Sermón de LC 2.22-40
Sermón de LC 2.22-40
Sermón de LC 2.22-40
Pidamos a Dios que nos perdone por todos nuestros pecados, y faltas que
cometemos a diario, ante Dios y ante los hombres. Y que por la muerte de su
Hijo Jesucristo nos limpie de todos nuestros pecados.
Evangelio.
Porque Dios acta de manera misericordiosa con nosotros, porque justifica al
que se declara culpable. Uno podra decir pensar que Dios es injusto, por no
realizar un juicio justo. Pero Dios si es justo. Tuvo que declarar a alguien
culpable, para declarar al otro inocente. Ms delante de Ro 8:34 dice: Quin
es el que condenar? Cristo es el que muri; ms aun, el que tambin resucit,
el que adems est a la diestra de Dios, el que tambin intercede por nosotros.
Dios declar culpable a Cristo que era justo en todas sus acciones, ante Dios y
los hombres, porque no cometi ningn pecado, sin embargo fue declarado
culpable para que nosotros culpables seamos declarados justos.
Y es por ese motivo que Dios, ahora te declara Justo, perdonado y limpiado de
todos tus pecados, por Cristo. Por haber credo en este Salvador prometido.
Con toda certeza los dos ancianos Simen y Ana pueden despedirse en paz
porque Dios ha cumplido su Palabra, porque han visto con sus propios ojos a su
Salvador, al que quitara toda culpa de pecado, de la muerte y del diablo.
Al igual que estos dos ancianos, cada uno de nosotros podemos despedirnos de
este mundo en paz, porque Dios ha cumplido lo que ha prometido, ha enviado
a su Salvador, para perdonarnos todos nuestros pecados, para morir por
nosotros, para cumplir lo que nosotros no podamos cumplir, y para que en
Cristo podamos gozar de la Salvacin y la vida eterna.
Nexo: la vida cristiana.
Mientras llegue nuestra hora partir, sigamos tambin el ejemplo de estos dos
ancianos, confiando en el Seor, sirviendo al Seor, viviendo una vida justa y
piadosa reunindonos en la iglesia, para orar, alabar y escuchar las grandes
obras que Dios ha hecho con su pueblo. Y tambin vivamos en justicia,
honradez, servicio a nuestros prjimos, como lemos en la carta a los
Colosenses 3: soportndonos, perdonndonos, amndonos entre hermanos de
la fe, en familia, en el trabajo, en el lugar donde estemos, mostrando la
justicia, la bondad, el amor y la paz de nuestro Seor. Obedeciendo sus
mandamientos, obedeciendo a las autoridades y siendo misericordiosos con los
necesitados.
Conclusin (doxologa).
Queridos hermanos, para terminar les animo a confiar en este Dios fiel y justo,
que cumple lo que promete, los hombres pueden fallarnos pero Dios nunca lo