BIAE No 67.
BIAE No 67.
ndice
Amigos de la Egiptologa
Direccin: Susana Alegre Contactar: www.egiptologia.com Diseo y Maquetacin: Jaume Viv Contactar: [email protected]
Presentacin Pilar Prez Gonzlez ......................................................................................... Resumen de Noticias Egiptolgicas Susana Alegre y Rosa Pujol ............................................................................... Arqueologa Visiones de Egipto: Oxirrinco ayer y hoy. Jaume Viv con textos de Nria Castellano, Maite Mascort y Eva Subas .......................................................... Grandes Egiptlogos Martn Almagro Basch. Jos Antonio A. Sancho (texto) y Gerardo Jofre (dibujo).................................................................................................................... Curso de jeroglficos Leccin Segunda. ngel Snchez Rodrguez ................................................ Obra en detalle El brazalete del buitre de la reina Ahhotep. Susana Alegre Garca ....... Egipto y la Biblia Pablo y el egipcio. Gerardo Jofre Gonzlez-Granda ..................................... Museos y Colecciones El Museo Ermitage de San Petersburgo. Albert Rodrguez Flo ................. Novedades Editoriales Recensiones de libros. Elisa Castel ................................................................ Notas de autor Diccionario de signos y smbolos del antiguo Egipto. Elisa Castel........ Pginas egiptolgicas Etana. Manuel Juaneda-Magdalena Gabelas .................................................
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Equipo de Redaccin: Susana Alegre Jos Antonio Alonso Cristina Carracedo Elisa Castel Gerardo Jofre Manuel Juaneda-Magdalena Francisco Lpez Xavier Moll Pilar Prez Rosa Pujol Vctor Rivas Jaume Viv Colaboradores: Albert Rodrguez Flo ngel Snchez Rodrguez Entidades y publicaciones colaboradoras: Societat Catalana dEgiptologia Asociacin Espaola de Egiptologa Revista de Arqueologa (RdA)
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El Boletn Informativo de Amigos de la Egiptologa (BIAE) es una publicacin electrnica y gratuita de carcter egiptolgico. Su periodicidad es trimestral y tiene como objetivo la difusin en castellano del conocimiento del antiguo Egipto, as como la divulgacin de noticias de relevancia, novedades editoriales o estado de las investigaciones. Si deseas colaborar de algn modo con BIAE, mandarnos algn artculo o hacernos partcipe de tu punto de vista, puedes contactar con nosotros en: www.egiptologia.com En BIAE se respetan las transcripciones de nombres propios presentadas por los autores, aunque se procurar la utilizacin de alguno de los dos sistemas propuestos para la transcripcin en lengua castellana. Propuesta de Josep Padr: La transcripcin castellana de los nombres egipcios Propuesta de Francisco Prez: La transcripcin castellana de los Nombres Propios Egipcios BIAE no se hace responsable de los contenidos u opiniones vertidas por los autores de los textos, ni de las inexactitudes o equvocos que puedan desprenderse de las noticias aparecidas en la prensa y de las que BIAE pueda hacerse eco.
Presentacin
La egiptologa es una ciencia que cada da nos trae nuevas noticias y trabajos, la gran cantidad de estudiosos y aficionados hace que vivamos un etapa de esplendor tras casi 20 siglos de oscuridad. El nuevo museo para Nefertiti, los recientes descubrimientos, los premios para investigadores espaoles, etc., hacen que nuestro trabajo de divulgacin tenga un sentido an ms amplio y con ese espritu elaboramos este Boletn de Amigos de la Egiptologa en el cual daremos un repaso a todo lo que se est haciendo sobre el antiguo Egipto y adems, con el fin de profundizar en nuestros conocimientos gracias a los trabajos que nuestros compaeros han elaborado con ese fin. ngel Snchez Rodrguez nos entrega la II leccin del Curso de Jeroglficos, estamos en octubre y ya hay que estudiar. Susana Alegre nos ensea a mirar las obras de arte egipcias y en este caso nos trae el Brazalete del buitre de la reina Ahhotep, una magnfica obra de joyera. Jos Antonio A. Sancho y el dibujo de Gerardo Jofre nos presentan a Martn Almagro Basch y su trabajo. La biografa de Almagro, autor de numerosos estudios y nombrado Director del Comit Espaol, no os lo debis perder. Jaume Viv nos hace un recorrido por el yacimiento de Oxirrinco y sobre la exposicin que estos das se exhibe en el Museu dArqueologia de Catalunya en Barcelona. Manuel Juaneda nos propone desde Internet una pgina para el estudio de la historia y de la cultura del prximo Oriente, hay que entrar a mirar, sin duda. Gerardo Jofre nos habla en el apartado de Egipto y la Biblia de un episodio de la vida de Pablo de Tarso en el que fue confundido con un egipcio, extraordinario. Y ya sabis todas las noticias de la mano de Rosa Pujol y Susana Alegre, las novedades editoriales con Elisa Castel, los museos por Albert Rodrguez Flo y todo cuanto est ocurriendo en la egiptologa. Espero y deseo que lo disfrutis. Saludos, PILAR PREZ
Noticias
en la Sala Grete Mostny, ubicada en el segundo piso del museo. La coleccin egipcia del Museo Nacional de Historia Natural se conform en 1883, con la donacin de objetos pequeos, luego se sumaron las momias de Horudja y de Isis-weret, ambas con sus sarcfagos. Muy posteriormente, en 1974, se incorpora a la coleccin del museo, la momia de Panubis junto a su sarcfago. La muestra destaca, especialmente, a Panubis (cuyo nombre se relaciona con Anubis, dios de la momificacin), por su excelente estado de conservacin. El decorado e inscrip-
ciones corresponden a la misma momia, pudiendo tratarse de un noble por las caractersticas presentes en el proceso de momificacin y la ceremonia fnebre que recibi. Esta coleccin museolgica constituye una invaluable herencia cultural egipcia, permitindonos acceder a ciertos aspectos de la vida en el Antiguo Egipto, como a las caractersticas fsicas de los individuos, ritos funerarios, el proceso de momificacin e incluso, con la transliteracin jeroglfica, acceder a sus nombres, los que al ser nuevamente recordados y mencionados, jams morirn, alcanzando la inmortalidad. La exposicin cuenta con el asesoramiento de la Sociedad de Estudios Egiptolgicos de Chile. RP
daba la identificacin realizada por el museo desde 1937 y que se basaba en la iconografa e inscripciones del sarcfago que contena la momia de Hor. SAG
Es un chico!
27/07/2009 La momia que hasta ahora era conocida como la de Lady Hor, gracias ha las nuevas tecnologas e investigaciones, ha sido finalmente identificada como la momia de un hombre. El descubrimiento ha sido realizado tras un estudio con tomografa axial computerizada (TAC) en un hospital de Nueva York. Un conservador del Museo de Brooklyn, donde se conserva la momia, exclam: Es un chico!, al observar los resultados de un estudio que invali-
sejo Superior de Antigedades, y otros egiptlogos egipcios, present una protesta en contra de esa iniciativa dada la imposibilidad de fechar tan exactamente el inicio o el final de la construccin de una pirmide. SAG
Preguntado acerca de el por qu de este cambio de opinin es sabida su oposicin inicial a las rplicas , respondi que su objecin no era a las copias en s, sino a su ubicacin, ya que se pensaba ubicarlas en El Cairo dentro de un museo, mientras que l prefiere que se instalen al lado de las originales. A partir de Septiembre, informa el SCA, los guas no podrn acceder a las tumbas de Saqqara, Guiza y Beni Hassan con sus grupos. Al parecer se va a instalar una maqueta de cada tumba en el exterior, donde los guas podrn explicar. En el captulo de las mejoras para los visitantes, el SCA informa igualmente que se han instalado los centros de acogida en los lugares ms visitados, Abu Simbel, Obelisco Inacabado, Edfu, Kom Ombo, Valle de los Reyes, Deir el Bahari y Dendera. Estamos finalizando los trabajos en Giza y Saqqara, as como en Tell el Basta y Tanis, y hace un mes se completaron los trabajos en Alejandra. RP
Igualmente se expondrn piezas de mobiliario ingls que ilustrarn el diseo interior de la poca. Frente a la casa se instalar una recepcin para los visitantes que facilitar informacin sobre la muestra. RP
EXPOSICIN
organizado dos conferencias: el 22 de octubre Josep Padr, director de la Misin Arqueolgica en Oxirrinco, hablar de los orgenes de la ciudad; y el 22 de noviembre, Eva Subas, impartir una charla sobre Oxirrinco durante la poca grecorromana. SAG
Excavaciones
l 1 de octubre de 2009 se inaugur, en el Museu dArqueologia de Catalunya de Barcelona (MAC), la exposicin Visions dEgipte, Oxirrinc: ahir i Avui que permanecer abierta hasta el 10 de enero de 2010. Esta muestra recopilatoria est formada por ms de sesenta fotografas tomadas durante las distintas campaas de excavacin en el yacimiento de Oxirrinco, situado en la orilla izquierda del Bahr Youssef a 190 km al sur de El Cairo, cerca de El-Bahnasa, en el Egipto Medio, emprendidas por un equipo multidisciplinar dirigido desde 1992 por el Dr. Josep Padr, catedrtico de la Universidad de Barce-
lona y presidente de la Societat Catalana dEgiptologia. Esta exposicin, que ahora podemos contemplar en el MAC ampliada con paneles explicativos y varias piezas arqueolgicas, se realiz inicialmente con motivo de un coloquio realizado en el mes de abril de 2007 en Cabestany (Languedoc-Roussillon, Francia) organizado por la asociacin Terre dgypte, bajo la supervisin cientfica del profesor Jean-Claude Goyon. La exposicin est dividida en cuatro mbitos principales; el primero nos muestra la historia del yacimiento de Oxirrinco con un resumen de las primeras excavaciones
que all se realizaron desde finales del s. XIX. El siguiente apartado est dedicado a la llamada Necrpolis Alta, descubierta fortuitamente por unos excavadores clandestinos en 1982 cuando estaban saqueando una tumba del Perodo Sata (dinasta XXVI), y que fueron descubiertos y apresados por las autoridades egipcias. A partir de este momento el Servicio de Antigedades Egipcias se hizo cargo del lugar dirigiendo las excavaciones Mahmoud Hamza hasta 1992. Los trabajos realizados en esta necrpolis comprenden distintos sectores que muestran las diferentes ocupaciones en pocas sucesivas desde el perodo sata hasta los siglos V-VI d.C. El tercer mbito est dedicado a los trabajos emprendidos en el Osireion, descubierto una vez ms por la polica del Servicio de Antigedades cuando en el ao 2000 unos ladrones intentaban extraer una gran estatua
Unos de los dos peces oxirrinco de bronce que se hallan expuestos en las vitrinas de la exposicin (coleccin particular). Adems de su nariz caracterstica, est coronado por un disco solar entre dos cuernos.
Escultura de basalto negro representando la figura de un funcionario de poca ptolemaica hallada en Alejandra, s. II-I a.C. (coleccin MAC-Barcelona). Oxirrinco, junto con Alejandra, era una de las dos principales colonias griegas durante el reinado de los Ptolomeos.
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del dios Osiris del subsuelo de este templo. Es posible que este emplazamiento fuera conocido desde los aos 1950 por los lugareos, que lo denominaban templo de Ramss, probablemente al confundir la gran estatua de Osiris con la de un coloso de Rameses. El cuarto mbito est reservado a la fortaleza paleobizantina edificada fuera de las murallas de la ciudad y que en el s. VII d.C. sufri la conquista rabe. Junto a estos cuatro mbitos de exposicin se presentan una serie de fotografas y paneles explicativos con las ltimas sorpresas que ha ofrecido hasta la fecha el pro-
metedor yacimiento de Oxirrinco, as como varias fotografas de la vida cotidiana de los actuales habitantes de la zona de El-Bahnasa. Completa la exposicin un papiro procedente de Oxirrinco perteneciente a la coleccin del Archivo Histrico de los Jesuitas de Catalua, dos figuras de bronce del pez oxirrinco procedentes de una coleccin particular, y pertenecientes a la coleccin del Museu dArqueologia de Catalunya, un halcn de madera representando al dios Scares, dos escarabeos y una bella estatua de basalto negro de un alto magistrado de poca ptolemaica presidiendo la sala principal.
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(1) Textos tomados de los paneles explicativos de la exposicin realizados por Nria Castellano, Maite Mascort y Eva Subas.
n mito egipcio nos cuenta que, cuando el dios Set mat a Osiris, le cort el cuerpo en catorce trozos, que reparti por todo Egipto; Isis, esposa y hermana de Osiris, los encontr y los fue enterrando todos excepto el pene, que Set lo haba lanzado al ro. Para proteger esta parte, un pez oxirrinco se lo comi y en la localidad donde tuvo lugar este episodio, se fund Oxirrinco. En poca grecorromana se convirti en una de las tres ciudades ms importantes de Egipto junto con Alejandra y
Antinpolis, produciendo millares de papiros que fueron descubiertos a finales del siglo XIX. La exposicin Visions dEgipte. Oxirrinc, ahir i avui (Visiones de Egipto: Oxirrinco, ayer y hoy) muestra, con ms de sesenta fotografas, el pasado y el presente de la denominada ciudad de los papiros. La muestra es el resultado de los trabajos de excavacin llevados a cabo por la Missi Arqueolgica dOxirrinc, una tarea que contina porque la ciudad todava esconde otras muchas sorpresas.
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Vista del Bahr Youssef, el brazo del Nilo que separa las poblaciones vecinas de El-Bahnasa (la antigua Oxirrinco) y Sandafa. Las casas de adobe y las palmeras recuerdan el paisaje de poca faranica.
Mar Mediterrneo
Brazo de Roseta Canopo Alejandra Naucratis Leontpolis Bubastis Buto Iseo Sais Xois Sebenit Mendes Tanis Pi Rameses varis Brazo de Damieta
BAJO EGIPTO
Saqqara Oasis del Fayum Dahshur Caranis
Uadi Tumilat
o de Golf
Oxirrinco
Oasis de Bahariya
Suez
Cinpolis
Hermpolis Magna
EGIPTO MEDIO
Cusas Asiut
Ajmin Abido Dandara Oasis de Dajla Oasis de Jarga Coptos Medamud Tebas Tod
Mar Rojo
Uadi Hammamat
Ermant
ALTO EGIPTO
Elefantina Filas
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La campaa de Napolen a Egipto llev a sus sabios a Oxirrinco. Vivant Denon hizo uno de los primeros dibujos de arquitectura antigua del yacimiento, donde se aprecia la columna honorfica. Grabado publicado en Voyage dans la Basse et la Haute gypte.
