La Tentación en Parmenia
La Tentación en Parmenia
La Tentación en Parmenia
1711 1714 o LA TENTACIN de PARMENIA Se trata de reconsiderar uno de los momentos crticos de nuestros orgenes, cuando Juan Bautista de la Salle sumido en los remolinos del proceso Clment, se marcha hacia el Sur de Francia. Durante varios aos, no da (o muy escasas) seales de vida para los Hermanos de Paris y sus alrededores (Versailles y Saint-Denis); le tienta el retiro, bajo la forma de retirada de los asuntos de su Instituto. Estamos ante un periodo de crisis para el Instituto en sus orgenes. Habr que observar sus diversos aspectos, las personas implicadas, los anlisis realizados por los protagonistas, los cambios que se producen, las respuestas dadas, en qu forma stas son (o no lo son) soluciones a la crisis producida y finalmente descubrir como las personas y las instituciones involucradas surgen de ella transformadas, y lo que eso significa para el Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Deberemos tambin detenernos en la carta que los principales Hermanos de Pars escriben al Fundador, el 1 de abril de 1714. Es uno de los textos esenciales de nuestros relatos fundacionales, como Lasalianos 1 . El contexto poltico, social, cultural: una crisis de fin de reinado. La historia del Instituto, la historia de la Fundacin, nuestros mitos fundacionales, no son historias atemporales. Es cierto que en los escritos de Juan Bautista de La Salle prcticamente no existe la dimensin histrica de los acontecimientos contemporneos. Sin embargo, la obra de Juan Bautista de La Salle se inscribe indiscutiblemente en un momento de la historia de Francia, en un contexto nico y preciso que no puede dejar de tener repercusiones en las opciones, las decisiones, las conductas del Seor de La Salle, de los Hermanos, as como de cuantos le rodean. Cuando el abate Clment realiza sus primeros contactos con Juan Bautista de La Salle, en diciembre de 1707 2 , Francia est en guerra con el resto de Europa (esencialmente con Gran Bretaa, Holanda, Saboya y Austria) desde mayo de 1702, por la sucesin al trono de Espaa. Tiene como aliada a Espaa, ya que se trata de situar en el trono de Madrid a un nieto de Luis XIV. Esta guerra termina en 1713, con el tratado de Utrecht que reconfigura el mapa de Europa y pretende instalar un equilibrio europeo para evitar el dominio de una nica potencia (Francia). Podemos notar que los pases cuyos pueblos ejercen un cierto control sobre su modo de gobierno (Gran Bretaa, Pases Bajos) son quienes salen ganando a costa de las potencias absolutistas (Francia y Espaa), seal de que algo cambia en este comienzo del siglo XVIII, incluida la gran poltica y el ejercicio del poder. Otro elemento principal atae a la poltica interior francesa: las dificultades de esta guerra, las derrotas y los fracasos sufridos, obligan a Luis XIV a dirigirse a su pueblo mediante una declaracin que es leda en todas las parroquias de Francia, el 12 de junio de 1709, en la misa mayor. Explica las propuestas que ha hecho para procurar la paz, las condiciones draconianas que quieren imponerle los aliados3 , y finalmente pide el apoyo de la poblacin para continuar la guerra. Es un procedimiento totalmente inslito en el marco de la monarqua absoluta y sagrada de la Francia del Antiguo Rgimen, en la cual el rey no tiene porqu justificarse ni dar
Esencialmente en mi propuesta me basar en el relato de Blain (CL 8. Captulos 9 a 13 del Tercer libro de su biografa; as como sobre el texto del Hermano Bedel: ORIGINES. 1651 -1726. Un temps dincertitude. (p. 142 a 151, de la versin francesa). 2 Blain II. (CL 8), p. 72. 3 Entre otras, hacer la guerra contra su nieto el rey Felipe V, para expulsarlo del trono de Espaa.
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explicaciones ante sus sbditos. Por cierto, la declaracin logra su objetivo, pues da lugar a una afluencia muy significativa de voluntarios para los ejrcitos reales y a la adhesin de la poblacin civil para la continuacin de la guerra. Los historiadores hablan del nacimiento del un sentimiento patritico nacional, nuevo en la mentalidad de entonces y seal de una evolucin de la misma. Un cambio ms de este inicio de siglo. Algunos acontecimientos ms tienen importantes repercusiones sobre la vida de Juan Bautista de La Salle y de los Hermanos. En Julio de 1702 comienza la revuelta de los Camisards. Desde 1685, la prctica pblica de la religin protestante est prohibida en Francia (revocacin del Edicto de Nantes) y se supone que todos los franceses son catlicos, pero en el lmite Sudeste del Macizo Central (Les Cvennes) existe un protestantismo popular y rural que pervive, ms o menos secretamente. A partir de 1707, respondiendo a las peticiones de la Iglesia catlica y del poder poltico, Juan Bautista de La Salle enva Hermanos a esas regiones, para trabajar en la transformacin de los hijos de los Nuevos Conversos en buenos catlicos 4 . Cuando los Hermanos abren sus escuelas, la rebelin organizada ya ha terminado, pero contina la inseguridad, sobre todo hacia los ministros del culto catlico. Veremos a Juan Bautista de La Salle desplazarse slo, en varias ocasiones, en esta regin, durante el periodo 1711 1713, con gran preocupacin por parte de sus Hermanos y de sus amigos.
Lleg a Avin al final de la Cuaresma de 1712. Los Hermanos de la ciudad, encantados como los otros de tener a su Superior, lo retuvieron con ellos lo ms que pudieron. All, se dispuso a hacer la visita de todos los establecimientos que haba en la zona. Los Hermanos se alarmaron, porque corra peligro introducindose demasiado en la regin a causa de los Camisards que dominaban el campo, y hacan una guerra cruel a los eclesisticos. Se sabe lo suficiente que su mayor pasin era hacerlos vctimas de su furia y satisfacer su odio contra los catlicos derramando la sangre de los ministros del Seor. Fue imposible manifestarle que no deba exponerse a la bsqueda cuidadosa de estos desbandados fanticos que de humanos slo tenan el exterior, y que llevaban bajo la figura de hombre el corazn de bestias feroces; nada pudo disminuir su celo. 5
En la noche del 6 al 7 de enero de 1709 comienza un fenmeno climtico catastrfico, que durar varios meses: en el norte de Francia y en el Suroeste, las temperaturas caen brutalmente. Se anotarn 20 C bajo cero en Pars en febrero de 1709. El suelo permanece helado en profundidad durante varias semanas, las siembras de otoo se mueren en el suelo, es imposible plantar los trigos de invierno, los rboles se han helado hasta la mdula, los animales mueren en el campo, se cuenta que algunos pjaros caen en pleno vuelo y son recogidos, congelados: algunos niitos mueren entre su casa y la iglesia parroquial, al ir a recibir el bautismo, por lo cual los curas celebran los bautismos en las casas, y con agua caliente; es imposible enterrar a los muertos, el suelo est demasiado duro. A este invierno riguroso lo sigue una primavera hmeda, pero al menos las medidas tomadas por la administracin permiten limitar los daos 6 : requisa de las reservas, masivas importaciones de trigo, control del trfico de granos, distribucin de alimentos, impuestos a los ricos (acomodados), distribucin de semillas de cebada, cereal de crecimiento rpido. Se calcula un supervit sobre la mortalidad normal de unos 630.000 muertos para el periodo 17091710, dos veces menos, no obstante, que en 1693-1694 (1.300.000 muertos suplementarios). Esta catstrofe tiene repercusiones sobre la vida de los Hermanos: el noviciado vuelve de Saint-Yon a Pars, pues se piensa que en la capital habr ms facilidades para alimentar a los postulantes y novicios. Lo cual pone a la comunidad parisina en mayores estrecheces y crea o renueva tensiones con el cura de San Sulpicio, que es quien de hecho financia a una comunidad mucho ms
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Ver ORIGINES. 1651 1726 p. 137 a 141: Les coles pour les enfants des Nouveaux Convertis Blain II. (CL 8) p. 81 & 82. Las diferentes administraciones haban aprendido la leccin del invierno de 1693-1694
numerosa que la necesaria para llevar las escuelas de su parroquia. Adems algunos Hermanos reprochan al Seor de La Salle por acoger demasiado fcilmente a postulantes que lo que buscaran sera cobijo y comida a expensas de la comunidad y de las escuelas, sin tener vocacin de Hermano. Juan Bautista de La Salle les contestar que por lo menos as habrn hecho un buen retiro antes de salir! 7
Los Novicios Venidos a Pars, aumentaron ms de la mitad la comunidad. La casa que era razonablemente espaciosa para los Hermanos de Pars, se encontr demasiado estrecha a la llegada de los nuevos huspedes. Sus cerca de cuarenta habitantes, estaban apiados unos sobre otros, por decir as, tanto de da como de noche. Les servan de cama pobres colchones de paja con una manta y sbanas igualmente pobres, extendidos en el piso, pero en orden, en los cuartos, detrs de las puertas y en cualquier parte donde se poda. Sin embargo, por ms pobre que fuera esta casa de la Providencia, estaba abierta a quien peda entrar. La caridad del Superior no la cerraba a ninguno de aquellos que mostraba buena voluntad y no vena por necesidad. Aquellos de sus discpulos que tenan menos fe o menos caridad, no sufran sin mortificacin que su padre compartiera entre ellos y los recin llegados el pan que les faltaba con frecuencia, y del que no tenan nunca en este tiempo para saciarse. No obstante, muchos de stos no coman mucho tiempo pues se retiraban al cabo de uno, dos, tres o cuatro meses, ms o menos. La Salle se consolaba y consolaba a los que le hacan reproches de su demasiada facilidad para recibir postulantes, con esta sabia rplica: en todo caso han hecho un buen retiro que les servir para su salvacin. 8
La insuficiencia de las sucesivas cosechas, hasta la muerte del rey (septiembre 1975), sumada a la situacin econmica general debida a la larga guerra de 11 aos, supondr una difcil recuperacin para Francia. Nos encontramos en un final de reinado, con todas las incertidumbres y las crispaciones de esa situacin. Luis XIV nacido en 1638, es rey desde 1643 (a la edad de 5 aos) y ejerce realmente el poder desde 1661, lo que supone que lleva reinando cincuenta aos. El funcionariado poltico se ha renovado ya dos o tres veces, los que trabajan con l han nacido, generalmente, hacia 1670-1680. A partir de su casamiento (morgantico) con Madame de Maintenon (1684), el rey se ha vuelto devoto, instalndose definitivamente en Versailles en 1682. Pero se acabaron los resplandores de la Corte de los aos 60-70. El rey se ha vuelto formal, y todos le siguen, de ms o menos buena gana, en su comportamiento, lo que implica no poca hipocresa, aunque la conversin del rey parezca sincera 9 . En 1711, Luis XIV tiene 73 aos de edad, y es evidente que su reinado toca a su fin. Nuevos hombres deberan, en la brevedad posible, hacerse presentes como protagonistas de primera fila, con ideas y polticas nuevas. Su heredero, el Gran Delfn, muere el 14 de abril de 1711. Su primognito, el duque de Bourgogne, nacido en 1682, hace el papel de soberano virtual. Ha sido educado por Fnelon y es un apasionado de ideas alejadas de las prcticas de su abuelo, con un personal que se prepara a tomar las riendas. Pero muere en marzo de 1712, de sarampin. El heredero al trono es pues un chiquillo de dos aos (ser Luis XV). A la edad del rey se aade ahora una gran incertidumbre sobre su sucesin. Sobrevivir el heredero hasta la edad adulta? Es de salud endeble, y tres cuartas partes de los jvenes mueren antes de los veinte aos en esa poca, adems la muerte no respeta clases. Si muere, quin reinar en su lugar? Sus tos? Uno de ellos (Anjou) se ha convertido en rey de Espaa (Felipe V) y ha renunciado al trono de Francia, el otro (Berry) muere en 1714 en un accidente hpico. El sobrino de Luis XIV, Philippe dOrleans?
