La Predicacion Del Evangelio en El Principio de La Vida - W. Lee

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Predicar el evangelio en el principio de la vida

CONTENIDO

1. Experimentar el bautismo en el Espritu Santo a fin de predicar del evangelio 2. Cmo ayudar a las personas a ser salvas 3. Predicar el evangelio con la autoridad de Cristo y la palabra viva 4. La reunin para predicar el evangelio 5. Un mensaje del evangelio 6. La persona y obra de Cristo para nuestra salvacin 7. Prcticas bsicas para nuestra salvacin 8. Predicar el evangelio como la meta vital y suprema de nuestra vida cristiana 9. Comunin en el progreso del evangelio 10.Predicar el evangelio en el principio de la vida 11.La predicacin del evangelio es el resultado de la vida presente en iglesia 12. Ser un testimonio viviente para el aumento de Cristo 13. Predicar el evangelio segn el ministerio remendador de Juan 14. Asumir la responsabilidad de alimentar a los nios espirituales
PREFACIO

Este libro se compone de mensajes dados por el hermano Witness Lee en Los ngeles, California en la primavera de 1965. Los captulos del 1 al 3 fueron dados como una preparacin para una reunin del evangelio; el captulo 4 es el mensaje dado en la reunin del evangelio; y los captulos 5 y 6 son una comunin dada a los creyentes recin salvos. El resto del libro es una comunin general en cuanto al evangelio.

CAPTULO UNO EXPERIMENTAR EL BAUTISMO EN EL ESPRITU SANTO A FIN DE PREDICAR DEL EVANGELIO Lectura bblica: 1 Co. 12:13 En 1 Corintios 12:13 dice: Porque en un solo Espritu fuimos todos bautizados en un solo Cuerpo, sean judos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espritu. Segn la gramtica de este versculo, las frases todos fuimos bautizados y a todos se nos dio a beber estn en el tiempo aoristo. Ser bautizados y el que se nos d a beber no son asuntos que se cumplirn en el futuro, ni tampoco asuntos que se estn cumpliendo en el tiempo presente; ms bien, son cosas que ya se han cumplido. En este captulo tendremos comunin en cuanto a la manera apropiada de experimentar el bautismo en el Espritu Santo a fin de tener el poder necesario para predicar el evangelio. CREER QUE EL BAUTISMO EN EL ESPRITU YA HA SIDO CUMPLIDO Debido a que la iglesia ha estado sobre la tierra por ms de diecinueve siglos, hay muchas lecciones que aprender y muchas enseanzas tiles que debemos recibir de la historia de la iglesia. En siglos recientes muchos cristianos han prestado mucha atencin al bautismo en el Espritu Santo. Segn los escritos de la historia de la iglesia y las experiencias que se relatan en ciertas biografas, hay dos corrientes de pensamiento en cuanto a este asunto. La primera de ellas est representada por la enseanza de la Asamblea de los Hermanos, la cual surgi en los aos de 1820. Este periodo de tiempo puede considerarse un hito en la historia de la iglesia, puesto que no fue sino hasta entonces que, por la misericordia del Seor, la iglesia recibi ms claridad en cuanto a muchos asuntos, incluyendo el bautismo en el Espritu Santo. Por el lado objetivo, la enseanza de la Asamblea de los Hermanos que establece que el bautismo en el Espritu Santo ya se cumpli, es correcta. En este sentido, el bautismo en el Espritu Santo es semejante a la encarnacin, la crucifixin, la resurreccin, la ascensin del Seor y Su descenso como Espritu, los cuales son todos hechos consumados. No es necesario pedir que el Seor muera por nosotros nuevamente, porque Su muerte redentora ya se efectu. Lo nico que tenemos que hacer es percatarnos de este hecho y recibirlo. Asimismo, el Seor ya resucit y ascendi, y diez das despus descendi como el Espritu el Da de Pentecosts. Por lo tanto, hoy en da Cristo est tanto en los cielos como en la tierra. De la misma manera, el bautismo en el Espritu Santo ya se efectu, se complet y fue perfeccionado. Por lo tanto, no tenemos que pedirle al Seor que lo haga nuevamente. Cada vez que lo necesitemos, simplemente debemos recibirlo.

Hablando con propiedad, el bautismo en el Espritu Santo es el verdadero significado del hecho de que Cristo descendiera como el Espritu. Antes de encarnarse, Dios era Dios y el hombre era el hombre. Aunque Dios y el hombre se haban comunicado muchas veces, no eran una sola entidad antes de la encarnacin, pues Dios estaba fuera del hombre y el hombre estaba fuera de Dios. Fue en la encarnacin que Cristo introdujo a Dios en el hombre (Jn. 1:1, 14; Col. 2:9). En aquel entonces haba un hombre en el universo que era la mezcla de Dios con el hombre, y en la resurreccin, l introdujo al hombre en Dios (Jn. 14:3, 6, 20). Cristo, un hombre genuino, est ahora en Dios y en la gloria de Dios, es decir, en la expresin de Dios. Al ascender a los cielos, este Dios-hombre fue entronizado, coronado de gloria y honra, y establecido como Seor, Cristo y Cabeza por sobre todas las cosas (He. 2:9; Hch. 2:36; Ef. 1:22). Ahora Dios, el hombre, la entronizacin, la autoridad, el poder, la gloria y la honra todas estn en esta persona maravillosa. ste es Jess nuestro Salvador, quien es Cristo el Seor en ascensin. Diez das despus de Su ascensin, Cristo descendi como el Espritu para revestir a Su Cuerpo. El maravilloso Jess, despus de encarnarse, ser crucificado, resucitado y ascender al cielo, y despus de llevar a cabo todo, descendi para cubrir a los discpulos, bautizndolos en el Cristo ascendido, el mismo que tambin descendi. De esta manera, el bautismo en el Espritu Santo se cumpli el Da de Pentecosts (Hch. 2:1-4). Ese da, los creyentes judos como miembros del Cuerpo de Cristo experimentaron el bautismo en el Espritu Santo. Ms tarde, en la casa de Cornelio, los creyentes gentiles como miembros del Cuerpo de Cristo fueron bautizados en el Espritu Santo (10:24-48). Mediante estos dos pasos la Cabeza del Cuerpo bautiz a todos Sus creyentes, tanto judos como gentiles, una vez y para siempre en Su nico Cuerpo. Reconociendo este hecho, Pablo dice en 1 Corintios 12:13: Porque en un solo Espritu fuimos todos bautizados. Todos estamos de acuerdo en que fuimos redimidos por la muerte de Cristo y que nuestros pecados fueron perdonados. Creemos esto porque la Palabra nos lo dice (Ef. 1:7; Col. 1:14). De la misma manera, debemos creer que todos fuimos bautizados en un mismo Espritu e introducidos en el Cuerpo de Cristo. EL BAUTISMO EN EL ESPRITU ES UNO DE LOS ARTCULOS DEL NUEVO TESTAMENTO La Biblia se compone de Antiguo y Nuevo Testamentos. Un testamento es algo ms que un pacto. Un pacto es un contrato, un acuerdo que contiene algunas promesas que debern cumplirse a favor de aquellos con quienes se celebra el pacto. Sin embargo, un testamento es un documento que contiene ciertas cosas ya efectuadas, las cuales son legadas a los herederos. Por ejemplo, un contrato con un constructor contiene la promesa de que se construir una casa por un precio acordado, mientras que un testamento testifica que una casa que ya ha sido construida es legada al heredero. La Biblia no es simplemente un pacto que Cristo estableci, en el cual se nos dice todo lo que Cristo har por nosotros, sino que es un testamento, que nos dice lo que l ya realiz. Un testamento slo se hace efectivo despus de que el testador muere (He. 9:16-17). Puesto que Cristo muri, el testamento que l
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hizo ya fue confirmado y validado (v. 15, Lc. 22:20). Adems, despus que se elabora un testamento y el testador muere, se necesita un mediador testamentario, un albacea, que se encargue de hacer cumplir el testamento. El Cristo resucitado, quien es el Testador, es tambin el Albacea del nuevo testamento (He. 8:6; 9:15; 12:24). Todo lo que se menciona en la Biblia ya fue efectuado, completado y perfeccionado, y est listo para que nosotros lo aprehendamos y lo disfrutemos. Cuando era joven, no entenda claramente lo relacionado con la salvacin de Dios, y pensaba que tena que llorar, orar y pedirle al Seor que me concediera Su misericordia, a fin de que l quitara mis pecados. Pero despus de que fui salvo, mis ojos fueron abiertos, y desde entonces tuve un concepto diferente. En la Biblia, como testamento que es, se encuentra un artculo que nos dice que Cristo muri por nosotros y que l ya quit nuestros pecados (1 Co. 15:3; 1 P. 2:24). Esto estaba en el testamento incluso antes de que nosotros naciramos. Ahora no es necesario pedir que seamos perdonados; todo lo que tenemos que hacer es recibir este hecho y darle gracias al Seor. Aplicando este mismo principio, ya fuimos bautizados en el Espritu Santo. Sabemos esto porque el perdn de los pecados, la regeneracin y el bautismo en el Espritu son artculos que estn en el testamento. Todos ellos ya han sido consumados y legados a nosotros. Si creemos esto, tendremos la confianza de reclamar el bautismo en el Espritu Santo como un artculo del testamento. NO DEBEMOS ESPERAR NI PEDIR EL BAUTISMO EN EL ESPRITU SANTO, SINO RECIBIRLO CON UNA FE VIVA La segunda corriente de pensamiento en cuanto al bautismo en el Espritu Santo est representada por el movimiento pentecostal. Esta enseanza mayormente pasa por alto el bautismo en el Espritu Santo como un hecho consumado y, en lugar de ello, se basa en las palabras que el Seor Jess habl antes de que el bautismo en el Espritu se llevara a cabo. Antes del Da de Pentecosts, el Seor Jess les dijo a Sus discpulos que ellos deban esperar a que el Espritu viniera sobre ellos como poder desde lo alto (Lc. 24:49; Hch. 1:8). La enseanza pentecostal tambin les dice a las personas que deben orar para pedir el bautismo en el Espritu Santo. Hablando con propiedad, esto no es correcto, pues antes de Pentecosts los discpulos deban orar y esperar el bautismo, pero despus de Pentecosts ya no tenemos que esperar ni tampoco pedirlo, puesto que el bautismo en el Espritu Santo ya ha sido efectuado. Ahora, lo nico que tenemos que hacer es recibirlo. Por consiguiente, pedir el bautismo equivale a no creer. As pues, necesitamos el bautismo en el Espritu, y ya lo tenemos; por lo tanto, ahora simplemente podemos alabar al Seor por ello. Segn las lecciones que hemos aprendido de la historia, podemos ver cual es la manera apropiada de recibir el bautismo en el Espritu Santo. Primeramente, debemos sencillamente comprender que el bautismo en el Espritu Santo ya fue efectuado para el Cuerpo de Cristo, y que como miembros del Cuerpo tenemos derecho a recibir los legados del nuevo testamento. En segundo lugar, debemos recibir el bautismo ejercitando una fe viva. En el pasado cuando recibimos el hecho
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de la muerte redentora del Seor por medio del creer, sin basarnos en nuestros sentimientos y sin esperar ciertas seales o manifestaciones, el Espritu Santo honr nuestra fe, y en ese momento experimentamos paz, gozo y la imparticin de la vida divina. El Nuevo Testamento no habla de sentimientos, seales ni manifestaciones con respecto a creer en la muerte del Seor por nosotros. Sencillamente cremos en lo que el Seor ya haba logrado segn lo que est escrito en el testamento. El testamento afirmaba que Cristo muri por nuestros pecados, y nosotros dijimos: Amn, recibo este hecho. El Dios vivo honra esta manera de recibir los hechos. Lo mismo sucede con respecto al bautismo en el Espritu Santo. Un artculo del testamento dice que el bautismo en el Espritu Santo ya se cumpli y que est disponible para que nosotros lo recibamos hoy. Ahora debemos decir: Amn, Seor, recibo este hecho con una fe viva. Si hacemos esto seriamente delante del Seor, l honrar nuestra fe. No es necesario que busquemos manifestaciones, sentimientos ni seales. No debemos confiar en estas cosas. Buscar estas cosas significa que tenemos un corazn maligno de incredulidad, como lo tuvo el pueblo de Israel en el desierto cuando pusieron el Seor a prueba, tentndolo, y no conocieron Sus caminos (He. 3:8-12). nicamente buscamos pruebas cuando no creemos, pero si hoy conocemos los caminos del Seor, no necesitaremos ponerlo a prueba; en lugar de ello, aceptaremos lo que nos dice en Su testamento, sin necesidad de pedir ms seales o pruebas. Debemos rechazar el corazn maligno de incredulidad y decirle al enemigo: Satans, no necesitamos seales. Lo nico que necesitamos es el testamento. El testamento es la prueba ms contundente y completa de que el bautismo en el Espritu Santo ya se cumpli. Ahora lo nico que tenemos que hacer es recibirlo. Cuando creemos en lo que el Seor nos dice en el testamento, l aprueba nuestra fe. Por consiguiente, no debemos dar importancia a las seales, resultados y consecuencias; ms bien, debemos dejar estas cosas en manos del Seor, y simplemente creer en el testamento de manera sencilla y reposada. Entonces, cada vez que necesitemos poder, el Seor nos lo conceder en el momento oportuno.

CAPTULO DOS CMO AYUDAR A LAS PERSONAS A SER SALVAS Lectura bblica: Hch. 10:43; Ef. 1:7; Hch. 13:38-39; Jn. 3:16, 36; 5:24; 6:47; Ro. 10:9-10, 13; Hch. 16:31 TENER UNA CARGA POR LAS ALMAS DE LAS PERSONAS MANTENIENDO UN ESPRITU DE ORACIN Con relacin a la predicacin del evangelio hay dos asuntos sumamente importantes. El primero de ellos es que tenemos que orar. Siempre debemos tener una carga en cuanto a las almas de las personas, manteniendo un espritu de oracin. Esto no slo significa que tenemos que pasar tiempo en oracin, sino que, ms que eso, significa que siempre debemos llevar la carga en nuestro espritu de oracin, poniendo los ojos en el Seor y tocando el trono de autoridad, para que el Seor opere en los corazones de aquellos por quienes hemos estado orando. Debemos orar de esta manera, continuamente, con peticin, reclamando estas almas para el testimonio del Seor. USAR FE PARA PARTICIPAR DEL PODER QUE EST SOBRE EL CUERPO En segundo lugar, debemos aprender a usar fe a fin de participar del poder que fue derramado sobre el Cuerpo, y as experimentar el bautismo del Espritu Santo, el cual ya fue realizado cuando el Espritu fue derramado sobre el Cuerpo. El principio, tanto de la vida espiritual como de la obra espiritual, es el principio de la fe, no es algo que se realice por vista o por apariencia. Debemos aprender a andar y a laborar por fe, no por vista, por apariencia ni por sentimientos. Si procuramos sentir, ver o aparentar algo, significa que en alguna medida tenemos un corazn maligno de incredulidad, un corazn malo que no cree. Debemos honrar al Seor al recibir lo que l nos ha dicho en Su Palabra. En esto consiste la fe viva. Jams debemos prestar atencin a nuestros sentimientos, apariencia, vista o a cualquier clase de circunstancias. Creer sin tener ningn sentimiento y sin ver las cosas de forma natural Debemos aprender la leccin de la fe, la cual consiste en creer que Dios est con nosotros. Tenemos que creer como estando a oscuras, sin esperar a tener ningn sentimiento (2 Co. 5:7). En la antigedad los sacerdotes que servan al Seor en el atrio usaban la vista. A la luz del sol ellos podan ver el cielo, la tierra, y muchas cosas y personas. Sin embargo, en el Lugar Santo, nicamente estaba la luz del candelero, que no era tan intensa como la luz del sol. En el interior del Lugar Santo,
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los sacerdotes no podan ver el cielo, la tierra, ni nada de lo que estaba a su alrededor, como podan hacerlo en el atrio. Pero despus, cuando entraban al Lugar Santsimo no disponan de ninguna luz. El arca estaba all en la oscuridad. Sin embargo, la presencia del Seor no estaba en el atrio ni en el Lugar Santo, sino en el Lugar Santsimo. La luz que resplandeca all no era la luz fsica sino la luz shekin, la luz de la gloria shekin de Dios; sta no era la luz creada sino la luz increada. Cuando ramos jvenes en el Seor, incluso nios, el Seor se compadeca de nosotros y nos daba un cielo despejado. As, cuando algunas personas eran bautizadas, reciban el derramamiento del Espritu Santo. Tal vez digan al respecto: Oh, por poco me vuelvo loco! Vea cielos tan abiertos que tuve deseos de bailar, y cuando bail sent que mis pies no estaban en la tierra sino en el aire. S de esto porque yo mismo tuve muchas experiencias de stas. Sin embargo, los nios simplemente son nios. Estas experiencias son para los que son jvenes en el Seor. No debemos menospreciarlas, porque son muy buenas, pero ciertamente son experiencias que corresponden al atrio. No obstante, el Seor nos llevar del atrio al Lugar Santo para que all ejercitemos un poco nuestra fe. Finalmente, l nos introducir en el Lugar Santsimo donde podremos ejercitar nuestra fe a lo sumo. All tendremos que olvidarnos de todo lo que vemos con nuestros ojos fsicos y de lo que percibimos con nuestros sentidos fsicos. Tambin tendremos que olvidarnos de los sentimientos que provienen de nuestra vida anmica. En el Lugar Santsimo no podemos ver nada de lo natural; estamos completamente a oscuras. No obstante, en nuestro espritu s podemos ver la gloria shekin de Dios. Esto es lo que significa la fe. La Biblia es un testamento Nosotros los cristianos somos a veces personas raras. Creemos y reclamamos algunas cosas que estn en las Escrituras sin tener ni esperar tener ningn sentimiento, pero por otro lado, no creemos en otras cosas que tambin estn en las Escrituras; parece que no estamos dispuestos a recibirlas hasta que sintamos algo. Hace poco le pregunt a un hermano: Hermano, sabe usted que ha sido salvo?. Me contest que s, entonces le dije: Cmo lo sabe?. Me dijo: Porque la Escritura lo dice. Esto es correcto. La Biblia se compone del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. Muchos cristianos no conocen el verdadero significado de la palabra testamento. Testamento no significa lo mismo que pacto. En palabras sencillas, un pacto es un acuerdo, un contrato, mientras que un testamento es la ltima voluntad de una persona. Un testamento no es simplemente un acuerdo. Un pacto, un acuerdo o un contrato quizs contenga algunas promesas de que algo ser hecho a su favor. Sin embargo, en un testamento todo est completo y listo para que usted lo reciba. La Biblia es un testamento que est en nuestras manos. No es un libro de enseanzas ni un libro de promesas, sino ms bien, un libro que contiene un testamento. En ella se encuentran miles de artculos que nos dicen que todo est listo para nosotros. Cristo fue encarnado, vivi en la tierra, fue crucificado
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y resucitado, ascendi, fue entronizado y despus descendi como el Espritu. Todo est consumado. Qu significado tiene el hecho de que Cristo est sentado en los cielos? Ello significa que todo ha sido consumado y est listo para que nosotros lo disfrutemos. Un testamento se hace vigente a partir del momento en que el testador muere. Mientras el testador no haya muerto, el testamento no tendr validez. Sin embargo, una vez que el testador muere, el testamento se hace vigente. El Testador de este testamento ya muri, y ahora vive en el cielo para ser el Albacea (el que ejecuta) dicho testamento. Lo que vamos a decirles a los pecadores son todos los artculos que incluye este testamento, esta ltima voluntad. En qu consiste predicar el evangelio? Predicar el evangelio consiste en proclamar cada uno de los artculos que componen este testamento. Cuando vamos a hablar con un pecador, debemos ayudarlo a comprender que es un pecador. Luego podemos leerle el testamento. Podemos leerle primero el artculo del testamento que nos dice que nuestros pecados fueron puestos sobre Jess, y que l llev nuestros pecados en la cruz. En segundo lugar, podemos leerle el artculo que dice que gracias a la obra redentora de Cristo, nuestros pecados fueron perdonados. Luego, podemos leerle el artculo que dice que nuestros pecados ya fueron remitidos. No es que Dios prometa perdonarnos, sino que, segn el testamento, l ya nos perdon. De la misma manera, la remisin de los pecados ya est disponible. Debemos creer que el poder de lo alto ya fue derramado sobre el Cuerpo, del cual nosotros somos miembros En este testamento tambin hay un artculo que nos dice que Cristo derram Su Espritu sobre el Cuerpo. l ya llev a cabo al bautismo del Espritu al derramarlo sobre el Cuerpo. Ahora, nosotros hemos llegado a ser miembros del Cuerpo. Mientras estemos identificados con el Cuerpo, todo lo que fue derramado sobre el Cuerpo es ahora nuestra porcin. El bautismo del Espritu Santo fue efectuado a favor del Cuerpo hace casi dos mil aos. Esto ya fue logrado. Hoy en da lo nico que tenemos que hacer es ejercitar nuestra fe para hacerlo nuestro. Si no creemos esto, no tendremos poder ni tendremos xito al predicar el evangelio. No slo nuestros pecados fueron quitados, perdonados y remitidos, sino que adems de esto hay otro artculo que nos dice que Cristo ascendi al trono y derram Su Espritu sobre Su Cuerpo. Hoy en da el poder de lo alto est sobre el Cuerpo, y nosotros hemos sido bautizados en el Cuerpo. Nosotros estamos identificados con el Cuerpo, somos parte del Cuerpo y, por tanto, tenemos la base, el derecho y la potestad para reclamar esta porcin, hacerla nuestra y participar de ella. Sin embargo, es posible que no creamos en esto y dudemos un poco al respecto. Si no lo creemos, no tendremos el poder para predicar el primero de los artculos del testamento que nos habla de la redencin, debido a que el enemigo que ocupa a los pecadores todava ocupa nuestro ser. Si an no creemos en la Palabra en su totalidad, cmo vamos a ayudar a otros para que crean en un punto del testamento? Es preciso que conozcamos la astucia del enemigo. Si hemos de
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predicar cualquier artculo que se encuentra en este testamento, tenemos primero que creer en todos los artculos que se hallan en l. Si creemos en todos los artculos que se hallan en este testamento, si no abrigamos ninguna duda al respecto ni dependemos de nuestros sentimientos, entonces cuando nos acerquemos a alguien, obtendremos los resultados esperados, debido a que Satans habr sido alejado de nosotros. Cuando era joven, el Seor me ayud de esta manera a creer en l, en Su Palabra y en los hechos que l haba consumado. Entonces yo sala a realizar la labor de predicar. Sin embargo, muchas veces, cuando les deca a las personas que tenan que creer en que el Seor Jess haba muerto por ellas, en mi interior tena la acusacin de no creer que el Seor Jess haba bautizado la iglesia. No poda engaar al enemigo. El espritu maligno est muy alerta. Si tenemos una debilidad, l siempre atacar dicha debilidad. Por lo tanto, tenemos que dar solucin a este asunto. Si deseamos predicar cualquier punto de este testamento, tenemos que creer primero en todos los artculos que estn incluidos en l. He aqu un asunto de crucial importancia: tenemos que creer que el poder de lo alto fue derramado sobre el Cuerpo y que ahora somos parte, somos un miembro, del Cuerpo. Tenemos que creer este hecho, debemos tomar esta posicin y no debemos prestar atencin a nuestros sentimientos, o sea, a la manifestacin. Si prestamos atencin a nuestros sentimientos, eso significa que en nosotros hay incredulidad. Esto es algo maligno. Por otro lado, por supuesto, no debemos ser descuidados ni perezosos, sino ms bien, ejercitar nuestro espritu y nuestra voluntad para hacer que la palabra sea nuestra y no hacer caso a nuestros sentimientos. Aun si sentimos algo, debemos rechazarlo. No debemos darle importancia a ese sentimiento, sino ms bien, decirle al enemigo: No me importa en lo ms mnimo ningn sentimiento que pueda tener. Si no siento nada, an tengo la plena certeza de que el bautismo del Espritu es mo, puesto que es un hecho que ya fue consumado cuando se derram el Espritu sobre el Cuerpo, y yo estoy identificado con el Cuerpo. Si hacemos esto, veremos los resultados. Sin embargo, ni siquiera tenemos que esperar hasta ver los resultados; en lugar de ello, debemos aprender a andar por fe y actuar en fe en el Lugar Santsimo, en la oscuridad, sin depender de ninguna luz natural sino de la luz divina que est en nuestro espritu. Debemos aprender a ejercitar nuestra fe de esta manera. CMO AYUDAR A LAS PERSONAS A SER SALVAS Ahora llegamos a un asunto sumamente importante: cmo ayudar a las personas a ser salvas. Si bien no podemos salvar a las personas, s podemos ayudarlas a ser salvas. nicamente el Seor mismo puede salvarlas; no obstante, nosotros podemos ayudarlas a que reciban al Seor, a que acepten al Seor, y acepten Su salvacin. Sobra decir que debemos sentir un verdadero amor y preocupacin por los pecadores, pues si no amamos a los pecadores ni sentimos ninguna preocupacin por ellos, nuestra obra habr llegado a su fin. Supongamos, pues, que en efecto sentimos este amor y preocupacin por los pecadores, que oramos por ellos y ejercitamos nuestra fe para participar del poder de lo alto, sin depender de
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nuestros sentimientos. Entonces, debemos aprender algunas tcnicas con respecto a cmo ayudar a las personas. Llevar a las personas a que oren en vez de ceder a la tentacin de ayudarlas a entender todo con claridad En primer lugar, no debemos extendernos mucho cuando hablemos a los pecadores, los incrdulos. Debemos conversar brevemente con ellos. Adems, tampoco debemos procurar que ellos entiendan todo con absoluta claridad. Muchas veces, cuanto ms claramente la gente entiende las cosas, menos se muestra dispuesta a creer. Muchas veces nos sentimos tentados a pensar que si podemos hacer que alguien entienda todo claramente, sin duda alguna creer. Pero, ms bien, cuanto ms tratamos de ayudarlo, menos va a creer. Debemos recordar este principio: no debemos procurar que la gente entienda todo con claridad. Si tratamos de hacer que la gente entienda todo, estaremos haciendo la obra de Satans, tal como lo hizo en el huerto de Edn cuando, refirindose al rbol del conocimiento, dijo: El da que comis de l sern abiertos vuestros ojos (Gn. 3:5). l le dijo a Eva que ella entendera todo claramente y conocera muchas cosas. Inmediatamente despus de que Eva tom de ese fruto, sus ojos fueron completamente abiertos. Antes de esto, Adn y Eva no entendan claramente que estaban desnudos, pero despus que comieron del fruto y sus ojos fueron abiertos, ellos comprendieron que estaban desnudos, y entonces vinieron los problemas. No piensen que si logramos que las personas entiendan todo con claridad, ellas creern. Al contrario, todo el que es salvo es una persona que no entiende las cosas con claridad. Creemos de una manera necia. Algunos podran preguntar: Cmo la gente puede creer si no entiende las cosas con claridad?. ste es un secreto. Ellos sencillamente tienen que creer. Cuando el Seor le muestra Su favor a alguien, l se ve obligado a creer, ya sea que entienda bien las cosas o no. Muchas veces no entendemos bien las cosas, y aun as decimos: No s por qu, pero tengo que creer. Tal vez las personas digan que esto es supersticin; pero aun si es as, prefiero ser supersticioso, y cuanto ms lo sea, mejor. Cuando era joven, mis amigos y muchas otras personas vinieron a decirme que era un necio. Sin embargo, yo les deca: Me gusta ser necio; cuanto ms necio sea, mejor. No soy capaz de explicarles qu es, pero ciertamente hay algo dentro de m. Por lo tanto, no caigan en la tentacin de aclarar las dudas de las personas, ni siquiera lo traten. Sencillamente hablen brevemente con ellas. Despus de que hablen con ellas, de inmediato pdanles que oren con usted. Orar es semejante a cerrar el trato. Un buen vendedor nunca habla demasiado; pues, si lo hace, perder el contrato. Por consiguiente, simplemente pdanles que oren. Ayudar a las personas a que sepan que Jess es el Espritu viviente Despus de ayudar a las personas a orar, debemos ayudarlas en otras reas; de lo contrario, no sern salvas de una manera apropiada. Primero, debemos ayudarlas a
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que sepan que creer en Jess es recibirle como el Espritu viviente. Debemos recalcar mucho este asunto. Debemos decirles que Jess hoy en da est en el Espritu y que, de hecho, l es el Espritu viviente, real y verdadero. Es por ello que podemos abrir nuestro corazn y nuestro espritu, es decir, podemos abrir todo nuestro ser para recibirlo a l. Tenemos que recalcar este asunto una y otra vez. De este modo, las personas que sean salvas sern cristianos vivientes; pues, de lo contrario, nicamente sern personas religiosas, y no cristianos vivientes, y nicamente tendremos unos cuantos miembros religiosos. Por esta razn, debemos leerles algunos versculos que muestren que Cristo es nuestra vida y que l vive en nosotros. Debemos ayudarles a que conozcan esto. No debemos pensar que hay que esperar a que ellos tengan mucho tiempo de ser salvos para decirles que Cristo es vida. No, ms bien, debemos decirles esto desde el primer da. Yo fui salvo de esta manera. Cuando fui salvo, incluso me dijeron que haba sido crucificado con Cristo. Yo comprend en ese entonces que estaba acabado; que haba muerto con Cristo y que ya haba sido sepultado. Ahora ya no vivo yo, mas Cristo vive en m. De este modo, escuch el evangelio completo. No debemos pensar que esto es demasiado profundo. Tal vez sea demasiado profundo para algunos de los que estn en el cristianismo, pero no es demasiado profundo para los pecadores. Les animo a que lo intenten. No prediquen el evangelio de la manera vieja; no digan: Oh, esto es demasiado profundo. En unos seis meses podemos dejar que el hermano Lee sea quien les ministre sobre cmo Cristo es vida para los creyentes. No, no est bien decir esto. En el Evangelio de Juan se encuentran muchas cosas que son profundas, pero a este libro an se le llama evangelio. Tambin se le llama evangelio a todo el libro de Romanos. El primer captulo de Romanos nos dice que el contenido de todo el libro es el evangelio (vs. 1, 9, 15-16, cfr. 16:25). Incluso debemos aprender a predicar el evangelio de Romanos 12, y decirles a las personas que ellas tienen que ser miembros del Cuerpo de Cristo. Debemos decirles a las personas de una manera clara y detallada que Cristo es el Espritu viviente hoy, y que l est esperando que el hombre lo reciba como vida. Este asunto debe ser enfatizado. Ayudar a las personas con algunos versculos prcticos Despus de esto, debemos decirles que si desean recibir al Cristo viviente, tienen que confesar sus faltas de forma completa, que necesitan confesar sus pecados. Por supuesto, debemos decirles que Cristo llev sus pecados y que Dios los perdon; sin embargo, para que puedan experimentar a Cristo, es necesario que confiesen todos sus pecados. Debemos ayudarles a estas personas a comprender cuntos pecados han cometido, cun pecaminosas son, y ayudarles a que se arrepientan y confiesen sus pecados uno por uno. Tal vez nos pregunten cmo deben confesarlos. Podemos decirles que deben confesar lo que ellas sienten que necesitan confesar. Esto no debe hacerse de manera legalista. Ellas deben sencillamente tener contacto con el Seor y confesar todo lo que ellas consideren pecaminoso o sucio, y cuntas ms cosas confiesen, mejor.

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Tambin debemos leerles algunos versculos prcticos del Nuevo Testamento, y a veces tambin del Antiguo Testamento, para demostrarles que verdaderamente han sido salvas. Hay cuatro asuntos principales que debemos ayudarles a ver. Debemos mostrarles que sus pecados han sido perdonados En primer lugar, debemos citarles algunos versculos para ayudarles a entender que sus pecados han sido perdonados. El mejor versculo en cuanto al perdn de los pecados es Hechos 10:43 que dice: De l dan testimonio todos los profetas, de que por Su nombre, todos los que en l creen recibirn perdn de pecados. Debemos leerles este versculo a las personas y pedirles tambin que ellas lo lean. sta es la manera de mostrarles este artculo del testamento. En el testamento encontramos tal artculo que nos dice que si creemos en Su nombre, nuestros pecados son perdonados; la remisin de los pecados ya nos fue dada. Tambin podramos usar Efesios 1:7, pero Hechos 10:43 es el mejor versculo. De este modo, debemos darles algunos versculos prcticos del Nuevo Testamento que les confirme, les demuestre que lo que nosotros les predicamos no es una teora, sino que es uno de los artculos del testamento. Debemos mostrarles que son justificados por la fe Despus de leer lo que el testamento dice en cuanto al perdn de los pecados, debemos leerles acerca de la justificacin por la fe. Usando la Palabra demustreles que ellos han sido justificados por la fe. Hay muchos versculos que hablan sobre esto; yo prefiero usar Hechos 13:38 y 39, que dicen: Sabed, pues, varones hermanos, que por medio de l se os anuncia perdn de pecados, y que de todo aquello de que por la ley de Moiss no pudisteis ser justificados, en l es justificado todo aquel que cree. Estos dos versculos nos dicen dos cosas: que el perdn es anunciado y que la justificacin nos es dada en l, esto es, en Cristo. Tambin podemos usar muchos versculos de Romanos 3 y Glatas 2, cintando los mejores versculos para confirmarles que mientras una persona crea en Jess, ha sido justificada por Dios en Cristo. En esto consiste el perdn de los pecados y la justificacin por fe. Debemos mostrarles que tienen vida eterna Tercero, debemos leerles algunos versculos confirmndoles que ellas tienen la vida eterna en su interior. Hay muchos versculos que nos muestran esto, tales como Juan 3:16 y 36; 5:24; 6:47; y otros. Debemos presentarles estos versculos para confirmarles, demostrarles, que ellas tienen la vida eterna en su interior. Debemos mostrarles que han sido salvas Adems de mostrarles a las personas que sus pecados han sido perdonados, que han sido justificadas por la fe y que tienen vida eterna, debemos mostrarles algunos versculos que les muestren que son salvas. Los mejores versculos para esto son
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Romanos 10:9 y 10, que dicen: Que si confiesas con tu boca a Jess como Seor, y crees en tu corazn que Dios le levant de los muertos, sers salvo. Porque con el corazn se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvacin. Adems el versculo 13 dice: Porque: Todo aquel que invoque el nombre del Seor, ser salvo. Tambin podemos leerles Hechos 16:31, que dice: Cree en el Seor Jess, y sers salvo, t y tu casa. Debemos recalcarle a las personas estos cuatro puntos principales basndonos en la Palabra: ellas han sido perdonadas, han sido justificadas, han recibido vida eterna y son salvas. Podemos decirles otras cosas ms, pero estos cuatro puntos son muy necesarios. No debemos tratar de abarcar demasiado en una sola ocasin. Despus de predicarles el evangelio, quizs slo podamos hacer lo primero, esto es, ayudarles a orar. Luego, al siguiente da podemos ponernos en contacto con ellos nuevamente para ayudarles a comprender que el Seor Cristo es el Espritu viviente. Tal vez, en ese momento, sea oportuno ayudarles a leer estos versculos prcticos. Si no tenemos mucho tiempo, podemos reservar algo para la tercera oportunidad que podamos verlas. No debemos tratar de abarcar todo en una sola ocasin. Debemos ayudar a las personas a conocer el Cuerpo Hemos visto los tres asuntos principales en cuanto a cmo ayudar a las personas a ser salvas. Debemos ayudarlas a orar para cerrar el trato, a comprender que Cristo es el Espritu viviente, y que ellas tienen que recibirlo abriendo su corazn y su espritu; y, tambin, debemos ayudarlas proveyndoles algunos versculos prcticos. Adems de esto, debemos ayudarles a comprender que han sido salvas por el Seor por medio de la iglesia. Ellas deben darse cuenta que tienen una relacin con la iglesia. Desde el comienzo tenemos que ayudar a los nuevos creyentes a conocer el Cuerpo. Ellos nunca se olvidarn de aquello que les deja una impresin profunda en el principio. Tenemos que explicarles que a partir de ese momento necesitarn asistir a las reuniones de la iglesia. Ellos necesitan entrar en contacto con los hermanos y tener comunin con ellos. Cuando alguien es salvo por medio de nosotros, de inmediato tenemos que ayudarlo a conocer la vida de iglesia. Luego, debemos recomendarle a dos o tres hermanos o hermanas para que sean compaeros suyos en la iglesia. Esto les ser de gran ayuda. Todo nuevo creyente, todo recin convertido, debe tener por lo menos a dos o tres hermanos por compaeros cristianos. Todos tenemos que aprender a ayudar a las personas de esta manera. Despus de una reunin en la que sea predicado el evangelio, debemos pedirles a los nuevos creyentes que continen viniendo por tres noches ms para tener un seguimiento con ellos. De este modo, podremos inmediatamente proveerles algn entrenamiento. Sin embargo, no debemos pensar que stas son slo reuniones para ellos y que nosotros no necesitamos asistir; al contrario, debemos comprender que sta es nuestra oportunidad para venir y practicar. Luego, despus de estas
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reuniones de seguimiento, podremos bautizarlos. As, al siguiente da del Seor, tendremos un buen nmero de nuevos creyentes en la reunin de la mesa del Seor. Ellos sern los nuevos miembros de nuestra familia. Entonces podremos ayudarlos a conocer un poco acerca de la iglesia, y ellos comprendern que la iglesia, el Cuerpo, es su hogar. Tambin debemos ayudarlos a entender que no predicamos el evangelio de forma individualista, sino conforme al Cuerpo, es decir, de manera corporativa. As, a partir del primer da, ellos deben comprender que es la iglesia la que predica el evangelio, no con el fin de conducir a las personas al cielo, sino con el fin de traerlas a la iglesia. Entonces veremos la diferencia. Tenemos que creer que despus de tan slo dos semanas ellos lograrn que muchas otras personas crean. De hecho, ellos ejercern su funcin, aun mejor que nosotros. Debemos ayudar a los que son salvos a ofrecerse a s mismos al Seor Despus de ayudarlos hasta este punto, debemos ayudarlos a ofrecerse a s mismos al Seor, o sea, a consagrarse a s mismos. Los cinco asuntos que mencionamos anteriormente debemos hacerlos en la primera semana. Eso significa que aun antes de que sean bautizados debemos ayudarlos al cubrir estos cinco asuntos. No deseo imponer nada de manera legalista, pero s quisiera rogarles a que aprendan esto. Estoy aqu delante de ustedes para decirles con toda humildad que si ponen estas cosas en prctica, vern los resultados. Veremos que nuestra predicacin tendr impacto en nuestro medio, pues muchas personas sern salvas. Nuestra reunin para predicar el evangelio es slo el comienzo de la predicacin. Muchas otras personas vendrn despus. En el mar un pez siempre le muerde la cola a otro pez. Si logro agarrar uno, muchos otros vendrn detrs. As, tendremos una cosecha. Si hacemos esto bien, cada mes traeremos a un buen nmero de peces agarrados de la cola. Sin embargo, tenemos que aprender a laborar y a saber cmo ayudar a los nuevos creyentes para que ellos laboren. Debemos visitarlos inmediatamente para ayudarles a laborar. Ellos ahora han llegado a ser miembros de la iglesia; de hecho, son los miembros principales, pues ellos tomarn ms iniciativa que nosotros debido a que no tienen mucho conocimiento; lo nico que poseen es la vida. Nosotros, en cambio, tenemos demasiado conocimiento. Nuestra cabeza es demasiado grande. El Seor me cubra al decir esto. Estoy poniendo mis ojos al Seor al respecto; he estado buscndolo y sigo buscndolo mucho con respecto a este asunto. ste es el secreto de que la iglesia predique el evangelio. No debemos poner nuestra confianza en ningn orador. Es posible que en nuestra reunin para predicar el evangelio no haya ningn orador; sin embargo, el evangelio ser predicado. Creen ustedes esto? Yo s creo que esto es posible, porque lo vi en el pasado. Muchas personas fueron salvas de una manera viviente, pero ninguna de ellas sabra decir por medio de cul orador fue salva. Nunca podran decir que tomaron la decisin de creer con la ayuda de cierto predicador famoso. En el Lejano Oriente no tuvimos esa clase de predicadores famosos, no obstante, miles de personas fueron salvas. El

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evangelio fue predicado por la iglesia, por todo el Cuerpo y por cada miembro del Cuerpo. Debemos ayudar a las personas a que vean la necesidad de ser bautizadas Despus de ayudar a las personas en los asuntos ya mencionados, debemos ayudarlas a ver la necesidad del bautismo. Debemos testificarles y explicarles lo que significa ser bautizados, y ayudarles a comprender que por haber sido identificadas con Cristo, fueron crucificadas y ahora estn muertas. Por consiguiente, tienen que ser sepultadas. En cuanto al bautismo, ellas tienen que ejercitar su fe para creer que han habido muchos casos en los que una gran bendicin descendi sobre los que se bautizaban. Yo vi a personas que fueron sanadas por medio de bautismo. Antes de descender a las aguas, estaban muy enfermas, no simplemente con una gripe, sino con enfermedades crnicas. No obstante, despus de que fueron bautizadas, algunas fueron sanadas. No debemos ser supersticiosos en cuanto a las aguas de bautismo, pero definitivamente hay algo muy significativo. Tiene que haberlo, pues el Seor nos mand que lo hiciramos. No debiramos considerar el bautismo como un simple ritual. Debemos decirles a las personas que ellas necesitan tener un entendimiento espiritual del bautismo. Tambin debemos ayudarles a comprender que cuando sean bautizadas, ellas traen consigo todos sus problemas para que sean sepultados all, as como el pueblo de Israel al cruzar el mar Rojo condujo a todo Egipto al mar. No fueron ellos quienes fueron sepultados all, sino todo Egipto, incluyendo a Faran y su ejrcito. Debemos decirles que si tienen algn problema, incluso enfermedades fsicas, ellas sumergen todo ello en el agua y lo sepultan all. Tienen algn pecado que los atormenta o alguna debilidad moral? Deben sumergirlo en el agua. Deben sumergirlo todo en el agua. En particular, deben sumergir en el agua todos sus placeres. En el Lejano Oriente y en muchos otros lugares, cuando alguien es sepultado, lo sepultan junto con todos los objetos que ms ama, con sus objetos favoritos. En cierto sentido, esto es bblico. Cuando las personas son bautizadas, ellas deben traer consigo todo aquello que aman para que sea sepultado en el agua. Debemos ayudarles a entender estos asuntos. CUATRO ASUNTOS QUE DEBEMOS TRATAR DESPUS DEL BAUTISMO Despus de que las personas sean bautizadas, debemos ayudarlas en cuatro asuntos. Primero, debemos ayudarles a orar diariamente y en secreto. Segundo, debemos ayudarles a estudiar la Palabra cada da. Tercero, debemos ayudarles que asistan regularmente a las reuniones de la iglesia. Cuarto, debemos ayudarles a que prediquen el evangelio. As pues, ellas tienen que orar, estudiar la Palabra, asistir a las reuniones y traer a otros a la siguiente reunin para que se les predique el evangelio. Ellos deben ser los miembros ms activos en la obra de predicacin del evangelio que realiza la iglesia. Si no somos capaces de hacer esto o si no estamos dispuestos a hacerlo, fracasaremos. Todos los pecadores que vienen a la primera
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reunin del evangelio deben ser los predicadores en la siguiente reunin. Esto no depende tanto del Seor como de nosotros, y depender de cunto laboremos nosotros y de cmo laboremos. Estoy seguro de que si laboramos de esta manera, veremos muy buenos resultados.