Unos aos ms tarde, en 1909, un equipo de italianos dirigidos por Hermenegildo Pistelli continuaron las excavaciones. Pero no se puede hablar de verdaderas intervenciones arqueolgicas hasta la llegada de Flinders Petrie, que se centr en la excavacin y documentacin de los restos urbanos, como el teatro, una doble columnata y diversas tumbas grecorromanas. Evaristo Breccia continu las excavaciones encargadas por el Museo de Alejandra. Despus de estas intervenciones, el yacimiento qued en el olvido fuera de algunas actuaciones puntuales. En los aos 80, el Servicio de Antigedades Egipcias retoma las excavaciones de la Necrpolis Alta y el yacimiento vuelve a la vida. Actualmente, un equipo cataln dirigido por el doctor Josep Padr excava el yacimiento desde 1992. Desde el 2004, los trabajos han recibido el apoyo de la Generalitat de Catalunya, la Universidad de Barcelona, la Universidad Rovira i Virgili, el Institut Catal dArqueologia Clsica, la Societat Catalana dEgiptologia y de otras instituciones. Adems de la documentacin de los descubrimientos hechos por equipos anteriores, nuestra misin ha puesto al descubierto una necrpolis que abarca desde la poca faranica hasta la rabe, as como un templo dedi-
A principios del s. XX, Petrie todava pudo excavar los restos de un gran teatro, del que en la actualidad solo queda un gran montculo de escombros de lo que deban haber sido los cimientos de la construccin; tambin excav la columnata de una de las calles principales.
cado a Osiris y diversas estructuras fuera de la muralla que nos ayudan a entender la importancia de la antigua Oxirrinco.
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El yacimiento de Oxirrinco comprende los restos de la antigua ciudad y una extensa zona de suburbios donde proliferaban monumentos e infrastructuras vitales para la vida de los oxirrinquitas. En primer lugar, un santuario dedicado al dios Osiris 1 a unos 2 km al oeste de la ciudad, punto de atraccin para la formacin de una necrpolis que se aade a los monumentos funerarios diseminados alrededor de la ciudad. En segundo lugar, un dominio fortificado 2 que ilustra la transformacin de la vida rural a lo largo de los siglos de civilizacin clsica. La ciudad en s aprovechaba la orilla del Bahr Yussef como lmite oriental y como puerto fluvial, concebida en parte con un urbanismo regular con calles porticadas y monumentales en los cruces de las calles principales 3. De la arquitectura monumental prcticamente solo quedan los restos de un teatro 4 y de una puerta de tradicin faranica 5. No se conocen los lmites de la ciudad, pero se propone como hiptesis 6, un trazado regular que prolonga los restos de la muralla que an se adivina 7 y que deben corresponder al perodo tardo 8. Dentro de este espacio, se halla confinada la llamada Necrpolis Alta 9 con los restos ms antiguos del yacimiento y que domina desde un montculo el resto de la ciudad.
como cementerio durante tanto tiempo nos ha permitido conocer la evolucin de las estructuras funerarias y los rituales de enterramiento. Adems, es en esta zona donde se encontr la coleccin de papiros ms importante descubierta hasta la actualidad. Las tumbas ms antiguas son de piedra y cubiertas con una bveda. Algunas son simples, de una sola cmara; otras forman complejos familiares con diversas estancias. La tumba ms importante y la que ms informacin nos ha proporcionado es la nmero 1, una tumba familiar con siete estancias. En el interior hemos encontrado sarcfagos, un techo imitando el firmamento nocturno y diversos textos jeroglficos. La otra gran tumba es la nmero 14 con once habitaciones, un altar y parte del ajuar funerario que deba estar destinado a los personajes importantes de Oxirrinco.
Interior de una sala de la tumba del sacerdote Het (tumba nm. 1). Esta sala comunicaba con la estancia principal donde estaba enterrado el propietario de la tumba. Se puede observar una inscripcin en escritura jeroglfica cursiva realizada con tinta roja en el dintel de la puerta.
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Vista area de la tumba nm. 14, que hasta este momento, es la ms grande de toda la necrpolis. Se trata de una tumba familiar con once cmaras, donde se enterraron en sarcfagos de piedra los grandes personaje de la ciudad.
La necrpolis continu en uso durante el perodo grecorromano, con tumbas que seguan la tradicin faranica, pero que incorporaban nuevas formas arquitectnicas. Algunas estaban decoradas con motivos relacionados con el culto de Osiris o con el pez oxirrinco. Finalmente, en poca bizantina, se construyeron nuevos edificios para despedir a los difuntos, como la llamada Casa Funeraria, con unas pinturas de temtica cristiana de gran inters.
En el interior de la tumba nm. 14 se localizaron ms de diecisiete sarcfagos de piedra; la gran mayora antropomorfos. Uno de los ms bellos es el que podemos observar a la izquierda de la fotografa, que an presenta restos de policroma.
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Vista area del complejo sagrado del Osireion. La puerta de entrada estaba orientada al este, hacia la ciudad y los templos, de donde venan las procesiones que tenan lugar durante las fiestas de los Misterios de Osiris. En el interior hay una rea de ofrendas, un pequeo lago sagrado y el templo en forma de T invertida, por donde se acceda al interior de las catacumbas.
Sala de la estatua de Osiris. En la cmara ms occidental, cubierta con una bveda de can, reposa la estatua de Osiris, de 3,30 m de longitud. La imagen, esculpida en un bloque de piedra calcrea, era de color negro, el color de la regeneracin. Lleva los atributos propios de la divinidad: el cuerpo amortajado, en las manos el heqat (cetro) y el nejej (flagelo) y en la cabeza la corona atef.
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Galera nm.1 con nichos de poca ptolemaica. El pasadizo, cubierto con grandes losas, est flanqueado a ambos lados por veintiocho nichos de idnticas dimensiones. La mayora presenta en el dintel una inscripcin hiertica en negro. En su interior se depositaban los simulacros del dios Osiris.
la celebracin de estos misterios, se enterraban en los nichos del Osireion acompaadas de amuletos y ofrendas. Despus de varias campaas de trabajos arqueolgicos, se ha conseguido fijar la estructura del monumento, y el estudio de todos los datos nos ha permitido profundizar en uno de los rituales ms sagrados de la cultura egipcia.
administrativa) y su importancia comercial como cruce de caminos, propici la aparicin de dominios agrcolas muy extensos, pertenecientes a familias de notables con negocios por todo el pas. Las fotografas areas hechas con una cometa permitieron visualizar en la desrtica zona del yacimiento, un gran dominio con funciones residenciales y productivas. En este sitio viva una pequea comunidad dependiente del propietario, que deba incluir unos cuantos religiosos para hacerse cargo de las capillas de culto. Los diferentes sectores del dominio configuran un recinto de adobe con torres de vigilancia y contrafuertes en los ngulos. El nombre de fortaleza evoca la necesidad de proteccin de esta comunidad que, a principios del siglo VII dC, vivi la conquista rabe. Durante un tiempo, los rabes ocuparon la fortaleza y construyeron una poderosa torre que utilizaba los espacios que haban estado dedicados al culto cristiano, pero poco a poco el lugar qued abandonado.
Sala de columnas en el conjunto cristiano de la fortaleza al noroeste del yacimiento. Sobre las columnas de esta cmara se apoyaba una cpula de baldosas de arcilla cruda que cubra y exaltaba un espacio de peregrinacin alrededor de un altar dedicado al culto martirial.
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La Tumba 19.
La fragilidad del tiempo. Pero no todos los sarcfagos se conservan tan bien como los de las tumbas satas. Los atades de madera, a pesar de la sequedad del desierto, rpidamente se descomponen y solo se puede disfrutar de su bella decoracin unos pocos instantes.
Durante la campaa de 2008, se ampli la excavacin en la Necrpolis Alta hacia la zona del sur. En este nuevo sector se pusieron al descubierto tres tumbas de piedra calcrea blanca de poca grecorromana. La excepcionalidad de estas estructuras es debida al buen estado de conservacin de una de ellas (tumba n 19) y en la decoracin pictrica de la tumba nmero 18. La estructura arquitectnica es parecida a la de las tumbas que se encuentran en el sector norte de la necrpolis e incluso, la decoracin pictrica repite los temas mitolgicos con la presencia del pez oxirrinco.
Un autntico milagro. En el interior de una de las salas de la tumba nmero 19, los arquelogos se llevaron una gran sorpresa. La estancia estaba llena hasta el techo de momias con su respectivo cartonaje, en perfecto estado de conservacin. A simple vista se puede apreciar la decoracin de sus rostros y los temas religiosos presentes en el cartonaje del cuerpo. Desgraciadamente, la abundancia de cuerpos har muy difcil su extraccin.
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Relieve faranico hallado en la fortaleza y que nos muestra parte de la titulacin de uno de los primeros Ptolomeos y del acto de la ofrenda de Maat, divinidad del equilibrio y de la justicia.
Sala del conjunto monstico. A pesar de que los orgenes del dominio deben remontarse al Alto Imperio, la fase ms visible de la fortaleza corresponde a los siglos V-VII dC. En ese momento, el dominio tena un conjunto monstico anexado, del que se ha excavado una sala capitular datada en el siglo VI dC y decorada con imgenes de carneros y crvidos adorando la cruz de la fe.
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Grandes Egiptlogos
artn Almagro Basch naci en la pequea localidad de Tramacastilla (Teruel), siendo sus padres Doroteo Almagro y Josefa Basch. Desde muy nio se le inculcaran unos valores por la ciencia y el estudio, no en vano su padre era veterinario en la localidad y gran amante de la Botnica, que habran de llevarle primero al prestigioso colegio de los Escolapios de Albarracn (Teruel), luego, concedida una beca, a la Universidad de Valencia (19281930) y posteriormente a la Central o Complutense de Madrid (1930-1932) donde, entablando amistad con ciertos profesores alemanes del centro, como el paleontlogo Hugo Obermaier y el arquelogo y etnlogo Leo Viktor Frobenius, le marcaran su futuro como arquelogo y prehistoriador. Se licenciara en Historia (1932) y Derecho (1934), y con una alta calificacin obtendra su Doctorado (1935). En 1935 conseguira por oposicin una plaza de fun-
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Templo de Debod, donado por Egipto a Espaa en 1968 en compensacin por la ayuda prestada en el salvamento de los templos de Nubia. Actualmente se halla junto al Paseo del Pintor Rosales, en el Parque del Oeste en Madrid.
1954) con quien se reanudaran las excavaciones de la colonia griega con la asistencia del ejrcito. En 1940, consigue la ctedra de Historia Antigua Universal y de Espaa en la Universidad de Santiago de Compostela (A Corua) y adems es Agregado Provisional de la Facultad de Filosofa y Letras de la Universidad de Barcelona, hasta ser destinado a la Seccin Museos del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arquelogos en Madrid. En 1942, sera pensionado por la Universidad Humboldt-Stifftung del Deutscher Akademischer Austausch Dienst (DAAD) de Berln; en 1943, Catedrtico de Prehistoria e Historia Antigua Universal y de Espaa en la Universidad de Barcelona; en 1947, Comisario del Servicio de Defensa del Patrimonio Artstico Nacional de la Zona de Levante (1947-1966); en 1948, miembro fundador del Instituto de Estudios Hispnicos de Barcelona en su seccin de Prehistoria y Etnologa, y Codirector del Instituto de Prehistoria Mediterrnea; en 1949, Director del Instituto de Estudios Turolenses, y creador de su revista Teruel; en 1951, Director de la revista Ampurias; en 1954, Catedrtico de la Universidad Central de Madrid; en 1956, Conservador de la Seccin de Prehis-
toria del Museo Arqueolgico Nacional; en 1957, Director del Instituto Espaol de Prehistoria y Delegado del Servicio Nacional de Excavaciones Arqueolgicas; en 1958 fundador del Instituto Espaol de Prehistoria (germen del hoy Departamento de Prehistoria) y de su revista Biblioteca Praehistorica Hispana; en 1965, Inspector de Monumentos de la Direccin General de Bellas Artes; en 1968, Director del Museo Arqueolgico Nacional (MAN), durante el cual realizara importantes mejoras en el almacenaje y catalogacin de los fondos del museo hasta entonces muy desordenados, e Inspector General de Excavaciones Arqueolgicas (1968-1981); en 1980, Presidente de la Junta de Calificacin, Valoracin y Exportacin de obras de importancia histrica o artstica, y en 1982 Presidente del Museo Arqueolgico Nacional. Fue autor de gran cantidad de estudios que abarcaron un marco de investigacin tan extenso como el comprendido entre el Paleoltico y la Edad Media. Adems, fue impulsor de labores arqueolgicas en buena parte del Levante espaol y del hoy importante Corpus de Arte Rupestre Levantino, trabajando en los yacimientos de Se-
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gbriga (Saelices-Cuenca), Pajaroncillo (Cuenca), Ecce Homo (Alcal de Henares-Madrid), Cueva de Chufin (Riclones-Cantabria) y otros, entre los que cabra destacar los de la Ra de Huelva, Mrida (Badajoz), o Albarracn (Teruel). Pero su actividad arqueolgica tambin le llevara a la Caverna dei Pipistrelli (Terni) y Santuario de Juno en la ciudad de Gabii (Lazio) en Italia; a travs de la Escuela Espaola de Historia y Arqueologa de Roma, a Jordania (Ciudadela Omeya de Ammn) y a Sudn (Nag Shayeg, Nelluah, Nag el Arab e islas de Qasr Iko y Abkanarti) y Egipto; en este ltimo, con motivo de la peticin de ayuda que el gobierno egipcio solicitara a la UNESCO con el propsito de salvar de las aguas los yacimientos a anegar con la construccin de la Gran Presa de Asun, al que Espaa se sum. Para tal tarea Almagro Basch sera nombrado Director del Comit Espaol para el Salvamento de Nubia (1961-1964), y como tal, encargado de las misiones que se le asignaron en Sheij Daud (Tumas) y Nag Gamus (Masmas), entre otros. En ese su segundo viaje a Egipto (el primero lo haba realizado en 1933 durante un viaje de estudios), el equipo de Martn Almagro descubrira tres poblados cristianos, alrededor de trescientos conjuntos de arte rupestre, varias necrpolis faranicas, meroticas, cristianas, y de los llamados Grupo C y Grupo X nubio. Por la labor realizada, Egipto con-
cedera a Espaa la excavacin de la ciudad de Heraclepolis Magna que Almagro Basch dirigira (1966-1979), donara varios miles de objetos procedentes de sus excavaciones (hoy en el Museo Arqueolgico Nacional), y el primer templo que salvara aqulla misin internacional, el Templo de Debod, del que sera encargado de su traslado e instalacin en Madrid. Martn Almagro posey importantes condecoraciones como la Encomienda con Placa de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio, Gran Cruz del Mrito Civil y Medalla de Oro al Mrito en las Bellas Artes de Espaa, Miembro de Honor del Deutschen Archeologisches Institut (DAI) de Alemania, Condecoracin Independencia con rango de Gran Oficial de Jordania, Medaglia doro della Cultura de la Repubblica Italiana, Croix de Chevalier y Croix de Officier de las Palmes Acadmiques del Ministre de lEducation National de la Rpublique Franaise y Doctor Honoris Causa por la Universidad de Burdeos (Francia), as como miembro de honor en una docena de instituciones cientficas europeas y americanas. Tras una larga enfermedad, el que haba sido una de las mximas figuras de la arqueologa hispana del siglo XX, Martn Almagro Basch, mora en Madrid el 28 de agosto de 1984. Hoy su cuerpo reposa en el cementerio de la localidad turolense que le vio nacer.