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Blain II. (CL 8). P. 58-62 Blain II. (CL 8). P. 59-60 9 Constatemos, de paso, que la fundacin de las Escuelas Cristianas, se inscribe casi enteramente en esta tercera parte del reino de Luis XIV
No es bien visto en la corte de Francia, y tendr problemas con su primo, el rey de Espaa, cuya renuncia al trono de Francia no es admitida por el derecho francs. Luis XIV decide entonces, en 1714, reconocer sus hijos bastardos (los habidos con Madame de Montespan) legitimados y prncipes de sangre, es decir aptos para subir al trono de Francia. Es un acto en abierta contradiccin con la tradicional constitucin del Reino, en efecto es necesario haber nacido en un matrimonio legtimo para acceder al trono. Nueva seal de perturbacin de las mentes y de los juicios, incluso al ms alto nivel, en este fin de reinado. Podemos sealar de paso que el Fundador y los Hermanos de los inicios, como la mayora de los franceses de su tiempo, no habrn conocido durante toda su existencia ms que un solo soberano: Luis XIV. La imagen del poder poltico se confunde con su persona y el estilo que da a su ejercicio. Finalmente, Luis XV suceder a su bisabuelo, al precio de una regencia ejercida por su primo, Philippe dOrleans. Y a diferencia de las dems regencias que Francia ha conocido anteriormente (Catherine de Mdicis, Maria de Mdicis, Ana de Austria; entonces la madre del joven rey era quien gobernaba durante su minora de edad) ser, sin duda, la regencia polticamente ms tranquila de todas, permitiendo as una transicin serena hacia lo que se llamar el Siglo de las Luces. Esta crisis de fin de reinado se ver tambin marcada por el resurgimiento de la querella jansenista. Ya no cesar hasta la Revolucin Francesa. El 26 de octubre de 1709, un fallo del Consejo del Rey decide dispersar a las ltimas religiosas de Port-Royal-des-Champs (una veintena, todas de edad avanzada) en diversos conventos, y destruir la abada. Esta disposicin manu militari ocasiona un escndalo. Los edificios son arrasados en 1711, as como el cementerio de las monjas y de los eremitas. Con lo cual la disputa recomienza: cules son los derechos de la conciencia cuando la verdad y la inocencia son perseguidas? El ex-oratoriano Pasquier Quesnel, hizo publicar en 1692 una obra titulada: El Nuevo testamento en francs con Reflexiones morales sobre cada versculo, que retoma y ampla trabajos de inspiracin jansenista comenzados en 1671. El obispo de Chalons, Monseor de Noailles, (ms tarde cardenal, y arzobispo de Pars) la aprueba calurosamente. Quesnel, refugiado en Mons (en Blgica, en los Pases Bajos espaoles), es sospechoso de jansenismo. Las autoridades lo hacen detener en 1703, se escapa, pero sus escritos son requisados y muestran que est comprometido con toda una red que discute la autoridad real. Luis XIV no le da respiro y obtiene del Papa Clemente XI la condena de 101 proposiciones extradas de las Reflexiones morales, mediante la Bula Unigenitus (8 de septiembre de 1713). En esta poca, en el marco de la Iglesia galicana y de las relaciones entre Roma y Francia, una bula papal, incluso pedida por el rey, no sera aplicable en Francia, sin otro tipo de proceso. Es necesario que la Bula sea recibida por los obispos y que sea registrada por los Parlamentos, para que adquiera fuerza de ley. Pero los obispos estn divididos, tratan de elaborar un texto explicativo que es rechazado por Roma, porque parece subordinar la autoridad del Papa a la interpretacin de los obispos. El cardenal de Noailles, ya arzobispo de Pars, se ve atrapado entre sus contradicciones y sus juramentos de fidelidad. Despus de algunas dudas, acaba produciendo un mandato que recibe la Bula Unigenitus con tantos reparos, que acaba siendo clasificado entre los opositores. En su oposicin es seguido por la mayora de los curas parisinos, sacerdotes del Oratorio, Benedictinos, cannigos, y otras tantas personas fuertemente relacionadas con el medio parlamentario (incluso la familia de Juan Bautista de La Salle). El Parlamento 10 , especialmente el
El Parlamento es una Corte de Justicia, encargado entre otras cosas, de registrar oficialmente las leyes verificando si estn conformes a derecho y no contradicen leyes precedentes. Una ley, para tener curso sobre el conjunto del territorio debe ser registrada por todos los Parlamentos del reino (son ms de una docena, pero el de Pars es el ms
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de Pars, rechaza un documento que impone, en cierta forma la infalibilidad pontificia y la supremaca del Papa sobre el poder real, aprovechndose de un artculo condenado. El Parlamento pretende defender los derechos del rey, contra el mismo rey. Al momento de su muerte, Luis XIV no habr logrado acabar con todas esas oposiciones y legar el problema a su sucesor, en este caso el Regente. Ms all de la cuestin doctrinal, es el poder real el que se ve debatido, mientras que la Iglesia de Francia se divide, un cierto nmero de obispos, de doctores por la Sorbona, de sacerdotes (3.000 4.000 en total) deciden apelar a un Concilio, siendo considerada dicha institucin superior al Papa. La apuesta es finalmente poltica y gira en torno al poder absoluto, tanto el del rey como el del Papa, sobre las conciencias. Es una asamblea (de obispos) quien debe decidir en ltimo trmino, o el soberano (rey o Soberano Pontfice)? Bajo el enfoque de los curas, existe tambin todo el resentimiento que han acumulado contra los obispos que estn en su mayor parte, por la manera como se realiza su eleccin, en manos del rey y contra el rey, como consecuencia de la decisin de 1695, aprobada por la Asamblea del Clero Francs, que reforz 11 considerablemente el poder disciplinario de los obispos sobre los curas de parroquia. Mientras, existe toda una corriente que pretende que si los obispos son los sucesores de los Doce Apstoles, los curas lo son de los Setenta y dos Discpulos que Jess enva a misionar, y que tienen necesariamente su palabra que decir sobre las cuestiones doctrinales y de organizacin de la Iglesia, siendo tambin su poder de derecho divino, proveniente directamente de Dios (como el Papa, como los obispos, como el rey). Por parte de los apelantes, como tambin de los parlamentarios, se espera la muerte de Luis XIV para reactivar el debate y la protesta, lo cual no dejar de producirse: para obtener la plenitud de la Regencia, Philippe dOrlans devuelve poderes a los Parlamentos, mientras que su entorno muestra evidente simpata hacia la actitud jansenista de fondo: la autonoma de la conciencia, reservada por supuesto a la sanior pars, a los que saben y que se niega al pueblo, al vil populacho 12 . Blain, con mucha exageracin, atribuye las dificultades que el Seor de La Salle tiene en Marsella, a su oposicin a los jansenistas, lo cual est lejos de ser evidente, aunque esta disputa no es ajena a los problemas que se le causaron. Parecera ms bien que el Fundador, en el caso de Marsella, haya sido vctima de las tramas de poder e influencias personales, de sacerdotes y de laicos, al interior incluso del crculo de los fieles a Roma. Adems, esos acontecimientos de Marsella se producen antes de la publicacin de la Bula Unigenitus. En cambio, la reaccin de Juan Bautista de La Salle, en Grenoble, durante a aparicin de la Bula de Clemente XI, y despus de la Instruccin Pastoral del Clero 13 , es extremadamente clara y firme. Se ve bien que no era ajeno a las cuestiones doctrinales de su tiempo. Juan Bautista de La Salle y los Hermanos: dos generaciones diferentes Otro aspecto de las dificultades encontradas por Juan Bautista de La Salle se encuentra, parece ser, en las diferencias de generacin entre Juan Bautista de La Salle y los Hermanos y de los Hermanos entre s.
importante). Por eso, para el Instituto, las Cartas Patentes concedidas en 1724 por Luis XV, registradas en el Parlamento de Normanda, tendrn finalmente fuerza de ley en todo el pas cuando este proceso se haya realizado en todos los Parlamentos del Reino. 11 As sucede con Jean-Louis de La Salle, cannigo de Reims, hermano del Fundador; o con Dom Franois-lie Maillefer, su sobrino y bigrafo. 12 Ver las Mmoires de la Corte de Luis XIV, del duque de Saint-Simon. 13 Ver Blain II (CL 8), p. 106-107.
Juan Bautista de La Salle naci en 1651, toda su formacin ha tenido lugar en el contexto de la Reforma catlica triunfante y en el de la confirmacin del absolutismo sacralizado de Luis XIV. La religin y el poder estn marcados por las nociones de jerarqua, de orden verticalista: la Trinidad, la Iglesia, el Estado, las organizaciones sociales funcionan siguiendo este principio. Los Hermanos, por su parte, han crecido y se han formado en otro contexto: una monarqua que se endurece y se anquilosa poco a poco en sus principios; una Iglesia sacudida por luchas ideolgicas mientras vive un debilitamiento doctrinal inquietante. Entre los Hermanos en activo en el Instituto, hacia 1711, el de ms edad y el ms antiguo parece ser el Hermano Gabriel Drolin, nacido en 1664, presente desde los inicios en Reims, forma parte de la comunidad de Laon en 1684. Ha sido enviado a Roma desde 1702, y por lo tanto no est directamente presente en los acontecimientos que nos ocupan. El Hermano Jean Partois (Hermano Antoine) naci en 1666, entr en la comunidad de Reims hacia 1686. Es posible que haya sido secretario del Hermano Bartolom, en Pars, entre 1711/1712 y 1713/1714. El Hermano Jean Jacquot o Jacot, naci en 1672, est en la Calle Nueva de Reims en 1686. De 1713 a 1715 figura en las listas de la Comunidad de Grenoble, como director 14 . Estos dos Hermanos son parte de los doce que hacen votos perpetuos, con el Seor de La Salle en 1694. El Hermano Paul Narra, nacido en 1677, est en la comunidad de la calle Princesse desde la edad de 10/11 aos (segn el Catalogue 15 ), hace su Noviciado en 1695 y emite los votos perpetuos en 1699. En 1711-1713, no existe ningn documento para poder localizarlo, lo nico que se sabe, es que en 1717 pertenece a la Comunidad de Reims. Muere en 1751. Durante el periodo de 1711-1713, estos cuatro Hermanos son los ms antiguos del Instituto. Tres de entre ellos lo son prcticamente desde los comienzos en Reims, el cuarto conoci de cerca los inicios de la calle Princesse. Han participado igualmente en la epopeya fundadora de los aos 1691-1702, cuando el vivir en sociedad para tener las escuelas toma cuerpo y manifiesta su fecundidad. Hay todo un grupo de Hermanos que podemos llamar de la segunda generacin, han entrado en el Instituto en los ltimos aos del siglo XVII: Charles Frappet (Hermano Thomas), entrado en 1690, es sin lugar a dudas el primero de los Hermanos Sirvientes; Jean Boucqueton (Hermano Jean-Franois), entrado en 1691, hizo sus votos perpetuos en 1696, entre 1711 y 1713, es quizs Director de la Casa de Saint-Denis; Jean Police (Hermano Philippe), entrado en 1692, hizo voto perpetuo en 1699, sabemos que es Director de la casa de Moulins en 1716; Poncelet Thisieux, (Hermano Ponce), hizo sus votos perpetuos en 1696. Despus de haber sido Director de Mende, ser el Visitador de los Hermanos del Sur de Francia, siendo a la vez Director de la Comunidad de Avin, probablemente sali en 1713, con parte de la caja! Franois Blin (Hermano Ambroise), entrado en 1693 hizo su profesin perpetua en 1695, est en Pars en 1704, luego lo encontramos en 1716 en Saint-Yon, director de los Internos Menores (Pensin libre); Jean Le Roux, entra en el Instituto en 1697 y hace sus votos para toda la vida en 1700, en 1711-1713, est en Troyes luego en Reims, como Visitador de los Hermanos del Norte de Francia (excepto Pars). Estos Hermanos han nacido despus de 1670 y estn en plena actividad hacia 1711-1713. Otra decena de Hermanos, nacidos entre 1672 y 1684, han entrado en el Instituto en 1700, la mayora de ellos estn en activo en 1711-1713. Para 1701-1705, encontramos 25 Hermanos, y unos treinta para el periodo 1706-1709. Joseph Truffet (Hermano Bartolom) nacido en 1678, entr en 1703, despus de un intento de vida monstica en la Trapa. Emite sus votos perpetuos en 1705 y se convierte en Director del Noviciado de Saint-Yon, al cual acompaa a Pars, como
Ver Hermano Flix-Paul. FSC.LES LETTRES DE SAINT JEAN-BAUTISTE DE LA SALLE. dition critique. Procure Gnrale. Paris. 1954, p. 218. Nota 3. 15 Hermano Maurice-Auguste. Cahier Lasallien 3. Les voeux de Frres des coles chrtiennes avant la bulle de Benot XIII p. 33