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CAPTULO TRES PREDICAR EL EVANGELIO CON LA AUTORIDAD DE CRISTO Y LA PALABRA VIVA Lectura bblica: Mt. 12:28-29; 28:18-19; Ro. 10:6-9, 13; 1 Co. 12:3 Mateo 12:28 y 29 dice: Pero si Yo por el Espritu de Dios echo fuera los demonios, entonces ha llegado a vosotros el reino de Dios. O cmo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y arrebatar sus bienes, si primero no ata al hombre fuerte? Entonces saquear su casa. Los versculos del 18 al 19 del captulo 28 dicen: Y Jess se acerc y les habl diciendo: Toda potestad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discpulos a todas las naciones, bautizndolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espritu Santo. Debemos resaltar las palabras por tanto. Las palabras por tanto se refieren al hecho de que toda potestad le ha sido dada a Cristo. Por tanto, por esta razn, debemos ir y hacer discpulos a todas las naciones. CONFESAR A JESS COMO SEOR Romanos 10:9 dice: Si confiesas con tu boca a Jess como Seor, y crees en tu corazn que Dios le levant de los muertos, sers salvo. Esto no slo significa confesar el nombre de Jess, sino el nombre del Seor Jess. Con nuestra boca debemos confesar el nombre del Seor Jess, es decir, debemos pronunciar la palabra Seor. He notado que especialmente en el mundo occidental, tanto en Europa como en los Estados Unidos, cuando las personas oran, no usan el ttulo Seor muy a menudo. La mayora cuando ora dice solamente: Jess. sta no es la manera apropiada. Cada vez que digamos Jess, es mejor si aadimos el ttulo Seor, es decir, si decimos: Seor Jess. As pues, con nuestra boca confesamos el nombre del Seor Jess y con nuestro corazn creemos en el hecho de que Dios resucit a Jess de los muertos. Si hacemos estas dos cosas, seremos salvos. Luego, el versculo 13 aade, diciendo: Porque: Todo aquel que invoque el nombre del Seor, ser salvo. Esto no es simplemente invocar el nombre de Jess, sino el nombre del Seor. En 1 Corintios 12:3 dice: Por tanto, os hago saber que nadie que hable en el Espritu de Dios dice: Jess es anatema; y nadie puede decir: Jess es Seor!, sino en el Espritu Santo. Aqu, una vez ms, este versculo recalca que debemos decir que Jess es el Seor. Siempre y cuando una persona diga que Jess es el Seor, eso ser una prueba de que el Espritu Santo est operando en su interior. Debemos ayudar a las personas a que comprendan que Jess es el Seor, y tenemos que ayudarlas a que ejerciten su boca al ejercitar su corazn para decir que Jess es el Seor y para invocar a Jess el Seor.

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PREDICAR NO SLO CON PODER, SINO TAMBIN CON LA AUTORIDAD DEL GOBIERNO CELESTIAL Todos debemos comprender que predicar el evangelio no es simplemente realizar la labor de predicar o ensear, sino que implica pelear una batalla. En Mateo 12 se nos dice que si queremos predicar el evangelio tenemos que atar al hombre fuerte. Satans es el hombre fuerte, aquel que usurpa a todas las personas. El mundo entero est ahora bajo las tinieblas y en las manos usurpadoras de Satans. Por lo tanto, predicar el evangelio a fin de traer al alguien al Seor es quitarle a Satans algunos de los bienes que tiene en sus manos usurpadoras. Por consiguiente, tenemos que orar para atar a Satans, el hombre fuerte, y para ello no slo requerimos poder, sino tambin autoridad. Podemos mostrar la diferencia que hay entre poder y autoridad con el ejemplo de un polica. Los automviles en las calles tienen poder, pero un polica tiene autoridad. Por muy poderoso que sea un carro, cuando un polica le da la orden, tiene autoridad sobre dicho vehculo. Cristo dijo: Toda potestad me ha sido dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discpulos a todas las naciones (28:18-19). Cuando vamos a predicar el evangelio, no slo debemos procurar obtener el poder de lo alto, sino que adems tenemos que aprender a ejercer la autoridad que Cristo tiene como Cabeza y Seor. Tal vez el polica sea ms bajo que nosotros en estatura, pero tiene autoridad debido a que tiene un gobierno que lo respalda. Puesto que no podemos ir en contra de un gobierno, no podemos oponernos a dicho polica. Me he dado cuenta de que en este pas todos los conductores temen a los policas. Eso no significa que los policas tengan poder, sino ms bien, que tienen autoridad. Muchos de los vehculos que circulan en las calles son poderosos, pero cuando el polica les hace una seal con la mano, tienen que detenerse. La autoridad es superior al poder. Vamos a predicar el evangelio nicamente con poder? Tambin tenemos que aprender a ejercer autoridad. Nosotros somos el Cuerpo de la Cabeza y estamos bajo autoridad; de manera que la Cabeza es el gobierno que nos respalda. Tenemos un respaldo muy slido, el cual es: la Cabeza. DEBEMOS EJERCER AUTORIDAD SOBRE LOS DEMONIOS, Y NO SOBRE LAS PERSONAS He observado que la actitud de los policas en este pas es bastante buena. Anteriormente estuve en este pas al menos en dos ocasiones, y ahora llevo aqu ms de tres aos, y nunca he visto un polica de este pas que no fuese humilde, corts, manso y amable. Sin embargo, junto con la amabilidad est la autoridad. Debemos, por tanto, ejercer la autoridad del Seor para someter a los demonios, no a las personas. En lugar de ejercer autoridad sobre las personas, debemos ejercitar amor, humildad, bondad y amabilidad al relacionarnos con ellas. En nuestro corazn y en nuestra comprensin debemos decir: Estoy aqu con autoridad, pero con respecto a nuestra actitud con las personas, debemos ser muy amables. No debemos decirles: Yo soy alguien que ha sido enviado de la Jerusaln celestial. No est bien decir esto. Cuanto ms humildes, amables y bondadosos seamos, mejor.

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Con el diablo y los demonios no debemos ser amables, sino autoritativos; pero con las personas debemos ser bondadosos. Si somos demasiado autoritativos con las personas, seremos usados por el enemigo. Debemos conocer los dardos sutiles del enemigo, y debemos aprender cmo afrontar la situacin. Debemos ser autoritativos con el enemigo, pero amables con la gente. DEBEMOS HABLAR LA PALABRA QUE ES EL ESPRITU VIVIENTE Romanos 10:6-8 dice: Pero la justicia que procede de la fe habla as: No digas en tu corazn: Quin subir al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo); o, quin descender al abismo? (esto es, para hacer subir a Cristo de entre los muertos). Mas qu dice? Cerca de ti est la palabra, en tu boca y en tu corazn. sta es la palabra de la fe que proclamamos. Los versculos del 6 al 7 hablan de Cristo, pero en el versculo 8 el sujeto cambia a la palabra. La palabra que predicamos es la palabra que est en la boca del predicador; no obstante, aqu se nos dice que la palabra que predicamos est en la boca del oyente, y no slo en su boca, sino tambin en su corazn. Cul es esta palabra? Ser simplemente una doctrina? Es preciso que comprendamos que la palabra que se menciona aqu es el Espritu mismo. Si comparamos este versculo con Juan 6:63, podemos ver que las palabras que el Seor nos habla son espritu y vida. Si las palabras habladas por el Seor no fueran espritu, de qu otra forma podran entrar en el corazn de los oyentes? sta es la razn por la cual, mientras estamos predicando la palabra de una manera viviente, esta palabra viva llega a ser el Espritu en los corazones de los oyentes. Nunca debemos separar las palabras del Seor del Espritu. El Espritu y la palabra son siempre dos en uno. Mientras predicamos la palabra, el Espritu Santo se mezclar con la palabra. Luego, cuando la palabra llegue a los corazones de los oyentes, se convertir en el Espritu viviente. Si leemos repetidas veces estos versculos de Romanos 10, comprenderemos que la palabra mencionada en el versculo 8 no es una doctrina sino algo viviente. En los versculos anteriores se refiere a Cristo, pero de repente en este versculo el sujeto cambia de Cristo a la palabra. Por consiguiente, cuando vayamos a predicar el evangelio, es bueno que enseemos un poco, pero no demasiado. No debemos sentir que vamos a ensearles a las personas; en vez de ello, debemos tener la certeza de que el Seor est con nosotros, y que Su Espritu viviente est mezclado con nuestra palabra. As pues, cuando hablemos, debemos tener la fe viva de que nuestra palabra est llena del Espritu. Por esta razn, tenemos que aprender a no hablar conforme a las enseanzas de la religin, sino que debemos aprender a hablar algo acerca del Cristo vivo. No estamos ministrando slo doctrinas religiosas, sino ministrando al Cristo vivo a las personas. Por supuesto, no es necesario que les digamos a las personas que estamos haciendo esto, pero debemos hacerlo de la manera apropiada, aprendiendo a hablar de la manera adecuada. Sin importar de qu manera tengamos contacto con las personas, nuestra meta, nuestro objetivo, debe ser ministrarles a Cristo y ayudarlas a comprender que lo que ellas necesitan es a Cristo mismo, quien es el Viviente.
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Segn Romanos 10:6-8 mientras predicamos a Cristo, nuestra predicacin se convertir en el Espritu viviente. Debemos decirles a las personas que Cristo hoy en da es todo-inclusivo. Dios est en l, y el hombre tambin est en l. No tengan temor que las personas no vayan a entender esto. A veces ellas pueden entender esto mucho mejor que nosotros. Hace poco algunos hermanos salieron a predicar el evangelio, y les hablaron a las personas acerca del Cuerpo de Cristo, de la economa de Dios, y del espritu, el alma y el cuerpo. Aquellos con quienes hablaron pudieron recibirlo. ste es nuestro evangelio. Debemos tener la certeza de que estamos ministrando a Cristo a las personas, y que este Cristo a quien ministramos es una persona todo-inclusiva. No slo l es el Salvador y Redentor, sino tambin la Cabeza, el Seor y Aquel que est en el trono con gloria y autoridad. Debemos hablarles a las personas acerca de Cristo de una manera viviente. No debemos predicar un evangelio viejo. Si predicamos a un Cristo vivo, el Espritu Santo respaldar nuestra predicacin, y la palabra que hablemos a las personas se convertir en Espritu y vida. Nuestras palabras se convertirn en la palabra que est en su corazn y en su boca. Entonces podremos mostrarles que Cristo est ahora en su corazn y en su boca, porque hoy en da Cristo est en el Espritu y es el Espritu mismo. Podemos darles el ejemplo de la electricidad y de las ondas radiales. Cuando la palabra es hablada en la estacin radial, sta se convierte en ondas radiales que transmiten la palabra a todos los rincones de la tierra. En este sentido llega a ser la palabra viva. Podemos decirles a las personas: Ahora le estoy hablando en el Espritu, y el Espritu es como la electricidad. Puesto que las palabras que le hablo se hallan en el Espritu, tambin estn en usted, en su corazn, como el Espritu viviente, quien tambin es Cristo. Todo lo que necesita hacer es creer en l y decirle: Seor Jess. Si usted abre su boca para invocar a Jess el Seor, eso significa que usted es salvo. Entonces podemos leerles 1 Corintios 12:3, que dice: Por tanto, os hago saber que nadie que hable en el Espritu de Dios dice: Jess es anatema; y nadie puede decir: Jess es Seor!, sino en el Espritu Santo. Si alguien dice: Oh Seor Jess!, eso significa que el Espritu Santo se est moviendo dentro de l. No es necesario que salgamos a ensear a las personas. Simplemente debemos ir de esta manera a hacer de las personas verdaderos cristianos. Podemos hacerlo muy rpidamente. En tan solo un minuto una persona puede convertirse al Seor. Podemos decir: Estoy hablndole por Cristo y en Cristo. Ahora Cristo est en usted. Puede decir: Seor Jess?. Si ella hace esto, habr sido salva. Ello depender de la fe que ejercitemos. Si nos acercamos a hablar con una persona y ejercitamos nuestra fe hasta este grado, el Espritu Santo nos respaldar. Entonces veremos una verdadera conversin, un verdadero cambio en la vida de dicha persona. Algo muy real estar movindose en ella. ste ser el comienzo de la obra que realiza el Espritu Santo. Ella amar al Seor, amar las Escrituras, le encantar tener contacto con verdaderos cristianos y tambin le gustar mucho venir a las reuniones. sta ser la prueba de que ha sido salva. No tiene ninguna importancia que ella no sepa mucha doctrina. En lugar de ello, debemos ayudarla de una manera viva.

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Adems, debemos hacer lo posible por no discutir con las personas, diciendo: Seor, cree usted que Dios existe?. Esto abrir la puerta al enemigo para que provoque discusiones. Abrir la puerta de discusiones y cerrar la puerta de la fe. El hecho ya est establecido, as que no hay necesidad de discutir al respecto. Dios existe, no hay ninguna duda al respecto. Ya sea que alguien reconozca o no que hay un Dios, todos creen en lo profundo de su ser que Dios existe. Por consiguiente, debemos simplemente hablar algo de Cristo de una manera viva. Slo unas cuantas palabras sern suficientes. Entonces la persona con quien hablamos podr orar, diciendo: Oh Seor Jess. Con eso bastar. Una vez que alguien invoque a Jess el Seor, ser salvo. Simplemente debemos decirles a las personas que lo invoquen, llamndolo el Seor. Tambin debemos ayudar a las personas a comprender que Cristo est en todas partes. Cristo es omnipresente, porque l est en el Espritu y porque hoy en da l mismo es el Espritu. l es como la electricidad y como el aire. Dondequiera que estemos, all tambin estn la electricidad y el aire. La manera de recibirlo a l es simplemente decir: Seor Jess. Cada vez que alguien abre su boca para decir: Seor Jess, nosotros decimos: Aleluya! Alabado sea el Seor! He aqu un alma que ha sido ganada por medio de m. Como segundo paso, debemos decirle a esta persona que todos somos seres pecaminosos y que tenemos que confesar nuestros pecados. Entonces ella dir: Seor Jess, soy pecaminoso, y podremos ayudarla a ver que todos sus pecados fueron puestos en Jess cuando l fue crucificado. Podemos ministrarle el evangelio de esta manera. Muchas veces tenemos que ministrarle el evangelio a alguien despus de que ha invocado al Seor Jess. Esto puede compararse al hecho de traer a alguien a los Estados Unidos y despus mostrarle las cosas de este pas. No necesitamos contarle de las cosas de los Estados Unidos mientras an est en el exterior. Ms bien, podemos traerlo a los Estados Unidos y decirle: Mire, aqu est la ciudad de Los ngeles; usted est aqu. Debemos introducirlo en Cristo, y luego hablarle de las cosas que estn en Cristo. Hermanos, vayan y hagan esto. stos son algunos secretos tiles para predicar el evangelio. EJERCITAR LA FE AL PREDICAR EL EVANGELIO Predicar el evangelio es definitivamente un asunto de fe. Frecuentemente, la gente dice que lo que necesitamos es amar a los pecadores. No hay duda de que necesitamos sentir un verdadero amor y preocupacin por los pecadores, pero salir a predicar el evangelio es principalmente algo de fe. En primer lugar, tenemos que creer en todo lo que la Palabra nos dice. Si no creemos, si tenemos tan slo un poco de dudas acerca de las Escrituras, perderemos la base de nuestra fe, y el enemigo, el diablo y los demonios, lo sabrn. Por consiguiente, tenemos que ejercitar nuestra fe, dicindole al Seor y a todo el universo: Yo creo en Jess. Creo en el Dios Triuno, y creo en cada palabra que est en las Escrituras. Tenemos que ejercitar nuestra fe y decirle al enemigo que creemos en todas las palabras de las Escrituras, por lo que salimos a predicar el evangelio con seguridad, confianza y autoridad.

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Tenemos que ejercitarnos de esta manera. No podemos ser indiferentes cuando predicamos. Cuando un polica se acerca a nosotros, viene con un propsito muy especfico. Debemos aprender a ejercitar la fe para creer que hemos sido salvos, que hemos ascendido a los cielos y que tenemos el derecho a recibir todo lo que Cristo logr y obtuvo. Tenemos que ejercitar la fe a tal grado que podamos predicar el evangelio de una manera prevaleciente. No debemos prestar atencin a ninguno de nuestros sentimientos. Y aun cuando surjan ciertos sentimientos en nosotros, debemos decirle al enemigo: No acepto estos sentimientos. No me importa qu clase de sentimientos tenga. Mientras tenga el testamento en mis manos, con eso basta. Creo en este testamento, y creo en esta obra. No necesito ver ninguna clase de manifestacin, ni tampoco necesito sentir nada especial. Entonces veremos cmo el Espritu Santo nos honrar. Debemos ejercitar la fe hasta el punto en que creamos que todos aquellos que contactemos sern salvos. El maligno en nosotros siempre nos hace dudar y preguntar cmo puede ser esto posible. As que, no debemos tratar de entenderlo nosotros, sino ms bien, tenemos que ejercitar la fe. Si no creemos que la persona con quien conversamos puede ser salva, ella no lo ser. El principio que se aplica aqu es que el resultado que obtengamos ser de acuerdo a nuestra fe: Conforme a vuestra fe os sea hecho (Mt. 9:29). As que, tenemos que aprender la leccin de ejercitar la fe. TENER UNA BUENA RELACIN CON EL SEOR, CON EL CUERPO Y CON CADA MIEMBRO DEL CUERPO A FIN DE TENER AUTORIDAD, SEGURIDAD Y DENUEDO A fin de ejercitar la fe necesitamos que el Seor nos discipline. Tenemos que ser purificados y debemos resolver todo problema que pueda haber en nosotros. Si algo en nuestro interior nos condena, tenemos que confesarlo y tomar las medidas que correspondan. Si nuestra conciencia nos acusa en algo, nuestra fe se escapar. No podemos ser indiferentes. Debemos adoptar una actitud positiva en fe, pero para ello se requiere que resolvamos cualquier problema que tengamos y que seamos purificados. Tenemos que confesar nuestras faltas y aplicar la sangre para ser limpios de cualquier cosa interna que nos traiga condenacin. Debemos acudir una y otra vez al Seor para ser limpiados y para estar bien con el Seor. Entonces tendremos una conciencia pura, una buena conciencia, una conciencia genuina, libre de toda ofensa. Podemos estar delante de todo el universo y decirle al enemigo: Ahora mi conciencia ha sido purificada. No experimento ninguna condenacin. Estoy libre de toda ofensa y de toda acusacin. Si no podemos resolver ciertos problemas, simplemente debemos decirle al Seor: Estoy dispuesto a hacerlo, Seor, pero no puedo. Cbreme al respecto con Tu sangre preciosa. Esto nos permitir estar bien con el Seor para poder tener denuedo en nosotros. No slo debemos estar bien con el Seor, sino que al salir a predicar el evangelio, tenemos que asegurarnos de que estemos bien con el Cuerpo y con todos los miembros. Si hay algo entre nosotros y los hermanos, eso ser un verdadero
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impedimento; por lo tanto, tenemos que dar solucin a este problema y estar bien con los hermanos. Si no estamos bien con los hermanos, perderemos nuestra base, y el enemigo, el diablo, se reir de nosotros. sta es la realidad en el mundo espiritual. El enemigo sabe si estamos bien con Dios, si estamos bien con el Cuerpo, y si estamos bien con los miembros del Cuerpo. No lo podemos engaar. Si en algn aspecto no estamos bien con cualquiera de los miembros del Cuerpo, cuando salgamos a predicar el evangelio, el maligno nos sealar continuamente esta debilidad. Entonces, debido a esta debilidad, no tendremos denuedo. Por consiguiente, tenemos que hacer lo posible por estar bien con Dios, con el Cuerpo y con todos los miembros. Entonces podremos decir: En este universo soy una persona que est cien por ciento bien con Dios bajo la sangre, y soy un miembro del Cuerpo de Cristo que est cien por ciento bien con todos los miembros. No tengo ningn problema con ninguno de los miembros. De este modo, tendremos seguridad al predicar. Cuando decimos que tenemos que orar mucho con respecto a la predicacin del evangelio, queremos decir que al orar somos muy disciplinados, corregidos por el Seor. Es muy fcil salvar a los pecadores, pero no es tan fcil ser corregidos de manera completa. Es necesario que el Seor nos discipline por completo. Entonces tendremos una base apropiada. Debemos aprender a ejercitar la fe, y tambin permitir que el Seor nos discipline cabalmente. Entonces tendremos la autoridad. Yo no presto mucha atencin al resultado de la predicacin del evangelio, pero s presto mucha atencin al aprendizaje de los hermanos. Todava sigo observando en qu medida los hermanos y hermanas estn aprendiendo. En esto consiste la verdadera edificacin. Algunos dirn: Puesto que an no hemos sido edificados, no debemos salir a predicar el evangelio. Si ste es el caso, entonces ustedes necesitan ser edificados al ser disciplinados por el Seor. Tenemos que permitir que el Seor nos corrija a fin de estar bien con Dios, con el Cuerpo y con cada uno de los miembros. Tenemos que aprender las lecciones. Por la gracia del Seor, estamos ahora en un proceso de aprendizaje. He visto y sigo viendo que todos los hermanos y hermanas estn muy dispuestos a aprender las lecciones. No presten atencin a los resultados. No se dejen perturbar por los nmeros. Podemos estar seguros de que ser aadido un buen nmero de personas. No hay ninguna duda al respecto. Pero lo que me interesa ver es que los hermanos y hermanas aprendan a ser edificados. Me preocupa cunto hemos aprendido, es decir, cun detalladamente estamos siendo disciplinados por el Seor. Es maravilloso tener esta clase de experiencia. Despus de que hayamos predicado el evangelio, veremos una gloriosa edificacin entre nosotros, y adems de ello nos sern aadidas algunas almas; el resultado ser una ganancia positiva. Lo principal es que los hermanos y hermanas deben aprender. Antes de predicar el evangelio podemos ver debilidades y problemas, pero despus de haber predicado lo que queremos ver es que muchos hermanos y hermanas hayan sido disciplinados por el Seor. Estoy seguro de que despus que hayamos predicado el evangelio, levantaremos muchas alabanzas al Seor, en las que diremos: Seor, te damos gracias no solamente porque pudimos predicar el evangelio y porque pudimos conducir a los pecadores a Tu Cuerpo, sino tambin
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por nosotros, porque hemos aprendido mucho, porque hemos sido profundamente disciplinados, porque hemos sido tan edificados y porque hemos aprendido a conocer el mundo espiritual y todas las artimaas diablicas. En el futuro nuestra predicacin del evangelio ser ms eficaz. Veremos el progreso del evangelio no slo en esta ciudad, sino tambin en otros distritos e incluso en otras naciones. Una vez que somos entrenados en el servicio militar, nos es fcil ser formados como un ejrcito. Asimismo, puesto que estamos aprendiendo las lecciones y estamos siendo entrenados, nos ser fcil que seamos un ejrcito. Si el Seor pudiera obtener una expresin prevaleciente de Su iglesia, la predicacin del evangelio tendra mucho xito. Depende de la expresin. Por consiguiente, no debemos prestar atencin a los resultados sino a nosotros mismos. DEBEMOS ASUMIR LA RESPONSABILIDAD DE AYUDAR A LOS RECIN CONVERTIDOS A SEGUIR ADELANTE No debemos pensar ayudar a que la gente sea salva y traerla a la iglesia es suficiente. Esto es slo dar a luz a un hijo. Las madres saben que despus que dan a luz a un hijo, les sobrevendrn muchas dificultades. sta es la razn principal por la cual a las madres no les gusta tener muchos hijos; dos o tres son suficientes. Sin embargo, en la iglesia necesitamos que hayan ms partos; cuantos ms hayan, mejor. Tenemos que aprender a asumir la responsabilidad, tenemos que aprender a afrontar las dificultades y atender muchos otros asuntos que son necesarios. Despus de que prediquemos el evangelio, estaremos muy ocupados. Puesto que anticipamos que habrn muchos partos, tambin sabemos que tendremos que atender muchos asuntos. Por esta razn, despus de haber predicado el evangelio, debemos invitar a todos los hermanos y hermanas, y a todos aquellos que han escuchado el evangelio a tener reuniones para darles seguimiento. Adems, esperamos que el siguiente da del Seor, tendremos bautismos. Si las personas han entendido claramente su salvacin, tenemos que bautizarlas inmediatamente. Tenemos que aprender a asumir nuestra responsabilidad. Tenemos que aprender mucho al respecto a fin de ayudar a los recin convertidos a que sigan adelante. sta es una tremenda responsabilidad e incluye muchas cosas. Alabado sea el Seor! Estos asuntos nos proporcionarn la mejor oportunidad para aprender y ser adiestrados de una manera prctica. Que el Seor tenga misericordia de nosotros.

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CAPTULO CUATRO LA REUNIN PARA PREDICAR EL EVANGELIO Lectura bblica: Is. 45:11 Hay mucho que tenemos que aprender y practicar en cuanto a la predicacin del evangelio. Primero vamos a considerar la manera de invitar a las personas para que sean salvas. Algunos dirn que esto es muy sencillo; que no se necesita de ningn entrenamiento para ello y que ya lo saben hacer. S, es posible que sepamos algo al respecto, pero hay una tcnica superior que podemos practicar. ORAR CON UNA FE VIVA DNDOLE RDENES AL SEOR Lo primero que debemos hacer es confiar en el Seor. No podemos hacer nada independientemente del Seor. Cuando nos preparamos para salir a invitar a las personas, debemos tener suficiente oracin. Debemos procurar conocer la mente del Seor en cuanto a quin debemos contactar. Luego, podemos orar por aquellas personas que sentimos es del Seor invitarlas. Debemos presentarlas al Seor da y noche mencionando los nombres de cada una de ellas. Debemos orar de una manera prevaleciente. Isaas 45:11 dice: As dice Jehov, / el Santo de Israel, el que lo form: / Preguntadme de las cosas por venir; / mandadme acerca de mis hijos / y acerca de la obra de mis manos. En este versculo el Seor nos da el derecho de darle rdenes. En cierto sentido, l nos est diciendo: Yo soy tu Siervo. Dame rdenes. Debemos aprender a orar de esta manera, diciendo: Seor, mientras permanezco aqu contigo, y mientras pongo mis ojos en Ti, quiero decirte que T tienes que hacer algo. En el universo existe un misterioso principio de fe. Puesto que la fe honra al Seor, el Seor siempre honra la fe. Si no tenemos una fe viva, eficaz y poderosa, eso significa que nosotros dependemos de nosotros mismos, o que tenemos un corazn maligno de incredulidad. Sin embargo, si no confiamos en nosotros ni dependemos de nosotros mismos, sino que por el contrario creemos, tendremos la fe viva para reclamar algo, para ordenarle al Seor que haga algo. Ordenarle al Seor que haga algo significa que no confiamos en nosotros mismos y que creemos; y el Seor respaldar esta fe. Debemos orar de esta manera. Cualquier clase de duda proviene del enemigo. Por lo tanto, debemos aprender a creer y a ejercitar una fe viva. Debemos aprender a orar por el contacto que tendremos con las personas, y a ver cmo el Seor responder a nuestra oracin. Debemos decirle al Seor: Seor, deseo que por lo menos salves a una de las personas por las que he estado orando. Digmosle esto de una manera osada, retndolo un poco. Entonces veremos que l har algo. Incluso podemos decir: Seor, mientras que estoy orando aqu, en este mismo instante, T tienes que laborar en el corazn de la persona por quien estoy
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orando. Espero escuchar un testimonio de l que diga que algo ocurri dentro de l este mismo da, hora y minuto. Aprendamos a poner al Seor a prueba, no como lo hizo el pueblo de Israel en el desierto, con un corazn maligno de incredulidad, sino con un corazn lleno de fe. Si al orar tenemos una fe viva, nuestra predicacin tendr impacto. As pues, cuando nos acerquemos a nuestro amigo, obtendremos los resultados esperados porque hemos orado. Puesto que le hemos dado una orden al Seor, nos acercaremos a dicha persona teniendo impacto y seguridad, y le diremos que tiene que ser salvo. sta es la manera de invitar a las personas. Lucas 14:23 dice que cierto amo les dijo a sus esclavos no slo que invitaran a la gente a su gran banquete, sino que incluso las obligaran a venir. En algunas versiones de la Biblia dice furzalos y en otras dice constrelos. As pues, tenemos que obligar, forzar, presionar y constreir a las personas a que vengan. DEBEMOS ORAR CON AYUNO PARA TENER IMPACTO Antes de realizar la reunin para predicar el evangelio, debemos primero determinar la manera apropiada de contactar a las personas por quienes hemos estado orando, es decir, si debemos llamarlas por telfono o hablar con ellas personalmente, y luego el da antes de dicha reunin, debemos llamarlas para confirmar si van a venir. Entonces, en la maana del da de la reunin, debemos ayunar. No debemos ser legalistas al respecto, pero estoy seguro de que esto agradar al Seor. Si realmente tomamos estas cosas en serio, no interrumpiremos nuestro ayuno al medio da, sino que continuaremos ayunando a fin de orar. Cuando el hermano Watchman Nee era joven y an estaba en la universidad, l ayunaba todo el da, las tres comidas del sbado. l hizo esto por ms de un ao a fin de orar, estudiar la palabra y pasar tiempo con el Seor. Luego, el da del Seor, l iba a predicar, y su predicacin era poderosa y tena un verdadero efecto en las personas. Si realmente tomamos en serio al Seor, l tambin nos tomar en serio, y tendremos el impacto. Sin embargo, si somos indiferentes en nuestra predicacin, el Seor tambin se mostrar indiferente. El Seor jams podr hacer nada a travs de los tibios; debemos ser completamente fros o calientes. Debemos ser fervientes al grado que quememos a las personas. Cmo podemos ser fervientes? Mediante la oracin y, de ser posible, mediante el ayuno, sin ser legalistas. Debemos sentir la carga de ayunar y orar durante toda la maana del da de la reunin. Podemos orar, diciendo: Seor, las personas que te he mencionado tantas veces tienen que ser salvas hoy. Es por eso que estoy aqu ayunando. No me interesa comer, pues estoy lleno de esta carga. Tu obra me llena tanto que no me interesa comer ni siento que puedo hacerlo. Si hacemos esto, veremos el impacto y las respuestas a nuestras oraciones. Si oramos y ayunamos, entonces nuestro da de predicacin ser un da en el que cruzaremos una lnea fronteriza. Antes del Da de Pentecosts, los discpulos oraron por diez das. Aparte de orar, ellos no hicieron nada ms durante esos diez das. En esto podemos ver el efecto que tuvo su predicacin. Despus de haber ayunado y orado, y antes de la reunin, debemos ir a traer a las personas por las cuales hemos estado orando. Es mejor si vamos a recogerlas; no
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debemos confiar en que ellas vendrn solas ni debemos creer simplemente en la promesa que nos hicieron de que vendran. Muchas veces nuestros amigos nos prometen que vendrn slo por cortesa, y despus que ha pasado la reunin se disculpan y nos dan una excusa explicndonos por qu no vinieron. Por consiguiente, en lugar de esperar a que vengan, debemos ir por ellas y acompaarlas a venir. Debemos forzarlas a que sean salvas. ste es nuestro deber y nuestra responsabilidad normal. De hoy en adelante, si el Seor lo permite, debemos hacer esto cada mes hasta que l venga. Cada mes debemos predicar el evangelio. Algunos dicen que es demasiado esperar a que sean aadidas cien personas a la iglesia. Si doy cabida a la incredulidad, estara de acuerdo con esto. Sin embargo, si todos ayunramos, dejando de comer una comida cada da hasta el da de la reunin del evangelio, doscientas personas podran ser salvas. Esto depende no slo del Seor, sino an ms de nosotros y de cmo cooperemos con el Seor. Si no creemos y, en lugar de ello, todos decimos: Oh, eso es imposible; olvidmonos de eso y mejor durmamos, entonces ninguna persona ser salva por medio nuestro. Ello depender de cmo cooperemos con el Seor, con la iglesia y unos con otros. PREDICAR EL EVANGELIO TRAER UN AVIVAMIENTO A LA IGLESIA Si tenemos esta prctica al predicar el evangelio, nuestra vida mejorar notablemente. Creceremos. Es posible que durante muchos aos no hayamos crecido mucho en la vida divina; no obstante, si predicamos el evangelio de esta manera, notaremos nuestro crecimiento en la vida divina. Entonces la iglesia crecer no slo en cantidad, sino tambin en calidad. En nmero de miembros es la cantidad, y el crecimiento de vida es la calidad. En las iglesias en el pasado aprendimos el secreto. Por mucho tiempo muchos ensearon, predicaron y participaron en la edificacin, pero no hubo mucho progreso. No hubo ningn resultado, y los hermanos y hermanas se cansaron de todas esas cosas. Sin embargo, si procuramos conocer la mente del Seor, l nos mostrar claramente que tenemos que realizar la obra de predicar el evangelio; tenemos que poner la carga en los hombros de los hermanos y hermanas para que ellos prediquen el evangelio. Sencillamente mediante la predicacin del evangelio, la iglesia ser avivada. La iglesia cobra vida cuando predica el evangelio. Esto definitivamente ayuda. ACABAR NUESTRA OBRA CON LOS INCRDULOS EN UN SOLO DA A fin de realizar eficazmente la labor de invitar a las personas, tenemos que prestar atencin a los asuntos anteriormente mencionados; es decir, tenemos que darle rdenes al Seor, contactar a las personas, orar y ayunar por ellas, y luego, el da de la reunin del evangelio, tenemos que ir por ellas, gastando lo que tengamos que gastar, cueste lo que cueste.

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Si es posible, despus de la predicacin tambin deberamos almorzar con el amigo que invitamos. Muchos hermanos y hermanas fueron salvos durante estos almuerzos. Durante la reunin del evangelio se trabaja en los incrdulos, pero algunas veces la obra no es terminada all. Es en estos casos que algunos son salvos cuando almorzamos con ellos. Esto indica que necesitamos pasar ms tiempo con ellos. No debemos invitarlos al da siguiente, sino inmediatamente despus de la reunin. Si empezamos a cocinar algo, debemos terminar de cocinarlo. No debemos dejar nada crudo para el da siguiente. Si hacemos esto, jams acabaremos lo que hemos empezado. As que, debemos hacer estas cosas en un solo da. Si decimos, de la persona por quien sentimos carga, que debe ser salva en un da especfico, el Seor nos respaldar. No debemos ser negligentes ni indiferentes; antes bien, seamos diligentes y persistentes. En otros asuntos tal vez debamos ser ms pacientes para esperar en el Seor, pero con respecto a la predicacin del evangelio no debemos ser muy pacientes; antes bien, debemos decirle al Seor: Seor, no tengo tiempo para esperar. T tienes que hacerme esto rpidamente. Aprendan a hacer esto e intntenlo. No les estoy hablando de algo que yo no haya visto. Hace veinte aos yo labor mucho en la predicacin del evangelio, no slo desde el plpito, sino tambin invitando a las personas y visitndolas. DEBEMOS APOYAR AL HERMANO QUE COMPARTE EL MENSAJE DEL EVANGELIO Si no tenemos un saln apropiado donde reunirnos, ste se llenar demasiado. Tenemos que aprender a sentarnos apropiadamente. Debemos dejar los asientos para nuestros amigos, pero al menos necesitamos que un hermano o hermana se siente con dos personas nuevas. Si hay cien incrdulos en la reunin, debe haber cincuenta hermanos o hermanas con ellos. ste es un factor determinante. Si el saln est lleno de incrdulos, y todos los hermanos y hermanas se quedan afuera, dejando al hermano que comparte el mensaje solo, dicho hermano ser despojado por el enemigo. Cuando un hermano se pone en pie para compartir la palabra, los dems deben sentarse al frente o ponerse de pie junto con l. En el Da de Pentecosts Pedro se puso en pie, y los once apstoles se pusieron de pie junto con l (Hch. 2:14). As pues, cuando el hermano diga: Amigos, ustedes tienen que creer en Jess, los dems hermanos podrn decir Amn. Esto aadir peso a sus palabras. Si un hermano comparte la palabra y por lo menos cinco o seis se ponen de pie junto con l, veremos el impacto. Aprendimos esta leccin en el pasado cuando echamos fuera demonios. Cuantos ms hermanos o hermanas estn con nosotros, mayor ser el efecto en las personas. Cuando tena que ir a echar fuera demonios, no me atreva a ir solo, sino que siempre peda que el mayor nmero posible de hermanos y hermanas me acompaaran. Entonces me senta animado y fortalecido, y tenamos el impacto. Necesitamos que algunos hermanos acompaen al orador, y tambin que muchos otros hermanos y hermanas estn all presentes, acompandolo desde sus asientos. Entonces tendremos el impacto. Cuando un hermano comparte la palabra, los hermanos que estn de pie con l deben decir Amn, y el resto de la
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congregacin tambin podr decir Amn. Esto subyuga a los incrdulos y echar de sus corazones al espritu de falsedad, mentira y engao. Podemos comparar esto a un partido de ftbol en el cual el equipo que tiene ms impacto es el que cuenta con el mayor nmero de aficionados. DEBEMOS PELEAR LA BATALLA AL OBSERVAR A LOS INCRDULOS DURANTE LA REUNIN Tambin debemos aprender a observar a los incrdulos. Si vemos a cuatro incrdulos sentados juntos, tenemos que hacer un cambio y sentarnos con ellos para acompaarlos. En el transcurso de la reunin, podemos ayudarlos a orar, cantar y hablar. La obra de predicar el evangelio es verdaderamente una batalla. Cooperamos con la palabra que es ministrada al colaborar con el orador y al observar atentamente a los incrdulos. Hay un secreto en esto. Tal vez nos demos cuenta de que una persona se siente muy inspirada y motivada por la obra del Espritu. Entonces podemos orar internamente, diciendo: Seor, revlale el secreto para creer y ser salvo. Si oramos de esta manera, muchas veces veremos que el rostro de la persona cambiar. En otras ocasiones, podemos percibir que una persona es muy obstinada y que sacude la cabeza, mostrando su desacuerdo. Entonces debemos orar silenciosamente en nuestro interior, diciendo: Seor, ata al hombre fuerte; ata al rebelde. Al orar, controlamos la situacin. Es as como la iglesia predica el evangelio. Cada uno de los hermanos es como los msculos del cuerpo. No slo la boca habla, sino que cada uno de los miembros ejerce su funcin. Entonces veremos el impacto. Es as como debemos sentarnos en el lugar apropiado para colaborar con la predicacin. Debemos ejercitar todo nuestro ser. En primer lugar, por supuesto, debemos ejercitar nuestro espritu, y luego ejercitar nuestra alma, nuestro entendimiento, para leer a las personas. Si aprendemos a hacer esto, podremos incluso leer sus rostros, y por sus rostros podemos leer su corazn. No habr necesidad de hablar con ellos despus de la reunin para saber si fueron salvos o no, pues ya lo sabremos. De esta manera, debemos ayudar a los incrdulos, con nuestra oracin, con los himnos y al observarlos. DEBEMOS TENER CONTACTO CON LAS PERSONAS DESPUS DE LA REUNIN Despus del mensaje, debemos dedicar unos minutos para concluir la reunin cantando algn himno o un coro, y pedir a las personas que tomen la decisin de recibir al Seor. Entonces, inmediatamente despus de esto, los hermanos y hermanas deben contactar a dos o tres, o al menos a una persona, para cuidarlos. Antes de acercarnos a ellas, estuvimos observndolas y nos dimos cuenta de la reaccin que tuvieron. Luego, basndonos en esto, nos acercamos para hablarles. ste es un momento muy crucial, pues es el momento de segar la cosecha, es el momento de dar a luz. Durante la labor del parto, hay un momento especfico, un momento muy particular, en el cual ocurre el parto. Todos debemos aprender a ser parteras. En la labor que sigue a la predicacin del evangelio, cada uno de nosotros
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debe ser una buena partera, y debe saber cmo asistir el nacimiento de un nio. Debemos orar por esto. Con respecto a la labor que realizamos despus de la reunin, hay algunos detalles a los cuales debemos prestar mucha atencin. En primer lugar, no debemos hablar demasiado, ni tampoco hablar palabras vanas. Antes de hablar con las personas, debemos haberlas observado y habernos dado cuenta de la reaccin que tuvieron. Con base en esto, podemos hablar con ellas sobre el mensaje. Debemos aprender a ser breves para cerrar el trato, al igual que un vendedor. Si hablamos demasiado, perderemos la venta. Nuestro propsito no es hablar. Algunos hermanos usan el tiempo despus de la reunin simplemente para hablar de todo, extendindonos desde Gnesis hasta Apocalipsis, de la luna al sol, y desde los ancestros pasados hasta la generacin presente. Parece que tienen mucho de que hablar, pero al final no cierran el trato. Debemos cerrar el trato de una manera breve ayudando a las personas a que oren. Despus de hablar con alguien por dos o tres minutos, cuando mucho cinco o seis, tenemos que conducirlo a orar. Debemos aprender el secreto de cmo ayudar a las personas a que oren. Muchas veces las personas dirn que no saben orar, as que podemos pedirles que repitan nuestra oracin. Podemos decirles: Yo voy a hacer una oracin, y luego usted puede repetir despus de m; diga lo mismo, pero desde lo profundo de su corazn. De una manera sencilla tenemos que ayudar a las personas a confesar sus pecados, a reconocer que el Seor Jess es el Hijo de Dios, el Salvador y Redentor, y a recibir y aceptar al Seor Jess de manera personal como Su salvador. Tambin debemos ayudarlas a comprender que gracias a la muerte redentora de Cristo, gracias a la cruz de Cristo, sus pecados fueron perdonados. Debemos orar con ellos de una manera breve, eficaz y especfica. El Seor respaldar esta clase de oracin. Despus de orar de esta manera, muchas personas experimentarn un cambio en su vida, y el Espritu Santo ser real y viviente para ellas. Por medio de esta clase de oracin, el Espritu Santo verdaderamente tocar los corazones y los espritus de ellas. Despus de orar, es muy bueno dar a las personas uno o dos versculos de las Escrituras segn su situacin, los que sean ms apropiados para cada caso. Para algunas personas Juan 3:16 puede ser bueno, mientras que para otras puede ser mejor Romanos 6:23. Debemos darles uno o dos versculos como una confirmacin, y ayudarlas a que cojan o sean cogidos por los versculos. Una palabra viva de la Biblia es una confirmacin para un nuevo creyente, una prueba de su salvacin de una manera concisa. Despus de orar, debemos tambin hablar amigablemente con las personas. Pregntenles cmo vino y si vino con alguien, y tomen nota de su nombre y direccin. Sin embargo, debemos hacer todo esto de manera espontnea y flexible, y no de forma legalista. Si la persona con la cual ella vino tiene ya su nombre y direccin, no hay necesidad de que usted anote sus datos personales.

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DEBEMOS BAUTIZAR A LOS NUEVOS CREYENTES Antes de la reunin para predicar el evangelio, debemos dedicar otro tiempo para visitar a las personas. Luego los hermanos y hermanas pueden entregar los formularios con la fecha, el nombre y direccin de sus amigos y algunos comentarios acerca de ellos, como por ejemplo si fueron salvos o no. Luego con estos formularios sabremos cuntos fueron influenciados por nuestra predicacin y lo que debemos hacer durante la reunin. Si diez o veinte ya han sido salvos, entonces el siguiente da del Seor debemos realizar una reunin de bautizos con ellos. No debemos pensar que esto es demasiado apresurado; no hay necesidad de esperar. Las Escrituras dicen que las personas deben ser bautizadas tan pronto como hayan credo (Mr. 16:16; Hch. 2:38, 41; 8:36-38; 22:16). Creer es slo la mitad de un paso completo; el paso completo para ser salvos es creer y ser bautizados. No creemos en el agua del bautismo de una manera supersticiosa como creen algunos. No obstante, s creemos que hay algo especial acerca del bautismo. En el pasado vi cmo personas que estaban enfermas fueron sanadas despus del bautismo, y algunas incluso experimentaron el derramamiento del Espritu Santo. Hay muchos casos as. El bautismo no es un formalismo ni una supersticin; ms bien, creemos que es necesario porque el Seor lo orden. Despus de predicar el evangelio debemos tener un tiempo para tener bautizos, cuanto ms pronto sea, mejor. Puede ser que haya un buen nmero de personas nuevas que an no entiendan claramente acerca de la salvacin y el bautismo, as que debemos darle seguimiento a ellas por unas cuantas semanas. Luego, en cuanto tengan claro estos asuntos, podremos realizar otra reunin de bautizos. Hay muchas cosas que tenemos que hacer antes de poder introducir a estas personas a la vida de iglesia, y los hermanos y hermanas pueden cuidar de estos nuevos creyentes. Nuestro trabajo no habr terminado hasta que ellos hayan sido introducidos en la vida de iglesia; entre tanto, debemos seguir cuidando de ellos. Si alguno de nuestros amigos no es salvo durante la reunin del evangelio, entonces tenemos que seguir pendientes de l e invitarlo al siguiente mes cuando vuelva a haber otra reunin para predicar el evangelio.