PUBLICACIONES DE MARTN ALMAGRO BASCH La Misin Arqueolgica de Espaa en Nubia, Las Ciencias, XXVII, Madrid, 1962. Espaa en el salvamento de los monumentos de Nubia, Instituto Nacional de Industria, VII, Madrid, 1962. Report on the Spanish Excavations in the Sudan 196162 (con F. Presedo, M. Pellicer), Kush, 11, 1963. Exposicin de los hallazgos de la Misin Espaola en Nubia (Egipto y Sudn) (con E. Ripoll i Perell, R. Blanco, F. Presedo, H. Losada, R. Donoso), Direccin General de Relaciones Culturales y Direccin General de Bellas Artes, Madrid, 1963. Excavaciones en la regin de Masms (Egipto). Memorias de la Misin Arqueolgica Espaola en Nubia III, Barcelona, 1963. La Necrpolis de Masms, Alto Egipto (Campaa de 1963) (con E. Ripoll i Perell, L. Monreal), Memorias de la Misin Arqueolgica en Nubia III, Madrid, 1964. El salvamento espaol de los templos de Abu-Simbel (1964), Atlntida, 7, vol. 2, Madrid, 1964. Tambin trabajo publicado en Revista Arte Hogar, 228, 1964.
Excavations by the Spanish Archeological Mission in the Sudan 1962-63 and 1963-64 (con R. Blanco, M. A. Garca Guinea, F. Presedo, M. Pellicer y P. Teixidor), Kush, 13, Jartum, 1965. La necrpolis merotica de Nag Gamus (Masms, Nubia egipcia). Memorias de la Misin Arqueolgica Espaola en Nubia VIII, Madrid, 1965. La participacin de Espaa en la Campaa de Nubia, frica, 300, Madrid, 1966. Historias y experiencias de una campaa arqueolgica: la campaa de Nubia, Arbor, 258, Madrid, 1967. Estudios de arte rupestre Nubio I. Yacimientos situados a la orilla oriental del Nil, entre Nag-Kolorodna y KarsIbrim (Nubia egipcia), Memorias de la Misin Arqueolgica en Egipto X, Madrid, 1968. Inesperados hallazgos sobre el cristianismo de Nubia: el desierto esconda una catedral, Mundo Negro, IX/6, Madrid, 1968. Exposicin de Arte Egipcio. Hallazgos de la Misin Arqueolgica Espaola en Egipto y Sudn (con H. Losada Gmez y M. R. Lucas Pellicer), Madrid, 1969. Una curiosa estela de arte rupestre de Nubia, Homenaje
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a Elas Serra Rfols, Universidad de La Laguna, La Laguna, 1970. El templo de Debod, Villa de Madrid, VII nm. 39, Madrid, 1970. El templo de Debod, Instituto de Estudios Madrileos, Madrid, 1971. Sobre la construccin de dos fragmentos de dinteles grabados con jeroglficos de la puerta de la capilla de Azakheramon en el templo de Debod (con R. Gri y A. Almagro Gorbea), Trabajos de Prehistoria, 28, Madrid, 1971. Nueva luz sobre el Paleoltico final y el Neoltico en Egipto, Trabajos de Prehistoria, 29 nm. 1, Madrid, 1972. El Templo de Debod, Anales de Historia Antigua y Medieval, Buenos Aires, 1974. Die gyptische Tempel von Debod in Madrid, Antike Welt, Mainz, 1974. Arte faranico, Direccin General del Patrimonio Artstico y Cultural, Madrid, 1975. La tumba de Nefertari (exposicin), Museo Arqueolgico Nacional, 1978. Les fouilles a Hraklopolis Magna (1976) (con F. J. Presedo), First International Congress of Egiptology, october 2-10, 1976, Berln, 1979. (1) La bibliografa de D. Martn Almagro Basch es muy extensa. En este trabajo slo se recogen las relacionadas con Egipto y su actividad egiptolgica.
Bibliografa
E. RIPOLL I PERELL, E., Bibliografa del Profesor Dr. D. Martn Almagro, Ampurias, 25 (nmero dedicado al Profesor Martn Almagro Basch), Barcelona, 1963. Homenaje al Prof. Martn Almagro Basch, Institucin Fernando el Catlico, Zaragoza, 1981. M. ALMAGRO BASCH, Homenaje al Prof. Martn Almagro Basch (4 vols.), Ministerio de Cultura, Madrid, 1983 J. SIMN DAZ, Don Martn Almagro Basch, Anales del Instituto de Estudios madrileos, XXII, Madrid, 1985. E. RIPOLL I PERELL, Martn Almagro Basch (Tramacastilla 1911-Madrid 1984), Trabajos de Prehistoria, 41, Universidad Complutense, Madrid, 1984 J. M. CORTADILLA I MORRAL, Almagro Basch y la idea de la unidad de Espaa, Homenaje a Marcelo Vigil (II), Studia Histrica. Historia Antigua, Universidad de Salamanca, Salamanca, 1988 C. MARTNEZ MURILLO, Iconografa rupestre nubia en el archivo fotogrfico Martn Almagro Basch: los mitos, Torre de los Lujanes, Boletn de la Real Sociedad Econmica Matritense de Amigos del Pas, 41, Madrid, 2000. C. MARTNEZ MURILLO, Naturalismo y abstraccin en la iconografa rupestre nubia (el archivo fotogrfico Martn Almagro Basch), Torre de los Lujanes: Boletn de la Real Sociedad Econmica Matritense de Amigos del Pas, 44, Madrid , 2001. M. GIL ESTEBAN, J.M. CRUZ BERROCAL, GIL-CARLES ESTEBAN, M. I., MARTNEZ NAVARRETE, Martn Almagro Basch, Fernndo Gil Carles y el Corpus de Arte Rupestre Levantino, Trabajos de Prehistoria, 62, nm. 1, Madrid, 2005. Pioneros de la Arqueologa: Martn Almagro Basch 1911-1984, Revista de Arqueologa, 303, Madrid, 2006. Biblioteca Arqueolgica Virtual El anaquel de Spantamicus: www.ua.es/personal/juan.abascal/anaquel_de_spantamicus.html Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes: www.cervantesvirtual.com Revistes Catalanes amb Accs Obert: www.raco.cat Universidad de La Rioja. Dialnet: http://dialnet.unirioja.es
http://www.egiptologia.com/grandes-egiptologos.html
Curso de jeroglficos
NGEL SNCHEZ RODRGUEZ
Leccin Segunda
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Pepy, cuando es una mujer. Incluso pueden ser ms explcitos: Ppy para el ka de Pepy, tratndose de un noble.
Esta forma de marcar los nombres propios no es exclusiva de las personas. Puede utilizarse para cosas. De este modo tendramos Ppy el barco Pepy. y los de
regiones
Sin embargo, la mayora de los escribas ahorraban en tinta o en golpes de cincel y estos determinativos no aparecen siempre. En estas ocasiones, algunas pistas nos ponen en guardia: 1. Es muy frecuente encontrar un sustantivo propio tras una larga secuencia de eptetos (el noble, principal, responsable de la casa del rey, el es criba Pepy
1
El ka es una especie de doble del individuo, quien le aporta la vida. La salida del ka implica inexorablemente la muerte. Es representado como dos brazos elevados hacia arriba, como su signo jeroglfico.
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Este ejemplo nos dar pie a considerar varios aspectos importantes de la lengua egipcia: a) Lo que se ha venido en llamar trasposicin honorfica, que estudia mos en el captulo anterior. Como ya sabemos, en algunas ocasiones, el orden lgico de las palabras es invertido en razn a la importancia del personaje, un rey o un dios. La casa del rey debera escribirse con el ideograma de casa seguido de la secuencia fontica para rey pr nswt, pero la encontramos justamente
al revs . Observemos ahora su transliteracin: se mantiene el orden lgi co, no el orden de la inversin, pero aadimos un guin entre ellos (pr-nswt) para indicar una fuerte relacin, como si formramos una palabra compuesta. La con sideramos como un todo. b) En ocasiones las inversiones se producen como consecuencia de la for ma de los signos. Reciben el nombre de trasposiciones grficas. Como los egip cios tienden a agruparlos ocupando el menor espacio posible, tienen que alterar el orden para poderlo conseguir. Es el caso de la palabra rey2 n swt (constituida por un uniconsonntico + un biconsonntico + otro uniconsonnti co), que encontraremos escrita , para ocupar menor espacio.
c) En algunas palabras la grafa que encontramos con ms frecuencia en los textos no es la completa, la que esperaramos si se escribieran todos los sig nos. Es el caso de jmy-r(A) , lectura de que significa responsable (li
teralmente quien est en la boca), que podemos ver escrita como una lengua , puesto que lo que est en la boca es la lengua. Una abreviatura comn, que conviene conocer desde el principio de nues
tro estudio es que escrita en su forma completa es anx wDA snb, cuyo significado es vida, prosperidad y salud, un deseo para el fa ran, aplicada tambin a los aposentos reales. 2. Al final de una estela o de inscripciones funerarias, como estelas de falsa puerta. Muchas veces acompaado de algunos los de ttulos que el noble o su esposa ostentaron en vida o del vocablo ble. jmAx el venera
Estudiemos el recuadro de la estela de falsa puerta del conocido del rey y responsable del canto de la casa grande Ati (rx-nswt jmy-r(A) pr aA Hst Jtj), tomada
2
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del Denkmler de LEPSIUS (II, 59b). Como hemos explicado el nombre del propietario debera aparecer al final de la secuencia de ttulos y ocurre de ese modo: es Jtj.
Adems observamos dos trasposiciones honorficas: la primera relativa a la persona real rx-nswt el conocido del rey (deberamos encontrar
) y la segunda, ms compleja incluyendo una lectura que ya conocemos, jmy-r(A) Hst pr aA, cuya secuencia lgica es (pr-aA puede encontrarse unida por un guin, pues se considera una palabra compuesta que significa palacio), una trasposicin honorfica relativa a un edificio relacionado con el rey. Muchos nombres propios incluyen una trasposicin honorfica relativa a una divinidad, de cuyos nombres hablaremos en el siguiente epgrafe. Por ejem plo PtH-Htp Ptahhotep, cuyo significado sera quien complace a Ptah, pero evidentemente no lo traducimos 3. En las llamadas filiaciones. En este nivel de estudio haremos referencia a las filiaciones sencillas. Del mismo modo que en la actualidad las perso nas tienen un nombre de pila, ya sea simple o compuesto, y uno a varios apellidos, dependiendo de la cultura en la que hayan nacido, los egipcios desarrollaron un sistema de filiacin que en realidad estuvo en uso en mu chos pases en otros tiempos (es de todos conocido que en el origen de muchos apellidos terminados en ez est hijo de; por ejemplo Snchez, sera hijo de Sancho). Los egipcios indican el nombre de pila del indivi
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duo, seguido del nombre del padre o de la madre intercalando entre ellos la palabra hijo (sA ) muchas veces escrita como un huevo ( ).
De este modo Ppy sA PtH-Htp significa Pepy, el hijo de Ptah hotep. En ciertos periodos de la lengua egipcia esta relacin se invierte, colocndose primero el nombre del padre y luego el del individuo en cuestin. As significara el hijo de Pepy, Ptah hotep. El contexto en el que se encuentra hace fcilmente reconocible cul de las dos orientaciones es la correcta. Como veremos a lo largo de nuestro periplo por la lengua egipcia, el con texto ser una herramienta muy importante, que nos dar unas pistas muy sabro sas a la hora de nuestras traducciones y que no debemos desaprovechar. Resumiendo, el nombre Pepy lo podemos encontrar como si se tratara de un hombre, ambos casos. si se tratara de una mujer, o , , en
LOS NOMBRES PROPIOS DE LAS DIVINIDADES Muchos de los dioses y diosas egipcios son fcilmente reconocibles por sus secuencias fonticas, pero otros son representados con escrituras especficas que es necesario conocer desde un principio para poderlos localizar en los textos sin que nos produzcan quebraderos de cabeza. Es habitual encontrarlos seguidos por un determinativo genrico, ya sea el A40 ( ) o el G7 ( ) de la lista de la Gramtica de Gardiner, que es utilizada por la mayora de los alumnos. En el caso de las diosas podemos encontrar el deter
minativo . En la tabla siguiente aparecen los ms relevantes que debemos conocer y que se escriben con poca frecuencia con sus componentes fonticas. Jnpw Anubis r Horus Mnw Min Nwt Nut Gb Geb Ast Isis Mwt Mut Wsjr Osiris wt-Hr Hathor MAat Maat Nbt-Hwt Nephtys Wsjr Osiris
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Ra Ra
+Hwty Thot
%tX Seth
EL PROBLEMA DE LA TRANSCRIPCIN AL CASTELLANO DE LOS NOMBRES PROPIOS Como aficionados a la Egiptologa, habris tenido la ocasin de encontra ros con el nombre de un mismo personaje escrito de muy diversas maneras. Esto ocurre fundamentalmente con los nombres de reyes. Por ejemplo Ramss, lo po demos encontrar como Rameses. Y no digo nada cuando algunos autores mantie nen los nombres griegos de los monarcas, mientras que otros no lo hacen, mos trando el nombre egipcio. Este problema es de difcil solucin y solamente un congreso internacional podra enfrentarse a l. Nosotros, para uso interno, estableceremos unas pequeas normas para crear una cierta homogeneidad sin que por ello tengan la pretensin de ser las mejores. Simplemente nos sern de utilidad. Para los nombres propios no reales que son los estudiados en este captulo seguiremos la transliteracin dada en la siguiente tabla:
A j a w b p f m n r h H x X s S o k g t T d D a i a u b p f m n r h h kh kh s sh q k g t tj d dj
con algunas pequeas excepciones: a) Cuando la inicial del sustantivo es transcribiremos A y no I (Jmn se transcribe Amn y no Imn), pero pueden encontrarse transcripciones con I. Igual si se trata de un biconsonntico (por ejemplo ).
b) El biconsonntico ms se transcribir mose y no mes; el triconsonntico Htp se transcribir hotep y no hetep. c) Cuando tenemos no her. d) En el caso de r como referencia al dios Horus transcribiremos hor y
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EJ JERC CICIO OS DE COMP PRO OBACIN 1. Escribir en jeroglficos y transliterar los siguientes nombres propios. Este ejercicio nos servir, adems, para repasar los conocimientos del cap tulo anterior (aquellos nombres que incluyan biconsonnticos y tricon sonnticos con el/los complemento/s fonticos ltimos uno para los bi consonnticos y uno/dos para los triconsonnticos segn su mejor estti ca). Como prctica aadiremos el determinativo de hombre. Para este ejercicio es necesario consultar las tablas de signos suministradas en la pgina web. Los guiones sirven de ayuda, pero no se escriben habitualmente Amen em hat (hombre) Hotep i (hombre) Nefer hotep (hombre) Amen (Amn) (dios) Nefer et (mujer) Mer et (mujer) Montju (dios) P un t (regin) Dep (ciudad) Heqet (diosa) Sene bi (hombre) Tety (hombre) Re in et (mujer) Kheper i (dios)
A se si (hombre) Ua ua t (regin)
2. Transliterar los nombres propios que aparecen recuadrados3 y en co lumnas en la siguiente inscripcin de Pepi I en el Wadi Maghara ( Denkm ler II 115c). Pista: los nombres de las divinidades, cuando se encuentran (Ptah y Hor) estn en trasposicin honorfica por lo que deberan ir al final.