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consecuencia de la hambruna de 1709. En 1711-1713, se halla en la calle Barouillre. No es responsable de las Comunidades del Sur de Francia, ya que el mismo el Seor de La Salle parte hacia esa regin, en la cual adems se encuentra un Visitador (Hermano Ponce); en lo tocante al Norte de Francia (excepto Pars), el Visitador es el Hermano Joseph. Por lo tanto es responsable del Noviciado de Pars y de los Hermanos de la calle Barouillre, en difcil situacin con respecto al cura de San Sulpicio y a las autoridades eclesisticas o civiles, despus de la condena de su superior; adems, su autoridad sobre los Hermanos no se ve apoyada mediante una positiva confirmacin de Juan Bautista de La Salle. Guillaume Samson (Hermano Timoteo), nacido en 1682, entr en el Instituto en 1700 e hizo su profesin perpetua en 1703. Es Director de Mende en 1711, luego llamado a Marsella en diciembre de 1712 por Juan Bautista de La Salle para tomar la direccin del Noviciado que acaba de abrir en esa ciudad. Cuando todos los novicios lo abandonan, el Hermano Timoteo se encuentra con el Seor de La Salle en Mende. En 1714, est en Avin donde recibe de parte del Fundador, al antiguo oficial del Royal-Champagne, Claude Franois du Lac de Montisambert (Hermano Ireneo). Es tambin Visitador de las Comunidades del Sur de Francia, en lugar del Hermano Ponce que se ha fugado 16 . La brecha generacional entre Juan Bautista de La Salle y los Hermanos de 1711 es muy clara, se acenta ms an de cara a los Hermanos presentes en Francia. Entre estos ltimos, nicamente los Hermanos Jean Partois y Jean Jacquot hicieron el voto de 1694 con Juan Bautista de La Salle y lo han elegido como Superior, el 7 de junio de 1694 17 . Algunos Hermanos, Paul Narra y otra escasa decena, han vivido el crecimiento del Instituto a partir de la Calle Princesse, los combates por su autonoma frente a San Sulpicio, entre 1694 y 1702, como ante la corporacin de los MaestrosCalgrafos y el Gran Chantre de Pars, responsable de las Petites-coles; hasta el traslado hacia Saint-Yon. Cmo se comparten estos recuerdos entre los Hermanos? Y con el Hermano Bartolom, responsable de hecho de la comunidad de Pars, pero recientemente entrado en la Comunidad, con una experiencia humana, eclesial, espiritual totalmente distinta de la mayora de los Hermanos? Cmo se tiene en cuenta esa experiencia cuando se presentan las grandes opciones? Ciertamente los Hermanos prometen permanecer en Sociedad para tener juntos y por asociacin las escuela gratuitas, pero, qu sucede con su memoria comn, qu consecuencias extraen de esa historia? Son conscientes de la radical novedad que han instaurado en la Iglesia en el modo de formular su consagracin religiosa? Veremos ms adelante que la respuesta deber ser muy matizada. El pleito Clment y sus consecuencias Blain expone este asunto a partir, dice, del memorial justificativo elaborado por el mismo Seor de La Salle:
Todava tenemos entre manos el memorial justificativo que el Sr. de La Salle hizo sobre el particular antes de emprender la huida. Basta realizar un resumen: no podemos tener mejor garante de la verdad. 18
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Para cualquier informe sobre los primeros Hermanos, ver: Augustine Loes FSC. The First De La Salle Brothers. 1681-1719. 1999. Christian Brothers Conference. USA. 17 El Hermano Gabriel Drolin est en Roma. 18 Blain II (CL 8), p. 72
Un joven abate 19 , de 22-23 aos, quiere consagrar una parte de sus recursos a buenas obras educativas. Su inters y su seriedad parecen haber conmovido a Juan Bautista de La Salle, quien luego de un ao de encuentros y entrevistas con l 20 , se dedica a trabajar en la puesta en marcha de un nuevo Seminario de Maestros de Escuelas Rurales, instalado en Saint-Denis, donde ya existe una comunidad de dos Hermanos. Saint- Denis est cercano a Pars, pero fuera de la ciudad. En aquella poca era un pueblo grande con algunos cientos de habitantes agrupados tras las murallas que rodean el monasterio de Saint-Denis y la necrpolis de los reyes de Francia. Juan Bautista de La Salle, ya que el Instituto no existe legalmente, invierte fondos por medio de un presta-nombre: el Seor Rogier, uno de sus amigos. El seminario se pone en marcha en 1709, tres Hermanos trabajan en la formacin de los Maestros, el abate Clment se dedica a un internado de muchachos que formaba parte del proyecto; el arzobispo de Pars est al corriente, incluso obtiene del duque del Maine (bastardo legitimado de Luis XIV), la exencin de alojamiento de personal de guerra para la casa. En febrero de 1711, (an siendo pleno invierno), el Seor de La Salle parte para el Sur de Francia, para realizar la visita a las comunidades de los Hermanos del sur del pas. Confa la responsabilidad de las comunidades locales al Hermano Bartolom, director del noviciado. Pero es llamado urgentemente a Pars, el padre del abate Clment, que acaba de acceder a la nobleza, intenta un proceso contra el Seor de La Salle acusndolo de haber sobornado a su hijo menor 21 , para desvalijarlo de su dinero. La acusacin es extremadamente grave, y ya sea porque el Seor de La Salle plantea mal su defensa, sea que su contraparte haya recibido apoyos ocultos, o sea tambin que los enemigos de la obra de las Escuelas Cristianas se hayan confabulado, los signos de una probable condena son notorios:
Sin embargo, para no exponerse al reproche de haber abandonado la causa de Dios y de haberla visto traicionar indignamente por el mismo que era el autor de la empresa, sin abrir la boca para defenderse, puso en manos de algunas personas influyentes y de autoridad varios papeles, un memorial y trece cartas del Abate que hacan su justificacin, suplicndoles por caridad que obraran para que se hiciera justicia con l. El uso que hicieron de los documentos fue enviarlos a algunos abogados que tenan relacin con la parte adversa del Siervo de Dios, como siempre se ha credo, porque en la memoria que ellos hicieron y enviaron a quienes los haban consultado, se pronunciaron, no como abogados, sino como enemigos declarados contra La Salle, y el resultado de su consulta fue completamente conforme a la demanda presentada al seor Lugarteniente Civil. Cuando le enviaron el resultado a La Salle, es increble la sorpresa que le caus el no encontrar sino adversarios por todas partes, y encontrarlos en los mismos abogados, censores inicuos que pronunciaban su condena antes que los propios jueces 22 .
Ms adelante, en el mismo captulo, Blain trata de analizar las causas del mal manejo en la manera de llevar adelante el proceso:
El Siervo de Dios, sorprendido por un juicio tan precipitado, lo estuvo an ms porque su causa haba sido abandonada por aqullos mismos a los que les haba implorado proteccin. Es seguro que si hubieran querido comparecer y encargarse de la causa del santo Sacerdote, hubieran podido
El abate Jean-Charles Climent es hijo de Julien Clment, cirujano de Luis XIV y noble. No es sacerdote, sino clrigo tonsurado para poder percibir los ingresos de un beneficio eclesistico, es este caso, los de la abada de SaintCalais (en el departamento de la Sarthe, en el siglo XVII: le Maine). Posteriormente, el abate Clment acabar mal, implicado en asuntos de falsificacin de moneda, ser excluido de la nobleza y condenado a galeras. 20 Blain II. (CL 8), p. 72 a 76. 21 Durante el Antiguo Rgimen, la autoridad paterna se ejerce hasta los veinticinco aos para las hijas y treinta aos para los varones. La mayora de edad es a los veinticinco aos. nicamente el rey es mayor de edad a los 13 aos. 22 Blain II. (CL 8), p. 77.
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evitarle este golpe. Su influencia hubiera podido, al menos, sacarlo del apuro si no hubiera prevalecido el obtenerle un juicio favorable/ Hubo malicia o negligencia en aquellos que haba escogido como sus defensores, al abandonarlo a la opresin? No nos toca juzgarlo. Es cierto que ellos tenan tambin sus prevenciones y estaban en relacin con quien deseaba alejar de Pars al Siervo de Dios. Por qu, entonces, La Salle pona en sus manos la defensa de su causa? Sin tener ningn apoyo ni respaldo, no tena a nadie que quisiera interesarse. Esperaba que la predisposicin cediera ante la caridad en esta ocasin, y que las gentes de bien, porque lo eran aquellos a quienes haba implorado ayuda, se despojaran de todo sentimiento humano para sustentar la causa de Dios 23 .
Habla tambin de la malignidad de sus abogados y de la indolencia de sus protectores 24 . Sobretodo, en ello descifra una maniobra de su enemigo oculto que desde hace tiempo quiere excluirlo de la direccin, por lo menos de la comunidad de Pars, de modo que sta dependa nicamente del cura de San Sulpicio y se separe de las dems comunidades del interior. Blain se ve algo molesto al hablar de esa situacin, por una parte porque el complot es difcil de probar y desembrollar, pero tambin porque San Sulpicio (parroquia y Compaa) es todo menos jansenista, de ah todos los circunloquios para hablar de ese enemigo oculto que, aunque del lado bueno para Blain, no duda en tramar sombras intrigas contra su hroe, llegando a forzar una condena infamante y deshonrosa. Lo que est claro, es que Juan Bautista de La Salle tiene enemigos que, al parecer, quieren aduearse de una parte de su obra, para ponerla al servicio de sus proyectos. Una de las consecuencias inmediatas de estos acontecimientos, es la ruina de la tercera tentativa de creacin de un Seminario de Maestros para las Escuelas Rurales. Sin embargo, desde muy temprano, Juan Bautista de La Salle pens en una variante rural de sus escuelas urbanas, teniendo en cuenta las especificidades de dicho medio: relacin con el cura, reducido nmero de alumnos, aislamiento, carcter estacionario de la actividad escolar, tareas parroquiales a realizar. Este tipo de institucin existi primeramente en Reims, desaparece mientras el Seor de La Salle est en Pars, a ms tardar en 1961-1962, puesto que el Fundador enva los Maestros a remplazar a los Hermanos en las escuelas con el fin de darles un tiempo prolongado de formacin espiritual en el Noviciado de Vaugirard. Podemos tambin pensar que este primer Seminario consigui su objetivo, y que satisfizo todas las demandas de los curas de la archidicesis de Reims que deseaban un maestro de escuela para su parroquia. En 1689, en la Memoria sobre el hbito, Juan Bautista de La Salle presenta este seminario como uno de los componentes de su Comunidad:
Tambin se atiende a formar maestros para las escuelas rurales, en una casa separada de la Comunidad, que se denomina seminario. Los que all se forman slo permanecen unos aos, hasta que estn enteramente formados, tanto en la piedad como en lo que atae a su empleo. No tienen otro vestido que el que se lleva de ordinario en el mundo, salvo que es negro o al menos muy oscuro; ni se distinguen de los dems seglares mas que por un cuello blanco y el cabello ms corto. Se les ensea a cantar, a leer y a escribir perfectamente; se les aloja, alimenta y lava la ropa gratuitamente, y luego se les coloca en algn pueblo o aldea para desempear all el oficio de clrigo; y una vez colocados, no mantienen con la comunidad otra relacin que las de cortesa. Con todo, se les recibe para practicar retiro. (MH. 0,0,4 a 6)
Una segunda tentativa tiene lugar en 1699, en la parroquia de Saint-Hippolyte, en Pars, en el barrio Saint-Marcel. El Hermano Nicolas Vuyart es el responsable. Las dificultades que Juan Bautista de La Salle y los Hermanos de Pars encuentran con el cura de San Sulpicio a partir de 1702, y luego las condenas a duras multas del Seor de La Salle y todos los Hermanos de las
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Blain II. (CL 8), p. 78. Blain II. (CL 8), p. 79.
Escuelas de Pars- y por tanto incluido el Hermano Nicolas Vuyart en el conflicto con los Maestros Calgrafos en 1704, conducen a dicho Hermano a dejar de solidarizarse con el Seor de La Salle declarando ser independiente de la comunidad de las Escuelas Cristianas. De este modo espera, l y la obra que dirige, librarse de las condenas. Entonces, algunas de las personas que sostienen el Seminario de Maestros Rurales se retiran y la obra desaparece. No obstante, Nicolas Vuyart continuar, hasta su muerte, llevando las escuelas gratuitas de la parroquia Saint-Hippolyte. Cuando el joven abate Clment comience a requerir a Juan Bautista de La Salle a finales de 1707 este ltimo le presenta una memoria en la cual la formacin de los Maestros para las Escuelas Rurales se presenta como uno de los fines del Instituto 25 . Otra consecuencia de la condena en el proceso Clment, es la salida precipitada de Pars, del Seor de La Salle. Retoma la visita que tuvo que interrumpir y sale hacia el Sur de Francia durante la primera semana de Cuaresma de 1712 (en febrero, por tanto an invierno). Esta salida le permite escapar a la captura y prisin, que conllevaba la condena. Pero, una seria torpeza del Hermano Bartolom al enviar por correo el texto del juicio del tribunal del Chtelet que lo condena, crea un profundo malentendido entre el Seor de La Salle y los Hermanos.
Despus de la partida del santo Varn, los Hermanos recibieron los dos emplazamientos que le llegaron: uno de parte del seor Rogier, que se haba convertido en su adversario, a pesar de haber sido su amigo ntimo; el otro del seor Clment, padre. En los dos se le trataba muy indignamente. En especial, insistan en tratarlo como sacerdote de la dicesis de Reims y Superior de los Hermanos de dicha casa, y no de los de Pars y de San Dionisio, lo cual era prueba evidente de la complicidad de sus adversarios con su gran enemigo 26 .
Como aparentemente, el Hermano Bartolom no corrige esa denominacin mediante otra carta adjunta, Juan Bautista de La Salle, segn la interpretacin de Blain, piensa que tambin l le sigue el juego a su enemigo y que lo rechaza:
La mayor afliccin de La Salle fue que se imagin que todos los Hermanos de Pars estaban ya a disposicin de su enemigo. Era una idea infundada, porque los Hermanos de Pars permanecieron durante su ausencia, lo que haban sido en su presencia: sumisos y apegados inviolablemente a su persona. Lo que ocasion esta idea fue que el Hermano Bartolom, creyendo hacer algo bueno, le haba enviado los dos emplazamientos en los cuales el santo Fundador era calificado de Superior de los Hermanos de Reims y no de Pars. Trminos que slo podan ser dictados por su rival, le hicieron nacer la sospecha contra la fidelidad de sus discpulos de Pars, y temer que se hubieran prestado a los artificios de su enemigo. Pues, se deca l mismo, por qu enviarme estos emplazamientos en los que se emplean estos trminos, si no es para notificarme que no me consideran ya su Superior? Su sospecha era falsa. El Hermano Bartolom le haba enviado los emplazamientos por sencillez, creyndose obligado de instruirlo y ponerlo al corriente de todo lo 27 que pasaba en su ausencia .
