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Juan Antonio Gonzlez-Iglesias
potica POESA
19 y 21 de febrero de 2008
Edicin al cuidado de Antonio Gallego
Juan Antonio Gonzlez-Iglesias
de esta edicin Fundacin Juan March
Edicin no venal de 500 ejemplares
PRELUDIO PARA
JUAN ANTONIO GONZLEZ-IGLESIAS
ra de la Olmpica I de Pndaro, se concentra en la subida al podio y en la escucha del himno nacional espaol (afortunadamente sin letra):
Pero ahora
eres slo la msica que da nombre a tu patria,
a la tierra que fue del padre de tu padre
y en la conflagracin de tantas destrucciones,
del amor declarado como una gran batalla,
t, prncipe ocenida, tentacin de los dioses,
atleta de los mbolos, de los muslos gemelos,
feliz, triunfal, infante sorprendido y acutico,
sincronizada toda tu hermosura, sonres.
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Un nuevo joven atractivo brue los entrepaos labrados por Ghiberti en la Puerta del Paraso del
Baptisterio (Gonzlez-Iglesias lo contempl muchas
veces cuando residi en Florencia completando sus estudios salmantinos), y es evocado en lo que parece un
nuevo himno:
En vano los metales ms nobles de la escala
a mi retina acuden, material sensitivo,
por guardar en efmeros fotogramas la imagen
de tu cuerpo a relmpagos o tmpano entregado.
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Con algo ms de precaucin, tambin es bien perceptible en el poema de doble ttulo T y yo / Los
otros:
Es todo simultneo. Mi sustancia es la tuya.
Escchame mueca, escchame mueco,
(copio esto de la radio, de un disc-jockey cualquiera,
mas no por ello debes despreciarlo): your sweetness
is my weakness. El mundo es hermoso y confuso ()
Sigue insistiendo en ello en su nuevo libro, Un ngulo me basta. En el poema ya citado, Snowboard, los
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esquiadores, los surfistas de la nieve y sus marcas efmeras, le hacen pensar que Existen armonas / que no
percibiramos / sin las celebraciones / del arte pop. Los
atletas de la Seleccin espaola de gimnasia afirman
que quieren ser normales. Que tocan / msica en un
garaje. Que ven cine. Que estudian. E incluso en
Cancin para el chico de mis sueos nos da los nombres de los dolos musicales del poeta: Iggy Pop, el cantante de Michigan cultivador del punk rock; Bruce
Springsteen, The Boss, el incombustible jefe del rock
urbano; y el inclasificable Bob Dylan, que se mueve
con la misma facilidad en el folk, el country y el rock
blues, ya reciente Premio Prncipe de Asturias de las Artes (cmo pasa el tiempo!). Junto a estos americanos,
aparecen tambin dos ingleses ms jvenes: Brett Anderson, el del rock alternativo, en este mismo poema;
Robbie Williams, roquero pop y cantor de baladas, en
Vltimus romanorum (Eros es ms), donde propaga
en videoclips y en radios y en ipods aquellas palabras
memorables de Agustn de Hipona, la ms humana de
las oraciones: Hazme puro, Seor, / pero no todava.
Estas son las msicas que oye Gonzlez-Iglesias en
sus poemas, y las que hace escuchar a sus admirados
atletas. As es descrito el piragista David Cal en la
Olmpica tercera (Olmpicas):
Es serio. Est llamado
a su propio interior. Entrenaba escuchando
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Ahora ya vamos entendiendo. Se trata de una alianza, no de una ms de las bellas pero crueles contiendas
mitolgicas entre Apolo y Pan, entre Apolo y Marsias,
entre lo apolneo vencedor casi siempre de lo dionisaco, pero en muchos de estos poemas con final diferente. En otros, no tanto. Podramos concluir que en
Gonzlez-Iglesias, como en algunas encuestas electorales, hay un empate tcnico entre liras apolneas y flautas pnicas. En otro texto significativo, el Autorretrato
como asceta inconsciente, aparece, junto a Pndaro y
Horacio, junto a Ungaretti y Juan Ramn Jimnez, la
autoridad de un rapero; y, al mismo tiempo, la aoranza un tanto estoica de lo puro y silencioso, presente en
muchos de sus poemas. Ahora, en este mismo nos dice:
Algo hay
de revolucionario
en la felicidad del silencioso.
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y
Cuando la Fundacin Juan March me invit a escribir una potica, acababa de recibir otro encargo sorprendentemente paralelo: traducir el Arte potica de
Horacio. Dudo cul de esas dos responsabilidades me
pareci mayor. Volver a escribir la Potica de Horacio
que no otra cosa es traducir me haca ver lo vano de
ponerme a redactar una propia. Digo vano y digo ligeramente pretencioso, digo efmero, digo casi seguro
destinado al ovido. Aun as, he terminado antes esta tarea que la otra. Pido perdn ya porque voy a hablar de
m y porque no voy a decir nada nuevo.
Y as empiezo, bajo el signo de Horacio, maestro de
todos nosotros, los poetas que nos atrevemos a explicar
nuestra manera de hacer poesa. Reiterar mis referencias a los poetas romanos, no por mis estudios o mi
profesin, sino porque se trata de un asunto esencialmente romano y, ms en concreto, horaciano. Ezra
Pound, uno de los grandes del pasado siglo XX, escribi
en una carta: debemos adoptar el tono latino, porque los
poetas romanos fueron los primeros que tuvieron los mismos problemas que nosotros.
Los mismos problemas que nosotros? Nosotros,
los poetas? Nosotros, los ciudadanos, los lectores? Todo ello. Nosotros, todos, somos irremediablemente romanos. Tambin lo somos como poetas. En el trato con
la tradicin, somos romanos. Ellos se encontraron ya
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a la novela. Eso nos haba dejado a los poetas absolutamente libres para decir la verdad. As es como me siento. No pretendo que los dems hagan lo mismo.
Simplemente como lector, espero que los poetas me
digan la verdad, el propio Pessoa me lo garantiza. En
Esto es mi cuerpo escrib: Porque slo he querido ser
bueno y verdadero (y ambos trminos tenan un sentido tico, no esttico). Aos despus, en Un ngulo me
basta: No soy un novelista. Yo no invento./ No puedo
permitirme la mentira /en esta relacin. Doy mi palabra. Tan importante como lo que escribimos es lo que
leemos. Hay poetas que, cuando leen prosa, prefieren la
historia y el ensayo. Yo soy uno. Tengo cierta desconfianza hacia la ficcin innecesaria o disparatada, ambas
tan de moda. En los momentos de mayor desconfianza, me recuerdo aquellas palabras de Helene Hanff:
por qu habran de interesarme cosas que no les han pasado a personajes que nunca han existido?
