Abakua 2 Los Ñáñigos
Abakua 2 Los Ñáñigos
Abakua 2 Los Ñáñigos
Santo y los paleros se rayan. Cuando un individuo se consagra, jura cumplir sus 7
mandamientos, que son los artculos de su ley. Si los incumple dentro de la Potencia, su
justicia lo condena. No importa que sea ladrn o asesino mientras no peque contra su
ley. El proceso de transculturacin las afect adems de los oportunistas antisociales
que se aprovecharon de los principios bsicos de ayuda mutua y proteccin para escapar
de la persecucin, y nutrieron sus filas de delincuentes. Aunque la secta cuenta con
muchos adeptos honestos que buscaban en la organizacin una realizacin personal que
la sociedad les negaba. Entre sus integrantes se encuentran muchos mayomberos,
santeros, hasta los que se dicen catlicos, porque no tienen necesidad de apartarse de su
creencia original.
En 1863 se fund en Guanabacoa, por Andrs Petit, la primera Sociedad Secreta
Abaku integrada por blancos y mulatos llamada Akanarn Efor, lo que trajo problemas
con los originales integrantes que eran todos negros, de ah las trifulcas histricas entre
reglanos y guanabacoenses, especialmente en las fiestas patronales. (Lydia Cabrera dice
que se fund en La Habana, por los documentos que encontraron en dicha ciudad, pero
lamentablemente los archivos del Registro Civil de Guanabacoa se perdieron en un
fuego y lo que se sabe al respecto es por trasmisin oral y por las rencillas que
quedaron).
El aiguismo lleg a representar el mal, se le atribuan todas las violaciones de la
moral y adquiri tamaos alarmantes, por eso se promulg un decreto el 27 de agosto de
1876 que prohiba en absoluto sus reuniones. Por ser una secta secreta est rodeada de
misterios, sus seguidores eran constantemente perseguidos y detenidos sufriendo
amenazas, torturas y sobornos para tratar de saber qu encerraba la misma. Es en 1882
que por primera vez se divulg en la prensa datos generales de la organizacin, pero fue
Lydia Cabrera la que los envolvi en un manto ms benigno al penetrar con sutilidad en
esa secta tan intrnseca que a toda costa ha querido conservar sus misterios. Su libro
Abaku es una joya literaria donde se describe con detalles los ritos y las leyes de esta
agrupacin
Como su dialecto era fcil, nuestro pueblo ha incorporado muchas de sus voces a
nuestro lxico vernacular.
Gnesis de anaforuana
Obra inspirada en los personajes rituales
que conservan vivos la tradicin grfica
abaku.
Se utiliza un elemento lineal que desde el
punto de vista simblico se encuentra a s
mismo, como uno de los elementos ms
recurrentes en cualquier sistema sgnico, en
tanto lnea continua e infinita que se asocia con la unidireccionalidad del
tiempo y con lo eterno.
Irrupcin de Abas
Dentro del sistema grfico ereniy la nocin de Abas
tiende a sincretizar elementos rituales subsaharanos
con el contenido procesional de ceremonias catlicas
que incluye la cruz latina como conocido smbolo de
los cuatro extremos o puntos cardinales; pero a la vez
representa los cuatro territorios (ef, ef, or y bib) en
los que transcurre la vida perifluvial de estos pueblos
en su referencia contextual africana.
ampio de Sikn
La costumbre tradicional de acudir al ro con un
recipiente para recoger agua motiva que un da, la
joven Sikn o Sikanekua, repita su diaria faena y sin
imaginrselo se lleve consigo al pez sagrado de los
ekoi.
El bronco sonido emitido por ste la asusta, su vasija
cae al suelo y el pez muere.
Este fatal accidente es pagado con su vida.
ampio de Sikn recrea el primer sacrificio humano de
carcter ritual, destinado a reproducir artificialmente la
fuerza mgica contenida en la voz del pez, identificado
con el espritu de Tanze, un antiguo jefe ekoi.
Este rito ha sido reproducido y teatralizado en Cuba desde la formacin de las primeras
sociedades abaku.
Sacrificio de mbori
El macho cabro el chivo en el contexto cubano
que es uno de los smbolos universales de la fecundidad
y de su fuerza gentica implcita, sustituye
posteriormente este tipo de rito antropocida.
El Sacrificio de mbori (el chivo) y su ingestin ritual
funciona como la asuncin mgica de sus poderes a la
vez que de su piel se obtiene an el parche para los
tambores sagrados y para los del conjunto instrumental
biankomeko.
