Amor y Nación en Las Novelas de Ignacio Manuel Altamirano

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ruerdos de un emigrado. za ed.

r1a de Ch. Bouret, 1888.


J Mexico (1819-1906). Mexico:
1 de America, siglo XIX. Col.
:> XXI Editores I CIESAS,
En La nove/a del Mexico colo-
r pr61. Antonio Castro Leal.
I indio en la pintura del siglo
(ia en el arte contemporaneo.
Mexico: UNAM, 1982. 51-
. New York: Vintage Books,
en el Mexico colonial. Trad.
:a I Alianza Editorial, 1991.
World's Fairs. Berkeley I Los
Jifornia Press, 1996.
lirica. El problema del otro.
iglo XXI Editores, 1987.
[anuel Payno". Historia Mexi-
r indio en el espaiiol del siglo
e Filosofla, Letras y Ciencias
:ndigenismo en Mexico. Mexi-
'
as ciencias sociales. Mexico:
Amor y naci6n en las novelas de
Ignacio Manuel Altamirano
FRIDHELM ScHMIDT
UNIVERSIDAD LIBRE DE BERLIN
UNIVERSIDAD NACIONAL AUT6NOMA DE MEXICO
REsuMEN: En este articulo, se analizan las novelas de Igrtacio M. Altamirano,
sobre todo Clemencia, Julia, y El Zarco. El estudio concede especial importan-
cia a Ia representaci6n del amory del patriotismo en su narrativa. Consideran-
do las relaciones intertextuales concretas entre el Romanticismo europeo y el
liberalismo literario de Altamirano, se muestra que el escritor retoma ciertos
aspectos de los modelos discursivos europeos, a! mismo tiempo que rechaza
todos los elementos del ideario romantico que podrfan ser un obstaculo o una
amenaza para Ia consolidaci6n del Estado y del sujeto poscoloniales, y para Ia
creaci6n de relaciones arm6nicas entre los generos. En las novelas de Altamira-
no, el amor y el patriotismo se representan como dos pasiones fntimamente
ligadas; Eros y Polis se construyen mutuamente uno sobre el otro.
ABS7RACT: In this article, the novels of Ignacio M. Altamirano are analyzed,
mainly Clemen cia, Julia and El Zarco. The study grants special relevance to his
work's representation of love and patriotism. By taking into consideration the
concrete intertextual relations between the European romanticism and Altamira-
no's literary liberalism, it is shown that the writer retakes certain features of the
European discursive models, while rejecting all other elements of the romantic
ideals that might be an obstacle or a threat to the post-colonial State and individ-
uals, and to the creation of harmonic relations between genders. In Altamirano's
novels, love and patriotism are represented as two closely linked passions; Eros
and Polis are mutually constructed one on top of the other.
Literatura Mexicana
X.l-2 (99.1-2), pp. 97-117
Amor y naci6n en las novelas de
Ignacio Manuel Altamirano
La bandera de la patria tendria entonces para el
un simbolo mas que idolatrar: el de su amor.
IGNACIO MANUEL ALTAMIRANO, Cfemencia
I. LOS CONCEPTOS DE AMORY NACION A PARTIR DEL ROMANTICISMO
"Es por palabras [ ... ] por simples palabras que nos ha separado la
suerte" (Altamirano 1986a 91), le dice Julia a Julian al final de
la novela corta de Ignacio Manuel Altamirano, novela que, como
tantas otras del siglo XIX, se engalana en su titulo con el nombre
de la bella protagonista. Es quizas la {mica frase de la noveHstica
de Altamirano en que nos recuerda que el amor, que en general
aceptamos ver como un sentimiento ahist6rico, eterno y casi divi-
no, o, a veces, como un complicado quipu de sentimientos, inso-
luble como el nudo gordiano, a lo mejor pueda ser nada mas que
un c6digo comunicativo que tiene sus reglas y su historia. Un
c6digo cuyo modo de empleo, en fin, se puede aprender mediante
la lectura de novelas o, en nuestros d!as, por via de peHculas. "El
am or es -cuando en el cine resuenan los violines", que es exact a-
mente el momenta en que ya no se necesita palabra alguna para
entenderse-. El hecho de que todos los espectadores supuesta-
mente "entienden" este momenta como en el que "entra" el amor,
y los sollozos y las lagrimas nos muestran que de veras lo entien-
den; este hecho no solo confirma la idea de que se trata de un
Literatura Mexicana
99
codigo comun, sino revela ademas una paradoja en nuestra forma
de percibir y concebir el amor. Es, al mismo tiempo, el sentimien-
to mas intima y personal, y, por otra parte, el supuestamente mas
generalizado, un sentimiento universal.
Esta paradoja tambien es historica. Es el resultado de un cam-
bia radical en la concepcion del amor que comienza en el siglo
xvm con la experiencia de la incomunicabilidad (Luhmann 1994
153-161), y cuyo apogeo llega a ser el Romanticismo. Es en la
filosofia yen la literatura romanticas en que "La concreticidad y La
unicidad del individuo se declaran como principios universales.
Para elias, dos almas son dos mundos" (Luhmann 167).
1
La unici-
dad del mundo (y no solo del caracter) del otro requiere una nue-
va subjetividad en la percepcion de la realidad como tal. Sabre
todo en el Romanticismo aleman, este cambia es el resultado de la
revaloracion del mundo para el que ama por parte del otro ama-
do.2 El mundo de los objetos y la naturaleza se vuelven caja de
resonancia para el amor; es en el encantamiento de los objetos en
que los amantes experimentan su amor en relacion con el otro
(Luhmann 167-168). El amor mismo es ideal y paradojico ala vez,
porque trata de basar la unidad en la dualidad. Por esto, es posible
una intensificacion de la emocion en y por la distancia en que
viven los amantes, y el acento de la realizacion se disloca a la
esperanza, al anhelo distante (Luhmann 172).
El proceso de subjetivizacion, individualizacion y privatizacion
del amor durante el Romanticismo incluye una nueva valoracion
de lo bello y de lo feo,
3
que ahara se distinguen por la imagina-
1
Subrayados en el original. La traducci6n es rnia.