Lgicamente, tambin mantengo la actitud que podra parecer contraria: aprecio mucho la novela escrita
segn los patrones de la potica, pues en ella perdura
media vida de lo que Aristteles encomend a la poesa. Nada menos que la ficcin. Considero autnticos
poetas a los novelistas excelentes: Cervantes el primero.
Stendhal, Flaubert, Galds, Virginia Woolf, Mishima,
Yourcenar o lvaro Pombo. Poetas. Ficcin para la novela. Diccin para la poesa. En poesa pido verdad.
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Doy verdad. Reclamo la verdad, ni siquiera la vieja verosimilitud me satisface. En la verosimilitud se sitan
muchas de las coordenadas de cierta poesa contempornea que acaba por decepcionarme, cuando no por
aburrirme. Algo similar me sucede con las mscaras irnicas o ingeniosas. John Donne suplic: Seor, lbrame
del ingenio.
El camino de los novelistas poetas es el tambin el
de la verdad, aunque den la vuelta por la ficcin. Stendhal anota en su diario: no se puede alcanzar lo verdadero ms que en la novela. Virginia Woolf, tambin en
una entrada de su diario: Es una buena idea, creo, escribir biografas: que me sirvan para utilizar mi capacidad de descripcin, de evocacin, de exactitud: y usar las
novelas sencillamente para expresar lo general, lo potico.
En octubre de 2007 Francis Ford Coppola declar que
vea el cine ms cerca de la poesa que de la ficcin. Por
la metfora, aada. Dado que citaba a continuacin a
Borges, no hace falta aadir nada.
Trabajar con la verdad hace posible ejercer hoy funciones arcaicas de la poesa. Cantar. Celebrar. Lamentar. Decir, con sus poderosos matices: por ejemplo,
bendecir (Benditos /los acrbatas nuevos, escrib en
Capoeira). Maldecir (algo que en realidad he hecho
para buscar el bien, en los dos casos con un ay arcaizante que a m mismo me extra: Ay de los que pre-
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sus clases sobre Tcito o Sneca. O a mi maestro de Pars, Jean-Marie Schaeffer, que sostiene: la literatura occidental es la repeticin de modelos ideales. Voy a
expresarlo con las palabras del poeta Ossip Mandelstam: leemos a Catulo, a Horacio y nos invade la profunda alegra de la repeticin. Eso me pasa. No siento
angustia por no haber escrito un gran poema pasado.
Lo reescribo de otro modo. O lo leo en voz alta. O lo
traduzco, que es una actividad a la que he dedicado
muchas horas. O simplemente lo copio a mano, algo
que haca a menudo cuando era adolescente y joven. Es
un gran placer intelectual, pero tambin fsico. El emperador Teodosio II, en su palco del hipdromo de Bizancio, se distraa de los caballos para abstraerse
copiando manuscritos de los textos ms bellos, dedicacin por la que recibi el sobrenombre de Calgrafo. En
otra arte, el Arte de Amar, que traduje hace muchos
aos, el seductor dice a la mujer: T miras los caballos
y yo a ti.
Slo siendo muy consciente de la tradicin se puede hacer algo nuevo. Debe regir una ley de necesidad:
el poeta debe decir aquello que, si no fuera por l, quedara sin decir. Tambin le incumbe recordar a sus contemporneos algunas verdades elementales que ya se
han dicho. El caudal de poemas excelentes que acumulan los clsicos funciona asimismo como una proteccin ecolgica. No hace falta que escribamos mucho,
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manera invisible. Los tres milenios de tradicin potica que van desde Homero hasta hoy son lo ms parecido a la eternidad que tenemos los europeos, los
occidentales, si pensamos en trminos exclusivamente
laicos. A esa ansia de estabilidad nuestros antepasados
la llamaron poesa. Paul Valry habl de stable trsor en
la tercera estrofa del Cementerio marino. Estable tesoro.
El mar. O la poesa, ese templo sencillo de Minerva. Y
prosigue: Masse de calme, visible rserve. Franco Battiato, al que El Pas Semanal llam mstico del siglo XX,
canta: cerco un centro di gravit permanente.
Lo cual no slo no excluye las innovaciones, sino
que las promueve. En aquella Olmpica ma desfilaban
la televisin, el crono, anglicismos como flash back, el
eslogan de Marlboro (genuino sabor americano) y
hasta neologismos como rectidumbre y trayectas. La Antigedad ha sido un factor de Modernidad desde el Renacimiento y desde la Ilustracin. Sigue sindolo. En
mi poesa, lo es. Cuando publiqu el libro Olmpicas,
una periodista me pregunt cmo se me haba ocurrido escribir poesa a los atletas olmpicos. Una tradicin
de tres milenios pareca una novedad. Uno de esos poemas deportivos se ha publicado hace poco en el diario
Marca, con un artculo de Santiago Segurola dedicado
a las vidas paralelas de un atleta y a un poeta, a Koji
Murofushi y a quien les habla. Si a eso aado que las
Olmpicas se encuentran en la biblioteca del COI en
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Lausana, y que el libro se regal como premio a los atletas de mi universidad, puedo decir que, de varias maneras contemporneas, he recibido por l honores casi
helnicos. Lo cual significa mucho para alguien que tiene la mente puesta en Atenas. Que el gran Alfonso
Reyes me perdone por haberle robado esa frase, con la
que l retrata los apacibles das de Buckhardt como
profesor en Basilea. Me permito aadir que tambin
tengo la mente puesta en Esparta, como se ve en muchos de mis poemas. Nuestros ciudadanos deberan
aprender de los de aquellos dos Estados griegos. Y deben aprenderlo en los poetas, no slo en el deporte, que
parece el nico legado griego del que somos conscientes.
Aqu es donde debo dejar anotada la importancia
que el deporte tiene para m, como persona y como
poeta. En una visita de Aurora Luque a Salamanca le
cont, justo delante de la Casa de las Conchas, donde
est la biblioteca pblica, que mi vida transcurra entre
la biblioteca y el gimnasio. Si llamamos academia a la
universidad, se ver claro que lo esencial de mis das
puede nombrarse en griego, puesto que eros es un helenismo intraducible. Aos despus escrib un poema
sobre la vida que llevaba como profesor visitante en la
Univesidad de Oregn. El primer verso era exactamente la frase que le dije a Aurora Luque: entre la biblioteca y el gimnasio / se extiende el cementerio donde
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duermen / los que fundaron la ciudad.... No hace falta insistir en la estabilidad de mis das, aunque haban
pasado aos, estaba en otra universidad, en otro continente.