Uno de los principales seres mticos que se vincula con el origen de las
asociaciones abaku es Tanze, la encarnacin animista de un ancestro
sacralizado.
Esta obra tambin retoma uno de los temas simblicos de mayor
alcance en las diversas culturas de los pueblos pescadores; pues el pez
se relaciona directamente con el agua, su elemento vital; representa al
mismo tiempo la fertilidad y la muerte, de ah su conocido empleo
como talismn o fuerza mgica que se transforma en gand: conjunto
de signos-acciones mgico-rituales del sistema ereniy en Cuba.
Salida de Mboko
Los complejos pasos rituales y bailes propiciatorios de
los remes pueden sintetizarse en la ancestral figura de
mboko.
La Salida de mboko asume la funcin de cuidar el
tambor sagrado kue, a la vez que baila con una caa
de azcar.
Aberisn y Aberin
Casi todas las religiones, desde las ms elementales hasta las ms complejas, les rinden
cultos a los gemelos con mayor o menor nfasis. Aberisn y Aberin son, en la
mitologa abaku de Cuba, dos remes (diablitos) encargados de sacrificar al mbori
(chivo) en las ceremonias; y determinados practicantes de otras religiones populares
cubanas los asocian en cierta medida con los Ibedyi de la santera, debido al contenido
esencialmente aditivo (no excluyente) de esta religiosidad popular.
Estas figuras representan la dualidad en la identidad; la simetra asimtrica.
Amanisn anamang I
Okambo anamang II
Bere anamang IV
Biokok anamang V
En anamang VI
Moru yuansa
Esta es una antigua grafa que sintetiza las funciones de la jerarqua conocedora de la
lengua ritual abaku para los rezos (nkame), cantos y otras relaciones grupales e
interpersonales; as como al ilustre consejero de las principales "plazas" o miembros del
baroko (recinto ritual).
Disfluencias de eriku
Las Disfluencias de eriku recuerdan las trayectorias
diversas recorridas por una parte de los miembros de la
primera organizacin abaku antes de integrarse y dar
lugar a la fundacin de estas cofradas masculinas.
En este momento estn en la etapa de la junta, donde pueden participar los indcimes.
Varios de los abaku presentes habrn hurtado el rostro soslayadamente cuando se habla
de puntualidad en los pagos de las cuotas.
Los plaza continan dando la bievenida al aspirante:
Al abaku se viene a cumplir con el juego y con los ekobios. Aqu recibimos a todo el mundo, siempre
que sea hombre, buen hijo y buen amigo. Para ser hombre no hay que ser abaku, pero, para ser abaku
hay que ser hombre.
El eje del mundo ha sido representado de muchas maneras; desde la columna, el pilar, el
humo que se eleva, el rbol muy crecido y frondoso, la alta montaa, la lanza, hasta el
cetro en su diversidad morfolgica y decorativa. Esta nocin latina de axis mundi, es
plenamente identificable con el itn abaku, pues resulta una imagen simblica muy
difundida en la arquitectura csmica de muchas culturas. Todo ello se encuentra
reforzado por la carga simblica de cada uno de los materiales que componen el itn.
Al mismo tiempo, el cedro es una confera altamente usada por su resistencia, cuyo
empleo se encuentra ya en el antiguo Egipto.
"Su madera era apreciada tambin por el olor aromtico de la resina y se utilizaba en [] la construccin
de barcos, muebles, sarcfagos y utensilios. El rey Salomn emple madera de cedro en la construccin
del Templo de Jerusaln. [] El padre de la Iglesia catlica, Orgenes de Alejandra (185-254 d.C.),
formul la aplicacin simblico-moral del concepto de durabilidad: El cedro no se pudre. El hacer de
madera de cedro los postes de nuestras casas, quiere decir preservar el alma de la corrupcin. El patriarca
Cirilo de Alejandra (412-444) comparaba la madera de cedro con la carne de Cristo, que permaneci
incorrupta" (Biedermann 1996: 96).
Todo ello relaciona al cedro con las nociones de permanencia y duralilidad, que es el
sentido que asume el itn como representante de jerarquas.