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CAPTULO CINCO UN MENSAJE DEL EVANGELIO Lectura bblica: Ef. 2:11-12 En Efesios 2:11 y 12 leemos: Por tanto, recordad que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisin por la llamada circuncisin, hecha por mano en la carne. Recordad que en aquel tiempo estabais separados de Cristo, alejados de la ciudadana de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. Quisiera recalcarles estas tres frases breves:separados de Cristo, sin esperanza y sin Dios. Cuando un hombre est separado de Cristo, no tiene esperanza alguna. Tiene usted a Cristo? Est Cristo dentro de usted? Aquellos que estn separados de Cristo, aquellos que no tienen esperanza y aquellos que estn sin Dios, se encuentran en una condicin muy lamentable. EL MISTERIO DE LA VIDA HUMANA A pesar de ello, nosotros, los seres humanos, somos las criaturas ms maravillosas de esta tierra. Tenemos una mente con la cual pensar, una parte emotiva con la cual amar y un corazn con el que deseamos cosas. No slo eso, tenemos algo an ms profundo que nuestro corazn, la parte ms recndita de nuestro ser, el espritu humano, con el cual buscamos algo mejor, algo superior y ms importante. Ese algo que buscamos es Dios mismo. Muchas veces mientras estaba solo, empec a considerar un poco sobre el hombre y me dije a m mismo: Cun maravilloso es! El hombre puede hacer muchas cosas; puede estudiar, puede inventar e incluso puede obtener un doctorado. Sin embargo, quisiera preguntarle, cul es el verdadero significado de la vida humana? Cul es el verdadero significado de la vida de personas tan maravillosas como usted? Por qu usted existe aqu en la tierra? Es nicamente para vestirnos, comer y dormir? En las generaciones pasadas, siglo tras siglo, han existido muchos pensadores, filsofos y hombres sabios e instruidos que han hecho lo posible por encontrar la respuesta a esta pregunta. En las libreras podemos encontrar muchos libros escritos por estos sabios, que nos dicen esto y lo otro. Sin embargo, ninguna de esas respuestas es satisfactoria debido a que pasan por alto el origen del hombre. Cul es el origen del hombre? Dios el Creador es el origen, l es la fuente. El hombre fue creado por Dios. Si uno desea conocer el propsito de algo, tiene que buscar al que lo fabric, a la persona que lo hizo, y preguntarle por qu lo hizo as. Si nunca hubiramos visto una botella de refresco, a lo mejor nos parecera extraa pero muy significativa. Nos preguntaramos el propsito por el que fue hecha de esa manera. Alguien podra decir: No s. Tal vez sirva para golpear a la gente o para que los nios jueguen con ella. Yo le respondera: Seor, lo mejor sera que busque al fabricante y le pregunte para qu hizo ese objeto tan extrao. Sin duda alguna, l le dir que deliberadamente hizo ese objeto para fuera un vaso capaz de contener algo.
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EL HOMBRE FUE CREADO COMO UN VASO PARA CONTENER A DIOS En Romanos 9 se nos dice que los seres humanos son vasos hechos por Dios. Dios es el Alfarero, y nosotros somos el barro, y del barro Dios nos hizo como vasos. Sabemos que un vaso es un recipiente que sirve para contener algo. Una botella es un recipiente, y una tasa tambin es un recipiente, un vaso. Incluso podramos decir que una bombilla elctrica es un recipiente que contiene electricidad. Si el propsito de una bombilla no fuera contener electricidad, ciertamente sera muy extrao. Parece una pelota, pero no sirve para jugar. Para qu podra servir? No servira para nada, sera un verdadero desperdicio. Sin embargo, hoy en da sabemos que una bombilla no slo es un objeto til, sino tambin importante, pues contiene la electricidad y expresa la luz de la electricidad, y nos trae luz a todos. Nosotros tambin fuimos hechos por Dios como vasos, como recipientes, pero fuimos hechos para contener qu? ste es el verdadero problema. Una botella de refresco es un recipiente capaz de contener refresco, una vaso es un recipiente capaz de contener jugo a la hora del desayuno, y una bombilla es un recipiente capaz de contener electricidad. Ya que somos recipientes hechos por Dios, fuimos hechos para contener y absorber conocimiento? Por supuesto que no, pues sabemos que el conocimiento no nos satisface. Cuanto ms conocimiento acumule, ms vaco se sentir. Entonces, para qu fuimos hechos? Qu se supone que debemos contener, recibir y absorber? Para muchos, es difcil responder a esta pregunta. Amigos, no hay necesidad de que discuta con ustedes, y tampoco hay necesidad de que les demuestre que en este universo, incluso hoy en da, Dios est muy cerca de ustedes. Hoy en da l es Cristo, l es el Salvador, el Seor Jess. l es Dios mismo. l es como el aire, y es como las ondas radiales. l est en todas partes, l es omnipresente y est esperndolo a usted. Usted fue hecho intencionalmente como un vaso para contenerlo a l. NICAMENTE DIOS EN CRISTO PUEDE SATISFACER NUESTRA SED Y HAMBRE ESPIRITUALES Puedo mostrarles esto de la siguiente manera. Mrense a ustedes mismos. Tenemos odos, ojos, nariz y boca. Dentro de nosotros tenemos una mente y un estmago. Con nuestra boca tomamos el agua y el alimento, y luego los almacenamos en nuestro estmago. Con nuestros odos recibimos la msica, las voces y las canciones. Con nuestros ojos percibimos los colores de un paisaje y con nuestra nariz olemos los olores agradables. Supongamos que tienen sed, pero no tienen agua. Qu haran? No les quedara nada ms que morir. Supongamos que ustedes tienen hambre, pero no hay alimento en toda la tierra. Qu podran hacer? De nuevo, no les quedara nada ms que morir. Se dan cuenta de que hoy en da ustedes sienten en su interior sed y hambre espirituales? Nada podr calmar ni satisfacer esta sed y esta hambre excepto Dios mismo en Cristo.

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Por muchas riquezas que usted logre acumular, por muy alto que sea el grado de educacin que obtenga o la posicin o rango al que alcance, si no tiene a Cristo, en su interior sentir una verdadera sed y una verdadera hambre. Alabado sea el Seor! l nos cre de tal manera. l nos cre con un espritu en nuestro interior con el cual podemos tener contacto con l y podemos recibirle. Usted tiene dicho rgano. Un pequeo radio tiene un receptor, el cual es un rgano receptor. Para qu hicieron este receptor? Con el propsito de que pudiera captar las ondas radiales. Por qu hay una parte en lo ms profundo de su ser en la que continuamente siente sed y hambre? A qu se debe que cuanto ms rico se hace, ms hambre siente? Esto se debe a que hay un rgano receptor dentro de usted, que fue creado deliberadamente por Dios. Este rgano es el espritu humano. Dios es espritu, y los que le adoran deben adorarle en espritu, en el espritu humano. Usted tiene en su interior un espritu. A esto se debe el problema que usted tiene da tras da. Si no tuviera un espritu, no sentira esta sed y hambre en lo profundo de su ser. La razn por la cual siente esto es que Dios cre dentro de usted un espritu como un rgano receptor; es por eso que usted continuamente siente hambre y sed por algo ms profundo y algo ms excelente. Ese algo ms profundo y ms excelente es Dios mismo en Cristo. NECESITAMOS SER LLENOS DE CRISTO A FIN DE LLENAR EL VACO QUE SENTIMOS En 1937 mientras predicaba el evangelio en Nanking, China, una joven muy inteligente, moderna y educada se me acerc y me dijo: Seor Lee, me gust lo que usted predic. Me agrad lo que dijo y quisiera creer, pero siento temor de algo. Desde mi juventud he ido al teatro para ver dramas. sta es una costumbre que tengo y es parte de mi persona. Temo que despus de que reciba a Cristo, perder la libertad de ir a la opera china. Deseo tener a Cristo, pero no quiero dejar de ir a la opera. Por favor, dgame, despus de que me haga cristiana, podr seguir yendo a la opera?. Fue muy difcil responder a esa pregunta. Me daba cuenta de que si responda que no, ella no se hara cristiana, pero si le responda que no importaba si segua yendo al teatro, la estara alentando de una manera equivocada. Ella estaba all con su hijo, un nio de cuatro aos. As que le dije: Supongamos que este nio tiene un cuchillo muy afilado en su mano. Eso sera muy peligroso. Cmo le quitara usted ese cuchillo?. Ella dijo que eso sera fcil. Simplemente le tirara dulces en el piso, y el nio los recogera. Luego, si ella pusiera en el piso una fruta deliciosa, el nio soltara el cuchillo y recogera la fruta. Le dije: Usted tiene razn. Por qu este nio querra coger el cuchillo? Porque sus manos estn desocupadas. Por qu a usted le gusta tanto el teatro? Porque est vaca. Un da, cuando usted sea llena de Cristo, quien es el mejor dulce, dejar lo que es menos bueno. As que no necesito decirle si usted todava podr ir al teatro o no. Si usted recibe a Cristo, usted lo sabr. Usted est vaca, y por eso desea muchas cosas que llenen el vaco que siente. Sin embargo, nada podr llenar ese vaco en su interior excepto Cristo. Usted tiene que recibir a Cristo. Cristo es el nico que puede llenarla. En ese momento, la mujer decidi ser salva.

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Amigos, ustedes han escuchado que Dios es misericordioso. Por otra parte, Cristo es omnipresente. De hecho, l est en nuestra boca para que lo invoquemos, diciendo: Seor Jess. l est esperando a la puerta de su corazn para que usted lo reciba. Simplemente abra su corazn y dgale: Seor Jess, te necesito. Esta maana tomo la decisin de recibirte. DEBEMOS USAR NUESTRO ESPRITU HUMANO, QUE ES EL RGANO APROPIADO PARA RECIBIR A DIOS Aqu hay un pequeo secreto. Hace veintisis aos yo fui a predicar el evangelio en una universidad. Despus de cuatro das de predicacin, un hombre muy instruido, que era el juez de un tribunal local, se me acerc y me dijo: Estoy muy interesado en lo que usted ha estado predicando, pero no s cmo obtenerlo. Le dije: Seor, para tener contacto con algo o para recibirlo uno tiene que usar el rgano apropiado. Si usted va a escuchar msica, tiene que usar sus odos, y si desea ver un hermoso paisaje, tiene que usar sus ojos. Asimismo, supongamos que aqu hay un aroma muy agradable. Si usted no ejercita su nariz, sino nicamente los ojos para ver el aroma, podra ver dnde est el aroma? Usted podra decir: Usted est mintiendo. No hay ningn aroma porque no puedo verlo. La razn por la cual usted no percibe el aroma es que est usando el rgano equivocado. No obstante, si usa su nariz, entonces de inmediato percibir la sustancia misma del aroma. A fin de percibir cualquier sustancia, uno tiene que usar el rgano correcto. Puesto que Dios es Espritu, usted no puede percibirlo a l con su mente ni tampoco con sus ojos, mirando a su alrededor. Usted tiene que percibirlo usando su espritu. Olvdese de sus razonamientos. Cierre sus ojos, y abra su corazn y su espritu. Nada ms diga: Seor Jess, mi Dios, mi Salvador!. En ese momento, usted percibir la realidad de Cristo en usted. Usted tocar la realidad, la sustancia de Cristo, dentro de usted. Amigos, no hay necesidad de que hablemos ms. Es hora de que ustedes tomen la decisin de recibir a Cristo, de abrir su ser para recibirlo a l como la realidad. l es el Espritu viviente y omnipresente, y ustedes tienen un espritu, ustedes no slo tienen un cuerpo y una mente; no slo tienen un alma, sino tambin tienen un espritu en lo profundo de su ser. Olvdense de su cuerpo, olvdense de dnde estn, y olvdense de su mente y parte emotiva. Simplemente desde lo ms profundo abran su ser a este Cristo que est esperando cerca de su corazn y de su boca. Simplemente abran su ser a l, dicindole: Seor Jess, te acepto esta maana. Usted entonces tendr contacto con l, y l tendr contacto con usted. Por favor, tomen esta decisin tan crucial y reciban a Cristo ahora mismo. Es una gloria tomar la decisin de recibir a Cristo; as que no titubee, y no pierda esta oportunidad. l est esperndolo, y l est tocando la puerta de su corazn. Recbalo a l, y recbalo ahora mismo.

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CAPTULO SEIS LA PERSONA Y OBRA DE CRISTO PARA NUESTRA SALVACIN Lectura bblica: Jn. 1:1, 14, 18; Is. 9:6; 1 P. 2:24; Is. 53:6; 1 Jn. 5:12; Hch. 10:43 No todos los que escuchan la predicacin del evangelio toman la decisin de recibir al Seor pblicamente; sin embargo, es posible que an su corazn est abierto al Seor. Es a travs del contacto que sigan teniendo con los santos, que sabremos que ellos han sido verdaderamente salvos. Todos tenemos que aprender cmo ayudar a estos nuevos creyentes a que conozcan la salvacin del Seor de una manera completa. Por un lado, los nuevos creyentes deben entender claramente acerca de la salvacin del Seor, y por otro, necesitamos saber cmo laborar con estos nuevos creyentes para ayudarles a conocer esta salvacin. Despus que una persona recibe al Seor Jesucristo como el Salvador, hay dos categoras de cosas que debemos atender. La primera es que hay muchas cosas que como creyentes debemos saber acerca del Seor Jess, y la segunda es que hay muchas cosas que debemos practicar. As pues, inmediatamente despus de recibir a Cristo como nuestro Salvador, tenemos que conocer muchos asuntos y poner en prctica muchas cosas. Incluso entre nosotros, muchos queridos hermanos y hermanas, no tienen claro los asuntos principales que los cristianos deben saber y los que deben practicar. En este mensaje veremos aquellas cosas que tenemos que saber. LA PERSONA DE CRISTO El Verbo es Dios expresado El primer asunto que debemos tener claro es lo relacionado con la persona de Cristo. Tenemos que conocer la persona de Cristo, es decir, saber quin es Cristo. ste es un asunto extremadamente crucial en la historia humana. Durante dos mil aos muchos historiadores han estudiado y discutido sobre este asunto: Quin es Jesucristo, y qu es la persona de Cristo? De manera sencilla quisiera recomendarles la Biblia. Por favor, abran la Biblia y lean el Evangelio de Juan. En Juan 1:1 dice: En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. El Verbo es Cristo, y este Verbo que es Cristo estaba con Dios, y este Verbo que es Cristo era tambin Dios mismo. Luego, el versculo 14 dice: Y el Verbo se hizo carne, y fij tabernculo entre nosotros (y contemplamos Su gloria, gloria como del Unignito del Padre), lleno de gracia y de realidad. Al menos tres ttulos se le atribuyen aqu a esta persona nica, que es Cristo. l es el Verbo, el Verbo es Dios, y en el versculo 14 se nos dice que l es el Hijo unignito del Padre. Esto es muy significativo, aunque es muy extrao para nuestra comprensin. Por un lado, este Cristo es Dios mismo; por otro, este Cristo es el Hijo unignito de Dios. El versculo 18 dice: A Dios nadie le vio jams; el unignito Hijo, que est en el seno del Padre, l le ha dado a conocer. Quisiera pedirles que consideren estos versculos, porque en ellos se encuentra el misterio de la persona de Cristo.

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En estos pocos versculos se nos dice primero que Cristo es el Verbo de Dios. Es fcil para nosotros entender lo qu es el Verbo, o sea, la Palabra. Una palabra es un medio de expresin. Mis palabras sirven para expresarme; si yo estuviera aqu parado frente a ustedes completamente callado, sin decir ninguna palabra, ustedes no podran entender lo que hay en m. Lo que hay en m sera un misterio, porque nicamente puede ser dado a conocer mediante mis palabras. As pues, Cristo como el Verbo de Dios significa que Cristo es la expresin de Dios. Dios mismo es la realidad, no obstante, l est escondido y es misterioso. Puesto que Cristo es el Verbo de Dios, l es la explicacin y la definicin de Dios. Cristo es Dios expresado. Dios mismo En segundo lugar, estos versculos nos muestran que el Verbo, la Palabra, es Dios mismo. Eso significa que Cristo es Dios mismo. Muchas personas, incluso un buen nmero de cristianos, piensan errneamente que Cristo es una persona separada de Dios. Esto es algo equivocado. No debemos pensar que Cristo es una persona aparte de Dios, es decir, que Dios es Dios, que Cristo es Cristo, y que ambos son dos personas separadas. Tenemos que comprender que Dios est en Cristo, y que Cristo es uno con Dios. Es por eso que el versculo 18 dice que nadie ha visto a Dios jams, pero que el Hijo unignito de Dios le ha dado a conocer. Dios est en Cristo, y Cristo es la corporificacin misma de Dios, la expresin misma de Dios. En palabras sencillas, para los nuevos creyentes, dira que todos tenemos que reconocer que Cristo es Dios mismo. Se encarn con la naturaleza humana En estos cuantos versculos hay otro punto importante. Este Cristo, quien es el Verbo de Dios y quien es Dios mismo, la expresin y corporificacin de Dios, el Hijo unignito de Dios. Un da, hace ya casi dos mil aos, se hizo carne; l fue encarnado. Antes de ese tiempo, l era solamente Dios, pero a partir de Su encarnacin, cuando naci como hombre, l se visti de la naturaleza humana. Cristo fue encarnado; l vino para ser un hombre. Ahora, debido a la encarnacin, hay algo ms en l. Para ilustrar esto muchas veces he dado el siguiente ejemplo. Supongamos que tengo un pauelo hecho slo de algodn, pero un da lo sumerjo en tinta verde. El pauelo entonces llega a ser algodn mezclado con tinta; por lo tanto, ya no es blanco, sino que ahora es un pauelo verde. Sin embargo, la sustancia misma an est presente, pues no ha sufrido ningn cambio; nicamente la forma, el aspecto externo, ha cambiado. Ahora dos cosas se han mezclado y han llegado a ser una sola. De la misma manera, hace dos mil aos, antes de la encarnacin, Cristo era nicamente Dios. l era el Creador de todo el universo, pero un da vino en la carne de un hombre. l se sumergi a S mismo en la naturaleza humana, es decir, fue teido del color humano, y le fue dado un nombre humano, el nombre de Jess. El pauelo se torn verde; no obstante, en el interior de esta tela verde, se encuentra la realidad, la sustancia, del pauelo. Dentro de este humilde hombre Jess est Dios. Dios adquiri el color del hombre, el color de la naturaleza humana.

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Isaas 9:6 dice: Porque un nio nos ha nacido, / Hijo nos ha sido dado, / y el principado sobre Su hombro. / Se llamar Su nombre / Admirable consejero, Dios fuerte, / Padre eterno, Prncipe de paz [heb.]. Sabemos que esto sucedi en un pesebre de Beln. Un da en un pesebre de Beln naci un nio y un hijo nos fue dado. El nio que nos fue dado es llamado Dios fuerte. l era verdaderamente un nio, pero dentro de l estaba el Dios fuerte. l era verdaderamente una tela verde, pero en su interior estaba la sustancia del pauelo. Podemos afirmar que el pauelo es un objeto verde, pero al mismo tiempo tenemos que saber que sigue siendo un pauelo. Un pequeo nio, incluso un beb nacido en un pesebre, es llamado Dios fuerte porque l es el Dios encarnado. l es Dios hecho carne. Todos debemos comprender que el propio Cristo en quien creemos es Dios mismo. l es el Creador, el nico Dios, el Dios nico de este universo. Un da, al encarnarse para morar con el hombre, l se hizo hombre. l posea absolutamente el aspecto de un hombre, pero dentro de l estaba Dios mismo. Cristo es Dios en el hombre. Dentro de este hombre est Dios; a l jams lo podemos separar de Dios, y a Dios jams lo podemos separar de l. Sin l, no podemos tener a Dios, pues Dios est en Cristo, y, hablando con propiedad, Cristo es Dios. Crucificado y resucitado Un da l fue a la cruz; fue crucificado y all muri. Sin embargo, puesto que l era Dios mismo, la fuente de vida, despus que muri, resucit. Quizs se nos haga difcil creer en la resurreccin de Cristo. Sin embargo, en la Biblia, tenemos un buen ejemplo de esto, a saber, el ejemplo del grano de trigo. Cuando una semilla es sembrada, es enterrada en la tierra y muere. Ciertamente muere, pero despus que muere, algo empieza a crecer. En 1936 fui a la antigua capital de China, a Beijing, y me invitaron a la casa de un profesor de una de las universidades ms grandes de China, para que ayudara a algunos estudiantes a creer en el Seor Jess. Despus de haberles predicado el mensaje, un joven muy inteligente se me acerc y me dijo: Seor Lee, hay algo que no puedo comprender. Si usted me ayuda, entonces creer en lo que usted predica. No puedo creer que una persona pueda morir y despus resucitar. En aquel recinto universitario haba unos campos que tenan el trigo de invierno como los que cultivan en el norte de China. Me acerqu a la ventana y le seal, diciendo: Mire esos granos de trigo. No ve usted la resurreccin all? Hace dos meses sembraron semillas en la tierra. Las semillas murieron, pero despus de la muerte algo brot. Las semillas resucitaron porque dentro de ellas haba una vida poderosa y dinmica. Usted podr enterrar una semilla, pero no podr enterrar la vida que est en ella. Si entierra una piedra, sin duda alguna, permanecer enterrada y todo acabar all. Nada crecer porque la piedra no tiene vida. Pero si usted entierra una semilla, despus de cierto tiempo, algo crecer. Ahora bien, Cristo es el propio Dios, quien es la fuente de vida. Por lo tanto, introducirlo en la muerte, no equivala a llevarlo a Su fin; al contrario, eso simplemente lo ayudaba a crecer. Dentro de l estaba la vida, y esta vida es un poder muy dinmico que brot en l. Fue por eso que Cristo muri en la cruz, y luego resucit.

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Una semilla tiene una determinada forma, pero despus de que muere y brota, cambia de forma. Despus Su resurreccin, Cristo cambi de forma; l fue transformado. Esto es algo sumamente maravilloso y misterioso, es algo que escapa nuestra comprensin. Puede usted explicar cmo una semilla que es redonda, despus de que muere y resucita, llega a ser una planta verde y alta? Slo Dios entiende la ley, el principio, que rige la semilla. Una pequea semilla redonda brota, crece y llega a ser un rbol; otra semilla brota, crece y llega a ser una flor; y otra brota, crece y se convierte en trigo. Adems, todo el trigo que se produce tiene la misma forma. Debe haber una ley que rige esto, la cual nicamente Dios la conoce. Despus de que le di este ejemplo, ese joven universitario fue salvo ese da. Despus de que crey, empez a amar al Seor, y fue usado grandemente por el Seor. Hoy en da es un hermano que asume el liderazgo de la iglesia en su localidad. Quisiera dejar grabado en ustedes que Cristo es la Persona ms maravillosa que existe en el universo. l es Dios y tambin es el Creador mismo. Un da l se hizo hombre; luego muri en la cruz, resucit, y fue transformado para adquirir una forma maravillosa. Hoy en da l es primeramente llamado el Salvador y luego el Seor. Adems, l es tambin el Espritu. Si tuviera tiempo, les mostrara todos los versculos que nos hablan de estas cosas. Cuando Cristo fue crucificado, l era el Redentor; pero hoy en da, despus de Su resurreccin, l es el Espritu, el Salvador viviente. l es el poderoso Salvador, el Seor y el Espritu. l es el Espritu; y eso significa que l es sencillamente como el aire, muy disponible a nosotros. Dondequiera que estemos, l est all, y adondequiera que vayamos, l va, al igual que el aire. No podemos separarnos del aire. Hoy en da tenemos la palabra pneumtico. Eso es lo que el Espritu es. Hoy Cristo es el Espritu mismo. Les repito: l es Dios, el Creador; un da se hizo hombre y muri en la cruz como el Redentor para redimirnos; luego resucit y fue transformado para ser el Espritu. Ahora l es el Espritu, quien es el Salvador viviente, y nuestro Seor. Como el Espritu, l est en todas partes; l es muy accesible. Cuando le recibimos, le recibimos como una Persona todo-inclusiva. En l est Dios; en l est el Creador; y en l tambin estn el hombre, el Redentor y el Salvador. En l tenemos al Seor, y l es el propio Espritu. ste es el primer asunto que debemos conocer. Les presento estos asuntos de una manera muy breve y sencilla. LA OBRA QUE CRISTO REALIZ AL MORIR Tambin debemos conocer el propsito por el cual Cristo muri en la cruz. En 1 Pedro 2:24 dice: Quien llev l mismo nuestros pecados en Su cuerpo sobre el madero, a fin de que nosotros, habiendo muerto a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados. El madero se refiere a la cruz. Cul fue el propsito por el cual Cristo muri en la cruz? Aqu dice claramente que Cristo muri en la cruz para llevar nuestros pecados. En el Antiguo Testamento Isaas 53:6 dice: Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, / cada cual se apart por su camino; / mas Jehov carg en l / el pecado de todos nosotros. Cuando Cristo muri en la cruz, Dios puso sobre l todos nuestros pecados, todas nuestras iniquidades. Por tanto, aqu tenemos el perdn de pecados y la remisin
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de nuestros pecados. Todos tenemos que comprender que Cristo muri en la cruz para llevar nuestros pecados. Esto es lo que llamamos la obra de Cristo. Nosotros tenemos el problema de nuestros pecados, pero alabmosle, pues l muri en la cruz y quit todos nuestros pecados! El problema de nuestros pecados qued resuelto en la cruz. LA SALVACIN QUE CRISTO PREPAR PARA NOSOTROS Como ya vimos, Cristo es Dios, l se hizo hombre, despus fue crucificado como nuestro Redentor para quitar todos nuestros pecados, y resucit como el Espritu para ser nuestro Salvador, nuestro Seor. Ahora, debido a que Cristo es tal persona y debido a que l muri de tal manera, la salvacin est lista para ustedes. En esta salvacin hay varias cosas que son muy importantes para ustedes. Primero, en esta salvacin se obtiene el perdn de los pecados. Hechos 10:43 dice: De l dan testimonio todos los profetas, de que por Su nombre, todos los que en l creen recibirn perdn de pecados. Cuando usted cree en este Cristo y le recibe como su Salvador, el perdn de los pecados llega a ser su porcin, y usted participa de dicha porcin. El perdn de los pecados est incluido en la salvacin que Cristo prepar para usted. En esta salvacin tambin se obtiene vida eterna, la vida divina. En 1 Juan 5:12 dice: El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Si cree en Cristo, usted obtiene a Cristo, y una vez que le obtiene, recibe la vida. Hay muchos versculos que nos hablan de lo mismo, pero los dos versculos anteriores son suficientes. Ellos nos dicen que la remisin y el perdn de nuestros pecados se encuentran en la salvacin que Cristo prepar para nosotros, y que en esta salvacin obtenemos la vida divina y eterna de Dios. stos son los dos asuntos principales de la salvacin de Dios, la salvacin que Cristo prepar para nosotros. LA MANERA DE RECIBIR Y DISFRUTAR LA SALVACIN Reconocer la Persona y obra de Cristo Ya vimos lo tocante a la persona de Cristo, a la obra de Cristo y a la salvacin que Cristo nos prepar. Ahora, cul es la manera apropiada de recibir y disfrutar esta salvacin? Para ello, usted debe hacer tres cosas. Primero, usted debe reconocer que este Cristo es Dios mismo, el Creador, y que l se hizo hombre, muri en la cruz por sus pecados y resucit de los muertos. Ahora l es el Salvador viviente, el Seor como el Espritu. l es viviente, real y disponible. Dgale a Cristo que usted lo reconoce como tal. Dgale: Seor, reconozco que T eres el propio Dios. Un da te hiciste hombre, y moriste en la cruz por m. T te llevaste todos mis pecados. Luego resucitaste de entre los muertos. Hoy reconozco que T eres el Salvador viviente. T eres mi Salvador, y T eres mi Seor. Ahora T eres el Espritu, quien est tan disponible a m. T ahora ests conmigo e incluso ests dentro de m. Cuando yo fui salvo hace cuarenta aos, no recib la ayuda que les presento en esta comunin. Me tom ms de diez aos en enterarme de todas estas cosas. Sin
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embargo, ahora ustedes no necesitan esperar diez aos para conocer estas cosas, con una sola noche basta, o quizs una sola hora. sta es una breve presentacin de todo el evangelio contenido en las Escrituras. Ustedes deben reconocer estas verdades. Es muy necesario que conozcamos esto. Debemos contactar a Cristo con nuestro espritu humano al hablarle En segundo lugar, ustedes deben contactar a Cristo. Reconocer es algo que tiene que ver con nuestra mente, con nuestro entendimiento, pero tener contacto con Cristo es algo muy diferente. Como ya hicimos notar, para contactar cualquier cosa, tenemos que usar el rgano adecuado. Por ejemplo, para or mi voz, ustedes deben ejercitar sus odos. Puesto que ahora Cristo es el Espritu, ustedes tienen que ejercitar su espritu humano para tener contacto con l. El espritu es la parte ms recndita y profunda de su ser. Entonces, a fin de contactar a Cristo, comprendiendo que l es el Salvador viviente y el Espritu, usted simplemente debe ejercitar la parte ms recndita de su ser para hablar con l. Muchas veces les he dicho a las personas que no traten de componer una oracin. Simplemente sean como un nio pequeo que acude a su madre. Cuando un nio pequeo acude a su madre, no necesita usar frases elaboradas y complejas, sino que simplemente le expresa lo que siente en su interior. Sencillamente acuda a Cristo, comprendiendo que l es muy viviente y que es el Espritu, y que, como tal, es muy accesible y est muy cerca de usted. Luego, exprsele lo que siente en la parte ms profunda de su ser. No importa lo que usted sienta; simplemente dgaselo, aun cuando sea con frases inconclusas. Si usted siente que en algo est mal con Dios o con ciertas personas ya sea con sus padres, con un compaero de estudio o con otros simplemente dgale: Seor Jess, siento que estoy mal. Siento que estoy mal con Dios y con ciertas personas. Estoy mal con respecto a tantas cosas. Simplemente dgale esto. No piense cules son las mejores palabras que debe de usar. Nada de eso es necesario; simplemente dgale lo que siente en su interior. Si usted siente que est triste y que tiene muchos problemas, simplemente dgale: Seor, me siento muy triste. Tengo muchos problemas. Luego, dgale cules son sus problemas de una manera viviente y prctica. En el mensaje anterior les cont cmo le prediqu el evangelio a un juez. l me pregunt cmo poda creer, y yo le dije que tena que ejercitar el rgano correcto. Si usted ejercita su nariz para oler una voz, no podr percibirla. Si ejercita sus ojos para mirar la voz, tampoco podr verla. Sin embargo, si ejercita sus odos, el rgano auditivo, percibir la voz. El rgano correcto para percibir a Cristo es su espritu humano, la parte ms recndita de su ser. Ese da tambin le dije al juez: Seor, le sugiero que vaya esta noche a su casa, cierre la puerta y hable con Cristo. l me pregunt de qu manera deba hablarle. Le dije: De cualquier manera que pueda. Simplemente hblele. l hizo esto. Regres a su casa esa noche y les dijo a su esposa y a su hijo: Por favor, vyanse al otro cuarto. Tengo que hacer algunos negocios. Luego, cerr la puerta y se arrodill. Su esposa lo observ por la ventana. Estaba muy sorprendida. Ella dijo: Qu estar haciendo all? Esto es algo completamente nuevo. l or all, y luego se fue a dormir. Al parecer nada
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sucedi ese da. No obstante, posteriormente, me cont que a la maana siguiente, mientras iba al tribunal para atender un caso, todo el universo haba cambiado. Los cielos, la tierra y todo lo dems era nuevo. Todo era encantador. l vio un perro, y le pareci encantador; luego vio un gato y tambin le pareci encantador. Todo lo que vea le pareca bonito y agradable. As que empez a rerse. Mientras atenda el caso que le haban asignado, se rea en el tribunal. La secretaria y las dems personas no podan entender qu le haba pasado al juez. Al medioda, l regres a casa, regocijndose y rindose por todo el camino. Cuando lleg a casa, su esposa le pregunt: Qu te pasa? Te encontraste un milln de dlares? Qu es lo que te tiene tan contento?. l dijo: No lo s; simplemente me siento muy contento. Despus de esto, le cont lo que le haba sucedido a uno de los hermanos jvenes que era un estudiante universitario. Este hermano le dijo: Seor, usted debe entender que eso es la salvacin. Usted ha participado de la salvacin. No mucho despus de eso, el juez abandon su cargo. Hace poco, siendo un hermano ya muy anciano en la iglesia en Taiwn, parti a la presencia del Seor. Intenten esto, queridos amigos. Les sugerira que esta misma noche encuentren un lugar donde puedan estar a solas con Cristo. Abran su ser desde la parte ms profunda y dganle algo a l. No traten de elaborar ninguna oracin. Simplemente dganle lo que est en su corazn. Hablen con l aunque sea con frases cortadas. Hablen con l de tal manera que puedan contactarlo. Y no hagan esto slo una vez; pues es slo el comienzo. A partir de este momento, tengan contacto con Cristo una y otra vez. Si me preguntaran cuntas veces yo tengo contacto con Cristo cada da, no sabra decirles. Todo el tiempo yo sencillamente tengo contacto con este Cristo viviente. Ni siquiera tengo una hora especfica para este tipo de oracin. Yo oro continuamente. l es como el aire para m; simplemente vivo de esta manera. Podra usted decirme cuntas veces respira todos los das? Si pudiera decirme el nmero de veces, me temo que usted se encuentra gravemente enfermo, y que con dificultad respira una, dos y tres veces. Pero si es una persona saludable, no podra decirme cuntas veces respira, pues simplemente respira todo el tiempo. Del mismo modo, usted debe contactar a Cristo su Salvador de una manera tan viviente. Olvdese del cristianismo; olvdese de la religin. No estamos ayudndole a que reciba una religin; antes bien, estamos ayudndole a conocer a esta Persona viviente, al Cristo viviente. Aprenda a reconocer todo lo que l es y a contactarlo. Todos debemos aprender a recibir a Cristo. Eso significa que usted tiene que abrir la parte mas profunda de su ser. Usted tiene que abrir todo su ser a Cristo y decirle: Seor Jess, no slo reconozco que T eres mi Salvador, sino que ahora abro mi ser a Ti y te recibo en m como mi vida y mi todo. No son muchos los cristianos que saben hacer esto, ni tampoco son muchos los que lo practican. Una cosa es orar, y otra es recibir a Cristo. Muchas personas oran a Cristo, pero no alcanzan a entender que tienen que recibir a Cristo. Es necesario aprender que tenemos que recibir a Cristo. Puesto que l es viviente y real, ustedes deben abrir su ser y recibirlo a l una y otra vez. Todos tenemos que aprender a recibir al Cristo viviente, y no simplemente una religin.
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Lamentablemente, hoy millones de personas son cristianas slo de nombre. Han adoptado una religin, pero no han recibido a Cristo mismo. Yo he estado en Europa unas cuantas veces. En Francia o en Blgica, si uno le pregunta a las personas: Es usted cristiano?, le dir: Y qu le hace pensar que no?. As que aprend a no hacer esta pregunta. Si uno les hace esta pregunta, se ofendern. Un da en las Filipinas cuando tom un taxi, se me ocurri preguntarle al taxista si era cristiano. Tambin se ofendi conmigo. Me dijo: Y qu le hace pensar que no? Si no fuera cristiano, entonces qu soy?. Sin embargo, esto es ser cristiano slo de nombre, ser cristiano conforme a la religin. De este modo, me di cuenta que l no tena a Cristo en su interior. Una cosa es tener la religin del cristianismo, y otra, tener a Cristo. En realidad, la palabra cristianismo no existe en las Escrituras; pero s existe la palabra Cristo. Lo que estamos haciendo no es ayudarlo a adoptar el cristianismo como religin, sino ms bien, a conocer la manera apropiada de recibir al Cristo viviente en su ser. Lo que usted necesita no es el cristianismo sino a Cristo mismo. Algunos podran preguntar cmo pueden recibir a Cristo. La manera de recibir a Cristo es que usted abra su ser a l. Simplemente abra su ser a l todo el tiempo. l es el Espritu, y ahora est dentro de usted. Aprenda a abrir su ser a l todo el tiempo, diciendo: Seor Jess, estoy cerrado a todo lo dems y slo me abro a Ti. Les aseguro que si no es esta noche o maana, o esta semana o la prxima, algo suceder dentro de ustedes, y ustedes recibirn la realidad. Sentirn que Cristo es encantador, y percibirn dentro de su ser la luz, el poder, la vida y el amor de Cristo. Ustedes deben reconocer que Cristo es todo lo que hemos compartido aqu, y deben contactarlo a l. Siempre dganle algo, no de su mente, sino de su corazn y de su espritu, la parte ms profunda de su ser. Por supuesto, no debemos aborrecer a nadie; no obstante, aun si aborreciramos a alguien, deberamos decirle a Cristo: Seor Jess, ahora voy a aborrecer a alguien, te pido que ests conmigo mientras lo aborrezco. Simplemente dgale algo a l. Entonces l le ayudar a saber como aborrecer, es decir, le ayudar a saber si debe odiar a esa persona o no, y finalmente lo ayudar a abandonar su aborrecimiento. Simplemente hable con l. Hgalo su amigo en todo lo que haga. Si va al cine, dgale: Seor Jess, me llama la atencin esta pelcula y voy a verla. Hable con l. sta es la mejor manera de contactar a Cristo. Aprendan a decirle algo a Cristo. No escondan nada de l. Pnganse al descubierto delante de Cristo y estn abiertos a l. Dganle todo lo que hay en su corazn, abran su ser a l y aprendan a recibirlo continuamente. sta es la mejor oracin. ACEPTAR LA PALABRA DE LAS ESCRITURAS PARA TENER LA SEGURIDAD DE LA SALVACIN Ustedes tambin necesitan ser confirmados por la palabra de las Escrituras. En otras palabras, tienen que recibir la palabra de las Escrituras para obtener la seguridad de salvacin. Si reconocen lo tocante a la persona de Cristo y el hecho de
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que Cristo muri por sus pecados, y si reciben Su salvacin y oran y abren su ser para recibirlo a l, entonces necesitarn saber, segn las palabras de la Biblia, que ustedes han sido salvos. La Biblia tiene muchos versculos que declaran que somos salvos. Nuestros pecados fueron perdonados, Cristo hoy est en nosotros y tenemos vida eterna; por lo tanto, somos salvos. En las Escrituras hay muchos versculos que aseguran y confirman nuestra salvacin. Ahora, al recibir esta seguridad y confirmacin, podemos estar en paz sabiendo que somos salvos. Somos personas que han sido salvas por Cristo, y somos hijos de Dios. Esto es maravilloso! No debemos buscar nada ms. De ahora en adelante, poco a poco y da a da, este Seor viviente har muchas cosas con ustedes y en ustedes. Quisiera pedirles que procuren conocer bien estos cinco puntos mencionados anteriormente: quin es Cristo, qu hizo Cristo por ustedes, la salvacin que l les prepar, la manera apropiada de participar de esta salvacin, y la plena seguridad que podemos tener de esta salvacin segn la Biblia. Debemos reconocer que el Cristo en quien cremos es Dios mismo, que l se hizo hombre y muri en la cruz por nuestros pecados, y que resucit. Hoy en da l es el Espritu, el Salvador viviente y el Seor todopoderoso. Debemos reconocer esto, abrir nuestro ser a l, y tener contacto con l de una manera viviente. Entonces les puedo asegurar que son salvos. Y esto no se los confirmo yo sino este pacto, este testamento. Puesto que ha sido confirmado, podemos tener seguridad con respecto a nuestra salvacin. Podemos exclamar: Aleluya, alabado sea el Seor! Yo soy salvo. No importa cun maligno y desdichado sea, soy salvo!. Entonces, cada vez que sintamos que estamos mal respecto a algo, debemos simplemente confesarlo. Es muy fcil y tambin muy agradable. Confesarle a l todo lo que sentimos en nuestro interior, es una manera muy agradable de tener contacto con Cristo. DEBEMOS LABORAR CON LAS PERSONAS CON AMOR Y PACIENCIA Todos los nuevos creyentes podrn encontrar ayuda en este mensaje; sin embargo, lo que hemos compartido aqu tambin es para todos los hermanos y hermanas. Ustedes tendrn ms tiempo para visitar a las personas y laborar con los contactos ms prometedores de esta manera. Deben ayudarles a conocer estos cinco puntos, y laborar en esto hasta que los asimilen por completo. Tal vez no puedan hacer esto en una sola noche. Yo les he presentado estos puntos de una manera breve, pero por favor, no traten de laborar de una manera tan breve con ellos. Necesitarn dedicar suficiente tiempo aun para laborar en el primer punto. Ensenles a usar la Biblia, a leerla y a entenderla palabra por palabra. Entonces, de esta manera, despus de reunirse con ellos unas tres o cuatro veces ellos recibirn la ayuda necesaria para entender claramente estos puntos. El Espritu Santo siempre opera y respalda esta clase de labor. l dejar una profunda impresin en las personas, las pintar y las ungir. Entonces ustedes vern la diferencia. Tenemos que aprender a laborar con las personas con amor y paciencia. Tengo la certeza de que en estos das las personas recibirn ayuda no slo para ser salvas, sino tambin para entender claramente el camino de la salvacin.