De paso, hemos visto cmo algunas palabras de una
conversacin pueden viajar al poema directamente
(aunque no instantneamente en mi caso, puede transcurrir mucho tiempo y casi siempre transcurre). Para
que suceda algo as es muy importante el interlocutor.
En este caso era la ms griega de los poetas espaoles
actuales, si no de todos los tiempos. Y ya que estoy hablando de Aurora Luque, quisiera contar algo de cmo
a veces llega el poema. Despus de los Juegos Olmpicos de Atenas de 2004, ella estaba describindome su
emocin por haber visto una edicin moderna, en Grecia, de los antiguos juegos. Esa mezcla del chndal y el
olivo... exclam admirada y feliz. Inmediatamente me
di cuenta de que era muy bello lo que estaba oyendo.
Se lo ped. Y me lo regal. Est al final de la Olmpica Tercera.
A propsito de ello, podemos dividir a los poetas en
dos nuevas clases: los que lanzan versos en su hablar inconsciente (Ovidio nos cuenta que l era de esos ya de
nio) y los que los detectan. Los cazan o los captan. Yo
pertenezco ms bien a la segunda especie. Los encuentro hasta en los textos ms prosaicos. Incluso contra mi
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voluntad (no creo que haya cosa ms fea y brbaramente aliterada que este titular del teletexto: Inglaterra
extradita a tres etarras). O cuando no son endecaslabos,
porque en su idioma no lo son. En el telediario de TeleFrance 1 he odo esta frmula, digna de nuestro hermano Michel de Montaigne: de la fragilit du coeur des
hommes. En una gua de Burdeos hall esto, que espero
que acabe en un poema: laprs-midi radieux des bordolais. La belleza gusta de manifestarse en medio de la
vulgaridad. Lo hacen las palabras, igual que lo hacen
los cuerpos.
Los avisos horacianos
Lo que pudiera tener de normativa la potica de Horacio ha perdido fuerza para nosotros. La leemos otra vez
como poema, sin el servilismo de los neoclsicos. Sus
dictmenes son avisos, signos abiertos, no leyes. Algunos
de esos avisos a m siempre me han impresionado, especialmente se en el que dice que entre los abogados puede haberlos excelentes y mediocres (y hasta malos,
aado). Pero no entre los poetas. No hay necesidad de
poetas mediocres. Porque ni dioses ni hombres ni columnas / lo consienten, asevera hermosamente Horacio.
Ha de cumplirse con precisin infinitesimal: no hay necesidad ni siquiera de poemas o de versos mediocres. Los
poemas son una parte del mundo, cosas del mundo,
criaturas del mundo. No hay porqu aadir maldad,
fealdad o ms mediocridad de la que existe.
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Tampoco olvido el famoso final de la Epstola horaciana. Su retrato del poeta borracho, loco, bufonesco, anticipa para m muchos de los males que han
asolado el postromanticismo del siglo XX, con su nihilismo angustioso y sus mltiples servilismos. No acaba de venir a cuento, pero declaro que soy enemigo
radical del consumo de drogas. Estoy, ya lo he dicho,
con Pndaro, que afirm para siempre: lo mejor, el
agua. Estoy con los que se embriagan de su propia lucidez.
Retrica y potica
Arte, techne, es la destreza en el oficio, la maestra,
y al mismo tiempo es el tratado en el que uno la transmite. Haba arte de edificar (Vitrubio), arte de amar
(Ovidio), arte de vivir y hasta arte de ser feliz (Sneca).
El arte de cultivar el campo empez en verso (con Hesodo y Virgilio) y acab en prosa, transcurridos los siglos. Al final de la Antigedad, un experto en
agricultura llamado Paladio escribi su correspondiente arte. Todo en prosa. Pero al llegar al libro donde habla de los injertos, se pas al verso, porque una
cuestin tan delicada debe tratarse poticamente. Esta
finura que parece nipona muestra la importancia que
nuestros antepasados dieron a la poesa. Lo cuento
porque sobre este Paladio habl en la leccin para ser
profesor titular. Y porque algunos datos biogrficos
forman parte de nuestra potica.
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El principal problema romano que seguimos teniendo es que ya en Roma el arte retrica se solap con el
arte potica a la hora de producir un poema. Se mezclaron y cuesta mucho separarlas. En Grecia estaban
tan ntidamente diferenciadas que Aristteles dedica un
tratado a cada una. La retrica, el arte de producir discursos, ha llegado hasta nosotros con fuerza para generar cualquier tipo de texto. La potica, que engendra
poesa, o literatura en el sentido ms noble, apenas nos
ha llegado, desmoronada por las vanguardias, que abolieron los gneros y la frontera entre lo que es arte y lo
que no. Por qu, entonces, el problema? Porque la retrica, ella sola, es capaz de producir un artefacto verbal que parezca un poema o que sea un poema. Como
los resultados pueden ser indistinguibles en la superficie, debemos distinguirlos de manera ntima, antes.
Propongo cuatro criterios:
1) La retrica busca el poema. La potica lo encuentra. Podremos asegurar que un poema es retrico
sin que eso signifique que est cargado de figuras o que
es vano o artificioso. Para los que se sirven del arte retrica, el poema es un objetivo que casi siempre consiguen de manera aceptable. Para quienes se sirven del
arte potica, el poema es algo dado. Un don, fruto de
lo que nuestros antepasados llamaron Musas o Espritu. La inspiracin. Valry pudo dictar de manera puramente laica que el poema es obra del espritu. Quiz
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ma como objeto exento, independiente, libre. Me gusta pensar en la poesa como la zona de libertad del lenguaje. La retrica nunca conseguir la soberana del
poema.
Las escuelas de escritura y talleres, por no hablar de
las asignaturas de escritura creativa o los mtodos para
aprender a escribir poesa suelen dar preferencia al mecanismo retrico. Es uno de los sntomas de nuestra
poca. Se ir agravando, bajo la influencia norteamericana. La retrica, aunque sea con otros nombres, ha sobrevivido a los cataclismos del XX. La potica no. Es
un peligro del que los ms jvenes deben ser conscientes. A escribir poesa no se aprende escribiendo. Se
aprende leyendo. Se aprende viviendo, amando, olvidando. No se me ocurre ms que un llamamiento a la
responsabilidad personal de los artistas a la hora de usar
dos instrumentos tan dispares, aunque sus productos
resulten tan engaosamente anlogos. Deben proponerse escribir poemas que merezcan la gloria que les reserv Horacio: ser perfumados con aceite de cedro y
guardados en estuche de ciprs.
