Semana Santa - Via Crucis
Semana Santa - Via Crucis
Semana Santa - Via Crucis
SOLDADO 1: Espera, el sumo sacerdote est en el templo, celebrando la oracin y no creo que te pueda
recibir, ya que est tratando un asunto de suma importancia, pretenden idear un plan para aprender a Jess.
JUDAS:
T?
JUDAS:
Si , yo!, un discpulo de Jess, ese hombre al que queris aprender y no os atrevis . Qu os
extraa?Qu sea un discpulo suyo el que lo entregue? Le odio y deseo como ustedes que muera .No soy
dueo de mis afecciones como lo sois ustedes?.
SACERDOTES: Este hombre est loco!
NARRADOR: JUDAS OYE ESTA CALIFICACIN, Y CON ACENTO IRRITADO EXCLAMA.
JUDAS: No estoy loco! Estoy cuerdo, tanto como vosotros, pagadme bien y os entrego a Jess.
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 1
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 2
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 3
NARRADOR: JESS SE DIRIGI AL CENCULO CON SUS DISCPULOS, CUANDO LLEGARON ESTUVO
PREPARADO TODO, SE DISPUSIERON A SENTARSE Y JESS DICE:
JESS: He deseado ardientemente comer esta pascua con vosotros, porque os digo que ya no comer carne
ninguna hasta que no se cumpla en el reino de Dios!
NARRADOR: MIENTRAS TANTO JUDAS RIE CON JUAN.
JUDAS : Qutate de ah, Juan! Ese lugar me pertenece?, Dselo tu maestro, yo puedo servirte ms, puesto
que yo soy el tesorero de tus bienes!.
JESS: Yo he venido al mundo a servir, no a que me sirvan!, y aqu el que quiere hacerse ms, se hace
menos.
NARRADOR: JESS QUITNDOSE EL MANTO QUE EMBARAZA SUS HOMBROS TOMA UNA TOALLA,
SE LA CIE A LA CINTURA CON UN EXTREMO COLGANDO COMO UN DELANTAL Y DICE:
JESS: Os lavare los pies!
NARRADOR: LUEGO SE PONE A LAVAR LOS PIES A SUS DISCPULOS Y A SECRSELOS CON LA
TOALLA QUE SE HA CEIDO. JESS LLEGA ANTE PEDRO Y ESTE LE DICE:
PEDRO: Seor!, lavarme los pies t a m?
NARRADOR: PEDRO SE RESISTE. AQUELLA HUMILDAD DE SU MAESTRO NO EST AL ALCANCE DE
SU INTELIGENCIA. JESS CON SU MANSEDUMBRE NUNCA DESMENTIDA, LE DICE ESTAS
PALABRAS.
JESS: Cuando el espritu Santo inunde de luz tu inteligencia, sabrs porqu hago estas cosas y otras
muchas que ahora ignoras. El que no me obedezca ser excluido del nmero de mis ovejas.
NARRADOR: PEDRO, QUE AMA A CRISTO ENTRAABLEMENTE SE DEJA LAVAR LOS PIES. JESS
LAVA UNO POR UNO LOS PIES DE SUS DISCPULOS ...Y LUEGO DEJANDO LA TOALLA EN SU SITIO Y
COLOCANDO EL MANTO SOBRE SUS HOMBROS, VUELVE A SENTARSE A LA MESA Y LES DICE DE
ESTE MODO:
JESS: Comprendis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamis el Maestro y Seor y decs bien,
porque lo soy. Pues s, yo el Maestro y seor, os he lavado los pies, tambin vosotros debis lavaros los pies
unos a otros. Porque ejemplo os he dado para que como yo he hecho con vosotros, tambin vosotros lo
hagis. Si entendis esto, dichoso seris practicndolo.
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 4
Adaptacin: J. Campos Q.
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pg. 5
Adaptacin: J. Campos Q.
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pg. 6
JESS SE VA AL PADRE
JESS: Cuando me haya ido y tenga preparado un lugar para vosotros, de nuevo vendr para tomaros
conmigo, para que donde yo este, estis tambin vosotros. Y a dnde yo voy, ya sabis el camino.
TOMAS: Seor, si no sabemos a dnde vas. Cmo vamos a saber el camino?
JESS: Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie llega al Padre sino es por m
FELIPE: Seor, mustranos al Padre y eso nos bastar.
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pg. 7
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pg. 8
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pg. 9
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pg. 10
S!
LUZBEL: Escucha la sangrienta historia de esa raza que quieres salvar con tu sangre inocente, y dime
despus si es digna de tan heroico sacrificio!. Para no darte muchos detalles te contar lo ms sobresaliente
de las maldades del pueblo elegido. Primero fue el alevoso crimen de Can contra su hermano Abel. El incesto
Adaptacin: J. Campos Q.
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pg. 11
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pg. 12
LA HORA SE APROXIMA
NARRADOR: TRANSCURRIDO ALGN TIEMPO EN LA CASA DE ANS. JUDAS DIRIGINDOSE A
MALCO LE DICE:
JUDAS: Ya es hora, Vamos!.
SACERDOTES: Nosotros tambin te acompaaremos.
MALCO: Espera!, Voy a atarte.
JUDAS: a m?
MALCO: si, a ti. Qu te extraa?
JUDAS: Eso es faltar al trato, eso es una infraccin!!!.
MALCO: Eh! Menos voces. Mi ilustre amo no falta a lo prometido. Pero hasta entonces t nos respondes de
l.
NARRADOR: JESS SE ENCAMINA HACIA DONDE HABA DEJADO A SUS TRES DISCPULOS.
DUERMEN PROFUNDAMENTE. CRISTO LES CONTEMPLA UN BREVE RATO. DE PRONTO SE
ESTREMECE. HA ESCUCHADO RUIDO DE ARMAS Y LA LUZ DE LAS ANTORCHAS RESPLANDECE EN
LA OSCURIDAD DE LA NOCHE. VIENEN A PRENDERLE. SU HORA SE APROXIMA. SE INCLINA HACIA
EL SUELO COGE A JUAN POR UN BRAZO, LE SACUDE CON DULZURA, Y DICE.
JESS: Juan!, Santiago!, Pedro!, levantaos; porque cerca estn los que vienen por m!
NARRADOR: LOS APSTOLES SE LEVANTAN. EN ESTE MOMENTO EL RESPLANDOR DE LAS
ANTORCHAS, BAA LA MODESTA TAPIA DEL HUERTO DE GETSEMAN. JESS GUARDA SILENCIO Y,
COMO VE QUE LAS LUCES SE APROXIMAN, DICE A SUS APSTOLES:
JESS: Salgamos al encuentro de los que vienen a prenderme!
NARRADOR: JESS CAMINA DELANTE, TRISTE PERO SERENO. SALE AL ENCUENTRO DE SUS
ENEMIGOS, VUELVE LA CABEZA Y LLAMA A JUAN. ESTE SE COLOCA A SU LADO Y LE DICE:
JESS: Cuando me hall en poder de mis enemigos te dirigirs a la puerta principal, all est mi madre con
las santas mujeres que le acompaan. Yo te he querido siempre como a un hermano!, Mi madre como un
hijo!. A ti te la encomiendo, porque son muchos los dolores que le quedan por sufrir.