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CAPTULO SIETE PRCTICAS BSICAS PARA NUESTRA SALVACIN Lectura bblica: Hch. 20:21; 1 Jn. 1:9; 3:4; 5:17a; Ro. 10:9; Hch. 2:38 En el mensaje anterior vimos que a fin de recibir a Cristo como Salvador, una persona debe primero comprender quin es Cristo; es decir, tiene que conocer la persona de Cristo. En segundo lugar, necesita conocer la obra de Cristo, es decir, lo que Cristo hizo por l y el propsito por el cual Cristo muri en la cruz. La muerte en la cruz es la obra de Cristo. Luego, debe conocer la salvacin que Cristo prepar para l. En esta salvacin tenemos la remisin de los pecados y la imparticin de la vida divina. A fin de recibir a Cristo como Salvador, una persona tambin tiene que tener contacto con l. Esto no tiene nada que ver con la religin. Tampoco tiene nada que ver con doctrinas ni con el aprendizaje de enseanzas; antes bien, tiene que ver con esta Persona viviente, quien ahora sencillamente es como el aire. Tenemos que inhalarlo a l. Tenemos que contactarlo. Quinto, a fin de contactarlo y recibirlo, tenemos que abrir nuestro ser al Seor, no simplemente de modo superficial, sino desde la parte ms profunda de nuestro ser. Esto es semejante al hecho de abrir una ventana para que entre el aire fresco. Si cerramos la ventana, el aire fresco no podr entrar. Para que el aire fresco entre en un cuarto tenemos que abrir la ventana completamente, de par en par. Cristo es el Espritu, quien es como el aire fresco. Si vamos a disfrutarlo a l y recibirlo en nosotros, debemos abrir nuestro ser; cuanto ms, mejor, y cuanto ms profundo, mejor. Es preciso que conozcamos estos cinco puntos y los entendamos con toda claridad. Asimismo, hay cinco cosas que una persona debe poner en prctica en el proceso de recibir a Cristo como Salvador. Recibir a Cristo principalmente significa creer en l; no obstante, puesto que la accin de creer incluye varios asuntos, podemos llamarlo el proceso de creer. Un proceso es algo que incluye varias etapas o varios puntos. Muchos cristianos carecen de algunos de estos cinco puntos. Quizs no tengan carencias en todos los cinco, pero quizs les falte uno o dos. UN ARREPENTIMIENTO CABAL PARA CON DIOS Lo primero que debemos poner en prctica es tener un arrepentimiento cabal para con Dios. El arrepentimiento es el primer paso que damos cuando realmente hemos credo, es la fe prevaleciente en Cristo. Si no experimentamos un verdadero arrepentimiento, eso significa que nuestra accin de creer no es muy real. A fin de creer de una manera verdadera, es decir, a fin de tener una verdadera fe en Cristo, debemos experimentar un arrepentimiento verdadero y cabal. Segn las Escrituras el orden es arrepentirnos y luego creer. El arrepentimiento debe preceder a la fe. Hechos 20:21 dice: Testificando solemnemente a judos y a griegos acerca del arrepentimiento para con Dios, y de la fe en nuestro Seor Jess. El arrepentimiento es para con Dios y la fe es en el Seor Jess. El arrepentimiento para con Dios y la fe viva en el Seor Jess son el testimonio del apstol Pablo.
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La palabra griega traducida arrepentimiento significa cambiar el modo de pensar o cambiar de parecer. El arrepentimiento es un giro que nosotros damos. Tenemos que voltearnos, porque nos hemos alejado de Dios y nos hemos extraviado de l. Dios est en un determinado lugar, y todo nuestro ser y vivir estn orientados en la direccin opuesta. No estamos a favor de Dios sino en contra de l. Todo nuestro vivir incluye primeramente nuestra mentalidad, nuestra mente. La manera en que pensamos no es hacia Dios, sino por el contrario, nos aleja de l. Esto se aplica tambin a nuestro comportamiento, a nuestra conducta y a nuestra vida familiar. De igual manera se aplica a nuestra educacin, a nuestros negocios y a nuestras amistades. Incluso nuestro modo de vestir y la manera en que manejamos nuestro auto no agrada a Dios, sino que lo ofende; aun en esto estamos alejados de Dios. En casi todos los aspectos de nuestra vida humana estamos lejos de Dios; no estamos a favor de Dios sino en contra de Dios. El evangelio de Dios exige que nos arrepintamos, es decir, que demos un giro. Esto no significa simplemente dar un giro a la izquierda o a la derecha, sino dar vuelta en U, es decir, dar un giro de 180. Tenemos que volvernos a Dios. No debemos darle la espalda a Dios, sino volvernos a l y estar frente a l cara a cara. Mientras que Dios tiene cierta direccin, nuestro vivir y nuestro andar estn orientados en la direccin opuesta. Todo lo que tiene que ver con nosotros est orientado en la direccin equivocada; es por eso que cuanto ms vivimos, ms nos alejamos de Dios y ms nos extraviamos de l. Ahora Dios exige que nos arrepintamos. Esto significa que tenemos que volvernos a Dios. En esto consiste el arrepentimiento para con Dios. Todo lo relacionado con nosotros tiene que volverse a Dios: nuestros estudios, nuestra educacin, nuestra vida matrimonial, nuestra vida familiar, la relacin que tenemos con nuestros amigos y con nuestros familiares, la manera en que gastamos el dinero, la manera en que nos vestimos, la manera en que pensamos y tomamos nuestras decisiones, nuestros motivos e intenciones y todo lo dems. Todo lo que tiene que ver con nosotros, tanto internamente como externamente, debe volverse a Dios. ste es el verdadero significado del arrepentimiento. Debemos experimentar un cambio completo en nuestra vida, es decir, dar un giro de 180 en todo lo relacionado con nuestra vida. Al predicar el evangelio, todos tenemos que aprender la leccin de ayudar a las personas a dar esta vuelta en U. Cuanto nos arrepintamos depender del giro que hayamos dado. Algunos cristianos ciertamente experimentan cierto arrepentimiento, pero slo se vuelven un poco, es decir, slo experimentan un pequeo cambio. Tal vez un hermano experimente cierto cambio, pero en qu medida lo experimenta? Ha dado un giro de 45, de 90 o de 180? Algunos dan un giro completo de 360, es decir, terminan igual que como estaban antes. Por lo tanto, debemos dar un giro de 180, dar una verdadera vuelta en U, y regresar a Dios. La medida en que podamos ayudar a otros depender de cunto nos hayamos vuelto nosotros mismos, es decir, de cunto nosotros nos hayamos arrepentido. No debemos quejarnos si los nuevos convertidos no son fuertes en la vida espiritual. Tenemos que criticarnos primero a nosotros mismos. Es difcil que padres que son dbiles produzcan hijos fuertes. La
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salud de los nios depende en gran medida de la salud de los padres. En lo que a la predicacin del evangelio se refiere, todos tenemos que aprender y todos tenemos que ser quebrantados. Adoro al Seor en estos das porque me doy cuenta de que los hermanos y las hermanas no slo estn realizando la labor de predicar el evangelio, sino que adems estn siendo disciplinados por el Seor y estn aprendiendo las lecciones correspondientes. Si un hermano discute con alguien, podra despus de ello salir a predicar el evangelio? Si un hermano miente a alguien durante el da, podra predicar el evangelio por la noche? Su poder habra desaparecido, y su boca estara cerrada por de las mentiras que dijo. Su conciencia lo sabe, y el espritu maligno tambin lo sabe. Por lo tanto, al abrir su boca para dar testimonio de Jess, el enemigo le dir: T eres un mentiroso, y su boca se cerrar. A fin de predicar el evangelio, tenemos que confesar nuestros pecados. Tenemos que tomar medidas con respecto a las mentiras que hayamos dicho, y el Seor tiene que disciplinarnos especficamente en este asunto. Entonces nuestra conciencia estar limpia, sentiremos la libertad, y tendremos el denuedo de decir algo por Cristo. Si hemos de predicar el evangelio es necesario que seamos disciplinados por el Seor. Es fcil ser usados por el Seor para hablar una palabra de edificacin, pero no es fcil predicar el evangelio. Si hemos de predicar el evangelio, tenemos que ser disciplinados por el Seor. Cmo podemos ayudar a alguien a arrepentirse, a dar un giro de 180 si nosotros mismos no damos un giro en esta direccin? Es imposible que les pidamos a otros que den un giro de 180 cuando nosotros slo hemos dado un giro de 45. Si nosotros no nos hemos vuelto a tal grado, cmo podemos ayudar a otros a arrepentirse? Sin embargo, si no podemos ayudar a las personas a dar un giro de 180, de modo que se vuelvan a Dios, nuestra predicacin del evangelio ser muy deficiente. Por consiguiente, tenemos que ayudar a las personas a que experimenten un arrepentimiento pleno y cabal para con Dios. Muchas personas se han arrepentido, diciendo: Seor, de hoy en adelante mis pensamientos se vuelven a Ti. Me vuelvo a Ti en cuanto a mi vida familiar, as como en cuanto a mis negocios, mi trabajo, mi educacin, mis amistades e incluso en cuanto a mi manera de manejar. Con respecto a todo lo que tengo, todo lo que hago, todo lo que puedo hacer y todo lo que soy, me vuelvo a Ti. Si usted es una persona que ha credo en Cristo, tiene que hacer esto. De lo contrario, delante de Dios, algo sucio o pecaminoso an permanecer en usted, lo cual envenenar su vida cristiana. Por consiguiente, usted tiene que dar fin a lo que ha sido, a lo que ha estado haciendo y a la manera en que ha estado viviendo. En esto consiste el arrepentimiento cabal y verdadero. Esta clase de arrepentimiento es como ser desarraigado, lo saca a usted de este mundo pecaminoso. Nuestra vida y nuestro vivir han estado muy arraigados a este mundo pecaminoso. Ahora tenemos que desarraigar nuestro vivir de este mundo. El verdadero arrepentimiento consiste en ser desarraigados de esta tierra, de este mundo pecaminoso. Necesitamos experimentar tal arrepentimiento para con Dios y necesitamos ayudar a otros a que comprendan tal arrepentimiento.
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UNA CONFESIN COMPLETA DE NUESTROS PECADOS Despus de habernos arrepentido, debemos confesar nuestros pecados. Tenemos que confesar todos nuestros pecados delante de Dios. En 1 Juan 1:9 dice: Si confesamos nuestros pecados, l es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados, y limpiarnos de toda injusticia. El perdn y la limpieza dependen de nuestra confesin. Tenemos que hacer una confesin completa. Alguien podra preguntar qu son los pecados. Es difcil contestar a esta pregunta. Cmo podemos definir los pecados? El versculo 4 del captulo 3 dice: Todo aquel que practica el pecado, infringe tambin la ley; pues el pecado es infraccin de la ley. Qu es pecado? El pecado es infraccin de la ley, es decir, es quebrantar la ley. Toda transgresin de la ley es pecado. En las Escrituras tenemos la ley, la cual no slo incluye los Diez Mandamientos, sino tambin muchas ordenanzas y preceptos. Los Diez Mandamientos no nos dicen que amemos a nuestro prjimo como a nosotros mismos, pero esto forma parte de los preceptos de la ley; es parte de la ley. Si no amamos a los dems, estaremos quebrantando la ley. Esto es pecado. Toda clase de transgresin de la ley es pecado. En los Diez Mandamientos hay un mandamiento que dice que debemos honrar a nuestros padres. Ha honrado siempre a sus padres? No piensen que por ser una persona de edad avanzada estoy condenando a la generacin ms joven; no obstante, me doy cuenta de que la generacin actual est mal en este asunto. Algunas veces los hijos adolescentes les dicen a sus padres: Ustedes son demasiado viejos. No saben lo que es correcto; en cambio yo s lo s. Esta clase de actitud para con los padres es pecado, por cuanto el pecado es la transgresin de la ley. En los Diez Mandamientos hay otro mandamiento que nos dice que no debemos robar. Alguien podra decir que jams roba a otros. Pero no creo que usted jams haya robado nada; de hecho, creo que ha robado muchas veces. Muchos estudiantes roban las respuestas para aprobar sus exmenes. Algunos hijos incluso roban a sus padres. No necesito entrar en ms detalles. Todos ustedes conocen estas historias mejor que yo. Todo ello es pecado. Cualquier infraccin de la ley es pecado. En 1 Juan 5:17a dice: Toda injusticia es pecado. La injusticia y la falta de rectitud es pecado. Si usted no es justo y recto, es pecaminoso. En este pas, en el Lejano Oriente y en Europa, hay muchas personas que no son justas ni rectas cuando van al mercado. Siempre procuran obtener ms de lo que realmente estn pagando. Slo les presento esta sencilla definicin. Entonces, qu es pecado? El pecado es la infraccin de la ley, el pecado es toda injusticia. Todo lo que sea injusto, todo lo que no sea recto, es pecado. A fin de ser creyentes apropiados en Cristo, tenemos que confesar todos nuestros pecados; tenemos que hacer una confesin completa. Tal vez usted no se considere una persona pecaminosa, pero si desea atender a esta necesidad, pase algn tiempo con el Seor. Ahora usted proclama que ha credo en Jess, y ha tomado la decisin
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de recibir a Cristo. Esto es bueno. Alabado sea el Seor! Puesto que es as, pase algn tiempo con el Seor. Considere todas sus relaciones: su relacin con sus padres, con su esposa, con su esposo, con sus hijos y con sus compaeros de estudio, sus compaeros de cuarto, con sus amigos y sus familiares. Mientras usted considera todas estas relaciones, posiblemente el Espritu Santo vendr a usted y le dir: T ests mal con tus padres en esto. Hace diez aos, t no trataste bien a tu padre. Tampoco tuviste una actitud correcta con tus compaeros de estudio, con tus vecinos, con ese hombre y con aquel hombre. Adems, cuando muchos cristianos revisan todas las cosas materiales que poseen, descubren que tienen muchas cosas pecaminosas. Si queremos ser creyentes vivientes y apropiados en Cristo, tenemos que tomar medidas acerca de estas cosas, tenemos que confesar todos nuestros pecados delante de Dios. Cuando vamos a ayudar a otros, tenemos que orar mucho. Nosotros mismos tenemos que limpiarnos por medio de la confesin. Entonces tendremos la base y la atmsfera apropiada para ayudar a otras personas a conocer su necesidad de ser limpiados por medio de la confesin. Por la gracia y la uncin del Espritu Santo, podremos ayudar a las personas a comprender que necesitan practicar esta clase de confesin. Por qu tantos cristianos se encuentran en una condicin de muerte? Debido a que tienen muchos pecados viejos; estos pecados viejos todava permanecen dentro de ellos. Por lo tanto, tienen que confesar todas estas cosas para deshacerse de ellas. Todo creyente necesita hacer una confesin de todas las cosas pecaminosas delante de Dios, y efectuar una liquidacin de lo que ha acumulado durante toda su vida. CONFESAR AL SEOR JESS DELANTE DE LOS HOMBRES Los creyentes tambin necesitan hacer otra clase de confesin. No slo deben confesar sus pecados, sino tambin confesar al Seor. Tienen que confesar al Seor Jess delante de los hombres. De ahora en adelante, debemos confesar, es decir, debemos decirle a otros, que le pertenecemos al Seor. Ahora ustedes se han convertido en cristianos, en creyentes. Por lo tanto, deben confesar el nombre del Seor Jess, y confesar delante de los hombres que Jess es el Seor y que es su Salvador. Romanos 10:9 dice: Que si confiesas con tu boca a Jess como Seor, y crees en tu corazn que Dios le levant de los muertos, sers salvo. Con nuestra boca confesamos a Jess como Seor. Es muy curioso que en toda la tierra, en el Oriente como en el Occidente, en Europa como en Asia, las personas tienen una sensacin de vergenza cuando confiesan a Cristo. Si alguien dijera: Ahora creo en Cristo; yo confieso que Jess es el Seor, experimentar cierta sensacin de vergenza. Tambin es muy curioso que cuando las personas siguen a Confucio y les hablan a otros al respecto, no sienten nada de vergenza sino mucho denuedo. Este pecado de vergenza proviene del diablo, Satans. Por la gracia y misericordia de Dios tenemos que pelear la batalla para vencer este sentimiento de vergenza. Algunas veces en el pasado le dije a Satans:

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Satans, si continas provocando en m este sentimiento de vergenza, confesar al Seor gritando Su nombre. El diablo le teme mucho a esto y huye. La manera apropiada de creer en el Seor Jess incluye el paso de decirle a otros que a partir de este da en adelante usted ya no ser un incrdulo, sino que ser un creyente de Jess. Usted ha recibido a Jess como su Salvador y como su Seor. Desde este da usted confiesa que l es el Seor y que usted le pertenece a l. Despus de creer en el Seor Jess, usted debe ir a sus padres, parientes, amigos y vecinos, y hacer una confesin cabal de Cristo. Jvenes estudiantes, despus de que crean en Cristo, deben ir a sus compaeros de clase y decirles: Ahora soy una persona diferente. Ayer no tena a Cristo, pero hoy tengo a Cristo dentro de m. As pues, es necesario que haya un verdadero arrepentimiento y dos clases de confesin: confesar nuestros pecados delante de Dios y confesar a Jesucristo como Seor delante de los hombres. No debemos tratar de ser un cristiano escondido, un cristiano secreto, ni ser un buen cristiano slo en nuestro interior sin tener la apariencia externa de cristiano. Aprendan a ser liberados al confesar a Cristo delante de los hombres. En China vi a ciertos hermanos que hacan algo muy interesante. Quizs a ustedes les parezca exagerado, pero si estuvieran en ese medio, comprenderan que lo que ellos hicieron era necesario. Despus de que fueron salvos, algunos hermanos se pegaron una etiqueta en su ropa que deca: Ahora soy cristiano. En muchos casos, esto les ayud, pues otros decan: No vayan adonde l porque ahora es cristiano. No traten de convencerlo porque es cristiano, no traten de invitarlo a ciertos juegos o a ir al cine porque es cristiano. Si queremos ser cristianos vivientes, eficaces y poderosos, tenemos que confesar pblicamente a Cristo delante de las personas. SER BAUTIZADOS Tambin necesitamos ser bautizados. Ser bautizados significa ser sepultados. Despus de creer en el Seor Jess, ustedes deben ser sepultados inmediatamente, habiendo comprendido que son muy pecaminosos y que no merecen otra cosa que la muerte. Ustedes se dan cuenta que fueron crucificados en la cruz juntamente con Cristo, y que, por ende, ya murieron. As que han estado muertos ya por dos mil aos. Puesto que han comprendido que estn muertos, deben estar dispuestos a que la iglesia les celebre un funeral y los sepulte. Esto es muy necesario. Desde mi juventud crec en un hogar que era ms o menos cristiano. Escuch muchas historias del evangelio, fui educado y recib mi formacin en una escuela cristiana. Sin embargo, no fui salvo hasta que tena diecinueve aos de edad. Antes de ese da, yo saba muchas cosas del cristianismo. Me saba casi todas las historias de Jess que estn en los cuatro Evangelios, pues nos enseaban estas cosas en la escuela dominical. A veces hacamos chistes de dichas historias. Sin embargo, a la edad de diecinueve aos, experiment una verdadera salvacin. Ese da comprend que era una persona pecaminosa y que no haba nada bueno en m. Comprend que cada parte de mi interior era maligna. As que ya no me agradaba, sino que me

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aborreca a m mismo. Me di cuenta de que este hombre, yo, no serva para nada y que verdaderamente deba ser sepultado. Puesto que era miembro de una llamada iglesia, yo ya haba sido bautizado por aspersin. No obstante, en aquel tiempo no me haba arrepentido, ni haba credo ni haba orado. No haba visto que era un pecador, ni haba conocido verdaderamente a Cristo como mi Salvador. nicamente conoca un poco acerca de Cristo. A pesar de ello, el pastor me dijo que tena que hacerme bautizar por aspersin. Le dijo a la congregacin: Este joven es un miembro de una familia cristiana, y tiene una madre y una hermana que son muy amables. Por lo tanto, tengo que rociarlo. Esta clase de aspersin no signific nada. Ms tarde cuando fui salvo, comprend que yo era una persona que haba muerto, que no serva para nada, y que tena que ser sepultado. De hecho, estaba muy deseoso de ser sepultado, as que fui a unos cristianos que amaban al Seor y les pregunt: Est bien que sea bautizado? Yo ya fui bautizado por aspersin. Ellos me dijeron que era completamente correcto que fuera bautizado. Les dije: Entonces, es mejor que lo hagamos ahora mismo. Entirrenme!. Despus de que usted cree en el Seor Jess, si usted le consulta al Seor en su interior, sentir el deseo de ser bautizado, de ser sepultado. En cierto lugar un muchacho indgena se hizo miembro de la Iglesia Catlica. La Iglesia Catlica no permita que la gente comiera carne los viernes, sino pescado. Un viernes este muchacho sali a cazar y trajo un venado a casa y empez a cocinarlo. Mientras lo cocinaba, un sacerdote pas por su casa, y al sentir el olor de carne, se acerc a la puerta y lo reprendi. El nombre de aquel muchacho era Johny. l entonces le respondi: Hace algunos aos mi nombre no era Johny, sino un nombre indgena; pero un da usted me trajo a su iglesia y me roci con agua para bautizarme. En esa ocasin usted me dijo: se no ser ms tu nombre, sino que ahora te llamars Johny. Esta maana sal y trat de pescar algo, pero no pude atrapar ningn pez; en lugar de ello, cac un venado. As que lo roci, y le dije: Desde ahora no sers ms un venado, sino que ahora sers un pez. Yo cre en lo que usted me dijo, por qu no cree en lo que le estoy diciendo?. Nosotros no bautizamos a las personas de esta manera falsa, rociando agua sobre ellas y cambindoles el nombre. En vez de ello, ser bautizado significa que usted comprende que ha muerto juntamente con Cristo y que est en Cristo, y ahora permite que la iglesia lo sepulte, sumergindolo en agua. Amigos, despus de que ustedes crean en Cristo, necesitan ser bautizados. No podrn bautizarse ustedes mismos, sino que tienen que hacerse bautizar. SER LLENOS DEL ESPRITU SANTO Y BAUTIZADOS EN L Adems de esto, usted debe recibir el Espritu Santo, ser lleno del Espritu y ser bautizado en el Espritu. El Espritu Santo, quien es la tercera Persona del Dios Triuno, es la transmisin misma de Dios a usted. A fin de recibir a Cristo, a fin de recibir a Dios, usted tiene que recibir el Espritu Santo. El Espritu Santo no es nada menos que Cristo mismo. Hoy en da el Espritu Santo est esperndolo a
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usted, as que usted debe abrir su ser a l. Despus de que se haya arrepentido cabalmente, haya hecho una confesin completa de sus pecados, haya confesado a Cristo con denuedo delante de los hombres y est dispuesto a ser bautizado, tendr la base apropiada para reclamar ser lleno del Espritu Santo y tener la experiencia del derramamiento del Espritu Santo. Cuando predicamos el evangelio, debemos predicar al grado en que les digamos a las personas: Ustedes tienen el derecho de recibir el Espritu Santo. Sencillamente crean lo que les digo y pnganlo en prctica. Estoy seguro de que el Espritu Santo los honrar a ustedes y honrar su prctica. Hechos 2:38 dice: Pedro les dijo: Arrepentos, y bautcese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdn de vuestros pecados; y recibiris el don del Espritu Santo. Este versculo primero habla de arrepentirse, luego de ser bautizados y, en tercer lugar, de recibir el don del Espritu Santo. stas son tres de las cinco prcticas que hemos mencionado en este mensaje. Adems, despus del arrepentimiento y antes de ser bautizados, necesitamos dos clases de confesin: confesar nuestros pecados delante de Dios y confesar al Seor Jess delante de los hombres. Ser bautizados es tambin cierta clase de confesin, una confesin silenciosa pero pblica no slo delante de los hombres, sino tambin delante de todo el universo, delante de los cielos y la tierra, de que hoy usted est en Cristo y est siendo sepultado juntamente con l. Es entonces que obtenemos el derecho, la base para reclamar, el don del Espritu Santo. Todo lo que Dios es y todo lo que Cristo ha hecho todos los beneficios, todas las bendiciones y todos los asuntos que forman parte de la salvacin de Dios estn en el Espritu Santo. Por medio de un proceso, el Espritu Santo ahora incluye a Dios, a Cristo, la salvacin y todos los beneficios de la salvacin. Usted ha sido lleno de este Espritu Santo. Despus de que usted se arrepiente, confiesa sus pecados delante de Dios, confiesa a Cristo como su Seor delante de los hombres y es bautizado, inmediatamente obtiene el derecho, obtiene la base apropiada para reclamar el don del Espritu Santo. Cuando usted vaya a ser bautizado, debe declarar: Seor, en este mismo da reclamo la plenitud del Espritu Santo. Reclmela y recbala. Si usted an no ha sido bautizado, pero tiene el deseo de hacerlo, a los ojos de Dios es como si ya se hubiera hecho bautizar. Ahora usted puede estar firme sobre esta base y reclamar el Espritu Santo, dicindole al Seor: Seor, tienes que llenarme del Espritu Santo, y tienes que derramar el Espritu Santo sobre m. ste es mi derecho y sta es mi porcin. Usted tiene que reclamar esto. En nuestra predicacin tenemos que ayudar a las personas a comprender estos cinco pasos: arrepentirse cabalmente, confesar sus pecados delante de Dios, hacer una confesin pblica delante de los hombres, ser bautizados y comprender que despus de hacer todo esto, tienen derecho a recibir la plenitud del Espritu Santo. Les repito una vez ms que no estamos aqu dicindole a la gente que reciba cierta clase de religin. Estamos aqu aprendiendo a ayudar a las personas a que entiendan a este Cristo vivo. Este Cristo vivo hoy en da es el Espritu. l no es una religin; l es una Persona viva. Esto no es el cristianismo; antes bien, es Cristo
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mismo como el Espritu. Cmo puede usted recibir al Espritu y a este Cristo vivo? Arrepintindose, confesando sus pecados, confesando a Cristo como Seor y siendo bautizado. Si usted est dispuesto a hacer estas cuatro cosas, tendr la base y el derecho para reclamar el don del Espritu Santo. Esto es maravilloso! Entonces usted ser un cristiano viviente. Le pedimos al Seor que se revele a estos preciosos nuevos creyentes, a fin de que todos ellos tengan un contacto vivo con el Seor, lo toquen de una forma viva y que el Seor se revele a ellos, de modo que puedan conocer al Cristo que est dentro de ellos de una manera viviente.

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CAPTULO OCHO PREDICAR EL EVANGELIO COMO LA META VITAL Y SUPREMA DE NUESTRA VIDA CRISTIANA Lectura bblica: Hch. 1:8; Fil. 1:5, 27 Hechos 1:8 dice: Pero recibiris poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espritu Santo, y seris Mis testigos en Jerusaln, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo ltimo de la tierra. Quisiera recalcar la palabra testigos. La palabra testigos en griego se refiere a personas, no a testimonios. Por lo tanto, la frase seris Mis testigos significa seris Mis personas vivientes que dan testimonio. Filipenses 1:5 dice: Por vuestra comunin en el progreso del evangelio, desde el primer da hasta ahora, y el versculo 27 dice: Solamente que os comportis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que est ausente, oiga de vosotros que estis firmes en un mismo espritu, combatiendo unnimes junto con la fe del evangelio. La iglesia de Cristo existe en la tierra hoy con el propsito de pelear la batalla a favor del reino de Dios, es decir, con el propsito de subyugar al enemigo y saquear sus bienes. Los bienes del enemigo son las almas, los pecadores y las personas del mundo. Satans ha usurpado la tierra, especialmente al mantener a la gente del mundo en sus manos. En 1 Juan 5:19 dice que el mundo entero est en manos del maligno. El mundo, segn el uso que le da el Espritu Santo en el Evangelio de Juan y en la epstola de Juan, se refiere a la gente del mundo. La gente del mundo hoy est en las manos del maligno, en las manos usurpadoras al diablo. Por lo tanto, en la tierra durante la dispensacin del Nuevo Testamento se libra una batalla muy real entre Dios y Satans, la batalla por las almas de los hombres. Pelear esta batalla, subyugar al enemigo y liberar todas las almas que estn en sus manos usurpadoras es el propsito principal por el cual la iglesia est en esta tierra. Sin embargo, debemos comprender que esto es muy diferente a la llamada obra evangelizadora del cristianismo. Una cosa es subyugar al enemigo Satans y liberar a las personas que se encuentran en sus manos usurpadoras, y otra, es evangelizar a las personas. La palabra evangelizar es buena, pero el sentido que se le ha dado no es completamente el correcto. CONOCER Y EXPERIMENTAR A CRISTO COMO VIDA Para que la vida de iglesia sea apropiada, siempre deben estar presentes cinco elementos de forma equilibrada: la vida, la luz y la verdad, la iglesia, el servicio, y por ltimo, la predicacin del evangelio. El primer elemento es la vida. Es preciso que conozcamos a Cristo como nuestra vida interior, que le tomemos como nuestra

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vida, y le experimentemos como nuestra vida. Esto es un asunto bsico, es el fundamento. CONOCER LA VERDAD En segundo lugar, necesitamos la verdad, el conocimiento, de las Escrituras a fin de dar equilibrio a la vida interior. Esto es semejante a un tren, que se desplaza sobre dos rieles. Es peligroso que un tren ande solamente sobre un riel. Para que ande apropiadamente, se necesitan los dos rieles. Del mismo modo, necesitamos el riel de la vida y el riel de la verdad. Es por eso que dedicamos mucho tiempo para estudiar la Palabra. La Palabra nos provee y proporciona no slo el suministro de vida, sino tambin la luz. La vida est dentro de nosotros y la luz est fuera de nosotros. Por tanto, debemos prestar atencin no slo a la vida, sino tambin a la luz. Podemos tambin comparar esto a nuestro cuerpo fsico, que requiere interiormente de energa y por fuera de luz. Si estamos llenos de energa pero estamos en tinieblas, haremos muchas cosas equivocadamente; cuantas ms cosas hagamos, ms nos equivocaremos. Pero si tenemos energa por dentro y luz por fuera, entonces cuantas ms cosas hagamos, mejor. Necesitamos vida y tambin necesitamos luz. La luz es la verdad hallada en las Escrituras. Por consiguiente, todo creyente que sea normal y equilibrado necesita tener abundancia de vida en su interior y recibir suficiente conocimiento de verdad y luz de la Palabra. Es por eso que cada uno de nosotros necesita ser adiestrado en la Palabra y con la Palabra. VIVIR EN LA IGLESIA, EL CUERPO DE CRISTO En tercer lugar, necesitamos la vida de iglesia. En estos aos pasados hemos conocido a muchas personas que prestan atencin a la vida interior y a la luz de la verdad, pero descuidan la vida de iglesia. No slo necesitamos tener los dos aspectos de la vida y la verdad, sino tambin los otros tres aspectos: el Cuerpo, el servicio y el evangelio. Dado que somos miembros del Cuerpo, necesitamos la vida de iglesia. Puede ser que tengamos vida en abundancia y suficiente luz, pero si no vivimos en el Cuerpo, en la iglesia, seremos seres sin cuerpos, miembros aislados de los dems. Un miembro que se asla de los dems miembros es un miembro que est muerto. Es posible que estemos muertos por habernos aislado del Cuerpo. SERVIR EN EL CUERPO En cuarto lugar, necesitamos ejercer nuestra funcin, necesitamos servir en el Cuerpo. Como miembros de la iglesia que somos, debemos descubrir cul es nuestra funcin y qu clase de miembros somos. Tiene usted algn miembro de su cuerpo que no cumpla ninguna funcin? Si su pie no cumple su funcin ser una carga para usted. Asimismo, si no ejercemos nuestra funcin, llegaremos a ser una carga para el Cuerpo de Cristo, pues otros tendrn que cargarnos. Incluso podramos enfermarnos de forma incurable al grado en que seamos cortados del Cuerpo. El Seor habl de esto en Juan 15:6, que dice: El que en M no permanece, es echado fuera como pmpano, y se seca. Ser echado fuera como
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pmpano es ser cortado del Cuerpo. Por lo tanto, debemos ejercer nuestra funcin, debemos servir. PREDICAR EL EVANGELIO A FIN DE SUBYUGAR AL ENEMIGO Y SAQUEAR SUS BIENES El aspecto principal del servicio en la iglesia es predicar el evangelio. Ya que somos el Cuerpo, cul es el propsito de nuestra existencia? Estamos aqu con el propsito de pelear la batalla para subyugar al enemigo y traer a las personas de vuelta a Dios. sta no es la clase de obra evangelizadora que existe en el cristianismo. Es el testimonio de la iglesia, y todos los miembros son testigos vivientes. Estos miembros comunican cierto testimonio, y este testimonio est presente en la verdadera predicacin del evangelio. La verdadera predicacin del evangelio es la vida que llevan los miembros. Todos los miembros viven para este propsito. Su vivir es lo que ellos predican. As pues, necesitamos conocer al Seor como la vida que est en nuestro interior, necesitamos recibir suficiente luz de la Palabra, debemos estar en la iglesia y tenemos que ejercer nuestra funcin en la iglesia como miembros vivos que somos. De este modo, llegaremos a ser un Cuerpo vivo que siempre coopera y coordina junto para subyugar al enemigo y liberar las almas. Liberar las almas es la meta suprema de nuestro servicio. Esto no es simplemente una obra de predicacin, sino que es la meta vital y suprema de nuestra vida cristiana. PREDICAR EL EVANGELIO NO ES UNA LABOR, SINO UN VIVIR Cul es el propsito por el cual vivimos? Este propsito es derrotar al enemigo y liberar las almas que estn en sus manos. En Mateo 12:29 el Seor dice: O cmo puede alguno entrar en la casa del hombre fuerte, y arrebatar sus bienes, si primero no ata al hombre fuerte? Entonces saquear su casa. El hombre fuerte es Satans, y sus bienes son personas vivas. Tenemos que saquear su casa y liberar sus bienes; debemos liberar las preciosas almas que estn en sus manos. Una vez ms, pareciera que esto no tiene diferencia con la obra evangelizadora del cristianismo; pero en realidad, es muy distinto. Esto no es simplemente una labor, sino un vivir. Vivimos por causa de la predicacin del evangelio. Todas estas palabras son apropiadas evangelizar, evangelio y predicar, no obstante, no se usan de manera acertada en el cristianismo actual. El cristianismo considera la obra evangelizadora simplemente como una labor, como una actividad o como cierta clase de programa. Sin embargo, el Nuevo Testamento nos muestra que la predicacin del evangelio debe ser cierta clase de vivir. sta es nuestra vida. Vivimos aqu por esta causa. Predicar el evangelio es nuestra vida y nuestro vivir. Cul es la razn por la cual vive usted? Si dice que vive para estudiar en la universidad, est equivocado. Como cristiano, usted no vive para estudiar; ms bien, usted estudia para vivir a fin de predicar el evangelio. Es por eso que usted
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siente que tiene que predicar el evangelio en su escuela, no slo con palabras, sino tambin con su conducta, con su vivir y con su labor. Ustedes tienen que hablar. Algunos dicen que no debemos hablar demasiado; sin embargo, ustedes tienen que hablar mucho. Cuanto ms hablen, mejor. Si hablan diez mil palabras, y los dems slo reciben una de ellas, vali la pena. Eso es mejor que nada. Los comunistas adiestran a la gente a hablar por su causa. Sin embargo, si usted estudia la historia de la humanidad, podr darse cuenta de que la predicacin, o propaganda, fue inventada por la iglesia. Sabe usted cmo fue inventado el peridico? Fue inventado en gran medida por la Reforma. Los reformadores fueron los primeros en usar los peridicos con el propsito de predicar el evangelio. Lamentablemente, el cristianismo actual ha perdido esta herencia, y el enemigo, el diablo y las personas del mundo han usado el peridico para su provecho. La iglesia est muy atrasada en este asunto. Tenemos que hacer propaganda, tenemos que predicar. Predicar es la invencin de la iglesia. Nosotros perdimos esto, pero ahora tenemos que recobrarlo. Por consiguiente, salgamos a predicar el evangelio. Si queremos ser una persona viviente que predica el evangelio, tenemos que predicarlo con nuestra boca, odos, ojos, nariz, manos y pies. Con nuestras manos debemos escribir, y con nuestros pies tenemos que viajar. Tenemos que usar todo nuestro ser para la predicacin del evangelio. Somos predicadores vivientes, no predicadores profesionales. Si usted conoce la economa de Dios, entonces comprender que el propsito por el cual existe la iglesia en esta tierra es predicar el evangelio. La labor de la predicacin no es simplemente una obra evangelizadora, sino que es ms bien el vivir de todos los miembros vivientes del Cuerpo de Cristo. Todo el Cuerpo, con todos los miembros vivientes, vive para el propsito de subyugar al enemigo, liberar las almas, conducirlos a Cristo y edificar el Cuerpo con estas personas como los materiales. LA IGLESIA NECESITA NUEVOS CREYENTES La historia nos dice la verdadera situacin. Yo he estado en esta tierra por muchos aos. He conocido verdaderos cristianos por ms de cuarenta aos, y he participado en esta obra ms de treinta y cinco aos. Tan slo en las dos dcadas pasadas conoc muchos grupos en el Lejano Oriente, en Europa y en este pas. Les digo la verdad, ustedes jams vern un grupo de cristianos sirviendo al Seor de una manera adecuada sin estos cinco aspectos, los cuales son necesarios para guardar el equilibrio apropiado: la vida, la luz, la iglesia, el servicio y, por ltimo, la predicacin del evangelio. Conoc algunos grupos que eran ricos en la vida divina, pero que tenan deficiencias en cuanto al conocimiento. Tambin conoc algunos grupos de hecho estuve en uno de ellos que era muy rico en cuanto al conocimiento. Haba una persona en ese grupo que la conocan como la concordancia andante. Sin embargo, aunque eran ricos en cuanto a conocimiento, eran muy pobres en cuanto a la vida. En el pasado conoc algunos grupos que eran ricos tanto en vida como en conocimiento, pero que tenan deficiencias en cuanto a la vida de iglesia, y por este motivo no duraron mucho. Algunos grupos incluso
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decan que eran ricos en vida y en conocimiento, y que tambin llevaban una vida de iglesia, pero no predicaban el evangelio. Despus de cinco aos, seguan reunindose el mismo nmero de personas, y despus de cinco aos ms no haba habido ningn incremento. Solan decir: El Seor est con nosotros. Es maravilloso!. Fueron un grupo maravilloso durante diez aos, pero con las mismas personas. Finalmente, al cabo de doce aos, perdieron todo su inters y el grupo se desintegr. Vi esto en 1957 y volv a verlo en 1963. Para darles otro ejemplo, hace poco recib una carta que deca que un grupo de creyentes que haba estado reunindose por ms de veinte aos haba perdido todo inters y se haba desintegrado. Ellos se preguntaron: Qu estamos haciendo aqu? Ao tras ao seguimos reunindonos los mismos de siempre. En una familia compuesta nicamente por el esposo y la esposa, los primeros cinco aos son maravillosos. Puede ser que los siguientes cinco o veinte aos sigan siendo maravillosos; no obstante, despus de veinte aos ya no sentirn que todo es tan maravilloso. Ellos necesitan algunos hijos, algunas personas nuevas. De la misma manera, la iglesia necesita de algunas personas nuevas. A fin de que la iglesia sea fuerte, necesitamos tener partos normales, nacimientos normales. Si la prxima semana cincuenta personas fueran bautizadas, toda la iglesia ardera de fervor. Por un lado, yo me sent muy contento recientemente de ver que varias personas recibieron al Seor en una reunin de evangelio. Algunos quizs se pregunten cmo podran tantas personas confesar al Seor en una sola reunin. Por otro lado, en el pasado vi a mil personas ponerse de pie para confesar el nombre del Seor. Es bueno que unas cuantas personas reciban al Seor, pero segn mi experiencia, eso es tan slo como dos gotas de agua; de todas maneras, los hermanos y hermanas se sienten muy emocionados con ello. Algunos exclaman: Eso es maravilloso! Muy maravilloso!. Sin embargo, si usted le pone empeo, si ora y labora para traer a ms personas, a la siguiente semana podra bautizar a cincuenta, a ciento cincuenta o a doscientas personas. Entonces usted se sentir tan emocionado que no le importar comer. Vi esto en el pasado. La iglesia necesita ms nacimientos, ms partos. La iglesia necesita personas nuevas. Siempre que alguien sugiere predicar el evangelio, el espritu de todos los santos responde a ello. El Espritu Santo dentro del espritu de los santos aprueba esto, porque corresponde al propsito que Dios tiene para esta era en la tierra. Sin embargo, la iglesia ha perdido la visin respecto a este asunto, y por tanto, ahora tenemos que recobrarlo. Tenemos que darnos cuenta de qu es lo que estamos haciendo aqu. Estamos aqu nicamente para reunirnos y tener una maravillosa reunin de predicacin en la maana del da del Seor y luego en la noche celebrar una maravillosa reunin de la mesa del Seor? Estamos aqu para tener una maravillosa reunin de oracin los mircoles y una reunin de estudio bblico los viernes, y luego hacer lo mismo a la siguiente semana, el prximo mes y el prximo ao? No debemos esperar a que pasen cinco aos; si en este mismo ao ustedes no traen ms personas, tarde o temprano algunos dirn que no necesitamos seguir reunindonos. As pues, nos sentiremos desilusionados.

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DEBEMOS HACER DE LA PREDICACIN DEL EVANGELIO NUESTRO VIVIR Necesitamos que la predicacin apropiada del evangelio sea el vivir mismo de la iglesia. Esto no es una labor, sino ms bien, un vivir. Vivimos para esto. Debemos hacer esto no slo una vez, sino por el resto de nuestra vida; ms bien, esto debe ser algo que hacemos con regularidad. No me gusta hablar mucho de la iglesia en Taipi, pero puedo testificar que despus de muchos aos de edificacin, la iglesia en Taipi ha sido restaurada a su condicin normal. Los santos all viven para este propsito. Da a da, ellos estn creciendo, da a da estn siendo edificados, y mes tras mes un buen nmero de personas son aadidas a la iglesia. De ahora en adelante, todos tenemos que aprender que predicar el evangelio es nuestro vivir. Es precisamente para este propsito que vivimos aqu. Tenemos que laborar en las personas. Si usted es un estudiante, usted tiene que laborar para traer a alguno de sus compaeros de clase o de cuarto. Si usted trabaja en una empresa, tiene que laborar para ganar a uno de sus colegas. Ustedes tienen que laborar para ganar a sus vecinos, a sus familiares y a todas las personas que conocen. ste es nuestro vivir. Debemos vivir siempre para este propsito. La predicacin que prevalece depende de la vida, la verdad, la iglesia y el servicio. Si ustedes tienen estos cuatro elementos, tendrn una base firme y una predicacin muy eficaz. No debemos pensar que nuestra predicacin es algo que slo hicimos en el pasado; no, eso fue slo un comienzo. De ahora en adelante, debemos hacer de la predicacin del evangelio nuestro vivir. Semana tras semana, mes tras mes y ao tras ao vivimos para esto: para ganar el mundo para Cristo y para ganar almas para Cristo. A fin de hacer esto, tenemos que ser llenos de Cristo, tenemos que recibir luz, tenemos que permanecer en la iglesia y tenemos que ser miembros que ejercen su funcin. Entonces nuestra predicacin ser prevaleciente. sta es la tercera vez que estoy en este pas, y llevo aqu ms de tres aos. Muchos amigos cristianos me dijeron que no debo ni puedo comparar la situacin de aqu en los Estados Unidos con la de Taiwn. En cierto sentido estoy de acuerdo con esto, pero en otro sentido no estoy de acuerdo. Todo depende de cunto la iglesia vive para la predicacin del evangelio y de cunto labora para ello. Si todos los hermanos y hermanas laboramos de esta manera, veremos la diferencia. Hasta ahora no hemos visto hasta alguna diferencia, pero creo que esto es slo un pequeo comienzo. Tenemos que pelear la batalla para crear una atmsfera de evangelio en la iglesia. Debemos dejarle saber a la comunidad que somos un grupo de personas que viven aqu por causa de las almas de los hombres. Les repito una vez ms, que ste es nuestro vivir. ste es el entendimiento bsico en cuanto a la predicacin del evangelio.