En realidad los nombres propios de estos nobles incluyen el cartucho, uno de los nombres del rey que estudiaremos en el captulo prximo.
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3. Nombres propios en las estelas (transliterar los nombres de los recuadros). Estudiamos la estela BM 647 en la que aparece el nombre del propietario y su apodo. LAS ESTELAS FUNERARIAS SENCILLAS Son monumentos votivos en los que los egipcios dejaban constancia de su paso por la vida. Las ms sencillas constan de cuatro partes: a) La donacin del rey a una divinidad a travs de una Htp-dj-nswt , una trasposicin honorfi ca que significa una ofrenda (Htp) que da (dj) el rey (nswt); b) seguida de la divi nidad intermediaria en el proceso (Jnpw Anubis ennuestro caso); c) una prt-xrw (lit: lo que sale de la boca) que significa una invocacin de ofrendas con una lista ms o menos larga de productos; d) los ttulos y nombres del propietario de la misma (aqu con un apodo rn.f nfr (su buen nombre) mostrado en el ltimo recuadro).
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4. Identificad a las dos diosas y los nombres de otras dos divinidades en la imagen siguiente. El carnero solar momificado procedente de la tumba de la reina Nefertari.
5. Escribid en jeroglficos y transliterad las siguientes filiaciones sencillas (sin y con los determinativos en las nobiliarias y con determinativos en las de dioses). Asi hijo de Neferty Antef hijo de Nebsen Horus hijo de Isis Mery hijo de Aqer Osiris hijo de Nut Thot hijo de Ra
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SOLUCIONARIO 1. Escribir los siguientes nombres propios en jeroglficos y transliterar. Amen em hat (hom bre) Nefer et (mujer) P un t (regin) Sene bi (hombre)
Hotep i (hombre)
A se si (hombre) / /
Ua ua t (regin)
Teti (hombre)
Mer et (mujer)
Dep (ciudad)
Re in et (mu jer)
Montju (dios)
Heqet (diosa)
Kheper i (dios)
2. Transliterar los siguientes nombres propios de la inscripcin del Wadi Maghara. En los dos recuadros superiores encontramos el nombre de un padre y de su hijo escritos con el determinativo ( el padre) y sin l ( el hijo) = Akhi (Jxj). Estos nombres son, en principio, intraducibles, por lo que tienen que ser propios. El recuadro inferior incluye seis nombres propios parciales con su de terminativo genrico. Como las figuras miran hacia la derecha, el orden de lectu ra empezar por all. As tenemos (#w.n-PtH r Hr-n-PtH Nefer (Nfr); Khuenptah Khuenhor (#w.nNeferherenptah (NfrSeankhptah (%anxTjetji (*tj).
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Los cinco primeros tienen un claro significado, al menos cuatro de ellos, pues
puede tratarse de un error del escriba por . Sus traducciones podran ser: a) el hermoso; b) a quien ha protegido Ptah; c) a quien ha protegido Horus; d) el posible error; e) a quien revivi Ptah.
AMPLIACIN Transliteraremos y traduciremos la parte derecha de la inscripcin, dejando para el captulo siguiente la titulatura faranica. 1. wpt-nswt (trasposicin honorfica) Expedicin real jrt.n (forma relativa perfecta) que ha realizado sDAwty-nTr (trasposicin honorfica) el canciller del dios Jxj Akhi sA.f y su hijo aprw-dpt jmy-jrty Jxj el marinero y piloto Akhi. 2. jmy-xt Hmwt pr-aA Los asistentes de los artesanos de la casa grande 3-7. Nfr-Mry-Ra Nefer-Meryra, #w.n-PtH-Mry-Ra Khuenptah.Meryra, #w.n r-MryRa Khuenhor-Meryra, Nfr-Hr-n-PtH-Mry-Ra Neferherenptah-Meryra %anx-PtH-Mry-Ra y Seankhptah-Meryra 8. jmy-r(A) qD mr el responsable de la construccin de la pirmide *Tj Tjeji 9. nw Bnw Pwjw y los cazadores Benu y Puiu (cuyos nombres se reconocen por el determinativo genrico).
3. Transliterar los nombres propios de la estela BM 647. El primero es el nombre del dios Anpu (Anubis). El segundo nos dice el nombre del propietario, que como era de esperar se encuentra al final de la estela (recordad que primero se leen las lneas superiores la horizontal, de derecha a izquierda y luego las inferiores la vertical, tam bin de derecha a izquierda y de arriba hacia abajo). Se llama Tjenia (*njA). Luego sigue rn.f nfr
AMPLIACIN La transliteracin y traduccin completa de la estela es: 1. Htp-dj-nswt (la tpica introduccin de las ofrendas4) Una ofrenda que da el rey Jnpw a Anubis. prt-xrw Una invocacin de ofrendas xA t Hnqt mil panes y cerveza xA kA Apd
El rey acta como donante y una divinidad, en nuestro caso Anubis, de transmisor de la ofrenda desde el rey al difunto.
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mil bueyes y aves, 2. xA Ss mnXt mil vasos de alabastro y ropas de lino xA xt nb nfr mil de toda clase de cosas buenas n jmAxw para el venerable *njA rn.f Pnj Tjenia, cuyo buen nombre es Peni.
4. La diosa de la izquierda es Nebthys ( Isis ( Ast). Los dioses son Osiris ( 5. Las filiaciones son Asi hijo de Neferty Wsjr) y Ra (
Jmn-Htp sA Bby Osiris hijo de Nut Wsjr sA Nwt Thot hijo de Ra +Hwty sA Ra
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Dinasta XVII- XVIII (hacia 1570 aC). 7,3 cm de altura mxima x 6,6 cm de largo. Oro, cornalina, lapislzuli, turquesa y loza vidriada. excavaciones de A. Mariette en Dra Abu el-Naga en 1859.
hhotep vivi en una de las pocas ms convulsas de la historia del antiguo Egipto. Su esposo, Sequenenre Taa, rey de los territorios tebanos, se enfrent a los hicsos con el objetivo de expulsarlos y unificar nuevamente el pas del Nilo. Pero Sequenenre Taa sucumbi antes de conseguirlo, siendo abatido en pleno combate a juzgar por las heridas que presenta su momia. Tras su muerte, el sucesor en la lucha fue Kamose, hijo o quiz hermano de Sequenenre Taa, quien, a pesar de sus esfuerzos no asent una victoria definitiva. Fue Amosis, hijo de Ahhotep, quien consigui gobernar finalmente en un Egipto centralizado bajo el dominio de un nico monarca, inaugurando la Dinasta XVIII y dejando atrs las sombras del Segundo Perodo Intermedio. Pero Amosis deba contar con muy corta edad al subir al trono, lo que imposibilitaba que pudiera asumir las responsabilidades de gobierno. De ah que Ahhotep se situara en primera lnea de los acontecimientos y encabezara el control del reino. En una estela levantada en
el templo de Karnak, Amosis expres el reconocimiento a su madre, loando su labor en la corregencia, su capacidad de mando y sus gestas1: ella, la que gobierna multitudes y se preocupa de Egipto con sabidura; ella, la que se ha preocupado de su ejrcito; la que ha velado por l; la que ha conseguido el retorno de los enemigos y reunido a los disidentes, la que ha pacificado el Alto Egipto y sometido a los rebeldes. El do-
cumento presenta a Ahhotep como una herona que haba sabido transmitir al ejrcito el valor suficiente como para expulsar al ocupante, capaz de comandar tropas o a los cortesanos de Tebas; pero, a la vez, dotada de una gran habilidad como pacificadora, lo que le permiti enderezar el destino de un gobierno que pondra, cuando fue adecuado, en manos de su hijo. Entonces la autoridad de la reina madre qued eclipsada, aunque el respeto y autoridad que se haba forjado debi ser un referente ineludible. Y debi serlo durante bastante tiempo, pues la vida de Ahhotep parece que fue muy larga y es posible que llegara a octogenaria.
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Fig. 1. Vista frontal del buitre en el brazalete. Adaptada de la publicacin de H. Stierlin, Lor des pharaons, Pars, 1993, p. 118.
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El egiptlogo francs Auguste Mariette, en 1859, localizaba en Dra Abu el-Naga la que tradicionalmente ha sido identificada como la tumba de la reina Ahhotep2. En el interior de dicho enterramiento apareci un ajuar funerario con objetos en los que se encontraron los nombres de Kamose y Amosis, llamando especialmente la atencin un conjunto de magnficas piezas de joyera. Parte de este tesoro lo conformaban armas como una daga y un hacha, ricamente ornamentales, as como una cadena con tres colgantes con la forma de moscas (Fig. 2), insignia con la que en Egipto se condecoraba el valor en la batalla y que no sorprende en el entorno de una mujer que consigui que bajo su autoridad se forjaran las bases sobre las que se construira el Imperio Nuevo. Ahhotep, enterrada con condecoraciones de general, vivi una poca belicosa y truculenta. Pero las vicisitudes parece que quedaron inextricablemente vinculadas al destino de la reina, incluso ms all de los milenios, al menos a juzgar por los acontecimientos que rodearon el hallazgo de su tumba. Todo empez cuando en 1854 el prncipe Napolen expres su deseo de visitar Egipto. El virrey, para mostrarle los encantos del pas, pens en ofrecerle un hallazgo arqueolgico y encarg a Auguste Marriette la localizacin de un lugar ptimo, por lo que empezaron las excavaciones en Dra Abu el-Naga. No obstante, finalmente el magnate francs cancel su visita y las responsabilidades alejaron Mariette de la zona tebana, dejando los trabajos en manos de un capataz. Pero cuando apareci el ajuar de Ahhotep, el gobernador de la provincia orden que le llevaran el sarcfago a su palacio y acab destruyendo la momia tras despojarla de sus tesoros3. En cuanto Auguste Mariette se enter de lo sucedido mostr su indignacin y tom un barco de vapor con el que intercept al gobernador en plena travesa por el Nilo. El egiptlogo consigui arrebatarle por la fuerza el tesoro de Ahhotep y lo condujo ante el jedive en El Cairo. Pero el periplo de las joyas ni siquiera estuvo asegurado tras la construccin del Museo de El Cairo, ya que una favorita del virrey Said parece que se adorn durante algn tiempo con un collar de Ahhotep. El destin an iba a deparar nuevas peripecias a estas joyas, que viajaron en 1862 a la Exposicin Universal de Londres y en 1867 a la de Pars, donde Auguste Mariette era el responsable del pabelln egipcio. All, Eugenia de Montijo vio las joyas de Ahhotep y no tuvo reparos en pedrselas al virrey de Egipto. Mariette se enfrent con la codiciosa emperatriz de Francia y apunto estuvo de generarse un complicado conflicto diplomtico; no obstante, Mariette no se rindi y luch por recuperar las piezas nuevamente en litigio, las retir urgentemente del pabelln de
Fig. 2. Collar de las moscas, tomado de la publicacin de C. Aldred, Jewels of the Pharaohs. Egyptian Jewelry of the Dynastic Period, Londres, 1978, Lm. 41.
exposiciones y tramit su regreso al Museo de El Cairo. Desde entonces, las joyas de Ahhotep no han vuelto a abandonarlo. Entre el magnfico tesoro de Ahhotep una de las piezas ms excepcionales es un brazalete en el que destaca en su parte anterior la forma de un buitre con las alas desplegadas (Figs. 1-3)4. Se trata de una joya de diseo sencillo, pero muy colorista y llamativa, que en su conjunto se conforma por dos partes rgidas semicirculares, que quedan unidas por unas bisagras que llaman la atencin por su modernidad, siendo quiz todava ms excepcional el sistema de cierre formado por una pasador extrable (Fig. 4).
Fig. 3. Vista frontal del buitre en el brazalete, con ngulo ligeramente oblicuo. Tomado de la publicacin de H. Wolfang Mller y E. Thien, El oro de los faraones, Madrid, 2001, p. 131.
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Fig. 4. Vista lateral que permite observar una de las bisagras de la joya y el tornillo extrable. Tomado de la publicacin de H. Wolfang Mller y E. Thien, El oro de los faraones, Madrid, 2001, p. 131.
El ave se representa con sus alas extendidas y con la cabeza mostrada de perfil, proyeccin que realza la forma de su caracterstico cuello y del ganchudo pico. No obstante, el resto del buitre se plasma desde un punto de vista frontal, trayendo la cola, las patas y las alas al mismo plano. La posible sensacin de aplastamiento viene compensada por la elegancia del diseo y el juego cromtico conseguido mediante las incrustaciones del cloisonn, que parecen emular las plumas del ave, combinando elegantemente el intenso azul del lapislzuli, el rojo de la cornalina y el luminoso brillo turquesa de la loza; un tono que, sin embargo, debido al deterioro de la ptina vidriada, ha perdido buena parte de su antiguo esplendor.
Fig. 5. Detalle de las incrustaciones. Tomado de la publicacin de H. Wolfang Mller y E. Thien, El oro de los faraones, Madrid, 2001, p. 131.
