI confIiclo armado inlerno y rinde homena|e a Ios ronderos caidos en de- fensa de sus comunidades y deI ais. ResaIla, asimismo, que, una vez lerminado eI confIiclo armado, no se convirlieron en sicarios deI narcolrafico, ni usieron su exe- riencia miIilar aI servicio de olros aclores imIicados en aclividades iIicilas. La inmensa mayoria de Ios miembros de Ios CADs se ha reinlegrado a sus comunidades, y eI ais sigue leniendo una deuda con eIIos. II decrelo IegisIalivo 741 romuIgado a fines de 1991, y su oslerior regIamenlacin, sIo Ies reconoce indemnizaciones a arlir de Ia romuIgacin de Ia Iey, y ha beneficiado a un reducido numero de deudos. "L/ (* 2&%+(-% 2%*M1"+% N *%- .%3"(&#%- 68. La CVR diferencia en rimer Iugar Ios aos que van enlre 1980 y 1992, lramo que lranscurri ba|o regimenes civiIes eIeclos democralicamenle, deI lramo finaI de nueslro mandalo, oslerior aI goIe de Islado deI 5 de abriI de 1992. Ise cambio de regimen liene una incidencia direcla sobre Ias resonsabiIidades de Ias maximas auloridades deI Islado en lorno a Ias vioIaciones de Ios derechos humanos, ues Ia cenlraIizacin deI oder incide en Ia reIacin mas direcla en rinciio enlre eI Iresidenle de Ia Reu- bIica y Ios gruos que oeran encubierlos or eI oder ara erelrar esas vioIaciones. 69. La CVR considera que, dado eI desarroIIo de Ios hechos, marcado or Ia crecienle vio- Iencia deI ICI-SL, era inevilabIe que eI Islado uliIizara sus fuerzas armadas ara hacerIe frenle y recurriera a decIarar eslados de emergencia, considerados or Ia Cons- lilucin vigenle ara afronlar siluaciones de grave riesgo. La CVR deIora, sin embar- go, que Ios gobiernos que asi Io decidieron, no lomasen Ias revisiones ara imedir Ios alroeIIos de Ios derechos fundamenlaIes de Ia obIacin. 70. La CVR es conscienle de que lodo esle acluar de Ios gobiernos eslaba condicionado, lanlo en su debiIidad como en su imrovisacin, or faIIas rofundas deI Islado: i) su insuficienle coberlura lerriloriaI y densidad inslilucionaI, ii) su faIla de rearacin ara enfrenlar un confIiclo de esas caraclerislicas, iii) Ia desconfianza que Ie rovoca- ban significalivos seclores de sus roios ciudadanos y, iv) una crecienle incaacidad ara somelerse a Ios marcos conslilucionaIes y IegaIes de Ios que acababa de dolarse eI ais a lraves de Ia Conslilucin de 1979. 71. La CVR rinde or eso su homena|e a Ios dirigenles y miIilanles de Ios arlidos oIili- cos democralicos que ofrendaron su vida o sufrieron maIlralo or cumIir con hones- lidad con sus deberes ubIicos. Nos referimos lanlo a Ios miIilanles de Ios arlidos que gobernaron, asi como a Ios que luvieron resonsabiIidad arIamenlaria en Ias regiones y municiios. Debe deslacarse eseciaImenle a Ias auloridades IocaIes de Ios Iugares mas afeclados or Ia vioIencia, que manluvieron Ia resencia deI Islado eruano mu- 326 +$"+*,-!$"'-(.'"'%)*'-( chas veces a cosla deI maximo sacrificio. IIIos deben ser un e|emIo ara lodos en esla nueva elaa de busqueda de democracia. 72. La CVR debe conslalar, aI mismo liemo, una muy grave resonsabiIidad de Ios go- biernos de esos aos, asi como de Ios arlidos que luvieron reresenlacin en eI Iar- Iamenlo, Ios gobiernos IocaIes y, enlre 1989 y 1991, Ios gobiernos regionaIes. In Ios rimeros doce aos deI confIiclo, Ias fuerzas oIiciaIes y Ias fuerzas armadas se hicie- ron cargo deI combale a Ia subversin a arlir de inslrumenlos IegaIes arobados or gobiernos civiIes y denlro deI marco de una IegisIacin anlilerrorisla romuIgada or un Congreso eIegido democralicamenle. 73.La CVR ha recogido amIia evidencia de cmo en eI combale a Ios gruos subversivos se comelieron gravisimas y masivas vioIaciones de Ios derechos humanos, Io que invo- Iucra en rimer Iugar a Ios gobiernos, que eran Ios resonsabIes deI con|unlo de Ia ac- cin deI Ioder I|eculivo, deI cuaI deenden Ias fuerzas deI orden. Ademas de eIIo, Ios gobiernos civiIes eIeclos incurrieron en Ia mas grave resonsabiIidad aI desalender Ias denuncias de vioIaciones de derechos humanos o, en muchos casos, aI garanlizar Ia imunidad de Ios resonsabIes de Ias mismas. 74. La CVR encuenlra que eI rimer unlo de infIexin inslilucionaI en Ia abdicacin de Ia resonsabiIidad democralica or arle de Ios gobiernos esluvo en Ia creacin, or dis- osilivo IegaI, de Ios comandos oIilico-miIilares. IIIos subordinaron en Ia raclica aI oder civiI en Ias zonas decIaradas en eslado de emergencia, ues lerminaron asu- miendo Ia conduccin no sIo miIilar, sino lambien oIilica de Ia Iucha conlrasubversi- va. 11
75. La CVR conslala que Ia Iey 24150 coIocaba a miIilares y oIicias que acluaban en ro- vincias decIaradas en eslado de emergencia ba|o Ia comelencia de Ia |uslicia miIilar, Io que favoreci Ia imunidad de Ios agenles deI Islado resonsabIes de Ias vioIaciones de Ios derechos humanos. DeI mismo modo, eI caracler ermanenle de una siluacin de excecin en cada vez mas rovincias debiIil Ia democracia y cre un cIima roi- cio ara Ias vioIaciones de Ios derechos humanos, asi como un senlido comun de Ia o- bIacin y de Ias auloridades civiIes de esas zonas segun eI cuaI eI oder reosaba en Ia auloridad miIilar. 76. La CVR considera que Ia abdicacin de Ia auloridad democralica cuImin con Ia Iegis- Iacin conlrasubversiva arobada desues deI goIe de Islado de abriI de 1992. De acuerdo con eIIa, Ios |efes de Ios comandos oIilico-miIilares no sIo coordinaban y su- ervisaban, sino #0,)"#@%, Ias acciones en Ios camos no miIilares. Isa IegisIacin cam- bi eI Sislema de Defensa NacionaI, Ia Iey deI Servicio de InleIigencia NacionaI y Ia Iey de siluacin miIilar. Isla uIlima ermili que Ios comandanles generaIes de Ias fuerzas armadas ermanecieran en sus cargos aun desues de su fecha de reliro. La nueva Ie- gisIacin incIuia, ademas, enas y rocedimienlos que vioIaban Ias garanlias deI debi- do roceso, asi como Ia Conslilucin y lralados inlernacionaIes de Ios cuaIes eI Ieru era firmanle: enas minimas desroorcionadas, nuevas figuras IegaIes como lerrorismo !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 11 Isla uIlima udo haberse de|ado en manos de Ia auloridad civiI, o de un minislro o deIegado residenciaI ad hoc.
327 !"#$%&'(#!")*( agravado y lraicin a Ia alria, lribunaIes y |ueces sin roslro, enlre olros. Isle nuevo marco IegaI fue uno de Ios iIares deI regimen surgido a arlir deI goIe de Islado de abriI de 1992. )/ "?<;I767?F;9 O <7=9?<9 <7 <>67J9 77. La CVR ha conslalado, con esar, que Ios gobiernos civiIes no esluvieron soIos en esla concesin aI uso indiscriminado de Ia fuerza como medio de combale conlra Ia subver- sin. Ior eI conlrario, Ia rocIividad de dichos gobiernos a Ia soIucin miIilar sin con- lroI civiI esluvo en consonancia con un considerabIe seclor de Ia sociedad eruana, rinciaImenle eI seclor urbano medianamenle inslruido, beneficiario de Ios servicios deI Islado y habilanle de zonas aIe|adas deI eicenlro deI confIiclo. Isle seclor mir mayorilariamenle con indiferencia o recIam una soIucin raida, disuesla a afronlar eI #0-/0 -0#.%! que era agado or Ios ciudadanos de Ias zonas ruraIes y mas emobreci- das. 3/ (8 P45;76?4 <7 )FF;H? 24G>896 78. La CVR exresa su reconocimienlo eseciaI a lodas Ias viclimas erlenecienles aI ar- lido de Accin IouIar, muchas de Ias cuaIes fueron auloridades IocaIes que ermane- cieron en sus ueslos a esar de Ia inlensidad de Ia vioIencia. La CVR resaIla, lambien, eI esfuerzo reaIizado or eI gobierno deI residenle Iernando eIaunde Terry or re- servar eI sislema democralico, Ias eIecciones IocaIes y generaIes, y Ia Iiberlad de rensa, en eI conlexlo de una dificiI lransicin a un regimen democralico en medio deI eor confIiclo armado inlerno de Ia hisloria reubIicana deI ais. 79. La CVR reconoce que eI arlido Accin IouIar luvo que enfrenlar Ia subversin en un escenario dificiI or Ia comIe|idad deI Islado sobredimensionado Iegado or eI gobierno miIilar, or Ia debiIidad de un sislema de arlidos sin vida democralica signi- ficaliva, or reIaciones civico-miIilares marcadas or Ia dislancia y Ia desconfianza y or Ia exislencia de una izquierda de gran lamao y radicaIidad. 80. La CVR recuerda que, en ese conlexlo, eI residenle eIaunde rouso diversas oIili- cas de frenle amIio, que sIo fueron aceladas or su aIiado, eI Iarlido IouIar Cris- liano. Los demas arlidos olaron or manlener sus roios erfiIes. Ise desacuerdo dificuIl enormemenle Ia eIaboracin de una resuesla unilaria a Ia amenaza subversiva. 81. La CVR encuenlra que eI confIiclo armado inlerno fue considerado or varios meses como un robIema marginaI que habia lomado or sorresa aI Islado y a lodas Ias fuerzas oIilicas deI ais. Una vez que eI incremenlo deI numero de acciones subversi- vas armadas Io voIvi inocuIlabIe, eI gobierno de Accin IouIar y Ia oosicin erdie- ron un vaIioso liemo en alribuir Ias resonsabiIidades de Ios hechos a arlir de sus roias agendas oIilicas. 12 Debe seaIarse que eI liemo erdido en diagnslicos erra- dos o inleresados fue cruciaI ara eI asenlamienlo deI ICI-SL en diversas areas deI camo ayacuchano, sin una resuesla eslalaI organizada or eI gobierno. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 12 Los rinciaIes aclores oIilicos Ianzaron acusaciones cruzadas que denunciaban Ia auloria de aclos lerroris- las simuIlaneamenle aI gobierno cubano, a Ia izquierda IegaI y aI gobierno, incIuso a miIilares veIasquislas o de uIlraderecha. 328 +$"+*,-!$"'-(.'"'%)*'-( 82. La CVR conslala que eI gobierno ol or enfrenlar aI ICI-SL con Ias fuerzas oIicia- Ies y con medidas de excecin que se rorrogaron ininlerrumidamenle. Las Iimila- ciones de Ias fuerzas oIiciaIes, divididas en lres insliluciones sin coordinacin enlre eIIas, desrovislas de equiamienlo basico y sin eI resaIdo de una oIilica conlrasub- versiva coherenle generaron, en oco liemo, un rechazo de Ia obIacin que fue lras- Iadado hacia eI gobierno. Isle, anle Ia aclividad cada vez mas vioIenla deI ICI-SL, o- l or ceder Ia conduccin de Ia Iucha conlrasubversiva a Ias fuerzas armadas a fines de 1982. 