El Tejido Andino

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EL TEJIDO ANDINO: TECNOLOGA Y DISEO DE UNA

TRADICIN MILENARIA


Mara Jess Jimnez Daz



Este trabajo pretende ser un acercamiento al mundo textil andino en el que
subrayaremos su carcter de medio de expresin de las sociedades andinas del pasado y
del presente y de fuente de informacin sobre estas sociedades. A lo largo de las
siguientes pginas nos referiremos a los distintos aspectos relacionados con la
fabricacin de textiles en los Andes, las disciplinas que se ocupan de su estudio y los
distintos tipos de informacin que estos tejidos ofrecen. Todos estos aspectos han ido
configurando a lo largo de los siglos lo que podemos considerar una verdadera tradicin
milenaria, con una personalidad propia que la distingue del resto de las tradiciones
textiles del mundo.


Los Andes: situacin espacio-temporal


Para comenzar es importante situarnos en el espacio y el tiempo. Los Andes constituyen
un rea cultural que ocupa lo que hoy es Per, Ecuador, Chile, Argentina y Bolivia (Fig.
1). Incluye diferentes bioambientes, cuyos elementos contrastados han contribuido a
formar un panorama de gran riqueza cultural.


En primer lugar, podemos hablar de la Sierra andina, formada por la misma cordillera
de los Andes, que se caracteriza por su paisaje escarpado y unas alturas que superan los
6000 m.s.n.m. En este medio hostil tienen su hbitat preferido los camlidos americanos
(Bonavia 1996). Los camlidos americanos son una de las dos ramas de su especie,
parientes de los camellos. En Amrica existen cuatro tipos de camlidos: la llama (Lama
Glama Glama), el guanaco (Lama Guanicoe), la alpaca (Lama Glama Pacas) y la vicua
(Vicugna Vicugna). A lo largo de su evolucin el hombre ha hecho diferentes usos de cada
una de estas clases, destacando la obtencin de fibra para la elaboracin de cuerdas,
utensilios variados y especialmente, ropas. Muchos de los tejidos fabricados con esta fibra
en pocas pasadas se han perdido debido a otro de los rasgos caractersticos de esta zona:
la estacin lluviosa que alterna con la seca a lo largo del ao.


Junto con las altas cumbres, la costa es la segunda rea ecolgica andina. Se trata de una
franja desrtica de anchura variable, surcada por distintos ros alrededor de los que se
asentaron grupos humanos que dieron lugar a numerosos desarrollos culturales. En estos
valles frtiles se cultiv el algodn (Gossypium Barbadense) que fue la fibra textil
preferida por las sociedades prehispnicas costeas.


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En la Sierra y la Costa se encuentran especies como la cochinilla (Coccus Cacti) utilizadas
para teir estas fibras y elaborar prendas de variados colores desde el rojo al negro pasando
por los violetas. La raz llamada relbunium, para el color rojo, o el ndigo, tambin de
origen vegetal, con el que se elabor el tinte azul, son otros ejemplos de las sustancias que
el medio proporcion a los pobladores andinos para teir los hilos (Woutiers y
Chirinos1999).


La tercera de las reas bioambientales es la selva, una amplia zona en la que se distinguen
las zonas de selva alta o faja de selva y la selva baja, ms espesa y clida. El clima
extremadamente hmedo ha impedido la conservacin de tejidos prehispnicos, salvo por
importantes excepciones, como los recientes hallazgos en el rea de Chachapoyas, en el
norte de Per (Von Hagen 2000; Bjerregaard, En Prensa). Lamentablemente, hasta la fecha
es muy poco lo que conocemos de la produccin de tejidos prehispnicos y coloniales de
esta zona, mientras que la produccin actual est muy influenciada por la intensa
aculturacin sufrida por sus pobladores.