En lo que respecta a los detalles del diseo hay que destacar la forma de las incrustaciones, ya que tienen un papel muy importante en el efectismo de la joya. Por ejemplo, se puede observar que el animal carece de garras, o stas se confunden y funden con la forma de signos chenXX, smbolos de la eternidad, que rematan el extremo de sus patas. Estos elementos circulares permiten situar una incrustacin de cornalina, en forma de disco, en su parte interior. Otra forma circular, aunque de dimensin ms reducida, aparece en una incrustacin prxima al cuello, que a su vez se encuentra rodeada por una incrustacin de lapislzuli que se abre como una caracola hasta conformar la cabeza (Fig. 5). Nos encontramos aqu ante un hbil recurso que ayuda a descentrar armnicamente el arranque del cuello del ave del eje de simetra y, sobre todo, le otorga su caracterstico aspecto alargado y carente de plumaje. Mediante estas efectistas incrustaciones, adems, el cuello no arranca del borde superior de la joya, permitiendo as esbozar el aspecto un tanto jorobado que inevitablemente sugiere la observacin del animal y que tambin forma parte de sus rasgos ms identificadores. A la vez, el juego reiterado con incrustaciones circulares y del mismo color, ayuda a equilibrar el cromatismo, genera ritmo visual e incrementa la armona esttica. En la parte posterior del brazalete destacan dos bandas cilndricas, montadas en paralelo, sobre las que se alternan incrustaciones oscuras (Fig. 6). Entre estas bandas queda un espacio calado donde se sita un alambre de oro que se remata en los extremos con un motivo floral, posiblemente aludiendo a una planta de papiro an cerrada, realizada mediante una pieza de turquesa engastada en oro y de color muy vivo. Y justo en el centro, como elemento que ayuda a fijar el alambre ornamental con los aros cilndricos, se encuentra una forma circular que puede identificarse nuevamente como otro signo chen- XX, aunque aqu ha perdido la incrustacin circular en su zona central. La simbologa del brazalete de Ahhotep resulta muy interesante, ya que el buitre en el antiguo Egipto se encontraba estrechamente relacionado con la nocin de madre, e incluso a nivel jeroglfico esta palabra puede escribirse con un signo con la forma de buitre. Tambin el ave tena vinculaciones funerarias y una intensa identificacin con Mut, deidad con poderosas connotaciones maternales y de culto muy antiguo en la regin tebana. Asimismo, el buitre era un animal protector de la monarqua y se identific con Nekhbet, la deidad herldica del Alto Egipto. De modo que el buitre puede condensar una gran cantidad de contenidos simblicos. Ciertamente no sera
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Fig. 6. Vista posterior de la joya que permite observar el cincelado en la parte interna, que realza la figura del buitre en un lugar que no podra ser visto cuando la joya era portada, pero que constituye un detalle de belleza y calidad. Tomado de la publicacin de H. Wolfang Mller y E. Thien, El oro de los faraones, Madrid, 2001, p. 131.
de extraar que una mujer como Ahhotep se ornamentara con un brazalete que proclamara la maternidad, pues como reina madre alcanz elevadsimas cotas de autoridad. Pero tambin el buitre era el emblema del Alto Egipto e incluso en su identificacin con Mut queda asociado a este territorio; y la reina madre Ahhotep, no lo olvidemos, fue digna integrante de una saga de guerreros que desde Tebas, desde el Alto Egipto, el territorio simbolizado por el buitre, luch por unificar Egipto bajo el dominio de un nico rey. Una madre que como un metafrico buitre extendi sus alas para dar amparo a sus pequeos y que, a juzgar por los signos chen, ansi extender esa proteccin hacia la eternidad. A ello sumar el valor simblico de los papiros cerrados, localizados en la parte posterior de la joya y unidos sutilmente al signo chen, lo que implica una especial alusin a los conceptos de vida emergente, de fertilidad, de regeneracin y de inagotable vigor. El brazalete del buitre de la reina Ahhotep muestra unas incrustaciones con unas medidas importantes, que
se alejan del preciosismo de las mejores joyas del Imperio Medio. De hecho, buena parte de los tesoros de Ahhotep muestran una tendencia a la grandiosidad y al efectismo, inaugurando lo que iban a ser caractersticas ms propias de la joyera del Imperio Nuevo. Son, en muchos aspectos, unas joyas de transicin, que reflejan las circunstancias de su tiempo y los replanteamientos artsticos que se estaban gestando. Y aunque en muchos aspectos son piezas tradicionales y conservadoras, tampoco en ellas se dejaron al margen la nuevas influencias y las innovaciones tcnicas.
Notas:
1. En Urkunden IV, p. 21, 3-17. 2. Parte de la egiptologa muestra objeciones sobre esta identificacin. Ver en C. Barbotin, hmosis et le dbut de la XVIIIe dynastie, Pars, 2008, pp. 72-73. 3. Sobre los diversos sarcfagos localizados de Ahhotep ver M. Eaton-Krauss, The coffins of Queen Ahhotep, Consort of Seqeni-en-R and mother of Ahmose, CdE XLV/130 (1990), pp. 195-205. 4. CG 52068.
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Egipto y la Biblia
Pablo y el egipcio
GERARDO JOFRE GONZLEZ-GRANDA os dcadas despus de la muerte de Jess, sus seguidores comenzaron a difundir el cristianismo. Pablo de Tarso, uno de los apstoles ms activos, comenz su actividad evangelizadora pocos aos despus de la crucifixin de Jess de Nazaret, tras una llamada o revelacin acontecida en su camino haca Damasco. El pasado mes de junio finaliz el ao paulino. El redescubrimiento de la tumba de Pablo en Roma, el hallazgo en el estrecho de Messina de un posible Templo donde estuvo el apstol, la localizacin de su retrato en un fresco del siglo IV en las catacumbas romanas o el descubrimiento de un ancla de plomo similar al del navo que naufrag en la costa maltesa (Hechos 27,39-40), son tan slo los ltimos descubrimientos arqueolgicos relacionados con la figura de Pablo. La arqueologa ha descubierto aos atrs numerosos vestigios relacionados con lugares y personajes entorno a la vida de Pablo. En Corinto por ejemplo, se descubri un pavimento inscrito en el que se menciona a Erasto como edil y en Romanos 16,23, Pablo saluda a Erasto a quien llama tesorero de la ciudad. Al final del viaje, Pablo aade que Erasto estaba en Corinto (2 Tim 4,20). Tras dcadas de excavaciones en los lugares que Pablo visito en sus viajes, podemos afirmar que se han descubierto restos que proporcionan informacin relevante al contexto del Libro de los Hechos. Lo que sabemos de Pablo nos viene transmitido a travs del Libro de los Hechos y las epstolas paulinas. Hay que sealar, que el Libro de los Hechos de los Apstoles y algunas cartas de Pablo (especialmente Glatas) son prcticamente la nica fuente con la que contamos para saber los acontecimientos de los primeros aos de la Iglesia. La obra Hechos de los Apstoles atribuida por la tradicin a Lucas, fue redactada entorno al ao 90 d.C. y al margen de su importancia, determinadas partes del
texto presentan serias dificultades de valor histrico (por ejemplo Hechos 22, 1-21 o 9, 27-30). Adems, nos han llegado dos antiguas versiones de Hechos de los Apstoles: a) El llamado texto egipcio: Compuesto por el Cdice Vaticano (s.IV), Cdice Sinaitico (s. IV), Cdice Alejandrino y por los papiros P45 y P74. b) El texto occidental compuesto por el Cdice Beza (s. V). El texto occidental es algo ms extenso que el texto egipcio. Este dato lo vamos a tener en consideracin a la hora de analizar el siguiente pasaje. En Hechos 21, 37-40 podemos leer un episodio que contiene elementos histricos y teolgicos relacionados con Pablo y un personaje llamado El Egipcio. En la narracin, Pablo es acusado de haber introducido en el templo de Jerusaln a paganos griegos y es linchado por la muchedumbre. Efectivamente, el patio de los gentiles era la nica parte del Templo abierta a los no judos. Los arquelogos han encontrado varias inscripciones en diferentes losas del Templo de Herodes que refieren a la prohibicin de que un pagano entre el recinto sagrado. Una de esas inscripciones dice as: Ningn gentil puede entrar ms all del muro que divide el patio entorno al lugar sagrado. Si es sorprendido, ser responsable de su subsiguiente muerte. Ante el alboroto, Pablo es arrestado por el tribuno de la cohorte auxiliar, que estaba en la fortaleza Antonia. Este oficial romano, manda que lo encadenen y le intenta interrogar, pero debido a los gritos del gento, no puede sacar nada en claro. Seguidamente, lo enva al cuartel. Lo que sucede despus es singular: Hechos 21,37-40: Cuando iban ya a meterle en el cuartel, Pablo dijo al Tribuno. Me permites decirte una palabra?, l le contest: Pero,sabes griego? No eres t entonces el Egipcio que estos ltimos das ha amotinado y lle-
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vado al desierto a los cuatro mil terroristas?. Pablo respondi: Yo soy un judo, de Tarso de Cilicia, una ciudad no insignificante. Te ruego que me permitas hablar al pueblo. Se lo permiti. Pablo de pi sobre las escaleras pidi con la mano silencio al pueblo y hacindose un gran silencio les dirigi la palabra en lengua hebrea. Veamos un anlisis del texto. En un principio Pablo es encadenado e interrogado en el lugar donde es atacado, algo extrao, cuando lo ms lgico hubiera sido que el oficial dispersara a los alborotadores y llevara a Pablo al cuartel junto con varios agresores para aclarar lo sucedido. Si leemos el texto del Cdice Sinatico y del Cdice Beza veremos que ambos no presentan diferencias sustanciales a destacar en este fragmento. Cdice Beza
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Cuando Pablo le habla en griego, el oficial piensa que el sicario es concretamente el Egipcio y le pide si l es el Egipcio. Ante una posible confusin de identidad, Pablo deja claro que el no es el Egipcio, sino un judo nacido en Tarso. La ocupacin romana en Palestina produjo el levantamiento de grupos nacionalistas judos. Con frecuencia aparecan lderes que animaban a la lucha armada contra los romanos. Estos sicarios, eran rebeldes que realizaban atentados contra los intereses romanos. Quin fue el Egipcio? La ancdota del egipcio hubiese quedado nicamente en el texto lucano, sino fuese porque fuera del Nuevo Testamento, un historiador llamado Flavio Josefo lo vuelve a citar. En su obra Guerra de los Judos (Bell. II 261-263) el historiador aade: Otro grupo de malos hombres que no mataban, pero con conceptos pestferos y muy malos corrompieron el prspero estado y la felicidad de toda la ciudad, no menos que hicieron aquellos matadores y ladrones. Porque aquellos hombres, engaadores del pueblo, pretendiendo con sombra y nombre de religin hacer muchas novedades, hicieron que enloqueciere todo el vulgo y gente popular, porque se salan a los desiertos y soledades, prometindoles seales de la libertad que haban de tener. Envi contra stos Flix, parecindole que eran seales manifiestas de traicin y rebelin, gente de a caballo y de a pi, todos muy armados y mataron gran muchedumbre de judos. Pero mayor dao caus a todos los judos un hombre egipcio, falso profeta, porque viniendo para halagarlos, siendo mago, querase poner nombre de profeta, y junto con l casi treinta mil hombres, engandolos con vanidades y trayndolos consigo de la soledad donde estaban, al monte que se llama de los Olivos; trabajaba de venir de all a Jerusaln, y echar la guarnicin de los romanos y hacerse seor de todo el pueblo. Habase juntado, para poner por obra esta maldad, mucha gente de guarda, pero viendo esto Flix provey en ello; y salindole con la gente romana muy armada y en orden, y ayudndole toda la otra muchedumbre de judos, dile la batalla. Huy salvo el egipcio con algunos, y presos los otros, muchos fueron puestos en la crcel, y los dems se volvieron a sus tierras. En su otra obra: Antigedades Judas (20:169-172), Josefo dice lo siguiente acerca del Egipcio: Con esos hechos perpetrados por ladrones, la ciudad estaba repleta de crmenes horrendos. Los impostores y los hombres falaces persuadan a la multitud que los siguieran al desierto. Decan que all les mostraran signos y seales que slo pueden producirse por obra y providencia de Dios. Muchos que los creyeron, sufrie-
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Cdice Sinatico
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Si leemos el texto griego de ambos cdices observamos que las preguntas son todava ms directas: (Hechos 21:37-38) Puedo hablar contigo?, l le respondi Tienes conocimiento del griego?, No eres por lo tanto (o luego) el Egipcio que hace unos das antes hizo un levantamiento y se llev al desierto a cuatro mil asesinos (sicarios)? Algunos estudiosos como Wesley deducen que el Egipcio no deba saber griego y que Pablo al hablar en griego al Tribuno, le hace dudar de que se trate del Egipcio. En mi opinin, todo lo contrario. Las versiones griegas de ambos cdices nos muestran que el oficial ha encadenado e interrogado a Pablo de manera inmediata en el lugar del tumulto porque sospecha que es un sicario.
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ron los castigos que merecan por su locura, pues Flix los hizo ejecutar cuando le fueron entregados. En ese tiempo lleg a Jerusaln un egipcio que simulaba ser profeta, y quiso persuadir a la multitud que ascendiera con l al monte de los Olivos, que se encuentra a la distancia de cinco estadios de la ciudad. Les dijo que desde all veran caer por su orden los muros de Jerusaln, y les prometi abrirles un camino para volver a la ciudad. Cuando Flix oy tales cosas; orden a sus soldados que tomaran las armas. Sali de Jerusaln con muchos soldados de caballera y de infantera, y atac al egipcio y a los que estaban con l. Mat a cuatrocientos de ellos, e hizo prisioneros a doscientos. En cuanto al egipcio, eludi el encuentro y se escap. El Egipcio por tanto fue un mago, un falso profeta, procedente de Egipto que actu contra los romanos e instigo al nacionalismo judo a la rebelin. Es muy probable que tambin fuese judo, y que tambin conociera el griego al igual que Pablo. El Egipcio emulando a Josu, prometi a sus seguidores que caeran los muros de Jerusaln. Finalmente el Egipcio fue perseguido por Flix y huy probablemente al desierto y ms tarde quiz volviera a su tierra, Egipto. Estos sucesos tuvieron lugar en algn momento entre los aos 52 y 60 d.C. La Guerra de los judos fue escrita entre los aos 75 y 80 d.C. y antigedades Judas sobre el ao 94 d.C., esto ha llevado a algunos estudiosos a argumentar que Lucas habra usado material de Josefo para Hechos de los Apstoles. Uno de esos materiales sera el episodio del Egipcio.
No podremos nunca saber si eso es as, sin embargo si podemos observar que Lucas plasma un mensaje teolgico en aquellos sucesos: La teologa lucana descarta cualquier idea de que el cristianismo pudiera ser confundido con una rama del movimiento nacionalista judo, pues de lo contrario el Tribuno no le hubiera concedido la palabra. En conclusin, tanto el trasfondo teolgico de la narrativa, como la posibilidad de una insercin de material de Josefo en el libro de los Hechos, dificultaria su historicidad. Sin embargo es bastante probable que durante algn momento de la detencin de Pablo, esa confusin con el Egipcio sucediera realmente. A partir de Hechos 21,39, Lucas prepara el discurso de Pablo, finalizando la parte histrica de este curioso relato.