Poesa, pensamiento y sentimiento
La equivalencia que Unamuno estableci entre pensamiento y sentimiento resuelve muchas de las antinomias que se nos suelen plantear. La Poesa siempre est
diciendo, porque es lenguaje. Paul Valry, poeta intelec-
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tual, lleg a decir que un poema es una rotacin completa del pensamiento.
sa es la clave. Un poeta puede transmitir pensamiento, sin ser filsofo. Lucrecio y Horacio han salvado a Epicuro. Dos poemas de Horacio han dado lugar
a dos maneras de estar en el mundo, ambas epicreas:
una es el hedonismo placentero, que conquista el mundo como energa: el Carpe diem. La otra es un sereno
ascetismo, que implica retiro del mundo y limitacin
de las necesidades: es el Beatus ille. Dichoso el que de
pleitos alejado. Sstole y distole de un corazn nico,
creo que estn presentes en muchos de mis poemas.
Entiendo al poeta como transmisor de una sabidura desgranada singularmente. Feliz aquel que puede
las causas de las cosas / adivinar temprano, afirma Alfonso Canales, casi traduciendo al pie de la letra a Virgilio y su clebre felix qui potuit rerum cognoscere causas.
Le est encomendado expresar pblicamente la intuicin como conocimiento directo, inmediato, sbito incluso. Pero tambin comunicar la experiencia agridulce
del que ha vivido. As sigue Canales: Mas el que se retarda / adrede, no queriendo / que nada se le esconda /
llega ms lejos. Da / tras da desenvuelve / un camino
que otros / encontrarn pisado y transitable. Cito a este gran poeta de nuestro presente, para mostrar que no
se trata slo de una visin antigua. Tampoco estoy rei-
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vindicando una poesa meramente intelectual, en la estirpe de Valry, aunque he de reconocer que cada vez
me gusta ms. Oigamos a uno de los grandes irracionales del siglo XX, Ezra Pound. Con motivo de su 73
cumpleaos, ley una declaracin que inclua este artculo: Todos los hombres tienen derecho a que sus ideas
sean escuchadas una por una y a que no sean confundidas
unas con otras. Lo puse al frente de uno de mis libros,
porque exactamente eso me parece que puede ser un
poema: una idea individualizada. Sobre todo en una
poca en que la filosofa, que siempre ha sido social, ha
sido subsumida por el discurso cientifista, forzosamente general. Pero el poeta y el lector de poesa son seres
muy refinados en su particularidad. La unidad esencial
de su cdigo es el poema. Qu proftico Pound, captando la confusin general de nuestra poca. Poeta es el
que expresa una idea inconfundible.
Idea, pensamiento, pero tambin sentimiento, visin, maravilla, coexistencia de contrarios, coherencia
singular. Todo eso puede ser un poema. Los poemas de
nuestro siglo no van a ser como los del pasado. Deben,
sin embargo, seguir cumpliendo la misma funcin: reivindico para la poesa una funcin primordialmente
educativa. Nuestros antepasados aprendieron a vivir, a
amar, a mirar el paisaje, a viajar y a morir, todo con la
poesa. Los poemas no eran mero placer privado de un
grupo exquisito. Consecuencia inevitable de esto es que
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reivindico mucha mayor presencia de la literatura, y especficamente de la poesa en la educacin. Hay recursos pblicos para que todos los ciudadanos sean
educados como senadores romanos. Sin poesa, sin historia, sin filosofa, sin idiomas clsicos, ser vana cualquier otra educacin de los ciudadanos. Lo que resulte
no sern ciudadanos de un estado democrtico tal como se entendi en la Antigedad o en la Modernidad.
Sern otra cosa.
La minora virgiliana
Los poetas y los lectores de poesa, que son sinnimos en realidad, formamos ahora lo que denomino la
minora virgiliana. En otras pocas, los lectores de Virgilio eran menos cuantitativamente, pero estaban en el
centro de la sociedad, como lo prueba el momento mismo de Augusto. Ahora tal vez sean muchos ms, pero
no tienen ningn peso social o poltico. Hago un llamamiento a la minora virgiliana, a la minora potica,
para que reconquiste espacio social, educativo y poltico. O hasta econmico. El curso pasado una de las
grandes sorpresas para m fue que Manuel Conthe, presidente de la Comisin Nacional del Mercado de Valores, se acogi al ejemplo de los hroes de la Eneida en
medio de su turbulencia. Invoc las palabras de Virgilio en el parlamento. Algo as es lo que quiero decir.
No hay cuestin tocada por la poesa que no tenga
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de las multitudes. El futuro escritor y el futuro presidente de la repblica estn contenidos en esa intuicin
potica. La guerra misma se guarda como una semilla
en esa tesis. Su coetnea Virginia Woolf se burla de alguno de los poetas cercanos al crculo de Bloomsbury:
otra vez dir que los poetas, por su aislamiento, necesitan
la comunin con el pueblo. Pues as es. Los poetas, por
nuestro aislamiento, necesitamos la comunin con el
pueblo. Horacio odia al vulgo con la misma palabra
con la que Catulo odiaba a Lesbia. Puesto que Catulo
dice odio y amo, la incgnita est despejada: Horacio
odia al vulgo porque lo ama. Es una relacin de amor
tormentosa, nutrida de traiciones, la que une para
siempre al poeta con el pueblo.
El vulgo tambin se constituye en pueblo cuando
reconoce a sus poetas. La estatua de Fray Luis, levantada en bronce por suscri[p]cin nacional en 1869, es
una constitucin potica de la nacin espaola. El sobrio rectngulo del Patio de Escuelas, uno de nuestros
foros polticos, adems de ser uno de los lugares de la
humanidad.
Aceptado que vulgo es un tecnicismo horaciano,
podemos certificar que nuestra poca es extremadamente vulgar. Su peligro: que hagamos poesa demaggica, como se hace cine, novela, pintura o televisin
demaggicos. Por hacer concesiones. Las que Lope re-
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aos de la movida. Hace poco otro poeta joven, Alberto Santamara, se doctor en Salamanca estudiando cmo lo sublime slo puede darse ya en las enormes
magnitudes de la Repblica Americana.