NARRADOR: JUAN DEJA CAER LA CABEZA Y ABUNDANTES LGRIMAS BROTAN DE SUS OJOS.
DESPUS CONTINAN SU CAMINO. JESS VE A JUDAS, QUE CAMINA DELANTE DE LA MULTITUD Y
SE DETIENE DICIENDO:
JESS: Ved al que me ha vendido!.
NARRADOR: INCLINA LA FRENTE AL SUELO Y ESPERA.
Adaptacin: J. Campos Q.
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pg. 13
ARRESTO DE JESS
NARRADOR: EN ESTE MOMENTO JUDAS SE DETIENE.
JUDAS: ved ah, el hombre a quien buscamos. Desatadme para que pueda acercarme a l!.
MALCO: Pero all veo a tres hombres. Quin de ellos es?
JUDAS: Aquel a quien yo de un beso en la mejilla.
NARRADOR: MALCO DESATA A JUDAS. REINA UN PROFUNDO SILENCIO. EL APSTOL TRAIDOR
LLEGA HASTA DONDE ESTA SU MAESTRO.
JUDAS: Dios te guarde, maestro!
JESS: Para que has venido, Judas! Con un beso entregas al hijo del hombre?
NARRADOR: JESS VIENDO AQUEL TROPEL QUE SE ACERCA, PREGUNTA:
JESS: A quin buscis?
MALCO: A Jess Nazareno.
NARRADOR: AVANZANDO UN PASO, JESS DICE:
JESS: Yo soy.
NARRADOR: EL NAZARENO PREGUNTA POR SEGUNDA VEZ:
JESS: A quin buscis?
FARISEOS: A Jess Nazareno.
NARRADOR: DICEN ALGUNAS VOCES CON TEMOR. JESS AVANZA OTRO PAS Y DICE:
JESS: Os he dicho que yo soy. Si me buscis a m, dejad que estos se vayan!.
NARRADOR: SEALANDO CON UN ADEMN A LOS APSTOLES QUE CONTEMPLAN CON TEMOR
AQUELLA ESCENA. EN ESTE MOMENTO, MALCO, CON LAS CADENAS EN LA MANO, SE ACERCA A
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 14
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pg. 15
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pg. 20
SAMUEL Y JACOB
NARRADOR: A POCOS PASOS DEL PONTFICE CAIFS. CERCA DE AH SE ENCUENTRA LA CASA DEL
CARPINTERO JACOB, AL CUAL LE HAN SIDO ENCARGADAS DOS CRUCES, LAS DE DIMAS Y
GESTAS. SAMUEL BELI-BETH QUE SIGUE A JACOB LE PREGUNTA:
SAMUEL: Hey Jacob, espera soy yo Samuel!
JACOB: Qu ocurre?
SAMUEL: Es necesario que comiences otra cruz aparte de las que ya has hecho.
JACOB: Otra? Acaso otro bandolero ha sido capturado?
SAMUEL: S!, y este es peor que los otros. Dimas y Gestas son ladrones y asesinos. Este se proclama Rey y
se hace llamar hijo de Dios.
JACOB: Vaya pues me esmerare en construir esta ltima!. De qu madera la quieres?
SAMUEL: De la ms pesada. A ver si revienta el falso profeta antes de llegar al Glgota.
JACOB: La haremos de carrasca o encino. Este es el rbol que ms abunda en Israel, ahora, solo me falta el
tamao.
SAMUEL: Para que el Pueblo vea mejor al reo, la hars dos pies ms alta que esas que has hecho para los
bandidos Dimas y Gestas.
JACOB: Hacindola de medio pie de grueso y de la madera indicada, Fuerza ha de tener el reo!, Para llegar a
la cumbre del Calvario sin caer.
SAMUEL: Pues manos a la obra!.
JACOB: Tres horas me bastan para terminarla. -Pero dime Samuel-, No podra saber el nombre del reo?
SAMUEL: Y por qu no? Se llama Jess de Nazaret; Falso profeta!
NARRADOR: AL CARPINTERO SE LE ABENADERO EL FAROL DE LAS MANOS, PORQUE JESS
HABA CURADO MILAGROSAMENTE A UN HIJO SUYO; Y SAMUEL EMBOZNDOSE EN SU MANTO, SE
ENCAMINA A CASA DE SU SEOR A COMUNICARLE QUE EL ENCARGO QUEDABA TERMINADO
Adaptacin: J. Campos Q.
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pg. 21
MARA Y JUAN
NARRADOR: EXCLAMA LA VIRGEN CON DOLOROSO ACENTO.
MARA: Juan!, Qu es de mi hijo?
NARRADOR: JUAN NO PUEDE RESPONDER, LOS SOLLOZOS SE LO IMPIDEN. LA PROFUNDA
AMARGURA DEL DISCPULO ES PARA AQUELLA MADRE UNA REVELACIN DOLOROSA.
MARA, PRXIMA A DESMAYARSE EN BRAZOS DE MAGDALENA, SUPLICA A JUAN QUE LE
CONDUZCA DONDE EST SU HIJO.
MARA: Quiero ir, quiero verle Juan!
JUAN: Oh madre llena de amargura! A que aumentar t dolor con la presencia de su cruel martirio?
MARA: Condceme a donde se halle?.
NARRADOR: LAS MUJERES Y EL DISCPULO SE ENCAMINAN A LA CASA DEL PONTFICE.
MAGDALENA Y PEDRO
NARRADOR: A POCOS PASOS DE LA CASA, VEN A UN GRUPO DE GENTE QUE RODEA A UN
HOMBRE, QUE GRITA CON TODAS LAS FUERZAS DE SUS PULMONES; DICIENDO:
PEDRO: S!, S!, Yo soy Pedro, antes SIMN! Soy Galileo, discpulo de Jess, el verdadero profeta!, Soy
uno ms de sus apstoles!, Soy el ms amante de sus doctrinas! Rasgad mis vestiduras, destrozad mis
carnes!!! Qu os detiene?. Si hace poco, por un escrpulo cobarde, he podido negar a mi maestro; ahora le
reconozco, le admiro y le adoro!
GENTE: Este hombre est loco!!!
NARRADOR: Y LA GENTE VA DEJANDO SOLO A PEDRO, EN CUYOS OJOS AUN NO SE HAN SECADO
LAS LAGRIMAS.
MARA, JUAN Y MAGDALENA SE REUNIERON CON PEDRO. MAGDALENA PRESUROSA; SE ACERCA A
PEDRO Y LE DICE:
MAGDALENA: Pedro, porque negaste al maestro!
PEDRO: Tuve que hacerlo. No vez que me iban a matar?
MAGDALENA: l ya haba dicho que lo negaras; Cmo lo supo?
Adaptacin: J. Campos Q.