Bibliografa consultada:
M. BRAYBROOKE y J. HARPUR , Conocer y comprender la Biblia, Madrid, 2006. DESCLE DE BROUWER , Nueva Biblia de Jerusaln revisada y aumentada, Bilbao, 1998. El Nuevo Testamento de nuestro Seor Jesucristo traducido al espaol, Nueva York, 1861. JAMES K. HOFFMEIER , Arqueologa de la Biblia, Madrid, 2008. JOSEFO, Antigedades Judas. JOSEFO, Guerra de los Judos. PIERO, Gua para entender el Nuevo Testamento, Madrid, 2006. RAMIS DARDER, FRANCESC, Apuntes de la asignatura Viajes de San Pablo, Curso CETEM 2008-2009. SCIO DE SAN MIGUEL, La Santa Biblia traducida al espaol de la vulgata latina, Barcelona, 1853.
http://www.egiptologia.com/egipto-y-la-biblia.html
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Museos y Colecciones
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nacionalizadas durante la Revolucin y otras han llegado a travs de la comisin de compras del museo. La sala de exposicin dedicada a la cultura egipcia muestra una rica coleccin que abarca un periodo de la Historia de Egipto desde el quinto milenio hasta finales del siglo I a.C. Entre las diversas piezas podemos destacar una estatua de granito, de cuerpo entero, de Amenemhat III; una esplndida estatua de la diosa Sacmis; una estela del escriba real Ipi, frente al dios Anubis del siglo XIV a.C. en piedra caliza; la parte superior de una magnfica estela de piedra calcrea de Horemheb, jefe del ejrcito del rey Tutankhamon, procedente de su tumba en Saqqara; la tapa exterior del sarcfago del sacerdote Petese, del siglo X a.C. en madera pintada y una magnfica escultura de basalto de Cleopatra VII. En las visitas tursticas habituales, que recorren diversas salas del museo en unas 3 horas, no se contempla la visita de la sala egipcia en la planta baja. Pero para los aficionados a la egiptologa la sala egipcia del Ermitage har sus delicias, gracias a las atractivas piezas que en ella se exponen.
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Fig. 1. Detalle de una estatua de Cleopatra. poca ptolemaica. Fig. 2. Vista general de una de las salas egipias del Museo Hermitage. Fig. 3. Estatua de Amenemhat III. Imperio Medio, dinasta XII. Fig. 4. Estela de Ipi, escriba real y porta-abanicos a la derecha del rey. Imperio Nuevo, dinasta XVIII, poca de Tutankhamon.
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Novedades Editoriales
Recensiones de libros
ELISA CASTEL
fuentes consultadas y una amplsima bibliografa que ocupa 170 pginas. La publicacin se acompaa con fotografas en blanco y negro, y con 16 a color (en el cuadernillo central), as como dibujos a lnea. Jos Carlos Castaeda Reyes es historiador y Arquelogo. Realiz sus estudios en el Centro de Estudios de Asia y frica de El Colegio de Mxico, donde curs la Maestra y el Doctorado, con especialidad en Medio Oriente. Actualmente es profesor e investigador de la Universidad Autnoma Metropolitana, campus Iztapalapa, de la Ciudad de Mxico. Entre sus publicaciones se encuentra: Sociedad antigua y respuesta popular. Movimientos sociales en Egipto antiguo (2003), Fronteras del placer, fronteras de la culpa. A propsito de la mutilacin femenina en Egipto (2007). Tal y como indica el autor, el libro es fruto de una trayectoria iniciada en 1986 como parte de una investigacin ms amplia sobre diversos aspectos de la historia social del Egipto antiguo, especficamente de los movimientos sociales que se presentaron a lo largo de la historia de esta civilizacin. El primer captulo aborda la historiografa sobre la mujer egipcia, los estudios de gnero y egiptologa, realizando un estado de la cuestin de las obras clsicas (Herdoto de Halicarnaso, Diodoro de Sicilia), para despus caminar por los siglos XVIII y XIX, registrando los estudios llevados a cabo por Champollion, Revillout y Paturet. A continuacin Castaeda se detiene en el siglo XX, al entender que fue entonces cuando los estudios poco a poco van acercndose a temas que permiten tener una visin cada vez ms completa del papel de la mujer en la sociedad egipcia. De esta manera, nos va dando una perspectiva de las obras de Blackman, Pirenne, Revillout, Satterthwait, Drioton, Vercoutter, Desroches-Noblecourt, Schulze, Fischer, Nur el-Din, Robbins, Tyldesley, Hawass, Jacq, Lesko, Johnson, entre otros, detenindose en la dcada de los aos sesenta, cuando los estudios comenzaron a abordar nuevos y enriquecedores enfoques y planteamientos. Llama la atencin que en este punto no dedique unas lneas al importante trabajo de Troy que, sin embargo, s se encuentra en la bibliografa. Ms tarde, el autor expone el problema del anlisis de las fuentes, dividindolas en plsticas (arte, historia y sociedad; arte y vida cotidiana; presencia y carencia en las fuente plsticas) y escritas (grandes inscripciones oficiales; obras literarias; fuentes plsticas y fuentes escritas: complementariedad; documentos escritos como fuentes plsticas para la historia de las mujeres egipcias y metodologa de estudio de los movimientos sociales en el antiguo Egipto). Llegamos as al captulo que se ocupa de la vida y el trabajo, es decir de la vida cotidiana, donde Castaeda aborda oficios y profesiones, as como el papel de las madres y de las hijas en la vida laboral egipcia, la vida y la salud de la mujer, la sexualidad, el amor, el matrimonio y el divorcio, sin olvidar temas tan escasamente documentado como la homosexualidad y la unin heterosexual, entre otros. El captulo tercero se centra en la situacin de la mujer en la estructura del Estado, mostrando su papel en cuanto a propietaria y heredera y revelando su afinidad con ciertas divinidades egipcias, como es el caso de Bes y Hathor. Las mujeres egipcias y los movimientos populares ocupan los siguientes
Ttulo: Seoras y esclavas. El papel de la mujer en la historia social del Egipto antiguo. Autor: Jos Carlos Castaeda Reyes Edita: El Colegio de Mxico A.C. Ciudad: Mxico, D.F, 2008 713 pginas ISBN: 968-12-1291-6 Precio orientativo: 30 ste trabajo se organiza en cinco grandes apartados: la mujer egipcia y la egiptologa; la vida y el trabajo: la mujer egipcia y su vida cotidiana; la mujer en la estructura del Estado egipcio; las mujeres egipcias y los movimientos populares: Reino Antiguo y Reino Medio; las mujeres egipcias y los movimientos populares: Reino Nuevo y Postimperio. La obra se cierra con un captulo de conclusiones,
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captulos. En el cuarto se abarcan los Reinos Antiguo y Medio, estudiando la Revolucin social acaecida a finales del Reino Antiguo y sus consecuencias, mientras que el quinto se ocupa del Imperio Nuevo y el Postimperio. Es aqu donde el autor trata los temas mas populares: Nefertiti, Horemheb y su decreto, las mujeres en Deir el-Medina, la violencia y la vida cotidiana, el papel de la mujer en las huelgas laborales, etc.; adems de incluir la situacin de la mujer en el Tercer Perodo Intermedio y la poca Baja. En definitiva, empleando frases del propio autor: Creemos que a travs del anlisis de los aspectos de historia social que revisamos puede observarse que existi cierta diferenciacin de gnero en la sociedad egipcia, que coloc a las mujeres en una posicin subordinada y secundaria frente al hombre en la esfera pblica y en la esfera poltica, a pesar de que la participacin econmica y social de aqullas fue de notable relevancia a lo largo de la historia de esta civilizacin, an as: con todo esto se ve cmo la mujer egipcia, en el marco de las grandes sociedades antiguas, se destac por su posicin de mayor participacin y transcendencia, comparada con otros casos histricos bien conocidos. NDICE DE LA OBRA: Agradecimientos Sistemas de transliteracin Introduccin 1. La mujer egipcia y la egiptologa Introduccin Historiografa sobre la mujer egipcia Estudios de gnero y egiptologa: algunas reflexiones El problema de las fuentes. Metodologa de anlisis Introduccin Fuentes plsticas Arte, historia y sociedad Arte y vida diaria Presencias y carencias en las fuentes plsticas Fuentes escritas Las grandes inscripciones oficiales Las obras literarias Fuentes plsticas y fuentes escritas: su complementariedad Los documentos escritos como fuentes para la historia de las mujeres egipcias Metodologa de estudio de los movimientos sociales en Egipto antiguo 2. Vida y trabajo: la mujer egipcia y su vida cotidiana Mujer y trabajo: sirviente de los dioses y del orbe humano Introduccin
Oficios Profesiones Madres e hijas en la vida laboral egipcia Vida y salud de la mujer egipcia Mujer y sexualidad: amor, matrimonio, divorcio Generalidades La sexualidad egipcia: cortejo, coito, amor Otras manifestaciones de la vida sexual egipcia: homosexualidad La unin heterosexual Varias mujeres, varios hombres Una mujer, un hombre: matrimonio y divorcio Resultados de la sexualidad y del matrimonio: fertilidad y embarazo La nbt pr, nebet per, madre: el fundamento de la sociedad egipcia 3. La mujer en la estructura del Estado egipcio Mujer y legalidad: propietarias y herederas Mujer y religin: Bes, Hathor y el culto flico La mujer en la religin egipcia: introduccin Rasgos bsicos del dios Bes Bes y la fertilidad humana Bes, msica, danza y vida ertica Bes, la mujer y el culto flico Representaciones flicas en el Egipto antiguo Bes flico a travs de la historia egipcia Conclusin: el carcter flico sui gneris de Bes Hathor y la bsqueda de la fertilidad Introduccin Hathor, vida ertica y las figurillas de fertilidad Mujer y poesa: oralidad o letralidad? 4. Las mujeres egipcias y los movimientos populares: Reino Antiguo y Reino Medio La mujer en la Revolucin social de fines del Reino Antiguo El problema de la historicidad de la Revolucin social La Revolucin social: resumen de hechos histricos Hmwt, hemut, esclavas y Spwt, shepesut, mujeres nobles, en la Revolucin social Ideologa y control social: la mujer y el Estado egipcio El fin del movimiento popular y la mujer egipcia Mujer y coaccin fsica Mujer e ideologa de control social 5. Las mujeres egipcias y los movimientos populares: Imperio Nuevo y Postimperio Imperio Nuevo Nefertiti y la revolucin desde arriba de Amarna Nuevos tiempos: Horemheb, su decreto y
las mujeres egipcias Las mujeres de Deir el-Medina y la violencia de la vida cotidiana Los hombres de la comunidad Las mujeres de la comunidad Violencia y vida diaria de las mujeres egipcias Las huelgas laborales y las mujeres egipcias La crisis social agudizada: los robos de tumbas y la participacin de la mujer Tercer Periodo Intermedio y poca Baja: bajo Bocoris y Amasis Conclusin Fuentes consultadas Abreviaturas empleadas Bibliografa Referencias de www.
Ttulo: Sarcfagos del Antiguo Egipto. Jardineros de Amn en el Valle de las Reinas Autores: Varios autores Edita: Museu Egipci de Barcelona. Fundaci Arqueolgica Clos, Ministerio per i Beni e le Attivit Culturali. Soprintendenza per i Beni Archeologici del Piemonte e del Museo di la Antichit Egizie. Ciudad: Barcelona 2008 175 pginas ISBN: 978-84-932007-7-0 Precio orientativo: 24,50 on motivo de la exposicin Sarcfagos del Antiguo Egipto. Jardineros de Amn en el Valle de las Reinas presentada en el Museu Egipci de Barcelona, del 13 de marzo de 2008 al 13 de abril de 2009, se edit un
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catlogo colectivo que recogi firmas de varios autores espaoles e italianos. La obra agrupa, entre otras cosas, una serie de sarcfagos descubiertos por Luis Clemente Bartolom Ernesto Schiaparelli, director del Museo Egipcio de Turn. Entre los aos 1903 a 1920, este hombre impuls y dirigi las excavaciones de la misin italiana en Egipto, participando en 12 campaas arqueolgicas a lo largo de todo el pas. De 1903 a 1906 su trabajo se centraliz en Luxor-Oeste, al conseguir la concesin exclusiva del Valle de las Reinas. El catlogo se divide en dos bloques claramente diferenciados, ambos ilustrados con buenas fotografas a color y blanco y negro, un grupo de artculos y el inventario de 34 piezas, cada una de las cuales est acompaada de la ficha donde se consigna el material, medidas, datacin, nmero de inventario, un texto descriptivo y bibliografa especfica. La primera parte de la obra comienza con los trabajos firmados por E. DAmicone, Directora Coordinadora Arqueloga responsable de las actividades del Museo Egipcio de Turn-Depsito (Superintendencia para los Bienes Arqueolgicos del Piamonte y del Museo de las Antigedades egipcias). Ella nos habla de el antiguo Egipto y del Museo Egipcio de Turn, es decir, las primeras antigedades pseudo egipcias: desde la llegada de la Mensa Isiaca proveniente de la coleccin Saboya en 1630 y hallada en Roma en 1527, pasando por la coleccin Drovetti (1824) y los objetos que ingresaron en el museo durante el transcurso del siglo XX procedentes de Guiza, Helipolis, el-Ashmunein, Asiut, Gau el-Kebir, Hammamia, Valle de las Reinas, Deir el-Medina, Guebelein y Asun, as como la donacin del templo rupestre de Ellesiya, entregado por el gobierno egipcio en agradecimiento a la colaboracin en la campaa de salvamento de los monumentos nubios, en los aos sesenta. Despus, se halla otro artculo que trata de la conservacin de los materiales egipcios y los colores de la vida eterna en los sarcfagos de madera de los Jardineros del templo de Amn, donde se recuerdan las impresiones del padre jesuita C. Sicard (1707), R. Pococke (1743), G. Flaubert (1844), J. J. Ampre (1868), J. Bruce, K. R. Lepsius, al contemplar el arte egipcio y su policroma. A continuacin esta autora nos presenta a Ernesto Schiaparelli y las excavaciones en el Valle de las Reinas, mostrndonos ilustrativas y curiosas instantneas de la vida cotidiana de la
Misin Italiana y del interior de las tumbas descubiertas en el yacimiento, relatndonos los duros y fructferos comienzos de la egiptologa italiana en el Egipto de finales del siglo XIX y comienzos del XX. De la pluma de L.M. Gonzlvez es el trabajo que se ocupa de Deir el-Medina, la comunidad de constructores de las tumbas reales. En l nos describe el nacimiento de este poblado de trabajadores especialistas desde tiempos de Thutmosis I, su organizacin, tamao y distribucin, as como la necrpolis prxima a la aldea y el gran pozo hallado por B. Bruyre con ms de 5000 straca de todo tipo. De este modo el autor da paso al siguiente artculo titulado: el diario de la necrpolis y los robos en los cementerios tebanos, donde explica la formacin de los dos equipos de trabajadores que intervenan en la tumba real, el nmero de hombres agrupados en ellos y los documentos escritos que consignan todo lo que los egipcios consideraron importante para el buen desempeo de sus tareas (alimentos, herramientas, materiales de trabajo, salarios, acontecimientos destacables, ausencias, enfermedades, etc, etc), finalizando con el registro de robos y los archivos de mbito privado o aquellos que se refieren a la primera huelga conocida en la historia, protagonizada por estos trabajadores durante el transcurso de la dinasta XX. E. DAmicone escribe sobre los sarcfagos pintados de las excavaciones de Schiaparelli en el Valle de las Reinas y los Cultivadores de las flores de loto en el templo de Amn, centrndose en el motivo de esta exposicin; nos habla de sus atades, datados en el Tercer Periodo Intermedio, que ocuparon tumbas ramsidas, reutilizndolas con objeto de convertirlas en mausoleos propios donde depositar sus cuerpos momificados y su ajuar. La autora describe la composicin iconogrfica y de las divinidades que se encuentran pintadas en estos contenedores policromos de madera. E. Gonzlez Gil ha sido la encargada de dos temas cruciales: el ajuar funerario y la momificacin pues sin ellos sera difcil comprender las creencias funerarias de los antiguos egipcios, la necesidad de incluir diversos objetos formando parte del ajuar de difunto y lo imprescindible que para ellos era mantener el cuerpo incorrupto pero ambos temas no tendran sentido si P. Casals Miret no se hubiera ocupado de la leyenda base para este tipo de creencias: el mito de Isis y Osiris y la importancia de: los dos horizontes y los dioses del Occidente y del Oriente, as como
Nut, seora del cielo, tres captulos del catlogo que enmarcan la vida y el panorama del egipcio tras la muerte y la certeza de su vida futura. Este primer bloque concluye con un artculo de E. Guzzon que trata sobre familias del Valle de las Reinas, en el que se elaboran las consideraciones acerca de los nombres, las familias, y los ttulos de los propietarios de los sarcfagos que Ernesto Schiaparelli descubri en el Valle de las Reinas, presentando adems un ilustrativo cuadro con la reconstruccin y grafas de los miembros de los seis grupos familiares, a partir de la informacin contenida en las piezas. Tras este punto comienza el catlogo, que se inaugura con los descubrimientos a travs de las fotografas y los manuscritos de la poca de las excavaciones, ilustrndolo la cmara fotogrfica decimonnica de la misin arqueolgica italiana y las fotografas obtenidas del archivo fotogrfico de la Superintendencia de Antigedades del Piamonte y el Museo de Antigedades Egipcias, obtenidas gracias a las placas originales de cristal impresas a comienzos del siglo XX, as como complementados con los dibujos y fichas de los discpulos de Schiaparelli y los objetos utilizados por esta misin. Varios autores se reparten el epgrafe: sarcfagos para la vida eterna de los cultivadores de loto del templo de Amn, donde se halla el subttulo Harua II y la historia de su familia en cinco generaciones, es decir, donde se agrupan los sarcfagos de Harua II y de sus familiares, el cuerpo vendado y momificado Harua I, as como otros elementos situados originalmente en el interior de estos contenedores eternos. El catlogo incluye el anlisis de la tomografa axial computerizada (TAC) de la momia de Harua I, hiptesis de reconstruccin facial, la restauracin de la momia de Harua I, Mentuirdis y su hermana Tajauyuenbastet, un trabajo realizado en 2001 como colofn al proyecto de investigacin antropolgica llevado a cabo entre 1960 y 1970. Al mismo tiempo, el catlogo recoge el proceso de restauracin de la momia de Harua y de algunos de los objetos de su ajuar funerario agrupados en la ltima parte del catlogo. Dicha restauracin fue posible gracias al apoyo econmico de la Fundaci Arqueolgica Clos. Tal y como indica el ttulo, esta seccin concluye con las tapas y cajas de los sarcfagos de Mentuirdis, su hermana Tajauyenbastet y Nesjonsuunnejy, un Cutivador Jefe de las flores de loto del templo de Amn.
