Estudio Bíblico de Gálatas 3 - 8-17 PDF

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29/1/2015

Estudio bblico de Glatas 3:8-17

Estudio bblico de Glatas 3:8-17


Glatas 3:8-17
Continuamos hoy nuestro estudio del captulo 3 de la epstola del apstol San Pablo a los Glatas. Y hoy, continuamos con
el versculo 8. Estuvimos observando que Abraham era una de las mejores ilustraciones de la justificacin por fe. Se
destaca en las Escrituras en todas partes como la ilustracin principal, ya que, como podemos apreciar, Abraham fue
justificado por fe mucho antes de haberse dado la ley. En realidad, ocurri como 400 aos antes que la ley fuese
mencionada. Creemos que nadie pueda decir que l fue justificado por la ley de Moiss, en realidad, nadie puede decir
eso. Por tanto, cuando usted y yo confiamos en Cristo, estimado oyente, somos salvos de la misma manera en que
Abraham fue salvo. Eso quiere decir que somos salvos por creer y confiar en Cristo como nuestro Salvador personal.
Quisiramos ahora seguir adelante en este captulo 3, de Glatas y vamos a leer el versculo 8:
"Y la Escritura, previendo que Dios haba de justificar por la fe a los no judos, dio de antemano la buena nueva a
Abraham, diciendo: En ti sern benditas todas las naciones".
Bien, si la fe sin obras era suficiente para Abraham, por qu bamos a desear nosotros algo diferente? Y si la bendicin
para Abraham no fue debido a las obras que demandaba la ley, sino a causa de su fe, por qu bamos a volvernos
nosotros de la fe, a las obras de la ley?
Hemos ledo que "Dios. . . predic . . . el Evangelio a Abraham". Y cundo lo hizo? Bueno, la ilustracin que usamos en
nuestro programa anterior fue la cita que tomamos del captulo 15 de Gnesis. Eso fue al comienzo de la vida de fe de
Abraham. Ahora veremos que Pablo se refiri a un incidente que tuvo lugar cerca del final de su vida de fe, y registrado
en Gnesis 22 y en el versculo 17, despus de haber ofrecido Abraham a su hijo Isaac sobre el altar. En realidad estuvo
muy cerca de consumar ese acto de sacrificio, usted recordar, pero Dios lo detuvo. Dios consider la actitud de Abraham
como si l hubiera realizado el sacrificio porque l haba demostrado que tena fe en Dios, creyendo que Dios resucitara a
Isaac de los muertos (como nos dijo el escritor de Hebreos 11:19). Ahora observemos la respuesta de Dios al acto de fe
de Abraham, registrada en Gnesis 22:15-18: "15Llam el ngel del Seor a Abraham por segunda vez desde el cielo, 16y
le dijo :Por m mismo he jurado, dice el Seor, que por cuanto has hecho esto y no me has rehusado a tu hijo, tu nico
hijo, 17de cierto te bendecir y multiplicar tu descendencia como las estrellas del cielo y como la arena que est a la orilla
del mar; tu descendencia se aduear de las puertas de sus enemigos. 18En tu simiente sern benditas todas las naciones
de la tierra, por cuanto obedeciste a mi voz". Aparentemente en ese momento Dios predic el Evangelio a Abraham,
porque el ofrecimiento de Isaac fue una de las mejores figuras del ofrecimiento de Cristo. Aunque Dios perdon al hijo de
Abraham, no perdon a Su propio hijo sino que le entreg por todos nosotros.
Ahora, lo importante que debemos notar en la vida de Abraham es que este hombre obedeci la voz de Dios. Estuvo
dispuesto a ofrecer a su hijo cuando Dios se lo orden, y cuando estando a punto de ofrecerlo Dios le detuvo, l se
detuvo, obedeciendo la voz de Dios. Con su accin demostr que tena fe en Dios. Nuevamente crey en Dios y se le tom
en cuenta como justicia.
Hay algunas personas que se preocupan porque piensan que hay una contradiccin en las Escrituras entre lo que dijo el
apstol Pablo sobre Abraham y lo que Santiago dijo en 2:20 y 21: "20Pero quieres saber, hombre vano, que la fe sin
obras est muerta? 21No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreci a su hijo Isaac sobre el
altar?" Sin embargo Santiago continu diciendo en el versculo 22: "No ves que la fe actu juntamente con sus obras, y
que la fe se perfeccion por las obras?" Juan Calvino lo deca de esta manera: "Slo la fe salva, pero la fe que salva no
est sola". En otras palabras la fe que salva es una fe dinmica, una fe vital que nos lleva a realizar obras. Esperamos que
usted entienda que Santiago no estaba hablando sobre las obras de la ley. Santiago estaba hablando de las obras de la fe.
