El documento propone que la teoría psicoterapéutica es una ideología sobre la conducta humana y un fenómeno cultural, no una ciencia. Los sistemas humanos y las ideas sobre ellos son fluidos y están en continuo cambio. La terapia es un proceso de diálogo donde los sistemas desarrollan su propio lenguaje y significado, más que una confirmación de teorías.
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El documento propone que la teoría psicoterapéutica es una ideología sobre la conducta humana y un fenómeno cultural, no una ciencia. Los sistemas humanos y las ideas sobre ellos son fluidos y están en continuo cambio. La terapia es un proceso de diálogo donde los sistemas desarrollan su propio lenguaje y significado, más que una confirmación de teorías.
El documento propone que la teoría psicoterapéutica es una ideología sobre la conducta humana y un fenómeno cultural, no una ciencia. Los sistemas humanos y las ideas sobre ellos son fluidos y están en continuo cambio. La terapia es un proceso de diálogo donde los sistemas desarrollan su propio lenguaje y significado, más que una confirmación de teorías.
El documento propone que la teoría psicoterapéutica es una ideología sobre la conducta humana y un fenómeno cultural, no una ciencia. Los sistemas humanos y las ideas sobre ellos son fluidos y están en continuo cambio. La terapia es un proceso de diálogo donde los sistemas desarrollan su propio lenguaje y significado, más que una confirmación de teorías.
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LOS SISTEMAS HUMANOS COMO SISTEMAS LINGISTICOS: IMPLICACIONES PARA LA
TEORIA CLINICA Y LA TERAPIA FAMILIAR
Harlene Anderson Harold A. Goolishian Galveston Family lnstitute INTRODUCCION El desarrollo de nuestras ideas ha sido motivado por el trabajo con casos en que han fracasado todos los intentos de tratamiento, as como casos derivados de los tribunales que generalmente representan complejos problemas clnicos contra los que eiste una lucha constante. !omo por ejemplo los problemas de violencia dom"stica, abusos seuales y enfermedades cr#nicas. El desarrollo de nuestra teora ha sido debido tambi"n a nuestro trabajo de consulta con, por ejemplo, servicios de protecci#n de menores, de atenci#n a la mujer. y servicios de reinserci#n social, a nuestra tarea de formaci#n de la creciente variedad de estudiantes y profesionales de la salud mental interesados en $erapia Familiar. As mismo, nuestro trabajo ha motivado conversaciones que suponan un reto tanto para nosotros mismos como para otras personas interesadas% conversaciones que nos hacan refleionar sobre aquellos temas no resueltos ya la ve& nos hacan cuestionar interrogantes en otro momento habamos dado por resueltos ' por ejemplo( )*u" es la terapia+, )!uales son las metas de la terapia+, )!omo se identifica el objetivo de una terapia+, )*u" es el cambio+, y ),!ual es el papel del terapeuta+ que la etiquetaci#n siempre supone, un proceso peligroso% y por ello nos parece insatisfactorio el uso de -etiquetas- pues le dan una connotaci#n a los problemas de fijos e invariantes. .or el contrario, somos de la opini#n que los sistemas son fluidos, est/n en continuo cambio y nunca llegan a ser estables del todo. As pues, el n0mero de miembros de un sistema no tiene por que ser fijo% tal como va cambiando la definici#n del problema, tambi"n puede variar el n0mero de integrantes del sistema. 1o quisi"ramos dar a entender que los problemas aparecen de golpe y requieren una soluci#n particular y activa% sino que consideramos que. el rol del terapeuta en tomar parte de los procesos de creaci#n de lenguaje y significado sobre el problema que tiene el sistema, as como fomentar un di/logo orientado a la .resoluci#n del problema, y por consiguiente / la disoluci#n del propio sistema. Es a trav"s del di/logo que los sistemas humanos desarrollan mutuamente, su propio lenguaje y confirman el significado de "ste. Es pues este proceso ling2stico en desarrollo el que produce los patrones, regularidades y predictibilidades que el terapeuta eperimenta como independiente de sus descripciones y que se convierten en modelos para la comprensi#n. 3n sistema organi&ador, y desintegrador de problemas- es un constructo intelectual igual como lo puede ser el constructo -familia-. Esta conceptuali&aci#n de la terapia es para nosotros una manera de pensar 0til para nuestro trabajo clnico, investigador y docente. As mismo, no tenemos la menor duda de que nuestras construcciones actuales continuar/n desarroll/ndose en el futuro. Al igual que los sistemas son fluidos, tambi"n lo son nuestras ideas sobre ellos. 1uestras teoras, as como nuestra pr/ctica de la terapia, deben ser entendidas m/s como lentes temporales a trav"s de las cuales vemos ciertos aspectos de la realidad social, que corno representaciones que se ajustan totalmente a "sta. 1osotros no usamos nuestra eperiencia con sistemas en terapia a fin de confirmar nuestras teoras, sino para impulsar la b0squeda de formas m/s 0tiles de conceptuali&ar, describir y trabajar con dichos sistemas. $anto las teoras corno las formas de pr/ctica en terapia individual y familiar son m/s bien, seg0n nuestro punto de vista. ideologas sobre la conducta humana que descripciones que se ajusten a la realidad social% y al igual que el resto de ideologas esta sujeta al cambio evolutivo a trav"s del tiempo. 4a terapia puede compararse a un proceso en el que se observa c#mo los clientes confirman las epectativas, del terapeuta y en devoluci#n el terapeuta confirma las suyas. 1o debemos pensar que lo que est/ ocurriendo es una confirmaci#n de la realidad representacional de la teora psicoterap"utica, sino algo mucho m/s simple, como es una conversaci#n en el lenguaje ordinario de nuestra "poca. 5&as& 6789:; propone que la teora psicoterap"utica no es una ciencia, sino -una ideologa sobre la conducta humana- y -un fen#meno cultural como puede ser que la etiquetaci#n siempre supone, un proceso peligroso% y por ello nos parece insatisfactorio el uso de -etiquetas- pues le dan una connotaci#n a los problemas de fijos e invariantes. .or el contrario, somos de la opini#n que los sistemas son fluidos, est/n en continuo cambio y nunca llegan a ser estables del todo. As pues, el n0mero de miembros de un sistema no tiene por que ser fijo% tal como va cambiando la definici#n del problema, tambi"n puede variar el n0mero de integrantes del sistema. 1o quisi"ramos dar a entender que los problemas aparecen de golpe y requieren una soluci#n particular y activa% sino que consideramos que. el rol del terapeuta en tomar parte de los procesos de creaci#n de lenguaje y significado sobre el problema que tiene el sistema, as como fomentar un di/logo orientado a la .resoluci#n del problema, y por consiguiente / la disoluci#n del propio sistema. Es a trav"s del di/logo que los sistemas humanos desarrollan mutuamente, su propio lenguaje y confirman el significado de "ste. Es pues este proceso ling2stico en desarrollo el que produce los patrones, regularidades y predictibilidades que el terapeuta eperimenta como independiente de sus descripciones y que se convierten en modelos para la comprensi#n. 3n sistema organi&ador, y desintegrador de problemas- es un constructo intelectual igual como lo puede ser el constructo -familia-. Esta conceptuali&aci#n de la terapia es para nosotros una manera de pensar 0til para nuestro trabajo clnico, investigador y docente. As mismo, no tenemos la menor duda de que nuestras construcciones actuales continuar/n desarroll/ndose en el futuro. Al igual que los sistemas son fluidos, tambi"n lo son nuestras ideas sobre ellos. 1uestras teoras, as como nuestra pr/ctica de la terapia, deben ser entendidas m/s como lentes temporales a trav"s de las cuales vemos ciertos aspectos de la realidad social, que corno representaciones que se ajustan totalmente a "sta. 1osotros no usamos nuestra eperiencia con sistemas en terapia a fin de confirmar nuestras teoras, sino para impulsar la b0squeda de formas m/s 0tiles de conceptuali&ar, describir y trabajar con dichos sistemas. $anto las teoras corno las formas de pr/ctica en terapia individual y familiar son m/s bien, seg0n nuestro punto de vista ideologas sobre la conducta humana que descripciones que se ajusten a la realidad social% y al igual que el resto de ideologas esta sujeta al cambio evolutivo a trav"s del tiempo. 4a terapia puede compararse a un proceso en el que se observa c#mo los clientes confirman las epectativas, del terapeuta y en devoluci#n el terapeuta confirma las suyas. 1o debemos pensar que lo que est/ ocurriendo es una confirmaci#n de la realidad representacional de la teora psicoterap"utica, sino algo mucho m/s simple, como es una conversaci#n en el lenguaje ordinario de nuestra "poca. 5&as& 6789:; propone que la teora psicoterap"utica no es una ciencia, sino -una ideologa sobre la conducta humana- y -un fen#meno cultural como puede ser una filosofa religiosa<. 1osotros estamos de acuerdo con esta postura y la hacemos etensible a todas las teoras del campo de las ciencias sociales 6incluida la nuestra propia;. 4as teoras sobre ciencias sociales son ideologas que se han inventado en un momento determinado por ra&ones pr/cticas. Es como toda teora social implicara todo un mundo de significado -pre'interpretado-. Giddens 678::; llama a esto la -doble hermen"utica- la de las ciencias sociales y la del lenguaje ordinario. .or una parte, ni las ciencias sociales ni las teoras sobre psicoterapia pueden ignorar las categoras usadas por la gente en la organi&aci#n pr/ctica de la vida social. .or otra, la gente asume que las ciencias sociales y las teoras psicoterap"uticas son elementos de su comportamiento. Afortunadamente, las teoras psicoterap"uticas y las ciencias sociales cambian en la medida que el lenguaje que se usa para describir la interacci#n social y la conducta, cambia a lo largo del tiempo. Esto aumenta enormemente la dificultad e incrementa la imposibilidad de predecir la conducta humana. =esulta imposible para nosotros cambiar la naturale&a propia de las ciencias sociales y psicoterap"uticas, caracteri&ada por basarse en una relaci#n de sujeto a sujeto. 4as diferentes ideas, teoras, significados y pr/cticas siempre estar/n en continuo cambio y desarrollo. . En el presente artculo introducimos y elaboramos nuestras, ideas te#ricas actuales, as como algunas de las implicaciones que "stas tienen para la pr/ctica y teora clnica. Haremos la presentaci#n de tales ideas tal como han ido evolucionando a lo largo de este trayecto, a veces curioso, pero, siempre desafiante. >e todas formas, a pesar de que nosotros creemos en estas ideas no queremos convencer a nadie de que dichas ideas tengan un -status epistemol#gico privilegiado- 6=orty, 78:?, p. ?