PDF Tema 8 Actitud Ante El Dolor

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SI NO RES NO VIVES!

SENTIDO Y ACTITUD ANTE EL DOLOR

Profundizar en el sentido del dolor, para saber caminar hacia la


madurez personal

Adquirir herramientas que nos lleven a tener una actitud correcta


ante las situaciones de dolor y sufrimiento que se dan en la vida

Saber adoptar una actitud positiva y optimista ante los problemas

Aprovechar lo positivo y lo negativo de la existencia personal

Aprender a sonrer y ser optimistas

OBJETIVOS

CONTENIDO

1. Qu es el dolor?
2. Clases de dolor
3. Qu diferencia hay entre dolor y sufrimiento?
4. El sentido del dolor
5. Actitudes ante el dolor
6. Reacciones ante el dolor
7. Es posible ser feliz si existe el dolor y el sufrimiento?
8. Afrontar el dolor con optimismo

ACTIVIDADES

EN GRUPO

Dinmica: Aprender de la desgracia


Una pelcula: Una mente maravillosa
Una poesa: Si no res, no vives!

INDIVIDUAL

Un artculo: El voluntariado con pacientes

Gran Va 11, esc. C, 2 2 puerta. 50006. Zaragoza.


Tlfno. 976 302 866 | Fax 976 302 867
www.fundacioncanfranc.org

1. Qu es el dolor?

El dolor es una realidad que nos afecta a todos antes o despus.


Vemos a nuestro alrededor o quiz experimentamos de cerca que hay gente
que muere, que sufre. En algunas actividades de voluntariado como el
acompaamiento en hospitales, el contacto con el dolor y el sufrimiento es
ms directo.
Es importante por tanto que sepamos comprender esta realidad y
no vivir ajenos a ella, porque si no es difcil atender y dar sentido y
esperanza a las personas que se encuentran en esa situacin. El dolor es
compaero inevitable de la vida humana. Somos por naturaleza limitados y
lo experimentamos de mltiples maneras. Esto no nos debe llevar a la
resignacin y al pesimismo porque la vida tiene un sentido y el sufrimiento
tambin. El dolor no tiene la ltima palabra, el placer es ms profundo an
que el sufrimiento.

La actitud ante el dolor es cuestin de madurez personal.


Hemos de llegar a entender que el sufrimiento puede ser ocasin de crecer,
de madurar como personas.

Para dar razn, ayudar y comprender hacindonos cargo de la


situacin de personas que experimentan el dolor y sufrimiento, tenemos
que pensar cual es nuestra actitud ante el mismo. Es esencial ser muy
humanos y a la vez muy positivos.

Teniendo en cuenta la naturaleza del hombre, vemos que la


reaccin inicial ante el dolor es de rechazo, y es lgico porque la persona
busca en lo ms profundo de su corazn ser feliz. La existencia del dolor
parece que se contrapone a este objetivo, y realmente esto es as?

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Antes de dar respuesta a esta pregunta vamos a profundizar en


qu es el dolor, qu clases de dolor podemos experimentar, actitudes y
reacciones ante el mismo.

2. Clases de dolor

Analicemos

en

qu

momentos

nos

sentimos

vulnerables

experimentamos dolor. En primer lugar observamos algo muy elemental


como puede ser un dolor de cabeza. Cualquier tipo de enfermedad nos
hace descubrir nuestra finitud, claro est que hay distintos tipos de
gravedad y que en unos ms que en otros se siente ms de cerca nuestra
limitacin y finitud, no es lo mismo una jaqueca que un cncer en estado
terminal.

Damos un paso ms para profundizar, viendo lo que describe Max


Scheler sobre cmo es la persona. Distingue cuatro estratos en el ser
humano y en base a ello establece cuatro tipos de sentimientos:

Estrato

Sentimientos

Somtico

Sensoriales

Somtico vital

Corporales y vitales

Psquico

Del Yo

Espiritual

De Persona

El dolor se situara en el primer estrato (somtico-sensorial) referido


al yo (estrato psquico). La diferencia entre dolor y sufrimiento est en que
el dolor, cuando alcanza un cierto grado de intensidad y se prolonga en el
tiempo, pasa a ser sufrimiento afectando al cuarto estrato, el personal.

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Influye entonces en las perspectivas de la persona, le sita ante su finitud y


limitacin y produce tristeza.