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DEBEMOS COORDINAR AL REALIZAR NUESTRA LABOR CON LAS PERSONAS Debemos tener una lista de las personas que estn interesadas en recibir al Seor o que ya decidieron recibir a Cristo. stos son los materiales con los cuales tenemos que trabajar. sta es la oportunidad que tenemos para coordinar juntos de manera prctica, como un equipo de ftbol. Tenemos que laborar con estas queridas personas de forma coordinada. Una hermana joven que est en la escuela puede tener dos o tres compaeras de estudio que desean creer en Cristo. No es suficiente que ella labore sola; esto no sera poderoso ni eficaz. Por consiguiente, ella debe coordinar con una o dos hermanas ms. Entonces, las tres podrn laborar juntas con estas compaeras de estudio, y en un par de semanas todas ellas sern salvas. Y sern salvas por completo, llegando a conocer no slo a Cristo, sino tambin a la iglesia. Al mismo tiempo, estas tres hermanas podrn tener familiares que estn muy abiertos a creer. Sera difcil que ellas laboraran solas para ganar a dichos familiares, as que quizs un hermano podra coordinar con ellas. Si estos cuatro hermanos coordinan juntos, les ser muy fcil ganar a todos esos familiares. Pero a uno mismo le ser muy difcil ganar a sus familiares y amigos, e igualmente, a m me sera muy difcil ganar a mis familiares y amigos por m mismo. No obstante, si los dos coordinamos, nos ser fcil pelear la batalla en el Cuerpo de una manera coordinada. Debemos aprender la leccin de la coordinacin. No debemos ser orgullosos. Ser orgulloso es la manera ms insensata de hacer las cosas. Quizs usted diga: Yo puedo hacerlo todo. No necesito la ayuda de estas hermanitas. Yo me s toda la Biblia, de Gnesis a Apocalipsis, y s cmo salvar almas. Fui entrenado para ello. Sin embargo, si usted pretende jugar ftbol solo, sin un equipo, cmo podr ganar el partido? Por esta razn, necesita coordinar. Aprenda a coordinar con otros. Confe en el Seor y confe en el Cuerpo. Cualquier problema que usted no pueda resolver, trigalo al Cuerpo. Si usted no es capaz de pelear la batalla, pdale a los hermanos y hermanas que vengan y le ayuden. Aprenda a pedir a otros que vengan y coordinen con usted. Entonces ver los resultados. sta es una ley espiritual. Si usted lanza algo al aire, caer de nuevo a causa de la ley de la gravedad. Usted no puede evadir una ley. Si usted le pide a otros que vengan y le ayuden, estar haciendo lo correcto. Intntelo. El enemigo, el diablo y los espritus malignos, conocen el secreto. Ellos no le temen a usted como individuo; no obstante, si llama a uno o a dos hermanos para que lo acompaen, los espritus malignos temern. Laboren siempre de dos en dos, no de uno en uno. Aprendan a coordinar juntos. Dos hermanos pueden encargarse de los archivos de los varones que han sido salvos y dos hermanas pueden encargarse de los archivos de las mujeres salvas. Estos dos hermanos deben ser diligentes. Ellos deben leer y estudiar los archivos con oracin, y conocer la situacin de cada persona. Podran considerar que cierto hermano debera coordinar con el hermano que contact a esa persona nueva. Esto sera de gran ayuda. Entonces dicho hermano podra dar un informe sobre el contacto que tuvo con la persona nueva, y en caso de que haya alguna dificultad, un tercer hermano podra aadirse para fortalecer a los otros dos. As, en lugar de dos,
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estos tres hermanos iran a laborar para ganar a esa persona. Aquellos que coordinen de esta manera estudiarn las situaciones de los nuevos contactos. Entonces podrn llamar a otros hermanos y hermanas para que coordinen con ellos. No digan que no saben cmo hacer esto. Yo s que no saben, pero aprendern hacindolo. Es haciendo las cosas que ustedes aprendern a hacerlas. Sin nunca lo hacen, jams aprendern a hacerlo. Por lo tanto, acepten la tarea y las limitaciones que les han sido dadas. As como el jugador de un equipo no puede decir: No me pasen la pelota, tampoco ustedes pueden decir esto. Ya sea que se sientan listos o no, la pelota vendr a ustedes. As que tienen que jugar, porque todos ustedes estn en la cancha. No digan que estn demasiado ocupados. Aprendan a aceptar la responsabilidad. Entonces, les aseguro que recibirn la bendicin; no slo la bendicin de salvar a otros, sino tambin la bendicin de crecer en la vida divina. PRODUCIR UNA COSECHA AL PREDICAR EL EVANGELIO EN VIRTUD DE LA VIDA DIVINA Los nuevos hermanos que vengan traern ms personas nuevas. La situacin de los miembros que llevan ms tiempo es que ya estn demasiado establecidos. Consideren los rboles frutales. No son las ramas viejas las que llevan fruto sino las nuevas. Es por eso que los agricultores cortan las ramas ms viejas, a fin de que salgan ramas nuevas. Con las ramas nuevas hay ms posibilidades de obtener fruto. Si los nuevos creyentes traen ms personas nuevas, la obra de predicar el evangelio siempre seguir extendindose. Entonces tendremos una granja y un huerto, algo que hemos cultivado y que continuamente dar fruto. Es as, mediante la predicacin del evangelio por parte de toda la iglesia, que las personas sern aadidas. Entonces despus de que sean aadidas, ellas harn lo mismo que nosotros hicimos y de la misma manera. Me siento muy contento por el pequeo comienzo que ya tuvimos. No podra predecir hasta dnde llegaremos, pero un grano vivo de trigo que cae en la tierra se reproduce a treinta, a sesenta y a ciento por uno. As que, despus la segunda cosecha ser ms grande y la tercera ser an mayor. Por un lado, es posible que los hermanos y hermanas encargados le pidan que coordine con otros, pero por otro, no hay necesidad de esperar. No diga que usted no ha sido asignado todava; olvdese de eso. Si usted tiene algunos familiares, puede inmediatamente pedirle a otro hermano que labore con usted para ganarlos. No sea legalista en nada. Slo una cosa debemos tomar de manera legalista, y sa es salvar a las personas. Mientras vivamos aqu por causa del Seor para subyugar al enemigo y saquear sus bienes para el Seor, estaremos haciendo lo correcto, y recibiremos la bendicin. El asunto primordial no es predicar, sino edificar. Con respecto a la predicacin del evangelio lo ms crucial es la edificacin del Cuerpo; y en segundo lugar, la predicacin misma. Es de esta manera que seremos edificados como un edificio y que seremos formados en el Espritu como un ejrcito para pelear la batalla. El Seor nos ha dado un comienzo pequeo pero viviente. Veremos una cosecha tras
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otra; veremos muchas veces cmo se producir el fruto. ste es un asunto de vida; no es simplemente una actividad ni un movimiento. Ms bien, es algo viviente. TOMAR EL PODER DE LO ALTO SOBRE LA BASE DEL CUERPO A fin de prevalecer, cada uno de nosotros debe tratar con el Seor y permitir que el Seor nos corrija. Ustedes deben abrirse completamente al Seor para consagrarse a s mismos una vez ms y para reclamar las riquezas y la plenitud del Seor. Da a da, cada vez que usted tenga contacto con las personas, debe decir: Seor, soy un miembro que est sobre la base firme del Cuerpo. Usted no slo debe reclamar el poder de lo alto, sino que adems debe tomarlo. No slo necesita reclamarlo. Tmelo! Es suyo. Recbalo y comprtalo. Cada da cuando vayan a tener contacto con las personas, hagan esta clase de oracin prevaleciente. No es necesario orar a puerta cerrada; incluso mientras usted va en su auto, puede decir: Seor, salgo como un miembro sobre la base firme del Cuerpo. Tomo el poder de lo alto por la fe. El Seor siempre respaldar la fe. Cuantas menos evidencias tenga y, aun as, crea, ms el Seor lo honrar y respaldar su fe. Usted ver la bendicin del poder en los resultados, e incluso ustedes mismos se sorprendern. Hasta les ser difcil creer lo que ha sucedido. Todos tenemos que aprender a vivir, a laborar y a actuar en fe. Sin embargo, antes de creer, ustedes tienen que ser corregidos. Su conciencia tiene que ser limpiada y purgada. Tienen que tratar con el Seor y permitir que l los discipline. Si hay alguna acusacin en su conciencia, la fe no obrar. Aprendan esta leccin. Pongan todas estas cosas en prctica, y vern los resultados. Esto producir cada vez ms y ms fruto.

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CAPTULO NUEVE COMUNIN EN EL PROGRESO DEL EVANGELIO Lectura bblica: Fil. 1:5-6, 12, 18-20, 27 En las epstolas escritas por el apstol Pablo, nicamente Filipenses habla de una manera particular en cuanto a la predicacin del evangelio. Filipenses 1:5 dice: Por vuestra comunin en el progreso del evangelio, desde el primer da hasta ahora. Pablo empieza este libro con su oracin en la que con gozo da gracias al Seor porque los filipenses participaban en la comunin para el progreso del evangelio. Aqu el apstol us la palabra comunin en lugar de predicacin. Esto es muy significativo. Hablar simplemente de la predicacin del evangelio es ms bien superficial, pero hablar de la comunin en el progreso del evangelio es muy profundo. Es probable que hoy en da los cristianos no tengamos claro lo que significa tener comunin en el progreso del evangelio. Muchos estudiantes de la Biblia reconocen que la iglesia en Filipos era una iglesia que predicaba el evangelio. El apstol Pablo or por ellos para que su comunin en el progreso del evangelio pudiese seguir adelante a fin de llevar a cabo el propsito de Dios. En el versculo 6 l aade: Confiando en esto, que el que comenz en vosotros una buena obra, la perfeccionar hasta el da de Cristo Jess. En esta oracin podemos darnos cuenta de que la intencin de Dios es que una iglesia local participe en la comunin en el progreso del evangelio, no slo por cierto tiempo, sino continuamente hasta el da de Cristo Jess, es decir, hasta que l regrese. Al leer estas palabras tambin percibimos que el apstol senta la carga de que esta comunin no se interrumpiera. Fue por esto que dijo que confiaba que el que haba comenzado en ellos una buena obra, la perfeccionara hasta el da de Cristo Jess. En esto podemos ver que se libra una verdadera batalla. La intencin de Dios es que las iglesias locales participen en la comunin en el progreso del evangelio, pero existe la posibilidad de que esta comunin, que es una buena obra iniciada por el Seor mismo, se interrumpa. Tengo el sentir y la carga de que es correcto aplicar esta palabra a nosotros. Una buena obra ha comenzado entre nosotros, pero existe la posibilidad de que se interrumpa, de que se detenga. Por lo tanto, tenemos que orar para que el Seor siga llevando esta obra adelante hasta el da de Su regreso. Pablo les dijo a los filipenses que sus prisiones tambin contribuan al avance del evangelio. Los versculos 12 y 18 dicen: Ahora bien, quiero que sepis, hermanos, que las cosas que me han sucedido, han redundado ms bien en el avance del evangelio [...] Qu, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o con veracidad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo; s, me gozar an. Incluso el hecho de que l estuviera encarcelado contribua en cierta manera al avance del evangelio. l tambin dijo que mientras estaba encarcelado, senta el deseo, la carga, de magnificar a Cristo. El versculo 20 dice: Conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada ser avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora
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tambin ser magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. Esto indica que la verdadera predicacin del evangelio no consiste simplemente en predicar con palabras, sino en llevar una vida que magnifica a Cristo. Luego al final de este captulo, l nos dice que debemos tener cierta clase de comportamiento, cierta clase de andar y de vivir, que llega a ser el evangelio de Cristo. El versculo 27a dice: Solamente que os comportis como es digno del evangelio de Cristo. Debemos llevar una vida, un hablar y andar que corresponda al evangelio. Entonces, como dice el versculo 27b: Que estis firmes en un mismo espritu, combatiendo unnimes junto con la fe del evangelio. La palabra combatir implica tanto labor como pelea, y la palabra unnimes es tambin muy significativa, pues conlleva el sentido de cooperar y laborar hombro a hombro de manera absoluta, como un solo hombre. Esto requiere que estemos firmes en un solo espritu y que tengamos un mismo pensar. LA PREDICACIN GENUINA DEL EVANGELIO ES UNA COMUNIN Hay un buen nmero de asuntos en estos versculos que siento la carga de pasarles a ustedes para que los pongan en prctica. En primer lugar, debemos aprender que la predicacin del evangelio no debe ser llevada a cabo solamente por individuos; ms bien, debe ser llevada a cabo por el Cuerpo. En el versculo 5 el apstol Pablo usa la palabra comunin, refirindose a la comunin en el progreso del evangelio. Si esto dependiera solamente de individuos, no sera necesario hablar de comunin. El mover de la predicacin del evangelio debe llevarse a cabo en comunin, por cuanto es un asunto del Cuerpo. Juan 15 nos dice que todos los pmpanos llevan fruto (vs. 1-5). Un rbol no solamente tiene una rama, sino muchas y todas ellas llevan fruto al estar en comunin. Es por eso que ms adelante en el mismo captulo el Seor Jess nos dice que tenemos que amarnos unos a otros (vs. 12, 17). Si nos amamos unos a otros, las personas del mundo vern que somos discpulos de Cristo (13:34-35). Si predicamos a Cristo pero no tenemos comunin ni nos amamos unos a otros, nuestro fruto ser muy limitado; es decir, no seremos muy fructferos. Por lo tanto, si deseamos ser fructferos, tenemos que amarnos unos a otros. ste es el testimonio ms fuerte que se les puede dar a los incrdulos. En lo profundo de su ser todas las personas anhelan tener una vida y amor en una mutualidad verdadera. ste deseo por mutualidad est en la naturaleza humana y es algo creado por Dios. Ningn ser humano realmente desea vivir solo. Sin embargo, debido al dao causado por el enemigo, no hay una verdadera mutualidad ni en la humanidad ni en la sociedad humana. No hay mutualidad en vida ni en amor ni en verdad ni en sinceridad. Pero, si nosotros, los hermanos cristianos, vivimos juntos en amor puro y con sinceridad, esto llegar a ser un testimonio muy convincente. Este amor puro y sincero que expresamos en nuestro vivir ser la misma vida de Cristo. Dicho amor es Cristo mismo que se expresa por medio de nosotros. Si vivimos por Cristo, en Cristo, con Cristo y para Cristo, nos
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amaremos unos a otros, y este amor mutuo llegar a ser un testimonio muy convincente. ste es el resultado de la vida interior y el poder para llevar fruto. Si queremos ser prevalecientes y fructferos en la predicacin del evangelio, debemos prestar toda nuestra atencin a la vida del Cuerpo. Cuanto ms vivamos la vida del Cuerpo y cuanto ms tengamos la realidad de la vida del Cuerpo, ms fructferos seremos. Tal vida ser un testimonio muy convincente para nuestros familiares, amigos, compaeros de estudio y vecinos. Al ver ellos el amor mutuo que hay entre nosotros, como hermanos cristianos, esto los impresionar e influenciar. Esto entonces preparar el camino y abrir las puertas para que el Espritu Santo obre en sus corazones. Llevar la verdadera vida del Cuerpo nos ayudar a ser prevalecientes. Creo que precisamente sta es la razn por la cual el apstol Pablo usa la palabra comuninen Filipenses 1:5. Todos los pmpanos llevan fruto juntos, unos con otros. Ningn pmpano lleva fruto de forma individual. Al predicar el evangelio, tenemos que aprender a conocer la vida del Cuerpo. Es mediante esta clase de predicacin que seremos edificados ms y ms. Si sentimos carga por alguno de nuestros vecinos, le pediremos a algunos hermanos que nos ayuden a llevar a este vecino al Seor. Si tenemos carga por algn compaero de clases, le pediremos a otros a que nos ayuden a traer a este compaero al Seor. As pues, no laboraremos nosotros solos, sino que invitaremos a los hermanos a que laboren junto con nosotros en coordinacin. Les repito una vez ms que si tenemos el espritu de la vida del Cuerpo, las personas lo percibirn. Si entre nosotros hay amor, las personas que estn a nuestro alrededor lo percibirn, y ese amor y vivir ser un factor muy poderoso que convencer a los incrdulos a nuestros vecinos y amigos para que abran su espritu al Seor. Necesitamos la vida del Cuerpo, y la mejor forma de edificarnos juntos es que tengamos comunin para el progreso del evangelio. Tal vez nos sea difcil traer a cierto familiar al Seor, pero podemos invitarlo a nuestra casa y esa misma noche invitar a tres o cuatro hermanos y hermanas. Entonces podremos laborar juntos para ganar a este familiar. Sin embargo, esto no debe ser meramente una actividad externa. Si no tenemos el amor mutuo ni tenemos la realidad de la vida del Cuerpo, aun cuando invitemos a tres o cuatro hermanos, lo nico que ellos traern ser frialdad. No traern algo clido, ni habr realidad. Pero si, por otro lado, estamos en la vida del Cuerpo y tenemos la realidad, nada podr esconder dicha realidad. Cuando tres o cuatro hermanos y hermanas vengan a nuestra casa ejerceremos influencia sobre ellos; porque habr algo all que calentar a las personas. Ellas entonces percibirn que entre esos cristianos hay algo muy especial, algo muy atractivo. Debemos tener esta clase de amor. Cuanto ms sigamos adelante en la predicacin del evangelio, ms seremos conjuntamente edificados. Seremos completamente unidos y entrelazados unos con otros. Esto ser un testimonio muy convincente, no slo para los hombres, sino tambin para los principados y potestades en los cielos. Esto los avergonzar. Necesitamos aprender a predicar el evangelio en la comunin para el progreso del
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evangelio en la vida del Cuerpo. Esto tambin ha sido muy descuidado en el cristianismo actual. Muchos cristianos hoy en da creen que predicar el evangelio es algo individual. Algunos diran: Puesto que amo al Seor, predico el evangelio. Eso es suficiente. Esta clase de predicacin en cierta medida podr prevalecer, pero la manera ms prevaleciente y fructfera de laborar en el evangelio es al tener comunin para el progreso del evangelio, es decir, predicar el evangelio por medio de la vida del Cuerpo y en la vida del Cuerpo. Todas las almas, los incrdulos, an continan usurpados por los principados y potestades en los cielos. Estas potestades no estn dispuestos a soltar a nadie, y por lo tanto debemos pelear la batalla, pero no solos, de forma individual, sino guardando la comunin en la vida del Cuerpo. Lo que determinar cun fructfera sea nuestra predicacin ser cunto de la realidad del Cuerpo poseamos. Segn el libro de Filipenses, la predicacin genuina, fructfera y prevaleciente del evangelio es cierta clase de comunin. Tenemos que predicar en el Cuerpo. Si nos encontramos fuera del Cuerpo, no podremos pelear la batalla, debido a que estamos desarmados. Por lo tanto, necesitamos tener al Cuerpo. Intntenlo; entonces comprobarn que es verdad. LA PREDICACIN DEL EVANGELIO CONSISTE EN EXPERIMENTAR A CRISTO Y MAGNIFICARLO Filipenses nos dice el secreto de cmo experimentar a Cristo. Despus del libro de Romanos vienen las dos epstolas a los corintios, y despus de ellas siguen cuatro libros ms: Glatas, Efesios, Filipenses y Colosenses. Estos cuatro breves libros son los ms profundos de toda la Biblia. El pensamiento central de Dios, Su propsito eterno y Su economa se revelan en dichos libros ms que en el resto de los sesenta y seis libros de la Biblia. Colosenses nos dice quin es Cristo, y cuanto Cristo es. Si desean conocer quin es Cristo, tienen que estudiar Colosenses. En relacin con Dios, Cristo es la imagen de Dios. En relacin con la creacin, l es muchas cosas. En relacin con la nueva creacin, l es todos los miembros del Cuerpo. Cristo es muchas cosas; l lo es todo. l es vida para nosotros, nuestra esperanza para el futuro, y el todo y en todos. Glatas nos dice que debemos experimentar a este Cristo todo-inclusivo no slo de forma externa, sino tambin interna. Cristo es revelado en nosotros, Cristo vive en nosotros y Cristo tiene que ser formado en nuestro ser (1:16; 2:20; 4:19). Luego, en Filipenses, Pablo nos dice el secreto de cmo experimentar a este Cristo todo-inclusivo. Finalmente, Efesios habla del Cuerpo, la iglesia. El Cuerpo llega a existir a partir de Cristo y mediante Cristo, quien es la Cabeza. Esto slo puede darse mediante nuestra experiencia interna de Cristo, segn el secreto de experimentar a Cristo. El libro de Filipenses es el nico libro que nos dice cmo experimentar a Cristo. Experimentar a Cristo tiene como objetivo la predicacin del evangelio, y predicar el evangelio es precisamente el resultado de experimentar a Cristo. En otras palabras, predicar el evangelio es expresar a Cristo. Cuando expresamos a Cristo, cuando le hacemos manifiesto en nuestro vivir y cuando Cristo se expresa por medio de nosotros, entonces estamos predicando el evangelio. Considere las ramas
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de un rbol. El fruto que producen las ramas es el resultado de haber experimentado al rbol. Cuando las ramas experimentan la vida del rbol, espontneamente llevan fruto. As pues, llevar fruto es el resultado de la experiencia interna de la vida. Es imposible que una rama experimente la vida del rbol y no lleve fruto. Cuanto ms las ramas experimenten apropiadamente la vida del rbol, ms fruto llevarn. De la misma manera, la predicacin del evangelio es el resultado del Cristo que hemos experimentado. Si experimentamos a Cristo, tendremos un resultado de esta vida, el cual es, la predicacin del evangelio. Pablo y Silas fueron encarcelados en Filipos (Hch. 16:23-25). Los magistrados dieron rdenes al carcelero para que los guardase con seguridad, as que l los puso en el calabozo de ms adentro y les asegur los pies en el cepo. En ese momento Pablo y Silas no predicaron, sino que simplemente fueron llenos de Cristo y llenos del Espritu, y a la medianoche empezaron a cantar himnos de alabanza al Seor. Eso no fue simplemente la predicacin de la palabra, sino que fue la expresin de Cristo, la expresin externa de la vida interior. sta fue una muestra muy patente de la verdadera predicacin del evangelio, y el carcelero, quien custodiaba la crcel, fue salvo. Si comparamos esta historia con lo que est escrito en el libro de Filipenses, entenderemos en qu consiste la predicacin apropiada del evangelio. La predicacin apropiada del evangelio consiste en expresar a Cristo. Supongamos, por otra parte, que estos dos apstoles simplemente pensaran que su nica responsabilidad era predicar el evangelio. Ellos pudieron haber tratado de hacer esto con caras largas, diciendo: Predicamos que Cristo es el Salvador. Usted tiene que creer en l. Si no cree en l, ir al infierno. Esta clase de predicacin no habra sido muy eficaz. Sin embargo, estos dos apstoles no predicaron el evangelio de esta manera. Ellos simplemente experimentaron a Cristo. Ellos estaban llenos de Cristo y, por lo tanto, estaban rebosantes de gozo y de cnticos. Cantar de esta manera es simplemente el resultado del desbordamiento del Cristo que mora en nosotros, es decir, es la manifestacin de Cristo. En ese momento, Dios sacudi la prisin, y el carcelero, quien tambin estaba temblando, pregunt: Seores, qu debo hacer para ser salvo? (v. 30). Entonces l y toda su casa fueron salvos. ste fue el resultado de una predicacin genuina y de una verdadera experiencia de Cristo. Filipenses 1:19 contiene el secreto para experimentar a Cristo: la abundante suministracin del Espritu de Jesucristo. Esto no es simplemente el Espritu de Dios, sino el Espritu de Jesucristo, y este Espritu incluye la abundante suministracin. Estos dos apstoles, Pablo y Silas, vivan en este Espritu y reciban el suministro del Espritu. Por esta razn, sin importar la situacin en que se encontraran, fuera una situacin de vida o de muerte, o una situacin de sufrimientos y de prisiones, ellos magnificaban a Cristo. Predicar el evangelio es magnificar a Cristo. Como hemos visto, esto depende del Cuerpo, pero tambin depende de que magnifiquemos al Seor en nuestra vida. Dondequiera que estemos, ya sea en la escuela o en una tienda, o con nuestros vecinos o nuestros familiares, debemos magnificar a Cristo en nuestra vida. No podemos predicar el evangelio simplemente por medio de nuestras palabras. Tenemos que predicar el
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evangelio magnificando a Cristo. Necesitamos experimentar a Cristo en nuestro interior y aprender el secreto de cmo experimentar a Cristo; entonces Cristo se desbordar de nosotros. Este desbordamiento, ser la verdadera predicacin del evangelio, y esto ministrar Cristo a otros. NUESTRA PREDICACIN REQUIERE PACIENCIA Y PERSEVERANCIA No podemos conducir a nadie al Seor simplemente teniendo buena suerte. Ms bien, la obra de predicar el evangelio a fin de conducir a las personas al Seor es algo que requiere mucha paciencia de nuestra parte. Debemos aprender a Cristo como nuestra paciencia para pelear continuamente la batalla de predicar el evangelio. La verdadera predicacin es una batalla. No debemos pensar que podemos llevar el evangelio a las personas tan fcilmente. El apstol Pablo us la frase combatiendo unnimes (v. 27), lo cual indica que necesitamos paciencia y perseverancia. George Mller or para que cierta persona fuese salva, pero dicha persona no fue salva durante la vida de Mller; fue slo hasta despus de su muerte que fue salva. No es una tarea fcil ni rpida el conducir a ciertas personas al Seor; esto es algo que requiere una verdadera lucha. Todos tenemos que aprender esta leccin. Con respecto a la predicacin del evangelio no podemos hacer una labor rpida. Predicar el evangelio es obtener una cosecha, y no podemos obtener una cosecha rpidamente. Por lo tanto, tenemos que aprender a ser pacientes. Yo fui salvo de esta manera. Un hermano en el Seor labor por mucho tiempo para ganarme. Durante cierto tiempo pareca que no haba ningn resultado. Yo estaba muy endurecido de corazn, y haba decidido no prestar atencin a lo que ese hermano me dijera. Creo que l se senta ms o menos desanimado, y hubo un momento en que dej de visitarme. Sin embargo, un da, despus de que haba dejado de venir, aunque no s por qu razn lo hice decid asistir a una reunin cristiana. se fue el resultado de la obra que ese hermano estuvo haciendo por mucho tiempo. As que, todos tenemos que tener paciencia en esta labor. Puesto que somos miembros de una iglesia local, todos debemos llevar una vida en la que predicamos el evangelio. Al predicar el evangelio no debemos esperar hacer las cosas de una manera rpida; ms bien, tenemos que laborar. Si todos laborramos por cierto periodo de tiempo, quizs durante dos o tres aos, las puertas se nos abriran de par en par. Esto es semejante a un negocio en el que tenemos que ganarnos la confianza de la gente. Yo vi esto y cmo aconteci. En el norte de China, en mi ciudad natal, pas ms de ocho aos tratando de ganarme la confianza de las personas para el evangelio. En los primeros ocho aos, de 1932 a 1940, nunca llegamos a bautizar a ms de cuarenta personas a la vez. Durante esos ocho aos hubo una verdadera lucha, pero por la misericordia del Seor, los hermanos hicieron todo lo posible por continuar predicando incesantemente. Entonces, en 1940 los resultados explotaron. A partir de entonces, siempre bautizbamos a cien o doscientas personas a la vez. Encontramos puertas abiertas en todo lugar, en los hogares, en las fbricas, en los hospitales y en las escuelas, y el evangelio fue muy prevaleciente.
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En Taiwn estuvimos predicando el evangelio de esta manera por lo menos durante dos aos. Para entonces habamos aprendido un poco ms, y tambin, un grupo de personas adiestradas vinieron de la China continental para llevar a cabo esta labor. sta es la razn por la cual la obra que se empez all avanz tan rpidamente. Finalmente, las puertas nos fueron abiertas. Ahora apenas estamos comenzando en este pas. Por un lado, necesitamos ms tiempo para ser adiestrados y, por otro, necesitamos tiempo para ganarnos la confianza de la gente. No podemos sembrar una semilla esta noche y esperar obtener una cosecha al da siguiente. Es as como crecen los hongos. Los hongos no son una especie de vida apropiada; hasta son perjudiciales para la vida genuina. Un rbol lleva fruto a su tiempo; as que tenemos que aprender a ser pacientes y a perseverar. Es posible que los vecinos, familiares, colegas y compaeros de estudio a quienes hemos procurado ganar para el Seor no sean salvos este ao. Puede ser que algunos de ellos sean salvos este mes, mientras que otros no lo sean sino hasta despus de cinco aos. No sabemos cundo sern salvos; eso slo el Seor lo sabe. No puedo explicarles por qu sucede as, pero es un hecho. Algunos son salvos muy rpidamente, mientras que otros tardan ms tiempo. No debemos preocuparnos por eso, sino que simplemente debemos ir y creer que gradualmente traeremos algn fruto a la iglesia. Por esta razn, necesitamos paciencia. NUESTRA PREDICACIN REQUIERE MUCHA ORACIN Esto verdaderamente pondr a prueba nuestra vida de oracin. No piensen que salvar un alma es una tarea fcil; requiere de cierta clase de oracin. Cuando hayamos orado mucho por cierta persona, ella ser salva. Podemos comparar esto a una balanza. La persona se encuentra en un extremo de la balanza y nuestra oracin en el otro extremo. Cuanto ms oremos, ms peso aadiremos, y entonces el peso de las oraciones igualar el peso de la persona, y entonces ella ser salva. En lo que se refiere a la predicacin del evangelio no existe la suerte. No podemos esperar que las cosas ocurran por suerte; ms bien, debemos dedicar mucho tiempo para orar, para arrodillarnos delante del Seor por alguna necesidad. Esto es una verdadera prueba. NUNCA DEBEMOS TRATAR DE DETERMINAR CULES SERN LOS RESULTADOS DE NUESTRA PREDICACIN Nadie puede determinar cules sern los resultados de nuestra predicacin del evangelio. Los hermanos y hermanas que a travs de los siglos laboraron mucho en la predicacin del evangelio con el tiempo aprendieron una leccin. Al principio, trataban de determinar, calcular, cules seran los resultados de su obra, pero despus de avanzar en el Seor durante veinte, treinta o cuarenta aos, llegaron al punto en que dejaron de hacer clculos. Esto se debe a que los resultados de nuestra obra nunca son claros para nosotros. Hablando con propiedad, jams podremos saber los resultados de nuestra obra. En nuestra obra de predicacin del evangelio, puede ser que laboremos diligentemente para ganar a seis incrdulos
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para el Seor. Pero finalmente, tres son salvos, mientras que los otros tres siguen en su obstinacin. Es posible que al ver que no podemos hacer nada con los que siguen obstinados nos sintamos desanimados. Pareciera que los tres primeros son maravillosos, pero sa es su condicin hoy; es posible que quince aos ms tarde todos ellos se descarren. Sin embargo, del segundo grupo de tres, uno podra llegar a ser un apstol, y dos podran llegar a ser dos ancianos muy tiles. Si les preguntramos cmo fueron salvos, probablemente diran: La primera vez que escuchamos el evangelio fue hace quince aos. En esa poca hubo algo que me llam mucho la atencin, pero era muy testarudo. Sin embargo, la sensacin que tuve en aquella poca permaneci conmigo y, despus de muchos aos, fui salvo. De seis personas que son salvas, es posible que dos sean espiritualmente dbiles, y cuatro fuertes. Sin embargo, despus de slo unos aos, es posible que los cuatro que eran fuertes lleguen a causar muchos problemas en la iglesia, y que los dbiles lleguen a ser muy vivientes con un profundo entendimiento en los asuntos espirituales. Si conociramos estas historias, nunca trataramos de determinar cul ser el resultado de nuestra obra. Nuestra responsabilidad es simplemente laborar y orar. En cuanto al resultado, debemos dejarlo todo en las manos del Seor y darle tiempo a las cosas. Nunca podr olvidar lo que C. H. Macintosh dijo: nicamente el da en que estemos en la presencia del Seor sabremos cul fue el resultado de nuestra obra. La verdadera manera de laborar simplemente consiste en cumplir con nuestra responsabilidad. Nunca trate de anticipar cul ser el resultado. Si hace esto, se desanimar o se volver orgulloso. Por consiguiente, aprendamos la leccin de tener comunin con el Seor, de laborar para l y de laborar en l. Esto ser suficiente. ESTAR EN UN MISMO ESPRITU Y PERMANECER UNNIMES Debemos siempre aprender a estar en un mismo espritu y a permanecer unnimes con los hermanos y hermanas. Ser unnimes, estar unidos en el alma, y ser del mismo nimo son frases que se repiten varias veces en Filipenses (1:27; 2:2, 20). El captulo 4 habla de dos hermanas, Evodia y Sntique, las cuales aunque eran muy buenas, tenan un problema: no eran uno en espritu ni tenan un mismo sentir. Fue por esto que Pablo las exhort a que tuvieran un mismo sentir en el Seor (v. 2). Filipenses es un libro sobre la experiencia de Cristo, y junto con la experiencia de Cristo est la predicacin del evangelio. Este libro nos dice claramente que la predicacin del evangelio es un asunto de comunin. En la comunin lo ms necesario es estar en armona. Usted jams podr tocar una meloda agradable en el piano si las teclas no estn en armona. A fin de laborar juntos hombro a hombro debemos estar en armona. Es posible que alguien sea un beisbolista extraordinario; no obstante, ser intil a menos que permanezca en armona con su equipo; podra incluso perjudicar a su equipo.

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De manera que la verdadera armona es necesaria, especialmente cuando se trata de predicar el evangelio. Cuanto ms tierno y delicado sea algo, mayor ser la necesidad de estar en armona. As que especialmente necesitamos estar en armona en lo relacionado con el espritu, ya que el espritu es muy tierno y delicado. La vida de iglesia, la vida del Cuerpo, es algo en el espritu. No debemos pensar que predicar el evangelio es simplemente cierta actividad que realizamos de una manera tosca y burda. No podemos predicar el evangelio de esta manera; en vez de ello, debemos entender que predicar el evangelio es algo que depende de que estemos en nuestro espritu. Por consiguiente, es imprescindible que tengamos una armona tierna, no slo estando en un mismo espritu, sino tambin teniendo un mismo parecer y permaneciendo unnimes. Muchas personas han sido tradas al Seor por cierto hermano. Dicho hermano no es elocuente, pero muchas personas han sido salvas por medio de l. La caracterstica especial de este hermano es que siempre guarda la armona. l abre su casa e invita a las personas, pero despus, en lugar de hablar la palabra l mismo, invita a otros hermanos para que la compartan. Cunta armona, mansedumbre y humildad percibimos en su espritu! Esto prepara el camino para que el Espritu pueda convencer a las personas. Si entre nosotros no hay armona, si no hay ternura ni humildad, no debemos esperar que las personas sean salvas. Simplemente apagaremos al Espritu que salva. Conoc un grupo de hermanos que se reunan juntos. No eran muy hbiles para predicar, pero exhiban una armona en la que haba ternura y humildad. Ellos no predicaban mucho el evangelio, ni siquiera hablaban mucho, pero las personas eran salvas por medio de ellos. La predicacin del evangelio es algo que depende absolutamente de nuestro espritu, no de nuestra capacidad intelectual ni de nuestros buenos argumentos. Por esta razn, necesitamos la armona. Todos los asuntos que hemos mencionado anteriormente requieren que verdaderamente los pongamos en prctica. No podemos esperar recibir algo que slo provenga de nuestra imaginacin. No podemos esperar que hoy haremos algo que resultar muy exitoso, y que al da siguiente podremos dejar de hacerlo y olvidarnos de ello. La predicacin del evangelio es algo que debemos practicar por el resto de nuestra vida. Lo que el apstol dijo en su oracin es que el que comenz en nosotros una buena obra, la perfeccionar hasta el da de Cristo Jess (1:6). Por consiguiente, tenemos que seguir avanzando. Debemos orar pidiendo que la buena obra que el Seor comenz y ha establecido entre nosotros pueda seguir avanzando, y que todos podamos aprender las lecciones. No slo debemos predicar el evangelio para salvar a otros, para ganar almas para el Seor, sino que adems nosotros mismos debemos aprender las lecciones. Entonces seremos edificados juntos por medio de la propagacin del evangelio.

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CAPTULO DIEZ PREDICAR EL EVANGELIO EN EL PRINCIPIO DE LA VIDA Lectura bblica: Mt. 24:14; 28:19-20; Hch. 1:8; 2 Co. 12:15 Mateo 24:14 dice: Y ser predicado este evangelio del reino en toda la tierra habitada, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendr el fin. Los versculos 19 y 20 del captulo 28 dicen: Por tanto, id, y haced discpulos a todas las naciones, bautizndolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espritu Santo; ensendoles que guarden todo cuanto os he mandado; y he aqu, Yo estoy con vosotros todos los das, hasta la consumacin del siglo. Hechos 1:8 dice: Pero recibiris poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espritu Santo, y seris Mis testigos en Jerusaln, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo ltimo de la tierra. Este versculo nos habla de testigos no de predicadores. Los cristianos tenemos que comprender que la predicacin del evangelio no debe ser una actividad ni un movimiento; antes bien, debe ser una parte, un aspecto o un elemento de nuestra vida cristiana. Despus de que somos salvos, el Seor nos deja en la tierra principalmente con el propsito de que seamos Sus testigos. Sin embargo, la palabra testigo en griego tiene un significado ms profundo de lo que nosotros entendemos. La palabra testigo en griego significa mrtir. No est solamente relacionado con el hecho de predicar, sino con el hecho de testificar, no simplemente con palabras, sino con nuestra vida, con nuestro vivir, y aun con el sacrificio de nuestras vidas. Debemos dar testimonio del Seor Jess a costa de un precio, aun el sacrificio de nuestra propia vida. Debido al ambiente particular en que crecimos, unos ms que otros, tenemos un concepto bastante errado en cuanto a la predicacin del evangelio. Es posible que pensemos que predicar el evangelio es simplemente una clase de obra, actividad o movimiento. No obstante, la verdadera predicacin del evangelio debe ser parte de nuestra vida diaria, de nuestra vida cristiana. Estamos aqu por causa de esto, y nuestro vivir es lo que predicamos. Predicamos no slo con palabras, sino con nuestro vivir. Ms an, predicamos no de una manera frvola y barata como si ello no nos costara nada, sino a un costo, aun si ello nos costara nuestra propia vida. Tenemos que estar dispuestos a sacrificar nuestra vida a fin de dar testimonio de Cristo a los dems. Es por ello que en Hechos dice que quienes predican el evangelio son los mrtires del Seor. Tenemos que ser mrtires por causa del Seor. El apstol Pablo les dijo a los corintios que estaba dispuesto a gastar de lo suyo y tambin a gastarse del todo l mismo por amor a ellos; en otras palabras, estaba dispuesto a gastar todo lo que tena y todo lo que era (2 Co. 12:15). Eso significa que l estaba dispuesto a sacrificar su propia vida, a pagar el precio de entregar su propia vida. Le pedimos al Seor que nuestro concepto pueda cambiar. No consideren que sta es una obra, un movimiento o una actividad. Tenemos que comprender que ste es un asunto relacionado con la vida, que es un aspecto de

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nuestra vida cristiana. Nosotros vivimos por esto, y nuestro vivir es nuestra predicacin. TESTIFICAR POR EL SEOR EST RELACIONADO CON LA VIDA, NO CON LOS MILAGROS Cuando somos indiferentes a la predicacin del evangelio, lo predicamos de cualquier manera. Sin embargo, una vez que el Seor nos despierta y nos hace ver la importancia de este asunto, empiezan a surgir en nosotros ideas muy extraas. Pensamos que el evangelio debiera ser predicado de una manera poderosa y milagrosa. Pero no es as. Testificar y dar testimonio acerca del Seor es algo relacionado con la vida. Cualquier cosa que sea milagrosa no es normal. Tampoco dira que es anormal, pero s que es extrao y especial. Lo normal es que nosotros vivimos para el evangelio, y la propagacin del evangelio es lo ms importante en nuestro vivir. Muchos cristianos escogen versculos de la Palabra que hablan acerca de predicar el evangelio de una manera poderosa. Sin duda alguna, encontramos tales versculos en la Palabra, pero si tenemos una perspectiva apropiada y equilibrada al examinar la Palabra, veremos que lo ms importante es el testimonio de nuestra vida. Acaso es algo milagroso que los pmpanos de una vid lleven fruto? Algunos preferiran hablar de la predicacin en el libro de Hechos, pero yo los remitira al Evangelio de Juan. Creen ustedes ms en los milagros o en la vida? Viven ustedes ms por las medicinas que toman o por los alimentos que ingieren? La medicina es muy til y muchas veces la necesitamos. Sin embargo, la medicina slo sirve para curar. El fruto que producen los pmpanos es el desbordamiento, el rebosar de la vida interior. Nosotros simplemente permanecemos en el Seor y permitimos que l permanezca en nosotros, y tambin nos deshacemos de todo lo que estorba la vida divina y de todo lo que interrumpa nuestra comunin con el Seor, de esta manera preparamos el camino para que el Seor se exprese en nuestro vivir por medio de nosotros. sta es la verdadera manera de llevar fruto. Puede ser que nos guste seguir por el camino fcil, el camino de los milagros; tal vez quisiramos acostarnos una noche y al da siguiente encontrar mucho fruto. Pero eso es slo un sueo. Observen lo que sucede en los huertos. En cualquier huerto los rboles crecen y el labrador trabaja. l riega y cuida las plantas, y ellas crecen. Luego, poco a poco y a su debido tiempo, dan fruto. En un huerto no vemos nada milagroso. La iglesia es un huerto. Por consiguiente, no debemos soar con que de repente llevaremos fruto. Alguien podra preguntar: Y qu nos dice del Da de Pentecosts?. Pentecosts fue el resultado de la obra y labor que el Seor Jess estuvo realizando por tres aos y medio. Tambin fue el resultado de que los ciento veinte dejaran su pas, sus familias y todo. Ellos permanecieron en Jerusaln aun a costa de sus propias vidas, sin importarles las amenazas que haban recibido, y oraron por diez das. Ha pagado usted el precio? Si no ha pagado ningn precio, cmo puede reclamar el
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poder de Pentecosts? Pentecosts fue la cosecha de la labor que estuvo realizando el Seor Jess por muchos aos. Cunto ha laborado usted? No puede simplemente soar; usted tiene que dejar a un lado todos sus sueos. Hermanos, seamos normales. Tenemos que saber cul es nuestro deber, nuestra responsabilidad y la labor que debemos realizar. Tenemos que laborar, tenemos que orar, tenemos que gastar todo lo que tenemos y estar dispuestos a gastarnos a nosotros mismos en todo lo que somos. Debemos tomar esto como una verdadera carga, no como un sueo. PREDICAR EVANGELIO ES ALGO QUE HACEMOS POR EL RESTO DE NUESTRA VIDA, EN LA CUAL VIVIMOS Y LABORAMOS EN EL SEOR Aprendamos a tener comunin con el Seor y a vivir en l, por l y con l. Aprendamos a andar en la presencia del Seor. De este modo, si deseamos cooperar con el Seor, l abrir el camino. l preparar el camino para que nosotros tengamos contacto con nuestros vecinos, compaeros de escuela, compaeros de clase y familiares. Por medio de esto, llevaremos a muchas personas al Seor, y por medio de esto, llevaremos verdadero fruto. Les repito nuevamente que esto no es una obra, un movimiento ni una actividad, sino ms bien, el vivir cristiano; y puesto que se trata de un vivir, debe ser normal. La vida que una persona lleva no es milagrosa. Nosotros debemos vivir de una manera normal. Han habido muchas ocasiones en las que el Seor ha hecho autnticos milagros en la iglesia; no me cabe duda de eso. Yo mismo vi cosas como stas, pero no ocurrieron la mayor parte del tiempo. La mayora de las veces el evangelio era algo normal. Nosotros vivimos para Cristo, y andamos con l. Nos reunimos juntos, oramos, y declaramos y proclamamos la victoria del Seor. Es de este modo que el Seor preparar el camino y abrir las puertas para que traigamos a las personas a la iglesia. Esto es algo que debemos hacer durante toda nuestra vida, lo tenemos que hacer por largo tiempo. No debemos simplemente soar con estas cosas. En Mateo 28:19 el Seor se refiri a la predicacin del evangelio cuando dijo: Haced discpulos a todas las naciones. Adems, el apstol Pablo dijo que cuando l predicaba el evangelio, sufra dolores de parto (G. 4:19). La labor de parto tiene como fin dar a luz a un hijo. Todas las madres saben cunto se gastan ellas mismas cuando dan a luz a sus hijos. Por lo tanto, tenemos que gastar lo nuestro y tambin tenemos que gastarnos a nosotros mismos. No solamente debemos predicar el evangelio, sino tambin vivir por causa del evangelio. sta es nuestra vida y ste es nuestro vivir. A fin de predicar el evangelio a largo plazo, tenemos que hacerlo como algo normal. Todo lo que es normal es duradero, pero nada milagroso puede durar mucho. Nunca podemos vivir de una forma milagrosa; tenemos que vivir de una manera normal. No estoy diciendo que debamos oponernos a los milagros; en realidad, ellos no dependen ni de usted ni de m. Los milagros estn en las manos del Seor. Nuestro deber y nuestra responsabilidad debe ser algo normal. Puesto que estamos

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aqu para la predicacin del evangelio, es necesario tener un vivir que sea para el evangelio. PREDICAR EL EVANGELIO EXIGE QUE DEMOS UN TESTIMONIO REAL Y PRCTICO EN NUESTRA VIDA DIARIA Esto exige que seamos vencedores; nos exige llevar verdaderamente la vida de un vencedor. La vida que llevamos debe ser una vida victoriosa y vencedora. Esto se aplica especialmente a este pas. ste no es un pas pagano. Aunque hay un buen nmero de personas que an no han sido salvas, casi todas han escuchado algo del evangelio. Por lo tanto, en este pas existe una mayor necesidad de que demos testimonio en nuestra vida diaria, que demos testimonio en la manera en que vivimos. Debemos tener un testimonio real y prctico en nuestra vida cotidiana. Por ejemplo, si alguien es un profesor, l debe ser diferente de los dems profesores. En la oficina, si somos un trabajador o un empleado, tenemos que ser diferentes de los dems, no en un sentido negativo sino en un sentido muy positivo. Adems, tenemos que gastar algo y tambin gastarnos a nosotros mismos. No debemos predicar el evangelio de una manera superficial ni tampoco soar con que recibiremos un poder especial para traer a muchas personas al Seor. Como nos lo muestra la historia, el mayor porcentaje de las personas han sido salvas por medio de un testimonio apropiado y no por medio de lo que llamamos el camino de los milagros. Yo no vine al Seor por medio de los milagros. Por otra parte, s vi a muchas personas que fueron conducidas al Seor por medio de los milagros, pero lamentablemente no muchas de ellas continan firmes. Los que continan firmes y crecen en la vida divina son principalmente aquellos que son conducidos al Seor por medio del testimonio que ven en las vidas de los creyentes. En toda mi vida cristiana no he llegado a conocer a muchas personas que habiendo sido salvas por medio de los milagros, an continen firmes y que sigan creciendo adecuadamente. S, hay unas cuantas, pero son muy pocas. Sin embargo, podra contarles de muchas otras que permanecen firmes en el Seor y estn creciendo adecuadamente. Por medio de qu fueron salvas? Por medio de un testimonio de vida. Todos tenemos que comprender que la predicacin del evangelio debe ser parte de nuestra vida. EL EVANGELIO COMO PARTE DE NUESTRA VIDA DIARIA ES UNA DE LAS COSAS QUE EL SEOR HA RECOBRADO Creo que entre nosotros el Seor recobrar principalmente cuatro cosas. En primer lugar, debemos aprender a experimentar a Cristo en el espritu de una manera viviente. ste es el asunto bsico, el fundamento. Es preciso que conozcamos a Cristo no simplemente a travs de las enseanzas o de los dones, sino conforme a la vida, es decir, conforme a la vida interior y tambin conforme a la vida diaria que llevamos en el espritu. En segundo lugar, debemos conocer el terreno apropiado de la unidad del Cuerpo. Debemos siempre guardar la unidad y no hacer nada de una manera que pueda causar divisiones. Adondequiera que vayamos y
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dondequiera que estemos, debemos guardar el terreno nico de la unidad. De esta manera, podremos llevar a cabo el propsito eterno de Dios, reunindonos para tener una expresin local del Cristo que experimentamos. En tercer lugar, cada vez que nos reunamos en el terreno de la iglesia local, debemos ejercer nuestra funcin en las reuniones de una manera viviente, rica y adecuada, a fin de expresar a Cristo. A fin de expresar a Cristo en las reuniones de la iglesia, los santos deben exhibir las riquezas de Cristo. En cuarto lugar, debemos propagar el evangelio por medio de nuestra vida diaria. Estos cuatro asuntos: conocer a Cristo como nuestra vida, reunirnos como una expresin local para exhibir a Cristo, ejercer nuestra funcin ricamente en las reuniones y alcanzar a otros para introducirlos en el testimonio del Seor, son los asuntos principales en el recobro del testimonio del Seor. EL EVANGELIO DEBE SER PREDICADO DE UNA MANERA NORMAL, Y NO PRINCIPALMENTE MEDIANTE LAS REUNIONES DEL EVANGELIO Debemos comprender que la predicacin del evangelio no es una especie de movimiento entre nosotros, sino que forma parte de nuestra vida diaria. Por lo tanto, todos tenemos que vivir para esto y trabajar y laborar para esto cada da. Con el fin de ayudarnos, a veces necesitaremos una reunin en la que sea predicado el evangelio, pero no debemos confiar mucho en dicha reunin. Esto es slo una pequea parte de nuestra predicacin del evangelio. La predicacin del evangelio principalmente se lleva a cabo en nuestra vida diaria. Aun cuando no celebremos una reunin para el evangelio, despus de uno o dos meses todava podremos bautizar a algunos nuevos creyentes. Esto es normal. No debemos seguir el camino del cristianismo de hoy, segn el cual se celebra una campaa y luego se bautiza a las personas. Eso no es normal. La manera normal consiste en que simplemente vivamos en esta ciudad en Cristo, con Cristo y por medio de Cristo. Nos reunimos para expresar a Cristo y servirnos a Cristo unos a otros. Entonces daremos testimonio a los incrdulos, y ganaremos a algunos. Sin necesidad de celebrar una reunin para el evangelio, los nuevos convertidos sern bautizados en el Cuerpo una y otra vez. sta es la manera normal en que la iglesia predica el evangelio. No quiero decir con esto que nunca necesitemos celebrar una reunin para predicar el evangelio; lo que s deseo recalcar es la manera normal de hacerlo, porque la forma en que tradicionalmente se ha hecho no tiene una duracin larga. No podemos tener una vida larga y saludable tomando medicina. nicamente podemos tener una vida larga y saludable ingiriendo alimentos buenos y normales. Nuestra predicacin perdurar solamente si lo hacemos de la manera normal.