@7;, 6ni as lo creemos;, ni tampoco las presentamos como una alternativa en $erapia Familiar. .or el contrario, el camino que han seguido nuestras ideas nos ha llevado a cuestionamos la noci#n misma de $erapia Familiar. .ara empe&ar, presentamos nuestra visi#n de la evoluci#n que se ha producido en $erapia Familiar durante los 0ltimos AB aCos, y tambi"n de las dos direcciones contrarias que creemos se est/n siguiendo en dicho campo% estas son( la que pone mayor "nfasis en los sistemas sociales, frente a otra que subraya m/s los sistemas de significado. LA PRIMERA OLA A principios de los aCos cincuenta, algunos, terapeutas, tanto de forma simult/nea como por separado, empe&aban a eplorar nuevos caminos en su trabajo ,clnico. Fue una "poca de r/pida epansi#n de las teoras psicoanalticas donde el foco principal se centraba en los sistemas intrapsquicos de la persona. En, este conteto, el punto de vista que prevaleca sostena que los sntomas y los problemas implicaban solamente al individuo. El irse dando cuenta, despu"s de un largo proceso, que algunos sentimientos reprimidos estaban asociados a un desarrollo hist#rico traum/tico supuso una esperan&a para la psicologa. >e todas formas, algunos clnicos inquietos estaban trabajando con poblaciones clnicas complejas, frecuentemente diagnosticadas como esqui&ofr"nicas y delincuentes, y con los cuales el tratamiento psicodin/mico a largo pla&o que se utili&aba en aquella "poca pareca incapa& de promover ning0n tipo de cambio. >ichos terapeutas, representantes de un amplio rango de entornas e intereses, respondieron al problema con un espritu innovador, y as desarrollaron un nuevo sistema de terapia( el familiar. En este grupo, para mencionar a unos cuantos, estaban AcDerman en 1ueva EorD% Fateson, GacDson, HeaDland, 5atir, y Haley en .alo Alto% FoIen en $opeDa y Hashington% HhitaDer y Jalone en Atlanta% 4id& en Faltimore% 5chefflen y FirdIhistle en .hiladelphia% Hynne y 5inger en Hashington y FerDcley% y Goolishian, JcGregor, 5errano, y =itchie en Galveston. Knicialmente, la mayora de ellos no eran conscientes del trabajo de los otros, y el campo de $erapia Familiar no se convirti# en una entidad p0blica hasta el final de los aCos cincuenta en que empe&aron a presentarse comunicaciones en los encuentros de la Asociaci#n Americana de .siquiatra y Asociaci#n Americana Lrthopsiqui/trica. El surgimiento del campo de la $erapia Familiar produjo el entusiasmo y el mismo tipo de epectativas que es caracterstico de los primeros momentos en el desarrollo de muchas ideas nuevas. Fue el trabajo de Fateson y su grupo de investigaci#n en comunicaci#n y teora cibern"tica el que dio a este nuevo campo de esfuer&o terap"utico el m/imo de energa. Hasta que el grupo de .alo Alto public# su trabajo sobre doble vnculo en 78BM, la mayora del trabajo familiar inicial consista en un empeCo en hacer torpes transformaciones de las teoras psicodin/micas. 4a teora del doble vnculo, basada en la interacci#n comunicativa, tuvo la capacidad de describir la naturale&a interaccional de los dilemas humanos, liberando al trabajo de familia de las restricciones de las teoras individualistas, as como del lenguaje de la psicologa individual. Haley 67897; ha descrito este movimiento hacia lo familiar como un Nintr"pido salto conceptual<. 4a $erapia Familiar, sin lugar a dudas, ha cambiado de forma marcada el tipo de pr/cticas reali&adas en el campo de la salud mental, pero de alguna manera, a lo largo del camino ha perdido gran parte de su estado de entusiasmo inicial. Juchas de las promesas iniciales de mejora de resultados y eficiencia no se han cumplido, y en muchos aspectos, el campo no parece estar muy lejos del punto de partida situado AB aCos atr/s. .ara algunos clnicos, parece haber una insatisfacci#n creciente con la $erapia Familiar. Jinuchin 6Jinuchin et al. 789.M; se pregunta, -)cu/l es el terreno que hemos conquistado+-. >ell 6789B; opina que el campo de la $erapia Familiar se encuentra en una situaci#n de estancamiento. -)>#nde est/n los guerreros+- se pregunta AuersIald 6789M;. 1osotros por nuestra parte nos preguntamos- )qu" ocurri# con tan radiante idea novedosa, con este intr"pido salto conceptual+-. )Es la $erapia Familiar el mejor esquema para responder a las preguntas que los terapeutas se formulan y para entender la pr/ctica clnica+ $al ve&, en un sentido Ounhiano 6Oeeney, 789A;, el campo se encuentra en un estadio de -ciencia normal- en el desarrollo de los paradigmas de sistemas familiares, utili&ando los conceptos nuevos simplemente como medio de resoluci#n de problemas. .ero tal ve&, y este es nuestro punto de vista, el problema es m/s serio y persistente. .odra ser que este salto del que habl/bamos no fuera tan grande despu"s de todo y que este intr"pido nuevo concepto no difiriera significativamente de la posici#n te#rica a la que Kntentaba reempla&ar. >esde hace alg0n tiempo estamos interesados en el hecho de que aparentemente los problemas psicol#gicos parecen aparecer, cambiar de forma, y desaparecer en la medida que el vocabulario y descripciones de los terapeutas cambian. !reemos que el nuevo reto consiste en eaminar las descripciones de los terapeutas y, de esta manera, redefinir los problemas con los que trabajan. 4a novedad< en el perodo inicial fue el hecho de definir el problema en t"rminos familiares. )Es esta todava una conceptuali&aci#n 0til, o acaso la esencia del problema ha cambiado a trav"s del tiempo+ 5i el problema depende del punto de vista del observador, )es que ha cambiado dicho observador+ 1osotros sugerimos que, a lo largo del tiempo, la definici#n del problema ha cambiado. 1uestro inter"s principal radica en proponer diferentes hip#tesis y cuestionar otros aspectos, as como en desarrollar diferentes vocabularios y descripciones acerca de los problemas. 1o estamos proponiendo otra teora o modelo de $erapia Familiar, ni tampoco un conjunto de soluciones alternativas a los problemas usuales planteados en el campo de $erapia Familiar. Ounh 678M?; comenta que los cientficos que proponen diferentes teoras 6o paradigmas; hablan diferentes lenguajes entre s. >e esta manera epresan diferentes convencimientos conceptuales que s#lo son 0tiles y apropiados en campos diferentes. >e cualquier manera, toda ciencia, disciplina, y profesi#n, puede sobrevivir al paradigma del cual surgi# si se contin0an las conversaciones y el tipo de discurso que har/ posible el cambio de ideas a trav"s del cambio de descripciones. .or lo tanto, nosotros simplemente estamos eponiendo nuestros pensamientos sobre los problemas que eisten en el campo tal como los vivimos y definimos. Hacemos esto con el espritu pionero que prevaleci# durante la primera ola y con la esperan&a de que nos veremos obligados a discutir sobre, y manejamos con un conjunto de temas totalmente nuevos, en la medida que la comprensi#n de nuestro trabajo clnico contin0a desarroll/ndose. DOS DIRECCIONES: UN DILEMA DE SIGNIFICADO En nuestra opini#n, el campo de $erapia Familiar se est/ moviendo 6conti nuando una discusi#n; a trav"s de dos direcciones opuestas que hacen referencia a la manera de entender los sistemas humanos, los problemas que estos presentan, y la manera como les es m/s 0til a los terapeutas entenderlos y trabajar con ellos. 4a primera direcci#n aparece como una etensi#n de las hip#tesis fundamentales del paradigma tradicional y prevalente en las ciencias sociales. >icha direcci#n deriva el significado y la comprensi#n de la observaci#n de los patrones de organi&aci#n social tales como la estructura y los roles. .or ejemplo, los terapeutas de familia se han despla&ado del individuo al conteto 6la familia; y de la familia al conteto m/s amplio del sistema social. >entro de esta perspectiva, el significado de los sistemas sociales puede conceptuali&arse como derivado de la observaci#n de patrones de organi&aci#n social. 4a segunda direcci#n, evidente en el campo familiar, se basa en la afirmaci#n de que los sistemas s#lo pueden describirse como eistentes en el lenguaje y en la acci#n comunicativa. >esde este punto de vista, la organi&aci#n y la estructura son los resultados del intercambio comunicativo y por lo tanto, se hallan en cada caso determinados por el intercambio dial#gico. Esta posici#n no busca par/metros sociales universales o normativos para describir la organi&aci#n social. .or el contrario, las complejidades estadsticas etiquetadas y definidas como sistemas sociales son el resultado del esfuer&o continuo por entender lo que ocurre entre las personas que interact0an y se comunican. El significado y los sistemas sociales se generan en y a trav"s del dialogo. . El significado derivado de patrones de organi&aci#n social . >esde el punto de vista predominante, los sistemas humanos se consideran como sistemas socioculturales organi&ados de acuerdo a roles y estructuras, y caracteri&ados por tener estabilidad, jerarqua, poder y control. Esto es, los sistemas socioculturales se definen y mantienen por la organi&aci#n social a trav"s de roles y estructuras sociales. Esta teora social general, en la cual pensamos que se han basado la mayora de teoras psicoterap"uticas, ha sido bien descrita por .arsons 678B7, 78MP; en su aplicaci#n de conceptos cibern"ticos a las teoras sociales. >esde esta perspectiva .arsoniana los sistemas se consideran cibern"ticamente estratificados. El orden y la estabilidad est/n jer/rquica y teleol#gicamente controlados desde arriba a fin de satisfacer los requerimientos del sistema total. .ara que un sistema mantenga su estabilidad, la relaci#n entre los componentes del sistema y los procesos que se dan dentro de "l 6y entre los componentes y su conteto; debe ser tal que la estructura del sistema y ,sus componentes permane&can invariantes. As, la homeostasis y la permanencia del sistema son las condiciones predominantes. Esta visi#n de los sistemas puede ser equiparada a una -teora de la cebolla-6Anderson et al. 789M, Goolishian 789B;. !ada sistema es como una capa de la cebolla la cual est/ envuelta' a su ve& por otra capa. >e esta manera, cada estrato de la -cebolla social- se encuentra subordinado al estrato superior y se ve controlado para permanecer al servicio del mantenimiento del orden social y la estabilidad. !ada estrato de la organi&aci#n social est/ al servicio de la eficacia del sistema social supraordenado. As pues, cada estrato incluye y controla a los estratos subordinados al servicio de sus propios requerimientos ''el mantenimiento de la homeostasis del orden social, la estabilidad y el equilibrio. >esde esta visi#n, el individuo se halla envuelto por la familia, la familia por el sistema mayor, y este a su ve& por la comunidad, etc. $al restricci#n impuesta de roles sociales implica que la conducta problem/tica, patologa o desviaci#n dentro de los componentes del sistema, representa inadecuaciones en la estructura y rol social. Estas inadecuaciones est/n relacionadas con los procesos de insuficiente sociali&aci#n procedente del estrato jer/rquico inmediatamente supraordenado al desviante. As pues, la g"nesis de los problemas se sit0a en el sistema social supraordenador al que epresa la desviaci#n. Esta desviaci#n se supone que es el resultado de una inadecuada sociali&aci#n lo cual da lugar a una estructura y roles sociales defectuosos. .or ejemplo, conceptos del campo de la $erapia Familiar como( estructura familiar disfuncional, fronteras generacionales inadecuadas, sntomas funcionales y jerarquas inadecuadamente ordenadas, forman parte de la epresi#n de esta teora social fundacional. As, el objetivo del tratamiento 6la unidad de acci#n; social con la que trabajan los terapeutas; viene definido por estructuras y roles sociales. 