La experiencia dolorosa es mucho ms rica y compleja que la mera


sensacin de dolor. Esta ltima es simple dolor exterior, causado por un mal
presente, que es percibido por el cuerpo, mientras que su repercusin en el
interior de afliccin, desgarro es el sufrimiento. Conviene distinguir ambos
con nitidez.

En el dolor interior intervienen la memoria, la imaginacin y la


inteligencia y puede extenderse a muchos ms objetos que el dolor
puramente fsico ya que incluye el pasado, el presente y el futuro, lo
fsicamente ausente, pero presente en el espritu.

La tristeza est provocada por el mal presente, pues procede de la


carencia de lo que se ama. Los remedios para superarlo son principalmente
el recrearse en el bien presente, el llanto, la compasin de los amigos, la
contemplacin de la verdad, el sueo y el descanso.

3. Qu diferencia hay entre dolor y sufrimiento?

Dolor

El

dolor

es

una

experiencia

sensorial

(objetiva)

emocional

(subjetiva), generalmente desagradable, que surge ante determinadas


situaciones o problemas, generalmente relacionados con una prdida o con
un problema que nos afecta de manera importante.

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Sufrimiento

El sufrimiento va un paso ms all. Es la respuesta cognitivoemocional, que tenemos ante un dolor fsico o ante una situacin dolorosa.

Es un conjunto de emociones y pensamientos que se entrelazan,


adquiriendo mucha ms intensidad y duracin que el dolor emocional. De
hecho, el sufrimiento puede durar indefinidamente, aunque la situacin que
lo provoc ya se haya solucionado.

Cuando una persona sufre, suele presentarse alguna de las siguientes


caractersticas:

Cree que se va a enfrentar a un dao fsico, psicolgico o social

importante, es decir, se siente amenazada.

No acepta el dolor o la situacin relacionada con el sufrimiento y

se rebela: "Por qu a m?, no es justo, no debera ser as", etc.

no

Se siente incapaz de hacerle frente, ya que est convencida de


tener

los

recursos

necesarios

para

vencer

la

amenaza

(solucionar el problema o acabar con el dolor) de manera exitosa,


por lo que se siente indefensa.

Vive un grado importante de incertidumbre.

No sabe cundo o cmo va a terminar su sufrimiento y en ocasiones


piensa que esa situacin va a durar siempre.

Cree que no lo va a poder soportar.

Predomina un sentimiento de impotencia y de no tener control

sobre lo que sucede e incluso sobre s mismo, que se manifiesta en


la

intensificacin

de

diferentes

emociones:

depresin,

autocompasin, etc.
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enojo,

Podemos sufrir ante:


Un hecho real, en el sentido de que est sucediendo en el
presente.
Un recuerdo de algo que sucedi.
Un hecho imaginario, como cuando vemos con tal claridad una
situacin que creemos que se va a dar en el futuro, que despierta
nuestras emociones.
El sufrimiento de los dems.
4. El sentido del dolor
Estamos en una cultura en la que el sufrir tiene mala prensa. No
tenemos motivos para soportarlo, sino medios tcnicos para combatirlo.
Hemos cado en una trampa peligrosa: pensar que somos capaces de
erradicarlo de nosotros, lo cual es imposible.
Amamos la comodidad, la ausencia de dolores, molestias y esfuerzos
fsicos, ms que cualquier otra cosa precisamente porque no soportamos el
sufrimiento. En la actualidad hay mtodos y tcnicas para evitar el
sufrimiento, esto es un gran avance pero tambin es cierto que hace que
disminuya nuestra capacidad de aguantarlo, a base de ahorrrnoslo, e
impulsarnos hacia placeres y satisfacciones rpidas.
Aunque con los medios que tenemos para aliviar o paliar el dolor
fsico, nos encontramos con que antes o despus acabamos volvindolo a
experimentar, cundo?: en nuestra debilidad, en nuestra insatisfaccin
ante las dificultades ordinarias de la vida.
Si no se saben llevar, pueden convertirse en insoportables. Las
causas que nos pueden llevar a esto son la falta de motivos para sufrir,
la incapacidad para descubrir el sentido del dolor, querer evitarlo a
toda costa, que en definitiva es no saber encajarlo en la vida y no querer
vivir en la realidad, ya que es algo que est ah y que no podemos
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erradicar, ni evitar. Todo esto contribuye a aumentarlo porque estamos