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El segundo bloque del catlogo lleva por ttulo los modelos de sarcfagos en la poca de Harua II, Mentuirdis y Nesjonsuunnejy, aunque tambin se presentan los de Seperamn, Ruru, Hor, Najtjonsuru, Nesamonenipet, Basaenmut, y Nesimendyamun. Quiz la parte ms especializada, aunque no menos interesante, sean los epgrafes que recogen las notas histrico tecnolgicas acerca de las tcnicas de realizacin y restauracin de los sarcfagos expuestos, diagnstico colorimtrico: luz, materiales y lxico descriptivo, as como el anlisis de fluorescencia con rayos X y los anlisis cromticos sobre muestras de color de los sarcfagos conservados en el Museo de Turn. El ltimo bloque del catlogo recibe el nombre de loto, flor divina. En l se han agrupado diferentes piezas expuestas en torno a un hilo conductor: el loto y el agua del Nilo, donde se han incorporado los azules egipcios, el perfume del loto y la vida eterna y los jardines y plantas divinas. Los tradicionales cuencos y figuras de hipoptamos en fayenza, las maquetas de remos, las cucharas de cosmticos, etc., son algunos soportes donde los egipcios reprodujeron motivos de su mundo acutico y vegetal tan importante y tan unido a los ciclos de regeneracin y renacimiento. Tanto relieves como estelas, pinturas, estatuas e, incluso, los restos secos de manojos vegetales, tienen eco en esta publicacin para ilustrar el mundo de las fragancias, primordial en el Egipto faranico. Aunque cada pieza se acompaa de sus respectivas referencias bibliogrficas, el catlogo concluye con una bibliografa general que ayuda a conocer otras obras de carcter ms general.
Ttulo: Hipcrates y los egipcios. Influencias egipcias en la medicina hipocrtica del siglo IV a.C. Autor: Jorge Ordez Burgos Edita: Universidad Autnoma de Ciudad Jurez Ciudad: Ciudad Jurez, 2008 387 pginas ISBN: 978-607-7623-11-3 Precio orientativo: 15 a Tesis Doctoral de Jorge Ordez Burgos, leda en julio de 2006 en la UNED, se materializa ahora en una obra actualizada, crtica y accesible para todos los interesados en el mundo egipcio, griego y, especialmente, a aquellos estudiosos de la
historia de la medicina. Rene rigor cientfico, una rica y variada documentacin y valiosas aportaciones sobre la medicina, la magia y la religin de Egipto y Grecia. Prologada por Mara Teresa Oate y Zuba, Catedrtica de Filosofa de la UNED-Madrid y presentada por Piedad Yuste, de la misma Universidad, la obra plantea y analiza el papel de la medicina que, sin estar exenta de buenas cargas mgicas y religiosas, se nutre de racionalidad al ser fruto de una cuidadosa observacin y una dilatada experiencia. Para ello el autor no slo ha reunido toda la documentacin disponible, tambin se ha ocupado de la traduccin de textos originales, revisando las lecturas que pudieran haberse modificado con el transcurso de las investigaciones ms modernas. Ordez comenta los papiros egipcios ms importantes al considerar que la lgica influencia de Egipto en este rea es incuestionable por haberse infiltrado su conocimiento en el corpus hipocrtico, a travs de la escuela pitagrica y el orfismo, de manera que dicha ciencia progres, camin y se consolid en las escuelas griegas y alejandrinas. Jorge Ordez Burgos fue profesor de Historia de la Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad Autnoma de Chihuahua, entre los aos 2003 a 2005. Actualmente es profesor-investigador de la Universidad Autnoma de Ciudad Jurez, impartiendo las asignaturas: Historia de las Religiones, Filosofa Antigua e Historiadores griegos de la Antigedad. Ha publicado diversos artculos especializados y los libros: La poesa rfica y la sabidura antigua (2002) y Poesa, filosofa y sabidura (2005).
La obra comienza con una declaracin de intenciones El presente estudio pretende desarrollar una interpretacin acerca de la prctica mdica en dos zonas muy importantes del mundo antiguo: Egipto y Grecia. La hiptesis con la que se trabajar postula la influencia ejercida por los terapeutas egipcios en el hipocratismo del siglo IV a.C., concretamente en un grupo de tratados que renen ciertas caractersticas comunes de estilo y contenido. El primer captulo se titula la medicina en tanto que expresin mxima del filosofar en la antigedad. En l se desarrollan los prolegmenos y el esquema exegtico de la filosofa egipcia, acompaado de esquemas que facilitan la comprensin del tema expuesto. Despus se relacionan 13 divinidades egipcias (Thot, Imhotep, Tueris, Bes, Heket, Mesjenet, Opet, Selkis, Hathor, Maat, Amenofis hijo de Hapu, Sejmet e Isis), describiendo su personalidad y su relacin con la medicina. Dicho vnculo enlaza con la sabidura y medicina, enriquecido con un cuadro donde se listan y definen las terapias empleadas dentro de la medicina egipcia. Es inevitable que en este captulo exista un epgrafe dedicado a los sacerdotes egipcios, puesto que algunos de ellos fueron depositarios y custodios de conocimientos determinantes. As llegamos a un punto neurlgico: papiros egipcios de medicina, en el que se rene el papiro de Kahn, de la dinasta XII y otros diversos del Reino Nuevo egipcio (Berln, Carlsberg n VIII, Chester Beatty n VI, Ebers, Edwin Smith, Hearst, Londres, los papiros del Ramesseum, etc.), ofreciendo datos sobre su adquisicin, datacin y contenido, al mismo tiempo que se consignan otro tipo de textos mdicos (straca, estelas) finalizando con la especializacin dentro de la medicina egipcia. Los captulos segundo y tercero tratan sobre los mitos griegos y el pitagorismo y la interpretacin de distintos documentos de la cultura helnica; desde las divinidades de la salud dentro de la cultura griega hasta la interpretacin del corpus hipocraticum, navegamos por un fascinante mundo que concluye con la tesis argumentada de que la medicina hipocrtica fue influida, en una de sus corrientes, por ideas del pitagorismo. Los elementos de la naturaleza presentes en Egipto y el hipocratismo ocupan el captulo siguiente, al considerar que tanto para los egipcios como para los griegos hipocrticos, la naturaleza posee un valor enorme. La labor
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del mdico consistir pues, en dedicarse a emplear el medio silvestre, despus de un largo proceso de contemplacin, como herramienta para la sanacin, adems de valerse de l como mecanismo de autoconocimiento. Aun as, el autor puntualiza que no se ha considerado que la farmacopea de la Hlade y Egipto sean iguales; lo interesante aqu es resaltar los principios teraputicos donde coinciden ambas civilizaciones y precisamente es ah donde puede encontrarse la influencia de los textos hipocrticos, en esa recurrencia a prolegmenos de carcter filosfico que sostendrn la prctica mdica. En definitiva, en este apartado se divide el saber de Egipto y de los Pitagricos e hipocrticos, en cuanto al conocimiento y relevancia de diversos peces, plantas y minerales, incluyendo cuadros sintetizados y esquemas que resumen y explican los ms de 20 peces y 12 plantas que se censan en el captulo. El cuadro relativo a los peces ofrece datos sobre su nombre comn y cientfico, su hbitat, sus caractersticas especiales y su condicin; en el que se relacionan las plantas refleja el nombre de la planta, rbol o arbusto, la deidad a la que est consagrada y el lugar donde reciba culto. Una seccin dedicada a las conclusiones generales cierra este trabajo de investigacin, no sin ofrecer una bibliografa comentada y un apndice documental. En el primero se referencian ms de 150 libros y artculos divididos en los siguientes apartados: Estudios sobre Oriente, fuentes egipcias, fuentes griegas, estudios sobre griegos, filosofa no antigua, fuentes latinas, otros y pginas web; el segundo rene aspectos complementarios de los dioses Thot y Maat, nombre y ttulos de antepasados y descendientes de Imhotep, la msica de la antigua Grecia, consideraciones generales del tratado hipocrtico sobre la decencia, un glosario de trminos zoolgicos y botnicos y varios apndices ilustrados con las fichas, dibujos y fotografas de plantas, peces e invertebrados. Ttulo: 120 aos de arqueologa espaola en Egipto Autor: Varios autores Edita: Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales Ciudad: Madrid, 2009 406 pgs ISBN: 978-84-96411-79-1 Precio orientativo: 27,10
(Texto extrado y adaptado del dossier del Gabinete de Prensa SECC: secc.artempus.es/media/docs/ dossier10.pdf y de la nota de prensa del Ministerio de Cultura: http://www.mcu.es/gabineteprensa/mostrar DetalleGabinetePrensaAction.do?prev_layout =notas&layout=notas&html=16112009nota. txt&language=es&cache=init)
a Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), la Direccin General de Poltica e Industrias Culturales del Ministerio de Cultura, el Supreme Council of Antiquities y el Museo Egipcio de El Cairo conmemoraron el 120 Aniversario de las excavaciones espaolas en Egipto con la puesta en marcha de una exposicin que reivindic la decisiva aportacin espaola a la investigacin de la historia del antiguo Egipto a lo largo de ms de un siglo de campaas arqueolgicas y excavaciones, desde la primera misin arqueolgica llevada a cabo por Eduardo Toda hasta nuestros das. Las primeras actuaciones espaolas en Egipto respondieron al llamamiento internacional del director general de la UNESCO para salvar los monumentos de la regin de Nubia, que se iban a ver afectados por la construccin de la gran presa de Asun, cuyos trabajos se iniciaron en el ao 1960. Como contrapartida a su colaboracin, Espaa obtuvo la cesin de materiales arqueolgicos, actualmente depositados en el Museo Arqueolgico Nacional; la concesin del derecho a excavar en el rea de Heraclepolis Magna en 1965, y en 1968 el Templo de Debod que hoy se puede visitar en Madrid. La exposicin, comisariada por M del Carmen Prez Die y Wafaa al-Sadiik, reuni ms de 130 piezas originales -objetos funerarios, mobiliario, sarcfagos, ce-
rmicas, esculturas, todas ellas extradas en yacimientos excavados por arquelogos espaoles (tumba de Sennedyem; la tumba de Jamerernebti; Heraclepolis Magna; Oxirrinco; Dra Abu el-Naga; Kom Jamasin y la tumba de Sen-en-mut). La muestra se complet con numerosas fotografas y paneles que informaban sobre otras excavaciones en Egipto, siempre que estuvieran integradas o dirigidas por espaoles, destacando las aportaciones espaolas a la egiptologa, todas ellas sustentadas en cinco pilares fundamentales: ciencia, cooperacin, conservacin, restauracin y dotacin patrimonial. Dicha exposicin se celebr en el Museo de El Cairo del 6 de abril al 6 de junio de 2009, editndose un catlogo que se dividi dos partes. La primera recoge los textos que relatan las excavaciones dirigidas por espaoles en distintos lugares de Egipto, as como los trabajos que se han realizado en colaboracin con otros pases. La mayora de los artculos guardan un orden cronolgico y han sido escritos por los directores de las excavaciones, adems de un captulo dedicado a la conservacin del patrimonio, escrito por Mara Antonia Moreno Cifuentes. La segunda parte est consagrada a la descripcin y estudio de 69 piezas que pudieron verse en esta exposicin. Todas ellas estn acompaadas de una ficha tcnica que da fe de su procedencia, cronologa, material, dimensiones y nmero de inventario, as como un texto descriptivo y una o dos fotografas. Algunas, incorporan bibliografa especfica. Encuadernado en tapa dura e impreso en excelente papel. Cabe destacar el tamao y la calidad fotogrfica de las piezas, todas ellas en color. La exposicin se dividi en varios bloques temticos, estructura que se mantiene en el catlogo: 1. La tumba de Sennedyem. Excavaciones dirigidas por Eduardo Toda en 1886 en la necrpolis de Deir el-Medina (Luxor Oeste). 2. Tumba Galarza. Excavaciones dirigidas por Vicente de Galarza en 1907. La tumba se ha atribuido a Jamerernebty, aunque no existe acuerdo respecto a si esta mujer es la primera o la segunda o, incluso, si se trata de la esposa de Micerinos. 3. Excavaciones espaolas en Nubia. Excavaciones dirigidas por Martn Almagro Basch entre 1961 y 1964. Seis equi-
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pos que estudiaron: 2 yacimientos prehistricos, 3 poblados cristianos, unos 300 conjuntos de arte rupestre y 20 necrpolis de distintas pocas, con un total de unas 1500 tumbas. En el catlogo se incluye tambin la campaa de Nubia en la prensa espaola de la poca. 1960-1966. 4. Proyecto de investigacin y Excavacin de Heraclepolis Magna (Ehnasya elMedina). Excavaciones dirigidas por Martn Almagro Basch, de 1966 a 1979, y por M del Carmen Prez Die, desde 1984 hasta la actualidad. 5. El yacimiento de Oxirrinco (ElBahnasa, Minia). Excavaciones dirigidas por Josep Padr desde 1992. 6. Las tumbas de Dyehuty y Hery en Dra Abu el-Naga (Luxor Oeste). Excavacin dirigida por Jos Manuel Galn desde 2002. 7. Prospeccin y documentacin epigrfica en Saqqara. Necrpolis de Kom El-Jamasin. La excavacin iba a ser dirigida por Josep Cervell. Cuando el permiso de excavacin estaba en trmite, el yacimiento sufri un violento saqueo que imposibilit la actuacin del equipo espaol. Los resultados de la prospeccin del ao 1997 y el posterior estudio de los bloques que pudieron recuperarse se presentan en este catlogo. 8. En la ltima parte de la exposicin pudieron verse paneles y fotografas de otras excavaciones dirigidas, codirigidas o integradas por arquelogos espaoles como la Misin de la Fundacin Arqueolgica de Clos en Meidum; el proyecto epigrfico del Templo de Debod de la Universidad de La Laguna y del Museo de los Orgenes de Madrid; el proyecto epigrfico de la Universidad de la Laguna en las tumbas de Harua y de Pabasa, de la misin italiana en Luxor; la misin hispano-egipcia de Arqueoastronoma, bajo los auspicios del Consejo Supremo de Antigedades de la Repblica rabe de Egipto, el Instituto de Astrofsica de Canarias y el Ministerio de Ciencia e Innovacin; La tumba de Puiemra, en Luxor Oeste, de la Sociedad Mexicana de Egiptologa cuyo director tcnico fue el espaol Jos Ramn Prez Accino; La tumba de Montuemhat en el mismo yacimiento proyecto dirigido por Faouk Gomaa, con el apoyo institucional del Servicio de Antigedades, la Universidad de Tbingen y la Universidad SEK; la participacin del Museo Egipcio de Barcelona y el Instituto de Egiptologa de la
Universidad de Tbingen en Kom el Ajmar; el proyecto Qubbet el Haua en Asun, en el que trabaja el Consejo Supremo de Antigedades y la Universidad de Jan y el Templo funerario de Thutms III (Luxor Oeste), excavado por el Servicio de Antigedades Egipcias y la Real Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungra en Sevilla. El catlogo rene, adems tres captulos introductorios firmados por M del Carmen Prez Die, Eduardo Lago y Carlos Garca Santa Cecilia, en los que se presenta la obra y se relata el Viaje de la fragata Arapiles.