4a funci#n de la terapia en esta estructura es la de reparar los defectos sociales 6el problema;. El lenguaje descriptivo es el propio de un terapeuta eperto en diagnostico y tratamiento a trav"s del conocimiento >el sistema social y sus funciones. 4a noci#n del empirismo o realidad objetiva es central para una teora de tipo social como es la teora de los sistemas sociales. En el n0cleo de esta posici#n emprica se tiende a una firme adhesi#n al modelo hipot"tico'deductivo de eplicaci#n, basado en un intento de acercamiento hacia la ley cientfica eterna. >e esta forma, los sistemas sociales son definidos objetivamente y eisten independientemente del observador. El observador eterno debe s#lo investigar en qu" medida el lenguaje usado para describir el sistema es adecuadamente representacional. El hecho de conocer c#mo debera ser un sistema coloca al observador 6al terapeuta; en la posici#n independiente de determinar c#mo es el sistema 6patologaQdiagn#stico; y establecer c#mo debera ser 6normalidad I tratamiento;. Todo lo dicho anteriormente seg0n las descripciones objetivas del terapeuta. En el campo de la $erapia Familiar eiste una insatisfacci#n creciente con el hecho de que las ciencias sociales y la psicoterapia est"n planteadas en los t"rminos del empirismo l#gico propio de las llamadas -ciencias naturales- 6Andersen. 789:% AuersIald, 7.89B,789:% Fateson et al. 78BM( Fogdan, 789P% !ecchin et al. 789M% >ell, 789B, 7897( >oherty, 789M% Hoffman, 7897, 789B% Oeeney. 78:8,789A% J"nde& et, al. 789M% 5chIart&man, 789P% 5lu&Di, 789B% Hat&laIicD, 789?% Hat&laIicD el al. 78:P;, , A lo largo de este artculo ampliaremos la teora del significado e interpretaci#n como alternativa a la teora social .arsoniana predominante% y contrastaremos las implicaciones de dicha alternativa para la teora y la pr/ctica clnica. En el terreno del significado, los sistemas humanos entendidos como sistemas ling2sticos >esde esta #ptica 6o lnea de argumentaci#n; diferente dentro del campo de la $erapia Familiar, se entienden los sistemas humanos como eistentes s#lo en el terreno del significado, los sistemas sociales son redes de comunicaci#n las cuales se distinguen Nen< y Npor< el lenguaje. Es decir, eiste comunicaci#n de unos con otros y conversaci#n entre unos y otros. As pues, este terreno del significado es entendido como un terreno ling2stico o conversacional 6Fateson, 78:7% Fateson et al. 78BM. Jaturana, 78:9% Jaturana et al. 789:;. N$erreno ling2stico o conversacional- es el t"rmino usado para designar la suma de las interacciones comunicacionales que se dan, en el lenguaje de los participantes implicados en el di/logo o conversaci#n. !uando hablamos de lenguaje no focali&amos especialmente en los signos, estructura o estilo% sino que m/s bien nos referimos al significado ling2sticamente mediati&ado y contetualmente relevante que es interactivamente generado a trav"s de palabras y otros actos comunicativos. Este significado generado 6comprensi#n; dentro de un conteto social particular se desarrolla a trav"s del proceso social din/mico del di/logo y la conversaci#n. Rivimos unos con otros, pensamos y trabajamos unos con otros, y nos amamos unos a otros. $odo esto se refleja en el lenguaje. 1osotros ,preferimos usar epresiones como Nlenguaje- o Nestar en el lenguaje< con la finalidad de distinguir este proceso de la actual tradici#n psicoling2stica. En el modelo psicoling2stico significado y comprensi#n se consideran derivados de la l#gica de los signos y de los smbolos, de las estructuras gramaticales y de su uso l#gico y adem/s separados de su uso real 6Jiller, 7897;. >esde nuestro punto de vista los humanos deben entenderse como algo m/s que simples sistemas procesadores de informaci#n. 1osotros somos usuarios del lenguaje. Hablamos, omos, escribimos y utili&amos toda la variedad de epresiones y formas del lenguaje como parte propia del proceso humano de creaci#n y afrontamiento de las realidades en que vivimos. Es a trav"s del lenguaje que somos capaces de mantener un contacto humano significativo entre personas, y es mediante este que compartimos la realidad. NEstar en el lenguaje< es una operaci#n din/mica y social. 1o se trata de una actividad puramente ling2stica. Hittgenstein 678MA; utili&a el concepto de Njuego de lenguaje< para connotar este car/cter din/mico del mismo. As mismo nosotros entendemos el lenguaje como una herramienta humana a la que se le da un uso especfico y que no puede entenderse o tener significado fuera del conteto de dicho uso. .or la epresi#n -estar en el lenguaje-, nos referimos al proceso de creaci#n social de las realidades intersubjetivas que compartimos de manera temporal unos con otros. >ebe quedar claro que este no es un modelo totalmente adecuado para entender la operaci#n completa del uso que hacemos los humanos del lenguaje. NEstar en el lenguaje< es, con todo, un proceso distintivo de los humanos ya que es a trav"s del lenguaje que somos capaces de formar las comunidades de significado cambiantes a las cuales pertenecemos y que son para nosotros las realidades intersubjetivas en las cuales eistimos. As pues, podemos definir a los humanos como sistemas generadores de lenguaje, de significado implicados en la actividad que es a la ve& intersubjetiva y recursiva. >e esta manera, la construcci#n del significado y la comprensi#n, la construcci#n de los sistemas humanos, es un proceso creativo, din/mico y en constante cambio. Esta visi#n acerca de la interrelaci#n humana no se basa en una definici#n de la percepci#n y cognici#n que requiera una visi#n representacional u objetiva de la realidad. .or el contrario, esta posici#n emergente, tiene como n0cleo la creencia que la realidad es una construcci#n social. 1osotros vivimos y tomamos parte de un mundo que definimos, a trav"s de nuestro lenguaje descriptivo en un intercambio' social con los otros. >icho de otro modo, vivimos y actuamos socialmente dentro de un Nmultiverso< de mundos diferentes de descripciones. Jaturana y Rarela 6789:; parten de la posici#n que toda acci#n humana tiene lugar en el lenguaje% y adem/s, cada acto en el lenguaje da lugar a un mundo creado con los otros. 5eg0n estos autores, nosotros creamos los objetivos de nuestros mundos. !on y a trav"s del lenguaje. En una direcci#n similar, Fateson 678:7; sostiene que las caractersticas mentales de un sistema son inmanentes a dicho sistema como una totalidad. El conocimiento 6significado; no se halla tanto en la mente de las personas como en la interacci#n. >e esta manera Fateson cuestion# el concepto de una realidad objetiva, y tambi"n las maneras habituales en que los terapeutas otorgan sentido al mundo. >esafi# nuestras observaciones, haci"ndonos ver que resulta m/s familiar y c#modo seleccionar lo que confirma nuestras creencias preeistentes. Fateson 678:7; denomin# a esta nueva manera de pensar sobre las ideas(-ecologa de la mente< o bien -ecologa de las ideas- 4a conceptuali&aci#n de la realidad como un multiverso de significados, creado en intercambio social din/mico e interacci#n a trav"s de la conversaci#n, se distancia de preocupaciones sobre %asuntos tales como las verdades 0nicas, y nos acerca hacia un multiverso que incluye una gran diversidad de versiones conflictivas acerca del mundo 6Goodman, 78:9;. >entro de esta estructura no eisten entidades Nreales< eternas, tan s#lo personas que se comunican y generan lenguaje. Eiste 0nicamente un proceso de constante evoluci#n de la realidad del uso del lenguaje. >e esta manera, no hay -hechos- que deban ser conocidos, ni sistemas que deban ser conocidos -entendidos-, ni tampoco patrones ni regularidades que deban ser -descubiertas- Este posicionamiento eige dejar de lado la visi#n de la humanidad como -conocedora- de las esencias de la naturale&a. Esta visi#n se sustituye por otra correspondiente a una humanidad en continua conversaci#n. 4a conversaci#n ''el lenguaje y los actos comunicativos' es simplemente parte del esfuer&o hermen"utico para llegar a un entendimiento con quienes estamos en contacto. >icho de otro modo, el lenguaje no refleja la naturale&a 6=orty,78:?;% sino que crea las naturale&as que nosotros conocemos. El significado y la comprensi#n no eisten previamente a las epresiones'del lenguaje. En este conteto, la comprensi#n no significa que siempre se llegue a entender a la otra persona, sino por el contrario, que s#lo somos capaces de entender lo que la otra persona est/ diciendo a trav"s del di/logo. Esta comprensi#n siempre se da en un conteto determinado y nunca se mantiene fija a lo largo del tiempo. En este sentido la comprensi#n siempre es un proceso Nen marcha< y nunca llega a estar acabado del todo. 5olamente podemos comprender las descripciones y las eplicaciones. 1o podemos entender los acontecimientos porque, desde este punto de vista, nunca eiste un acontecimiento 0nico que pueda ser descrito, ni ning0n entendimiento llega a abarcar todas las potencialidades infinitas del significado. En este artculo proponemos desarrollar algunas de las implicaciones te#ricas de esta posici#n para el campo de la terapia. LOS SISTEMAS DEL LENGUAJE Y LA TERAPIA. El "nfasis en este aspecto crea una alternativa a la idea de que los roles sociales y la estructura eisten en alg0n tipo de realidad emprica y reificada. 