inermes ante el.
La clave est en aceptarlo y aprender a convivir con el, a llevarlo de
la mejor manera, sabiendo que tiene un sentido en la vida del hombre, que
le ayuda a ser ms fuerte, a madurar.
Nuestra cultura se ha vuelto deliberadamente ciega para el dolor: no
quiere verlo, lo tapa, lo ignora, lo oculta, lo trivializa, le vuelve la espalda,
quiere sustituirlo por el placer, por lo fcil, lo cmodo, lo rpido, lo asptico,
lo que no molesta. Hay que reconocer que en nuestra vida estn presentes
todas estas tendencias y que nos dejamos llevar por ellas.
Pensemos a donde puede llevarnos esta actitud de evitar el dolor,
que en realidad es la que est presente en nuestra sociedad. Una sociedad
que busca abolir el sufrimiento, cuando llega al lmite ms all del cual no
puede hacerlo, y adviene la desgracia, no tiene ya nada que decir: se queda
muda.
La extremada concentracin en el puro evitar el sufrimiento,
renunciando a cualquier interpretacin, es la eutanasia esta es la
consecuencia lgica de una concepcin del dolor como un sin sentido. Pero
como hemos dicho antes, el dolor tiene un sentido en la vida del hombre,
hay que saber descubrirlo.
La generalizacin de estas actitudes a nuestro alrededor, hace ms
necesaria que nunca la respuesta a estas preguntas: Qu sentido tiene el
dolor? Sirve para algo? Puedo hacer con l algo ms que huir de l?
Acaso puede tener algn sentido una vida llena de sufrimiento?
Para responder a todo esto nos centraremos en tres funciones
antropolgicas del dolor.

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1) Lo primero que se necesita para saber qu hacer con el dolor es


aceptarlo como algo que est ah, y que tenemos que encarar: es el
momento dramtico de nuestra existencia. La primera y ms humilde
operacin del dolor destroza la ilusin de que todo marcha bien: nos pone
en situacin dramtica, y eso requiere ya un modo de expresin. Sin
embargo, el que se sobrepone a su dolor, sube ms alto; quien
acepta esa situacin convierte el hecho doloroso en una tarea: la de
reorganizar la propia vida contando con esa dramtica verdad que se ha
hecho presente dentro de nosotros. La enfermedad me es dada como
una tarea; me encuentro con la responsabilidad de lo que voy a hacer con
ella. El dolor es el banco de pruebas de la existencia humana, el fuego de la
fragua donde, como los buenos aceros, el hombre se ennoblece y se
templa. Y sin embargo, para los hombres frgiles el dolor puede ser ocasin
del desmoronamiento definitivo.
Cuando sufrimos una enfermedad, un cautiverio, un ultraje o
una desgracia, no somos libres de sufrirlos o no, puesto que vienen
impuestos, pero s podemos adoptar ante ellos una actitud positiva o
negativa, de aceptacin o rechazo. En esa libertad radica lo posibilidad
de enriquecerse con el dolor. Sufrir, cuando se transforma en actitud de
aceptacin y en una tarea libremente asumida, es algo que nos hace ms
libres respecto de las circunstancias externas, nos abre los ojos al
verdadero valor e importancia de las cosas; se advierten

entonces

panoramas de profundidad porque el sufrimiento hace al ser humano ms


lcido. Esto es crecer. Sufrir significa obrar. Pero significa tambin crecer y
madurar. El verdadero resultado del sufrimiento es un proceso de
maduracin. La madurez se basa en que el ser humano alcanza la
libertad interior, a pesar de la dependencia exterior respecto de lo que
atenaza. Aceptar el dolor ayuda al hombre a crecer y madurar porque
le hace ser fuerte.