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pg. 22
MARA Y PEDRO
NARRADOR: DE MOMENTO ALZA LA VISTA PEDRO, VE A MARA Y CORRE A SU ENCUENTRO.
PEDRO: Seora!
MARA: Pedro!, Qu ha sucedido? Cuenta! Dnde est mi hijo?
PEDRO: Ms valiera no haber nacido con lengua, cuando esta debe pronunciar tales cosas.
MARA: No aumentes ms mi congoja, Habla!
PEDRO: Seora, anoche; estando nosotros orando con el maestro, en el huerto de los olivos, un traidor le ha
entregado a los jueces del sanedrn y ...
MARA: Habla, por Dios!
PEDRO: ... estos quieren condenarle a muerte!
MARA: Oh, hijo de mi alma!
PEDRO: El maestro ha dicho que todo estaba escrito
MARA: Y dnde est l?
PEDRO: Pronto le llevarn ante Pilato para que este le sentencie
MAGDALENA: Pilato es un hombre justo, quizs le salve al hallarle inocente.
MARA: Pilato es hombre justo pero dbil, la muchedumbre le obligara a condenarlo!
PEDRO: Bueno sera que descansaras, seora!; la angustia de saber la suerte de tu hijo, te ha mantenido
despierta durante toda la noche.
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 23
EL SUICIDA
NARRADOR: MIENTRAS TANTO, EN EL ATRIO DE LA CASA DEL PONTFICE UN HOMBRE CUYA
MIRADA RECELOSA INSPIRA DESCONFIANZA, PREGUNTA A UNO LOS SOLDADOS CON
PREOCUPADO ACENTO:
JUDAS: Es cierto que Jess ha sido sentenciado a muerte?
SOLDADO: Y tan cierto es, como que nosotros estamos aqu esperando la orden, para conducirlo ante el juez
romano!
JUDAS: Y no ha maldecido a nadie? No ha dicho que un traidor lo ha vendido? No ha dicho nada?
SOLDADO: Jess lo ha soportado todo con una humildad incomprensible, y ha pedido a Dios el perdn de
sus enemigos y de sus jueces!
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 24
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 25
CLAUDIA PROCULA
NARRADOR: PONCIO PILATO SE PASEA EN SU CAMERINO CON ADEMAN RECELOSO, PUES EL
ESTRUENDO QUE CUNDE POR JERUSALN, LE INQUIETA, SE ACERCA A LA VENTANA A VER QUE
SUCEDE.
ABAJO SE ESCUCHA UN GRAN MURMULLO. EN ESTO SE ABRE UNA PUERTA Y ENTRA CLAUDIA SU
ESPOSA:
PONCIO PILATO: Ah! Eres tu Claudia? A que debo la fortuna de verte tan temprano?... pero...Estas
conmovida...plida! Qu tienes?
CLAUDIA: Ah, Poncio! He tenido un sueo horrible, espantoso, pero lo ms particular, lo ms extrao es que
he soado despierta.
PONCIO PILATO: Deshecha tus temores, esposa ma!. Yo s bien que esta triste ciudad de Jerusaln, no es
muy de tu agrado, pero, qu quieres, tu pariente TIBERIO, dice que necesita que un hombre como yo le
represente en Israel. Y es preciso vivir en este desierto hasta el da que se apiade de nosotros.
CLAUDIA: No es eso, no Poncio! Lo que en este momento me sobresalta, lo que me aflige. Es un sacrilegio
que van a cometer los sacerdotes! y que no quiero que T sanciones con tu aprobacin.
PONCIO PILATO: Claudia ma!, Tus palabras me admiran, te ruego Que te expliques!
CLAUDIA: Conoces t a Jess de Nazaret?
PONCIO PILATO: (Pensativo) ...Ah s!, ese Galileo que recorre las tribus curando enfermos, ese hombre tan
extraordinario que predica una ley nueva, El que dice que los hombres son hermanos!, que el ltimo ser el
primero en el reino de su padre... y que se yo cuantas cosas ms, cuyo significado... No comprendo. Pero,
Qu tiene que ver ese hombre con tu sobresalto?
CLAUDIA: Pues bien, Jess ha sido preso esta noche por tus soldados y jams hombre alguno se ha visto
tan cruelmente maltratado. Desde cundo los hijos del Tiberio, escupen el rostro y golpean a sus indefensos
prisioneros?
PONCIO PILATO: Cmo sabes t eso? Acaso has salido de la ciudadela?
CLAUDIA: No!, ya te he dicho que he tenido un sueo horrible.
NARRADOR: PILATO SE SONRE
CLAUDIA: Dudas de mis palabras?
PONCIO PILATO: No creo en los sueos, querida Claudia.
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
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Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
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Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
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Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
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Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 30
DE PILATO A HERODES
HERODES: Basta! Basta! Alto a la msica!
NARRADOR: HERODES ANTFAZ EL MATADOR DEL BAUTISTA, TENA VIVOS DESEOS DE VER A
JESS, CUYA FAMA HABA LLEGADO A SUS ODOS, MAND QUE INTRODUJERAN AL REO Y A SUS
ACUSADORES. EL GALILEO, TAN PRONTO COMO SE VIO DELANTE DEL ASESINO DEL BAUTISTA,
FIJ EN L, SU MIRADA. HERODES MANTUVO AQUELLA MIRADA POR UN MOMENTO Y LUEGO DIJO:
HERODES: No podris pensaros, respetables sacerdotes. Lo que os agradezco el que me presentis; a este
hombre; hace tiempo que la fama de sus milagros resuena en mis odos y deseo vivamente ver por mis propios
ojos, uno de esos prodigios que trae alborotados a los sencillos habitantes de Zabuln. Acrcate profeta y no
temas, y puesto que los prodigios estn en tus manos, mustrame tus habilidades, confunde mi poca fe.
Vamos haz un milagro!
NARRADOR: JESS DIRIGE UNA MIRADA DE COMPASIN AL TETRARCA Y GUARDA SILENCIO.
HERODES: Eres mudo por ventura? Por qu no hablas? Por qu no me confundes? Asmate a esa
ventana, desde donde se ve la cilndrica torre de David, y dile que te salude.
NARRADOR: JESS GUARDA SILENCIO, DESPRECIANDO LAS EXIGENCIAS DE HERODES.
HERODES: Olvidas que soy Tetrarca de Galilea y que tu silencio puede costarte caro?
NARRADOR: EL NAZARENO SE SONRE DULCEMENTE
HERODES: Miserable! Desprecias mis amenazas. Ests loco? Haz un prodigio o de lo contrario, el rigor de
mi clera, caer sobre tu cabeza.
NARRADOR: HERODES TRAE UNA COPA CON AGUA Y LUEGO LE DICE:
HERODES: Convierte esta agua en vino!
NARRADOR: LUEGO PASA EL VASO POR EL ROSTRO DE JESS, BEBE EL AGUA QUE CONTIENE Y
CON DISGUSTO Y ENOJO VE QUE NO CONTIENE VINO, HERODES, ESCUPE EL AGUA Y LUEGO
ARROJNDOSELA A JESS LE DICE.