5it0a el lenguaje y la comunicaci#n como b/sicos en el comportamiento social. >e esta manera, la organi&aci#n social es m/s el producto de la comunicaci#n social que un producto de la organi&aci#n. Esta es una posici#n distinta de la defendida por Haley 67897; quien, establece que s#lo un cambio en la jerarqua podr/ cambiar la comunicaci#n. A nuestro entender la comunicaci#n y el discurso son los que definen la realidad social y la realidad es un producto del di/logo cambiante. Esta visi#n es parecida a la de Jaturana y Rarela 6789:; quienes sostienen que no eiste intercambio de informaci#n 6informaci#n trasmitida; en la comunicaci#n. .or el contra, sostienen que las personas hablan y escuchan seg0n la manera como est/n estructuradas y no seg0n la organi&aci#n social en la est/n implicadas. En una lnea parecida Fraten 6789P; define los sistemas socioculturales como -sistemas procesadores de significado compuestos por participantes interactuantes que mantienen y transforman su identidad y la de su red social mediante una comprensi#n m/s o menos compartida tanto de ellos como del mundo- 6p. 78A;. J/s adelante afirma que esta comprensi#n compartida no es ni objetiva ni subjetiva, sino intersubjetiva. y que genera la complementariedad sujeto' objeto 6p. 78B;. Fraten se refiere a esto como un cruce dial#gico de perspectivas, las cuales, advierte, pueden quedar reducidas a una perspectiva monol#gica bajo determinadas condiciones. En una mono'perspectiva cesa el desarrollo de nuevo significado pues de. Entre todos los posibles conjuntos de ideas se toma uno como el dominante, llegando a hacerse invariante. >e todas maneras, se debe ser cauteloso a la hora de identificar directamente una mono'perspectiva con problemas% es decir, no se debe pensar que una mono'perspectiva ser/ siempre problem/tica ya que en realidad puede serlo o no. 4os sistemas sociales humanos precisan de la uni#n ling2stica de sus componentes, de manera que puedan funcionar entre ellos como observadores dentro del lenguaje. >e este modo los sistemas sociales est/n en un cambio constante que es producto de las realidades sociales comunicadas y a la ve& se basan en las incertidumbres que se dan en el di/logo y el discurso y que proceden de nuestros esfuer&os continuos por llegar a un acuerdo. >icho de otra forma, el lenguaje es el substrato a trav"s del cual se forman las estructuras y roles sociales. !uando aplicamos este concepto a la clnica, a veces es difcil tener presente que los sistemas con que trabajamos eisten s#lo en nuestras descripciones. A su ve&, tales descripciones, sean de la orientaci#n te#rica que sean, eisten tambi"n s#lo en el lenguaje. 4os sistemas con que nosotros, como terapeutas, trabajamos son los relatos que van desarroll/ndose a lo largo de la conversaci#n terap"utica. 5on el producto de campos ling2sticos que est/n en interacci#n. 4os sistemas, por tanto, no eisten en una realidad social eterna o determinada unilateralmente, sino que eisten en las interacciones a trav"s del lenguaje y en la narrativa te#rica y metaf#rica de nuestras teoras. LOS SISTEMASTERAPEUTICOS COMO SISTEMAS ORGANIZADORES/ DESINTEGRADORES DE PROBLEMAS Al fijar el objetivo del tratamiento como dirigido a sistemas de acci#n social, definidos por las bases de la interacci#n comunicativa, se hace necesario mirar m/s all/ de los sistemas predefinidos sobre las bases de la definici#n social y dirigir nuestra atenci#n hacia los que est/n en contacto ling2stico activo. El sistema a tratar incluye a todos aquellos *ue participan de un mismo conteto donde se comparte un lenguaje com0n para referirse a un problema determinado. $al sistema puede ser menor que una familia, como una familia, mayor que una familia o incluso formado por individuos que comparten una relaci#n poco habitual. El objetivo del tratamiento son aquellas personas que se encuentran en el conteto problem/tico, aquellas personas que comparten un determinado lenguaje para referirse a lo que ellos definen como el problema, las personas que constituyen el sistema social. El lenguaje que se usa en el /mbito de un problema es el que distingue al sistema y no el sistema quien distingue al problema. >icho de otro modo, no son los sistemas los que crean los problemas, sino que es el hecho de hablar del problema lo que constituye el sistema. 1osotros nos referimos a los sistemas seg0n nuestra definici#n como sistemas organi&adoresQdesintegradores del problema. En torno al hecho de usar un lenguaje compartido para referirse a los temas que conciernen y alarman a los componentes del sistema de acci#n social. >ebido a su eistencia en el lenguaje, los sistemas creadores del problema no tienen en cuenta los lmites propios de las estructuras y roles sociales. >esde esta perspectiva el objeto del tratamiento ya no se define como individual, familiar, sistema mayor, etc. 1o es que digamos que no vemos en nuestras consultas a individuos o familias. 5i no que, cuando lo hacemos, los conceptuali&amos en t"rminos de redes de comunicaci#n 6con sus participantes relacionados; y de intercambios dial#gicos que son los que definen el problema% nunca los conceptuali&amos en t"rminos de estructuras sociales predeterminadas. 1o obstante, con el concepto de sistema organi&ador del problema no queremos referirnos ni establecer otro tipo de patologa objetivi&ada, sino que queremos significar una definici#n diferente de los par/metros de los sistemas. 4os problemas son un tipo de significado co'desarrollado que eiste en la comunicaci#n dial#gica continua. En el di/logo se est/n generando nuevos significados en constante evoluci#n. 4os Nproblemas< no eisten indefinidamente por tanto, con el tiempo, todos los problemas llegar/n a resolverse. $odo problema incluye un mayor o menor n0mero de personas implicadas y lleva consigo un significado continuamente cambiante que depende de qui"n est/ en comunicaci#n relevante con qui"n en un momento dado. 4os actores de un sistema'problema cambiaran a trav"s del tiempo, y tal como la conversaci#n va cambiando ir/ cambiando tambi"n la definici#n del problema que les preocupa. Esto significa que los problemas y los sistemas por ellos organi&ados no son entidades fijas que perduren a lo largo del tiempo hasta que sean resueltos. $anto los problemas como los sistemas organi&adores del problema cambian tan r/pido y a menudo como el resto de relatos alrededor de los cuales organi&amos el significado y el intercambio social. !onvivimos en un mundo de narraciones conversacionales, y nos entendemos a nosotros mismos y a los otros a trav"s de historias y auto'descripciones cambiantes. >e acuerdo con Httgenstein 678MA;, nos gustara seCalar que el significado 6las narraciones co'creadas y redes tem/ticas mediante las cuales organi&amos y nos definimos a nosotros mismos y a los otros; se deriva del uso intersubjetivo y comunicativo que se hace del lenguaje. El significado y los problemas no son simples derivados de la estructura formal y la definici#n. $al como Hoffman 6789B; ha indicado nosotros ya no pensamos en los problemas como eistentes -dentro- de la familia, o en cualquier otra unidad espacial o socialmente definida. 4os problemas se hallan en las mentes intersubjetivas de todos quienes est/n en un intercambio activo de comunicaci#n y as, cambian continuamente. ALGUNAS IMPLICACIONES PARA LA TEORIA CLINICA 4a manera c#mo pensamos sobre la terapia es de primordial importancia para nuestra actuaci#n como terapeutas. El conceptuali&ar a los sistemas humanos como eistentes en el terreno ling2stico 6el mundo del significado, la comprensi#n y la narrativa; supone un reto mayor a las teoras y pr/cticas basadas en la sociologa .arsoniana. Juchas de las implicaciones que tienen los conceptos sobre sistemas de lenguaje para la terapia son bastante contradictorias respecto a las pr/cticas clnicas basadas en una teora social seg0n la cual el significado se asigna a la interacci#n, y en la cual los sistemas y las ideas se objetivan seg0n las bases de la estructura social. 1uestro intento no consiste en dejar de lado o quitar importancia a la $eora y $erapia Familiar actuales, sino m/s bien sugerimos que algunos de los conceptos aceptados en la teora y pr/ctica tradicional reducen nuestras habilidades creativas a la hora de pensar y trabajar efica&mente. Kntentaremos eplicar c#mo la idea sobre los sistemas humanos como sistemas de lenguaje y significado, puede transferirse al sistema terap"utico alrededor de las nociones interconectadas de( terapia y cambio, rol terap"utico y definici#n del problema. Terapia y ca!i". El fil#sofo Gadamer a menudo cita una frase de Hans 4ipps 678A9; quien establece que todo relato ling2stico encierra un -crculo de lo inepresado-. Gadamer 678:B; llama a esto -la infinitud de lo no dicho-. Esto significa que ning0n relato comunicativo ni palabra son completos, claros o unvocos. $odos ellos van acompaCados de significados inepresados y posibles interpretaciones nuevas que requieren articulaci#n y epresi#n. !on esto no quiere dar por supuesto que el relato ling2stico original sea necesariamente deficiente, sino m/s bien, que cualquier acci#n comunicativa es una fuente infinita de posibles epresiones y significados nuevos. >e esta manera, el tema general y el contenido de cualquier di/logo y discurso se hallan abiertos a un cambio evolutivo en el significado. A trav"s de este proceso de investigaci#n en lo -no dicho- se obtiene un conocimiento del sistema. !omo afirma Gadamer, la caracterstica de toda conversaci#n dial#gica es que los participantes se abren a los otros participantes, aceptando su punto de vista como merecedor de consideraci#n en alg0n aspecto. Es mediante este proceso que nosotros, en el lenguaje, podemos entrar unos dentro de otros de manera que no estamos entendiendo al individuo en s, sino a lo que "l est/ diciendo. Es pues esta caracterstica del di/logo la ,que hace posible y continuo el cambio. 1osotros pensamos que la terapia es un proceso de epansi#n y epresi#n de -aquello que no se ha dicho- ''esto es, el desarrollo a trav"s del di/logo de nuevos temas y narraciones, y realmente, la creaci#n de nuevas historias. 4a terapia utili&a y necesita de los infinitos recursos de lo -no dicho todava- en las narraciones alrededor de las cuales nos organi&amos en nuestra conducta hacia los otros. Este recurso se halla en el -crculo de lo no epresado-, y para conseguir un cambio se requiere acci#n comunicativa, di/logo y discurso. $al recurso para el cambio 'lo -no dicho todava-' no se halla -en- el inconsciente ni en ninguna otra estructura psquica. $ampoco se halla -en- las c"lulas o la estructura biol#gica, ni -en- una estructura social como puede ser la familia. Este recurso est/ en -el crculo de lo no epresado-. 4a capacidad para generar cambio radica en la habilidad que podemos tener para -estar en el lenguaje- unos con los otros, y dentro del lenguaje, desarrollar siempre( temas, narraciones e historias nuevas. A trav"s de este proceso co'creamos y co' desarrollamos las realidades sist"micas alrededor de las cuales obtenemos significados unos de otros, ya trav"s de las cuales reorgani&amos continuamente nuestra vida mutua y nuestras auto'descripciones. !omo hemos dicho antes, el cambio requiere acci#n comunicativa, di/logo y discurso. 