La potica clsica delimita lo sublime en la teora de
los estilos, cada uno con sus temas propios: sublime,
medio y humilde. Hay poticas que se empean en teorizar sobre el conjunto con las normas que son para
uno de esos tres gneros. Algunos han pretendido imponer una poesa sublime. Otros, una poesa mediana,
de tonos y temas y estilo. Hay, por supuesto, la poesa
humilde, baja, donde cabe lo grotesco o lo vulgar, las
expresiones soeces. El problema es que esa rgida teora
de gneros (la de los tres o la de uno) nos resulta inservible porque alguien la ha roto. Se le suele atribuir ese
mrito al Romanticismo y a las Vanguardias. Sucedi
mucho antes. El nacimiento de Cristo como un nio
pobre, con un mensaje para toda la humanidad, especialmente para los ms humildes, trastoc para siempre
el sistema de gneros antiguo. Dios se expresaba en lenguaje sencillo. Para hablar de l no se exiga el estilo sublime de los dioses paganos. As lo vio Auerbach en una
bella monografa sobre el final de la Antigedad. Esta
sbita voladura del rgido edificio clsico funciona como una bomba retardada e intermitente, que estallar
por ensima vez en las Vanguardias. Hace unos aos
Mara Luisa Blanco me propuso que defendiera el arte
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contemporneo, arte conceptual, instalaciones, perfomances, etc., en el suplemento cultural de ABC. El artculo, al que tengo especial cario, se titulaba Lo
humilde y lo sublime. Apologa de los caramelos.
Conciliaba la herencia vanguardista con la clsica.
Admiro a los poetas capaces de escribir en los tres registros. De ellos, Quevedo me parece el mejor: sonetos
sacros, heroicos, amorosos, burlescos, todos acaban
siendo sublimes. Catulo en Roma hizo algo muy parecido: poemas picos, amorosos, groseros, burlescos,
crueles, tiernos. Todos en un mismo libro. Tambin celebro la capacidad de aquellos que son capaces de intercalar lo humilde entre lo sublime y viceversa. Por
supuesto, esas consideraciones dependen de lo que se
considere innoble. Por ejemplo: alguien que siente el
sexo como una de las cosas buenas de la vida, no temer nombrarlo en un poema sublime. Es ms, lo har, si
siente que hace falta, con palabras vulgares, porque las
palabras vulgares captan lo maravilloso del cuerpo. Eso
puede hacer que encontremos en un poema noble palabras callejeras para designar el cuerpo y todas sus partes. Porque todo es simultneamente sublime. El
fundamento de la sublimidad es el poema mismo, no
lo que establezcan las normas de los crticos. El fundamento de la esttica y de la tica es el propio poema. El
poeta puede desafiar los valores sociales. Esa es la clave
de su independencia o soberana. Yo he hablado de
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poesa puede vivir sin literatura. En un futuro ms refinado o, como me temo, ms brbaro, habr poesa sin
literatura. La humanidad ha podido vivir sin literatura,
pero no puede vivir sin poesa.
Habr que recordar que Scrates y Cristo no escribieron? No menciono a Buda, porque Oriente me es
muy desconocido. Los tres fueron poetas sin serlo. Se
desentendieron de la escritura. Dejaron que otros anotaran sus palabras. El problema del poeta contemporneo es que l mismo tiene que ser ese otro que anota.
Debe escribir, porque l es uno de aquellos que no escriben. La mejor garanta para la perduracin de las palabras es el desinters por la escritura. Otros se
preocupan de propagar las palabras muy bellas. Entre
mi casa y la facultad, alguien haba hecho una pintada
sobre un muro con la inmortal frase de Cristo: Al Csar lo que es del Csar.
Iluminado por estos altos ejemplos me gustara explicar la actitud de dos poetas que son maestros para
m. Vicente Nez y su conocido desdn por la poesa.
La llamaba ramera, la acusaba de haberlo apartado de
la vida. Lo interpreto como desdn por la poesa literaria, por la escritura. La poesa autntica estaba en la vida, en los das prodigiosos. Tenerlo que anotar, aunque
sea muy de vez en cuando, se hace verdaderamente
enojoso, porque distrae. A Pablo Garca Baena, le pre-
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gunt una vez por sus aos de silencio. Casi todos los
poetas a los que admiro se pierden en aos, en dcadas
de nada. Por qu? Porque tenamos cosas ms importantes que hacer. Esa fue su respuesta. Digna de un poeta
dedicado por entero a la poesa.
Esta soberana sobre el tiempo y sobre los acontecimientos es fundamental para la posible soberana sobre
el lenguaje. Si el poeta no es seor del lenguaje, quin
lo va a ser? El juez, el notario, el mdico, el periodista,
incluso el narrador? No. La nica obligacin del poeta,
su nica responsabilidad es el lenguaje y la vida, que
son lo mismo.
La soberana sobre el lenguaje es paradjica. Se
alumbra en un combate cuerpo a cuerpo, brutal pero
reglado, como lucha grecorromana. El cuerpo del poeta contra el cuerpo del lenguaje. Al lenguaje hecho
cuerpo lo llamamos poema. En ese wrestling el lenguaje est casi siempre por encima. Lo est, desde luego, en
el momento inicial, el de inspiracin. Me gustara pensar que en el poema, acabado y publicado, el poeta ha
vencido. Se ha enseoreado del lenguaje. Pero no es as.
El logos vence siempre. Bastante tiene el poeta con ser
un contrincante preparado, cuerpo a su altura, rival
bien entrenado.
Por eso corresponde al poeta aceptar palabras. Tam-
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tiempo est perdido. No me importa hablar del lado revolucionario que tiene todo verdadero artista, siempre
que aceptemos que el trastorno del orden social est encomendado a eros en su forma ms general, del que forma parte la belleza artstica. El trastorno que provoca el
arte es congnito al arte mismo, al artista, independientemente de lo que ste diga en su arte. Por supuesto, poco tiene que ver lo que exprese como ciudadano. Vamos
a usar categoras anacrnicas: incluso un reaccionario resultar revolucionario, por el hecho de ser poeta. No podr evitarlo. Mejor dicho: subversivo.
El poeta puede serlo de manera ntima, pero tambin
necesita serlo de manera social. Tom la decisin de serlo pblicamente en 1992, fecha algo tarda. La Universidad de Salamanca conmemoraba el bimilenario de
Horacio. Una amiga me present al poeta Francisco Castao. Este es Juan Antonio, que es... medio poeta. Se refera a realidades lejanas, como aquel pequeo premio o
los poemas en revistas. Me di cuenta de que no poda seguir as. O poeta o no. No dedicacin exclusiva, pero s
primaca. Por encima de la profesin (del trabajo que
tenga), pienso que un poeta debe tener claro que esa
condicin es la primera. Hace unos aos se public un
manifiesto que peda treinta y cinco horas de trabajo semanal. Entre los firmantes haba dos poetas. Uno no firmaba como tal, sino con su cargo en un sindicato. La
otra, que era Gloria Fuertes, slo pona: poeta. Esa peti-
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cin, hecha por un sindicalista, apenas significaba. Firmada por un poeta dice mucho. Sin necesidad de haber
escrito sobre ese asunto, el poeta moviliza de pronto toda su obra, su nombre, su prestigio, la condicin misma
de creador, para impulsar ese cambio.