Sin embargo, la carga simblica del itn se multiplica a partir del conjunto de elementos
que lo compone. Cada itn se encuentra rematado por una pieza cnica de metal que
oscila entre 5 y 10 cm de altura (hojalata plateada, doblada y soldada en el caso de las
catorce piezas observadas[4]) y por otra cilndrica en su base, algo ms pequea, entre 3
y 5 cm de altura. En este sentido, el metal ha sido interpretado desde la antigedad por
una muy complicada ambivalencia simblica segn diferentes cosmovisiones. Por un
lado se le asoci con el fuego infernal, en tanto forja y preparacin, y por otro con la
purificacin y la espiritualidad, en tanto proceso de obtencin y extraccin a partir de
las rocas[5]. Paralelamente, el cono tambin posee un complejo significado simblico,
pues se deriva de la unin entre el crculo y el tringulo. Cuando el crculo remata la
figura, como es el caso de los itones, puede relacionarse con un smbolo solar, por lo
que el tringulo trunco se encuentra invertido, y representa, segn la interpretacin ya
clsica del filsofo y matemtico alemn Nicols de Cusa, la tierra y la fuerza (Cirlot
1985: 448), dos nociones esenciales para la formacin histrica de estas sociedades.
Conjuntamente, hay itones rematados en crucifijos de metal, que se encuentran soldados
a la parte superior del referido cono, como el de Abasongo[6], o que forman parte de la
decoracin interior de la pieza, como el de Mosongo[7]. Segn los estudios al respecto, la
introduccin del crucifico catlico, tanto en los itones como en el propio altar abaku, se
efecta a partir de la reforma introducida por el Isu de la asociacin habanera Bacoc
Ef, Andrs Facundo Cristo de los Dolores Petit, en los aos 60 del siglo XIX, quien
adems de mayombero e introductor de la regla de palomonte de Santo Cristo del Buen
Viaje, era terciario de la orden catlica de San Francisco[8].
En este contexto, la cruz, que segn Biedermann "es el ms universal entre los
signos simblicos" (1996: 130), reproduce la orientacin en el espacio; es el punto de
interseccin de arriba/abajo y de derecha/izquierda, es la unin de muchos sistemas
duales que conforman una totalidad sintetizada en la figura humana con los brazos
extendidos. Lo anterior ha provocado mltiples interpretaciones errneas de la cruz en
otras culturas bajo la influencia del arquetipo simblico cristiano, que la represent e
inculc como smbolo del sufrimiento y a la vez del triunfo sobre la propia muerte
(Guanche 2001: 72-73).
La cruz forma parte de los arquetipos inmanentes del cristianismo, retomados de una
larga historia religiosa precedente. Pero la propia fe cristiana depende de una revelacin
histrica; es decir,
"... la manifestacin de Dios en el tiempo es lo que [segn el pensamiento cristiano] asegura la validez de
las imgenes y de los smbolos" (Eliade, 1979: 175).
Sin embargo, el propio Eliade reconoce que la imagen gnoseolgica del rbol csmico
tambin se conserva sorprendentemente pura y su concepcin habra que identificarla
con la sabidura que, segn los Proverbios, III, 18
"... es un rbol de vida para quienes la aprehenden".
Desde este punto de vista el cristianismo fusiona en la imagen de Cristo crucificado los
antiguos smbolos del rbol del mundo (la cruz) y el rbol csmico (el Hijo de Dios).
Varios de los itones observados se encuentran parcialmente forrados de piel de chivo o
de terciopelo, que por su textura y coloracin, recuerda la piel del leopardo, dos
animales sumamente emblemticos para las sociedades abaku.
En primer lugar, la piel como emblema o atributo se relaciona con las ideas de
nacimiento y renacimiento. En los jeroglficos egipcios existe ya un signo determinante
constituido por tres pieles que forman un nudo, que significa nacer. Este signo se
relaciona con los ideogramas interpretados como engendrar, criar, nio y formar, entre
otros.
El simbolismo de la piel se puede ratificar por el rito denominado "pasaje por la piel"
que celebraban los faraones y sacerdotes para rejuvenecerse, rito que ms tarde se
Esta relacin simblica con el leopardo se remonta a la propia cosmovisin de los ekoi,
cuya ontognesis resulta esencial para comprender la mitologa abaku cubana, no slo
por la fusin de los dos dioses Obassi Osaw (el cielo) y Obassi Nsi (la tierra), que en
Cuba aun se le denomina Abas y se le concibe en un orden divino ms general y
abarcador[10]; sino por la idea de que todo ser humano posee dos almas:
"... una de las cuales habita constantemente en el cuerpo, mientras que la segunda puede ser enviada a
posesionarse de algn animal de la selva. Un hombre slo necesita beber la pocin mgica transmitida en
el seno de su familia como medio para transformarse en el animal hereditario ligado a su grupo familiar.