Algo parece haberse roto entre el Seor de la Salle y sus Hermanos. Nos encontramos en el campo de lo afectivo con palabras como: afliccin se imagin esta idea la sospecha. Convertirlo, sin reaccionar, en el Superior de los Hermanos de Reims y no de los dems, y sobre todo de los de Pars, es negar todo lo realizado a partir de 1688, al llegar a la Calle Princesse; lo sucedido en 1694, con los votos y la eleccin del Superior por los doce Hermanos, las elecciones realizadas en 1702 y luego en 1706 para defender la autonoma de la Comunidad frente al cura de San Sulpicio. Es devolver a Juan Bautista de La Salle y a los Hermanos a la propuesta hecha en
Blain II. (CL 8). P. 73. Ver tambin sobre este tema de los Seminarios de Maestros para las Escuelas Rurales: Hermano Henri BEDEL. ORIGINES. 1651-1726. P. 68, 98-99, 117 26 Blain II. (CL 8), p. 79. 27 Blain II. (CL 8), p. 79.
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1687 por el arzobispo de Reims Monseor Le Tellier, de fundar la joven comunidad, a condicin de limitarse a su dicesis, y que ellos ya rechazaron. Lo que resulta claramente atacado es el permanecer en sociedad de la frmula de votos. La recproca incomprensin se ve sin duda aumentada por las diferencias de generacin, y por tanto de mentalidad, entre Juan Bautista de La Salle y los Hermanos, como hemos mencionado anteriormente. Existe toda una vivencia del Seor de La Salle que se le escapa al Hermano Bartolom. ste no se imagina lo que representa semejante aparente anulacin de 25 aos de la vida del Fundador al aceptar dejar que se lo nombre, sin protestar, como Superior de los Hermanos de Reims. Juan Bautista de La Salle no quiere tener ms relacin por carta con el Hermano Bartolom a quien crea en el partido de su adversario, que slo quera recibir sus cartas para traicionarlo bajo la apariencia de confianza 28 . Dicho de otro modo ya no existe comunicacin entre el fundador y el responsable de hecho de las Comunidades de Pars. Una situacin muy desestabilizadora para el Hermano Bartolom pero que dice tambin mucho sobre la confusin que domina a Juan Bautista de La Salle en sus relaciones con los Hermanos. Viaje al Sur de Francia Habiendo salido de Pars durante la primera semana de Cuaresma de 1712, Juan Bautista de La Salle llega a Avin al final de la Cuaresma. Contina con la visita de las comunidades de Als y de Los Vans, en pleno pas Camisard. Acude a Mende, y de all vuelve a Los Vans, luego se dirige a Uzs la comunidad de Los Vans depende del obispo de esta ciudad. Vuelve a pasar por Als y llega finalmente a Marsella 29 . Blain insiste sobre el carcter peligroso de semejante periplo, no solamente a causa de la rebelin protestante, sino tambin por la caracterstica montaosa del pas y de su clima riguroso. De tal modo, para hablar del camino de Los Vans a Mende, (debera ser el mes de mayo o junio de 1712):
Este viaje fue peligroso e incmodo: ms de una vez corri el riesgo de perder la vida al pasar por las montaas del Gvaudan, bordeado de horrorosos precipicios. Sufri el fro perforador y 30 riguroso que se haca sentir all, y trajo a Mende una salud muy alterada .
Juan Bautista de La Salle descubre que se trata de un pas muy diferente del que l ha conocido al Norte del Loira: paisajes, clima, pero tambin el funcionamiento de las relaciones sociales, la mentalidad, la lengua. Se trata de la expresin de Blain? (a distancia, por supuesto, en el tiempo y el espacio), Es el Seor de La Salle que se expresa con posterioridad sobre dichos acontecimientos? La lengua popular es diferente: las de Mende, de las Cvennes son variantes de la lengua del Oc, la de Marsella es el Provenzal, ms cercano del italiano y del piamonts. En Pars, en Reims, en Rouen se hablan generalmente formas muy prximas de la lengua del Ol (o lengua del Oui). Constantemente los Hermanos, incluso cuando se encuentren en pas de la lengua del Oc, ensearn en el francs del Ol. No existe rastro alguno de ningn manual, o silabario, o catecismo, o libro de lectura en francs del Oc. Adems las reglas de pronunciacin y los ejemplos que se dan en la Gua de las Escuelas Cristianas o en las Reglas de Cortesa y Urbanidad Cristiana, son los de las elites urbanas de la lengua del Oil. Este francs del Norte era adems hablado, ms o menos,
Blain II (CL 8), p. 80 Blain II (CL 8), p. 81 a 83. 30 Blain II (CL 8), p. 82. La emocin ante los paisajes montaosos no aparece hasta finales del siglo XVIII en Francia, y durante mucho tiempo es puramente literario.
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por los ciudadanos importantes de las ciudades del Sur (frecuentemente bilinges), y a medida que se descenda en la escala social, exista toda una escala en la prctica de las dos lenguas, hasta llegar nicamente a la lengua del Oc. Juan Bautista de La Salle toma conciencia de la posible existencia de un problema en este campo, ya que se propone establecer un Noviciado especfico para ese pas:
establecer un noviciado apropiado a formar a los candidatos de la regin, que estaran ms en condiciones de trabajar en los lugares que los extranjeros, que no conocan ni el espritu, ni las 31 prcticas, y cuyas inclinaciones igual que su lenguaje, son muy diferentes .
Gracias a las inversiones de cierto nmero de eclesisticos y de notables de Marsella, se abre un Noviciado en esa ciudad, a la vez que se da impulso a la apertura de varias Escuelas Cristianas.32 Hasta aqu el viaje de Juan Bautista de La Salle es ms bien fructfero. En su relato del viaje del Seor de La Salle por el Sur y hacia Marsella, Blain subraya los encuentros con los Hermanos, las Comunidades, el deseo de estar cercano a su misin y de apoyarlos en ella, sobre todo cuando es especialmente difcil, como en los Cvennes, con los pequeos protestantes. Se rene tambin con los responsables de las Iglesias locales: obispos, curas, y se siente feliz al orles hablar muy positivamente sobre la misin de los Hermanos. La acogida en Marsella, aunque le parece excesivamente aduladora, le otorga no obstante la ocasin para enraizar el Instituto en esta otra Francia. Segn el relato de Blain, se lo nota sin embargo a la expectativa: reaccin cultural de frialdad de un hombre del Norte frente a la expansividad del Sur o ms profundamente, lucidez espiritual de alguien que sabe lo que cuesta realizar la obra de Dios y construir para el futuro?
Solo La Salle, temeroso por un xito tan rpido, recelaba verlo bien pronto sepultado bajo las ruinas escondidas en tan halageos comienzos. Desconfiaba de su estabilidad porque no lo vea fundamentado en el calvario. Este santo Varn tan esclarecido en los caminos de Dios, haba aprendido por experiencia y por las de los santos, que las obras que no estn basadas en la cruz, y que surgen sin sufrimiento, o no causan mayor miedo al demonio o no duran. De modo que no osaba entregar su corazn a la alegra por el temor de ver desvanecerse el xito presente en las desgracias de un futuro prximo. Tema que algn motivo secreto, disfrazado bajo el exterior engaoso de una devocin aparente, tomara el puesto de la caridad, y fuera el empuje del gran celo del que algunos de estos seores parecan estar animados. Segn l, esto era suficiente para ver 33 fracasar este proyecto. Dios no bendice lo que no se hace por l
Blain habla de timidez, de temor (tres veces), no se atreva, por miedo, de apariencias engaosas. Mxime que sus relaciones con los Hermanos de Pars no se han restablecido. Mantiene correspondencia con el Director del Noviciado de Saint-Yon 34 , pero calla frente a otros Hermanos: no se manifestaba a nadie, y dejaba de responder todas las cartas que le llegaban de todos lados de parte de sus discpulos. Actuaba as con la idea de que el inters del Instituto exiga esta suspensin de todo comercio, con el fin de que sus enemigos no volvieran contra los suyos la clera que ya no podan descargar contra l. Adems, siguiendo la prevencin que se haba hecho de que 35 los Hermanos de Pars le haban sido infieles, no saba ya de quin fiarse . Para explicar esta actitud, Blain habla de prudencia, para no provocar a sus enemigos contra los Hermanos, pero tambin de prevencin con respecto a los Hermanos de Pars que le haban
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Blain II (CL 8), p. 84. Blain II (CL 8), p. 85. Blain II. (CL 8), p. 84. Blain II. (CL 8), p. 85. Blain II. (CL 8), p. 85.
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fallado en fidelidad. Existe pues un vnculo personal entre l y ciertos Hermanos (pero Hermanos con los que podra contar), que permanece roto. Ya no saba de quien fiarse concluye el bigrafo. Finalmente pues, aunque el recorrido aparentemente es brillante, nos encontramos en la misma situacin que a la salida de Pars, a finales de la primera semana de Cuaresma de 1712: la ruptura entre l y los Hermanos persiste, Juan Bautista de La Salle no ha recuperado la confianza en sus asociados, incluso yo creo que mejor (o peor) no quiere recuperarla. Es lo que indican su silencio y su rechazo a la correspondencia con los Hermanos del Norte. La crisis en Marsella 36 : No haba venido a la Provenza ms que para destruir Sin poder verdaderamente establecer el orden de los hechos, ni la duracin de los movimientos, una primera dificultad se sita en las relaciones entre los dos Hermanos que llevan la escuela de Marsella y el Noviciado. En efecto, una vez comenzado el Noviciado, Juan Bautista de La Salle pide a los dos Hermanos acudir todos los das a los ejercicios del Noviciado 37 . Quizs ese todos los das es una amplificacin de los dos Maestros, con el fin de poner a los fundadores de la escuela de su parte, ya que antes, Blain ha escrito: que volvan los das indicados al Noviciado 38 . Sea como sea, los dos Hermanos soportan de mala gna esta obligacin. Sin embargo as es como se proceda en Vaugirard y en la GrandMaison, con los Hermanos de Pars, como tambin en SaintYon, para los Hermanos de Rouen. Por ms que Blain pueda cebarse sobre la malignidad, la tibieza, la cobarda, etc, de esos Hermanos (designados como dos hijos de Belial 39 ), nos encontramos, a mi parecer, ante un conflicto de generaciones: Juan Bautista de La Salle quizs no ha percibido que los cambios de mentalidad de los Hermanos, y que lo que era aceptable para los hombres de su generacin o para los Hermanos de los inicios en Reims o en Pars, ya no lo es para estas personas que pertenecen a un nuevo siglo. Estos Hermanos ya no se reconocen en lo que se haba practicado anteriormente. Adems cosa sorprendente para alguien habituado a ejercer una fuerte autoridad, los dos Hermanos obtienen lo que quieren gracias al apoyo de los fundadores de su escuela. Se quedan en su escuela, en contra de la voluntad de su Superior, que ha tenido que ceder. Una cierta concepcin de la obediencia y de la autoridad es puesta en entredicho. Es tambin la primera seal evidente del desfase que existe entre la prctica de la Regla en el Noviciado y la que se vive en la Comunidades de Escuela, poniendo de manifiesto una especie de esquizofrenia entre la vida en las Casas de
Cabe sealar que Blain, en su relato, nunca escribe el nombre de Marsella. Dice la Ciudad. Lo cual no ayuda para nada a la claridad de su exposicin! Tampoco cita ningn nombre de las personalidades, eclesisticas o civiles, de la Ciudad. Podramos pensar que este captulo 10 del Libro 3 de su Biografa es en buena parte una reelaboracin intelectual y literaria del autor, a 20 aos de distancia, y sin conocer directamente los lugares, las personas, los hechos. Su cronologa, para 1712, es difcil de seguir: Juan Bautista de La Salle sale de Pars en la primera semana de la Cuaresma de 1712, llega a Avin al final de la Cuaresma. A continuacin pasa por Als, por Los Vans, Mende (ida y vuelta) y finaliza en Marsella. All, desata la entusiasta acogida a la que hemos aludido, se proyecta un Noviciado, se instala, se abre; un padre Jesuita que predica la Cuaresma en una gran parroquia de Marsella lanza el proyecto de apertura de una segunda Escuela Cristiana en Marsella, las cosas se organizan. Al mismo tiempo, (pero en qu tiempo?) los dos Hermanos que tienen la escuela de Marsella se cansan de tener que ir regularmente al Noviciado lo cual quiere decir que el mismo funciona ya desde hace algn tiempo pero las maniobras para retirar la Escuela proyectada y todava no instalada, de manos de los Hermanos, comienzan apenas el Jesuita acab su sermn (Blain II, p. 88). Adems, algunas lneas antes, Blain seala que todo estaba listo, se haba avisado al santo Fundador de que indicara los Hermanos que destinaba para ella. Blain II, p. 87). 37 Blain II. (CL 8), p. 87 38 Blain II. (CL 8), p. 86. 39 Blain II. (CL 8), p. 87.