2
"Ellos Oos franceses) encuentran uno en el otro al universe, porque pierden
el sentido para todo lo demh. Nosotros no. Todo lo que amabamos en otras
ocasiones, ahora lo amamos con mas calor. Tanto mas comprendemos el mun-
do" (Schlegel 89). La traducci6n es m.la.
3 Cf., por ejemplo, el "Pr6logo a Cromwell", de Victor Hugo (32-40). Hugo
insiste en que la introducci6n de lo feo y de lo grotesco es una de las caracteris-
Literatura Mexicana
100
cion puramente individt
do por un cambia del 01
Ahara, esta se inicia por
al mismo tiempo como
mann 180-181). Con la i
no solo se inicia una reb(
les dominantes de la soci
go del amor. El siglo x
consecuencia de este pre
ciones amorosas desapar
como un nuevo instrum'
. . '
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Extraiia coincidencia
amor con la formaci6n
con este ultimo, la del na
te, a partir de finales del
definicion que del nacion
Imagined Communities.
Nationalism (1983), pode
te de un paralelo tempe
entre los dos conceptos.
tanto de la naci6n como
cepci6n que se opone a l
ticas mas importantes de la lite
tura romantica. El proceso de 1
en la del amor se deriva de su
feo, mil tipos (38). Para las art
forma en 'lo interesante'.
4
Cf., para una historia de 1
(1983). Anderson afirma que ~
da a finales del siglo XVIII, en
Mexico, en vez de emplear la
habla por lo general de "patrio
.a paradoja en nuestra forma
rnismo tiempo, el sentimien-
parte, el supuestamente mas
al.
, Es el resultado de un cam-
)r que comienza en el siglo
nicabilidad (Luhmann 1994
el Romanticismo. Es en la
en que "la concreticidad y la
:omo principios universales.
' (Luhmann 167).
1
La unici-
) del otro requiere una nue-
la realidad como tal. Sabre
cambia es el resultado de la
Lilla por parte del otro ama-
tturaleza se vuelven caja de
ntamiento de los objetos en
lOr en relaci6n con el otro
s ideal y parad6jico a la vez,
ualidad. Por esto, es posible
. y por la distancia en que
realizaci6n se disloca a la
lll 172).
idualizaci6n y privatizaci6n
duye una nueva valoraci6n
distinguen por la imagina-
~ rnia.
otro al universo, porque pierden
fodo lo que amabamos en otras
.nto mas comprendemos el mun-
",de Victor Hugo (32-40). Hugo
grotesco es una de las caracteris-
cion puramente individual. Ademas, este proceso esta acompaiia-
do por un cambia del origen y comienzo de la relaci6n amorosa.
Ahara, esta se inicia por azar, un azar parad6jico, porque aparece
al mismo tiempo como necesidad, destino y libre elecci6n (Luh-
mann 180-181). Con la individualizaci6n del concepto del amor,
no solo se inicia una rebeli6n del individuo contra las reglas mora-
les dominantes de la sociedad, sino tambien un cambia en el cadi-
go del amor. El siglo xvm significa el fin de la ret6rica. Como
consecuencia de este proceso, los manuales y reglas para las rela-
ciones amorosas desaparecen, y comienzan a florecer las novelas
como un nuevo instrumento para aprender el c6digo de la comu-
nicaci6n amorosa.
Extraiia coincidencia esa del cambia radical del concepto del
amor con la formaci6n del Estado nacional moderno, y, junto
con este ultimo, la del nacionalismo 0 patriotismo respectivamen-
te, a partir de finales del siglo xvrn.
4
Ademas, si consideramos la
definicion que del nacionalismo da Benedict Anderson en su libra
Imagined Communities. Reflections on the Origin and Spread of
Nationalism (1983), podemos aiiadir que nose trata exclusivamen-
te de un paralelo temporal, sino que hay una cierta semejanza
entre los dos conceptos. Esta reside en la percepci6n subjetiva
tanto de la naci6n como del amor como conceptos antiguos, per-
cepci6n que se opone a la modernidad objetiva de ambas nocio-
ticas mas importantes de la literatura moderna, cuya maxima forma es la litera-
tura romantica. El proceso de la individualizaci6n en la percepci6n del mundo y
en la del amor se deriva de su afirmaci6n de que lo bello tiene un solo tipo, lo
feo, mil tipos (38). Para las artes, esta afirmaci6n significa que 'lo feo' se trans-
forma en 'lo interesante'.
4
Cf., para una historia de la naci6n moderna y del nacionalismo, Anderson
(1983). Anderson afirma que la palabra "nacionalismo", a pesar de que fue crea-
da a finales del siglo xvm, en general no se usa hasta finales del XIX (14). En
Mexico, en vez de emplear la palabra "nacionalismo", durante el siglo XIX se
habla por lo general de "patriotismo".
Literatura Mexicana
101
nes.
5
En general, esta coincidencia es abstracta, es decir, que ni en
la literatura ni en la critica literaria se hace referencia a una rela-
ci6n directa o concreta entre las nociones modernas de amor y
naci6n, aunque el Romanticismo europeo se asocia con ambos. 6
El prop6sito de mi estudio es, entonces, analizar par una parte
la imagen del amor en las novelas de Altamirano, tomando en
cuenta los cambios radicales en las ideas sabre el mismo y sabre la
relaci6n individuo-sociedad e individuo-mundo a partir del Ro-
manticismo. Par otra, quiero examinar las relaciones amor-naci6n
y amor-patriotismo. Aunque no me parece justa la transferencia
del arden de las epocas literarias europeas a la historia de las litera-
turas hispanoamericanas, es includable que la lectura de escritores
del Romanticismo europeo
7
exige cierta influencia sabre la escri-
tura de autores hispanoamericanos. En vez de hablar de un "Ro-
manticismo tardio" en Hispanoamerica o de una o dos generacio-
nes romanticas que cubren todo ellapso entre 1823 y 1890, como
se hace en la mayoda de las historias literarias hasta nuestros
dias,
8
prefiero considerar las relaciones intertextuales concretas,
5
Cf., con respecto a la paradoja entre la modernidad objetiva de las naciones
vistas por el historiador versus su antigi.iedad subjetiva para los nacionalistas,
Anderson (1983 14).