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 31
DE HERODES A PILATO
NARRADOR: PONCIO PILATO SE CREE YA LIBRE DEL GRAVE COMPROMISO DE SENTENCIAR A
JESS. CUANDO OY PRONUNCIAR SU NOMBRE EN LA PLAZA A GRANDES VOCES. SE ASOMA A LA
VENTANA Y CON DISGUSTO Y ASOMBRO VE QUE LE TRAEN POR SEGUNDA VEZ A JESS.
ABENADERO ENTRA A DECIRLE QUE UN SOLDADO DE HERODES DESEA HABLARLE.
PONCIO PILATO: Que quieren de m esos furiosos?
ABENADERO: El tetrarca te enva a Jess.
PONCIO PILATO: Por qu no le juzga? Por qu no le sentencia?
ABENADERO: Sin duda no le encuentra delito para ello!
PONCIO PILATO: Que entre ese hombre!
NARRADOR: POCO DESPUS EL SOLDADO SE HALLA EN PRESENCIA DEL GOBERNADOR.
SOLDADO: Mi amo me enva para decirte que te agradece el que le hayas enviado a Jess Nazareno! Y que
desde este momento te ruega des al olvido todo lo pasado y le reconozcas como un amigo y un sbdito fiel y
leal de Augusto Tiberio.
PONCIO PILATO: Di a tu amo que puede contar desde ahora con mi amistad como cont en otro tiempo, y
que quedo muy honrado si me cuenta en el nmero de sus amigos!. Pero!, Por qu vuelve a remitirme a
Jess? Por qu no le juzga l, siendo Galileo?
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 32
Pilato!
Que salga el gobernador!
Que sentencie al Galileo!
La cruz para el Nazareno!
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 33
La cruz!
El Glgota para Jess!
Crucificadle!
Crucificadle!
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 34
HE AQU EL HOMBRE
NARRADOR: PILATO MANDA QUE JESS SOSTENIDO POR LOS SOLDADOS, SEA SACADO AL
BALCN DE SU PALACIO PARA QUE EL PUEBLO LO VEA CON SU MANTO DE PRPURA, SU CORONA
DE ESPINAS Y SU CAA EN LA MANO
PONCIO PILATO: Vedle, israelitas!He aqu el hombre! Hasta la figura de hombre ha perdido! Despreciadle!
Bastante castigado est por sus crmenes. Qu os importa que este hombre viva o muera, despus del
castigo que acaba de recibir?
PUEBLO:
Al Glgota,
Al Glgota!
Crucificadle!
La muerte para l, la cruz!
NARRADOR: CAIFS, CUYO RENCOROSO CORAZN TEME QUE JESS SE LIBRE DE LA MUERTE,
GRITA CON DESAFORADO TONO.
CAIFS: Pilato, tu deber es respetar nuestra ley y castigar a los enemigos del Cesar. Jess se ha llamado hijo
de Dios: merece pues, la muerte por nuestra ley. El segundo delito de Jess es el crimen de rebelin contra
Tiberio, y merece muerte de cruz. Crucifcale t, que es a quien compete. Roma te lo manda, el deber te lo
aconseja
NARRADOR: EL HOMBRE DEL CESAR HACE ESTREMECER A PILATO Y TEME QUE AQUELLOS
FURIOSOS SACERDOTES LE ENVUELVAN EN ALGUNA CALUMNIA DE FATALES CONSECUENCIAS
PARA L. HACE ACERCAR A JESS Y LE DICE:
PONCIO PILATO: Defindete, ya oyes lo que dicen de ti.
NARRADOR: JESS GUARDA SILENCIO. EN ESTE MOMENTO UN SOLDADO ENTRA Y LE DICE A
PILATO:
SOLDADO: Seor, tu esposa me enva a decirte que no olvides tu promesa; que respetes la vida del Nazareno
NARRADOR: PONCIO LLEGA A DESORIENTARSE, POR UNA PARTE SU CONCIENCIA Y SU ESPOSA LE
DICEN QUE JESS NO ES CULPABLE, POR OTRA PARTE, LOS SACERDOTES ACUSAN A AQUEL
HOMBRE COMO ENEMIGO DEL CESAR. HACE EL ULTIMO ESFUERZO PARA SALVARLE. PILATO
RECUERDA QUE POR LA PASCUA SE ACOSTUMBRA DAR LA LIBERTAD A UN PRISIONERO AQUEL A
QUIEN EL PUEBLO PIDA, ESTO LE DA UNA ESPERANZA.
PONCIO PILATO: judos! Mi conciencia me dice que Jess es inocente, o al menos no merece la muerte.
Entre vosotros existe la costumbre de conceder la libertad a un criminal en estos das, ...Traedme a Barrabas.
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 35
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 36
CAMINO AL CALVARIO
NARRADOR: EN MEDIO DE LA PLAZA ESPERABAN LAS AFRENTOSAS CRUCES A LOS REOS. LA
CRUZ, EL SUPLICIO MS CRUEL Y AFRENTOSO, LA MUERTE RESERVADA A LOS ESCLAVOS Y
CRIMINALES, ES LA QUE RESERVA EL MUNDO A JESS, Y L, POR SALVAR AL MUNDO LA RECIBE
CON LOS BRAZOS ABIERTOS. POCO DESPUS SE OYE UNA TORMENTA Y UNA VOZ QUE DICE:
LONGINOS: Cmplase la sentencia.
NARRADOR: ESTA ES LA VOZ DE LONGINOS QUE DEBA ROMPER LA MARCHA. LOS VERDUGOS
COLOCARON LAS CRUCES SOBRE LOS HOMBROS DE LOS BANDIDOS. LUEGO COLOCARON EL
LEO MS PESADO SOBRE LOS HOMBROS DE JESS DICINDOLE:
VERDUGOS: Ya que t eres hijo de Dios, lleva solo la carga y has un milagro para que no te sea pesada.
NARRADOR: JESS AL RECIBIR SOBRE SU HOMBRO EL PESADO Y AFRENTOSO LEO SE DOBL,
SEGUAN A ESTE DIMAS Y GESTAS, SEGUA UN SOLDADO LLEVANDO EN LA MANO UN BASTN
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 37
PRIMERA CADA
NARRADOR: CAMINO DEL CALVARIO VA JESS SEGUIDO POR LA PLEBE. LA CORONA DE ESPINAS
PONE EN SU FRENTE UNA DIADEMA DE RUB. LA CRUZ LE VA FORMANDO LLAGAS EN EL HOMBRO.