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Formacin y la vida real de los Hermanos. Un fenmeno constante y reiterado en toda la historia del Instituto. La lectura que hace Blain de la situacin religiosa e intelectual de Marsella, en trminos de conflicto entre Jansenistas y ortodoxos, aunque aporta una justificacin radical a la salida de Juan Bautista de La Salle, no hace justicia a la complejidad de la situacin marsellesa. Se trata de un juego de influencias y poderes en los cuales el Seor de La Salle queda pronto al margen. El obispo, Monseor de Belsunce 40 , est recin nombrado (1709), se halla muy bien dispuesto hacia el Seor de La Salle, los Hermanos de las Escuelas Cristianas, pero an no haba tenido tiempo de conocer las mentes 41 . Finalmente los fundadores de la nueva escuela eligen acudir a unos eclesisticos que podrn ayudar adems en la parroquia. Juan Bautista de La Salle es acusado a continuacin de ser demasiado severo para con los Novicios, se desaprueban sus prcticas de piedad, las penitencias que impone. Poco a poco los donantes cierran su bolsa, algunos Novicios son forzados por su entorno a salirse y se quejan de la austeridad del Superior, a su parecer excesiva. Se pone en circulacin un libelo sobre l. El Fundador trata de responder, pero sin xito. Los Hermanos del Sur de Francia se ven desestabilizados por estos ataques. El noviciado cae, por falta de candidatos, el Hermano Ponce, Visitador de las Comunidades del Sur, sale del Instituto llevndose una bonita suma. Los dos Hermanos de Marsella le dicen al Seor de La Salle: Que no ha venido a la Provenza ms que para destruir, en lugar de edificar 42 . Es en este contexto donde debemos ubicar la tentativa de partir para Roma 43 , y la respuesta bien conocida de Juan Bautista de La Salle a los Hermanos que lo ven de vuelta en casa, cuando lo crean ya en el mar: Bendito sea Dios: heme aqu de vuelta de Roma. No es su voluntad que vaya. Quiere que me dedique a otra cosa. Ms all de sus motivos religiosos y espirituales: visita al centro de la cristiandad, expresin de fidelidad al Papa, podemos descubrir en este viaje, un deseo de huida de la realidad marsellesa que le supera. La acumulacin de desaires, las relaciones difciles con varios Hermanos, los proyectos que fracasan, hacen que comenzara a dudar si su empresa provena de Dios y si una obra que todos contradecan no era ms que obra de su propia mente 44 . Aqu tenemos pues a un hombre que llega al crepsculo de su vida (tiene 62 aos, que en ese entonces es la vejez), que ha emprendido grandes cosas, arrastrado decenas de jvenes en su seguimiento, ha visto morir a varios de ellos en la tarea, que ha luchado contra los poderes eclesisticos, civiles, corporativos para hacer avanzar lo que l pensaba ser la obra de Dios para la salvacin de los hijos de los artesanos y de los pobres, y que se pregunta si no habr errado de camino de su vida! Estas reflexiones son dolorosas y fuertemente desestabilizadoras. Surgen despus de casi dos aos de dificultades que terminan en fracasos. Sobre todo, parece rota la comunin con numerosos Hermanos que cuentan mucho para Juan Bautista de La Salle. Con quin permanece ahora en Sociedad? Cul es el alcance del Voto de 1691? Y el de 1694? Tambin sabe de sobra que querer emprender un nuevo comienzo, recomenzar su vida, carece de sentido. La fe en s mismo, la fe en los dems, en sus Hermanos, la fe en el Otro, se ve turbada. Dicho de otra manera la espiritualidad, lo que da sentido y coherencia a la vida, queda afectada.
En 1720, este obispo ser uno de los hroes de la ltima epidemia de peste conocida en Francia, epidemia que se desarrollar a partir de Marsella. 41 Blain II. (CL 8), p. 88. 42 Blain II. (CL 8), p. 93. 43 Blain II. (CL 8), p. 93 94. 44 Blain II. (CL 8), p. 96.
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Dios ya no le deca nada En este desamparo existencial, Dios ya no le deca nada 45 . Esta expresin se puede entender de dos maneras: Dios ya no le hablaba, y ya no le encuentra gusto a estar con Dios. Juan Bautista de La Salle se ve constreido a la fe pura, a la confianza absoluta. Pero puede uno mantenerse as, cuando Dios calla? Elige el alejarse, pensando que su presencia fsica es en el fondo la causa de las dificultades encontradas en Marsella. Se va al convento de Saint-Maximin (un convento de Dominicos), cerca de la Sainte-Baume, clebre eremitorio y lugar de peregrinacin que habra servido de refugio a Santa Mara Magdalena.
En efecto, se retir a una ermita alejada diez o doce leguas de la ciudad. All, elevado sobre s mismo y todo lo creado, se encontr como sobre esas montaas donde los vientos y las tempestades no hacen ya ruido, en una calma profunda y una dulce tranquilidad. All, aplicado a Dios solo, olvid todo lo dems; si sus pensamientos lo llevaban en medio de sus Hermanos o de sus perseguidores, era para rogar a Dios por ellos, y suplicar a su Majestad sostener a los unos y convertir a los otros. Las injurias y los ultrajes no haban dejado en su alma ms huellas que las que una perfecta caridad conserva hacia enemigos amados en Dios y por Dios. Este santo Varn encontraba ya su Tabor en este desierto, y deca como san Pedro: Ah, Seor, qu bueno es estar aqu! Disfrutaba all de una gran paz y de una calma que le haca desear terminar all sus das, desconocido de los hombres; pero no estaba al final de sus trabajos, Dios le destinaba otros nuevos 46 para el resto de su vida .
Otras tres o cuatro veces ms, sentir esa tentacin del retiro, lejos del mundo, lejos de las encrucijadas de la vida, lejos de la preocupacin de guiar un Instituto, unos Hermanos, de enfrentar opositores. En Mende, despus de este episodio de Sainte-Baume, donde unas piadosas Damas tienen un establecimiento para las hijas de los Reformados y le proponen de quedarse con ellas, como capelln. Blain dice que el Hermano Timothe encontr al santo Fundador en un alojamiento que le haba hecho preparar la Seorita de Saint-Denis, donde viva como en un verdadero desierto 47 . Estando en Grenoble, hace una visita de tres das a la Grande Chartreuse 48
Edificado por el silencio y el recogimiento que reinaba entre estos solitarios, se inflamaba su inclinacin por el retiro, y deseaba terminar sus das entre ellos. El santo Sacerdote fue recibido con gran bondad, pero no con esas muestras de distincin que se tiene costumbre de dar en esta casa a los cannigos de Reims, porque l dej ignorar que haba sido honrado con esta dignidad, y no permiti a su Hermano que lo acompaaba comentarlo. Entre todos los lugares de devocin de esta santa laura, que La Salle visit, su corazn se detuvo en la ermita de san Bruno. La relacin que tena con este santo, lo enterneci; y si hubiera seguido su inclinacin, hubiera escondido en la cavidad de este mismo peasco a un segundo cannigo de Reims. Hubo que violentar su piedad para salir de all, pero si retir su cuerpo, dej all su espritu.
Podemos tambin mencionar, auque la matiz es muy diferente, el refugio que encontr en el lugar ms alejado y ms elevado de la casa, en el cual se entrega a la oracin, una oracin que no tiene ms medida que la del da 49 . Pero el contexto es el de la vida comunitaria. Finalmente, despus de haber soportado un tratamiento radical contra el reumatismo que lo aquejaba, va a reposar en casa de un amigo sacerdote, Yse de Salon, en Tullins pueblecito donde,
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Blain II. (CL 8), p. 96. Blain II. (CL 8), p. 97. Blain II. (CL 8), p. 98 99. Blain II. (CL 8), p. 100. Blain II. (CL 8), p. 99
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algo alejado, est instalado sobre la colina de Parmenia (Permeigne) el eremitorio de sor Luisa 50 . sta debe disuadirlo de esa tentacin de la vida eremtica para acabar su existencia:
El santo Sacerdote le confes que tena un gran deseo de pasar el resto de sus das en la soledad que le atraa tanto, y de no pensar sino en Dios y en l mismo. Esa no es la voluntad de Dios, replic Luisa, no hay que abandonar la familia de la que Dios lo ha hecho padre. El trabajo es su porcin, es preciso perseverar hasta el fin de sus das, uniendo como usted ha comenzado, la vida de Magdalena con la de Marta.
Juan Bautista de La Salle parece buscar su vocacin, lejos de los Hermanos, en la soledad, o bien consagrndose a la conversin de los pecadores 51 . Sor Luisa le hace caer en la cuenta de que ya la ha encontrado: su lugar est entre sus Hermanos. Comunidad y Misin, o el Dios reencontrado En la comunidad de Grenoble es donde Juan Bautista de La Salle reencuentra el sentido de su vida. Parece que es una comunidad donde da gusto vivir:
De Mende fue a Grenoble, donde crey encontrar otro cielo y otra tierra, al encontrar una calma profunda. Los Hermanos que estaban all supieron conocer su tesoro y gozarlo. Complacidos de poseer a su padre perseguido en Provenza por ms de uno de sus hijos, sin hablar de los extraos, trataron, con sus afectos y atenciones, de resarcirlo de las penas que le haban causado estos ingratos. Como pago, resolvi prolongar su morada con ellos lo ms que le fuera posible. Todo lo convidaba a hacerlo: el buen corazn de sus Hermanos, la paz que reinaba entre ellos, la soledad de 52 la casa, y la vida oculta y retirada que l llevaba all .
El Hermano Director de esta comunidad es quizs el Hermano Jean Jacquot, uno de los doce firmantes de los votos de 1694 y del acta de eleccin del 7 de enero de 1694, uno de los fieles de los comienzos en Reims y en Pars. Esto quizs lo explica. Juan Bautista de La Salle remplaza en su clase a un Hermano enviado, segn parece, en misin hacia las comunidades del Norte de Francia. Es la ocasin para un contacto directo con los hijos de los artesanos y los pobres y la misin especfica del Instituto:
Se vea a este Doctor, este antiguo cannigo de Reims, jefe de la Congregacin, considerar un honor, un placer, un deber, el instruir a los nios, ensear a los pequeos el A, B, C, a otros la lectura y escritura, y a todos las primeras lecciones de la Doctrina cristiana. La actitud con que ejerca este oficio, haca sentir bastante el gusto que le proporcionaba y la atencin que tena en practicar las diferentes virtudes, de las que una escuela proporciona ocasiones cada momento. Si haca distincin entre los escolares, era a favor de los ms pobres. Su inclinacin por ellos se notaba por la pena que se daba en hacerlos avanzar en la lectura y en la escritura, porque deca eso les es muy necesario. De esta manera era como su humildad saba esconder su caridad. Su celo por ellos los privilegiaba an ms en los catecismos que les daba todos los das; y si algunos tenan la preferencia sobre los otros, eran los ms ignorantes. Como stos son ordinariamente abandonados a su necedad natural, o a su ligereza de espritu, por maestros poco celosos y caritativos, ellos se convierten en el objeto de su predileccin y el ejercicio de su paciencia. Dios quiso bendecir sus cuidados y hacer ver que un celo suave y paciente lleva a cabo todo, y sabe hacer milagros en los espritus ms torpes e ignorantes; porque les ense las verdades de la
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Blain II. (CL 8), p. 103 105. Blain II. (CL 8), p. 99. Blain II. (CL 8), p. 99.
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religin, y los adelant en la lectura y escritura. Este es un gran ejemplo que tienen para imitar 53 todas las personas encargadas del cuidado de la juventud .
Un cierto nmero de comentarios del bigrafo sobre las aptitudes del Maestro emanan directamente de la Gua de las Escuelas: celo, paciencia, mansedumbre del maestro, su atencin a los ms pobres, a los ms ignorantes, a los ms estpidos, el cuidado dedicado a la formacin cristiana de los nios, la importancia de los conocimientos bsicos: lectura y escritura, eso es muy necesario. En cuanto a la conclusin de Blain, sobre las caractersticas especficas de una escuela verdaderamente cristiana (o lasaliana: aunque no se poda emplear ese adjetivo en aquella poca!): Si no se tiene cuidado, el amor propio se da por satisfecho en una escuela como en cualquier otra parte, y el espritu natural domina. Se deja de lado a los ms pobres, los ms estpidos, los ms ignorantes y a aquellos que naturalmente causan fastidio y no se atiende ms que a aquellos que agradan; sigue siendo vlida para todos nuestros centros educativos hoy en da! La oracin continua del Fundador desemboca tambin en el trabajo al servicio de los Hermanos y de las Escuelas, mediante la composicin o la revisin de obras:
La nica distraccin que se permiti fue la composicin de varias obras de piedad tanto para la instruccin de la juventud como para la utilidad de sus discpulos. Retoc una vez ms el libro de 54 los Deberes de un cristiano, del que dio, en ese tiempo, una edicin ms exacta .