6
Cf, con respecto al cambio general del concepto del amor en el Romanticis-
mo, Luhmann (1994 163-182). El caracter nacional de la literatura se vuelve
programa en el Romanticismo de Alemania, Francia, Inglaterra, Espana, e lta-
lia. Cf., en cuanto a la relaci6n entre literatura y naci6n y los conceptos de
literatura nacional en estos paises a partir del Romanticismo, Picard (1987 29-
32); Brennan (1990); During (1990); Kirkpatrick (1988 260).
7
Hablar de Romanticismo europeo por cierto es una generalizaci6n. Cuan-
do me refiero a las semejanzas y diferencias entre este y la narrativa de Altami-
rano, siempre se deben entender por "Romanticismo europeo" el frances, el
aleman, el ingles, y, en menor grado, el espaiiol y el italiano.
8
Cf., con respecto al uso del termino "Romanticismo tardio", Varela Jaco-
me (1987 93). El concepto de dos generaciones romanticas, lo emplean Ander-
son Imbert (1954 107-172); Arrom (1963 133-171); Carilla (1975, tomo 1, 26, y
Literatura Mexicana
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que durante el siglo XIX er:
en esto- no en todos, so1
II. LA REPRESENTA
DE IGJ'.
Clemencia, la primera no'
de entregas en El Renaci1
muy claras al Romantici:
citan dos frases del nar1
mann, que funcionan a rr
lema para indicar de ante1
se mencionan, aparte de ]
se consideraron romanti<
kespeare, Lord Byron, V
mirano 1986a 158, 169, 1
tomo 2, 138-143); Portuondo (
cismo hispanoamericano que ;
tambien Suarez-Murias (1963
(1954 7 y 51); Carballo (1991);
9
Muchos criticos, por eje
Heredia es el primer escritor 1
influyeron en la escritura de :
(1988); Gicovate (1963 305-306
10
No tiene nada extraiio 1
manticos. Aun en el Romanti'
consideraron "romanticos". ~
te, Shakespeare, Calderon, Ta!
rencias en la clasificaci6n de e!
Byron, por ejemplo, es considc:
Inglaterra la mayoda de los CJ
1957 149-173). Lo mismo suce
que se incluyen entre los ron
siglo XIX), pero que en Alemai
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1e hace referencia a una rela-
ciones modernas de amor y
opeo se asocia con ambos. 6
analizar por una parte
le Altamirano, tomando en
tas sobre el mismo y sabre la
luo-mundo a partir del Ro-
lr las relaciones amor-naci6n
parece justa la transferencia
peas a la historia de las litera-
e que la lectura de escritores
influencia sobre la escri-
vez de hablar de un "Ro-
ca o de una o dos generacio-
>so entre 1823 y 1890, como
ias literarias hasta nuestros
Les intertextuales concretas,
odernidad objetiva de las naciones
:1 subjetiva para los nacionalistas,
D.cepto del amor en el Romanticis-
acional de la literatura se vuelve
Francia, Inglaterra, Espana, e Ita-
ura y naci6n y los conceptos de
l Romanticismo, Picard (1987 29-
ck (1988 260).
erto es una generalizaci6n. Cuan-
lltre este y la narrativa de Altami-
Lllticismo europeo" el frances, el
ol y el italiano.
manticismo tardio", Varela Jaco-
!5 romanticas, lo emplean Ander-
171); Carilla (1975, tomo 1, 26, y
que durante el siglo XIX en muchos casos, pero -y hay que insistir
en esto- no en todos, son unilaterales.
9
II. LA REPRESENTACI6N DEL AMOR EN LAS NOVELAS
DE IGNACIO M. ALTAMIRANO
Clemencia, la primera novela publicada por Altamirano en forma
de entregas en El Renacimiento (1869), incluye algunas alusiones
muy claras al Romanticismo europeo. En el primer cap.ltulo, se
citan dos frases del narrador rom:fmtico aleman E.T.A. Hoff-
mann, que funcionan a manera de introducci6n a lo narrado y de
lema para indicar de antemano el conflicto amoroso. En la novela
se mencionan, aparte de Hoffmann, autores romanticos o los que
se consideraron romanticos en la epoca, como son William Sha-
kespeare, Lord Byron, Victor Hugo y Heinrich Zschokke (Alta-
mirano 1986a 158, 169, 177, 250, 305, 311).10 Aparte de la men-
tomo 2, 138-143); Portuondo (1981 88 y 90-91). El periodo amplio de Romanti-
cismo hispanoamericano que abarca mas que seis decadas del siglo XIX, lo usa
tambien Suarez-Murias (1963 11); y, para la literatura mexicana, Brushwood
(1954 7 y 51); Carballo (1991); Millan (1963 135); Warner (1953 59-60).
9
Muchos criticos, por ejemplo, afirman que el poeta cubano Jose Marfa
Heredia es el primer escritor romantico en lengua espanola, y que sus poemas
influyeron en la escritura de Jose de Espronceda. Cf., entre otros, Laurencio
(1988); Gicovate (1963 305-306); Gonzalez (1955).
10
No tiene nada extrano la inclusion de Shakespeare entre los autores ro-
manticos. Aun en el Romanticismo europeo, los escritores casi nunca se auto-
consideraron "romanticos". Para ellos, las obras romanticas fueron las de Dan-
te, Shakespeare, Calderon, Tasso, Cervantes (Behler 1972 9). Ademas hay dife-
rencias en la clasificaci6n de escritores romanticos en los pa1ses europeos. Lord
Byron, por ejemplo, es considerado escritor romantico en el extranjero, pero en
Inglaterra la mayoria de los criticos no ve en ei a un autor romantico (Bowra
1957 149-173). Lo mismo sucede en el caso de los alemanes Goethe y Schiller,
que se incluyen entre los romanticos en el extranjero (sobre todo durante el
siglo xrx), pero que en Alemania se consideran clasicos (Hoffmeister 1990 7).
Literatura Mexicana
103
cion de estos autores, que en la nota al final de la novela expllcita-
mente se consideran como modelos formales de su escritura, ~ u
les son los rasgos comunes entre el Romanticismo europeo y la
novela de Altamirano en lo que se refiere al concepto del amor?