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NECESITAMOS REALIZAR UNA OBRA PARTICULAR PARA EL EVANGELIO, UNA OBRA QUE EST BASADA EN NUESTRA VIDA Y TESTIMONIO La predicacin apropiada del evangelio primeramente depende de nuestro testimonio. Si los hermanos y hermanas no tenemos un testimonio apropiado en nuestra vida diaria, nuestra predicacin ser deficiente. Nunca ser eficaz debido a que no podremos ganarnos la confianza de las personas. Pero si todos vivimos en Cristo y tenemos un testimonio real en nuestra vida diaria, nos ganaremos la confianza de nuestros vecinos, compaeros de oficina, compaeros de estudio y familiares. Este testimonio preparar el camino y proveer una base para el evangelio. Luego, una vez que tengamos esta base mediante nuestro testimonio viviente exhibido en nuestra vida diaria, tenemos que laborar. As pues, primero necesitamos tener la vida, y luego debemos laborar basados en la vida. En todo huerto hay vida. El crecimiento de las plantas es algo que est relacionado con la vida. Sin embargo, tambin debemos laborar, y cuanto ms, mejor. Dos hermanos pueden laborar con algunas hermanas, reunindose para orar, tener comunin y decidir cules son los pasos principales que hay que dar para cuidar de las personas nuevas. El primer paso podra ser determinar si ellos han credo en el Seor Jess con arrepentimiento y confesin. Debemos orar por alguien especficamente por esto, y despus podemos ir a visitarlo. Si nos enteramos de que l no ha credo verdaderamente, tenemos que hacer algo para ayudarlo a creer. Asimismo, si descubrimos que l no experiment un verdadero arrepentimiento ni hizo confesin, debemos explicarle lo que significa arrepentirse y confesar, y ayudarle a entender cmo arrepentirse y confesar. Para ello es necesario que sepamos laborar, de la misma manera en que los carpinteros aprenden a fabricar muebles a partir de la materia prima. De lo contrario, haremos las cosas nicamente de una manera muy vaga y general. ste es un asunto para toda la vida, algo que tenemos que hacer a largo plazo, y todos debemos aprender a hacerlo bien. En segundo lugar, tal vez necesitemos saber si las personas nuevas tienen claro lo que es la salvacin. Un tercer paso es averiguar si ellos estn listos y dispuestos a hacerse bautizar, y luego saber si ellos tienen claridad con respecto a la vida de iglesia. Si coordinamos juntos de esta manera, nos ayudaremos mutuamente unos a otros. Debemos dedicar no ms de una semana como fecha lmite para cada uno de estos pasos. Luego, despus de tres o cuatro semanas de tener contacto con las personas de esta manera, sabremos claramente cul es su condicin. Ahora bien, debemos ser flexibles al respecto; esto es simplemente un ejemplo que les doy con algunos principios. Sin embargo, s debemos ser legalistas o estrictos con respecto a ciertos asuntos. Por ejemplo, cada da, todos tenemos que dormir una vez y comer al menos tres veces. Si al respecto no somos un poco legalistas, no podremos llevar una vida apropiada. Por lo tanto, todos ahora estamos sujetos a un entrenamiento, y estamos aprendiendo; todos tenemos que aprender no slo a predicar el evangelio, sino tambin a ser edificados. Debido a ello, necesitamos mucha coordinacin. En el pasado aprendimos que para coordinar debidamente, se
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necesita que ciertos hermanos se encarguen de asignarles algo a otros. Es mediante esta coordinacin que la obra avanza. Esto requiere mucho ejercicio de nuestra parte y que seamos entrenados al poner las cosas en prctica. Hacer todo esto no es demasiado gravoso. Esto es algo en lo cual debemos laborar. Por un lado, no debemos olvidarnos que predicar el evangelio es toda una labor de parto a fin de darles un nuevo nacimiento a las personas. Debemos laborar para este fin. Por otro lado, predicar el evangelio es discipular a las personas, es hacer de las personas discpulos del Seor. A fin de llevar a cabo esta clase de educacin tenemos que laborar de cierta manera. Ciertamente confiamos en la obra que realiza el Espritu Santo; de ello no hay ninguna duda. Sin embargo, el principio que opera hoy en da es que sin la cooperacin humana, incluso el Espritu Santo no podr lograr mucho. La obra del Espritu requiere y depende de nuestra cooperacin. Cuanto ms cooperemos con el Espritu, ms obrar el Espritu, y cuanto mejor cooperemos con el Espritu, mejor ser la obra que el Espritu har. Por lo tanto, debemos brindarle al Espritu Santo una adecuada y mejor cooperacin. Algunas veces, despus de contactar a alguien, podemos encontrarnos con ciertos problemas. Tal vez haya algunos problemas que sean difciles de resolver, y posiblemente no podamos resolverlos. As que, en coordinacin, podemos determinar qu hermanos pueden encargarse de este asunto. Es posible que algunos hermanos tengan ms experiencia y puedan brindarle ayuda a esta persona. Puede ser que sintamos que cierto hermano no es la persona adecuada, y escojamos a dos hermanos para que ayuden con estos problemas. Es de esta manera que debe operar toda esta maquinaria. Es as como muchos hermanos deben coordinar, y es as como podemos ahorrar tiempo y laborar eficazmente. Sin embargo, si la mquina se va a parar o va a seguir funcionando, depender de cmo la operemos. NUESTRA LABOR NO ES UNA CARGA PESADA, SINO NUESTRO DEBER NORMAL Tenemos limitaciones de tiempo porque no somos obreros que sirven a tiempo completo en el evangelio. Sin embargo, si nos ejercitamos para encontrar la mejor manera de hacer las cosas, podremos mejorar nuestro mtodo. Espero que todos aprendamos a hacer las cosas de la mejor manera, para que no nos sintamos sobrecargados con la obra, sino que trabajemos como nuestro deber. Todos debemos aprender. Estamos aqu por causa del evangelio. Aun si no tenemos tiempo para hacerlo todos los das, podemos separar un tiempo al menos una vez por semana para la obra del evangelio. Si usted hace un poco, si yo hago tambin un poco, y cada miembro de la iglesia hace su poco, al juntar todas estas pequeas porciones el resultado ser algo significativo. Adems, debemos hacer esto a largo plazo, y no slo una vez en la vida ni una vez al ao, sino como un deber que hacemos de forma regular.

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Si esta responsabilidad es demasiado gravosa para unos pocos hermanos, entonces en comunin, ms hermanos pueden aadirse para ayudar. Todas las cosas pueden hacerse de una manera muy flexible. Si hay treinta y cinco personas nuevas, los hermanos y hermanas pueden dividirse en dos grupos; un grupo puede dedicarse a diecisiete personas, y el otro grupo a las otras dieciocho. El yugo del Seor no es gravoso y Su carga no es pesada. El Seor no tiene la intencin de sobrecargarnos con trabajo. De todos modos, debemos pedirle al Seor que nos d paciencia para que podamos aprender estas cosas. La vida apropiada de iglesia es exactamente igual a la vida familiar. No podemos hacer que la familia crezca de una manera milagrosa o extraordinaria; ms bien, la hacemos crecer de una manera muy normal y ordinaria. Esto requiere de nuestro tiempo. Se requieren por lo menos veinte aos para que nuestros hijos crezcan y se conviertan en personas adultas. Sucede lo mismo con respecto a la vida de iglesia. Aun si hoy nos sucedieran algunos milagros en el evangelio, yo preferira no prestarles mucha atencin. Los hermanos que estuvieron conmigo en Taiwn pueden testificar que varias veces despus de que regresaba all, les echaba agua fra a su obra si sta era realizada de una manera extraordinaria y milagrosa. Esto se debe a que conozco el peligro de laborar de esta manera. Si usted manejara su auto a ciento treinta kilmetros por hora, yo le pedira que disminuyera la velocidad. Es mejor conducir a cincuenta o sesenta kilmetros por hora de una manera normal. Hace poco el hijo de un colaborador de Taiwn nos escribi para contarnos de los muchos milagros y sanidades que estaban ocurriendo all. l incluso puso las manos sobre algunas personas, y ellas fueron sanadas. Cuando le esto, sent que deba escribir algo para apagar un poco ese fuego. Mi deseo es ayudar a las personas a alimentarse de la manera apropiada, de una manera diaria y normal. No coman alimentos extraos ni especiales. Simplemente coman alimentos normales; de ese modo, su familia se mantendr saludable. Queridos hermanos, les ruego por la misericordia del Seor y por Su gracia que aprendan a tener un poco de paciencia y avancen de una manera normal. No esperen grandes resultados; simplemente avancen poco a poco. De este modo, a largo plazo vern los resultados. Mi intencin no es sobrecargarlos; lo nico que deseo es ver que todos ustedes aprendan a servir al Seor de una manera apropiada, normal, segn el principio de la vida. Estamos aqu por causa del evangelio. Con respecto a lo que tenemos, simplemente debemos gastar lo que podamos, y en cuanto a lo que somos, debemos estar dispuestos a gastarnos por causa del evangelio. Por favor, hagan lo mejor que puedan para laborar, orar, coordinar y cooperar. Si lo hacen, esta mquina continuar funcionando sin detenerse. A largo plazo bautizaremos a muchas personas nuevas. No es demasiado esperar esto. Cada mes podemos tener una reunin del evangelio para ayudarnos, y todos podemos vivir por causa del evangelio y laborar de una manera apropiada a largo plazo. Esto es algo que debemos hacer por el resto de nuestra vida. As, gradualmente, mes a mes, se aadirn algunos nuevos creyentes a la iglesia. Esto es slo parte de nuestro entrenamiento. Despus de que las personas sean bautizadas, habr otra seccin de la obra que debemos atender. Traer a las personas es simplemente el comienzo, la primera parte, de la predicacin del evangelio.
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CAPTULO ONCE LA PREDICACIN DEL EVANGELIO ES EL RESULTADO DE LA VIDA PRESENTE EN IGLESIA Lectura bblica: Fil. 1:5-7, 18-21, 27; Jn. 15:4-5, 8, 12; 17:21; 2:233:3 El libro de Filipenses nos muestra que la iglesia en Filipos era una iglesia que consideraba siempre el evangelio como su responsabilidad. En el Nuevo Testamento hay varias epstolas que hablan sobre la predicacin del evangelio, pero nicamente Filipenses lo hace con mucha claridad. Ni Romanos, 1 y 2 Corintios, Glatas, Efesios o Colosenses, ni ningn otro libro, ni siquiera en 1 Timoteo tenemos una mencin tan clara del evangelio como lo hace Filipenses. Adems, todos los que estudian la Biblia estn de acuerdo que Filipenses es un libro que trata sobre la experiencia que tenemos de Cristo. No hay ningn otro libro que trate tanto acerca de experimentar a Cristo como ste. Si lo leemos detenidamente, veremos que el primer captulo nos dice que Cristo es la vida que reside en nuestro interior para que nosotros vivamos por l y le expresemos en nuestro vivir. El segundo captulo nos dice que Cristo es nuestro modelo. El tercer captulo dice que Cristo es el blanco de la meta, y el cuarto captulo dice que Cristo es el secreto. Este libro es muy breve y a la vez muy profundo y categrico en cuanto a la experiencia que tenemos de Cristo. PREDICAR EL EVANGELIO MEDIANTE LA EXPERIENCIA QUE TENEMOS DE CRISTO Aunque Filipenses primordialmente trata de la experiencia que tenemos de Cristo, tambin trata de la predicacin del evangelio que realiza la iglesia. Esto nos muestra que la predicacin del evangelio est relacionada con la experiencia de Cristo y se lleva a cabo en la experiencia que tenemos de Cristo. Al comienzo del captulo 1, Pablo dice que la predicacin del evangelio es una buena obra que el Seor haba empezado y que l la perfeccionara hasta el da de Cristo Jess (vs. 56). Al final del captulo, l habla de combatir unnimes, de luchar como un solo hombre, no como individuos aislados sino hombro a hombro, junto con la fe del evangelio (v. 27). En los versculos del 18 al 21 Pablo dice: Qu, pues? Que no obstante, de todas maneras, o por pretexto o con veracidad, Cristo es anunciado; y en esto me gozo; s, me gozar an. Porque s que por vuestra peticin y la abundante suministracin del Espritu de Jesucristo, esto resultar en mi salvacin, conforme a mi anhelo y esperanza de que en nada ser avergonzado; antes bien con toda confianza, como siempre, ahora tambin ser magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. Porque para m el vivir es Cristo, y el morir es ganancia. Segn el contexto completo, la manera apropiada de predicar el evangelio es expresar a Cristo en nuestro vivir y magnificar a Cristo en nuestro cuerpo. Esto no es simplemente predicar con palabras, y mucho menos predicar
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con el acompaamiento de milagros, sino predicar en virtud de una vida que es Cristo mismo. El captulo 15 del Evangelio de Juan se centra en la vida, mientras que el captulo 17 hace referencia a la edificacin. Los versculos del 4 al 5 del captulo 15 dicen: Permaneced en M, y Yo en vosotros. Como el pmpano no puede llevar fruto por s mismo, si no permanece en la vid, as tampoco vosotros, si no permanecis en M. Yo soy la vid, vosotros los pmpanos; el que permanece en M, y Yo en l, ste lleva mucho fruto; porque separados de M nada podis hacer. El versculo 8 dice: En esto es glorificado Mi Padre, en que llevis mucho fruto, y seis as Mis discpulos, y el versculo 12 dice: ste es Mi mandamiento: Que os amis unos a otros, como Yo os he amado. En 17:21 habla de la edificacin diciendo: Para que todos sean uno; como T, Padre, ests en M, y Yo en Ti, que tambin ellos estn en Nosotros; para que el mundo crea que T me enviaste. El captulo 15 nos habla de llevar fruto al permanecer en Cristo, y el captulo 17 dice que el mundo cree al ver la unidad de los creyentes. Nuestra unidad en Cristo es el testimonio ms convincente. Es al ver esta unidad que la gente del mundo conocer algo de la salvacin de Cristo, y entonces creern que Cristo es el que fue enviado por Dios. PREDICAR EL EVANGELIO ES EL RESULTADO DE LA VIDA INTERIOR, NO DE LOS MILAGROS El camino apropiado que debe seguir la iglesia para predicar el evangelio es el camino de la vida y la edificacin. Tenemos que permanecer en Cristo, vivir con Cristo y expresar a Cristo en nuestro vivir, y tenemos que ser edificados unos con otros en amor como una sola entidad. Entonces tendremos xito en la predicacin del evangelio. Qu diramos entonces de los milagros? Este mismo libro nos muestra la importancia que tienen los milagros en relacin con la predicacin del evangelio. El versculo 23 del captulo 2 dice: Estando en Jerusaln en la fiesta de la Pascua, muchos creyeron en Su nombre, viendo las seales que haca. Tal parece que los milagros atraan muchos a Cristo. No obstante, los versculos 24 y 25 dicen: Pero Jess mismo no se fiaba de ellos, porque conoca a todos, y no tena necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues l saba lo que haba en el hombre. El Seor Jess no se fiaba de nadie que vena a causa de los milagros. No hay duda alguna de que los milagros atraan a las multitudes a Jess, pero Jess no se fiaba de ellos. En el texto original de las Escrituras no existe la divisin en captulos y versculos. Por consiguiente, el captulo 3 es la continuacin del captulo 2. El captulo 3 empieza diciendo: Ahora bien, haba un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judos. ste vino a Jess de noche, y le dijo: Rab, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas seales que T haces, si no est Dios con l. Respondi Jess y le dijo: De cierto, de cierto te digo: El que no nace de nuevo, no puede ver el reino de Dios (vs. 1-3). Lo que importa no es los milagros sino nacer de nuevo. El Seor Jess no se fiaba de nadie que viniera como resultado de los milagros a menos que tal persona naciera de nuevo. En el captulo 2 una multitud de personas, muy entusiasmada y
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convencida por los milagros, vino a Jess, pero Jess no se confiaba de ellos. Luego, entre los captulos 2 y 3 nos encontramos con una frase muy crucial: Ahora bien. Ahora bien haba un hombre que vino a Jess para tener contacto personal con l. Incluso Nicodemo tena una idea equivocada. l vio las seales que Jess haba hecho, y pens que Jess deba ser alguien de renombre, un gran rabino. Sin embargo, el Seor Jess le mostr el camino de la vida para darle a entender que l no necesitaba un maestro sino a Aquel que da vida, es decir, no alguien que hace milagros sino a Alguien que engendra a las personas. Es como si Jess le hubiese dicho: Lo que t necesitas no es enseanzas ni milagros, sino la vida interior. T necesitas nacer de nuevo. Debemos abandonar los conceptos equivocados que adquirimos en nuestra formacin y tambin aquellos que provienen de nuestro entendimiento natural. La predicacin del evangelio es una parte de la vida de iglesia. Somos miembros del Cuerpo de Cristo. El Cuerpo en su totalidad es el vaso que contiene al Seor y lo expresa. El evangelio que es predicado por la iglesia, debe ser el resultado de la vida de iglesia que llevamos. Si todos vivimos por Cristo y con Cristo, espontneamente seremos pmpanos de la gran vid, pmpanos vivientes y que desempean su funcin. l es la vid, y nosotros, los miembros de Su Cuerpo, somos los pmpanos. Cuando permanecemos en l y permitimos que l permanezca en nosotros, el resultado espontneo es que llevemos fruto. El fruto que se produce por medio de los pmpanos es el resultado de la vida interior, es la manifestacin, la expresin, de la vida interior. Cuando permanecemos en la vid y permitimos que la vid permanezca en nosotros, la vida que est en la vid nos alimenta, nos satura y produce fruto por medio de nosotros. La accin externa de llevar fruto es la obra que realiza la vida interior. Es algo espontneo de la vida, no algo relacionado con actividades ni con lo que supuestamente llaman poder y milagros. El fruto que producen los pmpanos no es algo milagroso, sino ms bien, el resultado de la vida diaria que llevan los pmpanos. Los pmpanos simplemente permanecen en la vid y permiten que la vid permanezca en ellos. Ellos no tienen sentimientos especiales ni extraordinarios. Simplemente viven de esa manera. Entonces la vida que est en la vid se mueve y opera en ellos, los satura, los alimenta y produce fruto. PREDICAR EL EVANGELIO NO POR MEDIO DE MILAGROS, SINO MEDIANTE LA MUERTE Y LA RESURRECCIN DE CRISTO Esto concuerda con el libro de Filipenses. En este libro podemos ver que la predicacin del evangelio se encuentra en la experiencia de Cristo y es la experiencia misma que tenemos de Cristo. Cuando el apstol Pablo predicaba el evangelio, se producan algunos milagros, pero con el tiempo l lleg a comprender que la predicacin apropiada del evangelio no tiene que ver con los milagros sino con la vida. Si la predicacin del evangelio fuera una cuestin de milagros, Pablo no habra sufrido el martirio. Sin embargo, el Seor no hizo nada milagroso para
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rescatar a Su apstol. l dej a Su apstol en la crcel para que sufriera el martirio, y no hizo ningn milagro. Los incrdulos pudieron haberlo retado, con estas palabras: Pablo, dnde est tu Jess? Si l fuera capaz, te salvara. Parece que l no es tan poderoso como nosotros. Nosotros te encarcelamos, y l no puede hacer nada para salvarte. Incluso el propio Seor Jess sufri esta clase de provocacin, pero l no hizo nada para salvarse a S mismo. Debemos aprender esta leccin. Cuanto ms las personas nos digan que somos pobres, ms tenemos que ser pobres. Cualquier clase de provocacin proviene del enemigo, y nunca debemos aceptarla. La gente deca: Si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz! (Mt. 27:40). El Seor pareca responderles: No. Para ustedes no habr otra seal que la seal del profeta Jons. Tengo que morir, y tengo que ser sepultado. Nunca se dejen provocar. El Seor Jess, quien era Dios mismo, jams cedi a las provocaciones de los hombres. Cuanto ms la gente lo provocaba, ms guardaba silencio. Hoy el evangelio es prevaleciente por medio de la muerte y la resurreccin. El Seor no hizo ningn milagro para rescatar al apstol de la prisin, pero s podemos ver una manifestacin poderosa y prevaleciente de Cristo a travs del apstol. l dijo: Ser magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte. Porque para m el vivir es Cristo, y el morir es ganancia (Fil. 1:20b-21a). En esto consiste la verdadera predicacin del evangelio. NO DEBEMOS GENERAR UN MOVIMIENTO, SINO QUE DEBEMOS PERMANECER EN CRISTO Y SER EDIFICADOS UNOS CON OTROS Le pido al Seor que entre nosotros ninguno espere que ocurran cosas de forma milagrosa. En lugar de ello, todos debemos orar, tener comunin con el Seor y aprender a permanecer en Cristo, a ser edificados unos con otros y a ser uno en Cristo. Entonces permitiremos que la vida fluya para engendrar a otros, para impartirles vida. Esta clase de predicacin ser parte de nuestra vida, parte de nuestro vivir y parte de la vida de iglesia. Todos debemos comprender que nuestro propsito no es tener cierta clase de actividades. No alentamos a los hermanos a que tengan una especie de movimiento. Esto no es un movimiento. Si lo consideramos un movimiento, estamos completamente equivocados, estamos en la misma cama pero tendremos sueos diferentes. Les digo la verdad: yo no tengo el sueo de que estamos aqu participando de un movimiento o una actividad. Les repetira cien veces: No!. Tengo la clara visin de que simplemente estamos aqu como cristianos comunes y corrientes. Somos pobres y no somos nada. No tenemos nada y no queremos tener nada. Jams pretendemos ser algo, pero por la misericordia del Seor, queremos aprender a vivir y a permanecer en l, y a ser edificados unos con otros. Yo simplemente soy un dedo meique; por m mismo no soy nada. Por lo tanto, como miembros tenemos que ser edificados unos con otros para ser un Cuerpo viviente que vive por Cristo, con Cristo, y que manifiesta a Cristo. sta es la vida cristiana apropiada. Si ustedes reciben la misericordia y la gracia del Seor,
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olvdense de su pasado. Yo estuve en cierto medio durante aos, pero ya me he olvidado de todo ello. Nunca debemos ser tan necios que hagamos caso omiso a las lecciones que nos ha enseado la historia en los pasados dos mil aos. La manera apropiada de traer a las personas a Cristo es aquella que es conforme a la vida, y la manera apropiada para que la iglesia sea edificada es tambin conforme a la vida. No somos personas que viven en el primer siglo. Estamos en el siglo XX. Ya han pasado diecinueve siglos y se han aprendido muchas lecciones. Muchas personas procuraban las cosas milagrosas, pero cul fue el fruto de ello? Quisiera preguntarle a alguien que me mostrara algn beneficio que los milagros hayan trado en la historia. El Da de Pentecosts hubo milagros, pero qu pas despus de eso? Acaso la iglesia fue verdaderamente edificada en el libro de Hechos? Parece que nicamente surgieron celos y otros problemas. No se produjo la verdadera edificacin. Despus de Hechos tenemos el libro de Romanos. Se menciona algo milagroso en el libro de Romanos? Despus de esto necesitamos las dos Epstolas a los Corintios para que nos corrijan el concepto errneo y dirijan nuestra atencin a la vida de la cruz. Luego tenemos Efesios, el nico libro escrito expresamente para presentarnos la iglesia. Podemos encontrar algo milagroso en el libro de Efesios? Les animo a que acudan al Seor con serenidad, y se olviden de lo que recibieron en su formacin. La manera apropiada de practicar la vida de iglesia hoy es aquella que es conforme al principio de la vida, la cual nos lleva a conocer a Cristo en nuestro interior, a conocer nuestra carne, nuestro yo, el hombre natural por medio de la cruz, y a aprender a permanecer en Cristo y a vivir por Cristo y no por nosotros mismos. Entonces seremos edificados unos con otros. Entonces, la vida de iglesia tendr el resultado espontneo, que ser la predicacin apropiada y prevaleciente. Debemos ser librados del concepto equivocado. Nunca se sienta frustrado; no se desafe a usted mismo ni deje que otros lo reten a tratar de conseguir el poder para obrar milagros. Olvdense de ello. Yo vi mucho de esto en el pasado. Hace poco en Taiwn seiscientas personas fueron sanadas en dos das. Sin embargo, a decir la verdad, no siento mucho aprecio por estas cosas. Todos tenemos que aprender a conocer a Cristo de una manera viviente, de una manera subjetiva, conocer a Cristo en nuestro espritu. Es en Cristo, nuestra vida interior, que somos edificados como una sola entidad hasta ser una expresin viviente, el Cuerpo viviente que a expresa a Cristo. Y es mediante dicha expresin que las personas gradualmente, una tras otra, empiezan a participar de la vida de Cristo y tambin de la vida de iglesia. Es de esta manera que el evangelio ser predicado y que el Cuerpo ser edificado. Nunca debemos sentirnos frustrados, nunca debemos sentirnos confundidos, y nunca debemos desafiarnos a nosotros mismos ni dejar que otros nos desafen. Les digo con toda confianza que el camino de predicar el evangelio con milagros es el camino equivocado. El camino correcto en que la iglesia puede ser edificada es el camino que es conforme a la vida, y el camino correcto de predicar el evangelio es tambin el camino de la vida. No debemos prestar atencin a tantas voces. En nuestro interior tenemos la capacidad de discernir. El Seor Jess dijo que Sus ovejas oyen Su voz (Jn. 10:16). Creen que esos retos y desafos son la voz del Seor
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Jess? No hay necesidad de discutir. Debemos usar nuestro discernimiento interior para conocer cul voz es la voz del Pastor. Quisiera recalcarles esto mil veces: la manera apropiada para que la iglesia sea edificada es aquella que es conforme a la vida. No queremos que haya ms confusin. Ya ha habido demasiada confusin y frustraciones a lo largo de la historia, incluso hasta el da de hoy. As que ya no queremos experimentar ms este tipo de frustraciones. Queremos ser sencillos. Debemos prestar atencin a un slo asunto: Cristo como nuestra vida y como nuestro todo. No nos importa nada ms. No se sientan frustrados ni confundidos, ni tampoco frustren ni confundan a otros. Simplemente aprendan a ser sencillos. No somos nada; slo somos pequeos miembros de Cristo. Por lo tanto, debemos aprender a vivir en l, a vivir con l y a ser edificados unos con otros. No tenemos la expectativa de que sucedan cosas milagrosas ni apreciamos dichas cosas. No les estoy diciendo nada nuevo, pues desde que vine a este pas les he dicho lo mismo. El problema que he visto en varios lugares es simplemente que la gente repite la tragedia que hemos visto en la historia. Sin embargo, nosotros hemos aprendido las lecciones de la historia, y no queremos repetir las mismas tragedias. Olvdense de las enseanzas, de los supuestos dones espirituales, de los milagros y de otros asuntos semejantes. Slo una cosa funciona, y es sta: tomar a Cristo como vida de una manera interna y ser edificados en esta vida para ser el Cuerpo viviente. Todos los apstoles Pedro, Pablo y Juan llegaron a esta misma conclusin cuando ya eran ancianos. Lean sus escritos. El ltimo libro de las Escrituras, Apocalipsis, no presenta de manera positiva nada que sea milagroso. Segn Apocalipsis 13, es cuando se manifiesten el anticristo y su falso profeta los que harn muchas cosas milagrosas. Ms bien, Apocalipsis nos dice claramente que tenemos que sacrificar nuestras vidas, que tenemos que morir, sufrir el martirio, as como lo hizo el ltimo apstol, el anciano Juan. Aprendan a vivir por Cristo, a vivir con Cristo y a vivir en Cristo, y aprendan a ser edificados en esta vida. Entonces la predicacin del evangelio ser el resultado de esta vida. Le pido al Seor que todos nosotros lleguemos a tener este tipo de entendimiento apropiado. Permtanme decirles una vez ms, tenemos que olvidarnos de todo lo que hemos aprendido. No debemos permanecer bajo la influencia de lo que aprendimos en el pasado. No estamos hablando aqu acerca de predicar el evangelio segn la manera vieja que aprendimos en nuestra vieja formacin; en lugar de ello, estamos hablando de predicar el evangelio como parte de la vida de iglesia. Le pido esto al Seor, y espero que algn da la iglesia aqu, no slo predique el evangelio de una manera formal, sino que gradualmente las personas sean aadidas a la iglesia; pero principalmente no por esta clase de predicacin, sino por medio de la vida diaria que llevan los creyentes. No tengan el concepto que tenan antes, que estamos participando de cierto movimiento o actividad. Ms bien, espero que cuando hablemos de predicar el evangelio, tengamos el concepto de que esto es parte de la vida de iglesia. Es por eso que en este mensaje lemos algunos versculos de Filipenses y del Evangelio de Juan, para que podamos ver que la predicacin del evangelio forma parte de la vida de iglesia.
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Les repito una vez ms: no se desafen a ustedes mismos, no reten a otros ni se sientan provocados a seguir el camino de un movimiento o de los milagros. Simplemente debemos entender que somos miembros de Cristo, que permanecemos en l, que estamos aprendiendo a vivir con l y a ser edificados unos con otros. Entonces creemos que se producir el resultado espontneo de que las personas sern aadidas a la vida de iglesia por medio de nosotros. sta es la manera genuina de predicar el evangelio. COORDINAR Y COMPENETRARNOS UNOS CON OTROS PARA CUIDAR DE LAS PERSONAS En el pasado aprendimos que predicar el evangelio en la iglesia es una buena oportunidad para unirnos, para ser entrelazados y mezclarnos unos con otros. Por consiguiente, existe una verdadera necesidad de que algunos hermanos y hermanas asuman la responsabilidad para que esta mezcla se lleve a cabo. Ellos deben ser los compenetradores. Si coordinamos bien en el evangelio, todos los hermanos y hermanas se compenetrarn. Somos demasiado independientes, y nos gusta demasiado nuestra privacidad. Sin embargo, puesto que somos cristianos, no podemos siempre conservar nuestra privacidad. Tenemos que compenetrarnos unos con otros. Si todos nos compenetramos, esto dejar una profunda impresin en los incrdulos y en los recin convertidos. Un hermano puede orar por un amigo, un familiar, un vecino o un compaero de clases, predicarle el evangelio y contactarlo con cierta regularidad. No obstante, incluso en las cosas materiales, no es muy eficaz que alguien lo haga todo solo. Sera ms prevaleciente si dicho hermano le pidiera a uno, a dos o a cinco hermanos que le ayuden a cuidar de esta persona. Si en la iglesia hay algunos hermanos que asuman cierta responsabilidad, este hermano podra darles a ellos el nombre de su amigo o familiar, proveyndoles tambin algunos detalles especficos. Entonces estos hermanos responsables podran considerar a esta persona, y descubrir cules son sus necesidades. Podran descubrir que esta persona necesita que cierto hermano se haga cargo de l, y podran darle el nombre a dicho hermano. Entonces el hermano debera tomar esto como una responsabilidad que el Seor le ha confiado. Espontneamente l contactar al primer hermano para tener comunin acerca de esta persona nueva, y entonces ellos tratarn de saber qu hacer. Luego, despus de una o dos semanas los hermanos responsables podran evaluar la situacin nuevamente y percatarse de que esta persona necesita que un tercer hermano la cuide, y podran entregarle esta carga a dicho hermano. Esto es simplemente un ejemplo del principio de la compenetracin. Si optamos por este camino, nuestros amigos y vecinos comprendern que los cristianos son personas maravillosas, pues tanto viejos como jvenes, de clase alta o baja, sean estadounidenses o chinos, todos laboran juntos como un solo hombre para un mismo fin. Esto ser un testimonio muy convincente para ellos, y ser fcil traerlos al Seor. Luego, despus de que sean salvos, tambin ser fcil introducirlos en la vida de iglesia. Esto nos permite ver de antemano y anticipar
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que la edificacin del Cuerpo de Cristo se llevar a cabo por medio de esta clase de predicacin. Toda la iglesia, todos los miembros, deben ejercer exitosamente su funcin de predicar el evangelio. sta es la parte principal de la vida de iglesia. La iglesia est aqu por causa del testimonio de Jess, a fin de ganar a las personas de la mano usurpadora del enemigo. Estamos aqu da tras da para esto, e incluso combatimos por esto. Vivir por causa del evangelio es la manera apropiada de practicar la vida de iglesia. Cada mes y cada ao, vivimos por causa del evangelio, vivimos a fin de ganar a las personas para Cristo. No estamos procurando simplemente ser personas espirituales; en lugar de ello, vivimos para que Cristo pueda ensanchar y extender Su reino. Tenemos que conocer cul es la manera apropiada de predicar el evangelio, y debemos entender que nuestro propsito como el Cuerpo viviente que somos es derrotar al enemigo y liberar, ganar, las almas que estn en su mano usurpadora. Esto se lleva a cabo simplemente mediante el vivir de la iglesia, es decir, mediante la vida de iglesia. Es nuestra expectativa que algn da la iglesia en este lugar deje de tener reuniones del evangelio, y aun as, cada mes un buen nmero de personas siga siendo aadido a la iglesia. sta es la manera normal. Muchas personas podrn ponerse en pie para dar testimonios y decir cmo fueron salvas simplemente mediante el testimonio viviente de los queridos hermanos y hermanas. Todos debemos ponernos de acuerdo para aprender a hacer las cosas de esta manera, es decir, aprender a permanecer en el Seor, a vivir con l y a ser edificados unos con otros. Debemos dar a otros los nombres de aquellos que estamos contactando, a fin de tener comunin al respecto. Estas personas entonces vendrn a ser el material con el cual trabajaremos. Despus de que recibamos los nombres de las personas que hay que cuidar, nunca debemos hacer nada solos. Debemos hacerlo todo por el camino de la cooperacin, y contactar a algunos hermanos o hermanas para orar y tener comunin. De esta manera todos seremos cada vez ms edificados unos con otros, y tambin tendremos mucha comunin con respecto a este asunto. Cun maravilloso sera esto! ste es el fluir de la sangre, de la vida, en el Cuerpo; si entre nosotros se da este fluir, el Cuerpo ser saludable. AYUDAR A LAS PERSONAS A EXPERIMENTAR LA SALVACIN DEL SEOR MEDIANTE EL ARREPENTIMIENTO Y EL PERDN DE LOS PECADOS Pregunta: Un hombre de unos ochenta aos vino a nuestra reunin del evangelio. Puesto que creci en un entorno religioso, a l le agrada visitarnos, pero parece que est contento nicamente con haber sido salvo. Cmo podemos proceder con una persona as? Respuesta: Con una persona de tan avanzada edad, primero debemos averiguar si ha sido verdaderamente salvo. Si ha sido salvo, tenemos que averiguar si tiene la
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certeza de que es salvo. Si tiene alguna duda respecto a estos dos asuntos, debemos hacer lo posible por ayudarle a conocer la salvacin del Seor. Pero si ha sido salvo y tiene la certeza de su salvacin, debemos alabar al Seor y darle gracias. Luego, si tenemos ms tiempo, y si nicamente tenemos a esta persona a nuestro cargo, podemos ayudarla un poco ms y laborar con ella por causa del Seor. Sin embargo, si no tenemos mucho tiempo, y si tenemos ms personas de las cuales cuidar, quizs no sea necesario dedicarle ms tiempo. Pregunta: Hace unos meses cierta persona vino de Taiwn a los Estados Unidos y ahora est aprendiendo ingls. l percibe la vanidad este mundo y fue conmovido por el evangelio. As que or con nosotros, pero necesita ms ayuda con respecto a la confirmacin de su salvacin. l est muy ocupado ahora. Cmo podemos tener un seguimiento con l? Respuesta: Esta persona necesita recibir una verdadera ayuda para que haga una oracin de arrepentimiento, confesando sus pecados. Todos los hermanos que han tenido contacto con l deben orar por l, recordndolo delante del Seor, a fin de que el Seor le conceda el arrepentimiento y el perdn de los pecados. Hechos 5:31 habla del arrepentimiento y del perdn de los pecados. Esto indica que en un momento dado esta persona no slo debe darse cuenta de que necesita a Cristo y no slo debe creer en Cristo, sino que adems debe arrepentirse delante del Seor. Nosotros no podemos hacer que la gente se arrepienta. Esto requiere que opere la misericordia del Seor. Ms o menos, le hemos impartido el conocimiento del evangelio a dicha persona, pero ahora tenemos que orar por l, porque se requiere que el Espritu Santo haga una verdadera obra en l que lo lleve al arrepentimiento. De este modo, l confesar sus pecados y experimentar el perdn de los pecados. En ese instante su espritu ser avivado. As pues, primeramente, todos los hermanos que lo hayan contactado, deben orar por l. Luego, el siguiente hermano que vaya a contactarlo debe ayudarlo para que conozca lo que es un verdadero arrepentimiento y lo que es una confesin viviente. Para ello ser necesario que se tenga un poco de comunin con l, que converse un poco con l, para que se d cuenta de su necesidad. Entonces el Espritu Santo obtendr una base para avivar su espritu. No hay duda de que l est ocupado, pero una vez que su espritu sea avivado, algo le infundir vigor desde adentro, y sacar tiempo para venir a las reuniones. Si no hacemos esto, simplemente lo estaremos ayudando a ser religioso, lo cual no ser de mucha ayuda. SEGUIR EL CAMINO APROPIADO DE QUE EL EVANGELIO SEA PREDICADO POR TODA LA IGLESIA Si seguimos el camino acerca del cual hemos tenido comunin aqu, el Espritu Santo har cosas maravillosas. Lo que hagamos preparar el camino y abrir las puertas para que el Espritu Santo obre no slo en los incrdulos, sino tambin en nosotros. De esta manera, mataremos dos pjaros de un tiro, pues el evangelio ser predicado y tambin la iglesia ser edificada. Esto har que todos seamos vivientes. Gastaremos nuestra vida, nuestro tiempo, nuestra energa y nuestro
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dinero por causa del reino del Seor, ganando almas para el Seor. Esto es algo que el Seor bendecir mucho y que convencer a las personas. Si nos amamos unos a otros y cooperamos de forma coordinada, esto convencer a las personas del mundo. Si somos uno en Cristo, el mundo creer que el Seor Jess es el Cristo, Aquel que Dios envi. Esto realmente convencer a los incrdulos. De esta manera, las puertas se abrirn poco a poco cada vez ms, de manera eficaz. Por consiguiente, tenemos que edificar esto. Si avanzamos de esta manera, veremos un resultado glorioso. Podemos comparar esto a un huerto. Si laboramos un poco en l para plantar y cuidarlo, algn da veremos un glorioso florecimiento y abundancia de fruto. Estamos laborando aqu para levantar un huerto. Muchos rboles crecern y darn fruto. sta es la manera apropiada en que la iglesia debe predicar el evangelio. Estamos avanzando ahora en la direccin correcta. Lo nico que necesitamos es que todos los hermanos y hermanas continen laborando un poco ms. Espero que todos laboremos mediante la oracin. Debemos orar por todos los nombres que hemos recibido, recordndolos delante del Seor. No es por medio de nuestra labor que las personas sern salvas, sino por la obra del Seor mismo. Nosotros simplemente preparamos el camino; abrimos la puerta. Somos el canal, los que ejercen la influencia, pero el Viviente debe ser el Seor mismo. l es el nico que es viviente, as que es imprescindible que l intervenga. Por ello, tenemos que orar cada vez que recibimos los nombres de los nuevos contactos, y debemos pasar estos nombres a otros hermanos para que ellos tambin oren. Yo creo que el Seor honrar esta clase de oracin. Nosotros laboramos mediante la oracin. No confiamos en nosotros mismos ni en lo que podemos hacer ni en nuestra labor. Confiamos en el Seor mismo, y simplemente cumplimos nuestro deber de cooperar con l. Le pido al Seor y les pido a todos ustedes que aprendamos a seguir este camino, el camino de la vida y el camino de ser edificados. Entonces el Seor ser expresado en nuestro vivir y ser ministrado a otros, y ellos recibirn la vida. As, ms materiales se aadirn a la iglesia, y la iglesia ser edificada de una manera viviente. Hermanos y hermanas, avancen de esta manera, y a la larga veremos un resultado glorioso.