83. La CVR considera que Ia decisin adolada or eI gobierno de Accin IouIar inici un roceso de miIilarizacin que dur mas de una decada y que luvo graves conse- cuencias ara eI ais. Con eI eslabIecimienlo de comandos oIilico-miIilares y anle Ia inoerancia deI oder oIilico ara conlribuir en Ia Iucha conlrasubversiva en Ios cam- os no miIilares, se rodu|o una subordinacin de hecho de Ias auloridades civiIes Io- caIes a Ias eslralegias conlrasubversivas de Ias fuerzas armadas. 84. La CVR ha eslabIecido que Ia creacin de Ios comandos oIilico-miIilares y Ia inler- vencin de Ias fuerzas armadas se reaIizaron sin lomar Ias revisiones indisensabIes or arle de Ia auloridad civiI ara saIvaguardar Ios derechos fundamenlaIes de Ia o- bIacin, Io que rodu|o como consecuencia numerosas vioIaciones de Ios derechos humanos de manera sislemalica y/o generaIizada. 85. La CVR concIuye que eI gobierno de Accin IouIar loIer eslas vioIaciones de Ios derechos humanos haciendo caso omiso de Ias numerosas denuncias or diversas fuenles gubernamenlaIes y de Ia sociedad civiI. TaI es eI caso de malanzas como Ias de Iulis, Iucayacu y Cabilos, enlre Ias mas nolorias. Asimismo, duranle ese eriodo de gravisima vioIencia, eI IarIamenlo, con mayoria deI arlido deI gobierno, no nombr ninguna comisin invesligadora. La unica comisin fue nombrada or eI I|eculivo a- ra invesligar Ia malanza de ocho eriodislas en Ia comunidad de Uchuraccay, donde Ia CVR ha conslalado que murieron, ademas, 135 camesinos quechuas en eI lranscurso deI ao oslerior a Ia masacre, Ia mayoria a manos deI ICI-SL. 86. La CVR encuenlra que esa in|uslificada loIerancia deI gobierno de Accin IouIar hacia Ios alroeIIos a Ios derechos fundamenlaIes de Ia ciudadania se suslenlaba en Ia inlencin y Ia execlaliva de acabar con Ia subversin en eI corlo Iazo, sin considerar su coslo en vidas humanas. Dicha oIilica fue ralificada or Ia Iey 24150 romuIgada en 1985. 87. La CVR encuenlra resonsabiIidad oIilica en eI gobierno de Accin IouIar or su loIerancia a Ias vioIaciones de derechos humanos comelidas or arle deI Islado, rin- ciaImenle conlra Ia obIacin indigena, Ia mas desrolegida y marginada deI ais, y haIIa en eIIa una IamenlabIe mueslra de esos habilos de discriminacin y racismo exis- lenles en Ia sociedad eruana. 88. Las cifras de Ia CVR reveIan que, segun un anaIisis or ao, enlre 1983 y 1984 se ro- du|o Ia mayor canlidad de muerles de lodo eI confIiclo, causadas or Ias camaas de asesinalos deI ICI-SL y Ia cruenla resuesla oficiaI, que segun Ios caIcuIos de Ia CVR de|aron 19,468 viclimas falaIes, es decir, 28 or cienlo deI lolaI eslimado ara lodo eI
329 !"#$%&'(#!")*( confIiclo armado inlerno. Islas cifras asaron casi inadverlidas ara eI reslo deI ais, debido a Ias graves fracluras elnicas de nueslra sociedad. +/ (8 P45;76?4 <78 296:;<4 )G6;@:9 276>9?4 89. La CVR exresa su reconocimienlo eseciaI a lodas Ias viclimas erlenecienles aI Iar- lido Arisla Ieruano (IAI), muchas de Ias cuaIes fueron auloridades IocaIes que er- manecieron en sus ueslos a esar de Ia inlensidad de Ia vioIencia. La CVR resaIla, lambien, eI esfuerzo reaIizado or eI gobierno deI residenle AIan Garcia Ierez or reservar eI sislema democralico, Ias eIecciones IocaIes y generaIes y Ia Iiberlad de rensa, en eI conlexlo de una dificiI siluacin en medio deI eor confIiclo armado in- lerno de Ia hisloria reubIicana deI ais. 90. La CVR considera que, aI asumir eI doclor AIan Garcia Ierez eI gobierno en |uIio de 1985, imuIs una serie de oIilicas sociaIes ara reorienlar Ia eslralegia conlrasubver- siva en marcha. II ob|elivo exIicilo fue derrolar a Ia subversin medianle oIilicas de desarroIIo dirigidas a Ios camesinos y a Ias regiones mas obres. II nuevo gobierno asumi como roias Ias crilicas a Ia acluacin de Ias fuerzas armadas que se venian haciendo desde eI eriodo gubernamenlaI revio. 91. Isla oIilica, de reselo a Ios derechos humanos y de denuncia de Ias vioIaciones de Ios mismos, se exres, or e|emIo, en Ias sanciones aIicadas a Ios |efes miIilares res- onsabIes de Ia malanza de Accomarca (agoslo de 1985). II gobierno busc asi eI con- lroI civiI sobre Ia accin miIilar. Cre, asimismo, una Comisin de Iaz y IIev adeIanle inicialivas en eI camo de Ia unificacin oIiciaI y Ia creacin deI Minislerio de Defensa. 92. La CVR considera, sin embargo, que Ia IIamada masacre de Ios enaIes ocurridas Ios dias 18 y 19 de |unio de 1986 en Ios cenlros enilenciarios de Lurigancho y II Ironln marc una infIexin en eI esfuerzo deI gobierno deI IAI or imoner desde eI oder civiI un nuevo esquema de reselo de Ios derechos humanos or Ias fuerzas deI orden. La CVR ha conslalado que, a arlir de Ios sucesos mencionados, Ias fuerzas armadas acluaron con mayor aulonomia en su aclividad conlrasubversiva, sin que eI Ioder I|e- culivo ni eI Ioder LegisIalivo Ias roveyeran de un marco IegaI ara eIIo. 93. La CVR encuenlra grave resonsabiIidad oIilica en eI gobierno deI IAI en reIacin con eslos casos, sin er|uicio de olras resonsabiIidades individuaIes que sean deler- minadas en olras inslancias |udiciaIes nacionaIes o inlernacionaIes. 94. La CVR considera eI encubrimienlo de Ia malanza de Cayara, ocurrida en mayo de 1988, como aradigmalico de Ia nueva aclilud deI arlido de gobierno frenle a Ia ac- luacin de Ias fuerzas armadas en Ia Iucha conlrasubversiva. La comisin invesligado- ra conformada en eI Senado de Ia ReubIica, residida or eI arIamenlario deI IAI CarIos Inrique MeIgar, diclamin que Ia malanza no habia ocurrido, mienlras que Ia minoria de dicha comisin y un fiscaI aseguraban Io conlrario. II diclamen, no obslan- le, fue arobado or Ia mayoria arisla. Las invesligaciones de Ia CVR confirman Ia malanza de Cayara y encuenlran resonsabiIidad oIilica en eI IAI or coIaborar en eI encubrimienlo de dicha masacre. 330 +$"+*,-!$"'-(.'"'%)*'-( 95. La CVR ha conslalado que eI gobierno deI IAI uso en marcha un roceso de reorga- nizacin de Ias lres insliluciones oIiciaIes exislenles, alendiendo a recIamaciones so- bre Ia crisis de corrucin e ineficiencia. IIIo deriv en Io que mas adeIanle seria Ia o- Iicia nacionaI. II IAI luvo un eseciaI inleres en conlroIar a Ia oIicia a lraves deI Minislerio deI Inlerior. In eI roceso se crearon nuevas unidades como Ia Direccin de Oeraciones IseciaIes (DOIS), rearada ara Ia Iucha conlrasubversiva y se forlaIe- ci eI lraba|o de inleIigencia conlra eI lerrorismo. 96. La CVR eslima que Ia aguda crisis econmica y oIilica que vivi eI Ieru a arlir de 1988 favoreci eI desarroIIo de Ias agruaciones subversivas y Ia voragine de vioIencia. II fracaso deI rograma econmico y eI inicio de Ia hierinfIacin IIevaron a una silua- cin de grave ineslabiIidad en eI ais. Desde eI faIIido inlenlo de eslalizacin de Ia ban- ca, eI gobierno erdi eI resaIdo de Ios gruos emresariaIes y financieros deI ais. Las marchas y conlramarchas en Ias oIilicas econmicas agudizaron Ia lensin sociaI exislenle, agravada or eI coIaso de Ios servicios basicos. II ICI-SL arovech esos esacios de desconlenlo ara iniciar sus roias marchas de rolesla hasla en Ia misma cailaI. 97. La CVR ha recogido leslimonios que sugieren Ia exislencia de oIicias vincuIados a aclividades de escuadrones de Ia muerle y comandos aramiIilares uliIizados conlra resunlos subversivos. Una serie de sucesos, como Ia aaricin deI maI IIamado Co- mando Rodrigo Iranco, eI enfrenlamienlo enlre una alruIIa deI I|ercilo y una co- Iumna deI MRTA en eI ara|e de Los MoIinos, eI alaque deI ICI-SL aI ueslo oIiciaI de Uchiza, Ia vacancia de cargos municiaIes en 1989 y eI escae de Ios miembros deI MRTA deI enaI Caslro Caslro en 1990, enlre olros, olenciaron Ia imagen de desgo- bierno y caos en eI ais. AI mismo liemo, sin embargo, se IIevaron a cabo lres eIeccio- nes nacionaIes enlre noviembre de 1989 y |unio de 1990. II desconlenlo de Ias fuerzas armadas fue grande, or Io que se rodu|o incIusive un inlenlo de goIe de Islado. La CVR concIuye que, aI roducirse Ia crisis, eI gobierno erdi eI conlroI de Ia oIilica conlrasubversiva, saIvo en aIgunas areas deI lraba|o oIiciaI que fueron muy exilosas como Ia deI Gruo IseciaI de InleIigencia (GIIN) que, a Ia oslre, rendiria Ios mayo- res frulos en cuanlo a caluras de Iideres subversivos. 0/ *4@ P45;76?4@ <7 )8576:4 $>Q;=46; 98. La CVR ha conslalado que en Ias eIecciones residenciaIes de 1990, que se rodu|eron en medio de una crisis generaIizada, eI desresligio de Ios arlidos y Ia erdida de confianza en Ias organizaciones oIilicas faciIilaron eI lriunfo deI ingeniero AIberlo Iu- |imori, un candidalo indeendienle que raidamenle reveI su menosrecio or Ia democracia. In ningun momenlo conslruy una organizacin oIilica que Io resaIda- ra. 13 Iara enfrenlar Ios dos grandes robIemas que heredaba Ia crisis econmica y eI avance de Ia subversin, encarg Ios asunlos econmicos a gruos de lecncralas y asumi como suya Ia eslralegia conlrasubversiva de Ias fuerzas armadas erfiIada a fi- naIes de Ia decada de 1980. IguaImenle, convoc a oeradores de inleIigencia miIilar, eI !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 13 Cambio 90 fue desaclivado desues de Ias eIecciones de 1990 y nunca luvo vida organica. Nueva Mayoria fue sIo una sigIa ara resenlarse a Ias eIecciones de 1995. II Irenle Ieru aI 2000, que debi resaIdarIo en Ias eIecciones deI 2000, faIsific mas de un miIIn de firmas ara inscribirse en eI }urado NacionaI de IIeccio- nes.