Porque la fe produce obras. Esta idea que lleva a afirmar que las otras le salvan, es como poner el carro delante del
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caballo y casi podramos decir que algunos incluso ponen el caballo en el carro.
Es importante recordar que la fe conduce a las obras, como sucedi en el caso de Abraham. Dios puede ver nuestros
corazones, l sabe si nosotros hemos confiado en Cristo como Salvador o si no lo hemos hecho. l sabe si somos o no
genuinos miembros de la iglesia o no. Porque se puede engaar a la gente con una apariencia de devocin al Seor pero a
Dios no se le puede engaar. Por qu no ser entonces un creyente autntico y, al mismo tiempo, disfrutar de la alegra
de la vida cristiana? En todo caso, no hay que fingir y lo ms respetable delante de Dios y los dems que nos conocen, es
que cada uno se muestre tal cual es. Merece la pena confiar en el Seor Jesucristo como Salvador y entonces, ser un
autntico cristiano y vivir una fe viva, dinmica, que producir obras.
Una lectura cuidadosa del pasaje de Santiago 2 revela que Santiago us la historia de Abraham para mostrar que la fe sin
obras est muerta. sta fue la ltima parte de la historia de Abraham, porque, en realidad, fue la ltima vez que Dios se le
apareci. No fue la porcin de la Biblia a la que Pablo se refiri aqu en su epstola a los Glatas, cuando dijo que
Abraham fue justificado por fe. Pablo dijo que la fe sola era suficiente, y prob su afirmacin de la historia de Abraham
registrada en Gnesis 15. Entonces, Santiago dijo que la fe sin obras estaba muerta, y lo prob refirindose a la historia
de Abraham relatada en el captulo 22 de Gnesis. Si Abraham no hubiera cumplido, si l se hubiera arrepentido y en el
incidente del captulo 22 hubiera dicho: "Espera un momento, yo no creo en lo que has dicho. He estado fingiendo todos
estos aos", entonces habra sido obvio que la fe de Abraham era falsa. Pero Dios saba, en el incidente de Gnesis 15 que
Abraham tena una fe genuina.
Ahora, las obras de las cuales hablaba Santiago no eran las obras de la ley, porque la ley an no se haba dado durante la
poca de Abraham; tenemos que reconocer ese hecho. Santiago, dijo aqu en el versculo 23, del captulo 2, de su
epstola: "Y se cumpli la Escritura que dice: Abraham crey a Dios, y se le tom en cuenta como justicia; y fue llamado
amigo de Dios". Al principio de este versculo, Santiago estaba retrocediendo a la referencia que Pablo dio al principio,
referente al comienzo de la vida de fe de Abraham. Despus, Pablo dijo que el Evangelio fue predicado a Abraham al final
de su vida cuando Dios le dio la promesa.
No hay contradiccin cuando uno examina pasajes como los que escribieron Pablo y Santiago. Ambos estaban diciendo lo
mismo. Una estaba mirando a la fe al principio. Y el otro estaba mirando a la fe al final de la vida de Abraham. Uno
estaba mirando a la raz de la fe. El otro estaba mirando al fruto de la fe. La raz de la fe se explica con la frase "la fe sola
te salva", pero la fe salvfica producir fruto, es decir, buenas obras.
O nuevamente como dijo Juan Calvino: "Slo la fe salva, pero la fe que salva, no est sola". Sigamos ahora con nuestra
lectura aqu en la epstola del apstol San Pablo a los Glatas, con el versculo 9, de este captulo 3:
"De modo que los que tienen fe son bendecidos con el creyente Abraham".
En otras palabras, Dios salva al pecador hoy en la misma base en la cual salv a Abraham. Es decir, l le pide fe al
pecador. l le pidi a Abraham que creyera que l iba a hacer ciertas cosas por l. Y Dios nos pide a usted y a m,
estimado oyente, que creamos que l ya ha hecho ciertas cosas por nosotros al entregar a Su Hijo Jesucristo para que
muriera por nosotros. As que la fe es la manera especial por la cual el hombre es salvo hoy. Ahora, en el versculo 10, de
este captulo 3 de la epstola a los Glatas, leemos:
"Todos los que dependen de las obras de la Ley estn bajo maldicin, pues escrito est: Maldito sea el que no
permanezca en todas las cosas escritas en el libro de la Ley, para cumplirlas".