Primero, el amor se inicia en Clemencia, igual que en el Ro-
manticismo europeo, por un azar fatal. Los personajes se dejan
"arrastrar por la mano del destino" (185), y al mismo tiempo, este
azar provoca una libre decision, como se puede ver en el hecho de
que Fernando Valle se enamora de su prima Isabel. A pesar de que
el protagonista de la novela "sintio, al encontrarse con la mirada
de Clemencia, que se le oprimia el corazon" (183), es decir, a pesar
de este amor a primera vista, se enamora de su prima, porque ella
le parece ser un angel que puede cambiar su vida solitaria y triste
(186). Con el encuentro casual y con el estremecimiento a prime-
ra vista se inicia tambien el tema del amor en la novela corta julia,
en los fragmentos Antonia y Beatriz de una novela nunca conclui-
da que Altamirano publico bajo el titulo de Idilios y elegias, en la
novela El Zarco yen el fragmento Atenea.
Pero mas importante en cuanto a los paralelos y las diferencias
entre el Romanticismo europeo y la narrativa de Altamirano, me
parece el estudio de ciertas caractedsticas de las figuras en sus no-
velas. En Clemencia, por ejemplo, hay un contraste de apariencia
y caracter demasiado acentuado y hasta estereotipado entre los
dos protagonistas Fernando Valle y Enrique Flores,
11
contraste
que solo se puede explicar por los fines educativos que Altamira-
no le atribuye al genera de la novela.
12
11
Cf., en cuanto a los estereotipos de caracterizaci6n de las figuras de Alta-
mirano, Diaz y de Ovando (1954 44-47); Rodriguez Coronel (1983 113-114).
12
Cf. el articulo "Revistas literarias de Mexico (1821-1867)", en I. M. Altami-
rano (1988 48 y 56). Cf., para una critica de la escritura pedag6gica de Altamira-
no, Azuela (1947 117-118 y 121-122); Holz (1984 11-12).
Literatura Mexicana
104
Mientras que Flores es l
les-, simpatico, querido F
Valle es todo lo contrario,
feo -lease moreno, con ca
co y frio (164). Pero esta d1
cide con sus caracteres. Po
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como guapo, por la otra,
como una persona de rna
largo de la novela, se evide
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modelo romantico de Vic
interesante porque tiene J
uno (Hugo 1971 38). Se tr
mestizo como verdadero I
como veremos mas adela
amor y nacion en esta y la
la descripcion de la aparie
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cia, sino en todas las nove
donde el heroe bueno Ni1
indio horrible" (Altarnirat
despues, y por primera ve:1
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Clemencia, tambien se pue
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Juan y como un dandy,
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rencia, igual que en el Ro-
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prima Isabel. A pesar de que
l encontrarse con la mirada
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1iar su vida solitaria y triste
estremecimiento a prime-
nor en la novela corta Julia,
una novela nunca conclui-
.Uo de Idilios y elegias, en la
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de Altamirano, me
cas de las figuras en sus no-
. un contraste de apariencia
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Flores,
11
contraste
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terizaci6n de las figuras de Alta-
iguez Coronel (1983 113-114).
co (1821-1867)", en I. M. Altami-
:scritura pedag6gica de Altamira-
14 11-12).
Mientras que Flores es guapo -lease de pelo rubio y ojos azu-
les-, simpatico, querido por sus amigos y por las mujeres (162),
Valle es todo lo contrario, es decir, de cuerpo raqu1tico y endeble,
feo -lease moreno, con cabellos negros y ojos pardos-, antipati-
co y frio (164). Pero esta descripcion de los protagonistas no coin-
cide con sus caracteres. Por una parte, Altamirano sigue el mode-
lo europeo de belleza calificando al rico criollo Enrique Flores
como guapo, por la otra, contradice este modelo describiendole
como una persona de mal caracter y traidor, mientras que a lo
largo de la novela, se evidencia el caracter sumamente positivo de
Valle, que se transforma del anti-heroe en heroe de la trama mili-
tar y amorosa. En este sentido el autor no solo quiere seguir el
modelo romantico de Victor Hugo, segun el cual lo feo es mas
interesante porque tiene mil tipos, mientras lo bello solo tiene
uno (Hugo 1971 38). Se trata mas bien de una representacion del
mestizo como verdadero heroe con fines puramente ideologicos,
como veremos mas adelante en el analisis de la relacion entre
amor y nacion en esta y las demas novelas. Lo fatal, en el nivel de
la descripcion de la apariencia de los protagonistas, es que no se
cuestiona el modelo de belleza en s1; es decir, la belleza del criollo
y la fealdad del mestizo o del indlgena. Y no solo es as! en Clemen-
cia, sino en todas las novelas de Altamirano, y hasta en El Zarco,
donde el heroe bueno Nicolas al comienzo se retrata como "ese
indio horrible" (Altamirano 1986b 107), imagen que cambia solo
despues, y por primera vez dentro de la noveHstica de Altamirano
(110).
En la representacion del caracter de los dos protagonistas de
Clemencia, tambien se pueden comprobar influencias del Roman-
ticismo europeo. Sin embargo, estas conducen a fines distintos en
la novela de Altamirano. Enrique Flores se retrata como un Don
Juan y como un dandy, casi de la misma manera en que estas
figuras se interpretan en la obra de E.T.A. Hoffmann, donde el
Literatura Mexicana
105
clasico Don Juan de Tirso de Molina toma las caractedsticas del
dandy cuyo modelo historico es el Beau Brummell (Gniig 1990).
Pero mientras que en Hoffmann, esta figura se caracteriza por su
inconformismo y su rebelion contra las normas establecidas por
la sociedad de la epoca y por su diferenciacion del hombre adoce-
nado (Gniig 232-235), es decir, que funciona como portavoz de
una rebelion contra lo trivial y portavoz de la busqueda de un
amory una vida ideales, esta figura adquiere caractedsticas distin-
tas en Altamirano.