331 !"#$%&'(#!")*( mas conocido de Ios cuaIes fue VIadimiro Monlesinos. Con Ia arliciacin de esle, eI nuevo regimen comenz a forlaIecer eI Servicio de InleIigencia NacionaI y se asegur Ia IeaIlad de Ias cuuIas miIilares ara converlirIas en iIares de su geslin. 14
99. La CVR concIuye que eI goIe de eslado deI 5 de abriI de 1992 signific eI coIaso deI Islado de Derecho y moslr ademas Ia debiIidad deI sislema de arlidos, eI goIe con- l con eI aoyo de Ia mayoria de Ia oinin ubIica. In medio de Ia ofensiva urbana deI ICI-SL, seclores imorlanles de lodos Ios eslralos sociaIes se moslraron disueslos a lrocar democracia or seguridad y a loIerar Ias vioIaciones a Ios derechos humanos como eI coslo necesario ara lerminar con Ia subversin. 100. La CVR ha conslalado que, a arlir de 1992, Ia nueva eslralegia conlrasubversiva u- so enfasis en Ia eIiminacin seIecliva de Ias organizaciones oIilico-adminislralivas (OIA) de Ios gruos subversivos. VincuIado a VIadimiro Monlesinos aclu un escua- drn de Ia muerle denominado CoIina, resonsabIe de asesinalos, desaariciones forzadas, y masacres con crueIdad y ensaamienlo. La CVR osee indicios razonabIes ara afirmar que eI residenle AIberlo Iu|imori, su asesor VIadimiro Monlesinos y aI- los funcionarios deI SIN lienen resonsabiIidad enaI or Ios asesinalos, desaaricio- nes forzadas y masacres erelradas or eI escuadrn de Ia muerle denominado Co- Iina. 101. La CVR sosliene que Ia DINCOTI, gracias a Ia exeriencia acumuIada desde fines de Ia decada anlerior y eI enfasis ueslo en eI lraba|o de inleIigencia, moslr or esa mis- ma eoca facelas mas conslruclivas y eficaces, que desembocaron en Ia calura de Vic- lor IoIay, rinciaI dirigenle deI MRTA, y en Ia de AbimaeI Guzman y miembros deI ur IoIilico deI Comile CenlraI deI ICI-SL, eI 12 de seliembre de 1992. La CVR con- cIuye que Ias caluras de Ios Iideres maximos deI ICI-SL y deI MRTA no fueron uliIi- zadas or eI gobierno ara aceIerar Ia derrola de Ia subversin, sino ara oblener redi- los eIecloraIes. 102. Asimismo, Ia CVR seaIa Ia uliIizacin dada aI oeralivo Chavin de Huanlar, que se reaIiz ara rescalar a Ias ersonas secueslradas or eI MRTA en Ia residencia deI em- ba|ador deI }an en diciembre de 1996. La CVR exresa su reudio a esa accin lerro- risla que manluvo caulivos duranle mas de cualro meses a decenas de ersonas. Reco- noce eI derecho deI Islado a rescalar a Ios rehenes aIIi recIuidos y saIuda eI heroismo y Ia eficiencia de Ios comandos que cuIminaron con exilo eI oeralivo de rescale, y rinde homena|e a Ios miembros deI I|ercilo faIIecidos en dicha accin, asi como aI doclor CarIos Giusli, vocaI de Ia Corle Surema que faIIeci duranle Ia oeracin. Condena, sin embargo, Ias e|ecuciones exlra|udiciaIes que se habrian roducido, in|uslificadas or lralarse de ersonas rendidas, y comarle eI rechazo de Ia oinin ubIica a Ias imagenes de AIberlo Iu|imori aseandose enlre Ios cadaveres en Ia residencia recien rescalada. 103. La CVR afirma que en Ios aos siguienles, diversos hechos, aIgunos cierlos, Ia mayo- ria maniuIados en Ios medios de comunicacin, sirvieron ara crear y recrear exage- !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 14 Un unlo de infIexin fue Ia ermanencia de NicoIas de ari Hermoza Rios como Comandanle GeneraI Iuego de su ase a reliro a fin de 1991 y hasla 1998. 332 +$"+*,-!$"'-(.'"'%)*'-( radamenle eI /+''0'.-(0 como una amenaza Ialenle, ara |uslificar eI aulorilarismo deI regimen y ara desresligiar a Ios oosilores. La inlercelacin leIefnica a oIilicos oosilores, eI acoso aI eriodismo indeendienle, eI somelimienlo y erversin finaI de Ia mayoria de medios de comunicacin, Ios alenlados y crimenes incIuso conlra miem- bros deI roio SIN, asi como Ia desvirluacin de oeraciones Iegilimas como eI men- cionado oeralivo Chavin de Huanlar, IIevan eI seIIo deI gobierno aulorilario de AIber- lo Iu|imori. 104. Ior Io exueslo, Ia CVR sosliene que en Ios uIlimos aos deI gobierno de Iu|imori eI confIiclo armado inlerno fue maniuIado con Ia finaIidad de hacer que eI regimen ermaneciera en eI oder. IIIo sumi aI ais en una nueva crisis econmica y en abis- mos de corrucin, descomosicin moraI, debiIilamienlo deI le|ido sociaI e inslilucio- naI, y una rofunda desconfianza en Ia esfera ubIica. Todos eslos rasgos consliluyen, or Io menos en arle, secueIas de Ia forma aulorilaria en que se resoIvi eI confIiclo y configuran uno de Ios momenlos de mayor orobio de Ia hisloria de Ia ReubIica. (/ *4@ G96:;<4@ <7 ;JR>;76<9 105. La CVR exresa su reconocimienlo eseciaI a lodas Ias viclimas erlenecienles a Ios arlidos que conformaron Ia aIianza Izquierda Unida, muchas de Ias cuaIes fueron au- loridades IocaIes que ermanecieron en sus ueslos a esar de Ia inlensidad de Ia vio- Iencia. La CVR resaIla, lambien, que IU fue un canaI de reresenlacin oIilica de am- Iios seclores ouIares y movimienlos sociaIes hasla enlonces no incIuidos en Ia agenda nacionaI. De esla forma, en muchas zonas deI ais, miIilanles de izquierda fue- ron un freno ara eI avance deI ICI-SL. 106. La CVR ha conslalado que Ia aIianza Izquierda Unida (IU) fue Ia segunda fuerza eIec- loraI duranle Ia mayor arle de Ia decada de 1980, luvo reresenlacin en eI IarIamenlo, resonsabiIidad en gobiernos IocaIes y, enlre 1989 y 1992, en Ios gobiernos regionaIes. 107. La CVR ha conslalado que, duranle Ia decada de 1970, Ia mayor arle de Ias organi- zaciones que Iuego conformarian IU comarlieron con diversos malices un discurso y una eslralegia que riviIegiaba Ia loma deI oder or Ia via de Ia Iucha armada. In eI conlexlo de grandes moviIizaciones sociaIes y aerlura democralica de fines de Ios aos 70, aIgunas de eslas organizaciones iniciaron un vira|e que Ias IIev a vaIorar osi- livamenle Ia via eIecloraI y Ia democracia reresenlaliva. 108. La CVR hace nolar, sin embargo, que un desIinde ideoIgico insuficienle y en muchos casos lardio coIoc a Ia mayoria de Ios arlidos miembros de IU en una siluacin am- bigua frenle a Ias acciones deI ICI-SL y mas aun deI MRTA. Isla ambigedad hizo di- ficiI ara sus Iideres, y lambien ara Ias dirigencias sociaIes sobre Ias cuaIes IU lenia in- fIuencia, dar Ia Iucha ideoIgica conlra Ias conceciones vioIenlislas deI ICI-SL o deI MRTA. 109. La CVR conslala que Ia izquierda formuI denuncias de Ias vioIaciones de Ios dere- chos humanos comelidos or eI Islado. Sin embargo, no dio eI mismo lralamienlo a aqueIIas comelidas or Ios gruos subversivos, eseciaImenle or eI MRTA. Hubo dos agruaciones que manluvieron hasla eI finaI Ia osibiIidad deI recurso a Ia vioIencia
333 !"#$%&'(#!")*( ara lomar eI oder. Islo fue, en uIlima inslancia, Io que rodu|o Ia divisin de Ia iz- quierda enlre suueslos reformislas y revoIucionarios. 110. Iara Ia CVR, sin que eIIo fuera una osicin generaIizada, seclores de Ia izquierda enlendieron su arliciacin en eI arIamenlo y en Ios municiios como una lribuna de agilacin y roaganda ara demoslrar Ias Iimilaciones de Ias insliluciones )+(05 9"':"+-%-. 111. La CVR seaIa que, en eI Iano oIilico, eI seclarismo y Ia ineficacia de Ios arlidos y de Ios indeendienles que conformaban IU, asi como Ia dificuIlad ara oner Ios inle- reses deI ais or encima de Ios gruos o ersonaIidades que Ia inlegraban, imidi que eIIa fuera mas aIIa de su caracler de aIianza eIecloraI, ara converlirse en frenle rogramalico que reresenlara y ofreciera una aIlernaliva de lransformacin acifica y democralica a sus miIilanles y aI ais. Ise Iimile se manluvo incIuso en su momenlo de mayor resencia eIecloraI, Ie imidi Iuego diferenciarse de Ia oIilica deI gobierno arisla, y lermin dividiendoIa en 1989. La divisin desconcerl a sus seguidores y resquebra| eI dique de conlencin que significaba IU en amIios seclores ouIares, eIIo favoreci eI avance de Ios gruos subversivos y osleriormenle deI fu|imorismo. 112. Sin embargo, Ia CVR resaIla eI aeI osilivo de Ia lemrana denuncia de Ias vioIa- ciones de Ios derechos humanos or arle de IU, lanlo a lraves de sus arlidos inle- granles como de Ias organizaciones sociaIes en Ias cuaIes lenia resencia y de sus re- resenlanles en eI IarIamenlo, que luvieron un deslacado aeI en Ias mas imorlanles comisiones invesligadoras deI Congreso sobre lemas vincuIados aI confIiclo armado in- lerno (Ia malanza de Ios enaIes, Ios gruos aramiIilares, Ias causas de Ia vioIencia). 113. La CVR de|a conslancia, ademas, de que numerosos miembros de IU, eseciaImenle miIilanles de base de rovincias en eriodos eIecloraIes, cayeron viclimas de Ias fuer- zas deI orden que no dislinguieron enlre izquierdaunidislas y subversivos. Asimismo, queda cIaro ara Ia CVR que IU no fue nunca <%#$%)% !