Es Universal La Cortesia. Kerbrat-Orecchioni
Es Universal La Cortesia. Kerbrat-Orecchioni
Es Universal La Cortesia. Kerbrat-Orecchioni
PRAGMTICA SOCIOCULTURAL
ESTUDIOS SOBRE EL DISCURSO DE CORTESA EN ESPAOL
Ariel
CAPTULO
ES UNIVERSAL LA CORTESA?
eatherine KERBRAT-ORECCIllONI
Universit Lumiere Lyon 2 I Institut Universitaire de France (Francia)
Versin castellana: Silvia KAUL DE MARLANGEON
Resumen
La cortesfa es universal: en todas las sociedades humanas se constata la existencia de
comportamientos que permiten mantener un mnimo de armona entre los interactuantes, a pesar de los riesgos de conflictos inherentes a toda interaccin. Pero, al mismo tiempo. la cortesfa no es universal. en la medida en que sus formas y sus condiciones de aplicacin varan sensiblemente de una sociedad a otra. En estas condiciones, se puede esperar construir un modelo de la cortesa que sea susceptible de trascender esas variaciones? Tal modelo existe hoy
da? Tal es, por cierto, la pretensin de Brown y Levinson (1978, 1987), de proveemos, llave
en mano, de una suerte de teora universal del uso corts del lenguaje. Despus de haber presentado rpidamente el modelo de Brown y Levinson (que identifica la cortesa con el trabajo
de imagen) se propondr un cierto nmero de arreglos que es necesario introducirle. a fin de
mejorar su capacidad descriptiva; esencialmente la introduccin de la nocin de Acto Agradadar de Imagen (en ingls, Face Flattering Act), en oposicin a la de Acto Amenazador de Imagen (en ingls F ace Threatening Act). Luego se mostrar que este modelo de Brown y Levinson corregido ofrece un cuadro eficaz para rendir cuenta no solamente del funcionamiento de
la cortesa en nuestras sociedades occidentales. sino tambin de las diferencias de funcionamiento de una cultura a otra. debiendo ponerse estas variaciones en relacin con el ethos (o la
lgica cultural) propia de las sociedades consideradas.
1.
Introduccin
La cortesa es universal: ~n todas las sociedades humanas se constata la existencia de comportamientos de urbanidad que permiten mantener un mnimo de armona entre los interactuantes, a pesar de los riesgos de conflictos inherentes a toda
interaccin.!
1.
40
PRAGMTICA SOCIOCULTURAL
Pero, al mismo tiempo, la cortesa no es universal, en la medida en que sus formas y sus condiciones de aplicacin (quin debe ser corts, frente a quin, de qu manera, en cul circunstancia y situacin comunicativa) varan sensiblemente de una sociedad a otra,
Esta afIrmacin, segn la cual el fenmeno es universal (aun si sus manifestaciones no lo son), nos remite, por supuesto, al problema de la defInicin del fenmeno en cuestin.
Parece que todo el mundo concuerda acerca de la defInicin general de cortesa,
tal corno ha sido esbozada ms arriba; la cortesa interviene en el nivel de la relacin
interpersonal y apunta a mantener esa relacin en un estado de relativa estabilidad y
annona.
Todas las conceptualizaciones del fenmeno descansan sobre esta idea, formulada en trminos diversos, pero fmalmente muy prximos, tanto por los lingistas'
corno por los fIlsofos, corno afmna Camille Pernot:
hommes et donne
(1996: 263) (<<As la cortesa, por todos conceptos, es un arte de comunicar que [... ] acerca ms a los hombres y da a sus relaciones sociales la fonna de un trato armonioso).
r... ]
individus. (ibid.: 342) (<<Habiendo sido definida la cortesa como [...] un conjunto de
prcticas destinadas a establecer el contacto y a facilitar los intercambios entre los individuos durante sus encuentros cotidianos).