Para las reas serrana y costea, en las que nos centraremos, tenemos evidencias de un
largo desarrollo temporal (Fig. 2). Los primeros hallazgos de tejidos proceden del sitio de
Huaca Prieta, en el norte de Per, datados en torno al 2500 a.C. (Bird, Hyslop y
Dimijitrevic 1985). A partir de esos momentos tempranos se desarrollaron toda una serie
de manifestaciones textiles en las distintas reas y a lo largo de milenios de desarrollo
prehispnico.


Este desarrollo fue interrumpido de forma abrupta por la llegada de los espaoles. La
Conquista supuso el comienzo de toda una serie de cambios irreversibles en la produccin
de tejidos, con la introduccin de nuevos tipos de fibras no conocidas antes, como la lana
de oveja, el lino, la seda y el hilo metlico. Se introdujeron adems cambios tecnolgicos,
con un nuevo tipo de telar y de organizacin del trabajo y los diseos variaron
ostensiblemente, trasladndose a Amrica la esttica pictrica de los tapices del Viejo
Mundo en sustitucin de la complejidad de los diseos andinos (Iriarte 1992; Niles 1992).
Surge as una amalgama de elementos de ambas tradiciones que ser la caracterstica ms
importante de los tejidos andinos coloniales.


Pero este encuentro supuso importantes prdidas para la textilera de los Andes que ir
sustituyendo muchas de las prcticas ancestrales que se manifestaban en tcnicas, diseos,
tipos de prendas, etc., por las innovaciones impuestas por la autoridad colonial.


No obstante esta profunda aculturacin, en la actualidad la tradicin textil andina sigue
viva, especialmente en las tierras altas de Ecuador, Bolivia, Chile y Per y conserva
muchos elementos que hunden sus races en el remoto pasado prehispnico.

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El estudio del tejido andino: perspectivas arqueolgica, etnohistrica y antropolgica.


El acercamiento a las distintas pocas que hemos sealado anteriormente se hace desde
diferentes disciplinas que nos ofrecen tambin variadas perspectivas de la actividad textil
dentro del contexto cultural andino.


Una de ellas es la arqueologa que nos permite ahondar en el estudio del tejido
prehispnico desde el punto de vista de la tecnologa (recuperacin de telares y otros
implementos), pero tambin rescata el tejido como objeto y conocer sus materias primas,
tcnicas, tipos de prendas, etc. Por ltimo, una visin interesante es la del papel que
cumpli la produccin de tejidos en las sociedades andinas del pasado, a travs de
representaciones en los propios textiles o en la cermica (Fig. 3).


La conquista del territorio andino y la consolidacin del nuevo orden social, poltico y
religioso trajeron consigo el nacimiento de una nueva fuente de informacin: los
documentos escritos. Numerosas crnicas, documentos administrativos, etc., nos han
dejado gran cantidad de datos sobre el mundo del tejido que ilustran las transformaciones
de las que hablbamos anteriormente. La etnohistoria se convierte as en otra de las
disciplinas utilizadas por el especialista en este campo.


Por ltimo, la antropologa se ocupa del estudio de las sociedades actuales, en las que el
tejido ocupa un lugar de primer orden. Los antroplogos documentan en sus trabajos de
campo el grado de pervivencia de los elementos del pasado y el modo en que stos se
mezclan con las introducciones coloniales y los elementos de la cultura de masas de
nuestros das. Son muy numerosos los trabajos en este campo, y podemos citar, por
ejemplo los de Franquemont (1996), Franquemont, Franquemont e Isbell (1992) Rowe
(2002), Silverman (1994), entre muchos otros.


Los datos estas tres disciplinas nos hablan de la pervivencia de una larga tradicin textil, de
una gran complejidad y que jug un papel clave en el contexto general de la cultura
andina.


La Tradicin Textil Andina: aspectos tecnolgicos y tcnicos.


Aqu hablamos de tradicin, por un lado, por la longevidad de los rasgos que
caracterizan a la produccin de tejidos en los Andes, y por otro, por la particularidad de
este conjunto de rasgos que dan una personalidad propia de estas producciones. Los tejidos
andinos son una fusin del pasado y el presente, de lo prctico y lo simblico, de lo tcnico
y lo esttico, todo ello con una complejidad que hizo maravillarse a los primeros espaoles
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que los observaron y siguen hoy da siendo objeto de admiracin. Uno de los objetivos de
este trabajo es dar una idea del nivel de complejidad alcanzado por estos tejidos.