+:%! deI ICI-SL, ni de manera organica ni oficiosa. Conforme avanzaba Ia decada, IU denunci crecienlemenle Ia ideo- Iogia y Ios melodos deI ICI-SL, quien asesin un numero significalivo de dirigenles so- ciaIes de Ias fiIas de IU, aIgunos de eIIos Iideres de imorlanles gremios nacionaIes. $/ (8 24<76 *7P;@89:;E4 114. La CVR ha conslalado que Ios robIemas deI Islado ara enfrenlar eI confIiclo arma- do inlerno lambien se resenlaron en eI Ioder LegisIalivo. Las fuerzas oIilicas aIIi re- resenladas no luvieron ni resenlaron inicialivas sobre cmo enfrenlar de una mane- ra inlegraI a Ios gruos subversivos hasla bien avanzado eI confIiclo (1991). 115. La CVR de|a conslancia de que duranle loda Ia decada de 1980 eI Congreso funcion con mayorias de Ios reseclivos arlidos de gobierno en cada eriodo. A lraves de eIIas, Ios gobiernos inhibieron o debiIilaron Ias caacidades de fiscaIizacin y de for- muIacin IegaI. Asi, eI IarIamenlo 1980-1985 no cumIi con su funcin conslilucionaI de fiscaIizacin, aI renunciar a e|ercer conlroI sobre Io que en Ayacucho, HuancaveIica y Aurimac venia sucediendo a rosilo deI confIiclo. Inconlrandose en esle eriodo Ia mayor canlidad de eruanos muerlos o desaarecidos a causa de Ia guerra, eI Con- 334 +$"+*,-!$"'-(.'"'%)*'-( greso no efeclu ninguna invesligacin sobre Ias vioIaciones a Ios derechos humanos que lanlo eI ICI-SL como Ias fuerzas deI orden iban acumuIando imunemenle. 116. La CVR debe seaIar que frenle a Ia miIilarizacin deI confIiclo, eI Congreso no Ian- le ninguna aIlernaliva o Ian viabIe. La rinciaI aclividad normaliva esluvo a cargo deI I|eculivo. Y cuando, finaImenle, eI Congreso relom dicha funcin, no hizo sino reafirmar su escasa voIunlad de comromelerse a enconlrar una resuesla severa y efi- caz frenle aI fenmeno subversivo. 117. La CVR seaIa que Ia arobacin or eI Congreso de Ia Iey 24150 que eslabIecia Ias normas que debian cumIirse en Ios eslado de excecin normas or Ias cuaIes Ias fuerzas armadas asumian eI conlroI deI orden inlerno en lodo eI lerrilorio o en arle de eI IegaIiz Io que en Ios hechos venia sucediendo, inhibiendo a Ia auloridad civiI en beneficio de Ia miIilar. Asi, esla decisin condu|o aI debiIilamienlo deI oder democra- lico civiI y a Ia reduccin de Ia oIilica conlrasubversiva a un ambilo de reresin y conlroI miIilar. 118. Sin embargo, Ia CVR debe anolar que a arlir de 1985 funcionaron comisiones inves- ligadoras sobre casos de gran imaclo en Ia oinin ubIica. Aunque ninguna Iogr quebrar eI circuIo de Ia imunidad, Ios debales arIamenlarios y Ios diclamenes en mi- noria generaron corrienles imorlanles de oinin ubIica en conlra de Ias vioIaciones de Ios derechos humanos. No obslanle, si bien eI Congreso IIev adeIanle Ia invesliga- cin de imorlanles casos de vioIaciones de Ios derechos humanos erelradas or Ias fuerzas deI orden, no hizo un esfuerzo simiIar ara invesligar y demandar sancin so- bre lerribIes casos de vioIaciones erelradas or eI ICI-SL. 119. La CVR anola que, en eI Congreso surgido a arlir de Ias eIecciones de 1990, eI I|ecu- livo careci or rimera vez de mayoria roia. Arovechando eI desgasle de Ios ar- lidos oIilicos y eI desresligio deI LegisIalivo, eI gobierno de AIberlo Iu|imori, y Ios romolores de una oIilica conlrasubversiva aulorilaria y miIilarizada, sobredimen- sionaron su ineficacia y sus robIemas, y no luvieron rearos en resenlar aI Congreso como arle deI #%(40 +,+(.:0A esla idea era coincidenle con Ia deI ICI-SL, que enlen- dia aI Congreso como un reduclo deI '+7.-.0,.-(0 y arle deI 7.+80 E-/%)0 que habia que deslruir. 120. La CVR haIIa que, enlre 1990 y 1992, eI Congreso adquiri olra fisonomia. II que no exisliese una mayoria deI arlido de gobierno y eI avance de Ia subversin emu|aban a una mayor concerlacin y a arliciar de manera mas acliva en eI diseo de una oIi- lica conlrasubversiva denlro de marcos democralicos. Isa nueva aclilud se hizo visibIe en eI debale sobre IegisIacin conlrasubversiva de noviembre de 1991. De olro Iado, en maleria de su funcin de conlroI arIamenlario, eI Congreso de 1990-1992 inlervino en siluaciones de vioIaciones de derechos humanos en eI confIiclo armado inlerno. Sin embargo, eI goIe de Islado de abriI de 1992, que cerr eI IarIamenlo con Ia anuencia de un seclor mayorilario de Ia oinin ubIica, moslr que ese fue un esfuerzo lardio e insuficienle ara conlroIar a Ios oderes faclicos y corrienles aulorilarias deI ais. Iara enlonces Ios arlidos oIilicos arIamenlarios evidenciaban cIaros signos de agola- mienlo y crisis.
335 !"#$%&'(#!")*( 121. La CVR considera que, desues deI goIe de Islado de 1992, eI Congreso careci de caacidad de fiscaIizacin, lanlo or eI recorle conslilucionaI de sus alribuciones como or Ia mayoria arIamenlaria absoIula que manluvo Ia bancada deI gobierno hasla eI ao 2000. La aIida Iabor arIamenlaria en Ia Iucha conlrasubversiva se vio agravada or eI desarroIIo de un roceso de maniuIacin normaliva nociva ara Ia sociedad, que busc, enlre olras cosas, monlar un aaralo que garanlizara Ia imunidad a Ias vioIaciones de Ios derechos humanos comelidas or agenles eslalaIes. 122. A Ia CVR Ie ha sido dado conslalar que, en muchos casos, Ia mayoria oficiaIisla deI Congreso desues deI goIe de Islado, a esar de Ia aclilud vaIienle de congresislas de Ia oosicin, no sIo abdic su funcin conslilucionaI de fiscaIizacin, sino que avaI y romovi eI encubrimienlo y Ia imunidad. Un hilo en ese roceso fue Ia arobacin de Ia Iey 26479, Iey generaI de amnislia (15.06.95). II IarIamenlo se convirli en Ia rac- lica en una ca|a de resonancia de Ios Ianleamienlos deI Ioder I|eculivo y deI SIN. ./ (8 24<76 S><;F;98 123. La CVR debe indicar que Ia abdicacin de Ia auloridad democralica incIuy Ias fun- ciones roias de Ia adminislracin de |uslicia. II sislema |udiciaI no cumIi con su misin adecuadamenle, ni ara Ia condena denlro de Ia Iey de Ias acciones de Ios gru- os subversivos, ni ara Ia cauleIa de Ios derechos de Ias ersonas delenidas, ni ara oner colo a Ia imunidad con que acluaban Ios agenles deI Islado que comelian gra- ves vioIaciones de Ios derechos humanos. In eI rimer caso, eI Ioder }udiciaI se gan Ia imagen de una ineficienle #0!%)+'% que Iiberaba a cuIabIes y condenaba a inocenles, en eI segundo caso, sus agenles incumIieron eI aeI de garanle de Ios derechos de Ios delenidos, coadyuvando a Ia comisin de graves vioIaciones a Ios derechos a Ia vi- da y a Ia inlegridad fisica, or uIlimo, se absluvieron de IIevar a Ia |uslicia a miembros de Ias fuerzas armadas acusados de graves deIilos, faIIando sislemalicamenle cada con- lienda de comelencia a favor deI fuero miIilar, donde Ias siluaciones quedaban en Ia imunidad. 124. La CVR debe, emero, recisar que eI Sislema }udiciaI adoIecia de robIemas eslruc- luraIes que delerminaban su ineficiencia. Sin embargo, a eIIo debe sumarse Ia acluacin negIigenle de aIgunos oeradores de |uslicia que hicieron mas grave dicha siluacin. 125. La CVR de|a conslancia de que Ia siluacin |udiciaI deI Ieru se agrav Iuego deI goI- e de Islado de 1992, cuando a Ias condiciones mencionadas se sumaron: una cIara in- lromisin en Ia caacidad de aulogobierno a arlir de ceses masivos de magislrados, nombramienlos rovisionaIes y Ia creacin de rganos de geslin a|enos a Ia eslruclura deI sislema |udiciaI, ademas de Ia inoerancia deI TribunaI ConslilucionaI. 126. La CVR de|a conslancia de Ia deficienle IegisIacin que aIicaba eI sislema |udiciaI. Inlre 1980 y 1992 incidieron fuerlemenle en esla siluacin: Ia liificacin amIia e im- recisa deI deIilo de lerrorismo y Ia medializacin de Ia Iabor deI Minislerio IubIico en Ia elaa de invesligacin reIiminar, subordinando Ia Iabor garanlisla deI fiscaI. Luego deI goIe de Islado de 1992, Ia siluacin se agrav debido a que Ia nueva IegisIacin anlilerrorisla se caraclerizaba or Ia sobrecriminaIizacin deI lerrorismo a lraves de Ia fIexibiIizacin deI concelo y Ia creacin de lios enaIes nuevos con Ios que se roce- 336 +$"+*,-!$"'-(.'"'%)*'-( saba en dislinlos fueros y se imonian enas dislinlas or Ia misma conducla, Ia faIla de roorcionaIidad de Ias enas, Ia seria Iimilacin de Ia caacidad de defensa de Ios delenidos, y Ia alribucin de comelencia a Ios lribunaIes miIilares en eI |uzgamienlo de Ios deIilos de lraicin a Ia alria. 127. La CVR ha conslalado que, abdicando su roia comelencia, eI Ioder }udiciaI, a lraves de Ia Corle Surema, faII en loda ocasin en que Ios acusados eran miembros de Ias fuerzas armadas, a favor de Ia |uslicia miIilar, donde Ios casos or Io generaI se sobreseian, se roIongaban innecesariamenle o lerminaban generando condenas bene- voIas. 128. Olra raclica generaIizada que Ia CVR ha comrobado consisle en que Ios oeradores de |uslicia incurrieron en faIla conlra su deber de cauleIar Ios derechos de Ios ciudada- nos aI decIarar imrocedenles Ios recursos de habeas corus. II lribunaI de garanlias conslilucionaIes vigenle hasla 1991 evil sislemalicamenle IIegar a senlencias fun- dadas. Isla siluacin conlribuy en no oca medida a que Ias delenciones arbilrarias cuIminasen en lorluras, e|ecuciones arbilrarias y desaariciones forzadas. 129. La CVR considera que Ia dicladura de AIberlo Iu|imori relendi IegaIizar de forma esuria Ia imunidad a Ias vioIaciones de Ios derechos humanos reaIizadas or agenles deI Islado, Iogrando que eI Congreso Consliluyenle Democralico arobase or mayo- ria dos Ieyes de amnislia que vuIneraban disosiciones conslilucionaIes y lralados in- lernacionaIes soberanamenle ralificados or eI Ieru. SaIvo una honrosa excecin, 15