La expresin importante aqu es "el que no permanezca". Estamos dispuestos a conceder que quiz haya das en la vida,
en los cuales uno se siente muy bien, con un excelente estado de nimo y la sensacin de que todo lo que le rodea
marcha razonablemente bien, sin tropiezos, porque uno cree estar viviendo bajo la voluntad del Seor. Y entonces, uno
tiene la sensacin de que Dios aprueba lo que estamos haciendo y en consecuencia, recibe la bendicin de Dios. Pero
consideremos lo que dice este versculo: "Maldito sea el que no PERMANEZCA en todas las cosas escritas en el libro de la
ley, para cumplirlas". Qu le parece eso, estimado oyente? Cumple usted las demandas ticas de la ley las 24 horas del
da, 7 das a la semana, 52 semanas en el ao, en su pensamiento, en su hablar, en sus acciones? Al ser usted humano,
en algunos momentos de su vida se sentir defraudado, o deprimido. Nadie se siente optimista, exultante en todo
momento. Hay momentos de desilusin o desnimo, con nuestra naturaleza fsica no controlada por el Espritu de Dios,
cuando usted es consciente de su debilidad y se siente indefenso, superado por las circunstancias. En esos momentos,
usted no est en condiciones de cumplir las demandas de la ley o, por otra parte, no le apetece hacerlo y entonces los
principios de la ley slo pueden condenarle. Son esos das los que el apstol Pablo en Efesios 6 calific como "el da
malo".
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Si usted tiene un buen da o est pasando por un buen momento, y vive bajo los principios espirituales de la ley, usted no
recibir ningn premio por ello. Supongamos que yo cumplo con la ley en la ciudad donde vivo por muchos aos
consecutivos. Pero un mal da, voy y hago algo contra la ley. Sabe usted lo que va a pasar? Pues los representantes de la
ley me impondrn una sancin acorde con la gravedad de la infraccin. Es que la ley no le da premios a uno, sino que lo
penaliza. Y en el mbito espiritual, sucede lo mismo. La ley no da vida, sino que penaliza, castiga la infraccin.
Sin embargo, la fe, estimado oyente, le da a usted vida. En el versculo 11, del captulo 3 de la epstola a los Glatas,
leemos:
"Y que por la Ley nadie se justifica ante Dios es evidente, porque: El justo por la fe vivir".
Incluso el Antiguo Testamento ense que el hombre era salvo por la fe. Nunca dijo que alguien fuese salvo por cumplir
la ley. Nunca hemos ledo acerca de alguien que vivi en aquella poca y fuera salvo por haber cumplido las demandas de
la ley dada por Moiss. Como es sabido, el centro del sistema mosaico era el sistema de sacrificios. Moiss se alegr de
que Dios extendiera su misericordia y gracia al pueblo, incluso en la poca en que estaban bajo la ley y su rostro
resplandeci. En el Libro de Habacuc, captulo 2, versculo 4, dice: "Mas el justo por su fe vivir". De paso debemos decir
que esta declaracin se menciona tres veces en las tres cartas principales de la doctrina cristiana. Aqu en Glatas, tambin
en Romanos y luego en la carta a los Hebreos. Y tiene un nfasis particular en cada una de ellas. EL JUSTO, es decir, la
justificacin se enfatiza en la epstola a los Romanos; VIVIR, es decir el vivir, se menciona en el captulo 11 de la epstola
a los Hebreos; y como estamos viendo aqu en Glatas, el nfasis se coloca sobre la FE. Notemos ahora lo que Pablo dijo
aqu en el versculo 12, de este captulo 3 de la epstola a los Glatas:
"Pero la Ley no procede de la fe, sino que dice: El que haga estas cosas vivir por ellas".
ste tambin es un versculo importante. La fe y la ley son principios contrarios para la salvacin y tambin lo son para el
vivir la vida cristiana. El uno anula al otro. Est diametralmente opuesto el uno del otro. Si usted ha resuelto vivir
intentando cumplir la ley, entonces permtanos decirle que no puede ser salvo por fe. Al ser contrarios, estos principios no
se pueden combinar.