En los Andes se desarroll una cultura agro-pastoril en la que la vinculacin con la tierra
fue desde el principio fundamental. El hombre trabaja la tierra y, especialmente en los
tiempos antiguos, se dedica a la guerra, mientras que la mujer se ocupa de los hijos y teje.
En ambos casos, se desarrollan actividades que son entendidas como un modo de generar
vida (Arnold 2000). Pero adems, detrs de esta divisin de gnero est un concepto que es
clave para la supervivencia en un medio tan hostil: la complementariedad. El hombre y la
mujer son dos mitades opuestas pero complementarias, cuya unin hace posible la
supervivencia.


Junto con estos principios bsicos, los pobladores del rea andina desarrollaron una serie
de mecanismos tecnolgicos que posibilitaron esa victoria frente al medio y de los que
aqu destacaremos especialmente el telar. Desde tiempos prehispnicos existen tres tipos
de telares andinos: el telar de cintura, el telar horizontal y el vertical. El primero de ellos
(vase Fig. 3) funciona amarrando los enjulios o palos en los que se engancha la urdimbre,
a un punto fijo y a la cintura de la tejedora, que controla as la tensin del tejido. En los
otros dos tipos (Fig. 4), la tensin es fija al estar los enjulios incluidos en un marco rgido,
compuesto por cuatro estacas que se colocan en paralelo al suelo (telar horizontal) o en
perpendicular (telar vertical). Tras la Conquista, se adopt el telar de pedales (vase Fig. 4)
que, junto a los tres tipos prehispnicos, sigue utilizndose hoy en da.


Lo que caracteriza a estos telares, especialmente a los precolombinos, es su simplicidad, ya
que estn compuestos por simples barras y palitos de madera que en muchas ocasiones se
tomaban del entorno ms inmediato y se utilizaban fragmentos de caas o ramas de
matorrales. En contraste, los resultados alcanzan una enorme complejidad en trminos
tcnicos y estticos.


En lo que respecta a las tcnicas textiles, se exploraron todas las posibilidades, dentro de
las posibilidades ofrecidas por estos tipos de telar. El registro arqueolgico nos ofrece
numerosos ejemplos desde los ligamentos ms simples como el tejido llano (Emery 1980:
76-78) o los distintos tipos de tapiz (Ibid: 78-80), una gran variedad de sargas (Ibid: 93-
109), gasas (Ibid: 180-187) o de tejidos de urdimbre (Rowe 1977), por citar slo parte de
ellos.


Se exploraron tambin otras tcnicas post-tejido, como el bordado o el "atado y teido"
(tye-dyed), famosos por su belleza (Paul, En prensa).


Pero tambin fuera del telar se alcanzaron soberbios ejemplos de la manipulacin de los
hilos en ligamentos como el sprang (Frame 1986) o en la fabricacin de hondas (Zorn
1980/81) y otros objetos "trenzados".

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La distribucin de estas tcnicas en el tiempo y el espacio no es azarosa y demuestra la
existencia de unas tendencias temporales junto con otras tendencias regionales. Es
decir, en ciertos periodos encontramos una serie de recurrencias tcnicas y lo mismo
ocurre en ciertas reas que se distinguen las unas de las otras. En trminos generales,
podemos decir que las dos grandes reas a diferenciar en este sentido son la Costa y la
Sierra, que poseen tradiciones textiles contrastadas, sin bien, con una misma raz.


A estas variaciones subyace la dimensin cultural que han posedo las tcnicas en los
Andes y que an poseen.