EL NAZARENO, CON LA MANO DERECHA PROCURA AMINORAR EL ENORME PESO DE LA CRUZ, Y
CON LA IZQUIERDA ALZA SU LARGA TNICA PARA NO TROPEZAR CON LAS DURAS Y DESIGUALES
PIEDRAS DEL CAMINO. LA SED Y LA FIEBRE LE DEVORAN; PERO SU PADRE DESDE LOS CIELOS LE
PRESTA FORTALEZA PARA SOPORTAR LA FATIGOSA PEREGRINACIN. JESS TROPIEZA CON UNA
PIEDRA; FALTNDOLE LAS FUERZAS CAE POR PRIMERA VEZ. LOS VERDUGOS PARA LIBERTARLE,
LE DAN DURSIMOS GOLPES PARA REHACER SUS DESFALLECIDAS FUERZAS Y LE DICEN:
VERDUGOS:
-
BEN-HUR
NARRADOR: EN ESO UN HOMBRE LLAMADO BEN-HUR, SALE DE UNA CASA CON UN CNTARO DE
AGUA ENTRE LAS MANOS Y LE DICE A JESS.
BEN-HUR: Bebe!, bebe! Rab!
VERDUGO 1: Largo fuera!
VERDUGO 2: Anda Rab, que ya llegas al trono, carga tu cruz que despus ella te cargar cuando ya ests
crucificado.
NARRADOR: JESS SE LEVANTA, FIJANDO SUS DULCES OJOS EN EL CIELO CONTINA SU
DOLOROSO CAMINO DICIENDO EN VOZ BAJA:
JESS: Perdnalos Padre, no saben lo que hacen.
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 38
SEGUNDA CADA
NARRADOR: MIENTRAS TANTO LA VIRGEN MARA HA DICHO A JUAN:
MARA: Corramos al calvario, quiero ver a mi hijo.
NARRADOR: LAS SANTAS MUJERES Y EL DISCPULO FAVORITO DE JESS OBEDECIERON A LA
MADRE DOLOROSA, MARA SE COLOCA EN LA VA SACRA, EN UN PUNTO POR DONDE HA DE PASAR
SU HIJO. ALL CAE DE RODILLAS, MAGDALENA, MARA CLEOF, MARA SALOME Y JUAN LA
RODEAN. EN VANO ES QUERER CONSOLAR AQUEL CORAZN DESTROZADO. JESS HA CAMINADO
UN BUEN TRAMO CUANDO VE A SU MADRE, QUE HACIENDO UN ESFUERZO SOBRENATURAL SE
ARROJA A LOS PIES DE SU HIJO. UN VERDUGO LA RECHAZA.
VERDUGO: Galilea, toma: Ah tienes el presente de muerte que te hace tu hijo, el profeta de Nazaret
NARRADOR: JESS QUISO CORRER EN SOCORRO DE SU MADRE. PERO LOS PIES SE LE
ENREDARON EN LA TNICA Y POR SEGUNDA VEZ CAE AL SUELO GOLPEANDO SU DIVINA FRENTE
EN LAS DURAS PIEDRAS DE LA CALLE.
MARA: Hijo de mi alma!
NARRADOR: EXCLAM MARA CON UNO DE ESOS GRITOS QUE SOLO PUEDEN SALIR DEL
CORAZN DE UNA MADRE. JESS SERENO, AUNQUE PLIDO Y VACILANTE, DIRIGI UNA
DOLOROSA MIRADA A SU MADRE, E INCORPORNDOSE SOBRE UNA RODILLA, LE DICE CON
DULCSIMA VOZ.
JESS: Salud, Flor de amargura! Salud, estrella pursima de la maana! Salud Madre ma!
NARRADOR: PERO ANTES QUE LOS LABIOS DE LA AMOROSA MADRE DEPOSITARAN UN BESO EN
LA FRENTE DOLIDA DE SU HIJO, LOS FEROCES VERDUGOS LA SEPARARON BRUSCAMENTE. MARA
CAE EN LOS BRAZOS DE MAGDALENA, DESFALLECIDA. JUAN CUBRE CON SU MANTO EL CUERPO
DE AQUELLA MRTIR. LA COMITIVA CONTINUA SU INTERRUMPIDA MARCHA. LA MUCHEDUMBRE
RUGE AL REDEDOR DEL MRTIR, DANDO GRITOS DE:
PUEBLO: Viva Barrabas! Muera el Galileo!
NARRADOR: Y JESS, EL MANSSIMO CORDERO, EL AMIGO DE LOS AFLIGIDOS, EL REDENTOR DEL
HOMBRE, CAMINA AGOBIADO BAJO EL PESO DEL AFRENTOSO LEO REPITIENDO EN VOZ BAJA:
JESS: Jerusaln! Jerusaln! Cuntas veces quise reunir a tus hijos, como la gallina rene a sus polluelos
bajo sus alas, y no quisiste.
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 39
LA CALLE DE LA AMARGURA
(TERCER CADA)
NARRADOR: JESS HA CAMINADO LA MITAD DE LA DOLOROSA VA CUANDO SE DETUVO POR
TERCERA VEZ, FALTO DE ALIENTO. SUS PIERNAS FLAQUEABAN.
ALGUNOS POBRES DE LOS ARRABALES Y ALGUNAS MUJERES A QUIENES LA BONDAD Y LOS
MILAGROS DE JESS HABAN CURADO SUS DOLENCIAS, LLORABAN AMARGAMENTE SIGUIENDO
LOS PASOS DEL MRTIR.
UNA CARCAJADA PROLONGADA Y SARCSTICA, DOMIN LA RISA DE LOS VERDUGOS.
JESS LEVANTO MAQUINALMENTE SU HERMOSA Y DOLORIDA CABEZA. A POCOS PASOS DEL
SITIO EN QUE SE HALLABA SE VE UNA CASA, SOBRE CUYA PUERTA EXTIENDE SUS VERDES RAMAS
UNA FRONDOSA PARRA; BAJO ESTE VERDE TECHO SE HALLA UN POZO Y ENCIMA DEL BROCAL UN
CNTARO DE AGUA FRESCA, JUNTO A ESTE POZO, SUBIDO DE PIE SOBRE UN BANCO DE PIEDRA,
ESTA UN HOMBRE DE FACCIONES PROVOCATIVAS Y PRONUNCIADAS. AQUEL HOMBRE ES EL QUE
HABA SOLTADO LA TERRIBLE CARCAJADA. SU NOMBRE ES SAMUEL BELIBETH
SAMUEL BELIBETH: Hosanna! Hosanna! Al que viene en nombre del Dios invisible de Israel a morir por el
hombre!... Jajjaj! El Glgota va a quedar honrado con tu suplicio. Llorad hipcritas Jerosolimitanos! Llorad
por el mago, por el falso profeta, por el embaucador... Jajjaj!
JESS: Samuel... tengo sed!...Por caridad, dame un poco de agua...que contiene tu cntaro!
SAMUEL BELIBETH: Anda, falso profeta! Mi pozo se secara!, Si tus malditos labios bebieran de su agua!
JESS: Samuel, permteme... por caridad que descanse un solo momento... a la sombra de ese emparrado...
no puedo con la fatiga... deja que me apoye unos instantes... en el poyo de tu puerta!
SAMUEL BELIBETH: Anda hechicero maldito! T contacto marchitara los verdes pmpanos de mi parra!
JESS: Samuel, an puedes salvarte!... Aydame por caridad... a llevar la cruz hasta el Glgota... su enorme
peso me postra... y las fuerzas me abandonan.