que consisli en inaIicar Ia norma or vuInerar disosiciones conslilucionaIes y lrala- dos inlernacionaIes, Ios |ueces renunciaron a su facuIlad de aIicar eI conlroI difuso de Ia conslilucionaIidad de Ias Ieyes. 130. La CVR ha conslalado que eI resuIlado de Ia aIicacin eslricla y acrilica de Ia IegisIa- cin anlilerrorisla de 1992 ermili que en eI rocesamienlo de delenidos no se garan- lizara Ia imarciaIidad de Ios |uicios. Cienlos de ersonas inocenles luvieron que sufrir Iargas condenas, Ia vioIacin de Ias garanlias aI debido roceso arro| una sombra de duda sobre Ios rocesos reaIizados. II descredilo sufrido or eI sislema |udiciaI duran- le eI regimen residido or AIberlo Iu|imori desemboc en un favor a Ios verdaderos subversivos cuando, aos desues, eI Islado luvo que reaIizar nuevos |uicios a arlir de ruebas escasas. De olro Iado, Ios senlenciados or lerrorismo sufrieron Ias condi- ciones ve|alorias de Ia dignidad humana de Ias carceIes en Ias que Ios recIuyeron, que no conducian en absoIulo a su rehabiIilacin. La siluacin carceIaria, en efeclo, oco alendida or Ios |ueces de e|ecucin enaI, dio Iugar a molines y masacres en 1985, 1986 y 1992. 131. La CVR debe indicar que eI Minislerio IubIico saIvo honrosas exceciones abdi- c su funcin de conlroIar eI eslriclo reselo a Ios derechos humanos que debia obser- varse en Ias delenciones y se moslr insensibIe a Ios edidos de Ios famiIiares de Ias viclimas. Ior eI conlrario, se omili eI deber de denunciar crimenes, se inveslig sin energia y se reaIizaron muy deficienles lraba|os forenses, lodo Io cuaI coadyuv a Ia si- !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 15 Irueba de que era osibIe ob|elar esla imunidad Ia consliluye Ia vaIienle aclilud de Ia doclora Anlonia Saquicuray, que conoci eI caso arrios AIlos, suslenlando Ia inconslilucionaIidad de Ia Ley de Amnislia.
337 !"#$%&'(#!")*( luacin de desconlroI e imunidad. a|o Ia dicladura de Iu|imori, Ia obsecuencia deI Minislerio IubIico anle Ios imeralivos deI Ioder I|eculivo fue lolaI. L/ (* 2)2(* 0( *)- %&.)#"T)+"%#(- -%+")*(- )/ -4567 84@ P67=;4@ 132. La CVR ha conslalado Ia agresin vioIenla de arle de Ios gruos subversivos a di- versos sindicalos y emresas. In eI informe de Ia CVR conslan Ios asesinalos de diri- genles sindicaIes, emresarios y funcionarios de emresas. 133. La CVR eslima que mienlras eI ICI-SL exacerb Ios confIiclos IaboraIes y se rouso como ob|elivo Ia deslruccin de Ios sindicalos exislenles, eI MRTA busc uliIizar Ios sindicalos ara sus fines subversivos. 134. La CVR concIuye lambien que Ias raclicas o conceciones anlidemocralicas en sin- dicalos y gremios emresariaIes condu|eron a Ia descaIificacin mulua a Io Iargo deI confIiclo armado, Io que ocasion eI cueslionamienlo de Ia reresenlalividad y Iegili- midad de Ias organizaciones gremiaIes. 135. La CVR ha conslalado que eI aeI deI Islado como arbilro enlre Ios confIiclos Iabo- raIes fue de marcada inelilud, ues una burocracia ineficienle y roensa a Ia corru- cin, Ia ausencia de regIas cIaras, una IegisIacin engorrosa, enlre olros faclores, difi- cuIlaron Ias negociaciones y rovocaron que Ios robIemas se agravaran. 3/ -4567 @;@:7=9 7<>F9:;E4 O =9P;@:76;4 136. La CVR ha comrobado que eI Islado descuid desde decadas eI lema educalivo. Hubo royeclos modernizadores en Ia decada deI 60 ero fracasaron. Ni Ia Iey univer- silaria ni Ia reforma educaliva de 1972 Iograron reverlir esla lendencia. Tamoco neu- lraIizaron eI redominio de edagogias lradicionaIes aulorilarias. In aqueIIos esacios que eI Islado fue de|ando en su reIiegue, germinaron nuevas roueslas. IIIas ro- ugnaban un cambio radicaI, no asimiIabIe or eI sislema sociaI y oIilico, sIo aIcan- zabIe or Ia via de Ia confronlacin y suslenlado en un marxismo dogmalico y simIi- ficado, que se exandi amIiamenle en Ias universidades duranle Ia decada de 1970. Isos nuevos conlenidos se lransmilieron uliIizando Ios vie|os marcos edaggicos au- lorilarios que no fueron cueslionados. 137. La CVR ha comrobado que, enlre muchos maeslros y esludianles universilarios, se voIvi arle deI senlido comun considerar eI cumIimienlo falaI de Ia hisloria a lraves de Ia via de Ia confronlacin. Isa visin abri esacios ara eI desarroIIo de roueslas aulorilarias de exlrema izquierda. La deI ICI-SL fue sIo Ia mas exlrema. 138. La CVR ha comrobado que, en ese conlexlo, eI ICI-SL busc inslrumenlaIizar Ias insliluciones educalivas: universidades, coIegios secundarios, inslilulos sueriores e incIuso academias reuniversilarias. II senlido comun dogmalico y Ia ambigedad de Ios gruos radicaIes frenle a Ia vioIencia Ie fueron favorabIes. A lraves deI amedrenla- 338 +$"+*,-!$"'-(.'"'%)*'-( mienlo o Ia coolacin Iogr ubicar maeslros en coIegios donde Ie inleresaba reaIizar una Iabor roseIilisla. Arovechando y aIimenlando una versin maximaIisla de Ia au- lonomia universilaria, accedi en aIgunos casos a Ias direcciones de ieneslar Universi- lario o, aI menos, enconlr un sanluario en viviendas y comedores. AIIi desarroII un roseIilismo suslenlado en raclicas como eI cIienleIismo y Ia moviIizacin de Ios sen- limienlos de discriminacin y agravio de Ios esludianles obres y rovincianos, que uliIizaban mayormenle esos servicios. A esa obIacin universilaria, carenle redes so- ciaIes en sus Iugares de esludio, Ies ofrecia ademas idenlidad y senlido de erlenencia. 139. La CVR encuenlra una grave resonsabiIidad deI Islado: i) en eI descuido de Ia edu- cacin ubIica en medio de un confIiclo que lenia aI sislema educalivo como imorlan- le lerreno de disula ideoIgica y simbIica, ii) en eI amedrenlamienlo y/o Ia esligma- lizacin de comunidades enleras de maeslros y esludianles de universidades ubIicas, eseciaImenle de rovincias 16 , iii) en eI delerioro de Ia infraeslruclura de servicios de varias universidades ubIicas, iv) en haber ermilido graves vioIaciones de Ios dere- chos humanos de esludianles y rofesores or eI hecho de ser laIes. 17
140. La CVR reudia Ios crimenes comelidos conlra esludianles, rofesores y lraba|ado- res, aI margen de su fiIiacin oIilica. Condena eseciaImenle Ia malanza de mas de cien esludianles, rofesores y lraba|adores de Ia Universidad NacionaI deI Cenlro (UNCI), or Ios diferenles aclores de Ia guerra incIuyendo escuadrones de Ia muer- le enfrenlados en un fuego cruzado y confuso.
Condena, asimismo, Ia masacre de ocho esludianles y un rofesor de Ia Universidad NacionaI de Iducacin Inrique Guzman y VaIIe, La Canlula, en |uIio de 1992 y Ia oslerior amnislia de Ios erelrado- res, miembros deI escuadrn de Ia muerle denominado CoIina en 1995. SeaIa, a ar- lir de sus invesligaciones, que ademas de Ias ya mencionadas, Ias universidades de San CrislbaI de Huamanga, HermiIio VaIdizan de Huanuco, CaIIao, Huacho y San Mar- cos, enlre olras, resuIlaron afecladas or Ia eslralegia conlrasubversiva de delenciones- desaariciones y deslruccin de infraeslruclura y, duranle eI regimen aulorilario de Ia decada de 1990, or Ia inslaIacin de bases miIilares en Ios camus universilarios. +/ -4567 78 G9G78 <7 89@ ;P87@;9@ 141. La CVR a lraves de numerosos leslimonios recogidos, audiencias y esludios reaIiza- dos, ha conslalado que, duranle eI roceso de Ia vioIencia, Ias igIesias CalIica y evan- geIicas conlribuyeron a roleger a Ia obIacin de crimenes y vioIaciones de Ios dere- chos humanos. InslilucionaImenle, Ia IgIesia CalIica conden desde lemrano Ia vioIencia de Ios gruos aIzados en armas e iguaImenle Ias vioIaciones de Ios derechos humanos or arle deI Islado. Islas osluras se concrelaron en aclividades en defensa de Ios derechos humanos y en denuncias de Ias vioIaciones. Islas se iniciaron muy lemrano en eI roceso a lraves de organizaciones como Ia Comisin IiscoaI de Ac- cin SociaI (CIAS) y olras. La CVR ha IIegado a Ia concIusin de que muchas vidas fueron saIvadas y muchos olros alroeIIos fueron imedidos gracias aI concurso de es- !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 16 Aunque oco aIicada, en Ia decada de 1990 Ia Iey de aoIogia deI lerrorismo IegaIiz eI amedrenlamien- lo aI magislerio. 17 De acuerdo a leslimonios recogidos or Ia CVR, deI lolaI de viclimas roducidas or agenles deI Islado duranle eI confIiclo, eI 3 or cienlo fueron maeslros y eI 2.4 or cienlo esludianles universilarios o de inslilu- los sueriores.