Autores como Heather Lechtman (1996) o los Franquemont (Franquemont, Franquemont e
Isbell 1992) han demostrado claramente que el proceso tecnolgico a travs del cual se
fabricaban y se siguen haciendo los tejidos en los Andes es expresin de la cultura y la
cosmovisin andinas. A travs de este proceso, el hombre andino manifiesta su concepto
del mundo. La etnografa nos ofrece elocuentes ejemplos de ello. As, cuando a una
hilandera le preguntan por qu fabrica hilos de dos cabos ella responde: "porque todas las
cosas tienen su par" (Franquemont, Franquemont e Isbell 1992: 58). As vemos cmo la
actividad del hilado est trascendiendo el puro hecho tecnolgico de crear hilo y encarna
la visin de un mundo donde lo masculino y lo femenino, lo alto y lo bajo, los opuestos, en
definitiva, se complementan: un mundo dual.


Iconografa y diseo en la textilera andina.


Pero junto al nivel tcnico, habamos mencionado el esttico. Los motivos decorados
representados, as como el estilo o modo de representacin (ms abstracto o ms realista,
geomtrico o curvilneo, etc.) son tambin un medio de expresin de cultura y por tanto,
una fuente de conocimiento de las sociedades andinas. Los motivos son infinitos, aunque
podemos decir que, en trminos generales encontramos motivos figurativos de carcter
naturalista como especies animales, vegetales, olas marinas, etc., junto con motivos
relacionados con el mundo de las creencias, como las representaciones de supuestos
sacerdotes u oficiantes religiosos, deidades, etc., que construyen imgenes "irreales" a
partir de elementos reconocibles del mundo real. Por otra parte, los tejidos andinos
muestran en muchos casos decoracin que denominamos habitualmente "abstracta", que
no posee referentes reconocibles en el mundo real, al menos a ojos del observador
occidental. Estas figuras suponen una conceptualizacin del mundo, ya que en muchos
casos sintetizan, no ya objetos, sino ideas referidas a la cosmovisin del tejedor, en un
lenguaje que nos resulta hoy da, imposible de comprender.


Tampoco los diseos elaborados en una tela son aleatorios, sino que responden a
tendencias temporales y regionales, del mismo modo que lo hacen las tcnicas. As, por
ejemplo, los motivos del llamado Horizonte Temprano (700 a.C. - 0) (vase Fig. 2), se
relacionan con un complejo cultural denominado "Chavn", originado en la Sierra Norte y
que se extendi por las tierras altas y la costa tomando diferentes formas pero con unos
elementos iconogrficos comunes (Ver Cordy-Collins 1999) (vase Fig. 2). Siglos ms
tarde, durante el Horizonte Medio (650 - 1000 d.C.) o durante el Horizonte Tardo (1450 -
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1550 d.C.) con la Cultura Inca (vase fig. 2) (respectivamente, Stone-Miller 1992 y Niles
1992) vuelven a generalizarse motivos iconogrficos y patrones estilsticos en las distintas
reas andinas. Tras la Conquista (1534), los tejidos coloniales son una elocuente expresin
del mestizaje de culturas que se produjo y de los profundos cambios que se produjeron en
todos los rdenes de la vida andina (Iriarte 1992; Jimnez 2002; Niles, Ibid).


Vemos as cmo las tcnicas y la esttica del tejido andino nos hablan del pasado y del
presente en las distintas reas ecolgicas y culturales.


Una vez comprobado su valor como fuente de informacin, cabe preguntarse sobre qu
nos habla el tejido. Las lecturas que ofrece el material textil son mltiples y meceran un
espacio que aqu no tenemos para ser comentadas. No obstante, vale la pena repasar
algunas de ellas.


El nivel social es una de estas lecturas. El tejido, como bien preciado, fue una expresin de
la posicin de los individuos en la comunidad a la que pertenecan, de su acceso al poder y
a los recursos. Los textiles son uno de los elementos bsicos del contexto funerario de
varias maneras, pero la ms llamativa es la de las ofrendas que acompaan al individuo.
As, la presencia de materias primas "suntuarias", como plumas o como fibra de camlido
en la Costa, son indicativos de cierto acceso a estos bienes de lujo, por parte del individuo
al que se asocia una pieza en un contexto arqueolgico. La elaboracin tcnica e incluso el
tipo de prenda, indican el rango de la persona que us en vida o al que se dedic en la
muerte (Cook 1996).