Pero si esta definicin tiene el mrito de ser consensual, es al precio de su carcter excesivamente general. Para ser descriptivarnente operatoria, an requiere ser
precisada y es entonces cuando se ven surgir importantes divergencias entre los tericos.' Debe la cortesa ser tratada como un lenguaje de connotacin (Pernot), o bien,
en trminos de actividades de imagen (lace work) (Goffrnan, Brown y Levinson), de
costo/beneficio (Leech), o de respeto del contrato conversacional (Fraser)? Estas diferentes propuestas tericas, muy evidentemente, no son ni verdaderas ni falsas, pero
pueden, sin embargo, ser evaluadas sobre la base de un cierto nmero de criterios, de
los cuales retendr los dos siguientes:
mente indisociable de la idea de una fragilidad intrnseca de las interacciones y de una vulnerabilidad in~
herente a los interactuantes: en la medida en que se admite que todo encuentro social expone a riesgo a
los actores que se encuentran comprometidos en l (riesgo para ellos de sentirse amenazados, incomoda~
dos o humillados) se debe correlativamente admitir la necesidad universal de esos mecanismos compen~
satorios, que son los rituales de cortesa. Idea retomada en estos tnninos por Brown y Levinson (1987:
61): In general, people cooperate in maintaining lace in interaction, such cooperation being based on the
mutual vulnerability 01lace (En general, la gente coopera en mantener la imagen social (face) en la in~
teracci6n, tal cooperaci6n se basa en la mutua vulnerabilidad de la imagen social).
2. Por ejemplo, Mrquez Reiter (2000: 5) identifica la cortesa con strategies involved infriction~
free communication (estrategias involucradas en una comunicaci6n exenta de fricciones).
3.
Sobre las diferentes aproximaciones a la cortesa en el mundo hispnico, vase Iglesias Recue-
ro (2001).
(1)
(2)
41
REPASO
En la base de todo el edificio est, como ya se sabe, la nocin de imagen; ahora bien: ya es all donde comienzan las molestias. Brown y Levinson extienden sensiblemente la nocin incorporndole lo que Goffman llama el territorio (o ms bien,
los territorios del yo: territorio corporal, material, espacial, temporal, cognitivo ... ),
rebautizado imagen negativa para la circunstancia. En cuanto a la imagen, tal cual
est conceptualizada en la lengua ordinaria (en particular en las expresiones guardar
/ perder la imagen), desde esta perspectiva pasa a ser la imagen positiva: no hay,
pues, ninguna oposicin entre las dos imgenes, sino, muy por lo contrario, se trata
de dos componentes complementarios de la identidad social.
Desde muchos puntos de vista esta terminologa es desafortunada, pues se presta a malas interpretaciones. No obstante, para Brown y Levinson ofrece la ventaja de
permitir la construccin de la nocin genrica de acto amenazador de imagen (en
adelante FrA, por el inglsface threatening act). En efecto, desde esta perspectiva,
4. Observemos, adems, que cada lengua ofrece en realidad muchos vocablos para una misma nocin; en francs, junto a politesse existen los trminos courtoisie, urbanit. taet, tiquette, savoir-vivre,
usages ...
42
43
2.2.