4o que se requiere para la terapia es el mantenimiento de una conversaci#n de manera que la l#gica del contenido de un sistema'problema sea persistentemente eplorada a trav"s de preguntas. En el proceso de llevar a cabo esta eploraci#n, surgir/n otras descripciones y significados que no son etiquetados en el lenguaje como -problema-. Este es el proceso propio del cambio. 4a terapia es una actividad ling2stica en la cual el hecho de mantener una conversaci#n sobre un problema es un proceso de desarrollo de nuevos significados 'i comprensiones. 4a meta de la terapia es llegar a participar en una conversaci#n que consiga ir aflojando las rigideces e ir abri"ndose a la eplicaci#n sincera. A trav"s de la conversaci#n terap"utica los significados y conductas prefijadas 6el sentido que la gente otorga a las cosas y a sus acciones; son ampliados, ligeramente variados y cambiados. Este es pues el resultado que se le pide a la terapia. EI pa#" $e %a c"&'er#aci(& "r$i&aria a %a c"&'er#aci(& )erap*+)ica. 4a conversaci#n y el di/logo siempre se .apoyan en un fr/gil conjunto de condiciones. Estas incluyen aspectos tales como el respeto mutuo y la comprensi#n una disposici#n para escuchar y poner a prueba las opiniones propias y los prejuicios, y una b0squeda mutua de la veracidad de aquello que se est/ diciendo. El significado que se deriva de la conversaci#n siempre depende de un n0mero determinado de temas que van apareciendo% entre ellos se encuentran( ' El momento en que se da la conversaci#n ' 4a relaci#n que mantienen los participantes entre ellos ' 4o que cada uno sabe sobre la situaci#n y las intenciones de los otros ' 4o que los participantes esperan conseguir ' 4as convenciones sociales y culturales aplicables ' 4os siempre cambiantes significados que los participantes anticipan >ebido a esta fluide&, el significado y la comprensi#n en el di/logo y la conversaci#n suponen siempre una actividad interpretativa que est/ en continuo flujo y cambio. 1o eisten interpretaciones prefijadas y 0nicas en cuanto a correcci#n en un determinado conteto que sirvan para guiar la conversaci#n $odo significado, comprensi#n e interpretaci#n, son inherentemente negociables y tanteables. >e igual manera no eisten significados fijos que puedan trasmitirse en una conversaci#n. $odos los participantes de una conversaci#n aportan mundos totalmente diferentes y est/n dando continuamente forma a estos mundos en el proceso del di/logo. .ara conseguir este proceso de dar nueva forma se necesita de la intimidad de la conversaci#n ''que permane&camos en un contacto continuo a trav"s del lenguaje unos con otros. Entendidos de esta forma, el lenguaje y la conversaci#n son siempre una actividad din/mica social, y el significado es siempre, en cierta medida, indeterminado. 4a conversaci#n terap"utica b/sicamente no es distinta de cualquier otra. Esto es, en su n0cleo eiste el proceso b/sico de personas que intentan entenderse unas a otras. En una conversaciMn terap"utica, el terapeuta est/ en contacto continuo con todos los miembros del sistema organi&ador del problema. Es en esta conversaci#n cambiante, y en la continua eploraci#n de la l#gica de las diversas descripciones que se hacen del sistema'problema que co'desarrollamos lo -no dicho todava-. 4os miembros del sistema'problema conectan la l#gica de este de diferentes maneras y con diferentes valores, y aunque todos deben tener la oportunidad de desarrollar su discurso y cambiar, cada uno lo debe hacer a su propio ritmo y seg0n su propia manera. En el di/logo nada permanece igual. El cambio en terapia no es otra cosa que el cambio de significado que se deriva del di/logo y la conversaci#n. >esde el contacto inicial y a lo largo del curso de las entrevistas, el terapeuta debe hacer opciones y tomar decisiones sobre aquello de lo que va a hablar. 4o que se dice no sale simplemente de la nada. El terapeuta, igual que cualquier persona en un intercambio conversacional, siempre est/ buscando significado y sinteti&ando creativamente la informaci#n, la comprensi#n, y el significado. En este proceso el terapeuta va obteniendo pistas y utili&ando claves que le ofrecen los clientes. )>e qu" modo un terapeuta elige que es lo que va a responder y de qu" manera lo va a hacer+, )!#mo sabe un terapeuta qu" preguntas formular+ A continuaci#n presentamos algunos elementos generales e interrelacionados, b/sicos para la conversaci#n terap"utica. 7. El terapeuta lleva adelante la investigaci#n dentro de los par/metros del sistema tal como son descritos por los clientes. Esto se debe hacer de manera que d" lugar a una ampliaci#n de alternativas hacia nuevos significados. Estos nuevos significados deben ser tales que respeten a todos los miembros del sistema organi&ador del problema, incluido el terapeuta. .ara conseguir este fin el terapeuta debe permanecer pr#imo a la comprensi#n del momento preciso, trabajar dentro de este momento, y poco a poco ir sali"ndose de los par/metros. $al como Fateson 678:7; ha indicado, crear un clima familiar al principio permite crear un clima adecuado para introducir con posterioridad la novedad. ?. El terapeuta maneja m0ltiples y contradictorias ideas simult/neamente. >ebe demostrar un inter"s y entusiasmo equiparable hacia todas las ideas que aparecen. El terapeuta debe tomar en serio cualquier cosa que se diga, y considerar igualmente la plausibilidad de todo lo epuesto. .ara conseguir este fin, el terapeuta debe preguntar sin ju&gar la Nveracidad< o Nfalsedad< de ning0n punto de vista. Estas acciones dan la oportunidad de ir llevando la entrevista hacia un cuestionamiento mutuo de las ideas familiares y as, hacia una ampliaci#n, variaci#n y creaci#n sint"tica de nuevas narraciones, interpretaciones y significado. A. El terapeuta tiende m/s a un lenguaje cooperativo que no co'operativo. $oma en serio cualquier cosa que se diga sin importar lo sorprendente, trivial o peculiar que pueda ser. En el proceso de preguntar debe mostrar respeto hacia lo dicho y nunca emitir un juicio. Actuar de esta manera posibilita una movilidad ling2stica y despla&a la entrevista m/s hacia una conversaci#n colaborativa que no hacia una confrontaci#n, competici#n, polari&aci#n e inmovilidad. P. El terapeuta aprende, comprende y conversa en el lenguaje del cliente pues dicho lenguaje es la met/fora para las eperiencias de este. 4as palabras, lenguaje, y significados del cliente son aquello que tiene vigencia y est/ ocurriendo en su vida. As, en la conversaci#n terap"utica es esencial que el terapeuta vaya obteniendo S comprensi#n a trav"s de la met/fora de eperiencia del cliente. B. El terapeuta es un oyente respetuoso que no entiende de forma ecesivamente r/pida. !uanto m/s r/pidamente entienda a la gente menos oportunidades se dejan para el di/logo y m/s pasibilidades para los malos entendidos. 3na comprensi#n demasiado r/pida conlleva el riesgo de bloquear el desarrollo de nuevo significado 6nuevo discurso; tanto para el terapeuta como para el cliente. M. El terapeuta hace preguntas de manera que las respuestas requieran nuevas preguntas. Esto es, el terapeuta desarrolla el arte de hacer preguntas que no se centran en descubrir y recoger datos. As las preguntas no se consideran intervenciones, b0squeda de respuestas pre'seleccionadas, ni corroboraci#n de hip#tesis. 4as preguntas son las herramientas que tiene el terapeuta en la conversaci#n terap"utica. $ienen dirigidas y basadas en los puntos de vista de los clientes de manera que la conversaci#n se oriente hacia conseguir la m/ima producci#n de nueva informaci#n, comprensi#n, significado e interpretaci#n. Esto requiere que el terapeuta tome cada cosa en seCo, tenga buena memoria ,y encuentre la manera de recoger pequeCos fragmentos que han aparecido y los refleje m/s tarde hacia el final de la entrevista o en otras posteriores. $odo esto forma parte del proceso de desarrollo nuevas coneiones. Es a trav"s de este proceso de mantener m0ltiples conversaciones .simult/neamente por el que a trav"s del tiempo empe&ar/n a emerger nuevas ideas y a encontrarse coneiones de unas con otras. En nuestras preguntas se desarrolla la habilidad de -creaci#n de mundos-. 4as preguntas de los terapeutas pueden ser consideradas como trampolines de cuestionamiento mutuo y discusi#n. :. E4 terapeuta asume la responsabilidad de crear un conteto conversacional que permita la colaboraci#n mutua en el proceso de definici#n del problema. 1o define el problema ni tampoco conduce la conversaci#n hacia una definici#n del problema que perjudicativamente considere la m/s 0til. $ampoco intenta dirigir la discusi#n hacia un consenso 6o sntesis; de la definici#n del problema. En lugar de esto el terapeuta facilita una elaboraci#n de las m0ltiples realidades que eisten sobre el problema procurando conseguir al m/imo la creaci#n de nuevo significado. 9. E4 terapeuta mantiene una conversaci#n dial#gica con el mismo. Esto significa que debe desarrollar la habilidad de manejar m0ltiples puntos de vista incluso cuando el otro participante es "l mismo. Esto es necesario para que una idea o un grupo de ideas no llegue a monopoli&ar el pensamiento. $odas las visiones e ideas del terapeuta deben ser tentativas, y est/n sujetas a cambio a trav"s de la conversaci#n. >icho de otro modo, el terapeuta est/. preparado para negociar y cambiar sus puntos de vista igual que cualquier miembro del sistema'problema. Esto no significa que el terapeuta no pueda tener pre'concepciones, opiniones y juicios. >e hecho las pueden tener y las tienen. En una conversaci#n terap"utica estas son oportunidades para iniciar el di/logo y deben ser presentadas de tal manera que la conversaci#n sea continua y no cerrada. .ensamos que todos estos elementos combinados con los elementos ordinarios de una conversaci#n dar/n lugar a lo que se llama conversaci#n terap"utica. 5e puede decir que una conversaci#n terap"utica es una conversaci#n abierta en la que el foco se dirige a hacer aparecer nueva comprensi#n de los problemas y los temas presentados. 4a terapia y la conversaci#n terap"utica requiere un mantenimiento de la conversaci#n de manera que la l#gica del contenido del sistema'problema sea eplorada de manera persistente a trav"s de las preguntas. En el proceso de llevar a cabo esta eploraci#n aparecer/n otros significados y descripciones que ya no ser/n etiquetados en el lenguaje como un -problema-. >icho de otra manera, el proceso terap"utico consiste en ir elaborando y mantener la conversaci#n hasta que el problema desapare&ca. 1o se trata de que el problema sea elaborado y fijado debido a la intervenci#n terap"utica. sino m/s bien que el problema, a trav"s del lenguaje y la conversaci#n vaya adquiriendo nuevo significado, interpretaci#n y comprensi#n. 1o se puede decir que la conversaci#n terap"utica sea un proceso de encontrar soluciones. 