SAMUEL BELIBETH: Jajjaj! Pues no que eres hijo de Dios?... Pues entonces Por qu no llamas a los
ngeles, para que te ayuden? Anda embaucador! Anda hechicero! Quieres agua? Ven, bebe, bebe... Toma
maldito!
NARRADOR: Y TIRANDO EL CNTARO AL SUELO, EMPUJA BRUTALMENTE A JESS, QUE CAE POR
TERCERA VEZ, A LAS PUERTAS DE AQUEL MISERABLE JUDO, SIN CARIDAD, SIN CORAZN, Y SIN
CLEMENCIA. JESS SE INCORPORA LENTAMENTE. MIRA DE UN MODO COMPASIVO A SAMUEL
BELIBETH Y LE DICE:
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 40
SERAFIA
(LA VERNICA)
NARRADOR: EN ESTE INSTANTE, UNA MUJER SALE DE LA CASA, CON UN LIENZO EN LA MANO. ES
SERAFIA, SE ACERCA AL DIVINO GALILEO, CUYO ROSTRO SE HALLA BAADO DE SUDOR Y
SANGRE Y ARRODILLNDOSE DELANTE DE EL, LE DICE:
SERAFIA: Seor mo, Jess, permite que esta humilde pecadora, limpie tu divino rostro con este lienzo!
NARRADOR: LUEGO LIMPIA EL SUDOR QUE INUNDA EL SEMBLANTE DE JESS.
JESS: Dios te lo pague... mujer caritativa... mira ahora lo que te dejo en el lienzo.
SERAFIA: Milagro!!! Milagro!!! Miren el rostro del nazareno en mi lienzo, verdaderamente es el hijo de
Dios!!! El hijo de Dios!
NARRADOR: SERAFIA EXHALA UN GRITO DE GOZO, EN EL LIENZO SE HABA QUEDADO IMPRESO EL
ROSTRO DE JESS. EL NAZARENO ANTES CE CONTINUAR SU CAMINO, VOLVI A DECIR.
JESS: Serafia, deja tu nombre y toma el de VERNICA... pues que entre tus manos dejo mi verdadera
imagen.
NARRADOR: LUEGO CONTINUA SU MARCHA CRUENTSIMA EN DIRECCIN DEL MONTE DE LAS
CALAVERAS.
JUDAS ISCARIOTE
NARRADOR: COLGADO SOBRE UN OLIVO, AHORCADO, ESTABA JUDAS ISCARIOTE, JESS CAMINO
AL CALVARIO LE DICE:
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 41
EL CIRINEO
NARRADOR: UN HOMBRE LLAMADO SIMN NATURAL DE CIRENE, VENIA DEL CAMPO Y SE
ARRIMA A LA PARED PARA NO SER ATROPELLADO, ABENADERO, VIENDO DESFALLECER A JESS Y
TEMIENDO QUE ESTE NO LLEGARA A LA CUMBRE, LE DICE A SIMN EL CIRINEO
ABENADERO: Buen hombre, ayuda al condenado!
NARRADOR: SIMN SE RESISTE, PERO ABENADERO, COGIENDO EL HAZ DE LEA QUE EL CIRINEO
LLEVA A LAS ESPALDAS Y ARROJNDOLO LEJOS LE DICE:
ABENADERO: Obedece al Cesar!!!
NARRADOR: SIMN CARGA EL EXTREMO DE LA CRUZ, TEMBLANDO DE MIEDO. EL NAZARENO LE
ENVA UNA MIRADA COMPASIVA Y LLENA DE AGRADECIMIENTO Y CONTINAN SU MARCHA.
CUARTA CADA
NARRADOR: AL LLEGAR AL PUENTE DE LOS CADVERES JESS CAE POR CUARTA VEZ, CASI
DESMAYADO. SIMN DEJA LA CRUZ Y CORRE A LEVANTAR AL NAZARENO.
VERDUGOS: Vamos, camina!
MUJERES PIADOSAS
NARRADOR: UN GRUPO DE MUJERES QUE ESPERA AL JOVEN MAESTRO, PARA VERLE PASAR,
VIENDO EN TAN DOLOROSO ESTADO AL QUE SEIS DIAS ANTES, ENTRO CUBIERTO DE FLORES Y DE
BENDICIONES POR UN CAMINO DE ROSAS Y PALMAS, SE PONEN A LLORAR. JESS LEVANTA SU
FRENTE, MARCHITA POR EL DOLOR. MANCHADA POR LA SANGRE Y LES DICE:
JESS: Hijas de Jerusaln, no lloris por m, llorad sobre vosotras y sobre vuestro hijos, por que digo, que
vendrn das en que dirn; Bienaventuradas las estriles y los vientres que no concibieron y los pechos que no
criaron!
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 42
QUINTA CADA
NARRADOR: YA CERCA DE LA CUMBRE, CAE POR QUINTA VEZ, LOS VERDUGOS, COMO SE HALLAN
CERCA DEL SITIO DEL SUPLICIO, LO DESCARGAN DEL PESO DE LA CRUZ. LA COMITIVA RODEA LA
CIMA DEL CALVARIO Y LOS VERDUGOS SE PREPARAN A EJERCER SU IGNOMINIOSO
OFICIO. ABENADERO DESPIDE A SIMN, DNDOLE LAS GRACIAS; PERO ESTE PARECE NO OR LA
ORDEN DEL SOLDADO ROMANO Y PERMANECE JUNTO AL CUERPO DESFALLECIDO DE JESS:
JESS: Vete Simn, que pronto nos veremos en el reino de mi padre.
NARRADOR: SIMN SE SEPARA ALGUNOS PASOS DE JESS. LOS VERDUGOS TIRAN LA CRUZ AL
SUELO, HORADANDO LOS AGUJEROS, LOS LADRONES ESPERAN TAMBIN EL MOMENTO DE SU
MARTIRIO, PERO DE BIEN DISTINTO MODO. GESTAS MALDICIENDO SU SUERTE; DIMAS, CON LA
MIRADA FIJA EN EL NAZARENO Y ESPERANDO TODO DEL MESAS.
VERDUGO: Apartaos; dejad que le tome la medida a este profeta que se deja crucificar como un imbcil,
cuando poda convertirnos a todos en piedras.
NARRADOR: EL VERDUGO MIDI A JESS, DESCARGANDO SOBRE SU DIVINA BOCA UN TERRIBLE
PUETAZO. DESPUS, A LA MISMA MEDIDA, COLOC LA TABLILLA DONDE DEBAN DE HACER
PUNTO DE APOYO LOS PIES. LOS VERDUGOS COMIENZAN A DESNUDAR A JESS, RASGANDO LA
ROPA QUE SE HABA PEGADO A SU CARNE A CAUSA DE LAS MLTIPLES HERIDAS QUE CUBRAN EL
CUERPO DEL MRTIR. CUANDO LLEGARON A LA TNICA INCONSTIL QUE HABA TEJIDO LA
SANTA VIRGEN POR SUS PROPIAS MANOS, Y QUE, SEGN LA TRADICIN, FUE LA NICA QUE
LLEV JESS POR ESPACIO DE 30 AOS, PUES CRECA CON SU CUERPO. UNO DE LOS VERDUGOS
DICE:
VERDUGO (1): Creo que esta tnica no debemos rasgarla. Sera conveniente que la sacramos toda entera,
porque la podramos vender a alguno de los fanticos que creen que este hombre es el Mesas.