El galan Enrique Flores "era el tipo completo del lion parisien-
se en su mas elegante expresion, y se desprend!a de ei [ ... ] ese
delicado perfume de distincion que caracteriza a las gentes de
buen tono" (Altamirano 1986a 163). Hasta aquila descripcion del
dandy romantico. Pero al mismo tiempo, Altamirano no solo le
atribuye una serie de cualidades negativas que se asocian con el
libertinaje de la figura, sino lo presenta, en ultima instancia, como
un hombre sin moral, sin corazon y sin amor (240), un hombre
que traiciona a las mujeres (193) y a la patria (cap. XXIX) con "el
despotismo de su influencia terrible" (181). Esta caracterizacion
en parte es una reaccion contra los rasgos aristocraticos de esta
figura romantica, pero ademas Altamirano rechaza todo tipo de
rebelion individual tan frecuente en el Romanticismo europeo. El
libertinaje de Flores cuestiona el modelo de relaciones amorosas
que el escritor quiere establecer para Mexico, modelo que esta
ligado !ntimamente a la concepcion de la nacion, como veremos
mas adelante.
Antes de examinar esta problematica, quiero analizar algunas
caractedsticas del otro protagonist a de Clemencia, Fernando V a-
Ile, que tam bien tiene atributos romanticos. valle es descrito
como un sofi.ador triste, sentimental y melancolico con "particu-
lar disposicion al Romanticismo"; ei siente y sufre como un poeta
(191), y tiene cierta ansiedad por la muerte (300), es decir, tiene
Literatura Mexicana
106
todas las caractedsticas de
xrx, desde N ovalis hast a B
su Romanticismo la imag
(194), y hasta se le considc
' .
suma, es un romanuco, en
sus sentimientos y en su ac
En un comentario del
medico que supuestament(
noche de invierno, este I
cuanto al culto del amor
aqu1 con la literatura rom
Shakespeare. (Cito todo el
vision del Romanticismo c
Yo creo que esta especi,
mientos, y que no hace c
es mas que el retroceso
envuelve y se mezcla en1
narle y destruirle, come
caliz de una flor pompo:
[ ... ] a medida que nu
costumbres extranjeras,
adoraci6n del interes au1
que en otro tiempo r ~
cuando los vemos una q
Cuando el mundo est
difkil, y solo hay lugar
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tas satiras que no por d
menos terribles en la bo
Si parumos de la conex
romantica, se puede con
maciones de Altamirano.
toma las caracteristicas del
Brummell (Gniig 1990).
figura se caracteriza por su
l las normas establecidas por
del hombre adoce-
funciona como portavoz de
rtavoz de la busqueda de un
dquiere caracteristicas dis tin-
10 completo del lion parisien-
se desprendia de ei [ ... ] ese
1 caracteriza a las gentes de
Hasta aqui la descripcion del
mpo, Altamirano no solo le
que se asocian con el
en ultima instancia, como
sin amor (240), un hombre
la patria (cap. xxrx) con "el
{181). Esta caracterizacion
rasgos aristocraticos de esta
tllrano rechaza todo tipo de
l Romanticismo europeo. El
delo de relaciones amorosas
a Mexico, modelo que esta
ie la nacion, como veremos
:ica, quiero analizar algunas
le Clemencia, Fernando V a-
nanticos. Valle es descrito
y melancolico con "particu-
iente y sufre como un poeta
nuerte (300), es decir, tiene
todas las caracteristicas del mal du siecle de poetas europeos del
xrx, desde N ovalis hast a Baudelaire. Ademas, son ingredientes de
su Romanticismo la imagen idealizada del amor y de la mujer
(194), y hasta se le considera un "personaje de Byron" (250). En
suma, es un romantico, en el sentido mas amplio de la palabra, en
sus sentimientos y en su actitud frente a la vida en general.
En un comentario del narrador omnisciente de la novela, un
medico que supuestamente cuenta la historia de Clemencia en una
noche de invierno, este revela las opiniones de Altamirano en
cuanto al culto del amor y de los sentimientos, culto que asocia
aqui con la literatura romantica encarnada en Romeo y Julieta, de
Shakespeare. (Cito todo el parrafo porque del mismo se deduce la
vision del Romanticismo en Altamirano).
Yo creo que esta especie de ate!smo que se burl a de los senti-
mientos, y que no hace caso sino del estupido goce material, no
es mas que el retroceso que toma una nueva forma, y que se
envuelve y se mezcla entre las galas del progreso para emponzo-
narle y destruirle, como un insecto que logra esconderse en el
caliz de una flor pomposa y perfumada para roerla y secarla.
[ ... ] a medida que nuestro pueblo va contagiandose con las
costumbres extranjeras, el culto del sentimiento disminuye, la
adoraci6n del interes aumenta, y los grandes rasgos del coraz6n,
que en otro tiempo eran frecuentes, hoy parecen prodigiosos
cuando los vemos una que otra vez.
Cuando el mundo est a as!, la poes1a es imposible, la novela es
diflcil, y solo hay lugar para los cuentos de cocottes que hoy ha-
cen la reputaci6n de los escritores franceses, o para las sangrien-
tas satiras que no por disfrazarse con la elegancia moderna son
menos terribles en la boca de los Juvenales del siglo XIX (177).
Si partimos de la conexion entre este parrafo y la literatura
romantica, se puede constatar cierta contradiccion en las afir-
maciones de Altamirano. Por un lado, comparte la filiacion que el
Literatura Mexicana
107
Romanticismo tenia con el cristianismo, asimismo su oposicion al
atdsmo de la filosofla de la llustracion y al materialismo del pro-
ceso de la industrializacion. Por otro, condena toda la influencia
de las costumbres extranjeras y la literatura francesa contemporc1-
nea que precisamente se basan en los cambios de la vida y de la
literatura introducidos por el Romanticismo. cComo se puede ex-
plicar esta contradiccion? La respuesta mas obvia es que ella nace
de la experiencia de la invasion francesa, del interregna de Maxi-
miliano, que no solamente constituye el fondo historico de la no-
vela, sino que, para los intelectuales liberales mexicanos, significa
una ruptura en su vision de la cultura y literatura francesas que
hasta entonces fueron las mas influyentes en Mexico.
13
Ademas,
el afan de crear una literatura nacional independiente de los mo-
delos europeos debe influir en esta vision mas negativa de todo lo
que viene de Europa.