339 !"#$%&'(#!")*( las organizaciones, asi como de reIigiosos y Iaicos individuaIes, mas aIIa de orienlacio- nes leoIgicas o asloraIes. In dearlamenlos como Iuno, Ca|amarca, Ancash, UcayaIi o Amazonas, eI aeI de sacerdoles, Iaicos y calequislas conlribuy a forlaIecer eI le|i- do sociaI y conslruir una barrera que debiIil eI avance deI ICI-SL y eI desborde de Ia denominada guerra sucia. 142. La CVR ha enconlrado, sin embargo, que Ia defensa de Ios derechos humanos no fue firme en eI arzobisado de Ayacucho duranle Ia mayor arle deI confIiclo armado. Du- ranle buena arle deI confIiclo dicho arzobisado uso obslacuIos a Ia Iabor de organi- zaciones de Ia IgIesia vincuIadas aI lema, a Ia vez que negaba Ia exislencia de vioIacio- nes de Ios derechos humanos comelidas en su |urisdiccin. La CVR deIora que aIgunas auloridades ecIesiaslicas de Ayacucho, HuancaveIica y Abancay no hayan cumIido con su comromiso asloraI. 143. La CVR ha concIuido que Ias igIesias evangeIicas cumIieron lambien un vaIioso a- eI de roleccin de Ios derechos humanos, rinciaImenle, a arlir de sus inslancias de coordinacin nacionaI. Reconoce, asimismo, eI vaIor de Ios aslores que cumIieron esa Iabor de defensa de Ia vida en zonas erifericas de Ias grandes ciudades y en zonas ruraIes muy aarladas. Conslala lambien que un numero significalivo de camesinos evangeIicos arliciaron en comiles de aulodefensa que enfrenlaron a Ia subversin. Sin embargo, Iamenla que aIgunas comunidades evangeIicas no se hayan hecho eco de Ia defensa de Ios derechos humanos. 144. La CVR rinde homena|e a sacerdoles, reIigiosos y reIigiosas, fieIes calIicos y evange- Iicos que agaron con su vida su Iabor asloraI duranle eI confIiclo armado inlerno. 0/ -4567 89@ 46P9?;J9F;4?7@ <7I7?@469@ <7 84@ <767FU4@ U>=9?4@ 145. La CVR ha concIuido que, a Io Iargo deI confIiclo, decenas de asociaciones de Ia so- ciedad civiI manluvieron viva Ia caacidad de indignacin anle Io que ocurria y crea- ron un eficaz movimienlo a favor de Ios derechos humanos que, organizado aIrededor de Ia Coordinadora NacionaI de Derechos Humanos (CNDH), se convirli ese a una ermanenle salanizacin en su conlra en un referenle elico en eI escenario na- cionaI y en un efeclivo recurso ara que Ias viclimas udiesen avanzar en su ob|elivo de aIcanzar Ia verdad y exigir Ia |uslicia. La CVR esla convencida de que eI ais liene con Ias organizaciones de derechos humanos una deuda de gralilud orque, aI e|ercer eI derecho democralico de fiscaIizar a Ias fuerzas deI orden, conlribuyeron a conlroIar aIgunos de Ios aseclos mas brulaIes deI confIiclo y a ganar ara Ia Iucha democralica deI uebIo eruano una amIia soIidaridad inlernacionaI. 146. De acuerdo con Ia lradicin deI movimienlo inlernacionaI de derechos humanos, en Ios rimeros aos deI confIiclo Ios organismos eruanos defensores de Ios derechos humanos cenlraron su crilica fundamenlaImenle en eI Islado, cuyas acciones se en- marcan denlro de un ordenamienlo IegaI que deben reselar, que es ademas signalario de lralados inlernacionaIes y debe, sobre lodo, resonder or Ia seguridad de sus ciu- dadanos. Sin embargo, a mediados de Ia decada de 1980, Ios organismos que confor- maron Ia CNDH eslabIecieron sus diferencias con Ias organizaciones de fachada de Ios 340 +$"+*,-!$"'-(.'"'%)*'-( gruos subversivos. 18 Iosleriormenle, se negaron a defender IegaImenle a miIilanles o Iideres de dichos gruos e infIuyeron acliva y exilosamenle en eI movimienlo inlerna- cionaI de derechos humanos ara que sus organismos incIuyan denlro de sus crilicas y moniloreo a Ios gruos subversivos, lanlo eruanos como de lodo eI mundo. 147. La CVR ha conslalado lambien que, a diferencia de olros aises donde se dieron con- fIiclos armados inlernos, Ias organizaciones de viclimas exislieron en condiciones de debiIidad. IIIo orque en Ia mayoria de Ios casos Ias viclimas eran camesinos obres, con oca conciencia de sus derechos, con un dificiI acceso a Ia |uslicia, con debiIes redes sociaIes y con escasos conlaclos urbanos. Isla debiIidad favoreci Ia imunidad de Ios erelradores de crimenes y vioIaciones de Ios derechos humanos. 148. In esle conlexlo, Ia CVR deslaca y reconoce Ia ersislencia de Ia Asociacin NacionaI de IamiIiares de Secueslrados, Delenidos y Desaarecidos deI Ieru (ANIASII), con- formada en su abrumadora mayoria or mu|eres ayacuchanas quechuahabIanles de es- casos recursos. Aun en Ios eores momenlos, con lenacidad y vaIenlia, dichas mu|eres manluvieron viva Ia IIama de Ia eseranza en Ia recueracin de sus seres queridos y en Ia aIicacin de |uslicia ara Ios resonsabIes de su desaaricin. (/ -4567 84@ =7<;4@ <7 F4=>?;F9F;H? 149. La Comisin de Ia Verdad y ReconciIiacin conslala que a Io Iargo deI confIiclo ar- mado inlerno Ios medios de comunicacin |ugaron un aeI muy imorlanle. Duranle esos aos eI lraba|o de invesligacin eriodislica fue abundanle, vaIienle y en aIgunos casos, como eI de Ia masacre de La Canlula (|uIio 1992), indisensabIe ara enconlrar a Ios resonsabIes de Ios crimenes. Muchas veces, en esas invesligaciones Ios eriodislas arriesgaron Ia vida y, desgraciadamenle, en varias ocasiones Ia erdieron. La CVR rin- de homena|e a Ios eriodislas asesinados duranle eI confIiclo armado inlerno en cum- Iimienlo de su deber. Hace mencin arlicuIar a Ios marlires de Uchuraccay, rimeros eriodislas caidos en eI cumIimienlo de su deber en circunslancias eseciaImenle lra- gicas. Asimismo, reconoce de manera eseciaI Ia conlribucin aI escIarecimienlo de hechos y a Ias denuncias de crimenes y vioIaciones a Ios derechos humanos or arle de Ios eriodislas que en Ias rovincias decIaradas en eslado de emergencia cumIie- ron su deber abnegadamenle y en condiciones muy adversas. 150. In Io que se refiere a Ia coberlura y Ia Iinea ediloriaI, Ia CVR conslala que desde ini- cios de Ia decada de 1980 Ios medios de comunicacin condenaron Ia vioIencia subver- siva, aunque con malices segun Ias incIinaciones oIilicas de cada uno, Io que imIica- ba evaIuaciones diferenles de Ia siluacin o de Ios ob|elivos de Ias organizaciones subversivas. Sin embargo, Ios medios no luvieron Ia misma osicin en cuanlo a Ia in- vesligacin y a Ia denuncia de Ias vioIaciones de Ios derechos humanos. Reconoce que hubo un vaIioso y arriesgado lraba|o de invesligacin y denuncia, ero, aI mismo liemo, seaIa que hubo medios que sosluvieron una osicin ambigua e incIuso IIega- ron a avaIar Ia vioIencia arbilraria deI Islado. !!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! 18 Como Ios IIamados Abogados Democralicos.