En tal caso, tambin se da la oportunidad de practicar clandestinamente la maldad. Un hombre puede
destruir las cabras o vacas de su vecino asumiendo la forma de un leopardo, mientras otro arrastra a otras
personas bajo las aguas adoptando la oportuna apariencia de cocodrilo" (Lowie, 1983: 50).
El leopardo, Ngbo, entre los ekoi, tambin asume un papel antagnico en el origen de
las mscaras, entre las que se encuentran las que encarnan a los antepasados, anlogas a
los remes abaku cubanos. Uno de los mitos ekoi recrea el origen de las mscaras:
"Nki, el lirn, fue al bosque a recoger nueces de palma. Cuando cortaba un racimo cay una nuez, que
rod bajo tierra y lleg hasta la ciudad de los muertos, en la que el hijo de un jefe la recogi y se la
comi. El lirn, corriendo en pos de su nuez, lleg hasta el lugar de los muertos, vio al joven y
comprendi lo que haba pasado. Fue en busca del padre y le dijo: 'Dame la nuez que tu hijo se ha
comido'. Entonces, el viejo le dio un tambor: 'esto sustituir a lo que has perdido'. Nki cogi el tambor y
se fue a su casa. Cada vez que tocaba el instrumento apareca una calabaza llena de frutos; de esta
manera, se hizo muy rico. Pero un da Ngbo, el leopardo, descubri su secreto y le rob el tambor. Nki,
tristsimo, volvi a la ciudad de los muertos y se quej. Entonces le dieron Ngyuk el gran tambor que se
usa en las danzas de mscaras, y se lo llev entre los vivos. La primera vez que lo toc no salieron
alimentos, sino una mscara que le dio una paliza; Nki sigui tocando y entonces la mscara se meti de
nuevo en el tambor. Alentado por su primer hurto, el leopardo se rob a Ngyuk, pero lo toc con tal furia
que salieron del tambor siete mscaras de un golpe. Aterrado, el leopardo rompi el instrumento y tir los
trozos. Al encontrarse sin abrigo, las mscaras invadieron la aldea y zurraron a todos los habitantes; como
siguen hacindolo hoy da cuando hacen su aparicin" (Paulme cit. Talbot 1974: 101-102).
Desde este punto de vista, el leopardo es sacrificado para apaciguar la accin de los
antepasados, pero conserva su significacin simblica de fiereza, agresividad, lucha y
orgullo. En este sentido, en el propio forro de los itones se encuentra la representacin
del sacrificio necesario y la unin de los abaku.
Todo el anterior corpus simblico se encuentra ms reforzado an por otro smbolo
universal: el cordn anudado y entorchado, que de un modo u otro lo cubre y relaciona
sus partes o reas forradas de piel, tela o terciopelo. En este aspecto debemos considerar
en la simbologa del itn que todo cordn o cuerda es una forma de ligadura, de
relacin. Su significado se corresponde concretamente con ella. Por ello, el cordn se
reitera en diferentes culturas con un contenido sagrado. En la India, por ejemplo, como
explica el Jbla-Uspanishad, el cordn sagrado es el smbolo exterior del Sutratman,
hilo espiritual que liga todas las existencias, como las perlas de un collar.
"Esta idea es tan clara que aparece con carcter universal [cultural]. Los trenzados de cordoncillo de los
militares y funcionarios, las bandas y lazos, galeones y cintas no son sino emblemas de una fuerza de
cohesin y ligazn, aunque en forma particularizada que alude a un determinado estamento social. A
nuestro juicio, [seala Cirlot] contra la tendencencia freudiana de darle carcter flico, se y no otro es el
sentido de la corbata" (1985: 146).
La Sociedad Secreta Abaku fundada en Regla, La Habana, en 1836, tiene como base
una leyenda originaria del Calabar, en la costa oeste de Africa, y que a travs de
generaciones han reproducido en sus ceremonias de iniciacin de cada sociedad
fomentada en nuestro pas.