Pero me parece que estos no son los unicos motivos para el
rechazo polemico de las costumbres y la literatura extranjeras
como contagiosas y destructivas para la vida cotidiana y la litera-
tura mexicanas. En esta opinion polemica se expresa mas bien el
rechazo de cierto concepto moral inherente al Romanticismo eu-
ropeo. Para Altamirano, las costumbres, el estilo de vida y el gus-
to tal como se expresan en la literatura francesa, en lo que el deno-
mina "cuentos de cocottes", representan una forma de decadencia
moral. Son precisamente este estilo de vida y este gusto distingui-
do que caracterizan a figuras como Enrique Flores, y a "las ami-
lias opulentas, las que reinan por su lujo y por su gusto" {216). De
esta manera, la decadencia moral se asocia con el materialismo que
13
Es de extraiiarse que en la mayor!a de los trabajos sobre la influencia de la
literatura francesa en el Mexico del siglo XIX, esta misma se analiza como si la
ruptura que resulta de la intervenci6n francesa no existiera (A. I. Altamirano
1933). El hecho de que Ignacio M. Altamirano, a partir de este momenta, insista
en la necesidad de estudiar la literatura alemana, posiblemente se debe a su vi-
sion de la literatura francesa despues del interregna (Martinez 1986 10).
Literatura Mexicana
108
critica Altamirano, y que
de Flores como en los d
Zarco. En Altamirano, el
en otros autores de su ep
lismo literario y de su af
negativa consciente a la n
a este gusto.
El gusto calificado en
superficial, lo material, lc
todo, un gusto femenino.
. "
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bueno [ ... ]" (185). Pero t1
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1
4
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sa, del interregna de Maxi-
d fondo historico de la no-
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13
Ademas,
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y la literatura extranjeras
l vida cotidiana y la litera-
uca se expresa mas bien el
rente al Romanticismo eu-
s, el estilo de vida y el gus-
trancesa, en lo que el deno-
l una forma de decadencia
y este gusto distingui-
Flores, y a "las fami-
, y por su gusto" (216). De
ia con el materialismo que
:rabajos sobre la influencia de la
sta misma se analiza como si la
no existiera (A. I. Altamirano
1 partir de este momento, insista
1, posiblemente se debe a su vi-
:no (Martinez 1986 10).
critica Altamirano, y que esta representado tanto en el personaje
de Flores como en los del Zarco y de Manuela en la novela El
Zarco. En Altamirano, el rechazo del "buen gusto" no es, como
en otros autores de su epoca, una mera consecuencia de su popu-
lismo literario y de su afan educativo,
14
sino el resultado de una
negativa consciente a la moral que para el estaligada 1ntimamente
a este gusto.
El gusto calificado en ultima instancia como un gusto de lo
superficial, lo material, lo extranjero y extranjerizante, es, sobre
todo, un gusto femenino. En Clemencia, es Isabel quien toea mu-
sica europea como "en el salon mas aristocratico de Europa"
(208), y se le califica como una "especie de inglesa naturalizada en
Guadalajara" (215). En El Zarco, Manuela se retrata como "aristo-
crata disfrazada" (Altamirano 1986b 101). Clemencia prefiere en
su estilo de vida "imitaciones del extranjero" (Altamirano 1986a
247), y Julia solo conoce las flores extranjeras (66).
A pesar de la aparente contradiccion con la imagen del amor a
primera vista que el autor crea en sus novelas, muchas veces desca-
lifica la creencia en la apariencia cuando la tienen las protagonis-
tas. Las mujeres, afirma en Clemencia, "juzgaban como juzgan
casi todas las mujeres, por elevadas que sean, y eso en virtud de su
organizacion especial. Aman lo bello y lo buscan antes en la mate-
ria que en el alma[ ... ] Creen que en lo bello se encierra siempre lo
bueno [ ... ]" (185). Pero todas elias se equivocan, y, como se des-
prende de la cita, no por falta de educacion, sino por razon biolo-
gica, por ser mujer. Mientras que los heroes positivos no cometen
errores cuando juzgan el caracter de alguien o se enamoran a pri-
mera vista, las mujeres se dejan engafiar por la belleza. Este es el
14
Francisco Zarco, por ejemplo, adopta las formas folletinescas porque cree
que el pueblo no va a leer una literatura erudita, pero al mismo tiempo, y en
contraposici6n con lo que expresa Altamirano en sus novelas, lamenta la des-
trucci6n del buen gusto (Holz 1990, especialmente 385).
Literatura Mexicana
109
case de casi todas las heroinas de la prosa de Altamirano. Tanto
Manuela en El Zarco como julia en la novela corta del mismo
titulo y Clemencia e Isabel en Clemencia prefieren al heroe guapo
en vez del bueno. Las {micas mujeres que nose someten al gusto
extranjero son Pilar en El Zarco y Carmen en La navidad en las
montaiias, y por consiguiente son las {micas que en recompensa
ganan el matrimonio con el heroe bueno.
Ademas, los heroes males que tienen el mismo gusto que las
heroinas, son calificados como afeminados, cobardes, ambiciosos
y materialistas. Enrique Flores admira las culturas europeas, se
considera a si mismo un sibarita (192), palabra que se usa en la
novela en un doble sentido para caracterizar su actitud, y ve en
Mexico una "inculta patria, donde todavia se usan el color natural
y las lagrimas sinceras" (193). Ellucha en la guerra para hundirse
despues "en todos los goces del orgullo, del poder, de la riqueza,
del amor, de la gloria" (195), y encarcelado por haber traicionado
al ejercito liberal, su corazon esta "proximo a estallar, como el de
un nino o el de una mujer" (290-291). El Zarco se describe
como un cobarde que mata a mujeres y niii.os, como "un lam-
brijo y una gallina" (Altamirano 1986b 215).
Lo que Altamirano critica de manera impHcita con estes retra-
tos de personajes de sus novelas, son el gusto y el estilo de vida de
los salones europeos de la epoca romantica, la filiacion del Ro-
manticismo de orientacion conservadora a la aristocracia y su nos-
talgia del pasado, una nostalgia que con razon no se puede com-
partir en un pais colonizado durante el tiempo del feudalismo. El
escritor se pronuncia a favor de un Romanticismo social compro-
metido y conforme a la ideologia liberal, perc no acepta los co-
mienzos de la emancipacion de la mujer y del feminismo conecta-
dos a esta tendencia del Romanticismo.
15
15
Cf., con respecto al Romanticismo social y la relaci6n entre este y el ferni-
nismo naciente, Picard (1987 46-54 y 307-324).