Blain concluye este pasaje sealando que la calma ha vuelto a las comunidades de la Provenza; que el Seor de La Salle acompaa a los Hermanos mediante el envo de cartas y el paso de Hermanos Visitadores. Una comunidad equilibrada, que vive bien su misin para con los nios de Grenoble, un Hermano Director que comparte, desde hace tiempo, el proceso de Juan Bautista de La Salle, una misin muy precisa (y puntual) con los nios de la escuela de la parroquia Saint-Laurent pero que le permite encontrarse en contacto directo con la realidad del empleo de los Hermanos, un servicio al conjunto del Instituto y de su misin mediante la redaccin de obras espirituales o prcticas: he ah como el Seor de La Salle puede de nuevo conversar con ese Dios que, poco tiempo antes, ya no le deca nada. Prometo y hago voto de unirme y permanecer en Sociedad con para Hasta aqu, hemos observado sobre todo la crisis vivida por Juan Bautista de La Salle, en sus relaciones con un cierto nmero de autoridades civiles o eclesisticas, en sus relaciones con los Hermanos, Juan Bautista de La Salle que se interroga sobre su papel y su lugar en lo que se ha convertido en el Instituto de los Hermanos. Falta por analizar la otra crisis, an ms esencial para nosotros Hermanos y asociados de hoy: la que viven las Comunidades de Paris y de su regin, con la nueva manera de unirse y permanecer en sociedad que se trata de implementar. Yo prometo y hago voto de unirme y permanecer en Sociedad con, para : esta frase de la frmula de votos de 1694, la seguimos siempre pronunciando 55 . Quisiera sealar tres aspectos: es un yo quien habla, una persona singular que se compromete; quiere unirse y permanecer, son verbos, acciones, no un estatuto que se ratifica despus de haber participado en la asamblea general constitutiva;
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Blain II. (CL 8), p. 101 Blain II. (CL 8), p. 102. Esta edicin corregida fue rechazada por los censores y no ha llegado hasta nosotros. Salvo que desdichadamente ya no decimos: y hago voto.
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se trata de permanecer en Sociedad, lo cual indica a la vez la permanencia y una especie de vida comn o compartida, en dicha Sociedad que, una vez ms no se define por estatutos, sino por personas: con; y por un proyecto: para tener
Ser sobre esta base establecida en 1694, sobre la que el Instituto, Juan Bautista de La Salle y los Hermanos, van a construir el futuro de los asociados para tener las escuelas gratuitas. La asociacin es una palabra abstracta, cargada de connotaciones jurdicas, asociados remite a personas, a individuos vivos. El origen de la crisis vivida por Juan Bautista de La Salle y el Instituto despus de 1712, se encuentra en Pars. Blain consagra todo un captulo a Lo que sucedi en Francia durante la ausencia del Sr. de La Salle56 . De hecho, ms all del pleito Clment, insiste sobre las apuestas de este periodo de la historia del Instituto, y muestra como el mismo saldr de ah con su rostro definitivo. La precipitada salida Juan Bautista de La Salle hacia el Sur de Francia durante la primera semana de Cuaresma de 1712 deja a los Hermanos de Pars sin direccin ni orientacin. Blain lo seala, manifestando a la vez su perplejidad ante semejante actitud, al principio de Captulo XII del Libro 3 de su biografa:
Si estuviera permitido juzgar las acciones de los santos, que tienen principios de conducta muy diferentes a los otros hombres, y a menudo, obrando contra las reglas ordinarias de la prudencia humana, siguen los movimientos del Espritu Santo, estara uno tentado de reprobar la huida tan precipitada y furtiva de Juan Bautista de La Salle a Provenza, porque caus muchos desrdenes en su Instituto y lo acerc a su ruina. En efecto, parece que el santo Sacerdote, antes de tomar esta resolucin, o antes de partir de Pars, o al menos despus de su llegada a Provenza, debiera haber advertido a los Hermanos, sealarles el lugar adonde deberan escribirle, responderles, y gobernarlos por cartas desde el lugar de su retiro; en fin, nombrarles a quien l juzgaba apto para tomar su puesto en Pars, y a quien deban honrar en su ausencia en calidad de Superior. El Siervo de Dios no hizo nada de todo eso. Fue a esconderse en las provincias alejadas, sin querer revelar a nadie a dnde iba. All se mantuvo desconocido, y dej sin respuesta las cartas que reciba de los Hermanos. No design a nadie para remplazarlo durante su ausencia. Finalmente, permaneci con respecto a los Hermanos de Francia, sin vida, sin movimiento, y como un hombre 57 muerto .
Sabemos tambin que las incomprensiones entre l y el Hermano Bartolom condujeron a una prdida de confianza (provisional) del Seor de La Salle para con este Hermano. Blain seala cuatro efectos negativos del comportamiento del Seor de La Salle:
El primero fue, que si bien no hubo disputa entre los Hermanos como entre los Apstoles sobre quin era o quin debera ser el primero, hubo dudas sobre a quin se deba obedecer. La Salle no habindose expresado, no haba regla segura al respecto. El segundo desorden, que sali del primero, fue que la falta de un superior indiscutible, dej muchas faltas impunes y puso a los indciles a cubierto de la correccin. El tercer inconveniente fue que algunos Hermanos de poca virtud y de vocacin vacilante, considerando su estado como incierto y flotante, lo abandonaron; y otros, sospechando que el Fundador tambin haba abandonado el Instituto, se creyeron con derecho de imitar su ejemplo. El cuarto desorden fue an ms funesto, porque dio lugar a otra forma de gobierno, que el rival de La Salle, del que hemos hablado tanto, supo al fin introducir en esta nueva Sociedad. Eso haba hecho que el Instituto, estremecido hasta en sus fundamentos, amenazara ruina. Su cada haba
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Blain II. (CL 8), Captulo XII. Blain II. (CL 8), p. 107-108
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incluso comenzado ya; y es una especie de milagro que se haya levantado con ms brillo y con ms 58 xito que nunca .
Los tres primeros desrdenes afectan a la vida interna de la comunidad y a las relaciones entre sus miembros. Pero el cuarto atae al fondo: se trata de una nueva sociedad que pone en tela de juicio las opciones de 1694 (votos y eleccin del Superior). Ms adelante, Blain hace precisar por medio del rival el perfil de la organizacin que propone:
Segn este pretendido sistema: 1. Los Hermanos deban tener un Superior exterior apto para conducirlos a la manera de las religiosas, que tienen un superior externo. 2. La casa de Pars deba constituir una Sociedad especial y dependiente completamente de este superior eclesistico. 3. El noviciado deba suprimirse por intil y demasiado oneroso, porque costaba mucho para educar y alimentar tantos novicios; adems, no se necesitaban para Pars, puesto que los Hermanos deban ser estables, como voy a decirlo. 4. Los Hermanos deban permanecer todos en sus puestos y ser estables, sin poder ser cambiados. 5. Para reparar la prdida de los que la muerte podra llevarse, o de los que se salieran por su cuenta, o de los que fuera necesario enviar en caso de desorden, se propona tener uno, dos o tres novicios ms o menos en cada casa, segn sus ingresos y sus 59 necesidades .
Este sistema conduce a un repliegue de cada comunidad sobre la obra a la que est ligada y la convierte en un agente al servicio exclusivo de la parroquia (o de la ciudad) que la emplea. Ello conduce a una fragmentacin de la Sociedad de las Escuelas Cristianas en tantas pequeas entidades como comunidades existen. El Instituto, como cuerpo social, ya no est al servicio de la Iglesia, sino al de las Iglesias locales que son las parroquias. El anlisis de Blain lo explicita claramente:
Se quera hacer de la Sociedad de los Hermanos pequeos cuerpos desmembrados, sin subordinacin a un jefe comn, y sin otra dependencia que del superior del lugar, aproximadamente como hacen cantidad de Comunidades de maestras de escuelas que se multiplican hoy en da en 60 Francia, y que cada obispo establece o deja establecer para su dicesis particular .
Es verdad que el modelo de funcionamiento propuesto era por cierto uno de los posibles, en el sistema eclesial y social de la poca. En varias ocasiones, los Hermanos pudieron verse tentados a seguirlo (Reims, crisis de 1702). Pero no era lo que haban elegido en 1694. En 1699, cuando el Seor de La Salle se ve requerido por el obispo Godet de Marets para enviar Hermanos a Chartres, por lo tanto fuera del radio de accin de la joven comunidad (Reims, Pars), fue verdaderamente por asociacin como deciden realizar este paso decisivo, el cual compromete toda la continuacin del funcionamiento de la Sociedad:
El humilde Superior quiso tener el consentimiento de los Hermanos, antes de prometer personal al seor Obispo de Chartres. En la asamblea que reuni, les expuso la propuesta del ilustre Prelado, y, despus de haber hecho el elogio de su eminente piedad y de su celo ardiente por la religin, los dej concluir y decidir a su voluntad. Los Hermanos, sensibles al honor que les haca un santo Obispo, que los defensores de la sana y antigua doctrina honraban como el escudo de la fe en 61 Francia, se ofrecieron a cual ms a su Superior para recibir su misin .
Este procedimiento de la asamblea comunitaria para abrir una nueva comunidad es excepcional; no lo vemos ms a continuacin, en los relatos de los bigrafos. Juan Bautista de La Salle tena ciertamente conciencia de la novedad que representaba, para un cierto nmero de Hermanos, la
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Blain II. (CL 8), p. 108 Blain II. (CL 8), p. 111. Blain II. (CL 8), p. 112. Blain II. (CL 7), p. 370.
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salida de los campos apostlicos conocidos. De este modo aprenden a reconocerse como Hermanos universales antes que como Hermanos de las escuelas parroquiales. Adems, la eleccin de un Superior eclesistico, multiplicada para cada Casa, contradice la decisin de los doce, del 7 de Junio de 1694:
Declaramos tambin que pretendemos que la presente eleccin que hemos realizado en la persona del dicho Seor de La Salle como Superior, no tenga con posterioridad ninguna consecuencia. Ya que es nuestra intencin que despus de l, en el futuro y para siempre, no haya ni se reciba entre nosotros, si se elija por Superior a ninguno que sea sacerdote o que haya recibido las sagradas rdenes; y que ni siquiera, admitiremos, ningn Superior que no se haya asociado y haya hecho voto como nosotros, como todos aquellos que se asociarn con nosotros en adelante.
Blain comenta muy justamente, a propsito de los cambios impuestos por el rival del Sr. de La Salle:
Como La Salle, penetrando en el porvenir, haba previsto que este caso poda suceder, haba comprometido a los Hermanos, como se ha visto antes, a estatuir que no elegiran despus de su muerte, sino a uno de ellos por superior. Haba tenido en vistas este artculo, cuando haba querido varias veces dimitirse del superiorato, y obligar a los Hermanos a escoger uno de su cuerpo para sucederle. Quera ver este punto, que le pareca esencial, puesto en ejecucin mientras viva, con el 62 fin de que, despus de su muerte no tuvieran dificultades .
Los Hermanos ms antiguos tratan de detener los sucesivos avances del rival. Primeramente se contentan con el statu quo, por cuanto el que se pretende Superior no realiza ningn acto de autoridad. Pero el mismo, como consecuencia de una debilidad del Hermano Bartolom o de su falta de sagacidad o quizs por que no puede actuar de otro modo, logra hacer inscribir en el registro de la comunidad la realidad de su poder de Superior:
Ustedes me llaman su Superior, dijo un da, sera necesario dar muestras. Y temiendo que los Hermanos no entendieran sus palabras, aadi: que deseaba que se levantara un Acta, y que despus de haberla hecho firmar de los Hermanos, se la pusiera en el Registro de la casa. Este artculo era importante e interesaba esencialmente al Instituto. Era, pues, importante no escuchar esta proposicin, y no se puede excusar de debilidad al Hermano 63 Bartolom por haber consentido
Recordemos que el Hermano Bartolom entr en el Instituto en 1703, a la edad de 25 aos. Realiz estudios secundarios con los Jesuitas de Douai, recibi la tonsura y estudi teologa. Hizo un intento de vida religiosa en la Trapa, con el abad de Ranc, luego con los cannigos regulares, antes de entrar en el Noviciado de la GrandMaison. Su formacin y su horizonte son pues bastante diferentes de los de la mayora de los otros Hermanos. Sobre todo no ha vivido los aos sucesivos y ricos de 1691-1702, cuando la Comunidad se procur una imagen original y fecunda mediante una consagracin a Dios y una bsqueda de la santidad, por y en la misin: para tener las escuelas gratuitas. Como el Superior eclesistico pretende realizar cambios importantes en la organizacin del Instituto (con el fin de salvaguardar su espacio de Pars, al estar las otras Casas, en otras dicesis, fuera de su alcance), los Hermanos Antiguos reaccionan pidiendo una consulta a todos los Hermanos 64 . De igual modo protestan sobre el fondo mismo de esas nuevas orientaciones, sealando que eso es contrario a lo que ellos haban elegido vivir:
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Blain II. (CL 8), p. 113. Blain II. (CL 8), p. 113. Blain II. (CL 8), p. 114.