Incluso rasgos de la organizacin poltica de un grupo pueden interpretarse a partir de los
tejidos. As ocurre, por ejemplo, con ciertos diseos incas, como los tocapus, unas figuras
geomtricas encerradas en cuadrados o rectngulos que posea un significado simblico
que aludi, segn se ha demostrado recientemente, a linajes o familias reales incas
(Eeckhout y Danis, En prensa). Nosotros hemos demostrado con anterioridad cmo los
elementos tcnicos, los diseos y la composicin de una sola pieza pueden convertirla en
un smbolo de resistencia y reivindicacin del pasado orden poltico (Jimnez 2002, ver
tambin Pillsbury 2002).


Las mltiples lecturas de un tejido andino.


Pero incluso ms all de estos aspectos generales, los tesoros que siguen elaborando hoy
en da los tejedores andinos nos permiten adentrarnos en su visin del mundo y en
conceptos como la dualidad y el gnero, o la visin del pasado mtico y la religin.


En relacin al primero de ellos, ya desde poca prehispnica, se ha demostrado la
asociacin entre las ideas de verticalidad - altura - masculino y su oposicin a
horizontalidad - costa - femenino. Una de las manifestaciones de esta asociacin se da en
la orientacin de la decoracin en la indumentaria del hombre y de la mujer y en los ejes
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practicados en las mismas prendas, como las aberturas para el cuello (Desrosiers 1992).
Este hecho, que se ha documentado en varios periodos, como el Intermedio Tardo (1000-
1450 d.C.) (Bruce 1986) y el Horizonte Tardo, en textiles incas (Rowe 1995-96), perdur
durante la Colonia, como se observa en las representaciones de Guamn Poma (Poma de
Ayala 1987), conservndose hasta nuestro siglo, como demuestran numerosos ejemplos
etnogrficos (Rowe 2002). As, el lugar en el mundo como mujer o como hombre se
expresa mediante el modo en que uno viste determinadas prendas y la decoracin que en
ellas se muestra y se convierte en el primer referente visual para los miembros de dentro y
fuera de la comunidad.


Otra manifestacin del gnero es mediante el uso de distintas prendas. As, el uncu o
camisa era la prenda masculina por definicin en la poca prehispnica, junto con la
chuspa o bolsa. Frente a stas, la lliclla, una especie de chal es una prenda caracterstica de
la mujer en las comunidades prehispnicas y actuales (Rowe 1995-96, 2002), as como el
aqsu o vestido, actualmente sustuido en muchas reas por camisas occidentales pero que
fue muy importante hasta la Colonia (1534 1824 d.C.) (vase Fig. 2).


Pero quiz el nivel de interpretacin ms sugerente que nos ofrecen los tejidos,
especialmente los actuales, hace referencia a la informacin sobre la historia mtica que los
pobladores de los Andes cuentan a travs de ellos: la visin de su propio pasado.


El mejor ejemplo de este fenmeno nos lo ofrece Gail Silverman (1994), quien trabaj con
las comunidades Q'ero de las serranas del Cuzco.


Qero lo forman un conjunto de comunidades que han disfrutado de un notable aislamiento
hasta el siglo pasado y que han sufrido, por tanto, menos transformaciones de sus patrones
tradicionales de vida. Resulta llamativa, por ejemplo, la ausencia de iglesias en estas
comunidades agro-pastoriles, en las que la tecnologa, los modos de organizacin social,
de explotacin del territorio, etc., son los mismos que en poca prehispnica.


El tejido ocupa un lugar fundamental en la organizacin social, el ciclo vital, etc. de estas
comunidades. Est incluido en todos los contextos y actividades de la vida cotidiana y de
la actividad ritual.


Gracias a este aislamiento del que hablbamos, las tejedoras Qero siguen hoy en da
practicando tcnicas y elaborando diseos que se han perdido ya en otros lugares. No
obstante, en el momento en el que Silverman realiz su estudio eran cada vez menos las
ancianas que seguan fabricando estas telas antiguas.