Literatura Mexicana
110
Como se desprende de 1
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concepcion del amor y a la <
estas influencias tienen un
acepta la rebelion individu:
ella conduce al ateismo, a la
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illo, del poder, de la riqueza,
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roximo a estallar, como el de
291). El Zarco se describe
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16b 215).
era implkita con estos retra-
el gusto y el estilo de vida de
mantica, la filiacion del Ro-
ora a la aristocracia y su nos-
:on razon no se puede com-
e! tiempo del feudalismo. El
.omanticismo social compro-
leral, pero no acepta los co-
jer y del feminismo conecta-
to.lS
al y la relaci6n entre este y el femi-
1.
Como se desprende de la interpretacion de sus novelas, hay
influencias del Romanticismo europeo en lo que se refiere a la
concepcion del amor y a la caracterizacion de los personajes, pero
estas influencias tienen un limite bien marcado: Altamirano no
acepta la rebelion individual que condena como libertinaje pues
ella conduce al atdsmo, a la destruccion de los sentimientos amo-
rosos y de la armon1a entre los generos, y pone en peligro el pro-
ceso de consolidacion de una sociedad que recientemente ha logra-
do su independencia poHtica. En suma, se puede decir que retoma
ciertas ideas del Romanticismo europeo siempre y cuando estas
pueden ser asimiladas a su ideario poHtico y a sus fines ideologi-
cos. La clave para entender la aplicacion parcial del concepto del
amor romantico y las contradicciones internas del mismo en la
noveHstica de Altamirano es, ami modo de ver, la relacion entre
el discurso amoroso y el de la nacion.
ill. PASIONES ENTRETEJIDAS: AMORY PATRIOTISMO
EN LA NARRATIVA DE ALTAMIRANO
Mientras que la tendencia de la subjetivizacion y privatizacion del
amor se impone definitivamente en el Romanticismo europeo y
sobre todo en el aleman (Luhmann 1994 168-169 y 177-178), en la
noveHstica de Altamirano, amor y patriotismo se describen como
dos pasiones 1ntimamente ligadas. En la novela corta Julia, por
ejemplo, el protagonista Julian busca un alivio de sus penas de
amor en el momento de ser rechazado por Julia, y dice:
Es preciso que otra gran pasi6n tan dominadora como la que
nos ha abatido, venga a levantarnos de nuevo en el camino triste
de la existencia. Y esta gran pasi6n tiene que ser diversa del
amor, porque sed. mentira para los que tienen un coraz6n "por
partida doble"' pero yo creo que el arbol del amor no florece
mas que una vez en la vida.
Literatura Mexicana
111
Mi pasi6n creda, mi tedio a la vida me daba miedo, el insomnio
me quitaba la salud; pensaba en Julia en todos los instantes [ ... ]
Pero la esperanza me hada soltar el arma. iEsperanza! (en
qut!? me preguntark Pues bien: si., esperanza, no en Julia, sino
en la patria. Gracias al cielo, comenzaba a romper las tinieblas
de mi alma algo parecido a un fulgor cada vez mas creciente. Era
el amor ala libertad (Altamirano 1986a 80).
Esta pasi6n rivaliza con la del amor a Julia (81), y a la larga la
vence, como tambien es el caso en Clemencia, en que Fernando
Valle "no vacilaba un momenta en preferir la patria a su amor y
en consagrarse todo entero ala defensa de su pais" (233). Ellibera-
lismo, palabra que en ambas novelas se emplea como sin6nimo
del amor a la libertad, funciona como medicina para curar los
dolores !ntimos de Julian. Lo mismo le pasa a Fernando quien
quiere "refugiarse en sus deberes de soldado, para escapar de los
peligros de una pasi6n que acababa con sus fuerzas" (207). En
julia, Altamirano ademas construye un paralelo entre el heroe
doblemente herido por el rechazo de la mujer amada y la lucha en
la guerra por una parte, y, por otra, la herida del Estado nacional
causada por la guerra con los Estados Unidos y la intervenci6n
francesa. La identitas del sujeto se equipara a la de la naci6n, am-
bas son vistas como un cuerpo herido. De la misma manera, la
tragedia personal de Fernando y Clemencia que culmina en el
fusilamiento de el, coincide con la derrota de las tropas liberales
en Jalisco durante la intervenci6n francesa (309). De ah!, tambien,
los paralelos en el nivellingii!stico: en gran parte de la noveHstica
de Altamirano, tanto el discurso del amor como el de la naci6n se
basan en ellenguaje de la medicina y de la guerra (92, 221). El
intento de fundar una identidad y una cultura nacional homoge-
neas, despues de la independencia poHtica, esta ligado de manera
inseparable a la constituci6n del sujeto aut6nomo y emancipado.
La unidad de la naci6n, en el sentido de que forme un cuerpo
Literatura Mexicana
112
J
l
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organico, solo es imagin
viceversa.
16
Para Altamirano, tan
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nente por los efectos de
constituyen el fondo his
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tivo y socialmente corr
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Por esto, no tiene n:
no coincide con el patri
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En cambio, el amor ch:
Pilar se asocia con el pa
se mezclan los sentimie1
no 1986a 257), y muen
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16
Cf., para una interpret:
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~ daba miedo, el insomnio
en todos los instantes [ ... ]
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I
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:ada vez mas creciente. Era
&a 80).
a Julia (81), y a la larga la
'Jemencia, en que Fernando
referir la patria a su amor y
a de su pais" (233). Ellibera-
se emplea como sinonimo
10 medicina para curar los
le pasa a Fernando quien
oldado, para escapar de los
con sus fuerzas" (207). En
un paralelo entre el heroe
a mujer amada y la lucha en
l herida del Estado nacional
s Unidos y la intervencion
~ p r a la de la nacion, am-
o. De la misma manera, la
:mencia que culmina en el
rrota de las tropas liberales
cesa (309). De ah1, tambien,
gran parte de la noveHstica
nor como el de la nacion se
r de la guerra (92, 221). El
a cultura nacional homoge-
itica, esta ligado de manera
D autonomo y emancipado.
o de que forme un cuerpo
organico, solo es imaginable junto con la integridad del sujeto y
viceversa.