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Varios de los principales Hermanos ms lcidos que los otros, y ms informados de su establecimiento y de la manera de dirigirlo, murmuraban en voz alta y se quejaron de que el servicio que se haba pretendido hacerles, era el golpe mortal a su Sociedad. Decan: cul es el fin de la nueva forma de gobierno que se introdujo? Se quiere despojar al Fundador del derecho a gobernar su Instituto, y cerrarle a su regreso la puerta de todas las casas que l mismo ha edificado? Se quiere sostener, durante su ausencia, a los Hermanos en su primer espritu, y conservar como en depsito su Instituto, con el fin de que lo encuentre cuando vuelva, tal como lo dej? Se quiere dar a su obra una mejor forma, corrigiendo los defectos y reparando los fundamentos, o creando una nueva sobre las ruinas de ste? Cualquier faz que se le d a los cambios que se introducen, no se les puede mirar sino como una novedad perniciosa que la malicia da a luz, o al menos que un falso celo 65 concibe .
La mayor parte de los Superiores locales nombrados despus de una carta circular del Hermano Bartolom a las diversas Casas (Blain es elegido para Rouen), procuran dejar las cosas como estaban y contribuyen a evitar la fragmentacin del Instituto. Sin embargo, el riesgo permanece, pues las personas cambian, pueden sobrevenir muertes, que cambiaran el frgil equilibrio. Algunos Hermanos, adems, ya no se reconocen en esa situacin y se sienten molestos. Algunos deben ser expulsados de la Sociedad por una asamblea de los principales Hermanos:
Los principales de entre los Hermanos quisieron hacer algo ejemplar (une exemple) 66 , con el fin de que el escndalo no fuese a ms. Se reunieron en asamblea y vomitaron de su seno a estos soberbios, que hubieran podido ms tarde comunicar a otros el veneno mortal de la independencia, 67 y causar los ms grandes desrdenes .
Pero las cosas fueron ms all de lo que deja entrever ese relato del Libro 3, captulo 12 de Blain. Se lleg incluso a una revisin de la Regla, por una asamblea de Hermanos, que tomara en cuenta los cambios mencionados anteriormente. El Grand-Vicaire de Pars, encargado de estudiar el dossier, despus de siete u ocho meses de estudio, devuelve el texto el 4 de abril de 1714, pidiendo a los Hermanos (y al Superior eclesistico), no cambiar nada:
Las mantuvo siete a ocho meses, tiempo durante el cual sobrevino en Pars el alboroto relacionado con la Constitucin Unigenitus, y el rechazo de su Eminencia a aceptarla. Trascurrido este tiempo, el Abate Vivant devolvi al Abate de Brou los papeles que le haban encargado, con una carta fechada el 4 de abril de 1714, que contiene estas palabras: Su Eminencia no juzga conveniente que sea decidido nada, ni firmado en su nombre, ni sobre los reglamentos, si sobre los cambios que se quisieran hacer a los reglamentos. l se apoya en su sabidura de buen gobernante de las Escuelas de que se ocupa, y confa mucho que bajo una 68 direccin tan sabia, la piedad y la paz florezcan en ellas .
La imagen que ha tomado el Instituto, con la vuelta del Seor de La Salle y luego la eleccin del Hermano Bartolom como Primer Superior General de la Sociedad, no est pues tan clara como parece para muchos Hermanos. Las dudas sobre la manera como el Instituto deba y poda situarse en la Iglesia de entonces fueron permanentes. Finalmente, los principales Hermanos de Pars, de Versailles y Saint-Denis, sin duda los mismos que participaron en aquella asamblea donde se propusieron cambios en las Reglas y en el gobierno del Instituto, toman la palabra y deciden remitir una carta colectiva al Seor de La Salle.
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Blain II. (CL 8), p. 115-116. En francs clsico, exemple puede ser femenino Blain II. (CL 8), p. 111. Blain II. (CL 8), p. 149.
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Al inicio y al final de la historia de la fundacin de los Hermanos, nos encontramos ante una palabra de Hermanos (de Maestros) que interpela al Seor de La Salle. En 1683 1684, fueron los Maestros quienes interpelaron al joven cannigo: es fcil hablar del abandono a la Providencia cuando uno est bien instalado y Juan Bautista de La Salle les respondi solidarizndose con su pobreza, sin posible vuelta atrs. Treinta aos despus los Hermanos incitan de nuevo al Fundador para ser solidario con ellos, hasta el final, en nombre de todo el camino recorrido juntos. Segn Blain, el texto que leemos es la segunda versin de la carta de los Hermanos. Se explica del modo siguiente en el Compendio de la vida del Hermano Bartolom, Primer Superior General de la Sociedad de los Hermanos 69 :
El Sr. de La Salle a quien la carta de los Hermanos de Pars y de Versailles haba llamado a Pars, rehusando retomar el gobierno de la Sociedad y diciendo que para obligarle a ello, sera necesario que los Hermanos de la Provenza testificasen por escrito que consentan en ello, el Hermano Bartolom escribi a dichos Hermanos para informarles del asunto y puso en su carta una copia de la de los Hermanos de Pars, que haba hecho volver al Sr. de La Salle, con el fin de que todos los Hermanos de esos cantones la firmasen. No se haban cambiado ms que algunas palabras. En lugar de le rogamos volver, haba le rogamos volver a asumir el gobierno de la Sociedad. Los Hermanos de la Provenza al recibir dicha carta la reenviaron enseguida firmada a Pars.
As pues la carta original deca simplemente le rogamos volver, en lugar de le rogamos volver a asumir el gobierno de la Sociedad. Esta formulacin permite comprender la reaccin de Juan Bautista de La Salle, referida por Blain, cuando el Fundador llega el 10 de agosto de 1714 a la Comunidad de la calle Barouillre: Aqu me tenis, qu queris de mi? 70 Seor y Padre nuestro, nosotros los principales Hermanos de las Escuelas Cristianas,/ En fe de lo cual lo hemos firmado. Hecho en Pars, a 1 de abril de 1714, y nos repetimos muy respetuosamente, Seor y Padre nuestro, sus humildes y obedientes inferiores. Al principio y al final de la carta, encontramos Seor y Padre nuestro. Nos hallamos en un contexto de relaciones humanas y al interior de las mismas. Quienes se dirigen a Juan Bautista de La Salle son los principales Hermanos Una categora que no existe formalmente, pero que al menos todos los Hermanos son capaces de identificar. Son tambin los obedientes inferiores, en
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virtud del voto de 1694. Nosotros, recuerda el voto de 1691, que empleaba un nosotros para dirigirse a Dios. Sin embargo ninguno de estos principales Hermanos hizo ese voto, ya que Nicolas Vuyard se ha salido, Gabriel Drolin est en Roma y el Seor de La Salle es el destinatario de la carta. Todo a lo largo de su carta, el aspecto comunitario es recordado mediante el empleo sistemtico de la primera persona del plural: nueve veces nosotros o nuestra. As como tambin mediante Sociedad: dos veces, compaa, cuerpo de la Sociedad. La palabra Comunidad no se emplea. Tenemos aqu una sntesis de las relaciones entre los Hermanos y Juan Bautista de La Salle: una relacin afectuosa, la conciencia de constituir un cuerpo, de estar comprometidos, responsables del futuro de esa comunidad; una relacin jerrquica, fundada en la fe y la confianza en aquel que es el Padre. Todo ello por haberse asociado para una Misin. Debemos recordar que las frmulas de votos de 1694 nombraban a cada uno de los asociados. Preocupados por la mayor gloria de Dios/ Por todo ello, seor, le rogamos muy humildemente, y le ordenamos en nombre y de parte del Cuerpo de la Sociedad al que usted ha prometido obediencia, que vuelva a asumir de inmediato el gobierno general de nuestra Sociedad. La evocacin de la mayor gloria de Dios remite a la Misin: la gloria de Dios no es nuestra gloria o nuestros logros educativos o nuestros xitos sino las victorias de Dios en la vida de los jvenes que nos son confiados. La gloria de Dios est ante nosotros y nos hace mirar el futuro. Expresiones como: la mayor gloria de Dios, en nombre y de parte del cuerpo de la Sociedad al que usted ha prometido obediencia, constituyen una lectura interiorizada de la formula de los votos, pronunciados juntos en 1694. Tambin a ellas se remite el Seor de La Salle. El voto instaura la Comunidad, los asociados, como un cuerpo social de consagrados. Detrs de eso, hay toda una historia vivida juntos, lo que han discernido, luego compartido a lo largo de los aos, en Reims en primer lugar y sobre todo en Pars y Rouen. Su expresin brota de la historia de su consagracin comunitaria y de la experiencia compartida del ministerio de la salvacin vivido por la Sociedad. Pues Sociedad alude evidentemente a asociados para as es como viven, as se han consagrado, para tener las escuelas, para realizar la obra de Dios, para corresponder a su designio de salvacin, para los jvenes y, consiguientemente, para ellos mismos. Sabemos tambin las numerosas resonancias que tiene la gloria de Dios en la espiritualidad y el proyecto lasaliano. La gloria de Dios, es que todos los hombres se salven, que sean santos, que sean totalmente de Dios, que lleguen al conocimiento de la verdad sobre Dios, el conocimiento de sus misterios, en particular al don que Dios nos ha hecho en Jesucristo. *
* Debis () tener como nico fin al instruirlos el amor y la gloria de Dios. (MR. 201.2). Procurad por medio de vuestro celo, dar muestras sensibles de que amis a los que Dios os ha confiado, como Jesucristo amo a su Iglesia; haced que entren realmente en la estructura de ese edificio y que estn en condiciones de comparecer un da ante Jesucristo, llenos de gloria, sin tacha, sin arruga y sin mancha, para manifestar a los siglos venideros, las abundantes riquezas de la gracia que les hizo dndoles el auxilio de la instruccin; y a vosotros, la de instruirlos y educarlos, para ser un da los herederos del Reino de Dios y le Jesucristo Nuestro Seor. (MR 201.2). Para procurarles en este mundo la vida de la gracia y en el otro la vida eterna. (MR 201.3).
La gloria de Dios se percibe y se realiza (procurarla) a lo largo de las existencias humanas que son los lugares de la Historia de la Salvacin hoy. Especialmente se percibe y realiza en las Escuelas Cristianas, por el ministerio de aquellos que Dios ha elegido para llevar a cabo su obra: 23
Dios ha tenido la bondad de poner remedio a tan grave inconveniente con el establecimiento de las Escuelas Cristianas, en las que se ensea gratuitamente y slo por la gloria de Dios. (MR 194.1).
La gloria de Dios est ligada a la gratuidad, pues el don de la fe (pues se ensea gratuitamente) es gratuito. Los Hermanos han integrado a su concepcin de su vocacin, los trminos y el espritu de la frmula de votos: son sus expresiones las que les vienen a la mente cuando quieren expresar su relacin con Juan Bautista de La Salle y situar su relacin con l. Por todo ello: siempre la frmula de votos. La gloria de Dios conduce a un compromiso concreto. Lo tienen muy en cuenta en esa perspectiva profundamente lasaliana: el vnculo entre el impulso hacia Dios y el proveniente de Dios, con su realizacin en el tejido de la vida cotidiana, en la historia de las Escuelas Cristianas, en su experiencia comunitaria. El mayor bien de la Iglesia y de nuestra Sociedad, reconocemos que es de capital importancia el que vuelva a tomar las riendas y el cuidado de esta obra de Dios que lo es tambin suya / que es tan til a la Iglesia; y es de justicia testificar ahora que usted la ha guiado siempre con mucho xito y edificacin. Los Hermanos subrayan la ubicacin de su Comunidad en el ministerio de la Iglesia: El mayor bien de la Iglesia y de nuestra Sociedad (esta nueva compaa) que es tan til a la Iglesia. La comunidad de los Hermanos no est aislada de la Iglesia: tiene su lugar en la comn obra de salvacin. La Iglesia es el lugar y la manera por los cuales Dios ha querido seguir presente entre los hombres. La Iglesia, otro tema lasaliano esencial: *
* Que el cuidado de instruir a la juventud es uno de los empleos ms necesarios en la Iglesia (MR 199. Ttulo). De lo que debe hacerse para lograr que vuestro ministerio sea til a la Iglesia. (MR 200. Ttulo).
El empleo, el ministerio til a la Iglesia, el mayor bien, es el cuidado de instruir a la juventud, tal como esta Sociedad, esta nueva compaa lo ha puesto en prctica, bajo la gua de Juan Bautista de La Salle. Porque la Santa obra de Dios, ms all de la gua de la compaa, es instruir a la juventud. Notemos otra vez que tomar las riendas, tener cuidado de, guiarla, la obra de Dios, su obra son expresiones caractersticas del vocabulario lasaliano. La gran utilidad para la Iglesia, el mayor bien de la Iglesia son descritos a lo largo de las MR 199 & 200:
Poner los fundamentos del edificio de la Iglesia, instruir a los nios en el misterio de la Santsima Trinidad y en los que Jesucristo realiz cuando estaba sobre la tierra Estar destinados por ella (la Iglesia) a un empleo tan santo y excelente, y os ha elegido para transmitir a los nios el conocimiento de nuestra religin y el espritu del cristianismo. (MR 199.1). Para eso os ha enviado Jesucristo y os emplea la Iglesia de la que sois ministros (anunciar el Evangelio del Reino de Dios). (MR 199.2). Es eso tambin, lo que debe impulsaros a estimar muy particularmente la instruccin y la educacin cristiana de los nios, porque es un medio para lograr que lleguen a ser verdaderos hijos de Dios, y ciudadanos del cielo, y constituye, propiamente, la base y el apoyo de su piedad y de todos los dems bienes que se realizan en la Iglesia. (MR 199.3). En vuestro empleo tenis que trabajar en el edificio de la Iglesia sobre el cimiento que pusieron los santos apstoles, instruyendo a los nios que Dios ha confiado a vuestros cuidados, de modo que formen parte de ese edificio As pues, vosotros que habis sucedido a los apstoles en su empleo de catequizar e instruir a los pobres, si queris que vuestro ministerio sea tan til a la Iglesia como puede serlo, debis darles el catecismo todos los das, ensendoles las verdades fundamentales de nuestra religin. (MR 200.1).