Dios no ha dispuesto su plan de salvacin de manera que alguien pueda ser salvo por la fe y por la ley. Uno tiene que
elegir entre ellos, estimado oyente. Si usted quiere optar por la ley, entonces puede intentarlo. Pero debemos advertirle
que Dios ya ha dicho que usted no podr ser salvo por ese medio, ni tampoco podr vivir la cristiana cumpliendo la
voluntad de Dios de esa manera. Como acabamos de leer, la ley no se basa en la fe, no tiene en cuenta a la fe. Se limita a
declarar que el que observa sus preceptos vivir por ellos. Quiere decir que slo un cumplimiento total de los preceptos de
la ley recibir la aprobacin divina. Pero, como llevar a la prctica ese cumplimiento resulta imposible la ley termina por
condenar a una persona, impulsndola a depender de Dios por la fe. Ahora, en el versculo 13, de este captulo 3, de la
epstola a los Glatas, leemos:
"Cristo nos redimi de la maldicin de la Ley, hacindose l mismo maldicin por nosotros (pues est escrito: Maldito
todo el que es colgado en un madero)"
Escuchemos lo que dijo aqu: "Cristo nos ha redimido de la maldicin de la ley". Como acabamos de leer y explicar, la ley
nos condenaba. Recordemos que hemos dicho tambin que no recibamos ningn premio por cumplir sus preceptos,
porque si quebrantbamos uno solo de ellos, la ley ya ha previsto el castigo. Por ello Cristo nos rescat de la maldicin de
la ley. Y cmo lo hizo? Hacindose maldicin por causa nuestra. Es decir, que sufri nuestro castigo.
El versculo 13 contina diciendo: "Porque est escrito: Maldito todo aquel que es colgado en un madero". ste es un gran
pasaje de las Escrituras del Antiguo Testamento y, por cierto un pasaje notable por varias razones. Una de ellas es que los
hijos de Israel no colgaban a la gente en un madero, como mtodo de ejecucin pblica. En cambio, para ajusticiar a los
criminales utilizaban la lapidacin, es decir, apedrendoles. Los turistas en esas tierras se han preguntado a veces porqu
los judos utilizaban ese mtodo de aplicar la pena capital y les ha llamado la atencin la gran cantidad de piedras que hay
por todas partes. Pero sa era la forma de tratar a los criminales ms malos, a los que constituan un peligro para la
convivencia social. Y usaban ese mtodo para que sirviera de ejemplo a los dems. En Deuteronomio, captulo 21,
versculos 22 y 23, y aqu estamos leyendo de la ley, dice: "Si alguien ha cometido algn crimen digno de muerte, y lo
hiciereis morir, y lo hacis morir colgado en un madero, no dejareis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin
falta lo enterrars el mismo da, porque maldito por Dios es el colgado. As no contaminars la tierra que el Seor tu Dios
te da por heredad". Es decir, si l haba cometido algn crimen horrible, luego de haber sido apedreado hasta la muerte,
entonces se tomaba su cuerpo y se lo colgaba en un madero para que sirva de ejemplo a los dems. Pero el cuerpo no
deba dejarse all toda la noche Por qu? Porque l era maldito por Dios, es decir, que su posicin evidenciaba
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pblicamente el rechazo de Dios hacia el reo.


Ahora el Seor Jesucristo llev nuestra maldicin. Y cundo la llev? Fue acaso en Su encarnacin? No, Cuando l
naci, fue llamado un Ser Santo, en Lucas 1:35. Acaso se convirti en una maldicin durante los aos silenciosos de Su
vida, de los cuales tenemos tan poca informacin? No, porque en Lucas 1:52 se dice que "Jess creca en sabidura, en
estatura y en gracia para con Dios y los hombres". Y no se convirti en una maldicin durante Su ministerio pblico en la
tierra? Ciertamente tampoco, porque fue durante ese ministerio que Su Padre dijo, en Mateo 3:17 "ste es mi Hijo amado,
en quien tengo complacencia". Entonces tiene que haber sido mientras estaba colgado de la cruz, cuando se convirti en
una maldicin. Si, pero no durante las primeras tres horas en la cruz, porque cuando l se ofreci en sacrificio, no haba
mancha ni imperfeccin en l. Fue durante las tres ltimas horas en la cruz cuando l se convirti en una maldicin por
nosotros. Fue entonces cuando, como dijo Isaas 53:10, Dios quiso quebrantarlo, oprimirle con el sufrimiento. l convirti
su alma en una ofrenda por el pecado. Fue objeto de la maldicin de Dios. Fue rechazado, abandonado y desamparado
por Dios.