341 !"#$%&'(#!")*( 151. In Io que se refiere aI modo de Ia coberlura reaIizada, Ia CVR ha enconlrado que en muchos medios se cay en una resenlacin cruda, desconsiderada frenle a Ias vicli- mas, que no favoreci Ia refIexin y sensibiIizacin nacionaI. Iorma arle de esle ro- bIema eI racismo imIicilo en Ios medios, resaIlado en eI informe finaI. 152. Asi ues, en muchos medios, eI lema de Ia vioIencia subversiva y conlrasubversiva no fue lralado de una manera laI que significara un aorle significalivo a Ia acifica- cin deI ais. La CVR considera que dos faclores condu|eron a ese resuIlado: i) Ia adocin inoinada de una Igica de Ia vioIencia, que lermin or imoner un lrala- mienlo oco sensibIe de Ios lemas, y ii) Ia rimacia de una Igica comerciaI, que en Ios eores casos condu|o aI sensacionaIismo y que se comIic a finaIes de Ia decada de 1990 con eI fenmeno de megacorrucin y comra de medios. L"/ -%3&( *)- -(+,(*)- 0(* +%#$*"+1% )&')0% "#1(&#% 153. La CVR haIIa que eI confIiclo armado inlerno que ha invesligado es eI mas grave de nueslra hisloria reubIicana y ha de|ado secueIas muy rofundas en lodos Ios Ianos de Ia vida nacionaI. La amIilud e inlensidad deI confIiclo acenluaron Ios graves des- equiIibrios nacionaIes, deslruyeron eI orden democralico, agudizaron Ia obreza y ro- fundizaron Ia desiguaIdad, agravaron formas de discriminacin y excIusin, debiIila- ron Ias redes sociaIes y emocionaIes, y roiciaron una cuIlura de lemor y desconfianza. Is necesario, sin embargo, resaIlar que, ese a Ias duras condiciones, hubo ersonas y obIaciones que resislieron y se esforzaron or Ia afirmacin de una sociedad conslruclora de Ia az y deI derecho. 154. La CVR hace nolar que eI confIiclo luvo como resuIlado Ia masiva deslruccin de Ia infraeslruclura roducliva, y erdida de cailaI sociaI y de oorlunidades econmicas. Los dearlamenlos que Io sufrieron con mayor inlensidad se encuenlran hoy en Ios uI- limos Iugares en Ios indices de obreza y desarroIIo humano. No es casuaIidad que cualro de Ios dearlamenlos mas afeclados or eI confIiclo (HuancaveIica, Ayacucho, Aurimac y Huanuco) se encuenlren enlre Ios cinco mas obres deI ais. 155. A Ia CVR Ie ha sido osibIe conslalar que Ia vioIencia deslruy y desorganiz Ia vida sociaI IocaI, eseciaImenle or eI asesinalo de dirigenles y auloridades lradicionaIes y eslalaIes. Iso rodu|o un rofundo debiIilamienlo de Ia sociedad civiI, de Ios arlidos oIilicos y de Ias eslrucluras en donde mas necesario era eI afianzamienlo de un le|ido sociaI: Ios seclores mas marginados y necesilados de incIusin y exansin de Ia ciu- dadania. 156. Iara Ia CVR eI desIazamienlo masivo desde Ias zonas de vioIencia consliluy un doIoroso roceso de desarraigo y emobrecimienlo de cienlos de miIes de eruanos y eruanas, eIIo rodu|o una urbanizacin comuIsiva, asi como un relroceso hislrico en eI alrn de ocuacin deI lerrilorio andino, Io que habra de afeclar or Iargo liem- o Ias osibiIidades de un desarroIIo humano soslenibIe. La obIacin desIazada vio afecladas sus redes sociaIes, que debieron adalarse con dislinlos grados de exilo y con gran sufrimienlo a Ias nuevas circunslancias, Io cuaI consliluy un enorme relo ara Ia rovisin de servicios en Ias ciudades. Asimismo, Ios desIazados or eI confIiclo fue- ron en muchos casos esligmalizados y discriminados en escueIas, barrios y cenlros de 342 +$"+*,-!$"'-(.'"'%)*'-( lraba|o. AI relornar, luvieron que enfrenlar a veces graves robIemas de lierras y au- sencia de aoyo suficienle ara reorganizarse y soslener a sus famiIias. 157. La CVR ha conslalado que loda una generacin de nios y |venes ha vislo lruncada o emobrecida su formacin escoIar y universilaria como resuIlado deI confIiclo, eIIos merecen alencin referenle deI Islado. 158. La CVR es concienle de que eI confIiclo armado inlerno inlensific hasla niveIes in- soorlabIes eI miedo y Ia desconfianza, que a su vez conlribuyeron a fragmenlar y alomizar Ia sociedad. In esas condiciones, eI sufrimienlo exlremo ha causado resenli- mienlo y ha leido de receIo y vioIencia Ia convivencia sociaI y Ias reIaciones inlerer- sonaIes. 159. La CVR ha conslalado que amIios seclores de Ia obIacin afeclada or Ia vioIencia sufren una u olras formas de secueIas sicosociaIes, Io que debiIila sus caacidades de desarroIIarse y suerar Ias heridas deI asado. 160. Iara Ia CVR una secueIa deI confIiclo armado inlerno en eI lerreno oIilico es Ia des- comosicin moraI en Ia que se hundi eI ais duranle Ios uIlimos aos de Ia dicladura de AIberlo Iu|imori. In efeclo, Ia forma en que eI Islado, Ias fuerzas oIilicas y seclo- res imorlanles de Ia oinin ubIica enfrenlaron esos aos, moslrando indiferencia, loIerancia hacia Ias vioIaciones a Ios derechos humanos y disosicin a lrocar demo- cracia a cambio de seguridad como coslo necesario ara lerminarIo, abri aso a Ia au- locracia y a Ia imunidad. 161. IinaImenle, Ia CVR seaIa que debe reconocerse que Ia vioIencia, con lodo su rigor, no fue caaz de deslruir Ia caacidad de resuesla de Ia obIacin. In numerosas oca- siones, anle Ia deslruccin de redes sociaIes lradicionaIes y eI asesinalo masivo de diri- genles, Ias mu|eres asumieron nuevas resonsabiIidades y Ianzaron aI ais eI relo mo- raI de reconocer Ia erdida de miIes de sus hi|os en masacres y desaariciones. Dirigenles |venes reconslruyeron muchas de Ias comunidades mas afecladas y se u- do comrobar que muchas comunidades habian sido caaces de resislir Ia vioIencia a lraves de Ia aulodefensa y de aIlernalivas de az y rocesos de microrreconciIiacin. 162. La CVR IIega a Ia conviccin de que Ias secueIas deI confIiclo armado inlerno esan como una grave hioleca sobre nueslro fuluro y afeclan decisivamenle nueslra cons- lruccin como comunidad nacionaI de ciudadanos Iibres e iguaIes en un ais democra- lico y IuraI, que avance or eI camino deI desarroIIo y Ia equidad. Considera, asimis- mo, que eI rimer aso ara suerar esas secueIas es que eI ais conozca en loda su magnilud Ias dimensiones deI horror vivido enlre 1980 y 2000. L""/ -%3&( *) #(+(-"0)0 0( &(2)&)& 163. La CVR, a arlir deI informe que enlrega aI ais, eslima que, si bien udo aIegarse ignorancia o incomrensin frenle aI drama que se vivi en Ios rimeros aos deI con- fIiclo, eIIo no es mas osibIe. Inlerados Ios oderes deI Islado y Ios ciudadanos y ciu- dadanas a quienes va dirigido nueslro informe de Ias sobrecogedoras dimensiones de
343 !"#$%&'(#!")*( Io ocurrido, resuIla indisensabIe, si queremos vivir civiIizadamenle en az y en de- mocracia, rearar, en Ia medida de Io osibIe, Ios gravisimos daos que se han ocasio- nado. 164. La CVR considera que su misma exislencia y eI mandalo que recibi de rooner rearaciones consliluye ya eI inicio de un roceso de resarcimienlo y de dignificacin de Ias viclimas. 165. Iara Ia CVR Ia rearacin liene rofundas imIicancias elicas y oIilicas, y es un comonenle imorlanle deI roceso de reconciIiacin nacionaI. AI ser Ias viclimas deI confIiclo en su abrumadora mayoria camesinos, obres, indigenas, lradicionaImenle discriminados y excIuidos son eIIos Ios que deben recibir alencin referenle or arle deI Islado. 166. Iara Ia CVR, Ia rearacin imIica reverlir eI cIima de indiferencia con aclos de soIi- daridad que conlribuyan a Ia sueracin de enfoques y habilos discriminalorios, no exenlos de racismo. AIicadas con equidad, Ias rearaciones deben, asimismo, generar confianza civica, reslabIeciendo Ias reIaciones daadas enlre Ios ciudadanos y eI Isla- do, de modo que se consoIide Ia lransicin y gobernabiIidad democralicas y se reven- gan nuevos escenarios de vioIencia. 167. La CVR resenla aI ais un IIan InlegraI de Rearaciones donde se combinan formas individuaIes y coIeclivas, simbIicas y maleriaIes de resarcimienlo. II IIan debe ser fi- nanciado crealivamenle or eI Islado, ero lambien or Ia sociedad y Ia cooeracin inlernacionaI, eI one enfasis en: i) Ias rearaciones simbIicas, eI rescale de Ia memo- ria y Ia dignificacin de Ias viclimas, ii) Ia alencin a Ia educacin y a Ia saIud menlaI, iii) Ias rearaciones econmicas individuaIes y coIeclivas (rogramas de reconslruccin inslilucionaI, desarroIIo comunaI, servicios basicos y generacin de ingresos). 168. La CVR considera que una arle esenciaI deI roceso de rearacin es Ia |uslicia. Ningun camino hacia Ia reconciIiacin sera lransilabIe si no va acomaado de un e|er- cicio efeclivo de Ia |uslicia, lanlo en Io que concierne a Ia rearacin de Ios daos sufri- dos or Ias viclimas cuanlo en Io reIalivo aI |uslo casligo a Ios erelradores y eI consi- guienle fin de Ia imunidad. No se uede conslruir un ais elicamenle sano y oIilicamenle viabIe sobre Ios cimienlos de Ia imunidad. A lraves de Ios casos que en- lrega aI Minislerio IubIico, de Ia idenlificacin de aIrededor de 24 miI viclimas deI con- fIiclo armado inlerno y de Ios haIIazgos de sus invesligaciones en generaI, Ia CVR bus- ca amIiar suslanciaImenle Ios argumenlos ara suslenlar eI recIamo de |uslicia de Ias viclimas y de sus organizaciones, asi como de Ios organismos defensores de Ios dere- chos humanos y de Ios ciudadanos en generaI. 169. Asimismo, Ia CVR ha eIaborado un Regislro NacionaI de Silios de Inlierro sobre Ia base de Ia informacin oblenida duranle sus invesligaciones. AI lermino de su manda- lo, Ia CVR ha regislrado 4,644 silios de enlierro a niveI nacionaI, habiendo reaIizado lres exhumaciones y conslalaciones reIiminares en 2,200 de eIIos. Islas cifras que su- eran amIiamenle Ias eslimaciones anleriores, confirman Ia imorlancia que liene imuIsar y e|ecular eI IIan NacionaI de Inlervenciones AnlrooIgico Iorenses que roone Ia CVR. Asimismo, Ia CVR se ralifica en Ia imorlancia fundamenlaI deI lra- 344 +$"+*,-!$"'-(.'"'%)*'-( ba|o anlrooIgico forense ara aIcanzar |uslicia, idenlificar Ias osibIes viclimas y rocesar eI dueIo or nueslros comalriolas desaarecidos. L"""/ -%3&( (* 2&%+(-% 0( &(+%#+"*")+"V# #)+"%#)* 170. La CVR roone que eI gran horizonle de Ia reconciIiacin nacionaI es eI de Ia ciuda- dania Iena ara lodos Ios eruanos y eruanas. A arlir de su mandalo de roiciar Ia reconciIiacin nacionaI y de sus invesligaciones reaIizadas, Ia CVR inlerrela Ia re- conciIiacin como un nuevo aclo fundacionaI enlre eI Islado y Ia sociedad eruanos, y enlre Ios miembros de Ia sociedad. 171. La CVR enliende que Ia reconciIiacin debe ocurrir en eI niveI ersonaI y famiIiar, en eI de Ias organizaciones de Ia sociedad y en eI reIanleamienlo de Ias reIaciones enlre eI Islado y Ia sociedad en su con|unlo. Los lres Ianos seaIados deben adecuarse a una mela generaI, que es Ia edificacin de un ais que se reconozca osilivamenle co- mo muIlielnico, IuricuIluraI y muIliIinge. TaI reconocimienlo es Ia base ara Ia sue- racin de Ias raclicas de discriminacin que subyacen a Ias muIliIes discordias de nueslra hisloria reubIicana.