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El ministerio de Fundador El ministerio especfico de Juan Bautista de La Salle no es idntico al de los Hermanos: su ministerio atae a la animacin y la vida de la Comunidad o de la Sociedad; para ellos, como para nosotros hoy es la Escuela Cristiana (La educacin cristiana), ministerio de salvacin integrado en el de la Iglesia. Al situar la obra de Dios, el ministerio de Juan Bautista de La Salle, en la Iglesia, los Hermanos hacen una lectura de su propio ministerio y de su existencia como Sociedad: en la Iglesia, lugar y momento de la Historia de la Salvacin de Dios que contina realizndose. Le dicen al Seor de La Salle que para l como para ellos, la existencia de su Comunidad es indisociable de la misin eclesial. Se conciben a s mismos como porcin de la Iglesia, como lugar en el cual en la fe, Dios habla, acta, asume la causa de su pueblo, se constituye en un Pueblo de rescatados. Esta es la obra que es la santa obra de Dios. A la vez el carisma y el ministerio de Juan Bautista de La Salle, para la Comunidad y los carismas y los ministerios que los Hermanos ejercen a partir del conocimiento de las necesidades de los jvenes y de la Iglesia y de su Comunidad. Los Hermanos, contemplando su itinerario juntos, ven y expresan el lugar as como tambin el papel determinante de Juan Bautista de La Salle, como realizador del proyecto de Dios: esta obra de Dios que lo es tambin suya, usted la ha guiado siempre con mucho xito y edificacin. Reconocen plenamente la vocacin de Fundador y de Gua de los Hermanos y la manera como lo ha vivido con ellos y para ellos. Puesto que ha sido del agrado del Seor el servirse de usted para fundarla y guiarla desde hace tanto tiempo/ que Dios le ha dado y le da las gracias y los talentos necesarios para gobernar esta nueva Compaa. Lo que Juan Bautista de La Salle ha vivido es comprendido como la santa obra de Dios. Dios anda mezclado en ello, es el origen y la culminacin: la mayor gloria de Dios, la santa obra de Dios, ha sido del agrado del Seor el servirse de usted, Dios le ha dado y le da siempre Dios est presente, en esta obra, en esta Historia, en esta compaa. Establecer, guiar desde hace tanto tiempo, los talentos necesarios para gobernarla bien: he ah los dones que Dios ha dado a Juan Bautista de La Salle para que desempee su obra en la Iglesia, para esta nueva compaa, para la utilidad y el bien de su Iglesia. Los Hermanos subrayan la duracin y la permanencia de este don de Dios: desde hace tanto tiempo, Dios le ha dado y le da las gracias. Tenemos que regresar nuevamente a las Meditaciones para el Tiempo del Retiro con el fin de ver cmo y por qu Dios acta: *
* * * * * Dios quiere que todos los hombres sean instruidos, para que sus mentes sean iluminadas con las luces de la fe. (MR 193.1). Corresponde, pues, a la Providencia de Dios vosotros, pues, a quienes Dios ha llamado a este ministerio (MR 193.2). Dios os ha constituido ministros suyos (MR 193.3). Haya tenido la bondad e servirse de vosotros para procurar a los nios tan grandes beneficios (MR 194.1). Vosotros sois los embajadores y los ministros de Jesucristo en el empleo que ejercis, tenis que desempearlo como representando al mismo Jesucristo. (MR 195.2). Vosotros a quienes Jesucristo escogi entre otros muchos para ser sus cooperadores en la salvacin de las almas (MR 196.2).
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Es gran don de Dios la gracia que os ha hecho al encargaros de instruir a los nios, anunciarles el Evangelio y educarlos en el espritu de la religin () es la obra de Dios. (MR 201.1).
Este vnculo establecido por Juan Bautista de La Salle, en sus Meditaciones, entre el ministerio del Hermano y la presencia activa de Dios en su obra, los Hermanos lo reconocen en la vida de su Fundador. La fundacin de la Sociedad de los Hermanos es entendida como un acto salvfico en el cual Dios habla y se da a conocer. Todos estamos convencidos En el ncleo de esta carta: la Comunidad (todos), repite su confianza fundamental en la presencia de Dios en la obra desempeada por el Seor de La Salle, desde hace tanto tiempo. Por lo que han vivido juntos, por lo que queda por vivir, teniendo en cuenta que la Comunidad es parte de la Iglesia, a la que ayuda en la construccin del Reino. Los Hermanos reconocen que Dios ha estado y est siempre presente en esa obra, que Juan Bautista de La Salle ha respondido fielmente a lo que Dios le peda. Ha sabido escucharlo, reconocer sus llamamientos en la situacin de los pobres, or su voz en la de los hijos de los artesanos y de los pobres, encontrar las respuestas adaptadas y coherentes para ese designio. Ha respondido con fe, discerniendo las huellas de Dios en esa historia comunitaria de las escuelas cristianas, con hombres que se han unido a l. Todo a lo largo de su carta, los Hermanos muestran que han interiorizado la enseanza espiritual y la visin de su Padre, as como el proceso vivido con l, desde hace ms de treinta aos. Con frecuencia, su expresin est muy prxima a la de las meditaciones para el Retiro y las diversas frmulas de votos. Si los Hermanos emplean este lenguaje, es que estn en ntima comunin, de pensamiento y corazn, con Juan Bautista de La Salle, porque es ese mismo lenguaje el que han practicado a lo largo de su itinerario y de sus intercambios comunitarios. De igual modo el Seor de La Salle puede continuar reconocindose en su manera de vivir, de hablar, de rezar, de pensar, de comprender y releer la accin de Dios en las Escuelas Cristianas y en su Sociedad. Dios ha conducido a Juan Bautista de La Salle al Desierto, y el Seor de La Salle lo ha encontrado en la Tierra Prometida de la Comunidad: Grenoble, la carta de los Hermanos de Pars. La palabra de la Comunidad pone luz en su vida. En este acontecimiento, lo papeles se han invertido un tanto: quienes reciban de l la luz en sus existencias, ahora lo hacen en la vida del Fundador, de tal modo han asimilado el proyecto de salvacin con l que su palabra puede llegar a ser signo. Juan Bautista de La Salle haba dudado de s mismo al ver que los esfuerzos de toda su vida para fundar el Instituto parecan desembocar en el vaco. Haban tratado de hacer existir ese Cuerpo y ste pareci dislocarse. Haban profesado la asociacin y ella estallaba en comunidades aisladas. Ms profundamente, algo pareca haberse quebrado en las relaciones entre Juan Bautista de La Salle y varios Hermanos, as como con la obra que haban realizado juntos, hasta entonces. Haba tratado de ser un verdadero Padre, y se vio inducido a creerse incapaz de gobernar, rechazado por sus hijos. Pero he aqu que el Instituto existe por s mismo: sus miembros se renen por propia iniciativa, el Cuerpo est vivo, quiere enfrentar los problemas que se le plantean, se manifiesta tomando la palabra. La asociacin resiste: en su nombre se renen los Hermanos; se apoyan sobre ella para hacer volver a su Fundador. La Comunidad es capaz de releer y de comprender su Historia, con l, y restitursela. Es capaz de comprender su propio compromiso, y el, singular, del Fundador, como un ministerio otorgado por Dios. No est solo. Sigue siendo uno de ellos. Los Hermanos, siguiendo a Juan Bautista de La Salle, hacen una lectura mstica de su Historia: Dios, su proyecto, su actuacin, su voluntad. Reconocen como el Fundador le ha correspondido: su proyecto, su actuacin, su manera de reconocer la 26
voluntad de Dios y de hacerse disponible. Dicen que concretamente, la obra de Dios, se realiza en esa Sociedad, mediante Juan Bautista de La Salle, porque han vivido con l y que quieren seguir viviendo. Dios est en su historia personal como en la historia de su Sociedad. Esta historia es tambin la historia de la salvacin, en la Iglesia. Llevar a su trmino la santa obra de Dios que se me ha confiado. La crisis que atraviesa el Instituto a lo largo de este periodo afecta a la persona misma del Seor de La Salle, en sus relaciones consigo mismo, con los Hermanos, con Dios; y las relaciones de los Hermanos entre s. Igualmente pone en tela de juicio el lugar de esta comunidad nueva en el paisaje pastoral de la Iglesia del momento as como en la sociedad contempornea. A lo largo de estos tres aos, Juan Bautista de La Salle aprende a soltar amarras: se da cuenta de la brecha que existe en las mentalidades, entre el y varios Hermanos; debe por tanto aceptar que el Instituto no es cosa suya, a prender a vivir sin l y en paz. Sale de la prueba habiendo encontrado el lugar y el estilo de relaciones consigo mismo, con los otros y con el Otro, que le permitirn llevar a cabo la obra de Dios que le ha sido confiada. Est seguro que las heridas internas que ha soportado y que han podido manifestarse en su silencio con respecto a varios Hermanos, no estn curadas. Cuando Blain escribe su biografa, ms de 20 aos despus de los hechos y al interrogar a los Hermanos, percibe el eco de lo que stos han sentido, durante ese periodo. Y se constata que sus interrogantes perduran:
Sin duda que un hombre tan sabio e ilustrado como l, tuvo razones importantes para obrar de esta manera, pero no podemos adivinarlas. Tal vez quiso acostumbrar a los Hermanos a prescindir de l, y obligarlos finalmente a escogerse uno de ellos para superior, cosa que no haban querido nunca hacer en su presencia. Tal vez llevaba la humildad y los bajos sentimientos que tena de s mismo, hasta verse como un objeto de maldicin, y como causa de todas las desgracias de que su Congregacin estaba afligida sin cesar. Tal vez tuvo el pensamiento de que algunos de sus propios discpulos estaban de acuerdo con sus enemigos, y que no poda ya fiarse ni de los unos ni de los otros. Tal vez, en fin, quera persuadir a sus adversarios que no se implicaba ya en el gobierno del Instituto, con miras a desarmarlos. Sea lo que sea, como no podemos hablar sino por conjeturas, ya que La Salle no quiso nunca manifestarse sobre este tema, aunque haya sido presionado varias 71 veces, su huida tan furtiva y precipitada ocasion los desarreglos siguientes
Nunca quiso dar explicaciones sobre el tema: se fue pues con su herida y su misterio. Con los Hermanos, incluidos aquellos de quienes haba sospechado que pactaban con su enemigo, las relaciones han vuelto a ser de confianza. Hemos visto en qu modo la carta del 1 de abril de 1714 era un verdadero espejo de su experiencia de Dios. Se ha dado cuenta que la misma ahora ha pasado a sus Hermanos. Es necesario subrayar el papel de la Comunidad (la de Grenoble, pero tambin la de Pars, con esa carta de los principales Hermanos) en la recuperacin del equilibrio vivido por Juan Bautista de La Salle. La dimensin ministerial de sus compromisos para con los jvenes de Grenoble, para con los Hermanos mediante todo un trabajo de escritura enfocada hacia ellos (la revisin de los Deberes de un Cristiano), es tambin esencial. Los Hermanos, de generaciones y experiencias diferentes, en parte obligados por las circunstancias, han aprendido a trabajar juntos, a imaginar su futuro, cometiendo evidentemente errores en sus ensayos. Es sorprendente constatar cuantas veces, en la biografa de Blain, se nos
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dice que los Hermanos de Pars se han reunido para decidir, evaluar, comunicarse, escribir En cierto modo, han ratificado y asumido como propios, los compromisos de 1691 y de 1694. La figura del Hermano Bartolom surge ms firme, y ms lcida sobre lo que est en juego en las decisiones a tomar con el fin de dotar de todas sus dimensiones al Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. Tambin l, sin duda, ha integrado en su experiencia de Dios toda la novedad de unirme y permanecer en Sociedad, con para El cuerpo de la Sociedad ha comprendido que unirse y permanecer en Sociedad era la clave de su porvenir. Es profundizando y viviendo esta dimensin de sus compromisos como ha encontrado la salvacin. El Instituto est listo ahora para poner en prctica la decisin del 7 de junio de 1694: elegirse un Superior entre sus miembros, alguno que se haya asociado y que haya hecho voto como ellos. Est listo tambin para asumir toda la singular espiritualidad que anima a Juan Bautista de La Salle y ste les ha transmitido y contina transmitindoles, a lo largo de toda su vida. Esta experiencia de Dios, se ha convertido en la suya, se ha convertido en la nuestra. Hermano Jean-Louis SCHNEIDER. Estudios Lasalianos. ROMA-PARMENIA. 28 de noviembre del 2006. Para el CIL
(Traduccin Hno. Pepe)
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