En la modernidad quedan muy pocas personas que
tengan destino, que puedan sentir la plenitud de cumplirse. Segn un breve epigrama latino, curiosamente
annimo, Hay cada ao cnsules y procnsules nuevos. / Slo un rey o un poeta no nacen cada ao. Desde el otro extremo, Manuel Vzquez Montalbn, en un descanso en
el interior de Mallorca, me cont la teora de alguien, algn alemn, que decret que hay o uno o dos poetas por
nacin. Es imposible tomar al pie de las letras semejantes restricciones. Debemos entenderlas como smbolos
que apelan a la calidad. Exigencia en cada uno de los
poetas, que debe ser entendido como nico.
Que sea un destino no quiere decir que no se pueda
aceptar o rechazar. El mito platnico de la anmnesis nos
permita elegir nuestro destino. Funciona por negacin:
un poeta puede dejar de escribir poemas. Alguien que
no es poeta puede escribir poemas. El primero no dejar de ser poeta. El otro no lo ser.
Por todo lo dicho hasta aqu, prefiero los artistas selectos a los gregarios.
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La precaucin platnica
Invocar simultneamente a Platn y a Aristteles
habra supuesto en otras pocas incurrir en incompatibilidad, pues sus correspondientes adjetivos troquelaban dos modos de ser. Pero nuestro momento los
superpone como puntos en el espacio. Que la perspectiva aristotlica nos sirva para escuchar a Platn como
discpulos atentos.
Entre las formas de la locura Platn enumer los filsofos, los enamorados, los adivinos, y los poetas.
Qu poeta, qu ser humano, no participa de alguna de
estas locuras? Mi hiptesis es que cada uno de nosotros
experimenta al menos dos simultneamente en cada
momento de su vida, pero que van cambiando. Podemos pensar cada uno cul tenemos ahora mismo. Yo,
que ya estoy consumiendo el turno de poeta, debo reservarme otro al menos. Y aunque quisiera el de filsofo, elijo la locura del enamorado, aquel que segn las
palabras con que Scrates instruye a Fedro, a manera de
pjaro, desprecia lo de abajo. Todo Lorca est comprendido en esta explicacin. Hay seres humanos que estn
hechos para el trabajo, para el poder o para el dinero.
Otros estn hechos para el amor, como el tigre que viera Norah Borges. Ojal no resulte pretencioso al numerarme entre estos ltimos. La poesa es el logos que
da la medida del eros, espiritual o corporal, qu mas da,
a esta altura. El entusiasmo del amor es el mismo que
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to anuncios de las pilas Duracell, pero tambin un esplndido discurso de Bill Clinton felicitando al Rey Juan
Carlos por su septuagsimo cumpleaos. Horacio, Virgilio, Dante, Francisco de Ass, no tuvieron que ver Identity o a Boris Izaguirre, ni mucho menos comprobar que
los escritores mediticos desplazan a la alta poesa de los
estantes.
Cuando uno degusta un texto compuesto en las pocas poticas de la humanidad, percibe una nitidez que de
momento doy por perdida. Se nota en Pndaro que no
haba youtube ni blogs en su poca. (Aunque tambin
Pndaro y Shakespeare se reciten en youtube). Leer la Buclica IV de Virgilio es como beber un trago de esa agua
mineral que los japoneses se hacen traer de los ltimos
icebergs incontaminados. Esa pureza casi cosmolgica
tiene algo de la nada o del todo que tanto buscamos.
Autorretratos
A diferencia de la potica escritas por filsofos, las
de los poetas son una de las formas ms sutiles del autorretrato, encriptado entre tautologas.
He sido el responsable de las portadas de mis libros,
siempre que he podido. Para Esto es mi cuerpo eleg una
fotografa con la que haba hecho una obra en Pars.
Era un retrato mo, desnudo de cintura para arriba. La
pose quera repetir alguna de las de Mishima, que es
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uno de mis escritores y uno de los protagonistas del libro. Se haba publicado antes en una postal que yo mismo edit en Pars, Ceci est mon corps. Para el libro, el
editor me decapit. Hizo bien. Sin cabeza, sin cara (que
es la heredera del alma) se manifiesta mejor el cuerpo.
Me parece que el cuerpo no incluye la cabeza.
En Un ngulo me basta tard en encontrar un ngulo
visible. Lo tena muy cerca, fotografi el ngulo que formaban dos de las ventanas de mi estudio, en la esquina
que casi vuela sobre el Tormes.
Ms problema me dio Eros es ms. Eros es tan abstracto y tan concreto que no me satisfaca ninguna de sus
representaciones tradicionales. Se terminaba el plazo que
me dio el editor para enviarle una ilustracin. De pronto, vi un tronco que arda en la chimenea. El tronco y el
fuego eran representaciones tradicionales de eros. Lo fotografi.
El primer libro, que gan el Premio Vicente Nez,
lleva una vieta de Gins Libana, acorde con la armona esttica del Grupo Cntico, que representa un inusual centauro. Ambas seales, la de Cntico y la del
centauro, me parecieron buenas.
No encuentro otro lugar para dejar constancia de que
he escrito la palabra Dios en varios poemas. En cada uno
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de los libros. Dios no es patrimonio de las religiones. Antes del cristianismo usaron esa palabra Esquilo, Scrates,
Platn, Cicern o Sneca. Sus idiomas son el nuestro.
No es una palabra incompatible con la modernidad.
En definitiva
La poesa nos libera de las ataduras del tiempo y del
espacio de una manera fsica. Nos hace vivir en nuestra
poca, pero tambin nos recuerda que podramos haber
nacido en cualquier otro momento del pasado o del futuro. En cualquier otro pas, con cualquier otro idioma.