Sobre todo y con justa razn, se ha reprochado a esta teora el reflejar una concepcin excesivamente pesimista, y hasta paranoide, de la interaccin' (concebida
como un terreno minado por toda suerte de FrAs que pennanentemente hay que empearse en descebar) y de los interactuantes (presentados como obsesionados por esas
amenazas que planean sobre sus cabezas y montando guardia sin parar alrededor de
sus territorios y de sus imgenes). Sin que la cortesa sea totalmente reducida a sus
fonnas ms negativas, es cierto que la mayora de las estrategias consideradas por
Brown y Levinson les sirven esenciahnente para limitar los estragos que los FrAs corren el peligro de acarrear. Ahora bien: si un gran nmero de nuestros comportamientos corteses corresponden perfectamente a esta definicin, la cortesa tambin
consiste, ms positivamente, en producir anti-amenazas; si ciertos actos de habla
son potencialmente amenazadores para las imgenes de los interlocutores, otros son,
por lo contrario, ms bien valorizadores de esas mismas imgenes, como el agradecimiento, el augurio, o el cumplido (tratado por Brown y Levinson como un FrA puro
-para la imagen negativa del destinatario-, mientras que es, ante todo y sobre todo,
un acto halagadoD> para la imagen positiva de ese mismo destinatario). Es, pues, indispensable prever un lngar en el modelo terico para esos actos que, de alguna manera, son la pendiente positiva de los FrAs, actos valorizadores de la imagen del otro,
que proponemos llamar actos "agradadores" de imagen (en adelante FFAs, por el ingls face flattering acts)"
Todo acto de habla puede entonces ser descrito como un FrA, o un FFA, o un
complejo de estos dos componentes. Correlativamente, dos fonnas de cortesa pueden
distinguirse sobre esta base: la cortesa negativa, que consiste en evitar un FrA, o en
suavizar su realizacin por algn procedimiento (por as decirlo, equivale a no te de8. ef. Kasper (1990: 194): The theory represents an overly pessimistic, rather paranoid view 01 human social interaion (La teora representa una visi6n demasiado pesimista, un poco paranoica de la
interacci6n social humana).
9. En un sentido similar, otros hablan de acto realzador de imagen (jace enhancing ac/), o de acto
dador de imagen lface giving oct).
44
PRAGMTICA SOCIOCULTURAL
seo el mal); y la cortesa positiva, que consiste en realizar algn FFA, de preferencia reforzado (equivale a <<le deseo el bien). Entonces, el desarrollo de una interaccin aparece como un incesante y sutil juego de balancn entre FrAs y FFAs; por
ejemplo:
(1)
(2)
Cortesa negativa: A comete contra B alguna ofensa (FrA), que inmediatamente intenta reparar por medio de una excusa (FFA). Cuanto mayor es el .
peso del FrA (peso que slo se evala en relacin al cuadro comunicativo
dentro del cual se inscribe el acto en cuestin), tanto ms debe ser importante el trabajo reparador.
Cortesa positiva: A presta a B algn servicio (FFA), y entonces le toca a
B producir, a su tumo, un FFA (agradecimiento u otra gentileza), de restablecer el equilibrio ritual entre los interactuantes (es el sistema del toma
y daca, o servicios prestados recprocamente). Cuanto ms importante
es el FFA, tanto debe serlo igualmente el FFA recproco.
La formulacin de los actos de habla, formulacin que depende esencialmente del estatuto de acto considerado en relacin al sistema de las imgenes (y seguramente a toda clase de consideraciones situacionales). Las
presiones que ejerce la cortesa sobre la construccin del discurso pueden
incluso desembocar en fenmenos de (cuasi-)gramaticalizacin.
Ejemplo de la peticin indirecta convencional: en un caf, el mozo
puede preguntar muy normalmente al cliente lo que desea con ayuda
de la frmula Torna usted algo? (pregunta total que vale de hecho
como una pregunta parcial), mientras que el cliente difcilmente puede
preguntar al mozo cunto le debe con ayuda de la frmula Le debo
10. Adems, cayendo en la trampa de la pOlisemia que ellos mismos introdujeron, relativa a los adjetivos negativo y positivo. Brown y Levinson identifican indebidamente la cortesa negativa con la que
se ejerce hacia el territorio, y la cortesa positiva, con la que se ejerce hacia la imagen (positiva), mientras que muy bien se puede valorizar el territorio del otro (cortesa positiVa hacia su imagen negativa), del
mismo modo que se pueden atemperar los ataques a su narcisismo (cortesa negativa hacia su imagen positiva).