16
Para Altamirano, tanto la integridad del sujeto como la de la
nacibn son proyectos utopicos. Por esto su preocupacion perma-
nente por los efectos de la guerra civil y de la intervencion, que
constituyen el fonda historico de Clemencia, Julia y El Zarco. De
ah!la creacion de una sociedad utopica basada en la reconciliacion
de clases, en un fuerte afan de populismo y en un amor poco
conflictive en La navidad en las montafias. El estado fragil de la
consolidacion recien iniciada e incompleta tanto de la sociedad
como del sujeto poscolonial no permiten, a juicio de Altamirano,
el cuestionamiento tanto de las relaciones entre los generos como
de la moral tradicional (Cruz 1993-94). La coincidencia entre el
amor erotica y el patriotismo impide toda forma de libertinaje 0
rebelion individual, porque estas -y con ellas el amor no produc-
tive y socialmente corrosive- sedan un obstaculo para la cons-
truccion de un Estado nacional armonico (Sommer 1993 14 y 16).
Por esto, no tiene nada extrafio la condenacion del amor que
no coincide con el patriotismo. E1 amor de Manuela y del Zarco
se califica como "un deseo sensual y salvaje" (Altamirano 1986b
137), el caracter de Manuela como perverso y demon!aco (174).
En cambia, el amor de los "corazones buenos" (170) Nicolas y
Pilar se asocia con el patriotismo liberal de los dos. En Clemencia
se mezclan los sentimientos del amor y del patriotismo (Altamira-
no 1986a 257), y muere su amor a Enrique Flores en un instante
cuando se da cuenta que el ha traicionado a la Patria (295-296).
Pero ya no puede impedir la ejecucion de Fernando, a quien co-
mienza a amar de un momenta a otro reconociendo su actitud
heroica y patriotica. En cambia, Fernando, que quer!a "derramar
16
Cf., para una interpretacion mas detallada de esta problematica en la nove-
la corta julia, Schmidt (1997).
Literatura Mexicana
113
todavia mas" su "pobre sangre en los altares de la patria" y morir
"a la sombra de" su "bandera republicana" (305), muere al final
par su amor a Clemencia.
El patriotismo se asocia con la clase media y con campesinos y
artesanos indigenas o mestizos, mientras que los ricos y los con-
servadores imitan la cultura y el gusto europeos. Solo consideran-
do este hecho, se entiende par que Julian rechaza a Julia al final de
esta novela corta diciendo que "Si Julia hubiera sido pobre, no
habria vacilado a pesar de las otras consideraciones; ipero rica!,
no: ijamas!" (Altamirano 1986a 93). Pero los ind!genas y mestizos
heroicos de las novelas de Altamirano en realidad solo lo son en
apariencia. Ante todo, son representados como buenos ciudada-
nos patrioticos (Altamirano 1986b 236) que no solo adaptaron la
ideologia liberal, sino tambien la idea del Estado nacional y la del
amor romantico. Socialmente son mas criollos que indigenas, y
las clases populares en realidad se desprecian y, al menos en El
Zarco, se califican de ser el populacho sin civilizacion ni cultura
(200).
Como he intentado mostrar en este articulo, en la noveHstica
de Ignacio Manuel Altamirano, amor y patriotismo estan repre-
sentados como dos pasiones intimamente ligadas, relacion que en
ultima instancia se debe al afan de fundar una sociedad armonica
en que tanto el sujeto como la naci6n poscolonial puedan conso-
lidarse. En sus novelas, Eros y Polis se construyen mutuamente
uno sabre el otro, y las relaciones intertextuales e influencias del
Romanticismo europeo se limitan a la adopcion de ciertas ideas
sabre el amor y la imagen de la mujer, siempre y cuando estas
sean coincidentes con el ideario de Altamirano, y sin considerar
las consecuencias esteticas y la rebelion individual contra las socie-
dades establecidas que impregnan este Romanticismo.
Par otra parte, la construccion aparentemente armonica de
Eros sabre Polis no funciona del todo bien, porque se limita a la
Literatura Mexicana
114
busqueda de relaciones h
den representar al todo c
nacional. La creacion de
entre clases, etnias y gene1
relaciones amorosas prod1
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no no pudo dominar de
principia del Eros, como
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tambien fragmentarias. El
estas novelas que no solo
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queria ser- patriota, educ
no los aspectos esteticos :
fundar una cultura y una
ALTAMIRANO, ALBERTO I. Inj
rature mexicaine. Essai
Cosmos, s.f. (alrededo1
ALTAMIRANO, Ignacio Mam
Nove/as y cuentos. Tom
1986b. Obras completa.
Mexico: SEP, 1986.
Obras completas. Volut
1. Mexico: SEP, 1988.
ANDERSON, Benedict. /magi"
and Spread of National;
ANDERSON lMBERT, Enrique.
Mexico: FCE, 1954.
1
altares de la patria" y morir
licana" {305), muere al final
1e media y con campesinos y
tras que los ricos y los con-
:> europeos. Solo consideran-
rechaza a Julia al final de
ulia hubiera sido pobre, no
consideraciones; jpero rica!,
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:ados como buenos ciudada-
que no solo adaptaron la
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ndar una sociedad armonica
1 poscolonial puedan conso-
se construyen mutuamente
e influencias del
la adopcion de ciertas ideas
jer, siempre y cuando estas
Jtamirano, y sin considerar
n individual contra las socie-
: Romanticismo.
1parentemente armonica de
:> bien, porque se limita a la
busqueda de relaciones intimas estables poco sensuales que pue-
den representar al todo de la sociedad en forma de una alegoria
nacional. La creacion de una nacion en que las contradicciones
entre clases, etnias y generos supuestamente se resuelven a base de
relaciones amorosas productivas para esta sociedad y su ideolog!a
dominante se queda en un proyecto utopico. El propio Altamira-
no no pudo dominar del todo la fuerza erotica y creativa del
principio del Eros, como se desprende de la lectura Je los frag-
mentos Antonia y Beatriz y de Atenea, publicaciones postumas y
tambien fragmentarias. El hecho de que abandono la escritura de
estas novelas que no solo son mas poeticas, sino sobre todo mas
eroticas que las otras, muestra que al final, Altamirano era -y
queria ser- patriota, educador y maestro, y por lo tanto subordi-
no los aspectos esteticos y poeticos de su narrativa a la tarea de
fundar una cultura y una literatura nacionales.
Fridhelm Schmidt
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