Se trata de la historia de la princesa conocida por Sikn o Sikaneku hija de Iyamba, rey
de la tribu Efor, quien delat inconscientemente parte del secreto abaku. Todo sucedi
un desgraciado da que fue a buscar agua al ro Oddn, justo donde creca una palma
muy alta, portando un recipiente que poda ser una gira o calabaza seca, y carg
conjuntamente con el preciado lquido, al pez sagrado llamado Tanse, identificado con
un espritu de un antiguo jefe Ekoi y considerado la voz de Abas, su dios o deidad
suprema. El bramido que supuestamente emiti Tanse asust a la joven, por lo que dej
caer al suelo el recipiente que cargaba en su cabeza, rompindose al mismo tiempo que
muere el animal.
Eso fue considerado una profanacin, por lo que el Nasak (adivino) recomend el
sacrificio de Sikn para que Abas pudiera manifestarse nuevamente. La princesa fue
inmolada en un ritual cerca de un ro debajo de una ceiba y posteriormente usaron la
piel de su espalda para cubrir el tambor sagrado llamado kue o ekwe, de esa forma
cuando se le saca el sonido fragrayndolo , se considera que les habla su Dios, que le va
transmitiendo a los iniciados en abaku el gran misterio de su asociacin.
Igual que podemos ver en la Regla Ocha Yoruba Lucum que est llena de leyendas
(patakies) que se contradicen entre s, los miembros de la Secta Abaku, tambin
llamados igos, cuentan con distintas versiones de sus mitos. Como ya hemos
manifestados en otras ocasiones, esto se debe a que estas creencias fueron transmitidas
oralmente y cada cual la contaba a su modo, segn se fuera acordando, agregando u
omitiendo alguna parte.
La misma Lydia Cabrera, la gran investigadora cubana y la primera en recoger
directamente relatos sobre las mismas, hace la aclaracin que lo que anot en su libro El
Monte, Captulo X, sobre la historia de Sikn, no coincide con lo que volc
posteriormente en su libro "La Sociedad Secreta Abaku, en la seccin sobre Efor y
Efik. Por tal motivo he escogido para esta Estampa los datos ms populares que forman
la leyenda principal que dio origen a esa secta secreta tan temida en nuestro pas, con lo
que me han ratificado algunos ex miembros.
Supuestamente, como la piel de Sikn no serva para cubrir un tambor, por ser muy
frgil e inconsistente (y porque no todos los das se puede matar una mujer en un pas
civilizado) los abaku la sustituyeron por el cuero de un chivo, de esta forma
atestiguaban que les dara salud y "gloria imperecedera" a la tribu. El chivo pas a ser el
sustituto de Sikn en la creacin del tambor kue, y la sangre de gallo tendra el mismo
significado que la humana. As el chivo se convirti en Sikaneku y se le sacrifica en un
ro para que su sangre "reanime al pez Tanse".
En el excelente trabajo Tambores de gesta afrocubanos: El Sese de Ormiga y el Ekue
de Sikn su autora Mariela A. Gutirrez, de la Universidad de Waterloo, Ontario,
Canad, nos explica que adems del sacrificio de Sikn hubo otra mujer mrtir carabal
que su leyenda influye en el
"... comienzo a las potentes sociedades religiosas en Africa y Cuba". Mariela nos afirma en su estudio que
la leyenda de Sikn y el kue "es copia de la de Ormiga y el Sese; lo nico que vara es la tribu en
este caso tribus que desean apoderarse del secreto espiritual que la mujer posee".
Cada asociacin est compuesta por un nmero de jerarquas principales, entre las que
desempea un peculiar papel la de Moru, conocedor de los cantos y rezos, a travs de
la variante transformada de la lengua ritual efik que se recuerda en Cuba. El Nkame de
Moru (Tcnica mixta/cartulina, bptico, 102 x 75 cm) concentra la sabidura de la
cultura de tradicin oral entre los abaku, cuya conservacin tambin es recogida en
libretas como recurso mnemotcnico para las actividades ceremoniales. Algunos de esos
vocablos trascienden el mbito sagrado y son empleados en determinadas relaciones
comunicativas interpersonales o grupales.
La limpieza personal, la de los objetos sagrados o la del recinto mediante un gallo es
una forma de culto solar. Beruma con nkiko (Tcnica mixta/cartulina, bptico, 103 x 78
cm) o limpieza con gallo, se asocia por un lado con la vigilancia y la actividad
constantes; y por otro, con el orgullo y la arrogancia del varn, que se encuentra de
modo evidente simbolizado en este elegante animal.
