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La retrica cristiana. Una rigurosa disciplina de fray Diego Valads

Manuel Arenaza Madera Benemrita Universidad Autnoma de Puebla

En la conformacin de la sociedad del Nuevo Mundo hubo producciones de diferente carcter establecindose alternativas diversas, una es la que en la educacin abre la obra de fray Diego Valads, quien con La retrica cristiana tambin es continuador de la tradicin occidental basada en la palabra. Y acorde a las exigencias escolsticas la retrica es un instrumento para la sociedad naciente. Fue publicada en el ao de 1579 en Italia. Los fines de fray Diego son prcticos al aportar material de apoyo a las tareas de la predicacin, pero ahora es evidente que produjo una opcin de largo alcance por ser la palabra, con su carcter general y abstracto, susceptible de diversas interpretaciones y aun de aplicaciones, trascendiendo los motivos de su autor. La obra es de apoyo a la evangelizacin, pues a criterio de fray Diego, era necesaria como material de consulta en un medio donde la escasez de libros fue natural. El mismo autor alguna vez enfrent la prdida de sus libros, por lo que ide una obra que contuviese lo esencial para auxiliar al predicador en el ejercicio de la palabra. La educacin basada en la palabra establece objetivos generales que pueden aplicarse en mltiples circunstancias particulares. La seleccin del tema de la retrica constituye una respuesta de fray Diego al problema de la evangelizacin y adems al de la educacin. Fray Diego conoca tanto la cultura espaola por ser hijo de capitn espaol, como la cultura nativa pues su madre era tlaxcalteca. En la encrucijada de dos culturas fray Diego aporta una respuesta elaborando una obra donde el lenguaje es el medio para que el hombre se aproxime a los principios esenciales.

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MANUEL ARENAZA MADERA La retrica cristiana, escrita en latn, se diriga en primera instancia al predicador, pero el destinatario final era el indgena. Siendo fray Diego Valads nacido en tierras americanas, su arraigo se expresa de distintas formas en su obra, pero destaca su creencia en las posibilidades de la palabra para resolver problemas humanos a partir de lograr la armona auxiliados con el instrumental retrico. El libro est estrechamente vinculado con la religin catlica de la poca y sus contenidos doctrinarios. As, advierte fray Diego, no puede desvincularse de la teologa y de las Sagradas Escrituras. Aun sus partes, como por caso la filosofa y las ciencias, debern ser consideradas mesuradamente. Las anteriores disciplinas, as como las artes y las letras clsicas, cumplen una funcin auxiliar respecto a la teologa. En caso particular, la filosofa ocupa un lugar subordinado pero fray Diego fundamenta los motivos "es daoso al estudio de la filosofa si sus cultivadores no se esfuerzan en sujetarse al carcter y costumbres del pueblo en la medida que la virtud misma lo tolera".1 Lo ejemplifica con la muerte de Scrates, sin embargo bien puede tener en mente acontecimientos propios de la poca. La disciplina de la retrica. La obra de fray Diego est dirigida a la mejora del espritu de los hombres por medio de una rigurosa disciplina, ya sea por las implicaciones en el manejo de la palabra conforme a recursos tcnicos, pero sobre todo por involucrar a los hombres en el camino de los valores. Es condicin esencial una ascesis en el ejercicio de la retrica. Fray Diego con su obra no produce un efecto deslumbrante a la manera del memorable fray Bartolom de las Casas quien defendi fervorosamente las causas del indgena. Pero aunque fray Diego est lejos de los canales de la denuncia, tambin es un humanista que pretende "formar buenos predicadores de la divina palabra".2 La prctica de la palabra es distinta en ambos, fray Bartolom recurre a escribir y denuncia y confronta para sostener la verdad. Fray Diego a su vez desarrolla sistemticamente La retrica cristiana. En los dos permane1. Retrica Cristiana, Mxico, FCE, 1989, p. 317. 2. 7t., p. XXI y Prefacio, p. 25.