VERDUGO (2): Dices bien; despellejmosle, pues la tiene pegada al cuerpo.
NARRADOR: LOS VERDUGOS EJECUTAN LO QUE HABA INDICADO SU COMPAERO. LAS HERIDAS
DE JESS SON TANTAS, QUE EL DOLOR QUE SUFRE DURANTE AQUELLA OPERACIN, ES
CRUELSIMA. JESS COMPLETAMENTE DESNUDO, ENSANGRENTADO, DESFALLECIDO, DIRIGE EN
DERREDOR SUYO LOS DOLIENTES OJOS, BUSCANDO UNA MIRADA DE COMPASIN Y SOLO
ENCUENTRA LAS HORRIBLES CARCAJADAS DE LOS FEROCES VERDUGOS Y LA RECHIFLA
MISERABLE DE LA PLEBE. DE REPENTE ESCUCHA UN GRITO A SUS ESPALDAS; VUELVE LA CABEZA
Y VE A UNA MUJER QUE ESCALA PRECIPITADAMENTE LA CUMBRE DEL GLGOTA, SEGUIDA DE
TRES MUJERES Y UN HOMBRE, LA RECONOCE, ES SU MADRE; ES LA VIRGEN MARA, QUE CORRE
ARRANCNDOSE EL CASTO VELO QUE CUBRE SU CABEZA PARA CUBRIR EL DESTROZADO Y
DESNUDO CUERPO DE SU HIJO; LO SUJETA A SU CINTURA, BESA LUEGO LA PLIDA FRENTE DEL
HIJO DE SUS ENTRAAS, SIN QUE LOS VERDUGOS SE OPONGAN POR QUE EL DOLOR DE AQUELLA
MADRE ES INMENSO, INCOMPARABLE.
MARA: Sobre la afrentosa cumbre donde mueren los malhechores, sobre la tierra!, Donde arrojan a los
perros, desnudo te hallo a ti Jess mo, Qu dao hiciste tu a los hombres, lirio del valle, flor de pureza, para
que el hombre te maltrate de este modo?
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 43
LA CRUCIFIXIN
NARRADOR: LOS VERDUGOS, REPUESTOS DEL ASOMBRO QUE LA PRESENCIA DE LA MADRE LES
HA CAUSADO, COLOCAN A JESS, SOBRE EL AFRENTOSO MADERO. VAN A CLAVARLE. MARA
LANZA UN GRITO SIN EJEMPLO, VIENDO LOS CALVOS Y EL MARTILLO EN MANOS DEL VERDUGO.
JESS TENDIDO SOBRE LA CRUZ ENVA UNA SONRISA DE AMOR A SU MADRE, JUAN Y MAGDALENA
ARRANCAN DE AQUEL SITIO A MARA. DE PRONTO SE OYE UN RUIDO SECO, DESGARRADOR,
ESPANTOSO: ES EL SANGRIENTO CLAVO, QUE HORADANDO LA CARNE, CLAVA LA MANO DE JESS
EN EL VERGONZOSO MADERO. CUATRO VECES CAE CON FUERZA SOBRE EL DURO CLAVO, EL
TERRIBLE MARTILLAZO, Y SU SONIDO SECO, ATERRADOR, LLEGA HASTA EL CORAZN DE MARA,
DESGARRANDO SU CORAZN, COMO LA PUNTA DE UN PUAL. LA SANGRE SALTA EL ROSTRO DEL
VERDUGO. JESS SE AGITA DOLOROSAMENTE SOBRE EL MADERO.
VERDUGO (2): Ya esta est brazo!
NARRADOR: DIJO UN VERDUGO LIMPINDOSE LA SANGRE QUE HA SALPICADO EN SU ROSTRO.
VERDUGO (3): Pues el otro, y acabemos!
NARRADOR: PERO CUANDO LOS VERDUGOS SE APODERAN DE LA MANO IZQUIERDA PARA
CLAVARLA, VEN QUE NO LLEGA AL SITIO DONDE ESTN INDICADOS LOS AGUJEROS, ENTONCES...
HORRIBLE PENSAMIENTO!. ATAN UNA CUERDA A LA MUECA DE JESS Y APOYANDO UN PIE
SOBRE UNA PIEDRA, TIRAN BRUTALMENTE HASTA EL PUNTO DE DISLOCARLE LOS HOMBROS. EL
PECHO DE JESS SE LEVANTA, CON UNA AGITACIN ESPANTOSA... LA MANO IZQUIERDA ES
CLAVADA POR FIN.
FALTAN LOS PIES Y LOS COLOCAN SOBRE EL PUNTO DE APOYO, DOS CLAVOS ESPERAN LA
CARNE PARA HORADARLA, DIEZ MARTILLAZOS TERMINAN EL HORRIBLE MARTIRIO, JESS QUEDA
ENCLAVADO Y ES LEVANTADO A LA VISTA DE LAS NACIONES.
ENTONCES SUENA UN GRITO DE ENTUSIASMO ALREDEDOR DEL GLGOTA, POR QUE PILATO A
MANDADO PONER UNA TABLILLA EN LO ALTO DE LA CRUZ CON LA SIGUIENTE INSCRIPCIN
JESS DE NAZARET REY DE LOS JUDOS CAIFS QUE LO HA PRESENCIADO TODO, RODEADO DE
SUS AMIGOS Y FARISEOS, APENAS LEE LA INSCRIPCIN, SE ACERCA CON ABENADERO Y LE DICE
CON DESCOMPUESTO TONO:
CAIFS: Manda quitar esa tablilla, donde segn parece, ese condenado es nuestro rey y pon en su lugar una
que diga Jess de Nazaret que se dice Rey de los Judos
ABENADERO: El juez as lo ha mandado, as estar mientras no revoque su orden.
NARRADOR: CAIFS RENE A SUS AMIGOS Y LES DICE QUE ES PRECISO CORRER AL PALACIO DE
PILATO. TRES SACERDOTES PARTEN A DESEMPEAR LA COMISIN. PILATO SE HALLABA
PREOCUPADO EN SU PALACIO, CUANDO LE DIJERON QUE QUERAN HABLARLE; ESTE DIO ORDEN
PARA QUE LOS DEJARAN PASAR. PERO LOS SACERDOTES AL EXPONER LO MANDADO, SOLO
ENCONTRARON NEGATIVAS DE PILATO, QUE NO LES HIZO CASO.
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 44
DIMAS Y GESTAS
NARRADOR: MIENTRAS TANTO, JESS EXCLAMA CON MORIBUNDO ACENTO
JESS: Perdnalos padre mo, porque no saben lo que hacen!