Estos tejidos se caracterizan por aunar tcnica y esttica para comunicar una serie de
significados referentes a la visin que los Qero tienen del universo. As, los uncus,
chuspas y llicllas se convierten en soportes de esta cosmovisin ancestral y son ledos
por los integrantes de estos grupos como si de un texto se tratara. Por otra parte, su
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exhibicin, en el contexto de la comunidad, en festivales, etc. hace de ellos un elemento
activo en las relaciones personales entre los individuos de las distintas aldeas que
conforman esta comunidad.


Entre los diseos antiguos que Silverman document hay uno que es especialmente
caracterstico por constituir la visin que los Qero tienen de su pasado y de su futuro: el
mito de Inkarr. Este hroe civilizador fue El Primer Inca y de l surge el orden que hace
posible el mundo. Est de alguna manera asociado a smbolos agrcolas, a la germinacin,
como ser generador de vida.


El mito cuenta que tras la Conquista, Inkarr es asesinado y su cabeza y su cuerpo
separados y enterrados en lugares distantes. El mito narra que en algn momento la cabeza
y el cuerpo de Inkarr se unirn, germinarn y volvern los tiempos dorados del Inca.


Esta secuencia mtica es tejida en tres motivos (Fig. 5), awpa Chunchu (o motivo
antiguo), Chunchu Tipo II y Tipo III (Silverman 1994). Estos motivos los tejen ya tan
slo algunas ancianas que conocen la tcnica denominada kinsamanta, una tcnica de
urdimbres complementarias a tres hilos y se luce en determinadas prendas, como chuspas,
llicllas o uncus, en los festivales o fiestas regionales.


De esta forma el tejido se convierte en soporte de la cosmovisin y la historia de los Qero
y tiene adems la funcin de comunicar estos significados que son ledos por los
miembros de las comunidades que asisten a estos festivales.


La comunicacin de significados se hace a varios niveles, pero destacan especialmente el
tcnico y el esttico: los motivos que cuentan el Mito de Inkarr se tejen nicamente en
tcnica kinsamanta y tienen una serie de elementos iconogrficos fijos que las tejedoras
han ido perpetuando de madres a hijas.


Pensamos que el ejemplo de Qero sintetiza muy bien lo que era el objetivo de este trabajo:
mostrar que el tejido en los Andes une el pasado con el presente, la tcnica con la esttica,
lo cotidinao con lo ceremonial.


En el rea andina, la tradicin textil presente hunde sus races en tiempos remotos a lo
largo de los cuales ha ido adoptando una personalidad propia tanto tcnica, como
estticamente.


A travs del estudio de los tejidos podemos adentrarnos en la cultura andina y descubrir
que, ms all de su inigualable belleza, hay todo un mundo complejo de significados que
nos hablan de la historia de estas sociedades y de lo que Ed Franquemont (1996)
acertadamente seal como el verdadero tesoro de la textilera andina: sus tejedores.
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Fig. 1.- Mapa del Area Andina con los principales sitios arqueolgicos. (Boone, ed.
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Fig. 2.- Cuadro cronolgico con los principales desarrollos del Area Centroandina.
A partir de Bonne, ed., (1996).


Fig. 3.- Representacin cermica de una vasija Moche donde se observa a un grupo
de tejedoras con telar de cintura tejiendo bajo la supervisin de un individuo
(Donnan 1978).


Fig. 4.- Tres de los distintos tipos de telares utilizados en los Andes hasta la
actualidad: a) Telar vertical segn una representacin de Poma de Ayala (1987);
b) Telar horizontal utilizado por una tejedora boliviana (Desrosiers y Pulini 1992);
c) Telar de pedales introducido por los espaoles (Rodman 1996).


Fig. 5.- Los tres motivos del Mito de Inkarr en tejidos Qero: a) Nawpa Chunchu,
b) Chunchu tipo II y c) Chunchu tipo III (Silverman 1994).



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