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ce el intento de que el espritu humano de continuo se conforme. Fray Bartolom defenda al indgena de las violaciones a principios humanos, en fray Diego orientando al predicador para que con la palabra el hombre mejore desde su interioridad. Por otra parte, en relacin a la obra escrita de Bernal Daz del Castillo en La verdadera historia de la conquista de la Nueva Espaa, hay una exposicin acorde a gneros histricos y literarios, en cambio en fray Diego hay el abarcante intento de que todo lo referente al lenguaje sea manejado como un arte e intenta que con el buen empleo del lenguaje puedan construirse tanto los individuos como la sociedad. El pensamiento y la palabra asumen un carcter espiritual en la retrica de fray Diego al ser una disciplina que pretende elevados propsitos, siendo La retrica cristiana uno de los notables productos intelectuales al inicio del Nuevo Mundo. Adems de recurrir al cuerpo doctrinario de la religin catlica, fray Diego se auxilia de autores clsicos y de filsofos. As por ejemplo, al inicio de su libro cita a Marco Catn, quien respecto del orador, dice que debe ser "varn bueno, hbil para hablar". Esto es necesario, ya que el lenguaje es como un arma de dos filos, por lo que fray Diego destaca aquella "elocuencia que se adorna con bondad" y se deslinda de otros propsitos "el discurso es el alimento del alma. Tal alimento se corrompe y se pudre si cae en un alma insincera". El empleo del solo instrumental retrico, aunque puede dar lugar a una excelente capacidad de expresin, no es suficiente: "la elocuencia sin sabidura perjudica nimiamente la ms de las veces: nunca aprovecha".3 De esta manera, a la habilidad en el lenguaje antecede una propiedad esencial en el orador, la de ser varn bueno. Fray Diego diferencia la retrica que conoci Platn "una, la filosfica, para impulsar a los hombres al bien conocido a los filsofos, esto es, a las virtudes morales, y [otra] la adulatoria, vil y abyecta, para que los pueblos fuesen engatusados y engaados con lisonjas".4 Ante las anteriores, fray Diego busca transmitir la retrica cristiana que "es el arte de
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MANUEL ARENAZA MADERA encontrar, tratar y disponer todo lo que pertenece a la salvacin de las almas; lo cual conseguir el orador cristiano enseando, conmoviendo y concilindose con el auditorio".5 Persuaden. Si Scrates se opona a los sofistas, que en vez de convencer se dedicaban a persuadir, en la retrica cristiana tambin se pretende persuadir, pero a diferencia de los sofistas, el predicador debe aunar a la palabra todas las virtudes del alma. Si bien es difcil de lograrlo y el mismo fray Diego dice que si se preguntase a los antiguos sobre quin cumpli tales requisitos, le contestaran que nadie. Igualmente, para alcanzar tan exigentes objetivos implica la totalidad de los elementos posibles. Es necesario el manejo de diversas disciplinas, las ciencias y la filosofa por s mismas son estrechas para la retrica, es en la vida donde el predicador se prepara para el ejercicio de la palabra vinculando a sus propsitos su misma existencia. La obra fue dirigida a hombres con compromiso religioso por lo que la retrica es tan estricta al grado de que la cumpliran hombres santos, o en menor caso personas con una atencin despierta que se aplique a cumplir tales requisitos "obtiene la facundia del bien decir aquel que despliega el interior de su corazn por los estudios de la vida recta. Y no es un impedimento para que hable la conciencia el hecho de que la vida antecede a la lengua".6 Siendo necesario una diversidad de saberes los que requiere manejar el orador para intuir lo que ha de afectar a los receptores, fray Diego cita a Galeno buscando
una serie de reglas para aplicar en cualquier saber, para la investigacin y conocimiento de todas las cuestiones, siete cosas: primeramente, ingenio sagaz y dcil; despus, la habituacin y ejercitacin, desde los primeros aos de edad, en todo gnero de disciplinas; en tercer lugar, la asiduidad; en cuarto lugar, que oiga a los preceptores ms sobresalientes y clebres; en quinto lugar, el insaciable deseo de
5. dem. 6. Ibid., p. 55.