11. Vase Kerbrat-Orecchioni, 1992: segunda parte, y, en particular, el cuadro presentado en la pgina 184.
45
algo? Es que para el mozo resulta corts aparecer como no constriendo al cliente a consumir, mientras que para el cliente de ninguna
manera sera corts aparecer como no estando obligado a pagar su consumicin.
Ejemplo de agradecimiento: este FFA es muy a menudo reforzado (muchas gracias, mil gracias, infinitas gracias), pero no se encuentra jams pocas gracias. Esta secuencia es agrarnatical, agrarnaticalidad
puramente pragmtica, que slo se explica por la contradiccin entre el
carcter del FFA del agradecimiento y esa suerte de bemol que constituira el adjetivo restrictivo. En desquite, podras darme unas mseras
gracias! es perfectamente posible, puesto que entonces el agradecimiento se inscribe en un enunciado con valor de peticin y de reproche, por consiguiente, un FrA.
De manera general, parece que, fuera de las situaciones conflictivas (que se
pueden considerar como marcadas), los FrAs tienden ampliamente a ser
suavizados, mientras que los FFAs, por lo contrario, tienden a ser reforzados.tZ
En cuanto a los actos mixtos, como el ofrecimiento, se constata que, de
(2)
buen grado, son, por una parte, suavizados y, por la otra, reforzados; ejemplo: Pero entonces vuelva a tomar un poco! (el suavizador incide en el
componente FrA y los reforzadores, en el componente FFA del acto de habla).
Esta teora de la cortesa tambin permite rendir cuenta con eficacia de los
fenmenos de encadenamiento de actos de habla y ms particularmente el
sistema de organizacin preferencial de los intercambios, del cual se podta mostrar que se recuesta sobre el sistema de la cortesa: los encadenamientos preferidos corresponden a los encadenamientos corteses (asercin -> acuerdo; peticin -> aceptacin; pero tambin autocrtica ->
desacuerdo; o cumplido -> rechazo, al menos parcial: la reaccin ms
corts no siempre es la reaccin positiva), y los encadenamientos no preferidos corresponden a los encadenamientos descorteses (asercin - > refutacin, peticin -> denegacin, pero tambin autocrtica -> acuerdo, o
cumplido - > aceptacin pura y simple).
46
PRAGMTICA SOCIOCULTURAL
3. Universales y variaciones
3.1.
13. Sobre
47
48
PRAGMTICA SOCIOCULTURAL
3.2.
LA VARIACIN CULTURAL
49
por una parte, que las concepciones difieren acerca de lo que debe ser considerado como un ITA o un FFA, en una situacin dada. Por ejemplo, en situacin de visita, la frmula Srvase! (en ingls help yourseif!) se juzga corts en los Estados Unidos porque subraya la autonoma de su destinatario
(cortesa negativa: eres capaz de arreglrtelas completamente solo como un
adulto; entonces te dejo libre, y sobre todo srvete bien), pero esta frmula,
muy por lo contrario, ser percibida como grosera por los que sostienen una
concepcin de la cortesa en que sta consiste ante todo en prodigar ayuda y
asistencia a su compaero de interaccin (cortesa positiva);
por otra parte, que igualmente difieren las situaciones en que conviene ser
corts y aqullas en que la cortesa estara fuera de lugar. Por ejemplo, en el
Vietnam el agradecimento est proscrito en los agradecimentos comerciales
o en la relacin famliar. (En numerosas sociedades, es muy mal visto agradecer a un familiar).