Tambin nos libera de nuestra edad. Nos hace viejos,
maduros o jvenes en cualquiera de las edades de nuestra vida. Nos hace humanos sin ms. Una de las mejores
cosas de ser poeta es que uno recibe recompensas y honores por reconocer que no sabe. A veces los premios son
tan grandes como los que reciben quienes han hecho
grandes descubrimientos. Yo no s muy bien cmo se escriben mis libros. Recuerdo haber escrito muy pocos
poemas. Algunos, como Exceso de vida, los vi ante mis
ojos de un tirn, en apenas un rato. Otros tomaron su
tiempo. Octubre, mes sin dioses, me llev varios octubres. No varios aos, porque est escrito ntegramente en
distintos meses de octubre. Pero es obvio que a veces hay
que esperar mucho. Soy en principio contrario a los encargos. Las invitaciones, en cambio, pueden dar frutos
inesperados. Dos de los poemas que ms me gustan los
escrib por sugerencia ajena. El poema Acepto que be-
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lleza surgi de la idea del milagro, a la que la revista Salamadria, dirigida por Ana Santos y Pedro J. Miguel, iba
a dedicar un nmero monogrfico. Olmpica tercera
naci de la insistencia de estos mismos editores para que
celebrara la hazaa de David Cal. Los dos son poemas
que siento como mos, tanto que el primero es un poema de amor. Pero la llama inicial la prendieron otros.
Bien mirado, con la suficiente distancia, la llama inicial
la prende siempre otro, aunque no siempre se le pueda
poner nombre.
Pocas preguntas desconciertan tanto a un poeta como
esa de qu est haciendo o qu va a hacer, porque ni l
mismo lo sabe. A m cada libro, cada poema, me ha parecido el ltimo. Y no llevo mal la idea de no volver a escribir poesa. Al contrario, me asustara la posibilidad de
estar hasta el fin de mis das produciendo continuamente poemas, por muy sentidos que fueran.
Me situ bajo el signo de Horacio al principio de estas palabras. Sus versos, que inmortalizaron el nombre de
Mecenas, consagraron el mecenazgo como actividad no
slo literaria, sino potica. Gracias a la Fundacin Juan
March. Gracias a ustedes.
Salamanca, 12 de enero de 2008
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SELECCIN DE POEMAS
y
OLMPICA PRIMERA. NADADOR
A Martn Lpez-Zubero
El agua es bien precioso,
y entre el rico tesoro,
como el ardiente fuego en noche oscura,
ans relumbra el oro
...
ans es ms excelente
la olmpica porfa
de todas cuantas canta la voz nuestra
Fray Luis de Len,
Traduccin de la Olmpica I de Pndaro
Qu es aquello que Pndaro dice en su alabanza?
Recurdamelo, si lo sabes. Es cuando dice que el
agua es lo mejor, y a continuacin ensalza el oro,
acertadamente, en el comienzo de la ms bella de
sus Odas
Luciano
Oro te muerden en tu freno duro
Luis de Gngora
. Lo mejor el agua.
Y en la retransmisin televisiva
t vas rasgando su precisa seda,
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Mis amigos.
I pompieri, che sono gli eroi di oggi.
Los que en las bibliotecas se distraen.
Los fotgrafos.
Los que son el amor y la mirada.
Henry de Montherlant, admirador
de los atletas y los boxeadores,
atleta y boxeador.
Homero que utiliza
una sola palabra para la piel y el cuerpo.
Francis Scott Fitzgerald,
cuando vio al que tena
un cuerpo ms moreno y musculoso
que el de Dick, cuyos msculos
resaltaban
a lo largo del cuerpo como nudos
en una soga.
Ciryl Connolly, claro
como los epicreos.
Elena Ferrer
que en el metro deca que notaba
debajo de los trajes
la tensin en los msculos
de cierto tipo de ejecutivitos.
Pndaro, inalcanzable como el fuego.
Martn Lpez-Zubero, sonriente
en aquel podio, tmido
ante la nica gloria que perdura
ms all de la muerte.
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Niki de Saint-Phalle,
que fue retratada radiante y futura,
y anota lo primero en su currculum
que en Estados Unidos, de pequea,
las monjas avisaron a sus padres
que necesitara tratamiento psiquitrico,
y despus ha hecho labios y sexos que se mueven
y ha trado el color, la inocencia y el agua.
O Marguerite Duras,
que declar que hubiera preferido
ser puta, y no escritora.
(De Esto es mi cuerpo)
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ELEGA 2
No s por qu no puse este amor en silencio
sobre tu piel como una catenaria de plata
que rodeara las tersas arterias de tu cuello.
No s de m siquiera si estar tatuado
en los hondos momentos de tu melancola.
No s por qu me cuesta escribir que te quise
tanto que a veces lloro las letras de tu nombre,
que al recordarte siento el dolor verdadero
de lo irrecuperable. La tristeza infinita
de que t el ms radiante muchacho de la tierra
viniste desde lejos a dormir a mi lado,
te quitaste las ropas del verano con torpe
normalidad (tu cuerpo era ms rubio y fuerte
de lo que yo soara), y, mirndome puro
con aquellos dos ojos, cuyo color declaro
que se ha desvanecido de mi pobre memoria,
en un sencillo anuncio de la noche inconsciente
He trado un pijama de boxeador, dijiste.
(De Esto es mi cuerpo)
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T Y YO / LOS OTROS
No comprendo sus ojos ciegos a la belleza.
No tiemblan en el claustro incendiario, en el pice
donde se desintegra lo que existe y el mundo
inclina su hermosura hacia el desequilibrio.
Dios est dentro y fuera de este cuerpo que amo.
Es todo simultneo. Mi sustancia es la tuya.
Escchame mueca, escchame mueco,
(copio esto de la radio, de un disc-jockey cualquiera,
mas no por ello debes despreciarlo): your sweetness
is my weakness. El mundo es hermoso y confuso,
no de otro modo puedo para ti por nombrarlo
darle orden, acepta el amor caudaloso:
slo puedo apresar su esplendor y escribirlo
si utilizo palabras hermosas y confusas.
(De Esto es mi cuerpo)
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UNCONVENTIONAL EPICUREANS
para Paqui Noguerol
Unconventional epicureans,
Arnaldo Momigliano, Epicureans in Revolt
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LESS IS MORE
para Javier Rodrguez Marcos
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LANZADOR DE MARTILLO
a Koji Murofushi
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OLMPICA TERCERA
a David Cal
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EXCESO DE VIDA
Desde que te conozco tengo en cuenta la muerte.
Pero lo que presiento no se parece en nada
a la comn tristeza. Ms bien es certidumbre
de la totalidad de mis das en este
mundo donde he podido encontrarme contigo.
De pronto tengo toda la impaciencia de todos
los que amaron y aman, la urgencia incompartible
de los enamorados. No quiero geografa
sino amor, es lo nico que mi corazn sabe.
En mi vida no cabe este exceso de vida.