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CAPTULO DOCE SER UN TESTIMONIO VIVIENTE PARA EL AUMENTO DE CRISTO Lectura bblica: Jn. 3:25-30; 12:20-26, 32-33; 15:1-5, 7-8, 12, 16-17; 17:21-23 Todos debemos cooperar por medio de oracin para implementar la carga impartida en estos mensajes. Esto no es solamente una carga, sino una batalla. Debemos comprender que todos los aspectos del servicio sacerdotal siempre involucran una batalla. No realizamos simplemente una obra; estamos atacando una fuerza maligna en los lugares celestiales: la potestad de las tinieblas. Cunto necesitamos hacer oraciones poderosas! Les ruego a todos que nos unamos en el espritu para orar por este entrenamiento. En todas las visitas que he hecho recientemente a otros lugares, me he dado cuenta de que verdaderamente hay una necesidad, urgente y apremiante de que realicemos esta clase de entrenamiento. Es nuestra oracin que el Seor lleve a cabo estos asuntos entre nosotros, en nosotros y por medio de nosotros. EL EVANGELIO GENUINO REVELADO EN JUAN Muchos cristianos desconocen que el Evangelio de Juan realmente nos habla de la propagacin del evangelio. Sin embargo, la mejor manera, y la ms apropiada, de propagar el evangelio se revela claramente en este libro. Juan no fue escrito simplemente siguiendo un determinado orden o secuencia, sino que en l vemos un proceso que empieza desde el principio y contina hasta alcanzar una consumacin mxima. Este evangelio consta de veintin captulos, los cuales podemos dividir en tres secciones. La primera seccin, que principalmente abarca los captulos del 1 al 3, nos muestra el nacimiento de la vida. Por ejemplo, en 1:12 leemos: Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en Su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios. Luego en 3:6 se nos dice que este nacimiento es un nacimiento que ocurre en el espritu y que es del Espritu: Lo que es nacido del Espritu, espritu es. Luego, la segunda seccin, que se extiende desde el captulo 4 hasta por lo menos el captulo 7, trata del crecimiento de la vida. Despus de que un beb nace, necesita comer y beber para poder crecer. El captulo 4 deja claro que tenemos que beber de Cristo, quien es la fuente de agua viva (vs. 10, 14). Beber es diferente de nacer. Beber equivale a crecer despus de haber nacido. Luego en el captulo 6 el Seor Jess nos dice que tenemos que comerle: El que me come, l tambin vivir por causa de M (v. 57b). Tenemos que alimentarnos de l. Alimentarnos no slo significa recibir a Cristo, sino tomarlo como nuestro suministro de vida. La vida hace posible que ocurra el nacimiento, mientras que el suministro de vida hace posible el crecimiento de vida. As pues, despus del nacimiento, tenemos el crecimiento de vida.

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La tercera seccin se extiende principalmente desde el captulo 10 hasta el final del libro. Decir que el propsito de esta seccin es la madurez en la vida divina, no es una expresin adecuada. Por supuesto, en el nacimiento recibimos vida, luego crecemos al comer y beber, y por medio del crecimiento alcanzamos la plenitud de la vida, o sea, la madurez. Sin embargo, la madurez tiene como meta la edificacin. En la parte final de este libro encontramos la oracin que el Seor hizo en el captulo 17: Para que todos sean uno; como T, Padre, ests en M, y Yo en Ti, que tambin ellos estn en Nosotros; para que el mundo crea que T me enviaste (v. 21). La unidad es la edificacin. Por tanto, la tercera seccin de este libro trata de la edificacin. Muchos cristianos dan por sentado que este evangelio es un libro para principiantes. Sin embargo, este libro incluye la eternidad pasada y la eternidad futura. En 1:1 se alude a la eternidad pasada, pues dice: En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. Luego en la eternidad futura habr un edificio. Como ya hemos visto muchas veces, este edificio es una morada mutua tanto de Dios como del hombre, y es la vid universalmente vasta. En el captulo 15 tenemos la vid con todos los pmpanos. La vid misma es la Cabeza, y todos los pmpanos son los miembros del Cuerpo. Si nicamente miramos los pmpanos, nos podra parecer que estn separados unos de otros, pero si vamos a la fuente a la cual estn unidos, podremos ver que todos ellos estn edificados conjuntamente en la vid como una sola entidad. Esta unidad es el edificio. En el captulo 2 el Seor dijo que Su cuerpo fsico era un templo en pequea escala. En esa ocasin l predijo que el enemigo utilizara al pueblo judo para destruir este cuerpo. l dijo: Destruid este templo, y en tres das lo levantar (v. 19). Esto alude a la resurreccin. En virtud de la resurreccin y en resurreccin Cristo edific un edificio universal en unidad. LA NOVIA DE CRISTO ES EL AUMENTO DE CRISTO En Juan 3:25 al 30 dice: Entonces hubo discusin entre los discpulos de Juan y un judo acerca de la purificacin. Y vinieron a Juan y le dijeron: Rab, mira Aquel que estaba contigo al otro lado del Jordn, de quien t diste testimonio, bautiza, y todos vienen a l. Respondi Juan y dijo: No puede el hombre recibir nada, si no le fuere dado del cielo. Vosotros mismos me sois testigos de que dije: Yo no soy el Cristo, sino que soy enviado delante de l. El que tiene la novia, es el novio; mas el amigo del novio, que est all y le oye, se goza grandemente de la voz del novio; as pues, ste mi gozo se ha colmado. Es necesario que l crezca, pero que yo menge. Debemos unir el versculo 29 con el versculo 30. En el versculo 29 tenemos la novia, y en el versculo 30 tenemos el crecimiento o aumento. Esto nos muestra que la novia es el aumento de Cristo, as como Eva, la esposa de Adn, era el aumento de Adn. Originalmente Adn era un hombre soltero, pero ms tarde un aumento sali de l. Ese aumento era el aumento de Adn, el cual se convirti en su pareja, su novia. Incluso en la tipologa es muy evidente que la novia, o la esposa, es siempre el aumento del novio, el esposo. En Juan 3 Juan el Bautista dice que el aumento de Cristo es Su novia misma.
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LA MANERA EN QUE SE PRODUCE EL AUMENTO DE CRISTO Sin embargo, en el captulo 3 no vemos la manera en que se produce el aumento de Cristo. Esto se revela en el captulo 12. Juan 12:20-23 dice: Haba ciertos griegos entre los que haban subido a adorar en la fiesta. stos, pues, se acercaron a Felipe, que era de Betsaida de Galilea, y le rogaron, diciendo: Seor, quisiramos ver a Jess. Felipe fue y se lo dijo a Andrs; entonces Andrs y Felipe se lo dijeron a Jess. Jess les respondi diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. Si nos detuviramos aqu, podramos pensar que ser glorificado equivale a ser entronizado. Pero tenemos que entender cul era la situacin. En aquel tiempo todo el mundo le daba la bienvenida a Jess. Todas las personas le rendan su ms grande y calurosa bienvenida. Incluso los gentiles, los griegos, vinieron a saludarlo a l y a Sus discpulos, entre los cuales estaban Felipe, Andrs y los dems. No me cabe duda de que ellos se sentan muy emocionados. Si usted y yo hubisemos estado all, nos habramos sentido tambin muy emocionados. Esto fue algo que no tuvo precedentes durante esos tres aos y medio. Sin embargo, a pesar de que los discpulos se sentan emocionados y vinieron a contarle las noticias al Seor, l les respondi, diciendo: Ha llegado la hora para que el Hijo del Hombre sea glorificado. El versculo 24 dice: De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto. La palabra fruto aqu se refiere a los muchos granos. Ser glorificado, por tanto, es pasar por el proceso de la muerte y la resurreccin. Los versculos 25 y 26 aaden: El que ama la vida de su alma la perder; y el que la aborrece en este mundo, para vida eterna la guardar. Si alguno me sirve, sgame; y donde Yo est, all tambin estar Mi servidor. Si alguno me sirve, Mi Padre le honrar. Luego los versculos 32 y 33 dicen: Y Yo, si soy levantado de la tierra, a todos atraer a M mismo. Pero deca esto dando a entender de qu muerte iba a morir. No debemos pensar que ser levantado es ser entronizado; en vez de ello, ser levantado equivala a que lo iban a matar. En Juan 12 se nos revela la manera en que se produce el aumento. El aumento de Cristo se genera y produce mediante el proceso de la muerte y la resurreccin. LA PREDICACIN DEL EVANGELIO TIENE COMO OBJETIVO EL AUMENTO DE CRISTO En estos pasajes de la Palabra encontramos la verdadera predicacin del evangelio. En primer lugar, debemos sealar que el verdadero significado de la predicacin del evangelio es que se produzca el aumento de Cristo. La predicacin, el progreso, del evangelio es el aumento de Cristo. La verdadera predicacin hace que Cristo crezca. Esto no es simplemente un pensamiento o un concepto mo. ste era incluso el pensamiento de Juan el Bautista. Los discpulos de Juan estaban con Juan y abogaban por Juan. Ellos queran que las personas siguieran a Juan, pero vieron que algo diferente suceda: las personas acudan a Jess y no a Juan. Por esta razn, tuvieron envidia y un da vinieron a Juan y le dijeron: Rab, ... [l]
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bautiza, y todos vienen a l (3:26). El tono con que hablaron manifestaba envidia. Entonces Juan pareci decirles: Yo les dije claramente desde el primer da que yo no soy el Cristo. Yo solamente soy una voz que da testimonio de Cristo. l es el Cristo, y l es Aquel que recibir la novia. Independientemente de si esos pobres discpulos entendieron o no las palabras de Juan nosotros s debemos entenderlas. Todas las personas que acudan a Cristo y reciban algo de l, finalmente llegaron a ser la novia de Cristo. La novia es el conjunto de todos aquellos que reciben a Cristo. Por eso Juan pudo decir: No tengan envidia. Yo soy el bautizador, no soy el novio. l es el Novio. Por lo tanto, est bien que todas las personas acudan a l, pues l es Aquel que recibir la novia. Luego, Juan aadi: Es necesario que l crezca, pero que yo menge. Cuando leemos estas dos palabras juntas, novia ycrezca, espontneamente entendemos que la novia es el aumento, y que el aumento es la novia. Predicar el evangelio es conducir a las personas a Cristo. Sin embargo, es lamentable que muchos cristianos hoy en da no comprendan que el propsito de conducir a las personas a Cristo es que Cristo crezca. En nuestra predicacin del evangelio, alguna vez llegamos a pensar que traemos a las personas para que sean parte de la novia de Cristo, es decir, que traemos a las personas con miras al aumento de Cristo? Durante ms de veinte aos yo nunca pens que la predicacin del evangelio tena como fin que Cristo creciera y que ms personas se aadieran para formar parte de la novia de Cristo. En Juan 3 vemos que el propsito del evangelio es que se produzca el aumento de Cristo. ste no es el evangelio que nos habla de ir al cielo. En la cristiandad hay muchos que piensan que debido a que las personas se encuentran en una condicin lamentable e irn al infierno cuando mueran, necesitan saber que Dios las ama y que envi a Su Hijo para salvarlas y llevarlas al cielo. Sin embargo, debemos escuchar al primer evangelista, a Juan el Bautista. En la Biblia encontramos el principio de la primera mencin, es decir, que la primera vez que algo se menciona en la Biblia establece un principio para ello. As pues, el primer evangelista nos dijo que conducir a las personas a Cristo es para aumentar a Cristo y para producir la novia de Cristo. Cuanto ms consideraba estos mensajes delante del Seor, ms senta de parte del Seor que los queridos hermanos y hermanas necesitan que se les ayude a comprender que la verdadera predicacin del evangelio consiste en obtener el aumento de Cristo, y que la verdadera obra del evangelio que trae a las personas a Cristo tiene como fin tener los componentes de la novia de Cristo. De ahora en adelante, cuando salgamos a predicar el evangelio, debemos cambiar de actitud, es decir, tenemos que ser transformados en nuestra manera de pensar. El evangelio no tiene como meta simplemente salvar a los pecadores cados, sino que Cristo pueda crecer. La meta es traer a ms personas para que formen parte de la novia de Cristo. Esto es muy bsico, pues si no comprendemos cul es el verdadero significado de predicar el evangelio, tomaremos el camino equivocado en nuestra predicacin.

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LA PREDICACIN GENUINA DEL EVANGELIO ES UNA VIDA DE CRUCIFIXIN Y RESURRECCIN A FIN DE MANIFESTAR A CRISTO Como hemos dicho, Juan 12 nos muestra el camino para que Cristo pueda crecer. Cmo puede un grano de trigo multiplicarse y llegar a ser muchos granos? A menudo hablamos del versculo 24, pero la mayora de las veces pensamos que este versculo nicamente se aplica a Cristo, a un solo grano. Debemos comprender que en principio este versculo tambin se aplica a nosotros. En estos das, al menos tenemos inters en predicar el evangelio. Pero nos hemos dado cuenta de que predicar el evangelio es permitir que Cristo crezca por medio de nosotros? Nosotros somos un grano de trigo. Cmo puede este grano multiplicarse? Esto no sucede simplemente dicindole a nuestro vecino: Usted debe entender que es un pecador. Dios le ama, y yo tambin le amo. Usted necesita a Cristo. No hay nada de malo con esto, pero est muy lejos de la meta. Nosotros predicamos el evangelio no slo por medio de nuestras palabras. Mientras hablamos con nuestro vecino, el enemigo Satans, quien es muy astuto, operar en el interior de l para que piense as: Usted dice que yo no he sido salvo. Quiere decir entonces que usted ya es salvo? Qu diferencia hay entre usted y yo? Acaso es usted mejor que yo? Si yo soy un pobre pecador, qu de usted? En mi opinin, su condicin es an ms lamentable que la ma. El astuto enemigo convencer a esa persona, y l sealar sus defectos y le preguntar: Qu me dice de su madre, de su esposa, de su hermano y de la familia de su esposa? Usted tiene demasiados problemas. Permtame decirle cmo tratar los problemas con su esposa. Yo no necesito que usted me predique; al contrario, lo que usted necesita es mi predicacin. Algunas veces nuestros familiares, vecinos, compaeros de estudio y colegas son muy corteses. No le diran nada, pero tienen mucho que decir en su interior. A veces y de hecho muchas veces, parece que cuanto ms les predicamos el evangelio, peor es, nada ocurre, y ms la gente se molesta con nuestra predicacin. Si se es el caso, es mejor callarse. Cmo puede un solo grano multiplicarse y llegar a ser muchos granos hoy? Slo mediante una vida crucificada, es decir, siendo personas crucificadas que mueren cada da. He aqu un principio universal: dondequiera que opere la muerte divina, all se manifestar la resurreccin divina. Si simplemente morimos, Cristo ser resucitado. Es mediante este proceso de muerte y resurreccin que Cristo se har manifiesto a nuestros amigos y vecinos. Quizs no sea necesario que nosotros les prediquemos mucho. Si somos levantados en la cruz, esto atraer las personas a Cristo. Necesitamos que se levante un verdadero testimonio al experimentar nosotros la muerte y la resurreccin de Cristo en nuestra vida diaria. Si no tenemos un verdadero testimonio de vida, entonces cuanto ms prediquemos, ms estorbaremos el evangelio. Muchos queridos cristianos sencillamente no pueden predicar el evangelio a sus familiares porque no tienen un testimonio apropiado. Nadie conoce mejor nuestras vidas que nuestros familiares. Si no podemos mostrar
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un testimonio de vida por medio de la muerte y la resurreccin, entonces cuanto ms tiempo vivamos en cierto lugar, ms nuestros vecinos guardarn su distancia de nosotros. La verdadera predicacin del evangelio es una vida de crucifixin y resurreccin que expresa a Cristo. Esto es lo que convence a las personas. No discutan con la gente. Cuanto ms discutamos con ellas, ms terreno perderemos. En vez de ello, debemos convencer a las personas por medio de morir, con nuestro andar diario y con nuestro vivir diario. En los pasados dos mil aos, la crucifixin, la muerte y la cruz de Cristo ha hablado a muchos corazones. Necesitamos que la muerte de Cristo, la cruz y la crucifixin proclamen a Cristo ms de lo que podemos hacerlo nosotros con nuestras bocas. Eso no significa que no necesitemos abrir nuestra boca para expresar algo acerca del Seor. Ciertamente debemos hacerlo. No obstante, lo ms fundamental es nuestro testimonio de vida. Necesitamos morir; no existe otra mejor manera. No discutan con sus vecinos, con sus compaeros de estudio ni con sus compaeros de clase; en lugar de eso, muera ante ellos. Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, jams podr multiplicarse. Esta multiplicacin es la verdadera propagacin del evangelio. Los cristianos siempre andamos soando. No es necesario que busquemos el don milagroso de los sueos, pues todos somos expertos en soar. Pensamos que si oramos por tres noches y tres das, seremos revestidos de poder para predicar el evangelio. En realidad, no existe tal cosa; les digo mil veces, no. En vez de ello, debemos comprender que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, no habr ninguna multiplicacin. Independientemente de cuntos das, noches, meses o incluso aos oremos, la respuesta a la oracin apropiada es: Tienes que morir. Si ha de producirse una multiplicacin, si ha de producirse algn aumento, tenemos que morir. Si el grano de trigo no muere, no hay posibilidad de ningn incremento. Les digo una vez ms que esto no significa que no debamos predicar el evangelio verbalmente. Ciertamente debemos hacerlo, pero dicha predicacin debe basarse en la vida crucificada. La vida crucificada debe abrir el camino para nuestras palabras. De lo contrario, nuestra vida lo nico que har ser cerrar el camino; no importa cunto hablemos con nuestra boca, nuestras palabras nicamente empeorarn las cosas. Si no tenemos un testimonio de vida, es mejor que cerremos nuestra boca. La nica manera de obtener un incremento es experimentar la muerte y la resurreccin. No hay otro camino. Pareciera que Juan 12:24 nicamente se aplica al Seor. Sin embargo, si continuamos leyendo, en los versculos 25 y 26 se nos dice claramente que el principio expuesto en el versculo 24 tambin se aplica a nosotros. Si hemos de servir al Seor, tenemos que estar donde l est. l est en el camino de la muerte; l est en el camino de la cruz. Por consiguiente, nosotros tenemos que estar all tambin. Todos debemos ver que la verdadera predicacin del evangelio tiene como objetivo el aumento de Cristo. Cristo est en nosotros, y por tanto somos un grano de trigo. En nuestro interior est la vida, pero tambin tenemos un cascarn que nos
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recubre. Este cascarn tiene que ser quebrantado; debe ser puesto en la tierra para que muera all. Entonces la vida que est en nuestro interior, que es Cristo mismo, se manifestar, y mediante esta manifestacin, Cristo ser impartido en otros. Esta imparticin ser Su aumento. Esto no es cuestin de simplemente predicar la doctrina del evangelio; ms bien, es cuestin de impartir a Cristo en otros mediante una vida crucificada y resucitada. LA COMISIN DEL EVANGELIO ES REPRODUCIR A CRISTO CON MIRAS A SU AUMENTO Juan 15 nos muestra cmo los muchos granos son edificados unos con otros para que se produzca un aumento corporativo. En el captulo 12 vemos la manera en que se produce el aumento, y en el captulo 15 vemos la manera en que somos edificados. Los versculos del 1 al 5 dicen: Yo soy la vid verdadera, y Mi Padre es el labrador. Todo pmpano que en M no lleva fruto, lo quita; y todo aquel que lleva fruto, lo poda, para que lleve ms fruto. Ya vosotros estis limpios por la palabra que os he hablado. Permaneced en M, y Yo en vosotros. Como el pmpano no puede llevar fruto por s mismo, si no permanece en la vid, as tampoco vosotros, si no permanecis en M. Yo soy la vid, vosotros los pmpanos; el que permanece en M, y Yo en l, ste lleva mucho fruto; porque separados de M nada podis hacer. Es posible que tengamos el concepto equivocado de que el fruto del que el Seor habla aqu se refiere a ciertas manifestaciones de la vida divina, como lo es el fruto del Espritu mencionado en Glatas 5. Sin embargo, en estos das, mientras ms consideraba este captulo, ms claramente lo entenda. Juan 15:16 nos muestra el verdadero significado de llevar fruto en este captulo. Este versculo dice: No me elegisteis vosotros a M, sino que Yo os eleg a vosotros, y os he puesto para que vayis y llevis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidis al Padre en Mi nombre, l os lo d. Si leemos este versculo detenidamente, podemos darnos cuenta de que el fruto aqu no se refiere a las manifestaciones de la vida divina. Llevar fruto equivale a producir, a obtener, un aumento. Esto se refiere a la verdadera propagacin del evangelio, la cual consiste en impartir a Cristo en las personas, de modo que ellas lleguen a ser el fruto. En este captulo el fruto es el rebosar de Cristo que se imparte en las personas, de modo que ellas lleguen a ser el aumento de Cristo. Observen un rbol frutal. El fruto que se produce en las ramas del rbol es el incremento de ese rbol. El fruto no es simplemente mansedumbre, humildad ni cierta clase de buen comportamiento, sino ms bien, el desbordamiento de la vida que est en nuestro interior, la cual produce un incremento de vida. Los rboles frutales se reproducen mediante la semilla que est en el fruto. Dentro del fruto que est en las ramas del rbol hay semillas. Cuando estas semillas caen en la tierra, producen ms rboles. Originalmente haba un solo rbol; pero despus de cierto tiempo, se producen muchos rboles. ste es el aumento. Al final de Mateo el Seor nos dio la comisin de ir a predicar el evangelio a todas las naciones (28:19). En Marcos encontramos una exhortacin similar: Id por todo
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el mundo y proclamad el evangelio a toda la creacin (16:15). Asimismo, Lucas concluye de la misma manera (24:47-49). Sin embargo, nos habla el Seor acerca de la predicacin del evangelio en el Evangelio de Juan? S, lo hace, pero de una manera diferente. En Mateo, Marcos y Lucas, pareciera que la predicacin del evangelio es una especie de movimiento, cierta clase de actividad u obra. Es nicamente en el Evangelio de Juan, en el evangelio de vida, que vemos que la predicacin del evangelio no es una obra ni una actividad, sino el resultado del desbordamiento de la vida divina. Es por ello que en Juan 15:16 el Seor eligi y puso a los discpulos para que fueran y llevaran fruto. Esto equivale a predicar el evangelio con miras al aumento de Cristo. Debemos proseguir a fin de producir a Cristo, es decir, hacer que Cristo sea reproducido, multiplicado e incrementado a treinta, a sesenta y a ciento por uno. En esto consiste la gran comisin. En este libro pareciera que no se hizo esta comisin en cuanto a la predicacin del evangelio, pero en realidad aqu se encuentra la verdadera comisin de predicar el evangelio. No se presenta como una obra, actividad o movimiento, sino de una manera orgnica, como el resultado del desbordamiento de la vida que est en nuestro interior. SER PODADOS A FIN DE LLEVAR MS FRUTO Segn Juan 15, si tomamos en serio las cosas del Seor, el Padre nos podar, nos cortar y nos purificar. Todos los pmpanos necesitan una especie de poda. Muestro un poco de recelo al decirles esto, porque no quiero desanimarlos ni asustarlos. Sin embargo, si ustedes les preguntan a los mejores labradores cmo se ayuda a las ramas de los rboles para que lleven fruto, ellos les dirn que ellos las podan. Algunas ramas no llevan fruto porque les hace falta que las poden. Cuando los hermanos y hermanas toman en serio las cosas del Seor, y el Padre viene y pone Sus manos sobre ellos y los poda, de inmediato su predicacin del evangelio es prevaleciente. Por otro lado, es posible que estemos muy cmodos. Si alguien nos preguntara: Cmo ests?, tal vez les digamos: Todo est bien. Sin embargo, no todo est bien, especialmente en relacin con la predicacin del evangelio. El da en que nuestro entorno, nuestras circunstancias, no estn bien aun podran ser caticas se ser el tiempo en que nuestra predicacin del evangelio ser prevaleciente. Muchos queridos santos no pueden predicar el evangelio de forma prevaleciente mientras estn saludables. Sin embargo, una vez que el Padre, el Labrador, toca un poco esos pmpanos, la salud de dichos hermanos se quebranta y ellos se enferman. Es en esos momentos que su predicacin es prevaleciente. Mientras prosperamos, puede ser que les digamos a las personas que necesitan a Jess y que ellos deben creer en l, pero esto es semejante a las hijas de Lot cuando le hablaron a los habitantes de Sodoma. A la gente no le interesar escuchar estas palabras, y nos escucharn de la forma que escuchan las noticias. Sin embargo, tal vez perdamos nuestro negocio u otras cosas, o que tengamos otro tipo de problemas. Es posible que suframos por algo. Esto es la poda, el corte, la purga y el quebrantamiento que har que nosotros los pmpanos llevemos fruto. El Labrador, quien es el Padre, sabe cmo podarnos.
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Juan 15 es un captulo muy significativo. En este captulo vemos que el Padre tiene la intencin de forjar todo lo que l es, toda la plenitud de la Deidad que est en Cristo, en los pmpanos de la vid para que lleven ms fruto. Existe una gran necesidad de que el Padre forje toda Su plenitud en nuestro ser para que llevemos fruto, es decir, para que la vida que est en nuestro interior desborde, lo cual es la realidad de la plenitud del Padre. El resultado del desbordamiento de la vida interior es el fruto, y muchas veces este desbordamiento se produce nicamente cuando somos podados, cortados y limpiados. PERMANECER EN CRISTO A FIN DE LLEVAR FRUTO Si queremos tener una propagacin del evangelio prevaleciente, debemos aprender a permanecer en Cristo. Permanecer en Cristo significa mantenernos en comunin con Cristo. Todo el tiempo debemos permitir que Cristo permanezca en nosotros. Entre nosotros y Cristo debe haber un continuo fluir interno. Debemos permanecer en l y permitirle a l permanecer en nosotros. De este modo, todo lo que l desee, todo lo que l hable, Su Palabra, Su intencin, permanecer en nosotros. Necesitamos tener este tipo de comunin entre nosotros y el Seor. Les repito nuevamente que esto no significa que no debamos abrir nuestra boca para predicar el evangelio; ms bien, significa que lo que prediquemos con nuestra boca depende del verdadero fluir interior que tenemos de Cristo. Debemos tener este fluir interior en Cristo y con Cristo. Entonces, cada vez que abrimos nuestra boca, habr un poder prevaleciente; el cual no ser solamente un poder externo, sino el poder de la vida interior. PEDIR LO QUE QUERAMOS A FIN DE LLEVAR FRUTO Tambin debemos aprender a pedir con respecto a esta obra evangelizadora. En Juan 15:7 y 8 dice: Si permanecis en M, y Mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queris, y os ser hecho. En esto es glorificado Mi Padre, en que llevis mucho fruto, y seis as Mis discpulos. Este pasaje trata de la oracin. El Padre nos conceder todo lo que pidamos. Esto significa pedir a fin de que ciertas personas sean tradas al Seor y lleguen a ser parte del aumento de Cristo. En el pasado, algunos jvenes vinieron a decirme: En Juan 15:7 el Seor prometi que l nos dara todo lo que pidiramos. Por varios aos le ped al Seor que me concediera ir a la universidad para obtener un doctorado, pero l no ha cumplido Su promesa. Sin embargo, si leemos el contexto de este captulo, veremos que la oracin de la cual habla el Seor aqu es que ciertas personas sean aadidas para formar parte del aumento de Cristo. Es una oracin para que ciertas personas lleguen a ser fruto como resultado del desbordamiento de la vida interior. Si consideramos todos los asuntos que hemos mencionado, podremos entender donde est nuestra escasez y por qu nuestra predicacin no ha sido prevaleciente. En el cristianismo actual muchos piensan que predicar el evangelio consiste en realizar ciertas actividades, campaas de evangelizacin y cruzadas. Pero no es as.

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La verdadera predicacin del evangelio es el resultado del Cristo que desborda de usted y de m. ste es el aumento de Cristo. SER EDIFICADOS EN AMOR COMO UN TESTIMONIO ANTE EL MUNDO En Juan 15:12 leemos: ste es Mi mandamiento: Que os amis unos a otros, como Yo os he amado, y el versculo 17 dice: Estas cosas os mando para que os amis unos a otros. En este contexto, amarnos unos a otros equivale a ser edificados. Luego, el captulo 17 contina hablndonos de la misma manera. Los versculos del 21 al 23 dicen: Para que todos sean uno; como T, Padre, ests en M, y Yo en Ti, que tambin ellos estn en Nosotros; para que el mundo crea que T me enviaste. La gloria que me diste, Yo les he dado, para que sean uno, as como Nosotros somos uno. Yo en ellos, y T en M, para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo conozca que T me enviaste, y que los has amado a ellos como tambin a M me has amado. Cuando llegamos al captulo 17, todos tenemos que humillarnos, pues todos tenemos carencias en este asunto. No hemos sido edificados. Hoy en da lo ms que hacen muchos cristianos es reunirse, pero no tienen edificacin. Todo lo que tienen es un montn de piedras, mas no hay edificacin. Es posible que hoy, usted sienta amontonarse con cierto querido hermano, pero despus de dos meses descubra que l no era tan bueno, y entonces decida irse a otro montn de piedras. No piensen que alguien vino a contarme cul es su condicin. Tal vez si alguien vino, se fue el Espritu Santo. l muchas veces ha venido a reprenderme, diciendo: Mira la situacin en la que estn ustedes. No conozco los detalles de su caso, pero en mi espritu conozco el principio. Muchos de los que estn entre nosotros simplemente han estado yendo de un montn de piedras a otro. No obstante, una vez que seamos edificados, jams podremos movernos de un lado a otro. Una viga de madera en un edificio no puede cambiar de lugar; simplemente ha sido edificada. Debemos abandonar toda expectativa de poder cambiar de lugar. Puesto que estoy edificado con cierto hermano, lo amo. No lo amo porque l sea digno de mi amor, sino que lo amo sencillamente sin ninguna razn. Simplemente, tengo que amarlo. Nos sentimos obligados a amarnos unos a otros. Cuando nos amamos unos a otros, eso significa que hemos sido edificados. Es esta unidad y edificacin la que convencer al mundo. Cmo esperamos que nuestros amigos, nuestra familia y nuestros parientes sean trados a Cristo? Muchas veces nuestra familia nos oye criticar a los hermanos. Cuando criticamos a la iglesia y a los queridos hermanos y hermanas, nuestros hijos y nuestra esposa nos oyen. Despus de que nos oyen, cmo esperamos que ellos sean trados al Seor? En vez de eso, ellos sacudirn la cabeza al escuchar el evangelio. Por consiguiente, tenemos que amarnos unos a otros. Incluso si una esposa se queja y le pregunta a su esposo: Cmo puedes amar a esa clase de

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persona?, l podr decirle: Simplemente los amo. Es posible que la esposa se queje y lo critique, sin embargo, ella quedar convencida en su corazn. La mejor de las pruebas es el examen de la edificacin. El grado al que hayamos sido disciplinados por el Seor y hayamos aprendido las lecciones se prueba por medio de la edificacin. Es por ello que en Juan 15, donde el Seor nos habla de llevar fruto, l nos manda a amarnos unos a otros. Amarnos unos a otros tiene mucho que ver con el hecho de llevar fruto. Si no amamos a nuestros hermanos y hermanas, no creo que nuestra predicacin del evangelio pueda ser prevaleciente. Si hoy criticamos a una hermana, y maana nos sentimos descontentos con otro hermano, y luego predicamos el evangelio, creen ustedes que nuestra predicacin puede prevalecer? El mundo espiritual nos est viendo. Los espritus malignos incluso pueden decirnos: Ests predicando el evangelio?. En esta clase de predicacin no estar presente el poder que convence a las personas. Sin embargo, supongamos que simplemente amamos a cierto hermano o a cierta hermana, sin importar la clase de persona que sean. Sencillamente los amamos sin ninguna razn o explicacin. Si se es el caso, podemos estar seguros de que cada vez que abramos nuestra boca para predicar el evangelio, el poder que convence a las personas estar con nosotros. El poder no estar en nuestra voz ni en la energa con la que proclamamos, sino que dicho poder provendr de nuestra vida, la cual convence a los dems. Si nuestra predicacin va a ser prevaleciente, es necesario que seamos podados por el Padre, que permanezcamos en el Hijo, que oremos para que las personas sean introducidas en la realidad del aumento de Cristo, que nos amemos unos a otros, que seamos edificados unos con otros y tengamos la unidad. No debemos pensar que en el Evangelio de Juan no se encuentra la comisin de predicar el evangelio. En este libro s se halla la comisin de predicar el evangelio, slo que se menciona de otra manera, no como una actividad, movimiento, obra o cruzada, sino como una vida que continuamente experimenta la poda del Labrador celestial, que siempre permanece en el Hijo de Dios, que siempre ora para que ciertas personas sean introducidas en la realidad del aumento de Cristo, y que siempre ama a los hermanos independientemente de cul sea su condicin o situacin. Sencillamente amamos a los hermanos por causa del Seor Cristo. Hemos aprendido las lecciones y estamos siendo edificados juntamente unos con otros. ste es el poder que prevalece, la vida que convence, de la predicacin del evangelio. La predicacin del evangelio es el aumento de Cristo, y este aumento nicamente es posible cuando somos puestos a muerte. Es preciso que aprendamos las lecciones que se hallan en los captulos del 15 al 17. Oh, cunto necesitamos ser edificados! PREDICAR EL EVANGELIO CONFORME AL PRINCIPIO DE LA VIDA PARA TENER EL AUMENTO DE CRISTO Por ahora nos encontramos en el proceso del recobro del Seor. Les quisiera rogar, con sinceridad y humildad, que tengan paciencia con respecto a la edificacin. Nuestra predicacin del evangelio nos ha puesto a prueba y nos ha mostrado dnde nos encontramos, y ahora tenemos que ser edificados. No acepten ninguno de los
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conceptos que adquirieron en su formacin en el cristianismo. Les digo esto con humildad y con franqueza. Esto nos ha influenciado muchsimo, y an continuamos bajo esta influencia. La manera apropiada de predicar el evangelio no es realizar cierta clase de movimiento o cruzada, sino llevar una vida crucificada, una vida podada, una vida que permanece en Cristo y que est siendo edificada. Para esto se requiere ms tiempo. Entonces veremos que la predicacin prevalecer. No tengan la expectativa, segn sus conceptos arcaicos, que nos estamos preparando para llevar a cabo una obra evangelizadora, y que de repente en una sola noche veremos los resultados. Esto es simplemente un sueo. Por muchos aos hemos ledo informes relacionados con el evangelio que no son ms que cifras escritas con tinta negra sobre papel blanco, pero dnde est el verdadero resultado? Dnde estn todas esas personas hoy? Dnde est el verdadero fruto? Es se el camino que queremos seguir? El evangelio de vida nos muestra que el camino que debemos seguir para llevar fruto, para que Cristo pueda crecer, es el camino de la vida. No quiero hablar mucho acerca de las iglesias del Lejano Oriente. Sin embargo, hemos visto que ellas no han tenido necesidad de realizar una cruzada ni un movimiento de evangelizacin. Los santos de Taipi simplemente llevan una vida para el evangelio, y cada mes y cada ao un buen nmero de personas son aadidas y llegan a ser parte del aumento de Cristo. Esto se debe a que han sido edificados. Necesitamos paciencia para ser edificados, y esta edificacin se revela en todos los pasos de los cuales ya hemos tenido comunin. Sin duda alguna, ya hemos experimentado el nacimiento divino, pero qu del crecimiento? Qu tanto bebemos al Seor y nos alimentamos de l? Y cunto hemos madurado y crecido? Tenemos que humillarnos y ver cul es el camino apropiado. Muchas cosas que vimos durante el tiempo que hemos estado en el cristianismo no son acertadas, y ms o menos nos distraen. Les ruego que aprendan la leccin de abandonar todas esas cosas y volverse al Seor y seguir el camino de la vida. Les animo a que lean nuevamente el Evangelio de Juan. En los primeros tres evangelios Mateo, Marcos y Lucas encontramos la comisin de predicar el evangelio, aparentemente como si fuera una actividad. Pero en el ltimo evangelio, el evangelio de la vida, esta comisin no se menciona como una actividad, sino como algo que es conforme al camino de la vida. Si no seguimos este camino, es posible que traigamos personas a Cristo de una manera externa, pero no veremos el aumento de Cristo. A fin de que Cristo obtenga un aumento con personas, nosotros debemos llevar una vida crucificada, en la cual impartamos a Cristo continuamente a las personas y no simplemente traigamos personas a Cristo, de modo que ellas sean transformadas y lleguen a formar parte de la novia de Cristo. Le pido al Seor que en estos das el Espritu nos ayude a todos a comprender que la manera apropiada de predicar el evangelio es impartir a Cristo en otros. Para ello se requiere que nosotros permanezcamos en l y seamos podados, purificados y quebrantados, es decir, seamos crucificados. Entonces algo de Cristo crecer en
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nosotros y se manifestar por medio de nosotros, y Cristo ser impartido en otros. De este modo, tendremos el verdadero aumento, y este aumento ser la novia de Cristo. sta es la manera apropiada de predicar el evangelio. sta es la predicacin del evangelio que es conforme al principio de la vida.

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CAPTULO TRECE PREDICAR EL EVANGELIO SEGN EL MINISTERIO REMENDADOR DE JUAN Lectura bblica: Jn. 10:10b; 3:29-30; 12:24-26; 15:4-5; 17:21 Los escritos del apstol Juan se clasifican en tres grupos. El primero es su evangelio, el segundo es sus epstolas y el ltimo es el libro de Apocalipsis. Es muy interesante que segn el orden en que fueron puestos los libros del Nuevo Testamento, todos los escritos de Juan aparecen al final de cada seccin. Esto no se debe a que estos libros fueran los ltimos en escribirse, pues, en ese caso, todos apareceran al final del Nuevo Testamento, sino que conforme a la soberana del Seor, los libros del Nuevo Testamento no siguen una secuencia cronolgica; en lugar de ello, el Evangelio de Juan aparece al final de los Evangelios y sus epstolas aparecen al final de las Epstolas. Incluso despus de Judas encontramos las siete epstolas del libro de Apocalipsis, que va al final de todo el Nuevo Testamento. La razn subyacente es muy significativa. Podemos ver la verdadera soberana del Seor en relacin con la Biblia. El ministerio de Juan no es el ministerio que da inicio, sino ms bien, el ministerio que concluye. Su ministerio no es el ministerio de pesca, para traer a las personas, sino el ministerio remendador que mantiene a las personas en el testimonio al remendar la obra del Seor. Si estudiamos todos los libros de este apstol con esta perspectiva, recibiremos nueva luz. Al final del Evangelio de Mateo, el Seor Jess dice: Por tanto, id, y haced discpulos a todas las naciones, bautizndolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espritu Santo (28:19). En Marcos el Seor Jess dijo prcticamente lo mismo: Id por todo el mundo y proclamad el evangelio a toda la creacin (16:15), y en Lucas encontramos una exhortacin similar (24:47-49). Al final de estos tres evangelios se nos dice lo mismo, a saber: que tenemos que ir, predicar el evangelio a todas la naciones y a toda creacin, y hacer discpulos a los gentiles. Sin embargo, cuando llegamos al ltimo de los Evangelios, no encontramos este tipo de exhortacin o mandamiento. La comisin del Seor en el Evangelio de Juan no se nos presenta de esta manera. En Juan encontramos la manera de predicar el evangelio en la vida divina y en virtud de la vida divina, o sea, la manera de predicar el evangelio por medio del ministerio remendador. La historia de la iglesia, nuestras experiencias y la situacin presente del cristianismo nos muestran que si no seguimos el camino que se menciona y se revela en este evangelio, y si nicamente seguimos el camino que se revela en los primeros tres evangelios, la predicacin del evangelio no tendr un resultado prevaleciente. El buen resultado de la predicacin del evangelio se asegura al seguir el camino de la vida revelado en el Evangelio de Juan. Si no conocemos la manera de predicar el evangelio segn se revela en este libro, y si nicamente conocemos la

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que se menciona en los primeros tres libros, el fruto de nuestra predicacin se desvanecer, por cuanto no habr nada que remiende y guarde ese fruto. Es muy fcil para los cristianos entender la manera de predicar el evangelio mencionada en los primeros tres evangelios. Esto se debe a que si bien esta manera no procede estrictamente del concepto humano, se asemeja a l. Sin embargo, la manera de predicar el evangelio que se efecta en virtud de la vida y por medio de la vida, la cual se revela en el Evangelio de Juan, requiere revelacin celestial y entendimiento espiritual. De lo contrario, no podremos verla, y nos parecer que en este evangelio el Seor no habla en absoluto acerca de la predicacin de Su evangelio. No obstante, el Seor s habl del evangelio, pero lo hizo conforme al principio de la vida, y no segn la manera en que nuestro concepto natural lo pueda entender. Todava necesitamos practicar lo que se nos revela en los tres evangelios; es decir, tenemos que ir, y tenemos que predicar. Sin embargo, si no seguimos el camino de la vida, todo lo que cosechemos con una mano, lo perderemos con la otra. Esto es semejante a sacar agua del pozo con una vasija que tiene agujeros. Necesitamos algo que nos ayude a guardar y a contener lo que tenemos. Consideren la historia de la iglesia y la situacin presente del cristianismo. Muchas personas han sido conducidas al Seor por medio de campaas y cruzadas, pero dnde estn ahora? No sabramos decir, porque el cristianismo actual practica mayormente la manera mencionada en los primeros tres evangelios, pero descuida la que se menciona en el Evangelio de Juan. Utilizan los mtodos para pescar, pero descuidan los mtodos para remendar las redes. Hace treinta y cinco aos traje a algunas personas al Seor, pero en aquel tiempo no conoca la manera de remendar. Por esa razn, hoy no s dnde estn muchas de esas personas. Aunque indudablemente ellas vinieron al Seor, finalmente acabaron por esfumarse. Slo unas cuantas de ellas, a quienes el ministerio remendador, el ministerio de vida, les brind una verdadera ayuda, todava se encuentran en la vida de iglesia. Si bien reconocemos el valor de la primera manera de predicar el evangelio, debemos prestar suma atencin a la segunda, a saber, aquella que es conforme al camino de la vida, el camino que aumenta a Cristo por medio de nosotros. El camino de la vida es la mejor manera y la ms apropiada para que la iglesia y los miembros de la iglesia prediquen el evangelio, pues es a largo plazo. Todos tenemos que aprender a predicar el evangelio de esta manera y debemos darle la debida importancia. Es fcil que entendamos la primera manera de predicar el evangelio porque se asemeja mucho a nuestros conceptos naturales. Sin embargo, para captar la segunda manera de predicar el evangelio, la cual es conforme al camino de la vida, necesitamos revelacin. Necesitamos entendimiento espiritual para ver que la manera correcta de predicar el evangelio consiste en impartir a Cristo en otros. Esto tiene como propsito que Cristo aumente en otros por medio de nosotros. Por lo tanto, nuestra nica necesidad es la vida; es imperativo que tengamos esta vida.
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Si no tenemos esta vida, no podremos impartir a Cristo en otros. Incluso en la esfera de la vida fsica no podemos esperar que una persona que es infantil, dbil o enfermiza imparta vida a otros. Lo que necesitamos es el verdadero crecimiento en vida; entonces podremos impartir vida a otros. A fin de predicar el evangelio conforme a la vida, tenemos que crecer. Si la rama de un rbol no crece, y al mismo tiempo tiene una vida deficiente, cmo podr llevar fruto? Por lo tanto, si hemos de llevar fruto a fin de que Cristo crezca por medio de nosotros, debemos tener vida en abundancia. El Seor Jess dijo: Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia (Jn. 10:10b). Tener vida nos beneficia a nosotros mismos; no obstante, si hemos de impartir vida a otros, es preciso que tengamos vida en abundancia. Por lo tanto, necesitamos crecer. APRENDER A CUIDAR DE LAS PERSONAS POR MEDIO DEL EVANGELIO Si realmente estamos creciendo y tenemos cierto crecimiento, debemos practicar al menos cuatro cosas. Primero, debemos cuidar de los incrdulos. No importa cun espirituales seamos y qu logros espirituales hayamos alcanzado, incluso si tenemos mucha experiencia como el apstol Pablo, aun as, debemos cuidar de las personas predicndoles el evangelio. El hermano Watchman Nee recopil ciento cuarenta y siete nombres en slo un ao y medio. l constantemente oraba por estos nombres. Todos debemos practicar esto. Tenemos que acudir al Seor y considerar todas las personas que frecuentamos nuestros parientes, amigos, compaeros de estudio, colegas y otros no slo aquellas personas que conocemos y estn en nuestra vecindad, sino tambin aquellas que viven lejos de nosotros. Si alguien vive lejos de nosotros, aun as debemos tomar la carga por tal persona. Necesitamos tener comunin con el Seor. Entonces, l nos llevar a cuidar de ciertas personas. Esto es algo a largo plazo. No debemos tener la expectativa de que traeremos a las personas al Seor muy rpidamente. En lugar de ello, tenemos que orar por ellas diariamente. Esto requiere que tengamos una verdadera comunin con el Seor. A fin de orar, nosotros mismos tenemos que ser disciplinados por el Seor. Si hay algn tipo de separacin entre nosotros y el Seor, nos veremos estorbados, y no podremos orar con una conciencia pura ni tendremos la confianza, la seguridad ni la fe de que nuestras oraciones sern contestadas. Por lo tanto, necesitamos ser disciplinados. Si cuidamos seriamente a otros delante del Seor, continuamente seremos disciplinados por el Seor. Esto nos ayudar a crecer. Cuanto ms dispuestos estemos a que el Seor nos depure, ms creceremos, y cuanto ms crezcamos, ms abundancia de vida tendremos para compartir a otros. Debemos poner en prctica el orar. No queremos dar la impresin de que somos legalistas o formales, pero en algunos lugares, los santos, y en especial los ms jvenes, tomaron la decisin de orar al menos por cinco personas. No quisiera hacer de esto una regla, pero nosotros tuvimos esta prctica cuando ramos jvenes. Cuando yo era ms joven, siempre llevaba algunos tratados en mi bolsillo. En ese entonces caminaba por treinta minutos a la oficina donde trabajaba.
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Mientras caminaba, siempre regalaba tratados a todos aquellos que encontraba en mi camino y, cuando tena tiempo, conversaba con algunos de ellos. Cuando el Seor recin empez la obra en mi ciudad natal, yo estaba solo. Una noche un amigo vino para hablarme sobre cierto asunto. Antes de aquel tiempo, ambos habamos sido miembros de la Iglesia China Independiente, donde l, por ser unos diez aos mayor que yo, era uno de los ancianos. Puesto que era el mes de julio, la temporada ms calurosa del ao, yo le suger que furamos a la playa para tener comunin. Despus de que nos sentamos en la arena, l me pregunt sobre varios asuntos, tales como el bautismo y la mesa del Seor. Despus de dos o tres horas, le suger que regresramos a casa, pero l quera que nos quedramos ms tiempo y me pidi que lo bautizara. se fue el comienzo de la obra en ese lugar. Yo lo bautic a pesar de que era un simple laico, era un joven, no era pastor, predicador, anciano ni dicono. Los dos nos sentamos en el cielo. l me dijo: Seor Lee, a partir de esta noche dejar la Iglesia China Independiente. Oremos los dos juntos y leamos la Biblia. Yo acept esto. El tercer da despus de esto, le pregunt a uno de mis compaeros de oficina si se acordaba de dicho hermano. Como quiso saber por qu le preguntaba, le dije: Tengo un secreto que contarle. Anteayer lo bautic a l en el mar. De inmediato me dijo: Seor Lee, esta tarde despus del trabajo usted tiene que bautizarme a mi tambin. Este hombre haba sido salvo por medio de m. Le dije que mejor esperara un poco, porque haba otro hombre que haba sido salvo, quien a lo mejor tambin querra ser bautizado. Unos minutos despus esa persona vino y le preguntamos. l dijo: Estoy dispuesto. Vamos!. As que ese da dos personas ms fueron bautizadas. Ya ramos cuatro. se era un da jueves, y al siguiente da del Seor, ya tenamos once personas. ramos como los primeros discpulos, slo once hermanos reunindose juntos para celebrar la mesa del Seor. Despus de eso, el Seor nos envi ms personas. El principio que vemos aqu es que el Seor nos enviar personas si tenemos un verdadero testimonio de vida. Todos nosotros tenemos que aprender la leccin de cuidar de otros. Tenemos que orar por ciertos nombres y hacer de esta clase de predicacin parte de nuestra vida. Estamos viviendo por esto. Esto no es simplemente una obra ni una actividad nuestra, sino que es parte de nuestra vida. Puedo testificarles que es absolutamente cierto que si oramos por otros, tarde o temprano ellos sern salvos. Es algo que requiere tiempo. Aprendamos a llevar esta carga. En los pasados veinticinco aos, conoc un buen nmero de personas espirituales. Sin embargo, todas ellas se fueron a un extremo. Cuanto ms espirituales eran, ms descuidaban esta clase de predicacin. Esto es completamente errado. Necesitamos guardar el equilibrio entre la predicacin del evangelio y la espiritualidad. Cuanto ms espirituales seamos, ms debemos llevar la carga de predicar el evangelio. Esto es lo primero que debemos de poner en prctica.