Es preciso, por ello, considerar como descorts esta ausencia de agradecimiento? No lo es ms que para nosotros, que proyectamos sobre usos extranjeros (por tanto, extraos) nuestras propias normas. Pero sera caer en el error contrario calificar
esa ausencia de corts (ver ms arriba la crtica a la concepcin de Fraser). La nica solucin descriptivarnente satisfactoria es introducir una categora neutra, que se
dir no corts (o acorts), y entonces el sistema se presenta as: 17
(1)
(2)
(3)
(4)
50
PRAGMTICA SOCIOCULWRAL
Ms desconcertantes, por corresponder a interpretaciones diametralmente opuestas, son los casos de imagen siguientes:
Corts aqu, descorts en otra parte: ver lo que se ha dicho precedentemente
acerca de Help yourse/f, otro ejemplo, si un cliente agradece en un comercio
vietnamita donde el conjunto de la transaccin se focaliza en tomo de la actividad del regateo, ello sobreentiende que el comerciante ha acordado una
ventaja al cliente, o ms bien, en ese contexto de maniobras, que se ha hecho atrapar; luego el agradecimiento del cliente slo puede concebirse como
irnico, hasta insultante.
Descorts aqu, corts en otra parte: parece posible admitir que, en ciertos
grupos de adolescentes, ciertas formas de brutalidad verbal o no verbal (apelativos desagradables, insultos, estndiantinas, etc.) en realidad deban considerarse como especies de FFAs, en la medida en que tienen por funcin integrar a la vctima en el grupo de los pares. I8
4.
Conclusin
Concebido para poner en evidencia ciertos principios universales del uso del
lenguaje, a saber: los que permiten una gestin armoniosa de la relacin interpersonal, el modelo de Brown y Levinson tambin permite, al precio de un cierto nmero
de acondicionamientos, alumbrar ciertas diferencias en el funcionamiento de la cortesa de una cultnra a otra; sin duda, diferencias superficiales, pero que slo constituyen la parte emergente del tmpano formado por el conjunto de las representaciones y valores de una sociedad dada, o su ethos: 19 ethos ms bien igualitario o, al contratio, jerrquico (entonces la cortesa es esencialmente de tipo deferencial); ethos de
proximidad o, al contratio, de distancia; privilegio acordado a la cortesa positiva o,
al contratio, a la negativa; estas dos formas de cortesa son opuestas en cierta medida, puesto que la primera implica incursiones sistemticas en el territorio del otro (se
trata de prodigarle diversas manifestaciones de simpata y de inters: preguntas, cumplidos, regalos, ofrecimientos, invitaciones, etc.), mientras que la cortesa negativa
implica, por lo contratio, la no ingerencia (se trata, ante todo, de dejar al otro en paz).
Sealemos a este propsito que si en el textn de Brown y Levinson hay etnocentris18. ef. Andersen (2000: 17): Conversely, rude language is no! necessarily rude in all contexts. An
expression like "Fuck off, you wanker!" might in many social cantexts be considered inappropriate, rude
and impolite. Bu!, importantly, a teenager may well use such an expression fa his friend no! in arder lo
provoke him or lo be impolite. bu! in arder fa achieve precisely the opposite effect. This is because swear
words (and slang expressions) convey social meanings and have a potentialfor enhancing inter-speaker
solidarity. <Recprocamente, el lenguaje rudo no es necesariamente rudo en todos los contextos. Una expresin como "Vete a la mierda. pajero'" podra ser considerada inapropiada. ruda y descorts en muchos contextos sociales. Pero. dicha en tono rimbombante, un adolescente puede usar bien tal expresi6n
dirigida a un amigo, no para provocarlo' o ser descorts. sino para alcanzar precisamente el efecto opuesto. Esto es porque las palabrotas y expresiones jergales transmiten los significados sociales y tienen un
potencial para realzar la solidaridad entre los interlocutores).
19. Para ms detalles, vase Kerbrat-Orecchioni, 1994.
51
52
PRAGMTICA SOCIOCULTURAL
Por ende, el estudioso de la cortesa debe imponerse la mayor prudencia -aunque si, como hablante ordinario, no puedo impedirme efectuar juicios de valor acerca de los comportamientos de otros (y de ofuscarme en ocasin de Despus de todo,
l podra disculparse!, Por lo menos, ella podra decir gracias!)-. Tal es la dura
condicin del lingista, condenado a una suerte de esquizofrenia: es a un tiempo un
hablante ordinario, que juzga al otro segn la medida de sus propias normas, y un
meta-hablante, que debe relativizar esas mismas normas y esforzarse por comprender las de los otros. Ya que, de una reflexin sistemtica acerca de las variaciones culturales, puede esperarse que contribuya a luchar contra los reflejos xenfobos,
cuya fuente, muy a mnudo, reside en el desconocimiento de la amplitud de las variaciones que afectan a las normas comunicativas y, ms especficamente, a las reglas
de la cortesa lingstica.