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2) el hombre doliente experimenta con ms intensidad que los


dems la faceta de finitud, se encuentra en un momento especialmente
importante de su vida, un momento en el que, a la luz de esa experiencia
puede comprender con luces nuevas, la distincin entre lo verdaderamente
importante y lo que no lo es. El dolor realiza en nosotros una purificacin no
slo externa, en el cuerpo, sino tambin interior. Nos hace menos
dependientes de nuestro capricho, nos eleva por encima del inters, porque
aprendemos a renunciar a aquello que en la nueva situacin no podemos
tener, como por ejemplo libertad de movimiento y fuerza para trabajar.
Incluso relativizamos la importancia de satisfacciones y necesidades que
creamos irrenunciables, y hasta llegamos a prescindir totalmente de ellas,
llevando nuestra capacidad de sufrir ms all del lmite que nos creamos
capaces de aguantar.
En los momentos dramticos nos dejamos de tonteras, y si el drama
es muy intenso, casi todo nos parecer una tontera, algo que no vale la
pena, ni es verdaderamente serio. El dolor eleva al hombre por encima de s
mismo porque le ensea a distanciarse de sus deseos. Las personas que
han sufrido tienen una conciencia ms real y profunda de s mismos y de lo
que les rodea: estn vacunadas contra la insensatez, y se les nota, en su
talante sereno y ms difcilmente alterable, en un cierto poso interior y
capacidad de aguante que las hace ms dueas de s.
Pensemos por ejemplo en una persona que ha sufrido un grave
accidente de trfico y ha salvado la vida, ha sido un golpe duro que le ha
hecho cambiar la jerarqua de valores en su vida, a cambiar su conducta
porque se ha dado cuenta de lo que realmente vale la pena.
3) Slo ahora, despus de sealar estas dos funciones, podemos
descubrir el verdadero sentido del dolor: yo slo puedo afrontar el
sufrimiento, sufrir con sentido, si sufro por un algo o por un alguien. El
sufrimiento, para tener sentido, no puede ser un fin en s mismo. Para
poder afrontarlo, debo trascenderlo. Al aceptarlo, no slo lo afrontamos,
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sino que a travs de l buscamos algo que no se identifica con l: lo


trascendemos. El sufrimiento dotado de sentido apunta siempre ms all de
s mismo, remite a una causa por la que padecemos. En definitiva, el
sufrimiento con plenitud de sentido es el sacrificio.
Esto quiere decir que el sentido del dolor es el motivo y el fin por el
cual aceptamos padecerlo. A primera vista esto es muy evidente en los
dolores meramente naturales: los padecemos porque tenemos voluntad de
vivir. Pero cuando se trata de sufrimientos interiores, causados por la
voluntad de otros o por la necesidad, ya no basta la voluntad de vivir para
padecerlos: necesitamos integrarlos en una tarea en la cual adquieran
sentido, necesitamos verlos como parte de las dificultades del camino que
nos lleva a la meta que nos hemos propuesto alcanzar, y sobre todo, los
sobrellevamos gustosamente cuando los convertimos en medios para hacer
felices a las personas amadas, puesto que entonces aceptamos nuestro
dolor para que ellas se vean libres de l, para poder volver a su lado, y que
vuelvan a tenerlos para s. Esto es, sobre todo, lo que una madre y un
padre harn por encima de s mismos y de cualquier dificultad: salvar a sus
hijos de la desgracia, hacer cualquier cosa por ellos, sufrir para sacarlos
adelante.
Amar es sacrificarse. Lo que da sentido al dolor es el amor: se
aguanta el sufrir cuando se ama; si no, no se aguanta. Aguantar el dolor no
significa buscarlo, gozarse en la queja y en la debilidad, ser masoquista,
sino sobrellevarlo por el ser amado y por la esperanza de alcanzar los
bienes anhelados, sobre todo para l. Si se suprime esto ltimo, aguantar el
dolor sera efectivamente aceptar ser dbil. Slo el sufrimiento asimilado
deja de ser sufrimiento, y pasa a ser parte del camino hacia nuestra meta.
As lo convertimos en obra humana, lo dotamos de sentido, y hecho
sacrificio, lo traspasamos.

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Esta inclusin de el dolor en esta gran tarea que es vivir nos pone
delante otra gran cuestin: el sentido del dolor es consecuencia del sentido
de la vida que se tenga; en cierto modo, el sentido del dolor remite y se
resuelve en el sentido de la vida que se tenga; en cierto modo, el sentido
del dolor remite y se resuelve en el sentido de la vida. La fuerza para sufrir
brota de los motivos que se tienen para seguir viviendo. Si stos no existen,
no se aguanta una vida dramticamente dolorosa.
5. Actitudes ante el dolor
Todos vivimos situaciones dolorosas, sin embargo podemos tener dos
actitudes: vivir el dolor y trascenderlo o generar un gran sufrimiento,
compuesto por una mezcla de emociones negativas intensas, que con
frecuencia est causado o aumentado por nosotros mismos: por nuestra
actitud ante el dolor y/o por el significado que le damos a ste. Podemos
tener por tanto una actitud positiva o negativa.