Otro de los smbolos casi constantes del sistema grfico ereniy son las saetas (eriku),
no slo como componentes significativos de la accin de cazar a flechazos, sino en
tanto signos de vitalidad, rapidez y fuerza viviente. Las Disfluencias de eriku (Tcnica
mixta/cartulina, 75 x 51 cm) recuerdan las trayectorias diversas recorridas por una parte
de los miembros de la primera organizacin abaku antes de integrarse y dar lugar a la
fundacin de estas cofradas masculinas. Cada saeta nace de su base, se trasmuta y crece
hasta brotar plenamente. Beroko eror I, II, III y IV (Serie de cuatro; tcnica
mixta/cartulina, 73 x 51 cm cada una) alude al antiguo culto flico que confirman los
ritos subyacentes en las asociaciones abaku. La concurrencia de los ancestros al rito se
convierten en la perpetuacin de la vida a travs del acto fecundante.
En la mitologa abaku, Mokongo ha representado segn versiones de la tradicin oral
el primer iniciado en la tierra de los ef cuando se descubre el secreto de la voz de
Tanze, el referido pez mgico. Mokongo se sekn (la fuerza) (Tcnica mixta/cartulina,
75 x 51 cm) se asocia con la capacidad atribuida a esta "plaza" para ejecutar la voluntad
del kue (tambor unimembranfono cuyo sonido se obtiene mediante la frotacin de una
varilla [yin] sobre el parche y sustituye en el rito a la originaria voz). En esta ocasin se
efecta una dinmica analoga plstica con los dos principios cosmolgicos de la
filosofa china: yin y yan; pues si al primero corresponde lo femenino (la piel de la
Sikn en el primer kue), la tierra (reflejo de los conflictos previos a la primera
organizacin abaku) y la lnea interrumpida (propia del signo ef); al segundo
corresponde lo masculino (caracterstico de esta exclusiva membresa), el cielo (que se
representa en determinados gand) y la lnea ininterrumpida (que relaciona e integra el
signo de anaforuana con el de la tierra ef). De la anterior carga simblica puede
explicarse, entre diversos factores, la natural congruencia y participacin de inmigrantes
chinos y sus descendientes en el seno de estas asociaciones urbanas y suburbanas en
Cuba.
En el ao del Medio Milenio del descubrimiento europeo de Amrica la Galera de Arte
"Teodoro Ramos Blanco" de La Habana, con especial apoyo de su entonces Directora,
la Lic. Gertrudis Campos Mitjans, inaugur en los meses de septiembre-octubre la
exposicin personal Ereniy: visiones plsticas de Jess Guanche, dedicada
precisamente a significar las relaciones indisolubles entre los mitos y los signos grficos
abaku, desde una lectura personal que trata de mover en el espacio pictrico un
conjunto de smbolos vitales o ultramundanos, pero sin que pierdan su esencia grfico-
mgica, ya que en el orden religioso slo se trazan en el cuerpo de los adeptos; en los
instrumentos musicales de contenido simblico, que son colocados en el "altar" abaku;
y en el suelo. En este ltimo caso, el trazado posee una rica complejidad que
recontextualiza nuevos elementos figurativos de la flora como la palma y la ceiba para
hacerlas accesibles a pequeos recintos de consagracin religiosa.
En esa ocasin, la muestra fue inaugurada y valorada por el antroplogo cubano Alberto
Pedro Daz, quien desde muy joven tambin ha conocido y estudiado tanto las
asociaciones abaku como la diversidad de sus signos grficos. Lo ms significativo
para el autor no fue slo contar con la presencia de mltiples colegas entre
historiadores, estudiantes y crticos de arte, que por el conocido temor y raigal prejuicio
a todo lo que huela a igos asintieron y callaron; sino muy especialmente por la
asistencia de varios adeptos abaku del cercano barrio habanero de Atars, quienes en
acto de solemne aprobacin estamparon en el libro de visitantes, junto con su rbrica
personal, el signo grfico de su sociedad.
En ese mismo ao, varios amigos canarios conocieron de la exposicin y se
entusiasmaron para exhibir, al menos una parte, en el Instituto de Estudios Hispnicos
del Puerto de La Cruz, en Tenerife; pero razones ajenas a nuestras voluntades lo
impidieron. As, la coleccin durmi dos aos tras la puerta de la casa de otra entraable
amiga y ceramista canaria en Las Palmas. En 1993 una lamentable cada de agua entr
en esa casa e inund desde la sala hasta la cocina; pero el paquete de obras, cual
talismn, inexplicablemente permaneci seco e intacto ante la potencial amenaza de
destruccin.