345 Lima, Agosto 27, 2003
Seor Doctor SALOMN LERNER FE,RES Presidente de la Comisin de la Verdad y Reconciliacin Presente
Seor Presidente:
Le agradecer dejar constancia de que suscribir el informe de la Comisin de la Verdad y Reconciliacin bajo R-.-/01, posicin que adopto en plena comunin con mi conciencia. 1. La Comisin que Ud. dignamente preside ha cumplido con seriedad y esmero encomiable su cometido, pues consta a todos la esforzada tarea que ha realizado con el propsito de buscar la verdad de lo que sucedi en los 20 aos de violencia que azot a nuestro pas. El Informe Final de la Comisin procura reflejar, como verdad encontrada, la que le ha sido posible hallar o calificar como tal, dentro de los lmites de la temporalidad vigente, pues tratndose de hechos simultneos a nuestras vidas y que han conmocionado al pas, ha sido inevitable que pasemos de 23-.4567. 1 I90-.4561:7/-.2, con la carga de subjetivismo que ello con lleva. Por ende, inevitablemente, aportamos a esa "verdad", consciente o inconscientemente, nuestras percepciones personales, sean estas aprobatorias o desaprobatorias. Por eso considero que el veredicto definitivo lo dar la Historia, que slo se construye con el tiempo. El informe final de la Comisin de su digna Presidencia, por tanto, deber ser contrastado con la verdad histrica que la Nacin oportunamente encontrar. 2. No hay duda de que la violencia que se desarroll en el periodo 1980- 2000, fue iniciada por Sendero Luminoso, grupo que agredi al Estado y a la Nacin de manera cobarde y aleve, constituyendo el origen de las violaciones que afectaron tan gravemente al Per. Esta decisin fue absolutamente intencional y perversa de Sendero Luminoso, cuyo propsito era destruir al Estado para construir otro de corte totalitario. An est fresco en nuestro recuerdo el hecho que Sendero Luminoso atac y afect principalmente a quienes supuestamente defenda, es decir a las poblaciones campesinas de la Sierra y Selva, donde arrasaron grupos humanos enteros, siendo sometidos algunos de ellos a la esclavitud y adems destruyendo gravemente su infraestructura. Esta cruel situacin fue el factor propiciante de una dura respuesta Estatal y de la Sociedad en su conjunto, que afect los Derechos Humanos. 3. La responsabilidad de Sendero Luminoso tiene como agravante que inici la violencia precisamente, cuando se haba dado la nueva constitucin y se instauraba en el pas un rgimen democrtico, que abra perspectivas favorables a la instauracin de un autntico Estado de Derecho y, por qu no, de justicia. 4. Por consiguiente, no puede juzgarse con el mismo nivel de responsabilidad a la infames huestes terroristas (Sendero Luminoso y MRT A) con los contingentes de las Fuerzas Armadas. Estas ltimas participaron en la accin contrasubversiva en cumplimiento de su misin i Constitucional, por disposicin de los Gobiernos de turno en dos dcadas. Es de relevar que esos Gobiernos haban sido elegidos por el voto popular, lo que hace suponer que analizaron democrticamente la : conveniencia de ordenar la participacin de las Fuerzas Armadas, as i como declarar los Estados de Emergencia y establecer los mandos : Polticos-Militares. 5. No cabe duda de que los Gobiernos se vieron obligados a tomar estas : decisiones en atencin a que la accin terrorista haba rebasado el control de las autoridades civiles y policiales, llegando incluso a establecer zonas liberadas, con lo cual se pona en grave riesgo la Seguridad Nacional y el Estado de Derecho. Es pues, en ste contexto, en que debe buscarse la Verdad. 6. A tal efecto, es importante revisar un muestrario del marco legal vigente promulgado por el Estado Peruano (lase Congreso y Ejecutivo) durante el largo periodo de violencia terrorista. De esta revisin se podra recibir el real papel que le fue asignado a las Fuerzas Armadas, a las Fuerzas Policiales y junto a esas fuerza profesionales, a los Comits de Autodefensa y alas Rondas Campesinas, situacin que es muy indicativa del enfoque estratgico del Estado: (a) El control del Orden Interno que asumen las Fuerzas Armadas comprende los diferentes campos de la actividad en que se desarrolla la Defensa Nacional, para hacer frente a las situaciones que motivan la declaratoria del Estado de Excepcin. Cada situacin se sujetar a las directivas y planes aprobados por el Presidente de la Repblica (art. 2 de la Ley 24150) (b) El control del Orden Interno en las zonas de emergencia fue fue asumido por un Comando Poltico Militar que estaba a cargo de un oficial de alto rango designado por el Presidente de la Repblica (art. 4 de la Ley 24150) (c) Los Comits de Autodefensa son organizaciones de la poblacin surgidas espontnea y libremente para desarrollar actividades de autodefensa de su comunicad, evitar la infiltracin terrorista, defenderse de los ataques de stas, apoyando a las Fuerzas Armadas y Polica Nacional en las tareas de pacificacin (creadas por el D.Leg. 741). (d) Los Comits de Autodefensa podrn adquirir armas de caza del tipo calibre 12 GAUGE, retrocarga, comprndolas o recibindolas en donacin del Estado o de particulares (art. 4 del D. Leg. 749) (e) Las Rondas Campesinas son organizaciones comunales autnomas y democrticas. No dependen de las Fuerzas Armadas (Ley 27908). Este listado, a modo de ejemplo, demuestra lo dispar de la legislacin, a travs de la que el Gobierno de turno, con indisimulable desesperacin, intent buscar soluciones de todo tipo al, entonces, inmanejable problema del terrorismo. 7. Durante todos stos aos se expres que la violencia haba producido alrededor de 20,000 muertos, de los cuales la gran mayora se imputaba a la responsabilidad de las Fuerzas del Orden. Sin embargo, las investigaciones efectuadas por la Comisin de la Verdad demuestran, 1;7/1, que esa mayora corresponde a los terroristas. En tal sentido, esta verdad debe ser expresada de manera clara e indiscutible; no hacerlo as, contribuye a dejar sombras sobre este sensible aspecto del problema. 8. Al margen de ser verdad que las huestes terroristas violaron sistemticamente los derechos humanos, es innegable que en base a la recopilacin de ms de 16,000 testimonios hecha por la Comisin, se demostrara que tambin han existido casos en que miembros de las Fuerzas del Orden, excediendo su funcin, han violado los Derechos Humanos. Sin embargo, no debe dejar de considerarse que los referidos testimonios, por su propia naturaleza de prueba indirecta, son indicios y, por tanto, deber ser el Poder Jurisdiccional el que, respetando el Debido Proceso, individualice y juzgue a los presuntos responsables, sin que pueda la Comisin adelantar juicio definitivo sobre situaciones jurdicas individuales. Esa actitud no es conducente con la Verdad. Sin perjuicio de ello, creo que en el Informe deben figurar los nombres de aquellos cuya responsabilidad se presume con un alto grado de veracidad y que en la mayora de los casos son ya de conocimiento pblico, para evitar as que una reserva absoluta coadyuve a mantener un anonimato incompatible con la verdad comprobada. Es nuestra opinin que la relacin del resto de presuntos responsables debe ser entregada reservadamente al Gobierno, para que ste, a su vez, lo remita al Ministerio Pblico para la investigacin correspondiente. Esta institucin y el Poder Judicial sern los que precisen las responsabilidades a que hubiere lugar. 9. Es del caso advertir que a la Comisin le han sido menos difcil precisar posibles responsabilidades e identificar, con sus nombres, a los miembros de las Fuerzas del Orden, por cuanto es personal que conformaba organizaciones militares ubicadas en lugares precisos, especialmente cuarteles. Por el contrario, en el caso de los terroristas slo se ha podido identificar a aquellos que ya han sido procesados y estn en prisin. A muchos otros no se las ha podido identificar porque no se conoce su paradero ni se sabe quienes puedan ser, pues es su prctica criminal pulular entre la poblacin, sin uniformes. En tal sentido, la Verdad que se pronuncia sobre este extremo es parcial, relativa, y genera de alguna manera, una percepcin negativa para las Fuerzas del Orden, lo cual, como se ha comprobado, no es verdad. Adems, debe quedar claramente distinguida esa responsabilidad individual de la responsabilidad Institucional que se pretende sugerir. 10. Los ltimos anlisis efectuados por la Comisin de la Verdad y Reconciliacin elevan a casi 60,000 los muertos producidos por la violencia, de los cuales la responsabilidad de la mayora corresponde 1;7/1 a Sendero Luminoso. En este punto es importante precisar que el nmero de vctimas debidamente documentada est entre 24,000 Y 25,000 personas. Cualquier otra cantidad que la Comisin estime como probada es producto de una proyeccin matemtica o estadstica, la que si bien es cierto ha sido realizada con soporte cientfico por parte de los tcnicos peruanos y extranjeros, no pasa de ser una proyeccin. Por ende, estimo que esa no es una verdad comprobada. 11. Parece ser evidente que la mayor cantidad de vctimas y afectados corresponde a campesinos de la Sierra Central, fundamentalmente de la zona de Ayacucho, quienes no estando involucrados en el conflicto sufrieron la violencia de ambas partes. Fueron pues, las verdaderas vctimas. Esta realidad de tantos inocentes que injustamente sufrieron, nos conmueve profundamente y merece que todo el pueblo peruano les pida perdn y sean reparados por el Estado en forma colectiva, pues las reparaciones individuales alcanzan a montos que escapan a las posibilidades econmicas del pas. 12. Para el suscrito no cabe la menor duda de que las causas de la violencia se engendraron por siglos, en la pobreza y el abandono de miles de pobladores de nuestro pas, especialmente de la Sierra. Pero, asegurar que slo esa injusta realidad ha sido la causa de la violencia, a mi juicio es un gran error, pues es indiscutible de que se requiri que un estmulo para convertir a miles de peruanos en terroristas e inducirlos a cometer actos demenciales, exaltando las pasiones y carencias a efectos de incentivar el odio contra la sociedad y as, lanzarlos al enfrentamiento armado, hacindoles creer que era la nica forma de superar su injusta situacin. Segn los cabecillas terroristas que agitaban a las masas, slo destruyendo el Estado corrupto que exista se poda construir un nuevo Estado que les permitiera vivir con dignidad y bienestar. Al inculcar en lo ms profundo de sus mentes este concepto, se les llev al extremo de entregar sus vidas en defensa de una causa verdaderamente cruel y equivocada. Debemos distinguir las causas determinantes de las causas coadyuvantes para evitar falsas respuestas. 13. La reconciliacin tiene que entenderse como un proceso de bsqueda de la unin de todos los peruanos, pero de ninguna manera debe entenderse como la reconciliacin de Sendero Luminoso y el MRT A con las Fuerzas del Orden. La violencia que se produjo en el Per fue obra macabra de los terroristas contra todos los peruanos:' por consiguiente con ellos no cabe una reconciliacin, pues fueron quienes principalmente violaron los Derechos Humanos. Debe precisarse claramente la inmensa diferencia entre las responsabilidades de los terroristas y las de las Fuerzas del Orden, aunque con ello de ninguna manera pretendo justificar o propiciar la impunidad 14. Es muy importante que todos los peruanos conservemos en nuestra memoria el respetuoso recuerdo que nos merecen los miles de j miembros de las Fuerzas del Orden que murieron, fueron heridos o quedaron incapacitados, como consecuencia de la defensa de nuestra sociedad contra los actos de violencia desatada por el terrorismo. Son vctimas que cayeron en cumplimiento de su deber, actuando en el marco de la Constitucin y las leyes, respetando rdenes para defendernos a los Peruanos, a la Sociedad y a la Democracia. Merecen nuestro respeto y agradecimiento y con cargo a ello, debemos preservarlos de los efectos de una acusacin global de violacin de derechos humanos a la institucin a la que pertenecen, que pueda generar en ellos una sensacin de incomprensin e ingratitud. 15. Mis principios y mi conducta de toda la vida, hacen que mi propsito sea encontrar la verdad con la ms absoluta imparcialidad y Justicia. Creo que al firmar el Informe Final con esta Reserva, cumplo como miembro de la Comisin de la Verdad y Reconciliacin y con mi Conciencia. Aprovecho la oportunidad para reiterar a usted seor Presidente, los sentimientos de mi ms alta consideracin y estima personal.