Mejor, si te dijera que medito las cosas
(fronteras y distancias) en los trminos propios
de la resurreccin, cuando nos alzaremos
sobre las coordenadas del tiempo y el espacio,
independientemente del mar que nos separa.
Sueo con el momento perfecto del abrazo
sin prisa, de los besos que quedaron sin darse.
Sueo con que tu cuerpo vive junto a mi cuerpo
y espero la maana en la que no habr lmites.
(De Eros es ms)
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EL REINO DE ADRIANO
Se trata, sobre todo, de una teora del conocimiento, del modo en que un
hombre se sustrae poco a poco a las ideas de su tiempo, que rechaza.
Marguerite Youcenar, [sobre Zenn], Carta a Alain Bosquet,
1 de enero de 1964
El reinado de Adriano
se parece al octubre que celebran
los japoneses. Pero la nostalgia
que siento de esos aos no se debe
a la ausencia de dioses. Ni tampoco
al gobierno feliz de este monarca.
Ni a su cultura helnica, sus viajes
o la estabilidad de las fronteras
de su imperio. Percibo
aquello como patria,
como poca propia,
porque intuyo que entonces no tendra
la sensacin de exilio
creciente que despierta
en m la poca que me ha tocado,
la cultura angustiosa
dictada por algunos que no aman,
los intelectuales
de clase media, aquellos
que no son ni poetas ni filsofos,
el futuro nublado,
la situacin incierta de mi patria.
(De Eros es ms)
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DEMASIADAS COSAS
para Christian Law Palacn
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ARTE DE TRADUCIR
Debemos celebrar las traducciones afortunadas.
Como el Prcis de dcomposition
de Cioran, convertido
en Breviario de podredumbre.
En momentos de mxima inseguridad cultural
el arte de traducir se convierte
en la ltima forma de conocimiento.
Ahora que la torre de la historia
sufre asedios que pueden ser los definitivos,
hemos de recurrir a los especialistas
y a quienes los traducen
sin prisa y con audacia
intuyendo el sentido final de los escritos.
Para comprender todo
lo que ocurre estos aos,
basta con este libro
de Arnaldo Momigliano
que trata de otra poca:
The Alien Wisdom, que alguien bellamente
ha traducido La sabidura
de los brbaros.
(De Eros es ms)
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PALABRAS EN BURDEOS
para Nadine Ly
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CUADERNILLOS
J.A.G.I., Mlaga, Centro Generacin del 27, 1993.
Ms hermosura, Centro de Estudios Literarios y de Arte
de Castilla y Len, 2000.
Vayamos hacia el norte aunque sea dando la vuelta por el
sur, Zamora, La borrachera, 2001.
Copa corta, Badajoz, Aula Enrique Daz-Canedo, 2001.
Ha estado en la vendimia, Murcia, Museo Ramn
Gaya, 2003.
Poesa en el campus, Universidad de Zaragoza, marzo de
2007.
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EN REVISTAS
Milenrama 9 (2005) Pginas centrales dedicadas a J. A.
Gonzlez-Iglesias.
Golpe de dados 170, 2001 (Bogot) (dedicado monogrficamente a M ngeles Prez Lpez y J.A.G.-I.).
Adems ha publicado poemas en numerosas revistas,
entre otras: Clarn, Litoral, Revista Cultural,
Batuecas, Renacimiento, Cuadernos del Sornabique, El
Maquinista de la Generacin, La Pennsula Literaria,
Babelia, ABCD las artes y las letras, El Cultural,
Turia, La hamaca de lona.
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TRADUCCIONES DE SU POESA
Poemas suyos estn traducidos al frnces, ingls,
italiano, portugus y griego moderno. Algunos en
revistas o antologas citadas en esta bibliografa.
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2006, 125-136.
Dipingeva ortaggi come se dovesse fare un ritratto al
re, Il Corriere della Sera, 4-11-2006, 41.
La nave de los clsicos, Mercurio 85, 2006, 40.
El significado de la altura en la ltima poesa de Mara
Victoria Atencia, en Mara Victoria Atencia, Poesa,
Sofa (Bulgaria), Proxima RP, 180-190. (2006).
Entre 1997 y 2004 colabor asiduamente como crtico
literario en ABC Cultural (1997-200) y en Babelia,
suplemento de El Pas,(2000-2004). En ambos
medios se ocup de traducciones de los clsicos, de
ensayos sobre la cultura occidental y,
ocasionalmente, de poesa espaola contempornea.
ENTREVISTAS REALIZADAS
Ha entrevistado en ABC Cultural a Antonio Colinas,
Rafael Prez Estrada y Vicente Nez. Con M.
ngeles Prez Lpez ha publicado Entrevista con
Gonzalo Rojas, La Estafeta del viento. Revista de
Poesa de la Casa de Amrica, 3 (2003), 35-44
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http://www.elcultural.es/Video/galeria.asp
AZANCOT, NURIA: J.A.G.-I.: Detesto la represin del
erotismo, El Cultural, 27.12.2007, pp. 18-19 (al
ser elegido Eros es ms como mejor libro de poesa
de 2007).
V. RESEAS
Los libros Esto es mi cuerpo, Un ngulo me basta y
Olmpicas tuvieron reseas en los principales medios
literarios: ABCD, Babelia, El Cultural, firmadas
entre otros por Luis Antonio de Villena, Antonio
Colinas y Guillermo Carnero, y J. L. Garca Martn.
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NDICE
PG.
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Olmpica tercera...............................................................100
Exceso de vida ......................................................................103
El Reino de Adriano ...........................................................104
Demasiadas cosas ...............................................................105
Octubre, mes sin dioses .......................................................106
Arte de traducir ...................................................................107
Cancin para pedir ms carril bici ........................................108
Palabras en Burdeos .............................................................110
Bibliografa de Juan Antonio Gonzlez-Iglesias .......................111
I. Poesa ..............................................................................111
Libros ...........................................................................111
Cuadernillos..................................................................111
En Revistas ......................................................................112
Antologas en las que est incluido .................................112
Traducciones de su poesa .............................................113
II. Traducciones realizadas ..................................................113
III. Otros escritos ................................................................114
Libros ..............................................................................114
Artculos, prlogos y estudios sobre otros poetas y artistas 114
Entrevistas realizadas ........................................................118
Bibliografa sobre la poesa de Juan Antonio Gonzlez-Iglesias ...119
IV. Entrevistas a Juan Antonio Gonzlez-Iglesias ..............119
V. Reseas ............................................................................120
VI. Otros artculos y estudios..............................................120
VII. Sobre las traducciones ..................................................122
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