1o se encuentra la soluci#n. sino que el problema llega a disolverse. $anto la terapia como la conversaci#n terap"utica son procesos en los que el cambio de lenguaje y de significado de la definici#n del problema sustituyen a la resoluci#n del problema, y as a la resoluci#n del sistema organi&ador del problema. E% r"% $e% )erape+)a 4a posici#n y habilidades requeridas del terapeuta desde esta perspectiva de psicoterapia y cambio son dobles('6a; el terapeuta debe ser un observador participante, y 6b; el terapeuta es un participante que conduce la conversaci#n. Observador participante El sistema'problema se considera como una especie de -sistema observador 6Foerster, 7897; y todos sus miembros se consideran como observadores participantes. >ado que el terapeuta es miembro del sistema problema y un observador participante. se encuentra en una posici#n no jer/rquica y de igualdad respecto a los otros miembros. !omo observador participante, el terapeuta no es considerado un elemento -meta- del sistema y se convierte en un miembro m/s del sistema problema en el momento que empie&a a hablar con cualquiera de sus miembros. Esta posici#n terap"utica es colaboradora. Es una posici#n de mutualidad, modestia y respeto hacia la gente y sus ideas. El terapeuta se encuentra Nall- en calidad de aprendi&, cooperador, persona que intenta comprender y que trabaja dentro del sistema de significado del diente. 4as ideas de los clientes, sus historias y relatos son las 0nicas herramientas disponib7cs que tenemos para mantenemos tanto los terapeutas como nuestros dientes, fleibles y abiertos al desarrollo de nueva comprensi#n y significado. >icho de otra forma, esta postura terap"utica ofrece la posibilidad ,de llevar la terapia hacia un proceso en el cual todos los participantes 6incluido el terapeuta; puedan estar abiertos al cambio sin temor a que su significado e integridad se sientan desafiados. En esta estructura, el terapeuta no interviene con un mapa ehaustivo de teora psicol#gica y social sobre la naturale&a humana y sus dificultades', un mapa en el cual ajustar los datos clnicos y con ellos al cliente. En realidad, son terapeuta y cliente quienes crean dichos mapas juntos 'las realidades terap"uticas. >esde el contacto inicial y a trav"s de la relaci#n terap"utica, terapeuta y cliente se encuentran en una relaci#n de colaboraci#n creando descripciones e historias. Es como si las terapias -a trav"s de la palabra-, al igual que ocurre en la vida misma, ofrecieran la posibilidad de desarrollar y eplorar nuevas descripciones, temas y argumentos alrededor de los cuales nos organi&amos nosotros y nuestra relaci#n con los dem/s. >icho de otra forma, y utili&ando la met/fora del espejo de =orty 678:8;, el terapeuta no es simplemente un espejo que refleja de forma m/s precisa representaciones de la realidad para beneficio del cliente. 4a terapia no es un proceso de pulir el espejo en el cual el terapeuta inspecciona, repara y pule espejos defectuoso de manera que el cliente pueda obtener representaciones m/s afinadas del mundo psicol#gico -real-. C"&$+c)"r par)icipa&)e $e %a c"&'er#aci(& El terapeuta es un artista eperto en la conversaci#n, un arquitecto del di/logo cuya principal habilidad consiste en crear y mantener una conversaci#n dial#gica. Esto implica el haber de crear un espacio y facilitar una conversaci#n de manera que permane&ca en el terreno del di/logo. En tal proceso se maimi&a la oportunidad de fomentada comunicaci#n en vistas al -problema-% aparecen nuevas descripciones se generan nuevos significados, y en consecuencia se dan nuevas organi&aciones sociales alrededor de diferentes narraciones. Este espacio de di/logo puede ser equiparado a la imaginaria -*uinta .rovincia- que aparece en la mitologa Krlandesa y seg0n la cual miembros de las cuatro provincias -se encontraban atrapados en telas de araCa de conflicto y competici#n de las cuales pareca no haber salida- y deban encontrarse para resolver tal posici#n 6Jc!arthy et al. 7899, p.798;. A fin de describir esta *uinta .rovincia, Jc!arthy y Fyme 67899; citan a Hederman y Ocamey 6789?;( -Era un lugar donde incluso las cosas m/s ordinarias podan verse desde una perspectiva inusual. >eba ser una tierra neutral donde las cosas pudieran separarse de todo tipo de coneiones parciales y prejuicios, y mostrarse a ellas mismas tal como realmente son. Esta provincia, este lugar, este centro no es ning0n lugar geogr/fico ni posici#n poltica, sino m/s bien como una disposici#n- 6pp. 7@'77; !omo participante conductor de la conversaci#n el terapeuta es s#lo -una parte de un sistema interactivo circular- 6Fateson, 78:7, p.AM 7;. El terapeuta no controla la entrevista influyendo para que la conversaci#n vaya hacia una direcci#n determinada en el sentido de los contenidos o los resultados. $ampoco no es responsable de la direcci#n del cambio. 5#lo es responsable de crear un espacio en el cual pueda darse una conversaci#n dial#gica y de instigar continuamente la conversaci#n en un sentido dial#gico. Fraten 6789P,789:; describe tal proceso como intersubjetivo. !on esto quiere indicar que se trata de un di/logo en el cual todos los participantes pueden dar lugar a la creatividad y toma de consciencia de unos respecto a los otros. As pues, la creaci#n de un espacio y la facilitaci#n de una conversaci#n dial#gica son centrales en la posici#n del terapeuta descrita anteriormente. $al posici#n es m/s que un simple postura de neutralidad. 5e trata de una posici#n de multi'parcialidad, que tiene en cuenta todas las partes y trabaja desde todos los puntos de vista simult/neamente. !omo terapeutas todos poseemos valores, sesgos y prejuicios% y todos tenemos opiniones sobre la gente y sobre c#mo todos deberamos o no dirigimos en la vida. $ales prejuicios simplemente est/n all. 1o podemos ser -tabulas rasas-. 1osotros vemos estos prejuicios como oportunidades. .ensamos que son energa que instiga la curiosidad e impulsa a eplorar otras ideas. 5er capa& de mantenerse en una posici#n multi'parcial requiere que estemos dispuestos a arriesgar opiniones y significados alternativos 6Glasersfeld, 789M;. As pues, los terapeutas deben ser capaces de abandonar antiguos significados al igual que lo deben ser nuestros clientes. 5olamente arriesg/ndonos al cambio seremos capaces de entrar en la conversaci#n mutua y el di/logo que permite desarrollar nueva comprensi#n. En tal proceso el terapeuta tambi"n cambia. .ara nosotros, esta disposici#n a arriesgarse ya eperimentar cambios es la esencia de la "tica terap"utica. 5ostenemos. incluso, que la 0nica persona a la que el terapeuta cambia en su consulta es a s mismo. 5eCalamos esta posici#n para que sirva de contraste con las dos visiones de la "tica predominantes. 4a primera de ellas requiere que el terapeuta tome una postura. firme y act0e bas/ndose en su "tica. .or ejemplo, la idea de -autori&ar- a los clientes es una posici#n que corresponde a este punto de vista. El segundo punto de vista requiere que la "tica del terapeuta quede totalmente protegida y que "l act0e como una -tabula rasa- sin tomar posici#n. 1osotros, como terapeutas estamos continuamente tomando postura% nunca estamos libres de valores y siempre nos comportamos siguiendo nuestras ideas. 1uestros prejuicios, de cualquier manera. nunca se imponen a nuestros clientes. 4o que ocurre realmente es que cliente y terapeuta est/n en un continuo di/logo en el cual manifiestan y ponen en pr/ctica sus ideologas. valores, y puntos de vista. Estar en un di/logo significa intentar comprender a los otros e implicarse a uno mismo en la co'evoluci#n de significado y comprensi#n. ,Esto supone una apertura hacia la -verdad-, la l#gica y la valide& de ideologas, valores y puntos de vista de nuestros dientes, as como nuestra disposici#n para negociar la valide& de las nuestras propias. .ara nosotros, esto es neutralidad, y "sta no significa el no tomar una posici#n, sino m/s bien un continuo desarrollo de posturas interpretativas nuevas como resultado de un acto, comunicativo dial#gico que da lugar a realidades cambiantes. .or lo tanto la conversaci#n terap"utica y este tipo de neutralidad requieren una disposici#n para cuestionar los prejuicios propios y tomar en serio las llamadas de validaci#n que aparecen de nuestros clientes 6Glasersfeld, 789M;, y de esta manera, arriesgarse a ver nuestros puntos de vista epuestos, desafiados y cambiados. 4o que debe quedar claro es que la integridad de las personas nunca ser/ desafiada. Dia,&(#)ic" y $e-i&ici(& $e% pr"!%ea El uso de diagn#stico y categoras diagn#sticas disfruta de una larga historia en el campo de la salud mental. .ara mucha gente el diagn#stico es considerado como central para el campo de la psicoterapia. A menudo escuchamos preguntas del tipo( )-!#mo tratas la esqui&ofrenia-+, o )!#mo tratas los casos de abuso seual-+ 4a teora y las hip#tesis .arsonianas subyacentes a este tipo de preguntas son que eiste alg0n tipo de problema en alg0n patr#n com0n asociado con categoras particulares de problemas, relacionados con alg0n tipo de estructura social. !omo clnicos hemos sido entrenados para conocer c#mo son tales patrones y estructuras. Hemos sido enseCados a reconocerlos y diagnosticarlos. .ero en nuestra opini#n, al final nos quedamos solos con nuestras propias descripciones y eplicaciones del problema. Es decir, el terapeuta llega a un diagn#stico, basado en sus observaciones privadas y eperiencias sobre la conducta del cliente. $ales observaciones privadas son los llamados criterios objetivos que el terapeuta adaptar a un diagn#stico o mapa normativo. >e esta manera, como observador y persona perceptiva que es el terapeuta parece actuar m/s bien como -un recipiente pasivo e integrador de la informaci#n disponible< 6AuersIald, 789M;. >esde este ampliamente etendido y tradicional punto de vista, el terapeuta posee un status especial de eperto que tiene acceso a la informaci#n y conocimiento del cliente6J"nde& et al.% 789M% =orty, i8:8; . Esta noci#n de diagn#stico tan familiar lleva implcita la idea de que eiste un problema objetivo, y que el terapeuta puede negar a su descripci#n objetiva. Esta descripci#n incluye cuestiones referentes a )qu" es lo que funciona mal+ 6por ejemplo, la utili&aci#n de nombres como patologa, defecto o d"ficit;% )qu" es un sistema normal+ 6persona saludable, familia, o sistema m/s amplio;% y )qu" tipo de acciones deben llevarse a cabo para curar el problema+ 6)qu" tipo de estrategias o intervenciones conseguir/n llevar el sistema desde lo patol#gico a lo saludable+;. 4as descripciones objetivas o diagn#sticos seg0n esta perspectiva .arsoniana son lineales e intervencionistas. Esta postura tradicional caracteri&a a la mayora de psicoterapias, ya est"n orientadas al individuo, al grupo, a la familia, o al sistema, m/s amplio. 