53
Bibliografa
Andersen, G. (2001), Pragmatic Markers and Sociolinguistic Variation. msterdarnlFiladelfia: John Benjamins.
Brown, P. & Levinson, S. (1978), Dniversals in language use: Politeness phenomena, E.
Goody (ed.), Questions and politeness. Strategies in social interaction. Cambridge: Cambridge University Press, pp. 56-289.
(1987), Politeness. Some universals in language use. Cambridge: Cambridge University
Press.
Ervin-Tripp, S., Nakamura, K. & Guo, 1. (1994), Shifting face from Asia to Europe, M. Shibatani & S. Tbompson (eds), Essays in Semanties and Pragmaties. msterdamlFiladelfia:
John Benjamins, pp. 43-71.
Fraser, B. (1990), Perspectives on politeness, Journal 01 Pragmaties, 14, pp. 219-236.
Goffman, E. (1973), La mise en scene de la vie quotidienne. 1- La prsentation de sol. Pars:
Minuit.
- (1974), Les rites d'interaction. Paris: Minnit.
Ide, S. (1989), Formal forms and discermnent: Two neglected aspects of linguistic politeness, Multilingua, 8, pp. 223-248.
Iglesias Recuero, S. (2001), <<Los estudios de la cortesa en el mundo hispnico. Estado de la
cuestin, Oralia, 4, pp. 245-287.
Jang, Han-Up (1993), La politesse verbale en coren, enfranrais et dam les interactions exolingues; applications didactiques. Tesis Doctoral, Universit de Rouen.
Kasper, G. (1990), Linguistic politeness: Current research issues, Journal 01 Pragmatics, 14,
pp. 193-218.
Kerbrat-Orecchioni, C. (1992), Les interaetions verbales l/. Paris: Armand Colino
(1994), Les interaetions verbales ll/. Paris: Armand Colino
- (2001), 'Je voudrais un p'tit bifteck': la politesse ala fran,aise en site comrnercial, Les
earnets du CEDISCOR, 7, pp. 105-118.
Kong, K. C. C. (1998), <<Politeness of service encounters in Hong-Kong, Pragmaties, 8-4,
pp. 555-575.
Leech, G. (1983), PrincipIes 01 Pragmaties. LondresINueva York: Longman.
Mao, L. M. (1994), Beyond politeness theory; 'Face' revisited and renewed, Journal 01
Pragmaties, 21-5, pp. 451-486.
Mrquez Reiter, R. (2000), Linguistie Politeness in Britain and Uruguay. msterdamlFiladelfia: John Benjaruins.
Matsumoto, Y. (1988), <<Reexamination of the universality of face: Politeness phenomena in
Japanese, en Journal 01 Pragmaties, 12-4, pp. 403-426.
Pemot, C. (1996), La politesse et sa philosophie. Pars: PUF.
Rathmayr, R. (1999): Mtadiscours et ralit linguistique: l'exemple de la politesse russe,
Pragmaties, 9-1, pp. 75-95.
Smart, C. E. 1. (1977), Manners in Private and Publie, Korea Journal, 17-12, pp. 25-27.
Spencer-Oatey, H. (ed.) (2000): Culturally speaking. Managing rapport through talk aeross
cultures. LondreslNueva York: Continuum.
Tolmach-Lakoff, R. (1989), Tbe limits of politeness: therapeutic and courtroom discourse,
Multilingua, 8-2/3, pp. 101-129.