Ttulo: El adivino Autor: Pauline Gedge Edita: Grijalbo Ciudad: Barcelona, 2009 588 pginas ISBN: 978-84-25343-29-2 Precio orientativo: 19
ntes de comenzar a leer la obra que aqu presentamos debemos concienciarnos de que en nuestras manos tenemos una novela, es decir una historia de ficcin y no es un manual, ni un libro cientfico, pues tampoco pretende serlo. Muy por el contrario, nace con la vocacin de entretener, relajar, interesar y de hacer volar la imaginacin, inspirndose y slo inspirndose en la historia del Egipto faranico. Partiendo de esa premisa, seguro que El adivino satisface a los lectores interesa-
dos en lo que se ha denominado novela histrica. Puline Gedge es una prolfica autora de obras ambientadas en el Egipto antiguo: La dama del Nilo (1977), su primera novela, tuvo una muy buena acogida entre el pblico y la impulso hasta convertirla en xito de ventas, xito que no tuvo con guilas y cuervos (1978), su segunda novela, ambientada en la conquista de Britania por los romanos. Quiz por esta razn, doce aos despus volva a presentarnos sus novelas, de nuevo ambientadas en el Egipto faranico, lanzando al mercado editorial, El papiro de Saqqara (1990), La cinaga de los hipoptamos (1998), El oasis (1999), Seores de las Dos Tierras (2000), El camino de Horus (2000), El Faran (2006), El templo de las ilusiones (2006) y La casa de los sueos (2006). Despus de tres aos, la autora nos sorprende con El Adivino, otra obra ambientada en el Valle del Nilo, la primera de una triloga. En esta ocasin la accin se desarrolla entorno al ao 1449 a. C., cuando Huy se aleja de su casa para vivir con su ta, el cual puede iniciarle en el arte de la escritura jeroglfica y convertirse en escriba;, un futuro prometedor. Joven dotado de inteligencia destaca, despertando envidias entre sus compaeros, tanto es as que uno de ellos provoca su muerte en un desafortunado accidente. Tras cinco das de deambulando por el Ms All, Huy se encuentra con el sabio Imhotep que le ofrece una nueva vida y le regala ciertos dotes que escapan de la cotidianidad humana. Por esta razn Huy regresa de la muerte completamente cambiado; se ha producido su renacimiento, y vuelve poseyendo enormes poderes vinculados a la adivinacin y a la curacin de enfermos. Estas virtudes le hacen destacar y llaman la atencin del faran, convirtindose en consejero. Se le concede una casa lujosa, en la que vive junto a querida Isaht, a la que ama desde su infancia. Sin embargo, Huy no es del todo feliz pues conoce el destino pero no puede actuar en l por otro lado no se siente libre, sino muy por el contrario, se considera privilegiado pero prisionero en una jaula de oro. La obra cuenta con un ndice en el que se recopilan los nombres propios que aparecen en la novela y su parentesco.
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Notas de autor
ste diccionario es la edicin notablemente ampliada, actualizada y corregida de Egipto, signos y smbolos de lo sagrado (editado por esta misma editorial en el ao 1999). La obra est planteada como herramienta de estudio, consulta y divulgacin cientfica, pensada como complemento al Gran Diccionario de Mitologa Egipcia, publicado por Aldebarn en 2001, pues los dioses egipcios emplearon elementos del mundo animal, vegetal, mineral e incluso diversos objetos inanimados para manifestar lo divino, insertndose en el mundo religioso como instrumentos que los dioses empleaban para su epifana, para surgir en momentos concretos. Por otro lado un nutrido grupo, sin estar formado por seres vivos, minerales o objetos inanimados, aglutina aspectos relacionados, por ejemplo, con el simbolismo del color o el de los nmeros, los cuales jugaron un papel fundamental como mtodo para significar distintas cualidades y conceptos ms o menos abstractos. La idea de escribir un diccionario de signos y smbolos del Antiguo Egipto surgi al realizar una labor de buceo en obras de simbologa de tipo general y observar que, al llegar a conceptos relacionados con la milenaria cultura del Valle del Nilo, se evidenciaba una carencia de trminos y explicaciones satisfactorias que pudieran servir de instrumento y ayuda, tanto al curioso de esta cultura como al estudioso que buscara algn trmino puntual. Conse-
cuentemente, las 155 pginas que se han incrementado en el diccionario, renen nuevas voces y dibujos, habindose revisado y ampliado los textos ntegramente. Otra de las novedades que incorpora es la redistribucin de la bibliografa, ahora situada al final de cada entrada, de manera que el lector pueda acudir sin dificultad a la bsqueda de obras especficas de referencia que afecten al signo o al smbolo de inters, articulando un sistema ms prctico que evita la bsqueda en un amplio listado bibliogrfico situado al final del diccionario. Por otro lado, tras diez aos en el mercado editorial, era imperativa la actualizacin de las referencias bibliogrficas. Esta segunda edicin compila ms de 315 smbolos, signos, atributos y manifestaciones, utilizados por esta civilizacin milenaria para expresar su pensamiento y sus creencias pues la civilizacin egipcia articul un amplio sistema simblico oculto en su compleja iconografa. Se han incluido objetos inanimados, conceptos, plantas, animales, minerales, etc, abarcando desde los ms conocidos, como es el caso del escarabajo, el anj o el ojo udyat, hasta los menos habituales como ocurre con el murcilago, el caballito de mar o el emblema Iaut. El texto se ha estructurado a modo de amplias fichas, que recopilan tanto el nombre jeroglfico, como su correspondiente transliteracin, aadindose la referencia a las fuentes documentales y primarias de cada trmino.
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Acompaando el conjunto figura el nombre latino cuando es el caso de cada una de las voces, seguido de una abundante descripcin. Tambin se han aadido esquemas, cuadros e ilustraciones, que facilitan su identificacin en estatuas, estelas, papiros, muros de templos y tumbas y otros soportes. Por qu los egipcios representaron hombres con cabeza de animal, ojos y cetros dotados de brazos? Qu intencin tuvieron al emplear determinados colores, nmeros, bestias, plantas o minerales? Responde toda esta iconografa simplemente al gusto por la esttica o fueron otras razones las que les impulsaron a esta creatividad iconogrfica? Cmo entendieron el inquietante lapso del sueo? Qu tabes observaron los egipcios en su relacin con lo sagrado? Tras cada detalle, en cada relieve o pintura, en la eleccin de esos animales, minerales y vegetales, de esos objetos aparentemente inanimados, sobre las figuras de los dioses, se esconden las claves para entender la cultura que se desarroll en el Egipto faranico, permitiendo un acercamiento ms prctico, ms ntimo, ms real y sobre todo, ayudando a interpretar su lgica. Cada uno se los conceptos se han analizado desde el punto de vista egiptolgico y antropolgico, sin olvidar aspectos taxonmicos del mundo animal y vegetal, muchas veces trascendiendo del marco geogrfico egipcio para abarcar las lgicas influencias del Prximo Oriente y de frica, sin olvidar su calado en el marco bblico, pues muchas tradiciones han tenido reflejo, a travs de la tradicin judeocristiana, en el seno de la civilizacin occidental. La publicacin se ilustra con documentacin literaria que contextualiza los conceptos que se presentan, sirviendo de herramienta docente para enriquecer y complementar la visin de los antiguos egipcios, con la idea de familiarizar al lector con el lenguaje religioso de los habitantes del Egipto faranico para as conocer sus formas de expresin sagrada pues la lectura de los signos y smbolos de esta civilizacin, se oculta a menudo bajo la apariencia
de escenas de vida cotidiana, en la propia manifestacin de la naturaleza, etc. El diccionario ha sido prologado por el Dr. Jos Miguel Serrano Delgado, profesor del Departamento de Historia Antigua de la Universidad de Sevilla y miembro del equipo del Proyecto Dyehuty. Elisa Castel, es cofundadora de la Asociacin Espaola de Egiptologa, Miembro de la Asociacin Internacional de Egiptlogos y Coordinadora de religin y mitologa en AE. Forma parte del claustro de profesores de la Asociacin Espaola de Egiptologa, de la Agregadura cultural de la embajada de Egipto en Espaa y del Instituto Cultural de Estudios Egipcios, en colaboracin con la Ctedra de Historia Antigua de la Universidad de Alcal de Henares y con el Departamento de Historia Antigua de la Universidad Complutense de Madrid. Por otro lado, es Miembro del Consejo Acadmico del Seminario Permanente de Historia y Filosofa de las Religiones de la Universidad UACJ. Ha publicado diversos artculos especializados en revistas cientficas y de divulgacin nacionales e internacionales. Ha cooperado con el Museo Egipci de Barcelona y desde el ao 2003 colabora con la revista Historia de Nacional Geographic. En esta misma editorial ha publicado: Diccionario de mitologa egipcia (1995), Los sacerdotes en el antiguo Egipto (1998), Egipto, signos y smbolos de lo sagrado (1999), Gran Diccionario de Mitologa egipcia (2001). En otras editoriales ha publicado: Abidos, el templo de Sethy I (Turismapa, 2004) y el CD El Valle de los Reyes (Ctaro, 2006).
Ttulo: Diccionario de signos y smbolos del antiguo Egipto Autor: Elisa Castel Edita: Aldebarn Ciudad: Cuenca, 2009 592 pginas ISBN: 9788495414670 Precio orientativo: 30
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Pginas de Egiptologa
Etana
MANUEL JUANEDA-MAGDALENA GABELAS
uestra propuesta este trimestre es la pgina ETANA (Electronic Tools and Ancient Near Eastern Archives): http://www.etana.org La seriedad de esta pgina viene avalada por una slida base de organizaciones, todas prestigiosas, por su excelencia contrastada y consolidada por su historia; algunas son universitarias o acadmicas (Vanderblit University, State University of New York at Stony Brook, Case Western University o la Virginia Polytechnic and State University), o culturales (American Oriental Society, Oriental Institute of the University of Chicago, etc.). Etana es un proyecto electrnico para el estudio de la historia y de la cultura del prximo Oriente, incluyendo los estudios bblicos. El diseo de la pgina es sobrio, se ve que la esttica se sacrifica a favor de la funcionalidad. Consta de una gua y orientacin de todo este compendio cultural; de una abundantsima oferta de tex-
tos clsicos enfocados hacia la enseanza y la investigacin, as como de Proyectos Arqueolgicos que tambin se pueden visitar: Tell Madaba, TellMozan-Urkesh, Umm el-Jimal, Tell Nimrin, Tel Halif, Megido y Madaba Plains Project. Dispone de una bien surtida Librera Digital Arqueolgica y de textos en escritura cuneiforme acadia, con traducciones electrnicas en conexin con la Association for Assiriology. La bsqueda de los textos es potente, gil y rpida, impresiona la abundancia de los textos (artculos y libros) digitalizados. Esta enorme recopilacin se puede buscar segn el nombre del autor o bien el ttulo de la publicacin, sin supeditacin a costes econmicos de por medio, lo cual es digno de subrayar por su generosidad. Definitivamente, es muy aconsejable, y merece la pena sumergirse en esta prolija red de contenidos que adems se actualiza de continuo.
Colosos de Memnn. Templo de Amenhotep III en Tebas Oeste. Fotografa de Francis Frith (1857)
Amigos de la Egiptologa
Vive el antiguo Egipto