3n ligero cambio desde la estructura social al terreno ling2stico,.como una manera de describir y entender problemas, nos aleja de la noci#n de objetividad emprica y lenguaje representacional. >e todas formas, no es f/cil olvidar la noci#n de que eiste una realidad eterna, de que realmente eisten datos que esperan ser descubiertos. $ampoco es f/cil abandonar la noci#n de que nuestros mundos no reflejan ni representan tal realidad. Golann 6789:; por ejemplo, se queja de que el actual despla&amiento hacia el relativismo 6constructivismo; en la teora familiar se aleja demasiado r/pidamente de la representaci#n de estructura familiar. .arte de esta preocupaci#n parece estar fundamentada en una especie de miedo nihilista. )!#mo sabremos que hacer si abandonamos nuestras posturas empricas y ponemos en cuesti#n los procesos de diagn#stico familiar+ 1o podemos eludir la conclusi#n de que nuestras t"cnicas diagn#sticas tradicionales est/n basadas en una categori&aci#n de comunalidades compartidas entre problemas y estructuras sociales relacionadas. Esta no nos parece una descripci#n adecuada para trabajar con sistemas que hemos definido como eistentes 0nicamente en las arenas movedi&as del lenguaje. significado y narraci#n. 1uestro punto de vista sostiene que cada observaci#n, cada descripci#n de problema, cada comprensi#n y cada tratamiento son 0nicos y eclusivos de las realidades comunicantes en las que participamos. E estas realidades est/n continuo flujo y nunca son las mismas. 3no de los primeros en desafiar las nociones de objetividad y dualismo referentes al diagn#stico en $erapia Familiar fue Fateson 678:7;. =et# a los terapeutas a abandonar muchas de sus tpicas actividades diagn#sticas. Ltros cientficos sociales fuera del campo de $erapia Familiar tambi"n han mostrado esta preocupaci#n acerca de las descripciones objetivas y el dualismo 6Foerster, 7897% Gergen, 789?, 789B% Glasersfeld, 789M;. Gergen 6789?;, por ejemplo, ofrece una ilustraci#n espl"ndida del dilema de lo que "l llama identificaci#n conductual'diagn#stico. Empie&a con el simple dilema( -si veo a mis buenos amigos =oss y 4aura acercarse uno hacia el otro en una reuni#n social, y =oss al acercarse moment/neamente toca el pelo de 4aura, )qu" es lo que yo habr" observado precisamente+- A lo largo de una argumentaci#n sobre informaci#n en un conteto retrospectivo 6la secuencia de acontecimientos que se dan antes de la acci#n en cuesti#n; y en un conteto emergente 6los acontecimientos relevantes que tienen lugar a continuaci#n de la acci#n en cuesti#n;, Gergen lleva al lector a una b0squeda de la respuesta desglosada en sucesivos pasos, los cuales conducen a tres proposiciones( 6a; la identificaci#n de cualquier acci#n dada est/ sujeta a revisi#n infinita% 6b; el punto de partida para cualquier identificaci#n depende de una red de interpretaciones interdependientes y continuamente modificables% y 6c; cualquier acci#n dada est/ sujeta a m0ltiples identificaciones, la superioridad relativa de las cuales es problem/tica. Gones 6789M;, en una lnea parecida.. sugiere que a menudo encontramos aquello que esperamos encontrar nuestra b0squeda psicol#gica 6nosotros aCadiramos( en nuestra b0squeda diagn#stica;. Afirma que tal auto'confirmaci#n es el producto de un procesamiento de la informaci#n hecho de manera selectiva, y lo que es m/s importante todava, el resultado de nuestras epectativas que nos llevan a actuar de manera que se confirmen nuestras teoras. .or ejemplo, no debe sorprendemos que cuando se pide a los terapeutas de familia que representen 6con role'play; una familia cualquiera, casi sin ecepci#n alguna inventan una familia que ejemplifique la posici#n te#rica de la $erapia Familiar estructural. )Eisten realmente estas familias, o son los terapeutas que las crean con sus epectativas te#ricas+ 1osotros particularmente nos inclinamos por la 0ltima alternativa. Esto, a nuestro parecer, ejemplifica la idea de que las conductas observables en la propia sala de terapia 6identificaci#n conductual; no aportan mucha informaci#n al terapeuta, ni tampoco es cierto que tener m/s informaci#n sea necesariamente mejor. En consecuencia, estamos obligados a mantener la duda e incertidumbre acerca de lo que nosotros observamos, y a mostrar m/s inter"s en los m0ltiples significados que tienen las eperiencias y observaciones de las personas. En nuestra teora de los sistemas organi&adores de problemas el diagn#stico es poco m/s que hablar con nuestros clientes sobre los problemas tal como ellos los han identificado. . 4a mayora de terapeutas estaran de acuerdo en que los valores y sesgos de los clientes influyen en lo que ellos observan, y que adem/s, sus procesamientos de la informaci#n son se7cctivos. Ahora bien, no tantos suscribiran la idea de que sus epectativas 6teoras descriptivas; pueden determinar la conducta del cliente y toda la informaci#n que es -supuestamente- descubierta. 1uestra tendencia como terapeutas es Knfra'valorar la participaci#n activa que tenemos en la confirmaci#n conductual de nuestras hip#tesis y diagn#sticos predeterminados. Kgualmente importante es el hecho de que los clientes aportan sesgos y valores propios que influyen en sus epectativas sobre el terapeuta y la terapia. Es a trav"s de estos sesgos que filtran las acciones de los terapeutas encontrando confirmaci#n de sus propias epectativas. A nuestro parecer, la informaci#n que presentan los clientes. as como aquella que se desarrolla en el proceso de terapia, es un producto del intercambio social. Giddens 678::; se refiri# a este proceso de confirmaci#n mutua y evoluci#n a trav"s del lenguaje, como la -doble hermen"utica- de las ciencias sociales.. 4a clave de la definici#n del problema o del diagn#stico no radica en la observaci#n del terapeuta. sino que es m/s una cuesti#n de conversaci#n y acuerdo comunicativo. Esto es, terapeutas y clientes participan conjuntamente en la determinaci#n del diagn#stico o lo que nosotros preferimos llamar, la definici#n del problema. El -diagn#stico-, seg0n este punto de vista, es poco m/s que una conversaci#n continuada con todos los miembros que comparten la misma preocupaci#n. Esta preocupaci#n no lleva necesariamente a un consenso% m/s bien, raramente se consigue un consenso acerca de la naturale&a del problema. El diagn#stico tiene, lugar en una conversaci#n que produce constantemente significado e historias cambiantes y en evoluci#n. En consecuencia, los problemas, sus descripciones, y aquel7os que los describen y definen est/n en un flujo de cambio continuo. 4as conversaciones que entablamos, gracias a nuestro esfuer&o por vivir en acuerdo unos con otros, son como historias y relatos de cuento. 5on capaces de revisi#n y re'interpretaci#n infinitas. 4os problemas, seg0n esta met/fora ling2stica, pueden ser conceptuali&ados como -fragmentos de significado- en una lucha cuya consistencia cambia continuamente / trav"s del di/logo. De-i&ici(& c"%a!"ra)i'a $e% pr"!%ea Al habemos alejado de la idea de que los terapeutas poseen un conocimiento eperto que les permite diagnosticar la realidad ontol#gica de un sistema o definir el problema, nos acercamos a una definici#n colaborativa del problema que empie&a con nuestra curiosidad por conocer( )por qu" se ,preocupan estas personas+, )quien est/ preocupado+, y )quienes son los actores que dan lugar al sistema comunicativo+ .ara nosotros, un problema es una dificultad respecto a algo o alguien 6acompaCada de preocupaci#n o alarma; que tiene una persona e intenta hacer algo para solucionarlo. 3n problema sMlo eiste si hay acci#n comunicativa 'quejas o preocupaciones. 5#lo eiste si es descrito y entendido por la gente en forma de comunicaci#n alarmada o preocupada entre unos y otros. Es una toma de postura ling2stica por parte de alguien. 5i no eiste queja o preocupaci#n epresada mediante el lenguaje no eiste el problema. Es por esto que nosotros empe&amos el proceso terap"utico hablando en lo t"rminos de la definici#n que hace el cliente del problema. *ueremos conocer todas las versiones de todos los miembros del sistema'problema de acuerdo a lo que ellos piensan que es el problema 'sus diagn#sticos, sus hip#tesis y sus teoras. Al hablar sobre el problema, terapeuta y cliente est/n construyendo aquellos problemas que ser/n trabajados en la terapia. 1o es el terapeuta quien define el problema, ni tampoco dirige la conversaci#n hacia una definici#n ,que de forma predeterminada "l ju&gue que es la m/s 0til. Al tomar parte de la conversaci#n terap"utica, el terapeuta pasa a ser un miembro del sistema'problema, y como tal pasa a ser tan activamente responsable de la co'construcci#n de la definici#n del problema y sus soluciones como lo son los clientes. 1uestra responsabilidad como terapeutas, como participantes que dirigen la conversaci#n terap"utica, radica en la creaci#n. de un conteto conversacional que permita llegar a una definici#n del problema. Este es un proceso mutuo en el que el terapeuta no es el director. Esta visi#n es parecida a la que tiene Oelly 678BB; respecto al rol del terapeuta, al que considera como una persona que gua al cliente hacia la elaboraci#n de su propia visi#n del problema. Oelly crea que este era un paso crucial en los intentos del terapeuta por entender el sistema de construcciones del cliente. Es totalmente imposible entender 6diagnosticar; a nadie. 4o 0nico a que podemos aspirar es a entender lo que los otros nos dicen de s mismos. 5eg0n Oelly, las construcciones personales son socialmente construidas, mapas orientativos alrededor de los cuales se organi&an las conductas. 1uestro punto de vista es que estos -mapas- son intersubjetivos e incluyen al terapeuta. 4as descripciones de los problemas deben permitir que se pueda trabajar con ellas. !on esto no queremos decir que se deba hacer una selecci#n hacia una meta o direcci#n determinada, sino que el proceso de elaborar la descripci#n debe tender a la apertura frente a la cerra&#n, a la movili&aci#n en lugar del inmovilismo. .ara poder trabajar con ellas, las definiciones del problema deben ser comprensibles y tener significado para todos los miembros que participan en el sistema. 4as descripciones de los problemas deben permitir que se mantengan las posiciones de respeto mutuo. 4a elaboraci#n de los problemas se debe hacer de manera que cada persona en el sistema'problema 6incluido el terapeuta; pueda participar en el . significado cambiante. >icho de otra forma, se debe crear una realidad terap"utica que sea -psicol#gicamente segura- para todos. 5#lo a trav"s de la a veces lenta co'evoluci#n de significado y comprensi#n se puede conseguir esto igualmente lo que puede ser 0til para trabajar para un terapeuta concreto puede perfectamente no serio para otro. Pr"!