Cada persona reacciona de manera diferente ante una misma


situacin. Mientras una persona se desmorona ante el dolor que est
viviendo, otra puede encararlo de una manera distinta y salir fortalecida y
ms madura. De hecho cada situacin la vivimos de diferente manera. La
misma persona que reacciona bien en una ocasin, puede responder muy
mal en otra.

6. Reacciones ante el dolor


La intensidad y duracin del dolor que sentimos y nuestra manera de
reaccionar ante las situaciones dolorosas, no depende de la importancia de
dicha situacin.

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Dependen de:

nuestra personalidad

fortaleza afectiva

estado fsico y emocional de ese momento

las experiencias vividas en el pasado, principalmente


durante la niez

nuestras creencias sobre nosotros mismos

el significado que le damos al dolor

el apoyo social que tenemos y

nuestra capacidad para: reconocer, aceptar,

expresar

nuestras emociones
7. Es posible ser feliz si existe el dolor y el sufrimiento?

El dolor si no trascendemos, es decir, si no vemos lo que hay ms all


de el nos lleva a un sin sentido. Como hemos visto el dolor nos sita
verdaderamente delante de quien somos, de nuestra realidad de seres
finitos, limitados. Esto tiene mucho de positivo: nos hace humildes, nos
lleva a no creernos lo que no somos: superhombres o supermujeres.

La felicidad est relacionada con la aceptacin de nosotros mismos,


de nuestra persona con sus capacidades y sus limitaciones. De lo contrario,
si nos queremos por un ideal al cual creemos que podemos llegar pero no
es objetivo, lleva a la frustracin.

La clave est en cmo afrontamos el dolor, el sentido que le damos,


cmo gestionamos nuestras emociones ante l y cmo compartimos con las
personas ms cercanas y nos dejamos apoyar por ellas sin buscar aislarnos.
El sentido del dolor es algo que cada persona debe buscar.

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Ms que cualquier definicin, lo que nos explica si se puede ser feliz


aun sufriendo, es el testimonio de tanta gente que es feliz. Y podramos
decir, vale pero tambin hay otras personas que no lo son. Cierto, pero
piensa en lo siguiente: qu busca la persona en la vida? Ya lo hemos dicho
antes: ser feliz. Parece entonces lgico, que las personas que se adecuan al
fin que busca el hombre son aquellos que aun ante la experiencia del dolor
son felices. Los que no lo son, nos lleva a plantearnos si no es que no han
sabido afrontarlo, seguro les ha faltado el cario, la cercana de alguien que
les apoyase, pero en el fondo es falta de madurez.

El voluntario juega un papel importantsimo, como acompaante de


personas que pueden estar sufriendo.

8. Aprender a afrontar el dolor con optimismo

Forjar un modo de ser entusiasta, dinmico, emprendedor y con los


pies sobre la tierra, son algunas de las cualidades que distinguen a la
persona optimista.

El optimismo es el valor que nos ayuda a enfrentar las


dificultades con buen nimo y perseverancia, descubriendo lo
positivo que tienen las personas y las circunstancias, confiando en
nuestras capacidades y posibilidades junto con la ayuda que
podemos recibir.

La principal diferencia que existe entre una actitud optimista y otra


pesimista, radica en el enfoque con que se aprecian las cosas: empearnos
en descubrir inconvenientes y dificultades nos provoca apata y desnimo.
El

optimismo

supone

hacer

ese

mismo

esfuerzo

para

encontrar

soluciones, ventajas y posibilidades; la diferencia es mnima, pero tan


significativa que nos invita a cambiar de una vez por todas nuestras
actitudes.
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Alcanzar el xito no siempre es la consecuencia lgica del optimismo, por


mucho esfuerzo, empeo y sacrificio que pongamos, algunas veces las
cosas no resultan como desebamos. El optimismo es una actitud
permanente de recomenzar, de volver al anlisis y al estudio de las
situaciones para comprender mejor la naturaleza de las fallas, errores y
contratiempos, slo as estaremos en condiciones de superarnos y de lograr
nuestras metas. Si las cosas no fallaran o nunca nos equivocramos, no
hara falta ser optimistas.