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verdad; en sexto lugar, el conocimiento del mtodo y de la norma con la que se distingue lo verdadero de lo falso; y por ltimo, el ejercicio y la prctica de ese mismo mtodo/

La generalidad de las reglas busca suplir los estrechos marcos de una disciplina en particular, as por ejemplo, en relacin al conocimiento la filosofa desarrolla la rigurosidad conceptual, lo que es un camino insuficiente para influir en los sentimientos que fray Diego considera deben ser afectados con la retrica. Si en Scrates los hombres caen en el vicio, es debido a la ignorancia, en cambio para fray Diego "los hombres pecan ms por sentimiento corrupto que por ignorancia de la verdad". El humanismo de fray Diego se basa en la capacidad del hombre de manejar en los sentimientos "Y los malos sentimientos deben ser sacados con los sentimientos contrarios, como un clavo a otro clavo".8 Y es en esa direccin que apunta la retrica
siempre que se haya comprobado por medio de la argumentacin o por alguna razn que algo es grande en su gnero, esto es, o muy digno de compasin, o admirable o detestable, o indigno, o incluso peligroso, entonces deben ser movidos los sentimientos que la misma naturaleza del asunto requiera.9

As, la simple manifestacin argumentativa no basta, es necesario el empleo de las figuras de la retrica, la lgica es un auxiliar
[...] los sentimientos rigen la elocuencia [...] los argumentos hacen que los jueces consideren que nuestra causa es la mejor, los sentimientos logran que tambin lo quieran. Pero, como lo quieren, tambin lo creen.10

La frialdad argumentativa de la filosofa difiere de la oratoria donde se considera la emotividad del auditorio, al adversario, a la personalidad del
7. /tp. 87.
8. /Jw,p.373. 9. dem. 10. Ibid., p. 371.

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MANUEL ARENAZA MADERA orador y en cuarto lugar al tema en cuestin. En este ltimo se acenta la rigurosidad conceptural y aun as, en la retrica es un elemento entre otros a considerar pues "El espritu y el alma de la oratoria, estn en los sentimientos".11 Si bien los oradores mueven los sentimientos a conmiseracin o indignacin, los predicadores suelen moverlos en torno a valores religiosos. Adems una serie de posibilidades en los sujetos son atendidas como "toda la naturaleza de la voz debe ajustarse a los sentimientos del alma con la debida compostura del rostro, los gestos y del cuerpo". Lo que se implica es la totalidad de la vida, siempre en torno a fines teolgicos "el predicador no debe buscar su propia gloria [...] no debe hacer nada que no se encamine a la gloria del solo Dios". As como
de da y de noche debe meditar en las cosas celestes, vigilar, estar en continua oracin, entonar salmos a Dios, escudriar las Letras Sagradas, interpretarlas, trabajar de noche, predicar, conversar muy santamente, y por ltimo, por la aceptacin de defender la verdad catlica, eliminar burlas, las mentiras, los desdenes, las amenazas y los violentos ataques as como los oprobios de los hombres muy perversos.12

El hablar es asunto serio conforme a La retrica cristiana pero hacerlo conduce a la armona, sus fines son la mejora y perfeccin del espritu humano. El trabajo interior del predicador as lo implica, la siguiente cita se refiere a la preparacin de una elocucin
cuando comenzamos a reflexionar con nuestro espritu en aquellos puntos que preparamos primero, debemos empezar nuestra reflexin especialmente por aquellos puntos que conmovieron mucho a nuestro espritu cuando eran ledos, y que entendamos que eran muy saludables para los oyentes. Estos puntos, en efecto, fcilmente encedern nuestro pecho como antes lo hicieron. La mente, encendi-

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12. Ibidtp. 65.

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da con este efecto, ser ms apta, desde el principio hasta el fin, para reflexionar en los dems puntos y en esta reflexin deberemos procurar cuantas veces hayamos seguido una argumentacin o explicacin de algn misterio, trasladar estas cosas mismas que dijimos, en la medida de lo posible, a la finalidad de nuestro oficio, esto es, a la enseanza de la vida cristiana o a la piadosa disposicin de las almas. Es muy til que el futuro pregonero del evangelio aplique su espritu a esta reflexin, puesto que tiene gran importancia; ms an, es lo principal en la misin de predicar.13

Una amplia gama de aspectos son considerados, en ocasiones en relacin al conocimiento, en otras al sentimiento, a la reflexin, la vida interior, etctera. Es una bsqueda que trasciende aun las manifestaciones lingsticas porque de lo que se trata es de la depuracin del espritu del predicador como del receptor de la prdica. Las mltiples posibilidades de la retrica al aplicarse no dejan de ir en pos de lo trascendente. Fray Diego construy una disciplina de firme carcter espiritual "no pocos frutos tienen la facilidad y el talento oratorios, si se gobiernan con recta inteligencia y definido equilibrio del alma".14

13. 7t.,pp. 214-215. 14. Ibid., p. 55.

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