En la frase "maldito todo el que es colgado en un madero destacamos que la palabra griega para madero es "xulon", que
significa tambin "rbol". Qu contraste tenemos aqu! l fue a la cruz Cristo fue colgado de un madero, rbol de la
muerte, para que l pudiera convertirlo para usted y para m en un rbol de la vida. Notemos ahora lo que dice el
versculo 14, de este captulo 3:
"Para que en Cristo Jess la bendicin de Abraham alcanzara a los no judos, a fin de que por la fe recibiramos la
promesa del Espritu".
Israel tuvo la ley por 1.500 aos y fracas en vivir de acuerdo con sus preceptos. En los Hechos 15, Pedro de hecho dijo
que ellos y sus antepasados no haban sido capaces de cumplir la ley y por lo tanto, era absurdo pretender imponrsela a
los no judos. Si ellos no haban podido obedecerla, los otros pueblos no judos tampoco podran. As que Cristo ocup
nuestro lugar para que nosotros pudiramos recibir lo que la Ley nunca podra lograr. Por ello, el Espritu de Dios ha sido
un don peculiar a esta poca de la gracia y misericordia de Dios, poca inaugurada por la muerte y resurreccin de Cristo.
Y en el versculo 15, Pablo dijo:
"Hermanos, hablo en trminos humanos: Un pacto, aunque sea hecho por un hombre, una vez ratificado, nadie lo
invalida, ni le aade".
Aqu Pablo puso un ejemplo sobre los mtodos de ratificar compromisos solemnes. Aun en el caso de un pacto humano,
cuando un hombre hace un trato y lo respalda con su firma, nadie puede anularlo ni agregarle nada. Lo que el apstol
quera explicar era que si aun los seres humanos se sienten obligados a respetar esas reglas, guiados por un sentimiento
de justicia, mucho ms puede esperarse de Dios. Quizs el apstol quiso enfrentarse a la falsa suposicin de los
judaizantes de que la Ley de Moiss habra condicionado el pacto de Dios con Abraham, limitando sus beneficios a las
personas que estuvieran ceremonialmente puras. Leamos ahora el versculo 16 de este captulo 3 de la epstola a los
Glatas:
"Ahora bien, a Abraham fueron hechas las promesas, y a su descendencia. No dice: Y a los descendientes, como si
hablara de muchos, sino como de uno: Y a tu descendencia, la cual es Cristo".
Dios llam a Abraham y le prometi convertirlo en una bendicin para el mundo. Y lo hizo por medio de Jesucristo, un
descendiente de Abraham. Cristo fue entonces el que trajo la salvacin para el mundo.
La palabra "descendencia" se refiere especficamente a Cristo (vase Gnesis 22:18). Aqu es oportuno recordar las
palabras de Cristo mismo en Juan 8:56, cuando dijo: "Abraham, vuestro padre, se regocij al pensar que vera mi da; y
lo vio, y se alegr".
Finalmente por hoy, leamos el versculo 17:
"Esto, pues, digo: El pacto previamente ratificado por Dios en Cristo no puede ser anulado por la Ley, la cual vino
cuatrocientos treinta aos despus; eso habra invalidado la promesa"
Dios hizo una promesa, un pacto con Abraham. Cuando al avanzar la historia lleg la Ley cuatrocientos treinta aos
despus, no cambi nada relacionado con las promesas hechas a Abraham. En realidad, Dios nunca falta a Su palabra,
nunca incumple sus promesas. Y le haba prometido al patriarca que le iba a dar una tierra, un hijo, y un pueblo formado
por multitudes que resultaran imposibles de contar. Dios cumpli esa promesa y de Abraham provino la nacin de Israel
y otras naciones, pero las promesas fueron transmitidas por medio de Isaac, cuya lnea de descendencia condujo al Seor
Jesucristo, llamado "la descendencia" en el versculo 16. Dios tambin le prometi a Abraham que le convertira en una
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bendicin para todos los pueblos de la tierra. Estimado oyente, la nica bendicin que el mundo puede recibir est en
Cristo. No creemos que el mundo est en condiciones de ofrecerle un trato beneficioso. Pero el Seor Jesucristo ha sido
provisto para usted como el don supremo que Dios ha concedido. Y l ha prometido que salvar a aquellos que confen en
Cristo. No querr usted ser uno de ellos?
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