Normalmente la frustracin se produce por un fracaso, lo cual supone un


pesimismo posterior para actuar en situaciones similares. La realidad es que
la mayora de nuestros tropiezos se dan por falta de cuidado y reflexin.
Para qu sirve entonces la experiencia? Para aprender, rectificar y ser ms
previsores en lo futuro.

El optimista sabe buscar ayuda como una alternativa para mejorar o


alcanzar los objetivos que se ha propuesto, es una actitud sencilla y sensata
que en nada demerita el esfuerzo personal o la iniciativa. Sera seal de
autosuficiencia de nuestra parte, pensar que poseemos el conocimiento y
los recursos necesarios para salir triunfantes en toda circunstancia.

Cualquiera que ha sido campen en alguna disciplina, lleg a colocarse


en la cima por su esfuerzo, perseverancia y sacrificio, pero pocas veces, o
mejor dicho nunca, se hace alusin a su optimismo, a esa entrega
apasionada por alcanzar su fin, conservando la confianza en s mismo y en
las personas que colaboraron para su realizacin. El optimismo refuerza y
alienta a la perseverancia.

El optimista no es ingenuo ni se deja llevar por ideas prometedoras,


procura pensar y considerar detenidamente todas las posibilidades antes de
tomar decisiones. Si una persona desea iniciar un negocio propio sin el
capital suficiente, sin conocer a fondo el ramo o con una vaga idea de la
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administracin

requerida,

por

muy

optimista

que

sea

seguramente

fracasar en su empeo, ya que carece de las herramientas y fundamentos


esenciales para lograrlo.

En otras circunstancias nos engaamos e inventamos una falsa realidad


para hacernos la vida ms fcil y cmoda. Basta mencionar al estudiante
que se prepara poco y mal antes de sus evaluaciones, esperando obtener la
calificacin mnima y necesaria para salir del paso, sin darse cuenta que
su falso optimismo lo llevar tarde o temprano- al fracaso.

Se podra pensar que el optimismo nada tiene que ver con el resto de las
personas, sin embargo, este valor nos hace tener una mejor disposicin
hacia los dems: cuando conocemos a alguien esperamos una actitud
positiva y abierta; en el trabajo, una personalidad emprendedora; en la
escuela, profesores y alumnos dedicados. Si nuestras expectativas no se
cumplen, lo mejor es pensar que las personas pueden cambiar, aprender y
adaptarse con nuestra ayuda. El optimista reconoce el momento adecuado
para dar aliento, para motivar, para servir.

En la amistad y en la bsqueda de pareja tambin es necesario ser


optimista. Algunas personas se encierran en s mismos despus de los
fracasos y las desilusiones, como si ya no existiera alguien ms en quien
confiar. El optimismo supone reconocer que cada persona tiene algo bueno,
con sus cualidades y aptitudes, pero tambin sus defectos, los cuales
debemos aceptar y buscar la manera de ayudarles a superarlos.

El paso hacia una actitud optimista requiere de una disposicin ms


entusiasta y positiva, es tanto como darle la vuelta a una moneda y ver
todo con una apariencia distinta:

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Analiza las cosas a partir de los puntos buenos y positivos,


seguramente

con

esto

se

solucionarn

muchos

de

los

inconvenientes. Curiosamente, no siempre funciona igual a la


inversa.

Haz el esfuerzo por dar sugerencias y soluciones, en vez de


hacer crticas o pronunciar quejas.

Procura descubrir las cualidades y capacidades de los dems,


reconociendo el esfuerzo, el inters y la dedicacin. Esto es lo
ms justo y honesto.

Aprende a ser sencillo y pide ayuda, generalmente otras


personas encuentran la solucin ms rpido.

No hagas alarde de seguridad en ti mismo tomando decisiones


a la ligera, considera todo antes de actuar pues las cosas no se
solucionan por s mismas. De lo contrario es imprudencia, no
optimismo.

No es ms optimista el que menos ha fracasado, sino quien ha sabido


encontrar en la adversidad un estmulo para superarse, fortaleciendo su
voluntad y empeo; en los errores y equivocaciones una experiencia
positiva de aprendizaje. Todo requiere esfuerzo y el optimismo es la alegre
manifestacin del mismo, de esta forma, las dificultades y contrariedades
dejan de ser una carga, convirtindonos en personas productivas y
emprendedoras.

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