NARRADOR: AQUELLOS MISERABLES SE REN Y MOFAN DEL DOLOROSO ESTADO DE JESS. UN
FARISEO, MIRNDOLE FIJAMENTE LE DICE A SU VEZ.
FARISEO: No eres Rey de Israel? Pues baja de la cruz y creer en ti!
NARRADOR: EL BANDIDO GESTAS QUE SE HALLA ENCLAVADO EN LA CRUZ A LA IZQUIERDA DEL
GALILEO, VUELVE LA CABEZA Y LE DICE CON DESPRECIATIVO ACENTO.
GESTAS: No que eres Dios!, Bjate de esa cruz!. Si t eres el cristo, slvate a ti mismo y slvanos a
nosotros!
DIMAS: Gestas, no blasfemes, no dudes del poder de Dios, regocjate de la gloria que te cabe por morir al
lado del Mesas verdadero!. Nosotros, a la verdad, aqu estamos sufriendo el castigo afrentoso de la cruz con
justicia, pues pagamos la pena que merecen nuestros delitos!. Ms Jess no ha hecho dao a nadie! Seor,
acurdate de m, cuando ests en tu santo reino.
NARRADOR: ENTONCES JESS DIRIGIENDO UNA DULCE MIRADA AL BANDIDO, QUE CUANDO NIO
LE HABA BRINDADO HOSPEDAJE Y QUE EN LA HORA DE SU MUERTE LE PIDE CON FERVOROSO
RUEGO EL PERDN DE SUS CULPAS, LE DICE:
JESS: Dimas!... En verdad te digo... que hoy estars... conmigo en el paraso.
NARRADOR: MIENTRAS TANTO, AL PIE DE LA CRUZ, HA SURGIDO UNA DISPUTA. LOS MISERABLES
VERDUGOS, QUE HAN DESPOJADO A JESS DE SUS VESTIDURAS, HAN SACADO UNOS DADOS Y
ESTN JUGANDO LA TNICA DEL NAZARENO. UNO DE LOS DADOS HA CADO EN UN HOYO, ESTE
INCIDENTE PRODUCE UNA DISPUTA ENTRE LOS JUGADORES.
VERDUGO (1): Es ma!
VERDUGO (1): No, es ma!
VERDUGO (1): Es ma!
NARRADOR: DE LAS PALABRAS SE HAYAN DISPUESTOS A VENIR A LAS MANOS. UN CENTURIN
TUVO QUE INTERVENIR EN LA REYERTA.
ABENADERO: Alto! Basta!, jueguen de nuevo!
NARRADOR: EL JUEGO COMIENZA DE NUEVO, AQUELLOS MISERABLES OLVIDAN CUANTO LES
RODEA, SE ENTREGAN NUEVAMENTE CON DOBLE INTERS A ESE VICIO. LA CLERA DE DIOS
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 45
EL LTIMO ALIENTO
NARRADOR: MARA, ABRAZADA AL AFRENTOSO MADERO, NO APARTA SUS DOLIENTES OJOS DEL
ANGUSTIOSO ROSTRO DE SU HIJO. CADA UNA DE SUS PALABRAS, ABRE UNA CRUEL HERIDA EN
SU CORAZN. LOS VERDUGOS HAN TENIDO LA CRUELDAD DE PERMITIRLE LLEGAR HASTA EL
SITIO DEL TORMENTO Y SE GOZAN DE SU DOLOR. JESS AGITA LA CABEZA CON UN MOVIMIENTO
DE AGONA Y EN ESTE MOMENTO UN RELMPAGO AZULADO CRUZA EL TER, Y LA PODEROSA VOZ
DEL TRUENO LLENA CON SU ECO ATERRADOR, LOS DILATADOS MBITOS DEL ESPACIO. CESA EL
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 46
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 47
LONGINOS
NARRADOR: LONGINOS QUE HA ADMIRADO EN COMPLETO SILENCIO A AQUEL HOMBRE QUIERE
SEGUIRLE CON LA VISTA, PERO ES EN VANO, POR QUE LONGINOS PADECE UNA ENFERMEDAD MUY
CRNICA EN LO OJOS Y ES CASI CIEGO. EN ESTE MOMENTO LONGINOS SE ACERCA HASTA LA
CRUZ DE JESS, CASI HASTA TOCARLA Y ALZANDO LA LANZA EXCLAMA CON BRONCO Y
PODEROSO ACENTO:
LONGINOS: Falso profeta, yo tambin me ri del miedo de tus compatriotas!. Por fin te has muerto sin que yo
haya visto un milagro de los que dicen que has hecho; es un desconsuelo y la punta de mi lanza va a
demostrarte mi justo enojo.
NARRADOR: LONGINOS ASESTA UN TERRIBLE LANZAZO EN EL COSTADO DERECHO DE JESS. LA
ACERADA PUNTA ABRI UNA ANCHA HERIDA EN EL SANTSIMO PECHO DEL NAZARENO. POR
AQUELLA HERIDA BROTO UN CHORRO DE SANGRE Y AGUA QUE CORRI COMO UN PURSIMO
ARROYO POR LA LANZA DE LONGINOS HUMEDECIENDO SUS MANOS. LONGINOS SINTI AL TOCAR
AQUELLA SANGRE, ALGO EXTRAO DENTRO DE SU SER.
MAQUINALMENTE LA LANZA SE DESPRENDI DE SUS MANOS Y SE FROT LOS OJOS, LA SANGRE
DE JESS TOCO SUS ROJOS PARPADOS Y LONGINOS VIO CON ASOMBRO QUE HABA RECOBRADO
LA VISTA. ENTONCES LANZA UN GRITO DICIENDO:
LONGINOS: Milagro! Milagro! Jess, Dios mo, yo creo en tu infinita providencia!
NARRADOR: Y CAYENDO A LOS PIES DE LA CRUZ, LE ADOR.
LA LTIMA MORADA
NARRADOR: MIENTRAS TANTO, ALREDEDOR DE LA CRUZ, DONDE AUN PERMANECE CLAVADO
JESS, SE AGRUPAN CON AMOR UN PUADO DE SERES. DE AQUEL GRUPO DOLOROSO DEBA
BROTAR MUY EN BREVE LA FUENTE FECUNDADORA DEL CRISTIANISMO. DE AQUEL PUADO DE
ISRAELITAS REUNIDOS EN LA CUMBRE DEL CALVARIO, IBA A SER EL PERFUME IMPERECEDERO Y
SALVADOR QUE HACE XX SIGLOS FORTALECE CON SU ESENCIA EL GRAN ESPRITU DE LA
HUMANIDAD.
MARA, MADRE DOLOROSA, ERA EL PRECIOSO BCARO QUE REUNA AH LAS FLORES
ABATIDAS DEL EVANGELIO.
MAGDALENA, MARA SALOME, MARA CLEOFE, JUAN Y PEDRO Y OTROS DISCPULOS
QUERIDOS, LLORAN AMARGAMENTE AL PIE DE LA CRUZ.
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 48
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 49
Adaptacin: J. Campos Q.
D. Valdiviezo P.
pg. 50