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TENER UN TESTIMONIO DE VIDA En segundo lugar, adems de orar y predicar el evangelio, debemos tener un testimonio de vida. Sin un testimonio de vida, nuestra predicacin y oracin no prevalecern. Una persona estuvo predicando el evangelio a sus colegas por ms de diez aos. Da a da predicaba sin ver ningn resultado. Esto se deba a que l no tena un testimonio de vida. Por un lado, l reparta tratados y predicaba el evangelio, pero por otro, discuta con la gente y se enojaba fcilmente. Esto arruinaba y estorbaba su predicacin. Es necesario que haya un testimonio de vida. Tenemos que caer en la tierra y morir por causa de Jess, y tenemos que ser resucitados. Entonces tendremos un testimonio que se exhibir en nuestra vida diaria. El testimonio de un humilde empleado Nunca podr olvidarme de cierto hermano que estudi ingeniera en este pas. Despus de graduarse regres a China, y cuando lo conoc, l era jefe de uno de los departamentos de nuestra universidad. Me sorprendi mucho que una persona tan educada y de un rango tan elevado pudiera ser salva. As que me cont su historia, la cual era muy inspiradora. Durante varios aos cierto hermano era subalterno suyo en el gobierno. Este hermano tena una posicin muy baja. En China, especialmente en la antigedad, la gente que tena puestos ms altos menospreciaba a los que tenan puestos bajos como stos. Consideraban que tales personas no eran iguales a ellos y ni siquiera les dirigan la palabra. Sin embargo, este hermano, que era un humilde e insignificante empleado en ese departamento, hizo todo lo posible por contactar al jefe de su departamento y hablarle acerca del Seor Jess. El jefe pensaba que como haba estudiado en los Estados Unidos, saba todo lo relacionado con el cristianismo, y por tanto, que no lo necesitaba. Pareca que el humilde hermano no poda hacer nada; no obstante, cada maana l llegaba temprano a la oficina y dejaba un tratado sobre el escritorio del jefe de su departamento. As, cuando este hombre entraba a su oficina, vea el tratado sobre su escritorio. Esto se repiti cada da sin falta por varios aos. Este hombre no se senta contento con el hermano, pero tampoco lo poda echar del trabajo. Finalmente, despus de tres o cinco aos, el hombre habl con su esposa, quien tambin haba estudiado en los Estados Unidos. Le dijo: Vamos a la casa de ese pobre hombre para ver qu son y qu estn haciendo. El hecho de que hubiera pensado esto ciertamente tuvo que haber sido la respuesta del Seor a la oracin. As que la pareja fue a visitar al hermano. Entraron a su casa y estuvieron all por un buen rato. El testimonio se poda ver all. Ellos observaron la vida familiar y se quedaron asombrados. Ms tarde, al regresar a casa, conversaron al respecto. El hombre dijo: Nosotros dos somos personas de una alta educacin. T estudiaste economa domstica, pero cun lamentable es la condicin de nuestro hogar. Estas personas son de una clase ms baja; no han recibido tanta educacin como nosotros, pero cun maravillosa es la vida familiar que llevan!. ste fue el testimonio de aquel hermano.

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Esta pareja visit nuevamente al hermano pobre y a su esposa, y les preguntaron cmo podan tener una vida familiar tan hermosa. La respuesta del hermano fue que simplemente tenan a Jess. En ese momento el Espritu Santo los convenci. Esta pareja de una educacin y posicin tan elevada, se arrodill, or y acept al Seor, y as fueron salvos. No mucho despus, yo fui invitado a la ciudad de donde ellos eran y me hosped en su casa. Ellos amaban al Seor de verdad. Haban sido salvos por medio de la predicacin que es segn el principio de la vida. Aquello no fue simplemente la predicacin del evangelio, sino la imparticin de la vida, la imparticin de Cristo. ste es el aumento de Cristo. Tambin me invitaron a la casa del primer hermano. l, con lgrimas en los ojos, me cont el testimonio de cunto sufri a causa de aquella pareja. Fue menospreciado, desdeado, maltratado, debido a que su jefe tena una posicin ms alta. Puesto que el jefe del departamento no estaba contento con este humilde hermano, hizo muchas cosas para perseguirlo, y este hermano estuvo sufriendo durante todo ese tiempo. A pesar de ello, siempre que vea a este funcionario de tan alto rango, le sonrea humildemente. No importa cmo lo trataran, l se mostraba contento y dejaba un tratado sobre el escritorio de su jefe, lo cual estuvo haciendo por varios aos, aun cuando todos esos tratados, sin excepcin alguna, iban a parar a la basura. He escuchado muchas historias como sta. El testimonio de un misionero Los primeros misioneros presbiterianos que fueron a la China amaban verdaderamente a esos pobres gentiles, y tenan un verdadero testimonio. Ese amor y testimonio convenca a las personas y por medio de ello, se abrieron las puertas para el evangelio. De lo contrario, habra sido demasiado difcil que se abrieran las puertas entre los chinos que eran tan pobres y tan conservadores. Hay una historia muy inspiradora. En aquel tiempo, no haba ninguna puerta abierta para el evangelio. Los misioneros no podan hacer nada. Las personas de cierta aldea haban decidido colectivamente no abrir las puertas de su casa a ninguno de los misioneros extranjeros. Cada vez que un misionero extranjero llegaba a esa aldea, hacan sonar un gong para advertirle a todos de su llegada. Entonces toda la gente cerraba las puertas de sus casas, y en toda la aldea nadie sala hasta que volviera a sonar el gong avisando que el misionero se haba marchado. Un querido hermano, que era misionero, estudi la situacin y empez a orar. La gente cerraba sus puertas y esperaba por largo rato. As que el hermano se quedaba de pie junto a una puerta, y cuando alguien la abra para ver si el misionero se haba marchado, el hermano entonces pona un palo en la puerta. Luego empujaba la puerta, se introduca un poco y luego, sin importarle lo que la gente le hiciera adentro, se meta a la fuerza. En China, aquel entonces, en todas las casas haba un cuarto para moler, all haba una piedra de molino que se usaba para moler el trigo o el maz. se era un trabajo muy pesado, pues todava no haba electricidad en las casas. Si alguien era rico, usaba su caballo o mula para realizar el trabajo, pero si era pobre, tena que moler el grano a mano.

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El misionero haba observado esta situacin, as que, despus de entrar por la puerta, se iba corriendo directamente al molino para realizar la tarea de moler para la gente. Toda la familia ignoraba al pobre hombre, pues decan: Si l est dispuesto a hacer el trabajo duro por nosotros, pues que lo haga. El hermano entonces continuaba moliendo sin parar por varias horas, casi por todo un da. Esto conmovi los corazones de las personas de esa familia, especialmente a los de la generacin mayor. El abuelo vena y le daba un vaso de agua y le deca: Beba. El misionero le daba las gracias y beba el agua, y luego continuaba moliendo. Esto verdaderamente los conmovi. Fue por ello que la generacin mayor se mostr abierta a este hermano. Ellos decan: Por favor, sintese y descanse. Cuntos aos tiene usted? De dnde viene?. Fue esto lo que abri las puertas una por una. Hay otras historias semejantes que son verdaderamente inspiradoras. Quisiera dejar grabado en ustedes que no hay un camino fcil para llevar fruto. Si un grano de trigo ha de llevar fruto, tiene que caer en la tierra, morir y luego resucitar. Entonces la vida se manifestar. Casi todo el mundo, sobre todo en este pas, sabe algo del cristianismo. No podemos ganar a las personas de una manera fcil o ligera; en lugar de ello, tenemos que estar dispuestos a pagar el precio. Tenemos que ganar a las personas a cierto costo. Tenemos que pagar un precio para ganar a nuestros familiares, vecinos, colegas y compaeros de clase. Debemos orar por ellos y testificarles del Seor Jess, dndoles un verdadero testimonio de vida. Se necesita el testimonio de vida. Esta clase de testimonio no puede producirse en un par de das. Se requiere cierto periodo de tiempo. Tal como los estudiantes en la escuela, da a da tenemos que edificar este testimonio. Luego, despus de unas semanas o meses, el camino estar listo para traer a las personas al Seor. sta es la manera ms prevaleciente. De esta manera, no slo las personas sern tradas al Seor, sino que adems sern guardadas de modo que permanezcan. Les repito que esto no es simplemente predicar el evangelio, sino impartir vida a otros. Tenemos que practicar esto. A fin de guardar el debido equilibrio, tenemos que llevar una vida que predica. SER EDIFICADOS COMO MIEMBROS VIVOS DEL CUERPO DE CRISTO Lo tercero que debemos practicar es ser edificados. Debemos poder mostrar a todo el universo, en especial a aquellos que nos interesa ganar, que somos miembros vivos del Cuerpo de Cristo. Para hacer esto, debemos invitar a los hermanos y hermanas que han sido edificados con nosotros para que nos ayuden a ganar a los incrdulos. Si no somos edificados, ser difcil invitar a los hermanos para que compartan con nosotros la labor de predicar el evangelio. Aun si invitramos a alguien, no tendramos impacto ni habra vitalidad. Pero si por el contrario somos edificados unos con otros en amor, la gente lo percibir. Cuando invitemos a los hermanos y hermanas a que nos acompaen para ganar a los incrdulos, ellos sentirn que hay algo especial entre nosotros. Percibirn que entre nosotros hay amor y algo muy maravilloso. Esto convencer a las personas. Esta clase de edificacin y unidad preparar el camino para que el Espritu Santo forje algo en
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los incrdulos. Pero si entre nosotros no hay unidad, pese a que nos reunisemos todos juntos, no tendramos impacto alguno. Satans se reira de nosotros y sofocaramos al Espritu Santo. Esto impedira que el Espritu Santo forje algo de Cristo en las personas. Por consiguiente, se necesita la unidad, la edificacin. Cuando somos conjuntamente edificados, invitar a los incrdulos a nuestras reuniones da muy buenos resultados. Una reunin de cristianos que han sido edificados es muy prevaleciente. Sin embargo, si no hemos sido edificados unos con otros, y nos reunimos de una manera suelta, no tendremos ningn impacto. A principios de los aos cuarenta, en mi ciudad natal, nuestras reuniones causaban una impresin muy positiva en las personas. En sus conversaciones ellos solan decir que quien fuera a nuestras reuniones quedara convencido. Tenamos el impacto all. De la misma manera, muchas personas que han venido a nuestras reuniones aqu se han llevado una buena impresin. Tal vez se olviden del mensaje que escucharon, pero no se olvidarn de la reunin ni de la atmsfera que haba en la reunin. La unidad estaba presente y tenamos el impacto vivo. Por otro lado, supongamos que no estuviramos edificados unos con otros, y que al venir a la reunin, viniramos sintindonos descontentos y desilusionados con los hermanos. Entonces cuando un hermano escogiera un himno, otro sacudira la cabeza, y luego todos cantaran desganadamente. En ese caso, no tendramos impacto. Pero supongamos que todos estamos edificados y somos uno en amor. Cada vez que nos reunimos, nos amamos unos a otros. Todos los hermanos y hermanas se sentiran contentos de verse y sentiran que es muy maravilloso estar juntos. En tal caso, el Espritu sera liberado. Si alguien pidiera un himno, no importa cul fuera, en seguida todos lo cantaramos en el espritu, en amor y en unidad. Una reunin as sera muy convincente. Un hermano que vino a nuestras reuniones regres y le dijo a otros: Oh, ustedes no se imaginan qu clase de reunin fue sa! Cuando uno est en la reunin, su manera de cantar, la unidad y la uncin, son maravillosas. La uncin en mi interior me deca que sta es la respuesta. l estaba tan impresionado, no por el mensaje que escuch, sino simplemente por el hecho de estar en la reunin. Luego l les dijo a tantas personas como pudo que vinieran a nuestra conferencia. l quera que ellas vinieran simplemente a ornos cantar. Algunos de los que vinieron a nuestra primera reunin del evangelio, regresaron a sus ciudades y dijeron en su informe que el cielo haba descendido en aquella reunin. He escuchado muchos testimonios como stos. Debemos aprender a amar al Seor, a tener comunin con l, a vivir por l, a andar en l, y debemos aprender a ejercitar nuestro espritu para tener contacto con el Seor y liberarlo de nuestro espritu. Tambin debemos orar por los pecadores, predicarles el evangelio, tener un testimonio de vida, reunirnos en amor y ser verdaderamente edificados unos con otros. De este modo, cada vez que nos reunamos tendremos impacto. sta es la manera apropiada, y es la nica manera, de dar testimonio del Seor. Otras cosas pueden servirnos de ayuda, pero no son la
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manera apropiada ni la manera principal de hacerlo. La manera apropiada de predicar el evangelio es llevar esta clase de vida, que incluye nuestra vida de iglesia. Los incrdulos que se aadan a la vida de iglesia de esta manera viviente sern guardados en vida. La vida continuamente los remendar y los guardar. Esta vida vendr a ser el poder que los guarda. La manera ms prevaleciente de predicar el evangelio es aquella que es conforme al camino de la vida y el camino del Cuerpo de Cristo. No debemos descuidar la manera prctica de reunirnos, pero no podremos fingir. Si no nos amamos unos a otros ni llevamos una vida cotidiana en Cristo y por el Espritu, tal vez finjamos tener algo cuando nos reunimos. No obstante, el Espritu jams dar testimonio de esto, y el maligno se reir de nosotros, no importa de que manera nos reunamos. La vida debe ser lo que nos respalda. Debemos exhibir esta vida en nuestra vida diaria, y debemos ser verdaderamente edificados y amarnos unos a otros. Entonces, cada vez que nos reunamos, tendremos la realidad, el respaldo. Tendremos la atmsfera apropiada, cantaremos en el espritu, el Espritu ser liberado y nuestras oraciones sern apropiadas. Esto convencer a las personas. ste es el clima clido que har sentir cmodas a las personas. Esto no tiene que ver con una enseanza, doctrina o predicacin. Muchas veces las enseanzas no logran infundir nada en las personas, pero siempre resulta fcil que las personas sean persuadidas o convencidas por cierta clase de sentimiento y atmsfera. Si tenemos una reunin as, en unidad y en vida, llena de amor y con la liberacin del espritu, esta clase de reunin dejar una fuerte impresin en las personas. En mi ciudad natal una persona incrdula fue salva durante una reunin de bodas. Ella no conoca a los hermanos y hermanas, sino que simplemente estaba en la calle y not que cerca de all haba una reunin. Ella era una mujer gentil que jams haba escuchado el evangelio. As que vino y se sent para observar la boda. En realidad, aqulla no fue simplemente una ceremonia de bodas, sino una reunin cristiana llena del Espritu Santo. Los cnticos y el amor que se perciba all eran inspiradores. Ese da ella se dijo a s misma: Tengo que averiguar qu clase de personas son stas. Qu estn haciendo aqu?. Fue as que esta mujer, una viuda, fue salva muy fcilmente. En esa reunin no se predic el evangelio, pues era una reunin de bodas; no obstante, esta mujer fue salva sencillamente debido a la atmsfera, que era muy agradable, llena de amor y muy inspiradora. Aun cuando las personas no lo entiendan con su intelecto, su corazn y su espritu s percibirn que hay algo placentero y convincente en ese lugar. Necesitamos tener reuniones as. Esto depende de nuestra unidad y del grado al cual hayamos sido edificados. En esta unidad y edificacin hay amor, humildad, bondad, mansedumbre y toda clase de cosas positivas. Es mediante esta unidad que el Espritu Santo es liberado y el enemigo es subyugado. Entonces las personas quedarn convencidas. Es as de fcil. Adems, las personas que se aadan a la vida de iglesia de esta forma siempre sern guardadas por esta vida que remienda y guarda.

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DEBEMOS EJERCITAR EL ESPRITU AL TENER CONTACTO CON LAS PERSONAS En cuarto lugar, debemos poner en prctica ejercitar el espritu siempre que tengamos contacto con las personas. Es muy fcil predicar el evangelio por medio de discutir con las personas. No debemos predicar de esta manera y debemos dejar de discutir. Antes de que un hermano anciano, que est entre nosotros, fuera salvo, le hizo muchas preguntas a Watchman Nee, pero el hermano Nee no se las contest, sino que sencillamente ejercitando su espritu, le hizo una sola pregunta: Ha cometido usted algn pecado?. No trate de razonar con las personas, sino simplemente toque su conciencia, su espritu. Es nicamente cuando ejercitamos nuestro espritu que podemos tocar el espritu de otros. Si ejercitamos nuestra mente, nicamente tocaremos la mente de las personas. Por consiguiente, debemos ejercitar nuestro espritu en nuestra vida y en nuestro andar diario. Entonces sabremos cmo ejercitar nuestro espritu. Entonces estaremos acostumbrados a ello y cada vez que contactemos a las personas, en lugar de distraernos tanto hablando, predicando y discutiendo, nicamente prestaremos atencin a tocar su espritu. Si aprendemos a ejercitarnos de esta manera prepararemos el camino para que el Espritu Santo haga muchas cosas. Todos los asuntos que hemos mencionado aqu no son simples enseanzas. No deseo ministrarles ms enseanzas; en lugar de ello, necesitamos conocer, experimentar y practicar muchas cosas. Si practicamos los cuatro asuntos que hemos mencionado aqu, aprenderemos mucho, no por medio de enseanzas sino por la prctica. Debemos preocuparnos por otros y orar por ellos, llevar esta carga, llevar una vida que sea un verdadero testimonio, ser edificados con otros y aprender a ejercitar el espritu. Entonces seremos muy productivos. As, poco a poco, mes tras mes y ao tras ao, las personas sern tradas al Seor. Esta predicacin no consiste simplemente en predicar, sino que es el verdadero aumento de Cristo. Esto es lo que necesitamos. Debemos considerar esta clase de predicacin como parte de nuestra vida humana. Le pedimos al Seor que nos fortalezca y nos ayude en este asunto.

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CAPTULO CATORCE ASUMIR LA RESPONSABILIDAD DE ALIMENTAR A LOS NIOS ESPIRITUALES Lectura bblica: Jn. 21:14-17; Cnt. 1:2-8 En este mensaje examinaremos el ltimo captulo del Evangelio de Juan y el primer captulo de Cantar de los cantares. El orden en que se encuentran los escritos en la Biblia es muy significativo. Segn el concepto humano, jams nos imaginaramos que al final de Juan, el evangelio de vida, encontraramos una narracin acerca del pastoreo. Juan 21:14 dice: sta era ya la tercera vez que Jess se manifestaba a los discpulos, despus de haber resucitado de los muertos. Noten que aqu el Seor los llama Sus discpulos, no apstoles. En este contexto, no debemos considerar a Pedro un apstol. La posicin de Pedro aqu no es la de un apstol sino la de un discpulo, al cual el Seor disciplina. Por lo tanto, lo que sigue a continuacin de esto es algo relacionado con los discpulos. ALIMENTARNOS DEL SEOR Y ALIMENTAR A SUS CORDEROS Los versculos del 15 al 17 aaden: Entonces, cuando hubieron comido, Jess dijo a Simn Pedro: Simn, hijo de Jons, me amas ms que stos? Le respondi: S, Seor; T sabes que te amo. l le dijo: Apacienta Mis corderos. Volvi a decirle la segunda vez: Simn, hijo de Jons, me amas? Pedro le respondi: S, Seor; T sabes que te amo. Le dijo: Pastorea Mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simn, hijo de Jons, me amas? Pedro se entristeci de que le dijese la tercera vez: Me amas? y le respondi: Seor, T lo sabes todo; T sabes que te amo. Jess le dijo: Apacienta Mis ovejas. Observen que el Seor us dos veces la misma palabra: apacienta. Como hemos visto, la primera seccin del Evangelio de Juan, en los captulos del 1 al 3, trata del nacimiento de la vida. La segunda seccin, que comienza a partir del captulo 4, trata del crecimiento de la vida, y la tercera seccin, habla de la madurez de la vida, que es la edificacin. Cuanto ms leemos este libro y nos profundizamos en l, ms podemos ver que ste es el orden apropiado. El nacimiento de vida es algo que ocurre por el espritu y que es del espritu. Lo que es nacido del Espritu, espritu es (3:6b). El crecimiento, por su parte, est relacionado con el comer y el beber. En Juan 4 el beber viene antes del comer, ya que beber es algo ms fundamental que el comer. Despus, en el captulo 6 est el comer y en el captulo 7 se menciona nuevamente el beber. sta es la manera en que ingerimos la comida; bebemos algo primero, despus comemos y, despus de comer, bebemos nuevamente. Beber y comer, comer y beber, son necesarios para nuestro crecimiento. La ltima seccin, especialmente del captulo 10 en adelante, tiene como objetivo la madurez de vida, esto es, la edificacin. La palabra clave del captulo 17 es uno. El versculo 21 dice: Para que todos sean uno; como T, Padre, ests en M, y Yo en
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Ti, que tambin ellos estn en Nosotros; para que el mundo crea que T me enviaste. La unidad es la edificacin, y esto es la madurez. Mientras no seamos edificados unos con otros, jams llegaremos a la madurez. Ser edificados es una prueba de que somos maduros. El nacimiento de vida est relacionado con el espritu, el crecimiento est relacionado con beber y comer, y la madurez est relacionada con la unidad. Al final del Evangelio de Juan encontramos el relato de cmo el Seor Jess le dijo a Pedro que apacentara Sus ovejas. Todos los estudiantes de la Biblia que conocen este libro estn de acuerdo en que el captulo 21 es una posdata. Cuando alguien termina de escribir una carta, puede escribir al final las iniciales P. D. para aadir una posdata a fin de hacer una aclaracin. Al final del captulo 20 dice: Hizo adems Jess muchas otras seales en presencia de Sus discpulos, las cuales no estn escritas en este libro. Pero stas se han escrito para que creis que Jess es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengis vida en Su nombre (vs. 3031). Aparentemente, el libro de Juan concluye al final del captulo 20. Pero despus de esta conclusin, viene otro captulo, el captulo 21, como posdata. La manera en que fue escrito el captulo 21, as como tambin su significado, nos dejan la impresin de que aun si conociramos al Seor como vida, creciramos en l y furamos edificados, aun sera fcil descuidar algo. Sabemos que necesitamos crecer, estamos muy atentos al crecimiento, y hemos sido iluminados con respecto a que tenemos que ser edificados. Sin embargo, debemos comprender que a medida que crecemos y somos edificados, debemos guardar el debido equilibrio al alimentar a otros. Mientras nos alimentamos del Seor, tenemos que alimentar a otros. Tenemos que apacentar a los corderos. Debemos ser como madres, que primero se alimentan ellas mismas y luego alimentan a sus hijos. Si no tuviramos un captulo como Juan 21, nos sera fcil descuidar a los corderos y dejar de alimentarlos. Como hemos visto, el Evangelio de Juan no es como los otros tres evangelios. Al final de los otros tres evangelios, encontramos un mandamiento dado por el Seor, que comnmente ha sido llamado la gran comisin, de que nosotros vayamos y prediquemos el evangelio. Sin embargo, pareciera que en este libro no se encuentra dicha comisin. No obstante, este libro dice: Apacienta Mis corderos [...] Apacienta mis ovejas. Primero el Seor nos dice que nos alimentemos de l, y luego nos dice que alimentemos a otros. Esto es algo muy equilibrado. No importa cun espirituales seamos, cunto hayamos crecido ni cunto hayamos sido edificados con otros, si no alimentamos a otros continuamente, estaremos mal, pues careceremos del debido equilibrio. Conforme a la soberana del Seor tenemos algunos hijos espirituales a los cuales debemos cuidar.

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BUSCAR AL SEOR Y APACENTAR LAS CABRITAS En Cantar de los cantares hay una doncella que busca a su amado, la cual representa al creyente que no slo ha sido salvo, sino que en cierta medida ha sido entrenado y disciplinado por el Seor. Cantar de los cantares 1:2a dice: Ah, si me besaras con besos de tu boca!. El hecho de que el Seor nos bese nos muestra que l nos ama. Despus de pedirle al Seor que le muestre Su amor, la doncella buscadora de inmediato percibe Su amor y exclama: Porque mejores son tus amores que el vino. / Delicioso es el aroma de tus perfumes, / y tu nombre, perfume derramado. / Por eso las jvenes te aman! / Llvame en pos de ti! Corramos! / El rey me ha llevado a sus habitaciones! / Nos gozaremos y alegraremos contigo, / nos acordaremos de tus amores ms que del vino. / Con razn te aman! (vs. 2b-4). Si nosotros mismos hemos sido atrados por el Seor, entonces otros corrern en pos de l. Los versculos 5 y 6 aaden: Morena soy, hijas de Jerusaln, / pero hermosa como las tiendas de Cedar, / como las cortinas de Salomn. / No reparis en que soy morena, / pues el sol me mir. / Los hijos de mi madre se enojaron contra m; / me pusieron a cuidar las vias, / mas mi via, que era ma, no guard. A estas alturas, la buscadora se da cuenta de dos cosas. Primero, que en el pasado a ella la obligaron a cuidar otras vias, por lo cual ella descuid su propia via. Eso significa que hizo muchas otras cosas, pero descuid su propia condicin en vida. Ahora ella se da cuenta de su escasez. Ella tiene que preocuparse por su propia condicin, por su propia vida interior. En segundo lugar, ella tiene hambre y se encuentra insatisfecha. Por eso ora diciendo: Dime t, amado de mi alma, / dnde apacientas tu rebao, / dnde descansas al medioda; / pues por qu he de andar como errante / junto a los rebaos de tus compaeros? (v. 7). Ella se da cuenta de que necesita ser alimentada, de que necesita hallar satisfaccin y reposo, y desea saber dnde encontrarlo. La respuesta del Seor es: Si no lo sabes, hermosa entre las mujeres, / sigue las huellas del rebao, / y apacienta tus cabritas / junto a las cabaas de los pastores (v. 8). Seguir las huellas del rebao es seguir la iglesia. Si ella sigue el rebao, la iglesia, hallar el lugar donde el Seor apacienta sus cabritas. En la respuesta que el Seor le da encontramos un buen equilibrio. Mientras buscamos alimentarnos del Seor, tenemos que alimentar a otros. Tenemos que cuidar de nuestras cabritas. No debemos pensar: En el pasado trabaj demasiado. Ahora me olvidar de ello y slo me preocupar por buscar al Seor para mi propia satisfaccin. Tengo hambre y sed. Tampoco he hallado descanso. Seor, hazme saber dnde apacientas Tu rebao, dnde haces descansar Tu rebao, para que yo pueda ser satisfecha y descansar. Por un lado, esto es correcto; pero por otro, mientras buscamos al Seor, tenemos que guardar el debido equilibrio: no debemos olvidarnos de nuestras cabritas. Si no tenemos hijos espirituales, estamos mal; tenemos que engendrar algunos hijos.

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NUESTRA NECESIDAD DE TENER HIJOS ESPIRITUALES Los hermanos y hermanas jvenes necesitan tener hijos que los equilibren. Todos los padres y madres jvenes aprenden las mejores lecciones de sus hijos. Si alguien no tiene hijos, no tendr equilibrio. Esto es algo que descuidamos demasiado. Es un verdadero problema que haya muchos queridos santos entre nosotros, pero que muy pocos de ellos tengan hijos espirituales. Incluso en la carne, si los hermanos y hermanas no tienen hijos, algo anda mal. Cuantos ms hijos tengamos, mejor estaremos. Quizs alguno pudiera argumentar en contra de lo que digo, pero les aseguro de que el Seor est de mi lado en lo que digo. En Gnesis 1 el Seor le dijo a Adn que llenara la tierra de hijos (v. 28). La tierra an no ha sido llenada; la tierra tiene que ser llenada. Sin los hijos, cmo puede cumplirse el propsito del Seor? Cmo puede l tener los materiales necesarios para cumplir Su propsito eterno? No tengan temor de tener una familia numerosa. Cuanta ms grande sea la familia, mejor. Tener una familia sin hijos significa que en algo estamos mal. En la iglesia debe haber muchos hijos espirituales, cuantos ms haya, mejor. Cuando venimos a la reunin, debemos venir acompaados de tres o cuatro hijos espirituales, uno a la derecha, otro a la izquierda, otro detrs de nosotros y otro al frente. Esto sera muy maravilloso. Si ste es nuestro caso, experimentaremos un verdadero crecimiento. Todas las madres y padres jvenes aprenden las verdaderas lecciones de la vida humana al tener hijos. Cuando era joven, hace casi treinta aos, por la misericordia del Seor, ya tena dos o tres hijos. Al mismo tiempo haba un buen nmero de hermanas en la iglesia, muchas de las cuales eran enfermeras. Dichas hermanas eran muy instruidas y competentes. Cuando ellas iban a los hogares de los hermanos y hermanas que tenan hijos, no expresaban palabras de crtica, pero s criticaban mucho en su interior. S de esto porque muchas veces ellas vinieron a decirme cmo se sentan con respecto a ciertos hermanos y hermanas. Yo no discuta con ellas, pero me deca a m mismo: Muy bien, hermanas, esperen unos cuatro o cinco aos ms. Ustedes tendrn dos hijos. Entonces yo ir a su casa y ver cmo ustedes se las arreglan. Les dije: Esperen a que pase el tiempo y vern. Ellas pensaban que me refera a esas familias, pero en realidad, no se daban cuenta de que lo que quera decir era: Esperen y vern cmo ustedes se las van a arreglar cuando estn en esa situacin. A veces, unos meses ms tarde, alguna de estas hermanas se casaba, y despus de dos o tres aos, tena hijos. Desde ese entonces, mantena la boca cerrada y ya no criticaba ms. Si tenemos dos o tres hijos espirituales, aprenderemos las lecciones. Nuestra boca se cerrar y no expresar ms crticas, y nuestro corazn tan lleno de crticas se calmar. Entonces nicamente nos compadeceremos de los dems. No es cosa insignificante cuidar de los hijos. Permtanme darles otro ejemplo de esto. Cuando era joven, a las hermanas que venan a nuestra casa les gustaban nuestros bebs, pero cuando ensuciaban los paales, rpidamente ellas se los entregaban a la madre. Sin embargo, cuando estas
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hermanas se casaron y tuvieron sus propios hijos, ya no pudieron entregarles sus hijos a otros. Ellas mismas tenan que cambiar los paales. De esta manera, aprendieron las lecciones. Si no tenemos hijos bajo nuestro cuidado, slo aprenderemos una cosa: a disfrutar. No slo eso, si no podemos disfrutar, espontneamente criticaremos, y jams nos compadeceremos de los dems. Esta situacin no cambiar hasta el da en que asumamos la responsabilidad de cuidar de cuatro o cinco hijos, o quizs de diez o veinte. Entonces nuestra boca se cerrar, y nuestros corazones se calmarn. Nos compadeceremos de los dems, sabremos cul es nuestra responsabilidad y aprenderemos las lecciones. Por la misericordia del Seor, incluso fsicamente hablando, tuvimos muchos hijos cuando ramos jvenes, y aprend ciertas lecciones. Tambin espiritualmente, aun desde mi juventud, tuve muchos hijos espirituales, y aprend ms lecciones. Ahora me es difcil criticar a otros, pero me es muy fcil por la misericordia del Seor compadecerme de los dems. Hoy en da cuando visito el hogar de una hermana que tiene varios hijos y surge algn problema, no la critico sino que nicamente me compadezco de ella. Tener hijos nos ayuda a aprender las lecciones. Como discpulos que somos, todos necesitamos cuidar de algunos hijos. SABER CMO ALIMENTAR A OTROS Y SER CAPACES DE HACERLO El punto principal de este mensaje es la palabra apacentar. Apacentar no es ensear. Necesitamos algo con lo cual alimentar a otros, y debemos saber cmo hacerlo. En primer lugar, debemos cuidar de algunos hijos espirituales, ya sea de algunos creyentes jvenes, de algunos recin convertidos o de algunos incrdulos. Luego tenemos que aprender la leccin de preparar algo para alimentarlos, y debemos aprender la mejor forma de hacerlo. No es mi intencin darles solamente algunos mensajes; antes bien, mi intencin es adiestrarlos. No es suficiente escuchar estos mensajes, sino practicar lo que omos. Les ruego que pongan todas estas cosas en prctica. De ahora en adelante, traten de cuidar de unos cuantos hijos espirituales y aprendan a alimentarlos. Entonces vern sus deficiencias. Las madres aprenden al alimentar a sus hijos. La prueba de si alguien realmente conoce el camino de la vida y sabe cmo alimentarse del Seor Jess, es si alimenta a otros. Supongamos que hoy ganramos a tres hijos espirituales. Tal vez no sepamos cmo alimentarlos y digamos: No tengo nada con que alimentarlos. Entonces nos daramos cuenta de que nos hace falta alimentarnos ms. El alimento que demos a otros debe ser el mismo alimento que nosotros hayamos ingerido y digerido, as como las madres amamantan a sus hijos con lo que ellas mismas han ingerido y digerido. Esto no es ensear sino alimentar. Me gusta mucho la palabra apacentar. El Seor Jess no dijo: Cuida de Mis corderos, sino: Apacienta Mis corderos. Algunos dirn: Estoy cuidando de algunos creyentes jvenes. Sin embargo, una cosa es cuidar, y otra es alimentar. Algunos hermanos verdaderamente aman al Seor y a los dems, y cuidan de otros. Sin embargo, los cuidan sin alimentarlos. Si un recin convertido, un creyente
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joven, pierde su trabajo, quizs un hermano le ayude a conseguir otro trabajo. Esto sera cuidar de l, pero es posible que no lo alimentemos. Alimentar a las personas es ms que simplemente cuidar de ellas; esto es algo relacionado con la vida. Nosotros mismos tenemos que alimentarnos del Seor; luego podremos digerir algo del Seor y tendremos algo en nuestro interior con lo cual alimentar a otros. Alimentar a otros es un asunto relacionado con la vida, como tambin el hecho de que las madres alimenten a sus hijos est relacionado con la vida, y no con el conocimiento o algo semejante. Es por ello que el relato de Juan 21 no se encuentra en el captulo 17, ni en los captulos 15 o 12. Incluso en el captulo 12 Pedro an no estaba capacitado, pues estaba muy escaso de vida. Para alimentar a otros se requiere que tengamos cierta medida de vida. Todos debemos prestar mucha atencin a este asunto. Si la vida de iglesia ha de ser apropiada y normal, todos tenemos que cuidar de algunos hijos espirituales y luego alimentarlos continuamente. Les repito nuevamente que si intentamos poner esto en prctica de esta manera, descubriremos cules son nuestras deficiencias. Veremos que estamos escasos de muchas experiencias espirituales. Si usted toma la decisin de alimentar a dos o tres hijos espirituales, despus de dos semanas descubrir sus propias carencias; se dar cuenta de lo que le falta. Entonces buscar al Seor de una manera apropiada para aprender cmo alimentarse del Seor y cmo alimentar a otros. ALIMENTAR A OTROS RESUELVE NUESTROS PROBLEMAS Esto tiene que ver con alimentar, no con ensear. Si deseamos que la iglesia y los santos crezcan hasta la madurez, todos tenemos que aprender la leccin de cuidar de algunos hijos espirituales y alimentarlos continuamente. De lo contrario, no tendremos un verdadero crecimiento entre nosotros. No debemos simplemente reunirnos aqu ao tras ao, sin obtener el aumento que resulta de alimentar a los hijos espirituales. El aumento de la iglesia debe darse como resultado de cuidar a las cabritas. Si hacemos esto, estaremos bien y tendremos el debido equilibrio, y esto resolver muchos problemas. Es demasiado fcil que hermanas y hermanos jvenes que no tienen familia e hijos se visiten unos a otros para hablar, es decir, para chismear, con el buen pretexto de que estn teniendo comunin en el Seor. Esto en realidad es tener comunin a la manera de chismear. En el pasado vi mucho de esto. En ciertas iglesias locales haca lo posible por ayudar a los santos a no relacionarse de esta forma. Incluso les di mensajes en los que les deca: Si ustedes van a visitar a un hermano, deben orar primero. Tienen que consagrarse al Seor y buscar Su direccin, y deben experimentar la uncin en su interior. De lo contrario, no deben ir. Aunque les habl de manera muy enftica en estos mensajes, esto no sirvi de mucho, pues los jvenes an sentan deseos de chismear. Esta situacin continu hasta que ellos se casaron. El matrimonio es una verdadera esclavitud. La mejor manera de ser encadenados es casarnos. Despus de un ao, lleg el primer hijo, y despus de dos o tres aos, vinieron ms hijos. Entonces las hermanas ya no pudieron seguir
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reunindose para chismear. Con tres hijos, no tenan tiempo ni para dormir. Cuando vi esto, me dije a m mismo: Alabado sea el Seor. Esos hijos son mejores que mis mensajes. Si tenemos hijos espirituales, nicamente tendremos responsabilidades que atender y los chismes acabarn. No tendremos suficiente tiempo ni para dormir. Nuestros hijos agotarn todas nuestras energas. Esto es muy bueno, alabado sea el Seor por esto! En estos das he ejercitado mi espritu para buscar al Seor en cuanto a qu debo hablar en estos mensajes. El Seor me dio la respuesta: Diles que tengan hijos espirituales. Entonces todos sus problemas se acabarn. La mejor forma de resolver sus problemas es ayudarlos a tener hijos espirituales. Entonces, ellos aprendern las lecciones, y podrn evitar muchas cosas negativas. En algunos lugares de este pas, a las personas no les gusta tener hijos, porque los nios se portan mal y son muy bulliciosos. Sin embargo, si usted escoge un vecindario donde vivir, no escoja uno que no tenga nios. Las personas que insisten en no tener hijos son las personas ms difciles. A menudo vendrn a quejarse para decirle que usted toca el piano muy fuerte o que el volumen de su radio est demasiado alto. Yo preferira vivir con personas que tienen muchos hijos. Entonces ellos podran tocar su piano y yo podra cantar mis himnos. Ellos podrn marchar, y yo podr brincar, y nadie se quejar. La manera de resolver los problemas que tienen los hermanos y las hermanas es ayudarles a tener hijos espirituales. Todos aquellos que buscan del Seor, pero no alimentan a otros son quienes causan problemas. Si alguien es indiferente, la iglesia fcilmente lo podr ayudar, pero cuanto ms alguien busca del Seor sin alimentar a otros, ms problemas causar. La manera correcta de resolver los problemas de las personas es que tengan hijos espirituales. Entonces ellos sabrn dnde se encuentran, y sabrn en qu consiste el verdadero crecimiento en vida y la verdadera experiencia de vida. ALIMENTAR A OTROS AYUDA A QUE LA IGLESIA CREZCA EN VIDA Y SEA EDIFICADA En este mensaje siento una sola carga, y sa es convencerlos a ustedes de que necesitan alimentar a otros. Entonces vern dnde se encuentran y cul es su necesidad. Lo que necesitan no es conocimiento ni enseanzas, ni nada semejante, sino tener una verdadera experiencia de vida, y conocer la verdadera manera de alimentarse del Seor Jess y experimentar algo de l. Entonces tambin sabrn lo que otras personas necesitan, y sabrn lo que tienen que ministrarles, es decir, el alimento que deben suministrarles. De este modo, recibiremos una leccin de humildad, interiormente estaremos calmados y nos compadeceremos de aquellos que asumen alguna responsabilidad. Esto ayudar mucho a que la iglesia crezca y sea edificada. Les ruego que pongan esto en prctica. Ciertamente necesitamos orar por esto. Ocupmonos todos de esta carga, de esta responsabilidad, no slo ayudando a otros, sino alimentndolos, es decir, alimentando a algunos hijos espirituales. Para ello ciertamente se requiere crecimiento y tambin madurez.

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