Abas
Irem o diablito, rappresenta Ges Nazareno
Abasonga barindi
Aiutante del Mosongo
I suoi titoli sono:
Abasonga Afimen
Abasonga Muna Mucatene
Abasonga Namoringu, etc.
Aberin
Irem o diablito addetto ai sacrifici
Aberisn
Amanang
Irem o diablito officiante cerimonie funebri
Cofumbre
Il guardarobiere dei vestiti delle maschere
Coifn
Il sarto dei vestiti delle maschere
Ekoumbre (Ekuembre)
Aiutante del Nasak e guardiano del famb, il sacrario dei templi
abaku
Ekuen
Incaricato dei sacrifici
I suoi titoli sono:
Ekuen Tankuebo
Ekuen Arafemb
Ekuen Sacar Erikundi
Ekuen Changanake Famb
Ekuen Sanga Kanima
Ekuen Arokobo
Ekuen Nasac Iyamba
Ekuen Sanga Kerobin
Ekuen Enkanima
Ekuen Efin Favorikondo
Ekuen TinTin
Ekuen Biancons
Ekuen Yagasigam, etc.
Embacara (Mbkara)
Irem o diablito, il giudice che condanna e stabilisce il castigo
Empeg (Mbeg)
Empeg Mongobin
Empeg Acaribong
Empeg Ekue Areniy
Empeg Embara Nasabio
Empeg Ekue Iyamba
Empeg Unasora
Empeg Ten Combant, etc.
Embem
Uno dei Diablitos o Iremes ormai scomparso
Enbok
Irem o diablito, il "poliziotto" che compare nelle processioni
accanto a Ekuen
Enkademo (Nkandmbo)
Il cuoco della potenza
I suoi titoli sono:
Enkademo Mituta
Enkademo Napigu
Enkanma (Nkanima)
Irem o diablito addetto ai riti purificatori
Enkboro
Aiutante dell'Isu
I suoi titoli sono:
Enkrkamo (Nkrkamo)
Eribangand
Uno dei Diablitos o Iremes
Isu
Rappresentante del potere ecclesiastico
I suoi titoli sono:
TOP
Isu Erib Engomo
Isu Yuterer
Isu Nansese
Isu Sucuru Ekun Tiyn
Isuneke (Isunekue)
Aiutante dell'Iyamba
I suoi titoli sono:
TOP
Isunekue Erib
Isunekue Bong
Isunekue Eran Eurabe
Isunekue Enkiko Guanemoto, etc.
Iyamba
Il rappresentante del potere regale
I suoi titoli sono:
TOP
Iyamba kekere kuora kaike Bong
Iyamba Mosongo
Iyamba Nandokie
Iyamba a Moru
Iyamba Kurruki
Iyamba Efor Sese Iyamba
Iyamba Monterer
Iyamba TiTi
Iyamba Querem
Yyamba Becobeco
Iyamba Sankue
Iyamba, etc.
Kundiabon
Cassiere della societ
Mirab
Irem o diablito, guardiano del mare
Mokongo
Rappresentante del potere militare
I suoi titoli sono:
TOP
Mokongo Yabutame
Mokongo Yabuyabuya
Mokongo Masausa
Mokongo Becons
Mokongo Macoiko, Mokongo Guna Gambori
Mokongo MauyoUyo
Chabiaca Mokongo Machebere, etc.
Monbonk
Custode dei tamburi sacri
Moru Tind
Moru Erib
Engonso Moru
Yans Moru Empeg
Moru Entoti
Morura Mochet
Moru Nangopobio
Moru Erikundi
Moru Fusant, etc.
Mosoko
Irem o diablito ormai pressoch scomparso
Mosongo
Aiutante del Mokongo
I suoi titoli sono:
Nasak
Medico, stregone e indovino della societ
I suoi titoli sono:
TOP
Nasak Naguremb
Nasak Enribetn
Nasak Kundimay
Nasak Tori Mun
Nasak SacuSacu
Nasak Namboroka
Nasak Entieroro
Nasak Tecombre Oros
Nasak Sanga Enkanima
Nasak Endimefn
Nasak Bekobeko
Nasak Sumesume
Nasak Ecumba Soror, etc.
Obnobonekue
Irem o diablito la cui carica stata ormai totalmente soppressa