%ea -re&)e a pr"!%ea# !uando la gente est/ luchando unos .con otros no es de etraCar que tengan opiniones diversas que dan lugar a descripciones diferentes del -problema-. El punto de vista del sistema organi&ador del problema no implica que eista -un- problema que sea una definici#n consensuada que refleje una patologa objetivada. 4os problemas son acontecimientos ling2sticos sobre los cuales eisten a menudo interpretaciones conflictivas. Esto tampoco implica que el terapeuta y el cliente trabajen en terapia para llegar a una definici#n consensuada del problema. .uede haber tantas definiciones del problema diferentes como miembros haya en el sistema organi&ador del problema. 4as definiciones del problema, al igual que la pertenencia a un sistema, son fluidas. As, el diagn#stico no consiste en llegar a un acuerdo mutuo sobre qu" es el problema. El diagn#stico es la parte inicial del contacto terap"utico donde se identifican los miembros 6red comunicativa; del sistema'problema, y empie&a un di/logo sobre sus m0ltiples visiones de cu/l es la naturale&a del problema, sus descripciones, E los significados que el problema tiene para ellos. Esto puede hacerse de muy diversas formas, y a menudo no es necesario que los miembros del sistema'problema est"n presentes todos simult/neamente en la sala de terapia. En muchos casos, como en el de los representantes de servicios sociales, la conversaci#n terap"utica tiene lugar fuera de la consulta del terapeuta. Estas decisiones se toman sobre la base de la necesidad de poder mantener la conversaci#n terap"utica para ea'desarrollar un nuevo significado. 5e van tomando sesi#n por sesi#n y en ellas participan tanto el terapeuta como los clientes seg0n se considere qui"n necesita entablar conversaci#n con qui"n y cu/ndo. Estas decisiones clnicas no se basan en teoraT predeterminadas ref:rentes a estructuras sociales relevantes para, entender y tratar patologa. $ampoco se basan en hip#tesis predeterminadas que se consideren m/s 0tiles para solucionar el problema del cliente. >esde esta perspectiva, los procesos de diagn#stico tradicionales y las categoras son de escasa utilidad ya que el problema no es otra cosa que lo que las personas implicadas en el sistema de acci#n comunicativa consideran que es problema. 4os problemas no eisten en las categoras o comunalidades. 5on nuestros clientes quienes determinan qu" es el problema y no los terapeutas. As, el peso del diagn#stico se despla&a del terapeuta al cliente. En otras palabras, el primer paso para una definici#n colaborativa del problema consiste en captar el punto de vista del cliente. 4as etiquetas, preestablecidas que se usan a menudo para entender nuestro trabajo no contribuyen a la definici#n colaborativa del problema, y adem/s, suelen describir y crear problemas con los que no podemos trabajar 6por ejemplo, esqui&ofrenia, delincuencia juvenil, negativismo;. 1unca resulta 0til crear una definici#n de problema que impida el desarrollo de nuevo significado o cambio conversacional. 4a inmovilidad ling2stica resultante se convierte 0nicamente en un mon#logo. !uando se da esta conversaci#n monol#gica, esto es, cuando una idea o grupo de ideas dominan, la comprensi#n nueva co'creada, la narraci#n nueva compartida, y el cambio mutuo se hacen cada ve& m/s imposibles. =esulta f/cil encontrarse buscando -verdades-, caer en mon#logos que olvidan ciertos puntos de vista o que sostienen otros que ponen en riesgo la movilidad ling2stica 'ya sean nuestros puntos de vista, los de nuestros clientes, o los de nuestros colegas. .or ejemplo, en nuestra eperiencia, los equipos, establecidos para mantener la apertura en terapia, pueden convertir a "sta en un proceso cerrado con sus descripciones. 4os equipos que buscan el consenso a menudo arriesgan alternativas minimi&adoras tanto de su parte como de sus clientes, y corren el peligro de actuar bajo el supuesto que el equipo conoce las hip#tesis o diagn#sticos m/s correctos. En contraposici#n a este tipo de proceder, Andersen 6789:; describe lo que "l y sus colegas llaman el -equipo de reflei#n-. !onsiste en un proceso donde un equipo observa detr/s de un espejo unidireccional y luego comparte totalmente sus refleiones con la familia y el terapeuta como una manera de abrir la conversaci#n y de desarrollar nuevo significado. En la manera como trabaja el equipo de reflei#n, el foco se centra m/s en las historias y el desarrollo de ideas que en la formulaci#n de hip#tesis o diagn#sticos. >urante la entrevista, el equipo que est/ detr/s del espejo intercambia su lugar con la familia y el terapeuta. Jediante la conversaci#n el equipo de reflei#n comparte sus ideas con la familia y el terapeuta. .osteriormente, familia y terapeuta tienen una conversaci#n acerca de la conversaci#n que han tenido con el equipo. Este procedimiento se repite varias veces durante el curso de una sesi#n( 4os equipos de reflei#n y sus clientes desarrollan ideas y nuevos significados unos con otros. Al hacerlo entran en el terreno de la conversaci#n, colaborando unos con otros y participando en el desarrollo de nuevas descripciones, comprensiones y relatos. 3n equipo de tal naturale&a abierta, de di/logo, f/cilmente evita los esfuer&os diagn#sticos, las competiciones y las maniobras de poder descritas por Hoffman 6789:;. A la ve& permite la oportunidad de definir el problema, y as, permite que la terapia sea un proceso colaborativo, de revisi#n y variado. RESUMEN , Hace AB # P@ aCos eista un gran optimismo respecto a la $erapia Familiar que hoy en da parece algo eagerado. El punto de vista dominante de los pioneros era que la $erapia Familiar poda ser el cambio paradigm/tico que aportara respuestas definitivas a los problemas de la salud mental con los que se enfrentaban los clnicos. 4a idea dominante era que la teora sobre $erapia Familiar estaba desarroll/ndose tan r/pidamente que era s#lo cuesti#n de tiempo el que un duro trabajo e investigaci#n sistem/tica pudieran generar un cuerpo de ciencia integrado y una aplicaci#n clnica que solucionaran los grandes interrogantes en el campo de la psicoterapia. Hoy en da, los terapeutas y te#ricos familiares son m/s cautos respecto a lo que se va a conseguir durante los pr#imos A@ aCos 6Jills, 789:% Jinuchin et al. 789M% Hynne, 789:;. Jientras que el optimismo no se ha perdido del todo, el tono general es m/s moderado, y eiste una considerable eplicitaci#n de la necesidad de integraci#n, e incluso se dan algunos contrapuntos esc"pticos sobre si la $erapia Familiar realmente funciona. 5eg0n nuestra opini#n la $erapia Familiar basada en la teora social que tiene sus races en la sociologa .arsoniana, presenta limitaciones te#ricas y pr/cticas. 4a sociologa .arsoniana es un modelo te#rico muy ligado a un punto de vista objetivo de las ciencias humanas el cual diferencia claramente el observador del observado. 5e trata de un modelo que define la organi&aci#n social sobre las bases de los roles y estructuras sociales, y que define los problemas 6patologa; como producto de defectos en la estructura. 1osotros pensamos que sera 0til abandonar este modelo de ciencia social y centrarnos m/s en la hermen"utica y el significado. El modelo propuesto despla&a el mundo de la terapia desde el mundo de las estructuras sociales patol#gicas al mundo del significado. $anto el significado como la comprensi#n son desarrollados por personas en conversaci#n y en sus intentos comunes de entender a otras personas y cosas, las palabras y acciones de los otros. >e esta manera, el significado y la comprensi#n son considerados intersubjetivos. Este modelo propuesto significa un paso de la ciencia de las estructuras sociales a la semi#tica. Es un salto hacia el mundo de la conversaci#n y el di/logo. 5era una eageraci#n obvia y un error el querer asumir que el reino entero de la conducta y crecimiento humano, la ciencia psicol#gica, quedan eplicados bajo la r0brica del di/logo y la conversaci#n. 1o obstante, la actividad psicoterap"utica, la -cura por la palabra-, requiere el di/logo y tiene lugar en la conversaci#n. $al proceso debe estaT basado en la comprensi#n mutua, el respeto, la disposici#n para or y escuchar, y una actitud abierta que se demuestra por la b0squeda de la -correcci#n- de lo que se dice m/s que por su -patologa-. Esta es la esencia de la conversaci#n terap"utica. 1uestro punto de vista se basa directamente en la proposici#n, seg0n la cual la quinta esencia de lo que somos y llegaremos a ser es de naturale&a dial#gica. 4a habilidad del terapeuta se basa en, y viene definida por, la capacidad de arriesgarse a participar en el di/logo y la conversaci#n y arriesgarse al cambio. 4a competencia del terapeuta radica en promover una atm#sfera donde todo el mundo tenga la oportunidad de un intercambio dial#gico. !uando se consigue, los clientes demuestran su propia y caracterstica destre&a en relaci#n a sus vidas sus problemas y sus realidades sociales. Al tomar esta nueva direcci#n creemos que es 0til distinguir nuestro trabajo clnico y los sistemas con los que trabajamos en base a marcadores ling2sticos y comunicativos. Entendernos al ser humano como un sistema generador de significado. !omo una red cambiante de ideas interactivas y acciones correlacionadas. >e esta manera, la unidad social con la que trabajamos en terapia est/ constituida por aquellos que comparten un lenguaje sobre lo que para ellos es un problema. $ales sistemas se caracteri&an m/s por acciones comunicativas que por conceptos predeterminados y arbitrarios de estructura social. 1osotros llamamos a estos sistemas organi&adores'desintegradores de problemas. >esde este punto de vista, el proceso de terapia se convierte en la creaci#n de un espacio o conteto que posibilita la comunicaci#n dial#gica. En tal espacio de comunicaci#n. los participantes del sistema organi&adorQdesintegrador de problemas se ven implicados .en el proceso de desarrollo de nuevos significados y comprensiones ''eplorar lo no epresado. >esde este punto de vista, la terapia no es m/s que una oportunidad para eplorar nueva conversaci#n, nuevo lenguaje y nuevas realidades, compatibles con nuestra tendencia humana a atribuir significado a nuestra eperiencia mutua. 4os sistemas con los que trabajamos pueden entenderse como eistentes en el lenguaje y as, los problemas que la gente tiene pueden verse tambi"n como eistentes en el lenguaje. El objetivo de la terapia es participar en el proceso de desarrollo de intercambio conversacional en el cual se disuelvan los problemas, y de esta manera se disuelvan tambi"n los sistemas organi&adores del problema. El camino en nuestra b0squeda para entender y trabajar con sistemas humanos.